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EVALUACION UNIDAD 3
RESEÑA SOBRE PELICULA: CODIGO ENIGMA

ESTEFANIA OLVERA GARCIA


PROF.: ISAAC HERRERA GALLEGOS
ALAN TURING
Alan Mathison Turing fue un matemático, lógico, científico de la computación,

criptógrafo, filósofo, maratoniano y corredor de ultra distancia británico. Reconocido por

ser uno de los padres de la ciencia de la computación y precursor de la informática

moderna; también tuvo que ver en la formalización del concepto de algoritmo y

computación. Nació el 23 de junio de 1912 en Londres, Inglaterra, y fue hijo de Julius

Mathison Turing y Ethel Sara Stoney.

En el año 1926 entró al internado de Sherborne en

Dorset, donde conoció a y se hicieron buenos amigos; tiempo

después, su compañero falleció, lo que fue un gran golpe

para Alan Turing, tanto así que se volvió ateo. El joven empezó

a inclinarse hacia la matemática y la ciencia, actitud que no le

atribuyó respeto de parte de sus profesores; aun así, ganó gran parte de los premios

matemáticos que se daban en la escuela. Alan Turing murió el 7 de junio de 1954 en

Wilmslow, Cheshire, a causa de un envenenamiento con una manzana infectada con

cianuro.

La máquina Turing
La máquina de Turing (abreviado MT) tiene, un control finito, una cabeza lectora y

una cinta donde puede haber caracteres, y donde eventualmente viene la palabra de entrada.

La cinta es de longitud infinita hacia la derecha, hacia donde se extiende indefinidamente,

llenándose los espacios con el carácter blanco (que representaremos con “t”).

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CODIGO ENIGMA
La película da inicio en el año de 1951 en Manchester Inglaterra donde Alan Turing

se encuentra en los cuarteles centrales del servicio secreto de inteligencia.

“…cree que como está sentado ahí y como yo estoy sentado aquí controla lo que

está a punto de pasar, se equivoca. Yo tengo el control, porque se cosas que usted no

sabe…”

El detective Nock llega a casa de Alan Turing junto con otro oficial ya que se había

tenido una denuncia de robo, al llegar se percatan de que todo estaba en orden y solamente

encuentran a Alan de rodillas recogiendo un poco de cianuro puro que había derramado.

Después de aclarar lo sucedido y que todo se encontraba en orden, el detective Nock

comienza a tener sospechas de lo que acababa de pasar y del comportamiento de Turing.

Posteriormente ya en los inicios de la segunda guerra mundial en el año de 1939,

Turing se dirige a la fábrica de radios Betchley donde están reclutando criptógrafos para

descifrar la máquina codificadora enigma que los alemanes usan para absolutamente todas

sus comunicaciones la cual tiene más de 159 trillones de configuraciones por día y si los

aliados logran descifrarla la guerra podría hacerse más corta.

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Adolescencia de Turing
Alan Turing Era profesor Matemático La historia gira alrededor del contexto de la

segunda guerra mundial Alan en el colegio recibió maltrato porque según sus compañeros

es raro y diferente. Se puede evidenciar que en aquella época no era permitido que las

mujeres participaran de programas académicos, y eran cuestionadas acerca de sus

habilidades, también se observa que las mujeres estaban al cuidado de los niños, cosa que

en este tiempo no ha cambiado mucho y además se les asignaba trabajos que por decirlo de

una mala manera, aunque tampoco es la adecuada, “trabajos fáciles”. Alan tenía la tarea de

descubrir un código secreto nazi. Hablan basándose en conceptos de normalidad y

anormalidad.

Homosexualidad
Era un delito que alguien demostrara gustos por una persona de su mismo sexo, pero

más si estas muestras de cariño se daban en público; esto se puede comparar con la critica

que se hace en este tiempo a parejas del mismo sexo o personas de diferente gusto hacia su

sexualidad, ya no se condena de tal manera como antes, pero igual se ve de manera

despreciativa y considerados como cochinos o con alguna enfermedad. Alan era criticado

por su forma de ser y sus gustos.

