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Universidad de Chile

Facultad de Filosofía y Humanidades


Departamento de Ciencias Históricas
Historia Europea del Siglo XVIII
Sebastián Comparini Avalos

La revolución del consumo: ¿germen europeo o raíces mundiales?


El régimen económico que poseemos en la actualidad nos introduce en un modelo que
ha ido mutando con el paso del tiempo y que para analizar sus raíces debemos
retrotraernos y dar cuenta de que el Siglo XVIII se muestra como fundamental para
entenderlo. Este cambio, que por demás no ha sido fortuito y que se venía gestando ya
en los siglos anteriores toma importancia y se fundamenta en la resignificación de
términos como lo serán el mercado, sumados a nuevas aristas provenientes de la
ampliación del consumo de la población mediante la oferta y demanda, estos últimos
términos ayudan a comprender cómo se generó la “mundialización” y expansión de los
productos más allá de las fronteras de los recién creados estados nacionales.

A su vez y ya para comenzar debemos hacer el ejercicio de asimilar que lo que será
expresado aquí será en base a cifras que si bien, no pueden darnos la real causa del
aumento y posterior revolución del consumo por la debida uniformidad y falta de
información clara de los sueldos, nos da una mejor visión del periodo de tiempo a
trabajar y quizás con una mayor diversificación en el trabajo de fuentes, esto último
debido a la ampliación influenciada por la humanización por parte del renacimiento y
sumado a la comercialización de la cultura de este tiempo, incluyendo el sector rural.
Para situarnos en el fondo de la discusión contextualmente en un periodo que su huella
más próxima son sus dos siglos anteriores y que, por lo tanto, es debido efectuar la
cronología a partir de este momento. En estos siglos vemos un cambio profundo en el
modo de vida de las personas, tanto lo concerniente a lo económico y esto a su vez
expresado en las cifras de crecimiento de la población, asociado a la segunda mitad del
siglo XVII y visto en los términos de urbanización de las ciudades. También es
distinguible la penetración de nuevas formas de transar y sustituir al oro y la plata como
medida de intercambio de propiedades. La economía monetaria será el ángulo de
medición de las tasas de urbanización y nos darán una cifra que ronda el 2,5 de
crecimiento en el siglo XVIII en comparación con el siglo XVI1. Con lo anteriormente
expuesto podemos ver la explosividad del crecimiento y el valor que se le da a la
ampliación del consumo por parte de las personas.

El ejemplo más estudiado en la historia de este periodo fue el caso de Inglaterra, esto
debido a sus altas tasas de crecimiento económico y demográfico, en donde se aprecia
que toda la zona del atlántico fue favorecida en este tiempo. Su posición geográfica fue
bien explotada por el acceso a mejores zonas portuarias y continentales 2, esto puede ser
demostrado en cifras que establecen que “los barcos que salen del Atlántico aumentan
de 50 a 110 al año entre 1600 y 1700, para luego incrementarse en la primera mitad del
siglo XVIII, de 110 a 500 al año y crecer de nuevo entre 1750 y 1800 hasta los 800
viajes al año” (Carmagnani, 2012 p.205).
1
Carmagnani, 2012
2
Ibidem
Lo anterior demuestra que los viajes comerciales aumentaron por la importación y
exportación de bienes, esto debido a las influencias liberales y la eliminación de
aduanas internas. De por si esta explicación nos da luces de lo que probablemente se
estaba articulando y en parte lo que vivimos hoy en día, la “mundialización”. Esta
ultima se ve ejercida en el aumento de viajes marítimos comerciales de parte de los
europeos hacia las colonias en América y África, cambiando el enfoque mercantilista y
produciendo materias primas que luego saldrían a comercializarse, esto último ejercido
por la “economía triangular” y que beneficio a las coronas con más colonias. Estos
bienes eran mayormente el azúcar, el té, el café, el tabaco, el chocolate y las bebidas
alcohólicas como el ron3, y que por demás no está decir lo que supone este intercambio
para Europa que expresado en cifras manifiesta la importancia de las importaciones de
estos bienes se llegan a duplican en 1750 alcanzando el 27,2 por 100, para ya luego en
1772 llegar a un 35,8 por 1004, todo esto asociado a la economía inglesa.

