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PROHIBICIÓN DE INDEXAR ALQUILERES- ANÁLISIS JURISPRUDENCIAL

Sofía Inés Farieri *

RESUMEN: La prohibición de indexar o ajustar precios que establece la Ley de


Convertibilidad tuvo como intención evitar la inflación y de esta manera estabilizar la
economía. Sin embargo, la Argentina se caracteriza por padecer de períodos
inflacionarios, como ocurre en estos días, y que afecta directamente a los contratos de
locación. Esto genera que la decisión de determinar el valor del canon de alquiler sea
una tarea complicada, ya que estamos ante un contrato que va a durar como mínimo dos
años.

PALABRAS CLAVES: Alquileres- Indexación- Jurisprudencia

INTRODUCCIÓN:
Víctor Beker, autor de importantes libros de economía, sostiene “que la indexación es
un mecanismo de defensa, que aparece en forma espontánea cuando la inflación
empieza a estar por encima del 20% anual, y que es visto por la gente como la única
forma de preservar los contratos”. Es de común conocimiento las constantes crisis
económicas que ha sufrido a Argentina, caracterizadas principalmente por una alta
inflación. Por esta razón en 1991 al dictarse la Ley de Convertibilidad, se establece la
prohibición de indexar, la cual buscaba estabilizar la economía y evitar la inflación. En
estos días volvemos a encontrarnos con un aumento constante y sostenido en el nivel
general de precios, situación que afecta especialmente a los contratos de larga duración,
como es el caso de las locaciones de inmuebles. Por su gran importancia práctica, me
propongo analizar los últimos fallos sobre la materia, comenzando por el más
controvertido. Además, consecuencia de la entrada en vigencia del nuevo Código Civil
y Comercial el 01 de Agosto de 2015, haré una comparación entre ambos códigos
respecto al tema que me compete.

PROHIBICIÓN DE INDEXAR EL CANON DE LOS ALQUILERES:

El día veintisiete de Mayo de dos mil catorce la Cámara Nacional de Apelaciones en lo


