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RESUMEN
El autor analiza las diversas concepciones que la doctrina procesal viene utilizando sobre la
noción de tutela cautelar en el proceso civil: para una concepción tradicional, el proceso
cautelar se incoaría sólo y necesariamente para tutelar un proceso que se acostumbra a de-
nominar “principal”, sin que pueda, en ningún caso, dar tutela y satisfacción directa a los
derechos e intereses de los justiciables. Para una concepción más dinámica, la instrumentalidad
de la tutela cautelar es concebida ahora en términos más amplios, predispuesta para hacer
más eficaz la actividad de la Justicia. Ante tal disyuntiva, el autor se decanta por una concep-
ción más completa y dinámica de la tutela cautelar, la que permitiría, además de tutelar un
proceso “principal”, dar satisfacción directa a derechos e intereses que sólo con una inter-
vención urgente del órgano jurisdiccional logran obtener tutela, aunque sea de modo provi-
sional. Concebida de esta manera, la tutela cautelar se configuraría como una valiosa y ra-
cional alternativa frente a la autotutela y el desamparo.
1
Desde hace ya algunos años, y con una las necesidades, valores y sentimientos de los
aparición cíclica o ya constante, se es- ciudadanos, entre otros tópicos, puede ser so-
cucha como música de fondo en muchos lucionado sólo si se huye de la Jurisdicción.
de los estudios procesales una melodía mo- Los compositores de esta música son los de-
nótona referida a que la Justicia civil se en- fensores de los denominados Alternative Dis-
contraría en una profunda crisis. Parte de la pute Resolution (o Métodos Alternativos de
letra de esa música llama a huir de la Juris- Resolución de Controversias)2, que llaman a
dicción, abrazando así la convicción de que instituir vías de conciliación, mediación o ar-
sólo la Justicia conciliativa entre los propios bitraje, antes que recurrir al proceso.
interesados libres y fraternos, o por obra de
un tercero considerado más cercano a los ciu- 2 Para un estudio de los métodos alternativos
dadanos, será capaz de sanar las heridas que de resolución de controversias, véase la siguiente
se han producido producto de tal crisis. De bibliografía: en Italia, DENTI , V. “I Procedimenti
este modo, se dice que el difícil acceso a la non Giudiziali di Conciliazione come Istituzioni
Justicia, la lentitud de los procesos1, la im- Alternative”, en Rivista di Diritto Processuale, vol.
XXXV (II serie), 1980; C APPELLETTI, M. “Appunti
su Conciliatore e Conciliazione”, en Rivista
1 Considerado por un sector importante de la Trimestrale di Diritto e Procedura Civile, año
doctrina como el mayor problema actual de la Justi- XXXV-Nº 1, marzo 1981; S ILVESTRI, E. “Osserva-
cia civil. Por todos, vid. PAJARDI, P. I Provvedimenti zioni in Tema di Strumenti Alternativi per la
D‘Urgenza Atipici nel Processo Civile, Pirola Risoluzione delle Controversie”, en Rivista
Editore, Milán, 1988, pág. 11. Trimestrale di Diritto e Procedura Civile, año III-
52 REVISTA DE DERECHO [VOLUMEN XII
Sin embargo, otro tanto de la melodía de unos plazos mucho más breves que la tutela
esta música ha sido compuesta por aquellos ordinaria.
que llaman a la calma y a no huir despavori- En el presente trabajo quiero dedicar
damente de la Jurisdicción, sino a introducir unas palabras a esta tutela de urgencia, espe-
los cambios necesarios a los institutos proce- cialmente de tipo autosatisfactiva (en el sen-
sales, especialmente al proceso como exigen- tido que satisface urgente y directamente un
cia constitucionalmente exigida para el pro- derecho o interés legítimo necesitado de tute-
cesal desarrollo de la función jurisdiccional3 . la), y confrontarla con la tutela cautelar, para
De este modo, frente a uno de los principales ver si la tutela cautelar puede considerarse
problemas que comporta la denominada cri- como uno de esos instrumentos que permiti-
sis de la Justicia civil, cual es el de la excesi- ría a los ciudadanos obtener la tutela juris-
va duración de los procesos, se hace un lla- diccional que necesitan para asegurar sus
mado a pensar en tutelas diversas de la derechos e intereses legítimos. Dicho de otra
ordinaria, cuando el peligro que comporta para manera, habrá de determinarse si la tutela
los derechos e intereses legítimos de los ciu- cautelar es un tipo de tutela que permite dar
dadanos una decisión jurisdiccional “tardía” amparo urgente a un derecho o interés legíti-
así lo aconseje, como son las que se denomi- mo de una persona, esto es, si puede dar sa-
nan tutelas de urgencia, ya sean sumarias, tisfacción directa a tal derecho o interés (por
autosatisfactivas, cautelares innovativas o lo que tutela cautelar y la tutela de tipo auto-
simplemente cautelares, etcétera, que permi- satisfactiva expresarían más o menos lo mis-
ten otorgar la necesaria tutela jurisdiccional mo), o bien, si dicha tutela cautelar sólo sirve
al ciudadano que la reclama del Estado, en para asegurar un proceso denominado gene-
ralmente como “principal” o sobre el mérito,
sin que pueda jamás satisfacer directamente
nº 1, marzo 1999; C OMOGLIO, L.P. “Mezzi Alterna-
el derecho o interés del justiciable (por lo que
tivi di Tutela e Garanzie Costituzionali”, en Rivista
di Diritto Processuale, año LV (II serie)- nº 2,
tutela cautelar y aquella de tipo autosatis-
abril-junio 2000; CHIARLONI, S. “La Conciliazione factiva son dos géneros completamente dife-
Stragiudiziale come Mezzo Alternativo di renciables).
