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GENERALIDADES ...................................................................................................... 1
1. INTRODUCCIÓN ............................................................................................ 1
2. ANTECEDENTES........................................................................................... 2
3. OBJETIVOS ................................................................................................... 3
4. JUSTIFICACIÓN............................................................................................. 4
6.2. RECOMENDACIONES................................................................................. 23
BIBLIOGRAFÍA ......................................................................................................... 23
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ÍNDICE DE FIGURAS
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SIMÓN BOLÍVAR Y ANTONIO JOSÉ DE SUCRE
GENERALIDADES
1. INTRODUCCIÓN
2. ANTECEDENTES
En los primeros tratados de amistad que negocia con México, Perú, Chile y Buenos
Aires, la Gran Colombia propone la formación de una liga fuerte que pudiera hacer
frente a las que se forman en Europa contra las libertades de los pueblos libres.
La preocupación del Libertador durante los años de 1824 a 1826 se refleja en su
correspondencia. “La América española debe unirse”. Más adelante precisa: “El
remedio contra la Santa Alianza es el gran Congreso de plenipotenciarios del istmo,
bajo un plan vigoroso, estrecho y extenso, con un ejército a sus órdenes de cien mil
hombres, a lo menos, mantenido por la Confederación e independiente de las partes
constitutivas, a la cual se agrega la formación también de una Marina de Guerra
Federal”. El Libertador, ante aquellos peligros, como político práctico y avezado que
era, buscó fortalecer la posición de las nuevas naciones hispanoamericanas
mediante un sistema de alianzas.
Era una postura diplomática, audaz y bien intencionada la que así esbozaba el
Libertador, a fin de garantizar durante los primeros años de existencia la unidad y la
estabilidad de las nuevas repúblicas.
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Profundo conocedor de los factores geopolíticos que gravitaban en la escena
internacional, y bien penetrado de la situación real de las nuevas naciones
hispanoamericanas, el Libertador supo plantear con valor y energía ejemplares, una
política exterior coherente y audaz, capaz de asegurarle a Hispanoamérica un puesto
importante en el mundo. Con inteligencia, desinterés y patriotismo, sin odios
estratégicos ni mezquindades.
La unidad del continente americano era para Bolívar una respuesta específica ante
un conjunto de desafíos políticos, entre los que se encontraba el desencadenamiento
de la anarquía interna, la definición del nuevo equilibrio global, y la necesidad de
precaverse contra la hegemonía regional norteamericana.
Bolívar estaba plenamente convencido de que solo la unidad podía crear las
condiciones para que el ingreso de los países hispanoamericanos a la vida
internacional, fuese una expresión de fortaleza y no de vulnerabilidad.
A pesar de que Bolívar formuló los principios jurídicos que harían posible la unión de
las antiguas colonias españolas; fundo la Gran Colombia, liberó a Perú, además de
reunir la primera asamblea de los pueblos de América, no pudo ver realizado su
sueño integracionista que lo acompaño hasta la muerte.
3. OBJETIVOS
Realizar una investigación del pensamiento y visión con enfoque geopolítico del
libertador Simón Bolívar y el Mariscal Antonio José de Sucre.
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3.2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS
4. JUSTIFICACIÓN
5. MARCO TEÓRICO
Fuente: https://es.wordpress.com/
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Simón Bolívar fue un genio por sus ideas independentistas que lo llevaron a realizar
unas de las mayores empresas emprendidas en la historia como la independencia de
Venezuela y la participación en la liberación de otros países del Sur, conjuntamente
con figuras de la talla de él, como José Francisco de San Martín.
José Francisco de San Martín [1778-1850] constituye, junto con Simón Bolívar, uno
de los principales líderes de las revoluciones de independencia de Nuestra América.
La historia oficial (al servicio, consciente o inconscientemente, de las clases
dominante) suele enfrentar a los precursores de las luchas emancipadoras apelando
a relatos unilaterales y malintencionados ("Bolívar dictador, bonapartista, ambicioso y
autoritario", "San Martín monárquico, militarista y aristocrático", etc.). Con una mirada
miope y sesgada, habitualmente localista, provinciana o regionalista, se defiende a
un libertador a costa de insultar y denigrar al otro.
