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1. Á / MES /

DEL GLORIOS0 PATRIARCA SAN JOSE.

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VIDA Y MES
DEL

(IORION) PATRIARA SAN JUN,


EsPosO DE MARIA sANTísMA

BAJO LADIRECCION DEL REVERENDO PADRE

DONANTONIO CASIMIRO MAGNAT,


AUTOR DE VARIAS OBRAS

MADRID: 1866.
IMPRENTA DE JUAN FERNANDEZ,
pallo del Barço, 20, bajo,

(2. Jog.33.
PARTE PRIMERA
VIDA DEL GLOBIOSO SAN JOSÉ

CAPITULo PRIMERo.

San José.—Su familia-Su nombre.

¿Quién fué san José?


San José fué un grande y fiel siervo de Dios en la
antigua ley, que mereció por su justicia ser elevado
á la dignidad sublime de esposo de la Vírgen San
tisima y padre nutricio del santo niño Jesús. José
era justo, dice el Evangelio, y esta cualidad atribui
da á José por el Espíritu Santo, es el elogio más
eminente que hacerse puede de aquel patriarca tan
excelso, porque la palabra justo, dice san Juan Cri
sóstomo, manifiestaun hombre perfecto en todas las
virtudes; esta es la misma opinion de santo Tomás
de Aquino y de todos los teólogos.
*--
¿De qué familia fué oriundo san José?
Descendia por línea recta de la ilustre estirpe de
– 6-
José, que dióá Israel el santo rey Davidy que con
taba entre sus abuelos á los venerables patriarcas
del antiguo Testamento.
La Escritura dice que era de la casa de David lla
mándole tambien hijo de este gran rey; José era,
pues, de estirpe real, y hubiera sido rey, si el cielo,
irritado por los crímenes de su pueblo, no le hubie
se castigado con la más dura esclavitud; péro si por
su orígenera noble, lo era más aún por sus espiritua
les y relevantes cualidades. «Si José descendia de
David segun la carne, dice san Bernardo,es tambien .
evidente que se mostraba digno hijo de este santo
rey, por su fe, santidad y devocion ardiente.»

¿Quiénes fueron los padres de José?


Dos Evangelistas nos presentan su genealogía; se
gun san Mateo su padre se llamaba Jacob; san Lu
cas dice ser Heli; pero la opinion más comun y más
antigua es la que nos refiere Julio Africano, escri
tor del fin del siglo II de la era cristiana: dice, pues,
que segnn algunos parientes del mismo Salvador,
Heli y Jacob eran hermanos uterinos; el primero
habia muerto sin hijos y Jacob se enlazó con la viu
da para darla sucesion segun la prescripcion de la
ley, y de este casamiento nació san José. Respecto
de su madre nada nos dice el Evangelio de su nom
bre; sin embargo, algunos autores pretenden que
pertenecia á una familia denominada Cleofás, de
biendo tambien ser de la raza de David, porque los
–7–
Hebreos, estaban obligados por la leyácasarse en su
propia familia, y eran indispensables razones gravísi
mas para obtener el ser dispensados.

¿Qué significa el nombre de José?


Este augusto nombre, segun san Anselmoy san
Juan Damasceno, quiere decir en hebreo abundancia,
fecundidad, y ambos dos significados convienen de
tal modo á san José y se han cumplido en él de una
manera tan admirable, que muchos padres de la
Iglesia juzgan que fué el mismo Dios quien le dió
este nombre bendito, y que inspirándole á sus pa
dres, José quiere decir abundancia, y en efecto, bajo
los auspicios de este santo Patriarca debia creer el
Dios niño que debia venirá visitar la tierra estéril,
herida con anatemas y á esparcir en ella la abun
dancia de sus gracias y liberalidades. José quiere
tambien decir fecundidad, aumento, porque fué por
el niño Dios relevado de la humillacion y del olvido,
y por consecuencia ante de los ángeles y los hom
bres apareció con un aumento de gloria y de mere
cimientos, ". "
El nombre de José encierra, pues, un compendio
histórico de este santo Patriarca. Tenemos por con
secuencia un poderoso motivo para que le suplique
mos nos otorgue lo que su santo nombre significa.
¡Roguémosle, pues, que vea con lástima á nuestra
alma pobre y estéril, y que para ella solicite el rocío
celeste para que se enriquezca y se fecundel Su
= * =

pliquémosle que por sus cuidados el padre de fami


lia logre una abundante cosecha y que no falten obre
ros para recogerla! ¡Pidámosle tambien que por su
poderosa intercesion vea la santa Iglesia el aumen
to de su imperio y su dominacion maternal, y que
cuanto ántes, por su abundancia de misericordia y
por el rápido progreso de la sociedad cristiana, no
haya más que un rebaño y un sólo pastor!
¿Qué nos recuerda el santo nombre de José?
Este nombre divino presenta al alma una idea tan
grata y dulce, que la conmueve tiernamente cuando
la boca le pronuncia. En efecto: es el nombre au
gusto del siervo fiel yprudente que ha establecido
el Señor en su familia para ser el sosten y el con
suelo de su excelsa Madre, su Padre nutricioy su
cooperador digno en la ejecucion de sus misericor
diosos designios sobre la tierra.—«Este nombre,
dice el piadoso Gerson, es de aquel á quien la Madre
de Dios, la reina del universo, llama su Señor;á
quien el Verbo hecho carne llama su padre y á quien
obedece.»—Es el nombre de un pobre artesano que
sufre sin murmurar, los rigores de una condicion
ajena, y que en lugar del palacio de David habita
en la humilde cabaña de Nazaret, siñ pretensiones
de ambicion ni envidia. H-Es el nombre de un Pa
triarca localizado en una vida oscura, pero tan llena
de méritos y de ejemplos, que nos da á cada uno la
más perfecta regla de conducta, tan segura como
–9 –
cristiana.–Es el nombre de un justo cuya vida so
bre la tierra ha sido angelical y que tuvo la dicha
de morir en presencia y en los brazos del Salvador
del mundo.–Es, por último, el nombre de un
Santo que se halla en el cielo en cuerpo y alma, el
cual goza de gran poder cerca de la santísima Trini
dad; nombre tan venerable y tan bendito, que bas
tael tributarle honorpara conducirnos á la posesion
de un Dios. ¡Qué el santo nombre de José perma
nezca, pues, siempre eu nuestra memoria, y que
por siempre esté grabado en nuestro corazon!

CAPITULO II.,

Nacimiento de san José-Fenómeno maravilloso.

¿Donde y en qué año vino san José al mundo?


En la parte montañosa de la Galilea, que en otro
tiempo habitaba la tribu de Zabulon, existe una al
dea pequeña y humilde, situada sobre una colina
bastante alta, conocida con el nombre de Nazaret;
aquí fué donde nació san José, en el primer año del
reinado de César Augusto, segun varios autores,
cuya opinion es bien fundada; convienen en efecto,
que este Santo tenia cerca de cuarenta años cuando
se casó con la divina María; además el Martirologio
- 10–
romano expresa que Jesús nacióá los cuarenta y dos
años del reinado de Augusto.Si san José, siendo de
Nazaret, patria tambien de la santísima Vírgen, y
no de Belen, como dicen algunos escritores moder
nos, fué, en yirtud del edicto de César Augusto, á
Belen, con María su esposa, para hacerse inscribir
en los registros públicos, era porque los dos esposos
descendian de la raza de David, y esta ilustre fa
milia era oriunda de Belen. . -

¿Qué juicio formaremos del fenómeno maravilloso


que apareció en el cielo el año del nacimiento de
José?
Se ha dicho antes que san José nació el año del
advenimiento al tremo de César Augusto. Además,
si hemos de creer á Plinio, Séneca y Suetonio, fué
señalado este año porun fenómeno maravilloso que
apareció en el cielo que estos historiadores atribu
yeron á su emperador, pero que, no obstante, con
viene mucho más á san José. El sol, una mañana
apareció coronado de estrellas, dispuestas en forma
de espigas de trigo y rodeadas de un arco iris. ¿Era
efecto natural ó sobrenatural? No podemos decidir
respecto de tal suceso; pero lo que se puede afir
mar es, en uno y otro caso, que tal fehómeno debe
más bien aplicarse á san José. En efecto, si fué un
suceso natural, no impide ver en él un pronóstico,
porque la Providencia nada hace de extraordi
nario sin tener superiores designios; además, es de
– 11 -
presumir, que este signo anunciase más bien el na
cimiento de José que la elevacion de Augusto, pues
era mayor la importancia de este nacimiento que la
venida de aquel emperador. ¿Era al contrario un
suceso sobrenatural? Su aplicacion, entónces, lleva
más certidumbre, porque san José fué efectiva
mente para el mundo moral como el arco iris, que
anunciaba á los hombres que pronto iba á aplacarse
la cólera del cielo. Su alma estaba adornada de una
corona de virtudes, cuyas estrellasfiguraban su ful
gor. Su mision llevaba por fin, la conservacion del
que la Iglesia llama «el grano de los escogidos, la
delicia de los reyes, el pan que nutre las almas para
la vida eterna.»

¿Qué fué para el mundo el nacimiento de san


José?
Segun el mundo, el nacimiento de san José fué
pobre y sin importancia alguna. Verdad es que era
de régia estirpe, mas su raza habia perdido toda su
influencia y prestigio, saliendo de ella el cetro de
David. José debió el sérá padres pobres que si bien
eran desconocidos de los hombres, estaban llenos de
virtudes,temgrosos de Dios y guardando sus pre
ceptos: : admirable para todos aquellos que
han sido víctimas de los caprichos de la fortuna. Un
tiempo se elevaron como los cedros del Líbano,
y ahora caidos merecen aprnas el aprecio de las
gentes: felices cuando se encuentra en ellos sumi
– 12 –
sion á la Providencia, único bien que les resta y
puede consolarles en su infortunio! ¡Felices áun
sí, siguiendo los pasos de los padres de José, no sólo
tienen la sumision, sino que añaden repitiendo co
mo el santo Job: «Señor, todo me lo habeis dado,
todo me lo habeis quitado, bendito sea vuesto santo
nombre.» Esta resignacion es una de las más exce
lentes virtudes,porque ella nos santifica y nos con
duce á la gloria.

¿Qué fué, á los ojos de Dios, el nacimiento de san


José?
Si el nacimiento de José, segun el mundo, fué
oscuro, muy alto y esclarecido fué delante de Dios.
Destinado áuna mision sublime, san José recibió
del cielo los mayores privilegios, y toda la Trinidad
Santa le honró con sus más preciosos dones. El Pa
dre Eterno consideró con amor á este hombre que
sobre la tierra debia ser la imágen de su autoridad»
y á quien iba pronto á someter á su hijo único, este
hijo en quien él tenia todas sus complacencias. El
Verbo Divino contempló con ternura á este feliz
mortal, que reconociendo «el poseer un Dios tierno, »
le tendria una afeccion tan ilimitada, y previsora,
exponiendo él mismo su vida para librarle del furor
de sus enemigos. El Espíritu Santo se complació en
ver al casto protector de su esposa muy amada, de
esta augusta María, tan tímida, tan jóven, á la cual
era menester unir por prudencia, una alma pura
- 13 -
como la suya, yun corazon constante en medio de
los peligros. Nunca nacimiento, excepto el de Jesús
y María, fue más grande, ni más santo á los ojos de
Dios, que el del augusto y divino José.

CAPITULO III.

Santificacion de San José–Su juventud.

¿Es cierto que san José fué santificado en el vien


tre de su madre?
La Iglesia nada ha decidido respecto de esta cues
tion; pero si nos referimos al dictámen de muchos
teólogos distinguidos como Gerson, Canisio, Salme
ron y otros santos y teólogos, diremos, que san José
fué santificado de la mancha original en el vientre de
su madre; además, todo nos guia á creer que esta
opinion es verosímil, porque si san Juan Bautista
obtuvo esta gracia, como conveniente á su cualidad
de precursor del Mesías,no lo era menos para elque
debia tener cargos más importantes y más privile
giados con el divino Salvador y su santa y augusta
Madre; no lo era menos tambien para el que habia
merecido será la vez el esposo de la máspura de las
vírgenes,y el padre custodio y nutricio del hombre
Dios. Es muy creible, pues, que salió del vientre
– 14 -
de su madre enteramente libre de la mancha del pe
cado, adornado de la vestidura santa de la inocencia
y enriquecido de las más raras virtudes.

¿Cuál fué lajuventud de san José?


Aunque la Escritura nada nos dice de la juven
tud de san José, nos es fácil, sin embargo, for
marnos una idea de la vida de este santo Patriarca,
durante sus más bellos años. Basta para esto consi
derar las expresiones de que se sirve el Espíritu
Santo, respecto de san José, y la mision que le ha
sido confiada por el cielo. Y en efecto, el título por
excelencia que la Escritura da á san José es el de
Justo; y si, como observa san Basilio, la justi
cia es la reunion de todas las virtudes, se debe
concluir que la juventud de san José fué la de
un "Santo. Fué escogido entre mil para servir de
cooperador al gran misterio del amor de Dios, por
ser el custodio del sagrado depósito de un Dios in
carnado, y guarda de la santa virginidad de María,
¿cómo se puede dudar, pues, un solo momento de
su fe viva, de su gran piedad, de su ardiente caridad
durante su juventud? Y si es de creer ahora algunas
tradiciones muy respetables, veremos que san José
pertenecia á la secta de los Esenios, secta religiosa
quc existia en la Judea en la época de la domina
cion romana. Los Esenios hacian profesion de más
austeridad en las prácticas legales que los otros ju
dios y hacian su principal ejercicio del estudio de
– 15 –
la ley santa, del trabajo corporal y de las obras de
caridad.Viendo san José los instintos virtuosos que
animaban su alma, entró en esa secta que tan bien
secundaba sus deseos, pues que segun refiere el ve
nerable Beda, habia hecho voto de castidad perpé
tua. Nos confirma en esa opinion el parecer de san
Gerónimo, que afirma que san José no fué nunca
casado ántes que fuera el esposo de la vírgen María.

¿Cuál fué la profesion de san José?


El Evangelio nos enseña que san José fué arte
sano, más no nos dice su género de trabajo; debe
mos por consiguiente buscar el auxilio de la tradi
cion para dirigirnos en nuestras indagaciones. Al
gunos autores graves, como el venerable Beda ysan
Anselmo piensan que san José trabajaba en hierro.
«Que hubiese conocido el arte de fraguar, dice san
Ambrosio, esto no cabe duda;» luego podemos pre
sumir que todos los trabajos eneste género de oficio,
que fueron necesarios para su casa, salieron
de sus manos, y que él los fundió en alguna fragua
de las cercanías. Aunque esto parece probable, no
era, sin embargo, el verdadero oficio del santo Pa
triarca. San Justino, que fué muy cercano de las
primitivas tradiciones, refiere que san José fabrica
ba yugos y arados; la opinion generalmente reci
bida es la de atribuir á san José el oficio de car
pintero. Hizo los muebles de la casa, el pobre
tablado donde María tomaba algunas horas de des
—. 16 –
canso, y más tarde la cuna que debió servir al di
vino unfante.

¿Cuál fué el genio y exterior de san José?


Los Santos nos pintan áJosé como áunsér supe
rior por sus elevadasprendas; desde su más tierna
infancia se notaba en él un bello carácter, un ele
vado ingenio, un corazon noble y generoso; en fin,
un sér apto para todo género de bien y capaz de las
más sublimes virtudes. En su exterior habia, segun
los Santos, un no sé qué que inspiraba admiracion y
respeto; su cuerpo era robusto, de bellas y acertadas
proporciones; no se vieron más nobles facciones á
causa de la serenidad celeste que no le abandonaba.
San Bernardino de Sienna asegura que se parecia algo
á la Vírgen, á aquella á quien el sol y la luna envi
dian su belleza. Elpiadoso Gerson nos dice que se
parecia áJesús,y Jesús era el másbello de los hijos
de los hombres. Eusebio de Cesáreo asegura que san
José llamaba la atencion por su extraordinaria be
lleza; san Agustiny san Ambrosio nos le presentan
como el sol sobre la tierra, y dicen que sus virtudes
resplandecian como los astros en el firmamento. Pa
rece fuera de duda que algo de divino se encontraba
en toda su persona. " -
– 17 –

CAPITULO IV.

Matrimonio de san José—Fué verdadero y virginal.

¿Cómo fué llamado José á ser uno de los preten


dientes á la mano de María?
Cuando la jóven María llegó á la edad de catorce
años, los sacerdotes á cuya vista fué educada en el
templo mismo pensaron darla un esposo; mas se
hallaron en un gran embarazo: por una parte ha
biéndose hecho admirable la jóven María por sus aven
tajadas cualidades y excelsas virtudes, era indispen
sable que la eleccion fuera digna de ella, y que tu
viera lugar, además, en su propia familia, porque
la ley así lo preseribia: por otra, María habia hecho
voto de virginidad, y era necesario conciliar el de
bido respeto á laspromesas hechas á Dios, con la
prescripcion Mosáica que exigia el casamiento á to
das las doncellas de Israel. Despues de un maduro
exámen, los sacerdotes, para conciliarlo todo, resol
vieron el dará María por esposo á alguno de sus pa
rientes que pudiera ser el más fiel custodio de suin
maculadoy virginal, candor. Para mejor hacer la
eleccion, decidieron que todos aquellos á quienes la
ley daba derecho de obtener la mano de la divina
– 18 –
doncella, fuesen convocados al templo. José, como
descendiente de la casa de David, y como parien
te de María fué comprendido entre los pretendientes.
La órden de los sacerdotes fué ejecutada, y José,
sea por obediencia, sea que su humildad le persua
diese que era imposible que la eleccion recayese en
él, fué al templo; pero los pretendientes, atraidos
por la reputacion de la jóven María, fueron tan nume
rosos, que la eleccion fué para los sacerdotes, si no
imposible, al mónos difícil.

¿Cómo fué visiblemente designado José á los sa


cerdotes, para ser esposo de María?
Hallándose los sacerdotes embarazados para la
eleccion, á consecuencia de los numerosos preten
dientes, recurrieron á la oracion, y el cielo les res
pondió con una inspiracion: esta decia, que todos
os jóvenes debian tener en su mano varas secas, y
aquel cuya vara floreciese seria el elegido. La órden
fué ejecutada, y puestos todos en oracion, la vara
de José floreció en sus manos,y una blanca paloma
vino á colocarse sobre su cabeza. Convencidos por
este milagro de los designios de Dios sobre san José,
los sacerdotes enviaron á buscar á la jóven María,
que sólo consintió en este enlace por obediencia: la
noticia del milagro debió causar en ella una gran
de alegría, porque pensó que ya que el cielo la en
viaba tan visiblemente á José por esposo, el cielo
sabria inspirar respeto á su voto de virginidad, y
– 19 –
hacerle solamente un custodio y un apoyopara ella.
Los sacerdotesprocedieron en seguida á la cere
monia, que se hizo conforme la ley exigia, y segun,
la costumbre de la nacion. José puso un anillo en el
dedo de la jóven vírgen, como prenda de lafidelidad
conyugal que le prometia, recibiendo una recíproca
promesa en la aceptacion que ella hizo.

¿Qué juicio formaremos del anillo que san José


dió á María, con motivo de su casamiento?
La Iglesia nada ha decidido respecto de esta pre
ciosa reliquia. Diremostan solo que ciertosautores,
cuya autoridad debemos respetar, dicen que san
José puso en el dedo de María un anillo formado
de una piedra de amatista, símbolo de la fidelidad
virginal; que este anillo existe aún, y se conserva
cuidadosamente en Perusa de Italia, en la Basílica de
San Lorenzo, siendo tal su antigüedad, que impide
discernir de qué materia sea. Benedicto XIV, expo
niendo en uno de sus escritos el orígen de la fiesta
de los desposorios de san José con María, habla
tambien de este anillo, que se conserva en Perusa
como el que fué entregado á María por san José en
el momento que la tomó por esposa, y sin decidir
nada acercade esta tradicion,levanta con fuerzasu voz
contra la crítica amarga de un protestante que con
dena orgullosamente la devocion del pueblo á esta
reliquia.
El Papa Urbano VIII compara este anillo á un do
– 20 –
ble arco iris que rodea á Perusa haciendo de ella
un fuerte baluarte para defenderla de los peligros y
del furor del infierno. -

¿Qué másse dice de este anillonupcial?


El anillo dado por san José á la augusta María,
prenda preciosa de la alianza más afortunada, fué
traido en el siglo x á Italia por un judío de Jerusa
len, que le dió con otras alhajas á la condesa Judith,
esposa de un poderoso señor llamado Hugo. El ju
dío entregó el anillo de María con las otras alhajas á
Bainier de Clusium, intendente de la condesa: mas
éste no entregó esta reliquia á Judith, guardándola
como un objeto precioso, pero sin honrarla con la re
verencia debida. Diez años despues, su hijo único
le fué arrebatado por una enfermedad repentina; y
cuando le iban á bajar al sepulcro, despertándose
como de un profundo letargo, en medio de la multi
tud admirada, se levanta, descubre la falta cometida
por su padre, revelando la existencia del tesoro, y
al concluir su relato, se envuelve en el lienzo mor
tuorio, y se duerme el sueño de la muerte. El des
graciado Bainier, fuera de sí mismo, confiesa su
crímen, entrega el sagrado depósito, que con este
suceso se granjeó la veneracion de los fieles. Algu
nos años despues, se dice que una princesa de san
gre real llamada Valdrade, tuvo la temeridad de
probarse el anillo bendito de la santísima Vírgen, y
al retirarle de su dedo se le secó éste, siendo inúti
- 21 -
les todos los remedios para curarle; algun tiempo
despues, el anillo nupcial de san José pasó á poder
de los habitantes de Perusa, á cuya ciudad fué, en
fin, otorgadosolemnemente por el Papa Urbano VIII,
en el año de 1486, despues de largos y terribles
debates que para ello mediaron.

¿Se puede decir que fué un verdaderomatrimonio


el de José y María?
Aunque san José y la augusta María hicieron vo
to de perpétua virginidad, no es ménos cierto que
hubo entre ellos un verdadero matrimonio. En efec
to, se dice en las santas Escrituras, que José era el
esposo de María, de quien nacióJesucristo; luego es
evidente que por estas palabras ha querido revelar
nos el Espíritu Santo, y en efecto nos revela, que
hubo un perfecto casamiento entre José y María.
Todos los teólogos, dice Suarez, expresan que esta
verdad es de fé, y la Iglesia, la enseña como tal, lo
mismo que todos los doctores (1). Luego debemos
creer y podemos decir con toda certidumbre, que la

(1) La doctrina de la Iglesia, respecto de la certeza de este


matrimonio verdadero, es tan terminante yformal. que ha querido
instituir una fiesta para perpetuar la conmemoracio. Establecida
desde luego en la iglesia de Chartres, en Francia, al principio del
siglo decimo quinto, esta fiesta fué despues autorizada por algu
nas órdenes rèligiosas. y particularmente en la de los francisca
nos y dominicos, y poco despues en los Estados de la Iglesia y en
algunas otras provincias. Los dominicos fueron los que añadieron
un oficio nuevö, y obtuvieron permiso del Papa Paulo. III, que se
celebrase con mucha solemnidad, y fijándola"el 25 de Eñero, en
cuyo dia se celebra aun en casi toda la Iglesia. ",
– 22 – .
union de José y de María ha sido un verdadero ma
trimonio, ypor consiguiente que estos dos esposos
se pertenecian mútuamente el uno al otro. Sin em
bargo, digamos que este matrimonio ha sido virginal
en la promesa, virginal en el amor, "virginal en la
paternidad.

¿Cómo fué virginal en la promesa este casa


miento? -

Puesto que, segun nos ha revelado el Espíritu


Santo y nos enseña la Iglesia, el casamiento de san
José y de María ha sido muy verdadero, se sigue
que estos dos santos esposos se han pertenecido ver
daderamente el uno al otro, por consecuencia. Ma
ría pertenece áJosé y José á la divina María. ¿Pero
cómo se han entregado el uno al otro? «Aquí es don
de, exclama san Agustin, debemos admirar el triun
fo de la pureza, en la certidumbre de este matrimo
nio. José y María se entregaron mútuamente, es
cierto, mas se dieron su virginidad, y se concedie
ron un mútuo derecho de guardársela el uno al otro;
luego María tuvo el derecho de guardar la virginidad
de José, y José el de guardar la de María: ni el uno
ni el otropuede disponer de ella, ytoda la virgini
dad de este casamiento consiste en guardar su san
ta virginidad: hé aquí las promesas que les unieron,
hé aquí el tratado que les enlazó: son dos virginida
des que se enlazan para conservarse mútuamente el
uno y el otro por una correspondencia de deseos
– 23 –
púdicos.» Tal es el nudo de este matrimonio, dice
san Agustin, que es tanto más firme cuanto las pro
mesas que en ella se hacen, deben ser más inviola
bles,porque son más santas.

¿Cómo fué virginal en el amor el matrimonio de


san José?
Es una verdad conocida que cuanto más puro es
el amor y más espiritual y desprendido de la mate
ria, es tanto más fuerte y más vehemente; porque el
fuego de la concupiscencia encendido en nuestros
cuerpos, no puede igualar jamás á los ardores de los
espíritus unidos por el amor de la pureza. Y
por tanto, ¿hay alguien que pueda decir cuál
fué el amor conyugal de José y María? porque
en ninguna parte ha sido este amor espiritual tan
perfecto como en este santo matrimonio. En esta
union, el amor es santo, espiritual y celeste puesto
das sus llamas y todos sus deseos tienden á conser
var la virginidad. Se aman entre sí, y en su grande
amor aman su mútua virginidad. José ama á María
sobre todo lo que decirse puede, pero léjos de nos
otros elpensar que el objeto de su amor eran los do
nes de la naturaleza con que María se hallaba ador
nada; ó, en otros términos, la belleza mortal que la
hermoseaba; no, lo que José amó en María era la
belleza oculta é interior, cuya virginidad forma el
principal adorno. Era, pues, la pureza de María, el
objeto del amor de José, y cuanto más amaba á es
– 24 –
ta pureza, más queria conservarla, primero en su
santa esposa y despues en sí mismo, por una perfec
ta conformidad del corazon. Y así, tan verdad ha
sido el decir que los promesas de José han sido pu
ras, como que su amor á María fué divino y entera
mente virginal. , , -

¿Cómo fué virginal en la paternidad el amor de


san José? .

La Iglesia nos enseña, que es artículo de fé, que


ha habido un verdadero matrimonio entre José y
María. Es tambien un artículo de nuestras creen
cias, que María ha sido la madre de Nuestro Señor
Jesucristo, hijo de Dios, hecho hombre, y que Dios
es su Padre. Además, nos dice un piadoso autor: ¿por
qué ha querido el hijo de Dios encarnar en las purí
simas entrañas de la augusta María? Pues ha sido, y
este es el parecer de todos los santos Padres, á causa
de la virginidad de aquella santa criatura. Es, pues,
la virginidad de María la que ha sacado áJesucristo
del cuelo para presentarle en la tierra; Jesucristo es,
la flor sagrada que encerró la virginidad, el fruto
feliz que la virginidad produjo. Y san Fulgencio
nos lo dice formalmente: «Sí, dice, Jesús es el fru
to, el adorno, el precio, Jesús es la recompensa de
la santa virginidad.» Luego debemos concluir
con Bossuet, «que así como todos debemos creer que
* es la virginidad de María la que la hace fecunda, no
debemos temer el afirmar, que José tuvo parte en
– 25 –
»este gran milagro.» En efecto, si esta pureza an
gélica es el bien de la divina María, es el depósito
mejor, es el bien del justo José, su casto esposo,
porque María pertenece áJosé por su matrimonio y
por los castos cuidados con que la ha conservado;
así, pues, teniendo José tanta parte en la virginidad
de María, así tambien la tiene en el fruto que llevó
la misma por cuya causa Jesús es hijo de José, no
verdaderamente segun la carne, sino segun el espí
ritu, por la alianza virginal que tuvo con la nadre:
por lo cual diremos con razon que el matrimonio de
José fué virginal respecto de la paternidad.

¿Qué consecuencia legítima se podrá deducir del


verdadero matrimonio entre José y María?
Si la union entre José y María ha sido un verda
dero matrimonio, podemos deducir dos consecuen
cias muy gloriosas para el santo Patriarca. La pri
mera es que san José, desde su nacimiento, ha de
bido hallarse colmado de gracias y de méritos: y
en efecto, si María ha sido saludada llena de gracia,
y si de sus castas entrañas debia nacer el autor de
ella, ¿no es evidente que san José ha debido estar
colmado de gracia? La segunda es, que san José ha
debido ser y fué siempre vírgen; si Maria en efecto,
no obstante su maternidad, no ha cesado jamás de
ser vírgen; si además su virginidad atrajo á Jesu
cristo á sus castísimas entrañas: si el Salvador ha
amado ásan Juan con un amor de predileccion y le
– 26 –
confió su santa madre, porque era vírgen, ¿no debe
mos concluir tambien y creer, en contra de lo que
ciertos autores dicen, que san Josésiempre fuévír
gen? Sí, podemos decirlo, porque el cielo le ha es
cogido para ser el custodio de la vírginidad deMaría
y el padre adoptivo de Jesús.

CAPITULO V.

María y san José en Nazaret.—Turbacion de san José.

¿A dónde fueron á parar José y María despues de


la celebracion de su matrimonio?
Despues de la celebracion de su santomatrimonio,
José y María partieron para Nazaret, su patria, y es
tablecieron su estancia en una casa que pertenecia
á la santísima Vírgen. Su union fué desde luego, á
no dudarlo, santa y perfecta. Es muy difícil encon
trar en el mundo matrimonios verdaderamentefeli
ces; sucede todo lo contrario con frecuencia, porque
la desconfianza y la enemistad envenenan la existen
cia de los esposos; porque de ellos se ausenta la vir
tud, la paciencia y el valor;pero en la union de José
y de María nada de eso ocurre. En ella, por el con
trario, resplandecen todas las virtudes, todas se ha
llan reunidas en la casa humilde de Nazaret: la ora
cion, el trabajo y el descanso estaban arreglados
–27 –
perfectamente. Debemos creer tambien que la inte
ligencia y las atenciones recíprocas reinaban sin al
teracion. Tenemos, ademas, bastantes pruebas de los
nobles sentimientos de María en muchas ocasiones,
y la Escritura nos da una idea bastante sublime de
san José para concebir un perfecto y grandioso cua
dro de aquella alianza. Así podemos considerar, con
un piadoso autor, á estos dos esposos santísimos,
como dos instrumentos perfectamente acordes que
forman la más dulce armonia.

¿San José puede ser verdaderamente llamado el


padre de Jesucristo? - -

Aunque la concepcion milagrosa de Jesucristofué


por obra del Espíritu Santo, no obstante, diremos
que José era verdaderamente el padre del Salvador,
y esto por muchas razones. La primera, porque el
Padre Eterno habia cedido en la tierra todos sus
derechos áJosé sobre su Hijo único; siendo portan
to José quien le impuso el nombre de Jesús, quien
le circuncidó, quien le presentó en el templo y le
condujo todos los años á Jerusalen. La segunda,
porque le preservó del furor de Herodes conducién
dole á Egipto; le llevó áNazaret para evitar la cruel
dad de Archelao, que durante tres dias le buscódes
pues de haberle perdido; José es quien le alimenta,
quien le cuida, quien le alberga, quien le ama con
todo su corazon de verdadero padre. La tercera es
que José era verdaderamente esposo de María: María
- 28 –
debe pertenecerle en toda propiedad, y por consí
guiente, tambien el niño que dióá luz, en virtud del
derecho que lo que está plantado ó nace sobre elter
reno de otro, pertenece á su dueño. Ved aquí el ra
zonamiento de san Francisco de Sales: «Si una pa
loma, dice con sublime sencillez este gran Santo,
llevando en su pico un dátil, le deja caer en un jar
din en el que nace una palma, ¿no se dirá que esta
palma pertenece al dueño del jardin? Luego Jesús,
divina palma cuyos frutos deliciosos alimentan al
mundo entero, pertenece á José, porque sembrado
por el Espíritu Santo, ha germinado en el seno de
María, jardin cerrado del que José era dueño.

¿Qué dote llevó María ásan José con motivo de su


matrimonio?
María ápesar de no ser rica, llevó algunos bienes
que habia heredado de sus padres. Sus primeros cuida
dos á su llegada á Nazaret, fueron, segun María de
Agreda, á tomar las disposiciones que creyó más
convenientes. De acuerdo con su esposo, hizo tres
partes de todo cuanto poseia, en la forma siguiente:
una que fué ofrecida al templo, otra distribuida á
los pobres, y la tercera que entregó á san José para
que la empleara en las necesidades comunes. El do
te temporal de María no fué brillante,segun el mun
do, pero entregóá san José bienes inapreciables en
el órden espiritual. Estos bienes eran, en resúmen,
primero, un inmenso tesoro degracias divinas; se
gundo, la afluencia de bienes celestiales; y tercero,
el imperio de todo el universo, porque Dios, por to
da la eternidad, erigióá María en soberana del mun
do: es lo que la Iglesia nos enseña, atribuyendo á
María ciertos pasajes del libro de la Sabiduría, en
los cuales Salomon estableció su soberanía.

Habladnos de la turbacion de José en el embara


zo de María.
María, despues de una ausencia de tres meses,
pasados en casa de su prima santa Isabel, volvió á
Nazaret con su esposo José, dejando á la naturaleza
el cuidado de hacer conocer lo que la habia sucedido
en sí misma, y al cielo el cuidado de justificarla.
Reunidos áun bajo el mismo techo, los dos santos es
posos vivian como ántes de la partida de María, en
la más profunda paz y en una alegría sin igual,
cuando una circunstancia vino si no á afligir, al
ménos á probar el corazon de José. María en efecto,
habia llegado hacia poco, cuando su esposo se aper
cibió sin que pudiera tener género alguno de duda,
que estaba en cinta, y se turbó. Resolvió desde lue
go, nos dice la Escritura, separarse de ella, é iba
áponer en práctica su resolucion, cuando un ángel
se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de
l)avid, no temas el permanecer con María tu esposa,
porque lo que en ella existe es obra del Espíritu
Santo. Parirá un hijo á quien pondrás por nombre
Jesús, que quiere decir Salvador, el que remediará
– 30 –
á su pueblo y borrará los pecados del mundo.»
¿A qué motivos se atribuirá la turbacion de José
su resolucion de abandonará María?
SiJosé se turba por la preñez de María, si resuel
ve separarse de ella secretamente, léjos de nosotros
la idea de creer que José sospechase culpabilidad en
su esposa. Y ¿cómo podria creerla culpable, él, que
conocia tan bien la belleza de su alma, su perfecta,
pureza y las altas virtudes con que el cielo la habia
adornado; él, que no podia dejar de admirar su rara
modestia y su incomparable prudencia? La determi
nacion de José debe, pues, ser atribuida á otro mo
tivo más digno de este santo Patriarca; luego este
motivo no es otro sinosuprofunda humildad. Asegu
rado de la preñez de su esposa, y no teniendo nin
guna duda de su santidad, José se persuadió de que
era la Vírgen que lsaias habia anunciado, y que el
niño que llevaba era el Hijo de Dios mismo.
¿En qué está basada la opinion que atribuye á la
humildad de san José su resolucion de abandonar á
María? -

La conducta de san José en esta circunstancia y


la profunda caridad que, debemos suponer, existia
en él, son razones más que suficientes para probar
que la opinion que atribuye á la humildad de José la
determinacion de abandonará María, es la única
verdadera. Como José tenia un carácter excesiva
mente dulce, no se atrevió en semejante caso á pre
– 31 –
guntar nada á María, al ménos para salir de su
duda; no lo hace, pues, no la dirige la más mínima
observacion, ni mucho ménos la hace verter lágri
mas. Ademas, abandonar á María en esta circuns-"
tancia no hubiera sido un acto de un corazon gran
de, generoso yprofundamente caritativo, porque, ó
habia duda en san José, ó certeza de la culpabilidad
de María.Si habia duda, José debió salir de ella ántes
de decidirse á abandonarla. Si tenia certeza, entón
ces debia su caridad, sino obligarle á quedarse con
María, al ménos inclinar su corazon al perdon, y no
exponer de nuevo á su esposa. Esta es la opinion de
un gran número de santos. San Basilio dice: «Que
José juzgándose indigno de ser esposo de una mujer
tan perfecta y tan privilegiada, creyó debia abando
nar su estancia.» San Gerónimo usa poco más ómé
nos del mismo lenguaje. Santa Brígida asegura, que
tal fué el verdadero motivo de la determinacion de
san José. En fin, santo Tomás es de la misma opinion.
«Si san José, dice, quiso separarse de su esposa, no
fué porque creyese criminal, sino por respeto á su
santidad, juzgándose indigno de permanecer en su
compañía.»

¿Cuál es la opinion respecto de esto de san Fran


cisco de Sales?
La opinion de este santo, es tambien que José no
sospechó de María, sino que mirándola como la es
posa del EspírituSanto, se creyó indigno de vivir
—32—
con ella, y resolvió separarse, pero oigamos las tex
tuales expresiones de este gran santo: «La humil
dad de José, dice, fué causa de que quisiera sepa
rarse de María cuando la vió encinta;» porque, dice
san Bernardo, en sí mismo hizo este razonamiento.
¿Qué es esto? estoy seguro que María es vírgen,
porque juntos hemos hecho el voto de guardar nues
tra pureza y virginidad, á lo que jamás querrá fal
tar: pero yo veo que está en cinta y que es madre:
¿cómo, pues, se podrá hacer que la maternidad se
amalgame con la virginidad, y que la virginidad
no impida la maternidad? ¡Oh, Dios! exclama. Ma
ría, ¿será acaso la gloriosa Vírgen de quien los profe
tas aseguran que concebirá y será la Madre del Me
sias? ¡Oh! si es así lejos de mí el pensamiento de
permanecerá su lado, yo que soy tan indignol más
vale que la abandone secretamente y que no conti
núe en su compañía. «Sentimiento de humildad
admirable dice san Francisco de Sales, y que fué
causa que san Pedro,trasportado de semejante opi
nion de humildad, exclamara en la barca en que se
encontró con Jesús: «Señor, apartaos de mí, porque
soy un hombre pecador.»

¿Por qué Dios revela en un sueño áJosé lo que


habia pasado á María, en lugar de hacerlo cuando
no dormia?
Respetando la palabra de Dios, que obra segun le
place,y áquien nadietiene derecho de preguntar
- 33 -
respecto de su modo de obrar, se pueden dar
muchas razones de que Dios haqueridorevelaráJosé
en sueño,y no cuando estaba despierto, el augusto
misterio verificado en María; razones que pueden
servirnos de útiles instrucciones. La primera es:
que por lo comun Dios comunicaba y manifestaba de
esa manera sus voluntades á los justos de la antigua
ley, sin duda porque eran ménos espirituales que
los santos de la ley nueva. La segunda es: que este
modo bastaba áJosé, porque, ilustrado como estaba
con las divinas luces, sabia perfectamente distinguir
los espíritus La tercera razon, en fin, es que la tur
bacion que le agitaba, podia poner obstáculo á un
favor más señalado, que lo fué la vision de este celeste
espíritu; pues es indispensable saber que cuando la
economía de las facultades está turbada, el alma no
está dispuesta como eonvienepara recibirlos efectos
tan espirituales ytan divinos: Dios no se comunica
en la turbación, dice la Escritura, y esto es lo que
nos enseñan los maestros de la vida espiritual: por
lo que es fácil deducir que debemos conservar la paz
de nuestra alma, para no privarnos de los favores
del cielo.

¿Por qué José y María fueron á Belen en el mo.


mento en que el Mesías iba ávenir al mundo?"
Se acercaba el momento en que el Mesias pro
metido iba á aparecer, cuando César Augusto, que
riendo conocer el número de sus súbditos, ordenó
- 34 -
que se hiciera un empadronamiento general en
todo el imperio. Además, Quirino, prefecto de Siria
y ministro del emperador, prescribiendo que el pa
dron se hicierapor familias en los mismos lugares
de su orígen, obligó áJosé y María ir á Belen en
el momento en que el divino Niño debia aparecer
en el mundo, resultando de aquí dos legítimas con
secuencias, á saber: que Belen iha áser, segun las
profecías, el lugar del nacimiento del Mesías, y que
su descendencia de David iba á ser constatada legi
timamente. José y María, que eran de la línea de Da
vid, oriundos de Belen, fueron á esta aldea para obe
decer la disposicion del edicto; pere sea la afluen
cia de los viajeros, sea, sobre todo,porque el ciela
lo queria así, no encontraron donde albergarse; los
dos santos esposos viéronse obligados á retirarse á.
una gruta abandonada, que servia de asilo á los
pastores y ganados en los dias de tempestad; allífué,
léjos de las miradas de los hombres, en el invierno,
ámedia noche, donde nació el divino Jesús, Jesús,
hijo de Dios Padre, que por su pasion y muerte
debia librar al hombre de la esclavitud del demonio,
y ponerle en aptitud de ganar el cielo.

Por quién fué circuncidado el niño Dios, nombra


y presentado en el templo?
La ley de Moisés ordenaba que todo niño varon
fuera circuncidado al octavo dia de su nacimiente.
Fué, pues, José el ministro en esta sangrienta ce
33
remonia, como lo afirman san Epifanio, san Efren,
san Bernardo y un gran númer6 de etros sanos. Y
ademas, todo nos inclina á creer qué fué así, obser
vando que no obligaba la ley á llevar los niños al
templo, y que el empadronamiento detenia áJosé
en Belen, no permitiéndole satisfacer este piadoso
deber. El fué quien, por obedecer á las órdenes que
había recibido del cielo, impuso un nombre al niño,
llamándole Jesús, nombre de esperanza sobre todo
hembre; nombre, que el cielo, la tierra y los infier.
nes adora; nombre, en fin, que alegra áles santos,
consuella á los hombres y hace temblará los demo
nios. Fué José tambien quien en Jerusalen, donde
habiaide eon María para obedecerá los preceptos
del Levítico, reseató al niño Jesús mediante cinco
sielos de plata, ofreciendo dos tórtolas en sacrificio.

CAPÍTULOVI.
”. - .
Huida de José á Egipto.-Su vuelta á Nazaret

¿Por qué se refugió José en Egipto?


