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Control Ecológico de Malezas y

Enfermedades del Suelo

Autor: Dr. Ricardo Hugo Lira-Saldivar1


Centro de Investigación en Química Aplicada (CIQA-CONACYT)
Saltillo, Coahuila, México.

Introducción
A inicios delo siglo XXI, la agricultura moderna sustentable o ecológica que representa “La Nueva
Revolución Verde” está muy alejada de los sistemas naturales, ya que con la implementación de
monocultivos a nivel intensivo y extensivo se han provocado varios problemas, principalmente la pérdida
de la fertilidad natural de los suelos, y el incremento de la resistencia por microorganismos patogénicos,
y plagas especializadas.

El uso excesivo de agroquímico sintéticos sin la adecuada asistencia técnica, en lugar de resolver los
problemas, ha provocado graves daños a la productividad agrícola, a humanos y ecosistemas. Por eso es
necesario usar opciones menos dañinas y amigables con el entorno, que utilicen la radiación solar, los
metabolitos secundarios de las plantas, y que se aprovechen las defensas naturales de los organismos,
para poder mejorar las técnicas tradicionales de manejo de los cultivos, tanto en campo abierto, como en
condiciones de agricultura protegida.

El crecimiento de la población mundial y por consecuencia, el aumento en la demanda alimenticia, originó


hace más de 50 años la “Revolución Verde” promovida por el Dr. Norman E. Borlaug, la cual tenía como
única prioridad incrementar la producción de alimentos, basada en el uso intensivo agua, fertilizantes y
pesticidas sintéticos. Durante este período se pudo apreciar a nivel global un cambio extraordinario en la
tecnología agropecuaria usada, e indudablemente un aumento en la producción de alimentos. Pero al
mismo tiempo, también empezaron a aparecer los efectos negativos no previstos, ya que para poder
aumentar la producción había que incrementar notablemente la aplicación de insumos agrícolas,
especialmente de productos sintéticos.

Ese uso excesivo de materiales inorgánicos ha tenido un efecto adverso y contaminante en los sistemas
agroecológicos, incluyendo suelos, agua de arroyos y ríos. También se ha provocado un aumento de
insectos-plagas y enfermedades; por lo tanto, es apremiante implementar técnicas sustentables y
amigables con el ambiente para el manejo racional de plagas y enfermedades, así como para mejorar la
fertilidad natural del suelo (Lira-Saldivar et al., 2003a).
La solarización y biofumigación del suelo, representan opciones tecnológicas que han sido validadas en
numerosas regiones del mundo para controlar malezas y patógenos del suelo, así como para mejorar la
fertilidad del suelo de manera sustentable, y sin causar un impacto adverso en los agro ecosistemas. Por
lo tanto, aquí de manera resumida se presentan los fundamentos y evidencias científicas reportadas por
numerosos investigadores de todo el mundo, sobre las bondades de la solarización y biofumigación, como
tecnologías de bajo o nulo impacto ambiental para ser implementadas en sistemas modernos de
producción agrícola.

Antecedentes
La necesidad de incrementar la eficiencia en las medidas fitosanitarias empleadas actualmente en la
producción agrícola ha originado el desarrollo de técnicas que permiten la utilización de fuentes primarias
de energía. Estas fuentes como la energía solar, pueden ser utilizadas de manera práctica en ciertas
latitudes y en condiciones climáticas adecuadas para impactar negativamente el ambiente óptimo de la
población de hongos, malezas, nematodos, etc., y de este modo evitar y/o regular el aumento de su
población (Lira-Saldivar et al., 2013).

Antes de que hubiera una disponibilidad general de plaguicidas a fines de la década de 1940, la
desinfestación del suelo por medio del calor, el vapor o el agua caliente era una práctica usada desde
hacía muchos años y bien conocida para controlar las plagas del suelo. La elevación de la temperatura del
suelo hasta 60°C por medio de la inyección de vapor durante 30 minutos ha sido una recomendación
común entre los métodos usados para el control de las plagas del suelo (Barakat, 2003).

