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■ Todo esto se adhirió al molde que la crítica suele llamar “lo divino”, entendido esto
como un “objeto” misterioso. Leer “sabré por qué” de Emily Dickinson. 153
■ La poesía mística, además, se dirige al ánima y no al animus del lector. Es decir, no
al intelecto sino a “toda la personalidad”, al “alma”, según lo creen los mismos
místicos. Leer “Habla un moribundo” de Sir Walter Reiligh (122) y “Haz una pausa”
de Clementina Arderiu.
■ Dicha vocación a privilegiar el alma se funda en la dicotomía cuerpo/alma que nace
en Platón y que hace parte del dogma cristiano.
■ Dicha comunicación con el alma se da, predominantemente, a través de símbolos y
alegorías, y no mediante el lenguaje literal. Leer fragmento del Canto I de la “Divina
Comedia”.
■ Elemento esencial y característico de toda religión el “temor” o actitud
reverencial ante algo no siempre bien determinado
Ahora bien, la idea de algo que aparece (sensible) implica la de algo que no
aparece (no sensible):
- Lo que aparece (el objeto) y es conocido (por los sentidos) se denomina
fenómeno.
- El correlato del objeto, al margen de los sentidos, se denomina <<cosa
en sí>>, noúmeno: es algo solo inteligible.
LO NUMINOSO
■ E. Kant distingue dos sentidos del concepto noúmeno: