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N/-48 F. G. AYUSO.- SAKUNTALA, ÜRAMA DEL POETA INDIO KAL1DASA.

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la raya F. Han podido medirse con alguna exac- REY. ¡Oh! ¡cuánta verdad encierran sus palabras,
titud las longitudes de la onda de cinco bandas y qué belleza se destila de sus notas delicadas!
del espectro de tirano (longitudes de la onda BUFÓN. ¿Pero has comprendido, amigo, el blanco
contra quien van dirigidas esas palabras y su
618, 596, 573,8, 542,5 y 486,4 millonésimas de hermosa melodía?
milímetro.) Además, la porción más oscura de REY. ¡Oh! tiene razón. Hubo un tiempo en que la
una banda en el rojo ha sido fijada en 628 millo- amé casi con delirio, y ahora reprende con du-
nésimas de milímetro...; pero ácausa de la exce- reza y con justo enojó mis relaciones amorosas
con la augusta Vasumati. Amigo Mathavya,
siva debilidad de esta porción del espectro, este 'anda y di en mi nombre á Hansapadiká que
dato es muy incierto: lo mismo sucede con las admiro y alabo el arte y delicado talento con
bandas situadas en la otra extremidad del espec- que reprende mis amores.
tro entre 457 y 427, hacia la mitad del espectro. Se BUFÓN. Serás obedecido. (Se levanta.) Pero temo que
si la enojada princesa me agarra por los cabe-
han discernido en ciertas ocasiones otras bandas llos y con su linda mano golpea mis espaldas,
cuya posición no ha podido, sin embargo, ser de- tendré más trabajo en salir de sus redes que
terminada. un solitario por vez primera aprisionado en los
hechizos y encantos de una Apsará, después de
Es indudable que las bandas observadas de haber logrado vencer sus apetitos y pasiones.
esta suerte en' el espectro de Urano, resultan de REY. Anda, anuncíala el mensaje con palabras
la absorción de los rayos solares en una atmós- respetuosas y corteses.
fera que envuelve este planeta. No es posible en BUFÓN. ¡Bhl ¿por dónde salgo? (Sale.)
el estado actual de la ciencia determinar cuáles REY. (Apañe.) ¿Por qué este canto ha producido en
mi ánimo tal abatimiento y tan profunda tris-
sean los cuerpos que producen esta absorción. teza? Ahora ciertamente no tengo que llorar la
Advertiremos solamente, que una de las bandas ausencia de mi amada. Pero ¡oh dolor! El hom-
del espectro de Urano (anchura de la onda 618) bre en la cumbre de la dicha no esta exento de
coincide exactamente con una banda de espectros pesares. Terrible ansiedad devora su ánimo
desde el momento en que ve objetos preciosos ó
de Júpiter y Saturno. escucha sonidos agradables. Entonces acuden
El espectro de Neptuno difiere esencialmente de una vez á su mente gratos recuerdos, cuya
del espectro solar. Lo caracteriza la presencia de imagen nunca se borra del alma infortunada.
(Da señales de gran turbación ; después de una pausa entra el ca-
anchas rayas de absorción. Su débil brillo no per- marero de la reina.)
mite reconocer en él las rayas de Praunhofer, ni CAMARERO. ¡Mísero de mí! ¡ A qué estado me han
medir con exactitud el sitio de las bandas oscu- traído los años! Esta caña que, según costum-
ras. Parece, sin embargo, deducirse de estas me- bre de mi oficio, llevo por bastón cuando paso
didas, que el espectro de Neptuno es idéntico al revista á las habitaciones de la reina, tiene que
servirme ya de báculo y de apoyo; cada dia en-
de Urano. cuentro más dificultad para moverme... Sé bien
que no conviene al rey descuidar el despacho
de los negocios ni dilatar su examen; pero tam-
poco es oportuno anunciarle ahora la venida de
SAKUNTALA, los discípulos de Kanva; hace sólo breves ins-
tantes ojie se ha levantado de la silla de tra-
DRAMA EN 8IKTS ACTOS
bajo, y ya, vienen , cuando menos, á perturbar
DEL POETA INDIO KALIDASA. tan efímero reposo. Pero... digo mal; el que
tiene el cargo de regir los destinos de los pue-
blos no debe permitirse el más leve descanso.
