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BIBLIOTECA UNIVERSITARIA De la mano de Alicia

Ciencias Sociales y Humanidades


Lo social y lo político en la postmodernidad

Sociologia· Filosofia Política

NUEVO PENSAMIENTOJURíDICO Boaventura de Sousa Santos


Colección dirigidapor CristinaMoita Torres
Traducción
Consuelo Bernal
Mauricio Garcia Villegas

COMITÉ EDITORIAL
DanielBonillaMaldonado
ManuelJoséCepeda Espinosa
M aeríao Çarcía Vi/legas
Carlos Gavin·a Díaz
Cristina Motta Torres

rn
Uníverstdad de los Andes
Edtctones Umandes Facultad de Derechc Sigla dei Hombre Editores
Santos, Boaventura de Sousa
De la mano de Alicia: lo social y lo político en la postmodernidad/Boaventura
de Sousa Santos; traductor Consuelo Bernal. -Santafé de Bogotá: Siglo dei Hombre
Editores, Facultad de Derecho Universidad de los Andes, Ediciones Uniandes, 1998.
470p.: 21 em ---(Biblioteca Universitaria Ciencias Sociales y Humanidades. Serie
Nuevo Pensamiento Jurídico)
tncluve bibliografías.
Título original: Pela Mão de Alice: o social e o político na pós-modernidade.

ISBN:958-665-012-X

1. Modernidad-Ensavos, conferencias, etc. 2. Postmodernidad-Ensayos,


conferencias, etc. 3. Cambio social-Ensayos, conferencias, etc. I. Berna], Consuelo,
García V., Mauricio, Ir. 11. Serie
303.4cd1ged La edición colombiana de este libro se debe ai interés
AGD3498
dei Projesor Mauricio García Vtllegas en divulgar mi
trabajo para el público de lengua espafíola y ai carifío y
CEP-Biblioteca Luis Angel Arango
projesionallsmo con el que el Centro de /nvestigaciones
50ciojurídicas -C/JUS- de la Universidad de los Andes
La presente edición. 1998 y 5igl0 dei Hombre Editores. acogieron este proyecto.
Título original: Pela Mão de Alice: o social e o político na 'pós-modernidade
Cortez Editora, 1995
A todos mls más sinceros agradec!mientos.

©Boaventura de Sousa Santos

©Ediciones Uniandes
Cra. 1E No. 18A-10 Santafé de Bogotá D.C.
leis: 282 4066 - 286 92 11 Exts: 2158-2133
Fax: 284 18 90 A.A. 4976

©Facultad de Derecho de la Universidad de los Andes

©Siglo dei Hombre Editores


Cr. 32 No. 25-50 Santafé de Bogotá D.C.
lei: 337 7700 Fax: 337 7665
e-mail: siglohom@openway.com.co

Traducción
Consuelo Bernal
Mauricio García Villegas

Disei'io de Colección
Mauricio Melo

ISBN: 958-665-01 2-X


(Colección) ISBN 958-&65-000-6

Panamericana Formas e Impresos S.A


Calle 6.5 No. 94-72
Santafé de Bogotá

Impreso en Colombia-Printed in Colombia

cultura Libre
ÍNDICE

Prefacio 1
Presentación o.' 7

I
REFERENCIAS

1. Cinco desafios para la tmagmactón sociológica 13


Ochenta\Noventa 13
Entre la auto-teoría y la auto-realidad 15
De las perplejídades a los desafios.......... 16

2. Todo lo sólido se desvanece en el aíre: i,También


el marxismo? 0.0 21
Una historta para todos. 22
1890-1920 22
Los afias treínta y cuarenta o • • • • • 0 0.0 0.. 25
De los aftas cincuenta a los afios setenta............... 25
Los aftas ochenta .. ;............................................... 28
Un futuro para todos 33
Procesos de determínacíón social.......... 38
Acción colecttva e identidad 42
Dtreccíón de la transformación social........ 45
Referencias bibliográficas.......................................... 49

ix
11 III
CONDICIONES DE INTELIGIBILIDAD CIUDADANíA. EMANCIPACIÓN Y UTOPÍA

3. Once tesis con motivo de uno más de los descubri- 7. La soctotogía de los trtbunales y la democratiza-
mlentos de Portugal.............................................. 57 ción de la justlcia 193
Referenclas bibliográficas..... 83 Condiciones socíales y teóricas de la sociología de
los trlbunales 193
4. Lo social y lo politico en la traneíctón postmoderna ... 85 Temas de la socíología de los tribunales .. 200
Lo moderno y lo postmoderno en los países capita- EI acceso a la justlcla 20 I
listas centrales 87 La admínístracíôn de justícía como ínstítucíõn po-
El pnmer período...................... 92 lítica y profesíonaj 208
EI segundo período................................................ 96 Los conf11ctos socíales y los mecanismos para su
EI tercer período.................................................. 100 solucíón 211
Portugal y e! desafio de la postmodemtdad .. 108 Hacía una nueva política judicial 214
Hacla una política postmodema: las mini-raciona- Referenclas bibliográficas.......................................... 219
lidades y la reslstencla 119
Referencias bibliográficas.......................................... 131 8. De la idea de universidad a la untverstdad de ideas 225
Fines stn fln .. 225
5. EI estado y los modos de produccíón de! poder La crtsts de hegemonía 232
social 137 Alta cultura-cultura popular 233
Introducclón 137 Educacíón-trabajo 236
La distlnclón Estado/sociedad cívíl 139 Teoría-práctlca 240
Las raíces contradictorias de la dístínctón 139 La universidad y la producttvidad 242
Las funciones latentes de la distinción Estado/so- La uníversídad y la comunldad 248
cíedad civil 144 La crtsís de Iegtttmrdad 255
Hacía la construcci6n de una alternativa concep- La crtsís institucional 259
tual 147 La evaluaci6n deI desempeno universitario 261
Las diferentes sociedades cívíles 147 Para una universidad de ideas 269
Las formas de poder social 148 Teste para una uníverstdad pautada por la cien-
Cuadro estructural de las sociedades capitalistas.. 150 cía postmodema 271
Hlpótesis sobre el Estado y las formas de poder Díspostcíones transitorias e llustraciones 275
social en las sociedades semíperíféricas: eI caso de
Referencías blbl1ográflcas.......................................... 281
Portugal.................................................................... 152
Referenclas bibliográficas.......................................... 158
9. Subjettvídad. cludadanía y emanclpaclón 285
Introducclón . 285
6. Modernídad, identldad y cultura de frontera 161
Subjetividad y ctudadania en la teoría política
Introducción 161
liberal................................................................... 287
La descontextualización de la identidad en la mo-
Subjetividad y cíudadanía en el marxismo 292
derntdad 163
Las confrontaciones romântica y marxista 167 EI surgímíento de la cludadanía social 296
EI regreso de las Identidades 172 Subjetividad y ciudadanía en Marcuse y Foucault 299
Los desafios en la semiperiferia................................. 177 La crtsís de la ctudadania sociaL...... 301
La cultura de frontera 181 Las dos últimas décadas: expertmentactõn y con-
Referencías bibliográficas.......................................... 188 tradícctón 304


x
Las respuestas del capital: dífusíón social de la
produccíón y aíslamíento político dei trabajo . 305
Los nuevos movrmíentos sociales . 312
Subjctwtdad y cíudadania en los nuevos movímíen-
tos sociales . 319
Los NMSs y el sistema mundial: Brasil, África y
Portugal . 324
Los anos noventa . 329
Para una nueva teoría de la democracia . 331
Para una nueva teoría de la emancipación . 339
Referencias bibliográficas . 341

lO.Hacia una concepción multicultural de los derechos PREFACIO


humanos . 345
lntroducción . 345
Sobre las gíobaítzactones . 347
Los derechos humanos y ellibreto emancipatorio .. 352

11.El norte. el sur y la utopía . 369


lntroducción . 369 En las últimas páginas dellibrolntroducctón a una Cten-
Los problemas fundamentales en los diferentes cia Postmoderna (Introdução a uma Ciência Pós-Moderna-
cspacíos-tíempo . 373 Afrontamento, 1989) afirmé que la refiexlón hecha allí so-
EI espacto-ttempo mundial .. 373 bre la transtcíón entre los paradigmas eptstemológtcos-en-
La explostón demográfica . 376 tre la cíencía moderna y la cíencía postmoderna- debería
La globalización de la economía . 379 complementarse con una reflexión sobre la transición en-
La degradación ambiental .. 388 tre paradigmas socíales. es decír, entre los diferentes mo-
El espacío-tíernpo doméstico . 396
dos básícos de organizar y vívtr la vida en socledad. Dado
El espacto-tíempo de la producción . 402
que, como sostenía en ese libro, las diferentes formas del
EI espacío-tíempo de la ciudadanía . 412
conocimiento tienen una víriculacíón específica con las
Las dificultades fundamentales . 419
La utopía y los conflíctos paradígmátícos " . 423 diferentes prácticas soctales. la idea era p ues. que una
430 transformación profunda en los modos de conocer, debería
Conocimiento y subjetividad .
Patrones de transformación social . 440 estar relacionada. en una u otra forma. con una transfor-
Poder y política . 448 macíón Igualmente profunda de los modos de organizar la
455 socledad. .
Referencias bibliográficas .
Dí]e, además, que míentras la transrcíón epistemológica
me parecia relativamente clara y mi reflexión sobre ella
relativamente consolidada. la transtctón social era mucho
más problemática y mí reflextón. sobre ella, incipiente. Por
otra parte, mlentras la transición epistemológica podía y debía
ser discutida en general, la transícíón social, pudíendo ser
discutida Igualmente en general, no podría dejar de tener
en cuenta la extrema diversidad de las sociedades nacto-
nales y, específlcamente, de la portuguesa.

1
xli
Durante los últimos cinco aüos, me dedtqué prioritaria- En la segunda parte, centro ml análisls sobre algunos
mente a la rellexi6n sobre la transtcíón entre los paradigmas de los aspectos de la crtsts de la modernldad como para-
soclales y sobre ellugar y las víctsttudes de las sociedades digma social. La referencla a la socíedad portuguesa ocu-
serntpertfértcas en dícha transtctón, y en especial de la pa' en esta parte. un lugar sobresaliente y los análisis se
sociedad portuguesa. Esa reflexión todavíaestá en curso. han hecho a la luz de un cuadro teórico suficientemente
pero las concluslones a las que he llegado hasta ahora, amplio para localizar la socledad portuguesa, tanto en el
aunque fragmentarias, tlenen alguna consístencía global paradigma de la moderrudad, como en su crtsís. Planteo
y, por eso, decidi reunirias en este lIbro. Tengo en prepa- algunas hlp6tesls de trabajo sobre la sociedad portugue-
ración un análisis sistemático e integrado de los diferentes sa que fueron objeto de una Investlgacl6n sístemáttca rea-
problemas suscitados por la translclón paradígmáttca, lizada por mí y por otros ínvesttgadores dei Centro de Estudos
tanto social como epistemológica. No obstante. como tal Sociais, de la Uníveraídad de Coimbra, cuyo trabajo más
análísts dlfícllmente se entendería stn la Investlgaclón y la reclente puede ser consultado en Portugal: Um Retrato Sin-
reflexiónque se hizo durante los dos últimos anos. es una gular, Porto, Afrontamento. 1993. y también en varios li-
razón más para presentarle ai público los resultados pro- bros publicados en la coleccíón Saber imaginar o Social, de
vístonales a que he llegado hasta ahora, las ediciones Afrontamento.
La mayoría de los textos aquí reunidos fueron escritos En el tercer capítulo. presento once tests sobre la socíe-
entre 1989 y 1994. Dos de ellos son Inéditos (segundo y dad portuguesa, a manera de manlflesto contra el discur-
undécimo capítulos) y los restantes fueron publicados en so mítico que, en sus múltiples versíones. ha dominado el
Portugal y en el extranjero en revistas o libros no siempre anállsls de la identldad nacional.
de fácil acceso. Todos los textos ya publicados fueron re- En el cuarto capítulo descrtbo, en forma muy general.
visados completamente para ínclutrlos en este libro. Es- el paradigma socto-cultural de la modernldad y su trayec-
critos a 10 largo de varias anos, no es de esperar que la torla histórica a lo largo de los diferentes períodos dei ca-
conststencía entre ellos sea total. Por un lado, diferentes pitalismo. Identifico los signos más evidentes de la crlsls
vibraciones sociales en eI momento de escrtbír, diferentes final en que parece sumergído y enuncio algunos de los
auditorias y diferentes contextos de escritura, ortgmaron, topoiretóricos con base en los cuales es posible argumen-
por clerto, diferencias de estilo y de énfasls analítico. Por tar en favor de una postmodernldad Inquietante o de opo-
otro lado, mts preocupaciones más permanentes, algunas sición. Síerido cíerto que la soctedad portuguesa es una de
de ellas obsesívas, terminaron por traducirse en repeticio- las sociedades europeas donde menos se han cumplldo las
nes que no stempre fue posible eliminar. expectativas de modernldad, me pregunto tambtén, en es-
Este libro está dividido en tres partes. En la prtmera parte. te capítulo. sobre el sentido que tiene entre nosotros dis-
hago una reflexión sobre algunas de las referencias teóri- cutir sobre la postmodernldad.
cas que han regulado ml ínvesugactón. En el prímer capí- En el quinto capítulo presento los lineamientos gene-
tulo planteo algunas de mls perplejldades analíticas ante rales de una propuesta te6rlca sobre los modos de genera-
las transformaciones sociales en este final de sigla y enun- ción del poder social. Esta propuesta, que tuvo su primera
cio las vías por las cuales se pueden traducir en motivos formulaclón en el texto "On Modes ofProductlon ofSoclal
de creattvídad sociológica. Power and Law" en: Internattonal Journal of Sociology oJ
En el segundo capítulo procedo a una evaluación del mar- Law (13 [1985J: 299-336), será materla de un tratamlento
xismo a la luz de la tradlclón te6rica de la socrología. con más profundo en un próximo trabajo. En este capítulo. centro
el objetivo de distinguir las áreas o dimensiones en que con- ml crítica en la dlstlnclón dei Estado y la socíedad civil y
ttrrúa tenlendo actualidad, -y quízás más actualidad que formulo. esbozadagrosso modo. una alternativa teórica orien-
nunca- de aquellas en que está desactualizado y que por tada a contextuallzar el poder estatal dentro dei conjunto
eso debe ser revisado profundamente o incluso abando- de las formas de poder que círculan en la soctedad. Tarn-
nado. blén expongo algunas hlpótesls sobre las relaciones que

2 3
hay entre las diferentes formas dei poder en la sociedad rechos humanos. En el undécimo capítulo, la necesidad de
portuguesa. sobrepasar el bloqueo de las alternativas se refuerza a la
En el sexto capitulo analizo las identidades de orígen luz de los problemas globales, con los que nos enfrenta-
sexual. étnico y cultural a la luz dei proceso histórico que mos en este fin de sigro. dei hambre y la guerra, a la
pretendió suprlmlrlas -además stn éxíto. como se puede exploslón demográfica, de las aslmetrías entre países
constatar ahora- reflrléndome, a este propósito, a la críti- ricos y países pobres a la degradación ambiental a escala
ca romântica y marxista y aI reduccionismo generado por planetarla. EI exceso de regulaclón modernista hace que
la modernidad en su verstón hegemóntca. Trato. especial- tal bloqueo sólo pueda ser superado por la vía dei pensa-
mente, la cuestlón de la Identldad de la cultura portuguesa miento utópico; una de las tradtcíones suprimidas en la
y propongo una hlpótesis de traba]o sobre su caracte- modernidad que es necesario recuperar.
rtzacíón. EI desarrollo de mís Ideas se beneflctó mucho del debate
En la tercera parte el análists se combina con la pros- con mís colegas dei Centro de Estudos Sociais, a quienes
pectiva y, en ambas formas. es mínima la consideración agradezco colectlvamente. La preparacíón final dei manus-
especifica de la socledad portuguesa. En el séptlmo capí- crito se debe a dos personas: a mi asistente de investiga-
tulo hago una resefta de los estudios sociológicos sobre la ctón, Hermes Augusto Costa, quien revisó innumerables
adminlstración de [usttcía, e identifico la contrlbución po- veces el manuscrito, en forma minuciosa, y a Lassalete
slble de estos estudios a la deftníctón de una nueva políti- Simões, quien introdujo al computador las sucesivas
ca judicial enfática con respecto ai imperativo político de versiones de los diferentes capítulos. Cada uno, en su
la democratlzación de la justtcta y dei acceso ai derecho. campo, demostró una competencia profe stona l, un ceIo
En el octavo capitulo procedo a un análísts crítico de la y una dcdícacíón que, sin sorprenderme, me dejó emocio-
postctón de la Uníverstdad en las sociedades contemporâ- nado. Son por eso acreedores de un agradectmíento muy
neas. Doblemente desafiada por la socledad y por el Esta- especial.
do, la Universldad se enfrenta con la eventualidad, cada Tamblén me gustaría agradecer a los editores de las
vez más próxima, de profundos cambias estructurales. revistas y libros donde fueron publicados, en otras versio-
Frente a la rigidez funcionai y organizacional que ha ca- nes, algunos de los capitulos, así como a las entidades que
racterizado a la tnstttucíón untversttarta, me pregunto organizaron los eventos donde fueron presentados los ca-
cómo se irá a adaptar a las nuevas condiciones. Propon- pítulos Inéditos.
go. como solución radical. pasar de la Idea de Universidad Así, el prlmer capítulo fue publicado en las Actas do 2'
a la Unlversldad de las Ideas, para lo que formulo un con- Congresso da Associação Portuguesa de Sociologia (Estru-
junto de tesis y sue respectivas disposiciones transitarias. turas Sociais e Desenvolvimento, 10 volume. Lisboa, Edito-
En el capítulo novena retomo algunas de las cuestiones rial Fragmentos, 1993; 62-68). EI segundo capítulo, inédito,
abordadas en los capítulos cuarto y sexto en relaci6n con se basa en el texto de la ponencia presentada en el 8 0

el paradigma de la modernidad. EI exceso de regulación Encontro de Filosofia, organizado por la Associação de


y el déficit consecuente de emancipación en que, históri- Professores de Filosofia, reallzado cn Coimbra dei 10 al12
camente, se ha traducido el paradigma de la modernidad, de marzo de 1992. EI tercer capítulo fue publlcado en Via
truncaron en diferentes formas la articulación entre sub- Latina, 1991: 58-64; Novos Estudos CEBRAP, 34 (1992):
jetividad y ciudadanía y dejaron a las sociedades capita- 136-155; Luzo-Brastltan Review, 29 (1992): 97-113. EI
listas contemporâneas ai borde de un bloqueo global de las cuarto capítulo fue publicado en versíones muy diferentes
alternativas emanclpatorias. De ahí mí llamado hacla la enOflcinas do CES, 1 (1998) y 8 (I 989); Otiati Proceedings,
forrnulacíón de una nueva teoría de la democracia y de la 1(1989): 113-123;Doxa, 6 (1989): 223-263;Revued'Études
emancipación social. Interdisciplinaires, 24 (1990): 77-118: Sociologia dei Dirttto,
En el capítulo décimo me ocupo de la difícil relaclón en- 17 (1990), 3: 5-34; Austin Sarat and T. Kearns (orgs.)The
tre multlcultlralismo, globalización y protección a los de- Fate of Law, Ann Harbor, Untversrty of Míchigan Press,

4 5
1991: 79-118: Lua Nova, 31 (1993): 181-207. El quinto
capítulo fue publicado en OfICina do CES, 7 (1989); Actas
do 10 Congresso da Associação Portuguesa de Sociologia
(A Sociologia e a Sociedade Portuguesa na Viragem do Sé-
culo, volume 2. Lisboa, Editorial Fragmentos, 1990: 649-
666). El sexto capítulo fue publicado en Revista Crítica de
Ciências Sociais. 38 (1993): 11-39. El séptimo capítulo fue
publicado en la Revista de Processo. 37 (1985): 121-139;
Revista Uruguaya de Derecho Procesal. 1 (1985): 21-35;
Revista Crítica de Ciências Sociais, 21 (1986): 11-37; José
E. Faria [org.j.Dtreuc e Justiça. Sao Paulo, Ática. 1989: 39-
65. El octavo capítulo fue publicado en la Revista Crítica
de Ciências Sociais. 27/28 (1989): 11-62. El noveno capí- PRESENTACION
tulo fue publicado en la Revista Crítica de Ciências
Sociais. 32 (1991): 135-191. El décimo capítuloes exclu-
sivo de esta verstón castellana y fue publicado en la revis-
ta Anállsis Político, lEPRI, Universldad Nacional de Co-
lombta, 31 (1997): 3-16. El undécimo capítulo está inédito
y es una verston muy ampliada de la ponencra presentada
en las Primeras Jornadas de la Facultad de Economía de según una sana costumbre acadérníca, los maestros
la Universldad de Coimbra. realizadas el 28 y 29 de abril presentan las primeras publicaciones de sus discípulos;
de 1993. de esta manera dan a conocer SUB nornbres Y SUB obras
Dos agradectrntentos más, y muy especiales. A Maria en la comunidad científica. Me encuentro en una situa-
Irene Ramalho. por cuya mesa de trabajo pasó, varias veces, cíón excepcional respecto de este principio de autortdad,
todo el manuscrito y partes de él, obedientemente sujeto no sóIo porque el profesor Boaventura de Sousa Santos es
a un rigor analítico y estilístico, sin excesos. En particu- bien conocido en nuestro medro. sino porque siempre me
lar. a roi editor. José Sousa Ribeiro, por el estímulo que me he considerado su alumno. Para justificar pues , al menos
dío para la publicación de este libra. Sin él este libra tal vez en parte. la falta de pudor que conlleva la redacción de esta
nunca hubiera visto la luz dei día. presentacíón. sólo díspongo de la desígnactón de mí nom-
bre por elmismo autor. Pero esto no alivia una responsa-
bilidad que pienso sobrellevar siendo breve y ltrmtándo-
me a lo que considero esencial para un lector ansioso por
entrar en mate ria.
Lo más sorprendente y encantador de este libro es qui-
zás el lenguaje. El autor no só lo explica y anaUza los
consabidos efectos epistemológicos de la falta de co-
rrespondencia necesaria entre lenguaje y realtdad, entre
las palabras y las cosas. sino que se vale de esta lIberación
de los enunciados pará reivindicar la posibilidad de crear
una nueva realidad social, dícténdola, ímagtnándola. En
esta apertura hacia el tngenío, utiliza con maestría los
efectos cognoscitivos de la perplejidad y de la evocactón. a
través de la paradoja y de la metáfora. respectivamente.

6 7
Con la pr íme r a , denuncia y pone ai descublerto las es el resultado de la menor importancia de los contenidos
inconsistenclas y atrocidades dei paradigma de la y de las soluciones que plantea, sino más bien de la des-
modernldad. Con la segunda. reivindica el pensamlento de valorlzaclón de la perspectlva de mediano y largo plazo.
frontera -periférico respecto dei paradigma dominante - Para la ciencia moderna la verdad de un objeto de estudto
para postular nuevas soluciones y nuevos rumbas. El lí- sólo podía ser encontrada en la disciplina específica co-
bro combina la creatlvidad liberadora de la metáfora con rrespondiente a tal objeto y no en las relaciones entre este y
el esceptlcismo crítico y deconstructor de la paradoja ; la otros objetos o disciplinas. Esta perspectiva epistemológica
evocación persuasiva de la cultura latina se pone al me- sobrestimó e l valor de lo específico en detrimento de las
jor servícío dei rigor desmitlflcador dei pensarntento crí- relaciones entre los objetos. En estas condiciones. las
tico centro-europeo. Ni la utopia es uo desvario o uri eue- cíenctas socíales -y con ellas la administración pública -
tio empalagoso ní la crítica es presa deI desaliento o la evolucionaron hacla la espectaltzacíón, en un proceso que
desrdta . El autor lo plantea en términos más modestos: corre a la par con problemas que, en cambio, tienden ha-
"afirmar sm ser cómplice, criticar sin desertar" y también cla la globallzaclón. No es de extraüar, entonces, que las
en términos marxistas "leer eI presente según una herme- soluciones no sean eficaces. Lo necesario ha cedido su te-
nêutica de la eusptcacta y el futuro según una hermenêu- rreno a lo postble. Las alternatlvas globales. colectivas y
tica de la adhestón", todo lo cual recuerda la célebre dife- multifacéticas han sido desplazadas por las soluciones
rencia gramsclana entre el optímtsmo de la voluntad y el purituales , particulares y específicas. "Problemas étlcos
pesrmtsmo de la razón, y políticos -díce el autor- son transformados en problemas
EI tema central dellibro es la crtsts dei paradigma de la jurídicos". La gravedad de los temas hace más vtstble este
moderntdad. Una crtsts que no sólo se refíere a la íncapact- desfase entre realidades y soluciones y nos pone en una si-
dad de los países centrales para responder a los gran- tua~lón de cambio paradígmátíco, social y epistemológico.
des retos econornícos , ecológicos. políticos y soclales El ejernplo más claro de esta encrucijada está en la protec-
que afronta el mundo actual, sino tambíén a la incapacl- ción del media ambiente. .
dad de las cíencías sociales -y de las cíencías en general- De otra parte-no pretendo agotar lo esencial-Ia frecuen-
para proponer soluciones que respondan a tales proble- te referencia que se hace en ellibro a Portugal, al contrario
mas. Pero esto dice muy poco sobre la orígtnaltdad dei de lo que pudiera pensarse, es un elemento de interés adi-
llbro: otros postmodernos han descrito en detalle los ele- cional para el público latmoamertcano. Portugal tíene la di-
mentos de esta crtsís: lo esencíal de su aporte está. en ferencia necesaria que hace importante la semejanza. Lo
cambio, en la manera como combina la crítica a los pre- que nos atrae de este país es el punto de vista ajeno, sobre
supuestos epistemológicos de la moderrndad y, en espe- lo que es compartido. Mucho se ha dícho sobre la capací-
cial. a la ractonalídad cognoscitiva instrumental. con la dad de los extranjeros para percíbtr elementos y relacio-
explicación deI agotamiento del desarroIlo social y en es- nes importantes. que escapan ai análisis de los nacíona-
pecial de la capacídad emanctpatorta, les, demasiado lnvolucrados en la coyuntura. Bakhtme, el
EI autor se vale de esta doble crítlca -eptstemológíca y gran pensador ruso, se refería a esta capacídad con el tér-
social- para construir modelos explicativos. para mostrar mino de exotopía: a su juícto, una cultura sólo se revela en
la complejldad de los fenómenos sociales actuales y. sobre toda su complejidad y profundidad ante los ojos de una
todo. para proponer soluciones que ímplícan una transfor- cultura extranjera 1, La mísma razón vale para el punto de
mación global. no sólo de los modos de produccíón, sino vista a~eno sobre lo parecido. En la periferia -en Lisboa.
también de las cíencías socíales. de las formas de socíabt- Medelhn o Guadalajara-la visión del mundo se parece: la
lidad, de los universos simbólicos y de la relación con la misma carga simbólica. la mtsma emotívídad, la misma com-
naturaleza ; en eíntests. postula una utopia, en el mejor
sentido de la tradícíón que hace honor a esta palabra. EI 1. Citado por T. Todorov en: Las mo rales de la Hlstoria, Barcelona, Ed. Paídós.
1993,p.26
descrédito de esta tradtcíón en la modernidad -expllca- no

8 9
plíctdad, los mísmos amores, los mlsmos temores y sobre
todo la mtsrna cornplejtdad. La globalizaclón t1ene el
triste efecto de ocultar estas discretas semejanzas,
arraigadas en culturas y formas de vida ml1enarlas, bajo
el escenario estridente y único del consumo, o mejor aún,
como dtce el àutor, dei deseo dei consumo. Aios portugue-
ses estamos más unidos por el centro hegemóntco que por
la periferia. Este libro pone de presente la ímportancta de
estas nuestras uníones profundas, de largo aliento.
Toda esta preocupaclón por la complejldad de la perife-
ria explica el reciente interés del autor por un país como
Colornbtaê: un país malogrado por la vtolericta que, no
obstante, mantlene una sorprendente y precarla estabill-
dad Institucional y una no menos sorprendente dlnámlca
social. He aquí algunos de los factores contradictorios que REFERENCIAS
hacen de Colombla un laboratorlo sín Igual para el estu-
dío de fenómenos socíales en situaciones de extrema ten-
slón. Este libro proporciona nuevas e Ingenlosas herra-
mientas conceptuales para comprender la realidad
nacional y nuevos alientos emancipatorios para lu-
char contra la domínacíón y el desconclerto agazapados
en la crísts. una crísts que la violencia ha convertido en un
eufemismo cada vez más insostenlble.

Maurlcío García Vl\legas


Bogotá, 20 de marzo de 1998

2. El profesor Santos dirige actualmente, en la Uníverstdad de los Andes de


Bogotá. una ínvesugactõn sobre jusUcta en Colombia, que está próxima a
terminar y a ser publícada.

10
1

CINCO DESAFÍOS PARA LA IMAGINACIÓN


SOCIOLÓGICA

Los desafios. cualesqutera que sean, nacen siempre de


las perplejidades productlvas. Así como Descartes ejercító
la duda stn haberla sufrtdo, estimo que hoy es necesario
ejercitar la perplejldad sin sufrirla. Si quístéramos , como
debemos hacerlo, ser sociólogos de nuestras proptas cír-
cunstanctas, debemos empezar por el contexto socío-tem-
poral de donde surgen nuestras perplejldades.

OCHENTA \ NOVENTA

Desde el punto de vista sociológico, la década de los


ochenta, "será una década para olvidar? Dentro de la tra-
dtctón de la soctología se encuentra la preocupación por la
"cuestlón social", por las desigualdades soctales, por el
arden! desorden autoritario y la opresión social que pare-
cen Ir a la par con el desarrollo capitalista. A la luz de esta
tradición, la década de los ochenta es, stn lugar a dudas,
una década para olvidar. Durante su transcurso. se pro-
fundtzó en los países centrales la crisis deI Estado-Provi-
dencia que ya venía desde la década anterior y. con ella,
se agravaron las desigualdades sociales y los procesos de
exclusión social (el 30% de los norteamericanos está ex-
clutdo de cualquter esquema de seguridad social), de tal
manera que esos países asumieron algunas de las carac-

13
terísticas que parecían ser típicas de los países periféricos. estas preguntas, sobre todo porque ellas presuponen que
De ahí que se hable de un tercer mundo Interior. En los no es problemática una postura epistemológica que lo es
países periféricos. el empeoramiento de las condiciones so- cada vez más. Presuponen la separaclón sujeto-objeto: noso-
clales, ya de por sí tan precartas, fue brutal. La deuda ex- tros aquí y las transformaciones allá afuera. Cuando en
terna, la desvalortzacíón Internacional de los productos verdad, las transformaciones no son más que la transfor-
que se ubícan en el mercado mundial y la dtsmtnucíón de macíón de todos nosotros, tanto de los científicos sociales
la ayuda externa, llevó a algunos de estos países ai borde como de los no científicos socíales de este mundo.
dei colapso. En la década de los ochenta, en África, murtó
más gente de hambre que en todas las décadas anteriores ENTRE LA AUTO-TEORIA Y LA AUTO-REALIDAD
de este stglo, SI las astmetrías soclales aumentaron en el
Interior de cada país, ellas aumentaron todavía más en el Sin embargo, es propío de la socíología reivindicar un
conjunto de los países dei Norte que en el de los países dei punto de vista de observación y análisls, un punto de vis-
Sur. Esta sltuaclón, que algunos celebran o toleran como ta que, no estando por fuera de lo que se observa o anali-
los dolores necesarios del parto de un orden económico final- za. no se confunde directamente con él. lCuál es, pues, ese
mente natural y verdadero, es declr, neoliberal, fue denun- punto de vista y cómo mantenerlo en las actuales condi-
ciada por otros como un desorden salvaje que es necesario ciones y en las dei futuro próximo? La rapidez, la profun-
sustituir por un nuevo orden económícomternacíonal. La dídad y la Imprevlslbi1idad de algunas transformaclones
arrogancla de los prlmeros y la Impotencla de los segun- reclentes, le otorgan ai tiempo presente una característi-
dos. pane definitivamente a la sociología en malas relacio- ca nueva: la realidad parece haberle tomado, definitiva-
nes con la década de los ochenta. mente, la delantera a la teoria. Con esto, la realidad se vuelve
Definitivamente, sí: pero, <',también Incondicionalmen- híper-real y parece teorizarse a sí misma. Esta autoteo-
te? EI otro pllar de la tradlclón Intelectual de la socíolo- rlzación de la realidad es otro aspecto de la diflcultad de
gía, es la preocupaclón por la partlcipación social y política nuestras teorías para darse cuenta de lo que ocurre Y» en
de los cludadanos y de los grupos socíales por el desarrollo última ínstancta, de su dífrcultad para díferenctarse de la
comunltarlo y la acclón colectlva y por los movimientos realidad que, supuestamente, teortzan, Mlentras tanto, esta
socíaíes. A la luz de esta otra tradlclón, lo mínimo que se condíctón es Internamente contradíctorta. La rapidez y la
puede declr es que la década de los ochenta se reivindlcó, mtensídad con que sucede todo, si bten por una parte hace
de una manera sorprendente e Incluso brtllante. Fue la déca- que la realidad se vuelva híper-real, por otra parte, la trt-
da de los movlmlentos socíales y de la democracia, dei ftn víalíza, la banaliza hasta hacerla una realidad incapaz de
dei comunismo autorltarlo y delaparthetd, dei final dei con- sorprendernos o de atraparnos. Una realidad así se vuelve,
flícto Este-Oeste y de un cíerta atenuaclón (<',momentánea?) a la postre, fácil de teorizar, tan fácil que la banalidad dei
de la amenaza nuclear. referente casi nos hace creer que la teoría es la propia rea-
Este es el claroscuro de la década anterior. Con ella te- lidad con otro nombre, o sea que la teoría se autorrealiza.
nemos una relación de amor-odio. No la podemos olvidar. Vivimos así una condtcíón compleja: un exceso de rea-
Tampoco la queremos repetir. Es evidente que las décadas lIdad que se parece a una falta de realldad; una auto-teo-
sólo exísten en nuestra ímagínactón temporal. Las trans- rlzaclón de la realldad que dificilmente se distingue de la
formaciones que ocurrleron ai final de la década de los ochenta, autorrealizaci6n de la teoria. En unas condiciones de este
irrumpieron en la década de los noventa y ahora estamos tipo, es dífíctl reivindicar un punto de análisls y, mucho
conviviendo con ellas. <',Quéhacer con ellas?, <',por qué trans- más dtfíctl. mantenerlo. No está en la tradícíón de la socto-
formaclones están pasando las transformaclones?, <',qué logía abdicar de esta reívtndícacíón y, valga la verdad, al-
desafios le plantean a la socíoíogía. a las ctencías soclales gunos factores favorecen su éxito. EI conflicto Este-Oeste
y a las humanidades en general?, <',cómo nos van a afec- fue uno de los grandes responsables de que, durante todo
tar?, <',cómo las podemos afectar? No es fácll responder a el sígío XX, la socíología hubiera sido hecha con los con-

14 15
ceptos y las teorias que heredamos dei stglo XIX. EI fln dei devaluado los modos de producclón en detrimento de los
conflicto Este-Oeste le dto una oportunldad única a la crea- modos de vida. Así mísmo, podemos decir que la crítica
tlvidad teórica y a la transgreslón metodológica y episte- que se le ha hecho al marxismo se sustenta, en parte. en
mológica; y esa oportunidad sólo será desperdiciada si nos la devaluación de lo econômico. i,Esta contradicción será
olvidamos de que el fln dei conflícto Este-Oeste corre a la no sóIo aparente sino también real? Y si fuera asi, lna es-
par con el empeoramiento deI conflicto Norte-Sur. E. igual- taríamos fallando en el objetivo analítico y profundlzando
mente, será desperdlclada si la IIbertad generada por la nuestra propia margínalídadv, o, por el contrario. i,será
ausencia de dogmas teórico-políticos fuera asfixiada por que eslos diferentes faclores y conceplos y las dlstinclo-
los siempre víejos y siempre nuevos dogmas institucionales nes en que se apoyan (economía, política, cultura), lodas
fácticos. heredadas dei stglo XIX, eslán superadas hoy en día y exl-
La tradícíón de la socíología, en este campo, es ambt- gen una reconstruccíón teórica radical? en tal caso, lcómo
gua. Ha oscilado entra la distancia crítica en relacíón con hacerla?
el poder Instltuldo y el comportamíerito organíco con tal 2. La segunda perplejidad puede ser planteada así: en
poder; entre el guiar y el servir. Los desafios que se nos los últimos díez anos hemos aslstido a una dramática In-
plantean extgen que salgamos de ese pêndulo. NI dirigir ní tens!flcaclón de las prácticas transnaclonales, de la
servir. En vez de distancia crítica. proximidad crítica. En internacionalización de la economía al desplazamíento
vez de compromiso orgáníco, involucramiento libre. En vez mastvo de las personas como mtgrantes o turistas; de las
de serenidad auto-cornplactente. capacidad de asombro y redes planetarias de ínformacíón y de comunicación a la
de revolución. transnaclonallzaclón de la lógica dei consumtsmo de es-
tas transformaclones. La margínauzacíón dei Estado na-
cional, la pérdída de su autonomía y de su capacídad de
DE LAS PERPLEJIDADES A LOS DESAFíos
regulaclón social, ha sido considerada como su principal
consecuencia. Sin embargo. en nuestra cotidíanídad,
"Cuáles son, pues, los desafios? Como díje ai principio, raramente nos vemos confrontados con el sistema mun-
los desafios empiezan stempre por manifestarse como per- dial y, por el contrario, nos confrontamos obsesivamente
plejldades productivas. Destaco las cinco perplejldades sl- con el Estado, que ocupa las páginas de nuestros periódi-
guientes que, me atrevo a prever. nos van a ocupar en los cos y los notlcleros de nuestras radlos y televisores y que
próximos anos: tanto regula nuestra vida, no sólo para reglamentarla sino
también para desreglamentarla. Entonces, "el Estado
I. La primera perplejtdad consiste en lo siguiente: un re- nacional será una unidad de análísts en vías de extínctón
planteamlento de las agendas políticas de diferentes países o, por el contrario, es hoy más central que nunca, aunque
nos revela que los problemas más absorbentes son, como bajo la forma tendenciosa de su descentralización?, "Cuá-
nunca, problemas de orden económico: inflación, desern- les son las responsabilidades específicas de la socíología,
pleo, tasa de interés, déficit presupuestal, crisis financie- una disciplina que floreció con el intervencionismo social
ra del Estado-Providencia. deuda externa, política econó- dei Estado?, "será que ellntervencionlsmo social del Es-
mica en general. Y lo mísmo ocurre si, en vez de replantear tado va a optar, en los próximos anos, por la forma de
la política nacional, replanteamos la política internacio- íntervencíontsmo no estatal? i,será que el Estado va crear
nal: Integración regional (UE, CEI, NAFTA, Mercosur, Su- una sociedad civil a su imagen y semejanza? i,será que la
deste Asiático), comercio IIbre (Ronda Uruguay. Organlza- socíología es parte de la artimafta, o es parte del mecanis-
ctón Mundial dei Comerclo-WTO World 'frade Organlzatlon-), mo que permite desarmaria?
ayuda externa, etc. Sln embargo, y en aparente contradlc- 3. La tercera perplejtdad o desofio es la siguiente: los úl-
ción con esto, la teoría y el análisis sociológico de los últi- timos díez afies seüalaron decididamente el regreso ai In-
mos diez afios han venido a devaluar lo económíco, en de- dívíduo. EI agotamiento dei estructuralismo trajo consigo
trimento de lo político, de lo cultural y de lo simbólico; han la revalorlzaclón de las práctlcas y de los procesos y, en

16 17
unas y otros, la revalorización de los índívtduos que los aparente contradíccíón con esto, ocurren dos fenómenos,
protagonlzan. Fueron los anos dei análísts de la vida pri- uno más vístble que el otro. Por un lado, si la democracia
vada, del consumíamo y deI narcisismo, de los modos y es- está menos cuestionada que nunca, todos sus conceptos
tilos de vida, dei espectador actlvo de la televtaíôn, de las satélites han sido cuestionados y declarados en crisis: la
blografías y trayectorlas de vida, análisls ofrecídos por el patologíade la partlclpaclón, bajo la forma deI conforrmsmo, dei
regreso dellnteracclonlsmo, de la fenomenologia, de lo micro abstencionismo y de la apatía política; la patologia de lare-
en detrimento de lo macro. Sin embargo, en aparente con- presentaclón, bajo la forma dei dlstanclamiento entre elec-
tradicclón con esto, el individuo parece, hoy en día, menos tores y elegidos, dei desentendimiento de Iosparlamentaríos, de
individuai que nunca; su vida íntima nunca fue tan públi- la margmalízacíón y la gubernamentaltzación de los parla-
ca, su vida sexual nunca fue tan catalogada, su Iibertad mentos' de la corrupción política, etc. Por otro lado, si con-
de expreslón nunca fue tan ínaudíble y tan sujeta a crtte- sideramos la htstorta europea desde mediados dei stglo
rios de corrección política; su libertad de elecctón nunca XIX, podemos verificar que la democracia y elliberalismo
fue tan dependíente de las escogencías hechas por otros económico fueron stempre una mala compafiía la una para
antes que por él. i,Estas contradicciones serán tan sólo apa- el otro. Cuando elliberalismo econõrníco prosperó, la de-
rentes?, i,será que la dísttnctón entre eI individuo y la so- mocracia sufrtó yvlceversa. Sin embargo, sorprendentemente,
cledad es otro legado declmonónlco dei que nos debemos hoy la promocíón de la democracia a nível internacional se
liberar?, i,será que, por el contrario, nos liberamos prema- hace junto con el neoliberalismo y, de hecho, dependíen-
turamente deI concepto de alienación?, i,cómo reivindicar do de él. i,Habrá aquí alguna íncongruencta o una arttma-
la preocupaclón tradicional de la socíología, con la partt- na?, ;,algulen está tratando de enganar a alguten?', ;,será
cipación y la creatividad soctales, en una situación en que que el triunfo de la democracia, que liquidó el confllcto Este-
toda la espontaneldad dei minuto uno se transforma en el Oeste, se articula con el triunfo dei neoliberalismo cuyos
minuto dos, en artefacto mediatizado o mercantil de sí mís- resultados serán el empeoramlento dei confltcto Norte-Sur?,
mo? i,será que estos dos triunfos conjuntos van a generar nue-
vos confllctos Norte-Sur tanto dentro dei Norte como den-
4. La cuarta perplejidad se puedejonnular asi: inicia-
tro dei Sur?, ;,cómo vamos a analizar las sociedades que
mos el stglo con rupturas socío-polittcas muy profundas
son el Sur dei Norte (por ejcrnplo Portugal) o el Norte dei
entre socialismo y capitalismo; entre revolución y reforma,
Sur (por ejemplo Brasil)?
rupturas que, por ser tan importantes, se inscribieron en
la tradlclón de las clenclas sociales. Sln embargo, !legamos 5. La quinta y última perplejldad se puede jonnular deI
a fln de síglo con una sorprendente desapartcíón o atenua- siguiente modo: la íntensífícactón de la ínterdependencta
ción de esas rupturas y con su substitución por un no transnacional y de las interacciones globales, ya mencio-
menos sorprendente consenso respecto de uno de los nada, hace que las relaciones sociales parezcan, hoy en
grandes paradigmas socío-poíítícos de la moderrndad: la dia, cada vez más desterritorializadas, sobrepasando las
democracia. La década anterior no sólo vlvló muchos pro- fronteras hasta ahora custodíadas por las práctlcas, el
cesos de dernocrattzacíón sino que instituciones ínsoepe- nacionalismo, el idioma, la ideoIogía y, muchas veces, por
chadas, en este ámblto, abrazaban públicamente el credo todo eso slmultáneamente. Sln embargo, yaparentemen-
democrático. El Banco Mundial, a través dei principio de te en contradicción con esta tendencta, presenciamos un
"condíctonalídad política" (polltleal condltlonallty), hace de- desajuste de las nuevas identldades regíonales y locales ci-
pender la ccncesíón dei crédito de la vígencía de la demo- mentadas en una revalorización deI derecho a las raíces,
cracia en el país ai que se lo otorga: míentras que la Agen- (en contrapostcíón con el derecho a escoger). Este localís-
cia Internacional para el Desarro!lo de los Estados Unidos mo, a la vez nuevo y antíguo, otrora considerado premo-
(AID) promueve, a gran escala, "Iniciativas para la demo- derno se considera, hoy en dia, como postmoderno y, con
cracia" (democracy iniciatioes), con ei mtsmo objetivo de frecuericía, lo adoptan grupos de individuos "transloca-
vincular el desarro!lo con la democracia. Sln embargo, en Iízados" (Slhks en Londres. fundamentalistas íelámícos en

18 19
París), que no por eso pueden ser explicados por ungenius
locl, o sea, por un sentido de lugar específico, Sln embar-
go. se asienta stempre en la idea de terrttorto, sea ímagt-
nario o strnbólíco. real o htper-real. De manera sernejan-
te, el aumento de la movilldad transnaclonal Incluye
fen6menos muy diferentes y contradíctortos: por una par-
te, la movilldad de quíen tíene la Iniciativa de los procesos
transnacionales que generan la movilidad, sea él, o ella, el
ejecutivo de una gran firma multlnaclonal, o el científico
que aslste a congresos. o el turista; y por otra parte, la mo-
vilidad de qulen sufre esos procesos, sea él, o ella, el
refugiado, el inmtgrante, ellndígena o el nativo desplaza-
do de su territo:rio ancestral. Adicionalmente, la movilidad 2
transnaclonal y la aculturlzaclón global de unos grupos
sociales parecen ir emparejadas con el encasillamiento y TODO LO SÓLIDO SE DESVANECE EN EL AIRE:
la ftjacíón de otros grupos soclales. Los campesinos de Bo- ",TAMBlÉN EL MARXISMO?
livla y de Colombla contrlbuyen, ai cultivar la coca, ai de-
sarrol1o de una cultura transnaclonal de la droga y de
los modos de vida desterrltorlalizados que le son propíos:
pero ellos, los campesinos, están atrapados, tal vez más
que nunca, en sus lugares de ortgen y de trabajo. Con la expreslón "todo lo sólido se desvanece en el aíre",
usada en el Maniflesto Comunista de 1848, Marx y Engels
",Será que esta dlaléctlca de terrltorlalizaclón! desterrl- pretendían tipificar el carácter revolucíonarío de las trans-
torializaci6n hace olvidar las víejas opresiones? Y será que formaciones causadas por la modernidad y por el capita-
",Ia víeja opreslón de clases -que la socíología Internacio- lismo en los más diversos sectores de la vida social. El
nal corre el ríesgo de olvidar prematuramente-, por ser ámbtto, el ritmo y la Intensldad de tales transformaciones
transnacionalizable, hace olvidar, de por sí la presencia o afectaban a tal punto modos de vida ancestrales, lealta-
hasta el empeoramiento de víejas y nuevas tírariias loca- des hasta entonces índtscuttdas: procesos de regulaclón
les , de ortgen sexual, racial o étnico? económíca, social y política considerados más que legíti-
EI ejerclclo de nuestras perplejldades es fundamental mos ínsustttutbles: práctlcas socíales tenidas por natura-
para identificar los desafios que vale la pena responder. A les, de tanto ser confirmadas htstóríca y vívencíaímente,
la postre, todas las perplejldades y desafios se resumen en que la socledad dei sígío XIX parecía perder toda su soli-
uno s610: 6en condiciones de acelcracíón de la historia, como dez, evaporada, junto con sus fundamentos en un vérttgo
las que vívímos hoy en día, es poslble poner la realidad en aéreo, Se trataba de afirmar el radicalismo dei capitalis-
su lugar stn correr el ríesgo de originar conceptos y teorías mo, lo mlsmo que llevó a Bertolt Brecht a afirmar más
fuera de lugar? tarde, que "lo que es radicai es el capitalismo, no el comu-
nismo", EI radicalismo dei capitalismo residía en que él,
lejos de ser s6lo un nuevo modo de produccíón, era la ma-
nifestaci6n del surgtmiento de un nuevo y más amplio pro-
ceso civilizador: la modernldad, y como tal, sígnífícaba un
cambio social global, un cambio paradtgmáuco. EI uso Ire-
cuente dei adjetivo "moderno" a lo largo dei Maniflesto es
un testímonto de eso mismo. La gran complejtdad. Si no
ambtgüedad, dei Maniflesto, está en que en él se conde-

20 21
na el capitalismo con la mísma estrategta dialéctica con que Marx es considerado, con justícta, como uno de los
que se celebra la modernidad. En el capitalismo, la mo- fundadores de la sociologia. Así, en el primer congreso de
dernidad es un proyecto necesariamente incompleto. La socíologia de 1894, varíos sociólogos (Tônnles, Ferrt, etc.)
cíencta y el progreso, la libertad y la tgualdad. la racíonalí- díscutíeron las teorías de Marx y el congreso de 1900 fue
dad y la autonomía sólo se pueden obtener plenamente más dedicado totalmente a la discuslón dei materialismo his-
aliá dei capitalismo. Y todo el proyecto político, científico tórico. En la última década dei síglo XIX, el marxismo em-
y filosófico de Marx consiste en concebir y promover ese pezó a ser estudlado en algunas universidades: en la Uni-
paso. versidad de Viena por Carl Grünberg, quien más tarde
Por esta razón, Marx estaba plenamente consciente vendría a ser el primer director dei lnstttut jür Soztale
de que ai mísmo tiempo que la antigua solidez precapí- Forschung, donde se formó ia famosa Escuela de Frankfurt
talista se desvanecía en el aíre, se instalaba otra soli- y también en la Universidad de Roma, por Antonio
dez, instantáneamente rígida y resistente. La ley de Labriola. Durante este período se fundaron importantes
hierro en las relaciones de producción capitalista, cuya revistas marxistas de análisis político y reflexión teórica,
superación o evaporación estaría a cargo del movtmíen- talescomo: Die Neue Zelt, dirigida por Karl Kautsky, Le
to obrero, un movírntento a su vez suficientemente só-
Devenir Social, dirigido por Georges Sorel, Der Kampj, dirigi-
lido y resistente para medtrse eficazmente con el orden
que pretendía sustítutr. do por Oito Bauer y e! Archiv jur die Geschichie de
Marx siempre ímagtnó su producción teórica como Soziaitsmus und der Arbeiterbewegung, dirigida por el ya
parte integrante de la solidez dei movimiento obrero co- mencionado Carl Gr ünberg.
munista y coherentemente Iustígó por su falta de soli- Entonces se inició uno de los debates paradígmáttcos de
dez a otros movimientos y teorías socialistas tildados de la socíología contemporánea, entre la teoría de Marx y la
utópicos por la misma razón, es declr, disolubles en el teoría de Max Weber, otro de los grandes fundadores de la
aíre por la fuerza de la lógica capitalista que ineptamente soctología. un debate sobre los orígenes dei capitalismo,
pretendían afrontar. La stmetr'ía antagóníca de la soli- sobre el pape! de la economía en la vida social y política,
dez dei capitalismo y dei marxismo y la hístorta de las sobre las clases y otras formas de desigualdad social, so-
estrategías de cada uno de ellos para disolver ai otro en bre las leyes de transformación social y, en suma, sobre
el aire, constituyen una de las leyendas centrales de la el socialismo. La riqueza de la reflexión marxista tíene que
modernidad en nuestro stglo y, en ella, la narrativa so- ver, obviamente, con la pujanza del movimiento socialista
ciológica es una de las más apastonantes. durante este período, y slendo también responsable de dos
grandes cismas dentro de esta reflexión, uno de carácter
UNA HiSTORIA PARA TODOS principalmente político y otro de carácter principalmente
epistemológico, que se han prolongado hasta nuestros
1890-1920 días. EI primero, que podemos designar como la "contro-
versia revtstonísta", fue desencadenado por los artículos
Las dos prlmeras décadas dei stglo XX, que culmínaron de Eduard Bernstein enDie Neue Zeit a partir de 1896. EI
con la Revolución de Octubre, parecían atesuguar que la argumento de Bernstein es por de más, conocido. Si
fuerza revolucionaria dei marxismo sería capaz de hacer el marxismo es una cíencta, se tiene que someter a la
que a corto plazo, el capitalismo se desvaneciera en el aíre. comprobación de los hechos y los hechos no van en el
En el lerreno de la producc!ón teórica y sociológica, este sentido previsto por Marx: la miseria no ha aumentado
período, iniciado de hecho en la última década dei slgio sino que ha sucedido lo contrario; las c1ases no se han
XIX, se puede considerar como la edad de oro dei marxts- polarizado sino que, por el contrario. crecen las c1asesme-
mo ': La admisión del marxismo entre las cíencías soctales dias: el capitalismo parece disponer de energias sternpre
ocurrió casi desde el primer momento. hasta el punto en renovadas para superar sus crrsts y éstas son cada vez
menos severas, ai contrario de lo que preveía Marx. Síen-
1 Sobre este periodo, ver Bottomore (1983: 110)

23
22
do estos los hechos, el marxismo debe ser revisado pro- sociedad capitalista. La tensión que así se generó en
fundamente (Bernsteln, 1965). Las respuestas de Kautsky, el interior deI pensamiento marxista, prevalece, como
RosaLuxemburgo, Labríola, los austro-rnarxtstas y Lenin lo demuestran aún hoy en día, de modo antagónlco,
son igualmente conoctdas", Es importante recordar que corrientes tan Importantes como la Escuela de Frankfurt,
después de este cisma, eI marxismo no volvió a ser eI y, más recientemente. eIllamado marxismo analítico.
mísmo,
EI segundo cisma, de corte epistemológico, se presentó Los afias tretnta y cuarenta
con los auetro-marxtetas . Max Adler, OUo Bauer, Rudolf
Hilferding y Karl Renner. Inspirados por el neokantís- Las dos décadas sigulentes, los anos trelnta y cuaren-
mo, y por el positivismo de Ernst Mach, trataron de trans- ta, fueron un período negro para el marxismo. Esta vez,
formar el marxismo eu una ciencia empírica. eu una eran el capitalismo Imperialista y el fascismo los que pa-
soclología de las sociedades capitalistas, concebida por recían tener la fuerza suficiente para desvanecer ai mar-
demás en términos muy diferentes de los de Bernsteln xismo en el aire. Por caminos muy diferentes. tanto el re-
(este último muy influenciado por eI margínalísmo eco- troceso del movimiento socialista en la Europa occídental.
nórníco). Combinando, como nadíe después de ellos , el como la pesadilla estalíntsta. fueron las sefiales de esto
actívísmo político y la reflexión teórica, los austro-rnar- mismo. En cuanto a este último hecho, la reflexíóri te6ri-
xistas produjeron los análisis más innovadores de las ca termlnó con la liquldaclón de Plekariov. Bukhanln,
sociedades de su tiempo y algunas de sus reflexíones Riazanov yTrotsky, para nunca más renacer. En esta me-
sobre el domino dei Estado y dei derecho, dei naciona- dida, se puede decír que el estalínísmo dur6 hasta el co-
lismo, de la Ideología y de la cultura, que hasta hoy no lapso final dei régímen soviético ai término de la última
han sido superados en agudeza y profundldad 3. Sln em- década. En Europa occídental. la reflexlón austro-marxís-
bargo, sobre todo después de 1917, esta concepclón cíen- ta y la de la Escuela de Frankfurt. sobrevlvleron ai precío
ttfrstay socíologízante deI marxismo fue fuertemente cues- de las difíciles condiciones deI exilio y la clandestinidad.
tionada por teóricos tan diversos como Karl Korsch (1923
ver 1966), Lukacs (1923 ver 1971) y Gramscl (1929-35 ver De los afios cincuenta a los afias setenta
1971)4.
Convergían estas pensadores en la idea de que la trans- A partir de los afios cincuenta el pensamiento marxista
formación deI marxismo en una ciencia positiva desar- renace con vigor, iniciando una fase brillante que se
maba su potencial revolucionaria. Las raíces deI marxismo prolonga hasta el final de la década de los setenta. Profun-
eran hegelianas y hacían de él una filosofia crítica. una damentetransformada. la solidez radicai del marxismo se
filosofia de la práctíca, pero modificada haclala construc- reafirma. de nuevo, como capaz de desvanecer al capita-
clón de una vlslón libertadora y ernanctpadora dei mun- lismo en el atre si no al capitalismo central, por lo menos
do en vez de un análisis sistemático y objetivo de la al capitalismo periférico. Esa arrogancia la sustentan la
revolucíón chína, los movtmtentos de descolonizaci6n y la
abrupta creaci6n de nuevos países. muchos de ellos lide-
2 Sobre el debate suscitado por Bernstetn consultar entre otros a Peter Gay
(1952). rados por políticos con formación marxista. la revoluci6n
3 Son particularmente Importantes las contrtbuctones de Max Adler a la teoria cubana; y en países capitalistascentrales de Europa y de
dei Estado, pubUcada en 1922 (Adler, 1922); de Otto Bauer a la teoría dei América del Norte, el movtmtento estudiantil de ftnales de
nacionalismo, publicada en 1907 (Bauer, 1924); de Hllferding a la teoria dei
capitalismo organizado, sobre la que volveré en el cuarto capítulo, publica-
la década de los sesenta y prínctpíos de la década de los
da en 1910 (Hilferdlng, 1981) Yde Kar'l Renner a la sociologia deI derecho. setenta, e incluso, en las democracias europeas, el surgi-
publtcada en 1904 (Renner, 1976). En general, sobre la contrtbucíõn de los míentode fuertes partidos socialistas y comunistas.
austro-marxtstas. consultar a Bottomore yGoode (1978). La muy diversa naturaleza de estos procesos de trans-
4 Entre los rectentes redescubrimlentos de los auetro-marxístas, consultar, en
particular, a Alberset ai (1979).
formacíón social y su dispersión por los diferentes espa-

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cios del sistema mundial tenían, por fuerza, que suscitar pera también con las importantes contríbuctones de Maurice
profundas revístones deI pensamiento marxista. A partir Godelier (1974: 1984) y de Lucien Goldmann (1970).
de la revolución china, el pensamiento de Mao recorrtó los Fue este un período de gran creatívídad teórica en elque
palses periféricos y termlnó por produclr un cisma en el se produjeron sofisticados análisls críticos deI Estado Ca-
movímíento comunista mundial. A su vez, la sítuacíón post- pitalista -Habermas (1973), affe (1972; 1984; 1985), C.W.
colonial poco se compagmaba con el marxismo europeo y, Mills (1956), Poulantzas (1968; 1978) Y Millband (1977a;
en verdad, contradecía mucho de lo que Marx había escri- 1977b: 1983)-, de las clases y confltctos soclales en los paí-
to sobre el colonial1smo, específicamentesobre el colonia- ses capitalistas avanzados -Poulantzas (1968), Touralne
lismo brttáníco en la Indía . La orígtnalídad deI contexto (1965: 1973) y, ai final de la década del setenta, Erlk a.
colonial suscitaba la ortgínalídad teórica y nadle vlo eso Wrlght (1978) yTherborn (1978)-. y deI papel creclente de
mejor que Frantz Fanon. En Les Damnés de la Terre, dlce la cultura y la Ideología-Marcuse (1970), Bourdleu (1970),
Fanon: "La orrgmalídad deI contexto colonial reside en que Raymond Willlams (1958: 1977), Therborn (1982). Así se
la base económíca es tamblén la superestructura (... ). Se desarrolló una socíoíogía marxista con muchos matices y
es rico porque se es blanco y se es blanco porque se es rico. a su lado, una brlllante historiografia de Insplraclón mar-
Es por esta razón que el análtsís marxista debería prolon-
xista, de Fernand Braudel (1983; 1992), a Erlc Hobsbawm
garse un poco slempre que se aborde el problema colonial"
(1979: 1982) y de E.P. Thompson (1968); y, entre ambas,
(1974; 9). A su vez, el subdesarrollo de los países que
una tnvesttgactón sociológica histórica de gran creattví-
hace mucho salieron deI colontalísmo. sobre todo en Amé-
rica Latina, y con relaciones económicàs cada vez más in- dad, como la de Barrtngton Moore (1966) e Immanuel
tensas con los países desarrollados, llevó a una revtsíón Wallersteln (1974). SI para algunos autores la obra de Marx,
profunda deI análísts marxista de la economía mundial y sujeta muchas veces a ejercicios de exégesís escolástica,
deI Imperialismo, deI que son los mejores ejemplos la teo- era el punto de partida y el punto de llegada deI análísts
ría de la dependencla desarrollada por científicos soclales (Poulantzas y Wrlght, por ejemplo), para otros era, apenas,
latino-americanos (Fernando Henrique Cardoso et aI el punto de partida (Bourdíeu, Habermas, Gouldner, Glddens)
1979) y la teoría deI sistema mundial elaborada por I. e incluso, para otros no era stqutern el punto de partida,
Wallersteln (1974: 1979). Por último, en Europa, el rena- aunque su ínvesttgactón sólo fuera ínteltgtbte contra un
cimiento deI marxismo, llamado generalmente "marxismo telón de fondo donde abundaba el marxismo, síendo el caso
occídental", está vinculado con el descubrlmlento de ma- más notable, Foucault. Se trabaron encarnlzados debates
nuscritos de Marx hasta entonces desconocidos -como, (como, por ejemplo, entre althusserianos y anti-althusse-
por ejemplo,los Manuscritos Econômicos y Filosóficos de r1anos y entre los estructuralistas y los fenomenólogos), en los
1844 y los Grundrisse de 1857-1858- y asume dos gran- cuales subyacían casl stempre, diverge nelas estratégicas
des orlentaclones: por un lado, la teoria critica de la escuela sobre el movimiento socialista, sobre su compostctón y
de Frankfurt, de nuevo con sede en Frankfurt a partir de sobre su vtabtltdad. sobre el papel desempenado en él por
1953, bajo la dlrecclón de Adorno y Horkhelmer, a la que la clase obrera, sobre la relevancia de los nuevos actores
se fue uniendo una nueva generacíón de teóricos críticos, socíales y de las nuevas agendas emanclpatorlas-, debates
el más promlnente de los cuales es Jürgen Habermas, res- a los cuales el movtrníento estudlantil le había conferido
ponsable además de írnprímírle más consistenciasocioló- una nueva prioridad.
gtca -de una soclología antípostttvtsta- a la teoría crítl- Se puede declr que en este período fue la solidez deI mar-
ca'': por otra parte, el marxismo estructuralista francés, xismo la que, de alguna manera, se volvíó contra él mismo
deudor de la reflexlón filosófica de Althusser (1965: 1970; ylo desvanecló en el alre. Los signos de fuerza se transmuta-
1972) Y de la antropología de Lévi-Strauss (1965: 1967), ron en signos de debilldad. Uno de los factores sociológicos
de la transformación fue, por cíerto, la creclente discre-
5 ConsultarIos escritos de Marx sobre et coíontaítsmo en Avínerr (1969). panela entre el vigor y la sofistlcaclón de los debates ínte-
6 Aígunos de los textos más importantes dei debate metodológico suscitado lectuales y la medíocrtdad real deI movlmlento socialista,
por la Escuela de Frankfurt se pueden Ieer en Horkhetmer y Adorno (1969).
Adornoetal (1972); en Habermas (1971a; 1971b) y en Wellmer (1971. Con- desertado por una clase obrera muy diferente de la que hícíe-
sultar tambtén a Kola~owskl (1978: ver. 1Il ) y Jay (1973). ra la hlstorla dei marxismo y estrangulado entre partidos

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comunistas que sólo muy tardía e incompletamente descu- cionaly de sus ínstttucíones de apoyo, el Banco Mundial y el
brieron las realidades de los regímenes democráticos Fondo Monetarlo Internacional; la consagración mundial
europeos y de los partidos socialistas que preferían la ges- de la lógica económica capitalista bajo la forma neoliberal
ti6n deI capitalismo a su transformación e, incluso con y la consígutente apología dei mercado, de la libre iniciati-
alguna coherencia, pasaron a abandonar, por anacróntca, la va, del Estado mínimo y de la mercantilización de las rela-
referencia matricial al marxismo. ciones soctales: el fortalecimiento. sm precedentes. de la
Si para casi todos los científicos sociales era claro que cultura de masas y la celebraclón en ella de estilos de vida
Marx se equivocó en sus previsiones acerca de la evolución y de ímagtnartos sociales individualistas, prívattvtstas y
de las sociedades capitalistas, lo más importante era, sin consumístas, militantes reaclos a pensar en la posibilidad
embargo. reconocer que estas sociedades se habían transfor- de una sociedad alternativa al capitalismo o stquíera a ejer-
mado a tal punto desde mediados dei síglo XIX, que cual- citar la solidaridad, la compasión o la revolución contra la
quiera que hubtera sido el mérito analítico de Marx para injustlcla social; la caídaaceptada de goblernos de orien-
el estudio de la sociedad de su tiempo, sólo con profundas tación socialista a manos deljuego democrático, conside-
revisiones, sus teorías tendrían alguna utilidad analítica rado antes como burguês. en Nicarágua. en Cabo Verde y
en el presente. Cada uno a su manera, Alaín Touraine I1974) en otros países y, finalmente, el rotundo y casl increíble
Y Daniel Be11 (1965; 1973) víeron en el presente una rup- colapso de los regímenes comunistas de Europa dei Este,
tura radical con el pasado: sefialaron como socíedad post- todos estos factores fueron convergíendo para transformar
industrial una nueva solidez que desvanece en el aíre tanto aI marxismo, a los ojos de muchos, en poco más que un
al capitalismo industrial como, según su mejor concien- anacronismo.
cia crítica, aI marxismo. De esa reflexi6n sac6 Bell, como Esta es la condición en que nos encontramos. Antes de
consecuencia, el fin de las ídeologías, y Tourame, la nece- analizar más en deta11e y hacía el futuro qué es lo que con-
stdad de repensar profundamente a los actores y a la acción tiene o no, es necesario considerar que la relación entre el
social, A partir de mediados de la década de los setenta, marxismo y la socíología se dió en la década de los ochen-
las revístones más o menos globales deI marxismo no se ta de manera muy compleja. A medida que se multtplica-
hrcíeron esperar. En 1978 Habermas public6 Racia una bano las "grandes revisiones" deI marxismo perdíeron su
reconstrucción dei materialismo histórico (1978). En 1981 agudeza polérníca, de algún modo se trlvlalizaron y abrle-
ven la luz Una Crítica Contemporânea del Materialismo ron campo para que cada uno construyera, a su manera,
Histórico de Anthony Giddens (1981) YLa Crisis dei Mate- su marxismo y su postmarxismo. Las revisiones de la tra-
rialismo Histórico de Stanley Aaronowítz (1981 I. dición marxista dieron orígen a su propla tradíctón y algunos
de los debates en que se tradujeron enrtquecíeron decididamen-
Los afios ochenta te el patrtmonio de lasoclología. Cuatro de esos debates merecen
referencia especial, todos ellos de corte postmarxtsta, pero
La década de los ochenta es bajo diferentes formas, la en los que la herencia de Marx es un factor estructural-
década deI postmarxísmo. Más que en cualquier otro pe- mente decisivo.
EI primer debate es sobre los procesos de regulación so-
ríodo anterior, la solidez y el radicalismo deI capitalismo
ganó ímpetu para desvanecer al marxismo en el aire y, cial en las sociedades capitalistas avanzadas: los períodos
esta vez, para desvanecerio, aparentemente. eon mucha fa- de estabilidad y de crtsís en la acumulación de capital y
cilidad y para siempre. La ascensión de los partidos con- en la regulación salarial, y los papeles que desempeftan
servadores en Europa y en los E. V.A., eI aislamiento pro- en e110s los intereses organizados dei capital y dei trabajo
grestvo de los partidos comunistas y la descaracterización y, sobre todo, el propío Estado. La teoría de la relación en
política de los partidos socialistas, la transnacionalización Francia y la teoría de la estructura social de la acumula-
de la economía y la sujeclón férrea de los países periféricos ción en los E. U.A., son los frutos más interesantes de este
y semiperiféricos a las exígencras deI capitalismo multma- debate (Aglietta, 1976; Aglietta y Brender, 1984; Boyer,

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1988a y 1988b). El segundo debate se reflere a los proce- ltsts valiosos. A título de ejemplo, se pueden citar los es-
sos de formacl6n y de estructuracl6n de las elases en so- tudios sobre los nuevos movimientos sociales y sobre los
ciedades capitalistas. con la teoria dei valor-trabajo en que procesos de transtcíón democrática en América Latina y
Marx basa su coricepcíón de la explotacl6n, con las nue- los estudios de sociologia hlst6rlca sobre el contexto colo-
vas elases y las contradtccíones de clase, un debate en el nial y postcolonlal de la Indla, sobre todo los que R. Guha
que Erlk O. Wnght ha sido uno de los prlnclpales animado- ha venldo publicando en la lmpreslonante coleccl6n de
res (Wrlghtet ai. 1989). Eltercerdebatees sobre la prlma- Suba/tem Studies (Guhav org.. 1989).
cía o no de la economia, de las relaciones de produccíón o EI perfil postmarxlsta de la década de los ochenta tlene
de las elases en la explicacl6n de los procesos de transfor- un rasgo fundamental: es anttreduccíonísta, antídetermí-
mación social. Tal primacía considerada anteriormente nísta y procesalista. La atrlbucl6n de la prlmacía explica-
como tntocable, en el campo marxista. venía stendo cues- tiva a los factores económicos (la economia, las clases
tlonada desde la década anterior sobre todo por aquellos soctales), elllamado reducclonlsmoeconomlclsta. es cri-
que veían el papel dei Estado y, en general, de los factores ticado fuertemente, bíen sea porque se considera que el
políticos, como demasiado Importantes para poder ser consi- determinismo en general es tnsosteníble, o porque se con-
derado como un mero epifenómeno de la economía. Offe sidera equivocada la versl6n marxista dei determinismo.
(1984: 1985) en Alemanla, Mlchael Mann (1987) y Nlcos una versión que hace írnpostble conceptualízar en SUB
Mouzelis (1986) en Inglaterra, y Theda Skocpol (1979) y proplos términos tanto los factores políticos. como los fac-
Peter Evans (1979). entre otros, en los E.V.A., anlmaron tores culturales, a los que sín embargo, se les atrlbuye una
este debate", El cuarto debate es sobrela naturaleza de las importancia creciente en los procesos de estructuracióny
transformaclones culturales dei capitalismo -de la cultura de transformacl6n social. Por otra parte, el postmarxlsmo de
de masas a la comunlcacl6n multímedíátíca, de la realidad la década anterior es postestructuralista y este campo de
Informática a la realtdadvtrtual, de los fundamentalismos accl6n tlene una fuerte dependencla de Foucault y de la re-
maniflestos y estigmatizados a los fundamentalismosocul- flexión teórica en la lingüística. en la semíóttca, en la teo-
tos yesttgmatizadores,de Roy Líchtenstem a la arqultectura ria literarla y aún en el pslcoanálisls.
postmoderna- y su Impacto en la transformactón de la mo- Ya ha durado bastante el debate dentro de la teoria mar-
dernldad o en el surgímíento de las postmoderrndad, un xista sobre tensión o equilibrio entre estructura y accíón,
debate en el que Fredríc Jameson ha sido la figura central entre. por un lado. Ias preocupacíones y poslbilldades
(Jameson, 1988; Ke ller , 1989). El quinto debate. menos soctales que preexísten a la accíón de los Indlvlduosy gru-
abstracto y más político. tíene que ver con la evaluacl6n pos sociales y que la condicionan de un modo más o me-
dei desempeno político de los partidos socialistas y comu- nos decisivo y. por otro lado. Ia autonomia. Ia creatlvldad
nistas y dei movímtento obrero en general en Europa. SI y la capacldad de los mísmos Indlvlduos y grupos de cam-
para algunos la lucha de elases democrática le trajo ga- biar las estructuras y transformar la socledad por la via de
nanclas Inestlmables a la clase trabajadora (Walter Korpt, su accl6n y de sus práctlcas. Obviamente. esta tensl6n no
1982). para otros ella puso en elaro que una verdadera op- es específica del marxismo. Recorre toda la tradícíón so-
cíôn socialista. de ser posíble, seria muy poco atractlva para ciológica, la cual se puede leer como una controversia con-
la elase trabajadora, ya que stgnííícaría el canje de una t nuada entre los que favorecen la accl6n y las práctícas
pérdlda clerta e Inmedlata por una ganancla Inclerta y (la sociologia fenomenológíca ínteracctontstal y los que fa-
medlata (Przeworakt, 1985). vorecen las estructuras (la tradícíón parsoniana). Pero en
Fuera de los países centrales, Ia dísolucíôn dei marxismo el marxismo. esta controversia asume una tonalidad espe-
en el atre fue tal vez menos marcada y la sociologia de íns- cífica que le lIega de fuera, de la necesldad de caracterizar
píracíón marxista contlnu6 produciendo reflexlones y aná- la accl6n revolucionaria y. específlcamente. de definir la
composlcl6n y la estrategta dei movímíento socialista. SI
7. Consultar también a Evans, Rueschemeyery Sckocpol torgs.j 1985. el período anterior, sobre todo la década de los sesenta,

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favoreció una interpretación estructural, la década de los como, por ejemplo, la economía, la política, la cultura. Por
ochenta favorecíó una ínterpretacíón antlestructural. Una la misma razón, no hay actores socíales privilegiados, sean
de las reconstrucciones más recíentes y ambiciosas del mar- ellos el obrero o cualesqutera otro. Una posición, en con-
xismo, el marxismo analítico (Elster, 1985) 8, favorece por secuencía, radicalmente postmarxista.
separado la acclón y tamblén la acclón Individual. en de- La década de los ochenta fue, pues, una década en que
trimento de las estructuras. el marxismo pareeió desvanecerse definitivamente en el
Independientemente de si el marxismo analítlco es real- aíre, una metáfora que ai final de la década adqutríó la vero-
mente un postmarxismo, en este último se pueden identi- strntlítud propla de la literalldad en la evaporacíón de los
ficar dos modos diferentes de cuestionar la articulación regímenes comunistas dei Este europeo, Se trata pues de
acctón-estructura tal como ella se fue constltuyendo y saber si ahí terrnínó el futuro dei marxismo. Es de eso de
transformando en la tradícíón marxista. El prímer lo que me ocuparé en la segunda parte de este capítulo.
cuesttonarntento es el de los que sin refutar. en principio.
el cuadro conceptual de la dualidad acclón-estructura, UN FUTURO PARA TODOS
cuestionan el modo como la acción fue concebida en la tra-
dición marxista. En este campo, la crítica más aguda y
EI breve recorrido que acabo de hacer por la tradición
más innovadora vino de la socíología feminista. Más ade-
teórica marxista tuvo por objeto llamar la atenctón sobre
lante volveré sobre ella. Por ahora basta mencionar que el
feminismo vino a cuestionar la preferencia de la accíón en el hecho de que, cuando hoy se evalúan las muchas, po-
el marxismo, de las prácticas, de las identidades y deI po- cas o inexistentes perspectivas futuras del marxismo. tal
der de clase, en menoscabo de otras formas de construc- evaluación tiene que hacerse en el contexto de un pasado
ción de la subjetívídad social y, concretamente. las formas de reflexlón teórica y análísts sociológico que es mucho más
de construcclón de la subjetivldad basadas en la Identidad extenso y más rico de lo que vulgarmente se estima. No esta-
y la dtscrtmínactón sexual. La llamada de atención sobre mos pues ante una moda teórica de los aftas sesentaque,
la importancia y el peso específico de la explotación del tra- como muchas otras del mísmo período, no está de moda que
bajo y de la Identidad femenínas. no sólo en el campo de la ahora esté de moda. Estamos deiante de uno de los píla-
produccíón capitalista, sino también en el campo domés- res de las clenclas socíales de la modernldad y todo lo que
tico y. en general. en la esfera pública. constituyó la con- ocurra en él no puede dejar de repercutir en eI conjunto
trtbucíón más Importante para la sociologia de los aüos de eIlas. Y recíprocamente, las transformaeiones por las
ochenta. que habrán de pasar las ctencías socíales, en los próximos
EI segundo cuestlonamlento de la dualidad accíón-es- afios , no pueden dejar de tener efectos más o menos pro-
tructura es de alguna manera, más radical que el anterior, fundos en esos pilares.
porque pone en juego esa dualidad como un todo. Una de Tales transformaciones ocurrirán, como siempre suce-
las posiciones más Influyentes de la década es la de Ernes- dló en el pasado, por la novedad de los problemas y de los
to Laclau y Chantal de Mouffe (1985). Para ellos, la socie-
desafios con que se enfrentan los científicos socíales en
dad no tiene esencía, no .tíene identidad estructura1. Es un
conjunto de práctlcas díaléctícas que se artlculan de dife- una época dada, En última mstancta, es la condlclón dei
rentes maneras. EI perfil de la acción social se deriva de la presente la que coridícíona el pensamiento pensado dei pre-
articulación específica que le subyace y que varía con los sente y lo Impulsa a despensarse y a repensaree. Es a la
cambias de arttculactôn. Las prácticas socrales no tienen, luz dei presente que debemos evaluar los límites y las pers-
pues, nlngún esqueleto estructural que las sustente nl es pectivas de la tradícíón marxista, Todo lo que fuere evalua-
poslble distinguir en ellas compartlmlentos costfícados do negativamente de ella, se desvanecerá en el aire.
Antes de pasar a esa evaluación, son neeesarias dos ano-
taciones generales. La primera es que no existe un dogma
8 Una de las más sofisticadas reconstrucctones del marxismo se puede leer-
en G. A. Cohen (1978).
marxista. No hay una versión o interpretación autorizada

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de lo que verdaderamente dljo Marx, o quíso decír. No hay
una ortodoxia a la que se tenga que rendir lealtad incon- vez involuntariamente, una de las últimas grandes utopías
dicional oi, por el contrario. tienen mucho sentido las pro- de los tternpos modernos: y hoy está claro que todo el so-
testas de renegacíón o de abjuración. Marx se debe situar cialismo es utópico o no es socialismo. Es pues necesario
en pie de igualdad con los de más fundadores de la socío- asumtr plenamente el carácter utópico de la propuesta
logía moderna, Max Weber y Durkheim. Nunca ninguno de transformadora de Marx y, de lo que ahora se trata es de
estas autores fue objeto de canonización o de ortodoxia en saber si a finales de stglo podemos desechar las utopías y,
los mísrnos términos en que lo fue Marx. En una pincela- en caso negativo. si la utopía de Marx todavía nos sirve o
da de socrología dei marxismo se puede declr que, cano- si la debemos sustituir integral o parcialmente por otra.
nízacíón y ortodoxia SOTI propíos de universos de conoctmtento ",Cuál es pues la condición dei presente y qué contribu-
que pretenden ser directamente conformadores de la prác- cíón podemos esperar dei marxismo para comprenderla y
tica social, como es el caso, por cjcmplo, de la teología o transformarla?
dei pstcoanálísts. En la medida en que Marx pretendió co- He venido sosteniendo que nos encontramos en una fase
locar en el mismo plano gnoseotogico la comprensiónde la de transición paradígmátíca, entre el paradigma de la mo-
sociedad capitalista tal como el1a existe y su transforma- dernidad, cuyas sefiales de crtsts me parecen evidentes, y
cíón futura. se volvtó vulnerable a los procesos de canont un nuevo paradigma con un perfil vagamente descubríble.
zación y de ortodoxia y a la consecuente ínverstón de los todavía stn nombrar y que a falta de nornbre se designa
procesos de vertflcacíón: en vez de evaluar la práctíca des- como la postmodernidad. He venido sosteniendo que esa
de una teoría, que si falia, se daria por descartada. se pro- transícíón es sobre todo evidente en el dorntnto epístemo-
pone la evaluación de la teoría desde la práctíca, condu- lógico: por debajo de un brillo aparente, la clencia moder-
cíendo, en caso de que esta falle, a la condenacióny ai ostracismo na -que el proyecto de la moderntdad consideró como la
de la práctíca. Marx tuvo un atisbo de esa vulnerabllldad solución privilegiada para la progresíva y global raciona-
cuando. como lo reftere Engels en carta a Bernstein, con- lización de la vida social e individual- se ha convertido, el1a
frontado con la slmplificación de sus ideas porsus segui- mísma, en un problema sin solucíón, generador de irra-
dores franceses. protestá diciendo que no era marxista cionalidades recurrentes. Hoy pienso que esa transición
(Marx y Engels, 1973: 388). paradigmátíca, lejos de confinarse ai campo epistemoló-
La segunda anotación relacionada con lo anterior, es gico, se presenta en el campo social global: el proceso de
que el campo gnoseolõgíco de la comprensión y de la ex- civilización instaurado por la conjunción de la modernidad
plicación de la sociedad dei presente es distinto dei campo con el capitalismo y. en consecuencta, por la reducción de
gnoseoíõgico de la díreccíón de su transformactón, Las cíen- las posibilldades de la modernidad a las postbílídades de
elas sociales de la modernídad siempre tendíeron a confundir capitalismo, entró aparentemente a su etapa final. Más ade-
los dos campos. A pesar de que se cuidaron de una traduc- lante volvere sobre este tema. Por ahora mencíonaré tan
ción organizada de sus ideas en procesos de transforma- sólo dos de los síntomas dei agotamíento de ese proceso de
ción social, Max Weber y Durkheím no se cohtbíeron ai civilización.
momento de hacer prevístones y de apuntar en díreccío- Por un lado, la converstón del progreso en acumulación
nes deseables e indeseables de transformaclón social. Lo capitalista transformá a la naturaleza en srmple condición
que los distingue de Marx en este campo, es el hecho de que de produccíón, Los límites de esta transformación empíe-
SUB prevtsíones se mantuvieron dentro deI cuadro capitalista, zan a ser evidentes hoy en día y los alarmantes rtesgos
míentras que las de Marx pretendían ir más adelante. Max y perversidades que acarrea, comíenzan a ser de mostra-
Weber y Durkheim se límttaron a prever vartactones deI dos con los pelígros de una catástrofe ecológica, cada vez
presente. y por eSQ en SUB prevtsrones fallaron menos más ínmtnente. Por otro lado, siempre que el capitalismo
estruendosamente que Marx. Pera. por otra parte, al tratar tuvo que enfrentarse con sus crísts endémícas de acumu-
de prever más lejos y más radicalmente, Marx presentó. tal lación, lo hízo ampliando la mercantilización de la vida
extendíéridola a nuevos bíenes y scrvícíos y a nuevas rela-

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clones socíales. haciéndola lIegar a puntos dei globo has- dlseiíados por la modernidad. Lo que es verdaderamente
ta ese entonces no integrados a la economía mundial. Por característico del tiempo presente es que, por primera vez
uno li otro camíno, tal proceso de expansíón y ampliación en este síglo, la crtsts de regulación social corre a la parcon
parece estar a punto de alcanzar límltes catastróficos. La la crisis de ernanctpacíón social. Esta versión de la transt-
mercantilización de bienes y servícíos hasta ahora libres ción paradtgmãtíca es lo que designo como postmoderni-
comíenza, hoy en dia. a incluir en la blogenétlca ai propío dad Inquietante o de opostción. La segunda verstón de la
cuerpo humano; cuando eSQ suceda. no será posíble ir más transíctón es la de los quepíensan que lo que está en cri-
aliá. En cuanto a la Integraclón dei planeta Tíerra en la sts final es precisamente la Idea moderna de que hay pro-
economia capitalista mundial. Ias dos úl tírnas décadas de mesas, objetivos transhtstórícos para cumplir y, más aún,
transnacionalizaci6n de la economía parecen haber concluí- la Idea de que el capitalismo puede ser un obstáculo para
do definitivamente eI proceso histórico que se ínícíó en la la realízactón de algo que lo trascíenda. Las sociedades
época de los "dcscubrtmtentos". no tlenen que cumpllr lo que esté más allá de ellas y las
Slendo este. a grandes rasgos. el cuadro general de la prácticas soctales que las componen no tienen por natu-
condtcíón dei presente. ",qué tlene el marxismo para con- raleza alternativa, ní pueden ser evaluadas por lo que
tribuir a su comprensión y superactón? A primera vista. no sono Esta versrõn de la transrcíón paradígrnát íca es
muy poco. El marxismo es una de las más brillantes re- lo que designo como postmodernidad reconfortante o de
flexiones teóricas de la moderrudad, uno de sus más ge- celebración.
nulnos productos culturales y políticos. SI la modernldad A esta última verstõn. que hoy es mayoritaria en los paí-
se torna hoy en día más problemática que nunca, el mar- ses centrales, el marxismo no tiene nada con qué contri-
xismo estará cada vez más cerca deI problema que enfren- buir. No sucede lo mismo con la primera verstón, que es la
tamos que de la solución que pretendemos encontrar. En que he venido defendtendo". Para esta verslón es esencíal
consecuencta. hay que distinguir. En el plano epístemo- la Idea de una alternativa radical a la socíedad actual y
lõgtco. el marxismo puede contribuir poco para ayudarnos Marx formuló más coherentemente que nadíe, una alter-
a recorrer la transición paradígmátíca, Marx demostró una nativa semejante. La cuestlón está pues en saber en qué
fe Incondicional en la cíencía moderna y en el progreso y medida la alternativa de Marx. que es tan radicalmente
la raclonalidad que ella podia generar. Pensó tamblén que antlcapitalista como moderna. puede contribuir para la
el gobierno y la evolucíón de la sociedad podían estar su- construcción de una alternativa que se asume como post-
jetos a leyes tan rigurosas como las que supuestamente moderna. La respuesta no puede ser genérica. Genérica es
ngen la naturaleza, en un antícípo del sueüo más tarde ar- apenas la advertencia, ya hecha más arriba, de que la co-
ticulado con el positivismo de la ciencia unificada. La crt- herencia necesarta entre la comprensión de la condición
tlca epistemológica de la cíencta moderna no puede dejar así presente y la idea de una alternativa radicai a ella no Im-
de incluir al marxismo. plica que una y otra ocurran en el mismo plano gnoseo-
En el plano socio-polítlco las cosas son diferentes. La logíco. La sociologia de Marx es. en general. coherente con
transtcíón paradígmátíca ha venído a ser entendida de dos la utopía de Marx, pera no se confunde con ella. Trataré
maneras antagónicas. Por una parte están los que piensan de determinar, a conttnuactón. la contrtbucíón de Marx
que la transición paradígmátíca reside en una doble vert- en las siguientes tres áreas temáticas: procesos de de-
ftcacíón en primer lugar. que las promesas de la moder- terminación social y autonomía de lo político, acción co-
ntdad, después de que ésta dejó reducir sus posibilidades lectíva e identldad y dírecctón de la transformaclón social.
a las dei capitalismo. no fueron ní pueden ser cumplidas;
y. en segundo lugar. que después de dos síglos de promís-
cutdad entre la modernldad y el capitalismo. tales prome-
sas, muchas de ellas emanctpatortas, no pueden sercum-
plidas en términos modernos ni según los mecanismos 9 Ver más adelante el cuarto capitulo.

36 37
Procesos de determinación social Ue la modernldad de su tlempo, no haya podido poner la
cuestión de la dirección de la transforrnactón social fuera
Uno de los grandes méritos de Marx es haberse centra- dei cuadro legal de las necesldades evolucionistas, convir-
do en eI análísís de transformaciones macro-socíales. Como tiendo así la cuestlón de la necesldad de la díreccíón en la
dlce un sociólogo no marxista, Anthony Glddens: "EI aná- cuestión de la díreccíón necesarta. Hoy es evidente que Marx
ltsts de los mecanismos de la producclón capitalista hecho falló estruendosamente en la forma como planteó esta cues-
por Marx (... ) contínúa siendo el núcleo necesarío de cual- tión y la respuesta que le dto, EI análísts dei presente y dei
quíer tentativa para comprender las transformaciones de pasado, por más profundo que sea, no puede aumtntetrar
masas que han barrldo el mundo desde el stglo XVIll" más que un horizonte de posibilidades, un abanico de fu-
(1981: 1). Pero Marx no se limltó apresentar un macro- turos posibles; la conversión de uno de ellos en realidad
análísts dei capitalismo; formuló, aunque no de un modo es el fruto de la utopía y de la conttngencía. Pero si es así,
sistemático, una nueva teoría de la historia, -el materia- en general, lo es mucho más en un período de transtcíón
lismo histórico- según la cuallas sociedadesevoluctonan, paradígmátíca como el que estamos atravesando. En tales
necesaria y determinísticamente a lo largo de varias fases, períodos, los procesos sociales son tan fluidos y turbulen-
tos que lo que resulta de las interacciones entre ellos es,
según leyes que muy sumariamente pueden ser formula-
en gran medida, una incógnita. Para utilizar el concepto
das de la sígutente manera: el nível de desarrollo de las
de Prtgoginc. estamos en una situación de "bífurcacíón" en
fuerzas productlvas (el nlvel de desarrollo tecnológico y de
que el menor cambio en el sistema puede producir un des-
la productívídad dei trabajo, etc.) determina y explica el
vío de largas proporciones. Estamos en una época en que
conjunto de las relaciones sociales de produccíón, o sea,
la conttngencía parece sobrepasar a la determinación.
la estructura econômica de la sociedad; a su vez, la estruc- Sln embargo, esto no significa que la socíedad sea to-
tura econômica de la socíedad, llamada "base econômica". talmente contingente o indeterminada, como pretenden
determina y explica las formas políticas. jurídicas y cultu- Lac1au y Mouffe. Entre un determinismo cerrado y la In-
rales que domtnan en la soctedad, es decír, la "superes- determinación total. vartos autores han propuesto versto-
tructura". Hoy son pocos los que aceptan, en esta verstón, nes moderadas del materialismo histórico como, por ejcm-
el materialismo histórico. Las críticas que se le han hecho pio, E.O. Wríght. A. Levine y Sober (1992), por un lado, y
tienen que ver, por un lado, con su determinismo y evolu- Nícos Mouzelis (1990), por el otro. La propuesta de Wright,
cionismo y por otro, con su reduccionismo econorníctsta. Levtne y Sober es especialmente sofisticada. De acuerdo
Tal como sucederá con las de más temáticas, evaluaré el con ella, es todavía la correspondencia o la contradicción
materialismo histórico a la luz de nuestra condícíón pre- entre las fuerzas productivas y las relaciones de produc-
sente. Dejo por ahora de lado las objeclones epistemoló- ción la que genera las condiciones necesarias y la dtrec-
gicas y meta-teóricas a una concepción determinlstay evolu- cíón de la transformación social. así como con los medios
cionista de la socíedad, ya que el determinismo de Marx no de ésta (la lucha de c1ases); pero, ai contrario de lo que reivin-
se puede analizar por fuera dei contexto intelectual y de dica el materialismo histórico ortodoxo, tal propuesta no
la época en que él vívtó y escribió. genera las condiciones suficientes y, por esa razón, se li-
El determinismo le permitió a Marx desarrollar una mita a definir un "mapa histórico" de posíbtlídades.
serie de conceptos (fuerzas producttvas, relaciones de pro- En rní oplnión, y teníendo en cuenta lo que díje atrás so-
duccíón, modos de producclón) que le permitleron proce- bre la transición paradígmátíca. esta verstón moderada dei
der a un análísts global de la socíedad capitalista y definir materialismo histórico es incluso demasiado fuerte, como re-
la dirección de su transformación futura. Ese análisis, a sultará claro con mi exposícíón sobre el segundo esquema de
pesar de ser incompleto, continúa síendo valioso hoy y los la teoría de la historia de Marx. el reducclonismo econó-
conceptos que Marx desarrolló para efectuarlo continúan mico. Las máximas teóricas de Marx a este respecto-
teniendo un gran valor heurístico. Lo que hoy no tíene vali- concretamente la metáfora base-superestructura- son
dez es el hecho de que Marx, fiei a las premisas culturales msosteníbíes y, de hecho, ni Marx las sostuvo integralmente

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en sus estudios históricos. Tanto él como Engels, a medida entre lo económico, lo político y lo cultural -cn la medida en
que pasaron los anos, fueron dedicando un interés crecíen- que sea poslble continuar distingulendo entre ellos- presupo-
te a las interacciones recíprocas entre la base y la super- ne que cada uno de ellos está construido conceptualmente
estructura, más que a la influencia unilateral de la prímera con autonomía. En el campo marxista, esta constrocción no ha
sobre la segunda. sido fácil, y por eso mismo, ha sido una preocupaclón cen-
La ínsosteníbíldad del reduccionismo econômico se basa tral en el mencionado campo postmarxista. Las soluciones
en dos razones prlnclpales. La primera es que la explica- propuestas por Bourdieu son particularmente innova-
ción a partir de la estructura econômica tiende a transfor- doras. Recientemente, Nicos Mouzelis ha propuesto el
mar los fenômenos políticos y los fenômenos culturales en concepto dei modelo de domlnaclón política de raiz
epifenómenos, stn vida ní dinâmica propías. y como tal no weberlana para equípararlo con el concepto dei modelo de
permite pensarIas autónomamente, en sus propios térmi- producción económica. Los intentos se multiplican. Por roi
nos, y según categorias que identlfiquen su específtctdad parte, he venrdo desarrollando el concepto de espacíos
y la espectfícídad de su interacción con procesos sociales estructurales y de los modos de producción dei poder para
más globales. Esta limltaclón se ha venído agravando a me- dar cuenta de las estructuras más importantes que esta-
dida que avanzamos en nuestro sigla en el transcurrir de blecen los parámetros y, en consecuencia, también los
la creciente intervención del Estado en la vida econômica límltes de la contlngencia o sea, los horizontes de postbtlí-
y social, de la politlzaclón de los Intereses sectorlales más dades I o . Si es cierto que el marxismo busca un equilibrio
importantes y, sobre todo, durante las últimas décadas, estable entre la estructura y la accíón, pienso que, hoy en
dei dramático desarrollo de la cultura de masas y de las día, siendo incorrecto abandonar del todo la idea de es-
Industrlas culturales. Pero la insostenlbilidad dei redu c- tructura, es necesario pluralizar las estructuras con el fin
cionismo econômico resulta, por encíma de todo, deI hecho de desarrollar teorías que favorezcan la apertura de los hori-
de que, a medida que avanzamos en la transición paradíg- zontes de posibilldades y la creatlvldad de la acción.
mática, es cada vez más difícil distinguir entre lo econó- La promoctón de la creatividad de la acción es una tarea
mico, lo político y lo cultural. Cada vez más, los fenómenos crucial dei tiempo presente. Porque en la fase de transícíón
más importantes son simultáneamente economtcos. polí- paradígmátíca el sistema social entra en un desequillbrio
ticos y culturales, sln que sea fácll, o adecuado, tratar de creclente y ei aumento de la conttngencía tlende a generar
separar estas diferentes dimensiones. Éstas son produc- situaciones de caos. EI caos, que el orden y el progreso
to de las ctencías soctales dei stglo XVIll y hoy se revelan modernos pareciera que hubieran mandado al basurero de
muy poco adecuadas, siendo una tarea urgente de los la hístorta. regresa hoy, tanto en la eplstemología como en
científicos sociales descubrir otras categorías que las los procesos socíales. Lejos de ser, por esencía, negativo,
sustituyan. el caos es un horizonte dramáticamente ampliado de po-
Como vimos, el materialismo histórico moderado de Erik stbílídades y, como tal, contlene, como níngún otro, posi-
O. Wrtght, Levíne y Sober es todavia demasiado reduccio- billdades progresistas y poslbilldades regresivas. Poco
nísta. incluso descontando que en el análisis metodológico tiempo antes de rnortr, Félix Guattari nos exhortaba a dis-
de las explicaciones causales tal reduccíontsmo está substan- tinguir entre el caos democrático y el caos autorttarto. Para
cialmente atenuado, tema que aquí no puedo desarrollar esto son necesarias dos condiciones: por un lado, la discri-
aunque en breve regresaré a él. La Insostenlbilidad del mlnaclón entre las diferentes formas de poder, la amplia-
reduccíorusmo económico no significa que la estructura ción de lo político y su conceptualización autónoma y, por
económica no tenga un valor crítico. Tan sólo significa que el otro, una reflexión centrada en la promocíón de la crea-
tal valor no se puede determinar a prior! y que, tenlendo tívídad de la acción individuai y colectíva. Las defícíencías
que ser comparado empíricamente, puede variar de un proce- de la tradícíón marxista en cualquíera de estas condicio-
so histórico hacta otro proceso histórico. Por otra parte,
significa que el análisis de las interacciones recíprocas 10 Sobre este tema. ver Santos {l995, 1995) Y también el quinto capítulo.

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nes s.on, conoC,idas. P,ero. en lo que respecta a la segunda considerada, muchas veces, menos opresiva que su exclu-
condtctón, la situacion es mucho más compleja. Esto me stón: y, finalmente, las formas de opresíón y domlnación
lIeva a la segunda área temática en la que la evaluación dei basadas en la raza, en la etnia, en la relígtón y en el sexo
marxismo a la luz de las condiciones del presente se im- se mostraron por lo menos tan importantes como las que
pone con especial agudeza: la cuestión de la acción colec- se basaban en la clase.
tiva y de las identidades soctales. En segundo lugar, surgíeron, sobre todo en las últimas
décadas, poderosas fracciones de clase sin una base na-
ACCIÓN COLECTIVA E lDENTlDAD cional determinada, clases transnacionales que de alguna
manera, invirtieron lo previsto por Marx: hoy en día, más
Ya dije, aunque esto sea controvertible, que en ml optníón que nunca, el capital está unido a nivel mundial mientras
la obra de Marx, como un todo, busca obtener un equtlí- que el trabajo está cada vez más acosado, ya que, la lla-
brio, aunque inestable, entre estructura y acclón: los hom- mada "libre círcutacíón de las personas" tiende síempre a
bres y las mujeres no son los productos de la hlstoria sino excluirlo. En tercer lugar, las luchas de clase asumieron
sus productores. Lo que es más, Marx, al contrario de los formas insospechadas por Marx. Las revoluciones obreras
otros fundadores de la socíología, le atrtbuye a hombres y no ocurrieron en los países centrales y, en los países peri-
mujeres, en cuanto clase trabajadora, no sólo el ínterés féricos o semípertférícos donde hubo revoluciones de oríen-
sino también la capacidad de transformar por completo la tacíón socialista, la participación de la clase obrera, cuando
socíedad capitalista a través de la acclón revolucionaria. la hubo, fue problemática. Si la clase obrera tuvo una fuer-
Constituidas en el seno de las relaciones sociales de pro- te participación en la revolución rusa, perdió poco después
ducción y, en consecuencia, en la base económica de la el control de ésta y luego, en 1918, el intento revoluciona-
socíedad, las clases y las luchas de clase tlenen, no sólo la rio fracas6 en Alemania para nunca más recuperarse. En
preferencía explícattva de la socíedad capitalista, sino tam- China, la clase revolucionaria fueron los campesinos, en
btén la prelaclón de su transformaclón. La dívístón de la África fueron los movimientos de liberación de composi-
socíedad en clases con intereses antagónicos, no síendo clón muy heterogênea y en América Latina los procesos
original de Marx, tiene en Marx la formulación más softs- revolucíonartos. por ejemplo el de Cuba, contaron casl
tI,cada y constituye uno de los patrlmonlos de la SOCiolo- siempre -tníctalmente por lo menos- con la oposición de
gia contemporánea. marxista o no marxista. Sin embargo los partidos comunistas. supuestamente representantes
hoy en dia. los términos precisos de esta formulación son: de la clase obrera Industrial.
curiosamente, uno de los puntos más problemáticos de la Por otra parte, en los países centrales las luchas de ela-
tradición marxista. se dieron lugar paulatinamente a compromisos de clase,
En primer lugar, la evoluclón de las clases en las socie- a la concentración social, al compromíso histórico, a la tns-
dades, capitalistas no síguío la ruta trazada por Marx. En titucionalización de los conflíctos, al neocorporattvísrno, en
los países centrales la proletarización fue mucho más sinuo- ftn, a las formas políticas de la social democracia, ai Esta-
sa, los campeeínos no desaparecíeron tan rápídamente como do-Providencia y a la regulación social fordista. Por últi-
Se había pre~Isto, la clase obrera se volvió más heterogênea mo, sobre todo en las tres últimas décadas, los rnovímten-
en vez de mas homogénea. lo que en últimas también su- tos y las luchas políticas más Importantes en los países
cedió con la burguesía; surgíeron importantes clases me- centrales e Incluso en los países periféricos y semípertfé-
dias, se htcíeron evidentes otras formas de opresión no atri- ricos fueron protagonízadas por grupos soctales congregados
bUlbl,es dlrectamente a posiciones de clase. En los países por Identidades no directamente claststas: por estudtantes,
pertférícos, el campesinado perrnanecíó, durante mucho por mujeres, por grupos étnicos y religiosos, por grupos
tiempo, como un enorme mar social salpicado de íslas -los cen- pacifistas, por grupos ecológicos, etc.
!I0s urban~s- de clases sociales propiamente capitalistas; la Ante esto, no sorprende que tanlo la prímacía explica-
mtegr acró n en relaciones sociales capitalistas fue tiva, como la prlmacía transformadora de las clases hoy

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estén síendo radicalmente cuestionadas. Las dos atrtbu- macía de las clases sobre el sexo o sobre otro factor de poder
ctones de primada son autónomas en el plano teórico, y de desígualdad y algunas feministas radicales atribuyen
aunque interrelacionadas. Por mt parte, pienso que la pri- la prlmacía explicativa aI poder sexual.
mada explicativa de las clases es mucho más sostenible Si tuviéramos en mente lo que se dice a finales de la déca-
que la primacía transformadora. En cuanto a esta última, da de los setenta sobre el surgímíento de análisls socioló-
la evaluacíón histórica parece ser, por demás, coricluyen- gicos que le confieren al Estado y a la política la primacía
te en cuanto a su indefensibilidad. Incluso aceptando que explicativa sobre las clases, se puede concluir que la déca-
es fácil definir y delimitar la clase obrera, es muy dudoso da de los ochenta fue dominada por la competencia entre
que ella tenga interés en el tipo de transformación socia- clase, Estado y sexo como factores explicativos de las es-
lista que le fue atríbutdo poreI marxismo y. aun admitiendo tructuras y de las prácticas sociales, teniendo nosotros
que tenga ese ínterés, es todavía más dudoso que ella ten- que agregar ahora la etnia y la reltgíón. Dentro deI campo
ga capacidad para concretarlo. Esta vertftcacíón, que hoy marxista, se procura mantener la primacía de las clases
parece tndtscuttble, ha llevado a muchos a concluir la írn- aunque en forma limitada. En el marxismo analítico, la pro-
poslbllldad o la Indeseabilidad de una alternativa socialis- puesta más avanzada es la de Erik Wrlght. Levine y Sober:
partiendo del concepto de las asimetrías causales, estos
ta. Más adelante volveré sobre este tema.
autores proponen que la prtmacía explicativa de las clases
En cuanto a la prtmacía explicativa, la importancia cau-
sólo puede ser establecida en presencia y en funclón de
sal privilegiada de las clases y de los conf11ctos de clase en los objetos de explicación (os explananda). No cabe aquí
los procesos socíales capitalistas ha estado íntimamente mencionar los problemas que suscita esta propuesta. Me
ligada aI materialismo histórico: la formaclón de las ela- limito a exponer mi propta conclusión sobre eI debate gene-
ses se origina en la estructura económica y por eso com- rado por ella. En prlmer lugar. Ias clases son un factor de
parte con ella la eftcacía determinante sobre los procesos primordial tmportancía para la explícactón de los proce-
sociales. Formulada así, la primacía explicativa fue muy sos socíales. pero tal ímportancía sólo se puede cotejar en
criticada en la década de los ochenta. La crítica más pro- análisis concretos y no se necesita para sustentarIa de la
funda y consecuente provino de la socíología feminista. No estlpulación abstracta de la prlmacía explicativa. En se-
cabe aquí dilucidar la gran variedad de perspectivas que gundo lugar. es un error reduclr la Identlflcaclón. forma-
comprende la sociologia feminista. En general. y para usar cíón y estructuración de las clases a la estructura econó-
una expresión de lrls Young (1990). el feminlsmovlno a de- mica de la socledad. Las clases son una forma de poder y
mostrar que la opresión tiene muchas facetas, una de las todo el poder es político. El valor explicativo de las ela-
cuales es la opresión de las mujeres por la vía de la díscrtmt- ses depende de las constelaclones de diferentes formas
nación sexual. AI privilegiar la opresión de clase el marxis- de poder en las prácticas socíales concretas. Una farní-
mo puso en segundo lugar y en el fondo ocultó la opreslón lia obrera de la periferia de Lisboa sufre simultáneamente
sexual y, en esa medida, su proyecto emancipatorio quedó el poder de clase, el poder sexual. el poder estatal y hasta.
irremediablemente truncado. Ante esto, no es extraüo que si fueran tnmtgrantes africanos, el poder étnico. Verdade-
la relación entre el feminismo y el marxismo haya sido, ramente sólo la constelaclón de estos poderes es política.
sobre todo desde el principio de la década de los ochenta, Esta cuestión me conduce a una breve y final referencia
muy problemática -ernpezando por el libro de Michele sobre la tercera gran área temática a través de la cual la
Barrett (1980)- y que las feministas hayan buscado sus condícíón del presente interpela al marxismo: la dírecctón
referenctas teóricas en otras corrientes de pensamiento no de la transformacíón social.
marxista, notoriamente en Foucault, Derrida y Freud. Si
para las feministas marxistas la primacía explicativa de Dirección de la transjormación social
las clases es admisible desde que esté articulada con el
poder y la política sexual, para la mayoría de las corrren Uno de los mayores méritos de Marx fue haber intenta-
tes feministas no es posible establecer, en general. Ia prl- do articular un análisis exigente de la sociedad capttalís-

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ta con la construcción de una voluntad política radical de la realidad existente sígutendo una hermenéutica de la
transformarIa y superarIa en una sociedad más líbre. más susptcacía y nos ensefíó leer las sefíales del futuro según
Igual, más justa y, finalmente, más humana, Ya hice refe- una hermenéutlca delaadhesión. La primera enseüan-
rencia a que la coherencia entre eI análísts del presente y za contínúa siendo preciosa hoy en día y la segunda se
la construcclón de la voluntad dei futuro no es un acto volvió pelígrosa. Marx creyó, sin reservas, en el desarro-
científico, dado que los dos procedlmlentos tlenen lugar en 110 neutro e Infinito de las fuerzas productívas, en el pro-
planos gnoseológicos distintos, Es un acto político que greso como proceso de racionalización científica y técnica
articula el análtsts científico con eI pensamiento utópico, de la vida, en la explotación sin límites de la naturaleza,
También mencioné que Marx le atribuy6 la construcción para atender a las necesidades de una sociedad de abun-
de la voluntad de transformaclón a la clase obrera, a la que dancla para todos. En suma, la utopía de Marx es ante
también le vío capacldad para ello, y que la historia se re- todo, un producto de la modernidad y en esa medida, no
husó a confirmar esa expectativa de Marx. En vista de esta, es suficientemente radical para guiarnos en un período de
ahara se trata de saber si una vez que el sujeto histórico transtcíón paradtgmátíca. Debido a un desequillbrlo crea-
de Marx falló a su cita con la hlstorla, por lo menos hasta do por la cíencía moderna entre la capacidad de accíón,
ahora, con él también falló la utopía de la transformación que cada vez es mayor, y la capacldad de prevísíõn, que
que se le atribuía. Se trata. adernás de eso y aún más ra- cada vez es menor, el futuro es hoy para nosotros, al con-
dicalmente, de saber si esta averrguacíón tiene algún In- trario de lo que fue para Marx, slmultáneamente más
terés hoy en día. próximo y más ineserutable. Nunca estuvo tanto en nues-
A esta segunda cuestión ya respondí arriba. Para quien tras manos; pero nuestras manos nunca fueron tan igno-
como vo, piense que estamos a punto de entrar en un pe- rantes sobre si lo que acartcían es una paloma o una bom-
ríodo de translclón paradígmáttca, ia utopía es más nece- ba. Por esta razón, y tal como oeurre en general con la
sarta que nunca. La crísts final de un determinado sistema modernidad, debemos ir a buscar a Marx con frecuencia
social reside eri que la crtsts de regulación social ocurre si- para confrontar nuestros problemas; debemos hacerlo,
multáneamente con la crisis de emancipación. La acumu- excepto para buscar la solucíón.
lación de las trracíonalídades reside en el peltgro inmlnente AI final dei slglo la única utopía realista es la utopía
de catástrofe ecológica, en la míserta, en el hambre a que ecológica y democrática. Es realista, porque se as lenta en
está sujeta una gran parte de la poblacíón mundial-cuando un principio de realidad que está compartido cada vez más
hay recursos dísponíbles para proporclonarles una vida y que, en consecuencia, tiene las virtualidades que Gramsci
decente y una pequena mtnoría de la población vive en una creía que eran imprescindibles para la construcción de ideas
socledad de desperdicio y muere de abundancla 11_ en la hegemónicas. Ese principio de realidad consiste en la con-
destrucclón, por la guerra de poblaclones y de comunidades tradíccíón creciente entre el ecosistema del planeta Tierra,
en nombre de prlnciplos étnicos y religiosos que la moder- que es finito, y la acumulaclón de capital, que tlende a ser
nldad parecía haber descartado para slempre, en la droga Infinita. Por otra parte, la utopía ecológica es utópica por-
y en la medtcaltzacíón de la vida como solución para una
que su realización presupone la transformación global, no
cottdtantdad alienada, asfixiante y stn solucíón. Todas estas
y muchas otras írracíonalídades se acumulan ai rntsmo tlempo sólo de los modos de producción sino también dei conoct-
que se profundíza la crisis de las soluciones que propone miento científico, de los modos de vida, de ias formas de
socíabtlídad y de los universos simbólicos y, presupone, sobre
la modernidad, entre ellas el socialismo y su máximo de
conscíencta teórica postble, el marxismo. Las írractona- todo, una nueva relacíón paradígmátíca con la naturaleza
lidades parecen racionalizadas por la mera repettcíõn. que sustltuya a la relación paradígmátíca moderna. Es una
De esta manera, estimo que necesitamos la utopía tan- utopía democrática porque la transformación a que aspi-
to como la boca necesita del pan. Marx nos ensefíó a leer ra presupone la repoltttzacíón de la realidad y el ejercícto
radical de la ciudadanía individuai y coíecttva, Incluyen-
11 Ver más adelante el décimo capítulo. do en ella la carta de los derechos humanos de la natura-

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leza. Es una utopía caótica porque no tiene un sujeto his- tructiva, tanto de la fuerza de trabajo como del espacío, de
tórico privilegiado. Sus protagonistas son todos los que en la naturaleza y dei medio ambiente en general. La impor-
las diferentes consteiaciones de poder que constltuyen las tancla de esta reconceptuaclón dei capitalismo, cuyos de-
prácticas soctales, tienen conciencia de que su vida está taIles no es posible presentar aqui, reside en que eIla aclara
más condicionada por el poder que otros ejercen sobre ellos que la subjetívízactón dei trabajo pretendida por la utopia
que por el poder que ejercen sobre los otros. Fue a partir no es postble sin la subjetivización de la naturaleza.
de la concíencía de la opresión que en las últimas tres dé- Esta reconceptuación ilustra bien cómo las mismas condi-
cadas se formaron los nuevos movtmientos sociales. ciones que en nuestras sociedades de fines de stglo recla-
Los nombres de las utopías son siempre serní-cíegos man una hermenéutica de sospecha deI tipo de la que
porque sólo ven por dónde se camina y no para dónde se Marx emprendló, igualmente reclaman una profunda re-
camina. En cuanto a mí, llarno a esta utopía socialismo, vísíón y transformación del marxismo tal como lo conocemos.
con la esperanza de que siendo no obstante una designa- La solidez dei marxismo reside esenclalmente en que
ciónsemi-ciega, tarnbtén sea, por lo menos, una destg- necesitaremos esta hermenéutica de sospecha para deci-
naclón semi-vidente. Slendo esta la utopia, i,qué tipo de dir sobre qué partes dei marxismo deben desvanecerse en
coherencia o articulación suscita con el actual análísts so- el atre. Emplearia contra el marxismo, con el objeto de
ciológico? En respuesta a esta pregunta-que, como se notará, agudizar, no de obnubilar, la voluntad de utopia es, hoy
es la contraria de la que formuló Marx-, Marx vuelve a ser en día. tal vez la mejor manera de honrar la briIlante tra-
importante como poderoso e imprescindlble punto de par- dición que él implantó. Sobre todo hoy cuando, como de-
tida. La idea de Marx de que la sociedad se transforma por da Walter Benjamin, la crtsís. la verdadera crtsís. es que
el desarrollo de contradicciones es esencial para cornpren- todo continúe como está.
der ia socledad contemporánea, y el anállsls que hízo de
la contradícctón que asegura la explotación dei trabajo en REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
las sociedades capitalistas, sígue siendo genéricamente
válida. Lo que Marx no vio fue la arttculacíón entre ia ex- ADLER, Max (1922).DieStaatsauffassung des Marxismus,
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53
52
II

CONDICIONES DE INTELIGIBILIDAD
3

ONCE TESIS CON MOTIVO DE UNO MÁS DE LOS


DESCUBRIMIENTOS DE PORTUGAL

1. Portugal es un país inteltgible.

Portugal ha sido, generalmente considerado, tanto por


los extranjeros como por los proptos portugueses, un enig-
ma, una socíedad paradójica. Aun recíenternente. Hans
Magnus Enzensberger se preguntaba cómo es que Portugal
stendo uno de los países menos desarrollados de Europa.
es capaz de tanta utopía (dei sebastianismo a la revolución
dei 25 de abril de 1974), a tal punto que, ciertamente, se-
ría una gran potencia en una "Europa de los deseos"
(1987). Mucho antes que él, hace poco menos de cien aüos,
Antero de Quental exclamaba, en un tono más pesímtsta:
"Nunca un pueblo contempló tantos tesoros stendo, al mts-
mo tiempo tan pobre" (1982: 264).
A pesar de ser un país europeo y de que los portugue-
ses han sido apreciados como un pueblo afectuoso, abíerto
y sociable, Portugal es considerado como un país relativa-
mente desconocído. No obstante tener una larga historia
de froriteras abiertas y de "tnrcrnacícnaltsmo" -desde los
descubrtmíentos de los siglas XV y XVI hasta la tnmígra-
cíón de los afios sesenta- Portugal es considerado comoun
país exótico, ídíosíncrásíco. Desconocimiento y exotismo son
pues temas recurrentes cuando se trata de proponer una
aprectacíón global dei pais y de su pueblo. Generalmente

57
se cree que el exotismo es la causa del desconocimiento. se puede dtscurrtr en la generación o en la coyuntura si-
Propongo la hipótesis opuesta, la de que el exotismo es un guiente, La híper-lucídez nunca fue más que una ceguera
efecto del desconocimiento. En otras palabras , poco se iluminada: y la ceguera de las élites culturales produjo la
sabe sobre Portugal y por eso se le considera como a un invlsibilidad deI país.
país relativamente exótico.
3. La "futrla" no "estáer:iferma" ni "necesita tmJnmleniopsiquiátriro".
2. En cuanto objetos de discursos eruditos. los mitos son las
ideas generales de un país sin tradiciónfl10sójlca ni cientjfl.CQ. El Las prácticas sociales siempre tienen una dimensión sim-
exceso mítico de interpretación es el mecanismo de bólica. A fuerza de repetirlos y de inculcarlos, los mitos
compensac!ón del déficit de realidad, típico de élites
sobre la socledad portuguesa son parte de nuestra reali-
culturales limitadas. encerradas (y marginalizadas) en el
brillo de sus ideas.
dad social y como tal deben ser analizados. En la segunda
mitad del stglo XIX y a prtrictpíos deI síglo XX nacíeron en
A partir dei siglo XVII. Portugal entró en un largo período los países desarrollados de Europa las ciencias soci~les.
histórico dominado por la represión ideológica. el estan- Fundadas críticamente en el pensamíento social y político
camiento científico y el oscurantismo cultural. un perío- iluminista dei stglo XVIll, tenían por vocactón desrnttíftcar
do que tuvo su primera (y larga) manifestación en la Inqui- las creencías sociales aceptadas hasta entonces, como pen-
sícíón y la última (así lo esperamos) en los cast cincuenta samiento rtguroso de una forma de pensar stn rigor (sen-
anos de censura salazartsta. La violación recurrente de las tido común). Es clerto que cada teoría social propuesta era
libertades cívicas y la actítud hostil ante la razón crítica de por si algo arbitraria y. en esa medida. no podía dejar
hizo que acabara por dominar la crítica de la razón gene- de crear algún nuevo mito en el proceso de destrucción de
radora de los mitos y olvidos con que los portugueses te- los existentes. Aunque esos nuevos mitos fueran la índus-
jieron sus desencuentros con la historia. EI desconocí- tria de Satnt-Stmon, el espíritu positivo de Comte, la con-
miento de Portugal es ante todo un autodesconocimiento. ciencia colectiva de Durkheim. la racíonalídad de Max Weber,
Lo encubierto es la imagen de la ígnorancía de nosotros el socialismo de Marx o ellnconsciente de Freud. tarnbíén
mísrnos reflejada en un espejo complaciente. eran mitos nuevos porque se aceptaban en competencia
El exceso mítico de la interpretación sobre la sociedad con otros mitos y en esa medida. contenían en sí a sus con-
portuguesa se explica en gran medida por la reproduccíón traríos. Y tamblén porque. conservadores o progresístas.
prolongada. y síempre restringida, de élites culturales de no eran reaccíonartos: presuponían y aceptaban la efer-
raiz literaria, muy reducidas en número y casi siempre ale-
vescente dinámíca social de su tiempo y no se cohibían por
jadas de las áreas de decisión de las políticas educacativas
y culturales. Así, teridíeron a funcionar en circuito cerra- el hecho de ser confrontados por la realidad que les sobre-
do. suspendidas entre el pueblo ignaro, que no tenía nada pasaba.
que dectrles, y el poder político convencido de que nada les Verdaderamente desmitificador y desmistificador fue el
quería decir. Nunca tuvieron una burguesía o una clase conjunto de las cíencías soclales y no nínguna de ellas en par-
media que intentara "traerlas a la realtdad": nunca pudíe- ticular. Ese conjunto evoluctonô orgânica y equilibradamente
ron comparar o verificar sus ideas y tampoco fueron respon- (aunque con algunos sobresaltos) en los países centrales.
sabilizadas por su eventual impacto social. Sin términos No fue el caso de los países periféricos o semíperífértcos. como
de comparación y sm campo de verificación, acabaron por Portugal. Los comienzos exaltantes de la "Generac!ón de
deséonfiar de las "ídeas aplicadas" (como decía Tocqueville Coimbra"l fueron sofocados por la misma (y siempre di-
de los franceses) y de quten, déspota o pueblo. Ias pudiese versa) represión censora que. con algunas ínterrupcío-
aplicar. La marginalidad social las hizo irresponsables. nes. habría de. dominar los stgutentes cíen anos de nues-
Pudíeron decir todo impunemente sobre Portugal y los por-
tugueses y transformar lo dícho, en una determinada ge- 1 Nota deI T.; Debate Intelectual intenso, critico y modernizador. entre los es-
neracíón o coyuritura. en la "realidad social" sobre la cual tudiantes de la Universldad de Coimbra alrededor de 1970.

