EL EJE

Probablemente, el eje sea el medio más elemental que existe para

organizar formas y espacios arquitectónicos. Se trata de una línea recta
que une dos puntos en el espacio y a través de la cual se pueden situar,
más o menos “regularmente”, formas y espacios arquitectónicos.

El eje, aunque sea imaginario e invisible, ES UN ELEMENTO CON PODER,

DOMINANTE Y REGULADOR, QUE IMPLICA SIMETRIA PERO EXIGE
EQUILIBRIO. Por ello se puede decir que, una distribución concreta de
elementos en torno a un eje explicitará si la potencia visual de la
organización axial es sutil o predominante, ligeramente estructurada o
formal, o si es variada o monótona.

- Un eje, dado que es esencialmente lineal, posee las características

de longitud y dirección, así también, a medida que avance su
recorrido nos mostrara diferentes perspectivas.
- Se sabe que un eje, por su misma definición, puede concluirse en
cualquiera de los extremos.
- Para reforzar la noción de eje, podemos establecer límites a lo largo
de su recorrido. Estos límites, principalmente, pueden ser las
alineaciones de la planta baja, o también, unos planos verticales
definidores de un espacio lineal coincidente con el eje.
- Un eje también puede quedar fijado gracias a la distribución
simétrica de elementos formas y espacios.
Los elementos terminales de un eje valen tanto para enviar como para recibir el empuje visual.
Estos elementos pueden ser cualquiera de los siguientes:

 Puntos en el espacio
marcados por elementos
lineales verticales o
formas constructivas
centralizadas.
 Planos verticales, como la
fachada simétrica de un
edificio, a los que
preceden espacios
abiertos.
 Espacios definidos
convenientemente que,
por lo general, son
centralizadas o tienen
una forma regular.
 Los pasos que, al abrirse
al exterior, apuntan a un
paisaje o a una vista
lejana.

Las alas del Palacio Uffizi de Florencia, Italia (1560, Giorgio Vasari) enmarcan el espacio axial
que lleva desde el río Arno, a través del arco Uffizi, a la Plaza della Signoria y al Palacio Vecchio
(1298-1314, Arnolfo di Cambio).