En la historia real, San Martín escribió sobre Bolívar: "Puede afirmarse que sus
hechos militares le han merecido, con razón, ser considerado como el hombre más
extraordinario que ha producido la América del Sur. Lo que le caracteriza sobre todo
y le imprime en cierto modo su sello especial es una constancia a toda prueba, a que
las dificultades dan mayor tensión, sin dejarse jamás abatir por ellas, por grandes
que sean los peligros a que su alma ardiente le arrastra". San Martín colgó en su
dormitorio esta litografía de Bolívar en 1824 y la mantuvo hasta la muerte, más de un
cuarto de siglo después... ¿Por qué guardar imágenes y cuadros de Bolívar (durante
más de 25 años) en su propia casa si eran "enemigos"?
A su vez, Bolívar escribió sobre San Martín: "El genio de San Martín nos hace falta y
sólo ahora comprendo por qué cedió el paso para no entorpecer la libertad que con
tanto sacrificio había conseguido para tres pueblos" (Carta de Simón Bolívar a Sucre,
7/11/1824).
A lo anterior se suma que Bolívar tuvo una vida amorosa agitada, muchas mujeres
pasaron por sus brazos, aunque sobre todas ellas renace la figura de la quiteña
Manuelita Sanz, quien aparte de ser su eterna enamorada, colaboró en la gesta
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emancipadora y protegió al Libertador de la muerte aquella noche del 25 septiembre
de 1828, en que sus enemigos le habían preparado una emboscada y ella lo ayuda a
escapar por la ventana del Palacio de San Carlos, lugar donde se encontraban los
dos para el momento del atentado.
Todo lo anterior debido a que Napoleón, por razones bélicas, ansiaba tener el control
tanto del acceso al Mediterráneo como del vasto imperio colonial que España para
ese momento ostentaba.
Simón rodríguez fue su gran maestro, pero más que eso, su más preciado amigo el
cual siempre lo apoyo con la idea de libertar a América, él siempre le dio una razón
para vivir, siempre le dijo que uno no podía vivir sin un ideal, palabras dichas luego
de la muerte de su gran amor mara Teresa. La influencia que tuvo Simón rodríguez
sobre Bolívar fue muy grande, una de las más notorias es que Simón Rodríguez era
amante de las ideas de la revolución francesa conocimientos que desde muy
pequeño le inculco a Bolívar, Rodríguez también era seguidor de las ideas sobre los
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Derechos del Hombre y cosas así, y con todas estas ideas que le transmita a Bolívar
este empezó a pensar en una liberación del yugo español para América basándose
en todos los acontecimientos de la revolución francesa y su más grande influencia
Napoleón.
Fuente: https://historiageneral.com
Napoleón tuvo aun una más grande influencia en la vida de Bolívar, primero la gloria
de Napoleón siempre lo atrajo admiraba la manera en que las personas lo
idolatraban, aunque jamás bolívar quiso llegar a ser emperador o algo parecido, los
grandes ideales de Napoleón fueron los que más le llamaron la atención, Bolívar
siempre estuvo muy pendiente de los movimientos de Napoleón, como el 18 de mayo
de 1804, día en que Napoleón fue coronado, Bolívar estuvo allí en parís para poder
presenciar este gran momento de grandeza y orgullo. Después de la gran pérdida de
su amor maría teresa, Bolívar decide viajar por segunda vez a Europa este ya no va
a ser un viaje como el primero, este segundo viaje llega con propósitos totalmente
distintos, sus mayores interés eran políticos, estaba muy interesado en el domino y el
manejo de los bienes del estado, así como por el bienestar de su patria, tenía gran
interés en Napoleón y sus logros con el pueblo Francés, pues la gloria que
Bonaparte había tenido lograba tener totalmente maravillado a Bolívar. Luego de
estar en Francia Bolívar pasa a Roma donde visita el Monte Sacro y hace un
juramento inolvidable tanto para toda América, como para simón rodríguez y para
Bolívar mismo. Napoleón y bolívar se inspiraron en los libros y la experiencia de Jean
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Jacob Rousseau, los dos querían un transformación en sus pueblos tanto política,
social como económica, la revolución francesa fue la gran fuente de inspiración para
los dos todos estos pensamientos se vieron plasmados más adelante en sus
modelos de constitución.