58 59
tra bloqueada moderrudad, Los primeros y durante mucho tulada. AI contrario, la diferencia es la ortgínaltdad limi-
tiempo, los únicos estudíos sociológicos empíricos sobre tada y como tal, tiene que ser determinada con la mayor
la sociedad portuguesa fueron realizados por sociólogos objetividad posible.
extranjeros. A su vez Salazar identificaha sociologia con El análísts de las diferencias, aI contrario dei análisis de
socialismo. al mtsmo tiempo que en los países desarrolla- las originalidades, excluye el análists psicoanalitico y exí-
dos la soctología desempefiaba un papel creciente en la ge el análísts sociológico, en el amplio sentido de los aná-
consolidación social deI capitalismo. lísts producidos por el conjunto de las ctencías sociales.
Terminada (i.,ctefinitivamente?) la represión con la revo- En este dominio, las díftcultades con que nos encontramos
lución dei 25 de abril de 1974, se crearon algunas condi- son enormes. Dos merecen referencias especíales: una insti-
ciones para el desarrollo, tan tardío como urgente. de las tucional y otra teórica.
ciencias socíales. Sín embargo, sería un comienzo difícil y El apoyo institucional ai desarrollo de las cíenctas so-
de lenta gestación, sobre todo para las cíenctas sociales, cíales en los últimos qutnce anos en Portugal ha sido es-
que hacían depender SUB análtsís de trabajo empírico stern- caso y mal orientado. Tenemos una comunidad joven de
pre complejo y casi siempre e08t080. En estas circuns- científicos sociales, que se haya más actualizada en com-
tancías, era de prever que tomara la delantera la ciencia paracíón con la comunidad de los analistas míticos y pstco-
social más arbitraria, el pstcoanáltsis, una ciericía, ade- analíticos. Sin embargo, ha tenido mucho menos apoyo
más, doblemente arbitraria en cuanto transpone (por cul- institucional que esta última. Apoyo institucional se en-
pa del propio Freud) el análísts dei individuo social sobre tíende aquí en el sentido más amplio, incluidas las políticas
el arrálts ts de la sociedad-como~individuo.EI análisis ar- culturales y científicas dei Estado, los medtos de comuni-
bitrario duplica el mito, incluso cuando su intenci6n es cacíón social. la formación de opíntón por parte de íntere-
desmontarlo. Así sucedi6 con nuestros psicoanalistas-so- ses organizados (asocíacíones, partidos, etc. I, EI brillo de
ciales, muchos y de varios matices. los análísts de los analistas míticos y psicoanalíticos constí-
A pesar dei brillo seductor de algunos análisis, la arbi- tuye un capital simbólico altamente rentable en la democracia.
trariedad que contienen reside en que en eIlos, Portugal es EI modo específico como el poder político y democrático
por antonomasia, el analista. Este adquíere la calidad de menosprecia a sus élites culturales stn prtvarse de los di-
informador privilegiado, único y universal (un procedi- videndos que ellas generan consiste en neutralízarlas cultu-
míento inaceptable en las cíenctas socíales menos arbitra ~ ralmente a través de la cooptación política. Porque no tienen
rias). Lo que él dice de nosotros sólo le concierne a él pero el "peso de la realidad social" (les pesa, por lo menos, en la
ai transformarse en universo, nos marcianiza y es por eso conctencíaj, las élites culturales de matriz mítica y pstcoana-
que SOmos considerados locos y con necesidad de trata- lítica son más fácilmente movilizables hacía inversiones
miento psiquiátrico. coyunturales consideradas importantes por el poder polí-
tico. A nivel de los medios de comunicación social y de los
4. Portugal es un pais único, integrado en un sistema mundial intereses organizados, la utilización de estas élites resul-
constttuido por muchos países, todos únicos. Las ciencias socinles ta en especial de su capacidad para producir un conoci-
son imprescinIlibles en la detem1inación de tal singularidad. miento instantâneo y con una disonancia cómplice.
La comunidad de los científicos socíales ha recibido mu-
Como solamente hay un sistema mundial, no es posible cho menos apoyo institucional y la mantfestactón más cla-
hacer camparaciones con otros sistemas que sean exterio- morosa y escandalosa de eso han sido los programas de
res a él. De esta manera, la singularidad de los diferentes desarrollo científico financiados por la comunidad euro-
países tan sólo reside en el modo diferente y específico como pea, empezando por el Programa Cíencta. Tales programas,
cada uno se integra en el sistema mundial. Más allá de esta, cuando no excluyen totalmente de su ámbito a las cíencías
no es legítimo hablar de orrgmalídad. La ortgtnaltdad es la socíales (como sucedió con el Programa Ciencia), le otor-
diferencia sin limites y como tal, fácilmente puede ser pos- gan un lugar secundarísimo,lo que es particularmente grave

60 61
en nuestro caso, si se tiene en cuenta que las cíenctas so- caso Portugal es una socíedad de desarrollo ínterrnedío.
cíales están en una poslcl6n consolidada de take off yen Algunas características socíales (tasa de crecímíento pobla-
consecuencia, en condiciones de garantizar, a mediano cíonal , leyes e tnstttucíones, aígunas práctlcas de consumo,
plazo un conoclmlento confiable, plural y complejo sobre etc.) se aproximan a las de sociedades más desarrolladas;
la sociedad portuguesa. Pera además de grave, esta exclu- mientras que otras (infraestructuras colectívas , políticas
síón es insensata, toda vez que, dada la calldad de los recursos culturales, tipo de desarrollo industrial, etc.) se aproxí-
humanos, su juventud y su soctaltzacíón aún dominante man a las de sociedades menos desarrolladas. Las teorías
en una actitud de dedícacíón entusiasta por el trabajo cien- y las categorías analíticas utilizadas por las cíenctas 50-
tífico, la inversión, así sea moderada, en esta comunidad cíales para caracterizar los procesos y estructuras sociales
producíria seguramente importantes y abundantes resul- fueron creadas teniendo en cuenta las sociedades centrá-
tados científicos. les o más desarrolladas (elllamado prlmer mundo), o las
Los megaprogramas comunttartos son, pues, programas sociedades periféricas (elllamado tercer mundoly se adaptan
tanto de conoclmlento como tamblén de desconoclmlento. dificilmente a las sociedades Intermedias como Portugal,
Son por enclma de todo, programas de desconoclmiento Si tenemos en cuenta los indicadores sociales normalmen-
social. Cabe preguntar entonces a quíén y por qué lntere- te utilizados para contrastar el prtmero y el tercer mundo
sa el producto de este desconocimiento. Las cíerictas físi- (clases soclales y estratiflcacl6n social, relaciones capital!
co-naturales aplicadas están específicamente pertrecha-
trabajo, relaciones Estado! socledad civil, estadístlcas so-
das para determinar diferencias cuantltatlvas, por ejemplo
diferencias de desarrollo tecnológíco. AI contrario, ias cíen- cíales, modelos de consumo o de reproducción social, etc.l,
cías sociales están pertrechadas tanto para determinar fácilmente se concluye que Portugal no pertenece a níngu-
diferencias cuantltatlvas (niveles de rendímíento. tasas de no de esos mundos.
mortalldad, etc.), como diferencias cualltatlvas (estructu- En ausencía de una adecuada innovación teórica, se co-
ra de clases, modelos de consumo y sus relaciones con los rre el rlesgo de anallzar la socíedad portuguesa por lo ne-
modelos de producciôn características de la sociedad civil gativo. por aquello que ella no tiene cuando se compara
etc.). En cuanto las diferencias cuantltatlvas legítíman los con las sociedades centrales o con las sociedades perifé-
modelos de desarrollo socío-económíco hegem6nlcos, las ricas. Tal negatlvldad es otra forma de desconocimiento y
diferencias cualltatlvas pueden ser Indicadoras de la ne- por eso, tambíén es campo fértil para anállsis míticos y
cesidad de buscar modelos alternativos de desarrollo. para estipulaciones de exotismo que, en este caso, son
En este momento, dado el tipo de íntegracíón que se adopt6 efectos de la Incongruencla de los instrumentos analíticos.
en la Untón Europea, hay un Interés político por suprimir La innovacl6n te6rlca apunta a captar la espectftcídad de
cualquter cuestlonamlento dei modelo de desarrollo hege- nuestras prácticas sociales, econômicas, políticas y cultu-
móníco. Por eso, los megaprogramas de desarrollo cientí- rales con el prop6slto de convertlrlas en potencialidades
fico apuntan, por un lado, a producir conocimientos sobre universalizantes en un sistema mundial caracterizado por
todo aquello en que somos diferentes, porque somos me- la competencía entre los Estados.
nos desarrollados que los de más países de la comurndad: No se trata de insuflar nacionalismos reactívos o reac-
por otro lado, apuntan a.producír desconocimientos sobre cíonartos si no de medir riesgos e identificar -st no incluso
todo aquello en que somos diferentes porque, somos cualltatl-
inventar- oportunidades en una dinâmica transnacional
vamente distintos.
cada vez más volátil. En 1762 Rousseau crlticaba en El
Contrato Social a Pedro el Grande de Rusia por no respetar
5. Portugal es una soctedad en desalTOUo intermediD. Su análIsts la Identidad nacional rusa: "Quiso hacer alemanes e Ingle-
es particularmente oomp/ejo y no es posib/e sin una audaz /nno-
ses, cuando era necesario empezar a hacer rusos: le impi-
vación teórica.
díó a sus súbditos que alguna vez se transformaran en lo
Además de las dlflcultades instltucionales, las cíencías que eIlos podrían ser, persuadiéndolos de que eran lo que
no son", (1968: 125). Es conocida la reacctón encoleriza-
soclales enfrentan en Portugal algunas dlflcultades teórl-

62 63
da que esta aprecíacíón de Rousseau suscitá en Voltaire. -que a veces está protagonizado por pueblos translocali-
Entre las posiciones de estos dos ilustres philosophes es zados y no es, en esta medida, reconduclble hacía ungenius
necesario identificar la díaléctíca de 10 nacional y de 10 Loei específico- se basa siempre en la idea de terrítorto,
transnaclonal, de lo local y de lo universal, AI final el poeta sea él imaginaria o simbólico. real o hiperreal. Las relacio-
Alfonso Duarte la vislumbróen dos versos Iapídaríos: "Qule- nes socíales en que se traduce, est.án investidas de una
ro ser europeo: quíero ser europeo en cualquíer rincón de compleja tensíón interna. una vez que su desterrttoríalízactón
Portugal". corre a la par con su reterrttoríalízactón. Los discursos conven-
cíonales sobre la "ídentídad nacional" o sobre el "carâcter
6. Los portugueses son portugueses. No son, por ejemplo. espa- nacional" han sido construidos a partir de un genius loei
fioles dfterenJes. ÚJ que lospottuqueses son o no son, es cada vez más mitificado, abstracto y mlstlflcador y los discursos más re-
el prod1JcIn de Wla negocioci6n de senJidD de ámbitrJ trrmsnacionaL cientes nos han glosado y han Ignorado slstemáticamente
la dialéctica que se acaba de referir, con la excepcíón, no
Los in tercam bíos de bienes ma tertales y de bienes sim- síempre lograda, de Eduardo Lourenço.
bólicos a nivel mundial se intensificaron mucho en los úl- En un "estudio" sobre el "carácternacional portugués",
timos veinte anos, debido a tres factores principales: la Jorge Dias traza así, en 1950, la "personalídad de base" de
transnacionalización de los sistemas productívos (un de- los portugueses. "EI portugués es una mezcla de soüador
terminado producto final puede estar constltuldo por n y de hombre de accíón o, mejor, es un soiiador activo ai que
partes producidas enn países diferentes); la dtsernínacíón no le falta cíerto fundamento práctico y realista". "En el
planetarta de Informaciones e rmagenes: y la transloca- português hay una enorme capacidad de adaptaclón a todas
lización masiva de personas como turistas, trabajadores las cosas, ideas y seres, srn que eso Implique pérdida de
mtgrantes a refugiados. Esta intensificación de las interac- caracter". "EI portugués tíene un vivo sentido de la natu-
clones globales parece desarrollarse según una dlaléctica raleza y un fundamento poético y contemplativo estático
de desterritorialización-reterritorialización. diferente dei delos otros países latinos" (1971: 19). "EI por-
Con la intensificación de las interacciones y de las in- tugués no degeneró". "En el momento en que el portugués
terdependencias, las relaciones sociales se desterrítorta- es llamado a desempenar cualquler papel Importante, pone
lizan en la medida en que pasan a cruzar froriteras que enjuego todas sus cualidades de accíón, abnegacíón, sa-
hasta hace poco estaban vígtladas por aduanas, naciona- crlflcio y coraje, y cumple como pocos" (1971: 20). "Aun-
lismos. idiomas, ideologías y frecuentemente por todos que no le falte, a veces, un fondo práctlco y utilltarlo, su
ellos al mismo tiempo. Con esto, los derechos a opciones mayor motlvaclón es síempre de tipo Ideal" (1971: 21).
se multiplican indefinidamente y el Estado nacional, cuya "Para el português, el corazón es la medida de todas las
principal característica es la territorialidad, deja de ser cosas" (1971: 23). "EI espírltu portugués es adverso a las
una unidad privilegiada de interacción y se hace relati- grandes ilustraclones, a las grandes ldeas que sobrepasan
vamente obsoleto. Pero por otro lado y en aparente con- eI sentido humano" (1971: 25). "Elfondo contemplativo dei
tradicción con este proceso, están surgtendo nuevas alma lusitana se cornplace con la repetición o con la ínmo-
identidades locales y regíonales construidas sobre la base vílídad de la ímagen" (1971: 27). "Esa enorme capacldad
de nuevos y viejos derechos raizaLes. de adaptaclón, es una de las constantes dei alma portu-
Este nuevo-viejo localismo, hasta hace poco considera- guesa" (1971: 31). Y, finalmente, "es un pueblo paradójlco
do como un residuo de la premodernídad, está recodificado y difícil de gobernar. Sus defectos pueden ser sus virtudes
ahora como postmoderno y asume incluso una dimensión y sus virtudes sus defectos, según las ctrcunstancías del
epistemológica con la reivindicación de un conocimiento momento" (1971: 33).
local, desde la crítica de los cánones literarlos y artísticos Dudo que no se pueda decir lo mísmo con respecto a cual-
hegemónícos hasta la revítalízacíón de los nuevos-víejos funda- quíer otro pueblo, o de cualquler grupo social adecuadamente
mentalismos (íslárruco. judaico, neoliberal). Este localismo, numeroso y estable. Sín embargo, este tipo de caracterl-

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zactón es casi consensual entre nuestras élites culturales tucíonal: elllrismo espafiol es una adquístcíón erudita, ela-
y que a fuerza de ser repetido, constituye un auténtico borada, tardia" (1935: 135). Para Natálla Correia, Espana
sentido común sobre los portugueses, el "arquetípo dei y Portugal son inseparables macho y hembra (1988: 62).
hombre portugués" que, según António Quadros, no se En este juego de espejos se destacan los contrastes, las
debe confundir con variantes regtonaíes y sociales y co- compllcidades. Si para Ftdelíno de Figueiredo la llteratura
rresponde a la transtemporalidad de un proyecto nacional portuguesa tiene un apoyo destberízante (1935: 43), para
transmitido a través de gene raciones (1986: 78). Natália Correia, "Portugal es elgran intérprete de la Espa-
Se trata de un sentido común fabricado por las élites na de las Espanas" (1988: 31). Tal como antes de ella, RI-
culturales que, como cualquíer otro, es evidente y por eso cardo Jorge partia dei "caos étnico de la Península Ibéri-
no necesita ninguna verificación. Por eso es hostil a cual- ca" para defender que fuera dei amor a la mdependencta,
quíer análisis sociológico: "De ahí que la aproximación so- "no somos híspanos. hispana es la tíerra, híspana es la
ciológica, con sus tnvesttgactones y sus entrevistas, poco gente" (1922: 5). Cast ai mtsrno tíempo. Antonio Sardinha
o nada nos revele" (A Quadros. 1986: 79). Tal sentido común basaba su propuesta dei "supranacionallsmo htspántco"
apenas puede ser ilustrado por infinitas instancias de con- y de la "internacional cristiana" en el hecho de que los hís-
firmación, sean el manuelino 2 los géneros ltterartos más pánícos, "no tenlendo dei 'hombre' una idea de 'Individuo'
cultivados. el sebastianismo, el tipo de colonialismo, la sino de 'persona', su expansíón se determina por un írreprímí-
estructura deI idioma. En cualquiera de sus matíces, es un ble instinto universalizadorporque la 'persona' se les maní-
sentido cornún conservador ya sea porque se fundamenta fiesta cn total coincidencia con la humanldad" (1924: VII).
en una vteton naturalista de la historia, ya porque reivin- Por otro lado, las comparacíones, a veces nos favorecen
dica para las élltes la responsabilidad de su reproducción. (Jorge Dias, Fidelino de Figueiredo), a veces nos desfavo-
Es la "paideta esencialmente portuguesa" de que hablaA. recen (Eduardo Lourenço). Para este último Espana ade-
Quadros "una retvíndícacíón que, o empieza por las élttes, más de ser "uno de los grandes milagros de este fin de sigla",
por las clases letradas, o jamás será posible" (i 986: 61). es "una de las pocas culturas míticas de Occidente", "no
Este sentido cornún se basa en tres topot retóricos fun- es un pueblo que se pueda olvidar o se deje olvidar". En
damentales. EI prtmero es que somos espaüoíes diferen- cambio "nuestro caso fue -es- un poco diferente. Por nues-
tes. Somos los contrapuestos a partir de un rondo de com- tra fragilidad natural, en parte, y tambíén por una buena
plícídad. Para Jorge Dias, la relígíostdad portuguesa no dos ís de íncurta" (1988: 79,81,84).
tiene el carácter abstracto, místico o trágico propio de la EI segundo topos dei sentido común elitista sobre los
espanola, "ttene ... un sello humano acogedor y tranquilo". portugueses es que en el carácter portugués se mezclan
Por eso "no se yerguen en las aldeas portuguesas esas rgle- elementos contradictorios, lo que le confíere una ambígüedad
stas enormes y solemnes, tan características deI paísaje y una plasticldad especiales. Según Jorge Dias, la saudade
espafiol" (1971: 19,24). Para Unamuno, entrevistado por es un estado de almasuigeneris que se deriva de una "men-
Antonio Ferro, "el português es un castellano stn huesos". talldad compleja que resulta de la combmacíón de facto-
EI castellano tiene algo de langosta. EI português. ai con- res diferentes y a veces opuestos ", combínacíén de "tres
trario, es como un molusco (Ferro, 1933a: 175). Fidellno tipos mentales distintos: el lírtco sofiador -más emparen-
de Figueiredo subraya los contrastes entre la literatura tado con el temperamento céltico- el fáustico de tipo ger-
espafiola y la portuguesa: "Ia épica espanola. originalmen- mántco y el fatalista de tipo oriental" (1971: 20). ParaAgostinho
te castellana es medieval, popular y continental; la épica da Silva, "es de portugueses la unión entre contrartos"
portuguesa es renacentista, culta, oceánica, impregnada (1988: 97) en cuanto que para Natália Correia la "plasti-
de llrismo y siempre corre por el surco que le labrõ el ge- cídad dei hombre portugués" transcurre desde donde
nío de Camões. Ellirtsmo português es de orígen consti- confluyen tres grandes influencias contradictorias: la me-
dtterránea. la atlántica y la continental (1988: 8). Francis-
2 N. deI T: ~EI marruelrno"- verstõn portuguesa dei estilo gótico. co Cunha Leão, citado por António Quadros, le atribuye a

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los portugueses "una sensibilidad contradictoria, a veces Un pesímtsmo semejante se encuentra en el psicoanálisis
afirmativa, a veces depresíva" (1986: 80); y el proplo Antônío mítico de Eduardo Lourenço en cuanto que Natálía Correia,
Quadros concluyó que "Ia aparente tndeftnícíón dei carác- más opttmtsta, le atrlbuye a los portugueses el encargo exage-
ter português. anotado por algunos extranjeros es en el rado de cumplir "cabalmente la Espana de las Espanas".
fondo, el resultado de esa tentativa interior de conctltacíón EI exceso mítico de este discurso. que es uno sólo aun-
de los contraríos, evitando los radicalismos: conciliación que múltíple, se maníflesta en la arbitrarledad y la selec-
tivldad con que manipula la hlstorla dei país y la relaclón
de los opuestos como tierra y mar, cálculo y aventura, pa-
telescópica que establece con las transformaciones socta-
ctencía y temertdad, sueno y matemática" (1986: 81). Fi-
leso políticas, económicas y culturales del sistema mundial
nalmente, Eduardo Lourenço le atribuye ai "surgtmícnto
dei que Portugal hace parte. Decídíendo a su gusto el com-
traumático" dei Estado portugués que seamos un "rebafio promíso que le conviene con la realidad sociológica pasa-
increíblemente frágil para haber podido aparecer y miste- da y presente del país. le es fácil asumir un carácter gene~
riosamente fuerte para atreverse a subsistir". De lo que ral y abstracto, declararse evidente y decretar el futuro. No
resulta la "conjugación de un complejo de inferioridad y de puede pues, ser enfrentado en su terreno. Antes debe ser
superioridad" (1982: 20-21). considerado como un fenómeno sociológico en sí mtsmo y
EI tercer topos consiste en la oscilación entre visiones ser analizado como tal.
positivas y vtsrones negativas de la condtctón del "hombre Como sentido común de las élites culturales. el discur-
portugués". Míentras el prtrner estudío de Jorge Dias so- so mítico dice ciertamente mucho sobre ellas y muy poco
bre el carácter nacional. que data de 1950, es opttmísta, sobre el ciudadano común. Sin embargo, en la medida en
el segundo estudlo, que data de 1968, es profundamente que es permeable a las evidencias del discurso mítico y las
pestmísta. Pregunta si ""podemos, con todo, pensar que el íntertortza, el ciudadano común las integra en su práctica
carácter nacional se va a mantener indefinidamente igual, social y por esa vía hace de ellas un lugar común de otro
cuando las circunstancias en que las que se formó se es- tipo, mucho más amplio, que suscita un análisls socíoló-
tán alterando rápida y profundamente?" Responde que no gico diferente. MI hlpótesis de trabajo es que, dada ia dis-
y entre las razones tncluye muchos de los factores de transna- tancia entre las élites culturales y el cíudadano común, el
ctonalízacíón que mencioné arriba: "la acción del emigran- nivel de íntertortzacíón debe ser relativamente ba]o.
te, dei turista, dei cme, de la televtstón, de las lecturas Las ctencías socíales deben centrarse en el análisis deI
banales de las revistas con portadas eróticas, tienen que modo específico como la díaléctíca de ia desterrltorlallzación-
alterar fatalmente la personalidad de base nacional". Por reterrltorlalizaclón de las prácticas socíales se desenvuel-
eso "la suavidad de las costumbres y el temperamento cor- ve en Portugal. Tres hlpótesls merecen especial atención:
dial de nuestro pueblo van slendo sustltuldos por dureza (1) el fin dei largo proceso de desterrltorlalízaclón colonial
y grosería" (1971: 43,44,46,48). Para Antónío Quadros, en suscita diferentes movímtentos de reterrltorlalizaclón (el
la corriente de Jorge Dias, "el hornbre portugués no dege- Impacto múltiple dei hecho de que el país retome, después
neró, apenas está adormecido o aletargado" (1986: 86). La de cinco sígloe, los límítes de su terrltorlo); (2) estos movi-
negatividad de la sítuactón presente está en que en ella míentos (de los cuales la reclente producclón dei sentido
predomina el Velho do Restelo 3 sobre Gama': "Lo que pa- común sobre Portugal formado por las élites culturales es
rece predominar hoy en Portugal es la cara negativa, noc- apenas un ejemplo) tenderán a asumlr formas ambíguas
turna, caduca dei prototlpo, del modelo o de la imagen sublí- y contradtctorías, dado el surgímtento casi inmediato de
madora que el portugués ya tuvo de sí mísrno" (1986: 62). un nuevo proceso de desterritorialización (la integración
en la comunldad europea); (3) la deficiente maduraclón de
3 N. dei T: En elllbro Las lusíadas dei gran poeta épico português Luís de los movimientos de reterritorialización originados ahí pue-
camoes. e! vtejo do Restelc simboliza la restetencta de una parte de la po- de conducír a la falta de Identidad o ai desperdlclo de las
bfactón a la expanstôn atlántica. oportunidades creadas por el desterritorio emergente de
4 N. dei T: Vasco de Gama, el navegador português que descubrló e] camtno
marítimo hacía la Indías. Europa.

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EI objetivo no puede quedarse en la creación de un co-
nocimiento científico-social sobre la condición de Portugal final de la funcíón de intermediación de base colonial hizo
en el sistema mundial. Es importante por enctma de todo, que el carácter tntermedto que en parte se apoyaba en ella,
transformar ese conocimiento en un nuevo sentido común quedara de aígún modo en suspenso a la espera de una
sobre los portugueses, menos mistificado r pero más pro- base alternativa. Esa suspensión social permitió que en el
porcionado. menos festivo pera más eficaz. menos glorio- post-25 de abril (entre 1974-1976) fuera socialmente creíble
so pera más emancipador. Un consenso autocrítico que no la pretensión de Portugal de equipararse con los países
tenga la veleldad de, con su generalidad, superar las mu- centrales e, incluso en algunos aspectos, asumir posiciones
chas rupturas econômicas, socíales. políticas y culturales más avanzadas que las de ellos. En 1978, el Fondo Monetarlo
que atravíesan a la sociedad portuguesa. Internacional destruyó la credibilldad de esa pretensión.
Desde entonces, Portugal entró en un período de renegocía-
7. Portugal es una sociedad semiperiférica. Terminado el cíón de su posícíón en el sistema mundial, buscando con ella
ciclo dei imperio, Portugal está por renegociar su posición una base que llenara el vacío dejado por el derrumbamien-
en el sistema mundial. No es posible que en un futuro to delimperlo. En los prtncípíos de la década de los ochenta
próxtmo sea promovido al centro dei sistema nt degradado ya estaba claro que esa base tendría como elemento íun-
hacia su periferia. Es más probable que su posición damentalla integración en la comunidad europea.
intermedia se consolide sobre nuevas bases. Porque la UE es el centro de una de las tres grandes
regíones deI sistema mundial-los centros de las otras re-
Mencíoné en la tesis 5 que el conjunto de los indicadores giones son el Japón y los E. U .A.- la lntegración en la UE
sociales (en el sentido más amplio) le confiere a la socíe- tiende a crear la ílu síón verosímil de que Portugal, por in-
dad portuguesa el status de sociedad en desarrollo inter- tegrarse en el centro, pasa a ser central y el discurso polí-
media o semípertféríco en el contexto europeo, un status tico predominante ha sido el gran agente de la ínculcacíón
que comparte con Grecia, Irlanda y, hasta cterto punto, social de la tmagínacíõn deI centro: estar con Europa es ser
con Espana. Las sociedades en desarrollo intermedio ejer- como Europa. Además, cuando se analiza detalladamen-
cen una función de tnterrnedíactón en el sistema mundial. te el Interior dei centro, es fácil verificar que la realidad
sirviendo simultáneamente de puente y de barrera entre sígue un camíno diferente a la de ios discursos. En los úl -
los países centrales y los países periféricos. Su modelo de tímos diez anos, la diferencia entre los rendimientos nacío-
especialización, por ejemplo, tiende a ser dominado por las nales máximo y mínimo en el interior de la comunidadno
producciones que se desvalorizan en el plano internacio- se atenuó y, con respecto a algunos índices, incluso au-
nal y que por lo tanto dejan de interesar a los países cen- mentó la distancia social entre las regiones más desa -
trales, como puede ser paradígmátícamente ilustrado con rrolladas y las menos desarrolladas de la corriuntdad. El
el caso de la producción textíl en los últimos cincuenta anos. modelo de desarrollo seguido en Portugal durante los úl-
En el caso de Portugal, la función de intermediación se timos díez afios tiene un mayor potencial periférico que
basó, durante cinco stglos, en el ímperto colonial. Portu- centralizante. Se basa en la desvalorización internacional
gal era el centro en relacíón con sus colonias y la periferia dei trabajo português ai optar por privilegiar, entre los
en relacíón con Inglaterra. En un sentido menos técnico,
sectores de exportación, a aquellos que se encuentran en un
se puede declr que durante mucho tiempo fue un país si- crecíente proceso de desvalortzacíón internacional como,
multáneamente colonizador y colonizado. EI25 de abril de
por ejemplo, el sector textil. En consecucncta, el patrón
1974, Portugal era el país menos desarrollado de Europa
de cspecíalízacíón productiva de nuestra economía bajó en
y al mtsmo tiempo el único detentador deI mayor y más
duradero ímperto colonial europeo. los últimos diez anos mícntras que el patrón espafíol au-
EI fin del ímperío colonial no determlnó el fin dei carácter mentó. Portugal tiene hoy una de las tasas más bajas de
intermedio de la sociedad portuguesa, pues éste estaba desempleo de Europa, pero también tiene una de las más
inscrito en la matriz de las estructuras y de las práctícas so- degradadas relaciones salarlales. Es decir que se prtvílegíó
ciales dotadas de una fuerte resístencra e inercia. Pero el la cantidad de empleo en detrimento de la calidad, lo que
sucede a menudo en los países periféricos.

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7i
Eu suma, las sefiales de descenso son más fuertes que po que nuestros víajeros diplomáticos y mílítares descri-
las de ascenso. En ese contexto, las relaciones entre Portugal bían los curiosos hábitos y modos de vida de los pueblos
y Espana asumen una acuidad especial. El ascenso de Bra- salvajes con que hacían contacto en eI proceso de cons-
sil en el sistema mundial corrió a la par con el descenso de truccíón deI ímperto, víajeros. diplomáticos y militares de
Argentina, lo cuallleva a preguntarse si el auge indiscuti- Inglaterra o de Francía, describían, ya con curtostdad, ya
ble de Espana que algunos (el sociólogo Salvador Gíner, con desdén, los hábitos y modos de vida de los portugue-
entre otros) ya consideran como un país central, no aca- ses. tan extranos para ellos. hasta eI punto de parecerles
rreará el descenso de Portugal. Cíertamente. aquí reside poco menos que salvajes. Si los misterios deI "carácternacio-
una de las bases sociológicas para el más rectente impul-
naI" fuesen susceptibles de ser revelados. sería necesario
so dei iberismo (Natália Correia. Eduardo Lourenço. Vas-
co Pulido Valente. João Palma Ferreira, entre otros). EI buscar en esta duplicidad de ímágenes y representaciones
"federalismo ibérico" de hecho ya está en curso, pero no la clave para la pretendida plasttctdad. ambígüedad e in-
por la vía de las renacidas creencias en hispanidades míti- defmícíón que los discursos mítico y psícoanalíttco le atri-
cas sino en buena medida, como consecuencia de la actua- buyen ai "carácter dei hombre português".
ción de las grandes multinacionales que establecen sus Debido a un modo específico de formación de rendímíen-
cuarteles generales en Madrid o Barcelona y toman como tos y, en particular, al peso de los rendimientos no sala-
unidad de acción a la Península Ibérica. riales de las familias, las normas de consumo son más
Es probable que la lntegración en la UE mantenga dentro avanzadas en nuestra sociedad que las normas de produc-
de cíertos límítes el descenso de Portugal, pero no es me- ctón. En cuanto aquellas nos aproximan a los países cen-
nos probable que para eso Europa se desarrolle en tres trales, éstas tienen algunas semejanzas perturbadoras
ritmos: 1) países centrales, 2) Espana y 3) Irlanda, Portugal con los países periféricos (trabajo infantil, salarios rezaga-
y Grecía, Si así fuese, Portugal consolidará sobre una nueva dos, represión sindical en la fábrica, etc.). La articulación
base su posición semiperiférica en el sistema mundial.
entre ambas en las prácticas cotidianas y en nuestros
También es postble que de esa posición hagan parte ciertos
elementos de continuidad con la relación colonial: Portugal mapas simbólicos de ortentacíón de la acción social dan
tratando de consolidar, ahora en el ámbito de la UE, una re- ortgen a codificaciones sorprendentes y en ocasiones
lación prtvtlegtada con sus antíguas colonias, actuando aberrantes de la realídad. justificando, con igual credibi-
una vez más (aunque de modo muy diferente) como correa de lIdad, representaclones sociales típicas de las sociedades
transmtsíón entre el centro europeo y la periferia africana centrales al lado de representaciones sociales típicas de
de habla oficial portuguesa. Los discursos míticos de la vo- las sociedades periféricas. Tal vez aquí resida el "misterio"
cación atlántíca beben aquí algunas gotas de credibllidad. de la coexistencia en el "hombre portugués" deI complejo
de inferioridad frente a los extranjeros aliado de una hiper-
8. Por el tipo y por la historicldad especifica de su nivel de trofia mítica que genera megalomanías y quimeras (Fran-
desarrollo intennedio, la sociedad portuguesa es muy cisco Cunha Leão. António Quadros, Eduardo Lourenço).
heterogênea. Se caracteriza por articulaciones complejas La coexístencía de representaciones socíales discrepan-
entre prácticas sociales y universos simbólicos discre- tes y su accionar diferenciado concordante con los contex-
pantes, que penniten . la construcción social, tanto de tos de la acción le confiere a las prácticas sociales una cterta
representantes de centro, como de representantes de la inestabilldad que se manifiesta como subcodificaclón y aper-
periferia. tura a nuevos sentidos. De ahí, el asomo de verdad de las
interpretaciones idealistas del "português como un molus-
El hecho de que Portugal haya sido durante muchos síglos co" (Unamuno), "con capacidad de adaptación a todas las
y simultáneamente el centro de un gran imperio colonial cosas" (Jorge Días), "esenclalmente cosmopolita" (Fernan-
y la periferia de Europa es un elemento estructurante bá-
do Pessoa).
sico de nuestra exístencta colectiva. Portugal fue eI único
La mísma arttculactón entre elementos heterogêneos es
país colonizador que fue considerado por los otros países
colonizadores como un país nativo o salvaje. AImismo tiem- detectable en múliiples dominios. Sólo un ejemplo. Portu-

72 73
gal sígutó un modelo de desarrollo agrícola y de relaciones se verifica más allá de los sectores de la produccíón mate-
agricultura-industria muy diferente de aquel que fue adop- rial. En el caso de la atención a la salud, por ejemplo, Ia
tado por los países más desarrollados de Europa. En con- medicina popular desempena un papel importante y es en
secuencta, Portugal tiene el más alto porcentaje europeo muchos casos la medicina de primera mstancta. Tanto en
de poblacíón que vive en el medio rural y ei típico obrero su versión na turista (infusiones, curanderos, etc.) como
português es aún hoy un semíproletarto, plurtactívo, es en su verstón sobrenaturallsta (brujas, promesas. etc. I, Ia
decír, obtiene simultáneamente rendimientos dei trabajo medicina popular es utilizada como primera opción o como
industrial y de ia agricultura. "Será tal vez por eso que. "el único recurso frente a la inaccesibilidad (física o financie-
português tiene un vivo sentido de la naturaleza y un fon- ra) de la medicina alópata. Las deftcíencías dei servicio nacio-
do poético y contemplativo estático. diferente dei de los otros nal de salud, en proceso de líqutdactón, tienen algo que ver
con la "fuerte creencia en los milagros y en las soluciones
pueblos latinos" (Jorge Dias)?
milagrosas" que Jorge Dias le atribuyó al "carácter nacio-
La pequena agricultura famillar portuguesa no se mo-
nal". Como quíera que s ea. en Portugal. el cuidado de la
dernizá como la europea (mecanización, insumos químicos,
salud es el resultado de una articulación compleja entre
gestión. comercialización). por lo cual, con frecuencia, es
tres tipos de atención médica: la medicina oficial estatal.
considerada como premoderna, subsistiendo a través de la medicina oficial privada y la medicina popular,
complejas articulaciones con la agtcultura y la industria La coexistencia, a muchos otros niveles, de la moderni-
modernas. Pero esta codificación como premoderna es de dado de la premodernidad y de la postmodernidad en la
por sí inestable y abíerta a otras codificaciones. La sobre- sociedad portuguesa. una coexistencia dinámlca yapa-
produccíón, ia dedicación exclusiva y la degradación dei rentemente duradera, es tal vez el factor más determinante
media ambiente que caractertzan a la agricultura moder- de nuestra específicidad que merece un cuidadoso análl-
na han sido cuestionadas últímamente, hasta el punto de sis soctolõgrco, sobre todo en el momento en que nosdes-
que ya se habla de una crtsts final de este modelo de agri- territorializamos de nuevo, esta vez en dirección hacía el
cultura. Con la crisis de la agricultura moderna. el déficit continente,
de modernidad de la agricultura familiar portuguesa tíen-
de a atenuarse. Además de reivindicar la posícíón de los
9. En Portugal. el Estado ha desempefiado un papel privile-
ecologistas. es muy postble que este modelo agrícola sea giado en la regulación social. Un papel desempefiado con
recodíftcado y de premoderno pase a ser postmoderno por mucha ineftctencia y con mucha distancia entre repre-
las comblnaciones práctícas y simbólicas que se presen- sentantes y representados. De ahí la recurrencia a
tan entre lo económíco y lo social. entre lo productivo y lo fenômenos de carnavalización de la política.
ecológico, entre ritmos mecânicos y ritmos cíclicos. Curio-
samente, está en nuestra condición semiperiférica (que in- En las sociedades de desarrollo intermedlo el Estado tíen-
cluye políticos y gobiernos semiperiféricos) destruir este de a ser externamente débil e interiormente fuerte. La fuer-
modelo por exígencía (mal dirigido) de la integración en la za dei Estado reside menos en la capacídad de gobernar
DE en el preciso momento en que él gana credibilldad en- por consenso (Iegttímacíón). como sucede en los Estados
tre grupos emergentes, cada vez más numerosos, pero stn democráticos centrales, y más en la capacidad de movill-
embargo, sin poder suficiente para influir decisivamente zar diferentes tipos y grados de coercíón social (autorita-
la política europea. Patéticamente. algún día tendremos rismo. tanto bajo la forma democrática dei populismo y dei
que inventar, stempre con atraso, lo que ya tuvimos cuan- clíenteltsmo, como también bajo la forma no democrática
do éramos "atrasados", Tal como sucede hoy con el fomen- de la dictadura). La historia moderna dei Estado portugués
to de la lengua portuguesa en los países por donde estuvo se caracteriza por oscilaciones. más o menos prolongadas
elimperio y I o la emígracíõn. y acentuadas entre el predomírrío de la Iegtttmacíón y el
La heterogeneidad social propia de la arttculacíón en- predorntnío dei autoritarismo. habíerido este último. bajo
tre los elementos premodernos, modernos y postmodernos diferentes formas. dominado en conjunto.

74 75
La centralidad dei Estado se ejerce con grandes dosis de esto mísmo -para limitarme a un tema ya mencionado- es
ínefíctcncta. Entre muchos otros factores que la explícan, la falta de repercuslón social, bten sefialada por Fernan-
se debe resaltar el hecho de que entre nosotros funcionen, do Catroga, de las varias írrupctones dei íbertsrno como
con mucha más dlficultad que en los Estados de los paí- tópico de debate entre las élites culturales. Entre 1850 y
ses centrales, las dicotomías que están en la base deI Es- 1880 se publicaron 150 títulos sobre la cuestlón ibérica
tado moderno, tales como las sígutentes: Estado/socledad sín que el debate desembocara en algún movímíento social
civil, oficial/no oficiai, formal/Informal, público/privado, significativo (F, Catroga, 1985: 419 y ss.).
La prevalencla de fenómenos de populismo y de cliente- La distancia entre representantes y representados hace
lismo contrlbuyen, en gran medida, a que la lógica de la posible la carnavalización de la política. Por carnavaliza-
accíón dei Estado (estatal, oficial, formai, pública) sea Inter- ción de la política entlendo la asimilación mtmétíca de los
penetrada a cada paso, e incluso subvertida por lógicas modelos de actuaclón de los Estados y de las sociedades
asocíatívas particulares con suficiente influencia para orien- políticas (eu sentido gramsciano) de los países centrales,
tar a su favor, y de modo no oficial, Informal y privado, la stn que los agentes políticos los intertorrcen en las orten-
actuación deI Estado. Un fenômeno que en general se puede taciones operacionales de la acción política y los convier-
designar como la privatización deI Estado (recursos esta- tan cn práctlcas políticas coherentes y duraderas. Este tipo
taies puestos ai servtcío de grupos de individuas, en pro- de asimilación produce un efecto de descanonización de
cura de sus intereses particulares) y que en períodos demo- los procesos ideológicos. un distanciamiento lúdico fren-
cráticos transforma los partidos. sobre todo eI gobernante, te a los efectos de la gobernaclón y conflere a ésta un tono
en mecanismos privilegiados de movíltdad social. No es osa- general de farsa.
do pensar que aquí reside la faceta deI "carácter nacional" Son muchas las manifestaciones de la carnavalización
para "sobreponer la simpatía humana a las prescripciones de la política. Doy dos ejemplos, uno dei Estado y otro de
generales de la ley", la cual "hízo que durante mucho tlem- la sociedad política. El prímero consiste en la enorme dís-
po la vida social y pública girara en torno aI deseo y la so- crepancia que hay entre el derecho y la rcalídad social. En
llcltud de cualquter amigo. Se hacían Intrigas para pasar el segulmlento de la revoluctón dei 25 de abril de 1974, fue
en los exámenes, para salir exento dei servicio militar, para promulgada una legtslacíón social semejante a la que hoy
conseguir un empleo, para ganar un ltttgío. en fin, para rige en los países centrales de Europa, si no más avanzada.
todas las dlficultades de la vida". Y Jorge Dias agrega, con Gran parte de esa Iegísíacíón no fue hasta hoy revocada y,
más Ingenuldad de la que le es usual: "hoy en dia (1950), sin embargo. no ha sido aplicada sino muy selectívamente.
tal hábito tradicional ha sido rechazado y ya casi no exis- por lo que nuestras práctícas sociales vigentes son mucho
te" (1971: 30). más retrógradas que las leyes que pretendían regularias.
Si la ineficiencia clientelista crea intimidad entre el Es- Esta dtscrepancia es tolerada, y hasta Incluso producida
tado y los grupos con poder social para movilizarla, por otro por el propio Estado, un fenómeno que en otro lugar de-
lado crea distancia con los sectores sociales menos pode- norntné como Estado paralelo: el Estado se compromete
rosos, los cuales tienden a ser la mayoría. De ahí el dtstan- formalmente con un cíerto modelo de legalidad y de regu-
ciamiento entre representantes y representados que le ha lación social, pera, en la práctica, no se compromete por
conferido, hasta ahora, una gran Inestabilidad a los períodos omísíón o por ia vías informales (Santos, 1990: 193 y ss.).
democráticos, ai mlsmo tlempo que ayudó a ia estabilldad EI segundo ejemplo se refiere a ia sociedad política. La
de un régtmen antídernocráttco fundado constitucionalmen- carnavalización y la descanonización de los procesos ideo-
te en dícha distancia, el Estado Nuevo. lógicos están blen patentes en el hecho de que ei partido
Además, esta distancia es un fenómeno más amplio y comunista português y el partido "Los Verdes" hubleran
como ya lo mencioné en la tesis 2, también caracteriza a conformado. sin escándalo ni ridículo públicos, una coa-
las relaciones (o mejor.Ja ausencía de relaciones) entre las liclón electorai, a pesar de que la estrategia de desarrollo
élites culturales y las clases populares. Manifestación de soctoeconómíco comunista, de raíz estalinista, está en

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las antípodas de aquello que afirma defender el partido la dimensión autorltarla haya sobrepasado a la dimensión
ecológico. de legtttrnacíón. Expresión de esto mtsmo es el hecho de
Ante el espectáculo de la carnavalizaclón de la politlca, que el Estado Portugués no sea un Estado-Providencia en
no sorprende que "eI portugués" se haya encarifiado "eon términos técnicos y de que en él no sea fácil hacer la sepa-
convicciones negativistas", concretamente a nivel político ración entre el componente social y eI componente represtvo.
y educativo "que lo conducen al autoenvenenamtento men- Porque las políticas socíales no se realízan adecuadamente
tal" (Quadros, 1986: 84). (por ejemplo. se crea uri servícío nacional de salud pera no
se dota de adecuados recursos ftnancíeros). la distribución
10. La sociedad civil portuguesa parece débil porque no de los beneficios es selectlva y autorltaria, sujeta a crtte-
se organiza según los modelos hegemónicos, aquellos que rios subjetivos de agentes o servieios que crean en los clientes
han predominado en los países centrales de Europa. Ha o destlnatarlos de esas políticas sltuaclones de dependen-
creado, por ejemplo, unafuerte sociedad-providencia que cía y de sujeción, de punícíón o de recompensa. sernejan-
ha colmado, por lo menos parcialmente, las deficienclas tes en todo, a las que son típicas dei Estado represivo.
de la providencia estatal Pero si Portugal no tlene un Estado-Providencia tlene,
stn embargo, una fuerte socíedad-provídencta que colma
en parte las defícíenctas de la providencia estatal. una socíe-
Es común considerar que en Portugal la socledad civil
es débil. En los últimos anos se le ha atríbutdo esa debili- dad organizada Informalmente según modelos tradiciona-
dad a la fuerza asfixiante dei Estado, por lo cual se reco- tes de solidaridad social. Entlendo por socíedad-provtdencía
mienda el debilltamlento de éste para que la socledad civil las redes de relaciones de ínter-conoctrníento, de ínter-re-
pueda finalmente prosperar. La concepción de la debilldad conocimiento y de ayuda mutua basadas en lazos de pa-
de la socledad civil viene de lejos, dei pensamlento liberal rentesco. de vecindad y comunttaríos. a través de los cuales
dei síglo XIX, y a lo largo de los últimos 150 anos sirvió pequenos grupos socíales intercambian bienes y servícíos
para justificar la fuerza dei Estado, o para justificar su sobre una base no mercantil y según una lógica de recípro-
debilltamiento. Con mayores pretensiones sociológicas, en cidad que se aproxima a la relación de donativo analizada
1909 Demolins claslficaba a la socíedad portuguesa entre por Mareei Mauss.
las "sociedades dominadas por la formación comurutaría" Basta observar-y comparar con lo que ocurre en los paí-
y la ?aracterizaba ~e la ergurente manera: "La desorganí- ses centrales de Europa-las miles de personas que todos
zaclon de la comumdad deja a los índívtduos generalmente los fines de semana vtsítan a los enfermos internados en
con poca capacldad para una Iniciativa personal enérgica, los hospltales centrales para aquilatar la presencia y la
lo que asegura el predomlnio de los poderes públlcos con fuerza que tiene entre nosotros la sociedad-providencia.
un desarrollo exagerado dei régímen administrativo y de La solidarldad social que ella expresa tiene que ver en gran
la política. Influencias extrafias muy actívas" (1909: 18). medida con universos simbólicos típicos de las sociedades
EI as orno de verdad de esta concepción está en que la rurales, los cuales stn embargo. se reproducen bajo nue-
sociedad portuguesa no tiene una tradlclón de organíza- vas formas en los medíos urbanos. sobre todo en aquellos
ción formal, centralizada y autónoma de intereses sociales en que se mantiene la arttculacíón entre el componente
sectorlales blen definidos (Intereses de los empresarlos, rural (pasado o presente) y el componente urbano de las
intereses de los trabajadorea. etc.), capaz de generar com- familias. La fuerte presencia de la pequena agricultura fami-
pafieros socíales fuertes en permanente diálogo contradíc- liar y el elevado porcentaje de poblacíón pluriactiva que
torto entre sí y con el Estado. Este es el modelo de organí- vive en el medio rural, son otros de los tantos factores ex-
zaclón de la socledad civil en los países centrales de Europa, pllcativos de la sociedad-provldencia.
sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial y, como La extrapolaclón idealista a partir de este dato socioló-
se sabe, sólo en los últimos qulnce anos se ha ensayado gico transforma "ai português" en un hombre "profunda-
en Portugal. De ahí la hipertrofia de la regulaclón estatal mente humano" aI que "no le gusta hacer sufrir y evita
mencionada en la tesís anterior y tamblén el hecho de que confhctos", que "posee un gran fondo de solidaridad hu-

78 79
mana" y es "extraordinariamente solidario con los vecinos" liberándose dei protectorado Inglês (M. Mascarenhas. 1980:
(J. Dias, 1971: 19 y ss.). La mlsma extrapolación Idealista 18), Sinlbaldo Mas proponía como capital de lberla a
está en la base de la "debíltdad de nuestras costumbres" Santarém, a salvo de la influencia francesa y de la escua-
en que Salazar hacía basar la diferencia entre su dictadu- dra Inglesa (Catroga, 1985: 428).
ra y la de Mussolini (A, Ferro, 1933b: 76). Pero detrás de la "civilización ibérica" síempre está el
receio de las pretenslones hegemónlcas de Espana. Oli-
11. Portugal no tlene destino. Tiene pasado. tlene presente y veira Martins. escribiendo a propósito del centenario del
tienefuturo. descubrimiento de América. comentaba en 1888 como si
lo htcíera en 1988: "vemos a Espana llevándonos de la
Una de las constantes dei pensamiento mítico y dei pen- mano, invitar a Madrid a las naciones neopeninsulares de
samiento psicoanalítico social es que Portugal tiene un des- América en su nombre y en el nuestro, stn autorización de
tino. una razón teleológíca que todavía no ha cumplido y nuestro goblerno" (1923: 140 ss.)
que solamente cumplió en el período dorado de los descu- La "Jeremíada nacional" tiene que ser confrontada con
brlmlentos y que el déficit de cumplimlento sólo puede ser
argumentos proporcionados. Y hay condiciones para eso,
superado por un reencuentro deI país consigo mísmo, sólo,
una vez que Portugal ha sido reducido, finalmente, a sus
en el contexto de la Espana de las Espanas, en el contexto
de Europa o, incluso en el contexto dei Atlántico. EI dts- proporciones, Sin triunfalismo ní mlserablismo (cada
curso producldo por este tipo de pensamiento, aunque diferen- uno contiene aI otro en su interior), es necesarto analizar
ciado interiormente, tiene una matriz propia que designo los riesgos y las oportunidades, evaluar los recursos
comojeremíada nacional. Es un discurso de decadencia y y los modos de rentabilizarlos en un sistema de inter-
de Incredulidad y cuando proyecta una Idea positiva dei acciones transnacionales cada vez más dtnámícas. Sin
país lo hace de modo elltistay desenfocado y por eso siern- caer en la tentación antropomorfizante deI discurso mitico
pre está al borde de la fr ustractón, de la decadencla y dei y pstcoarialíttco. se impone una actitud cordial con Portu-
resentimiento. gal. Portugal no puede estar constantemente en la posi-
Son dos las prlnclpales patologias de lajeremíada na- ción de tener que dar cuentas frente a sus intelectuales,
cional: el iberismo y el nacionalismo. Obviamente hay dife- aun con el sobre entendido de que nunca las rendirá a
rentes versiones deI uno y del otro, unas más conservadoras satisfacctón. Los lntelectuales, los diferentes grupos de
que otras. SI el nacionalismo ha sido "tradicionalista" (casl ciudadanos y de Intereses y las diferentes clases soclales
slempre), o "racionalista" (la Generación de Coimbra de 1870), son los que se tienen que habituar a rendi r cuentas y a no
el íbertsmo (unitarista o federalista; político o cultural) ha
confiar en destinos nacíonales u horóscopos colectivos.
sido, o bíen la internacional cristiana (Sardinha), o bien el
Unos y otros son síempre la expreslón de un déficit de
republicanlsmo y el socialismo (Antero y Oliveira Martins).
De ahí que, síendo palas dei mísmo tipo de discurso, haya presente que proyecta en un futuro excesivo el exceso de
entre ellos una gran complícídad e Incluso hayan sido combi- pasado. Si algo caracteriza el tiempo actual es, ante todo,
nados frecuentemente en eI pensamiento deI mísrno autor. un exceso de presente que tiene condiciones para dejar que
Por un lado, el fantasma iberlsta ha hecho danzar muchas el pasado sea pasado y el futuro, futuro,
veces ai fantasma nacionalista. En el sigla XIX. Ia exalta- La lucha por argumentos proporcionados será en todo
cíón íbertsta corre a la par con el culto dei 10 de diciembre caso difícil. En gran medida, esa dlficultad reside en que
(Catroga, 1985; 437). Por otro lado, eliberlsmo surge mu- el regreso a nuestra territorialidad ocurre en el momen-
chas veces como una forma de nacionalismo ampliado to en que surge un nuevo desterrttorto, la Europa de la
(Antero, Oliveira Martins, Natália Correia). En la segunda UE, EI discurso y la práctlca de nuestra Integraclón en
mltad dei sigto XIX, los federalistas Ibéricos se presenta- la Europa comunltarla y la reproducción de Imágenes de
ban como nacionalistas defensores de una posición que centro que suscítan, corren el riesgo de producir nuevos
permltía a Portugal recuperar el prestigio Internacional. desatinos en la evaluación de nuestra contemporaneidad.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Y será tanto más cuanto el Europocentrismo fuese la otra
cara dettusomerdtsmo". Tiene razón João Martins Pereira CATROGA. Fernando (1985). "Nacionalismo e Ecumenis-
cuando afirma que la Integraclón en la UE parte "de la to- mo". en: Cultura. História e Filosofia. 6: 419.
tal desconfianza en las energias y capacidades nacionales" CORREIA. Natália (19881. Somos todos Hispanos, Lisboa:
(1983: 521. O Jornal.
En cuanto producto-productor de Europa. Portugal tle- DEMOLlNS (1909). "Classificação das Sociedades". en: Léon
ne que encontrar su "nicho en el mercado" que le permita Potnsard, O Estudo dos Agrupamentos Sociais. Coimbra.
valorizar sus recursos matertales, humanos y simbólicos. Imprensa Académica.
De esa contabilización ciertamente harán parte tanto eI DIAS. Jorge (1971 I. Estudos do Carácter Nacional. Lisboa.
iberismo como también el nacionalismo, uno y otro miran- Junta de Investigações do Ultramar.
do hacia el futuro. En este contexto es importante, sobre ENZENSBERGER. Hans Magnus (1987). "As Virtudes Ar-
todo, que el mercado único de 1992 no sea una verstón de caicas dos Portugueses", en: Diário de Notícias, 22 de
f1n de síglo dei ultlmátum ínglés de 1890. Un auto-ultimá-
Febrero.
tum. Otro descubrlmlento de Portugal. por la negativa. FERRO. Antónío (1933a). Prefácio da República Espanhola.
La integración ibérica es un componente importante de Lisboa. Empresa Nacional de Publlcidade.
la integración europea. Hoy no se hace con discursos míti- _ _ o (1933b). Salazar. Lisboa. Empresa Nacional de
cos o psícoanalítícos, ni tampoco con los ferrocarriles, como Publicidade.
sucedió en la segunda mítad dei síglo XIX. Está por hacerse, FIG UEIREDO. Fldellno de (19351. Ponto do vista para
como ya lo mencíoné. por acción de las multinacionales y uma Introdução à História Comparada das Literaturas
tendrá que tnvolucrar mucha negociación e mnovacíón para Portuguesa e Espanhola. Lisboa. Empresa Nacional de
no acarrear el deterioro de nuestra economía y de nuestra Publicidade.
cultura. Por eso es un error pensar, como piensa João Martins JORGE. Ricardo (19221. A lntercultura de Portugal e da
Pereira, que todo el nacionalismo es conservador (1983: Espanha no Passado e no Futuro. Coimbra. Imprensa da
21). En las actuales condiciones de transformaclón dei Universidade.
sistema mundial, los procesos de reterritorialización y de LOURENÇO. Eduardo (19821. O Labirinto da Saudade. 2"
identlficaclón local y regional son demasiado diversos para edícíón. Lisboa. Dom Quixote.
que puedan ser evaluados monolíticamente. En eI caso con- ~. (1988). Nós e a Europa ou as Duas Raízes. Lisboa. Im-
creto de la Integración europea, ya es visible que el tipo de prensa Nacional-Casa da Moeda.
organlzaclón de Intereses que tlende a dominar (más plu- MARTINS. Ollveira (19231. Dispersos I. Lisboa. Oficinas
ralista y menos corporatívísta) obllga a negociaclones de Gráficas da Blblloteca Nacional.
intereses nacionales en los que se combinan de manera MASCARENHAS. Manuela (19801. "A Questão Ibérica. 1850-
diferente intereses de capital e Intereses de trabajo. Hay 1870". en: BracaraAugustaXXXlV. julio-diciembre.
que evaluar, pues, el peso y la naturaleza de cada uno de PEREIRA. João Martins (19831. No Reino dos Falsos
esos intereses, antes de juzgar el contenido político de la Avestruzes. Lisboa. Regra do Jogo.
defensa de los "intereses nactonales", QUADROS. Antónlo (1986). Portugal: Razão e Mistério. Lis-
Dada la dínámtca transnaclonal de la época presente. boa. Guimarães Editores.
no es posíble postular un futuro y, mucho menos, futuros QUENTAL. Antero de (19821. Prosas Sócio-Políticas. Lisboa.
nacionales. Apenas se podrá decir que, para ser nuestro, Imprensa Nacional.
el futuro que habremos de tener no podrá ser reducido ai ROUSSEAU. Jean Jacques (19681. Do Contrato Soctal.Lís-
futuro de los otros. boa. Portugália.
SANTOS. Boaventura de Sousa (1990). O Estado eaSociedade
5 N. del T: Neologismo para designar una vtstõn pestmista sobre las capaci- em Portugal (1974-1988). Porto. Afrontamento.
dades de los portugueses. Literalmente: "los portugueses eon una mterda".

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SARDINHA, Antóruo (1924), A Aliança Peninsular, Porto,
Livraria Civilização.
SILVA, Agostinho da (1988), Considerações e Outros Textos.
Lisboa. Assírio e Alvím.

LO SOCIAL Y LO POLÍTICO EN LA TRANSICIÓN


POSTMODERNA

EI síglo XX quedará en la htstoría (o en las historias).


como un siglo infeliz. Alimentado y preparado por el padre
y la madre. el andrógtno síglo XIX, para ser un stglo prodi-
gio. se revelá como un joven frágil, afiebrado y dado a los
azares. A los catorce anos sufrtó una enfermedad grave
que, tal como la tuberculosls y la sífilis de entonces, se
demoró en curarse y le dejó secuelas para siempre. A tal
punto que a los treinta y nueve afios tuvo una fortísima
recaída que lo privá de gozar la pujanza propia de la edad
mediana, A pesar de que, seis anos después, fue dado
como clínicamente curado. desde entonces ha tentdo una
salud precaria y muchos temen una tercera recaída, cíer-
tamente mortal. Tal historia clínica nos convenció -a no-
sotros cuya inocencia está garantizada por el hecho de que
no escogímos nacer en este siglo- que. en vez de un sigla
prodígío. nos tocó un siglo idiota, dependiente de los pa-
dres. incapaz de montar casa propia y de tener una vida
autônoma.
Mucho más pacientemente que Saint-Simon-para quíen
en 1819 ya empezaba a ser demasiado tarde para que el
siglo XIX se llbrara de la herencla dei sígto XVIII y asumlera
su papel específico (1977: 212)- hemos esperado encon-
trar un sentido ai síglo XX. En un libro precisamente titu-
lado The Meaning of the Twenileth Century, Kenneth

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Bouldi~g c~racteriza muy vagamente a nuestro sigto como
un penodo ínterrnedto de la segunda gran transícíón en la presentaré las condiciones sociales de su surgtmtento en
historia de la hurnanídad (1964: 1). Y, más recientemen- las sociedades capitalistas. En la segunda parte intentaré
te, Ernest Gellner se lamenta de que la coricepcíón de la definir los límites y las posibilidades de tal paradigma emer-
hístorta propia de nuestro sigío "filosóficamente no haya gente en las condiciones sociales de una socíedad depen-
diente y semípertfértca como la portuguesa. En la tercera
sido formulada todavía de un modo adecuado" (1986: 93).
Yo mtsmo escribí que el stglo XX corría el riesgo de no em- parte, procuraré determinar algunas de las consecuencias
dei nuevo paradigma en elámbito de las práctícas políticas.
pezar nunca o, en todo caso, de no empezar antes de ter-
minar (Santos. 1987a: 6). Con otras palabras y metáforas, Cada parte se inicia con la presentación de una tesís prin-
la rrusma convicción o preocupación ha estado presente, cipal a la que sígue el desarrollo analítico que la justifica.
consciente o inconscientemente, en los muchos balances
deI sígto que, un poco parcialmente, se han venido hacien- Lo MODERNO Y LO POSTMODERNO EN LOS PAÍSES
do. No sorpreride pues que muchos de esos balances ha- CAPITALISTAS CENTRALES
yan sido verdaderamente balances dei stglo XIX y no dei
síglo XX. como pretenden. La tesis principal de esta primera parte es la siguiente:
Sin embargo. debido a que, se han acumulado en los El paradigma cultural de la modernidad se constituyó an-
tlempos recientes seiiaies de que esta biografia dei síglo es tes de que el modo de producción capitalista se hubiera
probablemente incompleta y que, en consecuencia, los ba- vuelto dominante. para extinguirse antes de que este últi-
lances y los entierros fueron qutzás prematuros. mo dejara de ser dominante. Su extinción es compleja por-
Apropíando para sí una condición social que hizo post- que es, en parte, un proceso de superación y. en parte, un
ble para todos nosotros, el síglo XX parece estar dtspues- proceso de obsolescencia. Es superación en la medida en
to a gozar la tercera e dad en plena actlvidad y. más que que la modernidad cumpltó algunas de sus promesas y
eso, a deshacer, entre eI sueno y la pesadilla, las verdades además, las cumplió en exceso. Es obsolescencia en la me-
ai respecto que se daban por hechas. lCuál es, sm embar- dida en que la modernidad está irremediablemente incapa-
go, el significado real de las sefiales que se nos han venído citada para cumpltr otras de sus promesas: tanto el exceso
dando últimamente en ese sentido? i,Representarán una en el cumplimiento de algunas de las promesas como el
a~ecuada y aplazada conciencia de la urgencía de las mí- déficit en el cumpltmiento de otras son responsables de
siones que le caben en el poco tiempo que le queda o, al la actual situación, que se presenta superficialmente como
contrario, serán la expresión desesperada de "un sentímíen- de vacío o de crisis, pera que es, a nivel más profundo, una
to de haber llegado demasiado tarde" que. según Harold situación de transición. Como todas las transiciones son
Bloom (1973 y 1988). atormenta a la cultura contemporá- simultáneamente semiciegas y semiocultas, no es posible
nea y, sobre todo, a la poesía contemporánea? Admito que denominar adecuadamente la situación presente. Por esta
se trata de la primera hípótests y, en este caso, la cuestión razón. se le ha dado el nombre inadecuado de postmoder-
que se plantea es si el siglo XX todavía tendrá tiempo para nidad. Afalta de otro tnejor, es un nombre auténtico en su
rehacer, a partir de los fragmentos con que ahora se COm- inadecuación.
place. lo que de otro modo habrá de ser hecho por el siglo Paso ahora a justificar los distintos momentos de esta
XXI. A pesar de que el stglo XX ha transformado el tiempo tests, EI proyecto socio-cultural de la modernidad es un
en falta de tiempo -uno de los hechos más ambtguos y sor- proyecto muy rico. capaz de infinitas postbtltdades y. como
prendentes de nuestro siglo- ml respuesta consiste en ad- tal. muy complejo y sujeto a desarrollos contradtctoríos.
~itirlo. E~o es lo que trataré de demostrar en seguida, con Se astenta en dos pilares fundamentales. el pilar de la re-
cíerta dOSlS de optlmismo trágico que recojo de Heidegger. gulación y el pilar de la emancipación. Son pilares, com-
Este capítulo consta de tres partes. En la pr-ímer-a, des- plejos de-por si, constítuídos cada uno por tres prtncípíos.
cribiré el perfil de un nuevo paradigma socto-cultural y, EI pilar de la regulación está constituido por el principio
dei Estado, cuya articulación se debe principalmente a

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Hobbes: por el principio de mercado, sobre todo dominante tizar el desarrollo armonioso de valores con tendencias
en la obra de Locke: y por el principio de la cornuntdad, contradtctorías. de la jusucía y de la autonomía, de la so-
cuya formulacíón domina toda la ftlosofía política de Rousseau. ltdarídad y de la ídenttdad. de la emancipación y de la sub-
A su vez, el pilar de la emancípactón está constituído por tres jetívídad. de la ígualdad y de la Iíbertad. Esto es posíble
lógicas de racionalldad: la racionaUdad estétíco-exprest- porque la construcci6n abstracta de los valores no le da.
va dei arte y la literatura: la racíonalídad moral-práctica en principio, la primacía a ninguno de ellos y porque las
de la ética y dei derecho: y la racíonalídad cognitivo-ins- tenstones entre ellos son reguladas por principias comple-
trumentai de la cíencta y de la técnica, Como en cualquíer mentarias. Eu estas condiciones. todas las tensiones po-
otra construcción, estos dos pilares y sus respectivos príncí- sibles son positivas y las incompatibilidades provtsíonales
pios o lógicas están enlazados por cálculos de correspon- entre los valores se transforman en una competencia ad
dencia. trifínitum según las regias de un juego de suma positiva.
Así, aunque las lógicas de emancípactón racional apuntan, Pera es fácil ver que un horizonte tan excesivo conttene, en
en conjunto. a orientar la vida práctíca de los cíudadanos, sí mtsrno, el germen de un déficit írreparable. Por un lado,
cada una de ellas tíene un modo de tnsercíón privilegiada la construcci6n abstracta de los pilares le confiere a cada
en el pilar de la regulactón. La racionalidad eetétíco-expre- uno de ellos una aspiraci6n de Infírudad. una vocaci6n
stva se articula preferentemente con eI principio de la CQ- maximaltsta ya sea la máxima regulaci6n o la máxima
munidad, porque es en ella donde se condensan las ídeas emancípacíón, que hace problemáticas -st no incluso ím-
de ídenttdad y de comunión stn las cuales no es postble la pensables- las estrategías de compatibilización entre
contemplación estética. La racionalidad moral-práctica se ellos , las cuales necesariamente tendrán que estar basa-
asocía preferentemente ai principio dei Estado, en ia me- das en concesiones mutuas y compromisos pragmáticos.
dida en que a éste ie compete definir y hacer cumpUr un Por otro lado, cada uno de estos pilares se apoya sobre
mínimo ético para lo que está dotado dei monopolío de la lógicas o principios, cada uno de ellos dotado de una asp í-

producción y de la dtstrtbucíón dei derecho. Finalmente, racíón de autonomía y de diferenciación funcional que, por
la racionalidad cognitivo-instrumental tiene una corres- otro camíno. también acaba por generar una vocación maxí-
pondencia específica con el principio de mercado. no sólo malís ta, bíen sea en el caso dei pilar de la regulación, la
porque en él se condensan ias Ideas de la índívtdualídad y maxímtzacíón del Estado. deI mercado o de la comunidad,
de la competencía, núcleos dei desarrollo de la cíencta y de bien sea en eI caso deI pilar de la emanctpacíón, el esteti-
la técnica, sino tarnbíén porque ya en el síglo XVllI son víst- cismo, la jurtdícídad o el cíentífíctsrno de la realidad social.
bles las sefiales de la conversión de la cíencía en una fuer- Pero la dímenstón más profunda dei déficit parece residir
za productiva. precisamente en la postbílídad de que estos prínctptos y
Por su complejidad interna, por la riqueza y dtverstdad lógicas cambíen humildemente para disolverse en un pro-
de las nuevas ideas que contempla y por la forma como busca yecto global de racíonalízacíón de la vida social práctíca y
la artículactón entre ellas, el proyecto de la modernidad es cotidiana,
un proyecto ambicioso y revolucíonarto. Sus posibilidades EI proyecto socío-cultural de la modernidad se coristt-
son infinitas pera. por seria. contemplan tanto el exceso tuyó entre el stglo XVI y fines dei stglo XVIII. Solamente a
de promesas como el déficit de su cumplimiento. partir de ahí se inici6, verdaderamente, la prueba de su
Y tanto el uno como el otro están presentes en el hori- cumplimiento histórico y ese momento coincide con el sur-
zonte de este proyecto desde su surgírníento a partir dei gímtento dei capitalismo como modo de produccíón domi-
stglo XVI. EI exceso reside en el propío objetivo de vincu- nante en los países de Europa que mtegraron la prrmera
lar el pilar de la regulación con el pilar de la emanctpacíón gran ola de índustrtaltzactón. Si concebímos ai capitalis-
y de vincularias a ambos a la concreci6n de objetivos prác- mo como sistema de intercambios monetartos generaliza-
ticos de ractonalízactón global de la vida colectíva y de la dos, como hace I. Wallerstein, la fecha de surgírmento deI
vida individual. Esta doble vinculaci6n es capaz de garan- capitalismo tendrá que retroceder por lo menos algunos

88 89
síglos, hasta el síglo XVI (Wallersteín, 1974: 1980). Sín em- provisionalmente como período delcapitalismo desorgani-
bargo no nos parece que tal concepción sea adecuada para zado, una destgnacíón inadecuada pero que, a falta de otra
nuestros propósitos analiticos, pues la específtctdad hts- mejor, no es tan inexacta como para que nos impida ver la
t6~ica del capitalismo reside en las relaciones de produc- naturaleza profunda de las transformaciones en curso en
cíón que establece entre el capital y el trabajo y son ellas las sociedades capitalistas avanzadas.
las que determinan el surgímíento y la generalizaclón de No interesa aquí caracterizar en detalle cada uno de estas
un sistema de intercambios característicamente capitalis- períodos. Tan sólo ínteresa hacerlo en cuanto sea necesa-
ta. Eso solamente sucede a partir de finales dei stglo XVIII rio para definir la trayectoria del proyecto sacio-cultural
o incluso a mediados dei siglo XIX y, en consecuencia, des- de la modernidad en cada uno de ellos. Mi argumento es que
pués de estar constítuído. en tanto proyecto socío-cultu- el primer período puso en evidencia que, en el plano social
ral, el paradigma de la modernidad. y político, el proyecto de la modernldad era demasiado ambi-
A partir de este momento, el trayecto histórico de la moder- cioso e internamente contradictorio y que, por eso, el ex-
nidad está ligado intrinsecamente ai desarrollo dei capi- ceso de promesas se saldaria históricamente con un déficit
talismo en los países centrales. No es fácil pertodízar el tal vez irreparable. EI segundo período intentó que fueran
proceso histórico de este desarrollo, bien porque los dife- cumplidas -y hasta cumplldas en exceso- algunas de las
rentes países (Inglaterra, Francta. Alemanta, los Estados promesas, ai mtsrno tiempo que trató de hacer compatibles
Unidos de América y Suecía) no inlclaron el proceso de in- con eIlas otras promesas cantradictorias, en la expectatt-
dustrializaclón ai mismo tiempo o bien porque, por lo me- va de que el déficit en el cumpllmiento de éstas, aunque
nos, hasta hace poco rtempo. las condiciones nactonales irreparable, fuera el menor posible. EI tercer período, que
interferían decisivamente en eI proceso interno de desarro- estamos vívíertdo, representa la conciencia de que ese
110 de cada país. A pesar de esto es posible distinguir tres déficit -que de hecho es irreparable- es mayor de lo que se
grandes períodos 1. EI primer período cubre todo el síglo estímó anteriormente, de tal modo que no tiene sentido con-
XIX, aunque descaracterizado en las dos últimas décadas tinuar a la espera de que el proyecto de la modernidad se
como consecuencta de la fase descendente de la curva de cumpla en lo que hasta ahora no se ha cumplido. EI pro-
Kondratieff que se iniciara a mediados de la década de los yecto de la modernldad cumplió algunas de sus promesas
setenta. Es el período dei capitalismo liberal. EI segundo y hasta las cumplió en exceso y por eso mísrno hizo tnvía-
período se inicia a finales dei stglo XIX y alcanza su pleno ble el cumplímtento de todas las restantes. Estas últimas,
desarrollo en el período entre las guerras y en las prime- en la medida en que su Iegttímídad Ideológica permanece.
ras décadas después de la Segunda Guerra Mundial. Si- o hasta se fortalece, tienen que ser repensadas y, más que
guiendo la tradícíón alemana, que viene de Hilferding (1910, eso, tienen que ser reínventadas. lo que solamente será
1981) Y se renueva con C. Offe (1985) y otros (Winckler, posible en el ámbito de otro paradigma, cuyas seiíales de
1974), designo este período como el período dei capitalis- surgtmíento empiezan a acumularse.
mo organizado. EI tercer período se inicia, en general, en Procuraré pues, demostrar que a medida que transcu-
los finales de la década de los sesenta, en algunos países rren los tres períodos históricos dei capitalismo, el pro-
un poco más tcmprano, en otros un poco más tarde; yes yecto de la modernldad, por un lado, se estrecha en su
en él en el que hoy nos encontramos. Algunos autores lo ámbíto de reallzación y, por otro lado, adquiere una inten-
desígnan como período dei capitalismo fínancícro. o del sida:d total y hasta excesiva en las realizaciones en que se
capitalismo monopolista de Estado. Sígutendo la mtsma concentra. Este proceso puede ser simbolizado en la se-
tradición alemana, ahora adoptada también por los cien- cuencia histórica y semántica de tres conceptos, todos
tíficos sociales ingleses (Lash y Urry, 1987), lo designo ellos inscritos en la raíz dei proyecto moderno: moderni-
dad, modernismo y modernízactónê.
1 En la caractertzación de los tres períodos de desarrollo dei capitalismo, sigo
de cerca a Lash y a Urry (1987). 2 Sería posible mostrar los paralelos entre esta secuencta y esta otra: racto-
nalídad. racionalismo y ractonalizacrõn.

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El primer penado bre e igual, soporte de la esfera privada y elemento consti-
tutivo básico de la socíedad civil.
El sigla XIX, es dectr, el período dei capitalismo liberal, Fue este concepto empobrecido de sociedad civil el que
es un sigla fascinante, tal vez no tanto como eI sigla pre- pasó a ser ei opuesto dei Estado, dando así ortgen a lo que
cedente, pero, cíertamente, más que el siglo stgutente. Su se considera la mayor dualidad dei pensamiento político
fascinación reside en que en él explotan, con gran víolen- moderno, la dualidad Estado-sociedad civil. La forma
cía, las contradicciones dei proyecto de la modernidad: como fue formulada en el siglo XIX esta dualidad y su ar-
entre la solidaridad y la identldad, entre la justicia y la ticulación con el principio dellaissezjaire explica la am-
autonomía, entre la igualdad y la libertado Porque los idea- bígüedad de la forma política y de la actuación dei Estado
les chocan stn medíacíones. es posible ver en este período, en este período. Es que la unión orgáníca -presupuestada
y con igual claridad, tanto las tendencías para el estrecha-
por la matriz política dei Estado liberal- entre la lógica de
míento dei proyecto, como sus aspiraciones de globalidad la dominaclón política y ias extgencías de la acumulación
y de fructificación en lo cotidiano. El estrechamiento _y por
de capital, a lo largo dei síglo XIX, se concreta y se fortale-
lo tanto el déficit de cumplimiento- está presente, aunque
ce a través de múltiples y cada vez más profundas inter-
desigualmente, en cada uno de los principios y lógicas de
vencíones del Estado. Paradójícamente, muchas de estas
racionalidad que constituyen los pilares de la regulación
y de la emancipación. íntervenctones dei Estado se justifican en nombre dei prin-
AI ruvel de la regulación, la idea dei desarrollo arrnonto- cipio dellaissezjaire, un principio que preconiza el míni-
so entre los principios dei Estado, dei mercado y de la co- mo de Estado (ei Estado protector)".
munidad -que como tuve la oportunidad de defender en El pilar de la emancipación dei proyecto de la moderrn-
otro lugar (Santos, 1985a: 302 y ss.) y contrariamente a dad es aún más ambíguo durante el período dei capitalis-
las optruones más divulgadas, estaba muy presente en la mo liberal, ai mísmo tiempo que refleja. con gran clartdad,
filosofía política liberal dei sigla XVIII, de Adam Smith y dei las tensíones en eíervescencía al interior dei paradigma.
iluminismo escocés- colapsa y se descompone en el desa- Es cierto que cada una de las tres lógicas se desarrolla
rrollo sln precedentes dei principio de mercado, en la atrofia según procesos de espectalízacíón y de diferenciación fun-
cast total dei principio de ia comunidad y en el desarrollo cional, tan blen analizados por Weber (1978); procesos
ambíguo dei principio dei Estado bajo la prestón contra- que, al mtsrno tiempo que garantizan la mayor autonomía
díctorta de los dos movimlentos anteriores; esta ambígüe- a cada una de las esferas (arte/literatura, ética/ derecho,
dad va a segutr manteniéndose en los períodos stguíentes, ciencia/técnica), hacen cada vez más difícil la artículacíón
aunque bajo otra forma. EI desarrollo de mercado es pa- entre ellas y su interpenetración en la experiencia del
tente, por ejemplo, en el impulso vertiginoso de la indus- Lebenswelt, como diría Habermas (1982; 1985a). En el
trialización, en la ímportancía crecíente de las ciudades ámbíto de la racíonaltdad cognitivo-instrumental, estos
comerctalea, en la primera expansión de las nuevas ciu- procesos se traducen en el desarrollo espectacular de la
dades industriales; e incluso está presente en la conver- cíencía, en la conversión gradual de ésta en fuerza pro-
sión de la compleja filosofía política liberal en un principio ductíva y en el consecuente refuerzo de su vinculación al
unidimensional, e incluso contradictorio, pero políticamen- mercado. En el ámbito de la racionalidad moral-práctíca.
te eficaz y afecto a gran divulgaclón, el principio dellaissez los procesos de autonomización y de especíaltzacíón se ma-
falre. Por otro lado, la comunidad, que para Rousseau era nifiestan sobre todo en la elaboración y consolídacíón de la
una comunidad concreta de cíudadanos tal como la sobe- microética liberal-Ia responsabilldad moral referida exclu-
ranía era efectivamente dei pueblo, se redujo a un compuesto sivamente al índívíduo-y en el formalismo jurídico llevado ai
de dos elementos abstractos: la sociedad civil, concebida
como asocíactón competitiva de intereses particulares, so- 3 Para más ampliaclones sobre la dísttncíón liberal entre Estado y sociedad
porte de la esfera pública, y el individuo, formalmente li- civil, ver el quinto capitulo.

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extremo por la Pandektenschule alemana y transformado raleza y de la cultura popular", Del mlsmo modo, la nove-
en política jurídica hegemónlca a través dei movímíento de la realista es la representaclón de una clase, la burguesía,
codífícacíón dei que es la expresión más legítima el code quedesperdlcla el potencial de transformarse en una ela-
civil napoleónlco de 1804. Finalmente, en el ámbíto de la se universal, capaz de transformar globalmente a la socíe-
racíonalldad estétíco-exprestva. la autonomización y la es- dad, un poco a manera de la clase universal de Hegel -Ia
pecialización se traducen en el crecíente elitismo de la alta burocracia- o de la clase universal de Marx, la clase pro-
cultura (la separacíón dei arte y de la vida) legitimado so- letarta".
cialmente por su asoclaclón eon la idea de "cultura nacio- La otra manifestación en el ámbito moral-práctico,
nal" promovida entonces por el Estado liberal. asume otra forma transgreslva (desuiante ), la de la
Sln embargo, a ml entender, el pilar de la ernancípactón marglnalizaclón, y está constltulda por los varlos proyec-
tambíén fue, en este período, el principio organizador de tos socialistas radicales: tanto elllamado socialismo utó-
manifestaciones sociales que. aunque en forma imperfecta pico, como elllamado socialismo cientifico. Aunque en el
o desviada, fueron fundadas por la vocaclón de globalidad primero estén presentes a veces aspiraciones regrestvas
y por el anhelo de raclonalidad radical de la exístencía Ins- y premodernas, tanto el uno como el otro representan un
critas en el proyecto de la modernldad. Apesar de que mu- intento por reconstruir a partir de la raíz, pero desde la
chas de esas manlfestaclones se hayan definido como mtsma raíz, el proyecto de la modernldad, es decír. la reali-
premodernas o se hayan dejado conducir a través de for- zación terrena -aunque sea una tierra imaginaria-
muIaciones que, en un contexto de estrecharníento de los como, por ejemplo los falansterlos de Fourler- de los
críterros de la modernldad, podían ser fãcilmente rotula- Ideales de la autonomía, de la identldad, de la solidarldad
das como premoderrras, pienso que ellas pertenecen eon y de la subjetlvldad. Vistos desde esta perspectiva, hasta
toda legíttmídad ai proyecto de la modernidad y que, de puede declrse que el socialismo llamado utópico es , en sus
algún modo, representan ya la sensacíón de pérdlda cau- objetivos, más radicai que el socialismo llamado científico.
sada por el déficit dei cumplimlento de las promesas de la y ello precisamente porque Marx, al querer formular su pro-
modernldad. Entre esas mantfestacíones distingo dos, una yecto en términos de teoría científica -Ia teoría de la evolu-
en el ámbíto de la racionalidad estétíco-exprestva y otra en ctón de la socledad semejante a la teoria de la evoluclónde
el ámbíto de la raclonalidad moral-prácttca. las especies de Darwin, a quien por demás. como se sabe,
La prlmera asumló una forma elitista y está constitulda Marx qutso dedicar el prlmer volumen de El Capltal- de al-
por el idealismo romántico y por lagran novela realista. No gún modo corríó el ríesgo de reduclr la raclonalidad moral-
se trata aquí de contraponer, como hace Gouldner (1971), práctíca a la raclonalidad cognitivo-Instrumental ya en-
el pensamlento clástco contra el pensamíente romántíco nl, tonces hegemónlca. Incluso, es justo que se diga que la
como hace Brunkhorst (1987), de Intentar integrar norma- cíencta pretendida por Marx tíene, ella mtsma, una voca-
tivamente la crítica romântica en eI racionalismo moder- clón de globalldad transdísctplínarta que se perderá más tarde
no; se trata tan sólo de sugerir que, ai borde dei abismo de en la cíencía marxista, tal como la globalidad dei proyecto de
la opostcíón reaccíonarta a la cultura moderna. eI idealismo
romántico representa, en forma elitista es cierto, la voe a- 5 Según Gouldner. "el potencial revoíuctonano dei romanttctsmo se deriva.
clón utópica de la plena realizaclón de la subjetivldad Ins- en parte. deI hecho de que, a pesar de constituir básicamente una crítica
dei industrialismo, también puede ser usado como crítica dei capitalismo y
crita en el proyecto de la modernldad. de su cultura" (l970: 115). Ver adelante el capítulo noveno.
Es así, por lo menos, que se puede interpretar la inte- 6 Para Lukács, pensando ctertamente en Balzac. "la categorta central de la
graclón de la "poesía y de la estética en el centro de la íntegra- literatura realista es el üpo, una eíntests peculiar que conecta orgãntca-
clón social, construlda en la forma utópica de una mítolo- mente lo general y 10 particular. tanto en los personajes, como en las situa-
clones": de ahí la deffntctón de realismo como "una concepctõn dialéctica
gía de la razón (Hegel, Holderlin, Schelllng)" (Brunkhorst, correcta de la reíacrón entre ser y conctencta" (1972: 6 y 119). Cf.. tambtén,
1987: 403); la crítica dellnstrumentalismo iluminista y de E. Auerbach (1968) Y A. Swingewood (1975), sobre todo el capítulo III titu-
la "coslflcaclón" ; la nostalgia de los orígencs, de la natu- lado Realism, Modernism and Revolution.

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Saint-Simon o incluso de Comte se perderá en la socíolo- dades lndustrlales estableciendo los parámetros dei desa-
gía de Durkheim. Lo Importante es verificar que este prlmer rrollo para las reglones donde están situadas.
período. aI mísmo tiempo que experimenta la contradic- En cuanto ai principio de la comunidad, el desarrollo
ción desnuda y cruda de los objetivos dei proyecto de la industrial capitalista y la consecuente expanstón de la ela-
modernidad, todavía es capaz de manifestar, incluso en se obrera, por un lado. y la extensión del sufragto univer-
forma divergente. la vocaclón de radicalismo dei proyecto sal, inscrito en la lógica abstracta de la sociedad civil y dei
y, en esa medida, se rehusa a aceptar la Irreparabilidad dei ciudadano formalmente libre e igual, por el otro, contribuyen
déficit de su rcalrzacíón histórica. a la rematerialización de la comunidad a través deI surgi-
miento de las prácticas de clase y de la traducción de éstas
El segundo período en políticas de clase. Son los sindicatos y las asociaciones
patronales, la negociación colectiva, los partidos laborlstas
EI segundo período es verdaderamente la edad positiva quienes dtsputan un espacio político anteriormente nego-
de Comte. Busca distinguir en el proyecto de la modernl- ciado entre los partidos burgueses y oligárquicos. Este pro-
dad lo que es posible y lo que es imposible de realizar en ceso de rematerializaci6n social y política es uno de los
una sociedad capitalista en constante proceso de expan- aspectos más característicos de este período y su dinamis-
stón, para luego concentrarse en lo que es posíble. como mo se debe. en buena parte, a las transformaciones en la
si fuera lo único. Para que este cambio de ilusionismo histó- compostcíón de las clases trabajadoras, a su creciente dífe-
rico sea eficaz, amplía el campo de 10 posible de tal manera renciación interna, a los constantes cambios de los sectores
que el déficit de cumplimiento dei proyecto sea pequeno o, productivos privilegiados por la lógica de la acumulación
como mínimo, menos visible. Este proceso histórico de con- dei capital, a la lmportancia progresíva dei sector de los
centración / exc1usión parte de la idea de la irreversibilidad servicios y a la consecuente ampliación y fortalecimiento
dei déficit para, posteriormente, eliminar la propia idea dei social y político de las clases medias.
déficit. Este trayecto está simbolizado en el paso de la idea Por último, el Estado es. en sí mtsmo, un agente activo
de la modernidad a la idea dei modernismo. de las transformacíones sucedidas en la comunidad y en
El proceso de concentraciónl exc1usión sucede tanto en el mercado y, al mismo tíempo, se transforma constante-
el pilar de la regulación como en el pilar de la emancipa- mente para adaptarse a esas transformaciones. Su artícu-
cíón y produce en uno y otro y en las relaciones entre ellos, lación con el mercado, cada vez más compacta, se evidencia
articulaciones más compactas y ajustes más exactos. En en la progresíva regulación de los mercados, en las conexío-
el campo de la regulación, las transformaciones son pro- nes dei aparato dei Estado con los grandes monopolios, en
fundas y vertiginosas. El principio de mercado continúa la conducción de las guerras y de otras formas de lucha po-
con la expansión pujante del período anterior y para eso lítica por el control imperialista de los mercados, en la cre-
rompe con los marcos ínstttuctonales y los límites de ac- ciente Intervención dei Estado en la regulación e institu-
tuacíón característicos de ese período, asumiendo nuevas cionallzación de los conl1ictos entre el capital y el trabajo.
formas y abalanzándose hacia horizontes más amplios. El Por otro lado, la mayor densidad de la articulación dei Es-
capital industrial, financiero y comercial se concentra y se tado con la comumdad está patente en la legislación social,
centraliza; proliferan los carteles: se estrechan los víncu- en el aumento de la partícípacíón dei Estado en la gestión
los entre la banca y la industria; crece la separación entre del espacio y en las formas de consumo colectivo, en la sa-
la propiedad jurídica de las empresas y el control econô- lud y en la educación, en los transportes y en la vívtenda.
mico de su gestión; se ahonda la lucha imperialista por el en fin, en la creación deI Estado-Providencia.
control de los mercados y de las materias primas; las eco- Todas esas transformacíones a nível de la regulación tuvíe-
nomías de escala hacen aumentar el tamaüo de las unida- ron como objetivo o consecuencta redefinir el proyecto de
des de producción y la tecnologia de que éstas se sirven la moderrudad en los términos de lo que era posible en la
está en constante transformación; surgen las grandes cíu- socíedad capitalista, arrojando todo lo demás ai basurero

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Píeriso adernás, que esta ansiedad de contaminación
de la historia. Así se deftnen, obviamente de manera dife- está presente en los movimientos que suceden en los otros
rente, de un país a otro, o de período a período, el grado campos de la raclonalidad. En el caso de la racionalidad
y el tipo de justicia, de solídartdad y de ígualdad que es
moral-práctica está presente, por un lado, en la forma po-
posíble compatlblllzar con el grado y eltipo de líbertad. au-
lítica dei Estado que ai mlsmo tiempo que penetra más
tonomía y subjetívtdad. Que esta forma de compatibiliza-
ción es una entre otras y apenas es preferida por ser la que profundamente en la sociedad, lo hace a través de solucio-
permite la consolidación de las relaciones socíales de la nes legislativas, institucionales y burocráticas que lo dís-
produccíón capitalista es srmultánearnente evidente y tri- tancian progresivamente de los cíudadanos. a los cuales,
vial, pues la creciente hegemonia social de esta forma de a la postre, se les pide cada vez más la obediencia pastva,
compatibilización hace indeseables o incluso impensables en sustitución de la movilización activa. Y, por otro lado,
a todas las demás, como bien se evidencia en la social de- está presente en el surgimiento y consolidación de una
mocrattzacíón de los partidos socialistas y en la contencíón, cienciajurídica. dogmática y formalista, falsamente exenta
si no incluso la margtnaítzacíón. de los partidos comunis- de preferencias axtoíógícas y políticas, formulada lapida-
tas. Es cterto que este segundo período tuvo un corníenzo riamente en la teoría pura dei derecho de Kelsen (1962).
convulsionado y la Revoluctón Rusa estuvo ai borde de mos- Esta ansledad de contamlnación está finalmente presen-
trar la posibilidad y la supertortdad de otras fonnas de compa- te en el campo de la raclonalidad cognitivo-Instrumental
tibilización. Pero el intento fue castrado en la cuna con el en el surgímtento de las diferentes eplstemologías positi-
leninismo, con el fracaso de las revoluciones en los otros vistas, en la construcción de un ethos científico ascético
países de Europa -en particular con el de la revolución ale- y autónomo frente a los valores y la política, en la glorlfi-
mana de 1918- y, finalmente, con la pesadllla estalinista. cacíón de un conocimiento científico totalmente distinto ai
Las transformaciones a nivel del pilar de la emancipa- conocimiento del sentido común y no contaminado por él,
cíón en este segundo período son Igualmente profundas y e incluso en la creciente especialización de las disciplinas.
presentan tendencias de algún modo convergentes con las es dectr-, en la vígencta de la ansiedad de contarnínactón
que sucedieron en el pilar de la regulación. Como dije arri- en ellnterlor de la propla cíencta".
ba, las transformaciones pueden ser simbolizadas por el La intensidad y el exceso de estas transformaciones
paso de la cultura de la modernidad ai modernismo cul-
son el reverso dei déficit trremcdíable de totalidad en que
tural. EI modernismo designa aquí a la nueva lógica de la
se basan y que procuran olvidar (el "olvido d e l ser"
racionalidad estético-expresiva y el proceso de su traspa-
so, tanto hacta la racionalidad moral-práctica como hacia heideggerlano) a través de su dinamismo y de su exagera-
la racionalidad científico-técnica. EI modernismo repre- cíón. Lo más importante para retener en este proceso es
senta la culminación de la tendencía hacia la especializa- que la representación exuberante dei campo cognoscible
ción y dtferencíacíón funcional de los diferentes campos de y racional va a la par con una dictadura de las demarca-
la racionalidad. EI proceso de concentración/ exclusión de clones, con la vigllancia despótica de las fronteras, con
que hablé arriba reside aquí en la aflrmaclón de la auto- la IIquldación sumaria de las transgresiones. Y, en esta
nomía dei arte (el arte por el arte), en la oposrcíón irrecon- medida, el pllar de la emanclpaclón se hace cada vez más
ciliable entre la alta cultura y la cultura de masas y en el semejante ai pilar de la regulación. La emancipaclón se
rechazo deI contexto social bien evidenciado en la arqui- transforma verdaderamente en el aspecto cultural de la re-
tectura modernista de la megalópolís. Es el "gran divisor" gulación, un proceso de convergencia y de mterpenetracíón
de que habla Andreas Huyssen, y él tiene razón cuando que Gramsci caracteriza elocuentemente a través dei con-
afirma que lo que caracteriza más profundamente al mo- cepto de hegemonia.
dernismo es su "ansiedad de contaminación", de la conta- El proyecto de la modernldad se cumple así en exceso
minación con la política o con la cultura popular o de ma- porque en todo lo que cumple excede todas las expectatt-
sas (1986: VII)'.
8 Sobre el paradigma de la crencía moderna, ver Santos (1987 Y 1989).
7 Ver. en especial. el séptlmo capítulo dellibro de Huyssen.

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vas (basta ver eI fulgurante avance deI conocimiento cien- do durante el período anterior. A medida que el proceso de
tífico) y en todo lo que no cumple es suficientemente con- desestructuractón constituye una nueva forma de organi-
vincente para negar que todavía haya algo por cumplir. Es zacíón, -o hasta de superorganización, como quíeren al-
evidente que no todo ha sido color de rosa en este proceso gunos- representa una fase de transíctón que crea el tíem-
histórico de la concentración I excIusión. Ya mencíoné las po y eI espacio para una nueva forma de organización; es
potencialidades de la Revolución Rusa y a nivei estétlco- obviamente mate ria de debate pera que no haré en este
exprestvo, se deberán mencionar todos los movimientos de momento. Interesa, eso sí, caracterizar este tercer perío-
vanguardía dei principio dei síglo: el futurismo. el surrea- do en términos de la dicotomía que he ventdo adoptando
lismo, eI dadaísmo, el constructívtsmo ruso, Iaproletcult. entre el pilar de la regulacíón y el pilar de la emancipación,
Pera, como se sabe, estos movimientos fueron liquidados aunque, como advertí arriba. la distinción entre ellos se
por eI fascismo o por el estalínísmo o fueron absorbidos haya venido esfumando.
dentro dei canon modernista. Sin embargo, su significado En el campo de la regulacíõn, las transformaciones han
no se puede minimizar, Como hace Habermas cuando afir- sido profundas y vertiginosas o, por lo menos así se nos
ma, por ejemplo. que eI modo de reconciliación entre eI arte preseritan, dado eI corto espacio de tiempo en que suce-
y la vida intentado por eI surrealismo -por ser un mero den. EI principio de mercado adqulrló una pujanza sín pre-
momento de dessublimación del arte moderno- era ínol- cedentes, de tal forma que traspasó 10 económico y trató
vídable desde el comlenzo (1973: 118 ss.). Tiene razón de colonizar tanto el principio dei Estado como el princi-
Peter Bürger (1984) en resaitar la vocaclón libertadora de pio de la comuntdad, un proceso !levado ai extremo por el
la vanguardia histórica de los afias veinte COmo un movi- credo neoliberal. En el plano económíco, los desarrollos
miento que, por primera vez, adquíere la plena más dramáticos son los síguíentes: el crecimiento explo-
autocomprensión deI modo como eI arte (su autonomía, su sivo dei mercado mundial, propulsado por un nuevo agente
status social) funciona en la socíedad capitalista 9. En creado a su medida -Ias empresas multtnacíonales- hace
otras palabras , su significado reside en la denuncia deI postble soslayar, si no Incluso neutralizar, la capacidad de
proceso histórico de con-centración/excIusión, sin lo cuaI regulación nacional de la economia: los mecanismos cor-
no es posíble comprender algunas de las tnquíetudes más porativos de regulaclón de los confllctos entre capital y
trabajo, establecldos a nivel nacional en el período ante-
recíerites que se tratarán más adelante (tercera parte de
este capítulo), rior. se debilltan y la relaclón salarial se hace más preca-
ria. asumiendo formas que, por lo menos en apariencia,
representan un cíerto regreso al período deI capitalismo
El tercer período liberal; la flexibl1lzaclón y automatlzaclón de los procesos
productivos, combinados con el abaratamiento de los trans-
El tercer período, que comienza en los afies sesenta es portes, permiten la Industrlalización dependlente dei tercer
un período difícil de analizar, no sólo porque es cornplejo mundo y destruyen la confíguracíón espacial dei aparato
en sí mtsmo, sino porque al estar todavía encurso, no tene- productivo en los países centrales con la descaracteriza-
mos el privilegio de vaiar at crepúsculo, como Ie deseaba ctón de las regtones, el surgímíento de nuevos dinamismos
Hegel ai búho de Mmerva. La desígnacíón de "capitalismo locales, la rurallzaclón de la índustrta. la desmdustrtaltzactón,
desorganizado" habla por sí misma de nuestra perplejtdad, la subcontratación internacional, etc., etc.; la expansión
Pera además de otras razones que reuniré a continuación extensiva deI mercado corre paralela con su expanstón in-
es evidente que el capitalismo sólo puede ser llamado desor- tensiva' con la creciente diferenciación de los productos de
ganizado en la medida eu que colapsaron eu eI tercer período consumo, un cíerto abandono de la gran producción en masa
muchas de las formas de organtzacíón que venían rígíen- con el objetivo de promover la partícularízacíón de los gustos
y el aumento de las opctones, finalmente, la mercanttlíza-
9 Sobre el debate entre Haberrnae y Bürger consultar. además de los textos clón y la dtgítaítzactón de la informaclón abren perspecti-
de ellos ya citados, a Schulte-Sasse (1984) YJay (1985). vas cast infinitas para la reproducción ampliada deI capital.

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El principio de la comunidad atraviesa por transforma- casí síernpre sucedtó, sino también en forma crecíente, en
cíones paralelas. La rematerialización de la comunidad, los países centrales. Esta debilldad extrema dei Estado es.
lograda en el período anterior a través dei fortalecimiento sín embargo, compensada por el aumento de su autorita-
de las prácticas de clase, parece debilitarse de nuevo, por rismo que es producido en parte por la misma congestión
lo menos en la forma que adquirió anteriormente. Las ela- institucional de la burocracia estatal y en parte. -un poco
ses trabajadoras continúan diferenciándose internamen- paradójlcamente- por las políticas propias deI Estado. en
te en estratos y fracciones cada vez más diferentes, tanto el sentido de devolverle a la socledad civil competenclas y
en términos de su base salarial como de su lógica de vida; funciones que asumíó durante el segundo período. y que
la clase de los servicios alcanza proporciones stn prece- ahora parece estructural e irremediablemente incapaz de
dentes; las organízacíones obreras dejan de contar con la ejercer y desempenar. El aumento deI autoritarismo en
lealtad garantlzada de sus miembros (cuyo número, ade- forma de microdespotismos burocráticos del más variado
más, dísmínuye) y plerden poder de negoclación frente ai orden, combinado con la ineficiencia deI Estado. tiene una
capital y ai Estado; las práctlcas de clase dejan de tradu- consecuencia política todavía más global; la teoría dei con-
círse en políticas de clase y los partidos de ízquterda se ven trato social sígntftcó siempre que la lealtad, debída ai Es-
forzados a atenuar el contenido Ideológico de sus progra- tado. aunque relativa. se destinaba a mantener la libertad
mas y a hacer abstracto su llamado electoral. En paralelo y las postbles seguridades personales. En una situación en
con una cterta descentración de las prácticas de clase y de que el Estado parece tanto más claststa cuanto más autó-
las políticas de dístrtbuctón de recursos en que se habían nomo en relactón con las clases, los presupuestos de la
cristalizado (de lo que es máximo ejemplo el Estado-Provi- lealtad caen por su base y los llamados nuevos mcvtmten-
dencia), surgen nuevas prácticas de movilización social, tos socíales son un síntoma elocuente de eso mismo.
los nuevos movimientos socíales orientados hacta reívín- Todas estas transformaciones parecen apuntar hacia
dicaciones postmaterlallstas (la ecologia. lo antinuclear, el una desregulaclón global de la vida económíca, social y po-
pacifismo); al mismo tíernpo, el haber descubierto en los lítica. En verdad, ninguno de los prlncipios de la regula-
dos períodos anteriores que el capitalismo produce clases, se ción, el mercado. el Estado. la cornunidad, parece capaz
complementa ahora con el descubrimiento de que también de garanttzar, por sí sólo, la regulacíón social en sttuacíón
produce díferencía sexual y diferencia racial (de ahí el sexis- de tanta volatilldad; pero lo más trágico es que la articula-
mo y los movímtentos feministas, de ahí también el racis- ción de todos eIlos en el sentido de converger en una nue-
mo y los movimientos antirracistas). Como dijo Habermas, va regulación, parece todavia más remota. Sin embargo, y
las políticas de dlstribución ceden su lugar a las políticas como bien lo observa Claus Offe, esta atmósfera de des-
sobre las gramáticas de las formas de vida (1981; 31). regulacíón, de convencionalldad y de flexibilidad a nlvel de
El impacto de las transformaciones en el mercado y en varios sectores de la vida colectiva coexiste con una atmós-
la comunidad sobre el principio dei Estado ha sido enor- fera. igualmente densa, de rigidez y de inmovilldad a nivel
me; aunque se deba resaltar que las transformaciones deI global de la sociedad (Offe, 1987). Todo parece negoctable
Estado suceden en parte según una lógica autónoma, pro- y transformable a niveles de empresa o de familia, partido
pia dei Estado, EI Estado nacional parece haber perdido o sindicato, pera al mismo tiempo nada nuevo parece po-
en parte la capacidad y en parte la voluntad política, para sibIe a nível de la sociedad como un todo, o de nuestra vida
continuar regulando las esferas de producción (privatiza- personal como mternbros de ella.
ciones, desregulación de la economía) y de reproducctón El modo dominante de asegurar, material e institucional-
social (retracción de las políticas socíales. crísts del Esta- mente, el aumento de las opcíones hace que, paralelamente
do-Providencia). La transnacionalización de la economía con eI aumento de las opcíones, se presencie la dtsrnínu-
y el capital político que ella transporta, transforman ai Es- cíón de la capacidad para escoger entre ellas. La creación de
tado en una unidad de análists relativamente obsoleta, no una elección dada crea la Imposibilidad de elegida en el
solamente en los países periféricos y semiperiféricos, como momento síguiente. Por otro lado. ai final de los monopo-

102
103
lios de interpretación (la famílta. Ia Iglesta o el Estado) lle- americano en América Latina, la moderntzacíón regresa
vados a cabo con éxíto por el paradigma de la moderntdad, ahora al escenarto, en segunda generación, en el proceso
no parece continuar la autonomía de interpretación sino de "reconstrucclón" de Europa Central y del Este. Ambas
la renuncia a la interpretación. Las sociedades capitalis- gene raciones mantienen intacto su carácter reductor y ex-
tas avanzadas parecen bloqueadas, condenadas a vtvtr del cluyente frente a la idea anterior de modernismo en la me-
exceso irracional a que se someten con el ânimo de curn- dida en que elimina el valor de la autonomía de los procesos
plir el proyecto de la moderrndad, y a racIonalizar en un sociales y políticos nacíonales en el mundo menos desa-
proceso de olvido o de autoflagelactón el déficit vital de las rrolIado, y los subyuga a los intereses de los países cen-
promesas íncumplídas , trales bajo el pretexto de no existir otro modelo de desa-
Este exceso y este déficit están muy presentes en el modo rrollo sino el que estos síguteron. Con esta, se oculta el
como hoy se nos presenta eI pilar de la emancipación. AI hecho decisivo de que cuando este modelo fue seguido en
contrario deI período anterior, cuando se intentó una con- los países centrales, no había que contar con los intereses
tabilidad apactguadora entre los excesos y los défíctts. en hegemórncos de países más desarrollados que ellos.
este período se viveu con igual intensidad unos y otros: La lógica centralizadora y exclusivista de la moderniza-
mayo de168 es uri buen símbolo de eso aI mostrar. por pri- clón hace poslble negar los valores fundamentales de la
mera vez, que la riqueza de las sociedades capitalistas modernidad a través de procesos de racíonalízacíón legi-
avanzadas conetttuye una base frágil de legtttmacíón. La timados en función de la afírmactón de estos valores y pre-
contencíón del movímtcnto estudíanttl simboliza el principio tendidamente movilizados a su servícto. Sin embargo, la
de un proceso de agotamtento histórico de los prmctptos modernización científico-tecnológica y neoliberal se pro-
de ernanctpactón moderna que víene a culminar, al final paga hoy, paradójícamente, en la mísma medida en que se
de la década de los ocherita, con la crtsís global de la idea propaga su crísts, certificada por aquello que parece ri ser
de revolucíón social y con la total preponderancia de la fi- sus consecuencias inevttables. el agravamíento de la in-
losofía y de la práctica política neollberales. Pero si. por un justícía social a través del crectmíento imparable y recíproco
lado. hoy todos los prrnctpíos de la emancipación parecen de la concentración de la riqueza y de la exclusión social.
agotados o, lo que es lo mtsmo, domesticados en funcíón tanto a nivel nacional como a ntvel mundial; la devastación
de las exígencías cada vez más profundas y volátiles de re- ecológica y con ella la destrucción de calidad e incluso de
gulación y desregulactón socioeconómica, por otro lado, se coriservactón de vida en el planeta. El inconformismo fren-
van acumulando las sefiales de que si no hay salida para te a estas consecuencías, combinado con una crítica pro-
esta situación, por lo menos existe la posibilidad realista fundizada de la epistemologia de la ciencia moderna está
de imaginar una situación radicalmente nueva. contribuyendo hoy ai surgímíento de un nuevo paradigma.
Esta doble sítuactón es particularmente notorta a nivel Lo que en otro lugar llamé cíencta postmoderna, o mejor,
de la raclonalidad cognitivo-instrumental. EI cornprornt- el paradigma de un conocímíento prudente para una vida
so industrial-militar dei desarro\lo científico-tecnológico y digna (Santos 1987a; 1989).
los pelígros de la proliferación nuclear y de la catástrofe A nivel de la racionalidad moral-práctíca, los dilemas
ecológica de ahí resultantes son síntomas suficientes del del tercer período son fundamentalmente cuatro: en prt-
cumplímíento excesivo y por lo tanto irracional de la racío- mer lugar, los valores de la modernidad, tales como la au-
nalldad Instrumental de la moderrndad. La hegemonia de tonomía y la subjetívídad, están cada vez más divorciados
esta racíonalídad irracional significa stmultánearnente su tanto de las práctícas políticas, como de nuestra cotidia-
agotamíento en la medida en que. combinada con las re- nidad, a pesar de que parecen estar a nuestro alcance in-
cetas neoliberales, se transforma en una lógica de domí- finitas opcíones: en segundo lugar. la regulactón jurídíca
nación y de reguíacrón a nivel mundial. La Idea de moder- de la vida social se alimenta de sí misma (una regulación
nízacíón capta bien esta ambígüedad, En boga en los anos que sternpre da ortgen a otra) aI mtsmo tiempo que el cíu-
sesenta, como soporte ideológico del imperialismo norte- dadano, oprimido por un conocimiento jurídico especíalí-

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zado y hermético y por la sobrejurldificación de su vida, es por el precío con que se comercializa. La fuga dei mundo a
llevado a prescindir de su buen sentido o sentido común la que la condenó Adorno (1981 l, por más comprenslbles
con el cual la burguesía en el stglo XVIll le demostró a la y honrosas que hayan sido sus razones, es insostenible en
aristocracia que tambíén sabía pensar. En tercer lugar, la situación cultural de celebración afirmativa. aunque su-
como blen lo anota Karl-Otto Apel, la modernldad nos con- perficial, pero profunda en su superficialidad, de infinitos,
flnó en una ética Individualista, una mlcroética que nos aunque nocivos infinitos eu el sentido hegeliano. Eu SUB me-
Implde pedir, o slqulera pensar, responsabilidades por acon- jores verstones, la arquitectura postmoderna revela bíen
tecimientos globales, como la catástrofe nuclear o ecoló- esta sttuacíón,
gica en la que todos, pero nadie individualmente, parecen Las seiíales de futuro están en la creciente convicción
poder ser responsabilizados (Apel, 1984). Este problema de que ese déficit de mundo es Irremediable dentro dei pro-
ético reside en que si, por un lado. la mícroétíca liberal es yecto de la modernidad y de que, por lo tanto, la opclón
Inadecuada para responder de buen grado a las exígencías radical y cada vez más Ineludible es enfrentar la poetbtlt-
éticas de la nueva situación en que nos encontramos, por dad de que este proyecto está exhausto, y es irrealizable
otro lado, todavía no ha sido sustituida por una macro- en aquello que, hasta ahora, ha íncumplído: o continuar
ética capaz de conceblr la responsabilidad de la humanl- confiando en su poslbilidad de regeneraclón y esperando
dad por las consecuencias de las acciones colectivas a nível a que se complete con la misma determinación con que
de la escala planetaria. SamueI Beckett nos ensena a esperar a Godot. Esta opción
Pero aquí tambíén hay sefiales de futuro. Del colapso de radicai vtene slendo dtsefiada, en el domlnlo de la racío-
las formas éticas y jurídicas liberales frente a algunos de nalidad estétíco-exprestva, desde finales de la década de
los más serias problemas eon que nos enfrentamos -de la los sesenta y mediados de la década de los setenta, sobre
excluslón social y dei racismo hasta Chernobyl y el Slda- todo en los Estados Unidos de América, a través de la crí-
empieza a emerger un nuevoiusnaturalismobasado en una tica radical dei canon modernista, de la normalizaclón y
nueva concepcíón de los derechos humanos y deI derecho dei funcionalismo, deI exprestonísrno abstracto en la pin-
de los pueblos a la autodeterminación, y una nueva Idea tura y dei estilo Internacional en la arqultectura. Como
de solídartdad, simultáneamente concreta y planetarla. Curio- bien anota Huyssen, esta crítica ya estaba presente en la
samente, estas sefiales de una nueva ética y de un nuevo beat generation a mediados de los clncuenta (Huyssen,
derecho están relacionadas eon algunas de las transfor- 1986: 186), pero víno a asumlrse progreslvamente como
maciones a nlvel dei principio dei mercado y dei principio expreslón del agotamlento global e Irreverslble dei canon
de la comunidad scfialados atrás. Por un lado, la exploslón modernista en el cme, la música, el teatro, la pintura y la
de la realidad medlátlca e informativa hace poslble una compe- arqultectura. Además la arqultectura postmoderna expre-
tencia democrática más amplia. Por otro lado. la retrac- sa con elocuencía la expansión simbólica del consumo fren-
ción simbólica de la producción frente al consumo puede te a la producclón que había servido de soporte a todo el
venir a traducirse en la reduccíón de la semana de traba- funcionalismo de la arquitectura modernista 10.
jo, cada vez más reclamada por el sindicalismo europeo: y Tal como Max Weber mostró mejor que nadle las antino-
de tal reducclón puede resultar una mayor disponibilldad mias dei proyecto de la moderrudad en el prtmero e Inclu-
para actlvldades socialmente útiles y para el ejercícío de so en el segundo período dei capitalismo, Habermas es, sín
la solidaridad. duda, qulen mejor dío a conocer las dei tercer período dei
Por último, la racronaltdad estétíco-exprestva es tal vez capitalismo. Sin embargo. míeritras Habermas cree que el
la que condensa mejor las antinomias de la sttuacíón pre- proyecto de la modernidad es apenas un proyecto Incom-
sente y, por lo tanto, aquella en que son más fuertes las pleto, pudíerido ser completado recurrlendo a los instru-
sefiales dei futuro. La alta cultura modernista se agotó y mentos analíticos, políticos y culturales desarrollados por
la aftrmacíón de que tal cosa no eucedíô es desmentida dia-
ríamente por la despreocupación eon que se contempla o 10 Ver también a Jencks (1987: 11 y 88.) Y Huyssen.

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la modernidad (l985a). yo pienso que sea lo que sea que sar eu la postmodernidad en una socíedad semtperífértca.
falte concluir de la modernídad, el proyecto no puede aca- sino sobre todo si podemos pensar y actuar postmoderna-
barse eu términos modernos bajo pena de mantenernos mente. La cuestión es compleja. Por un lado, la discusión
prisioneros en la trampa gigantesca que nos prepará la mo- entre nosotros sobre lo moderno y lo postmoderno parece
dernidad: la transformación incesante de energías eman- ser algo telescópica, discusión a distancia, guerra de mi-
cipato rias en energias reguladoras. De ahí la necesídad de niaturas. Por otro lado. los artefactos de la cultura post-
pensar en discontinuidades, en cambias paradígmáttcos moderna entran diariamente en nuestras casas por múl-
y no meramente subparadtgmátícos. tiples canales de información y hasta se dirá que nuestra
EI nuevo comienzo dado con el nornbre de postmoder- capacidad para dirigir o para atenuar su penetración es
nídad. y el análisis de algunas de sus Implicaciones en el menor que la de los habitantes de las sociedades centra-
plano político. constltuyen el resto de éste capítulo. Antes, les porque no tenemos las resistencias modernas tan de-
sin embargo. pretendo tratar, aunque brevemente, la cues- sarroHadas como ellos, Síendo cierto que la dtscustón sobre
tión de saber en qué medida la socledad portuguesa pue- el colapso dei paradigma de la modernldad y el surgímtento
de estar involucrada en esas implicaciones, síendo cierto de un nuevo paradigma aparecíó en los países capitalis-
que eI análísts precedente se confiná a las sociedades cen- tas avanzados y en el contexto social propío de esos paí-
trales o capitalistas avanzadas y Portugal no es, cíertamen- ses, i.no estará Portugal condenado a imitar la discusión
te. una de ellas. o a importar los productos materiales y simbólicos que van
surgíendo de su desenvolvimiento y hasta a hacerlo stn
PORTUGAL Y EL DESAFfo DE LA POSTMODERNIDAD
autenticldad pues si puede importar los productos, no
puede importar el contexto social de su producción? o. al
La principal tesis de esta parte es la siguiente: la socie- contrario, i.podrá Portugallanzarse no solamente a imitar
dad portuguesa es una sociedad semiperiférica. La especi- o importar con autentíctdad sino incluso contribuir con
jicidad y complejidad de sus condiciones económicas. so- algo nuevo para la discusión y extraer de ella productos
ciales. políticas y culturales crean una doble exigencla: (1) matertales y simbólicos tamblén orígtnales? lntentaré mos-
en lajonnulación de algunos de los objetivos de desarrollo. trar que es posible una respuesta positiva para esta últi-
debe proceder como si el proyecto de la modernidad no es- ma pregunta,
tuviera cumplido todavía o ni siquiera hubiera sido puesto No cabe analizar aquí la evolución de la sociedad por-
enjuncionamiento: (2) en la concretlzación de estes objeti-
tuguesa a lo largo de los tres períodos de desarrollo dei ca-
vos. se debe partir deI principio (para ella de algún modo pitalismo. Me limitaré a mencionar. algunos de los rasgos
más vital que las sociedades centrales) de que el proyecto
de la socíedad portuguesa en la actualídad. para lo que me
de la modernidad ha sido históricamente realizado y que no serviré del mtsmo cuadro analítico utilizado para caracte-
hay que esperar de él lo que sólo puede hacer posible un rizar a las sociedades capitalistas avanzadas. Como socíe-
nuevo paradigma. dad semípertfértca, la socledad portuguesa es una socledad
Se sabe que el orden econômico mundial o el sistema en desarrollo intermedio, cuyo papel estructural en el sis-
mundial de Estados tiene un centro (los países capitalistas tema mundial es el de realizar, en el contexto europeo en
avanzados). una periferia (los países delllamado tercer mun- que se sttúa, la intermediación entre los países centrales
do) y. entre ambos. una zona Intermedla muy heteróclíta. y los países periféricos. La base material de esta situación
donde cabían la mayoría de los países socialistas de Esta- y de este papel estuvo hasta hace poco en el imperio colo-
do de Europa dei Este y los países capitalistas semi- nial y es de prever que pase a estar, en el futuro, en el modo
periféricos. tales como Portugal. Grecia. Irlanda y tal vez. de integración de Portugal en la comunidad europea. Es
también Espana; eso para limitarme a la periferia en el además una cuestión abierta saber si Portugal va a con-
contexto europeo. La cuestión, pues, que se nos plantea a solidar. sobre una nueva base, su carácter semiperiférico
los portugueses, no es solamente saber Si podemos pen- o si, al contrario, va a descender a la periferia o a ser

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promovido ai centro, como sucedló con Italía y está a pun- eso sería el déficit corporativo de la organtzacíón de los In-
to de suceder con Espana. Lo más probable es que se man- tereses, ya sean patronales li obreros. El problema es com-
tenga como sociedad semiperiférica. 11 . plejo, pues por un lado, la socledad civil portuguesa, cuando
En la actualidad, una de las características prtncípales se analiza en términos de estructuras familiares y de re-
de la soctedad portuguesa es la heterogeneldad Interna des de solídarídad constttuídas sobre la base dei parentes-
tanto de los príncípíos de regulactón como de las lógicas co y de la veclndad (la socledad-providencla), parece muy
de emanctpacíõn. EI principio del mercado nunca alcanzó fuerte o, en todo caso, más fuerte que las sociedades cen-
eu Portugal la hegemonia que tuvo eu los países centrales. trales , Pero no quedan dudas de que el déficit relativo de
Síernpre vlvió bajo la tutela dei principio dei Estado, que práctlcas de clase no solamente condujo a la volatilidad de
hasta el presente, ha asumído varias formas. En los últi- las políticas de clase sino que también impidió una eficaz
mos anos se ha veriído intentando atenuar esa tutela pera ínstítuclonaltzacíón de los conflictos entre capital y traba]o.
curiosamente la Iniciativa ha partido sobre todo dei Estado Los esfuerzos hechos en este sentido, en los últimos anos.
que así, parece condenado a reforzar 5U tutela eu eI pro- han sido difíciles en buena parte porque suceden en el
pio proceso desencadenado para debilitaria. Se trata de contexto internacional de precarízacíón y de flexíbtltzacíõn
una tarea de todas maneras difícil por dos razones princi- de la relación salarial en los países centrales. A este pro-
pales. En prtmer lugar, porque sucede en una sttuacíón In- pósito se deben hacer dos observaciones. La primera es
ternacional de globallzaclón dei mercado en la cual el papel que stendo desigual y combinado el desarrollo dei capita-
dei Estado si bíen está stendo, por un lado. degradado de lismo a escala mundial, se veríftcan. con frecuencia, dts-
la regulacíõn dei mercado hacla la negocíacíon de la de- crepancías ternporales, como esta de que Portugal presente
pendencra, por otro lado. su functon a este nuevo nível se cíerto movtmíento en el sentido dei capitalismo "organi-
hace más crucial que nunca. En segundo lugar, porque In- zado" en un momento en que en los países centrales el
ternamente las relaciones mercantiles capitalistas contí- movimiento es inverso, en el sentido del capitalismo "des-
núan teniendo que articularse eon relaciones mercanUles organizado". La segunda observacíón es que, como ahora
no capitalistas, típicas, por ejemplo de la pequena agricul- se ve claramente, lo inadecuado de esta desrgnacíon resi-
tura familiar. Esta artlculaclón tíene ímpltcacíones socía- de en el hecho de que las características que justlfican la
les y políticas que en las condiciones actuales sólo puede Idea de desorganlzación del capitalismo central tlenen al-
dirigir el Estado. Pero, por otra parte, entre nosotros el prin- gunas sernejanzas. guardadas las proporciones, con las
cipio deI mercado presenta algunas características para- que desde sternpre han caracterizado a la organtzactón del
lelas a las que están asumiendo los países centrales como, capitalismo en los países periféricos o incluso semtpert-
por ejemplo, la descaracterlzaclón de las regíones índus- férreos.
trtales tradtctonalea, Ia ruralízactón de la tndustrta, el sur- Pero la heterogeneldad Interna dei principio de la co-
gímtento de los dinamismos Industrlales locales, la explo- munidad todavía deriva de la exístencta y coexístencta de
slón de la economía informal, el crecimiento acelerado dei muchas fracciones de clase, de situaciones de doble per-
sector de los servtcíos. tenencia de clase y de lugares contradíctortos de clase con
EI principio de la comunídad es correspondientemente fuerte peso social y que contrlbuyen ai descentramiento de
heterogéneo. La rematerlalizaclón de la socledad civil a la relación capítal-trabajo como serían el campesinado, los
través de las clases -burguesía y proletariado- nunca tuvo serruprotetartos, los agricultores de tlempo parcial, los pe-
entre nosotros la mísrna intensidad que tuvo en los países quefios comerciantes, los funcionarios públicos, etc.,
centrales y esa ha sido la razón invocada para afirmar que etc l 2 .
la socledad civil portuguesa es débil. Y el mejor ejemplo de

1i Sobre el caracter semtpertfértco de la soctedad portuguesa ver, por último, 12 Sobre esta composición específica de c1ases y las relaciones socíales en que
los textos reunidos en Santos (org. 1993). se traduce. ver a Pinto (1985) y Almeida (1986).

