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Somos Especiales para Dios
Somos Especiales para Dios
¡¡Somos valiosos para Dios!! ¡¡Somos sus hijos, su precioso tesoro y posesión!!
“Una persona ajena a las artes puede tirar una obra de arte a la basura. ¿Eso haría
que la obra carezca de valor? EN ABSOLUTO. El verdadero valor de la obra está
dado por la observación y análisis de un coleccionista, un artista, un erudito o alguien
que realmente conozca el valor inmenso de la obra de arte, única en el mundo,
diferente e invaluable que dice: Esta es una obra invaluable y estoy dispuesto a pagar
el precio más alto por ella”.
¡¡Para Dios nuestra alma vale más que el mundo entero!! Dios envió a Su Hijo a la
cruz por amor a nosotros. Él pagó el alto precio. Dios nos acepta y nos da el especial
valor…a través de Su gracia.
“Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido
para posesión de Dios , a fin de que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las
tinieblas a su luz admirable;” 1ª Pedro 2:9.
Soy templo —morada— de Dios Su Espíritu y Su vida mora en mi (Gálatas 3:16, 6:19)
Soy un santo (Efesios 1;1, 1 Corintios 1:2, Filipenses 1:1, Colosenses 1:2)
Soy hechura de Dios —Su obra especial— nacido de nuevo en Cristo para hacer Su
obra (Efesios 2:10).
He sido transferido del reino de las tinieblas al reino del Hijo de Dios, el reino de la luz
(ver Colosenses 1:13).
Todos mis pecados han sido perdonados en Cristo (ver Efesios 1:7).
Yo soy nueva creación en Cristo, mi vieja vida se ha ido (ver 2 Corintios 5:17).
Dios ha preparado buenas obras para que yo camine en ellas (ver Efesios 2:10).
Yo soy más que vencedor en todas las cosas por Cristo que me amó (ver Romanos
8:37).
Dios suplirá todas mis necesidades de acuerdo a sus riquezas en gloria en Cristo (ver
Filipenses 4:19).
El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo (ver
Romanos 5:5).
Mayor es el que está en mí que el que está en el mundo (Satanás) (ver 1 Juan 4:4).
Yo soy bendecido con cada bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo (ver
Efesios 1:3).
Yo estoy sentado con Cristo en lugares celestiales, por encima de las fuerzas
espirituales de Satanás (ver Efesios 2:4-6).
Debido a que amo a Dios y soy llamado conforme a su propósito, Él hace que todas las
cosas sean para bien (ver Romanos 8:28).
Todas las cosas son posibles porque soy un creyente (ver Marcos 9:23).
Debido a que yo soy su hijo, Dios me dirige con su Santo Espíritu (ver Romanos 8:14).
Mientras camino en el Señor, mi camino se hace más claro (ver Proverbios 4:18).
Yo puedo echar fuera demonios y poner manos sobre los enfermos para que se sanen
(ver Marcos 16:17-18).
Yo soy un heredero de Dios y coheredero con Cristo Jesús (ver Romanos 8:17).
Yo soy parte de una raza escogida, una nación Santa, real sacerdocio y posesión de
Dios (ver 1 Pedro 2:9).
Yo soy miembro del cuerpo de Cristo (ver 1 Corintios 12:27). El Señor es mi Pastor
nada de faltará (ver Salmos 23:1).
Dios se llevó mis enfermedades y cargó mis dolores (ver Isaías 53:4-5).
El Señor es mi ayudador, entonces no temeré (ver Hebreos 13: 6).
Yo pongo todas mis cargas sobre el Señor porque el cuida de mí (ver 1 Pedro 5:7).
Porque Dios produce en mí el querer como el hacer, por su buena voluntad (ver
Filipenses 2:13).
Estos son sólo algunos ejemplos de declaraciones positivas que podemos hacer basados
en la Palabra de Dios. Sería una buena idea el hacer un hábito de estas declaraciones
hasta que la verdad que ellas afirman se arraigue en nuestros corazones. Y
deberíamos observar cada palabra que sale de nuestras bocas para asegurarnos que
no estamos hablando en contra de lo que Dios ha dicho.
¡Que podamos vivir de acuerdo a todo lo que somos en Cristo, glorificándole con
nuestras vidas y mostrando a otros la extraordinaria grandeza de nuestro Dios!
“Pues Dios, que dijo que de las tinieblas resplandecerá la luz, es el que ha
resplandecido en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria
de Dios en la faz de Cristo.
Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la extraordinaria grandeza del
poder sea de Dios y no de nosotros.” 2ª Co. 4:6-7
Debemos creer y decir que somos lo que Dios dice que somos.
Debemos creer y decir que podemos hacer lo que Dios dice que podemos hacer.
Debemos creer y decir que Dios hará lo que Él dice que hará.