MANUELA SÁENZ
Fuente: http://segundoenfoque.com
Aparte de la relación apasionada que tuvo con Bolívar, la cual queda documentada
en una ardiente correspondencia, Manuela lo salvó de dos intentos de asesinatos,
como el de la Fiesta de las Máscaras, en el teatro El Coliseo, el primero; y en el
Palacio de San Carlos, ya mencionado.
Manuela fue mucho más que la amante de Simón Bolívar. Participó en 1822 en la
batalla de Pichincha, con la cual se le da la libertad a Ecuador. Ella estuvo también
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bajo el mando del Mariscal Antonio José de Sucre en la batalla de Ayacucho en
1824.
Cuando en junio de 1822 Bolívar entró triunfalmente a Quito, ella le arrojó una corona
de rosas a su caballo; él la saludó con su sombrero y le dijo sonriente: “Señora, si
mis soldados tuvieran su puntería, ya habríamos ganado la guerra a España”.
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amor de Bolívar y documentos de la Gran Colombia que aún mantenía bajo su
custodia.
Manuela Saenz fue una de las mujeres más destacadas de la lucha por la
independencia latinoamericana. Sus detractores la denigraron por ser una
trasgresora para la época. Y claro, no se limitó al rol tradicional otorgado a las
mujeres: no confeccionó uniformes ni banderas, no fue una simple acompañante del
ejército, no fue cocinera, ni prostituta, fue mucho más que enfermera o espía. Y
aunque quisieron mantenerla en el conocido lugar de ser “la amante de”, no lo
lograron.
El innegable flechazo entre ambos está, pues, constituido con los mismos elementos
que luego forjarán su unión: atracción física irreprimible y acuerdos políticos
esenciales.
Manuela, quien había descubierto hace relativamente poco tiempo su propia pasión
política y que se encuentra en la plenitud de sus 27 años de edad, ha hallado por fin
a un hombre que ella pueda respetar y admirar, dispuesto a jugarse la vida (pero no
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el honor ni las creencias) por el rasgueo de una vihuela, la copa de un buen vino, la
sonrisa de una mujer hermosa o los acordes de un baile.
En las cartas de amor cruzadas entre ambos el Libertador no consulta jamás nada,
convencido de que su correspondencia sería muy poco secreta, por carta a sus
amigos. Da órdenes militares o demanda entrevistas privadas. Para juzgar sobre el
influjo que tal o cual persona tuvo sobre él, no tenemos más datos que las
menciones indirectas que sus amigos u opositores expresaban sobre los consejeros
del general. Es por allí por donde podemos reconstruir la enorme influencia de
Manuela Sáenz sobre su amante. Por las opiniones de sus generales.
La odiaban. Casi todos los oficiales que trataban de refrenar el renacido impulso
revolucionario del Libertador se refieren a Manuela como a una fuerza enemiga. La
acusan como “culpable” de que el gran hombre no cese en sus reclamos de
emprender nuevas campañas y mantener los bríos para inventarse patrias, en lugar
de disfrutar de las haciendas.
Muy particularmente a partir de 1828, Manuela insiste ante Bolívar para que éste no
perdone a los culpables de la conspiración “septembrina” y que adopte medidas
enérgicas y radicales contra los timoratos y traidores. Cuando es ella quien carga,
lanza en ristre, contra una muchedumbre adocenada que trata de incinerar una efigie
del presidente, los gritos y reclamos contra su presencia se multiplican. Es entonces
cuando el rencor por el tiempo que Bolívar destinaba a ella se convierte en
acendrado odio contra el opositor político.