Herodes engañado por los Magos, y temiendo que
el niño que iban á adorar, fuese nn dia el qué le
echara de su trono, dió orden de asesinará todos los
niños de mános de dos años que se halláran en Bé
km y sus alrededores, creyendo que por estasme
-36 -
didas, el niño que habia nacido y que le habían di
cho que era el Mesías, seria incluido en el asesinato,
y no escaparia á su venganza. . . .
Pero el cielo velaba por su conservacion y mien
tras que Herodes meditaba su cruel designio, un
ángel se apareció áJosé en sueños,y le dijo: «levan
taos, tomad el niño y á su madre, huid á Egipto y
permaneced allí hasta que se os ordenevolver: por
que Herodes se dispone á buscar al niño, para ha
cerle morir.». Y José, añade la Escritura Santa, se
levantó al punto, huyó con el niño y su madre, y se
retiró á Egipto. Luego si José huye de su querida
patria, y conduce áJesús y áMaría á Egipto, es por
obedecer las órdenes del cielo; es para evitar que el
niño que le ha sido confiado caiga bajo los polpes del
furor de Herodes. .. . . . ..
El lugar del destierro está muy distante; hay
cerca de ciento cuarenta leguas del país natal; el
viaje será, por consecuencia, pesado, durará cerca
de quince dias; no importa, el. cielo habla, el niño
está en peligro y José obedece. ¡Qué fé! ¡Qué obe
diencia! -

¿Qué partilla de ladrones era la que José, María


y Jesús encontraron en su huidaá Egipto?
Los santos viajeros estaban próximos á entrar en
la vasta llanura de la Siria, donde esperaban estar
libres de los lazos de su cruel perseguidor, cuando
contra sus costumbres, continuaron su camino en
- 37 -
trada ya la noche, para estar más pronto en segu
ridad, y apresurar su llegada; pero de repente se.
presentaron unos hombres armados para estorbarlos
el paso: era una banda de malvados que desolaban
el país, cuya temible fama se habia esparcido por
todas partes. José y María se pararon y rogaron al
Señor en silencio, porque la resistencia era imposi
ble: lo más podian confiar que los bandidos les de
jasen la vida. El jefe se separó de sus compañeros y
se adelantó hácia José, para ver qué debia hacer;
pero á la vista de aquel hombre desarmado, de
aquel niño que dormia tranquilamente sobre el se
no de su Madre, se ablandó el corazon sanguinario
del bandido. Léjos de querer hacerles mal, bajó la
punta de su lanza y alargó la mano á José, ofre
ciéndole hospitalidad para él y su familia: este jefe,
se llamaba Dimas. La tradicion cuenta que pasado
el tiempo fué cogido por los soldados y condenado á
ser crucificado, colocándole en el Calvario al lado de
Jesús, y le conocemos con el nombre del Buen
Ladron.

¿Qué milagro obró el cielo en esta huida en favor


de la santa familla? " -
Segun la Ciudad Mística de María de Agreda, al
término de la segunda jornada, José y María se ha-"
liaron con que las provisiones que habian preparado e
para su manutencion se les habian agotado, detal
manera que contiuuaron su camino todo el dia si
- 38 –
guiente, sin tomar ningun alimento. Por la tarde,
cuando se pararon para descansar, estaban extenua
dos de hambre y cansancio. María,viendo que les
faltaba todo humano recurso, y qme su conserva
cion parecia imposible, se decidió á pediral cielo
un milagro; pero el cielo no se hizo esperar, porque
para María el suplicar es obtener. Y en efecto, apé
nas la augusta señora habia concluido su súplica,
cuando ya estada preparada una comida servida por
mano de los ángeles. Esta comida consistia en pan
yfrutas, alimentos convenientes á su frugalidad.
Esta milagrosa comida, debió recordarles sin duda,
un beneficio semejante concedido en el mismo sitio
á uno de los antiguos profetas; pues ocurrió en el
desierto de Bersabé, lo mismo cuando un ángel sir
vió al profeta Elías un pan cocido en la ceniza, que
le dió la fuerza suficiente para llegar hasta la mon
taña de Horeb. Desde este dia los ángeles tuvieron
el cuidado de alimentará los santos esposos,y el
milagro no cesó hasta su entrada en Egipto.

¿Dónde fijó José su estancia en Egipto, y cuál fué


su condicion? * , , , ,

Algunos autores creen que José se estableció des


de luego en Hermópolis; otros pretenden que fué en
Memphis, otros en Matharea, y otros, por último,
en Heliópolis. Puede ser que todos estos autores
tengan razon, porque muy bien podia suceder que
los hubiera estado en todas estas poblaciones másó
- 39 -
ménos tiempo sin establecer su domicilio definitiva
mente. Sin embargo, la opinion más comun es que
José se estableció en Heiópolis, cuyo nombre, se
encuentra en esta ocasion perfectamente aplicado
porque significa: Ciudad del Sol, y poseia entónces
en su seno el sol de justicia.
Respecto de su condicion, debió ser, á no du
darlo, dura y llena de sufrimientos. Se hallaba des
terrado, en tierra extranjera, sin apoyo, sin cono
cimiento, víctima de la más injusta persecucion.
Como era pobre, observa san Basilio, debió con Ma
ría su esposa entregarse á los trabajos más penosos
para procurarse lo necesario para su sustento. La
tradicion afirma que María trabajaba con la aguja
y al husa, y que con mucha frecuencia el niño Jesús
pedia pan, y José y María no podian dárselo,

¿Qué nos recuerda la permanencia de san José en


Egipto? -

. La estancia de san José en Egipto, recuerda na


turalmente el antiguo Patriarca llamado tambien
José, que fué vendido por sus hermanos y condu
cido á Egipto. La comparacion no puede ser más
exacta, pues durante su permanencia en Egipto,
san José experimentó los mismos infortunios, vir
tudes y beneficios del antiguo José, y desde luego
sus desgracias. El antiguo José, dice san Bernardo,
vendido y conducido á Egipto por la envidia de sus
hermanos, figura de léjos la venta de Jesucristo y
el nuevo José, para evitar el deseo de Herodes,
condujo á Cristo á Egipto. El antiguo José, encer
rado en la prision, fué largo tiempo"víctima de la
más odiosa calumnia, y el nuevo José, desterrado á
una tierra desconocida, vivió cerca de siete años
víctima de la más injusta persecucion. Copia igual
mente sus virtudes. El antiguo José, dice san Ber
nardo, conservó la más sincera fidelidad respecto
de su amo, no queriendo acceder á las solicitacio
nes de la mujer de Putifar, y el nuevo José, recono
ciendo á la Santísima Vírgen por su soberana, por
la Madre de su Señor, fué siempre casto esposo y
fiel dopositario de tan santa virginidad. El antiguo
José recibió del cielo la inteligencia en los sueños
misteriosos, y el nuevo José merece ser el confiden
te y cooperador de los secretos de Dios. Los dos, so
metidos á las pruebas de la Providencia, no mur
muram ni contra la prision y cansancios, ni contra
el destierro y sus penas, y sin rencor á causa de
las injusticias,sin disgusto por los malostratamien
tos, piden por sus perseguidores y se juzgan dicho
sos en sufrir: el uno por la inocencia de su corazon,
y el otro por la inocencia de Jesús. San José copia,
en fin, los beneficios del antiguo José:y, en efecto,
el antiguo José, continúa san Bernardo, conservó el
trigo, no para él, sino para todo el pueblo, y el
nuevo José recibió en depósito, tanto para sí mismo
como para el mundo entero, el pan vivo bajado del
cielo, y si fué á Egipto, fué en calidad de guardian
– 41 -
fiel para producir en los dias de escasez y hambre
el trigo de los elegidos y el divino-maná. Como el
antiguo José fué el bienhechor del Egipto por la
virtud del celeste Niño. Fácil es, pues, ver que las
relaciones entre los dos "Josés no pueden ser más
exactas; pero añadamos tambien, que el cuadro seria
más completo si nosotros, cristianos, imitásemos la
conducta de los egipcios. " .

Y en efecto, Faraon y todo su pueblo. recono


ciendo que por José se habian salvado del hambre,
quiso que José fuese el primero despues de él en su
reino: imitemos á los Egipcios, reconozcamos que
san José nos ha salvado del hambre conservándonos
al Divino Niño, este Niño que es el alimento de los
ángeles, el trigo de los elegidos, y el pan, en fin, que
nos da la vida eterna, ... , , , , , , , ,

¿Cómo se verificó la vuelta de Egipto de la santa


Famila, y dónde se estableció José? ".
Hacia cerca de siete años que José se hallaba en
Egipto, cuando murió el anciano Herodes, este
príncipe cruel y sanguinario, que hizo perecer mu
chos miles de niños del país de Belen, y de cuyo fu
ror habia sido sustraido el santo Niño Jesús con la
huida á Egipto. A la muerte de este tirano, ya no
habia por qué temer, por lo que el ángel se apareció
de nuevo áJosé y le dijo: «José levantáos, tomad el
Niño y su madre, y volved á la tierra de Israel, por
que los que buscaban al Niño para hacerle perecer
– 42 –
no existen en el mundo.» José obedeció y se puso
en camino hácia su tierra natal. Pero ántes de en
trar en la Judea, supo que Herodes habia sido reem
plazado por su hijo Archelao que era tambien muy
cruel; inquieto con esta noticia é instruido de
nuevo por el ángol, no entró en Judea, sino que
tomando un camino á través de la tribu de Dan y
la de Issachar, en la Galileainferior, la costa del Me
diterráneo, dejóá Jerusalen á la derecha y llegó á
Nazaret, cuna y asilo de la inocente María. el
. . . . -

* ¿Cuál fué el dolor de José por la pérdida de Jesús


en Jerusalen? , c

Habia una leyen la antigua alianza que obligaba


á todos los judios á comparecer tres veces al año
delante del Señor en su templo para celebrar las
fiestas de Pascua, la de Pentecostés y la de los Ta
bernáculos llevándo al mismo tiempo una ofrenda.
Pero esta ley no obligaba sino á los hombres: las mu
jeres estaban exceptuadas de ella atendiendo ásu
debilidad. Luego que Jesús llegó á los doce años,
sus padres resolvieron llevarle consigo áJerusalen
con motivo de la fiesta de Pascua. Cuando terminó el
séptimo dia, José y María se pusieron eneamino pa
ra Nazaret; pero Jesús, en lugar de seguirlos, se
quedó en Jerusalen. Hasta ha tarde del primer dia
de viaje no le echaron de menos, le buscaron al ins
tante entre sus parientes y amigos, pero no vién
dole, se volvieroná, Jerusalen, donde despues de
tres dias de angustia y pesquisas infrutuosas le
hallaron enol templo sentado en medio de los doc
tores, á quienes escuchaba y les preguntaba. Pintar
cuál fué el dolor de José en esta circunstancia, es
imposible,porque José tenia á Jesús un amor de
padre, superior á toda expresion. Orígenes, llega á
decir que José y María fueron en esta ocasion tra
tados hasta con rigor, y que su alma sufrió más que
todos los mártires juntos. Pero lo que afligia el co
razon de José y de Maria, segun Orígenes afirma,
es que en su humildad creían que Jesús les habia
abandonado comoindígnos, de su presencia, de sus
caricias y de su intimaidad. ¡Ah! cuántas veces, ex
clama un autor piadoso, cuántas veces sepuede con
geturar que el santo anciano debió reprocharse á sí
mismo el poco cuidado que habia tenido del celeste
depósito. ¿En qué afliccion de espírituno debió caer?
¿En qué turbacion? ¿En qué agitacion?
" ,
¿Cuál fué la educacion que José dió áJesús?
Si José lubiese querido hubiera podido sacar par
tido de la simpatía que Jesús se habia adquirido en
tre los judíos, desde luego por sus cualidades exte
riores, y ademas por las morales; pues que crecia
en sabiburía, á medida que adelantaba en edad, ha- "
ciéndose más y más agradable á los hombres, Hu-
biérase á la par aprovechado de la admiracion que
su hijo habia excitado entre los doctores de la ley,
y por consecuencia destinarle á un honorífico em
- 44 -
pleo en el mundo. Pero no; José era sencillo como
Jesús, y le educó con sencillez. Mientras que era
jóven, le hacia cumplir las obligaciones más ordi
narias, más comunes, y las más conformes á su
edad. No debemos admirarnos de esto; Jesús, en
efecto, ha dicho de símismo: que habia venido al
mundo para servir, y no para ser servido. Por otra
parte, no leemos en parte alguna que José y Maria
hayan tenido criados; erán semejantes á los pobres,
cuyos hijos son los que sirven. Esta era la creencia
de san Buenaventura y del piadoso Gerson, que nos
enseñan al Salvador del mundo prestándose en la
casa de Nazaret á los más bajos oficios, lo que re
veló á santa Brígida la santísima Vírgen. Cuando
Jesús fué mayor,José le aplicóá su profesion, ha
ciéndole carpintero. Y es tan verdadero esto,que se
citaban aún en los primeros tiempos de la Iglesia los
yugos que habia hecho; la tradicion lo ha conserva
do esto en los más antiguos autores.
¿Y ahora dónde están, diremos con Bossuet, dón
de están aquellos que se quejan, cuando sus em
pleos no corresponden á su capacidad, ó mejor aún
á su orgullo? Que vengan á la casa de José y de
María y vean trabajará Jesús en la profesion más
humilde y más baja, segun el mundo. ¿Dónde están,
diremos con un piadoso autor, dónde están los pa
dres, que tanto trabajan para sacar á sus hijos del
humilde estado ó condicion en que Diosles ha hecho
nacer? Que vengan á la casa de Nazaret y que
- 45 --
aprendan con el ejemplo de José, cuán reprensible
su conducta; quieren educará sus hijos fuera de su
condicion, y debieran más bien examinarántes si
como cristianos, buscan á Dios en su vanidad.

CAPITULOVII.

Muerte de san José.-Su resurreccion.


- 1, "

,
Hablemos de la muerte de san José y de las prin
cipales circunstancias que la acompañaron.
"Si la muerte de los Santos es preciosa delante de
Dios, ¿cómo debió ser la del santo Patriarca José?
El venerable anciano murió como habia vivido, es
decir, en el más eminente grado de virtudes y de
méritos. Cuando llegó el momento de exhalar el
último suspiro, nos dice "san Bernardino de Sena,
la divina Vírgen se dirigió á Jesús: hijo mio, le dice,
ved que José va á morir, y lloróla santísima Vírgen.
Jesús se puso al pié de la cama de José, que tenia
contínuamente los ojos fijos en él. Le faltaban las
fuerzas para hablar, más exhalaba aunentrecortados
suspiros. Jesús le cogió la mano y le dijo: Padre
muy amado, dejad este valle de miseria;id y llevad
ávuestros padres esta feliz nueva, decidles, que
dentro de poco yo bajaré donde están ellos, para
conducirlesalcelestereino.Habiendo llegado lahora,
osé entregó su alma en las manos de los ángeles
invisibles, que asistieron á su últimocombate, Jesús
le cerró los ojos y los labios, y volviéndose á María
le anunció que su casto esposo habia muerte. Enton
ces el hijo de Dios, recordando los cuidados de José,
sus fatigas en la huida á Egipto, sus privaciones en
el desierto, se entristeció, é inclinándose sobre su
cuerpo inanimado, le abrazó largo tiempo, y mezcló
sus lágrimas con las de la divina María,
Sus funerales se hicieron segun la costumbre de
la nacion, pero sin explendor ninguno exterior. Se-
gun san Gerónimo y el venerable Beda, el cortejo
fúnebre tomó el camino de Jerusalen y se paró en
el valle de Josafat, lugar escogido para enterrar el
santo cuerpo. Allí se habrió y construyó, segun la
costumbre, un sepulcre, donde se colocarón los eas
tos despejos del santo Patriaron.
¿De qué muerte falleció san José?
Segun la tradicion, san José durante los siets ú
ocho últimos años de su vida, fué visitado por la en
fermedad y los sufrimientos: los largos y penosos
viajes que habia hecho, los padecimientes de cora
zon, los trabajos y las privaciones, habian alterado
su constitucion y arruinado completamente sus
fuerzas. Aseguran que esto no fué para él sino un
resto de vida tan lánguida, por lo que le fué preciso,
segun la decision de Jesús y de María, entregarse
al descanso. Observamos que la muerte de san José
nada tuvo de sobrehumano. Y sin embargo, no fu
una muerte ordinaria la de nuestro santo Patriarca
los males y las enfermedades intervinieron, mó para
producir la disolucion de su vida, sino para concluir
de embellecer su corona,y completar sueterna for
tuna, Cuando llegó el tiempo de terminar su bella y
santa vida, el mal debió alejarse y dejar obrar al
amor. Tal es al menos la opinion de muchos autores
distinguidos por su ciencia y virtudes, y tal es el
sentir de san Francisco de Sales y san Ligorio. Y
¿cómo hubiera podido morir José de otra manera,
exhalando su último suspiro en los brazos de Jesús
y de María? Habia vivido de amor, y debió morir
por amor. El corazon de José, era un foco ardiente
de fuego, que no se consumia, y pudo llevarló duranto
una larga vida, porque las llamas de este corazon se
escapaban por sus servicios como por otras tantas
aberturas pero cuando estasvias se cerraron en un
corazon tan activo, su corazon debió derretirse como
la cera. Así podemos afirmarcontoda seguridad, que
la muerte de san José fué como la de su santa esposa,
una muerte de amor. Esto lo reveló la santísima
Vírgen á santa Brígida.

¿Qué pensaremos de la resurreccion de José?


Respetando la santa voluntad de Dios, que como
dueño absoluto de todas las cosas, obra como quiere,
debemos presumir que Dios no distribuye porcasuar
lidad sus favores, sus gracias y privilegios, sino que
– 48 –
al contrario merecidos debidamente . Luego si es
tenemos todos los motivos para creer que san
fué del número de los muertos que resucitaron
con Jesucristo, y es lo que nos enseñan casi todos
los doctores. ¿Cuáles fueron, en efecto, las razones
que determinaron al Salvedor en la eleccion de los
muertos, que quiso restituirá la vida? ¿Fué deter
minado por su propio amor?José debió, pues, ser
escogido el primero; porque de todos sus servido
res fué el á quien más amó. ¿Miró al amor que
sus Santos le profesaron?José debió presentarse
en primera línea, porque el más amado de los hom
bres, debió ser el más amante, y desde luego su
vida está terminante para que sirva de testimonio.
¿Escogió con preferencia á aquellos que habian té
nido relaciones estrechas con su santa humanidad?
El derecho de José fué en este caso incontestable
en virtud de su alianza con María y de su cua
lidad de padre adoptivo del Niño Dios. Es verdad
que las Escrituras no nos dicen siestos resuci
tados murieron de nuevo ó acompañaron áJesucris
to en su gloria. ¿Pero puede haber duda respecto
de esto?¿Y cómo, en efecto, podrianiver un favor
en una resurreccion seguida de una nueva muerte?
Si la muerte es un castigo como nos enseñala Es
critura, morir dos veces es ser doblemente castigado;
es cierto que las almas de los Santos salieron del
limbo gloriosas é inmortales: pero, como nos dicen
san Ignacio, san Hilario y san Gerónimo, un alma no
.. - 49 -
puede sepaparse de su cuerpo sin dolor, y el dolor
es incompatible con la bienaventuranza. Luego po
demos concluir que san José está hoy en cuerpo y
alma en el cielo, y no temamos añadir que esta re
surreccion, que esta exaltacion de san José, fué dig
na del Salvador, gloriosa para san José, y favorable
á los hombres.
al
-¿Cómo fué dignadel Salvador la exaltacion de José?
Si alguno merecia resucitar con el Salvador y
acompañarle en cuerpo y alma al cielo para honrar
su glorioso triunfo, era seguramente san José. Era
justo que José, dice san Bernardino de Sena, des
pues de haber vivido familiarmente en la tierra con
Jesús y María, reinase como ellos eternamente en el
cielo en cuerpo y alma. Es dulce oir el lenguaje
sencillo de sani Francisco de Sales, que quita la más
mínima dudarespecto de esto: hace hablar así san
JoséáJesús visitando el limbo: acordaos, oh Jesús
que cuando vinistéis del cielo á la tierra, yo los re
cibí en mi estancia, en mi familia,y que apenas es
tuvísteis en el mundo yó os recibí en mis brazos.
Ahora que vos debeisir al cielo, conducidme con
vos. Os he recibido en mi familia, recibidme ahora
en la vuestra. Yó os’he llevado en mis brazos, lle
vadme en los vuestros, y así como tuve cuidado de
alimentaros y conduciros durante el curso de vues
tra vida mortal, tened ahora cuidado de mi, y con
ducidme á la vida eterna.
- 50 -
Era, pues, digno del Salvador de los hombres que
su padre adoptivorecibiese este honor supremo, que
sólo podia hacer su exaltacion perfecta. Pero si esto
era digno del Salvador, creanos que el Salvador lo
cumplió. Sigamos, pues, áJosé con nuestras mira
das, y alegrémonos de su triunfo.

¿Cómo la exaltacion fué gloriosa para José?


El triunfo del antiguo José está los ojos de los
Santos la figura del explendor celeste del nuevo Jo
sé. El Salvador dijo al segundo, como Farapneal
primero: «Yo os escojc desde hoy para reinar sobre
»todo mi imperio; yo no tendré sobrévos, pino el
strono y la cualidad de rey; quiero que todo el
mundo doble la rodilla delante de vos, y que todos
sos roconózcan como depositario de mi poder. Al
mismo tiempo fué investido de una gloria inmensas
* El Señor, dice san Gregorio Naciancénó, colocó
en él, como en un sol, las luces de todos lesSantos,
y le dió, como refiere el piadoso Bernarino de Bas
tis, una de las llaves del Paraiso, reservando la otra
para su madre, y queriendo que en adelante no en
trasen en el cielo sino por su poderosa mediacion.
Tal es la fé de la Iglesia, que nos lo ofrece como un
servidor prudente y fiel, establecido en la tierra so»
bre la primera familia, y en el cielo sobre todo sus
bienes. Es fuera de duda, dice san Bernardino de
Sena, que Nuestro Señor nó le rehusó en el cielo
la familiaridad y el respeto, con que le homó
– 51 –
en este mundo, como un niño á su padre; sino que
al contrario, fuétodavia más afectuoso y másadicto.
Unámonos á tanta gloria como hijos adoptivos de
José; alegrémonos en su elevacion, y seamos celo
sos por su culto.

¿Cómo fué favorable á los hombres la exaltacion


de José.
Así como la gloria de José fuéun homenaje á sus
méritos, del mismo modo el poder con que Dios le
honró es un recurso en nuestras necesidades. No
podemos dudar de ningun modo, dice san Francis
co de Sales que este glorioso Santo tenga mucho cré
dito en el cielo, cerca de aquel que tanto le ha favo
recido y que le elevó en cuerpo y alma.
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PARTE SEGUNDA.
MEs DEL GLORIoso sAN Jose.

DIA PRIMERO.
DE LA DEvocioN Á sAN José. .

Es seguro que despues de la devocion que


tenemos al Salvador y á su divina madre,
no hay en la Iglesia otra más excelente y sa
lulable que la que todo cristiano debe tener
á san José. Y, en efecto, ved, almas cristia.
nas, cuantas razones apoyan esta verdad
Primeramente, Dios quiere que honremos
á san José á quien él ha honrado tanto, y
cuyo culto ha hecho inseparable de él, de la
divina infancia y de la santísima Virgen. La
Iglesia nos invita tambien á unirnos á los ha
bitantes de los cielos y á los coros de todos
los cristianos, para rendirle un homenaje

– 54 –
digno de sus prerogativas. En fin, nuestros
más queridos intereses nos oolocan en la
grata obligacion de suplicarle con muchofer
vor y con gran confianza. Ahora bien, en
este honor, este culto, estas oraciones, es en
lo que consiste la devocion á tan gran Santo.
Esta devocion tiene, pues, por principales
motivos, la voluntad de Dios, el ejemplo de
la Iglesia y nuestros verdaderos intereses.
Acabamos de decir que Dios quiere que
veneremos á san José, porque le ha venerado
él mismo altamente. En efecto, ¡cuánto no le
ha distinguido Dios mismo de los demas
hombres por las gracias de que le ha pro
visto, y por el ministerio augusto que le ha
confiado. ¿Cuál de los patriarcas y de los pro
fetas ha sido tan favorecidopor Dios?-¿Cuál
es el ángel, por elevado que sea en la glo
ria, que no hubieseestimado la dicha inapre
ciable de desempeñar las funciones que ha
desempeñado, la felicidad inefable de repre
sentar en la tierra al mismo Dios respecto
de su adorable hijo y de la santisima Vír
gen?—¿Cuál es el santo, despues de María,
que se halla colocado en el cielo más cerca
de Jesucristo, divino sol que es toda la glo
ría y esplendor de ios santos.
Sí, san José ha sido en la tierra el Santo
más querido de Dios y el más elevado en
85
dignidad. Y ved lo que los mayores santos
se complacen en decir de él. San Francisco de
Sales le llama: «esposo del amor, el gran
patriarca, el hombre escogido por Dios con
preferencia sobre todos los demas, para
prestar al hijo de Dios los servicios más tier
nos y más amorosos.» San Bernardo le non
bra: «vicario de Dics Padre y de su Santo
Espíritu cerca del Verbo hecho hombre.» El
piadoso y sabio Ruperto le da los titulos de
«conservador del conservador del mnndo, de
soberano del soberano universal. » Otros san
tos doctores le llaman: «el depositario de los
secretos divinos, dispensador del pan celes
tial y tesorero de la casa de Dios.»
Dios ha honrado grandemente á san José,
y quiere que á imitacion suya, le honremos
con un culto verdadero y digno de susgran
des prerogativas. Obró Dios con él lo mismo
que Faraon con el patriarca José; y un gran
número de doctores han considerado á este
como un modelo del Santo que debia llevar
el mismo nombre. «¿Dónde se encontraria,
dice Faraon al antiguo José, alguno más sa
bio que vos, ni siquiera parecido á vos? Sólo
vos tendreis autoridad sobre mi casa, y yo no
ne distinguiré de vos más que por el trono y
la calidad de rey.» Aquel gran rey tomó en
seguida su anillo y le puso en la mano de
–56 -
José, le hizo revestir una túnica de lino y le
puso al cuello un collar de oro; y haciéndole
subir sobre uno de sus carros, hizo pregonar
por un heraldo que todos se prosternaran an
te el que nombraba para mandar en todo el
Egipto. - i
Esta es una imágen de la manera con que
Dios obró con José, le ha glorificado, y le ha
establecido sobre toda su casa, es decir, so
bre la humanidad entera, porque Jesús, nue
voAdan,y María, la nueva Eva, personifica
ban á todos los hombres, le ha dado igual
mente poder para comunicarnos las gracias
que necesitamos, por manera que nos dice,
como Faraon á sus súbditos «acudid á José:
pedidá José; y de su mano bienhechora reci
bireis los socorros que necesiteis. ,,
Debemos, pues, almas cristianas, honra
á san José, porque Dios mismo le ha honra
do; pero tambien lo debemos, porque nues
tra devocion hácia él, se liga de la manera
más estrecha con la devocion al niño Jesús
y á la santísima Vírgen, por manera que no
se puede sobresalir en ésta sin tener aquella
en alto grado. Acordémonos de lo que ense
ña sobre este particular santa Teresa: «Por
mi parte, ignoro cómo se puede contemplará
la Reina de losAngeles prodigando dia yno
che sus cuidados al niño Jesús, sin dar gra
- 57 -
cias al mismo tiempo á su casto esposo por
los socorros que él prodigaba con tanta soli
citud á la Madre y al Hijo. Y, ademas,¿cómo
podremos contemplar al Vervo divino en el
misterio de su adorable infancia, sin rendir
culto al que es su protector, su custodio y
su padre por adopcion?»
"Sí, es imposible concebir que pueda te
nerse una verdadera devocion al niño Jesús
y á la santísima Vírgen, sin teneruna gran
devocion á san José. Si amamos verdadera.
mente al niño Dios, si veneramos á su ma
dre la Vírgen santísima, amaremos infalible
mente á san José, que ha sido el Jefe de la
Santa Familia, que ha sido honrado por Ma
ría y por el mismo Jesús.
El segundo motivo de nuestra devocion á
san José es la intencion, la voluntad de la
santa Iglesia nuestra Madre. La Iglesia, en
efecto, quiere que en todas partes donde re
suenen las alabanzas de Jesús y de María,
resuenen tambien las de José, y que el culto
de este gran santo se extienda más y más,
Siempre ha exhortado á los fieles á recurrir
á él entodas sus necesidades, persuadida que
serán siempre socorridos con eficacia cuando
leinvoquen con piedad y confianza. Siempre
ha alentado todo lo que puede acrecentar
esta devocion, y abierto al efecto los tesoros
de sus indulgencias. Pero principalmente en
los tiempos presentes es cuando nos exhorta,
por boca de Pio IX, á la devocion hácia este
gran Patriarca. Y en efecto, apenas estegran
Pontífice se sienta en la silla de san, Pedro,
cuando quiere que el Patrocinio de san José
se celebre, no como hasta entónces en algu
nas iglesias ó determinadas comarcas, sino
en el mundo entero, y declara altamente
«que san José, el glorioso Patriarca san José,
fué colmado de gracias extraordinarias...
que en todas las cosas fué obediente durante
su vida á los designios y á la voluntad de
Dios con una prontitudy una alegría que casi
no podria explicarse... y que,en fin, corona
do de gloria y honores en el cielo, ha reci
bido un nuevo cargo: el de aliviar por sus
abundantes méritosy el apoyo de sus ora
ciones, la miserable naturaleza humana, y
obtener en el mundo, por su poderosa inter
cesion, lo que el hombre por sus solos recur
sos no puede obtener.» Más adelante, cuan
do se trata de definir el dogma de la Inma
culada Concepcion, y dirigiéndose ála augus
ta asamblea de los obispos reunidos á su
alrededor, se cree en el deber de recomen
darles vivamente que propagasea cada vez
más la devocion á san José; y en su Bula de
Proclamacion, en el paseje en que exhorta á
– 9–
los obispos y al universo entero á recurrir á
los sufragios de los Santos, nombra á san
José despues de la augusta María y ántes que
los gloriosos póstoles san Pedroysan Pablo.
Y. últimamente, respondiendo á los que se
lamentaban á su lado de los temores serios
que inspira el porvenir, nuestro santo padre
Pio IX les dijo: «el mal es grande, pero el
mundo se salvará, No en vano propaga Dios
en la lglesia con más abundancia que nunca
el espíritu de oracion. Se ora mucho más,y
se ora mejor; los apoyos de la Iglesia na
ciente, María y José, vuelven á ocupar en
los corazones el puesto que nunca debieron
perder. Aun se volverá á salvar el mundo.»
¡Hé aquí, almas cristianas, cuál es la inten
cion de la lglesia respecto á la devocion á san
Jose; así, ved cómo bajo la inspiracion de
esta esposa de Jesucristo, se propaga en
nuestros días el culto de san José! ¡Cuántas
capillas, cuántos oratorios se erigen con su
advocacion!¡Qué de altares erigidos á su glo
rial ¡Qué de hermandades, misiones, empre
sas colocadas bajo su Patrocinio!
Pero entre los motivos que tenemos para
ser devotos de san José, hay uno muy pode
roso: el de nuetro propio interés.
La Sagrada Escritura nos dice que el de -
monio anda, sin cesar á nuestro alrededor
–60 -
para devorarnos. Pero áun cuando la Escri
tura no nos lo afirmara, la triste experien
cia de todos los dias está patente para con
vencernos. Tenemos ademas dentro de nos.
otros mismos un enemigo muy terrible, que
nos sigue por todas partes sin cesar: nuestras
pasiones. La vida de este mundo es un com
bate contínuo en el que damos ¡ay! frecuen
temente grandes caidas; luégo¿qué necesita
mos nosotros tan débiles y tan miserables,
sino un proctector poderoso y que esté siem
pre lleno de bondad por nosotros? ¡Ahora
mirad si no tiene para esto un grado muy
eminente el glorioso san José! ¿Yá qué abo
gado podriamos recurrir, cuyas oraciones
fuesen más eficaces que las de José, que por
la santidad de su vida tanto ha contribuido
alinefable misterio de la Encarnacion del
Verbo? ¿Qué santo, despues de María, tie
ne más poder con el divino Salvador que
aquel que le alimentó con el trabajo de sus
manos y se sacrificó por él sin reserva?
Tenemos, pues, en José un poderosísimo
protector, que ademas está lleno de bondad
hácia nosotros, y siempre dispuesto á socor
rernos. ¿Y cómo podria ser de otra manera,
cuando su corazon arde en el mismo fuego
de la caridad que los de Jesús y María? ¿Có
no no ha de ser nuestro amigo más tierno,
–61–
él, que ha visto de una manera tan sensible
cuánto costaron nuestras almas al divino Sal
vador? ¿Cómo dejará de interesarse en nues
tra salvacion, él, que se sacrificó por procu.
rárnosla trabajando por Jesús y con Jesús,
mézclando sus sudores con la sangre que de
bia producir la redencion del mundo?
Pongamos, almas cristianas, nuestra con
fianza en san José, y que este sentimiento sea
cada vez más vivo en nuestro corazon. ¿, ó
mo podremos dudar del poder y de la bon
dad del que ha sido tan honrado por Dios y
declarado jefe de la gran familia cristiana,
del que se llama con tan justo título protec
tor de la Iglesia, terror del infierno, aboga
do de la buena muerte, y de quien hemos
recibido tantas señales de proteccion?
Tengamos, pues, una verdadera devocion
á san José, y manifestémosla durante este
mes que le está consagrado, honrándole por
todos los medios que estén á nuestro alcan
ce, como tambien haciendo le veneren las
personas que dependen de nosotros. Sí, va
yamos todos los dias á los piés de José á
darle un testimonio especial de nuestro amor
hácia él. Además, todos los cristianos en
cuentran en la vida de nuesuro Patriarca mo
tivos de devocion; los nobles y ricos, deben
considerar al reverenciarle que san José es
– -
niete de los patriarcas y reyes; los pobres,
que ha vivido como ellos en la indigencia,
que ha trabajado contínuamente cono un
simple artesano; las vírgenes, que conservó
toda su vida la más perfecta virginidad, y
que fué escogido por Dios para guarda y
protector de la Reina de las vírgenes; las
personas casadas, que fuéjefe de la más au
gusta familia que puede existir; los niños,
que fué el padre adoptivo de Jesús, conser
vador y director de su infancia; los sacerdo
tes, que tuvo la dicha de tener frecuente
mente á Jesús en sus brazos; las personas
religiosas, que santificó su retiro de Nazaret
eon la práctica de las virtudes más perfec
tasy en las conversaciones íntimas con Je
sús y María; últimamente, las almas piado
sas y fervientes, que ningun corazon des
pues del corazon de María, ha amado á Je
sús con más ardor y ternura.
Desde el cetro hasta el cayado, desde los
cedros hasta el hisopo, nada hay que deje de
sentir la saludable influencia de su protec
cion. Todas las eondiciones, todos los esta
dos tienen algo que esperarde su favor, en
sus grandezas poderosos motivos para hon
rarle, y en sus virtudes mucho que imitar.
colooulo—El Aua: toureia permiin,
- (33.
¡eh glorioso san Josél expresaros toda la dicha que
esperimento hoy al comenzar estos piadosos ejerci
cios que la piedad de los fieles os consagra durante
el mes de Marzo? ¡Olal que placer voy á experi
mentar al leer todo lo que los Santos han dicho al
eensiderar vuestras grandezas y vuestros privilegios.
Todos los dias, ¡oh padre miol os lo prometo, quie
ro seguir fielmente estos piadosos ejercicios, porque
habeis sido bueno para mí, y quiero en lo sucesivo
amares mucho más que ántes, Recibidme siempre
con la bondad y la benevolencia que os caracteriza
ban en la tierra,y sobre todo, os conjuro para que
nuaca dejeisne separe del pié de vuestro altar sin
dirigirme algunas palabras consoladoras, algunos
buenos gansejos sobre mis deberes; cualquier cosa,
en fin, que anime mi pobre corazon y me aliente á
hacer los mayores esfuerzos para agradar á Dios.
SAN José; Recibo con placer, hijamia, la pro
mesa que me haces de venirá encontrarme diaria
mente alpié de mi altar. Espero que serás fielá esta
promesa, y puedes estar segura de que serás gome
rosamente recompensada. Me diceste reeiba con be
nevolencia, y ¿por qué no, hija mia? puesto que
estás en estado degracia,ysobre todo, puesto que
leo en tu corazon el deseo que tienes de adelantar
en el camino de la virtud. Y ademas, hija mia, no
olvides que áun cuando no estuvieras en paz con
Dios, serias recibida con bondad. Nunca rechazo á
los pecadores cuando veo en ellos deseos de empezar
árrepentirse. Y debo obrar asi con ellos, primera
mente, porque he sido sobre la tierra el padre adop-
tivo de Jesús, y Jesús ha amado mucho á los peca
dores. Lo debo tambien porque los pecadores nece
sitan ayuda y socorro para salir de sus pecados, y
obtener la gracia de que se les perdonen. Siempre
que los pecadores vienen á buscarme, ¡oh hija mial
los recibo con la mayor bondad, los tiendo afectuo
samente losbrazos, y cuantomayores pecadores son,
más me intereso por ellos. Y hasta es un deherpa
ra mí socorrerlos pronta y liberalmente, porque si
no hubiera habido pecadores, Dios no hubiera des
cendido á la tierra, y yo,José, no hubiera sido pa
dre de Jesús y esposo de Maria.
En ALMA: ¡Cuánto halaga á mi corazon el len.
guaje tan bueno y cariñoso que acabais de dirigirme,
¡oh gran san José; y cuántiernamente le conmueve
¡Ah! ya no me admiro de que los Santos y los doc
tores de la Iglesia nos digan, que cuando vivíais en
la tierra, teníais una bondad y una afabilidad sin
igual. Jamás, jamás podrá comprender nadie el
gran corazon que Diosos ha dado, y la caridad que
ha puesto en él.
SAN José: Es cierto, hija mia, puedo afirmarlo;
Dios me ha dado un gran corazon; pero así conve
nia, y lo necesitaba desde luego, para amar conve
nientemente áJesús, puesto que Jesús era el objeto
de las complacencias del Padre Eterno, puesto que
ademas debia, por su pasion y por su muerte, abrir
– 65 -
el cielo á los hombres, y por consecuencia á mítam
bien; era, pues, preciso que yo amase á este divino
Niño más que ninguna otra criatura. Era preciso
que despues del amor de María áJesús, el mio fue
ra el más ardiente. Por otra parte, puesto que Jesús
debia ser la víctima ofrecida en holocausto por la
salvacion del mundo, y que yo era quien debia criar,
sostener y preparar esta víctima, necesariamente
debia tener un gran corazon. Así que, jamás, hija
mia, jamás alcanzarán á comprender los hopmbres
el amor que les profeso y lo que me intereso por su
salvacion. María, mi augusta esposa, reveló un dia
que los pecadores, despues del juicio, se arrepenti
rán de no haber conocido cuán poderosa y eficaz
era mi proteccion para ayudarlos á volverá entrar
en gracia con Dios y hacer su salvacion; y María
tenia razon, porque Dios me ha dado tanto poder en
el cielo, que sólo el de María es superior al mio.
¡Oh! sí, yo amo á los hombres, hija mia; los amo
porque Jesús los ha amado mucho; los amo, porque
el alma de cada uno de ellos ha costado la vida de
Jesús, del querido Niño que tanto amé; los amo, en
fin, porque son hijos de María, y por consecuencia
mios, puesto que María es mi esposa. Ven, pues,
hija mia, ven á encontrarme; ven á exponerme tus
necesidades, á comunicarme tus penas y á pedirme
mercedes; soytodo tuyo. Sí, ven sin temor, porque
yo soy José, el José de la nueva alianza, el José pa
dre de Jesús y esposo de María.
3
– 66–
Para conseguir tu salvacion necesitas, desde lue
go, hija mia, la gracia, puesto que sin ella nada pue
deshacer meritorio para el cielo. ¡Pues bien! ven
á encontrarme, y te ayudaré á obtener esta gracia,
la pediré contigo á Jesús, autor de la gracia y á
María por donde se reparte.
Dios quiere, hija mia, que le implores sin cesar y
no te canses de suplicarle; si lo quiere así es por
que reconozcas su soberanía infinita sobre tí; es
porque no olvides que sin él nada eres, nada puedes,
y tambien porque, al pedirle su gracia, conozeas el
valor de ella; mas lo importante es orar bien. Ven á
mí y yo te enseñaré cómo se debe erar, porque yo
lo sé, puesto que durante treinta años oré con Je
sús y María. ,
Tambien es necesario que practiques las tres vir
tudes teologales, fé, esperanza y caridad. Ven á mí
y yote hablaré de la fé, sin la cual es imposible
agradará Dios; de la esperanza, que constituye la
fuerza y el consuelo del hombre sobre la tierra, y
de la caridad, que es la más bella de las virtudes.
Conviene, hija mia, que seas muy devota de Ma
ría: conviene te asegures su poderosa proteccion,
porque, no lo olvides, siJesús es el autor y la fuen
te de la gracia, María es el canal por donde pasan
todas las gracias. Ven á encontrarme y te enseñaré
á amará María, yo José, lo sé, puesto que era mi
esposa y la he amado tiernamente.
Tienes, hija mia, terribles enemigos sobre la tier
–67–
ra; tienes el demonio, envidioso de tu alma, que
anda incesantemente á tu alrededor para devorar
te; tienes tus pasiones, que tratan de subyugarte;
tienes, ademas, el mundo, los escándalos, los malos
ejemplos. Ven á mí y te ayudaré á vencer á tus
enemigos; te instruiré en las astucias del demonio;
soy más fuerte que él, puesto que he sustraido á su
furor al Niño Jesús conduciéndole á Egipto: por esta
victoria, Dios me ha dado un poder terrible contra
el demonio. Y en cuanto al mundo, ¡oh ven! yo le
desenmarañaré á tus ojos, y te diré cuán engañador
es y cuán enemigo de Dios.
En fin, hija mia, tienes que morir un dia y qui
záántes de lo que crees; la sentencia es irrevoca
ble; nadie puede sustraerse á ella; ahora bien, ya
sabes que el árbol permanece tendido del lado que
cae, la muerte lo decide todo; si es buena y santa,
todo se ha salvado; pero si la muerte no es la del
justo, todo se ha perdido, y perdido por toda la
eternidad. Acude á mí, hijania; yote haré compren
der toda la importancia de una buena muerte; ya
sabes que soy el patron de la buena muerte, porque
tuve la dicha de morir en los brazos de Jesús y María;
ven, pues, hija mia, y te protejeré á la hora de tu
muerte. Hijamia, querida hija, ven diariamente todo
este mes á buscarme al pié de mi altar, y te prome
to que en recompensa de tu fidelidad, te enseñaré el
camino de la virtud, que te llevaráá la patria ce
lestial.
– 68 –
RESOLUCION.-Seguid fielmente y con devocion
los ejercicios del mes de san José.

