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TALLER AGORA

ANONIMO

UNIVERSIDAD DEL VALLE MELENDEZ


FACULTAD DE ARTES INTEGRADAS
LICENCIATURA EN MUSICA
CALI
2016
TALLER AGORA

ANONIMO

TRABAJO PRESENTADO A:
DOCENTE: SAYURI RAIGOZA

UNIVERSIDAD DEL VALLE MELENDEZ


FACULTAD DE ARTES INTEGRADAS
LICENCIATURA EN MUSICA
CALI
2016
Para entender el último periodo Romano: El Imperio y su transición a la edad media

hemos visto la película Ágora. Para un mejor acercamiento responderás a continuación

las siguientes preguntas.

1) ¿Qué significa la palabra “ágora”?

a) ¿Qué relación tiene esta palabra con la película?

b) ¿Dónde está el ágora en la película?

2) ¿En qué ciudad tienen lugar los acontecimientos de la película?

a) Investiga un poco sobre esa ciudad, su historia, monumentos, prácticas

culturales, etc.

3) ¿Qué instrumentos musicales de la época fueron empleados en la película?

(contextualizar de donde vienen)

4) ¿Qué estilos musicales representacionales fueron interpretados? (Contextualizar de

donde vienen)

5) Hipatia fue un personaje real. Investiga sobre su vida y aportaciones científicas y

filosóficas.

6) La biblioteca de Alejandría fue la más importante de la Historia.

a) ¿Por qué? ¿Cómo acabó destruida? Indaga en otros acontecimientos históricos

en los que se haya quemado libros. ¿Por qué sucedió?

7) ¿En Alejandría convivían varias religiones? ¿Cuáles? ¿Qué originó el conflicto entre

ellas? ¿Por qué era Hipatia una amenaza para la religión?

8) ¿Hipatia pertenecía a la filosofía neoplatónica? ¿En qué consiste? ¿Se ven rasgos del

neoplatonismo en el personaje de Hipatia?

9) ¿En qué consiste el paso del geocentrismo al heliocentrismo? Indaga en las razones

por las que la Iglesia veía el heliocentrismo peligroso para su fe.


1. El ágora tal como era entendido por los griegos clásicos es un lugar de intercambio

social entre distintas personas, necesario para el desarrollo de individuos integrales, para

potenciar éstos eventos en la ciudad –encuentro, intercambio y desarrollo-. Hoy, al

reconocer éste hecho, se convierte en fundamental pensar cuales son aquellos soportes

para el aprendizaje en la ciudad contemporánea, que logren complementar las

instituciones tradicionales, desde el espacio público y que inviten a los ciudadanos a

desarrollarse en éstos. (

2. Los acontecimientos se dieron en la ciudad de Alejandría, una ciudad fundada por

Alejandro Magno en el 331 a. C. como nueva capital de Egipto. Fue un general de

Alejandro, Ptolomeo I Soter (305-282) quien fundó la Biblioteca y el Museo en 295,

gracias al consejo de los sabios griegos Eudoxio, Demetrio de Falero, su primer director

y bibliotecario, y del propio Aristóteles (Aristóteles había sido, en la corte de Filipo II

eltutor del joven Alejandro buscando y esponsorizando la comunidad intelectual al uso

de la escuela aristotélica, lo que enfatiza la conexión y similitud entre él mismo y

Alejandro)1, de quien afirma Estrabón que enseñó a los Ptolomeos a formar su Biblioteca,

bajo la forma clásica de un gymnasium y sus anexos. Más tarde colaboró Estratón de

Lampsaco, preceptor del príncipe heredero Ptolomeo Filadelfo, que luego sucedió a

Teofrasto como escolarca del Liceo. La Biblioteca nunca fue dirigida por un egipcio, fue

una institución helenística, cuyo director, cargo de gran relevancia social, era nombrado

directamente por el rey. Parece sin embargo que el jefe titular del Museo fue al principio

un representante de la vieja jerarquía egipcia: tal vez el nombramiento tenía por objeto

evitar que los viejos sentimientos religiosos egipcios chocaran demasiado violentamente

con aquella irrupción del escepticismo científico griego (Aranzazu, p.3)


SERAPEUM DE SAQQARA O SERAPEUM DE MENFIS.

Es uno de los lugares más espectaculares el Valle del Nilo54. Son un conjunto de tumbas

monumentales, que, además, en se época final, contenía un templo dedicado al

dios-toro Apis.

TUMBAS DE PERSEFONE EN LAS CATACUMBAS DE KOM EL SHOQAFA.

Las catacumbas de Kom el Shoqafa son unos enterramientos situados en Alejandría que

datan ya de una época más tardía, del siglo II d.C. se componen de varias zonas, un

hipogeo principal al que se baja a través de una escalera de caracol, con tres niveles

subterráneos (el último de ellos inaccesible hoy en día).

