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Gödel, Escher y Deleuze - Sobre Paradojas y Fractales
Gödel, Escher y Deleuze - Sobre Paradojas y Fractales
En su periodo arqueológico, el filósofo francés Michel Foucault procede a una extensión del
concepto de campo enunciativo como un sistema de dispersión de objetos, modalidades
enunciativas, conceptos, estrategias temáticas, constelaciones discursivas, respondiendo a una
regularidad no–subjetiva.
a. denotativos - informan
b. performativos – hacen
c. prescriptivos – ordenan. (Cf. LYOTARD, J.F.La Condición posmoderna, pg.26 )
(Lyotard) Además inscribe las relaciones entre enunciados en una teoría de los juegos –
(restringida si se la compara con la de Deleuze; Cf. Trabajo final seminario de Borges; Cf.
Lógica del sentido, pg. 81 y ss.; en Mil mesetas, pg. 360, (Deleuze) compara el aparato de
estado y la máquina de guerra con el juego de ajedrez y con el go oriental, respectivamente.)
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Lyotard piensa el campo enunciativo como un juego sometido a reglas que especifican
propiedades a la manera del ajedrez.
Tres observaciones sobre los juegos de enunciados (que Lyotard asimila a “los juegos del
lenguaje”):
1 .Sus reglas no tienen legitimidad en ellas mismas sino que forman parte de un contrato
explícito o no entre los jugadores.
2. A falta de reglas no hay juego.
3. Todo enunciado debe ser considerado como una “jugada” hecha en un juego.
( Confirmamos así que el juego enunciativo –al igual que el ajedrez, sobre cuyo modelo se
regla - excluye el azar o se empeña en reducirlo, mientras que el juego mayor de Deleuze se
abre indefinidamente a la intervención de variables aleatorias; lo que Mandelbrot llama
randonizar un sistema axiomático, Cf. LÉXICO DE NEOLOGISMOS en Los Objetos
fractales, pg. 169)
Lyotard señala que “El saber científico exige el aislamiento de un juego del lenguaje, el
denotativo; y la exclusión de los demás”(Cf. La Condición posmoderna (CP), pg. 53 y ss). Pero
el denotativo no es el único juego posible del lenguaje –(connotativos, conativos, icónicos,
estéticos, etc.).
De igual modo,”El saber en general no se reduce a la ciencia, ni siquiera al conocimiento. El
conocimiento sería el conjunto de los enunciados que denotan o describen objetos, con
exclusión de todos los demás enunciados, y susceptibles de ser declarados verdaderos o
falsos.”(Cf.,CP, pg. 44).
Este intento de reducción de la diversidad de los juegos del lenguaje – al modelo o al paradigma del
juego denotativo – contrasta con la eclosión o la proliferación de los lenguajes formales (lenguajes-
máquinas, matrices de la teoría de los juegos, notaciones lógicas no – denotativas, lenguajes
metamatemáticos, grafos, etc.), un verdadero estallido de los lenguajes que podría también ser
sintomático del fracaso del proyecto del sistema-sujeto.(Cf. La Condición posmoderna, pg. 77)
Estos lenguajes se encuentran sometidos a una pragmática: la de formular sus propias reglas y pedir
al destinatario que las acepte. Esta condición define una AXIOMATICA que comprende el
establecimiento de símbolos, de las formas de las expresiones y de las operaciones válidas. La
lógica aparece como el META-LENGUAJE de los lenguajes axiomáticos. (Cf. La Condición
posmoderna, pg. 80; pp. 34, 35, 36 y 37 de Los Límites internos de los formalismos)
Un sistema axiomático se presenta como un sistema formal que responde a las siguientes
propiedades o condiciones:
- Completud o completitud: El sistema axiomático debe permitir demostrar todos los
teoremas pertinentes a su objeto.
- Consistencia: No pueden derivarse teoremas contradictorios.
- Independencia: Ningún axioma puede derivarse de otro.
- Decidibilidad: Debe establecer claramente si un teorema le pertenece o no. (Acerca de los
conceptos de Teorema, Postulado, Corolario, Teorema recíproco, etc. Cf. Geometría de
Baldor, pg. 8 )
Los axiomas no se consideran como evidentes por sí mismos, sino que se HIPOTETIZA su
validez (Cf. Las Limitaciones internas de los formalismos, pg. 35).
PARADOJA, PARA-DOXA, más allá de la doxa. En su acepción más laxa o más lata, ES UNA
CONTRADICCIÓN LOGICA.
Las paradojas fascinan al pensamiento.
Las paradojas se parecen a esos objetos insólitos, caídos de otro mundo, que nos fascinan y nos
desconciertan; desconciertan las seguridades de nuestro mundo y nos muestran otro universo
posible que no comprendemos. Se relacionan así con las heterotopías de Las Palabras y las
Cosas, y las ficciones o los paralogismos del pensamiento del Afuera.