Infiriendo de estas inculpaciones que el influjo de Manuela sobre Bolívar fue grande y
alentador se puedo inducir la hipótesis de que Bolívar encontró en Manuela su propio
espejo, congelado en el tiempo. Seguramente Manuela Sáenz era ante el Libertador
Presidente la voz rediviva del joven rebelde Simón Bolívar, que ya desde la
adolescencia se negó a dejarse ganar un encuentro deportivo por el que sería más
tarde el todopoderoso Fernando VII de España.
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Cuando Bolívar está en trance de convertirse en el conservador que legisla para
Bolivia, Manuela Sáenz sigue siendo la presencia de la “guerra a muerte” que el otro
Bolívar, semi olvidado joven visionario, había decretado contra los opresores de su
patria.
Fuente: https://www.aporrea.org/
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Antonio José de Sucre, 12 años menor que Bolívar y su claro heredero, hubiese sido
un peligro concreto. Por eso lo mataron. No importa cuál de los beneficiarios haya
sido el que dio la orden final.
Manuela y Simón Rodríguez (que se hace llamar “Robinson”, por el náufrago solitario
Robinson Crusoe) no representan un peligro militar tan inmediato. Ella es una mujer,
privada a la época de derechos políticos. El, apenas un subversivo educador, que
sólo acepta en su escuela a los hijos de delincuentes y prostitutas, porque sólo de allí
saldrá el futuro limpio, según afirma a los pocos que aún quieren oírlo.
Sin duda alguna, Bolívar, un hombre lleno de talentos y cualidades, fue blanco
de la debilidad por las mujeres, lo que lo alejaba de lo divino y lo acercaba a lo
humano.
Fueron muchos los nombres femeninos que se vincularon a la vida
sentimental del Libertador, pero dos de ellos destacan en esa larga lista: María
Teresa y Manuela.
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FIGURA 5. PEDRO ANTONIO OLAÑETA
Fuente: http://www.portaldesalta.gov.ar/gobernadores/olaneta.html
Cabe destacar que el general Olañeta se había sublevado contra el virrey La Serna y
había resuelto que el Alto Perú fuese un territorio autónomo dentro del Virreinato del
Río de la Plata. Es por ello que el Libertador Simón Bolívar le escribió desde el Perú,
el 21 de marzo de 1824, tres meses antes de la batalla de Junín, para felicitarle por
su alzamiento y por haber declarado al Alto Perú una zona autonómica. Además,
emitió una proclama al respecto: “Dos grandes enemigos acosan a los españoles del
Perú, el Ejército Unido y el ejército del bravo Olañeta, que desesperado de la tiranía
española ha sacudido el yugo, y combate con mayor denuedo a los enemigos de la
América”.
Aunque Bolívar y Sucre conocían bien la índole realista de Olañeta y que no admitiría
plegarse al bando patriota, siguieron enviándole cartas para alentarlo a que
desconociera la soberanía del rey de España en América. Cuando el mariscal Sucre
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arribó a La Paz todavía cursó una nota al empecinado Olañeta, donde reconoce
hidalgamente que la labor de este general había sido fundamental para la libertad del
Perú. Y así dice: “Nosotros (Bolívar y Sucre) confesamos franca y sinceramente que
una gran parte de la campaña la debemos a Vuestra Señoría”. Y luego agrega: “S.E.
el Libertador está dispuesto a dar todas las compensaciones merecidas por los
valientes que siguieron a VS, en la empresa de redimir esos pueblos”.
Pero el general Olañeta era “duro de entendederas”, como Sucre escribió a Bolívar.
Nunca quiso separarse de su amado rey Fernando VII y continuó solitariamente su
adhesión a dicho monarca. Si lo hubiera hecho, otro hubiese sido el destino de
nuestro país. Habría iniciado su labor independiente con un sólido gobierno, con una
economía estable, y con un fuerte Ejército de puros altoperuanos. Además, aunque
Olañeta había nacido en España, era plenamente criollo, ya que vino al Alto Perú
cuando tenía ocho años. Su hermano menor, padre de don Casimiro, nació después
en la Plata (hoy Sucre).
