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TRADUCCIONES DE LOS CLÁSICOS.

¿Por qué? ¿Cómo se hacen? ¿Hay algo que decir?


ANTONIO GUZMÁN GUERRA
Universidad Complutense de Madrid

Pretendo en este artículo llamar la aten- series como las de Ediciones Cátedra o
ción sobre el por qué sigue despertando inte- Alianza Editorial, etc.
rés la traducción la literatura greco-latina en- Me consta incluso que cuantas más em-
tre el público general. En realidad va a ser presas editoriales se percatan de este fenó-
una reflexión en voz alta sobre un fenómeno meno, más y más se publica, y más y más se
que ya nadie puede negar: los escritores gre- lee. Podríamos decir que nos hallamos ante
co-latinos han ido calando poco a poco entre una especie de competencia positiva, una eris
los ciudadanos cultos de nuestro país. Puede buena —que nos diría Hesíodo. Se com-
incluso hablarse de un relativo éxito en el prueba que no importa que haya en el merca-
catálogo de diversas editoriales. Son textos do tres recientes Píndaros, o cuatro Tucídi-
que la gente lee, y sólo porque existe merca- des, o tres excelentes Metamorfosis de Ovidio
do están algunas empresas dispuestas a fo- para que todas ellas se vendan y se vendan
mentar colecciones de literatura clásica. Es bien. Y si se venden es porque se leen. Y si se
esperanzador y gratificante comprobar que leen es porque hay lectores. Y si hay lectores
cuando las autoridades ministeriales parecen es porque son textos válidos. Y si son textos
decididas a erradicar nuestras materias en los válidos es porque nuestras "humanidades"
planes de estudio, la gente común, la gente no están desahuciadas, sino que gozan de una
corriente y moliente, se interesa por nuestra renacida vitalidad.
literatura, por todo lo que representan en Y podemos hacer la contraprueba. Mien-
nuestra cultura. De manera que no cabe en- tras haya empresas privadas que apuesten por
gañarnos. Nuestros Horneros, Hesíodos, Só- editar nuestros textos es porque circulan. No
focles, Eurípides, Tucídides, Platones, Lucia- les quepa la menor duda.
nos, Cicerones, Virgilios, Ovidios, Tácitos, Por otra parte, y aunque voy a centrarme
Lucanos, etc., son libros que atraen la curio- sólo en la literatura, no deben creer que el fe-
sidad de no pocos lectores medios de nuestra nómeno se limita a las grandes obras litera-
sociedad. rias, ni siquiera a los antiguos autores. Proli-
Y no me refiero sólo a colecciones vene- feran también los ensayos a cargo de nues-
rables como la BCG, de la que acaba de pu- tros especialistas, como por ejemplo los es-
blicarse como sabemos el volumen 270 de la tudios temáticos sobre la novela antigua, so-
serie, destinada en principio a los especialistas bre los sistemas políticos de la antigüedad,
o profesionales del griego y del latín. Hablo sobre la sociedad griega, sobre los relatos de
de empresas como Ediciones Clásicas, con viaje, sobre el arte clásico, los volúmenes de
un catálogo nutridísimo de publicaciones, antologías de literatura griega y latina, y —
hablo de una Editorial Akal, que cada día di- cómo no, sobre mitología—; se publican gran-
versifica y enriquece también su catálogo, ha- des diccionarios y guías iconográficas, se
blo de una empresa como la renovada colec- editan a los filósofos, y hasta algunas grandes
ción Austral de Espasa Calpe; hablo en fin de enciclopedias que incorporan las modernas
técnicas multimedia se interesan por recoger

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HIERONYMUS. Núm. 8. Antonio GUZMÁN GUERRA. Traducciones de los clásicos. ¿Por qué? ¿Cómo se hacen? ¿...
en sus CD-ROM el acervo de nuestras disci- En fin, acudiré a unas lúcidas páginas del
plinas. Profesor Kennet Dover, del Corpus Christi
Es, sin embargo, en el campo de las tra- College de Oxford, que apuntaba en su
ducciones de textos clásicos donde mejor se "Classics as an Activity" algunas reflexiones
evidencia que nuestros autores atraen al lec- acerca del sentido que puede tener hoy día la
tor moderno. Veamos un poco en detalle la actividad de los filólogos clásicos. Entre otras
situación. N o hay prácticamente ningún gé- cosas dice: "We need good translations, perhaps
nero literario que quede desenganchado de fresh translations as often as once in every generation,
esta feliz coyuntura. Nunca ha habido simul- to keep pace with the changes in our own language".
táneamente tantas y tan buenas traducciones Pasemos ahora a considerar ¿cómo se han
de la litada o de la Odisea, ni de Hesíodo, ni de hecho algunas de las mejores traducciones? Pa-
las Argonáuticas de Apolonio de Rodas. Y aún ra la ocasión he seleccionado sólo tres ejem-
más significativa es lo que ocurre con el teatro plos, que considero emblemáticos: una tra-
griego. Disponemos de casi media docena de ducción de la épica de Hornero, una del trá-
buenas traducciones de las tragedias de Sófo- gico Esquilo, y finalmente una del texto filo-
cles, no menos de todo o parte de Eurípides y sófico de Platón.
