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Música y proceso 4

millan

,v York

3, 116,

lterna-

6 pág.

Dar es

LA FORMA SONATA
Claudio Naranjo

He venido desarrollando la idea de que el por- ¿Y acaso se puede dudar que lo sea? Pocas
qué profundo de la forma sinfónica clásica veces la música estalla en tanta plenitud y
haya de encontrarse en un isomorfismo con esplendor.
un proceso de desarrollo de la conciencia, y
he tomado la Eroica de Beethoven para una El Finale de la Eroica, como muchos finales,
consideración de cómo nos habla de las es un rondó; pero un rondó muy particular en
sucesivas fases o estaciones en el proceso de el que Beethoven combina esta forma con
metamorfosis psico-espiritual o "itinerario la forma de Fena con variaciones y con la
místico".
fuga.
Después de la consideración de su primer
movimiento como una metáfora sonora de Nada menos que en otras tres obras Beetho-
una fase heroica-iluminativa y de un segundo ven ha utilizado el tema. Aparece primero en
movimiento que nos llega como la contrapar- las doce contradanzas, luego en la parte final
tida lunar del solar allegro, observamos que del ballet "Las Criaturas de Prometeo" (op
su tragi-cómico scherzo es como el comienzo 43) y al año siguiente en las "Quince varia-
de una nueva primavera tras el invierno o ciones y fuga" para piano (op. 35). F. Tam-
noche del alma. maro señala el claro sentido triunfal de la
última escena del ballet, consonante con su
Veámoslo en el caso de la Eroica. programa: Baco da a conocer a los hombres
la danza heroica, y agrega que revela aquí la
Si el scherzo de la Eroica ha sido una prima- música "el rescate del nuevo Beethoven,
vera, su marcha fúnebre un invierno y su que se dispone a forjarse un nuevo yo así
allegro el otoño del héroe ante la muerte, como el titán Prometeo (con la ayuda de
hemos de esperar que su Allegro molto final Apollo y las musas) se dispone a crear nue-
sea un verano. vos hombres".
En concordancia con la interpretación más una limitación extra-musical. Pues ¿cuán lo arquetípico del primerc
amplia de la sinfonía clásica que vengo expo- lejos ha llegado cada uno de ellos en su viaje a la evocación de un nive
niendo en este ensayo, Tammaro propone personal? Escribir unfinale que vaya más allá la experiencia en la quc
que es aquí donde se celebra verdaderamen- del primer movimiento exigiría más que penetrando lo particul;
te el "recuerdo" del gran hombre al que Beet- talento inventivo, la experiencia de otra alcanza su pleno desarro!
hoven se refiere en el título mismo que da a dimensión, un estado superior de ser. Por otra
su sinfonía: "Sinfonía eroica composta per parte, el intento de trascender lo ya expresado Para algunos, particularr
teteggiare i souvenire di un grandúomo". en movimientos anteriores sin la inspiración cos profesionales de hoy
(Un título en el que souvenire puede signi- de una transformación vivida nos resulta tenido interior de la fc
ficar tanto "acudir en socorro" como como avanzar siempre más allá pero en música en general entr:
"recuerdo"). Explica: el "recuerdo" del que un mundo plano -como en el cuasi-apoteó- opinión de que la gran n
ha puesto con la marcha fúnebre, y el soco- tico tercer movimiento de la Patética de que no comunica conten
rro del nuevo. Tchaikowsky pese a la progresión modulato- Dirán éstos que no es I
ria de su coda. (Sólo después de este movi- "estaciones" del viaje d
Entre las variaciones que constituyen el fina- meinto; en el finale, Tchaikowsky verdadera- explicarse los movimie
le de la Eroica la sexta, en particular, aquella mente entra en otra dimensión y en otra cuyos variados tempi ofi
en la que resuena de lo apoteótico más fuer- profundidad, aunque atípicamente, ya que el que interés renovado al
temente que ninguna, y el clímax expresivo contenido de su cuarto movimiento -una con-
no es aquí tanto de triunfo como de abundan- templación de la muerte- es uno que ordina- Nos explicarán que ya c
cia, gozo y profunda satisfacción. Para uno riamente sigue al allegro inicial). serie de composiciones
que en el retorno a la vida tras la experiencia te tempo y tono emocioi
de la muerte el alma hubiera progresado aquí Hemos dicho que el allegro de la sonata de forma estéticamente S¿
hasta un punto en el que el matiz victorioso cuatro movimientos corresponde a la expe- movimientos de la son2
ha quedado atrás íjunto al Abismo) y ahora se riencia de expansión propia de la fase ilumi- sarro110 de algunos de i
trata más bien de la alabanza de la completud. nativa del desarrollo espiritual, el típico ada-
Lo que oímos es una atmósfera de fiesta gio al "descenso" o noche que le sigue, y que Con el tiempo la alema
sublime, tanto terrena como universal. el scherzo es la primera fase de un retorno al clásica pasaría a const
mundo tras ese largo peregrinaje. miento de la sonata, en
Así como el viaje del chamán pasa por el movimiento, grave, es
cielo y el infierno para terminar en la tierra, sarabanda; también el
que es su punto medio, pareciera que el viaje sonatas clásicas existí
interior de Beethoven también, después de "El viaje interior de tanto que el típico II-
sus fases de expansión y contracción, viene Beethoven, después de sus evoca el tiempo de la c
a parar en el nivel humano, en una atmósfe- suite barroca.
ra de fiesta que tiene algo de vendimia, así
fases de expansión y contrac-
como de boda. ción, viene a parar en el nivel Históricamente, parec
humano". que la secuencia de 1;
Se ha observado x o n acierto- que la mayor barroca respondió má:
parte de las sinfonías tienen su centro de gra- Podemos ahora reiterar que el 4" movimiento queda de variedad, per
vedad en el primer movimiento, y que el expresa la condición "unitiva", agregando que veces descubre una fo
cuarto movimiento rara vez está a la misma ésta es una condición en la que la intuición de cha, una nube y otra c
altura que el primero. Me pregunto si esto no lo supremo se sostiene ante la vida cotidiana y tal que le sirve de insp:
es el resultado de que en su intento de dar se expresa a través de la acción. Coinciden en o menos accidental de
forma sonora al arquetipo de la transforma- el contenido de un cuarto movimiento sinfóni- sar que hayan preser
ción, los compositores se han encontrado con co pleno lo terrenal del tercer movimiento con barroco tardío una cie
iso N" 5 - 1998