Risoluzione delle Dispute”, en Rivista di Diritto En las páginas que siguen no realizaré
Processuale, año LI (II serie)-nº 3, julio.-sept. 1996; un trabajo dogmático circunscrito al derecho
ALPA , G. “Riti Alternative e Tecniche di Risolu- chileno, sino uno más de tipo teórico, apoya-
zione Stragiudiziale delle Controversie di Diritto do en la doctrina comparada. Para ello consi-
Civile”, en L`Attività del Giudice e Controllo delle
deraré dos versiones de la tutela cautelar que
Attività, Bessone, M. (ed.), Giappichelli, Turín,
1997, pág. 298 y sgtes.; en España, P EDRAZ , E.
viene considerando desde hace un tiempo esa
“Crisis y Alternativas en la Justicia Civil”, en Co- doctrina: (I) la versión “restringida” o “tradi-
rrupción y Estado de Derecho. El Papel de la Ju- cional” de la tutela cautelar, y (II) la versión
risdicción, Andrés, P. (ed.), Trotta, Madrid, 1996, “extensiva” o “dinámica” de la tutela cautelar,
pág. 151 y sgtes. y “El Proceso y sus Alternativas”, y (III) terminaré con algunas conclusiones de
en Cuadernos de Derecho Judicial, Consejo Gene- carácter general.
ral del Poder Judicial: “Arbitraje, Mediación, Con-
ciliación”, Pedraz, E. (ed.), XXVII, Madrid, 1995;
B ARONA , S. Solución Extrajudicial de Conflictos.
“Alternative Dispute Resolution” (ADR) y Dere-
I. V ERSIÓN R ESTRINGIDA O TRADICIONAL
cho Procesal, Tirant lo Blanch, Valencia, 1999; en DE LA TUTELA CAUTELAR
EEUU, R ESNIK, J. “Risoluzione Alternativa delle
Controversie e Processo: Uno Sguardo alla 2. En términos generales –de acuerdo
Situazione Nordamericana”, en Rivista Trimestrale con Carnelutti4–, se puede comenzar dicien-
di Diritto e Procedura Civile, año LI-Nº 3, sept.
1997; FISS , O. “Against Settlement”, en Yale Law
Review, vol. 93, Nº 6, mayo 1984. 4 Cfr. C ARNELUTTI, F. Derecho y Proceso,
3 Exigencia que en el sistema constitucional Ediciones Jurídicas Europa-América, Buenos Ai-
chileno impondría el artículo 19 Nº 3 inciso 5º CCH. res, 1971, pág. 412 y sgtes.
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por el juez se cumpla en sus propios térmi- el derecho objetivo y dar tutela a los derechos
nos. Y cuando digo en sus propios términos, e intereses de los justiciables.
expreso la idea de que el acreedor quiere eso Y en esta relación instrumental del pro-
que demanda, y no un sustituto. En los ejem- ceso cautelar para asegurar el proceso de mé-
plos que se daban, en el primer caso el de- rito, algunos no sólo colocan al clásico ejem-
mandante quiere que se le pague el dinero, y plo de la medida que intenta asegurar que los
no le interesa –imaginemos hipotéticamente– bienes del demandado no salgan de su patri-
una prestación en sustitución de ese dinero, monio para no hacer luego infructuosa la eje-
como podría ser una condena en prestar tra- cución, sino que también otras que buscan una
bajos en beneficio de la comunidad o ya en anticipación de la providencia decisoria 9 ,
su provecho personal; en el segundo caso, el como ocurriría con las denuncias de obra nue-
demandante quiere que se le entregue ese ca- va y daño temido, los alimentos provisorios,
ballo, y no otro, como tampoco una indemni- etcétera10.
zación en dinero por equivalente.
3. Y en esta relación que se estructura
9 Sobre este punto, expresa Peyrano que tanto
entre el proceso cautelar con el proceso de-
clarativo y el ejecutivo –el proceso que se el XVIII Congreso Argentino de Derecho Procesal
acostumbra a denominar como “principal”–, (Santa Fe, junio de 1995), como las VII Jornadas Uru-
guayas de Derecho Procesal (La Paloma, abril de
estaría, a mi entender, el centro de todo el de-
1995), han rechazado que las medidas anticipatorias
bate sobre el proceso cautelar y otras (como también las autosatisfactivas) sean tutelas
cogniciones urgentes de tipo autosatisfactivas. cautelares, sino que serían modalidades de lo que se
Para la concepción “tradicional”, el proceso conoce como tutela de urgencia, que es un género más
cautelar no busca tutelar directamente los de- amplio que el cautelar. Cfr. PEYRANO, J.W. “Las Me-
rechos e intereses de los justiciables, sino que didas Cautelares en Materia Comercial. Nuevos Ho-
los tutela de una manera lejana o indirecta, a rizontes de la Tutela de Urgencia. Noticia sobre las
través de la tutela del proceso “principal”, es Medidas Autosatisfactivas”, en Justicia ’97, pág. 607
decir, ese proceso declarativo o ejecutivo que y sgtes. A su vez, Pérez Ragone ha señalado que la
tutela cautelar y la tutela anticipatoria, si bien ambas
requiere un andar pausado y seguro, o una
especies del género tutela de urgencia, son en sí enti-
necesaria mora para poder cumplir adecua- dades diferentes. La tutela cautelar, por sus notas de
damente sus propios objetos procesales. Sur- instrumentalidad, tiende siempre a amparar un resul-
ge así una de las características que ha sido tado útil del contenido de una sentencia de mérito
considerada mayoritariamente como esencial futura. Sin embargo, la necesidad de efectividad de
en esta concepción: la instrumentalidad del tutela de los derechos ha tenido como resultado una
proceso cautelar, referida al hecho de que las desfiguración de la tutela cautelar, al incluir, por ejem-
providencias cautelares no son nunca fines en plo, como manifestación de esa tutela cautelar, los
alimentos provisorios. La medida cautelar tiende a
sí mismas, sino que están preordenadas a la
asegurar la eficacia útil de una resolución venidera,
emanación de un ulterior pronunciamiento de- pero, en ningún caso, a anticipar directamente en el
finitivo, al cual las providencias cautelares, plano sustancial el efecto de esa resolución; si bien
preventivamente, aseguran su provecho (pe- en ambos casos se estaría en la “provisoriedad”, sim-
ligro de infructuosidad) o utilidad práctica plemente por no tener res iudicata, es posible
(peligro de tardanza)8. Por ello, las providen- visualizar que en un caso se puede haber quitado a
cias cautelares, más que el fin de actuar di- uno, pero no dado a otro (tutela cautelar), pero en el
rectamente el derecho objetivo, lo que harían otro, se quitó a uno y se hizo a su vez una atribución
es asegurar la eficacia práctica de la provi- al requirente (tutela anticipatoria). Por qué hablar de
tutela cautelar en estos casos –se pregunta este au-
dencia definitiva pronunciada en el proceso
tor–, donde no habría tal cautelaridad. Cfr. PÉREZ
sobre el mérito, la que sí servirá para actuar RAGONE, A. “Concepto Estructural y Funcional de la
Tutela Anticipatoria”, en Revista de Derecho Proce-
sal Dirigida a Iberoamérica, año 2000, Nº 1, pág.
