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Metamorfosis de la cultura liberal (fragmento)

Gilles Lopivetsshi
Las técnicas de comunicación de masas han favorecido los nuevos modos de vida
individualistas de un modo más “mecánico”. Así, la difusión de la televisión en l los
hogares ha acelerado la erosión de ciertas formas de sociabilidad tradicional, como
la vida de barrio, la calle y el café.

La televisión ha puesto fin a la frecuentación regular del barrio por parte de los
hombres, tal como ha hecho caer las salas de cine. Los rituales del café y del cine
se han visto sustituidos por el del telediario o la película del domingo por la tarde.
En nochebuena ya no se va a la misa de gallo, se enciende la tele. Del mismo modo,
cada vez se sigue más el deporte en la pequeña pantalla.
Hoy en día, los franceses dedican más tiempo al consumo de audiovisuales en casa
(televisión, radio, discos) que al trabajo; cuarenta y tres horas semanales como
término medio para las personas que ejercen una actividad profesional. Los lugares
tradicionales de sociabilidad (trabajo, iglesia, sindicatos, cafés) ceden por doquier
terreno al universo privatizado del consumo de objetos, de imágenes y de sonidos.

Esta tendencia es la individualización se acrecienta todavía más con el


multiequipamiento de los hogares en materia de receptores y de equipos de alta
fidelidad, con el video, los videocasetes, los lectores de disco compactos, el cable,
la multiplicación de las cadenas de televisión… otras tantas tecnologías que
permiten una mejor indiviluización de los hábitos, mayor desincronización de las
costumbres, mas posibilidades para cada cual eligiera sus programas, de liberarse
de los obligaciones colectivas o semicolectivas (familia) relativas al espacio y el
tiempo.

A este respecto, pese a sus límites de sobra conocidos, la fórmula de MacLuhan –


el medio construye el mensaje – sigue siendo acertada, cuales quiera que sea los
programas difundidos, los medios, en las sociedades democráticas trabajan para
privatizar los comportamientos, por individualizar las costumbres, por privilegiar lo
individual en detrimento de lo colectivo: se trata de un individualismo desregulado,
desincronizado, a la carta que la galaxia de la mass-media no cesa de favorecer

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