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EL POSITIVISMO Aa eH LOGICO compilado por _ Sa FONDO DE CULTURA ECONOMICA MEXICO BUENOS ATR INTRODUCCION DEL COMPILADOR 1. Historia det movimiento det positivismo tégico Hace unos treinta afios se acufié el término “positivismo légico” para caracterizar el punto de vista de un grupo de fildsofos, hom- bres de ciencia y mateméticos que se denominaron a sf mismos, el Cireulo de Viena. Desde entonces, su significado se ha extendido hasta abarcar a otras formas de la filosofia analitica; de esta manera, los discipulos de Bertrand Russell, G. E. Moore o Ludwig Wittgenstein en Cambridge, o los miembros del movimiento con- tempordneo de Oxford sobre andlisis lingtifsticos, pueden hallarse caracterizados también como positivistas légicos. Este uso mas amplio del término resulta favorecido, especialmente por quienes son hostiles a todo el moderno desarrollo de la filosofia como una investigacién més bien analitica que especulativa, los que desearian incluir a todos sus adversarios en un mismo saco. Esto exacerba a los mismos analistas, quienes son bastante mas del cados en cuanto a.sus diferencias; ellos preferirian que se Te servara la denominacién de "positivismo légico” a quienes com- parten el punto de vista especifico del Circulo de Viena. Al compilar esta antologia, no he sido tan estricto; he recurrido primordialmente a los escritos de los miembros del Circulo de Viena, 0 de quienes sostienen una postura muy cercana a ellos, pero también inclui varios trabajos que quedan fuera de este campo. En cierto modo, todos son analistas, pero el dmbito de lo que considero como filosofia analitica ‘es muy extenso; permite desacuerdos graves no s6lo acerca de sutilezas en los, procedimientos técnicos, sino sobre puntos tedricos importantes, Incluyendo el método y’el propésito del andlisis mismo. El Circulo de Viena surgié a principios de la década de 1920 1930, cuando Moritz Schlick, en torno del cual se agrupé, legs de Kiel para ocupar la cétedra de filosofie en la Universidad de Viena, En el aspecto filos6fico sus principales miembros —ade- m4s del mismo Schlick— fueron Rudolf Carnap, Otto Neurath, Herbert Feigl, Friedrich Waisman, Edgar Zisel y Victor Kraft; en el aspecto cientifieo y matemético, Philipp Frank, Karl Menger, Kurt Gédel y Tans Hahn; al principio, constitufa més bien un centro de reunién que un movimiento organizado. Al advertir gue se tenia un comiin interés por un determinado conjunto de problemas y una actitud comun hacia ellos, sus miembros se reunieron con regularidad para discutirlos. Estas reuniones se con- tinuaron durante toda la existencia del Circulo, pero complemen. téndose con otras actividades tales, que transformaron el centro de reunién en algo més parecido ‘a un partido politico; dicho proceso comenzé en 1929 con la publicacién de un manifiesto titulado “Wissenschaftliche Weltauffassung, Der Wiener Kreis” 9 —_ 10 INTRODUCCION DEL COMPILADOR (EI punto de vista cientifico del Circulg de Viena), que hacia tuna exposicion breve de la postura filos6fica del grupo y una resetia de los problemas de la filosofia tanto de las matemaéticas como de las ciencias fisicas y sociales que les interesaba prin- Gipalmente resolver; ese folleto, escrito por Carnap, Neurath J Hahn, es interesante ademés, porque muestra cémo se situaba 21 Circtlo a sf propio, en la historia de Ja filosofia. Después de afirmar que desarrollaban una tradicién vienesa que habia flo- Fecido a fines del siglo xix en las obras de hombres como los fisicos Ernst Mach y Ludwig Boltzmann y, no obstante sus inte- reses teclégicos, del filésofo Franz Brentano, los autores publi ‘aban una lista de aquellos a quienes consideraban sus principales precursores. Como empitistas y positivistas, mencionaron a Hume, 2 os fildsofos de le Hustracién, 3 Coste, Mill, Avenarius y Mach; como filésofos de la ciencia, a Helmholtz, Riemann, Mach, Poinearé, Enriques, Duhem, Boltzmann y Einstein como légicos tedticos y pricticos, a Leibniz, Peano, Frege, Schréder, Russell, Whitehead y Wittgenstein; como axiomatistas, a Pasch, Peano, Vailati, Pier! y Hilbert, y como morafistas y socidlogos de tendencis positivista, a Epicuro, Hume, Bentham, Mill, Comte, Spencer, Feuerbach, Marx, Miller-Lyer, PopperLynkeus y Karl Menger Sr.; la lista es sorprendentemente amplia, pero debe recordarse qué en la mayorla de los casos s6lo se refiere a un aspecto especial de la obra de estos autores; asi, por ejemplo, se incluye a Leibniz por su légica, no por su metafisica; a Carlos Marx no se le in Cluye por su idgica ni por su metafisica, sino por su acceso cien- tifico ‘al estudio de la historia. Si exciuimos de la lista a los Contempordneos, ios mas cercanos al Cireulo de Viena en su acti- tad general son'Hume y Mach; ¢s de hecho notable que nums- Tosos aspectos de la teorfa que hoy se considera especialmente Caracteristica del positivismo légico, ya hubieran sido enuncia- dos, 0 por lo menos previstos, por Hume. ; ‘Entre los contemporineos, 0s autores def folleto seleccionan ‘a Einstein, Russell: y Wittgenstein por sus afinidades con el Ctroulo de Viena y por la influencia que ejercieron sobre él. En realidad, la relacion de Wittgenstein con-el Circulo de Viens, fue muy especial; habiendo sido aquél discfpulo de Russell en Cam bridge antes de la primera Guerra Mundial, regres6 a Viena, donde se publicé en 1921 su LogischPhilosophische Abhandiung. Este famsoso libro, mejor condcido como Tractatus Logico-Philosophi- ‘cus, titulo que se le dio a la traduccién inglesa, tuvo una enorme influencia sobre ef movimiento positivista, tanto en Viena como en otras partes; no resultarfa totalmente correcto decir que el Cfreulo de Viena se inspiré en él. El propio Schlick, en su libro sobre teorfa del conocimiento, Aligemeine Erkenninislehre, cuya primera edicién aparecié en i918, habia legado, independiente mente, a una concepcién andloga de [a filosofia; hay ademés, en fl Tractatus, una insinuacién del misticlsmo, que algunos miem~ INTRODUCCION DEL COMPILADOR n bros del Circulo, sobre todo Neurath, consideraron perturba: dora, pero en su Conjunto lo aceptaron y la obra se destacé como Ja exposicién més poderosa y estimulante, aunque realmente no la mas licida, de su punto de vista. Wittgenstein no se adhirié oficialmente a} Circulo, pero mantuvo estrechas relaciones per- sonales, por lo menos con Schlick y Waisman, en quienes siguié influyendo con posterioridad a si partida hacia Cambridge en 1929, En Cambridge, donde enseR hasta 1947, cuatro aos antes je su muerte, ejercié una influencia casi despética sobre sus Ss, ca Ss ee lun breve articulo, casi toda la generacién joven de fildsofos in- gleses sintié poderosamente su influencia, £1 mismo modificé en alto grado el rigor de stu primer positivismo como se puede apreciar comparando el Tractatus con sus Philosophical Inves. tigations, publicadas péstumamente y a su influencia, aunada a la de Moore, puede uno en gran parte atribuir la preocupacién de los filésofes ingleses contemporéneos por los usos cotidianos del lenguaje y la tendencia a tratar los problemas filoséficos de wna manera no sistemética pero ilustrativa, e0 contraste con el método més riguraso y supuestamente cientifico, favorecido por el Circulo de Viena; ésta es una de las razones’ por la cual ne es place que se les lame positivisas 1ogcos, Mas adelante je afladir algo acerca de estas concepciones vas habre de af le concepciones alternativa: ‘También en 1929, el Circulo de Viena organiz6 su primer con- 6g internacional el cual se celebro en, Frags, y chre 1950 9 edieron nuevos congresos en Kénigsberg, Copenhague, hoe seed mito congeners, Conia cin del Circulo para convertir al positivismo l6gico en un mo- vimiento internacional; ya con anterioridad habla establecido una alianza con la Vamada Escuela de Berlin, cuyos principales miembros eran Hans Reichenbach, Richard’ von Mises, Kurt Grelling ¥ en fecha posterior, Carl’ Hempel. Los congresos les permitieron entrar en contacto también con filésofos escandina- vos, como Eino Kaila, Arne Naess, Ake Petzill, Joergen Joer- gensen y con la escuela de empiristas de Upsala; con el grupo holandés reunido en torno del filésofo Mannoury, que se dedicaba al estudio de lo que Mamaban “sfgnificos”; con ef grupo de [é- gicos de Minster dirigido por Heinrich Scholtz; con simpatizan- tes norteamericanos como Nagel, Charles Morris y Quine y