Civil, Sala "B", de la Ciudad de Buenos Aires, en los autos caratulados "Sarquis, Ema
Beatriz y otro c/ Día Argentina S.A. s/ reajuste de convenio", emitió un polémico fallo
por el cual permitió el reajuste de alquileres de un local comercial a raíz de los
aumentos de precios sufridos en el país en los últimos años, pese a que el pacto de
indexación está prohibido por ley.
El contrato de alquiler contenía una cláusula que determinaba que el canon de $ 2.500
fijado para los 120 meses de duración del vínculo no variaría en tanto se mantuviera el
régimen de convertibilidad previsto por la Ley 23928. En caso de que aquella paridad se
viera alterada, el precio debería reajustarse de acuerdo a la variación porcentual del
índice de precios al consumidor minorista que mensualmente emite el I.N.D.E.C. Dicho
procedimiento se efectuaría en forma trimestral. El problema no surge porque la
demanda cuestione dicha cláusula, sino, porque las partes no se ponen de acuerdo sobre
el monto pagado: Mientras que la demandada sostiene que la suma que continuó
pagando se ajustaba al valor de mercado para arrendar el inmueble, ya que no obstante
el cambio de régimen de paridad, para habilitar la propiedad a los fines comerciales que
estaba destinada, debió efectuar una importante inversión en infraestructura para
introducir mejoras sustanciales que, mayormente, quedarán en el predio. La actora, por
su parte, alega que con eso buscó dar una mejor prestación y afirmó que, con ese
razonamiento, debería haber participado entonces de “los beneficios resultantes si es
que los hubiera”. Frente a esto la Cámara dijo, “El cambio de las condiciones
económicas autoriza a revisar el precio del alquiler, más la afectación de la ecuación
económica del inquilino por la inversión efectuada en el inmueble en nada incide en la
actualización de los cánones; justamente por ello, pactaron la posibilidad de reajuste sin
referencia alguna al desarrollo del negocio que allí se efectuaba”.
La Cámara permite entones la aplicación de dicha cláusula argumentando que más allá
de que el pacto de indexación está vedado por el ordenamiento, en este caso no era
necesario detenerse en la nulidad del acuerdo, sino readecuar las prestaciones al
contexto económico actual, porque la realidad es distinta.
“De acuerdo a los razonamientos que he efectuado sobre las particularidades de la
controversia que nos ocupa y el contexto económico en que se ha desenvuelto el país en
los últimos doce años -extremo notorio-, tengo para mí que la existencia del crédito
reclamado se encuentra comprobado (art. 165 del CPCCN1)”, sostuvo en su voto el juez
Ramos Feijoó. Afirmó que “razonar en sentido contrario importaría sostener que un
particular puede arrendar un inmueble en la actualidad a valores similares a los que lo
obtenía en 2002″, y que esto, “carece de andamiaje”.
Finalmente, los jueces de la Sala B de Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil
confirman la sentencia apelada y sostienen que se debe “compensar al locador frente a
los aumentos en el nivel general de precios sufridos en la Argentina en el período en que
reclama”.
Nos encontramos, consecuencia de este fallo, frente a la posibilidad de que se comience
a incorporar cláusulas contractuales que establezcan reajustes de los cánones locativos
en base a los índices inflacionarios. Se atentaría así contra la seguridad jurídica,
entendida como regla de previsibilidad, dejando aún más desprotegido al locatario, ya
que en la práctica habitual quien dispone del precio y de las condiciones del contrato, es
el locador. Personalmente no concuerdo con la postura de los jueces en los autos ut
supra comentado, por las razones que expondré a continuación.
Debemos tener presente, en primer lugar, que el alquiler, constituye la contraprestación
que pagará el locatario al locador por el uso y goce del inmueble, su principal
obligación, y que este debe ser determinado o determinable en dinero, debiendo
abonarse por períodos mensuales, que es lo que en la práctica ocurre y así lo dispone el
art. 1208 in fine del C.C y C. 2 y lo establecía el art. 6 de la ley 23.091, el cual ya no
tiene vigencia porque el nuevo Código Civil y Comercial nuclea estas normas. La ley
23.928 (“Desindexación y convertibilidad del austral”) en sus arts. 7º y 10 (modif. art.
4º ley 25.561), ha prohibido la posibilidad de reajustar los alquileres en base a índices,
que había sido impuesta en su art. 3º, por la ley 23.091; a su vez, la inconstitucional
Res. 144/93 del MEOySP3, interpreta en sus dos únicos artículos el alcance de las
derogaciones normativas dispuestas por la ley de Convertibilidad y Desindexación
23.928. La ley de Emergencia Económica (ley N° 23.697) que derogó la convertibilidad
establecida en la ley 23.928 aunque dejó subsistente la prohibición de utilizar cláusulas
de ajuste en los contratos. Así, la disposición ideada por el Ministro de Economía de ese
momento, Domingo Cavallo, dice que se mantienen derogadas todas las normas legales

