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CALDWELL, J. - La Música Medieval PDF
CALDWELL, J. - La Música Medieval PDF
La música medieval
Alianza Música
La música medieval
OCR por:
Biblioteca
Erik Satie
1ra edición
Agosto 2016
•
La. colección ALIANZA MUSICA ha sido patrocinada por el Fondo Musical Adol-
fo Salazar, creado en México por don Carlos Prieto en memoria y homenaje al
hist9riador y crítico musical español que vivió, trabajó y falleció en la capital
mexi�na.
. John Caldwell
La música mect·ieval
Alianza Editorial
Título original:
Medieval Music - Esta obra ha sido publicada en inglés por Hutchin
son & Co. (Publishers) Ltd., de Londres.
Reservados todos los derechos. De conformidad con lo dispuesto en el art. 534-bis del
Código Penal vigente, podrán ser castigados con penas de multa y privación de libertad
quienes reprodujeren o plagiaren, en todo o en parte, una obra literaria, artística o
científica fijada en cualquier tipo de soporte sin la preceptiva autorización.
PROLOGO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
BIBLIOGRAFIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 241
INDICE ANALITICO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2 53
Indice de cuadros sinópticos
10
Prólogo
11
12 Prólogo
JOHN CALDWELL
KEBLE COLLEGE, OXFORD
Junio, 1983
1�
14 La música medieval
a la herejía, y en Occidente, por San Hilario de Poitiers (m. c. 367), San Ambrosio
(m. 397) y Prudencia (m. c. 405). Es en San Ambrosio y en Prudencia donde en
contramos por primera vez el concepto de himnos para las distintas horas del día,
aunque no es sino hasta San Benito, en el siglo v1, que exlste un claro testimonio
del uso regular de los himnos latinos en el Oficio diario. La forma isosilábica
permitía la repetición de la misma melodía, sin alteración de estrofa en estrqfa,
práctica popular que a su vez contribuyó a transformar, con el tiempo, el sistema
métrico de cantidad por el de acentos 1 .
Evidentemente, la liturgia de Roma tuvo como modelo, en algunos importan
tes aspectos. la de Jerusalén. Particularm.ente significativo resulta su carácter esta
cional, representado por visitas a iglesias específicas dentro de la ciudad, y la in
tegración tan profunda de los elementos monástico y laico en la comunidad cris
tiana. Por supuesto, se trata de una liturgia papal, que considera al papa, en cuan
to obispo de Roma, la figura central de todos los acontecimientos principales.
Existen pruebas de que, posteriormente a la introducción en Roma de la liturgia
de Jerusalén, bajo el papa Dámaso I (que gobernó de 366 a 384), algunos papas,
incluyendo a Gregorio I (gobernó de 590 a 604), se preocuparon en persona por
la «edición» del ciclo de cantos para todo el año (Apel, Gregorian Chant {Canto
Gregoriano], pp. 46-48). Mientras que el papel exacto que desempeñó Gregario
en el aspecto musical quedará siempre sin precisar (ver ínfra, pág. 00), no hay du
da de que en su época la Misa romana alcanzó su forma substancial, como se
muestra en el cuadro 1 (pág. 00); se dice que muchos de sus elementos fueron
introducidos por el mismo Gregario, siendo el Agnus Dei la única adición poste
rior de importancia.
En cuanto al Oficio, fue ordenado finalmente por San Benito en su Regla co
mo un ciclo de ocho horas, es decir: Maitines (Vigiliae o Nocturna taus), Laudes
(Matutini), Prima, Tercia, Sexta, Nona, Vísperas y Completas. El mismo ordenó
todos los salmos y cánticos para las horas diurnas, señalando el contraste entre el
canto de los salmos con antífonas y su ejecución «sine antiphona in directum» 2 , y
prescribiendo el canto de los responsorios después de las lecturas y el de los him
nos. Vincula, al mismo tiempo, su propio rito, puramente monástico, a las prácti
cas existentes en la Iglesia romana («sicut psallit Ecclesia Romana», cap. xiii).
Mientras que la Regla de San Benito se convirtió en el punto de partida del
monacato occidental, el rito romano, como tal, y en especial en sus fórmulas y
cantos de la Misa, no prosperó tan fácilmente. Sin embargo, hizo considerables
progresos en Inglaterra, donde la Iglesia británica original fue siendo gradualmen
te suplantada por la romana. Beda señala el éxito de Juan, primer cantor bajo el
papa Agatho y abad de San Martín, al promover el canto romano en Monkwear-
mouth y en algún otro lugar del norte (Eccl. Hist., iv, 18). Existen, asimismo, nu
merosas referencias al respecto de los siglos vn1 y IX (ver NOHM, 11, pp. 99-1 00).
En el continente su introducción fue más dificil. Milán, y una gran parte de Italia
septentrional observaban un rito diferente, considerado por Duchesne como el
origen de los otros dos principales ritos de Europa occidental: el galicano y el
mozárabe. Poco a poco el rito romano fue siendo aceptado en Galia, en tiempo
de los reyes francos, pero de ninguna manera es cierto que la pretendida reforma
musical fuera completa, o bien que haya tenido un efecto permanente. El rito
mozárabe perduró hasta 1076 (en Toledo se ha mantenido siempre, aun cuando
sÜ..inúsica original no pueda transcribirse), mientras que el rito milanés o «ambro
siano» ha permanecido intacto junto con su canto medieval hasta nuestros días.
Todas las liturgias cristianas se basan en un calendario doble, cuyas rafees se en
cuentran en el año judío, pero que incorpora también el calendario pagano de Ju
lio César. Su punto de partida es la Pascua judía, fiesta de la luna llena primaveral,
celebrándose la Pascua cristiana el primer domingo siguiente a este día (Concilio
de Nicea, 325). Cincuenta días después tiene lugar la féstividad de Pentecostés, y
los ritos latinos el número de domingos posteriores a Pentecostés es variable, con
el fin de poder acomodar cuatro domingos en Adviento (seis en el rito ambro
siano) con anterioridad al día de Navidad, el 25 de diciembre. Antes de la Pascua
comienza un periodo fijo de nueve semanas, con la septuagésima, antes del cual
hay un número variable de domingos posteriores a Epifanía (6 de enero, original
mente la Navidad oriental). Esto es el temporale o proprium de tempore. Sus de
talles han ido variando de cuando en cuando, pero a partir del siglo 1v ha tenido
como punto de partida la Pascua, movible, y la Navidad, fija. En oposición a este
calendario está el sanctorale, o ciclo de festividades de los santos, basado entera
mente en el calendario secular. No obstante, ha de notarse que los primitivos
libros de canto medievales combinan el temporale con el sanctorale, en un enca
denamiento constante: el ajuste actual no se produjo sino hasta el siglo XIII.
No nos corresponde tratar aquí la historia del Oficio diario, un tanto compleja
(ver Van Dijk, Origíns, pp. 15-26), dado que tiene poca relación con las diferen
cias musicales entre los distintos repertorios de canto. La Misa pública es otra co
sa. Hay que considerarla como una práctica que se repite domingo a domingo,
con especial solemnidad en Pascua y en Pentecostés, y, por supuesto, en las Mi
sas de Navidad, Epifanía y otras grandes festividades. La semana anterior a Pascua
disfrutó de una solemnidad especial y propia, efectuándose ceremonias particula
res durante ciertos días de la misma. Poco a poco, los días de entre semana de
cuaresma se fueron llenando con Misas especiales, y dado que el sanctorale se
fue desarrollando gradualmente, muchos otros días del año llegaron a tener su
propia Misa. Alrededor del siglo 1x, la Misa se convirtió en una práctica diaria, lle
nándose los días vacantes con Misas votivas por intenciones especiales, o repi
tiendo la del domingo anterior.
Cada Misa -y esto se aplica también al Oficio- contiene unos elementos que
so11 variables, o «Propio», y otros que son permanentes, u «Ordinario» (palabra
18 La música n1edieval
derivada, en esencia, de la frase orao missae), así como otros que no caen con
claridad dentro de ninguna de estas dos categorías. Damos, en forma de cuadro
sinóptico, el orden de eventos (es decir, eventos «públicos», distinguiéndolos de
las preces privadas añadidas por el celebrante) de las Misas galicana, mozárabe y
franco-romana entre los siglos vn y x. Este cuadro puede indicar. sólo el cuerpo
de la liturgia en líneas generales; hasta cierto punto es hipotético y, en conjunto,
no intenta comparar cronológicamente los ritos equivalentes (por ejemplo, la Mi
sa galicana, que ocupa el primer lugar en el cuadro, fue suplantada en la Galia por
la Misa romana, que ocupa el cuarto lugar). Las distinciones litúrgicas se indican
tipográficamente: negritas, para los cantos del Propio; mayúsculas, para los del
Ordinario; cursivas, para las lecturas y preces del Propio, y redondas, para las
preces del Ordinario (o que son básicamente invariables) y otras fórmulas. Las
secciones que son susceptibles de omisión van encerradas entre paréntesis nor�
males, y las que ocasionalmente pueden insertarse, por ejemplo durante la
Cuaresma, entre paréntesis cuadrados.
Cinco repertorios de canto se asocian a estos cuatro ritos: galicano, mozárabe,
ambrosiano, «gregoriano» y «romano antiguo». La conexión entre los primeros
tres y sus correspondientes ritos es obvia. Su grado de subsistencia depende de la
fecha en que fue suprimido el rito en cuestión. El rito galicano fue abolido antes
de que la música litúrgica pudiera escribirse normalmente y su canto desapareció,
salvo ejemplos aislados conservados por casualidad en manuscritos posteriores.
El canto mozárabe sobrevive sólo en neumas que apenas indican la altura (ver pp.
00 ss.), y que no pueden descifrarse satisfactoriamente; también en este caso han
quedado algunos cantos simples en copias tardías, pero no queda muy claro por
qué no nos han llegado copias legibles de Toledo, donde el rito se mantuvo en vi
gor. Lo que ha quedado del canto an1brosiano se encuentra principalmente en
manuscritos legibles del siglo x11 en adelante, aun cuando se trate de fragmentos
primitivos. La pérdida del corpus de manuscritos ambrosianos en notación
neumática es otro misterio inexplicable.
Por otra parte, el canto «gregoriano», así como el «romano antiguo», plantean
ciertos problemas en relación a su antigüedad y sus relaciones con lo que se co
noce de la historia del rito romano. El canto gregoriano, que, con demasiada
simplicidad continúa identificándose frecuentemente con la Misa Romana de San
Gregorio, se conserva en manuscritos completos desde el siglo x en adelante, pri
mero en neumas y posteriormente en notación completamente legible. El ma
nuscrito más antiguo de canto romano antiguo data de · 1 071 y está escrito en
neumas que indican la altura; y existe un corto número de fuentes posteriores
hasta el siglo XIII, fecha en que el repertorio desaparece para siempre. Si el canto
gregoriano es romano, ¿cuál es eJ romano antiguo?
Las primeras investigaciones consideraban este repertorio simplemente como
una versión decadente del gregoriano, pero esta teoría fue difícil de compaginar
con el hecho de que su estilo es, aparentemente, más primitivo y con la fecha de
su desaparición después del siglo XIII. Posteriormente se le consideró pre
gregoriano (de aquí su nombre de romano antiguo), posiblemente del siglo 1v, y
por tanto, contemporáneo del llamado canto ambrosiano, que data verdadera
mente del tiempo del mismo San Ambrosio. En realidad, es suma1nente peligroso
afirmar que cualquiera de estos repertorios haya podido alcanzar algo parecido a
'
El canto de las liturgias latinas hac;ta c. 950 19
1 El Trisagio11 bizantino, conservado en los /nzproperi" ron1am>s (LU. pp. 7j7-7:'>8) en forn1a bi
lingüe. Repetido, en el rito galicano, antes y después del evangelio_
2 Incorporado a la misa por influencia romana. Originalmente texto griego, se conserva con tex
tos griego y latino, paralelamente, en un manuscrito franco del siglo IX, con fragn1entos de notación
(Parrish, lám. I).
3 De nueve mien1bros.
4 De tres miembros.
5 Cántico de Zacarías (Lucas 1, 68-79).
6 Cántico de los tres niños (Daniel lll, 52-S6; cfr. LU. pp. 348-350).
7 No introducido en la misma Roma hasta l014. Su colocación en los ritos no ron1ano/;.• c;1�0 dt:
encontrarse. era variable.
20 la música medieval
Cuadro 1 (Continuación)
una forma definitiva antes del siglo 1x, es decir, cien años antes de los primeros
manuscritos gregorianos completos. La media docena de manuscritos de cantos
de ese siglo que se han conservado carece de notación musical, y es difícil aceptar
la idea de una tradición oral estable durante más de cien años; es realmente más
sencillo imaginar que la idea de fijeza en las melodías del canto no apareció sino
hasta muy poco antes del 900. Con esto no se intenta decir que ciertos elementos
melódicos básicos en el canto no sean mucho más antiguos, ni que los principios
según los cuales se improvisaban los cantos más melismáticos no se encuentren
muchos siglos antes -esto se prueba a través de la comparación con las melodías
judías ya mencionadas-, pero debemos concluir que San Gregorio y los otros
papas que según la tradición «compilaron un ciclo de cantos para todo el año)) no
pueden haber sido compositores, en el sentido corriente de la palabra. Sín duda,
su participación se reducía casi exclusivamente a fijar los textos sobre los cuales
debían trabajar los músicos.
Otro punto importante, por lo que se refiere a los manuscritos musicales más
antiguos, es el hecho de que todos ellos sean de origen franco. Esto nos lleva a
desconfiar hasta del origen romano -dejando de lado el gregoriano- del canto
que lleva este nombre. El estudio del desarrollo de la liturgia en Roma y en la Ga-t
lia puede ayudar a esclarecer tanto este problema como el del romano antiguo.
Ha quedado establecido, fuera de toda duda razonable, que en Roma, desde la
segunda mitad del siglo vn en adelante, la liturgia papal comenzó a diferenciarse
de la de los monasterios y basílicas, que mantuvo el rito original. Se sabe también
que cuando el rito romano comenzó a sustituir al galicano en los dominios fran
cos, después del 700 aproximadamente, el resultado fue una buena dosis de con
fusión. Por una parte esto se debió al hecho de que fueran enviados, en oca
siones, libros con canto romano antiguo en lugar de papales (por ejemplo, a Cor
bie, c. 825), y por otra, porque los mismos
,.
libros papales requerían ciertas modi-
ficaciones a fin de seguir los usos locates. En el siglo XI, una serie de papas germa-
nos trajo consigo los libros modificados de regreso a Roma, y esta liturgia se con
virtió en la base de la liturgia de la corte papal, que a su vez es la precursora del
8 Introducido por el papa Sergio 1 (gobernó del 687 al 701).
Ei canto de las liturgias latinas hasta c. 950 21
moderno rito romano. Mientras tanto, ·decaía la preferencia por el rito romano
antiguo, aunque se conservó en algunos sitios, y las pocas fuentes musicales su
pervivientes se escribieron entre los siglos XI y xu1. A finales del siglo x111 el roma
no antiguo, en su forma original, estaba materialmente extinguido y la usanza de
la corte papal salió triunfante, aunque no incólume.
El problema que se le presenta al historiador de la música es el conocer en qué
momento surgió el canto gregoriano como un repertorio independiente del ro
mano antiguo. Dejando de lado las teorías que mantienen que la única relación
entre ellos es meramente cronológica, dos hipótesis resultan, al parecer, dignas
de consideración.
Según la primera, la separación n1usical comenzó en la misma Roma, con la
aparición de la liturgia papal como una entidad diferente, correspondiendo a esta
última el canto gregoriano (aunque algunos invierten la posición). Por supuesto,
no pretendemos creer que ambos repertorios alcanzaron la forma en que los co
nocemos alrededor del -digamos- 700, sino más bien que el proceso que en úl
tima instancia condujo a la profunda diferenciación que observamos entre las
fuentes del siglo x1 y las posteriores comenzó en Roma en la segunda mitad del
siglo vu, y con mayor exactitud bajo el papa Vitalio (que reinó de 657 a 672).
Según la segunda hipótesis, habría que hacer coincidir la aparición del canto
gregoriano con las modificaciones hechas a la liturgia papal en la Galia. Aun cuan
d o es igualmente imposible de comprobar, esta teoría tiene claras ventajas para el
músico. Es más fácil imaginar un proceso por medio del cual los cantores francos,
intentando preservar lo que pudieron de sus antiguas tradiciones, y, al mismo
tiempo, esforzándose por adaptarse a las costumbres romanas, acabaron ellos
mismos por crear un repertorio absolutamente nuevo, que suponer una división
que haya tenido lugar dentro de los confines de una misma ciudad. Es también ra
zonable considerar el canto gregoriano co1no una manifestación intermedia entre
lo que supuestamente debió de haber sido la exuberancia del canto galicano
(representada por su pariente el ambrosiano) y la austeridad del romano antiguo
(ver ejemplo 18, infra). Por último, es ésta la teoría que concuerda mucho más
cercanamente con el testimonio mismo de los manuscritos.
Notación y ejecución
Hablando en sentido genérico, dos sistemas principales de notación se desarrolla-
.
ron junto con el canto cristiano; se suele llamar a estos sistemas «ecfonético» y
«neumático», respectivamente. El primero, sin embargo, no se usó normalmente
en los salmos que, como hemos visto, llegaron a cantarse según los principios de
la ecfonesis o recitación sobre una sola nota, mientras que el término «neumáti
co» es, en un sentido más amplio, aplicable a ambos sistemas. La más simple y ló
gica entre las notaciones ecfonéticas fue la siriaca, en la cual un sistema de puntos
servía para indicar el esquema de los distintos melismas de puntuación · (ver
NOHM, 11, pp. 1 0- 1 1), relacionado, a su vez, con el antiguo sistema palestino de
puntos de los judíos (véase P. Kahle en Bauer-Leander, Hístoriscbe Gramatik aer
hebrdischen Spracbe des Alten Testaments [Gramática h istórica de la lengua
hebrea del Antiguo Testamento], 192 2, pp. 13 0-154). La n otación ecfonética al
canzó gran complejidad en Oriente y entre los judíos durante el primer milenio,
22 La música medieval
pero en Occidente sólo se usaron unos cuantos signos básicos, que, por otra par
te, difieren del sistema siriaco en el uso del punto. El sistema latino ya desarrolla
do, tal como aparece en los manuscritos a partir del siglo xn, es como sigue (hay
una distinción entre el nombre de los signos, positurae, y los tipos de división
que denotan, pausationes):
Los símbolos del metrum y del versus se encuentran por primera vez en el siglo
VIII, los de la interrogatio -interrogación-, en el IX, y los de laflexa, que repre
senta una subdivisión menos importante que la del metrum, alrededor del 950.
Aunque la relación de estos signos con los de puntuación es, en general, una ma
teria compleja de la que no se puede tratar aquí, puede afirmarse que tienen la
apariencia de neumas añadidos a los puntos ideados por los gramáticos para indi
car las divisiones de la oración. Sin embargo, las interpretaciones musicales dadas
a estos signos a partir del siglo xn difieren según se trate de la lección del Oficio
de Lectura, de la Epístola o del Evangelio (ver infra, pp. 00-00).
La notación neumática propiamente dicha se deriva de los acentos aplicados
por los gramáticos alejandrinos a la lengua griega. Sin embargo, hasta el mismo
nombre «acento» (en griego prosodia) implica un origen musical, y sería más 1 1
exacto hablar de un origen común de los acentos y los neumas. Estos acentos
son: el acutus (i, el gravis (:), el circumflexus e), y, al menos en teoría, el anticir
cumflexus (:), que corresponden a los 11eumas latinos uirga, tractulus, clivis y
pes, respectivamente. Pero así como la notación ecfonética usa otros signos ade
más del punto, también la notación neumática emplea signos distintos a los deri
vados de los acentos, particularmente el punto y la apóstrofa.
Los neumas latinos alcanzan un máximo de complejidad en el monasterio
franco (ahora suizo) de St. Gall en el siglo x. No sólo son éstos los más elaborados
de todos los neumas, sino casi los más antiguos que han sobrevivido, y lo único
que queda que se puede demostrar que sea anterior al famoso Cantatorium (St:
Gall, Stiftsbibliothek, MS 359; facsímíles en PM, II, i), de principios del siglo x,
son fragmentos. En adición a los neumas usuales, los manuscritos de St. Gall
incluyen formas episemáticas (es decir, con formas modificadas o con elementos
adicionales -que indican alargamiento) y letras notkerianas o litterae significati-
El canto de la.is liturgias latinas hasta c. 950 23
vae, descritas por el monje de St. Gall Notker Balbulus. (m. 9 1 2), entre otros. Estas
letras indican variaciones rítmicas o melódicas, por ejemplo: e (celeriter, rápida
mente), t (tenere, sostener), e (equaliter, unísono con la nota precedente) y iv
(iusum, abajo).
Para hacer frente a todas las variantes de los signos de esta notación se ha in
ventado un método especial de transcripción (ver cuadro 3). De acuerdo con és
te, solamente las notas que aparecen unidas físicamente en los originales se unen
con una ligadura. El «elemento virga» se representa con J , y el «elemento punc
tum» con • . . Esto permite distinguir las formas sin que implique una relación
·rítmica específica entre las dos. El «elemento episema» está representado por
(en consecuencia, el tractulus :::: • ), e I «elemento apostropha» por , , el «ele
mento oriscus» por n y el «elemento quilisma» porjJ, (para el significado de
estos neumas, ver ínfra). De nuevo, no se ha intentado significar relaciones
rítmicas específicas. La licuescencia se indica disminuyendo el tamaño del cuerpo
de la nota, y se usa un medio paréntesis cuadrado para encuadrar los neumas
simples formados por elementos separados (por ej., climacus, j· · ? - • • 'r
scandicus, / == · '• • ( ). Las alturas reales se han obtenido por comparación
1
(")
Formas episemáticas e
3
c.
Nombre (nombre li-
Formas episemátícas: Aumentatit 10 Dimínutívo fo)
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A umentatil •o Diminutit•o
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cuescente entre pa Formas licuescentes:
1. Sígn I Transcrip.
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Torculus (- ,
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pinnosa)
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n r,
nota intermedia de un grupo ascendente de tres notas para formar el salicus
( J= � o� = : Jll r ), que es una clara variante del scandicus men
cionado arriba (pág. 00). El quílisma va unido siempre a una virga o a algún otro
neuma, e indica probablemente un ascenso cromático o <<Slide» ( * * *). Finalmen
te, el trígon, un grupo de puncta que aparece en una forma marecida a . · . , tam
bién parece indicar algún cromatismo (ver el ejemplo 22).
El método de transcripción usado más adelante podría ser llamado de trans
cripción «detallada», por contraposición al de transcripción «general», de uso
c orriente y apto para la mayoría de los casos. En este método todas las notas aisla
das, excepto las licuescentes, se transcriben como negras sin plica, de tamaño
normal. La transcripción detallada se ajusta principalmente a las notac iones
neumáticas del grupo de las quironómicas o no-diastemáticas, a las que pertene
cen los neumas de St. Gall, y se usa en las páginas siguientes sólo en las piezas
transcritas directamente de estas fuentes.
El otro principal sistema antiguo de notación consiste en neumas que indican
cuidadosamente la altura, de acuerdo a la afinación relativa de las notas simples, y
se llama ,cdiastemático». Las más importantes escuelas de notación diastemática
son la de Italia central (beneventana) y la del sur de Francia (aquitana). La primera
presenta una escritura ligada, que incluye muchos y sutiles matices, mientras que
en la segunda las notas se han ido desligando hasta formar signos aislados, la
mayoría semejantes a un punctum más bien grueso. Ambas evolucionaron pron
to hacia una primitiva notación sobre pauta, llegando al desarrollo de la primera
hasta la característica y tardía Hufnagel alemana (hob-nail, clavo de herradura) o
notación gótica, y el de la segunda hasta la notación cuadrada francesa corriente,
q'ue, sin embargo, conservó algunos aspectos de la notación quironómica. Pero
antes de que la pauta pudiera convertirse en algo más que una vaga ayuda para es
tablecer las relaciones de afinación, tuvo que combinársele con alguno de los sis-
. temas medievales de notación alfabética.
Los antiguos griegos usaron dos sistemas de notación alfabética, transmitidos
al Occidente latino por Boecio, que habla de ellos (y hasta de la idea general de
notacióil musical) como un invento poco usado en su tiempo, utilizado por los
«veteres musici» (De Institutione Musica, iv, 3 ). El mismo empleó letras latinas
para ilustrar varios problemas de acóstica, pero no estableció un nuevo sistema
completo . .A partir del siglo x encontramos varios sistemas de notación alfabética
en uso, de los cuales el más común representaba la serie de dos octavas la3-la5
con las letras A-P (omitiendo la J), o por A-G más a-g más a ª . A este sistema el
autor del Dialogus (ver p. 00, nota) añadió la nota sol3, representada por la letra
griega gamma (G). Al mismo tiempo, el sib4 fue reconocido como nota diatónica
independiente (pero no el sib3), tal como había ocurrido en el sistema griego, en
donde se representaba usualmente con una b (rotundum, redondo) por oposi
ción a b (quadratum, cuadrado), signo del si4 natural. Entre los otros sistemas
encontramos uno muy singular, inventado por Hermano Contractus
(1013-1 054), con símbolos para indicar los intervalos entre una nota y la siguien
te; y otro igualmente curioso, que empleaba signos derivados principalmente de
los símbolos griegos del espíritu áspero o prosodia daseia ( de aquí el nombre de
notación «dasia»). Este último fue usado con profusión en un tratado del 900
aproximadamente, el anónimo Commernoratio brevis que consigna los tonos sal
módicos y algunas antífonas de manera inequívoca, y en la notación d� las fuen
. tes más antiguas de Ja polifonía (ver cap. 4).
Otra fuente importante para el exacto establecimiento de la interpretación de
los cantos es el manuscrito del siglo XI de Montpellier (Faculté de Médicine, H
159; introducción y facsímil en PM, I, vii-viii). Este manuscrito es uno de los po
cos que presentan simultáneamente neumas y letras, siendo la notación alfabética
particularmente interesante para demostrar alguna de las hipótesis previamente
establecidas sobre cromatismo y microtonalismo. Está basada en las letras a-p,
. con una i itálica que representa el sib4. Hay signos que indican al parecer los
cuartos de tono entre si3 y do4; mi4 y fa4; /a4 y si b4; si4 y do5, y mi5 y ja5,
quedando constituida toda la serie de la siguiente manera:
a b l- c d e -l f g h r , l '1 k l m _l n o p
A B Bf e d e e � f g a a �b � b � b fe I
d ' e' e f ' g' a '
'f
--
Ade!IláS, el cepbalicus se indica, por ejemplo, ml, y el epiphonus lm. El pres- -
- "' ..w
sus f-kh, el quilisma def y eljranculus gfe. Parece que estos últimos tres neumas
28 I.a música medieval
Ejemplo 1
f
¡Solista)
t:4
Gloria in excelsis
-De
•
o
11 • • =1
[Coro]
Et in
• --
terra pax ho . mi · ni · bus bonae volun-
f. - •
ta . tís.
1 ••
Laudamus
•
te.
11 l--4
Benedicímus
•
te.
11 t:4
A!ioramus
•
te.
1
f • Gratias agimus
• .:•
ti . bi
.. .... MSV
� 49
1
t4
propter magnam
• •M ¡ • 1
glo· ri -am tu-am. etc.
Traducción: Gloría a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad.
Te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificarnos, te da1nos gracias por tu inmen·
sa gloria.
1 . Las lecturas en prosa comprenden las lecciones del Oficio y las Lecturas y
Evangelios de la Misa. El manuscrito más antiguo que contiene la interpretación
de los signos ecfonéticos es el importante ejemplar cisterciense de finales del
siglo xn, ahora en Dijon, Bibliotheque Publique, MS 114. En vista del afán cister
ciense de reformar viejas costumbres, los textos de este manuscrito deben tomar
se muy en serio. La interpretación que proporciona de las Lecturas del Oficio,
sobre todo de Maitines, presenta la forma de una frase modelo que define las
melodías de la flexa, del metrum y del punctum (tomado de Wagner, Ein
fübrung, iii, pág. 3 8):
30 La música medieval
Ejemplo 2 }
f: ac1es
M
flex
+
am"!
1 M
SIC
• M
ve · ro
- - 1 - - - • :: 1
me- trum/ sic au -tem pun- ctum.
Ejemplo 3
f �
Lectio epistolae
- ; - - • • • -- ; • • - •
be · a · ti Pau • Ei a - po-sto - li) ad Ro - ma . nos.
f a
ad
•M• •
Co ·rin -thi . os....
�
Lectio
-�. - • • • - - • • - 1
.........
Traducct'ón: Lectura de la Epístola del apóstol San Pablo a los romanos. A los co
rintios... Lectura del libro del Génesis... En aquellos días,
No se escribe la clave, pero otra fuente de carácter conservador, el manuscrito
cartujo del siglo x1v Basle, BV 29, confirma que esta fórmula, así como la de la lec
tura del Oficio y del Evangelio de la Misa se recitaba originalmente sobre la nota
la4. El problema surge en el si y el/a, pues el primero puede ser bemol y el se
gundo sostenido, pero este problema no se puede solucionar con seguridad. El
epistolario del ms. de Dijon comienza en la vigilia de Navidad, servicio que re
quiere dos Lecturas, una de cada Testamento. La siguiente es una interpretación
de la primera Lectura del Epistolario (f. 103). La interpretación de la conclusión,
que en el manuscrito viene acompañada de neumas sobre el texto, es conjetural:
Ejemplo 4
Lectio Isa
;-e:--• - • - •1 - • • - -
ae pro · phe · tae.
íí
Haec dí cit Do . mi · nus .
f �.
Propter Sion non tacebo!
1
--••- 1
�:1
et propter lerusa lem non qui · e · scam.J
f k�
donec egrediatur ut splendor iustus eius!
1
�
et salvator eius ut
f -
lampas
1 -
ac
- -
;:::::. • - 1 !
cen · da · tur.
�
· stum
•
tu · um.J
f H
et
- --· -
cuncti reges m . cli
- -...
• •
.
•
tum tu • um....
H
et terra
f - - - -
tu . a
- -
•••- 1
in · ha - bi - ta - bi · tur.J quia
H
complacuit
•
Do -mi - no
w
m
•
te
Traducción: Lectura del profeta lsaías. Esto dice el Señor: Por Sión no callaré y por Jerusa
lén no descansaré, hasta que surja, como un resplandor, su justicia y su Salvador resplan
dezca como una lárnpara. Y verán las gentes tu justicia, y todos los reyes a tu ínclito . . . Y tu
tierra será habitada, porque el Señor se ha complacido en ti.
Ejemplo S
f - -•
(Solista)
Do • n1i · nus
·=!
vo .
- • • - -• • -•
bis - cum.
[Coro)
t=t
Sequentia
::
(Coro\
san-cri e - van-ge · li . i.J secundum Mat thae · um. Gloría libi Do -mi -ne.
32 La música medieval
- • • - - 1
f
(Solista)
�
M
In il - lo tern · pu · re.J Cum esset desponsata mater Jesu
- - • • - 1
f Ma rl . a Jo seph.J
�
antequam conve
•
ni
•
rent. etc.
1
Traducción: El Señor esté con vosotros. Y con tu espíritu. Continuación del Sanco Evange
lio según San Mateo (Gloria a ti, Señor). En aquel tiempo, cuando se hubo desposado la
madre de Jesús, María, con José, antes de que conviviesen, etc.
Ejemplo 6
(;1)
-•- - A
�!
.:::,) 1
(h) )' (l)
De - us
• t• ., - -
iu . sti
•
- cat.j
ri · tas
vi des qui
Quid est ve
Traducción: (a) Amós, ¿qué ves? (b) Oh, Dios, ¿quién te justifica? (e) ¿Cuál es la verdad?
-
ti • • • <•)1(•)(•) - -
¡coro¡
3
' 1
• 'O
IQ w:
"
Ei=i o
-
(• - (�) o a.
es · m
�
l. Pa - ter no • ster: qui cae • lis.
.., A · men.
(1)
-·
4. Fiat vo et m
3.
• - lun-tas tu • a: sicut in caelo ter - ra. A - men.
5. Panero nostrum quo • ti -di • a - num: da no -bis ho · di · e. Qui - a Oeus es.
-·
6. Et dimitte nobis de · bi • ta no -stra: sicut et nos dimittimus dehito ri - bus no -stris. A - men .
7. 1:t ne nos in · du -cas: in ten ta - ti - o • nem. Sed li - be - ra nos a malo.
Traducción: Padre nuestro, que estás en los cielos. Amén. Santificado sea tu nombre.
()
Amén. Venga tu reino . Amén. Hágase tu voJuntad, así en la tierra como en el cielo. Amén.
Danos hoy nuesrro pan de cada día, porque eres Dios. Y perdona nuestras deudas, como
nosotros perdonamos a nuestros deudores. Amén. Y no nos dejes caer en la tentación, más
libranos del mal.
_ U N¡ Yt'
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• •
1 Coro¡ I Solbt:t i
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¡coro¡
M -••- M
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Per om· ni · a sae -cu · la sae . cu · Jo · rum. A · men. Do . mi . nus vo bis cum. Et cum spi · ri - tu tu · o.
00
f .::•,-•a- 1- . . • •· - �I•
1 Solista¡ !CoroJ
..
¡Solist:q
- • • - . . ----. - 1 .-. ..-. --
- -
�
f Coro)
JII ...,.e:::..
�..!'
Sur · sum cor - da. Ha - be · mus ad Do- mi- num. Gratias a ga - musDomi· no De - o no-stro. Di gnum et iu . stun1 est.
f§
!Solista!
f • •=ií •
!Coro¡
San . C(US,
�- 1: ..
--=
San - ctus.
• •
San · ctus Dominus Deus Sa .
- • 1•
ba · 01h.
M
Ple · ni
•
sunt caeli et ter .
M • • (+) • - • 1
ra glo · ri . a tu. a.
O · san - na in ex Be · ne · dictus qui venit 1n no-mi · ne Do-mi· ni.
¡;
cel - sis.
f • • - - -
=•
• '! • • 7
ex- ccl - SIS.
w - H
f Sl'listal
•
Te igitur clementissí - n1e Pa-ter,
-- • 1 �
•M -- •1
per lesum Christum Filium tuum Do -mi· num no -strum, etc.