A pesar de las críticas recibidas, Alan siempre busco la manera de defender y demostrar

que lo que él decía y hacia era cierto. También es importante denotar, que, en esta época, lo

importante no solamente era que supiera acerca de la solución a algo, pues Alan a pesar de

ser un gran matemático e inventor, solo por el simple hecho de tener gustos diferentes esto

no le era reconocido y muchas veces se ponía en duda de si en verdad sabia o solamente era

un infiltrado que los quería hacer caer.

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El recuerdo de Christopher
Alan trajo consigo, después de la muerte de Cristopher varias actividades que realizaba a su

lado, pienso que esto lo hizo con el fin de recordar a esa persona que alguna vez lo entendió

y defendió porque se vio en sí mismo y en el otro. Reconocer que hay otros gustos, nos ha

servido para generar consciencia de que no somos iguales, aunque ha sido un tema que no

ha sido fácil, porque aún se sigue en búsqueda del reconocimiento, hay que rescatar que se

han hecho grandes avances en cuanto al conocimiento de la diversidad, todavía quedan

muchísimas cosas por hacer, pero pienso que este ha sido un gran avance, también el ver y

conocer acerca de historias y vidas que han pasado por esto, nos humaniza, porque nos

confronta, y es realmente valioso para la transformación.

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Contexto
El filme se enfoca en el periodo durante la Segunda Guerra Mundial en el que el

matemático fue contratado para descifrar, junto con un grupo de especialistas, el Código

Enigma, creado por una computadora, que usaban los Nazis para comunicarse estrategias

de guerra. Los mensajes se transmitían por señales de radio, flotaban en el aire al alcance de

cualquiera, pero eran intraducibles. Y Turing fue el líder del equipo que logró

descodificarlo, como una especie de hacker, y lo hizo rompiendo paradigmas: inventando

una máquina que, mediante un algoritmo, pudiera leer en minutos cualquier mensaje que

hubiera sido creado con el mismo código de programación que otro y que otro y que otro, y

que todos los que se enviaban entre sí los alemanes. Se trató de una guerra entre

computadoras, en la que la británica venció a la alemana. Aunque el trasfondo de la historia

son campos de batalla, las armas y los muertos, los familiares devastados, las ciudades

bombardeadas, en código enigma no vemos la catástrofe, pero sí una verdad aún más

injusta y cruel, que ya habíamos visto, aunque en su vertiente burocrática, en Zero Dark

Dirty (2012): mientras que en las guerras hay hombres dando su vida en los campos de

batalla, son solo carne de cañón; las grandes decisiones se trazan con el cuerpo caliente,

seguro, bien comido y bien vestido, y con la mente fría y calculadora, entre caras paredes.

Es ahí donde se decide el destino de miles de vidas, donde se opta por el mal menor. El

código enigma nos permite ver, aunque de forma apresurada, el dilema trágico en el que

estos hombres de mentes y condiciones privilegiadas vivían, sabiendo que mientras ellos

estaban relativamente seguros, de su trabajo dependían las vidas de millones. La película,

creada para dar zancadas de emoción en emoción, no permite que nos detengamos en estos

sufrimientos y les dedica apenas un puñado de diálogos.


El bien o el mal
La mayor atención que recibe el tema es cuando uno de los colegas de Turing pide que

eviten que se bombardee un barco de guerra británico (que, han descubierto, es blanco

alemán), porque su hermano soldado estará ahí, y todos en el equipo saben que el precio de

salvar a ese hombre podría ser perder la guerra misma, pues los alemanes se percatarían del

conocimiento de los británicos y cambiarían inmediatamente el código ya descifrado, lo

que retrasaría indefinidamente el fin de la guerra. Lo único que volvemos a saber de ese

personaje es que, tiempo después, mientras trabajan, le da un empujón a Turing con el

hombro, sin voltear a verlo, porque obviamente no ha superado el rencor. Pero ese choque

más bien es un pretexto para seguir avanzando la historia hacia otros asuntos.