de Aristófanes. Y no quiero dejar de recordar el
verdadero éxito de difusión que suponen esos
Aristófanes y Plautos, Sófocles y Eurípides que 1. HOMERO: ODISEA
por decenas de miles de ejemplares leen nues- (Pabón-Fernández Galiano)
tros mismos estudiantes con motivo de los fes-
tivales de Segóbriga y otros teatros escolares. Y [Como se sabe, la traducción es de D. José Manuel,
pasando a la filosofía, ¿sabían ustedes que Pla- y la introducción —a la que corresponde la siguiente
tón se nos ha convertido en un best-seller? Al cita— de D. Manuel].
editarse la traducción de algunos de sus diálogos
no ha habido que esperar siquiera un año para Pabón en su traducción ya decía:
tener que proceder a su reimpresión. De mane-
Puesto que el traductor ha de tender a recoger
ra similar, un diálogo como el banquete ha sido
todos los valores del original, es claro que no debe-
múltiples veces editado en muy pocos años. In- ría prescindir del verso, que es uno de ellos. Contra
cluso una obra tan poco breve como la Repú- tal consideración cabe únicamente oponer que las
blica ha alcanzado unas tiradas que para sí dificultades de la traducción en verso son tan gran-
querrían algunos de los más postmodernistas y des que el éxito en la empresa sólo se consigue con
sacrificio de la fidelidad y pérdida de otras calidades
publicitados de nuestros escritores. En el ám-
más íntimas y preciosas que la forma métrica...
bito de la literatura latina el panorama es igual
de halagüeño. Ni imaginarse pueden las reedi-
Ahora Galiano añade:
ciones contemporáneas de una obra como la
Eneida, el Satiricon o el Asno de oro. No menos Admitido que los poetas deban traducirse en
éxito ha alcanzado la poesía de Horacio o de verso, nadie negará la conveniencia de que la com-
Catulo. binación métrica empleada en la traducción sea la
misma que se encuentra en el original; pero aquí
Incluso la multimilenaria colección de Alian-
surge una gran dificultad cuando se trata del trasla-
za 100 supo dar acogida entre sus títulos a algu- do de los poetas antiguos, porque las lenguas mo-
nos de nuestros autores o temas clásicos en cla- dernas carecen en general del elemento esencial de
ra relación de tú a tú con los más afamados la versificación griega y latina, que es la cantidad si-
autores de la literatura universal de todos los lábica... Pero el verso de seis acentos tiende a divi-
dirse en dos octosílabos conforme al tipo Ínclitas ra-
tiempos y países.
%as ubérrimas, sangre de Hispania fecunda, y es además

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demasiado rotundo y solemne para empleado en En el artículo que tengo en prensa para el ho-
largas series sin que adolezca de insoportable mo- menaje a Ramón Aramón, titulado "Traduccions
notonía. rítmiques i geni de la Uengua", hago, en relación
Porque si traducir es reproducir el original en con el curioso problema de la relativa falta de pala-
palabras que despierten en el nuevo lector evoca- bras agudas en castellano, que convierte en torpes
ciones o asociaciones parecidas a las que el original nuestros ensayos yámbicos y anapésticos, mientras
provocaba en otros, no cabe duda de que quien ha- que en catalán es menos grave la penuria de llanas
ya de reproducir el verso empleará el verso. Pero para los ensayos hexamétricos....
¿qué tipo de verso? No, desde luego, el endecasíla-
bo, si se ha de juzgar por anteriores fracasos. Ni
menos la silva, como el Brócense, ni ningún metro
heterogéneo. Y muchísimo menos, el romance. 2. ESQUILO: TRAGEDIAS
(Adrados)
Y continuaba, sobre el método de Pabón:
Hemos partido del hecho, muchas veces des-
conocido a efectos prácticos en época moderna, de
¿Que a la larga resulta monótono? Natural- que la tragedia es antes que nada poesía; y, concre-
mente. Pero ¿no ocurre lo mismo con todos los tamente en el caso de Esquilo ecos literarios y crea-
metros y ritmos? ¿Hay quién pueda leerse de un ti- ciones atrevidas de un carácter muy sintético. Las
rón la litada y la Eneida, la Andromaque o la Arauca- traducciones en prosa no sólo eliminan el carácter
na} Además esta monotonía —que pudiera ser poético del original, sino que incurren constante-
también un incentivo para auditorios populares— mente en la paráfrasis, aclarando lo que es oscuro
se salva en gran parte con un hábil juego de pausas mediante ampliaciones, generalizaciones y rodeos.
y cesuras. Se llega así a una sintaxis plana y vulgar, que en
Terminando con la noticia de haber sometido la modo alguno intenta verter los efectos de estilo del
versión paboniana a la prueba de los números en el autor; y su mundo de imágenes y su sentido plástico
sentido indicado por fray Luis de León ("el que y concreto de la realidad es sustituido por banalida-
traslada ha de ser fiel y cabal y, si fuera posible, des sin contorno.
contar las palabras para dar otras tantas y no
Creo, por el contrario, que el miedo a dejar un
más..."): en esta traducción hay unas cien palabras
texto oscuro no debe hacernos renunciar al intento
por cada ochenta de Hornero, lo cual es muy acep-
de acercarnos en la medida de lo posible al ideal de
table.
