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La Hora de Juego Diagnostica
La Hora de Juego Diagnostica
1- CONCEPCIÓN DE NIÑO
a- Sujeto en desarrollo
b- Sujeto del ICC
c- Sujeto que tiene una historia y vive en una contexto sociocultural determinado
2- CONCEPCIÓN DE JUEGO
El juego, desde la Filosofía, en sus formas más sencillas y hasta dentro de la vida animal, es
algo más que un fenómeno puramente fisiológico. El juego, en tanto tal, afirma Huizinga (1968),
llega a constituirse en un fenómeno que ha de ser analizado en forma global, desde lo histórico, lo
cultural, lo social y lo psicológico. Huizinga habla del hombre como "homo-ludens", es decir, que
es la característica principal del ser humano.
El jugar, sostiene este autor, es ante todo una actividad libre. "El juego por mandato no es
juego. Además, es diferente a la vida cotidiana; más bien consiste en escaparse de aquella" (p. 21).
El juego tiene ritmo y armonía, es orden y crea un orden; es una representación, una figuración de
la realidad. Todo niños que juega, dice Freud, se comporta como un poeta, pues crea un mundo
propio, nuevo y diferente, o mejor dicho, inserta las cosas de su mundo en un nuevo orden que le
resulta satisfactorio. No es que el juego sea pura diversión; por el contrario, el niño lo toma muy
en serio, por lo cual "no es la seriedad el opuesto al juego, sino la realidad efectiva" (Freud, S.,
1908).
Pero, ¿qué nos dice la Psicología acerca del juego? ¿Cómo interpretamos el juego de un niño?,
¿Cuáles son los mecanismos psicológicos que llevan a un niño a jugar? Quien nos abre el camino
para analizar el juego en el niño es Sigmund Freud, en su artículo "Mas allá del Principio del
Placer" (1920). También son importantes las concepciones de Anna Freud, su hija, primero en
Viena y luego en Estados Unidos; la posición de M. Klein, en Inglaterra, y Arminda Aberastury en
Argentina; la concepción de Winnicott, también en Inglaterra y Piaget, en Suiza.
Freud describe allí la actividad lúdica de un niño de 18 meses, que arrojaba todos los juguetes lejos
de él. Una vez, presenció el juego de ese niño con un carretel de madera atado con un piolín. El
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juego consistía en arrojar el carretel (al que seguía sosteniendo por el piolín) tras la baranda de su
cunita; y después, tirando del piolín, volvía a traer el carretel. El primer movimiento iba
acompañado por un "Oh...", al que Freud interpretó como "fort", que en alemán significa "se fue",
y el segundo movimiento era acompañado por un "Ah..." o "da", que significa "acá está".
El juego completo era pues hacer desaparecer y luego aparecer el objeto. Freud interpreta que
ante la angustia que le causa la partida de la madre, el niño la compensa escenificando con los
objetos que tiene a su alcance: desaparece y aparece.
Si bien sabemos que este en artículo en realidad Freud está más preocupado por describir el
mecanismo de la repetición y el "más allá del principio del placer" que por la actividad lúdica del
niño, de este juego, Freud concluye que:
1- Freud descubre a través de este juego algo esencial: que el niño repitió en el juego una
impresión desagradable, repetición que iba asociada a una ganancia de placer de otra índole
(lo que Lacan llamará Goce).
2- Si bien en el juego el niño fue pasivo, o afectado por la situación, ahora se pone en un
papel activo, repitiendo la escena a pesar de ser displacentera, quizás, justamente, para
apoderarse de esa situación.
3- Según Freud, el acto de arrojar el objeto, "para que se vaya", quizás corresponda a la
satisfacción de un impulso reprimido por el niño de vengarse de la madre por su partida. Es
como si dijera "no te quiero más, yo mismo te echo". En realidad estas dos interpretaciones
remiten a lo mismo.
4- Afirma que el juego del niño está presidido por un deseo dominante: el de ser grandes y
adultos, y poder hacer lo que la gente grande hace.