8 Cfr. C ALAMANDREI , P. Introduzione allo 172 y sgtes.
Studio Sistematico dei Provvedimenti Cautelari, 10 Cfr. CALAMANDREI , P. op. cit. pág. 39 y
Cedam, Padova, 1936, pág. 21. sgtes.
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estado de hecho sea contrario a derecho, todo otro juicio [...]”17. Como se verá más adelan-
lo cual no podría ocurrir con el proceso te, nuestro proceso de protección ex art. 20
cautelar. El proceso posesorio tutela el hecho CCH caería en esta categoría de proceso es-
de la posesión, con el mero fin de impedir la pecial “no cautelar”, ya que tiene una finali-
autotutela14. No estaríamos frente a una me- dad propia y no está conectada de modo ne-
dida cautelar, sino ante una medida autosatis- cesario con otro proceso.
factiva de la situación jurídica hecha valer en Precisamente sobre este punto de una
el proceso15. tutela autosatisfactiva es necesario centrarse
Las medidas autosatisfactivas, es decir para analizar la evolución que, según otro sec-
aquellas que pretenden dar solución urgente tor de la doctrina, habría tenido el proceso
y autónoma a la situación subjetiva deducida cautelar, el que también incorporaría dentro
en el proceso, no podrían ser consideradas de su instrumentalidad este tipo de tutelas
como medidas cautelares, porque ellas se ago- autosatisfactivas.
tan en sí mismas, sin que existan a ese res-
pecto las notas de instrumentalidad16 –enten-
II. VERSIÓN EXTENSIVA O DINÁMICA DE LA
dida ésta como funcional a la seguridad de un
TUTELA CAUTELAR
proceso “principal”–. De este modo, para esta
visión “tradicional” de la tutela cautelar, los
6. Dentro de una concepción más “ex-
procesos posesorios (como el interdicto
tensiva” de la tutela cautelar –o ya “dinámi-
posesorio), o ya una tutela inhibitoria que
ca”–, las medidas autosatisfactivas, además de
impida que sobrevenga una lesión a un dere- aquellas más “tradicionales” que tienden a
cho, o que obligue a cesar inmediatamente una asegurar los resultados de un proceso sobre
actividad lesiva del derecho, no podrían ser el mérito, también se considerarían como una
consideradas, en ningún caso, tutelas caute- modalidad de tutela cautelar. Es decir –para
lares. dar ejemplos comunes a la mayoría del dere-
Por otra parte, expresa otro sector de esta cho comparado actual–, para evitar que el de-
doctrina que no se deben considerar como una recho de un accionista de una sociedad anó-
manifestación de tutela cautelar “aquellos pro- nima se vea perjudicado por la asamblea de
cesos especiales que, aún produciendo una accionistas convocada ilegalmente; para pro-
tutela rápida y provisional, tienen finalidad teger los derechos de su autor sobre una obra
propia y no conectada de modo necesario con literaria; para proteger el derecho a la propia
imagen; para proteger el derecho al honor,
etcétera, concurriendo los presupuestos comu-
14 Cfr. ibíd., pág. 97.
15
nes de todas las medidas cautelares de
De acuerdo con esta distinción, Pérez periculum in mora, fumus boni iuris, propor-
Ragone define la tutela cautelar como aquella “tu-
cionalidad y eventualmente contracautela,
tela accesoria e instrumental, que fundada en cog-
nición de probabilidad tiende a amparar -a cautelar procede decretar de inmediato una medida
o a salvaguardar- un resultado útil de eventual con- cautelar que proteja tales derechos, aunque esa
tenido en una sentencia de mérito futura”. P ÉREZ persona no se vea en la obligación de iniciar
R AGONE, A. op. cit. pág. 172. un proceso “principal” posterior 18 . Dicha
16 Como lo expresa Peyrano, “las medidas
autosatisfactivas son soluciones jurisdiccionales
urgentes, autónomas, despachables “inaudita et al- 17 F ERNÁNDEZ , M.A. Derecho Procesal Ci-
tera pars” y mediando una fuerte probabilidad de vil, III, Editorial Centro de Estudios Ramón Areces,
que los planteos formulados sean atendibles. Im- cuarta edición, Madrid, 1997, pág. 405.