dar nueva vida a los procedimientos literarios de
Esquilo. Sus tragedias eran ya oscuras para sus
[Galiano] La reducción de los pies a cinco evita contemporáneos —Aristófanes es un buen testigo
versos demasiado largos..., y obliga al traductor, ya de ellos— y esta oscuridad es consustancial con su
ceñido por la mayor síntesis de las lenguas clásicas estilo y su intención. Cuando alcanza un límite in-
en relación con la nuestra, a ingeniárselas en busca superable puede ayudarse al lector con una nota, en
de concisión y exactitud... todo caso: creo que esto es más honrado que intro-
Pero hay otra singularidad que nos distingue..., ducir en el texto glosas antipoéticas y que desnatu-
nuestras conversaciones y discusiones sobre el tema ralizan los pasajes en cuestión o que sustituir unas
han sido infinitas y nos han hecho gozar muchísimo imágenes por otras o por expresiones abstractas.
a lo largo de los años... él, [Pabón] por ejemplo, El único recurso que cabe emplear para traducir
optaba siempre por el hiato, mientras yo prefería la a Esquilo con eficacia es, creemos, el de intentar re-
sinalefa, cosa después de todo lógica en personas de producir sus efectos de estilo con los recursos del
temperamento pausado como el suyo y arrebatado español que producen resultados análogos. El hi-
como el mío... pérbaton griego es reproducible en español en
El problema es muy subjetivo y se relaciona ín- cierta medida, desde luego, muchísimo mejor que
timamente con el oído subjetivo de cada cual. En en francés, en alemán o en inglés: no hemos de de-
mi introducción a la misma [traducción de Colu- saprovechar esa ventaja, que nos viene de haber te-
mela (pp. 30-31)] cuento que en un principio me nido una tradición de poesía culta que encuentra su
dediqué a perseguir ferozmente los hiatos hasta que cifra suprema en Góngora. No hemos tampoco de
no quedaron, entre dos palabras, más que la hurga renunciar a los anacolutos, a la desconexión sintác-
(verso 122) y a Hele (156), pero luego me entregué a tica que se encuentra en ciertos pasajes, etc.; ni al
una caza de ciertas sinalefas... empleo de un léxico poético que refleje el de Es-

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quilo, que ya empicaba un léxico poético arcaizante; Incluso hemos llegado a traducir el dímetro yámbi-
ni a las audacias creativas, ni a la inserción de imá- co sincopado por un verso de nueve sílabas para
genes que no son frecuentes entre nosotros, etc. hacer contraste con uno no sincopado traducido
Todo esto nos conduce a la necesidad de hacer por un verso de once sílabas. También hay una lige-
una versión poética: sólo en poesía y no en prosa, ra diferencia en el número de sílabas cuando un
es dable en español utilizar los recursos menciona- verso está repartido entre dos actores. Sin necesida-
dos y otros. Si el resultado tiene un aspecto entre des de este tipo, los doemios han sido vertidos a
arcaizante, críptico y audaz, tanto mejor, pues éste veces por versos de seis sílabas. La extensión de los
es precisamente el de las obras de Esquilo. versos españoles es en todo caso semejante a la de
Es, por tanto, falsa la apreciación vulgar de que los cola griegos.
sólo una versión en prosa puede aGcrcarse al ideal Un recurso adicional, empleado raramente, es la
de la literalidad. Por el contrario, debe renunciar pa- división de un verso en dos mediante una cesura
ra empezar a utilizar los recursos mencionados, que marcada por un trazo oblicuo. Esto lo hago para
también están en el texto de Esquilo. En cuanto a la marcar el ritmo, basado en la oposición de pies,
traducción palabra por palabra, puede que a veces dentro de los dímetros doemíacos; en alguna oca-
sea más asequible en prosa que en verso, pero hay sión, en cola a base de créticos o baqueos. También
que decir que, en general, tampoco esto es verdad. alguna vez introduzco el signo de cesura cuando se
Pues la prosa tiene sus propias leyes que obligan a la trata de cola compuestos que comportan dentro de
paráfrasis, introducción de nexos, etc. Y cuando — sí una diferencia de ritmo. I ín cuanto a los cola ca-
como hacemos en los coros— se traduce en versos talécticos, los marcamos sangrando la línea.
de sílabas fijas, esto obliga a un esfuerzo de rigor Queda con esto dicho que respetamos la res-
para reproducir la concentración del verso de Es- ponsión de estrofa y antístrofa: los versos se co-
quilo sin añadidos inútiles. rresponden exactamente (y procuramos también la
Aparte de todo esto, es claro que la traducción correspondencia en cuanto a orden de palabras, en-
en verso tiende antes que nada a salvar la existencia cabalgamientos, vocabulario, etcétera, cuando la hay
de un principio rítmico. Naturalmente, no mediante en el original). La única libertad que nos hemos
la creación de versos castellanos que reproduzcan permitido es una subdivisión interna entre los cola
con el acento los tiempos marcados del verso anti- correspondientes de estrofa y antístrofa cuando ello
guo, como se ha intentado a veces, sino utilizando, es exigido por los distintos grupos de palabras en
repetimos, recursos propios del castellano. que se organizan; por ejemplo, la párodo del Aga-
Hay que hacer una distinción entre los coros y menón comienza su primera estrofa con un verso de
el diálogo, escrito en trímetro yámbico, verso mu- 11-7-5 sílabas y la antístrofa responde con 11-5-7.
cho menos tenso y más conversacional. Son casos muy excepcionales.