Se asemejan, sin duda, a esos objetos llegados de un universo imaginario de Borges, Tlön, con
sus lenguas imposibles, sus tigres transparentes, y sus torres de sangre.
Uno de esos objetos en la Posdata de 1947 de Tlön, Uqbar, Orbis Tertius corresponde a un
“cono de metal reluciente del diámetro de un dado. En vano un chico trató de recoger ese cono.
Un hombre apenas acertó a levantarlo. Yo lo tuve en la palma de la mano algunos minutos:
recuerdo que su peso era intolerable y que después de retirado el cono, la opresión perduró.
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También recuerdo el círculo preciso que me grabó en la carne. Esa evidencia de un objeto muy
chico y a la vez pesadísimo dejaba una impresión desagradable de asco y de miedo. Un paisano
propuso que lo tiraran al río correntoso; Amorim lo adquirió mediante unos pesos…Esos conos
pequeños y muy pesados (hechos de un metal que no es de este mundo) son imagen de la
divinidad, en ciertas religiones de Tlön.” (Cf. Ficciones, pp. 27-28)
Los Estoicos fueron grandes constructores de paradojas. Lewis Carroll presenta en su obra la
primera compilación sistemática de paradojas.
Escher y Magritte construyen su obra alrededor de ciertas paradojas (en el caso de Escher,
intervienen expresamente las paradojas ligadas al concepto de dimensión en las geometrías no
euclidianas, a la cinta de Moebius y a las junturas imposibles- Tribar de Penrose).
c = n-1
También se conoce como la paradoja del barbero- (no puede incluirse a sí mismo bajo las
condiciones formales que establece .Cf. Las Nociones Matemáticas de Takahashi, pg. 16)
Esta paradoja está relacionada con la teoría cantoriana de los números transfinitos.
“La antinomia de Russell puede formularse como sigue: las clases pueden dividirse en dos grupos,
las que se contienen a sí mismas como miembros y las que no. Llamaremos “normal” a una clase si
y sólo si no se contiene a sí misma como miembro. En otro caso es “no normal”. Un ejemplo de
clase normal es la clase de los matemáticos, pues evidentemente esta clase no es ella misma un
matemático, y por lo tanto no es miembro de sí misma. Un ejemplo de clase no normal es la clase de
todas las cosas pensables; porque la clase de todas las cosas pensables es ella misma una cosa
pensable, y, por tanto, miembro de sí misma. Admitamos ahora por definición que “N” es el nombre
de todas las clases normales. Y preguntémonos si “N” misma es una clase normal. Si “N” es normal
es un miembro de sí misma; pues por definición de “N”, N contiene a todas las clases normales;
pero entonces “N” es también no normal, puesto que, por definición de “no normal”, clases no
normales son las que se contienen a sí mismas como miembros. A la inversa, si N es no normal,
entonces es miembro de sí misma, por definición de “no normal”; pero entonces es también normal,
porque pertenece a N, que es la clase de todas las clases normales. Dicho de otro modo: N es normal
si y sólo si es no normal. Esta inevitable contradicción resulta de un uso acrítico de la noción,
aparentemente clarísima, de clase.”(Cf. Demostración de Gödel, pp. 63-64).
En este contexto resulta indefectible conceder una particular atención a la Paradoja del embustero y
al Teorema de Gödel (que es su formalización matemática. Cf. TAKAHASHI, pg. 17 y
LADRIÈRE, pp. 80-81)
Ladrière introduce allí una interesante distinción entre paradojas sintácticas (que se resuelven por
Teoría de los Tipos) y paradojas semánticas (que remiten a la dicotomía lengua/metalengua).
A pertenece a Ln1
A* representa a A en Ln2
A* es falso – Proposición de Ln2 que afirma la falsedad de A.
Al distinguir las lenguas Ln1 y Ln2 no podemos construir un enunciado que afirme su propia
falsedad.
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Es lo que hace Gödel, pero esta vez no en relación con los valores de verdad o de falsedad, sino con
el concepto de derivación matemática: se trata de una proposición que afirma su propia
inderivabilidad. En ese caso, como lo hace ver Lyotard, no es demostrable ni refutable dentro del
sistema axiomático considerado.
Teorema de Gödel, Cf. LADRIÈRE, pp. 95,96 y 125.
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FORMALIZACION.
El sistema LFG contiene una expresión predicativa de una variable R(x) ( x cumple una condición
R, o está en una relación R tal que ni (x) [ R(x) ] ni (x) [-R(x) ] son proposiciones derivables de
LFG, son INDERIVABLES.
