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Teoría Cuántica y Gnosis (1/2): ¿Qué podemos conocer?

Al hilo de las reflexiones de Rafael López Guerrero insertas ayer en el Blog (ver la
entrada Reflexiones de un humilde científico más), se publica un texto, remitido porIgnacio
Darnaude y escrito por Cesar Mudanca, en el que se examina la interacción entre la moderna
Teoría Física Cuántica y la ancestral Gnosis.

Dada su extensión, se divide en dos entradas, la que se inserta hoy y otra que se publicará
mañana:

+Teoría Cuántica y Gnosis (1/2): ¿Qué podemos conocer?

+Teoría Cuántica y Gnosis (2/2): Consciencia Cuántica y Liberación Consciente

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1. Reflexiones desde la Teoría Cuántica de la Física

A medida que la ciencia avanza, la humanidad va encontrando mayores respuestas al misterio


de la creación, un reencuentro entre lo espiritual y lo material, tal como por ejemplo se viene
dando a las aplicaciones de la teoría cuántica de la física a diversos campos del conocimiento,
como en psicología, fisiología, biología, y epistemología.

Se podría decir que los descubrimientos en física cuántica han revolucionado ampliamente la
comprensión acerca del hombre y el mundo, como lo describe la película documental ¿Y tú que
sabes? de gran acogida aen el mundo entero.

Para comprender estos planteamientos, debemos retroceder a la evolución de la física, en un


recuento que nos acerque a los postulados de hoy partiendo desde el descubrimiento del átomo
hasta llegar al quantum.

El descubrimiento del átomo


Tal vez los primeros en sugerir la existencia del átomo fueron Leucipo y Demócrito
pertenecientes a la escuela filosófica del atomismo en la Grecia antigua (siglo V a.C), cuando
afirmaron que la materia está compuesta por pequeñas masas duras que se combinan en
multiplicidad de formas con diferentes consistencias y cualidades a las que llamaron átomos
(término que significa indivisible). Su concepción del átomo era, de pequeñas partículas
indestructibles e impenetrables (porque no contenían vacío), que se mueven constantemente,
combinándose para determinar las propiedades de la materia. Es por eso que ambos son
considerados los padres de la primera teoría atómica de la materia.

Las leyes de Newton

En los siglos XVIII y XIX, la mecánica newtoniana o clásica parecía proporcionar una descripción
totalmente precisa de los movimientos de los cuerpos, como por ejemplo el movimiento
planetario. La mecánica de Newton sugería que Dios creó el mundo en consonancia con un plan
personificado en las leyes naturales. Sin embargo, a finales del siglo XIX y principios del XX,
ciertos resultados experimentales introdujeron dudas sobre si la teoría newtoniana era
completa.

Según las nuevas observaciones acerca del comportamiento del átomo, que se esperaban,
confirmarían las leyes de Newton, estas solo se aplicaban a los cuerpos celestes, no así a los
átomos aislados. Los científicos reconocían la imposibilidad de elaborar una teoría de la acción
molecular que englobara distintos fenómenos de la física, como la termodinámica, la radiación y
la electricidad, tal como se entendían entonces.

Otro enigma para los físicos era la coexistencia de dos teorías de la luz: la teoría corpuscular, que
explica la luz como una corriente de partículas, y la teoría ondulatoria, que considera la luz como
ondas electromagnéticas. Un tercer problema era la ausencia de una base molecular para la
termodinámica.

2. La mecánica cuántica

El primer avance que llevó a la solución de aquellas dificultades fue la introducción por parte del
físico alemán Max Planck (1.900) de la teoría cuántica, basada en la utilización del concepto de
unidad quántica para describir las propiedades dinámicas de las partículas subatómicas y las
interacciones entre la materia y la radiación. Planck postuló así que la materia solo puede
absorber o emitir energía en pequeñas unidades llamadas cuantos.