con analistas britdnicos con diversos matices de opinién, como Susan Stebbing, Gilbert Ryle, R. B. Braithwaite, John Wisdom y yo mismo. El talentoso filésofo de Cambridge, F. P. Ramsey s¢ dis- tinguié como partidario del movimiento, pero fallecié en 1930 a la temprana edad de 26 afios; también Se formé una alianza con los grupos sumamente importantes de filésofos y logicos polacos, cuyas figuras mds prominentes quizds hayan sido Lu Kasiewicz, Lesnievsky, Chwistek, Kotarbinski, Ajdukiewicz y PRG R INTRODUCCION DEL COMPILADOR Fe eens Re eae ate Goan : Ak eye paper rie Fen een ee ce ar en sy bale dente der Dtaconht a cenominaren Erherins 2 tae panspal dl movimiento postive, ba es acs ee ee er ers a ie i ee Beg ros ale a eet eee se Wisse Fee ea ee ee ee Be ior cas ‘un libro sobre la ley de causalidad y sus limites; entre los demas Fe a ere nate nueva ocasi6n de referirme, una obra sobre sociologia, de Neurath, cee ee Ee Aer Boe Cop SES REET Ya (B lar do See nee ce a care ly is ere tee estat aa ree tenes ote Fen ea ee ee ee Creal no Fae es EE agin gant durante dey op of mame est 3 Ee nt hab Se eae a ne a can aeinde sted on Unter de Po ante is Ye an eee ty dow aos mks atoasone! in subarea mu 5 Ly obey cae te Galera, Bl on nals aera odes en ee boas lee meet tr nos ot CES oa eo ae ablan ee re aed SE ne ee ee cia ate [ns Se ere oe a duet el advee ls mats, a mayors eo, Cea 2 i curha de Bol, mets toms sable fae ae pore Nasa — INTRODUCCION DEL COMPILADOR B por el de The Journal of Unified Science y su lugar de publica: Gién a La Haya, se hicieron los preparativos para que la Univer- sidad de Chicago, donde se habia establécido Carnap, publicara luna coleccién de folletos titulada ambiciosamente International Encyclopedia of Unified Science, se planearon nuevos congresos, pero con el estallido de la guerra y la muerte de Neurath en Inglaterra unos afios mas tarde, el movimiento perdid su co- hesion. En realidad, ya se habia publicado la mayor parte de los voli menes destinados a formar la Encyclopedia, pero el Journal of Unified Science tard poco en dejar de aparecer y no se ha resu- citado; ademés de Carnap, ain estin en universidades de los Estados Unidos Feigl, Gédel, Frank, Hempel y Tarski; Waisman y Popper en universidades inglesas. Scholtz ha permanecido en Minster y Kotarbinski y Adjukiewicz en Polonia; Victor Kraft volvié a su cétedra de filosotia en la Universidad de Viena. Sin embargo, por grande que sea la influencia que estos fildsofos puedan ejercer individualmente, no constituyen una escuela, En este sentido, el movimiento del positivismo logico se ha disuelto. ‘Sin embargo, su tradicién ha continuado, especialmente en Inglaterra, Escandinavia y los Estados Unidos. En Escandinavia, von Wright, discipulo de Wittgenstein, a quien sucedié durante algin tiempo como profesor de filosofia en Cambridge, se unié a Kaila en Helsinskt; la escuela de Upsala ain florece bajo la direccién de Hecenius, Segerstedt y Marc-Wogau, con el apoyo del légico Wedberg, de Estocolmo, y Arne Naess continia en Oslo sus Investigaciones sociol6gicas sobre los usos ordinarios del lenguaje. Petzall continué ensefiando en Lund hasta su muerte en 1957, y Toergensen ensefia todavia en Copenhague, aunque su positivismo se ha modificado por una inyeccién de marxismo. En los Estados Unidos, algunos filésofos, como Quine, Nagel ¥ Nelson Goodmai, cultivan el andlisis Iégico con un espiritu cien- tifico sistematico que probablemente esti més cerca de Ia idea original del Circulo de Viena que todo lo que podamos encontrar en la actualidad en cualquier sitio. En este aspecto son especial mente notables el libro de Goodman, The Structure of Appearance (1951) y la coleccién de ensayos de Quine, From a Logical Point of View (1952). Su interés activo por Ia Logica simbdliea tambien coloca a Quine y a Goodman en relacién con Tarski, Gddel, Church y otros miembros del importante grupo contemporsneo de Togicas estadounidenses. Carnap y sus discipulos sustentan el mismo punto de vista, principalmente Bar-Hillel, quien actual- ‘mente da clases en Ja Universidad de Jerusalén, y Feigl y Hempel; otros filésofos de los Estados Unidos, como Norman Malcom, Max Black, Morris Lazerowitz y C. L.'Stevenson, deben mucho a la influencia de G. E. Moore o del ultimo Wittgenstein y, en consecuencia, muestran ante los problemas filoséficos una acti- tud més proxima a la de las escuelas inglesas contempordneas, ———_— “ INTRODUCCION DEL COMPILADOR A pesar del ejemplo de Bertrand Russell, no existe actualmente, entre los fildsofos ingleses, el mismo interés por la légica formal ai por la opinién de que los procedimientos técnicos simbélicos son utiles para aclarar problemas filos6ficos, que el que existe en los Estados Unidos; tampoco hay el mismo afén por rela- cionar a la filosofia con la ciencia. Mi propio libro, Language, Truth and Logic, cuya primera edicién data de 1936, contribuye a difundir entre el publico en general lo que podemos llamar la posicién clisica del Circulo de Viena, pero desde la guerra, en Inglaterra prevalece la tendencia a remplazar este positivigmo jntransigente, con su rechazo general de la metafisica, su respeto por el método cientifico y su supuesto de que mientras los pro- blemas filoséficos sean absolutamente auténticos, se pueden re- solver definitivamente mediante el anéligis légico, por una acti ‘ud filos6fica empirica en el sentido politico, en el sentido de que Burke fue un paladin del empirismo. S¢ descontfa de las generalizaciones, se multiplican los ejemplos particulares y se procede con ellos a una diseccién min Se hace el intento Ge aclarar todos lot aspectos de un problema antes que forjar una solucién; el sentido comtin reina como un monarca cons: titucional si ho como un monarca absoluto y las teorias filoso- ficas son sometidas a la piedra de toque de la menera como efectivamente se usan las palabras. Ya no se trata al inetafisico como a un delincuente, sino como a un enfermo: probablemente Jexiste alguna buena razén para que diga las extrafias cosas que dice. Esta técnica terapéutica, como se Is ha llamado, esta bas: tante bien expuesta en la obra de John Wisdom, actualmente profesor en Cambridge, cuyas obras con artfculos seleccionadas, Other Minds y Philosophy and Psycho-Analysis aparecieron en 1952 y 1953. Gilbert Ryle practica una forma més vigorosa de terapia; profesor de metafisica en Oxford, es autor de Concept of Mind (1949), que constituye un ataque ‘al mito cartesiano de “el fantasma en la méquina”, obra que ha tenido una influencia muy grande. Ryle comparte con Wisdom la aficién y el talento por la analogia y la metéfora, y la tendencia de gouiqular ejem- plos, pero teme menos a la generalizacién, ¢s reno tolerante Gon ‘las desviaciones del uso ordinario, es’ més difecto con su método que cualquier wiftgensteiniano actual y esté mas dis- puesto a suponer que un problema filosdfico tiene una solucién correcta, Lo que hoy en dia a veces se denomina la escuela de Oxford, que toma su tono de J. L. Austin mas que de Ryle, dirige a tal grado su interés hacia el uso ordinerio del lenguaje, que se podria pensar que el andlisis filos6fico ha cedido al estudio de la filologia, pero esta tendencia no prevalece de modo absolu- to, La obra de fildsofos como Stuart Hampshire, P. F. Strawson y David Pears revela que aun dentro del marco del género de Oxford, todavia hay margen para una amplitud bastante grande de puntos de vista. La acusacién de escolasticismo que se formu- INTRODUCCION DEL COMPILADOR 15 la contra la “filosotia de Oxford” no carece totalmente de funda- mento, pero tampoco esta verdaderamente. justificada. En la época actual, el mundo se halla di singular; si se’toma al positivismo en el sentido més amplio, en el sentido en que comprenda a todos los matices de la tlosofia analitica, lingiistica o radicalmente empirica, éste predomina en Inglaterra y en Escandinavia, y tiene muchos partidarios en Holanda y Béigica, en Australia y los Estados Unidos; en otras) partes, apenas si se advierte su presencia. Tedricamente, no en todas Sentidos se encuentra en oposicién con el marxismo: cuam-| do menos ambos tienen determinados enemigos en comin, pero | no puede florecer bajo los regimenes comunistas, en razOn de gue la obra de Lenin, Marerialismo y empiriocristicismo, publi- | cada en 1905, que es un ataque a Mach y' sus continuadores, lo denuncia como una forma de idealismo burgués, Por