Freud, su hija, en Viena y luego en Estados Unidos; Melanie Klein, en Inglaterra; Donald
Winnicott, también en Inglaterra y Jean Piaget, desde la Psicogenética, en Suiza. Arminda
Aberastury, psicoanalista argentina, sigue la línea de M. Klein.
4- Durante el día van desapareciendo estos objetos, pero continúan ejerciendo su función a la hora
de dormir. Estos objetos son reemplazados durante el día por otros juguetes más alejados de esta
carga objetal, pero igualmente sirven a las actividades yoicas y a las fantasías subyacentes.
5- La satisfacción que el niño encuentra al jugar va dejando lugar al placer por el producto final de
la actividad. Esto es un requisito indispensable para el buen rendimiento escolar del niño.
6- Van apareciendo ciertas facultades: control, inhibición, utilización de materiales en forma
constructiva, tolerancia a la frustración y pasaje del Principio del Placer hacia el Principio de
Realidad; facultades que permiten el pasaje de la capacidad lúdica a la capacidad laboral, a partir
del período de latencia.
7- Luego aparecen los hobbies y los juegos estructurados.
"El niño expresa sus fantasías, sus deseos y experiencias de un modo simbólico por medio de
juguetes y de juegos. Al hacerlo utiliza los mismos medios de expresión arcaicos, filogenéticos, el
mismo lenguaje que no es familiar en los sueños. Y sólo comprendemos este lenguaje si nos
acercamos al juego como Freud nos ha enseñado a acercarnos al lenguaje del sueño. Por ello
debemos tener en cuenta no sólo los simbolismos aislados que puedan surgir dentro del juego, sino
todos los mecanismos y formas de representación usados en el trabajo onírico" (Reynoso, 1980).
El análisis de niños nos muestra repetidamente los diferentes significados que puede tener un
mismo juguete o fragmento de juego, interpretado a partir de la singularidad de cada niño y de la
situación analítica global. Es por esto que la autora sostiene que el juego es el mejor medio de
expresión del niño, ya que jugando el niño habla y dice toda clase de cosas que tienen el valor de
genuinas asociaciones.
Así, si consideramos al juego como equivalente al sueño, podemos suponer que también aquél
es una manifestación del Icc, y que ha sufrido un proceso de transformación, apareciendo ahora
tras una fachada tal como la elaboración secundaria del sueño. Esto nos lleva a pensar a la
actividad lúdica como estructurada a partir de las leyes del Icc, a saber, la condensación y el
desplazamiento. Proceso de simbolización que consiste esencialmente en ofrecer otro significante
a lo imposible de nombrar.
Juego y palabra, ambos implican el reemplazo de un objeto inalcanzable, significante
primordial para el sujeto, perdido y originario del deseo, por otros más accesibles, que encuentren
con aquél alguna suerte de conexión asociativa. Es decir que el sujeto habla y juega, recién cuando
ha interiorizado al otro.
Por tal motivo, un niño que no juega, que tiene reprimidas sus fantasías, tampoco logrará hacer un
buen aprendizaje.
4- Juego y Ansiedad
Ya señalamos que por intermedio del juego el niño transforma experiencias dolorosas, sufridas
pasivamente, en activas y cambia el dolor en placer. Este placer que obtienen los niños mediante el
juego , no procede, entonces, sólo de la gratificación por el cumplimiento de sus deseos, sino
principalmente, por el dominio de la ansiedad que el juego ayuda a lograr. Sin embargo, la misma
autora señala más adelante, que esto es así, mientras la ansiedad es latente. Pero cuando se vuelve
manifiesta, pone fin al juego.
1- El juego es un tema en sí mismo: Lo primero que hace Winnicott es marcar la diferencia con
la concepción Kleiniana. Afirma que el psicoanálisis ha considerado al juego estrechamente con la
masturbación. Si bien en el juego, señala este autor, hay una fantasía, una excitación, este debe ser
estudiado como un tema en sí mismo y complementario al concepto de sublimación.
