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la sostenibilidad es un tema que adquiere gran importancia cuando se

habla del sector automotriz, pues a medida que la población va creciendo


hay cierto incremento en su producción, lo cual implica un mayor
consumo de materias como: vidrio, plástico, gasolina, acero, combustible,
diésel u otro tipo de combustible, generando impacto en el medio
ambiente. Pero existen diferentes alternativas para reducirlo, por
ejemplo, la evolución que ha tenido la tecnología ha permitido la
fabricación de vehículos más amigables con el medio ambiente y así
darle mayor prioridad a su relación con el entorno.

Según un informe realizado por Sectorial, este sector se enfrenta a un


proceso de transformación irreversible donde se busca que la energía
encargada de la movilidad de los vehículos pase de ser derivada de
combustibles fósiles a energías limpias. La razón está en los altos niveles
de contaminación que se registran en importantes centros urbanos del
mundo. Por ello, se ha ido comprometiendo con un futuro ecológico
implementando soluciones como: Materiales livianos, mejores
combustibles, vehículos eléctricos, carros híbridos, materiales
reciclables, entre otros.

Por ejemplo, los vehículos híbridos y eléctricos han empezado a ganar


peso dentro del comercio mundial. Colombia ha ingresado en esta
iniciativa para evitar los problemas de polución en algunas ciudades.
El combustible ecológico gana terreno en las legislaciones de los países más industrializados con normativas
que prevén que los autobuses de servicio público utilicen combustible ecológico.

En los laboratorios europeos se prueba la eficacia de la biomasa y el bioetanol, dado que el combustible
obtenido tiene un origen vegetal, el CO2 emitido por el tubo de escape es igual al CO2 absorbido durante el
crecimiento de las plantas.

En el futuro inmediato será modificado el concepto de la producción agrícola, base de la alimentación, para
competir por un mercado energético, peligrosamente más rentable que el de cosechar para alimentar. Sería
dramático tener escasez de granos para comer, porque los productores prefieran venderlo a las empresas
encargadas de la elaboración del bioetanol.

Las bases cambian. Algunas empresas líderes reparan en los desafíos de los nuevos tiempos.

¿Qué tal un vehículo que funciona con combustible renovable derivado de la remolacha, los cereales o la
madera? Desde 2001, Ford lleva vendiendo con mucho éxito el Focus Flexi-Fuel en Suecia y a la fecha
representa el 80% de todos los vehículos Focus vendidos.

De acuerdo con las características técnicas proporcionadas por Ford, el vehículo con motor 1.81 funciona con
gasolina, bioetanol o con una mezcla de los dos, ofrece una reducción del 70% en las emisiones de dióxido de
carbono comparado con el modelo de gasolina.

La Asociación Powertrain (APS) publicó un estudio sobre los treinta vehículos más ecológicos en el mercado
destacando a Volkswagen, Honda, Toyota y Ford.

Según APS, los modelos con mejor puntuación y por lo tanto, los más limpios con el medioambiente, son:
Toyota Prius (89 sobre 100), el Honda Civic IMA (83 sobre 100) y el Opel Signum (79 sobre 100), empatado
en resultados con el Toyota Avensis 2.0 D.

A COLACIÓN
La ciencia y la tecnología están caminando muy de la mano de la sustentabilidad y la aplicación del concepto
de inteligencia para dar una mayor funcionalidad a las cosas que nos rodean.

También hay una preocupación cada vez más real y honesta de parte de los fabricantes por diseñar vehículos
menos contaminantes y coadyuvar a que el ser humano reduzca su huella ecológica.

Los combustibles fósiles no son óbice para la transformación de la industria automotriz, aunque demorará
tiempo para ser totalmente factible. Además, ¿qué hacer con todo el parqué de millones y millones de
vehículos contaminantes que circulan todos los días por todo el planeta tierra?

Una cosa son las nuevas líneas de producción automotriz ecológica, y otra los vehículos que forman parte del
trasiego humano.

Menudo acertijo. Por lo pronto, lamentablemente el cambio climático obra contra la propia raza humana y en
países como China los altísimos niveles de contaminación obligan a sus habitantes a llevar mascarillas.

Hasta los diseñadores de ropa orientales hacen pingües ganancias con mascarillas a juego del color y
estampado de la vestimenta tanto de hombres como de mujeres.

Contaminar menos debería ser una obligación deliberada por el propio ser humano aunque, sin duda, aquí la
mano del gobierno y las políticas públicas cobran mucho sentido. Sobre todo cuando ejercen su lado
coercitivo y las multas hacen valer la ley.

Por ejemplo, en el caso de la Ciudad de México, el programa Hoy No Circula fue ampliado para incluir a los
vehículos con más de 15 años para que éstos dejen de circular todos los sábados del mes y un día a la
semana.

