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Cárcel de Turi Ecuador

No pasó una hora para que José Nero, que llegó a la cárcel de Turi, en Cuenca, a las
cinco y media de la mañana del pasado jueves 21 de diciembre, fuese encontrado
muerto a las seis y quince de la misma mañana.

La muerte de José Nero pudo haber pasado desapercibida si no fuese uno de los tres
sospechosos del cruel asesinato de Emilia, una niña lojana de nueve años, cuyo cuerpo
quiso ser desaparecido cercenándolo e incinerándolo.

Nero fue encerrado en una celda junto a los otros dos sospechosos de este crimen que
casualmente se durmieron mientras él se suicidaba colgándose de la litera con su propia
camisa. ¿Se suicidó o lo suicidaron?

La primera versión de las autoridades, dada por la propia ministra de Justicia, Roxana
Alvarado, tiene algunas incongruencias: 1. La tela de una camisa es demasiado débil,
ancha y muy corta como para que pueda servir de torniquete y ahorcarse. Para lograr
este objetivo, debió necesitar ayuda. 2. La litera de la cárcel es muy baja para que el
suicida pueda lanzarse y tensar suficientemente la cuerda (la camisa en este caso) para
lograr su cometido. 3. Cuando hay un ahorcamiento, sea suicidio o ejecución, el
condenado patalea con gran estrépito. En este caso Nero se ahorcó tan suavecito que no
despertó a sus compañeros con el estrépito de su agonía. 4. No es el primer caso de este
extraño tipo de muerte por asfixia en Turi.
Entonces, ¿qué pasó?

La cárcel de Turi en la palestra pública

La cárcel de Turi saltó a la fama en mayo del 2016 cuando los internos del pabellón de
mediana seguridad fueron torturados por miembros de la Policía Nacional. Este acto no
habría sido procesado en los tribunales de justicia si es que no se filtraban varios videos
de las cámaras de seguridad de esta cárcel en las que se observa como los policías
agreden a los internos cuando están sometidos en el piso y los obligan a desnudarse para
propinarles golpes, e incluso descargas eléctricas. 42 policías han sido llamados a juicio
por estos hechos, tras una serie de acciones judiciales frustradas y boicoteadas.

Luego de esto, un nuevo video saltó a la luz pública para evidenciar la violencia en la que
viven los reclusos de esta cárcel. Esta vez, el video filtrado mostraba a un grupo de
internos apuñalando a un compañero suyo. En este video se puede apreciar como
permanecen abiertas las puertas de los pabellones, lo que facilita la acción del grupo
asesino. En julio de 2017 nuevamente se da a conocer que un joven, al que solo le
faltaba seis meses para salir de prisión, recibió 7 puñaladas.

En agosto de este año, los policías o familiares de los policías involucrados en los actos
del 31 de mayo de 2016, mostraron en las redes sociales un parte policial y varias fotos
de policías heridos, pues al parecer en un nuevo operativo de requisa similar al de mayo
de 2016 se encontraron con que los reclusos estaban preparados para recibirlos y
portaban toda clase de armas corto punzantes. Esta vez las víctimas fueron los policías,
quienes se quejaron de la complicidad de los funcionarios penitenciarios que se hacen de
la vista gorda frente a la violencia carcelaria, el tráfico de drogas y la extorsión. “Se debe
tomar en consideración mi Tncl. que el personal de Agentes de Seguridad Penitenciaria
(ASP) no cumple con su función encomendada en vista de que algunas celdas no se
habían encontrado con sus seguridades respectivas (candados), motivo por el cual los
PACLS procedieron a salir poniendo en riesgo la integridad del personal policial que nos
encontrábamos dando cumplimiento al operativo de control”, reporta el Teniente Edgar
Portilla, Oficial Encargado del Segundo Grupo CRS-TURI, en el parte policial que da
cuenta de estos eventos

A lo largo del año en INREDH hemos recibido denuncias de tortura, tratos crueles,
extorsión, ausencia de atención médica en emergencias, falta de alimentos o alimentos
podridos que se dan a los detenidos. Se nos ha hecho llegar fotografías, mensajes de
texto, correos electrónicos o mensajes escritos en papel con frases desesperadas, como
el siguiente: “… de manera especial solicito se envié este informe hacia el INRETH para
que ellos publiquen y llegue al oído de la ministra ya que a diario vivimos maltratos como
estos pero lamentablemente no son informados, adjunto envió la versión que hace el
compañero de un maltrato físico y psicológico que suscito el día de ayer lunes 27 de
Noviembre-2017 aquí en el pabellón donde yo estoy, gracias”. El texto adjunto, escrito a
mano, detalla el trato recibido por un preso que se quejó del mal estado de la comida y la
urgencia médica que ello provocó: “… para poder salir a emergencia tenemos que insistir
por muchas ocasiones a los ASP para que nos saquen al policlínico. Esta situación me
indignó mucho por esa forma le reproché a la ASP que se encontraba en la garita. Siendo
las 7. 30 Pm ingresaron las guardias de la ASP a la celda 15 a agredirme verbalmente y
físicamente, incluso torturarme con corriente y gas”. La nota detalla a continuación, con
nombre y apellido, lo que cada guardia penitenciario le hizo.