ACTO QUINTO. * ¿Pues qué? Una vez tan sólo engancha el sol
sus velocísimos corceles, y el viento, portador
La escena tiene lugar an Hastinapura, capital de Dushyanta. de dulcísimos aromas, corre infatigable dia y
Entra el Rey llevado en una silla, y á su lado noche; Qéshas (1) sostiene también sin des-
canso el peso de la tierra; no es otro el deber
el Bufón. de un soberano que recibe de sus vasallos el
BUFÓN. (Aplicando «1 oido.) ¡Hola, qué escucho! en la sexto por tributo. Ea, pues, voy á desempeñar
sala de música se oyen los dulcísimos tonos dé mi cometido. (Anda unos pasos.) ¡Hola! allí está el
una voz suave y sonora. Será tal vez 1* gra- Rey. Después de conversar con sus vasallos
ciosa Hansapadiká que se está ejercitando en como si fueran hijos propios, se retira á la so-
el canto. ledad henchido su corazón de placer y de eon-
KEY. Guarda silencio; escucharemos un momento tento; semejante al pastor de los elefantes, que
la melodía. (Se oye una voz que canta.) congrega-el rebaño al llegar el sol á la mitad
Voz. (Cantando.) ¡Cómo has de sentir la dulzura de de su carrera, y busca un lugar fresco donde
la miel fresca, tú, malévola abejilla, si poco sustraerse al influjo de sus pesados rayos.
antes besabas con delicia los capullos de Man- (Acercándose.) La victoria os acompañe, Rey au-
go, y ahora desprecias su dulzura y te vas á gusto. Acaban de llegar unos solitarios de una
vivir en el cáliz de la flor Lotos!
(1) Monstruo, rey-serpiente, con mil cabezas, que vive bajo las
• Veinte los números40, 41, « y 45, páginas 155, 184, 215 siete Patálas, ó regiones de la tierra. Esta descansa sobre una de sus
•ja». cabezas,
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Laura de la falda del Himalaya acompañando CAMARERO. Entren ya los señores.
á unas damas; dicen que son portadores de un CARNG. ¡Amigo Cáradvata! ¡Grande es la majes-
mensaje de Kácyapa. Dígnese el Rey manifes- tad del Rey soberano; con todo, ¡mira! toda
tar su voluntad soberana. esta gloria que le circunda no es bastante a
REY. (Con respeto.) ¿Dices que traen un mensaje de desviar'su corazón del camino de la virtud.
Kacyapa? Nadie, en su reino ni entre la más baja de las
CAMARERO. Así es. castas, anda por caminos extraviados. Es ver-
BEY. Anda y anuncia de mi parte al Maestro So- dad que este palacio, en que tantos hombres
mar&ta que reciba á los moradores de las sel- bullen y se mueven diligentes, se pinta en mi
vas como las sagradas tradiciones prescriben, espíritu , acostumbrado al silencio de las sel-
y que él mi-mo, sin demora, los introduzca á vas, como un templo cercado de fuego.
mi presencia. Yo entre tanto voy á esperarles QARAD. Tal era ya t u modo de pensar antes de
en el lugar destinado á la recepción de anaco- poner los pies en la corte. Tu juicio me pa-
retas. rece acertado. Y tanto es así, que yo no en-
CAMARERO. Seréis al punto obedecido. (Sale.) cuentro aquí diferencia entre el hombre lavado
REY. I Se levanta.) Vetravati, anda y ábreme paso al y el ungido con aromas, entre el hombre puro y
lugar donde el sagrado fuego se conserva. el manchado, el despierto y el dormido, el es-
VETRAVATI. Este es el camino, señor. clavo y el que obra con libre albedrío, porque
RfcY. (Anda unos pasos; luego, fingiendo pesar de ser rey, dice) T o d O así pasa con el hombre que se entrega á los
el mundo puede gozarse en el logro de sus de- placeres.
seos; pero los placeres á que el Rey se entrega SAKUNT. (Entono misterioso.) ¡Ay! Un picor fuerte he
son siempre causa y principio de nuevas penas sentido en este ojo derecho. ¡Oh dolor! Será
y molestias. La satisfacción de apetitos y de- tal vez signo de alguna desventura.
seos apaga por un momento la ansiedad del GAUT. ¡Hija mia! No tienes ahora motivos por-
alma; pero la conservación de lo ganado sólo que temer esos males que tu corazón augura:
pesares y dolor produce. La soberanía real es los dioses patrios te concederán seguramente
como un gran quitasol que, llevado en propia dicha y envidiable fortuna. (Se van acercando.)
mano, aumenta el cansancio y la fatiga. (Detrás SACEHDOTE. (Señalando ai Rey.) Venerables solitarios:
de la escena dos heraldos.) allí os espera el generoso protector de las castas
HERALDOS. ¡Sea el Rey victorioso! y de los Rishis. Aunque ha pasado la hora de
HERALDO 1.° Sin pensar en el placer propio sufres despacho. no se niega á escuchar vuestro
diariamente penalidades por causa de los hom- mensaje: miradle; con paternal agrado os es-
bres; pero este es el destino de t u vida. El árbol pera.
frondoso recibe calores vehementes y protege de CARNG. ¡Gran Brahmán! el celo del Rey es muy
los rayos solares al que busca la sombra de su digno de alabanza; pero no somos nosotros,
copa. ciertamente, la causa de sus molestias. Los
HERALDO 2." Tú llevas el báculo para contener á árboles se inclinan bajo el peso de los sabro-
los que andan por camino herrado: t ú pones sos frutos; las nubes descienden cuando es-
paz en la contienda y prestas eficaz auxilio en el tán cargadas de agua. Estas cualidades son
peligro. La gloria y las riquezas de los hombres propias de los que han nacido para prestar &
se perpetúan en su familia: para tí no existe otros auxilio; pero las riquezas y la dicha no
otra familia que tu pueblo: él cuidará de con- han de ser causa de orgullo para los poderosos
servar el esplendor y la fama de t u nombre. de la tierra.
REY. Hace un instante que me sentía cansado de VETRAVATI. Y parecen de carácter risueño... Será
alma y cuerpo; pero al verme rodeado de vos- porque los Rishis no tienen que cuidarse de los
otros, un vigor fresco y siempre nuevo levanta asuntos de la tierra.
mis fuerzas abatidas. (Se pasea entre ellos.) REY. (Mirando 4 Sakúniaiü.) Una dama de noble aspecto
VETRAVATI. El terrado que está delante del tem- les acompaña! Quién será esta bella cuyo lindo
plo del sagrado fuego, donde también se guarda cuerpo, aun á través del velo, parece semejente
la vaca del santosacriflcio, ofrece el más risueño á una .flor cuando sale del capullo1? Entre las
aspecto después de la purificación que en él se solitarias sobresale como una verde y esbelta
ha hecho. Suba, pues, el Rey "bondadoso. rama envuelta en hojas marchitas y amarillas.
REY. (Sube apoyado en el hombro de Velravati.) V e t r a v a t i , ¿ n o VETRAVATI. Extrañas dudas va despertando en
has adivinado el objeto de la venida de estos mí la presencia de esta dama: toda su figura
venerables, mandados por Kacyapa? ¿Será tal me parece linda y hermosa.
vez que las prácticas del Tapas que habían dado REY. Quien quiera que sea, no está bien mirará
feliz comienzo, se han interrumpido de nuevo la mujer de otro.
por maléficas artes de los genios? ¿O habrá so- SAKUNT. (Poniendo la mano sobre el pecho.) ¡ C o r a z ó n mío!
brevenido tal vez alguna desgracia sobre los ¿por qué tiemblas? ¿qué te espanta? Ea, ten
moradores de la selva? También pudiera ser confianza en el sincero cariño de tu aman-
que el influjo de alguna falta mia haya pertur- te; no desmayes, que su corazón es noble y
bado el crecimiento y desarrollo de las. plantas generoso.
sagradas. Estas y otras dudas asaltan, en tro- SACERDOTE. (Se adelanta.) Aquí están los sabios anaj
pel confuso, mi mente... pero... no acierto á re- coretas: se les han tributado los honores <jue
solver el enigma. las leyes prescriben según habéis ordenado. El
VETRAVATI. YO creo que estos sabios Rishis vie- jefe de ellos desea comunicaros un mensaje del
nen á daros parte de algún extraordinario y Maestro. Dígnese el Rey escucharle.
p r ó s p e r o SUCeSO. (Entras el camarero y el sacerdote déla REY. Estoy atento.
casa, introduciendo a los solitarios; detro viene Gautaml con Sa- SOLITARIOS. (Levantando ios bnzos) Honor y victoria al
kúntala.) Rey soberano.
