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El comportamiento repetitivo

La persona con la Enfermedad de Alzheimer se puede olvidar de lo que dijo de un


momento para otro, repitiendo la pregunta y las acciones una y otra vez. Este
comportamiento se debe a preocupaciones, inseguridad y a la amnesia que la persona
sufre. Al padecer un trastorno de memoria, no es consciente de haber hecho la
pregunta varias veces, ni recuerda la respuesta que ha recibido.

SUGERENCIAS

• No violentar nunca a la persona por su repetición de preguntas.

• Es mejor tranquilizar a la persona que intentar razonar o contestar a la misma


pregunta varias veces. Se le puede decir: “No te preocupes, yo me encargo de eso”.

• Distraiga a la persona enferma con algo distinto para ver, oír o hacer.

• Abrácela y demuéstrele cariño, si es apropiado para la persona.

El apego

La persona con demencia puede ser muy dependiente y seguirlo a todos lados. Esto
puede ser frustrante, difícil de manejar y quitarle su privacidad. Actúa de esta manera
porque se siente insegura y teme que cuando usted se vaya no regrese.

SUGERENCIAS

• Procure que se entretenga con algo mientras usted sale.

• Puede requerir los servicios de un cuidador para poder tener algo de libertad.

La pérdida de objetos y acusación de robo

La persona con la Enfermedad de Alzheimer puede olvidar dónde se encuentran las


cosas. En algunos casos puede acusarle a usted y a otras personas de sustraer los
objetos perdidos. Estos comportamientos son causados por inseguridad combinada
con la pérdida de control y de la memoria.

SUGERENCIAS

• Disponer de un lugar en el que dejar sistemáticamente los objetos como llaves,


gafas, monedero…
• Mantener en orden la casa, ya que así es más fácil situar las cosas.

• Hacer que resalten los objetos pequeños que se pueden perder. Por ejemplo,
colocar llaveros grandes y vistosos, que destaquen mucho.

• Averigüe si la persona tiene un escondite favorito.

• Tenga repuestos de las cosas importantes (llaves por ejemplo).

• Revise las bolsas de basura antes de vaciarlas.

• Cerrar con llave determinados armarios o habitaciones para limitar el campo de


acción de la persona.

• Evitar que tenga fácil acceso a joyas, documentos u objetos de valor, con el fin de
que nos los pierda, los esconda o incluso los rompa.

• Conteste las acusaciones suavemente, no a la defensiva.

• Dele la razón a la persona de que el objeto está perdido y ayude a buscarlo. Es


mejor aceptar que algo se ha perdido que entablar una discusión.

• No dejar grandes cantidades de dinero en casa.

Ideas delirantes

Es común que la persona con la Enfermedad de Alzheimer experimente delirio y


alucinaciones. Una idea delirante es aquella cuyo contenido es tenido en cuenta como
real por parte del enfermo, apartándose de la realidad objetivable, es decir, son
creencias falsas de las cuales las personas no pueden ser disuadidas. Para la persona
con Enfermedad de Alzheimer esta falsa idea es muy real, causa temor y puede
derivar en comportamientos angustiantes. Las principales ideas delirantes se
manifiestan de forma variada: cree que se le roba, que su cónyuge le es infiel, piensa
que le han abandonado, extraña su domicilio o comete errores de identificación. Los
delirios, generalmente, aparecen en las etapas intermedias o avanzadas de la
enfermedad y quienes los padecen son más proclives al deterioro rápido y a padecer
mayores problemas de orientación así como un comportamiento más agresivo y
menos accesible al cuidador.

SUGERENCIAS

• Algunas veces las alucinaciones y los delirios son signos de una enfermedad física.
Tome nota de lo que la persona está experimentando e informe al médico.

• Debemos facilitar la ubicación de la persona en un espacio conocido y familiar.

• Nunca debemos seguirles la corriente dándoles la razón, pero tampoco discutir con
ellos sobre la veracidad del delirio.

• Conviene mantener conversaciones sobre ideas coherentes, reforzándolas.


• Apague la televisión cuando estén presentando programas violentos o
perturbadores. El enfermo puede que no sea capaz de distinguir un programa de
televisión de la realidad.