portan una satisfacción definitiva de los requeri- 18 Como lo expresa Peyrano, en la experien-
mientos de sus postulantes y constituyen una espe- cia argentina, los que obtienen una medida que sa-
cie de la tutela de urgencia que debe distinguirse tisface directamente su pretensión dirigida a ob-
de otras, como, por ejemplo, de las diligencias tener una tutela urgente para un derecho o interés
cautelares clásicas. Tampoco debe confundirse con legítimo, se ven obligados en muchos casos, por
las anticipatorias”. PEYRANO, J.W. op. cit. pág. 613. exigencias de una legislación no actualizada que
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medida decretada satisface el derecho del re- tro y a la denuncia de obra nueva, la figura
quirente, y ya no cumple una función mera- general de las inhibiciones, sin que se deter-
mente asegurativa de un proceso de mérito. minaran los casos en los cuales podían ser
En esa concepción, el proceso cautelar acordadas19. De este modo, las inhibiciones
continúa teniendo como objetivo –o como podían ser invocadas para cada situación que
instrumentalidad– permitir que lo que resuel- amenazare con ofender un derecho cualquie-
va el juez pueda cumplirse en sus propios tér- ra, y en aquellos casos en que fuese necesario
minos. Pongamos un ejemplo: una persona le impedir la ejecución de un hecho que, cum-
pide al tribunal que prohíba que su imagen plido, pudiere presentar peligro de un daño
corporal sea utilizada en una propaganda co- irreparable, siempre que no subsistieran los
mercial que ella no ha autorizado, a fin de presupuestos para la emisión del secuestro o
tutelarlo en su derecho a la imagen. Para que ya la denuncia de obra nueva. La jurispruden-
ese derecho a la imagen sea tutelado por la cia de los tribunales contribuyó notoriamente
sentencia del juez se requiere que la lesión no en esta consagración de las inhibitorias como
llegue a concretarse o, en todo caso, que cese tutela cautelar general. Este camino de las
inmediatamente. Al demandante no le intere- inhibitorias, como poder cautelar general y
sa que, por sustitución y en lo principal, se le atípico, también fue recogido por el Código
indemnicen los perjuicios, sino que su ima- Canónico de ese entonces20.
gen le sea respetada por el demandado. Pero Sin embargo, al menos en la experiencia
en este caso, lograda la inhibición de la con- italiana, con la llegada del Código de Proce-
ducta del demandado, se habrá satisfecho su dimiento Civil italiano de 1865, desaparecie-
derecho, puesto que la sentencia se ha podido ron las inhibitorias y el poder cautelar gene-
cumplir en sus propios términos. Pero ahora ral del juez, siendo reemplazadas por el
se hace completamente innecesario que esa sistema de las medidas cautelares típicas, aun-
persona que obtuvo la tutela de su derecho a que un grupo de la doctrina procesal italiana,
la imagen inicie un proceso posterior, ya que encabezado por Chiovenda, luchó incesante-
carece de todo interés en iniciarlo. Por el con- mente por la constitución de un proceso caute-
trario, el demandado podrá, ocasionalmente, lar general, desvinculado de toda rigurosidad
estar interesado en iniciar otro proceso de esquemática de las medidas cautelares expre-
cognición plena y exhaustiva a fin de revertir samente tipificadas en los Códigos 21, lucha
lo decidido por el tribunal que tuteló el dere- que lo llevó a enfrentarse en este punto con
cho a la imagen del demandante. Ese sería el su connotado discípulo Piero Calamandrei,
sentido de entender la tutela cautelar “dinámi- abiertamente contrario a un poder cautelar
camente”. general inhibitorio en manos de cada juez.
7. No obstante la expresión “extensiva”
o “dinámica”, señalaré que no se debe con-
cluir que esta diversa comprensión de la tute- 19 Como lo ha expresado últimamente Ortells,
la cautelar sea sólo una construcción teórica una norma que autorice medidas cautelares inde-
o dogmática contemporánea. En efecto, los terminadas o atípicas es, sin duda, índice de per-
Códigos Sardos de 1854 y 1859, en materia fección de un sistema de tutela cautelar, ya que
de tutela cautelar, establecían, junto al secues- posibilitaría que las medidas adquieran la ductibili-
dad necesaria para contrarrestar situaciones de pe-
ligro en la demora cuya diversidad no siempre es
no prevé autonomía para estas soluciones urgen- fácil y completamente previsible. Cfr. ORTELLS, M.
tes, a inventar un proceso posterior “principal” (ha- “La Tutela Cautelar en la Nueva Ley de Enjuicia-
bitualmente amparos o pretensiones mero declarati- miento Civil”, en El Proceso Civil y su Reforma,
vas), proceso que resulta del todo innecesario, ya Martín Espino, J.D. (coordinador), Colex, Madrid,
que con la medida acordada urgentemente, el inte- 1998, pág. 434.
rés del solicitante ya se ha agotado, es decir, ya ha 20 Cfr. ARIETA, G. I Provvedimenti D‘Urgenza
obtenido por parte del Estado la tutela para su si- ex art. 700 C.P.C., Cedam, Padova, 1982, pág. 6 y
tuación jurídica subjetiva. Cfr. PEYRANO, J.W. op. sgtes.
cit. pp. 608 y 609. 21 Cfr. P AJARDI , P. op. cit. pág. 16.