LETANIAS DE SAN JOSÉ.


Señor, tened piedad de nosotros.
Jesucristo, tened, etc.
Señor, tened, etc.
Jesús, óyenos. -

Jesús, acoje nuestras súplicas.


Padre celestial, que sois Dios, tened piedad de
ImOSOtrOS. -

Hijo redentor del mundo, que sois Dios, tened, etc.


Espíritu Santo, que sois Dios, tened, etc.
Santísima Trinidad, un solo Dios, tened, etc.
Santa María, madre de Dios, esposa de san José,
ruega por nosotros.
San José, nutricio del Verbo encarnado, ruega, etc.
San José, coadjutor del gran consejo, ruega, etc.
San José, hombre segun el corazon de Dios, rue
ga, etc.
San José, fiel y prudente servidor, ruega, etc.
San José,
ruega, etc. custodio de la virginidad de María, •

San José, dotado de gracias superiores, ruega, etc.


San José, purísimo en virginidad, ruega, etc.
San José, profundísimo en humildad, ruega, etc.
San José, altísimo en contemplacion, ruega, etc.
San José, ardientísimo en caridad, ruega, etc.
- 69 –
San José, que habeis sido declarado justo por el
Espíritu Santo, ruega, etc.
San José, que fuísteis instruido divinamente en
el misterio de la Encarnacion, ruega, etc.
San José, que tuvísteis bajo vuestra proteccion y
vuestra obediencia al Señor de los señores, ruega, etc.
San José, que tuvísteis durante tantos añoslavida
del mismo Dios por regla de la vuestra, ruega, etc.
San José, que vísteis con María, en las acciones
de Jesús, tantos secretos ignoradosde los duroshom
bres, ruega, etc.
San José, fidelísimo imitador delgran silencio de
Jesús y María, ruega, etc.
San José, que fuísteis ignorado de los hombres y
conocido sólo de Dios, ruega, etc.
San José, que ocupais el primer puesto entre los
Patriarcas, ruega, etc.
San José, que habeis muerto santamente en los
brazos de Jesús y de María, ruega, etc.
San José, que anunciásteis la venida de Cristo á
los limbos, ruega, etc.
San José, á quien se cree resucitado con Jesu
cristo, ruega, etc. -

San José, que habeis sido recompensado en el


cielo con una gloria especialísima, ruega, etc.
San José, padre y consolador de los afligidos, rue
ga, etc.
San José, protector de los pecadores arrepentidos,
ruega, etc. * .
San José, poderosísimo para socorrernos enlos pe
ligros de la vida y en la hora de la muerte, ruega, etc.
Por vuestra infancia, escúchanos Jesús.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mun
do, acoge nuestros ruegos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mun
do, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mun
do, ruega, etc.
V. Ruega por nosotros, bienaventurado san
José.
R. A fin de que seamos dignos de las promesas
de Jesucristo. --

ORACION:–¡Oh Dios! cuya bondad y sabiduría


son infinitas, y que al elevar al justo José á la digni
dad de esposo de María, le dísteis los derechos y
autoridad de padre sobre vuestro único Hijo, haced
que, imitando el respeto, la sumision y el cariño que
elmismo Jesucristo ysu santísima Madre tuvieron
á este gran Santo, le veneremos tambíen con piedad
filial, áfin de obtenerpor su intercesion, la gracia
de amaros y serviros en este mundo, en espíritu y
verdad, para tener la dicha de poseeros.
Jesús, María yJosé, os doy mi corazon, mi espí
ritu y mi vida.
Jesús, María y José, asistidme en mi última
agonia.
Jesús, María y José, haced que espire en vuestra
compañía.
- 71 –
Cien dias de indulgencias cada vez que se recite cada una
de estas invocaciones. (Pio VII, 28 de abril 1803).

RECORDATORI0–Acordaos, ¡oh castísimo es


poso de la Vírgen María, san José, mi amable pro
tector, que nunca se ha oido decir que ninguno de
los que han invocado vuestra proteccion éimplorado
vuestros auxilios, hayan quedado sin consuelo.
Lleno de confianza en vuestro poder, llego.á vuestra
presencia, y me recomiendo con fervor!
¡Ah! No desdeñeis mis oraciones, oh vos, que ha
beis sido llamado padre del Redentor, sino escu
chadlas con benevolencia, y dignaos recibirlas favo
rablemente.
Así sea.

Trescientos dias de indulgencias g vez por dia) apli


cables á los difuntos. (Breve de N. S. P. el Papa.)

DIA SEGUND0).

EXCELENCIA DEL SANTO NOMBRE DE JOSÉ,

Es una cosa admitida en todo el mundo


que los hombres deben ser imágenes de las
cosas, y expresion fiel de sus cualidades.
Sin embargo, la experiencia nos prueba que
los hombres pueden engañarse, y se enga
– 72 –
ñan en efecto con mucha frecuencia en la im
posicion de los nombres, y esto á causa de
la debilidad de sus luces y del poco conoci
miento que tienen de los objetos. Pero Dios
que es el Padre de los siglos pasados y de
los futuros, y que conoce distintamente todos
los tiempos y todos los séres, puesto que los
abraza todos en su eternidad, si da nombres,
los da conforme á la naturaleza y al estado
de los que los reciben.
Ahora bien, segun el comun sentir de va
rios padres de la Iglesia, Dios mismo es el
autor bendito del santo nombre de José,
que fué inspirado por el cielo á sus pa
dres, porque su significacion se ha cumpli
do en él de una manera admirable. En efec
to, este nombre que en lengua hebrea sig
nifica acrecentamiento, aumento, presagiaba,
dice san Bernardo, el progreso que José de
bia hacer en santidad, como el antiguo Pa
triarca del mismo nombre, fué distinguido
anteriormente entre sus hermanos.
Adan recibió del Señor el poder de nom
brarla esposa que se le habia dado por com
pañera; así el Espíritu Santo se ha reserva
do este cuidado para el que debia ocupar su
puesto, y representarle al lado de la augusta
Madre de Dios.
Si el nombre del Patriarca Isaac fué reve
– 73 –
lado por un ángel á su padre Abraham, si
el nombre de san Juan el precursor fué anun
ciado por un mensajero celestial á Zacarías
y ásanta Isabel, podemos creer que José, es
cogido por Dios para ser el padre de Jesús y
el casto esposo de María, ha gozado del mis
mo privilegio. ¡Cuánto ha amado el Señor á
este santo Patriarca, puesto que no querien
do que tuviera nada de la tierra, le dió él
mismo el nombre que debia llevar entre los
ángeles y entre los hombres!
Pero lo que debe causar principalmente
nuestra admiracion es, que el hijo de Dios
quiso honrar este augusto nombre ántes de
su nacimiento, durante su vida y despues de
su muerte. Y en efecto, ántes de su naci
miento quiso que uno de los patriarcas que
figuraban su divina persona, llevase el nom.
bre de José. Durante su vida mortal, es el
nombre bendito que pronunció primero junto
con el de su divina madre; el nombre de Jo.
sé es el que ha repetido con másfrecuencia,
y siempre con todo el respeto y el amor del
hijo más cariñoso y más sumiso. Por último,
despues de la muerte del divino Salvador,
no quiso confiar el cuidado de bajarle de la
cruz, recibirle en sus brazos y colocarle en
el sepulcro, más que á aquel hombre justo
de Arimatea, que tambien se llamaba José.
–74 –
Y la augusta María, ¡con qué veneracion
no debia pronunciar el nombre de José! Fiel
en imitar los ejemplos de Jesús, ¡con qué
ternura aquella Vírgen amable no repetiria
el nombre de José, de José su guardian, su
esposo; de José, en fin, que le estaba unido
por los lazos más estrechos y más puros!
Así, si quereis, almas piadosas, agradar á
María, honrad el santo nombre de José, pro
nunciadle siempre con respeto y repetidle
frecuentemente con amor, porque segun nos
dice un piadoso autor, «nada hay que agra
de más á esta buena madre.»
Hemos dicho más arriba que el nombre
de José significa acrecentamiento; ahora bien,
ved cómo, despues de María, nadie ha justi
ficado mejorsu nombre que José. Y en efec.
to; segun los doctores, José, así como el pre
cursor del Mesías y el profeta Jeremías, fué
santificado en el seno de su madre. La gra
cia infundida en su alma en su primera san
tificacion, fué proporcionada al ministerio
que debia llenar, ministerio más elevado
que el de los Profetas y los Apóstoles. Al
purificarle del pecado original, Dios veia en
él el padre adoptivo del Verbo encarnado y
el esposo de la Vírgen. Las tres divinas per
sonas derramaron en él en aquel momento
una gracia santificante conforme á las rela
- 75 -
ciones que debia tener concada una de ellas,
con el Verbo encarnado y su divina madre.
Porun segundo privilegio que se desprendia
del primero, Dios adelantó en José el uso
perfecto de la razon, y desde entónces la
gracia infusa empezó á obrar en él.Ademas,
la gracia, segun el principio de los teólogos,
dobla en cantidad cuando obra segun toda
su actividad interior; ahora bien, lo que de
tiene su actividad es el foco de la concupis
cencia, son los pecados veniales; pero como
Dios porsu omnipotencia habia encadenado
y extinguido este foco en José, puede decir
se que su alma, salvo algunos raros pecados
de la humana fragilidad, tuvo la pureza de
un ángel, y qué siendo perfecta la fidelidad
de José á la gracia, la gracia obró en él con
toda su actividad interior.
No, ¡oh glorioso san José! no, nadie, des
pues de María, ha justificado su nombre me
jor que vos. Vuestro nombre significa acre
centamiento: y ¿qué ha sido vuestra vida en
tera, sino un aumento, un acrecentamiento
de la gracia? ¡Cuán bella fué vuestra infan
cia, oh santo patriarca, oh nuestro amadísimo
padre, y cnán rica en méritos! Desde la más
tierna edad conocísteis la contemplacion y
debísteis salir de ella abrasado como un se
rafin. A cada acto de amor que hacíais, com
–76 -

parecíais ante la divina Magestad con un


adorno de gracia de una riqueza doble de la
que poseíais el instante anterior. ¡Cuán bella
debió ser vuestra adolescencia, oh bienaven
turado José, y cuánpreciosa debió ser cada
una de sus horas ante el Señor! ¡Pero qué di
remos de vuestra juventud incomparable
mente más bella aún! La gracia que estaba
en vos obrando con todas sus fuerzas, pro
ducia actos que encantaban el corazon de
Dios. Cada uno de sus actos, doblando en
vuestra alma la comunicacion interior del
Espíritu Santo, doblaba la capacidad y las
llamas de vuestro corazon; así os elevais
como un cedro de santidad, y de ascension
en ascension llegásteis, por fin, á esa altura
donde Dios os santificó lo suficiente, para
que no fuéseis demasiado indigno de ser es
poso de la Vírgen sin mancilla, y padre
adoptivo del Verbo encarnado. Más adelan
te, cuando llegásteis á la mitad de vuestra
vida y de vuestra santidad, Dios formó estos
lazos que os elevaron por toda la eternidad
por encima de los hombres y los ángeles: os
dió por esposa á la Vírgen, haciéndoos tam
bien padre del Verbo hecho carne. Pero có
mo se deslizaron, ¡oh gran santo! los treinta
años que pasásteis en tan divina sociedad.
¡Oh! no lo dudamos, los acrecentamientos
- 77 –

de la gracia fueron tales en vos, que el ma


yor ingenio sucumbe ante esta contempla
cion. Vivíais con él, que era la caridad infi
nita, con vuestro Dios, y con la que era ma
dre de vuestro Diosy dispensadora de todas
las gracias del Paraiso. Os encontrábais en
contacto inmediato con el que abrasa los se
rafines en sacro fuego de celestial amor, le
teniaís en vuestros brazos, le estrechábais
contra vuestro corazon. Vivíais con la Vír
gen inmaculada, con la que es la perla, el
abismo y el apogeo de los milagros de Dios,
que amó más á ella sola que á todos los án
geles y santos reunidos, y esta divina madre,
al ver vuestro amor por el Verbo encarnado,
y el Verbo encarnado, al ver todo lo que
hacíais por su divina madre, os pagaban á
porfía todo vuestro amor, todos vuestros
cuidados, todas vuestras solicitudes, traba
jos y martirios. Ambos derramaban de sus
corazones la riqueza de la divina caridad, y
llenaban el vuestro á medida que la caridad
le dilataba; y hasta dónde llegó esta dilata
cion, hasta dónde llegaron estas comunica
ciones y expansiones de la caridad divina,
¡ah! nadie es capaz de comprenderlo. Por es
pacio de treinta años no os ocupásteis más
que de Cristo y de la Vírgen; pero Cristo y
la Virgen se ocuparon incesantemente de
vos, de enriqueceros y santificaros. Mas,
¡oh glorioso José!nos detenemos, porque nos
perdemos en esta inmensidad de tesoros de
gracias. , " , , ,,

Así, ya lo veis, almas cristianas, el nom


bre de José es un nombre por excelencia,
un nombre descendido de los cielos y muy
honrado por la divifdad, un nombre, en
fin, que nos recuerda en el que le lleva la
más perfecta correspondencia á la gracia
Amad, pues, el nombre bendito de José, y
grabadle profundamente en vuestros cora
zones. Que sea este santo nombre, con el de
Jesús y María, el primero que pronuncieis
cada dia, y el último que se escape de vues
tros lábios ántes de entregaros al reposo.
Colocad estos amables nombres al principio
de cada uno de vuestros escritos como una
súplica eficaz y una prenda segura de ben
dicion. Sellad con ellos, como con un sello
celestal, yuestros más preciosos compromi
sos. ¡Oh! cuántas gracias harán descender
del cielo sobre vosotros estos santos nom
bres si los amais; serán la esperanzá de
vuestra alma, os fortificarán en vuestros
desalientos, os iluminarán en vuestras tinie
blas, os consolarán en vuestras aflicciones y
os regocijarán en la tristeza. Sí, almas piado
Sas, grabad estos sagrados nombres de José,
– 79 –
Jesús y María, en vuestro corazon y envues
tros lábios con caractéres indelebles de amor,
y obrad de modo que sean el sello que
cierre para siempre vuestra boca en la últi
ma palabra mortal.
C0L0QUI0—EL ALMA. Acabo de considerar,
¡oh glorioso padre mio! cuán santo é ilustre es vues
tro nombre puesto que os le dió el mismo Dios. Este
nombre significa aumento, acrecentamiento. ¡Oh!
qué feliz sois por haber realizado así lo que ese be
llo nombre significa. ¡Oh! qué grande ha debido ser
vuestra recompensa. , , , , , ,, , ,
SAN José: Sí, es cierto, hija mia, que minombre
significa acrecentamiento, aumento; sí, tambien es
muy cierto que he hecho, con el favor de Dios, to
dos los esfuerzos posibles para corresponderá la sig
nificacion de este nombre y á los designias de Dios,
respecto á mí; pero, ¿quieres saber cómohe llegado
á ser tan agradable al Señor y obtener de él tantos
favores? Pues bíen, hija mia, ha sido por tres me
dios principales, y estos medios voy á indicártelos.
EL ALMA: ¡Oh, mi glorioso Padre, cuán bueno
sois! Hablad mitierno padre, hablad, vuestra hija
os escucha. , ,

SAN José: El primer medio de que me valí para


crecer en gracia fué corresponder lo más fielmente
á la gracia que, me concedian, Como sabes, Dios,
por un privilegio especial de su gran bondad para
– 80 –
conmigo,quiso santificarme desde el seno de mi
madre; ahora bien, por esta santificacion mi alma
llegó á ser el templo del Espíritu Santo y de la Divi
nidad entera; por esta santificacion he podido fácil
mente, al llegará la edad de la razon, escuchar aten
tamente la voz de Dios y seguirfielmente lo que me
mandaba óinspiraba. Esta conducta me ha valido
nuevas gracias,porque Dios recompensa siempre los
esfuerzos que hacemos, por débiles que sean,para
agradarle. Dios, al ver que yo era sumiso, y sobre
todo, que estaba reconocido por todos los beneficios
de que me colmaba, me otorgó nuevosfavores y así,
de gracia, me ha elevado á la sublime dignidad de
padre de Jesús y esposo de María.
La segunda causa de mi acrecentamiento en la
gracia, ha sido mi contínua morada con Jesús y mi
tíerno amor hácua él. Puesto que el cielo me habia
designado para ser el padre adoptivo de Jesús quise
corresponder lo mejor que me ha sido posible á la
confianza que Dios habia tenido en mí, y me dedi
qué enteramente áJesús, anticipándome á todos sus
deseos y concediéndole todo lo que mi pobreza me
permitia hacer por él. Pero, sobre todo, he tratado
de conocerle y de leerle en el fondo de su corazon;
y cuanto más conocia á aquel divino Niño, más le
amaba, y cuanto más le amaba, tanto más crecia en
a gracia. ¡Ah! yo era muy pobre sobre la tierra;
pero en medio de mi pobreza era el más feliz de los
mortales; y en efecto, ¿cómo no lo hubiera sido con
– 81 –
un niño Dios; un niño que era tan bueno, tan dul
ce, tan obediente, tan amable; un niño, en fin, que
amaba tanto á los hombres, que ansiaba crecer
para morir por ellos y rescatarlos?
Y en cuanto á la tercera causa de mi aumento en
la gracia, creo que la has adivinado: es mi amor á
María. ¡Oh! puedo decirlo, hija mia, puesto que es
verdad, he amado mucho á María. ¿Y cómo dejar
de amará la que Dios me habia dado por esposa,
que era tan pura ytan casta, que era madre de Je
sús, y, en fin, tan buena y tan amable?Tambien la
serví bien, ytodo lo que pude hacer por ella lo hice
con alegría. ¡Pero si amo tanto á María, cuántas
gracias obtuve en recompensa! ¡Oh! sí, me com
plazco en confesarlo, María me ha devuelto centu
plicado y áun más, todo lo que he podido hacer por
ella, y esto, ya sea por el ejemplo de todas las vir
tudes que me daba, ya por su abnegacion y su ternura
hácia mí, ya, en fin, por las gracias preciosas y
abundantes que pedia para míáJesús, y que Jesús
se complacia en concederme por agradarásumadre.
Hé aquí, hija mia, los medios que he empleado .
para crecer de dia en dia en la gracia de Dios y lle
gará ese grado de santidad que reconoces en mí.
Ahora bien, ¿quieres tú tambien aumentar en gracia
y agradar singularmente á Dios? ¿Quieres llegar á
ser un gran Santo?¿Quieres, en fin, prepararte una
corona incorruptible en el cielo? Es fácil, imítame;
obra como yo: corresponde fielmente como yo á
– 82 –
la gracia, ama como yo, áJesús, como yo áMaría.
EL ALMA: . . ¡Oh! sí, deseo, mi glorioso padre, em
plear los medios que tengais á bien indicarme para
crecer en la virtud. Pero ¿cómo podré yo nunca
imitaros fielmente y llegará ese punto de santidad
que deseais en mí? porque, en fin, mi buen Padre,
habeis tenido grandes privilegios que yo no he podido
obtener; habeis sido santificado desde el seno de
vuestra madre y habeis tenido la dicha inapreciable
de habitar con Jesús y María. Y ademas, tengo mu
chos obstáculos que superar, enemigos que vencer;
tengo el demonio, el mundo, mis pasiones, los es
cándalos, la corrupcion del siglo y los malos ejem
plos, y vos no habeis tenido esos obstáculos,
SAN José: , Temes,hija mia,los obstáculos y ene
migos que tienes que vencer; pero yo tuve esos
obstáculos y más. Cuando yo vivia sobre la tierra,
puedes estar bien convencido de que el mundo era
mucho más malo que ahora, porque Jesús no habia
anunciado aún su doctrina, y el Espíritu Santo no
habia bajado para renovar la faz de la tierra, El de
monio reinaba entónces como señor absoluto y se
apoderaba, no sólo de las almas, sino tambien de los
cuerpos, porque habia entónces muchos poscidos.
Hablas de escándalos y malos ejemplos; pero, ¿qué
son esos malos ejemplos en comparacion de los que
yo ví en Egipto? Y, ademas, si tienes muchos y
grandes obstáculos que superar, tanto mejor para
ti, porque con la gracia de Dios puedesvencerlos, y
– 83 –
por estos triunfos merecer nuevas gracias, y au
mentar asítu recompensa en el cielo.
EL ALMA: ¿Y cómo, padre mio, puede corres
ponderse bien á la gracia? ¡Oh! yo os suplico que me
lo indiqueis, puesto que es tan importante.
SAN José: Para corresponder á la gracia, hija
mia, conviene primero evitar el pecado con el ma
yor esmero, porque el pecado es el mayor ene
migo de la gracia. Conviene tambien escuchar con
mucha atencion la voz de Dios cuando habla, por
que te advierto que Dios habla con mucha frecuen
cia al hombre de buena voluntad. Le habla por los
buenos pensamientos que le da, por los buenos
ejemplos que le presenta, por los buenos consejos
que recibe de personas sabias,y virtuosas, por las
buenas lecturas á que le inclina, por las piadosas
conversaciones que le proporciona, por las oracio
nes que le pide frecuentemente, y en fin, por otra
multitud de medios, cuyo secreto sólo posee Dios,
pero que el alma cuidadosa comprende perfectamen
te bien.
Conviene, en fin, poner en práctica inmediata
mente todo lo que Dios nos dice, en diversas cir
cunstancias y nunca dejarlo para otro dia, porque
Dios quiere la buena voluntad, la docilidad, la obe
diencia, y dejar para otra ocasion el obedecerle
cuando habla, no es obedecer.
Tambien has alegado que nunca has vivido con
Jesús; sí, es cierto, pero tambien puedes habitar con
– 84 -
él,puesto que está contínuamente enlos altares. Yo
he alimentado áJesús;pero tú tambien puedes ali
mentarle dando limosna á los pobres en su nombre.
He tenido la dicha de llevarle en mis brazos, de es
trecharle contra mi corazon, pero tambien tú pue
des estrecharle contra tu pecho, más aún,puedes re
cibirle en tu alma; más que esto, puedes trasforinar
te en él por la sagrada comunion, y decir: sí, yo vi
vo, pero no soy yo, es Jesús quien vive en mí.
Y en cuanto á María es cierto que no puedes habi
tar en su compañía, pero puedes amarla y amarla
mucho. ¿Y cuántos motivos tienes para ello? porque
escucha lo que María ha hecho por los hombres: dió
su propio hijo por salvarlos, los adoptó en el Calvario
por hijos; los colma todos los dias de gracias y
beneficios; intercede incesantemente por los peca
dores, y frecuentemente detiene la mano de su hijo
dispuesta á castigarles;últimamente puede decirse
que María no tiene otra ocupacion en el cielo que
velar constantemente por la dicha de los hombres.
Ya ves, hija mia, que los principales medios que
he tenido para acrecer en la gracia, estánátu dispo
sicion como estuvieron á la mia. Toma, pues, pron
tamente estos medios, y puedes estar segura que
con buena voluntad crecerás en gracias y méritos,
y que llegarás seguramente al grado de santidad
que pido de tí.

RESOLUCION-Rogará Dios que nos haga cor


responder fielmente á su gracia. Tratar de escuchar
atentamente la vozde Dios y ejecutarinmediatamente
lo que manda.
"
*

(Letanías, recordatorio, etc., como el primer dia),

DIA TERCER0.

sAN José HoNRADo Por Los sANTos.

San José, por sus relaciones con Jesús y


la parte que tuvo en el misterio de la Encar
nacion, es superior á los ángeles y á los de
mas bienaventurados que se complacen en
reverenciar al padre adoptivo de Jesús, al
casto esposo de la Reina del cielo y de la
tierra. Surincomparable grandeza fué repre
sentada por las once estrellas con el sol y la
luna á sus piés, que vió el primer José en un
sueño misterioso. Segun los comentadores
de la Sagrada Escritura, aquellas estrellas
representaban los santos que brillan en el
cielo como astros y cuya claridad, dice el
Apóstol, es proporcionada al mérito. Estas
once estrellas figuraban los apóstoles del
acompañamiento de Jesucristo, ó bien los
nueve coros de los ángeles con los santos
del antiguo y nuevo Testamento, ó todos los
santos, cuyo número puede sólo conocer
Dios, que llama las estrellas por su nombre.
Todos los bienaventurados están sometidos
á José desde que Jesús el divino Sol de
justicia, y María, bella como la Luna le sir
vieron y honraron durante treinta años.
Los más célebres doctores honraron y ce
lebraron á porfía las sublimes prerogativas
de este gran Patriarca:—san Agustin ha ma
nifestado la escelencia de su union con Ma
ría;—san Crisóstomo ensalzó las virtudes
admirables que le hicieron ser escogido en
tre los hombres para padre adoptivo del
Hijo único de Dios;-san Gerónimo ha de
fendido contra los heréticos superpétua vir
ginidad;—san Bernardo le ha asociado á los
elogios tan patéticosy tan llenos de celes
tial suavidad que hace de María;—san Ber
nardino de Sienna ha exaltado en magnífi
cas frases su ascension gloriosa al cielo en
cuerpo y alma;—santo Tomás de Aquino ha
dicho las cosas más admirables sobre la
eminencia de los títulos ygracias privilegia
das que le han sido concedidas;—santa Brí
gida, cuyas revelaciones han sido aprobadas
por la lglesia, nos ha dejado como proceden
te de María misma, un compendio magnífico
de la vida de este santo Patriarca: -
– 87 –

«José, le dice la santísima Vírgen, me con


sideraba como su soberana,y yopor mi parte
llenaba respecto á él todos los deberes de la
más humilde sierva)
En medio de estos servicios y cuidados
mútuos nunca ví salir de sus lábios una pa
labra ligera de murmuracion ó de impacien
cia. Sufria la pobreza con admirable resig
nacíon; en la necesidad, se entregaba sin
descanso á los más rudos trabajos; se mani
festaba lleno de dulzura y mansedumbre con
los que le ofendian. Me servia con tanta fi
delidad como cariño; era el fiel guardian de
mi virginidad y el irrecusable testigo de las
maravillas que Dios habia obrado en mí; es
taba enteramente muerto para las afecciones
de la carne y del mundo y sólo suspiraba
por el cielo. Tenia una confianza tan firme
en las promesas divinas, que muchas veces
le oí exclamar: ¡Ah! si deseo vivir, sólo es por
ver cumplida la voluntad divina.» En efecto,
todos sus designios, todos sus esfuerzos se
reducian á hacer esta admirable voluntad, y
por esto es tan grande la gloria de que está
rodeado en el cielo.»
Pero ¿qué diremos de santa Teresa que
tan poderosamente ha contribuido á exten
der la devocion.á san José por todo el mun
do, y que tan bellaspáginas le consagró en
– 88 –

sus inmortales escritos? Sus sentimientos por


san José eran superiores á todo lo que se
puede decir, así que, en lugar de descri
birlos, dejemos que los"revele ella misma:
«Al verme paralítica de todos mismiembros
tan jóven aún, nos dice esta gran santa, y
viendo que los médicos de la tierra me ha
cian más mal que bien, recurríá los médicos
del cielo para obtener mi curacion. Tomé
por intercesory abogado al glorioso san José
cuyo poder adivinaba; me encomendé mu
cho á su caridad y no fué en vano. En esta
ocasion y en otras muchas en que se trataba
nada ménos que de mi honor y misalvacion,
su bondad sobrepujó á mis deseos y á mis
esperanzas. Además, no recuerdo haberle pe
dido nunca nada sin haberlo obtenido; y
cuando me pongo á reflexionar en todos los
favores que Dios me ha hecho, de todos los
riesgos de que me ha libertado por su inter
cesion, no puedó ménos de admirar su po
der. Si los demas santos pueden tambien so
corrernos en algunas de nuestras necesida
des, sé por experiencia que José nos socorre
en todas. Consiste esto en que Nuestro Se
ñor que siempre le estuvo tan sumiso en este
mundo, nada puede negará sus súplicas.
Todas las personas á quienes he aconseja
do que se encomienden á él, han experi
- – 89 –

mentado como yo su poderosa intercesion,


así que le han consagrado una devocion
tierna y confiada. Yo misma reconozco to
dos los dias lo bueno que es acudir á él.
Desde losprimeros beneficios que se dignó
concederme, nada he omitido de cuanto de
pendia de mípara procurar que se celebrara
su fiesta de una manera solemne, que era lo
ménos que podia hacer para manifestar mi
gratitud á sus beneficios. He aprovechado
todas las ocasiones para hacer á los demas
que participasen de mi devocion, tanto por
honrar á este gran santo, cuanto por su bien.
Mis esperanzas no han sido ilusorias, por
que de todos los que me han creido, no he
visto uno siquiera á quien no haya , valido
grandes progresos en la perfeccion.
Todo el mnndo sabe el celo con que san
Francisco de Sales se aplicaba á hacer que
amasen y reverenciasen á sanJosé todas las
almas que dirigia. No tenia en su breviario
más que una imágen, la de san José, y ha
blando cierto dia á sus religiosas de la Visi
tacion del padre adoptivo del Salvador, ex
clamaba: «¡Oh! ¡cuán santo es el glorioso es
poso de la santísima Vírgen; no es solo Pa
triarca, sino el corifeo de los Patriarcas; es
más que confesor y aún más que mártir, por
que la fidelidad de los unos y la generosidad
de los otros, se encuentran en él en grado
eminente! ¡qué santo puede comparársele en
virginidad, en humildad y en constancia!»
¿Quién puede dudar despues de esto de la
influencia que goza en el reino de los cielos?
Tengamos, pues, confianza en él, y recurra
mos á su poderosa intercesion. Pero véase
cómo este gran santo no sedescuidaba en ha
cer lo que recomendaba á los demas, ycómo
fué uno de los discípulos más adictos á este
santo Patriarca. Todo el mundo sabe en efec
to, que dedicó su bello tratado del amor de
Dios, no solo á María sino á José su fiel es
poso; que los dió porpatronos á la iglesia
del monasterio de Annecy; que ordenó que
en todas las casas de la órden se celebrará
solemnemente su fiesta; y por últímo, que
prescribió átodos que le tuvieran una tierna
devocion. -

¿Pero qué diremos de los sentimientos del


fundador de la compañía de Jesús respecto
de este santo Patriarca?JEl precioso libro de
sus ejercicios es una especie de monumento
para atestiguar su devocion y su confianza
en este gran *) Sólo añadiremos un he
cho referido en los anales de la compañía de
Jesús. San Ignacio tenia en su oratorio una
imágén de san José; en presencia de este
grañ maestro de la vida interior le gustaba
—91 –
hacer oracion y celebrar el santo sacrificio
de la Misa; á los piés de este director por
excelencia de las almas piadosas, deposita
ba por escrito sus dificultades más graves
para obtener la solucion. Dirigido por él es
como llegó á ser tan hábil en el discernimien
to de los espíritus y en la direccion de las
almas.
San Vicente de Paul puede ser citado tam
bien como un perfecto servidor de San José.
Tenia un gran placer en proponerle á sus
sacerdotes como un modelo perfecto del sa
cerdocio.0ió por patron á sus seminarios á
este glorios Patriarca, que despues de ha
ber tenido l dicha de educar él mismo al
Hijo de Diós, ha obtenido una gracia par
ticular para protegerá los que se preparan
en la soledad al ejercicio del santo ministe
: Vicente felicitó al superior de su co
muñdad de Génova, que habia recurrido á.
la intercesion del casto esposo de la Ma re
de Dios, para proporcionarse obreros llenos
de un santo celo y capaces de cultivar y fe.
cundar la viña del Señor, que estaba enton
ces cubierta de espinas y maleza. Le acon
sejó dijera ó hicierar durante seis meses la
misa en honor de san José en la capilla que
le estaba dedicada. , , , , ,," .
A estos ejemplös tan edificantes podria
– 92 –
mos añadir un gran número de otros; po
driamos hablar de la dicha y de la piedad
con que san Alfonso Ligorio celebraba las
alabanzas de san José; compuso una novena
en honor suyo yle declaró patron de su ins
tituto; solemnizaba todos los años su fiesta
en sus diversas casas; le invocaba frecuen
temente él mismo, y nunca comenzaba nin
gun escrito, carta, ni aun una simple nota
sin poner á la cabeza las iniciales de Jesús,
María y José. Unamos, pues, almas cristia
nas, nuestros respetos y nuestras alabanzasá
los que la Iglesia militante y triunfante ha
tributado al santo Patriarca que Dios mismo
ha elevado por encima de todos los santos,y
le ha hecho en el cielo su primer ministro y
distribuidor de susgracias.
COL0QUI0—EL ALMA: Prosternada al pié de
vuestro altar, permitidme, ¡oh mi glorioso padre!
expresaros toda la satisfaccion que acabo de expe
rimentar al ver cuánto os han amado todos los jus
tos, y en qué términos han hablado de vos. ¡Oh! yo
quisiera tambien hablar tan admirablemente de vos,
de vuestras grandezas y méritos, pero ya que no
puedo, quiero al ménos amaros y haceros amar
cuanto me sea posible.
SAN José: Recibo con placer, hija mia, las pro
mesas que me haces de amarmey de extender mi
– 93 –
culto cuanto puedas. Estoy seguro de tu buena vo
luntad, ¿pero cumplirás tu promesa? ¡0h! quiero
creer que sí; así que me apresuro á decirte que si
la cumples, con fidelidad serás recompensada supe
rabundantemente por las gracias y favores que ob
tendré para tí. Mucho deseo, hija mia, que mi culto
se extienda cuanto sea posible, y ésto por grandes
razones; pero ántes de exponértelas, déjame te diga
algunas palabras sobre el culto que se debe á los
santos, y sobre las ventajas que los hombres pue
den sacar en recompensa.
La Iglesia al colocar los santos sobre los altares
y proponerlos á la veneracion de los fieles, ha obra
do muy prudentemente y de un modo enteramente
conforme con las intenciones de Dios y los más ca
ros intereses de los hombres. ¿Cuál es, en efecto,
hija mia, el fin de todos los cristianos en la tierra?
Tú sabes que es el de dirigirse hácia su patria, há
cia el cielo; pero el camino del cielo ya sabes que
es penoso y difícil, puesto que está sembrado de es
pinas y abrojos; y es preciso ganarle, merecerle, y
sólo los que reprimen le obtienen. Ahora bien, en
medio de los riesgos y tropiezos que los hombres
encuentran en el camino de la vida, ¿qué mejor es
tímulo que el ejemplo de los santos? Puesto que
los santos han pasado en la tierra por las penas,
aflicciones, sufrimientos y pruebas de todas clases,
¿cuál es el cristiano que se desaliente ó que en al
gunos momentos de debilidad no tome nuevo ardor
– 94 –
al ver que otros, más débilestalvez que él,pasaron
por el mismo camino y alcanzaron el fin?—¿Si lo
han hecho los santos,por qué no lo haré yo mismo?
—Puesto que ellos sufrieron sin quejarse, ¿por qué
no he de sufrir yo con la misma resignacion?–
Puesto que han vencido los mismos obstáculos que
se oponen en mi camino, ¿por qué no he de supe
rarlos yo tambien?–Puesto que ellos han llegado al
cielo,¿por qué no he de llegar como ellos, seguro
de que nunca me faltará la gracia de Dios?Hé aquí,
hija mia, y con mucha razon, lo que el ejemplo de
los santos debe hacer pensar á cada cristiano en la
tierra.
Una de las principales razones por las que los
hombres deben honrar á los santos, es porque estos
son los amigos de Dios. En efecto, si los santos es
tán en el cielo, es porque Dios los ha llamado á él;
si poseen una dichaincomparable ysin fin, es por
que Dios se la ha dado; si gozan de una gloria sin
igual, aunque diferente para cada uno de ellos, es
porque Dios ha querido dársela para recompensar
los de la gloria que le han procurado sobre la tierra.
Los santos, son, pues, evidentemente amigos de
Dios,y como son amigos de Dios, son muy influ
yentes con él. Pero si Dios los recompensa contam
ta grandeza de lo que han hecho sobre la tierra, es
porque susvidasfueron conforme á su divina ley.
Ya ves, hija mia, que el honor que los hombres tri
butan á los santos es muy natural, porque esta ve
— 95 —
neracion sólo consiste en imitarlos é invocarlos, y
la vida de los santos ha sido conforme á la ley de
Dios, por cuya razon los ha recompensado: que los
hombres obren como ellos, los imiten y obtendrán
la misma recompensa. "

He dicho ántes que mucho deseaba que mi culto


se extendiese cuanto fuere posible, y voy ahora á
darte la razon. Cuando yo vivia en la tierra con Je
sús y María, estuve dedicado enteramente á ellos;
alimenté á ambos con el sudor de mi frente; lospro
tegí contra sus enemigos; fuí el fiel custodio de los
dos; y finalmente, los amé con el cariño más entra
ñable que pude. Ahora bien, Jesús y María, que
riendo recompensarme portodos estos cuidados, me
colmaron de gracias de inestimable valor, propor
cionándome al mismo tiempo todas las ocasiones
posibles para crecer en gracia y en méritos. Pero el
reconocimiento de Jesús y María no se limitó al
tiempo en que vivía en la tierra, continúa aún, y en
grado más eminente, ahora que estoy en el cielo, y
lo que es más misericordioso todavía, que Dios Pa
dre participa tambien de estagratitud en recuerdo
del puesto que ocupé en representacion suya res
pecto áJesús como su padre adoptivo, y tambien el
Espíritu Santo por haber sido su representante so
bre la tierra como esposo de María. Para que com
prendas toda la estension de este reconocimiento,
me bastará decirte, que siempre que se ha pedido
una merced al cielo por mi intercesion, ha sido in
- 96 –
mediatamente concedida con placer. Dios la conce
de como autor de la gracia, y en reconocimiento de
las funciones que he desempeñado en representacion
suya respecto áJesús y María. María la concede co
mo canal de la gracia y en recuerdo de mi amor y
bondades para con ella, ytambien porque su mayor
deseo es que yo sea amado y reverenciado en la
tierra. Jesús por haber merecido la gracia por su
pasion y muerte, concede tambien la merced que
se le pide, con bondad, y en recompensa de mi ab
negacion por él sobre la tierra, así comopor agra
dar á María.
Santa Teresa ha escrito, hija mia, que yo la habia
concedido grandes mercedes, y es muy cierto; la
misma ha dicho tambien que siempre que ha pedido
á Dios alguna cosa por mi intercesion ha sido oida
favorablemente, y tambien es verdad. Aconseja fer
vorosamente á los que lean sus escritos á que me
tengan una tierna devocion, asegurándoles que se
rán favorablemente oidos en todo lo que me pidan,
y santa Teresa tiene razon.
Ya lo ves, hija mia, si deseo que mi culto se es
tienda cuanto sea posible por la tierra, no es segu
ramente por la gloria que pueda yo reportar,puesto
que este honor y esta gloria se la cedo á Dios, á
quien se deben. Si tengo este deseo vehemente es
solo por el interés que me inspiran los hombres, y
de migrande amor hácia ellos.¿Quieres agradarme,
hija mia, y complacerme singularmente? Sé muy
=
devotamia, ten en mí una confianza ilimitada, y
pide áDios cuanto necesites por mi intercesion. Me
has dicho que quieres servirme pues bien trabaja
porque me conozca el mayor número posible de
gentes: díles como santa Teresa, cuán grande es
miinfluencia para con Dios en premio de las subli
mes funciones que he desempeñado en representa
cion suya y del Espíritu Santo respecto de Jesús, y
extiende mi culto lo léjos que puedas y por todos
los medios que estén á tu alcance. ¡Oh! hija mia,
cuán agradable serás, obrando así, á las tres divinas
personas, á la santa humanidad de Jesucristo y á
Mría la Reina de los ángeles! ¡Oh! cuán agradable
me serás tambien, y cómo te recompensaré de todos
tus esfuerzos por mí. Tú sabes que soy el abogado
de la buena muerte, ¡pues bien! te prometo en re
compensa protegerte durante tu vida como he pro
tegido la vida de Jesús; te prometo tambien, cuando
se acerque el momento de tu muerte, ir á visitarte,
consolarte, ayudarte á soportar tu enfermedad con
resignacion, ofrecer tus sufrimientos á Dios, y echar
los demonios que acudan á perderte; y te prometo
además, cuando dés el último suspiro,tomar tu al
ma,y presentarla acompañado de María á nuestro
divino Hijo Jesús, quien pronunciará en tu favor
una sentencia absolutoria, y te colocará para siem
pre en la morada
".."
de la gloria.
RESOLUCION—Hacer que amen á san José el
*
mayor número posible de personas, y en particular
nuestros padres, amigos, conocidos y parientes.
Extender tambien por todos los medios posibles el
culto de este gran Santo, y principalmente por la
novena que precede á su fiesta, por los piadosos ejer
cicios del mes de Marzo y tambien por la devocion
· de los siete domingos, "
. . . . . . . , , ..." ,, , " " ".