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BEY. A todos os saludo. el día, ve no lejos de sí el suavísimo jazmín
SOLITARIOS. Que veas pronto, cumplidos tus de- Kunda; no me es dado gustar las delicias de su
seos. hermosura; ni el corazón me permite dejarla
BEY. Han sufrido acaso los sabios detrimento ó a b a n d o n a d a . (Queda como luchando con sentimientos con-
daño en sus ceremonias y prácticas sagradas? trarios.)
SOLITARIOS. Siendo tú protector de los buenos, no VETRAVATI. Mucha devoción tiene mi amo á sus
hay que temer desacato de parte de los genios debares. ¿Quién, si no, hubiera dudado al ver
-que impiden las prácticas.sagradas. Las tinie- que la fortuna le ofrece la posesión y dominio
blas se disipan allí donde penetran los rayos de tan singular belleza?
del sol brillante. QAFING. TU silencio te condena.
REY. NO en vano llevo el nombre de rey augusto. REY. ¡Oh, tapasvins! (1) por más que pienso no
Decidme, y el noble Kacyapa ¿sigue trabajando logro recordar el acto solemne que decís he ce-
con próspero suceso por la salud del mundo? lebrado con esta hermosa dama. Y cuando
SOLITARIOS. LOS hombres perfectos llevan siempre nada me prueba que yo sea su esposo, ¿cómo he
consigo la dicha y la fortuna. Después de salu- de recibirla si en ella veo señales evidentes de
daros con respeto, os comunica por nuestra que pertenece á otro?
boca el mensaje siguiente: SAKÚNT. (Apañe.) El orgulloso príncipe pone ya
REY. Decid pronto lo que el sabio me ordena. en duda nuestro himeneo. Ya no queda en mi
QARNG. Bstadme atento: esto dice el varón saüto: alma un solo rayo de esperanza... ¡cuánta es mi
«noticioso de que os habéis desposado con mi desventura!
amada hija, he dado mi consentimiento á vues- QARNG. NO has hablado rectamente. ¿Acaso es tu
tro himeneo. Porque he dicho para mí: á tí te intención vituperar al sabio Kacyapa por haber
llaman el mejor entre los buenos, y Sakúntalá es dado su consentimiento al himeneo que has
retrato acabado de virtud y de belleza: al unir celebrado con su hija? Y á fe que te hace honor
así á un hombre y á una mujer en todo igua- cediéndote la posesión del precioso tesoro que
les, ha obrado Brahma con perfecta justicia y has robado.
con acierto inusitado. Así, pues, recibe hoy á QARAH. Amigo Carngarava, cesa ya de hablar en
la preciosa niña, para que contigo cumpla los vano. Y tú, Sakúntalá, ya ves que hemos dicho
deberes de esposa.» al Rey nuestro mensaje, y has escuchado su
GAUT. ¡Noble príncipe! Por mi parte, aprove- respuesta. Preséntale, por fin, una prueba irre-
chando esta única ocasión que se me ofrece de cusable de la verdad de tus derechos.
dirigirte la palabra, debo recordarte una cir- SAKÚNT. (Aparte.) Si amor tan grande, y al parecer
cunstancia grave; al obrar de esta manera, ni sincero, ha sufrido este cambio, ¿á qué evocar
tú guardaste el respeto debido á los sabios, ni aún otros recuerdos? Mi destino será el despre-
ella consultó á sus parientes. Libres sois ahora cio y la compasión del mundo; esto me dice el
como entonces, puesto que obrasteis de común corazón, (A media voi.) ¡Esposo mío! Pero... no,
acuerdo. puesto que acabas de negar nuestro himeneo,
SAKÚNT. (Aparte.) ¡Qué contestación dará el amado! no debo pronunciar este sagrado nombre. ¡Páu-
BEY. Nada comprendo de lo que me decís. rava! No conviene á tu buen nombre y á tu
SAKÚNT. (Aparte.) ¡Sus palabras son fuego que me fama que hoy rechaces á la que poco antes des-
abrasa! lumhrabas con seductoras promesas, y bus-
PARIIG. ¿Qué significan vuestras dudas? Versado cándola en su retiro, sorprendiste su corazón
como estáis en los asuntos y hábitos del mun- inocente ycon leyes y palabras que hoy no cum-
do, sabéis que las gentes juzgan mal de la mu- ples. *
jer casada aunque su vida sea perfecta, si vive REY. NO prosigas... Lo que me imputas es un cri-
fuera de la casa del esposo: por esta razón de- men. ¿Pretendes acaso manchar la pureza de
sean siempre los padres que sus hijas no se mi nombre y echar por tierra el trono glorioso
aparten del amado. de mi casa? Tu vano empeño «e asemejaría al
BEY. Todo esto significa que yo he celebrado hi- furioso torrente, que, raspando la ribera, en-
meneo hace algún tiempo con esta joven? turbia las aguas cristalinas y arranca el árbol
SAKÚNT. (Aparte: consternada.) ¡A.y! eran ciertos los te- de la costa.
mores de mi corazón. SAKÚNT. Pues bien, si sólo por frivolas sospechas,
QARNG. ¿Qué escucho? ¿El arrepentimiento de un y no por malicia, niegas mis derechos, una se-
hecho consumado, puede convertirse en despre- ñal que me vino de tus manos abrirá tus ojos y
cio y olvido de sacratísimos deberes? alejará de tu corazón las dudas.
REY. ¿Qué significa esa pregunta maliciosa? REY. La ocurrencia es ingeniosa y me agrada.
QARNG. Ya lo entiendo: estos cambios que ofuscan S A K Ú N T . (Tocando el lugar donde tenia el anillo.) ¡ O h , d o l o r !
la inteligencia son frecuentes en los que se E l a n i l l o h a d e s a p a r e c i d o . (Llena de espanto, «ja los ojos
dejan embrigar por la fortuna y por los place- en Gautaml.)
res de la vida! GAUT. NO desmayes; tal vez le has dejado caer al
REY. ¿Pero que estás diciendo? Esto es injuriarme Qakrávatára en e! momento en que te incli-
con insufrible altanería. naste para rendir veneración á las aguas de
GAUT. ¡Hija mia! Sufre un instante la vergüenza Pac'itírtha (2).
de1ser vista. Deja que aparte el velo de tu ros- REY. (Sonriendo.) La más leve contrariedad disipa
tro y te reconocerá seguramente el esposo. la constancia de la mujer, como dicen los sabios.
(Hiedo dicho.)
REY. (Aparte, mirándola con asombro.) S i a l g u n a Vez me (1) El que vive consagrado á las prácticas del Tapas.
he desposado con esta incomparable y purísima (2) Era este un lugar sanio consagrado áoQac'i», espoau ddlndra.
belleza, no sabré decirlo... pero me encuentro «QakrB-avatara» significa el descendimiento de lndra, uno de cuyos
en igual caso que la abejüla cuando, al rayar sobrenombres 6 títulos es Qakra.
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SAKÚHT. NO es lo que t ú piensas, sino que el des- CARNG. (En tono de burla.) Ya has oido su respuesta.
tino inexorable ha puesto sobr^ mí su mano El estado de humillación en que la pones da
fuerte. Escucha, y te contaré otra cosa. nuevo valora sus palabras... ¡Cosa extraña! La
REY. Ha llegado el momento de escuchar. Habla, voz salida de un corazón que jamás aprendió
pues. dolo ni engaño no merece ser atendida: las pa-
SAKÚNT. ¿NO recuerdas de cierto dia en que, es- labras de los hombres que aprenden la falacia
tando conmigo en el pabellón de Navamálikás, y la mentira como ciencia, son dignas de aten-
tomaste en la mano un vaso hecho de hojas de ción y de respeto. .
Lotos, lleno de agua? REY. ¡üh varón de verdad! Tu parecer es en esto
REY. Te estoy atento, prosigue. idéntico al mió. Pero dime: ¿qué vendría sobre
SAKÚJNT. Y en esto entró en el pabellón un hijito mí si realmente fuese yo el seductor de esta
de gacela que yo llamaba Dírghápánga, y dama?
criaba con singular cariño. Tú, movido á com- CARNG. La ruina.
pasión le decías: bebe primero. Y por este me- REY. NO es creíble que un Páurava corra en pos
dio tratabas de atraerle háeia tí engañado con de su desgracia.
el agua. Pero no vino á tu lado, porque te des- CARAD. Cárngarava, ¿á qué hablar más? Hemos
conocía. Mas cuando yo tomé el agua, tuvo cumplido la misión que nos encomendó el
confianza y vino conmigo: entonces asomó á Maestro: tiempo es ya de que volvamos á casa.
tus labios la sonrisa, y digiste: atodos los seres (Ai Rey.) Está probado que esta joven es tu espo-
tienen familiaridad con otros de su clase: vos- sa; recházala ó recíbela contigo: entre los sa-
otras dos sois habitantes de las selvas". bios es doctrina corriente, que el dominio del
REY. Con estas y semejantes invenciones tratan esposo sobre la mujer es absoluto,
las mujeres de seducir á los hombres de mun- GAUT. Salgamos nosotros. (Salen.)
do, cubriendo con el velo de la inocencia sus SAKÚNT. ¡Qué hacéis! Engañada por este mal-
acciones. vado, infiel á sus promesas, también vosotros
GAUT. Príncipe augusto: no has hablado verdad, me abandonáis en esta situación terrible? (Sale
esta niña educada en una Laura, apartada del en pos de Gautaml.)
bullicio del mundo, desconoce por completo el GAUT. Cárngarava, veo que Sakúntalá'nos sigue
fraude y la mentira. y me conmueven sus lamentos. Rechazada por
REY. ¡Venerable solitaria! La astucia es natural el cruel esposo, nada más que tormento tendrá
en los seres más débiles: la emplean igualmente en su casa mi hija muy amada.
los irracionales; pero es más fina y profunda en
los dotados de ingenio y de conocimiento. No CARNG. (volviéndose con ¡ra.) ¿Acaso quieres seguir úni-
debes ignorar que las hembras del Kokila, an- camente los impulsos del capricho? (SaHotai*
tes de remontar su%uelo á la región del aire, permanece inmóvil y llena de espanto.) S a k ú n t a l á , SÍ eres
dejan sus pequeñuelos al cuidado de otras aves. tal como el príncipe asegura, nada tiene que
ver el venerable Maestro contigo, vastago in-
SAKÚNT. TUS palabras dan la medida de lo que tu
digno de tu nobilísima familia: y si tienes cou-
corazón encierra. Nadie, sino tú, infiel, es capaz ciencia de que tus actos fueron inocentes, qué-
de obrar de esta masera. Tu alma hipócrita se date; que la esclavitud al lado del esposo es
asemeja a u n a fuente escondida en la maleza. gloriosa. Marchemos nosotros.
REY. (Apañe.) La firmeza y el enojo de esta bella, REY. ¡Oh solitario! ¿Por qué censuras tan dura
cuyo corazón me parece sincero y libre de en- mente á esta dama? La refulgente luna des-
gaño, empiezan á despertar en el mió la duda, pierta las flores kumulas, y el sol da nuevo es-
Cuando envuelto mi ánimo en caos tenebroso, plendor á la hermosa Lotos Pankacbas. Así el
y perdida por completo la memoria de los he- honor y el decoro impiden á los hombres rectos
chos pasados, negué, por vez primera, que al- estrechar en abrazo á la mujer de otro.
gún dia la hubiese prometido fe y cariño, en
contrato privado, vi que sus bellísimos ojos se QARNG. Pero si'el que da leyes á los pueblos olvida
volvían enrojecidos y terribles, y frunciendo sus sus primeros compromisos por afecciones pos-
cejas á impulsos de la ira, semejantes al arco teriormente adquiridas, ¿qué camino debe se-
de Amor, pronunció en tono firme y altanero guir el que tiene horror á la injusticia?