1
Artículo 165 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación.
2
Código Civil y Comercial de la Nación
3
Resolución 144/93 del Ministerio de Economía y Obras y Servicios Públicos.
que establezcan o autoricen la indexación por precios, actualización monetaria,
variación de costos o cualquier otra forma de recálculo de deudas. En el caso “Massolo,
Alberto José c/ Transporte del Tejar S.A.” de fecha veinte de abril del año 2010, la Corte
Suprema de Justicia de la Nación ratificó la constitucionalidad de las normas en
vigencia que prohíben las cláusulas indexatorias o de estabilización monetaria. Al
analizar la constitucionalidad de la prohibición de las cláusulas indexatorias, la Corte
sostuvo que la ventaja, acierto o desacierto de la prohibición de toda clase de
actualización monetaria escapa al control de constitucionalidad ya que la conveniencia
del criterio elegido por el legislador no está sujeta a revisión judicial y los artículos 7 y
10 de la Ley Nº 23.928 constituyen una decisión del Congreso Nacional de ejercer las
funciones que le encomienda el artículo 67, inc. 10 (hoy artículo 75, inc. 11), de la
Constitución Nacional de “Hacer sellar la moneda, fijar su valor y el de las
extranjeras…”. Agrega la Corte que el valor de la moneda circulante con fuerza legal
en todo el territorio de la Nación -que cumple la función de un bien económico
insusceptible de ser regulado directa o indirectamente por la ley de la oferta y la
demanda- se funda en la autoridad del Estado que es su creador y, que por consiguiente,
la perdurabilidad de ese valor como signo monetario de fuerza legal, en tanto no fuere
alterado por el propio Estado de quien dimana, no puede estar a merced de las
convenciones concertadas por los particulares entre sí.
La CSJN sostuvo que permitir la vigencia y aplicación de una cláusula de estabilización
como la acordada por las partes, significaría desconocer el objetivo antiinflacionario que
se proponen alcanzar las leyes federales mencionadas mediante la prohibición genérica
de la “indexación”, que procura evitar que el alza de los precios relativos
correspondientes a cada uno de los sectores de la economía, al reflejarse de manera
inmediata en el índice general utilizado al mismo tiempo como referencia para reajustar
los precios y salarios de cada uno de los demás sectores, que contribuye de manera
inercial a acelerar las alzas generalizadas de precios y a crear desconfianza en la
moneda nacional. Además, la ley 23.928 en su art. 11 modificaba los arts. 617 y 619 del
CC4, posibilitando la concertación de obligaciones en moneda extranjera, pues el art.
617 en su texto anterior, establecía que serían tomadas como de dar cantidades de cosas
y la prohibición legal de pactar alquileres en moneda que no sea de curso legal impuesta
por el art. 1º de la ley 23.091, fue derogada por el art. 13 de la ley 23.928, porque esta
disposición también de orden público como la ley de Locaciones Urbanas, fue posterior,
por ende modificatoria de ésta. Con la sanción del nuevo C.C. y C. encontramos dos
artículos sobre la cancelación de deudas en moneda extranjera: el art. 765 que concede
al deudor la posibilidad de pagar en pesos la deuda que contraída en moneda extranjera.
Pero, su vez se contradice con el art. 766, que señala que el deudor está obligado a
pagar "la cantidad correspondiente de la especie designada", el mismo criterio que está
previsto en el artículo 619 del Código Civil. Al respecto en los autos “Fau, Marta Renee
C/Abecian, Carlos Alberto Y Otros S/ Consignación” y “Libson, Teodoro y Otros c/
Fau, Marta Renee s/ Ejecución Hipotecaria” de fecha 25/08/2015, la Cámara Nacional
de Apelaciones en lo Civil resolvió: rechazar la demanda por consignación interpuesta
por la deudora con el objeto de saldar un mutuo hipotecario pactado en dólares,
celebrado en 2012 y determinó que conforme lo establecido en el art. 962 del Código
Civil y Comercial, las normas legales relativas a los contratos son supletorias de la
voluntad de las partes a menos que de su modo de expresión, de su contenido o su
contexto resulte de carácter indisponible. Asimismo, señala que el art. 765 del
mencionado cuerpo normativo no resulta ser de orden público, y por no resultar una
norma imperativa no habría inconvenientes en que las partes en uso de la autonomía de
4
Código Civil
la voluntad (arts. 958 y 962 del Código citado) pacten que el deudor debe entregar la
cantidad correspondiente en la especie designada. Considera que la imposibilidad
alegada por la deudora de obtener moneda extranjera en virtud de las disposiciones
dictadas por el poder público no resulta suficiente para acreditar los presupuestos que
tornen procedente la consignación pretendida, dado que existen otras operaciones de
tipo cambiarias y bursátiles que habilitan a los particulares, a través de la adquisición de
determinados bonos, la obtención de los dólares estadounidenses necesarios para
cancelar la obligación asumida De esta forma, no habría inconvenientes en que las
partes pacten que el deudor debe entregar la cantidad correspondiente en la especie
designada, como establece el artículo 766. Igualmente se espera una postura de fondo de
la CSJN5 sobre este tema. Por ahora, de acuerdo a lo establecido por los tribunales
inferiores, quien acordó un compromiso de cancelación en dólares deberá cumplir en
dichos términos.
También el precio de la locación puede estar integrado, de así convenirse en el contrato,
por las expensas del PH, tasas e impuestos que pesen sobre el inmueble; la falta de pago
de ellos tendrá las mismas consecuencias que el impago del alquiler, desalojo y cobro,
y el sólo pago de los arrendamientos, excluidos los otros rubros, no cancela la
obligación, pues sería parcial.
Nos encontramos entonces, frente a un contrato que crea vínculos entre las partes
destinados a perdurar en el tiempo, situación que implica un lapso extenso, para un país
como el nuestro que se caracteriza por vaivenes económicos, donde hay una constante
pérdida del valor adquisitivo de la moneda, por lo que determinar un precio de alquiler
puede resultar una tarea difícil. "Cambian las condiciones económicas, cambia el
escenario del país, cambian los valores de mercado, pero no es posible cambiar el
contrato” dicen los camaristas en los autos “Giordano, Evaristo Angel y otros c/ Día
Argentina S.A. - Abreviado - Acción Declarativa de Certeza” de día ocho de mayo de
dos mil trece en la ciudad de San Francisco. Lo que se debe hacer es, buscar
mecanismos que permitan mantener estabilizados los alquileres, a los efectos de
preservar la equidad de las prestaciones. Sostiene el mismo fallo “Es posible establecer
dentro de los términos del art. 1137 del Código Civil (hoy art. 957 del C.C.y C.), y
concordantes, la libertad de fijar las condiciones en las cláusulas relativas al precio,
instrumentando las variantes que las partes crean convenientes. Pero ello es, sin dejar
de lado las normas de orden público, que regulan este contrato, entre ellas el beneficio
del plazo mínimo para el locatario, y la prohibición de indexar que prevé la ley de
convertibilidad”.
Debe advertirse, que no es recomendable insertar cláusulas que dejen indeterminado el
alquiler durante el plazo mínimo locativo, tales como: “las partes cada seis meses
conversarán sobre el alquiler a aplicarse” o “el alquiler será fijado por dos o tres
inmobiliarias de acuerdo al precio vigente de plaza”, etc.; ya que con esto lo único que
se logra es poner al locador en una situación de riesgo y terminar en un juicio
promovido por el locatario, por fijación de monto del alquiler o por nulidad de la
cláusula. En relación a este tipo de cláusulas, debemos tener presente: el fallo de la
Cámara Nacional Civil del día tres de diciembre de 2013 “"Kuschniroff, Víctor Hernán
c/Mandelbaum, Slama Wajnztok, s/Consignación” trata de un contrato locativo de local
comercial celebrado en diciembre de 2003, por un plazo de treinta y seis meses de
vigencia a partir del 1° de enero de 2004, en cuya cláusula tercera fijó en $680 el precio
mensual del arrendamiento y añadió: "Las partes acuerdan, asimismo, que luego de
transcurridos los primeros seis meses de vigencia del presente, cualquiera de ellas podrá
proponer un nuevo precio de alquiler, según las condiciones de plaza de ese momento,
5
Corte Suprema de Justicia de la Nación
hoy imposibles de prever; si no hubiera acuerdo, este contrato será rescindible, dentro