Los coros los traducimos mediante versos cas- Pasando ahora a hablar del diálogo en trímetros
tellanos, normalmente con los imparisílabos (de 5, yámbicos (en tetrámetros trocaicos muy excepcio-
7, 9 y 11 sílabas o combinaciones de los mismos), nalmente), en él nuestra versión se rige por un prin-
liemos procurado que de una manera sistemática cipio diferente. Creemos que en este caso la intro-
cada colon griego sea vertido por un verso fijo en ducción de un verso castellano uniforme —que
español; por ejemplo, los trímetros (yámbicos y tro- forzosamente habría de ser el endecasílabo o el ale-
caicos) se traducen por versos de catorce sílabas; los jandrino— daría al conjunto una monotonía y una
dímetros yámbicos y trocaicos, los glicónicos y dí- rigidez de que carece el metro griego, infinitamente
metros coriámbicos, los dímetros jónicos y anapés- flexible. Sigo por ello un sistema de prosa-poética
ticos, por de once sílabas; las formas catalécticas de que ya ensayé en traducciones del E/tipo rey, de Só-
estos últimos versos, por de nueve; los doemíacos, focles, y el Hipólito de Eurípides... y que tiene mu-
monómetros anapésticos, dodrantes e itifálicos, por chos puntos comunes con la versión de la Ilíada, de
de siete; el adonio, el reiziano y el baqueo, por de D. Daniel Ruiz Bueno, aparecida en esta misma
cinco. Pero como la riqueza de metros griegos es colección. Trato de llevarlo aquí al extremo de rigor
infinitamente superior a la de los castellanos, surgen y disciplina.
dificultades en ocasiones; por ejemplo, para un dí- Empleo los versos imparisílabos arriba mencio-
metro yámbico hipercataléctico hay que elegir entre nados, más otros formados por agregación de los
los versos de once y catorce sílabas. En estos casos mismos, pero escritos todos a la manera de la prosa.
hemos procurado que si hay una distinción en grie- Tiene ello la ventaja de una fusión estrecha entre los
go entre dos cola (entiéndase versos) contiguos, la versos, no separados rígidamente por la pausa final:
haya también entre los españoles que los traducen. entre los elementos constitutivos de un verso y los

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versos independientes no hay fronteras exactas, da- 3. PLATÓN: REPÚBLICA
do que las pausas son más o menos marcadas según (Pabón-Fernández Galiano)
los casos. Al contrario, un mismo grupo de sílabas
puede descomponerse de maneras diversas, por
Nosotros no hemos querido permitirnos tales
ejemplo, el verso de catorce puede subdividirse en
libertades (se refiere a una cita anterior a Cornford];
dos de nueve y cinco o de cinco y nueve o de siete
no nos hemos propuesto hacer hablar a Platón co-
y siete. A veces se conservan los hiatos internos o
mo a un profesor o periodista de nuestros días. "En
puntuaciones internas fuertes; es decir, es factible
nuestra opinión —decíamos en Emérita XV 1947,
conservar en ocasiones el tono más coloquial.
288— nada hay más equivocado que una traduc-
Además, los elementos métricos, que predomi-
ción en que se intente suplir lo que el autor dice
nan, pueden combinarse en ocasiones con otros
entre líneas o adaptar sus palabras a un lenguaje o
amétricos de sílabas pares o de uno o tres sílabas,
estilo 'moderno', lodo lo que no sea darnos a Pla-
que cumplen igual función de romper el poetismo
tón tal como es, con sus anacolutos, sus vagueda-
excesivo en ciertos momentos. Por ejemplo, "se
des, sus redundancias, sus amplificaciones, sus
conjuraron, siendo antes enemigos, fuego y mar, y
equívocos TOtUTCl o EKEÎva y su monótono, y a ve-
mostraron su fe aniquilando la miserable armada de
ces ingenuo, juego de preguntas y respuestas, es pa-
los griegos", forma un grupo de 5-7-4-11-11 sílabas;
ra nosotros una mixtificación enteramente recusa-
"pronto veremos si son ciertos los relevos de las
ble. Y al leer tantas y tantas traducciones moder-
antorchas luminosas", uno de 9-4-9; etc. Con mu-
nas... se nos vienen sin querer a las mientes aquellas
cha frecuencia, el elemento amétrico es el inicial: "el
palabras de Bentley: "A fine poem, Mr. Pope, but you
Ida, al monte 1 lermeo de Lemnos"; (3-7); "mujer,
must not call it Homer"...
hablas sensatamente" (3-7); etc. De esta manera se
logra, creemos, un instrumento expresivo que, sin Quizá esta manera de proceder reste populari-
dejar de ser poético, tiene una mayor flexibilidad dad a nuestra version; pero creemos mantenernos
que el verso propiamente dicho. Exige, eso sí, del con ello más fieles al pensamiento y la dicción pla-
lector un esfuerzo considerable para lograr la escan- tónica. El lector debe tener en cuenta constante-
sión adecuada, a fin de determinar dónde comienza mente que está leyendo una obra correspondiente a
un nuevo ritmo y de ver si hay que respetar el hiato un mundo cultural lejano y cuya manera de expre-
o si se hace sinalefa. sarse está de acuerdo con concepciones estilísticas
no del todo afines a las nuestras: en vez de traer a
Con toda la dificultad que pueda arrastrar con-
Platón al lenguaje del mundo moderno, quizá será
sigo este sistema de traducción —y me refiero aho-
tal vez mejor trasladarnos al suyo por medio de la
ra a todos sus aspectos—, creo que merecía la pena
reproducción aproximada de su estilo.