palabras amenazadoras, llenas de fuego. (Alto.} REY. Voy á hacerte una pregunta: enséñame á
¡Bella mia! La vida y hechos de Dushyanta son discernir lo bueno de lo malo. En la duda de si
en toda la tierra celebrados. Por lo tanto, nin- estaré ofuscado, ó de que esta dama pretenda
gún caso hs.ró de vuestras amenazas. sorprenderme, habré de rechazar á la esposa ó
SAKÚNT. Con eso quieres decir que para tí soy mancharme con el trato de la mujer que no me
una mujer falaz y engañadora. ¡Mísera de mí! pertenece?
Deslumbrada por la fama de los Purus, me en- SACERDOTE. (Después de una pausa.) Si alguien obrase de
tregué en manos de este hombre, qué en su esta manera...
boca tiene miel y su corazón encierra mortí- RtY. Tú que eres maestro de los pueblos, resuelve
fero venero. (Se cubre con el delantal del vestido y Hora.) • el problema.
CARNG. Tales son los terribles efectos de una ac- SACEUDOTE. Mi parecer es este. Que la joven perma-
ción ejecutada por consejo propio. Por eso debe nezca en el palacio hasta que lleguen sus días.
la mujer examinarse mucho antes de consentir La razón de esto es evidente. Acuérdate que los
en celebrar su himeneo en secreto. 451 cariño de sabios te anunciaron un dia los destinos de tu
los hombres, cuyo corazón no se conoce, se casa, diciendo: «Tendrás un hijo que será pode-
vuelve fácilmente enemistad ó desprecio. roso y dominador del mundo.» Si el hijo de esta
REY. ¡Eh! ¿Cómo te atreves á echar sobre mí ese nobilísima dama estuviere dotado de semejan-
cúmulo de injurias y baldones? ¿Por qué das tes cualidades, entonces la recibirás sin recela
sólo fe á las palabras de esta dama. y con gloria en el sagrado de tu casa. De lo
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contrario, quede asentado que sea de nuevo puestas, constituyen la base fundamental de los
conducida á la de su padre. estudios paleontológicos. Y como dado el princi-
REY. Cúmplase lo que los sabios han dicho. pio de la adaptación de los seres orgánicos á las
SACERDOTE. Quede así; hija mia, sigúeme. condiciones físicas bajo cuya influencia viven y
SAKÚNT. ¡Santa tierra, ábrase tu seno y oculte mi vivieron en otros tiempos la múltiple y sorpren-
d e s h o n r a . (Se echa á llorar. Sale con el Sacerdote y detrás los dente variedad de animales y plantas que en cada
Bolitarios. El Rey, influido por la maldición, se acuerda de Sakúntala época geológica existieron, se enlaza, casi como
y da sefiales de inquietud. Después se oye detrás del escenarlo) el afecto á la causa, con las circunstancias bioló-
Toz. ¡Oh, hecho portentoso! gicas que la tierra ofreció en su larga y peregrina
REY. ¿Qué será? ¿Qué pasa? (Entra el) historia; de aquí el que hasta cierto punto deba
SACERDOTE. ¡Oh, príncipe! Un suceso admirable la paleontología considerarse como una interesan-
tísima meteorología retrospectiva, de significa-
hemos presenciado. ción tal, que confirmando la sentencia del gran
REY. ¿Que ocurre? Cuenta. Maestro y fundador Cuvier, sin su eficaz auxilio
SACERDOTE. Apenas salieron los discípulos de
Kanva con la hermosa dama, empezó ésta á la- hubiera sido por extremo difícil, ya que no del
mentar la crueldad de su destino, llorando con todo imposible, llegar á conocer la historia de
nuestro planeta.
los brazos alzados...