La solarización del suelo es un término que se refiere a la desinfestación del suelo por medio del calor
generado de la energía solar capturada o un proceso hidrotérmico que tiene lugar en el suelo húmedo el
cual es cubierto por una película plástica y expuesto a la luz solar durante los meses más cálidos. Este
proceso abarca un complejo de cambios físicos, químicos y biológicos del mismo, asociados con el
calentamiento solar y tiene valor como una alternativa al uso de agroquímicos tradicionales que
eventualmente serán retirados del uso agrícola (Lira-Saldivar et al., 2003).

Experimentos pioneros con la solarización del suelo en el Cáucaso; reportan un control efectivo de
organismos patogénicos del suelo capturando energía solar bajo parcelas frías sujetas a la luz solar directa
antes de la siembra, por períodos suficientes para elevar hasta 40-60°C la temperatura de la capa superior
del suelo (hasta una profundidad de 10 cm); así se logró obtener el control de la pudrición negra de las
raíces de las plántulas de tabaco causada por el hongo Thielaviopsis basicola (Pullman, 1981).
Además de desinfectar el suelo, la solarización reduce o elimina la necesidad de fumigantes. La
solarización no deja ningún residuo tóxico, aumenta los niveles de elementos minerales disponibles en
los suelos (Lira-Saldivar et al., 2003b)); materia orgánica soluble y aumenta la diversidad microbiana.
Cambia la microflora del suelo a favor de los organismos benéficos, conserva el agua, y puede servir como
acolchado durante el ciclo de crecimiento cuando la película de plástico es colocada en bandas
(Mauromicale et al., 2010).

Cuando se comenzaron a usar las coberturas de plástico el polietileno (PE) fue considerado ideal para el
calentamiento solar en razón de que es básicamente transparente a la radiación solar (280-2500 nm)
extendiéndose hasta el extremo infrarrojo, pero menos transparente a la radiación terrestre (5000-35000
nm) reduciendo el escape de calor del suelo. El PE es un derivado petroquímico y su costo está
directamente relacionado con su espesor. Las películas de PE han sido usadas con buenos resultados en
la solarización del suelo.

La eficacia de la solarización del suelo depende de la dosis termal producida por la radiación solar, la
temperatura y el tiempo de exposición, así como la sensibilidad térmica de los organismos, y de las
características químicas, físicas, y biológicas del suelo, incluyendo el contenido de agua (Pinkerton et al.,
2002). Sin embargo, la solarización no controla todos los patógenos del suelo. En áreas con clima templado
la solarización se puede utilizar conjuntamente con otros métodos de control biológico para proporcionar
un efecto mortal o subletal (Barros et al., 2004), sustituyendo eficazmente al peligroso fumigante bromuro
de metilo (BM).

Se sabe que la solarización afecta no sólo patógenos presentes en el suelo, sino también muchos otros
organismos y factores abióticos que afectan indirectamente el desarrollo y el crecimiento de las plantas
(Lira-Saldivar et al., 2003b). Además, los efectos de la solarización en la producción y la economía agrícola
se pueden influenciar por muchos factores, haciendo la validación en campo un paso imprescindible antes
de formular una recomendación con respecto a la solarización del suelo.

Principios de la Solarización de Suelos


El principal objetivo de ésta técnica biofísica es disminuir el banco de semillas de malezas existente en el
suelo, así como reducir o controlar nemátodos, hongos, bacterias e insectos fitopatógenos; lo anterior
con la finalidad de evitar o minimizar el efecto adverso de las plagas del suelo, así como incrementar los
rendimientos y la calidad de los productos cosechados con un bajo impacto ambiental (Lira-Saldivar et al.,
2004). Además, los propósitos de esta técnica de desinfección de suelos son los de aprovechar la energía
solar para incrementar la temperatura del suelo.
De acuerdo con lo señalado por Mauromicale et al. (2005), la cubierta del suelo con PE es hasta el
momento el método más apropiado para hacer esto creando lo que se ha denominado “efecto
invernadero” (Figura 1). El concepto “solarización de suelos” significa calentar el suelo que previamente
se ha humedecido y que ha sido cubierto con un acolchado plástico. En la actualidad el acolchado más
comúnmente usado para éste propósito es PE transparente.

