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PEDRO LEMEBEL
B L O G S O B R E E L A U TO R C H I L E N O

SÁBADO, MARZO 25, 2006 ACERCA DE MÍ

La Leva (o "la noche fatal para una chica de la M AT Í A S


C A P I TA L F E D E R A L , A R G E N T I N A
moda") V E R M I P E R F I L C O M P L E TO

Al mirar la leva de perros babosos encaramándose una y otra vez sobre


la perra cansada, la quiltra flaca y acezante, que ya no puede más, que PREVIOUS POSTS
se acurruca en un rincón para que la deje tranquila la jauría de hocicos
Palmenia Pizarro (o "el regreso del
y patas que la montan sin respiro; al captar esta escena, me acuerdo
'cariño malo'"...
vagamente de aquella chica fresca que pasaba cada tarde con su
Las campanadas del once (o "¿te
cimbreado caminar. Era la más bella flor del barrio pobretón, que la
imaginas Pichy qué...
veía pasar con sus minifaldas a lunares fucsia y calipso, cuando los
Los sombreros de la Piñeiro
sesenta contagiaban su moda destapada y fiebres de juventud. Ella era
la única que se aventuraba con los escotes atrevidos y las espaldas El encuentro con Lucía Sombra (o
"nunca creí que f...
piluchas y esos vestidos cortísimos, como de muñeca, que le alargaban
sus piernas del tobillo con zuecos hasta el mini calzón. Gloria Benavides (o "era una gotita en
la C.N.I")
En aquellas tardes de calor, las viejas sentadas en las puertas se La visita de la Thatcher (o "el vahído
escandalizaban con su paseo, con su ingenua provocación a la patota de de la vieja...
la esquina, siempre donde mismo, siempre hilando sus babas de El cura de la tele ("olor a azufre en la
machos burlescos. La patota del club deportivo, siempre dispuesta al sacristía...
chiflido, al "mijita rica", al rosario de piropos groseros que la hacían Las orquídeas negras de Mariana
sonrojarse, tropezar o apurar el paso, temerosa de esa calentura Callejas (o "el Ce...
violenta que se protegía en el grupo. Por eso la chica de la moda no los
Las joyas del golpe
miraba, ni siquiera les hacía caso con su porte de reina-rasca, de
Epígrafe de De perlas y cicatrices
condesa-torreja que copiaba moldes y figurines de revistas para
engalanar su juventud pobladora con trapos coloridos y zarandajas
pop.
LA ESQUINA ES MI CORAZóN
(SANTIAGO DE CHILE, SEIX
Tan creída la tonta, decían las cabras del barrio, picadas con la chica de BARRAL, 1995)
la moda que provocaba tanta envidiosa admiración. Parece puta, EpÃ​grafe
murmuraban, riéndose cuando el grupo de la esquina la tapaba con Pedro Lemebel, el amargo, relamido y
besos y tallas de grueso calibre. Y puede haber sido el calor de ese brillante frensÃ​ (Carlos
verano, el detonante culpable de todo lo que pasó. Pudo ser un castigo Monsiváis)
social sobre alguien que sobresale de su medio, sobre la chica inocente Anacondas en el parque
que esa noche pasó tan tarde, tan oscura la boca de la calle, tenía La esquina es mi corazón (o los New
sombras de lobo. Y curiosamente no se veía un alma cuando llegó a la Kids del bloque)
esquina. Cuando extrañada esperó que la barra malandra le gritara La Babilonia de Horcón
algo, pero no escuchó ningún ruido. Y caminó como siempre
Babas de caracol en terciopelo negro
bordeando el tierral de la cancha, cuando no alcanzó a gritar y unos
"Cómo no te voy a querer" (o la
brazos como tentáculos la agarraron desde las sombras. Y ahí mismo el
micropolÃ​tica de las barras)
golpe en la cabeza, ahí mismo el peso de varios cuerpos revoleándola en
Escualos en la bruma
el suelo, rajándole la blusa, desnudándola entre todos, querían
despedazarla con manoseos y agarrones desesperados. Ahí mismo se Encajes de acero para una almohada
penitencial
turnaban para amordazarla y sujetarle los brazos, abriéndole las
piernas, montándola epilépticos en el apuro del capote poblacional. Lagartos en el cuartel (yo no era asÃ​,
fue en el servicio militar)
Ahí mismo los tirones de pelo, los arañazos de las piedras en su Barbarella Clip (esa orgÃ​a congelada
espalda, en su vientre toda esa leche sucia inundándola a mansalva. Y de la modernidad)
en un momento gritó, pidió auxilio mordiendo las manos que le Chile mar y cueca (o "arréglate,
tapaban la boca. Pero eran tantos, y era tanta la violencia sobre su Juana Rosa")
cuerpo tiritando. Eran tantas fauces que la mordían, la chupaban, Tarántulas en el pelo
como hienas de fiesta; la noche sin luna fue compinche de su vejación
Censo y conquista (¿y esa peluca
en el eriazo. Y ella sabe que aulló pidiendo ayuda, está segura que los
rosada bajo la cama?)
vecinos escucharon mirando detrás de las cortinas, cobardes,
La música y las luces nunca se
cómplices, silenciosos. Ella sabe que toda la cuadra apagó las luces para
apagaron
no comprometerse. Más bien, para ser anónimos espectadores de un
"Noches de raso blanco" (a ese chico
juicio colectivo. Y ella supo también, cuando el último violador se
tan duro)
marchó subiéndose el cierre, que tenía que levantarse como pudiera, y
El resplandor emplumado del circo
juntar los pedazos de ropa y taparse la carne desnuda, violácea de
travesti
moretones. La chica de la moda supo que tenía que llegar
Coleópteros en el parabrisas
arrastrándose hasta su casa y entrar sin hacer ruido para no decir nada.
Supo que debía lavarse en el baño, esconder los trapos humillados de Lucero de mimbre en la noche
su moda preferida, y fingir que dormía despierta crispada por la campanal
pesadilla. La chica de la moda estaba segura que nadie serviría de Las locas del verano leopardo
testigo si denunciaba a los culpables. Sabía que toda la cuadra iba a Las amapolas también tiene
decir que no habían escuchado nada. Y que si a la creída de la pobla le espinas
habían dado capote los chiquillos del club, bien merecido se lo tenía,
porque pasaba todas las tardes provocándolos con sus pedazos de
falda. Qué quería, si insolentaba a los hombres con su coqueteo de LOCO AFáN: CRóNICAS DE
SIDARIO (SANTIAGO DE CHILE,
maraca putiflor. LOM, 1996)