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Frente a esta situación no es sorprendente que el Esta- La tercera característica dei Estado, resultante de las
do português tenga una forma política muy compleja. He anteriores, es que dada la permanencia de elementos arcai-
tratado este tema con alguna extensión en otros lugares zantes a nlvel dei mercado y de la comuntdad, la prímacía.
(Santos, 1985b: 1989: 1993) y volveré sobre él con más de- la autonomía y el autoritarismo del Estado han sido usa-
talle en el capítulo quinto. Aquí mencionaré solamente las dos frecuentemente para ascender ai Estado como agente
tres características que me parecen más dicientes para los de modernízacíón de la sociedad. Esa moderrnzacíón es,
objetivos analíticos dei presente capítulo. En prírner lugar sin embargo, falsa en muchas instancias porque se queda
la heterogenetdad Interna de los principios de mercado y en los textos legares. ordmartos y constitucionales, y dífí-
de la comunldad hacen Improbable la regulaclón autóno- cilmente se traduce en práctícas sociales adecuadas. Así
ma de los intereses, por lo que el Estado termina por tener pues, resulta particularmente desmesurada, entre noso-
una prlmacía total sobre la socledad civil. Sin embargo, tros, la díscrepancta entre marcos legales (más avanzados)
esa misma heterogeneidad interpone importantes obstá- y prácticas soeiales (más retrógradas) en una sttuacíón a
culos para la normal realización de las funciones del Es- la que, en otro lugar, l!amé Estado paralelo (Santos 1993:
tado y es, en parte, responsable de su gran mefícíencta. La 28 y ss.).
gran primacía y autonomía del Estado en la formulacíón Las lógicas de racíonalídad que componen la emancipa-
de las políticas, coexiste con la gran tnefíctencta y depen- ción moderna se confíguran, entre nosotros, de tal manera
derreta en su ejecucíón. que profundlzan, aún más, la complejidad de la socíedad
En segundo lugar porque no ha sido posible Incorporar portuguesa que resulta de la breve descrlpción de los prin-
a las clases trabajadoras en el sistema político a través de cipias de regulación. Distingo dos características princi-
organizaciones sindicales y políticas fuertes y autônomas, pales. La prlmera es la de la dependencla y el mimetismo.
la democratización política del sistema siempre estuvo Las diferentes lógicas de racionalidad han acornpaüado,
restringida y varias veces se colapsó. Incluso en los perío- con mayor o menor retraso, los movimientos dominantes
dos democráticos no fue posible erradicar el clientelismo en los países centrales lo que no excluye la írrupcron de
y el Estado no se comprometló con el blenestar de las ela- momentos de gran contemporaneidad e ínnovacíón como,
ses populares aí punto de poder constituirse en un Esta- por ejernplo. muchas de las iniciativas cultura1es hechas
do-Providencia. Por esa razón hasta ahora no han sido poslbles en la crtsts revolucionaria de 1974-75. La segun-
resueltos dos problemas que el proyecto de la modernldad da característica es que el modelo general de dependencía
cumplió, durante algún tlempo, en los países centrales: los y de imitación se articula o se yuxtapone a racionalidades
problemas de la distrlbuclón y de la dcmocratízacíón polí- que el paradigma de la modernidad l!ama convencional-
tica dei sistema político. mente premodernas y que son vístbles tanto en el ámbito
Como resultado de eso, el Estado tiene una acentuada de la raclonalidad cognitivo-instrumental (la sabiduría po-
característica autorítarta que, a lo largo de los tiempos, ha pular, la tradícíón oral, el riquísimo y resistente sentido
asumido diferentes formas. La última es bastante moder- común, las artesanías y las tecnologias tradícíonales), como
na en la medida en que tíene semejanzas significativas con en el ámbito de la raclonalidad moral-prácttca (los dere-
la que ha estado asumiendo el Estado en los países cen- chos comunitarios, la fuerza social de las redes de solída-
trales. Stuart Hall, temendo en cuenta el caso mglés. la rldad basadas en el parentesco y en la vecindad), y aún en
destgnó como "populismo autoritario", lo cual consiste en el ámbito de la racionalidad estéttco-exprestva (el arte y la
que el Estado ejerce un poder autoritario que convierte ídeo- llteratura populares, las fies tas y las romerías, las proce-
lógicamente ai goblerno dei pueblo contra el Estado (Hal! siones y el turismo reltgíoso).
yJacques, 1983). De hecho no se trata de atacar ai Esta- Es pues a la luz de este cuadro, que se debe determinar
do desde dentro sino tan sólo de atacar lo que en el Estado la rnsercíón de Portugal en la discusión sobre la moderrn-
fueron las políticas sociales de distribución a favor de las dad y la postrnoderntdad. Durante la crtsts revolucionaria
clases populares en el período del capitalismo organizado. que stgutó ai 25 de abril, se volvió, a cíerto nivel popular,

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la incorporación tan autónoma como sea posible de las
a la idea de que Portugal, a pesar de ser un país relativa- clases populares en el sistema político, lo que implica la
mente subdesarrollado, podía escapar de las distintas eta- erradicación deI clícnteltsmo, del personalismo, de la co-
pas por las que pasaron los países centrales y sobrepasarlos rrupción y, en general, de la apropíacíón privada de la ac-
en la marcha hacía el socialismo. Era una verstón in- tuacíón dei Estado por parte de grupos sociales, e incluso
genua de la teoría dei desarrollo desigual y combinado que por parte de los propios funcionarias estatales): ,
Trotski había elaborado para explicar la revol ucíón de Cualquíera de estas promesas se debe cumphr, sm em-
1905 y después la de 1917 en un país airasado como era bargo, en conjunto con el cumplimiento igualmente vehe-
la Rusia de entonces. Frente al fracaso de los distintos pro- mente de las promesas de la postmodernídad. De este modo
yectos socialistas enfrentados durante ese período, a par- la promesa de distribución se debe cumplir en uníón con
tir de 1976 se cayó en la idea opuesta de que Portugal, la promesa de la calidad de las formas de vida (desde la
siendo un país relativamente subdesarrollado, debía se- ecologia hasta la paz, desde la solidaridad internacional
guir, las huellas dei desarrollo de los países centrales y hasta la igualdad sexual) y la promesa de la demo~ratiz;,­
mientras menos autonomía tuvtera , mejor , Era una ver- ción dei sistema político se debe cumplir en conjuncíón
si6n ingenua de la teoría de la modernización en una de con la ampliación radical dei concepto de política y, co?-
sus interpretaciones más populares, la de la teoría de W. secuentemente, con las promesas de la democratizacton
Rostow sobre las diferentes fases dei desarrollo (Rostow, radical de la vida personal y colectiva, de la ampliación
1960), Estas dos posiciones extremas me parecen erradas, incesante de los campos de emancipación, los cuales se
En sociología y en política lo que sucede demasiado tem- pueden empezar a cumplir precisamente en la articulación
prano no sucede; pero lo que sucede tarde tampoco suce- entre la' democracia representativa y la democracia parti-
de. Las diferencias cualitativas entre diversas zonas deI cípatíva. Tal vez esta conjunción sea interdicta po; el prin-
sistema mundial (el centro, la periferia y la semtpertferta) cipio de la moderntzactón, pues, en sus propíos terrnínos,
hoy parecen atenuarse. En compensación, las diferencias mientras que no sean resueltos los problemas de la moder-
de grado son cada vez más chocantes. En las condiciones nidad no tiene sentido síqutera tratar los problemas de la
de este fin de sigla, la tarea primordial de la sociología es postrnodernídad. Este principio, que entre nosotros hoy es
mostrar que las diferencias de grado son cualitativas. hegemónico y que ha sido adaptado tanto por el Estado
En vista de lo anterior me parece necesario encontrar como por los partidos políticos de derecha y de ízquterda,
una vía intermedia entre los extremos. Mi postcíón es que sólo podrá conduclr ai bloqueo de la socíedad portu%uesa
la sociedad portuguesa aún tiene que cumplir algunas de en una semíperíferta crecientemente medíocre y estúpída.
las promesas de la modemldad, pera tiene que cumplirlas La segunda implicación dei cumplimiento de la moder-
en rebeldía con la teoria de la modernización. De esta posi- nidad en rebeldía contra la modernización es que es nece-
ción, se desprenden dos ímpltcacíones prtncípales. La prt- sarro combatir la idea de que todo lo que en la sociedad
mera es que las promesas de la modernidad que están por portuguesa es diferente de las sociedades centrales es serial
cumplirse, tienen que ser cumplidas en corto circuito con de atraso y debe ser erradicado en el proceso del desarro-
las promesas que surgen de la postmodernidad. Así, como lia, La contabilidad profunda de la sociedad portuguesa
lo mencíoné atrás, las dos más importantes promesas de todavía está por hacerse. Durante la dictadura de Salazar
la modernidad todavía sin cumplir son, por un lado, la so- nos habituamos a cargarle todo ai débito de ella ya que ~I
lucíón desigualdades que dejan a amplias estratos de la dictador se había apropiado de la contabilidad de los cre-
población por fuera de la posibilidad de una vida digna o ditas, El 25 de abril fue posible hacer, aunque muy rápí-
síquíera de la sobrevívenctal'P: por otro lado, la democra- damente y con algunos errores en las cuentas, una conta-
tízacíón política dei sistema político democrático (es decir bilidad democrática de los créditos, Desde 1976 nos hemos
venido deslizando, casi que insensiblemente, hacía un
13 Ver, entre otros. a Bruto da Costaetal. (1986); Silva et al. (1989): Almeida nuevo pesimismo contable, con la diferencia de que ahora
etal. (1992),

115
114
no hay. Como en los tiempos de Salazar, yafortunadamen- palmente una estrategía de sobrevívencía que raramente
te, una Instancia oficiai de glortfícacíon de los créditos. Es llega a alcanzar un nível de vida decente; en segundo lu-
una situación que tiende a reproducirse mientras predo- gar, es una organízacíón social particularmente dominada
mina el principio de la modernlzación. por el poder dei patriarcado y, por lo tanto, por la desigual-
Para combatir esta domlnaclón (dei principio de la mo- dad sexual y por la explotaclón dei trabajo infantil.
dernización) es necesario analizar, con objetividad y sin Sin embargo, sería concebible que la pequena agricul-
cornplejos , Ias ventajas comparativas de la socíedad por- tura familiar fuera reinventada, a partir de la que existe, y
tuguesa en un mundo cambiante. Es preciso admitir, como de modo tal que pudiera no sólo neutralizar su negativismo
hipótesis inicial, que algunas de las características que -transformándola en una estrategía de afluericta y de ca-
dísttnguen a la socíedad portuguesa son buenas y deben lidad de vida y democratizaclón de sus prácticas produc-
ser manejadas con cautela durante el proceso de desarro- Uvas y reproductivas- sino tambíén maximizar su potencial
110. Aquí es donde reside, por último, la nueva contríbu- positivista: una vida activa y diversificada, conducida en
clón que la sociedad portuguesa puede traer ai paradigma parte al atre libre y en comunión con la naturaleza. una
emergente de la postmodernidad. En el fondo se trata de Ideologia de producción basada en lo socialmente útil y no
atreverse a pensar que la socíedad portuguesa tiene algu- en ellucro y garantizada contra los excesos de producción
nas características, por así decir, pre-post-modernas. A y de productivldad. Para que no se prense que se traia de
continuaclón algunos de los tópicos que pueden ser dis- una ímagínactón soltpststa, es del caso mencionar la re-
cutidos en este contexto. ciente curtosídad de los dlputados dei partido de los Ver-
En prlmer lugar la socledad civil portuguesa es rica en des en el Parlamento Europeo por la pequena agricultura
tecnologias familiares, tanto mate ri ales como simbólicas portuguesa. víerido en ella algunos rasgos dei modelo de
y en formas de soclabilldad cara-a-cara basadas sobre agricultura defendido por ellos en su proyecto de reforma
todo en el parentesco y en la vecindad. Como mencioné en agraria europea. Según ellos, las ventajas reconocidas en
el capítulo anterior. Ia socíedad civil portuguesa es débil. la pequena agricultura portuguesa son precisamente las
es decír. atomizada y fragmentada, sí la juzgamos tan sólo sígutentes: permitir una mejor calldad de vida por el equi-
por los modelos y formas de organización dominantes en librlo que proporciona entre el trabajo urbano y el trabajo
los países centrales. AI contrario Se puede concebir que las rural, ayudar a fijar la poblacíón en los campos e Impedir
sociedades ctvtle s de los países cen trales son débiles la congestíón de las cíudades, no destruir el medio ambien-
cuando se las juzga según los modelos y las formas de or- te y produclr equilibradamente. evitando el problema de
ganlzación en que la socíedad portuguesa es fuerte. Es fácil los excedentes.
construir el contra argumento de que se trata de arcaís- Porque domina entre nosotros el principio de la mo der-
mos premodernos, tradicionales y retrógrados, no siendo ntzacíón, es difícil dar credibilldad social a este tipo de ar-
motivo de sorpresa que por eso hayan figurado entre los gumentación y, aún más, convertirla en políticas agrícolas
créditos de la contabilldad salazarlsta. Admttiendo que no concretas. Además, la política agrícola en curso es agresí-
siempre es fácil distinguir una poslclón retrógrada de una va en el sentido de destruir la pequena agricultura fami-
posícíón progreslsta (al contrario de lo que piensan los dogmá- liar. Las dificultades de pensar lo nuevo, sternpre fueron
tícos de dífercntes colores), hay procedimientos analíticos grandes en Portugal. pero es bueno que por lo menos se
y crtteríos políticos que pueden ayudar a la dlstlnclón. vaya pensando que la sociedad portuguesa da qué pensar.
Tomemos, por ejemplo. el caso de la pequena agricultu- EI segundo tópico por discutir en el contexto de la postmo-
ra familiar todavía tan importante entre nosotros y trata- dernidad es la idea de que en la socíedad portuguesa va a
da de ineficiente y retrógrada, condenada a los basureros ser Inevitable que las prácticas políticas "vtejas" (las de la
de la htstoría por los adeptos de la moderrnzacíón, ahora democracia representativa y de los partidos) se amplíen y
atrtncherados en el poder. Sln duda es retrógrada por lo consoliden el diálogo compartido con las prácticas políti-
menos en dos puntos: en prímer lugar, representa prmcí- cas "nuevas" (las de la democracia partícípattva y de los

116
117
nuevos movírníentos sociales). Además, el propío desarro- manos dei Nazismo (Habermas, 1985b). Pienso además que,
110 intermedio suscita un corto circuito entre la lucha por como dice J. Arac, es importante conocer nuestra htstoría.
las retvtndícacíones matertales (salarios decentes y segu- pero es igualmente importante conocer nuestra diferenc~ia
ridad social) y ias reivindlcaclones pcstmaterrales (la de nuestra htstorta (Arac, 1986: XXXIV). Esta es tamblen
ecologia, lo antmuclear, Ia ígualdad sexual y racial. todas la base para pensar que esta línea de argumentación no
el1as además, mezcla de materlales y postmaterlales). Este siente vergüenza de llamarse nacionalista. porque conoce
corto circuito político, debido a que exige un amplio con- las razones que la dísttnguen radicalmente del nacionalis-
senso entre las fuerzas soctales y políticas ubícadas en la mo reacctoriarto de derecha.
transformación, parecería recomendar, entre otras cosas. Ala luz de esta línea de argumentación y del marco ana-
la u nídad orgáníca de las dos centrales sindtcales , la coa- lítico en que ella díscurre. se puede concluir que la dtscu-
lición dei partido socialista y dei partido comunista y la stón sobre el paradigma emergente de las postmodernidad
íntegractón de la agenda política postmateríaltsta, tanto en no sólo le Interesa a la socledad portuguesa, sino que el1a
las centrales sindicales como en estos partidos. puede tener un papel propío y significativo en esa dlscusión.
Tal corto circuito tambíén está favorecido por el hecho Sin duda para nosotros será una discusión de oscilantes
de que la heterogeneidad y la complejidad de la socledad gestalts. A veces, parecerá una discusión telescópica y has-
portuguesa hícteron que en ella las demarcacíones de los ta esotérica, algo que se puede discutir desapasionada-
campos de acclón social y político (por ejemplo, la dtsttn- mente. no porque dominemos los términos de la dtscustón
ción entre lo público y lo privado) y de los universos sim- sino porque. muy al contrario, estos ya no nos domtnari,
bólicos creados por las diferentes lógicas de ractonaltdad no nOS inspiran respeto. ütras veces la discusión tendrá
no sean tan marcadas nt tan rígidas como en los países el sabor de la Intimidad, de lo déJà uu, y generará hasta
centrales. La cultura política postmoderna se basa, preci- cíerta incredulldad sobre la necesidad de dtscuttrla y so-
samente. en este rornpímtento de las demarcaciones, yen bre todo entre nosotros. Es pues, una sítuacíón líquida pero
este campo podemos pues tener algunas ventajas compa- que. sm duda, se traslada hacia adentro.
rativas. Paso entonces a analizar aígunas de las tmpltcacíones
Finalmente. el tercer tópico reside en el hecho de que la en el campo de las prácticas políticas, que son consecuen-
hegemonía, mitigada entre nosotros, dei principio de mer- cía de la concepción dei tlempo actual, como período de
cado, tenga como consecuencia que la amplitud de las op- transición entre un paradigma agotado y otro cuyas seria-
ciones es menor en nuestra sociedad que en una sociedad les de surgímtento se vau multiplicando.
central. Este hecho tiene, obviamente. un aspecto negati-
vo: crea monopolios de Interpretaclón (de la Iglesta, dei HACIA UNA pOLíTICA POSTMODERNA: LAS MINI-
Estado e incluso de la familia). Ttene, stn embargo. un po- RACIONALIDADES Y LA RESISTENCIA
tencial positivo: el de permitir una política menos centra-
da en la ampliación de las opcíones y más centrada en el La tesis principal que deJenderé aqui es la siguiente: la
fortalectmíento de la capacidad de escoger. Así. tal vez se idea moderna de la racionalidad global de la vida social y
evite que la ampllaclónde las opclones redunde en la personal acabó por desintegrarse en una miríada de mini-
trivialización de esas opcíones y la destrucción de los mo- raciOnalidades ai servicio de una lrracionalldad global.
nopolios de interpretación en la renuncia a la interpreta- inabarcable e lncontrolable, Es posible reinventar las mlnl-
ción, como ha venido sucediendo en los países centrales. racionalidades de la vida de modo que ellas âejeri de ser
Dentro dei paradigma de la modernidad es fácil desacre- partes de un todo y pasen a ser totalidades presentes en
ditar esta línea de argumentación. Habermas dlría que el1a muchas partes. Ésta es la lógica de una posible postmoâer-
estuvo presente entre los jóvenes intelectuales de la Repú- nidad de resistencia.
blica de Weimar (ai frente de todos Carl SchmiU) que poco Las sociedades capitalistas están pasando por transfor-
después, y con mayor o menor cinismo, se entregaron en maciones profundas stn que, a pesar de el1o, hayan deja-

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do de ser capitalistas. Las cíencías sociales no tlenen los relación entre lo moderno y lo postmoderno es, pues , una
medlos para saber. cómo o cuándo, dejarán de serlo y. relaclón contradíctorta. No es de ruptura total, como quíe-
mucho menos, la forma que tomarán cuando eso suceda. ren algunos. ní de continuación en la mísma linea, como
si es que sucede. En términos de cíencta social. estamos quieren otros. Es una sltuación de transición que tiene mo-
forzados a navegar con la segurldad de estar vlendo la mentos de ruptura y momentos de conttnutdad. La combt-
costa. En compensación, tenemos cíerto entrenarníento nacíón específica entre estos puede incluso variar de período
para la interpretaci6n de las sefiales. En este domínio. la a período o de país a pais. Basta, por ejemplo, distinguir
conclusíón más segura que se puede extraer de ellos es los diferentes énfasis deI postmodernismo en América. en
que la pujanza dei capitalismo produjo dos efectos com- Francia o en Alemanta, como hace convincentemente Andreas
plementarios: por un lado, agotó el prayecto de la moder- Huyssen (1986). Tampoco sorprende que sean grandes las
nldad, por otro lado, lo hizo en tal forma que se alimenta discrepancias entre los elencos de características de lo post-
de ese agotamlento y se perpetúa en él. EI vacío que él pro- moderno prapuestas por los proplos autores. Ihab Hassan
duce es tan global que no puede ser lIenado en el contexto presenta uno de los más sofisticados y amplios elencos en
dei paradigma de la modernidad. Esto explica que la pu- los que incluye: indeterminación, o mejor, índeterrnína-
janza del capitalismo, como sistema económíco. corra a la cíones, fragmentación. descanonízacíón, descentramíento
par con la debllldad Ideológica de muchos de sus princi- y superflclalización: irresponsabllldad, Ironia, híbrídactón,
pios y que, mientras mayor sea esa debilidad, más débil carnavalizaclón en e) sentido de Bakhtin; desempeno
(y no más fuerte, como sería de prever) es elllamado ideo- (peifomance ) y partlcipación, conslruccionismo e ínma-
lógico de los prlnciplos que se le debian oponer, los prin- nencta (Hassan, 1987: 167). Pera el propío Hassan admi-
cipios del socialismo. No tiene sentido culpar a la moder- te que este elenco es contradictorio y, en algunos iterns,
nldad por esta situaclón, como hace Daniel Bell, pues eso incluso absurdo. Sln embargo, los elencos más restringi-
es poco más que invertir la relacton causa/efecto (Bell, dos y más organizados tampoco nos convencen. Por ejern-
1976: 1978). Tiene razón Albert Hlrschman cuando díce pio, el de Scott Lash y J. Urry, donde se íncluye lo stgutente:
que "eI capitalismo no puede ser criticado por ser represi- contra el unanímtsmo y por la reproducci6n mecânica o
vo, alienante yunidimensional en contraste con SUB prtn- incluso elcctróntca: contra los dualismos jerárquícos como,
clplos fundam entales porque, ai contrario, el capitalismo por ejemplo, el de la separación, hecha por el alto moder-
realizá precisamente lo que se esperaba de él, es decir, re- nismo, entre lo estético y lo social; por elpasttche, elcollage
primir la varledad humana y produclr una personalldad y la alegoria: por la cultura de distracción contra la cultu-
humana menos multifacética, menos imprevisible y más ra de contemplación; por el impacto contra la coherencta:
unidlmen-slonal" (1977: 132). Hay pues que verificar una por la cultura popular (Lash y Urry, 1987: 287). Pera ade-
situaclón, y esta es báslcamente que ei pilar de la emancl- más de confinado ai campo deI arte, este elenco reduce lo
paclón se transformó en el doble dei pilar de la regulaclón. postmoderno a un simple contrario de lo moderno.
Las armas dei pensamlento crítico dei paradigma de la mo- Estimo que el esfuerzo clasificatorio será siempre des-
dernídad, que eran poder'osaa e incluso revolucionarias, se mesurado en relación con los resultados que se obtienen 14.
transformaran con el tlempo en pistolas de jabón que, como Adernás, hay algo de moderno en su tentativa de fíjacíón
la de Woody AlIen, se derrtten en la lIuvia cuando con ellas de la postmodernidad. Se trata de fíjar en abstracto y se-
pretendemos forzar nuestra fuga de la prtstón,
Afírrnar que el prayecto de la modernídad se agotó signi-
14 En el mtsmo sentido. consultar a Ribeiro (l988a) que. srn embargo. saca
fica, ante todo, que se cumplió en exceso y déficit Irrepara- de esta venncacíón Ilaciones diferentes de las mias. Antónlo Sousa Ribeiro
bles. Son ellos los que constttuyen nuestra contempora- presenta en este texto una de las mejores dlscuslones que yo conozco so-
brela problemática de la dtsunctón moderno/poslmoderno. Lo que nos sepa-
neidad y es de ellos de donde tendremos que partir para
ra son las conc1usiones a que negamos: para Sousa Ribeiro, todo lo que hay
imaginar el futuro y crear las necesidades radicales cuya de auténtíco en el postmodernlsmo ya está contenido en lo moderno; para
satlsfacclón lo hará diferente y mejor que el presente. La mí. es cast lo contrario. Cf., tambíén, Ribeiro (1988b).

120 121
gún las regias de la separaclón entre la teoría y la práctlca Estas creaciones de saberes deberán obedecer a los st-
tan caras ai pensamlento moderno. EI paradigma emer- gutentes topoi 15 el prlmero se puede formular deI sígutente
gente es intersticial eu eI modo como se píerisa y se prensa modo: No toque. Esta es humano. Como acabé de mencio-
de él siempre ahogado en la realidad de los contextos en nar, la bíotecnología y la ingeniería genética expresan de
que se practlca. En esta medida, me parece preferlble tra- la manera más elocuente el dilema epistemológico contem-
tar de interpretar SUB síntomas a través de un conjunto de porâneo. Frente al avance dei conoctmíento científico en
seis guiones para otras tantas historias de las cuales se estos domtníos y de la orlentaclón de la aplícacíón que está
podría sacar una moralidad práctíca, a la manera de los teniendo, es previsible que en un plazo relativamente cor-
topoi de la retórica aristotélica y perelmanlana. Estas his- to el cuerpo humano se transforme en una mercancía e in-
torias padrão ser contadas y dramatizadas en comunidades cluso en la mercancía por excelencía, desempenando en el
educativas. Cada historia es parcial. en el mísrno sentido nuevo régímen de acumulación el mismo papel que desem-
en que, para Wllliam James "el mundo está lIeno de histo- penó el automóvil en el período dei capitalismo organiza-
rias parctales. que correu paralelas unas eon otras y que do, el período de la acumulaclón fordlsta. Frente a esto, tal
corntenzan y terrnman de vez en cuando" (1969: 98). vez sca tiempo de que intervengamos en favor de lo huma-
EI primer gulón se lIama el saber y la ignorancia. EI sa- no de la misma manera que el guardián de la exposición
ber moderno cuando aún volaba bajo parecía tener dos alas de arte postmoderno en Kassel intervino en favor de la au-
iguales y un vuelo equilibrado. A medida que crecíó viocómo tonomía dei arte cuando el hljo de Huyssen tocó Inadver-
las dos alas eran destguales, una volaba alto y se lIamaba tidamente una de las obras expuestas: "Ních t berühren.
vocación crítica y la otra volaba bajo y se llamaba vocación Das 1st Kunst" ("No toque. Esto es arte").
de complicldad. Y mlentras más bajo volaba esta ala más EI segundo topos se puede formular así: Es más impor-
alto volaba la prlmera. Esta última pasó a volar tan alto tante estar próximo que ser real. EI conocímíento moderno
que tenía una vístón telescópica dei mundo, y ai mlsmo
se basa en la representación, es dectr, en la creación y ais-
tlempo le era fácil y confortable sentirse ausente de él. Con
lamlento de un otro, lIamado objeto, que se descrlbe por
el tlempo perdló, además, la noclón dei mundo y, por lo
el sujeto como exlstlendo Independlentemente de cual-
tanto, de su propta ausencía, No es sorprendente que un
quíer intervención creatíva de éste. La representación crea
pájaro tan desequilibrado haya encallado en los montes
así, distancia y mlentras mayor es la distancia más obje-
más elevados de nuestra reflexividad. EI efecto más evi-
tivo es el conocírníento. AI anallzar la pintura holandesa
dente de ese desastre es la sltuaclón epistemológica en
que nos encontramos y que se puede resumir en lo si- dei síglo XVII Susan Sontag resalta el modo como el artis-
gulente: la ignorancla es cada vez menos disculpable y ta combina la distancia con la exactltud: "Lo remoto con
ciertos tipos de conocimiento son cada vez más intolera- la descrlpción exacta, la descrlpclón de una íglesía real, de
bles (prenso. por ejemplo, en la blotecnología y en la Inge- una perspectiva real, pero nunca de una perspectiva pró-
nlería genética). La manera postmoderna de salir de esta xima" (1987: 125). Efectlvamente, para el conoclmlento
sttuacíón consiste en lo que, en otro lugar, destgné como moderno, lo real y lo próximo son antagórucos. AI contra-
la doble ruptura epistemológica (Santos, 1989). La rio, el conocimiento postmoderno prefiere lo próximo en
ct e n c a moderna hizo posible la primera ruptura
í
detrimento de lo real. Ser pragmático significa abordar la
epistemológica y con base en ella se separó del sentido co- realidad a partir de las "cosas últimas" de Willlam James,
mún existente. Fue un acto revolucíonarto dei que no po- es dectr, de las consecuencias. Mientras menor sea la dis-
demos abdicar. Sin embargo, una vez realizada esa rup- tancia entre actos y consecuencias, se hace más fácil y
tura, el acto epistemológico más importante es romper con más necesarlo un saber edlflcante. A esto se agrega que,
eIla y hacer que el conocimiento científico se transforme siendo retórico, el conocimiento postmoderno aspira a ser
en un nuevo sentido común. Para eso es necesarío, con-
tra el saber, crear saberes y contra los saberes, contra! 15 N. deI T: Topot o locicomune son los lugares comunee, las ideas consen-
saberes. suales que functonan como premisas de la argumentactón.

122 123
oral, a la comunicación cara a cara, la cual como lo de- cíencía, hoy, cuando mucho de lo posible es lndeseable y
muestra WalterOng, es circunstancial y contextual, en suma algo de lo ímpostble es deseable tenemos que dividir tanto
próxima (1982: 36). Favoreciendo la proxírntdad, el cono- a Dias como a la cíencía. Y en el media, en eI meollo, nos encon-
cimiento postmoderno es local. Se trata, stn embargo, de tramos, con o sm sorpresa , a nosotros mismos. Por esta
un localismo relativamente desterritorializado y, en ese sen- razón, querámoslo o no. todo se nos entrega. Yporque todo
tido, tambíén es un locallsmo Internacionalista a la manera se nos entrega no sorprende que estemos cada vez más in-
de la nueva generación de artistas "objetívtstas" de Nueva teresados en ellenguaje (de ahí, el segundo Wlttgensteln),
York, el "new objectistics" ai decír de Bonito Oliva (1988: 62). en el poder deI conoctmtento y de la argumentacíõn, (de
EI tercer topos dei guión sobre el saber y la ígnorancía ahí, Nietzsche, Foucault y el resurgtmíento de la retórica)
se puede formular de esta manera: Afirmar sin ser cómpli- y finalmente en la comunicación humana y en la intera-
ce, criticar sin desertar. Como ya dije, la teoría crítica mo- cción (de ahí, el redescubrimiento dei pragmatismo norte-
derna se afirma por la negacíón dei mundo y, bten sea por- americano de la mano de Habermas). Para cultivar estas
que lo confronta, bien sea porque se le escapa, actúa stempre nuevos mtereses, imagino una escuela pragmática, la cual
poseída por la "ansledad de contamtnacíón". Esta postu- conststtría en dos clases. En la primera, llamada concíen-
ra se basa en dos condiciones: en el efecto de distancia que cía del exceso, aprendemos a no desear todo lo que es po-
como menctoné es inherente a la representación y en la slble sólo porque es poslble. En la segunda clase, llamada
concepclón de la realldad como una presencia (y un pre- conclencia dei déficit, aprendemos a desear tambíén lo tmpo-
sente) monolítica. Ya procedí a la crítica de la primera con- slble. Los estudlantes de la postmodernldad reaccíonarta
dícíón. En cuanto a la segunda, su implausibilidad es cada sólo aststen a la primera clase. Los estudiantes de la postmo-
vez más evidente. en la medida en que entramos en la era dernidad de resístencta aststen a ambas al mismo tiempo
dei tiempo social ínstantáneo, de la realldad virtual, de la porque saben que sólo así es postble aprender a formular
expertencía televisiva, en ftn, de ímágenes gobernadas por necesldades radtcales. EI objetivo principal de la comunt-
una estética de desaparlclón, como la llama Paul Virlllo cación promovida por las dos clases no es, pues, obtener
(1988: 57). En tal forma resulta claro que hay generaclo- eI consenso, como pretende Habermas, sino formular nue-
nes de realidades como hay generactones de ímágenes. Hay vas necesldades radícales, como qulere Agnes Heller (1987)1".
realidades emergentes como hay realidades testímoruales. Con todo, la formulaclón de necesldades radícales no es
transplantadas, o residuales. En el contexto actual, la condí- suficiente para distinguir una teoría crítica moderna de
cíón específica de las realidades emergentes reside en que una teoría crítica postmoderna. Además, tanto Habermas
los últimos estratos de la realldad tienen un exceso de sen- como Heller, adoptan la prímera y desdeiían la segunda.
tido que trasciende más allá de ellos , Por eso, las realida- Lo que distingue la teoria crítica postmoderna es que para
des emergentes no pueden dejar de ser afirmativas antes ella las necesldades radicales no son deduclbles de un mero
de ser críticas. i,Es entonces postble afirmar sin confirmar ejerclclo filosófico, por más radicai que sea: emergen an-
complacientemente? Y i,ser crítico sin ser escapista o de- tes de la ímagtnacíón social y estética de que son capaces
sertor? La teoría crítica postmoderna es afirmativa en la las prácticas emancipatortas concretas. EI reencantamien-
medida en que la búsqueda Incesante de alternativas se da to del mundo ptesupone la inserción creatíva de la nove-
por la vía dei recíclaje de las realidades. Preftere correr el dad utópica en lo que tenemos más próximo.
ríesgo de ser absorbida y neutralizada a dejar de buscar EI tercer gulón se titulaEl interés y la capacldad. EI hom-
fragmentos de genuinidad y de oportunidad en los mmen- bre y la mujer modernos sternpre vtvíeron en una cíudad
sos depósitos de manipulación y de dominaclón que la mo- fronteriza cuya transformación, stempre rápida, se basa-
dernídad fue acumulando. ba en la ecuación interés = capacidad. Quien tenía interés
EI segundo guión se titula Lo deseable y lo lmposible.
Cuando lo deseable era ímpostble le fue entregado a Díos , 16 Sobre la comparactõn entre el pensamtento de Habermas y el pensamiento
cuando lo deseable se hlzo posible le fue entregado a la de Heller-, se puede consultar a Radnoti (1987; 104).

124 125
en las transformaciones tenía capacidad para ellas y rníen- turo como sujetos. Vivimos en un mundo de sujetos múl-
tras mayor era el interés mayor era la capacidad. El pen- tiples. Aunque Agnes Heller afirme, y con razón, que la dífe-
samiento liberal se fundamentó en el presupuesto de que renciaclón Interna dei sujeto es una varlable (Heller, 1987:
la burguesía era la clase más tnteresada en el desarrollo 15), ml propuesta es que, en términos generales, todos no-
dei capitalismo y, en consecuencia, la más capacitada para sotros, cada uno de nosotros, es una red de sujetos donde
asegurarlo. Por su lado, el pensamiento marxista se fun- se combinan varias subjetividades correspondíentes a las
daba en el presupuesto de que la clase proletaria era la que distintas formas básicas de poder que circulan en la socíe-
tenía más interés en la superación dei capitalismo y, en dado Somos un archiplélago de subjetividades que se com-
consecuencia, la mayor capacidad para llevarla a cabo. En blnan de manera diferente bajo múltlples circunstancias
forma lapidaria, el Manífíesto Comunista de 1848, sm duda personales y colectivas. Temprano en la mariana somos
uno de los grandes textos de la modernidad, afirma que la principalmente miembros de familla, durante el día de tra-
clase proletaria sólo tiene que perder sus grilletes y es pre- bajo somos clase, leemos el periódico como individuos y
cisamente este radicalismo el que sustenta su papel his- presenciamos eljuego de fútbol dei equipo nacional como
tórico privilegiado. nación 17. Nunca somos una subjetividad exclusiva, pera
Con el paso de los anos, el hombre y la mujer modernos le atribuimos a cada una de ellas , de acuerdo con las con-
se trasladaron hacía un suburbio euro-amerícano y allí pare- diciones, el privilegio de organizar la combínacíón con las
cen haberse colapsado los presupuestos de la ecuación. demás. A medida que desaparece el colectívísmo de grupo
Incluso admitiendo que la clase proletaria continúa teníen- se desarrolla, cada vez más, el colectivismo de la subjetí-
do Interés en la superactón dei capitalismo, no parece que vidad.
tenga capacidad para llevarla a cabo. Y si, por hipótesis, De la mísma manera, a nível co1ectivo, cada sociedad,
se defiende que aún tiene capacidad, parece entonces que regíón o comunldad o cada período histórico tiende a pre-
ya no tiene lnterés. Mientras tanto, son cada vez más nu- ferir una combtnacíón específica de subjetividades o, por
merosos los grupos socíales que manifiestan un interés ve- lo menos, a preferiria en el proceso de su trarisformactón
hemente en la resolución de algunos problemas, como son social. Por ejemplo, en el caso de Portugal. Si bíen es cíer-
la catástrofe ecológica, la defensa de la biodiversidad, el to que en las décadas más reclentes las subjetividades do-
peligro de la guerra nuclear, la paz, las diferencias sexual minantes fueron el individuo y la familia, creo, stn querer
y racial. Y, stn embargo, mtentras mayor es el interés de hacer grandes prevístones hacía los anos próximos, que
estos grupos, más sentida es su íncapacídad para obtener las subjetividades de clase y de nacíón adquirlrían más peso
una solución. En la medida en que la solucíón de estos proble- en el archipiélago de nuestras subjetividades. De este aná-
mas se liga con la superación del capitalismo, nos encon- lisls resulta que, a nível global, estas combinaciones slempre
tramos en una sttuacíón cast diametralmente opuesta a la son contingentes, pues varían según múltiples e ímprede-
del Manlfiesto: nuestro interés por esa transformación es cibles círcunstancías, pero. una vez verificado un dado cír-
grande pero ai mismo tiempo sentimos que tenemos rnu- cunstancialismo político, espacial. temporal, etc., la com-
cho que perder con ella. binación se organiza en él en una forma estructurada y
Es esta, en suma, la razón dei punto muerto a que llegó determinada. En otras palabras, la contingencia global con-
la discusión sobre el sujeto histórico de la transformación vive con determinismos locales.
social. Mi propuesta es que en vez de que discutamos la EI cuarto guión se titula Lo alto y lo bajo o el solista y el
cuestión abstracta dei sujeto histórico o en vez de que re- coro. De la alta cultura a la baja cultura, de las altas os-
solvamos abstractamente como los estructuralistas y post- tentaclones a las bajas ostentaciones, dei alto clero ai bajo
estructuralistas, pasando el sujeto a la hístorta, analice- clero, de la alta admlnlstración a la baja administración,
mos concretamente nuestra historia como sujetos, sobre
todo el paso dei sujeto soberano ai sujeto obediente, para 17 Sobre la construcctõn de estas subjetividades en el interior de las relacio-
de ahí extraer algunas lecciones en cuanto a nuestro fu- nes soctales paradígmaucas. ver el capítulo eíguíente.

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la socíedad moderna es una socíedad de altos y bajos. Se- yo vivía eran resueltos a través de una argumentación tó-
gún Max Weber, lasjerarquías están ligadas ai proceso de pico-retórica, un conjunto de topoi, que era la condensa-
racionalización porque éste actúa mediante la diferencia- cíón de costumbres y expertenctas de lo cotidiano que, poco
cíón de las funciones y mediante la especialización de las a poco, se convertían en criterios de racionalidad de ese
competencias para desempenarias (Weber, 1978). De ahí mísmo cotidiano. En suma, eran filtros creados en el pro-
que la soctología funcionalista explique y justifique la es- ceso de filtración (Santos, 1977: 1995:Cap.3).
tratificación social como modo de asegurar que las funciones Tal como las novelas de Dostoíevski, según Bakhttn, te-
de desigual complejidad sean desempenadas por quien es nemos que aprender a serpolifónicos (Bakhtín, 1981; 1984).
más competente para ello y que. naturalmente. el esfuer- Es evidente que la pollfonía está contra las verdades Iuer-
zo adicional para la obtención de esa competencia debe ser teso Y ahora bten, más vale una verdad en la mano de la
compensado adicionalmente. Y como mientras más com- retórica prudente y democrática que dos volando en el va-
plejas son las funciones menor es su número, la hístorta cío de la apodíctica, imprudente y autoritaria. En tercer
de los altos y los bajos síempre fue contada a la par con la lugar. la gran oportunidad creada por las transformacio-
hístorta de los solistas y de los coros. Como quíera que sea, nes presentes es que la relación formal contenido se alte-
las jerarquías han estado srempre ligadas con las tecnolo- ró en la medida en que los contenidos se transformaronen
gías, concretamente con las tecnologías dei saber. y han duplicados de las formas o incluso en otras formas. De esta
sido tambíén, el modo preferido de imponer las formas a manera se hace más fácil recuperar formas degradadas, y
los contenidos. mientras mayor sea el diálogo entre las formas. más infor-
En este tema la situación presente es compleja, Por un mal y democrático será ese diálogo. En las condiciones
lado. Ia profundización de las tecnologias y la proliferación actuales de transtcíón, la atencíón se debe concentrar en
de las formas suscltan la exciusividad de las [erarquías: la capacidad de ver lo formal en lo informal y lo informal
por otro lado. la aceleracíón histórica con que lo hacen ter- en lo formal.
mina por hacer cada vez más fluidas las deftnícíones de EI quinto guión se llama Las personas y las cosas. En el
alto y haja. y los coros, como en los de Carmina Burana, principio de la edad moderna había navegantes y adamas-
actúan como si fueran solistas. Las jerarquias. por un lado. teres!" cantados inicialmente por Camões. Los navegan-
se profundizan y por otro, se trivializan y en ambos casos tes estaban a gusto entre si. Sólo que no lo estaban con los
se desíegíttman. Esta situación contiene algunas oportu- adamastores. Y los adamastores eran cosas; sólo el dís-
nidades que no se deben desperdiciar. Primero que todo gusto que sentían hacta ellos obltgaba a personalizarlos
está el canon procesal que tíene que ser atacado. es decír, para traerlos por lo menos cerca dei grito y dei írnprope-
los procesos de espectaltzacíón funcional. En este capítulo, rio. La super-cosa creada entonces era la naturaleza. La
la deconstrucción de las profesiones tiene una ímportancía cíencía moderna es un gran proyecto para que nos ponga-
fundamental. porque muchas de ellas se basan, exclusi- mos a gusto con las cosas. y por eso se empezó por la ne-
vamente. en la profesionalización de las palabras (los ju- cesidad de tener ideas distintas y claras acerca de ellas,
ristas SOTI el caso paradtgrnátíco). En segundo lugar, la como ensefió Descartes. Con el transcurrir de los síglos.
guerra contra los monopolios de ínterpretacíón está lejos las cosas evolucionaron tanto que no nos dimos cuenta de
de ganarse. Sin embargo, es importante que el proceso de que. al mismo tiempo que las domesticamos y nos pusimos
desmantelamiento de los monopolios sea conducido para
crear mil comunidades interpretativas y no redunden en 18 N. dei T. Adamastor (o Damastor, domador de caballcs l fue uno de los gi-
millones de renuncias a la interpretación. Las comunida- gantes hijos de Gea que se alaaron en armas contra Zeus y los Dtoses del
des interpretativas se organizan en torno de discursos Olimpo. Fue derrotado y castigado. Camões se reflere en el Canto V de Os
Lusrcdcs (Estrofas XL a XLVII)cómo Adamastor, guardtán dei cabo de Bue-
argumentativos estructurados, siempre precariamente. na Esperanza. se presentó frente a la nave de Vasco de Gama para ímpedtr-
por topoi retóricos. Cuando estudié lasfavelas de Río de le el paso. EI profesor Santos ai hablar de adamastores se reflere a los obs-
Janeiro percibí que los contlictos de la comunidad donde táculos.

128 129
confortables con ellas, perdimos el gusto por las personas. una prolongacíón insidiosa. Es que si tuvímos éxíto en des-
Los microdespotismos de lo cotidiano, dei trabajo, dei des- truir los adamastores que exístían antes de nosotros, termina-
canso y deI consumo están en parte ligados a esa pérdida mos por crear otros adamastores todavía más pelígrosos.
de gusto. En el dominlo sexual, por ejemplo, las tecnolo- Precisamente porque la racionalidad moderna se perfeccío-
gías disponibles en el mercado son cada vez más solipsistas nó, especíalízándose, fue dejando crear en los interstícios de
y nos enseüan a castigamos por nuestro placer mediante la parcelacíón una írracíonaltdad global a la que hoy tra-
el uso de cosas íntimas. Es por eSQ que Dtos aparece resu- tamos, desesperadamente, de darle un nombre: es la díc-
citado en esta compulaíón. No porque sea una cosa, sino tadura sobre las necesidades de Agnes Heller.Ia colonización
porque es una persona que se puede tratar como cosa. dei Lebenswelt de Habermas , la rigidez global de C. Offe ,
Dias es un walkman trascendental (tal vez con más pro- la posibllidad global de un desastre éticamente inatribui-
piedad, unwalkgod), El crecíente aprecio por las cosas es, ble de K,O. Apel. Esto significa que la totalidad abstracta
en últimas, una de las razones por las cuales el papel de de las lógicas de la racionalidad acabó por fragmentarse
la ideologia que durante tanto tiempo resaltamos, es tal en múltíples mini-racionalidades que viven a la sombra de
vez menor de lo que se cree!", una irracionalidad global y que, como tal. no son capaces
Así como para Marx la alienación se basaba sobre todo de ver. Esta sltuación nos debe prevenir contra la tenta-
en la "estúpida compulsfón dei trabajo", tal vez la nuestra ción de caracterizar a la postmodernidad como cultura de
se base. más que en cualquier inculcación ideológica. "en la fragmentaclón. La fragmentación mayor y más destructiva
la estúpida compulsión dei consumo", Además, las dos com- nos fue legada por la modernidad. Ahora la tarea es la de,
pulsiones están hoy más interpenetradas que nunca. a partir de ella, reconstruir un archtptélago de racionali-
Dantés, el obrero, trataba de que su tiempo llbre fuera lo dades locales, ni mínimas ni máximas, sino tan sólo ade-
contrario dei trabajo. Hoy, el tiempo llbre es cada vez más cuadas a las necesidades locales ya sean potenciales o exis-
sernejante ai tiempo de trabajo. Yno me reflero sólo al tiempo tentes, y en la medida en que ellas sean formuladas demo
homogêneo y abstractc que, tal como el deI trabajo, domina cráticamente por las comunidades interpretativas.
el turismo organizado, Me refiero ai tiempo de lo cotidiano, Las míntrractonalídades postmodernas son pues conscien-
alJogging, ai ejercícto físico, ai maqulllaje, a la apariencia
tes de esta irracionalidad global. pero también son cons-
física. cada vez más importantes como fuerzas producti-
cientes de que sólo las pueden combatir localmente. Mientras
vas dei trabajador, sobre todo dei trabajador de servicios,
más global sea el problema, más locales y más múltiple-
que vende el trabajo tanto de la apariencia física como cual-
quier otro que tenga que hacer. Sin embargo, en las condi- mente locales deben ser las soluciones. AI archipiélago de
ciones deI "capitalismo desorganizado" a escala mundial, estas soluciones lo llamo socialismo. Son soluciones mo-
la víolencía, tanto de la compulsión deI trabajo como de la vedizas, radicales en su localismo. No interesa que sean
compulsrón deI consumo, se hace perversamente sutil y portátiles o incluso soluciones de bolslllo. Desde que ex-
pacífica e incluso casi deseada cuando se compara con la ploten nuestros bolslllos.
víolencía de la compulsión dei hambre y de la guerra a la
que poblacíones enteras están sujetas cada vez más. Las REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
comunidades interpretativas tienen que ser organizadas
en la crítica de estas compulsiones y. al contrario de la crí- ABERCROMBlE, N., Stephen Hl\l y Bryan Turner (1984), The
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134 135
5

EL ESTADO Y LOS MODOS DE PRODUCCIÓN DEL


PODER SOCIAL

INTRODuccróN

A medida que nos acercamos ai final dei síglo XX nues-


tras concepciones sobre la naturaleza deI capitalismo, del
Estado, dei podery dei derecho se hacen cada vez más con-
fusas y contradlctorias. De ello hay dos ejemplos, e1 uno
respecto a la naturaleza dei capitalismo, y el otro respecto
ai Estado.
Eu los últimos quínce anos fueron presentadas dos con-
cepciones radicalmente diferentes sobre la naturaleza deI
desarrollo capitalista. Según una de ellas, formulada por
I. Wallerstetn. "EI capitalismo nunca funcíonõ. oi en 010-
gún caso puede funcionar de acuerdo con su ídeología y
por eso el triunfo final de los valores capitalistas será la
seüal de la crtsts final deI capitalismo como sistema" (1980:
374). AI contrario, según la otra concepclón formulada por
A. Hirschman, y ya mencionada en el capítulo anterior. el
capitalismo no se puede criticar por ser represtvo, alienan-
te o unidimensional en contraste con sus valores básicos.
porque el capitalismo realizó precisamente lo que se pre-
tendía que realizara concretamente "reprimir cíertos im-
pulsos y tendencias y producír una personalidad humana
menos rnultífacéttca. menos imprevisible y más 'unídímen-
síorial" (1977: 132). En otras palabras, "el capitalismo apuntó

137
desde el principio a la realización de lo que rápidamente fue tata!). En tercer lugar, y a pesar de los espacios teóricos
denunciado como su peor caracteristica" (1977: 132). De innovadores de las últimas décadas. la teoría sociológica
este modo la sobrevivencia deI capitalismo se basa, para la continúa síendo básícamcnte derivada de las experiencias
primera concepcíõn, en la negación práctica de su ídeolo- sociales de las sociedades centrales y, en esa medida, es
gía y, para la segunda en la incesante afirmación de ésta. poco adecuada para el análtsís comparado y suscitar gene-
EI mísmo grado de contradicción se puede detectar en- ralizaciones espurias. Tarnbíén se puede decir que, mten-
tre las recíentes concepciones deI Estado. Míentras rnu- tras más general és la teoría sociológica. mayores son las
chos autores crttícan la tendencia creciente deI Estado de probabilidades de que se base en la experlencia social e
penetrar o incluso absorber a la sociedad civil y de hacer- histórica de los países centrales y se sesgue a eIlos.
lo en formas cada vez más autorttartas -Io que según las En el presente capítulo trataré dos de estas tres causas.
formas, o según los autores. ha sido descrito como "auto- la primera y la tercera. Pienso, de hecho, que el problema
ritarismo regulador", "democracia vtgüada". "neocorpora- básico de el carácter contradlctorio de las concepciones
tívísmo". "fascismo benévolo"- otros autores convergen en mencionadas y de tantas otras paralelas reside en el mar-
la ídea. aparentemente contradictoria eon la anterior, de co conceptual en que se mueven. Este marco está consti-
que eI Estado es cada vez más ineficaz. cada vez más in ~ tuido por un conjunto de conceptos que, según mi modo
capaz de desempenar las funciones que le incumben. De de ver. cualquíera que haya sido su utilidad en el pasado,
acuerdo con esta concepcíõn, el Estado o carece de recur- hoy es un obstâculo teórico para el avance de nuestro conocí-
sos financieros (el argumento de la crisis financiera) o de miento sobre el Estado y la socíedad, un obstáculo tanto
capacidad institucional lei argumento de la incapacidad mayor cuanto nuestro objetivo es conocer, no a una socíe-
de la burocracia del Estado para adaptarse aI acelerado dad central desarroIlada, sino a una sociedad semíperí-
ritmo de transformación social y económica) o carece aún férica como. por ejemplo, la sociedad portuguesa. El núcleo
de los mecanismos que en la sociedad civil orientan las ac- central de este marco conceptual está constituido por la
cíones y garantizan su eficacia (el argumento de la falta de desígnactón Estado/sociedad civil y por sus distintos co-
sefiales de mercado en la actuactón deI Estado). En estos rolarios como, por ejemplo, la separación entre lo econ6-
análisis. el Estado a veces surge como un leviatán devora- mico y lo político. Ia reducción dei poder político ai poder
dor. a veces como un emprendedor falltdo '. estatal y la identificación dei derecho como derecho esta-
Podría multiplicar los ejcmplos de concepciones contra- tal. Trataré de mostrar aquí que la distinción Estado/so-
díctortas cuyo carâcter contradictorio no es linealmente cíedad civil y sus corolaríos son hoy en día una "ortodoxia
reconducible hacía los diferentes paradigmas teóricos o conceptual" y que por eso, su preponderancia en el discurso
políticos de donde parten y mâs bíen parece radicar en la político es perfectamente compatible con su falencía teó-
nebulosidad dei propio objeto de análisis. En mt opmíón, rica. Empezaré por mostrar las raíces contradictorias de
las causas de esta nebulosidad son tres. En prtmer lugar. esta dtsttncíón y sus funciones latentes, para en seguida
continuamos analizando los procesos de transforrnacíón presentar a grandes rasgos. el perfil posible de una alter-
social dei fin dei síglo XX recurriendo a marcos conceptua- nativa conceptual cuyas potencialidades para analizar una
les desarrollados en el fin dei síglo XIX y adecuados a los sociedad de desarrollo intermedio están apenas esbozadas.
procesos soctales que entonces estaban en curso. En se-
gundo lugar. el Estado-Nacíón continúa predominando como LA DlSTINCIÓN ESTADO/SOCIEDAD CIVIL
unidad de análisis y soporte lógico de la tnvesugacíõn, lo
que nos impide captar cientificamente la lógica propia y la Las raíces contradictorias de la distlnc!ón
autonomía creciente, ya sea de las estructuras y de los pro-
cesos locales típicos de unidades de anâlisis más peque- La rigidez y la evidencia con que las ortodoxias concep-
fias (la lógica infraestatal) o ya sea de los movimientos tuales (o cualesquiera otras) se nos presentan, tienden a
globales, a nivel dei sistema mundial (la lógica supraes- oscurecer los procesos históricos más o menos prolonga-
I A tal punto que hoy se insiste en la necesidad de la eIaboración de una teo-
dos y casi siempre contradtctorros, de su constitución. La
ría dei fracaso deI Estado. Cf., por ejempto. .Jantcke (1980). reflexión crítica sobre ellas no puede, dejar de empezar por

138 139
el descubrimiento de su historicidad. Para eso tendremos Esto es particularmente evidente en Adam Smith. para
que recurrtr a algunos conceptos en relativo desuso pero quíen la idea de comercio genera libertad y la civilización
con innegables virtudes para analizar el período dei desa- va a la par con la defensa de las instituciones políticas que
rrollo capitalista que aquí nos interesa: a lo largo dei siglo garantizan un comercio libre y civilizado. AI Estado le co-
XIX de Eric Hobsbawm, que termina con la primera gue- rresponde un papel muy activo y, de hecho, crucial en la
rra mundial (Hobsbawm, 1987).
creación de condiciones ínstttucíonales y jurídicas para la
Se ha afirmado que el dualismo Estado/sociedad civil
es el más importante dualismo del moderno pensamiento expanstón deI mercado", Como Billet lo afirma muy bien
occidental (Gamble, 1982: 45). Según esta concepcíõn, el desde el primero hasta el último capítulo deAnlnqulry lnto
Estado es una realidad construida, una creacíón artificial the Nature and Causes of the Wealth of Nations, quedamos
y moderna cuando se compara con la socíedad civil. En impresionados con la idea, fundamental en el pensamíen-
nuestro síglo, nadie expresó esta idea mejor que Hayek: "Las to de Adam Smíth, de que la naturaleza de las ínstttuctones
sociedades se forman pero los estados se hacen" (I979: 140). y las prácticas políticas de una nación afectan decisiva-
La modernidad deI Estado constitucional deI síglo XIX se mente su capacidad para un desarrollo econórníco firme.
caracteriza por su organización formal. unidad interna y Comparando a Portugal y a Espafia con la Gran Bretafia.
soberanía absoluta en un sistema de Estados y. principal- Adam Smith considera el carácter despótico de los dos
mente, por su sistema jurídico unificado y centralizado primeros Estados, los "gobíernos violentos y arbitrarios",
convertido en un lenguaje universal por medro deI cual el como responsables por su estancamiento económico y su
Estado se comunica con la socíedad civil. Ésta por el con- relativa pobreza: "La industria no es allí nllibre ní defen-
trario, está concebida como el domínío de la vida econó-
dida y los gobiernos cívíles y eclesiásticos de Espana y
mica. de las relaciones socíales espontáneas orientadas
por los intereses privados y particularísticos. Portugal son de tal orden que por sí solos bastarían para
Además, el dualismo Estado/sociedad civil nunca fue perpetuar su Estado actual de pobreza" (1937: 509). Más
inequívoco y de hecho, se mostró desde el inicio, lleno de impresionante aún es que para Adam Smith el despotis-
contradicciones y sujeto a constantes crtsts. Para empe- mo puede ser tanto el resultado de un gobierno arbítrarto,
zar, el principio de la separación entre el Estado y la so- que gobierne por la fuerza, sin restricciones ínstítucíona-
cícdad civil engloba tanto la idea de un Estado mínimo como les o legales, como el resultado de un goblerno débil, una
la de un Estado máximo, y la acción estatal está conside- autoridad inestable, Incapaz de mantener el orden y la ley
rada simultáneamente como un enemigo potencial de la y de desempenar las funciones reguladoras exigidas por la
libertad individual y como la condición para su ejercícío. economía (Billet, 1975: 439; Viner 1927: 218).
EI Estado como realidad construida, es la condición nece- La Idea de la separación entre lo económico y lo político
saria de la realidad espontánea de la sociedad civil. EI pen- basada en la distinción Estado/sociedad civil y expresa-
sarntento sietecentista está totalmente imbuido de esta da en el principio dellalssezfalre parece estar herida por
contradicción dado que ai liberar la actividad económica
dos contradícctones insolubles. La primera es que, dado
de las regías corporativas delancien régime no presupone,
de ninguna manera, que la economía moderna dispense el carácter específico de los intereses en la sociedad civil,
una acción estatal csclarectdaê. eI principio dellaissezjaire no puede ser igualmente váli-
do para todos los intereses. Su coherencia interna se basa
2 Muy claramente este es el caso de los llumlnistas escoceses convertidos por en unajerarquía de intereses previamente aceptados, sm-
el pensamiento dei stgto XIX en adoctnnadores dellaíssezjatre. Hoy sabe-
mos que no lo fueron oque 10fueron, por aeí decirio, sôlo retrospectivamente.
es decir, con relación aI orden corporativo dei Estado feudal. AI contrario, 3 Ha habido algún debate sobre eI papel de las tnstítucíones políticas y jurí-
estaban bten conscientes de que la economía moderna conduciría hacía e1 dicas en el peneamtento de Adam Smtth. En contra de la optntôn que em-
surgrmtento de un Estado con un potencial para influenciar la vida dei pue- pieza a ser generalmente aceptada Ivíner. 1927: Billet, 1975; Samuels, 1979),
blo Inconmensurablemente superior a la dei Estado feudal. Sólo esto explica Htrchsman ttende a minimizar ese papel. Stn embargo. él mrsmo reconoce
que cstuvieran tan preocupados por díeeüar soluciones políticas que tmpí- que. "según parece Smith defendió menos un Estado con funciones míni-
dieran que ocurrtera eI abuso de poder, de "Ies grands coups d'autorfté de
M
mas que un Estado cuya capacidad para los excesos fuera limitada" (1977:
que h abl aba Montesquteu. 104).

140 141
ceramente expresada en la máxima de John Stuart Mill: mente el peso de esta ortodoxta conceptual sobre el pro-
"Cualquíer desvío dellaissezfalre a menos que sea dictado pto marxtsmo. Pontendo de lado la teoría política ltberal
por un gran beneficio, es un mallndudable" (1921: 950). francesa e inglesa dei sígío XVIll y considerando apenas
La dtecu stón dei principio se hizo slempre a la sombra de los antecedentes más próximos del pensamíento de Marx
la discusión de los íntereses a los que se aplicaba el prin- -eí contexto alemán-, se debe subrayar que, según Hegel,
cipio. Asi. la mlsma norma jurídica puede ser objeto de la sociedad civil es una fase de transición de la evolución
interpretaciones opuestas, pera igualmente coherentes. de la "tdea", sterido la fase final el Estado. La famllia es la
Un ejemplo de esto fue el caso de la legtslactõn de 1825- tesis, la sociedad civil es la antítesis y el Estado es la sín-
65 sobre las sociedades por acclones, considerada por tesis. La sociedad civil es el "sistema de necesidades", la
unos como un buen ejemplo dellaissezfaire. por eliminar destrucción de la unidad familiar y la atomización de sus
las restricclones a la movilldad del capital y, por otros. miembros, en suma, el dommío de los intereses particu-
como una nítida violación de este mismo laissezfaire, por lares y del egoísmo, un estadia que será superado por el
concederle a las sociedades comerclales prívílegtos que le Estado, el supremo unificador de los íntereses. la idea
eran negados a los empresarlos Indlvlduales (A. J. Taylor, universal, la concrecíón plena de la concíencía moral (Hegel,
1972: 12). Esto explica por qué es que la Inglaterra vlcto- 1981: seco 140). De algún modo hay en Hegel dos líneas de
riana fue considerada por unos como la edad deI laissez pensamiento sobre el Estado y la sociedad civil. Una, al-
faire y, por otros, como el embríón dei Welfare State 4 tamente subsidiaria dei pensamlento liberal inglés y francés,
La segunda contradicción se reftere a los mecanismos es la distlnción conceptual entre el Estado y la sociedad
que actlvan socialmente el principio del laissezfaire. EI civil como entidades contradlctorias. La otra, es la Idea de
slglo XIX lnglés dío testlmonio no sólo de un Incremento que el concepto de socíedad civil no está en el mtsmo píé
de la legtslacíón sobre la política económlca y social, sino de 19ualdad (en el mismo nivel especulativo) que el concep-
también sobre la aparición de una amalgama de nuevas to de Estado: corresponde a un estadia menos desarrolla-
Instltuclones estatales como la "Factory Inspectorate", el do de la conciencia para ser efectivamente acogído en el
"Poor Law Board", el "General Board of Health", etc. Es Estado y, en ese sentido, la separación entre Estado y so-
Interesante notar que algunas de esas leyes y de esas íns- cíedad civil como dos conceptos opuestos y al mismo nivel
tituciones se destlnaban a apltcar políticas delaissezfalre. de abstracción, es teóricamente insostenible. Esta última
Como subrayó Dlcey, "sinceros adeptos dei lalssezfaire concepcíón, a pesar de su conterudo místíftcador, es hoy,
aceptaban que, para alcanzar sus fines, el perfeccíona- en mí optntón, fundamental para la comprenstón dei pro-
mlento y ei fortaleclmiento de los mecanismos guberna- ceso histórico de las sociedades capitalistas. Sin embargo
mentales, era una necesidad absoluta" (1948: 306). Esto fue puesta de lado en las díscusíones que síguíeron a Hegel.
significa que las políticas dei laissezfaire fueron aplica- La personificación de la dicotomía Estado/sociedad civil
das, en gran medida, a través de una activa Intervención surgtó sín demora, en gran parte debído a los trabajos de
estatal. En otras palabras, el Estado tuvo que Intervenlr Lorenz von Stein.
para no intervenir. A pesar de la tentativa que hizo Max Adler para ltberar
Frente a todo esto surge la pregunta: si la dísttnctón Es- de ese carácter (1922), creo que la concepción de Marx co-
tado/socledad civil estaba tan liena de contradíccíones. rresponde a la verslón reformulada de la distlnción Esta-
i,cómo es que fue tan ampliamente aceptada, considerada doi soctedad civil. Marx la invirtió, pero no la supero. Des-
tan obvía y tan plena de sentido común? Antes de Inten- cubrió que las alegadas "leyes naturales" de la economía
tar responder a esta pregunta me gustaría ilustrar breve- clásíca escondían relaciones sociales de exploración que
el Estado, sólo aparentemente neutro tenía como función
4 A la luz de esta no es sorprendente que la crtsts dei Estado-Providencia o garantizar. En vez del interés social universal. el Estado
la crtsts de la regutactõn. tal como se ha discutido en los últimos afias, sea representaba el interés deI capital por conseguir su repro-
concebtda por algunos como un regreso aI capitalismo deltctsseejctre y por
otros. como el embri6n de una nueva forma de Estado.
ducción. Sin embargo, como estaba empenado en discutir

142 143
la economía clástca en su propio terreno, Marx cayó en la decír, el trabajo efectuado por los síervos para garantlzar
trampa de la separacíón entre economía y política y terml- la subsistencia y la acumulación de los seüores feudales)
nó por reduclr la política y el derecho a la acclón estatal. eslaban separados en el tlempo y en el espaclo. Dado que
No constguío perctbír en qué sentido real (y no sólo meta- los sefiores feudales no detentaban la propíedad de los me-
fórico) las "relaciones económicas" eran también relacto- dias de produccíón, tenían que depender de las Instltuclones
nes marcadamente políticas y jurídicas en su constitución políticas y jurídicas dei Estado para aproplarse dei sobre-
estructura1. La metáfora de la base económíca que susten- trabajo de los siervos. En cierto modo, como los seüores
ta la supraestructura política y jurídica no es , por lo tan- feudales no detentaban la propíedad privada de Los medias
to. una dlstorslón completa dei pensamlento de Marx, como de producctón. su poder social estaba íntlmamente ligado
se ha hecho creer recíenternente". a la propiedad privada dei Estado. En el capitalismo. ai con-
trario. el trabajo necesarto y el sobretrabajo tlenen lugar
Las funciones latentes de la distlnción Estado! sociedad dentro dei mísmo proceso de trabajo debldo ai contrai de!
civil capitaL sobre éste último como atributo de su propiedad de
los medias de producción. Desde que el Estado garantlce
i,Cómo es posible explicar la naturaleza evidente de la eL cumplimlento dei derecho de propíedad. Ias reLacLones
noción de lo "econômico" como un campo separado y au- económicas transcurren y se reproducen por sí mísmas en
tónomo y de las correspondientes nociones de lo "político" la esfera privada de La fábrica. Parece así, que la extertort-
y de lo "jurídico" como atributos exclusivos dei Estado? dad dei Estado y de la política en Lo que respecta a las re-
laciones de la produccíón deriva de la concepción de las
"Cómo se explica La persistencia de la dicotomia Estado!
sociedad civil a pesar de sus contradicciones internas y relaciones de producción como una cuestión económica y
permanentes crisis? privada entre individuas privados dentro de la socíedad
civil.
Como sucede con todas las teorías socíales, esta orto-
doxia conceptual tlene una parcela de verdad. En el feu- Si reflexionamos mejor, esta derivación no es lógicamen-
dalismo, el trabajo necesario (es decir, el trabajo necesa- te necesaria. Sin stquíera cuestionar la exterioridad de las
rio para la subslstencla de Los stervos) y eL sobretrabajo (es instltuclones políticas y jurídicas dei Estado en lo que res-
pecta a las relaciones de produccíõn, sería igualmente ló-
5 Ademâs. la metáfora de la base/superestructura ha persistido, más o me- gico concebir esas relaciones dentro de la fábrica como un
nos dlsfrazada, en todas las tentativas de reformulacíón de la cuestión a la conjunto de procesos políticos y jurídicos, apenas con la
que ella trató de dar respuesta. Entre ellas, ellntento más mfluyente en el
marxismo occidental de los últimos treínta afias fue, stn duda, el de la es- característica específica de que ocurren exteriormente al
cuela francesa dei estructuralismo marxista althusserlano (Ia teoria de las Estado, bajo el control directo dei capital. Y de hecho, no
Instanclas -econõnuca. política e ídeolôgtca- relativamente autônomas. el sería difícil descubrlr dentro de la fábrica cuerpos legisla-
concepto de scbredetermtnactón: el princIpio de la determínactõn econômi-
ca, en última tnstancia), A pesar de su softsttcactón teórica, un sesgo eco-
tivos. grupos de poder, coalíctones, reglamentactones ju-
nomtctsta. es por lo demás evidente, en la obra dei más brtllante teórico dei rídicas, mecanismos para la solución de conflictos, sanciones
Estado. de la política y deI derecho de esta escueta. Nicos Poulantzas , AI positivas y negativas. vígüancía policial. etc. "Por qué no
analtzar la relaclón de la propledad, concebida por él como elemento de la
fue adaptada esta concepclón alternativa de la realidad de
instancla econômica. Poulantzas subraya que ella pertenece estrtctamente
a la tnetancta econorruca y debe. por eso. ser claramente distinguida de las la fábrica? i,Por qué esta enorme variedad de procesos so-
formas jurídicas de que está investida, es decrr. de la propiedad jurídica clales fue amalgamada totalmente en el concepto amorfo
(1978a: 26). Poulantzas critica a Maurice Godelier por ignorar que las rela- de "relaciones económicas?".
ciones de producctón y las fuerzas productivas pertenecen a la rrusma com-
btriactón estructural de la economia míentras que la propiedad (jurtdtca) de A ml modo de ver, la separaclón entre lo político y lo
los medios de producctôn pertenece a la superestructura (1978a: 67). Es- económlco permltló, por un lado, la naturalizaclón de la
tas formutactones de Poulantzas, publtcadas por prrmera vez en 1968, fue- expiotaclón económ!ca capitalista y por otro, Ia neutrali-
ron de lejos las más infiuyentes. EI pensamiento de Poulantzas, como se
sabe, evoluclonô bastante en los últimos anos de su vida. Cf. Poulantzas zaclón dei potencial revolucionaria de la política liberal,
(1978b). dos procesos que convergíeron hacia la consolidación deI

144 145
modelo capitalista de las relaciones sociales. Si en un ejer- amplia, donde están incluidas otras formas antidemocrá-
cicio de ímagtnactón. comparamos las relaciones socíales tlcas de derecho y de política.
a lo largo de los tlempos, es en el campo de las relaciones
políticas, en las relaciones de la esfera pública, donde las HACIA LA CONSTRUCCIÓN DE UNA ALTERNATIVA CONCEPTUAL
sociedades capitalistas más inequívocamente representan
el progreso civilizador. Por primera vez en la historia, el La crítica de la dísttncíón Estado/ socledad civil se en-
Estado se hlzo verdaderamente público, es dectr, dejó de frenta con tres objecíones fundam entales. La primera es
constítutrse en la prapledad privada de un grupo específí- que no parece correcto que se cuestione esta distinción preci-
c0 6 . La concesión de derechos cívicos y políticos y la con- samente en el momento en que la socíedad civil parece estar,
secuente universalización de la ciudadanía transformaron por todas partes, a punto de sacudirse el yugo dei Estado
al Estado en la consustanciación teórica del ideal demo- y de independlsarce de él, capacitándose para el desem-
crático de partlcipaclón íguaíttarta en el domtnío social. Si peno de funciones que antes le estaban confiadas al Esta-
al contrario, consideramos las relaciones de producción en do. La segunda objeción es que, Incluso admltiendo que la
las sociedades capitalistas, sobre todo en el período dei dlstlnclón es crltlcable, es difícil encontrar una alternati-
capitalismo liberal, la imagen será casi contraria a la an- va conceptual o incluso es Iógícamente imposible, por lo
terior. Reconocemos, obviamente, el enorme progreso que menos mientras que entre a regír el orden social burgués
se ha operado en términos de tecnologias de producctón, (Glner, 1985). La tercera objeción es que, sobre todo en las
pero en cuanto a las relaciones soctales de producción sociedades periféricas y semiperiféricas caracterizadas por
hemos sido oblígados a concluir como Metkstns Wood que una socíedad civil débil, poco organizada y poco autóno-
"en níngún otro sistema de produccíón. el trabajo es tan ma, es políticamente peligroso poner en funcionamiento la
completamente disciplinado y organizado, y nlnguna otra dtsttnctôn Estado/sociedad civil.
organización de la producción responde tan directamente
a las exígenctas de la aproptacíón" (1981; 91), Este control, Las diferentes sociedades civiles
sln precedentes, sobre la produccíón es aquello a lo que
Marx llamaba el despotismo de la fábrica (1970) Y Braver- En cuanta a la prtmera objectón, se debe subrayar ante
man describió progresiva degradación del proceso de tra- todo, que el "resurgímtento de la sociedad civil" es, en sí
bajo (1974), mismo, un fenómeno complejo, y es postble distinguir en
Creo que la dicotomia economía/política hizo incompa- ella por lo menos tres lógicas dtsttntas". La primera nos
rables e inconmensurables estas dos ímágenes. Las sepa- rerníte a la concepcíón liberal clástca de la socledad civil (como
ró en tal forma que la configuración política de las relacio- pluralidad atomística de intereses económicos privados) y
nes socíales, donde se condensaba el progreso civilizacional, domina hoy el discurso político, sobre todo el conservador,
dejó de poder ser el modelo de la conflguraclón económlca en las sociedades capitalistas tanto centrales como peri-
de las relaciones socíales. Confinado a la esfera pública, féricas o semípertfértcas. La segunda subyace a los nue-
el ídeal democrático quedóneutralizado o profundamente vos movírnientos sociales (ecológicos, de derechos humanos,
limitado en su potencial emanclpador. Convergentemente, pacifistas, feministas) y se delimita más o menos radical-
la converslón de la esfera pública en la sede exclusiva dei mente en la concepción liberal. apelando a la idea de una
derecho y de la política desempeüó una funcíón legitima- socíedad civil postburguesa y anti materialista (Offe, 1984;
dora fundamental ai ericubrtr el hecho de que el derecho y 1985; Arato y Cohen, 1984). La tercera fue la que dominó
la política del Estado democrático sólo podrían funcionar la reflexíón teórica dístdente en la fase final de los regíme-
como parte de una configuraclón política y jurídica más
7 Con otras preocupacíones teóricas S. Giner distingue cuatro concepclones
6 Hasta el siglo XVIII la prtvatteacíón dei poder dei Estado asumía múltíples
de soctedad civil: ltber-al clástca. begeítana. marxista cláslca y neomarxlsta
formas. Una de las más vulgares era la compra y venta de cargos públícos.
(1985: 247J.
Cf.. por ejemplo, Swart (1949).

146 147
nes socialistas del Este europeo: la sociedad civil socialis- sobre todo a imponer una concepctón homogênea y bien
ta, diferente de cualesquiera de las otras dos concepcío- definida de poder y a atrtburrle un lugar específico y ex-
nes anteriores (Heller, 1984; Feher, Heller, Markus, 1984), clusivo. La concepción es , como sabemos, la concepción
Estas dtsttnctones deben poner en sobreaviso a los cientí- dei poder político-jurídico y el lugar de su ejercícío es el
ficos soctales. Por un lado ní la socíedad civil postburguesa Estado. Todas las de más formas de poder, en la familla, en
o antimaterialista, nt la sociedad civil socialista fueron las empresas, en las instituciones no estatales están dilui-
pensadas por la dísttncíón Estado/ socledad civil tal como das en el concepto de relaciones privadas y de competen-
ésta se constituyó históricamente y por eso merecen una cia entre intereses particulares.
consideración por separado. Por otro lado, y precisamen- Este paradigma ha sido el objeto de múltlples críticas.
te teniendo esto en cuenta, nos debemos interrogar, en 10 La más recíente y más radical fue, sin duda, la de Foucault
que respecta aI "resurgtmíento de la sociedad civil" en el (1975; 1976). Según Foucault, a partir del síglo XVllI, pre-
discurso político dominante, sobre Si se trata de eso mís- cisamente en el momento en que la teoría liberal trataba
mo o de otro fenómeno, qutzás bíen distinto, que por razo- de Identificar el poder social con el poder dei Estado, sur-
nes ideológico-políticas asume esa dístrncíón. gió en las sociedades modernas otra forma de poder más
A mi modo de ver, 10 que verdaderamente hay en el ort- dlsemlnada y eficaz, el poder dtsctplínarto. es declr, el po-
gen dei "resurgtrníento de la socledad civil" en el discurso der de la normalizaclón de las subjetividades hecho post-
dominante es un reajuste estructural de las funciones del ble por el desarrollo e institucionalización de las diferen-
Estado por vía del cual el intervencionismo social, inter- tes cíencías socíales y humanas. Esta forma de poder, -el
c1aslsta, típico dei Estado-Providencia, es sustltuldo par- poder-saber de las disciplinas-, cercó y agotó ai poderpo-
cialmente por un intervencionismo bícéfalo, más autorítarío lítrco-jurídtco. y de tal modo que, a su lado, el poder dei
de cara al proletariado y a cíertos sectores de las clases Estado es hoy apenas una entre otras formas de poder y
.medias (por ejemplo, la pequena burguesia asalarlada) y ni síquíera la más Importante. EI problema de esta concep-
más diligente en la atencíón de las exígencías macroeco- ción es que, aunque llame la atención la multiplicidad de
nórnícas de la acumulación de capital (sobre todo dei gran formas de poder que circulan en la sociedad, no permite
capital). Es Innegable que el "resurglmlento de la socledad determinar las condiciones específicas de cada una de ellas
civil" tiene un núcleo genuino que se traduce en la reafir- ni lajerarquía entre ellas. Por otro lado, fiel a sus convic-
mación de los valores del autogobierno, de la expansión de ciones anarquistas, Foucault lleva mucho más lejos el ar-
la subjetlvldad, dei comunltarlsmo y de la organlzaclón gumento de la proliferaclón de las formas de poder, y a tal
autónoma de los intereses y de los modos de vida. Pero ese punto que se hace reverslble y autodestructlvo. Si el po-
núcleo tiende a ser omitido en el discurso dominante o ape- der está en todas partes, no esta en ninguna.
nas suscrito en la medida en que corresponde a las exígen- Es pues, necesario encontrar una vía intermedia entre
cías del nuevo autoritarismo. la concepclón liberal y la concepcíón de Foucault. Mi pro-
puesta es que las sociedades capitalistas son formaciones
Lasformas de poder social o configuraciones políticas constituidas por cuatro modos
básicos de producción del poder que se artículan de ma-
La segunda objeclón-es difícil o Imposible formular una neras específicas. Esos modos de produccíón generan cua-
alternativa a la dísttncíón Estado/ socledad clvil- sólo puede tro formas básicas de poder que, aunque interrelacionadas,
ser respondida a través de la presentación de tal alterna- son estructuralmente autônomas (ver cuadro)''.
tiva. Es lo que hago en seguida, resumlendo de otro texto en
que la alternativa se presenta y se justifica detalladamen-
te (Santos, 1985). EI punto de partida es el concepto de
poder pues él también es el que subyace a la distinción 8 Esta propuesta cuya prtmera formulactón se puede leer en Santos (1985a),
Estado/socledad civil. De hecho, esta dtstrncíón apunta será parcialmente revisada, otra vez, en un próximo trabajo.

148 149
Cuadro estructural de las sociedades capitalistas tre los productores dlrectos y los que se aproplan de la plus-
valía producida por ellos), como las relaciones en la pro-
COMPONENTES UNIDAD OI': FORMA MECANISMO DE 1 FORMA DE MODO OE
ducción entre los trabajadores y entre estos y todos los que
_~~MENTALES I; PRÀCTICA SOCIAL I INSTITUCIONAL I PODER DEREClIÇl RACIONALIVAD
controlan el proceso de trabajo. En este contexto, la uni-
dad de práctíca social es la clase, la forma institucional es
ESPACIOS
ESffiUcnJRALES I I I la fábrica o empresa, el mecanismo del poder es la explo-
, i Famtlta. I I IMaxlmlzacl6n taclón, la forma jurídica es el derecho de la producclón (el
d~::.~:~o I ge:e.:::~;es I ma..trtmonto y I Patriarcado d~::~~~o I de la código de fabrica, el reglamento de la empresa, el código
r------ _ ,_ .parentesco .. afecUvidad deontológíco) y el modo de raclonalidad es la maximización
Ó 1 Derechc d~ [' Maxlrnlzacl6n
Espacto de la Cl E •
I deI lucro. El espada de la ciudadanía está constituido por
,-
m ase ' mpresa Explotacl n

--t---,----
I

~:oa:~:~:~---
,
-
Individuo' Estado Domlnacl6n
:I-~::r:::;~ M:~::C~~~ las relaciones socíales de la esfera pública entre los cíu-
dadanos y el Estado. En este contexto, la unidad de prác-
cíudauanía__ _ .. __ __ _ ,t"'itO~lal
de la lealtad tica social es el individuo. la forma institucional es el Es-
Espacto 1 Naci6n
I ~cO:et;;~:s~ Ilnlercamblos Derecho MaX~~lzaCI6n tado. eI mecanismo del poder es la dominación. la forma
jurídica es el derecho territorial (el derecho estatal, el úni-
mundial I
org. interna- I
deslguales'i etstérníco ,de la eflcar-Ia
I cíonales co existente para la dogmática jurídica) y el modo de ra-
clonalidad es la maxlmización de la lealtad. Por último, el
Distingo cuatro espacios en las sociedades capitalistas espada de la mundialidad constituye las relaciones econô-
(que tambrén son cuatro tiempos) estructurales: el espa- micas ínternactonates y las relaciones entre Estados na-
cio doméstico. el espacio dela producción, el espacío de la cionales en la medida en que ellos integran el sistema mun-
cludadanía y el espacío mundial. Cada uno de ellos coris- dial. En este contexto, la untdad de práctica social es la
tituye un haz de relaciones soclales paradígmáttcas. No nación, la forma institucional son las agencias. los acuerdos
son obviamente los únicos espactos-tíempo que rtgen o y los contratos ínternactonales , el mecanismo de poder es
clrculan en la socíedad pero, en lo esencíal, todos los de- el mtercambío desigual, la forma jurídica es el derecho ststé-
más representan diferentes combinaciones entre los cua- mico (las normas muchas veces no escritas y no expresas
tro conjuntos de relaciones socíales paradigmáticas. Cada que regulan las relaciones desíguales entre Estados y en-
espacto estructural es un fenômeno comp1ejo constituido tre empresas en el plano internacional) y el modo de racio-
por cinco componentes elementa1es: una unidad de prác- nalidad es la maxímtzacíón de la eftcacta.
tíca social, una forma institucional preferida, un mecanismo No me puedo detener aquí en las virtualidades analíti-
de poder, una forma de derecho y un modo de racíonalídad. cas y teóricas de esta alternativa conceptual. Tan sólo dtré
El espacio doméstico está constituido por las relaciones que flexíbtltza la rigidez estructural, pluralizando las es-
soclales (los derechos y los deberes mutuos) entre los miem- tructuras sociales stn caer en el interaccionismo amorfo;
bros de la farmlta, concretamente entre el hombre y la mu- permite crear varias interfaces entre las condiciones es-
jer y entre ambos (o cualesquíera de ellos) y los híjos. En tructurales y las acciones sociales autônomas: hace posíble
este espacio, la unidad de práctica social son los sexos y regresar aI individuo sin que lo haga en forma individua-
las generaciones, la forma institucional es el matrrmonío, lista; repone el espacío doméstico que la teoría clásíca ha-
la familia y el parentesco, el mecanismo dei poder es el bia desechadc.jacobínamente, al basurero de las relaciones
patriarcado, la forma jurídica es el derecho doméstico (las privadas; permite colocar a la sociedad nacional en un
normas compartidas o impuestas que regulan las relaciones espaclo mundial, pero de tal modo que éste es concebido
cotidianas en el seno de la familia) y el modo de raclonalidad como una estructura interna de la propía socíedad nacio-
es la maxtmtzacíón del afecto. EI espacio de la producción nal, es decir, como matriz organizadora de los efectos per-
está constituido por las relaciones dei proceso de trabajo, tinentes que ejercen las condiciones mundíales sobre cada
tanto las relaciones de producción a nível de empresa (en- uno de los espacios estructurales. Por encíma de todo, esta

150 151
concepción permite mostrar que la naturaleza política deI materializaron la idea de una sociedad civil fuerte y autó-
poder no es un atributo exclusivo de una determinada forma noma.
de poder. Es ante todo el efecto global de la combínactón Una vez convertida en teoria política dominante yexportada
entre las diferentes formas de poder. Pero la virtualidad como tal hacta las sociedades periféricas y semtperífértcas
principal de esta concepclón es que ella permite respon- que mientras tanto se fueron formando y transformando.
der adecuadamente a la tercera objeción contra la ,elimi- la dlstinc!ón liberal no podia dejar de definir a estas socie-
nación de la dlsttncíón Estado/socledad civil. es declr, a dades como sociedades débiles y poco autónomas. En ellas,
la idea de que tal eliminación es particularmente peítgro- la relación Estado/sociedad civil se invertía por comple-
sa en las sociedades periféricas y serntpertfértcas dotadas to: en las sociedades coloniales lo que se podría designar
de sociedades civiles débiles y poco autónomas. como socledad civil era un produeto total dei Estado colo-
nial y en las demás sociedades periféricas y semípertfért-
HIPÓTESIS SOBRE EL ESTADO Y LAS FORMAS DE PODER cas el "sobredesarrollo" dei Estado y su papel decisivo en
SOCIAL EN LAS SOCIEDADES SEMIPERIFÉRICAS: EL CASO DE la economía testimoniaba de igual modo la subordínacíón
PORTUGAL de la socledad civil en relaclón con el Estado. La hegemo-
nía de esta concepción fue tal, que pasó a dominar todo el
Trataré de mostrar que esta propuesta conceptual per- discurso político aunque con algunos matices importan-
mite formular tres cuestiones que considero fundamentales tes, reveladores además, de la fragilldad teórica de la con-
para comprender el Estado y la socledad, en las socieda- cepción de base. Por cjemplo, míentras que el discurso con-
des de desarrollo íntermedío, ejemplíftcando con el caso de servador tendia a concebír la debilidad de la socledad civil
Portugal. En primer lugar, la cuestlón es saber si la socíe- como un efecto de la fuerza dei Estado, el discurso social-
dad civil en estas sociedades, es de hecho débil y poco demócrata tendia a concebir la debilidad de la socíedad
autónoma. En segundo lugar, si la centralidad dei Estado civil como una causa de la fuerza dei Estado,
es Igualo diferente de la centralidad de los Estados de los Este tarnbtén es el cuadro teórico y político con que se
países centrales. En tercer lugar, bajo qué condiciones ha analizado a la sociedad portuguesa y las conclusiones
sociales la centralidad dei Estado se combina con la inefi- no pueden dejar de ser las mismas. Sin embargo, Si lo con-
cacta de su actuación. sideramos bien, este cuadro teórico explica muy poco de
Ante todo cabe preguntarse si las sociedades civiles la socíedad portuguesa, y si nos libramos de élllegaremos
sernípertfértcas (Portugal, el caso que nos interesa parti- a conclusiones significativamente diferentes. Así, a la luz
cularmente) son de hecho débiles y poco autónornas''. de la propuesla conceptual que defini más arriba, la socíe-
Como se sabe, la dlstlnclón Estado/socledad civil fue ela- dad civil portuguesa sólo es débil y poco autónoma si, se-
borada en función de las condiciones econômicas sociales gún el modelo de las sociedades centrales, la Identificamos
y políticas de los países centrales en un perlodo bíen defi- como el espacio de la producción o como el espacio de la
nido de su hístorta. Esta distinción se basaba en dos pre- ciudadanía. Si al contrario, la consideramos en el espacio
supuestos. Primero, era fácil delimitar el Estado, pues, aI doméstico, verificamos que la sociedad civil portuguesa es
contrario de lo que sucedía con la sociedad civil, era una muy fuerte, autónoma y autorregulada o en todo caso, es
construcción artificial y disponía de una estructura for- más fuerte, autónoma y autorregulada que las sociedades
mal. EI segundo presupuesto era que el Estado había sido civiles centrales. Además, esa autonomía y autorregula-
constituido, de hecho, por la sociedad civil según sus ne- cíón son las que hacen posible que el espacto doméstico
cesldades e Intereses y deperidíerite de ella para su repro- llene algunas de las lagunas de la providencia estatal y asl
ducción y consolidación. Las necesidades y los intereses se constltuya en socledad-provtdencia, como la he llamado.
eran fundamentalmente económícos y eIlos fueron los que Por lo tanto, el primer argumento a favor de la alterna-
tiva conceptual es que, además de su mayor discrimina-
9 Otra dímenstón de la mtsma cuesüón se analizó en el capítulo tercero. ctón analítica, ella permite comparacíones no sesgadas

152 153
sistemáticamente en contra de las sociedades semípertfé- tre nosotros se ha reproducido bajo varias formas. Por otro
ricas. El segundo argumento es más complejo y con él pre- lado, el espacío de la producción mantuvo sternpre gran
tendo mostrar que la centralidad dei Estado en los países heterogeneidad interna bien simbolizada en la heteroge-
centrales es diferente de la centralidad dei Estado en una neídad de las actividades productívas, en la desarticula-
sociedad como la portuguesa y que ese hecho, de impor- ción o débil complementación entre sectores, en los grandes
tancia capital, no se puede explicar en términos de la di- desequtlíbrtos de productividad intersectorial e intrasec-
cotomía Estado/sociedad civil. Como mencioné arriba. la tortal y finalmente, en la coexistencia dei modo de produc-
autonomía de la sociedad civil en las sociedades centrales ción capitalista con otros modos de produccíón no capitalista.
significa básicamente que el espacto de producción mol- En el espacío doméstico se veríftcó la misma heterogenei-
deó, según sus necesidades y sus intereses, el espacio de dad, la cualle proporcíonó una lógica de reproducción re-
la ciudadanía y, por lo tanto, el Estado. Manifestación de lativamente autónoma, tanto en relación con el espacio de
esto mtsmo es el hecho de que la industrialización haya producción como en relacíón con el espacio de la cíudada-
precedido al parlamentarismo como régímen político do- nía, condicionada, y de algún modo, potencializada por la
minante y que éste, tanto en su coristttucíón como en su postcíón de dependencia de la sociedad serntpertfértca en
funcíonamtento. haya correspondido a los intereses gene- el espacio mundial.
rales de la expansión dei capitalismo. Además, la pujanza La gran heterogeneldad interna de los diversos espacíos
dei espacío de la producción también se manifestó en el estructurales y la no correspondencia entre sus diferen-
modo como éste transformó el espacio doméstico. y por const- tes requisitos de reproducctón prcdujo un déficit de hege-
guiente a la família, en función de las extgencías de la re- monía o, si lo preferimos, un déficit de objetivos nacionales.
producción de la fuerza de trabajo asalartada. Por esta vía que fue cubierto o compensado por el "exceso" de autori-
se creó cíerto isomorfismo entre el espacio de la produc- tarismo dei Estado. En Portugal, este "exceso" asumló tan-
cíón, el espacto doméstico y el espacio de la ciudadanía, to formas democráticas, como formas dictatoriales y fue (y
al mismo tícmpo que para los países que primero se índus- continúa siendo) ejercído tanto por el Estado directamente,
trializaron el espacio mundial no constituyó níngún efecto como por las diferentes organizaciones (medias de comu-
condicionante negativo (es dectr que. a esa altura, no ha- nicación, partidos, empresas, sindicatos, familias oligár-
bía países desarrollados cuya dominación era necesarto quicas, etc.) que en cualquiera de los espacios estructu-
enfrentar). rales ejercen, por delegación o subcontratación, poderes
Este isomorfismo fue la base social de la llamada racío- estatales o paraestatales. De aquí resultaron (y continúan
nalidad formal dei Estado, de su capacidad para ejercer resultando) dos consecuencias. Por un lado, dada su hetero-
eficazmente sus funciones dentro de los límites hegemó- geneidad interna, cada uno de los espacios estructurales
nicamente establecidos. El isomorfismo sígníflcó, por ejemplo, y su forma de poder, es funcionalmente muy dependiente
que las tres formas de poder -el patriarcado, la explotación de los demás para reproductrse, por otro lado, la relativa
y la dorrunacíon- pudíeran ser, funcionalmente, muy dife- autonomía entre ellos y el correspondiente déficit de iso-
renciadas y autónomas y. al mismo ttempo, convergir subs- morfismo hace que las relaciones entre ellos sean inestables
tancialmente en los efectos del ejercícío de esa autonomia. Y» para sustentarse, necesiten de la presencia estructura-
cada una de ellas confirmando y potenciando la efícacta de dora de un vínculo autoritario.
las demás. La centralidad dei Estado portugués como Estado semi-
En la semípertferta las cosas pasaron en forma muy di- periférico se diferencia así y ante todo de la de los Estados
ferente. Porun lado, la modernizacióndel espacío de la ciuda- de los países centrales por ser más autoritaria y menos hege-
danía precedió a la dei espacío de la producción (por ejemplo, mónica y por ser más dificil determinar dónde termina el
el parlamentarismo, tanto restringido como restríctívo, prece- Estado y comíenza el no-Estado. Pero, además de esto, y
díó ai gran impulso de la industrialización) y se mantuvo un tanto paradójicamente, este tipo de centralidad es una
en relacíón con este una gran autonomía un hecho que en- centralidad que no se sabe imponer eficazmente es decir,

154 155
cuyos resultados de ejercícto quedan siempre de este lado ción dei Estado puede ser finalmente una forma de inter-
de la lógica que les subyace; esta es, son síernpre más medío- penetración entre el espacto de la ciudadanía y el espacío
cres o menos brillantes que la lógica que les subyace. La mundial y, por lo tanto, entre dominación e intercambio
interpretación de esta paradoja aparente (el tercer argu- desigual en los casos en que los países centrales o las or-
mento que aquí presento) está en que, en la semípertferra, ganizaciones ínternactonales que ellos controlan se apro-
los factores de la centralidad dei Estado son igualmente pian de parte de la soberanía dei Estado nacional.
factores de su ineficiencia. La heterogeneidad interna deI AI contrario de lo que pasa en los países centrales, no
espacto doméstico y deI espacio de producción y la no CQ- se trata de influencias ejercídas sobre el Estado y su ac-
rrespondencia entre los respectivos requisitos de repro- ción sino de la conítguracíón interna dei propio poder dei
ducción crean autonomías relativas en cada uno de estos Estado. EI autoritarismo estatal, por ser relativamente ine-
núcleos estructurales de la socíedad portuguesa cuyo efec- ficaz, es no sólo incompleto sino contradictorio lo que a su
to emergente es el de subvertir, transformar, aproptar, en vez contribuye a la gran heterogeneidad y fragmentabi-
suma, bloquear la actuacíón dei Estado, Así, ai contrario lidad de la actuación dei Estado. Tal heterogeneidad asume
de lo que pasa en los países centraíes. es tan importante varias formas, algunas de las cuales ya analicé en traba-
determinar la autonomía relativa deI espacio de cludada- jos anteriores. Menciono aquí una raramente sefialada.
nía (del Estado) en relación con los restantes espacios es- Reside en el modo como la actuación de la burocracia dei
tructurales como determinar la autonomía relativa de estos Estado oscila entre la extrema rigidez, distancia y forma-
en relación con aquél. lismo con que oblíga ai ciudadano anónlmo y sin referen-
La primacía de lo político, o mejor, del espacio de la ctu- eias (la que llamo sociedad cívtl extrafta) a eansarse ante
dadanía bajo la forma dei Estado, coexiste de.este modo, las ventanillas de servidos inaccesibles, alienar formula-
con su deperidencta en relación con los otros espacíos y en rios ininteligibles, y a pagar impuestos injustos y a la ex-
esa medida la forma de poder dei Estado, la dominación, trema flexibilidad, intimidad e informalidad con que trata,
se ejerce en la práctíca en cornplejas combinaciones con para los mismos efectos. el ciudadano eonocido y eon bue-
las formas de poder características de otros espacios es- nas referendas (la soctedad civil íntima),
tructurales, lo que le confiere una marcada peculiaridad Se trata de una oscilación entre el Estado predador y el
a la actuación dei Estado (clientelismo, nepotismo, corrup- Estado protector según una lógica de racionalidad total-
ción, etc.). Tal peculiartdad puede resultar de la amalgama en- mente opuesta a la dei espaeio de la eiudadanía (la maximi-
tre el espacio de la ciudadanía y el espacto doméstico y, por zactón de la lealtad) porque se trata de una lealtad
lo tanto, entre dominación y patriarcado, por ejemplo, en ínterpersonal, aunque obtenida a costa de la prívatízactón
el caso en que la actuacíón del Estado y el ejercicio de la de recursos públicos, una lógica de racionalidad en iodo o
ciudadanía se le delegan informalmente a las famllias en parte más cercana de la racionalidad del espacio do-
oligárquicas, incluso ahora poderosas en muchas zonas o méstico (la maxímízacíón de la afectividad) que de la racio-
sectores soctales dei país e incluso en el mtertor del mis- nalidad del espacio de producción (la maximización del
mo Estado. O puede resultar de la interpenetración entre lucro). Tal vez por eso. estas y otras manifestaciones de
el espada de la ciudadanía y el espacio de la producción particularidad y de heterogeneidad hacen que la actuación
y, por lo tanto, entre dommactón y explotación, por ejern- del Estado no merezea stqutera la confianza de la clase
plo en los casos en que empresarios o empresas tienen un dominante en el espacío de la producción, el empresariado
control político sobre sus trabajadores o sobre la propía capitalista. Pero además de que és ta esté fragmentada
actuación dei Estado o, incluso en los casos en que el Es- como clase, el Estado sólo sabe servirle fragmentariamen-
tado es , en sí, un espacio de producción sobredímensto- te. Este patrón de actuación dei Estado es simultánea-
nado, de tal modo que una fraccíón significativa de la ela- mente causa y efecto que las prácticas de clase; ai contra-
se media tiene su base social en el propio Estado, es decír. rio de lo que sucede (o sucedió hasta hace poco) en los países
en el presupuesto dei Estado. La peculiaridad de la actua- centrales- no se traducen linealmente en políticas de clase.

156 157
Traté de mostrar en este capítulo que la dtsttncíón Es- JANICKE, Martln (1980), "ZurTheorle des Staatsversagens",
tado/sociedad civil, además de su slmplismo y reduccío- en Politlsche Vlerteljahresschrlft, 11: 132.
nismo generales. es particularmente inadecuada para ana- MARX, Karl (1970), Capital, 10 volumen, Nueva York:
lizar una sociedad semiperiférica como, por ejemplo, la International Publishers.
socíedad portuguesa. EI desfase de las condiciones histó- MILL, John S. (1921), Principies of Politleal Eeonomy, Lon-
ricas, socíales. políticas y económicas específicas de una dres.
socledad de este tipo da orígen a un efecto de ocultamlen- OFFE, Claus (1984), Contradietions ofWelfare State, Lon-
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158 159
6

MODERNIDAD. IDENTIDAD Y CULTURA DE


FRONTERA

INTRODUCCIÓN

Hoy sabemos que las identidades culturales no son rí-


gidas nt mucho menos inrnutables. Son los resultados siem-
pre transitarias y fugaces de procesos de identificación.
Incluso las identidades aparentemente más sólidas, como
la de mujer, hornbre, país africano, país latinoamericano
o país europeo, esconden negociaciones de sentido, juegos
de poltsernta. choques de temporalidades en constante
proceso de transformación, responsables en última ins-
tancía de la sucesión de configuraciones hermenéuticas
que de una época a otra le dan cuerpo y vida a tales iden-
tidades. Identidades son, pues. identificaciones en curso.
También sabemos que las identificaciones, además de
plurales, están dominadas por la obsesión de la diferen-
cia y por Ia jerarquia de Ias dtstmctones. Quien pregunta
por su identidad cuesttona las referencias hegemónicas
pero, al hacerlo, se coloca en la posición de otro y, símul-
táneamente, en una situación de carencía y por eso de subor-
dinación. Los artistas europeos raramente tuvieron que
preguntarse por su identidad, pero los artistas africanos
y latinoamericanos, al trabajar en Europa procedentes de
países que para Europa. no eran más que proveedores de
mate rias primas. se vieron forzados a plantearse la cues-

161
tlón de la Identldad. La pregunta por la Identldad es asl trlbales en Nueva Guinea (Papuasla) con los slogans de
semificticia y seminecesaria. Para quien la formula, siem- marcas de cervezas.
pre se presenta como una fíccíón necesaria. Si se obtiene Lo nuevo que sabemos sobre los procesos de identidad
la respuesta, su êxito se mide por la intensidad de la con- y de tdentíftcacíón, no stendo mucho es. sin embargo, pre-
ciencia de que la pregunta fuera, desde eI principio. una CiOSO para evaluar las transformaciones por las que está
necestdad ftctícía. Es pues, crucial conocer quíén cuestlo- pasando la teoría social en función de la casi obsesiva pre-
na la identidad, en quê condiciones, contra quíén, con quê ocupaclón por Ia cuesttón de la Identldad que la ha domi-
propósitos y con qué resultados. nado en los últimos tiempos y que, todo nos lleva a creer,
Finalmente sabemos que la respuesta con êxito a la pre- continuará dominándola en la década entrante.
gunta por la identidad siempre se traduce en una reinter-
pretación fundadora que convíerte el déficit de sentido de LA DESCONTEXTUALlZACIÓN DE LA IDENTIDAD EN LA
la pregunta, en eI exceso de sentido de la respuesta. Lo hace MODERNIDAD
instaurando un principio radical que combina fulgu-
rantemente lo propio y lo ajeno, lo individual y lo colecti- La preocupación por la Identldad no es, obviamente, nue-
vo, la tradtcíón y la modernidad. Fufguractones de este va. Hasta podemos dectr que la modernidad nace de ella y
tipo pueden ser identificadas en creadores culturales y con eIla. EI prlmer nombre moderno de la Identidad es la
políticos como Lu Xun en la China, Tagore en la Indta, subjetlvldad. EI colapso de la cosmovtsíón teocrática me-
Marietegui en el Perú , Martí en Cuba. Cabral en Guinea- dieval trajo consigo la cuestlón de la autoria dei mundo y
Bissau y Cabo Verde, Fernando Pessoa en Portugal y Oswald el índívtduo constltuyó la prlmera respuesta. El humanis-
de Andrade en Brasil. El caso de Oswald de Andrade es, a mo renacentista es el primer afloramiento paradígmáttco
propósito, particularmente significativo. AI presentar los de la lndlvldualidad como subjetlvldad. Se trata de un para-
poemas reunidos en la antologíaPau-Brasil. publicada en digma emergente donde se cruzan tensionalmente múlti-
1924, como Si hubíeran sido escritos "con ocastón del des- pIes líneas de constr ucctón de la subjetlvldad moderna.
cubrimiento de Brasil", Andrade nos propone un comienzo Dos de esas tensiones merecen ser resaltadas especial-
radical que, en vez de excluir, devora cantbalísttcamerite mente. La primera se presenta entre la subjetividad indi-
al tiempo que lo precede, bten sea el tiempo falsamente vidual y la subjetlvldad colectíva. La Idea de un mundo
primordial dei natlvlsmo, o bíen el tlempo falsamente uni- produeto de la acclón humana postula la necesldad de
versal del eurocentrismo. Esta voracidad inicial, funda un concebir la communitas donde ocurre tal producción. El
nuevo y más amplio horizonte de reflexíón, de díverstdad colapso de lacommunitas medieval crea un vacío que nun-
y de diálogo donde es posible ver la diferencia abismaI ca va a ser plenamente llenado por el Estado moderno,
entre la macumba para turistas y la tolerancia racial. Por cuya subjetivldad ha sido afirmada por todas las teorias
sobre todo, Oswald de Andrade sabe que el único y verda- de la soberania posteriores ai tratado de Westfalia. Esta
dero descubrlmlento es el autodescubrlmlento y que éste tensión se mantíene sm resolver hasta nuestros días y tíe-
implica hacer presente al otro y conocer la posición de ne su mejor formulación teórica en la dialéctica hegeliana
poder a partir de la cual es posible la apropiación selecti- de la Ich-IndlvidualitiitlIch-Kollektiviiit. La segunda ten-
va y transformadora de él (Andrade, 1990). EI desarroIlo sión es entre una concepción concreta y contextual de la
dei arte moderno europeo, de Gauguln ai fauvísmo, ai cu- subjetividad y una concepcíón abstracta, sin tiempos ni
bismo, al expresionismo y al surrealismo, se benefició de espacios definidos. La primera concepción está blen sim-
modo significativo de Ia aproplaclón selectíva de culturas bolizada en la obra de Montaígne, Shakespeare, Erasmo y
no europeas, concretamente africanas: sin embargo, tal Rabelais. Montaígne es a este respecto particularmente
aproplaclón tuvo lugar a partir de una poslclón de poder ejernplar por su combate a la teorización abstracta falsa-
totalmente distinta de aqueIla que llevó a decorar, en tiem- mente universal y por su preocupación por centrar sus
pos recientes, los escudos usados en las guerras inter- escritos sobre sí mísmo, la única subjetividad de la que

162 163
tenía un conocimiento concreto e íntimo. La segunda con- de la sociedad civil-por la vía dei contrato social- el Esta-
cepción teórica, sin espacio y sin tiempo tiene en Descar- do líberal t1ene poder de imperio sobre ella: síendo, ai con-
tes a su representante paradígmáüco, Curiosamente, en trario de ésta, una creación artificial, puede ser artifi-
el Discurso del Método, y sobre todo en la intrigante bio- cialmente manipulado ad ínfínttum: siendo funcional-
grafia Intelectual que se narra en él, hay indlcaclones pre- mente específico, puede multiplicar sus funciones; siendo
ciosas sobre el contexto personal social y político que le un Estado mínimo, t1ene potencialidades para transfor-
perrnítteron a Descartes crear una filosofía stn contexto marse en Estado máximo.
(Descartes, 1972). De esta poiarlzación entre índívíduo y Estado sale perdíen-
Estas dos tenslones -subjetlvidad Individual! subjetivi- do el principio de la comunidad propugnado por Rousseau,
dad colectíva; subjetlvidad contextual! subjetividad uni- que apuntaba, en vez de la contraposición entre individuo
versal- están en la base de las dos grandes tradiciones de y Estado, hacia una síntests compleja y dlnámica entre ellos:
la teoría social y política de ia modernidad. No cabe aquí un modo moderno de reconstruir la communitas medieval
rehacer el viaje de su recorrido durante los últimos tres- ahora destrascendentalizada. La derrota de Rousseau
cientos cmcuerita aüos. Me referiré apenas a sus prmct ahondó tambíén la derrota de la subjetivldad contextual
pales encrucijadas. Afirmé en el cuarto capítulo que el frente a la subjetividad abstracta, es decír, la derrota de
paradigma de la moderntdad es un proyecto socío-cultural Morrtaígne frente a Descartes. Este proceso histórico de
muy amplio, lleno de contradtcctones y de potenciaildades polartzacíón y de descontextualización de la Identidad co-
que, en su matriz, aspira a un equilibrio entre regulación noce una serre de desarrollos paralelos. Uno de ellos ,
y emancipación social. La trayectoria social de este para- crucial para la interpenetración de la modernidad con el
digma no es lineal, pero lo que más profundamente la ca- capitalismo, se presenta en la Península Ibérica y sus pro-
racteriza es el proceso histórico de la progresiva absorción tagonistas son Portugal y Espana.
o colapso de la emancipación en la regulaclón y, por lo tanto, EI 2 de enero de 1492, pocos meses antes de que Colón
de la conversión perversa de las energías emancipadoras iniciara su viaje, cayó Granada y con esa caída termina-
en energías reguladoras, lo que a mi entender se debe a la ron ocho síglos de dominio moro en la península. Después,
creciente promiscuidad entre el proyecto de la modernidad miles y miles de libros escritos y preservados a lo largo de
y el desarrollo histórico dei capitalismo particularmente los síglos por insignes geógrafos, matemáticos, astróno-
evidente a partir de mediados dei stgío XIX. Para lo que aquí mos, científicos, poetas, historiadores y filósofos mores,
nos interesa, cabe mencionar que la consolidación espe- estos fueron quemados en el fuego de la Santa Inqutstcíón,
cífica de la teoría política liberal frente a las dos tensiones la mísma que a partir del31 de marzo de 1492 da cumpli-
mencionadas, representa la propuesta hegemónica para la mlento ai edicto de Isabel de Castilla, expulsando a los
resoluclón de la pregunta por la identldad moderna. En judíos y confiscándoles los bienes con que ftriancíaria los
la tenslón entre subjetlvidad individual y subjetívídad co- viajes síguíentes de Colón (Carew, 1988a; 15; 1988b; 51).
lectiva, la prioridad se le da a la subjetlvldad individuai; Es el fin del iluminismo moro y judio sin el cual, irónica-
en la tensión entre la subjetividad conceptual y la subjetivi- mente, el Rcnacímtento no habría sido posible. Con base
dad abstracta, la prioridad se le da a la subjetlVldad abstrac- en ellenguaje abstracto y manlpulable de la fe y de los no
ta. Se trata de propuestas hegemónicas pero no únicas ni menos manipulables crttertos de límpteza de sangre, se
en ningún caso estabies. EI triunfo de la subjetividad in- declaró una guerra total a los grandes creadores cultura-
dividuai Impulsado por el principio dei mercado y de la les de la península, los cuales, en el caso específico de los
propiedad individual, que se afirma de Locke a Adam moros, habían sido una parte integrante de un orden po-
Smlth, trae consigo -por las antinomias proplas dei prin- lítico en el que. durante siglos, pudieron convivir con es-
cipio del mercado-Ta exígencta de un supersujeto que regu- pírttu de tolerancta, crtstíanos, judíos y moros, y de un orden
le y autoríce la autoría social de ios índívíduos. Este sujeto mo- religioso, el Islam, que en su fase inicial había recibido
numental es el Estado liberal. Siendo una emanactón importantes influencias de las grandes ctvtlízacíones afri-

164 165
canas dei valle dei Nilo, de Etíopía de Nubla y de Eglpto 1 . ta de los aztecas y de los incas estaba justificada por las
Este riquíslmo proceso histórico de contextualizaclón y de vlolaciones dei derecho natural perpetradas por ellos: por
recontextuallzaclón de Identidades culturales es Interrumpi- los aztecas ai practicar sacrtftctos humanos y canibalismo:
do violentamente por un acto de pillaje político y religioso que por los incas al aceptar la tiranía y la deificación deI Inca
impone un ardeu en eI cual, por arrogarse eI monopolio (Vitoria, 1991). Del mísmo modo, Grotlus justlflcaba la
regulador de las concíencías y de las prácticas, se dispen- guerra justa contra los animales salvajes y contra "los
sa la intervención transforrnadora de los contextos, de la hombres que eran como ellos", al mismo tiempo quejusti-
negociación y del diálogo. Así se instaura una nueva era ficaba la ocupacíón de los terrttoríos dei Nuevo Mundo, por
de fanatismo. de racismo y de egocentrismo. el hecho de que el derecho natural abomina el vacío
La concomttancía temporal de este acto eon la íníctacíón (Grotlus, 1925).
de los viajes de Colón no es una mera coincidencia; esta- No debemos exagerar la coherencía entre las construc-
mos en el preludio dei etnocldlo de los pueblos amertndtos, clones ideológicas dei otro de la identldad moderna euro-
aststtmos ai ensayo Ideológico y lingüístico que lo va a le- pea y las prácticas concretas de la colonización de las
gitimar. Adernás , este ensayo europeo de la guerra al otro Américas y de África. Ni unas ni otras tuvieron desarrollos
no es una específlcldad de los países Ibéricos, Alguten dí]o lineales y ní estos fueron necesartamente sincronizados,
recientemente que la invasión de América del Norte CQ- aunque la pretendida sincronía fuera ella mísma objeto de
menzó con la lnvaslón de Irlanda (Rat, 1993: 25), y tam- la construccíón ideológica conseguida a lo mejor por la vía
blén se puede afirmar con segurldad que los Ingleses del lenguaje metafórico, como cu ando por ejemplo, la
transfirieron a Vtrgtn ía y Nueva Inglaterra los métodos Companfa de Virginiajustificaba en 1610 el comercio con
e ideologías de colonización destructiva que habían aplica- los powhatans declarando que "les compraba las perlas de
do contra Irlanda en los slglos XVI Y XVII (Rolston, 1993: la tíerra, vendíéndoles en cambio las perlas dei cíelo" (Carew,
17). Significativamente, en ambos casos, la subjetivldad 1988b). En este mismo espacio europeo, la descontextua-
dei otro es negado por el "hecho" de que no corresponde a ltzactón y la polarización de las identidades hegemónicas,
nlnguna de las subjetividades hegemónlcas de la rnoder- ellndividuo y el Estado. pasaron por momentos de fuerte
nldad en construcclón: el Individuo y el Estado. De Juan confrontación. Me reftero, a título de ejemplo, a dos de esos
de Sepúlveda, en su debate con Fray Bartolomé de las Ca- momentos. el romanticismo y el marxismo.
sas, allsabelino Humprey Gilbert, el verdugo de Irlanda,
el otro no es un verdadero individuo porque su comporta- LAS CONFRONTACIONES ROMÂNTICA Y MARXISTA
míerito se desvía muy profundamente de las normas de la
fe y del mercado. Tampoco es detentador de la subjettví- Sin detenerme mucho, rescato los síguíentes rasgos gene-
dad estatal, porque no conoce la Idea deI Estado ní la de la rales de la confrontación romántica de la identidad moderna.
ley y vive según las formas cornunítartas, peyorativamente Contra una racionalidad descontextualizada y abstracta
designadas como bandos, trtbus, hordas que no se adap- crecientemente colonizada por el instrumentalismo cien-
tan ni a la subjetividad estatal, ni a la subjetividad indivi- tífico y por el cálculo económico, el romanticismo propone
dual. A este propósito, se debe resaltar que el discurso ju- una búsqueda radical de Identldad que Implica una nueva
rídico es un soporte crucial dellenguaje abstractoque permíte relación con la naturaleza y la revaluación de lo irracional,
descontextuallzar y por lo tanto negar la subjetividad dei otro de lo inconsciente, de lo mítico y de lo popular y el reen-
en el mismo proceso en que la designa y la evalúa a la luz cuentro con el otro de la modernldad, el hombre natural,
de crtteríos pretendidamenteuniversales. En 1532, eljurlsta de primitivo, espontáneo, dotado de formas proplas de orga-
Salamanca, Francisco de Vitoria, argumentaba que la conquís- nización social. Contra la pareja individuo-Estado y la
jurldlcldad abstracta que la regula, el romantlclsmo glo-
1 Paralelamente Martín Bernal , entre otros , ha llamado la atenclón hacta las
raices africanas y orlentales de la cultura occtdental y concretamente de la
rifica la subjetlvldad Individuai por lo que hay en ella de
Anttgüedad Clásica {Bernal , 1987). originai, de Irregular, de ímprevtsíble, de excesívo, en suma,

166 167
por lo que hay en ella de escape a la regulación estatal-le- la socialdemocracia en los países centrales sucede más por
gal. Lejos de ser una propuesta reaccionaria, la respuesta lo que hay de liberalismo en la socialdemocracia que por lo que
romântica es, como comúnrnente se reconoce hoy, herede- hay de socialdemocracia en elliberalismo. Para verificar
Ta deI reformismo iluminista. apenas criticado por el realismo esto, es necesarto remontarse aI sentido original de las res-
estrecho en que dejó cerrar SUB reformas. EI romanticismo puestas romántica y marxista a la descontextualización y
abre así espacto para la utopia social donde los proyectos polarización de la identidad social y cultural operada por
socialistas ocuparon un lugar central pari passu con for- la verstón hegemónica, liberal, de la modernidad. La res-
mas de reltgtosidad de corte panteísta donde es visible la puesta romántica propone la recontextualización de la íden-
herencia rousseauntana (Aguiar e Silva, 1984: 531 y ss.). tidad por la via de tres vínculos prlncipales: el vínculo étnico,
La respuesta marxista de la identidad moderna tiene más eI vínculo religioso y el vínculo con la naturaleza. La res-
puntos de contacto con la respuesta romântica de lo que puesta marxista propone. como vimos. la recontextuali-
durante mucho tiempo qutso admitir, pera la dirección que zación a través deI vínculo de clase.
toma obviamente es muy diferente. La recontextualización Cualquiera de estos vínculos significaba la construc-
de la identidad propuesta por el marxismo contra el indi- ción de identidades alternativas a la polarización indivi-
vidualismo y eI estatismo abstractos enfoca las relaciones duo-Estado. por lo tanto. la creación de lealtades termínales
soctales de producción, en el papel constitutivo de éstas, inapropiables por el Estado. La verdad, sin embargo, es
en las ideas y en las prácticas de los tndtvtduos concretos que ninguno de estos vínculos logró reivindicar, en los úl-
y en las relaciones astmétrícas y diferenciadas de estos con timos cíen anos, una alternativa concreta, nt en el plano
el Estado. Por esta vía, el conflicto matricial de la moder- político. ni incluso en el plano socto-culturnl. AI contrario.
nidad entre regulación y emancipación pasa a ser defini- el vinculo individuo-Estado, basado en ei principio de la
do según las clases sociales que lo protagonizan: la bur- oblígacíón política liberal. no cesó de afirmar su hegemonia
guesia dei lado de la regulación y el proietariado dei lado y, por procesos diferentes, se fue aproptando del potencial
de la ernancípacíón. Se trata de un avance notable que recon- alternativo de los de más vínculos, que así descaracteri-
textualiza la subjetividad individual y desmonumentaliza zados terminaron por ser puestos ai servicio de la lealtad
ai Estado. Sín embargo, ai dejar en la oscuridad las me- terminal ai Estado.
di aciones entre cada uno de eIlos y las clases, el marxismo El vínculo religioso fue progresivamente margínado por
tuvo tendericta a reproducír, bajo otra forma. la polariza- varias vías, por la represión violenta (en las prohibiciones
dei culto y en la confiscación de los bíenes de la Iglestal.
ción liberal entre el sujeto individual y el supersujeto, sten-
por la sustitución de funciones (en las diferentes formas
do ese supersujeto ahora la clase y ya no el Estado. Con el
de secularización protagonizadas por el Estado, desde los
leninismo, esta polarización se agudizó por la vía de la vín- ritos funerarios hasta la educactón) y por el acomodamien-
culación abstracta de la clase ai partido y de éste ai Estado. to en posición de subordinación (en las leyes de separactón
Con esto, la potencíactón deI superaujeto, ahora acumu- de la Iglesia y el Estado). La seculartzacíón de las prácti-
lando clase y Estado, no sólo descontextualizó la subjetí- cas sociales fue particularmente intensa. como lo demues-
vidad individual sino que la devoró antropofágtcamente. El tra Fernando Catroga en un estudío recíente sobre el pa-
autoritarismo de aquí resultante no es más que Ilevar al pel del Estado português. en el proceso de secularizaclón
paroxismo la descontextualización de la subjettvídad y de de la muerte ai final dei siglo XIX (Catroga, 1988). Por su
la identidad presupuesta por el liberalismo. EI fin del le- lado, Neil Smelser analízó el debate político en Inglaterra
ninismo es, hístortcament». el primer fin dei liberalismo. durante el cambio de stgío sobre la institucionalización de
Pero si la forma leninista de la respuesta marxista no la educación pública, un debate en que poco se discutió
consiguíó superar-y, al contrario, agravó- la descontex- sobre educación. EI verdadero debate fue sobre las prerro-
tualización liberal de la subjetividad, tampoco lo constguío gativas rtvales de la reltgíón y dei Estado con relacíón ai
la forma no-lenínísta. socialdemocrática. AI contrario de control de la educación de los ciudadanos; un debate que
lo que anuncían las evidencias superficiales, la crtsts de finalmente perdió la Iglesia (Smelser, 1991).