Por su parte en Madrid, España, el gobierno municipal anunció que será restringido el tráfico con medidas
como la prohibición de circular alternativamente a vehículos con matriculas pares o impares en caso de que
se dispare la contaminación por dióxido de nitrógeno (N02).

El protocolo aprobado es de "medidas para episodios de alta contaminación que además incluye actuaciones
de promoción del transporte público y acciones informativas".

Aunque Madrid no ha padecido nunca una alerta por contaminación de lo que se trata ahora es de prevenir la
concentración de NO2 y también contar con un lineamiento de actuación cuando los niveles se disparen.

Si bien cada gobierno en la medida de sus posibilidades aplica una reacción a toda acción, al menos en este
renglón que mencionamos, la circulación de vehículos y la emisión de contaminación no podemos señalar que
sea del todo suficiente.

Somos demasiados seres humanos y demasiado parqué vehicular. El capitalismo industrial le ha facilitado la
vida a las personas en materia de transporte, pero lamentablemente ha tenido costos colaterales.

Sabemos que la industria automotriz tiene un importante impacto ambiental, no solo porque los
autos contaminan al hacer la combustión de la gasolina, también utilizan mucha energía y agua
en su producción.

Sin embargo, los ciudadanos requieren de un transporte seguro y propio, por lo que empresas
como Ford se han dado a la tarea de buscar la manera de producir autos disminuyendo su
impacto al ambiente.
En su 15° Reporte Anual de Sustentabilidad,
Ford explica que en 2013 consumieron 30% menos de agua por vehículo comparado con 2009,
resultado que ha llevado a que la empresa se pusiera la meta de reducir el uso del agua otro 2%
en 2014 y así fijar nuevas metas a largo plazo.
Pero no piensan quedarse ahí, Ford también integrará a sus colaboradores para que se unan a
los esfuerzos por reducir el consumo de agua.
Próximamente la compañía comenzará a solicitar a sus proveedores altamente consumidores de
agua, y a aquellos que trabajan en regiones con escasez de agua, que reporten voluntariamente
su consumo de líquido vital. La intención es que estas exitosas iniciativas sean replicadas por
otros de manera global, ayudando así a reducir significativamente la huella ambiental.

Planta de Estampado y Ensamblado en Cuautitlán


Esta planta que existe desde 1964 se ubica en una zona que padece de suministro de agua y
para 1990 el gobierno local de Cuautitlán reconoció que la demanda de agua estaba superando
el abastecimiento y comenzó a limitar su uso, imponiendo así permisos más estrictos.

Ante este panorama y desde entonces, Ford ha implementado diversos cambios como la
instalación de tuberías para agua potable destinadas exclusivamente para consumo humano, el
reciclaje del resto del agua utilizada en la planta, la sustitución del asfalto común por concreto
ecológico, que permite que el agua de lluvia sea absorbida por el subsuelo.
¿El resultado? Una reducción cercana al 58% en el consumo de agua por vehículo producido en
la Planta de Estampado y Ensamble de Cuautitlán entre 2000 y 2013.

Indicadores Ambientales
En el contexto actual del país, de complejidad e interrelaciones, se destaca la necesidad e
importancia de contar con indicadores ambientales; que muestra la situación ambiental del
país y su vinculación con los aspectos económicos, sociales e institucionales. El medio
ambiente del país, hoy exige una aplicación cada vez más eficiente y eficaz de la

información ambiental.
Los indicadores ambientales permiten describir y analizar un aspecto significativo del
estado del ambiente, la sustentabilidad de los recursos naturales y su relación con las
actividades humanas; presenta información científicamente sustentada sobre las
condiciones y tendencias ambientales.

El sector cuenta con indicadores ambientales principalmente en temas de agua, aire,


residuos sólidos, cambio climático, salud ambiental y de gestión ambiental. Asimismo,
cuenta con indicadores de desarrollo sostenible; esto en concordancia a los principales
acuerdos y compromisos ambientales de orden nacional, regional e internacional.

Los indicadores ambientales constituyen una herramienta para informar sobre el estado del
medio ambiente, evaluar el desempeño de políticas, programas y proyectos ambientales.
La importancia de los indicadores ambientales contribuye a que los principales actores y
tomadores de decisiones, implementen medidas y acciones oportunas en la gestión
ambiental en el ámbito nacional, regional y local.

ESTADÍSTICAS DEL ESTUDIO DE DESEMPEÑO AMBIENTAL 2003-2013


Los activos naturales del pais, enfrentan diferentes desafíos, y las acciones del Estado
están orientadas a aprovecharlos de manera eficiente y responsable. Las variaciones y
cambios que presenta el medio ambiente, afectan las condiciones de vida de la población;
y también a las diferentes actividades productivas, económicas y sociales.