Latanías y Memorare, como el primer dia,


, ..., ; "
.
DIACUARTO: , " , , •
.
, , , , , , , , , , , . . .
AN los HoNRAmo. Por MARIA 1:
. . . . . . . .. . .
… . . . .. ""-", ...
Hijos mios, venid y os enseñaré el temor
de Dios, Representémonos, almas cristia
mas, á nuestra buena madre que nos dirige
esta invitacion, y nos dice vayamos á su lado
aprender de su conducta cómo debemos
obrar para ser realmente sabios, y asegurar
nuestra salvacion. Contestemos á su llama
miento, y considerando hoy el honor que
tributa ásan José, comprenderemos que lo
mejor que podemos hacer, es honrarleá
ejemplo suyo, tenerle una verdadera y sóli
da devocion. , o
No á san José,
\motivos de
fé, y le manif y homenaje
por manifestadir deferencia,
por los servici 3. ádo, y por la
obediencia perf siempre cum
plió su voluntad.
María ha honrado á san José por deber,
porque en su calidad de esposa, segun lo •
prescribia la ley del Señor, le debia respeto
y sumision. Le ha honrado igualmente y te
nido la mayor veneracion por gratitud, por
que apreciaba toda su abnegacion para con
ella, y más aún para con el niño Jesús. ¡Oh!
no hay ni habrá nadie capaz de comprender
lo que pasaba en el corazon de esta divina
madre, que amaba tan tiernamente ásu ado
rable hijo, y consideraba lo que su santo es
poso hacia por él y por ella. ¡Ah! cuán gran
des debian ser sus sentimientos de gratitud
sin duda no podia ménos de manifestarlos,
sobre todo, cuando le veia entregarse á los
penosos trabajos que eran los que únicamen
te aseguraban la subsistencia de la santa fa
milia. ... , ,,

Pero á estas razones naturales por las que


María honraba á san José, se agregaban otras
muchas del órden puramente sobrenatural,
y por consecuencia más excelentes—Y en
- 100
efecto, María honraba ásan José porque" le
miraba como el representante de Dios cerca
de ella, siendo por consecuencia su señor y
amo, á quien debia respeto, servicio y obe
diencia.
María honrabarásan José porque le veia
altamente honrado por Dios, que le habia
elevado á la dignidad de padre adoptivo de
su adorado hijo y que le habia confiado la
guardia dè aquél que es el único objeto de su
complacencia. -
María haraba á san José como el inter
mediario por quien se la comunicaban los
mandatos de Dios: en efecto,no ignoraba sus
relaciones directas con los ángeles, y hasta
qué grado el Espíritu Santo estaba en él, para
dirigirle en su conducta.
Porúltimo, María honraba ásan Josépor
que era singularmente honrado por el niño
Dios, que se habia hecho su hijo adoptivo,
y le manifestaba con tanto afecto su cariño
y perfecta obediencia. ¡Ah! qué sentmientos
se despertaban en su alma respecto á su san
to esposo, cuando veia el divinoSalvadoran
ticiparse á prevenir sus deseosydarletantas .
muestras de estimacion y amor.
Tales son los principales motivos por que
la santísima Vírgen honraba á san José, mo
tivos que la conducian á darle en todas cir
-101 -
cunstancias muestras de su respeto y su
mision. -

Pero ¡qué asunto, oh almas cristianas, se


presenta á nuestra admiracion! María, salu
dada llena de gracia por el ángel Gabriel
que hablaba en nombre del Altísimo, se
complace en abatirse ante el humilde arte
sano que el cielo la habia dado por esposo.
¡Qué homenaje tan glorioso para san Josél
la Reina del cielo se desvive por manifestar
le su estima y veneracion. .
El antiguo patriarca José tuvo “esde su
• más tierna edad, una revelacion de la glo
ria que le estaba reservada. Dios le hizo ver .
- en su sueño al sol y la luna inclinándose con
respeto ante él. Pero aquel sueño profético
se verificó eu el segundo José de una mane
ra mucho más esplendente que en el prime
ro, puesto que Jesucristo, el verdadero soli
de justicia, y María esa misteríosa luna,
“brillante de resplandores, le prestaron como
á su jefe, sumision, respeto y obediencia. 3
Almas cristianas, contemplemos á la Vír
gen augusta honrando á su santo esposo, ha
blándole con toda la reserva y deferencia
que reclamaba su cargo de padre y jefe
de la santa familia, y prestándole además
todos los servicios que podia prestarle. Sí,
la que habia dicho: «Yo soy la sierva del
Señor.» Dodia decir igualmente, «soy la sier
–102
va de José, que Dios me ha dado por esposo
y en quien venero á él mismo.» Manifiésa
se efectivamente llena de atenciones para
con él. - , . . -

Contemplemos, pues, con la más viva


emocion á María Reina de los ángeles, traba
jando por José, dividiendo todo su tiempo
entre sus deberes para con Dios y para con
su casto esposo. Aquella cuyo servicio consti-,
tuye la gloria de los espíritus celestiales, se
gloría en servirá un pobre artesano; coloca
ën el rangó de sus primeras obligaciones la
de cumplir, y hasta prevenir su voluntad, •
elevándole así por su sumision por encima
de los mismos ángeles. -

¡Oh, José, que honrado os vemos, cuando


se ha puesto á vuestras órdenes la Soberana
del cielo y de la tierra, y os rindo el home
naje de la dependencia más constante y más
completal
Pero no solo fué honrado José por María "
sino que fué amado con el amor más puro y
ardiente. Y en efecto, nos dice san Bernar
dino de Sienna, si María ha sido tan bené
vola para con las personas criminales, ¿qué
ternura no tendria al casto esposo que Dios
la habia dado? María amaba, pues, áJosé
como al escogido de Dios para ser testigo in
violable de su virginidad, para proteger su
"iz si y oe II y 31 ...",
- 108 -

honor y el de su divino hijo. Le amaba co.


mo el representante de Dios Padre y del Es
píritu Santo, cuyo lugar ocupaba á su lado
Le amaba con un amor de predileccion, cos
mo el Santo que tenia máspuntos de seme
janza con ella y con su divino hijo.
¡Oh Dios! cuántas virtudes debian resplan
decer en san Josépara hacerle tan semejan
te á la que no tiene rival en virtud ¡qué
grado de santidad necesitaba para hacerle el
más amable de todos los hombres á aquella
* casta esposa que nada debia amar en el mun
do tanto como al que Dios la habia dado pa
ra protegerla y que á causa de la eminencia
de la gracia que poseia, nada podia amar que
no fuera santol -

Los bienaventurados en el cielo se aman


con un amor inefable, porque participan to
dos de la vida de Dios: así María y José, es
tos dos bienaventurados de la tierra que par
ticipaban de la vista, de las conversaciones
y acciones de Jesús, se aman en un grado
mucho más elevado que cualquier otro.
La eleccion que Dios habia hecho de sus
personas para emplearlos en ministerios
más que angélicos, el conecimiento recípro
co de su santidad, oculta el resto de los
hombres; los lazos tan estrechos que los te
nian unidos áJesús, centro de sus afeccione
104
y lazo indisoluble de sus corazones, todo
esto contribuia á aumentar su amor hasta
un grado tal, que no nos es posible con
prender ni medir su extension. Y al ver todo
lo que José hacia y sufria por este querido
Niño, su amor por aquel gran Patriarca era
mayor cada dia. Las relaciones contínuas,
la intimidad y el trato, aumentan el amor.
Vése frecuentemente á los niños educados
juntos amarse más tiernamente que los que
están unidos por losvínculos de la sangre.
Ahora bien, ¿qué cariño debió formarse en
tre María y José que vivieron tanto tiempo
y tan estrechameuteunidos y empleados en
un ministerio tan sublime? -
Acabamos de considerar, almas cristianas,
áMaría honrando á san José y amándole con
el amor más puro y más tierno. ¿Dejaremos
ahora de imitar el ejemplo de esta buena
madre? ¡Oh! sí, honremos, amemos á san
José, y estemos seguros de que esto será lo
más eficaz para desarrollar en nuestro cora
zon el amoráMaría. Si nos honramos y nos
creemos en la obligacion de dar nuestro co
razon á la santísima Vírgen, ¿no deberemos
darle tambien áJosé, á quien ella ama con
tanta ternura? ¡Ah! no temamos que se dis
minuya nuestro afecto á María, no; puesto
que María forma una sola persona con José,
- 105 -
amemos, pues, y honremos á san José, y
por este medio imitaremos á María, cumpli
remos su voluntad y aseguraremos su pro»
teccion. -

Amemos y honremos á san José por los


motivos de fé y de reconocimiento que nos
obligan á ello; veamos en él nuestro inter
cesor para con Dios, nuestro buen padre,
siempre solícito por nuestra salvacion. Pon
gamos nuestra confianza en este gran Pa
triarca, por la idea de que quien fué tan
-honrado y amado en la tierra por María,
debe ser muy poderoso en el cielo; persua
dámonos que honrary amar grandemente á
José, es el medio más directo de asegurar
nos la proteccion de Jesús y María, y con esta
proteccion estaremos seguros de adelantar
en la práctica de la virtud, y de obtener la
perseverancia final.
COL00UI0–EL ALMA: La meditacion que aca
bo de hacer, ¡oh glorioso san Josél sobre la honra
que María os ha tributado en la tierra y sobre el
amor que ostuvo, me llena de alegrías y contento.
Sois tan generoso para conmigo, me recibís con tan
ta bondad todos los dias alpié de vuestro altar, y
me habeis otorgado tantas gracias, que mi corazon,
lleno de la más viva gratitud, derrama lágrimas
á la vista de tantos prodigios obrados en vuestrofa
- 106 -
vor. María es la criatura más perfecta que enla tiere
ra ha salido de las manos del Griador; María fué in
maculada desde su concepcion y concibióáJesús
sin dejar de ser Vírgen; María es la Reina de los
ángeles y de los hombres; y María os ha amado y
honrado sobre la tierra, ¡Qué gloria para vos, ob
Padre mio! Bendita sea, pues, la augusta María que
tanto os, veneró, y hendito, y mil veces bendito sea
tambien el Dios tresveces santo que quiso haceros
tanto honor. , , , ,
SAN José Te extasías, hija mia, considerado
el amor que me tuvo, y tienes razon. María es la sos.
berana del Universo, y serbonrado por ella es segu
ramente un grandísimo favor. Pero si fué un gran
honor para mí haber recibido sus homenajes, y en
parte su amor, ¿cuánto mayor no es paratí este ho
nor, puesto que María te ha amado mientras vivia
sobre latiérra con el amor más puro y ardiente,
puesto que María ha hecho por tí lo que ninguna
madre ha hecho por su hijo? Déjame, pues, hija mia,"
mamifestarte brevemente el amor de María á los hom
bres, y por consecuencia átí, y estoy seguro ya que
tienes tan buena voluntad, que tu corazon se infla
mará de amor por ella y que la estarás vivamente
agradecida.-Sí, hija mia, Maria te amó sobre la
tierra con un amor soberanamente grande, y vas á
convencerte portí misma. El medio mejor de cono
cer el amor que una persona tiene á sus semejantes,
es ver el amor que tiene áDios, y esto es cosa evi
- 407
dente, puesto que al amor de Dios y el del prójimo
derivan de un sólo y único mandamiento; los dos
amores no son dos virtudes, sino dos ramas de un
mismo tronco, dos actos de un mismo hábito de vir
tud: la caridad. Estos dos amores son, si lo conside
ras bien, como dos anillos de una misma cadena,
como dosflores que salen de la misma mata. Cuan
to más intenso es el amor que una persona tiene á
, Dios, mayor estambien el amor que tiene al próji
pmo Lee, hija mia, la vida de los Santos, considera
un poco sobre su conducta, y encontrarásinfalible
mente en el conjunto de los actos de cada uno la
aplicacion del principio que acabo de exponerte.
Ahora biena examina un instante y ve, hija mia,
si ha existido jamás persona alguna que tanto haya
amado áDios, como María. Y efectivamente, ¿cuál
podrá ser esta feliz criatura? ¿Será algun santo?
0blne, seguramente todos los Santos, es verdad,
han amado mucho á Dios; los ha habido, como por
ejemplo, los mártires, que dieron su vida por él, y
otros que le han amado con un cariño superiorá
cuanto la lengua puede expresar; pero no importa,
su amor por Dios está tan distante del de María,
como el cielo de la tierra-r¿Será algun espíritu
bienaventurado de la milicia celestial? No; entre la
muchedumbre que compone los nueve coros de los
Angeles, veo que los Querubines, y Serafines están
contínuamente abrasados de amoráDios; pero los
Querubines habrian podido bajar al corazon de Ma
ría aprender cómo se debe amará Dios—Será
yo mismo, José, elevado por la gracia de Dios á las
más sublimes funciones?. Tampoco; es cierto que
Dios, despues de haberme colmado de gracias y mé
ritos, me ha elevado á la más sublime dignidad, la
de padre adoptivo de Jesús, y me ha dado, por con
secuencia, un corazon capaz de amar como el pa
dre de un Dios debe amar; pero Dios habia dado á
María un corazon de madre, y el corazon de María
ha dado á luz áJesús por el amor, como la sagre
de esta augusta Virgen le dió á luz carnalmente.
p0hlyo puedo asegurarlo porqué lo he visto, por
que María ha sido ni esposa y he vivido con ella por
espacio de treinta años: María ha amado á Dios más
que todos los Angeles, que todos los Santosy que
yo mismo. Para tener una idea aproximada de este
amor, sería preciso haber visto como yo los arreba
tos de amor, los trasportes, los éxtasis de esta au
gusta Vírgen; su corazonera un horno encendido,
abrasado enteramente de amor divino. Y ahora, hija
mia, ¿comprendes la conclusion que se desprende?..
EL ALMA: "¡Oh sí mi glorioso padre, comprendo
la consecuencia que se desprende de lo que acabais .
de decirme. Comprendo que puesto que de un lado
el amor de Dios es la medida del amor al prójimó, y
por otra parte, que María ha amado á Dios más que
todas las criaturas juntas; el amor de María álós
hombres mientras vivia sobre la tierra fué soberana
mente grande lo ni tie)
»

-09
SAN José: Dices la verdad, hija mia, el amor de
María á los hombres fué excesivamente grande;
reune si puedes el amor que todos los padres tienen
á sus hijos, el amor de todos los hermanos, el amor
que todos los esposos tienen á sus esposas, y pon en
seguida estos amores en el corazon de una sola cria
tura, y á pesar de todo ¡nunca, no, nunca igualará
al amor que María tuvo á loshombres!
Así que, hija mia, si para mí que tanto he amado
áMaría y que tantos servicios la he prestado, ha
sido una inmensa gloria haber sido amado y honra
do por ella, esta gloriano ha sido menor para tí,
puesto que nada has hecho por ella, y puesto que
al contrario, no has hecho más que contristarla por
los pecados que has cometido contra su divino
Hijo. , , , , , , ,,
¡Oh! hija mia, hace un momento te extasiabas en
la admirable conducta de María respecto á mí, y la
bendecias por el amor que me habia consagrado;
pues bien, bendícela ahorapor el amor inmenso que
te manifiesta todos los dias; repara, hija mia, con
una conducta completamente cristiana las penas que
has podido causarla desde que estás en el mundo;
agradece de lo más íntimo de tu corazon todo lo que
ha hecho portí, y está segura que su amor no te
faltará, y que esta buena Madre te protegerá todos
los dias de tu vida, y sobre todo en la hora de la
Imuerte,
y - el - los 2. i
*

- M0
RESOLUCIÓN. Amar muclísimo á la santísima
Vírgen; recitar frecuentemente el Memorare, y no
dejar pasar dia alguno sin hacerla alguna súplica.
Invocarla en todas nuestras necesidades.
. . . . . . . . . . .
- Letanías y Memorare como en el primer dua... "... e
": , , , , ..." . . . . . .
".*
" , " " "
ois A (OUINTO, " "
, DI 0 . 0. s
- "i ra
A los adminado poa sús.

"r "" o
Hemos considerado á san José en las dos
meditacionesprecedentes como :
: rma;
hoy, elevándonos más, consideráremos á és
te gran Patriarca honrado por el mino Je
sús; sí, almas cristianas, por Jesús, nuestro
Salvador y Redentor; por Jesús, Rey de la
gloria y señor de los señores; por Jesús, en
fin, Diðs como el Padre Eterno y eterno co
mo él. Y como este Jesús es nuèstro modelo
y quiere que le imitemos, exciténonos en
esta meditacion á la mayor veneracion háeia
el glorioso san José muéstro protectory nues
tro padre. .."

SíJesús honra á san José, es, primero y


= Hil –
especialmente, con el nombre de Padre que
le da; en seguida con la dependencia en que
se coloca respecto" de él; y últimamente,
conactos que son la expresion de su respeto.
* Decimos que Jesús dió áJosé el título de
padre; ahora ben, ¡ved qué homenaje le rin
del Por este sólo título, le coloca por enci
ma de los ángeles, puesto que ninguno de
ellos ha recibido tintitulo tan excelente, y
le reconoce corno representante de su Padré
celestial. He honra, pues, de un modo su
bime por éste nombre, que no ha dado á.
criatura alguna ytodavía parece glorificarle
más con el estado de sujeciono á que se so
mete respecto de él."
2. El hijo de Dios al hacerse hombre, hubie
ra podido bastarse y no necesitar auxilio de
nadie efi este mundo; pero no ha sido tal su
designio; quiso participar de todas nuestras
miserias, pasar por todas fases de nuestra
existencia, reducirse al estado de cualquier
otro niño débil, impotente, incapaz de de
fenderse, y pidiendo por consecuencia asis
tencia y proteccion. Considerémosle á su en
trada en la vida colocándose en los brazos
de san José, tomándole por apoyo, dueño y
guia; confiándose á su prudencia y bondad y
diciéndole: Héneaqui, oh ni tierno Padre,
confiado ávuestras manos. Si tengo frio, me
calentareis; si tengo hambre, me alimenta
reis; si soy perseguido, me protegereis. En
todas las circunstancias me prodiga reis vues
tros cuidados, y yo, por mi parte, obrando
como vuestro hijo, os tendré el respeto
más afectuoso, y os tributaré la más perfec
ta obediencia.» Pensemos que aquel en cu
yos labios ponemos este lenguaje es el Ver
vo de Dios, que eleva cuanto toca, que con
vierte en sobrenatural, todo lo que se halla
en relacion con él, y preguntémonos qué,
honor rinde áJosé, al someterle así su santa
humanidad.
¡Oh santo Patriarca, cuánto osglorifica Je
sús! El que no tiene igual os da autoridad
sobre él; el Omnipotente se coloca bajo vues.
tra proteccion. ¡Ah! este es el caso de pre
guntarse qué es más admirable, si el abati
miento á que se reduce, ó la elevacion que
á consecuencia de ese mismo abatimiento es,
patrimonio vuestro... Sí, Jesús ha honrado á.
José por la dependencia en que se ha colo-,
cado respecto de él, por los actos de su res
peto filial, ypor su obediencia.
Este divino Salvador ha honrado igual-,
mente á san José por su obediencia. ¡Con
qué docilidad y prontitud ejecutaba sus man
datos, ó mejor dicho, con cuánto celo pre
venia hasta sus deseos. El Evangelio lo ex
—us—
resa de una manera formal con esta pala
bra, que es para san José el más bello título
de nobleza: «Le estaba sometido.» "
¡Qué sublime espectáculo el deJesús cum
pliendo con la, mayor exactitud la voluntad
de su padre adoptivo! ¡Ah! sin duda que, pe
netrado de confusion á la vista del apresu
ramiento de su Señor y su Dios en hacer lo
que le prescribia, no osaba mandarle, ypor
el contrario, le manifestaba que se conside
raria más feliz con obedecerle; pero sin du
da Jesús le haria entender que era necesa
rio, á fin de cumplir toda justicia, que que
ria por este medio dar él mismo al mundo
el ejemplo de la sumision y de la obediencia
y glorificará Dios Padre, sujetándose al que
le representaba para con él.
Así ya lo veis, almas cristianas, Jesús ha
honradograndemente á san José por la de
pendencia en que se colocó respecto de él.
Pero, y ¿por qué razon ha querido obrar así?
¡Ah! aquí debemos confundirnos nuevamen
te y admirar la conducta del divino Salvador.
Y en efecto, siJesús honra á José, es por
que le considera como el representante de
su Padre celestial, y porque este santo Pa
triarca tiene sobre él por delegacion, todos,
los derechos de un padre sobre su hijo.
SiJesús honra áJosé, es porque reconoce
en él verdaderos rasgos de señejanza con
Dios su Padre, y ve en su alma una imágen
de aquel que adora y ama con una sumísion
un amor infinitos. . ".
SiJesús ama áJosé es por reconocimiento
á los innumerables servicios que de él reci
bia, y por su abnegacion por sus intereses y
los de su santísima Madre. " " ""
SiJesás honra áJosé, es tambien porque
quiso dará los hombres el ejemplo del res
peto que deben á los que tienen autorida
sobre ellos, y ademas porque quería prese
tarle á nuestra veneracion y establecer la
devocion de que es objeto"Escuchemos,
pues, almas el á'Jesús
nuestro divino Maestro diciéndonos y seña
lándonos áJosé su padre adoptivo; yo le he
honrado, honradle tambien vosotros que sois
mis discípulos; os he dado el ejemplo á fin
de que pensando en lo que yo he hecho, ha
gais tambien lo mismo. "
- Pero no tan sólo ha honrado Jesús á san
José, sino que tambien le ha amado con amor,
soberanamente grande. ¡Oh! sí amaba mu
cho á José; le amaba como un hijo el más
cariñoso debe amar al más amable de los
padres; le amaba como su padrino, puesto
que José fué quien le dió en el actó de la
circuncision el nombre de Jesús; le amaba
=- ll6
como su salvador, puesto que le habia sal
yado la vida con riesgo de la suya, y habia
provisto con mil fatigas y mil privaciones á
todas sus necesidades; le amaba como á un
ángel, custodio, que siempre habia velado
por él con afectuosa solicitud; le amaba co
mo á su maestro y director puesto que José
le diriga en todo; le amaba por sus admira
bles virtudes, su angélica pureza, su humil
dad, profunda y por su caridad ardiente ydes
interesada, que le habia llevadoá exponersu
propia vida por conservar la suya. Ultima
mente le amaba a causa de los grandes ser
vicios que habia prestado á, María, asistién
dola en todos sus viajes, atendiendo á todas
sus necesidades, y protegiendo su virginidad
á la sombra de su casta unión con ella. Así
es, que el divino Salvador encontraba en su
corazon todos los motivos de amar á José
más que álps demás santos,
Pero el amor de Jesús no era estéril. To-
dos los testimonios de benevolencia y deter
nura que ha concedido á sus mejores ami
gos, favorecieron á José en alto grado. Ve
mos que la Magdalena estaba muy contenta
por haberle besado una vez los piés en casa
de Simon; pero cuántasveces nuestro santo
Patriarca gozó del mismo favor cuando ayu
daba áMaría á envolver el divino Niñol Lla
- 18 -
man á san Juan el discípulo muy amado, por
haber descansado la cabeza durante la cena
sobre el corazon de Jesús; ¡pero cuántas ve
ces el divino Salvador gustó en sus primeros
años un sueño delicioso sobre el seno tan
puro de José! ¡Cuántas otras este bienaventu
rado padre en su ancianidad reposó sobre el
corazon de este divino Niño! San Estéfano
mira á José de Arimatea como un hombre
sumamente dichoso por haber tenido entre
sus manos el cuerpo de Jesucristo cuando le
bajaron de la cruz. San Paulino deseaba te
ner los labios bastante puros, para poder
besar los piés del adorable Jesús. Pero en
cuanto ávos ¡oh glorioso san José! vuestra
dicha ha sido más pura; tuvisteis en vuestras
manos este amable Salvador, no desfiguradó
por mil llagas crueles y cubierto con las
sombras de la muerte, sino al contrario,lleno
de encantos como el más bello de los hijos
de los hombres. El Hijo de Dios, queriendo
dará sus discípulos un gran ejemplo de hu
mildad, se humilló hasta lavarlos los piés... y
José durante treinta años, recibió los servi
cios más afectuosos de Jesús, e se antici
paba á satisfacer sus deseos, le consolaba
en sus trabajos y le seguia en todas sus em
presas. Envidiamos la dicha de los apósto
les que vivieron durante tres años íntima
--447
mente unidos al Salvador, y Jesús moró casi
toda su vida con José y María, concentrando
en ellos todo su amor y todos sus cuidados.
Marta, María y Lázaro se llamaban amigos
del divino Maestro, porque se dignó comer
un dia con ellos, y José vió durante treinta
años sentado junto á él en su mesa al Hijo
único de Dios, alimentándose con el fruto
de su trabajo. Reconocemos que el Salvador
no puede dar á los suyos mayores pruebas
de amor, que cuando va él mismo á conso
larlos y asistirlos en su última hora, y José
tuvo la dicha de expira en los brazos de su
amadísimo Hijo, que le cerró los ojos y que
le prestó los últimos servicios con divina
ternura.
Así que, ya loveis, almas cristianas, Jesús
ha honrado y amado ásan José de un modo
inexplicable para el lenguaje humano. ¿Po
dremos despues de semejante ejemplo per
manecerindiferentes, ó no ver en José más
que un Santo ordinario? ¡Oh! no ciertamente.
Debemos estar convencidos por el contrario,
de que este santo Patriarca es, despues de
la divina María, el mayor de todos los Santos,
y puesto que Jesús y María han querido hon
rarle en grado eninente, debemos tambien
rendirle todos los homenajes de qué somos
capaces. Honremos, pues, almas cristianas
-8
honremos ásan José con un culto particular,
y no solo debemos honrarle, sino tambien
hagámosle honrar por el mayor número de
cristianos que podamos; hablemos frecuen
temente de este gran Santo; repitamos con
frecuencia su nombre; propaguemos cuanto
podamos los piadosos ejercicios del mes de
Mazo, de este mes que le está especialmen
te consagrado ¡Oh!¡con cuánto placer verán
Jesús y María el celo con que nos interesa
mos por la gloria de José, y qué de precio
sas gracias nos concederán en recompensal
¡Qh! cuántas gracias tambien nos obtendrá
el bienaventurado José para adelantar en la
virtud y llegar felizmente ála patria celes
tial! *
. . . . . . - y i"
G0I.00UI0–SAN José Veo, hijania, los sen.
timientos que acaba de producir entí la considera
cion que acabas de hacer sobre el honor que Jesús
me tributó enla tierra, Veo tu asombro, tu admira
cion, y me congratulo por ello. Digo que me congra
tulo, porque cuando las grandes verdades de la fé
conmueven fuertemente un corazon, es una prueba
de que no está aun estragado ni adormecido, y que
cederá fácilmente á las inspiraciones de la gracia.
E. ALMA Y cómo ¡oh mi glorioso Padre, no ha
bia de admirarme á la vista de semejantes prodigios
Jesús que esebio de Dios y Dios él mismo, quiere
= 9 =
someterse ávos que fusteis creado por sus manos.
¡Jesús á quienes debido todo honor y toda gloria,
quiere respetaros y honraros él mismo Dios que es
tan celoso de su gloria, y que ha declarado que á
nadie la cederia, quiere daros uma parte, y una parte
muyprincipal; ¿no es esto más que suficiente para
confundir las ideas humanas? ¡Oh sí, mibuen padre
estoy admirada, y no se qué admirar más, si la
gran bondad de Jesús para convos, ó su grande hu
mildad. "" -

SAN José: Es cierto, hija mia, Jesús por el gran


honor que quiso réndirme sobre la tierra, ha dado
desde luego una prueba de su gran bondad para
conmigo, y además un ejemplo de la más profunda
humildad, porque enfin, yo no era en la tierra más
que un simple Rortal como tú, y una criatura sa
lida de las manos de Dios, y él era el Dios fuerte, el
admirable, el omnipotente, el creador del cielo y
de la tierra. Pero no creas, hija mia, que yo soy el
único á quien Jesús ha hecho tantos honores; tú
tambien has sido honrada por Jesús en alto grado.
Yo cuando estaba aún en la tierra, y recibia tantas
distinciones de Jesús, hacia los mayores esfuerzos
para corresponderle dignamente. Si correspondí
cual debia, no puedo decirlo; pero de todos modos
estoy ahora en el cielo, estoy de nuevo con Jesús y
María, gozo en fin de una dicha sin igual, y que
nuncátendrá fin. Pero tú, hijámia, estás aún en la
tierra, en el lugar de destierro, no has llegado aún
al fin para que has sido criada, que es el cielo; pre
ciso es que combatas, preciso que correspondas á
todo lo que Jesús ha hecho por tí. Déjame, pues,
hija mia, como lo hice ayer con respecto á María,
manifestarte hoy el honor sublime que has recibido
de Jesús,á fin de que, convencida del honor de que
has sido objeto, te esfuerces cuanto puedas para ser
agradecida y devolverá Jesús lo que le debes.
EL ALMA: ¡0hl sí, glorioso padre mio, hablad
me de lo que Jesús ha hecho por nosotros y hacéd
melo comprender bien; pero sobre todo grabadlo
fuertemente en mí...áfin de que nunca lo olvide.
SAN José: Tú sabes, hija mia, que Jesús bajó
del cielo á la tierra para rescatará los hombres del
pecado y del infierno, y abrirles las puertas del cielo
que habian perdido para siempre; pero ¿por qué Je
ús quiso obrar así con los hombres? ¿Acaso la tier
ra deseaba su venida? ¡Oh! no, puesto que todos los
hombres se entregaban á la idolatría, y que sólo
existia el pueblo judío que, por el conocimiento de
sus libros, sabia que el Mesías debia llegar; y áun.
este pueblo cuántas veces se entregóála idolatría
¿Sabia, Jesús que seria bien recibido? ¡Oh! no,
puesto que los suyos no quisieron reconocerle, y
apenas estuvo en la tierra cuando trataron de ma
tarlo y sólo debió su salvacion á la fuga. ¿Acaso por
que debia llevar una vida agradabie, y alegre como
hombre? ¡Oh! mucho ménos, puesto que su Padra
le propuso la alegría para salvar el mundo, y el
- 13l =
mismo escogió el sufrimiento; quiso nacer de pa.
dres pobres, como lo éramos María y yo, y trabajó
conmigo para ganar su pan con el sudor de su fren
te. ¿Acaso porque los hombres le agradecieran su
amor por ellos? ¡Oh! mucho ménos, porque mira
cuántas ingratitudes experimenta, puesto que si hay
áun en la tierra muchos Santos y muchas almas pia
dosas, ¡cuántos pecadores, cuántos hay tambien que
le desconocen ¡cuántos que blasfeman sus santo
nombre, y que desdeñan ó desprecian su benefi
cios. Así, pues, hija mia, siJesús dejó el seno de
su Padre donde se contemplaba y se amaba, si bajó
del cielo á la tierra para padecer y morir, si ha
abierto á los hombres el cielo que les estaba cerrado
para siempre, fué por efecto de su gran bondad pa
ra con los hombres. "
Hija mia, Jesús ha hecho cuatro cosas grandes
por tí. Ha dejado el seno de su padre para bajar á
la tierra—subió por tíel Calvario-instituyó el sacra
mento de la Eucaristia-y resucitó. Examina aho
ra cuán grande es el amor de Jesús para contigo, y
cuán grande el honor que te ha hecho.
Por su encarnacion Jesús se convierte en herma
no tuyo, y hermano mayor; él mismo te da este
nombre, id, dice á Magdalena cuando se la apareció
despues de su resurreccion,id á buscar á mis her
manos, y decidles que yo subo hácia mi padre que
es tambien supadre, háciami Dios, que estambien
su Dios, y para que no creas que esta palabra de
= 1? = - -

hermanos se dirigia solamente á sus apóstoles, les


al apóstol san Pablo y verás que con esta palabra de
hermanos no sólo habla de sus discípulos y de todos
losjustos que son hermanos por la gracia y el espie
ritu de adopcion, sino tambien de todos los hombrea
por haber tomado su naturaleza y ser hijo de Adan
como ellos. - - .
. Por su muerte Jesús es tu libertador, Condenada
en efecto por el pecado de Adan, necesitabas un res.
cate y este rescate le ofrecióá su padre sacrificán
dose por tí. Necesitabas un intercesor para con Dios
Padre, y él ejerce este oficio, por tí. "r" 2
Por el Sacramento de la Eucaristía puedes con
fundirte con Jesús, convertirte en él. Yo, hija mia,
tuve la dicha de llevará. Jesús en mis brazos, de
estrecharle contra mi corazon, pero tú eres más
feliz, puedes recibirle dentro detíy confundirte con
él. Finalmente, por su resurreccion, Jesús tehadado
el derecho de resucitar tambien un dia, y con las
mismas condiciones, es decir, con un cuerpo glo
rioso, y ¿sabes lo que te valdráesa resurreccion?lea
las Santas Escrituras y verás que Jesúste recom
pensa con una dicha infinita si le eres fiel, que Je
súsproclamará tu nombre en el cielo en presencia
de su padre y de sus ángeles, sitú le proclamas so
bre la tierra; que Jesús, en fin, sisigues sus huellas,
te sentará á su mesa y te dará participacion en su
trono, como él ha dividido el trono de su padra,
(Apoo.3 y 4) p
- 13 -
"¡Ah! hace muy poco, hija mia, te admirabas del
honor que Jesús me habia hecho en la tierra; con
sidera ahora el que te ha hecho Jesús llamándote
hermana suya, muriendo por tíy llamándote á par
ticipar de su trono. ¡Oh! sí, admira lo que Jesús ha
hecho por mí, pero bendice tambien á Jesús por lo
que ha hecho portí, y dile con el apóstol san Pablo:
Pero ¿qué es el hombre, Señor, para que os acordeis
de él, ó el hjo del hombre para que os digneis vi
sitarle? le habeis hecho en cierto modo superior á
los ángeles, le habeis coronado de gloria y honor,
y le habeis establecido sobre todas lasobras de vues.
tra mano.(Heb. 11, 16, 17.)

RESOLUCION.-Meditar frecuentemente sobre


el amor de Jesús á los hombres, y "pedirle, por la
intercesion de san José, que nos conceda la gracia de
corresponder lo más dignamente posible á todos sus
beneficios.

DIA SEXT0.
sas ross colabope oracias rusarros.
: " . . .. . - " ,

Que san José estuvo lleno de gracias y de


méritos, es una verdad tan incontestable co
mo consoladora para todos nosotros.
-
Nadie
- 124 -
puede dudar de eso, pero no importa; exa
minemos hoy las razones en que se apoya es
ta verdad, ya para convencernos más, ya
para aumentar más en nosotros si es posible,
la confianza que debemos tener en este gran
Santo. -

Parajuzgar de las gracias que Dios comu


nica á sus servidores, hay que atender á los
dos grandes principios siguientes que son:
primero, las relaciones que estos santos tie
nen con Jesucristo, y segundo, la excelencia
de su dignidad y de su vocacion. Ahora bien;
bajo cualquiera de estos aspectos que con
sideremos al augusto san José, encontra
remos que á excepcion de María, ningun san
to debió ser tan colmado de gracias y mé
ritos.
Sea cualquiera su especie, dice santo To-- “
más, cuanto más se acerca una cosa á su
principio, tanto más participa de este princi
pio (1). Ahora bien, ningun santo despues
de María, nos dicen Suarez y otros teólogos,
estámás cerca de Cristo, fuente de la gracia,
y de la Vírgen, canal universal de la gracia.
Y, en efecto, los espíritus celestes no son
respecto á María, más que simples súbditos,
puesto que esta augusta Vírgen es la madre

(1) Santo Tom.3 p, q.27,á incorp.


--- *

-
- 125 -
de Cristo, la reina de los ángeles, la Sobe
rana del cielo y de la tierra. En cuanto á los
bienaventurados que están en el cielo, no
son "tampoco más que simples súbditos é
hijos adoptivos. Pero José está incompara
blemente más elevado que estos espiritus
celestes y estos bienaventurados, puesto que
contrajo con la Vírgen el lazo más íntimo que
un hombre mortal puede contraer con la
Madre inmaculada de Cristo: el lazo conyu
gal. La inteligencia humana no concibe, para
un hombre mortal, para una simple criatura,
un lazo más elevado, más íntimo y más su
perior á este lazo; no encontramos otro más
que el contraido por las tres personas divinas
con la Vírgen. -

Peropor lo mismo que san José está más


cerca del canal universal de la gracia, está
más inmediato al principio y orígen de la
gracia, es decir á Cristo. Y en efecto, san
Juan Bautista es uno de los santos que ha
tenido mayor relacion con Jesucristo, puesto
que fué santificado desde el vientre de su
madre, por la presencia de este divino Sal
vador á quien bautizó á orillas del Jordán;
pero José ha sido mucho más íntimo aún;
porque Jesús sólo se humilló una vez delan
te de san Juan, mientras que estuvo some
tido áJosé toda su vida. San Juan preparas
26 •

el camino al Salvador, pero José coopera en


cierto modo al misterio de la Encarnacion.
En su persona recibieron los patriarcas y
profetas á este divino Mesías que les estaba
prometido, por sus ojos le vieron, con sus
brazos le abrazaron. Los apóstoles tuvieron
tambien estrechísimas relaciones con Jesu
cristo, puesto que vivieron con él durante
muchos años, pero José las tuvo infinita
mente mayores; hecho padre de Cristo, y
esposo de la Vírgen por la misma Santísima
Trinidad, José ejerce en nombre de esta
Trinidad, los cargos y empleos más íntimos.
Durante treinta años alberga á Cristo y su
madre, guarda á Cristo y á su madre; es el
jefe de la santa familia, la dirige y la sustenta
con el sudor de su frente. Durante treinta
años es el inseparable de Cristoy de su ma
dre. Permanece treinta años junto al orígen
y canal de la gracia, es decir, de Cristo y
de la Vírgen, y su alma, la más pura que
Dios ha creado despues de la de Cristo y la
Vírgen, bebe en ellos hasta saciarse Tiene
en sus brazos á aquel que es el principio y
manantial de la gracia, estrecha contra su
corazon á aquel á quien los serafines adoran
desde lejos. En sus accesos de cariño, ini
troduce en lo más recóndito de su corazon á
aquel de cuyo corazon se esparce el divino
amor sobre el paraiso de la Iglesia, sobre
los hombres y los ángeles.
SiJosé fué de todos los Santos el que es
tuvo más cerca del canal universal de la gra
cia. que es María, y de la fuente de la gra
cia, que es Jesús, ¿qué lengua humana po
dra expresar, quien podrá hacernos com
prender las gracias con que fué colmado
este santo Patriarca?
Si María, como habla san Bernardino de
Sienna, es la dispensadora de todas las gra
cias que Dios concede á los hombres, figu
rémonos con cuánta profusion habrá enrique
cido á su esposo,que amaba tanto y de quien
era tan amada. Si los dos discípulos que fue
ron, á Emmaus se sintieron abrasados de
amor divino en los cortos momentos que
acompañaron al Salvador y le oyeron ha
blar, ¡quévivas llamas de caridad no debie
ron encenderse en el corazon de José, por
haber conversado tantos años con Jesucristo,
por haber oido las palabras de vida eterna
que salian de su boca, y haber observado los
maravillosos ejemplos de humildad, pacien
cia y obediencia que daba, al manifestarss tan
solícito á ayudarle en todas sus necesi.
dades. . . .. . . . .
Existe la diferencia, nos dice un piadoso
autor, entre san José y los demas Santos, re
– 128 —
latívamente á las gracias con que fueron fa
vorecidos; que estos últimos recibieron fre
cuentemente privilegios que atañian más
principalmente á la perfeccionde aquellos que
les estaban confiados, que á su propia santi
dad, mientras que todos los dones que reci
bió san José, aumentaban en él las virtudes
y la santidad, porque cuanto más santo era,
más digno era tambien de ser esposo de Ma
ría y padre de Jesús.
Luego debemos confesarlo, san José por
haber estado más cerca de Jesús y de María
y á causa de su misma union con ellos, de
bió ser colmado de gracias; y además, de
biera ser así porque si María fué saludada
por el Angel llena de gracia, y sí de sus cas
tas entrañas debia salir el autor de lagracia,
era conveniente que san José fuera tambien
colmado de gracias
Si consideranos ahora, almas cristianas,
á san José bajo el punto de vista, de su mi
nisterio, encontraremos que jamás criatura
alguna ha ejercido ministerio tan sublime, y
que por este motivo debió ser colmado de
gracias y méritos. En efecto, como padre de
Jesús estaba investido con toda la autoridad
del Padre Eterno, y por consiguiente podia
mandará aquel que ha hecho todas las co
sas de la nada, al que ha visto todas las na
".