Ahora bien, si J simboliza esta condición tanto de la proposición (x) [ R(x)] como de su inversa {
(x) [ - R(x) ] }, entonces el sistema LFG contiene una proposición J que es INDECIDIBLE.(Cf.
LADRIÈRE, pg. 125)
Éste – el Teorema de Gödel – es uno de esos objetos insólitos, uno de esos MONSTRUOS que no
ha podido domarse – (y en este sentido, podríamos hablar de una teratosfera contemporánea), pero
no es el único.
De alguna manera el libro de Mandelbrot, Los Objetos fractales, hace un inventario de esos objetos
paradójicos, caídos de otro mundo.
También Ladrière hace ese inventario de monstruos matemáticos :
La Paradoja de Richard en relación con la enumerabilidad de las propiedades de los enteros: “ n es
richardiano si y sólo si no es richardiano” (Cf. NAGEL Y NEWMAN, Demostración de Gödel, pg.
76).
El teorema de Church en relación con la lógica de predicados.
El teorema de Tarski en relación con la formalización de la noción de verdad.
El teorema de Löwenheim-Skolem en relación con la teoría de modelos.
La paradoja del condenado a muerte en “El Quijote”, cuando Sancho es Gobernador de la ínsula
Barataria (Cf. Takahashi, pg. 18).
La paradoja del todo y la parte, conocida como la paradoja de Galileo, se encuentra ligada a los
números transfinitos. Esta paradoja caracteriza la homotecia de ciertas curvas y objetos fractales, y
se encuentra presente de manera recurrente en la pintura de Magritte: por ejemplo, en “A la
búsqueda de lo absoluto”, la hoja es el árbol.
“… “fractal”, “objeto fractal”, términos que he inventado… a partir del adjetivo latino fractus que
significa “interrumpido o irregular”…” (Cf. Los Objetos fractales, pg. 13).
Los fractales no determinan funciones derivables, es decir, relaciones de las que se pueda escribir la
ecuación, ni dibujar su gráfica o prever su posición exacta. Su trayectoria es sumamente irregular.
continua admite una derivada. Si bien las funciones derivables son las más simples, las más fáciles
de manejar, constituyen a su vez, la excepción; o bien, si se prefiere un lenguaje geométrico, las
curvas que no admiten tangente son la regla, y las curvas regulares, tales como el círculo, son casos
interesantísimos, pero particularísimos.” (PERRIN, Jean. Les Atomes citado en Los Objetos
fractales (OF), pg. 15).
Características de los fractales, ( OF ), pp. 22-23.
Un ejemplo de objeto fractal es la Curva de Koch. Lyotard la menciona en las páginas 105-106 de
La Condición posmoderna.
La dimensión efectiva – pg. 19 (OF).
Toda curva y toda función de curva posee(n) una dimensión (D) que especifica o determina si se
trata de un punto, de una recta, de un plano, de una circunferencia, de una parábola, etc.
Éste es sin duda el aporte de David Hilbert en su axiomatización de la Geometría. La formalización
y la formulación de axiomas mediante el uso del método algebraico tiende a la superación de toda
“familiaridad” y de toda presuposición en relación con los conceptos fundamentales de “punto”,
“línea”, “plano”, etc. “Este procedimiento recuerda el célebre epigrama de Russell: la matemática
pura es aquella ciencia en la cual uno no sabe de qué está hablando ni si lo que esté diciendo es
verdad.” (Cf. Demostración de Gödel, pg. 59)
“(Hilbert) Se decidió a interpretar los postulados euclídeos de un modo que es familiar desde la
geometría coordenada cartesiana, de tal modo que aquellos postulados se transformaban en verdades
algebraicas. Así podemos construir en los axiomas de la geometría plana la expresión “punto” de
modo que signifique un par de números reales; la expresión “ línea recta” de modo que signifique la
relación entre números reales expresada por una ecuación de primer grado con dos incógnitas; la
expresión “circunferencia” de tal modo que signifique la relación entre números expresada por una
ecuación de segundo grado de una forma determinada; y así sucesivamente.”(Cf. Ibid., pg. 62)
Según la geometría euclidiana, la dimensión es siempre un número entero: 0 para el punto, 1 para la
línea, 2 para la superficie o el plano, 3 para un cuerpo o un sólido. Pero si empleamos una definición
más moderna de dimensión, por ejemplo, la dimensión Hausdorff-Besicovitch, también llamada
“dimensión fractal”, ésta no es necesariamente un entero: DH= log N/log(P/p); donde N= número de
unidades, P= tamaño del objeto, p= tamaño de la unidad. En esta fórmula, el tamaño de la unidad es
un factor determinante: en la medida en que tienda o se aproxime a 0, “revelará”,casi
indefectiblemente, una “irreguralidad” o una “inestabilidad” mayor y, en algunos casos, total. En
cualquier caso, no derivable.