2- El jugar en el espacio y el tiempo: El juego tiene un tiempo y un espacio. No se encuentra
"adentro" ni tampoco está "afuera". No forma parte del mundo interno, ni del mundo no-yo.
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Winnicott postula que el juego se da en un espacio potencial, que se crea entre el bebé y su madre,
espacio que varía según las experiencias vitales de cada niño con su figura materna. Este espacio
potencial es opuesto al mundo interno y a la realidad exterior.
3- El juego como salud: Winnicott afirma que lo universal es el juego, y corresponde a la salud;
facilita el crecimiento y la salud misma; conduce a relaciones de grupo; puede ser un a forma de
comunicación en psicoterapia; y el psicoanálisis lo convirtió en una forma muy especializada al
servicio de la comunicación consigo mismo y con los demás.
4- El Proceso del juego: Según Winnicott, "hay un desarrollo que va de los fenómenos
transicionales al juego, de éste al juego compartido y de él a las experiencias culturales".
Winnicott describe 4 fases en el desarrollo del juego:
1- Hay una fusión entre el niño y la madre. El bebé tiene una percepción subjetiva del
objeto y la madre intenta hacer real lo que el niño está dispuesto a encontrar. Es la madre quien
muestra al niño los juguetes.
2- Hay una visión más objetiva del objeto, siempre que haya una "buena madre", de una
figura materna en condiciones de participar de la escena. El objeto es repudiado, reaceptado y
percibido más objetivamente. Este proceso de diferenciación requiere de una madre dispuesta a
jugar, a participar y devolver lo que se le propone. Ella se encuentra en un constante "ir y
venir" que oscila entre lo que el niño quiere que sea y, alternativamente, ser ella misma.
Gracias a esto el niño vive la experiencia de "control mágico", de omnipotencia, de confianza.
En esa confianza comienza el juego.
3- En esta etapa el niño puede encontrarse "solo en presencia de alguien. El niño juega
confiado en una presencia interna de la madre que recuerda después de haberla olvidado".
4- El niño permite la superposición de dos zonas de juego y disfruta con ello. La madre es
quien primero juega con el bebé, tratando de adaptar su actividad de juego al bebé. Luego
introduce su propio modo de jugar, cuando el bebé está preparado para aceptar o rechazar esta
introducción. Queda así allanado el camino para "jugar juntos en relación".
El objetivo de esta técnica es tomar contacto con el niño que nos traen a consulta y su
problemática. "Al ofrecerle al niño la posibilidad de jugar en un contexto particular, con un encuadre
dado, que incluye espacio, tiempo, explicitación de roles y finalidad, se crea un campo que será
estructurado básicamente en función de las variables de personalidad del niño" (Efron y otros, en
Ocampo y García Arzeno, 1982). Decimos básicamente, porque seguramente también influirá, aunque
de manera controlada, las variables del psicólogo en el rol de evaluador. Sabemos por su parte, que en
esta hora, el niño expresará sólo un segmento de su personalidad, reactualizando en el aquí y ahora sus
fantasías, temores y deseos.
La Hora de Juego se inscribe dentro de las técnicas proyectivas, ya que al jugar el niño proyecta
realidades que pertenecen tanto a su mundo interno como a su realidad externa. Así, el juego
constituye una verdadera creación simbólica , en tanto condensa en un espacio determinado, diferentes
elementos del pasado y presente de su vida; en este sentido; en este sentido, señala Reynoso (1980), el
juego nos descubre una historia.
Es importante realizar la diferencia entre hora de juego diagnóstica y la hora de juego
terapéutica, pues es muy común que se las confunda.
La primera supone un proceso, que tiene un comienzo, un desarrollo y fin en sí misma; opera
como una unidad y se la debe interpretar como tal.
La segunda, en cambio, es un eslabón más de un amplio continuo en el que van surgiendo
aspectos nuevos y modificaciones estructurales por intervención activa del terapeuta.
En general, la hora de juego diagnóstica va precedida por la entrevista inicial a padres, donde el
psicólogo elabora junto a los padres una consigna que darán al niño. Dado que pueden intervenir
diversos factores para que esta información llegue adecuadamente o no, se hace necesario
reformular al niño en el primer contacto, dicha consigna en forma clara y precisa.