– 19 —
ciones sujetas á su imperio, en fin, al que
lleva el terror de su nombre hasta el infier
no. Como esposo de María tenía sobre esta
augusta Virgen toda la autoridad del Espíri
tu Santo, y*: mandar
á la Reina del cielo y de la tierra, á la que
era hija del Padre, madre del Hijo y esposa
del Espíritu Santo;á la que era predilectá
de la Santísima Trinidad, y en fin, á la que
es la honra del cielo, esperanza de la tierra
y terror de los infiernos. Ahora bien, pre
guntamos: ahora cuál es el santo; el ángel
ó el serafin, que haya ejercido nunca un ni
nisterio tan sublime y tan glorioso Luego si,
como lohemos dicho, la excelencia del mi
misterio de un santo es la medida de las
gracias que Dios le ha dado, comprended, sí
podeis, con las que san osé debió verse col
mado."
Ya lo veís, almas cristianas, jamás santo
alguno, despues de María, se ha visto colm
do de tantas gracias y méritos como José.
Oh, sí, glorioso san José, fusteis colmado d
gracias; sí, fuísteis como vuestra esposa'lle
no de gracia, y como ella benditó entre to.
dos los ángeles y bienaventurados. Bénditó
sea, pues, vuestro sagrado cuerpo, trono
viviente del Verbo Encarnado, tabernáculo
ambulante de la divinidad habitando entre
–430 –
nosotros, y altar animado de la hostia desti
nada al rescate del universo. Benditas sean
todas las partes de vuestro cuerpo virginal,
consagradas al servicio de Jesús y de Matía.
Bendito sea, vuestro regazo purísimo, que
recibió á Jesús en su *
tantas veces reposó con placer. Bendita sea
vuestra augusta cabeza, llena de la eterna
sabiduría. Benditos sean vuestros ojos, que
vieron los primeros al Deseado de las na
ciones. . .. . . ..
Benditos sean tambien los labios que besa
ron al que no se acercan los espiritus puros,
sino temblando y cubiertos con sus alas. Ben
dita sea la lengua que habló tan frecuente
mente con Jesús. Benditos sean los oidos
acostumbrados á la verdad eterna y
ron dignos de oir de la boca del ángel las
primeras armonías del nombre de Jesús, Ben
ito sea vuestro, cuello que el divinó Niño
estrechaba con tanta frecuencia con suspe
queñas manos. Benditos sean los brazos que
sostuvieron á aquél en el cual se contienen
todos los tesoros de la sabiduría de Dios.
Benditas sean las manos que tocaroná, l
santa del s »
emanaban contínuamente virtudes saludables
á los cuerpos y saludables á las almas. Ben
ditas sean las rodillas, que sostuvieron la
– 13l =
palabra increada que sostiene y conserva to
das las ideas, y á quien los serafines se con
siderarian por muy honrados con servirle de
escabel en el cielo. Benditos sean vuestros
piés sagrados, que por amor áJesús han he
cho tantos viajes penosos y fatigosos. Pero,
sobre todo, bendito sea vuestro corazon, ob
José, corazon purísimo, corazon altísimo, en
el cual y por el cual fué exaltado el Todo
poderoso, corazon abrasado con el fuego de
amor divino, corazon identificado con el co
razon de Jesús y María. En fin, bendita sea
para siempre vuestra santa alma, ¡oh José!
la más bella que el Creador ha producido
despues de la de su Hijo y de la bienaven
turāda Vírgen, alma verdaderamente feliz,
dotada de un entendimiento clarísimo, de
una voluntad muy inclinada al bien, pero
sobre todo feliz por haber sido el cielo de la
gracia, palacio de las virtudes y trono de la
virginidad.
COL0QUI0.–EL ALMA: Acabo de considerar
¡oh glorioso san José cuánto os ha colmado Dios de
gracias y méritos y comprendo perfectamente ahora
por qué todos los Santosy Doctoresde la Iglesia han
hablado tan altamente de vos, por qué os han vene
rado tanto, y porque os han colocado en el cielo,
en el puesto inmediato á la augusta María, y muy
– 432 –
por encima de todos los Espíritus de la milicia, ce
lestial. Supuesto que por una parte habeis sido col
mado de gracias y méritos, y por otra Dios recom
pensa á sus Santos segun su mérito. ¡Oh! cuán su
blime debe ser vuestra gloria en el cielo, y cuán
grande vuestro poder con Dios, ,
SAN José: Es verdad, hija mia; Dios recom.
pensa á sus Santos segun su mérito, y tambiea es
cierto que mi poder en el cielo es muy grande; pe
ro léjos de mí el pensamiento de atribuirme la más
pequeña gloria. Toda la gloria de mi poder pertener
ce áDios, de quien procede;á él sólo se debe el ho
menaje, y en efecto, á él es á quien yo se le rindo
contento. He recibido grandes beneficios del Señor;
mi poder es grande en el cielo, pero Dios ha obra
do en mí todas estas cosas; áél sólo se debe la glo
ria; que sea, pues, bendito y glorificado por siem
pre. Tú tambien has recibido grandes gracias de
Dios, pues bien, glorificale y muéstrale tu recono
cimiento. -

EL ALMA: ¡Oh! sin duda mi buen padre, yo he


recibido inmensos beneficios del Señor, ¿pero os he
apreciado siempre bien ni siquiera agradecido? ¡Oh!
hé aquí lo que estoy muy léjos de creer. Tened,
pues, á bien, ¡oh mi glorioso padre! vos que tan
fielmente habeis correspondido á todas las gracias
y á los designios de Dios paracon vos, tened á bien,
os, lo suplico, el darme á conocer el conjunto de los
beneficios que he recibido de Dios, á fin de que yo
- = 133 =
se lo agradezca en lo más intimo de mi corazon y
queá ejemplo de María y al vuestro, le rinda todo
el homenaje que se le debe.
- SAN José: "La multitud de beneficios que Dios
te ha concedido, es tan grande, hija mia, que sobre
puja átodo cuando puede idear el pensamiento y
expresar el lenguaje humano, y seria mucho más
fácil contar las arenas del mar que enumerarlos.
Pero pueden, sin embargo, reducirse á tres grupos
le son: beneficios naturales, beneficios de la gra
ia y beneficios de la gloria.
Los beneficios naturales son, hija nia, la crea
ción por la cual Bios te ha dado el ser, en el grado
eminente en que le tienes. Considera, en efecto
atentamente y mirará las diversas criaturas, aminas
diséinanimadas, desprovistas de razoa. Dios hu.
biera podido colocarte entre el número de estas
criaturas, porque todas son obras de sus manos,
pero no ha querido; quiso al contrario darte la ra
zon, este don sublime que separa al hombre del
bruto. Sí, hija mía, como hombre eres la más nota
ble y la más perfecta de las criaturas corporales;
si estás dotada de entendimiento y voluntad; si eres
la imágen de Dios,y la obra maestra de sus manos,
á Dios se lo debes, es á la infinita bondad de Dios á.
quien se lo debes. Y considera las consecuencias
que se desprenden de la razon,que Dios te ha dado
con preferencia á otros seres. En efecto, ¿no es
cierto que el mundo tiene algo muy bello "Si levan
tasla cabeza, tu mirada se extiende por la inmen
sidad de los cielos, y los cielos refieren la gloria de
Dios; si la bajas, encuentras la tierra que se cubre
todos los años con los más bellos adornos, que pro
duce flores y frutos de todas clases y que encierra
en su seno los metales más preciosos y más útiles,
Ahora bien, pa qué ha creado Dios todas estas
cosas? ¿Ha sido para él? Nó, puesto que no lo nece
sitaba. ¿Para los ángeles? tampoco, puesto que, to
das estas cosas son materiales y ellos son espíritus
puros. ¿Dios ha creado estas cosas para sí mismas?
Nó seguramente, porque todos estos séres están des
provistos de razon y nacen, viven y mueren sinte
mer conciencia de su estado. Ya lo vés, hija, mia; si
Diosha creado el cielo y la tierra y todo lo que en
cierra, fué para el hombre, fué paratí, Y hé aquí
por qué el santo rey David convencido de esta ver
dad, esclamó en su tiempo: «Sí, Señor, por un fa-
vor especialísimo, habeis coronado al hombre de
gloria y de honor; le habeis establecido sobre todas
las obras de vuestras manos; habeis hecho todas es
tas cosas para él, sujetándolas á su imperio.» , ,
Paso ahora, hija mia, á los beneficios de la gracia.
Comprenden estos beneficios la Encarnacion del Hijo
de Dios, su nacimiento, todos los misterios de su
vida y muerte y las santas Escrituras. Comprenden
tambien los buenos libros, la predicacien del Evan
gelio, el bautismo, la santa Eucaristía y los demás
sacramentos, Comprenden la gracia sanificante,
– 435 – •

ías virtudes, infusas, los dones del Espíritu Santo,


las gracias actuales, los buenos,pensamientos, las
santas afecciones, los consuelos interiores, la voca
cion para el estado religioso, y otras mil que sería
demasiado prolijo enumerar. Y otros muchos bene
ficios que son desconocidos de los hombres, porque
el hombre, hija mia, como lo hace observar el apóstol
San Pablo (Cor. 15), «ha sido enriquecido con todo
lo necesario para su salvacion por mediacion de Je
sucristo, y hasta tal punto que no le falta gracia
alguna, teniendo además los dones del Espíritu Santo.
Así que el hombre puede exclamar con el mismo
apóstol (Epístolas 1, 3): «Bendito sea Dios, Padre de
nuestro Señor Jesucristo, que, por consideracion á
éste nos ha llenado de todas las bendiciones celes
tiales.» ":in , ,
Y en cuanto á los beneficios de la gloria, hija mia,
que son mucho mayores, contienen el estado, de
beatitud y cuanto pasa en el cielo; comprenden, por
consiguiente, la vista claray evidente de Dios en el
cielo, y por esta vista el goce de la esencia divina,
de la infinita belleza, de la infinita bondad, y de to
das lasinfinitas perfecciones de esta incomprensible
naturaleza. Comprenden tambien el amor ardiente
que el hombre tendráá Dios en el cielo, con la se
guridad de no perdemás este amor, que constituirá
su mayor dicha; los torrentes de alegría, y de, deli
cias de que se verá inundado; la vista de la santa
humanidad de Jesucristo, la de la Reina del cielo y
= 136 = -

de la multitud innumerable de ángeles que forma


córte celestial. Comprenden, en fin, lo que Dios ha
prepárado á sus elegidos en el cielo. " ;

Ultimamente, hija mia, el hombre ha sido colma


do de tantos beneficios, que seria imposible enume
rarlos. Que el hombre se vuelva donde quiera, que
mire á cualquier parte que quiera, y que todo lo
que quiera: abajo, arriba, á derecha é izquierda; su
cuerpo, su alma, sus riquezas, su ciencia y su vir
tud; el cielo, la tierra y todos los bienes que encier
ran, y se verá obligado á reconocer que todas estas
cosas sólo fueron hechas para él, y que son otros
tantos favores, y testimonios del amor de Dios para
con él; por manera, que puede decirse con verdad,
que el libmbre es un compuesto de los beneficios de
Dios y el fin donde todo viene á concluir: la natura
leza para servirle, la gracia para salvarle, y por úl
timo, la gloria
ni o
para hacerle
a
eternamente
en
el .
RESOLUCION-Darfrecuentemente gracias, á
Bios por todos los beneficios que hemos recibido de
él; no enorgullecernos nunca con las ventajas que
podamos tener, sino por el oontrario, atribuirlasiá
Dios sólo. n
i f. o n
"ri" , , , DA SIN0. , ,

* autas se como tro o


-- r" " - cristia
1 , ,

"Los hombres, nos diee Fenelon, no saben


- 137 -
por lo general explicar las grandes oosas si
no con muchas palabras; apenas prueban
con extensas locuciones lo que se esfuerzan
en alaban. Pero cuando le place al Espíritu
divino honrará alguno con una alabanza, la
hace corta, sencilla, unajestuosa tan digno
de él es hablar poco y decir mucho, Y así
ha sucedido con nuestro glorioso Patriarea. En
efecto, queriendo el Espíritu Santo pintarnos
todo cuanto Dios ha derramado de gracias
en el corazon de san José, todo lo que se
puede imaginar de grande, en los misterios
de que fué testigo y coadjutor, todo lo que
hay demás admirable en el curso de su
vida: sólo ha necesitado este divino Espiritu
decirnos simplemente que José, esposo de
María, era justo. En estas dos palabras efec
tivamente nos revela toda la santidad de san
José, puesto que, segun la explicacion de
san Gerónimo y de san Pedro Crisólogo, la
palabra justo quiere decir hombre perfecto,
que posee todas las virtudes en un grado
eminente. Alberto el Grande nos enseña tam
bien que todas las cualidades de san Josése
encierran en estas dos palabras: vir justus,
hombre justo. El Espíritu Santo, dice le lla
mavir, hembre, para manifestar la fuerga, la
confianza, la magnanimidad, la perseverancia
y las demás virtudes que hacen al alma
- 138 -
grande yperfecta en sí misma. Justus, justo
quiere decirfielá Dios y al prójimo (1).
Oh sí, almas cristianas, san José ha sido
justo, y justo por excelencia; examinad en
efecto atentamente, y vereis que nolencon
trareis ninguna virtud en su vida que no ten
ga algo de raro, que no se encuentra en los
demás Santos y qüe sólo pertenece á él: l
Y desde luego representaos la santidad de
todos los antiguos Patriarcas, cuya larga se
rie forma la escala misteriosa de Jacob que
concluye en la persona del Hijo de Dios;ved
cuál fué la fé de Abraham, la obediencia de
Isaac, el valor de David, la sabiduría de
Salomon y despues que hayais concebido la
idea más escelente que podais, acordaos de
que san José está en la cúspide de la escala
á la cabeza de tantos reyes, profetas, pa
triarcas, santos; que es más fiel que Abra
ham, más obediente que Isaac, más genero
só que David, más sabio que Salomon, y en
una palabra, tanto más elevado en gracia
cuanto está más : áJesús, y que re
posa en su seno. Del Antiguo Testamento pa
semos al Nuevo, y considerad las más bri
llantes virtudes de los Santos; pues bien,
lose aun los sobrepuja
"If" , , , . "",
á todos, nos dicesan
si o
"'Aube, entes ext7 zo i v
- 39 -
Bernardino de Sienna: en efecto, él es quien
ha dado la forma y el modelo de la predica.
cion á los docteres, nos dice san Hilario; él
es quien sufrió las primeras persecuciones
excitadas contrá, los mártires; iél es el pri
mero que fué santificado en el Nuevo Testa
mento, santificado desde el seno de su ma
dre, puesto que san Juan Bautista vino des
pues de él. Tambienes el primero que fué
cónfirmado en gracias, puesto que precedió
á los apóstoles; él es puien ha sebretujado
en pureza á las vírgenes; él quien abriólos
desiertos del Egipto á los anacoretas. En fin,
él esquien ha entrado en el mundo tan res»
plandeciente de inocenciancomo lá aurora, y
hapartido como unosolsubiendo al cielo en
cuerpo y alma para acompañar el triunfo de
Jesucristo yadelántar el de María. si
y ¿Debemos hablar ahora de las luces de lá
sabiduría de José?pues bien, nos bastará
decir que este gran Patriarca ha dirigido no
el cuerpo místico de la Iglesia, como san Pe
dro, sino al jefe mismo de esta Iglesia, noá
los cielós, sino al Dios del cielo y de la tier
Fa.José tuvo, en efecto, con el Espíritu San
tosla direccion del Verbo Encarnado; el Es
pírituSanto tenia la direccioninterior y José
la exterior. Por consecuencia, su direccion
debia ser conforme á la del Espíritu Santo
debia, pues, ser una direocion rara, perfec8
y extraordinaria.
Pero si la sabiduría de José tuvo tan no
ble empleo en la direccion del Verbo encar
nado, lapaoiencia en los trabajos que ha su
frido, no ha sido mémos gloriosa, porque tor
dos los pasos que daba, todos los ouidados
que se tomaba, todos los sudores que veria
todos lps trabajos que soportaba y todas las
penas que tomaba, miraban puramente ála
vida de Jesás, de la que dependia la salva
eion de todos los hombres. De suerte que si
se encuontran Santos que han sufrido más
que él, nb se encuentra seguramente quien
haya sufrido por un objeto tan dignobinsq
Los anacortetas han hecho indudablemente
grandísimas abstinencias paraconservarsla
vida de su alma; pero saniosé se ha quita.
dó el pan de la boca para dársele áJesús y
áMaría. Los mártires han sufrido grandes
tormentos por el nombre de Jesús, pero saú.
José ha expueste su vida por salvar la de
Jesús. Dar la vida á alguno, es el primero de
todos los bienes, y salvarla el segundo: aho
ra bien, ¿quién ha dado la vida áJesús?Ma
ría; pero ¿quién la ha salvado? José. ¡Ah! hay
desgraciadamente una infinidad de homicie
das que son culpables de la muerte de Jesús
y no hay que descenderá los infiernos para
– 141 =
buscarlos, nó. En efecto, preguntadá sah
Pablo quién ha perseguido áJesús, ásan Pe
dro quién le ha renegado, á la Magdalena
quién le ha ofendido, y por último, á todos
los Santos que están en el cielo quién hizo
moriráJesús, y todos responderán: nosotros;
sí, nosotros por nuestros pecados; porque
todos hems empapado nuestras manos en
la sangre del cordero. Más si se pregúnta
quién ha salvado la vida de Jesús; "oh en
tónces ¡silencio Patriarcas! ¡silencið Profe.
tas. COn fesores y má rtires, guar
dad tambien siléncio, dejad’hablarásimo
sé, porqué sólo á él pertenece tan señalala
3: oporque es el único salvador
"il ydeel su
¡Qué admirablemente os conviene la cual
lidad dejustohibienaventurado José pues
tó que la habes recibido del mismo Espíri.
tú no púede engañarse ni enga
arnos. Sí, habeis sido justo porque la gracia
y la santidad se han encontrado y unido en
vos ántes de vuestro nacimiento"Habeis si
do justo para con Dios, al dedicar vuestro
espiritu, vuestro corazón y todas vuestras
fuerzas al cumplimiento de su santa vo
luntad. Habeis sido justo para con el pró
jimo, amando á : en Dios,
y á bios en todas las criaturas. Habeis sido
- 142 -
justo para con vos mismo, no deseando otras
ventajas que las que interesaban ávuestra
mayor perfeccion. Habeis sidojusto por ex
celencia, porque Diosos ha dado una santi
dad proporcionada, á la eminencia de vues
tra dignidad, queriendo que pudiéseis repre
sentar convenientemente al Padre Eterno
en todos los cuidados que debiais, dará su
Hijo, y al Espíritu Santo en la alianza que os
une con la inmaculada Vírgen. ¡ero cuánto
más digno os habeis hecho aún de un cargo
tan glorioso, añadiendo sin cesará la primi
tiva santidad con que Diosos había favore
cido, el ejercicio de todas las vir ies
que veias practicar ante vuestros ojos po
Jesús y María! ¡Ah!os
tres veces justo nos, enseñeis á cumplir la
justicia en todos sus puntos.0h protecton
nuestro, ¡ohl padre nuestro, haced que nues
tros homenajes contribuyaná
tra gloria y á nuestro bien espiritual; hace
que desde hoy nos dispongamos, en fin,
recibir de Dios este don precioso de la san
tidad y de la justicia, sin la cual no poder
mos ser agradables niá sus ojos *:
Vuestros , , , el
ca. A - i - ..."
CoL0QUIo. —E. ALMA: Puesto que habeis si
Justo por excelencia oh glorioso san Josél y que
– 13 –
la justicia es la perfeccion; puesto que además Dios
quiere y exige que sea perfecta, ¡ohl yo os lo ruego
encarecidamente, instruidme sobre un punto tan
importante; decidne, en qué consiste la perfeccion
y lo que hay que hacer para conseguirla.
"SAN José; La perfeccion consiste, hija mia, en
un verdadero desprecio de sí mismo, en la entera
mortificacion de su propia voluntad y en una per
fecta conformidad con la voluntad de Dios. El que
carece de estas tres virtudes, está fuera de la per
feccion: ¡Dichoso, pues, aquel que vive en per
fecta conformidad con la voluntad de Dios Sólo
hace lo que Dios quiere y no quiere más que lo que "
Dios hace, Prefiere las obligaciones más humildes
de su estado á las acciones más gloriosas que no le
están encomendadas, porque sabe que la perfeccion
no consiste en hacer grandeseosas y en gran nú
mero, sino en hacerlas bien. No les dado á todos
hacer cosas difíciles y extraordinarias; pero orar,
hacer el exámen de conciencia, oir misa, recitar el
oficio divino cuando esté obligado á ello, cumplir
las obligaciones de su estado y otras cosas exigidas
por la obediencia, hé aquí lo que se hace diaria
mente y con tal que lo cumplas con toda la perfec
cion posible, pueder estar segura de que llegarás á.
ser una santa
"El Awa: ¿Y qué hay que hacer, ¡ohglorioso Pa
dre miófpara cumplir perfectamente estas acciones?
“SAjöse. Dos cosas; hija mia: la primera no
obrar más que con el fin de agradará Dios porque
la perfeccion no consiste en la obra exterior, sino,
en la intencion. La segunda que se haga con pron
titud, atencion y exactitud. El primer media de la
cer bien una cosa es hacerla con una fé viva en la
presencia de Dios; la segunda, es poner toda tu
atencion como si fuera la única, cosa de que de
bieras, ocuparte. Así, cuando, se ora, sólo deba
pensarse en orar bien; cuando se ejerce alguna pro
fesion exigida por el estado ó la obediencia, no se
debe pensar en el pasado, ni en el porvenir. El ter
cer medio de hacer bién una accion, as, hacerla
como si fuera la última de la vida. Cuando se
trataba de trabajar, decia en su tiempo san Bar
silio á sus discípulos, figuraos que no vivires has
ta la noche, y cuando llegue la noche, pensad, an,
que no llegareisá mañana, , , , , , “ “ , t.
El AMA. Concibo, Padre mio, que la vida de
perfecciones la única que puede conducir al hom
bre con seguridad al puerto de salvacion; pero es
tan difícill ,, , , , , , ,
SAN José: , Ningun santo, hija mia, ha llegado á
la santidad sin haberla deseado ardientemente, Las,
aves necesitan alas para elevarse por los aires, y las
almas de los Santos necesitan deseos, para adquirir,
la perfeccion. Así que el santo rey David, exclama-.
ba: “Quién mediera alas como á la paloma, paravo
lar y encontrar mi reposo en el seno de Dios!». Los
deseos piadosos son las alas bienaventuradas que
44 -
•-

trasportan las almas de los Santos léjos del mundo,


al pináculo de la perfeccion en el seno de Dios,
El AIMA Pero, Padre mio, ¿cómo los santos
deseos hacen volar el alma á Dios? ...
SAN José: Porque dan fuerza y valor para ven
cer todos los obstáculos que la retienen encorvada
hácia la tierra. Para ser perfecta, eS necesario des
prenderse de las críaturás, vencer sus pasiones,
amar la cruz; ahora bien, estas virtudes exigen una
gran fuerza de voluntad qué suavizá el trabajo y el
sufrimiento. Mira, hija mia, como el que desea ser
rico y obtener un puesta distinguido, se somete vo
luntariamente á todas las fatigas,álas vigiliasyá los
viajes para conseguir sy, objeto; la mismo el que
deseáser santo, es necesario que la violencia de los
deseos le sostanga en los combates que tiene que
sostener; de otra manera flaqueará eternamente, y
no adelantará en el camino de la salvacion.
Y, fijate bien, hija mia, en que Dios no ordena
cosas imposibles cuando exige de los hombres sacri
ficios, les da fuerzas para cumplirlos, pero quiere
que se le pidan auxilios y que estos sean deseados.
Para llegará ser santo no basta con un deseo; se
necesita un deseo ardiente, un hambre insaciable
de santidad; el que experimenta esta hambre feliz,
no anda, corre por el camino de la virtud, como la
llama corre con rapidez por un sitio lleno de cañas
S8088.
-
- "

y s. -
RESOLUCION—Pedir frecuentemente "Diós la
gracia de llegará ser todo lo más perfecto posible
Implorar lcs auxilios de san José y la santísima Vir
gen María. “ii el oro,
y el vil el c“ :, y
et o ni p 1221 lo o

2 a
DIA
“ “
0CTAv0 el
y 1 - id, si xo
Abras Asos, como ANascistobiopsisus,
2 ca, o " .. .. . ¡ t iniil
Es una piadosa creencia de la Iglesia qué
cada hombre tiene un Angel custodio que
Dios le ha dado para velar por él, proteger
le contra sus enémigos invisibles, inspirarle
buenos sentimientos, y por último, dirigirle
por el sendero de la sálvacion; y esta piado
sa creencia descansa sobre hechos tan nu.
merosos y sobre todo tan verdaderos, que
no nos espermitido ponerlos en duda, pues
to que además están consignados en las San
tas Escrituras. En efecto, vemos en estos
Sagrados libros que Jesucristo dirigiéndose
un día á sus discípulos y recomendándoles
no escandalizasen á los niños: «Cuidad, les
dijo, de no escandalizará uno de esos pe
queñuelos, porque yo os declaro que sus án
geles ven siempre la faz de mi Padre que
está en los cielos.» Ademas vemos que con
=- 147– . -

mucha frecuencia los ángeles han acudido al


socorro de varios personajes de la antigua y
de la nueva ley: así Agar fué socorrida por
un ángel en el desierto, en el momento en
que su hijo iba á perecer de sed, Lot, sobri
no de Abraham, fué protegido por ángeles
contra sus enemigos. Daniel fué tambien pron
tegido por ángeles en el foso de los leones.
Elias fué socorrido por un ángel. Por último,
San Pedro en su prision fué desatado de sus
cadenas por un ángel, y libertado por él de
los que querian sacrificarle, a , , ,
Así que, almas cristianas, podemos creer
que cada uno de nosotros tiene un ángel
custodio que yela, contínuamente por nos
otros, que nos protege, que presenta nues,
tras oraciones á Dios, y que en fin, nos pres
ta, todo género, de servicios conducentes.á
nuestra salvacion op y a
¿Pero si cada hombre en particular tiene,
un ángel custodio, Jesucristo, que ha querit
do hacerse hombre y que ha tomado real
mente un cuerpo y un alma como nosotros,
tenia ambien un ángel custodio?. Tal es la
cuestion que han abordado un gran úmero
de santos doctores de la Iglesia, y todos han
opinado que habiendo tenido Jesucristo du
rante su vida mortal un gran número de án.
geles á su servicio, como lo vemos en el que
anunció su nacimiento á los pastores de Be
len, y por los que despues de su tentacion
en el desierto sé acercaron á él para servir
le, no tuvo ángel custodio particular, y que
este cargo de ángel custodió fué confiadò a
san José Así que, al preponeros ásan José,
almas cristianas, comö ángel eustodio de je
sús, seguramente que no es una píadosa
exageracion, sino úna opinion, una creencia
confirmada por un gran número de Santos y
grandes doctores de la Iglesia. Examinaá
ahora, y ved si consideradode esta mahera,
nuestró glorioso san José no ha sido elevado
á una dignidad muy subfine. Ywedtambien
ctián grande eron
y Jesús es laen
cöhfianza
José.
queo Diosp Padre
l,

eY efectivamente, no puede dudarse que


Dios no tuviera un cuidado especialísimo de
su Hijo único, y que no velese por él poruña
órden de la Providencia infinitàmente eleva
da por encina de lo ordinario; y sin embaru
go; este Padre tan atento á las necesidades
de su Hijo, eree haber provisto suficiente
mente á su conservacional confiarle ásan
José. Deseansa en sus cuidados, y el que
comisiona ángeles para la guarda de los hon
bres, quiere que un hombre sea, digámosly
así, el ángel tutelar del Verbo Encarnado.
Jesucristo pone tambien en él una con
- – 149 –
fianza ilimitada; y en efecto, el Hijo de Dios
no necesitaba de luces extrañas, porque era
él la sabiduría increada, y el Angel del gran
consejo. Si las inteligencias celestiales le
acompañaron durante su vida, fué para ser
virle. Pero renuncia enteramente álos privi
legios de su sabiduría en favor de José; quie
re que José sea su tutor y su ángel visible;
quiere que cuide de su vida y desu direccion.
¡Cuán dichosos nos contemplamos ¡oh o
por veros elevado á tan sublime dignidad!
*: nuestros corazones palpitán de ale
gría al ver que el cielo os colma de tanto
honor. Y qué honor, Dios omnipotente las
gerárquías celestiales fueron creadas princi.
palmente para el cielo, y vos José las reen
plazais en la tierra. Solo con María llenais de
una manera sobrenatural todas las funciones
de esos ejércitos de la Jerusalen celestial.
Vos, oh José, sois el serafin, el querubin y
el trono de la mueva alianza, y en los arre
batos contínuos de vuestro amor, de vuestra
visicn afortunada y de vuestra prodigiosa
santidad, os habeis elevado por encima de
todos los espíritus celestiales para deteneros
sólo en el corazon de vuestro divino Hijo
¡Oh José! gracias inmortales al Dios tres vel
ces santo que os ha hecho tan grande en el
cielo y la tierra.
- — 10 —
Y ahora, almas cristianas, considerad y
ed si Dios podia tener mayor confianza en
la de someterle su Hijo, y si esta
dignidad de José puede expresarla dignas
mente el humano lenguaje, ¡Oh! sí, por este
cargo de ángel custodio de Jesús, José es la
admiracion de toda la milicia celestial, Las
dominaciones, están encantadas al contem
plar un superior á todas
: terrenales, en el que fué investido
le tan poca autoridad á los ojos de los hom
bres. Las virtudes celebran *:
fuerza de alma inque : José. Las
potestades bendicen áDios por haber reunir
: autoridad y moderacion, fuerza y
dultura, poder y obediencia en el mismó
corazon, Los principados no se cansan de
admirar las prerogativas con que es honrad
*: es tan despreciado, en
el mundo, Los arcángeles se ante
el virginal esposo de María; Gabriel nope,
netrabajo el techo bendito de la casa de Na
zaret, sin envidiar la dicha del que Dios ha
unido tan íntimamente ála reina de las ge
rarquías angélicas. Los ángeles se admiran
á la vista de los servicios que José tiene la
dicha de prestará Jesús y :
cen en él, dice san Hilario, el Apóstol encar
sado de la mision de trasportarlesucristo,
- 454 -
el ángel 1 de la nueva alianza, comisionado
para alimentar á su Criador, para sostenerá
su Dios, para vestir su Providencia, para lle
var en sus brazos al que lleva al mundo en
su poderosa diestra, por último, para ser el
salvador de su propioSalvador. ¡Ah! unámo
nos, pues, á las gerarquías celestiales que
el Hijo ha establecido en la, casa de su Pa
dre, y á las que ha encargado de formar la
Córte del que haquerido hacerseobediente,
y ofrezcamos con ellas.á este glorioso Prín
cipe del cielo, nuestras súplicas, yiho
menaje.net of "
9l o ;u
G0L00U10-EL ALMA, Como acabo de conven
cerme, vos habeis sido el Angel custodio de Jesús, y
supuesto que tambien habeistenido tantas relaciones,
con los ángeles, ¿á quién mejor que ávos, oh gran,
san Josél pudiera dirigirme yo, para saber lo que
debo conocer respecto de estos espíritus bienaven
turados fene la bondad, oh glorioso padre miot.
de hablarme hoy de los ángeles, y principalmente,
del ángel de la guarda. .. . . . . . .
SAN José; Con gransatisfaccion, hijamia, quie
ro satisfacer tus deseos. Digo con satisfaccion, por-,
que en general los hombres no piensan desgraciada
mente bastante en los santos ángeles, que sin embar-,
goles prestan grandes servicios. No obres, así, hija
querida piensa con mucha frecuencia en los ángeles
--8 --
y sobretodo, en tu ángel custodio, y te felicitarás
por ello. . .. . . .
Los ángeles, mi querida hija, son espíritus puros
que Dios oreó principalmente para formar su córte
en el cielo, y ejecutar sus órdenes. Y en efecto, las
sagradas Escrituras, prueban la frecuente aparicion
de los ángeles en la tierra; así que los ángeles se
aparecieron árAbraham repetidas veces; ái Agar
cuando su hijo se moria de sed en el desierto;á
Moisés y á los Israelitas;á Elías en el desierto, al
profeta Isaias, y áAzarias ysus compañeros;áMa
ría, mi augusta esposa, cuando la anunció que seria
la Madre de Dios; áZacarías padre de Juan Bautista
y á mí; José cuando fué preciso huir á Egipto,
cuando debia volver, y en otras muchas circuns
tancías. No puede, pues, ponerse razonablemente
en duda la éxistencia de los ángeles; ademas, el
mismo Jesús, explica claramente acerca de este
punto cuando recomendó a sus discípulos que no
eseandalizaran á los niños: «Cuidad, les dijo, de no
escandalizar jamás á uno de esos niños, porque, en
verdados digo, que sus ángeles en el cielo ven siem
pre la faz de mi Padre.»
Los ángeles están distribuidos en tres grandes
gerarquías y cada una de estas gerarquías se divide á
su vez entrés órdenesó coros. La primera gerarquía,
es la de los serafines, querubines y tronos. La segun
da comprende las dominaciones, las virtudes y poten
tados; la tercera, está firmada de los principados,
=- 153
arcángeles y ángeles, Su naturaleza es anteramenta
espiritual, y despejada de toda materia, así se les
llama con mucha frecuencia espíritus; más sin em
bargo, este nombre de espíritu, conviene mejorálos
demonios, que son de la misma naturaleza que los
ángeles; porque hay que hacerte comprender, que
hay dos especies de ángeles, unos buenos y otros
malos. Todos fueron creados purosy santos;pero no
tadospermanecieron en este estado: unos desmere
cieron á los ojos de Dios, y fueron precipitados en
las tinieblas; los otros permanecieron fieles, y en
recompensa Dios los confirmó en la gracia. Y en
cuanto al número de los ángeles, es innumerable,
así hé aquí per qué son llamados algunas veces,
Eáneo Dios Gurios; MILIGACELETIAL Eácir
To DEL SEÑOR.
E. ALMA: ¿Y cuáles, padre mio, la mision de
los ángeles? o ll, ; . . . . . .. v.
SAN Jos: La mision de los ángeles puede consi
derarse hajo dos puntos de vista; primero con rela
cioná Dios, y despues con relacionálos hombres.
Con relacioná, Dios, la mision de los ángeleses
dar mayor brillantezá la majestad del Rey de los re
yes asistiendo á su trono y caatando sus alabanzas,
como se lo declaróáTobias el ángel, que la habia
acompañado á casa de su tio Raquel. Son los minis
tros de las voluntades divinas como lo prueba la
muerte del cruel Herodes; herido este por un ángel
del Señor porquena habia rendido á Dios el debido
hbménjetuel tirañb murió roido por los gusanos
Son los servidores de Jesucristo, puesto que vinie
roná servirle; cuando despues de su tentacion tuvo
hambre en el desierto. Los ángelessón asímismo
los ejecutores de las venganzas de Dios, contra los
prevaricadores que quiere castigar en esta vida y
contra todos los pecadores el dia del juicio univer
sal porque en ese dia acompañarán áJesucristo para
juzgar del mundo, y serán los que llamarán a los
hómbres y ese juicio formidable, y despues del juicio
serán tambien ellos los que separarán á los buenos
de lós malos. " " " " - o *
“Por lo que hace relacion á los hombres, los ángea
les, hijamia,son enviados como dice san Pablo;
para ayudár á los hombres á salvarse; los defienden
contra losdemonios; ofrecen á Dios sus oraciones y
sus buenas obras, llevan las almas de los justos ágo
zar en la morada de la dicha eterna; protegen á los
tenerosos de Dios, y manifiestán vivo intérés
por los hombres. Pero si protegen á losjustos y los
ayudan, tambien se ensañan terriblementél contra
los preváricadores—Hé aquí hija nia, lo que tienes
que saber acerca de los ángeles en general; ahora
hablaré de los ángeles custodios el fís y
ELALMA: ¡Oh sí, Padremio, habladme de los
ángeles custodios; decidme sobre todo, cómo debe
honrárseles, á fin de que yo honré al mio lo mejor
posible. ". ro 9on
* SAN Jos: Los ángelesicustodios, hijamia; son
– 153
espíritus áquienes Dios ha confiado la guarda de los
hombres. Acompañan á los hombres en todo, y por
do quiera que dirigen sus pasos, les inspiran bue
nos pensamientos, buenos sentimientos, y les son de
la mayor utilidad para su salvacion, cuando saben
escucharlos. Pero desgraciadamente haymuy pocas
personas en el mundo que sigan los buenos consejos
de sus ángeles custodios. Destinados por Dios á la
guarda de los hombres, no puedes figurarte, hija mia,
el celo con que desempeñan sus funciones; están
enteramente dedicados á la salvacion de los hom
bres; quisieran prestarles todos los servicios posi
bles; ahora bien considera cuán grande debe ser la
pena que esperimentan al ver que los hombres no los
escuchan y que hasta los suyos no piensan jamás
en ellos. ¡Oh! no seas así, hija mia, piensa al con
trario con frecuencia en el ángel de su guarda, es
cucha y sigue las buenas inspiraciones que te sugiera,
hónrale sobre todo convenientemente y agradécele
todo lo que ha hecho y hace por sí diariamente.
EL ALMA: Gracias, ¡oh glorioso Padre mio! por
el consejo que acabais de darme de venerar á mi
Angel custodio, amarle mucho y serle fiel. ¡Ah! lo
confieso avergonzada; hasta ahorarará vez hepen
sado en él, y áun mucho ménos he escuchado y se
guido sus buenas inspiraciones, pero os loprometo,
¡oh Padre mio!, quiero reparar mis pasadasfaltas
En lo sucesivo quiero amar mucho á mi Angel
bueno, no contristarle y venerarle como debo.
– 186 —
RESOLUCION-Venerar como es debido ánnes
tro Angel custodio y serle fiel. Pensar frecuente
mente en él, y recurrirá su poderosa proteccion
en todas nuestras necesidades.

DA NOvEN0.

GRANDEZA DE SAN José COMOPADRE ADOPTIVO DE JESUS.

Consideremos, almas cristianas, con toda


la extension de que somos capaces, cuáles
han sido los grandes designios de la sabidu
ría divina respecto á san José, y los favores
que se le comunicaron por consecuencia de
su alianza con María, la augusta Madre del
Salvador. -

En efecto, desde el instante en que el


Verbo se ofrecióá su Padre Eterno en holo
causto para la redencion del mundo, se de
cidió en los consejos de la augusta Trinidad,
que Dios Hijo se haria hombre y vendría á
habitar entre nosotros, para ser la víctima
propiciatoria de nuestra reconciliacion, y el
mediador entre el cielo y la tierra, y desde
entónces quedó tambien ordenado todo lo
que se referia á este gran designio de mise.
- 487
ricordia. El Verbo divino debia, pues re
vestir nuestra naturaleza con todas sus mise
rias pasandopor las diferentes edades de la
vida: hacerse niño, reducirse árecibir en su
debilidad todos los auxilios que necesitaba.
Era, pues, necesario que la Providencia le
escogiera un protector, un guardian, última
mente, un padre que dividiera, respecto á
él, los cuidados de su santísima madre. Aho
ra bien, José es el designado para esta mi
sion admirable.
Puesto que estaba decretado que el Hijo
vendria á la tierra, el Padre Eterno debia,
pues, proveer á todas las necesidades de su
Hijo, porque es él quien reparte con mano
: sus beneficios sobre todo lo que tie
ne vida, en los aires, en los abismos del
mary en toda la extension de la tierra. Po
día servirse del ministerio de los ángeles
para esta funcion, como lo hace con muchos
de sus servidores; pero sólo á José reco
mienda la vida de su Hijo. El Profeta para
enseñar la Providencia de Dios, sobre lana
turaleza, dice que los ojos de las criaturas
están fijos en él; pero en favor de san José
cambia Dios esta órden de la Providencia, y
mientras que todas las criaturas vuelven sus
ojos hácia la bondad de Dios, de la que es
peran su sustento, Dios se dirige él mismo
- 158 -
áJosé;á él es á quien pide Dios el pan, él
es quien alimenta á su Señor. -

Admiramos la sabiduría de Dios, que


vierte en la última de las plantas diariamen
te su gota de rocío; y cuando contemplamos
los campos cubiertos de ricas mieses y fe
cundados por las aguas que salen del seno
de la tierra, no tenemos palabras bastantes
para bendecirá este buen padre de familia
que alimenta tan deliciosamente á sus hijos.
¿Por qué no admirariamos tambien ásan José
que sustentó al que ha criado los ángeles y
los hombres? ¿Es ménos admirable alimentar
al hijo de Dios queá los hijos de los hombres,
y gobernar al Creador que gobernar las cria
turas? ¡Providencia amorosa, parece que os
complaceis en dejaros vencer y en hacer por
ellos más que por vos misma!
La dignidad de José como padre adoptivo
deJesús,es, pues, muy sublime ymuy grande.
¡Pues bien! almas cristianas, á la dignidad
de José, por sublime que sea, cada uno de
nosotros pnede aspirará ella. Sí, y aquí es
donde hay que admirar la misericordia de
Dios para con nosotros, cada uno de nosotros
puede, y muy fácilmente, llegar á ser como
José el padre adoptivo de Jesús, y coneste título
adquirir, como José, una multitud de méritos
para el cielo. En efecto, mientras que Jesu
- 159
cristo vivia sobre la tierra en la morada de
José, vivia en ella como Dios y como hombre;
pero su cuerpo era entónces mortal y sometido
á todas las flaquezas humanas. Este mismo. Je
sucristo vive aún oomo Dios y como hombre
sobre la tierra, pero con un cuerpo glorioso,
oculto tras los velos, eucarísticos, No pode
mos, pues, hacer ahora por este cuerpoglo
rioso, lo que José hizo por este mismo cuer
po mortal; pero por un efecto del inagotable
amor de Jesús á los hombres, ha querido
que pudiéramos hacer aún por él lo que José
habia hecho anteriormente, y para esto nos
nos ha dejado sus amigos, sus representantes
en una palabra, nos ha dejado los pobres; y
áfin de que nadie pudiese engañarse, se ha
explicado de la manera más clara, más for
mal, más explícita; nos ha declarado formal
mente que todo el bien que hiciéramos á los
pobres, le consideraria como sile fuese hecho
á él mismo. , , , , , , ,, , ,
Así que, almas cristianas, tenemos por
garantía la palabra de Jesús: si, amamos, los
pobres, amaremos,áJesús. Si vestimos los
pobres, vestiremos áJesus. Si damos alber
gue á los pobres, albergaremos áJesús, Si
saciamos el hambre de los pobres, saciare
mos el hambre de Jesús; en fin, todo lo que
hagamos por los pobres, Jesús lo mirará co
, = 60.
no hecho con él mismo. ¡Ah! los pobres, los
pobres, hé aquí los amigos de Dios hé aquí
los representantes de Jesús sobre la tierra!...
¡ a limosna, la limosna dada á un pobre en
nombre de Jesús, hé aquí el camino del
cielo... * , , , , , , ,,
Así que, almas cristianas, amará los pobres
y socorrerlos, es amará. Jesus y socorrerleá
él mismo; es llenar las funciónes de padre
adoptivo de Jesús, es amontonar tesoros en
el cielo. La caridad para con los pobres esel
gran misterio de la caridad cristiana; niste
rio que parece una especie de nueva Euca
ristia, con la que alimentamos áDios en los
pobres, como nos alimenta él mismo bajo las
especies sacramentales. Un santo Padre hos
dice mucho más; la limosna hecha á un po.
bre en nombre de Jesucristo, es más meri
toria en cierto modo, que si se hiciera al
Salvador en persona, porque al mérito de
socorrerá Jesucristo, añade el de reconoce
le en el pobre. .
Prosternados ávuestros piés los reveren
ciamos, ¡oh bienaventurado José como padre
adoptivo de Nuestro Señor y Dios, como jefe
de esa Santa Familia, que es el objeto de las
complacencias y de las delicias del Padre
Eterno. ¡Qué gloria para vos haber sido el
padre adoptivo y el guia del Hijo único de
=

– 161 -
Dios! Pero que dicha la nuestra al pensar que
sois tambien nnestro padrey que somos vues
tros hijos, puesto, que somos hermanos de
Jesucristo, que ha querido llamarse vuestro
Hijo y que en esta calidad tenemos derecho
á la ternura de vuestro corazon paternal.
Recibidnos pues, favorablemente, tomadnos
bajo vuestra proteccion,ysed nuestro refugio
y nuestro asilo en todas nuestras penas y en
todas nuestras necesidades, durante la vida
y en nuestra última hora. •a

COL0QUI0–E. ALMA: Acabo de leer, ¡oh


glorioso san Josél que Dios considera como hecho á
él todo el bien que hagamos á los pobres en su
nombre. ¡Oh cuánto me ha conmovido esto! Ya eo
nocia esta muestra de la voluntad de Dios, puesto
que está en las santas Escrituras, pero la medita
cion que acabo de hacer al pié de vuestro altar, ¡oh,
glorioso Padre mio! acaba de demostrármela con
más claridad, y de grabarla más profundamente en
mi alma. ¡Cuán grande es la bondad de Dios para con
el hombre!
SAN José: ¡Oh! sí, hija mia, tienes mucha razon
en decir que la bondad de Dios para con los hom
bres es infinita, y el profeta David tenia mucha ra
zon, en invitará todas las criaturas á bendecir y ala
bar al Señor, porque su misericordia es infinita. Tú
me dices que estás vivamente conmovia por esta
– 16 –
nueva prueba de la bondad de Dios, que considera
como hecho con él mismo, todo lo que los hombres
hagan por los pobres; te creo, hija mia, pero ¡cuán
to más te admirará esta prueba de la bondad de
Dios,
la si la consideras con relacion al Sacramento de
Eucaristía r.