Habría sido mucho mejor que el gobernador realista, don Pedro de Olañeta, hubiese
declarado la independencia del Alto Perú de España y se mantuviera luego como el
primer mandatario de la nueva república establecida en estas tierras altas. Entonces
el Alto Perú se habría constituido en un Estado organizado y consolidado frente a
dos Estados semianárquicos como el Perú y la República Argentina, y habría
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continuado siendo, por mucho tiempo, un factor determinante de los destinos del
continente sudamericano.
Fuente: https://es.wordpress.com/
Al frente de éstos se marchó al Alto Perú, donde, junto a los líderes libertarios, fundó
la República de Bolívar (después denominada República de Bolivia) en homenaje al
Libertador, a quien encargó la redacción de su Constitución, la cual fue promulgada
en 1826 bajo la premisa de ser "la Constitución más liberal del mundo." Al frente del
Gobierno boliviano, Sucre promulgó leyes progresistas; ejecutó la división política del
país de acuerdo a la Constitución propuesta por Simón Bolívar; impulsó la instrucción
pública; organizó el aparato administrativo; y, encaminó ambiciosos programas para
la recuperación económica. El 18 de abril de 1828, estalló un motín en Chuquisaca.
El Mariscal Sucre fue herido de dos balazos. Este incidente ocasionó que el Mariscal
tomara la decisión de abandonar el cargo de presidente de Bolivia para evitar
rencillas y contribuir a la pacificación de la República. La Asamblea local lo nombró
presidente vitalicio, pero dimitió en 1828 a raíz de los motines y la presión de los
peruanos opuestos a la independencia boliviana. Se retiró entonces a Ecuador
acompañado de su hija María Teresa y de su esposa, Mariana Carcelén de Guevara
y Larrea, Marquesa de Solanda y de Villarocha, pero ocurre una invasión que viene
del sur al mando del general Lamar, entonces Sucre es llamado para comandar el
ejército y en 1829 se da la batalla de Tarqui en la que vence a Lamar.
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Cuando ya todo parecía calmado para Sucre, en 1830, la Gran Colombia parece que
se va a desintegrar, entonces Sucre es llamado para poder “salvar la Gran Colombia”
y se dirige a Bogotá donde es nombrado presidente del congreso. Después de este
acto Sucre es mandado a Venezuela para convencer a este país que no se separe
de la Gran Colombia, pero le niegan la entrada y vuelve a Bogotá para darle esta
noticia a Bolívar con mucha tristeza. Al retirarse de Bogotá por el sur hacia el
Ecuador lo emboscan en Berruecos y lo asesinan.
Una vez creada Bolivia, se hizo cargo interinamente del Gobierno de la República el
Mariscal Antonio José de Sucre, después del Gobierno del Libertador Simón Bolívar,
que duró tres meses, aproximadamente.
En esos días se recibió de manos del Cnel. Beldford Wilson, edecán del Libertador,
enviado por Bolívar, los documentos concernientes a la Constitución boliviana, más
el reconocimiento de la república del Perú a la creación de la república de Bolivia.
El gobierno del Mariscal duró cerca de tres años, finalizando a raíz del motín del 18
de abril de l828. Su consejo de ministros estaba integrado por el Mariscal Santa
Cruz, prefecto de Chuquisaca; el Gral. Urdininea en la cartera de Guerra; Casimiro
Olañeta en Relaciones, Miguel Lanza, y su hombre de confianza, el ministro Facundo
Infante; el Gral. Miller, más tarde prefecto de Potosí, al igual que el Gral. León
Galindo. El ministro Infante era de nacionalidad española.
Entre sus actos más importantes debemos referirnos a la confiscación de los bienes
de la Iglesia, vale decir la incautación de algunos de los conventos de monjas,
destinados más tarde a cuarteles y sobre todo a escuelas.