En síntesis en esta primera hora el niño nos trasmite las fantasías Icc de enfermedad o el motivo
Icc por el cual es traído al psicólogo, y en algunos de los casos las fantasías de curación (M. Klein)
permitiendo esto al psicólogo valorar, de acuerdo al tipo y nivel de juego, la gravedad o no de la
sintomatología.
- También hay terapeutas que sugieren la posibilidad de que el niño juegue con agua. Al
comienzo se recomendaba, incluir en la misma sala una pileta con agua. Dadas las
condiciones actuales, en general, si bien se contempla la posibilidad de jugar con agua, esta
actividad es realizada en un lugar cercano al consultorio.
- En cuanto a los materiales, algunos autores señalan que los juguetes y otros elementos
deben estar expuestos sobre la mesa, al lado de la caja abierta. Otra postura (a la cual
adhiero), en cambio, señalan que deben estar dentro de la caja, y esta debe estar abierta. Por
su parte, el canasto o caja funciona muchas veces como otro elemento más para la actividad
lúdica del niño. Si bien Efron y otros (1982) señalan que los juguetes fuera de la caja evita
el incremento de la ansiedad persecutoria que puede surgir en un primer encuentro , frente a
un continente-caja, desconocido cerrado, creemos que con abrir la caja, esta ansiedad
también se evita.
- Con respecto a los juguetes a incluir, hay diversas modalidades que responden al marco
teórico de cada terapeuta:
a) Erikson prefiere utilizar elementos estructurados o figurativos. Sostiene que los
elementos deben responder y discriminar las distintas áreas de la problemática del niño.
Por ello pondrá teléfono, revolver, muñecos, etc.
b) M. Klein utiliza material inestructurado, ya que considera que un elemento muy
determinado formalmente podría ejercer un efecto sugestivo en el niño, y con ello,
limitar la proyección. Por ello pone en la caja: piolín, aguja, papelitos, goma de pegar,
tijera, retazos de tela.
c) Efron y otros poseen un criterio intermedio, brindando al niño la posibilidad de
elegir entre el material estructurado y el inestructurado. Las autoras, postura a la cual
adherimos desde la Cátedra, incluyen el siguiente material:
- Hojas de papel,
- Lápiz negro y lápices de colores
- Crayones
- Tijera de punta redondeada
- Plastilina
- Goma de borrar
- Sacapuntas
- Goma de pegar
- Papel glacé
- Hilo piolín
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- Muñecos
- Familia de animales salvajes y domésticos
- Autitos
- Avioncitos
- Platitos con tacitas
- Cubos
- Retazos de tela
- Pelota chica
- Es importante que el material esté en buen estado y sea de buena calidad, para evitar la
fácil rotura o deterioro del mismo, lo que causa culpa a los niños.
3.3. Consigna
La consigna se da una vez que el niño ha entrado al consultorio, y el psicólogo debe
poner de manifiesto en forma breve y en lenguaje sencillo una serie de informaciones que
configuran la consigna:
- Definición de roles
- Limitación de tiempo y espacio
- Material a utilizar
- Objetivos perseguidos
La consigna es la siguiente: "Los juguetes que están dentro de la caja (o sobre la mesa)
puedes utilizarlos como quieras. Yo mientras observaré para conocerte y así poder ayudarte".
M. Klein recomienda también, al final de la sesión, recordar al niño día y hora del próximo
encuentro.
A estos criterios los vamos a ir viendo junto al caso Paula, de 7aaños 4 meses (Nivel sociocultural
medio-alto)
1- Elección de juguetes y de juegos
a) Modalidad de aproximación: Aquí se analiza el modo en que el niño llega a los
juguetes y comienza a jugar con ellos. Las autoras señalan que puede ser de la siguiente forma:
- de observación a distancia (sin participación activa)
- dependiente (a la espera de indicaciones del entrevistador)
- evitativa (de aproximación lenta o a distancia)
- dubitativa (de tomar y dejar los objetos)
- de irrupción brusca sobre los materiales
- de irrupción caótica e impulsiva
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cual las fantasías primarias tienden a ser cada vez más postergadas. Así, es muy distinto el juego de un
niño de dos años, que aún sigue las leyes de los procesos primarios, con el de ocho, con predominancia
del proceso secundario.