Otra contribución fundamental al desarrollo de la teoría fue el principio de incertidumbre


formulado por el físico alemán Werner Heisenber en 1.927 y que afirma que no es posible
especificar con exactitud simultáneamente la posición y el movimiento lineal de una partícula
subatómica. En otras palabras, los físicos no pueden medir la posición de una partícula sin
causar una perturbación en la velocidad de dicha partícula. Se dice que el conocimiento de la
posición y de la velocidad son complementarios, es decir, que no pueden ser precisos al mismo
tiempo.
La mecánica cuántica describe el átomo exclusivamente a través de interpretaciones
matemáticas de los fenómenos observados. Con este fin, Planck desarrolló un análisis
matemático conocido como mecánica de matrices que consistió en emplear no una ecuación
diferencial si no una matriz infinita, formada por infinitas filas compuestas a su vez de un
número infinito de cantidades. La mecánica de matrices introdujo las matrices infinitas para
representar la posición y el momento lineal en el interior de un átomo.

A partir de estos descubrimientos, surgieron grandes interrogantes: ¿Es caprichosa la conducta


del átomo? ¿Si es así, entonces el átomo y por tanto, la naturaleza no están sujetos a ley alguna?
Si no es posible determinar con precisión justamente la posición y el momento de una partícula
¿Cómo determinar el curso de la naturaleza?

La materia no siempre es lo que hemos creído que es, algo sólido y estático. En el átomo existen
varios estados posibles que no se funden continuamente el uno en el otro, si no que están
separados por pequeños espacios finitos. Un átomo puede saltar de uno de estos estados al
otro, y puede ejecutar varios saltos diferentes. En la actualidad no se conocen leyes para saber
cual de los saltos posibles tendrá lugar en una ocasión determinada, y se sugiere que el átomo
no está sujeto a ninguna ley en este particular y que posee lo que podría llamarse por analogía:
“libre albedrío”. No se sabe aún con certeza si existen leyes que rigen la conducta de los átomos
aislados, o si la conducta de tales átomos depende en parte del azar.

Esto podría explicar la diversidad en la uniformidad, por Ej. Que las cebras todas tienen rayas
diferentes o la inexplicable formación casual de dunas en el desierto, siempre cambiantes.

En otras palabras, se pasó del determinismo científico del pasado, a la idea del libre albedrío a
un universo con unas leyes lo suficientemente amplias para permitir la transformación de la
materia y su manifestación en infinitad de posibilidades.

Desde 1.925 no se han encontrado deficiencias fundamentales en la mecánica cuántica, la cual


resolvió las grandes dificultades que preocupaban a los físicos del siglo XX y los nuevos campos
de la física se han apoyado firmemente en ella.

Albert Einstein entregó avances importantes a la teoría cuántica y afirmó que ésta al igual que la
teoría newtoniana y la ley de la relatividad general, también experimentará cambios profundos
en el futuro.

La mecánica cuántica está en la base de los intentos actuales de explicar la interacción nuclear
fuerte y desarrollar una teoría unificada para todas las fuerzas fundamentales de la naturaleza
(teoría del campo unificado).

Los físicos teóricos como el británico Stephen Hawking siguen haciendo esfuerzos para
desarrollar un sistema que englobe tanto la relatividad como la mecánica cuántica, es decir, una
teoría cuántica de la relatividad entre las cuales existen diferencias teóricas.

3. El Libre Albedrío
El determinismo se basó en el campo de posibilidades que las matemáticas fijaban. Estas
proceden de la operación binaria (racional) de nuestra mente. Desde el punto de vista de la
mecánica cuántica, este campo limitado matemáticamente a un número determinado de
posibilidades, se rompe para dar paso a un campo infinito de posibilidades.

La física y la astronomía clásicas describían un universo matemáticamente ordenado y con unas


leyes estrictas que le daban un orden, dentro del cual, el ser humano no podía hacer nada
distinto de ajustarse a ellas.