intentarlo, al menos como ensayo, para superar el
prosaísmo de las versiones normales. Alcanza, ade- En otras palabras: si es preciso tomar partido
más, un alto grado de literalidad, mucho mayor que por una de las dos sectas de los 'helenizantes' y los
el de las versiones que conozco. EUo lleva natural- 'modernistas', que describen con fina ironía
mente sus contrapartidas, pero, aunque choquen al 1 Iigham y Bowra en la página LXV de The Oxford
Book of Greek Verse in Translation (Oxford, 1938),
gusto literario de algunos y a su sentido de la len-
gua, no son arbitrarias, sino que forman un con- nosotros optamos por la primera.
junto de elementos coherentes, cuya intención es
aproximar la traducción, como queda dicho al ori- Hasta aquí el testimonio de tres excelentes
ginal. De otra parte, la traducción es en todo caso traductores. Pero convendrá que nosotros
menos oscura que el original, pues presenta como
mismos digamos algo. Si es que hay algo que
base la elección de una interpretación entre las
múltiples posibles en muchos pasajes. Las notas dear. Recapitulando, pues, vemos algunas
contribuyen a aclarar el sentido elegido. ideas claras:
No he ahorrado esfuerzo por lograr captar el a) por su complejidad, la traducción no es
sentido original de los pasajes difíciles, que abundan sólo cuestión de competencia lingüística en las dos
tanto por razón del estilo mismo de Esquilo como lenguas. En su proceso intervienen además
de la conservación deficiente del texto (sobre todo
cuestiones culturales, de concepción del
de los coros) muchas veces.
mundo y de distinta estética cultural; los co-
nocidos fenómenos de diatopía y diacronía
intercultural.

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b) una polaridad importante se plantea a perífrasis ni explicitaciones aclaratorias.
implícitamente en si la traducción debe Cuando la oscuridad del original es consus-
orientarse prioritariamente hacia el original tancial con el estilo de la obra y del autor,
(traducción retrospectiva) o hacia el lector de la merece la pena respetarla al máximo.
LD (traducción prospectiva). Dado el carác- T o d o s estos son logros d e nuestros mejo-
ter esencialmente canónico de nuestros tex- res traductores. Precisamente d e ahí surge
tos como obras literarias, la mayoría de nuestro convencimiento d e q u e la práctica d e
nuestros traductores se inclinan por la prime- la traducción en el ámbito d e la filología grie-
ra opción. E n tal sentido, por ejemplo, Ga- ga debe hacerse valer en el foro d e la Teoría
liano habla de traducciones "helenizantes" de la Traducción moderna.
frente a traducciones "modernistas". E n todo Mas va siendo hora d e q u e pasemos a
caso, también se percibe una cierta sensibili- nuestro segundo punto.
dad por el lector, en quien se busca generar
una impresión similar a la que pudiera recibir
el lector u oyente de época antigua ante el 4. EL CASO D E
original (Galiano y García Calvo). AGUSTÍN GARCÍA CALVO
c) Se h a b a r r u n t a d o , al m e n o s in nuce, el
p r o b l e m a d e las equivalencias. D e h e c h o las Hemos elegido dos de sus traducciones,
distintas o p i n i o n e s se balancean entre u n a que sepamos las dos últimas; una de la litada
equivalencia d e c o n t e n i d o (literalista) y u n a de Hornero, del año 95, y la reciente del De
equivalencia funcional (dinámica). E n algu- rerum natura, de 1997, similares y distintas en-
n o s traductores aparece clara la conciencia d e tre sí por diversas consideraciones.
que, e n poesía al m e n o s , la " f o r m a " es t a m -
bién parte sustancial del "contenido". C o m o 4.1. El dialecto de los héroes
decía Lasso 1 haciéndose eco d e las reflexio- de la litada, o el "traductor inventor"
nes d e H u m b o l d t , "la lengua es la casa del
ser, y si éste, inquilino inquieto, se muda d e Todos sabemos que la literatura occiden-
casa, resulta q u e es ya otro ser". tal comienza con la litada, manantial de
d) E s d e destacar igualmente el enorme nuestra tradición literaria; pero quizá conven-
esfuerzo y finura c o n q u e algunos autores ga sólo recordar que para los griegos Horne-
han abordado los problemas de la métrica clási- ro fue en realidad un punto de llegada de una
ca. A pesar d e la insalvable diferencia entre larga serie de aedos que, de manera oral, se
una métrica d e naturaleza cuantitativa (basada fueron transmitiendo sus relatos; siendo esta
en la oposición d e cantidades silábicas) y oralidad y una cierta transmisión formularia
cualquier sistema rítmico del castellano, n o se dos de las notas que mejor definen el carácter
han escatimado esfuerzos en trasladar estos de estos poemas, junto a su carácter de poe-
efectos poéticos, q u e son esenciales, p o r sía en verso hexamétrico. Pero lo que aquí
ejemplo, en la tragedia, al texto castellano: nos interesa es pasar revista a cómo ha lleva-
responsión estrófica, juegos d e hiatos, sinale- do a cabo García Calvo su traducción:
fas, cesuras, etc.
e) Clara conciencia d e que interesa m u c h o Con esto entramos en las aclaraciones tocantes
al sentido de esta versión y al uso que de ella pueda
respetar el estilo literario del original, sin acudir
hacerse, si es que hay, con todas las aclaraciones y
en contra de los enormes impedimentos, algunos
1
J. Lasso de la Vega: "La traducción de las que puedan leerla de veras, sentirla sonar, enten-
lenguas clásicas al español como problema" Eclás derla y disfrutarla.
(1967) 50-52, pp. 87-140.

