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Prototipado

Innovación para
Nuevos
Negocios

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El prototipado como clave del
aprendizaje estratégico
La gestión de la innovación a través del design thinking requiere de la
aplicabilidad real y práctica de las ideas encontradas en las distintas etapas
y técnicas ejecutadas con anterioridad en el proceso de ideación. La
construcción de prototipos es una de las claves para poder llevarlas a cabo
y aprender estratégicamente de lo que el consumidor experimenta con lo
creado.

El prototipo es la materialización de la idea que encontramos, que se


puede dar a través de diversas versiones físicas y prácticas, las cuales
permiten validar la idea y obtener conclusiones eficaces acerca de lo que se
quiere resolver.

El prototipo nos permite comprobar nuestras hipótesis diagnósticas de


manera más efectiva y desde dos perspectivas. Por un lado, a nivel del
equipo de trabajo, poder materializar la idea poniendo en práctica las
habilidades creativas y manuales de las personas. Por otro lado, desde el
punto de vista del usuario: poder experimentar con nuestro prototipo le
permite visualizarse en un futuro con la muestra indicada y obtener de él
nuevos comentarios y expresiones que pueden permitir oportunidades de
mejora futuras.

Figura 1: Puntos de vista del prototipado

Fuente: Vianna, 2016, p. 123.

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Beneficios de realizar un prototipo

La materialización de la idea a través de un prototipo nos permite generar


varias instancias de aprendizaje, ya que se pasa de un plano intangible,
como la idea o concepto, a un plano real y físico, que nos acerca a lo que
consideramos como futura solución. Entre los beneficios más significativos,
podemos mencionar:

 “Seleccionar y refinar de forma asertiva las ideas.


 Tangibilizar ideas y evaluarlas interactivamente.
 Validar las soluciones con una muestra del público.
 Anticipar eventuales cuellos de botella y problemas, reduciendo
riesgos y optimizando gastos” (Vianna, 2016, p. 126).

A su vez, desde nuestra óptica centrada en el diseño y desarrollo de nuevos


negocios, sumaremos a estos beneficios los siguientes:

 Obtener feedback de nuestros usuarios y consumidores.


 Generar instancias de aprendizaje estratégico a través de la
experimentación.
 Desarrollar la inteligencia de equipo a través de la potenciación de las
habilidades manuales y creativas que implica construir un prototipo.
 Agudizar la visión de negocio con base en el análisis de las fortalezas y
debilidades que genera el uso final del prototipo.

Lo importante de materializar la idea es que esta debe responder


asertivamente a una pregunta o hipótesis que plantee un problema del
usuario. Además, se debe exponer dicho prototipo a un escenario lo más
real posible. A través de ese entorno, podemos obtener retroalimentación
de nuestros usuarios.

Niveles de fidelidad y contextualidad

Para poder realizar un prototipo de manera correcta, es preciso tener en


cuenta algunas variables y factores que sirvan de guía para poder
ejecutarlos de manera correcta. Los niveles de fidelidad y contextualidad
representan puntos de un protocolo de elaboración para tener en cuenta.
Los primeros tienen que ver con los niveles de fidelidad.

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Figura 2: Niveles de fidelidad

Fuente: Vianna, 2016, p. 124.

Como podemos observar, existen tres niveles: el primero, de fidelidad baja,


simboliza la idea desde un plano más bien conceptual, que se puede
generar desde un esquema simple en papel y contiene lo principal de la
idea o solución.

El segundo nivel de nuestro prototipo es el de fidelidad media, el cual


representa cualquier formato que contenga aspectos centrales y
funcionales de la idea. Un ejemplo puede ser una estructura hecha con
cartón simple o una imagen o instrumento visual digital donde se visualicen
los beneficios de la idea o solución propuesta.

El tercer nivel de fidelidad es el más apropiado desde el punto de vista de


la experiencia que genera en el usuario, ya que suelen ser maquetas
específicas que, además de contener el concepto o idea inicial, tienen los
beneficios funcionales y emocionales que genera el prototipo y su posible
solución final.