Después de haber agotado las gestiones para la cesión del puerto de Arica, sin
obtener resultados favorables, se habilitó el puerto de Cobija, dándole todas las
formalidades, expidiendo el decreto respectivo.
Frente a estos hechos definitivos, el Mariscal abandonó el país por la presión política
de un tratado impuesto por el General peruano Agustín Gamarra, y firmado por el
General boliviano Pérez de Urdininea y el Cnel. Pedro Blanco, más tarde nombrado
Presidente de Bolivia, por influencias de Gamarra.
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LA GRAN COLOMBIA
Fuente: https://cl.tuhistory.com/
La unidad total de los pueblos de América en un principio fue planteada
por Francisco de Miranda, quien abogaba por la creación de un solo Estado
sudamericano independiente, el cual reemplazaría las de posesiones que poseía el
imperio Español en esta parte del hemisferio. Para Miranda la integración americana
es inseparable, de la idea de la independencia de las colonias hispanoamericanas.
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situación geográfica del Istmo ya que era de fácil acceso para los americanos de
todas las latitudes y encarnaba, por así decirlo, la imagen de la unión entre el norte y
el sur de la América de lengua española, por esta razón, Miranda sugirió en su plan
de gobierno de 1801, que Colombo, la ciudad capital de Colombia, fuera construida
en el Istmo de Panamá.
Este proyecto de Miranda no llegó a realizarse, pero sus ideas fueron retomadas
por Simón Bolívar quien, en 1815, en la Carta de Jamaica, sugiere la reunión en
Panamá de un Congreso de las Repúblicas americanas independientes hecho que
no se concreta hasta 1826.
El empeño del libertador Simón Bolívar de crear esta nueva nación se vio coronado
el 17 de diciembre de 1819, fecha en la cual a petición suya en el Congreso de
Angostura, se dictó la Ley Fundamental de la República de Colombia, que
jurídicamente propicio la formación de una sola República que unía a tres
departamentos: Venezuela, capital Caracas; Cundinamarca, antiguo reino de
granada, capital Bogotá y Quito (actual ecuador), capital quito. Se dispuso además
que el gobierno estuviera ejercido por un presidente y un vicepresidente y cada
departamento tendría su vicepresidente. Se nombró a Simón Bolívar como
presidente de la gran Colombia, a Francisco de Paula Santander como
vicepresidente de Cundinamarca, a Germán Roscio como vicepresidente para
Venezuela y para Quito no se nombró porque a un estaba bajo el poder del español.
La Gran Colombia significo la unión de los pueblos de Suramérica, sin embargo esta
unión solo perduro por un periodo de diez años, diferentes causas y factores de
índole políticas, económicas y sociales influyeron en la disolución de la Gran
Colombia, la crisis existente en los países que la conformaban, la distancia de la
capital con el resto de las ciudades importantes, los caudillos, entre muchas más
terminaron con el gran sueño de Miranda y Bolívar dentro de estas causas podemos
mencionar las siguientes:
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La existencia de sectores económicos y políticos que no estaban de acuerdo con
la integración.
Los venezolanos querían mayor autonomía en su territorio.
Los caudillos regionales no estaban de acuerdo con un gobierno central.
La oligarquía desde un comienzo se opuso a la Constitución de Cúcuta, por
medio de la prensa y de las Municipalidades.
Los venezolanos que habían desempeñado un papel protagónico durante la
Guerra de Independencia, se sentían relegados a un segundo plano, como
consecuencia de la creación de República de Colombia y la escogencia de
Bogotá como capital en vez de Caracas.
Por todas estas razones la Gran Colombia se disolvió a principios de los años 1830
debida fundamentalmente a las grandes diferencias políticas que existían entre
partidarios del federalismo y el centralismo.
6. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
6.1. CONCLUSIONES
6.2. RECOMENDACIONES
BIBLIOGRAFÍA
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Juan Martorano Sitio web: https://www.aporrea.org/actualidad/a14417.html
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