EL ALMA: Pues bien, Padre mio, tened á bien


manifestarme esa relacion. ¡Oh! yo os lo suplico,
manifestadme todo lo que hay de admirable en esos
dos misterios. ("

SAN Jos: Con mucho gusto, hija mia, me apre


suro á satisfacer tus deseos; préstame pues, toda tu
atencion. El fin del hombre sobre la tierra, es al
canzar el cielo; pero para obtenerle hayque ganarle,
que merecerle, y el hombre por sí nada podia ántes
de la venida áun ahora mismo nada
puede sin el auxilio de la gracia. Pues bien, hijamia,
considera ahora cuál es la conducta de Dios én está
circunstancia; Dios le da su gracia, y mucho más; se
entrega á sí mismo como alimento al hombre; el
hómbre era débil, pero ahora se vuelve poderoso y
fuerte, puesto que puede todo por el que le fortifi
ca; pero tiátase ahora de que el hombre adquiera
méritos y de adquirir cuantos les sean posibles. Pues
bien; Dios provee dándole los pobres, que son tan
numerosos, y diciéndole: «Todo lo que hagas por los
pobres en mi nombre, lo miraré como si me lo hi
cieras á mí mismo. Así que, ya lo ves, hija mia:
Por la gracia, por la comunion, Dios hace al hombre
-
– 163 –
fuerte y poderoso para el cielo; por los pobres, que
son tan numerosos, le proporciona á cada instante
la facilidad y la ocasion de hacer bien y por la sus
titucion que Jesucristo hace poniéndose en el lugar
de los pobres, da un estimable valor á los méritos del
hombre. Reflexiona un poco, y mira si Dios podia
hacer por el hombre cosa más grande y manifestar
le mejor el amor que le tenia y el deseo de recom
pensarle un dia en el cielo. Luego, hija mia, da li
mosna al pobre, y por limosna debe entenderse todo
el bien que puede hacérsele no sólo en metálico, sino
en otra forma cualquiera; el amor á los pobres, la
limosna, la caridad, hé aquí el camino del cielo. Sin
la caridad nada eres, ni nada puedes para el cielo;
pero con la caridad eres todo, y lo puedes todo para
llegar a la patria celestial.
Acabo de decirte, hija unia, que por la caridad
todo lo podia el hombre, y es verdad. En efecto,
cuanto más caritativo es el hombre, más se acerca y
se asemeja á Dios, puesto que Dios es todo amor.
La caridad es un fuego divino traido por Jesucristo
á la tierra; es el lazo de perfeccion, el bien supremo
y el fruto principal, fruto del Espíritu Santo. La ca
ridad, es el mandamiento por escelencia de Jesu
cristo, puesto que en ella se encuentran reunidos la
ley y los profetas. La caridad disculpa todos los pe
cados, obtiene todo de Dios, disipa el temor á Dios,
y su nombre es el de Dios.
Sabes, querida hija mia, que Jesús vendrá el últi
- 164 –
mo dia ájuzgará todos los hombres. Esto supuesto,
¿sabes en que basará la sentencia de los buenos y de
los malos? Sobre la caridad.
Y ahora, hija mia, debes comprender toda la im
portancia de la caridad. ¿Quieres que Dios te perdo
ne tus pecados?practica la caridad. ¿Quieres pare -
recerte lo más posible á Dios? practica la caridad.
¿Quieres llegará ser un gran santo, quieres cumplir
fielmente la ley? practica la caridad. ¿Quieres, en
fin, llegar seguramente al cielo? practica la caridad.
RESOLUCION.—Practicar la caridad con todo el
mundo,y sobre todo con los pobres; amarlos y so
correrlos en todas sus necesidades, en cuanto nos
sea posible.

DIA DIEZ
qRANDEZA DE SAN JOSÉ COMO ESPOso DE MARÍA.

Habiendo resuelto, Dios el hijo de toda


eternidad, nacer milagrosamente de la más
pura de las vírgenes, determinó dar un es
poso á la madre, y en esto nos dice san Ig
nacio mártir, tuvo miras dignas de su sabi
duría y de su amor. En efecto, por este me
dio pudo ocultar el misterio de su encarnacion
hasta el momento en que debiera revelarlo
- 165 -
al mundo; salvar al mismo tiempo el honor
de su augusta Madre, de cuya virtud se hu
biera podido dudar y darla un compañero
fiel que pudiera ayudarla en sus necesida
des y consolarla en sus aflicciones, y tam
bien para tener él mismo un director y un
sosten fiel en su niñez. Ultimamente, quiso
honrar á San José sometiéndose á su direc
cion y elevándole á la sublime dignidad de
esposo de su Madre.
María es un paraiso de delicias, adornado
con los más bellos lirios, en la que debe
crecer el árbol de la vida, y de donde cor
rerán los torrentes de la gracia; ahora bien;
como en el primer Paraiso terrenal Dios ha
bia puesto á Adan para guardarle, convenia
también que este nuevo jardin tuvieraun
guarda que velase por sus frutos y defendie
ra la entrada. Y fué José, fué ese hombre
escogido entre mil para ser el protector y
defensor de la virginidad de María.
En el antiguo testamento, cuando hubo
que colocar el Arca de la Alianza en un lu
gar seguro, se escogió la casa de Aaron,
que mereció esta gracia por su gran piedad,
y el Arca de la Nueva Alianza, es decir Ma
ría, de quien la antigua no era más que una
figura grosera, fué confiada á José; á él
le encarga Dios conducirla, consolarla y
-66
velar por ella como como su ángel visible.
En el matrimonio que María contrajo con
José, no impuso otra condicion, que la de
que su esposo fuera en todo y por todo se
mejante á ella en la inocencia de costumbres
y en la pureza del alma. Ahora bien, como
el Espíritu Santo velaba esta union, «nadie
puede dudar, dice san Bernardino de Sienna,
que María no haya sido satisfecha en su
demanda, y que José no fuera enriquecido
con cualidades, dones yvirtudes, semejan
tes en todo á los de su esposa María. Que
los evangelistasguardan silencio,sobre José;
que se abstengan de exaltar. como pudieran
hacerlo, la dignidad de este santo Patriarca,
importa poco; nos le representan cono es
poso de María virum Mariae, esto nos basta.
En estas dos palabras, encontramos todas
las virtudes, todas lasgrandes prerogativas
del glorioso san.José.
En efecto, si san José era esposo de Ma
ría, san Bernardonos asegura, que fué de
todos los mortales el que más se parecia á
esta augusta Vírgen: «José, dice, fué hecho
áimágen y semejanza de María, su esposa;»
luego fué tambien el que más se acercó rá
esta sublime criatura, la cual se encumbró
hasta lo más encumbrado de los cielos, llena
de alegría en el seno del Padre Eterno á su
Hijo único, ese Hijo que engendró en la eter
nidad de los tiempos y en el que cifraba to
das sus complacencias.–José era esposo de
María; por lo tanto, era un mismo corazoh y
una misma alma, dice el bienaventurado
Leonardo de Puerto Mauricio; con ese cora
zon y esa alma que llevó dentro de sus sa
gradas entrañas el corazon y el alma del
Hijo de Dios.—Siendo José esposo de María,
fué el jefe de la primerasoberana del mundo,
porque el hombre, dicen las Escrituras, es el
jefe de la mujer; por lo tanto, fué el señor
de esta gran Reina, que las dominaciones,
los principados, los querubines y los serafi.
nes, se glorian de servir.—José era el espo
so de María. ¡Ah! es bastante, exclama san
Bernardino: «diciendo esto, decís bastante;
decís que era semejante á la Vírgen su es
posa.» Factas in similitudinem Virginis es
ponsae suae. Si María fué la resplandeciente
aurora qne anunció el Sol de justicia, José
fué el horizonte iluminado por sus brillantes
resplandores.
Así, ya lo veis, almas cristianas, si como
justo llegó José á sobrepujar en santidadá
los más grandes santos, se elevó como
esposo de María, por encima de los án
geles, y ha podido verá suspiés, excepto
áMaría, todas las demás santidades creadas.
– 168—
Feliz, pues, una y mil veces, feliz esté
gran Santo, que Dios exaltó por encima de
los reyes de la tierra y los príncipes de la
celestial milicia. En efecto, si consideramos
con alguna atencion, veremos que José es
ángel en la inocencia de su vida, arcángel
en la eminencia de su ministerio y principa
do en los triunfos que alcanzó sobre el cruel
Herodes y sobre los demonios. Si continua
mos reflexionando, reconoceremos que José
es: potencia, por la produccion de diversas
maravillas; virtud, por su participacionabun
dante de las divinas perfecciones; domina
cion, por el ejercicio de su autoridad sobre
Jesús y María; trono, por su humilde servi
dumbre; querubin, por el conocimiento que
tuvo de los más sublimes misterios, y serafin
por su ardientísima caridad. De modo, que
si consideramos á san José bajo el punto de
vista de las dignidades de los nueve coros
de los ángeles, noshallamos con que las re
une todas, pero si le consideramos como es
poso de María, ¡oh! entonces nos faltan ex
presiones para calificar esta dignidad, por
que nada en el cielo ni en la tierra, puede
compararse con la dignidad de María, como
madre de Dios. Despues de Dios, la digni
dad más elevada es la de la augusta María,
como madre del Redentor, pero despues de
- 169 –
la de María, está la de José como esposo de
María. "

Que la consideracion de las grandezas ine


fables del glorioso san José redoble nuestra
confianza en él, porque su poder es propor
cionado á su dignidad. Si María es Reina
en los cielos, san José es Rey; si María es
omnipotente, san José es tambien omnipo
tente; si María es Madre de las Misericordias,
san José es el padre; tenganos, pues, en
José una ilimitada confianza sin límites, y
estemos seguros que no nos engañaremos.
COL0QUI0–EL ALMA: Puesto que habeis sido
escogido por Dios, oh glorioso san José para ser es
poso de María, y puesto, que habeis habitado con
ella durante cerca de treinta años, nadie puede co
nocer mejor que vos á esta augusta Vírgen.0s rue
go encarecidamente, oh mi buen Padre, que me ha
bleis hoy de María; encended su amor en mí por
vuestras santas palabras, á fin de que lleno del más
vivo reconocimiento pueda manifestarla el cariño
que la debo. ,
SAN José: ¡Oh! sí, hija mia, yo tuve la dicha de
conocer bien áMaría. Nadie ha podido estudiarla
mejor que yo y sondear el corazon de esta augusta
Vírgen; sí, he sido testigo del profundísimo afecto
de María áJesús y el mayor aun de Jesús á María,
junto con el de Jesús y María por los hombres. Con
— 170 –
templo tambien ahora el amor de Jesús lá María
y elhomenaje que la rinde en el cielo unido á la
gloria y al poder con que la rodea; gloria y
poder tales que la de todos los ángeles y san
tos no pueden comparársele. ¿Quieres que te
hable de María? Pues bien, hija mia, te diré sin va
cilar, ama áMaría, ama á tu Madre; y cuando te
digo tu Madre, no creas que exagero al usar esta
expresion. María es realmente tu Madre, no segun
la carne, sino segun el espíritu; ella es el espíritu,
ella es la Madre espiritual de todas las almas. .
EL ALMA: ¿Y cuándo oh Padre mio, María llegó
á ser nuestra Madre? - -

"SAN José María hegóá ser la madre de todas


las almas, en dos épocas; primero, cuando mereció
concebir al hijo de Dios en sus virginales entranas;
porque como dicen muy bien Alberto el Grande y
san Bernardino de Sienna, inmediatamente que Ma
ría dió el consentimiento que el Verbo esperaba pa
ra hacerse su hijo, deseó ardientemente la salvacion
de los hombres y los llevó indirectamente en su
seno como la más tierna de las madres. ", y

La segunda época en que esta augusta Vírgen se


hizo Madre de todas las almas, fué aquella en que
con el corazon traspasado con el más cruel dolor de
cuantos han existido, se unió al sacrificio de Jesús
y ofrecióeste Hijo muy amado al Padre eterno pór
la salvacion de los hombres culpables. En aquellos
momentos fué cuando el Salvador fijando sus tier
- I -

nos ojos en María y ensan Juan, dijo á su Madre:


Hé ahí vuestro hijo—y al discípulo-hé ahí vuestra
Madre, -

EL ALMA: ¡0h padre mio, cuán cara costó nues


tra adopcion á nuestra tierna Madre! ¡Cuánto deben
amarla los hombres y con cuánta confianza deben
invocarla!
SAN Josá: Sí, hija mia, deben amar mucho á
María y confiarse en ella; porque María los ama y
se ocupa de sus más caros intereses, con más solici
tud que la mejor de las madres. Así que la que la
venera con sincera devocion, encontrará la gracia
en esta vida y la dicha en la otra. San Antonio ha
dicho que es de absoluta necesidad que los que se
confianá María se salven, y san Bernardino añade
que los que obtienen la proteccion de María, son
mirados por los bienaventurados, como sus conciu
dadanos en la patria celestial y que aquel que lleva
la señal de los servidores de María, está ya inscrito
en el libro de la vida. No es posible que los servido
res de María se condenen, porque no lafalta poder,
ni voluntad para ayudarlos.
EL ALMA: Así que padre bondadoso, ¿puede de
cirse que aquel que tiene una sincera devocioná
María es realmente un predestinado?
SAN José: Sí, seguramente, pero ten presente,
hija mia, no basta para ser agradable á María, reci
tar las oraciones en honor suyo, hacerse inscribir
en sus hermandades, llevar sus libros; eso no consti
- 172 –
tuye por sí solo al verdadero devoto de María. Ade
mas, hija mia, es necesario huir del pecado que cau
só la muerte de su divino Hijo, porque no se honra
á la madre ultrajando al hijo; conviene ademas
imitar lasvirtudes de que dió al hombre tan buenos
ejemplos: María es humilde y quiere que los que la
sirven lo sean tambien; María es piadosa y pura, y
rechaza de sí al impúdico y al impío; es buena y ca
ritativa yno puede sufrir al envidiosoy al venga
tivo. ¿Cómo con tales diferencias se atreverá nadie
á decirse hijo de María? Un pecador lo decia cierto
dia: manifestad que sois mi madre, y una vozinte
rior le respondió: manifestad que sois mi hijo. Va
lor, pues, hija mia, ponmanos á la obra y nada te
mas. Ruega áMaría, ama á María y alcanzarás el
laurel de la victoria. , "
EL ALMA: Puedo, pues, oh mi glorioso padre,
esclamar con san Anselmo: ¡oh feliz confianza! ¡oh
refugio seguro! La madre de Dios es tambien, ma
dre mia; ¡ con cuánta certidumbre debo pues espe-.
rar, puesto que mi salvacion depende de la voluntad
de Jesús, mi padre, y de la proteccion de mi madre
María! - -

SAN José: Y no serás defraudada en tus espe-


ranzas, hija mia; todos los santos se han agarrado á.
esta tabla de salvacion, en medio de los escollos de
la vida. Si amo áMaría decia el venerable Juan
Berchmeaus, estoy seguro de la perseverancia y ob
tendré de Dios cuanto desee. Y el piadoso jóvense,
– 173 –
entretenia con este pensamiento, repitiendo fre
cuentemente: 0s amo María, mi buena madre.
Ama, pues, á María, como la han amado todos los
grandes Santos. Ámala como san Felipe de Neri,
que la llamaba sus delicias; como san Buenaventura
que la llamaba su corazon y su alma; como san
Bernardo, que queria tanto á esta tierna madre, que
la nombraba encanto de los cielos; como san Ber
nardino de Sienna, que no dejaba pasar un solo dia
sin visitar devotamonte una de sus imágenes; como
san Luis de Gonzaga, que la flamaba su madre que
rida; en fin, ámala como la han amado tantos Santos
que buscan todos los medios de agradarle.
"RESOLUCION.—Rogar frecuentemente á san
José, que nos inspire un grande amorá María. Res
zar todos los dias una oracion á la Santísima Vír
gen, y sobre todo el Memorare.
-

DIA (ONCE.

GRANDzA DE sAN José COMO PADRE DE JESUS,

Puesto que san José fué verdaderamente


esposo de María, de la que nació Jesucristo,
se deduce que este gran Santo debió ser mi
rado como padre del Salvador. Y en efecto,
María misma se complace en darle este be
- . — 17 —
lo título cuando halló al Salvador en el tem
plo. «Hijo mio, dijo áJesús, ¿por qué habeis
hecho esto con nosotros?vuestro padre y yo
os buscábamos traspasados de dolor. Pero si
José es padre de Jesús, ¿quién podrá expli
carnos lo grande y sublime de la dignidad
de este santo Patriarca, considerado así?
Examinemos con los ojos de la fé esta digni
. dad, y veremos que nada hay en el mundo
que pueda comparársela, y que por conse
cuencia la grandeza de José como padre de
Jesús és superior á todas las grandezas (1).
Cuando los judíos se apercibierón de qué
Jesús comenzaba,á hacer milagros, decian
entre sí con desprecio: ¿No es este el hijo de
José elimenestral? Non ne est hic fabri filius?
Sí, sin duda, exclama san Pedro Crisólogo, es
el hijo de un artesano: ¿pero quereis saber
de qué artesano? Voy á enseñároslo, conti
núa este gran santo; este que veis, es hijo
de ese gran artesano que ha fabricado el
mundo, no con el martillo, sino con una órden
de su voluntad, non ferreo sedpreacepto. Es
el hijo de ese artesano que ha combinado los
— — — — —
(4) Haremos notar aquí que cuando en el curso de esta obra
: la dignidad de san José por encima de todas lás dig
idad *: humanas, exceptuamos siempre la dignidad e
a *: Dios. En el cielo como en la tierra, la más sa
a más augusta de todas las criaturas, es Maria Feodesp
de María, colocamos inmediatamente aiglorioso san José

– 475 –
elementos, no por un efecto de ingenio, sino
por un simple mandato, non ingenio sed ju
sione. Este es el hijo de ese artesano que en
cendió la antorcha del dia en la bóveda ce
leste, no con un fuego terrestre, sino por un
calor superior, non terreno igne sed superno.
Es, en fin, el hijo de ese artesano que con
una sola palabra hizo salir el universo de la
nada, cuncia fecit est nihilo. Sí, cierto, te
neis razon, responde un ilustre doctor á san
Pedro Crisólogo, el ilustre san Leonardo de
Puerto Mauricio; los judíos debieron conocer
que Jesús era hijo del gran arquitecto del
universo; pero tolerad tambien para honra y
gloria de san José que se diga que Jesús es
tambien hijo de ese pobre carpintero que
trabaja en su tallermanejando la sierra el
cepillo, y que como tal Jesús es su oficial, y
el compañero de sus trabajos. Así que, siJe
sús es hijo del gran arquitecto del
es tambien hijo de José el carpintero, de Jo
sé, uno de los más pobres de Nazaret. SiJe
sús estaba presente cuando su Padre celes
tial se disponia á crear el mundo, tambien
estaba presente en el taller cuando aquel
trabajaba. SiJesús estaba presente cuando
su Padre extendia la bóveda de los cielos,
cuando su padre José cortaba la madera y la
trabajaba, tambien estaba presente. SiJesús
– 176–
estaba presente cuando Dios Padre ponial
mites al mar, cstaba tambien presente cuan
do José, su padre, serraba la madera y la cé
: SiJesús estaba presente cuando su
Padre celestial suspendia las nubes en el ai
re, si estaba, en fin, con él arreglado y or
denándolo todo, tambien estaba presente
cuando José, su padre adoptivo, unia las pie
zas de madera, las arreglaba con él y con
fundia sus fatigas con las suyas. Ahora bien,
almas piadosas, ¡quésublime dignidad y qué
grandeza la que nos hace aparecerá José
como émulo del mismo Dios! ¡Un pobre obre-
ro en madera, émulo de Dios, émulo del ar
quitecto del mundo... ¿Pues qué más que
reis para proclamar á José soberanamente
grande como padre de Jesús?
Hay tres cosas, dice santo Tomás, que
Dios no puede hacer más grandes, que son:
primero, la humanidad de Nuestro Señor Je
sucristo á causa dé su union hipotética con
el Verbo; segundo, la gloria de los elegidos
á causa de su objeto principal, que es la
esencia infinita de Dios; y tercero, la Madre
incomparable de Dios. Pues bien, podemos,
"nos dice el bienaventurado san leonardo de
Puerto Mauricio, añadir una cuarta, y es que
Díos no puede hacer un padre más gránde
que el padre de un Hijo que es Dios: majo
–477–
ruñquam patrem Deinon potestfacere Deus.
Confesamos, pues, con alegría, que la gran
deza de José es superior á todas las gran
dezas de este mundo. -

Cierto es que José ninguna parte tuvo en


la produccion de Jesús, pero no importa; no
es ménos cierto que fué su padre por la au
toridad que el cielo le habia dado y por la
solicitud y la ternura que tuvo para con él.
Y en efecto, ved almas cristianas, si hay al
guna de las funciones del mejor de los pa
dres que nohaya sido ejercida gloriosamente
porJosé. ¿Quién fué el que recogió al santo
Niño en cuanto nació, y le acostó en el pese
bre?José. ¿Por quién fué circuncidadoy lla
mado Jesús? Por José. ¿Quién le llevó en sus
brazos al templo para ser rescatado? José.
José fué tambien quien le sustrajo al furor
de Herodes, y quien al volver de Egipto le
evitó probablemente la persecucion de Ar
quelao, refugiándose en Nazaret. Finalmente,
José fué quien le proporcionó durante trein
ta años, con el trabajo de sus manos y el su
dor de su frente, el alimento, vestidos y al
bergue. ¡Cuántas veces servirian los brazos
de José de cuna á aquel divino Niño! ¡cuán
tas caricias le prodigaria! ¡cuántas veces le
dió de cemer con su propia mano, le vistió,
le enseñóá hablar y le ejercitó en el trabajo,
=-78=
y cuando llegóáhacerse hoabre le reposó
sobre su corazQn, 4.

... Luego si José se condujo comó padre tan


cariñoso, tan solícito para Jesús, ¿cómo de
bemos pensar que Jesús debió portarse con
José? ¡Oh! seguramente que debió ser para
él el mejor de los hijos, manifestándole un
respeto, una sumision, una obediencia per
fecta en todas las cosas! Así que, oid almas
cristianas lo que este pensamiento hace de
cir á san Bernardo: «¡Oh techos ioh paredes!
exclama este gran Santo, ioh bienaventura
do recinto que habeis abrigado esta augusta
familia y habeis sido testigo de sus trabajos,
de sus diversiones y de sus conversaciones
¡Ah! decidnos cuántas veces losé para reani
marse en susfatigas, repelia el dulce nombre
de su Jesús, y con qué solicitud acudia éste
á él como si le hubiera llamado. ¡Ah! decid
nos tambien con qué modestia y gracia Jesús
ayudaba á José, Jesús trabajaba con José,
puesto que esta modestia y esta gracia eran
tan grandes, que segun la tradicion, los ha
bitantes de Nazaret, acudian frecuentemente
en tropel para yer trabajar á aquel interes
sante Niño. Así que, almas cristianas, siJosé
fué para Jesús el mejor de los padres, Jesús
fué para José el mejor de los hijos; ahora
bien, como este hijo era Dios, juzgad si po
deis, cuál seria la grandeza y súblinidad de
san José cómo padre de Jesús.
¡Comprended, pues, almas cristíanas, si
podeis, el honor que Dios Padre hace á este
santo Patriarca, dividiendo con él un título
que le distingue de las otras dospersonas de
la santísima Trinidad! ¡Privilegio tan sorpren
dente que llena de admiracion las inteligen.
cias celestiales, y tan sublime, que solo le
supera la maternidad divina
COL0QUIO-EL An: Comista en los santos
Evángelios, ¡oh glorioso san José que Jesucristo ha
recomendado la oracion; y la oracion frecuente, y
que él mismo há dado el ejemplo, puesto que esta
ha siempre en oración Puesto que habeis sido el pa
dre de Jesús, le habeis visto orar con frecuencia,
líabeis orado todos los dias con él, y Jesús debió ha
blaros con frecuénciá de la oracion, nadie mejor que
vos y María debé saber lo que es la oracion y cómo
se debe órar. Instruidmé, oh glorioso Padre mio, sol
bre este asunto, á fin de que en adelante ore mejor
y mis súplicas sean más agradables a Dios. "
SAN Jos: La oracion, hija mia, es la elevacion
del alma á Dios para rendirle sus homenajes y ex
ponerle todas tus necesidades. Aliora bien, como las
necesidades del hombre se renuevan a cada momento
es necesario que el hombre recurra á cada instante
aquel que quiére y puede socorrerle. La oraciones
-. 180 -.

una llave de oro que abre el cielo, un áncora de


salvacion para los que están en peligro de naufragar,
un tesoro de riquezas para el pobre, un remedio efi
caz para el enfermo, un arma poderosa contra los
enemigos del hombre que le atacan incesantemente
por todas partes para arrastrarle al abismo.
EL ALMA; ¿Entonces la oracion es de absoluta
necesidad? -

SAN José: La oracion, hija mia, es de absoluta


necesidad y de necesidad de precepto. Jesucristo ha
dicho: Hay que orar siempre y nunca cansarse (1. Lu
cas, xviII, 5). Y nota bien, hija mia, las palabras
de Jesucristo; no dice: es conveniente, está en el
órden; sino que dice: conviene, es necesario, oportet,
Y esta necesidad de la oracion no se ha contentado
con inculcarla Jesucristo, sino que la ha recomen
dado con sus ejemplos. Porque, como puedes, con
vencerte por los santos Evangelios, se apartaba con
frecuencia de los que le seguian, buscaba los para
jes más desiertos para orar, hasta pasaba frecuente
mente las noches en oracion; no porque necesitara
implorar los auxilios del cielo,sino porque el hom
bre tiene siempre una necesidad urgente de recurrir,
á la oracion, y queria hacerle comprender mejor con
su ejemplo la indispensable necesidad. Sí, querida,
hija, es ménos necesario el pan para la vida del
cuerpo, que la oracion para la vida eterna. Sin la
oraciones imposible resistir á las tentaciones, im
posible no recaer en el pecado, imposible volverá
– 181–
levantarse si se ha tenido la desgracia de caer en él,
imposible por consecuencia alcanzar el cielo. Y, en
efecto, ¿qué es el hombre que no ore? Es un sol
dado desarmado en medio de innumerables enemi
gos encarnizados contra él; es un piloto embarcado
en una mar borrascosa con un barco sin remos, ve
las ni timon; es una ciudad cercada por todas partes
y cuyas murallas están indefensas. ¡Desgraciada de
tí, hija mia, si no oras! Tu pérdida es segura.
Pero no sólo la oracion es de precepto divino,
sino que se la exije al hombre su propia miseria:
es verdad que el bautismo ha borrado el pecado ori
ginal, pero este pecado ha dejado tristes consecuen
cias, y sin la oracion no puede superar ni sus ma
los pensamientos ni ásus enemigos interiores que le
atacan incesantemente. Los santos padres se reunie
ron un dia para examinar cuál era el ejercicio más
necesario á un cristiano para salvarse, y decidieron
que era la oracion perseverante; aconsejaron repetir
frecuentemente esta súplica: «Señor, ayudadme;
apresuraos á socorrerme.» Efectivamente; el alma
que está bien penetrada de su miseria y que desea
ardientemente los auxilios de Dios, está muy cerca
de salvarse.

RESOLUCION–0rar con mucha frecuencia, y


sobre todo, en todas las necesidades espirituales y
corporales. Orar siempre por la intercesion de la
Santísima Vírgen y de San José.
–1821–

GRANDEZA DE sAN José coMo EFE DE LA sANTAFAMILIA.

Hemos considerado lasgrandezas de san


José como padre de Jesús y como esposo de
María. Estas reflexiones han debido conven
cernos, sin duda, de la gran santidad de José
y de la gran confianza que debemos tener
en él. Pero no nos detengamos aquí, al con
trario, vayamos más lejos y, consideremos
hoy á san José bajo el punto de vista de otra
de sus excelsas dignidades, es decir, como
jefe de la santa familia que no fué entera
miente divina ni enteramente humana, pero
que participaba de ambas, por cuya razon se
la llamó; con justo título, Trinidad de la tierra.
Escogida particularmente por Dios una de
las naciones que habitaba la tierra para que
fuera su pueblo predilecto, quiso tener en
tre este pueblo una familia, donde se cum
pliera la grande obra que su sabiduría habia
resuelto en la eternidad, que el poder de su
brazo debia ejecutar en la plenitud de los
tiempos, y en la que debia manifestarse
igualmente. ¿Pero quién formará esta familia
privilegiada del Altísimo?... ¡Pues bien!será
José, serán Jesúsy María las dos obras ad.
mirables de la omnipotencia divina: y será
- – 183 –
José el escogido para ser el jefe. Sí, almas
cristianas, José es, en efecto, á quien se di
rigen los embajadores del cielo; á él es á
quien comunican los ángeles las órdenes de
Dios; á él es á quien el Señor se comunica
en sueños, para advertirle salve á su hijo
de la crueldad de Herodes; á él es á quien
se declara el nombre que se debe dará es
te divino Niño; en una palabra, Dios le trata
siempre como el jefe de la santa familia.
Ya veis, almas cristianas, como José es
verdaderamente jefe de la santa familia, y
como estuvo predestinado de toda la eterni
dad, y como, por consecuencia, manda en
Jesús yMaría. Ahora bien, examinad aten
tamente, y ved si hay alguna cosa en la tier
ra que pueda compararse con esta sublime
dígnidad deJosé. Es verdad que el mundo
mide el poder pór los súbditos; pero no de
bemos imitarle, por el contrario, nosotros de
bemos medirle por la dignidad de los súbdi
tos; ahora bien, bajo este título, para nos- .
otros los cristianos y á los ojos de la fé, no
hay diadema en el mundo, cualquiera que
sea el título, número y calidad de los súb
ditos, cuyo brillo no quede oscurecido ante
la sublime soberanía de José. Esta familia es
pequeña, en cuanto al número; pero es
sublime es, incomparablemente grande, por
– 184 –
las personas que la componen, puesto que
son las dos maravillas de la omnipotencia de
Dios. Los reyes mandan á muchos millones
de hombres, y José no manda más que á
una madre y su hijo; pero esta unadre es
es María, y este hijo es Jesús.
Jesús y María, hè aquí las dos personas á
quienes manda José. Minda á Jesús, porque
Jesús es verdaderamente el hijo de María su
esposa, y tambien porque Jesús es su propio
hijo, no por naturaleza, sino por ternura,
adopcion y por amor. José manda tambien
á María, porque María es su esposa y que
como tal, es su jefe segun las Escrituras, y
tambien porque Dios ha querido desde el
principio del mundo que la mujer estuviera
sometida al hombre. Perolsi, como llevamos
dicho, Jesús es el rey de los reyes y María
la reina del cielo y de la tierra; si Jesús y
María son, en una palabra, las dos maravi
llas de la omnipotencia divina, ¡comprended
sipodeis, almas cristianas, á qué gloria, á
qué dignidad fué elevado san José como jefe
de la santa familia!
* Hemos dicho que la santa familia de la
que José fué constituido jefe sobre la tierra,
era una Trinidad que no era nienteramente
divina, ni enteramente humana, pero que
participaba de ambas; y ved en efecto cómo
–185–
estas tres augustas personas Jesús, María y
José, nos representan admirablemente las
perfecciones divinas y el amor indisoluble de
las tres personas adorables de la Trinidad
celestial y eterna. "

Contemplemos en la Trinidad increada,


unidad de esencia en tres personas Padre,
Hijo y Espíritu Santo y en esta union, una
admirable identidad de pensamientos, afec
ciones y deseos: lo mismo encontramos en la
Trinidad de Nazaret, union de amor y de
gracias en tres esenciasy tres personas Jesús,
María y José y en esta union, una entera
conformidad de deseos y voluntades. En la
Trinidad del cielo notamos que Dios Padre
engendra su Hijo único en la eternidad, y en
la de la tierra que Jesús dá en medio de los
siglos el ser espiritual, á José su padre, y á
María su madre, por un órden, admirable
aunque parece trastornado. En la Trinidad
celestial, el Padre y el Hijo, en unidad de
principios, producen el Espíritu Santo; y en
la Trinidad de Nazaret, Jesús y María en,
unidad deespíritu hacen creceráJosé en gracia
y en mérito. En fin, es muy difícil hablar y
describir á una de las personas pertenecien
tes á una y otra Trinidad, sin que interven
gan las ctras dos al mismo tiempo,á causa
de los hábitos y relaciones estrechísimas que
–186–
existen entre ellas; y esto es lo que nos ha
puesto en la grata obligacion de trazar algu
nos rasgos de Jesús y María, al hablar de
José que no podemos separar de ellos sin
quitarle las más bellas flores de su corona.
Que esta consideracion que acabamos de
hacer, despierte fuertemente en nosotros,
almas cristianas, la confianza que debemos
tener en san José y los sentimientos de féy
de amor que debemos tener hácia la augusta
Trinidad de la tierra. Rendid humildemente "
vuestros frecuentes homenajes á la adorable
Trinidad en el cielo al Padre, al Hijo y al
Espíritu Santo; pero honrad tambien á la
Trinidad santa que ha habitado entre nos
otros en la tierra, áJesús, María y José. Eri
gid en vuestro corazon una cuna á Jesús, á
cuyo alrededor inviteis á María y áJosé;ó
mejor aún hacedle un templo con tres altares,
ó bien un monte de pureza, sobre el cual le
vanteis trestabernáculos; el primero dedi
cado áJesús; el segundo, á María, y el ter
cero, áJosé; y si quereis que establezcan en
ellos su morada, adornad estos tabernáculos
segun el consejo del devoto san Bernardo,
adornadlos de mortificacion, de justicia y de
piedad, de mortificacion, respecto de vos
otros mismos, usando sóbriamente de los
bienes yplaceres de la vida presente,–de
- 887 -

justicia para con el prójimo, dando á cada


uno lo que se le debe, segun su condicion,
y de piedad para con Dios, haciendo fervo
rosamente cuanto interesa á su gloria.
COL0QUI0-SAN José: Acabas de meditar, hija
mia, sobre el grande honor que Dios ha querido ha
cerme al designarne como jefe de la Santa Familia.
Has visto que en el interior de nuestra habitacion
reinaba todo el órden, el trabajo, el recogimiento y
la oracion. ¡Oh!sí puedo decirte, porque fué cierto,
que mi casa de Nazaret fué y serásiempre el mode
lo de todas las familias cristianas. Pero, ¿sabes por
quééramos tan felices Jesús, María y yo, en medio
de nuestrapobreza, nuestro destierro y nuestros
trabajos? Pues bien; porque en todo y por todo nos
resignábamos los tres á la santa voluntad d;Dios;
Jesús se resignaba con la voluntad de su Padre,ylo
probó más adelante cuando dijo:«Padre mio, apar
tad de mí este cáliz; pero sobre todo, hágase vues
tra voluntad y no la mía.» Jesús obedecia tambien
á María y á mí; y se resignaba, él que era la verdad
y la sabiduría increada,á someterse ánosotros dos,
que éramos suscriaturas. María me obedecia; aun
que muy superior á mí en méritos y en graeias, se
resignaba áconsiderarme como á sujefe y señor. En
cuanto á mí, hija mia, aunque jefe de la familia,
sólo hacia la voluntad de Jesús y de María; y cuando
llegó la hora de mi muerte, me resignéá dejará
– 188 -
Jesús y á María. ¡Oh, hija mial la voluntad de Dios,
en esto consiste la perfeccion del hombre. Cuanto
más unido se está á la voluntad de Dios, mayor es el
amor que se le tiene. Las mortificaciones, las me
ditaciones, las comuniones, las obras de caridad para
con el prógimo agradan á Dios, pero es cuando se
hacen en vista de su voluntad: si estas obras, por
santas que sean, son obras del amor propio, las abor
rece y castiga. Dios exije, hija mia, la sumision de
la voluntad humana ála suya; prefiere la obediencia
al sacrificio, y su voluntad es la regla de las accio
nes del hombre y de todas las virtudes; ella lo san
tifica todo, hasta las acciones más indiferentes, con
tal que se hagan por agradarle «La voluntad de
Dios, dico el apóstol, he aquí vuestra santificacion.
EL ALMA: ¡Oh! bienaventurado padre mio,
qué gran medio de salvacion acabais de indicarme;
haciéndome conocer que la voluntad es el lazo de
perfeccion.
·SAN José: Todos los santos, hija mia, no han
tenido otro anhelo que el de hacer la voluntad de
Dios, porque comprendian que en esto consiste la
perfeccion. La dicha de los ángeles en el cielo con
siste en ejecutar prontainente las órdenes de su
Criador. Jesucristo enseña á los hombres á imitarle
cuando les dice que pidan «se haga la voluntad de
Dios así en la tierra eolino en el cielo.» El señor llama
á David hombre segun su corazon, porque estaba
siempre pronto á cumplir la voluntad divina, como
–189–
lo decia frecuentemente. «Mi corazon está pronto,
¡oh Dios mio! Enseñadme á hacer vuestra voluntad,
porque sois mi Dios.»
EL ALMA: Padre mio, se toma sincera y fácil.
mente la resolucion de someterse á la voluntad di
vina; pero hay ocasiones en la vida en las que esta
virtud es difícil de practicar.
SAN José: Sé, hija mia, que la mayor parte de
los hombres se conforman de buen grado con la vo
luntad de Dios en la prosperidad; más en cuanto el
viento de la adversidad sopla sobre ellos, se rebelan
y murmuran. Es una locura, porque sufren doble
mente y sin ningun mérito, puesto que, ya se some
tan ó nó, la voluntad de Dios se cumplirá siempre.
«Que ese enfermo dé alaridos atormentado por sus
dolores; que ese pobre, sumido en la miseria, se
queje de Dios, que rabie, que blasfeme, ¿puede
conseguir otra cosa que redoblar sus sufrimientos?
¡Oh! ¡cuán grande es la locura de los que no quie
ren someterse á la voluntad de Dios! ¡De cuántos
consuelos se privan y cuántos méritos pierden por
su culpa!.... Nadie ama á los hombres más que Dios;
debes persuadirte que sólo obra por su bien, y que
con frecuencia los acontecimientos que les parecen
grandes desgracias, son favores especiales que Dio
misericordioso les hace.
EL ALMA: ¡Ay! glorioso Padre mio, yo me digo
con frecuencia estas verdades, pero me falta la pa
ciencia; sólo he tenido pesares desde que estoy on
–190—
el mundo, y por más medios que pongo, nada me
sale bien. - , - *

SAN José: Lo crees así, hija mia, porque qui


zás piensas demasiado, en tus intereses temporales
y hacespoco caso de los eternos; ahora hien, tu
buen padre que te ama más que tú te amas á tí
misma, te dá lo que necesitas para llegará la bien
aventuranza final. ¿Y dónde hallarás un amigo que
cuide más de tus intereses que él?Ya se le compare
al buen pastor que váá buscar la oveja extraviada;
ya á una madre que no puede olvidará su hijo;
óá una gallina que ampara sus polluelos bajo las
alas.¿Y por qué no te entregas,hijamia, con entera
confianza á la voluntad de este Padre misericordioso,
de este poderoso protector?Gozarias entonces de una -
paz perpétua. El apóstol, san Pablo dice, que todo
contribuye al bienestar de los que amaná, Dios, y
tiene razon, porque los males más crueles dela vida,
se vuelvenen beneficio, de los que, los aceptan con
sumision, y el hombre se vé muchas veces obligado
áconfesar que lo mismo que le parecia el colmo de la
desgracia, ha sido para él unafuente de prosperidad
aún en este mundo. ",
RESOLUCION—Resignarse en todas las cosas.á
a la santa voluntad de Dios y no querer más, que, lo
que Dios quiere.—Elevar frecuentemente el corazon
á Dios y decirle como el Profeta: «Mi corazon está
pronto, Dios mio: Enseñadme á cumplir vuestra vo
luntad, porque sois mi Dios, -
----- "
r

DIA TRECE.

DE LA CONFIANZA QUE BeBEMos TENER EN sAN José.