REY. ¿Y qué pasó? En el fondo del discurso del Sr. Vilanova se ve
SACERDOTE. No lejos del estanque de las Apsaras una vigorosa impugnación de las doctrinas tras-
se levanta del suelo una ráfaga luminosa, como formistas de Darwin y Haeckel, á las cuales lla-
relámpago, en ñgura de mujer, y elevando á la ma fantásticas explicaciones; y una exposición de
dama, desapareció'de nuestra vista. (Todos escuchan las ideas que se relacionan con la permanencia de
asombrados.) los tipos, especialmente en sus caracteres especí-
REY. Hace un momento negaba tener participa- ficos.
ción en este asunto: ahora empieza mi corazón El Sr. Vilanova sustituye en esta Academia al
asentir de otra manera. No persigamos-á la eminente naturalista D. Pascual Asensio, inicia-
inocente con nuevas sospechas. dor en España de la enseñanza teórico-práctica
SACERDOTE. La victoria será contigo. (Sale) de la agricultura.
REY. Vetravati. Turbada la mente no conozco si- En nombre de la corporación contesta al Sr. Vi-
quiera el lugar donde me encuentro. Muéstra- lanova el Sr. D. Sandalio de Pereda, profesor del
me el camino del dormitorio. Instituto de San Isidro, cuyo discurso obtiene
VETRAVATI. Por aquí, seguidme, señor. (Sale.) también los plácemes y aplausos de la distinguida
REY. ¡Mísero de mí! No puedo hacer memoria de concurrencia.
que esta nobilísima hija del Muni sea mi es-
posa; pero atormentado ya mi corazón por su
recuerdo, me siento inclinado á amarla con Ateneo científico y literario.
fuerza irresistible. (Salen todos.)
CIENCIA PREHISTÓRICA.
FIN DEL ACTO QUINTO.
5." LECCIÓN.—19 ENERO.
FRANCISCO GARCÍA AYÜSO. Voy á poner fin á la relación de los resultados
obtenidos para la ciencia prehistórica en el Con-
greso de Stokolmo, indicando los hechos más
culrninantea relativos á la edad del hierro y á
BOLETÍN DE LAS ASOCIACIONES CIENTÍFICAS. otros asumas más ó menos discutibles, tales
como el de los animales domésticos, la conti-
Academia de ciencias exactas, físicas nuidad ó interrupción de las épocas prehistóri-
y naturales. cas, etc. Tocante al hierro, lo más completo y
digno de llamar la atención fue la Memoria leida
1T ENERO. por el joven Sr. Lorange, acerca de • la edad del
Con numerosa y escogida concurrencia se ha hierro en Noruega, y su clasificación. Todos los
verificado el solemne acto de la recepción del objetos de dicho período se encuentran en túmu-
Sr. D. Juan Vilanova como académico de nú- los, de los que se ven muchísimos desde Cris-
mero. tiansand hasta el cabo Norte, ocupando así los •
El discurso de este distinguido hombre de cien- valles más retirados y desiertos, como la costa,
cia es tan notable como oportuno, pues se refiere hallándose por regla, general agrupados en sitios
á la importancia y significación de los estudios altos, desde donde se descubre un horizonte con-
paleontológicos tan en moda en la actualidad, y siderable. Redúcense dichos túmulos á monto-
que empiezan á generalizarse felizmente en nues- nes de tierra de dimensiones diversas, rodeados á
tro país, como base de los de otras ciencias rela- menudo de círculos formados de piedras coloca-
cionadas con la misma. das de punta como en los cromlechs de Dina-
La paleontología, dice el Sr. Vilanova, es la marca. La exploración de estos lugares de enter-
ramiento y el examen de los objetos de arte, y la
ciencia cuyas vastas miras alcanzan la incalcula- disposición de los huesos, permite, según Loran-
ble serie de edades desde que la vida hizo su pri-
mera aparición sobre la tierra hasta nuestros ge, clasificarlos en tres grupos. Los túmulos de
la primera categoría carecen de cámara sepulcral
dias. Los organismos de todos los tiempos en sus interior; los huesos quemados se encuentran con-
múltiples y variadas manifestaciones considera- tenidos en
dos; el progreso orgánico todo, admirablemente tos tambiénvasijas de barro y mezclados con obje-
quemados, que consisten en pequeños
realizado por la. materia en cumplimiento de las adornos an bronce y hierro, cuyo labrado y estilo
maravillosas leyes por el Supremo Hacedor im-

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