En el caso clínico se evidenció la falta de monitorización de la función renal, lo cual
debe ser imprescindible, especialmente en pacientes tratados con medicamentos nefrotóxicos (furosemida, rifampicina, paracetamol). Exámenes de laboratorio como la tasa de filtración glomerular, creatinina y BUN, resultan útiles para este tipo de monitoreo. En un paciente con tratamiento antibiótico, mientras esté inestable y al menos durante las 2 primeras semanas, se debe utilizar la heparina o la HBPM subcutánea. Sin embargo, en el presente caso, al paciente se le administra Acenocumarol por lo que se detecta un PRM 3 de efectividad. Para este tipo de pacientes es necesario llevar a cabo un seguimiento con pruebas de laboratorio que puedan determinar si el tratamiento antibiótico está siendo efectivo o no en el paciente. Algunas de estas pruebas incluyen: Niveles de procalcitonina, la cual en etapa temprana del choque séptico puede diferenciar entre una causa no infecciosa e infecciosa; Niveles de lactato y conteo de neutrófilos. Se debe realizar un seguimiento con respecto al peso del paciente, no solo porque esta condición afecta su salud y calidad de vida, sino porque este tipo de pacientes presentan enormes variaciones farmacocinéticas en comparación con una persona normal, cuestión que hace más difícil la dosificación. En una enfermedad como la endocarditis infecciosa, existe aumento en el riesgo de volver a padecerla, tanto por los predisponentes como por los daños residuales. La recurrencia puede ser precoz (en los 3 meses siguientes al fin del tratamiento) ó tardía (después de 3 a 6 meses) y debe sospecharse ante la aparición de fiebre o de otros síntomas. Es por lo anterior, que se hace necesario el seguimiento al paciente una vez se haya dado de alta, así como el suministro de información la paciente y a los familiares del mismo con respecto a las precauciones a tener en cuenta para este tipo de patologías. Es importante tener en cuenta, que en el caso de los antimicrobianos, para realizar un ajuste de dosis hay que tener en cuenta las relaciones farmacocinética/farmacodinamia. Cuando el efecto bactericida es concentración/dependiente conviene mantener o aumentar la dosis en cada administración y, si es necesario, aumentar el intervalo de tiempo entre las administraciones. Cuando el efecto bactericida es tiempo/dependiente puede ser necesario acortar los intervalos de tiempo entre las administraciones en lugar de aumentar la dosis en cada una de ellas. Bibliografía
Walter Wilson, Kathyn A. Taubert, Michael Gewitz, et al. Prevention of Infective
Endocarditis: Guidelines From the American Heart Association: A Guideline From the American Heart Association Rheumatic Fever, Endocarditis, and Kawasaki Disease Committee, Council on Cardiovascular Disease in the Young, and the Council on Clinical Cardiology, Council on Cardiovascular Surgery and Anesthesia, and the Quality of Care and. Outcomes Research Interdisciplinary Working Group. Circulation 2007;116;1736- 1754.