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Interlocución y argumentación (Grupo 1)

Parcial 1.1

Cuando hablamos de la comunicación social normalmente no se tiene claro si se está hablando de una
disciplina, un objeto de estudio o una metodología. Solemos pensar que el comunicador es el que se
dedica a diseñar los comerciales y las pautas publicitarias, el presentador de un noticiero o el
organizador de eventos sociales. Algunas veces, llegamos a pensar que el comunicador es alguien que
nunca fue bueno en matemáticas o una persona incapaz de desempeñarse en un área importante del
conocimiento y por ello se ve obligado a estudiar comunicación social. Sin embargo, a diferencia del
imaginario predominante, la comunicación social es un área de conocimiento bastamente amplio que
abarca desde la publicidad o la organización interna de una empresa hasta el periodismo investigativo o
la edición de libros. Pero el lector se preguntará: ¿Qué tiene que ver la metodología, la construcción de
conocimiento y la comunicación como objeto de estudio con los campos de conocimiento en la
comunicación social? Y si el campo de conocimiento de la comunicación social es tan amplio ¿Qué es
lo que constituye al editor, al periodista (o periodista radial), al realizador audiovisual, al comunicador
organizacional y al publicista como comunicadores sociales?

Las preguntas son amplias, profundas y se encuentran estrechamente entrelazadas, así que intentaremos
responderlas de la manera más directa y concisa. Primero hay que definir qué es metodología,
construcción del conocimiento y objeto de estudio. Luego, estableceremos los elementos únicos que
caracterizan al comunicador social; y por último, identificar la relación entre los términos definidos en
la primera parte y los elementos únicos que caracterizan al comunicador.

Miguel S. Valles (1999) cita a los antropólogos Guba y Lincoln que dicen que la investigación social –
de hecho cualquier tipo de investigación- debe construirse teniendo en cuenta tres elementos primarios,
esto es, tres supuestos o principios. Primero: la naturaleza de la realidad investigada que vendría siendo
el supuesto ontológico; segundo: el conocimiento previo que se tiene acerca de esa realidad, esto es, el
supuesto epistemológico; y por último, el cómo podemos obtener más conocimiento de esa realidad el
cual es el supuesto metodológico (Valles; 1999). De estos tres, el primero y el último nos sirven para
comprender qué es una metodología, qué es y la importancia de la construcción de conocimiento y
cómo abordar la comunicación social como objeto de estudio.

En primera instancia, cabe aclarar que cualquier tipo de investigación se construye a partir de estos tres
principios, sin embargo nos referiremos a la investigación social porque, tal como su nombre lo dice, la
comunicación social se enmarca dentro de un fenómeno social, esto es, un fenómeno cuyo constructo
se halla en el seno de las interacciones humanas y no en la naturaleza. Tal como dijimos anteriormente,
la metodología es la técnica que utilizamos para conocer acerca del fenómeno estudiado. En nuestro
caso, el fenómeno de estudio vendría siendo la comunicación social, es decir, en palabras de Jesús
Martín Barbero (1987), los nuevos dispositivos de comunicación que median entre la realidad y la
realidad social. Ya comprendemos qué es una metodología y para qué sirve y también, qué es un objeto
de estudio y por qué lo es, lo que no entendemos es por qué es importante estudiar la comunicación
social en la actualidad.
Los nuevos dispositivos mediáticos son la base de la globalización y el intercambio cultural, son los
que elaboran el universo simbólico popular, protagonizan las dinámicas sociales y construyen la
realidad social, es decir, son el fenómeno social por excelencia de la actualidad (Rincón; 2003). Si
existen razones para estudiar los medios y su efecto en la vida social, a mi juicio, son todas las
anteriormente mencionadas. Por ello, si queremos intentar aproximarnos a comprender lo que está
pasando hoy en día a nivel mundial es imprescindible comprender las dinámicas mediáticas de los
dispositivos de comunicación.

