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Riesgo: es la vulnerabilidad ante un potencial perjuicio o daño para las unidades, personas,
organizaciones o entidades. Cuanto mayor es la vulnerabilidad mayor es el riesgo, pero cuanto
más factible es el perjuicio o daño, mayor es el peligro. Por tanto, el riesgo se refiere sólo a la
teórica "posibilidad de daño" bajo determinadas circunstancias, mientras que el peligro se refiere
sólo a la teórica "probabilidad de daño" bajo esas circunstancias. Por ejemplo, desde el punto de
vista del riesgo de daños a la integridad física de las personas, cuanto mayor es la velocidad de
circulación de un vehículo en carretera mayor es el "riesgo de daño" para sus ocupantes, mientras
que cuanto mayor es la imprudencia al conducir mayor es el "peligro de accidente" (y también es
mayor el riesgo del daño consecuente).
Utilidad: Aptitud de un bien o servicio para satisfacer una necesidad humana. Para Jeremy
Bentham, la utilidad es una propiedad que tienen los objetos. Para otros economistas, como
William Stanley Jevons y Vilfredo Pareto, la utilidad no es una propiedad de los objetos, sino una
cualidad que depende del particular uso que el hombre haga de ellos. El concepto de utilidad es
básico en teoría del consumo, una de las tres partes fundamentales de la microeconomía
(consumo, producción y precios). La utilidad es una magnitud variable que aumenta al aumentar la
cantidad consumida del bien hasta alcanzar un máximo, a partir del cual la curva de utilidad se
vuelve decreciente. La utilidad marginales el incremento de utilidad debido a un incremento
infinitesimal de la cantidad consumida del bien, o el incremento de utilidad ocasionado por el
consumo de una unidad adicional del bien, como se suele decir en la práctica. Economistas como
Walras, Jevons, Marshall y Edgeworth, entre otros, consideraron la utilidad como una magnitud
susceptible de ser medida (utilidad cardinal). Otros economistas, como Pare-to, y posteriormente
Hicks y Alien, estimaron que la utilidad de un bien depende de la cantidad consumida del mismo y
que puede compararse, pero no medirse (utilidad ordinal); según esta segunda posición, la utilidad
total sólo podrá describirse por medio de un índice arbitrario, que toma el mismo valor cuando se
trata de combinaciones de bienes que proporcionan la misma utilidad o satisfacción y un valor
mayor (o menor) a medida que la utilidad aumenta (o disminuye).
El mundo de las inversiones es apasionante; a todas las personas les gusta obtener ingresos extras,
adicional a la de participar en un mercado que muchas veces se piensa está reservado para pocos.
Hay que romper mitos como que el ahorro es sólo para quienes tienen ingresos elevados o
necesitan millones para invertir en el mercado de dinero.
La inversión: es como un arte, una ciencia que nos dice como ganar dinero, se ve simple y lo es,
pero las personas se van por los caminos equivocados y terminan complicando la cosa y perdiendo
dinero. Algunas personas dicen que invertir es arriesgado, lo que pasa es que estas personas no
saben invertir y han invertido de la manera equivocada y eso ha provocado sus resultados
negativos.
Como en todos los aspectos de la vida, existen personas que son más exitosas que otras en
algunos campos, por eso es necesario la preparación continua y la especialización. Un buen
inversionista es una persona que, sin necesidad de ser experto, domina los conceptos claves para
entender sus estrategias de inversión, logrando así que éstas sean cada vez más un reflejo de sus
actitudes y preferencias y además, en la comprensión de los ingredientes que la componen y la
disciplina con que la implementan.
Pero también, independientemente de su clasificación, debe partir de unas premisas o unas claves
para saber invertir. El decálogo del buen inversionista de Warren buffet le ha dado la vuelta al
mundo, y aunque los preceptos son claros y sencillos en algún momento se ha hecho caso omiso a
estos preceptos ya sea por pánico o por seguir alguna moda o porque no se es honesto consigo
mismo. Hemos querido retomar esos aspectos y resumirlos de la siguiente manera:
• Tener objetivos claros y adquirir disciplina. Saber a dónde quiere llegar le permitirá construir
estrategias exitosas, así como ser constante en las actividades de inversión.
• Entender el mercado. La principal forma de proteger sus inversiones es conocer lo que está
pasando en el mercado y utilizar todas las herramientas disponibles, esto ayudará a tomar
decisiones de inversión con un mayor nivel de seguridad; la interpretación se logra con una
formación constante.
• Diversificar, la manera más eficiente para invertir los recursos. Buscar una plataforma de
inversiones amplia y diversificada ayuda a contrarrestar de mejor manera la turbulencia de los
mercados, además da la posibilidad de obtener una mejor ganancia. Es correcto no poner todos
los huevos en una misma canasta y siempre diversificar de forma racional; todo en exceso es malo.
• Control emocional. Aunque a nadie le gusta ver rendimientos negativos, mantener la calma es
necesario en esos momentos, ya que la experiencia ha demostrado que luego de desequilibrios
financieros, siempre se pueden ver momentos de recuperación. El pánico es el peor enemigo del
inversionista.