de los treinta días siguientes al inicio de la negociación, por voluntad de cualquiera de
las partes, sin lugar a multas o indemnizaciones". En el mes de septiembre de 2004,
cuando el locatario, ofreció el pago del alquiler de ese mes, el locador, adujo “cambios
económicos que provocaron un total desacomodamiento con relación a los precios
locativos fijados en plaza", e hizo saber a aquél que proponía aumentar el canon
locativo a $1.200 mensuales. A su vez le intimó por carta documento a pagar los $680
pactados, que serían imputados a cuenta del monto que en definitiva se acordase; el
locatario se negó a realizar pagos a cuenta pues pretendía cancelar su obligación
abonando el canon convenido en el contrato. La Cámara resolvió en este caso la nulidad
de la cláusula tercera del contrato de locación por violar la disposición imperativa del
art. 1507 del CC en relación a la invariabilidad del alquiler durante el plazo mínimo
legal. El Dr. Eduardo Zannoni, en los fundamentos de su voto considera que “las
normas de orden público que regulan el contrato de locación y analiza lo relativo a las
eventuales variaciones del precio de la locación durante los plazos legales mínimos,
establecidos en beneficio del locatario; sostiene que la ley 23.091 impone plazos
mínimos para las locaciones con destino a vivienda y para otros destinos -dos y tres
años, respectivamente (art. 2°)- y el art. 8° prevé, sólo en favor del locatario en las
locaciones destinadas a vivienda, la facultad de rescindir de modo unilateral y
anticipadamente el contrato una vez transcurridos los seis primeros meses de su
vigencia.” Debemos aclarar que hoy el plazo mínimo es de dos años ya sea destino
vivienda o comercial y se mantiene la facultad de rescisión unilateral a favor del
locatario en los arts. 1198 y 1221. A su vez, la ley 24.808 extendió esta facultad en
favor de los locatarios en los contratos de locación de comercio, de profesionales o de
industria, considerando sin embargo, que en cualquier caso rige el primer párrafo del
art. 1507 del Cód. Civil, postura que aún hoy con la sanción del nuevo Código Civil y
Comercial se mantendría.
Lo que sí es recomendable, es establecer alquileres escalonados, ya que esta práctica no
atenta contra ninguna norma imperativa. Así lo establecen los jueces en la causa
“Michref Julio c/ Pedreira Lidia Leonor s/ ordinarios – otros – recurso de apelación”,
dictada por la sala cuarta de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de
Córdoba el día cuatro de junio de dos mil trece. El Dr. Raúl E. Fernández sostiene “En
fallos jurisprudenciales emanados de diversas salas de la Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Civil se ha aludido a la cuestión que nos ocupa, declarando
verbigracia la sala D que no existe óbice legal para que las partes establezcan alquileres
escalonados, en la medida que tal proceder no oculte fórmulas indexatorias (sentencia
inédita del 29/11/93 “in re” “Barberan c. Primiani s/ ejecución de alquileres.”), pues en
tal caso se alzaría la valla de la prohibición contenida en la ley 23.928.” Dijo también,
que “cabe acotar que el régimen legal en materia locativa —para inmuebles destinados a
vivienda o uso comercial— está comprendido en el concepto de orden público; esto es,
en el conjunto de principios de jerarquía superior a los que la sociedad considera
estrechamente vinculada la existencia y conservación de la organización social
establecida. Sobre tales conceptos trabajaremos seguidamente, pero adelanto que
compartimos el criterio seguido por la ex Cámara Nacional de Paz en pleno
(01/06/1971, in re “Revello, Pacífico c. Fernández, Lorenzo y otro” , publicado en ED,
37-473 y en LA LEY, 143-299) en el sentido que si se han previsto variaciones en el
arriendo que han de operarse durante el plazo asegurado, el orden público del
dispositivo legal no las impide, pues éste está dirigido a resguardar el plazo y no el
precio.” “Por otro lado, las fluctuaciones económicas a las que nos tiene acostumbrados
nuestro país, obligan -a nuestro modo de ver- a admitir la validez de estos pactos para
tornar actual el precio del contrato; consideramos que tan importante es asegurar la
permanencia del locador en un inmueble durante un plazo determinado, como mantener
la vigencia del precio acordado a valor del mercado. Creemos que ambos factores son
igualmente importantes para la sociedad, pues si la rueda económica no se mueve, el
circuito financiero también se paraliza y con ello se colabora también a que el país entre
en recesión.” (Knavs, Verónica -Dongo, Juan Ignacio, “Interpretación de las leyes por su
fin: la solución justa del caso” L.L. 2009-B, 138 y sgts 6). En suma, cabe repetir que
“Los alquileres escalonados no son cláusulas de ajuste, sino precios diferentes por
distintos tiempos de locación y, por lo tanto, no se encuentran comprendidas en dicha
prohibición.”- Con los alquileres escalonados o progresivos, autorizados por nuestra
legislación ya que tanto locador y locatario saben desde el mismo momento de la firma
del contrato cuál ha de ser el alquiler en cada período, tenemos a mano una herramienta
simple y objetiva para resolver el problema de la prohibición legal de reajustar, en
forma pacífica y directa.
Otra práctica extendida tendiente a evitar que el valor de un alquiler quede
desactualizado, es con el precio a fijar como obligación alternativa y a elección del
locatario, a regir durante el plazo mínimo legal: Este alquiler escalonado puede ser
pactado en pesos o dólares, con opción para el locatario de fijar el precio por tercero
(inmobiliarias) en la práctica opera así: se pacta una cláusula que imponga un alquiler
global dividido en cuotas escalonadas de X pesos o dólares para el primer semestre o
año, de X pesos o dólares para el segundo semestre o año, y así sucesivamente, hasta la
finalización del plazo contractual y se le otorga al locatario la opción alternativa de
requerir a un tercero (una inmobiliaria designada por él y otra por el locador y una
tercera en conjunto), que justiprecie la locación. O sea, si el inquilino no elige la
obligación alternativa de fijación por las inmobiliarias del alquiler vigente en la plaza en
cada semestre o año, deberá forzosamente pagar el alquiler en pesos o dólares que
corresponda a cada período o correrá el riesgo de caer en mora y ser desalojado por la
causal de falta de pago de los alquileres. Lo importante de este método es su eficacia
durante el plazo mínimo legal locativo, porque es el locatario quien elige la obligación
alternativa. Para el caso de fijarlo en relación al dólar, no corresponde obviamente
hacerlo en relación al blue o marginal, ya que el mismo es ilegal y no existe en
consecuencia una cotización oficial; con lo cual solamente podría hacerse en base al
valor oficial, o se podría pactar expresamente al valor del contado con liquidación que
es un tipo de cambio que surge de la compraventa de acciones o títulos de deuda, cuya
legalidad fue ratificada por la Corte Suprema y por consiguiente tiene un valor oficial.
Sino, también se puede aplicar un precio alto y sobre este, ir aplicando bonificaciones,
así por ejemplo se podría poner que el alquiler es de $2.000 y que para los primeros
doce meses de la relación locativa se hará una bonificación de $350. O directamente
establecer un determinado valor del alquiler y que este cada seis meses tendrá un
aumento de por ejemplo 12, 5% (este último el más utilizado).
El art.1187 del nuevo código remite supletoriamente a lo regulado para la compraventa,
con lo cual el precio puede ser determinado en una suma fija, puede dejarse su fijación
al arbitrio de un tercero designado de común acuerdo, o puede ser fijado con referencia
a otra cosa cierta. Se entiende que hay precio válido si las partes previeron el
procedimiento para determinarlo (art.1133) y para ello se podrá recurrir a los modos
anteriormente detallados o una opción que da la ley menos usual es la de designar de
común acuerdo, antes o después del contrato, a un tercero que sea quien fije el valor del
alquiler (por ejemplo la tasación de dos o tres inmobiliarias), y se lo utiliza
normalmente para las prórrogas contractuales; si no se ponen de acuerdo será el juez
6
Siguientes.
quien fijará el valor del mismo. Y una última opción es fijar el precio del alquiler en
base al valor de otra cosa cierta, por ejemplo el valor del dólar u otra moneda extranjera,
o al precio de la nafta, del ladrillo, del cemento, etc.