Nunca más vi pasar a la chica de la moda bamboleando su hermosura, Dedicatorias


y hoy que miro la leva de quiltros babeantes alejándose tras la perra, EpÃ​grafe
pienso que la brutalidad de estas agresiones se repite impune mente en
"DEMASIADO HERIDA"
el calendario social. Cierto juicio moralizante avala el crimen y la
vejación de las mujeres, que alteran la hipocresía barrial con el La noche de los visones (o la última
perfume azuceno de su emancipado destape. fiesta de la Unidad Popular)
La Regine de Aluminios el Mono
P O S T E D B Y M AT Í A S AT 1 : 0 9 P. M . La muerte de Madonna
El último beso de Loba Lamar
(crespones de seda en mi
3 COMMENTS: despedida... por favor)

Anónimo said... " L L O V Ã ​A Y N E V A B A F U E R A Y


D E N T R O D E M Ã ​"
sin comentarios, esta historia me gusta mucho, el desarrollo de la
historia, es que no hay nada que hacerle ...es perfecto..creo k es una Nalgas lycra, Sodoma disco
muy buena historia, felicitaciones una vez mas a pedro lemebel, que Carta a Liz Taylor (o esmeraldas
una vez mas cumplio con la sociedad. egipcias para AZT)
5 : 3 0 P. M . Los mil nombres de MarÃ​a
Camaleón
Manuel Faúndes Martínez said... "Atada a un granito de arena"

Querido Pedro, quiero contarte con mucho orgullo que estamos Crónicas de Nueva York (El Bar
Stonewall)
leyendo este cuento en el colegio en el cual hago clases, yo, si vieras los
ojos maravillados y atónitos que emergen cuando hago la primera Y ahora las luces (Spot: Ponteló-
lectura, y como muchos de ellos han sabido o han sido parte del levas ponseló. Ponte-ponte-ponseló)

muy parecidas. "Los diamantes son eternos" (FrÃ​-


volas, cadavéricas y ambulantes)
Manuel Faundés Esas largas pestañas del Sida local
9 : 5 7 P. M . Su ronca risa loca (El dulce engaño
de el travestismo prostibular)
Anónimo said... Homoeróticas urbanas (o apuntes
prófugos de un pétalo coliflor)
Qué fuerte la historia, qué bien relatada. La comparación del grupo de
babosos como perros en celo describe tan bien a esos asquerosos que se "EL MISMO, EL MISMO LOCO AFáN"
quedan mirando cuando pasas cerca de ellos, mirando fijo, susurrando, ( U F, Y A H O R A L O S D I S C U R S O S )