Pues ¿cuán lo arquetípico del primero -como corresponde pica. Una indicación de ello son las compo-
s en su viaje a la evocación de un nivel denso y concreto de siciones de Vivaldi y otros que se propusie-
aya más allá la experiencia en la que la luz del espíritu, ron tratar a través de la sucesión de cuatro
ia más que penetrando lo particular y circunstancial, movimientos del tema de las estaciones.
:ia de otra alcanza su pleno desarrollo.
ser. Por otra Jung diría que "encarnó" el patrón cuatemario
ra expresado Para algunos, particularmente entre los músi- en la música a fines del siglo XVII, época por
inspiración cos profesionales de hoy, esta idea de un con- la cual algunos hicieron explícita en alguna
nos resulta tenido interior de la forma sonata o de la obra suya la coincidencia de cuatro especies
11á pero en música en general entra en conflicto con la musicales de la época con las estaciones.
uasi-apoteó- opinión de que la gran música es un arte puro
Patética de que no comunica contenidos extra-musicales. El patrón se perpetúa plenamente en muchas
n modulato- Dirán éstos que no es necesario invocar las sinfonías tempranas, en las cuales el heroico
: este movi- "estaciones" del viaje del "héroe solar" para allegro evoca la madurez de la vida en dra-
y verdadera- explicarse los movimientos de una sonata, mático encuentro con una resistencia (otoño);
I y en otra cuyos variados tempi ofrece descanso a la vez el movimiento lento, invernal, nos acerca a la
.e, ya que el que interés renovado al oído. muerte y el dolor de la pérdida; el minueto
to -una con- puede ser parangonado al renacer de la pri-
que ordina- Nos explicarán que ya en la suite clásica una mavera y el jinale con un verano exhuberan-
serie de composiciones musicales de diferen- te. Pero sólo en la "sinfonía romántica" -que
te tempo y tono emocional se sucedían en una comienza con la Eroica y alcanza su desarro-
la sonata de forma estéticamente satisfactoria y que los llo máximo en Brahms- se trata de las cuatro
: a la expe- movimientos de la sonata no son sino un de- estaciones en la experiencia humana de la
i fase ilumi- sarrollo de algunos de éstos. vida o más precisamente de las estaciones del
1 típico ada- Gran Viaje de la conciencia.
sigue, y que Con el tiempo la alemanda inicial de la suite
in retorno al clásica pasaría a constituir el primer movi-
miento de la sonata, en tanto que el segundo
movimiento, grave, es un eco lejano de la "Obras de arte, objetivo
sarabanda; también el minueto y trío de las comparable a los mitos:
sonatas clásicas existían ya en la suite, en
de tanto que el típico movimiento final vivo productos deliberados de
de sus evoca el tiempo de la clásica giga final de la una elevada conciencia".
!ontrac- suite barroca.
Se dice, y con clarísima razón, que Haydn fue
el nivel Históricamente, parece haber sido el caso el inventor de la sinfonía clásica. Es claro que
que la secuencia de las partes de una suite sus 108 sinfonías son el testimonio de la evo-
barroca respondió más que nada a una bús- lución de la forma sonata hasta el punto
movimiento queda de variedad, pero así como un pintor a en que Mozart y Beetlioven la comenza-
regando que veces descubre una forma feliz en una man- ron a utilizar.
intuición de cha, una nube y otra configuración acciden-
icotidiana y tal que le sirve de inspiración, en la serie más Pareciera que Haydn, al elaborar progresiva-
:oinciden en o menos accidental de la suite podemos pen- mente la nueva forma a través de sus 108 sin-
:nto sinfóni- sar que hayan presentido los músicos del fonías, hubiese sido guiado principalmente
imiento con barroco tardío una cierta coherencia arquetí- por una gran inventividad; pero me pregunto
si aún en lo que consideramos imaginación Pero otro es el caso de la Eroica, la quinta y Siempre habrá los que
formal no incide sutilmente una facultad por otras sinfornías de Beethoven, como también es un ámbito puro y qu
la que podemos reconocer iiiconscientemen- de la 9" de Shubert, y las de Brahms. Pode- nidos específicamente
te verdades universales que trascienden mos decir que algo que en la evolución de la la razón de la macrofor
nuestra experiencia. ¿Acaso comprende un forma sinfonía comenzó como una intuición carse en una evoluciói