La revolución del consumo ha sido estudiada en distintos ámbitos, entre los cuales
podemos nombrar los mercados y productos “internacionales”. Es por tanto que la
apertura de los mercados es una variable que hay que analizar para dar un estudio más
acabado, en sintonía con lo anterior Inglaterra nos da un ejemplo acorde a lo ya
especificado, y es que el aumento de la demanda por textiles y ropa nos da cifras
acordes a que la población podía consumir más. Lo anterior es explicado por la
importancia del vestuario, ya que “se convierte en un indicador de un estilo de vida que
puede establecer un vínculo entre la renta y los deseos” (Carmagnani, 2012 p.218). Lo
expuesto nos hace situarnos en una esfera en que la gente de la época se preocupaba
mucho por su apariencia y el deseo por consumir algo que sea de buena calidad además
de un ahorro que podría ser beneficioso, por lo tanto, la entrada de nuevos textiles para
hacer una competencia con el producto local vendrá a ser un beneficio para las familias.
En este sentido, los tejidos más baratos, que en este caso serán los de la India, nos da la
posibilidad de un ahorro que podrá ser palpable y que dará la oportunidad a las familias
de dar un abaratamiento de los costos de vestimenta y a su vez una libertad para dar un
espacio para nuevos bienes de consumo.

Entre los indicadores que establecen esta “libertad” de los consumidores para nuevos
bienes de consumo podemos situarnos en cifras que nos hacen ver que los precios de
varios productos sufrieron una baja y fueron más fáciles de obtener. Para ejemplificar lo
anterior podemos dar cuenta de que entre los nuevos productos se obtiene una baja de
sus precios: azúcar en un 36,4 por 100 entre 1660 y 1700; él te un 32,3 por 100 entre
1700 y 1750; el del café un 57,1 por 100 entre 1700 y 17605. De por si estas cifras lo
que indican es que la población tuvo alcance a estos bienes coloniales con mayor
facilidad lo que indicaría

A su vez no podemos dejar de lado el fenómeno que puede ser también la explicación
del avance del consumo dentro de Europa, esto son los hogares industriosos. Son

3
Carmagnani, 2012
4
Ídem
5
Ibidem
variadas las teorías que explican el aumento de la productividad y que vienen a decantar
en el debate de porque la gente poseía más poder adquisitivo que en siglos anteriores.
Entre los debates que se han sostenido sobre este aumento podemos citar a McCloskey
y que en resumidas cuentas propone con su teoría que la aceleración de la producción se
generó por nuevas tecnologías y formas de organización industrial que decanto en
garantizar ahorro e inversión6. Discutiendo esta proposición podemos nombrar a Voth,
este indica que el sacrificio del ocio fue fundamental, esto porque las personas debieron
dejar de lado el tiempo de ocio para esforzarse en conjunto con el hogar familiar para
garantizar un consumo mayor7, lo anterior puede ser avalado por demás en su
conclusión cuando propone que la “transpiración explica mejor que la inspiración buena
parte del crecimiento en Gran Bretaña” (Jan de Vries, 2009 p.141).

Sumado a lo anterior el debate sobre el “nivel de vida” genera discordancia, puesto que
hay dos teorías que plantean el problema, optimistas y pesimistas, en pocas palabras
podemos establecer que el primero está en concordancia de que si no se hubiese
eliminado el tiempo de ocio no se habría dado el salto en los altos niveles de
productividad y el mejoramiento en la calidad de vida de las personas, el segundo
explica que debido a esto se empeoró la calidad de vida de los trabajadores por suponer
una carga excesiva de trabajo no reflejada en un aumento real de los salarios, “solo a
partir de finales de la década de 1750 pudo el trabajador medio británico disfrutar de
una mejora sustancial y continua de los salarios reales”(Jan de Vries, 2009 p. 110).

Con los antecedentes ya mencionados se podría llegar a la conclusión de que si bien en


Europa primó la necesidad de autoabastecerse no se pudo lograr una estabilidad clara
hasta la irrupción de factores exógenos como lo fueron las colonias europeas en
América y África, sumado a la “obligada” apertura a los mercados internacionales como
la India por sus textiles más baratos y el abaratamiento de costos que se generó para los
hogares como fue expuesto previamente. Lo que podemos establecer a ciencia cierta es
que Europa ejerció el dominio de los mercados y que en su debida necesidad por cubrir
la demanda por el aumento de la población tuvo que expandir sus mercados y liberalizar
la economía, sumado a los cambios en torno a cómo se concibieron las nuevas formas
de pago y el triunfo de la economía monetaria por sobre el acaparamiento de riquezas.
Es notable también distinguir que el aumento de productividad en Europa fue una
necesidad que no se dejó de lado, ya que con la interdependencia de los mercados
extranjeros la producción local no pudo de dejarse de lado por la necesidad misma de
consumir de los europeos que vieron mermado su tiempo de ocio para conseguir
abastecerse de los nuevos bienes coloniales.

6
Jan de Vries, 2009
7
Ibidem

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