Figura 1. La solarización se basa en el “efecto invernadero”, ya que la


radiación solar penetra fácilmente la película de plástico transparente
o de otro color, pero la radiación de una longitud onda más larga
emitida por el suelo, no puede pasar a través del acolchado creando
en su interior el calentamiento del suelo y su efecto letal en el banco
de semillas y los microorganismos fitopatógenos.

Durante la solarización la radiación solar recibida penetra a través de la película plástica y es absorbida
por el suelo, la mayor parte de esta radiación posteriormente es convertida en calor. Dado que todos los
objetos por encima del cero absoluto emiten calor, tanto la cantidad como la calidad de la energía radiante
emitida por el suelo dependen de la temperatura del mismo. Por lo tanto, la radiación solar puede
fácilmente penetrar la cobertura de PE pero la radiación emitida por el suelo (normalmente a una longitud
de onda más larga) no puede pasar a través de esa cobertura. Consecuentemente, la mayor parte de esa
radiación será retenida debajo de la película de PE. Durante este proceso la temperatura del suelo podría
elevarse a niveles letales para muchos de los organismos del suelo, incluyendo patógenos de las plantas
y malezas (Lira-Saldivar et al., 2005).
El término solarización tiene varios significados, en el sentido estricto de la palabra, la solarización se
refiere a un cambio químico en el vidrio causado por radiación solar o la radiación ultravioleta (UV), la
cual causa una reacción fotoquímica que resulta en una disminución en la transmisión UV en adición a un
notable cambio en el color. En fisiología vegetal la solarización se refiere al daño causado a los sistemas
fotosintéticos debido a una exposición prolongada del follaje o dosel de la planta por la radiación solar
muy intensa.

De los muchos términos usados desde 1976, por ejemplo: calentamiento solar del suelo, acolchado con
películas de PE, pasteurización solar y desinfección solar, se ha preferido el término solarización de suelos,
el cual fue introducido por la Sociedad Americana de Fitopatología debido a que es ampliamente aceptado
y conciso. Adicionalmente la solarización implica un proceso activo de calentamiento solar del suelo, en
lugar del usual calentamiento solar pasivo de un suelo expuesto a los rayos del sol (Ibarra-Jiménez et al,
2012).

Futuras tecnologías podrán proveer más adelante diferentes materiales para acolchar u otras
herramientas para capturar la energía solar para la protección de los cultivos. El uso de material plástico
aplicado por aspersión, en lugar de acolchados plásticos pudiera revolucionar la solarización del suelo,
resultados alentadores en este sentido han sido reportados en California. Recientemente en Brasil se
desarrolló un colector solar muy eficiente para la desinfección de pequeños volúmenes de substrato para
la producción de plántulas. Un día de tratamiento, comparado con los 20 o 40 días necesarios en una
solarización convencional, fue suficiente para controlar Sclerotium rolfsii, Sclerotinia sclerotiorum,
Fusarium solani, F. phaseoli y Pyhtium aphanidermatum (Katan, 1981).

Control de Malezas Anuales y Perennes


Un amplio espectro de semillas y plantas de malezas anuales y perennes son controladas por la
solarización. Diversos investigadores han encontrado que la sensibilidad de las malezas es variable y
depende de la estructura de su semilla o estado y profundidad de crecimiento. Mientras que algunas
especies de malezas son muy sensibles a la solarización del suelo (mesófitas), otras especies de plantas
son tolerantes, o bien, moderadamente resistentes (termofílicas) a las altas temperaturas del suelo; por
lo tanto, requieren condiciones óptimas para su control con la solarización; esto implica tener una buena
humedad del suelo durante la solarización; que el acolchado plástico transparente o de color esté bien
colocado y pegado al suelo, y que siempre haya una alta radiación solar.

