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Hugo Alberto Villalba Vásquez

Física
201520816
Cyborgs, tecnología y humanidad

A lo largo de la historia de la humanidad, la fascinación por los avances de la tecnología ha


superado la realidad misma de los seres humanos. Es por esto que la ciencia ficción puede
considerarse como una de los campos que ha planteado múltiples perspectivas que
inicialmente no pudieron ser descritas como algo más que simples productos de nuestra
imaginación. Sin embargo, con los avances de la ciencia y la tecnología, muchas de tales
ideas y proyectos han podido verse realizados y en múltiples casos la realidad ha podido
superar los límites de la ficción. Es así como hemos llegado a lo que hoy denominamos
‘Hombre Artificial’, que es la construcción del hombre con las herramientas proporcionadas
por la ciencia y la tecnología para garantizar y mejorar los elementos propios de la condición
humana. Pero esto significa también un reto para todos como humanidad, ya que plantea un
problema que inmiscuye todas nuestras disciplinas y es el planteamiento de los límites que
deben tener todos estos desarrollos científicos y tecnológicos intersectados con la condición
humana. Esto es, hasta qué punto la tecnología puede llegar a ser una herramienta de los seres
humanos y desde qué punto ésta pude convertirse en un elemento inherente a la naturaleza y
condición humana. Por todo lo anterior, en este texto se abordará el tema de los cyborgs (o
ciborgs) con base en la película Robocop, con el objetivo de comprender mejor las
características y elementos propios y adyacentes a este concepto, así como mi visión personal
sobre el tema.

En primer lugar, Robocop es una película estadounidense estrenada en 1987


perteneciente al género de ciencia ficción y acción. Está protagonizada por un cyborg que
inicialmente era un oficial de la policía que fue asesinado por una banda de criminales y su
cuerpo fue objeto de investigación de tal forma que su cerebro fue reactivado, convirtiéndose
en un prototipo exitoso del proyecto Robocop. El personaje cuenta con un exoesqueleto
construido con materiales (titanio y kevlar) que son ligeros y de extremada resistencia para
lograr que sea inmune a las balas enemigas. Cuenta también con un sistema hidráulico para
mover los brazos y piernas, el cual le permitía ejercer fuerzas de enormes proporciones
capaces de romper cualquier del cuerpo humano con un mínimo esfuerzo. Adicionalmente
posee un sistema de visión termográfica que le permite ver a través de paredes y muros.
Además, tenía una pistola semiautomática con mira automatizada que podría ser incorporada
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a su exoesqueleto y un radiotransmisor por el cual podía comunicarse y ser ubicado en
cualquier momento. Por todo esto, Robocop se considera un Cyborg, ya que según la
definición de la socióloga Haraway (1991) “un ciborg es un organismo cibernético, un
híbrido de máquina y organismo, una criatura de realidad social y también de ficción” [1].

Ahora bien, se hará un análisis de un acontecimiento de la película para ilustrar mi


posición personal en torno al tema de los ciborgs, bajo la definición y concepción
anteriormente presentada. El personaje (Robocop) fue programado para seguir determinadas
directrices: servir al bien común proteger a los inocentes, preservar la ley y no oponerse ni
atacar a la institución a la que pertenecía. Además, un agravante adicional es que la directriz
última fue programada de tal forma que Robocop no tuviera conciencia de ella. Esto es un
serio problema ya que se presenta un condicionamiento de la libertad y autonomía del ciborg
lo que significa la objetivación de la parte humana del ciborg, haciendo que este se convierta
en un robot. Es decir, desde mi perspectiva, la limitación de la condición humana repercute
en la supresión de la misma, por lo que la tecnología termina imponiéndose sobre lo que
considero humano, que es la libre determinación y albedrío.

Aunque la definición de cyborgs incluye la posibilidad de hibridación entre


cualesquiera características de seres vivos y dispositivos electrónicos, los ciborg han sido
tradicionalmente asociados con elementos humanos y tecnológicos. Esto podría atribuirse a
que comenzaron a ser diseñados desde la ciencia y la tecnología para reemplazar o apoyar
funcionalidades deficientes o inexistentes en seres humanos bajo determinadas condiciones,
es decir, con objetivos médicos. Sin embargo, en la actualidad las consideraciones superan
estas perspectivas introduciendo objetivos como el de optimizar y potenciar ciertas
características humanas para hacer del hombre un ser con habilidades superiores a las
naturales. Esto introduce de manera ineludible la discusión de definición limítrofe entre lo
que es considerado humano, robot y ciborg. Es decir, hasta qué punto la tecnología debe
apoyar y desde qué punto debe considerarse como un reemplazo o sustitución de las
características del ser humano y una violación de la condición humana. Desde mi punto de
vista personal, este límite está en el punto en que la autonomía y control de los dispositivos
electrónicos está (o deja de estar) a cargo de un cerebro humano, puesto que -desde mi
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perspectiva personal- lo que nos hace humano está definido por lo que pasa en nuestro
cerebro. Sin embargo, sobre esto, los biólogos Metres y Vives-Rego (2012) plantean:

“Los humanos construyen su propio cerebro aunque no sean conscientes de ello y, de


hecho, en la gran mayoría de los casos no lo son. El humano es a la vez el sujeto, el
autor y el resultado de la permanente construcción biológica de su cerebro y de sus
consiguientes procesos mentales” [2]

Es decir, desde esta perspectiva, la propia naturaleza humana es maleable y puede ser
modificada por la tecnología.

En síntesis, el proceso de “cyborización” es inevitable, por lo que debe ser pensado


con especial cuidado y detenimiento desde todas las perspectivas de las distintas disciplinas
que están directa e indirectamente involucradas en dicho proceso. Las consecuencias de la
“cyborización” para la humanidad en conjunto son tan profundas que el concepto mismo de
lo humano puede llegar a ser redefinido en función de estas nuevas transformaciones. Sin
embargo, los biólogos Metres y Vives-Rego (2012) afirman: “Los humanos,
permanentemente, se autoconstruyen y a la vez construyen a su alrededor un mundo diferente
al anterior y abismalmente distinto al que existía en la época en que vivían en las cavernas o
en las fronteras entre la estepa y los grandes bosques africanos en los albores de la
humanidad” [3]. Es decir, la transformación de nosotros mismos y de nuestro medio es algo
que nos hace humanos y es de esto en lo que, en últimas, depende nuestra supervivencia
como especie.

Referencias
[1] Haraway, D (1991). Ciencia, cyborg y mujeres: la reinvención de la naturaleza. Página
253. España: Ediciones Cátedra.

[2] Mestres, F. Vives-Rego, J (2012). La convivencia con los cyborgs y los robots:
consideraciones filosóficas, ético-morales y sociopolíticas. Retrieved November 19, 2016,
from http://diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/44471/1/620597.pdf

[3] Mestres, F. Vives-Rego, J (2012). Reflexiones sobre los cyborgs y los robots: evolución
humana y aumentación. Retrieved November 19, 2016, from
http://diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/44472/1/619431.pdf

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