• Comprar negocios, no acciones ni bonos. Esto implica tener bien claro el potencial del negocio
detrás del activo que se negocia en el mercado de capitales. Si el negocio tiene buen potencial de
largo plazo no importa las oscilaciones de temporales si se tiene paciencia se obtendrán favorables
beneficios a futuro. Muy pocos inversionistas piensan en las gangas, es decir, en comprar acciones
cuando se han desvalorizado.
• Evite moverse con mucha frecuencia con el fin de no dar bandazos y comprar y vender en los
peores momentos. Intentar predecir el futuro no es bueno. El inversionista inteligente es aquel
que en vez de salir corriendo por una desvalorización de su portafolio, decide invertir más en el
mismo activo que le está generando la desvalorización.
• Tener cautela ante el excesivo optimismo y la coyuntura. Recuerde que las olas son peligrosas,
no se deje llevar por las modas y tenga la habilidad para decir No
Diversificacion de Markowitz:
Sin ninguna intención de ingresar en un artículo académico, ni mucho menos, la clave del principio
se centra en el hecho de que los retornos de los activos no se encuentran perfectamente
correlacionados entre sí. Puesto en términos más prácticos, los precios de los activos no varían al
mismo tiempo en las mismas proporciones y sentidos. Así cuando la crisis de 2008 azotaba los
mercados bursátiles del mundo, por otro lado y al mismo tiempo el oro no se cansaba de manera
alguna de superar records de cotización día tras día. Es decir, el principio de diversificación, nos
remite inevitablemente a aquel antiguo y trillado dicho de la sabiduría popular, que reza que no
hay que poner todos los huevos en la misma canasta.
Por lo tanto, y dado que en finanzas el riesgo se mide en términos de variabilidad de rendimiento,
considerados dos activos, A y B, con un promedio histórico de rendimiento idéntico del 10% anual,
si por ejemplo, el activo A ha registrado un máximo histórico de 50% y un mínimo de -20%, y el
activo B con idéntico promedio, y en idéntico período de tiempo, ha registrado un máximo
histórico de14% y un mínimo del 7%, claramente el activo B es inminentemente menos riesgoso, y
su comportamiento, es en principio más predecible.
El riesgo propio o único de un activo: son factores micro que afectan específicamente a un título o
a una acción determinada, o incluso a un sector específico de la economía, pero no a la economía
considerada en su conjunto. Por ejemplo, variaciones normales del precio del petróleo constituyen
un factor de riesgo específico de las compañías petroleras, modificaciones en la regulación o en la
política de tarifas de servicios públicos representan una fuente de riesgo propio de las empresas
que se dedican a la explotación de dichas concesiones, así como también podemos encontrar
factores más específicos aun, como la elección de un director, o el diseño de una estrategia
comercial por parte de una empresa, que pueden afectar directamente el valor de su acción en el
mercado. El riesgo único, por lo tanto, por ser inherente a un activo específico o determinado,
puede ser eliminado incorporando nuevos y disímiles activos en la cartera, es decir, mediante la
aplicación de técnicas de diversificación.
Ahora bien, cual es entonces el corolario práctico de la teoría de Markowitz. La conclusión es que
el riesgo único y la variabilidad de los retornos de un título pueden ser eliminados simplemente
agregando más títulos o acciones a tu cartera. Es decir, si invierto todos mis fondos únicamente en
acciones de un banco en particular, la variabilidad de mis retornos va a estar supeditada
directamente a la variabilidad de los rendimientos de dicha acción. Sin embargo, si distribuyo mis
fondos por ejemplo entre las acciones de varios bancos, es probable que la variabilidad de los
retornos de las acciones de los distintos bancos se compensen entre sí, unas a otras, y mi riesgo
dependa entonces del sector bancario en su conjunto, y no de una entidad o empresa
determinada. Puedo también continuar diversificando e incorporando por ejemplo empresas de
todos los sectores que cotizan en la bolsa argentina, y ahora el riesgo de mi cartera se encontrará
atado a la suerte de la bolsa local, por lo que puedo continuar reduciendo mi riesgo destinando
parte de mis fondos a invertir en mercados bursátiles extranjeros, y puedo por lo tanto alcanzar mi
máximo grado de diversificación distribuyendo todos mis fondos entre todas las acciones que
existen en el planeta, en la misma e idéntica proporción que el valor de las acciones de cada
empresa cotizante en el mundo, representa sobre la suma del valor de todas las acciones
existentes. Sin embargo hay algo que no puedo eliminar, el riesgo de mercado mundial. Pensá por
ejemplo por un momento, en el crash del 29, en Lehman 2008, o en los nuevos y recientes
episodios de esta crisis en 2011. Es decir, el límite del principio de diversificación, radica entonces
en el riesgo sistemático mundial, ya que éste no puede ser eliminado diversificando.