3
e,
en
¡:;·
l>l
8
O · san na . in
a
�-
El canto de las liturgias latinas hasta c. 950 35
Traducción: Por todos los siglos de los siglos. Amén. El Señor esté con vosotros. Y con tu
espíritu. Levantemos el corazón. Lo tenemos levantado hacia el Señor. Demos gracias al Se
ñor nuestro Dios. Es justo y necesario. En verdad es justo y necesario, equitativo y salu
dable, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eter
no, por Cristo nuestro Señor, por quien los ángeles alaban tu majestad, la adoran las domi
naciones, le temen las potestades, los cielos y las virtudes de los cielos y los beatos serafi
nes juntos la celebran con alegría. Te pedimos que nos permitas asociarnos a sus voces,
con humilde confesión, diciendo: Santo, Santo, Santo es el Señor Dios de los ejércitos. Lle
º?S están los cielos y la tierra de tu gloria. Hosana en las alturas. Bendito el que viene en
nombre del Señor. Hosana en las alturas. A ti, pues, clementísimo Padre, por Jesucristo tu
hijo nuestro Señor, etc.
Ejemplo 9
f --· ·· · -- · ····
JSoUs.o>J
• ;¿; -eu-
1 Corol
• M 1- e - - .. -
1 Soli:;ta J
....
-• - �- •.--.. •
Per om - ni - a sae - cu - la sae - cu - lo · rum. A · men. O - re · mus. Prae · cep • tis
1 • F1
f - - - · 9•!• •
V
sa • Ju • ta · ri • bus mo • ni· ti et di· vi · na institutíonc for • ma · tí au · de-mus
1solis1.11
dí · ce · re. Pa . ter no · ster. qui es in 1:ae · lis: san · cti . fi · ce-tur no · men
.;=• • 1 ML•.c• • w •
f tu . um.... Et ne nos in . du-cas in ten- ta · ti · o · nem. Sed libera nos
•-
....
« .11
a mal -o.
36 La música medieval
f
\Soh"'I
. -- .
bus ma - lis,
�
- - - - -
�be,a nos, qumumus Domine, ab omni
•
f ---- M •
: sen · ti • bus et fu-tu- ris: ... et ab
�
o - mni perturbatione
• M
se . cu . ri.
1
f • -
Per
-�
-
om
-•
'
- ' -
ni . a
•
sae - cu . la
•
sae . cu lo
• •
<e::>
rum.
,
•
1 Coro¡
A
.t
men.
1
f - - - -�
•
1 Solis1.q
!:
Pax
- - - -
Do -mi - ni sit
•=• ..._,. • �
Traducción: Por todos los siglos de los siglos. Amén. Oremos. Habiendo sido insuuidos
con preceptos de salvación, y formados con la divina enseñanza, osamos decir: Padre
nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. . . y no nos dejes caer en tenta
ción, mas líbranos del mal. Te pedimos, Señor, que nos liberes de todos los males pasados,
presentes y futuros... Tennos libres de toda perturbación. Por todos los siglos de los siglos.
Amén. La paz del Señor sea sien1pre con vosotros. Y con tu espíritu.
La fuente en este caso es el ms. benedictino del siglo XI conocido como Sacra
mental de Desiderius (Montecasino, MS 339). Este manuscrito representa un esta
dio más primitivo aún que el ms. cisterciense, y su notación beneventana conser
va mucho de la flexibilidad de los más antiguos neumas. Wagner (op. cit., iii, pág.
70), cita una fórmula más elaborada del prefacio de los domingos y las fiestas.
Formas salmódicas
das en cuatro «familias», según su nota final (re4, mi4, Ja4 ó sol4; la4, sí4, do5 ó
re5 en transposición). Dentro de cada familia se escogía el tenor del tono salmó
dicq de tal manera que correspondiera a la nota que predominaba en la antífona,
aunque esto bien pudiera ser . una cuestión de opinión. Al final se elegía una
conclusión o cláusula apta para desembocar en la repetición de la antífona. Debe
mos añadir que en los tonos salmódicos ambrosianos no existía la mediatio.
Claramente se ve que este sistema admite una gran flexibilidad. Los tonos sal
módicos, caracterizados por entonación, tenor y final, estaban muy relacionados
·con las cuatro familias de antífonas. Estas características debieron de haber sido
comunes a toda la salmodia en Oriente y Occidente antes de la racionalización
franco-romana de los siglos IX y x, que c onsistió en tomar la forma de una rela
ción fija entre el tenor del tono salmódico y el tono de la antífona.
A fin de explicar el concepto occidental de modo es necesario hacer una pe
queña digresión. Hay dos antecesores, básicamente: los antiguos tonoi griegos y
el oktoechos bizantino.
Los tonoi de los griegos no eran modos, sino reordenamientos o species que
conservaban siempre el mismo orden serial de los intervalos, constituyendo una
forma básica de escala (más característicamente una escala menor melódica des
cendente de dos octavas, en nuestra terminología). Así, tomando nuestro la me
nor (de la5 a la3) como patrón, si menor ocuparía el mismo ámbito, pero con do
y fa sostenidos. Al mismo tiempo, una nota de carácter funcional, como, por
ejemplo la «media,> (mese) se trasladaría de la4 a si4. Los griegos establecían muy
claramente que en el segundo caso la nota la4 era la «media» solamente kata the
sin, es decir, en virtud de su posición. Si los tonoi hubieran sido modos, la «me
dia» lo hubiera sido kata dunamin, en razón de su fuerza o función. El objeto de
esto era adaptar una melodía de cualquier tessitura dentro de un ámbito teórico
de dos octavas transponiéndola a una tonalidad adecuada. (Sin embargo, algunos
teóricos presentaban las escalas transportadas en su forma completan1ente origi
nal, por ejemplo, si menor como sí5-si3). Dado que la octava griega, como la
nuestra, contenía siete intervalos, el número lógico de los diferentes tonoi era de
siete.
Los mismos principios se aplicaron también a la octava central mí5-mi4 de los
tonoí completos de dos octavas. A los siete tonoi, Boecio (supuestamente si
guiendo a Ptolomeo) añadió un octavo, situado una octava superior al primero
según la posición de la mese (funcional). El Ejemplo 1 O muestra estos ocho tonoi
en orden ascendente {M = mese), señalándose las octavas centrales con notas
negras. Bajo ellos se muestran las correspondientes octavas como simples escalas
diatónicas sobre el ámbito de dos octavas, con los nombres que les fueron aplica
dos desde el siglo x en adelante entre paréntesis (la razón de estos nombres puede
tener más de una explicación, pero siempre se llega a confusión entre el orden de
los tonoi, y el orden, necesariamente opuesto, de las octavas diatónicas).
Los teóricos medievales pretendieron también que existiera una octava esca
la, pero por razones enteramente diferentes que se relacionan con el sistema mo
dal del Oriente conocido como oktoecbos .
El oktoechos era un ciclo de cantos de la liturgia bizantina para los ocho do
mingos comprendidos entre el día de Pascua y Pentecostés. Cada grupo de can
tos estaba en uno de los ocho modos orientales, o echoi. No se caracterizaban es-
•
38 I.a música medieval
Ejemplo 10
M
-
e- M
-
.e, M
-
,e. M •
l Iipodo rio Hipofrigio J-1 ipolidio Dorio
M
-
... M ... M ...
- M
-
....
Mixolidio 1 l ip<.:rmixolidic >
•
Frigio Lidio
• • •
f -
- 1 • 11 -1 • 1
-
Mixolidio Lidio l:'rigio
-
(
• •
f Dorio
• 1
1 lipoliio
4-
1
11 ipofrigic >
,r
1
1 l ipodorio
-• 1
tos modos por una escala particular, sino por fórmulas peculiares a cada uno de
ellos, Los ocho modos se dividen en dos grupos, de cuatro modos cada uno:
auténticos (kuríoi) y plagales {plagiot). Aun cuando no hay un vínculo teórico
entre cada modo y una finalis particular, en la transcripción resulta que las
rnelodías del primer modo terminan en re4 ó la4, las del segundo en mi4, las del
tercero enfa4 y las del cuarto en sol4. Los cuatro modos plagales tienen las mis
mas finales, aunque la4 no aparece como J'inalis en el primer modo. En realidad,
los músicos bizantinos definían sus modos por sus notas iniciales, más que por
sus finales, siendo precedida cada melodía por una breve fórmula que enlazaba la
nota inicial «correcta» con el inicio real de la melodía. Los modos auténticos se
iniciaban con notas relativan1ente altas, mientras que los plagales, con notas ba
jas. Tal parece que los n1úsicos occidentales jugaron por un tiempo con esta idea,
pero, poco a poco, la fueron abandonando en favor de una definición que englo
bara el ámbito y la finalis. No obstante, conservaron el concepto de una intro
ducción apropiada para sus antífonas en el cuerpo de las finales alternativas de los
tonos salmódicos.
Los teóricos medievales latinos no relacionaron al principio los echoi con los
tonoí. Aureliano de Réóme, que escribe alrededor del 850, consigna cuatro mo
dos auténticos y cuatro plagales, que llama «toni», y describe algunas de sus
características melódicas. (Cuando, con anterioridad, alude al sistema griego anti
guo, se refiere a uno de quince tonoi transmitido al Occidente por Casiodoro.) En
el anónimo Commemoratio brevis de tonis etpsalmís modulandis (c. 900) los to- .
ni se numeran 1, 3 , 5, 7 y 2, 4, 6, 8, siendo lasfinales de cada grupo re4, mi4, fa4
y sol4, respectivamente. El primer intento de vincular los ámbitos de las escalas
de los tonoi con los modos ocurre en el D harmonica institutione (c. 900), de
Hucbaldo y en un tratado anónimo, de diversos autores, que se encuentra unido
El canto de las liturgia5 latinas hasta c. 950 39
a aquél y es conocido simplemente como Alía musica. En una de las cinco sec
ciones, o algo así, en que puede dividirse el Alia musica se encuentra por prime
ra vez la terminología que en el Ejemplo 1 O hemos puesto entre paréntesis, y en
otra sección las escalas se equiparan a las fórmulas características de los distintos
echoi. En esencia, resulta el siguiente esquema, en el cual cada escala se divide en
una quinta más una cuarta, o viceversa, entre las que se distribuye una finalis (F)
y un tenor (T). Las notas entre paréntesis que exceden la octava fueron admitidas
en el siglo x 4 , aunque el nombre y la construcción de la escala del octavo modo
fue solo concluido por Hermann Contractus en el XI:
Ejemplo 11
:: .1
(•)
',. Frigio
•:F::..;;?-
'i . Lidio
2
1(-)•• •
<-(�
�. Mixolidio
1
T T F T
l. Protus II. Deuterus 111. Trítus IV. Tetrardus
Plagalis
f
(�) ��
!.. 1:-lipodorio
1•
� i
(._¡� F T
gr'ª
1
�
� . llipofri�io
� F T
<>.
- -=
--l•l¡
_;-'
H ipolid10
(•)'
2::;Z -
,, -.cWJ¡
F T
:
8. llipornixolidio
Ejemplo 12
f . - --- ;;, - • • w
, :, a . ,, im-ma-cu- la • ti in vi · a: qui ,unbulant in
�
C>- - ..
�
�
le · ge Do • mi -ni.
4 Más concre1an1ente en el Dialogus de 1\111sica. atribuido anteriormente a ()dón ele Cluny, pero
modernarnente considerado como de un monje italiano de c. 1000. Ver Huglo en lb11•1.u! d(.> /o.1usicolo
gíe. l v (1969), 1 19-1 7 1 .
40 la música medieval
. . . - -
2. Be -a - tí quí scrutantur te ·sti -mo-ni - a e - íus: in to-to cor-de ex - qui- runt
. -
C•Uffi,
3. - ;;
- •- • • -)¡' • 1 •• �
- -• - • - - -. 1
Non e · nim qui operan tur in· i - qui - ta -tem, in vi - is eius am bu - la - ve-runt.
.
f.; � • • ¡
'----'
- �
u man . astí man · da - ta tu . a cu - sto · dí - ri ni - mis.
f 4
.. .
� s. ut-1�• nam dirigantur
- •-w
•1
vi - ae me -ae,
�
f. - .- �-
-� - w • fJi- 1 1• �
man . da
�
- ta tu . a.
. . . . . . .
6. Tune non confundar,
.
dum per-spi -ci • o in omni
f . ··· - .-.1 1•
. . -- - .,... - --� 1
7. Con-ft · te-bor tibi Domine in directi . o - ne cor - dis: quod didici iu . di -ci - a tu - a.
• - - F4 MM # M M .- .
Ju-sti - fi - cationes tuas cu· sto-di - am: non me de - re· lin-quas us - que-qua-que.
Traducción: 1 . Bienaventurados los inmaculados en el camino, que andan en la ley del Se
ñor. 2 . Bienaventurados los que escudriñan sus testimonios y lo buscan de todo corazón.
3. Mas aquellos que obran con iniquidad, no han caminado por sus caminos. 4 . Tú mandas
te que fueran observados tus mandatos extremadamente. S. Ojalá que mis caminos se diri
jan a guardar tus estatutos. 6. Así, no seré confundido cuando examine todos tus mandatos.
7. Te confieso de todo corazón, Señor, porque he aprendido tus juicios. 8. Guardaré tus es
tatutos; no me olvides nunca.
5 Gerbert fa4.
El canto de las liturgias latinas hasta c. 950 4'J
ción de la mediatio en cualquiera de los toni. Después de enumerar los ocho toni
con sus melodías salmódicas correspondientes, como se ha mostrado arriba, el
autor hace notar que ciertas antífonas requieren melodías salmódicas especiales,
y aun la alternancia de dos de estas melodías. Como un ejemplo de esto último ci
ta la antífona «Benedicta tu» con los dos primeros versículos del cántico «Bene
dictus Dominus» (a la notación dasia de la Commemoratio brevis hemos añadido
los neumas del códico de Hartker, St. Gall, 390-1):
Ejemplo 1 3
r -
- • -� ·- • • • 1 • - • ....... ..
T J J 7T 7T I
f:
I I J [1] I I T I I
-
_. • -
Be · ne· di • eta tu in
::::,
.,,
M
mu -li . e · ri -bus,
4!..../
et
-.,
1,
-......,;;
/ :
f . . ....- ....................J • • •
ven- tris tu · i. Be· ne · dictus Domi • nus
f - •.. • • - •
M
De ·US
"-
Is ra. el.
1
qui · a
. . ...1
visi tavit et fecit redemptionem ple-bis su -ae.
f . . • - -- . • . - .1
Et e . rexit cornu sa · J u · tis no· bis
1 M•
in do· mo David
M -
pu- er- i su- i.
•'!!
Be-ne-di -eta etc.
Traducción: Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre. Bendito el Se
ñor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, erigiendo un cuerno de sal
vación para nosotros en la casa de David, su siervo. Bendita etc.
El melisma final de la antífona es un ejemplo de neuma (existía uno para cada to
nus), que servía para reforzar la tonalidad o para introducir una característica fes
tiva. Se requería también una melodía salmódica especial para el tonus novissl·
mus, como podemos observar en la antífona «In templo Domini» :
• -�
Ejemplo 14
f • ...: - -� • - ! - �-
- �- - .....
.__:, ........ 11 t:::4
. ferte Domino
- -
In tem-plo Do · mi ni orn · nes d i . cent glo ri. arn. [Ps] Af
f • :- • - • • • • - - • • 1·
•
1 M M
'-"'
(•]
Ji . i
• M
fi . De - i: af · fer • te Do - mí • no fi • li os a . ri · e · tum.
42 La música medieval
Traducción.- En el templo del Señor todos dirán su gloria. Traed al Señor, hijos de Dios,
traed al Señor crías de carnero.
6 La repetición de la antífona después de cada versículo se confirma por una nota que se en
cuentra al principio del penúltimo párrafo de la Comme,noratio bret,is.
-
-� . . -- • n-
-� - "·-- "a l:'%1 m
r
• • • • • •
'-•
• f
I I I =:,
J= I �
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j / t_
•- - • M
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o
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Sol . v1 te tem · plum hoc, di cit m1 • nus; (1)
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Do . et post tri • du - um re - ae di fi
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· ca
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il
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hoc
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J,e;;;;,,
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tem di
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ce bat de
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tem · plo
I I l
cor - po - ns
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su 1. [Fine)
-·Gl
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V,
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�(•) M (M) (M -¡ �
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M) (•} �
0
cor quo- m- am audisti verba o . '°
V\
o
Con- fi - tebor tibi Domine in toto de me o, ris me. i.
Jn con · spectu angelorum psaJlam tibi,
adorabo ad templum sane . tum tu um, et con - fitebor no - mí· ni tu · o.
Su- per misericordia tua et veri · ta - te tu a, quo- ni · am magnificasti super omne nomen sane - tum tu - um.
• In qua -cunque die invocavere te ex- au · di me, mu} ·ti - plicabis in anima me. a vir - tu . tem.
7 Con . fi . teantur tiba Domine omnes re - ges ter quo - ni · am audíerunt omnia verba
rae, o - ris tu . i.
8 Et can . tent in vi · · is Do -mi · ni, quo · rú - am magna est glo-ri · a Do ·mi· ni.
9 Si am · bulavero in medio tribulationis vivi - fi · ca -bis me, et su · per [iram) inimi
corum meorum extendes ma • num tu · am, et sal· vum me fecit dex-te - ra tu . a.
Do - mi • ne re - tri · bu • e pro me, Do - mi . ne
misericordia tua in sae- cu - lum, et o . pe - ra manuum tuarum ne de - spi - ci . as.
Glo · ri - a Patri ei Filio et Spiri ru - i Sane - to, sic · ut
erat in principio et nunc et sem - per, et in saecula saecu lo ·· rum. A- men.
7 Gerbert Confilebor.
8 Gerbert consigna sol.unentc la segunda mitad de este versículo, y omilc el texto del versículo si
guiente del salmo. de O)ancra que t;\mbién lo omitimos aquí. En otros aspectos, su versión -que no
�
obstante hcmo� scg\1ido- difkrc de la de la Vulgata.
9 Gcrberc Si ambulabis.
44 La música medieval
Traducción: Destruid este templo, dice el Señor, y lo reedificaré después de tres días. Pero
se refería al templo de su cuerpo. Te confesaré, Señor, de todo corazón, porque escuchaste
las palabras de mi boca. Te cantaré sahuos en presencia de los ángeles, te adoraré en tu san
to templo y confesaré tu nombre, por tu misericordia y tu verdad, porque has exaltado
sobre todo nombre el nombre de tu santo. Siempre te invocaré: escúchame; aumentarás en
mi alma la virtud. Que ce confiesen todos los reyes de la tierra, porque escucharon todas las
palabras de tu boca, y canten en los caminos del Señor, porque grande es la gloria del Se
ñor. Si ca,nino en medio de la tribulación me reanimarás, y extendarás tu mano sobre la ira
de mis enemigos, y tu diestra me salvará. Señor, devuélveme tu misericordia por todos los
siglos, y no menosprecies la obra de tus manos. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre y por todos los siglos de los siglos, Amén.
no salmódicos, y por último, no bíblicos. Las melodías tienen ya tres o cuatro fra
ses, normalmente, y presentan una cierta regularidad en su estructura, como la ci
tada «Solvite templum hoc». Aunque se compusieron muchos cientos de
antífonas de estas características, todas son estrechamente equiparables a un tipo
melódico determinado, entre cerca de cincuenta, más o menos igualmente distri
buidos entre los ocho tonos. Aun cuando esta clasificación es moderna, introdu
cida por Gevaert (La Mélopée antique) y Frere {AS), es en gran medida compa
rable al método empleado en los tonarios medievales, donde el propósito, pura
mente práctico, era el de agrupar antífonas de acuerdo a su frase inicial, corres
pondiendo cada grupo a una terminación salmódica determinada.
Las antífonas melismáticas del Oficio son producto de finales de la Edad Me
dia, y se estudiarán en el siguiente capítulo. Sin embargo, existe un tipo más me
lismático en la salmodia antifonal de la Misa en los más antiguos manuscritos.
2. Los cantos antifonales de la Misa romana son el Introito y la Comunión.
Originalmente el Ofertorio pertenecía también a esta categoría. Es significativo
que todos estos cantos estén destinados a acompañar acciones litúrgicas. En un
tiempo, todos ellos estaban constituidos por un salmo completo (o una parte
esencial del mismo), con la antífona entre cada versí<.:ulo. El rito papal exigía la
introducciqn de versículos adicionales después del «Gloria Patri» del Introito y la
Comunión, los llamados versus ad repetendem, que podemos encontrar aún en
unos cuantos manuscritos musicales primitivos. Posteriormente, el número de
versículos se redujo a uno, mientras que por la época de los más antiguos docu
n1entos musicales, un versículo elaborado, como el de los responsorios (ver
infra), acompañaba al Ofertorio. Un poco más tarde, la Comunión perdió del to
do su versículo, y más tarde aún pasó lo mismo con el Ofertorio.
Los tonos salmódicos del Introito y de la Comunión eran bastante más elabo
rados que los del Oficio, y los del Ofertoriq debieron de haber sido similares. La
antífona de entrada gregoriana es una melodía lírica, de ágiles melismas y propor
ciones cuidadosamente balanceadas:
El canto de las liturgias latinas hasta c. 950 45
Ejemplo 16
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Ad te Je • va • v1 a ni · mam me · am:
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Traducción: A ti levanté mi alma; Dios mío, en ti confío; que no me avergüence ni mis ene
migos se burlen de mí, y que no sean confundidos todos los que te esperan. Ps. Muéstra
me, Señor, tus caminos, y enséñame tus sendas.
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1 o [l = omitido en S t. Gal!.
46 La música medieval
Ejemplo 17
-
ra <le scen dit: ho . di . e
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sunt cae Ji.
Traducción: Hoy descendió sobre nosotros la verdadera paz. del cielo; hoy, por todo el
mundo se han dulcificado los cielos. V . Gloria a Dios en las alturas, y paz en la tierra a los
hombres de buena voluntad.
4. La forma de la Misa que más afinidad guarda con el responsorio del Oficio
es el Gradual. Sin embargo, en este caso se cantaba solamente una repetición
completa del responsorio, mientras que los versículos eran compuestqs libre
mente, siguiendo el método de centonización descrito abajo, al hablar de los
Tractos.
Damos a continuación un extracto del Gradual «A summo Caelo» en sus for
mas ambrosiana, romana antigua y gregoriana, con el fin de poder hacer compa
raciones entre las diferentes versiones de un canto en extremo 1nelismático (cfr.
PM, I, ii, pp. 6-8. La transposición de esta melodía de segundo modo a una quinta
superior en copias escritas en pauta o en notación alfabética permitió la transcrip
ción de su nota más baja, el teóricamente inexistente sí3b, como Ja4, así como la
inclusión de síes bemoles, que de lo c ontrario se hubieran convertido en míes be
moles. Los cantos se presentaban a menudo de esta manera, una cuarta o una
quinta superior a lo que el estricto sistema modal permitía, a fin de hacer posible
la aparición de notas que caían fuera del mismo):
Ejemplo 18
Londres, Brit. Mus., Add. 34209, p. 7.
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Ambrosiano ( P�:1l111dlus)
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Einsiedeln, Stifcsbibl., 1 2 1 , p. 1 5 .
Montpellier, Facultad de Medicina, H 1 59 , p. 1 5 3 1 2 •
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13 Londres annuncíant; Einsiedeln adnunciát.
El canto de las liturgias latinas hasta c. 950 49
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(Ambrosiano)
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Traducción: Del más alto cielo es su salida ... V. Los cielos declaran pa gloria de DiosJ, el fir
mamento anuncia [las obras de sus manos].
El Aleluya deriva, en esencia, del uso de esta palaba hebrea en los salmos, en
donde se le podía dotar de un largo neuma o jubílus sobre la sílaba final. (Esto
bien podría ser el origen del neuma separado que puede unirse a otros cantos;
ver supra, pág. 00). San Gregario sancionó la ejecución del Aleluya, cantado
aisladamente, como un canto de la Misa; pero alrededor del siglo IX se le aña
dieron uno o más versículos de composición libre:
Ejemplo 19
Einsiedeln, Stiftsbibl. , 1 2 1 , p. 1 .
Interpretación de las alturas de: M()ntpellier. Facultad de Medicina,
H 1 59. p. 1 1 5.
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50 La músíca medieval
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ni · am in -vo- ca- vi te.
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Traducción: A ti, Señor, levanté fmi alma) ... etc. V. Dirígeme en tu verdad. . . etc. Mira en mí
y ten misericordia de mí, Señor, custodia mi alma y líbrame; no seré confundido porque te
he invocado.
Ejemplo 2 1
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(en cuanto a las peculiaridades en la notación de estas cadenicas en los n1ás antiguos n1anuscritos, ver
el ejemplo siguiente)
1 4 En Mon!pellier I 59, la sección comprendida entre esta nota y el final se repite, transportada ;¡ la
quinta superior .
52 La música medieval
Por otra parte, debemos distinguir entre esta clase de motivos cortos y las frases
tipo (con frecuencia llamadas también fórmulas) sobre las que están construidas
composiciones enteras. El cuerpo de estas frases difiere, por supuesto, según se
trate de un modo o de otro. Una peculiaridad interesante es que, dentro de cada
modo, la mayoría de los más antiguos Tractos termina con la misma frase tipo;
con esto se abandona la idea de que éstos son formas abreviadas de piezas más
extensas. La extensión de los Tractos varía entre dos y catorce versos, y cada ver
so puede contener tres o cuatro frases.
Se han usado varios métodos para analizar los tractos, pero el que empleamos
aquí permite clarificar todos los aspectos esenciales de construcción: cada frase
se señala con una letra al comienzo (A, B; C, etc.) y al final (Z, Y, X, etc.), siendo la
última frase tipo MN. Los miembros de frase inicial y final pueden trasladarse a la
parte media de la frase, con material idéntico (por ejemplo, AZ), o bien unirse
consecutivamente, con material independiente (por ejemplo B-Y). Las cifras
puestas a continuación de las letras indican versiones progresivamente más cortas
de una frase tipo (por ejemplo Y, Y 1 , Y2 :); las minúsculas denotan motivos cortos
relacionados con las frases más extensas. El método se aplica aquí a los cuatro
versos de un solo Tracto, si bien el análisis de todos los Tractos primitivos en
cualquiera de los dos modos nos haría lJegar a resultados más amplios (ver, por
ejemplo, Apel, Gregorian Chant, pág. 319).
Ejemplo 22
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El canto de las liturgias latinas hasta c. 950 53
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sus. ti
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I
te, Do
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és do5 do5 clo5 sol5. Nue:;tra interpretación intenta conservar la dirección aparente de las alturas de
los neun1as de Einsiedeln. La interpretación de las otras formas de trigon con10
()
Traducción: Desde lo profundo clamé a Ti, Señor; Señor, escucha mi vo�. 2. Estén tus
oídos atentos a la oración de tu siervo. 3. Si llevases cuenta de las iniquidades, Señor,
¿quién resistiría? 4. Porque en ti se encuentra el perdón, y a causa de tu ley te he defendido,
Señor.
Otras formas
Ejemplo 23
f • • - -- • - :1 - • - -; - • .;$.
---.
�
1
- e . le son. (x3) 1 - son.
- -
Ky - ri Ky - ri - le •
le son. (x3)
e
Chri - ste e
Ky - ri - - - -
i
e le i son. (x2)
Traducción: Señor, ten piedad. Cristo, ten piedad. Señor, ten piedad.
Ejemplo 24
Traducción: Gloria a Dios en las alturas, y en la Herra paz a los hombres de buena volun
tad. Te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorifican1os, te damos gracias por tu in
mensa gloria.
El cuerpo real de su melodía es muy similar al del cuarto tono salmódico (ver
Ejemplo 12), y más similar aún al Pater Noster mozárabe (Ejemplo 7).
· Los ritos galicano y mozárabe empleaban como cantos del Ordinario tanto el
«Benedictus Dominus Deus Israel» (Cántico de Zacarías, Lucas, 1, 68) con10 el
«Benedictus es, Domine Deus patrum nostrorum» (Daniel 3, 52). Una versión de
este último puede encontrarse en el arcaico rito romano del sábado de la semana
de Témporas de Adviento (LU, pág. 348; GR, pág. 16).
56 La música medieval
Ejemplo 25
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- • - - • • • - •
• •
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Pan · ge, lin · gua, glo JI
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su . per cru - cís tro · pae · o die tri - um- phum no - bi lem,
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- • - • - • • • • • • ... • • 1
1•
Dado que, de hecho, la mayor parte de fuentes que son legibles son de fecha pos
terior, y contienen un repertorio diferente, se trtará de los himnos con mayor ex
tensión en el próximo capítulo.
1 6 P. Evans ha señalado recientemente (The Early Trope Reperto,y) (El repertorio antiguo de tro
pos) que el término tropus en los manuscritos musicales se aplica sólo a las adiciones en las que apare
cen a la vez nuevas palabras y nueva música (normalmente en estilo neumático o melismático). Pero
se necesita una palabra, en inglés, que denote todo el fenómeno de las adiciones-verbales, musicales o
verbal-musicales a un canto existente, y la palabra «tropo• ha sido aceptada generalmente en este sen-
58 La música me.dieval
sobre la sílaba final de la palabra «Alleluia», bien en su forma original, bien modifi
cado o extendido. En su forma definitiva medieval, la secuencia consistía en un
texto muy extenso, en verso o en «prosa poética», que se adaptaba a una nueva
melodía o a una modificación deljubilus original y que tenía la finalidad de susti
tuir la repetición del Aleluya después de su versículo. Dado que esta repetición
era ejecutada por el coro después de su primera frase, la misma secuencia, aun
cuando a menudo estuviera en extremo elaborada, fue también un canto coral.
Que la secuencia fuera originalmente una mera variante y extensión melódica
del Aleluya en su repetición después del versículo es en la actualidad admitido
generalmente 1 7 . La frase inicial (cantada por un solista) permanecía invariable
normalmente, y a ella seguían una serie de frases repetidas (dobles versículos) con
una única frase corta para concluir, aunque existen muchas variantes de esta
estructura básica. Esta clase de melismas, y no los jubili originales del Aleluya,
son las melodiae longissimae a las que Notker Balbulus, monje de St. Gall (m.
912) añadió textos, basándose en el principio de una sílaba por cada nota. (Aun
que encontramos también textos silábicos en Aleluyas originales, así como en sus
versículos, su fecha es posterior y son ajenos al origen de la secuencia. Ver infra,
pág. 00).
Notker no pretendía haber originado la práctica de adaptar textos a secuen
cias, sino que tomó la idea de un monje que había escapado de la abadía de Ju
mieges después de la devastación normanda en 851 u 852, y recibió consejos de
su maestro Yso (m. 871). Algunos aspectos parecen indicar la prioridad de Fran�
cía en la evolución de la secuencia como forma literaria: las secuencias francesas
conservan frecuentemente la palabra inicial «Alleluia» en la frase inicial; hacen uso
frecuente de rima o asonancia en las sílabas finales (-a, -am, -as, etc.) y existe, do
cumentado, un estadio intermedio en el cual algunos pares de frases, aunque no
todos, están provistos de texto (por ejemplo, «Adest una», «Adorabo major», «Ful
gens praeclara» en A. Hughes, Anglo-Frencb Sequetae [Sequelae
anglo-francesas}, números 2, 3, 23). Las secuencias que se originaron en Alema
nia y en Italia tienden a ignorar estos aspectos. Cuando puede demostrarse que
tido. Por supuesto, no queremos insinuar con esto que los tropos, en el sentido técnico de la palabra,
hayan precedido históricamente a las secuencias: los más antiguos se atribuyen a Tutilón de St. Gall
(m. 913).
1 7 La idea de que la secuencia fue en su origen una forma literaria (Dronke, «Thc Beginnings of
the Sequence», etc.) es en gran parte el resultado de su definición según sus características literarias, .
tales como la disposición de pareías de estrofas idénticas. Sin embargo, la definición adoptada aquí es
de carácter litúrgico. Dado que los repertorios de secuencias con texto y de secuencias melismáticas
aparecen en las mismas o en similares fuentes, no es posible dilucidar sobre esta base el problema de
qué tipo de secuencia apareció en primer lugar. La prioridad de la secuencia melismática parece es
tablecerse por referencias a ella por parte de Amalario (c. 800) y Notker, por el paralelismo con otras
formas litúrgicas que sufrieron un proceso similar, y por la existencia de numerosos textos que podían
aplicarse a una misma melodía. No contradice los argumentos anteriores el hecho que los títulos de
ciertas secuencias sin tex:to son los de los textos relacionados con ellas en otras partes.
Todas las secuencias melismátic;as son versiones musicales de la palabra Alleluia, aunque de ning�
na manera todas derivan melódícamente de Aleluyas •gregorianos•, Los puntos de vista expuestos arri·
ba no excluyen la posibilidad de encontrar variedad de orígenes, incluso profanos, en cuanto al conte·
nido musical, ni la exístenci:1 simultánea oe formas con texto desde una fecha temprana. Pero la se
cuencia como tal se originó en la liturgia, y los testin1onios de su desarrollo deben buscarse en fuentes
litúrgicas.
El canto de Jas liturgias latinas hasta c. 950 59
r:--1 ,r ,
-r---t.1-JF··--O.
f Chorus)
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11
le luí a.
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r- er-.,Ju¡¡;
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_ _ r -, ...---..._ r___ -,
Ibid., f. 167v.
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(b) [Solo) [Chorus)
r -, r - j. .,
-
Al le luí a.
f! r
f-r p . J r r � • • J • 11 Pr E �• J· r r r
Sal • us ae• ter - na, in·de- fi - ci - ens mu11-dí vi - ta. Lux sem-pi- ter · na, et red-em -
60 La música medieval
Ibid., f. 130.
f r r
(e) (Solo)
J J J . J r F · r r r t1 r r • J • 1
�a. re san -cto-rum se - na . tus a - po . sto - lo • rum,prin • ceps or · bis ter · ra • rum
r: -,
f r
[ C'horus I
r q r r J JJJ 11 r E • • J ar J • r. J .1
F
Ec - cle- si · a · rum mo· res et vi· tam mo-de-ra• re,
fr
re . ctor-que reg- no • rum,
r J r• •- • r J 1 • •
-
Quaeixper doc · tri · nam tu · am ti • de · les sunt u • bi • que.
• •
f r •j
J r r r t? r
An . ti · o · chus et
r r J r r
Re-mus•9con · ce
1 . dunt ti · bi,
(é •
Pe · tre, reg • ni so · li • um; etc.
Traducción: b) Aleluya. Salvación eterna, indeficiente vida del mundo, luz sempiterna y en
verdad nuestra redención, condoliéndote de que la raza humana pereciera por la fuerza del
tentador, etc.
e) Ilustre consejo de los santos apóstoles, príncipe del mundo y soberano de los re�nos,
gobierna las costumbres y la vida de las iglesias, que por tu doctrina permanecen fieles en
cualquier parte. Antioco y Remo te conceden, Pedro, el trono del reino; etc.