• Hay que desviar la atención del enfermo hacia aquellas actividades o aficiones que
le resulten agradables.

• Si se desorienta, hay que procurar actuar con tranquilidad sin dejarle solo.

• Se deben corregir las deficiencias visuales y auditivas. Si los delirios aparecen por la
noche, podemos dejar una luz encendida.

• Si no entiende bien lo que ve o escucha, hay que repetir la información cuantas


veces sea necesario, y si se trata de enfermos muy suspicaces, debemos evitar hablar
en voz baja en su presencia.

• Consulte al médico sobre la medicación que esté tomando, eso puede contribuir al
problema.

Las alucinaciones

Las alucinaciones se dan entre un 21% y un 49% de los afectados de enfermedad de


Alzheimer. Son alteraciones de la percepción sensorial que surgen sin que exista un
estímulo real. La persona puede ver, oír o tener sensaciones que no están ocurriendo
en ese momento. Es tan real que el enfermo puede sentir desde miedo o ansiedad
hasta alegría y sensación de bienestar. En las demencias las alucinaciones visuales
son las más frecuentes.

SUGERENCIAS

• El cuidador no debe alarmarse por las alucinaciones, debe reaccionar con


tranquilidad con el fin de no incrementar el nerviosismo del enfermo.

• No debe discutir con él sobre la alucinación. Para el enfermo la percepción es


totalmente real y si intentamos razonar con él, sólo provocaremos irritación o, incluso,
agresividad.

• El contacto físico puede ser tranquilizador, aunque debemos acercarnos a la


persona siempre dentro de su campo visual, identificándonos y diciéndole en todo
momento quienes somos. Si no se siguen estos consejos, el contacto físico puede
incrementar la agresividad.

• Trate de distraer a la persona con otro tema o actividad. A veces, llevarlo a otro
cuarto o salir a caminar puede ayudar.

• Es necesario buscar el motivo que ha desencadenado la alucinación, el momento


del día en que se produce, así como vigilar y revisar los fármacos que está tomando.

• Verifique que no hay ningún riesgo para la persona y que no tiene acceso a ningún
objeto que podría usar para hacerle daño a alguien o a él mismo.
• Si las alucinaciones no son peligrosas (pueden incluso ser placenteras) debemos
dejarle tranquilo.

Las relaciones sexuales

La Enfermedad de Alzheimer generalmente no afecta las relaciones sexuales, pero la


actitud de la persona puede alterarse. Abrazarla cariñosamente puede ser
mutuamente satisfactorio y le dará la pauta para saber si la persona quiere o no
intimar más. Es sabio ser paciente. La persona puede no responder como antes o
aparentar falta de interés. Para algunas parejas, la intimidad sexual sigue siendo una
parte satisfactoria de su relación, o pasar lo contrario. La persona puede demandar
sexo excesivamente o comportarse de tal manera que usted se sienta incómodo. Si
usted es su pareja, no se sienta culpable si desea o necesita dormir de forma
separada.

SUGERENCIAS

• Pida ayuda a otros cuidadores u otros profesionales de su confianza.

• No tema discutir éstos y otros temas relacionados con un profesional que está
capacitado para entenderle y ayudarle.

El comportamiento sexual inapropiado

Los cambios en la actividad sexual de los enfermos pueden adoptar diferentes formas.
Generalmente se da una disminución del impulso e interés sexual. Otros pueden
presentar fases de un incremento moderado de la actividad sexual. Las agresiones
sexuales son raras en los casos de demencia.

La persona con la Enfermedad de Alzheimer puede presentar un comportamiento


sexual inadecuado; desnudarse en público, acariciar sus genitales o tocar a otra
persona de forma inconveniente, esto tiene que ver con la falta de memoria y con la
incapacidad de realizar una evaluación crítica del entorno. Si esto sucede, no debe
alterarse.

SUGERENCIAS

• Trate de no reaccionar exageradamente. No ponerse nervioso y actuar fríamente.

• Pensar siempre que las conductas del enfermo son el resultado de lesiones
cerebrales. Aceptarlas como algo propio de la enfermedad y no pensar en sentirse
responsable.

• Trate de distraer a la persona con otra actividad.

• Si la persona se desnuda, desapruebe amablemente ese comportamiento y trate de


distraerla.

