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(23-09-2006) -
Aquellos deportistas o personas que realizan ejercicio físico y defienden que
antes, durante o después del esfuerzo físico no debe aportar líquidos pueden y
deben guardar dicha teoría en el baúl de los recuerdos. No sólo es necesario
hidratarse sino hacerlo de una forma adecuada tanto desde el punto de vista de
cantidad como de calidad.
Una pérdida de agua por encima del 4% del peso corporal (3.2 kg. en una
persona de 80 kg.) altera sensiblemente el rendimiento y la potencia aeróbica
máxima; si la pérdida llega al 6% (4,8 kg. en una persona de 80 kg.) se pueden
presentar calambres musculares, debilidad e imposibilidad para continuar en la
actividad física. En casos extremos se puede llegar al colapso circulatorio y al
fallecimiento.
En tercer lugar, nos encontramos con las bebidas isotónicas que, por otro lado,
son las más adecuadas. En este caso el intestino procede directamente a su
absorción y el restablecimiento del nivel hídrico en el organismo es inmediato.
Esto se consigue, por un lado, con el aporte de una pequeña cantidad de sodio
combinado con un 6 a 7% de carbohidratos que lleva, como hemos dicho, a
una rápida y completa reposición de líquidos y una mejora en el rendimiento
durante el ejercicio.
Beber entre 250-500 ml. dos horas o más antes de iniciar la actividad deportiva
como hacerlo en mismo pero en menor cuantía antes del ejercicio con el fin de
hidratar y proporcionar carbohidratos en cantidad suficiente.
Beber durante la actividad física, por lo menos, entre 125 a 250 ml. cada 15-20
minutos (en cantidades pequeñas para http://www.rincondeldo.com - Rincon del
DO Diseño por BlackCat Generado: 13 November, 2007, 02:26 favorecer la
tolerancia y una adecuada absorción) con la finalidad de mantener los niveles
de líquidos corporales.
Esto tampoco es impedimento para realizar una adecuada alimentación per-
competitiva en el caso de que la actividad deportiva lo requiera por ser esta
prolongada Y, por último, beber después del ejercicio, entre 250 a 500 ml.,
inmediatamente después o próximo a la finalización del mismo para
restablecer, de este modo, las pérdidas hídricas y reponer los depósitos de
glucógeno hepáticos y muscular deplecionados.
http://www.efdeportes.com/efd66/hidrat.htm
El estado de hipoxia
Alteración del sistema nervioso
La Hipoxia
El hombre, que carece de medios por los cuales poder almacenar oxígeno,
necesita un aporte constante y apropiado de él para mantener su metabolismo.
El cerebro, el sistema nervioso y los órganos sensoriales (sistema nervioso
central) son particularmente sensibles a la falta de oxígeno (hipoxia).
Ya incluso en altitudes tan bajas como los 4.000 pies (1.200 m), la visión
nocturna empieza a fallar y se hace cada vez más difícil distinguir objetos poco
iluminados de la cabina, en el aire y en la tierra. A 8.000 pies (2.400 m) la
acuidad mental se reduce, en tanto que en altitudes por encima de los 10.000
pies (3.000 m) la disminución de la facultad de raciocinio se hace aparente a
cualquier observador.