Las estadisticas de desempeño ambiental; es información elaborada en base al Estudio de


Desempeño Ambiental-ESDA 2003-2013; es una herramienta de apoyo a la gestión
ambiental del pais; sirve para la identificación, formulación y evaluación de las políticas,
programas, proyectos, actividades y acciones ambientales.

De igual manera, pretende constituirse de gran utilidad para los tomadores de decisiones
en la gestión ambiental del nivel nacional, regional y local.

Los indicadores ambientales: definición, evolución y aplicaciones

Los indicadores ambientales surgieron como respuesta a la creciente preocupación social por los
aspectos ambientales del desarrollo económico y social, y entroncan con la dilatada experiencia
existente en el campo de los indicadores socioeconómicos.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, la OCDE, un indicador es "un
parámetro, o el valor resultante de un conjunto de parámetros, que ofrece información sobre un
fenómeno, y que posee un significado más amplio que el estrictamente asociado a la configuración del
parámetro". La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) considera que un indicador es un "valor
observado representativo de un fenómeno determinado. En general, los indicadores cuantifican la
información mediante la agregación de múltiples y diferentes datos. La información resultante se
encuentra pues sintetizada. En resumen, los indicadores simplifican una información que puede ayudar
a revelar fenómenos complejos".

En la publicación de la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental del Ministerio de Medio


Ambiente, titulada Indicadores Ambientales. Una propuesta para España, un indicador ambiental es
definido como "una variable que ha sido socialmente dotada de un significado añadido al derivado de su
propia configuración científica, con el fin de reflejar de forma sintética una preocupación social con
respecto al medio ambiente e insertarla coherentemente en el proceso de toma de decisiones".

Así pues, un indicador ambiental es una variable que, mediante la síntesis de la información ambiental,
pretende reflejar el estado del medio ambiente, o de algún aspecto de él, en un momento y en un
espacio determinados, y que por ello adquiere gran valor como herramienta en los procesos de
evaluación y de toma de decisiones políticas sobre los problemas ambientales. Un indicador ambiental
debe por lo tanto cumplir una serie de requisitos fundamentales:

- Ser científicamente válido, estar basado en un buen conocimiento del sistema descrito.
- Ser representativo del conjunto.
- Ser sensible a los cambios que se produzcan en medio o en las actividades humanas relacionadas con
él.
- Estar basado en datos fiables y de buena calidad.
- Ofrecer información relevante para el usuario, además de simple y clara para facilitar la comprensión
de la misma por parte del usuario no especializado.
- Ser predictivo, de manera que pueda alertar sobre una evolución negativa.
- Ser comparable.
- Presentar un buen equilibrio coste-efectividad.

Los indicadores dependen de la noción de medio ambiente que se adopte; ésta se encuentra
frecuentemente asociada a la noción de problema y por ello los indicadores tienden a evaluar la
situación de los principales problemas ambientales. También se desarrollan con frecuencia indicadores
según el ámbito de aplicación, fundamentalmente los dirigidos a la evaluación de los resultados de las
políticas ambientales y aquellos referidos a la integración de los aspectos ambientales en las políticas
económicas y sectoriales. Los indicadores siguen diferentes marcos organizativos, que pueden ser
causales, temáticos, sectoriales, ecosistémicos. Estos marcos no son en absoluto excluyentes, y de
hecho se cruzan frecuentemente.

Seguidamente se analiza el ciclo de vida de un automóvil, con la finalidad de detectar los


impactos medioambientales que se producen en cada una de las etapas del mismo.
Los impactos y las consideraciones medioambientales que se derivan de la obtención y
tratamiento de recursos naturales que sirven de entrada para el material del automóvil
incluyen el consumo de recursos (material y energía). Además, se consumen grandes
cantidades de energía en el calentamiento, enfriamiento/refrigeración, y producción de
millones de toneladas de acero, aluminio, plástico y vidrio. Procesar estos materiales
implica la utilización de una variedad de metales pesados, compuestos químicos tóxicos y
disolventes clorados.
En la fase de fabricación, junto a las operaciones de pintado y recubrimiento, están las
operaciones de fundición de metal, que son la principales operaciones donde se originan
emisiones atmosféricas. Aproximadamente, el 56% de todas las emisiones son causadas
por las operaciones de pintado y recubrimiento. La mayoría de las corrientes de residuos
sólidos generadas en una planta de montaje de automóviles son lodos resultantes del
tratamiento de aguas residuales, residuos de aceite, basura de la planta, y desechos de
componentes metálicos.
La fase de uso de un automóvil es responsable, aproximadamente, del 80% del consumo de
energía primaria total del ciclo de vida de un automóvil. La mayoría de las emisiones de
CO2 y CO son liberadas durante el uso del mismo. La emisión de COV (compuestos
orgánicos volátiles) durante el uso de un automóvil (p.e. gases de escape y evaporación de
combustible) es mayor que la generada en cualquier otra etapa del ciclo de vida.
El segundo proceso que más contribuye a las emisiones de COV es el pintado de un
automóvil, lo que ocurre no sólo durante su fabricación sino durante su reparación y
mantenimiento.
Además, el consumo de recursos cuando un vehículo circula, la infraestructura necesaria
(carreteras, autopistas, estacionamientos, estaciones de servicio, etc.) y las operaciones de
mantenimiento y servicio, contribuyen significativamente a los efectos medioambientales
del uso de un automóvil.
Los impactos ambientales en la etapa de retiro consisten en residuos generados durante
diferentes procesos de desmantelamiento y eliminación de los vehículos desechados, así
como del consumo de energía empleado en estas actividades. El impacto es fuertemente
dependiente de la composición del material de los vehículos.