58 REVISTA DE DERECHO [VOLUMEN XII
lados, el Estado –por medio de unos previos Un sector de la doctrina37, desde ya hace
y específicos órganos instituidos, los jurisdic- un tiempo, reclama cada vez con mayor ahín-
cionales– actuaba, a fin de que, comprobada co formas de tutela preventiva o que obliguen
la violación de tales derechos, se condenara a cesar las actividades dañinas, antes que las
al transgresor a restituir las condiciones en las típicas restitutorias o indemnizatorias. En
que antes de la violación se encontraba el ac- efecto, se dice que los “nuevos derechos”,
tor. Si tal restitución no aparecía fáctica ni como aquellos relacionados con el desarrollo
jurídicamente posible, tal violación ilícita se de la salud humana y de la personalidad indi-
resolvía en la indemnización, a fin de com- vidual, el goce de los bienes ambientales y la
pensar al actor en el bien o utilidad de la que posición del consumidor en el mercado –en-
había sido privado. Y esa situación, en térmi- tre otros–, reclaman formas de tutela preven-
nos generales, es la que se presenta en el cam- tiva más incisivas que la mera tutela declarati-
po civil, aún en el día de hoy, en muchos va, y más idóneas, como sería la tutela
ordenamientos jurídicos –incluido el chileno–. inhibitoria, que prescribirían concretas moda-
Para asegurar todo este sistema, existían las lidades de comportamiento de los sujetos pri-
vados38. Así, el carácter no monetarizable de
medidas cautelares “clásicas”, a las que ya me
ciertas situaciones subjetivas (como las relati-
he referido.
vas a la salud y al ambiente) haría preferible
Sin embargo, hay que poner de manifies-
los instrumentos de carácter preventivo, aque-
to que, donde se presenten derechos o ya in-
llos inhibitorios y medidas de urgencia, que
tereses legítimos que no tengan una expresión
están dirigidos a la cesación del comporta-
monetaria, dicha forma de tutela se mostrará
miento lesivo.
del todo inapropiada. Expresado en términos Esta tutela inhibitoria no sólo debe ser
más generales, habría que decir que las nor- vista como una pretensión de tutela preventi-
mas sobre responsabilidad no permitirían ob- va, sino que también como una pretensión de
tener una tutela efectiva respecto de aquellas condena de cesación, o al cese. Es decir, esta
situaciones de ventaja no inmediatamente nueva tutela inhibitoria puede ser dirigida a
monetarizables, siendo sólo idóneas donde se que el peligro de lesión sobre un determinado
trate de satisfacer el interés individual a la derecho o interés no sobrevenga, mediante la
integridad del patrimonio35. orden del juez de no concluirse la actividad
Aquellos derechos que no pueden ser lesiva, o bien, dirigida a impedir la continua-
expropiados –como los derechos de la perso-
nalidad–, es decir, transformados de derechos
37 Con caracteres generales, Proto Pisani ex-
al bien, en derechos a la indemnización, de-
presa que si la tutela sucesiva, restitutoria por equi-
rechos, por lo demás, que tienen una función valente monetario, es por definición inadecuada
no patrimonial, tendrían una necesidad de tu- para la tutela de los derechos de la personalidad,
tela específica, real, que garantice al titular hay que decir, asimismo, que estos derechos tienen
del derecho la utilidad, esto es, todo aquello necesidad de una tutela que intervenga, dentro de
y propiamente aquello que es garantizado por los límites de las posibilidades humanas, antes de
el derecho sustancial36. la violación o inmediatamente, a fin de impedir la
violación o ya su continuación. Considerando la
irreversibilidad de los efectos de la violación del
derecho de la personalidad; considerando lo inade-
35 Cfr. C OSTANTINO, G. “Brevi Note sulla Tu- cuado de cualquier forma de tutela sucesiva ex post
tela Giurisdizionale degli Interesse Collettivi para restituir al sujeto aquella libertad de la cual
Davanti al Giudice Civile”, en AAVV: Le Azioni a no ha podido gozar, la tutela de los derechos de la
Tutela di Interessi Collettivi, Atti del Convegno di personalidad deberá ser cuanto más posible pre-
Studio (Pavia, 11-12 giugno 1974) Cedam, Padova, ventiva, dirigida a impedir la violación o la conti-
1976, pág. 229. nuación; en una palabra, deberá tener contenido
36 Cfr. PROTO P ISANI , A. “La Tutela Giuris- inhibitorio. Cfr. P ROTO P ISANI , A. “La Tutela Giu-
dizionale dei Diritti della Personalità: Strumenti e risdizionale del Diritti [...]”, op. cit. pág. 7.
Tecniche di Tutela”, op. cit. pág. 7. 38 Cfr. R APISARDA , C. op. cit. pág. 75 y sgtes.
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resolución sobre el mérito, sino entendida ceso de mérito para que vea satisfecha su pre-
como situación apta para tutelar directamen- tensión, puesto que ésta, de una manera rápi-
te la normativa dispuesta por el ordenamien- da y urgente, ya fue satisfecha por el proceso
to sustantivo. cautelar45. Ello no obsta, se entiende, a que
De acuerdo con esta concepción de la si el demandado se siente perjudicado con la
tutela cautelar, aquellas medidas que satisfa- medida cautelar pueda iniciar el correspon-
cen la pretensión del actor de un modo direc- diente proceso de cognición completa y ex-
to y urgente encuentran su ratio en la exigen- haustiva, proceso que tendría, por tanto, una
cia de garantizar la efectividad de la tutela faceta de impugnación del pronunciamiento
jurisdiccional con referencia a determinadas cautelar y una faceta de proceso de primer
situaciones subjetivas que podrían verse per- grado de cognición completa46.
judicadas o insatisfechas, donde fuese ne- Es lógico no obligar al que obtuvo la me-
cesario esperar el resultado del proceso de dida cautelar a iniciar un posterior proceso de
mérito a cognición completa y exhaustiva, dis- cognición plena y exhaustiva, puesto que lo
puesto para la tutela de los derechos e intere- que dicha persona buscaba era el auxilio ju-
ses de las personas; tales medidas serían tam- risdiccional como alternativa a la autotutela47,
bién cautelares. En el ejemplo que se ponía para conservar su derecho o interés injusta-
de la tutela del derecho a la imagen, el proce- mente violentado por un tercero, pero una vez
so ordinario ya no es capaz de tutelar “en tiem- conservado su derecho o interés es del todo
po” tal derecho, y el perjudicado no puede innecesario iniciar otro proceso que ratifique
verse expuesto a que por meses o años (según lo obtenido cautelarmente, como absurdo se-
la duración “normal” que tenga un proceso ría que “al que ha obtenido la protección
ordinario) se abuse de su imagen sin su con- posesoria se le exija después deducir la de-
sentimiento. Por ello, se hace necesario un manda principal para que se le declare pro-
proceso cautelar que tutele urgentemente tal pietario o poseedor legítimo”48. En otras pa-
derecho.
