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Tributacion
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Desde el punto de vista fiscal, la Ley 35/2006, de 28 de noviembre, del Impuesto sobre
la Renta de las Personas Físicas y de modificación parcial de las leyes de los Impuestos
sobre Sociedades, sobre la Renta de no Residentes y sobre el Patrimonio (en adelante
LIRPF), en su artículo 17, considera rendimientos íntegros del trabajo todas las
contraprestaciones o utilidades, cualquiera que sea su denominación o naturaleza,
dinerarias o en especie, que deriven, directa o indirectamente, del trabajo personal o
de la relación laboral o estatutaria y no tengan el carácter de rendimientos de
actividades económicas. Entre dichos rendimientos se incluyen las remuneraciones en
concepto de gastos de representación.
Por otro lado, el Real Decreto Legislativo 4/2004, de 5 de marzo, por el que se aprueba
el texto refundido de la Ley del Impuesto sobre Sociedades (en adelante LIS), considera
este tipo de gastos deducibles siempre y cuando se encuentren comprendidos en
alguno de los siguientes casos:
7. 1. Los efectuados por la empresa con el objeto de ser representada fuera de sus
oficinas, locales o establecimientos.
10. Para efecto del límite a la deducción por gastos de representación propios del
giro del negocio, se considerará los ingresos brutos menos las devoluciones,
bonificaciones, descuentos y demás conceptos de naturaleza similar que
respondan a la costumbre de la plaza.
11. La deducción de los gastos que no excedan del límite a que alude el párrafo
anterior, procederá en la medida en que aquéllos se encuentren acreditados
fehacientemente mediante comprobantes de pago que den derecho a sustentar
costo o gasto y siempre que pueda demostrarse su relación de causalidad con
las rentas gravadas.
13. Bajo este escenario apreciamos que si el gasto no resulta deducible a partir de
un determinado mes antes de finalizar el ejercicio, el contribuyente deberá
repararlo, debiendo adicionar el exceso como una diferencia de tipo
permanente en la Declaración Jurada Anual del Impuesto a la Renta, sobre la
cual tributará el 30%.
14. En este punto se puede presentar un problema con la utilización del IGV como
crédito fiscal respecto a los comprobantes que sustenten la adquisición de los
bienes que han sido entregados por concepto de gastos de representación. Al
revisar lo señalado por el numeral 10 del artículo 6º del Reglamento de la Ley
del IGV se precisa que los gastos de representación propios del giro o negocio,
otorgarán derecho a crédito fiscal, en la parte que, en conjunto, no excedan del
medio por ciento (0.5%) de los ingresos brutos acumulados en el año calendario
hasta el mes en que corresponda aplicarlos, con un límite máximo de cuarenta
(40) UIT acumulables durante un año calendario.
15. Así, si al verificar que se han superado los límites, ya no se podrá utilizar ni el
gasto ni el IGV. Solo que en el caso del IGV la deducción del crédito fiscal va de
la mano con el gasto. Por ejemplo, si un determinado contribuyente cumple los
límites hasta el mes de agosto, las adquisiciones de bienes destinadas a ser
entregadas como gasto de representación por los meses de setiembre, octubre,
noviembre y diciembre ya no son aceptadas como tal y por ende se estaría
incumpliendo el requisito señalado en el literal a) del artículo 18º de la Ley del
IGV, lo cual implicaría que se debería reparar también el crédito fiscal de esas
adquisiciones, habiéndose configurado la comisión de la infracción señalada en
el numeral 1 del artículo 178º del Código Tributario, por haber utilizado un
crédito fiscal sin tener derecho a ello, aparte del pago del IGV que no se
canceló.
16. En tal sentido, recomendamos hacer una revisión tanto de los límites señalados
en las normas del Impuesto a la Renta como del IGV con la finalidad de evitar
contingencias con el fisco con respecto a los gastos de representación.
Muchos de estos gastos, como las comidas y cenas con clientes, tienen un proceso
similar al de los gastos de viajes: el gasto suele correr en un primer momento a cuenta
del empleado y posteriormente le es reembolsado por la empresa, tras la debida
justificación del importe.
Durante las próximas semanas, iremos publicando sobre los diez problemas más
habituales en la gestión de los gastos de representación: recopilación de justificantes o
tiques, generación, seguimiento y validación de notas de gastos, implantación de
políticas de control, etc.
Debilidades