La cuestión del punto de origen de este corpus de melodías es, con mucho,
más interesante que la de la secuencia como forma literaria.
El principio general de enriquecimiento melódico de un repertorio normal a
través de repetición, variación y extensión se encuentra en otras formas respon
soriales, aunque, por lo general, no siempre en conexión con repeticiones de la
sección responsorial. Hay testimonios de que esto ocurría en el canto galicano y
en el mozárabe; los más interesantes son las repeticiones variadas del Aleluya en
el canto ambrosiano (ver NOHM, ii, pp. 131-136). Este principio es uno de los
orígenes del tropar y fue, en la secuencia, un tipo mucho más especializado de
tropo, donde pronto alcanzaría madurez.
Ms. quí.
18
19 Ms. Rornus.
El canto de las liturgias latinas hasta c. 950 6l
Bibliografía
Fuentes musicales
Para el canto judío véase Idelsohn, Tbesaurus; el canto bizantino puede estudiar
se en facsímil y transcripción en MMB. El Gradual romano antiguo está editado
en MMMA, ii; en cuanto al canto ambrosiano
·- . ·-- .. véase PM, I, v-vi (facsímil y trans-
cripción) y las ediciones modernas AMM y L VM. El antifonario visigótico se en-
cuentra en facsímil en MHS, vi. El canto gregoriano está disponible en facsímil en
numerosos volúmenes de PM, complementado por AS y GS para el rito de Sa
rum. El MS H 159 de Montpellier (facsímil en PM, I, viii) ha sido editado por Han
sen; entre las ediciones modernas «oficiales» se cuentan LU, GR, AR, AM. Hay
una selección de Ofertorios con sus versículos en Ott, Offertoriale; para los Ale
luyas véase MMMA, vii; para los himnos MMMA, i; para las secuencias Hughes,
Anglo-french sequelae. Una reciente selección exhaustiva de cantos latinos se en
cuentra en Anthology of Music ( == Das Musikwerk), xviii (Oxford y Colonia,
1960}.
Fuentes literarias
Las ediciones clásicas de los teóricos griegos son las de Meibom, Jan, Macran
(Aristóxeno) y Düring (Ptolomeo). Los Padres de la Iglesia en PG, PL, CSEL; San
Agustín, De Musica, en PL, xxxiv; traducción alemana por C. J. Peri (Estrasburgo,
1940); con traducción francesa por G. Finaert y J.-J . Thonnard(Brujas, 1947). Boe
cio, De Inst. Musica en PL, lxiii y ed. por Friedlein; traducción alemana por
Oskar Paul (Leipzig, 1872). Casiodoro, /nstitutiones en PL, lxx y ed. por My
nors; lib. ii, 5, «De musica» en Gerbert, Scriptores, i, pp. 15-19. Isidoro de Se
villa: Etymologiae en PL, lxxxii y ed. por Lindsay (extractos en Gerbert, op.
cit., i, pp. 19-25); De ecclesiasticis officiis en PL, lxxxiii. Benito, Regula, ed.
por McCann ( con traducción inglesa). Beda, Historia Ecclesiastíca, ed. por
Colgrave y Mynors (con traducción inglesa); Amalario de Metz, De ecclesiasticis
officiis y De ordine antiphonarii en PL, cv y ed. por Hanssens.
Textos litúrgicos: Brightman, Liturgies; Sacramentario leoniano, ed. por
Feltoe; Sacramentarios gregoriano y gelasiano, ed. por Wilson. Textos españo
les en MHS; Hesbert, Antíphonaie Missarium Sextuplex y Corpus Anttphona
lium Officii. Himnos y secuencias especialmente en AH, también en muchas
colecciones de poesía latina, incluyendo la de Raby. Tropos en Corpus Tropo-
rum (Estocolmo, 1975-).
Teoría musical, entre los siglos VIII y X: Gerbert, Scriptores, i, da los textos
de Aureliano (Musica Disciplina), Remigio de Auxerre, Hucbaldo (De Musica),
el llamado Alia Musíca, de varios autores, los llamados Musica Enchiriadis y
Schola Encbiriadis de Otger, el anónimo Commemoratio brevis (estos últimos
cuatro fueron editados bajo el nombre de Hucbaldo), Regino de Prüm (De Rar
monica lnstitutione) y el Dialogus, y otras obras atribuidas a Odón de Cluny,
pero en realidad, anónimas. Entre varias ediciones recientes se cuentan el Afia
Musica, por J. Chailley (París, 1965), Aureliano por L. Gus�ee ( CSMi x:xi); una
62 La música medieval
del Musíca Encbiriadis, por H. Schmid está anunciada. Hay traducciones ingle
sas de Aureliano O. Ponte, Colorado, 1 868), del Musica Enchiriadís (L. Rosen
tiel, Colorado, 1976) y de Hucbaldo en C. Falisca, ed., Iíucbald, Guido, and
John on Music. En cuanto a los tonarios, Coussemaker, Scriptores, i, publicó el
de Regino de Prüm y uno atribuido a Odón de Cluny, pero en realidad francis�
cano (nótese también que el Proemium tonarii editado por Gerbert, i, 248, no
es un prefacio al tonario atribuido a Odón por Coussemaker, sino a un tonario
que se puede atribuir a otro Odón, de un MS inferior y con una atribución a
Guido d'Arezzo, publicado por Cousemaker, op. cit., ii, 78-1 09); para obras re
cientes sobre los tonarios, véase infra. Para un estudio sobre la literatura y las
ediciones más antiguas ver Reese, Music in the Middle Ages, pp. 1 25-127; para
una excelente relación de obras recientes, véase A. Gallo en AcM, xliv (1972),
pp. 78-85.
Estudios
cieron las adaptaciones musicales han sido enumeradas por Apel (Gregorian
Pentecostés, es el Gradual St Gal! 339, del siglo x. Las fuentes de las que se hi
Chant, p. 68).
Aparte de estas adaptaciones, el término «gregoriano» es menos apropiado
para las melodías litúrgicas de los siglos x a XIII que para las de la época prece
dente. No obstante, bajo este título consideraremos piezas que pertenecen a
65
66 La 1núsica medieval
Ejemplo 27
Einsiedeln, Stiftsbibl., 12 1, p. 358.
- ........_-
Js ·[Coro]
r -, ....-::-,-... r. r
-
El canto latino posterior y sus formas derivadas 67
( Fine 1
::i e: ., r - ,
, , r··a:· oocrr··r[r]r,bus stis
·r---r··r
r ., -,
• J:1 rr e
Jo . cu tus est no
-,V:
[En versiones posteriores se añade el mdis1na S al .Fine; luego se repetiría el Alleluia, pero sin que el
coro repita en frase inicial del solíst:1. Para la secuencia basada en este A//eluia ver h1 parte superior del
ejemplo 47.J
Ejemplo 28
AS, lárn. 361.
r- -, r- ,
- • t-
-J '!........... - .'---'... -::::.!.:)" '!'......- • ..-- -
.,
o C'hri • sti pi tas.
- - � �- �-
d � �
.. -_,-, ,... .;.; - !;:!_jt t• - 1
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ni per · se - quen <la lau <le:
La música medieval
- -. -• --
68
z == 77
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• • •
4
fa - mu li Ni · cho · la · me rí ta
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nam ex_, tum nat,
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-
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que
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'-"
gui . dos sa
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nat.
Ejemplo 29
a:::r F�F • E E
Interpretación de las alturas de: Londres, Brit. Mus., Lansd. 462 ( GS. lám. 7) * .
.
2' "'F •1 fil - � s t - .'
•
1 .3. Ky n · e
• -
.. -
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V F rJ -, r f?· r • r r 1
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'.!. Ky e le .
r • r • Dr�f • E f r - • - •
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- -
4.6. ('hri · ste
9: r'§) - r • - r;-
r et· 1
; �r yi -,
,
... . .
7.9. Ky ri · e
, re ,rrr•·-· ·t
r:: -, r.:- .,
=-r 1 • - r r o:· r-rr1
,..--:, ,- , ,,-.
r::
,
= �i:.• , r.
Traducción: Señor, ten piedad. Cristo, ten piedad. Señor, ten piedad.
calmente disímil, excepto en el caso del Ite o del Benedicamus, que podían
guardar relación con el Kyrie. Sin embargo, la Misa VIII, conocida como «De
Angelis», constituye una pequeña excepción, dado que al Kyrie y al Ite, rela
cionados entre sí, se añade un Gloria y un Credo (Credo III) que musicalmente
guardan relación con los anteriores, si bien éste último se considera ya del siglo
XVII. El Credo ha mantenido, por lo general, su situación aíslad¡1 aun en las
publicaciones modernas.
4. Se ha explicado ya (p. 00) que no existen fuentes que transmitan con
seguridad las melodías primitivas de los himnos. La edición clásica de las
melodías es MMMA, i, aunque de ninguna manera es completa. A finales de la
Edad Media se produjeron numerosas adiciones al corpus, así como variantes
que pusieron a las melodías más en conformidad con los cánones artísticos de
la época. Esto puede apreciarse bien eri las versiones inglesas del siglo XJII -y
x1v- de los himnos recopilados en Plainsong Hymn Me/odies and Sequences
(Himnos, melodías y secuencias del canto llano) y utilizados en himnarios mo
dernos, como en el English Hymnal (Himnario Inglés) (2. ª ed., 1933). No se
puede evitar e] sentir que, en la versión de Sarum, esa maravilla de sencillez y
economía de medios que es «O lux beata Trinitas» ha encontrado su forma per
fecta (cfr. la versión del AM, p. 533):
Ejemplo 30
�-___._- • • •
--:::::::..
be - a · ta
•=!
Tri tas 1am
-•
<
sol
> -
.
re
iií
111 • tas:
lux, ni ·
Et prin ci - pa - lis U
"
gne
•
us. In • fun
. - �! -� .j
de lu- men un - di • bus.
(� estrofas)
Traducción: Oh luz, bienaventurada Trinidad y Unidad prilnera: ahora que el sol, infla
mado, se retira, infunde tu luz a los corazones.
Pocas melodías ofrecen una tensión similar a ésta en su construcción, pero las
mejores de ellas muestran el mismo bien balanceado estilo neumático, que ni
destruye ni exagera el ritmo del texto.
Los tropos
La secuencia
l
melodías totalmente nuevas, y por último, que las palabras se componen pri
mero, antes de una melodía nueva o adaptada. Este cambio está relacionado
principalmente con Wipo de Borgoña (m. c. 1 050), cuya «Victimae paschali lau
des», conservada en los modernos libros litúrgicos en una forma ligeramente
modificada, es un buen ejemplo del estilo de transición. La música y el texto,
que aún no es métricamente regular, se adaptan perfectamente, aunque no es
del todo seguro, tanto en este periodo como en la tardía Edad Media, que el su-
El canto latino posterior y sus formas derivadas 73
puesto autor del texto lo fuera también de la música. Se alcanza un estado más
avanzado en las obras de Adam de San Víctor {ed. por E. Misset y P. Aubry,
París, 1900), quien vivió en la primera mitad del siglo XII. Ya se ha establecido
. firmemente un metro trocaico regular (aunque esto no implica la exclusión de
otros ritmos), normalmente bajo la forma 887 887, con rima aab ccb para cada
estrofa o par de versos. En estrofas posteriores el modelo pudo haberse exten
dido a 8887 u 88887 con la correspondiente rima aaa(a)b, ccc(c)b, o alguna otra
variante. En algunos casos, este tipo de variantes aparece desde el principio y
realmente no debería subestimarse la variedad métrica de la obra de Adam en
su conjunto. Cada par de versos se cantaba normalmente con la misma
melodía, siendo abandonado el antiguo verso aislado al principio y al final, aun
que se aplicaba a veces el mismo principio, en cambio, a pares de estrofas. La
música (que no se sabe con certeza que fuera del mismo Adam) es también más
variada de lo que a veces se supone; su estilo se podrá ilustrar con unos cuan
tos versos de su secuencia para la Circuncisión, en la que hay solamente una
estrofa «normal» (no citada aquí).
f ... . - . .___,. �-
Ejemplo 3 1
-....._:.... •-......__;• • - • • .. • • !I
l . In ex · cel- sis ca m tur . re gi na to glo n . ª·
f
Per quem ter · rae red di tur et cae - lo con · cor · di . a.
111 • � ; • ¡ � • 3 . . . . ... . . 1: • • • i •� ¡ ; i
2. fu- re di - es c o - li - tur Chri-sti na- ta- Ji - ci - a.
f. . .
3. Me · di · a - tor no-bis da- rus
Quo na-scen-te na- sci . tur no-vae le- gis gra- ti - a. 4. Non a · mit- tit cla-ri · ta -tem
. - .• • - • - • • 1 • - • • • • • •11
� in · sa . lu - tis pre:-um, N:n na· tu- rae sed re - a · tus re - fu . gil con - sor- ti un1,
stel - la fun-dens ra -di -um, Nec Ma- ri· a e.a - sti - ta- tem pa ri . en do fi . Ji • Ulll
- . - ! - - . 1- - · - ! -
'e,.. ee
...
-e
, ¡., •- �
�'! • - • �·I
.-.
de mon-te la - pis cae-sus si · ne 1na. nu ni. si le - sus qui.Lle re- gum li - ne· a,
Si ne car-nis o · pe· re, efe car- ne pu- e r pe • re pro-ces-si I vir . gi - ne. a?
f lj: - w • • • • • 1• •
6. So - li • 1u · do flo - re - at
* • • - .;:; 1 - -
et <le· ser -!um gau-de - at:
. - • - -i
vir- ga les - se flo-ru - it.
-• -•
Ra-dix vir,ga,n. virga ílo-rem. vir- go profert Sal- va · to- rem, si · cut lex prae-d - nu . it•...
�:
�1
-•
- - -
le · su. pu er im . mor · ta · lis.
w 1
ex
- -
- • -
ae . ter • no te1n - po . ra . lis.
w
f
ve mor - tem ham.: vi . ta 1cm.
• • • • -
-�
Tu post vi tam hanc mor · ta - lem. si
•• •'=
;;:• w:; _z •1 • : ,;- • •
..
nos ah hu · ius vi . tae ma lis tu po ten ter e
......
.
-•I
ru- e;
vi· tam no · bis im • mor - ta le111 cle-mcn· ter re · st i tu -e.
74 La música medieval
Traducción: 1 . Gloria en las alturas se canta al Rey recién nacido, por quien se devuelve
la concordia a la tierra y el cielo. 2. Con razón se venera el día natal de Cristo, por cuyo
nacimiento nace la gracia de la nueva ley. 3 . Mediador, dado a nosotros como precio de
la salvación, no rehúye la compañía de la naturaleza, sino la del pecado. 4. No pierde su
claridad la estrella cuando derrama su rayo, ni María su castidad al parir a su hijo. 5. ¿Qué
es una piedra arrancada del monte, sin trabajo htunano, sino Jesús, quien, de estirpe re
gia, sin la acción de la carne brotó de la carne virginal de una parturientá? 6. Alégrese la
soledad y goce el desierto: Ha florecido la vara de Jesé. La raíz produce el tallo, el tallo la
flor, y la Virgen al Salvador, como lo había predicho la ley. 1 1 . Jesús, niño inn1ortal, y,
desde la eternidad sometido a la acción del tiempo, con tu poder líbranos de las malda
des de esta vida. Tú, después de esta vida mortal, o muerte vital, devuélvenos, con tu
clemencia, la vida inmortal.
Las secuencias que se han conservado en los modernos libros litúrgicos (excep
to la «Victimae Paschali») son similares a las más corrientes de Adam; hasta la
«Lauda Sion Salvatorem», de Santo Tomás de Aquino, para el Corpus Christi
(LV, p. 945; GR, p. 3 1 5), utiliza una de las melodías de Adam (cfr. ejemplo 76).
El conductus
El drama litúrgico
piada para la conclusión del Oficio nocturno que para la de la Misa del día de
cua, que empieza con las palabras «muy temprano en la mañana», era más apro
Pascua celebrada a plena luz del día. Habiéndose trasladado a Maitines, al pare
cer se reafirmó el género y no fue ya solamente en Pascua y Navidad, cuando
son totalmente apropiados, sino también en muchas otras ocasiones que estas
piezas se representaron. Casi siempre la rúbrica de conclusión indica que debe
ejecutarse el Te Deum, siendo éste el canto final de Maitines en todas las festivi
dades.
La más antigua fuente «dramática}) de una pieza pascual es probablemente la
que se encuentra en uno de los dos troparios de Winchester, de principios del
siglo x1 (Oxford, Bodleian Library, Bodl. 775), donde, sin mebargo, se le sitúa
curiosamente entre los tropos del Domingo de Ramos y del Sábado Santo 2 . En
este caso, el diálogo original se prolonga por medio de conocidas antífonas
puestas en labios de los personajes. Su situación litúrgica se aclara y sus breves
intrucciones escénicas, que no valen más que para los que cantan tales frases,
· se complementan con un pasaje de la Consueta benedictina inglesa del siglo x,
conocida como Regularis Concordia. En la siguiente transcripción, un com
pendio de esta última se combina con una transcripción de los neumas del ma
nuscrito de la Bodleian, obtenido en parte por comparación con otras fuentes
más legibles y descifrables (cfr. ML, xxvii, pp. 5-7):
Ejemplo 32
r ..,
r
ri
-
Quem
2: :pr r r
Mujcr<:s:
Je
F
.
• r -
sum
; Jj_
:r 2 f?- r 1
.;
r •
Na - za - re-num cru-ci -
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' r r Q� r r r - r rY ; F 1
• •
r
w
Angel : .
---.....
-
r
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Non est sur - xit sic ut xe rat:
r
.J
1 te nun-ti . a te qui- a sur . re xit di - cen tes: 3
-
, r- - t? r F r ' r r F • Jj_ - r r
Mujeres (a la d<>reo'll):
r
; .... >
1
• - • •
Al - le • lui • a, re· sur- re - xit Do- mi - nus ho di e,
'}: • ;J é - r • • JJ.
r :1
r rF r
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1
De -
., - -, r
l.
De . o gra - ti as, di ci te ei a.
r • r • • • • •
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Angel:
.
,Y
Ve · rú te et vi . de - te lo cum u - bi si tus
• •
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po
r r (?-
e • rat
r--. r r¿ -1' r 1
r
Do - mi . nus, al le • tu . ia,
�
al le . Ju . ia.
- '3 En Regularis Concordia encontramos a mortuis por dicentes, lo cual acentúa el sentido dramá·
tico.
El canto latino posterior y sus formas derivadas 77
Entran en el sepulcro y ,•en la tela en que la Cruz (que representa ti aCristo)· estul'o en1•iwlta. La
r
· ·-
r r
despliegan ante la (lSamblea clerical.
r r r r • •
t>= r .-f r: r rr
Angel:
il!
7
... r
4 C'i . to e - un tes. di - Cl • te di - sci · pu lis qui - a sur re xit
• •
r
? r r Do
r
1 r� r rfai -1 r
mi . nus. Al le . lu . ia,
.....--.....
al le lu ia.
1
-
xil Do- mi - nus de se - pul chro. qui pro no his
--,
,. r r
Sur - re
• • •
pe . peo - dit m li
@ r: 1 r
gno. Al .
77r ---r: 1
le lu 1a.
Luego el Prior entona el Te Deum.
Magdalena con el supuesto jardinero. Las otras dos Marías reaparecen luego y
hay regocijo general; por último, Cristo mismo entra en la gloria y se canta el
Ejemplo 33
f •• - - • • • - . - . . - - . . - . -. .
He· u. he- u. he - u:
-
quo-mo- do gau -de- bo, dum mor-tt, · a membra vi · de-bo'? ...
Traducción: Ay, ay, ay, ¿cómo podré regocijarme, si contemplo los miembros muertos?
Oh dolor, oh gozos trocados de los padres y las madres.
nosotros, es única entre los dramas que se han conservado de este periodo por
su gran extensión, por la originalidad y variedad de su música y por el vigor de
su caracterización. El conductus silábico coral se emplea extensamente para
acompañar la entrada y la salida de los personajes. A través del texto se infiere
el uso, a veces, de voces varoniles e infantiles, simultáneamente ({<turba virilís et
puerilis»), y de . instrumentos («Simul omnes gratulemus, resonet et tympana;
citharistae tangant chordas, musicorum organa resonent ad eius praeconia») 6 .
Aunque, en general, debemos ser cautelosos al transferir las imágenes poéticas a
una práctica real de ejecución, existe una gran justificación para suponer la
existencia de una participación instrumental en una festividad tan conspi
cuamente caracterizada en otros aspectos por una libertad verdaderamente
asombrosa.
Hemos recorrido un largo camino desde la primitiva representación del se
pulcro, con su música preexistente y su inmediata aplicación litúrgica. Sin em
bargo, el drama medieval no estaría destinado a desarrollai:se más ampliamente
en esta dirección, sino que, saliéndose de la órbita de la Iglesia, se transformaría
en una forma vernácula, en gran medida recitada.
Métodos de ejecución
Hemos llegado a un punto adecuado para tratar varios de los problemas de eje
cución de la música medieval primitiva. Una vez que las alturas reales han podi
do descifrarse (bien directamente, bien por comparación con otras fuentes), el
principal problema es el ritmo. Este problema es constante en toda la música
anterior a 1225, aunque los puntos oscuros cambian según el periodo. Se ha
explicado ya (pp. 2 1 , 3 7) que las escasas referencias a valores cortos y largos en
los teóricos del siglo IX -y del x- no permiten una rigurosa aplicación del
principio al canto latino en su conjunto, ni su notación proporciona indica
ciones claras de ritmo mensurado cori exactitud. No obstante, en general se ad
mite que desde el siglo x hasta el x111 los ritmos de los siglos anteriores, más
complejos, decayeron en un cantus p lanus de movimiento lento. Sin embargo,
desde mediados del siglo x111 encontramos una vez más un intento de cuantifi
car los valores rítmicos del canto latino, comenzando por las reglas de Jeróni
mo de Moravia (enum.eradas por Reese, Music in the Middle Ages,
pp. 145-146). En la baja Edad Media el punctum en forma de diamante se usó,
en los cantos silábicos, para indicar las sílabas cortas, y esto, junto con la per
manencia del uso de la virga licuescente, en su significación aumentativa, con
dujo al uso -en Inglaterra al menos- d e los signos del canto llano como una
notación alternativa para la polifonía simple, a finales del siglo xv y principios
del XVI.
Mientras tanto, se originó un nuevo concepto del ritmo en relación con la
polifonía de los siglos XII y XIII a fin de poder conjuntar las distintas voces: to
dos los ritmos fueron ternarios y siguieron uno de los seis modos rítmicos. Este
.
6 «Congraculémono·s todos juntos y que resuenen los timbales, que los citaristas pulsen sus cuer
das, que resuenen los instrumentos de los músicos en su alabanza. »
El canto latino posterior y sus formas derivadas 81
sistema será explicado ampliamente más adelante (pp. 1 02-106), pero lo saca
n1os a relucir ahora porque ha sido -aplicado por algunos estudiosos modernos
a la música monódica del mismo periodo. Según esta teoría, el modo de una
pieza puede determinarse de acuerdo a la versificación de su texto; el metro
trocaico producirá el primer modo ( J J ); el yámbico, el segundo ( J J ),
etc. Pero el esquema de acen'tuación del segundo modo es, en la teoría polifó
nica, el opuesto al pie yámbico (o a su equivalente) del verso (lo mismo se apli
ca al modo 4. 0 y al pie anapéstico), y este tipo de transcripciones, en su alter
nancia de valores cortos y largos, sumamente dudosas al aplicarlas a ejemplos
de versificación clásica como los himnos yámbicos de san Ambrosio, pierden
toda su justifícacón teórica cuando se aplican a versos no cuantitativos. Una ob
jeción más amplia a la teoría modal es el hecho de que la velocidad resulta
mucho más lenta cuando se aplica a la canción monódica de los siglos xn y
principios del XIII, que a la polifonía del mismo periodo; en otras palabras, los
modos están hechos para aplicarse en un periodo de desarrollo del estilo
rítmico posterior al que se han aplicado en realidad. Algunas transcripciones lle
gan a imponer nociones rítmicas de finales del siglo XllI a canciones como las
de Marcabru (en activ. entre 1 1 29 y 1 1 48) o Jaufré Rudel (en activ. entre 1 1 30 y
1 1 4 7), cuyos textos fueron escritos antes de que pudiera existir cualquier tipo
de teoría modal. La única justificación posible a esto es que al menos estas
transcripciones están de acuerdo con el estilo habitual de la 1núsica de la época
en que fueron recopilados los manuscritos que contienen dichas canciones, es
decir, finales del siglo XIII o principios del x1v, y este punto de vista se apoya,
hasta cierto punto, en las versiones rítmicas del Chansonnier Cangé (ver p. 81
y ejemplo 41).
Un cierto número de canciones monódicas del siglo XIII, sin excluir las de
texto latino, puede interpretarse muy convenientemente en ritmo ternario,
aunque la elección del modo se determina mejor atendiendo exclusivamente a
consideraciones de índole musical; por ejemplo, según que los melismas se en
cuentren con más frecuencia sobre sílabas acentuadas o sin acentuar, o bien de
pendiendo de otros factores. Aplicando esto a dos secuencias muy conocidas,
se obtendrían los siguientes resultados:
Ejemplo 34
f1 J I J J IU JI J. J Ij �r 1
(3)
:J
j
Ve . ni San • ere Spi ri · tus,. Et e · mit te
•
J 1 .J J 1 {!J J IJ. 11
e.se li - tus Lu cis tu ae ra di · Unl.
82 La ir1úsica medieval
f
(b)
J J 1 J ·J 1 :J J 1 J J I JJ)IJJJ ;l
Di es i • rae, di · es il - la, Sol-vet sae · clum
fJJ in fa
1 J J 13 J J I J J J I J J 1 J J 1
vil · la, Te · ste Da - vid cum Si byl . la.
Traducción: (a) Ven, Espíritu Santo, y envía desde el cielo el rayo de tu luz. (b) Día de
ira, aquel día, disolverá a la tierra en cenizas, siendo testigos David y la Sibila.
Ejen1plo 35
f( J J• 1 J .J 1 etc
f
�
1J J 1 J J1 p 1:J J 1 J J .N
) J)1 J
l
f :J
• ri
J J Ji . J . J IJ . ) Jj1·J J u
1
lis
Ji-1
et pu .e !l lis Con ti . o
·�
· plau dit.
Traducción: Una multitud de varones, y una asamblea de niños, aplaude al sostén de las
estrellas, al Todopoderoso.
Pero también pueden existir ejemplos en los que es mejor ignorar la n1étrica
«oficial», y no existe de hecho ninguna razón para no cambiar el modo en el
transcurso de una pieza o aun alternarlo hasta que no pueda reconocerse. Co
mo se ha dicho, la métrica de acentos no proporciona de ninguna manera una
base lógica para la elección del modo.
Habiendo llegado a este punto nos vemos obligados a preguntarnos qué tes
timonios existen de que esta música debira ejecutarse dentro de algún tipo de
ritmo regular cualquiera. Por Jo que se refiere a los himnos de canto llano, se
cuencias, y los conductus n1ás melismáticos, hay pocas razones para suponer
que se solieran cantar, o que se cantaran alguna vez, con ritmo fijo. Al llegar al
conductus silábico, junto con la canción profana en latín y todos los tipos de
canciones en lenguas vernáculas, hay que tener en cuenta la posibilidad de que
El canto latino posterior y sus formas derivadas 83
Bibliografía
Fuentes musicales
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El canto latino posterior y sus formas derivadas 85
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tación de Herodes (libro de representaciones de Fleury, n. 05 5 y 6), pousus y
Visitatio Sepulchri (libro de representaciones de Fleury n. 0 7). El libro de repre
sentaciones de Fleury ha sido publicado completo en facsímil y transcripción
modal, en Tintori, Sacre Rappresentazioni; los dramas del siglo xv de Padua se
encuentran en Vecchi, Uffici Drammatici Padovani; facsímil de las Carmína
Burana, ed. por B. Bischoff, en PMMM ix. Véase también Smoldon en ML
(1946) infra.
Fuentes literarias
Estudios
«La música del Misterio de Elche», en TSM ( 1965/5); S. Rubio, «Más esclareci
miento en torno a la música del Misterio de Elche», en TSM ( 1965/6).
Instrumentos: E. A. Bowles, «The Role of Musical Instruments in Medieval
Sacred Drama», en MQ, xlv (1959), pp. 67-84, y «Were Musical Instruments
Used in the Liturgical Service during the Middle Ages?» en GSJ, x ( 1957), pp.
40-56; G. Hayes, «Musical Instruments» en NOHM, iii, pp. 468-502 y
bibliografia en pp. 528-529; H. Panum, The Stringen Instruments of the Middle
Ages, rev. y trad. por J. Pulver (Londres, 1941); J. Perrot, L 'Orgue; Munrow,
lnstruments; Crane, Extant Medieval Musical lnstruments. M. R. Alvarez,
«Aportaciones para un estudio organográfico en la plena Edad Media. Los ins
trumentos musicales en los Beatos», en Homenaje a Alfonso Trujillo (1962);
M. R. Alvarez, Los instrumentos musicales; D. Devoto, «La enumeración de ins
trumentos musicales en la poesía medieval castellana», en Miscelánea en Home
naje a Monseñor Higinio A ngles, I ( 1 958); J. M. Lamaña, «Los instrumentos
musicales en la España medieval», en Miscellanea Barcinonensia, 33-34 (1974-
1975); J. López Calo, «El Pórtico de la Gloria: sus instrumentos musicales», en
IX centenario de la catedral de Santiago de Compostela (1976); F. Pedrell,
Organografía.
3 La canción monódica
profana y vernácula
La canción latina
La canción profana latina es, sin duda alguna, la forma en la que podríamos es
perar encontrar los más antiguos vestigios de un arte puramente europeo inalte
rado por los elementos orientales. Desgraciadamente, muy poco de esta música
se pued�_ transcribir1 .por. encontrarse, en su mayor parte, escrita en neumas sin
indicación de altura. Es un hecho curioso el que aun la famosa colección cono
cida con el nombre de Carmina Burana, que fue recopilada en una fecha tan
tardía como c. 1230, se encuentre escrita de esta manera. No obstante, esta mú
sica puede recuperarse frecuentemente por comparación con fuentes más le
gibles, algunas de ellas con texto nuevo (contrafactum), o con versiones poli
fónicas basadas en el mismo material. En este último caso, la versión corres
pondiente indica en ocasiones -no siempre- un ritmo específico.
Como ejemplo de contrafactum podemos citar el «O admirabile Veneris
idolum», probablemente del siglo x, cuya melodía es igual a la de la canción re
ligiosa «O Roma nobilis» (NOH!vf, ii, p. 221; ambos textos en Raby, Oxford Bo
ok of Medieva l Latín Verse (Libro de Oxford ae poesía medieval), n.05 101,
103). Varios cantos de los Carmina Burana pueden identificarse en versiones
polifónicas del manuscrito de Florencia ,. de polifonía de Notre Dame (ver infra,
pp. 108-1 14); entre éstos encontramos justamente el primero del manuscrito,
«Fas et nefas ambulant» (que, por otra parte, no se encontraba originalmente al
principio). La versión polifónica está en el fof. 225 del manuscrito de Florencia
y, dado que está escrita en notación no mensural, no debiéramos ser dogmáti
cos en cuanto al ritmo de la melodía en su forma monódica.
87
88 La rnúsica n1edieval
Ejemplo 36
M u n i c h , S t aatsbibl. , C l m 4 6 6 0 , f. 1 .
J J
2
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ti a Qua dam sin gu la n
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De . bet me · di um Ad u trum que VI • t'1
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•
IJ
•
ri
11
11
(S stanzas)
Nota: Esta tr;1nscripción ha sido realizada tomando en considc.:ración túdos los neumas de las cinco
estrofas del Ms. de Muni<:h. Difiere, necesariamente, en muchos aspectos de la versión de 1:1 melodía del
Ms. de Florenda.
Traducción: El bien y el mal caminan casi con igual paso; el pródigo no redime el vicio
del avaro. La virtud debe, con cierta singular templanza, permanecer en el medio de am-
bos vicios.
Puede verse a través de este ejemplo que no existe una diferencia esencial entre
el estilo de la canción latina sacra y el de la profana en este periodo; es n1ás, to·
do el repertorio monódico de los siglos xn y xn1 se encuentra enlazado por
vínculos estilísticos que trascienden los límites de lenguaje y función.
Aunque existen testimonios escritos de la aparición de las lenguas romances
l..'l canción monódica profana y vernácula 89
desde épocas tan remotas como el siglo 1x, no es sino hasta finales del XI que
todas ellas se usaron como vehículos del canto artístico. La primera en emplear
se fue la lengua de Provenza y del área circundante del sur de Francia.
Los trovadores
La música de los trovadores era, a juzgar por la que nos ha quedado, un arte
exclusivamente lírico. No nos quedan ejemplos de música épica o dramática,
aunque la épica, en cuanto forma literaria, era conocida y debió de haber existi
do en forma cantada, lo que ha llegado hasta nosotros es un número bastante
reducido de manuscritos, algunos de los cuales incluyen también canciones de
troveros. Pero no podemos decir que carezcan de variedad. Su estilo se extien
de desde elaboradas canciones solistas de carácter elegiaco hasta bulliciosas
danzas corales.
En este repertorio se puede encontrar en su forma más pura y simple . la
esencia de todo el lirismo medieval. Habiéndose originado, en parte, en el arte
c;:ortesano de Guillermo IX de Aquitania (1071-1127), cuyos poemas se conser
van sin música con la excepción de un fragmento, su influencia alcanzó a todas
las cla,se;;; sociales. El tema habitual de los poemas era el amor cortesano, pero
existen también poemas religiosos y populares, y no hubo limitaciones
específicas por lo que se refiere al tema. Generalmente se atribuye la autoría de
las melodías a los poetas mismos y si no indicamos aquí lo contrario las atribu
ciones tradicionales se mantienen, aun cuando hay ejemplos (como en el caso
de los troveros), de una única melodía que sirve para más de un poema.
Las características de estas canciones incluyen una gran variedad formal,
dentro del contexto de un cierto acercamiento hacia el formalismo, y un estilo
melódico que a menudo se aproxima al del canto latino, especialmente al
tardío, del tipo del de las antífonas m arianas (véase supra, p. 54).