CONCLUSIÓN:
En conclusión, es indudable que el contrato de locación tiene fines económicos, el
locador espera obtener de él una renta, un ingreso que lo ayude a solventar sus gastos;
por lo cual, teniendo en cuenta la situación económica del país (más ahora que
entramos default) en donde la inflación parece no tener techo, sería utópico pretender
que los alquileres no se fijen haciendo una estimación de cuánto va a ser la pérdida del
valor adquisitivo de la moneda, dentro del plazo de la relación locativa. La misma Corte
Suprema, en el caso “Badaro, Adolfo Valentín” del 26 de noviembre de 2007, con
fundamento en el Art. 14 bis de la Constitución, que establece la movilidad de las
jubilaciones, ordenó indexar el haber de este ciudadano con el índice variación salarial.
La sentencia tiene gran importancia porque la Corte, indudablemente, dejó de lado al
Art. 7 de ley de Convertibilidad, que es de orden público. Si bien en rigor, no modificó
el haber jubilatorio, lo que hizo fue mantener constante su poder adquisitivo
actualizando su quantum. Sin embargo, tampoco se puede dejar de considerar que por
un lado se prohíbe indexar porque es un factor que contribuye a la inflación y por el
otro, el locatario quien es la parte débil de la relación, requiere de protección, y que por
una cuestión de seguridad jurídica deben estar determinadas las condiciones del
contrato, especialmente el precio del alquiler que constituye su principal obligación. Es
por eso que considero como mejor opción para ambas partes, el establecer un alquiler
escalonado, ya que así se satisfacen los intereses del locador que puede mantener
constante su poder adquisitivo y el locatario, que tiene conocimiento cierto de cuanto
necesitará para hacerle frente a sus obligaciones.