Las malezas anuales de invierno parecen ser específicamente sensibles a la solarización; el control de este
tipo de malezas es frecuentemente evidente en parcelas no solarizadas, en comparación con el suelo de
tratamientos donde sí ha sido solarizado (Figura 2A). La solarización de suelos es especialmente eficaz
para controlar malezas en cultivos sembrados en otoño como cebollas, ajo, zanahoria, brócoli y otras
brasicaceas.
El trébol dulce blanco (Melilothus alba) es una de las pocas malezas anuales de invierno que es poco
controlada con solarización. Aún y cuando las malezas anuales de verano son menos sensibles que las
anuales de invierno, la mayoría de las anuales son relativamente fáciles de controlar con la solarización.
En cambio la maleza de invierno conocida como verdolaga (Portulaca oleracea) es fácilmente controlada
(Figura 2B) con las altas temperaturas del suelo alcanzadas con la solarización (Lira-Saldivar et al., 2003a).

Figura 2. (A) Crecimiento de malezas en un suelo sin solarizar (izquierda) y camas


de siembra sin malezas (derecha) en suelo solarizado durante ocho semanas. (B)
La maleza de invierno conocida B) como verdolaga (Portulaca oleracea), muy
común en suelos agrícolas es fácilmente controlada con la solarización.

La solarización del suelo es un método preventivo para eliminar las malezas y reducir así su emergencia.
Los suelos cultivables poseen mayores cantidades de semillas que los menos cultivados; mientras más
disturbado esté el suelo por las actividades agrícolas, mayor será la susceptibilidad a las especies
invasoras. Todas las semillas están habilitadas para permanecer vivas en el suelo durante muchos años o
temporadas largas.

Las semillas de malezas más resistentes requieren para su control una humedad óptima, un ajuste
perfecto del plástico sobre la superficie del suelo y una alta radiación por más de 40 días (Lira-Saldivar et
al., 2013). En muchos sistemas agrícolas de todo el mundo la competencia de las malezas es uno de los
principales factores que reducen el rendimiento de los cultivos y las ganancias de los agricultores. En los
países en desarrollo, los herbicidas difícilmente están accesibles a un bajo precio, por lo tanto, los
agricultores deben emplear métodos alternativos para el manejo de las malezas.

La solarización del suelo es un método preventivo para eliminar las malezas y reducir así su emergencia.
Los suelos cultivables poseen mayores cantidades de semillas que los menos cultivados; mientras más
disturbado esté el suelo por las actividades agrícolas, mayor será la susceptibilidad a las especies
invasoras. Todas las semillas están habilitadas para permanecer vivas en el suelo durante muchos años o
temporadas largas.
Semillas de malezas como zacate bermuda
(Cynodon dactylon), zacate Johnson (Sorghum
halepense) y la enredadera (Convolvulus arvensis)
son bien controladas con la solarización. Los
rizomas de los zacates bermuda y Johnson pueden
ser controlados por la solarización si no están
enterrados muy profundo. La solarización por sí
misma no es efectiva para el control de rizomas de
la enredadera (Convolvulus arvensis). El Coquillo
(Cyperus esculentus) solo es controlado
parcialmente por la solarización del suelo (Figura
3). El coquillo púrpura (Cyperus rotundus) no es
significativamente afectado; por el contrario, en Figura 3. La maleza conocida como coquillo
algunas ocasiones una pobre solarización ha (Cyperus esculentus) puede perforar la película
promovido el crecimiento del coquillo púrpura, ya de polietileno transparente usada para solarizar,
que esta especie es termotolerante (Lira-Saldivar ya que esta maleza tolera altas temperaturas.
et al., 2003a).

El período de manejo más crítico en relación con el desarrollo de un cultivo agrícola, es durante el
desarrollo inicial de las plantas; ya que en este período es necesario mantenerlas completamente libres
de malezas para evitar reducciones en la formación de biomasa, así como en su crecimiento. Una práctica
relativamente poco estudiada para eliminar malezas es la solarización con polietileno negro, el cual que
impide la emergencia de la mayoría de las especies al proveer una barrera física opaca que reduce
significativamente el paso de la radiación solar; esto permite generar temperaturas altas que disminuyen
la germinación y brotación de malezas (Sahile et al., 2005).