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Kl propósito preciso pues que tiene esta ver- llana, fragmentos de hendecasílabos y alejandrinos
sión, un propósito que, al empezar, yo mismo no escritos como prosa, y luego otras en prosa y, las
me había formulado, y del que sólo después, según más recientes y doctas, la del Dr. López Kyre y la
avanzaba, me fui dando cuenta de que la estaba ri- del Dr. Crespo Gücmes, y además las otras versio-
giendo desde el principio, es el de ofrecer en caste- nes en prosa o verso inglesas, alemanas, catalanas,
llano algo que pueda darles a los hablantes actuales italianas, ello es que, durante la fabricación de esta
del esp. of. cont. una impresión análoga a la que el litada (para evitar, sin duda, que "me alterasen el
texto homérico les ofrecía a los hablantes de la koinè pulso" y me desviasen del intento), no he consulta-
o griego uniformado de por el siglo lila, de C; para do traducción en lengua moderna alguna.
los que el lenguaje de I Iomcro estaba doblemente Kilo, de paso, no puede menos de haber aca-
lejos, lo uno, como dialecto poético artificial, y el rreado alguna consecuencia indeseable, como será
otro, porque, al cabo de 5 siglos, las mutaciones de que se me haya escapado algún gazapo, que otro al-
la sintaxis, el vocabulario, la flexión y formación de gún error paladino de interpretación de palabra o
palabras, y hasta la fonémica, habían sido tales des- frase (o alguna interpretación de pasaje dudoso que
de el jonio que pudieron hablar los amigos de I Io- otros entendidos, desde Aristarco hasta el presente,
mero hasta el ático convertido en lengua común puedan haber acertado a resolver mejor), que con-
que los más de ellos hablaban, que apenas puede fío en que los estudiosos, si es que esto ha de en-
pensarse que entendieran esa lengua, si no es que a contrar lectura, me harán notar y que haya lugar a
algunos de ellos se les seguía enseñando en las es- corregir para nuevas ediciones.
cuelas. Porque es que, aunque a mí mismo no deje de
Para acercarme pues a tal propósito, tenia que asombrarme un poco que una traducción fiel, en
fabricar un dialecto, [de ahí lo de 'inventor'] que, gran medida literal, esté sonando en dáctilos caste-
aunque sin contar con una educación escolar co- llanos y hasta con asonancias de romance, debe el
rrespondiente, y siendo reconociblemente castella- lector saber, por si lo duda, que esta versión es, en
no, produjera a mis lectores una medida de extrañe- efecto, si no siempre literal, escrupulosamente fiel.
za y artificio equivalente a la que a los lectores me- La fabricación de este dialecto se ha hecho acu-
dio, en Alejandría o en Pcrgamo o en Atenas, debía diendo a procedimientos muy diversos: uno, el ar-
producirles la lectura de la litada en aquel siglo. caísmo, que tal su castellano se mantiene en general
Puede haber sido un intento más o menos in- alejado de nosotros algún que otro siglo; otro, el re-
sensato o atinado, pero, en todo caso, lo que debo curso a formas marginales del castellano, no acogi-
advertir desde aquí a los lectores es que es inútil das en la Literatura central ni luego en las Acade-
que intenten la lectura de esta litada sin haberse fa- mias, pero que había yo en tiempos oído en boca de
miliarizado lo bastante con el dialecto en que está gente de mi tierra; y otro, la invención analógica y el
escrita. A ayudarles en el proceso de acostumbra- estiramiento de las posibilidades de sintaxis y hasta
miento van las aclaraciones que enseguida pongo. morfología del castellano; todo ello, sin embargo,
Desde luego, el ponerme a escribir una litada en manteniéndome de un lenguaje que, al menos que
esp. of. cont. se me apareció desde el principio co- las partes "efectivas" de la frase, esto es, aquellas
mo ridículo y ajeno a mi deseo: es como si uno se que dicen lo que tiene que decir, que hacen lo que
pusiera a escribir, en el lenguaje de los periódicos o en la marcha de la acción tiene que hacer, resulta
de los manuales escolares, una explicación de 'lo inteligible para cualquier hablante del español no
que Hornero dice', pero en modo alguno una ver- demasiado ensordecido por la I jteratura y las reglas
sión de la litada que se lanzara a hacer algo seme- de escuela y academia.
jante a lo que la litada está haciendo en griego ho- Pero esos alejamientos y extrañamientos del
mérico. lenguaje se reparten en esta versión de diferentes
Y es aquí el momento de advertir a los lectores modos en las varias regiones de la gramática y del
que, a pesar de que disponemos de tantas traduc- léxico.
ciones en español, como aquella benemérita en Kn cuanto a la sintaxis, es la homérica (porque
hendecasílabos sueltos de D. José Goméz Ilermo- así lo era sin duda la de la épica aédica que él sigue)
silla, con la que de niño entré por primera vez en la sumamente sencilla, en el sentido de que es muy li-
litada, y la del Padre Daniel Ruiz Bueno, que, en mis neal o continuativa, con escasa subordinación ni
años de Salamanca, nos acompañaba amablemente complejidad en la construcción de frase.
en la lectura del libro III, y que publicó luego (se- Si alguna complicación hay, es "en onda más
gún el modelo de V. Bérard para la traducción fran- amplia", en pasajes en que viene a intercalarse una
cesa de la Odisea) una litada rítmica, en verso a la frase o serie de frases dentro del decurso de otras,

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con ocasional anacoluto o perdida del hilo; y así, en ilustre Zambitalón, el sueño sinsóndigo, aunque
esos pocos casos, lo he mantenido, haciendo más a veces mejor ambrósego o melífrono (yo preferi-
uso del signo de paréntesis de lo que se suele.