Esta nueva modalidad de las medidas
cautelares se caracterizaría por dos circuns- 45 Como lo expresa Vásquez Sotelo, hoy en
tancias principales: 1) no realizan jamás en día existen numerosos supuestos en los que la mis-
vía definitiva –y, por tanto, sin efectos de cosa ma medida agota la tutela pretendida. Así, da como
juzgada material– situaciones de ventaja ga- ejemplo el caso en que alguien solicita que cese la
rantizadas por el derecho sustancial; 2) son competencia desleal que otro ha ejecutado, donde
objeto de una cognición sumarísima, en vir- ya no tendría sentido que tras obtener la orden ju-
dicial de prohibición de la competencia ilícita, esa
tud de la cual el juez provee las medidas so-
misma persona deba interponer una demanda
bre la base de una valoración probabilística declarativa para demostrar que le asiste el derecho
(y no de certeza) en orden a la comprobación que hizo valer. Ahora, la demanda en el juicio so-
de la existencia de la situación jurídica sus- bre el “mérito” podrá ser interpuesta por cualquie-
tancial a cautelar y/o a la comprobación de su ra de las partes que se considere legitimada y con
efectiva vulneración. un interés para ello, pero sin que en ningún caso se
Quien haya obtenido un pronunciamien- imponga la carga de la instación de tal demanda al
to de este tipo –por ejemplo, quien haya ob- que obtuvo la medida cautelar. Cfr. V ÁSQUEZ
SOTELO, J.L. op. cit., pág. 504.
tenido jurisdiccionalmente la prohibición de 46 Cfr. PROTO P ISANI, A. “La Tutela Giuris-
un acto (aún no realizado) inminente de com- dizionale dei Diritti della Personalità: Strumenti e
petencia desleal; o el cese inmediato de una Tecniche di Tutela”, en op. cit. pág. 18.
determinada conducta que constituya una in- 47 Ortells expresa que no cree que pueda con-
tromisión ilegítima en su intimidad personal, siderarse atrevido y poco razonable, desde el pos-
violación de su derecho a la imagen, etcéte- tulado del Estado de derecho, inclinarse decidida-
ra–, habrá visto tutelado su derecho, y de este mente por una tutela judicial provisional, aun con
modo, a diferencia del proceso cautelar “tra- riesgos de error, antes que recurrir a la autotutela.
Cfr. O RTELLS, M. op. cit. pág. 439.
dicional”, ya no necesitaría impetrar un pro- 48 P EDRAZ , E. op. cit. pág. 437.
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labras, en esta concepción del proceso cautelar que ellos tienen, lo cual tiene además una sig-
el proceso “principal” se caracterizaría por dos nificación institucional muy importante, como
circunstancias: 1) es sólo ocasional y no ne- es poder seguir confinando la autotutela a si-
cesario, y 2) es instado –normalmente– por el tuaciones extremas y, por el contrario, con-
sujeto pasivo de la medida cautelar y no por fiar en la heterotutela estatal a través de la
el requirente de la misma49. potestad jurisdiccional; además, permite que
10. En todo caso, las medidas cautelares, la propia Jurisdicción pueda cumplir sus co-
comprendidas de esta manera más dinámica, metidos constitucionalmente asignados, esto
seguirían manteniendo, en términos genera- es, además de conocer y resolver las causas
les, los mismos presupuestos50 y característi- civiles y criminales, especialmente “hacer eje-
cas que tradicionalmente han tenido, pero ya cutar lo juzgado” (art. 73 CCH), en los pro-
comprendidos de diversa manera. pios términos resueltos; todo ello con pleno
Dentro de los presupuestos, es indispen- respeto del derecho fundamental de los
sable la presencia del periculum in mora, ciudadados a un debido proceso, en concreto,
visualizándolo en la posibilidad de que en el a un proceso dentro de un plazo razonable (art.
período necesario para la realización de los 19 Nº 3 CCH, en relación con el art. 5º CCH).
intereses tutelados por el derecho a través del Se ha dicho por la doctrina que el prin-
desarrollo de la función judicial se verifique cipal ámbito de aplicación de una tutela
un evento natural o voluntario que suprima o cautelar “satisfactiva” de las distintas situa-
restrinja los intereses tutelados, haciéndose ciones subjetivas tuteladas, es el campo del
imposible o limitándose la realización por Derecho Comercial, pero creo que la aplica-
obra de los órganos jurisdiccionales51, o ya ción más importante del instituto recae en el
en la imposibilidad de poder cumplir la sen- campo de la tutela de los derechos de la per-
tencia que pronuncie el órgano jurisdiccional sonalidad y, especialmente, de los derechos
mediante la tutela ordinaria, en sus propios fundamentales.
términos. 12. Esta noción más dinámica de la tu-
11. Comprendida así la tutela cautelar, tela cautelar es utilizada por algunos sectores
aparece apta para dar tutela a un sinnúmero de la doctrina chilena. En efecto, Zúñiga 52, a
de derechos e intereses legítimos, muchos de propósito del “Recurso de Protección”, seña-
los cuales no tienen una significación econó- la que éste es una acción53 que incoaría un
mica, por lo que el impedir su lesión o ya el proceso, específicamente un proceso de am-
cese inmediato de su lesión constituye, en paro constitucional de naturaleza cautelar,
muchos casos, la única posibilidad de tutela proceso que tendría, además, las característi-
cas de extraordinario y sumarísimo, predis- juez en sus propios términos, no nace el inte-
puesto para la tutela de los derechos funda- rés procesal que permite obtener la medida
mentales. Sin embargo –y aquí se entronca su cautelar55.