Este indicador nos permite evaluar:
1- La riqueza expresiva: capacidad del niño de buscar en su entorno elementos que permitan
vehiculizar su problemática.
2- La capacidad intelectual. Evaluar si manifiesta manejo de la realidad acorde a su edad
evolutiva.
3- La calidad del conflicto: Aquí se evalúa el contenido de la simbolización. Los símbolos usados
por el niño nos remiten a la comprensión del estadio psicosexual por el que atraviesa. El niño
puede vehiculizar fantasías de tipo oral, anal, fálica o genital. Asimismo se debe indagar la
intensidad del conflicto, siendo un índice importante la reiteración de una determinada fantasía o
de la forma de expresión.
A lo largo de la sesión se puede inferir que la niña manifiesta capacidad de simbolización, ya que es
capaz de utilizar símbolos y expresar a través de ellos su conflictiva.
La fantasía subyacente en su juego está vinculada principalmente a la rivalidad con su hermana menor,
siendo esta expresada a través de la problemática ser grande - ser pequeño.
Otra característica en su juego es la constante bipolaridad: ser grande- ser pequeño; ser fuerte- ser
débil; ser varón - ser mujer. Otro tema que se expresa en la hora de juego es la relación de pareja,
unido al tema de la diferenciación sexual.
A través del juego, inferimos que la niña intenta elaborar su situación familiar. Manifiesta su
agresividad y rivalidad frente a su hermana, pero aparece también el temor. Siguiendo las
conceptualizaciones de M. Klein, sobre el Super- yo temprano sádico, vemos que en Paula se observan
impulsos agresivos. Una parte de estos se revelan a través de la actitud hostil hacia su hermana,
evidenciado esto en los disparos del revolver con el propósito de asustar a Laura. La otra parte de los
impulsos agresivos, permanecen en ella, provocando gran ansiedad, ante la cual el yo se ve precisado a
movilizar sus defensas. En este caso, Paula proyecta la agresión hacia los objetos externos, los cuales
devienen, de este modo, peligrosos. Este mecanismo vendría a explicar los terrores nocturnos de Paula,
de los que nos cuenta su madre en la entrevista. Síntoma que no es otra cosa sino el sentimiento de
culpa frente a la propia agresividad del Súper-yo.
Por otra parte, Freud nos dice que en el origen de toda conducta agresiva encontramos una frustración.
Así, en este caso, la agresividad que manifiesta Paula hacia su hermana Laura, podría explicarse
también a partir de la frustración que le generó a Paula el nacimiento de su hermana, y con ello, el
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desplazamiento del lugar de la única y de ser el centro de las atenciones. Tensión agresiva del doble,
según Lacán.
También puede observarse el temor a la castración, propio de la fase psicosexual por la que atraviesa la
niña. Esto se manifiesta a través de diferentes indicadores a lo largo de la hora de juego: El dibujo de la
figura del niño, al comienzo es realizado sin manos. Y luego realiza un comentario sobre su hermanita
que no puede hacer manos. Luego, hace las manos y de un tamaño grande. Esto podría significar que la
niña ha interiorizado la castración, pero aún no la aceptado completamente.
Personificación:
Es la capacidad de asumir y adjudicar roles en forma dramática, capacidad que en cada
momento evolutivo adquiere características diferentes.
a) En niños pequeños se expresa de un modo inmediato, la realización de deseos. Asume el rol de
otro haciendo suyo el personaje temido o deseado.
b) En una etapa posterior la personificación se enriquece con figuras imaginarias (hadas,
monstruos, cucos), disociando y proyectando en estas figuras sus diferentes imagos. El niño así, se
somete, domina, ataca, es perseguido, etc. por estas figuras.
c) En la latencia el niño comienza a personificar roles más definidos socialmente, con menor
expresión de la fantasía en función del incremento de la represión. Tiende a jugar, por ejemplo al
ladrón y al policía, a la maestra, al doctor, etc.
d) En la pre.pubertad, se ve una fuerte represión de la capacidad de personificación, por su
posibilidad de concretar sus fantasías.
e) En la adolescencia vuelve a resurgir la capacidad de adjudicar y asumir roles.