ría melipensante) el venablo longuisombrío/ largui-
l,o cjue no es esa sintaxis es yuxtapositiva, sino
que las frases, casi sin excepción, están explícita- sombre (los dobletes dependen del segmento
mente enlazadas una con la otra por medio de una de verso en que se hallen, los acentos y el
artillería de partículas coordinantes, típica y peculiar ritmo de la cadencia), Afrodita es milrisueñal
del griego antiguo y difícil de reproducir en otras risondd (aunque a mí me siga gustando más
lenguas.
amanledelasonrisd), a los dos Ayantes les dice
dualmente "a vos ambos"', un héroe (por ejem-
Hasta aquí la cita, un poco larga, pero ne-
plo Glauco) es vérviro, mientras que Iris la
cesaria. De manera que García Calvo nos
mensajera es rauda-andarina/'viento-su-paso/'pie-
brinda una traducción orientada al lector, en
raudo I'céleres-pasos. La cítara de Apolo es belve-
tanto que ha buscado producir "a mis lecto-
riverba, y a los aqueos (¡se lo han merecido sin
res una medida de extrañeza y artificio equi-
duda!) los llama en II 235 melones. Y cuando
valente a la que los lectores medios, en Ale-
se refiere a los corceles ¿es que no se los oye
jandría o en Pérgamo o en Atenas debía pro-
correr más y levantar más veloz polvareda
ducirles la lectura de la litada en aquel siglo
cuando García Calvo nos dice que son casqui-
[III a.C.]". Este esfuerzo de García Calvo
rraudosI casquelitrascos o casquirrudosI casquivo-
conlleva un cierto asombro, al comprobar
lantes? Debo adverar que hay muchos otros
que "una traducción fiel, en gran medida lite-
epítetos y muy variegados, que se asemejan
ral, esté sonando en dáctilos castellanos y
más de cerca al género de la jitanjáfora, y que
hasta con asonancias de romance". También
por descontado no podrá encontrar el lector
introduce un recurso al eco de la oralidad,
en el DllAE —ni siquiera en su versión CD-
mediante la invención analógica y el estira-
ROM.
miento de las posibilidades de la sintaxis y
hasta la morfología del castellano.
4.2. La "ciencia canta" en el
García Calvo es quien más se demora en
De rerum natura: traductor/editor/autor
justificar su sintaxis (lineal, aunque no yuxta-
positiva, y con escasa subordinación), el uso
Si en el apartado anterior hemos podido
de las partículas, la puntuación, el empleo de
apuntar algún indicio de la labor de García
los tiempos verbales, la sintagmática, etc.
Calvo como traductor "inventor" de un dia-
En paralelo a lo hasta ahora visto estaría
lecto, ahora pretendo presentarlo bajo el do-
la "traducción" de los epítetos, donde García
ble prisma de "editor-autor". Para ello me he
Calvo ha llevado a cabo un auténtico derro-
servido de la versión que García Calvo acaba
che de creación poética; oigan sólo algunos
de brindarnos del De rerum natura, extenso
ejemplos de las monedas recién salidas de la
poema en seis cantos y unos 6.000 versos de
ceca de Agustín, antes de que otros se las
"épica científica", un texto dedicado sistemá-
apropien y ya se devalúen: Apolo es lueñijleche-
ticamente a la física y a la explicación mate-
ro, el mar milborboriáento o vinulento, el piélago
rialista del universo.
es nuncaricanso, las naves son rumbivalinas o
García Calvo adquiere el compromiso de
rumbiligeras, o incluso córvidas o belniveleñas, el
preparar una versión de esta obra "con su
barco marcaminero o ¡évedo, Zeus es el nubipasto-
ritmo y lo más fiel a su estilo". Y a partir de
reante I pastor de nublados o cabrillante/ cabrilámpi-
aquí es cuando empiezan a surgirle algunas
go, o es lámpigo, a Héctor denomina crestiga-
preguntas. No ya tanto esas que habitual-
llardol'crestúrgidol' crestiférvido, e incluso yelmiga-
mente suelen asaltar al traductor en los mo-
llardo I yelmirisado I yelmo-de-ondas, Hefesto es el

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mentos previos a iniciar su tarea (del tipo, Calvo. "De manera que, como tenemos datos
por ejemplo, de si ha de hacerse una traduc- y testimonios bastantes para saber cuál era la
ción prospectiva o retrospectiva, de si en escritura que en tiempos de Lucrecio y Cice-
prosa o en verso, fidelidad al autor/fidelidad rón se usaba y correspondía bien al estado de
al lector, etc.) sino una cuestión que resulta la lengua, y a pesar de que sigue dominando
consustancial todavía para quienes nos dedi- en nuestras ediciones actuales la resignación a
camos a traducir obras de autores clásicos: la imprimir los viejos autores republicanos con
fijaáón del texto original. la ortografía imperial de la escuela de Quinti-
Porque debo recordar ante un público sin liano y más aún de la de Probo, he querido
duda heterogéneo como el que lee esta re- aquí, en lo que podía, restituir el texto de huiredo a
vista que algunas de las grandes obras de la la escritura que le corresponde".
antigüedad greco-latina siguen planteando El caso es que este texto de García Calvo
problemas de transmisión y de fijación tex- se aparta en más de 500 pasajes de lo que se
tual. García Calvo se percató de que el poema nos ofrece en otras ediciones de Lucrecio.