otra parte, | en muchos paises se encuentran filésofos que aprucban el neo. tomismo, el neo-kantismo, el neochegelianismo, el existencialismo © cualquier otra forma de la metalisica alemana que este de moda; el ascendiente de Alemania sobre Francia en este sentido fs especialmente notable. Por el contrario, en los paises de habla inglesa hubo durante todo este siglo una indiferencia casi total hacia las extravagancias actuales del pensamiento especulativo alemén, Estas divisiones nacionales son realmente lamentables no se presentan en las demés ramas de la cultura en la misma medida. Es especialmente caracteristico de los filésofos, la ten- dencia a diserepar no solamente acerca de la solueién a deter. minados problemas, sino incluso sobre la naturaleza misma de su materia de estudio y sobre los métodos con que se debe inves. tigar. Como algunos predecesores suyos, los miembros del Circulo de Viena pensaron que eso se podia y se debia remediar; pensa- ron que alli donde Kant habia fracasado, ellos habian truntado, es decir, en encontrar un modo “para poner a la filosofia en la senda segura de una ciencia”, Todavia no se ha logrado este objetivo y quizd sea realmente inalcanzable. Con todo, puede haber progreso en la filosofia y, de una manera u otra, ¢l movi miento positivista lo esta. realizando. 2.El ataque ala metafisica ‘Cuando persuadidos de estos principios recorremos las biblio- C tecas, jqué estragos deberfamos hacer! Tomemos en nuestra mano, por ejemplo, un volumen cualquiera de teologia o de metafisica escoléstica y preguntémonos: ¢Contiene algiin razona- /' miento abstracto acerca de la cantidad y'el mimero? ¢No? ¢Con- tiene algtin razonamiento experimental acerca de tos hechos y cosas existentes? ¢Tampoco? Pues entonces arrojémosio a la ho- guera, porque no puede contener otra cosa que sofismas y engafio.” Esta cita est4 tomada de la obra, Enguiry Concerning 4 16 INTRODUCCION DEL COMPILADOR Human Understanding, de David Hume; constituye un excelente enunciado de la postura del positivista; en el easo de los positivis: tas logicos, se agregé el epiteto de “l6gicos” porque pretendieron incorporar los descubrimientos de la logica contempordnea ; pen saban que, en particular, el simbolismo légico desarrollado. por Frege, Peano y Russell les seria itil, pero su actitud general es la misma de Hume. Como él, dividian las proposiciones sig- nificativas en dos clases: las proposiciones formales como las de Ja légica o las matematicas puras, que decian eran tautologicas, en un sentido que a continuacién explicaré y las. proposiciones facticas, que se requeria fueran verificables empiricamente. Se suponfa que estas clases contenian todas las proposiciones post bles, de suerte que si una oracién no lograba expresar nada que fuese formalmente verdadero o falso, ni expresar algo que pu: diera someterse a una prueba empirica, se adoptaba el criterio de que ella no constitufa una proposicién en absoluto; podia tener un significado emotivo, pero literalmente carecia de sentido. Se afirmaba que muchos discursos filoséficos caian dentro de esta categoria: las discusiones sobre lo absoluto o sobre enti dades trascendentes 0 acerca del destino del hombre; se dijo que esos enunciados eran metafisicos, y se sacé la conclusion de que si la filosofia habia de constituir una rama mnocimiem parse de la metatisica; los posit ‘ho Wegaron tan TeJos como para decir que todas las obras metafisicas merecian ser condenadas a la hoguera: aceptaban, con cierto desinterés, que esas obras podian tener ua mérito poético, e incluso que podrian expresar una actitud intere. sante o estimulante ante la vida. Pero sostuvieron que aun asi, no declan nada que fuera verdadero o falso y que, por lo tanto, no po. dian aportar algo para aumentar el conocimiento; se condend a los enunciados metaffsicos no por ser emotivos, lo que dificil. mente se podria considerar en s{ mismo reprochable. sino por pretender ser cognoscitivos, por disfrazarse de algo que no era, Los ataques a la metafisica aparecen, en la historia de la filo- soffa, con bastante frecuencia, He citado a Hume y pude haber citado también a Kant, quien afirmé que el entendimiento hu. nano se pierde en contradicciones cuando se aventura mds alla de los mites de la experiencia posible. La originalidad de los ypositivistas légicos radica en que hacen depender Ia imposibilidad, |de la metatisica no en la naturaleza de lo que se puede conocer,| sino en la naturaleza de lo que se puede decir; su acusacion| contra el metafisico es en el sentido de que viola las reglas que jan enunciado debe satistacer si ha de ser literalmente’ siga icativo. En un principio, la formulacién de estas reglas estuvo vincu Jada a una concepcidn del lenguaje que Wittgenstein hered6 de Russell ¢ hizo plenamente explicita en su Tracvatus: El supuesto que la fundamenta es el de que existen enunciados elementales ee INTRODUCCION DEL COMPILADOR ” en el sentido de que, si son verdaderos, corresponden a hechos absolutamente simples. Puede suceder que el lenguaje que emplea- mos efectivamente no disponga de los medios para expresar estos enunciados: puede suceder que ninguno de los enunciados de los que puede servirse para el acto de expresar, sea (ola mente elemental; pero aun esos enunciados clementaies, a pesar de que la base permanezca oculta, solo son significativos en cuanto que dicen lo que se diria afirmando ciertos enunciados elementales y negando otros, esto es, solo en cuanto que dan una imagen, verdadera o falsa, de los hechos “atémicos" primarios. Por lo’ tanto, es posible ‘representarlos, afirmando que estén formados de’ enunciados elementales, mediante operaciones 1d gicas de conjuncién y negacion, de tl manera que su verdad 0 su falsedad depende plenamente de la verdad o de la falsedad de los enunciados elementales en cuestién. Asi, suponiendo que p wn enunciados elementales, el enunciado “molecular” ‘se forma como equivalente de ‘no (no-p y nog)"; y esto significa que es falso si ambas p y q son falsas, pero verdadero en los tres casos restantes, a saber, en los que py g son ainbas Verdaderas, en los que p es verdadera y q falsa, y en los que P es falsa y q verdadera. En general, dados m enunciados elemen- tales, donde m es cualquier numero finito, hay 2» distribuciones posibles de verdad y falsedad entre ellos y el significado de los enunciados mas complejos que se puede formar con los mismos, esté constituido por la seleccién de las distribuciones de verdad con que concuerdan o discrepan. . Por regla general, se encontraré que un enunciado concuerda con unas distribuciones de verdad y difiere de otras; entre los posibles estados de cosas con los que se relaciona, algunos 10 harian verdadero, y otros Io harfan falso; sin embargo, hay dos casos extremos: aquel en que un enunciado concuerda ‘con toda distribucién de verdad, y aquel en que difiere de todas. En el primer caso es verdadero en cualesquiera circunstancias, y en el segundo es falso en toda circunstancia; segin Witigenstein, estos dos casos extremos son el de la fautologia y el de la con tradiccidn. Desde este punto de vista, todas las verdades de la logica son tautologias y si Russell y Whitehead triunfaron en su intento de demostrar que las mateméticas son reductibles a la Tégiea, entonces tambien lac verdades de la matemética son tautologias. Wittgenstein no admitia que los enunciados mate miéticos fuesen tautologias, decia que eran identidades; pero haciendo a un lado consideraciones téenicas, ambas vienen a ser lo mismo. Lo importante es que ni la una ni la otra dicen algo acerca del mundo. El tinico modo como pueden aumentar nuestro conocimiento, es permitiéndonos derivar un enunciado de otro, esto es, sacando a relucir las implicaciones de lo que, en cierto sentido, ya sabiamos. Las tautologias no dicen nada a causa de su excesiva modes: 1B INTRODUCCION DEL COMPILADOR tia: como concuerdan con todo posible gstado de cosas, nada as como conto Rechos. Asi, obtengo alguna informacién, ver- afirman false, sobre las costumbres de los leones si me dicen (que son camivoros e igualmente si me dicen que no lo son; pero que Soe que sono 10 son carnfvoros no es decirme acerea de Giarnaasen absoluto. Andlogamente, las cqntradicciones no dicen oGa ‘por su excesiva quisquillosidad: estar en discrepancia con nada Reado posible de cosas es estar también descalificado para signar informacién alguna. No aprendo