Los tratos crueles propiciados por bandas de internos, protegidos por las autoridades
penitenciarias, a quienes no se dejaban extorsionar o a quienes deseaban denunciar la
situación que se vive al interior de la cárcel de Turi pronto se convirtió en un secreto a
voces, incluyendo la pregunta sobre la clase de protección especial que tenía el director
de esta cárcel para mantenerse en el puesto a pesar de las múltiples denuncias que se
daban en su contra.

En septiembre de este año, la Fiscalía dio a conocer sobre esta red de extorsión y acusó a
16 personas, pero esto no bastó para desarticular a esta red, pues prosigue con sus
prácticas a través de nuevos integrantes.

Turi se ha convertido en el ejemplo del fracaso de la tan cacareada reforma penitencia de


la que se fanfarronean los actuales y los anteriores funcionarios gubernamentales.

El voto de silencio

Cada vez que pasa algo en Turi y el escándalo se filtra a los medios de comunicación, las
autoridades intentan salir al paso asegurando que se realizarán todas las investigaciones
pertinentes y se sancionarán a los responsables. Pasado el escándalo vuelven a su voto
de silencio y ahí pasan en letargo hasta que un nuevo escándalo los sobresalta.

¿Dónde está la Defensoría del Pueblo? Al inicio de su gestión, Ramiro Rivadeneira


asumió con bombos y platillos la conducción del “Mecanismo de Prevención de la
Tortura” “Los mecanismos de prevención de la tortura son creados a partir del Protocolo
Facultativo de la Convención contra la Tortura, con la finalidad de implementar un
sistema de visitas para prevenir las violaciones a los derechos humanos de las personas
privadas de libertad. La finalidad de las visitas se encuentra en identificar los factores de
riesgo que pueden dar lugar al cometimiento de tortura, así como proponer
recomendaciones para mejorar las condiciones de privación de libertad”, dice la página
web de esta instancia. ¿Y?

El voto de silencio permanece en la DPE aún cuando el régimen correísta ha finalizado y


está por pasar a la historia con una pésima calificación. ¿O es que acaso el voto de
silencio tiene vigencia aún en el presente gobierno?
Lo que pasa en Turi debe ser denunciado por la DPE y su mecanismo de prevención de la
tortura, y debe ser denunciado precisamente como una forma de prevención, para que
no haya nuevas víctimas en uno y otro bando.

Es evidente que el voto de silencio de las demás autoridades que tienen responsabilidad
sobre el sistema penitenciario es un acto de solidaridad con el anterior régimen, pues en
él se afanaban de la nueva política penitenciaria, que lo único que hizo fue cambiar la
estructura física; esperemos que no se lo haya hecho por las coimas que parece haber
imperado en cada proyecto gubernamental de Rafael Correa.

La responsabilidad de la muerte de José Nero es del Estado y sus funcionarios, pues


cuando una persona es detenida, su protección pasa a ser responsabilidad del Estado; así
como es responsabilidad del Estado el esclarecer el asesinato de Emilia, para lo cual debió
tomar todas las medidas necesarias para garantizar la investigación, y una de esas
medidas era precisamente la protección de la vida de Nero, aislando a los sospechosos
del crimen de Emilia, más aún si se estaba investigando un delito de trata de personas y
pornografía infantil.

Los asesinatos, la tortura, la extorsión y todos los delitos que puedan ser cometidos al
interior de un centro penitenciario no solo es responsabilidad de los autores materiales,
sean estos detenidos, guardias penitenciarios o policías, sino que es responsabilidad de
las autoridades estatales que no asumen ni implementan una verdadera política de
seguridad penitenciaria. Los asesinos de Nero y Emilia, y hay que decirlo con énfasis, los
asesinos de Nero y Emilia ahora podrán manejar mejor su defensa, pues al testigo
principal lo “dieron suicidando”, como sugirió el presidente Lenín Moreno al pedir que se
investigue lo sucedido. Pero el escándalo ya pasará y volveremos al eterno letargo y,
entre los funcionarios actuales, al voto de silencio que ha primado en los últimos diez
años, y en los siete nuevos meses.

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