Una adecuada apreciación de las formas del canto medieval depende de la
solidez en la manera de hacer una clasificación. Debemos estar preparados para
el hecho de que la terminología medieval se refiere a menudo más al tema del
poema o al carácter general de las canciones que a su forma propiamente dicha.
Frecuentemente, la terminología moderna causa confusión y sugiere impropias
derivaciones de géneros litúrgicos. Sería conveniente empezar por el poema.
¿I-Iay estribillo? Si lo hay, ¿es interno (recurrente dentro de cada estrofa) , exter-
· no o a la vez interno y externo? ¿Hay varias estrofas y, en caso afirmativo, son
uniformes? A partir de esto, la estructura de una estrofa en particular puede
analizarse en términos métricos y de esquema de rima. ¿Se repite la rima de
estrofa en estrofa? Por último, la melodía puede analizarse y su estructura rela
cionarse con la del poema.
Lógicamente, un estribillo puede reconocerse como tal sólo a través de la
repetición; por tanto, la única manera de detectar un estribillo externo es a tra
vés del análisis de más de una estrofa. Es cierto que en el norte de Francia se
. cultivó una cbanson avec des refrains, en la cual cada estrofa tenía un ((estribi
llo» diferente, pero estos llamados estribillos eran simples plagios de tonadas
populares añadidos al final de cada estrofa y no contradicen nuestra. exposic-ión
90 La música medieval
canción tiene también una tornada (en francés, envoi; en italiano, commiato 1 ),
gundo y cuarto (Gennrich, Troubadours, p. 12, y Lo Gai Saber, n. 0 5). Esta
que corresponde a los tres últimos versos de una estrofa y se canta con la parte
correspondiente de la melodía. Si.J§ pocas palabras finales son una repetición
con1plcta de la última estrofa, pero la pieza no es una balada, en el sentjdo fran
cés posterior. Una pieza que realmente posee el título de halada es el anónimo
«A l'entrada del tens clar», donde existe un estribillo interno en la palabra
«Eya», al final de los versos primero, segundo y tercero de cada estrofa, y uno
externo, consistente en sus dos últimos versos (Gennrich, Troubadours, p. 22
y Lo Gai Saber, n. 0 49; NOHM, ii, p. 241 ). Se trata de una vivaz canción de pri
mavera y los estribillos fueron pensados probablemente para cantarse a coro.
Las canciones están provistas normalmente de estrofas uniformes, aunque la
tornada es bastante común. Algunas, por ej. «Per solatz d'autrui chant soven»,
de Aimeric de Peguilhan (en activ. entre 1195 y 1230), tienen dos (Gennrich,
Troubadours, p. 19). Los esquemas de la rima son con frecuencia complejos y
en extremo competitivos, usándose también la asonancia. «Quant Amors trobet
partit», tenson o debate de Peirol (en activ. entre 1190 y 1220) utiliza un es
quema de rima ababbccdd, repitiéndose la rima en cada estrofa. No hay estri
billo, pero sí dos tornadas (Gennrich, Troubadours, p. 18 y Lo Gai Saber,
n. 0 41). <<Lo ferrn voler», de Arnaut Daniel (en activ. entre 1180 y l 21O), a
quien Dante colocó en más alto lugar que a Giraut de Bornelh y tuvo la fineza
· de dedicar ocho líneas en provenzal (ver Purg., xxvi, 11 5-148), es una sesttna
en la que las palabras finales de cada verso se conservan en todas las estrofas
pero con un orden diferente (Gennrich, Troubadours, p. 16, y Lo Gai Saber,
n. 0 32). Por último, los poetas demuestran una asombrosa variedad en la longi
tud y número de versos de sus estrofas.
En cuanto a la música de las estrofas aisladas, las melodías varián 9esde
estructuras estrechamente entrelazadas hasta melodías en las que prácticamente
n9 hay repetición. Como un ejemplo del primer procedimiento podemos citar
el «Be m'an perdut» de Bernart de Ventadorn (en activ. entre 1145 y 1195;
Gennrich, Troubadours, pág. 13, y Lo Gaí Saber, n. 0 8), de quien han sobrevi
vido más melodías que de cualquier otro trovador, con excepción de Raimon
de Miraval y Giraut Riquier:
1 El ritornello italiano difiere en que está siempre dotado de música distinta: véase p. 138.
La canción· monódica profana y vernácula 91
Ejemplo 37
París, Bib1. Nat., f. fr. 22543, f. 57.
¡ J I Jffl J I J
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ma dom • na no m'a - ma;
· des es • tai vas vatj' e gra · ma.
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ran
!=• ; -.
cu
.--...- U•.f! •
ra
y
Escrito de esta manera parece una simple forma binaria, con dos pedes y una
cauda (AAB), para usar la terminología de Dante (De vulgari eloquentia, ií, 10.
3-4). Pero la segunda mitad del pes se repite intacta al final, siendo ababcdb el
esquema más preciso, correspondiendo al esquema, en cuanto a la prima, de
ababaab. Por último, hay dos extensas citas del pes en el cuerpo de la cauda (x"
y) y dos motivos más breves (w, z), el último de los. cuales aparece en total siete
veces en toda la estrofa, con o sin su nota final, y contribuye a formar el carác
ter de la melodía. El poema tiene seis estrofas sin estribillo y una tornada que
repite los últimos tres versos.
92 La n1úsica medieval
li � 1 n
Ejemplo 38 Lo Gai Saber, n. 0 29.
n : Jffi, J n J
f 1 JJ -
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...._, -....::..-•
tan • dar·,
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o bli per
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so chant qu'o
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J
so - la
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plus chan plus m'en ve, Que ho
J .J
---.:::
· ca en al re non a . ve Mas en 'm er -
J IJ J
·ce!'. Per qu'cs ver · lat,: e sem bla be Qu'ins
n .n 1 .=n n i � n
.._
el cor port. na, vos · tra fais . su Que-m
"
dom
Traducción: Al cantar, me acontece que recuerdo lo que trataba de olvidar con mi can
ción y por esto canto, para olvidar el pesar y la pena de amor, y mientras más canto más
los recuerdo, porque mi boca no encuentra otra palabra más que ¡piedad! Porque es ver
dad, y parece bien, que en mi corazón lleve, dama, vuestra imagen, que me previene de
cambiar mi mente.
No hay aquí repeticiones, fuera de las semejanzas puramente casuales. Aún más
que en el ejemplo 3 7 la música parece despreciar una interpretación métrica, lo
que no destruye su encanto. Hay cinco estrofas y dos tornadas, correspon
diendo cada una de las segundas a los últimos cuatro versos de la estrofa.
Muchas de las canciones de los trovadores tienen carácter de danza y hacen
uso de un ritmo marcado. Un ejemplo de esto es la conocida «Kalenda maya»
(Gennrich, Troubadours, p. ·16), que se dice que fue escrita por el poeta
Rai'mbaut de Vaqueíras sobre una estampida o tonada de danza preexistente.
En este caso cada estrofa, de veinte versos, tiene la forma musical AA BB ce,.
Una pieza con carácter de danza de Guiraut d'Espanha de Toloza, «Ben volgra,
s'esser poges» (Gennrich, Troubadours, p. 20), es mucho más complicada.
Tiene un estribillo de cuatro versos (A), seguido por tres estrofas de diez versos
con la forma BB 1 A, teniendo B tres versos. Siguen luego tres tornadas de
cuatro versos cada una, que pueden cantarse solamente con la música de A; por
último, una señal indica la repetición del estribillo. La pieza, en su totalidad,
puedé considerarse como una gran estrofa .(A BB 1 ABB 1ABB 1 A AAA A), y, en su
más amplio sentido, un rondó; está escrita originalmente en notación mensura!
y puede presentarse de la siguiente manera:
Ejemplo 39
París, Bibl. Nat., f. fr. 844, f. 186.
J ' 1
l . Ben vol· gra, s'es · ser po· ges, C'A · mors si gar- des· d'ay,tan.
f
/Fine/
Jil ., 1 :J b�
J) 1¡lp 3 :bJ. 1
r tj� - J �
):J
Que non fes ses fin ay -man Chau - sir en lue(; que,I pla· ges.
JO J '1 r �
J J.1 .a J)J '
per que? per pla-zer Qu'ieu ere · sía de vos a . ver,
a · mar
Car
mors vos mi fes E chau-sir vos . tre
Des . a- mor Et au • ray gauch e
cor car
ten- ray m'al> so · cór
'1BJ
.
JOJ J11
�
r r ' 1. �
..
Don - na, vos mí · fes chau-sir A mors,don a . via es· per
E vos· tra beu - tat pla · ser; mas gens .an • car
qui si vull' ªJ
pla · sen Per
E joy e pla - ser en · tier. E A- mor!
94 La música medieval
fr Que
Non
Qu'el
p J Ji
mi de
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J1 J)
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dol
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Jj .J
ges - ses
gran
va· ler
pen-sar,
do - lor
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Et
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1eu ab
ie'..I
non truep nul
gran
tan
ga
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sos · pir.
ri- men.
le · grier.
'1
I
A
J CI J j)1 J j J 'Í1 J 1!J .J)1 J JJ J ,1
f'Ar� m'a - ves
pos per
a
-
tal punch mes, Que tot Jorn vauc de -
- et
si ran
-
E pla ser ay pres Pe na, do · lor af · fan,
E sí d'ays so suy re - pres, Sap cha ma ra son e . nan:
S. Mon de - liech, non vos vuell ges, Mas mon des · pla ser de · man;
6. E mal a•n, pues qu'es . ser m'es, Qui A - mors ser - vi ra . tan
7. Dan sa, car ieu ay a • pres Qu'el Reys Kar • les fay gent chan.
Después delfinal de 4, repítase sólo desde '5 , tres r1eces, con los r•ersos 5. 6y 7; lue�o D. C. al final.
Traducción: Quisiera, si fuera posible, que el Amor se refrenara tanto que no hiciera es
coger al verdadero amante un amor que lo hiere. ¿Y por qué? Porque por el placer que
yo creía de teneros, Dama, amor me hizo escogeros, por lo cual pienso que vos me
podríais aprovechar en la alegría por la que a veces suspiro. Ahora me habéis llevado has
ta tal punto que siempre deseo la muerte, de donde tengo un gran dolor, porque vos no ,,'
hacéis lo que Amor hizo. Amor me hizo amaros y escoger vuestro amado corazón y
1
vuestra placentera belleza, por placer, pero en la medida en que no me queda nada sino
pena y tormento y no encuentro el remedio, y que en lugar de placer he recibido pena,
dolor y sufrimiento, considero al Amor mi perdición desde que abiertamente me recha
zara. Entonces, me uniré con el Desamor y tendré felicidad, regocijo, alegría y todo pla
cer. Que tenga Amor el que lo quiera. Porque él vivirá con gran pena y yo con gran re
gocijo. Y si se me condena por haberle permitido conocer mi pensamiento en lo sucesi
vo, el Amor me es contrario, y así, yo también me he vuelto contrario. Delicia mía, no
quiero más de ti, aunque busco mí disfavor. Y si yo mismo me encomiendo a él, tendré
t�do cuanto necesito. Y desgraciado de aquél -pues eso me ha pasado- que sirve al
Amor tanto como él lo ha hecho, en lo sucesivo, porque no conoce lo que es correcto.
Danza, desde que supe que el rey Carlos 2 compuso una hermosa canción resolví man
darte a él, porque está versado en los caminos del arre.
2 · Carlos de Anjou.
La canción monódica profana y vernácula 95
Los troveros
Entre las influencias en la formación del estilo de los trov_eros encontramos no
sólo a los trovadores, sino también a la n1úsica popular. Los juglares, cuyos
equivalentes existen bajo varias denominaciones en otras partes de Europa,
eran los parientes pobres de los goliardos o estudiantes vagabundos, faltándo
ies el estado clerical y el conocirniento del latín. Proporcionaban un entreteni
rniento popular tosco, pero eficaz, en los lugares que visitaban y fueron los pri
n1eros músicos profesionales (fuera de la Iglesia) de la Europa moderna. Eran,
La chanson de geste era un poema épico (de los cuales el ejemplo más anti
entre sus filas.
desigual. Cada verso se cantaba con el 1nismo fragmento melódico ) con la ex
cepción, al parecer, de la última línea de cada párrafo, que se cantaba con una
melodía diferente. Este es el principio en1pleado en C'est d'Aucassin et de Ni
colette, llamada por su autor «cantefable», en el cual, sin embargo, el verso al
terna con secciones narrativas en prosa. La música se conserva (ver NOHM, ii,
pp. 223-224, para la referencia de las fuentes y la transcripción de una de las
secciones en verso). Las Chansons de toile eran cortos poemas narrativos en
estrofas uniformes con est.ribillo, cantados de una manera similar.
Los troveros eran, en su origen, aficionados nobles, incluso_figu,r,1s. q.lJ,�. , .ss:
encontraban en la cúspide de la sociedad, como Teobaldo IV, conde de Cham
paña y rey de Navarra, pero su arte fue pronto cultivado por represe_ntarn�.t.de
otras clases sociales entre las que se cuentan los burgueses, quienes formaron
puis o sociedades musicales, de las cuales la de Arras fue la más notable. A me
dida que la órbita social de la canción de los troveros se ensanchaba, su campo
de acción se incrementó hasta que llegó a superar a su modelo, tanto en va
riedad y tratamiento de los temas como aun en encanto melódico e individuali
dad, pero difícilmente en sofisticación.
Uno de_ los más importantes entre los primeros troveros fue Blondel de
N��le, contemporáneo de Bernart de Ventadorn. Como este último, Blonde( de
Nesle fue capaz de manejar sutiles estructuras musicales; en su esti1o melódico
es constante el movin1iento por grados conjuntos, y se pueden encontrar remi
niscencias del canto latino (cfr. ejemplo 3 7). La estructura melódica de la. si
guiente canción es ababcc 1 b1 , existiendo cinco estrofas con un envoi de tres
versos:
96 La música medieval
Ejemplo 40
m J ;
mes ce. Diex
f ... J
j'oi seur
,J
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••
la
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flour
f
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les oí -
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-..........:
siauz
J.
•• •
ten
1
tir,
1!1
J
•
Ou
J
nn' '
m'en doint a voir
;
joie a mon plai sir,
J J J J nJ
au tre ment cuit mo - rir sanz fail lan ce, Car
J J 1 J.
-mours e{s] t la
�
rienz que je
... ·--
pluz de sir.
Traducción: Al inicio del verano, al escuchar por primera vez el canto de los pájaros re
sonando sobre el rocío, me sorprendió un amor que trastornó mi corazón. Quiera Dios
concederme alegría en mi placer, de lo contrario creo que sin duda moriré; no tengo
otro sustento en el mundo, porque el amor es lo que yo más deseo.
Ejemplo 4 1
París, Bibl. Nat., f. fr. 846, f. 23.
(Ibid., f. fr. 844, f. 66).
fJ IJ J 1 J F I r
Co · men · ce · raí A faire
rI J
un lay
J I J JJI J 11
De la moil · lour,
2
f J 1 �
Dont
J 1j J1J J I J
mi chant tor - ront en plour. Me - re, - vir • ge
f .YJ IUJILAl 4J J IJ J I J J I j 1
sa . vo · re · e, De proi
� 1 � F I e1�r
• er Je haut Seig . nor, Bien doi a · voir grant pa - our
f u
Dou
r
de ·
r
au
F I E F 1
ble, dou fe Ion Da - me, ploin • ne
f!
etc...
f·�r
· rons
crILJ , 1J
res - cous, Se ne Je
J I W J;JIJ 1 1 J.
su . mes par vous, De
sentación y su música por Gennrich, Le Jeu). Muchos de sus textos aislados de
Gennrich, Troubadours, p. 38; NOH!vl, ii, p. 232; edición completa de la repre
Ejemplo 42
París, Bíhl. nat., f. fr. 25566, f. 1 1 .
fl r· D EJ
11
l@JJ j)J
ne muet pas de sens
1 %JJ JO; J 1 J
che
s.._;
lui qui
..._.,,
plaint
1 1
Pour chou ne puis ve · oir que chiex bien aint
f J. Paine
]l .[J 1 J
et Ira
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Ji ;t) 1 J.
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J. Js r 1 , r )J 1 t,
Qui, fran-che
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Qui n'est souf frans et d'es ta ble co ge,
f (t pll
1 r· l J J IJ;J
ne se doit en • tre mes
'-..,:_!
tre d'a - mer,
• 1
f J. Qui
íJ) J
•
Traducctón: No es desatino tener que lamentarse del dolor y la miseria, puesto que el
hombre cosecha algún beneficio de ellos. Por eso, no considero que ama bien quien po
ne el sufrimiento de amor en prenda para lograr placer. El que no es paciente y de ánimo
estable no debería entrometerse en el amor, porque un corazón no puede aprovechar en
el amor si está acoplado a un hombre voluble.
La canción inglesa
Las canciones, tanto del sur como del norte de Francia, se escuchaban en Ingla
terra como consecuencia natural de sus asociaciones políticas; es más, se supo
ne que la fuerza de esta influencia sofocó cualquier tradición inglesa nativa.
Entre los pocos ejemplos supervivientes se encuentran las canciones de san
Godric (m. 1 1 70), que tienen un cierto carácter de tropos en lengua vernácula
aplicados a melodías de canto llano y unas cuantas canciones profanas -pero
al mismo tiempo de carácter moralista y sombrío- del siglo XIII, con texto
inglés. Existen también testimonios de que la tradición anglosajona de poesía
épica cantada continuó hasta el siglo x1v, pero se ignoran en absoluto las
características de su naturaleza musical.
Los Minnesinger
Ejemplo 43
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hei
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f J J 1 j 1 J J 1 :.t 1 J J 1
(Schie
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J ; 1 J1 JjJ 1 J 1 J J 1 J J 1 �
JJ '-...!! j
Wen · den? ja ist min kum • ber kla ge bae re.
(rlcmo hipotético)
«¡Canta, gallo dorado! te daré mafz» (¡cómo me he regocijado!), dijo aquélla cuyas ala
banzas canto; así se alegra el necio con vanas esperanzas durante todo el año. Si Juera
verdad, ningún espíritu humano estaría tan alto como el mío. ¿Cambiará ella, en su
negligente afegria, mis penas? En verdad mi afiicción es lamentable.
No todas las canciones alemanas son tan silábicas como ésta, ni debe conside-
La canción monódica profana y vernácula 101
cial que fue ganando terreno en la segunda mitad del siglo XIII y que originó
también los Geisslerlieder en Alemania. Aunque el estilo de muchas de estas
laudi es simple, casi como el de los cantos de c ongregación, otras son can
ciones elaboradas que requieren para su ejecución la maestría artística de un so
lista adiestrado. La notación de todas estas canciones es no mensural y en el ca
so de las más elaboradas el estilo parece acercarse al de las más extasiadas
piezas del canto llano.
Es tal vez éste el lugar de mencionar las pocas piezas de monodia instrumental
que han llegado hasta nosotros. El ejemplar 1nás importante que se conserva es
-una colección de ocho estampies royales y una dansse real, en el Manuscrit
du Roí (véase supra, p. 78), de las cuales la primera estampie es imperfecta. La
forma de la estampie semeja la de la secuencia y el laí, puesto que tiene una se
rie de secciones repetidas, con finales variados -en el caso de la estampie-,
que se señalan a menudo como «ouvert)) y «clos». Hay, en conjunto, un gran
número de repeticiones, puesto que las secciones repetidas o puncti son nor
malmente idénticas después de la primera frase. La más atractiva, entre esta co
lección, es probablemente la cuarta (HAM, i, n. 0 40b). ·
Hay también una danza inglesa del siglo x111 construida según los mismos
principios aunque tratados con más libertad; esta danza incluye también un
breve pasaje en contrapunto a tres partes que, al parecer, ha de c onsiderarse
La canción monódica profana y vernácula 103
lám. 24).
Por último, debemos mencionar las danzas italianas del siglo x1v que se en
cuentran ahora en el Museo Británico (Add. 29987). Al principio formal de la
estampíe se añade, en algunos casos, el de parejas de danzas de las cuales la se
gunda se basa en material de la primer (por ej., el Lamento di Tristan con La
Rotta: HAM, i, n. 0 59a). El ejemplo que damos es de un carácter más vivaz:
Ejemplo 44
Londres, Museo Británico, Add. 29987, f. 63v.
,1 rerre r,VE! r·
2.
Fin�
1r e r r D1Errr � 1
Dal Segno hasta J . " vez.
/JI Repetir desde D, Juego
dal Segno hasta 2 . ª vez.
· Bibliografía
Fuentes musicales
Fuentes literarias
Las más importantes son el tratado de Johannes de Grocheo, editado con tra-
La canción monódica profana y vernácula 105
ducción alemana por Rohloff (una edición más antigua es la de Wolf en S/MG,
i, con correcciones de Müller en SIMG, iv) y De vulgari eloquentia de Dante.
(Hay muchas ediciones, véase especialmente la de P. Rajna para la Societa Dan
tesca). La antología de versos trovadorescos, de Hill y Bergin es mucho más
útil. La n1ejor edición de la Chanson de Roland es la de F. Whitehead (Oxford,
1942). Una útil selección de poesía francesa antigua con traducción inglesa está
disponible en The Penguin Book of French Verse, i (Londres, 1961); Aucassin y
Nicolette ha aparecido en Clásicos Penguin (Londres, 1971 ).
Estudios
Raby (sobre la poesía latina sagrada y profana); y H. Van der Werf, The Chan
Gennrich (con mucha bibliografía detallada); Dronke (The Medieval Lyric);
sio sobre las Cantigas de Santa María (1981); J. Ribera, La música andaluza
ground of Ondas do mar de Vigo and Cantiga de Santa María 73», en Simpo
107
108 La música medieval
Ejemplo 45
,___....
Nos
1
qui vivimus bcncdidmus
..
mi • num:
:
En este caso, el movimiento de las partes permite observar con claridad qué p a -
Los orígene� de la polifonía, 900-1160 109
Ejemplo 46
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... ... -... : :
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ta nis tí di squa • li que
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Traducción: Rey del cielo, Señor del mar que hace resonar las olas, del sol resplande
ciente y de la áspera tierra: tus humildes siervos, venerándote con sacras melodías, te
suplican que los libres de sus varios males.
piensa que estas siete piezas, con excepción de la última, se copiaron en el pri
mer cuarto del siglo. Prácticamente los neumas de esta notación no indican la
altura, de manera que es imposible realizar una transcripción absolutamente
fiable. No obstante, la mayoría de los cantus Jirmi pueden reproducirse de for
ma normal con1parándolos con fuentes descifrables, mientras que el uso de
letras notkerianas (véase supra, p. 20) en las partes añadidas proporciona una
ayuda adicional. En el siguiente ejemplo se ha intentado realizar una transcrip
ción de la cuarta secuencia, de las ocho, basada en el Aleluya «Multifariae», ya
citado (ejemplo 27, p. 54).
Ejemplo 47
Oxford, Bod. Lib., Bodl. 775, f. 122v.
Cambridge, Corpus Christi College, MS 473, f. I 53v.
MULTIFARIAE SEQUENTIA
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los orígenes de la polifonía, 900-1160 111
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Nota:No se ha usado la versión del canto llano del Corpus Chrisci Coll., pues se encuentra borrada en
parte, y materialmente no difiere de la versión de la Bodleian, tal como se conserva.
El manuscrito contiene organa tanto para solistas como para coro. Los tex
tos de los cantos responsoriales están escritos en su totalidad sin ninguna dis
tinción estilística entre las secciones que en la liturgia se asignan a los cantores
y al coro, respectivamente. Cuando un coro cantaba una pieza polifónica, una
parte del mismo debía cantar el canto llano y la otra el organum, como se
desprende de una descripción de la dedicación de la abadía de Ramsey el 8 de
noviembre de 991 (Byrhtferth, Vita Sancti Oswaldi en REMAS, LXXI, p. 464;
citada por Holschneider, op. cit., pp. 136-137, y en NOHM, ii, p. 279). La escri
tura de las partes es ya completamente libre, con preponderancia del movi
miento contrario, resultado de un auténtico deseo de escribir «meliflua organo
rum modulamina» (f. 135r).
Estamos, en verdad, muy lejos ya de la mayoría de los ejemplos del Musica
y del Scholia Enchiriadis, en los que cada parte tiende a tener su propio ámbi
to y, en el caso del organum compuesto, el ámbito del conjunto de partes es
con frecuencia considerable. El tipo representado en el ejemplo 45, que bien
pudiera ser en todo caso puramente teórico, ha desaparecido ya, con la única
excepción de algunos tratados reaccionarios. Guido d'Arezzo, que escribiera su
Micrologus hacia 1030, refleja una etapa cercana a la fuente de Winchester, al
definir el occursus o unión de las dos partes en las cadencias; pero considera
aún el movimiento por cuartas paralelas como el habitual, y su notación· alfabé
tica no podía reflejar las sutilezas de ejecución. Juan de Afflighem (c. 1 100)
tiene poco que decir al respecto, pero un tratado anónimo de fecha más o me
nos similar y de proveniencia incierta llamado Ad organum faciendum (Milán,
Bibl. Amb., MS 17 sup.) traslada el canto llano a la voz inferior y en otros as
pectos refleja el estado alcanzado en el. último de los fragmentos de Chartres
(cfr. infra).
Han sobrevivido un cierto número de breves fuentes prácticas de mediados
del siglo XI a principios del x11. Las más importantes de éstas son las de Chartres
(Bibliotheque Municipale, 4, 109, 130, todas destruidas por el fuego) y las de
Fleury (Roma, Biblioteca Vaticana, Reg. lat. 586 y 592). De estos manuscritos,
los dos de Fleury y el 4 de Chartres están escritos de la misma manera que el
tropario de Winchester, es decir, como una sola parte, en notación neumática.
El Ms. Chartres 130 está escrito en forma de partitura, con neumas ligeramente
diastemáticos; el texto se encuentra, en este caso, bajo la parte inferior, que es
el canto llano. Esta resultaría ser la manera posterior habitual de distribución. El
Ms. Chartres 1 09 emplea tetragrama en partitura.
El Ms. Reg. lat. 586 contiene una sola página con organa en tres Graduales.
Solamente se incluyen las secciones del solista, es decir, la entonación del res
ponsorio y la totalidad del versículo, con excepción de la última frase. Existe
un facsímil en Holschneider, op. cit. (lám. 9) con transcripción hipotética (pp.
172-177). El Reg. lat. 592 incluye un folio (el 78) que contiene diversas
antífonas y responsorios con organa en los versículos de los responsorios y en
algunas de sus entonaciones, aunque las doce secciones que lo forman, con ex
cepción de cuatro, están sin neumas. (Hay un facsímil del f. 78v en Bannister,
Monumenti, ii, lám. 44). El Chartres 4 contiene tres responsorios, el Chartres
109 seis Aleluyas y dos antífonas procesionales, todas para el tiempo de Pascua;
en el Chartres 109 encontramos seis Aleluyas para los tiempos de Navidad y de
Los orígenes de la polifonía, 900-1160 113
Pascua. Hay facsímiles de estos tres en PM, I, xvii. El 130 de Chartres es el últi
mo, entre estos tres (inicios del siglo xn), y el único que contiene polifonía
exclusivamente para solistas. Tiene también la ventaja de estar escrito en una
notación descifrable, aunque el estado del manuscrito estaba muy deteriorado
'·
aun antes de su destrucción. Sus ocho piezas estaban escritas en un solo folio
(el 75), pero sólo las cinco de la parte recta del misn10 llevan notación. La últi-
ma de ellas, el versículó « Dicant nunc Iudaei» de la antífona procesional «Chris
tus resurgens» del tiempo de Pascua, es legible sólo en parte pero sobrevive vir
tualmente completa en una fuente inglesa (Oxford, Bod. Lib., Rawl. C 892, ff.
67v-68), proporcionando así una de las poquísimas concordancias existentes de
este periodo primitivo de la polifonía. La música ha sido editada con frecuen
cia, siendo la más reciente edición la de Holschneider (op. cit., pp. 177-181,
incluyendo la concordancia de la Bodleian).
Hay aún en este música un buen número de cruzamientos de partes y las ca
dencias se forman sobre o debajo del canto llano según su ámbito y la direc
ción de su melodía. El movimiento continúa siendo de nota contra nota y no
hay, de hecho, ningún indicio de avance técnico real sobre la música de
Winchester, posiblemente anterior a ésta en cien años.
Hemos llamado a este periodo «primitivo», pero sería un error suponer que
su música tiene un interés puramente académico. El sonido de voces 1nasculi
nas constantemente entretejidas, tanto a solo como en coro, puede ser muy
hermoso y las transcripciones de Hoslchneider justifican completamente el in
ten to de restauración de la música de Winchester y de los otros fragn1entos. No
obstante, a la larga resulta monótono a diferencia del canto llano al cual adorna.
En época posterior, el arte de escribir para voces en ritmo similar habría de de
sarrollarse mucho más ampliamente, pero antes de que esto pudiera acontecer
tuvo que haber una revolución estilística en términos tanto de ritmo como de
textura.
El organum melis1nático
de dos o de tres notas por sílaba. Pero una parte superior contra un tenor silá
bico puede ser también muy melismática, originando que las notas del tenor se
muevan con una marcha lenta e irregular. Si el mismo tenor fuera melismático,
la parte superior se movería contra él con el.mismo ritmo, aunque no siempre;
mientras que si el tenor fuera alternativamente silábico y melismático, la ten
dencia general sería el tratamiento de nota contra nota en las partes melismáti
cas, y en las partes �ílábícas el estilo melismático en la voz superior.
Esta alternancia de estilos melismático y silábico en el tenor, se aplicaba
también al versus (un cierto tipo de conductus breve) y al organum litúrgico,
que al escribirse de esta nueva manera se destinaba casi exclusivamente a las
secciones de los cantores en los cantos responsoriales del Oficio y de la Misa:
Gradual, Aleluya y responsorio del Oficio. La costumbre de tratar los melismas
gregorianos en un estilo de nota contra nota, y sus partes silábicas melísmática
mente, condujo a una considerable nivelación de las sílabas en las versiones po
lifónicas si las comparamos con su distribución en el canto original.
Las fuentes de este repertorio son cuatro manuscritos relacionados con el
sur de Francia y uno con el antiguo centro de peregrinación de Santiago de
Compostela. De los primeros, uno (París, Bibl. Nat., lat. 1 1 39) pertenece a una
colección de diecinueve troparios de Limoges y, como la mayoría de ellos, a la
abadía de San Marcial de ese lugar. Contiene tres piezas polifónicas y data de
principios del siglo XII; está escrito en neumas aquitanos. Los otros tres (París,
Bibl. Nat., lat. 3719 y 3549 y Londres, Brit. Mus., Add. 36881) son posteriores
y no están tan ciertamente relacionados con Limoges, aunque su notación es
del mismo tipo regional. En conjunto, se han conservado alrededor de ochenta
piezas. El manuscrito aislado, que se conserva actualmente en los archivos ca
tedralicios de Compostela es similar por su estilo general y por su fecha, pero
su música tiene algunas características especiales que requieren un tratamiento
aparte.
Un ejemplo de escritura nota contra nota en un conductus puramente silábi
co, «Congaudet hodie>>, se encuentra en NOHM, ií, p. 296 (Add. 36881 , f. 1 2).
Las voces tienen aproximadamente el mismo ámbito y con frecuencia se cru
zan. El «Prima mundi seducti sobole11, de la misma fuente (f. 13v: NOHM, ii,
p. 297), proporciona un ejemplo de tratamiento melismático de un tenor silábi
co. Las partes de las voces son ya claramente diferentes en extensión. Expone-
. mos a continuación otro ejemplo, de lat. · 1 1 39, f. 4 1 : se trata de un tropo del
versículo «Benedicamus Domino», aunque no en sentido musical puesto que el
tenor es una melodía independiente. Las piezas de este tipo mantienen una rela
ción con el «Benedicamus Domino», equivalente a la que el tipo tardío de se
cuencia mantiene con el Aleluya, siendo la analogía sorprendentemente notable
a causa de la semejanza de sus esquemas métricos (8787 frente a 887887). Da
mos el principio de esta composición en extremo prolija, con la totalidad de su
texto, que tiene la misma música de principio a fin:
j Sin embargo, el número aumenta al tomar en cuenta la polifonía •latente» en ciertas piezas mo
nódicas, en las que algunas parejas de secciones pueden ejecutarse simultáneamente. Ver Marshall
(JAlv.fS 1962), Treitler UAMS 1964).
Los orígenes de la polifonía, 900-1160 115
Ejemplo 48
París, Bibl . Nat., f. lat. II 39, f. 41.
lu . bi Je mus. ex · sul · re
4 5 ...
·.
mus. in · to ne mus
• .. ..
can ti cum
Elsiguiente ejemplo muestra una escritura nota contra nota que se mantiene
constantemente sobre un tenor neumático/melisrnático (Add. 36881, fol. 2). La
métrica del verso ha llegado a ser exactamente igual a la de la secuencia, pero
ya no se trata de un tropo, ni siquiera en el aspecto textual:
4 Ms. la5.
5 Ms. una nota entre mi5 y re5.
116 La música medieval
Ejemplo 49
Londres, Museo Británico, Add. 3688 1 , f. 2 .
-..._.;
Lux de · scen · dit in pro - fun dum. Ve • ni en · tem
-... ...
ra ..__,,
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in hunc mun dum Lux il lus . trans
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--.._.- '--"- �- .-
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.
.
�
.¡ ho mi - nem.
-
A
'-...J' ..... ,
�... � • ..
Traducción: Descendió una luz a las profundidades, una luz alumb.ró al hombre que
viene a este mundo.
Por último, mostramos ambos estilos en una versión tropada del Gradual de
Navidad «Viderunt omnes)) (lat. 3549, ff. 1 5 l v-_152). El texto del tropo amplía la
palabra «viderunt», que era entonada por uno o varios cantores en su versión
de canto llano, de manera que la totalidad de la composición está pensada para
que la ejecuten solistas. El coro debía incorporarse al Gradual, en canto llano,
en la palabra !<Omnes». Mostramos a continuación el texto, con el original en
cursivas y el tropo en redondas:
La siguiente es una transcripción de las dos primeras líneas del texto. La pieza
completa se encuentra en HAM, i , n.0 27a, y en facsímil en Apel Notation,
p. 2 1 1. Nótese que el canto llano original está transportado a la segunda supe
rior:
Los orígenes de la polifonía, 900-1160 1 17
Ejemplo 50
París, Bibl. Nat., f. lat. 3549, f. 151v.
,,,..-----..
Vi · de runt Em n1a
In ru nam Is
A •- + - .