Como suelen resolverse las tramas demasiado especializadas en algún campo

científico, la película simplifica la ciencia, sobre explica los descubrimientos esenciales,

exagera y/o trastoca rasgos de la personalidad y anécdotas de la vida íntima de los

implicados, a favor de un guion y edición con ritmo, y de la accesibilidad y de la empatía

que puedan provocar las situaciones más coloquiales en las que puedan verse envueltos los

personajes. Todo le funciona a El código enigma. Aunque jamás intenta acercarse a la

complejidad de los descubrimientos del matemático, muestra y dice lo suficiente para

atrapar, envolviendo con las bien equilibradas actuaciones, sobre todo de Cumberbatch, con

esa personalidad de genio, encantadoramente odioso, y de su contraparte en el equipo,

Matthew Goode, que se muestra lo suficientemente seguro de sí mismo y perspicaz, para

soportar, sin conceder demasiado fácilmente, sus desplantes a Turing. Lo mismo hace la

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música de Alexandre Desplat, que balancea suaves armonías con melodías aceleradas, o

viceversa, acentuando la lejanía de la época que vemos y lo apremiante de la situación.

Los pequeños nudos en la historia que crean expectativa se destensan con humor,

haciéndolo todo sumamente entretenido; por ejemplo, sucede así con la entrevista de

trabajo entre Turing y un general de alto mando del ejército, en la que Turing no se pliega a

la jerarquía marcial y desde su presentación en pantalla desafía a la autoridad con

conocimiento y determinación, lo que será su modus operandi hasta el cumplimiento de la

misión. Está también la subtrama de la única mujer matemática que colaboró en el

proyecto, Joan Clarke (Keira Knightley), que aunque en la realidad ya estaba ahí cuando

Turing se incorporó, en la película es reclutada por él. La relación entre ambos sirve para

exacerbar el tema de las presiones sociales y legales que vulneraban a homosexuales y

mujeres en ese entonces. En el caso de los primeros, eran ilegales; en el caso de las

segundas, como siempre, no debían destacar como profesionistas, sino como amas de casa.

Por el tiempo que se le dedica, podría parecer que la homosexualidad de Turing es

tratada como secundaria, pero en realidad la denuncia que se hace contrastando sus logros

con el trato legal que recibió y las consecuencias que tuvo, termina siendo lo más

importante en la película. Es claro que evitaron darle demasiado peso al tema para que no

fuera etiquetada como una película progay. Toda la historia del desciframiento del código

está impregnada de regresiones a su niñez, que ayudan a comprender su dificultad para

relacionarse y comunicarse, su pasión por los códigos y las matemáticas, pero que sobre

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todo dan cuenta de su primer amor hacia un niño del internado en el que creció que lo

ayudó a descubrir su vocación, a creer en él mismo y por quien eventualmente bautizó a su

máquina como Christopher (en la película, no en la realidad). Las tribulaciones

matemáticas están enmarcadas por el robo que sufrió Turing en su casa después de que

terminara la guerra; así inicia el filme. Intermitentemente seguimos la subsecuente

investigación que iniciaron las autoridades, de la que se desprendió su encarcelamiento por

haber tenido una relación con otro hombre; tras ser enjuiciado, se le dio la opción de

mantenerse en la cárcel o someterse a un tratamiento hormonal. La última vez que vemos a

Turing en pantalla, Joan lo va a visitar. Él se ve como un remedo de sí mismo, ansioso, con

manos temblorosas, incapaz de resolver un vil crucigrama de periódico. En realidad, las

consecuencias del uso de las hormonas fueron mucho más drásticas. Prácticamente, las

reacciones a las sustancias lo desaparecieron en vida, después de torturarlo. El verdadero

drama que padeció este hombre, después de que sus descubrimientos, su tenacidad y su

temperamento lograran acortar la guerra salvando así millones de vidas, se muestran en la

película con subtítulos: su suicidio por las insoportables inyecciones. El tardío perdón de la

Reina otorgado en 2013, 61 años después de su muerte.

Como al terminar la guerra, el expediente de Turing y de todas las investigaciones

que se realizaron, se clasificaron durante décadas, ni su nombre, ni sus logros, ni su

tragedia, son tan conocidos como debieran. El código enigma saca ventaja de esa

ignorancia generalizada para llevarnos a trote de suspenso. Sus realizadores privilegian la

imagen de un genio y los logros de un país (una vez más), frente a la de un reprimido y

sacrificado por el sistema.

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