aada, ni siquiera Pine tmeerea de las costumbres de los lepnes si me dicen que Sony no son carnivoros; segtin esta interpretacion, las tautologias J ing contradiceiones son casos degeneraqos de enunciados fe ¥d8S Por otra parte, las afirmaciones metafisicas carecen de SSstiao porque no tienen relacién con los hechos, no estén for sage pig absoluto a partir de ningunos enunciados clemen- tas io Wittgenstein no explicé Io que cpnsideraba enunciados clomentales, no aclaré plenamente en qué punto se establece que {ngresamos en ef dominio de la metafisica; sin embargo, parece- iig'gue cualquier intento de caracterizar a la realidad como un Taic Cusiquier afirmacion como la de que el universo es esp: Hezi‘o la de que todo cuanto acontece es bueno en el mejor Ge log maundos posibles, para él debié haber sido metafisica ya Gue‘esae afirmaciones no distinguen estados posibles de cosas eM erSundo (ninguna cosa que ocurra ser caracterizada como espiritual ose considerara que ocurre para bien), de donde se Sigue que fo son facticas. Ni el uno ni el otro parecen estar for. sBtos por enunciados feticos del moo como lo estén las teutologias. ¥ aun cuando lo estuvieran, no dirfan nada: ‘Coalguiera que haya sido la opinign del propio Wittgenstein, sis diseipulos tomaron por cosa sabida que los enunciados ele- SMontales que admitian este criterio de significacién eran rela Tiones de observaciones; como més adelante veremos, no tardaron Ch estar en desacuerdo acerca del cardcter de dichas relaciones. lubo una discusién acerca de si eran infalibles y sobre si se Hferian a las sensaciones privadas del que habla o a aconteck Inientos fisicos piblicos, pero se estaba de acuerdo en que, de Una manera u otra, proporcionaban la piedra de toque con cuya Wkirencia se verificaban -empfricamente todos los demés enun- Tindos, ¥ como, segin la teorfa de Wittgenstein, s6lo ellas dabar SieeSenunciados su contenido féctico, a ellas se debfa también Su Ciguificado; mAs tarde esta opini6n se resumié en el eélebre Henna de que el significado de una proposicién consiste en su método de verificacién. Ef supuesto que descansaba tras este lema era el de que todo to que se podia decir, se podia expresar ex términos de enun Gadbs Etementales. ‘Todos los enunciados de un orden més ele- Taio incluidas las hipétesis clentffices mAs abstractas, no eran INTRODUCCION DEL COMPILADOR 8 al fin més que descripciones taquigrificas de acontecimientos observables; pero resultaba muy dificil sostener este supuesto. Particularmente era vulnerable cuando se consideraba a los enum ciados elementales como registros de las experiencias inmediatas del sujeto, pues aunque a veces se sostuvo que los enunciados acerca de objetos fisicos podian traducirse fielmente a enuncia- dos sobre datos sensoriales, nunca se hizo dicha traduccién: en realidad, hay buenas razones para suponer que no es factible; ademés, esa eleccién de un fundamento planteaba el problema el solipsismo: el problema de efectuar el traslado de las expe Fiencias. privadas del sujeto 2 las experiencias de los demas y al mundo pablico. Es cierto que Carnap, en su Der logische Au bau der Welt (1928), hizo un valeroso intento de reconst todo nuestro aparato de conceptos empiricos sobre una base solipsista, tomando como punto de partida la sola nocién inde- finida de la analogia recordada, pero més tarde reconocié que aquella empresa no habia tenido éxito; resultaba més fécill la posicién para quienes trataban a los enunciados elementales Como descripciones de acontecimientos fisicos, aun cuando per- ‘manecié en duda si ello era legitimo: por lo menos no les preocu- paba el problema del solipsismo o el problema de reducir los Objetos fisicos a datos sensoriales. Pero subsistian otras cues- tones, quizés la mas grave de todas era ei caso de los enunciados universales sobre una ley, pues mientras la verdad de esos enun- ciados se puede confirmar mediante la acumulacién de ejemplos favorables, ésta formalmente no se funda en ellos; siempre es- tara abierta la posibilidad de que un nuevo ejemplo la refute y ello significa que los enunciados de esa clase nunca son veri ficables de un modo concluyente; por otra parte, si pueden ser desmentidos de uaa manera concluyente en razén de que un ejemplo negativo formalmente los contradice. Por esta razén, Karl Popper sugirié en su Logik der Forschung que lo que se debe requerir a un enunciado factico es que, en principio sea capaz de ser desmentido y argifa que, aparte de la superioridad légica de este criterio, concordaba més con el método cienti- fico, ya que los hombres de ciencla formulan hipétesis que so- meten a prueba buscando ejemplos contrarios: cuando se des- eubre un ejemplo contrario, se desecha la hipétesis o se la modifica; en caso contrario, se conserva. El criterio de Popper tiene sus propios deméritos, como é1 mismo reconoce, por ejem- plo, permite negar un enunciado existencial indefinido, pero 0 afirmarlo; se puede decir que no existen los hombres ‘abornine- bles de las nieves, ya que esto quedaria desmentido al encontrar alguno, pero no se puede decir que existan los hombres abomi- ables de las nieves, ya que a esto no puede desmentirsele; el hhecho de que no se haya encontrado alguno, no demostraria de un modo concluyente que no exista ninguno. Lo que se podria refutar es que existiera alguno en un lugar y tiempo determina- L » INTRODUCCION DEL COMPILADOR dos y el enunciado resulta legitimo tnieamente si se da esta nueva espetificacién; en otro caso, habré que considerarlo como meta- fisico, aunque esto sea més bien reducir las fronteras de la metafisica. Debido a estos y otros problemas, entre los positivistas 1igicos lego a prevalece i opinlén de que Is exgencla de que un enun- ciado sea verificable de un modo coneluyente 0 de que sea des. mentible de una manera concluyente, es en ambos casos dema- siado rigurosa como criterio de significacién. En vez de ella, optaron por darse por satisfechos con un criterio mas débil que ‘inicamente exigia que un enunciado fuese capaz de ser confir- mado o refutado en algiin grado por la observacién; si no era un ‘epunciado elemental, tenia que ser de tal indole que lo pudie- ran apoyar enunciados elementales, pero éstos no necesitaban garantizarlo ni garantizar su negacign: infortunadamente, esta hocién de “apoyo” o de “confirmacién” nunca se formalizé ade- cuadamente. ‘Se hicieron varios intentos para dar al “principi de verificacién” en esta forma débil, una expresign totalmente pre- los resultados no fueron satisfactorios; sin embargo, jo se empled antes de que fuera formulado adecuad mente, su contenido general se consideré Io bastante claro, Ya he dado ejemplos def tipo de discursos filosdficos que permitié. eliminar, pero su capacidad destructiva no se limité a lo que Podriamos llamar las formas mas burdas de la metafisica. Tal Como lo emplearon los positivistas vieneses, acab con la ma yorla de los problemas perennes de la filosofia, De este modo, los problemas a discusién entre monistas y pluralistas o entre realistas ¢ idealistas, no fueron considerados menos espurios que log relativos a las limitaciones del Sey o a un mundo trascendente de valores, pues, équé prueba empirica podria decidir si el ‘mundo es tino o muchos, o si las cosas que percibimos existen 0 no fuera de nuestra mente? Es caracteristico de tesis filoséficas rivales como el realismo y el idealismo que ambas sean com gTuentes con todas las apariencias, cualquiera que sea su conte: ido, pero precisamente eso es fo que condenad Tos positivistas. Una obvia objecién al principio de verificacién y de la que répidamente se apoderagon los adversarios de los positivistas, ra- dica en que no es vetificable por si mismo. Supongo que se po- riz tomar como una hipétesis emplrica acerca de) modo como la gente usa efectivamente la palabra “significacién”, pero en este caso aparecerfa como falso, ya que no es contrario al uso ordinario decir que los enunciados metafisicos son significativos: sin embargo, suis defensores tampoco formularon el principio como resultado de alguna investigacién empirica; en ese caso, ¢qué condicién crefan que tenfa? gNo podria él mismo ser me- {afisico? De una manera sorprendente, Wittgenstein convino con esta acusacién, “Mis proposiciones —dice al final del Tractatus— son dilucidadoras de esta manera: que quien me comprende aca- INTRODUCCION DEL COMPILADOR 2 ba por reconockr que carecen de sentido, siempre y cuan, Cale a Sapa SH sud, sempre y cuando decirlo, arrojar la escalera después de haber subido.) Dede sr perar estas Proposiciones; entonces tiene la vision corrects del tune.” Pero esto es un intento vano por triunfar de cualquier manera: es indudable que algunos disparates son mas suges tivos que otros, pero esto no les da ninguna fuerza logica. St el principio de verificacién verdaderamente carece de sentido em tonces no afirma nada y si uno afirma que no dice nada, no cs posible afirmar también que lo que dice es verdadero. El Circulo de Viena tendié a ignorar este problema, pero me parece bastante claro que lo que en realidad hacia era adoptar al principio de verificacién como algo convencional; sus miem bros propugnaban una definicién de significado que concordera con el uso comin en el sentido de que seflalara las condiciones que de hecho satisfacen los enunciados, considerados como om piricamente informativos. ‘También sui manera de trata los enuaciados @ priori se dirigia a proporcionar una informacion acerca del modp como realmente funcionan esos enunciados, hasta este tints, su obra fue descriptive ee voles eee al sugerir que s6lo los enunciados de esas dos clases podian ser yerdaderos 0 falsos y que sélo los enunciados que podian ser ver. daderos o falsos se considerarian literalmente’sighificativos, ‘Ahora bien, cpor qué ha de aceptarse esta prescripeién? Lo mis que se ha demostrado es que los enunciados metafisicos no caen dentro de la misma categoria de las leyes de Ia légica, 0 de las hipétesis cientificas de los relatos historicos o de lee juicios de percep: gualesquiera otras descripciones de sentido co. min del mundo * ¢Seguramente no se infiere que no sean verdaderas ni falsas y menos atin que no tengan sentido? No, no se infiere; 0 mejor dicho, no se infiere a menos que luno haga que se infiera. El problema esté en si uno piensa que la diferencia entre los enunciados metafisicos y los del sentido co. mun, 0 los enunciados cientificos es. suficientemente radical para que rosulte uti) subrayarla de esta manera; ef defecto de Este procedimiento radica en que tiende a hacer que uno ignore el interés que los problemas metafisicos puedan tener. Su me. Fito consiste en que evita la tentacién de considerar al metaftsico como una especie de soberano cientitico. Este tampocy es un atunto trivial; con demasiada frecuencia se ha supuesto que el ‘metafisico realiza el mismo trabajo que el hombre de ciencia, Pero que lo hace de un modo més profundo y que descubre un estrato més hondo de hechos. Por lo tanto, es importante subra. yar que, en este sentido, no describe en absoluto ningun hecho. Pero, entonces cqué labor realiza el metafisico? 2Oué objeto tiene decir, como McTaggart, que el tiempo es irreal 0, como. Berkeley, que los objetos fisicos son ideas en la mente de Dios, 2 como Heidegger, que “la nada se aniquila a af mena’? Nee 2 INTRODUCCION DEL COMPILADOR debe suponer que hay una respuesta’ general para este proble- ima, y que los metafisicos siempre estén haciendo lo mismo; en magia’ caso debe uno empezar por atender al contexto en el cual Se(presentan esas afirmaciones. La observacién de Heidegger ¢s Juin palabreria, pefo, a su manera, contribuye al desarrollo de Pufemna acerca de 10 maravilloso que es que cl mundo exista; "Spor qué hay algo (ente) —pregunte— y no més bien nada?” qeathchte, éste es el tipo de pregunta que la gente espera, que Feauulen jos fildsofos: parece ser muy profunda, el problema Ciniba en que no admite respuesta alguna. Frente a ella, es diff, Cli gue parezea més razonable la progosicién de McTaggart en el Gaido de que el tiempo es irreal. Si se toma literalmente, im- Pilcando que nunca ocurre algo, es grotescamente falsa, y si no Plicanse Tyeralmente, ¢qué quiere decir? La respuesta se halla Sehaiendo a los argumentos de McTaggart: en ellos se muestra arendiervado por la idea del trangcurso del tiempo; intenta eeceStrar que la idea de que un atontecimiento sea sucesivar SSente futuro, presente y pasado implica una regresion infintta, wenlfar! 1a prueba no es valida, pero podemos aprender algo Go tila, Al defender nuestro uso’ de las expresiones temporales oe alos argumentos de McTaggart podemos obtener un cono- Conjtato mas claro de todo lo que dicho uso implica. Berkeley, Sor'su parte, estaba interesado en descubrir 1o que podria sig- 20 car AL decir que existen objetos fisicos: se convencid a sf mis. nificemediante argumentos razonables, de que cuando hablamos Fe objetos fisicos sélo podemos referimos a conjuntos. de “cus fades sensibles” cuya existencia consiste en ser percibidas; y Deesent6 mas tarde a Dios, como él sensorio permanente, néce- Preis ‘para mantener las cosas en existencia; es posible refutar S22 Grgumentos, pero plantean problemas filoséficos importantes as areael significado y la justificacién de los enunciados que fracemos sobre el “mundo exterior” ‘Ese positivistas vieneses se interesaron principalmente por las ciencias formales y naturales; no identificaron a la filosoffa con fetGektin pero pensaban que aquélla debia contribuir, a st JR aneraval progreco del conocimiento cientifico. En consecuencia, Jee Shalistas Iogicos coftempordneos son més indulgentes; tam- Yidn'se oponen a la metafisica en la medida en que es meramente ee pcica nfectada: aun en la esfera de la ética quieren separar Tihh Filosofia de la prédica moralizante, pero admiten que, en oce cease et metatisico puede estar viendo el mundo de un modo sees’ ¢ interesante; puede tener Tazén suficiente para sentirse peeve fecho con nuestros conceptos ordinarios o para proponer insatiisidn, En muchos casos es indudablemente victima de erro- Ses"ogicos, pero. e508. errores pueden ser instructivos. Si los problemas filoséficos surgen, como pensaba Wittgenstein, porave Brortos nasgos de nuestro lenguaje nos extravian, el metafisico, be INTRODUCCION DEL COMPILADOR 2 por sus extravagancias propias, aml Por sus exiravagancias propias, puede también contribuir a di 3. Lenguaje y hecho Al eliminar a la metafisica, los positivist ica, los positivistas vieneses e: Haver superado tambien a la tcoia del conocimient, pero eo gsto se engafaron; los rimeros problemas surperon de Ia no- ralera se pusieron a discusion a ee ‘principio, como ya dije, la opinién predominante era que esos énunciados se ‘eferfan a experiencias introspectibles o se Soriales del sujeto, Se adopts éete riteio porque parece. ducige de ta ecuaelén, del significado de'un eounciado con el méiodo de su verifcacién, ya qué, en uiima instanca, 610 se ‘erifca realmente un ennciadcvando algulen ests teniendo a experiencia, En la mayoria de ls eat, la verfiacton con sistiria en la percepcién de algtin objeto fisico, pero se s0stuvo, Siaviendo a Russell y en aifnitiva a Berkeley, que la percepcion le los objetos fisicos se debia analizar en relacion con las sensa- clones que se tienen, 0, como estabesié Russel, con Ia percep. lta de datos sensorial; aun cuando los objets fislos pda b accesibies, los datos sensoriales se considera- ban privados. No era posible ésemos, Hi sible que nosotros compartiésemos, lit Falmente, los datos sensorial de otro, Io: tmsmo. que. no es posible que compartamos sus pensamientos, imagenes o senti- Infentos El resultado era que ia Verdad de un énunciado elemental jo se podia comprobar directamente mediante la persona a uya experiencia se refrla, Y no so au julio era soberano; en el caso mas favorable, se le consideraba infaible. Es cierto ‘que es odemos equivocar sobre las experencias que tendremos, gpl futuro y a sobre las que hemot tenido cal pasado; na ie atlema gee mucstros recuerdos no nos puedan exgalan, pore uno trata simplemente de registrar una experiencia que ver leramente esta teniendo, entonces, segtin este criterio, no ha posibilidad de error. Como. uno puede mentit, l propio. enum lado puede ser falso; pero uno no puede dudaro tvar acerca je la verdad propia; si es falso, uno’ sabe que lo es. Una forma en que a veces se expresa este punto consiste en decir que los. enunciados de esta clase son “‘incorregibles". . oes ,comeePeion de fos, enunciados elementals fur atacadr lesde diversos puntos de vista; a algunos les parecia que ningin enunclado emplrico podia ser incorregible, en el sentido reque- Fido. En consecuencia, se inclinaban a sostener que uno podia engaifarse acerca del cardcter de su experiencia presente, di manera que