FARO DE ALEJANDRIA.

Ptolomeo II concluye las obras del Faro49. Esta construcción era una de las más

espectaculares del momento. Su arquitecto fue Sóstrato de Cnido50 en la isla de Faros,

frente a la bahía de Alejandría. Situado en un extremo oriental de la isla, estaba dedicado

a los navegantes y constituía la única referencia en toda la costa egipcia. Tenemos muchas

descripciones del faro que nos permiten hacer una reconstrucción fiable del monumento.

(Claudia Gavilán, 2014, p.29-32-34)

3. Sistro: Su nombre, en egipcio, «sehem» (fuerza), claramente onomatopéyico, aludía

al ruido que hacía al ser agitado y con el cual se suponía que se ahuyentaban todos los

maleficios que pudieran acechar el crecimiento del joven dios. La presencia de esta

singular sonaja está documentada desde mediados del III milenio a.C, apareciendo

siempre asociada a las celebraciones religiosas de carácter hatórico, en los tiempos más

antiguos, o isíaco, en los más recientes, ya que Isis asumiendo la esencia de la propia

Hathor, acabó convirtiéndose no sólo en una « kourotrophos» (portadora del niño), sino

también en una «mater lactans», coronada por el disco solar y los cuernos sagrados,

además del trono, símbolo de su propio nombre, que fue su tocado original. Tambor: el
tambor fue, sobre todo, un instrumento militar, por lo que, en un principio, no solía

aparecer en las escenas de mú-sica y danza. El ejemplar más antiguo de cuantos se

conservan procede de Beni-Hassan, localidad que, como es sabido, alcanzó una gran

prosperidad y cierta independencia en el Imperio Medio. Es de forma cilíndrica, de

madera de palmera y con sus extremos cubiertos de piel bien tensada. (González Serrano,

1994, p.412). Aulós: Entre los instrumentos de viento el principal era el aulós (αὐλός),

que se remonta al s. VIII a. C. y cuya invención atribuían a la diosa Atenea, que lo arrojo

lejos de si al darse cuenta de que, al soplar, se le afeaba la cara. Era una especie de flauta

con lengüeta, que solía tener incorporada una correa de cuero, la forbeia (φορβεία), que

pasaba por los labios, rodeaba las mejillas y se ataba por detrás de la cabeza, para mitigar

el cansancio. Tenía cuatro agujeros en su tubo, que podía ser de madera o cana, y producía

un sonido dulce y penetrante, parecido al del actual oboe. Era frecuente que el flautista

(auleta) tocara dos aulós al mismo tiempo (diaulós, διαυλοί). Se usaba en la enseñanza y

en acontecimientos públicos, procesiones y banquetes, siempre al aire libre, aunque

también está documentado su uso militar para marcar el paso en la marcha de los

soldados. (Espinar Ojeda, 2011, p. 146-147).

4. Monodia Grecorromana: La monodia eclesiástica tiene su origen en las tradiciones

judías, grecorromanas y bizantinas, como música imbricada en el culto de forma

inseparable. Esta música puramente vocal es la única aceptada por los Santos Padres, que

abominan de la música instrumental del mundo antiguo que generalmente acompañaba a

la danza. Tal primitiva monodia atraviesa los siglos, y ya en el VI San Gregorio Magno

le da su unidad y la codifica; de lo que viene su denominación de "canto gregoriano". (De

Amezúa, 1994, p.2)


5. Hipatia nació y creció en Alejandría, en el seno de una familia destacada en las

ciencias, gracias a su padre, Teón. Su fecha de nacimiento todavía es motivo de

controversia entre sus biógrafos —unos señalan el 370 del calendario común, mientras

que otros, los más, lo adelantan hasta el 355–, pero sí se sabe con certeza el mes y el año

de su muerte: marzo de 415. Si se da por cierta esta fecha, tenía unos sesenta años

cuando fue asesinada. Figura destacada en la ciudad por su condición de erudita, de

mujer hermosa hasta en la madurez, Hipatia se mueve libremente por Alejandría en su

carruaje, con el manto blanco característico de los filósofos –el negro lo utilizaban,

como ahora, los sacerdotes–, frecuenta instituciones públicas y científicas en donde

inspira respeto y provoca controversia. Testigo de muchos de los sucesos de Alejandría,

conoce los problemas vitales de la ciudad, de la que es residente muy estimada, visita a

los principales funcionarios del Imperio y municipales, como Orestes, quien además de

prefecto era su discípulo y, sin proponérselo, llegará a ser figura principal en su

asesinato, como luego veremos. También, por su prestigio, llegará a ser objeto de

indignación, agresión y degradación. Además de sus excepcionales dotes personales,

Hipatia, nombre que significa “la más grande”, tuvo a su alcance para destacar todo tipo

de medios, como los hubiera tenido un hombre, y los utilizó, lo que le permitió

desarrollar su intelecto y convertirse en una científica de sólida preparación. (Ángel

Serrano, p. 23-24).