BIBLIOGRAFÍA:
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 Sarquis, Ema Beatriz y otro c/ DIA Argentina S.A. s/ reajuste de convenio,


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 Sebastián Albornos, Llega el nuevo Código Civil y Comercial: qué validez tendrán los contratos que se
pacten en dólares, 14/04/2015, consulta: 19/10/2015, disponible en : http://www.iprofesional.com/notas/209791-
Llega-el-nuevo-Cdigo-Civil-y-Comercial-qu-validez-tendrn-los-contratos-que-se-pacten-en-dlares
* Sofía Inés Farieri: Estudiante de la carrera de Derecho y CS. Sociales. Matrícula:
2005154910. Participación en calidad de Asistente:
 6° CONGRESO NACIONAL DE DERECHO, en septiembre de 2009,
organizado por la Universidad Nacional de Tucumán.
 JORNADA NACIONAL DE DERECHO DEL CONSUMIDOR– Mayo de
2013, organizado por la UNC.
 CONGRESO NACIONAL DE REFORMAS JURÍDICAS Y PRÁCTICA
PROFESIONAL, en Mayo de 2014, organizado por la UNC.
 EL CONTRATO DE LOCACIÓN: TEORÍA Y PRÁCTICA FORENSE, en
Mayo de 2014, Organizado por la UNC. Seminario Aprobado.
Email: sofifarieri@hotmail.com

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