Análisis comparativo de las principales diferencias en
materia laboral de las Constituciones de 1979 y 1993
Con la finalidad de aclarar el tema publicamos a partir de hoy una serie de tablas comparativas que permitirán analizar el contenido y las principales diferencias en materia económica, social y política existentes entre las Constituciones de 1979 y 1993. El primer análisis comparativo que efectuaremos se centra en el ámbito laboral. Las tablas precedentes resumen el contenido y principales diferencias de ambas constituciones en cuanto al trabajo. Le rogamos hacer clic sobre ellas para ampliarlas en sendas ventanas y poder leerlas con comodidad. Pasemos ahora a sintetizar los principios, espíritu y valores de la Constitución de 1979 en materia laboral. En primer lugar, la Constitución de 1979 levanta como principio el reconocimiento del trabajo como fuente principal de la riqueza, lo cual es una tremenda mentada de madre para los millonarios neoliberales. No sólo eso: la Constitución de 1979 reconoce el derecho de los trabajadores a la estabilidad laboral. El trabajador sólo puede ser despedido por causa justa. (A estas alturas, los afortunados mistis fujimoristas comienzan a quejarse de insuficiencia respiratoria.) La Constitución de 1979 defiende también el derecho de los trabajadores a participar en la gestión, utilidades y propiedad de las empresas. (Pobrecitos los mistis patrones: tendrán que compartir la riqueza de la que se apoderan gracias, en gran parte, al sudor no pagado de los cholos baratos.) La cosa no queda allí. Si usted trabaja fuera de la jornada diaria, la Constitución de 1979 requiere que su empleador abone la correspondiente remuneración extraordinaria. (Reacción de los mistis: ¡Ya no ya, estos indios de mierda se pasaron!) Finalmente, la Constitución de 1979 ofrece garantías para los dirigentes sindicales de todo nivel. Asimismo, los sindicatos tienen derecho a crear organismos sindicales de grado superior. Estas dos últimas disposiciones, sin duda alguna, llevarán a los pendejos mistis multimillonarios a tocar inicialmente las puertas de los “organismos de inteligencia” y luego las de los milicos de alta graduación, en especial las de aquellos que demuestran avidez por reeditar su tradicional papel de perros guardianes de la oligarquía. El trabajo como fuente principal de la riqueza; estabilidad laboral; participación en las utilidades, gestión y propiedad de las empresas; remuneraciones justas y garantías sindicales. Tales los principales valores en materia laboral de la Constitución de 1979.