Es como si, desde tiempos inmemoriales, hubiésemos trabajado sobre modelos simplificados de la
realidad.
Estos “monstruos” matemáticos constituyen, sin duda, los primeros objetos fractales: K. Weierstrass
definió por primera vez una curva continua no diferenciable; Cantor estableció una sucesión de
segmentos de recta que se subdividen infinitesimalmente hasta llegar a una nube de puntos conocida
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como “polvo triádico”; Peano diseñó una curva que, al desarrollarse, pasa por todos los puntos de un
plano; W. Sierpinski creó la llamada “esponja” o “cubo de Magritte” un cuerpo en el que “cada una
de sus caras exteriores, conocida como tapiz de Sierpinski, es una figura de área nula, mientras que
el perímetro total de los agujeros es infinito.”( Los Objetos fractales, pg. 145); N. Koch construyó
una curva que llena un plano, conocida como “copo de nieve”.
1. 2. 3.
5.
4.
5. Conjunto de Mandelbrot.
Algunas de estas curvas presentan homotecias internas: a diferentes escalas son homotéticas, cada
parte se parece al todo.
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Se trata de una verdadera irregularidad generativa, una curva que se pliega sobre sí misma y
determina una ISLA, una curva que llena un plano (Cf. Pp. 137 y ss. De La Era neobarroca).
Esta irregularidad generativa es propia de otros objetos fractales, arriba mencionados, como la
Curva de Peano (entre 1 y 2) Cf. (OF) pp. 48 – 49.
El polvo triádico de Cantor: un conjunto fractal de dimensión entre 0 y 1 [Cf. (OF) pg. 61.]
Curvas planas muy irregulares – entre 1 y 2.
Superficies hojaldradas – entre 2 y 3.
Esponjas – entre 3 y 2.
Polvos – entre 0 y 1.
Ya no puede existir una legitimación por los grandes METARRELATOS (Cf. pg. 109 de La
Condición posmoderna.)
Paralogia Innovación
Disensión Consenso
(Recuperación y Control).
Virtudes del criterio de Performatividad o de legitimación pragmática (Cf. Ibid., pg. 112).
(Nos da la imagen de un mundo perfecto y feliz); la única CONTRA-INDICACION es que la
NO-SATISFACCIÓN puede desestabilizar el conjunto (Cf. Ibid., pp. 112-113).
No se tiene en cuenta a los investigadores que desestabilizan demasiado violentamente
posiciones adquiridas. El comportamiento es TERRORISTA (Cf. Ibid., pg. 114).
GILLES DELEUZE
Las paradojas –(para-doxa; contradicción lógica)- constituyen la teoría del sentido. Esta teoría
lleva consigo PARADOJAS (Cf. pg. 7, Lógica del Sentido). El sentido es una entidad no
existente e incluso tiene relaciones muy particulares con el sin-sentido (Ibid., pg. 7). Se advierte
o se presiente ya una referencia simulada a la filosofía de Husserl a propósito de la no-existencia
(en sentido estricto) del sentido: justamente (para Husserl) el sentido –como la conciencia- no
existe sino que insiste o subsiste.
- Lewis Carroll: ofrece la primera gran recopilación y escenificación de las paradojas del
sentido
En relación con las paradojas de los estoicos, de los cínicos y de los sofistas-(éstos últimos
vinculados a la escritura y a la versión peligrosa o amenazante de la mímesis: la fantástica):
En los estoicos las paradojas surgen o bien de una confusión o bien de una radicalización de la
diferencia entre la levedad de los sentidos-acontecimientos (de un lado) y la profundidad de los
cuerpos (de otro), entre efectos y causas, entre la evanescencia del pensamiento incorporal y la
pesadez profunda de los cuerpos. Estas dicotomías trasuntan la diferencia (estoica) entre la
declinación de las causas y la conjugación de los efectos. Allí reside quizás la razón profunda
por la que Hegel comprende al Estoicismo como el momento de la conciencia desgarrada.
Los acontecimientos siempre son del orden del erotismo y de la muerte, y “floculan” alrededor
de ciertos “contextos” de bosque, batalla, herida, fuga y deseo. (Este inventario casi aleatorio
puede sorprender probablemente tanto como el inventario de metáforas de Borges). Florecen en
la superficie de las cosas (verdear, crecer, morir) pero no son las cosas.
Así, Epicteto recomienda reír de la muerte. Pero si al reír de la muerte, uno se muere de risa,
quién ríe finalmente? (Paradoja por inversión: es posible llevar la seriedad de la vida hasta el
punto en que se torna su contrario: humor, sin-sentido, etc.)