En general, la personificación posibilita la elaboración de situaciones traumáticas, el
aprendizaje de roles sociales, la comprensión del rol del otro y el ajuste de su conducta en función a
ello.
El análisis del contenido de la personificación, nos permitirá evaluar la calidad e intensidad de las
identificaciones, el equilibrio entre el Super-Yo, yo y ello.
Si durante la hora de juego el niño nos pide que asumamos determinado rol, debemos pedirle que
nos explique con claridad las características del rol adjudicado, para que responda a sus propias
fantasías.
En el juego de Paula no son las personificaciones las que lo caracterizan. Si bien aparecen en la
hora, son más bien escasas o están escondidas atrás de los muñecos. La personificación explícita que
encontramos es cuando ella toma el revolver y dispara contra Lauri, "para que se asuste". Situación
que nuevamente nos remite a su especularidad con la hermana.
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4. Motricidad:
Este indicador nos permite ver la adecuación del desarrollo motriz del niño con la etapa
evolutiva por la que atraviesa. En cada período hay pautas esperables, que responden al grado de
maduración y desarrollo neurológico como así también a factores psicológicos, sociales y culturales.
Ya que consideramos que un manejo adecuado de las posibilidades motoras permite un mayor dominio
del mundo externo, es importante observar cuando este desarrollo se detiene o presenta dificultades.
Para ello vamos a registrar lo siguiente:
1- Desplazamiento geográfico del niño
2- Posibilidad de encaje
3- Alternancia de los miembros
4- Lateralidad
5- Movimientos voluntarios e involuntarios
6- Ritmo del movimiento
7- Hiperkinesia
8- Hipokinesia
En relación a Paula, y siguiendo la línea de Gesell, se espera que un niño de 5 años manifieste
equilibrio y control de actividad corporal. Pauta que se observa claramente en Paula.
Asimismo, y observando el gráfico de la niña, se infiere que la coordinación visomotora es adecuada a
su edad, y hasta podría decirse que es superior a su edad cronológica.
Con respecto a lo verbal y lo gestual, se observa que hay coherencia entre ambos tipos de lenguaje.
es la capacidad del niño para desprenderse de la madre, para entrar al consultorio, demostrando
comprensión y aceptación de la consigna. Esto también nos permite evaluar posibilidades yoicas.
Con respecto a Paula, observamos que si bien en un primer momento la niña no quiere entrar sola,
luego del aval del padre (quien le da seguridad), logra entrar al consultorio sola. Aquí se observa buena
adecuación a la realidad, y tolerancia a la frustración, ya que acepta los límites que impone la consigna
y supera la primera dificultad.
Esto también se observa cuando no encuentra el cuchillo que necesita, o cuando las plasticolas "están
duras", ante lo cual, no se desorganiza, sino que rápidamente encuentra otros elementos con los cuales
seguir jugando. Sin embargo, observamos aquí, que pone la fuente de frustración en el exterior, y no
resuelve la situación; más bien "se la saca de encima", evitando la frustración. Esto se vincularía con lo
expresado por la madre, cuando señala que es muy exigente consigo misma y no tolera sus propios
errores.
Al finalizar la sesión, se observa al comienzo también dificultad para concluir, aunque luego de
recordarle el próximo encuentro, lo hace sin desorganizarse.
En síntesis, se observa en Paula adecuación a la realidad, y actitud de evitación frente a las
frustraciones, poniendo en el mundo externo la fuente de sus frustraciones, motivo por el cual, no
busca resolverlas. Se defiende así de tolerar la frustración.
BIBLIOGRAFIA: