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El hígado es una glándula digestiva anexa, que posee una función endocrina y exocrina.

Esta glándula se forma por la envaginación del epitelio endodérmico, donde aparece el
esbozo hepático, posteriormente se forma el conducto colédoco y el parénquima hepático.
El hígado se ubica en la cavidad abdominal por debajo del diafragma. Es la glándula mas
grande del organismo con un peso alrededor de 1.5 kg, es considerado como un órgano
vital, su función exocrina comprende de la secreción de bilis, pero también como función
endocrina, sintetiza varias sustancias que son liberadas al torrente sanguíneo, ya que
este recibe sangre de la vena porta y de la arteria hepática.
Histológicamente hablando el hígado está rodeado por una delgada capa de tejido
conectivo, una cápsula, esta se denomina cápsula de Gilsson, esta cápsula es más
gruesa alrededor de la vena cava inferior y en el hilio hepático, es un tipo de tejido
conectivo que continua hacia el interior de la glándula, esta divide al parénquima hepático
en los 4 lobulillos los cuales se denominan tejido conectivo periportal, este es más
abundante cerca del hilio.
Resulta mandatorio, tanto para el médico gastroenterólogo y el patólogo, analizar
e interpretar los hallazgos histopatológicos a la luz de la clínica y de los estudios
complementarios disponibles en cada caso. Por lo tanto, el conocimiento de los
aspectos histológicos elementales del hígado es fundamental para la
adecuada interpretación de los cambios histopatológicos observados bajo
técnicas histológicas habituales, que se desarrollan en las diferentes patologías
o procesos fisiopatológicos que afectan a este órgano, dado que, existen múltiples
patrones morfológicos que permiten orientar la etiología de cada proceso.
Desde el punto de vista arquitectural-histológico, el hígado se organiza en
estructuras denominadas lobulillos. Los lobulillos son hexagonales y están
constituidos por tres componentes:
1. Una vena centrolobulillar (vena hepática): La vena centro-lobulillar
constituye la vénula hepática terminal, está en contacto directo con el
parénquima hepático, su pared es muy fina y recibe el flujo sanguíneo
proveniente de la arteriola hepática (arteria hepática) y la vénulas portales
(vena porta) a través de los sinusoides hepáticos, finalmente la vénula centro-
lobulillar drena hacia la venas hepáticas y la cava inferior;
2. Los hepatocitos: Cada hepatocito se dispone uno al lado del otro, a modo de
hileras o cordones (separados por los capilares sinusoidales) que de manera
radiada se extienden desde la vena centrolobulillar hasta los espacios
portales. Los hepatocitos, que se caracterizan por ser cúbicos o poligonales,
presentan núcleos redondos, algunos con cromatina laxa y otros de aspecto
vesiculoso, algunos con nucléolos prominentes, la mayoría de ellos exhiben
citoplasma eosinofílico y en otros es finamente granular;
3. Los seis espacios portales: Los espacios portales son áreas más o menos
triangulares que contienen un conducto biliar (con revestimiento epitelial
cubico con núcleos redondeados con citoplasma eosinofílico), una arteriola
(rama de la arteria hepática) y una vena (rama de la vena porta), sostenidos
en escaso estroma de tejido denso colágeno irregular, que contiene escasos
linfocitos e histiocitos (macrófagos). La zona en la que se unen los hepatocitos
con el tejido conectivo del espacio portal se denomina zona de interfase o
lámina limitante (Figura 1). La infiltración de está zona por células
inflamatorias, acompañado de necrosis de los hepatocitos, son hallazgos
característicos de la hepatitis crónica.
Los sinusoides hepáticos (capilares discontinuos) están revestidos por células
endoteliales, células de Kupffer (macrófagos hepáticos) y las células de Ito (células
miofibroblasticas). Las células de Kupffer son parte del sistema inmunológico y sufren
cambios hiperplasicos ante diversos estímulos patológicos. Por su parte, las células de Ito
(células estrelladas perisinusoidales), son importantes en el proceso de fibrogénesis
hepática.
Desde el punto de vista hemodinámico o de la dirección del flujo sanguíneo (desde el
espacio portal hacia la vena centro-lobulillar) y funcional-metabólica, la arquitectura
hepática se organiza en ácinos (Fig. 2). Estos presentan forma poligonal de cuatro lados,
cuyos vértices están constituidos por dos espacios portales y dos venas centro-
lobulillares. De esta forma, se identifican tres zonas acinares: la zona 1 está más cercana
a el espacio portal, la zona 3 es la más próxima a la vena centro-lobulillar, mientras que la
zona 2 se encuentra entre la 1 y la 3. Por ende, la zona 1 recibe un flujo sanguíneo con
mayor concentración de óxigeno y los hepatocitos son más activos en la gluconeogénesis,
en el metabolismo energético-oxidativo y síntesis de urea; mientras que la zona 3 los
hepatocitos son más activos en la glucolisis y lipogénesis (requieren menor disponibilidad
de óxigeno). Por su parte, la zona 2 exhibe características intermedias entre la zona 1 y la
3. La estructura acinar explica algunos patrones histopatológicos de lesión, tal como la
observada, por ejemplo, en la necrosis isquémica, la congestión pasiva crónica o en la
lesión hepática inducida por drogas o medicamentos.

El tejido hepático es un tejido estable. Presenta una gran capacidad de


regeneración en respuesta a estímulos externos,
como lesiones o procesos tumorales. Sin embargo, las lesiones crónicas
como el alcoholismo y las infecciones hepáticas implican una pérdida
constante y prolongada del parénquima, sin la proliferación
compensatoria necesaria. En consecuencia, el parénquima hepático es
reemplazado por tejido fibroso y acúmulos de grasa, produciendo
así cirrosis.
El parénquima hepático está formado por:

 Lobulillos hepáticos: son subunidades irregularmente hexagonales


formadas por láminas fenestradas de hepatocitos que se disponen en
forma radiada en torno a una vena central o vena centrolobulillar,
ubicada en el centro del lobulillo.

 Espacios porta o tríadas: son áreas triangulares situadas en los


ángulos de los lobulillos hepáticos, constituidas por
un estroma conjuntivo laxo; contienen en su interior una rama de
la arteria hepática, una rama de la vena porta, un capilar linfático y un
conductillo biliar; la bilis producida por los hepatocitos se vierte en una
red de canalículos dentro de las láminas de hepatocitos y fluye, en
forma centrípeta al lobulillo, hacia los conductillos biliares de los
espacios porta.

 Sinusoides hepáticos: son capilares que se disponen entre las láminas


de hepatocitos y donde confluyen, desde la periferia de los lobulillos,
las ramas de la arteria hepática y de la vena porta; la sangre fluye
desde las tríadas hasta la vena central, circulando en forma
centrípeta; la pared de los sinusoides está formada por una capa
discontinua de células endoteliales fenestradas, que carecen
de membrana basal. En los sinusoides confluyen la circulación
hepática y porta. Éstos drenan su contenido a la vena hepática
central, de ésta a las venas hepáticas derecha e izquierda, y
finalmente a la vena cava inferior.

 Espacio de Disse: es un estrecho espacio perisinusoidal que se


encuentra entre la pared de los sinusoides y las láminas de
hepatocitos, ocupado por una red de fibras reticulares y plasma
sanguíneo que baña libremente la superficie de los hepatocitos. En el
espacio de Disse se produce el intercambio metabólico entre los
hepatocitos y el plasma donde se forma la abundante linfa hepática.
En este espacio también se encuentran células almacenadoras de
grasa o células de Ito, de forma estrellada y con una función aún poco
conocida.

 Células de Kupffer: son macrófagos fijos pertenecientes al sistema


fagocítico mononuclear que se encuentran adheridos al endotelio y
que emiten sus prolongaciones hacia el espacio de Disse. Su función
es fagocitar eritrocitos envejecidos y otros antígenos. Además actúan
como células presentadoras de antígeno.

 Hepatocitos: constituyen alrededor del 80 por ciento de la población


celular del tejido hepático. Son células poliédricas con 1 o
2 núcleos esféricos poliploides y un nucléolo prominente. Presentan el
citoplasma acidófilo con cuerpos basófilos, y son muy ricos
en orgánulos. Además, en su citoplasma contienen inclusiones
de glucógeno y grasa. La membrana plasmática de los hepatocitos
presenta un dominio sinusoidal con microvellosidades que mira hacia
el espacio de Disse y un dominio lateral que mira hacia el hepatocito
vecino. Las membranas plasmáticas de dos hepatocitos contiguos
delimitan un canalículo donde será secretada la bilis. La presencia de
múltiples orgánulos en el hepatocito se relaciona con sus múltiples
funciones: la síntesis de proteínas
(albúmina, fibrinógeno ylipoproteínas del plasma), el metabolismo
de hidratos de carbono, la formación de bilis, el catabolismo
de fármacos y tóxicos y el metabolismo
de lípidos, purinas y gluconeogénesis
 El hígado es una glándula y el segundo órgano más grande del cuerpo humano, ubicado
bajo el diafragma, ocupando el extremo superior derecho del abdomen del ser humano,
este puede desempeñar funciones endocrina o exocrina, cuando cumple su función
endocrina es la secreción de varias hormonas importantes para el desarrollo del ser
humano tales como la hormona del crecimiento, en su función exocrina, el hígado e s el
responsable de la secreción de la bilis
 digestiva anexa


El hígado es el segundo órgano más grande y la mayor glándula del cuerpo humano, como
glándula digestiva mixta tiene como funciones endocrinas y exocrinas. Se encuentra ubicado en la
cavidad abdominal por debajo del diafragma, pesar alrededor de 1.5Kg

El hígado es considerado un órgano esencial para el ser humano por las distintas funciones que
cumple el hígado con el cuerpo, funciones tales como la desintoxicación del cuerpo al recoger y
eliminar muchas toxinas como el amoniaco, transformándolo en urea, o toxinas como el alcohol o
fármacos. Él hígado también se encarga de la metabolización de glúcidos, proteínas, glicoproteínas

El hígado es el órgano en el cual los nutrientes absorbidos en el tracto digestivo son


procesados y almacenados para ser utilizados por otros órganos, es un interfaz entre el
Digestivo y la sangre.

El hígado es un órgano y a la vez, la glandula mas voluminosa del cuerpo, también es una de las
más importantes para el ser humano en cuanto a la actividad metabólica de este. El hígado
desempeña funciones vitales y únicas tales como desintoxicación, almacenamiento de vitaminas,
etc, sin embargo sus funciones más importante es la eliminación de sustancias nocivas al
organismo desde la sangre y es el encargado de procesar y almacenar los nutrientes absorbidos
en el tracto digestivo para que otros órganos del cuerpo puedan utilizarlos

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