Crísipo: “Si dices algo, eso pasa por tu boca; y si dices un carro, pues un carro pasa por tu
boca.” Esta paradoja surge, en cambio, de la confusión entre superficie y profundidad, entre
incorporales y cuerpos. A propósito de esta última paradoja, Deleuze comenta: “Aquí hay un
uso de la paradoja que sólo tiene su equivalente en el budismo zen y en el non-sense inglés o
americano. De una parte, lo más profundo es lo más inmediato; de otra, lo inmediato está en el
lenguaje. La paradoja surge como destitución de la profundidad, extensión de los
acontecimientos en la superficie, despliegue del lenguaje a lo largo de este límite. El humor es
este arte de la superficie, contra la vieja ironía, arte de las profundidades o de las alturas. Los
sofistas y los cínicos ya habían hecho del humor un arma filosófica contra la ironía
socrática…”(Lógica del sentido, pg. 19 ; Cf. además, pg. 175 de este mismo libro y Capítulo 95
de Rayuela.)
“En el kynismos se encontró una forma de argumentar con la que el pensar serio hasta el día de
hoy no ha sabido qué hacer. ¿No es basto y grotesco hurgarse en la nariz mientras Sócrates
conjura su daimonion y habla del alma divina? ¿Cómo cabe calificar sino de ordinario el hecho
de que Diógenes se cisque en la doctrina platónica de las ideas? O será que el ciscarse es
incluso una de las ideas que Dios hizo salir de su meditación cosmogónica? Y qué tendría que
decirse cuando este vagabundo filosofante responde a la exquisita doctrina de Platón sobre el
Eros con una masturbación pública?” (Crítica de la razón cínica, T.I, pg. 147)
El gesto cínico se inscribe en cierto desfase entre la posibilidad de “decir todo lo que se vive” y
de “vivir todo lo que se dice”.
Por principio, eso no es posible, y el cinismo, el kynismo enfatiza esa imposibilidad. Por eso se
vuelve escandaloso: muestra lo que pasaría para la filosofía si todo pudiera decirse, si todo
pudiera verse. El kynismo desarrolla un materialismo pantomímico. “Diógenes refuta el lenguaje
de los filósofos con el del payaso: “Cuando Platón formuló la definición de que el hombre es un
animal bípedo e implume, definición que provocó el aplauso de los presentes, Diógenes
desplumó un gallo y lo soltó en la escuela con las palabras: “esto es el hombre de Platón”; lo
que motivó el que se añadiera: “con uñas planas” (Diógenes Laertius, IV,40). Ésta –y no el
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(Otras marcas textuales menos interesantes desde la perspectiva de nuestro estudio, pero que
destacan la insistencia de lo paradójico en la tradición de la filosofía occidental, corresponden a
la coincidentia oppositorum de Nicolás de Cusa, así como a las antinomias kantianas).
En general, este libro, la Lógica del sentido, se presenta como una historia embrollada de
aventuras y de paradojas.
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Las paradojas que podríamos llamar, un tanto abusivamente, deleuzianas se relacionan con:
1. Una doble lectura temporal de los acontecimientos.
a. Desde kronos- (presente temporal)- el acontecimiento posee una identidad fija.
b. Considerado desde el Aîon-(pasado-futuro)-el acontecimiento posee una identidad
múltiple. Aîon afirma el acontecimiento como paradoja.
Según Deleuze, la filosofía platónica intenta mantener rigurosamente separadas estas dos
lecturas del tiempo al hacerlas coincidir con la dicotomía entre un mundo fijo e inmutable, puro
presente estático, siempre idéntico a sí mismo/ y de otro lado, un devenir loco que disocia toda
identidad, arrastrando las presencias en un torrente de insistencias paradójicas y de pluralidades
(1). Esta diferencia corresponde también a la oposición entre lo que recibe la acción de la Idea -
en una relación de participación (constante) como término de la cadena: Arquetipo del mundo
de la episteme-physis-doxa-dianoia-logos-noésis/ y (de otro lado) lo que se sustrae a la acción
de la Idea. Comprende pues la distinción COPIA/SIMULACRO (Cf. pg. 325 de Lógica del
Sentido); distinción que se relaciona, de manera inaudita, con la diferencia entre dos regímenes
lingüísticos, entre dos lenguajes:
- Un lenguaje de puros nombres, de puros sustantivos, ligado a un mundo fijo y siempre
idéntico a sí mismo.