CONCLUSIONES.
Una vez analizados los principales impactos medioambientales de los automóviles, la
legislación aplicable, y las estrategias de mejora disponibles, es posible destacar las
siguientes consideraciones: o Las etapas del ciclo de vida que mayor impacto generan en la
actualidad en el medio ambiente son, por este orden, uso, obtención y tratamiento de
materias primas, y retiro. o La legislación que actualmente resulta de aplicación al sector
del automóvil está muy orientada a controlar y restringir los impactos que se producen en
las etapas anteriormente citadas, pero la tendencia de los últimos años ha sido endurecer
los requisitos relativos al fin de vida de los automóviles. o Para solucionar los problemas
ambientales que producen los automóviles es posible hacer dos planteamientos. Por un
lado seguir investigando en el desarrollo de tecnologías más eficientes y de menor impacto
(fundamentalmente para la fase de uso), y por otro lado abordar el problema desde el punto
de vista del diseño, reduciendo el consumo de recursos y favoreciendo su reciclado
(fundamentalmente para las fases de fabricación y retiro).
INTRODUCCIÓN.
El conocimiento de las herramientas y enfoques de la gestión del ciclo de vida está
creciendo entre las industrias europeas y americanas del automóvil. Esto ha originado la
proliferación de estudios y proyectos encaminados a analizar los impactos del ciclo de
vida de diferentes materiales, procesos, y productos en el mencionado sector.
Un breve análisis del ciclo de vida del automóvil permite comprobar cuáles son los
principales elementos del medio ambiente afectados por el sector [Keoleian et al, 1997].
Una visión clásica de las etapas del ciclo de vida de un automóvil es la que se muestra
en la figura

La mejora continua orientada a la optimización en la utilización de los recursos debe


comenzar en el diseño de un nuevo modelo de vehículo los diseñadores deben emplear las
siguientes estrategias:
− Reducir las mezclas de materiales.
− Emplear técnicas de unión que sean compatibles en el proceso posterior de reciclado.
− Facilitar el desmontaje, y la posterior limpieza (descontaminación) de las partes
desensambladas.
− Facilitar el acceso a las piezas de alto valor.
− Marcar e identificar los componentes, para simplificar su posterior clasificación.
− Promover los mercados de materiales reciclados.
Pero estos aspectos se ven frenados, en ocasiones, por la necesidad de asegurar una calidad
y/o fiabilidad a los componentes, que puede exigir la utilización de mezclas de materiales,
así como el problema de resistencia y durabilidad que puede suponer el utilizar sistemas de
fácil desmontaje, o los problemas de reparabilidad que puede conllevar la mayor o menor
accesibilidad de los componentes.
En la fase de obtención y tratamiento de materias primas los fabricantes de automóviles
tienen sólo una influencia indirecta sobre los impactos presentados durante la extracción y
procesamiento de las materias primas. Sin embargo, el impacto del uso de materiales puede
ser reducido usando menos cantidad o materiales más ligeros, eligiendo materiales con
bajo impacto en el medio ambiente, usando recursos reciclables y
renovables y reduciendo la complejidad de la construcción. El análisis del ciclo de vida
(ACV) puede ser usado como una herramienta de decisión para elegir los materiales que
generan el mínimo impacto durante su ciclo de vida.
En la fase de producción la labor se centra en minimizar los residuos (sobre todo en lo que
se refiere a ciertos metales pesados), reducir el consumo energético y reducir las emisiones
de compuestos orgánicos volátiles.
Durante la fase de uso las estrategias a implantar se pueden diferenciar según se analice el
uso propio del automóvil (emisiones de CO2, menor peso, menor consumo de
combustible, etc.) o el mantenimiento que se realiza al mismo (minimización del impacto
ambiental del taller de reparación: gestión de los aceites usados, empleo de pinturas con
base acuosa, materiales alternativos a los disolventes orgánicos, etc.)

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