jadeando, como aullidos de perros desesperados. ¡¡Qué miedo dan!! Manifiesto (Hablo por mi diferencia)
Puedo Imaginar toda la situación, la chica bella pero ingenua creyendo El Proyecto Nombres (un mapa
que esos aullidos de la leva eran admiración; cuánta vulnerabilidad, sentimental)
cuanta inseguridad.Todos cobardes, todos cómplices del narcisismo
"Biblia rosa y sin estrellas" (la balada
sexual del grupo. Tu historia es una descripción de la sociedad del rock homosexual)
mostrada como es realmente: un fracaso. No hay honor en los
El rojo amanecer de Willy Oddo (o el
hombres, no hay inteligencia en las mujeres, no hay compasión en los
rasguño letal de la doncella
jóvenes ni preocupación por los niños, ya no hay comunidad, no hay travesti)
objetivos ni como nación ni menos como grupo humano. Todo es una
Carrozas chantillÃ​ en la plaza de
ilusión, como la que vivía la chica de la moda huachaca.
armas
¿Habrá tiempo para cambiar el rumbo?
Loco afán
1 0 : 1 9 P. M .

BESOS BRUJOS (CANCIONERO)


P U B L I C A R U N C O M E N TA R I O
El beso a Joan Manuel ("tu boca me
<< Home sabe a hierba)
Gonzalo (el rubor maquillado de la
memoria)
Raphael (o la pose amanerada del
canto)
Rock Hudson (o la exagerada pose del
astro viril)
"Aquellos ojos verdes" (a ese
corazón fugitivo de Chiapas)
Lucho Gatica (el terciopelo ajado del
bolero)
Las noches escotadas de la TÃ​a
Carlina
Cecilia (El platino trizado de la voz)
Juan Dávila (La silicona del
libertador)

"YO ME ENAMORé DEL AIRE, DEL


AIRE YO ME ENAMORé"

Lorenza (las alas de la manca)


El fugado de la Habana (o un colibrÃ​-
que no querÃ​a morir a la sombra
del sidario)
La transfiguración de Miguel Angel
(o "la fe mueve montañas")
Berenice (la resucitada)
La loca del pino

D E P E R L A S Y C I C AT R I C E S
(SANTIAGO DE CHILE, LOM, 1998)

A modo de presentación
EpÃ​grafe

S O M B R Ã ​O F O S F O R E C E R

Las joyas del golpe


Las orquideas negras de Mariana
Callejas (o "el Centro Cultural de la
Dina")
El cura de la tele ("olor a azufre en la
sacristÃ​a")
La visita de la Thatcher (o "el vahÃ​do
de la vieja dama")
Gloria Benavides (o "era una gotita en
la C.N.I.")
El encuentro con LucÃ​a Sombra (o
"nunca creÃ​ que fueran de carne y
hueso")
Los sombreros de la Piñeiro
Las campanadas del once (o "¿te
imaginas Pichy qué hubiera sido
de nosotros?")

DULCE VELEIDAD

Palmenia Pizarro (o "el regreso del


cariño malo")
La Leva (o "la noche fatal para una
chica de la moda")
Camilo Escalona (o "sólo sé que al
final olvidaste el percal")
El exilio fru-frú (o "habÃ​a una fonda
en Montparnasse")
El Gorrión de ConchalÃ​ (o "las
amargas cebollas de Zalo Reyes en
la TV")
La Quintrala de Cumpeo (o "Raquel,
la soberbia hecha mujer")
Don Francisco (o "la virgen obesa de
la TV")
El romance musical de los sesenta (o
"los dientes postizos de la Nueva
Ola")

D E M I S S E S T O P, R E I N A S
LAGARTIJAS Y OTRAS ACUARELAS

Rosa MarÃ​a Mac Pato (o "las encÃ​as


doradas del arte")
Cecilia Bolocco (o "besos mezquinos
para no estropear el maquillaje")
La tristeza de Bambi (o "una estrella
sudaca en el cielo europeo")
Miriam Hernández (o "una canción
de amor en la ventana del bloque")
Martita Primera (o "esos grandes
botones de la moda presidencial")
Las sirenas del café (o "el sueño
top model de la Jacqueline")
La Bim Bam Bum (o "cascadas de
marabú en la calle Huérfanos")
Geraldine Chaplin (o "¿sábes linda
si Zhivago atiende sida?")
Del Carmen Bella Flor (o "el radiante
fulgor de la santidad")

"SUFRO AL PENSAR"

Claudia Victoria Poblete Hlaczik (o


"un pequeño botÃ​n de guerra")
"Los cinco minutos te hacen florecer"
Carmen Gloria Quintana (o "una
página quemada en la feria del
libro")
Karin Eitel (o "la cosmética de la
tortura, por Canal 7 y para todo
espectador")
Corpus Christi (o "la noches de los
alacranes")
Ronald Wood ("A ese bello lirio
despeinado")
La Payita (o "la puerta se cerró
detrás de tÃ​")
El informe Rettig (o "recado de amor
al oÃ​do insobornable de la
memoria")