Volviendo a los tres supuestos fundamentales en una investigación, hay que tener en cuenta que
nuestro objeto de estudio modifica el primer principio, es decir, la naturaleza de la realidad investigada.
Las nuevas tecnologías mediáticas y las telecomunicaciones rompieron la relación natural entre
espacio-tiempo-distancia-realidad y junto a ello, la manera de estar en el mundo y de ser de una
sociedad, esto es, su constructo ontológico. Ahora la realidad no se vive únicamente en las relaciones
subjetivas cara a cara entre personas que habitan un mismo espacio físico en un momento determinado,
sino también en un espacio abstracto que rompe la relación espacio-tiempo, donde no es necesario estar
en un espacio físico y donde se puede ser cualquiera (Bauman; 2007). Como dice Jerónimo León
Rivera Betancur: El investigador de la comunicación es, en ocasiones, el que mira a aquel que ya ha
mirado y esto hace especialmente compleja su labor como analista, puesto que nuestro punto de vista
puede ser mediado por uno o más intermediarios (Rivera Betancur; 2010, P.2).
Esto describe claramente la complejidad del constructo ontológico y metodológico de nuestro
fenómeno social, es por ello que el investigador de los medios debe ser una persona con ciertas
sensibilidades y cierto ingenio a la hora de analizar los medios.

Ahora que hemos esclarecido las definiciones y funciones de metodología, construcción del
conocimiento y objeto de estudio y su relación con la comunicación social podemos proseguir a
responder a la pregunta: ¿Qué constituye a un comunicador social? Tal vez se me objetará que por qué
pienso que hay algo que constituye al comunicador social ¿Acaso es posible que esté pensando que la
comunicación social es una disciplina? Exactamente, pero entonces ¿Qué es lo que constituye una
disciplina? Lo que constituye una disciplina es su objeto de estudio. Por ejemplo: la química es una
disciplina porque estudia la interacción de las partículas y sus componentes químicos; la antropología
también lo es porque estudia los rasgos micro políticos de una comunidad, sus relaciones internas y su
construcción de la realidad por medio de un entramado complejo de códigos y símbolos que le dan
sentido a su organización social, su vida cotidiana y sus relaciones personales; la misma lógica se
aplica para la física, la biología, la sociología, la psicología, etc.

No obstante, como todos sabemos, todas esas disciplinas tienen años de investigaciones y de estudios y
se constituyeron como disciplinas hace mucho tiempo. Por su lado, la comunicación no. Entonces
¿Cómo es posible que la comunicación sea una disciplina? Volviendo al ejemplo de la química y la
antropología, estas disciplinas se empezaron a formar por una necesidad humana de comprender ciertos
fenómenos. En el caso de la química, por la necesidad de encontrar nuevas curas a enfermedades,
nuevos materiales para construir nuevas tecnologías, armas etc. y por ello se empieza a estudiar cómo
se compone la naturaleza, entonces se descubre la molécula y se desarrollan nuevas tecnologías para
poder manipular moléculas y ver las reacciones de sus interacciones y hoy en día es una disciplina tan
avanzada que podemos extraer de plantas ciertos componentes que pueden ayudar a curar desde una
úlcera hasta un dolor de cabeza.

Sin embargo, el objeto de estudio de la comunicación social surge mucho más tarde que el de cualquier
ciencia, incluso que el de las jóvenes ciencias sociales, y comienza a tener verdadera relevancia
muchísimo después de su surgimiento. Es hoy en día que las telecomunicaciones y los dispositivos de
comunicación han tomado protagonismo en el seno de la vida social y -tal como dice Rivera Betancur-
la pelea ya no es si la comunicación social es una disciplina o no sino cómo construimos metodologías
aptas para analizar los medios masivos y las nuevas tecnologías (Rivera Betancur; 2010). Es aquí
donde entra el ingenio del comunicador, él construye a partir de la psicología, la administración, la
antropología, la semiótica y la sociología sus propias metodologías (Rivera Betancur; 2010).

De igual manera, vale la pena recordar que las fronteras entre disciplinas y la delimitación entre objetos
de estudio se están disolviendo poco a poco. Tal es la propuesta de los estudios culturales que plantean
el bricolaje entre metodologías sin importar de qué disciplina provengan (Johnson et.al; 2004). El
objeto de esta propuesta es crear nuevas técnicas que puedan rendir cuenta, de una manera más
compleja, de sus objetos de estudio y su realidad, ya que la realidad social es un constructo complejo
que está supeditado a una multiplicidad de agentes sociales, a diferencia de lo que planteaban en un
principio las corrientes positivistas.