Con los nuevos descubrimientos, se cambió el enfoque determinista por el libre albedrío. Los
seres vivos, incluido el hombre, están regidos por las mismas leyes que rigen la física, lo
suficientemente amplias para permitirle actuar con libertad.

Eddington en su libro “La naturaleza del mundo”, planteó que la mente puede decidir a los
átomos del cerebro a realizar una u otra de las transiciones posibles de las partículas en un
momento dado, produciendo resultados en gran escala conforme a su voluntad, de esta manera
la marcha del mundo físico está expuesta a ser alterada por las voliciones de los seres humanos.

Esto le devuelve al hombre la posibilidad de determinar los sucesos. Cuando la “volición”


traspasa los límites de las leyes naturales, ocurren prodigios, algo que explicaría los llamados
“milagros” o el uso de facultades extrasensoriales.

El V.M Samael Aum Weor, describe el átomo como compuesto por materia, energía y
autoconciencia, es lo que aún no descubren los teóricos de la física cuántica y que explica el
movimiento autónomo de las partículas.

Las tres energías básicas del universo (positiva, negativa y neutra) están presentes en el micro y
el macro-cosmos. En el átomo, son el protón, neutrón y electrón.

4. ¿Qué podemos conocer?

A partir de estos postulados, muchos paradigmas usados por las ciencias sociales y naturales,
sufren un cambio trascendental

La teoría cuántica nos mueve el piso en todo aquello que hemos creído.

El problema del conocimiento (filosofía), de la constitución de la materia, (física) de las actitudes


humanas (psicología) e incluso nuestra concepción de Dios (Religión) se amplía a nuevos
horizontes.

La historia, como nos la han enseñado ha estado equivocada.

La materia no es lo que hemos creído que es, las cosas están hechas de partículas que en su
mayor parte tienen vacío.
Un átomo es como un bip de información, aparece y desaparece de la existencia, en un cambio
constante.

Todo está compuesto por energía y vibración, una partícula es una onda extendida de
posibilidades que puede estar en diferentes partes y luego caer en la elegida.

Los átomos no son cosas, son "tendencias",

Lo que llamamos real, es una proyección holográfica como muchas otras que existen y que
desconocemos.

Estamos en un gran Iceberg del cual solo vemos la punta.

Le hemos otorgado una propiedad al tiempo para convertirlo en una serie de sucesos lineales,
olvidando que la interacción y superposición de fenómenos es posible. Si el tiempo no es una
sucesión lineal de hechos y nuestra conciencia puede plegar el fluir de sucesos de tal manera
que podamos superponer fenómenos, entonces ocurre lo que los Mayas denominaron un Deja-
Vu, el instante en que es posible traspasar las barreras espacio-temporales al ingresar a otras
coordenadas.

¿Qué es la realidad que percibimos? ¿Es tan rea?... y el sujeto que la percibe, ¿cómo la percibe?
¿dónde está la verdad?

El problema de la relación sujeto-objeto cambia. Si las cosas están integradas por hazes,
(vibraciones, ondas energéticas emitidas por partículas subatómicas) entonces aquello que
conozco como yo (el observador), también lo es, un haz de percepción que percibe otros haces
….. y que integra como "la realidad", (para él), el limitado mundo que hay a su alrededor.

Creamos los efectos de la realidad todo el tiempo, cada cual afecta el mundo exterior de
acuerdo a sus condicionamientos o en el mejor de los casos conforme a su voluntad.

Percibimos la realidad como es por el prisma que elegimos, las fibras luminosas de nuestro
cuerpo astral, que se alinean en una posición que permiten darle consistencia al mundo exterior,
ubicándose en un punto específico.

Al mover esas fibras (durante el sueño, los estados febriles, los estados alterados de conciencia,
mediante el uso de enteógenos, los trances extáticos u otras formas de alterar la realidad), se
mueve el punto y las fibras se enfocan a otras realidades o mundos paralelos, que podemos
confundir como delirio, sueño, alucinación, etcétera, pero no por ello menos reales que el
mundo físico.

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