Hemos visto, almas cristianas, en una de


las meditaciones precedentes, que el crédito
de los santos en el cielo no era igual para
todos; que habia entre ellos una gran dife-.
rencia, y que esta diferencia procedia de sus
diferentes grados de santidad y méritos.
Cuanto mayor es la santidad de los bien
aventurados, más los ama Dios; y cuanto más
los ama, mejor atiende á sus súplicas, á su
intercesion.
Ahora bien, dirigid una rápida mirada
sobre los innumerables bienaventurados de
que se compone la corte celestial, y ved si
hay uno sólo, despues de María, que sea más
favorecido por Dios y más poderoso para con
él que el glorioso san José. En efecto, él es
el escogido de Dios desde la eternidad para
jefe de la santa familia; él es á quien la gra
cia ha unido inseparablemente á la adorable
persona del Hijo único de Dios y á su santí
sina Madre.
- 192–
Imposible es reflexionar sobre las relacio
nes que tuvo José con el Salvador y su santa.
Madre, sin quedar convencido de su poder.
En efecto, ¿cómo Jesús podría olvidar tantos -
pasos, tantos desvelos éinquietudes, tantos
suspiros, tantas lágrimas, tantos trabajos,
tantas fatigas como costó á José?¿Cómo no se
ha de acordar María de que Dios la destinó
áJosé por esposo para que fuera su fiel cus
todio y para salvar su honor ante los hom
bres? ¿Echaria en olvido todo lo que hizo para
consolarla, para acompañarla, para propor
cionarla, la subsistencia? No podemos creer
lo; pero si estamos convencidos de que Jesús
y María no olvidan lo que José hizo por ellos,
debemos estar persuadidos de que cuan
tas veces este grande y glorioso Patriarca
se interese por nosotros, con el Verbo"
encarnado y su santísima Madre será escu.
chado. - -

Sí, ¡ohl gran san José, vos sois el primero


entre todos los favorecidos de Dios, poseeis,
su corazon, teneis libre acceso hasta él, ha
beis sido su director y guia fiel y ahora sois
su mejor y más querido amigo.
El fijo de Dios, nos dice santa Teresa,
jamás negó cosa alguna á san José mientras
vivió bajo su dependencia. Mucho ménos se
lo negará ahora, que reina á la derecha de
su Padre! ¿Es qreible que le ame ménos en
el cielo que le amaba en la tierra? No, segu
ramente; si lo escogió durante los dias de su
vida mortal como su más querido favorito,
para estar siemprejunto á su persona, á fin
de recibir todos los servicios que necesitaba
y para darle en todo muestras del amor más
tierno y más correspondido, ¿es posible que
no continúe este mismo favor, ahora que
reina entre los esplendores de los santos?¿Y
qué ha hecho este santo Patriarca para no
merecer ya la gracia de ser el primerminis
tro de Dios en el cielo como lo fué en la
tierra? ¡Oh! creamos, por el contrario,y creá
moslo firmemente, que Jesús le concede los
mismos privilegios al tenerle más cerca de su
divinilad que á los demás bienaventurados,
sin negarle nada de lo que desea.
Es muy cierto que san José goza de un
gran crédito para con Dios. ¿Cuál es, en efec
to, el príncipe sabio y generoso que no se
manifiesta más sensible á las peticiones de su
padre que á las súplicas de todos los servi
dores que componen su corte y su reino?
-San Antonio, da otras razones más. El
poder de una persona, nos dice este gran
doctor, procede de la naturaleza, de la gra
cia y del mérito. La naturaleza hace á un
padre poderoso en el corazon de s hijo; el
– 194–
mérito hace influyente á un servidor para
con su amo, cuando aquel le ha prestado
grandes servicios. Ahora bien;¿qué criatura
tiene relaciones más estrechas con Jesús y
María, que José que es padre del uno y cas
to esposo de la otra? ¿Quién podrá ser más
agradable á Dios que este gran santo, cuya
angelical pureza no ha sido manchada jamás
por el háito de las pasiones y que durante
treinta años ejerció todas las obras de mise
ricordia sobre su adorable persona con un
celo tan ardiente, con tan profunda humil
dad y con una fidelidad tan inviolable? Y si
está escrito, dice san Bernardo, que el Se
for hace la voluntad de los que le temen, ¿có
mo se negaria á hacer la de san José que
tanto tiempo le alimentó con el sudor de su
frente? «Debemos estar muy persuadidos;
nos dice san Alfonso Ligorio, que Dios, en
consideracion á los méritos de san José,
nunca le negará una gracia que le pida en
favor de los que le veneran.»
¡Ah!, si segun el testimonio de Jesucristo
mismo todo lo alcanza el que le tiene algu
na fé, no debemos creer sin temor de enga
ñaros, que san José es omnipotente en el
cielo, él que ha tenido más fé que Abraham
y los apóstoles, y más caridad que los sera
fines y querubines.
Algunos santos, dice el doctor Angélico,
han recibido de Dios el poder de asistirnos
en las necesidades particulares, pero el cré
dito de san José es ilimitado, se extiende á
todas nuestras necesidades, ytodos los que
le invocan con confianza están seguros de
ser prontamente oidos. Es cierto que los de
más santos gozan de un gran crédito en el
cielo, pero ellos interceden suplicando como
servidores y no mandando como señores.
Pero José, que ha visto á Jesús sometido á
u autoridad, obtiene todo lo que quiere del
su hijo, y, como dice el sabio Gerson,
ordena más que manda, non impetrat sed
imperat. Jesús, dice san Bernardino de Sien
na, quiere continuar dando en el cielo á san
José pruebas de su obediencia filial, aten
diendo á todos sus deseos: Dum pater erat
natum velut imperium reputatur. ,
He descubierto, dice la venerable María
de Agreda, que el Altísimo ha concedido á
san José por su gran santidad, diferentes
privilegios en favor de los que le invocaban
con fervor. El primero es obtener la virtud
de la caridad, vencer las tentaciones de la
carne y de los sentidos. El segundo, para
recibir poderosos auxilios á fin de recupera
la gracia con Dios cuando sehatenidola des
gracia de ofenderle. El tercero, para adquir
= 96 =
rir por su mediacion una verdadera devocion
áMaría y disponerse para recibir susgracias.
El cuarto, para merecer una santa muerte y
una asistencia especial contra el demonio en
esta última hora. El quinto, para gozar de
la salud corporal y tener consuelo en las
Dios concede todos los favores á
e se los piden como se debe, en non
bre de san José, esposo de la reina del cie
lo.—Suplico encarecidamente á todos los fie
continúa María de Agreda, que tengala
una grande adhesion á este gran santo y
crean, sin dudar, que obtendrán los mara
villosos efectos de su proteccion, si se hacen
dignos de ella por su confianzá y por su
piédad,
Venid, pues, almas cristianas, venidá
imitacion de los santos y ápesar de todas
vuestras miserias y de todas vuestras imper
fecciones, venid, dirigios ásan José con
confianza y pedid á Dios por su mediacion
todas las gracias de que necesiteis: gracia
de conversion, gracia de renovacion espiri-
tual, gracia de una buena muerte. Cuando
oprimidos por el hambre, se di
igieron al rey de Egipto para tener trigo,
aquel príncipë les enviaba áJosé, á quien
había hecho el árbitro de todas lás riquezas
de su reino. Tambien es áJosé, su primer
- 97.
ministro, áquien nos dirige el"Salvador,
para obtener eon más seguridad, por su fine
diacion las gracias que necesitamos. He ad
Joseph. Acerquénones á él con la esperanza
de conseguirlo que le pidanos; es el favo
recido del Rey del cielo,ál que debemos
complacer si queremos ser bien acogidos por
Ha Divina Majestad. Sí, al padre esáquien
debemos tener propicio para podereonseguir
algún favor del Hijo; es el mayordomo de
la casa, que debe presentar nuestras súpli.
cás y hacerlas agradables al Señor; este es
el mejor y más earitativo abogado que po
drianos emplear despues de su esposa, para
defender nuestra causa ante Jesucristo,áfin
de reconeiliares eón él y vólverá su gracia
hasta dar el último suspiro.
¡Oh bienaventurado san José nuestro pro
tector y nuestro padre, usaddevuestro ili
mitado poder en favor de los hombres vues
tros siervos, vuestros hermanos y vuestros
hijos. Alcanzadnos un puesto en el corazon
de Jesús; admitidnos entre sus favoritos; ayu
dadnos en el asunto tan importante de nues
tra salvaeion, á fin de que merezeamosha.
bitar undia convos en lóstábernáculos del
Señor y durante toda la eternidad.
1zi siquia, Tibus i en 1291qu
COL0QUI0,–SAN Josá: "Acabas de meditar,
hija mia, sobre los motivos que pueden invitará los
cristianos á que tengan una grande, confianza en
en mí, y veo con mucho gusto los sentimientos que
ha excitado en tí esta lectura. Sí, hija mia, puedo
decirlo, no hay ninguno que acudiendo á mí, haya
sido desatendido. Yo amo á los hombres, yate, lo
tengo dicho, y es mi mayor deseo el favorecerlos, y
todo el que acuda á mí, puede contar con que será
benignamente acogido y experimentará los benefi
cios de mi proteccion. Claramente conozco que de
seas tener en mi en adelante mayores confianzas y
me place. Pero hija mia, procura que esta confianza
no te engañe, pues aun cuando yo puedo hacer mu
cho por tí, sin embargo, de mí todo no depende. Es
preciso, entiéndelo bien, que tú estés, siempre en
vigilancia. Has alcanzado el perdon de tus pecados;
has obtenido la gracia de Dios, y logrado que la paz
sea contigo: no obstante, persuádete que el demo
nio, celoso por recobrar su presa, tepondrá ase
chanzas en las cuales infaliblemente sucumbirás, si
no pones los mayores cuidados en mirar por tí. ¡Oh!
que desgracia paratí si volvieras á caer de nuevo
bajo la esclavitud del demonio.
EL ALMA: ¡Ah! Padremio, me aterra la consi
deracion de esta desgracia; mas de qué modo podré
yo vivir en esta tan continua vigilancia; esto me es
imposible. Pero yo prometo, si pecare, de nuevo,
apresurarme á acudirá la confesion para remediar
estadesventura.9 : z. 2,00
calmen los es
* trará un remer
dio que á primera vista térá cómodo, mas
para hacer una buena confesion que, teponga en
estado de gracia para con Dios, son necesarias, dis
posiciones que el sólo puede darte: ¿y creestú, que
el mejor medio de obtenerla será el ofenderle con
propósito deliberado? De ningun modo. A muchas
almas ha precipitado el demonio en el infierno, lison
jeándolas con la facilidad de la conversion; no au
mentes tú el número de estas desgraciadas; resiste
con energía, pelea valerosamente, y no dudes que
obtendrás la victoria. , ,
E. ALMA: Pero si la pasiones muy fuerte, yo
no podré resistir hasta el fin, Padre mio, y entónces
sucumbiré. o a si el
SAN José: Ese es el segundo lazo del demonio,
que quiere persuadirte, hija mia, de que te es im
posible resistirá la tentacion , desprecia sus suges
tiones, y sabe que Dios es fiel, como dice el apóstol,
y no permitirá que seas tentada más de lo que per
mitan tus fuerzas. (Corint. x, 13). Y si ahora te
muestras débil contra la tentacion,¿serás acaso más
fuerte cuando el pccado se apodere de tu alma?¿Es
perarias á que el fuego tomase todo su incremento
para apagarlo?. Sin duda alguna que en el instante
enapezarias á obrar yá pedir el auxilio de los de
-- 200 -
más. Pues del mismo modo, hija mía, hamá áDios
en tu ayuda, no te detengas un momento Ruega y
combate, y así estarás más segura de sus asistencia
que despues de haberte abandonado cobardemente:
EL ALMA: Pero tambien es cierto, Padre mio,
que Dios acoje al pecador; porque no en vano se
hamael Dios de las misericordias. oí a
SAN José: Ahí tienes, hija mia, el tercer lazo
que el demonio tiende átodos los pecadores, y que
ha ánimentado considerablemente el número de ellos,
Más pecadores envia alinfierno el pensamiento de la
misericordia de Dios que sur justicia, porque con
flando contemeridad en esta divinaniserieordia,
continúan pecando, y se pierden para siempre. Indu
dablemente, Dios es misericordioso, però asólo con
aquellos que habiéndole ofendido se arrepiêntén y
tiemblan con la sola idea de recaer en su pecado
La misericordia se extiende de edad en edad para
aquellos que le temen, dice María en su admirable
cántico, y así es en efecto; pero tambien hace bri
llar la severidad de su justicia en aquellos que abu
san de su “misericordia para ofenderle con más li
bertad. o , , ,
el ELALMA . Pero, ¡oh Padre mio!tantas veces
me ha perdonado ya Dios, que estoy segura de en
contrar siempre en él la misma indulgencia. e:
“SAN José: Ese es precisamente el cuarto lazo
que te arma el tentador: yo he pecado y no me re
sultanal alguno, Esierdad que Dios espaciente,
- El -
ponqueseeneserva la eternidad paracastigar; pero
has de considerar que esta bondal que usa contigo,
tendrá su término; y si confias en esta mísmo hon
dad para ofenderle más libremente, esta disposicion
detualma será una monstruosa-ingratitud.
- EL ALMA: Pero todavía soy jóven,Padre mio;ya
vendrá tiempo en que pueda enteramente dedicar
meáDios" o " I ini," " -.
eSAN José: Aquí tienes el quinthiazo. ¿No sabes,
hija mia, que Dios no tiene cuenta con el número
de años, sino más bien con los pecados de que cada
uno se hace culpable? Es verdad que eres jóven;
pero, ¿cuántos ancianos habrá que no hayan come
tido ni una cuarta parte de los pecados que man
chan tu conciencia? ¡Ah! hija mia, Dios es justo, y
cuando el pecador llega’á'cónietér cierto número
de pecados graves, entonces le hiere de muerte, ó
bien letastiga más terrillemente retirando de él to
das sus gracias. Para moverte en semejante situa
cion, ármate de todo tu valor, hija mia, ysobre todo
implora el auxilio de María, que es la fortaleza de
los débiles y el refugio de todos los pecadores.
ELALMA: Rendidamente os doy gracias, ohmi
glorioso Padre, por los saludables consejos que aca
bais deidarme. ¡Oh, síl yo os prometo que tendré
suma vigilancia sobre mí misma, parano caer de
nuevo en los lazos del demonio: pero venid tambien
vos en mi ayuda, y suplicadá, María que me defien:
da de todo peligro y me encadene condulces
- E02 -
lazos, á fin de que yo no me separe de los caminos
del Señor, y sea ella quien me fortalezca contra los
ataques del demonio. - " i9
ue ; ..."
RESOLUCION–Tener una gran confianza en
san José y recurrirá él en todas nuestras necesida
des, á fin de que se interese por nosotros cerca de
Dios—No olvidar jamás que el demonio ronda ince
santemente alrededor de nesotros para hacernos
caer en sus lazos... , , ,, , , ,,
f es a
. . . . . . . . . . .
DIA CATORCE. ,,
-si en el o el no en
orii 25 aoi , si ¡ ´sionio, r
mRA PAN o AAgos.
. 1 si sil el no , es aíso, el
* Cuando Dios elevó á"Salomon sobre el
trono le dió un corazon elevadísimo, porque
necesitaba un gran corazon para gobernar
un gran reino. Así el Señor al escogerá José
para ser el padre adoptivo del Salvador de
via proveerle de un gran corazon, ó mejor
dicho, darle una amplitud tal que pudiese
amar como padre y padre del hijo único del
Dios. Yestó es, segun el parecer de un san
to doctor, lo que el Padre Eterno ha hecho
al elevará san José, no solo á su dignidad,
sino tambien á su afecto de padre; ya sea
- 03
que formó en él un corazon enteramente
nuevo, ya que volvió más tierno el que este
gran Santo habia recibido ya; es por lo mé
nos seguro que lo llenó del amor más puro"
y más grande que un padre pueda tener,
y sino lo hubiera hecho así, hubiera tras
tornado el órden que ha establecido él
mismo. La naturaleza al hacerá un hombre
padre, le abrasa con un amor tan ardiente,
que mil cuidados, mil fatigas, y sobre todo,
mil ingratitudes no pueden entibiarle. ¿No
debenos decir tambien que Iios, queriendo
que un hombre sea padre, le inspire un amor
tanto más ardiente y más activo cuando las
obras de Dios son más excelentes que las de
lás criaturas, y que la gracia obra con más
eficacia que la naturaleza? Si añadis que
Dios; por su propia eleccion, ha destinado á.
un hombre sólo á ser padre de la mane
ra que hemos dicho, sino el padré de un
hijo el más perfecto que jamás ha podido
imaginarse, debemos deducir de aquí que
será propio de la sabiduría y bondad de
Dios, encender en el corazon de este padre
dichoso hogueras de amor proporcionadasá
las perfecciones de este hijo adorable, que
debia amar mil veces más que á él mismo.
Si el Padre Eterno, nos dice san Agustin,
derrama átorrentes en el gran corazon de
•=, 20 =

José la pura y salatafecundidad desador


rable paternidad; las virginales éíntimas
comunicaciones de la sociedad incomprens
ble de las tres divinas personas la virginia
dad de san José hecha fecunda en cierto
mado por el mayor de los prodigiosoáfi
de que por su inefable pureza sea la guarda
de la purena misma, y que sea estala espor
sde esposo de María y padre de Jesús
La gratianos dice un piadoso autor hi
álesébdo corazon para no amariásique
álesús todo espíritu para noopensará
que en Jesús todo ojos para proveer todas
sus necesidades, todo manos para proveerá
éllas todo, piés para seguirle y conducirle
por todas pertes, todo alas para volará ele
utar todas sus voluntades en fin» todo en
todas las cosas, para aquelque era
todo. " " es el dro
Y sobre todo, lo que hay que notar en el
amor de José por Jesús es que no puede
tenerini exceso, ni abuso, porque la natu
raleta y lagracia se encuentran confundidas
en él. Además, no está sujeto á esa furesta
division de afectos que es inevitable en este
mundo parque no tiene más que un solo ob
jeto y todas sus pasiones son santas sien
efecto, siteme es par la persona de Jesús;
si desea, es para sus necesidades; si sufre,
- 20 -
es el dolor de verle sufrir, Todas, las peti
ciones que le hace sonoraciones y súplicas;
ytodos los deberes paternales que le rin
de son otros tantos sacrificios y actos de
adoracionque haceá este hijo, que aun
cuando está ocalto bajo la forma de un
servidor, es sin embargo igualá su Eterno
Padre, y que á pesar de ser enteramente
igualá él no por eso deja de sometersey
obedecerá José. José, dice un autorianti
guo, penetraba más cada dia en el corazon
de Jesús por sus servicios continuos y por
los cuidados que leprodigaba. Por otra
parte, los encantos inexplicables del niño
Dios encantaban todos los afectos de José,
Cuando Jesús, el fuego del cielo descendido
á la tierra, se ocultaba en el pecho de José,
¿conquésantos ardores no le abrasaria? Cuan
do José tenia entre susbrazos al amor de los
ángeles y de los hombres y aplicaba su co
razon contra el suyo, sus ojos sobre sus
ojos, y su boca sobre la boca de su hijo,
¿cuánto amor no recibiria? Cuando Jesús des.
cubria en José algunos nuevos rasgos de sus
perfecciones infinitas ó que manifestaba com
placerle sus caricias, cuando José cumplia
sus deberes para conJesús, ya dándole
de comer, ya cuando le llevaba por la ma
no, ya cuando oia dar bendiciones al niño
y él que creían era su Padre; no era co
mo el aceite arrojado sobre el fuego del
amor que existia ya en el corazon de José
para inflamarle más? ¿Qué creeis que hubiera
respondido, si el Salvador le hubiera diri
gido la pregunta que dirigió más tarde á
san Pedro: José ¿me amais? le hubiera repe
tido mil veces estrechándole contra sus pe
cho: ¡Si! diria mi Dios y mi hijo infinitanen
te cariñoso, sí; os amo más que á las niñas
de mis ojos, más que á mí mismo. . . . .
Ordinariamente se dan dos cualidades al
amor de un padre: laternura y la fuerza.
Es preciso que sea un amor generoso, y en
esto se diferencia del de las madres, que
tiene mucha más ternura que fuerza. Es pre
ciso que sea un amor tierno y ardiente, que
se interese por todo lo que ficcncierne á los
hijos y que sienta vivamente todas sus nece
sidades. Ahora bien, san José ha reunido
cstas cualidades en un grado soberano de
perfeccion, y ha experimentado los senti
mientos que estos dos amores pueden pro
ducir en un corazon: así que tengo por ver
dadero lo que dice el doctor y piadoso Gra
ciano, que si se comparaba todo el amor
que los padres tiernos tienen por sus hijos
con el amor de José y Jesús, cuya ternura le
arrebataba, " , ,, ,
Si el discípulo muy amado, por haber una
sola vez reposado sobre el corazon de Jesús,
tenia por él un afecto tal, que no podia ha
blar de otra cosa que, de la caridad; ¿quién
podrá nombrar el amor de san José, que no
sólo tuvo la dicha de reposar en el seno de
Jesús, sino que tuvo á este divino Sal
vador durante su instancia un millon de
veces entre sus brazos, que le hace repo
sar sobre su corazon y le ha cubierto de C3
ricias?
El amor de san José, no puede ser más vi-,
gilante y laborioso. Si trabaja es para ali
mentarle; si ejerce su profesion, en una po
bre tienda, es para dar á su querido Hijo
todas las comodidades que puede proporcio
narle; si deja su patria para ir al destierro,
espara salvarle la vida. Así es que José
reunia en su corazon ese amor fuerte y ge
neroso para Jesús con ese otro amor tierno
y lleno de compasion; y estos dos amores
inflamando mútuamente su ternura, lo ha
cian desear, emplear mil vidas que tuviera
por su Salvador, y recíprocamente las fatigas
y penalidades, que soportaba contribuian á
aumentar esta ternura, porque amamos más
tiernamente las cosas que nos han costado
más. Ahora, bien: ¡qué de penalidades, via:
jes, persecuciones para criar este niño, para
ponerle á cubierto de las persecuciones de
sus enemigos, para educar este sagrado de
pósito que el cielo le ha confiado ¡Oh! Hijo
mio, podia decirle; ¡cuán precioso éves para
mí, puesto que tan caro me cuestas! Si no
me perteneces por haberte dado la vida, no
dejas de serlo para mí por otro titulo; puesto.
que sacrífico la mia por salvar la tuya.
Heempleado en tu conservacion y guarda
lo que no empleé en tu fiacimiento " - se
¡Oh! yo quisiera, escribia el gran san Fran
cisco de Sales ásánta Chantal, poder con
versar lgun tiempo convos, sobre las gran
dezas del santo amado de nuestro corazon,
porque es el alimentador del amor de nuestro
corazon y del corazon de nuestro amórl Oh
gran Diss, cuán bueno es este Santo! ¡Cuán
justo es, puésto que nuestro Señor de cotmó
detálmanera cónsus beneficios, que le
dió la Madre y el Hijo, haciéndole objeto de
envidia para el cielo y para los ángeles. Por.
que, ¿qué cosa puede encontrarse en los
ángeles que pueda compararse á la Reina de
los ángeles, y á Dios que sea más grande
que Dios? Roguenos á este gran Santo, que
tan frecuentemente acarició y sirvióá Nues
tro Señor, que acreciente en nosotros el
ancr que tenemos á muestro Salvador, y que
hos obtengapor su intercesion mi bendioio
nes qué nos hagan gotarde una profunda
: ll, lí
-- ar . ..., el , " " ... -
COL.69UIO-EL ALM: ¡Oh! qué feliz habeis
sido, glorioso san José, por haberpuesto vuestra
confianza en ese Dios á quien tanto amaislpero yo
que tan poco le amo, frecuentemente spy vencido por
misenemigos, porque en vez de poner mi esperanza
sólo en el Señor, comfio en mis propias fuerzas. Dé
aquí proviene quél pudiendo ser como vos fuerte bin
medio debpeligro, la menor cosame abate, me pierde
enteramente y yainada puedo hacer que sea agrada
ble á Dios. .oii sin vo
SA dos: El amor, hija mia, asegun dice la
Sagrada Escritura, esfuertél como la muerte; y
así como la muerte aparta de todos los bieneside
la tierra, del mismo modo el amor de Dios cuándo
llega áreinamienun corazon, le deja completa
mente libre de los lazos que le sujetan á este mun
dos hé aquíél motivo de que muchos santos hayan
renunciado á todo lo que poseian: honores, empleos,
riquezas, para retirarse á los desiertos ó al cláustro
ypoder pensar únicamente en Dios. Así como no
hay poder en el mundo que resista á la muerte
cuando ha llegado la hora, tampoco hay obstáculos
niimpedimentos que nosupere y quebrante el amor
divino luegoque llegará echarraices en un corazon.
Cuando el alma sesiente abrasada de este idivino
amor, se despoja de sí misma, de todas las criaturas,
-210
de todos los bienes terrestres, y sólo quiere hacer la
voluntad y disfrutar los dulces placeres del objeto
de su amor: la pobreza, la mortificacion, las auste
ridades constituyen entónces todas sus delicias por
que conoce que de este modo tiene alguna semejanza
con el divino. Jesús. . . . . . . . .

EL ALMA: ¿Cuánto desearía yo, ohmi buen pa


dre, siguiendo vuestro ejemplo, amar, solamenteá.
Dios, y hacer con gusto lo que este Señor pide de
mí! ¡pero qué dejos estoy de ellol. En vez de abuscar.
las mórtificaciones, me cuesta muchoilaceptarlas
cruces que Dios me envia: tan débil soy, que no
puedo resolverme al menor sacrificio. ii d
sSAN José Es verdad, hijaomia, que:eres débil;
pero trabaja con fé, y Dios te ayudará, porque EE.
quiere tu concurso y no te dejará sola. Bien sabes
que la ley divina es llamadaoyugo, y que, esteisel
lleva siempre entré dos. Dios hará mucho por su
parte, pero es necesario que tu cooperestambien.
Para llegaráser santo, no basta desearlo, sino que,
es preciso trabajar para conseguirlo: no te asusten
las dificultades de la empresa; acométela con brio, y
poco á poco llegarás á obtener buen resultado. Si el
amor propio estáprofundamente arraigado en tu co
razon y es muy difícil arrancarlo de una vez, vécor
tando al mémossus ramas y sus vástagos. Trabaja
con valor porque nada se consigue sinvencer al
guna dificultad. «Muchas almas no lleganá conse
guirlaisantidad, como dicesan Bernardo, porque
-521 -
no se arman del valor necesario para este objeto.»
La voluntad firme, hija mia, triunfa de todos los
obstáculos. Y si el demonio intenta examinarte con
la idea de una vida mortificada hasta el extremo y
que ademaste privará hasta de los placeres más inor
centes, respóndele con san Pablo: «Todo le puedo
en Aquel que me conforta.» Yo no tengó fuerzaspara
sufrir; pero el Dios Todopoderoso que me convida
con su amor, me ayudará á cumplir lo que exige
de mí. . el
EL ALMA: ¡Oh gran Santo! Si hasta aquí me he
dejado vencer por mis pasiones, es porque no he
amado á9 Dios. Para remediar este mal, os suplico
que me enseñéis el medio más corto y seguro de
obtoner ese amordivino, sin el cualjamás haré pro
gresos en la santidad. " , , ,
. SAN José: Hija mia, Jesucristo dice que se dará
áquien pida. Ora, pues, con gran confianza, pide á
Dios su santo amor, y aparta al mismo tiempo de tu
corazón todg lo que pudiera servir de impedimento
á la comunicacion de la gracia, como las conversa
ciones, las lecturas inútiles y las ocupaciones, ocio
sas. La oracion es el horno en que enciende y fer
mienta el fuego del amor divino, principalmente
cuando el alma lo aplica á la contemplacion de Je
sús crucificado. ¿Puédese en efecto contemplar los
dolores que sufrió á causa de su amor hácia nos
otros; ver su sangre destilando gota ágota de todos
sus miembros heridos y desgarrados por los azotes;
- 2S2 -
considerarle espirando en la cruz siá que el corar
zon se desprenda de todos loslazos sensuales y ter
restres para unirse solamente áél?. En la, pasion de
Jesucristo hallaron todos los santbsaquella ardiente
caridadque les hizo abandenánriquezas, honores y
placeres para ser: en un todo conformes.á este divi
no modelo, y conosus corazones, oh, hijamia, es
taban vacíos de todas las cosas de la tierra; el amoe
daiBios los llenó completamente, y ya ental estado;
los más penosos sacrificios, endulzados por reste
anor las hacian encontrar el paraiso en látiéfra
constituyendo todas sus delicias o sylie
ELAMA: ¡6trmiqueridor Padreevuestras sas
ludables lecciones conmueven profundamente mi
corazon, en especialviéndolasconfirmadas por vuese
tro ejemplo. Fortificado con el amior de Jesús, su
friré con resignacion y hasta con alegría: lapobreza,
los desprecios, la persacucion, el destierrben ade
lánte sólo quiero imitaros. Pero yaros necésite, ¡öh
glorioso Padrenio Venid; pues, en mi ayuda, ina
tercededpor mí para con María.Wos, que tanto
amásteislá esta augustaVírgen, suplicadlame alcane
ce la gloria de amar solamenteláDios y de unirmeá
elpará que llegue á vencermis pasiones y emprenda
una nuevavida que sea agradable á Dios y fedunda
en todas las virtudes. an", o ir a
f * es a i p h
RESOLUCION-Pedirfreduentemente áDios se
digne concedernos su amor.-Meditareon igual fre
- 213 -
euencia en el amorque Dios nos ha tenido, y princir
palmenta en la pasion de Nuestro Señor Jesucristo.
y aris o, ; ,
o " " " , arvar
- A UNCE.
s
3, .
rticipan pr
. .
sos es Nazar.""
..., 1, , , ( . . . )
of ni , , , .
Hemos considerado en otra meditaciona
glorioso san José como jefe de la santa fa
milia, y hemos visto que presta cualidad
Dios le habia elevado,á un grado preemi
nente y muy superios á lo que el labio puer
de expresar, Pero, aun hay otro punto de
vista que nuestra fé y nuestra piedad nos
obliganá considerar, y este es la felicidad,
las delicias inefables que san José debió gus
tar, en Nazaret durante los treinta años que
vivió en él acompañado de Jesús y María.
" Trasportémonos, pues, almas cristianas, á la
santa casa de Nazaret para considerar la
dicha inmensa que José debió expelimentar
en ella; pero antes de penetrar en esta san
ta casa, saludémosla con cariño, puesto que
ha encerrado todo lo que hay de más grande
en el cielo y en la tierra. Sí, saludénosla,
porque no hay palacio alguno que haya en
cerrado dentro de sí una familia tan augusta,
ni haya vistoverificarse en su interior cosas tan
= 914 -
grandes y sublimes.Yen efecto, allí se tra»
zaba én el sileñcio y la oracion el plan de un
mundo nuevo;plan creado en la justicia y la
sinceridad de la verdad. Allí fué donde co
menzaba á ejecutarse en el tiempo los pro
yectos eternos de la misericordia de Dios para
con los hombres. Alli fué tambien donde co
menzaron á formarse los primeros modelos
del culto espiritual éinterior que iban áres
tablecerse. Allí fué donde Jesucristo, muy
niño aún, hacia ya el oficio de mediador y
Pontífice, como en un santuario que ofrecia
áDios en holocausto oracion y penitencia,
que trataba de nuestra salvacion con su Pa
dre y adelantaba la obra de nuestra recon
ciliacion. En fin, allí fué donde José y María
admiraban las maravillas de Dios, veian cre
cer el objeto de sus esperanzas y de su amor.
Te saludamos, púes, queridà y santa casa
de Nazaret, patrimonio sagrado del amable
José, piadoso retiro de los verdaderos ado.
radores de Jesús; sí, te saludamos con res
peto. ¡Oh! ¡cuán grande eres desde que abri
gas áAquel que apenas puede contener la
vasta extension de los cielos! ¡Cuán gloriosa
eres desde que posees á Aquel que hace la
felicidad de los “bienaventurados!... ¡Oh!
cuán resplandeciente eres desde que llévas
en tu seno la bella aurora y el sol naciente
–215–
de la gracial... Mejor me seria un dia pasa
do en tu santuario, que mil años bajo los
pabellones de los grandes y potentados de la
tierra. Tú sola, oh santa casa de Nazaret, po
sees más bellezas que los tabernáculos de
Jacob y las tiendas de Israel... Tú eres como
un compendio de la ciudad de Dios, de la
que se dicen cosas gloriosas y admirables...
Tú perteneces al verdadero Obededon, á
José el verdadero servidor del Hombre-Dios;
así que estás colmada de bendiciones, pues
to que recibes en tu recínto el arca del nue
vo Testamento y de alianza entre Dios y los
hombres; ii ,
Acabamos de saludarte, oh santa habita
cion de Nazaret; pero antes de penetrar en
tu interior, ¡oh! permítenos te instemostá
alabará san José, tu señor y tu dueño. Sí,
alaba á ese santo Patriarca, puesto que por
consideracion suya has llegado á ser la santa
capilla de Dios conversando con los hombres;
el templo dedicado á la segunda persona de
la Santísima Trinidad, el oratorio ordinario
del niño Jesús y de sus padres, el jardin de
licioso donde Jesús, abeja mística, se ali
menia entre las flores de las virtudes de José
y de María. Si, tú eres, oh santa casa, la
tierra bendita donde se viógerminar la flor
de los campos y el lirio de los valles; si, tú
-

–216–. -

eres la fuente sellada donde el Salvador Vere,


tió secretamente las aguas de suegracia en
los corazones de María y de José. Si tú
eres el Paraisoterrenal donde José conserva
el árbol de inmortalidad; esá José á quien,
se lo debes... . . . . . . c.
Alaba, pues, áiese gran Santo, á ese glo
rioso Patriarca; sí, alábale, porque por su
consideracion has llegado á ser el santo lu
gar donde la paz, la dulzura y la devocion.
triunfan noche y dia; la casa de Dios y la
puerta del cielo, el tabernáculo de los jus
tos y elasilo de los afligidos, o un o
Yáhora, almas cristianas, penetremos con
respeto en esa morada y veamos cuáles la
inmensa feliqidad que José saborea en ellao
como jefe de la santa familia, ni
José fué el jefe de la santa familia y con,
este título, puesto que es pobre, tiene que ga-,
nar su pan con el sudor de su frente, el pan,
de Jesús y de María. Pero vedqué dicha para,
él obrar para un fin semejante y cuán dulce,
es para él trabajar con Jesús bajo la mirada
de María; contemplad cómo evita la precipi
tacion y la leatitud, y cómo imprime á todas
sus obras el sello de la perfeccion,... Pero
considerad sobre todo, qué paz y calma!...,
¿Sabeis por qué, almas cristianas. Pues bien,
OS Porque no se siente el peso del trabajo
- 27 -
cuando se hace en union con Dios y en pre
sencia de María, ó si se siente alguna fatiga
llegaá ser dulce y agradable... Queremos
tambien nosotros; hacernos como José un
grantesoro en el cielo; estemios primero en
estado de gracia como él, ofrezcamos en se
guida nuestro trabajo áDios con espíritu de
penitencia y oracion, y pór último, unamos
nuestro trabajo á el de Jesucristo. Así es co
mo trabajando para la tierra, trabajaremos
al mismo tiempo para el cielo, op es
José fué el jefe de la santa familia; ahora
bien ved bien qué satisfaccion para él ver el
órden y la armonía que reinan en el interior
de su casa; en efecto, allí el recogimiento es
habitual y el silencio observado religiosa
mente; el dia se divide entre el trabajo de
las manos y los piadosos ejercicios de la re
ligion; allí se encuentra la pobreza religiosa
que excluye toda superfluidad; allí tambien,
brilla la castidad, porque sólo existen vír
genes en aquel cielo terrestre; la obediencia
reina como soberana, porque Jesús está so
metido á suspadres, y María á su casto es
poso; allí es donde el cielo estableció su
domicilio en comun con la caridad que tan
estrechamiente une los corazones... Santas
comunidades religiosas, hé aquívuestro
modelo quereis practicar los consejos evan
- 28.
gélicos: pues bien, contemplad lo que pasa
en la casa de Nazaret é imitadla en todas
las cosas; que sea José vuestro patrono y
vuestro guial... Y, vosotras tambien, fami
lias cristianas, tomad á san José por vuestro
protector. ¡Oh! ¡feliz la casa en la que san
José es el primer jefe! Jesús será en ella co
nocido y amado, María imitada, y Dios ser
vido con respeto y amor. Esta casa estará
edificada sobre roca, viva; que sople el
huracan, que caiga la lluvia, que se desbor
den los rios, no será destruida, porque es
tá asentada sobre un buen cimiento. Po
drá experimentar las borrascas de las tribu
laciones, pero la fé la traerá siempre la cal
ma y la resignacion hasta que el cielo esté
más sereno. . . . . : ; ;
José fué jefe de la santa familia, y como
tal le incumbe mandar ytomar la direccion
de los asuntos; ahora bien, considerad qué
honorpara él mandar en Jesús á quien todo
el cielo obedece y en María la más santa y
la más pura de las criaturas. Pero es mucho
másglorioso para él la obediencia de Jesús,
y en efecto verse servido en todo por un
Dios, ¡qué honor y quégloria!...
José fué jefe de la santa familia y com
tal recita él mismo las oraciones que sehacen
en comun; ¡ahora, ved, almas cristianas,
si se ha ofrecido alguna vez espectáculo más
sublime y más bello que el de la Trinidad de
la tierra en oracion ante las miradas del Al
tísimo!... Considerad, en efecto, á José de
rodillas al lado del Salvador y de su santa
Madre; vedle uniendo sus votos á los suyos,
orando en el más profundo recogimientoy con
un fervor mas que angelico. Insensible á
cuanto pasa en el mundo, este glorioso Santo
ofrece á Dios el sacrificio de sus labios, pero
más aún el de su corazon.
José fué jefe de la santa familia; pues bien,
ved cómo ayuda á María en sus quehaceres,
cómo la reemplaza frecuentemente al lado
de Jesús, lleva éste en sus brazos, le hace mil
caricias. ¡Oh! ¡cuán grande nos parece José
en medio de sus cuidados, y cuán felizdebe
ser! " " "

Pero contemplad, sobre todo, si hayun


espectáculo más encantador para los co: azo
nes cristianos, que verá Jesús entre los brazos
de José, de este pobre carpintero en quien
el padre Eterno vertió torrentes de graciasy
en quien unió las alegrías de la paternidad con
los honores de la virginidad. ¿No diriais,
almas cristianas, al considerar este pequeño
Rey, cogido al cuello de José, que se hace de
los brazos de este justo una carroza triunfal,
columnas de plata de sus manos, una esta
- 220 =
cion de oro de su pecho : el
palacio de la divina caridad? No juzgaríais
tambien al verle, que se ha puesto como
un ramillete de flores sobre su pecho, óim
preso en su corazon y en sus brazos para
hacernos comprender que José es entera
mente suyo, puesto que lleva sus armas y
sus libreas..... ¿No diriais que es el Rey pa
cífico sentado sobre su trono de marfil, donde
recibe los honores que le rinden las faculta
des del alma, los sentidos y todos los miem
bros del cuerpo virginal de su querido nu
tricio?... Sí, ¡ved cuán bello es el espectácu
lo de Jesús niño, llevado en los brezos de José
¡Oh! ¡cuáñ agradable debe ser ese yugoyli
gera la carga áquien le lleva... ¡Oh! cuánfácil
es reconocer en este estado á ese divino Niño
por la rica presea del principado de su ayo.
Sus pequeños brazos rodeados alicuell6 de
José, son un collar de esmeraldas de un va
lorinestimables. Una sola de sus miradas, le
dice cosas inefables; un beso de su boca divi
na, produce más alegría en su corazon que
la que todos los bienes de la tierra puedan
dar al hombre durante la duracion de los si
glos. Sus caricias tienen más fuerza parain
flamar su amor que el aceite virtud para ali
mentar el fuego. ¡Ah!si algunas almas,
zando de la presencia del Salvador6deola
- 221 -

Vírgen, solamente por una vision sobrenatu


ral, se han encontrado, sin embargo, tan
abrasadas de amor y tan embriagadas de
delicias celestiales, que exclamaron: «Basta,
Señor, basta;». ¿quédebemos pensar de José,
que veia realmente ambos, que estaba diay
noche con Jesús y que le acariciaba átodas
horas?... ¿Qué debe pensarse de las emo
ciones. de los esfuerzos, de los arrebatos y
de las ternuras de su corazon cuando bebia
hasta saciarse en la divina fuente del amor,
ygustaba á placer de las grandes alegrías
que el Salvador debia derramar por todo el
mundo? Es verdad, que su corazon hubiera
estallado en mil pedazos por la violencia de
la dilación, sualma se hubiera liquidado á
fuerza de dulzura, mejor que la de la esposa
del cántico, de los cánticos, á la voz de su
muy amado; hubiera, en fin, muerto de ale
gría y de anor, si Dios por un milagro no le
hubiera conservado la vida.
No, ¡oh bienaventurado José! jamás el
hombre podráfigurarse la dulzura de vues
tros pensamientos, los abatimientos de vues
tro espíritu, cuando Jesús os llamaba su buen
padre y vos le llamábais vuestro querido hi
jo; cuáles fueron también los sentinientos
devuestro corazon durante las noches ente
ras que pasásteis al ladó de su cuna, ya me
iéndole para dormirle, ya reposando vues.
tra cabeza sobre su humanidad santa, mien
tras que el corazon de su divinidad, velaba;
cuán celestiales fueron los ardores en que
ardia vuestro corazon, cuando llegábais ápa
sear, servir ó llevar en vuestros brazos, á
Jesús, vuestro Isaac, vuestro Benjamin, vues
tro todo ... Jamás la boca del hombre podrá
expresar vuestros enagenamientos cuando
contemplábaisla hermosura y magestad del
rostro de Jesús, lo amable de sugénio, el
fervor de su devocion y la afabilidad de su
conversacion; cual fué vuestra modestia cuan
do dábais el sustento á; Aquel, que no tiene
más que abrir la mano para llenará todos
los séres de las bendiciones necesarias á la
vida, ó cuando para repararvuestrasfuerzas
tomábais el refrigerio que María, la reina de
los ángeles os habia preparado y que Jesús
habia bendecido con su divina mano... cuáles
fueron vuestras reflexiones, cuando enseñá
bais á andar áAquel que habia descendido
del cielo sobre la tierra por visitará los hom
bres... Nunca en fin, podremos comprender
cuál fué vuestra atencion cuando Jesús de
partía con vos sobre el reino de su Padre
celestial, del objeto de su venida á este
mundo y de la iglesia que debia fundar...
cuáles fueron, en fin, vuestras alegrías y
--223
termezas, cada vez que al salir de la habita.
cionó al pasar por delante de vos, os salu
daba con respeto. ,
Así que, ya lo veis, almas cristianas, José
en la compañía de Jesús y de María recibió
en su bienaventurado retiro de Nazaret, una
especie de satisfaccion adelantada de las de
licias celestiales. Queremos tambien nosotros
recibir este gusto anticipado de las alegrías
del Paraiso; amemos áJesús con todo nues
tro corazon, como José le amó. Acerquémo
nos dignamente á la santa mesa y podemos
estar seguros que encontraremos en la Sa
grada Comunión y á los piés del santo Taber
náculo, la única "felicidad que puede llenar
nuestro corazon y hacernos esperar en paz
las alegríás inmortales de, la verdadera pátria.
-

"... ... ". " .


- COL0QUI0–SAN José: Acabas de meditar, hija
mia, sobre la dicha que disfruté en mi casa de Naza
ret, en compañía de Jesús y de María. Ahora bien;
¿quieres saber la causa de aquella felicidad? ¡Pues
bien lvoyá satisfacer tus deseos: es la contínua prer
sencia de Dios. María y yo teniamos incesantemente
los ojos fijos en Jesús, y ni las ocupaciones de la vida
nos impedian amarle, ni el amor nos impedia traba
jar. La contínua presencia de Dios, hé aquí hija mia,
la base de la vida espiritual; y en efecto, la presen
cia de Dios aleja el pecado del alma, la conduce á la
--34
práctica de la virtud y lapuná Dios por el amor
santo y desde luego el ejerciarse á estar en presencia
de Dios, es cosa eficaz para evitar el pecado, ¿Cuál
es el niño que se atreveria.á desobedecerásu padre
á, sus ojos?, ¿El soldado que, Osaria resistir á una
árden formal ante su soberano, ó un soldado que se
atrevería faltará la disciplina militar á los ojos de
sus jefes? Ninguno habrá ciertamente, y cuando se
desobedece es porque uno se lisonjea de la impuni
dad, ¡Ah! Si el cristiano pensara que siempre está
en presencia de un padre, da un rey y del juez que
puede recompensarle écastigarle, entonces se guar.
daria mucho de no hacer nada que pudiese ofenderle,
- El segundo efecto de este ejercicio de estar en la
presencia de Bioses la práctica de la virtud, ¿Con
qué valor no se siente poseido aquelsoldado que
combate en la presoncia de su príncipe?¿Consqué
solicitud no trabajan los obreros ante un maestro
generoso que los quiere recompensar?Pues con mu
eha más razon se llenará de fervor un cristiano, que
digadentre sí: Dios está aquí que me vey que no
dejará del ningun modo de recompensarme. Este
pensamiento lleno de consuelo suavizará sus fatigas
y le esforzará para superar todos los obstáculos;
pues aquí no se trata, nó de una recompensa efí
mera, sino de una eternidad venturosa, porque el
hombre solamente es negligente cuando olvida esta
verdad tan importante. , , , , ,
* El tercer efecto del expresado ejercicio es el aus
s 225
mentar la cáridad segun esta máxima infalible: el
amor crece enpresencia del objeto amado. En efecto,
si esto sucede entre los hombres, ápesar de los de
fectos que lleva unafamiliaridad íntima, ¿cuánto más
contribuirá la presencia de Dios para inflamar el
amor que excita la meditacion, que dá un perfecto
conocimiento y juntamente descubrirá cadavez más
sus efectos adorables? Debiéndose tener entendido
que la oracion de la mañana no basta para mantener
este fuego sagrado, pues es sabido que el agua hir
viendo al sacarse del fuego se enfria y sucederá lo
mismo á aquel hombre que no procura de renovar
de tiempo en tiempo el pensamiento que Dios le ve
y solicitasu amor.
EL ALMA: Si ¡ohl gran santo, comprendo todas
las ventajas de este santo ejercicio y lo deseo viva
mente; ¿pero cómopuedo aplicarme áél con las ocu
paciones de mi profesion, las exigencias de la vida
y las relaciones que estoy obligado á tener con mis
semejantes? " -

SAN José: Si lo deseas sinceramente, hija mia,


los deberes de tu estado no serán un obstáculo.
Cuando santa Catalina de Sienna manifestó á sus
padres el deseo de ser religiosa, estos emplearon to
dos los medios imaginables para hacerla perder su vo
cacion. Empezaron por reducirla todos sus ejercicios
de piedad y la abrumaron con tantos trabajos, que la .
era imposible encontrar un momento para estar sola
y tranquila; pero la Santa no se apuró, se o en
- - 226 -
el fondo del corazon un oratorio donde Dios esta
ba siempre presente y en medio de las ocupaciones
más variadas, su recogimiento era continuo y hacia
todas sus acciones en vida de placer á Dios. Imi
tala, hija mia, busca á Dios dentro de tí, y santifi
carátus acciones y esto será el medio más seguro
para llegará la perfeccion.
, : , , , , " ,

... RESOLUCION—Ejercitarse cada dia á ponerse


en presencia de Dios.-Pedir á san José que nos
ayude en este santo ejercicio, , , ,
, ... . ... . . . . -
e
DIA DIEZ Y SEIS.
• , , , , ,, : " -

sANos, Arnox robLo de As ALMAs INTERfons.