6. Sobre la célebre Biblioteca de Alejandría existen multitud de enigmas que no han sido

descifrados. La tradición fija su fundación alrededor del año 295 a.C. pero la noticia más

antigua de la Biblioteca es del siglo II a.C. y está recogida en la «Carta de Aristeas a Filócrates»

escrita por un judío en la que da una ex- l..a Biblioteca de Alejandría: pasado y [tauro 159

plicación fantástica de la primera traducción al griego de la Torá. Según Aristeas la traducción

fue una idea de Demetrio de Falera, director de la Biblioteca que expresó al rey la conveniencia

de que los libros sagrados de los judíos se incorporaran al fondo bibliográfico de la misma.
Eondo que ya había sobrepasado los 200.000 volúmenes. El rey escribió al Sumo Sacerdote de

Jerusalén, Eleazar pidiéndole que se hiciera la traducción. De ello se encargaron setenta y dos

doctores. (Seis por cada tribu de Israel) que vinieron a Alejandría para traducir al griego el

texto sagrado, obteniendo setenta versiones prodigiosamente idénticas (de ahí el nombre de

versión de los Setenta). La Biblioteca estuvo íntimamente ligada al Museo. Su fundación se

atribuye, por parte dc algunos autores, a Tolomeo Filadelfo. El reinado de este monarca fue el

momento más brillante de los Lagidas. En su educación habían intervenido hombres de gran

prestigio como el poeta Filitas, el filólogo Zenodoto y el científico Estratón. No es de extrañar

que fuese él quien culminase la obra, en pro de la ciencia y la cultura, que su padre había

iniciado, porque aunque él la convirtiese en una gran realidad, sin duda. La reunión de obras

científicas y literarias debió comenzar en tiempos del primer Lágida. La primera noticia

completa del incendio de la Biblioteca la da PlutarCo (46-120 d.C.) en «La vida de César» con

las siguientes palabras: « e propagó de las naves a la célebre Biblioteca y la consumió».

Lamentablemente Plutarco no menciona la fuente de esta noticia. Séneca (65 d.C) en «De

tranquillitate animi» hace una cita de la quema dc los libros como consecuencia de la acción

militar de César: «Cuarenta mil libros ardieron en Alejandría». Dion Casio (160-235 d.C.) en su

«Historia de Roma» describe la lucha entre el general egipcio Aquila y César y dice que muchos

lugares fueron incendiados y como consecuencia ardieron almacenes de grano y de libros

excelentes y en gran número. Amiano Marcelino (final del siglo iv d.C.) en su «Historia de

Roma», refiriéndose al Serapeion. dice que en él hubo bibliotecas de enorme valor y que

70.000 volúmenes, que habían sido reunidos por el gran interés de los ‘iblomeo. Fueron

quemados en la guerra de Alejandría cuando la ciudad fue saqueada, en tiempos de César. El

español Orosio. Ya en el siglo y, en su «Historiae adversus paganes libri septem» afirma que

ardieron 40.000 libros que accidentalmente estaban en los edificios próximos a la costa. No es

seguro pues, que el incendio afectara al palacio ni a los edificios que ocupaban el Museo y la

Biblioteca. Es probable que no ardiese ningún libro de la Biblioteca y muy posible que ardiesen
en el puerto rollos en blanco almacenados para la exportación. (Fernández Fernández, 1995,

p.158-159).

Recuperado de: http://www.tesis.uchile.cl/tesis/uchile/2005/campos_e/sources/

ESCUELAS, P. EL DESARROLLO DE LAS ARTES Y LAS CIENCIAS: LA


BIBLIOTECA DE ALEJANDRIA.

González Serrano, P. (1994). La música y la danza en el antiguo Egipto.

Gavilán Martín, C. (2014). Alejandría: El ocaso egipcio.

Ojeda, J. L. E. (2011). Una aproximación a la música griega antigua. Thamyris, nova series:

Revista de Didáctica de Cultura Clásica, Griego y Latín, (2), 141-157.

González Serrano, P. (1994). La música y la danza en el antiguo Egipto.

De Amezúa, R. G. (1995). El" boom" del canto gregoriano. Cuenta y razón, (91), 11-15.

Serrano, Á. HIPATIA DE ALEJANDRÍA AYER Y HOY. Archipielago. Revista cultural de nuestra


América, 20(74).

Fernández, C. F. (1995). La Biblioteca de Alejandría: pasado y futuro. Revista General de

Información y Documentación, 5(1), 157.

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