Asimismo, vemos que las dinámicas sociales que producen los medios y los nuevos dispositivos son
también objeto de estudio de los estudios culturales (Johnson et.al; 2004). Por consiguiente, los medios
son el objeto de estudio de los sociólogos y antropólogos y hasta de los historiadores se podría decir,
puesto que los medios son la nueva manera en que construimos y documentamos la historia. En este
orden de ideas, el comunicador se codea con el antropólogo, el sociólogo y el historiador y se vale de
sus métodos de investigación –con el fin de crear los suyos- y así construir conocimiento acerca de los
medios.

Si volvemos a la pregunta ¿Qué es lo que constituye a un comunicador social? Vemos que su objeto de
estudio es aquello que constituye su razón de ser mas no es algo único de su disciplina. Aunque no sea
la razón de ser de otras disciplinas, sí es parte de su objeto de estudio debido a la cualidad de los
medios de comunicación y sus efectos. Como dijimos anteriormente, los medios hacen parte del
complejo entramado cultural y los intercambios culturales transnacionales; como la antropología se
encarga del estudio de la cultura los medios hacen parte de su objeto de estudio mas no son el eje del
mismo. De la misma manera pasa con la sociología y la historia. Por lo tanto, seguimos sin poder
definir con claridad qué es lo que constituye al comunicador social.

No obstante, el reto que enfrenta el comunicador es aún mayor. Como dijimos anteriormente, la
importancia de los medios ha llegado en momentos donde todo está en constante cambio y los límites
entre disciplinas en las ciencias sociales se están diluyendo. Por otro lado, los grandes poderes
económicos – como dice Kapuscinski- han degradado el oficio del periodista (Kapuscinski; 2003).
Ahora la noticia es un producto que se debe vender y como tal debe ser construida igual que se
construye cualquier producto, esto es, de manera masiva. Entonces las noticias ya no son construidas
por un periodista distinguido que pone su nombre y su carrera en medio de la misma, ahora son un
montón de anónimos que construyen industrialmente la noticia, es decir, ahora el periodista es un
técnico de la comunicación.

Kapuscinski explica este fenómeno desde su profesión y su experiencia en los medios como periodista.
Sin embargo, este fenómeno se puede generalizar a los demás campos de la comunicación social, lo
cual explica la degradación y la imagen que tiene el comunicador como una especie de “buen
mediocre”. En esta misma línea, el editor de libros André Schiffrin (2005) relata su experiencia en las
editoriales francesas y explica cómo el oficio del editor fue degradado por los intereses económicos y el
monopolio de los grandes empresarios al igual que la calidad del contenido de los libros en las grandes
casas editoriales.
De esta manera, vemos cómo el oficio del comunicador social ha sido reducido al de técnico de las
comunicaciones al servicio de los intereses económicos. Por consiguiente y en última instancia, si hay
algo que pueda constituir al comunicador social, es que es un investigador crítico de los medios que se
vale de otras disciplinas para construir sus propias metodologías y aproximarse a su objeto de estudio,
siempre consciente del constructo ontológico bajo el cual se construye este último. Asimismo, con sus
investigaciones, busca elaborar contenidos diversos, constructivos y heterogéneos para todos, algo
parecido a lo que dice Kapuscinski (2003) que el periodista construye la noticia con y para la gente.

Bibliografía

 Rincón, Omar; ¿Por qué investigar los medios? En: Comunicación, cultura y globalización.
Pereira, JM y Villadiego, M. Editorial Javeriana. Bogotá, 2003 (pp. 245-253).
 Bauman, Zygmunt (2011); Vida de consumo; Fondo de cultura económica, México D.F
 Martín Barbero (1987), Jesús; De los medios a las mediaciones; G Gili ediciones; México D.F.
 Schiffrin, André (2005); El control de la palabra; Trad. Canales Claudia; Biblioteca Era,
México D.F.
 Kapuscinski, Ryszard (2005); Los cinco sentidos del periodista; Fondo de cultura económica;
México D.F.
 Johnson, Richard et al. (2004); The Practice of Cultural Studies. Sage; London.
 Rivera-Betancur, Jerónimo León; Metodologías de análisis de la comunicación. Universidad de
La Sabana, Colombia. Palabra Clave, vol. 13, núm. 2, diciembre, 2010 (pp. 213-214).

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