- Un lenguaje de puros verbos vinculado con un devenir paradójico de puras diferencias o de
identidades plurales, múltiples, siempre cambiantes. ( Cf. la Ubersprache de Tlön, en un
relato de Borges: Tlön, Uqbar, Orbis Tertius, pp. 16-17)
En el devenir loco como potencia de simulacro tienen lugar las paradojas: lo más caliente se
hace también, por ello mismo, más frío-(es más caliente hoy, era más frío ayer)-, lo más grande
deviene más pequeño, lo más activo se hace más pasivo, “los gatos se comen a los murciélagos”
se convierte en “los murciélagos se comen a los gatos”. (Cf. Lógica del Sentido, pg. 12) .
De este modo, la PARADOJA destruye la cordura como sentido único, y destruye el sentido
común como asignación de identidades fijas.
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(1) Al proponer y al practicar esta distinción la filosofía platónica parece asegurarse contra la amenaza de la
paradoja; pero las paradojas acechan el sistema platónico: es lo que destaca el argumento aristotélico del tercer
hombre.
2. Otro grupo de paradojas se encuentra ligado en la escritura de Lewis Carroll a las oposiciones
comer/hablar, cagar/hablar; dicotomías que poseen inconfundibles resonancias estoicas,
judeocristianas, psicoanalíticas, etc. Estas paradojas se relacionan con COMER LAS
PALABRAS o HABLAR DE COMIDA.
“Y miré, y he aquí una mano extendida hacia mí, y en ella había un rollo del libro. Y lo extendió
delante de mí, y estaba escrito por delante y por detrás; y había escritas en él endechas y
lamentaciones y ayes.
Me dijo: Hijo de hombre, come lo que hallas; come este rollo, y ve y habla a la casa de Israel. Y
abrí mi boca y me hizo comer aquel rollo. Y me dijo: Hijo de hombre, alimenta tu vientre, y
llena tus entrañas de este rollo que yo te doy. Y lo comí y fue en mi boca dulce como miel.”
(Ezequiel 2, 9-10; 3, 1-3)
“La voz que oí del cielo habló otra vez conmigo y dijo: ve y toma el librito que está abierto en la
mano del ángel que está en pie sobre el mar y sobre la tierra.
Y fui al ángel diciéndole que me diese el librito. Y él me dijo: Toma y cómelo; y te amargará el
vientre, pero en tu boca será dulce como la miel.
Entonces tomé el librito de la mano del ángel, y lo comí; y era en mi boca como la miel, pero
cuando lo hube comido amargó mi vientre.”(Apocalipsis 10, 8-10)
De lo que no se puede hablar, es mejor comer. Lo que no se puede nombrar hay que comérselo.
Es lo que sucede en EL BOSQUE DE LAS COSAS SIN NOMBRE: Antes de perder el nombre
la mariposa deviene “Mariposa-de-té”, “Tiene por alas dos tostadas de pan con mantequilla, el
cuerpo está hecho de hojas de té y la cabeza con un terrón de azúcar.” (Cf. Ibid., pg. 120).
Según Deleuze, ninguna de estas dimensiones puede dar cuenta del sentido: el sentido es lo
expresado en la proposición, es un elemento paradójico y, en cierto sentido, AUSENTE.
(Deleuze) reconoce al menos cuatro paradojas ligadas a la teoría del sentido:
Este carácter paradójico del sentido funda una doble experiencia distorsiva del lenguaje y una
doble experiencia corporal, ligadas a la diferencia psicoanalítica neurosis/psicosis.
MI LUMÍA
Mi Lu
Mi lubidulia
Mi golocidalove
Mi lu tan luz tan tu que me enlucielabisma
Y descentratelura
Y venusafrodea
Y me nirvana el suyo la crucis los desalmes
con sus melimeleos
sus eropsiquisedas sus decúbitos lianas y dermiferios limbos y gormullos
mi lu
mi luar
mi mito
demonoave dea rosa
mi pez hada
mi luvisita nimia
mi lubísnea
mi lu más lar
más lampo
mi pulpa lu de vértigo de galaxias de semen de misterio
mi lubella lusola
mi total lu plevida
mi toda lu
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lumía.
(“Mi Lumía” de Oliverio Girondo.)
1. Palabra esotérica: Contracción de elementos silábicos (fónicos) (Cf. Lógica del Sentido, pg.
63).
Your royal Higness: Y´reince.
Twings of Kingdom: Tweeokidom.
2. Palabras-perchero: aglutina palabras pero de una sola serie (Cf. Ibid., pg. 64).
Snark: shark (tiburón) + snake (serpiente).
Slithy (Fluncoso): slit (flexible) + sly (astuto, untuoso) + sticky (viscoso).
3. Palabras-maleta: aglutina palabras pero de diferentes series (Cf. Ibid., pg. 65).
Jabberwocky: jabber (discusión animada) + wocer, wocor (cogollo o fruta).