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ra el et sa lu · tem po ·
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i. - --
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\'
Traducción: Todos tos confines de la tierra vieron a Emmanuel, al unigénito del padre,
puesto para ruina de Israel y para [nuestra) salvación, hombre según el tiempo, Verbo
desde el principio, nacido en eJ palacio de l:a ciudad que había fundado, la salvación de
nuestro Dios.
Ejemplo 5 1
-
-
net om · ni a,
sol lem - ni a.
.
� .
Traducción: Para gloria del Rey celeste, que sujeta todas las cosas, celebremos alegre
Santiago, tus solemnidades.
El melisma final es igual en cada uno de los cuatro primeros dobles versículo:
mientras que en el quinto y último aparece como sigue:
-
Ejemplo 52
.
-
'
--- -
_
-
be • ne - di ,cat Do · mi · no.
•
•
.
Ejemplo 53
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Mi sit
¡solis1a]
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·-.
. ' � '. .
lle ro des
-
¡ Cllro J
•
•• -
Oc ci dit
solist:1
tem
etc.
120 La 1núsica medieval
Traducción: El rey Herodes extendió sus manos (para afligir a la Iglesia] V. Y mató (a
Santiago, el hermano de Juan).
La ejecución
Bibliografía
Fuentes musicales
Fuentes teóricas
Son de la máxima importancia, puesto que es en e1las donde aparece por pri
mera vez polifonía escrita. El Musica Encbiriadis y el Schola Enchíriadis se co
nocen tal vez más propiamente con los nombres de Enchiridion de Musica y
Scolica Enchiriadis, respectivamente, si bien el importante Ms. de Valencien
nes, de principios del siglo x, no consigna originalmente el título de ninguno
de los dos. En los mejores Mss., el primero se atribuye a Hogerus u Otgerus,
que puede identificarse como Abad de St. Amand cerca de Valencíennes ( el mo
nasterio de donde era monje Hucbaldo) y que murió c. 940. El texto tiene que
leerse aún en Gerbert, Scriptores, i, pp. 152-173 y 173-212; para la literatura
anterior ver Reese, Music in the Middle Ages, p. 126. Ver también J . Smits van
Waesberghe en Revue gregoriénne, xxxi ( 1952), pp. 81-104, y RISM, B III (The
Theory oj Music), passim. Un tratado similar, de París, se encuentra editado en
Coussemaker, Scriptores, ii, pp. 74-78, y otro, de Colonia, en Riemann,
Geschichte der Musiktbeorie, pp. 20-21 (otro, editado por handschin en Ac.M,
xiv (1942), pp. 21-22). E. M. Waeltner describe un tercer tratado parecido, el
«Diálogo de Bamberg», en AMw, xív (1957), pp. 175-183. El Micrologus de
Guido se encuentra ahora en CSM, iv (también en Gerbert, Scriptores, iij pp. 2-
24), y el De Musica, de Juan de Affligbem Oohannes Affligemensis, conocido
anteriormente como John Cotton) está en CSM, i (también en Gerbert, Scripto
res, ii, pp. 230-265). Ad organum faciendum, y tratados afines, ed. por Eg
gebrecht y Zaminer. Dos tratados que ilustran la transición entre St. Martial y
Notre Dame son los editados por Zaminer (descritos por primera vez por R.
von Ficker en Kjb, xxvii) y por A. Seay en AnnM, v (1 957), pp. 7-42 (anterior-
122 La música medieval
mente ed. por Lafage, Essais, pp. 355-363 y H andschin en AcM, xiv (1942), pp.
23-26). Para un examen de las obras recientes, véase A. Gallo en AcM, xliv
(1972), pp. 85-86. En cuanto a las traducciones, véase el capítulo anterior.
Literatura
J. -� J J. J. JJ J
1 23
124 La música medieval
• En realidad, los modos que corresponden al dáctilo y al anapesto son el tercero y el cuarto res
pectivamente (N. del T.).
El ars antiqua, 1160-1316 125
modos implica una estructura binaria correspondiente unas veces y. otras no.
No obstante, en la terminología medieval, todos ellos se clasifican dentro de un
tiempo ternario, correspondiente a nuestro 3/8. La teoría medieval reconocía
también la subdivisión binaria de los modos 3. 0 y 4. 0 (es decir, J TJ y
n J ), que representaban el mos lascivus o estilo festivo (Robertus de
Handlo, 1326, en Coussemaker, op. cit., i, p. 402). El Anónimo IV alude a va
rios «modi irregulares», de los cuales el séptimo no es mensurado, es muy ma
jestuoso y se llama «organum purum» (regresaremos a este punto posteriormen
te). Por último debe mencionarse que aun en su aspecto ternario los modos
eran capaces de tener toda clase de modificaciones que borraban las diferencias
que existían entre ellos.
El concepto de «notación modal» es mucho más restringido que el de ritmo
modal. Se refiere al método por el que un modo rítmico se indica por medio de
la agrupación de ligaduras (una ligadura es una serie de notas escritas como un
solo símbolo). El siguiente cuadro muestra los esquemas rítmicos normales de
cada uno de los seis modos:
Se trata de un sistema ingenioso, pero que tiene numerosas desventajas, de las
cuales las más notables son: ( 1) Sólo es aplicable a la música de estilo melismáti
co, puesto que las sílabas aisladas requieren formas de nota también aisladas. (2)
Las notas repetidas originan frecuentemente confusión, puesto que no pueden
combinarse dentro de la misma ligadura. (3) Cualquier desviación del esquema
modal estricto puede producir ambigüedad.
Las más importantes de estas desviaciones, con sus respectivos métodos de
notación> son las · siguientes:
1. Fractio modi, o introducción de valores temporales más breves. Por Jo
común, esto se logra añadiendo simplemente las notas necesarias a las ligadu
ras, por ej.:
r--i
A r- ( J J\ J ¿\ 1 JJJ J )
�� ,......,
; � r- ( J J) J J) l J .;� J ) se transforma en ;
__
Puede lograrse también por medio de la plica, signo derivado de los neumas li
cuescentes del canto llano:
...., ,...--,
El miembro final de una nota o una ligadura plicada, cuya altura depende de su
contexto, se ejecutaba, al parecer, «con un cierre parcial de la epiglotis combi
nado con una sutil repercusión de la garganta» (Magíster Lambertus, citado por
Apel, Notation, pp. 226-227).
2. Extensión del modo, en la que se pueden omitir notas:
; = , ( J -� J Ji I J. J )
3. Se usa con frecuencia una figura llamada conjunctura, en la cual la se
gunda nota y las siguientes se llaman currentes. Se deriva del c limacus del can-
126 La música medieval
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N l"'"l �
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11.)
N I"")
....
Ñ
l"'"l N l"'"l
o
�
....
3 Los ejemplos están tomados del De ,nensurabili musica, de Johannes de Garlandia. Sin embar
go, en las fuentes dásicas de Notre Dame no son claras ni la distinción entre longa y brerJis en notas
repetidas ni la forma especial de la ligadura de tres notas en el segundo modo.
5 r . 1 . 1 . . . 1 5 1-E- 1 �
�
03-3-3 l•• ,,, , , ,, ,� , t::
(Este último puede ••
• !·-�
lfB J.
Eius
confundirse con· el
primer ordo del
J. 1 J. J. 1 J. � !1J. J. 1 J. J. lj J ,B ....
primer modo. El
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'
primer ordo de!
8
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U)
segundo modo se °'
escribe ('- , etc.)
º le 1• 1l1 .,_ 1,.,.. 1ª�
• •
•
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128 La 1núsica medieval
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que se movía contra este ritmo uniforme en el tenor 4 . Una creciente tendencia
a reemplazar la subdivisión binaria del golpe principal de compás ( ) por
una ternaria ( J ."- ) acabó produciendo la constitución de un sistema comple
tamente ternario, surgiendo el segundo modo por analogía con el primero; el
tercero (y por analogía el cuarto) se tomó del antiguo ritmo «dactílico»; el sexto
es simplemente el prin1ero1 pero «roto» continuamente por medio de la jractio
modi. Desde el punto de vista de la notación, el factor decisivo fue la interpre
tación de la ligatura binaria ( r- o � ) como «corta-larga», pudiendo. caer el
acento sobre cualquiera de estas dos notas; todo el sistema de notación_ puede
trazarse partiendo de este acontecimiento aislado..
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Franco de Colonia agrupa los modos quinto y primero dentro de uno solo (CSM, xviii, pp. 27-
28) . En su terminología, los modos 2-4 y 6 se convierten en 2-5.
El ars antiqua, 1160-1316 129
El centro del nuevo arte fue París. Una gran catedral secular se encargó de ejer
cer la primacía musical en lugar de los monasterios y catedrales 1nonásticas que
hasta entonces habían estado al frente de las innovaciones musicales importan
tes. El más antiguo compositor parisiense, cuyo nombre conocemos, es un cier
to Albertus, cantor de Notre Dame, que aparece en los registros catedralicios
entre 1 147 y 1 1 73; tal vez haya que identificarlo con el Magíster Albertus Pari
siensis, compositor del conductus a tres partes «Congaudeant catholici» men
cionado arriba (p. 99). Sin embargo, este compositor es desconocido por el
Anónimo IV, cuya lista de compositores comienza con Leonin (o Leo) y Pero
tin. Lo que aquél dice acerca de estos dos es tan importante que merece citarse
un pasaje sustancial del tratado:
Et nota quod magíster Leoninus, secundum quod dicebatur, fuit optimus organista,
qui fecit magnum librum organi de gradalí et antifonario pro servitio divino multiplican
do; et fuit in usu usque ad tempus Perotíni magni, qui abbreviavit eundem et fecit clausu
las sive puncta plurima meliora, quoniam optimus discantar erat, et melior quam Leoni
nus erat. . .
lpse vero magister Perotinus fecit quadrupla optima sicut «Viderunt», «Sederunt>, ,
cum habundantia colorum armonicae anís, similiter et tripla plurima nobilissima sicut
Alleluia «Posui adiutorium», «Nativitas», etc. Fecit etiam triplices conductus ut «Salvatoris
hodie», et duplices conductus sicut «Dum sigillum summi patris», ac etiam simplices con
ductus cum pluribus aliis, sicut •Beata víscera», etc.
«Nota que el maestro Leonin, según lo que se decía, fue un excelente compositor de
organum, que compuso un gran libro de organum sobre el Gradual y el Antifonario, a
fin de aumentar el servicio divino, y dicho libro estuvo en uso hasta el tiempo del gran
Perotin, quien lo abrevió y compuso muchas clausulae o puncta mejores, pues era un
excelente compositor de discantus, y era mejor que Leonin ...
Y este mismo maestro Perotin compuso excelentes quadrupla, como «Viderunt»,
«Sederunc», con abundancia de refinados recursos 5 del arte armónico, así como
muchos nobilísimos tripla, como los Aleluyas «Posui adiutorium», «Nativitas»,
etc. Compuso también conductus a tres partes, como «Salvatoris hodie»; a dos
partes, como «Dum sigillum summi patris», y también conductus monódicos,
junto con otros tipos, como «Beata viscera», etc.
No sabemos absolutamente nada acerca de Leonin, aparte de lo escrito arri
ba. Por otra parte, hay algunos datos que nos ayudan a seguir las huellas de Pe
rotín, aunque se trata de testimonios puramente circunstanciales. En 1198 el
obispo de París, Odo de Sully, promulgó un edicto en el que restringía el cere
monial de la fiesta de la Circuncisión, o Jestum Jatuorum (ver supra, p. 65); en
dicho edicto se permitían los organa a dos, tres y cuatro voces del responsorio
y del (( Benedicamus» de las Primeras Vísperas, de los responsorios tercero y
sexto de Maitines, del Gradual y del Aleluya de la Misa, y, al parecer, las mismas
piezas en las Segundas Vísperas. Al año siguiente, 1 199, el mismo obispo pro-
5 Color se usaba como sinónimo de pulcbritudo soni (belleza de sonido), lo cual puede interpre
tarse de varias formas, incluyendo la ornamentación y la repetición.
130 La música medieval
6 Tischler rechaza la interesante sugerencia, hecha por Husmann (en JAMS, xvi), de que Perotin
estuvo relacionado con St. Gcrmain I'Auxerrois más que con la misma Notre Dame.
El ars antíqua, 1160-1316 131
las cuales muchas pueden considerarse como sustitutivas de secciones más lar
gas en los Organa a dos partes. Pero no es seguro que el Anónimo IV haya
querido decir que el Magnus Líber hubiera sido abreviado a través del procedi
miento de sustituir secciones de organum purum por clausulae, o que hubiera
sido perfeccionado por medio de la sustitución de las clausulae originales por
otras mejores. El únicamente dice que Perotin (1) abrevió el Magnus Líber y (2)
compuso muchas y mejores clausulae. Se ha señalado que los amanuenses me
dievales no solían escribir música obsoleta en una sección del manuscrito y me
joras a la misma en otra, lo cual sugiere una función independiente de las
clausulae aisladas. Se ha establecido también que la práctica real de la <<sustitu
ción» tiene serias dificultades musicales. En contra de esto, hay que mencionar
que los organa «originales» y las clausutae «suplentes» se encuentran en
fascículos distintos en nuestras fuentes y que estos fascículos debieron de ha
ber sido libros distintos, bien en el caso de los mismos manuscritos o, al me
nos, en el de los modelos de los que s e copiaron. Confirma lo anterior el Anó
nimo IV, quien en otra parte de su trabajo menciona una serie de libros distin
tos que contenían partes distintas del repertorio: (1) organa a cuatro partes; (2)
organa a tres partes; (3) conductus a tres partes con caudae; (4) conductus a
dos partes con caudae; (5) conductus sin caudae; (6) organa a dos partes y (7)
muchos otros v olúmenes que incluían varios tipos. Dentro de éstos pueden ca
talogarse las clausulae y los motetes.
De esto se derivan dos teorías: (1) los organa a dos partes, como han llega
do hasta nosotros, son obra de Leonin, y las clausulae son secciones sustituti
vas compuestas por Perotin; y (2) los organa nos han llegado en forma abre
viada, y las clausulae son piezas independientes con su propia función litúrgica
especial. No obstante, es engañoso suponer que todo el repertorio de clausulae
es uniforme en cuanto a función, estilo o técnica y la verdad debe de en
contrarse en algún lugar intermedio de estos extremos. Debemos dejar de lado
ahora este intrigante problema y examinar la música tal como aparece· en las
fuentes (pero ver Bibliografia, p. 1 2 1 ).
Organum duplum
Ejemplo 54
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tus, y otro de manera continua, y tiene por nombre copula. •
El ars antiqua, 1160-1316 133
Ejemplo 55
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cerca de 500 clausulae a dos partes, dieciséis a tres y una a cuatro. Normalmen
t e se trata de composiciones sobre una sola palabra -y a veces sobre una sola
�ílaba- tomada de los melismas de los responsorios de la Misa y del Oficio, o
del «Benedicamus Domino)). Así, «Mors» está tomada del Aleluya de Pascua
«Christus resurgens» (para la vesión de su música véase LU, p. 827); «In saecu
lum» del Gradual de Pascua «Haec dies» (LU, p. 778; GR, 241); «Domino» puede
pertenecer tanto al mismo Gradual (verso «Confitemini Domino») como a una
versión del «Benedícamus Domino». Puesto que las melodías de este último se
toman a menudo de los responsorios del Oficio, sus clausulae pueden llevar,
en lugar de este título, uno sacado del texto original, por ej. «Flos filius» -del
· responsorio «Strips Iesse»-, aunque éste indicará el melisma completo más que
simplemente la sección que lleva la palabra «Domino». El material del «Benedi
camus Domino» / «Flos filius» está en HAM, i, n. 0 28, bien presentado. Los ma
nuscritos agrupan, por lo general, varias versiones sobre un melisma particular,
repitiendo el texto en cada versión. Otras versiones consisten en una presenta
ción doble del melisma, apareciendo las palabras sólo una vez. Esto no sirve
como argumento en contra de la teoría de la sustitución, sin embargo, porque
existen ejemplos de esta práctica aparentemente no litúrgica en las secciones
originales de discanto de ciertos organa a tres partes (por ej., «Haec dies»,
HAM, i, n. 0 31 ). Es posible, llevando la teoría de la sustitución hasta el absurdo,
crear un Gradual completo, por decir así, partiendo de clausulae, aisladas (véa
se HAM, i, n. 0 30). La teoría de la «composición independiente» se basa en gran
medida en el hecho de que algunas clausutae, como la «Flos filius» a tres partes
y la «Mors», a cuatro, no pueden relacionarse con ninguna composición
completa existente, y que la cláusula es el antecedente directo del motete, que
es, innegablemente, una forma independiente.
El conductus
El conductus polifónico, que puede estar escrito a dos, tres o cuatro partes,
presenta serios problemas de transcripción, a causa de la musicalización silábica
del texto que impide el uso de ligaduras. Aunque en los escritos modernos a
menudo se habla de la naturaleza del problema de manera imprecisa, su esencia
estriba, por lo general, en una elección entre el quinto modo, por una parte y
el primero o segundo, por otra. Dos versiones de la frase inicial del conocido
conductus a tres partes «Hac in anni ianua» pueden ilustrar el problema:
136 La música medieval
Ejemplo 57
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Janet Knapp, en CM, vi, p. 38, ofrece una interpretación en segundo modo.
Apel (op cit., p. 222), transcribe la pieza en tiempo binario. Aunque en este ca-
JO Desde aquí hasta el final del ejemplo, la voz superior está escrita a la tercera superior en el MSf.:
lo cual es ciertamente correcto.
El ars antiqua, 1 160-1316 137
El tenor de los conductus es, por lo general, de nueva factura y siempre in
dependiente de cualquier canto gregoriano. Hay, sin embargo, ejemplos de
conductus simples, enteramente silábicos, con tenores derivados de canciones
profanas o de· conductus monódicos. Los textos son métricos y estróficos,
el género alcanza su más alto nivel. Toda la excelsa fraseología del organum,
combinada con concesiones hechas a la eufonía pura, se encuentra presente en
pasajes como el siguiente:
Ejemplo 58
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138 La música medieval
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Los primeros ejemplos de motetes son simplemente clausulae a dos partes con
un texto añadido en forma silábica en la voz superior 1 1 . Un manuscrito (el de
San Víctor) presenta apuntes de textos de motetes en los márgenes de las pági
nas dedicadas a las clausulae (ver NOH� ii, p. 349). En otras partes la música
se escribía de nuevo, pero en vista de que ésta se basaba en el estilo silábico, la
notación de la parte superior -o las partes- dejó de ser modal. Sin embargo,
el ritmo puede deducirse de la cláusula correspondiente, en caso de que fuera
conocida, pero si no existiera este modelo sólo se puede suponer. En este caso,
el problema es similar al del conductus silábico.
Otra conexión más estrecha entre el motete y el conductus la proporciona
el hecho de que existen ejemplos de motetes a tres y a cuatro partes con un so
lo texto en la voz superior, de los cuales las voces superiores se conservan se
paradamente sin el tenor. En estos casos, dichas partes están escritas en partitu-
11Sin embargo, los Mss. de St. Martial (siglo Xli) ya incluyen versiones del «Benedicamus Domi
no•, en las que el ccxto de la parte superior es un tropo, miencras que el de la inferior es el texto Jicúr
gico, con música de canto llano en notas largas (ver Handschin en Kongressbericht Base/, 1924). El re
pertori o de Notre Dame incluye dos organa a tres partes, en los que las dos voces superiores· co1npar
ten un solo texto de tropo (Ludwig, Repertorium, pp. 100, 1 05). En ninguno de estos casos encontra
mos un original melismático. Esce ti po de piezas, aunque no puedan ser calificadas estrictamente de
motetes, muestran que la técnica de tropar simultáneatnente es muy antigua, anterior aún a la existen
cia de una versión pura1nente melismática de la música, El repertorio de Notre Dame incluye tambi(·n
moteces basados en secciones de organa preexistentes a tres y cuatro panes, tanto en estilo de «nota
tenida,, como de «discantus•, en su mayor parte como un único texto en las partes superiores. Por
otra parce, éstos no anticipan necesariamente las <>bras más antiguas basadas en ciausulae «indepen
dientes•. En todos los tipos de motetes •derivados» es frecuente la adición o la sustracción de algunas
partes del modelo.
P.l ,11-s antíqua, 1 160-1316 139
pe sólo dos veces en los motetes. Tres otras en los ff. 3 1 v-34 (n.05 52-54) están
escritas a tres columnas, por la razón de que el tenor, en estos casos, es una
canción francesa completa con su texto. El n. 0 92 (f. 5 7v) combina ingeniosa
mente dos temores, que se encuentran escritos en dos páginas al pie de la pági
na; ésta es la única pieza a cuatro partes de la colección. Otro tipo de combina
ción se encuentra en el n. 0 81 (fol. 52v) en el que la canción «Robín m'aime,
Robin m'.a», de li Gieus de Robín et de Marion, aparece con el tenor «Portare»:
Ejemplo 59
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(seguido por dos repet1c1ones competas hasta º) .
El ars antiqua, 1160-1316 141
jor considerar a estas siete piezas como clausulae posteriores y hacerlas partici
par de los problemas de ejecución y de función de las mismas (la n. 0 1 08 está
en HAM, i, n. 32e). Por otra parte emplean el hoquetus (ver supra, p. 1 1 0),
técnica que debió de haberse pensado como de naturaleza instrum.ental al me
0
Este importante manuscrito está formado por ocho fascículos que cubren entre
sí prácticamente un siglo de desarrollo musical y notacional. El primer fascículo
contiene el «Deus in adiutorium» que acabamos de mencionar; dos de las piezas
de Bamberg, sin texto, a las que se ha añadido una cuarta parte, con texto; un
· «Benedicamus Domino» y una pieza sin texto del tipo de las de Bamberg («Por
tare») que se encuentran exclusivamente en esta fuente; y cinco organa a tres
partes del repertorio de Notre Dame (aunque el último se encuentra sólo en es
ta fuente) pero escritos en notación mensural, no modal. El segundo fascículo
contiene diecisiete motetes a cuatro partes; el tercero, once motetes con
duplum latino y triplum francés, más dos motetes a dos partes; el cuarto, vejn
tidós motetes latinos a tres partes; el quinto, un In seculum sin texto (en reali
dad el mismo que el n. 0 2 del manuscrito y que una de las piezas de Barnberg)
y ciento cuatro motetes a tres partes; el sexto, setenta y cinco motetes france
ses a dos partes; el séptimo, treinta y nueve motetes a tres partes y unas cuantas
piezas de diversa índole, y el octavo, un conducto sobre el mismo texto que el
n. 0 1 del manuscrito, más cuarenta y dos motetes a tres partes. De estos ocho
fascículos, los seis primeros están escritos en alguna forma de notación mensu
ra! prefranconiana, y deben datarse en c. 1280; el séptimo y octavo utilizan la
notación franconiana, con ciertas modificaciones. El séptimo fascículo se escri·
142 La música medieval
bió en los últimos años del siglo xui, y el octavo tal vez en la segunda década
del x1v. En conjunto, no es ir demasiado lejos el afirmar que cualquier aspecto
importante de la música del siglo x111 se encuentra representado en esta enorme
colección.
En la notación mensura! es la forma real de las notas y de las ligaduras, y no
únicamente la disposición de estas últimas, lo qu� indica el ritmo. En primer lu
gar, las formas i , • y • se adoptaron para representar la longa, la breve y la se
mibreve, respectivamente. Por lo que se refiere a las ligaduras, su interpreta
ción depende del concepto de «significado normal para la figura normal». Se
decía que una lígadura «normal» poseía tanto propiedad como perfección; al
privársele de alguno o de ambos atributos, sus valores cambiaban. Por tanto,
una ligadura «normal» de dos notas ( !\t descendiendo y : o "! ascendiendo 12,
que significaban breve-longa en la notación modal) podía modificarse de la si
guiente manera:
Descendente Ascendente
Un refinamiento final fue el uso de .l.. ( ,¡.. ) o � ( J_. ), cum opposita proprietate,
que significaba dos semibreves. Esto se aplicaba también a las primeras dos no
tas de las ligaduras que tenían tres o más notas, pero en las restantes ligaduras
de más de dos notas, todas las intermedias eran breves. Puesto que la mayoría
de la música estaba en tiempo ternario, existieron elaboradas reglas para deter
minar el valor de la longa (perfecta o imperfecta) y de la breve (recta o altera).
Este sistema se debe en gran medida a Franco de Colonia, cuyo tratado Ars
cantus mensurabilis puede datarse en c. 1 260.
Una vez que el motete hubo abandonado el seno del repertorio litúrgico de
Notre Dame, sufrió pocos cambios estilísticos importantes hasta el mismo final
del siglo. Las diferencias de notación no afectaron realmente al resultado. El te
nor continuó disponiéndose en ordínes, o frases basadas en uno de los seis
modos, y en ocasiones en dos de ellos en alternancia 1 3 . En las partes superiores
existía mucha más libertad, aunque se siente aún una considerable dependencia
de los modos, siendo ésta más palpable en algunas piezas (especialmente en las
que se conservó el tercer modo) que en otras. Un número muy pequeño de
piezas -una en Montpellier, dos en Bamberg- están en tiempo binado.
Sin embargo, hacia finales de siglo, Petrus de Cruce, quien parece ser origi
nario de Amiens, realizó verdaderas innovaciones en la música y en la notación.
La segunda forma de las ascendentes fue reemplazando gradualmente a la primera, por su ma
12
yor facilidad de escritura, En la obra de Johannes de Garlandia (e, 1250) encontramos ya intentos de
distinguir la forma de las notas y de las ligaduras.
13 Un artificio más amplio consistía en exponer el tenor dos y aún tres veces con esquema rítmico
diferente, método que fue usado posteriormente por Petrus de Cruce, Phllippe de Vitry y otros.
P.I ar:. antiqua, 1 160-1316 143
Jiuc él el primer compositor -según Jacobus de Lieja (c. 1 3 30)- que escribió
1n{ts de tres semibreves por una breve. Habría hecho esto en el triplum de un
1notete a tres partes y, dado que la declamación continuaba siendo silábica, el
estilo comenzó a acercarse a un parlando muy rápido. Cualquier grupo de se-
1nibreves que ocupaba el tiempo de una breve comenzó a señalarse con un
punto al final conociéndose dicho punto como punctus divisionis. Dos de sus
composiciones (las únicas que se conservan), identificadas gracias a las citas
contenidas en obras teóricas, se encuentran al inicio del séptimo fascículo del
manuscrito de Montpellier. La frase inicial del primer motete (n. 0 253) puede
ilustrar su lenguaje:
Ejemplo 60
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144 La música medieval
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Traducción: Triplum: Si Amor tuvo algún poder, yo, que lo he servido 14 toda la vida
con leal corazón, debería de haberlo percibido. Motetus: Al retornar el buen tiempo, uno
debiera, etc.
Cualesquiera que hayan sido los méritos de este estilo, su destino fue el de
anunciar una revolución de alcances sin paralelos.
14 El participio servie indica el género femenino medieval usual para «amor»; aun cuando el com
positor lo escribiera indudablemente de esta manera, es casi seguro que el poeta haya escrito original
mente •servi», apropiado al Amor personificado (masculino), produciendo un verso octosílabo nor·
mal.
El ars antú¡ua, 1 160-1316 145
Bibliografía
Fuentes musicales
están ahora en CMM, LXVIII, y los del Ms. de Bamberg en CMM, lxxv, ambos
ed. por Anderson. Recientemente, Tischler ha presentado The Earliest Motets
to c. 1270 (3 vals., New Haven y Londres, 1982), y una nueva edición del Ms.
de montpellier (3 vols., Madison, 1978).
Fuentes literarias
Los teóricos más importantes son el Anónimo IV (Ed. por Reckow; coussema
ker, Scriptores, i, pp. 327-65), Johannes de Garlandia (De mensurabili musica,
ed. por Reimer; en parte en Coussemaker, op. cit., i, pp. 175-182; la versión no
auténtica incluida en el Tractatus de musica de Jerónimo de Moravia, ibíd., i,
pp. 97- 1 1 7 y ed. por Cserba, pp. 194-229) y Franco de Colonia (Ars cantus
mensurabilis, en CSM, xviii, en la versión incluida por Jerónimo de Moravia,
ed. por Coussemaker, op. cit., i, pp. 1 1 7- 1 36 y también Cserba, pp. 230-259).
El Anónimo IV escribió después de 1272, puesto que menciona la corte del pa
sado rey Enrique (Enrique 111 murió en ese año); casi seguramente fue un inglés
y posiblemente monje en Bury St. Ed munds. Johannes de Garlandia, tal vez el
«Johannes dictus primarius» del Anónimo IV ha sido disociado por Reimer del
famoso sabio inglés del mismo nombre, pero la fecha de su tratado sería apro
ximadamente el 1250. El Anónimo IV menciona a un «Franco primus», que era
evidentemente parisiense, así como a Franco de Colonia, y en una de las fuen
tes del Ars cantus mensurabilis se atribuye de hecho a Franco de París (ed. por
Gerbert, Scriptores, iíi, pp. 1-16); pero en la actualidad se considera auténtica la
atribución a Franco de Colonia. El tratado de Magister Lambertus, atribuido a
«cierto Aristóteles» en el original) se encuentra en Coussemaker, Scriptores, i,
pp. 251-281; su identificación se ha podido establecer gracias a la ayuda de
otro tratado anónimo, el «Anónimo d e St. Emmeram», 1279 (ed. por Sowa). Las
contribuciones de Petrus de Cruce se conservan como reliquia en las recopila
ciones de Robert de Handlo y de John Hanboys (Coussemaker, op. cit., i, pp.
383-403-448), así como en la obra de Jacobus de Lieja (véase especialmente
ibíd., ii, pp. 401, 429). Walter Odington (ibíd., i, pp. 182-250) ha sido editado
recientemente en CSM, xiv; para San Agustín, ver la bibliografía del capítulo l.
Entre los tratados menores editados separadamente encontramos el de Alfredus
o Amerus (ed. por J. Kro molickí, 1909) y el de Dietricus (ed. por H. Müller,
1886); Amerus, ed. por C. Ruini, se encuentra ahora en CSM, XXV.
Estudios
«The Origin and Destínation of the Magnus líber organi», en MQ, xlix (1963),
pp. 3 1 1 -330; el más reciente estudio sobre el problema en su totalidad es el de
Flotzinger Der Discantussatz. (Véase también H. Tischler en ML, (1969), pp.
273-279). Una importante contribución, más amplia, es la de A. Machabey, «A
Propos des Quadruples Perotiniens», en MD, xií (1958), pp. 3-25; la última revi
sión de la identidad de Perotin la proporciona H. Tischler, «Perotinus Revisi
ted», en Aspects, pp. 803-817. Una bibliografía básica sobre el siglo x1n se en
cuentra incorporada a las Polipbonies, iv, de Rokseth, en sí mismo un volumen
magistral de comentario sobre el periodo; véase además los estudios de Rec
kow (Die Copula) y de Apfel en la bibliografía. Véase también M. C. Gó1nez, «El
ars antigua en Cataluña)>, en RdM, 2 (1979); D. Vega, «El códice de las Huelgas.
Estudio de su técnica polifónica», en Rdi\.1, 1 (1978).
6 La música francesa
en el siglo XIV
149
150 La música medieval
to del ars vetus debió de haber formado, inevitablemente, parte integrante del
magisterio de Philippe de Vitry sobre el ritmo, y de hecho se sabe con certeza
que enseñó también sobre otras materias musicales. El sumario pone también
de relieve que el tratamiento del ars nova propiamente dicho es insuficiente en
otras fuentes que particularmente omiten el examen detallado de la prolación.
La doctrina fundamental del ars nova se basa en la analogía entre las tres re
laciones de la breve con la longa, la semibreve con la breve y la mínima con la
semibreve. Franco de Colonia había establecido yá que la relación de la se
mibreve con la breve era comparable a la de la breve con la longa y, puesto
que para él el modus era siempre perfecto, el tempus o golpe de compás era
inherentemente perfecto y contenía, por tanto, tres semibreves (semibreves mi
nores). La duración de la segunda, entre un par de ellas, debía duplicarse, si
guiendo la analogía de la brevis altera (semibrevís maior). Cuando Petrus de
Cruce y sus seguidores aumentaron el número permisible de semibreves que
ocupaban el tiempo de una brevis recta de tres hasta nueve, se produjo la dis
minución de la velocidad de la música, pero esto no condujo a una variédad de
diferentes tempora o golpes de compás.
Sin embargo, para Philippe de Vitry que basaba sus teorías en la igualdad de
todas las mínimas, se volvió necesario el hacer ciertas distinciones. Para él, la
breve de Franco era el mínimum tempus perfectum: un golpe de compás del
valor más pequeño posible subdividido ternariamente. Las semibreves que lo
constituían eran, según su punto de vista, semibreves minimae y podían subdi
vidirse solamente en semimínimas, dado que estas equivalían, en su velocidad,
a las mínimas de los nuevos tempora (véase cuadro 5). Existía, sin embargo,
una diferencia entre el arte antiguo y el nuevo, aparte de la posibilidad de las
semimínimas, en el hecho que en el antiguo la duración de la segunda entre
dos semibreves sin señalar debía duplicarse, mientras que en el nuevo la si
tuación era opuesta. De esta manera, surgió un nuevo concepto de «ritmo natu
ral». Algunos motetes del Roman de Fauvel pueden interpretarse dando por
sentado que se adaptan al tempus perfectum minimum de Philippe de Vitrv, en
cuyo caso los grupos de dos semibreves deberían ejecutarse como J ' J\
Las dos variedades restantes de tempus per_fectum permitían dos y tres
mínimas, respectivamente, en cada una de las tres semibreves. Evidentemente,
esto se ejecutaba subdividiendo dos y tres veces el mismo espacio temporal del
mínimum tempus perfectum, al menos en teoría. El tempus imperfectum era
un golpe de compás que abarcaba sólo dos semibreves, cada una de las cuales
era divisible en dos o en tres mínimas (minfmum y maius tempus imperfec
tum, respectivamente).
Mientras que el término tempus se refería al golpe de compás propiamente
dicho, la palabra protatio (manifestación) 1 se usaba para describir la ·disposi
ción adoptada dentro del golpe de compás, con excepción del mínimum tem
pus perfectum. Esto condujo a la doble terminología mostrada en el cuadro;
posteriormente las palabras que van entre paréntesis se omitieron en las
1 Pro/atio es usada por Franco para designar la ejecución de la música en cuanto opuesta a su as
pecto escrita.
La música francesa en el siglo XIV 151
descripciones, de tal manera que prolatio pudiera valer para significar el núme
ro de mínimas en una semibreve y tempus el de semibreves en una breve.
Se ha mencionado ya (al final del capítulo 5) que la mínima puede estar pre
' sente inherentemente en la música sin estarlo en la notación. Si su correspon
diente breve se reduce a una negra, los valores que propugna Philippe de Vitry
para grupos de dos, tres, cuatro, cinco y seis semibreves sin señalar, en tempus
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2 Ms. durita.
En el Ms. 87 de Trento, n. 0 177 (ff. 2 3 1 v-232r) se añade una parte intermedia, O lívor anxie. Esta
última eHaha también presente en el ahora incompleto Chansonnier de Trémouiltes, fechado en
1 376, a juzgar por la inclusión de O livor en su lista de «Motez ordenez et escriz ci aprés». La voz in
termedia no puede incluirse en esta transcripción pues en la versión de Trento se encuentra asociada
con una versión ligeramente diferente de la voz superior y debió de haber sufrido ella misma corrup
ciones. Por otra parte, en la versión de Trento se encuentran corregidos una serie de errores obvk)s
en Fa. Véase el comentario crítico en PMFC, i, y E. Droz y G. Thibault en Revue de Musicofogie, vii
(1926). pp. 1-8.
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1 Minor prolatio
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La música francesa en el siglo XN 153
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•
154 La música medieval
Et motete
El breve ejemplo siguiente, que -es una obra completa- ilustra el estilo más
simple del motete del ars nova en el Roman de Fauvet. El tempus se ha consi
derado imperfecto y los grupos de más de dos semibreves se han interpretado
según los principios de Philippe de Vitry. El tenor es interesante. Un ordo
rítmico, en el antiguo primer modo, se repite ocho veces contra una repetición
melódica trimembre. La técnica de la repetición rítmica se ha llegado a conocer
en los tiempos modernos como isorritmia y se le concedió gran importancia en
la música de los siglos x1v y xv:
Ejemplo 61
Fa, f. 2rv.
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Traducción: Entre saltos de una alegría continuamente lozana, habiendo abatido la malo
liente hez de la carne, habiendo hecho pedazos las violentas maquinaciones del demonio
[Y] de la envidia, su mensajera, se reconfortan en la mutua gloria, por las innumerables
columnas del ejército celestial en el aula real; de esta manera, las serenas regiones del
cielo resuenan llenas de sagrado júbilo, No así es vencida [la envidia] dentro del límite
del aire, pues un hombre choca contra el honor de otro más fácihnente de lo que se so
mete a un extraño, y no advierte que un reino dividido será devastado.
; .. _
Tenor
,:: __,
•
N (euma] etc.
r 1 = notación roja
··.
156 La música medieval
Ejemplo 63
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1 ¡1 1núsica francesa en el siglo XIV 157
De • si re de
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son sou · til a • trait En, re • gar dant...
•
etc
Hay también unas cuantas obras a cuatro partes de Philippe de Vítry. El final de
«O canendi/Rex quern rnetrorum/Contratenor/Rex regum» ilustrará la textura
que prevalecía, y también la técnica de hoquetus tal como se practicaba en la
época ( cfr. p. 1 1 O):
Ejemplo 64
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158 La música medieval
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.,.-9-, .,
.-9-, r-3-,
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Los textos de los motetes del siglo XIV son la misma frecuencia de carácter
satírico o polémico como religioso; otros son francamente profanos. No es pro
bable que el famoso decreto del papa Juan XXII, expedido en Aviñón en 1324-
1325, que prohibía la polifonía intrincada en estilo moderno tuviera un gran
efecto sobre el desarrollo de la música eclesiástica del siglo XIV en conjunto. Es
probable que refrenara una tendencia, que comenzaba a surgir, de volver al te
ma religioso en los motetes, como lo ejemplifica el <(Firmissime/
Adesto/Alleluia», así como varias otras obras de Philippe de Vitry y el «bone
Pastor» de Machaut, escrito para la elección de Guillaume de Trie como arzo
bispo de Reims en 1324. Pero los antiguos libros de Nocre Dame con sus
complicados responsorios, Graduales, Aleluyas y «Benedicamus Domino», que
ciertamente debieron de haber provocado tanta oposición como el estilo mo
derno, cayeron en desuso, con la probable excepción de las áreas remotas co
mo San Andrés de Escocia, y la tendencia general fue, dondequiera, la de esc,ri
bir piezas litúrgicas severamente funcionales, particularmente el Ordinario de la
Misa en estilo de conductus, o cuando mucho de motete simple. Las ingenuas
recomendaciones del papa Juan sobre las consonancias simples no pudieron in
terpretarse literalmente, pero en principio su espíritu se aceptó ampliamente.
l .;t n1úsica francesa en el siglo XIV 159
Aun así, Philippe de Vitry, que después de todo habría de convertirse en obis
po de Meaux, en 1 3 5 1 , al parecer encontró posible escribir un motete «Petre
Clemens/Lugentium siccentur/Tenor» sobre la elección del papa Clemente VI
en 1342, mientras que la Messe de Nostre Dame de Machaut (de la que se habla
rá más adelante) contiene largos pasajes en hoquetus que difícilmente habrían
encontrado aceptación en tiempos de Juan.
Es en el siglo xrv cuando se encuentran las más antiguas piezas del Ordinario de
la Misa completo, o casi completo. No se trata de obras de arte unitarias, en el
sentido posterior, y en tres de ellas -las llamadas Misas de Toulouse, Tournaí y
Barcelona- ni siquiera podemos estar seguros de que sean obra de un solo
compositor, en cada caso 3 . De hecho, son comparables exactamente a las «Mi
sas» de canto llano (que se encuentran, no obstante, sin Credo) de los libros de
canto llano modernos, presentación que comenzó a preferirse en el transcurso
del siglo pasado. Una cuarta obra de este tipo es, por supuesto, la Misa de
Machaut, que no solamente es inmensamente superior a las otras tres, sino de
hecho uno de los monumentos perennes del arte musical 1nedieval. Pero es
lícito preguntarse si sus pretensiones de unidad son mayores que las de sus
compañeras. Por Jo que se refiere a la tonalidad, la Misa está dividida en dos mi
tades iguales, estando el Kyrie, Gloria y Credo en re menor (tratándose la nota
final del Kyrie del canto llano [la] corno quinta del acorde) y el Sanctus, Agnus
e Ite en fa mayor. Bajo el punto de vista del estilo, no obstante, el Kyrie está
vinculado a los últimos tres movimientos, puesto que como ellos está escrito
en estilo de motete sobre un canto llano, mientras que el Gioria y el Credo se
relacionan en tanto que están libremente construidos en estilo de conductus.
Así, el efecto de la fuerte división tonal se modifica por medio de los lazos
estilísticos existentes entre las dos mitades. La idea de que la obra está unificada
intencionalmente por una única figura melódica es un mito, siendo dicho moti
vo omnipresente en la música del siglo xiv. Todas estas razones tal vez J:"\O ten
gan gran importancia dentro del contexto de una ejecución litúrgica, en la que
los n1ovimientos individuales (con excepción del Kyrie y el Gloria) se en
cuentran separados, pero en vista de la subsiguiente historia de la Misa polifóni
ca, el punto en cuestión merece una consideración seria.
Se ha hablado mucho acerca del título de la obra. La sugerencia de que la
Misa haya sido escrita para la coronación de Carlos V en la catedral de Notre
Dame en Reims en 1365 (Machaut era canónigo de Reims) no tiene absoluta
mente ningún fundamento. Tal vez la teoría más simple, la de F. LI. Harrison,
sea la mejor: según ésta, la obra es una Misa votiva dedicada a la Santísima Vir
gen María. No exige grandes masas corales, sino de preferencia cuatro cantantes
solistas; los instrumentos son innecesarios, aunque un órgano podría haber
duplicado la parte del tenor en las secciones con estructura similar al motete.
:, Existe aún otra obra de este tipo, l:: Misa de la Sorbonne {o de Besani;on), que al menos en parte
es de Johannes Larnbuleti. Véase Chailley en AnnM, ii ( 1954). La investigación moderna continúa des
cubriendo varios agrupamientos más o menos fortuitos de movimientos sin relación entre sí.
160 La música medieval
Guillaume de Machaut
Ejemplo 65
(rápido]
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l. a n1úsica francesa en el siglo XIV 161
2
trois un a po de pein -ne. As- ser. prouver
'
Traducción: Que estas tres cosas sean una sola bien lo puedo probar sin dificultad. Pién·
sese en un manantial, en la corriente, en el conducto. Estas son tres cosas, pero en
cuentro que las tres son una sola...
Ejemplo 66
lntroitus
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J-. 1 J. 1 J JjJ jI J. J.
162 La música medieval
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3
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Contratenor
4
Tenor
cas: quince a dos partes, dieciocho a tres y ocho (incluyendo dos del Remede
Machaut que gozaron de más popularidad. Todas, excepto una, son polifóni
est rofas con rima idéntica, siendo el verso final un estribillo común a todas. No
8c usa el envoi. La parte musical comienza invariablemente con una sección
que se repite con finales ouvert y e/os. Lo que sigue es, por lo general, libre,
pero el final de la obra deberá repetir el final clos de la primera sección. La
n. 0 6, «Doulz amis» tiene forma AA1 BB 1 . Hay dos baladas triples, con un texto
para cada voz (teniendo los tres textos los mismos ritmos y el mismo estribillo):
la n.0 17 «Sans cuer/Amis/Dame» y la n. 0 29, «De triste cuer/Quant vrais
:1n1ans/Certes». La primera de éstas es un canon. Dado que cada balada tiene
tres estrofas, el canon puede, por supuesto, ser continuo hasta el final de todo
el poema, donde terminan las tres partes en tiempos diferentes como en la cha
ce. Encontramos también una balada doble: «Quant Theseus/Ne quier veoir», a
cuatro partes, con tenor y contratenor (n. 0 34).
Los rondós tienen muchas cosas en común con las baladas. De los veintidós
ejemplos (uno del Remede de Fortune), uno carece de música y los otros tienen
dos, tres o cuatro partes. La forma poética está constituida por una sola estrofa
dividida en ocho secciones con estribillo interno; esta forma se corresponde
con la música de la manera siguiente (las cursivas indican el estribillo): ABAA
ABAB. En su forma más concisa cada sección se corresponde con un solo verso
como en el cortísimo primer rondó:
Ejemplo 67
J ••
vi
s.
1.4. 7. Doulz ai - re gra • ci
3. Vueil liés moy es tre pi
Se je sui un po bon
2. 8. De
eus,
teus,
fin cuer vous
teus, 6. Ne me met tes
�
•
164 La música medieval
ay vi.
bli:
ser
en ou
Traducción: Gentil rostro gracioso, os he servido con un corazón puro. Tened miseri
cordia de mí, gentil rostro gracioso; si soy un pobre tímido no me olvidéis. Gentil rostro
gracioso, os he servido con un corazón puro.
Ejemplo 68
Contra tenor
L r
etc.
Aquí surge el tema de la técnica polifónica que Machaut empleara en las ba
ladas, rondós y virelais polifónicos, y el de la más amplia difusión de estas
obras en comparación con los lais y los vírelais monódicos. (El vitelai, o
chanson balladée, tenía una estructura musical bipartita y un texto en tres
estrofas enlazadas entre sí por el estribillo: ABBAABBAABBAA. Los treinta y
tres virelaís de Machaut, con excepción de ocho, son monódicos, incluyendo
el que forma parte del Remede de Fortune).
Compara con su genio melódico, la habilidad de Machaut como compositor
polifónico podría parecer a primera vista muy limitada, comando como punto
La música francesa en el siglo XN 165
de partida estas obras. Pero los motetes no muestran ninguna inseguridad técni
ca, como tampoco la Misa, y sería difícil demostrar que los rondós, baladas y
virelais polifónicos son, en conjunto, anteriores a aquéllos. El hecho es que si
Machaut escribe lo que parece ser un mal acompañamiento de una melodía en
cantadora, no es que no lo pudiera hacer mejor, Sin tomar en cuenta otros fac
tores, se debe hacer la debida concesión al probable timbre y tesitura de la mú
sica. Casi todas estas obras son canciones solistas y aunque requieren una voz
masculina adulta (al menos si la temática de la poesía puede servir de guía), la
mayoría de ellas se benefician con un transporte de hasta una cuarta superior
aproximadamente. Existen pruebas de que el falsete masculino era bien conoci
do en aquella época y los mismos instruments bas o instrumentos de sostén
-flauta de pico, flauta, fidula, salterio, etc.- que habrían acompañado esas
piezas eran pequeños y de afinación aguda. Una pieza como la balada (n. 0 20)
«Je sui aussi» parece requerir un instrumento capaz de dar notas largas para el
tenor -rabel, o tal vez órgano portativo-, y uno de cuerdas puladas para el
contratenor: en el siguiente ejemplo se encuentra transportada a la cuarta supe
rior y acompañada de abundantes accidentes ádicionales (escritos, por supues
to, sobre el pentagrama):
Ejemplo 69
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Traducción: Yo también soy como quien está extasiado, que no tiene ni fuerza, ni senti
do, ni entendimiento.
Bibliografía
Fuentes musicales
El Roman de Fauvel fue editado en facsímile por Aubry. El Ms. incluye también
34 piezas (una polifónica, las den1ás monódicas) de Jehannot de l'Escurel, edita
das primeramente por Gennirch, Rondeaux, i, pp. 307-372, y más reciente
mente en CMM, XXX. Los motetes de esta fuente, ju.nto con las obras que se
conservan de Philippe de Vitry, están en P}.1FC, i. Las obras de Machaut en PM
FC, ii-iii, también en la edición de Ludwig. La Misa de Machaut ha sido editada
separadamente en C!v/M, II; en un pseudofacsín1ile en SMMA, i, y por J.
Chailley (París, 1948), A. Machabey (Lieja, 1948) y Ii. Hübsch (Heidelberg,
1953). Las Misas de Toulouse, Tournai y Barcelona en PMFC, i; la de Tournai
también en CMM, XIII. Hay más música sacra del mismo periodo en CMM,
XXIX (música de la l\ilisa) y PMFC, v (motetes). En Apel, French Secular Mus ic,
figura música profana. Véase también C'MM, XXI (A Cypr íot-French Repertory,
ed. por R. Hoppin), XXXVI (Reina Codex, ed. por N. Wilkins), y LIII (French
Secular Compositions of the Fourteenth Century, ed. por W. Apel).
Fuentes literarias
Estudios .
Notación y fuentes
sio, las largas se ponen después (via naturae), según los principios franco
cuentran menos notas sin plica que el máximo número permitido en cada divi
169
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2 En las fuentes más antiguas, la senaria ga/lica es la única forma de la senaria imperfecta, la dis
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cuando ·hay menos de seis semibreves sin señalar, p. ej.:
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La música italiana en el siglo xrv 171
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tarnente! » « ¡ Boca negra, vamos, vamos' » « ¡ Piel blanca, quédate aquí, quédate! » « ¡Que me
parece ver una gamuza! » «¿Por dónde va?» « ¡ Por aquí, por aquí!» « ¿ Por qué camino va? » .
Ejemplo 71
Squarcialupi M s . , f. I 76v.
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3 Aunque es descrito como cantor papal en el Códice Squarcialupi, no puede identificarse con
Nicholaus Zacharie, cantor papal en 1420 y en años siguientes. El estilo de este último es muy diferen
te al de Maister Zacharias. A través de ciertos nexos, un tanto débiles, una identificación con Antonio
Zachara da Teramo es, cuando menos, una posibilidad. En el ejemplo 7 1 el texto de Wolf ha sido en-
. mendado ligeramente.
174
La música medieval
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La música italiana en el siglo XJ\I 175
Traducción: (I y II) Cazando, para venir a gustar aquel tesoro, por ásperos montes y bos
ques peligrosos, encontré un bosquecillo de :arbustos de oro, con abundancia de flores,
abiertas y cerradas. Gustando y oliendo las más bellas . . . Tenor: «¡Trapos, maderos,
vidrio, hierro, cobre viejo! » «¡Agujas y husos!» «¡Mercería menuda, Señora!».
El madrigal
Ejemplo 72
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Ritornello
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La ballata
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La ballata italiana equivale formal me nte al virelai fran
en Ma cha ut, de cha nso n ballad ée). El gran mae stro de esta forma es el
nativo ,
De sus 154 composi
º:ganista ciego florentino Francesco Landini (13 25-1397).
(PM FC, iv), 1 4 1 tien en forma d e IJallata (au nqu e una es en realidad un
ciones
vo�es. Un buen' nú
vtrelaí con tex to francés), y de éstas, cincuenta están a tres
siendo las dos restan
mero de éstas tienen texto solamente en la voz superior, fi
ten or y con trat eno r. Lo que el oye nte m oderno apreciará en iandini es la
tes
con la aspereza . (por de-
na belleza del sonido de su música, en contraposición
178 La música medieval
cirlo así) de Machaut. Esta sería, bajo el punto de vista del estudioso, una acti
tud equivocada. Pero no hay razón para que el gusto personal no pueda inter
venir en la apreciación de la música medieval. He aquí la ba!lata «Nella mia vi-
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Ejemplo 73
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La música medieval
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Traducción: Siento que se me sale el corazón, porque debo partir de ti. Doliente, parto,
pues lo quiere la fortuna, que me obliga a que así sea. Pero dondequiera que yo esté, Da
ma, mientras conserve alguna fuerza, no podrás impedir que sea tuyo. Porque primero
podría morir mi alma con mi cuerpo, que abandonarte. Siento que se n1c sale el corazón,
porque debo partir de ti.
Ejemplo 74
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Traducción: ¡Ah!, ¿qué puedo decir de ti comparado con lo que siento? Cualquier estado
humano busca la vanidad.
Su madrigal a tres partes «Si dolce non sonó» tiene tenor isorrítmico (también
en HAM, i, n. 0 54).
La música profana de finales del siglo x1v siguió en gran parte el camino de la
francesa, volviéndose un tanto artíficial y altisonante en su complejidad rítmica.
La notación de la música italiana había adoptado algunas de las características
francesas desde 1375, aproximadamente, y con el tiempo perdió completamen
te su identidad. Si bien la música francesa pasó por un rejuvenecimiento algo
después de 1400 (de tal manera que se ha considerado esta fecha como el inicio
del Renacimiento), no se efectuó la misma renovación en Italia en el siglo xv.
No obstante, como hemos visto ya, uno de los compositores más interesantes
entre los que ponían música a textos franceses a finales del siglo x1v, era un ita
liano, Matheo da Perugia y varios compositores italianos de principios del si
glo xv resultan favorecidos si los comparamos con los más reaccionarios de sus
colegas franceses.
La música eclesiástica no estuvo en completa inactividad en la Italia del si-
glo x1v si bien sólo forma una parte muy pequeña de todo el repertorio. Unas
cuantas piezas dispersas pueden encontrarse en los volúmenes de CMM, VIII; la
música litúrgica se escribía en estilo de conductus, o de discanto sobre un te
nor litúrgico pertinente. En ambos casos se acercaba al lenguaje del madrigal.
182 La música medieval
Ejemplo 75
1 B�n�<licamus Oomino 1 1
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Bibliografía
Fuentes musicales
Fuentes literarias
Estudios
Se puede encontrar una buena bibliografía en NOHM, iii, pp. 508-509: nótense
especialmente los Studien de Kurt von Fischer. Existe también el estudio de L.
Ellinwood, «Francesco Landini and bis Music en MQ, xxii (1936), pp. 1 90-2 16,
que aún tiene valor. Un excelente examen del repertorio sacro, de von Fischer,
está en Proceedings of tbe Royal Musical Association, (c. 1973-1974). Los tres
volúmenes titulados L 'Ars nova italiana del trecento tienen muchos estudios
valiosos, incluyendo, en el vol. iii, la última contribución de Plamenac a la lite
ratura de Faenza. Los dos artículos fundamentales sobre esa fuente, con trans
cripciones, son sus «Keyboard Music of the 14th Century in Codex Faenza 117»
en JAMS, iv (1951 ), pp. 179-201 y «New Light on che Codcx Faenza» en
Kongressbericht Utrecht 1952 (Amsterdam, 1953), pp. 3 10-326. Véase también
su ((A Note on the Rearrangement of Fa» en JAMS, xvii (1964), pp. . 78-81, y
Kugler, Die Tastenmusik. Wilkins, Music in tbe age of Chaucer, contiene un
valioso estudio de la música italiana del siglo x1v. En cuanto al ars nova en Es
paña, véanse: H. Anglés, «El Llivre Vermell de Montserrat y los cantos y la dan
za sacra de los peregrinos durante el siglo x1v» en AnM, 1 0 (1955); M. C. G6-
mez, «Neue Quellen mil Mehrstimmiger Geistlicher Musik des 14. Jahrhunderts
in Spanien», en AcM, 50 (1978); lv1. C. Gómez, «Más códices con Polifonía del
siglo x1v en. España», en AcM, 53 (1981); M. C. Gómez, La música en la casa
real cata/ano-aragonesa.
8 La música inglesa desde la conquista
normanda hasta la muerte de Dunstable
185
186
La música medieval
Ejemplo 76
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de su madre.
Ejemplo 77
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188 La música medieval
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La música inglesa desde la conquista normanda hasta la muerte de Dunstable 189
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Traducción: Ha llegado el verano; canta fuertemente, cuclillo. La simiente está germinan
do, florece la pradera y el bosque nace a la vida. Canta, cuclillo. La oveja bala tras el cor
dero, la vaca muge tras el becerro. El buey salta, el gamo abre brecha en el viento. Canta
con júbilo, cuclillo. Cuclillo, cuclillo, canta bien, cuclillo, no te detengas ahora.
Ejemplo 78
Ibid.
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in cae 1i i.
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Traducción: Observa, seguidor de Cristo, qué honor: El labrador celeste, por los defec
tos de la vid, no perdonando a su propio hijo, lo expuso a la destrucción de la muerte, y
él (el hijoJ restaura a los cautivos medio muertos por el suplicio de la vida y los corona
consigo en el trono del cielo.
láms. 1 s� 1 9). Estas últimas han despertado cierto interés, y se pueden encontrar
modal, que pueden considerarse danzas instrumentales (facsímiles en EEH,
Ejemplo 79
Fragtnentos de Worcester, n. 45 . 0
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Traducción: Y regocíjate, María, gozo de todos los fieles; recocíjese la Iglesia, con júbilo
pero sobriamente, con alegría constante, oh María, en tus alabanzas. (II) Regocíjate, por
quien la naturaleza de los mortales ha sido elevada sobre el coro de los ángeles.
minador de los corazones; regocíjate, única entre todos, cuyo gozo es comple
to en uno y otro manto. (III) Y regocíjate, María, gozo de todos los fieles;
regocíjese la Iglesia, constante en tus alabanza, y, Virgen Bienaventurada, conti
go...
La música inglesa salió bastante penosamente del ars antiqua. Uno, entre dos
motetes de principios o mediados del siglo x1v dedicados a San Edmundo (am
bos editados en Bukofzer, Studies, pp. 29-33) emplea el lenguaje de Petrus de
Cruce; otros muestran una inclinación hacia el estilo italiano. Existen varias in
dicaciones, que se encuentran en su mayor parte en documentos fragmentarios,
de un intento un tanto desesperado de competir con el estilo del motete fran
cés contemporáneo, pero, en conjunto, no fue sino hasta el final del siglo que
el idioma del ars nova se asimiló del todo y pudo convertirse en vehículo del
pensamiento musical independiente. Mientras tanto, los tipos más simples de
polifonía se retiraban aún más de las corrientes principales del desarrollo musí-
1 Replere puede significar también engendrar un hijo en una mujer. Este sentido podria . estar
implícito aquí si consideramos a Dios (il/ustrator corctium) tanto el Espíritu Santo como el Nlno Jesús.
194 la música medieval
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De 1420 a 1460
En este caso el contexto sugiere, sin embargo, un ambiente informal para am
bos tipos; es más, se hace casi con toda seguridad referencia a la forma monó
dica del carol, cuando no del conductus, y uno vacila en aplicar esta cita al ca
rol polifónico del siglo xv. Sin duda, tan pronto como el conductus, la clausu
ltl y el motete, esta forma abarcó una gran variedad de funciones, sacras y pro
fanas, litúrgicas y no litúrgicas.
El breve carol latino siguiente muestra los detalles esenciales de esta forma.
Aunque el último verso de cada estrofa repite parcialmente el estribillo, tanto
musical como textualmente, éste se debía interpretar probablemente entre
estrofa y estrofa a fin de conservar el contraste de textura entre estribillo y
estrofa. Las secciones a tres partes muestran una estructura de chanson:
Ejemplo 83
Londres, Museo Británico, Egerton 3307, f. 71v.
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202 · La música 1nedieval
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Es probable que la ejecución comenzara con una versión a dos partes del estri
billo, obtenida a través de la omisión de la parte intermedia. Esto es patente en
el siguiente carol, donde, sin embargo, las dos versiones del estribillo tienen un
tenor diferente. La versión a tres partes se encuentra escrita al final de la pieza
en el original, pero aquí la hemos trasladado a su probable posición:
4 En MB, iv, n. 0 72, se lee laudamus en cada estrofa, pero láttdemus, como el estribillo, parece
tener más sentido.
La música inglesa desde la conquista normanda hasta la muerte de Dunstable 203
Ejemplo 84
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204 La música medieval
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Traducción: Una virgen pare un hijo de la real estirpe de David. Como el esposo de su
tálamo, así surgió él del vientre de su madre, de la real estirpe de David.
El manuscrito del que se han tomado estos carols (Londres, British Museum,
Egerton 3 307) contiene también una serie de piezas polifónicas para .Semana
5 Alusión al sal. xviii {A. V. xix), 5: •tamquam sponsus procedens de thalamo st10» .
La música inglesa desde la conquista normanda hasta la n1uerte de Dunstable 205
Santa y Pascua y otras cuantas piezas. Esta colección muestra el desarrollo más
amplio de la música litúrgica estrictamente funcional en el periodo posterior a
la compilación del manuscrito de Old Hall. Hay dos Pasiones, las versiones po-
. lifónicas más antiguas que se conocen. La Pasión según san Mateo se encuentra
añadida, es posterior al manuscrito y e·stá incom'pleta. La otra es la de San Lu
cas, para el Viernes Santo. En ambas, toda la parte de la synagoga está escrita
polifónicamente, tanto si las palabras las dice una multitud como si las dice una
sola persona. La última sección de la versión de la de San Lucas, en las palabras
del centurión, suena como el último aliento del ars nova:
Ejemplo 85
Ibid., f. 24v.
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208 La música medieval
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anónimo y el duplum y tenor están omitidos (es posible que pertenezca tam
nuscrito es también un «Deo gratias» sustitutivo, en estilo de motete, pero es
6 En MB, viii, se lee re-do en lugar de mi-re, en la parte intermedia de este compás.
7 Trowell (AcM, x,cix:, 1957, pp. 65-75) ha deducido que la obra se escribió para celebrar 1a batalla
la
de Poitiers (1356) en el castillo de Windsor, el día de San Jorge, en 1358. Los motetes ceremoniales,
opuestos a los litúrgicamente apropiados, eran raros en música inglesa.
u música inglesa desde la conquista nonnand:1 hasta la 1nuerte de Dunstable 209
gunda sección del tenor, a fin de situar la palabra «Benedictus» en las partes su
periores, mientras que el Kyrie es aún más largo, con silencios del tenor al co
mienzo de ambas secciones. La conocida Míssa Alma Reaemptoris lvl.a ter de
Power (que pudo haber tenido alguna vez un Kyrie tropado) está compuesta de
manera similar.
Una obra ligeramente posterior, la anónima Missa Veterem bominem es in
teresante por varías razones. Es a cuatro partes y a las tres graves se les designa
en el original (Trento 88) como contra, tenor y tenor bassus. Así, en lugar de
cuatro partes en disposición «de motete» (triJJlum, duplum, tenor y contrate
nor), tenernos textura de chanson, apoyada por un tenor (o contratenor) bas
sus. Como en el caso de las Misas que acabámos de mencionar, hay en ésta un
Kyrie tropado («Deus creator omnium») per con la peculiaridad de que a la pri
mera sección se le asigna sólo el primer Kyrie y a la segunda sólo el Christe; a
pesar del escaso realce del texto queda claro que las últimas tres secciones del
Kyrie de nueve miembros no se encuentran del todo ajustadas. Esto bien
podría deberse, sin embargo, a un descuido del copista continental dado que
todos los demás Kyries tropados ingleses de este periodo que se han conserva
do contienen el texto completo, arreglando las nueve invocaciones .de vat�as
maneras dentro de las dos secciones convencionales en que se divide la obra.
En la presente pieza, el cantus firmus aparece dos veces en cada movimiento:
en una versión en tiempo ternario en la primera sección, y en tiempo binario,
rít1nicamente diferente de la primera, en la segunda sección. Por último, en ca
da movimiento hay un pasaje idéntico, que sirve de introducción, entonado so
lament.e por las dos voces superiores (y que no está basado en el cantus fir
mus), el llamado «motivo de encabezado», o mejor, tema introductorio. Todos
estos procedimientos se encuentran repetidos e11 la célebre Missa Caput, basa
da en el melisma final de la antífona «Venit ad Petrum», del Jueves Santo. Los
argumentos a favor de la autoría inglesa de esta obra se dan en el próximo
capítulo; la de Veterem hominem se deduce de una cita de Thomas Morley en
su Ptaine and Easie lntroduction to Practicall Musick (Llana y fácil introduc
ción a la música práctica), en la que se reproducen todas las partes de un bre
ve pasaje. Ambas obras se encuentran vinculadas por semejanzas simbólicas y
técnicas, como la elección de cantus firmi de séptimo modo para simbolizar el
bautismo (ver los artículos de Bukofzer y Chew en la bibliografía).
Esta lista está lejos de cubrir todo el número de Misas completas que se sabe
que escribieron los compositores ingleses antes de 1460 8 • Pero las que se han
citado pueden considerarse representativas. Un rasgo sorprendente dado a co
nocer por la investigación moderna, es el descubrimiento de Kyries tropados
en fuentes inglesas en lugares en que estos· movimientos se encuentran omiti
dos en fuentes continentales (un ejemplo más sería la llamada Missa sine·nomi
ne, .considerada como obra de dudosa atribución a Dunstable en MB, viii). An
teriormente se creía que el Kyrie se solía omitir en las· Misas polifónicas inglesas
desde sus mismos comienzos, a causa de la popularidad de que el tropar gozaba
8 Para más detalles véase NOHM, iii, pp. 208-213. Particularmente interesante es la aparición de la
técnica de «parodia» (en la que el material preexisten1e no es un cantus firmus, sino una pieza polifó
ni. ca completa) en obras de Bedingham y Frye.
La n1úsica inglesa desde la conquista norman<l,.L hasta la 1nuerte de Dunstable 21'1
Bibliografía
Fuentes musicales
en CMM, I, ii, ed. por Besseler, y en CM, v, ed. por Planchart, en ambos casos
atribuida a Dufay. EECM, xxvi, ed. por Harrison y Wibberley, es una valiosa
colección de facsímiles de música del siglo x1v, mientras que PMFC, xiv-xvii,
ed. por Sanders y Harrison, incluye todas las piezas completas, o casi comple
tas, de finales del siglo x111 y principos del x1v anteriores a la colección de Old
Hall. Las obras de Walter Frye están en CMM, XIX, ed. por Kenney.
Fuentes literarias
Hacer una lista de escritores medievales ingleses de música cae fuera de los
límites de este libro. Algunos de los principales tratados, como los de Walter
Odington, Robert de Handlo y el anónimo Quattuor principalía musícae están
editados en Coussemaker, Scriptores (el último bajo el nombre de Simon Tuns
tede); Odington se encuentra ahora disponible en CSM, xiv. Los tratados ingle
ses de discanto fueron publicados por Bukofzer en su Gescbichte des
engliscben Diskants, por Georgiades en su Englische Diskanttraktate, y por
S. B. Meech en Specu.lum, X ( 1 935), pp. 2 35-269. Los textos de los carols han
sido publicados completos por Greene: The Early Englísh Carols y A Selection
of Englísh Carois (incluyendo este último los del recientemente descubierto
manuscrito Egerton).
Estudios
213
214 la música 1nedieval
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cuencia. Porque Napeas, que gobierna a los amantes, los hace ser rechazados contra su
voluntad. Conviene suplicar al bello Himeneo para cambiar de bien en mejor.
Ejemplo 88
Ibid., f. 93v.
1.4.
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Traducción: Puesto que soy vuestro amante, graciosa dama, no hay dolor que yo sienta:
soy tan feliz. Cuidaré de serviros con todo mi empeño.
le Franc, Le Cbampion des Dames (c. 1440) que habían ,< asombrado a todo
París» antes de que la música de Dufay y de Dunstable fuera conocida allí. Ta
pissier, cuyo verdadero nombre era, al parecer, Jean de Noyers (CMM, XI, i,
p. 1 ), estuvo en la corte borgoñona en 1408 y también parece que estuvo rela
cionado con Aviñón; los otros dos guardan relación con el norte de Francia.
Cesaris, así como Cordier, escribió principalmente chansons en un estilo
rítmicamente complejo. A Carmen y a Tapissier se les conoce sólo por su músi
ca sacra. ·sus motetes, como uno de Cesaris, están escritos en un estilo de
parlando rápido por lo que respecta a la parte superior; muy lejos, pues, de la
serenidad de Dunstable. El parlando se encuentra también en un Credo de Ta
pissier, un Gloria de Cordier y un Gloria de un discípulo de Tapissier. El Sanc
tus de tapissier, teniendo un texto más breve, es melismático; todos utilizan
textura de chanson y están compuestos libremente. Quedan obras similares de
Bosquet Qo. de Bosco, cantor en Aviñón en 1 394), de Uo. de] Cameraco (can
tor papal en 1418, sin duda de Cambrai) y de otros.
