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Rupert Sheldrake y las

pruebas de la telepatía
animal
La telepatía no es algo supernatural o paranormal, es
parte natural y normal de la comunicación de los
animales y de los humanos. El maverick inglés Rupert
Sheldrake nos muestra claramente una serie de
pruebas acerca de este fascinante tema.

Rupert Sheldrake, maverick de la biología y uno de los


científicos más brillantes (además de simpático) está
de regreso para hablarnos de su tema favorito: la
telepatía. Sheldrake debería de ser más famoso que
Lady Gaga o que Richard Dawkins; su trabajo muestra
lo que puede hacer nuestra mente y cómo funciona la
transmisión de información entre especies animales:
una memoria usb inmaterial que existe en la
naturaleza y a las que todos tenemos acceso.

Pese a sus destacadas credenciales e impecable


trabajo, Sheldrake es considerado una amenaza para
el mainstream científico, ya que sus investigaciones
cuestionan los dogmas y paradigmas de donde
provienen la mayoría de los cheques de la comunidad
científica. Como dice Sheldrake, que estudio en
Cambridge, la mayoría de las personas que tienen
diplomas no se atreven a hablar de la telepatía,
porque ésta, desde hace mucho tiempo ha sido
clasificada como una superstición de gente sin
educación, lo cual, en su tabú, haría que los científicos
“desciendan” a ese nivel. Y, sin embargo, los pocos
que la estudian han encontrado consistemente
pruebas de su existencia. Es algo normal, natural y no
paranormal o supernatural.

Como en el caso de la parvadas de algunas aves que


vuelan en sincronía coordinada por una comunicación
instantánea; Sheldrake piensa que la telepatía
funciona a través de campos de información en
común, cada sociedad, cada relación, forma un campo
de información particular. De esta forma entre las
personas y animales que más cercanía tienen los
campos de información en común son más fuertes,
haciendo más probable la comunicación telepática.
Sheldrake lleva 15 años haciendo experimentos con
animales, particularmente con mascotas que saben
cuando sus dueños van a regresar a casa, sin que
exista una rutina o un medio de transporte
identificable. En el video, en el minuto 25, podemos
ver el extraordinario caso de J.T., un perro que espera
a su dueña 15 minutos antes de que ésta llegue a
casa. En el video, con cámaras en la casa, como
siguiendo a la dueña de J.T., podemos ver con
claridad y ternura que esto sucede.

Según Sheldrake, hasta el 50% de los perros saben


cuándo su dueño va a regresar a a casa, o la
personas con la que más vínculos emocionales tiene
(algunos perros lo hacen con dos y hasta tres
personas diferentes, pero son los menos). El 30% de
los gatos, según sondeos, sabe cuándo su dueño va a
regresar a casa, esto no significa necesariamente que
los gatos sean menos telepáticos, ya que
generalmente les interesa menos que a los perros.

De 65 veterinarias en Londres a las que Sheldrake


entrevistó sobre el promedio de cumplimiento de citas
de los gatos, 64 le dijeron que comúnmente los gatos
faltan a sus citas acordadas porque desaparecen a la
hora en que iban a ser llevados por sus dueños. El
otro sitio le dio que ya no aceptaba citas telefónicas
previas por parte de gatos debido a su alto
ausentismo. Al parecer los gatos saben que los
quieren llevar al veterinario antes de que los lleven.

Muchos dueños dicen que los perros logran percibir la


atmósfera de un lugar o las intenciones de una
persona, por lo cual Sheldrake bromea que algunos
vendedores de bienes raíces podrían usar perros para
analizar las casas supuestmente embrujadas diciendo
en su kit de ventas: “9 de cada 10 perros aprueban
esta casa”.

El pionero en este tipo de investigación telepática


animal, William Long, documentó en su libro How
Animals Talk, como un sentimiento de alarma puede
ser transmitido a distancia entre especies animales
como los lobos o los caribous.
Un caso extraordinario de telepatía animal, son los
pericos grises africanos, los cuáles no sólo sienten lo
que piensan sus dueños, sino lo pueden decir (los
dueños de perros se dicen a veces sobre su mascota
“si sólo pudiera hablar”, pues este es el caso de los
pericos). El caso de Nkisi, un perico con un lenguaje
de más de 1000 palabras, capaz de entender el
significado de algunas de ellas, es extraordinario.
Nkisi llega al punto de que atemoriza a su dueña
Aimee, diciendo en voz alta, lo que ella está soñando
o anticipándose a lo que quiere hacer, por ejemplo le
dice “Hablale a Bill”, cuando ella esta pensando en
esto. Sheldake documentó la telepatía de este perico,
enseñándole fotos en una habitación separada a
Aimee que representaban palabras del vocabulario de
Nkisi. En otra habitación Nkisi fue grabado diciendo a
veces justo en cue las imágenes que estaba viendo
Aimee. Los resultados muestran que existe una
probabilidad de más de 2000 a 1 de que Nkisi atinara
por azar.

En el caso de los humanos, Sheldrake ha llevado


miles de pruebas a lo largo de los años basándose en
un diseño de prueba telepática por teléfono, una de
las formas de telepatía más comunes en la
modernidad (el 80% de las personas responden haber
experimentado en alguna ocasión este fenómeno, con
mayor índice en las mujeres). En el experimeto se
tienen cuatro posibles personas para hacer una
llamada y una persona que debe de adivinar quién la
está llamando. La probabilidad dice que el acierto
debería de ser un 25% de las veces, sin embargo, los
datos de Sheldrake muestran un 42% de efectividad
en numerosos experimentos. En el video se muestran
a las hermanas Nolan, una girl band de los 80, con un
impresionante promedio de efectividad de 50%.

Sheldrake cree que la telepatía


se refuerza entre personas que tienen vínculos
emocionales que comparten campos sociales de
información o campos mórficos más estrechos.
Sheldrake ha formulado la teoría de que
existen campos morfogenéticos de información que se
transmiten entre las especies del planeta de manera
telepática, o como él lo llama: a través de una
resonancia mórfica. De esta forma la naturaleza y el
espacio tendrían una memoria inherente que fluctuá
con mayor intensidad en seres de la misma especie y
en seres que comparten ciertas particularidades o
conexiones. Posiblemente las personas que han
tenido contacto entre sí forman una especie de
entrelazamiento cuántico emocional y/o cognositvo. Y
las ideas omemes, una vez que existen, que son
generados por alguna persona o una situación, se
vuelven accesibles para el grueso de una especie sin
tener que tener contacto directo.

A la parte final Sheldrake comparte evidencia de


animales anticipando terremotos hasta días antes de
que sucedieran. En tono de broma, pero sin dejar de
ser relevante habla sobre la posibilidad de un número
1-800 pet-quake, donde se recopile información en
tiempo real sobre comportamientos extraños de
animales (podría ser vía una aplicación de iPhone o
en Twitter), los cuales puedan ser analizados: y si
existe un patrón, serviría como método de advertencia
de terremotos o de tsunamis. ¿Por qué no utilizar la
información de los animales, que son nuestros
alíados?

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