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En cuanto al vínculo étnico, su descaractertzactón tuvo tes con la progresiva extensión a los trabajadores de los
lugar a través dei anatema lanzado sobre todas las formas derechos de ctudadanía, un largo proceso histórico que
de "prtmordíalísmo" que no correspondíeran a la base étni- contlnuó en el período entre las guerras y en la postgue-
ca deI racismo dominante y de su absorción en el concep- rra y que implicó una profunda transformación dei Estado:
to de nación, un concepto Inventado tal vez para legitimar la transformación dei Estado liberal en el Estado-Provi-
la dominación de una etnia sobre las demás, o tal vez para dencia.
crear un denominador socio-cultural común suficiente- Así concluyo que. bajo la égída dei capitalismo, la mo-
mente homogêneo para poder funcionar como base social dernidad dejó que las múltiples Identidades y los respec-
adecuada a la oblígacíón política general y universal exi- tivos contextos Intersubjetlvos que la habitaban fueran
gida por el Estado, autodestgnado así como Estado-Nación. reducldos a la lealtad terminal al Estado, una lealtad
Este proceso de homogeneización fue tanto más necesa- omnívora de las poslbles lealtades alternativas. Las cíen-
rio cuanto más compleja era la base étnica dei Estado. cías sociales estuvieron desde su génesis implicadas en
En cuanto ai vínculo con la naturaleza, la condíctón teó- este proceso. La globalización de las múltlples identidades
rica de su degradación se íntcíó en los comtenzos de la mo- en la identidad global dei Estado, htzo posible pensar en
dernidad con la revolución científica galüetca, newtoniana. una identidad de iguales proporciones, global e Idéntica ai
Las condiciones socíales fueron múltíples y empezaron con la Estado: la socíedad. Durkheim es quten, por prtrnera vez,
expansión dei capitalismo comercial y los descubrtrníen- conclbe la sociedad en su todo como la unidad de análísts
tos. EI concepto de res extensa, a que Descartes redujo la por excelencia de la socíología y por eso su interés analíti-
naturaleza. es isomórfico con el concepto de terra nullius co se concentra en la socíedad en sí y no en cualquíera de
desarrollado por los juristas europeos para justificar la ocu- sus subunidades, sean ellas la Iglesta, la familia, o la co-
pación de los territorlos dei Nuevo Mundo. Y es también munidad local. La cuesUón central para Durkheim es
por esa razón que la concepción de los pueblos amertndíos cómo definir el principio de solidarldad de esa unidad glo-
comohomo naturalis trajo consigo la descontextualización bal, cuando es cierto que las solidaridades habían sido
de su subjetivldad. De ahí en adelante, la naturaleza sólo producldas tradicionalmente en el seno de sus ahora lla-
podrá tener acceso a la ciudad por dos vías, ambas sefía- madas subunídades. En el fondo, Durkhelm pretende es-
ladas por esta: por un lado como jardín botánlco, jardín tablecer una lealtad a la socledad isomórflca a la lealtad
zoológico y museo etnográfico; o por el otro como materia ai Estado. Es por demás conocída la soluclón propuesta
prima. El papel dei Estado fue crucial por haber sido Indi- por él: tales subunidades habían producído tan sólo for-
recto ai crear y aplicar un régimen jurídico de la propie- mas prtmordtalcs. primitivas, mecánlcas de solidarldad;
dad que simultáneamente era legitimado por el mtsmo su globalización en la socíedad hacía poslble una forma
principio y mantenía incomunicables dos procesos histó- más avanzada, cornpleja y orgáníca de soltdarídad. Tam-
ricos símbíótícos: la explotacíón de lanaturaleza por el hom- bién son conocidas las críticas y las rectíftcacíoncs que se
bre y la explotación dei hombre por el hombre. le hicieron ai evolucionismo eurocentrista de Durkheim,
Por último. el vínculo de clase, que durante algunas déca- desde Malinowski hasta nuestros días.
das dei slglo XIX consígutó alimentar, con éxíto, una leal- Sin embargo, antes de referlrme a lo específico de las
tad terminal alternativa a la lealtad dei Estado sufrló una relecturas más recíentes de Durkheim, haré menclón de
enorme erosión en Europa Central cuando los partidos obreros otro gran rasgo fundador dei pensamlento de la socledad
votaron a favor de la concesión de créditos para financiar en su totalidad, como urndad de análisis: el rasgo de Max
la primera guerra mundial. Con esto, la guerra. concebi- Weber. Más sensible ai arbltrio de la hlstoria que a la ne-
da anteriormente como si t uvtera lugar entre las burgue- cesidad de la evoluctón, el problema de Weber es definir la
sías nacionales, pasó a ser concebida como una guerra entre identldad de la modernidad capitalista liberal europea, no
Estados-Nación. Por lo demás, la incorporación del prole- tanto porque ésta sea inferior o superior a otros paradig-
tariado en el Estado-Nación había comenzado mucho an- mas de organización social. sino porque es excepcional. A

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los ojos esquizofrénicos de Weber, la modernidad europea de ser síqutera pensado sin haber sido visto, percíbtdo. Si
es el otro de sí mtsma, un complejo proceso de partícularts- nuestro observar concibe su objeto como parte de un pro-
mos contextualizados en tránsito hacia un universalismo ceso histórico de larga duracíón es bíen posible que los cam-
sin contexto, proceso designado, en sus múltiples facetas, bias del presente no sean más que pequenos ajustes. AI
como racíonalízacíón, secularización, burocratízacíón, for- contrario, la dramatlcldad de éstos saltaria fácilmente a la
malización jurídica, democratización, urbanización, glo- vista si el objeto fuese concebido como de corta duración.
balización, etc. En la medida en que se fue ahondando esle EI clima general de las revisiones muestra al proceso
proceso, la hegemonía histórica de la modernidad europea histórico de descontextualización de las identidades y
transformó subreptlclamente la excepclonalidad en regia de universalización de las prácticas socíales mucho me-
y, a partir de ahí, todos los de más paradigmas socío-cul- nos homogéneo e inequívoco de lo que antes se perrsó. ya
turales se hallaron en situación de cuestionar su íderrtí- que con él compiten vtejos y nuevos procesos de
dad a partir de una posición de carencia y de subordina- recontextualización y de particularización de las identida-
clón. La separacíón entre la sociologia (el estudlo de "nosotros" , des y de las práctlcas. Las síguíentes son algunas revísío-
"civilizados") y la antropologia [el estudlo "de elios", "pri- nes.
mitivos") causóy, de hecho, promovió esta transformactón. A propósito dei resurgímíento de la etnicldad, dei racis-
La paridad epistemológica, entre las dos disciplinas, pasó mo, dei sexismo y de la relígíostdad, se habla dei nuevo
a ocultar la asimetría que Lévi-Strauss denunció elocuen- "prlmordlallsmo", dei regreso de la solidaridad mecánlca,
temente al afirmar que nosotros podemos transformarlos deI derecho a las raíces. La seculartzactón weberiana está
en nuestros salvajes. pero ellos no pueden transformarnos enfrentada, no sólo con el fundamentalismo religioso sino
en sus salvajes. tamblén con el hecho de que los factores que tradicional-
mente fueron tenidos como motores de la secula,rización
EL REGRESO DE LAS IDENTIDADES como, por ejemplo, elllberallsmo y la democracia, se pre-
sentan hoy en discursos y prácticas muy cercanos de los
Todo parece haber empezado a cambiar en los últimos que son proplos dei fundamentallsmo religioso y su efíca-
anos y las revístones profundas a que son sometidos los ela depende de la Inconmensurabilldad y de ia opacldad
discursos y las práctlcas Identlflcadoras dejan en el aire recíprocas entre prtncípíos absolutos y prácticas realistas
la duda sobre si la concepclón hegemónlca de la moderrií- típícas de la adheslón religiosa. Por otro lado, la base étnica
dad se equlvocó en la Identlflcaclón de las tendenclas de de las naciones modernas se hace cada vez más evidente
los procesos sociales, o si tales tendencias se invirtieron y el Estado-Naclón, lejos de ser una entidad estable, na-
totalmente en los tiempos recientes, o incluso si se está tural, corntenza a ser visto como la condensación tempo-
frente a una inversión de tendencias, o sólo frente a cru- ral de los movtmíentos que verdaderamente caracterizan
zamientos múltiples de tendencias opuestas sin que sea la modemldad política: Estados en busca de naclones y
posible identificar los vectores más fuertes. Como se cal- naclones en busca de Estados. Portugal es, tal vez, el úni-
cula, las dudas están por encima de saber Si lo que pre- co Estado-Nación uruétntco de Europa y está dejando de
senciamos es realmente nuevo o Si es apenas nuevo ante seria a medida que aumentan la ínmígracíón africana y asíá-
los ajas con que lo presenciamos. Estamos en una época tca y el flujo de turistas residentes, retirados de la vida
en que es difícil tener una perspectiva llneal. Estamos en activa, venldos de Europa dei Norte o aún del Japón. A su
una fase de revlslón radicai dei paradigma epistemológico vez, tal como el Estado nacional, la cultura nacional se en-
de la cíencía moderna, qutzá lo que cambia no es el objeto frenta con presiones contradictorias. De un lado, la cul-
de estudio, sino la manera de verlo. Pera, por otro lado, no tura global (consumismo, Hollywood, disco sound,fasifood,
parece creíble que ese cambio hubíera ocurrido sin que nada cultura comerciai, mass media globales), dei otro, las cul-
hubíera cambiado en el objeto observado, aunque, para más turas locales (grupos índtgernstas, afirmación de derechos
compltcacíón. sea debatible hasta qué punto tal objeto pue- ancestrales, de lenguas y culturas hasta ahora margína-

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IIzadas) y las culturas rcgíonales (por ejemplo, en la Indla, hace posible por el sexismo (Wallersteln y Balibar, 1991:
en ltalla y, en Portugal, el surgtmíento deI regíonalísmo 29-36).
nortefto). Para Balibar, el neoracismo europeo es nuevo en la medida
Recontextuallzar y reparticularlzar Identidades y prác- en que su tema dominante no es la superioridad biológica
ticas está conduciendo a reformular las inter-relaciones sino, ante todo, las insuperables diferencias culturales, la
entre los diferentes vínculos nacionales; concretamente, conducta racial en vez de la pertenencia racial (Wallerstein
entre ideologias particulares dentro de los vínculos de na- y Balibar, 1991: 17-28). EI concepto de inmtgraciõn sus-
ción claststa, racial, étnico y sexual. Tal reformulación es tituye al de raza y disuelve la conciencia de clase. Se trata
exigida por la veríftcacíón de fenômenos convergentes que pues, de un racismo de descolonlzaclón diferente dei ra-
ocurren en los más diversos lugares del sistema mundial: cismo de colonlzación, ese sí, definitivamente biológico. En
el nuevo racismo en Europa; la decadencia general de la suma, se trata de un fenómeno de etnización de la mayo-
política de clases, sobre todo evidente en ios E. U., donde ría más que de etnización de las minorías.
parece sustituida por la política étnica dei multlculturls- Se hace claro que la descontextualización y la recontextua-
mo o por la política sexual de los movimientos feministas; lízactón de las Identidades son elementos contradíctorros
los movlmlentos de los pueblos indígenas en todo el conti- del mismo proceso histórico, lo que más de una vez, pone
nente americano que desafían la forma política dei Esta- fin a las veleidades evolucionistas de la verslón liberai de
do postcolonlal; el colapso de los Estados-Nactórr-que final- la modernidad. La coexistencia articulada de estas contra-
mente son multinacionales- y los conflíctos étnicos en eI dlcclones no debe entenderse, sln embargo, de modo funcío-
campo devastado deI ex imperio soviético; la transnacíona- nalista. Representan relaciones sociales conflictivas pro-
lización dei fundamentallsmo tslárruco: la etnlzaclón de la tagonlzadas por actores índrvtduales y colectlvos que se
fuerza de traba]o en todo el sistema mundial como forma constituyen históricamente en procesos de luchas cuyos
de desvalortzarla: etc .. etc. resultados no son determmables inicialmente. EI Estado
Etienne Bal1bar e Immanuel Wallesrtein argumentan, y las luchas políticas que se desenvuelven dentro y fuera
en un trabajo recíente, que el racismo, lejos de ser un re- de él son el ejemplo paradígmáttco de la volatilldad de las
siduo o un anacronismo, está progresando como parte in- condiciones presentes. Se asiste, en general. a un proce-
tegrante dei desarrollo dei sistema mundial capitalista so de desmonumentalizaclón dei Estado stn que, sm em-
(Wallersteln y Balibar, 1991). Para Wallersteln, este siste- bargo, el vacío dejado por este supersujeto esté síendo lle-
ma se alimenta de la contradtccíón sternpre renovada en- nado por otra subjetlvldad dei mtsmo nível.
tre el universalismo y el partlcularlsmo, sea éste racista o Aunque no haya en el horizonte ninguna forma políti-
sexual. Mientras el universalismo se deriva de la propia ca alternativa deI Estado, el doble desenfoque de éste y de
forma dei mercado, de la descontextuallzaclón de la sub- las cultura nacionales son síntomas de una situación de
jetivldad, deI homo economtcus, el racismo resulta de la crtsts de regulaclón social más general. Después de la cri-
divlslón entre fuerza de trabajo central y periférica, es declr, sis de regulaciónfordista en los países centrales, proba-
de la etnización de la fuerza de trabajo como estrategía blemente estamos en una fase de transtcíón entre regime-
para remunerar un amplio sector de la fuerza de trabajo nes de acumulación .. Una de las facetas centrales de esa
por debajo de los salarlos capitalistas normales, sin con transición parece ser el hecho de que el capital. stn salir-
eso correr rtesgos significativos de agttactón política. Por se de la funcíonalídad tnstttucíonal dei Estado, esté creando
otro lado, el sexismo esta íntímamente ligado al racismo. otro soporte institucional, paralelo al Estado, constituido
Los salarlos muy bajos que permite éste último sólo son por las agencias fínancíeras y monetarias mternacíonales, la
socialmente posibles porque la reproducclón de la fuerza deuda externa, lalex mercatoria, las firmas norteame rica-
de trabajo se hace, en gran parte, en el espacio doméstico nas de abogados, un soporte institucional que se diferen-
a través de relaciones de trabajo no remunerado a cargo cia del estatal. sea porque es transnacional en sí mismo,
de las mujeres. La invislbllldad social de este trabajo se sea porque no pretende mantener nínguna exterioridad o

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autonomía frente a las relaciones de producción. Por la vía te con la localización deI proletariado. Por otro lado, la cri-
de esta última característica, la nueva regulación econó- sts del pensamiento estratégico emancipato rio, más que
mica que, frente a la anterior, se basaba exclusivamente una crtsts de prtnctpíos, es una crtsts de los sujetos socia-
en el Estado. aparece como desregulación, se arroga el tí- les interesa dos en la aplicación de éstos y también de los
tulode regulación socialy es, de hecho, la única regulación modelos de socíedad en que tales principios se pueden tra-
posíble. Es este el espejismo esencial dei neoliberalismo. ductr.
Apunta básícamente a mantener y a profundizar la hege- La conttngencía histórica de la constitución de sujetos
monía capitalista. sobre el colapso de las condiciones que socíales emancipatorios hoy parece irrebatible pero debe
la htcteron posible en el período anterior; denominado en ser articulada con la profunda tntuícíón de Marx de que la
el cuarto capitulo, período dei capitalismo organizado. Es construcción de las identidades sociales siempre tiene lu-
así como la lógica y la ideologia dei consumismo pueden gar en el interior de relaciones sociales antagónicas. La
convivir stn gran rtesgo político, con la retracción brutal multiplicación y sobreposición de los vínculos de identifi-
del consumo, entre sectores cada vez más amplios de la cación, particulariza las relaciones y, con eso, hace proli-
población mundial, que viven en la miseria. Así mtsrno, la ferar los enerntgos y, de algún modo, los trtvtalíza, por más
democracia liberal puede ser impuesta. como "condícíón cruel que sea la opresión que ellos ejercen. Cuanto más
política" de la ayuda a los países dei tercer mundo, ai mís- tncomunícables son las identidades, más difícil es concen-
mo tiempo que son destruidas las condiciones económicas trar las resistencias emancipatorias en proyectos coheren-
y soctales mínimas, de una vtvencía democrática creíble. tes y globales. Últimamente, el surgímíento dei vínculo con
Para poderse reforzar mutuamente, la lógica de circula- la naturaleza y, con él, el despertar de una identidad ecológica
cíón simbólica dei capital y ia lógica de la circulación ma- transnacional parecen conferir a este vínculo un potencial
terial dei capital son cada vez más independientes. globalizador prometedor. Incluso así, el vínculo natural se
Lo que es más característico en la actual crisis de regu- enfrenta con dos dificultades de peso. Su difusión global,
lación social es que ella ocurre sin que el capitalismo píer- en vez de vincular el carácter antagóníco de la relacíón social
da su hegemonia. En otras palabras, ai contrario de lo que ecológica, lo dtsuelve, el enemígo pierde su perfil y parece
sucedió en épocas anteriores, la crisis de regulacíon es tam- estar en todas partes y muy especialmente dentro de no-
bíén una crisis de emancípacíón, lo que constituye aí final sotros.; el problema es que, si está en toda partes, no está
otra manífestactón deI colapso o de la perversión de las en nínguna, En segundo lugar, es difícil pensar un mode-
energias emancipatorias de la modernidad en energias lo no productívtsta de socíedad cuando el sistema mundial
regulatortas, arriba mencionadas. La díftcultad para com- se polariza cada vez más entre un minúsculo centro hege-
prender la injusticia y la irraclonalidad de la soctedad ca- móníco postproductivista e hiperconsumista y una ínrnen-
pitalista dificulta la posibilidad de pensar una sociedad sa periferia preproductivista y subconsumista.
totalmente diferente y mejor que ésta. De ahí que la crísts
de un pensamíento estratégico de emanctpacíón sea pro- Los DESAFfos EN LA SEMI PERIFERIA
funda. En la medida en que extstró de hecho, el proceso de
descontextualización y de uníversalízactón de las identi- 6Entonces, cuáles son los desafios? La recontextualización
dades y de las prácticas contribuyó contradictoriamente de las identidades exige, en las actuales condiciones, que
para que las elases dominadas pudieran formular proyec- eI esfuerzo analítico y teórico se concentre en la díluctda-
tos universales y globales de emancipación. AI contrario, ctón de las especificidades de los campos de enfrentarnien-
el nuevo contextualismo y particularismo hacen difícil to y de negociaclón en que las identidades se forman y se
pensar estratégícamente en la emancípacíón. Las luchas disuelven y en la localización de esas especificidades en los
locales y las identidades contextuales tienden a preferir el movírníentos de globalización dei capital y, por lo tanto, en
pensarntento táctico en detrimento del pensamíento estra- el sistema mundial. Solamente así la teoria de la globali-
tégíco. La globalización dei capital ocurre simultáneamen- zación será esclarecedora.

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Las nuevas-víejas identidades se construyen en una lí- correa de transmístón entre las colonias y los grandes cen-
nea de tensión entre eldemos y elethnos y contra la iden- tros de acumulación, sobre todo con Inglaterra, a partir dei
tlficación de ambos, hasta hace poco juzgada no proble- slglo XVlIl, y este hecho tuvo una importancia decisiva para
mática, y que el Estado nacional liberal llevó a cabo, La todos los pueblos tnvolucrados en la relación colonial, una
crtsts de esta forma de Estado lleva consigo la problema- importancia que. además, se mantuvo incluso después de
tización de tal identificación, Cabe pues, preguntar: que esa relacíón hubo terminado y aún hasta nuestros dias.
6quién sustenta la nueva, o renovada. tensión entre demos Mencionaré brevemente algunos de los rasgos de esa ca-
y ethnos? Pienso que la cultura. De ahí la autoconcepción racterística. En el plano político, uno de los rasgos más
de las identidades contextuales como multlculturalidades, dramáticos de la semlperlflcidad de Portugal reside en el
de ahí el renovado interés por la cultura en las crencías hecho, único en la htstoría como bien lo subrayan Carlos
sociales, y de ahí finalmente, la creciente interdisciplina- Guilherme da Mota y Fernando Novaes, de que con la Ida
ridad entre ciencias socíales y humanidades. de D, João VI para Brasil, huyendo de Napoleón, la colo-
Como punto de partida. ptenso que es necesario re-aria- nia tuvo garantlzada, por algún tíempo, la Independencla
lizar las culturas de las naciones cuestionando las coris- de la metrópoli, convirtléndose la colonta en la verdadera
trucciones oficiales de la cultura nacional. En este senti- cabeza dei Imperlo y la Metrópoli en apéndlce de ia colo-
do, tres orientaciones metodológicas parecen ser esencíales. nía, lo que constituye una autêntica "inversión del pacto
La primera es que, no siendo ninguna cultura autoconte- colonial" (Mota y Novaes, 1982), En ese período final se pro-
ntda, sus límites nunca comctden con los límítes dei Es- fundizó el colonlalismo Informal al que estuvo sometido
tado; el principio de la soberanía del Estado nunca tuvo Portugal por Inglaterra, una dependencia que se habría de
uno correspondiente en el dominio de la cultura. La segun- prolongar en Brasil después de la Indeperidencta. Es sim-
da es que. no síendo autocontenida. ninguna cultura es bólico que, cuando se realizó el tratado de reconocimiento
indiscriminadamente abíerta. Ttene aperturas específicas. de la independencla de 1825, Inglaterra prestó a Brasll el
proíongaciones. interpenetraciones, inter-recorridos pro- monto de la mdemntzacíón que éste se obligaba a pagarle
pios, que a la postre son lo más auténtico que hay en ella. a Portugal, un monto extrafiamente Igual a la deuda de
Finalmente. la tercera orientación metodológica es que la Portugal con Inglaterra, Esta trama de intermediaclones
cultura de un determinado grupo social no es nunca una dependlentes fue reproduclda bajo otras formas en África,
esencia. Es una autocreactón, una negoctaciõn de senti- sobre todo después de la índependencta dei Brasil: y hasta
dos que ocurre en el sistema mundial y que, como tal. no nuestros días, como bien lo demuestra el caso de la cultura
es comprensíble sín el análisis de la trayectoria histórica dei algodón en Mozambíque, estudiado por Carlos Fortuna
y de la poslción de ese grupo en el sistema mundial. Apli- (Fortuna, 1992), o dei movimiento líterarto caboverdiano
cadas a la cultura portuguesa, estas orientaciones stgnt- estudiado por Isabel Caldeira (Caldeira, 1993),
f1can muy sucintamente lo slguiente, En prtrner lugar, la Así mísmo, una de las más significativas características
cultura portuguesa no se agota en la cultura de los portu- de la semiperifericidad de la relacíón colonial tiene que ver
gueses y, víceversa, la cultu ra de los portugueses no se con los procesos de la independencia. tanto en Brasil como
agota en la cultura portuguesa, En segundo lugar, las en África, En ambos casos, el colapso de la relación colo-
aperturas específicas de la cultura portuguesa sono por un nial sucede en el âmbito de transformaciones profundas.
lado, Europa y, por el otro, Brasil y, hasta cíerto punto, el de sentido progresista, en Portugal. las cuales, sin embar-
África. En tercer lugar. la cultura portuguesa es la cultu- go. son afectadas por la rebelión de las colonias al mísmo
ra de un país que ocupa una posición semiperiférica en el tiempo que repercuten en éstas de manera diferenciada y
sistema mundial. más allá de la índependencta. En el caso del Brasll, la in-
Con excepción de un período durante algunas décadas deperidencta ocurre en seguimiento de la revolución libe-
de los síglos XV-XVI, Portugal fue durante todo el prolon- rai en Portugal. En parte por el radicalismo de ésta y en
gado ciclo colonial, un país semíperífértco. que actuó como parte por la pretensión de los liberales de reconquistar la

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hegemonía en la colonta por la vía de una colonización efec- gal proteger a sus ex colonias de la competencía feroz en-
ttva, contraria a los intereses de Inglaterra. la independen- tre los países centrales y los bloques dei Este y el Oeste en
cía dei Brasil se hizo stguíendo ai liberalismo pero. de al- un continente que aún no había sido repartido en el tratado
gún modo. contra él. No pudo así beneficiarse de los de Yalta, ai final de la Segunda Guerra Mundtal. La ausen-
vtentos progresístas que soplaban en éste y, por eso, aca- era de un neocolonialismo hegemónico portugués dio paso
bó por acomodarse en un proyecto ambíguo y contradic- a una lucha abíerta entre varíos neocolonialismos que \le-
torto. En las palabras de Mota y Novaes, ese proyecto es vó a los dos países africanos más grandes (Angola y Mozam-
"el reformismo autoritario de una monarquia esclavócrata, bique) a la guerra y a la rutna.
única excepción en el mosaico de las repúblicas americanas" Se podrá preguntar i,cómo es que Portugal, stendo un país
(Mota y Novaes, 1982), semiperiférico, pudo mantener su tmperio colonial mucho
En el caso del África. la sttuacíón fue paralela en algunas después de que los países centrales dejaron de serlo? Pro-
de sus características y muy diferente en otras. La mde- bablemente la explicación reside en esa misma caracterís-
pendencla de los cinco países de lengua oficial portugue- tica, Como observó Hobsbawm, Portugal pudo mantener
sa ocurrió en el âmbito de otra gran transformacíón pro- sus colonias después de la conferencia de Bertín. a fines
gresista en la sociedad portuguesa. la revolucíón del 25 de dei stglo XIX, porque los países centrales no \legaron a un
abril de 1974, En este caso, la símbíosts entre los dos pro- acuerdo sobre la manera de repartirse entre ellos el ímpe-
cesos fue aún mayor en la medida en que la guerra colo- rio portugués (Hobsbawm, 1987: 18), En la postguerra, el
ntal, la lucha tenaz de los movimientos de liberación contra colonlalismo português. a pesar de estar atslado tdeológí-
el colonialismo, los adeptos que éstos fueron conquistan- camente, se mantuvo porque le garantizaba a los países
do entre las élites culturales, políticas y militares portu- centrales el acceso a la explotacíón de los recursos natu-
guesas y el atslamtento internacional al que sometíeron al rales de las colonías ai mtsmo tiempo que mantenía una
Estado Novo, fueron decisivos para la ecloslón dei golpe extensa área dei África bajo control político pro-occiden-
militar que le abrió paso a la revolución democrática. AI tal. por fuera de la confrontación Este-Oeste. yactuando
contrario de lo que ocurrtó con la revolución liberal. Ia re- como escudo de protección para el África dei Sur, y todo
voluclón de abril, a pesar de alguna duda iniciai, adoptó esto sín que los países centrales tuvíeran que cargar con
como una de sus principales banderas la descolonización. los costos político-militares dei colonialismo -que le fue-
Con esto, pudo incrementar con su propio contenido pro- ron transferidos a Portugal- ni con los costos econômicos
gresista el contenido progreslsta de las luchas de libera- dei control, que de alguna manera, compartían con Portugal,
ción y el propio contenldo de la tndependencía. Es debatíble,
aún hoy. si se tratá deI resultado de un acto de poder semi- LA CULTURA DE FRONTERA
periférico o ante todo dei resultado de un acto de Impoten-
cta sernípertfértca. Fue tal vez ambas cosas. Es verdad que Las consecuencias para la relación colonial que se des-
el Portugal revolucionario no pudo o no quiso controlar el prenden dei carácter semtpertféríco de Portugal, no se que-
proceso de la tndependencía como lo htcteron las potenctas daron en los aspectos político-econômicos ni limitaron su
coloníales centrales. pero también es dudoso que lo hubie- ámblto a esa relacíón. Lo decisivo fue la Identidad cultu-
ra podido controlar aunque qutsíera. Su carácter semípe- ral que engendraron y el modo como ésta fue interiorizada
riférico hace inviable la partida hacía el mantenimiento de por la sociedad portuguesa a lo largo de los últimos cinco
lazos neocolonialistas. Tal vez por eso fue que este país. etglos.
con un fuerte pasado autorítarto. estuvo involucrado en la En el tercer capítulo, me manlfesté en contra dei dis-
creacíón de los Estados más progresistas dei África de post- curso identitario y contra lo que podríamos designar como
guerra. frutos de una descolonización stn lastres neoco- "exceso de interpretación mítica", Píenso que Portugal, síern-
lontalístas. Sucede, sln embargo, que este signo de fortaleza pre que cuestionó su ídenttdad, lo hizo con cierto distancia-
tamblén fue un signo de debilldad que le Impidió a Portu- mtento y nunca como exprestón de alguna crisis profunda

180 181
que sólo los mitos ponen de manlfiesto y también pienso identificaciones culturales positivas que eran las culturas
que eI cuestionamiento que hoy se observa tiene razones europeas, ní fue nunca sufíctentemente diferente de las
identificables, unas globales y otras específicas, en el mo- identificaciones negativas que eran, desde el srglo XV, los
mento histórico que atraviesa esta sociedad. otros, los no europeos. La manífestacíón paradtgmátíca de
Hay, pues, que intentar por otros camtnos, definir el es- esta matriz intermedia, semípertfértca, de la cultura por-
tatuto identificatorio de la cultura portuguesa y analizar tuguesa está en el hecho de que los portugueses han sido,
qué punto de contacto existe entre él y las Identidades cultu- a partir dei síglo XVll, como mencioné en el capítulo ter-
rales de los pueblos brastlefio y africanos, que para bien y cero, el único pueblo europeo que, al mismo tiempo que
para mal, convivieron eon esta cultura durante siglas. Mi observaba y consideraba como primitivos o salvajes a los
hipótesis de trabajo es que la cultura portuguesa no tiene pueblos de las colonias, era él mísrno, observado y consi-
contenido. Tiene apenas forma, y esa forma es la frontera, derado como primitivo y salvaje por los vtajeros y estudio-
o la zona fronteriza. Las culturas nactonales. como subs- sos de los países de Europa dei Norte, Por otro lado, como
tancías. son una creación deI sigla XIX, son como vimos, los puritanos fueron colonizadores en América del Norte.
el producto histórico de una tensión entre universalismo los portugueses, además de colonizadores, fueron emigrantes
y particularismo gerenciados por ei Estado, EI papel del en sus propias colornas. El trabajo português en el Nor-
Estado es doble: por un lado, diferencia la cultura dei te- deste dei Brasil en el síglo XVlIlllegó a ser menos valorado,
frito rio nacional de cara al exterior; y por otro lado. pro- y peor pagado que el trabajo esclavo, Portugal, ai contra-
mueve la homogeneidad cultural en el interior dei territorio rio de los otros pueblos europeos. se tuvo que ver en dos
nacional. Mi hipótesis de trabajo es que, en Portugal, el espejos a la vez: en el espejo de Próspero y en el espejo de
Estado nunca desernpefió cabalmente nínguno de estos Calibán, teniendo concíencía de que su rostro verdadero
papeles, por lo que. como consecuencia, la cultura portu- estaba en algún lugar entre ellos. En términos simbólicos,
guesa tuvo stempre una gran dificultad para diferenciarse Portugal estaba demasiado próximo de sus colonias para
de otras culturas nacionales o, si lo preferimos, una gran ser plenamente eurcpec. y ante éstas, estaba demasiado
capacidad para no dífererictarse de otras culturas nacío- lejos de Europa para poder ser un colonizador consecuen-
nales y, por otro lado, mantuvo hasta hoy una fuerte he- te, Como cultura europea, la cultura portuguesa fue una
terogeneldad interna. El hecho de que el Estado portugués periferia que, como tal, asumió mal el papel de centro en
no haya desempenado cabalmente ninguna de las dos fun- las periferias no europeas de Europa. De ahí el acen-
ciones -díferenctactón frente al exterior y homogeneiza- tralismo característico de la cultura portuguesa que se
ción interna- tuvo un impacto decisivo en la cultura de los traduce en una dífícultad de diferenciación frente ai exte-
portugueses, lo cual consrsttó en que las espacio-tempo- rior y en una dificultad de identificación en el interior de
ralidades culturales local y transnacional hubieran sido sí rntsrna''. Frente al exterior, el acentralismo se revela en
síempre más fuertes que el espacío-temporalídad nacional. la voracidad de las apropiaciones e tncorporacíones, en la
Así, por un lado. la cultura portuguesa nunca se logró mimesis cultural, en el sincretismo y en el translocalismo,
diferenciar totalmente de las culturas exteriores, lo que es decír , en la capacidad de moverse entre lo local y 10
confíguró un déficit de identidad por la díferencíactón. Por transnacional stn pasar por lo nacional. Sin embargo,
otro lado, esta cultura mantuvo una enorme heterogenei- dada la heterogeneidad interna, tales íncorporacíones y
dad interna, lo que configuró un déficit de ldentidad por
la homogeneidad. Obsérvese que estos déficit apenas son
2 Reflriéndose a la facilldad con que los esclavos fueron as1milados en la so-
entrevistos en el espacio-temporalidad cultural nacional. ctedad portuguesa (y tambtén los moros y los judíos que permanecíeronj.
Los espacios locales y transnacionales de la cultura por- António José Saraiva da como expltcactõn Muna cierta libertad en reíactõn
tuguesa siempre fueron muy ricos; sólo el espacio inter- con las fronteras culturales, una cierta promtscuídad entre el Yo y el Otro.
una cterta falta de prejutcros culturales. la ausencta dei sentimiento de su-
medio, nacional, fue y es deficitario. Esto significa que, como perioridad que caracteriza. de modo general, a los pueblos de la cultura
identidad nacional, Portugal no fue nunca semejante a las occrdentar' (Saraiva, 1985: 103).

182 183
das de fuertes centros, las fronteras son poco vístbles y esa
apropiaciones tienden sólo a penetrar superficialmente y es la última causa de su provmcíaltsmo". AI contrario. el
a estar sometidas a fuertes procesos de vernaculización.
Este fragmentarismo es simultáneamente causa y efecto acentrtsmo de la cultura portuguesa es el otro lado de su
de un déficit de hegemonia cultural por parte de las élttes, cosmopolitismo. un universalismo sin universo hecho de
de lo cual resulta que los diferentes localismos culturales la multíplícactón infinita de los localismos. Tanto el cen-
dicen más sobre la cultura portuguesa de lo que díce la tro como la periferia le han sido impuestos desde afuera a
cultura portuguesa sobre ellos. la cultura portuguesa. Durante síglos la cultura portugue-
Este déficit de dífercnctacíón y de identificación si bíen, sa se sintió en el centro sólo porque tenía una periferia (sus
por un lado, creó un vacío substantivo. por el otro, coriso- colontas). Hoy, se siente en la periferia sólo porque le es
lidó una forma cultural muy específica: la frontera o zona ímpuesto o recomendado un centro (Europa). Para una
fronteriza. En los términos de mi hipótesis de trabajo, po- cultura que verdaderamente nunca cupo en un espacio
demos así dectr que no existe una cultura portuguesa, existe único. las ídentíftcacíones culturales que se derivan de ahí
antes una forma cultural portuguesa: la frontera, o estar
en la frontera. Este modo de ser cultural es. stn embargo. tíenden a autocanibalizarse.
completamente diferente deI modo de ser cultural de la fron- Pero además dei acentralismo y dei cosmopolitismo. Ia
tera norteamericana. Nuestra frontera no es frotuier, es forma cultural de la frontera presenta otra característica:
border o borderland. La cultura portuguesa es una cultu- la dramatízacíón y la carnavalización de las formas. Dado
ra de frontera, no porque más allá de nosotros se conciba el carácter babélico, asíncrono y superficial de las incor-
el vacío, una tíerra de nadie, sino porque. de algún modo. poractones y de las aproximaciones foráneas. la forma
el vacío esta deI lado de acá, de nuestro lado. Y es por eso fronteríza tíende a identificarse. en esas incorporaciones
que en nuestro trayecto histórico cultural de la moderni- y aproptacíones , con las formas más que con los conteni-
dad fui mos tanto el europeo como el salvaje, tanto el colo- dos de los productos culturales incorporados. El substan-
nizador como el emigrante. La zona fronteriza es una zona tívísrno es residual y consiste en el modo como tales formas
híbrida. babélíca. donde los contactos se pulvertzan y se
ordenan según micro jerarquías poco suscepttbles de globa- son vernacultzadas. EI desequtlíbrío entre forma y contenido
lízactôn. En tal zona, son inmensas las postbílídades de que así se da. tíene como efecto una cíerta dramatizac~~n
identificación y de creación cultural, todas igualmente su- de las formas que es también una cíerta carriavaltzacíón
perficiales e igualmente subvertibles: la antropofagia que de las formas. es decír, una actitud de dtstanctamíento más
Oswald Andrade le atribuía a la cultura brasilefia y que yo lúdica que proftláctíca. más hecha de la conciencia de la
prenso que caracteriza igualmente. y por entero, a la cul- inconsecuencia que de la concíencta de la superioridad.
tura portuguesa. Si bien esta. por un lado, le confiere gran En esto reside también el caráeterbarroco de la forma cul-
libertad y hasta arbitrariedad a la creación cultural de las
élttes, por otro, le conftere a éstas cíerta inconsecuencia 4 Discrepo pues. de Fernando Pessoa cuando en u n texto de 1928, declara ai
social. ai mísmo tiempo que le permite a las clases popu- provlncialismo "e l peor mal português", aunque agregue que ese hecho.
lares crear, stn mayor tutela "su" cultura portuguesa del atendo lamentable, no nos es peculiar: "de la mtsma enfermedad padeceu
momento. muchos otros países. que se consideran civ1l1zados con orgullo y error".
Según Pessoa, "el provinc1alismo consiste en pertenecer a una ,clvllización
La frontera le confiere a la. cultura portuguesa, por otro sin tomar parte en su desarrcllo supertor cen seguirIa pues mtméucamente-
lado. un enorme cosmopoltttsrno". Para las culturas dota- con una subordtnacíõn tnconsciente y feliz. EI síndrome provtnctano com-
prende. por lo menos. tres síntomas flagrantes: el entusiasmo y la admira-
3 En un texto de 1923. Fernando Pessoa definía el arque npo cultural de la crõn por los grandes medtos y por las grandes cíudades. el entusiasmo y
trontera mejor de como yo lo podr-ia hacer jamás. HEIpueblo português es admíración por el progreso y por la modernidad; y. en la esfera mental su-
esencialmente cosmopolita. Nunca un verdadero portugués fue portugués , perior, la Incapacidad para la tronía" (Pessoa. 1980: 159}. Aunque yo con-
stempre fue todo. Ahora ser todo en un individuo es ser todo; ser todo en cuerde. en general, con esta caracterización, discrepo en que, en el caso
una colecUvidad es no ser nada ~ (Pessoa. 1923: 181. Tambíén Almada português. eila baga parte de "el síndrome provmctano". A mt .entend:r. el
Negreiros se expreea en el mtsrno sentido: "Untversal no es estatuto de na- elemento barroco de la cultura portuguesa hace que la mímests de la cívt-
ctõn ni de la sociedad de todas las naciones. Pero es la actitud humana que Itzactõn superior" ocurra slempre con una distancia lúdica y un espirttu de
no cabe sino en la persona como tnutvíduo. Este es el significado de portu- subverstón. selecttva. superficial y ambiguamente combinados con la dra-
gués (... ) En português, arte stgnítíca: esptntu un1versaL presencia univer- matlzaclón de lo propto. de lo vernáculo, de lo genulno.
sal, psíquico universal" (Aimada Negr-eíros. 1971: 14}.

185
184
tural portuguesa. La cultura portuguesa es menos una cues- ",Serán aprovechadas estas oportunidades? Es extrafio
ttón de raíces que una cuesttón de postcíón, Y se revela que sólo muy rectente y tardiamente, el Estado portugués
como perícta de extraterrltorlalidad tanto en los espaclos haya venído, por medio de la política de cultura y propa-
extrafios como en los espactos orígínartos. Las raíces son ganda. a intentar promover un espacto-temporalídad cul-
así el artefacto de una capacldad de nativlzaclón de lo aje- tural nacional homogêneo. y haya venldo a hacerlo por la
no. Slempre está fuera o lejos de donde está y por eso se vía de lo que, en otro lugar, designo como ímagínactón dei
pueden Imaginar más grandes de lo que son. Como dtce centro. es decír. la concepcíón de Portugal como un país
Fernando Pessoa: "En las laderas dei Hlmalaya, el Hima- europeo en pie de íguaídad con los de más (Santos, 1993:
laya es sólo las laderas dei Hírnalaya. Es en la distancia o 49). De ahí la arrogancla de Intentar cerrar el mar a los
en la memorla o en la ímagtnacíón que el Hlmalaya tlene brasilefios y a los africanos, levantando estúpldamente un
su altura, o tal vez sea un poco más alto" (Pessoa 1923: 21). muro contra la historia para, además, descuidar impru-
MI segunda hlpótesls de traba]o es que esta forma cul- dentemente la eventualidad de que, en un futuro, tenga-
tural tiene Igualmente vígencía. aunque de un modo muy mos que treparIo. Pero curiosamente, la creación del es-
diferente en Brasil y, de un modo más remoto, en los paí- pacio cultural nacional es contradictoria porque ocurre en
ses africanos de lengua oficial portuguesa. Desde el punto el mtsmo proceso en que Portugal se transforma en una re-
de vista cultural, Brasil y los países africanos nunca fueron gíón, en una localidad de Europa. En un lapso de menos de
plenamente colonias. Fiel a su naturaleza semíperífértca, veinte aüos, la transnacionalidad deI espacío colonial se
la cultura portuguesa extendló a ellas la zona fronterlza transftere hacia la transnacionalidad intereuropea sín que
que les permitió usar a Portugal como vía de acceso a las Portugal deje de ser una localldad relativamente periférica,
culturas centrales, como ocurrió con las élites culturales vertiginosamente situada en la zona fronteriza. En esto se
de Brasil a partir dei slglo XVI1l y con las africanas sobre confirma la díftcultad histórica de configuramos de modo
todo en nuestro stgío. De ahí que la forma cultural de fron- coherente en un espacio-temporalidad cultural interme-
tera tambíén caracterice, en parte, a las culturas del Brasil dto, nacional. Nada de esto Implica un jutcío negativo so-
y dei África portuguesa, conflrléndole a éstas el acentra- bre la cultura portuguesa. Negativo es el hecho de que la
ltsrno, el cosmopolitismo, la dramatlzaclón y la carnava- política estatal de cultura y propaganda no reconozca la ri-
lizaclón de las formas y el barroco que le atrlbuimos a la queza y las vlrtualldades que se esconden bajo esta su-
cultura portuguesa. Obviamente, que tales características puesta negatlvldad. La riqueza está, por sobre todo, en la
se presentan con otras vartacíones y no se debe olvidar la dlsponlbllldad multlcultural de la zona fronterlza.
asimetría matricial entre el caso português y los casos La zona frontertza, tal como el descubrimiento. es una
brasilefio y africano. Estos últimos tuvieron orígen en un metáfora que le ayuda ai pensamiento a transmutarse en
acto de Imposlclón violenta por parte dei prlmero, una Im- relaciones sociales y políticas. Y no olvidemos que la me-
posición que con el tiempo pasó a afirmarse, desde el pun- táfora es el fuerte de la cultura de frontera y el fuerte de
to de vista cultural, más por la omisión o por la ausencia nuestra lengua. En 1606 esto mismo lo reconocía el ínstg-
que por la accíón cultural efectíva, en suma, por un acto ne lingüista portugués Duarte Nunes de Leão cuando aflr-
de fuerza hecho de debllldad. EI contexto global dei regreso maba: "Estas maneras de hablar que los latinos tlenen en
de las Identidades, dei multlculturalismo, de la transnacío- dernasta, que se preserva mucho en ellos. no apartándose
nalización y de la localización parece ofrecer oportunida- dei sentido metafórico en que comenzaron, es tan frecuen-
des únicas a una forma cultural de frontera precisamente te en los portugueses que algunos estarán durante mucho
porque ésta se alimenta de los fiujos constantes que la tlempo hablando slempre metafórlcamente, stn cambiar
atraviesan. La liviandad de la zona de frontera se vuelve de la mísma metáfora" (Leão, 1993: 233).
muy senstble a los vientos. Es una puerta de vaivén y,
como tal. nunca está abierta de par en par y nunca está
cerrada.

186 187
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188 i89
III

CIUDADANÍA, EMANCIPACIÓN Y UTOPÍA


7

LA SOCIOLOGÍA DE LOS TRIBUNALES


Y LA DEMOCRATIZACIÓN DE LA JUSTICIA

CONDICIONES SOCIALES Y TEÓRICAS DE LA SOCIOLOG[A DE


LOS TRIBUNALES

La soctología deI derecho, en la acepcíón contemporá-


nea deI término, sólo se constituy6 como ctencía social, es
decír. como una rama especializada de la socíología gene-
ral, después de la segunda guerra mundial, Fue entonces
cuando, mediante eI uso de técnicas y métodos de ínvestí-
gación empírica y mediante la adecuada teorización hecha
sobre los resultados de esa tnvesugacíón. la soclología deI
derecho, construy6 un objeto teórico específico. autônomo.
tanto en relación con la dogmática jurídica como en rela-
cíón con la filosofia deI derecho. Sin embargo, antes de este
período fue grande y rica la producclón científica orienta-
da por una perspectiva sociológica deI derecho, hasta el
punto de que, de todas las ramas de la socíología, la socío-
Iogía deI derecho es sm duda aquella en que se ha sentido
con más fuerza la influencia de los precursores, SUS orien-
tacíones teóricas. SUB preferencias de investigación, sus
creacíones conceptuales. Esta no es sorprendente si te-
fiemos en cuenta que, al contrario de las otras ramas
de la soctología. la sociología deI derecho se ocupa de
un fenómeno social, el derecho, sobre el cual inciden si-
glas de producctón Intelectual cristalizada en la edad mo-

193
derna en disciplinas tales como la filosofía, la dogmática debate se polariza entre los que conciben el derecho como
jurídica y la htstorta. el indicador privilegiado de los patrones de solidaridad
Una de las demostraciones más significativas de esa in- social, garante de la solución armoniosa de los conflictos
fluencia de los precursores consiste en eI predominio, so- por una vía en que maxírníza la integración social y se rea-
bre todo durante eI período inicial, de una vísrón liza el bíen común, y los que concíben el derecho como la
norrnattvtsta del derecho en detrimento de la vísrón última expresión de los intereses de clase, un instrumen-
institucional y organizacional y. dentro de aquella, en la to de dominación económica y política que por el camino
preponderancia delderecho sustantivo en detrimento deI de su forma enunciativa (general y abstracta) opera la trans-
formación ideológica de los intereses particulares de la ela-
derecho procesal, una distinción vinculada de por sí a
se dominante sobre el interés colectívo universal, un de-
tradiciones teóricas importadas en forma acr ítíca por la
bate que se puede simbolizar en los nombres de Durkheim
sociologia deI derecho. Sin remontarnos hasta los precur- (1977)2 y de Marx " ,
sores de los precursores, Giambattista Víco (1953) y En el primer cuarto de nuestro stglo, la vtsíón norrnatt-
Montesquieu (1950- i 961 I, es noto rio que. en el siglo XIX, vista substantivista del derecho continuó dominando,
la visión normativista y substantivista deI derecho domi- aunque con matíces, el pensamiento sociológico sobre el
na la producción y las dtscusíones teóricas tanto de juris- derecho. Es ilustrativo el caso de Ehrlich. para algunos el
tas como de científicos sociales -como los llamaríamos fundador de la sociología deI derecho, en cualquiera de los
hoy- ínteresados en el derecho. Así, y en cuanto a los prt- dos grandes temas de su producc!ón científica: el derecho
meros, de todos los debates que en la época son portado- vivo y la creactón judíctal deI derecho (1929 y 1967), En
res de una perspectiva sociológica del derecho, es decir, lo que respecta aI primero, el derecho vivo, se centra en
de una perspectiva que explícitamente tematiza las artl- la contraposición entre el derecho establecido oficialmen-
culactones deI derecho con las condiciones y las estruc- te -formalmente vigente- y la normatividad que aparece
turas socíales en que actúa, el debate sm duda en las relaciones sociales, por la cual se rígen comporta-
polarizador es el que opone los que defienden una concep- mientos que previenen y resuelven la abrumadora mayo-
ción deI derecho como variable dependiente, en cuyos térmi- ría de los conflíctos. En lo que respecta ai segundo, la crea-
nos el derecho se debe limitar a seguir y a incorporar los ción jurídica deI derecho, es tambíén la misma vísíón que
valores soctales y los patrones de conducta espontânea y fundamenta y le da sentido a la diferencia entre la normatividad
paulatinamente constituidos en la sociedad, y los que abstracta de la ley y la normatividad concreta y confor-
defienden una concepción deI derecho como variable in-
2 En un estudto de autonomización teórica en relacrón con la cíencta jurtôtca.
dependiente, en cuyos términos el derecho debe ser un Durkhetm rechaza la dtsttncton entre derecho público y derechc prtvado, por
promotor activo del cambio social tanto en el âmbito de lo consideraria insostenible en el plano sociológico, susUtuyéndola por la drs-
material como en el de la cultura y de las mentalldades, Unción entre el derecho represivo (el õerecho penal) y el derecho res-tttuttvo
(derecho civil, derecbo comercial, derecho procesal, derecho administrativo
un debate que, para recordar las posiciones extremas y y constitucional). Cada uno de estos tipos de derecho corresponde a una forma
dependientes de universos intelectuales muy diferentes, de solidaridad social. EI derechc represrvo corresponde a la solidaridad
se puede simbolizar con los nombres de Savtgny (1840) Y mecéníca, basada en los valores de la concrencta coiecuva cuya violación
de Bentham 1 . constttuye un crtrnen. una forma de solldaridad dominante en las socieda-
des del pasado. EI derecho res tttu ttvo correeponde a la solidaridad orgánt-
Lo mísmo se puede decir en cuanto al debate decímo- ca, dominante en las sociedades contemporâneas, basado en la divisi6n dei
nónico lortg. p,162) sobre el derecho en el âmbito de la trabajo social, cuya violactón acarrea la sanción de la simple repostctôn de
nueva soctología. Si en verdad estamos de acuerdo en que las cosas.
3 Como se sabe, Marx no elaboró una teoría sociológica deI derecho. Stn em-
el derecho refleja las condiciones prevalentes y al mísmo bargo, su extensa obra está repleta de referencias no sistemáticas ai dere-
tiempo actúa sobre ellas, con cíerta condescendencia, el cho. Ver en especial, La Contribución a la Crítica de la FilosoJía dei Derecho
de Hegel( 1843};La ldeologíaAlemana (1845-46); artículos en elNeue Rhelnische
1 Fiel a sus posiciones teóricas, Bentham trate de influenciar las transfor- Zeitung (1848-49); El Dieciocho Brumario de Napoleóo Booaparle (1852);
maciones jurídicas en los comtenzos dei período liberal en Portugal. (Ver Grundrisse (1857-58); El Capital (1867); La Guerra Civi[en Frcncrc (1871) Y
Bentham,1823). La Crítica deI Programa de Gotha (1875).

194 195
madora de la decisión dei juez. Este segundo tema, y en tante diferentes, uno centrado en las preocupacíones so-
general la ortentacíón teórica de la escuela deI derecho li- ctales de los países desarrollados y otro en la de los pai-
bre o de la jurtsprudencía sociológica (Pound, 1911- ses en desarrollo, es nítida la preponderancía de las cues-
1912)', ai trasladar la cuestión de la normaUvidad dei de- tiones normativas y sustantivas dei derecho y la relativa
recho de los enunciados abstractos de la ley a las negligencia en las cuestíones procesales, institucionales y
decisiones particulares dei juez, dia orígen a las precon- orgaruzactonales.
diciones teóricas de la transición hacia una nueva visión Sin embargo, esta arttculacíón intelectual se alteró
Sociológica centrada en las dimensiones procesales, muy pronto. A eso contríbuycron dos clases de condiciones,
institucionales y organizacionales del derecho. En esta ambas aparecidas a fines de la década de los 50 y prlnci-
misma transícton y aún en el mismo período (eI primer pios de los afias 60: condiciones teóricas y condiciones so-
cuarto de nuestro sigla) se sitúa la obra de M. Weber cíalcs. Entre las prtrneras, las condiciones teóricas, se
(1964) 5. La preocupación de Weber por definir la especí- destacan tres. En prtrner lugar, el desarrollo de la socío-
ftcídad y el puesto privilegiado dei derecho entre las de- logía de las organtzacíones, una rama de la sociología que
más fuentes de normatividad que actúan en las relacio- tíene en Weber a uno de sus principales inspiradores, de-
nes ,sociales en el seno de las sociedades capitalistas, lo dicado en general ai estudio de los grupos sociales crea-
llevo a centrar su análísts en el personal especializado a dos en una forma más o menos deliberada para la obten-
cargo de la aplícacíón de las normas jurídicas, las profe- cíón de un fin específico. Esta ortentacíón tiene diversos
síones jurfdícas y la burocracia estatal. Según él, lo que enfoques sobre la estructura y la forma de las organiza-
car~cterizaba el derecho de las sociedades capitalistas y ciones, sobre el conjunto de las interacciones socíales en su
lo díferenctaba dei derecho de las sociedades anteriores, senoy en el impacto de ellas en el comportamiento de los
era la construcclón de un monopolio estatal administra- índtvtduos". Esta rama de la sociologia desarrolló muy
do por funcionarias especializados según crttertos dota- pronto un interés específico por una de las organízactones
dos de racionalidad formal, basado en normas generales más dominantes ennuestra sociedad, la organizaciónju-
y abstractas aplicadas a casos concretos por medio de dicial y particularmente los trtburiales (Heydebrand,
procesos lógicos controlables, una administración total- 1977 y 1979).
mente integrable aI tipo ideal de burocracia elaborado por La segunda condición teórica está constituida por el
él. desarrollo de la cíencta política y por el interés que ésta mos-
Esta tradtcíón intelectual diversificada, pera en la que tró por los tribunales como instancia de declslón y de po-
domina la visión normativista y substanttvtsta del der-e- der políticos. La teoría de los sistemas utilizada en el aná-
cho, tuvo una influencia decisiva en la constttucíón deI llsls dei sistema politico general? encontró en el sistema
objeto de la sociología dei derecho en la posguerra. Entre judicial un punto de apllcación específico y las acctones
los grandes temas de este período me refiero a dos, a título de los actores del sistema, particularmente las de los jue-
de ejemplo: la discrepancia entre el derecho formalmente ces, fueron analizadas en fu ncíón de sus ortentactones
vigente y el derecho socialmente eficaz, la célebre dicoto- políttcas".
mía law in books Ilaw in cctton de la socíología jurídica La tercera coridícíón teórica está constítutda por el de-
americana, las relaciones entre el derecho y el desarrollo sarrollo de la antropologia dei derecho o de la etnologia
socto-econórntco y más específicamente aI papel deI de-
recho en la transformación modernizadora de las socie- 6 Ademãs de los c1áslcos (M. Weber y R. Míchels) las referencías básicas en
esta rama de la socíología eon. P. Selznlck (1949): P. Blau (1955); J. Marchy
dades tradicionales. En cualquiera de estos temas, bas- H. Stmon (195a); M. Crozter (/1963); S. Cleggy O. Duterby (19aO).
7 Ver Easton (1965), una de las obras más ínüuyentes.
4 Además. Roscoe Pound fue quten presentó a EhrBch a la comunídad cientí- 8 Para una vtsíõn general, ver J. Grossman y R. Wells Iorgs.t (1980: 3-76). En
fica angtosajona en 1936. especial cf G. Schubert (1960); A Btckel (1963); H. Jacob (org.) (I 976); R.
5 En lo concerntente a la soctotogra dei derecho la mejor selecctõn de esta obra Dahl (1967): un análtsts crítico dei artículo precedente en J. Casper (1976);
es la de Max Rheinstein (1967). M. Shapiro (1975).

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jur'idtca. la cual, alliberarse progreslvamente de su obje- La segunda condición social dei interés de la sociolo-
to principal. las sociedades coloniales. se dirige hacía los gía por el proceso y por los trlbunales está constltulda por
nuevos países africanos y asiáticos y hacía los países en la eclosíón, en la década de los 60, de la llamada crtsts de
desarroIlo de América Latina. hasta finalmente descubrir admíntstracíón de la justtcta, una crisis de cuya persisten-
su objeto doblemente primitivo en su propia casa. en las cía somos testígos hoy en día. Esta condición está relacio-
sociedades capitalistas desarroIladas. AI centrarse en los nada en parte con la anterior. Las luchas socíalcs a que
litigios y en los mecanismos para su prevención y para su hice referencía aceleraron la transformación del Estado
solucrón. la antropología del derecho desvió la atención liberai en Estado-Providencia. un Estado Involucrado ac-
analítica de las normas y se orientó hacia los procesos y tivamente en la gestión de conflictos. concertacíones en-
hacia las mstttucíones. sus diferentes grados de formali- tre clases y grupos soclales; empeiiado en la postble
zación y de especialización y su eficacia estructuradora de mlnlmlzaclón de las desigualdades en sociedades donde
los comportamientos 9. predomina la producción capitalista, La consolldaclón dei
Cabe ahora mencionar brevemente las condiciones so- Estado-Providencia sígntftcó la expansión de los derechos
cíales que,junto con las condiciones teóricas, posibilitaron sociales y, a través de ellos , la íntegractón de las clases
la oríentacíón dei Interés sociológico hacla las dimensio-
trabajadoras en los circuitos de consumo que antertor-
nes procesales, institucionales y organizacionales deI de-
recho. Distingo dos condiciones prtncípalcs. La prlmera mente estaban fuera de su alcance!".
se reflere a las luchas socíales protagonlzadas por gru- A su vez. esta integración implicó que los conflictos que
pos sociales hasta entonces con una tradición históri- surgíeron con los nuevos derechos sociales fueran una
ca de accíón colectiva de confrontación -los negros. los fuente de conflictos jurídicos que en principio le corres-
estudtantes, amplios sectores de la pequena burguesía en pondería dirimir a los tríbunales: Itügíos sobre las relaciones
lucha por nuevos derechos soctales en el ámbito de la se- de trabajo, seguridad social, vivienda, bienes de consu-
guridad social. vivlenda, educación, transportes. medio mo duraderos, etc .. etc. Hay que agregar que la Integra-
ambiente y calidad de vida. etc.-con movimientos socia- ción de las clases trabajadoras (clase obrera y nueva pe-
les que conjugados -a veces con dificultad- con el movi- quena burguesíaj en los circuitos de consumo estuvo
miento ohrero, procuran ahondar en el contenido demo- acompaiiada y, en parte causada por la Integraclón de la
crático de los regímenes surgidos de la posguerra 10. Fue mujer en el mercado de trabajo, hecha postble por la cre-
en este contexto que las desigualdades sociales fueron ciente acumulación que caracterizó a este período. En
recodificadas en el ímagínarto social y político. pasaron coriseouencta, el aumento deI conjunto de los íngresos fa-
a constituir una amenaza para la legttírnídad de los go- miliares fue concomitante con cambtos radicales en los
biernos apoyados sobre la igualdad de derechos. La Igual- patrones de comportamiento familiar (entre cónyuges y en-
dad de los ciudadanos ante la ley pasó a ser confrontada tre padres e hijos) y aún en las mismas estrategías matri-
con la desigualdad de la ley ante los cíudadanos. un en- montales, lo que vino a constituir la base de una crecien-
frentamiento que en breve se transformó en un vasto cam- te conflictividad familiar, la cual se tornó socialmente más
po de análísts sociológico y de innovación social centrada visible y hasta más aceptada a través de las transforma-
en la cuestión del acceso diferencial ai derecho y a la jus-
clones dei derecho de familia que, entre tanto, se estaban
ttcía por parte de las diferentes clases y estratos socíales.
preserrtando. Este fue un motivo adicional para el aumen-
to de las querellas judlclales.
9 En este sentido, ver Santos (1980) Yla bibliografía que allí se cita. De todo esto resultó una explosión de ltttgíos a la cual
10 Son muy numerosos los anãusre empíricos de los diferentes moctrntentos la administración de justicia dificilmente podía dar res-
sociales. Entre los autores que mejor teorizan sobre el surgtmíento y los sig-
nificados soctales de estos mcvtmíentos. es justo destacar, en Europa. A. puesta. Esta exploslón víno a agravarse ai principio de la
Touratne (1965-1973) y, en los E.U" A. Oberschall {1973ly F. Píven (1977).
Entre los autores que mejorhan anallzado las relaciones entre los movtmten-
tos soclales y el derecho, destaco a F. P1veny a R. Cloward (1971) YJ. Handler 11 Las transformacíones resultantes dei poder deI Estado, son importantes y
(1978). oomplejas. Ver, a título de ejernpío, Santos (l982a).

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década dei 70, es decír. en un período en que terminaba Disllnguiré tres grandes grupos temáticos: el acceso a
la justtcta, la admmístractón de justícía como ínstttucíón
la expansíón econômica y empezaba una recestón, que ~de­
más era una recesión de carácter estructura1. De ahí re- política y organtzacíón profestonal. orientada hacia la pro-
sultá la reducción progresiva de los recursos financieros ducción de servicios especializados; y la ltttgíosrdad social
dei Estado y su crecíente incapacidad para dar cumpli- y los mecanismos existentes en la sociedad para su reso-
lucíón.J?
míento a los compromisos asistenciales y provídenctales
asumidos en la década anterior con las clases populares
(F'anoet al., 1983 l. Una slluación a la que se le da el norn- El acceso a lajusticia
bre de crtsts financiera del Estado y que se fue manifes-
tando en las más diversas áreas de la acllvidad estatal y El tema deI acceso a la justicia es eI que más separa las
que, por eso, también repercutió en la incapacidad deI relaciones entre el proceso civil y la justicia social. entre
Estado para ampliar los servicios de la admíntstracíón de igualdad jurídico-formai y desígualdad socio-económica.
jusllcia para poder generar una oferta de justtcta compa- En el ámblto de Ia justtcía civil, mucho más pro piamente
tible con la demanda hasta entonces verificada. De ahí que en la jusllcia penal, se puede hablar de ia búsqueda
resultá un factor adicional de la crtsts de la administra- real o potencial de juatícta 13. Una vez definidas sus carac-
cíón de justicia. La visibllldad social que le fue dada por terísticas internas y medido su espacio en términos cuan-
los medias de comunicación y la vulnerabilidad política lltativos, es postble compararia con ia oferta de la justi-
que elia engendró entre las élites dirigentes, estuvo en la cía producida por el Estado. No se trata de un problema
base deI s urgtrruento de un nuevo y vasto campo de los es- nuevo. A principtos de stgto, tanto en Austrta como en Ale-
tudios sociológicos sobre la administración de justícta, la mania. fueron frecuentes las denuncias por la díscrepan-
organización de los tríbunales. la formación y el recluta- cta entre la demanda y la oferta de justicia y fueron varios
miento de los magistrados, las motivaciones de las sen- los Intentos por mtntmízarla, ya fuera por parte dei Esta-
tencias. las ideologías políticas y profesionales de los dis- do (la reforma del proceso clvil llevada a cabo por Franz
tintos sectores de la administración de justícía. el costo de Klein en Austrta) (Klein. 1958: Denti, 1971), ya fuera por
la justicia, el bloqueo de los procesos y el ritmo de su trán- parte de los intereses organizados de las clases sociales
sito a través de sus múltíples fases. más déblles (por ejernplo. los centros de consulta jurídi-
ca organizados por los sindicatos alemanes) (Reífner,
TEMAS DE LA SOCIOLOGIA DE LOS TRIBUNALES 1978). Fue sm embargo en la posguerra cuando esta
cuestión explotó. Por un lado. la consagractón constitu-
Una vez analizados los antecedentes y las condiciones ctonal de los nuevos derechos econômicos y soctales y su
de la contribución de la socíología dei derecho en la compre- nueva expansión paralela a la dei Estado-Providencia,
hcnsíón, por un lado, de las compiejas interacciones que transformó el derecho dei acceso efectívo a la justícía en
hay entre el derecho procesal y la administración de jus- un derecho bisagra, un derecho cuya denegación acarrea-
ticia y, por eI otro, de la realídad social y económica en que ría la de todos los demás. Una vez despojados de meca-
actúan, pasaré ahora a analizar en forma sistemática eI nismos que hicieran imponer su respeto, los nuevos de-
âmbito diversificado de esa contribución, con miras a se-
fialar, en la parte final de este capítulo. las líneas de in- 12 Cada uno de los temas que se tratan a contmuacíon. fueron desarrollados
vest.ígacíón más prometedoras y e! perfil de una nueva en una tnveeügactón sociológica coordlnada por el autor. (Santos et ai.
políticajudlcial. Me concentraré en el análisis de las con- 1996). Por otro lado, Mauricio Garcia Vlllegas y el autor de éste libro. han
coordinado un amplio estudto sobre la justicla en Cotombía. trabajo que
tribuciones en el âmbito de la justicia civil. aunque mu- será publicado próximamente.
chas de eIlas abarquen un campo más general. incluso 13 En lajusticia penal hay. por así decir, una búsqueda forzada de lajustlcla.
también a la jusllcia penal, como fácllmente se podrá ob- concretamente por parte dei r-eo, sin embargo, a nivel global. se puede ha-
blar Igualmente de búsqueda social de Ia justtcta penal.
servar.

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rechos soctales y económicos pasarían a ser meras de- ceritaje se puede elevar ai 170% (Cappelletti y Garth,
claraclones políticas. con contenldo y funclón místt- 1978: 10 y ss.). Estas estudíos revelan que lajustlcla ci-
f1cadores. De ahí la constataclón de que la organlzaclón vil es costosa para los ciudadanos en general pero reve-
de justlcia civil y. en particular. el trámlte procesal no lan que es impensablepara los ciudadanos económicamen-
podían ser reducidos a su dtmenstón técnica. socialmente te más débiles. Son ellos, en escencia, los protagonistas y
neutra -como era común que fueran concebidos por la teo- los interesados en las accíones de menor valor y es en esas
ría procesalista- debiendo ínvestígarse las funciones so- condiciones en las que la justicia es proporcionalmente
cíales desempenadas por ellas y, en particular, el modo más costcsa, lo que configura un fenómeno de doble
como las opciones técnicas existentes conllevaban opcío- vtctírnízactón de las clases populares frente a la admtnís-
nes a favor o en contra de intereses sociales divergentes traclón de justícía.
o incluso antagónicos üntereses de patronos o de obreros, De hecho, se vertftcó que esa vtctímízacíón es triple en
de propíetartos o de inquilinos, de arrendadores o de pro- la medida en que uno de los otros obstáculos investiga-
píetaríos de la tierra. de consumidores o de productores , dos. la lentitud de los procesos, puede ser convertido fácil-
de hombres o de mujeres, de padres o de hljos, de cam- mente en un costa económico adicional y éste es propor-
pesinos o de citadinos. etc .. etc.)!", cionalmente más gravoso para los ciudadanos de menores
En este ámbtto, Ia contrlbuclón de la soclología consts- recursos. AI final de la década de los sesenta. Ia duracíón
tió en investigar sistemática y empírlcamente los obstácu- promedio de un proceso civil en Italia era, para el trans-
los para el acceso efectívo a la justlcla por parte de las ela- curso de las tres ínstanctas, 6 anos y 5 meses (Resta.
ses populares. con miras a proponer las soluciones que 1977: 80): aígunos anos más tarde. en Espana. esa dura-
mejor los pudíeran superar. En general. se puede decír ción era de 5 anos y 3 meses (Cappellettl y Grath , 1978:
que los resultados de esta tnvesttgacíón permitleron con- 14). AI final de la década de los sesenta, Ias acciones cí-
cluir que esos obstáculos eran de tres tipos: econórnícos, viles ante el tribunal de última Instancia en Francía , du-
sociales y culturales". En cuanto a los obstáculos econó- raban 1.9 anos y ante el tribunal de primera instancia
micos, se vertfícó que en las sociedades capitalistas en en Bélgica 2.3 anos (Cappellettl y Grath, 1978). EI aná-
general los costas de litigar eran muy elevados y que la lisls de la duraclón promedia de los procesos clviles y la
relacíón entre el valor de la causa y el costa de litigaria verlflcaclón derivada dei aumento de la lentltud de justl-
aumentaba a medida que bajaba el valor de la causa. Así. ela es uno de los temas más Intrigantes de la ínvesttga-
en Alemaniase vertfícó que litigar una causa de valor me- ción sociológica sobre los tribunales en nuestros días. Por
diano en elrecurso de prímera instancia costaba cerca de un lado, se verifica que los juícíos civiles han dlsminuído en
la mltad dei valor de la causa. En Inglaterra, se verlflcó las últimas décadas. Los estudtos realizados en este cam-
que en cerca de una tercera parte de las causas en las que po en Italia (Resta. 1977: 83 y s.), corroboran por entero
hubo respuesta, los costas globales fueron superiores ai los hechos en Espana, donde Juan Toharta (1974: 190)
valor de la causa. En Italta, los costas de litigar pueden concluyó que al incrementar el desarrollo social y econó-
alcanzar el 8.4% deI valor de las causas, en las causas de mico aumento. en consecuencta, la vida jurídica civil, y la
valor elevado, mientras que en las de poco valor ese por- confltctívídad social en esta área, ha correspondido a una
disminución de las causas cívtles en los tribunales de jus-
14 En Europa Continental la hegemonia de la clenciajurídica positivista hízo ticia. Sobre este fenômeno volveré más tarde. Por ahora,
particularmente difícil el reconoctmíento de los presupuestos polílicos y basta mencionar la paradoja denunciada por Vícenzo
soctates por detrás de las soluciones técnicas procesales. En este sentido,
ver a M. Cappelletti (1969) YP. Calamandrel (1956). Ferrart (1983: 338): a pesar de que la carga de lo conten-
15 EI sentido general de los estudios dei período inicial está patente en cioso civil ha venído dlsmlnuyendo y a pesar de muchas
ConJerence Proceedings (1964) Yen J. Carlin y J. Howard (1965 l. Puede tam- innovaciones introducidas con el objeto de hacer más ex-
bién tenerse una vlsl6n global y profunda de los estudios realizados en va-
rios países durante la década sígutente en Cappelletti y B. Garth torgs.jt 1978), pedita lajusticia civil. el hecho es que se ha verificado un
una obra monumental y una referencia btbltogréftca obltgatorta en este tema. aumento constante de la duración promedio de los proce-

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sos civiles. Y más intrigante es el hecho de que este au- reconocer un problema que los afecta como un problema
mento se haya mostrado resistente, no sólo a las írmova- jurídico. Pueden ignorar los derechos en juego o ignorar
cíones parciales que lo tratan de controlar, sino también las posibilidades de arreglo jurídico. Caplowitz (1963) por
frente a las reestructuraciones globales del proceso con ejemplo, concluyó que míentras más ba]o es el estrato so-
teridencta a eliminar por compieto ia lentitud de la justt- cial dei consumidor, mayor es la probabilldad de que des-
cia. Así, el proceso laboral que aI principio de la década de conozca sus derechos en el caso de la compra de un pro-
los setenta constituyó junto con elStatuto de!Lavoratori dueto defectuoso. En segundo lugar, Incluso recorio-
una importante vtctorta de las organrzactones obreras ita- ciendo el problema como jurídico, como víolacíón de un
lianas -en el sentido de acelerar la admlnistración de jus- derecho, es necesario que la persona esté dispuesta a in-
tícta más directamente relevante para los mtereses de las terponerla acción. Los datos muestran que los individuos
clases trabajadoras- en tiempos rectentes, dicho proceso de las clases bajas dudan mucho más que los otros para
ha sido impotente para impedir el aumento progresivo de recurrir a los tribunales, incluso cuando reconocen que
la duración de las causas laborales. están ante un problema legal. En una ínvesttgacíón efec-
Estas comprobaciones han llevado a la sociologia jurí- tuada en Nueva York, entre personas que habían sido víc-
dica a concluir que las reformas dei proceso, aunque im- timas de pequenos accidentes de tránstto, se vertftcó que
portantes para hacer bajar los costos económicos resul- el 27% de los encuestados de clase baja no hacían nada,
tantes de la lentitud de la justtcía, no son de nínguna en comparación con apenas el 24% de los encuestados de
manera unapanacea. Es necesario tener en cuenta y so-
clase alta (citado en Carlin y Howard, 1965), es dectr, que
meter a un análtsts sistemático otros factores quizá más
mientras más bajo es el status socio-económico de la per-
importantes. Por un lado, la organizaciónjudicial y la ra-
sona accidentada, menor es la posibilldad de que Inter-
cionalidad o irracionalidad de los criterios de la distribu-
ponga una acción de indemnización.
clón territorial de los magistrados. Por otro, la dístrfbu-
cíón de los costos pero tambíén de los beneficios Dos factores parecen explicar esta desconfianza o esta
resultantes de la lentitud de la justicia. En este tema, y a
reaígnacíõn: por un lado, expertencías anteriores con la
título de ejernplo, es importante investigar en quê medi- justicia de las que resu1tó una decepción en relación con
da amplios estratos de la abogacía organizan y hacen ren- el mundo jurídico (una reacción comprensible a la luz de
table su actividad con base en la demora de los procesos los estudios que revelan que es grande la diferencia de
y no a pesar de ella (Ferrart, 1983: 339; Resta, 1977: 87). calidad entre los servícíos de asistencia legal prestados a
Como comencé por mencionar, la sociología de la ad- las clases de mayores recursos y los prestados a las ela-
mlnistración de la justtcía también se ha ocupado de los ses de menores recursos); por otro lado. una sttuacíón
obstáculos sociales yculturales para procurar un acceso efec- general de dependencia y de inseguridad que produce el
tívo a la justicia por parte de las clases populares, y éste consti- temor de represal1as si se recurre a los tribunales. En ter-
tuye tal vez uno de los campos de estudio más cer y último lugar, se verifica que el reconocimiento deI
innovadores. Estudios revelan que la distancia de los problema como problema jurídico y el deseo de recurrir a
ciudadanos en relaclón con la administración de [ustícía los trtburiales para resolverlo no son suficientes para que
es tanto mayor mientras más bajo es el estrato social aI de hecho se tome la iniciativa. Míeritras más bajo es el es-
que pertenecen y que esa distancia tíene como causas trato socío-econórníco del ciudadano, es menos probable
próximas no sólo factores econõrnícos, sino tambíén facto- que se conozca a un abogado o que se tengan amigos que
res socíales y culturales, aunque unos y otros puedan es- conozcan abogados y menos probable que sepa dónde, cómo
tar más o menos remotamente relacionados con las des- y cuándo puede contactarlos, mayor es la distancia geo-
igualdades económicas. En prtrner lugar, los ciudadanos gráfica que hay entre el lugar donde vive o trabaja y la
de menores recursos tienden a conocer muy poco sus de- zona de la cíudad donde se encuentran las oficinas de
rechos y. en consecuencia. a tener más dificultades para abogados y los tribunales.

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El conjunto de estos estudios reveló que la discrimina- tos en práctíca. fueron sometidos a estudlos sociológicos
ción social en el acceso a la justicia es un fenómeno mu- que a pesar de seiíalar sus sígníftcatívas ventajas en re-
cho más complejo de lo que puede parecer a primera vis- lación con el sistema anterior no dejan sin embargo de
ta ya que más allá de las condiciones económicas -siempre revelar sus limltaclones (Blankenburg, 1980; Abel Smlth
más obvtas-Influyen condiciones soclales y culturales re- et ai, 1973), En prtrner lugar, a pesar de que, en teoría, el
sultantes de procesos de socíalízactôn y de lnterlorlzaclón sistema incluye la consulta jurídica independientemente
de valores dominantes muy difíciles de transformar. La ri- de la exlstencla de un Ittígto. el hecho es que en la práctí-
queza de los resultados de las ínvestígacíones sociológi- ca se concentraba en la aststencía judicial. En segundo
cas en el ámbíto dei acceso a la [ustícta no puede dejar de lugar, este sistema se límítaba a intentar vencer los obs-
reflejarse en las innovaciones institucionales y organt- táculos económicos para el acceso a lajusticia pero no los
zaclonales que, un poco por todas partes, se fueron llevan- obstáculos socíales y culturales. Nada se hacía para edu-
do a cabo para minimizar las escandalosas discrepancias car ciudadanos conscientes de sus derechos soctales y su
verificadas entre la justlcia civil y la justlcla social. libre e Incondicional acceso a ia justtcta, derechos que
En la inmediata posguerra. tenía vígencía, en la mayo- aluden a todos los mlembros de la socledad civil; trabaja-
ría de los países, un sistema de aetstencta jurfdíca gratui- dores, consumidores, inquilinos, jóvenes, mujeres, etc.
ta organizada por las asociaciones de abogados a título de Por último, concibiendo la asistencia jurídica como un
munas honorificum (CappeUettl y Garth, 1978: 22 y ss.: servicio prestado a los ciudadanos de menos recursos
Blankenburg, 1980). Los Inconvenientes de este sistema considerados individualmente, este sistema excluía des-
eran muchos y rápidamente fueron denunciados. La ca- de el principio la concepción de los problemas de esos ctu-
lidad de los servícíos jurídicos era muy baja, una vez que, dadanos como problemas colectivos de las clases socíales
sln motlvación económíca. el reparto termlnaba por caer subordinadas. Estas críticas condujeron a algunas altera-
en abogados inexpertos y a veces no plenamente profesto- clones dei sistema de servícíos jurídicos gratuitos y, en el
nalizados. Los crtteríos de elegíbíltdad eran, en general, caso de los Estados Unidos, condujeron incluso a la crea-
estrlctos y, la aststencía se limltaba a las actuacíones en cíón de un sistema totalmente nuevo basado en abogados
julclo, quedando excluldas la consulta jurídica y la ínfor- contratados por el Estado, que trabajaban en oficinas de
macíón sobre los derechos. La denuncia de las carencias abogados localizadas en los barrios más pobres de las
de este sistema privado y caritativo Uevó a que, en la ma- cludades y sígutendo una estrategía legal orientada ha-
yoría de los países, fuera sustituldo por un sistema pú- era los problemas jurídicos de los pobres como proble-
blico y aststencíal organizado o subsidiado por el Estado. mas de clase , una estrategía que favorecía las acciones
En Inglaterra se creó, después de 1949, un sistema de colectivas, la creacíón de nuevas corrientes juris-
abogacía convencíonal-" y perfeccionado posteriormente prudenciales sobre problemas recurrentes de las clases
(1974), según el cuai cualquler cludadano elegíble, en los populares y. finalmente, la transformación o reforma del
términos de la ley, para la ayuda jurídica gratuita esco- derecho substantivo (Cahn y Cahn, 1964; Note 1967),
ge su abogado en la lista de los que se inscribieron para No cabe aquí evaluar en detalle este movimiento de in-
la prestaclón de servidos; una lista siempre extensa dado novaclón Institucional dei que poco honrosamente Portugal
elincentlvo de una remuneraclón adecuada a cargo dei Es- ha sido esquivo; un movtmíento cuyas sucesivas etapas
tado. En las dos décadas síguíentes muchos países intro- denotan una conciencia progresivamente más aguda de
dujeron esquemas semejantes de servíctos jurídicos gra- la necesídad de gararrttzar el acceso efectivo a la justicia
tuitos. Estos esquemas, conocidos en los países anglo- por parte de todos los cíudadanos, Hoy Incluso se puede
sajones con la denominación de Judicare. una vez pues- decir que este movimiento va más allá de los intereses
jurídicos de las clases más bajas y se extlende a los Inte-
16 Quiere dectr que hay un contrato entre los ctudadanos y los abogados que reses jurídicos de las clases medias, sobre todo a los
quleren participar en una votación para pertenecer a los servícros dei srste- Uamados Intereses difusos, Intereses protagonlzados por
ma judíctal.

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grupos socíales poco organizados y protegidos por dere- por encima y equidistante de los intereses de las partes.
chos socíales emergentes cuya tituiaridad individuai es Son conocidos los estudios de Nagel (1969), Schubert
problemática: los derechos de los ntüos contra la víolen- (1965)17. Ulmer (1962 y 1979), Grossman'f' y otros en los
cia de los programas de ia T. V Y ios juguetes de agresión E.U.; de Rlchter(1960) y Dahrendorf(1961), en Alemania;
o pelígrosos: los derechos de la mujer contra la discrimi- de Pagani (1969), Di Federico (1968) y Moriondo (1967), en
nación sexual en el empleo y en los medias de comuni- Italia y de Toharía (1975). en Espana. En los E. U.. los es-
cación, así como en el aspecto social; los derechos de los tudios iniciales se centran en la Suprema Corte. A título
consumidores contra la producción de bienes de consu- de ejernplo, Schubert, dtsttngutendo entre jueces liberales
mo peltgrosos o defectuosos: ios derechos de ios ciudada- y conservadores, correlacionó sus ideologías políticas con
nos en generai contra la polucíón deI medio ambiente. La sus posiciones en las ponencras y salvamentos de voto y
defensa pública de estos derechos dío orígen a la institu-
en las sentencias en varias aspectos del derecho, desde
ción llamada Defensoria del Interés Público, subsidiada
las relaciones econórntcas hasta los derechos cívicos, y
por las comunidades. por fundaciones y por el Estado
obtuvo índices elevados de correlacíón 19. Otros estudios
(Trubek et al., 1980). También dio orígen a aigunas refor-
mas en eI proceso civil, concretamente a la ampliación del inciden sobre las decisiones de los tribunales de primera
concepto de Icgtttmrdad procesal y deI ínterés por actuar. ínstancta, tanto en los campos penal como civil, mostraron
en qué medida las características socíales, políticas, fami-
liares. económicas y religiosas de los magistrados
La administración de Justtcta como instituctón política y influenciaban su decisión sobre la situación y sobre los
profestonal intereses enjuego en el proceso y, en corisecuencta sobre
el sentido de su dectstónê? .
Paso al segundo tema de la sociologíajurídica. Se tra- Los estudios italianos sobre la ideología de la magistra-
ta de un tema muy amplio en el cual se incluyen objetos
tura no se basan en el comportamiento decisorio sino,
de análisis muy diversos. La concepción de la administra-
ante todo, en los documentos públicos, mantftestos dis-
cíón de justicia como una tnstancia política fue propugnada
inicialmente por los científicos de la política que víeron en cursos y estatutos organizativos en que los magistrados.
individual o colectívamente, definen el perfil óptímo de la
los tribunales un subsistema deI sistema político global,
compartiendo eon éste la característica de procesar una función judicial y de sus interaceiones eon el poder polí-
serie de inputs externos constituidos por estímulos, pre- tico y con la soeiedad en general 2 1 . Las ínvesttgacíones
síones, extgencías sociales y políticas y de producír, a tra- realizadas bajo la direeción de Renato Treves oblígan a
vés de mecanismos de convención, outputs (las decísto-
nes) portadores ellos mismos de un impacto social y 17 Scnuberr es también el organizador de las mejores recopüactonee de estu-
político en los subsistemas restantes. dias sobre el comportamlento y las actitudes de los juecee norteamertcanos
{Schubert. 1963y 19641.
Tal concepción de los tribunales tuvo dos consecuen- 18 Ver una vtstón general sobre su perspectiva en J. Grossman y R Wells (orgs.)
cías muy importantes. Por un lado, puso a los jueces en (1980).
el centro del campo analítico. Sus comportamientos, las 19 Schubert distingue entre jueces "conservadores" y "ltberales" tdestgnacto-
nes que ttenen. en los E. U .. un significado político diferente deI que se les
decisiones proferidas por ellos y las motivaciones que atribuye en Europa) e identifica tres actitudes diferentes según el líberalts-
constan en ellas, pasaron a ser una variable dependien- mo o el conservatismo de los Jueces sea econômtco. político o social.
te, cuya aplicación se buscó en las correlaciones con las 20 Para un panorama general de los estudlos en ltalía. ct. R. Treves (1975 y
vartables índependtentes, fueran eIlas el orígcn de clase, 1980: 253 y ss.). Los anállsis de las Ideologias de los magistrados han inci-
dido sea sobre las Ideologías profestonalee ü-aganr. 1969) sea sobre las ídeo-
la formación profesional, la edad o, sobre todo, la ideolo- Iogías polttíco-soctales (Mortondo. 1967). En el ámbito de lajusticla penal,
gía política y social de los jueces. La segunda consecuen- uno de los mejores estudlos es eI de J. Hogarth (1971). Los estudíos sobre
cia conststtó en desmentir. por completo.Iaídea convencional los agentes de la admtníatractón de juetícta no se centraron sólo en los magis-
de la admmístractón de justícía como una función neutra trados proíestonales sino que tambtên tnctdreron sobre los jurados, por
ejemplo, consultar el estudio clásico de H. Kalven Jr. y H. zereet (1966).
protagonizada por unjuez dispuesto sólo a hacer justicia 21 Ver nota 18.

208 209
una revisión radical deI mito de la apoliticidad de la fun- Todos estos estudios han llamado la atención sobre un
cíón judicial y revelan que hay grandes tendenctas Ideo- punto tradicionalmente descuidado: la ímportancía crucial
lógicas en la base de la magistratura ltaliana 2 2 • En prlmer de los sistemas de formación y de reclutamiento de los
lugar, la lIamada teridencta "estructural tuncíonaltsta", magistrados y la necesidad urgente de dotarlos de conoci-
con énfasís en los valores dei orden, dei equtlíbrío y de la míentos culturales, sociológicos y económlcos que les den
segurldad social, y de la certeza dei derecho, que agrupa claridad sobre sus propias opciones personales y sobre el
significado político deI cuerpo profesional al que pertene-
a los [ueces y magistrados conservadores o moderados,
cen, con miras a proporcionarles un cierto distanciamien-
defensores de la división de los poderes, adeptos a las so-
to crítico y una actitud de prudente vtgüancía personal en
luciones tradicionales, ya sea en el plano socio-económi-
el ejercicio de sus funciones en una sociedad cada vez
co, ya sea en el de la organlzaclón judicial. En segundo más compleja y dmámíca.
lugar, la tendencta delllamado "confltctívtsmo pluralista"
en la que prevalecen las Ideas de cambio social y se de-
f1ende el reformismo, tanto en el interior de la organiza- Los confiictos sociales y los mecanismos para su
ción judicial como en el de la sociedad en general, con solución
miras a profundizar en la democracia dentro deI marco
jurídicoconstituclonal dei Estado de derecho. En tercer Este tema constituye la tercera contrtbucíón de la so-
lugar, la tendencla más radical dei lIamado "confllc- ciología a la administración de justicia. Adernás , en este
aspecto, la contribución inicialle perteneció a la antropo-
tivtsrno dicotómico de tipo marxista" que agrupa a los jue-
logía o etnologia social. Los estudíos de Evans-Prttchard
ces orientados en un uso alternativo deI derecho, en una
(1969) en Sudán, de Gulllver (1963) yde Sally Moore (1970)
función más creadora de la magistratura como contribu-
en África Oriental de Gluckman (1955) Y van Velsen
cíón deI derecho a la construcción de una sociedad ver-
(1964) enÁfrica Central! Austral y de Bohannan (1957) en
daderamente igualitarla. Estas tendenclas tuvieron expre- África OccidentaI, tuvieron un impacto decisivo en eI de-
síón organízattva en la Unione di Magistrati ltaliani, en la sarrollo de la soctología dei derecho. Díerori a conocer for-
Associazione di Magisirati Itallani y en la Magistratura mas de derecho y patrones de vida jurídica totalmente di-
Democráttca, respectivamente. ferentes de los existentes en las llamadas sociedades
Aún en el ámbíto de la admtrustractón de justrcía como civilizadas; derechos con bajo grado de abstracción,
organízactón profesfonal, hay que resa!tar los estudlos dlscernlbles apenas en la solucíón concreta de íttígíos
sobre el reclutamiento de los magistrados y su dtstrtbu- particulares; derechos con poca o nlnguna especiallza-
clón territorial (Ferrart, 1983: 312), Dentro dei mísmo ción en relación con las de más actividades sociales; me-
cuadro teórico, pero desde una perspectiva muy diferen- canismos para la solución de los líugtos caracterizados
te, están los estudios dirigidos a conocer las actltudes y por la Informalidad, rapidez, parttctpacíón actíva de la
las opiniones de los ciudadanos sobre el poder judicial, cornurudad. conctltacíón o medíactón entre las partes a
los tribunales y los jueces. Una tradición de investigación través de un discurso jurídico retórico, persuasivo. basa-
que tuvo un pionero en Podgoreckí, con sus estudios so- do en ellenguaje común. Ante todo. estos estudios revela-
bre la percepción social deI derecho y de la justicia en Polo- ron la existencia, en la misma sociedad, de una pluralidad
nía y que se ha prolongado en múltlples ínvestígacíones de derechos que convíven e interactúan en diferentes for-
(Podgorecki ela!., 1973), Un estudlo hecho en !talla reve- mas.
laba una actltudmoderadamente desfavorable ante la ma- En el momento histórico en que la antropología conver-
gistratura (Ferrart, 1983: 312), gía teórica y metodológícamente con la sociologia. eI im-
pacto de estos estudtos en la socíología deI derecho, fue
enorme. Fueron muchos los que stguteron, teniendo
22 Sigo la caracterizacíón propuesta por E. Diaz (1978: 43 y ss.) como untdad de análisis el Iíttgto (y no la norma) y por

210 211
orientación teórica el pluralismo jurídico, dirigidos ha- mas en el interior de la justtcta civil tradicional y la crea-
cía el análisis de mecanismos de solucíón jurídica infor- cíón de alternativas. En cuanto a las prtrneras vale resal-
mal de los conflíctos existentes en las sociedades contem- tar las sígutentes: el fortalecimiento de los poderes dei
poráneas y operando aI margen deI derecho estatal y de juez para la aprecíacíón de la prueba y para la conducción
los trlbunales oficlales. Cltaré dos ejemplos. EI estudio del proceso según prtncípíos de oralidad, concentración
píonero de S. McAulay (1966) sobre las práctlcas jurídi- e ínrnedíacíón: un tipo de reformas con larga tradícíón en
cas y sobre todo sobre los conflictos jurídicos entre los la teoría procesal europea iniciada con la obra ptonera de
productores y los comerciantes de automóviles en los Franz Klein; la creación de un nuevo tipo de relación entre
E. U .. resueltos de modo informal aI margen de las dispo- los diferentes participantes en el proceso, más informal,
stcíones deI derecho cornerctal y de la Intervención de los más horizontal, teniendo como objetivo un procedímíen-
tribunales, orientados por el objetivo de no crear ruptu- to más mteltgíble y una participación activa de las par-
ras en las relaciones económicas y retirando de éstas tes y los testígos. Como ejemplo de este tipo de reforma,
poderosos dispositivos punitivos no oficiales. En segun- citaré el lIamado Stuttgart Modell en Alemania y los trtbu-
do lugar, los estudios realizados por mí, a prtncíptos de nales de mayor ínstancta creados en 1967 en los departa-
la década deI setenta. en lasfavelas de Río de Janeiro y mentos periféricos de la regíón parisiense (Ballé et al ..
donde me fue posible detectar y analizar la exístencía en 1981); por último, y relacionado con las anteriores, las
el interior de estos barrios urbanos de un derecho infor- reformas en el sentido de ampliar el campo de accíón 'e
mal no oficial, no profesionalizado, centrado en la asocta- incentivar el uso de la conciliación entre las partes bajo el
ción de pobladores que funcionaba como ínstancía para control de los trtbunales>". Las reformas que plantean
la solución de los ltttgíos entre vecínos. sobre todo en los la creacíón de nuevas alternativas, constituyen hoy una de
ámbitos de vívíenda y propledad de la tlerra (Santos, 1974 las áreas más innovadoras de la política judicial. Elias
y 1977). apuntan a crear, en paralelo con la administración de jus-
Estas y muchos otros estudios que síguieron con obje- treta convencional, nuevos mecanismos para la soluctón de
líttgíos cuyos rasgos constitutivos tienen grandes serne-
tivos analíticos semejantes permttíeron concluir lo etgutcn-
janzas con los originalmente estudiados por la antropo-
te. En prlmer lugar, desde un punto de vista sociológico. logía y por la soclología deI derecho, es decír. mstítucto-
el Estado contemporáneo no tlene el monopollo de la pro- nes ltvtanas. algunas profesionales y otras menos, incluso
ducción y distribuclón deI derecho. No obstante. siendo el impidiendo a veces la presencia de abogados, de utiliza-
derecho estatal el modo de jurldicldad dominante, él co- ción barata, sino gratuita. localizada en lugares estratégi-
existe en la sociedad con otros modos de juridicidad, otros cos, que faclllten a los cludadanos el acceso aI poder ju-
derechos que se ar ttculan con él en diversas formas (San- dicial, con miras a la obtención de soluciones mediadas
tos. 1980: 64 y sa.: Ruivo y Marques. 1982). Este conjun- entre las partes?". A este respecto, vale la pena mencio-
to de articulaciones e interrelaciones entre varias modos nar la creacíón experimental de los Centros de Justicia de
de producción deI derecho, constituyen lo que destgnó barrto en los E. U. Ylos conciliateurs en Francía 25. En Por-
como formación jurídica. En segundo lugar, la relativa tugal, algunas iniciativas en el mtsmo sentido en el post-
dlsmlnución de la lttígíostdad civil, lejos de ser el princi- 25 de abril. no se concretaron (Sindicato de los Magistra-
pio de la disminución de la conflictlvldad social y jurídi- dos deI M.P .. 1982). Hoy, el ílorecímtento Internacional
ca, es ante todo el resultado del desvio de esta con- deI arbitraje y de los mecanismos conocídos, en gene-
Iltctívídad hacía otros mecanismos de soluctón, in- ral. por Alternative Dispute Resolutioa (ADR) son la
forrnales , más baratos y expeditos, existentes en la socíe- manifestación más concluyente de las transformaciones
dado
23 Una propu esta defendida en Portugal por Pessoa Vaz (1976).
Estas conclusiones no dejaron de influenciar algunas 24 Ver la caracterización general de estas alternativas en Santos (1982ay 1982c).
de las reformas de la admímstracíón de justicia en los úl- 25 La mejor recopüactón de estudios sobre estas expertenctas es la de R. Abel
timos anos. Distinguiré dos tipos de reformas: las refor- torg.j (1982).

212 213
en curso en los procesos convencionales para la solución tívo, por lo que la democratización de la administración
de conflictos. de lajusticia, aunque se realice plenamente, no consegui-
rá más que igualar los mecanismos de reproducción de
HACIA UNA NUEVA POLÍTICA JUDICIAL las desigualdades. Durante el régímen de Pinochet, un ju-
rista chileno defendió que no tenta sentido que las clases
Pasaré a mencionar ahora las líneas de tnvesttgactón populares lucharan, en su país, por el acceso a lajusticia
más promisorias en el campo de la soctología de la admi- ya que el derecho substantivo era tan discriminato rio en
nistración de justicia y su postble impacto en la creación relacíón con eIlas que la actitud política democrática con-
de lo que desígnaré como una "nueva política judicial", sistía exactamente en minimizar el acceso. En los E.V., los
una política judicial comprometida con el proceso de de- servicios jurídicos para los pobres acabaron muchas ve-
mocratización dei derecho y de la soctedad, ces por proponer reformas dei derecho substantivo que
dieran más satrsfacctón a los intereses de sus clientes
1. La dernocrattzacíón dei poder judicial es una dimen-
sión fundamental de la democrattzacíón de la vida social, como clase social.
En Portugal, en los últimos veinte afias, fue promulga-
económica y política. Esta democratización tiene dos ver-
da una legislación que de modo más o menos audaz pre-
tíerrtes. La primera se refiere a la constitución interna del
tende ir al encuentro de los tntereses sociales de las ela-
proceso e íncluye una serie de orientaciones tales como ses trabajadoras y también, por ejemplo. de los intereses
un mayor compromiso y parttcípacíón de los ciudadanos que surgen en el ámbito de la segurldad social y de la ca-
en la administración de justicia, individualmente o en lidad de vida, a los que son especialmente sensibles las
grupos organizados; la simplificación de los actos proce- clases medias. Sucede. sin embargo, que mucha de esa
sales y el incentivo para la conciliación entre las partes; íegtslactón ha permanecido como letra muerta. También se
el aumento de los poderes del juez: la ampliación de los puede adelantar, como hipótesis de ley sociológica, que
conceptos de lcgítímídad de las partes y del ínterés para mientras más caracterizadamente una ley protege los inte-
actuar. La segunda vertiente se reftere a la democratiza- reses populares y emergentes, mayor es la probabilldad de
cíón del acceso a la justicia. Es necesario crear un Servi- que no sea aplicada. Siendo así, la lucha democrática por
cio Nacional de Justicia, un sistema de servicios jurídi- el derecho debe ser, en este contexto, una lucha por la
co-sociales, gerenciado por eI Estado y por las autarquías aplicación del derecho vigente. tanto como una lucha para
locales con la colaboracíón de las organizaciones profesio- refonnarlo. Además, incluso con base en el derecho subs-
nales y sociales, que garantice la igualdad de acceso a la tantivo más asentado en el orden jurídico português. es
juatícta de las partes de las diferentes clases o estratos postble , mediante interpretaclones innovadoras de la ley,
sociales. Este eervícto no se debe limitar a eliminar los obtener nuevas protecciones para los intereses sociales
obstáculos económicos para el uso de la justicla por par- hasta ahora más desprotegidos. AI final, fue ésta la pos-
te de los grupos sociales de pocos recursos. Tambíén debe tura del movímíento que en Italia fue coriocído por el uso
intentar eliminar los obstáculos sociales y culturales, alternativo dei derecho (Barcellona, 1973; Calera et ai.,
dando claridad a los ciudadanos sobre sus derechos, so- 1978). En este campo scn varias las expertenctas que se
bre todo los recién adquiridos, a través de consultas in- encuentran por todas partes. Me referiré, a título de ejern-
dividuales y colectivas y a través de acctones educativas plo, al estudio que realicé con otros en Recife sobre los
por los medios de comunicación. en los lugares de traba- conilictos urbanos, sobre todo conflictos por la propiedad
[o, en las escuelas, etc. de la tierra en los barrtos margínales donde vive la mitad
de la población de esa ciudad. Esta tnvcsttgacíón revela
2. Estas medidas de democrattzactón, a pesar de ser que los habitantes de los barrios han conseguido aígunas
amplias, tienen límites obvias. La destgualdad de la pro- víctortas en los tribunales, aunque inicialmente, sus ar-
teccíón de los intereses soctalcs de los diferentes grupos gumentos fuesen relativamente débiles en términos es-
sociales: ésta cristalizada en el propio derecho substan- trictamente jurídicos. Estas victorias conftguran un au-

214 215
téntico uso alternativo dei derecho, hecho posible por la de los aparatos políticos y administrativos dei Estado
argumentación técnicamente sofisticada de abogados al- pero, por fuera dei escrutínío público ai que los expondria
tamente competentes, puestos gratuitamente a dtspost- Ia justtcía civil, Esta particularidad es, además, uno de los
cíón de las clases populares por la Comístón de Justicia Iactores deI surgímíento de nuevas formas de pluralismo
y Paz de la diócesis de Olinda y Recife por iniciativa dei jurídico en las sociedades capitalistas avanzadas, formas
obispo Dom Helder Cámara (Santos, 1982b y 1983; Falcão, que constituyen la expresión socio-jurídica que la ciencia
1984), Pero también aqui la interpretación innovadora dei política designa como neocorporativismo.
derecho substantivo pasa por el aumento de los poderes de En estas condiciones, no me parece posible que el Es-
los jueces para la conducciôn de los procesos. tado pueda, a través de medidas de agilización de la ad-
ministración de justtcía, absorber en un futuro próximo es-
3. La dtsrntnucíón relativa de lo contencioso civil de-
tas formas de justicia privada. como se desígnan a veces.
tectada en varios países, ha sido considerada poco fun-
Cuando mucho, es posible que los grupos neocorporati-
cional, es decír, como negativa en relacíón con el proceso
vistas más organizados lleguen a tener poder político su-
de dcmocratízacíón de la justicia. EI anállsts sociológico
ficiente para ímponer tutelas jurisdiccionales diferencia-
de la persistencia de ese fenômeno revela que él puede ser
das pera favorables a la dinâmica interna de SUB ínte-
funcional para la continuidad de ciertos intereses privi-
reses. Tampoco me parece que estas mecanismos para la
legiados a los que perjudicaria la vlstbtltdad propia de la
solución de los Iíttgtos ai margen del control del Estado
justícta civil. Si es cierto que las clases de menores recur- sean intrínsecamente negativos o que atentan contra la
sos tienden a no utilizar la justicia por las razones que democracia. Pueden, al contrario, ser agentes de demo-
hemos expuesto, la verdad es que las clases de mayores cratización de la socíedad. Todo depende dei contenido de
recursos tienden igualmente a resolver sus líttgtos por los intereses en juego y de su comercio privado en el pro-
fuera del campo judicial. Esto ha sido observado en mu- ceso deI desarrollo democrático de la sociedad como un
chos países. En ltalia y en los E.D., por ejemplo, parece todo.
claro que sean las clases medias (pequenos y medianos Stn embargo. es cierto que muchas de las reformas re-
acreedores y propíetartos. etc.) quienes más recurren a cientes del poder judicial apuntan a reducir su margtna-
los tribunales (Resta, 1977)26 Estudlos realizados en lidad o resrdualtdad. En estos casos están las reformas de
Bélgica vertftcaron igualmente la creciente margtna- ínforrnaltzacíón de lajusticia a las que híce referencia. Las
lizaciôn de las magistraturas econômicas en una época de alternativas informales son una creaciónjurídica comple-
crtsts en que, sobre todo a nivel de los grandes grupos ja cuyas relaciones con el poder del Estado deben ser ana-
econômicos y financieros, las constderacíones de oportu- lizadas, (-este es un análisis que híce en otro lugar y que
nidad econômica sobrepasanampliamente las considera- no voy a repetir aqui-I, (Santos, 1982a). Bastará decir que
cíorres de legalidad econômica (Jacquemin y Remiche, en las expertencías en curso, eI control o supervtsíón deI
1984), La composición partículartsta y secreta de intere- Estado varía mucho y que en eIlas la cuestión del acceso
ses econômicos que, por su envergadura. afecta no tiene que ver con la aststencta jurídíca sino, ante todo.
significativamente los intereses sociales globales. se con la capacitación de las partes en funciôn de las posi-
hace muchas veces con la converuencta y la ratífícacíón ciones estructurales que ocupan. En los casos en que los
lítígíos ocurren entre ciudadanos o grupos de poder so-
cio-econômico equiparables (litigios entre vecinos, entre
26 En los E.U. e! estudio más reciente y sofisticado fue llevado a cabo en la obreros, entre campesinos, entre estudiantes, etc.), la
Uníverstdad de wtsconsm- Madtson. Ver un panorama general de los resul- informalizaciôn de la justicia puede ser un factor genui-
tados enLawandSociety Review, 15 (1980-1981) dedicada aI tema "Spectal
Issue on Dispute Processmg and Civil Ltügatton". El reclente estudío, coor- no de democratizaciôn. AI contrario, en los lttígtos entre
dtnado por el autor, sobre la administract6n de ía jusücta en Portugatmués- cíudadanos o grupos con posiciones de poder estructu-
tr-a que las grandes empresas (bancos, companías de seguros etc.) todavía ralmente destguales (lttrgíos entre patronos y obreros ,
utlizan intensa y se1ectivamente a los trtbunales pera lo hacen casr exclusi-
vamente para obtener e! recaudo de deudas (Santosetal, 1996).
entre consumidores y productores, entre inquilinos y

216 217
arrendadores), es bien posible que la informalización aca- mientos tienen que estar disponibles y, sobre todo en io
rree el deterioro de la posición jurídica de la parte más que respecta a los conocimientos sobre la admtnístracíón
débil, como consecuencia de la pérdida de las garantías de justtcía en nuestro país, esos conoctmtentos aún tíe-
procesales y que contribuya así a la consolidaclón de las nen que ser creados.
desigualdades socíales: a menos que los amplios poderes Es necesario aceptar los rtesgos de una magistratura
dei juez, profesional o lego, puedan ser utilizados para culturalmente esclarecida. Por un lado, ella reivindicará
compensar la pérdida de las garantias. lo que síempre el aumento de los poderes decisorios, pero eso, como se
será difícil toda vez que estas tribunales tnformales tien- vio, va en el sentido de muchas propuestas y no presenta
den a estar desprovistos de medias punitivos eficaces. mayor peligro si hay un adecuado sistema de recursos.
A título de ejemplo, menciono cómo, después de la crea-
Por otro lado. ella tenderá a subordinar la cohesión cor-
cíón dei tribunal de vívíerida en Nueva York, destinado a
porativa a la lealtad de las ideas socíales y políticas dís-
resolver de modo expedito, informal y desprofesio-
nalizado, los conflíctos entre inquilinos y arrendadores. ponibles en la sociedad. De aquí resultará una cíerta frac-
aumentó el número de desahucios (Lazerson, 1982), Los tura ideológica que puede tener repercusiones organt-
inquilinos habían dejado de contar con los mecanismos zativas. Tal hecho no debe ser visto como patológico sino
procesales utilizados por los abogados para sostener o como ftstológtco. Esas fracturas y los conflictos a que eIlas
desanimar el desahucto. Además, la sttuacíón que en un díeren lugar serán la verdadera palanca para el fortaleci-
futuro simbolizará mejor y más pelígrosamente la dísocta- mlento del proceso de democratización de la justícta.
cíón entre justicia rápida y justtcta democrática, resulta-
rá. a mi entender, de las reformas hay en curso, con mi- REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ras no a la informalización, sino ante todo a la
informatización de la justtcta. una cuestión que no voy a ABEL, R. (org.) (1982), The Polittcs of Informal Justtce. 2
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incluso deI derecho substantivo, no tienen mucho signi- 2 volúmenes, Bari, Laterza,
ficado si no son complementadas con otros dos tipos de BALLÉ, C.. et a!. (1981). Le Changement dans L'Institution
reformas. Por un lado, la reforma de la organtzacíón judt- Judiciaire, Paris. Míntsterto de Justicia.
cíal, la cual no puede contribuir a la democratízactón de
la justicia si ella mísrna no es internamente democrática. BENTHAM, J. (1823 l, Essais de J. Bentham sur la situation
Y en este caso, la democratización debe ir paralela con la polittque d'Espagne, sur la Constitution et sur le nouveau
racíonaltzacrón de la división deI trabajo y con una nueva code espagnol, sur la Constitution du Portugal, Paris.
gestión de los recursos de tíernpo y de capacidad técnica. BlCKEL, A. (1963), The Least Dangerolls Branch,
Por otro lado, la reforma de la forrnacíón y de los proce- Indianapolis, Bobbs- Merrill.
sos de reclutamiento de los jueces, sin la cualla amplia- BLANKENBURG, E. (org.) (1980), Innovattons inLegaISeroices,
ción de los poderes dei juez propuesta en muchas de las Cambrídge. Mass .. O.G.H. Publishers.
reformas aquí mencionadas carecerá de sentido y, even- BLAU, P. (1955). The Dynamics of Bureaucracy, Chicago,
tualmente, podrá ser contraproducente para democrati-
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zar lajusticia como se pretende. Las nuevas generaciones
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Manchester Unlversily Press. des por parte del Estado. Doblemente desafiada por la so-
VAZ, Pessoa ( I 976), Poderes e Deveres do Juiz na cíedad y por el Estado, la unlversidad no parece
ConcUiaçao Judicial, Coimbra. preparada para enfrentar los desafíos, más aún si estas
VICO, Giambatlista (1953), Opere, Milao, Ricardi. apuntan hacta transformaciones profundas y no hacia re-
WEBER, M. (1964), Wirtschaft und Gesellschaft, Co16nia, formas parciales. Además, tal falta de preparacíón, más
Kiepenheuer e Witsch. que coyuntural, parece ser estructural, en la medida en
que la perennidad de la institución uníversttarta, sobre
WEISBROD, B. et ai. (org.) (1977), Public Interest Law,
todo en eI mundo occidental, está asociada con la rigidez
Berkeley, Untverstty of Chicago Press. funcional y organizativa, con la relativa impermeabIlldad
a las presíones externas, en ftn, con la resistencia al cam-
bio.
Comenzaré por identificar los principales parámetros
de la compleja situación en que se encuentra la uníverst-
dad para, en seguida, construir el punto de vista a partir
deI Cu al la universidad debe enfrentar los desafíos que se
le proponen.

FINES SIN FIN

La notable contínuidad institucional de la universidad


sobre todo en el mundo occídental sugíere que sus obje-

224 225
tivos sean permanentes. En tono seno-jocoso Clark Kerr afir- Esta (<,-aparente?) perennldad de objetivos sólo fue
ma que de las ochenta y cinco instituciones que ya exís- afectada en la década de los sesenta, frente a las presio-
tían en 1520, con funciones similares a las que desempe- nes y a las transformaciones a que entonces estuvo suje-
fian hoy, setenta son universidades (Kerr, 1982: 152)'. En ta la uníverstdad. Incluso así, a un nivel más abstracto,
1946, repltlendo lo que aflrmaba desde 1923. Karl Jaspers, la formulación de los objetivos mantuvo una notable con-
muy cefiido a la tradtcíón del idealismo alemán, definía tínutdad. Los tres prtncípales fines de la universldad pa-
así la mtsíón eterna de la uníverstdad: es el lugar donde saron a ser la mvestígacíôn, la ensefíanza y la prestación
por concesión deI Estado y de la sociedad una determi- de servicios. A pesar de ser la inflexión en sí mísma signi-
nada época puede cultivar la más lúcida consciencia de sí ficativa y de haberse dado en el sentido del atrofiamlento
mísma. Sus míernbros se congregan en ella con el único de la dlmenslón cultural de la universidad y dei privilegio
objetivo de buscar, incondicionalmente, la verdad y sólo de su contenldo utilltario, producttvtsta, fue sobre todo a
por amor a la verdad (claspers , 1965: 19). De ahí se des- nivel de las políticas universitarias concretas que la uni-
prenderían. por orden decreciente de tmpor tancía. los dad de los fines abstractos explotó en una multiplicldad
tres grandes objetivos de la universldad: porque la verdad de funciones en ocasiones contradictorias entre sí. La
sólo es accesible a quien la busca srsternátícamente. la in- explostón de las funciones fue, finalmente. la correlación
vestígacíón es el principal objetivo de la uníversrdad: por- de la explosión de la uníverstdad, deI aumento dramáti-
que el campo de la verdad es mucho más amplio que el de co de la población estudiantil y dei cuerpo docente. de la
la cíencía, la universidad debe ser un centro de cultura, proliferación de las universidades. de la expansión de la
dísponrble para la educación dei hombre como un todo; ensefianza y de la ínvesttgacíón uníversttarta sobre nue-
finalmente, porque la verdad debe ser transmitida. Ia unl- vas áreas deI saber.
versidad ensefta e incluso la ensefianza de las aptitudes En 1987. el informe de la OCDE sobre las universida-
profestoriales debe ser orientada hacia la formación inte- des atribuía a éstas díez funciones principales: educación
gral (Jaspers, 1965:51 y ss.) En su conjunto, estas obje-
general postsecundarta: investigación; suministro de
tivos -cada uno de ellos Inseparables de los restantes-
constituirían la idea perenne de la untverstdad. una idea mano de obra calificada; educacíón y entrenamiento alta-
integrada porque está vinculada a la unidad dei conocí- mente especializados; fortalecimiento de la competi-
miento. Esta Idea que. además de Integrada, es también tividad de la economía; mecanismos de seleccíón para
única en la civilización occidental, exígtría para su realiza- empleos de alto nivel, a través de la certtftcactón: movili-
cíón (además nunca plena), un dispositivo institucional dad social para los hijos e hijas de las famütas proletarías:
Igualmente único. prestactón de servicios a la regíõn y a la comunldad local;
Teniendo presente la tradtctón en que se integra Jaspers paradigmas de aplícacíón de políticas nacionales (ejem-
(Schelllng. Humboldt y Schleíermacher) Ortega y Gasset pio; ígualdad de oportunidades para mujeres y mlnorías
protestaba en 1930 contra la "beatería idealista" que atri- raciales); preparacíón para los papeles de liderazgo social
buía a la escuela una fuerza creadora "que no tíene ní pue- (OCDE, 1987; 16 Y ss.)
de tener" y consideraba a la universidad alemana en Tal multiplicidad de funciones no puede dejar de ha-
cuanto mstttucíón. "una cosa deplorable" para después cer surgir la pregunta de la compatlbilldad entre ellas.
concluir que si "la ciencia alemana tuviera que nacer Es más, a un nivel más básico, la contradlcción será
exclusivamente de las virtudes institucionales de la uni- entre algunas de estas funciones (principalmente las
versidad, sería muy poca cosa" (Ortega y Gasset. 1982: 28 que han merecido más atención en los últimos afias) y
y ss.), A pesar de esta, aI enumerar las funciones de la la ide a de la uruverstdad fundada en la ínvestrgacíón
universidad, Gasset no íba mucho más allá de Jaspers: libre y desinteresada y en la unidad deI saber. Sin em-
transmisión de la cultura; enseftanza de las profesiones: bargo, puede argumentarse que esta contradicción,
investigación científica y educacíón de los nuevos hom- aunque hoy exacerbada. sternpre extsttó, dado el ca-
bres de ciencia (Ortega y Gasset. 1982: 41). rácter utópico y ucrónico de la ide a de universidad
(Btenaymé , 1986: 3). Ya no se puede decir lo mismo de
I Sobre la htstorta de las universidades, ct., entre muchos, Bayen (1978). las contradicciones entre las diferentes funciones

226 227
que la universidad ha venido acumulando en las últimas macíón social y especialmente para la formacíón de la fuer-
tres décadas. Por su novedad e importancia y por las es- za de trabajo catiflcada exigida por el desarrollo industrial
trategías de ocultamiento y de compatibilización que sus- (Moscatl, 1983: 22); la contradlcción entre la jerarqutza-
citan, estas contradícctones constituyen hoy en dia el tema cíón de los saberes especializados a través de las restric-
central de la sociologia de las universidades. ciones del acceso y de la certtftcacíón de las competencias
La función de la ínvestígactón choca frecuentemente con y las exígencias socio-políticas de democratización y de la
la función de enseüanza, una vez que la creacíón deI co- ígualdad de oportunidades; y fmalmente, la contradlcclón
nocírníento implica la movilización de recursos financieros, entre la reívmdícactón de la autonomía en la definición de
humanos e institucionales difícilmente transfertbles hacía los valores y de los objetivos institucionales y la sumístón
las tareas de transmtsíón y utilización deI conocimiento. creciente a criterios de eficacia y de productividad de ort-
En el campo de la ínvcsttgacíón, los intereses científicos gen y naturaleza empresarial.
de los investigadores pueden ser insensibles aI interés de Porque es de su naturaleza no intervenir a nivel de las
fortalecer la competitividad de la economía. En el campo causas profundas de las contradicciones, la gestión de las
de la ensenanza, los objetivos de la educaclón general y de tensíones tiende a ser sintomática y representa sternpre la
la preparación cultural chocan, en el interior de la mtarna reproducción controlada en una crtsts dada de la univer-
ínstttuctón. con los de la formación profesional o de la educa- sidad. La primera contradíccíón, entre conocimientos ejern-
ción especializada, contradicción detectable en la forrnu- piares y conocimientos functonales, se manifiesta como
lación de los curricula de pregrado y en la lenslón entre crtsis de hegemonía. Hay una crisis de hegemonía síempre
éste y el postrado. El manejo de mecanismos de selecctón que una condícíón social dada deja de ser considerada como
socialmente leglilmados ttende a chocar con la movilldad necesaria única y exclusiva. La universidad sufre una cri-
social de los híjos e hijas de las familias obreras, tal como sis de hegemonía en la medida en que su incapacidad para
la formación de dirigentes nacíonales puede chocar con el desempenar cabalmente sus funciones contradictorias lle-
énfasis en la prestación de servícíos a la comuntdad local. va a los grupos soctales más afectados por su déficit fun-
Cualquíera de estas contradíccíones y cualesquiera otras cional o al Estado, en nombre de ellos. a buscar medíos
fácilmente ímagtnables crean puntos de tensión, tanto en alternativos para alcanzar sus objetivos. La segunda con-
las relaciones de las universidades con el Estado y la so- tradícctón entre jerarquización y democratízacíón. se ma-
ciedad, como en el interior de las mismas universidades, niflesta como crtsts de legitlmidad. Esta crisls se presenta
en cuanto ínstttuctones y organtzacíones. Dado que no pa- sternpre que una determinada condición social deja de ser
rece posible, en las actuales condiciones rnacrosoctales, aceptada consensualmente. La untvererdad sufre una cri-
superar estas contradrcctones , el objetivo generalizado de sis de legitimidad en la medida en que se hace socialmente
las reformas propuestas para la universidad en los últimos visible la carencia de objetivos colectívos asumidos. Final-
aüos ha sido fundamentalmente el de mantener las con- mente. la tereera contradicción, entre autonomía institu-
tradícctones ba]o control a través de la gestión de las ten- cional y productividad social, se mantftesta como crtsts
siones que eIlas provocan. recurrterido para eso a medios institucional. Hay una crisis institucional siempre que una
que en otro lugar denominé como mecanismos de dísper- determinada condición social estable y automantenida deja
slón (Santos, 1982), de poder garantizar los presupuestos que aseguran su re-
Esta gesttón de las tensiones ha sido particularmente producción. La universidad sufre una cnsts institucional
problemática en tres campos: la ccritradícctón entre, por en la medida en que su espectftcídad organizativa es pues-
un lado, la producción de alta cultura y de conocimientos ta en tela de julcio y se pretende Imponerle modelos orga-
ejemplares necesarios para la formación de las élttes, de lo nizativos vigentes en otras ínstttucíones consideradas como
cualla uníverstdad se ha ve ntdo ocupando desde la Edad más eficientes.
Media. y por otro, Ia producción de modelos culturales me- La gestlón de las tenstones producídas por esta trtple
dios y de conocimientos útiles para las tareas de transfor- crísrs de la untverstdad es tanto más compleja en cuanto

228 229
es cierto que la coritradíccíones entre las funciones ma- los estudlantes valores positivos frente ai trabajo y frente
níftestas de la universidad "sufren"la interferencia de las a la organización econórníca y social de producción, regIas
funciones latentes de la unlversldad. Esta dtsttncíón en- de comportamiento que faciliten la inserción social de las
tre funciones manifiestas y funciones latentes, con una trayectorias personales , formas de soctabtltdad y redes de
larga tradlclón en la sociologia, es sobre todo útil para ana- interconocimiento que acompafian a los estudiantes mu-
lizar relaciones ínterststérntcas. en este caso. entre el sis- cho después de la unlversidad y mucho más aliá dei mer-
tema universitario y el sistema de enseüanza superior, o cado de trabajo, Interpretaclones de la realidad que hacen
entre éste y el sistema educativo. o incluso entre éste y el consensuales los modelos dominantes de desarroIlo y los
sistema social global. Por ejemplo, en una sttuacíón de re- sistemas socíales y políticos que los soportan.
cestón económtca, el déficit de desempeno de la función Tanto Bourdleu y Passeron (1970) como Offe (1977) demos-
manifiesta de formación de la fuerza de trabajo puede ser traron que el sistema educativo funciona de tal forma que
compensado. como de hecho ha venido sucedíendo, por la la contradlcción entre el principio de Igualdad de oportu-
función latente de «parqueadero» . La universidad desem- nidades y de la movllldad social a través dei colcgío, por un
pena esta función al recibir y al dejar permanecer en su lado, y la conttnuacíón. la consolidación e incluso el agra-
seno, por un período más o menos prolongado, personas vamiento de las desigualdades sociales, por otro, no sea
que no se arriesgan a entrar en el mercado de trabajo con socialmente vístble. de esa forma la untverstdad ccntríbu-
credenciales de poco valor y que utilizan a la uníverstdad ye a perpetuar y legitimar un orden social estructural-
como compás de espera entre coyunturas. usándola pro- mente incoherente, obligado a desmentir, en la práctíca.
ductivamente para acumular títulos y caltfícacíoncs que las premisas de tgualdad en que se dice fundada. De ahí
fortalezcan en el futuro su postcíón en el mercado. Por otro que eI análisis de las contradicciones y de las crtsts de un
lado, frente a una fuerte presión social en lo referente a la determinado subsistema, por ejernplo de la uníversídad.
expansión del sistema uníversttarto. la universidad pue- deba ser sternpre contextualizado en el nível sistémico en
de responder a esa prestón mediante eI desempeno de la que tiene lugar. Las contradicciones en un determinado
funcíón latente de "enfríamíento de las aspiraciones de los nivel son congruencias en otro , la eclostón o el agrava-
hljos e híjas de las ciases populares", es declr, reestruc- miento de las crísts en un determinado subsistema puede
turándose con el objeto de dtstrnular. bajo la forma de una ser recompensada con la eliminación o atenuación de las
falsa democrattzactõn, la conttnuacíón de un sistema se- crlsls en otro sistema. Tal vez por eso la rigidez global dei
lectivo, elitlsta. sistema social puede convivir sin problemas con las mu-
A un nível más general. la socíología ha venido a mos- chas turbulencias sectoriales; tal vez por eso la prolifera-
trar cómo las aparentes contradtccíones entre funciones ctón de las crisis raramente conduce a la polarización
en el seno deI sistema educativo pueden esconder arttcu- acumulativa de los factores de crisis; tal vez por eso los
lacíones más profundas entre éste y los otros subsistemas mecanismos de dispersión de las contradicciones pasen
socíales, articulaciones éstas detectables en la dtsttncíones tan fácilmente por mecanismos de resolución de las con-
entre funciones económicas y funciones sociales, o entre tradicciones.
funciones instrumentales y funciones simbólicas. Las di- Tanto la crtsts de hegemonía como la crisis de legitírní-
ficultades comúnmente reconocidas hoy, de planificar dad y la crtsís institucional eclosionaron en los últimos
adecuadamente el sistema educativo en funcíón de las vetnte anos y continúan abiertas hoy. Sin embargo. son di-
necesidades previsibIes de mano de obra en eI mercado de ferentes los tíempos históricos de los factores que las con-
trabajo de los próximos anos y, por lo tanto, el defrcíente dlclonan, tal como son diferentes las lógicas de las aceto-
desempeno de las funciones económicas e instrumentales nes que pretenden controlarias. La crisis de hegemonía es
de la universidad, no le ímpíden a ésta -antes por el con- más amplia porque en eIla está en tela de juícto la exclusi-
trario-desempenar adecuadamente funciones socíales y vidad de los conocimientos que la universidad produce y
simbólicas, como, por ejemplo, la función de inculcar en transmite. Es también aquéIla cuyos factores condicio-

230 231
nantes tienen mayor profundidad histórica. Si aceptára- una institución única, relativamente atslada de las de más
mos la división deI desarroIlo deI capitalismo en tres pe- Instituclones soctales, dotada de gran prestigio social y
ríodos -el período dei capitalismo liberai (hasta fines dei considerada Imprescindlble para la formación de las
stglo XIX); el período dei capitalismo organizado (de fines élites. Esta concepción de untverstdad, que en el período
dei síglo XIX hasta los anos sesenta): y el período dei ca- dei capitalismo liberal ya estaba en desfase con las "exí-
pitalismo desorganizado (de fines de los anos sesenta . gencias socíales" emergentes, entró en crisis en la post-
hasta hoy)2-los factores de la crisis de hegemonía se con- guerra y sobre todo a partir de los anos sesenta". Esta
ftguran desde el primer período. De hecho, la proclama- concepción descansa en una serte de presupuestos cuya
cíón de la idea de universidad es de algún modo reaccío- vtgencía es cada vez más problemática en la medida en
naria, surge en el momento en que la sociedad liberal que nos aproximamos a nuestros días. Estos presupues-
comienza a exigir formas de conocimiento ( conocírníen- tos pueden formularse en las sígutentes dicotomías: alta
tos técnicos) que la universidad tiene dificultad en incor- cultura-cultura popular; educacíén-trabajo: teoría-prac-
porar. En la crisis de legtttmídad se pone en tela de juícto tica.
el espectro social de los destrnatartos de los conocírnten-
tos producldos y. por lo tanto, el carácter democrático de
su transmisión. Los factores de esta crisis se conftguran Alta cultura-cultura popular
en el período del capitalismo organizado por el camlno de
las luchas por los derechos socíales (entre ellos eldere- La dlcotomía alta cultura-cultura popular constltuye el
cho a la educaci6n) y econ6micos, cuyo éxito coridujo al núcleo central deI Idear-to modernista. La alta cultura es
Estado-Providencia, Finalmente. en la crrsts Institucional una cultura-sujeto mtentras que la cultura popular es una
está en tela de julclo la autonomía y la específtcídad cultura objeto, objeto de las clenclas emergentes. de la
organízatíva de la tnstttucíón untversttaría. Los factores de etnología. dei folclor, de la antropología cultural, rápida-
esta crísts se conflguran en el período dei capitalismo des- mente convertidas en cíenctas universitarias. La centra-
organizado y son consecuencía. en general. de la crisis deI IIdad de la unlversldad le viene de ser el centro de la cul-
Estado-Providencia, tura-sujeto, La crtsts de esta dicotomía en la postguerra
Pasaré ahora a tratar extensamente la crtsts de hege- resulta del surgímíento de la cultura de masas, una rrue-
monía, por ser la más amplia y por estar así, presente en va forma cultural con una vocación distinta para ser cul-
las demás. Se hará apenas una breve referencia a la cri- tura-sujeto dispuesta a desafiar el monopollo que hasta
sls de Iegtttmídad y a la crtsts Institucional. entonces tenía la alta cultura. La cultura de masas tiene
una lógica de producci6n, de distribución y de consumo
LA CRISIS DE HEGEMONfA completamente diferente y mucho más dinámica que la
misma cultura uníversttarta: sus productos van cerrando
La centralidad de la universidad en cuanto lugar prefe- el cerco a la cultura urríversttarta, ya sea porque reciclan
rente de la producción de alta cultura y conocimiento cien- constantemente los productos de ésta, ya sea porque com-
tífico avanzado es un fenômeno dei siglo XIX, dei período píten con eIla en la formación deI universo cultural de los
dei capitalismo liberai y el modelo de universidad que me- estudiantes. Incapaz de transformar esta nueva forma
jor lo Interpretó fue el modelo alemán, la urnverstdad de cultural en una cultura-objeto. Ia unlversldad deja de ser
Humboldt. La exígericta que se le Impuso ai trabajo uníver- el producto central de la cultura-sujeto y. en esta medi-
sttarío. la excelencia de sus productos culturales y cientí- da, plerde su centraltdad.
ficos. Ia creatlvldad de la actívídad Intelectual, la IIbertad
de discusión, el espírttu crítico. la autonomía y el untver
3 La crtets de hegemonía ea, stn duda. Ia más profunda de las crtsts por las
salismo de los objetivos, hicieron de la universidad que atravteea la untverstdad. Probablemente Eduardo Lourenço se r efíer-e
a elIa cu ando habla de la cnsts de la universidad que "sobrepasa el acct-
2 Sobre los tres períodos dei capttaltsmo. consultar el capítulo cuarto. dental y corregtble estado de la untversrdad en crtsts" (1978: 74).

232 233
La gestión de la tenstón que de aqui se desprende fue Cultura Inculta (1988)4, por lo que merece una referencia
obtenida por diferentes mecanismos de dispersión a lo más detallada. Según Bloom, ia universidad, tal como hoy
largo de los últimos tremta anos. Los aftos sesenta estu- la conocemos, es un producto dei proyecto iluminista y
vieron dominados por el intento de enfrentar la cultura de éste es un proyecto elítísta. un proyecto que implica la li-
masas en su mísrno terreno, masificando la mísrna alta bertad "para que los raros hombres teóricos se ocupen de
cultura. Fue éste. sin duda, uno de los efectos, no síernpre la tnvestígactõn racional en un pequeno número de disci-
asumído. deI proceso de democratizaclón de la uníversídad. plinas que tratan los primeros principios de todas las co-
sas" (1988: 256). Así, la uníverstdad es una ínstttucíón
La explosión de la poblacíón untversttaría. la alteración
aristocrática destinada a "estimular el uso no instrumen-
significativa de la composícíón de ciase del cuerpo estu-
tal de la razón por si mtsma, proporcionar una atmósfera
diantll y la ampliación de los cuadros docentes e investi-
donde ia superloridad morai y física del dominante no
gadores hicieron posible la masificación de la untvererdad
intimide la duda filosófica. preservar el tesoro de los gran-
y con ella el vérttgo de la distribución (quízás de la mtsrna
des hechos, de los grandes hombres y de los grandes pen-
produccíón) en masa de la alta cultura universitaria. En samientos que se exígen para alimentar esa duda" (1988:
el limtte, se admitió que la escolarízacíón universal acaba- 244). En estas condiciones. la universidad no puede ser
ría por atenuar considerablemente la dícotomía entre alta una institución democrática y convive mal con la democracia,
cultura y cultura de masas. Pera no fue esta lo que sucedió. sobre todo porque en ésta "no hay una clase no democrá-
La masificaclón de la universidad no atenuó la dícotomía. tica" (1988: 245). Es pues, necesarlamente una instltución
Soiamente la desplazó hacia adentro de la universidad impopular que "debe resistir a la tentación de querer ha-
debido ai dualismo que introdujo entre uruverstdad de éllte cer todo por la socíedad" (1988: 249). A la luz de esta con-
y universidad de masas. Tal como tuvo lugar, la dernocra- cepción, los afias sesenta fueron "un desastre", liquidaron
tización de la universidad se tradujo en la diferenciación- por completo lo que aún quedaba de ia universidad: "no sé
jerarqutzacíón entre universidades y entre éstas y otras de nada positivo, que ese período nos haya traído" (1988: 312).
instituciones de ensefianza superior. La producción de la Además, la devastaclón fue tan completa que "es difícil
alta cultura permaneció controlada, en gran medida, por imaginar que haya siquiera los medias o la energia dentro
las universidades más prestigiosas, mientras que las uni- de la unlversidad para constituir o reconstruir la idea de
verstdades de masas se limltaron a la dístrtbuctón de la alta un ser humano culto y establecer de nuevo una educación
cultura o, cuando la producían, bajaban el nível de exígencía liberal" (1988: 369).
y degradaban la calidad. Éste fue el precio que la uni- No es éste el momento para hacer una aprectacíón glo-
versidad tuvo que pagar para intentar mantener su cen- bal dei manífíesto bloomtano. Tan sólo deseo resaltar que
tralidad en ia producción de cultura-sujeto. En los anos la divulgación y repercusión que él ha tenido es revelado-
setenta este precio comenzó a parecer demasiado alto. La ra de cierto regreso a los afias cincuenta y a la identifica-
atenuación de la tensión entre alta cultura y cultura de cíón, habituai en este período, de la aita cultura con ias
masas provocará otra tenstón que, Si no fuera la contra- humanidades y de éstas con la gran tradición occídental.
diciio inadjecto, se podria designar como alta cuitura alta En esta forma, la disperslón de la contradlcclón entre alta
y alta cultura de masas. La denuncia, insistentemente cultura y cultura de masas, que en los aftas sesenta fue
repetida. de la degradación de la producción cultural en intentada en el terreno de esta última, a través de la mast-
la abrumadora mayoría de las universidades vino a dar ficación de la untverstdad, pasa ahora, en los afias ochen-
orígen, en los afias ochenta, a la reafírmacíón del elitismo ta, a íntentarse, en el terreno de la alta cultura, a través de
de ia alta cultura y a ia legitimación de las políticas edu- la consagraclón de los prtvílegíos que a ésta se le deben.
cativas destinadas a promoverlo.
La última y más dramática apologia dei elitismo de la 4 N. dei T: EI autor utilizó la versión portuguesa. Sin embargo, advierte que,
cultura es , sin lugar a dudas, ellibro de Allan Bloom, La en general, la traduccton es indecorosamente descuidada.