Encontramos una situación un tanto diferente en las piezas de Misa de Lo
queville, Guillaume Le Grant (cantor papal de 1 4 1 9 a 1421), Estienne Grossin
(en París entre 1418 y 142 1 ) y R{ eginaldus?} Liebert (Magíster puerorum en
Cambray desde 1424?). Entre éstos, los dos primeros escribieron piezas en las
que secciones a dos partes, señaladas con «unus», alternan con secciones a tres,
señaladas con «chorus». Estas obras son los más antiguos testimonios que posee
mos de polifonía cantada coralmente después del periodo del organum primiti
vo. Ninguno de estos dos compositores utiliza el canto llano. Le Grant empezó
un idioma extremadamente cromático , que no estaría destinado a sobrevivir:
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218 La música medieval
Las piezas del Ordinario de la Misa de Loqueville son muy similares a las prime
ras obras de Dufay (ver infra, p. 171). Grossin escribió una Missa Trompetta
(de la que quedan Kyrie, Gloria, Credo y fragmentus del Sanctus), en cuya parte
inferior escribe «Trompetta», en algunas secciones. Claramente se ve que se ha
querido referir, en realidad a la trompeta de varas puesto que las secciones en
que aparece el epígrafe está escrito «duo» a pesar de que están a tres partes: evi
dentemente, el encabezado designa las dos partes superiores, vocales. Licbert
escribió una Misa de la Virgen completa para la temporada comprendida entre
el día de la Purificación (2 de febrero) y Pascua, con Introito («Salve Sancta Pa
rens»), Kyrie (IX), Gloria, Gradual («Benedicta et venerabilis es»), Aleluya (con
versículo «Ora pro nobis»), Secuencia («Ave mundi gaudium»), Tracto para
usarlo después de la septuagésima (sólo pone música al versículo «Dei Genitrix»
del Tracto «Gaude Maria»), Credo, Ofertorio («Ave Maria»), Sanctus (IV), Agnus
(no identificado) y Comunión («Beata víscera»). En las partes superiores se en
cuentra el canto llano parafraseado, con excepción del Gloria y del Credo en
donde está del todo ausente. Se usan texturas tanto de chanson como de/aux
bordon. El esquema general es notablemente similar al usado por Dufay en su
Missa Sancti Jacobi.
No es necesario examinar aquí detalladamente a los italianos. Sus formas y
técnicas fueron en gran medida continuación de las del siglo x1v. Hubo, no obs
tante, un incremento en la producción de n1úsica sacra habiendo desaparecido
por completo en esta época la desaprobación papal.
Entre el grupo de Lieja se encuentra Johannes Ciconia (c. 1335-1411), quien
pasó gran parte de su vida en Padua. Sus motetes y canciones profanas están
escritos en estilo de finales del siglo xrv, mientras que los motetes participan
también de las características estructurales de la música del norte de Francia. A r
nold y Hugo de Lantins, que debieron de haber sido hermanos, visitaron tam
bién Italia (aunque por separado). Arnold nos ha dejado la Misa con Kyrie «Ver
bum Incarnatum» (Ed. por Van den Borren, Polyphonia Sacra, n.05 1-5). La tex
tura es de chanson y el idioma italianizante. Las chansons de Arnold son de es
tilo simple; las de Hugo, que también puso música a textos italianos, tienden
hacia la complejidad rítn1íca.
La borgoñona es la escuela más significativa entre todas éstas puesto que
representa lo más avanzado dentro de la música de la época. La influencia ita
liana que recibe es mínima. Los músicos borgoñones rechazaron la complejidad
rítmica y cultivaron un estilo melódico atrayente por sí mismo. Su música ecle
siástica es funcional y de escasa importancia. Dentro de los primeros composi
tores borgoñones encontramos a Pierre Fontaine, Nicolás Grenon y (probable
mente sólo por un corto periodo) Tapissier. Una generación algo · posterior
incluye a Binchois y al propio Dufay, este último en una fecha provisional, la
década de 1440, y el primero desde c. 1460. Su medio de expresión preferido
era el rondó a tres partes, la balada y el virelai, presentando éste la forma de
una sola estrofa conocida como bergerette.
Podemos considerar a Binchois como el representante del grupo, a causa de
la amplitud de su obra. Sus cbansons alcanzan el número de sesenta en la edi-
El siglo xv, especialmente en Francia y en los Países Bajos 219
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Guillaume Dufay cultivó la mayoría de los estilos y técnicas de principios del si
glo xv antes de que su música sufriera ese profundo cambio de estilo que
\ influenciaría a todos los compositores subsiguientes y que es la razón principal
de su fama. No se conocen con precisión muchos detalles de su biografia, aun
que se sabe que estuvo en Italia (con breves intervalos de ausencia) entre 1420
y 1433 y entre 1435 y 1437, en ocasiones como cantor de la corte papal. En
1434 y 1435 estuvo en la corte de Saboya, donde mantuvo sus contactos, lle
gando a ser maestro de capilla en 1454-1455, y tal vez más tiempo. Residió per
manentemente en Cambray, donde había recibido su primera educación y en
donde tenía una canonjía desde 1436, desde 1 440 hasta al menos 1452, y de
1458 hasta su muerte, acaecida en 1474.
Hay muy pocos testimonios externos de la cronología de la música de Du
fay. Es lógico suponer que las ocho piezas con texto italiano pertenezcan al pe
riodo italiano -una de ellas, «Que fronte signorille» lleva, de hecho, la inscrip
ción «Rom[a]e composuit», en el manuscrito de Oxford-. La más famosa de és
tas, que pone música a la primera esuofa de Petrarca «Vergine bella» es notable
por su manera tan sensible de tratar el texto, a veces a costa del sentido general
del pasaje. Por ejemplo, al hablar de «la miseria extrema de las cosas humanas»,
las palabras «miseria» y «cosas» reciben un tratamiento fuertemente diferen-
ciado:
'
5 Así Glareano, Dodecachordon, III, viii. Por 01ra parte, los signos que en realidad emplea
Binchois se describen en d\)S tratados contemporáneos (Anón. XI y XII de Coussemaker, Scríptores,
iii) como equivalentes a! ( q> , en contexto de ritmo ternario), � (:)) y � ( f>) rc�pectivamente.
222 la música medieval
Ejemplo 9 1
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se.
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Por otra parte, los textos franceses podrían datar de cualquier periodo de su
vida y de hecho la más antigua pieza cuya fecha conocemos, la balada «Resve
llies vous», fue escrita para celebrar el matrimonio de Cario Malatesta en 1423.
Resulta muy claro, a través del estudio del desarrollo de su estilo (principalmen
te en el aspecto rítmico) que Dufay continuó componiendo chansons hasta el
final de su vida. Normalmente siguió usando la vieja textura, traslapando las
parces del tenor y del contratenor; pero en un rondó, el «Ne je ne . dors ne. je ne
veille», estas partes tienen una tesitura diferente. Con su ritmo binario y sus ex
perimentaciones cromáticas, este rondó recuerda grandemente la Misa y el mo
tete «Ave regina caelorum» y poden1os deducir que se trata de una obra de ma
durez:
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Tenor
Contratenor
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224 La música 1nedieval
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Traducción: Ni duermo ni velo; estoy tan receloso que suspirar es lo menos que hago
pues me veo obligado a desear que la Muerte se levante contra mí. El deseo no quiere
que yo duerma: mientras mis ojos permanecen abiertos, la Aflicción me aconseja que
muera de llanto. N o tengo la tez sonrosada; y es por vos, de lo cual me n1aravillo al ver
cómo podéis soportar que por terneros y honraros pueda yo sufrir un dolor sin paralelo.
ta de obras profanas, Dufay se permite sólo breves referencias a las otras voces,
por ejemplo en el tratamiento de este motivo basado en una triada, que en la
chanson aparece en las tres voces:
Ejemplo 93
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bajo del tenor y del contratenor), en tanto que opuesta a la antigua textura de
«motete» a cuatro. Pueden fecharse en la década de 1450.
Las dos últimas Misas, Ecce ancilla Domini (copiada en Cambray en 1463) y
Ave regina caelorum (en parte basada en la antífona copiada en 1464) regresan
a tenores de canto llano y a un tratamiento más simple.
Son, sin embargo, bastante más tensas en su estructura que los prototipos
ingleses, tales como Caput y Veterem hominem. Dufay sacó provecho no sólo
de la experiencia adquirida al escribir sus dos misas anteriores, sino también,
probablemente, del contacto con la obra de compositores más jóvenes, como
Ockeghem. A pesar de todo, las últimas misas tienen una muy singular sereni
dad, particularmente la Ave regina caelorum. Esta obra, basada en el mismo
canto llano de la tercera pieza de Dufay sobre la misma antífona, anuncia lo que
se llamaría técnica de parodia en un breve pasaje del segundo Agnus donde la
plegaría personal de Dufay, pidiendo clemencia, añadida por el autor al texto
mariano, se traslada a la Misa:
Ejemplo 94
J .. .
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bis.
228 La música medieval
7 Formes Jixes: término que denota un cierto número de formas poético-musícale• ; en las que el
texto y la música mantienen una relación recíproca fija, especialmente el rondó, la balada y el virelai.
El siglo -,r.;, especialmente en Francia y en los Países Bajos 229
Ejemplo 95
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1.4.7. D'un au - tre a - mer mon
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2.8. Ne que pour rien de ce pro-pos . me
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230 La música n1edieval
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Traducción: ¿Se someterá mi corazón a otro amor? Nunca se piense que yo apartaría n1i
amor, ni cambiaría mi propósito por cualquier otra cosa, porque lo menos que me
movería a no hacerlo sería mi honor. Amo tanto que nunca me sería posible consentir
mudanza alguna. Por Dios que primero me destruiría la muerte, antes que, durante mi vi
da, yo tuviera un amor extraño. Que nadie piense que yo consentiría en ello; mi lealtad
padecería demasiado 8 •
8 En el francés antiguo hablado, este poema bien podría salir indistintamente de labios de un
hombre o de una mujer. Es más probable la primera opción: el copis1a debió de haber considerado las
grafías «un autre� (otro-a) y «ung estrange,, con.10 pertenecientes al género común.
El siglo ')N, especialmente en Francia y en los Países Bajos 231
no, contralto, tenor y bajo, obtuvo al menos la misma importancia que la habi
tual de cinco voces del siglo xv1, no sólo en la chanson sino en todas las formas
de la música v ocal.
En el polo opuesto a la chanson está la Misa, que en esta época se convierte
en vehículo admitido del pensamiento musical per se. En este caso es Johannes
Ockeghem (c. 1420-1497) el guía indiscutible. Sus primeras obras dentro de es
te campo están concebidas, en su aspecto externo, según el modelo de Dufay.
Después de dos obras tempranas a tres partes, viene la Missa Caput en la que
Ockeghem llega hasta el punto de mantener la propia versión rítmica del canto,
pero transportándola a una octava inferior, y convirtiéndola en la parte inferior
de la textura a cuatro partes. Aunque la melodía está en modo de sol (mixoli
dio), Ockeghem elige el de re (dorio) para finalizar cada movimiento y la cons
tante repetición de la nota si en la melodía produce un curioso estilo armónico
en el que los acordes de si menor y re menor pueden encontrarse en estrecha
vecindad:
Ejemplo 96
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232 La música n1edieval
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r r
9 Los dos primeros reciben el título de sus antiguos poseedores, el último de su Jugar de origen.
234 La música medieval
Ejemplo 97
bis
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Jos
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Altus 1 de doet.il,
• mes
al
d'oeil:
A cous. 1rés vous d'ha bis de doeul,
Et Jos
plou · rés gros · ses lar · mes d'oeil: Per·
Tenor 11
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a
son, Bru mel, C'om pe
vés vos tre bon
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...
Re qui es cant m pa ce.
El siglo xv, especialmente en Francia y en los Países Bajos 237
.
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Esrn obra, conocida hasta hace pon> únicamente a trnvés de las inexactas ediciones de Pctruci y Susato,
se cita aquí según The lv/edici Codex o/ 1518 ed. por F.. Lowinsky (A1/?i't/, iii-iv), n. 46.
0
Traducción: Vestíos con ropas de dolor: Josquin, Brume!, Píersson [i. e. Pierre de la
,!
Bibliografía
Fuentes musicales
CMM, XI, contiene hasta la fecha seis volúmenes de música de principios del si
glo xv. El repertorio del manuscrito de Oxford puede conseguirse perfectamen
te en una serie de antiguas ediciones de Stainer (Dufay), Marix {Les Musiciens)
y Van den Borren (Polyphonia Sacra y Pieces polyphoniques ptofanes). Las
obras completas de Ciconia han sido editadas por Clercx-Lejeune; las de Dufay
se encuentran en CMM, l. Las Misas Caput de «Dufay», Ockeghem y Obrecht
pueden verse ahora en una excelente edición en un volumen, que forma el CM,
v. Las chansons de Binchois están editadas por Rehm, las Misas de Ockeghem,
por Plamenac, y existen ediciones de las obras completas de Obrecht y Josquin
tot Sweelinck es una antología útil, dado que hay una gran cantidad de piezas
hechas por Wolf y Smijers, respectivamente. La obra de Smijers Van Ockeghem
los siete manuscritos (Codex Tridentinus 87 [-93]) y otro del códice de El Esco
rial, por Rehm. La serie CMM incluye ahora las obras de Brumel, Compere,
Agricola y muchos otros, así como un importante número de colecciones dedi
cada al siglo xv; otra edición importante es MPL, que en el primer volumen de
su primera serie incluye las Misas L 'Homme armé, de Dufay, Busnois, Caron,
Faugues, Regís, Ockeghem, de Orto, Basiron, Tinctorís y Vacqueras. Entre las
ediciones antiguas que continúan teniendo validez, se cuentan las de los chan
soriniers de Copenhague y Díjon, de Jeppesen y de Droi, Thibault y Rokseth;
de este último chansonnier se puede también encontrar un facsímile en PM
MM, xii. Entre las más recientes ediciones de manuscritos de chansons están las
excelentes de los Mss. de Margarita de Austria, por Picker, y del Ms. Mellon,
por Perkins. Véase también las edicines hechas por Hewitt de las extensa colec
ciones retrospectivas de Petrucci Harmonice Musices Odhecaton A (Venecia,
1 501), y Canti B ( 1 502); de frottole en PAM, viii (libros I y IV ed. por Schwarz)
y en IM, I, i (libros 1-111 ed. por Cesari y Monterosso); de laudi, por Jeppesen; y
del códice Medici, por Lowinsky. El manuscrito de Bruselas de melodías de
basse-dance se ha editado en facsímile y transcripción por Closson, y hay una
edición completa de todas las melodías conocidas en el vol. vi de la Wellesley
Edition. El Arte della danza de Guglielmo Ebreo (o «da Pesaro») se editó en
1873, por Zambrini. Para el Lochamer Liederbuch y el Fundamentum organi
sandi de Paumann, véanse las ediciones de Ameln (facs.) y de Arnold. El Glo
gauer Liederbucb está en EDM, iv, viii; el Buxheimer Orgelbuch, ed. por Wall
ner en Dlltf, II, i (facsímil) y EDM, xxxvii�xxxix (transcripción). Hofhaimer y su
escuela ed. por Moser. Isaac: Choralis Constantinus, 3 vols., ed. por Becezny y
Rabl, Webern y Cuyler, respectivamente; Misas, ed. por Lerner (CMM, LXV),
Cuyler, Fano y Staehelin; música profana ed. por Wolf. El Cancionero de Pala
cio en MME, v, x, xiv, ed. por Angles. La más extensa de las fuentes inglesas de
finales del siglo xv, el Eton Choirbook, está en MB, x-xii, ed. por Harrison.
Entre los más grandes compositores ingleses hasta c. 1545 nótense especial
mente Ludford, ed. por J. Bergsagel ( CMM, XXVII), Fayrfax, ed. por E. B.
Warren (CMM, XVII), y Taverner, ed. por H. Benham (EECM, xx, xxv). Ear ly
Tudor Magnificats, ed. por P. Doe, están en EECM, iv; Early Tudor Masses,
ed. por J. D. Bergsagel, están en EECM, i, xvi; y el repertorio litúrgico de órga
no, ed. por J. Caldwell y D. Stevens, en EECM, vi, x (véase también The Mulli
ner Book, ed. por D. Stevens, MB, i). Los antiguos libros de canciones de la
época de los Tudor están editados por J. Stevens en MB, xviii, xxxvi. Véanse
también las obras completas de Juan de Anchieta, ed. por S. Rubio, y el Can:
cionero Musical de la Colombina, por M. Querol.
Fuentes literarias
Los teóricos más importantes son UgoHno de Orvieto (CSM, vii, 3 vols., ed. por
A. Seay), Tinctoris (CSM, xxii, 3 vols., ed. por A. Seay) y Gaforí. Para Gla
reanus, ver la excelente traducción de C. A. Miller, 2 vols. (MSD, vi).
El síglo XY, especialmente en Francía y en los Países Bajos 239
Estudios
241
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•
Indice analítico
1 Personas
No se incluyen los estudiosos n1odernos. Se ha seguido la grafía usual de los nombres anti
guos y medievales, pero en los ca-;os en que varía el uso moderno se ha catalogado según el
nombre y no según eJ apellido, y se han preferido las formas latinas autorizadas a las hipoté
ticas vernáculas.
Adam de la Hal ( l )e, 98-99, 98e, 104. Anónimo de St. Emmeram, 146.
Adam de San Víctor, 73e, 84. Antonio da tempo, 170, 182.
Agacho, Papa. 16. Aristóteles, quidam: véase Lambenus, .Magís-
Agrícola, Alexander, 257. ter.
Agustín, ob. de Hipona, 13-15, 61, 124, 146. Aristóxeno de Tarento, 61.
Aimeric de Peguilhan, 91. Arnault Daniel, 90.
Alanus, Johannes (?=Aleyn), 208. Arnold de Lantins, 2 1 1 , 218.
Albertus Parisiensis, 129. Atanasio, ob. de Alejandría, 14.
Alexander «der Meiscer», 104. Aureliano de Réomé, 38, 61.
Aleyn (? Johannes Alanus), 208.
Alfonso X el Sabio, Rey de Castilla, 101. Basiron, 238.
Alfredus, presbyter Anglicus (o Amerus), 146. Beda, 13, 16, 61.
Alipio, 14. Bedingham, 210.
Amalario de Metz, 61, 71. Benito de Nursia, 13, 16, 55, 61.
Ambrosio, ob. de Milán, 13, 16, 18, 56, 81. Bennett, 211.
Amerus: véase Alfredus. Bemart de Ventadorn, 91e, 95.
,o\Jlchíeta, Juan de, 233. Binchois (Gilles de Binche), 218-222e, 225,
Anglicus (anón. inglés, s. xvu), 189. 237.
Anónimo IV (s. XIn), 123, 125, 129, 130-131, Blak-.mit, 190.
133, 146, 190; citado, 123, 130. Blondel de Nesle, 96e.
Anónimo XI (s. xv), 221n. Boecio, Anicius Manlius Severinus, 13, 14, 27,
Anónimo XII (s. xv), 221n. 37, 61.
253
254 Indice analítico
Bosquet: véase Jo(hannes) de Bosco. Franco de Colonia, 123, 128n, 132, 146, 150.
Brumel, Antoine, 258. Franco primus, Magister, 146.
Busnois (Antoine de Busne), 228, 238, 239. Frauenlob: véase Heinrich von Meissen.
Byrhtferth de Ramsey, 112. Frye, Walter, 210n, 233.
Byttering, 195, 208. Fulbeno de Chanres, 13.
Calixto II, Papa, 118. Gace Brulé, 96.
Cameraco: véase Jo(hannes) de Cameraco. Gace de la Bigne, 156.
Carlos de Anjou, 94. Gafori, Franchino, 238.
Carmen, Johannes, 217. Ghirardello da Firenze, 173.
Caron, Phillípe, 238. Giovanni da Firenze, 175.
Cassiodorus Senator, 13, 14, 38, 57, 61. Glareanus, Henricus, 221.
Cesaris, Johannes, 217. Godric, 99, 104.
Ciconia, Johannes, 218, 237, 239. Gombert, Nicolás, 235.
Clemens non Papa, Jacobus, 179. Gregorio l, Papa, 16, 20, 49.
Colín Muset, 95. Grenon, Nicolás, 218.
Compere, Loyset, 238. Grossín, Estienne, 218.
Canon de Béthune, 96. Guglielmo Ebreo (o «da Pesaro» ), 238.
Constantino, Emperador, 15. Gui 11, chastelain de Coucy, 96.
Cook(e), John, 208. Guido d'Arezzo, 28, 85, 112.
Cordier, Baude. 21Se, 217. Guillaume de Trie, arzobispo de Reims, 158.
Comago, Juan, 234. Guillermo IX de Aquitania, 89.
Cotton, John: véase Johannes Affligemensis. Guíot de Provins, 96.
Guiraut de Bornelh, 90.
Chastelain de Coucy: véase Gui 11.
Guiraut d'Espanha de Toloza, 93-94e.
Dámaso I, Papa, 16.
Hanboys, John, 146.
Damect, 208. Hayne van Ghizeghem, 228.
Dante Alighieri, 77, 88.
Heinrich von Meissen ( «Frauenlob» ), 99, 104.
Dietricus, 121. Hermann Contractus, 27, 39. ·
Dufay, Guillaume, 209, 217, 218, 221-227ee,
Hieronymus de Moravia, 80, 85, 146.
228, 230, 239; Misa Gaput, atribuida a, 210, Hilario, estudiante, 79.
234; piezas italianas, 222e; piezas francesas,
223e; La.mentatio... Ecc/esiae Constantino
Hilario de Poitiers, 16.
politanae, 224; motetes isorrítmicos, 224;
Hofhaimer, Paul, 234.
. Hogerus: véase Otgerus.
Misas, 225-227ee.
Hucbaldo.de San Amand, 38, 61. 121.
Dunstable,John, 195, 207, 208e, 209, 210, 211,
Hugo de Lantins, 218.
217, 238.
Huon d'Oisi, 96.
Efrén de Siria, 15.
Ekkehard de St Gall, 63. Isaac, Heinrich, 234, 238.
Enrique 111, Rey de Inglaterra, 146, 190. Isidoro de Sevilla, 61.
Enrique IV, Rey de Inglaterra, 195.
Enrique V, Rey de Inglaterra, 195. Jacobus de Lleja, 143, 146, 149, 166.
Enrique VIII, Rey de Inglaterra, 233. Jacopo da Bologna, 175 177e, 177.
Etheria, abadesa gallega, 15. Jaufré Rudel, 81, 90.
Eugenio de Toledo, 13. Jean de Noyers: véase Tapissier, Johannes.
Jehannot de l'Escurel, 166.
Faugues, Guillaume, 238. Jerónimo, 14, 15.
Folquet de Marselha, 9le. Jerónimo de Moravia: véase Hieronymus de
Fontaine, Pierre, 218. Moravia.
Forest, 195. Johannes Aftligemensis Ouan de Afflighem,
Fonunatus: véase Venancio Fortunato. John Cotton), 85, 1 12, 121.
1 nJice analítico 255
Jo(haones) de Bosco (Bosquet), 217. Odón, abad de Cluny: Dialogus, atribuido pri·
Jo(hannes) de Cameraco, 217. meramente a, 39n, 61; tonarios atribuidos
Johannes de Garlandia, 126-127c, 142n, 146. a: (a) italiano, s. XI, 42, 61; (b) franciscano
Johannes de Grocheo, 85, 104. (ed. por Coussemaker), 61.
Johannes de Muris, 1 49, 168. Orto, Mabriano de, 238.
Johannes Filius Dei, 190. Oswald von Wolkenstein, 104.
Josquin Desprez, 224, 228, 230, 232, 235, 236, Otger, abad de San Amand, 61, 1 2 1 .
2 lugares
En esta lista se incluyen unos cuantos lugares relacionados con la proveniencia de los manus
critos. Estos se hallan enumerados según su ubicación actual en el Indice 4, en el apa1tado de
Manuscritos.
co de, 131-137ee, 141, 145, 1 46-147, 186; St. St. Gall (Sankt Gallen), Abadía, 22, 57n, 58;
Germain l'Auxerrois, 130n. manuscritos de, 23; notación de, 23-26c
Poitiers, batalla de, 208. (véare también Manuscritos, Einsiedeln, St.
Gall. en Indice 4).
Ramsey, Abadía, 112. Saintes, 78.
Reading, Abadía, 190. Sens, 68, 79.
Reims, 158, 214; Catedral de Notre Dame, 159.
Roma: Abadía de San Martín, 16; liturgia de, Toledo, 17, 18.
15-17, 18, 20-21 (véare también canto, Misa, Toulouse, 92.
rito en Indice 4); corte y capilla papales en,
20, 213, 221 (véase también Aviñón). Winchester: repertorio polifónico de,
110-lllc, 113; troparios de, 76-77c, 109,
Sabaya, corte de, 221. 1 13.
St. Amand, Abadía, 121. Windsor Castillo, 208n; capilla de St. George,
San Andrés, Priorato (Agustino), 158; ma 205.
nuscrito de, 130, 132-134ee, 136e, 145, Worcester, Catedral: fragmentos relacionados
186-187e; repertorio relacionado con con la biblioteca de, 190-191; supuesto re
132-134ee, 186-187e, 191. pertorio de, 191-193c, 212.
3 Obras
«Adest una>) (secuencia), 58. Aleluya «Ora pro nobis» (Liebert), 218.
«Adieu, adieu» (Binchois), 219. Aleluya «Ostende nobis», 49-SOe, 59; secuen
«Adoraba major» (secuencia), 58. cias basadas en el, 59-60e.
Ad organum Jaciendum (anón.), 112, 121. Aleluya «Post partum» (repertorio de San An
«Ad superni regís decus» (conductus, Com- drés), 186.
postela), 118e. Aleluya «Posui auditorium,), versión a tres
«Ad te Domine levavi» (Ofertorio, canto lla partes (Perotin), 129.
no), 50-Sle. «A l'entrada del tens dar» (anón.), 90.
«Ad te levavi» (Introito, canto llano), 45e. «A l'entrant d'esté» (Blondel de Nesle), 96e.
«Aeterna Christi munera» (himno): melodía Alía niusica (anón., varios autores), 39, 61.
del, en lvlusica Enchíriadís, 56. «Alma redemptoris mater» (Dufay, dos versio-
«Agnus Dei» ( canto llano), 19c, 56; melodías nes), 225.
tardías del, 68, 69; tropado, 72.
«Alleluia» (antífona, canto llano), 42.
«Agnus Dei» (versiones polifónicas): Machaut,
«Alleluia» (secuencia, canto llano): véase Ale
159; rropado, repertorio de San Andrés,
luyas «Multifarie» y «Ostende nobis», y en
186; en el ms. de Old Hall, 197, de Liebert.
Indice 4, secuencia.
«Aius» (canto llano=Trisagíon), 19c.
Aleluya «Christus resurgens»: usado para do «Angeli archangeli» (Isaac), 234.
tar de tenor a la cláusula «Mors», 135. «Arae post liba,nina» (Mayshuet), 208.
Aleluyá «Gaude virgo» (tropado, repertorio Ars cantus mensurabilis (Franco de Colonia),
de Worcester), 1s9.. 19oe. 146; citado, 123, 1 50n.
Aleluya «Multifariae olim Deus»: canto llano, An nova (Phílippe de Vitry), 149, 150, 151;
66-67c; secuencia polifónica basada en el, doctrina del, 152-153c.
110- l l lc. A1s novae musicae: véase Notitia artis niu·
Aleluya «Nativitas»: verisón a tres partes (Pe sicae.
rotin), 129; fuente del tenor del «David» de Arte della danza (Gugliehno Ebreo), 238.
Machaut, 162. «Ascendit Christus» (Forest o Dunstable), 209.
258 Indice analítico
«A summo caelo» ( Gradual, canto llano, tres . Cornmemoratio brevi., de tonis etpsalmís mo
versiones), 47-49e. dulandis (anón.), 38, 39-43ee, 61.
«Ave gloriosa/Duce creature/(Domino )» Complainte (Machaut), 161.
(anón.), 190. «Concede nobís» ( responsorio, canto llano),
«Ave María» (Ofertorio, Lieben), 218. 72.
«Ave mundi gaudíu1n» (secuencia, Lieben), Confesiones (Agustín de J-lipona), 14.
218. «Confitebor tibi Don)ine» (Sal. 137), 44e.
«Ave Regina caelorum»: Power, 206; Dufay «Confitemini Domino» (V. del Gradual «Haec
I-III, 222; Dufay III, 222, 227. dies» ): usado para dotar de tenor a las
«Ave Regina caelorum» (segundo texto): Frye, clausulae tituladas «Domino», 135.
233; Obrecht, 233. «Congaudeant catholici» (conductus, Com
postela), 1 20.
«Beata viscera» (Con1unión, Lieben), 218. «Congaudet hodie» ( conductus polifónico),
«Beata víscera» (Perorin), 74, 129. 1 14.
«Beaci in1maculati) (Sal. 118), 39-40e. «Credimus in unum Deum» (canto llano),
«Be m'an perdut» (Bernart de Ventadorn), 19c, 56.
91e «Credo in unum Deum» (canco llano), 19c,
«Benedicamus Domino» (canto llano), 70 56; melodía-; tardías del, 68; Vaticana, IIJ,
«Flos filius», melodía del, 135, 139; co1no 69.
fuente de tenores de cláusula y motete, «Credo in unu1n Deun1» (versiones polifóni
135, 139. cas): Machaut, en el n1s. de ()Id Hall, sobre
«Benedicarnus Domino» (versiones polifóni «Jesu Christe Fili Dei» (Dunstable), 209; de
Tapissier, 217; de (,rossin (Missa Trompet
ta ), 217; de Líeben (il1issa de Reata Virgi
ca<;): St Martial, trepado en la parte supe
ne), 218; de Binchois (unido al Gloria), 221.
rior, 138n; St. J\.1artial, tropado en estilo de
conductus, 1 1 Se; Compostela. sin tropar,
1 18; Compostela, tropado en estilo de con <<Crux fidelís» (Dunstable), 207-208e.
«Cunctípotens genitor Deus» (tropo del Kyrie
IV): versión polifónica en Ad organum fa
ductos, 118; Nacre Dame, 129, 131, 158; ma
ciendu,n, 112.
nuscrito de Montpellier, 141; Inglés, tropa
do en la parte superior, 185; para teda en
Chanson de Roland, 95, 105.
el códice de Faenza, 182e; sustitutos del,
Chanson roial (Machaut), 161.
200.
Chora/is Constantinus (Isaac), 234, 238.
«Benedicta et venerabilis es» (Gradual, Lie
bert), 218.
«Benedicta cu» (antífona, canro llano), 41e. «Christe qui lux/Veni Creator Spirítus/fribu-
«Benedictus Do1ninus» (canco llano), 15c, latio proxima ext» (Machaut), 161-162e.
19c, 55; con un tono salmódico, 41e. «Christus resurgens,,' (antífona procesional
«Dei Genitrix» (v. del Tracto «Gaude Maria», «En chantan m'aven a membrar» (Folquet de
Liebert), 218. l'v1arselha), 36e.
f>e lnstitutione Musica (Boecio), 27, 61. «En Katerine solennia/Virginalis concio/Spon
L)e mensurab_ilí música Qohannes de Garlan sus amat sponsam,, (Byttering), 208.
dia), 126-127e, 1 46. «Entrava Phebo» (Jacopo da Bologna),
De Música (Agustin de Iiipona), 14, 61, 124. 175-177c.
De iWúsica (Hucbaldo): véase De Harmonica Estampíes royales (anón.), 102.
Institutione. Etymologíae (Isidoro de Sevilla), 61.
De Música Oohannes Affligemensis), 85, 1 12, «Exiit sermo» (Gradual): versión a tres par
121. tes, Notre Dame, 144e.
De Música Qohannes de Grocheo), 85.
«Deo gracias, Anglia», 200. «Fas et nefas ambulant», 88e.
«Deo gracias)> (como respuesta al «Benedica «Firmissime/Adesto/Alleluía (?Philippe de
mus Domino,, o al «Ite missa est» ), 19c; ca Vitry), 155, 158.
rols y conductus usados como sustitutos «Flos filius»: melisn1a del responsorio «Stirps
del, 200; motetes usados como sustitutos Iesse,), 135; clausulae a tres parces basa
del, 208; ver también «Benedicamus Domi das en éste, 135, 138.
no», «lte missa ese». « Fulgens praeclara» (secuencia, canto llano),
«Mon seul et souv<.�rain dcslr» (Binchois). sa, s. xv), 205; según san Lucas (ínglesa, s.
219-220e. xv), 205e.
«Mors» (Notre Dan,e), 133, 135. «Pater noster» (canto llano), 19c, 32; melodía
«Mout me fu griés (motete, ms. de Bamberg), mozárabe, 33e, 55; «gregoriano», 35e.
140e. «Pax Domini» (canto llano), 19c, 36a.
«Multifariae» (secuencia sin texto), 1 1 0 - 1 1 le. «Pax in nomine Domíni» (Marcabru), 90.
Música Disciplina (Aureliano), 61. Peregrinus, 78, 85.
Música Enchiriadis (Otgerus), 56, 62, 107, «Perpetua mereamur gaudia» (prosa del res
108e, 1 12, 121. ponsorio «Concede nobis», canto llano).
«Per solatz d'autrui chant soven» (Aimeric de
«Ne je ne dors ne je ne veílle» (Dufay), Peguilhan), 90.
223-224e. «Perspice Christicola», 189-190e.
«Nella mia vita» (Landini), l 78-180e. «Petre clemens/Lugentium siccentur/fenor»
«Nos qui vivin1us» (Sal. 113, v. 26, organum (Philippe de Vitry), 1 59.
paralelo), 108e. Planctus Mariae, 85.
Notítia artis musicae Oohannes de Murís), Pomerium in arte musicae mensuratae (Mar-
166. chetus de Padua), 170c.
«Notum fecit» (v. del Gradual «Viderunt om « Portare» ( manuscrito de Montpellier), 141.
nes»: versión a dos partes, Notre Dame, «Pour le deffault» (Baude Cordier), 214-21 Se.
132e. «Prima mundo seducli sobole» ( conductus
«Nunc dimittis» (canto llano, versión de la polifónico), 114.
Candelaria), 42. «Puer natus est» (Introito, canto llano), 78.
«Nymphes des bois» Qosquin), 236-237e. «Puisque je suy amoreux» (Loqueville),
215-216e.
«O admírabile Veneris idolum», 87.
«Qualis est dilectus» (Forest), 209.
<•O canendí/Rex quem metrorum/Contrate
«Quant Amors trobet partir» (Peirol), 90.
nor/Rex regun1». (Phílippe de Vitry),
«Quant Theseus/Ne quier veoir» (Machaut),
157-158e.
162.
«O Christi píetas» (antífona, canto llano,
Quattuor principalia musicae (anón.), 212.
67-68e.
«Que! fronte signorille», (Dufay), 221.
Offidum Pastorum, 78, 85.
«Quem quaerilis»: antífona procesional o tro-
«O lux beata Trinitas» (himno, canto llano),
po, 75, 77; drama litúrgico, 76-77e; véase
70e.
también Visitatio Sepulchri.
«O potores exquisiti» (anón. inglés), 205.
«O quam suavis» (antífona, canto llano), 67.
Regla de san Benito: ver Regula.
(Ordo a)d inteifectíonem puerorum, 78e.
Regula (Benito de Nursia), 13, 16, 61.