" R Ã ​O R E B E L D E "

El rÃ​o Mapocho (o "el Sena de


Santiago, pero con cauces")
Dean Reed (o "del rock a la odisea
marxista")
La República de Ã​uñoa (o "parece
que nos dejó el taxi, Lennon")
Los Prisioneros (o "el grito apagado
de los ochenta")
El garage Matucana Nueve (o "la felpa
humana de un hangar")
Flores de sangre para mamá (o "la
rebeldÃ​a llagada de un tatuaje")
Un letrero Soviet en el techo del
bloque
Noche de toma en la Universidad de
Chile (o "me gustan los
estudiantes")
El Paseo Ahumada (o "la marea
humana de un caudaloso
vitrinear")
La inundación
Q U I LT R A L U N E R A

La loca del carrito (o "el trazo casual


de un peregrino frenesÃ​")
"Solos en la madrugada" (o "el
pequeño delincuente que soÃ
±aba ser feliz")
La historia de Margarito
La muerte de Condorito (o "recuerdos
de Pelotillehue")
Las Amazonas de la Colectiva
Lésbica Feminista Ayuquelén
Bárbara Délano (o "una perla de
luna que naufragó con el sol")
El cumpleaños de Ricacho PolvorÃ​n
Memorias del quiltraje urbano (o "el
corre que te pillo del tierral")
Flores plebeyas (o "el entierrado
verdor del jardÃ​n proleta")

RELAMIDO FRENESÃ​

La comuna de LavÃ​n (o "el pueblito


se llamaba Los Condes")
El paÃ​s de los récords (o "el
mojón más largo del mundo")
I love you Mac Donald (o "el encanto
de la comida chatarra")
El barrio Bellavista
Viña del Mar (o "un jardÃ​n en
huelga de aburrimiento")
El test antidoping (o "vivir con un
submarino policial en la sangre")
La ciudad con terno nuevo (o "un
extraño en el paraÃ​so")
El Festival de Viña
El Metro de Santiago (o "esa azul
radiante rapidez")
Los albores de La Florida (o "sentirse
rico, aunque sea en miniatura")

SOBERBIA CALAMIDAD, VERDE


PEREJIL

Nevada de plumas sobre un tigre en


invierno
La bruma del verano leopardo
Presagio dorado para un Santiago
otoñal
Los tiritones del temblor (o "afirma la
tele, niña")
Tu voz existe (o "el débil quejido de
la radio A.M.")
Un domingo de Feria Libre (o "la
excusa regatera del dime que te
diré")
La sinfonÃ​a chillona de las
candidaturas (o "todos alguna vez
fuimos jóvenes idealistas")
El Hospital del Trabajador (o "el sueÃ
±o quebrado del doctor Allende")
Los floristas de La Pérgola

ZANJóN DE LA AGUADA (SANTIAGO


DE CHILE, SEIX-BARRAL, 2003)

Dedicatoria

E N E L PA Ã ​S D E N U N C A J A M Ã ¡ S

Zanjón de la Aguada (Crónica en


tres actos)
La primera comunión (o las blancas
azucenas de la culpa)
El primer dÃ​a de clases ("Uf, lunes
otra vez")
Los duendes de la noche
Pin-Pón (o la luna trizada del nunca
despertar)
Los ojos achinados de la ternura
mongólica

U N P E L L E J O AV E N T U R A R

La enamorada errancia del descontrol


La iniciación de los conscriptos (o la
patriótica hospitalidad
homosexual)
Adiós al Che (o las mil maneras de
despedir un mito)
Noche de Hallowen en ValparaÃ​so
La caleta de Horcones
Carta a la dulce juventud
V E R E D A S D E L U N Ã ¡ T I C O TA C O N E A R

Las mujeres del PEM y el POJH (o


recuerdos de una burla laboral)
Las mujeres de las barras
Las mujeres del frente (o estrategias
de cazuela y metraca)
Pabellón de oncologÃ​a femenina
Una chica con la polera del Che entre
los pinochetistas
Los secretos de la naturaleza (o el
optimismo del santo remedio)
"Chocolate amargo"

" C R I S TA L T U C O R A Z Ã ³ N "
( R E T R AT O S )

Sybila Arredondo (o una chilena en el


exilio peruano de la sombra)
Carmen Soria (o la eterna lucha de un
ético mirar)
Mi amiga Gladys («El amor a la
libertad es imparable»)
Sola Sierra (o «uno está tan solo en
su penar»)
Carta para Andrés (o «tu silencio
ya me dice adiós»)
Hacer como que nada, soñar como
que nunca (Acerca del video La
venda, de Gloria Camiroaga)

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