234 235
Este nuevo mecanismo de dísperstón apunta hacía cíerto trabajo Intelectual. calíftcado. praducto de una formación
regreso a la condícíón que dominó hasta los afios cíncuen profesíonal más o menos prolongada. La educación se frag-
ta. pera que tiene ahora un significado social y político mentó entre la cultura general y la formación profesional; y
muy diferente porque, al contrario de entonces. la afirma- el trabajo entre el trabajo no califlcado y el trabajo califlcado.
ción de lo Inevltable dei elitismo implica ahora la liqulda- La respuesta de la universidad a esta transformación
cíón de las aspiraciones democráticas que acompafiaron consistió en intentar compatibilizar en su seno la educa-
ias políticas de mastflcactón en los anos ochenta. Entre
ción humanística y la forrnacíón profesíonal y compensar
los anos sesenta y los ochenta fueron accíonados dos me-
canismos de dísperstón con seüales contrarias. A través así la pérdída de centralidad cultural provocada por el surgi-
de ambos la universidad busca mantener su centralidad miento de la cultura de masas con el refuerzo de la centra-
en cuanto productora de cultura-sujeto, en un caso dilu- lidad en la formación de la fuerza de trabajo especializada.
yéndose pero corriendo el ríesgo de descaracterización. en Esta reapuesta, plenamente asumida en los afios sesen-
el otro, concentrándose pero asumiendo el riesgo deI ais- ta. trajo consigo, como ya lo rnencíoné, la diferenciación
lamlento. interna de la enseftanza superior y de la misma uníverst-
dado Aliado de las universidades "tradícíonales" surgíeron
Educación -trabajo o se desarrollaron otras instituciones con una vocación es-
pecífica hacía la formacíón profesíonal, que mantenían diver-
La hegemonia de la unlversldad no se puede pensar por sos grados de articulación con las universidades: Community
fuera de la dicotomia educación-trabajo. Esta dicotomia and Junior Colleges en los E. U.A.: Fachhochschule en Ale-
comenzó por significar la existencia de dos mundos con mania, lnstitutes Universitaires de Technologie en Francia,
muy poca o ninguna comunicación entre sí: el mundo ílus- Polytechnicsen Inglaterra. Por su lado. Ias universidades.
trado y el mundo dei trabajo. Quien pertenecía ai prlmero míentras se multiplicaban, empezaron a conocer nuevas
estaba exento dei segundo; qulen pertenecía ai segundo formas de diferenciación y de estratificación: entre las fa-
estaba excluído dei prlmera. Esta dicotomia atravesó, con cultades profestonales tradícíoriales (Derecho y Medicina).
este significado. todo el prlmer periodo dei desarrollo ca- las nuevas o ampliadas facultades de especialización pro-
pitalista. el periodo dei capitalismo liberal. pera ya ai final fesional (Ingeníarías. Cíencía y Tecnologia. Economia. Admí-
de este período comenzó a transformarse y a asumir otro ntstracíón). y las facultades "culturales" (Letras y Cíenctas
significado que vendria a ser dominante en el período dei Sociales). La dífererictactón y la estratlficación en el tnte-
capitalismo organizado. La dicotomía pasó entonces a sig- rio r dei sistema universltario no dejó de alterar la unldad
nificar la separación temporal de dos mundos íntercomu- del saber subyacente en la "misión" y en la forma institu-
nicables, la secuencia educación-trabajo. Esta transfor- cional tradicional de la unrverstdad pera garanttzó, durante
mación de la relación entre los términos de la dicotomía algún tiempo, su centralidad en un mundo tecnológico de
acarreó tnevítablemente la transformaclón Interna de cada acelerado cambio. Sln embargo. debído a que tal garantía
uno de los términos. De algún modo. la dicotomía se ins- se basaba en la dicotomia educacíón-trabajo, el cuestio-
taló en el interior de cada uno de ellos. Así la educacíõn, namiento de la universidad en el período del capitalismo
que inicialmente era transmisión de alta cultura, forma- desorganizado no podia dejar de mostrar la fragilldad de
cíón del carácter, modo de aculturación y de socialización esta estratégica centraltzacíón.
adecuada ai desempeno de la dlrecclón de la socíedad, EI cuestionamiento de la dicotomía educacíón-trabajo
pasó a ser tambíén educacíón para el trabajo, eriseüanza hoy se procesa a dos niveles. En prtmer lugar, la relación
de conoclmlentos uttlttartos, de aptitudes técnicas espe- secuencial entre educación y trabajo presupone una co-
cializadas capaces de responder a los desafios del desarro- rrespondencia estable entre la oferta de educación y la
110 tecnológico en el espaclo de la producclón. A su vez el oferta de trabajo, entre tituiaclón y ocupaclón. La receslón
trabajo, que inicialmente era el uso de la fuerza física y el económica en los aftos setenta y las salidas que se han bus-
manejo de los medios de producción, pasó a ser tarnbíén cado (tales como las nuevas formas de industrialización.

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las tecnologia de punta, la industrla dei conocimiento y de contradictorias, para la posición de la universidad en el mer-
la informática) han mostrado. en su conjunto. la creciente cado de trabajo, Por un lado, hoy es evidente que la uni-
lnviabilidad de tal correspondencla estable. La duracíón versidad no logró mantener la educación profesional ba]o
deI ciclo de formación untversttaría de un determinado perfil control. A su lado, se multiplican instituciones de menor
profesional es cada vez mayor que la de su ciclo de consu- dimensión, mayor flexibilidad y mayor proximidad al es-
mo productivo. Esta inconsistencia se agrava por la rigi- pacto de la produccíón con oferta maleable de forrnacíón
dez Institucional de la unlversidad y por la consecuente profestorial cada vez más volátil. Además, el mismo espa-
dificultad para captar en su momento las sefiales deI mer- cio de la produccíón se transforma en ocasiones en una
cado de trabajo y para actuar de conformldad. De ahí que "comunidad educativa" donde las necesidades de forma-
la universidad esté enfrentada constantemente. a veces ción, síempre en mutacíón, son satisfechas en el interior
con la producción excesíva. a veces con la producción defi- dei proceso productivo. Por otra parte. y en aparente con-
ciente de perfiles profestonales, stn que los requerrmíen- tradicción con esto, la mutación constante de los perfiles
tos de profesíonaltzacíón tengan el mínimo de estabilidad profesionales ha venido a recuperar el valor de la educa-
que permita esbozar una respuesta. Cuando ésta se intenta. ci6n general e incluso de la formaci6n cultural de tipo
lo más probable es que no alcance su objetivo o incluso humanista. Frente a las incertidumbres del mercado de
alcance objetivos contrarias. trabajo y de la volatilldad de las formaciones profesionales
Pera la dicotomía educacíón-trabajo está hoy cuestío- que él reclama, se considera que es cada vez más impor-
nada a un nível más profundo que deriva del cuestiona- tante suministrar a los estudiantes una formación cultu-
míento de la mísma secuencia educacíón-trabajo, En primer ral s6lida y amplia. marcos te6rlcos y analíticos genera-
lugar. la acelerada transformaci6n de los procesos produc- les , una vístón global del mundo y de las transfor-
tivos hace que la educaci6n dcje de ser anterior ai trabajo macíones, de tal manera que se pueda desarrollar en
para ser concomitante con éste. La formación y el desernpe- ellos el espírltu crítico, la creatívtdad, la disponibilidad
fio profeslonal tiende a fundlrse en un solo proceso produc- para la ínnovacíón, la ambícíón personal, Ia actitud posi-
tívo. stendo síntomas de esto las exígencías de la educación tiva frente al trabajo arduo y en equipo, y la capacldad de
permanente, dei recícla]e, de la reconverstón profestonal, negociación que los prepare para enfrentar con éxíto las
así como el aumento del porcentaje de adultos y de traba- exígenctas, cada vez más sofisticadas, del proceso pro-
jadores-estudíantes entre la población estudiantil. En se- ductivo.
gundo lugar, la mtsma concepci6n de trabajo se ha venido Así, se constata un cíerto regreso al generalismo, aun-
alterando en el sentido de hacer más tenue la unión entre que ahora concebido no en cuanto saber universalista y
trabajo y ernpleo, haclendo que la inversl6n en la forma- desinteresado propío de las élites, sino en cuanto forma-
ctón deje de tener sentido en cuanto inversión en un determi- ción no profesional para un desempeno pluriprofesiona-
nado empleo. Aesto se agrega que el panorama "postindustIial" lizado. EI informe de la OCDE sobre la universidad, ai que
entra en escena con ganancias de productividad que ha- ya hice referencia, prefiere "la preparación amplia para una
rán dlsmlnulr significativamente el tiempo de trabajo pro- gran variedad de condiciones subsecuentes Impredecl-
ductivo y, con eso, la centralidad dei trabajo en la vida de bles", en detrimento de "un cntrcnamtento específico para
las personas. Siendo cíerto que los conocimientos adecua- una tarea que en cinco, díez o veinte anos puede que ya no
dos para la formaci6n de productores no se adecúan a la exista" (OCDE, 1987: 12). A propôsíto. dícho Informe cita los
formación de consumidores -en algunos casos son nece- resultados de una reciente consulta realizada a empresaríos
sarios conocimientos específicos, en otros son necesarios ingleses sobre sus expectativas en relación con la formacíón
conoclmlentos generales-la tendencla a preferir la forma- universitaria. Sin sorpresa, la consulta revela que se espe-
cíón de consumidores acabará por repercutir en el núcleo ra que la universidad seleccíone los jóvenes más capaces y
curricular. les suministre algunos conocimientos específicos. Pero cu-
Pero el cuestionamiento de la dícotomía educacI6n-tra- riosamente se espera, por enctrna de todo, que la uníver-
bajo tiene además dos Implicaclones, en alguna forma sídad los someta a expertencías pedagógtcas que.

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Independientemente dei curso escogído, creen l1exibili- tíftcacíón más profunda de la autonomia y de la especlflcl-
dad, promuevan el desarrollo personal y agudlcen la mo- dad institucional de la universidad. Subyacen bajo las re-
tivaclón individual (OCDE, 1987: 66). gias y los crttertos de contratactón y de ascenso en la ca-
La universidad enfrentada a transforrnacíones que no rrera. tanto de los investigadores, lo que no sería
controla y presionada por extgencías contradtctortas, bus- sorprendente, como también de los docentes. De hecho,
ca manejar su posición amenazada a través de una conta- los docentes son considerados siempre en cuanto inves-
bilidad de pérdidas y ganancias dei desempefio funcional. tigadores-docentes. Si es verdad que el objetivo de la for-
Enfrentada a las contradicciones de la formación protesto- mación profesional, a pesar de toda la atención que ha me-
naI a las que. bajo presión social, pretendió vincular su recido desde la década de los sesenta, no logró eliminar el
hegemonia. no deja de mantener en segunda línea, yaun- objetivo educacional general de la universidad, no es me-
que margínada, la educación humanística. lista para ser nos verdad que éste, a pesar de ser Inherente a la Idea de
reactivada en eI momento en que la presión social domi- universidad, no logró suplantar nunca el objetivo primor-
nante la requiera. La pennanencia y estabilidad de la uni- dial de la ínvestígactõn. Además, la investigación fue
versidad son, por eso. un recurso inestimable e incluso la siempre considerada eI fundamento y la justtítcacíón de
rigidez institucional que frecuentemente se le critica, fun- la educación a "niveI universitario" y la "atmósfera de in-
cionará en ocasiones a favor, si no en su centralidad, por vestigación", vista como eI contexto ideal para el floreci-
lo menos en su supervivencia. Pera la contradicción de base miento de los valores morales esenctales de la forrnacíón
permanece y no dejará de manifestarse en nuevas tensto- deI caracter".
nes. Es que una cosa es la reívtndtcacíón de la hcgemonta EI rótulo ideológico dei desinterés y de la autonomia en
por el camtno de la autonomía funcional (el desempeno de la búsqueda de la verdad hlzo que el prestigio se concen-
una función que Ie es propia y que por eso le es atribuida trara en la ínvestígacíón pura, fundamental o básica y que
exclusivamente) y otra, la reivindicación de la hegemonia inc1uyera en ésta las humanidades y las cíenctas socta-
por el camlno de la dependencia funcional (el intento de leso De ahí la dicotomía entre teoría y práctica y la abso-
mantener la exclusividad por el camino de la incorpo- luta prioridad de la primera. Cualqulera que haya sido su
ración de las funciones importantes en un determinado traducclón real en el período dei capitalismo liberal y en
momento). Esta diferencia está particularmente bien do- la prírnera fase deI período del capitalismo organizado,
cumentada en la dicotomia que sígue, esta ideologia universitaria entró en crisis en la postgue-
rra y en los anos sesenta se vto desafiada frontalmente por
la reivlndlcación de la partlcipaclón de la unlversldad y
Teoría -práctica deI conocimiento por eIla producido en la solucíón de pro-
blemas económtcos y socíales urgentes. Fue así cuestio-
Desde el stglo XIX la universidad pretende ser ellugar nada la dicotomía entre teoría y práctica y las tensiones
por excelencía de la producción de conocimiento científi- que de ahí se desprendíeron han sido aprovechadas como
co. Así pues, no es extrafto que su reputación sea tradicio- recurso para diversos mecanismos de dísperstón. La ver-
nalmente medida por su productividad en el campo de la tiente principal deI Ilamado al conocimiento práctíco fue
tnvesugacíón. Es postble que algunos tipos de universida- la exígericta dei desarrollo tecnológico, la creciente
des conquisten una reputación a pesar de estar predomi- transformación de la ciencia en fuerza productiva y la
nantemente dedicadas a la enseüanza, como por ejernplo. competltivldad Internacional de las economias hechas
algunos Liberal Arts Colleges americanos o las Grandes de las ganancias de productividad científicamente fun-
Écoles francesas, pera éstas san las excepciones que con- dadas. Las mismas condiciones que, en el campo de
f1rman la regia. La búsqueda deslnteresada de la verdad,
la selección autónoma de métodos y temas de investiga-
5 No es casualidad que en la claslficación (jerarqutaacíón l de ias universida-
ción, el amor por eI avance de la ciencia, constituyen el des americanas, elaborada por la Carnegte Foundatíon. las universidades
marco ideológico de la universidad moderna. Son la jus- con más prestigio estén tncluidas en el grupo "Research Untverettíes 1".

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la educacíón, reclaman más forrnacíón profesíonal, tarn- sistema productívo nacional ernpezó a ser formulada cada
bién reclaman, en el campo de la ínvestígacíõn, la prefe- vez con mayor insistencia y se traduce en dos problemáti-
rencta por la ínvesugactón aplicada, Pero el llamado a la cas principales: la de la naturaleza de la ínvestrgacíón bá-
práctica tuvo otra vertiente. más socio-política. que se sica y la de las potencialidades y límites de la investigación
tradu]o en la crítica dei aíslamíento de la universidad, de aplicada en las universidades.
la iorre de marfil insensible a los problemas dei mundo La naturaleza de la tnvestígacíón básica se volvió pro-
contemporáneo, a pesar de que sobre ellos se hayan acu- blemática en los últimos treinta afios, ya sea porque SUB
mulado conocimientos sofisticados y ctertamente utiliza- costos aumentaron exponencialmente. ya sea porque la
bles para su solución.
Puesta frente a la cuestión de su importancia económi- conversión progresíva de la ciencia en fuerza productiva
ca, social y política la uníverstdad buscó. una vez más, terminá por poner en tela de juicío la misma validez de la
utilizar expedientes que salvaguardaran su centralidad diferencia entre investigación básica y aplicada. La cues-
sin comprometer, sm embargo, su identidad funcional e tión de los costos se agravá en los anos setenta con la crísts
institucionalidad tradicional. Y una vez más los resulta- flnanciera dei Estado y con la muliiplicación de los centros
dos se quedaron más cortas que las promesas, si bien no universitarios de ínvesugactón resultante de la explosión
tanto como para poner en pelígro. por lo menos hasta aho- universitaria de la década anterior. En consecuencia, la
ra , la permanencia de la universidad. En este caso, la ra- centralidad y, en algunos países, la exclusividad de la uni-
zón tal vez resida en el hecho de que los llamados a la versidad en la tnvesttgactón básica, que hasta entonces
práctica resultan de intereses muy diferentes y hasta an- fuera pensada como soluctón y contabilizada como bene-
tagõnícos, sostenidos por grupos o clases sociales con
desigual poder social. La unlversidad, stn dejar de prefe- ficio. pasó a ser pensada como problema y contabilizada
rir los intereses y los grupos socíales dominantes, ha tra- como costo. Fueron varias las manifestaciones de esta inver-
tado de dar alguna respuesta (aunque tan sólo cosméti- sión. En primer lugar, las grandes empresas multtnacío-
ca) a los intereses y a los grupos soctales dominados. nales, transformadas en agentes económicos importantes
Convocada cn direcciones opuestas, la untveretdad pue- dei nuevo orden económico internacional. crearon sus
de tomar cada una de eIlas sm cambiar de sitio. propios centros de tnvestígación básica y aplicada y la ex-
A la luz de esto, se debe tener presente que. al contra- celencia de sus resultados puede rivalizar con los de los
rio de lo que hacen creer los informes oftcíales nactona- centros universitarios. En segundo lugar, el mísmo Estado
les e írrtet-nacton ales , la cuestión de la importancia eco- creó centros de ínvesugacíón no untversttartos. dotados de
nómica, social y política de la uníverstdad, tal como fue mayor flexíbílídad y exentos de los "vicios de la universidad",
cuestionada a partir de los aüos sesenta, íncluyó vertien-
tes muy diversas y discrepantes. EI amalgamamíento de especializados en áreas de vanguardia (nuevos matertales,
estas vertientes en palabras abstractas como por ejemplo bioiecnología, inteligencia artificial, robótica, energia) y
elIlamado a la "inserción de la universidad eo la comuni- disponibles para ariiculaciones de diferentes tipos y gra-
dad", facilitó todos los reducctonísmos y la verdad es que dos con los centros uníversttartos. En tercer lugar, el Es-
esta palabra significa estrictamente, en los informes de tado intentó seleccíonar las universidades y los centros de
hoy. poco más que las relaciones entre la universidad y ínvesttgactón con más capacidad de investigación y con-
la industria o entre la untversidad y la economía. AI con- centrar en eIlos los recursos ftnancíeros disponibles.
trario, intentaré diferenciar a contínuacíón el papel de la Míeritras los dos primeros tipos de medidas afectaron
universidad en el aumento de productividad Industrial y la centralidad de la universidad desde afuera, el último tipo
el papel de la universidad en la valorización social y cul- la afectó desde adentro. Tal como ya sucedtó en el contexto
tural de la comunidad circundante.
de las dicotomías alta cultura-cultura de masas y educa-
cíón-trabajo, se produjo la dífcrencíactón y cstrattftcacíón
La universidad y la productividad entre las universidades. En este caso, el proceso fue faci-
litado por la convtccíón de que la expansión de la untver-
La lnterpelación de la unlversidad en el sentido de que- sidad en los anos sesenta relajaba los criterios de con-
rer participar activamente en el desarrollo tecnológico deI

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tratación y de promoción, haciendo mgresar ai cuerpo do- lucros inferior a lo que gastaba a mediados de la década
cente personas por debajo dei nível de excelencia y stn mo- de los sesenta y la inversión incidía más en transforma-
tivación para la tnvesttgacíon. Este proceso está en curso cíones parciales de los productos existentes que en ínno-
y las propuestas van en el sentido de concentrar la mayo- vaciones estructurales (Bok, 1982: 137).
ría de los recursos en algunas universidades, financian- EI consenso sobre la relación entre la de cadencia de la
do en las restantes. las tareas de síntesis y de dísernína- productívídad y la desaceleración dei cambio tecnológico
cíón del conocímtento y los programas de actualización de coloca en el centro de la salida de la crisis el tema de la
los docentes". La ejecución de tales propuestas está, sin velocídad y eficiencia con que se puede traducír el conoci-
embargo, debatiéndose con múlttples dificultades y resís- míento científico en productos y procesos útiles y. conse-
tencías. Es que, a pesar de que tan sólo una fracción de cuenternente. en el centro de la cuesttón. la universidad y
los docentes de una fracción de las universidades hace la investigación científica que en eIla tienen lugar. Siendo
efectivamente ínvesttgacíón y contribuye para el avance del
cierto que la uníverstdad siempre fue concebida con voca-
conoctmíento, la verdad es que el universo simbólico de la
cíón para la mvesttgacíón básica y organizada en función
vida universitaria continúa poblado por la prioridad de la
de sus exígencías. no será difícil imaginar la turbulencía
ínvesttgacíón y la deflntción del prestigio tanto insti-
simbólica e institucional producida por la tncttactón, cada
tucional, como perscnal. continúa vinculada a la realidad
o a la ficción verosímil dei performance científico. La con- vez más Insistente, hacia la ínvestígacrón aplicada y por
centración de los recursos destinados a la ínvcstígacíón las medidas en que se va traduciendo. Expresión de esto
crea en las instituciones excluidas una marginalización es el hecho de que la dtscustón sobre este tema deba inci-
mucho más amplia que la que se desprende del cierre de dir primordialmente en el análisis de los costos y los be-
centros de tnvesttgacíõn, con repercusiones dífícílmente neficios para la uníverstdad. derivados de una uníón más
prevístbles tanto en el cuerpo docente como en el estu- intensa con la industria. Es sintomático también que los
diantado. beneficios más convincentemente reconocidos sean los fi-
La política de concentración de recursos ha venido a ser nancíeros, ya sean los que se desprenden directamente de
complementada por otra: la íncítacíón a la búsqueda de los proyectos de ínvesttgacíón financiados por la tndustrta,
recursos externos, no estatales. Esta última implica una ya sean los que indirectamente puedan resultar del au-
preslón en el sentido de preferir la Investigaclón aplicada mento de la competíttvtdad internacional de la economía
y es responsable por la gran actualidad dei tema de las rela- (más fondos estatales y no estatales dlsponibles para la
ciones entre la universidad y la industria. Los factores universidad).
macroeconómicos determinantes de este proceso son la Por el contrario. los costos y los ríesgos son muchos y
relativa reccsíón económíca de los países centrales en los variados. En prlmer lugar está el r1esgo de alteracíón degene-
comíenzos de la década de los setenta -Ia cuai se ha pro- rativa de las prioridades científicas. Hasta ahora , los in-
longado hasta el presente- y la convicción, hoy generali- vestigadores uníversttartos trnagínaban decidir sobre los
zada. de que tal recesíón quedó debiendo menos a la crtsts temas de investigación en funcíón de su interés intrínseco,
dei petróleo que a la decadencia absoluta y relativa de la deI desafío a que enfrentan las teorías ya consagradas, de
productívtdad de la Industria (OCDE, 1984: 11 I. decaden- los prometedores descubrimientos que sugíeren, La prefe-
cía que. también consensualmente. se le atribuye a la rencia de la tnvestígacíón aplicada puede entorpecer estos
desaceleración de la innovación tecnológica. Este fenóme- crítertos de prioridad y. como tendencía, reemplazaríos por
no es particularmente evidente en Estados Unidos donde, otros: tmportancía económica y perspectivas de lucro de los
en el tnícto de la década de los ochenta, la industrla gas- temas de ínvestígacíón: potencíaltdad de estos para crear
taba en ínvesttgacíón y desarroIlo un porcentaje de sus nuevos productos y procesos; probabilidad de ser finan-
ciados por empresas con sede en la regtón de la universidad.
6 Por ejemplo. en Canadá 26 de las 71 universidades absorben el 90% de los Si a las universidades se les permite imponer la investiga-
Iondos dtspontbles para la tnvesugactón (QCDE, 1987: 31 l. cíón de temasintrínsecamente poco importantes peroeco-

244 245
nómicamente muy relevantes, el resultado probablemen- que respecta al proyecto de ínvesngacton financiado. Este
te será el de investigadores capaces de ser "desviados" riesgo se convíerte, en ocasiones. en un tema de discusión
hacia la ínvesttgación de rutína emprendida tan sólo en pública; aaí. por ejemplo, en el caso dei contrato por va-
razón de su rentabilidad. Este riesgo está relacionado con lor de 23 millones de dólares entre la empresa Monsanto
otro, el dei pacto fáustíco. Los Investigadores que aceptan y la Facultad de Medicina de Harvard. Se trata de una
o promueven la fínanctactón industrial de sus investiga- cuestión compleja que obliga a diferenciar (con quê crite-
ctones pueden caer en la dependencia de la empresa rios. es lo que se discute) entre ventajas merecidas en
financiadora. Las rem une raciones voluminosas que rect función deI esfuerzo de financiación y ventajas inmereci-
ben y los mejores equipos y otras infraestructuras de in- das. Una de sus repercusiones tiene lugar en la política
vestígactõn de que dtsponen, son obtenidos a costa de la de lícencíamtento de patentes cuando éstas pertenecen a
pérdida de autonomía, de conflictos constantes entre las la uruverstdad (6licenciamiento bajo régímen de exclusi-
prestones de corto plazo de la empresa y las perspecti- vidad o de no exclusivldad?).
vas a largo plazo proptas de los criterios científicos de in- Aunque la seriedad de muchos de estos ríesgos sólo será
vesttgacíón y de inevitables concesiones en la evaluacíón
evaluable a largo plazo. la dlscusión a ese respecto tiende
de la madurez, representatividad o confiabilidad de los
resultados. a ser hecha en función de los efectos tnrnedratos. Yestos
EI írnagtnarto universitario está dominado por la idea son , sobre todo, vístbles a dos niveles. A nível del cuerpo
de que los avances del conoctmtento científico son propie- docente. por la acentuación de las diferencias de salarios
dad de la comunidad científica. aunque su autoría pueda entre los docentes cuyos temas de ínvestígactón son eco-
ser individualizada. La libre discusión de los procedi- nómicamente explotables y los de más docentes; diferen-
míeritos y etapas de la ínvesttgacíón y la publícídad de los cias éstas que repercuten en los investigadores y docentes
resultados son considerados imprescindibles para man- más jóvenes cuando deben optar entre vartos objetos po-
tener el dinamismo y la competitividad de la comunidad sibles de mvesttgacíón. A esta diferenciación corresponde
científica. La "comuntdad" industrial tiene otra concep- una ampltacíón, que algunos ccnstderan peltgrosa, de lo .
ción de dinamismo, basada en las perspectivas dei lucro que se debe entender por "actividad aceptable o legítima"
y.otra concepción de cornpetttívídad. basada en las ga- de un investigador universitario (preponderancia deI tra-
nancías de la productividad. Si a sus concepciones se bajo de consultoría de empresas; formación y gestión de
sobreponen las de la comunidad científica. tendremos, en empresas, etc.) (OCDE, 1987; 60). La "distorsión comer-
vez de la publicidad de los resultados, el secreto; en vez cial" acaba por transformarse en una "distorsión institu-
de la dtscusíón enríquecedora, el mutismo sobre todo lo cíonal?". EI segundo nivel hace referencia a la decadencia
que es verdaderamente importante en el trabajo en curso; de las humanidades y de las ctencías soctales, áreas de me-
en vez de la libre círculacíón, las patentes. Las investiga- nor comercialización tradicionalmente prestigiosas. con
ciones más interesantes y los datos más importantes se- gran expansión en los aüos sesenta y que ahora corren el
rán mantenidos en secreto para no destruir las ventajas rtesgo de margtnalízacíón, a pesar de ser reclamadas por
competitivas de la empresa financiadora y los resultados el nuevo generalismo al que arriba hice referencia.
sólo serán revelados cuando estén patentados. Las seüa-
La preocupación por los efectos tnmedíatos ha impedido
les de tal "perversíõn" han venido acumulándose y la per-
turbación que esto ha causado en algunos sectores de la una reflexión más cuidadosa sobre las consecuencias a me-
comunidad científica ya está presente, y con ínststencía. diano y a largo plazo. Por otro lado, ha contrtbutdo a ocul-
en los informes oftcíales (OCDE, 1984; OCDE 1987; 58 y tar el hecho de que la sttuacíón emergente no significa una
ss.). alteracíón cualttatíva, sino tan sólo de grado, en relacíón
Una lógica de tnvestrgacíón y de dívulgactón dominada
7 Los peltgros resultantes de esta dlstorsión son evidentes hoy y aparecen
por las patentes conlleva otro ríesgo: el de las ventajas "des- cada vez con más tnststencta en publicaciones de los organismos interna-
leales" conferidas a las empresas ftnancíadoras resultan- cionales que hasta bace poco veían sobre todo beneficios en la unlón uni-
tes dei acceso preferencial a la información más allá de lo verstdad-tndustrta. cj.. por último, OCDE {19BB}.

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con la situación anterior. Los valores de la ética científica problemas y a pesar de que la universidad haya acumula-
-eí comunismo, el desinterés, eI universalismo, el escep- do sobre e!los conocímíentos preciosos. Esta vertiente
ticlsmo organizado. para usar la lista de Merton (Merton, tuvo, así, un cufio marcadamente crítico. La universidad
1968: 604 y ss.; Santos. 1978)- son parte Integrante dei fue criticada, ya sea porque raramente tuvo el cuidado de
universo simbólico untversttarro y son importantes como movilizarlos conocimientos acumulados a favor de las so-
tales, pera la práctica uníversttarta estuvo más o menos luciones de los problemas sociales, ya sea por no haber
lejos de respetarlos. Las relaciones con la índuatrta co- sabido o querido poner su autonomía institucional y su
menzaron desde eI síglo XIX y con la índustrra de guerra a tradición de espíritu crítico y de discusión libre y destn-
prtncípíos de los afios cuarenta; las luchas por el presti- teresada ai servícío de los grupos soctales dominados y de
gio y ia prtorrdad entre departamentos y entre centros de sus intereses.
investigación viene desde hace mucho: la ambtcíón de los La reivindicación de la responsabilidad social de la uni-
premios (Nobel y otros) es , desde hace mucho, responsa- verstdad asurníó tonalIdades diferentes. Si para algunos
ble por el secretlsmo y por el "IndividualIsmo poseslvo"; los se trataba de criticar el aíslamíento de la unlversldad y de
crttertos de evaluactón y las exrgencías burocráticas esta- ponerla aI servicio de la sociedad en general. para otros se
tales y no estatales de flnanclaclón stempre oblIgaron a trataba de denunciar que el aislamiento fuera tan sólo
"distorsiones" variadas en la evaluacíón y en la presenta- aparente y que eltnvolucramiento que él ocultaba, en fa-
ción de los resultados y esas mísmas fmancíacíones, a tra- vor de los intereses y de las clases dominantes, era social
vés de sus crtteríos de prioridad de los temas por investi- y políticamente condenable. Por otro lado. si para algunos
gar. sternpre establecieron diferencias entre áreas yentre la universidad debía comprometerse con los problemas
remuneraciones de los docentes. Estamos pues, frente a muridíales en general y donde qutera que ocurrtesen (el
una alteración de grado que, por demás, no es , por esc, hambre en el tercer mundo. el desastre ecológíco. el arma-
menos significativa. mentismo, el apartheld, etc.), para otros, el compromiso
Como se verá mejor adelante, ai analizar la crtsís institucio- era con los problemas nactonales (la crlmlnalldad, el de-
nal, eI modo como se ha discutido esta cuestión es revela- sernpleo. la degradaclón de las ciudades, el problema de
dor de una estrategía de dispersión de las contradicciones la vívíenda, etc.) o incluso con los problemas regíonales
por parte de la universidad. Debilitada por una crtsts fí- o lo cales de la comunidad inmediatamente involucrada (la
nanctera, e incapaz, por eso, de resistir el impacto de la deficiente asesoría jurtdíca y asístencía médica, la falta de
lucha por la productivldad o de definir soberanamente los técnicos de planeaclón regional y urbana, la necesídad de edu-
términos de esta lucha, la universidad procura adaptarse caclón para los adultos, de programas de cultura general
y de formacíón profestonal, etc.).
creativamente a las nuevas condiciones, intentando maxt-
El movtmtento estudiantil de los anos sesenta fu e, stn
miz~r los beneficios financieros y conjurando los riesgos a
traves de un !lamado ai "equillbrlo de funciones" y a la pre- duda, el portavoz de las reivindicaciones más radicales en
el sentido de la intervención social de la universidad. En-
vención contra la "sobrecarga funcionai" [OCDE, 1984: 12).
tre estas retvtndícacíones y las reívíndícacíones de los con-
servadores y tradicionalistas que recusaban, por corruptor
La universidad y ia eomunidad deI ideario uníversttarto, cualquier tipo de intervencio-
nísmo, fue surgíendo. a lo largo de la década. un tipo de
Como mencíorié atrás. adernás de las vertientes economi- intervencionismo moderado. reformista. que tuvo su me-
eista y productívtsta, el!lamado a la práctlea tuvo, a par- jor formulactón en la idea de la multiversidad americana
tir de los afies sesenta, otra vertíente de ortentacíón social teorlzada por Clark Kerr ( 1982) a partir de 1963. Anelada
y política que consísttó en la írmovacíón de la "responsa- en una larga tradición que se remonta a las "land-grant
billdad social de la unlversidad" frente a los problemas dei universities", la multiversidad es, muy sucintamente, una
mundo contemporáneo, una responsabilidad raramente universidad funcionalizada, disponibIe para eI desempe-
enfrentada en el pasado, a pesar de lo pererrtorto de estos fio de servíctos públicos y la satisfacción de necesidades

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sociales conforme a las solicitudes de los agentes En un notable texto de reflexión escrito en medío de la
financiadores, estatales y no estatales. Se trata de una turbulencía estudiantil, Wallerstein afirmaba que "Ia
"institución en el centro de los acontectmíentos" (Kerr, cuestión no está en decidir si la universidad debe o no
1982: 42) y éstos pueden ser tanto la colaboraclón con las ser politizada, si no en decidir sobre la política preferida.
fuerzas armadas y la elA. Ia vinculación con la industrla Y las preferencias varían". (Wallerstetn. 1969; 29).
o con las asociaciones de agricultores. como la aststen- La crítica conservadora empezó a ser oída con más in-
cía técnica a los países deI tercer mundo, el apoyo a las ststencía en los anos setenta y en los afias ochenta. Un
escuelas de zonas urbanas deprimidas. la organización de buen ejemplo es el debate actual sobre las tests de Allan
"clínicas de vecíndad" para las clases populares, la asts- Bloom, ya analizadas. Muchos de los programas orienta-
tencia jurídica y judicial a los pobres. dos a minimizar los problemas sociales de las cIases no
privilegiadas y de las minorías étnicas y raciales fueron
La idea y la práctica de la multíversídad está sometida
cancelados. Otros. más vinculados ai establishment (so-
a un fuego cruzado. Los tradicionalistas hicieron dos crí-
bre todo militar) que habían sido cancelados en los anos
ticas principales. La prírnera consistía en que eI interven- sesenta bajo la presión de la crítica estudiantil, volvieron
cíontsmo sujetaría a la uníversrdad a presiones y tentaciones a ser activados. En muchas universidades, la responsa-
descaracterizadoras: muchos de los programas de exten- bilidad social de la umvereídad se fue reduciendo a los
sión no estarían basados en conocimientos sólidos; los vínculos con la industria. Stn embargo, en el caso ameri-
profesores involucrados en actividades de consultoría y de cano, la tradícíón de reformismo universltario y la especifi-
extensión dedicarían menos tiempo a la ensefíanza y a la ctdad de las relaciones jurídicas (sobre todo fiscales) e
mvesttgacton y con el paso del tíempo. perderían la leal- institucionales de las universidades con las cíudades y las
tad a la universidad y a sus verdaderos objetivos; los pro- comunidades donde están instaladas hizo que la idea de
gramas socialmente relevantes se expandirían a costa deI la multiversidad mantuviera su llamado ideológico y se
decaimiento de los departamentos de filosofía, de cultura continuara traducíendo en programas de orientación so-
clásica o de htstorta medieval. La segunda crítica consistía cial. sobre todo en el ámbito comunitarlo. De las Iniciati-
en que el crecimiento precipitado de la untversídad con- vas exaltantes de los afios sesenta -oficinas de consulto-
duciría a la ampliación desmesurada de los servícíos ad- rios jurídicos gratuitos y clínicas médicas y odontológicas
ministrativos y a la creación de burocracias poderosas, que instaladas en el ghetto por iniciativa de las facultades de
asfixiarían la iniciativa y la llbertad de los docentes. En derecho y medicina respectivamente; programas de in-
suma, desde el punto de vista conservador, la vocación de vestígactón y de consultoría sobre problemas urbanos or-
la uníveratdad sería la inversión intelectual. de largo pla- ganizados en colaboración entre los departamentos de
zo, la ínvesttgactón básica. científica y humanística, una sociologia y de urbanismo por un lado, y las agencias ad-
vocación por naturaleza atslactontsta y elitista. ministrativas locales por otro: acctones de educación
Pero la multíveraídad fue también atacada por el movi- continua y de educación para adultos a cargo de los de-
míento estudiantil y en general por la izquierda intelectual partamentos de educación: apertura de las bibliotecas
(Wallerstein y Starr, 1971). La crítica fundamental fue que uníversttartas a la poblactón: múltiples iniciativas de
la untverstdad, con su total dlsponibilidad para ser funcío- tipo de "universidad abierta"; etc. etc.- algunas sobrevi-
nalizada y financiada. acababa por volverse dependiente de vieron hasta nuestros días y atgunas incluso se han ex-
los intereses y grupos sociales con capacidad de financia- pandido. Por ejemplo, en muchas facultades de derecho,
ción, o sea, de la clase dominante, dei establishment. los servícíos de aststencta jurídica y judicial gratuita,
Rehusándose a establecer sus prioridades socíales y a pro- que eran extracurriculares en los anos sesenta. fueron
poner definiciones alternativas para los problemas y las integrados a los programas de estudio como forma de
necesidades sociales seleccionadas por el gobierno y otras "enseftanza aplicada" (clinicai educatiDn l, es decir, de tra-
tnstttucíones, la universidad capitulaba ante la sumtsíón bajo práctlco de estudiantes bajo la oríentacíón de los profe-
y la pasívídad, aunque bajo la forma de frenético activismo. sores. Tambíén se han mantenldo algunos de los programas

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de apoyo técnico a la renovación urbana. sobre todo de las cadas, sobre lo que se debe investigar (ínvesügacíón básica
zonas degradadas, tal como los programas para grupos o aplicada) o sobre lo que se debe enseriar (cultura general
especialmente carentes (nifíez abandonada, anctanos, o formación profesional) resulta accionado por presiones
cíegos, deficientes) y los programas de recíclaje (la llama- sociales a las que la untverstdad, de una o de otra forma.
da midcareer educatton) para mandos medios y superio- le va dando respuesta, Debe, sin embargo, subrayarse la
res de la admíntstracíón pública y privada, eficacia selectiva de esta idea europea de universidad. Si
La teorízacíón hoy dominante de los programas de ex- bien es cierto que ella contribuyó a resguardar relativa-
mente a la universidad (sobre todo en el continente europeo)
tenston es reveladora de los limítes de la apertura de la
uníverstdad hacía la comunidad y de los objetivos que le de las reivindicaciones más radicales de los afios sesen-
ta, en el sentido dei compromiso de la universidad en la
subyacen. En primer lugar, ia apertura desempena un
correlación, incluso en la solución de los problemas mun-
importante papei de relaciones públicas en comunidades diales, nacionales o locales, no impidió que las universi-
con una larga serte de quejas y resentimientos contra la dades. deI brazo de una grave crisis financiera, se lanza-
untverstdad, desde los incentivos fiscales para la expan- ran a la lucha por la productividad y a la apertura hacia
sión de las infraestructuras en detrimento de otras activida- la "comunidad" industrial. De tal modo que hoy la respon-
des locales hasta el desasosiego provocado por la bohemia sabilidad social de la uníverstdad está virtualmente redu-
estudiantil. En segundo lugar se considera que los servi- cida a los términos de eu cooperación con la industria.
cios de extensión comunitaria deben tener un fuerte com- Sín embargo, la concepción más amplia de responsa-
ponente técnico con el propósito de evitar que la untversídad bílidad social. de parttcípacíón en la valorización de las
se substituya ilegítimamente por otras instituciones o se comunidades y de intervención reformista en los proble-
descaracterice en el desempeno de sus funciones. Por úl- mas socíales continúa vigente en el trnagínarto simbólico de
timo. deben ser preferidos los programas que involucran muchas universidades y de muchos universitarios y tíen-
pocos recursos (sobre todo humanos) y que apuntan a ayu- de a reforzarse en períodos históricos de transtcíon o de
dar a un determinado grupo local sín antagonizar con otros. ahondamiento democráticos. En América Latina. por
Esta última orientación revela bien en qué medida la uni- ejemplo, ha venido a concretarse en forma innovadora en
versidad pretende controlar su desarroIlo comunttarío y países en proceso de transtcíón democrática. Entre otros
ejercerlo de tal modo que mantenga un distanciamiento ejemplos posibies, el más Importante fue tal vez el de la
calculado frente a los conflictos soctales. Incapaz de ais- Universidad de Brasília, ba]o la rectoría de Cristovam
larse completamente de las presiones que se le hacen, Ia Buarque. sobre todo por el modo como procuró articular
universidad procura dirigirias de tal modo que se repro- la tradición eiitista de la universidad con la profun-
duzca, en condiciones srernpre nuevas, su centralidad dización de su compromiso social. En un notable texto
simbólica y práctica sin comprometer demasiado su esta- programático titulado Uma ide ia de Universidade,
bílidad institucional. Buarque afirma que "Ia política de la universidad debe
En Europa, tanto eI modelo alemán de untverstdad, combinar el máximo de calidad académica con el máxi-
como el modelo ínglés, e incluso las diferentes cornbtnacto- mo de compromiso social (... ) Lo que caracterizará el
nes entre ellas , crearon una idea de universidad que, des- producto, por lo tanto, es su calidad, su condición de
de el principio. ofrece a ésta mejores condiciones para élite, pero lo que caracterizará su uso es su amplio com-
mantenerse resguardada de las presiones socíales y para promiso -su condición antielitista-" (1986: 22), Con
hacer de ese atslamíento la razón de ser de su centralidad. base en estas premisas se formula una política de ex-
En último análísts. esa idea consiste en hacer agotar las tensión muy avanzada: "se considera que el conocí-
responsabilidades sociales de la universidad en la investi- miento científico. tecnológico y artístico generados en
gación y en la ensefianza. Mostré atrás que el aíslamtento la uníverstdad e institutos de ínvestrgacíón no son úni-
obtenido por este camino será siempre muy relativo, pues- cos. Existen otras forma de conoctmíento surgidas de la
to que el cuestionamiento, recurrente en las últimas dé- manera de pensar y actuar de los innumerables segmen-

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tos de la socíedad a lo largo de generaclones que, por no grestón, de apertura y de cíerre. que están inscritas en su
estar caracterizadas como científicas, están desprovistas larga memoria institucional.
de Iegtttmídad Institucional. Eslas prácticas se están re- Dado el modo como se reproducen las contradicciones
cuperando a la luz de una actívídad orgânica con la ma- y las tensiones en las dicotomías alta cultura-cultura po-
yoria de la poblaclón" (Buarque, 1986: 63), Del ambicio- pular, educación-trabajo, teoría-práctíca. enprocesos so-
so Programa Permanente de Participaclón Colectiva clales cada vez más cornplejos y acelerados, la unlversldad
elaborado por la Decanatura de Extenslón, destaco el no puede dejar de perder la centralldad, tal vez por que a
proyecto Ceilândla, constituldo por dos subproyectos: "el su lado van surgtendo otras instituciones que le disputan
subproyecto de hístorta popular que apunta a rescatar la con éxíto algunas de las funciones, tal vez por que presio-
lucha de los moradores dei área por los lotes resídencía- nada por la "sobrecarga funcional", está oblígada a dífe-
leso contenido que será incorporado aI sistema escolar en rencíarse internamente con el rtesgo permanente de la
cuanto material básico de enserianza de lo local; y eI descaractertzacíón. De ahí la crisis de hegemonia que he
subproyecto de salud popular, basado en el trabajo con venido analizando. Los recursos de que dispone la univer-
plantas medíctnales, con la tmplantacíón de huertas me- stdad son inadecuados para resolver la crtsts, toda vez que
díctnales y farmacia verde y con gran participación de los parámetros de ésta trasclenden en mucho el ambiente
rezanderos. bendectdoras , curanderos, profesionales de uníversttarto, pero han sido hasta ahora suficientes para
la salud, estudlantes, agrónomos, etc,". Tamblén convte- impedir que la crtsts se ahonde descontroladamente.
ne resaltar el proyecto delDerecho Encontrado en la Calle Como resulta del análísts precedente, la crtsís de hegemo-
. que apunta a recoger y valorizar todos los derechos CQ- nía es la más amplia de todas las crtsts por la que atr-avíe-
munltarios, locales, populares, y movilizarlos en favor de sa la unlversldad, de tal manera que está presente en las
las luchas de las clases populares, enfrentadas, tanto en restantes. Por esta razón, me limito en seguida a hacer una
eI media rural como en el media urbano. con un derecho breve referencia a la crisis de Iegíttrnrdad y a la crisis
oficial hostil o Ineftcaz". institucional.
El espacío concedido a esta propuesta de la Unlversldad
de Brasilla tiene por objetivo mostrar la extrema ductilldad LA CRISIS DE LEGITIMIDAD
dei llamado a la práctlca y de la concepclón de responea-
bíltdad social de la untversídad en que éste se traduce. En Míentras no fue cuestionada, la hegemonía de la uníver-
la década de los ochenta, la mísma concepclón pudo, en stdad constltuyó un fundamento suficiente desu legítímídad
áreas diferentes del globo y en condiciones soctales y po- y, por lo tanto, de la aceptación consensual de su extsten-
líticas diferentes, circunscribirse a la cooperación con la cia institucional. Stn embargo, los factores que llevaron a
industrla o, por el contrario, abarcar un amplio programa la cnsts de hegemonía en la postguerra y que fueron men-
de reforma social. Tal ductilidad servida por la establlidad cionados en la seccíón anterior sólo explícan parcialmente
y por la específícldad Institucional de la unlversldad, hace la crtsts de Iegttímtdad tal como ella se vmo a configurar
poslble que ésta contlnúe reclamando una centralidad y es por eso que se deben distinguir las dos or-tsts , a pe-
sar de que la crtsts de hegemonia esté presente en la crt-
social que a cada momento ve que se le escapa pero que,
sls de legltlmldad.
también procura recuperar, recurriendo a diferentes me-
En la sociedad moderna eI carácter consensual de una
canismos de dispersión, un inmenso arsenal de estrate- determinada condícíón social tiende a ser medido por su
gias de aplicación y de retracción, de innovación o de re-
contenido democrático; eI consenso, de su parte, será tanto
mayor cuanto mayor sea su consonancía con los prtnct-
8 En e! âmbito de este proyecto fue publicada una notable antología de tex- pios filosófico-políticos que rtgen a la socledad democrá-
tos cuya última edíctõn es de 1990. (Curso de Extensl6n unrversítarta a Dis- tica. Éste tambíén ha de ser el crlterlo de legltlmldad de
tancia. 1990).
la universidad moderna. Y a la luz de él, no sería sorpren-

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255
dente que la Iegíttmídad de la untversidad fuera, desde el el objetivo de promover su ascenso social. De ahí, la ím-
principio. bastante precaria. La universidad moderna se plicación mutua entre la crtsts de hegemonía y la crtsts de
proponía producír un conocímíento superior, elitista, legitimidad: el tipo de conocimientos producidos (cues-
para suministrárselo a una pequena mtnor-ía de jóvenes, tión de hegemonía) tiende a alterarse con la alteración deI
igualmente superior y elitista, en un contexto institucional grupo social a que se destina (cuestión de legítrmídadl.
clasísta (la universidad es una sociedad de c1ases) que Por eso, las respuestas de la universidad a la crisis de
pontifica sobre la sociedad desde lo alto de su atslamten- hegemonía arriba analizada -incorporación limitada de la
to. cultura de masas, de la formación profesional, de la ínves-
A pesar de esto, Ia Iegttímtdad de la uníversidad no fue tígactón aplicada y de la extenstón a la comunidad- sólo
seriamente cuestionada durante el período dei capitalis- son plenamente comprenstbles si tenemos en mente que
mo liberal y a eso contribuyó decisivamente el hecho de con elIas la untver-stdad pretende incorporar, de modo
que el Estado liberal, que es la forma política de la socte- igualmente limitado, grupos socíales hasta entonces ex-
dad moderna en este período, no tenga él mismo un fuer- cluidos (híjos de la clase proletarta, de la pequena burgue-
te contenido democrático. Éste por demás comenzó por sía y de ínmígrantes. mujeres, mínorfas étnicas).
ser muy débil y sólo se fue for talccterido a medida que En el momento en que la búsqueda de la untversidad
fueron teniendo éxíto las luchas de los trabajadores por dejó de ser sólo la búsqueda de la excelencia y pasó a ser
el sufragto untversal, por los derechos civiles ypolíticos, por también la búsqueda de la democracia y de la tgualdad. los
la organizactón autônoma de los intereses, por la nego- límites de la congruencia entre los prtncíptos de la univer-
cíacíón sobre la distribución de la riqueza nacional. EI stdad y los principios de la democracia y de la tgualdad se
éxíto de estas luchas provocá alteracíones tan profundas hícteron más vístbles: óCómo compatibilizar la democra-
que configuró a partir de finales dei siglo XIX. un nuevo tízacíón del acceso con los criterios de selección interna?,
período de desarrol1o capitalista, el período dei capitalis- ócómo hacer interiorizar en una institución que es , elIa
mo organizado, en cuyo transcurso la forma política deI mtsma una "sociedad de cIases" los ideales de democracia
Estado liberal fue sustituida, en las sociedades europeas y de ígualdad? <ócómo suministrarle a los gobernados una
desarrolIadas. por el Estado-Providencia, o Estado social educacíón sernejante a la que hasta ahora le fue surntnís-
de derecho, una forma política mucho más democrática con- trada a los gobernantes. sín provocar un "exceso de demo-
cebida para hacer compatible, dentro deI marco de relacio-
cracia" y con eso la sobrecarga deI sistema político más
nes sociales capitalistas. las exígenctas deI desarrollo eco-
allá de lo que es tolerable?, ócómo es posible, en vez de eso,
nómico con los prrnctpícs filosófico-políticos de la
adaptar los modelos de educación a las nuevas círcuns-
ígualdad. de la libertad y de la solídartdad, que subyacen
tancías sin promover la medíocrtdad y descaracterizar a
en el proyecto social y político de la modernidad. Se com-
prende pues que la Icgíttmídad de la universidad moder- la umverstdad?
na, a pesar de ser siempre precaria, sólo haya entrando Enfrentada a tales mterrogantes, la universidad una vez
en crísts en el período dei capitalismo organizado y por de- más se prestó a soluciones de compromiso que le permi-
más, tal como la crísts de la hegernonía, sólo aI final deI tieron continuar reclamando su legítímtdad sin desistir, en
período en la década de los sesenta. La crtsts de la legttt- lo esencíal, de su elitismo. Resumiendo, se puede decir que
midad es, en gran medida. el resultado dei éxito de las lu- se buscó desvincular en la práctica, y en rebeldía contra el
chas por los derechos sociales y económicos, los derechos discurso ideológico, la búsqueda de la universidad de la
humanos de la segunda generación entre los cuales so- búsqueda de la democracia y de la ígualdad. de tal modo
bresale el derecho a la educacíón (Santos. 1989a). que la satisfacción razonabIe de la primera no acarrease
La crísts de Iegttímtdad ocurre entonces en el momento la exagerada sattsfaccíón de la segunda. Esto fue po stble
en que se hace socialmente víeíble que la educación supe- sobrepontendo a la diferenciación y estratificación de
riory la alta cultura son prerrogativas de las clases superio- la universidad según eI tipo de conocimientos produ-
res. altas, Cuando la búsqueda de educación deja de ser cidos -analizados arriba-la diferenciación y estratifica-

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ción según el orrgen social del cuerpo estudtantíl. Los una ley de desarrollo desigual (Moscatí, 1983: 66). Para
múltiples dualismos mencionados, entre ensefíanza su- aquellos que siempre estuvieron en contra de la expan-
perior universitaria y no uníversttarta. entre universida- síón, como por ejemplo, A. Bloom, la universidad perdió
des de élite y universidades de masas, entre cursos de su carácter de un modo irremediable. Para los que promo-
gran prestigio y cursos poco valorizados, entre estudios vieron el desarrollo desigual, la uníverstdad, a pesar de
serias y cultura general, se deftníeron. entre otras cosas, todas las transformaciones para romper su atslarntento
según la composrcíón social de la población escolar. ancestral, no cambíó lo esencial, pues mantuvo siempre
A partir de la década de los sesenta, los estudios SOCiO- un núcleo duro capaz de imponer los criterios de excelen-
lógicos fueron mostrando que la masífícacíón de la educa- cía y los objetivos de educaclón lnlegral. Para los adeptos
cíón no alteraba significativamente los patrones de des- de la expansión democrática, la universidad se dejó
ígualdad social. Hoy, los informes oftctales son los que funcíonaltzar por las cxígencías deI desarrollo capitalista
pueden certificarIo. A mariera de balance del "énfasis (mano de obra califlcada) y defraudó las expectativas de
ígualttarto" de los úliimos veinte anos, el informe OCDE promoción social de las elases trabajadoras a través del
que he mencionando afirma: "Apesar de que la expansión expediente de falsa democratlzaclón 10 La dlversidad de
de la ensefianza superior, que tuvo lugar en la mayoría de opiniones es , en este caso, reveladora de la ambtgüedad
los países en los anos sesenta y prtncípios de los anos se- misma de la ley de desarrollo desigual. Es de creer que
tenta mejoró aparentemente las oportunidades de los gru- esta desigualdad contlnúe vigente en el futuro próximo y,
pos sociales menos favorecidos, la verdad es que la post- por lo demás, sln grandes sobresaltos, ya sea porque la
ción relativa de estos grupos no mejoró significativamente prestón demográfica terminó, ya sea porque esté aumen-
sobre todo después de mediados de los anos setenta" tando el número de estudiantes con expectativas más li-
(OCDE, 1987: 34), Según el mlsmo informe, el porcentaje mitadas (adultos !", estudlantes trabajadores. estudían-
de hijos de familias trabajadoras que asistieron a las uni- tes fmanciados por las empresas P. etc.) Frente a estas
versidades ale manas aumentó significativamente en los condiciones dísmínuyen los costos de una política de dís-
aüos sesenta, pero se mantiene entre el 12 % Y el 15 % criminación social y por eso no es sorprendente que en
desde 1970, En Francía ocurrtó algo semejante, ese por- muchos países la prtortdad para garantizar el acceso a la
centaje era del 8% en 1962 y de tan sólo el 12% en 1982, universidad para los grupos sociales desprotegidos sea
a pesar de que la poblacíón estudiantil aumentó en hoy menor de lo que era en los aüos sesenta y setenta
(OCDE, 1987: 21).
este período de 282,000 a 773,000, AI contrario. se-
gún este mismo informe, prácttcamente en todos los paí-
ses de la OCDE, es más alto el porcentaje de hljos de fa- LA CRISIS INSTITUCIONAL
milias trabajadoras que asisten a la enseiíanza superior
no universitaria (OCDE, 1987: 35), Para los hljos de las De todas la crisis de la universidad, la crtsts institucio-
familias trabajadoras, el hecho de que el derecho a la edu- nal es, sm duda, la que se ha agudizado más en los últí-
cacíón haya venido a significar, el derecho a la formación
técnica profestorial. es revelado r deI modo como la reívln- 10 En un pequeno libra publicado en 1975, ya denunctabu la falsa democrati-
dtcacíón democrática de la educaclón fue subordinada, zación de la unlversidad. ai mlsmo tiempo que defendía una democratiza-
ctón global de la mtsma que incluía la democratlzaclón administrativa, geo-
en el marco de las relaciones soctales capitalistas, a las gráfica, curricular, pedagógica institucional, profesronal y socto-económtca
exígencías deI desarrollo tecnológico de la producclón In- (Santos, 1975).
dustrial fuertemente sentidas a partir de la década de los 11 EI CenterJor EducatlonStatisttcs de los Estados Unidos prevtõ que en 1990,
e! 47% de los esrudtantes de enseüanza superior americanos tendrían más
sesenta". de 25 anos de edad.
Frente a la reívtndtcacíón social de un modelo de desa- 12 Cada vez más las empresas están dtepuestas a financiar parte de la educa-
rrollo más ígualttarto, la universidad se extendió según ciõn de sus empleados, pera la mayoría establece restricciones en cuanto
ai tipo de cursos que financlan (cursos cortas; cursos relacionados con e1
empleoj. La exenctôn de Impuestos por financiación de la educaclón de los
9 ct.. tambtén. Courtots (1988). empleados ha Iunctonado como uri incentivo poderoso. Cf. Mitchell (1989).

258
259
mos dtez anos. En parte porque en eIla repercuten, tanto obligan a la universidad a cuestionarse en términos que
la crísts de hegemonía, como la crtsts de legitimidad; en le son poco familiares y a someterse a crttertos de evalua-
parte porque los factores más indicativos de su agrava- cíón que tienden a dar de su producto, cualquiera que
miento pertenecen efectivamente al tercer período deI de- este sea. una evaluacíón negativa. Por último, porque no
sarrojto capitalista, el período dei capitalismo desorgani- restríngen las funciones de la universidad en la medida
zado. El valor que está síendo afectado en la crtsts de las restrícctones presupuestales, los recortes tíenden a
institucional es la autonomía universitaria y los factores mducír la universidad a buscar medtos alternativos de n-
que ~an veriído a hacer cada vez más problemática su afír- nanctactón para lo cual se auxíltan de un discurso apa-
maclOn. ~on la crísts deI Estado-Providencia y la desa- rentemente contradictorio que resalta símultáneamente
celer-actõn de la productividad industrial en los países la autonomía de la universidad y su responsabilidad so-
cen,trales. Los dos factores, ambos característicos deI cial.
Este último efecto se une con el segundo factor de la
penodo del capitalismo desorganizado, están vinculados.
crisis institucional de la universidad: la desaceleración de
pero es p~sible y conveniente, analizarlos por separado. la productividad industrial. Cualquíera que haya sido el
La crtsts del Estado-Providencia es mucho más comple- diagnóstico de este fenómeno, la terapéutica se centró,
ja y la traté en deta11e en otro lugar (Santos, 1990), Basta desde temprano, en la mvestígactón científica y tecnológica
mencionar aquí que esa crtsts se ha manifestado a través y a partir de ese momento, la uníverstdad se vío convoca-
~el deterioro progresívo de las políticas sociales, de la po- da a participar más activamente en la lucha por la produc-
Jítíca de -"ivienda y de la política de salud a la política de tividad industrial. Atrás vimos que la uníverstdad reaccío-
educacion. Invocando la crrsts ftnanctera -no stemp re nó a esa convocatoria stguíendo una estrategta de
comprobada y casi nunca motivo suficiente- el Estado ha mtnímízacíón dei ríesgo de la pérdida de hegernonía. En-
venido haciendo profundas reestructuraciones en su pre- frentada a los recortes ftnancteros , no sorprende que en-
supuesto y síempre en el sentido de desacelerar, estancar tre los beneficios esperados de esa partícípacíón. los ftnan-
e i,?cluso contrariar el presupuesto social. Pero más dra- cíeros hayan sido los más consentidos. Sin embargo, los
m~tica que la evolución deI nível de los gastos es la evolu- flujos provenientes de las empresas. por estar subordina-
cíón de su ,contenido, Rápidamente el Estado ha pasado de dos a los crítertos de rentabilidad de la ínverstón propios
la co~diclOn de productor de bíenes y servícíos Iescuelas , de la rndustrta, terminaron por ejercer una prestón, con-
vergente con la de los recortes presupuestales, en el sen-
e?senanza) a la de comprador de bienes y servicios produ-
tido de evaluar el desempeno de la uníverstdad. En otras
cídos ~n ~l sector privado. En consecuencia. la universi- palabras, la parttcípacíón de la untverstdad en la lucha
dad pública. que en Europa tterie un predominio absolu- por la producttvídad acabó por volte ar esa lucha en con-
to en el sistema de enseüanza superior. ha sufrido tra de la misma universidad y el efecto institucional que
recortes presupuestales más o menos significativos, so- de ahí se desprende no se hizo esperar. Enfrentada a es-
bre todo en el área de las ctenctas sociales y las humani- tos Iactores, la crtsts institucional de la untverstdad asu-
dades, aI mtsmo tiempo que es obligada a enfrentarse con me vartadístmos aspectos. Me referíré brevemente a uno
la crecien~e competencia de la uníverstdad privada. fuer- de ellos, a mí entender el más importante; ia evaluacíón dei
temente fmanciada por el Estado, desempeno universitario.
. Los recortes presupuestales provocan tres efectos prtn-
cípales en. la vida institucional de la universidad. Porque La eualuación deZ desempeno uniuersitario
son selectívos , alteran las POsiciones relativas de las dife-
rentes áreas del saber universitario y de las facultades, de- La pretensión hegemoníca de la unívcrsídad como centro
partarnentos o unidades donde son investigadas y lo ense- de producctón de conoctmíentos científicos y de educación
nadas y. con esto, desestructuran las relaciones de poder superior. combinada con su específtcídad organizativa y la
e? que se basa l~ estabilidad institucional. Porque están naturaleza difusa de los servícíos que produce, hízo que la
srempra acompanados del discurso de la productividad. tdea de evaluación del desernpefio funcional de la univer-

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261
sidad fuera mirada con extraneza y hasta con hostilldad. universldad es tal que se hace difícil exigir que la untver-
A primera vista. no se comprende bico una actitud semejan- sidad los produzca todos con la mísma eftctencta, o que
te. pues la universidad es una sociedad compulsivamente establezca entre ellos unajerarquía inequívoca (Bienaymé,
atraída por la evaluación; de la evaluación dei trabajo es- 1986: 106). La producclón y transmisión dei conocímten-
colar de los estudiantes a la evaluación de los docentes e to científico, la producción de trabajadores calificados, la
investigadores para efectos deI as censo en la carrera. elevación dei nivel cultural de la sociedad, la formación dei
Pero, por olro lado. es comprensíble que la compulsión carácter, la iderrtíftcacíón de talentos, la parttctpactón en
por la evaluación interna determine de por sí un cierto re- la solución de los problemas socíales, son productos, no
chazo a la evaluación externa, pues es de eSQ de lo que se sólo muy variados. sino lambién difíciles de definir. Ade-
trata cuando se habla de evaluaclón dei desempeno de la más. como dije atrás, la producción de uno de eIlos choca
universidad. Aunque sea efectuada por la propia univer- frecuentemente con la del otro, por lo que si no se establece
stdad, tal evaluacíón será sternpre externa. porque colo- una jerarquía, la universidad estará sternpre por debajo
ca la utilldad social de la unlversidad en un conjunto más dei desempeno adecuado en algunos de estos productos.
amplio de utilidades soctales, porque ínvolucra, aunque Es incluso díscuttble si realmente se puede hablar de "pro-
írnplícttamente, una comparación entre modelos insti- duetos" en algunos de los desernpeüos como, por ejernplo.
tucíonales y sus desempenas. la formaclón dei carácter o la elevaclón dei nível cultural.
Sea como sea. la exígencía de la evaluación es conco- Se puede, incluso entender que el uso de los términos
mitante con la crtsts de hegemonía. En la medida en que "producto" y "producción" implica la opción de una metáfora
la universldad pierde centralidad se hace más fácil justi- economicista y materialista que introduce un sesgamiento
ficar y hasta imponer la evaluacíón de su desempeno. No de base en la evaluación del desempefío de la untverstdad.
sorprende pues que esta extgencía haya crecido mucho en Esta cuestión está vinculada con loscriterios deevalua-
las dos últimas décadas. Enfrentada con ella, la untver- ción. En este campo, la mayor dificultad está en estable-
stdad no ha encontrado, hasta hoy, un camino propío e in- cer medidas para la evaluación de la calidad y la eficiencia.
equívoco para darle una respuesta. Si, por un lado, la exí- Incluso aceptando que la unlversldad elabora "productos",
gencia de la evaluación parece estar en contradicción con es evidente que muchos de eIlos no son susceptibles de me-
la autonomía uníversttana, por otro lado. parece ser la co- dición dírecta. i,Cómo medir la formación dei carácter o
rrelacíón natural de ésta. La universidad ha tendido a ver
incluso el progreso científico? No hay medidas directas e
sobre todo la contradicción y a asumir una posición de-
incluso recurrir a medidas indirectas no deja de crear al-
fensiva, traducida en la acción de varios mecanismos de
díspersrón. A su vez. tal postcíón ha impedido que la unt- gunos problemas. Mencionaré dos, el cuantitativismo y el
versidad as uma un papel más activo en la fljactón del sen- economíctsrno.
Frente a la inefabilidad de las calidades inscritas en los
tido y de los crttertos de evaluación. Son reconocidas las
múltiples dlflcultades de evaluaclón dei desempeno fun- productos a evaluar, los agentes e instituciones evaluadoras
cionai de la unlversidad. Pueden agruparse en tres gran- tienden a favorecer las medidas cuantttatívas, un procedi-
des problemáticas: la deftntcíón del producto u níverstta- miento bastante familiar a los científicos sociales, enfrenta-
rio, los crítertos de la evaluación y la titularidad de la dos. desde hace mucho, con la necesidad de hacer
evaluactón. operacionales los conceptos y establecer indicadores dei
En cuanto a la dejinición dei producto de la universidad. comportamiento de las variables seleccionadas. Sin em-
las dífícultades conststen en la correlación de la multíplí- bargo, hoy es reconocido que la calidad sobrepasa siempre
cídad de fines que la universidad ha venido a incorporar y a las calidades en que se operacionaliza. Tomemos un ejem-
a la que arriba híce referencta. Frente a tal multtplíctdad plo. Frente a la comprobación de que Francía produce más
se preguntará cuál es el producto de la unlversidad o ai diplomas universitarios que Alemania, a pesar de poseer
menos si tiene sentido hablar de producto. Como afirma una taza de asígnacíón (número de alumnos por docente)
Bíenaymé, Ia varledad de productos que se esperan de la muy inferior (23 en Francia: 9 en Alemania) (Bienaymé,

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1986: 317), será fácil concluir que el sistema universita- diano o largo plazo. La aplicación de esta lógica en el de-
rio francés es más eficaz que el alemán. Stn embargo, tal sempeno de la universidad tiende a favorecer las utilida-
conclusión no díce nada sobre la calldad de los diplomas, des a corto plazo, sean ellas cursos cortos, en detrimento
el nível de excelencía exigido, o el impacto deI tipo de for- de cursos largos, formaciones unidireccionales en detri-
macíón en el desempeno profesional de los diplomados. mento de formaciones complejas, ínvestígacíón competitiva
Es cierto que cualquíera de estas factares puede ser, a su en detrimento de tnvestrgacíón precompetitiva, reciclaje
vez, operacionalizado en indicadores cuantitativos, pera profesional en detrimento de la elevación deI nível cultu-
por los mismos motivos, acabará por reproductr, en su ral, etc., etc. Y esto es tanto más peligroso en cuanto es
ámblto, la irreductibilidad de la calldad a la cantidad. cierto que, como mencíonaré adelante, la universidad es
EI problema deI cuantitativismo no se sitúa sólo a nt-
una de las pocas instituciones de la socíedad contempo-
vel de la fallbilidad de los indicadores. El recurso a la
ránea donde todavia es postble pensar en ellargo plazo y
operacionalización cuantitativa lleva inconscientemente a
actuar en función de él.
favorecer, en la evaluación, los objetivos o productos
La presión del corto plazo tiene un efecto institucional
más fácilmente cuantificables (Stmpson, 1985: 535). Por
ejcmplo. por esa razón, se puede hacer incidir la evalua- muy específico, pues conduce a reestructuraciones que
ción en la producctón de conoctmtentos científicos (medi- tienen por objetivo adecuar la actividad universitaria a las
da por el número de publicaciones) en detrimento de la extgencías de la lógica empresarial. Es éste, por lo demás,
formación deI carácter de los estudiantes. Por otro lado, uno de los efectos de la unión de la universidad con la in-
la íntertortzacíón. en eI seno de la comunidad uníverstta- dustria que merece más atención. Tal unión no tiene nada
ria. de la evaluación cuantitativa puede distorsionar las de negativo, muy por el contrarto!", puede ser benéfica si
prioridades científicas de los docentes e investigadores. la lógica institucional de la universidad es respetada. Su-
Como afirma Giannotti, si Federico el Grande hubíera cede, sm embargo, que el discurso dominante sobre los
exigido cuarenta papers para volver a contratar a Kant beneficios de tal u nrón tiende a enfrentar dos lógicas
para la cátedra de Filosofía, en Kõnígsberg. Kant no ha- institucionales y a devaluar la lógica universitaria en
bría tenido tiempo para escribir la Crítica de la Raz6n Pura aquello en que ella no coincide con la lógica empresarial.
(Chaui y Giannotti, 1987: A 21). El cuantitativismo está Es, además, ilustrativo de ia pérdida de hegemonia de la
íntimamente ligado con el economtctsrno. En la sociedad universidad el hecho de que el discurso de la unión uni-
contemporánea, el arquetipo deI producto social definido versidad-industria proponga el sometimiento de la lógica
cuantitativamente es el producto industrial. EI econo- de la universidad a la lógica de la industria, y no ai con-
mtctsmo consiste en concebir el producto universitario trario, como sería pensable en otro contexto!".
como un producto industrial. aunque de tipo especial y, El peligro de la desvalorización de la especificidad de la
consecuentemente, en concebir la universidad como una universidad se hace aún más evidente cuando se tiene en
organtzacíón empresarial. Este sesgamiento está hoy muy cuenta el segundo factor, elproceso de producción. La uni-
difundido y su vigencia descontrolada representa un pe- versidad es una organización trabajo-intensiva, es decir,
ligro importante para la autonomía institucional de la exige la movtlrzactón relativamente grande de fuerza de
universidad. . trabajo (docentes, funcíonartos y estudlantes) cuando se
EI pelígro se deriva básicamente de dos vectores: el Ci-
clo deI producto y el proceso de su producción. En cuanto 13 En este sentido, identificando las alternativas entre diferentes sistemas de
al pr-irner vector, el ciclo del producto, el pcltgro resulta de untón a la tndustrta y sus potencialidades para debilitar o, por el contrario,
fortalecer la postctón de la umversidad. ver, cf. Connor. Wylie, Young (1986).
que el producto industrial tenga un ciclo mucho más corto 14 La comparactõn entre estructuras organíaactonates de las universidades y
que el producto uníversttarto. La lógica de la rentabilidad de las empresas conuenza hoy a ser un tema de tnvesngacíon. Sobre la com-
de la inversión tiende a favorecer el corto plazo en detri- paracíén de las prácucas de planeaclón estratégica, ver, cf. Kelly y Shaw
(1987). Sobre la especificldad de las estructuras orgaruzauvas de la uníver-
mento del largo plazo y por eso sólo un reducido número sidad, ver. cf. Millett (1977). Cf, también, Goldschmidt (1984) YEtzkowítz
de empresas hace ínverstón estratégica, orientada hacia el me- (1983).

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compara con la movilización de otros factores de produc- evaluacíón se presenta sobre todo cuando se trata de eva-
cíón. Esta significa que. a la luz de los crlterlos de productl- luaclones globales, evaluaclones de departamentos, de
vídad vigentes en la socledad capitalista, la productlvldad facultades o incluso de universidades en un todo. En es-
de la ~niversidad será siempre inferior a la de una orga- tas casos, la autoevaluactón, aunque postble y deseable,
ntzacíón capital-intensiva. como tienden a ser las empre- no satisfará ciertamente a quienes tienen más interés en
sas más directamente interesadas en la vinculación con la evaluaclón, los ftnancíadores. sean ellos públicos o pri-
la universidad. Si la universidad no puede trnponer, como vados. Además, dadas las dependenclas recíprocas que se
presupuesto de base, el principio de que su productivl- crean en el interior de las unidades bajo evaluación, es
dado como organización, será sternpre inferior a la pro- dudoso que la autoevaluación pueda ser más que justifica-
ductívídad que ella puede generar en otras organlzaclo- clón de rutlnas establecídas. De ahí, la figura dei evalua-
nes, corre el riesgo de dejarse descaracterizar al punto de dor externo y la ambivalencia con que los departamentos
que la vínculacíón untverstdad-mdustrta se transforme en y las untverstdad la han aceptado.
una vínculacíóri industria-industria. Pera la cuestión de la tltularldad no se trae a colacíón
Este riesgo nos conduce directamente aI tercer grupo de tan sólo ai respecto de la persona o de la fIliación dei eva-
dificultades en la evaluación deI desempefío de la untvcr- luador sino también con relacíón ai control de los crítertos
stdad, las que son consecuencla de la deflnición de la titu- de evaluaclón y de los objetos de la evaluación. En cuanta
laridad de la evaluac!ón. Estas son tal vez las díflcultades a estos últimos, lo que está siendo juzgado es saber si la
universidad puede reivindicar ser evaluada exclusivamen-
más difíciles de dtsmínutr y. también por eso, aquellas en
te en funclón de los "productos" que se propuso elaborar.
que más se ha evidenciado la actitud defensiva de la unt-
SI la universtdad fuera evaluada a la luz de objetivos que
versldad. De hecho,la cuestlón de la tltularldad de la eva-
no se propuso producir, habría pedido la tltularldad de
luación es la que más directamente enfrenta la autonomía
la evaluactón, incluso que los evaluadores fueran inter-
de la universidad. Hoy más que nunca, le será fácil a la nos. La referencia que acabé de hacer a los diferentes ti-
universidad pública reconocer que. si la dependencia ex- pos de diflcultades de evaluaclón dei desempeno funcio-
clusiva dei presupuesto dei Estado la agobló con subor- nai de la uníverstdad muestra que tales dlflcultades son
dinaciones y sumtstones graves y humlllantes, sobre todo obviamente reales y algunas hasta insuperables, pera
en, épocas de crísts social o política. por otro lado, le gran- muestra tarnbíén que algunas de ellas se deben ai modo
jeo algunos espacios de autonomía que ahora, en peligro como la unlversldad ha venido enfrentando la cuestlón de
de perderlos. se le presentan como precíosos l>. En otras la evaluacíón, Y una vez más, es fácil concluir que la uni-
palabras. la rectente autonomía en relación con el Esta- versldad se ha limitado a dejar de lado la contradlcclón
do, resultante de la IIbertad para buscary administrar re- que existe entre evaluación y autonomía, entre autonomía
cursos de otras procedencias, redunda en dependencia y productivldad.
frente a los nuevos flnanciadores. Hay que agregar que el Tendríamos un cuadro bíen diferente si, en vez de con-
víe]o flnanciador, el Estado, ai mísrno tlempo que busca tradtccíón. la universidad viera en la evaluación la sal-
descargarse de la responsabilidad de financiar en exclu- vaguarda de su autonomía. En este caso, la untverstdad es-
sivo el presupuesto de la uníverstdad, se ha vuelto más taría en mejores condiciones para negociar partíct-
vigilante y entrometido en lo que respecta a la apllcaclón pativamente los objetos, los crlterlos y la tltularldad de la
y gestión de los financiamientos que aún mantiene. evaluación. SI es cíerto que la pérdída de hegemonía de la
Por todas estas razones, la uníverstdad se ve enfrentada unlversldad contrtbuyó a justificar frente a las agencias
a una creciente presión para que se deje evaluar, ai mismo Iínancíadoras, y sobre todo dei Estado, la exígencía de la
tiempo que se acumulan las condiciones para que se le evaluaclón, no es menos cíerto que, frente ai público en ge-
escape la titularidad de la evaluaclón. La titularidad de la neral, tal exígencta está vinculada con la crtsts de Iegítímí-
dad de la uníversídad. Efectlvamente, en una sociedad demo-
15 En el rnlsmo sentido, ver, cf. Prlce (1984/51. crática, parece evidente que la universidad rinda cuen-

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tas de los fondos públicos -a pesar de todo signlficativos- quíen decida sobre los objetivos en función de los cuales
que absorbe, fondos, en gran medida, provenientes de los debe ser evaluada. En segundo lugar, que la evaluación
impuestos pagados por los cíudadanos. Eu vez de enfrentar externa sea siempre interpares, esto es que sea hecha "por
esta exígencta, Ia universidad pública, sobre todo euro- gente de la comurudad académíca capaz de distanciarse
pea, ha venldo evltándola bajo múlttples pretextos y re- dei c1lentelismo de cada centro" (Giannotti, 1987: 91).
currtendo a formas varias de reststencía pastva, EI peli- Con todo, la autonomía y la especificidad Institucional
gro de esta actitud está, entre otras cosas, eu la de la universidad han impedido la búsqueda de tales coa-
oportunidad que le puede dar a las universidades priva- liciones. En lo que respecta a las coaliciones en el interior,
das para que justlflquen, bajo los mismos pretextos, el re- la "socledad de clases" que la unlversidad ha tentdo tra-
chazo a ser evaluadas. Eu un período en que las universi- dicionalmente no facilita la constitución de una corriunt-
dades privadas se multiplican y absorben fondos públicos dad umversrtarta, ciertamente a varias voces, que mclu-
cada vez más importantes, la falta de transparencia en ya docentes e investigadores en diferentes fases de la
este sector de la educación universitaria puede dar ort- carrera estudiantes y funcionarias. Tal diflcultad es hoy
gen a formas de competencia desleal y. en estas círcuns- particuiarmente costosa, pues la universidad sólo puede
tancías, las universidades públicas termmarán por ser ser una fuerza para el exterior si posee una fuerza inte-
las mayores vícttrnas. rior y la democratización interna de la untverstdad es la
La postcíón defensiva. "dispersiva", de la uníverstdad
en este campo tíene unajustificación plausfble: la untver- precondición de la constitución de esta fuerza. En lo que
stdad hoy no tíene poder social y político para imponer respecta a las coallciones exteriores, la ..torre de marfíl".
condiciones que garanticen una evaluacíón equilibrada y que la unlversidad tamblén fue durante siglas, es toda-
stn prejuícíos de su desempeno. Tal ímpotencta es, como vía una memoria simbólica demasiado fuerte para permi-
vimos, la otra fase de la pérdida de hegemonia. Pera tal tirle a la universidad la búsqueda de aliados externos sm
como mencloné, la gestión de la crtsts de hegemonía deja ver en eso una pérdida de prestigio o una pérdida de au-
algún margen para luchar contra tal ímpotencía. Se trata. de tonomía. Por estas razones. ha sido difícil para la univer-
hecho, de una cuestión política, por más que las exigen- sidad resolver esta dírnenaíón que seüala s u crtsts
eras de evaluación sean formuladas en términos Institucional. Y porque así ha sido se ha refugiado en
tecnocráticos [eflctencía: conoctmíento del producto uni- mecanismos de dispersión que, en el caso de esta crtsts.
versttarío: gestión racíonal). y es como cuestión política difícilmente podrán mantener controlados durante mu-
que debe ser enfrentada por la universidad. Además, cho tíempo los factores que la van agravando.
los abordajes tecnocráticos de la problemática de la eva-
luaclón esconden la debilidad política de la uníverstdad,
PARA UNA UNIVERSIOAO DE lOEAS
sobre todo de la universidad pública. Frente a esta la
universidad só lo podrá resolver la crtsts institucional
si decide enfrentar la exigencia de la evaluación; para En este capítulo me ocupo de la unlversidad en gene-
que tal cosa pueda ser hecha con éxito, la universidad ral, teniendo en mente sobre todo la uníverstdad de los
tiene que buscar coaJiciones políticas, en su interior países centrales. No me ocupo específicamente de la un..i-
y en su exterior, que fortalezcan su postcíón en la ne- versidad portuguesa. Adelanto, sin embargo, que el ana-
gocíacion de los términos de la evaluación 16. Si tal Irsts de las crrsts de la universidad hecho en la pnmera
cosa sucede, la universidad tendrá, probablemente parte de este capítulo se aplica en términos generales y
condiciones para hacer dos exígenctas que, a mí ma- con adaptaciones a la universidad portuguesa, a pesar de
nera de ver, son fundam entales. En pr trner lugar, que que la modernización ocurrtó en ésta más tarde que en l~s
sea ella, en diálogo con las comunidades que le están restantes universidades europeas!". En cuanto a la crísts
más allegadas (internacionales, nacionales, localesl,
17 Sobre el proceso de Iaícrzactón de la untveraídad portuguesa (en ese enton-
16 En el rntsmo sentido, aunque con referencta específica a las universidades ces -sigla XIX-la Ijrrtverstdad de Coimbra era la única que exlstía en Portugal),
americanas, ver, c]. Benventste (985), como dlmensión de 5U modernraactõn. ver, cf. Fernando Catroga (1988),

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de hegemonia, se puede dccír que ella no adqutríó hasta tado de una actuacíón ai sabor de las presiones (reactíval.
ahora las proporciones que adqutríó eu los países más de- con incorporactón acrítica de lógicas sociales e institu-
sarrollados o que tienen que ver fundamentalmente con cíonales exteriores (dependientel y stn perspectivas a
el estado intermedio de nuestro desarrollo y con la estruc- mediano o largo plazo (inmedlatlstas).
tura de nuestro sistema industrial. En cuanto a la crisis Pienso que tal modelo de gestlón de las contradicclones
de Iegrtímtdad, ella sólo vino a eclosionar después dei 25 no puede continuar fortaleciéndose por mucho más tíem-
po. Las presiones tienden a ser cada vez más fuertes, las
de abril de 1974, como corisecuencta de la explosión so- lógicas externas, cada vez más contradictorias, el cort<,>
cial y también escolar, en que se tradujo. Por haber plazo cada vez más tíráníco. Con esta la universidad sera
eclosionado más tarde que en los países centrales y tam- una institución cada vez más inestable y sus miembros
bién por estar soportada por una estructura demográfica estarán cada vez más forzados a desviar energias de las
relativamente específica, la crisis de Iegíttmídad es hoy tareas íntelectuales y socíales de la universidad hacia las
más aguda entre nosotros que en los países centrales. En tareas organizativas e ínstttucíonales. La crisis institucio-
cuanto a la crisis institucional, eIla es stn duda la que más nal tenderá a absorber las reflexiones de la comunidad
atencíón suscita en este momento. La recesión o incluso universitaria y, más allá de cíerto límíte. tal concentraci6n
la drsmínucíón dei presupuesto estatal de educación so- hará que las otras dos crísts se resuelvan por la negativa:
metíó a la universidad a una austeridad tanto más difícil la crists de hegemonía, por la creciente descaracterización
de soportar cuanto que la situación anterior fue stempre intelectual de la universldad; la crtsts de legltimidad por
de evidente mediocridad en relacíón con la de las demás la creciente desvalorización de los diplomas universita-
rios. Es pues, necesario pensar en otro modelo de actua-
universidades europeas. Tal austeridad, combinada con cíón untversttaría frente a los factores de crtsts identificados,
un discurso de privatizaci6n que incita a la universidad a una actuaci6n "acttva", autónoma y estratégicamente
buscar fuentes alternativas de financiaci6n que, stn em- orientada hacía el mediano y largo plazo. Presento a con-
bargo, dado nuestro nível de desarrollo industrial son dt- tinuaci6n las tesis que, a mi entender, deben servir de brú-
fíciles de encontrar, coloca a la universidad portuguesa jula para tal actuaclón.
frente a dilemas mucho más serios que los que enfrentan
las de más universidades europeas. Tal vez por eso la uni- Tesis para una universidad pautada por la ctencta
versldad portuguesa necestte, más que la uníverstdad de postmoderna
los países centrales, reflexionar sobre una estrategía a
largo plazo. Es sobre eso que trato en esta segunda parte.
Consciente de que me refiero a la universidad en general, l.La idea de la untversídad moderna hace parte inte-
grante dei paradigma de la modernidad. Las múltlples cri-
tengo sobre todo presente a la universldad portuguesa.
sts de la universidad son afloramientos de la crtsts del pa-
En la prlmera parte de este capítulo Intenté mostrar
radigma de la modernldad y sólo son, por eso, soluctcna-
que el cuestionamiento de la universidad, síendo un fe-
bles en el contexto de la solución de esta última.
nómeno tal vez tan anttguo COmo la mtsrna universidad,
se ha ampliado e Intensificado significativamente en los 2.La universidad se constltuyó en sede privilegiada y
últ!mos afias, razón por la cual es legitimo hablar de crt- unificada de un saber privilegiado y unificado hecho de los
sis de la uníverstdad, incluso admitiendo que tal caracte- saberes producldos por las tres racionalidades de la mo-
rización, por su uso indiscriminado, no es tal vez la me- dernidad: la racionalidad cognoscitivo-instrumentai de
jor. Mostré tamblén que la unlversidad, lejos de poder las cíenctas , la raclonalidad moral-práctíca dei derecho y
resolver sus crísts, las ha administrado de tal modo que de la ética y la racionalidad estético-expresiva de las ar-
impide que eIlas se profundicen descontroladamente, re- tes y de la literatura. Las cíencías naturales se apropia-
curriendo para eso a su larga memoria institucional y a ron de la racionalidad cognoscitivo-Instrumental Ylas hu-
las ambígüedades de su perfil administrativo. Se ha tra- manidades se distribuyeron entre las otras dos racío-

270 271
se recojan de ella sus irrefutables beneficios, si~ renun-
nalidades. Las ciencias sociales estuvieron desde el co-
ciar a la exigencia de romper con ella en favor de la cons-
mienzo fracturadas entre la racionalidad cognoscitivo-
trucción de un nuevo sentido común. Las reststenctas
Instrumental y la racíonaltdad moral-prácttca. La idea de
contra la doble ruptura epistemológica serán enormes,
la unidad del saber universitario ha sido reemplazada más aún cuando la comunidad científica no ha sido pre-
progresívamente por la de la hegemonia de la raclonali-
parada para ella. Compete a la unlversldad crear las con-
dad cognoscitivo-instrumental y. por lo tanto, de las cíen-
diciones para que la comunidad científica pueda reflexio-
eras naturales. Estas representan, por excelencia, el de-
nar en los pesados costos socíales que su enriquecimiento
sarrolIo deI paradigma de la ciencia moderna. La crtsts de
personal y científico acarreó para las co~u.~idades.socia­
este paradigma no puede dejar de conllevar la crtsrs de la les mucho más amplias. La primera condtcíõn consiste en
idea de la universidad moderna.
promover el reconocimiento de otras formas deI s~ber .y
3.Estamos en una fase de transtcrón paradtgmáttca. de el enfrentamiento comunicativo entre ellas. La umversi-
la cíericía moderna hacía una ciencia postmoderna (San- dad debe ser un punto privilegiado entre saberes. La he-
tos, 1988; 1989b). Se trata de una fase larga y de resulta- gemonía de la untvcrstdad deja de residir en el c.arácter
dos ímprevísfbles. La universidad sólo sobrevívírá si asu- único y exclusivo del saber que produce y transmite para
me plenamente esta condícíón epistemológica. Refu- pasar a residir en el carácter único y exclusivo de la con-
giándose en el ejercícío de la "ciencia-normal", para usar figuración de saberes que proporciona.
la terminologia de Thomas Kuhn (1970), en un momento 7.La apltcacíón ediflcante de la ctencía es ellado prá;-
histórico en el que la cíencía futurista será la "ciencia re-
ttco de la doble ruptura epistemológica. La revalonzaclOn
volucionaria", la uníverstdad será en breve una institu-
de los saberes no Científicos y la revalorización deI mismo
cíón dei pasado. Sólo a largo plazo se justifica la univer-
saber científico por su papel en la creación o profun-
sídad en corto plazo.
dización de otros saberes no científicos ímplícan un mo-
4.La untveretdad que qutstera pautar la ctencía post- delo de aplicación de la clencla alternativo ai modelo de
moderna deberá transformar sus procesos de investiga- aplicación técnica, un modelo que subordine el knoui-hoto
cíón, de ensenanza y de exteristón según tres prtncípíos: técnico ai know-how ético y comprometa la comunidad
la príortdad de la racionalidad moral-práctícay de la ra- científica existencial, ética y profesionalmente con el efec-
cionalidad estéttco-exprestva sobre la racionalidad cog- to de la aplicaclón. A la unlversldad le compete organizar
nttívo-tnstrumental: la doble ruptura epistemológica y la ese compromiso, congregando a los ciudadanos y a los
creación de un nuevo sentido cornún: la aplicación edifi- uníversttaríos enauténticas comunidades interpretativas
cante de la ciencia en el seno de comunidades inter- que superen las usuales interacciones, en las cuales los
pretattvas!". ciudadanos son síempre oblígados a renunciar a su pro-
pia Interpretación de la realidad social.
6.La doble ruptura epistemológica es la actltud
epistemológica recomendada en esta fase de transición 8.La universidad es tal vez la única institución en las
paradígmátíca. La cíencía moderna se constituye en con- sociedades contemporáneas que puede pensar hasta las
tra deI sentido común. Esta ruptura, convertida en fin en raíces en las razones por las cuales no puede actuar de
sí mtsma, posibilitó un as ombroso desarrolIo científico. conformídad con su pensamtento. Es este exceso de luci-
Pero, por otro lado, le quitá a la persona humana la capa- dez el que ubica a a la universidad en una postcíón privi-
cidad de participar, como actívídad cívica, en eI descubri- legiada para crear y hacer proliferar comunidades inter-
rníento deI mundo y en la construcción de regIas práctí- pretativas. La "apertura ai otro" es el sentido profundo de
cas para vivir sabiamente. De ahí la necesidad de concebír la democratización de la universidad, una democratIza-
esa ruptura como medro y no como ftn , de tal modo que ctón que va mucho más allá de la democratización del
acceso a la universidad y de la permanencía en ésta. En
18 Sobre estas principias. ver, cf. Santos (1989b).

273
272
una socíedad cuya cantidad y calidad de vida se basa en simbólicas. En una soctedad de clases, la universidad
conííguracíones cada vez más complejas de saberes. la le- debe promover transgresíones interclasistas. En una so-
gitimidad de la untversrdad sólo será realizada cuando las cíedad aI borde deI desastre ecológico la uriíverstdad debe
actívídades, hay mencionadas como de extensión, se pro- desarrollar una depurada coricíencía ecológica. En una
fundtcen tanto que desaparezcan como tales y pasen a ser sociedad de festividades y placeres industrializados, la
parte integrante de las actividades de ínvestígación y de universidad debe postmodernizar los saberes festivos de
ensefianza. la premodernidad. EI verdadero mercado para el saber
universitario reside sternpre en el futuro.
9.En la fase de transíctón paradtgmáttca, la universidad
tiene que ser también la alternativa a la universidad. El
Disposiciones transito rias e ilustraciones
grado de disidencia mide el grado de innovación. Las nue-
vas generaciones de tecnologías no pueden ser pensadas
por separado de las nuevas generaciones de prácticas e Ante un largo plazo que puede ser exaltador, el corto
imaginarias sociales. Por eso, la untverstdad. aI aumentar plazo sólo será medíocre si se deja medir por sí mtsrno.
Para que tal cosa no suceda, anoto a continuación, sm
su capacidad de respuesta, no puede perder su capacldad ninguna preocupación de exhausttvídad, algunas dispo-
de cuestionamiento.
siciones transitarias con sus respectivas ilustraciones.
10.La dl1ución de la uníverstdad en todo lo que en el Algunas de las dtspostctones son verdaderamente a cor-
presente apunta hacia el futuro de la socíedad exige que to plazo, otras sólo lo serán aparentemente. Su carác-
la uníverstdad reivindique la autonomía institucional y la ter programático es , en ocasiones, estimulante, apenas
específtcrdad organizacional. La uníverstdad no podrá con el objetivo de suscitar el debate sobre los problemas
promover la creacíón de comunidades interpretativas en que me parecen más importantes. Por eso, las soluciones
la sociedad si no las sabe crear en su interior, entre do- o üustracíones aquí propuestas deben ser entendidas
centes, estudiantes y funcionarias. Para esto es necesa- como ftccíones que ayudan a formular la realidad de los
rio someter las barreras disciplinarias y organizativas a problemas.
Para las tests, en general. EI gran pelígro para la uni-
una presión constante. La universidad sólo resolverá su
versidad en las próximas décadas es el de que los dirigen-
crisis institucional en la medida en que sea una anarquía tes untversttartos se limiten a liderar ínerctas. Las gran-
organizada, hecha de jerarquías suaves y nunca super- des transformaciones no pueden ser puestas de lado sólo
puestas. Por ejemplo, si los más jóvenes, por falta de ex- porque la uníverstdad creó a este respecto el mito de la
pertencia. no pueden dominar las jerarquías científicas, irreformabilidad. Es de prever que a corto plazo la crtsts
deben poder, por su dinamismo, dominar las jerarquías institucional monopolice el esfuerzo reformista. La díscu-
administrativas. stón , en anos recientes, de los estatutos de las universi-
Las comunidades interpretativas internas sólo son po- dades portuguesas es ejemplo de ello. Lo importante es
sibles mediante el reconocimiento de múltiples curricula que tales estatutos sean concebidos como "dísposícíones
en circulación en el interior de la universidad. No se trata transitarias", como soluciones que faciliten los objetivos
de oficializar o de formalizar los curricula Informales, sino arriba enunciados.
tan sólo de reconocerlos como "tales. Tal reconoctrníento Para las tesis 1,2,3, 4, La universidad debe promover
oblíga a reconceptualizar la identidad de los docentes, de la discusión transdíscíplínarta sobre la crtsts deI paradig-
los estudiantes y de los funcíonartos en el seno de la uni- ma de la modernidad y, en especial, de la cíencía moder-
versidad. Son todos docentes de saberes diferentes. Las na, sobre la transtcíón paradígmátíca y sobre los posibles
jerarquías entre ellos deben ser establecidas en un con- perfiles de la cíencía postmoderna. Se debe buscar que la
texto argumentativo. discusión incluya, desde el principio, científicos naturales,
científicos sociales e investigadores de estudios humanís-
11. La universidad debe disponerse estratégícamente
ticos. Por tratarse de una discusión de tmportancía vital
para compensar la tnevttable declinación de sus funcio-
para el futuro de la uriívcrsídad. debe ser contabilizada como
nes materiales con el fortalecimiento de sus funciones actividad curricular normal (tiempo de ínvesttgacíón y de

274
275
ensefianza) de los docentes y de los investigadores que en Activistas socíales (sobre todo los activistas soeiales de
ella partlclpen. la naruralcza). artistas y escritores deben tener una pre-
Esta discusión debe comenzar en el seno de cada uni- sencia constante en las actividades curriculares de ínves-
versidad y servir de estímulo a la coristttuctón de varias tígacíón y de enseftanza, pues las normas sociales de la
comunidades interpretativas con posiciones diferentes e naturaleza no son deducibles de la "ciencia normal".
incluso antagónicas, sobre el tema en discusión. Deberá. Slendo verdad que las actlvldades denominadas "circum-
posteriormente, incluir otras universidades, institucio- escolares" de los estudlantes tíenden a preferir la Inter-
nes de ensenanza, asocíactones científicas, culturales y venctón social, humanística, artística y literaria, la untver-
profesionales. sldad debe dejar de hacerlas girar a su alrededor y. por el
Los primeros resultados de las dtscusíones deberán ser contrario, tomar medidas para girar alrededor de ellas. Por
ampliamente divulgados para que sirvan de prerntsas eso, la universidad considerará a los estudiantes que par-
para nuevas dtscusiones aún más amplias, La divulga- ttcípen en ellas como docentes e investigadores de nuevo
cíón será multtmcdía. Los costos de tal dívulgactón pue- tipo (animadores cu1turales) y valorará adecuadamente
den ser cubiertos por medíos innovadores (por ejernplo , en el plan escolar, sus desempenes. En muchas áreas,
las universidades buscarán celebrar contratos de presta- será posible reemplazar las formas de evaluacíón normal
cíón de servicios con las empresas de televisión que sean por la evaju actón de aprovechamiento social o artístico
pagados a través de la concesión dei tiempo en antena). de los conoctmterrtce adquiridos.
Aliado de los premios de ínvestígacíón en el campo de la Se debe promover que los docentes, investigadores y
"ciencia normal" deben instituirse premios de investiga- funcionarios se involucren en las actividades escolares de
cíón en el campo de la "cíericía revolucionaria", tipo circum-escolar. La asignación de beneficios profeeto-
Para la tests 5. La unlversidad debe garantizar el desa- nales ligados a tal parttcípacíón debe depender de la eva-
rrollo equilibrado de las ctencías naturales, de las cíen- luación de los desempeftos.
cías soclales y de las humanidades. lo que puede involu- Para la tesis 6. En el corto plazo, Ia doble ruptura
crar, a corto plazo, una política de favorecimiento actívo, epistemológica será síempre asimétrica y la universidad
tanto de las cícnctas sociales, como de las humanidades, estará mucho más tranquila en la ejecucíón de la primera
No es víable una universidad que no disponga de amplias ruptura ("clencla normal") que en la ejecución de la segun-
oportunidades de investigación y de enseftanza en estas
da ruptura ("ciencia revolucionaria"). En las sociedades con
áreas o no las sepa integrar en la investigación y ensenan-
za de las cíenctas naturales. La ecologia y las bellas artes menor ntvel de desarrollo científico, como es el caso de
pueden ser catalizadores preferenctates de tal lntegra- Portugal. se admite incluso que las universidades den tem-
cíón. Pera la íntegracíón no implica la negación de los poralmente prlorldad a la primera ruptura. sternpre que
conflictos. EI conflicto entre las ctencías y las humanida- lo hagan tenlendo en cuenta que se trata de la prlmera
des es uno de los conflictos culturales que más marcan ruptura y no de la única ruptura.
nuestro tiempo y la uníverstdad no ha querido, hasta aho- La doble ruptura epistemológica deberá pautarse por
ra, enfrentaria hasta sus últimas consecuenctas!". el principio de la equivalencia de los saberes con las prác-
19 En el rnismo senndo.cf Graff, agrega que a pesar de su irnportancia el eon-
ticas socíales en que se ortgínan. La práctica social que
flleto entre ctenctas y humanidades no hace parte de los temas de investi- produce y se strve del saber científico es una práctica
gaeión nt de las ctenctas nl de las humanidades: "el confltcto no es estudia- entre otras. La universidad debe participar en la defmíctón
do porque no es espectaltdad de nadie -o entonces es estudiado (por unos de las potencialidades y de los límites de esta práctlca en
pocos) porque es espectaltdad de todos" (Grarr, 1985: 70). Uno de esos es-
tudíos , realizado por ellado de las humanidades, se puede Ieer en Hartman el contexto de otras prácticas sociales donde se manejan
(1979). Reconocer y asumir ese conntcto debe ser entendido así como pri- otras formas de conocimiento: indígena, campesino, técnico,
mer paso de una actitud epistemológica mucho más ambiciosa. la doble popular, cotidiano, artístico, religioso, onírtco, literario,
ruptura epistemológica, de cuyos trabajos tanto la ctencía moderna como
las humanidades, a la postre, igualmente modernas, surgtrán profunda- etc. etc.
mente transformadas. No es sorprendente pues , que la concepctón de hu- Las configuraciones de saberes siempre son. en última
manidades que yo deftendo esté en las antípodas de la que defiende AlIan tnstancía, configuraciones de práctícas socíales. La de-
Bioom (1988), un contraste que será tema de un próximo tr abajo.

276 277
De este núcleo genuino. y en pequenos pasos , ~e debe
mocratízacíón de la uníverstdad se míde por el respeto aI
partir para transformar las acttvtdades de extenslón ha,s-
principio de la equívalencía de los saberes y por el ámbi- ta que ellas transformen la unlversidad. La partícípactón
to de las práctícas que convoca en conftguracíones
de la universidad con la industria en la lucha por los in-
innovadoras de sentido. La uníverstdad será democráti- crementos de productívídad no debe ser abandonada, pera
ca si sabe usar su saber hegemónico para recuperar y ha- los servícíos prestados sternpre deben tener un fuerte con-
cer posíble el desarrollo autónomo de los saberes no tenldo de investigación Y los beneficios financleros que se
hegemónrcos. manejados en las prácticas de las clases derivan de ellos sólo en pequena medida deben ser atribui-
sociales oprimidas y de los grupos o estratos socialmente dos a los docentes o investigadores directamente involu-
discriminados. crados y. por el contrario. deben engrosar un fondo común
Un nuevo sentido común se estará gestando cuando con el que la universidad financie la prestación de servi-
esas clases y grupos se etcntan competentes para dialo- CiOS en áreas o grupos socíales sín capacidad de pago. Sin
gar con el saber hegemôruco y. viceversa, cuando los uni- embargo. se debe evitar a toda costa que los "servícíos a la
versitarios comiencen a ser conscientes de que su sabidu- comunidad" se reduzcan a servtcíos a la tndustrta. La uni-
ría de la vida no es mayor por el hecho de que sepan más versidad deberá crear espacios de ínteracctón con la co-
sobre la vida, una consciencia que se adquíere en prácti- munidad involucrada, donde sea posible identificareven-
cas situadas en la froritera de la competencia profesional. tu ales actuaciones y definir prioridades. Siempre que sea
Para tales sítuactones Iímíte, no hay recetas ni ítínerartos. postble, las actividades de extensión deben incluir a estu-
Cada uno construye las suyas-". dtarites y también a funcionarios. Se deben pensar nuevas
Para las tesis 7 y 8. Las lIamadas actlvidades de exten- formas de "servicio cívico" en asocíactones. cooperativas
sión que asumió la universidad sobre todo a partir de los y comunidades. etc. etc. La evaluación de estas activid~­
afias sesenta, constituyen la realízacíón frustrada de un des debe prestar una atenctón preferente aI desempeno
objetivo genuino. No deben ser, por lo tanto, eliminadas deI Know-how ético. aI análísts de los impactos y de los
pura y símplemente. Deben ser transformadas. Las actt- efectos perjudiciales y sobre todo ai aprendizaje concreto
vidades de extensión procuran "extender" la universidad de otros saberes en el proceso de "extensión".
sin transformarIa; se traducen en aplicaciones técnicas y La profundización de este contenido edificante en una
no en aplícacíones edíftcarites de la cíericía: la prestación aplicación aún predominantemente técnica. debe prose-
de servtctos a otra persona nunca se concibió como pres- guir con la apertura preferencial de la universidad (de .sus
tación de servíctos a la mísma universidad. Tales actividades aulas y de sus laboratorios, de sus bibliotecas y de sus ms-
estuvieron, sin embargo. aI servrcto de un objetivo genui- talaciones de recreo) a los miembros o participantes de las
no, el de cumpltr la "responsabilldad social de la uníverstdad", asoclactones o accíones sociales en las que la uníverstdad
un objetivo cuya autenttcídad, por demás, reside en el co- haya decidido participar. La evaluación de esta apertura
nocimiento de la tradicional "irresponsabilidad social de se deberá hacer de manera tal que. de un lado. premie tan-
la universidad". to los procesos en los que la competencia en saberes no
científicos se enriquece como tal en el contacto comunicativo
y argumentativo con la competencia en el saber científico;
20 Para mi, las sttuacrones límlte más mstrucüvas fueron las dei período (1970)
que pasé entre los habitantes de lasfavelas de Río de Janeiro (Santos, 1981 I, como de otro lado, los procesos en los que la competencia
mi actuactôn como delegado de la Universidad de Coimbra en las relacio- en saberes científicos se enriquece como tal en el contac-
nes con el Movimiento de las Fuerzas Armadas durante e1 período de 1974- to comunicativo y argumentativo con la competencia en
75 (Santos, 1985), el período en que comparti -en las aldeas y bar-r-tos de
las islas de Cabo Verde-la sabrdurta jurídtca popular de los tribuna1es de saberes no científicos.
zona (Santos, 1984) y, por sobre todo. mi experrencta de 20 anos como sa- Para las tesis 9 y 10. La universidad ee la institución
cio de una cooperativa de pequenos agricultores de los alrededores de que en las sociedades contemporáneas mejor puede asu-
Coimbra. la Cooperativa de Producción Agropecuarta de Barcouço (COSAR).

279
278
mtr el papel de empresario sehumpeteriano, el empren- como práctíca ecológica. Ia untverstdad organizaráfesti-
dedor cuyo éxlto reside en la "capacldad de hacer las co- vales del nuevo sentido común. Estas Iesttvales serán con-
sas diferentemente" (Schumpeter. 1981: 131 y ss.j. Con fIguraciones de alta cultura. de cultura popular y de cul-
el aumento de la complejidad social y de la Interdepen- tura de masas. A través de ellos , Ia unlversidad tendrá un
dencía entre los diferentes subsistemas socíales , los ríes- papel modesto pero importante en el reencantamiento de
gos y los costos de la Innovación social (Industrial u otra) la vida colecttva sin lo cual el futuro no es apetecíble, aun-
serán cada vez mayores y cada vez más insoportables que sí víable. Tal papel se asume como una microutopía.
para las organlzaclones soctales y políticas que la han Sin ella , a corto plazo, la universidad sólo tendrá corto
plazo.
promovido. sean ellas los partidos. los sindicatos o las
empresas.
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282 283
9

SUBJETIVIDAD, CIUDADANÍA Y EMANCIPACIÓN

INTRODUCCIÓN

Si la relación entre subjetividad y ciudadanía es com-


pleja, es todavía más la relación entre cualqutera de ellas
y la emancípacíón. Debido a que la constelación ideológi-
ca-cultural hegemónica dei f'í n dei stglo apunta a la
reaftrmacíón de la subjetívídad ' en detrimento de la cíu-
dadanía y a la reafirmaclón desigual de ambas en detri-
mento de la emancipación, se hace urgente someter a trn
análísts crítico las relaciones entre estas tres marcos de la
hís torta de la modernidad. Esta es una tarea particular-
mente urgente para aquellos que se identifican con lo que
en esta constelación se afirma sin que por esta, puedan
identificarse con lo que en ella está negado o descuidado.
Foucault tiene cíertamente razôn aí denunciar el exce-
so de control social producido por el poder dtscípltnarío y
por la norrnalízactón técnico- científica con que la moder-
nidad domestica los cuerpos y regula las poblacíones con
el fin de maximizar su utilidad social y de reducir aI más
bajo costo su potencial político. La denuncia de Foucau1t,

1 La reafrrmacíón de la subjetívídad atraviesa todo el espectro de la cultura,


desde la filosofia (Frank, 1985, Frank, Raulet, van Reíjen. 1988) hasta las
artes (Kuspit. 1988).

285
con toda su orígmaltdad, se inserta en una tradícíón de a saldarse, resultó de desequtltbríos , tanto en el seno dei
reflexión crítica sobre la modernidad que se extiende des- pilar de la rcgulacíón. como en el de la emanclpación. Por
de la "Iey de híerro" de la racionalidad burocrática de Max un lado. en el pilar de la emanctpacíón, Ia racionalidad
Weber, hasta la "socíedad administrada" de Adorno y a la cognitivo-Instrumentai de la ctencía y de la técnica se de-
"colonizaclón del mundo de la vida" de Habermas. Ptenso, sarrolló en detrimento de las demás racionalidades y acabó
sin embargo, que Foucault -y en cterto modo también por colonizarias; un proceso con múltíples mantfestacío-
Adorno y Horkheimer, aunque con una argumentación y nes, desde la reducclón de la cíencía jurídica dogmática.
un diagnóstico muy diferentes- exagera ai inscribir ese de rtquístma tradición de reflexíón filosófica. sociológica y
exceso de regulacíón en la matriz dei proyecto de la moder-
política sobre el derecho, hasta las variadas ofíctalízacío-
nídad, a punto de hacer de él no sólo el único resultado.
sino también el único resultado posible de este proyecto. nes deI modernismo en las artes. de las cuales son ejemplos
En el cuarto capítulo Intenté mostrar que el proyecto de la sobresalientes. en la arquitectura, el estilo internacional
modernidad está caracterizado. en su matriz, por un equi- y Brasilia, reducciones burdas de las investigaciones utó-
librio entre regulación y emancípacíón, convertidos en los picas de Le Corbuster, a la democracia de masas y ai poder
dos pilares sobre los cuales se sostiene la transformación abstracto de la tecnocracia. La hipertrofia de la racionalldad
radical de la socledad premoderna. EI pilar de la regula- cogntüvo-tnstrumental acarreó la propia transformación
ción está constituido por tres principios: el principio dei de la cíencta moderna a través de la progrestva hegemonía
Estado (Hobbesj, el principio dei mercado (Locke) y el princi- de las epistemologías positivistas, una transformación que.
pio de la comunldad (Rousseau). EI pilar de la emancipación si no fue determinada por la conversión de la cíencía en
está constituido por la articulación entre tres dimensiones fuerza productiva en eI capitalismo, tuvo con ella fortísi-
de la racionalización y secularización de la vida colectíva: mas afinidades electivas. En otro lugar traté la causa de
la raclonalldad moral-práctica dei derecho moderno; la este exceso de regulación. por lo que no me detendré aqui
racionalidad cognitivo-experimentai de la cíencta y la téc- en ella (Santos. 1989; 1991 l. En este capítulo le daré es-
nica modernas y la racional estético-expresiva de las ar- pecial atenclón ai desequilibrlo que tuvo lugar en el pilar
tes y de la literatura modernas. EI equillbrlo pretendido
de la regulación.
entre la regulación y la emancipación se obtiene por el
desarrollo armoníoso de cada uno de los pilares y de las
relaciones dinámicas entre ellos. SUBJETIVIDAD Y CIUDADANIA EN LA TEORíA pOLíTICA LIBERAL
También mostré que este equthbrto. que aparece inclu-
so, como aspiración decaída, en la máxima positivista de El desequilibrio en el pilar de la regulaclón conslstió
"orden y progreso", nunca fue alcanzado. A medida que la globalmente en el desarrollo hlpertroflado dei principio dei
trayectoria de la modernidad se identificó con la trayecto- mercado en detrimento dei principio dei Estado y de am-
ria dei capitalismo. el pilar de la regulación se fortaleció a
bos en detrimento dei principio de la comunidad. Se trata
costas dei pilar de la emanclpaclón en un proceso históri-
co no lineal y contradtctorto, con oscilaciones periódicas de un proceso histórico no lineal que. en las sociedades
entre uno y otro, en los más diversos campos de la vida capitalistas avanzadas, incluye una fase inicial de hiper-
colectiva y bajo diferentes formas: entre cientiflclsmo y trofia total dei mercado, en el período dei capitalismo liberal;
utopísmo, entre liberalismo y marxismo. entre modernismo una segunda fase, de mayor equillbrlo entre el principio
y vanguardía. entre reforma y revolucíón, entre corporati- dei mercado y el principio dei Estado bajo la presión dei
vismo y lucha de clases, entre capitalismo y socialismo. principio de la cornunídad, el período dei capitalismo or-
entre fascismo y democracia partíctpattva. entre doctrina ganizado y su forma política propia (el Estado-Providencia);
social de la íglesta y teologia de la liberación. y por último, una fase de rehegemonIzaclón dei principio
Como vimos, el desequilibrio entre regulación y ernan- dei mercado y de colonízactón. por parte de éste, dei prin-
ctpacíón y el consecuente exceso de regulación en que vino cipio dei Estado y dei principio de la comunidad, de lo cuai

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el reaganomics y el thatcherismo son chocantes manífes- son ciudadanos por la stmple razón de que no pueden par-
taciones-. ticipar políticamente en la actividad dei Estado. Las socie-
La teoría política liberal es la expreslón más sofisticada dades liberales no pueden ser consideradas democráticas
de este desequilibrio. Ella representa, en el plano político, si no después de haber adaptado el sufragío universal, lo
el surgímtento de la constelación de la subjettvídad y, que no sucede sino en nuestro síglo y. en la mayoría de los
como blen lo anota Hegel, se enfrenta desde el principio casos, ya bien adelantado el sigla (sln olvidar el caso de
con la necesidad de compatibilizar dos subjetividades apa- Suíza, donde en aígunos cantones, las mujeres sólo adquí-
rentemente antagónicas: la subjetividad colectiva del rteron el derecho ai valo en 1971)3,
Estado centralizado (Ich-Kol1ektivitc'tt ) y la subjetlvidad En segundo lugar, el principio de la ciudadanía Incluye
atomizada de los ciudadanos autónomos y libres ([ch- exclusivamente a la cíudadania civil y política y su ejercí-
Individualitc'tt) . La compatibillzaclón se obtiene por el ca- cio reside exclusivamente en el voto. Cualesquiera otra
mino de la dtsttncíón entre Estado y sociedad civil y dei forma de participación política está exclulda o, por lo me-
concepto-ftccíón dei contrato social. EI Estado, siendo no nos. desestimulada. restricción ésta que se elabora con
obstante un sujeto monumental, tiene por objetivo tan sofisticación particular en la teoria schumpetertana de la
solo garantizar la segurldad de la vida (Hobbes) y de la democracia. La reduccíón de la parttcípacíón política al
propledad (Locke) de los individuas para continuar la bús- ejercícío dei derecho dei voto plantea la cuestión de la re-
queda privada de sus intereses particulares. según las presentación. La representación democrática se basa en
regias propias y naturales de la propledad y dei mercado, la distancia. en la diferenciación y aún en la opacidad en-
es decir, de la sociedad civil. Siendo los cíudadanos libres tre representante y representado. Kant, en eI Proyecto de
y autónomos, el poder dei Estado sólo se puede basar en paz Perpetua de 1795 (1970: 10 artículo definitivo), deflnló
el aceptación por parte de ellos y la obedíencía que le es mejor que nadie el carácter paradójico de la representa-
deblda sólo puede resultar de una obligaclón voluntaria- cíón democrática al afirmar que la represeritatívídad de los
mente asurnída, es decir, del contrato social. Transforma- representantes es tanto mayor cuanto menor sea su nú-
da por múltlples metamorfosls -del anarco-Iíberaltsrno de mero y cuanto mayor sea el número de los representados.
Nozick (1974) a la casi social-democracia de Rawls (1972)- Por la propia naturaleza de esta teoria de la representación
la teoria política liberal se ha venido fortaleciendo hasta y tambíén por la ínterferencía de los Intereses propios de
nuestros dias e incluso se puede decir que, en el período los representantes -como hoy lo reconoce comúnmente la
del capitalismo desorganizado en que nos encontramos, teoria política- el ínterés general no puede coincidir. cast
logra un nuevo respiro. basado en el resurgímíento del li- por definición, con el interés de todos.
beralismo económico. De ahí la importancia de descubrir Por la via deI carácter no problemático de la represen-
algunos de sus presupuestos, por 10 menos, de aquellos tación y de la obligación política en que ella se apoya, la
que me parecen más importantes para la argumentación base convencional deI contrato social termina por condu-
de este capítulo. cír a la naturalización de la política. a la conversión del
En prímer lugar, el principio de la subjetivldad es mucho mundo en una entidad donde lo natural es que haya Es-
más amplio que el principio de la cíudadanía. La teoría li- tado e individuos y es natural que ellos se relacionen se-
beral comienza por teorizar una sociedad donde muchos gún el credo liberal. La naturalizaclón dei Estado es la otra
-en principio la mayoría- de ias Individuas libres y autó- cara de la pasividad política de los cíudadanos: la natura-
Damos que defienden sus intereses en la sociedad civil no lización de los Individuas y el fundamento de la igualdad
formal de los ciudadanos, fue lo que llevo a Hegel a afir-
2 Como menctoné en el cuarto capítulo. esta pertodtctdad se refíere exclusi- mar que "lo individuai es lo general": concebido de modo
vamente al desarrollo deI capitalismo en los países centrales. 8610 en estos
países es posible hablar hoy. en contrapostcíon a un pasado recíente. dei
"capítalismo desorgantaadc". En los países periféricos el capitalismo nun- 3 Cf., a este propósito, ver, Pateman [1985]. EIl1bro fue publicado original-
ca fue organizado o, alternativamente, es hoy más organizado que nunca. mente en 1979 y en la edición de 1985 hay un importante comentarto final.