Esta técnica es aceptada por la IFOAM para controlar la presencia de malezas y algunos patógenos en
cultivos orgánicos. Por lo tanto, el PE negro usado comúnmente como acolchado, también ayuda a
controlar pasivamente la vegetación y de esta manera reduce la necesidad del empleo de otros métodos,
además, conserva la humedad del suelo y mejora la eficiencia en el uso del agua de riego (Ibarra-Jiménez
et al., 2012).
La Solarización Como Alternativa Ecológica
La solarización como alternativa al uso del bromuro de metilo y otras opciones no químicas y químicas ha
sido considerado como una manera ecológica y sustentable de desinfectar y proteger los cultivos
agrícolas, debido a que el BM ha sido el producto químico que tradicionalmente se ha utilizado
comercialmente para la desinfección de suelos en la agricultura intensiva debido a sus propiedades como
gas fumigante de alta eficacia y rápida actuación en el control de enfermedades de origen edáfico y otras,
mostrando un amplio espectro de efectividad frente a los patógenos.

Sin embargo, el BM no se retiene en su


totalidad en el suelo, sino que entre el 50 al
95% pasa en forma de emisiones gaseosas a
la estratosfera, donde se liberan átomos de
bromo que reaccionan con el ozono y otras
moléculas estables que contienen cloro,
dando lugar a una reacción en cadena que
contribuye a la disminución de la capa de
ozono (Figura 4), incrementando la emisión
de los rayos ultravioleta. Además, una de las
principales desventajas del BM radica en su
muy alta toxicidad, reduciendo la
biodiversidad del suelo y provocando
problemas de fitotoxicidad y contaminación
ambiental (Johnson y Mullinx, 2007).
Figura 4. La destrucción de la capa de ozono en la Antártida
Conclusiones ha causado un gran daño, formando el “agujero en la capa
Frente a los retos del siglo XXI y las de ozono”. Este agujero alcanzó los 25 millones de km 2 una
oportunidades que presenta “La nueva superficie equivalente a la que existe en los países de
Revolución Verde”, para mejorar el manejo Canadá, Estados Unidos, México y Centroamérica.
(http://it.geocities.com/allfonsit/ozone/ozone_hole.jpg).
de los cultivos agrícolas de una manera más
amigable con el ambiente, el control de malezas y microorganismos fitopatógenos, la solarización de
suelos con acolchado plástico transparente y la biofumigación mediante la incorporación de materia
orgánica de diversas especies, y en especial de las basicáceas que liberan isotiocianatos de azufre, logran
eliminar una gran cantidad de la carga patogénica, resultan ser prácticas adecuadas y prometedoras para
el Control Ecológico de Malezas y Enfermedades del Suelo. Por otro lado, La rentabilidad de la solarización
es otro de los factores a tener en cuenta, cuando se trata de producción agrícola con fines comerciales.
Entre las oportunidades que brinda esta práctica se encuentran: La solarización permite poner solución al
problema de plagas y malezas de forma natural, sin la disposición de recursos económicos en herbicidas.
Es ideal para el mercado orgánico. Por ello, su práctica permite ampliar el mercado. Incrementa la
fertilidad y tiempo de productividad de los suelos. De esta manera, afecta positivamente la calidad de los
productos y su valor; además estimula el crecimiento de las plantas y por tanto reduce el tiempo de
producción y cosecha.

1
El autor de este artículo -Dr. Ricardo Hugo Lira Saldivar-, Ingeniero agrónomo con Doctorado en Ciencias
en Ecología por la Universidad de California, Davis, impartirá las conferencias “Control Ecológico de
Malezas y Enfermedades del Suelo” y “Uso de Biofertilizantes en la Agricultura Ecológica” en el primer
Congreso Nacional de Agricultura Orgánica Aplicada, a realizarse en la Casa del Agrónomo, Ciudad de
México los días 05 y 06 de agosto del 2017.

Cita correcta de este artículo


Lira, S. R. H. 2017. Control Ecológico de Malezas y Enfermedades del Suelo. Serie Agricultura Orgánica
Núm. 15. Artículos Técnicos de INTAGRI. México. 9 p.

Literatura citada
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