los enunciados que se suponta la registraban, éran fali inies ecm los demés 0 que esos “‘registros directos de la ex- periencia” no resultaban enunciados auténticos, ya que adqui “ INTRODUCCION DEL COMPILADOR rian su seguridad a expensas del sacrificio de todo contenido Gescriptivo; sin embargo, el problema més grave residfa en el cardcter privado de los objetos a los que se suponia que se refe- Han los enunciacos elementales. Si cada uno de nosotros esté Obligado a interpretar todo enunciado como una descripcién de Sus propias experiencias privadas, es dificil comprender eémo po- Gremos comunicarnos jams; aun el hecho de hablar de “cada luno de nosotros” es una peticién de principio, ya que pareceria que, segun esta opinidn, el supuesto de que existan otras per- Sonas no puede tener sentido para mf a no ser que lo interprete como una hipétesis acerca de mis propias observaciones sobre fllas, es decir, sobre el curso de mis propias experiencias reales © posibles. Carnap y otros sostuvieron que el solipsismo que parecia implicito en esta posicién s6lo era metodolégico, pero Beto era poco mis que ima justificacién de la pureza de sus in- fenciones, en nada disminufa las objeciones a su teoria. ‘En un principio se pensé que la dificultad en la comunicacién se podia resolver haciendo una distingién entre el contenido de Jas experiencias y su estructura. El contenido, se decia, es inco- municable; com¢ las demas personas no pueden sentir mis datos Sensoriales, ni compartir mis pensamientos 0 sentimientos, tam- poco pueden verificar los enunciados que hago acerca de ellos, i yo puedo verificar los correspondientes enunciados que ellas ha- cen acerca de sus experiencias, y si no los puedo verificar, tam- poco los puedo comprender. Hasta ese punto, habitamos mundos Yotaimente distintos, pero lo que se puede verificar es que esos mundos tienen tuna estructura andloga. No tengo ningun medio para decir que el sentimiento que ofra persona registra, cuan- Bo dice que siente dolor, sea en absoluto igual al que yo llamo dolor; no tengo ningtin medio para decir que los colores que alguien identifica con el uso de determinadas palabras le par Tezcan exactamente iguales a los colores para los que yo em- pleo esas palabras, pero por lo menos, puedo observar que Rplicamos fas palabras en las mismas ocasiones, que la clasifi- caclén que ella hace de los objetos por su color coincide con Ta mia, puedo observar que cuando glla dice que siente un do- Tor, presenta las sefiales que yo consjdero adecuadas. Y esto es todo lo que se requiere"para la comunicacién; no me importa Cudles son realmente las experiencias de mi vecino, porque lo tinico que puede sabe? es que son absolutamente distintas de las mias. Lo que importa es que la estructura de nuestros mundos Fespectivos sea suficientemente parecida para que yo pueda con- ar en la informacién que é1 me da. Sélo en este sentido tenemos fim lenguaje comin; tenemos, por as{ decirlo, el mismo lienzo “que cada uno de nosotros pinta a su manera. De ahi se infie- we que si hay proposiciones que, como las proposiciones de la ‘Gensia, tienen un significado intersubjetivo, se pueden interpretar tomo descripciones de estructura INTRODUCCION DEL COMPILADOR % Como ya he sefalado Ia objecién fundamental a vista es que sita inconsecuentemente. Tos "mundos, privagoe® Ge tras personas en el mismo nivel que el mioy adviene aad consecuetia en tna teova curr y fe reationd cotati census oro ead contador eistineon que tntenta hacer entte conteniaey Commer Soa Ga sostenee ya que cual sta Un cheapie de ee ee fettra solo 2 la'eeesctura? Hay agit Uh odin ease prnaras” de Locker los enunGlae ae oe sehtn onaaaaes bruparias de upeke Jo cnuelades qo refeten a las po eners'y Bovilenie’, Ceoen ce ation ees Conral contenido xacamente tomo or Sekrcndes elses a cfg ol, Snes melon fat sb erm wet smo que yo con l uso que da las paladins prea de color, tampoco tengo medine para saber gue quiswe tect ie Sisto Gue yo, con clemplco que da ies latins gue we oe ite aloes epace o's eanasel meri? iera puedo decir que lo que yo considero por la misma pal sea realmente To mismo para fl. Lo unico que me queda ¢s Ia aparente armonie "de hucstro comporamientes aes, parece gue el intento dentro de fos limes ae lengusje deverptee ee Hover una dstinedn entre Io que'se puede P16 cosa te Ge comuicars tens que ser Contcapboducettes Sondece stab esc ge Rareee asl oc cies antenitreseii ean Filo inclido ey ete volun. a stomsin te adaees al siguiente didlogs: Di desayuno’ ‘No pucdel coud ox teat to puedes desir? No pusde dec dosahone Debio a esas dificalades Neutath'y tae tarde Carmap, recha zaron esta concepcién de los enunciados elementales en su con- Junto ysostuvcron que silos enuneiados eementtee teniancoe Eerur‘as fundamnents para os courses ieereatekens le tiene, ‘lle miamos Lendelan que set intesbieeee tea dis tefeits no's expences Sivadss, sree, ate acontecimientos fisicos ptiblicos. Dicho en términos mas gene- Tale ion enuniados qe ostenaemant, Teles Spe encias a etados 0 a'proseses "mcmales” Se cusigies Ces Scan de uno propo 9 deste cualgulcrs, leben eguivslet todas cntntiados Row” ya que silo de eo qaeneree meederrote gir publcamente, Eeta'es fn tess del Aateome, Nove de eee octane que a este volumen incluf un articulo de See engusje Hisicalsta” que rea rote, tlteho de "que los enaociados cpentals, o como 18 Te maronNevrath Caray enupeindor “protilsrs suetaas incluidos en el “lenguaje fisico”, los despojé de su situacién pri- Seada; ya no se les considers icorepibes Se send noes In de cualeagulera otros enunciados Tiskos, quedaba sempre ne Rina disease pero, por encima de tole hetne eeteaee % INTRODUCCION DEL COMPILADOR su posicién judicial; si un enunciado protocolar entra en con- flicfo con un enunciado de un orden més elevado, tal como una hipotesis cientifica, uno u otro tiene que ser desechado, pero ng forzosamente a rechazada tiene que ser Ia hipétesis cient Beaiven determinadas cireunstancias, por el contrario, puede ser mas conveniente desechar al enunciado protocolar. ‘Como se puede apreciar en su trabajo sobre el fundamento de] conocimiento ("Uber das Fundament der Erkenntnis”), Schlick encuentra inaceptable esta conclusién; 1 sostuvo que tratar a {os Tegistros de observacién, que era lo que se suponian ser los enunciados protocolares, de esa desdefiosa manera, era colocar ‘las hipétesisclentificas, y en realidad a todos los supuestos enum. tiados empiricos, fuera del control de los hechos. Pero Neurath $"Camap no se dejaron impresionar por ese argumento; en Xquella epoca ya habian decidido que era metafisice hablar de Camparar los enunciados con los hechos, pues, cqué podia ser Gicha “comparacion” sino una relacién l6gica2, y la tinica cosa Son Ta que un enunciado podia estar en relacién era con otro emunciado; consecuentemente, se vierop compeldos @ adopter tuna teoria de la coherencia de le verdal. ‘En determinados aspectos, su versi6n|de la teoria de la cohe- rencia Fesultaba menos objetable que a que habian propagado ios idealistas hegelianos; aun asi, por Ips razones que expongo Uf mi trabajo sobre “Verificacion y experiencia”, me parece to- falmente insostenible, El mismo Carnap la abandoné después Ge que Tarski lo convencié de la respetabilidad de la semartica, Ja Que la seméntica nos procura los megios para referimnos a la 2atign entre las proposiciones y lo qup estén destinadas a sig: hificar. Suministra, como mostré Tarski una adecuada formula: Zion mueva de la teorfa de la correspondencia de la verdad. Por Site parte, hasta donde estoy enterado, Carnap no ha llegado a Gtandonar la tesis del fisicalismo, pero'si ain la sostiene, cons- Gero que estd equivocado. Ahora parece esclarecido que los qeuncindos acerca de las experiencias de otras personas Do puc Gan Ser Togicamente equivalentes a los enunciados sobre su Conducta manifiesta, en tanto que afirmar que los enunciados Gue uno formula acerea de sus propias experiencias equivalsa @ Benclados acerca del estado, piblicamente observable, del cuer- Go'de st propio es, comg dice Ramsey, fingir anestesia. Por ende, Poveisten las dificultades que esta tesis debiera resolver; tam Soco es fell ver de qué otro modo se podrian evitar, pero yo Pogero que quizés gran parte de las dificultades surjan de la SugMacion de dos supuestos falsos, el primero de los cuales 3 ePac itn que, para que un lenguaje sea pUblico, tiene que refe- Sees Sbjetos ‘publices y el segundo, en que al hacer un enur Tare eoririco siempre ha de Teferirse uno a sus experiencias See oa igo considerando que los enunciados empiricos s® tie Propias. Senr a experiencias, en el sentido de que deban ser INTRODUCCION DEL COMPILADOR 2 verificadas, sin que la refe sd ificadas, srencia pueda circunscribirse a las ex- periencias de una persona cualquiera, en cuanto opuesta a otra persona cualquiera, aunque reconozco que este intento de “neu- tralizar” el principio de verificacién, encuentra por si mismo considerables problemas. 