Estos niveles ayudan a encuadrar las expectativas y resultados que se


quieren obtener a través del prototipado, por lo cual es importante poder
optar por cualquiera de sus formas y variantes, ya que materializar la idea
es una de las claves para poder transformar e innovar en una categoría.

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Figura 3: Niveles de contextualidad

Fuente: Vianna, 2016, p. 124.

Además de tener en cuenta los niveles de fidelidad, otro de los puntos que
pensar sobre los protocolos de elaboración de prototipo tiene que ver con
la contextualizad. Esta particularidad hace alusión a que, dentro del
desarrollo y experimentación de la prueba piloto, se pueden involucrar
distintas personas y entornos que favorezcan de manera más asertiva el
resultado de lo que se quiere lograr.

El primer nivel, denominado restricta, hace alusión a que el prototipo es


probado a través de las propias prácticas del equipo que lo creó. No se
incorporan otras visiones y entornos, sino que se practica con las mismas
personas que están inmersas en el diseño. Por cuestiones de tiempo o de
factores, muchas veces este tipo de contextualidad es el único que se
puede emplear.

El siguiente de nivel es el general. Aquí se abre la posibilidad de incorporar


otros puntos de vista, desde personas hasta escenarios futuros, donde
nuestro prototipo se va a desarrollar. No hace falta que sea el ambiente o
persona específica, pero sí alguien que aporte y dote al material de otra
información distinta de aquellos que la crearon.

El anteúltimo nivel, denominado parcial, tiene como premisa sumar a un


usuario final o ambiente final que nos permita establecer de manera más
estrecha las conclusiones necesarias para optimizar nuestro resultado. El
punto de vista y experiencia que brindará el usuario final o el entorno final
será de gran utilidad para el equipo.

El último nivel de contextualidad, denominado total, es la clave final de


cualquier proceso de prototipado. Aquí se pone en juego tanto al usuario
final como al entorno final donde se aplicará nuestro prototipo y, con él,
nuestra solución ideada. La riqueza que aportan estos dos puntos de vista

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es de gran utilidad, ya que nos da feedback y retroalimentación exacta de
lo que será en el futuro nuestro proyecto.

Tipos de prototipado
Luego de haber buscado y encontrado la idea final que queremos
proyectar, necesitamos materializarla, llevarla a la acción, a través de
distintos formatos y versiones, donde se ponen en juego las habilidades
prácticas y manuales de los integrantes del equipo de trabajo.

Podemos mencionar los siguientes prototipos:

 Prototipo en papel.
 Modelo volumétrico.
 Diseño de escenarios.
 Storyboard.
 Prototipo de servicios.

Prototipo en papel

Son representaciones de interfaces gráficas con diferentes


niveles de fidelidad, desde un wireframe dibujado a mano
en pequeños trozos de papel, para esquematizar las
pantallas de una aplicación móvil, hasta un embalaje de
jabón con detalles finales de texto y colores. Un prototipo
en papel puede comenzar en un bosquejo sencillo y ganar
complejidad a lo largo de las iteraciones con el usuario o con
el equipo.
Se utiliza para evaluar el flujo de informaciones y de la
navegación de un sistema; para explorar posibilidades de
comunicación de un producto; o incluso para concretar la
presentación de una idea a usuarios, a la empresa o al
propio equipo de proyecto. Las pruebas pueden ocurrir en
contextos variados, desde ambientes controlados, como en
un laboratorio, hasta en sesiones con grupos de usuarios
finales y potenciales consumidores. (Vianna, 2016, p. 127).

El prototipado en papel permite una aplicación rápida de la idea o solución


final a través del uso simple de un papel y lápiz o lápices de colores que
permitan bosquejar rápidamente.

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Figura 4: Ejemplo de prototipado en papel

Fuente: Vianna, 2016, p. 129.

Modelo volumétrico

Son representaciones de un producto que puede variar los


niveles de fidelidad. Puede ser de baja fidelidad -con pocos
detalles- hasta llegara extremos de alta fidelidad, con el
aspecto del producto final muy conseguido, presentando
incluso textura y detalles (como botones deslizantes), pero
sin ser funcional.
Cuando se desea hacer tangible una idea y sacarla del
ámbito conceptual, transformándola en algo concreto para
que pueda ser validado. Un modelo volumétrico permite la
visualización tridimensional de un concepto, propiciando las
críticas de usuarios y su consecuente refinamiento. Otra
ventaja es que ayuda en la “venta” del proyecto a los
escalones superiores de la empresa, para viabilizar su
producción. (Vianna, 2016, p. 131).

