Antonio Gramsci.

Apuntes para una introducción y una iniciación en el

estudio de la filosofía y de la historia de la cultura, apartes I y II; en
Cuadernos de la Cárcel Tomo IV, Cuaderno 11. Edición crítica del Instituto
Gramsci. Pp 245-304.
Seminario teórico de énfasis I
Profesor: Dr. Álvaro Oviedo Hernández
Alumno: Jorge Mauricio Cardona Angarita

La tesis planteada por Gramsci en el cuaderno 11, se ocupó de dos temas

centrales: La construcción de hegemonía desde las relaciones entre la filosofía
como ciencia y la filosofía como sentido común; y la caracterización de la filosofía
de la praxis a partir de la crítica al texto Ensayo popular de sociología marxista de
Nikolai Bujarin (1888-1938).

En la filosofía, Gramsci propone que hay que demostrar que todos los hombres
son filósofos, y que están enmarcados dentro de unos límites que son el lenguaje
mismo, el sentido común y el buen sentido, la religión popular y todas las
creencias que se denominan “folklore”.

En cuanto a la crítica al texto Ensayo popular, es una crítica sobre el materialismo

histórico, donde Gramsci combate la tendencia mecanicista de Bujarín y su
cientificismo que denotaba señal de subalternidad. Gramsci propone que no solo
se debe hacer crítica al texto, sino también a la conciencia, es decir, definir si es
preferible “pensar” en una concepción del mundo impuesta mecánicamente por el
ambiente exterior solo como participante, o no aceptar que nuestra personalidad
sea formada desde afuera y elaborar nuestra propia concepción del mundo
consciente y críticamente.

Conforme a esta tesis de Gramsci, en la sesión del 15 de octubre, se realizó el

debate y se aclararon varios temas relacionados a la Compañía de Jesús, los
conceptos de ideología, sentido común y la crítica al Ensayo popular de Bujarín.

La Compañía de Jesús.

Sobre la máxima expresión del carácter disciplinario del catolicismo, representada

en la compañía de Jesús como defensora del dogma oficial del papado, se ha
encargado de combatir la religiosidad popular y ha encauzado nuevamente a las
masas populares hacia la religión católica. Para ello, a través del tiempo, ha tenido
que adaptarse a la evolución del hombre y a la evolución de la misma iglesia.

1
Ideología

Como primer punto en la metodología, se observa la necesidad de centrarse en

los autores que tienen peso en las concepciones y no en aquellos que como
“papagayos” repiten ideologías, porque esos pensadores fundamentales son los
ideólogos. No hay ideología sin ideólogo. En este sentido, Destutt de Tracy, como
primer pensador que habló sobre la ideología, manifestaba que la ideología se
estudiaba como un sistema, es decir, como un conjunto ordenado de ideas, y si se
cambiaba este orden, se cambiaba el concepto y por consecuencia, la ideología.

Así mismo, para los dialécticos, los elementos están en múltiples inter relaciones
internas o externas que pueden ser contradictorias (no hay estructuras estables), y
por lo tanto producen cambios en orden cuantitativo y cualitativo.

El Sentido común.

Es definido como un conjunto caótico, donde no existe coherencia y hay

contradicciones, como las contras, los amuletos, otras formas de religiosidad
popular y los dichos de la sabiduría popular que empíricamente son sabios.

La crítica.

La importancia de la crítica, se debe iniciar desde el estudio etimológico y filológico

de las palabras para conocer lo que hay detrás de lo que dice una persona. En
este sentido, Gramsci entra en contradicción con Bujarín, quien es un personaje
muy influyente en el estado soviético y quien escribió el Ensayo popular de
sociología marxista. Para Gramsci, estos manuales soviéticos vulgarizan la
filosofía de la praxis, porque Bujarín no entiende la dialéctica como concepción
donde todo está en permanente cambio producto de las contradicciones. Gramsci
critica el enfoque de los manuales soviéticos que fallan a las 3 fuentes: la filosofía
clásica soviética, la economía clásica alemana y el pensamiento clásico francés.

Para Gramsci, la crítica es necesaria para que lo establecido cambie, para

participar activamente en la producción de la historia del mundo, y contribuir a la
transformación de la ideología. Le dice a los intelectuales acompañar a los de
debajo de manera orgánica, no solo como un conjunto ordenado sino como
sistema vivo para que haya transformación y nuevo pensamiento.