• No dudar en comentar los trastornos de conducta sexual con el médico.


El vagabundeo

Bastantes enfermos de Alzheimer deambulan o vagan sin rumbo ni objetivo, sin que
exista una razón aparente. La persona va y viene, o se empeña en marcharse y se
hace difícil mantenerlo en casa. Esta conducta puede depender de distintas causas
externas que la generen, pero también puede estar condicionada simplemente por el
lugar en que predominan las lesiones en el cerebro. Algunas causas de deambulación
errante serían los miedos, la desorientación, la falta de ejercicio o el hecho de que la
persona esté perdida. Las causas se podrían clasificar en somáticas (dolor, malestar
físico, sensación de hambre), psicológicas (angustia, miedo, sensación de estar
encerrado) y cambios en el entorno (exceso de estímulos, pobreza de estímulos, poca
luz). La vivencia psicológica de estar en el pasado y la necesidad de ir a lugares como
el trabajo pueden ser causas importantes.

La persona enferma puede deambular por la casa o salir a deambular por la calle, con
el riesgo de perderse. La seguridad es lo más importante cuando la persona con la
Enfermedad de Alzheimer está sola en la calle. Saber qué hacer para limitar esta
conducta puede evitar que la persona se pierda.

SUGERENCIAS

• Asegúrese de que lleve alguna identificación. Si la persona se pierde, y es incapaz


de comunicarse adecuadamente, esto hará que otros puedan saber su identidad.

• Es importante que la persona lleve siempre en su cartera o monedero una tarjeta


con su nombre, dirección y número de teléfono.

• Cerciórese de que la casa sea segura y que la persona esté en ella y no pueda salir
sin su consentimiento.

• Mantenga las puertas cerradas con llave. Considere la opción de colocar una
cerradura con pestillo que se cierra con llave por dentro, o una cerradura adicional en
la parte más alta o más baja de la puerta. Si la persona puede abrir la cerradura
porque está familiarizada con ella ponga un nuevo pestillo o cerradura.

• Evitar al máximo los cambios de domicilio y las reformas en el mismo.

• Evitar viajes o visitas largas innecesarias. Un viaje a lugares no familiares puede ser
fatal para la estabilidad del enfermo.

• Rodear al enfermo con los objetos que le sean familiares.

• Informar a vecinos y comerciantes por si ven al enfermo solo por la calle.

• Realizar ejercicios de orientación a la realidad cuando sea posible. Colocar letreros


que orienten a la persona en casa.

• Aprovechar para salir a pasear cuando aparezca la conducta de deambulación.

• Cuando la persona que se perdió regresa, evite demostrar el enojo, hable


pausadamente con ella y con mucho cariño.
• Conviene tener una foto actual en caso de que la persona se pierda y usted necesite
pedir ayuda.

• Asegúrese de guardar o colocar en un lugar seguro cualquier cosa que pueda poner
a la persona en peligro, tanto dentro como fuera de la casa.

La agitación

Entendemos por agitación la actividad verbal o motora inadecuada. Es un estado


importante de tensión, con ansiedad, que se manifiesta a través de una gran actividad
de movimientos y conductas molestas. Los enfermos pueden dañar el entorno o a las
personas, o autolesionarse. La agitación puede ser consecuencia de una depresión,
de un estado de ansiedad o de una reacción catastrófica. También puede deberse a
diversos factores, o a la interacción entre varios de ellos como el dolor, el cansancio, la
falta de descanso, y el efecto de los medicamentos o de la propia demencia. En ciertos
casos se puede relacionar con la supresión brusca de medicamentos sedantes,
somníferos, alcohol o drogas. Los enfermos se manifiestan ansiosos, hiperactivos,
coléricos y confusos. Con frecuencia gritan y discuten. Para un cuidador ésta es una
de las cosas más difíciles de manejar. Puede aparecer antes de la agresividad y se
deben discernir las causas, de modo que se pueda intervenir de forma adecuada, ya
sea desde el punto de vista social, ambiental, conductual o médico.

SUGERENCIAS

• Mantenga la calma, trate de no mostrar miedo o alarma y aproxímese a él con


educación.

• La primera prioridad debe ser la seguridad del propio enfermo y de las personas que
lo rodean.