Un modelo volumétrico puede ser elaborado con diversos materiales


simples, como cartones, cartulina, papeles de colores, plastilina, palitos de

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helado, entre otros. También se pueden sumar otras piezas más específicas
de acuerdo a lo que se quiere lograr, el nivel de fidelidad y contextualidad.

Diseño de escenarios

Es una simulación improvisada de una situación, que puede


representar desde la interacción de una persona con una
máquina hasta un mero diálogo entre personas para
dramatizar aspectos de un servicio.
Cuando se desea probar una interacción para construir y
detallar etapas o mejorar la experiencia. (Vianna, 2016, p.
131).

En este tipo de prototipo, se ponen en juego diversos escenarios con sus


variables y dinámicas propias de la realidad. De esta manera, al existir un
entorno con nociones del ambiente final, se podrán obtener mejores
retroalimentaciones y aprendizajes.

Figura 5: Ejemplo de diseño de escenario de atención al cliente

Fuente: Vianna, 2016, p. 135.

Storyboard

Una representación visual de una historia a través de


cuadros estáticos, con dibujos, collages, fotografías o
cualquier otra técnica disponible. Para comunicar una idea a
terceros o visualizar el encadenamiento de una solución,
con el objetivo de detectar aspectos no solucionados en
cuanto al producto o refinar un servicio final.
En primer lugar, es necesario tener una idea clara de lo
que se quiere comunicar y probar. Luego, se debe elaborar
un guion por escrito y separar la historia en secciones
teniendo en cuenta los escenarios, actores y

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encuadramiento que serán usados para representar lo que
se desea.
Finalmente, se elige la técnica de representación gráfica
más adecuada, y el resultado puede ser impreso o digital. Lo
importante es representar visualmente lo que se quiere
comunicar. (Vianna, 2016, p. 136).

Figura 5: Ejemplo de Storyboard

Fuente: Vianna, 2016, p. 136.

Prototipo de servicios

Es la simulación de elementos materiales, ambientes o


relaciones interpersonales que representen uno o más
aspectos de un servicio. Hace hincapié en el usuario y simula
lo que ofrece la solución propuesta.
Cuando se desea simular los aspectos abstractos de los
servicios, como es valorar la comprensión y las sensaciones
en cada punto de contacto. Servicios son experiencias
fluidas y dinámicas, que se desarrollan a lo largo de un
período de tiempo, a través de una secuencia de eventos.
Por tanto, se debe proyectar cada elemento y supervisar las
interacciones de los usuarios con el fin de diseñar una
solución atractiva. (Vianna, 2016, p. 139).

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Como podemos observar, la materialización de una idea se puede realizar
con base en distintas formas, metodologías, formatos y expresiones, los
cuales permiten vivenciar eficazmente la solución que se quiere ofertar en
nuestras propuestas de valor. Esto estará condicionado desde un
emprendimiento inicial como la obtención de una nueva ventaja
competitiva empresarial o la elaboración de otra vertiente y variedad de un
producto o servicio ya listo en el mercado meta.

Para finalizar, es importante destacar que este prototipado, sea en la


versión que fuese, estará listo para poder atravesar la última etapa del
proceso de design thinking, denominada evaluación. Por tal motivo, pensar
activamente sobre la construcción del prototipado será clave para poder
obtener los mejores comentarios, resultados e instancias de revisión para
futuras correcciones y mejoras.

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Referencias
Hasso Plattner, Institute of Design at Standford. (s. f.). Mini guía: una
introducción al Design Thinking + bootcamp bootleg (Felipe González,
trad.). Estados Unidos: Hasso Plattner, Institute of Design at Standford.

Vianna, M. (2016). Design Thinking: innovación para negocios. Río de


Janeiro: MJV Press.

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