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abstracto, los individuos son fungtbles. recipientes no di- ha planteado el problema de que la formación de la volu n-
ferenciados de una categoría no universal. tad en el lugar de trabajo no se haga por media dei voto,
Este punto me conduce a la tercera característica de la como ocurre en muchas de las otras asoctactones de la
teoría liberal que pretendo realzar aquí. Esta teoría repre- sociedad civil.
senta la margtnalízactón total dei principio de la comunidad EI segundo ocultamiento reside en que, ai convertir a la
tal como lo define Rousseau. AI contrario del liberalismo socíedad civil en un dornmío privado, la teoría liberal olvtda
clásico Rousseau no ve solución para la antinomia entre el campo doméstico de las relaciones familiares. un cam-
por un lado. la libertad y la autonomía de los ciudadanos po ante el cual tanto el campo privado de la socíedad civil,
y por otro el poder de mando dei Estado y, por eso, su ver- como el campo público dei Estado, son de hecho, campos
stón dei contrato social es muy diferente de la dei contrato públicos. A pesar de su importancia fundamental en la
social liberal. Para Rousseau, la voluntad general debe ser reproducción social y. muy específicamente, en la repro-
construtda con la partícípacíón efectíva de los ctudadanos ducción de la fuerza de traba]o. el campo doméstico está
de modo autónomo y solidario, sin delegaciones que le totalmente ignorado, está relegado hacía la esfera de la
quiten transparencia a la relacíón entre "soberania" y "go- intimidad personai no susceptible de ser politizado (fuera
bierno". Por esta razón, el contrato social se basa, no en de cualquier contacto social u obltgacíón política) y las
una oblígacíón política vertical cíudadano-Estado, como desigualdades que tíenen lugar en él, además de natura-
sucede en el modelo liberal sino en una obligación política leso son irrelevantes a nivel de la relacíón axial Estado-
horizontal ctudadano-cíudadano en cuya base es postble Individuo.
fundar una asociación política participativa. Y. para eso. La sociedad liberal se caracteriza por una tensión en-
la íguaídad formal entre los ctudadanos no se constgue, es tre la subjetivtdad individuai de los agentes en la socledad
necesaria la ígualdad substantiva. lo que implica una crí- civil y la subjetividad monumental dei Estado. EI mecanis-
tica de la propledad privada como, por demás hace Rousseau mo regulador de esa tensíón es el principio de la cíudada-
en su Discurso sobre el origen de las desigualdades. nía que, por un lado, limita los poderes dei Estado y, por
La cuarta característica de la teoría liberal es que ella otro, universaliza e iguala las particularidades de los su-
concibe la sociedad civil en forma monolítica. La sociedad jetos de modo tal que se facilite el control social de sus
civil es el mundo dei asocíatívtsmo voluritarío y todas las actividades y consecuentemente, la regulación social. En
asociaciones representan, de igual modo. el ejerctcío de la el primer período de desarrollo dei capitalismo, el período
libertad, de la autonomía de los individuas y sus intereses. dei capitalismo liberal, que cubre todo el sigla XIX, ésta
Clubes, asocíacíones, empresas, son así manifestaciones tensión fue decidida a favor dei principio dei mercado-que
equivalentes de cooperacíón de parttcípacíón y de volunta- gobterna la sociedad civil- y los derechos civiles y políti-
riSIDO. Esta falta de diferenciación produce un ocultarnten- cos. que constituían en ese entonces el contenido de la cíu-
to doble, una de cuyas caras fue rápidamente denunciada dadanía, no son para nada incompatibles. con el principio
por el pensamiento socialista, mientras que la otra sólo lo del mercado.
fue en la última década, con el ahondamíento de los movi- La relacíón entre ciudadanía y subjetividad es aún más
mientos feministas cuando se reconoció su ímportancta. compleja. Más aliá de las ideas de autonomía y libertad,
Ei primer ocultamiento reside en que en el capitalismo las subjetividad lnvolucra las ideas de auto-reflecttvídad
existe una forma de asociación "especial" que sólo se puede y de auto-responsabrlídad, la materialidad de un cuerpo
concebir cínícamente como voluntarta y donde la forma- (real o ficticio, en el caso de la subjetividadjurídica de las
cíón de la voluntad se basa en la exclusión de la participa- "personas colectivas"), y las particularidades potencial-
ción de la abrumadora mayoría de los que en ella "parttcípan", mente infinitas que le imprimen un selia propio y único a
es decír. la empresa como unidad básica de la organización la personalidad. AI consistir en derechos y deberes, la cíu-
económica de la producción capitalista. Porque la empre- dadanía enriquece la subjetividad y le abre nuevos hori-
sa está por fuera de lo político, la teoría liberal nunca se zontes de autorrealización pero, por otro lado, lo hace por

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la vía de derechos y deberes generales y abstractos que doble carníno de la hegemonlzaclón de la raciona1ldad téc-
reducen la lndivldualidad a io que hay de universal en ella, nico-científica, en el segutmíento de la segunda revolución
transforma los sujetos en unidades iguales e intercambia- Industrial y de la hipertrofia dei principio dei mercado en
bles. eu el interior d; administraciones burocráticas públicas detr-tmerrto dei principio dei Estado y con el "olvido" total
yprívadas, receptaculos pasívos de estrategías de produc- deI principio de la comunidad rousseauníana. Pero lo cíer-
cion, en cuanto fuerza de trabajo, de estrategias de con- to es que tambíén es en este período cuando se forjan las
sumo, en cuanto consumidores, y de estrategías de domínio más brillantes construccíones emancípatortas de la moder-
~n cuanto ciudadanos de la democracia de masas. L~ ntdad, sean ellas los movimientos soctalístas. los movtmíentos
ígualdad de ia ciudadanía choca, así, con la diferencia de anarquistas, el mutualismo y el cooperativismo obreros o
la subjetividad, tanto más cuanto que eu eI marco de la en ftn, eI marxismo. Es pues. un período de contradicciones
regulación liberal esa ígualdad es profundamente selectiva explosivas entre regulación y emancipación; y la expresíón
y deja diferencias Intactas, sobre todo las de la propledad más autêntica de tales contradicciones es stn duda el
pera también las de la raza y deI sexo que más tarde van a marxismo, por lo que él fue en la obra y en el tlempo de
ser los objeto,s centrales de las luchas por la igualdad. Marx y por lo que hícíeron de éllos Bolchevíques y la Ter-
Esta tensíón entre una subjetividad individual e indivi- cera Internacional, hasta el colapso reciente de los regime-
dualista y una cíudadanía directa o indirectamente regula- nes deI Este europeo.
dora y estatízante. recorre toda la modernidad. Ba]o diversas Es conocida la crítica de Marx a la democracia liberal y,
formas y con diferentes consecuencias ella está, en la raíz por lo tanto, a las Ideas de subjetivldad y de cludadanía
deI movimiento socialista, deI pestmtsrno cultural, deMax que la constituyen. Porque la organización social de la produc-
Weber, de la muerte dei sujeto en Níetzsche, dei postperspec- cíón determina la organlzaclón política y cultural, la sepa-
ttvísmo, deI constructivismo ruso y de la desconstrucción ración entre la Igualdad política y la desígualdad económica
cubista y, más rccíenternente. en la raíz de las genealogías que operan en el capitalismo es poco menos que ilusoria.
de Foucault y de la reivindicación feminista de una forma Porque el ser social determina la conctencta, la autonomía
de igualda? que no Implica Identlflcaclón, compatlble Con y la libertad atríbutdas a la subjetlvldad individuai en el
la aftrmacíón de la diferencia originai de la humanldad entre capitalismo, son tlusíones necesarias para la reproducción
masculino y femeníno. Se trata pues, de una tenstón radi- de las relaciones capitalistas. AI declarar no-políticas las
cal que, a mí entender y como lo defenderé más adelante diferencias de nacimiento, clase social, educación y OCU-
sólo es susceptible de superación en eI caso de la relactón paclón, el Estado capitalista permite que ellas operen 11-
que entre la subjetlvldad y la cíudadanía ocurra en el mar- bremente en la soctedad, no tocadas por el principio de la
co de la emancipación y no, Como hasta aquí, en el marco Igualdad de la ctudadanía política que por esa razón, es
de la regulaclón.
meramente formal (Marx [18431,1975: 219). Es tambtén
sabido que la posición de Marx en relacíón con la demo-
SUBJETIVIDAD Y CIUDADANiA EN EL MARXISMO cracia es compleja, a pesar de esto, y admite la postbílídad
de la conquista dei socialismo por la vía electoral que re-
La alternayva marxista, formulada en el período deI salta la eflcacla de las luchas democráticas del proletaria-
capitalismo Iíberal, pero con una eflcacia que se prolonga do ínglés para la reduccíón dei horarlo de trabajo y que, si
pO,r todo el período dei capitalismo organizado e Incluso, tuvo algún modelo de democracia este. íue, cíertamente,
mas matlzada hasta el período dei capitalismo desorgani- eI de la democracia partrctpatíva que subyace en el princi-
zado en que nos encontramos (o se encuentran los países pio de la comunidad rousseauntana.
c~ntrales), I?erece una referencta especial. Como mencio- Sin embargo, nada de esto es muy relevante para la ar-
ne en el capitulo cuarto. el período deI capitalismo liberal gumcntactón de este capítulo. Lo que me mteresa realzar
eS,aquel en que se maniflesta en forma brutal la líqutda- es que, para criticar radicalmente la democracia liberal,
clon dei potencial emancipato rio de la modernldad por el Marx contrapone ai sujeto monumental que es el Estado

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liberal otro sujeto monumental, la clase trabajadora. La a destruir la tltularldad política Individuai de la cíudada-
clase trabajadora es una subjetividad colectíva, capaz de nía. Esta significa que la tenslón arriba referida entre sub-
autoconcíencía (la clase-para-sü, que contíene en ella las jetívídad Individuai y cludadanía fue falsamente resuelta
subjetividades Indlvlduales de los productores dlrectos. por la destrucción de ambas. En vez de superactones. su-
Tal como en Hegel la burocracia es la clase universal y la prestones: en vez de medtactones, que solo podían ser bus-
autoconcíencta deI Estado moderno, en Marx la clase tra- cadas en el principio rousseauniano de la comunídad, el
bajadora .es la clase universal y la autoconciencia de la recurso exclusivo a sujetos monumentales afines ai único
emancipación socialista. sujeto monumental históricamente ya constrtutdo, el Es-
Sucede, sin embargo, que desde el punto de vista de las tado. No sorprende, entonces, que el modelo marxísta-Ie-
r~lacione~ entre las particularidades únicas de las subje- níntsta víníera a redundar en una hipertrofia total del
tívídades índívtduales y la abatraccíón y unlversalidad de principio dei Estado. SI elliberalismo capitalista pretendió
las categorias de la sociedad política. Ia eflcacla subjetiva expurgar la subjettvtdad y la ciudadanía de su potencial
de la c1ase trabajadora es, a nivel de la emanctpacíõn, se- emancipatorio -con el consecuente exceso de regulación,
m~jante a la de la cíudadanía liberal, a nível de la regula- simbolizado en los países centrales, en la democracia de
cíón. Es decir, la subjetividad colectiva de la cIase tiende masas-, el marxismo, ai contrario procuró construir la
Igualmente a reduclr a la equtvalencía y a la Indiferencla emancípactón a costa de la subjetlvidad y de la cíudada-
las especialidades y las diferencias que fundan la perso- níay, con esto, se arriesgó a favorecer el despotismo, lo que
nalidad, la autonomia y la libertad de los sujetos índtvt- de hecho sucedió. Si es verdad que el lentntsrno no es un
duales. Marx reconoció esta pera pensó que tenia de su desvío espur ío del marxismo, no es menos verdad que el
lado la evolucíón histórica del capitalismo. EI desarrollo de marxismo dio ortgen a modelos de transformación socia-
las fuerzas productivas llevaría a la proletarízacíón de la lista que buscaban compatibilizar emanctpacíón con sub-
inrnensa mayoría de la población y a la homogeneización jetlvldad y cludadanía, desde las posiciones de Kautsky
total dei trabajo, de la vida y, por lo tanto, de la conciencla hasta la de Bernstein, desde las posiciones de los austro-
de los trabajadores. EI concepto de clase tenía por objetivo marxistas (ias grandes olvidados) hasta las de los euroco-
precisamente contraponer a la homogeneización regula- munistas, todo lo cual, finalmente, se abona en favor de
dora del capitalismo la homogeneízactón emancipadora de la complejidad de las posiciones de Marx.
la subjetlvldad colectíva de los productores dlrectos. En el segundo capítulo híce un balance general de la
Hoy sabemos que el capitalismo no proletarizó las po- propuesta de Marx. Ahora pretendo tan sólo destacar al-
blaciones en los términos previstos por Marx y que. en vez gunos de sus méritos para la discustón que sígue. En prt-
de homogeneizar globalmente los trabajadores, se alimentó mer lugar, la crítica marxista de la democracia liberal es
de las diferencias existentes o, cuando las destruyó, creó básicamente correcta, aunque la alternativa que propone
otras en su lugar. Pero la verdad es que, incluso si se hu- no lo sea. En segundo lugar, ai afirmar la primacía de las
bieran cumplido todas las previsiones de Marx, restaría relaciones sociales en la constitución de la subjetividad y
síempre la irreductlbilidad de la subjetlvldad Individuai a de la política, Marx ofrece la mejor confrontación a los pro-
la subjetividad colectíva y consecuentemente le faltarían cesos de naturalización y costftcacíón en lo social, de la
síempre a la teoría marxista las instancias de mediación que se: alimentan los excesos de regulación en que se vino
entre ambas. a traducir la modernldad en las SOCiedades capitalistas.
Con Lenin y en el segulmiento lógico de Marx, la clase En tercer lugar, Marx establece, desde la tradición Hege-
trabajadora da orígen a otro sujeto monumental. el parti- ltana, que no hay subjettvídad stn antagonismo y que el
do trabajador. Si, en los términos en que fue formulada, concepto de cIase social es el articulador nuclear del an-
la subjetívídad colectíva de la clase tendló a destruir la subje- tagonismo en las sociedades capitalistas. En este campo,
tívídad tndtvídual de sus mlembros, la tltularldad política el error de Marx fue pensar que el capitalismo, por la vía
dei partido, en los términos en que fue formulada, rendíó dei desarrollo tecnológico de las fuerzas productlvas, ha-

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ría posrble, o incluso necesaria la transícton hacia el so- múltiples tnstituctones que, en conjunto, constituyen el
cialismo. Como se víno a comprobar, entregado a sí mís- Estado-Providencia.
mo, el capitalismo no hace tránsíto hacía otra cosa, sino Uno de los prmctpales méritos dei análísts de Marshall
hacía má~ capitalismo. La ecuacíón automática entre progre- consiste en la arttculacíón que opera entre ciudadanía y
so tecnologico y progreso social desradícalíza la propuesta clase social y en las consecuencias que de eIla saca para
emancipadora de Marx y, de hecho, la vuelve perversa- caracterizar las relaciones tensíonales entre ciudadanía y
mente gemela de la regulaclón capitalista. capitalismo. Transfiriéndola al cuadro analítico que aquí
propongo esa articulación significa que en eI período dei
EL SURGIMIENTO DE LA ClUDADANIA SOCIAL capitalismo liberal, la cludadanía civil y política, como
parte integrante dei principio dei Estado no sólo no chocó
con el principio dei mercado, sino que hízo posíble su desa-
EI segundo período deI capitalismo en los países centra-
rrollo hlpertroflado. AI contrario, en el período dei capitalis-
Ies, el capitalismo organizado, se caracteriza por el paso
mo organizado, la ciudadanía social, se ancló socialmente
de la ciudadanía cívica y política hacia lo que fue denomi- en los intereses de las clases trabajadoras y les strvíó en
nado como "ciudadanía social", es decir, la conquista de gran medida a través de transferencias de pagos, razón por
significativos derechos soctales , en el campo de las rela- la cual chocó significativamente con el principio dei merca-
ciones de trabajo, de la seguridad social, de la salud, de la do; de esta manera condujo a una relación más equilibra-
educaclón y de la vívíenda por parte de las clases trabaja- da entre el principio dei Estado y ei principio dei mercado
doras de las sociedades centrales y, de un modo menos y con ella a una nueva estructura de la explotación capi-
característico e intenso, por parte de algunos sectores de talista, precisamente el capitalismo organizado.
las clases trabajadoras en algunos países periféricos y Este mayor equlilbrio entre Estado y mercado se obtu-
semlperlféricos. Nadle mejor que T.H. Marshall caracterl- vo por la prestón dei principio de comunldad como campo
zó este proceso en Citizenshlp and Social Class, publicado y lógica de las luchas soctales de clase que estuvieron en
por prtmera vez en 1950. la base de la conquista de los derechos soctales. La cornu-
Según Marshall, en la línea de la tradícíón liberal, la nidad se basa en la oblígactón política horizontal entre
ciudadanía es el contenído de la pertenencia ígualítarta a tndívíduos o grupos socíales y en la solídarídad resultante
una determinada cornurndad política y se calibra por los de ella, una solidaridad partlclpativa y concreta, es dectr,
derechos y deberes que la constituyen y por las ínstítucto- socialmente contextualizada. Ahora bien, la clase obrera
nes a las que da oportunídad para ser social y políticamente fue precisamente el motor y el contenido de ese contexto
eficiente. Por eso. la ciudadanía no es monolítica; está social y la articuladora de la oblígacíón política que se tradu-
constituida por diferentes tipos de derechos e institucio- jo en las múlttples formas organlzacionales de la solidari-
nes: es producto de historias socíales diferenciadas pro- dad obrera, de los movímíentos obreros y de los sindicatos,
tagomzadas por grupos socíales diferentes. Los derechos a las cooperativas. a los clubes obreros, a la cultura obre-
cívicos corresponden al prtmer- momento deI desarrollo de ra etc., etc.
la ctudadanía, son los más universales en los términos de Si la clase obrera no fue el sujeto monumental de la
la base social que a1canza y se apoyan en las ínstítucrones emancipaclón postcapitalista, fue sín duda el agente de las
dei derecho moderno y dei sistema social que los aplica. transformaciones progresrstas (emancipatorias en este
Los derechos políticos son más tardíos y de más difícil sentido) en el interior dei capitalismo. Aunque aún hoy sea
untversaltzacíón y se traducen institucionalmente en los discutible en qué medida la ciudadanía social es una con-
parlamentos, en los sistemas electorales y en los sistemas quista dei movlmiento obrero o una concesíón dei Estado
políticos en general. Por último, los derechos sociales solo capttalísta". no parece quedar duda de que, por lo menos,
se desarrollan en nuestro stglo y plenamente, después de
la Segunda Guerra Mundial; tienen como referencia social 4 Ver. por cjcmplo. el debate entre Turner (1 9S6). que resalta el papel de las
Iuchae soctales en la creacton de la ciudadanía social. y BarbaIet (19S8). que
las clases trabajadoras y han sido aplicados a través de da más atenc16n aI papel deI Estado.

296
297
sin las Iuchas sociales deI movímtento obrero, tales con- subjetlvidad en un proceso de individualización y nume-
cestones no habbrían sido hechas. Todo ello stn olvidar racíón burocráticas y subordinó eI mundo de la vida
-eíguíendo a Brtan Turner-Ia contribución de otros facto- -Lebenswelt - a las extgencías de una razón tecnológica
res en la expansión y profundización de la ctudadanía so- que convirtió eI sujeto en objeto de sí mismo.
cial, como la guerra y ias mígractones.
Stn embargo, para la comprensión dei tiempo presente SUBJETIVIDAD Y CIUDADANÍA EN MARCUSE Y FOUCAULT
es importante tener en cuenta que las luchas obreras por
la ctudadarría social tuvieron lugar en el marco de la de- La relacíón entre la hipertrofia de la ciudadanía esta-
mocracia liberal y que, por eso. la obligación política hori- tizante y consumista y la decadencia de la subjetlvidad fue
zontal dei principio de la comunldad sólo fue eficiente en denunciada por primera vez por Marcuse (otro gran olvt-
la medida en que se sometió a la obligación política vertical dado). Inspirado en Heidegger y Freud; Marcuse historia-
entre cíudadano y Estado. La concesión de los derechos liza el marxismo a la luz de las realidades dei capitalismo
soctales y de las instltuciones que los han distribuido social- avanzado (Marcuse, 1964; 1966; 1969). La lntegración
mente son expresión de la expansión y de la profundiza- política social y cultural dei proletariado en la reproduc-
cíón de esa obligación política. Políticamente, este proceso ción deI capitalismo hace ínvtable cualquier proceso de
sígruftcõ la integración política de las clases trabajadoras emancípactón con base c1asista. La ernancípacíón por con-
en el Estado capitalista y por lo tanto, la profundización quistar es la dei individuo y la de su subjetivldad. La solu-
de la regulación en detrimento de la emancipación. Por ese ción propuesta por Marcuse, la de la emancipación por eI
motivo las luchas por la ciudadanía social culminaron eu Eros, es poco convincente, sobre todo porque se propone
una mayor Icgíttmacíón dei Estado capitalista. Por ese mo- sustentar una negatlvidad postsocial (y postcapitalista)
tivo, el capitalismo se ha transformado profundamente para por la vía de una regresión naturalista a lo pre-socíal. pero
-a~ "final" de su proceso de transformactón- ser más hege- su crítica al capitalismo avanzado no sesó de ganar actua-
monico que nunca. lidad desde que fue elaborada, a partir de los anos cuarenta
Ante esto, no es sorprendente que en este período se y cincuenta. En los términos de esta crítica, la razón tec-
haya agravado la tenstón entre subjetlvidad y cíudadanía. nológica que preside el desarrollo dei capitalismo condu-
Por una parte, el ensanchamiento de la ciudadanía abrió ce tnevítablemente ai sacrtftcío de la aubjettvtdad indivi-
nuevos horizontes ai desarrollo de la subjetlvidad. La se- duai en la medida en que es incapaz de satisfacer todas las
gurídad de la exístencía cotidiana, propiciada por los de- necesidades síquicas y somáticas dei individuo y desarro-
rechos socíales hizo posibles las vívencías de autonomía y llar totalmente sus capacidades emocionales. Por eso. la
ltbertad de as censo educacional y de prograrnacíon de las docilldad y la pasividad de los índtvíduos. y sobre todo de
trayectorias familiares, que hasta entonces habían sido los trabajadores, se obtienen a través de las formas repre-
vedadas a las clases trabajadoras. Pero, por otra parte, los sivas de felicidad "ofrecidas" a la inmensa mayoría de la
derechos sociales y las instituciones estatales a que díe- población a través deI consumo compulsivo de mercancía.
ron lugar fueron partes integrantes de un desarrollo SOCial A pesar de ser importante y de necesitar la reapre-
que aumentó el peso burocrático y la vígílancta controla- cíacíón de los anos noventa, la teoría crítica de Marcuse
dora sobre los índívíduos: los sometió más que nunca a las es menos consistente que la formulada más tarde por
rutinas de la producción y deI consumo; creó un espacíó Foucault, sobre todo en lo que respecta ai desarrollo
urbano desintegrador y atomízante, destructor de la solí- antlnómico de la subjetlvidad y de la ciudadanía en el ca-
dartdad de las redes sociales de ínterconoctrníento y de pitalismo. (Foucault, 1975; 1976; 1980). Nadie mejor que
ayuda mutua; promovíó una cultura medtática y una ín- Foucault analizó el proceso histórico dei desarrollo de la
dustria de tiempos libres que transformó eI ocío en un goce cíudadanía en detrimento dei de la subjetrvídad, para per-
programado, pastvo y heterónomo, muy semejante al tra- míttrnos la conclusión de que la ciudadanía sin subjetlvidad
bajo. En fino un modelo de desarrollo que transformó la conduce a la normalización, es decir, a la forma moderna

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de dominaclón cuya efícacta reside en la identificación de chos y deberes que en formas y crite rios de participación),
los sujetos con los poderes-saberes que se ejercen en ellos no liberales y no estatlzantes, en las que sea posible una
(más de lo que sobre ellos). Se trata de un proceso totalí- relacíón más equilibrada con la subjetividad. Aun así, es-
zante deI que las ciencias humanas son pieza central y que tas nuevas formas de ciudadanía no nos deben hacer olvi-
obra por múltiples fraccionamlentos de la subjetividad (en dar que el Estado ocupa una posición central (por que es
la familia, eu la escuela, en el hospital. en las profesiones, exterior) en la configuración de las relaciones sociales de
en la prisión) para Iuego, con base eu estos fracciona- producción capitalista; y que esa posición, ai contrario de
mtentos, reconstituir la unidad deI individuo, ahora iden- lo que afirma Foucault, se fortalectó con el desarrollo dei
tificado con las exígencías de la domlnación disciplinar, capitalismo. La tendencla foucaultiana de homogeneizar
las cuales por eSQ nada tienen que imponer. las diferentes formas de poder, bajo el concepto clave dei
Si bien estoy de acuerdo con mucho de lo contenido en poder díscíplínarto, para apoderarse de la tormactón de crite-
la crítica de Foucault, no comparto la radicalidad de la rios que permitan jerarquizarlos y para ver en todos los
conclusión a que élllega. Para Foucault, no hay tenslón intentos de reststencía, el surgtmíento insidioso de nuevos
entre ciudadanía y subjetívídad porque la cíudadanía, en poderes contra los cuales es necesario organizar nuevas
la medida eu que conststíó en la institucionalización de las resistencias, termina por llevamos a una concepcíón panóp-
disciplinas. creó la subjetividad a Sli imagen y semejanza. tica deI panóptíco benthamiano, es decir, a una concepción
La subjetívídad es la fase Individuai dei proceso de norma- de la opreslón donde no es posfble pensar la emancipaclón.
lizaclón y no existe por fuera de ese proceso. EI sujeto y el
cíudadano sou productos manufacturados por los pode- LA CRIS!S DE LA CIUDADANíA SOCIAL
res-saberes de las díscípltnas. Es con base en esta Idea que
Foucault se rehusa a atrtbuírle ai Estado un lugar central A finales de los anos sesenta, en los países centrales, el
en el proceso de la dominación moderna. De hecho, según proceso histórico dei desarrollo de la cludadanía social
él, el poder jurídico-político que reside en el Estado y en sufre una transformación cuya verdadera dimensión sólo
las instituciones no ha cesado de perder trnportancía a se vtno a mostrar en la década siguiente. Dos fenómenos
favor dei poder dlsclpllnar. Para Foucault, la cíudadania marcan esa transformación: la crisis del Estado-Providen-
es pues, un artefacto de este poder más que un conjunto cia y el movimiento estudlantll.
de los derechos cívicos, políticos y sociales concedidos por Este no es ellugar para tratar detalladamente nlnguno
el Estado o conquistados de él. de estos fenómenos". Basta tener presente, para lo que aquí
A mí entender, el proceso histórico de la cíudadanía y nos Interesa, que lacrisis delEstado-Providencia seJunda-
el proceso histórico de la subjetívídad son autónomos aun- menta básicamente en la crisis deI régtrnen de acumula-
que como lo he venido defendiendo, están íntimamente cíón consolidado en la postguerra, el "régimen fordtsta",
relacionados. EI capitalismo ha sabido convivir con dife- como se conoce hoy en día. Este régímen de acumuIación
rentes soluciones en cada uno de estos procesos y las so- se caracteriza por una organización taylorista de la pro-
luciones que conststteron en urra mayor amplitud para la ducción (separación total entre concepción y ejecuctón en
cíudadanía política y social. no son clertamente las peo- el proceso de trabajo) acoplada a la íntegracíón masiva de los
res para el desarrollo de la subjetividad. Una de las reívtn- trabajadores en la socíedad de consumo, a través de una
dicaciones centrales deI feminismo radical, la de que, en cíerta indicación de los aumentos de salarios con los in-
las condiciones actuales, la esfera personal es política, no crementos de la productlvldad. Esta repartlción de los In-
es susceptlble de satlsfacclón sino a través de la repolítíza- crementos de la productividad se obtienen por dos vías
clón de esa esfera, basada en estrategías de cludadanía. furrdamentales: por los aumentos de los salarios dlrectos
Hay que agregar que, desde el punto de vista de la emanei-
pactón, es postble pensar en nuevas formas de cíudadanía 5 En cuanto a la crtsts dei Estado-Providencia. ver. cf. Santos (1990: 193 y
(colectivas y no índívíduales: menos basadas en los dere- s.s.) .

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y por la creación y expansión de salarios indirectos, es decir, bajadores y a la población en general. a la obsestón y a las
los beneficios sociales en que se traduce la cíudadanía rutínas de la producción y dei consumo, que no dejó níngún
social y en última Instancia, el Estado-Providencia. espacio para el ejercícío de la autonomia y de la creatíví-
Como ya lo mencioné,la clase obrera a través de los sin- dad, con las mantfestacíones de ahí resultantes, desde el
dicatos y movimientos obreros, tuvo un papel central en ausentismo laboral basta la síquíatrtzacíón de lo cotidiano.
la conftguracíón de este compromiso, también conocido como Por otro lado, la ciudadania social y su Estado-Providen-
cornpromíso social-democrático, para para dar cuenta de cia, transformaron la solidaridad social en una prestación
que las transformactones soctalízantes del capitalismo, en abstracta de servicios burocráticos benévolamente repre-
este periodo (el "capitalismo organizado") se obtuvleron a stvos, concebidos para dar respuesta a la crecíente atomi-
costa de la transformación socialista de la socíedad, rei- zación de la vida social pero, de hecho, alimentándose de
vindicada en la íníctacíón de este segundo periodo dei ca- ella y reproduciéndola de forma ampliada. Por último. el
pitalismo como la gran meta del rnovímtento obrero. En cornprorntso social-democrático, ya de por sí. basado en
esto reside, verdaderamente, Ia integración social y políti- una concepción restringida (liberal) de lo político. termínó.
ca de la clase obrera en el capitalismo, un proceso lento de a pesar de las apariencias en sentido contrario, por redu-
desradicalización de las reivindicaciones obreras, obteni- cir aun más el campo político. La diferencia cualitativa entre
do en gran medida, a través de la reclente participación de las diferentes opciones políticas presentes. fue reducida
las organtzacíones obreras en la concertactón social, en las casi hasta la irrelevancia. La representación democrática
políticas de rendimientos y precios e incluso en la gestión perdió el contacto con los anhelos y las necesldades de la
de las empresas, un proceso cuya dimensión política se poblacíón representada y se hizo rehén de los intereses corpo-
conoce boy en día como neocorporatívtsmo. rativos poderosos. Con esto, los ciudadanos se alejaron de
La crtsts dei régtrnen fordista y de las Instltuciones so- la representación sm que, sin embargo, bubiesen desarro-
cíales y políticas en que él se tradujo se basõ, en primera llado nuevas formas de particlpación política, ejercltables
línea, en una doble crisis de naturaleza económico-política: en nuevas y más amplias áreas políticas. Las organízacío-
en la crisis de rentabilldad dei capital frente a la relación nes políticas dei proletariado, lejos de ser víctímas de este
productividad-salarios y la rclacíón salarios dírectos-aa- proceso, fueron uno de sus prtncípales artífices, por lo cual
lartos indirectos, y en la crtsts de la regulación nacional no es sorprendente entonces, que sus energias ernanct-
-que hasta entonces administraba eficazmente esas relacio- padoras hayan sido desviadas hacla la gesttón celosa dei
nes- produclda por la Internaclonalizaclón de los mercados capitalismo, por más transformado que éste haya salido de
y la trasnacionalización de la producción. Como esta re- esa gestión.
gulaclón estaba centrada en el Estado nacional, su crtsts Como sabemos, el movimiento estudiantU de los anos se-
fue tamblén la crtsís dei Estado nacional frente a la senta, fue el gran articulador de la crtsts político-cultural
globalización de la economia y las instituciones que se dei fordtsrno: y la presencia en él, bien vístble por demás,
desarrollaron con ella (las empresas multinacionales, el de la crítica marcuslana es la expreslón de la radicalidad
Fondo Monetarlo Internacional, el Banco Mundial), del enfrentamíento que protagontzaba", Son tres las prin-
Pero la crisls dei fordlsmo o dei capitalismo organizado, cipales facetas de esa confrontación. En primer lugar, opone
también tuvo una dlmensión cultural o político-cultural y, al productívtsrno y aí consumísmo una ideología antípro-
a mi manera de ver, la revaluación y la reevaluación de esta ductívtsta y postmaterialista. En segundo lugar, identifica
dimensión es de trascendental ímportancta para definir las múltiples opresiones de lo cotidiano, tanto a nivel de
las alternativas emancipadoras de los anos noventa. La la producclón (trabajo alienado) como de la reproducclón
crisls consiste en parte en la revolución de la subjetivldad social (familia burguesa, autoritarismo de la educacíón,
contra la cíudadanía, de la subjetividad personal y solidarla monotonia dei octo, dependencia burocrática) y se propo-
contra la ciudadanía atomizante y estatizante. El compro-
6 Sobre el impacto global deI movímíento estudiantil, ver, ct. Wal1ersteln
míso social-democrático amarró de tal manera a los tra- (1989: 431).

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303
ne ampliar hasta ellas el debate y la parttcipactón polítt- fueron anos de gran experimentación social, de formula-
caso En tercer lugar, declara el fln de la hegemonía obrera cíón de alternativas más o menos radicales aI modelo de
en las luchas por la emancipación social y legitima la crea- desarrollo económico y social dei capitalismo y de afirma-
ción de nuevos sujetos sociales de base transclasista. cíón política de nuevos sujetos sociales, bíen simbolizada
EI trtunfo ideológico de la subjettvidad sobre la cíuda- en los nuevos movimientos sociales, sobre todo en los países
danía obviamente tuvo SUB costos. EI afán por la búsqueda centrales, y en los movimientos populares en toda América
de nuevas formas de ciudadanía, no hostiles a la subjetí- Latina. Es discutible si estos movímtentos están hoy en
vidad, llevó a descuidar cast totalmente la única forma de una fase de expansión o en una fase de recestóri: en todo
ciudadanía históricamente constituida, la ciudadanía de caso su posible impacto social, tal como anteriormente el
origen liberal. Este descuido fue fatal para el movtmíento deI movimiento estudiantil, es todavía difícil de determinar.
estudíantíí como movimiento organizado y quízás se en- Por último, la última década fue testígo deI colapso de
cuentra en et orígen de la facilidad relativa con que fue las sociedades comunistas deI Este europeo, un proceso
desarmado. Sin embargo, dialécticamente, esc desarme cuyo desarrollo es difícil de prever. AI contrario de lo que
organizacional facilitó la expanstón capilar de la nueva pasa con los nuevos movímíentos sociales, este proceso
cultura política instituida por eI movimiento estudiantil y. significa, por lo menos en apartencía. la revalidación del
sm ésta, no es posible entender los nuevos movtmientos modelo capitalista de desarroIlo económico y social y su
socíales de los anos setenta y de los anos ochenta. ui será afirmación como el único modelo víable de la modernidad.
posible entender los de los anos noventa. Además, la he- Pero también en este caso, aun es pronto para conocer el
r~~cia no sóIo reside en la cultura política, sino que tam- tipo de forrnactones socíales que en la práctíca están por
bíén reside en las formas organizativas y en la base social surgir dolorosamente en el Este europeo y cuál será su
de éstas. A partir de ahí, los parttdos y los sindicatos tu- impacto en Europa y en el mundo. Por todas estas razo-
vieron que enfrentarse permanentemente con las formas nes parece correcto afirmar que las dos últimas décadas
organizativas de los nuevos movtrníentos sociales, tal como son décadas experimentales y que los aftos noventa darán
a partir de ahí el "complejo marshalliano" ciudadanía so- testimonio de las diferentes líneas de transformación so-
cial-clase social, no se puede reponer como anteriormente. cial seftaladas por eIlas. Me referiré brevemente a las res-
puestas deI capital y a las alternativas propuestas por los
LAS DOS ÚLTIMAS DÉCADAS: EXPERIMENTACIÓN Y
nuevos movtrntentos soctales.
CONTRADICCIÓN
LAS RESPUESTAS DEL CAPITAL: DIFUSIÓN SOCIAL DE LA
Las dos últimas décadas fueron, más que cualesquiera PRODUCCIÓN Y AISLAMIENTO pOLíTICO DEL TRABAJO
otras, décadas experimentales. Por un lado, fue un perío-
do en que el capital comenzó a definir una respuesta a los Los últimos veinte aftos fueron muy ricos en nuevas solu-
desafios de los anos sesenta. Se trata de una respuesta ciones capitalistas para responder eficazmente a los desa-
que tiene lugar a nível deI s ts terna mundial en su totalidad fíos de los aftos sesenta. Es posible agrupar esas soluciones
y que, de hecho, se basa más que nunca en la conversión en dos grandes conjuntos: la dtfustón social de la produc-
deI "sistema mundial" en espacto global de acumulación. cíón y el atslamíento político de las clases trabajadoras
EI perfil general de esta respuesta es conocido, pero su como clases productoras.
alcance está aun por definir. Por ejemplo, el Estado-Pro- La difusión social de la producción asume varias formas.
videncia sufrió y está sufriendo profundas transformaciones Es, ante todo, la descentraltzacíón de la producción a tra-
en los países centrales, pero estas no son tan profundas vés de la transnacionalización de la produccíón (1a "fábrica
como para permitirnos hablar de su próximo colapso o de difusa"), la fragmentactón geográfica y social dei proceso
su próxima substitución por otra forma política cualita- de trabajo, con la transferencia hacía la periferia deI sistema
tivamente diferente. Porotro lado, las dos últimas décadas mundial de las fases productivas con un mayor carácter

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de trabajo intensivo, dei que resultó una cíerta desindus- subrayar que entre producción y reproducción había una
trialización de los países centrales y la industrialización o conexión económíca íntima, pero que, más allá de ella, la
retndustrtalízactón de los países periféricos. Este proceso, desconexión era total. Más específicamente, la idea era que
además de permitir una ampltacíón sín precedentes deI sólo la conexión económica hacía posible la desconexión
mercado de trabajo , permitló también su segmentaclón y a todos los otros niveles. La conexión económica residía en
dualización, dando orígen a la heterogenización de la rel a - que el reparto de las ganancias de la productívídad, los sala-
ción salarial y a la competencía entre mercados de trabajo rios indlrectos y el Estado-Providencia. deberían garanti-
locales, regtonales y nacionales en lucha por las condicio- zar por sí la reproducctón social (alímentacíón, vestuario,
nes y oportunidades de inversión. La conducción de este vivienda, educación, salud, segurídad social, transportes,
proceso por parte de las empresas multinacionales -los recreación, etc. etc.). Esta conexión le permitía a los tra-
grandes agentes de ia rccstructuractóri- hizo posíble la despo- bajos planear su reproduccíón social y la de su família en
litización y hasta la naturalización de los nuevos impera- totalllbertad y segurtdad, stn ninguna sujec!ón a los ciclos
tivos de la producción. Las guerras económicas dejaron de econórntcos o a las exigencias empresariales.
tener lugar entre Estados nacionales y pasaron a tener Aunque este objetivo haya sido obtenido durante algún
lugar entre bloques o entre deudores nactonales y acree- tiempo por amplios sectores de las clases trabajadoras de
dores ínternactonales. Los Estados nacíonales, sobre todo los países centrales, fue precisamente contra él que se re-
los periféricos y semiperiféricos se fueron posicionando veló el movimiento estudiantil. Según éste movtrntento, el
para competir entre sí por las contrapartidas, cast stern- objetivo fue falsamente alcanzado, toda vez que, como ya
pre leoninas, susceptíbles de atraer la inversión de las empre- merrctorté, las gananctas en ciudadanía se convirtieron en
sas muttínactonales. La despol1tización de las opciones en pérdida de subjetividad. La conexión económica. lejos de
este campo-el único nacionalismo posible es el de la lucha crear auténtica autonomía y libertad, creó dependencia en
por las condiciones de desnacíonalízacíón de la regulacíón relación con el Estado burocrático y las rutínas deí consumo
económica y social- incluye tambíén su naturalización, es (agravadas por la generallzación deI crédito de consumo).
dectr. la ídea de que las opctones se escogen dentro de muy En estos términos, la producción y la reproducción se man-
pocas, dado que los imperativos multinacionales son ca- tuvieron materialmente diferentes, pero pasaron a ser strnbó-
tegóricos, pertenecen a la naturaleza propia de la acumu- licamente isomórficas. EI sometimiento real al capital en
lacíón en este período y ninguna ecónomía nacional puede el espacio de la producción fue secundado por el somett-
tener la veleídad de evadirse de ella y quedarse por fuera. miento formal al espacio de la reproducción formal, En conver-
La única margtnaltzacíón tolerable es la que ocurre den- gencla con esto, el movímtento feminista de las dos últimas
tro del sistema. décadas resaltó la dímensión deI trabajo (el trabajo domés-
Más aliá de la fragmentación y globallzación de la pro- tico) y por lo tanto. Ia dímenstón productiva de la repro-
ducción y de la despolíttzactón y de la naturallzación de los ducción social hasta entonces escondida en la distinción
imperativos económtcos, la difusión social de la produc- entre producción y reproducción y en la conextón mera-
ción tiene aun un tercer aspecto, más complejo pero tal vez mente económica entre ellas. Con esto la categoría dei tra-
de mayor importancia en el próximo futuro: la crecíerite bajo sobrepasó a la categoría de clase social.
confusión y la no díferencíacíón entre producción y repro- La reestructuración dei capital en este período se apro-
ducción. Este es un fenómeno complejo porque en algunas vechó, de algún modo, de ésta crítica para alterar, a su favor,
de sus vertientes corresponde, por lo menos en apartencta. la relación entre producción y reproduccíón social. Por un
a algunas de las retvtndícacíones dei movírníento estu- lado. con los recortes en el presupuesto social dei Estado-
díanttl de los anos sesenta e incluso de los nuevos movi- Providencia, la quíebra de la indexación entre productíví-
mientos soctales de los anos setenta y ochenta. dad y salarto, buscó eliminar o. por lo menos atenuar, la
Las luchas por la cíudadania social en el segundo perío- conexión económica. Por otro lado, a través de la difusión
do (capitalismo organizado) tuvieron como objetivo explícito social de la producción, buscó profundizar otras conexiones

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entre produccíón y reproduccíón. Por ejcmplo, Ia fragmen- ereto y la experlencia dei "fin de la socíedad dei trabajo"
(1988: 345),
tación de los procesos productívos hlzo postble lagenerali-
zacíón dei trabajo a domicilio (casi síernpre femenlno) y El aislamiento politico de las c/ases trabaJadoras en la
éste transformá el espacio doméstico de muchas familias producciónestá ligado obviamente a los procesos que aca-
trabajadoras en un campo de trabajo donde la producción bé de descrlbir y constituye de hecho la otra fase de la di-
y la reproducctón conviven hasta casi confundirse. Por otro fusión social de la producción. Las variadas dimensiones
lado, la generalizaclón de las formas de pluriactividad hizo de esta difusión social de la produccíón, contribuyeron,
más compleja y dificll la distinción entre tiempo vital y cada una a su modo, para la transformación de la clase
tíernpo de trabajo y lo mísrno sucedió a través de la degra- obrera en mera fuerza de trabajo , Son particularmente
dacíón de la seguridad social, que hizo más problemática importantes en este ámbito las diferentes estrategías de
la fase postproductiva de la vida. Hay que agregar que, en flexibilización, o mejor, de precarización de la relación
muchas profesiones li ocupacíones. el cuerpo (la aparien- salarial que por todas partes han venldo siendo adopta-
cía corporal, visual, vigor fístco. vestido, maqul1laje) pasó das: dismlnución de los contratos de trabajo por tiempo
a ser la segunda fuerza productiva dei Irabajador ai lado indeterminado. substituidos por contratos a término fijo
de la fuerza de trabajo proplamente dicha. y de trabajo temporal, por el trabajo falsamente mdepen-
En esas sttuacíones. parte del tiempo vital de la reproduc- diente y por la subcontratación, por el trabajo a domicilio
ción es de hecho un segundo turno de trabajo productlvo, y por la fcmíruzacíón de la fuerza de trabajo (asoclada en
ocupado enjogging. gimnasia, masajes, ftstculturtsmo, etc. general a una mayor degradación de la relacíón salarial).
Este segundo turno de trabajo tiende incluso a aumentar Todas estas formas de relaclón salarial tienen por objeto
con la disminución dei tiempo de trabajo asalariado o de ftjar los ritmos de la reproduccíón social a los ritmos de la
prímer turno. En este contexto de no diferenciación pro- producción ("hay traba]o cuando hay pedidos"), un proceso
gresiva entre producción y reproducción, se debe hacer que designado como regreso deZcapital variable, EI síndrome
una referencia a los códigos de conducta elaborados por de msegurtdad que él genera entre las familias trabajado-
las empresas (casí siempre mujunacíonales) para ser se- ras y la competencía que crea entre ellas se han revelado
guidos por sus empleados fuera del tlempo de trabajo y como poderosos instrumentos de neutralización política
donde se ímponen los lugares de esparcímíento para Ire- deI movímterito obrero.
cuentar o evitar. el tipo de relaciones personales para pre- La coexistencia de varias relaciones salariales y la seg-
ferir o rechazar, formas de comportamiento recomendables mentación de los mercados de trabajo produjo una gran
o condenables, el vestuarto a ser usado. etc. La "lealtad a fragmentactón y heterogentzactón dei proletariado lo que
la empresa durante 24 horas", es un slogan grotesco que hace más difícil la macronegociación colectíva y coloca a
llevado at extremo hace que incluso la tenue dtsttncíón las organízactones stndícales en una postcíón de debilidad
entre sumisión real y sumisión formal desaparezca. estructural, una debilidad agravada por la reducción de
La promlscuidad entre producción y reproducción le las tasas de stndícaltzacíón en casi todos los países. Para
quita razón ai argumento de Habermas (1982) y de Offe esta también han contríbutdo las transfonnaciones operadas
(1987) según el cu al las sociedades capitalistas pasaron de en el propio proceso de trabajo: técnicas de enríquecímíen-
un paradigma de trabajo hacla un paradigma de ínterac- to dei trabajo, políticas de clasiflcación y de callflcación,
cíón. Es verdad que el trabajo asalariado como unidad alteracíones en el control dei proceso de trabajo , generali-
homogênea y autónoma del tiempo vital se descaractertzó, zacíón dei trabajo a destajo y de los incentivos de produc-
pero, por otro lado, esto sólo ha sido postble en la medida tívídad. En su conjunto estas transformaciones le quitan
en que el tiempo formalmente no productívo ha adquirido sentido a la unidad de los trabajadores y promueven la
características de tíernpo de trabajo asalaríado al punto de íntegracíón individual e individualmente negociada de los
transformarse en la contínuactón de éste bajo otra forma. trabajadores en la empresa. Por todas estas vías, la inte-
Tiene pues razón Schwengel cuando afirma que la socíe- gración cada vez más intensa en la produccíón va a la par
dad contemporânea oscila entre la utopía del trabajo con-

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con la progresiva destntegractón politica dei movimiento situación muy diferente a la dei periodo dei capitalismo
obrcro. Aíslados, los trabajadores no sou clase obrera, son liberal, aunque tambíén como ella, caracterizada por el predo-
fuerza de trabajo. Tal vez esto explique en parte la poca mmío dei principio dei mercado sobre el principio dei Es-
resístencia o la poca eftcacía de la reststencía de las orga- tado. Diferente porque, en el período dei capitalismo liberal.
nízactones síndtcales frente ai proceso de degradación de no fue necesario privatizar el sector social del Estado, tan
la relación salarial. solo fue necesarío no dejar que él surgíese: diferente por-
La degradacíón general de la relación salartaí es , stn que, en el período deI capitalismo desorganizado, el predo-
embargo. sólo un aspecto dei atslamíento politico de las minio dei principio deI mercado tíene una fuerte dímenstón
clases trabaj~doras. Otro aspecto no menos importante es ideológica que ayuda a legitimar la relativa retirada del Estado
la degradacion de los salarias indirectos y consecuente- de la prestacíón de la seguridad social. al mísrno Iiempo
mente, de las prestactones y servíctos del Estado-Provi- que oculla el fortaleclmiento, aparentemente contradícto-
dencia. EI retroceso eu las políticas socíales asumió varias rio, de la mtervcncíón dei Estado ert el área econórníca: la
forma~: .recor~tes en los programas soctales, esquemas de "proteccíón" y víabtlízactón de empresas, los incentivos fís-
coparttcipactõn en los costos de los servícíos prestados por cales, el protecctonísmo, las prtvatízactones o el oculta-
parte de los usuarios; prtvattzacíón capitalista de ciertos mtento de sítuactones de quíebra técnica muchas veces
sectores de la providencia estatal en el campo de la salud engendradas por medios fraudulentos, en suma, el "Esta-
pensiones, vtvtenda, educación, transporte y subSidiOS; do-Providencia de las empresas". Por último, el predomi-
transferencia de servícíos y prestaciones hacia eI sector ruo dei principio dei mercado es ahora diferente porque, ai
privado de solidaridad social mediante convenio con el Es- contrario de lo que sucedió en el período dei capitalismo
lado; movllización de la familia y de las redes de fntercono- liberal, apela ai principio de la comunidad y a las ideas que
crmíento y de ayuda mutua -lo que en general podemos él incluye. como por ejemplo, las de partictpacíõn, solída-
designar como sociedad-providencia- para el desempeno rídad y autogoblerno, para obtener su complicldad ideo-
de funciones de segurtdad social hasta ahora desempena- lógica en la Iegtttmacíón de la transferencia de los servi-
das por el Estado. cios de la seguridad social estatal hacia el sector privado
. La difusión social de la producclón y el aislamiento polí- sin ânimo de lucro.
tíco de las clases trabajadoras en estas dos últimas décadas A pesar de todas las diferencias el regreso deI principio
han sido acompaüadas, en el plano polílico-cultural. por dei mercado en los últimos veinte afins representa la re-
una constelación ideológica en que se mezclan el renaci- validación social y política dei ideario liberal y, consecuen-
miento dei mercado y de la subjelividad como ar tículado- temente. Ia revalortzactón de la subjetívídad en detrimenlo
res nucleares de la práctíca SOCial. La idea de mercado y de la ctudadanía. También en este domtnío, la respuesta
las que gravítan en su órbita (autonomía, libertad inicia- dei capital aprovecha y dtstorstona hábilmente algunas de
tiva privada, competencia, mérito,lucro) han dese~pena­ las retvtndícacíones de los movímíentos contestatarios de los
do un papel decisivo en la desarticulaclón de la rigidez de últimos treinta anos. La aspiración de autonomía, creati-
la relacíôn salarial hcredada deI período anterior y en el vídad y reflecttvtdad se Iransmuta en prtvattsrno, des-so-
desmantelamiento relativo del Estado-Providencia. Asts- cialización y narcisismo, los cuales acoplados a la vertiente
timosa la colonización dei principio dei Estado por parte productívtsta. sirven para integrar, más que nunca, a los
dei prmcipto dei mercado, una colonización que íncluye en individuos en la compulsión consumista. Tal integración,
ocasiones la introducción de la competencta entre institu- lejos de significar una ahdtcacíón materialista, se vive como
cíones dei Estado en la prestación de servícíos a otras ms- exprestón de un nuevo idealismo, un idealismo fundado en
tituciones dei Estado como, por ejemplo, la que, según la objetos (objetístico). La naturaleza dei consumo se trans-
nueva ley inglesa dei Servícto Nacional de Salud, debe su- forma. Además de que algunos objetos de consumo no tienen
ceder entre diferenles hospítales estatales en la prestacíón síqutera una cxístencta material (las imágenes digilales.
de servícíos hospitalarios a ese servicio. Se trata de una por ejemplo), la retraccíón de la producción en masa y su

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decir con certeza que la dífustón social de la producción
substitución gradual por la ciientelización y personaliza- contrtbuyó a desenmascarar nuevas formas de opresi~~~
ción de los objetos transforma a éstos en características que el aislamiento político deI movímíento obrero factlttó
de la personalidad de quien los usa y en esa medida, los el surgimiento de nuevos sujetos sociales y de nuevas prác-
objetos transitan de la esfera dei tener hacía la esfera de tícas de movilización social.
ser". EI nuevo subjetivismo es objetístico y el culto de los La socíología de ia década de los ochenta estuvo domi-
objetos es elersatz de la intersubjetividad. Estas transfor- nada por la temática de los nuevos sujetos sociales y de los
macíones son tan profundas y arquetípicas que para pro- Nuevos Movimientos Sociales (NMSs). Aún aquellos que no
barlas es necesario proceder a transformaciones también compartleron la postcíón de Touraine (1978), para quien
profundas y arquetípicas en la teoría sociológica. En las el objeto de la socíología es el estudio de los movtmíentos
condiciones socíales de los anos noventa, el idealismo será soctales. reconocen que la última década tmpuso :sa te-
probablemente la forma más consecuente de materialismo. mática como una fuerza sm precedentes, siendo solo ob-
En esta nueva conftguracíón simbólica, la hipertrofia jeto de debate el elenco y la jerarquizaclón de las razones
del principio dei mercado sefiala un nuevo desequilibrio explicativas de ese fenômeno. Se trata pu~s de ~n tema
entre regulación y emancipación. En esta ocasíõn, el ex- sobre e1 cual se acumuló una extensa biblIografIa. tant~
ceso de regulación reside en que subjetividad sln ciudada- en los países centrales como en América Latina y que aqut
nía conduce al narcisismo y ai autismo. no es del caso revisarB. Sólo ínteresa mencionarIo brevemen-
te en la medida en que intercepta los dos ~olos estru~tura?­
Los NUEVOS MOVIMIENTOS SOCIALES tes de este texto: la relacíón entre regulacion y ernartctpaclón
y la relación entre subjetlvidad Y ci~dadanía. .
Sostuve arriba que las dos últimas décadas fueron ex- La identificación de la interseccion de los nuevos mOVI-
pertrnentales. También fueron contradictorias. EI hecho mientos socíales en esta doble re1ación es tarea difícil, porque
de que hasta ahora no se haya estabilizado en los países es grande la diversidad de estos movimientos Y porque es
centrales un nuevo modo de regulación social en sustítu- dudoso si esa diversidad se puede reconducir a un concepto
ción dei modo fordista llevó a que las soluciones experi- o a una teoría sociológica únicos. Una deftníctón genérica
mentadas, además de empíricas (eIAdhocismo) e inestables como la que por último nos proponen Dalton y Kuechler
(el Stop andgo, no sólo en el campo económlco, sino tam- -"un sector significativo de la población que de~arrolla y
bíén en los dominios social y cultural), sean contradicto- define intereses mcompatíbles con el orden pohtlco y so-
rias. No es de extrafiar pues que el exceso de regulación cial existente y que los prosígue por vías no instituciO~~II:
que acabo de mencionar haya convivido en los últimos zadas, invocando el uso de la fuerza física o de la coerc.lO~
veinte afias con movimientos emancípatortos poderosos. (Daiton y Kuechler, 1990: 2271-abarca realidades soctolô-
testtgos dei surgímíento de nuevos protagonistas en un gicas tan diversas que a la postre, es muy poco lo que se
renovado espectro de ínnovacíón y transforrnacíón socía- dice de ellas. Si en los países centrales la enumeracIón de
les. La contradicción reside en que la hegemonía del mer- los nuevos movimientos sociales incluye típicamente los
cado y sus atributos y exígencías alcanzó un nivel tal de movímíentos ecológicos, feministas, pacifistas. antirr~aCis­
naturalización social que, aunque lo cotidiano sea ímpen- tas, de consumidores y de autoayuda. la enumeracion <;n
sable sin él, no se le debe por eso mísmo, ninguna lealtad América Latina -donde tambíén es corriente ia desígnacíón
cultural específica. Así, es socialmente postble vívír stn de movimientos populares o nuevos movímíentos popula-
duplicidad y con igual intensidad la hegemonía dei mer- res para diferenciar su base social que es caractenstica de
cado y la lucha contra ella. La concreción de esta posibill-
8 Entre la extensa bibliografia, ver cuatro importantes ltbros (tres de ellos co-
dad depende de muchos factores. Por ejemplo, se puede Iecttvos), dos centrados en los NMSs de los países capitalistas avanzados
(Scott, 1990; Dalton y Kuechler, 1990) Ydos centrados en los NMSs de Amé-
7 Más aliá de los análtsts de BaudrlIlard, consultar la retnterpretactón de la rica Latina (Scherer-Warren Y Krischke. 1987; Laranjeira, 1990).
tecnologia de la comunicactõn hecha por Raulet (1988: 283 y ss.)

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vidad-ciudadanía Ypara mostrar que esos factores no es-
los movimíentos en ,los países centrales (la "nueva clase
tán presentes dei mísrno modo en todos los NMSs en to-
medta"l- es bastante más heterogénea. Teníendo en cuenta el
caso brasílefio , Scherer-Warren y Kríschke destacan la "par- das las rcgtones del globo. .
La novedad más grande de los NMSs restde en que cons-
cela de los movímtentos socíales urbanos propiamente dí-
chos, los CEBs (Comunidades [Ec/esiales de Base] orga- títuyen tanto una crílica de la regulaCi?n social capitalis-
nizadas a partir de adeptos de la tglesia católica), el nuevo ta como una crítica de la emancipacion social socialista
sindicalismo urbano y más recientemente también rural, ta! como fue definida por el marxismo. Alidenliflcar rrue-
el movímíento feminista, el movtmíento ecológico, el mo- vas formas de oprestón que sobrepasan las relaciones de
vimlento pacifista en etapa de organización, sectores de producción, y ni siquiera son específicas, de ellas , como
movimlentos dejóvenes y otros" (Scherer-Warren y Kríschke, son la guerra, la polucíón, el machismo, el racismo o el produc-
1987: 41). La enumeración de Kãrner, para el conjunto de tívtsrno: y ai abogar por un nuevo paradigma social, me-
América Latina es aún más heterogênea e incluye "el po- nos basado en la riqueza y en el btenestar material d el que,
deroso movímtento obrero democrático y popular surgido en la cultura y en la calidad de vida, denuncian los NMSs,
en e1 Brasil, liderado por Luís Ignácio da Silva (Lula) y que con una radicalidad stn precedentes, los excesos de regu-
luego dertvó en el Partido de los Trabajadores: el Sandt- lación de la modernidad. Tales excesos alcanz:m no sólo
nismo que surgtó en Nicaragua como un gran movfmiento el modo como se trabaja y produce. sino tambíén el modo
social de carácter plurielaslsta y pluriideológico; las dife- como se descansa y vive; la pobreza y las asimetrías de las
rentes formas que asume la Iucha popular en el Perú tanto relaciones soctales son la otra fase de la alienación Y del
a nível de los barrios ("pueblos jóvenes") como a nível re- desequilibrio interior de los írrdtvtdu.os: Yfinalmente. esas
gional (Frentes Regíonales para la Defensa de los Intere- formas de opresión no alcanzan específica~ente~ una ela-
ses del Pueblo): las nuevas expertencías de "paras cívicos se social y sí a grupos soctales transclaslstas o Incluso a
nacíoriales", con la parttcípacíón de sindicatos, partidos ia soctedad en su todo.
polílicos y organizaciones populares (grupos eclesiásticos En estos términos, la denuncia de nuevas formas de opre-
de base, comités de mujeres, grupos estudiantiles culturales, sión implica la denuncia de las teorías y de los movtmten-
etc.) en Ecuador, en Colornbta y en el Perú; los movírníen- tos emancipatorios que las omítteron. que las desCUid~r?n
tos de tnvastones en São Paulo; las invasiones mastvas de cuando no fue que pactaron con ellas. Implica pues, la,cntlCa
tierras por los campesinos de México y otros países; los al marxismo y al movtmíento obrero tradicional. a~1 como
Intentos de autogestión en los tugurios de las grandes cíuda- la crítica ai llamado "socialismo real". Lo que es V1StO por
des como Caracas, Lima y São Paulo; los comités de defensa estos como factor de emancipación (el bienestar material,
de los Derechos Humanos y las Asoctacíones de Familia- el desarrollo tecnológico de las fuerzas productrvas) se
res de Presos y Desaparecidos, habíendo surgido estas dos transforma en los NMSs en factor de regulación. Por otro
últimas íntctatívas, bástcamente de los movímíentos socía- lado, porque lasnuevas formas de opresíón se revelan discursi-
les. (Kârner, 1987: 26)9. vamente en los procesos sociales donde se forja la ídentt-
Estas enumeraciones son en sí mtsrnas reveladoras de dad de las víctimas, no hay una preconstitución estructural
la identidad tan sólo parcial entre los movtmíentos socta- de los grupos Y movimientos de emancipación. por lo que
les de los países centrales y de América Latina, un tema ai el movírntento obrero y la clase obrera no tienen una pO~i­
que volveré más adelante. Por ahora, nos sírven para iden- ción privilegiada en los procesos sociales de emancipacio~.
tificar algunos de los nuevos factores que los movtrntentos Además, el hecho de que el movimiento obrero de los pai-
socíales de las dos últimas décadas introdujeron en la re- ses centrales haya estado muy ínvolucrado en la regula-
Iacíón regulación-emancipación y en la relación subjeti- ción soctal fordísta en el segundo período dei desarrollo
capitalista nende a hacer de él una tr?-ba, más que un motor
9 Hasta el inicio de los noventa los movtmtentos Indígenas son raramente men- de emancipación en este tercer período. Por últtmo. a~n­
cionados. Sin embargo. en los últimos anos. sobretodo en América Latina. que las nuevas opresiones no deben hacer perder de VIsta
han sido muy importantes e tnnovadores en la lucha social y poltttca.

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las viejas oprestones, la lucha contra aquellas no se pue- se difunda socialmente en todos los sectores de la vida
de hacer en nombre de un futuro mejor en una sociedad social y. por esa vía , se globalice. Mientras más fuerte fue
por construir. Alcontrarío, la emancípactón por la que se en el pasado la vivenda social de la dominación en las re-
lucha, tiene como objetivo transformar lo cotidiano de las laciones de produccíón. más intenso será ahora su carác-
víctimas de la opresíón aquí y ahora y no en un futuro le- ter socialmente difuso. La plusvalía puede ser sexual.
jano. La ernanctpacíón o comíenza hoy o no comienza nunca. étnica. religiosa. generaclonal. política. cultural; puede
De ahí que los NMSs. con la excepción parcial dei movi- tener lugar en el hábito (y no en el acto) de consumo; pue-
mtento ecológico. no se movllicen por responsabilidades de tener lugar en las relaciones desiguales entre grupos de
íntergeneractonales. presión, partidos o movímíentos políticos que deciden el
Las enumeraciones de los diferentes movimientos arri- armamento y el desarme. la guerra y la paz; puede ineluso
ba citadas muestran por sí mísmas que esa nueva relación tener lugar en las relaciones socíalcs de destruccíón en-
entre regulactón y emancipación bajo el impacto de los tre la sociedad y la naturaleza. o mejor entre los llamados
NMSs es tan sólo manifestación de una constelación polí- recursos "humanos" y los llamados recursos "naturales"
tico-cultural dominante, diversamente presente o ausente de la soctedad.
en los diferentes movimientos concretos. Lo que la carac- Sin querer entrar en el debate sobre la continuidad o la
teriza verdaderamente es un fenómeno aparentemente ruptura entre los víejos y los nuevos movtmíentos socta-
contradictorio de globalización-Iocalización. tanto a ntvel les!", me parece innegable que sín la expertencía histórica
de la regulacíón como a nível de la emancípacíón. La globa- de la dominación en la esfera de la producción. hoy no se-
ltzacíón a nivel de la regulación se hace posible por la cre- ria, social y culturalmente posíble. pensar la reproducción
ciente promiscuidad entre produccíón y reproducción social social en términos de relaciones de dominación. Y la ver-
sefialada atrás. Si el tiempo vital y ei tíernpo de trabajo dad es que los países con fuertes NMSs. tienden a ser paí-
productívo se confunden cada vez más, las relaciones so- ses donde fueron, y quízás todavía son fuertes los víejos
cíales de la producción se descaractertzan como campo movímíentos sociales. También es por eso, que en el cam-
privilegiado de dominación y jerarquización social; y el po de los NMSs. América Latina sobresale en forma desta-
relativo vacío simbólico así creado lo llenan las relaciones cada dei resto de los países periféricos y semiperiféricos.
sociales de reproducción social (en la famílía y en ios espa- EI proceso de globalización en el campo de la regulación
cios públicos) y por las relaciones socíales en la produc- tambíén es un proceso de localización. La razón está en
cíón (relaciones en el proceso de trabajo productivo asalaríado que. como formas de mtersubjettvídad, Ias relaciones so-
entre trabajadores, hombres y mujeres. blancos y negros. cíales de reproducción y las relaciones sociales en la pro-
jóvenes y adultos. católicos y protestantes. hindúes y rnu- ducción, son mucho más concretas e ínmedtatas que las
sulmanes, chiítas y sunttas). relaciones sociales de producción. Mientras éstas últimas
Cualquiera de estos dos últimos tipos de relaciones so- se pueden esconder yabstractizar fácilmente detrás de las
ctales ha venido adquírterido crecíente vlsibilidad social en máquinas, ritmos de producción, normas de fabricación.
los últimos vemte aüos. Pera. contradictoriamente, este reglamentos de fábrica, aquellas no son sino vivencias de
proceso de vístbtlídad social sólo es postble anelado en la relaciones entre personas, entre grupos. entre personas o
lógica (y no en la forma) y en la htstortcídad de la domina- grupos y el aíre, los rios. los bosques o los antrnales, entre
ción propia de las relaciones de produccíón. Es decír la dífu- la vida y la muerte. Es cíerto que también aqui haymedta-
stón social de la produccíón. al mísrno tiempo que conduce danes abstracttzantes, sean ellas las leyes, Ias costumbres,
ai no privilegio relativo de la forma de domtnacíón especí- la religiÓn. el discurso político. Ia publicidad o la idea de
fica de las relaciones de producción (la explotación a tra-
10 A título de ejempto.cf ver las posiciones de Gunder Frank y Fuentes (1989)
vés de la extracción de piusvalía econórnícal, hace posible Yde Brand (1990), a favor de las tesis de la continuidad entre viejos y nue-
que la lógica de ésta (la extracción de plusvalía en una re- vos movrmíentos soctales: y las posiciones de Dalton y Kuechler (1990) en
lación social que no tiene como ftn explícito tal extraccíón) favor de la tesis de la novedad de los NMSs.

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progreso, pera difícil mente excusa, ya sea la relacíón fren- SUBJETIVIDAD Y CIUDADANIA EN LOS NUEVOS MOVIMiENTOS

te a frente entre apresar y oprimido. ya sea la relación fren- SOCIALES


te a frente entre la víctima y la causa de su víctímízacíón.
De ahí que lo cotidiano -que es, por excelencía, el mundo Uno de los más encendidos debates sobre los NMSs,
de la Intersubjetlvldad-sea la dlmenslón espacto-tempo- incide en el impacto de éstos en la relación subjetivi-
ral de la vivencia de los excesos de regulación y de las opre- dad-cludadanía. Según aígunos. los NMSs representan la
síones concretas en que ellos se desdoblan. afirmación de la subjetividad frente a la ciudadanía. La
A nivel de la emanctpactón, ocurre también un fen6me- emancipación por la que luchan no es política sino ante
todo personal, social y cultural. Las luchas en que se tra-
no correspondlente de globallzaclón-Iocalizaclón. Una vez
ducen se pautan por formas organizativas (democracia
liberada de la envoitura estructural que le conferían las
parttcípatíva) diferentes de las que precedieron a las lu-
relaciones soclales de producclón -el Estado capitalista y
chas por la ciudadanía (democracia representativa). AI
eI movírníento obrero-Ta tarea de descubrir las oprestones contrario de lo que se dia con el dúo marshaUiano cíuda-
y de la lucha contra ellas, es potencialmente una tarea sln danía-clase social en el período dei capitalismo organiza-
fln, sm un sujeto social específlcamente titular de eUa y do: los protagonistas de estas luchas no son las clases
stn lógica de acumulación que permita distinguir entre sociales, son grupos soctales, a veces mayores , a veces
táctlca y estrategía. Los valores, la cuitura y la calidad de menores que las clases, con contornos más o menos defi-
vida. en nornbre de los cuales se lucha son, por sí mísmos. nidos en función de intereses colectivos, a veces muy lo-
maximalistas y globalizantes, no susceptlbles de finaliza- calizados pero potencialmente universalizables. Las formas
ción y poco inclinados hacía la negociación y el pragmatismo. de opresión y de exclusión contra las cuales luchan no pue-
Por otro lado, si en algunos movimlentos es discernible un dcn, en general. ser abolidas con la mera concesión de
interés específico de un grupo social (las mujeres, las rní- derechos, como es típico de la ciudadanía; exigen una
narías étnicas, los habitantes de las favelas. los jóve- reconversión global de los procesos de soctalízacíón y de
nes), en otros, el ínterés es colectlvo y el sujeto social que inculcación cultural y de los modelos de desarrollo, o exí-
los titula es potencialmente la humanidad en su todo (mo- gen transformaciones concretas, inmediatas y locales (por
vímíento ecológico, movímíento pacifista). Por último, la lu- ejemplo. el cierre de una central nuclear, la construcción
cha ernancípatorta, síendo maxírnalts ta, dispone de una de una guardería infantil o de una escuela, la prohibiclón
temporalidad absorbente que compromete en cada momen- de publlcidad violenta en la televlsión), exígenctas que, en
to todos los fines y todos los medias, siendo difícil la ambos casos, van más allá de la mera concestón de dere-
planeacíón y la acumulación y por lo tanto más probable, chos abstractos y uruversales. Por último, los NMSs, tie-
la discontlnuidad. Porque los momentos son "locales" de nen lugar en el marco de la sociedad civil y no en el marco
tiempo y de espacio, la fijación momentánea de la dei Estado y, en relación con el Estado mantienen una dis-
globalidad de la lucha tambíén es una fljación localizada tancia calculada. simétrica a la que mantienen con los
Y» es por eSQ que lo cotidiano deja de ser una fase menor o un partidos y con los sindicatos tradícíonalcs.
hábito descartable para pasar a ser el campo privilegiado Esta concepción, que basa la novedad de los movímien-
de la lucha por un mundo y una vida mejores. Frente a la tos sociales en la afirmación de la subjetividad sobre la
transformación de lo cotidiano en una red de síntesis mo- cíudadania. ha sido criticada ampllamente. La crítica más
mentáneas y localizadas, de deterrntnacíones globales y frontal proviene de aquellos que precisamente contestan
maxtmaltstas. el sentido común y el vulgar dei día a día, la novedad de los MNSs. Según e11os, los MNSs son, de
tanto público como privado, tanto productivo como repro- hecho, viejos (los movimientos ecológicos, feministas. pa-
ductivo, se desvulgarizan y pasan a ser oportunidades úni- cifistas dei sigla XIX y el movímtento antirracista de esa
cas de inversión y protagonísmo personal y de grupo. De época y de los aftas clncuenta y sesenta): o son portado-
ahí la nueva relación entre subjetividad y ciudadanía. res de reívtndícactonee que fueron parte integrante de los

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víejos movimientos socíales (el movímíento obrero y eI movi- contraste con lo que pasa en los países centrales, "una de
miento agrario o campesino); o, por último, corresponden las características propias de América Latina es que no hay
a ciclos de la vida social y económica y, por eso, su nove- movimientos sociales puros o claramente definidos, dadas
dad, porque aunque recurrente, tan sólo es aparente. Los la multidimensionalidad, no soIamente de las relaciones
modos de movilización de recursos organ1zativos y otros, soctales sino también de los propíos sentidos de la acción
y no la ídeología, deben ser para estas autores, el punto de colectiva. Por ejemplo, es probable que un movímíerito de
apoyo dei análisis de los NMSs. Para esta segunda concep- orientación claststa esté acompaftado de juícíos étnicos y
cíón, el impacto buscado por los MNSs es , en última íns- sexuales, que lo díferencían y lo astmtlan a otros movímíen-
tancia, político y su lógica prolonga la ciudadanía que tos de ortentacíón culturalista con contenidos clasistas.
orientó los movimientos socíales deI pasado. La distancia Así, los movimientos sociales se nutren con ínnumerables
de los NMSs con el Estado es más aparente que real, pues energias que incluyen, en su constitución. desde for~as
las reivindlcaciones globales-Iocales slempre acaban por orgánícas de acclón social por el control dei sistema polítíco
traducirse en una extgencía hecha ai Estado y en los tér- y cultural hasta modos de transformaclón y particlpaclón
minos en que eI Estado se síenta ante la contíngencía po- cotidiana de auto-reproducclón socletarla" (en Ponte, 1990:
lítica de tener que darle respuesta 11. Además, la prueba de eso 281). A mt modo de ver. en esta "impureza", reside la ver-
mismo es que no es raro que los NMSsjueguen eljuego de la dadera novedad de los NMSs en América Latina y su ex-
democracia representativa, aunque sea por ellobby!ng y tensíón a los NMSs de los países centrales es una de las
por la vía extraparlamentaria; y entran en alianzas más o condiciones de la revitalización de la energia emancipa-
menos ofíctales con sindicatos y partidos. cuando eIlos rrusmos torta de estos movímíentos en general. En la medida en que
no se transforman en partidos. esto suceda. será más verosímilla teoría unitaria. Pero aho-
En mi opinión, no es preciso rechazar la novedad de los ra, sólo es postble hablar ablertamente de tendencias y de
NMSs para criticar las ilaciones que saca de ella la prtme- opciones.
ra concepción. La novedad de los NMSs, tanto en eI cam- La novedad de los NMSs no reside en el rechazo de la
po de la ideología como en eI de las formas organtzatívas, política sino, ai contrario, en la ampliaclón de la política
me parece evidente, aunque no deba ser defendida en tér- hasta más aliá dei marco liberal de la dlstinclón entre Es-
minos absolutos. Tal como Scott (1990), dudó que los NMSs tado y socíedad civil. Los NMSs parten dei presupuesto de
puedan ser explicados en su totalidad por una teoría uni- que las coritradíccíones y las oscilaciones periódicas en-
taria. Basta tener en mente las diferencias significativas tre el principio dei Estado y el principio del mercado son
en términos de objetivos de Ideología y de base social en- más aparentes que reales, en la medida en que eI tránsito
tre los NMSs de los países centrales y los de América Latina. histórico deI capitalismo se hace de una interpenetración
Entre los valores postmaterlalistas y las necestdades bá-
siempre creciente entre los dos prmcípíos, una interpene-
sicas; entre las críticas aI consumo y las críticas a la falta
traclón que subvlerte y oculta la exterioridad formal dei
de consumo, entre el hlperdesarrollo y el sub (o anarco)
Estado y de la política frente a las relaciones socíales de
desarrollo, entre la alienación y el hambre, entre la nueva
producción. En estas condiciones, invocar eI principio del
clase media y las (poco esclarecedoras) clases populares,
entre el Estado-Providencia y el Estado autorttarto, hay Estado contra eI principio del mercado, es caer en la tram-
naturalmente diferencias importantes. No se excluye, por pa de la radlcalidad fácil que consiste en transformar lo
otro lado, que algunos de los NMSs de América Latina ten- que existe en lo que ya existe, como es proplo dei discurso
gan grandes afinidades con e1 tipo dominante de NMSs en político oficial.
los países centrales pera. en general, están correctos Fer- A pesar de estar muy colonizado por el principio del Esta-
nando Calderon y Elizabeth Jelin cuando afirman que, en do y por el principio dei mercado, el principio de la comu-
nidad rousseauniana, es el que tiene más potencialidades
11 Para el debate en el Brasil. ver por ejemplo. cf., ~uth Cardoso (I 983) Y Pe-
para fundar las nuevas energias emancipatorias. La idea
dro Jacobi (1987). de la oblígacíón política horizontal entre ciudadanos y la

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idea de la participación y de la solidaridad concretas en la en el estilo de acción política es el eslabón que une los NMSs
formulación de la voluntad general, son las únicas suscep- con los víejos movímtentos socíales. A través de esta no-
tlbles de fundar una nueva cultura polítlca y, en última vedad continúan y ahondan la lucha por la ciudadanía, no
instancia, una nueva calidad de vida personal y colecti- siendo por eso correcto justificar (con base en esta nove-
va basadas en la autonomía y en el autogobierno. en la dad) un pretendido desinterés por las cuestlones de la cíu-
descentrallzaclón y en la democracia parttctpatíva, en el dadanía en los NMSs como lo hacen Melucci (1988) Yotros.
cooperativismo y en la producción socialmente útil. La No rechazo una cierta normatividad en este análisis y,
poltttzacíón de lo social, de lo cultural, e incluso de lo per- un campo de muchas opctones , la preferencia por la op-
sonal, abre un inmenso campo para el ejercícío de la cíu- ción más opttmísta o prometedora. Son conocidas las limi-
dadanía y revela, aí mísrno tíempo, las limitaciones de la taciones de los NMSs y hoy en día ernpíeza a ser común
cíudadariia de extracción liberal, incluso de la ciudadanía afirmar que ya pasó su momento de apogeo. Es debatlble
social, circunscrita ai marco dei Estado y de lo político por si la relacíón tensa o de distancia calculada entre la demo-
él constrtutdo, Sin postergar las conquistas de la ciudada- cracia representativa y los NMSs ha sido benéfica o perju-
nía social, como en últimas pretende elliberalismo político- dícíal para éstos últimos, Según algunos, esa tensión o
económíco, es posíble pensar y organizar nuevos ejercíctos distancia es responsable por la inestabilidad, por la dts-
de ciudadanía -porque las conquistas de la ciudadanía ci- continuidad y por la incapacidad de untversalízacíón que,
vil. polítlca y social no son trreverstbles y están lejos de ser en general, han sufrido los NMSs y que a la postre son res-
plenas- y nuevas formas de ciudadanía -colectívas y no ponsables por el impacto relativamente restringido de los
meramente índtvíduales: ejerctctcs y formas basados en movimientos en la transformación política de los países
formas político-jurídicas que, aI contrario de los derechos donde han ocurrtdo, Por ejcmplo, TuBo Vigevani sefiala los
generales y abstractos, íncenttven la autonomía y comba- riesgos de asambleísmo, plebiscitarismo y mesíantsrno resul-
tan la dependencia burocrática, personalicen y localicen tantes de que no exista "ningún tipo de instltucionaliza-
las competencias interpersonales y colectivas en vez de ción", de que no exístan "los mecanismos necesarios para
sujetarlas a patrones abstractos: ejercicios y formas que la construcción de la voluntad colectlva", y lo lleva a pre-
parten las nuevas formas de exclustón social, basadas en guntarse por los "alcances cuantitativos de los movímten-
el sexo, en la raza, en la pérdida de calidad de vida, en el tos socíales" (1980: 108), Pero, por otro lado, con un éxito
consumo, en la guerra, que ahora ocultan o Iegtttman. muy diferenciado, algunos movímíentos se han "institucio-
ahora complementan y profundizan la exclusión basada nalizado" convlrtléndose en partidos y disputando la polí-
en la clase social. tica partidaria con lo que, en este caso, corren el ríesgo al
No es sorprendente que, al regresar políticamente, el adoptar la estructura organizativa del partido de movímíen-
principio de la comunidad se traduzca en estructuras to. de subvertlr la Ideologia y los objetivos dei movímíento
organizacionales y estilos de acción política diferentes de que condujo ai partido: este es un riesgo bien expresado
aquellos que fueron responsables de su eclipse, De ahí la en la forma dei fraccionallsmo entre pragmatlsmo y funda-
preferencia por estructuras descentralizadas, no jerárquí- mentalismo, propia de estos partidos.
cas y fluidas, en víolactón de la racionalldad burocrátlca Dada la gran diversidad de los NMSs, es imposible ha-
de Max Weber o de la "Iey de hierro de la oligarquía" de blar de un patrón único de relaciones entre democracia
Robert Michels. De ahí tambíén la preferencia por la ac- representativa (cuando és ta existe, debido a que en Amé-
ción política no institucional, fuera del compromiso neocor- rica Latina la lucha de los NMSs se ha dado muchas veces
poratlvista, dirigida a la opinlón pública. con vigorosa utt- por lograr dicha democracia) y democracia partlcipatlva.
lízactón de los medios de comunícacíón social. involucrando N o me parece, en sí mismo negativo el hecho de que esas
casi siempre actividades de protesta y confiando en la movi- relaciones, cualesqutera que sean, siempre se hayan ca-
lízacíón de los recursos que ellas proporcíonan, Dtaléctí- racterizado por la tenstón y por la dificil convívencía entre
camente, esta novedad en las estructuras organizativas y las dos formas de democracia, toda vez que es de esa ten-

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sión que se han liberado muchas veces las energías ernanct- minista -aunque las reívíndícacíones concretas sean dis-
patorlas necesarías para la ampllaclón y la redefinlclón dei tintas), con movímíentos propíos orientados hacía la rei-
campo político. Hay que agregar que, Incluso cuando las víridícactón de la democracia y de las necesldades bási-
formas de institucionalización son más tenues, la dtscon- cas (comunidades eclcstalcs de base, movtmíentos de los
tlnuldad de los NMSs puede ser más aparente que real, sln tíerra, movlmlentos de los habitantes de lasjavelas) .
pues, como afirma Paulo Krischke, es necesario tener en Pero tanto las semejanzas como las diferencias tíenen que
cuenta las contribuciones positivas de los movimientos ser especificadas. En Cubatão l 2 , un movtmíento ecológico
"tanto para la mernorta colectíva de la sociedad, como para no tendría nada de postmaterialista; sería la reivindica-
la reforma de las Instituclones" (1987: 287). Similarmente ción de una necesidad básica. Y, ai contrario, entre "ocu-
para Inglehart (1990: 43) y Daltony Kuechler (1990: 227): pantes salvajes", edtfíctos vacíos de Berlín y de São Paulo,
los NMSs son sefial de transformaciones gtobales en el no sólo habrá diferencias.
contexto político. social y cultural de nuestra contempo- En el África de lengua oficial portuguesa. los NMSs son
raneídad y por eso sus objetivos serán parte permanente los movtmíentos de liberación que condujeron a sus paí-
de la agenda política de los próximos anos, independlen- ses a la independencia. Son movimientos de los aüos se-
temente dei éxíto, necesariamente diverso de los diferen- senta, pasaron por varias fases y no es extrafio que hoy en
tes movimientos concretos. día estén envejeciendo. Dejando de lado las muchas dife-
rencias que hay entre ellos, se puede decir que en una prt-
Los NMSs Y EL SISTEMA MUNDIAL: BRASIL, ÁFRICA Y mera fase, hasta la mdeperidencta, fueron movimientos
PORTUGAL políticos de guerrilla, con apoyo popular de tipo plebísct-
tarto informal o de ratificación; y que en las zonas libera-
Estas transformaciones ocurren en forma desigual en das ímplantaron. algunas veces, formas de democracia
eí sistema mundial, por lo que la Identldad de los NMSs no participativa que, en las condiciones difíciles en que ocu-
puede dejar de ser parcial. Si en los países centrales com- rrteron, se pueden considerar como avanzadas; como ha
bínan democracia participativa y valores o reivindicacio- sido particularmente el caso dei PAIGC 13 en Guinea-
nes po~tmaterialtstas,en América Latina combinan, en la Bissau. En una segunda fase, entre la independencia y el
mayona de las ettuacrcnes , democracia participativa con final de los afios ochenta, esos movimientos ernpezaron
valores o reívmdicacrones de necesidades básicas. Tan por ínstttuctonaltzarse en partidos de movírníento y gra-
Importante Como el anállsls de la ldentidad parcial de los dualmente, y con diferencias entre ellos , evoluctonaron
NMSs es el análtsís de la destgualdad de su ocurrencla de hacla partidos de vanguardía de tipo lenlnlsta. La memo-
uno a otro país y la diversidad entre ellos dentro de cada ria democrática cedió entonces el paso aI autoritarismo.
país. Es~o mismo se confirma si nos detenemos un poco en Hoy están atravesando por una nueva fase de mstttu-
el espacio dei sistema mundial definido culturalmente por ctonalízacíón dolorosa, radical y promísorta: la conversión
la lengua portuguesa. en partidos democráticos en el sistema emergente de de-
~l Brasil, con una tradícíón accidentada de víejos mo- mocracia representativa. EI PAIGC de Cabo Verde y el
vímíentos sociales, conocíõ en la década de los setenta y MLSTp 14 de São Tomé y Príncipe son hoy partidos de
ochenta un notable Iloreclmlento de los NMSs o de movímten- opostctón.
tos populares de los que da fiel testimonto una abundante Portugal es un país sernípertfértco en el contexto euro-
bibliografia a la cual, por lo demás he venído recurrlendo peo, y por eso en el espaclo mundial de lengua oficiai
a lo largo de este capítulo. Probablemente, debldo ai carác-
ter semiperiférico de la sociedad brasilefia, en ella se Com- 12 N dei T: Cubatão, una ciudad del Estado de São Paulo, fue considerada. du-
bi~an movimientos semejantes a los que son típicos de los rante atgún ttempo. como la ciudad más contaminada de l mundo.
13 PAIGC: Partido Africano de Independencta de Guinea y Cabo Verde.
países centrales (movimiento ecológico, movímíerito fe- 14 MLSTP: Movtrruento de Liberaclón de São Tomé y Príncipe.

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325
portuguesa no es postble verificar el contraste, en térmi- Sin embargo, pasado este breve período, los vtejos-nue-
nos de NMSs, entre países centrales yperiféricos. Si la tradi- vos movimientos soctales conquistaron gradualmente ple-
ción de los víejos movímíentos sociales (partidos, sindicatos, na hegernonía: en contrapartida, los NMSs languldecieron,
movimientos agrarios) es accidentada en Brasil, no lo es desaparccteron y no resurgieron hasta hoy (aunque, en los
menos en Portugal; y en este ámbíto. los cuarenta y ocho últimos tiempos hayan comenzado a dar algunas sefiales
anos de dictadura salazarista fueron, incluso, un "acci- de vida, concretamente el movírntento ecológico). El aná-
dente" mortal!". De ahí que lo que caracteriza verdadera- lisis de este fenómeno está por hacerse y obviamente no se
mente a Portugal en estos últimos veinte anos es el hecho puede hacer aquí. El déficit de movimiento social en la socíe-
de que los víejos movimientos socíales sean nuevos y los dad portuguesa de hoy no es ciertamente reconducíble a
NMSs, en el sentido político corríente. sean muy débiles, un sólo factor. Entre las pistas de investigación para con-
en algunos casos, incluso inexistentes. La longevidad del tinuar. las sígutentes parecen las preferidas. La memoria
interregno salazarista no írnpídtó que subsistteran en la exaltante pero también cafarnaúnica del período revolucio-
clandestinidad el Partido Comunista y, en los últimos afios nario le otorgó a la democracia representativa, su estabili-
de la díctadura, el Partido Socialista; tampoco impidió la dad y sus rutínas, de un especial capital político y simbólico.
exístencta de un movimiento sindical clandestino, autóno- Hay que agregar que, siendo nucva. la democracia repre-
mo, en relacíón con el credo corporativo pero bajo la tute- sentativa no agotó aun su capacídad de movíltzactón, si se
la dei Partido Comunista. Sin embargo, lo cierto es que, en tiene en cuenta que, en un corto espacio de tiempo -y de
las condiciones de la clandestinidad, ni partidos ni sindi-
hecho, en cortocircuito histórico- la ciudadanía cívica y
catos podían tener un amplio impacto en la vida política y
política y la ciudadanía social se ampliaron extraordina-
social.
La revolución dei 25 de abril de 1974 permitió, final- riamente, aunque ésta última bastante limitadamente y
mente, a los viejos movtmíentos sociales de la democracia hoy en dia, incluso así, en fase de recesión. Podrá pues,
representativa, asumir una presencia ampliada y nueva admitirse, como hipótesis de trabajo, que la productividad
en la sociedad portuguesa. Por el hecho de haber surgido social y política de los viejos-nuevos movimientos socíales
en un contexto revolucionario, durante un corto período fue suficiente para prescindir deI vigoroso surgimiento de
(1974-76), aparecieron, paralelamente a los viejos-nuevos los NMSs.
movtmíentos sociales, NMSs orientados por los prmcíptos Otra pista de tnvesttgactón tiene que ver con la postblc
de la democracia participativa y con objetivos postmate- uníón, anotada arriba, entre la lógica de los víejos movi-
rtaltstas y culturales, o de satisfacción de necesidades mientos y la de los NMSs. La falta de tradlción en Portu-
básicas (movírníento pacifista contra el envío de tropas gal' de una fuerte acción clasrsta, le abre el camino para
hacia las últimas colonías, movimiento ecológico. movímíen- la acción anarco-baststa, en períodos de convulsión social,
to feminista, movtmíento de autoconstrucción, movímíento o para la acción hiperpolltizada de cúpula en períodos de
de ocupación de casas, movimiento de ocupación de tíe- estabilidad democrática. Zermefio. citado por Paulo Krischke,
rras. movímíento de guarderías infantiles y clínicas popu- menciona como una particulartdad de la historia mexica-
lares, movimiento de educación básica y de dinamización na, el hecho de que los movímíentos socíales generaron
cultural, etc., etc.). Debido a la revolucíóri, los viejos y los muy pronto su "superpolitización" (Krischke, 1987: 7991.
nuevos movimientos socíales nacreron, por así decirlo, al Curiosamente, y por cíerto por razones diferentes, Lipietz
mismo tiempo; y durante urt corto período convivieron en menciona la "tendencia específicamente francesa" de que
régímen de gran tensión y contradícctón social, en dispu- los movírníentos soctales "se politicen muy rápidamente"
ta por la forma de democracia preferida: democracia repre- con el ftn de conquistar representación política y mediática
sentativa o democracia partícípattva.
(Ltpíetz, 1988: 911. También, por razones diferentes a és-
tas, sería de proponer, como hipótesis de trabajo, que la
15 El análísts comparado de esta tradtcrõn está por hacerse y clama por que
se haga. forma de hiperpolltización en Portugal consiste en que los

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gérmenes de los NMSs se desvían fácilmente hacta lo polí- a la postre, no lo era, sino regulación bajo otra forma. La
tico. constituido incluso antes de que conduzcan a la crea- emancípacíón puede, así, regresar a los decires y haceres
ción de los movímtentos. Una ílu stracíón de esta mísmo de la intersubjetividad, de la socialización, de la inculca-
estaría en la lígacíón grotesca que ha mantenido a nível ción cultural y de la práctíca política. El impacto residió
parlamentario una fracción deI movimiento ecológico con también en un intento de buscar un nuevo equilibrio en-
eI Partido Comunista, mezclando, por conveniencia de este tre subjetlvidad y ctudadanía. SI en aparlencla algunos
último, el antiproductlvlsmo ecológico y el hlperproduc- NMSs se aftrmaron contra la ctudadania, fue en nombre
tívísmo de raíz lentnísta. de una ciudadanía de nível superior, capaz de compatibi-
Una última pista de tnvestrgacíõn, relacionada con las lizar el desarrollo personal con el colectlvo y de hacer de
la "socíedad civil" una socledad política donde el Estado
anteriores. consistiría en la avertguacíón deI impacto de la
sea un autor privilegiado pero no único. Por todas estas
falta de "agentes externos" que se dediquen a los movi-
razones, los NMSs no pueden dejar de ser una referencia
mlentos e tnvíertan en ellos el capital profestorial, Ideoló-
central cuando se trata de imaginar los camínos de la sub-
gico, cultural o político de que dtsponen. EI papel de los
jetividad, de la ciudadanía y de la emancipación en los anos
agentes externos ha sido destacado por diversos autores,
noventa.
aunque tal papel es objeto de debate, En Brasil, por ejem-
pio, se ha mencionado el papel de los profeslonales y de la
Iglesla Católica e Incluso de algunos partidos políticos en Los ANOS NOVENTA

la organlzaclón de los movtmíentos soctales (clacobí. 1987:


264), La hlpótesls de trabajo sería. en este caso: a) que en Si las dos últimas décadas fueron experimentales, es
Portugal, los partidos políticos "nacleron" en 1974 contra natural que los anos noventa traígan una profundización
de algunas de las experíenctas. a menos que la sociedad
los movlmlentos soclales; b) que la Iglesía Católica es con-
dei futuro no necestte de un modo específico y dominante
servadora y ha sabido ahogar o cooptar las veleidades de
de autorreproduclrse y haga de la inestabilidad de las nue-
mtlítancta progresísta de sacerdotes o de legos; c) que, final- vas experiencias, la única forma víablc de estabilidad.
mente. los profesionales han sido, hasta ahora, eficazmente Tambíén es posfble pensar, como quíere algún postmoder-
cooptados por los partidos con el aliclente de la partlclpa- nismo, que lo nuevo que hubo en estos últimos veinte anos
clón cilenteilsta en los beneficios dei goblerno e Incluso de no cesará de repetirse, como nuevo, en los aüos venideros,
la opostcíón. no quedándonos otra actítud sino perder el hábito de Imagi-
Esta breve referenda a los NMSs en el ámblto de la len- nar otras poslbilldades más aliá de lo que existe y celebrar
gua oficiai portuguesa dei sistema mundial, tuvo como obje- lo que existe como el conjunto de todas las poslbilldades
tivo ilustrar la extrema diversidad de sttuaciones que se ímagínables. Esta teoría, que tlene la pecuilarldad de ser
esconden por detrás de la "nueva era política" (Kuechler y indeterminista en relación con el presente y determinista
Dalton, 1990; 285) instaurada por los NMSs, Sln embar- en relación con el futuro, no nos impide stn embargo ima-
go, de lo que no queda duda, es de que los NMSs, en los ginar otras teorías postbles donde quepa la diferencia del
países donde ocurrieron con más intensidad, srgnífícaron futuro y nuestra diferencia en relación con él.
una ruptura con las formas organizativas y los estilos polí- SI fuera correcto hablar de "patologías de la modernl-
ticos hegemónlcos y su Impacto en la cultura y en la agenda dad", diríamos que eIlas consistieron hasta ahora en subsín-
política de esos países trasciende en mucho a las víctsítu- tesrs entre subjetividad, ciudadanía y emanctpactón, que
des de la trayectoria de los movimientos en sí mísmos. El resultaron en excesos de regulación, los cuales además, en
impacto residió específicamente en un intento por mver- ocasiones, se insinuaron bajo la forma de emancipaciones,
tir el tránslto de la modernldad hacla la regulacíón y ha- denunciadas posteriormente como falsas. En las seccío-
cia el exceso de regulacíón, con el olvido esencial de la eman- nes anteriores, mencionamos tales excesos en sus diferentes
formas y el síguíente cuadro lo presenta de modo stnóptíco.
ctpacíón, ai punto de hacer pasar por emancípactón lo que,

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nueva teoría de la emancipaci6n. El tratamiento de la teo-
ría de la subjetividad será realizado en otra parte.
Excesos de regulación
PARA UNA NUEVA TEORIA DE LA DEMOCRACIA
SUBSÍNTESIS EXCESO
El capitalismo no es criticable por no ser democrático,
Cludadanía sin subjetividad nt NormaUzación disciplinaria sino por no ser suficientemente democrático. Siempre que
em anctpactón. foucaulUana. el principio dei Estado y el principio dei mercado encon-
traron un modus vivendi en la democracia representativa,
Subjettvidad etn ciudadanía 01 Narcisismo: autismo des-
ésta stgntíícó una conquista de las clases trabajadoras,
em anctpacíón. soctaltzante: consumismo.
aunque presentada socialmente como concestón que les
Em anctpactón stn subjetivldad Despotismo; totalitarismo; fue dada por las clases dominantes. La democracia repre-
nt crudadan ía . reformismo au torttarto . sentativa es, pues , algo positivo y como tal debe ser apro-
piada por el campo social de la emancipación.
Emanctpactôn con ctu dadanfa Reformismo soctal- La democracia representativa constttuyó, hasta ahora.
y em aubjettvtdad. democrático. lo máximo de concíencía política postble dei capitalismo.
Emanctpacíón con eubjetívídad Este máximo no es una cantidad fíja, es una relacíón so-
Basfsmc. mestantsmo. cial. La profundización de la democracia representativa a
y stn ciudadanía.
través de otras formas más complejas de democracia. pue-
No cabe analizar aqui cada uno de ellos. Los concibo como de conducir al aumento del máximo de conotencta posible,
diferentes subsíntesis de la modernidad, es decIr conste- caso en el cuaI el capitalismo encontrará un modo de con-
laciones socio-políticas que. por una li otra vía, no lograron vivenda con la nueva configuración democrática. o puede
una síntesis entre subjetividad, cíudadania y emancipa- coriductr. frente a la rigidez de ese máximo. a una ruptura
cíón, dando de ella, una versfón truncada. desfigurada. o. rnejor, a una sucesión histórica de microrrupturas que
perversa. Frente a los fracasos de la teoría crítica moder- apunten hacía un orden social postcapitalista. No es po-
na, que está, además, por detrás de algunas de las formas stble determinar cuál será el resultado más probable. La
de falsa emancipación, la tarea de la teoría crítica postrno- transformación social ocurre sin teleología ni garantía. Es
derna consiste en apuntar de nuevo hacía los caminos de esta indeterminación lo que hace que el futuro sea futuro.
la síntests. tomando como método, por un lado, la citación La renovación de la teoría democrática se basa, ante todo.
de todo lo que existió de positivo en la expertencía históri- en la formulación de criterios democráticos de participa-
ca de nuestra contemporaneidad, por más negativa que ción política que no confinen ésta ai acto de votar. Implica
ocasionalmente haya sido y por otro lado, la dlsponibili- pues. una arttculacíón entre democracia representativa y
dad para identificar lo que de nuevo caracteriza el tIempo democracia parttcípattva. Para que tal artIculación sea
presente y hace de él verdaderamente nuestro tiempo. El posible, es necesario además que el campo de lo político
esfuerzo teórico que está por emprender debe incluir una sea redefinido y ampliado radicalmente. La teoría política
nueva teoría de la democracia que permita reconstruir el liberal transformó lo político en una dímensíón sectorial y
concepto de ciudadanía, una nueva teoría de subjetiotâaâ especializada de la práctIca social -el espacío de la ciuda-
que permita reconstruir el concepto de sujeto y una nue- dania- y lo confinó ai Estado. AI mismo tíernpo, todas las
va teoría de la emancipación que no sea más que el efecto otras dimensiones de la práctica social fueron despoliti-
teórico de las dos primeras teorías en la transformación de zadas y con eso mantenidas inrnunes al ejerctcto de la cíu-
la práctica socialllevada a cabo por el campo social de la dadanía. EI autoritarismo e incluso el despotismo de las
emancipación. En este capítulo abordaré sólo la cuestión relaciones sociales "no políticas" (económícas. soctales,
de la nueva teoría democrática y de sus corolartos para una familiares, profesionales, culturales, religiosas) ha podí-

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do así convivir sín contradíccíón con la democratízacíón de rica ambívalente. Si, por un lado, se aprovechó de él para
las relacIones sociales "políticas" y sin nínguna pérd!da de apropiarse deI trabajo no remunerado de las mujeres, lle-
legítrmactón para estas últimas. vando a éste a participar-Ia otra mano invisible para hacer
La nueva teoría democrática deberá proceder a la repolí- pareja con la del mercado- en los castos de la reproduc-
tizac!ón global de la práctica social y el campo político in- ción de la fuerza de trabajo que debían. en otras círcuns-
menso que de ahí resultará. permitirá descubrir formas tanctas, ser cubíertos íntegramente por el salarío, por otro
nuevas de opresión y de domtnactón, al mismo tiempo que lado, liberó parcialmente a la mujer de sumístones
creará nuevas oportunidades para el ejercícío de nuevas ancestrales, incluso si sólo fue para someterla a la sumi-
formas de democracia y de ciudadanía. Ese nuevo campo sión moderna dei trabajo asalariado. A pesar de ser de-
político no es, sin embargo, un campo amorfo. Politizar sig- batible es. sin embargo, altamente improbable que el máxi-
nifica identificar relaciones de poder e imaginar formas mo de concíencía postble deI capitalismo, pueda venir a
prácticas de transformarias en relaciones de autoridad integrar el fín de la díscrtmínacíôn sexual. En cualquíer caso.
compartida. Las diferencias entre las relaciones de poder la polltlzación deI espacto doméstico -y por lo tanto, el mo-
son el prmcípío de la díferencíactón y estratlfIcación de lo vtmíento feminista- es un componente fundamental de la
político. En cuanto tarea analítica. y presupuesto de ac- nueva teoría de la democracia.
cíón práctlca, es tan importante la globalización de lo po- El espacio de la producción es el espacio de las relacio-
lítico como su díferencíacíón. nes sociales de producción y la forma de poder que le es
Como menctoné en el quinto capítulo. distingo cuatro propta es la explotacíón (extracción de plusvalla). La dífu-
espacíos políticos estructurales: el espacío de la ciudada- sión social de la producción y el atslamtento político del
nía, es dectr, el espaclo político según la teoria llberal; el proletariado en la produccrón, ayudaron en los últimos
espacio doméstico; ei espacio de la producción y el espa- veinte anos, a hacer social y políticamente menos impor-
cio mundial. Todos estos espacios confrguran relaciones tante lo cotidiano deI traba]o asalartado, una evolución a
de poder, aunque sólo las que son propias de! espacto de la que. por demás, contribuyeron los científicos socíales at
la cíudadanía llberal sean consideradas como políticas y desviar su atención analítica tanto de la brutalidad de las
por lo tanto, sean susceptlbles de democratízactón políti- relaciones concretas de producción (la violencia de los rit-
ca. Cada uno de eIlos es un espacto político específico en mos de producción; la coacción física y psicológica contra
el cual se suscita una lucha democrática específica. ade- los trabajadores; la degradación de las condiciones de los
cuada para transformar las relaciones de poder propías de lugares de trabajo, concretamente de las condiciones de
ese espacto en las relaciones de autoridad compartida. seguridad y salubrtdad), como de la brutalidad de las re-
El espada doméstico continúa stendo el espacio privile- laciones en la produccíón (las rivalidades y la competencia,
giado de reproducción social y la forma de poder que do- la delación y los hurtos entre trabajadores: la degradaclón
mina en él es el patriarcado. Entre los NMSs, el movtmtento moral de las relaciones frente a frente y el aislamiento
feminista ha desempenado un papel crucial en la políttza- autístico como exígencía para sobrevivir).
ción deI espacio doméstico. es dectr, en el descubrimien- Por esta razón. el espacío de la produccíón perdió prota-
to del despotismo en que se traducen las relaciones que lo gonismo social y cultural y los sujetos sociales constituidos
constltuyen y en la formulación de las luchas adecuadas en él perdieron peso político, sobre todo el proletariado.
para democratizarIas. Obviamente. la díscrtmtnacíón sexual Pero como espacio de organización multiforme de la fuer-
no se limita aI espacío doméstico ní sternpre es el resulta- za de trabajo asalartado, el espacio de la producción es hoy
do deI ejercícío dei poder patriarcal; pero éste poder esta- más central que nunca y su hegemonia aumenta con la
blece la matriz a partir de la cual otras formas de poder son dífustén social de la produccíón, con la ideologia deI produc-
legitimadas socialmente para producir díscrírntnacíón sexual. tívísrno y deI mercado, con la compulsión deI consumo. La
EI capitalismo no inventó el patriarcado e incluso se pue- artículactón entre el aislamiento político deI proletariado
de decir que tiene en relación con él una trayectoria hístó- y la dtfustón social de la fuerza de trabajo asalariada, es

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responsable de la sítuacíón paradójica que consiste en que de la producción, la lealtad a la empresa, la dlstinción entre
la fuerza de trabajo asalariada es cada vez más crucial lo público y lo privado, la representaclón de los trabajado-
para explicar la sociedad contemporánea y el proletariado res .Ias coallclones, etc, I, Sln embargo, la evolución recíente
es cada vez menos importante y menos capaz de organi- ha tenldo lugar, en el sentido de heterogenlzar y desca-
zar la transformación no capitalista de ésta. racterizar, cada vez más, las relaciones de producción. En
Si tal transformación no se puede hacer sólo con el pro- el polo benevolente se detectan relaciones de producción
letariado, tampoco se puede hacer stn él o contra él. Para relativamente horizontalizadas, con una corivívencía en-
eso, además, es preciso alterar las estrategtas y las prác- tre capital-trabajo que más parece organizada según el
tlcas de los viejos movimientos sociales dei proletariado, principio de la comunidad que según el principio dei mer-
de los rnovímíentos obreros y de los sindicatos. EI movi- cado; son las empresas-comunidad, donde trabaja la nueva
miento obrero obtuvo notables conquistas -sobre todo en aristocracia dei proletariado, En el polo despótico, pulu-
ei segundo período, el dei capitalismo organizado y en los lan lassweatshops dei fln de siglo y la explotacíón dei tra-
países centrales- en el sentido de integrar social y políti- bajo infantil, caracterizados por relaciones de producción
camente a los trabajadores mediante una distribución más cuya víolencía las aproxima ai ptlla]c típico de la acumu-
justa de la riqueza creada por ellos. Sin embargo, tales lación primitiva; son las empresas-campos de concentra-
conquistas fueron obtenidas, entre otras cosas, a costa de ción donde trabajan los Ilotas de nuestro tiempo. Entre los
la separaclón total entre el espacío de la cludadanía y el dos polos son inmensas las gradaciones y las variaciones.
espaclo de la producclón por vía de la cual, el obrero-ctu- Esta heterogeneldad de las relaciones sociales de pro-
dadano rerruncíó a la posibllidad de Ilegar a ser un ciuda- ducción que. obviamente. siempre existtó pero que hoy es
dano-obrero. La negoclación sindical y la representación más descaracterizadora que nunca, hace la relación social
política del movímícnto obrero, que fueron tan importan- entre capital y trabajo menos específica y la relaclón eco-
tes para rnejorar las condiciones de vida de los trabajado- nómica entre ganancias y salarios menos definida. La
res, tambtén fueron decisivas para naturalizar, trivializar plusvalía econórníca es cada vez más tan sólo uno de los
y, en suma, despolitizar las relaciones de producción. En componentes de una relacíón de poder donde se mezclan,
este ámbíto. los dilemas de la actual situaclón se derívan más allá de ella, plusvalías étnicas, sexuales, culturales y
de que estamos entrando en un período en el que la nego- políticas. Si esta nueva impureza de las relaciones de pro-
cíacíón sindical y la representaclón política tradtcíonales ducción contribuye a la creciente íneftcacta y desactua-
plerden efícacía y hasta legttímídad junto a los trabajado- lización dei movimiento obrero tradicional, por otro lado,
res sm que, además, la relaciones sociales de producción crea oportunidades insospechadas para inculcar ciudada-
se desnaturalicen, se destrtvíalícen y en suma. se repoli- nía en el espacto de la producción. Mientras menos sea el
tlcen. AI contrario, la eflcacla transmitida dei rnovímíento trabajador sólo trabajador, más viable se hace el tránsito
obrero se transformó perversamente en el mayor obstáculo político y simbólico entre el trabajador-ciudadano y el cru-
para su sobrevívencía en la nuevas condiciones de acumu- dadano-trabajador.
lacíón de capital. La politizaclón dei espacio de la producción es multi-
En estas condiciones, una de las tareas centrales de la dimensional. Incluye, en primer lugar, la relacíón capital
nueva teoría democrática consiste en la polítízacíón del espa- trabajo. Independientemente de su calldad, la cantidad de
cio de la producclón. En una tradición que víene de Marx, esta relacíón continúa síendo su característica más espe-
de Karl Renner y de Michael Burawoy. sostuve en otro lu- cífica incluso a pesar de que en los últimos tiempos se haya
gar (Santos, 1985)16 que la fábrica es un mlcroestado donde Informalizado de alguna manera. De ahí que las luchas por
es posíble detectar instituciones lsomórflcas en el campo la disminución de la jornada de trabajo tengan un fuerte
político liberal, sólo que mucho más despóticas (eí derecho contenido político. Y sucede lo mlsmo con las luchas que
apuntan al aumento de la participación y de la co deter-
16 Consultar también el quinto capítulo. minación en las decisiones de la empresa. En segundo lugar,

334 335
la politización dei espacio de la producción incluye las re- ponsabilidad liberal, basada en la reciprocldad entre de-
laciones en ia producción. Lo que distingue las plusvalías rechos y deberes. Entonces será posíble atribuir derechos
étnicas. sexuales, culturales y políticas es que ellas, aI a la naturaleza sín que en contrapartida, se tenga que exí-
contrario de la plusvalía econômica, pueden existir en las gtrle deberes. La ecología y el movimiento ecológico son,
relaciones entre trabajadores. EI "obrero de masa" o el así. partes integrantes del proceso de politización dei es-
"obrero colectívo" terminá (si alguna vez existió) y es ne- pacio de la produccíón. aunque sus objetivos se extiendan
cesaria sacar de eSQ todas las consecuencias. Las relacio- por cualquiera de los otros espacios estructurales. En las
nes de poder entre trabajadores en la producción pueden condiciones dei fin de siglo, la forma de politización más
violentar lo cotidiano deI trabajo asalariado tanto o más lograda dei espacío de la producción es el antiproductivismo.
que la relación entre capital y trabajo. EI ocultarníento de El espacio mundial es el conjunto de los impactos en
esta forma de poder en nornbre de míticas solidaridades cada formación social concreta resultantes de la postctón
constituye un acto de despolitización y de desarme político. que ella ocupa en el sistema mundial. La forma dominan-
En tercer lugar. la políttzacíón dei espacio de la produc- te de poder en el espacto mundial es el intercambio des-
ción incluye los procesos de trabajo y de producción y con- igual entendido en términos sociológicos, más amplias que
cretamente el componente tecnológico y el de las lIamadas los términos económicos en que fue desarrollada original-
mate rias primas. Vivimos en un tiempo de automatismo mente la teoría del intercambio desigual. Las relaciones de
tecnológico que lleva al paroxismo la asimetría entre ca- intercambio desigual entre países centrales, periféricos y
pacídad de acción y capacidad de previsión. Surgen de ahí semtpertfértcos , síempre tuvieron una fuerte dimensión
riesgos y danos postbles totales. insocial1zables e ínase- política, como lo atestíguan las guerras, el derecho inter-
gurables, demasiado grandes para poder responsabilizar nacional público y las organizaciones políticas ínternacío-
a los índívtduos por ellos, como consta dei paradigma li- nales. En tiempos rccíentes, esta dimensión, que siempre
berai de la responsabilidad y obviamente impunes si la convivió con otras, económicas, culturales y religiosas,
humanidad es responsabilizada en ali todo. En este cam- perdió terreno frente a las otras dimensiones, e incluso se
po, la politización dei espacío de la produccíón consiste en ha dejado interpenetrar por ellas ai punto de que es dificil
el descubrtmíerito de las relaciones sociales de poder que determinar lo que es específicamente político en las rela-
constituyen eI automatismo tecnológico -el cual, por esa ciones entre Estados. A mi entender. esta tendencia parece
vía. deja de ser automático- y en la tmagmacíón de alter- irreversible y sólo podrá ser contrariada eventualmente a
nativas tecnológicas que posibiliten el reequtltbrto entre través de la polttízacíón de las diferentes prácticas trans-
capacidad de accíón y capacidad de previsión. nactonales, entre las cuales se deben incluir las relacio-
La politización de la tecnología no es posible sin las lla- nes entre Estados.
madas materias primas; es decír. sin la politización de.la Se trata de una tarea difícil debido ai surgímíento en los
relación naturaleza sociedad en el espacío de la produc- últimos veínte anos de dos importantes factores. EI prime-
ción. La dtsttncíón naturaleza-socíedad tiene hoy poco sen- ro lo constituyen, como ya lo mencíoné, los imperativos
tido. una vez que la naturaleza es cada vez más la segunda económicos impuestos por las empresas multtnacíonales
naturaleza de la sociedad. La naturaleza es una relación en el proceso de tranenactcnaltzactón de la producción. Se
social que se oculta detrás de sí mísma y que por eso es trata de las decístones de inversión de las empresas mul-
doblemente dífíctl de politizar. Además, frente a los ries- ttnactonales, hechas a escala mundial, articuladas con
gos de la catástrofe ecológica, tal poltttzactón ya se está condiciones y exígencías localizadas impuestas a las diferen-
imponiendo y las rupturas políticas dei futuro se basarán tes economías nacionales y a sus Estados. Tales decístones
en forma crecíerite en las diferentes percepciones de estos y condiciones se revisten de tal necesidad e inevitabilidad
riesgos. La politización de la naturaleza incluye la exten- que evaden cualquíer control político nacional o interna-
stón a ésta del concepto de la ciudadania, lo que significa cional. Y, por no poderse tratar políticamente, tienden a
una transformación radical de la ética política de la res- dejar de ser consideradas políticas. EI segundo factor con-

336 337
síste en lo que Leslte Sklair llama la "cultura-ideologia dei democracia y de nuevos criterios democráticos para eva-
consumismo" [1991: 41). Se trata de la estrategía simbó- luar las diferentes formas de parttcípacíón política. Y las
lica deI capitalismo transnacional en el sentido de integrar transformaciones se prolongan en el concepto de ciudada-
en la lógica dei consumo todas las elases sociales del sis- nía, en el sentido de eliminar los nuevos mecanismos de
tema mundial y muy especialmente a las clases populares excIusión de la ciudadanía, de combinar formas individua-
de los países periféricos y semípertférícos. Es un proceso les conforrnas colectivas de ciudadanía y finalmente, en
antíguo pera que, en los últimos afias, asumíó una calidad el sentido de ampliar ese concepto hasta más allá dei prin-
diferente con eI nuevo orden de la información mundial y cipio de la reciprocidad y simetria entre derechos y debe-
con el control global de los mercados mediáticos y de la res. Aquí empalma la necesidad de una nueva teoría de la
publicidad. Presupone una gran separación entre la prác- subjetividad que será tratada en otra ocasión.
tica deI consumismo y el consumo de productos, es decír,
entre el consurntsmo, como práctica cultural-ideológica y PARA UNA NUEVA TEORíA DE LA EMANCIPACIÓN
los productos en que. en la mayoría de los casos. él no se
puede concretar. Los dos factores están interrelacionados, La nueva teoría de la emancipación parte de la idea de
como sería de esperar. Las empresas multinacionales son que -desde el punto de vista de lo político. ampliado y pro-
los grandes vehículos de la cultura-ideología deI corrsu- furidtzado por la nueva teoría democrática-los anos sesenta
mtsrno y han desempenado un papel fundamental en el apenas han comenzado y contínuarán síendo una referen-
aumento de las expectativas consumistas que no se pue- cia central en los anos noventa. Esto porque, con todas las
den satisfacer, en un futuro prevíaíble. por la masa de la limitaciones y fracasos sefialados atrás. los movímtentos
población delllamado Tercer Mundo. socíales de los anos sesenta intentaron, por primera vez,
La politización de las prácticas transnacionales es una combatirlos excesos de regulacíón de la modernidad a tra-
coridícíón slne qua non para el descubrimiento de las re- vés de una nueva ecuación entre subjetívídad. ciudadanía
laciones de poder que se esconden detrás de las necesídades y emancipación. Es cierto que no lo lograron eficazmente.
"naturales" de producción y de consumo y de la transfor- pera probaron con su fracaso la necesidad de continuar
mación de tales relaciones de poder en relaciones de autort- ese combate.
dad compartida. En este campo. Ia práctíca transformadora EI colapso de los regímenes autorttartos dei Este euro-
se basará en la creacíón de oblígactones políticas hortzon- peo tuvo, entre muchas otras, dos consecuencias que in-
tales de ámbito transnacíonal. entre ciudadanos y grupos teresa realzar aquí. Por un lado, hizo que perdiera sentido
sociales de las diferentes regíones dei sistema mundial. Y la distinción entre industrialismo y capitalismo de la cual
no deben ser escamoteadas las díftcultades de ese inten- se alimentaron las teorías del postindustrialismo y del post-
to. pues es sabido cómo, en el pasado, el desarrollo de la capitalismo. EI sistema mundial es un sistema industrial
cíudadanía en los países centrales se obtuvo a costa de la capitalista transnacional que integra tanto sectores prein-
exelusión de las poblaciones coloniales y postcoloniales en dustriales como sectores postindustriales. Por otro lado,
las periferias y semiperiferiasdel sistema mundial. la idea del socialismo fue liberada de la caricatura deI "socia-
La nueva teoría de la democracia -que tambíén pode- lismo real" y quedó de esta manera, disponible para vol-
mos designar como teoría democrática postmoderna, para ver a ser lo que siempre fue: la utopía de una sociedad más
significar su ruptura con la teoría democrática liberal- tíe- justa y de una vida mejor.
ne pues , como objetivo ampliar y profundizar el campo Designar como socialismo el conjunto de prácttcas emanei-
político en todos los espacios estructurales de la interac- patorías. no tíene otra legtttmtdad sino la que vtene de la
cíón social. En este proceso, el propío espacío políttco-It- htstorta, una hístorta de claro-escuros que, por no tener
beral, el espacio de la ciudadanía, sufre una transformación otra, no debemos rechazar, bajo pena de quedarnos sus-
profunda. La diferenciación de las luchas democráticas pendidos sobre un montón inrnenso de basura histórica
presupone la ímagmactón social de nuevos ejercíctos de con la ilusión de no ser nosotros mtsrnos la parte vacía de

338 339
la clepsidra donde se recogió esa basura. Porque la trans- utilizar para su beneficio- no estatal y no mercantil donde
forrnacíón emancipatoria no tiene teleología ni garantía. el es posible generar utilidad social a través dei trabajo
socialismo no es, en principio. ní más ni menos probable autovalortzado (trabajo negativo, desde el punto de vista
que cualquier otro futuro. de la extracción de la plusvalía): una socíedad-províden-
Pera, como futuro. el socialismo nunca será más que cía transfigurada que, stn dispensar ai Estado de las pres-
unacalidadausente. Es dectr. será un principio que regula taciones sociales a las que lo obliga la retvíndícactón de la
la transformación emancipatoria de lo que existe stn que ciudadanía social, sabe abrir carntnos propios de eman-
además, se transforme nunca en algo existente. Dada la cipación y no se resigna a la tarea de colmar las lagunas
acurnulacíón de riesgos ínsocíaltzables e inasegurables, dei Estado y, de ese modo, participar. en forma benévola,
desde la catástrofe nuclear hasta la catástrofe ecológica, en el ocultamiento de la oprestón y deI exceso de regula-
la transforrnacíón emancípatorta está cada vez más inves- ción. El cultivo de este inrnenso campo, que ha intentando
tida de negatividad. Sabemos mejor lo que no queremos con éxito diferenciado por los NMSs, será el producto-pro-
que lo que queremos. En estas condiciones, la emancipa- ductor de una nueva cultura. No "cultura política", porque
cíón no es más que un conjunto de Iuchas procesales. sin toda la cultura es política. Cabe recordar aquí ai más gran-
un fin definido. Lo que la distingue de otros conjuntos de de teórico africano de este siglo, Amílcar Cabral, para
luchas, es el sentido político de la procesalidad de las Iu- quien la cultura y el renacirniento cultural constituyen,
chas. Este sentido es, para el campo social de la emanei- por excelencia, la pedagogia de la emancipación.
pación, la ampltacíón y la profundización de las luchas
democráticas en todos los espacios estructurales de la REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
práctica social según lo establecido en la nueva teoría de-
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adjetivado cuanto lo exijan las luchas democráticas. En Uníverstty Press.
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ductivista, pacifista y anttrracísta. Mientras más profundo Movements: Waves ofCultural Crítícísm and Mobilization
sea el descubrtmterito de las opresiones y de las exclusto- Cycles of New Middle-Class Radicallsm", en : Dalton y
nes, mayor será el número de adjetivos. EI socialismo es Kuechler (orgs.). 23.
el conjunto de sus adjetivos en equilibrio dtnámtco, social- CARDOSO, Ruth (1988), "Movimentos Sociais Urbanos:
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342 343
10

HACIA UNA CONCEPCIÓN MULTICULTURAL DE LOS


DERECHOS HUMANOS

INTRODUCCIÓN

En los últimos aüos, me ha intrigado eI problema de has-


ta qué punto los derechos humanos se han convertido en
eI lenguaje de la política progresista. Indudablemente,
hasta mucho después del ftn de la Segunda Guerra Mun-
dial los derechos humanos eran en buena medida parte
integral de la política de la guerra íría, y así eran conside-
rados por la ízquíerda. La doble moral. la complacencia
hacIa dictadores aliados. la defensa de la intercambIa-
billdad entre los valores de los derechos humanos y dei
desarrollo: todo esto echaba una sombra de duda sobre los
derechos humanos como libreto emancípatorto. Fuera en
los países centrales o en el mundo en desarrollo, las fuer-
zas progreststas preferían el lenguaje de la revolucíón y el
socialismo a la hora de formular una política emancipa-
toria. Stn embargo. con la aparentemente irreversible cri-
sts de estas patrones de ernancípacíón. aquellas mísmas
fuerzas progresistas están volviéndose hacia los derechos
humanos para reconstruir ellenguaje ernanctpatorío. Es
como si se invocara a los derechos humanos para llenar el
vacío dejado por la política socialista. <,-Pueden en efecto
llenar los derechos humanos semejante vacío? Mirespuesta es
un sí calificado. De acuerdo con ello. mí objetivo analítico

345
es especificar aquí las condiciones bajo las cuales los de- y el Estado. las generaciones segunda y tercera recurren
rechos humanos pueden ser puestos al servícío de una polí- aí Estado como un garante de los derechos humanos.
tica progresista y emancipatoria. Por último, la tercera tensíón ocurre entre el Estado nación
La especificación de tales condiciones nos lleva a des- y lo que llamamos globalizaclón. EI modelo político de la
anudar las tensiones dtaléctícas que se encuentran en el modernidad occídental es el de los Estados nacíón sobe-
corazón de la modernidad occídental ': La crisis que ahora ranos que coexisten en un sistema internacional de Esta-
afecta tales tensiones ponen de relieve mejor que nada los dos soberanos iguales. el sistema interestatal. La untdad
problemas que la modernidad occidental enfrenta hoy en privilegiada y la escala tanlo de la regulación social como
día. Desde mí perspectiva. la política de los derechos hu- de la emancipación social es el Estado-nacíón. EI sistema
manos al final de este siglo es un factor clave para enten- interestatal stempre se ha concebido como una socíedad
der semejante crisis. más o menos anárquica. regulada por una legalidad muy
Identifico tres de tales tenstones , La primera se produ- blanda. e incluso el internacionalismo de los trabajadores
ce entre la regulación social y la emancipación social. He ha sido siempre más una aspiración que una realidad.
estado sosteniendo que el paradigma de la modernldad se Hoy, la erosión selectiva deI Estado-nación debldo a la In-
basa en la idea de una tensión dialéctica creativa entre tenslflcación de la globalizaclón pone sobre el tapete la
regulacíõn y emancipación social que todavía puede escu- pregunta sobre Si tanto la regulación social como la ernan-
charse, así sea apagadarnente. en el motto positivista de clpaclón han de ser desplazadas ai nlvel global. Hemos comen-
"orden y progreso". AI terminar este sigla. esta tensión ha zado a hablar de socíedad civil global, de gobernabilldad
dejado de ser creativa. La emancipación ha dejado de ser global, de igualdad global. EI reconoctrntento mundial de
la alterrdad de la regulacíón, para pasar a ser el doble de la política de derechos humanos está ai frente de este pro-
la regulaclón. Mlentras que hasta el final de los 60's la cri- ceso. La tensión, sm embargo, reside en el hecho de que
sis de la regulación social fue enfrentada con un fortaleci- en muchos sentidos cruclales la política de derechos hu-
míento de la política emanctpatorta, hoy aststtmos a una manos es una política cultural. De hecho, podemos incluso
doble crtsts social. La crtsts de la regulacíôn. simbolizada pensar los derechos humanos como simbolizando el retor-
por la crtsís deI Estado. y la crtsis de la emanctpacíón, sim- no de lo cullural e Incluso de lo religioso aI final deI siglo.
bolizada por la crtsts de la revolucíón y el socialismo como
Pero hablar de cullura y relígtón es hablar de diferencia.
un paradigma de transformaclón social radical. La políti-
de límltes, de particularidad. ",Cómo pueden los derechos
ca de los derechos humanos. que ha tenldo tanto de polí-
humanos ser ai mísrno tiempo una política global y una
tica regulatoria como de emanctpatorta. está atrapada en
esta crtsts doble, al mísmo tiempo que intenta superaria. política cullural?
La segunda tensión dtaléctíca se produce entre el Esta- Mi propósito es, por tanto. desarrollar un marco analí-
do y la socledad civil. EI Estado moderno. aunque mínt- tico para resallar y apoyar el potencial emancipatorio de
maltsta, es potencialmente maxtmaltsta, en la medida en la política de los derechos humanos en el doble contexto
que la sociedad civil. como el otro deI Estado. se reprodu- de la globalizaclón, por una parte. y de la fragmentaclón
ce a través de leyes y regulaciones que emanan del Estado cultural y la política de la identidad, por el otro. Mi objeti-
y para las cuales parece no haber límite, en tanto se res-
vo es tener en la mira tanto la capacidad global como la
peten las regias democráticas de producclón de leyes. Los legltimldad local para una política progresista de los de-
derechos humanos se encuentran en el núcleo de esta ten- rechos humanos.
stón: mientras la primera generación de derechos huma-
nos fue designada como una lucha entre la sociedad civil $OBRE LAS GLOBALIZACIONES

Comenzaré especlflcando qué entíendo por globaliza-


1 Trato en profuodidad este tema ert Santos, Boaventura de Sousa, Towarda
New Common Sense. Law, Science and PoHtics tn the Paradigmatic Transttlon,
cíón, La globalizaclón es muy difícil de definir. La mayoría
New York, Routledge, 1995. de las deftntcíones se centran en la economia. esto es, en

346 347
la nueva economía mundial que surgíó en las últimas dos tígacíón en términos de localizaclón en lugar de globali-
décadas como una consecuencia de la mundialización de zación. La razón por la que prefiero este último término es
la producción de bienes y servicios y de los mercados fi- básícamente porque el discurso científico hegemónico tíen-
nancieros. Este es un proceso a través deI cuallas corpo- de a preferir la historia del mundo tal como la cuentan los
raciones transnacionales han alcanzado una preemínen- ganadores. Se pueden dar muchos ejemplos de cómo la
cía nueva y sin precedentes como actores internacionales. globallzación Implica la localizaclón. Uno es elldloma In-
Para mís propósitos analíticos, prefíero una definición glés comolinguajranca. Su expansión como lenguajes global
de la globallzaclón que sea más senslble a las dimensio- ha sígníftcado la Iocalízactón de otros lenguajes potencial-
nes soctales. políticas y culturales. Comienzo por el su- mente globales. como el francés.
puesto de que lo que usualmente lIamamos globallzaclón Por lo tanto. una vez se identifica un proceso de globaliza-
se compone de conjuntos de relaciones soctales: en la me- cíón, su significado pleno puede no ser obtenido si no se
dida en que tales conjuntos de relaciones sociales cambían, consíderan los procesos adyacentes de relocalización que
tambíén lo hace la globaítzactôn. En estrtcto, no hay una se entrelazan y ocurrenjunto con aquel. La globalizaclón
entídad única lIamada globalizaclón; hay más bíen globalt- dei sistema de estrellas de Hollywood puede significar la
zactones, y deberíamos usar el término solamente en plu- etnizaclón dei sistema de estrellas hindú producído por la
ral. Cualquíer concepto general debería ser procedimental. aíguna vez fuerte lndustrla de cíne hindú. Igualmente. los
más que sustantivo. De otro lado, si las globalizaciones son aclores franceses o italianos de los 60's 3!4 de Brtgítte
haces de relaciones soctales, ellas son proclives a produ- Bardot a Alaln Delon, y de Marcello Mastroianl a Sofia Loren
ctr conflictos Y» por tanto. ganadores y perdedores. Con 3,4 que alguna vez simbolizaban la forma universal de ac-
frecuencta, el discurso de la globalización es la historia de tuar parecen hoy, cuando vemos sus películas de nuevo,
los ganadores contada por los ganadores. De hecho, Ia víc- más bten étnica y parroqulalmente europeos. Entre enton-
torta es aparentemente tan absoluta que el derrotado ter- ces y hoy, el estilo hollywoodense de actuar ha encontra-
mina desapareciendo totalmente de la escena. do la manera de giobalizarse.
Aquí está ml deflnlclón de la globalizaclón: es el prece- Una de las transformaciones más comúnrnente asceta-
so por medro dei cual una condícíón o entldad local dada das a la globalizaclón es la compresíón dei espacío-tternpo.
tiene éxito en extender su rango de acción sobre todo el esto es. el proceso social por medío dei cuallos fenómenos
globo y. hacíéndolo, desarrolla la capacídad de designar a se aceleran y se diseminan por el globo. Aunque aparen-
una condición o entidad rival adversaría como local. temente monolítico. este proceso combina situaciones y
Las más importantes implicaciones de esta deftntcíón condiciones altamente diferenciadas. y por esta razón no
son las sígutentes. Prtmero , en las condiciones del sistema puede ser analizado independienternente de las relaciones
mundial capitalista de occidente no hay genuina globaliza- de poder que dan cuenta de las diferentes modalidades de
cíón. Lo que lIamamos globallzaclón es síempre la globa- t1empo y movilidad espacial. De un lado. hay una clase
lizaclón exltosa de un locallsmo dado. En otras palabras, capitalista transnacíonal. realmente aproplada de la com-
no hay una condición global para la que no podamos en- presión tempo-espacial y capaz de usaria para su benefi-
contrar una raíz local. un anela cultural específica. En cio. De otro lado. los grupos y clases subordinados. como
realídad. no podría dar un ejemplo de alguna entldad que los trabajadores mígrantes y los refugiados. tamblén están
no esté localmente situada. EI níco candidato postble
ú
ínvolucrados en una gran cantidad de movtmíento físico
pero improbable sería la arquitectura de los aeropuertos. pero no nenen en lo más mínimo un control de la compresíón
La segunda ímplícacíón es que globalización conlleva 10- espacio-tiempo. Entre los ejecutivos de las corporaciones
calización. De hecho, nosotros vivi mos en un mundo de y los refugiados e inmlgrantes. los turistas representan un
localízactón. así como vivimos en un mundo de globaltza- tercer modo de producción de compresión espacio-temporal.
ctón. Por lo tanto. sería igualmente correcto en términos También están aquellos que contribuyen significativa-
analíticos definir la sttuacíón actual y los temas de ínves- mente a la globalización pero que. no obstante, permanecen

348 349
prístoneros de su espacío-tíempo local. Los campesinos de lismos globallzados, mlentras que a los países periféricos
Bolívta, Peru y Colombla, ai cultivar coca, contrlbuyen deci- se les Impone la escogencla de globaltsmoe localizados. EI
sivamente a la cultura mundial de la droga, pero ellos mísmos sistema mundial es una red de localismos globallzados y
permanecen más localizados que nunca. Exactamente lo de globalismos localizados.
Con todo, la mtensífícacíón de Interacclones globales
mísrno sucede con los residentes de lasfavelas de Río de
implica otros dos procesos que no se pueden caracterizar
Janeiro, que permanecen prtsíoneros de su vida de habi-
adecuadamente ni como localismos globalizados ni como
tante tugurlal, mlentras que sus cancíones y bailes son
gIobalismos localizados. Llamaría al prlmero de elloscosmo-
hoy parte de la cultura musical globalizada. politanismo. Las formas prevalentes de domínacíón no ex-
Por último, y todavía desde otra perspectiva, ia compe- cluyen la oportunldad de que Estados-naclón, reglones,
tencla global requíere a veces de poner el acento sobre la clases y grupos soclales subordinados y sus aliados se
especiflcldad local. La mayoría de los lugares turísticos organicen transnaclonalmente en defensa de sus intere-
deben ser hoy altamente exóticos, vernáculos y tradícío- ses cornunes percíbídos, y usen para su beneficia las ca-
nales para volverse lo suficientemente competitivos yen- pacidades de la interacción transnacional creada por el
trar al mercado mundial del turismo. sistema mundial. Las actividades cosmopolitas tmplícan,
Para dar cuenta de estas asimetrías, la globalízactón. tal entre otras cosas, los diálogos y organizaciones sur-sur,
como lo sugeri. debería ser síempre nombrada en plural. las organlzaclones mundlales dei trabajo (la Federaclón
En un sentido más bíen laxo, podríamos hablar de diferen- Mundial de Sindicatos y la Confederaclón Internacional de
tes modos de producclón de la globalizaclón. Distingo cua- Sindicatos Líbres), la fIlantropía transnaclonal Norte-Sur,
tro de ellos que, según creo, dan orígen a sendas formas las redes mternacíonales de servícíos legales alternativos,
de globalizaclón las organtzacíones de derechos humanos, las redes mundía-
EI prtrnero es lo que llamaría locallsmo globalizado. Es les de grupos de mujeres, Organlzaciones No Gubernamen-
el proceso por medlo dei cual un fenómeno local dado se tales, redes de grupos de desarrollo alternativo y desarrollo
globaliza exrtosamente: verbígracía la operacíón mundial sosteníble, movímtentos literarios, artísticos y científicos
de las corporaciones transnacionales, la transformación de la periferia dei sistema mundial, que buscan valores
del ínglés en una lInguafranca, la globallzaclón de la co- culturales alternativos, no-imperialistas, se comprometen
mida rápida o la música popular americana, o la adopclón en ínvesttgactones postcolonlales y estudlos subalternos,
en todo el mundo de las leyes de derechos de autor para el y así sucesivamente.
software de computador. Los otros procesos que tampoco pueden ser descritos
La segunda modalidad es elglobalismo localizado. Con- como locallsmos globallzados o como globalismos localizados
siste en el impacto específico de las prácticas e imperativos es la emergencia de temas que, por su propía naturaleza,
transnacionales sobre las condiciones locales que por tanto son tan globales como el globo mísmo, y que llamaría, usando
son desestructuradas y reestructuradas para responder a laxamente el derecho internacional, la herencia común de
los imperativos transnactonales. Estos globalismos loca- la humanldad. Estos son asuntos que sólo tlenen sentido
lizados incluyen: enclaves de libre comercio; la defores- Si se refleren ai globo en su totalldad: la sostenlbilidad de
tacíón y la destrucción masíva de recursos naturales para la vida humana en la nerra, por ejemplo, o temas ambíen-
pagar la deuda externa; el uso turístico de tesoros históri- tales como la protección de la capa de ozono, el Amazonas,
cos, sitios y ceremonias religiosas, artes y artesanías y la la Antártida. Tambíén Inclulría en esta categoría la explo-
vida natural; el dumplng ecológico; la conversíón de una racíón del espacto, la luna y otros planetas. puesto que sus
agricultura de subststencía en una orientada hacía la ex- ínteracctones con la tíerra también son un patrtmorno co-
portaclón como parte dei "ajuste estructural": la etnícíza- mún de la humanidad. Todo lo anterior se refiere a recur-
cíón dei lugar de trabajo. sos que deben ser administrados por fideicomisarios de la
La dlvlslón Internacional dei globaítsmo adqulere el sí- comunidad internacional en nornbre de las generaciones
gulentepatrón: los países centrales se especlallzan en loca- presentes y futuras.