concepción del proceso cautelar con aquella Por otra parte, en la protección no con-
“dinámica” que se está analizando aquí–, este curre el presupuesto del fumus boni iuris, toda
proceso cautelar tendría la característica de vez que el juez dicta la medida de protección
ser autónomo, no accesorio a un proceso de no con base a un juicio de probabilidad y ve-
declaración o ejecución definitivo; el proce- rosimilitud sobre la existencia de la violación
so de protección sería, por ende, un proceso para el derecho56, sino que se exige una cog-
autónomo54 no subordinado a otro proceso. nición un poco más profunda, aunque más
No obstante compartir la concepción del incompleta que la que correspondería en un
proceso cautelar asumida por este autor, no proceso de cognición plena y exhaustiva.
coincido con él en su calificación del proceso En el proceso de protección, la medida
de protección como un proceso cautelar, lo de protección no se dicta considerando que
que no resulta siempre claro. Para que se pue- “verosiblemente” el derecho fundamental del
da incoar un proceso cautelar deben concu-
rrir los presupuestos del periculum in mora, 55 Cfr. ARIETA , G. op. cit. pág. 46.
fumus boni iuris, proporcionalidad y, también, 56 El fumus boni iuris ya no podría en este
eventualmente el de la contracautela. Y en el caso relacionarse con la existencia del derecho,
proceso de protección no es observable, en la puesto que tratándose de derechos fundamentales,
mayoría de los casos, un peligro de daño con- es decir derechos predicables de todas las personas
creto sufrido –o que pudiere padecer el requi- por el mero hecho de ser tales, su existencia ya es
rente– derivado de la imposibilidad de cum- un dato que ha previsto el legislador constitucional
plimiento de la sentencia dictada por un juez al reconocerlos en la Norma Fundamental. Por ello,
en sus propios términos. Quizás las situacio- si se pudiera hablar de una tutela cautelar de dere-
chos fundamentales, la exigencia del presupuesto
nes por las que se solicita tutela de algunos
del fumus boni iuris debería limitarse a la probabi-
derechos fundamentales, como la situación lidad de un daño a tal derecho, y no a la existencia
relativa al derecho a la vida, a la honra, entre del derecho mismo, puesto que se supone que toda
otras situaciones, podrían eventualmente ser persona lo lleva ínsito en sí, y como tal, nada tiene
consideradas situaciones de periculum in que acreditar. Es absurdo, en esta hipótesis, que el
mora, pero la mayoría de las situaciones por que solicita tutela para su derecho a la vida tenga
las que, tanto a nivel teórico como en la prác- que acreditar, aunque someramente, que le asiste
tica, el proceso de protección brinda tutela el derecho a la vida; lo mismo se puede decir res-
pecto de otros derechos, como los referidos a la li-
urgente (pensemos en uno de los derechos que
bertad de opinión, derecho a un medio ambiente
ha obtenido la mayor protección por vía de adecuado, etc. Distinta será la situación reflejada
este instituto, como lo es el derecho de pro- en los derechos patrimoniales, como el derecho de
piedad) no ameritan ser consideradas como si- propiedad, un derecho de crédito, que no son pro-
tuaciones en las que se presente una situación pios de toda persona por el hecho de ser tal, sino
de efectivo periculum in mora. En el proceso que han sido creados expresamante por actos jurí-
cautelar no basta la existencia de un estado dicos y, por tanto, pertenecientes particularmente
de peligro inminente, para lo cual basta el a los sujetos en cuyo favor han sido creados. En
estos casos, sí sería necesario acreditar la “aparien-
accionar de la tutela ordinaria, sino que debe
cia de buen derecho” cuando se solicita su tutela
tratarse de un daño marginal que podría deri- cautelar. Sin embargo, se presentaría una situación
varse de la normal mora del pronunciamiento compleja cuando los derechos patrimoniales, como
declarativo o ejecutivo, y de la imposibilidad el derecho de propiedad, son considerados como
de cumplir lo ordenado por el juez en sus pro- derechos fundamentales, como ocurre en el orde-
pios términos. Sin ese peligro de daño por la namiento jurídico chileno. Sobre la distinción en-
imposibilidad de cumplir lo ordenado por el tre derechos fundamentales y derechos patrimonia-
les, véase FERRAJOLI, L. Derechos y Garantías. La
Ley del más Débil, Trotta, Madrid, 1999, pág. 47 y
54 Cfr. ZÚÑIGA , F. op. cit. pág. 107. sgtes., Andrés, P. / Greppi, A. (traductores).
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actor ha estado violado por otra persona o au- chos que pueda hacer valer [cualquiera de las
toridad, sino que la medida de protección se partes] ante la autoridad o los tribunales co-
dicta teniendo como antecedentes lo alegado rrespondientes”, pero sin que exija la inicia-
por el demandante, lo agregado –mediante su ción de tal proceso59. Es decir, el proceso de
informe– por el sujeto supuestamente respon- protección puede existir con total autonomía
sable de la agresión para el derecho funda- respecto a otro proceso sobre el mérito, el que
mental, y las pruebas que tanto los sujetos es meramente eventual.
como el tribunal hayan allegado al proceso. De acuerdo con lo señalado anteriormen-
Por ello, la protección corresponde a un pro- te, el proceso de protección no presenta todas
ceso sumario, donde hay una reducción cuan- las características de un proceso cautelar, sea
titativa de la cognición en comparación al que se asuma una posición “tradicional” o ya
proceso de cognición ordinaria, pero dicha más “dinámica” de la tutela cautelar. Se tra-
cognición, si bien limitada por las alegacio- taría, en mi opinión, de un proceso sumario
nes y los medios de prueba, no puede confor- especial dispuesto para otorgar una tutela ur-
marse con la mera verosimilitud 57. gente a los derechos constitucionalmente re-
Por otra parte, de acuerdo a como se re- conocidos.