4. Btica Oe ee SURES ens Sea Sa ste cient a Ge asa Racoe oa oe se afirmaba que hablaban, o debian hablar, un lenguaje comén eee eee tea een ola I ia at ears tae ee eae oe eee ececten a bi f en de acontecimientos fisicos. * eee ea se,gegrts ae habe erence seca sea, oo SES Serine ate get Riccar ea ee See ates aie rae, nento de formulas, pte aig uaa at gue’ sus Fesultados dependieton del uso de una especial f SELL See et we ies aga inn oe See ’ eat en gran medida. : eee eae ea eee eee sedi nimi] il Vine interes much Par Este lass aatnsis gos saipmaacNett ance nee ise eae fel mau propel snc ee ‘marco, si verdaderamente eran enunciados de hecho; Carnap, por ejemplo, sostenfa que no lo eran y afirmaba que eran imperati- clempl, seta nplo cp arma gus inn ipsa Se efecos, Le deel cn Hn peo ce ones Bo Hage ee Pe Levent of ras (98) i i oe a ee Ae rae lea eee 8 INTRODUCCION DEL COMPILADOR ante a través de la lnbor de fil6sofod ingleses y norteameri names le ccna ce antivismo Iogico. El tema medular consiste en afirmar que 1 enunciads {USo8 00 tp mundo ne natural de valores; no dee neg ao chose probleme sts Bor tanto en deters eriben nada en absolvigs ¢ oro de C. 1. Stevenson Bthlos and nar como funcionan. due por primera vez se expuso en detale Language (ISH). on © Some que los enupelados eicosserian It e's’ exprear in oprobacicn,o desonrobacig Por le fnalidad de exprsiy que eatuiera en discusion, ¥ de’ re parte de su auto, seu Comparteran su acutud, Stevenson commend 5c mo farcuar el uso porouasivo des emt subrayaba de un modo pan dejaron de susctar critics aun d os Ecos. Sus, opiniones Mansa actu pevo Tas tess alterna gulenes em ee lies formilaron sus erticos pertenecian, por vas gue a one fame ' {deine ae, miss Sree positivism Lica, exta teora, de racy nl una deproporsonaa cad de, stn Si se Hlene 62 fas razones para ello fue que se pensé, de un modo (Stalmente erréneo, que constituia un ataque @ la moral. Se ha totalmente erie, mora de evideneaempirca, ue S38 siumade a eSpores de a Javntue Ered a Si solamente ples onsen seins ae 18 ca, sand, Y Toreratives no, pueden derivarse de los enunciados ane a ice Hume, que el "deber” no ae infer del Gescrptvos 0, come os ype aporales no. son juicos éctica “ser” (Afar do tengan importancia o que no se pueda aducir no = det ue Bo re in, que esos arguments no peTarkt come fos argumentos,16Bot 9 en SS rtd fundamen ome A lata hbsenendescuberto fundamen: cree, que Jos intucignstay (oordue log emotivsias trataran ¢ Pare es mari Get Goin gems anode: Shescintsma lca ("Ethical Tntulionsm”) Traber somos no proporcionaron fun 3 is npleonistes mismas no erento. pueden ene, dete Pare somo los:guardianes de la vrtud, por meras raze nes personales. fae cue yun ri Hoste sorta enotea dela dca,» ac Pa del evga, ue oa Semcon romtimo lone en genera! rust, Pi orate at seth de ques pesos oe An I a 8 INTRODUCCION DEL COMPILADOR » la apariencia y de explorar las ocultas profundidades de ia reali- dad, piensan que se la esta convirtiendo en trivial. Si este programa, con‘agrado ya por el tiempo, no tiene sentido, zqué queda?; como Ramsey asevera, “la filosofia debe tener alguna finalidad y la debemos tomar con seriedad”. Pero, gqué funcién le dejan los positivistas por desempefiar? Desde el punto de vista del Tractatus de Wittgenstein, su fon: cion apareceria como puramente negativa, aunque no por esa razén dejara de tener importancia. “El método correcto de la filosofia —dice Wittgenstein— seria éste: No decir nada excepto lo que se puede decir, esto es, las proposiciones de la ciencia natural, o sea, algo que no tiene nada que ver con la filosoffa y més tarde, invariablemente cuando alguien quisiera decir algo ‘metafisico, demostrarle que a determinados signos de sus propo- siciones no les ha otorgado significado. Este método seria insa- tisfactorio para 1 —no tendria la sensacién de que le estemos ensefiando filosofia— pero seria el unico método estrictamente correcto.” Esta opinién més bien deprimente del deber del filé- sofo, no fue estrictamente sustentada por el mismo Wittgen- stein. Las Philosophical Investigations contienen mucho més que una serie de pruebas de que las personas no acertaron a dar significado a determinados signos de sus proposiciones; no obs- tante, dejan atin la impresién de que filosofar es meterse en un laberinto: o se libra uno mismo o se libra a los demas de él. La filosofia es “una batalla contra el encantamiento de nuestra inte. ligencia por el lenguaje”, “,Cual es nuestra finalidad en filosofia? Ensefiar a la mosca el’ modo de escapar del mosquitero.” De todos modos, es meritorio para Ia mosca estar allf; som las inte- ligencias criticas las que se hechizan a sf mismas. El Tractatus no dejé lugar para las proposiciones filoséficas; por una parte, todo el campo del discurso significativo se cubrié con enunciados formales, y por la otra, con enunciados empfri- cos. Nada quedaba que pudiera tratar la filosofia; por esta raz6n, Wittgenstein y tambien Schlick, sostuvieron que la filosofla no era una teoria, sino una actividad. El resultado del filosofar, dice Schlick, no es acumular un conjunto de proposiciones filos6ticas, sino hacer a las otras proposiciones claras. Pero, para aclarar las proposiciones debe ser posible hablar acerca de ellas; como Russell sefiala en su introduceién al Trac- tatus, Wittgenstein parecfa no admitir esto, o s6lo Io admitia en una medida limitada. #1 suponfa que el intento de describir la estructura del lenguaje, en cuanto opuesto al intento de presen- tarlo en uso, tenia que concluir en un sinsentido; aunque esta conclusién pueda haber sido formalmente aceptada por Schlick, en Ja préctica el Circulo de Viena la desconoci; asf, Carnap, en su Der logische Aufbau der Welt, explicitamente se dedicé a des- eribir la estructura del lenguaje, proyectando lo que él llamé un ‘sistema constitucional” en el que se asigné a los diferentes tipos 30 INTRODUCCION DEL COMPILADOR de expresiones linglisticas o conceptos, el lugar adecuade, <2 ac .Franguia deductiva. Si se le hubiera {nterrogado acerca 6° ee csicléd de sus propias proposiciones, supongo que habria cho que eran analiticas; al consistir, como consistian, de €cfor iones y de sus consecuencias légicas, p* ala estera Ge'las ‘verdates formales. Como quiera que fuera, indudabie- ttente crefa que ceas proposiciones eran significativas y condujo al Circulo de'Viena, « afirmar que constituian la clase de Prop Siciones que se podian esperar de un fil6sofo. - Tusu fibro sobre sintaxis légica del lenguaje (Logical Syntax of Language), Carnap lev6 mas lejos su intento de conducir a ie Sete Gentro del dominio de la légica. “La filosotia —dice en Elprefacio de su libro— debe ser remplazada por la logica de !a Sela es decir, por el andlisis légico de.tos conceptos y de las GeOpociciones de las ciencias, ya que 12 Tégica, de la ciencia.ne Proposes ea que la sintaxis 1ogica del lenguaje de 1a ciencia.” SSiue aqui hable de! lenguaje de la ciencia, no afirma que nece- Aundrea haya de ser uno solo; es posible inventar otros siste sariatie lenguaje y ta eleccion de cualquiera de ellos es asunte mas ie nlenciay esto, constituye una desviacién importante de 'S SGsicion del Tractatus de Wittgenstein. Segin Carnap, un lengwale posicion wriza por sus reglas de formacién, que especifican, qué $e GariGns de signos se deben considerar como oraciones propias SEi"enguaje y por sus reglas de transformacién, que establexs® $e cetkiiciones'en las que las oraciones ge derivan validamente wes Ge ‘otras se puede pensar que si el lenguaje habia de, tener TELAT gplicacion empirica, deberia contener también reglas ¢ sanifieadiOn, reglas que correlacionaran sus expresiones con, seer Spservables de cosas, pero Carnap, en esta etapa formalist tados Ghosotia, considers que podia prescindir de ellas. Crey6, de G6 Snodo totalmente