de Lucrecio estaba "mal transmitido y seguía Pero vayamos a otro aspecto aún más
poco bien editado todavía; de manera que no singular. ¿Con qué fundamento puede decirse
podía, en verdad, hacer una versión a nuestra que un traductor de finales del siglo XX se
lengua si no lograba, a la par, resolver la mu- nos metamorfosea en autor? Pienso que al
chedumbre de dudas y de errores que el texto menos lo es en un doble sentido. Primero,
latino me ofrecía y rehacer, en la medida de porque en general cualquier traductor recrea
mis fuerzas, una edición crítica del poema en cierto modo un nuevo original al llevar a
mejor que las usuales". cabo su traducción, pero también en otro
Resumido en dos palabras, el texto del sentido más estricto, en tanto que García
poema tal y como nosotros lo tenemos nos Calvo ha llevado a cabo un acto de osadía
ha llegado a través de dos mss. principales (el muy propio de su capacidad y su talante. Este
ms. O, codex Ijeidenüs 30, del s. IX, y el llama- Lucrecio de García Calvo tiene unos 90 ver-
do ms. Q, codex ljeidensis 94, de los siglos IX sos más que los textos de otras ediciones.
o X). Avive el seso el amodorrado lector y Tradicionalmente se admite la existencia de
advierta que ya han pasado mil años desde algunos pasajes donde se detecta que hay una
que el autor Lucrecio o su secretario dejara laguna, es decir, que sabemos que esporádi-
redactado el original. Hay un tercer ms. im- camente faltan algunos versos, originadas por
portante del XV, de Poggio Bracciolini, del deterioros materiales en el encabezamiento y
que a su vez derivan múltiples apógrafos, de- final de alguna hoja del ms. etc. Pues bien, en
teriores en general. Sobre ellos se confecciona- estos casos García Calvo, "mejor que dejar el
ron las primeras ediciones impresas, a partir texto con sus llagas abiertas y sus asteriscos,
de 1473, hasta llegar al hito de la edición de he preferido arriesgarme, tras invocar a los
Lachmann en 1850. En la fotocopia anexa manes de Lucrecio, a llenarlas con el número
tienen el estemma más detallado y verosímil. de versos que parecía corresponder y con el
No quisiera entrar en cuestiones eruditas, argumento y sentido que en general se deja
pero déjenme mencionar sólo un detalle para deducir del contexto con relativa certidum-
que tomemos todos conciencia de hasta qué bre. Puede parecer algo presuntuoso que se
punto puede llegar a ser ardua la tarea de un crea uno dotado de tanto arte, o más bien
"traductor" de lenguas muertas. Tiene que amaestrado en tanta fidelidad, como para
ver con esa "'minucia" que llamamos ortogra- tomar la voz del poeta y seguirle el paso en
fía. Lo haré citando nuevamente a García

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sus ausencias. Pero, en todo caso, a nadie van En este sentido me gustaría contribuir a
a hacerle gran mal esos versos añadidos...". despertar en los filólogos clásicos, cuya com-
No teman demasiado, porque no voy petencia lingüística está más que probada, la
ahora a recitárselos; aunque sí me gustaría conciencia de que debemos reflexionar y
que mentalmente tomaran nota de lo que este ocuparnos sobre los aspectos más teóricos de
empeño de García Calvo supone. Es un acto la traducción. Nuestra contribución en este
de osadía intelectual notable y un indicio ex- campo nuevo puede ser importante, y por
tremo del grado de sintonía con que un tra- otro lado cabe esperar incluso que de ella se
ductor que se precie puede llegar a alcanzar deriven mejoras para nuestras prácticas como
con el autor de la obra que traduce. traductores, y de otra parte, incorporando a
nuestros usos y prácticas traductológicas los
logros que en los recientes estudios de Teoría de la
5. ¿QUERELLA O CONCORDIA? Traducción pueden considerarse aprovecha-
bles. Así se llegará a un cierto punto de en-
Ni los antiguos debemos recelar de los cuentro en el que comprobaremos que ni to-
modernos, ni éstos asemejarse demasiado al do lo que los modernos teóricos nos presen-
nuevo rico y su "vellón de oro" que cree ha- tan es absolutamente nuevo ni deja de repo-
berlo descubierto todo ex novo. A medida que sar sobre algunas intuiciones de los antiguos,
se van abriendo o expandiendo los diversos y que tampoco los profesionales de la filolo-
campos de investigación parece natural reco- gía clásica podemos seguir manteniéndonos
nocer una cierta especificidad metodológica a al margen de las nuevas corrientes. Cuando
cada parcela de estudio. Pero no creemos que menos, se trata de poder estar en la contro-
convenga a nadie adoptar posturas de recelo. versia. Pensamos que también para los auto-
Pienso que, de un lado existe la necesidad res clásicos, si el siglo XXI será algo, ha de
de que la filología griega se incorpore a las ser además el siglo de la traducción y de su
nuevas corrientes de los estudios de traduc- traductología.
tología. Debe y puede hacerlo sin complejos,
en tanto que su larga experiencia de práctica
traductográfica le ha hecho acumular un cau-
dal de saberes importantísimo. Pero también
debe hacerlo con la apertura de mente nece-
saria que le permita asimilar los nuevos enfo-
ques de la moderna traductología.

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HIERONYMUS. Núm. 8. Antonio GUZMÁN GUERRA. Traducciones de los clásicos. ¿Por qué? ¿Cómo se hacen? ¿...
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