gula el proceso cautelar en la mayoría de los Otra cosa ya es que dentro del proceso
distintos ordenamientos jurídicos, incluido el de protección se dicten medidas cautelares en
chileno, la medida cautelar puede dictarse in- su sentido más “tradicional”, como una orden
audita et altera pars, mientras que en el pro- de suspensión o una orden de no innovar60;
ceso de protección existe siempre el trámite otra razón más para considerar al proceso de
de la petición de “informe” a quien se repute protección como proceso sumario y no caute-
lar, porque aseverar lo contrario debería lle-
responsable de la agresión del derecho fun-
var a la absurda conclusión de que el proceso
damental, lo que equivale a decir que el em-
“cautelar” de protección se puede asegurar
plazamiento y el principio de la bilateralidad
mediante medidas cautelares (suspensión, or-
de la audiencia siempre debe ser respetado en
den de no innovar) dictadas en otro proceso
tal proceso (norma 3º del Auto Acordado so-
cautelar, es decir, equivaldría a expresar que
bre tramitación del “recurso de protección”)58.
existiría un proceso cautelar para asegurar otro
En definitiva, no concurriendo los pre-
proceso cautelar.
supuestos del periculum in mora –al menos
no siempre– ni del fumus boni iuris, la pro-
tección no puede ser considerada un proceso III. CONCLUSIONES
cautelar.
Pero además, ni aun asumiendo la carac- Recurrir a la tutela jurisdiccional urgen-
terística de la instrumentalidad en su sentido te para los derechos e intereses legítimos de
más “tradicional”, es decir, señalando que la los ciudadanos parece ser una vía acertada por
medida cautelar sirve para asegurar el resul- la cual debería transitar la Justicia civil, para
tado de un proceso denominado “principal”, así hacer frente a los tiempos –ya normales,
resulta que ese proceso “principal”, tratándo- ya excesivos– que comporta la tutela ordina-
se del instituto de la protección, será sólo ria, situación que no sólo es propia del caso
eventual y no necesario, puesto que el artícu-
lo 20 CCH expresa que el “Recurso de Pro-
tección” es “sin perjuicio de los demás dere- 59 Para un desarrollo de este razonamiento,
véase mi artículo “El Proceso de Protección” antes
citado.
57 En igual sentido, véase C ALDERÓN , M.P. 60 Sobre los significados de estas medidas
op. cit., pp. 1089 y 1090. cautelares en el proceso de protección, véase
58 En un sentido similar, véase P AILLAS , E. T AVOLARI , R. “La Orden de no Innovar en el Re-
El Recurso de Protección ante el Derecho Compa- curso de Protección (Una Manifestación de la Tu-
rado, Editorial Jurídica de Chile, segunda edición, tela Cautelar en Derecho Chileno)”, en Justicia 92,
Santiago, 1997, pág. 101. Nº I, pág. 705 y sgtes.
66 REVISTA DE DERECHO [VOLUMEN XII
chileno, sino común a la mayoría de los paí- Si no concurren los presupuestos y re-
ses de nuestro entorno. Además, esa tutela quisitos antes enunciados, la tutela de urgen-
urgente permitiría seguir confiando en la Ju- cia puede otorgarse por medio de procesos
risdicción y en el propio Estado, como enti- sumarios, los que mediante una cognición y
dad política que permite el logro del bien co- con medios de prueba más reducidos que una
mún y de la Justicia, además de relegar a tutela ordinaria, pueden otorgar tutela efecti-
última ratio la autotutela. De este modo, se va a derechos e intereses legítimos que requie-
puede confiar en que lo ordenado por un juez ran un respuesta más rápida del órgano ju-
se pueda cumplir en sus propios términos, que risdiccional. Esa tutela sumaria comporta una
no serán sino aquellos que prescribe el orde- reducción meramente cuantitativa de la cog-
namiento jurídico. nición, sin que llegue a la mera verosimili-
Esa tutela de urgencia puede articularse tud o probabilidad sobre la existencia del de-
–desde un planteamiento teórico– mediante recho y su violación. En tal proceso, el
dos expedientes diversos: si existen los pre- contradictorio viene respetado –aunque pue-
supuestos de periculum in mora, fumus boni de ser reducido–, sin que se pueda proveer
iuris y proporcionalidad –la contracautela no ninguna medida inaudita et altera pars, y lo
la veo esencial a la tutela cautelar–, la tutela que se resuelva siempre es de un modo pro-
podría otorgarse cautelarmente, aunque satis- visional, por lo tanto dejando siempre abier-
faga directamente el derecho o interés legíti- ta la discusión posterior mediante un proce-
mo del actor y no presuponga otro proceso so de cognición plena y exhaustiva. El
“principal” en curso o por iniciarse. Esa tute- proceso de protección ex artículo 20 CCH es
la podría otorgarse inaudita et altera pars y un claro ejemplo de esta situación.
siempre sujeta a impugnación en un proceso Corresponde al legislador optar por uno
posterior por la persona agraviada por tal u otro medio de tutela urgente, según concu-
medida. De este modo, una medida auto- rran los presupuestos para una u otra situa-
satisfactiva del derecho o interés legítimo del ción, pero, en todo caso, habrá de considerar-
actor, si reúne los presupuestos y requisitos se aquel que sea capaz de lograr una tutela
aquí enunciados, presentaría los requisitos de efectiva de los derechos e intereses legítimos
una tutela cautelar, entendida ésta de un de los justiciables, con pleno respeto de las
modo “dinámico” y no ya en su sentido “tra- normas constitucionales referidas al derecho
dicional”. al “debido proceso”.