equivocado, que los enunciados de equiva: pn mmode_rbales serian obra no solo de los enunciados semént fos, sino también de las definiciones ostentivas. . cine eitibro es donde Carnap formula su famosa distincién enue les modes materiales y los modos formales del lenguaie: Gistingue tres clases de oraciones: “oraciones de objeto" come distines ‘tumero primo” ©. "Babilonia fue una gran ciudad”; ones de pseudo-objeto” como “cineo no es Una cosa, sind eferencia de ayer se habl6 de Babiloaia” wa nuones sintdcticas”, como “ ‘cinco’ no es una palabra‘cosa, sing woe‘balsbranimero”, "la palabra ‘Babilonia’ se pronuncié 6 Une Pelatncia de ayer”. A las oraciones de pscudo-objeto se les He conicreasisintéeticas” porque son oraciones sintécticas dis: Tama euasko oraciones de objetos; son “oraciones cuasisintdc- frazaces “qodo material de lenguaje”; la traduccién del modo fees tal al modo formal las sustituye’ por sus equivalentes sit- material ‘par decirlo en verminos menos técnicos, cuando s° facticos. el'modo formal se habla manifiestamente acerca de pa un niimero”, “en la | | } INTRODUCCION DEL COMPILADOR 3 ee ee ibe cond abs ma mater Dal plas BELLING So Reet as, Aiea aS Sth Saupe oto. nr re dey Coe agin cots uaiean gue fs ana cece cue vran br ony pera gue pes gue Yat oraciones como si fuesen_ sintdctiess, eee Ey ala St ue ls ore oe Wiser Cate arena gn sas aegis quel mandy svg a Net ve jombres”: “Esta circunstancia es légicamente necesaria; ...16- me ea cena oer pene pppoe eames gone coment tori” El epigrama de Kronecker: 8 elaine Dis sh em SERS Ee SIRS re Ba eae ahem e t 'e es SELES oe Se eae oe eae SURI nA RI er wpe omega Sr gae aver coe ae re ne ws SSeS ee ne Pe ate ti ag RS See a aS Pe Bik emai Sere ee ie een ees ccer la enlaces “las tesis filoséficas rivales, si tenian realmente algin sentido, se epresentaban como proposiciones alternatives acerca Seuno detlera formacte fucttro ienguajer no eran verdaderes Mt flee sino sd mts enon convene : sidero que ja distinion que hizo Camap entre los modos mately formal fe fecunda Bogue a la atencion sobre al Bicho de ase thos enunelado Hosficos tn enunciadons- re al Lenguaje, disfrazados. En lo que estuvo en su mayor parte equivocado fue en suponer que eran sintécticos, ya que lo que EBSimbesto en fre ef orden ds paid soo 8 on crate a Cana : des illlarsont ln semantea en fa sntases aa, "expesiones de experiencias” no es una denominacion sintéctics, Io que hace cue una expresign sea una “expresin de experiencia” no es que {Engs una forma particular, sino el que se emplee para referise 32 INTRODUCCION DEL COMPILADOR a una experiencia; pero entonces el problema de qué e510 gus Nay a pet cueate come experiencia adguiere importancis ¥ no Se tee resolver mediante tna decision arbitratay Puede reser snds recientes camap reconocié 1a legitimicnd & esas OOTY Zh realided dedic® ampli atencion tanto ¥ Cc ta semantict ¥ coria,semaéntica como a la ereacion de. Serre arrollo de Me eeriteresante consecuencia fue la marcada, Tot Hse ga mustetidad tlloséfica; hablendo sdguirie ‘derecho Jacign de su sussCbjerencia. de las palabras 3 las costs, 2d de Mast caaiquier tipo de palabra denota st clas. fespecial de due yalviend ast crear el univers barroco Ve Russell ha- objeto, ono despoblar. La defensa dp este aparents Sos, Pra Race encuentra en sU trabajo sobre “EMPinSm ‘seméntica Y gancia se ongovae digtingue entre problemas “internos", Oh ne ontojoaterp de un determinado marco [PoncePtal problemas gen dentro de ou efieren a 1a posicin y legitimidad 26) pir resereeco’ conceptual. camap mismo se interes? Sem in Plo Tmente por los problemas exterpos; eunsiderd i mision cipalments Po'ara inventar sistemas linghisticos. ¥ elaberet ott Come ee fuecen tiles a Jos Rombres de cienclé Y PAA puede ceptos a fora sen una actividad sera y teptimma. FA ay pemefdero que se equivoca es en suponer considera ah an tn grave problema: que tnicamente $= tr de clegir formas lingiisticas. cain form™facia ips problemas relativos a la situaciéh O° ee deste Micos es 10 que diferencia a Carnap de eso marcos Ungtye, como Quine y Goodman, quienes se le Seema ae rematica actitud hacia Ja flosolia y en su Porson ns tocemientos tecnicos formales, Estos (100%, estén Poe oe en fo que llama ontolosa, decir, en ol POST interesados en JG dgeccion del lenguaje que uso hace, le OBIS de asta, dénds igs cosas existen, Ser —dice Quine o& $21 0 Valor de una variable” “Tonifica que la extensiéat de Jo que valor. de tna veritmcbiliaio” del mundo depende del margee RuSticados que se necesiten para describirlo: Que 9 ‘Good predicados ue Gee moblisro sea tan rigido y escaso como Fests mar desea cmuncian. a entidades abstrActas 00 Pe ssa Posie gegen ejeretar suringeno Lopico viendo 10 Dn A Pgs oraue deseo” cies, sino porque no se pueden conven den paste, Con este sso espiritu, Goodman rennet © bx dee er uso de Ia nocién de posible, en cuanto, opeese la cer alin usp Ct caso a a distineién entre Felaciones aussie eal tales, oa 1. que hay entre los enupclados snsts ¥ accltentales: Squied ustedes condenen —dice— algunos $4 tos sintélcosSOeclaren que hey mas cosas en cl cielo y $e to eo rage se suenan en mi flosofia; a mi me Seo, der de as cian mi filosofia no se suetien més cosas or Sie muds bien: ajo y em ia terra.” Pero no esté claro, tanto en este INTRODUCCION DEL COMPILADOR 3 eee Sn QS ce haces a Feb Sah oda hens pa eye fut SEs, nao, gents cel ee "hia pc aes 0 ps ef puna le tre ot ote eg BCE Se Wig or fries Mtn nt prs Ta 2 Hos ac SG a ttc jejanzas las diferencias en el funcioné nt el 7 esta te thle eee et Us pen seid or agg coal nun es RES SS Gees oe a hepa eee i siste en que, mediante el estudio de modelos det ,dos ojsnpbsadoe densa lenge Fah odenge cbieaer Sse wc Saad Seda" = ane ie protegernos contra el error, en ‘ual con SRGNT LR Sgt SsTde ge es ter debustry trio gon co liad lo, "Cando ae leet dl a yt nbs Sea ath oo nite SAE alec cia at tata Bec ea el a ap ee eer ert as Pela Se oa ia au Inagoene® eg seems Mae Stace ais Eames ath fll ae Wace aie ett Lanta 2 Seat ar as ios yr’ necesita Criterios externos”, hay wn eco del ‘tigie praia tse 2 arent aje ordinario, aunque tambi¢ 1a} son cue ORNS ei ma oe cea at ‘se inter Jano por est use ordinaric ic eteecantent Sei ERIS as aS a aa et A ication que lo ejemplifican, pero no- nsistis ae Sue Sees atin as Gute pale Gm peer la a cee del lenguaje lo utiliza prit . int ao rat iano Be atesis go a ran alate eee yee \cer enunciados que son manifiest or iB poe! gat iaadcne ane age parece var diciendo, pero entonces descubrir su si; Reade stituye un problema; si las palabras no se ust ‘enisete Sena propia ie plu 99 oe sam agi » INTRODUCCION DEL COMPILADOR ‘En mi opiniéa, el logro més importante de la “escuela del len. guaje ordinario” fue el examen y la diseccién de los usos “no salt pcos” del lenguaje. Un buen ejemplo es la descripeién que ser TT: austin de lo que lama enunciados ejecutivos: enux tects como “Yo sé...” 0 “Yo prometo....”, cuya finalidad no es sigees. un hecho, sino obligar al que habla a determinada con- Gucta o a ofrecer alguna clase de garantia, {maginativos puede llevar esta mayor flexi mse Tenguaje, lo indica el trabajo del Dr. Waismam, con que paca este volumen. Hace ver que el concepto corriente del eMule filoséfieo ha rebasado, con mucho, la idea que de la filo aaa tenia Ramsey, de que ésia se resolvia simplemente en defi se ecru pero Raunsey tenfa razén cuando dijo que todo cons. Baige “pate del trabajo vitel de esclarecer y organizar nuestro pensamiento”. 6. ‘Al reunir esta antologia procuré ilustiar el desarrollo histérice dur positivismo logico, el campo de sus intereses y los principalss Gtinvos de controversia. La falta de espacio me oblig® a proscit Bir de muchos trabajos que me hubiera jo ineluir; en cnrefcular, lamento no tener lugar para el trabajo de Quine sobre Eiverdad por convencién (“Truth by Convent 1a ercaticazmente la explicacién que los positivistas dan de los CNG’ ados a priori, ni para los importantes articulos de Carnap cae probebilidad y significado (‘Testability and Meaning’ )- sobre Tomentarse especialmente que este volumen no contenge Debe lor Wittgenstein, pero ni el Tragtatus LogicoPhilosophicus nada ¢F losophical Investigations, a pesar de su carcter epis® ni tas Prigoras a las que se pueda hacer Justicia seleccionando pasajes; es necesario leerlas en su totalidas

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