350 351
La preocupación por el cosmopolitismo y la herericía co- lanceadas y mutuamente reforzantes entre competítívídad
mún de la humanidad ha tenido un gran desarrollo en las global y legttímídad local, los dos atributos de una política
últimas décadas; pero tambíén ha originado poderosas contrahegemónica de derechos humanos en nuestro tiempo.
resrstenctas. En particular, la herencia común de la hu- Sabemos. por supuesto, que los derechos humanos no
manidad ha estado bajo permanente ataque por parte de son universales en su aplicaci6n. Consensualmente se dtsttn-
los paises hegemónicos, especialmente los Estados Uni- guen cuatro regímenes de derechos humanos en nuestro
dos. Los confltctos, resistencias. luchas y coaltcíones que tiempo: el europeo, el ínteramertcano, el africano y el asíá-
se agrupan alrededor dei cosmopolitismo y la herencia co- tíco>. 6Pero son universales como uo artefacto cultural,
mún de la humanidad muestran que lo que liamamos globa- como una especia de invariante cultural, como una cultu-
lización es de hecho un conjunto de áreas de confrontación. ra global? Todas las culturas tíenden a definir los valores
Para el propósito de este artículo, es útli distinguir en- más extendidos como los valores últimos. Pero sólo la cul-
tre globalización desde arriba y globaltzacrón desde aba- tura occidental tiende a concentrarse en la universalidad.
jo, o entre globaltzacíón hegernóntca y contra-hegemõníca. La cuestión de la uníversalídad de los derechos humanos
Lo que llamé localtsrno globalizado y gtobalismo localiza- tratcíona la universalidad de lo que pone en cuestión por
do son globalrzactones desde arriba; el cosmopolitismo y la manera en que lo pone en cuestión. En otras palabras,
la herencia común de la humanidad son globalizaciones la pregunta de la universalidad es una pregunia particu-
desde abajo. lar, una pregunta cultural de Occídente.
El concepto de derechos humanos descansa sobre un
Los DERECHOS HUMANOS Y EL LIBRETO EMANCIPATORIO conjunto de presupuestos bien conocidos, todos los cua-
les son claramente occídentales, a saber: hay una natura-
La cornplejídad de los derechos humanos consiste en leza humana universal que puede ser conocída por medias
que pueden ser concebidos como una modalidad de loca- racíonales: la naturaleza humana es esencialmente distinta
lismo globalizado o como una forma de cosmopolttantsmo. de, y superior a, el resto de la realidad; el índívíduo tíene
en otras palabras, como una globaltzactón desde arriba o una dígntdad absoluta e írreducíble que debe ser defendi-
como una globalízacíón desde abajo. Mi propósito es espe- da de la socíedad o el Esiado; la autonomía dei individuo
cificar las condciones bajo las cuales los derechos huma- requiere de una socíe dad organizada de manera no jerár-
nos pueden ser concebidos como una globallzación dei quica, como una suma de tndtvíduos''. Como todos estas
segundo tipo. En este articulo no me referiré a todas las supuestos son claramente occidentales y líberales, y fácil-
condiciones necesarias para ello: me centraré más bien sólo mente distinguibles de oiras concepciones de la dtgnídad
en las culturales. Mi tests es que mientras que los dere- humana en otras culturas, uno podría preguntarse por
chos humanos sean concebidos como derechos humanos qué la cuestión de la universalidad de los derechos huma-
universales. tenderán a operar como localismoglobalizado, nos ha generado tan intensos debates o, en otras palabras,
una forma de globaltzacíón desde arriba. Para poder ope- por qué la pregunta por universalidad sociológica ha ter-
rar como una forma cosmopolita y contrahegemónica de minado stendo más importante que la pregunta por la uni-
globalízacíón, los derechos humanos deben ser reconcep- versalidad filosófica.
tualizados como multiculturales. Si, como se ha hecho, se les Si observamos la hístorta de los derechos humanos en
concibe como universales, los derechos humanos serán el período de Posguerra, no es dífíctl de concluir que las
síernpre un instrumento de los que Samuel Huntington políticas de derechos humanos han estado, por mucho, ai
llama "el choque de civilizaciones", esta es , la lucha de servicio de intereses económicos y geopolíticos de los Es-
Occidente contra el resto dei mundo. Así, la competttívídad
global de los derechos humanos se obteridrá a costa de su 2 Para un análtsts extenso de los cuatro regímenes. ver Santos. Op. cit.,pp.
330-337
legítímtdad local. Por el contrario, el multículturaltsrno, tal 3 Panrnkar Raimundo: "Is the Notton of Human Rights a Western Concept?"
como lo enttendo, es una precondición de relaciones ba- en: Cahiers. No. 81, pp. 28-47

352 353
tados capttaltstas hegemónicos. El discurso seductor y capitalistas autoritarios. Las agendas políticas de tales luchas
hegemónico sobre los derechos humanos ha permitido son con frecuencia explícita o implícitamente anti-capita-
inauditas atrocidades, y tales atrocidades han sido mane- listas. Un discurso yuna práctica antl-hegemónicos de dere-
jadas de acuerdo eon una clara doble moral. Escribiendo chos humanos han ventdo aparecíendo, se han propuesto
en 1981 acerca de la manlpulaclón de la agenda de los concepctones no-occídentales de los derechos humanos y
derechos humanos en los Estados Unidos en conjunción se han organizado diálogos transculturales sobre ellos. La
eon los medias masivos de comunicación, Rtchard Falk se tarea principal de la política emancípatorta de nuestro tíern-
reflrió a una "política de invislbilldad"y a una "política de po, en este terreno, consiste en lograr que la conceptuali-
supervtstbütdad'?'. Como ejemplos de la política de invisi- zacíón y la práctíca de los derechos humanos pasen de ser
bilidad, mostrá cómo los medias tgnoraron completamen- un localismo globalizado a un proyecto cosmopolita.
te ai pueblo Maubere de Timor Orientai que estaba slendo 6Cuáles las premisas de sernejante transformación? La
dlezmado (lo cual costó más de 500.000 vidas), así como prímera es que resulta imperativo trascender el debate entre
la condícíón de cíen millones de Intocables en la Indla. universalismo y relativismo cultural. Este es un debate
Como ejernplos de la política de supervlslbilldad, Falk esencialmente falso, cuyos polos conceptuales son ambos
mencioná la presteza eon la que los abusos contra los de- igualmente perjudícíales para una concepción emancípato-
rechos humanos de los regímenes revolucionarias de Irán ria de los derechos humanos. Todas las culturas son relativas,
y Vietnam fueron denunciados por los Estados Unidos. De pero la postura filosófica dei relativismo cultural está equi-
hecho, en buena medida lo mtsmo podría decírse de los vocada. Todas las culturas aspiran a tener valores últimos
y preocupaciones centrales, pera el universalismo cultural,
países de la Uníón Europca. siendo el ejemplo más notable
en tanto postura filosófica, es errôneo. Contra el universa-
el silencio que mantuvo oculto a los europeos eI genocídio lismo, debemos proponer diálogos transculturales de proble-
dei pueblo Maubere, lo que facilltó el entonces floreciente mas isomórficos. Contra el relativismo, debemos desarrollar
y fluido comercio internacional con Indonesia. crítertos procedlmentales transculturales para distinguir
Pero la marca occídental, ciertamente occidentalliberal entre políticas progreststas y regreslvas, entre apodera-
en el discurso dominante de los derechos humanos tam- mlento y desapoderamíento, entre emancípacíón y regu-
bién puede ser rastreado en otras muchas instancias: en lación. En la medida en que el debate suscitado por los
la Declaración Universal de 1948, que rue productda sin derechos humanos pueda evolucionar hacia un diálogo
la partícípacíón de la mayoría de los pueblos dei mundo; competitivo entre diferentes culturas acerca de los príncí-
en el reconocimiento exclusivo de los derechos índívtdua- pios de la dígnídad humana, es menester que tal compe-
les, con la única excepción del derecho colectivo a la auto- tencia genere coaliciones transnacionales que propongan
determinación que, además, estaba restringido para los nívelacíones por lo alto más bíen que por lo bajo (,',cuáles
pueblos sometidos al colonialismo europeo. en la prioridad son los estándares absolutos mínimos? 6Los derechos huma-
dada a los derechos civiles y políticos sobre los económí- nos más básicos? 6Los mínimos comunes denominadores?)
cos, soctales y culturalcs, y en el reconocímtento del dere- EI frecuente llamado a la prudencia de no sobrecargar la
cho de propiedad como el prímer y, durante muchos afios, política de los derechos humanos con derechos nuevos,
único derecho económico. más avanzados o con concepciones diferentes y más am-
Pero este no es el único aspecto de la cuestión. En todo plias de los derechos humanos''. es una manífestacíón tardía
el mundo, millones de perecnas y miles de orgaruzacíones de la reducción de las reinvindicaciones emancipatorias de
no gubernamentales han venído luchando por los derechos la modemidad occldental ai bajo nível de ernancípactón posíbt-
humanos, con frecuencia corriendo grandes ríesgos, en iitado o tolerado por el capitalismo mundial. Los derechos
defensa de las clases sociales oprimidas y de grupos socta- humanos de baja intensidad aparecen como la otra cara
les que con frecuencia han sido victimizados por estados de la democracia de baja íntenstdad,

4 Falk Richard.HumanRtghts andState50veretgnity, New York, Holmes and Meter 5 Donnelly Jack, Universal Human Rights in Theory and in Practice, Ithaca,
Publlshers, 1981. Cornell Untverstty Presa, 1989

354 355
La se~unda prernísa es que todas las culturas tienen Estas son las premisas de un diálogo transcultural so-
concepclOnes de la dignidad humana, pero no todas las bre la dígntdad humana que pueda eventualmente condu-
coricíben como derechos humanos. Es, por tanto, impor- círnos a una concepcíón mesüza de los derechos humanos;
tante aprehender las preocupaciones isomórficas entre una concepción que. en lugar de restaurar falsos uníver-
diferente~ culturas. Nombres, conceptos y ví s íorres de salismos se organtce a sí misma como una constelación de
mundo.dlferentes pueden transmitir preocupaciones y significados locales mutuamente ínteltgíbles y de redes que
aspíracíones similares y mutuamente inteligibles. transfieran poder a refcrencías normativas.
La tercera premisa es que todas las culturas son incom- Pero este es apenas el punto de partida. En el caso dei
pletas y problemáticas en sus concepciones de la dígnídad diálogo transcultura\' el íntercambío es no solamente entre
humana. Esta lllcompletitud deriva precisamente dei he- diferentes saberes sino también entre diferentes culturas,
cho de que hay una pluralidad de culturas. Si cada una de esto es, entre universos de sentido diferentes e inconmen-
ellas fue;a.tan completa como pretende serlo, habría una surables en un sentido fuerte. Tales universos de sentido
cultura umca, La idea de la completltud es la fuente de una consisten de consteiaciones detopoi fuertes. Lostopoi son
sobrecarga de sentido que parece infestar todas las cultu- los lugares comunes ampliamente extendidos de una cul-
ras. Por ello, la lllcompletitud es más vísfble desde afue tura dada. Funcionan como premisas de una argumenta-
desde .la p~rspectiva de otra cultura. Para elevar el ntvel r:~ cíón, haciendo así posible la producción y el intercambio
con~clenCla sobre la incompletitud cultural a su máximo de argumentos. Los topot fuertes se vuelven ampliamente
posI~le, la tarea de la construcción de una concepción vulnerables cuando se "usan"en una cultura diferente. Lo
mulÍ1c~ltural de los derechos humanos es una de las ta- mejorque les puede pasar es ser "degradados" de prerntsa
reas mas cruciales . de la argumentación a argumento. Entender una cultura
. La cu~rta premisa es que todas las culturas tienen ver- dada desde los topei de otra puede ser muy difícil, si no
siones díferen tes de la dignidad humana, algunas más ímpostble. Por tanto, propondré unahennenéuticadiatópica.
amp~ias que otras, algunas con un mayor compás de rect- En el área de los derechos humanos y de la dtgnídad. la
procídad que otras, algunas más abiertas a otras culturas movilización y el apoyo a las retnvtndícactories emancipa-
que otras. Por ejemplo, la modernidad occidental se ha torias que potencialmente contienen, sólo se puede lograr
desdoblado en dos concepciones y prácticas altamente si tales retnvíndícactones han sido apropíadas en el con-
divergentes de los derechos humanos % la liberal y 1 texto local cultural. Requrere de un diálogo transcultural
marxista 314, la una priorizando los derechos cívtles y POlí~ y de una hermenéutíca díatópíca.
tícos, l~ o.tra los derechos sociales y económícosé. La hermenêutica diatópica se basa en la idea de que los
. Por ultimo, la quinta prernísa es que todas las culturas topoi de una cultura individual son tan incompletos como
tlenden a distribuir a la gente y a los grupos soctales por la cultura en que se producen. no importa lo fuertes que
medio de dos principios competitivos de pertenenciajerár- sean. Tal incompletitud no es vtstble desde adentro de la
quica. ~no opera a través de Ierarquías entre unidades propía cultura, puesto que la aspiración a la totalidad in-
homogeneas. EI otro opera a través de la separación de duce a tomar la parte como el todo. EI objetivo de la her-
díterenctas y de entidades únicas. Los dos principios no menéutica diatópica no es. por tanto. alcanzar la completitud
~ecesariamente se yuxtaponen. y por eso no todas las %puesto que este en un objetivo írnposíble de alcanzarsa
Igualdades son idénticas y no todas las diferencias gene- sino, por el contrario, elevar lo máximo posíble la concten-
ran desigualdad. cia de la íncompletttud recíproca, involucrándose en un
diálogo con un pie en cada cultura. Aqui reside su carác-
6 Ver, por ejemplo. Pollis Adamantta Schwab P "Human R· ht W
C ' . , 19 s: a es te rn ter díatópíco 7
on.struct with Limited Appltcabtltty" .en: Pollis Adamantia.' Schwab P
(Eds.J.Human RIghts:Cultura/ cnd Ideological Perspecnoes New Y k. Es posible adelantar un diálogo diatópico entre el topos
Prager, 1979. Ver también: An-na'jm Abdullahi A (Ed) H'
in Cross-cultur I P t .
R De .
.. uman ights
de los derechos humanos de la cultura occidental y el to-
a erspec ives. A Questfor Consensus Phlladelphia
U niversity of Pennsylvania Press. 1992. ' .
7 Ver tambtén Panntkkar , Op. cu.

356
357
pos hrndú deI dhanna o el topos deI umma en la cultura dialéctico sesgo a favor de la armonía, que oculta por tan-
tslámíca", De acuerdo con Pantkkar, el dhanna to las injusticias y desatíende totalmente el valor deI con-
es aquello que da a cualquíer cosa su realidad última. que la man-
flícto como una vía hacta una armonía más rica. Más aúri.
tiene y le da cohesión ... Lajusticia mantiene unidas las relaciones el dhanna no se preocupa por los prtnctpícs deI orden de-
humanas; la moraUdad lo mantiene a uno en armonía; la ley es el mocrático, por la libertad y la autonomía, y descuida el he-
principio obltgatorto de las relaciones humanas; la reltgíón es lo cho de que, sín derechos prtmordíales, el individuo es una
que mantiene la extstencía dei universo; el destino es lo que nos entidad demasiado frágil para impedir ser aplastado por
vincula con el futuro; la verdad es la cohesíón Interna de una aquello que lo trasciende. Así mtsmo, el dharma tiende a
cosa... Ahora bíen, un mundo en el que el dharma es central y prác-
olvidar que eI sufrimiento humano es una dimensión in-
ticamente lo penetra todo, no se preocupa por hallar el derecho de
un individuo contra otro o de un individuo vis-á-vis la soctedad. dividual irreductible: las sociedades no sufren, los indivi-
sino más bten en evaluar el carácter dhármico {correcto, verdade- duas sí.
ro , consistente) o a-dhármico de la cosa o la acción dentro de toda Consideremos. en otro nível conceptual, el mismo ejer-
la complejidad cósmica de la realtdad''. cicio de hermenéutica diatópica entre eltopos de los dere-
chos humanos y eI topos deI umma en la cultura islâmica.
Desde el punto de vista deltoposdeldhanna, los derechos
humanos son incompletos en el sentido de que no están Los pasajes del Corán en los que ocurre la palabra umma
son tan variados que su significado no se puede determi-
en capacidad de establecer el vinculo entre la parte (el in-
nar rígídamcnte. Pero algo parece ser cíerto: esta siempre
dividuo) y la totalidad (la realidadl. o todavia más fuerte-
se refiere a cuerpos étnicos, língutsttcos o religiosos de
mente, en el sentido de que se centran en lo que es apenas
personas quíenes son objeto deI plan divino de salvacíón.
un derivado, los derechos, en lugar de focalizar en el im-
A medida que la actividad profética de Mahoma íba progre-
perativo primordial. el deber de los individuos de encon-
trar su lugar en el orden de la socíedad y el cosmos. Desde sando, los fundamentos religiosos deI umma se htcteron
más y más explícitos y, en consecuencia, el umma de los
el punto de vista dei dhanna. y ciertamente también dei
umma, la concepción occidental de los derechos humanos árabes se transformó en el umma de los musulmanes.
Desde eltopos delumma, la incompletitud de los derechos
está plagada de simetrías muy simplistas y mecánicas
humanos índtvíduales reside en el hecho de que sólo so-
entre derechos y deberes. Esta explica por qué, de acuer-
bre esta base es ímposíble sustentar las solidarldades y los
do con los derechos humanos occtdentales , la naturaleza
no tiene derechos: porque no se le pueden imponer debe- vínculos colectivos sin los cuales una sociedad no puede
sobrevtvír y mucho menos florecer. De aquí la dífícultad de
res. Por la mtsrna razón, es ímpostble otorgarle derechos
a las gene raciones futuras: no tienen derechos porque no las concepciones occidentales de los derechos humanos
tienen deberes. para aceptar derechos colectivos de grupos socíales o pue-
blos, sean mtnorías étnicas. mujeres o indígenas. Esta, de
De otro lado, desde el topos de los derechos humanos,
el dhanna tambíén es incompleto debido a su fuerte y no hecho, es una tnstancía específica de una díftcultad mu-
cho más amplia: la dificultad para definir comunidad como
un área de solidaridades concretas y de obligaciones polí-
8 En este artículo construyo mí concepctón de multicuituralismo a través dei
ejemplo de hermenêutica dlatópica entre las concepciones de dtgnídad hu-
ticas horizontales. Esta idea de comunidad, central para
mana en las culturas occrdentaí. tslámíca e tundú. En mt tnvesttgactón ac- Rousseau, ha ido dejando su lugar a la dicotomía liberal
tual, desarrollo una hermenêutica diatópica entre la concepclón de dígnídad entre Estado y socíedad civil.
humana en la cultura occldental y en las culturas de los pueblos indígenas Recíprocamente, desde el topos de los derechos huma-
de América Latina, especialmente Colombta.
9 Vertamb1én InadaKenneth:"A Budhíst Response to the Nature ofHuman Ríghts". nos individuales. el umma enfattza exageradamente los
en: Welsh Claude, Leary VIrginia (eds. ),AsianPerspectives in HWTIilll rlghts, WesMew deberes en detrimento de los derechos y, por esta razón,
Press. Boulder, 1990, pp. 91-101; Mitra Kana: "Human Rights in Hínduísm". en: es proclive a tolerar desigualdades aborrecibles, como por
JoumalqfEcumenicalStudies, 19(3), 1982, pp. 77-84: Thapar Romtla: "'TheHindu
and BuddhlstTraditlons~.lntemationalSodalScienceJOl1maL 18(1), 1966, pp. 31- ejernplo entre hombres y mujeres, o entre musulmanes y
40. no musulmanes. Desvelada por la hermenéutica dtató-

358 359
pica, la debllidad fundamental de la cultura occldental Una, absolutista o fundamentalista, es sostenlda por
consiste en establecer una dicotomía demasiado estricta aquellos para qulenes el sistema legal religioso dellslam
entre Individuo y socledad, volvléndose así vulnerables el (Shart'a) debe ser aplicado plenamente como la ley dei
individualismo posesívo. el narcisismo, la alienación y la Estado islâmico. De acuerdo con esto, hay inconsistencias
anomía, De otro lado, la debtlídad fundamental de las cul- Irreconclllables entre la Sharl'a y la concepclón occíden-
turas hmdú e islâmica consiste en que ambas Se muestran tal de los derechos humanos, y la Sharl'a debe prevalecer.
incapaces de reconocer eI sufrimiento como una dímen- Por ejemplo, la Sharl'a díctamína la creaclón de un Esta-
sión indlvlduallrreductlble, que solo se puede aprehender do en el que solamente los musulmanes sean cíudadanos,
en una sociedad que no esté organizadajerárquicamente. y los no-musulmanes no tengan derechos políticos; la paz
~I reconoclmlento de las debllidades e Incompletltudes entre los musulmanes y los no musulmanes siempre es
reciprocas es la condícíón sine qua non de un diálogo traris- problemática, y las confrontaclones serán ínevttables. En
cultural. La hermenéutíca dlatóplca se construye sobre la cuanto a las mujeres, no se debe nt pensar en la ígualdad:
Identlflcaclón local de la incompletltud y la debllldad y la Shari'a ordena la segregaclón de las mujeres y, de acuer-
sobre la lnteliglbllldad translocal. En el área de los dere- do con aígunas interpretaciones más estrictas, incluso las
chos humanos y la dígntdad , la movllizaclón dei apoyo excluye totalmente de la vida pública,
social para las reinvindicaciones ernancípatortas que po- En el otro extremo, los secularistas o modernistas creen
tencialmente contlenen sólo se puede obtener si ta lcs que los musulmanes deberían organizarse en Estados se-
reinvtndicaciones han sido aproptadas en un contexto culares, Ellslam es un movtrníento religioso y espiritual,
cultural local. no político. Las sociedades musulmanas modernas tienen
Abdullahl Ahmed An-na'lm 10 nos ofrece un buen ejern- la IIbertad de organizar su goblerno de acuerdo a sus pre-
pio de hermenéutlca diatópica entre las culturas Islámlcas fcrcncías y a las circunstancias. La aceptación de los de-
y occidental. Hay un víejo debate acerca de las relaciones rechos humanos internacionales es un asunto político con
entre Islamismo y derechos humanos, y de la posibllidad el que no deben mezclarse consrderacíones religiosas.
de que haya una concepclón íslámíca de los derechos hu- Pongamos un ejemplo entre muchos: una ley de Túnez de
manos II . Corriendo eI riesgo de una simplificación exce- 1956 prohtbía definitivamente la poligamia basándose en
síva, es poslble Identificar en él dos posiciones extremas, que ya no era aceptable, y en que la extgencía corántca de
mantener un tratamiento justo para todas las esposas era
10 An~na'1m Abdullahi A., Toward an Islamtc Rejonnation. Syracuse,Syracuse imposible para cualquíer hombre, con la excepción deI
UOlvers1ty Press, 1990; An-na'rm Abduüaht A. (Ed.). HumanRights tnCross Profeta,
Cultural Perspectives. A QuestJor Ccnsensus. Ph:lladelphla, Uníveratty of An-na'ím critica ambas posiciones extremas, La víaper
PennsylvaníaPress,1992.
11 Aparte de An-na'tm Abdullahí A., ver tamblén: Dwyer Kevin,Arab votces. The mezzo que propone intenta fudamentar transculturalmen-
Human Ríghts Debate in the Middle East, Berkeley, üníversuy of Calttorrua te los derechos humanos, identificando áreas de conflícto
Press, 1991; Mayer Arm Elísabeth, lslam and Human Rights: Trud1tion and HJlitics, entre la Shart'a y los "niveles de derechos humanos", bus-
Boulder, WestviewPress, 1991: LeltesJustln: "Moderruet.Jurtsprudence as a VehJcle cando a la vez una reconctlíactón y una relacíón positiva
forGenderRoleReformtn the Islam1cWoTldM,en:OXumbiaHumanRtghtsLawRevIew
No. 22, 1991, pp. 251-330; AfkhamiMahnaz (ed.), FailhandFreedom: Women'; entre ambos sistemas, Por ejcmplo, el problema de la Sharí'a
Humnn Ríyhts in the Musltm World, Syracuse, Syracuse Universlty Presa. 1995; histórico es que excluye a las mujeres y a los no-musul-
Hassan R1ffat, QOnHuman R1ghts and the QU'ranic Perspectíve'', en: Joumal of manes. Por tanto, se necesita de una reforma o reconstruc-
&wnenioo1Studies. 19(3), 1982, pp. 51-65; AlFaruqí Isma'll R., "Islam and Human
Ríghte" .en: The lslamtc Quarterly, 27 (11, 1983, pp. 12-30. Acerca deI problema cíón de la Shart'a. EI método propuesto para ello se basa
~âs general de la reíacíón entre la modemidad y el despertar islâmico ver, por en un acercamiento evolucionista a las fuentes islâmicas,
ejemplo, Sharabí Hisham, "Moderníty and Islamic Revival: The Criticai Tasks of que Indagan en el contexto histórico específico dentro dei
~ab Intellectuala", en: Contention, 2 (1),1992, pp. 127-147 YShariati Alt,
What ts to Se Done: The Enlightened Thínkers and an Ielarruc Renatssance" cuai la Shari'a fue concebida a partir de las Ideas de los
edited by Farhang Rajaee. The lnstítute for Research and Islamíc Studíes juristas fundaclonales de los síglos octavo y noveno, A la
Houston, 1986. '
luz de dícho contexto, probablemente se justlflcaba una

360 361
construcción restringida del otro. Pero esto ya no es váli- rente de conocímtento, sino un proceso diferente de crea-
do. Por el contrario, en el contexto actual puede justíftcar- ctón de conocimiento. Demanda que el conocímíento se pro-
se plenamente una visión más iluminada desde el Islam. duzca en red, colectíva, interactiva e intersubjetivamente.
Stgutendo las ensefianzas dei Ustadh Mahmoud, An- La hermenêutica diatópica adelantada por An-na'ím
na'ím muestra que una revtstón detallada dei Corán y de desde la cultura islámica, y las luchas por los derechos
los Sunna revela dos niveles o etapas dellslam, el período humanos conducidas por movimientos de base de feminis-
temprano de la Mecca y el substguíente período de Medina. tas islámicas que síguen las ideas de "reforma islámica"
EI prlmero contlene el mensaje eterno y fundamental dei propugnadas por aquel, deben ser enfrentadas yevalua-
Islam y hace énfasts en la dígnídad inherente de los seres das desde la perspectiva de otras culturas, particularmente
humanos, independlentemente de su gênero, confes!ón desde la occidental. Esta es probablemente la única ma-
religiosa o raza. Cuando el mensaje de Medina tuvo lugar nera de Introducir en la cultura occidental la idea de los
3.4 siglo sépttmoêa se consideró demasiado avanzado, se derechos colecttvos, los derechos de la naturaleza y los de
suspendió y se aplazó su puesta en práctica hasta que se las gene raciones futuras. así como la de los deberes y res-
produjeran las circunstanclas apropladas. Según An-na'ím, ponsabilidades frente a entidades colectivas, sean la co-
ha llegado el momento de implementar aquel mensaje. muntdad, el mundo o incluso eI cosmos.
No puedo evaluar la validez específica de este propues- De manera más general, la hermenêutica diatópica ofre-
ta dentro dei contexto de la cultura islámlca. Esto es pre- ce un amplio campo para adelantar debates en curso (en
cisamente lo que distingue la hermenêutica diatópica dei las diferentes regíones culturales del sistema mundial)
orientalismo. Lo que qufero enfatizar de la perspectiva de acerca deI universalismo, el relativismo, los marcos cultu-
An-rra'tm es el intento de pasar de una concepción occí- rales de transformaclón social, el tradicionalismo y el des-
dental de los derechos humanos a otra transcultural. que pertar cultural!". Sin embargo, una concepción Idealista
relnvindlca la legttímtdad Islámica, en lugar de renunciar dei diálogo transcultural fácl1mente olvidará que tal diá-
a ella. Con todo, teniendo en cuenta que los derechos hu- logo es postble sólo por la slmultaneidad temporal de dos
manos occidentales son la expresión de un profundo, aun- o más contemporaneldades. Los socios del diálogo sólo son
que incompleto. proceso de seculartzacrón que no tiene superficialmente contemporáneos; cada uno de ellos se
comparación con nada semejante dentro de la cultura
tstámíca, uno estaría inclinado a sugerir que en el contex- 12 Para el debate africano ver: Oladlpo otusegun. "Towards a Phílosoptucal Study
of Mrlcan Culture: A Critique or'tradtüonaüsm". en: Quest, 3(2), 1989, pp. 31-
to musulmán, la energía movtlízadora requerida para un
50; Oruka Odera. "Cultural Fundamentais tn Phílosophy". en: Quest. 4(2),
proyecto cosmopolita de derechos humanos podría gene- 1990, pp. 21-37; Wlredu Kwast: "Are There Cultural Universais?", en:Quest,
rarse más fácilmente en un marco de rclígtostdad ilustrada. 4(2), 1990, pp. 5-19; Wamba dia Wamba Ernest, "Some Remarks on Cu1ture
SI esto es así, la perspectiva de An-na'tm es muy prometedora. Development and Revolution m Arrtca". en:Joumalq/HlstorlcalSOCf.ology,No.
4,1991, pp. 219-235: wamba dia Wamba Ernest: "Beyond Elite Políttcs of
La hermenêutica diatópica no es tarea para una sola Democracy in Atnca", en: Quest VI, 1991. pp. 28-42: Procee Henk: "Beyond
persona, escribiendo dentro de una sola cultura. No es, Universallsm and Relatívtsm", en:Quest. 6(1), pp. 45-55, 1992: Ramose Mogobe,
por tanto, sorprendente que el intento de An-na 'trn, sten- ..Afrtcan Democratíc Tradtttons: Oneness, Consensus and Openness". en: Quest
VI, 1992, pp. 63-83. Ejemplos dei rico debate en India: Nandy Ashís, "The Polities of
do una muestra autêntica de hermenêutica dia tópica. se Secularísm and the Recovery ofReligious 'roierance", en:Altematives XIl, 1987, pp.
haya adelantado con desigual conslstencia. Desde ml pun- 177-194; Nandy Ashis: "Cultural Frames for Social Transformatíon. A Credo". en:
to de vista, An-na'ím acepta la Idea de derechos humanos AltemattvesXII. 1987, pp. 113-123: Nandy Ashís: "TradítíonsTyranny and Utopias.
Essays 111 the Polities ofAwareness", Oxford, Oxford Uníversíty Press, 1987: Chatterjee
universales demasiado pronta y acríticamente. Aunque Partha: "Gandhí and the Critique of CivilSocíety", en: Guha Ranajoit (ed.): "Subaltern
adapta una perspectiva evolucionista y trata con atención Studies Ill: Writtngs 111 the South Asian History and Socíety", Delhi,Oxford University
el contexto histórico de la tradición islâmica, se vuelve sor- Presa, 1982, pp. 153-195; Pantham'Thomas, "On Modemíty, RationalityandMorality:
prendentemente ahistórico e ingenuamente untversalísta HabennasandGandhi~enThelndianJournalofSocfalSclence, 1(2), 1988, pp. 187-
208. Una mirada a vuelo de pátaro del problema de las diferencias culturalea puede
cuando se trata de la Declaración Universal de Derechos. encontrarse en Galtung Johàn: -weetem Civ1lizatlon: Anatomy and Pathotogy",
La hermenêutica diatópica exige no sólo una forma dífe- en:AltemativesVIl, 1981, pp. 145-169.

362 363
siente apenas contemporáneo con respecto de la tradícíón escoge entre dos interpretaclones distintas dei Corán aquella
histórica de su propia cultura. Esto es más probable aún con el más amplio círculo de reciprocidad, aquella que
si las diferentes culturas Involucradas en el diálogo com- ínvolucra tanto a hombres como a mujeres, tanto a musul-
parten un pasado de Intercambios desíguales. "Qué post- manes como a no-musulmanes. Cr-eo que esto también
bíltdad hay de un diálogo entre dos culturas cuando una debe hacerse dentro de la cultura occidenta1. De las dos
de ellas ha sido moldeada por violaciones prolongadas y versíones de los derechos humanos que existen en nues -
masivas a los derechos humanos. perpetradas en nornbre tra cultura %la \lberal y la marxístaês se debe adoptar la
de la otra? Cuando las culturas comparten tal pasado, el marxista, porque extiende ai terreno económico y social la
presente que comparten en el momento de comenzar el ígualdad que el liberalismo sólo consi~era legítimo en el
diálogo es un quid pro quo, en el mejor de los casos. y un terreno político. Más aún, la concepcion marxista de los
fraude, en el peor. EI dilema cultural que se presenta aquí derechos humanos reconoce los derechos colectívos de los
es el sígutente: como en el pasado la cultura dominante trabajadores y los de las gene raciones futuras de los tra-
logró que algunas de las aspiraclones a la dígnídad humana bajadores. Esta concepción debe ser revisada y expandida
de la cultura subordinada se volvíeran trnpronunctables, para incluir los derechos colectivos de otros grupos socíalcs
Les posible pronunciarIas en un diálogo transcultural srn (mínorías étnicas, mujeres, etc. l.
por ello justificar e incluso reforzar su inpronunciabilidad? El segundo imperativo transcultural es el stguíente. como
EI imperialismo cultural y el eptsterntctdío son parte de todas las culturas tienden a distribuir a los pueblos y a los
la trayectorla histórica de la modernldad occidenta1. Des- grupos de acuerdo con dos prtnctpíos competitivos de per-
pués de siglos de intercambios cufturatee desrguales. Les tenenciajerárquica y. por tanto, con dos concepc~ones
equltatlvo que se trate como Iguales a las culturas? "Es competitivas de ígualdad y diferencia, los pueblos tíenen
necesario hacer que algunas de las aspíracíones de la cul- el derecho a ser iguales siempre que la diferencia los haga
tura occldental se hagan Impronunclables, para dejar lugar inferiores, pero tienen también derecho a ser diferentes
a la pronunclabilldad de otras asptracíones y otras cultu- cuando la Igualdad pone en peltgro su identldad. Este Im-
ras? Paradójicamente 3,4 y contrariamente a como se pre- perativo es muy dlficil de obtener y sostener. Estados cons-
senta en el discurso hegemónico% es precisamente en el titucionalmente mulunacíonales como Bélgica se aproximan
terreno de los derechos humanos que la cultura occídcn- a él en algunos sentidos. Hay una gran esperanza de que
tal debe aprender dei Sur, si la falsa unlversalidad atrtbuí- Suráfrica haga lo mismo.
da a los derechos humanos en el contexto imperial se ha Como se entienden de manera predominante en la ac-
de transformar en una nueva untversaltdad cosmopolita tualídad, los derechos humanos son una clase de esperanto
dentro dei diálogo transcultura1. que dífíctlmente puede convertlrse en ellenguaje cotidia-
EIcarácter emancipatorio de la hermenéutica díatópíca no no de la dlgnidad humana en todo el globo. Depende de la
está garantlzado a priori; de hecho, el multlcultura\lsmo hermenêutica diatópica esbozada más arriba que se trans-
puede convertirse en un nuevo argumento para la política formen en una red de política cosmopolita que haga mu-
reaccionaria. Baste mencionar el multiculturalismo del tuamente tntelígíbles y traduclbles los lenguajes nativos de
primer ministro de Malasta o de la gerontocracia chína, emancipación.
cuando se refíeren a la "concepción asiática de los dere- Este proyecto puede sonar más bíen utópico. Sea como
chos humanos". Para prevenir que esto suceda, todos los fuere, lo importante es no reducir el realismo a lo que exis-
grupos Involucrados en la hermenéutlca diatóplca deben te, -en cuyo caso podríamos estar obligados a justificar lo
aceptar dos imperativos transculturales. El primero esta- que existe. stn importar cuán injusto u opresivo fuere.
blece que, de las diferentes verstones de una cultura dada,
se debe escoger la que representa el más amplio círculo de
recíprocídad dentro de ella. Es decir, la versíón que va más
allá en el reconocimiento del otro. Por ejemplo, An-na'ím

364 365
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366 367
Ii

EL NORTE, EL SUR Y LA UTOPÍA

INTRODUCCIÓN

En 1841, Charles Fourier, el gran pensador de la uto-


pia, censuraba a los científicos sociales -a quienes él destg-
naba como los "filósofos de las cíencías lnclertas"- porque
se olvldan ststernáttcamente de los problemas fundarnen-
tales de las cíencías de las que se ocupan. Así, decía, si tra-
tan de la economía Industrial, se olvídan de estudlar la
asocíactón entre los hombres que es la base de toda la eco-
nomía: si tratan de política, se olvldan de tratar sobre la
tas a de población cuya medida exacta está en la base deI
bienestar mundial; si tratan de admtntstracíón, no espe-
culan sobre los medias de operar la unldad administrati-
va dei globo, sín la cual no pueden existir ní el orden f1jo
nl garantía dei futura de los Imperlos; si tratan de la Indus-
trta, se olvldan de Investigar las medidas opreslvas dei
engano, acaparamlento y agtotísmo que despojan a los
propletarlos y entorpecen la clrculaclón; si tratan de mo-
ral, se olvidan de reconocer y de reclamar los derechos de
la mujer cuya opreslón destruye las bases de la justtcta:
y, finalmente, si tratan sobre los derechos dei hombre, se
olvldan de reconocer el derecho ai trabajo que, en verdad,
no es poslble en la socledad actual, pera sín el cual todos
los otros derechos son Inútiles (Fourier, [184IJ, 1967;

369
181). Concluía así que los científicos sociales tenían esa mas fundamentales, otras tienen como su tarea principal
"rara propíedad", esa "étourderie méthodique" de olvidar- intentar ídenttfícarlos. Los científicos socíales que evitan
se de los problemas fundamentales, de las cuestiones prt- tratar los problemas fundamentales, casi siempre lo ha-
mordiales. cen con la justtítcacíón de que la ciencia tiene un campo
En retrospectiva, las razones y los ejemplos invocados cognoscitivo propio y preferencial y que todo lo que no cabe
por Fourier son bastante convincentes, por lo que cabe en él, lejos de ser fundamental, ni siquiera es relevante. AI
preguntarse si hoy, cíento cincuenta anos después, la si- contrario, los científicos sociales que se afanan por la íden-
tuación ha cambiado significativamente o no. i,Será que t1ficación de los problemas fundamentales, parten de la
las ciencias soctales están hoy en día mejor dotadas para idea de que la díftcultad de éstos, lejos de serles imputa-
no olvidarse de los problemas fundamentales o, al con- da, debe imputársele a lo inadecuado de los medias cien-
trario, conttnúan olvidándolos sistemáticamente?; i,será tíficos y políticos que han sido adaptados para su ídenttft-
que son hoy en día menos o más inciertas que lo que eran cacíón y solución. Entre estas últimos, es grande la división
hace ciento cmcuenta afios ? Es verdad que algunos de los en cuanto a la identlficación de los problemas juzgados como
problemas que en ese entonces Fourier consideraba fun- fundarnentales , incluso mayor en cuanta a las soluciones
damentales fueron reconocidos y tratados más tarde por propuestas. EI tercer presupuesto de este capítulo es que
las cíenctas sociales, pero i,será que los problemas funda- hoy, ai final dei sigla, los científicos socíales no pueden
mentales con que hoy nos enfrentamos son diferentes de dejar de tomar posiciones en uno u otro campo. Por mi
ellosy continúan stendo olvidados por nosotros? Formu- parte, me sitúo en el campo de aquellos que se sienten con
lada así, esta pregunta contrcnc una doble arttrnaria. Si una doble obltgacíón científica y política de no eludir el
los problemas continúan síendo los mtsmos, eso signifi- tratamlento de los problemas fundamentales, de hacerlo
ca que probablemente no tienen solución y, en esa medi- conociendo los límites del conocimiento que movtltzan y
da, no hay que culpar por ello a las ctencías socíales: si, aI aceptando la diversidad y la confltctívtdad de opiniones,
contrario, hoy los problemas fundamentales son diferen- entendidas al mísrno tiempo como reflejo de esos límites y
tes, el hecho de que nos recordemos de haberlos olvidado, como medio de su siempre incompleta superación.
significa que no están olvidados dei todo, por lo que, en "Qué son problemas fundamentales? Como se puede
este ámbíto. ha habldo algún progreso. En ambos casos, ver por los ejemplos dados por Fourier, son problemas que
las ciencias soctales aparecen bajo una luz más favorable están en la raíz de nuestras instituciones y de nuestras
de aquella con la cuai las enfocó Fourier. prácticas, modos profundamente arraigados de estructu-
En este capítulo, parto de tres presupuestos. El prtmer ración y de accíón sociales considerados por algunos como
presupuesto es que las cíencías soctales son, hoy en día. fuentes de contradicciones, antinomias, incoherencias,
más inexactas de lo que eran en el tiempo de Fourier. Por ínjusttctas, que repercuten con intensidad variable en los
un lado, la certeza a la que él aspiraba no se pudo obtener más diversos sectores de la vida social. Tales repercusto-
a través de refinamientos técnicos y matemáticos y mucho nes son acumulativas, por lo que son vistas en proceso de
menos cuando éstos se arrogaban, en la ímagmacíón de empeoramiento continuo y con la posib1lldad de desenla-
Fourier, la tarea de conferir precístón y rigor a los fenóme- ces más o menos críticos a mediano o a largo plazo. La
nos de la utopía y a las extravagancias dei deseo y de la profundidad y la amplitud de este tipo de problemas sus-
pasión. Por otro lado, la incertidumbre se manifestó a par- citan soluciones también profundas y amplias y ahí resi-
tir de la extremada dtver-srdad y de la conflictividad Inter- de la dlficultad específica de este tipo de problemas, Los
nas de las corrtentes científicas, que han aumentado en obstáculos que ellos ponen de presente a las ctencías so-
forma exponencial desde Fourier hasta nuestros días. EI ctales resultan, en buena parte, del hecho de que éstas, en
segundo presupuesto es que, como resultado de esa díver- su versión hegemónica moderna, se han especializado en
stdad y conflictividad, si bten es verdad que algunas co- la producción del conocimiento adecuado a la ingeniería
rrientes científicas continúan olvidándose de los proble- de soluciones a corto píazo, estrechas en el ámbito y su-

370 371
perfíctales en la densidad. Este tipo de coriocímíento cien- visibles e irregularidades dlfíciles de concebir dentro de
tífico. y más que eso, una cultura dominada por este tipo nuestros parámetros aún euclidianos. Sin embargo, como
de cientificismo deslegttímõ, desde el principio, la Idea de ya mencíoné en los capítulos anteriores, si bien es cierto
alternativas globales y, cuando no lo logró, deslegttímó la que las formas de regulactón social de la modernidad -sean
voluntad colectiva de luchar por ellas. Tal vez por eso, nuestro eJlas el derecho estatal, el fordlsmo, eJ Estado-Providen-
sigla haya sido tan pobre en pensamlento utópico. Incluso cia, la familia heterosexual excluida de la produccíón. el
el socialismo, síempre que pretendió ser una alternativa, sistema educativo oficial, la democracia representativa, e!
se presentó como científico. sistema crtmen-represíón, la relígíón institucional, los cá-
Es notaria que la cíencía moderna en general, y las cíen- nanes ltterartos, la dua!idad entre la cultura oficiai baja y
elas sociales en particular. atraviesan hoy por una profun- la cultura oficiai alta. Ia Identldad nacional- parecen hoy
da crtsts de conflanza epistemológica. Paradójlcamente, en día cada vez más precarias y cuestíonables, no es me-
una mayor conciencia de los límites del conocímíento cien- nos cierto que están igualmente debilitadas y desacredi-
tífico vtno a crear una mayor dtspornbtlídad para abordar tadas las formas de emancipación social que les corres-
los problemas fundamentales de las cuestiones primordia- pondleron hasta ahora, sean ellas el socialismo y el
leso Los anteojos que antes orientaban la vístón científica. comunismo. los partidos laborlstas y los sindicatos, los de-
han venido perdiendo opacidad y progresivamente todo lo rechos cívicos, políticos y s o c a le s , la democracia
í

que antes quedaba en la oscurídad ahora se ilumina y a la partícípatíva, Ia cultura popular. Ia filosofía crítica, los mo-
postre se revela como muy importante. Esta pérdida de dos de vida alternativos, la cultura de reststencta y de pro-
confianza epistemológica está cíertamente relacionada testa. Ante esta, se perfila una doble responsabilidad y una
con procesos de transformación social que no sólo dejaban doble urgencla. Por un lado, ir a las raíces de la crtsts de
de agravar los problemas fundamentales Identificados por reguíactón social y. por el otro, inventar o retnventar no sólo
Fourier, sino que dieron ortgen a muchos otros cuya tu r- el pensamiento emancipador sino tambíén la voluntad de
bulericta en los procesos socíales es cada vez más sentida emancipación.
y sufrida, si no por toda la humanidad, por lo menos por Es en ésta posíctón que me propongo analizar en seguida
la inmensa mayoría de ella. algunos de los vectores de los problemas que, en ml opl-
De esta convergencia entre dinámicas epistemológicas níón, hoy en día ya son fundamentales y lo serán , y mu-
y socíales, resulta no sólo una mayor visibilidad de los pro- cho más, en las próximas décadas para luego, en la última
blemas fundamentales sino también una mayor urgencia parte, trazar un mapa dei terreno donde pueden ser que-
por encontrarles solucíón. Es por esta razón que algunos. ridas y buscadas algunas de las alternativas emanclpa-
doras, en nada avergonzadas u ofendidas porel hecho de
entre los cuales me íncluyo, entienden que estamos en-
trando en un período de translclón paradtgmátíca, tanto ser llamadas utópicas.
en el plano epistemológico -de la cíencía moderna hacia un
conocímíento postmoderno- como en el plano social-de la Los PROBLEMAS FUNDAMENTALES EN LOS DIFERENTES
sociedad capitalista hacia otra forma social que puede ser ESPACIOS-TIEMPO
tanto mejor como peor. Para quíen píense así, la época en que
estamos entrando es una época de gran turbulencia, de equi- El espacio-tiempo mundial
líbrtos particularmente Inestables y de regulactones parti-
cularmente precarias; una época de bifur.caciones Entre los científicos sociales que no han esquivado el
«prtgogmtanas» 1 en la que pequenas alteracíories de es- abordaje de los problemas fundamentales de la socledad
tado pueden dar orígen a convulsiones incontrolables, en contemporânea son muchas las diferencias y con algún
suma, una época de ruptura con cambios de escala impre- nesgo de simpliflcación, son dtsccrníbles las sigulentes posi-
ciones prtncípales presentadas stn níngún orden nt jerar-
1 N deI T: Del químico y epistemólogo belga de ortgen rosa, Ilya Pngogme (1917-) quía. La primera es la de los que reconocen que la sociedad

372 373
liberal moderna ha venido enfrentándose con algunos pro- por otro; y. tal vez, un tercer grupo. con Fredríc Jameson,
blemas fundamentales, el más fundamental de los cuales Edward Saíd y G. Spivak.
ha sido la opos ícíõn radical que. en los últimos cíen anos. Por último, el grupo, desde lejos , más heterogéneo es el
fue promovida por los movimientos socialista y comunis- de los ctentiflcos para quienes el problema fundamental de
ta. Concluyen que, stn embargo, la socledad liberal moder- la socíedad contemporânea. que unos conciben como in-
na no sólo termino por neutralizar esta oposícíón sino que dustrial y otros como capitalista, reside en el agotamiento
resolvtó todos los grandes problemas que le fueron plan- de las potencialidades dei desarrollo social. Aststtmos. por
teados. Por esa razón, es legítimo admitir que estamos fren- un lado, a la erosíón dramática de los mecanismos ínstítucío-
te ai fin de la historla, una postcíón a la que Fukuyama nales y culturales que hasta ahora corregian y compensaban
(1992) le dío recientemente gran notoriedad. los excesos y los déficlts soctales dei desarrollo capitalista
Según otra postctõn, si la soctedad contemporánea, sobre -de donde resulta una sensaclón de desregulación global-
todo la capitalista avanzada, se enfrenta con algún problema y, por otro lado, es vístble un total bloqueo de soluciones
fundamental, él es, antes que todo, el problema de que no para el punto muerto, no sólo de soluciones más radica-
es postble pensar los problemas fundamentales. La socíe- les si no de soluciones relativamente moderadas. De ahí
dad de consumo. la cultura de masas y la revolucíón de la que los científicos soctales ínclutdos en este grupo ínten-
ínformacíón y de las comunicaciones, superficialízó tanto ten combinar el análísts dei bloqueo con el dtsefio, la dís-
cusión o la especulación de posíbles alternativas. Algunos
las condiciones de la extstencia Como los modos de pen-
autores o corrientes se centran en alternativas ecológicas
sar. Esto no es necesartamente malo, Es un hecho, y has-
(entre muchos ejernplos. las corrientes de ecologíaradical
ta puede ser más favorable que lo contrario. Muchas de las
alrededor de la revista Capitatism Nature, andSocialism
concepciones llamadas postmodernas, que yo designo
o Lester Brown y el grupo dei State ofthe WorldJ, otros en
como "postmoderntsmo reconfortante", destacan esta po-
alternativas socio-políticas como Alatn Touraíne, André Gorz,
stctón: y en ella caben Baudrillard, Lyotard, Vattimo, etc. Emest Laclau, Chantal de Mouffe, Joshua Cohen. Joel Rogers
Un tercer grupo de científicos soeiales ha venido prefi- e incluso otros en alternativas socío-económícas como Alaín
ríendo el cuesttonamíento de los presupuestos epistemo- Lipletz, Michel Agltetta, John Roemer y, finalmente, otros
lógicos de la modernidad, sosteniendo que fueron ellos en alternativas de gobierno transnacíonal, como Ríchard
-bten como el tipo de racionalidad cognitivo-instrumental y Falk y Saul Mendlowitz.
de conocimiento técnico-científico en que desembocaron- Estas diferentes posiciones dtfteren , entre otras cosas.
los grandes responsables por el abandono de la reflexlón en cuanto al elenco de los problemas fundamentales que
sobre los problemas fundamentales. La distinclón sujeto- establecen. aunque sean muchas y. en ocasiones. íncórno-
objeto, la separación total entre los medíos y fines, la con- das las sobrepostctories. Por otro lado, diferentes diag-
cepctón mecanicista de la naturaleza de la sociedad, el cis- nósticos suscitan diferentes énfasís analíticos e íntereses
ma entre hechos y valores y la objetívtdad concebida como prospectivos. Como se hará claro más adelante, el anált-
neutralidad, una idea del rigor cuantitativo yeucli-diano sts y la prospectiva que presentaré en seguida están cer-
enemíga de la complejidad -e insensible a la fractalidad de los canos de las dos últimas posiciones. es decír. de la post-
fenômenos, una teorización pretendidamente untver- cíôn de los que proceden a una crítica epistemológica de
salista pero realmente androcéntrica y etnocéntrtca - todo la modernldad y de los que se centran en el bloqueo aso-
esto conspírõ para crear un agujero negro epistemológico cíatívo y en la búsqueda de alternativas.
alrededor de los grandes problemas de la vida colectíva y Parto de un modelo analítico que identifica los prínctpa-
de las relaciones interculturales. Se trata de un grupo muy les procesos de estructuración y de práctica social. cons-
heterogêneo donde es posible Incluir a Habermas, Toulmín. telaciones de relaciones socíales que aseguran, en conjunto,
Hirschman, Murray, Bookchln, Wallertesin y Gtddene. por el sentido y el ritmo de la transformación social o el bloqueo
un lado; Foucault y Derrida y la epistemologia feminista, de ésta. AI contrario de otros modelos, como por ejemplo,

374 375
el que hace la dlstlnción entre Estado y socledad civil. este países periféricos. EI promedio dei crecímtento poblacío-
modelo se puede aplicar tanto a las sociedades naciona- nal mundial esconde diferencias abísrnalcs y es por eso
les como a las sociedades subnacionales y a las socieda- que la población de África. que en 1985 era cerca de la mí-
des transnacionales. Como mencioné en el quinto capítulo. tad de la de Europa. será. probablemente en el 2025. tres
distingo cuatro consteIaciones de relaciones sociales que veces mayor que la de Europa. En otras partes dei Sur, el
~enomino como espacíos-tternpo estructurales: el espacto- crecírníento poblacional será del mísmo tenor. La Jndia
tíernpo doméstico. el espacio-tlempo de la produccíón, el podrá pasar , en el mísmo período. de los 853 millones ac-
espacio-tiempo de la ciudadanía y el espacto-tternpo mun- tuales a 1.500 mtllones , una poblacíón semejante a la que
dial. En relación con cada uno de ellos , paso a identificar en ese entonces tendrá la China; México podrá pasar de 88
los problemas que me parecen fundamentales. advírttcndo, a 150 millones; Irán de 56 a 122 ml11ones; el Brasil de 154
desde ahora , stn embargo. que la problemática dei tlempo a 245 millones. Hay que agregar que más dei 50% de esta
presente y de las próximas décadas (digamos hasta el 2025) poblacíôn vivirá en ciudades congestionadas, stn vívíen-
no proviene de nínguno de esos problemas por separado das ní saneamtento adecuados, sín servícíos sociales mí-
sino de la conjuncíón entre ellos , nimos, de la mano con el hambre y eI desempleo de vastas
Empezaré por el espacio-tiempo mundial, el espacío-tíern- masas de poblacíón, con el colapso ecológico y. probable-
po de las relaciones socíales entre sociedades terrítortales mente, con la violencia. Según las mejores proyecciones,
concretamente entre el Estado-Nación en eI interior deI siste~ ai final deI siglo. 11 de las 20 cíudades mayores deI mun-
ma mundial y de la economía-mundo. La intensificación do (con II millones o más de habitantes) serán cíudades
de la globalrzacíón de la economía y de las interacciones de los países periféricos o semiperiféricos: Ctudad de Méxi-
transnacionales en general, en las dos últimas décadas, le co con 24.4 mtllones, São Paulo con 23.6 mtllones, Ca1cuta
ha conferido a este espacio-tiempo una relevancia creciente con 16 mtllones. Shangai con 14.7 ml11ones.
en virtud del poder conformador de sus víbracíones dentro La explosión demográfica se vuelve un problema cuan-
de cada uno de los restantes espacíos-tternpo. EI problema do causa un desequütbrto entre la poblacíón y los recur-
fundamental dei espacto-tíernpo mundial es la crecíente y sos naturales y soctales para sustentarIa adecuadamen-
presumibIemente irreversible polarización entre el Norte te, y es un problema tanto más serío cuanto más grave sea
y el Sur, entre países centrales y países periféricos en el ese desequilíbrio. Siendo así, cabe preguntar si al hacer
sistema mundial. Este problema abarca una gran plurali- prevístones con esas tendenctas desastrosas no estaremos,
dad de vectores. Resaltaré sólo tres de ellos: la explosión ai final dei srglo XX. cometiendo el mísmo error que come-
demográfica. Ia globalizaclón de la economía y la degrada- tió Thomas Malthus ai final deI stglo XVlll ai prever que la
ción ambiental. poblacíón de Inglaterra, Francta y América, sería cada vez
mayor que la capacidad de la tierra para garantizar su
La explostón demográfica subststencia y que, en consecuencia, la mtervencíón de la
naturaleza para reducír la poblacíón ínclutría fatalmente
En prtrner lugar. el vector de lá explosión demográfica. el hambre. Ia guerra y las enfermedades.
Entre 1825 y 1925. Ia población mundial se duplicó de Se demostró que estaba equivocado; la población con-
1.000 a 2.000 mtllones de personas. En los clncuenta anos tinuó aumentando pero también aumentaron los recursos
sígutentes se volvió a duplicar a 4.000 millones y entre para asegurar su subsistencia. lNo se podrá volver a re-
1975 y 1990. pasó de 4.000 millones a 5.300 millones de petir hoy la historia? Todo lleva a creer que no. Según Paul
personas. Las proyecciones para las próximas décadas Kermcdy, tres factores prrnctpales contribuyeron para fal-
varían pero para hacerle justtcía a una proyección modera- sear la prevístón pesimista de Malthus: la emígracíón en
da. en e12025. Ia poblacíón mundial será de 8.500 míllones masa de ingleses y de europeos en general; el aumento de
de personas, El hecho más decisivo de esta explostón es la productividad de la tierra con la revolución agrícola; y
que ella tendrá lugar. en una abrumadora medida. en los el aumento de la productividad dei trabajo con la revolu-

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clón Industrial (1993: 6 y ss.). Tal vez sólo el primero de naturales y los equilibrios ecológicos sufran a corto plazo
estos factores parece estar hoy ai alcance de los países desgastes fatales para la supervtvencía de la vida en la tíe-
periféricos. EI aumento de la productívídad de la tierra o rra, tal como la conocemos. Esta será así, aunque la po-
dei trabajo parece estarles vedado en gran medida y, en blactón no aumente tanto como se prevé. A pesar de una
todo caso, todo Indica que éste no podrá acompanar el desaceleración global del crecimiento anual de la pobla-
cíón desde 1970-en el período 1965-70, el crecimiento era
aumento de la población. La diferencia entre el tiempo de
de 2.06, en el periodo 1985-90 era de I. 73-las disparidades
Malthus y el nuestro, reside en que en los stglos XVIl! Y
entre el Norte y el Sur se agravaron (Derlugian, 1992a).
XIX, la explosión demográfica y la explosión tecnológica
Sólo un ejemplo: en el perjodo de 1965-70, el crecírnten-
tuvieron lugar en la mlsma regíón dei sistema mundial.
to poblacional anual en el Afrtca, era de 2.63 y en Europa
míeritras que hoy, la prrmera ocurre en eI Sur y la segun- de 0.67; míentras que en el período 1985-90 la cifra afri-
da en el Norte. Además, Ia disparldad entre el Norte y el cana se disparó ai 3.00 y la europea bajó ai 0.22. Com-
Sur es tan grande que, míeritras el Sur se debate con el binadas con el aumento global de la población, el cual,
problema de la explosíón demográfica, el Norte empleza a a pesar de la desaceleración, continúa elevado, estas
preocuparse con eI crecírntento negativo de la población y disparidades entre el Norte y el Sur hacen cada vez más
con su envejecimiento. cuestionable la universalización del modelo de desarrollo
Estas disparidades ilustran un extenso fenômeno que capitalista. De hecho, este modelo parece enfrentarse con
consiste en el hecho de que, en el ámblto transnaclonal de una situación dílemáttca: por un lado, hoy dicho modelo
algunos problemas emergentes no se elimina sino que, aI se pretende como universalmente válido, sobre todo des-
contrario. se agrava la polarización entre eI Norte y eI SUL pués deI colapso del régimen comunista; por otro lado, es
Dije arriba que de las tres vías históricas de solución po- cada vez más claro que él no se puede aplicar universal-
sitiva de la explosión demográfica, los países de! Sur tienen mente o, lo que es aún más dilemático, mientras más uni-
a su dtspostcíón sólo la emígracíón. La verdad es que, en versal sea su aplicación, más desigualdades producirá
la práctíca, esa vía está cast totalmente bloqueada. Entre entre los pocos que ganan con eso y los muchos que píer-
1820y 1930, 50 millones de europeos ernígraron hacia ul- dcn, es decir, entre el Norte y el SUL
tramar y casi siempre, (con excepción de los E.V.) hacia
países menos desarrollados y sujetos al domtnío colonial La globaltzación de la economía
o postcolontal. Ningún movimiento de dímenstón propor-
cional podrá suceder hoy. No olvidemos que el movimiento Esto me lleva ai segundo vector de la deslgualdad,Nor-
es ahora desde el Sur hacía el Norte, hacía Europa, Amé- te/Sur en el espacto-tíempo mundial: la globalizaclOn ~e
rica deI N arte o Australí a. y los países centrales tienen la economía. Incluso admitiendo que existe una eccnorma
medias eflcaces para defenderse de la emígractón en masa. mundo desde el síglo XVI, es lnnegable que los proces,os
Es cierto que hay millones de personas en proceso de des- de globalización se intensificaron enormemente en las ul-
plazamiento y cerca de 15 millones esperan en campos de timas décadas. Esto es reconocido aún por aquellos que
refugiados o desplazados la oportunidad de poder rehacer piensan que la economía internacional no es .todavía u~a
sus vidas en otros lugares; pera el control de las fronteras, economía global, en vír ttrd de la continuada ímportancía
el proteccíonísmo, eI racismo y la xenofobia serán obstá- de los mecanismos nacionales de gestión macroeconómica
culos poderosos para la búsqueda de una vida mejor. Todo y de la formación de bloques comercíales. Entre 194~ y
lleva pues, a creer que los altos estándares de vida y de 1973, la economía mundial tuvo una enorme expansron:
consumo vigentes en eI Norte no serán compartidos con el una tasa de crecímíento anual de la producción industrial
SUL de cerca deI6%. A partir de 1973, este crecimiento se aflojó
Por otro lado, hoy en día está generalizado el consenso significativamente lo que, para los partídartos de los ciclos
de que esos modelos no se pueden ampliar a la población de Kondratieff, signlficó el inicio de la fase B deI CIclo que
mundial en su conjunto, bajo pena de que los recursos había empezado en 1945. Aún asi, la economía mundial

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crecló más desde la posguerra hasta hoy que en toda la guar sobre las condiciones únicas de Oriente para el de-
htstorta mundial anterior (Kennedy, 1993: 48). sarrollo pujante dei capitalismo en el final dei stglo,
De los rasgos de esta cvoluctón, sobre todo eu las dos EI segundo rasgo de la globalizaclón de la economía es
últimas décadas. selecciono los más importantes para mi el predominio total de las empresas multinacionales, como
tesls. EI prlmer rasgo es eI desplazamlento de la produc- agentes del "mercado global". La misma evoluctón dei nom-
ción mundial hacia el Asia, consolidándose ésta como una bre con que son conocidas sefiala la constante expansión
de las grandes regiones del sistema mundial, constltulda, de las actividades de estas empresas con actividades en
como las dernás regíones. por un centro (el .Japón): una más de un Estado nacional: de empresas multinacionales
semíperíferta (los nuevos países industrlales: Corea del Sur, a empresas transnacionales y. más recientemente. a em-
Talwan, Hong Kong y Slngapur) y una periferia (Tailandla, presas globales. Cualesquieraque sean los indicadores utili-
Vietnam, Malasía. Filipinas, etc.). Este desplazamlento es zados -ínverstón de estas empresas como porcentaje de la
tanto mayor cuanto más elevado es eI contenído tecnoló- inversión total: porcentaje de la produccíón mundial: por-
gico de la producción, medida por la inverslón en Investl- centaje dei comercio Intrerempresarlal dei total dei comer-
gación y desarrollo. Así, en el campo de la Industria de alta cio mundial; número de filiales en el extranjero- el aumen-
tecnologia, dos ejernplos son particularmente significati- to de la importancia de las empresas multinacionales es
vos: la produccíón de transistores y la produccíón de tele- evidente. Entre las múltlples causas de esle hecho se deben
visores (Irwan, 1992). En lo que se refiere a la producción resaltar dos: la desregulación de los mercados financieros
de transistores. incluídos los semtconductores, la distri- y la revolución de las comunicactones transcontinentales
bución regional por porcentajes de la produccíón mundial, (Kennedy, 1993: 50). Porvías diferentes, ambas funciona-
tuvo un cambio dramático entre 1965 y 1989. La partlcl- ron como un gran incentivo para la internacionalización
paclón de Asta, que en 1965 era dei 28.8%, pasó ai 95% de las empresas ai mísmo tiempo que contrlbuyeron a la
en 1989: la partlcipación de Norte América, pasó en las separacíón entre flujos ftnancieros, por un lado. y comer-
mlsmas fechas dei 64.3 % ai 1. 1 %: y la participación de cio de mercancías y servícíos. por el otro. Se calcula. por
Europa, que era del6% pasó aI3.9%. En lo que respecta a ejemplo, que los fiujos mundiales de moneda extranjera -tran-
la producción de televisores. la participación de Asia era sacctones. por lo demás, exclusivamente eleetrónicas- son
en 1965 dei 14,2% (cast sólo de Japón) y pasó aI58.2% en alrededor de un billón de dólares diarios. Es difícil deter-
1989: la de Norte América pasó, en el mismo período, del minar el número exacto de empresas multinacionales. a
37.2% de la producclón mundial, ai 16.4%: y la de Europa pesar de que son ciertamente muchos millares. En todo
pasó dei 34.5% ai 16.1 %. caso es notable el grado de concentración que hace que el
En el ámbíto de la industrla de tecnologia media como, valor anual de las ventas de algunas de estas empresas sea
por ejemplo, en la industria automotrtz, eI desplazamíen- superior al producto nacional bruto de muehos países peri-
to también fue significativo: Asía, que producía el 14.2% féricos. A manera de ejemplo. las 10 empresas más gran-
de los automóviles en 1965, pasó a produclr el 28.6% en des dei sector químico fueron responsables dei 21 % dei total
1989, mientras que Norte América, que producía eI54.3% de las ventas de productos químicos en 1990 y las 15 em-
en 1965, pasó a producir apenas eI25.8% en 1989: y Eu- presas más grandes del seetor farmacéutico concentraron
ropa se mantuvo igual e incluso mejoró ligeramente su cerca dei 30% dei comercio mundial de productos farrna-
parttcípacíón (dei 39.5% en 1965 ai 41.2% en 1989). La céutícos (Ikeda, 1992).
importancia de estas desplazamientos no se puede subes- En concordancía con el predomtnío de las multmacíona-
timar. Por prtmera vez, después de cinco stglos. el motor les, otros dos rasgos de la globalización y de la economía
del capitalismo parece haber pasado dei Occidente ai se deben mencionar por la importancia que tienen en la
Oriente. Las condiciones únicas de Occidente que. según polarízactón de la desigualdad entre el Norte y el Sur. EI
Max Weber, explicarían el surgímíento dei capttaltsmo, deja- primero es la erosión de la eJicacia del Estado en la gestión
ron de tener gran importancia una vez consolidado este macroeconômica. La transnacionalización de la economía
modo de producción y ahora solamente habría que avert-

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significa. entre otras cosas, precisamente tal erosión y no la producclón de cereales crecíó más que la poblaclón. Desde
sería posíble sln ella. La desregulacíón de los mercados flnan- 1984, una serle de factores , desde la degradaclón de los
cíeros y la revolución de las comunicaciones redujeron, sueios hasta el abuso de los fertilizantes y ai mercadeo
hace muy poco, el privilegio que hasta hace poco ejercía el creciente de la alimentación, convergteron para que ese
Estado sobre dos aspectos de la vida nacional-la moneda crecimiento se desacelerara. Es difícil de prever si estamos
y las comunicaciones- considerados como atributos de la ante ellnlclo de una tendencla a largo plazo. Es de cual-
soberanía nacional y vistos como prezas estratégicas de la quíer modo significativo que. a pesar de que -según las pre-
segurídad nacional. Por otro lado. Ias multínacíonales. do- vtstones dei Worldwatch !nstltute- para Ir a la par con el
tadas de un poder de Intervenclón global y favorecidas con crecimiento de la población es necesario aumentar anual-
la creclente movilldad de los procesos de produccíón. fá- mente la produccíón de cereales en 28 millones de tonela-
cilmente pueden poner en competencia a dos o más Es- das. en los anos más recientes, el crecímíento no ha sido
tados. o a dos o más regíones dentro de un mlsmo Estado. superior a los 15 millones de toneladas (Brown et a!.. ! 990:
respecto de las condiciones que decldirán sobre la localí- 65). Las explícacíones naturalistas de esta dtscrepancta no
zación de la ínverstón por parte de la empresa multmacío- son convincentes pues , de otro modo, no se podria justff'í-
nal. Entre partes con poderes tan dcsíguales -actores globales, car que el Norte fuera del brazo con una crtsts de sobre-
por un lado, y actores nacíonales o subnacionales..por el producclón y el Sur con una crrsts de subproducción.
otro-, la negocíactón no puede dejar de ser desigual. Que las razones deben ser otras, lo ilustra la biotecno-
EI otro rasgo de la globalizaclón de la economia. fuerte- logía agrícola que en los últimos anos se ha promovido como
mente vinculado con la preeminencia de las multinaciona- la gran soluclón para el problema alímenttcto mundial.
les es el avance tecnológico de las últimas décadas blen sea Mientras anteriormente la mayoría de la producción agrí-
en ia agricultura con ia btotecnología. bten sea en la lndustrla cola se basó en buena parte en la seleccíóri de semillas y
con la robótica. la automattzaclón y tamblén la biotecno- de especies, de 10que ahora se trata, en la era de la biotec-
logía. Los aumentos de productívtdad, con que se prego- nología. es de recurrtr a técnicas que utilizan organismos
nan las nuevas tecnologías, frecuentemente esconden el y procesos vivos con miras a hacer o modificar los produc-
hecho de que ellas contríbuyen a la polartzacíón entre el tos o a mejorar plantas y animales. Aún está por evaluar-
Norte y el Sur, dadas las Inverslones de capital. los recur- se adecuadamente el tmpacto de la blotecnología agrícola
sos científicos, la mano de obra calificada y la escasez de en la salud y el media ambiente. SI la producción puede
mano de obra que presuponen. Además, contríbuyen Igual- aumentar exponencialmente, 10 hará a costa de la biodi-
mente al ahondamiento de la asimetrías en el Norte, entre versldad. SI plantas y anlmales pueden ser sometldos a la
sus diferentes regtones. En 1988. de los 280.000 robots ingeniería genética para que se hagan más resistentes a
índustrtales existentes en el mundo. 257.000 estaban con- las enfermedades, a la sequía o a los herbicidas, eso, en el
centrados en .Japón. Europa Occídental y Estados Unidos. fondo, es un incentivo para tolerar y hasta promover la
Pera lo más notable es que. de ellos. Japón tenía 176.000. degradación ecológica. Pero el aspecto más sobresaliente
es decír más dei doble dei total de los robots de Europa y de la blotecnología agrícola desde el punto de vista de las
Estados Unidos, cerca dei 70% de la poblacíón mundial de relaciones Norte/Sur, es que ella eter-tamerrte agravará
robots Industrlales (Kennedy. 1993: 88). Las cçndtctones tanto la sobreproducclón dei Norte como la subproducción
que llevaron a Japón a este liderazgo hacen difícil la com- dei SUL La gran novedad de la btotecnología es que ella se
petencia de los otros países centrales e ímpostble la de los lleva a cabo a través de grandes empresas mul tnacíona-
países periféricos y semíperífértcos dei sistema mundial. les que tlenen las patentes de los descubrlmler os bíotec-
En lo que se reflere a la bíotecnología. el cuadro es se- nológtcos y que. por eso, prívan de sus beneflc ,)S a todos
mejante, por lo menos en cuanto a las relaciones Norte /Sur. los que no puedan pagar los derechos de autoría ,royalttes I.
Entre 1950 y 1984. Ia produccíón agrícola mundial crecíó Como díce Paul Kennedy. el DNA es el nuevo recurso In-
más rápídamente que en cualquler otro período anterior y dustrial de las grandes empresas. que no sólo puede subs-

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ti tuir materias primas usualmente suministradas por los Frente a es to, no sorprende que el abismo global entre
países periféricos sino que puede conducir a la íntegracíón los ricos y los pobres se haya ahondado. Se calcula que mil
vertical de la producclón agrícola, colocando vastas regío- millones de personas -más de 1/6 de la población mun-
nes del mundo bajo el domtnto de unas pocas empresas dial- vive en la pobreza absoluta, es decír, díspomendo de
multinaclonales de los ramos agroquímtco y biotecnoló- un ingreso inferior de cerca de 3.65 dólares por ano, AI otro
gico (Kermedy. 1993: 73). Tal como sucede con la robótica lado dei abismo, el 15% de la población mundial produjo
y la autornatízactón, también son visibles los conflíctos entre y consumtó cerca de! 70% dei ingreso mundial. Mientras
los países centrales en este ámbtto, dado el diferente peso que la ayuda externa de los países centrales a los países
que la agricultura, y sobre todo los agricultores, tiene en periféricos cayó del 0.37% dei PNB en 1980 ai 0.33% en
ellos (mícntras Japón importa productos alimenticios, 1989, las tasas de interés de la deuda externa de los paí-
Europa y Estados Unidos tienen grandes excedentes). Pero ses dei Sur subieron el 172% entre 1970 (3,7%1 Y 1987
en el ámbito de las relaciones Norte/Sur, es donde más se (10%), lo que lleva a algunos autores a calcular en 40,000
hace sentir el impacto de la biotecnología. Es que si, por millones de dólares el monto anual de las transferencias
un lado, el uso de las patentes apunta a producir réditos líquidas dei Sur hacia el Norte, síendo pues ese literalmen-
que funcionan como transferencias líquidas del Sur hacia te el valor de la contribución de un Sur consumido por el
el Norte, por otro lado, esas transferencias ocurren, des- hambre para la abundancia dei Norte. EI aumento de la
de luego, en la propía mgentería de los productos, pues, deuda externa, combinado con la caída dei precío mundial
como bien lo hace notar Kloppenburg, dado que la mayo- de algunos de los productos exportables dei Sur, llevó a
ría de los recursos genéticos se encuentra en los países del algunos países ai colapso. Debido a la continua caída del
Sur, estos ya están siendo expoliados por las grandes em- preeio del cobre, el servicio de la deuda externa de Zambia
presas multinacionales, lo que ya se designa como "impe- equivalía a195% dei total de las exportaciones (Ihonvbere,
rialismo biológico" (Kloppenburg, 1988). 1992: 994),
Todos estos rasgos de la globalización de la economía El programa del Nuevo Orden Econórmco Internacional,
ayudan a comprender las razones por las cuales en las últi- lanzado por la ONU en 1975, con miras a crear una mayor
mas décadas las desigualdades entre el Norte y el Sur au- solidaridad entre el Norte y el Sur, resultó un total fraca-
mentan significativamente. Ya es un lugar común afirmar so, sobre todo después de que los países dei Norte const-
que la década de los ochenta fue una década negra para guíeron reciclar los excedentes de los petrodólares y, por
los países periféricos. Es menos conocído que las agencias ese camíno. absorber la amenaza ímpuesta inicialmente
ínternacíonales no esperan que la década de los noventa por la OPEP y también después de que los gobiernos con-
sea mejor. Según la South Commission, "Ia década de los servadores llegaron al poder en Estados Unidos, en Ingla-
noventa traerá aún más privaciones para los pueblos del terra y en Alemania, inflamados con el fuego neoliberal de
Sur, aún más inestabilidad para estos países" (Ihonvbere, la desregulaclón, dei recorte de la ayuda externa y de los
1992: 999). Los datos son efectivamente alarmantes, Míen- subsidios, de la apertura de las economías dei Sur impul-
tras que el África está alcanzando un punto de colapso. en sadas hacia la exportaeión, con el fin de eumplir con los
América Latina el nível de vida a prtncípíos de la década eompromisos de la deuda externa en que. mientras tanto.
de los noventa era más bajo que el de la década de los se- estaban atrapados,
tenta. De los 84 países menos desarrollados, 54 sufrieron Pero además de los pocos países del Sur que en esta
disminuciones del ingreso nacional per cápíta en la déca- década consíguíeron beneficiarse de las transformaeiones
da de los ochenta. En 14 países, el íngreso per cáptta cayó de la economía muridíal.Ta inmensa mayoría perdió y una
en cerca dei 35% (Ihonvbere, 1992: 989), En trece anos, la parte de ella llegó a una situación de colapso que se mant-
deuda externa de los países de! Sur pasó de 170.000 mi- nesta en múltiples formas: en la pérdida de la poca sobera-
llones de dólares en 1975 a 1'200.000 mlllones de dólares nía efectiva de los Estados periféricos que quedaron, cada
en 1988. vez más y más, sujetos a los programas de ajuste estructu-

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ral dei Banco Mundial y dei FMI; en la perturbacíón interna. a ser un país consumidor de trigo. EI mismo sesgamtento
en la violencia urbana, en los motínes de los hambríentos, de objetivos en favor dei aumento deI comercio internacio-
en ia desnutrición; y finalmente en la degradación dei am- nal y en detrimento dei consumo real de alimentos P?r
biente que. si no fue originada por la deuda externa. fue parte de los pobres. ocurrió en la Jndia con la revolucíón
cast siempre agravada por la necesidad de aumentar las verde. aunque ésta le haya permitido a la India transfor-
exportaciones para poder enfrentar los compromisos de la marse en un país exportador de cereales.
deuda. EI hambre y la desnutriclón aumentaron significa- En las dos últimas décadas. la sltuación alímcntícta de
tivamente en las dos últimas décadas y la economía polí- las masas empobrecidas del Sur se agravó significativa-
tica internacional de la alimentación es tal vez, más que mente. Ladependencia alímenttcía que FoodJor Peace creó
nínguna otra, reveladora de los íntercarnbíos desiguales en los países periféricos reveló todo su carácter negativo
entre el Norte y el Sur. cuando a partir de 1972. los E.U. elimlnaron cast total-
Antes de 1945. elllamado Tercer Mundo exportaba cerea- mente ese programa y lo substituyeron por ventas comer-
Ies y en los aüos cincuenta era autosuficiente en produc- cíales (Pelízzon , 1992: 15). Este cambio de política surgíó
tos alimenticios, a pesar de las sequías y de otros factares en un momento particularmente dífictl para el Tercer Mundo.
que produjeron períodos de harnbre, como por ejemplo en La India y los países dei Norte de África atravesaron perío-
la India, en los anos cíncuenta y sesenta y en Africa (Peltzzon. dos dç gran sequía, Ia producción mundial de cereales
1992; 7). En 1954. Estados Unidos Iniciá el programa de decayó y los precios de los fertilizantes subieron como
ventas subsidiadas de productos alímentíctos llamadoFood resultado de las crtsts deI petróleo. Si, por un lado. los
for Peace -Alimento para la Paz-o Conocido por el público precíos de los productos alimenticios subteron, por otro
como un programa para combatir eI hambre en eI mundo, lado. los países dei Sur se vieron forzados a continuar
la verdad es que. en la ley que lo establecíó. ese objetivo abandonando los cultivos de subststencía con el ftn de
fue mencionado en cuarto lugar, los ires prírneros estaban dedicarse a los cultivos de exportación. como solución
vinculados con los intereses económicos de Estados Uni- parcial para la crtsts producída por la deuda externa. EI
dos: aliviar los excedentes agrícolas. desarrollar mercados aumento de los precíos de los productos altmentícíos fue
de exportacíón para los productos agrícolas americanos y provocado. además, por la expansión hacía el Tercer Mun-
expandir los mercados internacionales. No quedan dudas do deI mercado de productos alimenticiOS procesados y
de que ese programa fue eficaz como mecanismo para com- enlatados. controlado por las grandes empresas multina-
batir el desernpleo: entre 1954 y 1964. la ayuda alimenticia oíonales: un aumento de precíos articulado con la pérdida
constltuyó el 34% dei total de las exportaciones de cerea- del valor nutritivo. dramáticamente ilustrada por la pro-
lesde los E.U. ye157% de las tmportacíones totales de cerea- moción de los substitutos de la alimentación materna por
les de los países dei Tercer Mundo (Pelízzon. 1992; 8). Es parte de Nestié con las consecuenctas que son conocidas.
mucho más dudoso que este programa haya bcnefícíado Para hacerle frente a la dcuda, la exportación agrícola
efectivamente a los países dei Sur y muchos datas conver- asumió proporciones dramáticas en algunos países. En el
gen en el sentido de que ai contrario los perjudtcó. por lo Brasil. por ejemplo, Ia produccíón de fríjol negro. base de
menos a largo plazo. Muchos de los cultivos tradicionales la alimentación brastleüa. fue descuidada en favor de la
fueron descuidados o substituidos y esos países pasaron producción de soya. EI aumento de la producción de carne
a depender. cada vez más. de la importación de cercales, en los países de América Latina tampoco stgntf'ícó la me-
y además, sus poblaciones se tuvteron que reducir a una jora de la alimentaclón de sus habitantes. A pesar de que
dieta menos variada y extrafia en relación con sus hábi- Costa Rica aumentó bastante la producción de carne en-
tos altmentícíos ancestrales. Este proceso fue particular- tre 1950 y 1970. el consumo de carne per cápita bajó en
mente notorio en el África. pero ocurrtó en otras regíones. ese período de 24.5 a 16.5 kílos (Peltzzon, 1992; 20). En
como por ejemplo en Corea dei Sur. que ai final de la dé- un contexto internacional, cada vez más dominado por las
cada del sesenta pasó de ser un país consumidor de arroz empresas agro-alimenticias. la produccíón de alimentos

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es~á cada vez más vinculada con la demanda efectiva. La cíón. a la salinización y a la erostón. La destrucción de los
calda dei ingreso de los países periféricos, sobre todo a bosques tropicales, sobre todo en el Brasil y en el resto de
partir de la década de los setenta, contribuyó en gran me- América Latina, pero tambíén en Indonesia y en las Fíltpí-
dída para que en la década stgutente la producción mun- nas. es sólo el ejernplo más dramático. En cada década,
dial de productos agrícolas empezara a desacelerarse. Esta desde 1950, se perdíeron 30 millones de hectáreas de bos-
es la situación actual y por eso no es extraüo que los esti- ques en el África tropical, 40 millones en América Latina y
mativos de desnutrición en el mundo se estén modifican- 25 millones en el Asia meridional (Pelizzon, 1992: 2). En
do constantemente; y siempre para empeorar. África se stembra sólo un árbol por cada 29 que se cortan
Lo más rruevo que hay en la sttuacíón actual es que la (Kennedy, 1993: 115). Pero la degradación ambiental pro-
desnutrición y el hambre aumentaron en los propíos pai- vocada por este camino es apenas un aspecto muy parcial
ses centrales y,muy particularmente en los E. U. Lo que de un fenômeno mucho más amplio -Ia crisis ecológica-
prueba -SIn equívocos- que el hambre y la desnutrición no tan amplio que, a mí entender, constítuye el tercer vector
dependen tanto dei nivel de producción agrícola o dei nt- junto con la explostón demográfica y la globalización de la
vel general de prosperídad deI país como de las asimetrías economia, dei espacío-ttempo mundial. En seguida le haré
soctales, del abismo creciente entre ricos y pobres. Crer- una breve referencia.
t~mente estará relacionado con esto el énfasis puesto re- De todos los problemas que enfrenta el sistema mun-
CIentemente por las instituciones internacionales en la dial, la degradación ambiental es tal vez eI más íntrínse-
recuperación de la agricultura tradicional. Se reconoce que camente transnacional y por lo tanto, aquel que, de acue r-
una parte significativa de la población mundial estará en do con la manera como se enfrente, puede redundar tanto
las próximas gcneractones, por deba]o de un nivel de sol- en un conflicto global entre el Norte y el Sur, como puede
vencia que les permita ser consumidores de la agricultura ser la plataforma para un ejercícto de la solidaridad trans-
comercial. Pero también hay quien sospecha -con alguna nacional e intergeneracional. EI futuro está, por así decír-
razón. en vista de lo que mencíoné arriba- que el interés lo, abierto a ambas posibllidades aunque sólo sea nuestro
por la recuperación de la agricultura tradicional también en la medida en que la segunda prevalezca sobre la príme-
puede estar relacionado con el mantenimiento de la btodt- ra. Las perspectivas no son, stn embargo, alentadoras. Por
versidad y dei genn plasm dei que los países dei Sur son un lado, el Norte no parece dispuesto a abandonar sus
un gran depósito. Como ya sucedió en el pasado en otras hábitos polucíonistas y mucho menos a contribuir, en la
circunstancias, no es absurdo pensar que los agricultores medida de sus recursos y responsabilidades, a un cambio
dei Tercer Mundo vengan a suministrarle a las empresas de los hábitos polucíonístas dei Sue que son más una cues-
de biotecnología recursos genéticos a partir de los cuales tión de necesidad que una cuestión de opción. Por otro
elIas produzcan bioproductos a los que los agricultores dei lado, los países dei Sur tienden a no ejercer a favor dei
Tercer Mundo sólo tendrán acceso si tlenen recursos para equilibrio ecológico el poco espacio de maniobra que les
pagar los elevados precios que esas empresas cobrarán queda en este ámbito. Pero, además de muchas otras ra-
por elIos.
zones, y por absurdo que parezca, después dei colapso del
comunismo, la capacídad de polucíón es tal vez la única
La degradación ambiental amenaza creíble con que los países del Sur pueden enfrentar
a los países dei Norte y arrancarles algunas concesíones.
Dije arriba que los factores de la transnacionalización Cerca de un tercio dei suelo dei planeta está constitui-
de! empobrecimiento, deI hambre y de la desnutrición tu- do por desíertos y ciudades donde se genera poca actíví-
víeron , entre muchas consecuencias adversas la de la de- dad biológica; un tercío está constituido por bosques y
gradación ambiental. La presión hacia la intensif!cación sabanas y un tercio por terrenos de agricultura y pasto-
de los cultivos de exportación, combinada con técnicas defi- reo. (Brown et ai., 1990: 5). Los dos últimos tercíos han
Cientes de manejo de los suelos, llevaron a la desertiza- venido, por así decir, disminuyendo y obviamente no sólo

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por razones directamente relacionadas, en el caso de los difíciles de prever en toda su magnitud. Las emisiones de
países deI Sur, con la deuda externa. Entre 1950 y 1980 C02, los clorofluorocarbonatos, la deforestación y acidifi-
se perdió el 50% de las reservas forestales deI Hírnalaya cación de los bosques. la contaminación de los ríos, todo
debído a la duplícacíón de la población y a la búsqueda que eso ha contribuido al efecto invernadero. En este síglo, la
ella generó, a veces de terrenos agrícolas. a veces de pas- concentración atmosférica de C02 aumentó de 70 ppm, a
tos y a veces de lefia (Kennedy. 1993: 99). La verdad, stn cerca de 350 ppm. Actualrnente se lanzan a la atmósfera
embargo, es que la destrucción intensiva de los bosques 6.000 millones de toneladas de carbono, Estados Unidos
de las faldas dei Himalaya comenzó con el colontaltsrno deI es el mayor emisor mundial de gases que producen el efec-
final dei stglo XIX y prmctpíos deI síglo XX, con el corte de to ínvernadero, con un 17.6% del total de las emisiones
madera para exportación y para la construcción de las vías seguidos por la ex Unión Soviética con un 12% y el Brastl
férreas (Rao, 1991: 14). Se trata pues, de una agresíón que. con el10.5%, la China con eI6.6%, la Indía y el Japón con
apoyada en diferentes cálculos económicos, durante déca- el 3.9% cada uno. Si no se introduce nínguna corrección
das se ha mantenido sín lnterrupción. Enjulio de 1991, -empezando por los E.U" donde e14% de la población mun-
en un llamado dirigido a los presidentes de las repúblicas dial consume 1/4 del petróleo mundial-, el ecoststerna
de América Latina, se deriunctaba que al ritmo de la actual mundial difícil mente podrá continuar renovándose en la
destrucción, en el afio 2000. 3/4 partes de los bosques forma que fue conocida.
tropícales de América Latina -que contiene el 60% deI <.Cuál es el impacto de la degradacíón ambiental en las
total mundial de bosques tropicales- habrán sido destrui- relaciones Norte/Sur? EI hecho de que ese impacto sea
das y con ellas el 50% de especíes perdidas para sternpre. crecientemente global parece indicar que frente a él no hay
Entre muchos otros efectos, la deforestación y la erosión la posibilldad de que sólo unos saquen ventajas y otros
dei suelo trae consigo la escasez de agua potable, lo que desventajas, por lo que sería "natural" la solidaridad Inter-
ocurre tanto en los países centrales como en los países nacional para enfrentarIo. En verdad, nada parece más
periféricos. Se calcula que 40 millones de campesinos chí- difícil que la construcctón de la solidaridad eu este ámbito.
nos sufren de escasez de agua potable debido a la polución En prírner lugar. Ia gravedad deI problema ambiental re-
agrícola y, por otro lado, los resíduos de fertilizantes han side ante todo en el modo como afectará a las próximas
sido detectados en las reservas de agua de Francia, de Ale- gcncracíones. por lo que su resolución se basa forzosamen-
mania. de Holanda, de Inglaterra y de Dinamarca (Pelízzon. te en un principio de responsabilidad intergeneracional y
1992: 26). En treinta anos. el mar de Aral se transformó en una temporalidad a mediano y largo plazo. Sucede. sin
en un mar fantasma con menos del 40% de área y con menos embargo. que tanto los procesos políticos nacionales,
del 60% de volumen y. en menos de una década. Ar-abra c?mo los procesos políticos internacionales están, hoyen
Saudita redujo en 1/5 los estratos acuíferos acumulados dia, tal vez más que nunca en este stglo, dominados por las
en miles de aftos (World Resources. 1990: 171-177). exígenctas a corto plazo. Hay que agregar que en el Norte,
Los países deI Norte "se especializan" en la polución la prepo~derancia de los mercados financieros y de capi-
industrial y. en tíernpos más rectentes, han conseguido tales actua en el mtsrno sentido, castigando cualquter es-
exportar parte de esa polucíón hacia los países deI Sur, trategta empresarial asumida o impuesta, que disminuya
bíen sea bajo la forma de venta de desechos tóxicos. bíen la lucratívídad actual, incluso en nombre de una mayor
sea por transferencia de algunas de las industrias más lucratividad pero necesariamente íncíerta en el futuro. En
polucionantes, por ser allí menor la conciencia ecológica los países del Sur, los procesos político-económicos son
y ser menos eficaces (si acaso existen) los controles antípo- aún más complejos. Por un lado. la industrialización de
lucíón. De todos los efectos de la polucíón y de la degrada- muchos países periféricos y semiperiféricos en las dos úl-
ción ambiental en general, los más amenazantes son hoy timas décadas ocurrió gracías a la existencia de una fuerza
en día el efecto invernadero y la degradación de la capa de de trabajo abundante y barata y de una mayor tolerancia
ozono, con consecuencias para el ecosistema de la tierra social y política frente a la polucíón. En estas condiciones,

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cualquier medida proambiental estaria en contra de la lógica drá para eso de recursos comparables con los del Estado
de la ínversíón efectuada eon las prevístbles consecuencias. holandés.
EI dilema de México frente ai tratado de \ibre comercio Analizando a la luz de los tres sectores seleccionados
con los E. V. Y el Canadá es bíen ilustrativo. La posición de -el aumento de poblacíón. la glcbaltzacrón de la economía
México en el tratado presupone sternpre que la índustrta- y la degradactón ambiental- el espacio-tlempo mundialpa-
llzación ai sur deI Rio Grande estaria sujeta a muy poco rece enfrentarse con una sttuacíón dilemática a diferentes
control ecológico. Era sabido que MéxIco tenía leyes de niveles. En primer lugar, el modelo de desarrollo capita-
protección deI media ambiente pera se sabía igualmente llsta asume una hegemonía global en el momento en que
que no había ni condiciones técnicas ní voluntad política se hace evidente que los beneficios que puede generar con-
para aplicarlas eficazmente. antes por el contrario. De tinuarán confinados a una pequena minoría de la pobla-
hecho, la lógica de la nueva tndustria\ización y de la inver- ción mundial. míeritras sus costos se distribuirán entre
sión extranjera que la creó, se basó desde el principio en una mayoría síernpre creciente. Si bien la lógica y la ídeo-
la transferencta de los costos de la degradaclón ambiental logía del consumismo se globalizarán cada vez más, la práctí-
para las próximas generaciones. Pero los países periféricos ca dei consumo continuará inaccesible para vastas masas
argumentan a veces lo contrario, es decír, en nombre del de la poblacíón. Las desigualdades socíales entre el centro
bienestar de las próximas generaciones para justificar las y la periferia del sistema mundial tenderán pues a agravarse.
políticas polucíonantcs del presente. La Indta y la China,
En segundo lugar, y en aparente contradicci6n con esto,
por ejemplo, no admiten que sean privadas de intentar lograr,
los problemas más sertos con que se enfrenta el sistema
para sus generaciones futuras, un nivel de vida semejante
mundial son globales y como tal, exígen soluciones globa-
ai que hoy dlsfrutan los habitantes de los países centrales,
aunque para eSQ sea necesario agravar el efecto tnverna- les, marcadas no sólo por la solidaridad de los ricos para
dera. A su vez el Brasil. a pesar de estar cambiando su con los pobres dei sistema mundial. sino tambíéri por la
política en lo que respecta a la Amazonía, se rcstcnte de solidaridad de las generaciones presentes para con las gene-
que se le ímpongan restricciones a la deforestaci6n por parte raciones futuras. Sin embargo, los recursos econômicos,
de países cuyos habitantes gastan 15 veces más energía socíales. políticos y culturales que tales medidas presupo-
que los brastleüos y stn que sean evidentes las contrapar- nen, no parecen disponibles en el sistema mundial y en
tidas para compensar los costos de tales rcetrtcctonee en realidad, parecen hoy menos dtepontbles que antes. Por
caso de que ellas se lleven a cabo. Por su lado, Indonesia un lado, la globattzacíón de la economía le dio una preemi-
se propone eliminar el 20% de sus bosques para que, en nencía sín precedentes a sujetos econórrucos poderosísimos
los términos de los anuncios gubernamentales, "sus 1 70 que no se sienten deudores de lealtad o de responsabili-
millones de habitantes tengan las mismas aspiraciones que dad para con ningún país, regíón o localidad del sistema
los habitantes de los E.V." (WorldResources, 1990: 106). mundial. Lealtad y responsabilldad, sólo las asumen ante
Frente a esto es difícil imaginar medidas preventivas los accionistas e incluso dentro de ctertos límites. Por otro
globales. no obstante su urgencía. Pero aunque se adopten lado, los procesos políttcos de los Estados que componen
atgunas. son muy desiguales los recursos de los diferen- el sistema interestatal están cada vez más dominados por
tes países para que puedan ser llevadas a cabo coheren- lógicas, cálculos y compromisos a corto plazo, opuestos
temente y de modo global. Hay que agregar que frente a la por naturaleza a objetivos íntcrgeneractonales a largo plazo.
tnmínencta de un desastre ambiental, las medidas de protec- Hay que agregar que la propía globaltzactón de la economía
cíón o de contenci6n adecuadas incluirán eventualmente
y de los problemas que ella generó, minó la eficlencla de
costos que s610 algunos países podrán asumir. Si como con-
los dispositivos mstttuctonales que le podían hacer frente
secuencia deI efecto invernadero, aumenta ligeramente el
nivel de las aguas dei mar, tanto Holanda como Bangladesh y en esto reside el tercer dilema dei espacio-tiempo mundial.
deberán tomar medidas de protección contra el avance dei La pérdída de centra\idad institucional y de eftcacía regu-
mar; pero obviamente, el Estado de Bangladesh no dispon- ladora de los Estados nactonales, reconocidas por todos,

392 393
es hoy en día uno de los obstáculos más resistentes para que pretenden ser como que la negaci6n dialécttca de los
la búsqueda de soluciones globales. Es que la erosi6n dei dUemas mencionados arriba. Soctológtcamente. sus pro-
poder de los Estados nacionales no fue compensada por eI motores son muy heterogéneos, tanto como lo son sus
aumento deI poder de ninguna instancia transnacional modos de organtzactón y sus objetivos. Son los movimientos
con capacídad. vocaci6n y cultura institucional orientadas ecológicos, los movimientos de derechos humanos, los movi-
hacía la resolucíón solídarta de los problemas globales. De mientos de los pueblos indígenas. los movírntentos femi-
hecho. el carácter dilemático de la sttuacíón reside preci- nistas, los movimientos de los obreros de diferentes países
samente en el hecho de que la pérdída de efícacta de los que trabajan en diferentes ftltales de la mtsma empresa
Estados nacionales se mantflesta ante todo en la incapa- multinacional, etc., etc. Lo que estas grupos tienen en co-
cidad de éstos para construir instituciones internactona- mú n, es el intento de darle conststencía política transna-
les que llenen y compensen esa pérdida de eficacia. cional a problemas transnacionales por naturaleza (como,
EI cuarto y último dilema dei espacío-tíempo mundial por ejernplo, el agujero deI ozono) o a problemas transna-
reside en que, en eI momento en que los países centrales y cíonalízables por la vía de los grandes enlaces entre sus
los organismos tnterriactonales bajo su controlle imponen múltiples manifestaciones locales en diferentes partes del
a los países periféricos y semíperrfértcos la adopcíón de globo (como, por ejcmplo, los movimientos obreros de los
regímenes de democracia representativa y de defensa de diferentes países donde opera la mtsrna multinacional. o
los derechos humanos. las relaciones entre los Estados en los movimientos de los pueblos indígenas por el control de
el interior deI sistema ínterestatal, SOTI cada vez meDOS los recursos naturales existentes en sus territorios ances-
democráticas. en la medida en que los países dei Sur tíe- trales, territorios de los que fueron expoliados en el perío-
nen cada vez menos autonomía interna y están sujetos a do colonial). Muchos de estas movimientos dieron orígen
imposiciones externas de todo orden a veces indicadoras o están enlazados con organízactones no gubernamenta-
deI inicio de un nuevo ciclo de colonialismo o, por lo me- les transnactonales. Tampoco se pueden dejar de mencionar
nos. de neocolonialismo. Paradójícamerite. el colapso dei los esfuerzos de la comunidad internacional en el sentido
"gran enernígo" de la democracia occidental, el comunismo, de darle una respuesta transnacíonal a algunos de los pro-
no se tradujo en mayor sino en menor poder democrático blemas del cspacío-tíernpo mundial, procurando renovar
internacional por parte de los países periféricos y sernt- el derecho internacional con doctrinas como la deI patrí-
periféricos. Las misrnas Naciones Unidas, que durante monto común de la humanidad y tratados como la ley dei
décadas fueron una de las plataformas de la competencia mar o el tratado de la Antártida.
entre las dos superpotenctas, con lo que conquistaron un Dije arriba que la práctíca social está estructurada en
cierto poder de arbitraje y una cultura de ímparcíaltdad. cuatro espacíos-tíernpo. Hasta ahora me asomé exclusiva-
están hoy, en forma creciente, prisioneras de los intereses mente sobre el espacío-tíernpo mundial. pero no porque él
geoestratégtcos de los Estados Unidos de América (sin que. contenga alguna primacía apriorística para la explícacíón
sin embargo, sean capaces de servírlos de acuerdo con las de los procesos socíales de nuestra contemporaneidad. Es,
"expectativas" norteamericanas). stn duda, un espacío-tíempo con creciente poder confor-
Ante una situaci6n múltiplemente dtlemáttca, hay quien mador; pera su eficacia depende, en última ínstancta, de
no se cruce de brazos y busque salldas. No es fácll porque. las articulaciones que se entretejen con los restantes es-
como ya lo mencíoné, la reciente erosión de los procesos paeios-tiempo. A su vez, éstos tienen una autonomía pro-
de regulación social, bien sea a ntvel nacional, bíen sea a pia que proviene de las relaciones socíales deI ámbito local
nivel transnacíonal, trajo consigo la erosión-y no el fortale- o nacional que los constituyen. Me referíré en seguida. muy
cimiento, como esperaban rnuchos- de los proyectos emanci- brevemente, a los problemas fundamentales eon que cada uno
patorios y de la voluntad política de transformaci6n social. de estos espactos-tíempo se debate en el presente. y pro-
Incluso así, estamos aststíendo ai surgtrníento de luchas bablemente se debatírán en la pr6ximas décadas. y el modo

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como tales problemas se articulan con los problemas dilemá- en el campo dei derecho penal, dei derecho de familla y de
ticos dei espacío-ttempo mundial que acabo de mencionar. la seguridad social. Como también en otros campos. la
dlstinclón entre el espaclo-tlempo doméstico y el espacío-
tiempo de la producctón, por ejemplo, es tan importante
El espacio-tiempo doméstico
como las profundas articulaciones entre ellos. Por ejem-
pio, l. Wallersteln y otros han llamado la atenclón sobre la
EI espacío-tíempo doméstico es el espacío-tíernpo de las
importancia decisiva deI trabajo no remunerado realizado
relaciones familiares, particularmente entre cônyuges y por las mujeres en el espacio-tiempo doméstico. en la va-
entre padres e hijos. Las relaciones soctales familiares es- loracíón capitalista de los coslos dei lrabajo productlvo y
tán dominadas por una forma de poder, el patriarcado, que por lo tanto, en la rentabilldad dei capital (Wallerstein,
está en el orígen de la discriminación sexual de la que son 1983; Chase-Dunn, 1991: 233). Se trata de una forma no
víctímas las mujeres, Obviamente. tal discriminación no salarial de explotaclón dei trabajo femenlno que indirec-
existe sólo en el espacto-tíernpo doméstico sino que ade- tamente facilita la explotactón salarial dei trabajo mascu-
más es visible en el espacio-tíempo de la producclón y en lino. Este mecanismo funciona ampliamente cuando la mu-
el espacio-tiempo de la crudadanía. como tendré ocasión jer entra en el mercado de trabajo, lo que ocurre cada vez
de mencionar. Pero el patriarcado familiar es, a ml enten- eon más frecuencia en las últimas décadas.
der, la matriz de las dtscrtmtnactones que sufren las mu- La articulación de las relaciones sociales deI espacio-tiem-
jeres aún por fuera de la família, aunque siempre actúe po doméstico con el espaclo-tlempo mundial es compleja.
articulada con otros factores. Ese carácter matrtarcal se Menciono algunos de sus aspectos. teniendo en mente los
manlfiesta por ejernplo, en el hecho, frecuentemente ob- tres grandes seetares analizados: el aumento poblactonal,
servado de que la dlvlslón sexual dei trabajo en el espacío- la globalización de la economia y la degradaclón dei medio
tiempo doméstico tiende a ser homogénea y relativamente ambiente. Dado el papel primordial de las mujeres en la
estable en formaciones socíales con diferentes divisio- nes reproducclón biológica de la humanidad, la poslclón de ellas
sexuales deI trabajo en otros espacios-tiempo. en la familla y en la socledad, su mayor o menor autono-
Un poco en todas partes, la mujer tíene a su cargo, además mía para tomar dectsíones. su educacíón y sus valores,
de la reproducclón biológica, la preparaclón de los alimen- sus actitudes frente ai control de la natalidad y la educa-
tos, las compras para el consumo doméstico y el trabajo cíón de los hijos son factores cructales en cualquier políti-
de organízacíón y de ejecución que permite la reproduc- ca coherente de control de la poblaclón. Por ejemplo, las
clón funcionai de la unidad familiar. Desde una u otra pers- estadísticas de las Nacíones Unidas muestran que, salvo
pectiva, esa homogeneldad y estabilldad de la dlvlslón algunas excepciones.Ia tasa de fertllidad está Intimamen-
sexual dei trabajo doméstico, fue sostenlda reclentemente te relacionada con el nível de educacíón de las mujeres ,
por E. O. Wríght ai demostrar que, entre las familias nortea- bajando a medida que éste aumenta. AsI, según el World
mericanas y suecas, el volumen de trabajo doméstico rea- Resources Iastltute, ai final de los afios ochenta la ferttlt-
lizado por los hombres no vartaba significativamente según dad de las mujeres analfabetas en Portugal era de 3.5,
la ciase social (Wrlght et al.. 1992). Fourier era probable- mientras que la de las mujeres con siete o más anos de
mente, buen sociólogo cuando afirmaba que la tgualdad de escolarldad era de 1.8 (World Resources, 1990: 266). En
los sexos sólo sería posible en una sociedad que aboliera general, la tasa total de ferttlídad varía en razón dírecta
la familla y permltlera el amor Iibre. La Ideologia patriar- con la tasa de analfabetismo de las mujeres. La explicación
cal dei espacto-tíempo doméstico tlende, de hecho, a In- de esta correlación es cornpleja. Entre otros factores, es de
fluir sobre la subordlnaclón de la mujer en el mercado de mencionar el hecho de que el aumento dei nível educacio-
trabajo, slendo adoptada tanto por el capital en el espacto- nal hace más amplias y exigentes las expectativas de
tlempo de la producción, como por el Estado en el espacío-tíem- vida acttva, profesional o no, de las mujeres y que en
po de la ciudadanía que la mstttucíonalíza, concretamente consecuencia, su comportamiento reproductivo tiende a

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ser una respuesta a la falta de condiciones sociales tos pueden estar parcialmente desactualizados por los
de apoyo a la matemldad que le permltan hacer compa- procesos de globalizaclón de la economía en las dos últi-
tíble la matermdad con otros aspectos de la vida actlva. La mas décadas. los cuales hicieron convergir en algunos
mayor o menor realización de estas condiciones explica aspectos significativos la situación de las mujeres obreras
las diferencias dei comportamlento reproductlvo de las dei Norte y dei Sur-'. Es cíerto que la gran mayoría de mu-
mujeres en diferentes países centrales, por ejemplo, en jeres actlvas en el Tercer Mundo trabajan en la agricultu-
Suecía y Japón. ra; un porcentaje que ronda el 70% en el Asta, en el África
La globaltzactón de la economía tlene un Impacto sig- y en el Media Oriente. Pero, en general, se ha comprobado
nificativo y multifacético en el espacío-ttempo domés- una feminización de la fuerza del trabajo asalariado y la
tico y, también en este caso, la posición de las mujeres presencia de las mujeres tiende a ser particularmente
aquí es un punto de análtsís privilegiado. El ímpacto tíe- fuerte en las áreas y sectores de exportación donde se han
ne que ver con el empleo crecíente de la mujer en el sector concentrado las inversiones multtnactonales, aunque se-
Industrial. con los efectos de la Inversión rnultína- gún Lourdes Benarta, tales áreas y sectores no represen-
clonal en el trabajo de las mujeres, con la fuerte partlci- tan más que el 3% dei empleo multrnacíonal global. Sin
pación del trabajo femenino en el sector no regulado o embargo, este porcentaje oculta las extremas desigualda-
informal de la economía y finalmente. con la intensifica- des de dlstrlbuclón. En cíertos países. Ias mujeres llegan
cíón dei trabajo doméstlco a medida que la deuda exter- a constltuir entre el 80 y el 90% de la fuerza de trabajo en
las zonas y sectores de exportación. Por otro lado, este
na de muchos países dei Sur provoca la caída de los
porcentaje subestlma el total dei trabajo femenlno para las
salartos reales y dei ntvel de vida de la gran mayoría de empresas multínacíonales. toda vez que mucho de este
la poblaclón. trabajo es índtrecto. realizado a través de las empresas
Sobre todo después dei trabajo de Esther Boserup titu- locales subcontratadas por ellas.
lado Women's Role in Economic Development. publicado en Más importante aún es el hecho de que las mujeres sean
1970. ha prevalecido la tendencía a distinguir entre las posi- sistemáticamente víctimas de la discriminación salarial,
ciones de las mujeres, -tanto en el espacío-tíempo domés- siéndoles negada en la práctlca el disfrute dei principio de
tico como en el espacio-tlempo de la producclón- en los "a trabajo Igual salario Igual", consagrado en las legisla-
países dei Norte y en los países dei Sur. Son tres los argu- ciones de la mayor parte de los países. La segmentaclón dei
mentos prlnclpales presentados por Boserup. En prlmer mercado del trabajo ocurre por otros factores que no son
lugar. la transtcíón de la llamada socíedad tradicional ha- el sexo, por ejemplo, por la raza y por la etnlcldad. Pero la
cía la llamada sociedad moderna ha involucrado síempre segmentación por el sexo es tal vez uno de los factores más
la caída dei status social de las mujeres. En segundo universales y la globalízacíón de la economía en nada ha
lugar. el aumento dei nível tecnológico de la producclón contrlbuido para atenuaria. AI contrario, la exlstencla de
agrícola y de la producclón Industrial afecta negativamen- un extenso potencial de fuerza de trabajo femenino a nt-
te la tasa de empleo de las mujeres en relaclón con la de vel mundial hace más fácil la práctlca de la dtscrtmína-
los hombres. En tercer lugar. en todas partes hay ciertas ción. Además, la creciente internacionalización del capi-
tareas, concretamente relacionadas con la subststencta, tal contrtbuye, por uno u otro camino, a la transferencia
que son desempenadas casí exclusivamente por las muje- hacía el espacío-tíernpo de la producclón de la domínacíón
res. patriarcal organizada en el espacío-tíempo doméstico. Se
A pesar de la validez general de estas argumentos, ellos trata de ia prostltuclón y delllamado turismo sexual. cuyo
corren el ríesgo de crear una ímagen abstracta de la "mu- principal cliente es la clase ejecutíva internacional. Eu
jer dei Tercer Mundo", perdíerido de vista las diferencias Filipinas, las "hospedadoras" (hospitality girls) registradas
de la sltuaclón de las mujeres en diferentes países dei Ter-
2 Una aprectactón crtuca delllbro de Boserup frente a las transformactones
cer Mundo y las diferencias de elase de las mujeres en el soclales ocurrtdas en los dtez aüos stgutentes a su publlcación, se puede
Interior de cada país. Pera además de esta, tales argumen- leer en Benaria y Sen (1981 l.