• Buscar el contacto visual, intentar agarrar sus manos, a la altura de las muñecas con
una suave presión que transmita tranquilidad.

• Debemos distraer y centrar gradualmente su atención en algo placentero,


cambiando de ambiente y de actividad.

• Concédale a la persona más espacio, simplifique su entorno.

• Su entorno debe ser relajado y tranquilo. Debemos mantener alejado al enfermo de


las situaciones o de las personas que le provoquen ansiedad o agitación.

• No debemos ponerle en contacto con demasiados estímulos. Cuando éstos


aparecen de forma simultánea (televisión, radio, ruido ambiental) les producen
excitación y nerviosismo.

• Conviene suprimir las bebidas con cafeína, estimulantes y/o alcohol.

• Averigüe qué causó esa reacción y trate de evitarlo en el futuro.


La agresividad

Si no se controlan las situaciones de ansiedad y/o agitación, pueden provocar


conductas agresivas. La agresividad puede ser atribuida a múltiples factores: dolor,
cansancio, fármacos, un entorno exigente, etc.

SUGERENCIAS

• No debemos enfrentarnos, ni pedir explicaciones, gritar o elevar el tono de voz,


tampoco sujetar o provocar al enfermo.

• Adoptar una postura empática y receptiva. La sonrisa puede ser el amortiguador de


una crisis de agresividad.

• Buscar el contacto visual facilitando el acercamiento progresivo, preguntarle qué le


pasa y si se le puede ayudar. Nunca debemos utilizar gestos bruscos ni tocarle de
forma inesperada de manera que le cause sorpresa.

• Anticiparse al cuadro de agresividad.

• Si el enfermo está muy agresivo, debemos retirarnos prudentemente de su alcance y


eliminar o retirar aquellos objetos que puedan ser peligrosos.

• Siempre debemos olvidar lo ocurrido considerando que esta agresividad es fruto de


la enfermedad. El cuidador no debe pensar que se trata de “algo personal”.

• Si la violencia ocurre a menudo, pida ayuda.

• Hable con alguien que lo respalde y consulte a su médico para que lo ayude a
manejar la situación.

La depresión

La persona con la Enfermedad de Alzheimer puede experimentar depresión, sentirse


triste e infeliz y hablar, actuar y pensar lentamente. La depresión es frecuente en las
personas con demencia. Puede ser una reacción ante el hecho de que es consciente
de que pierde capacidades y tiene una enfermedad grave o incurable ó puede ser el
resultado de la afectación de diversas zonas relacionadas con el estado afectivo
debido al avance de la enfermedad. Es posible la combinación de ambos mecanismos.
Esto puede afectar la rutina diaria, es posible que tenga lugar una pérdida de peso,
cambios en el ritmo de sueño, falta de apetito y una preocupación excesiva por la
salud.

SUGERENCIAS

• Consulte a su médico, posiblemente él pueda ayudarle o derivarlo a un psicólogo o


psiquiatra. Su médico puede aconsejarle sobre la administración de medicamentos
antidepresivos.
• No insistir constantemente para que la persona se anime y que intente salir de la
depresión. Esta insistencia puede aumentar la depresión y la persona puede sentirse
incomprendida.

• Dele más apoyo y cariño. Es importante que esté rodeado de personas queridas.

• Es importante que realice actividades que le den un sentimiento de utilidad y


seguridad. Debe asegurarse de que no se le pidan tareas complejas en las que
fracase y se desanime más.

• Mejorar la autoestima del enfermo mediante refuerzos positivos y aprobación. La


validación del la persona es la mejor terapia para su control emocional.

• Facilitar un entrono animado donde pueda realizar actividades de carácter lúdico.

El suicidio

Es raro en la enfermedad de Alzheimer, pero puede ser posible que la persona se


produzca lesiones.

SUGERENCIAS

• Evitar dejarle solo.

• Evitar el acceso a cuchillos, armas, herramientas, medicamentos, sustancias tóxicas,


disolventes, cuerdas, etc.

• Controlar las llaves de gas.

• Evitar la posibilidad de que la persona se precipite desde una altura: asegurar el


cierre de ventanas, pozos, etc.

• Consultar todas las dudas con el médico.

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