niño los cuentos de hada de que tanto gusta? formal progresó hasta un punto en el que la no afectada por con1
¿O los comprende siquiera un adulto? Aun- forma pasó a servir plenamente de continente ni por las vivencias e
que hubo un tiempo en el que dominaba la a un contenido humano. compositores.
hipótesis Jungiana de que tales historias han
sido fruto del inconsciente colectivo, hay También el primer movimiento de la primera Para ellos puede ser vá
hoy en día motivos para pensar que cons- sinfonía de Brahms podemos decir que evoca Greenberg (del conservz
tituyen obras de arte, objetivo comparable a una plenitud de vida que se encuentra con la en el curso de su análi
los mitos: productos deliberados de una ele- muerte (y, por tanto, un "otoño") y el segun- violín de Beethoven.
vada conciencia. do movimiento es sombrío e "invernal", en que tras el rico y dramá
tanto que el scherzo nos sugiere una
Aunque el tesoro de conocimiento espiritual nueva primavera y el último movimiento
que contienen sobrepase lo que puede ser un verano apoteótico.
comprendido por una persona ordinaria, nos
interesa de una manera particular porque También podemos decir que si el primer
resuenan con el inconsciente colectivo que Claudio Naranjo es do1
movimiento es ígneo y solar, el segundo es formación analítica, p
albergamos. 0, ya he dicho: porque presen- amoroso y lunar; el tercero es aéreo, en tanto
timos la estructura de nuestro desarrollo Psicoterapia y las Tr
que el cuarto evoca una encarnación de lo Investigaciones Culturc
potencial aun antes de haberlo vivido. espiritual en lo terreno, tal como en elfinale
de la Eroica, y más aun en el de la novena de
Así, de la misma forma como se venera la fic-
ción Homérica, sin necesidad de entender en Beetlioven, con su coro. Podríamos decir,
forma consciente el simbolismo del gran alternativamente, que el allegro inicial refleja
viaje, pienso que Haydn supo apreciar la el aspecto "paterno" de la psique, el adagio el
forma musical que poco a poco fue perfec- aspecto materno y el tercer movimeinto el
cionándose a través de su extraordinario aspecto hijo, que en el cuarto movimiento se
talento combinatorio. Y así se originó el hace un hombre completo.
vehículo a través del cual Mozart, y parti-
cularmente Beethoven, habrían de expresar
un contenido viviencial plenamente vivido.
"Podemos decir que algo
Si esto es cierto de la sinfonía en general, lo que en la evolución de la
es en especial de los movimientos finales,
cuya perfección exige una plena madurez forma sinfonía comenzó
espiritual. Si bien es cierto que en el último como una intuición formal
movimiento de las sonatas de Haydn ya progresó hasta un punto
expresa un gesto de culminación (manifiesto
en el tempo mismo, que usualmente supera en en el que la forma pasó a
velocidad todo lo precedente), aun en Mozart, servir plenamente de
a pesar de su genio supremo, se trata de una
apoteosis intuida e inspirada más que de un
continente a un contenido
"fin de viaje" plenamente vivido. humano".
roica, la quinta y Siempre habrá los que piensan que la música mer movimiento sólo queremos descansar la
:n, como también es un ámbito puro y que sólo expresa conte- mente, y queriendo con ello explicar la sim-
e Brahms. Pode- nidos específicamente musicales. Para ellos plicidad de la romanza agregaba: "ya esta-
a evolución de la la razón d e la macroforma clásica ha de bus- mos satisfechos, y sólo queremos un postre
mo una intuición carse en una evolución musical autónoma, y un café".
lnto en el que la no afectada por contenidos arquetípicos
nte de continente ni por las vivencias extramusicales de los Pero Greenberg bromeaba un poco, y uno que
con~positores. lo ha oído lo suficiente sabe que no piensa
seriamente así. Como otros musicólogos de
nto de la primera Para ellos puede ser válido un comentario de hoy, es uno que comparte con muchos gran-
s decir que evoca Greenberg (del conservatorio de S. Francisco), des compositores y gran parte de su público
encuentra con la en el curso de su análisis del concierto para la noción de que la música no es tan "pura"
)ñon) y el segun- violín de Beethoven. Después de observar como se ha pretendido durante el último
e "invernal", en que tras el rico y dramático desarrollo del pri- siglo en los conservatorios.
1s sugiere una
mo movimiento

