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Actividad N° 2
La actividad grupal los convoca a escribir un cuento corto o una fábula (ustedes
seleccionan la opción) que podrán realizar utilizando Google docs que es una
aplicación que permite la escritura colaborativa en línea. Para orientarse sobre cómo
ingresar a la aplicación y participar integramos en nuestra web un tutorial.Desde los
aportes que hemos compartido en este capítulo les damos las características a
considerar en cada caso:
La nueva
No podía dormir, estaba inquieta. No porque tuviera miedo, aunque no sabía muy bien
porque su panza hacia ruido y tenía la sensación de algo anudado en el pecho.
El cambio de escuela para Alma fue sorpresivo y triste. Sus compañeros de grado le
habían hecho un corazón gigante con brillantina para despedirla, y cada vez que lo veía,
pegado en la pared, despidiendo brillos de colores, la alegraba y la acongojaba al mismo
tiempo. Era una sensación rara, le prometieron volver a verla, pero ella sabía que no iba
a pasar. Quien iba a traerlos hasta su nueva casa, lejos de su antigua escuela? El viaje a
la nueva casa fue muy largo. Cuando su mamá la despertó porque habían llegado, miro
el barrio y parecía oscuro y sin gente, y la gran casa recortada en la noche parecía de
película de terror. Todo le parecía en su contra.
“el trabajo nuevo de papá nos va a traer mucha alegría, pero hay que hacer sacrificios
hija, yo también tuve que dejar a mis amigos” le decía su mama mientras se mudaban a
la casa gigante que poco le gustaba a Alma.
Esa noche, mientras se dormía, pensaba en cómo cambiaría su vida, porque era “la
nueva”
Su primer día de escuela fue normal, La maestra la presento, y no dejó que hablara, por
lo que fue fácil pasar desapercibida. cuando salió al recreo dos chicas la miraban fijo,
pero nadie se acercó a ella, solo la observaban.
Pasaba mucho tiempo en silencio, extrañando cada vez más a sus amigos, que la
conocían desde 1er.grado, y con los cuales habían hecho miles de travesuras, y aun así,
eran los alumnos con mejores notas en la escuela.
Los días que sucedieron fueron iguales, y crecía en sus padres la preocupación, ya que
Alma había cambiado mucho desde la mudanza, y después de dos meses, no vieron
adaptación en ella.
Alma odiaba cada vez más la escuela, porque sentía que no era la mejor, y su señorita se
lo hacía notar, cada vez que tenía que pasar al frente.
“ tenes que esmerarte más Alma, vivís en las nubes!” decía ella, y Alma quería gritar
que ella era la mejor en su otra escuela, que quería estar con sus amigos, que no le
gustaba el aula y sus compañeros. Cómo sabía que era imposible, se sentaba roja en su
banco, mientras escuchaba risas por lo bajo de sus compañeras que la miraban fijo.
Esa noche, se sentó frente a su ventana, y comenzó a escribir una carta a su amiga
Diana, pidiéndole que viniera a visitarla, que los extrañaba, y que su escuela era
horrible. En vez de eso, quizás por vergüenza, lo convirtió en avión, y lo arrojó por la
ventana. Quizás su amiga lo recibiría.
Esa mañana fue particularmente dura. Se había levantado tarde, y la mamá le hizo una
cola de caballo que ella detestaba. Ya en clases, la maestra pidió que sacaran el libro de
historia, y recordó que estaba justo en su mesa de luz. La maestra le ordenó sentarse
con un compañero y leer juntos, pero Alma sabía que ninguno le iba a ofrecer su libro.
Enojada y con vergüenza, se sentó en un su banco, y se negó a moverse.
Después de varios intentos, la maestra, algo nerviosa, la retó, diciendo que se la pasaba
dibujando y no prestaba atención, y que se retirara del aula, señalando la puerta y
mirándola indignada. Alma se levantó y salió dando un portazo. La sorprendió el
timbre de salida, mientras caminaba por el pasillo llorando.
Corrió por los pasillos, sin saber adónde iba y entró a la biblioteca. Miro alrededor y vio
la puerta semiabierta de una habitación que no había visto antes. Entró y cerró la
puerta para que no la vieran llorar.
Pasaron unos minutos, y mientras secaba sus lágrimas, buscó la luz del cuarto, y no la
encontró. Empujo la puerta, y esta no cedía. Hizo toda la fuerza que pudo, pero no pudo
abrirla. Afuera se escuchaban los gritos de los chicos a la salida de la escuela, y supo que
nadie la iba a escuchar. Aun así, gritó, solo para confirmar que no había nadie.
Empezó a tener miedo, y se sentó en un rincón, mirando alrededor asustada. No se veía
nada, solo se escuchaban ruidos de puertas de metal cerrándose, llaves, y pasos.
Grito nuevamente, y eso la asustó más. Empezó a llorar, diciéndose que era mala, que
no tenía que hacer eso, que sus papás iban a asustarse, y todo porque hacía un dibujo
para sus amigos, y la maestra no la quería.
Recordó cuando fue de campamento con la antigua escuela, y les enseñaron a mirar en
la oscuridad. Pudo ver una lámpara del otro lado de la habitación. Con miedo, caminó
despacio y se acercaba a los muebles para no golpearse. De repente, toco algo grande y
peludo, y gritó pegando un salto. Golpeo con algo, que cayó, y camino para atrás,
cayendo sentada. Se tapó los ojos, y se quedó quieta temblando.
-no tengo que tener miedo, los monstruos no existen…-repetía mientras venían a su
mente imágenes de esas películas de terror que no tenía que ver, y ahora lo sabía.
Cuando se animó a destaparse los ojos, corrió hacia la lámpara, sintiendo que la
perseguía alguien. Cuando prendió la luz, se asustó de su propia sombra. Vio que seguía
en penumbras, pero podía ver libros, mapas, y vio un gran mapa de la escuela. Acercó
un poco la lámpara, que iluminó parte del mapa. Observó con atención, cuando de
repente sintió que el mapa temblaba, y escuchó un estruendo en la pared. Se cayó hacia
atrás, y se golpeó con un silla. No sabía si era su imaginación, y mientras trataba de
entender, se oyeron más golpes en la pared, al mismo tiempo.
Estaba tan asustada, que se acurruco en el suelo, y lloro, porque sentía que habían
pasado horas, y sus papás ya estarian muy preocupados.
Pasó un rato, cuando se dio cuenta que tenía que ser valiente, y que si escuchaba golpes
en la pared, del otro lado había alguien. Corrió sin miedo, y empezó a golpear con
fuerzas, gritando su nombre.
De repente, la puerta de entrada se abrió, y lleno de luz la habitación. Había un
escritorio, con varios libros, y muñecos de todos colores y formas. Las paredes tenían
dibujos y carteles con letras graciosas. Era la sección de biblioteca para niños.
“esta puerta es un peligro” escuchó, y vio a la maestra entrar corriendo y abrazarla.
“Almita, acá estas, te buscamos hasta en la secundaria, estas bien mi amor? te
escucharon desde el gimnasio!” alma sentía sus lágrimas, y el abrazo cálido de su
maestra. “” voy a portarme bien! repetía Alma. La maestra la abrazó más fuerte y dijo
“si sos una de las mejores alumnas, a veces nos enojamos cuando extrañamos mucho”
Cuando salió, corrió hacia su mamá pidiendo perdón.
“hija, está bien, extrañas mucho, y ahora lo entiendo. Adivina quién va a venir el
sábado a casa?”
Alma sabía que iba a ser el mejor sábado de su vida.