Los beneficios de la diversificación de los fondos, como herramienta reductora del riesgo tienden a
incrementarse, a medida que disminuye la tendencia de los precios de los activos de la cartera a
variar en el mismo sentido. Es decir, cuanto menor sea la tendencia de los activos o acciones que
componen la cartera a moverse en la misma dirección, ya sea por tratarse de empresas de
distintos sectores económicos, o porque operan en distintos países o regiones, y están por lo tanto
expuestas a factores específicos de riesgo distintos, mayores serán los beneficios provenientes de
la diversificación, ya que existirán mayores probabilidades de que los retornos opuestos, se
compensen entre sí unas a otros.
Cabe aclarar además, que este principio de diversificación, que aparenta a priori, ser casi
impracticable por la cantidad de acciones existentes, por ejemplo solo en el mercado argentino, y
la consiguiente suma de operaciones y comisiones que conllevaría a un inversor minorista diseñar
una cartera que replique al Merval (principal índice de la bolsa porteña), es en realidad plausible
de ser llevado a cabo gracias a la existencia de fondos comunes de inversión que brindan dicho
servicio. Es decir, se trata fondos que reúnen sumas de dinero de una gran diversidad de
inversores, y que destinan dichas sumas a replicar la composición de índices bursátiles, como el
Merval en argentina, e incluso se pueden encontrar fondos como el MSCI (Morgan Stanley Capital
International), que permite replicar la cartera teórica mundial.
En conclusión, para aquellos que cuenten con algún tipo de formación estadística o matemática,
sabrán entender que la clave de la teoría de Markowitz radica en la covarianza, y más
precisamente en el coeficiente de correlación, aunque en cualquier caso, quedará como inquietud
personal de cada interesado, ya que no será objeto de debate de ésta columna.
Por último, como anécdota final, o dato de color histórico, aunque carente de rigor científico de
verdad, se ha contado a través de la historia que cuando Markowitz presentó su teoría, como tesis
final de su doctorado en economía, fue fuertemente cuestionado por uno de los profesores que
conformaban el tribunal de evaluación, nada menos que el premio Nobel de economía, Milton
Friedman, porque entendió que Markowitz no hacía con esto ninguna contribución sustancial al
campo del conocimiento económico. En aquella oportunidad, sin embargo, Markowitz fue
defendido, y afortunadamente con éxito, por su entonces, mentor de tesis, y pudo así obtener su
título doctoral. Tiempo después la teoría de diversificación se convirtió en la piedra fundamental
de muchas otras teorías financieras, y en el año 1990 Markowitz recibió por ella su premio Nobel
de economía.
Otra manera de determinar el rendimiento esperado de una inversión, hacia el corto o mediano
plazo, es con base en proyecciones financieras.
Por ejemplo, las áreas de análisis de las casas de bolsa determinan precios objetivos para las
acciones, tomando en cuenta distintos supuestos. En el caso de instrumentos de deuda, los
rendimientos esperados en el corto y mediano plazo pueden estimarse con base en las curvas de
rendimiento – es decir en las tendencias que se observan en las tasas de interés de los diferentes
plazos.
Otro punto a tener en cuenta es el tipo de empresas que componen la cartera. Se tiene una mejor
diversificación con una cartera de 5 empresas compuesta por un banco, una eléctrica, una
operadora de telecomunicaciones, una autopista y una constructora que con una cartera de 10
empresas compuesta por 10 bancos ó 10 constructoras ó 10 eléctricas, etc. No hace falta que en
una cartera estén representados todos los sectores que cotizan en la Bolsa, pero debe procurarse
la mayor variedad posible teniendo siempre en cuenta que no hay que “comprar por comprar”,
sino sabiendo lo que se compra. Igual que pasa con el número de valores es preferible tener 4
sectores en la cartera de los que se tiene un buen conocimiento que tener esos mismos 4 sectores
y otro más del que se tienen referencias superficiales.
Los 3 factores citados hasta ahora (número de empresas, ponderación de cada empresa en la
cartera y sectores representados en la cartera) son imprescindibles a la hora de diseñar una
cartera de valores, no se puede pasar por alto ninguno de ellos.
Los 2 factores que se citan a continuación (subsector y zona geográfica) son deseables y es
preferible tenerlos en cuenta, pero no son tan importantes como los 3 primeros.
Dentro de un mismo sector también se puede afinar más teniendo en cuenta losdistintos tipos de
empresas que componen el sector. Por ejemplo, si se tienen 2 empresas de un sector determinado
en la cartera se consigue una mayor diversificación si una de ellas desarrolla la práctica totalidad
de su actividad en el mercado local y la otra tiene un carácter multinacional que si se compran 2
empresas locales ó 2 multinacionales de ese sector. Dentro de las empresas eléctricas, por
ejemplo, puede haber algunas que se dediquen a la fase de transporte y otras a la fase de
generación. Se alcanzaría mayor diversificación con una eléctrica dedicada al transporte y otra a la
generación que con 2 dedicadas al transporte o 2 dedicadas a la generación.