De alguna manera, el hombre normal freudiano es neurótico (Cf. Interpretación de los sueños,
T. II, pg. 379: “Los genitales pueden…ser representados en el sueño por otras partes del cuerpo;
el miembro viril por la mano o el pie, y el orificio genital femenino por la boca, el oído y hasta
el ojo.”
l. El sombrero como símbolo de los genitales masculinos. Sueño de una mujer joven: Lleva
puesto un sombrero de paja de forma singular, curvado su centro hacia arriba y pendientes los
lados… de manera que uno de ellos cuelga más bajo que el otro.”(Cf. Ibid., pg. 380).
2. Los niños como símbolo de los genitales; el ser atropellado como símbolo del coito ( Ibid.,
pg. 381).
3. Representación de los genitales por edificios, escaleras y fosos: “(El joven) ve la rotonda, y
delante de ella, un pequeño edificio anejo, al que se halla amarrado un globo cautivo medio
deshinchado.”(Ibid., pg. 383).
4. Simbolización de los genitales masculinos por personas y de los femeninos por un paisaje.
(Ibid., pg. 385).
“Uno se siente como en una ola gaseosa que irradia por todas partes en un chisporroteo
incesante. Cosas salidas como de lo que era el bazo, el hígado, el corazón o los pulmones se
desprendían incesantemente y estallaban en esa atmósfera que oscilaba entre el gas y el agua,
pero que parece atraer hacia sí las cosas y las comanda a reintegrarse.
Lo que salía de mi bazo o de mi hígado tenía la forma de las letras de un alfabeto muy antiguo y
misterioso masticado por una boca enorme, pero horriblemente comprimida… y estos signos se
esparcían en todas direcciones… Del lado en que estaba mi bazo, un vacío inmenso se ahuecó y
se coloreó de gris y de rosado como la orilla del mar. Y en el fondo de ese hueco apareció la
forma de una raíz arrancada, una especie de J que hubiera tenido en la cresta tres ramas
coronadas con una E triste y brillante como un ojo. Varias llamaradas salieron de la oreja
izquierda de la J…” (Viaje al país de los Tarahumaras, pg. 321-322).
(Cartas desde Rodez, T. II, pg. 155; Cf. igualmente Para Acabar con el juicio de Dios, pg. 35).
3. Aglutinación de sobrecargas consonánticas casi impronunciables.
Nenekamakaka
Karatoumksandarkta
Vahenechtikabhan.
A propósito de esta aglutinación tónica, Deleuze se refiere a ella como “palabra-acción”, doble
vaporoso y evanescente del cuerpo, CsO del lenguaje.
Como correlato de esta reinvención esquizofrénica del lenguaje, Freud nos habla de una
experiencia distorsiva del cuerpo.
(En ella hay como una suspensión de la función y de la significación habitual –de la catéxis
social- de los órganos).
El cuerpo y los objetos se perciben como “agujereados”, “fragmentados” por disyunciones (Cf.
Metapsicología, pp. 149-152: “Un enfermo, al que actualmente tengo en tratamiento, se hace la
vida imposible, absorbido por la preocupación que le ocasiona el supuesto mal estado de la piel
de su cara, pues afirma tener en el rostro multitud de profundos agujeros…”).
Toda superficie simbólica ha estallado.
Por qué no caminar con la cabeza, cantar con los senos nasales, ver con la piel, respirar con el
vientre?” (¿Cómo hacerse un cuerpo sin órganos? En Mil mesetas, pg. 156-157).
En la poesía de Oliverio Girondo también tiene lugar una suerte de sinestesia en la que cada
sentido pierde su registro particular para ganar otro: “el tacto se olfatea por la pupila” y “ la
música puede saborearse con la yema de los dedos.”(BAÑUELO, R. Oliverio Girondo: El
Cuerpo de la memoria.)
A. Partamos de la tesis más inaudita e insostenible pero que estructura la lectura que de la
tradición filosófica hace Derrida.
La oposición habla/escritura es inaugural de la historia de la filosofía-(desde Platón, Aristóteles,
hasta Heidegger pasando por Hegel y Husserl; aunque ya mucho antes de Platón, Anaxímenes
piensa el Aer como principio originario).Es el privilegio del pneuma en los mitos de creación.
Habla y escritura reproducen también las dos formas de la mímesis a que nos referíamos antes,
eikástica y fantástica.
Estas tesis permiten producir un nuevo concepto de escritura, una “archi-escritura” a partir de la
“huella”, de la “archi-huella”.
a. La desconstrucción como operación o estrategia paradójica del texto – operación que desde
hace un poco más de tres décadas viene sembrando la inseguridad en el estudio de la tradición,
haciendo aparecer una vía inaudita de lectura – reescritura de los textos fundamentales de la
metafísica occidental, prolongando ese uso paródico de la historia que puede reconocerse en la
genealogía.
b. La operación desconstructora invoca una topología del adentro y del afuera de las
“oposiciones binarias” de la tradición (metafísica).