ue si el primer Claudio Naranjo es doctor en Medicina por la Universidad de Chile, psiquiatra y gestalista con
ir, el segundo es formación analítica, pionero de la Psicología Transpersonal e integrador en el campo de la
:S aéreo, en tanto Psicoterapia y las Tradiciones Espirituales. Miembro del Club Roma y del Instituto de
icarnación de lo Investigaciones Culturales de Londres.
:omo en el jinale
Ide la novena de
'odríamos decir,
y o inicial refleja
que, el adagio el
r movimeinto el
o movimiento se

que algo
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in punto
ia pasó a
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iontenido
RESUMEN

Claudio Naranjo continúa con el análisis de la Eroica de Beethoven. Tras recorrer todo el
itinerario simbólico de las sucesivas fases o estaciones en el proceso de metamorfosis psico-
espiritual, en el que interpreta el scherzo como primavera, la niarcha fúnebre como invierno
y el allegro como el otoño, el autor reseña la parte final de esta sinfonía como el verano,
apoteótico y d e explosión de vida. De esta forma, con este artículo culmina la exposición
sobre la forma sonata que viene desarrollando en anteriores ejemplares, bajo el epígrafe RejZe-
xiones en torno n la música como expresión de un proceso evolutivo.

ABSTRACT

Claudio Naranjo continues wilh the analysis of Beethoven's Eroica. After going through he
symbolic itinerary of al1 the differenl phases in t l ~ emetamorphosis of the psico-spiritual process.
in which he performs the scherzo as spring. the í'uneral march as winler and the allegro as
autumn, he author describes Lhe final par1 oí' this symphony as summer. a explosion full of
life. With this article he culminales his work an the sonata form. which he has been develop-
ping in previous issues under ~ l i eepigraph ReJ7exions on music as the expression of an evolu-
tive process.

DESCRIPTORES

Sonata, proceso. simbólico, movimiento, vida. apoleosis. viaje interior.

KEYWORDS

Sonata, process, symbolic, movement, life, apotheosis, interior travel.

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