398 399
en el Ministerio dei Trabajo y dei Empleo, ascienden a lizado a destajo, en general en las índustrtas trabajo-In-
100.000; míentras que para Bangkok, en 1977 los cálcu- tensivas dei sector textil y dei calzado. En conc1usión, el
los eran de 500.000 y para toda Tailandia de 700.000. problema fundamental dei espacio-tiempo doméstico en
Estas cifras no han dejado de crecer en la última década. las condiciones de la crecterrte globalización de la econo-
Como en muchos países periféricos la globalización de mía, reside en que, por un lado. la entrada al mercado le
la economía y la crisis de la deuda externa son dos fenô- permite a las mujeres salirse de la dominación patriarcal
menos gemelos. la proletarización de la família corre a la dei espacío-tíempo doméstico; por otro iado, esta domina-
par con la caída de los ingresos reales de la família y su ción se traslada de este espacto hacía el espacto-ttempo de
impacto negativo en el espacío-tíempo doméstico tiende a la producción y por ese cammo, reproduce, si no incluso
ser soportado mayorttartamente por las mujeres. Las múl- amplía, la dtscrímínacíón sexual contra las mujeres.
tiples estrategías de sobrevívencía ejercidas por las rnuje- El Impacto de la degradación ambiental en el espacio-
res tienen un aire de ímagínactón desesperada y muchas tiempo doméstico se hace sentir con más intensidad en el
veces trasctenden deI espacío-tíempo doméstico hacia la Sur, donde las tareas domésticas se hacen en íntima rela-
comunidad, como sucede por ejemplo, en los "comedores ctón con la naturaleza. Es sabido que la "moderruzacíón"
populares" de los barrtos de iata de Lima en el Perú o en y la comerctaltzacíón de la agricultura en la periferia y
las "ol1as comurres" de Bolívia (cocinas comunitarias Si- semiperiferia del sistema mundial fue hecha, en general.
tuadas en los vecindarios). en perjuícío de los campesinos y en especial, de las mujeres
Las transformaciones dei espacío-tíempo doméstico bajo campesinas. Pera además de la expulsión de los campesi-
eI impacto de la ínternacíonalízacíón de los procesos pro- nos de las tierras más fértiles, seleccionadas para cultivos
ductivos pueden llegar a ser, en el futuro. aún más profun- comercíales y de exportación, ios proyectos de desarrollo
das. tanto en el Norte como en el Sur. Como se sabe. una agrícola (grandes represas, proyectos de rrrrgactõn) han
de la transformaciones históricas de la familia por parte venido a producir múlttples desequilibrios ecológicos, ta-
del capitalismo consistió en la conversión de la familia en les como la desertización y la saltntzacíón. que hacen más
una unidad de reproducción social (vtvtenda. altmentacíón, difícil la sobrevivencia diaria y ia vida doméstica de los
socíaltzacíón. reproducctón biológica) separada de la uni- campesinos. La deforestación y la comercialización del
dad de produccíón que. con la primera revolución indus- bosque por ejcmplo, produjeron la escasez de leria para
trial, pasó a ser la fábrica. un fenómeno analizado detalla- cocinar los alimentos en los campos. Recoger la leria es, en
damente por Max Weber. Hoy en día las nuevas tecnologías casi todas partes del sistema mundial, una tarea femeni-
de la información, de la comuntcacíón, de la auto matiza- na y los datos revelan que ei trempe que se gasta en esta
ción actúan en el sentido de superar esta distinción y hacer tarea no ha dejado de aumentar (Rao , 1991: 13). Según
convergir de nuevo en la familia las funciones de produc- Agarwal, en Gambia ias mujeres gastan más de medío día
ción y de reproducción. Bajo diferentes formas que más de recogíendo lefia (Agarwal, 1998). Por otro lado, la expiota-
una vez tienden a reproducír las jerarquias del sistema cíón desordenada de los mantos acuíferos y la desertiza-
mundial. este fenómeno está ocurrtendo tanto en el Norte cíón hacen más difícil la obtención de agua, otra tarea que.
como en el Sur de tal modo que muchos miles de personas en general, está a cargo de la mujer dei Tercer Mundo.
trabajan hoy en casa. En el Norte, se trata sobre todo de En concrustón, se puede decír que el espacío-ttempo
trabajadores altamente calificados que, provistos de su doméstico está pasando por profundas transformaciones
computador personal integrado en múltiples redes, hacen bajo el ímpacto del espacio-tiempo mundial. Como men-
en casa y con relativa autonomia. el trabajo que antes los cíoné atrás, el problema fundamental -en verdad dilemá-
hacía desplazarse hasta la empresa. perder horas en las ttco- que suscltan tales transformaciones es que si. por un
congestiones deI tránsíto y trabajar según horarios mecá- lado. ellas crean condiciones para una mayor emancipa-
ntcos y estandarizados. En ei Sur, el trabajo en casa lo cíón, por ejemplo, a través de la entrada de ia mujer en el
hacen cast síernpre las mujeres y los nífios: es trabajo rea- mercado de trabajo lo cual en alguna medida la libera de

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la dornínacíón patriarcal doméstica, por otro lado, permi- instrumentalizadora de la fuerza de trabajo como factor de
ten que la lógica de esta dominación se traslade dei espa- producción y la conversión de la naturaleza en condición
cio-tiempo doméstico hacia el espacio-tiempo de la pro- de la producción, son procesos concomitantes que en con-
ducctón. por caminos tan variados como la dtscrtmtnactón junto hacen posible una exploración sin precedentes en la
sexual y el acaso sexual, reproduciendo e incluso amplian- historia de la humanidad, tanto de la energia humana
do, ia discriminación contra las mujeres. Hay que agregar como de los recursos naturales. Por último, la ímportan-
que debido a que ai entrar en el espacío de la producción cta de este espacio-tiempo proviene de haber sido en él
las mujeres no son aliviadas de las labores del espacío- donde se generaron todas las luchas sociales que, duran-
tiempo doméstico, tienden a ser doblemente vtctímízadas te décadas en nuestro stglo, amenazaron con ponerle fin
con los efectos negativos de la globalización de la econo- ai (des)orden social capitalista, el movimiento obrero co-
mia. La conciencia de este problema a pesar de su natu- munista y socialista.
raleza dilemática. no ha impedido, por el contrario. ha La ímporrancía estructural dei espacio-t1empo de la
mostrado el surgtmíento de importantes movtmtentos fe- producción ha sido cuestionada en las tres últimas déca-
meninos que luchan por mejores condiciones de igualdad das. Han sido presentados tres argumentos prlnclpales,
y de dtgnídad. tanto en el espacio-tiempo doméstico como en algún modo contradictorios. El primer argumento es
en el espacio-tiempo de la producción. Nada más errado que la sociedad capltallsta ha evolucionado gradualmen-
que transformar a las mujeres en víctimas abstractas e írrecu- te hacta una socledad ociosa. EI desarrollo tecnológico
perables, atrapadas en las redes que entretejen entre sí la permitió ganancias con tales incrementos de productívt-
dominación sexual y la dominación de clase. Los movi- dad que el nivel de vida y el t1empo libre han podido au-
mientos de las mujeres, bien sean autónomos o bien es- mentar conjuntamente. La robótica y la automattzacíón
tén integrados en otros movírntentos populares, como por representan, tal vez, la fase más avanzada de este desarro-
ejemplo, el movírntento obrero y el movimlento ecológico, lia y eventualmente liberarán ai hombre dei trabajo pro-
dan testimoruo de las posibilidades de reconstrucción de ductivo. EI segundo argumento. ligado de algún modo con
la subjetívídad, tanto individual como colectiva. el anterior, es que la escala de valores y los dispositivos
culturales que orientan la acción y constituyen la subjeti-
El espacio-tiempo de la producción vidad ya no están, como lo eran antes, determinados por
la experiencia de los obreros. Cada vez están más deter-
El espacio-tiempo de la produccíón es el espacto-tíem- minados por las prácticas soctales por fuera dei espacto-
po de las relaciones socíales a través de las cuales se pro- tiempo de la producción en la esfera privada o en la esfera
ducen btenes y servícíos que satisfacen las necestdades tal pública y con esta, la categoria matricial de la sociabilidad
como ellas se manifiestan en el mercado como demanda deja de ser el traba]o, para pasar a ser la interacción. El
efectiva. Se caracteriza por una doble destgualdad de po- tercer argumento, formulado por primera vez por el movi-
der: entre capitalistas y trabajadores por un lado, yentre miento estudiantil al final de la década de los sesenta, es
ambos y la naturaleza, por el otro. Esta doble destgualdad que la ímportancta deI espacío-tíernpo de la producción en
se apoya en una doble relación de explotación: dei hom- la transformación social decayó a partir deI momento en
bre por el hombre y de la naturaleza por el hombre. La que el movlmiento obrero, los sindicatos y los partidos
ímportancía dei espacto-tíempo de la producción reside en obreros se rlndieron ante la lógica capitalista a cambio de
que en él se genera la división de clases que junto con la aumentos salariales, estabilldad en el empleo y otros be-
dívístón sexual y la división étnica, constituye uno de los neficios socíales, los cuales, si por un lado representaron
grandes factores de destgualdad social y de conflicto so- concesiones importantes por parte deI capital, por otro
cial. Tambíén es en él donde se constituyen las relaciones lado consolidaron la hegemonia de éste, transformándolo
soctales básicas que generan, legttíman y hacen Inevita- en el único horizonte posible de transformación social.
ble la degradaclón dei media ambiente, La conversión Este argumento convergíó con otros, en las décadas de los

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setenta y los ochenta, en el sentido de relativizar el valor feria como en el centro. hubo que cargar con la
explicativo de las clases socíales y de las luchas de clase subcontratación y la informalización de la relación labo-
en, las práctícas sociales y en especial, en los procesos de ral, ai margen de la negoctacíón colectíva y de la legisla-
transformaci6n social. ción salarial (cuando exísten) conjustificaciones semejan-
Como fácilmente se ve, estas argumentos sternpre tu- tes: flextbtltdad. adaptación ai mercado y reducción de
víeron en mente más las realidades de los países deI Norte costos. Por último, el crecimiento acelerado de los servi-
que las realidades de los países dei Sur, donde a la postre, cios en los países centrales esconde enormes astrnetrías
vlven 4/5 partes de la población mundial. Tlene sentido internas: servtcíos altamente remunerados al lado de nue-
pues, antes de evaluar estas argumentos, pasar revista vos servicios muy mal pagados, stn nínguna scgurídad ní
brevemente a las transformactones dei espacto-tíempo de perspectivas de promoción.
la produccíón en las dos últimas décadas como resultado Sin duda, la globalización de la economía representó
de la giobalización de la economia. Además, algunas de mayor prosperídad para algunos países pero no sólo man-
eIlas ya fueran mencionadas arriba al analizar las arttcu- tuvo intactas, sino que incluso agravó las asimetrías
laciones entre eI espacio-tiempo doméstico y el espacio- globales en el sistema mundial, como agravo claramente
tiempo mundial. La pérdída de la lucrattvídad del capital las desigualdades soctales, tanto en los países dei centro
a partir de la década de los setenta fue uno de los factores como en los países deI SUL Lo que suscita este proceso
de la transnacionalización de la producción. La agudiza- desde el punto de vista analítico es la necesidad de que
cíón de la competencía creó una doble exígencta con im- pensemos globalmente las transformaciones sociales stn
pacto directo en la relación salarial. Por un lado, la bús- que perdamos de vista las especificidades locales y nacto-
queda de la reducción de los costas de trabajo y. por el nales con las que se articulan. Y es a la luz de esta extgen-
otro, el aumento de la disciplina sobre el trabajo. Esta doble cía, como debemos enfrentar los argumentos mencionados
extgencía condujo a la industrialización masiva de algunos arriba bajo la pérdida de la centralidad dei espacio-tiem-
países periféricos y a una cíerta desindustrialización. con po de la producción. AI hacerlo, intentaré dar cuenta de
la constgutente pérdida de puestos de trabajo en los paí- los problemas fundamentales de las relaciones sociales de
ses centrales donde, mteritras tanto, eI crecimiento de los este espacto-tternpo.
servícíos aumentá significativamente. En cuanta ai argumento de la productívtdad como ge-
El proceso de globalización de la economía afectó así tanto neradora dei octo, los datas están lejos de confirmaria. AI
al centro como a la periferia deI sistema mundial. Es cíer- contrario. Juliet Schor, en un importante libro rectente,
to que los afectó de modo diferente, pera lajerarquía en- titulado significatlvamenteThe OverworkedAmerícan: the
tre el centro y la periferia no se alterá mucho. Incluso as í, UnexpectedDecline ofLetsure, demostró que, en contra dei
las transformaciones son importantes y legíttman que los consenso reinante entre economistas y SOCiólogos, el oeio
"problemas dei desarrollo" hayan dejado de ser un "privi- de los trabajadores americanos disminuyó consistente-
legio" del Sur para aplicarse tambíén. aunque en forma mente en los últimos treinta aftas (Scor, 1991 I. Es evidente
modificada, en el Norte. Enprlmer lugar, Si es cíerto que que en este período. la productividad aumentó dramátíca-
el capital ernígró hacía el Sur, también es verdad que, por mente pero el contexto social en que ello ocurrió hizo que.
lo menos en América, hubo alguna emígracíón dei traba- en vez de reducir las horas de trabajo, las aumentara. Este
jo del Sur hacia el Norte, donde se instalaron industrias contexto estuvo, según la autora, caracterizado por una
para explotar la mano de obra barata y sumisa, muy se- gran debilidad dei movímíerito sindical, incapaz de luchar
mejantes en todo a las que dominaron la índustrtalíza- por la reducción de la jornada de trabajo. y por la compul-
ción deI SUL EI surgtrníento en Nueva York de fábricas de stón del consumo, que transformó a los americanos en
vestuarío que emplean trabajadores ínmtgrantes clandesti- eselavos de un cíclo infernal ganar-gastar y los llevó a
nos llevó a que se hablara de la "periferización deI centro" aceptar como natural que las ganancías de la productívt-
(Chase-Dunn, 1991: 80), Por otro lado, tanto en la pert- dad se tradujeran siempre en aumentos deI rendímtento y

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no en menos horas de trabajo, como hubiera sido postble. En vista de esto, la centralidad dei trabajo y de la pro-
Asi, según los cálculos, los trabajadores americanos tra- ducctón, en vez de dísmtnuír, de hecho ha aumentado. Y
bajaban en 1987 163 horas más por ano que en 1969, o la raz6n para esto reside en la crectente mercantilización
sea el equivalente de un mes adicionai de trabajo (Schor. de la sattsfacctón de las necesidades y en la cultura que le
1991: 79 y ss.). Este aumento no fue distrlbuldo igualmen- está asoclada y la legitima -el consumlsmo-. A través de
te por sexos: mientras eI aumento de horas de trabajo de eIlas, e I crecimiento infinito de la producción ocurre
los hombres fue de 98 horas, el de las mujeres fue de 305. simétricamente con el crecímíento infinito del consumo y
La autora contrasta la sltuación de los trabajadores cada uno de ellos se alimenta dei otro. Tal vez por esto, el
americanos eon la de los trabajadores de algunos países segundo argumento sobre la pérdída de la centralidad dei
de Europa, donde los aumentos de productlvldad lIevaron espaclo-tlempo de la producclón tenga algo de verdad. La
de hecho a una dismlnuclón de la jornada de trabajo, he- mayor presencia de la ejecuclón dei trabajo en la vida de
cho que ella le atrtbuye preponderantemente a la fuerza las personas puede, en ciertas condiciones. ocurrir a la par
dei movimlento sindical. Me parece sm embargo, que este con la ínculcacíón de formas de socialización y de univer-
contraste resultaría atenuado si analizamos la evolución sos culturales y éticos en los que el trabajo y la experiencia
de la jornada real de trabajo desde 1987 para acá y sobre de los obreros tienen muy poca importancia o hasta son
todo. si incluímos en este cálculo a los países de la semi- sustituldos por la cultura dei consumo y de la cludadanía.
periferia europea como Portugal, Espana, Grecla e Irlan- Como ya lo mencloné en el capítulo noveno, la dísper-
síón social dei trabajo conseguida en la dos últimas décadas
da. Pero lo más importante que hay que considerar es que
las reduccíones de lajornada de traba]o que se fueron con- por procesos tan diferentes como la transnacionalización
de los sistemas productlvos, la precarízactón e Informaliza-
stguíerido desde mediados dei slglo XIX hasta la Segunda
clón de la relacíón salarial, el aumento dei trabajo autónomo
Guerra Mundial, son reducctones de larguísimas jornadas
a domicilio, ai mismo tlempo que dificulta la movilizaclón
de trabajo írnpuestas , por primera vez, eon la primera re-
sindical, marginaliza la expertencía dei trabajo en los proce-
volución Industrial y que representan una ruptura total
sos de construcclón de la subjettvídad, ya sea dei no traba-
con la jornada de trabajo y el descanso en las sociedades jador como dei trabajador, En lo que respecta a este último,
precapitalistas donde, adernás. es bíen difícil diferenciar tal margmalízacíón corresponde a un proceso de supre-
entre trabajo y descanso. La tnvestrgacíõn reciente sobre síón y de stlencíamíento Ideológicos semejante ai que ocu-
la época medieval europea o sobre la época de las llarna- rre con la experiencia de cautíverio. Incluso me pregunto
das sociedades primitivas pone en entredicho la Ideologia si para la Inmensa mayoria de los trabajadores no calíft-
de la líberacíón del trabajo pregonada por el capitalismo. cados dei sistema mundial, el rectente y creclente aumento
En verdad, no sólo aumentaron el ritmo, el tiempo y la dei ritmo y control sobre el trabajo no aproxima arquetípl-
monotonia del trabajo sino que aumentó la disciplina dei camente, por su carácter penoso, el tiempo productívo dei
traba]o. Hoy en dia, si ampliáramos nuestro punto de vis- tlempo de prlslón.
ta hasta más allá de la comparactón entre paises dei Norte Estas procesos de dlsperslón social y de dlsyuntiva entre
y tuvléramos en cuenta la duraclón de la jornada de tra- práctícas e Ideologias, ayudan a situar el tercer argumen-
bajo en los paises de la periferia y la semiperiferia dei sis- to sobre la pérdida de Importancia del espacro-tíempo de
tema mundial, donde ocurrló la Industrlalización de las la producclón, es decír. la Idea de que el proletariado dejó
dos últimas décadas, estoy seguro de que, ahí tambtén, la de ser una fuerza preferente de transformación social. Hoy
conclusíón será un significativo aumento de la jornada y esta idea parece confirmada ampliamente. EI colapso dei
dei contrai sobre el trabajo. Ya la luz de lo que díje arriba régímen soviético y de los partidos comunistas, el aban-
sobre el espaclo-t1empo doméstico, este aumento fue, por dono de alternativas socialistas por parte de los partidos
clerto, especialmente pronunciado en el caso dei trabajo socialistas, la Integraclón de los sindicatos en los sistemas
femeníno, neocorporatívos de concentraclón social, la pérdlda de los

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niveles de smdícalízacíón y ei debilitamiento global dei movi- blemas comunes. Por otro lado, algunos sindicatos y mo-
míento sindical sobre el control efectivo de las condiciones vtmíentos obreros empiezan a expandir el horizonte de sus
de trabajo, todo eso apunta en el sentido de retírarle ai obre- expectativas, de sus exígenctas y también de sus solidarl-
ro cualquter privilegio eu los procesos de transformactón dades, más allá dei espacio-tiempo de la producctón, por
social. Sin embargo, a la luz de lo que dije atrás, de aquí el consumo y por la caltdad de vida, por la vívíenda y por
no se puede deducír que el trabajo, la producción y las ela- la degradaclón ambiental, por el hambre y por los desem-
ses sociales que se generan en ellos, hayan dejado de ser pleados, por los stn abrigo, etc" etc, Las díftcultades de
centrales para comprender y explicar la sociedad tal como estas iniciativas que tratan de romper el bloqueo son enor-
ella existe. Por eI contrario, lo que es necesario es compren- mes. Dos de eIlas merecen una referencía especial. En prtmer
der o explicar porqué es que esta centralidad en la prácticas lugar, si son muy diferentes las condiciones de producción
socíales dominantes no se traduce en capacidad colectiva de un país a otro, los son aún más las condiciones de vida,
para transformarIas. Este es para mí, uno de los proble- porque es difícil de organizar, y mucho más de mantener,
mas fundamentales eon que se enfrenta el espacío-ttem- una acción concertada y transnacional. En segundo lugar.
po de la produccíón. una de las ironías de este fin de síglo es haber Invertido las
Desde una perspectiva deI sistema mundial, las conce- expectativas de internacionalización formuladas en sus
siones dei capital ante la fuerza dei movimiento sindical corntenzos: en vez de la internacionalización deI proleta-
-destgnadas en general como fordísmo. compromiso histó- riado, se dío la Internaclonalización dei capital. A pesar de
rico, Estado-Providencia, social democracia. etc-correspon- alguna mígracíón. el trabajo es hoy una realidad confinada
den a un período relativamente limitado dei desarrollo dei a órdenes de un capital que circula global e incesantemen-
capitalismo y abarcan un pequeno número de países y un te, La ecuación abstracta entre trabajo y capital esconde
pequeiío porcentaje de la fuerza de trabajo global. Tales una profunda asímetría: es que mientras el trabajo es una
concesiones fueron muy importantes y a la luz de eIlas, es abstracción tan s610 de personas físicas, el capital es una
comprenstble, eu retrospectiva, que eIlas hayan conduci- abstracción de personas físicas y de títulos. dectstones y
do a la cooptaclón y a la desradícalízactón dei movtmíento documentos. Si los empresarios y sus representantes pa-
sindical. Lo que tal vez es menos comprensible, es que la saron a movilizarse mucho más fácilmente con el desarroIlo
erosión actual de esas concepciones resultante de la cri- deI transporte aéreo. los títulos. las decisiones y los docu-
sts dei fordtsmo, dei Estado-Providencia y del debtlttarníen- mentos pasaron a movüízarse instantáneamente con la
to de los sindicatos no haya provocado ninguna reanimación revolución electrónica. Dada esta astmetría estructural,
de la capacidad emancipatoria dei proletariado, De algún mientras es más fácil para el capital organizar a su favor
modo, la cooptación y la desradicalización conttnúan por transnacionalmente el trabajo, es más difícil para los tra-
inercia, mucho más aIlá de los factores que las orígmaron. bajadores organízarse transnacionalmente contra el capital.
EI dilema reside en que, en un contexto ideológico satu- EI espacío-ttempo de la producción comprende también,
rado por el consumismo, la erosión de las concesiones y el como una dimensión relativamente autônoma, el núcleo
aumento de la disciplina y de los ritmos que lo acompaiían, de las relaciones sociales dei mtercambío mercantil". Abar-
eliminan en vez de promover la voluntad de luchar por una ca por lo tanto, las relaciones socíales de consumo; no to-
vida diferente e incluso la capacidad de imaginaria, das, como bten lo vimos. Hay por lo menos dos tipos de
Inconformes con este problema dllemático, por todas relaciones socíales de consumo que no se hacen a través del
partes surgen movimientos, organízactones. redes obreras mercado. Por un lado. los bienes y servicios suministrados por
muy diferentes entre sí, pero que comparten la caracterís- el Estado en el âmbito de sus políticas redistributivas (el
tica de que asumen plenamente las condiciones postfor-
3 El mercado constituye u n conjunto de relaciones sociales cuya autonomía
distas, Por ejemplo , surgen redes de trabajadores que en retacrõn con el espacto-ttempo de la producctôn no deja de aumentar. Es
laboran para la misma empresa multinacional en diferentes postble que, en futuras revtstones de este modelo analítico. el mercado pase
países con el objetivo de hacerle un frente común a pro- a constituir un espacto-uempo estructural específico.

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Estado-Providencia); por otro iado, los bíenes y servlclos te y de otros productos, hoy de consumo corríente. En el
transnaclonalizados en ias redes de solidarldad, de ayu- ámbito de ia producclón de carnes, el aumento de la pro-
da mutua, de reclprocldad, lo que en general designamos ducción en Costa Rica, estuvo acompafiado de la dísmínu-
como socíedad-provídencta. En suma, caben eu nuestro cíón deI consumo interno de carne. Lo que parece nuevo
campo analítico tan sólo las relaciones sociales de consu- en este tema es el aumento exponencial de la exportacíón
mo mercantilizado, es decír. las relaciones intermediadas de la cultura de masas producidas desde el centro hacía la
por eI mercado. periferia y con el1a de las "estructuras de preferenclas" por
En las sociedades capitalistas. este espacio-tiempo está las mercancías de consumo occidental. Se está creando así
habitado por una forma de poder, el fetichismo de las mercan- una Ideologia global consumísta que se propone con relati-
cias de consumo que establece una dcsígualdad estructural va independencia en relación con las práctícas concretas
entre productores y distribuidores, por un lado, y consu- de consumo en que coritínúan atrapadas las grandes ma-
midores por eI otro. Esta forma de poder consiste en eI sas de la poblacíón de la periferia. Estas son doblemente
proceso por el cuai ia satisfacclón de las necesidades por víctímízadas por este dispositivo Ideológico: por la prívacíón
la vía del mercado se transforma en una dependencia en dei consumo efectlvo y por el aprtsíonamíento en el deseo
relación eon las necesidades que sólo existen Como anti- de tenerlo. Peor que reducír el deseo al consumo. es redu-
cipación deI consumo mercantil y que, como tal, son a un
ctr el consumo al deseo de consumo.
tíernpo plenamente satisfechas por éste e infinitamente Esta doble vtctímízacíón es tamblén una doble trarnpa.
recreadas por él. Resulta de los análisis precedentes que
Por un lado, nl el desarrollo desigual dei capitalismo, ní los
ei espaclo-tiempo dei mercado ha venldo a adquirir una
Importancla crectente, EI problema de la saturaclón dei limites dei ecoststema planetarío permlten la generallza-
mercado con que el capitalismo se enfrenta pertódícamente. cíón a toda la poblaclón mundial de los patrones de con-
ha sido resuelto por el desarrollo de nuevos productos, por sumo que son típicos de los países ceritrales. Por eso, la
la apertura de nuevos mercados, por ia promoclón dei con- globallzaclón de la Ideología consumlsta oculta el hecho de
sumo ligada con la publicldad y con el crédito dei consumo. que el único consumo que esa ídeología hace posible es el
Es díscutíble la medida en que la globalización de la eco- consumo de sí misma. Por otro lado, esta Ideologia es ver-
nomia de las últimas décadas contrlbuyó a la expanslón daderamente una constelaclón de Ideologías donde se In-
dei consumo en la periferia dei sistema mundial. EI au- cluyen la pérdlda de la autoestima por la subjetívtdad no
mento de la pobreza y la permanencla de formas de sub- alienada por las mercancias, la deslegttímízacíón de los
slstencla tradicional revelan que una gran mayoría de la productos y de los procesos tradtcíonales de satisfacclón
población mundial aún tiene muy poco contacto con el de las necesldades, la prívattzactón y el deslnterés por las
consumo mercantilizado y que, por lo tanto, la mayor par- formas de solidarldad y de ayuda mutua o su uso Instru-
te de la producclón multinaclonal en los países periféricos mentalista. Por esta vía, la alienaclón capitalista puede
obviamente no se destina al mercado interno. Es difícil llegar mucho más lejos que el fetichismo de las mercan-
generalizar en este ámbito, pera las disparidades de con- cias, Procesos de Inculcaclón Ideológica, aparentemente
sumo entre el centro y la periferia están clertamente rela- Iguales y recurrlendo a dispositivos semejantes -los mís-
cionadas con el hecho de que la expanslón dei consumo de mos anuncias de Coca-Cola o de Pepst mostrados en toda
los trabajadores dei centro se haya hecho a costa de la la televislón dei mundo, 600 millones, según los cálculos-
explotaclón y de la contracclón dei consumo de los traba- pueden estar en contextos diferentes. al servícío de prác-
jadores de la periferia. Sídney Míntz, en su trabajo sobre
tlcas de domlnaclón tambíén diferentes. Esta doble tram-
el consumo dei azúcaren el sigla XIX, muestra cómo el azú-
car producldo por el trabajo esclavo en las Antillas Meno- pa coloca a una gran parte de la poblacíón mundial ante
res le permitió a ias trabajadores Ingleses el acceso a un una sltuaclón dilemática: no está dentro de la socledad de
producto alimenticlo y fuente de calorias que antes era consumo y tampoco está por fuera de ella,
considerado como un lujo y privilegio de las élites (Mlntz, Algunas Iniciativas y movimlentos populares en los países
1985), De algún modo ocurrló lo mlsmo con el consumo dei periféricos han Intentado romper este dilema reínventan-

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do procesos y conocímtentos locales para la satisfacción de sternpre fue decisivo. El espacio mundial, si es espacto de
necesidades, transformándolos y adaptándolos a nuevas la economía mundial, también es espacío deI sistema inter-
necesidades, relegítnnando solidaridades y productos tra- estatal basado en la soberanía absoluta de los Estados y
díctonalcs , todo esto con el objetivo de crear espactos de en los consensos entre eIlos logrados como medio de pre-
autonomia práctica Ideológica donde sea posíble pensar venir la guerra. EI espacío-ttempo doméstico comenzó a
formas de transformación social alternativas a la deI consu- ser regulado fuertemente por el Estado a partir del siglo
mísmo capitalista, basado en la desígualdad, en el desperdí- XIX en un crescendo que Ilegó a 'su clímax en el Estado-
cio y en la destrucción deI medio ambiente. Sin embargo, Providencia. A su vez el espacio-tiempo de la producción
estas iniciativas y movimientos, para serverdaderamente síempre vívíó dependlente de la "mano vtsíble" del Estado
eficaces, deberían establecer un vínculo entre su ámbito y la regulactón creció con el crecimiento de las relaciones
local y el ámbito global donde se desenvuelve la ideologia mercantlles.
deI consumísmo. Este vínculo extgtría, por un lado, la ar- Sin embargo, este estado de cosas, ha venído cambiando
ticulación con otras iniciativas y movimientos locales en desde la década de los sesenta y ya mencroné atrás algu-
otras partes de la periferia deI sistema mundial y, por otro nos de esos cambias. Tanto en el frente internacional como
lado. Ia articulación con las iniciativas y movímtentos de en el frente interno, mucbos de esos cambios son el rever-
consumidores en los países ceritrales. Sin embargo, Si la so de los ocurridos en otros espacíos. En el plano interno,
primera articulación es difícil, la segunda lo es aún más. tanto las privatizaciones y la desregulación deI mercado,
Esta última sería de particular importancia porque, de todas como el resurgímíento de las identidades étnicas y religio-
las disparidades entre el Norte y el Sur, las disparidades sas son, cada una a su manera, mantfestacíones de un cíer-
en el consumo son, sin duda, las más evidentes y como tal. to replíegue del Estado. EI rnísmo repliegue se observa en
potencialmente las más adecuadas para traducirse en re- la crtsts de la función providencial con la devolución de los
presentaciones sociales de ínjustícía y en energias solida- servícíos socíales prestados antes por el Estado a los es-
rias. La verdad es que tal posibilidad se encuentra, en gran pactos doméstico y de la producción. Tal repliegue se puede
medida, bloqueada por la propía lógica consumista que tambíén observar cuando el Estado pierde el monopolio de
prtvatíza las energias de autorealización y las desvía de las la vtolencía legítima que durante dos síglos fue considera-
relaciones ínterpersonales bacia relaciones entre perso- da como su característica más representativa. Se calcula
nas yobjetos. que hoy en los E. U .. I de cada 3 policias es privado: en el
afio 2000, la proporción será de I por cada 2 (Delurgían,
El espacio-ttempo de la ciudadanía 1992a: 18). En general, los Estados periféricos nunca al-
canzarán en la práctica, el monopolio de la víolencta pera
Finalmente, el espacio-tiempo de la ciudadanía está hoy parecen estar más lejos que nunca de conseguiria. AI
inicio de los afias noventa eran muchos los países en los
constituido por las relaciones sociales entre el Estado y los
cuales parte del terrttorto estaba controlado por fuerzas
ciudadanos: y en él se genera una forma de poder, la do-
mínacíón, que establece la desrgualdad entre cíudadanos paralelas al Estado. Entre ellos, Filipinas, Camboya. Bírrnanta,
Tatlandta, Sri Lanka, Indía. Mganistán, Líbano, el Chad,
y Estado y entre grupos de intereses políticamente orga-
nizados. Mucho de lo que quedó dicho atrás tíene ímplí- Uganda, Mozambique, Angola, Somalia, Liberta. Sudán,
caciones directas con las transformaciones por las que ha Etíopía, Colombia, el Salvador, Guatemala, México: y en
pasado en las tres últimas décadas este espacio-tiempo Europa, los Estados que resuItaron dei colapso de la Uníón
que fue tan decisivo para la implantación social y política Soviética y de Yugoslavia.
de la modernidad. Pero si en el plano Interno el Estado está síendo enfren-
El Estado ha sido desde el stglo XVII y sobre todo desde tado. cada vez más, por fuerzas subestatales, en el plano
el stgío XIX, la unidad política fundamental deI sistema internacional se enfrenta con las fuerzas supraestatales
mundial, y su impacto sobre los demás espactos-tíempo que ya serialé arriba ai hablar de las transformaciones deI

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espacío-tíempo mundial. La erosión de la soberanía, de que tiempo comunitario puede ser despótico o convívencíal.
tanto se habla hoy, de hecho no es un fenómeno nuevo. Por Es enorme la diversidad de relaciones sociales que cornpren-
el contrario. desde siempre ha sido una característica de den este espacío-tíernpo. Teniendo en cuenta la perspec-
la expertencta de los Estados periféricos y semiperlféricos tiva analítica aquí adoptada que consiste en identificar
en sus interacciones eon los Estados centrales. Lo nuevo los problemas fundamentales de este espacio-tiempo a
es el hecho de que esa erosíón y esa permeabilidad de la partir de las transformaciones por las que pasaron en las
soberanía están ocurriendo hoy en los Estados centrales. dos últimas décadas, en articulación con las transforma-
Este proceso de erostón de la soberanía, que hace que ciones del espacío-tternpo mundial y, en especial, con la
ésta sea menos un valor absoluto que un título negocia- globalización de la economía, haré una mención breve so-
ble, a pesar de que ocurre globalmente, no elimina y por bre los tipos de relaciones sociales -Ias relaciones étnicas
lo contrario. agrava las disparidades y las jerarquías en el y las relaciones religiosas.
sistema mundial. Como mencíoné arriba, este hecho hace Curiosamente, cualesquiera de estas relaciones socía-
urgente un nuevo arden transnactonal adaptado a nuevas les y en verdad, todas las que constítuyen el espacío-tíempo
condiciones eI cual, sm embargo, parece que está sterido comunitario, fueron declaradas en dccadencía irreversible
bloqueado precisamente por las condiciones que lo hacen por la modernidad. EI racionalismo iluminista, en cone-
urgente: la erosión de la soberanía dei Estado y la pérdlda xtón con el capitalismo liberal e Individualista por un lado,
de centralidad dei Estado frente a las fuerzas subestatales y el Estado moderno, democrático, por otro lado, parecíe-
y supraestatales. Y Si la dernocrattzactón de las relaciones ran capaces de destronar para stempre, tanto en Europa
entre los Estados parece estar Iejana. tarnpoco está cerca como en el mundo colonizado por ella, las identidades lla-
la democratización interna de los Estados, a pesar de las madas tradtctonales. retrógradas, primitivas que susten-
manifestaciones e imposiciones en sentido contrario. La tan tales relaciones; y e1 Estado fue el dispositivo privile-
pérdída de eflcacla de los Estados, combinada con la ero- giado para llevar a cabo esta tarea. Como Estado nacional,
sión de la soberania en eI interior de un sistema ínteres- basado en un principio de ciudadanía, creaba una nueva
tataI demasiado jerárqutco y la ausencia de condiciones comunidad, la comunidad nacional que substituiría a la
que hagan efecUva la democracia en la gran mayoría de los comunidad étnica; como Estado secular, basado en el prin-
países del sistema mundial, no augura un futuro risuefío cipio de la separaclón entre la Iglesia y el Estado, creaba
para eI sistema interestataI tal como lo conocemos. una cultura pública específica, el secularismo que des-
EI espacío-ttempo de la ciudadanía comprende también, pués haría obsoleta la idenUdad religiosa. Lo cierto es que
como una dtmenstón relativamente autónoma, a la corrru- en las últimas décadas este proyecto modernista fue en-
nidad, o sea el conjunto de las relaciones socíales por media jutctado drásticamente cuando, para sorpresa de muchos,
de las cuales se crean identidades colectívas de vecíndad, ias identidades y las lealtades prírnordtales de la etnia y de
de regiõn, de raza, de etnia, de relígíón, que vinculan los la relígíón ganaron nueva fuerza, al mismo tiempo que entra-
individuas a territorios físicos o simbólicos y a tempera- ban en crísts el carácter nacional del Estado y el secularismo.
lidades compartidas pasadas, presentes o íuturas'. Las La reapartcíón de las identidades étnicas está ocurrten-
relaciones socíales que constituyen este espacio-tiempo do un poco por todas partes y es cíertamente incorrecto
generan una forma de poder que designo como diferencia- atribuírsela a una sola causa. Sin embargo. una de las más
ción desigual y que produce destgualdades. tanto en el inte- importantes es, ciertamente, el propio proceso histórico de
rior dei grupo o comunidad, como en las relaciones In tergrupales la constitución de muchos de los Estados modernos, tan-
o íntercomunttarras. Tales desígualdadcspueden ser enor- to en Europa como en el contexto postcolonial. A pesar de
mes o mínimas; de manera correspondiente el espacio- estar basados en la ecuación entre Estado y Nación, mu-
chos de esos Estados son multiétnicos y se basan en la ím-
4 La comunidad ha conquistado una crecíente autonomía en relactón con el postcíón de una etnia sobre las restantes existentes en
espacio-tiempo de Ia ctudadanía. Es posibleque en futuros trabajos. Ia comu-
ntdad pase a constituir un espacio-tiempo estructural autônomo. el mismo espacio geopolítiCO. En un momento en que las

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promesas de progreso y bienestar hechas por los Estados en eIlos de progresivo y emancipatorio y para neutralizar
se incumplen más y más. en la medida en que la globalízacíón lo que hay en eIlos de retrógrado e incluso de reaccíona-
de la economía elimina todas las veleidades de autonomía rio. Sin embargo, dado que tal articulación implica en sí
por parte de los países periféricos, tal vez es de esperar que misma un proceso de globalización, i,cómo es que se pue-
las masas populares vuelvan a revalorizar y a recrear iden- den globalizar las diferencias. sln aplastar algunas de ellas
tidades ancestrales que. en últimas. fueron las que asegu- durante el proceso?
raron la sobrevlvencla y la dígnídad colectivas durante st- Las identidades y lealtades religiosas resurgíeron en para-
glos, Ias "comunidades humanas. naturales e lnmedlatas" lelo con las Identidades y lealtades étnicas y en algunos
de que habla Ernest Wamba Dia Wamba 0991: 221). casos, las dos se sobreponen. A partir de la Revolución
Si las fronteras nacionales tienen siempre algo de arti- Francesa, el Estado moderno asumió gradualmente mu-
ficial. en algu nos casos esa artiflclalldad está especial- chas de las tareas y posiciones sociales que estaban ocu-
mente acentuada. Esta ocurre incluso en Europa, en cl padas antes por la Iglesía. un proceso que se denominó,
caso de Europa deI Este. donde las froriteras fueron mar- en general, como seculartzacíón y que por su papel tras-
cadas y desmarcadas perlódicamente a lo largo de una cendental pasó a ser considerado como uno de los rasgos
historla muy trastornada. Los acontecimientos recícntcs principales de la modernidad. Si en el espacio colonial la
y todavía en curso son indicativos de que sólo ahora se le relacíón entre el Estado y la reltgtón fue más compleja de-
está poniendo ftn y de manera nuevamente dolorosa. a los bido a la coexistencia de reltgíones europeas, no europeas
tres últimos imperlos de Europa: el Otomano. el de los y de nuevas reltgíones stncrétrcas y debido también a la
Habsburgo y el Ruso. Por fuera de Europa. el problema se relación de soporte mutuo entre el Estado colonial y la reli-
acentúa aún más en vtrtud de la tmposícíón colonial que gión europea, en el período postcolcníal. los nuevos Estados
está en la base de muchas fronteras estatales. Además, asumieron el mismo papel de modernizadores colocando,
algunos de los Estados de la periferia mundial son cast tambíén ellos , a la relígíón en una postcíóri defensiva de
ímpertales, en la medida en que íncluyen grupos pobla- reststencta y de adaptacíón semejante a la que eIla asumió
ctonales importantes con identidades diferentes de la que en el panorama europeo.
es reconocída oftcíalmente como por ejemplo, Indía, Paquís- Lo cierto es que, durante estas casi dos siglos, ninguna
tán, China. Nígerta o Etiopía. Pero además de ellos exlsten de las grandes relígtones se colapsó y algunas de ellas se
muchos otros y al respecto basta con ver la lista de los Es- expandieron enormemente, como es el caso del Islam, cuya
tados con "mlnorías muy amplias" organizada por Anthony expanstón , después de recorrer el África y el Sudeste asiá-
Smlth (988). tico. se hizo sentir en Europa y América del Norte. Hoyen
La crisls del Estado y de las ideologías desarrolllstas abre día hay 1.5 millones de musulmanes en Inglaterra. más
en esle ámbtto, una caja de Pandora de donde pueden salír, que los metodistas y baptistas juntos; y en Francía. su nú-
codo con codo, y a veces mezclados. el racismo, el chauvi- mero lIega a cerca de 7 mlllones (Delurglan. 1992b: 7). Por
nismo étnico y aún el etnoctdto, por un lado; y la creativldad otro lado. Ias prtmeras décadas dei stglo XX presenctaron,
cultural, la autodetermínacíón, la tolerancta de las diferen- tanto en el centro como en la periferia dei sistema mun-
cias y la solídartdad, por el otro. La dificultad dllemátlca dial. un auge dei fundamentallsmo religioso. Movírníen-
en este tema, reside precisamente en que desde el princi- tos evangélicos en los E. U .. el integralismo y el Opus Dei
pio es difícil prever cuál de estas procesos prevalecerá o ai en Europa. el culto de los mllagros en Fátima y más tarde
menos, si cualquiera de eIlos puede, en determinadas ctr- en Medjugorie, en Croa c a , son manifestaciones deI
í

cunstancias, transformarse en el otro. Los términos en que fundamentalismo en el centro y en la semípertferta que
se dío y contlnúa dándose, Ia globalización dei sistema mun- ocurren casi simultáneamente con movimientos paralelos
dial. orígínan perlódicamente procesos de fragmentaclón e igualmente fundamentallstas en la periferia. como por
y de locallzación. En las condiciones actuales, Ia articula- ejemplo, Ia Hermandad Islámica fundada en Egípto en 1988
ción entre ellos es fundamental para potenclar lo que hay (Delurgían, 1992b; 11).

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A pesar de esto, durante los anos cincuenta y sesenta, Tal como sucede con las identidades y lealtades étnicas
el secularismo parecía haber triunfado y parecía que el fun- y, como vimos, muchas veces interpenetradas por ella~,
damentalismo había sido reducído a su mínima expresión. las Identidades y lealtades religiosas constituyen una caja
Sln embargo, a partir de la década deI sesenta el secula- de Pandora de donde pueden brotar tanto energias destruo-
rismo empezó a retroceder o, por lo menos, así fue inter- tívas como energías constructivas. EI dilema reside en que
pretado el resurgimiento religioso que irrumpió entonces la crítica radical que dtrtgen los países periféricos hacía las
y ~ue. realmente ha venido crectendo hasta el presente bajo promesas de la modernidad y del capitalismo eurocént~i­
multlples formas: nuevas relrgiones. movimientos funda- cos, ocurre en un momento de crtsts profunda deI paradíg-
mentalistas dentro de las relígtones históricas, aumento ma de la modernldad y, por lo tanto, en un momento en
de la práctíca religiosa en camadas sociales consideradas que comienza a reconocer que esas promesas tampoco fueron
anteriormente como secularizadas (por ejemplo, los jóvenes], cumplidas en los países centrales y tampoco pueden lle-
Se trata de un fenómeno muy diferenciado internamente gar a serlo dentro de este paradigma. Este reconocímíento.
en términos de la composición social y de la orientació~ en la medida en que relatívtza y cuestiona las realrzacío-
política. De un lado, la teologia de la liberaclón de los ba- nes dei paradigma occidental, crea condiciones para una
rrtos de lata y de la selva indígena de América Latina y de nueva tolerancia discursiva, para una interacción más ho-
otro lado, la derecha religiosa en los E. U. En general, este rizontal entre alternativas epistemológicas. culturales y
r'erta.cí mferrto religioso ha provocado cíerta perturbactón soctales. Sin embargo, este potencial de tolerancia se ma-
en el interior de las jerarquías de las relígíones históricas, niflesta paradójicamente y, por ahora, en el separatrs-
sobre todo cuando se traduce en prácticas y objetivos no mo en la incomunicación, y en últimas. en la intolerancia.
sancionados por las instituciones religiosas .
.Lejos de significar un regreso ai pasado, el nuevo surgi- LAS DIFICULTADES FUNDAMENTALES
míento de la reltgíostdad expresa, sobre todo. un resen-
timiento frente a las promesas modernizadoras y progre- Los problemas con que se enfrentan las sociedades con-
s.istas incumplidas y en consecuencía, una gran descon- temporáneas y el sistema mundial en el fln deI stglo, son
fíanza frente a las instituciones que se proclamaron como complejos y dífictles de resolver. Son fundamentales, en la
mensajeras de esas promesas, sobre todo el Estado y el destgnacíón de Fourier, para exigir soluciones funda~en­
mercado. En la periferia deI sistema mundial, el resurgt- tales. He ahí un breve resumen de los problemas que íden-
mlento fundamentallsta, sobre todo deI fundamentallsmo tifiqué en el análísts precedente. Surgieron o se agravaron
islámico, debe ser visto, en general, corno una respuesta en las dos últimas décadas una serie de problemas trans-
al fracaso deI nacionalismo y dei socialismo y como una nactoriales . algunos transnacionales por naturaleza y
alternativa que. al contrario de lo que sucedió con éstos otros transnacionales por la naturaleza de su impacto.
dos últimos, no se basa en la trnttacton de Occidente nt en Son los problemas de la degradación ambiental, deI au-
la rendición al imperialismo cultural de éste sino más bíen mento de la poblaclón y deI agravamiento de las dispa-
se basa en la poslbllidad de un proyecto social, político y ridades dei bienestar entre el centro y la periferia, tanto a
c~ltural autónomo. En los países centrales, algunos mo- nível del sistema mundial como a nível de cada uno de los
vímíentos protagonizadospor minorías étnicas comparten Estados que lo componen. Hay quten prefíere, como Paul
algunos de los rasgos de esta postcíón cultural con el ob- Kennedy, concebir estos problemas como grandes desafíos
jetivo de denunciar el coloníaltsmo interno de que son víc- y especula sobre los países que, con base en las solucio-
tímas, míentras que otros, con fuerte participación de la nes técnicas dtspontbles , están más o menos bien prepa-
clase media, asumen la posictõn de autonomía y separa- rados para enfrentarlos (los vencedores y los vencidos). Lo
cíón a partir deI polo opuesto, traductenrío esta posíctón cíerto es que, en relacíón con muchos de estos desafíos,
en retórica y prácticas racistas y xenofóbicas dirigidas, sobre tenemos razones de sobra para sospechar que las llama-
todo, contra los Inmigrantes deI Tercer Mundo. das soluciones técnicas no producirán sino vencidos; yen

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relacíón con otros desafios, aceptar la idea de que tneví- La segunda díflcultad se refiere a la temporalidad pro-
tablemente unos países vencerán y otros serán vencidos, pia de una solución fundamental. Esa temporalidad es inter-
equivale a subscribir una solución maltusiana, lo que. en generacional, por lo tanto, es de mediano y largo plazo. Pero,
las condiciones actuales y frente a los riesgos enjuego, pue- como vimos. todo parece conspirar contra tal temporalidad.
de significar desistir de preciosos recursos naturales, hu- Durante décadas. el comunismo mantuvo viva esa tempo-
manos y morales en todo el sistema mundial. raltdad, aunque en la práctíca, los regímenes comunistas
Los desafios son, de hecho, problemas fundamentales la negaran burdamente, sobre todo en el campo ecológico.
que reclaman soluciones fundamentales, en el fondo, un Hoy, la clase política vive atrancada en los problemas y en
nuevo orden trarisnactonal y un nuevo orden nacional con las soluciones a corto plazo, según la temporalidad propia
los linderos entre eIlos cada vez más difíciles de estable- de los ciclos electorales , en los países centrales: o de los
cer. Como vimos, las díftcultades de tal nuevo orden, son golpes y contragolpes, en los países periféricos. Por otro
enormes. En resumen, las prtncípales Son tres. En prímer lado, una parte significativa de la poblactón de los países
lugar, la dificultad dei sujeto. En las condiciones actuales, centrales vive dominada por la temporalidad, cada vez más
los Estados nacíonales tendrán que ser forzosamente un corta y obsolescente, del consumo, míentras que una gran
sujeto preferente, aunque complementado por movtmten- mayoría de la población de los países periféricos vive do-
minada por el plazo inmediato o urgidos por el díarto so-
tos soctales y organizaciones no gubernamentales trans-
brevívír. Las condiciones y los sujetos dei pensamiento
nactonales y organizaciones internacionales. etc. Vimos,
estratégico, a largo plazo, parecen cada vez menos presen-
sín embargo. que la crisis dei Estado, que hace imperiosa
tes en el sistema mundial. De hecho, hoy en día sólo un
la urgencia de un nuevo orden internacional, es a la pos-
sujeto tiene condiciones para pensar cstratégtcarnentc: un
tre, la crisis dei sujeto en ese ordeno En eI plano interno. grupo reducido de empresas multilaterales dominantes.
parece que esa crísts se va a traductr, en los próximos anos, Más que los Estados hegemónicos, este grupo es el que
en el aumento de las convulsiones sociales, en eI funda- amarra a los países periféricos y semiperiféricos a la ur-
mentalismo religioso. en la crtmtnaltdad, en los mottnes gencia de los ajustes estructurales (que tienen realmente
~otivados por las iniquidades dei consumo, en la guerra muy poco de estructural) y amarra igualmente a las ela-
CIvil y, en algunos casos, en la pérdida de control político ses políticas al corto plazo político que transcurre entre
sobre parte del rerrttorto nacional. Esta crists dei sujeto ellos. Más que los Estados hegernóntcos. este grupo es el
sígníftca que el sistema mundial capitalista ai mtsrno tiem- que amarra una parte del mundo a la compulsión del con-
po que transnacionaliza los problemas. localiza las solu- sumo inmediatista y a la otra ai inmediatismo de la lucha
ciones y efecttvarnente, dada la cr ísts dei Estado, hace por la sobrevivencia.
descender el peidado de localización hacta un nivel sub- EI problema de las soluciones ínterregtonales es que
nacional. Además, es posible argumentar que, sobre todo eIlas tienen que ser ejecutadas intrageneracionalmente.
en los países centrales, el horizonte social de las solucio- Por eso, los problemas que eIlas crean en el presente en
nes. más que localizado. está privatizado. EI capitalismo nombre dei futuro, tienden a ser más vislbles y cíertos que
es hoy menos un modo de producción que un modo de los problemas futuros que ellas pretenden resolver en el
vida. EI individualismo y el consurntsrno transfirieron ha- presente. Esto me lleva a la tercera y última dificultad de
cta la esfera privada la ecuación entre íntcrés y capacidad. las soluciones fundamentales: la cuestión dei enernígo.
Es en esa esfera, donde hoy los individuos íden ttftcan Por el contrario de lo que se podría pensar, la globalizaclón
mejor sus intereses y las capacidades para darles satisfac- de los problemas no torna a sus causantes más vístbles o
cíõn. La reducción a la esfera privada de esta ecuacíón, más fácilmente identificables. De algún modo, la gleba-
hace que muchas de las desigualdades y opresíones que I1zación de los problemas globaltza ai enernígo y si el ene-
ocurren en cada uno de los espacios-tiempo estructurales migo está en todas partes, no está en ninguna parte. Esta
sean invisibles o. si son vístbles, sean trivializados. es una díftcultad verdaderamente dilemática, porque las

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coaliciones revolucionarias o reformistas srempre fueron go de las soluciones fundamentales tenga que ser buscado
organizadas contra un enemígo bíen definido. SI, como dije en múltíples lugares, incluso en nosotros mísrnos. De ahí
arriba, hay ciertos problemas en relación con los cuales, tambíén que la crlsls dei orden social dificulte, y no facili-
a la larga nadte podrá ganar con su falta de soluclón, pa- te, pensar el desorden verdaderamente emancipador.
rece imposible, por lo menos en esos casos, determinar el lQué hacer frente a esta?
cnemígo contra el cuai es preciso organizar una solución
dei problema. Es cterto que mencíoné arriba el papel de las
LA UTOPÍA Y LOS CONFLICTOS PARADIGMÁTICOS
empresas multinacionales cn la creación de nuestros pro-
blemas por el simple hecho de que hoy son ellas las úni-
cas titulares dei pensamlento estratégico en el sistema "EI futuro ya no es lo que era", díce ungra.ffitl en una
mundial. Pero es evidente que no son el único enemigo calle de Buenos Aires. EI futuro prometido en la moderni-
identific~ble, ni t~ampoco me parece que el enernígo pueda dad no tiene de hecho futuro. Vencidos por los desafíos,
ser identIficado solo o sobre todo a nível institucional. Nues- la mayoría de los pueblos de la periferia dei sistema mun-
tros problemas son más profundos y las instituciones sólo dial, no creen en él porque en su nombre descuidaron o
pueden resolverlos después de transformadas y reínven- rechazaron otros futuros, quízás menos brillantes y más
tadas al nivel que ocurren los problemas. próximos de su pasado, pero que at menos garantizaban
Cuatro axiomas fundamentales de la modernidad es- la subsistencia comunitaria y una relacíón equilibrada
tán, a mt entender, en la base de los problemas con que con la naturaleza, que ahora les resultan tan precartas.
nos enfrentamos. El primero, se deriva de la hegemonia Dudan de él amplias sectores de los pueblos dei centro dei
que la racionalidad científica vino a asumir y consiste en la sistema mundial, porque los riesgos que conlleva -sobre
transfor~ac.ión de los problemas éticos y políticos en pro- todo los ecológicos- ernpíezan a ser más ilimitados que él
blemas técnicos. Síernpre que tal transformación no es po- mismo. No sorprende que frente a esto, muchos hayan
stble, se busca una solucíón intermedia: la transformación asumído una actitud Iuturtctda: asumir la muerte dei fu-
de los problemas éticos y políticos en problemas jurídicos. turo para finalmente celebrar el presente, como sucede en
EI segundo axioma es e1 de la Iegttímídad de la propiedad cíerto postmodernismo, o incluso para celebrar el pasado,
privada Independlentemente de la legítímídad dei uso de como sucede con el pensamiento reaccionario. Lo cícrto es
la propíedad. Este axioma genera o promueve una postcíón que, después de siglas de modernldad, el vacío dei futuro
psicológica y ética -el individualismo posesivo- que arti-
no puede ser llenado ni por el pasado ni por el presente.
culada con la cultura consumista, induce al desvío de las
EI vacío del futuro es tan sólo un futuro vacío.
energias sociales de la interacción con personas humanas
hacia la interacción con objetos porque son más fáciles de Prenso pues que frente a esta s610 hay una salida:
apropiar que las personas humanas. EI tercer axioma es remveritar el futuro, abrir un nuevo horizonte de posibili-
el a?,ioma de la soberania de los Estados y de la obligaclón dades cartografiado por alternativas radícales. Con esto se
polttíca vertical de los cíudadanos frente ai Estado. Por e1 asu me que estamos entrando en una fase de crisis para-
camino de este axioma, tanto la seguridad internacional, dígmátíca y por lo tanto, de translci6n entre paradigmas
como la seguridad nacíonalradquíeren "natural" prece- epistemológicos, sociales, políticos y culturales. Se asume
dencía sobre la democracia entre Estados y la democracia tambíén que no basta continuar criticando el paradigma
interna, respectivamente. EI cuarto y último axioma es la aún dominante, lo que por lo demás se ha hecho ya hasta
creencía en el progreso entendido como trn desarrollo in- la saciedad. Es necesarío, además, definir el paradigma
fi~it~ .?limentado por el crecimiento económico, por la am- emergente. Esta última tarea que de lejos es la más impor-
plíacíón de las relaciones y por el desarrollo tecnológico. tante, tarnbtén es, de lejos. la más difícil. Lo es sobre todo
Estas axiomas mo1dearon la socledad y la subjetivldad, porque el paradigma dominante, la modernldad, tíene un
crearon una epistemología y una psicologia. desarrollaron modo proplo, aún hoy hegem6nico, de combinar la gran-
un orden de regulación social y a imagen de ésta, una volun- deza deI futuro con su miniaturización. Consiste en la
tad de desorden y de ernancípacíón, De ahí que el enemi- clasificación y fragmentación de los grandes objetivos en

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soluciones técnicas que tienen como característica ser leyes de la evolución de la sociedad pudieran prever un
creíbles hasta más aliá de lo que técnicamente es necesa- futuro radicalmente diferente deI presente, En el caso de
rio. Este exceso de credlbllidad de las soluciones técnicas, Fourier. el impacto dei cientlficlsmo es más comple]o pues,
que es parte intrínseca de la cultura instrumental de la en vez de negar la utopía, por el camíno de la ctcncta. bus-
modernldad, oculta y neutraliza su déficit deI futuro. Por ca crear una utopía científica. De ahí que para él, las le-
eso tales soluciones no dejan pensar el futuro, incluso cuan- yes de Newton sean sólo una apltcacíón particular de un
do ellas mismas dejaron de pensarlo. principio muy amplio, el principio de la atracción paakmal.
",Cómo proceder frente a esto? Prenso que sólo hay una deI cual pretende ser el mensajero; de ahí también su com-
solucíón: la utopía. La utopía es la explotación de nuevas pulstón por los cálculos matemáticos, I~s simetrias y las
posibllidades y voluntades humanas, por el camlno de la anaIogías, por la determinación del numero preciso_de
oposícíón de la ímagtnactón a la necesidad de lo que existe. personas en cada falansterio o del número preciso de anos
sólo porque existe, en nombre de algo radicalmente mejor, de vida de los harmonianos.
que la humanldad tiene el derecho de desear y por lo que Por esta razón, nuestro sigla ha sido paupérrimo en pen-
vale la pena luchar. La utopía es así, doblemente relativa. samiento utópico, lo que durante mucho tiempo fue pensa-
Por un lado, es una Ilamada de atencíón sobre lo que no do para ser un efecto normal deI progreso de la cíencta y
existe como (contra) parte integrante, pera silenciada, de dei progreso de racionallzaclón global de la vida social
lo que existe. Pertenece a la época por el modo como se apar- hecha posible por la ciencia. Sin embargo, la crtsts de la
ta de ella. Por otro lado, la utopia es siempre desigualmen- cíencta moderna, hoy bien evidente. oblíga a cuestionar
te utópica, en la medida en que la tmagmacíón de nuevo esta evaluación y esta explicación. 6No será que la muerte
está cornpuesta. en parte. por nuevas combinaciones y dei futuro que hoy tememos. fue anunciada hace mucho
nuevas escalas de lo que existe. Una comprensión profun- por la muerte de la utopia?, ",no será que la pérdida de la
da de la realidad es así esencial para el ejercícío de la uto- inquietud y de la búsqueda de una vida mejor contnbuye-
pia. condición para que la radicalidad de la ímagtnactón ron al surgimiento de la subjetividad conformista que con-
no choque con su realismo. En la frontera entre dentro y sidera mejor. o por lo menos tnevttable, todo 10 que va ocu-
fuera, la utopia está tan poseída por elZeitgeist como por rrrcndo, sólo porque ocurre, así sea lo peor? Sartre dijo que
la Weltschmerz. "una idea antes de ser realizada se parece extrafiamente a
No esfácil defender o proponer la utopia hoy en dia, a la utopia", ",Será que el rechazo de la utopia terrnmó por
pesar de que eI pensamiento utópico es una constante de redundar en el rechazo de las ideas por realizar? Lo cíerto
la cultura occidental. e incluso de otras culturas. La díft- es que. como se ha aerialado frecuentemente. las utopías
cultad no deja , sin embargo, de ser a primera vista sor- se antíctpan a veces por stglos, a la anttutopía. Eri un pe-
prendente pues la modernidad es una época fértil en uto- ríodo especialmente fértil en utopias" el stglo XVII.
pías, comenzando con la Utopía que creó la desígnacíón Fontenelle, después de divagar sobre como a part.ír de
cornún , Ia de Thomas More, escrita en 1515 y 1516. Y cul- unas tablas puestas a !lotar en un arroyo, se llegó a los
minando con las utopías socíalístas deI siglo XIX. La ver- grandes navíos que le dan la vuelta al mundo, agrega en
dad es que la expansión de la racíonalídad científica y de uno de sus célebres Entretiens con la Marquesa de G ..
la ideologia cíenttftctsta a partir de mediados dei stglo XIX publicados en 1686, e1 de la segunda noche ,"e1 arte de
y su expansíón del estudio de la naturaleza ai estudio de volar sólo está naciendo ahora: se perfeccionara y un buen
la sociedad fueron creando un ambiente intelectual cada dia el hombre Irá a la Iuna" (1955: 92).
vez más hostil aI pensamiento utópico; y eso es bíen evi- A pesar de que algunas ideas utópicas sean re~lizadas
dente, aunque de modo muy diferente, en el pensamlento eventualmente. no es de la naturaleza de la utopia el ser
de Fourier y en el pensamiento de Marx. En el caso de éste realizada. AI contrario, la utopía es la metáfora de una
último. la dimensión utópica de la sociedad comunista hipercarencia formulada a un nível en que no puede ~er
está suprimida bajo el determinismo científico. como si las satísfecha. Lo que es importante en ella, no es lo que díce

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sobre el futuro sino la arqueología virtual dei presente que EI objetivo de este desplazamiento es hacer posible una
la hace poslble. Paradójlcamente, lo que es importante en vísíón telescópica del centro y, al mtsmo tíempo. una vi-
ella es lo que no es utópico en ella. Las dos condiciones de sión microscópica de lo que él excluye para poder ser cen-
poslbilidad de la utopía aort una nueva eplstemología y tro, Se trata tambíén, de vivír la frontera de la sociabilldad
u?a nueva psícología. Como nueva epistemología. la uto- como forma de soclabilidad.
pia rechaza et cíerre dei horizonte de expectativas y de La heterotopía que propongo se lIama Pasárgada 2. No
Poslblli,dades y crea alternativas; como nueva pSlcología, es un lugar inventado; es un nombre inventado de un lu-
la utopia rechaza la subjetlvldad dei conformismo y crea gar de nuestra sociedad, de cualquíer socíedad donde vi-
la voluntad de lucharpor alternativas. Como Er-nat Casslrer vimos, a una distancia subjetivamente vartable del lugar
mostro magistralmente en el caso dei Renaclmlento y dei donde vtvímos. EnPasárgada2 se fortalece la idea de que
iluminismo. una translclón paradlgmátlca Implica stem- estamos efectivamente en un período de transición para-
pre una nueva psicología y una nueva epistemología (Cassíer dígmátíca y que es preciso asumir todas las consecuencias
1960; 19,63). EI conocímíento stn reconoclmlento no se cono~ de esa situación. Todas o algunas, pues también se reco-
ce ní a SI mísmo. noce que este período de transtcíon está aún en el corníen-
La nueva epistemología y la nueva pstcología anuncia- zo y por lo tanto no presenta aún todos sus rasgos. En
da~ y testimoniadas por la utopía, se basan eu la arqueo- Pasárgada 2. se estudia con mucha atención el srglo XVII
logía vlrt~al presente, Se trata de una arqueologIa virtual porque fue un siglo donde ctrcularon diferentes para-
porque s?lo se ínteresa por escarbar sobre lo que no se hízo digmas científicos. Por ejcmplo , convívteron a la par el
y, ~orque no se hizo; o sea porqué es que las alternativas paradigma tolemaico y el paradigma copernícano-galílêt-
dejaron de serIo. Eu este sentido, la excavación está orien- co. Tal vez por eso, en ese sigla. se aceptó la relattvízactón
tada hacla los silenclos y hacla los silenclamlentos, hacta del conocimiento, la distancia lúdica en relación con las
verdades adquiridas y se vivió la fascínacíón por otros mun-
las tr-adtotories suprimidas, bacia las experiencias subal-
ternas, hacía la perspectiva de las victímas. hacía los opri- dos, otras formas de pensar y de proceder, en fin, otras for-
mas de vida.
midos. hacla las márgenes, hacla la periferia, hacla las
Fontenelle, ya citado. es un buen ejemplo de esto mís-
fronteras, hacla el Sur dei Norte, hacia el hambre de har-
mo. Su obra más conocida se titula significativamente
tazgo, hacta la miserla de la opulencla, hacía la tradí I'
Entrettens sur la Pluralité des Mondes y en ella, el autor
de lo que no se dejó extstír, hacía los prtncíptos ante~ ~~ diserta sobre la posibilldad de que la luna y otros plane-
que fueran fines, hacla la inteliglbilldad que nunca fue tas estén habitados. Según él, si la diferencia de costum-
com prendida, hacla las lenguas y estilos de vida prohlbl- bres y de aparlencia física son tan grandes entre Europa y
dos, hacra la basura Intratable dei bienestar mercantil la China, no nos debemos sorprender que sean aún ma-
hacia eI Burlar encerrado en eI vestidopret-a-porter. lava- yores entre los habitantes de la tlerra y los habitantes de
do, hacla la naturaleza de las toneladas de C02 incalcu- la luna. Como ejcrcícío. nos ínvíta a meternos en la píel de
lablemente lívíano sobre nuestros hombros. Por el cambio los indígenas americanos quteries. al ver a Colón, debían
de pe~spectiva y de escala, la utopía revoluciona las Com- haber tenido la mísrna sorpresa que tendríamos nosotros
bínacíones hegemónlcas de lo que existe, destotaliza los si contactáramos a los habitantes de la luna. Y sobre nues-
sentidos, desuniversaliza los universos, desorienta los ma- tro conocímíento afirma que él tiene límites más allá de los
pas. Todo esto con el único objetivo de destender la cama cuales nunca podrá conocer y que desde otros planetas o
donde las subjetividades duermen un sueno injusto. perspectivas es postble ver cosas que no vemos de nues-
Lo que pro~ongo seguir no es una utopia, Es tan sólo tro planeta o de nuestras perspectivas. Además , especu-
una heterotopía. En vez de la invenclón de un lugar total- la que nuestras peculiaridades no serán menores que las
mente nt.ro, propongo una deslocalización radIcai dentro de los habitantes de la luna y concluye -con la distancia
de un ~Ismo lugar. el nuestro, Una deslocalización de la lúdica que nos recorntenda- «que estamos reducidos a de-
ortotopía hacla la heterotopía, del centro hacia el margen. crr que los díoses estaban embriagados cuando hicieron

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a los hombres y que cuando, ya sobríos, miraron su obra, La única deliberación que htzo fue suspender temporal-
no pudieron dejar de reirse" (1955: 90). mente la concesión de diplomas. Como las ínstítucíones
Inspirado en esta actitud, Pasárgada 2, decidió adop- continúan, por ahora, ensefiando sólo el paradigma hasta
tar el prmc~pio de la transíctõn paradigmática. Ya Pasár- ahora vigente, la Cámara entendió que, como los diplomas
gada 2 es solo una comunidad educativa: los estudiantes certiflcan conocimiento sólo de ese paradigma, desde el
son todos los ?iudadanos míentras trabajan, descansan y punto de vista dei paradigma emergente, los diplomas
estudían. Esta delineada por un doble objetivo: ampliar el corresponden a diplomas de ígnorancta. Como sería em-
conocimiento de los paradigmas presentes y promover la barazoso que en el futuro los ciudadanos-estudiantes tu-
competencta entre ellos ~e modo q~e sea posibie expandir víeran un diploma de ignorancia, y como les servtria de
las alternatIvas de las practicas sociales y personales y las poco un diploma que tanto podia ser considerado de cono-
posibilidades de iuchar por ellas. AI contrario de las otras címtento como de tgnorancta. la Cámara decidió s'uspen-
uto~ias,Pasárgada2 no está organizada en detalle, por loque derlos temporalmente, admitiendo incluso, la posibilidad
aqui no cabe sino enunciar sus principios de organización de abolirlos más tarde y para siempre. La suspensíón de
y el perfil general de los paradigmas en competencia. los diplomas le dio mucha más libertad a los ciudadanos-
~E~ cuanto a la organización, el principio institucional estudiantes y creó un incentivo para que las mstttucto-
mas Importante es la constitución de una Cámara Para- nes se abrteran a la discusión paradtgmátíca. Desprovís-
dígrnátíca donde están igualmente representados ios dife- tas de la preeminencia de la cert.íftcacíón, si nose abren a
rentes paradigmas en cornpetencía a través de sus adeptos la discusión, corren el riesgo de perder a los estudiantes.
elegidos por la comunidad educativa. Convíene decir una Trataré ahora de analtzar, a grandes rasgos, el conte-
paiabra sobre el ortgen de esta Cámara. Convencida por nído de las discusiones paradígmáttcas que promueve la
los argumentos de algunos filósofos, cíentffíoos y huma- Cámara Paradígmátíca, No hablo como sociólogo indepen-
rustas, de que el paradigma de ia modernidad está entran- diente porque eso, desde el punto de vista de la Cámara
do en una crisis final y de que la competencia con un pa- Paradígrnátíca, significaria hablar como ignorante diplo-
radigma emergente estaba abíerta de hecho, ia comunidad mado. Hablo como sociólogo míernbro de la Cámara que
educativa dePasárgada 2 comprobó que sus instituciones defiende en ella el paradigma emergente tal cuai él y otros
e,ducativas no daban ninguna serial de que esa crisis exís- lo conciben. De ahí que, en lo que sígue analizo los térmi-
tía y suprimieron de diferentes modos, unos más sutiles nos de la transtctón y de la competencta paradtgmáttca tal
que otros. la idea de que un nuevo paradigma podría estar como yo los veo y, por lo tanto, stn que eso vincule a la
e~ eI horizonte y de que conocerlo era deI interés de los Cámara. Sólo espero que los análisis y los argumentos que
c1udadanos-estudiantes. La simple hipótesis de una alter- presento sean persuasivos y en esa medida, conquisten
nativa radical los dejaba nerviosos y escondían sus nervios adeptos.
silenciando o ridiculizando a los que admttfan tal hipóte- El diagnóstico de la condición actual que presenté en la
siso Los nervíos y su ocultamiento eran tanto mayores míen- primera parte de este capítulo, da suficientes indicaciones
tras mayores eran las responsabilidades profesionales de sobre el modo como veo la transición paradtgmátíca y so-
las instituciones. Por ejemptn, al nivel uníversttarto. las bre la concepción que tengo y la evaluación que hago dei
Facultades de Economía, Derecho, Medicina e Ingenieria paradigma todavia dominante, aunque decadente: el pa-
eran particularmente notarias por esta actítud. radigma de la modernidad. Ahora me concentraré en el
Frente a esta, la comunidad de ciudadanos-estudian_ paradigma emergente. En verdad, no hay un paradigma
tes, decidió formar una Cámara Paradigmática con el ob- emergente. Ante todo hay un conjunto de "víbracíones ascen-
jetivo de crear unJorum alternativo de dtscustón sobre los dentes", como diria Fourier, de fragmentos preparadígmá-
paradigmas. Esta cámara no tiene ningún poder delibe- ticos que tienen en común la idea de que el paradigma de
rante sobre los procesos y contenídos de la ensefianza en la moderrndad dejó exhausta su capactdad de regenera-
las instituciones, pera está en permanente diálogo con eIlos. cíón y desarrollo y que ai contrario de lo que él proclama-

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modernldad o barbarie- es posíble (y urgente) imaginar produce la única forma de conocímíento válido. Esa vali-
alternatIvas progresistas. También tienen en común el
dez se puede demostrar y la verdad a la que aspira es
hecho de saber que sólo es posible pensar más aliá de la ínternporal, lo que permite fljar determinismos y formular
modernidad a partir de la modernidad misma, aunque prevtsíones. Este conocrmtento es acumulativoy el progreso
bajo la forma de sus víctimas o de las tradiclones que ella científico asegura, por el camino dei desarrollo tecnológico
mlsma generó y después suprtmíó o margtnalízõ. En este que hace posible, el progreso de la sociedad. La racíonalt-
sentido. se puede dectr que la modernldad sumlnistra dad cogníttva e instrumental y la búsqueda permanente de
muchos de los materiales para la construccron deI nuevo la realidad hacen de la cíencía -más allá de las aparíen-
paradigma, sólo que no sumínts tra los planos de la arqui- cias-una enttdad única. totalmente diferente de otras dis-
tect~ra ní la energia necesarios para concretarla: si por ciplinas íntelectuales, tales como las artes y las humanidades.
hlpotesls, vísttara un edlficio, no sabría como entrar y, si EI nuevo paradigma constituye una alternativa para
entrara. mortrta instantáneamente a Causa de las corríen- cada uno de estos rasgos, En prtrner lugar, en sus térmi-
tes de atre.
nos no hay una forma única de conocimiento válido. Hay
Los fragmentos preparadlgmátlcos son entre tanto, un muchas formas de conoctmíento, tantas cuantas sean las
paradigma virtual y nt stqutern es seguro que a la moder- prácticas sociales que las generan y las sostienen. La cíen-
mdad le siga otro paradigma con la misma coherencla glo- era moderna se apoya en una práctica de dtvtsión técnica
bal y pretenslones totalizadoras que ella tuvo. Puede ser profeslonal y social dei trabajo y en el desarrollo tecnológico
que los paradigmas emergentes sean diferentes, perma- infinito de las fuerzas producttvas de las que el capitalismo
nezcan diferentes y entren en confltcto tanto entre sí en es hoy el único ejernplar. Práctícas soctales alternativas
conjunto, como en conflicto eon la modernidad. Considero generan formas alternativas del conocímícnto, No recono-
que hoy Son Identlftcables tres grandes áreas de conflíc- cer estas formas del conocímtento, implica deslegttímar
tivldad paradigmátlca: conocimlento y subjetlvidad, patro- las prácttcas socíales que las apoyan y, en ese sentido,
nes de transformación social, poder y política. Eu relación promover la exclusión social de los que las promueven. El
eon cada una de estas áreas, identifico a continuación los genocidio que puntualiz6 tantas veces la expansíón euro-
rasgos que a mí entender, son más característicos deI pa- pea; fue también un eptstemíctdío: se eliminaron pueblos
radigma emergente.
extraüos porque tenían formas de conocímíento extraüo y
se elímínaron formas de conoctmíento extrafias porque se
Conoeim/ento y subjettvidad basaban en prácticas soctales y en pueblos extraüos. Pero
el epistemtcídto fue mucho más extenso que el genocidio
En esta área. el conflícto ya es muy evidente y tíene lu- porque ocurrtó sternpre que se pretendi6 subalterntzar.
garentre la cíencía moderna-galiléica. cartesiana, newto- subordinar, marginalizar o ilegalizar prácticas y grupos
niana, durkhelmiana, weberlana, marxlsta- y lo que he soeiales que podrían constituir una amenaza para la ex-
ven~do designando como cíencta postmoderna y que otros panstón capitalista o, durante buena parte de nuestro stglo,
destgnan Como "nueva cíencta". Yporque todo eI conoci- para la expansi6n comunista (en este tema. tan moderna
mlento es autoconoclmento, el confllcto epistemológIco Se como el capitalismo); y tambíén porque ocurrló tanto en el
desdobla en un conflicto pstcológtcn entre la subjetivldad espacío periférico extra europeo y extra norteamericano
moderna y la subjetívídarí postmoderna. del sistema mundial, como en el espacío central europeo
En otro sitio analícé las diferentes dimensiones deI con- y norteamertcano, contra los trabajadores , los indígenas.
file to epistemológico, por lo que me limltaré a breves refe- los negros, las mujeres y las minorias en general (étnicas,
rencías, deteniéndome un poco más en las que representan religiosas, sexualesl.
desarrollos posteriores a lo que ya está publicado (Santos, El nuevo paradigma considera el epistemlcldio como uno
1990; 1991a; 199Ib). Para el vlejo paradigma, la ctencta de los grandes crímenes contra la hurnanídad. Hasta más
es una práctlca social muy específica y privilegiada porque aliá dei sufrlmiento y de la devastactón mdívtstbles que

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produjo en los pueblos, en los grupos y en las prácticas bría relativismo si el resultado de la competencia fuera
sociales que fueron puestos por él en la mira, sígníftcó un indiferente para la comparación de los conocimientos, lo
empobreclmiento Irreslstible dei horizonte y de las posibi- que no es dei caso. dado que hay un punto de llegada que
lidades deI conocírníento. Si hoy aparece un sentírntento no está totalmente determinado por las condiciones dei pun-
de bloqueo por la ausencia de alternatlvas globales ai to de partida.
modo como está organizada la socíedad, es porque durante Este punto de llegada depende dei proceso argumen-
siglos, sobre todo después de que la modernidad se redu- tatívo en el interior de las comunidades interpretativas. EI
jo a la modernidad capitalista, se procedló a la liquidación conoclmlento del nuevo paradigma no es valldable por prtn-
sistemática de las alternativas. cuando ellas, tanto en el cípíos demostrativos de verdades intemporales. Es , por el
plano epistemológico como en eI plano práctíco, no eran contrario, un conocímíento retórico cuya valídez depende
compatibles con las práctícas hegemónlcas. dei poder de convicción de los argumentos en que se tra-
Contra el eptsternícídto, el nuevo paradigma se propone duce. De abí que el nuevo paradigma preste particular aten-
revalorizar los conocimieníos y las prácticas no hege- cíón a la constitución de las comunidades interpretativas
mónicas que. a la poatre. son la inmensa mayoría de las y considere su objetivo principal garantizar y expandir la
prácticas de vida y de conocimiento en eI interior deI sis- democracia interna de esas comunidades, es decir la igual-
tema mundial. Como medida transitaria, propone que dad de acceso ai discurso argumentativo. De ahí tamblén
aprendamos con el Sur, síendo en este caso eI Sur una la preferencía por el Sur como una especie de discrimina-
metáfora para designar a los oprimidos por las diferentes ción positiva que aumenta el ámbito de acción de la díver-
formas de poder, sobre todo por las que constituyen los sidad y da alguna garantía de que el silenciamiento, o sea
espacios-tiempo estructurales arriba descritos, tanto en la expulsrón de las comunidades argumentativas, que fue
las sociedades periféricas como en las sociedades serntpe- el sello de la ctencía moderna, no ocurra o que ocurra lo
riféricas y aún en las sociedades centrales. Esta opción por menos postble. Por eso el nuevo conocimiento, stendo argu-
los conocimientos y práctícas oprimidos, marginalizados, mentativo, tíene un mterés especial por el silencio para
subordinados. no tienen níngún objetivo museológtco. Por averiguar hasta quê punto es un silencio genuino, es de-
el contrario, es fundamental conocer eI Sur para conocer cír, el resultado de una opción argumentativa y hasta qué
eI Sur en sus propios términos, pera tambíén para corio- punto es un süenctamíento. o sea, el resultado de una ímpo-
cer el Norte. Es en los márgenes donde se hace eI centro y sición no argumentativa. Porque el Sur es el campo pre-
en el esclavo donde se hace el sefior. ferido dei silencio y dei sílenctamtento. esta es otra de las
Lo que se pretende es pues , una competencia epistemo- razones por las que el nuevo paradigma le concede una
lógica leal entre conoctrníentos como proceso para rein- atención particular.
ventar las alternativas de la práctica social de que carecemos Uno de los principlos reguladores de la validación es pues,
o que, en últimas, sólo ignoramos o no nos atrevemos a la democracia interna de la comunídad interpretativa. EI
desear. Esta competencia no significa relativismo en el otro principio es un valor ético mtercultural, el valor de la
sentido que tlene de élla epistemologia moderna. Según dígntdad humana. El nuevo paradigma no distingue entre
ella, es relativismo -y por lo tanto fuente de oscurantts- medlos y fines, entre cognícíón y edlflcación. El conocí-
mo- toda actitud epistemológica que se rehuse a recono- miento, vinculado a una práctica y a una cultura, tíene un
cer eI acceso privilegiado a la verdad que elIa cree poseer contenido ético propio. Ese contenido asume diferentes
por derecho propío. La posibilidad de una relacíón hori- formas y diferentes tipos de conocimiento; pera entre ellas.
zontal entre conocímíeritos le es totalmente absurda. Aho- es postble la comuntcabíltdad Y la permeabilidad en la
ra , el nuevo paradigma propone tal horlzontalldad como medida en que todas las culturas aceptan un principio de
punto de partida y, no necesarramente como punto de lle- dlgnidad humana. Por ejernplo, en la cultura occtdental,
gada. Entendida así. Ia horizontalldad es la condiciónsine tal principio se expresa hoy en día a través deI principio de
qua non de la competencia entre conocímtentos. Só lo ha- los derechos humanos. Otras culturas se expresan en otros

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términos, pero la traducción recíproca es posible a partir moderna, se trata mucho más de una jerarqutzactón que
de la ínteltgíbtltdad intercultural asegurada por el prtncí- .de una distinclón. La aparíencía es la no realldad, la ílu-
pio de la dígnídad humana. stón que crea obstáculos para la intellglbilidad de lo real
Siendo un conocímíento argumentattvo, el nuevo para- existente. De ahí que la cíencta tenga como objetivo Iden-
digma rechaza totalmente otras dos características de la tificar-denunciar la aparíencía y sobrepasarla para alcan-
cíencía moderna -Ia Intemporalldad de las verdades cien- zar la realldad, la verdad sobre la realldad. Esta pretensión
tíficas y la dlstlnción absoluta entre aparlencia y reali- de saber distinguir y jerarqutzar entre apartencía y reali-
dad- por creer que cada una de eIlas a su manera, tiene dad y el hecho de que la dtsttncíón sea necesarla en todos
una vocación totalítarta. EI conocimiento en el nuevo pa- los procesos de conocimiento hlcleron postble el episte-
radigma es tan temporal como las práctlcas y la cultura a mlcidio de la desclasíftcactón de todas las formas de cono-
las que se vincula. Asume plenamente su carácter incom- cimiento extraiías aI paradigma de la cíencía moderna bajo
pleto, debído a que siendo un conoclmlento presente, sólo el pretexto de ser conoctmtento tan sóIo de apartencías. La
permite la íntelígíbütdad dei presente. EI futuro sólo existe distribución de la apariencia a los conocimientos deI Sur
como presente, como argumento a favor o contra conoci- y de la realidad ai conoctmíento científico dei Norte, está en
mientos y prácticas presentes. Esta radical contempora- la base deI eurocentrismo. Y dada la vtnculactôn mu-
neidad de los conocímíentos, tiene consecuenctas funda- tua de conocimientos y prácticas, esta mtsma distribu-
mentales para el diálogo y la competencla entre ellos. Es ción permltló eliminar o marginalizar, por l1usorlas y
que si todos los conoctmíentos son contemporáneos, son mistlflcadoras las práctlcas dei Sur que dlscrepaban
igualmente contemporáneas las prácttcas sociales y los con las prácticas deI Norte, llamadas ésras reales por el
sujetos o grupos socíates que Intervlenen en ellas , No hay hecho de coincidir, a los ojos de quien las observaba, con
primitivos nl subdesarrollados pero si. opresores y oprimi- las aparíencías famlllares.
dos. Y porque el ejercícío dei poder es siempre subordí- Para el nuevo paradigma, la dístrtbucíón entre aparten-
nante, todos somos contemporáneos. Para dar un ejempIo cia y realldad no síempre tlene sentido y cuando lo tíene,
casero, el conocímíento de los campesinos portugueses no siempre es relativo y la apariencia no es necesariamente
es menos desarrollado que el de los Ingenleros agrónomos ellado Inferior de la dupla. El nuevo paradigma se apoya
dei Mlnlsterlo de Agricultura; es contemporáneo con él, en Schl1ler y en su defensa de la aparíencía estética (das
aunque subordinado. Del mtsrno modo que la agricultura aesthetlsche Schein) en las Cartas sobre la Educación Es-
familiar portuguesa no es más primitiva que la agro-Indus- tética del Hombre, publicadas en 1795 (Schlller, 1967). Ade-
trla. Le es contemporánea pero subordinada. más Schl1ler representa, para el nuevo paradigma, una de
La Intemporalidad de la verdad científica le permltió a las tradiciones suprimidas en la modernidad y como tal,
la cíencía moderna autoproclamarse contemporánea de sí puede contribuir a la conííguracíón de la nueva ínteltgtbí-
mtsma y, ai mísrno tlempo, descontemporanlzar todos los lidado Schiller hace una crítica radical de la clencia y de la
demás conocírníentos. concretamente los que dommaron deshumanización administrativa Y especialización profe-
en la periferia deI sistema mundial en el momento deI con- stonal que eIla promueve: una crítica que, por lo demás,
tacto con la expansión europea. Así nacteron los salvajes: es bastante semejante a la hecha por Rousseau. Y tal como
por el mlsmo proceso por el que hoy contlnúan reprodu- acontece con Rousseau, a Schiller no lo anima ninguna
cíéndose comportamientos racistas y xenófobos. La idea veleidad nostálgica sino antes el deseo de reconstruir la
de la superlorldad biológica de la raza arta no habría sido totalldad de la personalidad en las nuevas condiciones
poslble sín la Idea de la superioridad temporal de la actí- creadas por la modernldad. Tal totalldad no se obtíene, nl
tud y dei comportamlento racistas. por el dominio de las fuerzas de la naturaleza, que la cíen-
Con la mtsrna prevenctón antltotalitarla, el nuevo para- era hace poetble. nl por las leyes o la moral que el Estado
digma sospecha de la dlstinclón entre apartencta y reali- promulga, sino por una mediación entre eIlos, por una ter-
dado En los términos en que ella fue hecha por la cíencta cera entidad, la forma estética, el Estado estético; "en

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medio deI reino terrible de las fuerzas de la natura1eza y La falta de credibilidad de las alternativas es e1 reverso
deI remo sagrado de las leyes , eI impulso estético de la for- de la índolencía de la voluntad. Escrtbíendo aI final del síglo
ma actúa para crear el reino de lo lúdico y de la aparíen- XVIll, Schíller teme que el ídolo de la utilidad venga a ma-
cia" (Carta 27 § 8), Pero Schíller está consciente de que la tar la voluntad de realización personal y colectiva. Por eso
apariencia estética sóIo será universal cuando la cultura afirma en el § 3 de la Carta 8: "[La] razón realízó todo lo que
vuelva imposible el abuso de esta apartencta. Porque mien- pudo realizar aI descubrlr y aI presentar ia ley. Su ejecu-
tras, dice Schiller, "la mayoría de las personas humanas cíón presupone una voluntad decidida y el ardor dei sen-
están demasiado cansadas y exhaustas de la lucha por la tímíento. Para vencerverdaderamente las fuerzas que entran
extstencra, para poder involucrarse eu una Iucha nueva y en conflícto con ella, ella mísma tíene que volverse una fuer-
más dura contra el error". (Carta 8 § 6), Es por eao que. con za (. .. ) pues los instintos son la única fuerza motivadora
tantas razones que él enumera, para que la socíedad se deI mundo seristble". Y concluye en e1 § 7 de la mísrna car-
considere iluminada. tiene sentido preguntar: ""por qué ta: "e1 desarrollo de la capacidad dei hornbre para sentir
entonces, todavía continuamos siendo bárbaros?" es en consecuencia, la necesidad más urgente de nuestra
La ímportancía de Schiller para el nuevo paradigma es época".
dobie. En primer lugar, ai afirmar la centralldad de la for- EI nuevo paradigma entiende que el racionalismo estre-
ma estética como transformación radical de la materia que, cho, mecanicista, utilitarista e instrumental de la ciencia
Si';' embargo, tiene una dimensión lúdica y no está sujeta moderna, combinado con la expansíón de la sociedad de
al ídolo de la utiltdad, Schiller propone una nueva re1ación consumo, obnubíló. mucho más aliá de lo previsto por Schíller,
entre la cíencta y eI arte, una combinación dinâmica de la capacrdad de revoluctón y de sorpresa, la voluntad de
géneros. en que la relactón plena de la cíencía es tambtén transforrnacíón personal y colectíva y que. por eso, la tarea
su disolución en eI reino más extenso deI arte, deI senti- de reconstrucci6n de esa capacídad y de esa voluntad es,
miento estético y de la vivencia lúdica. De manera similar a fines deI siglo XX. mucho más urgente de lo que era a fi-
según el nuevo paradigma, la cíencía es un conoctmíento nes dei síglo XVIII. Por dernás , más aliá de Schíller. otros
discursivo, c6mplice de otros conocímíeritos discursivos, creadores culturales, cuyas ideas y utopías fueron aún
concretamente literarios. La ciencia hace parte de las hu- más suprimidas o marginalizadas que las de Schiller, pue-
manidades. Como narrativa no ficcional, tícnc un grado den ser convocados para llevar a cabo la tarea. Me refiero
menor de creatividad pero, precisamente, es s610 una muy especialmente a Fourier, aliugar central que las pa-
cuestión de grado lo que la distingue de la flcctórt creattva. siones ocupan en su pensamíento -él que en la vida prác-
En estas condiciones. está precluida cualquíer postbíltdad tica fue, tal como Fernando Pessoa, un fiel servidor de la
de demarcactcnes rígidas entre disciplinas o entre géne- mon6tona vida comercial- y al principio de la atracción
ros, entre ciencias naturales, sociales y humanidades, apasíonada. concebido por él como el gran motor deI mo-
entre arte y literatura. entre cíencta y flccíón. vimiento universal.
Pero Schiller tíene importancia para el rruevo paradig- Como mencíoné arriba, el nuevo paradigma epístemo-
ma por otra razón. Por el modo como rehabilita los senti- lógíco aspira igualmente a una nueva pstcología para la
mientos y las pasiones como fuerzas movilizadoras de la construcción de una nueva subjetívídad. No basta con crear
transformación social. Como vimos. una de las preocupa- un nuevo conocímíento: es preciso que alguíen se reconozca
cíones centrales dei nuevo paradigma es crear alternati- en él. De nada valdrá inventar alternativas de realización
vas y la competencía entre eIlas. La otra preocupaci6n es personal y colectíva, si eIlas no son apropiables por aque-
la de crear una subjetividad que quíera luchar por ellas. 1I0s a quíenes están destinadas. Si el nuevo paradigma epíste-
Efectivamente, e1 síndrome de bloqueo global que hoy se mológíco aspira a un conocímíento complejo, permeable a
vive. tal vez no se deba tanto a la falta de alternativas (por- otros conocímíentos. local y arttculable, entrelazado con
que ellas existen) sino también a la falta de voluntad índí- otros conocímíentos locales. Ia subjetividad que lo justifi-
viduaI y colectiva para luchar por ellas. ca debe tener características similares o compatibles.

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La subjetividad engendrada por el víejo paradigma es el ella, la racionalidad moral-práctíca y la racionalidad esté-
individuo unidimensional, maxírntzador de la utilidad que tíco-exprestva. una arnplíacíón de la demostración racion~al
escoge racionalmente, según el modelo arquetípico dei homo hacia la argumentación racional. en suma una ampl.ia:ion
economrcus , Las alternativas creíbles frente a tal subjeti- de la racionalidad hacía la razonabtlídad, dei oonocmuen-
vidad tienen que medirse por ella: y por eso no sorprende to demostrativo hacía la phronesis. Paradójicamente,
que la ecuactón entre mterés y capacidad haya sido com- mientras más amplia es la ractcnalfdad conoce mejor SUB
pletamente privatlzada en la medida en que se ahondó el límiles. En este tema, las pasíones de Schiller y de los ro-
enlace entre modernidad y capitalismo. Por el contrario, mânticos y la atracción apastonada de Fourier. son los dos
el nuevo paradigma aspira a una subjetiv!dad que sea ca- campos preferenciales de la excavacíón arqueológica de la
paz de ella. La multidimensiOnalidad de la subjetívídad dei modernidad.
nuevo paradigma ya está indicada en el modelo de los cua- Pera esta amplíacíón de las energias emancipatorias sólo
tro espacios-tiempo estructurales descrito en el quinto tiene sentido si su extenstón fuere igualada por su inten-
capítulo. Efectívamente. cada espacío-ttempo crea una sídad, Si la energia emancipadora se sabe condensar en los
forma o dimensión de subjetívídad. por lo que los índtví- actos concretos de emancipación protagonizados por in-
duos Y los grupos sociales sono de hecho, constelacíones dividuos o grupos socíales, La desconfianza de las abstrac-
de subjetividades. articulaciones particulares. variables cíones es fundamental en el nuevo paradigma. No es que
de contexto a contexto, entre las diferentes formas o di- ellas no puedan ser aceptadas sino que sólo lo sean cuan-
mensiones. Esto significa que la construcción de la vo- do los contextos de su realízactón les hagan justicia. Por
luntad de las alternativas y de la competericta entre ellas. ejemplo, el concepto abstracto de los derechos humanos
tiene que hacerse en relación con cada una de las dimen- comienza hoy, dos síglos después de su formulación, a
siones y en consecuencia, en cada uno de los espacíos- tener verdadero sentido en la medida en que por todo el
tiempo estructurales. No es pues tarea fácil. una vez que sistema mundial. grupos socíales estén organizando lu-
la frtcctón es igualmente multrdímensronal: los obstáculos chas de emancípactón guiadas por él.
para la construcctón de tal subjetividad, no están locali- Para la construcción de la amplitud concreta de la sub-
zados en un espacio-tiempo dado. sino dísemínados por jetívtdad. me parecen fundamentales otros dos campos de
todos ellos. Tales obstáculos constituyen cuatro habi- excavación arqueológica: Montaígne y Kropotktn. otros dos
tusess de regulactôn, subordinación y conformismo a los creadores culturales cuyas ideas fueron suprimidas o
cuales es necesarro oponer cuatro habituses de emanei- marginalizadas por la concepción hegemónica de la mo-
pacíón , ínsubordínacíón y revolución. derntdad capitalista. La importancia de Montatgne reside
Esta multidimensionalidad exige que las energías eman- en haber desarroIlado un dispositivo intelectual que com-
cípatortas sean simultáneamente muy amplias y muy bmaba la inteligibilidad más concreta -Ia de él mismo
concretas. En el paradigma de la moderrudad Jue, por el como ser humano- con la problematización más amplia
contrario. la unidimensionalidad la que hizo posible tomar dei sentido de la vida y de la socíedad. Montaígne escribió
amplitud por abstracción; el índívtduo abstracto puede sobre sí mísmo porque como solía decír, ese era el terna so-
aspirar a una amplitud universal. pero obtenida a costa bre del que tenía algún conocímíento seguro y concreto.
dei vacio total de atributos contextuales. La amplitud dei Pero no lo hízo de modo narcisista, encerrado en sí mís-
nuevo paradigma significa, ante todo. Ia ampliación de las mo. AI contrario supo, a partir de lo más profundo de sí,
razones con que se pueden justificar las conductas, una buscar la inteligibilidad de lo más amplio y también lo más
ampliación de la racíonalídad cognitivo-instrumental ha- profundo de la vida colectiva. Para eso, rompíó radical-
era una racionalidad más amplia donde quepa, adernas de mente con la distinción sujeto/objeto en que se basa la
cíencía moderna. anticipando así, en muchos síglos, lo que
5 N dei T: Habituses ee el plurai dehabttus, que es uno de los conceptos cen- hoy pretende el nuevo paradigma. Como Montaigne lo vio
trates de la eoctotogta de Pierre Bourdieu. muy bíen , ei problema de la distinción sujeto/objeto. es

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que induce a la abstracción no sólo dei objeto sino también La segunda nota es que el conllicto paradígmátíco no
~eI propio sujeto. La arrogancia epistemológica de este está sólo terciado a nivel intelectual, como ha sucedido por
últtmo es el resultado de un auto-olvido. Ese auto-olvido lo menos hasta ahora, con e1 conflicto epistemológico. Es
oculto en el olvido deI otro, fue denunciado elocuerrternerr- además de eso y cada vez más, un contlicto social y políti-
te por Frantz Fanon cuando, en uno de SUB desahogos irô- co sustentado por grupos e intereses organizados, aunque
nicos, Se preguntaba por qué los europeos hablaban tan- con poder de organízacíón muy desíguales. De alguna ma-
to deI individuo en general y no eran capaces de nera. este conflicto paradígmátíco funciona como bisagra
reconocerlo cuando lo encontraban (1974: 230). entre los otros dos conflíctos. porque se traduce en prác-
. SI Morrtaígne insistió en la necesidad de no perder de tícas soctales alternativas. también aspira a prácticas
vlst.a ai individuo concreto, Kropotkin insistió en la soli- epistemológicas alternativas y por eso está profundamente
darídad ~~ncreta, en los lazos de ayuda mutua que unen entrelazado con el paradigma epistemológico; porque esas
a los índívíduos. unos a otros y stn los cuales la vida indi- práctlcas sociales ttenen lugar en un campo político y, de
viduai y no sólo la colectiva, no sería posible. Contra el hecho, aspiran a una redefinición global de ese campo. e1
indiVIdualismo posesivo y et darwinismo social de la épo- conflicto entre eI paradigma capital expansionista y el pa-
ca. Kropotkin trató de reivindicar la evidencia de que las radigma eco-socialista tienen profundas vinculaciones
personas son capaces de solidaridad y, en la práctíca, la con el conflicto paradtgmátíco sobre el poder y la política.
han verrído ejerciendo a través de la htstorta fi 1902 J 1955) descrito brevemente a continuación.
No tra:ó siquiera de hacer abstracta esa capacídad como: El paradigma capital-expansionista es el paradigma
de algun modo, lo hizo Marx aI centrarIa en la clase obre- dominante y tiene las sígutentes características generales:
ra. Antes trató de darle voz donde quiera que la vio y la vio el desarrollo social se míde esencialmente por el crect-
violentada por ei paradigma psicológico dominante. mtento económtco: el crecimiento económico es continuo
y se basa en la tndustrtaltzacíón y en e1 desarrollo tecno-
Patrones de transformación social lógico virtualmente infinitos: la discontinuidad entre la
naturaleza y la sociedad es total: la naturaleza es mate ria
La conflictividad paradigmática en ei dominio de los valortzable sólo como condición de la produccíón: la pro-
patrones de transformación social es tal vez más reciente ducctôn que garantice la continuidad de la transformación
que la que ocurre en la epistemologia y en la subjetividad social, se basa en la propiedad privada y especialmente en
pera se ~gudizó enormemente en las dos últimas décadas: la propíedad privada de los bienes de producctón, Ia cual
En este ámbíto, Ia conflictividad tiene lugar entre dos gran- justifica que el control sobre la fuerza de trabajo no tenga
des paradigmas de desarrollo social. que designo símple- que estar sujeto a reglas democráticas. EI modelo de trans-
mente COmo paradigma capital expansionista y paradigma formación social propuesto por Marx comparte las tres
eco-s?clalista. Dos notas preliminares sobre este confhcto. primeras características. por lo que se puede considerar
~a pnmera es que. tal como sucede en el caso de la conflíc- como un modelo subparadtgmáuco. situado en la zona
tívídad epistemológica, cada uno de los paradigmas en gris, intermedia.
conlhcto está muy diferenciado interiormente y tanto que EI paradigma eco-socialista es el paradigma emergente
algunas de las verstones de cada uno de ellos se aproximan y, tal como lo concibo, tiene las sígutentes características:
de tal modo que parecen constituir una zona gris írrterrne- el desarrollo social se calibra por el modo como se satísfa-
dia, mixta. Stn embargo, sostengo que esta zona, lejos de cen las necesidades humanas fundamentales y es tanto
negar la exístencia dei conflicto paradigmático, está pre- mayor a nlvel global, cuanto más variado y menos desigual
supuesta por él y es por eso que le pone límites a la propia es. La naturaleza es la segunda naturaleza de la socíedad
posibI1idad de combinación e intermediación entre los y como tal, sin confundirse con ella , tampoco tiene díscon-
paradigmas, Son las diferencias no negociables que hacen tlnuidad; debe haber un estricto equilibrio entre tres formas
el conflicto parautgrnãuco. principales de propíedad: la individual. ia comunitaria y

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perando las energias y la subjetividad necesaria para una
la estatal. Cada una de ellas debe actuar de modo que al-
cance sus objetivos con el mínimo de control deI trabajo lucha civilizadora como aquella que propone el paradigma
de los otros. emergente. La experimentación tíene que ser la más exten-
EI paradigma eco-socialista como construcción intelec- sa, tan extensa como la tradíctón en que se basa, para que
tual. resulta de un diálogo intercultural muy amplio y, tanto el paradigma, que sólo es emergente, se vaya construyen-
como sea posible, horizontal. La base de ese diálogo, es do sobre una base sólida, pera en recttfícacíón permanen-
doble. Por un lado, las necesidades humanas fundamen- te en la medida en que va sterido creíble para grupos so-
tales no varían mucho en el sistema mundial; 10 que varia ciales cada vez más amplias. Por la mtsma razón, el
son los medios para satisfacerlas (los satisfactores I. De paradigma emergente busca la competencia y el concurso
ahí que se deba partir de una íntelígtbtltdad intercultural con el paradigma capital expansionista. El objetivo funda-
mentai es , de hecho, díseüar varias formas de soctabíltdad
de las necestdades para. a través de el1a, alcanzar la ínte-
en las que la competencia entre los paradigmas sea prác-
ligibilidad intercultural de los satisfactores. Por otro lado,
ttca, controlable yevaluable.
todas las culturas tienen un valor de dígntdad humana lo
En la transícíón paradígmáttca. el Estado será lIamado
cuaI, stendo único, permite una hermenéutica transva-
como Estado-Providencia, cuando asegure la competencia
loratíva y multicultural. Tal hermenéutica constituye el en igualdad de condiciones entre los paradigmas rivales.
desafio central dei paradigma emergente. La competencia entre los paradigmas tiene una dímenstón
EI paradigma eco-socialista se basa en tradícíones muy de contradicción y una dimensión de competencia. La prt-
variadas. En lo que se refíere a las tradiciones europeas, mera tiene por objetivo aclarar analítica y normaüvamente
son de mencionar la tradición comunttarta, el organícísrno lo que separa los paradigmas: la segunda se dirige hacía
Ieíbnttztano, el movimiento romântico, el socialismo utó- la articulación de los paradigmas con la expertencía sub-
pico, el marxismo y en lo que respecta a las tradíctones no jetiva de los individuos y de los grupos y busca por eso,
europeas, las culturas hmdú, china y africanas; la cultura crear la subjetividad adecuada a cada uno de ellos, la ener-
islámica y las culturas de los pueblos nativos americanos. gía y el entusiasmo necesarios para luchar por eIlos. La
El paradigma eco-socialista se alimenta de los márgenes competencia entre los paradigmas tendrá lugar en el inte-
y dei Sur y tal como se calcula, ellos son muchos, muy rior de cada uno de los cuatro espacios-tiempo estructu-
plurales e incluso babéllcos. Son como el otro dei centro, rales y en cada uno de ellos , asume una forma particular.
eurocéntrico, moderno, capitalista, lo que hace proliferar En el espacto-tíernpo doméstico, el conflicto es entre la díví-
los márgencs y el Sur en la exacta medida de su autorita- sión sexual patriarcal dei trabajo y la comunídad eco-fe-
rismo y de su carácter excluyente. Esta babel de raíces minista doméstica, entre la familia reproductiva de la fuerza
está convocada por una enorme variedad, igualmente de trabajo y la familia productora de sattsfaccíones de ne-
babélica, de movimientos sociales y organizaciones no cesidades, organizadora del ocio y de la convivencia con la
gubernamentales y transnaciona1es, ecológicas, feminis- naturaleza. La seguridad social prestada por el Estado a
tas, obreras, pacifistas, de defensa de los derechos huma- las familias, debe ser prestada en igualdad de ctrcunstan-
nos, de los derechos de los consumidores y de los derechos cías, a las dos organizaciones de la dornesttctdad.
históricos de los pueblos indígenas, de la lucha contra el En el espacío-tíempo de la producción, el conflicto y la
ajuste estructura1 o la víolencía urbana, de la lucha por los competencia será entre unidades capitalistas de produc-
derechos de los ínmígrantes ilegales, de los refugiados, de ctón y unidades eco-socialistas de producción. En estas
las minorías, de las sexualidades alternativas, etc., etc. últimas, caben organizaciones de muy diferente tipo pera
Muchos de estas movtmíentos tíenen muy poco o incluso que comparten el hecho de no estar orientadas, ni exclu-
nada que ver con las características que le atribuí arriba siva ni primordialmente hacía la obtención de lucro: unida-
al paradigma eco-socialista. Tienen en común ser un cam- des de producción cooperativa, pequena agrtcultura famütar,
po de experimentación social bastísírno donde se vau tem- servíctos comunitarios, instituciones particulares de so-

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lidarldad social, organizaciones no gubernamentaies, pro- las sígutcntcs características: eI Estado tiene el monopolio
ducción por autogestión, etc., etc. La segunda dimensión de la víolencía legítima y dei derecho, para lo que dispone
providencial dei Estado reside en apoyar, en igualdad de de una organización burocrática de gran escala, centrali-
circunstancias, unidades productivas de ambos tipos para zada y centralizadora: el Estado atribuye la cíudadania a
que puedan en tgualdad de círcunstancías. mostrar lo que los índívtduos nacionales; en principio, no hay ciudadanía
valen, ya sea por el resuitado de la produccíón. ya sea por stn nacionalidad y viceversa; los ciudadanos son formal-
los valores de la subjetivtdad que la suscitan y la promueven. mente iguales y todos están igualmente sujetos ai poder
En este espacio-tiempo se promueve aún otro conflicto: dei imperio dei Estado.
el conflicto entre el paradigma consumista, individualista EI paradigma de la oblígacíón horizontal le conflere ai
y el paradigma de las necesidades humanas y dei consu- Estado el monopolio de la violencia legítima pero no el
mo solldarista. Es en este espacío-ttempo donde verdade- monopolio de la producción del derecho. Por el contrario,
ramente se moldean los estilos y ios modos de vida porque existe en ia sociedad una pluralidad de órdenes jurídicos
es en él donde se decide la ecuación entre necesidades y con diferentes centros de poder para sustentarios y dife-
satisfactores. Mientras que en el primer paradigma, las rentes lógicas normativas. En la constitución de la ciudada-
necesidades están aI servicio de los satisfactores, en eI rria, es tan importante la obltgacíón vertical corno la oblí-
segundo paradigma los satisfactores están ai servícto de gación horizontal; y por esa razón la cludadania no tiene
ias necesidades. Mientras que en el prtrner paradigma, el que ser ni individual ni nacional; puede ser individual o
mercado es la única institución organizadora deI consumo colectíva, nacional, lacaio transnacional. La eficacia inter-
y las necesidades se convíerten eri preferencias obje- na deI Estado reside en el modo como negocia y píerde eI
tivadas, en objetos, para eI segundo, eI mercado es una poder de imperio interno a favor de otras organizaciones
ínstttucíón entre otras: y las necestdades son expertencías sociales. Para esa negociación y ese reparto es funcional
subjetivas que pueden expresarse de muchos modos dife- la gran escala y el centralismo organizativo dei Estado,
rentes de acuerdo con los contextos y las culturas, unas pero la función que desempefian consiste en la creación,
veces a través de objetos deseados. otras veces a través de en la promoción de estructuras organízatrvas de menor
deseos de intersubjetividad. Finalmente, para el primer escala, descentralizadas, locales. EI carácter providencial
paradigma, las necesidades son una privación mientras y redistributivo dei Estado reside ante todo en ei modo
que para eI segundo son simultáneamente una privación como redistribuye sus propias prerrogativas; y uno de los
y un potencial. La tercera dimensión providencial dei Es- vehículos preferidos es. como lo he venido sostentendo, la
tado consiste en promover y asegurar la confltctívídad in- promoción de la competencia entre los paradigmas en
telectual y sociai de estos dos paradigmas, dándole a ambos cada uno de los espactos-nempo estructurales. Esta es la
iguales condiciones para que examinen sus potencialida- cuarta dimensión providencial deI Estado en la transición
des y conquistar adeptos. paradígmáttca.
Ai nivei dei espacío-tíempo de la ciudadanía, ia confron- En eI espacío-tíempo de la ciudadanía, la contradíccíón
tación entre los paradigmas es particularmente crucial y y la competericta paradigmáticas ocurren a otro ntvel, al
difícil de mantener, toda vez que siendo el Estado ia forma nível de la dimensión cornunítarta deI espacío público.
institucional de este espacío-tíempo, tiene que promover Aquí la concurrencia es entre eI paradigma de las comu-
el conflicto paradígmáttco en el interior de sí mismo y es nidades-fortaleza y el paradigma de las comunidades de
por eso que, la cuarta dimensión providencial dei Estado frontera. EI paradigma capitai-expansionista síempre que
en Pasárgada 2, es la autoprovidencia dei Estado para no destruyó los espactos identitarios colectívos prefirió la
consigo mismo. En este espacío-tíernpo, el contlicto para- constitución de comunidades identitarias excluyentes, ya
dtgmáttco ocurre entre el paradigma de la obligación política sean excluyentes-agrestvas. ya sean excluyentes-defensi-
vertical y el paradigma de la obligación política horizontal. vaso Las prírneras, las excluyentes-agresívas, de las que eI
Ei primero preside ia constttuctón dei Estado liberal y tiene ejemplo arquetípico es la "soctedad colonial", están consti-

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tuidas por grupos sociales dominantes que se encerraron Por últtmo, en el espacío-tíernpo mundial, el conl1icto
en su superioridad para no ser contaminados por las co- paradígmátíco es entre el paradigma dei desarrollo des-
munidades inferiores. Las segundas, excluyentes-defen- Igual y de la soberania excluyente y el paradigma dei de-
sívas. son el reverso de las prtrneras. Históricamente, sur- sarrollo democráticamente sustentable y de la soberanía
gierondel contacto con las comunidades excluyentes-agre- recíprocamente permeable. EI prtmer paradigma dominan-
sívas, encerrándose para defender lo poco de dígnídad que te, fue descrito más arriba, con algún detalie, por lo que
pudo e,scapar ai pillaje colonial. EI ejernplo arquetipico de me excuso de caracterizarIo aquí. EI segundo paradigma
estas últtmas son las comunidades indígenas. La conse- emergente, convoca a un nuevo sistema mundial organi-
cuencía de este proceso de encerramiento recíproco es que zado según principios eco-socialistas. Es de algún modo
~as ,comunidades-fortaleza tienden a ser internamente muy un sistema más globalizador que el actual, porque la globa-
Jerar~~.licas. o sea, son excluyentes hacia el exterior pero ltzacíón ocurre bajo el signo de la Identificación transna-
tambíén hacía el interior. cional de las necesldades humanas fundamentales y dei
Para el paradigma de las comunidades de frontera la principio de la dígnídad humana. Después de síglos de moder-
identidad es síempre multiforme, inconclusa, en proceso nidad capitalista. Ia jerarquia Norte I Sur se hizo una mega-
de reconstruccton y de retnverston, es en verdad un pro- ftccíón , una marca profunda de las experiencias sociales
ceso de identificación en curso. Por eso la comunidad ha- en el interior deI sistema mundial y como tal, no puede ser
cía donde apunta es vorazmente inclusiva. permeable, se erradicada de un momento a otro. Pero debe, a partir de
alimenta de las fuentes que lanza hacia otras comunidades ahora, ser puesta bajo sospecha sistemática.
buscando en la comparación y en la traducción intercul- El principio de la acción social en este eepacío-ttempo.
tural el sentido más profundo de la dlgnldad humana pasa a ser que todo lo que contrlbuyó a alimentar lajerar-
como otras comunidades identitarias. Los movimientos quia Norte/Sur, es una práctlca de lesa humanidad que
populares de América Latina, las comunidades laicas de debe ser evaluada como tal. EI sistema interestatal tiene
base. los rnovtrníentos de los derechos humanos en todo un papel importante en la prornocíón de esa sospecha sts-
el sistema mundial. algunos movlmientos ecológicos y fe- temátlca pero, para ejercerlo cabalmente, tlene que trans-
ministas, tienden a estar habitados por ei paradigma de formarse profundamente a si mtsrno. De ahí el principio de
las comunidades de frontera. AI contrario. el movimiento las soberanías recíproca y democráticamente permeables.
sindical tradicional en ei Norte, algunas corrlentes dei El principio de la soberanía exclusiva, tal como fue desa-
movimiento feminista y muchos movimientos de homo- rroliado por el paradigma dominante, hace posíble, en la
sexuales y lesbianas tlenden a prefigurar el paradigma de práctica, que los Estados más fuertes, invocando Inte-
las comunidades-fortaleza. Sobre todo, éstas últimas tien- reses nacionales, concretamente de segurtdad nacional,
den a constituir comunidades excluyentes-defensivas. puedan ejercer sus prerrogativas de soberanía a costa
Para el paradigma emergente el objetivo central es luchar de la soberania de los Estados más débiles. Efectivamen-
contra el aparthetd identltario y cultural que el paradig- te, la soberanía de los Estados periféricos y semípertférícos
ma dommante presupone y ha desarrollado constantemente. ha sido tradicionalmente muy permeable a las pretensiones
La quinta dtmcnsíón providenciai dei Estado enPasárgada de los Estados hegemónícos. Lo que es necesarío es asumir
2, consiste en promover la pluralidad y la permeabilidad la permeabilldad como un proceso recíproco y democrático
de las identldades Incentivando la confrontaclón entre los por via dei cuallos Estados negocíen la pérdida de su sobe-
dos paradigmas, con base en la idea de que elapartheid se ranía a favor de organismos internacionales y de organiza-
reproduce incesantemente en la sociedad y a muchos más cíones no gubernamentales transnacionales mejor equipa-
niveles,de los que ordinariamente se cree, siendo esto, por das que el Estado para realizar las tareas ecosocialistas
lo d~mas, uno de los recursos estratégicos deI paradigma transnaclonales. Tal como en el espacio-tlempo de la cru-
capttal-expanstontsta. dadania el Estado negocia democrátlcamente la pérdida de
soberania Interna a favor de grupos y organlzaclones que

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[etívos cívtlízantes van a ceder el paso a meros objetivos de
puedan, por transferencta, ejercer algunas prerrogativas clase. Es en ese proceso que eI movímíento obrero pasa a
de auto-gobiemo, en el espacío-tíempo mundial los Estados mtegrarse en la modernidad capitalista. en el mísmo pro-
negocian entre sí y con organízactones ínternacíonales y ceso en que Marx dtseüa la estrategta para superarlo. Una
transnacionales, la pérdída de soberanía externa, de modo estrategía que desde el principio estaba destinada ai fra-
que éstas dispongan de un conjunto de prerrogativas de so- caso, toda vez que. en ese momento la modernidad estaba
beranía que les permitan crear formas de gobierno transna- ya reducida como proyecto social. a la modernidad capi-
cíonal para los temas y problemas que no pueden ser re- talista y por eso no era postble eliminar a la última salva-
sueltos adecuadamente ní a nível estatal, y ni síquíera a
guardando a la primera.
nível interestata1. EI objetivo de un pensamiento heterotópíco es exacta-
men te el de volver a colocar. ai final dei sigla XX y en moldes
Poder y política radicalmente diferentes. Ia lucha civilizadora por la que
valió la pena luchar ai principio dei sigla XIX. Esta lucha
La tercera gran área de contradicción y competencia cívtltzatorta es. sin duda. una lucha epistemológica y psi-
paradígmatíca. es el poder y la política. Esta área es qui- cológica y una lucha por modelos alternativos ~e soctabtlt-
zás, más importante que las de más en la medida en que dad y de transformactón social; pera es por en?,ma de todo
en ella se conciben y se forjan las coalícíones capaces de una lucha entre paradigmas de poder y de politíca. Las lu-
conducir la transición paradígmáttca. La dífícultad de tal chas están obviamente interrelacionadas porque en cada
tarea está en que la transíctón paradígmátíca reclama, mu- una de ellas, tanto el paradigma dominante como el paradig-
cho más que una lucha de clases, una lucha de ctvílízacíones ma emergente. reciben el apoyo cómplíce de los paradigmas
y la reclama en un momento en que ui síqutera la lucha de correspondientes en corrrpetencta en las otras luchas. Es
elases parece estar en la agenda política. Sin embargo. esta sobrepostcíón de luchas la que confiere el âmbito y la
desde el punto de vista dei paradigma emergente, tal situa- ínteristdad específicos de una lucha ctvützatorra. Y Si esta
cíón lejos de ser paradójíca o dílemátíca. expresa a un ní- sobreposición crea el potencial de una transformación ra-
vel muy profundo las potencialidades paradígmátícas que dtcal, hace tambíén particularmente dtficíl, sobre todo en una
la época actual encíerra y que es preciso hacer que afloren. fase inicial de transición paradígrnátíca, la creación y la con-
En verdad, el agotamiento de la lucha de elases o. para solidación de las coaliciones y de las organizaciones porta-
ser más exactos, la derrota global del movimiento obrero dorasde una nueva ecuacíón entre intereses y capacidades.
organizado. significa. no que los objetivos de esta lucha se Contra tales coaliciones y organizaciones. milita la eflca-
hayan cumplido -probablemente nunca estuvieron tan le- cia multiplicadora de la sobreposición de los paradigmas
jos de estarlo- sino que ellos sólo se pueden obtenerden- dominantes en cada una de las áreas de soctabtltdad. Esta
tro de un contexto más amplio, ctvíhzacíonal, eu el que explica que. como anoté arriba, sean débtles, fragmentados
efectivamente estuvíeron integrados en su ortgen pera que poco y localizados. los grupos y las luchas que por doquíer in-
a poco, se fue perdiendo. Si analizamos el movírníento obre- tentan romper con los dilemas que describí e intentan pro-
ro revolucionaria desde el inicio dei sigla XIX hasta la Co- poner una salida civilizatoria. Lo que les falta no es ~anto
muna de Paris, comprobamos que sus objetivos más que la capacidad organízattva o los recursos -aunque estos
una lucha de clases, implicaban una lucha civilizadora. tambtén escaseen- sino más bíen Iegttímídad y muchas ve-
Así, sus luchas no tenían como objetivo un simple cambio ces autolegítímídad para, a partir de espacios socia~es tan
de las relaciones de produccíón, Aspiraban a una nueva circunscritos, proponer transformaciones que solo se-
soctabtltdad, a la transforrnacíón radical de la educación rían eficaces si fueran globales. EI objetivo central de la
y del consumo; a la eliminación de la família, a la emancí- Cámara Paradtgmátíca de Pasárgada 2. en el área dei po-
paclón de la mujer y aI amor libre. Es solo en el último der y de la política, consiste precisamente en elevar el nível
cuarto dei sigla XIX y en buena medida debido a la ascen- crítico de Iegiumídad de los grupos en lucha por el para-
dencia deI marxismo en el movímíento obrero, que los ob-

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dígma emergente. a través de la expllcltaclón de las medía- tarlsmo dei eje vertical; ai mísmo tlempo que permite que
clones entre lo local y lo global. él ejerza desigualmente la relaclón con diferentes grupos
EI conflícto paradígmáttco en esta área es entre el pa- de ciudadanos, tanto más autoritariamente cuanto más
radigma de la democracia autorttarta y el paradigma de la vulnerables sean esos grupos. Por último y ligado con lo
democracia eco-socialista. EI paradigma de la democracia que acabo de decir, el autoritarismo de este paradigma
autorltarla está Inscrito en la matriz dei Estado moderno reside en que el Estado moderno. stendo el Estado que
liberai y ya mencloné algunas de sus características. Aho- hist6ricamente revela mayor exterioridad en relacíón con
ra sólo agregare las que tlenen que ver dlrectamente con el poder econ6mico cs, de hecho, mucho más dependiente
su carácter autorttarto. Tal carácter consiste, en prtmer de él, ya sea porque los gobernantes dejaron de tener for-
lugar, en concebir como política sólo una de las formas de tuna personal, ya sea porque el Estado asumi6 nuevas
poder que circulan en la soctedad y limitar a ella el dispo- funciones que exígen la movtltzacíón de extensos recursos.
sitivo democrático. Consiste. en segundo lugar. en limitar De ahi la necesldad de que el Estado tenga que mantener
este dispositivo democrático a un principio monoorgani- una relaclón de diálogo cómpllce con el poder econórníco
zatívo, la democracia representativa. supuestamente el o en casos extremos. tenga que romper el diálogo para ga-
rantizar su sobrevtvencía (las nacionalizaciones).
único isomórfico con la forma de poder que pretende de-
EI potencial autorttarto deI paradigma dominante es
mocratizar. Consiste. en tercer lugar. en conferirle aI Es-
enorme y los regímenes se dlstlnguen por el mayor o me-
tado el monopollo dei poder político a través dei principio nor grado con que lo reallzan. De ahí que los llamados re-
de la oblígacíón política vertical entre Estado y cíudada- gímenes autoritarios o incluso totalítartos. no sean una
no. Consiste. finalmente. eu que esc monopolio estatal sea aberración total, extrana ai paradigma. Por el contrario, le
ejercldo bajo la dependencla ftriancíera e Ideológica de los pertenecen genuinamente y s610 representan las formas
intereses económicos hegemónicos que. en la sociedad externas que él puede asumir. EI fascismo. por un lado, y
capitalista. son los que se aflrman como tal a la luz dei el comunismo, por el otro, son cada uno a su modo formas
principio dei mercado. extremas deI Estado liberal moderno y de la democracia
Desde el punto de vista dei paradigma de la democra- autorttarta que le es constitutiva. Hoy este autoritarismo
cia eco-socialista, estas características son autoritarias se reproduce bajo nuevas formas menos vístbles y por eso
porque su eficacia socialle confíere a los poderosos. a los tal vez más pellgrosas y dtfícíles de erradicar, bajo la for-
grupos y ciases dominantes. una enorme legítímtdad que ma de la destrucclón dei medro ambiente, dei consumlsmo
no sólo se reproduce sino que penetra en lajerarquía y la compulsivo. de la deuda externa y de la jerarquía dei sis-
ínjusttcía social. Así, al considerar como sólo política una tema mundial, dei ajuste estructural y de las leyes de In-
de las formas deI poder. Ia dei espacro-tiempo de la ctu da- mtgractón y del Imperialismo cultural.
danía, el paradigma dominante se exonera de la exígencta El paradigma emergente, el paradigma de la democra-
de democratlzaclón de las restantes formas de poder. En cia eco-socialista es radicalmente democrático, en el sen-
segundo lugar, esta exoneracíón acarrea el cterre del poten- tido de que tiene en mira instaurar la democracia a partir
cial democrático en un modelo institucional y organizativo de las diferentes raíces dei autoritarismo y bajo las múltí-
(la democracia representativa) específicamente con voca- pies formas por las que él se manlflesta. Para este para-
digma, son cuatro las fuentes principales de autoritaris-
ci6n para funcionar sectorial o profesionalmente stn per-
mo, en nuestra sociedad, correspondientes a los cuatro
turbar el despotismo con que otras formas de poder son espactos-ttempo estructurales que he venido tratando.
ejercldas socialmente y sln tampoco dejarse perturbar por Como anoté a su debido tiempo, las relaciones sociales de
eIlas. En tercer lugar, la democracia representativa se estos espactos-tíempo son relaciones de poder y de des-
basa en un desequlllbrto estructural entre su eje vertical tgualdad y como tal, fuentes de autoritarismo. Para ser
(la relacíón Estado-cludadanos) y su eje horizontal (la re- consecuente, el proyecto democrático tiene pues que po-
lacíón ctudadano-ctudadanos) en cuyos términos. Ia debí- ner en su mira cada una de estas formas de poder para
IIdad de este segundo eje potencía, en general, el autort- democratlzarlo. Y debe hacerlo de modo que se maxímíce

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el uso eficaz de los procesos de democratización ínternacíonales que ella hacía contradtctortamente urgen-
específlcamente adecuados a la forma de poder bajo jui- te e imposible.
elo. Es declr que para el paradigma emergente, no hay una EI paradigma de la democracia eco-socialista expande
sino cuatro formas estructurales de democracia; y cada la democracia aún en una tercera díreccíón: la duracíón
una de eIlas permite vartacíones internas. intertemporal e intergeneracional. Según este paradigma.
La concentración exclusiva del paradigma dominante la proximidad dei futuro es hoy tan grande que níngún
apenas en una forma. la democracia representativa. ade- presente es democrático stn él. Por así decírlo, las genera-
cuada aI espacio-tiempo de la cíudadanía, signrftcó el em- cíones futuras votan con el mismo peso que las generacio-
nes presentes. Además, la democracia de las relaciones
pobrecímíento dramático del potencial democrático que la
interestatales apunta sobre todo hacia la democracia de
modernidad traía en su proyecto inicial. Es pues, necesa-
las relaciones integeneracionales y es en nombre de ésta
rio reinventar ese potencial, lo que presupone inaugurar
que la cooperación entre los Estados es más imprescindi-
dispositivos mstttucíonales adecuados para transformar
ble y urgente.
las relaciones de poder en relaciones de autoridad compar- Esta trtple expansión de la democracia -estructural, de
tida. En eso consiste el proceso global de democratlzaclón. escala e íntergeneractonal- presupone una enorme ínver-
Este paradigma envuelve una enorme expansión del con- sión de innovación institucional. Como todas las formas
cepto de la democracia. y en varias direcciones, una de estructurales de poder son políticas y como en todas ellas
ellas ya fue explicada en lo que acabo de describir. Como la transforrnacíón paradígmáttca apunta a constituir for-
vimos, la democracia debe ser expandida desde el espacío- mas de compartir la autortdad, la democracia eco-socia-
ttempo de la cíudadanía -donde, como vimos, tiene fuertes lista es muy diversa internamente. En su definición más
limitaciones- hacia los restantes espacios-tiempo estruc- simpie, el eco-socialismo es democracia stn f1n. Tal objeti-
turales. Esto significa que la democracia no es una espe- vo utópico puede funcionar eficazmente como crtterío de
cificidad normativa de la tnstrtucíón dei Estado nacional. los límites de la democracia en la modernidad capitalista.
Por el contrario la democracia es por así dectrlo, específi- No se trata de obtener la transparencia total en las rela-
ca de todos los espacios estructurales y de todos los nive- ciones soctales, sino más bíen sólo de luchar stn límites
les de sociabtlídad. La especlficidad reside en el modo va- contra la opacldad que las despolitlza y desequilibra.
riado como ella está ínstttucíonalízada. En cada uno de los Una lucha democrática con esta amplitud no puede confiar
espacios-tlempo el paradigma emergente está vinculado a en un sujeto privilegiado ni contentarse con un concepto
la transformación de las relaciones socíales , de relaciones unívoco de derechos. Son cuatro las posiciones subjetivas
de poder en relaciones de autoridad compartida; pero tal estructurales que se cornbínan y artículan de diferentes
transformación asume necesariamente formas diferentes formas en la práctica social de los sujetos, tanto índívtdua-
en las unidades eco-socialistas de consumo y en las uni- les como colectívos. La familla, la clase, la cludadanía y la
dades eco-socialistas de producción, por ejemplo. nacionalidad son dimensiones o posiciones de subjetivi-
La expansión estructural de la democracia involucra dad que se combinan en los individuos y en los grupos
también una diversificación de escala. El pensamiento sociales de modos diferentes, según los contextos y las
democrático de la modernidad concibió la escala nacional culturas, según las prácticas y las tradícíones, según los
como la "escala natural" de institucionalización de la de- objetivos y los obstáculos. Dada esta multiplicidad de po-
mocracia. Se trata efectivamente de una reducción arbi- siciones subjetivas y de combmactories a las que dan
traria porque, por un lado. existió sternpre una tradición lugar. son recurrentes las constelaciones contradictorias
de democracia local que la modernidad tuvo que suprimir de subjetividades parcíales, o sea, la artlculación en el mts-
para poder Instaurar su orrgínalídad. Y porque por otro mo Individuo o grupo social, de posiciones de subjetlvidad
lado, con el concepto de soberanía impermeable. suprimió incongruentes, de donde resultan modelos de acción que
preventivamente un futuro de relaciones democráticas la racíonalídad moderna considera tortuosos, ineficaces,

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contradictorios o incluso absurdos. Se necesitan crttertos existente que Fourier significativamente desígnaba como
de racionalldad más amplios para comprender la comple- "orden subversivo".
jldad de tales constelaclones de subjetividades y los obs- No es tarea fácil ni es una tarea individual. Pero si es
táculos para su movilización en el sentido de transición verdad que la pacíencía de los conceptos es grande, la pa-
paradígmátíca. La lucha por el paradigma emergente avan- ciencia de la utopía es infinita.
za más mientras más dimensiones de la subjetividad se
adopten como prínctptos de razón práctica. Se trata de un
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objetivo difícil pues lo más normal es que, en una situa-
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No me propuse en este capítulo. formular una nueva teo-
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trario, desteorizarla para poder después hacer utopía con IHONVEBERE, Jullus O. (1992). "The Third World and the
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