Es también una topología del LÍMITE: “El confín de un sistema (incluso cultural) hay que
entenderlo en sentido abstracto: como un conjunto de puntos que pertenecen al mismo tiempo al
espacio interno de una configuración y al espacio externo. Desde el punto de vista interno, el
confín no forma parte del sistema, pero lo delimita. Desde el punto de vista externo, el confín no
forma parte de lo externo, sea o no sea, a su vez, un sistema. Por tanto lo externo está separado
de él o por oposición (si es otro sistema) o por privación (no es un sistema).” ( La Era
neobarroca, pg. 64).
3. Derrida habla así de una intervención (crítica) que desde el interior (del campo agonístico de
las oposiciones) genera una fuerza de dislocación o de ruptura, propagándose a través de todo el
sistema.
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4. Hay que apelar a un doble gesto, a una doble escena, a una doble escritura o a una doble
(re)marca:
- Por un lado, es necesario residir en el campo de las oposiciones binarias de la metafísica, para
invertir, trastornar, su jerarquía conflictual.
Aparece aquí el problema de la paleonimia (Cf. pg. 61 de Posiciones): el recurso a los viejos
nombres –que deben en verdad ser abandonados- sirve de palanca de intervención en la
oposición desconstruída o en vías de ser desconstruída.
Se trata de una lectura exhaustiva y rigurosa, que recorre o simula recorrer fielmente la
arquitectura del sistema a desconstruír, repetirla fielmente en su lógica interna, pero de una
manera malévola y retorcida, buscando ese punto de no-evidencia o de escándalo, donde el
sistema se viene abajo.
Se hace así jugar un gran número de marcas textuales, número que por definición carece de
límite clausurante, y que obstruyen o problematizan toda recuperación especulativa, sublimante
o metafísica. No hay ya allí palabras maestras sino el puro valor de insistencia de ciertas marcas
textuales: “… ha sido preciso darles valor de insistencia… cada vez diferente.” (Posiciones, pg.
14)
- De otro lado, es necesario colocar en relación este campo agonístico y jerarquizante, con un
afuera incalificable desde su interior, y señalar la “emergencia irruptiva” de lo que escapa a
la lógica binaria de tales oposiciones y, en verdad, la excede.
C. Lo Transgenérico.
(La pureza del género) “es afectada en el acto, por una perturbación interna: división, impureza,
CONTAMINACIÓN, descomposición, PERVERSIÓN, deformación, corrupción, incluso
CANCERACIÓN, proliferación generosa o proceso de degeneración. Todas estas “anomalías”
perturbadoras son engendradas, es su ley común, la suerte o el resorte que comparten, por
repetición. Podría decirse por cita o por relato con tal que el uso restringido de estas dos
palabras no venga precisamente a llamarnos al orden del género estricto. Una cita… del uno o
del otro.” (La ley del género, pg. 6)
Podríamos llamarla con Derrida LEY DE DESBORDAMIENTO, de participación sin
pertenencia. (En este sentido) todo texto permanece abierto, no puede cerrarse en una identidad
sobre sí mismo. “El fin comienza, es una cita.” (Ibid., pg. 17)
- Participa de varios géneros; se trata de una mezcla de géneros.
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Lo transgenérico pasa por una metáfora de un texto de Blanchot de 1973, titulado La folie du
jour. Allí, refiriéndose a la “ley del género”: “La verdad era que me gustaba. En ese medio
superpoblado de hombres era el único elemento femenino. Una vez me había hecho tocar su
rodilla: una extravagante impresión.” ( La ley del Género, pg. 35).
Ahora bien, según Francisco Umbral en su Tratado de perversiones: “La cuestión está en la
rodilla.”
“La cuestión está en la rodilla. Baudelaire (lo cuenta Proust) amaba las rodillas femeninas.
Amaba, quizás, en la mujer, lo que tiene de menos femenino, esos momentos de su cuerpo en
que asoma el hombre que pudo ser, un fantasma varón o un fantasma de varón.
El trasvesti de Barthes, a propósito de una novela de Pierre Loti en “El Grado cero de la
escritura”. El trasvesti de Baudrillard: Un principio de incertidumbre hace oscilar los polos
sexuales. “No es el polo opuesto a lo masculino, es lo que abole la oposición distintiva…”
“El “trasvestismo”.Ni homosexuales ni trans-sexuales… El encanto que ejercen, también sobre
sí mismos, proviene de la vacilación… y no … de la atracción…” (BAUDRILLARD, J. De la
Seducción, pg. 19).