(Ordo) Ad representandum conversionem
Regularis Concordia, 75, 85 «Reís glorios»
beati Pauli apostoli, 79.
(Guiraut de Bornelh), 90.
Ordo ad representandum Herodem, 78, 85.
«Relegentur ab area» (Notre Dame), 137-
«O Roma nobilis», 87.
138e.
«Or qua conpagni» (caccia, anón.), 171,
Remede de Fortune (Machaut), 160, 161.
I72-173e.
Representación de Daniel: véase Ludus Da
«Ostende major» (secuencía), 59-60e.
nielis.
«(O) tres piteulx de tout espoir fontaine/Om·
Representación deHerodes: véase Ordo ad re
nes amici eius» (Dufay), 224.
presentandum flerodem; Ordo ad inte,fec·
tíonem puerorum.
«Pange lingua,> (himno, canto llano), 56-57e. Requiern (Ockeghem), 232.
«Parit virgo Filium» (carol polifónico), «Resvellies vous» (Dufay), 222.
203-204e. _«Rex caelí» (secuencia polifónica), 109e.
«Par trois raisons» (Machaut), 160. «Rex virginum amator» (tropo de Kyrie, re-
Pa'>íones polifónicas: según san Mateo (ingle- pertorio de San Andrés), 186.
262 Indice analítico
«Robin n1'aime, Robin m'a» (Adam de la Ha Summa anís vulgaris díctamínis (Antonio da
lle), como segunda voz de un motete, 140e. Tempo), 171.
Roman de Fauvel, 145, 150, 166; motetes del,
154-155e, 161, 166. <<Tamquam sponsus» (v. del responsorio
«Descendit de caelis»): versión a dos par
«Salus aeterna» (secuencia), 59-60e. tes, Notre Dame, 133e.
«Salvacoris hodie» (Perotin), 129. <<Te Deum laudamus» (texto y.canto llano),
«Salve festa dies» (himno procesional, canto 15, 54, 75, 78, 79.
llano), 78. Te,mínorum Musicae Dijfinitorium (Tincto
«Salve sancta pareos» (Introito, Liebert), 218. ris), 238.
« S'amours eüst point de poer» (motete), «Tosto che l'alba del bel giorno appare» (Ghi
143-144e. rardello da Firenze), l 73.
,,Samson dux fortissime», 190. Tractatus de música Oerónimo de Moravia),
«Sancte Dei pretiose» (responsorio, versión 146.
inglesa anónima del v. «Ut tuo propitia
tus>, ), 185. « Uttuo propitiatus» (v. del responsorio
«Sanctus» (texto y canto llano), 19c, 54; Vati «Sancte Dei prcciose» , versión inglesa
cana, XVIII, 34e, 35, 54; melodías tardías anón.), 185.
del, 69; Vaticana, VIII, 67; tropado, 71.
«Sanctus» (versiones polifónicas): Machaut, «Veni Sancte Spiritus»: secuencia, canto llano,
159; tropado, repertorio de San Andrés, 77e; Dunstable, 209.
186; de Lan1be(rtus?) en el ms. de Old Hall, «Venit ad Petrum» (antífona, canto llano), 225.
198-199e; de Tapissier, 166; de Liebert (ver «Verbun1 incarnatum» (tropo de Kyrie, Ar
sión del Sanctus N), 218. nold de Lantins), 2 1 1 , 218.
«Sans cuer/Amís/Dame» (Machaut), 162. «Verburn patris humanatur» (conductus in
Scbolia Enchiriadis (Otgerus?), 61, 108e, 112, glés), 185.
121. «Vergine bella» (Dufay), 222e.
«Sederunt príncipes» (Gradual} versión a «Victimae paschali laudes» (secuencia, canto
cuatro partes (Perotin), 130, 133. llano), 73, 74.
«Se la face aye pale» (Dufav). 226e. <<Yiderunt on1nes» (Gradual con v. «Notu1n fe
«Si dolce non sonó•> (Lanctini), 181. cít» ): versión a dos partes (St Marcial), tro
«Sine an, guldin huon!» (Neidhart von Reuen pada, 116-l 17e; versión a dos panes (No
tal), lOOe. tre Dame), 132e; versión a cuatro partes
Sir Gawain and the Green Knight, 200. (Perocin). 129, 132.
«Solvite templum hoc» (antífona, canlo lla- «Vir iste» (responsorio, repértorio de San An
no), 43e. drés), 186, 21 l .
Speculum Musicae Oacobus de Lieja), 149. «Vir perfecte» (responsorio, repertorio de.
Sponsus (drama litúrgico). 85. San Andrés), 186, 211.
«Sub Arturo/Fons citharizantium/In omnem Visitatio Sepulcbri, 85.
terram» Oohannes Alanus), 208. Vita Sancti Osivaldi (Byrhtfenh), 112.
«Sumer is icumen in», 186-189ee, 212. «Vos doulz regars» (Machaut), 163e.
Indice analítico 263
4 Materias
Los manuscritos se han catalogado según su ubicación actual. Se han incluido unos cuantos
en el Indice 2, catalogándose allí según su proveniencia, en caso de ser conocida. Dentro del
presente Indice se encuentran algunas referencias cruzadas a manuscritos, conforme a su tipo
general o al nombre con el que con1únn1ente se les designa.
Cánticos, 36; véase también en el Indice 3 cantus con melismas en el tenor, 1 1 5e,
«Benediccus Dominus», «Benedictus es», I18-1 19ee, 131, 137-138e; estilo de, en
«Magníficat», «Nunc dimittis». otros géneros, 145, 158, 181.
Cantilación: véase recitación. Confractorium (rito ambrosiano), 19c.
Canto carnascialesco, 234, 235. Conju.ntura, 125.
Canto llano (como base de la polifonía), 191, Contrajactum (Reaplicación de la música a
194, 200; ver también cantusfi'rmus, tenor un texto nuevo), 87.
(2). Contratenor, 161, 163, 177; instrumentación
Cantus (rito ambrosiano), 19c, 51. del, en música profana, 163; en estilo de
Cantusfírmus, 113, 194, 225-226, 234, 235; en chanson, 199; con texto, 209; en textura a
el discanto inglés, 194; en la Misa, 2 10, 225, cuatro partes, 210.
232, 233; en la antífona y el motete, 206, Contratenor a/tus, 230.
233; didáctico, 234; ver también tenor (2). Contratenor bassus, 230; véase también ha.e;- ·
Capilla Real inglesa, 195, 209. sus.
. Capillas, capellanes y cantores: de los antipa Cópula, 132, 147.
pas, 213; de los duques de Borgofia, papal, Concilio de Nicea, 17, 56.
173n, 195, 213. Contrapunto: véase polifonía, discant1,1s, or
Carmina Burana: véase Manuscritos, Munich ganum.
Clm 4660 con 4660a. Cromatismo: en el canto, 26; en polifonía, 163,
Carol polifónico, 201-20See, 212 . . 217, 223-224e.
Cauda (1), en la canción, 91, 100; ( 2) véase Crotali: véase platillos.
conduccus. Cuartos de tono: véase microtonos.
Centonización, 50. Currentes, 125.
Cephalicus, 24c, 27. Cynibala: véase campanillas.
Cíthara, 84.
Clamor (rito 1nozárabe), 19c.
Clausula ( 1) = differentia: véase final. Chace, 160, 16Ie, 162.
Cláusula (2) = punctum (2): véase versus.
Chanson avec des refrai·ns, 89, 96.
Cláusula (3) = punctum (3), sección de mú-
Chanson de geste, 95.
sica polifónica sobre un tenor litúrgico, Chanson de toile, 95.
1 29, 130, 135, 138, 139, 141, 194, 201. Chanson -motete, 222, 236, 237e.
Climacus, 23, 26n, 125. Chansonnier Cangé: véase Manuscritos, París,
Clivis, 22, 24c, 26n. Bibl. nat. fr. 846.
Codex Calixtinus: véase Manuscritos, Con1- Chansonnier d'Arras: véase Manuscritos,
postela. Arras, 139.
Codex Rossi: véase Manuscritos, Roma, Bibl. Chansonnier d'Arsenal: véase Manu�critos, Pa
Yac. Rossi, 200. rís, Bibl. de l'Arsenal, 5198.
Colecta (Collecta, Collectío), 19c. Chansonnier franc;ais de St. Germain-des-Prés:
Colmarer Liederhandschrift: véase Manuscri véase Manuscritos, París, Bibl. nat. fr. 20050.
tos, .l\i1unich Cgn1 4997. Chansonnier Roi: véase Manuscritos, París,
Color: definición general, 129n; en el sentido Bibl. nat. fr. 844.
de repetición melódica, 154-15Se. Chanson polifónica, 161-165ee, 166, 214-
Coloración, 126, 1 5Se, 195e. 216ee, 219-220e, 227e; estilo, textura de,
194, 200, 2 0 1 -202e, 207-208e, 210, 217, 2l8;
Comunión (Communio), 19c, 42, 44-45.
C'ommiato, 90; polifónica, 167, 171. tenor de la, como cantusfirmus, 226e, 232.
Con1plecas, 16.
Conductus monódico, 62, 74, 85, 94, 129, 137, Danza, danzas, 93-94e, 103e, 233, 235.
201; melismático, 62; silábico, 62. Debate: véasejeu parti; ten.son.
Conductus polifónico, 1 13, 129, 136-138ee, Discanto inglés, 194, 200; véase también dis
138-142, 186, 190, 194, 201; <,melismático» cantus, fabordón, fauxbourdon.
(nota tenida), 110-1 1 lc; en estilo de discan Díscantus, estilo de discanto, 129, I32e, 138n,
tus, silábico, 113, 131, 137; en estilo de dis- 186, 194; tratados vernáculos ingleses so-
Indice analítico 265
bre el, 194, 212; véase también discanto in Fleury, libro de representaciones de: véase
�lés; clausula. Manuscritos, Orléans, 201.
Dlsrninucíón del tenor isorrítmico, 209; indi Flexa, 22, 30-32ee, 32.
cada por signos de proporción, 221. Forma(s) litúrgicas, 19c; véase también: In
l)ívisiones, 170c, 177. troito, Gradual ( 1 ), Aleluya, Tracto, Oferto
nrama litúrgico y sacro, 72, 76-77e, 85, 109, rio, Comunión; antífona, responsorio, him
190. no, secuencia, lectura; Misa (2), Magníficat,
l)uplex longa, 152c. Nunc dimittis; y en el Indice 3 «Kyrie»,
LJuplurn: de cláusula y conductus, 139; de «Gloria», «Credo», «Sanctus», «Agnus»,
n1otete ( =motetus), lj9, 141, 161, 208. «Ite», «Benedicamus», «Deo gracias».
Hchoi (canto bizantino), 39.
Forma(s) en la canción monódica y en la po
lifonía no litúrgica, 89, 91-92ee, 96-97ee,
Ecfonesis: véase recitación. lOOe; véase también: rondó, balada, virelai,
Ejecución, métodos de, 80-84, 120.
caccia, madrigal, ballata; organum, cláu
Entonación: en la salmodia, 36; de las versio-
sula, conductus, motete; carol,frottola, vi
nes polifónicas de responsorios, etc., 1 12.
llancico.
Envoi, 90, 96e, 161, 175; véase también com-
Formesfixes, 228, 233, 235.
miato, tornada.
Epiphonus, 24c, 27.
Fórmulas melódicas, 51-54ee.
Fractio modi, 125.
Epísemata, neumas episemáticos, 23, 24c.
Fractio panis (rito galicano), 19c.
Epístola: véase lectura (en la Misa).
Franculus, 24c.
Estampida, 93. Frottola, 235, 238, 239.
Estampie, 103e, 134.
Estilo, véase polifonía.
Estribillo, formas estribillescas, 15; en la can Gaita, 84, 107.
ción estrófica, 89, 92e, 95, 98 102. Véase Geisslerlieder, 100, 102.
también antífona, responsorio, letanía; Genealogías, 66.
himno (procesional); carol; rondó, balada, Glissando ( en el canto), 261 28.
virelai. Glogauer Líederbuch: véase Manuscritos, Ber
Estrofa: en el conductus, 74; en los himnos lín 40098.
procesionales, 78; en la canción estrófica, Goliardos, 95.
90, 93, 95, 101-102, 162; en el madrigal y la Gradual ( l ) = Responsum graduale, 19c,
caccia, 171, 175; en el caro!, 200, 201-202e, 47-49e; polifónico, 1 1 2 , 1 I6e, 117e, 129,
203-204e. 130, 132e, 133e, 218.
Eucaristía: véase Misa. Gradual (2), libro de cantos de la Misa: roma
Evangelio (Evangelium), 19c, 22, 31, 31-32ee, no antiguo, 61; ron1ano, 65, 66, 129; ver
74, 78. también Antifonario.
Evangelium: véase Evangelio.
Extensión del modo, 127.
Hartker, Códice: véa.-;e Manuscntos, St. Gall,
Fabordón, 194, 212; estilo de, anticipado en 290-1.
la música escrita, 196e, 200. Heterofonía, 83, 107.
Fauxbourdon, «estilo de fauxbourdon», 194, Hexacordos, 28, 219.
212, 218, 221, 225. Himno(s). 15, 16, 56-57e, 61, 70e, 85, 206; pro
Festa fatuorum, 129. cesional, 74, polifónico, 225, 233. Véase
Fidicula, 84. también secuencia.
Fídula, 142, 164. llimnaríos, 56; de Kempten, véase Manuscri
Final (de un tono salmódico; =differentia, dt tos, Zurich; de Moissac, véase Manuscritos,
versitas, cláusula (1)), 29, 42; en la salmo Roma, Rossi 205-
dia ambrosiana, 37. Hoquetus (oketus), 131, 141, 156-1 57e, 177;
Fina/is (teoría modal), 39e, 42. como título de una parte vocal (hoquetus),
Flauta (travesera), 164; véase flauta de pico. 160, 162.
Flauta de pico, 84, 164. Hydrauli'i: véase órgano hidráulico.
266 Indice analítico
137-138e, 145; pal. 87 (Ms. Squarcialupi), 1 38n; lat. 3719: 114; lat. 13159 (que contie
171, 172-173e. ne el tonario de San Riquier): 42, 62; lat.
Jena, UniversitatSbibliothek, «Jenaer Lieder 15139 (olim St Víctor 813): 138, 145; n.a. fr.
handschrift}>: 104. 13521 (Ms. La Clayette): 145; n.a. lat. 1064:
León, Arch. catedral, 8 (Antifonario visigótico 85.
de León): 61. Roma, Biblioteca apostólica vaticana, Ottob.
Londres, British Library. Reference Oivision lat. 3025 (tratado de organum): 121; reg.
(anteriormente British Museum), Add. lat. 577 (Oficio de san Sabino y san Pote n
28550 (Fragmento de Robertsbridge): 171, ciano): 85; reg. lat. 586, 592: 1 1 2 , 1 2 1 , 185;
183; Add. 29987: 103e; Add. 34209: 28, Rossi 205 (himnario de Iv1oissac): 56-57e;
47-49e, Add. 36881: 1 1 5e, 1 2 1 ; Add. 57950 Rossi 215: 170n, 171, 172-173e; vat. lat.
(Ms. de Old Hall): 195-197e, 206, 208, 2 1 1 , 5319: 47-49c.
212; Egerton 2615: 79, 81-82e; Egerton St Gall, Stiftsbibliothek, 339: 23, 45e, 65, 75;
3307: 2 0 1 - 2 0 5 e e , 2 1 1 ; H a r l ey 978: 359: 22; 390-1: 41e, 46e.
186-189ee; Lansdowne 462: 69e. Segovia, Ms. de la Biblioteca de la Catedral:
Madrid, Biblioteca del Pal. Real, 2.I.5 (Cancio 235, 239.
nero de Palacio): 234, 238; Biblioteca Na Sens, Bibl. Publique, 46 (Oficio de la Circun
cional, 20486: 145. cisión): 68, 85.
Metz, Bibl. municipale, 351 (tonario carolin Trento, Castello del buon consiglio, 87-93:
gio): 42, 62. 2 1 1 , 237.
Milán, Bibl. ambrosiana, M. 17; Sup: 112; R 71 Turín, Bibl. nazionale, Vari 42: 145.
Sup: 104. Valenciennes, Bibl. municipale, 337 (olim
Montecasino, Bibl. abbaziale, Ms. 339: 35-36e. 325): 121.
Montpellier, Faculté de médecine, H 159: 27, Wolfenbüttel, Herzog August Bibl., Helmstad.
45e, 47-49e, 52-54e; H 196: 143-144e, 145, 628 (Cat. 677): 130, 132-133ee; 136e, 146,
191. 186-187e, 2 1 1 ; Helmstad. 1099 (Cal. 1206):
Munich, Bayerische Staatsbibl., Cgm 4997 139, 146.
(Colmarer Liederhandschrift): 104; Cim Worcester, Chapter Lib: V� Oxford, Bodleian
35 la ( = Mus. 3232, también Cgm 81 O, Sche Lib., Lat. liturg. d. 20 (en el que hay fotos
delsches Liederbucb): 234; Cim 352b táticas de todos los fragmentos de Wor
( = Mus. 3725, Buxheimer Orgelbuch): 234; cester).
Clm 4660 con 4660a (Carmina Burana): Zurich, Zentralbibl., Rheinau 83 (himnario de
79,' 88e, 104, 206. Kempten): 56.
Orléans, Bibliotheque municipale, 201:
76-77e, 85.
Oxford, Bodleian Lib., Bodley 775: 59-60e, Matutínae laudes, Matutini (hymni), ver Lau
69e, 109, 1 10-llle; Bodley 572 (que con des.
tiene el «Ut tuo propitiatus>} ): 185, Canoni Maxin1a, 151, 152-153c.
ci mise. 213: 214-216ee, 217e, 219·220e, Maximodus (modus maximarum), 1 5 1 ,
223-224e, 237; Douce 139 (que contiene 151-152c.
danzas monódicas): 102; lat. liturg. d. 20 Mediatio (mediación, metmm), 22c, 29·3lee,
(fragmentos de Worcester): 191-193e, 211; 32, 36; no se encuentra en la salmodia am
Rawl. C. 892: 113, 185-186. brosiana, 31; tratamiento distinto en la
Padua, Bibl. capitolare, C55, C56: 79, 85. Commemoratio brevis, 40, 4le; medida (1)
París, Bibliotheque de L'Arsenal, 5198: 10-i. en verso, métrica, 89, cuantitativa, 15, 56,
París, Bibl. nationale, fr. 146. (Roman de rau- 74, 82, 120; yámbica, 74, 81, 124; ti:ocaica,
vei): 104, 145, 155-158ee, 166, 171; fr. 844 73, 74, 81, 114, 124; anapéstica, 1 1 , 81, 124;
(1\1anuscrit dtt RoU: 93-94e, 96e, 97e, 102, dactílica, 81, 124; isosilábica, 15, 56; por
104; fr. 846 (Cbansonnier Cangé): 97e, 104; acentos, 16, 56, 75, 81, 128.
fr. 20050: 104; fr. 22543: 4le; fr. 25566: Medida (2) en música: binaria, 100, 102, 125,
98·99e; lat, 904: 85; lat. 1 139: 114, llSe, 121, 128, 142, 187e-189e, 222; ternaria, 82, 102,
138n; Jat. 1 154: 74; lat. 3549: 1 14, 116e, 123, 125, 128, 142, 187b; ruptura de la (sín-
268 Indice analítico
copa), 164; can1bio de, en los madrigales, 16, 191; cartujo, 30, 31-32e; cisterciense,
175; ver también modos (2). 29-32ee, 33e.
Meistersinger, 99. mos lascivus, 125.
Melisma (en el canto) véase neuma. motete, 131, 138-139, 140e, 141, 143-144e,
Melisma (fuera de los repertorios clásicos de 146, 149, I54-157ee, 159, 160-16le, 166,
canto): añadido a cantos establecidos, 71; 167, 171, 186, 193-194, 205, 213, 217,
añadido al repetir el Aleluya, 56-59e, 61, 71; 224-225, 233, 234; en la música italiana, 181;
añadido al responsorio, 61, 71; en la can en la música inglesa, 190, 191, 205, 208;
ción monódica, 81; ver también nauma, véase también isorritmia.
conduccus, organum, polifonía melodiae Motete, estilo o texcura de, en otras formas de
longissimae, 58. polifonía, 191.
Mesure (paso de danza), 233. Motivo de encabezado (motivo introducto
Métrica (co1no ra1na de la teoría musical grie rio), 210.
ga), 1 9. Motetus: ver dumplu.
metrum: ver mediatio.
Microtonos, 26, 27, 52-54e; véase también Neuma ( == melisma, Jubílus), 15, 29; como
cromatismo. elemento en la definición del modo, 40;
Mínima, ver semíbrevis mínima. añadido a una antífona, 41e, del Aleluya, 49,
M1nnesinger, luue. 57; del responsorio, ampliado, 72; usado
como tenor de una composición polifóni
ca, 135, 155_ Véase también melisma.
Misa ( l ), litúrgicamente ( = Eucaristía, litur
gia), 15, 62, 65; historia, 17, 18, ritos de la,
comparados, 19c; cantos antlfonales de la, Neumas, 22-27; quironómicos (sin indicación
45e; cantos responsoriales de la, 45-51ee, de alturas), 26, 87, 112; paleofrancos, 20n;
66, 135; salmodia directa de la, 50-54ee; de St. Gall, 22-25c; franceses, 26; diasten1á
cantos del Ordinario de la, 55ee, 69e; como ticos (con indicacjón de alturas), 26; aqui
tanos, 27, 114; beneventanos, 27. Véase
también licuescencia, epísemata, notacjón.
contexto del darma litúrgico, 78-79; polifO·
nía para la, 110-llle, 112, 1 15-119ee, 129,
159, 166, 186-187e, 195-199ee, 203-204e, Nocturna laus: véase Maitines.
209, 210, 217e, 223-227ee, 231-232e; músi Nona, 15, 16.
ca de tecla en la, 182; véase también canto Notación (1) de las alturas: alfabética, 27-28,
(1). 185; dasia, 27, 40, 108; ecfonética, 22c, 62;
neumática, 21, 22-25c, 28, 40, 62; sobre pau
ta, 27, 28. Véase también neumas.
Misa (2), musicalmente: ciclos del Ordinario,
canto llano, 69, 159; ciclos polifónicos del
Ordinario, 159, 166, 206, 209, 212, 218, Notación (2) del ritmo: mensura!: ars nova
francesa, 123-128c, 165; ars nova italiana,
226-227ee, 233, 234, 238; Misas cantus fir
170c, 181; inglesa, 187; franconiana, 142;
mus, 209, 226c; Misas «paráfrasis», 232; Mi
petroniana, ) 41-142; prefra�coniana, 98,
sas «paradia», 210n 227e, 235; Misas com
102, 141-142; no rnensural: modal, 103,
puestas libremente, 232; ciclos del Propio
y el Ordinario, 218, 225, 232; véase tam
120, 123-128c; silábica, 87, 128, 136e.
bién Propio de la Misa. Notkerianas, letras: véase litterae significa
, tivae.
Moa; irregulares, 125, 133. Notre Dame, manuscritos de: véase Manuscri
Modos (1) melódicos: en el canto occidental, tos, Florencia, Bibl. med.-laur., plut. xxix.l;
38-40ee; la posición del tenor varía en los, Madrid, bibl. nac., 20486; París, Bibl. nat. ,
39; en la Commemoratio brevis, 39-43ee,
en !a Misa Caput de Ockeghem, 228; véase
lat. 15139; Wolfenbüttel, lierzog August,
Bibl., Helmstad. 628, 1099.
también tonalidad.
Modos (2) rítmicos, 81-82ee, 123-128e; elec Oda continua, 92e.
ción de los, en el conductus, 137-138e; uso Ofertorio (Of!ertorium), 19c, 32, 42, 44,
continuo en los tenores de motete, 142. . 50-51e, 61; versos ampliados del, 50-Sle,
Modus (en la teoría mensual), 150, 152-153c. 61, 66; tropado, 71 ; polifónico, 186, 218.
Monacato: agustino, 186; benedictino, 13, 15, Offerenda (rito ambrosiano), J9c.
lndlce analítico 269
O.O"icium (rito mozárabe), 19c. Pes (2) en las canciones, 91, 100.
C Jt1cio, Oficios (1), en general, 15, 16, 29, 67; Pes (3)=tenor (2), 190.
cantos responsoriales del; ver también: Pies métricos: 124, véase tanibién medida.
Maitines, Laudes, Prima, Tercia, Sexta, Pinnosa (pes licuescente), 24c.
Nona, Vísperas, Completas; antífona, res Planctus, 79, 85.
ponsorio. Platillos (crotali), 84.
Oficios (2) especiales ( «rimados», «rítmicos», Plegarias litúrgicas, 32, 66; en la Misa, 19c,
etc.), 68; de la Circuncisión (de Pierre de 3 3 -36ee; en los Oficios votivos, 206.
Corbeil), 68, 79, 85, 141; de san Francisco Plica. nota.e p/ícatae, 126c, 125.
(de Julián de Spires), 68; de Santiago, 85, Polifonía, 84, l07ss;passím; primitiva, 84-107;
l 17-1 19ee, 121; de los santos Sabino y Po improvisada, 107, 194; en estilo de díscan
t�nciano, 85; votivo, en general, 206. tus o de noca contra nota, 109-l l lee, 109,
Oktoechos (canto bizantino), 37.
Old Hall, manuscrito de: véase Manuscritos,
118-l 19ee, 138n, 186; en estilo melismáti
co (,<de nota tenida»), 1 l 5-119ee, 132e, ,
Londres, Add. 57950. 138n; a tres partes, 120, 129, 131, 134e,
Oratio: véase Plegarias, varias. 136-I38ss,passim; a cuatro partes, 129, 131,
Oratio collecta: véase Colecta. 131, 135ss, passim; a cinco partes, 196e,
Oratio secreta: véa,;e Secreta. 230, 232, 236-237e; coral, 112, 217.
Oratio postcommunionem: véase Poscomu Porrectus, 25c.
nión. Portantento, véase g/issa,ndo.
Ordinario de la Misa (Ordo Míssae, Ordina
Positurae, 22c.
rium Missae), 1 7 , 33-36ee, 55-57ee,
Poscomunión (plegaria), 19c.
Praeambulum, 234.
Ms. de us Iiuelgas, 145; en el siglo XN, 159;
66-68ee; cantos del, tropados, 71-72; en el
Prefacio (Prefatio, lllatio), 19c, 35, 33e.
en el siglo YY, 217; véase también 1'v1isa (2).
Pressus, 26, 27.
Ordines (rítmicos), 123, 124, 126c, 142,
Prin1a, 16.
Prolatio (prolación), 1 50, 151.
154-155e.
Organístrum: véase zanfonía.
Prolatio niaiot� 1 S 1 , 152c, 208, 228.
Prolatio minor, 152c, 228.
Organo, 83, 107-108; hidráulico, 83-107; tubu
lar, 83; portativo, 164.
Organum, 107-120, 217; paralelo, 108e, 112; Propio de la Misa (Proprium mi.ssae), 17, 65;
libre, 1 10-llle; melismático, 115-119ee, para el domingo de la Trinidad, 65; cantos
131, 132e, 133; en el estilo de Notre Dame, del, tropados, 71; música polifónica para el,
129, 130, 131, 132-134ee. 110-llle; 1 16-1 19ee, 132-134ee, 186-189ee,
Organum duplum, 129, 131, 132-134ee, 218, 225, 235. Véase también Misa (1), Misa
145-146. (2); Introito, Gradual, Aleluya, Tracto, Ofer
Organum purum, 125, 131, 133. 150. torio, Comunión, secuencia.
Organum quadruplum, 129, 131, 133, 138n, Prosa (== texto de secuencia, u otro texto bá
145-147. sico de tropo), prosula, 62, 72; véase tam
Organum triplum, 129, 131, 133e, 138n, 141, bién secuencia.
145-146. Psallend.um (rito mozárabe), 19c.
Oriscus, 23, 24c, 26. Psalmellus (rito ambrosiano), 19c.
Puis, 95, 98, 99.
Paralelismo, 84, 107; ver también organum Punctum (l), en la notación neumática, 23,
paralelo. 24c; en forma de diamante, indicando va
Pasiones, 66; polifónicas, 201-202e. lores rítmicos específicos, 66.
Pausationes (en la recitación musical), 22c. Punctum (2 ), = punto, punto final: véase ver
Pedal, 84, 107. sus.
Percusión, 84. Punctum (3)=frase o sección musical: véase
«Peregrinación» del cantus firmus, 199. cláusula (3): para su uso en la estampie,
Pes (l) en la notación neumática, 21, 24c; pes ver punctus (3).
quassus, 24c. Punctus (l)=punto, puntillo, en la notación
270 Indice analítico
mensura! o en la ecfonética (véase puntus ambrosiano, 18, 19c, 55; mozárabe, 18, 19c,
círcumflexus, etc., infra). 55, 62; de Sarum, 61; monástico, 16, 62; cis
Punctus (2) = conclusión de una oración o de terciense, 29-32ee, 3 1-36ee, 62; cartujo, 30,
un versículo salmódico, i. e. punctum (2); 3 1 - 32c. Véase también canto (1), Misa (1).
véase versus, final. Ritornello, 90n, 171, 175, 178-lSOe.
Punctus (3)=frase o sección musical, más Robensbridge, fragmento de (o códice): véa
concretamente de una estampie, 102, 134. se Manuscritos, Londres, Brit. Lib., Add.
Punctus circumjlexus, 22c. 28550.
Punctus divi,;íonís, 143, 177. Rorna.n. 96.
Punctus elevatus, 22c. Roman de Fauvel: véase Manuscritos, París,
Punctus interrogativus, 22c. Bibliotheque national, fr. 187.
Punctus versus, 22c. Rondellus, 171, 191. Véai,e también intercam
Puntuación, 14, 22c. bio de partes.
Rondó: monódico, 93-94c, 98; polifónico, 160,
Quili:,ma, 23, 26. 162-163, 214-2I6ee, 2 1 9 -220e, 229-230e.
Quilisnia con pes, 25c.
Semibrevis mínima (mínima), 145, 1 50, 231-232e; véase también echoi, modos
152-153c, 154, 165, 169, 171. ( 1 ), toni, tonoi, tonus novissimus.
Semibrevis minar, 150. Tonarios, 42, 62, 63.
Seminzinima (negra), 150, 152, 1 53c. Toni: en Aureliano ( = tonoi, modos (1)), 38;
Semivocales: véase licuescencia. en la Commemoratio brevis (tonalidades),
Seque/a: véase secuencia. 39-43; véase también tonos (1).
Sexta, 15, 16. Tonoi (teoría griega antigua), 38e; como la
Sinagoga, 14. transmite Ca<iiodoro, 38; la tesitura de su
Síncopa, 165. escala, vinculada con los modos, 39e.
Solmización, 28. Tonos (1) = 1nelodías de plegarias, lecruras,
Sonus (rito galicano), 19c. sahnos, cánticos: de lecturas y plegarias,
Specíes (teoría griega antigua), 29-38ee. 29-35ee, 63; de salmos y cánticos, 14, 36-37,
Squarcialupi, códice: 1 ·éase Florencia, Bibl. 39-43ee; en el canto ambrosiano, 36; en la
laur., Pal. lat. 87. Commetnoratio breuis, 39-43ee; en el In
Stimmtausch: véase intercambio de partes. troito y la Comunión, 44; en los grandes
Stollen, 100. responsorios, 46e; del Te Deum, 56; como
!:>ymphonia, véase zanfonía. c.antus ftmius en polifonía, véase también
final, entonación, mediatio, recitación, te
Tecla, música para instrun1entos de, 171, nor (1 ), tonus peregrinus.
182e, 234, 237. tonos (2) = tonalidades, annaduras: ver echoi;
Tempu.s, 1 50, 151, 1 52c, 154, 169. modos (1); tonalidad; tnni, tonoi; ton.us
Ten1pu5 imperyectum, 152, 154, 170, 177, 228. novissi1nus.
Te1npus pe�fectum, 152, 170c, 177, 228. Tonus novissirnus, 41e.
Tonus peregrinus, 41e, 108.
Tenor (1) = cuerda de recitación, en la recita-
Torcu.lus, 24c.
ción o en la salmodia: en la recitación, 30,
Tornada, 90, 91, 93, 175.
66; en la salmodia ambrosiana, 36: en la sal
Tracto (Tractus). 19c, 29, 52-54e; polifóhico,
modia gregoriana, 39c; en relación con la
109, 218.
fínaiis modal, 39-55; cambio de, en versí
tractulus, 22, 24c.
culos de responsorios, 46e.
Transltoriu,n ( rito an1brosiano), 19c.
tenor (2) = parte vocal de la con1posición po Transposición, 47-49e, 50-5le; del tenor en
lifónica, 120, 128, 191, 197, 206, 209; en el composiciones polifónicas, 117e; de la po
conductus, 1 13, 1 14, 120, 137; en el mote lifonía profana a la ejecución .moden1a,
te, 140e, 142, 161, 186, 208; repetido con 163e.
diferentes esquemas rítmicos, 142n, 143- Tree,anunt (rito galicano), 19c.
144e; isorrítmlco, 154-155e, 181, 206, 209; Triadas, armonías de tríada: su uso en la mú
en polifonía profana, 164, 171, 177; litúrgi· sica inglesa, 191. Véase también discanto
camente apropiado, 181; unificado, en la inglés, fabordón, fauxbourdon.
Misa, 209, 210, 215; en textura a cuatro par Trigon, 26.
tes, 209, 228. Véase también canttt..<;ftrmus, Triplum: de conducrus y motete, 139, 141,
canco llano. 161, 208, 210; en estilo pecroniano, 143.
Tenor bassus, véase bassus. Véase también organum triplum, triple.
Tenorlied, 234. Trisagt'on: ricos mozárabe y galic:ano, 19c, 54;
Ten.son, 90; véa<;e tan1biénjeu parti. rito bizantino, 20n.
Tercia, 15, 16. Tristropha., 26.
Tibia, 84. Troparion (canco bizantino), 57.
Timbre: véase instrumentación. Troparium ( = tropario, libro de tropos), 57;
Tiple (triplex, etc.): de fabordón, 150; ea es de Se Martial, 1 14; de Winchester: véase Ma
tilo de chanson, 199. Véase también tri nuscritos, Cambridge, . Corpus Christi, Co
plum. llege, 473, Oxford, Bodleian, Library, Bod
Tonalidad, 38-43ee; en la Misa <le Machaut, ley, 775.
1 59; en la l'ifisa caput de Ockeghem, Tropos, tropar, 57, 60, 63, 70-72, 75, 84, 85;