,;
. . . . . . , ,

Consiste esencialmente la vida interior en


el recogimiento del espíritu, en la vigilancia
sobre todos los movimientos del corazon y
en una constante union del alma con Dios; es
la feliz disposicion de un alma que, apartada
de los objetos exteriores y sensibles, se ocu
pa constantemente de los grandes objetos de
familiarmente con Jesús y Maria y de
hallarse en la fuente de las gracias ¿Cuáles
fueron los maravillosos efectos de la presen
cia visible de Dios sobre el corazon de José?
- 227 -
Más feliz en esto de lo que nuncalo fué santo
alguno; sus sentidos y los objetos exteriores
que los hieren, sólo servian para aumentar
su recogimiento é inspirarle un nuevo fervor.
Si viaja, es con Jesús, cuyos pasos todos di
rige; sitoma un alimento frugal, es en pre
sencia de Jesús, que come él mismo á la
mesa de José y le alimenta interiormente
con su Divinidad; si ejerce su profesion, es en
compañia de Jesus, dividiendo su trabajo
con Jesús y hasta recibiendo los servicios de
Jesús: si habla, es con Jesús y su santa Ma
dre; si escucha son los acentos de la voz
de Jesús, que" le da el dulce nombre de
Padre. , , -

San José fué elevado al más altogrado de


fé, puesto que tuvo un conocimiento casi ex
perimental de los más profundos secretos de
Dios, conversando familiarmente con Jesús
y su santísima Madre. La vista contínua de
sus divinos objetos, le mantenia en un pro
fundo recogimiento, le separaba de todas
las cosas terrenales y servia de fundamento
y de materia á esta sublime contemplacion y
á ese dulce éxtasis en que siempre estaba
de vos, que os destierra de su corazon y que
les priva de las inefables riquezas de vuestro
reinointerior. Conducido por vuestra diestra,
¡oh Dios mio! penetro en el corazon del más
- 228 –
querido y del más familiar de vuestros ami
gos ¡Qué calma de todas las pasiones! ¡Qué
silencio de todas las potencias del alma! ¡Qué
luces se esparcen por todo su espíritu! ¡Qué
torrentes de delicias inunda su corazon!
Su vida es una contínua oracion; se eleva
insensiblemente á la contemplacion de vues
tros más sublimes misterios. Siempre unido
á vos por el pensamiento y el vivo senti
miento de vuestro amor, os ve, os conoce,
os adora, y todo lo demás desaparece á sus
ojos.
Santa Teresa, aquella almatan ilustrada
en las vías de Dios, aquella alma formada
por san José en la vida interior, nos dice que
la humanidad de Jesucristo es la puerta que
nos introduce en el santuario de la divini
dad. Si es así, ¿quién penetró jamás tan
adentro como José en ese Océano de luz y
de amor, él que no ha cesado de admirar,
de contemplar y de amará ese Verbo encar
nado; que le ha visto con sus ojos, tocado
con sus manos, alimentado con el fruto de
sus sudores? ¡Oh! cuánto ha aprovechado la
ventaja que tuvo de conversar tanto tiempo
la fé, y pone toda su atencion en adelantar
en las vias de la perfeccion. Tal fué la vida
de san José y las disposiciones habituales de
" alma. Tuvo en el más alto grado el don
de la contemplacion, dice san Bernardino de
Sienna: «Parece que Dios ha confiado espe
cialmente á los cuidados de san José todas las
almas recogidas en recompensa de la vida
oculta y completamente reconcentrada den
tro de sí, que llevó en la casa de Nazaret.
Vosotras, almas cristianas, que os inclinais á
la vida interior, abandonaos á la direccion
de este gran Santo, y podeis estar seguras
de que él os conducirá al término de la car
rera en que habeis entrado.»
-Este santo Patriarca ha tenido más parti
cipacion que los demás santos en el inefable
misterio de la Encarnacion, ha recibido una
comunicacion más abundante de las dulzuras
y de las riquezas ocultas en este adorable
misterio, y el poder de introducir en él las
almasinteriores. ¡Dios omnipotente, abridnos
el interior admirable de José, introducid á
vuestros hijos en esta escuela de silencio,
recogimiento, oracion y amor, á fin de que
disgustados de lo que es exterior, se apar
ten para siemprede este desgraciado encantó
de las cosas de este mundo, que los aleja
arrobado su espíritu de tal manera, que no
atendia á las cosas exteriores más que en
tanto lo necesitaba para atenderá los cuida
dos de su santa familia.
Sus luces y conocimientos aumentaban
cada vez más á la vista de las maravillas de
que era testigo. Todo lo que veía, todo lo
que oia elevaba su fé y alimentaba su pie
dad con un alimento más exquisito que el
de los patriarcas yprofetas, apóstoles y de
más santos. Penetraba en el interior de su
santísima esposa y en el del divino Niño.
Tenia entre sus manos el tesoro más pre
cioso que el cielo pueda confiará un hombre.
Su empleo le colocaba en un rango supe
rior al ministerio de los ángeles, y el poder
que tenia sobre el hijo único de Dios le daba
una ventaja la más gloriosa y más dulce que
una criatura puede desear.
Esta abundanciade luces de queestaballeno
su espíritu, producia en su corazon un amor
ardiente que le consumia; el amor igualaba
al conocimiento. Estaba instruido: José bebia
en la fuente misma de la misericordia, de la
caridad y de la pureza. Era vehemente: todo
contribuia á redoblar su ardor; la presencia
de Jesús y de María, sus miradas, sus pala
bras, añadian á cada instante nuevas llamas.
¿Y quién podrá decir lo que obraba en el
alma de José el santo Niño, cuando le lleva
ba en sus brazos, le besaba con tanto respeto
como ternura y le hacia reposar sobre su
seno? ¡Quién será capaz de penetrar en
las profundidades de aquellas "dos almas,
- 231 -
confundiéndose en un mismo foco las llamas
de su caridad! Las aguas de dos rios que
llegan á unirse y á correr por un mismo
cáuce hasta el momento en que van á per
derse en el mismo Océano, sólo nos darian
una imágen imperfecta de la union del alfina
de Jesús con la de su amadísimo Padre. El
amor de José era íntimo, gozaba de la más
perfecta familiaridad que se puede tener
con Jesús y María y tenia con ellos comuni
caciones y confianzas que nadie ha tenido ni
tendrájamas. Por esto es el padre de la vida
interior y el protector especial de las almas
que tienen el valor de desprenderse, de todo
para ocuparse sólo de Dios.
Todos estos favores no servian más que
para hacerle más humildey para que tuviera
menor idea de los altos sentimientos que por
seía.
Descubriendo perfectamente las gracias
con que Dios le habia colmado, y no pudien
do ignorar el alto grado á que se veía eleva
do, tomaba las palabras de su casta esposa
para glorificar á aquel que le habia sacado
de su bajeza, y repetia con la más viva gra
titud. El Omnipotente ha obrado en mí gran
des cosas. ", ,

Así es como este santo Patriarca experi


mentaba la necesidad de humillarse á la via
232 *)

ta del anomadamiento del Hijo de Dios. Y


como es imposible encontrar sobre la tierra
un hombre que haya recibido honores más
sólidos y más grandes que san José, hay que
confesar tambien que el amor extremo que
tuvo á la humildad, le ha hecho digno de la
admiracion de los hombresy de los ángeles.
¡Qué raro es ver á un hombre investido de
cargos tan sublimes, estar á cubierto de las
sorpresas del orgullo, casi inevitables, con
servando siempre sentimientos muy bajos de
sí mismo, y buscando en cuanto puede la
práctica de las acciones más humillantes! Y
porque es imposible encontrar un santo so
bre la tierra que haya recibido honores más
sólidos y más grandes que san José, hay que
confesar que el amor extremo que tuvo
toda su vida á la humildad, le ha hecho dig
no de la admiracion de los hombres y de los
ángeles. Porque ser humilde sin mérito, es
necesidad, dice san Bernardo; ser humilde
con algun mérito, es una verdad; pero ser
humilde con las prerogativas y la gloria de
san José, es un prodigio que le eleva por en
cima de su propia elevacion. Así como la hu
mildad de la santísima Vírgen la ha elevado
á la dignidad de Madre de Dios, puede de
cirse tambien con san Bernardo, que esta
misma virtud ha elevado áJosé á la dignidad
del esposo de María. En efecto, convenia
unir la más humilde de las mujeres con el
más humilde de los hombres. ,

No nos es dado llegar al grado sublime de


perfeccion á que fué elevado san José; pero
debemos tratar de imitarle, tanto cuanto nos
lopermita nuestra debilidad en ese culto in
terior y perfecto, en todas sus disposiciones
para con Jesús y María; debemos imitar su
tierna piedad, su fervor, su recogimiento, el
espíritu defé de que estaba animado, su es
píritu de oracion. .

Un jóven pastor, sencillo é ignorante pa


saba su vida en apacentar sus rebaños, y en
contraba en esta humilde ocupacion mil me
dios en adelantar en la perfeccion. A pesar
de que no hizo nada de extraordinario, y de
que no tuvo ocasion de conversar con perso
nas distinguidas porsu saber y su virtud,
estaba lleno de toda clase de gracias y dones
interiores tan relevantes, que causaban la
admiracion de los que le conocian. -

Este jóven pastortenia una devocion par


ticular á san José á quien llamaba sn pro
tector, su maestroy su director, decia que
san José era el maestro de las almas que
gustan de la vida humilde y reservada, co
mo habia sido la suya.
Almas piadosas, esforzaos, á ejemplo de
san José, en santificaros, llenando todos los
deberes de vuestro estado con una pureza
deintencion tan grande como la suya, no
buscando más que sólo á Dios. Para obtener
esta gracia tan preciosa, dirigios ásan Jo
sé: él os reserva la herencia infinitamente
preciosa de la vida interior; tiene, segun la
expresion de un piadoso autor, la intenden
cia general de las almas cuya virtud está ocul
ta en este mundo...ld á la escuela de José:
iustruidas por ese gran Maestro, hareis muy
pronto rápidos progresos en esa cíencia que
es la verdadera ciencia de los santos. El os
servirá de guia, os introducirá en esa tierra
prometida, dondecorren arroyos de deli
cias espirituales; aprendereis de él, que los
medios de llegará conseguirloson: el silen
cio, el recogimiento, la oracion, la pureza
del corazon, la guarda de los sentidos, y so
bre todo, la mortificacion de las pasiones y
del amor propio. , .
C0L00UI0–EL ALMA: ¡Qué dichoso habeis
sido, gran Santo, en haber libertado vuestro cora
zon del amor de las criaturas, y haberle ocupado
sólo con el amor divino que habeis poseido en este
mundo en un grado tan eminente!
SAN José: El primer medio para adquirir el
amor de Dios es olvidar el de las criaturas; porque
¿cómo el amor divino habia de encontrar sitio en un
corazon ocupado por las afecciones terrenales? Así,
hija mia, si quieres llegará la santidad, es necesario
primeramente varíar tu corazon de los objetos que
le ocupan, á fin de consagrarle únicamente á Dios.
Será menester sin duda alguna que le hagas alguna
violencia; pero tú sabes demasiado bien que nada
se adquiere sin algun trabajo, y el tesoro del amor
divino merece algunos sacrificios. Considera que en
la tierra no eres sino un viajero, pues que no es esta
tumorada permanente. ¿Por qué se ha de tomar
caríño á lo que se ha de abandonar en seguida? El
que viaja no se cuida de la posada en que descansa,
y se consideraria como inconsecuente ó mejor
como un loco al que olvidase sus negocios y el
cuídado de su casapara embellecer laposada en que
sólo debe permanecer algunos dias. ¡Cuánto más lo
cos y más insensatos son los que se adhieren á esta
tierra de barro, á las criaturas que perecen y des
cuidan el único objeto para que Dios los ha criadol
Tales consideraciones te ayudarán y te darán valor
para separarte detodo lo que sea un obstáculo para
el amor divino. ... ", , ,, ,

EL ALMA: ¡Qué dichosos son, santo Doctor, los


que se apartan de todo para amará Dios únicamen
te, pero es tan difícil! ¡Yo no podré conseguirlo
nuncal
SAN José: ¿Yno cuentas para nada el socorro
de la gracia de Dios? Sin ella los santos no hubieran
- 236 -
podido dominar sus inclinaciones. Muchos de ellos
habian nacido con corazones demasiado sensibles y
sólo con el divino socorro han podido dejarlo todo á
fin de no vivir sino para Dios. Mira san Benito; en
la flor de su edad abandona la opulencia y las dul
zuras de la casa paterna para irá encerrarse en una
cueva y ocuparse sólo de sus esperanzas eternas.
Mira san Francisco de Borja; abandona las dignida
des mundanas y las riquezas para abrazar la pobre
za voluntaria y seguirá. Jesucristo, vistiendo el
hábito religioso. San Antonio Abad vende su rica
herencia, la reparte entre los pobres y se retira á
un espantoso desierto para que nada le distraiga en
su pensamiento celestial. No acabaria si fuera á enu
merarte todos los que han tomado la cruz por único
tesoro. San Felipe Neri decia: «El que ama los bie
nes de la tierra no será santo.». Y Jesús dijo: «Don
de está vuestro tesoro estará vuestro corazon. Pues
bien; el tesoro del hombre es el objeto que él ama
más. Dichosos, mil veces dichosos aquellos cuyo
único tesoro está en... el cielo,y que han colocado
en Dios todas sus esperanzas: porque dice san Pablo
que «el hombre no ha comprendido los bienes in
mensos que Dios ha reservado á los que le aman.»
Pero para gozar de las dulzuras de este santo, amor
en el cielo, es necesario empezará amar en la
tierra; y si quieres gozar en la dicha del cielo, telo
repito, hija mia, retira tu corazon de las criaturas,
Ventrégale todo á Dios,
- 237 -
EL ALMA: "¿Y de qué medios me valdré para
volverme á Dios? ¡Mi corazon está tan frio para las
cosas celestes! -

SAN José: Una práctica excelente para inspirar


al corazon el amor de Dios y para conservarle, es el
uso frecuente de las oraciones pequeñas, llamadas
jaculatorias: son muy cortas, y por consecuencia,
están exentas de distracciones, ó por mejor decir,
son aspiraciones de nuestro corazon á Dios, y no es
posible dejen de atraernos sumisericordia y su amor.
EL ALMA: ¿Quisieras, padre mio, enseñarme al
gunas jaculatorias para que yo pueda hacer uso de
ellas? . 2 "" - .

SAN José: Son tan variadas como tus necesida


des, y tu corazon te las inspirará en el momento
oportuno. Te encuentras en el fervor del amor divi
no, entónces puedes repetir: «¡Oh, Dios mio! ¡Oh,
amor mio! ¡Dios mio, yo no quiero más que ávos
¡Jesús, sed mi único tesorof Qué puedo desear en
el cielo y en la tierra, más que á vos, Dios mio de
mi corazon!.... ¡Corazon de Jesús, consumid mico
razon con vuestro amor... y otras muchas.» Si
tienes sequedad de espíritu, abatimiento, repite á
menudo las palabras del Profeta: «¡Señor, no sepa
reis de mí vuestro rostró!... ¡Dios mio, volved
vuestras miradas hácia mí y me dareis la vida!....
¡Mi alma parece una tierra abrasada y sin agua, Dios
mio!... ¡Dios mio, tened piedad de mí, segun vues
tra gran misericordial,…». Desde el fondo del abismo
- 238 -
ávos elevo mis suspiros. ¡Señor... Y esta del mis
mo Salvador: ¡Dios mio, Dios"mio! ¿Por qué me
habeis abandonado?.... Dirígete tambien con mucha
frecuencia á María: es la madre del amor hermoso:
repítele las siguientes palabras que han resonado en
todo el mundo católico y que le son tan agradables:
«¡Oh, María, concebida sin pecado, ruega por todos
los que recurrimos á tí en nuestra afliccion!» En
fin, si eresfiel á esta práctica, el Espíritu Santo te
iluminará cuando llegue la ocasion. Las mejores, son
las que Dios mismo nos inspira y que nacen del cora
zon. La oracion es la respiracion del alma, y lo mis
mo que tú aspires el aire y exhales el que tengas
en tu interior, el alma, tambien por la súplica aspira
á la gracia de Dios,ypor sus actos de ofrecimiento
y de amor se entrega enteramente á él. T ,
, " ,, , "" " , , , , , , ,

RESOLUCION—Hacer frecuentemente cada dia


oracion jaculatoria–Pedirá Dios su amor.

DIA DIEZ Y SIETE.


- , "-
. "
AN José PATRoN DE LAs coMUNIDADEs RELIGIosAs.,
" .
.

San José tuvo la felicidad de pasar treinta


años de su vida en la más íntima union con
= 939 a
aquel en quien están encerrados todos los
tesoros de la sagrada sabiduría. Los rasgos
de este divino niño se imprimian profunda
mente cada dia en su alma ya tanpura y tan
bien preparada, y el corazon de Jesús aquel
perfecto ejemplo de todas las virtudes, comu
nicaba sin cesar al de José sus sentimientos,
sus disposiciones y sus divinos ardores.
Aunque la Escritura dice muy poco de las
acciones de san José, ofrece poca dificultad
á una alma contemplativa conocer, á causa
de ese mismo silencio, que la vida de aquel
gran Patriarca fué santificada por el ejercicio
de las más sublimes virtudes. Pero nosotros
nos limitaremos á meditar las virtudes fun
damentales en que reposa la vida reli
giosa : la castidad, la pobreza y la obe
diencia. " ...," " , ,

Modelo de religiosos y religiosas, su casa


fué el monasterio más santo que haya existi
dojamás, y él mismo siendo una especie de
superior de las vírgenes de que su familia se
hallaba compuesta, vivió en la práctica de
la castidad, de la pobreza y de la obedien
cia más exacta, y en un retiro, una súplica
y un silencio contínuos.
Y desde luego, ¡qué hermosa y admirable
fué su castidad ¡Perdonadme, Señor, si me
atrevo á decir que los espíritus vírgenes que
- 240 -
componen vuestra córte celestial no poseye
ron jamás una pureza tan noble, tan gloriosa,
tan útil, tan admirable como la de aquel
hombre vírgen sobre el cual os reposábais
con delicial. En las inteligencias celestes la
castidad es solamente una cualidad natural,
pero en José es el efecto de una gracia pri
vilegiada; es necesaria y sin mérito en los
ángeles, pero voluntaria, sin ejemplo y dig
na de una recompensa entera en el santo Es-.
poso de María; los espíritus la conservan en
una subsistencia impasible y José la hace
triunfar en una carne frágil y sujeta á la cor
rupcion; ella no posee más que el espíritu de
los ángeles mientras que es la bella y blan
ca virtud del alma y del cuerpo purísimo de
José. La virginidad de este santo Patriarca
era, pues necesaria para el cumplimiento del
misterio de la Encarnacion tal cual habiasi
do concebido en el cielo. .
El hijo de Dios puede decir: Sólo hay dos
vírgenes en el mundo á quienes soy deudor
de mi vida: á mi madre en la que tomé un
nacimiento purísimo y enteramente divino, y
á José que permaneció vírgen para noimpe
dir este milagro de gracia. .

María puede decir á su vez: No hay más


que un Dios y un hombre á quienes debo el
honor de mi maternidad divina: á mi Hijo
- 241 -
que me escogió por madre y á mi casto es
poso que es el guardian de mi virginidad,
sin la cual nunca hubiera sido madre de
Dios. ,

Unos labios mortales no sabrian expresar


cuáles debieron ser la santidad y la inocen
cia del que fué escogido entre todos los
hombres para ser el esposo y guarda de la
más pura y santa de las criaturas, y cuánto
más se embeileció su corazon por su union
con esta vírgen inmaculada. , ,, ,
José es quien, de concierto con su augusta
esposa, han levantado el estandarte de la
virginidad perpétua, bajo el cual ha veni
do á filiarse tropas innumerables de almas
privilegiadas que, teniendo su corazon más
grande que el mundo, han llevado sobre la
tierra una vida angélica. Así que tiene una
gracia particular para socorrernos contra las
tentaciones de la carne, y su nombreinvoca
do con confianza lleva consigo, como el de
María, la idea, la impresion, el amor de la
pureza y de la inocencia enteramente divina
del Salvador Niño y de la integridad de la
Reina de las vírgenes. Maria encontró en
José un celoso defensor del glorioso privile
gio de su virginidad contra el hálito empon
oñado de las heregías que se esforzaban por
mancharla: Promptissimus defensor. contra
- -23" -
derogantes virginitatimeae, dice María mis
ma á santa Brígida.
Almas piadosas, bajo la proteccion de Jo
sé tendreis la dicha de conservar una virtud
que constituye el más bello ornamento de la
vida religiosa. A las vírgenes es á quienes
Dios promete el céntuplo en esta vida y la
gloria eterna en la otra. ¡Feliz el alma á
quien da Dios esta santa vocacion! Que las
personas á las que no se ha concedido esta
dicha, se acerquen en cuanto sea posible á
la virginidad guardando fielmente la castidad
conveniente á su estado.
Si recordamos que uno de los principales
efectos de la santa humanidad de Jesucristo
es purificar, santificar, divinizar en cierto
modo, no solamente nuestras almas sino:
tambien nuestros cuerpos; que es en parti
cular el principal efecto propio de la adora
ble Eucaristía; pensamos que el que tantas
veces ha tocado con sus manos el verbo he
cho carne, mientras que le besaba más es
trechamente por sufe y por su amor, como
no haya sido santificado, espiritualizado, tras
formadopor decirlo así, por su divina palabra.
Nunca podremos admilar bastante la emi
nente pureza del corazon de José, esa in
corruptibilidad de su alma, esa virginidad
"nterior, ese perfecto desprendimiento de

.- 243
un espíritu enteramente purificado, esa su
blime virtud que une al hombre íntimamen
te con Dios, que le familiariza con él, que
le asemeja á él en cuanto puede asemejarse
la humana naturaleza, que no deja en el al
ma más que inclinaciones virtuosas, impre
siones divinas, pensamientos celestiales; esta
delicadeza del corazon que no sufre el me
nor átomo que pueda ofender lo más mínimo
los ojos de Dios.
San José amó y practicó la pobreza evan
gélica que debia servir de modelo á los re
ligiosos. Fué pobre de espíritu y de corazon,
sufrió las incomodidades de su pobreza sin
quejarse; reducido áganar su vida y la de
su santa familia, se consideraba muy feliz
con dividir con María la pobreza de Jesús
que, poseyendo todas las riquezas, se hizo
pobre por amor á nosotros; á su ejemplo,
quiso vivir y morir pobre.
, La obediencia de san José no es ménos
digna de nuestra admiracion. Toda la santi
dad de este gran servidor de Dios tuvo por
base la obediencia, y su vida fué, por de
cirlo así, una práctica contínua de esta vir
tud. Obedece, sin murmurar al decreto de
un emperador idólatra, que le obliga á di
rigirse á Belen; acompaña á María al tem
plo, cuando por cumplir con la ley, va á puri
- 244 -
ficarse como una mujer ordinaria y á consa
grar su Hijo al Señor. Obedece sin demora
una órden del cielo más rigorosa y más se
Vera. " -

Despues de su vuelta de Jerusalen, mora


ba tranquilamente en Nazaret con María. En
el Paraiso no hay más delicias que en aque
lla santa casa; Jesús era el lazo que unia
aquellos corazones y su amor comun; vivian
felices en su presencia comosiestuvieran ya
en el cielo; pero hé aquí una prueba que les
manifiesta bien que estan aun én la tierra.
En medio de la noche, mientras las tres au
gustas personas que cómponian la santa fa
milia dormian, un ángel del Señor aparece
en sueños áJosé y le dice que salvepor una
fuga precipitada la vida del santo Niño. Obe
dece al instante sin murmurar y sin demora.
. Así José es, despues de María, el más ad
mirable modelo que pueden proponerse imi
tar las personas consagradas á Dios en la
religion. En efecto, es seguro que ningun
fundador de órden ha dejado en lo que con
cierne á los votos religiosos de imitar ejem
plostan perfectos como nuestro Santo,pues
to que ha sido un maestro excelente de cas
tidad, de pobreza y de obediencia. En la po
bre casa de Nazaret se veia el modelo más
perfecto de la vida activa y contemplativa.
– 245 –
Muchas casas regulares, como lo demuestran
hechos auténticos, han experimentado la
eficacia de la proteccion de san José, sea
para reclutarse cuando faltaban individuos,
ya para sostenerse en épocas de escasez. Las
comunidades religiosas serán siempre que
ridas de un santo, feliz con ver retratar fiel
mente la vida que Jesús llevo durante trein
ta años en Nazaret, en la oscuridad y bajo
el yugo de la obediencia.
¡Glorioso san José, modelo de desprendi
miento y de obediencia religiosa! .
¡Oh!vos que estais coronado de lirios de
la más pura virginidad; incomparable José,
hemos aprendido ya de la divina Sabiduría,
que nádie por suspropiasfuerzas puede se
guiros en esa gloriosa carrera; pero sabemos
al mismo tiempo que este don precioso no
puede negarse á aquellos por quien os dig
nais pedir. Obtenednos, pues, una tan per
fecta pureza de corazon, de espíritu y de
cuerpo, para que participemos de la beatitud
de aquellos de quienes se ha dicho: Bien
aventurados los que tienen puro el corazon,
porque ellos veran á Dios
CoL0QUI0–Sas José Todas las almas que
aman á Dios, deben amar la soledad, hija mia, á fin
de comunicarse más fácilmente con él, Dios no ha
- 246 -
bla en medio del ruido de los negocios mundanos,
porque no seria oido. Por consecuencia, los que no
aman la soledad no pueden oir la voz de Dios.
EL ALMA: Padre mio, ¿qué entendeis por la voz
de Dios? ,
SAN José: La voz de Dios son las inspiraciones
santas, los pensamientos é invitaciones con que nos
consuela, guia, alegra y abrasa el corazon en el
amor divino. , , ,
EL ALMA: ¿Pues qué no habla Dios á todos los
que le buscan? " - ".
SAN Jose: Sí, hija mia; Dios habla á todos los
que le buscan; ¿pero puede decirse que buscan á
Dios aquellos cuyo espíritu y corazon están siempre
ocupados con los placeresó con los negocios, y que
viven continuamente en medio de la agitacion del
mundo? Dios no estaba en la agitacion cuando pasó
delante de Elías en el monte Horeb (III, Reyes, XIX,
11), sino en un céfiro tan suave que cási no se le
percibia. Por tanto, léjos del ruido y del mundo es
donde se le encuentra. En otro tiempo dijo á Osee»
«Conduciré el hombre á la soledad y hablaré al co-.
razon.» Cuando quiere atraer un alma ásí, la con
duce lejos de las intrigas del mundo y del trato de
los hombres; allí le dice palabras de fuego que la
dilatan y trasforman, y entonces el alma se encuen
tran dispuesta á hacer todo lo que el Señor le exige.
EL ALMA: Segun eso, ¿es una gran ventaja ha
cer los ejercicios en la soledad. pues que hacen ade
g"
*

- 247.- -

lantar al alma en la perfeccion del amor diviño?


SAN José: Sí, hija mia: esas ventajas son gran
des, inmensas; y para comprenderlas acuérdate que
la meditacion de las verdades eternas, es indispen
sable á quien quiere trabajar con eficacia en su sal
vacion. En efecto, si consideras el tiempo que Dios
te concede para ganar el cielo, la obligacion que
tienes de amar á Dios sobre todas las cosas, la
muerte, el juicio, la eternidad de las penas del in
fierno y las delicias eternas del Paraiso, no podrás
permanecer indiferente á tan gran negocio, el único
importante para tí. Todas las verdades no se ven
con los ojos de la carne, sino con los ojos del alma.
Sólo Dios puede hacerlas gustar por launcion de su
gracia y por su palabra interior; pero, ¿cómo podrás
oirle en medio de tus parientes, de tus negocios, de
los negocios domésticos, que absorben todas tus fa
cultades? Por esto es por lo que los santos han de
jado su patria y familia, y han ido á encerrarse en
alguna gruta del desierto, ó en la celda de algun
convento. San Bernardo decia que habia conocido
mejor á Dios entre las hayas y las encinas de los
bosques, que en todos los libros científicos que ha
bia estudiado. El venerable padre Vicente Carafa
decia que si hubiese podido desear alguna cosa en
la tierra, hubiera sido una cueva, un poco de pan y
un libro espiritual, para vivir léjos de los hombres
y tratar sólo con Dios. Y con efecto, se conservan
tan fácilmente la virtud en lasoledad, como se pierde
- 248 -
en las conversaciones del mundo, porque el objeto
de ellas ordinariamente son los bienes temporales y
cosas extrañas completamente á la eternidad.
EL ALMA: Entónces, padre mio, para encontrar
la santidad, ¿será necesario retirarse á un desierto?
Sin embargo, la mayor parte de los hombres se ha
llan en el mundo sin poder retirarse; ¿deberán re
nunciará su salvacion?.
SAN José: Hija mia, para encontrar la soledad
no es necesario retirarse áun desierto: puedes ha
llarla en tu casa, en todas partes donde te llame tu
deber. Recójete en tí misma; ponte de cuando en
cuando en presencia de Dios ofreciéndole tus accio
nes, tus alegrías, tus penas, y encomiéndate á él,
Evita las conversaciones y las visitas inútiles, y
practica con fidelidad y amor los deberes del estado
en que la Providencia te ha colocado. El que valién
dose del pretexto de unirse á Dios descuidase sus
deberes y pasase los dias en una muelle ociosidad, se
hará culpable á sus ojos. Separa tu corazon y tu es
píritu de las cosas terrenas y te hallarás en la sole
dad aunque estés en medio del mundo.
EL ALMA: Lo concibo bien, Padre mio. Pero la
soledad en el mundo es mucho más difícil de conse
guir que la de los religiosos; estos no son distraidos
en sus santos pensamientos, y un alma obligada á
vivir retirada en el mundo, no puede conseguirlo
sin hacerse violencias contínuas.
* SAN José: Tambien la palma eterna de la victo
-- 249 -
ria está prometida á los que más se violentan. Pero
no te desanimes por eso; la gracia endulzará esos
combates, y cada dia te serán ménos penosos. Ade
más, situs obligaciones telo permiten, retírate todos
los añospara pasar algunos dias en la soledad áfin
de limpiar tu alma y purificarla de las manchas que
puedas haberla echado en tu trato con el mundo;
para renovar tu resolucion y adquirir la fuerza ne
cesaria para resistir las tentaciones que rodean al
hombre por todas partes. Con estas precauciones
participarás de las ventajas de las personas que por
su estado disfrutan las dulzurasde la soledad, y tra
bajarás con suma eficacia en su salvacion.

. RESOLUCION.-Apartarse á menudo del ruido


del mundo y escuchar la voz de Dios-Hacer cada
mes un dia de ejercicios,
. .

DIA DIEZ Y 0H0.


sAN José NUESTRo MoDELo EN LA rí.
-
- -
-
-

Si como hemos demostrado en una medi


tacion anterior, san José ha sido justo por
excelencia, y si como dice el apóstol, el jus
to vive de la fé, podemos pues creer legíti
- 250.
mamente que la fé de san José ha estado en
relacion con su justicia, su santidad, ypor
consecuencia este gran Patriarca vivió la
vida de la fé y fué por excelencia el hombre
de la fé. Sí, almas cristianas, san José vivió
de la fé; obró, amó y pensó por la fé; se
nutrió por la fé su inteligencia con las gran
des verdades de la religion excitando en su
alma los nobles sentimientos que las corres
ponden; por la fé en fin, cumplió las santas
accionespor las que fué agradable á los ojos
del Señor. Consideremos hoy á este gran
servidor de Dios bajo el punto de vista de la
fé de que estaba animado, veamos cuáles
fueron en él los caractéres de esta virtud
que debemos poner en primer lugar, puesto
que sin ella, como dice el apóstol, es impo
sible agradar á Dios.
La fé de san Joséfué, pues, universal: en
efecto, creyó todo lo que Dios ha revelado
por sus profetas y esperado la venida del
Redentor para la época que ellos habian pre
fijado; creyó en la encarnacion del hijo de
Dios, en el establecimiento de su reinado en
el mundo y en los medios de santificacion
que debia proporcionar á los hombres.
La fé de José fué sencilla y dócil. En efec
to, Dios no le manifiesta con un aparato im
ponente las verdades de que le hace deposi
- 251 -
tario, no le habla en medio de los truenos y
relámpagos, como al pueblo judío; ni del
centro de una zarza encendida, como á Moi
sés, sino sólo por el ministerio de un ángel,
y aun este mensajero no se pone en relacion
con él cuando está despiérto, como á Abra
ham, Gedeon, Zacarías y otros;se le presen
ta al contrario, en medio del sueñoy en sue
ños le instruye en el más grande, más ad
mirable de los misterios, para decirle que
María su esposa es la madre de Dios que da
rá á luz al Altísimo, que viene á salvar los
hombres y podrá darle el nombre de Jesús.
Ahora bien, José en esta revelacion como
en las demas con que fué favorecido, cree
simplemente en lo que Dios le da á conocer;
no ruega al Señor como el hijo de Gedeon,
que le patentice con milagros que no esju
guete de ilusion, no; su corazon perfecta
mente dócil está bajo la influencia de la gra
cia, se adhiere enteramente á todo lo que le
reveló el ángel de parte de Dios. El ángel
ie habla y no necesita más, cree inmediata
mente; cree que María es pura como el cielo,
que es el Espíritu Santo quien ha obrado en
ella y que el hijo que nacerá de María será
el Manuel que libertará alpueblo de sus pe
cados. José, es pues, despues de María el
primer creyente del misterio de la Encarna
cion, el primer confesor de la fé en Jesucris
to,y el primer adorador de la divinidad del
Verbo. "

Yved cuán grande y profunda es esta fé


de José; parte de la tierra y se eleva á lo
más encumbrado de los cielos, y aun hasta
cierto punto tiene un grado más que la fé
de María, porque María habia visto real
mente al ángel Gabriel, puesto que en cier
to modo habia tratado y discutido con él la
obra de la Encarnacion divina; porque ade
más las palabras y el anuncio del ángel se
habian realizado y verificado en ella, y por
consecuencia no podia dejar de creer; mien
tras que José no vió ni oyó al ángel más que
en sueños y lo que le dió como prueba de
la inocencia de María no podia ménos de con
firmar sus dudas, porque este es el trastor
no de todas las leyes naturales; es Dios mis
mo fecundando á la criatura. -

La fé de José fué firme é inquebrantable;


no tan sólo creyó que era el Espíritu Santo
mismo quien habia fecundado á María, sino
tambien en la divinidad de Jesús, aunque
una multitud de motivos contrarios se pre
sentasen ásumentepara destruir su creencia.
En efecto, ¿cómo podia creer quefuera el
Eterno aquel niño que vió nacer en un esta
blo, cuyos vagidos oyó y cuyas lágrimas vió
- 253 -.
correr? ¿Cómo podia creer que fuera el Todo
poderoso quien se presenta á él con todos
los signos de la debilidad? ¿Cómo podia creer
que aquel es el árbitro de los acontecimien
tos y que dirige á su antojo las inteligencias
y los corazones, cuando se ve obligado él
mismo á trasportarle á un país extranjero,
para sustraerle al tirano que quiere darle
muerte? ¿Cómo podia creer que el Santo en
tre los Santos apareciera con las señales ex
teriores del pecado, que el Mesías prometi
do á la tierra, esperado por tantas naciones
desde el orígen del mundo, no sea más que
un pobre trabajador, que trabajaba con él y
ganaba como él el pan de cada dia á costa
del sudor de su frente?–Y sin embargo, san
José le cree. Su fé no vacila por estas con .
tradicciones aparentes que debian acudirá
su mente. No comprende cómo la grandeza
soberana puede aliarse con semejante anona
damiento, pero no duda un sólo instante que
Jesús no sea esta soberana grandeza; adora
en él al Verbo divino, la sabiduría eterna,
revestida con la naturaleza humana para
salvar á los hombres. La fé de san José
ha sido firme é inquebrantable, aunque
muy probada. Añadamos que ha sido una
fé práctica que le llevaba á obrar en todas
circunstancias en armonía con lo que creia.
- 25'-.
- José creyó, y por consecuencia, se aplicó
contínuamente á alimentar su alma con las
verdades reveladas; hizo de ellas la más dul
ce ocupacion de su espíritu, grabándolas
profundamente en su corazon; ha manifesta
do su conviccion por sus sentimientos y por
sus obras; siempre ha deseado y hecho el
bien que ha podido y la fé le mostraba.
Por la fé, comprende á qué grado de per
feccion le llama Dios, y para responderá su
vocacion sacrifica su propia voluntad, supera
las repugnancias de la naturaleza, abraza
una vida penosa y laboriosa, practica en
un grado eminente las más excelentes vir
tudes. - - .
Por la fé adora á Dios en Jesús, y honra
á la madre de Dios en la santísima Vírgen.
Por la fé obra como el más tierno de los
padres, respecto al divino Niño, y como el
mejor de los esposos con su santísima
Madre. ,

Por la fé ejecuta puntualmente todo , lo


que se le marca: parte sin demora al Egipto
y mora en él todo el tiempo que Diosquiere;
sale de él para regresar á su patria, se en
trega á los más duros trabajos, se prodiga
* prestar sus cuidados al Niño Dios y á la
írgen Madre,
Así, que cuántos méritos ha adquirido por
- 255
esta virtud, llevada á tan alto grado de per
feccion!... ¡Ah! glorifiquemos, pues, á este
gran servidor de Dios, que siempre ha teni
do una gran fé tan universal, tan sencilla,
tan ilustrada, tan firme, tan constante, y so
bre todo tan fecunda en buenas obras. Pero
acordémonos de que el verdadero medio de
glorificarle por la fé que admiramos en él,
es hacer cuanto nos es posible porque la
nuestra tenga los mismos caractéres.
Y ahora, almas cristianas, examinémonos
á la vista del modelo que acabamos de con
templar, y veamos si en algo nos parecemos
á él. Estamos obligados á ello nosotros cristia
nos, que hacemos profesion de creer en Je
sucristo y en todo lo que nos ha enseñado.
Sí, debemos tener una fé sencilla, entera,
firme, sincera é inquebrantable; una fé, en
fin, viva y práctica.
¿Tiene estos caractéres nuestra fé? ¿Nos
adherimos simplemente á las enseñanzas de
la Iglesia? ¿Nos aplicamos á no mirarlo todo
más que por el prisma de lo sobrenatural?
¿Vemos en lospobres los amigos de Jesucris
to?¿Vemos á Dios lo mismoenlas cosas gran
des que en las pequeñas, en lo que nos pare
ce oscuro, como en lo que comprendemos,
en lo que nos contraria, como en lo que es
conforme á nuestras inclinaciones?
-- 256
En fin, ¿nuestra fé es práctica? ¿Qué efec
to obra en nuestro espíritu y en nuestro co
razon? ¿Nos aplicamos á ocupar nuestra inte
ligencia en santos pensamientos y en soste
ner en nosotros religiosos sentimientos? ¿Nues
tras acciones manifiestan loque hacemos pro
fesion de creer, y no somos esclavos de los
respetos humanos? ¡Ay! ¿No tememos que se
nos eche en cara que pensamos de una ma
nera y obramos de otra? Apresurémonos,
pues, á cambiar de conducta y á daránues
tra fé las cualidades que hemos admirado en

COL00UI0–EL ALMA: ¡Oh! ¡qué feliz seria,


mi buen Padre, si pudiera recibir de vos algunas
lecciones sobre la fél .
SAN José: Hijo mia, la fé es una virtud y un don
de Dios comunicado al hombre por el bautismo y
que le hace creer en todas las verdades que Dios ha
revelado á su Iglesia, y que ésta le enseña: la fé es
el fundamento de la esperanza y de la caridad. El
que está persuadido de la existencia de Dios y de
que es perfecto, espera en su bondad: le ama y co
mo sabe que el pecado desagrada soberanamente á
Dios, cuenta con su gracia y emplea todos sus es
fuerzos para corregirse.
EL ALMA: ¿Cómo se prueban las verdades que
la fé nos propone?
– 287 – -

SAN José: Las pruebas de las verdades que la fe


propone, son: la santidad de su doctrina, la con
version del mundo entero, la estabilidad siempre
uniforme de los dogmas, el testimonio de las profe
cías, el de los milagros, la constancia de los márti
res. La incredulidad reconoce por causa, ó la igno
rancia voluntaria que rehusa instruirse en las ver
dades de la religión, ó la mala vida; porque dice san
Juan: «los hombres se han negado áver la luz, por
que sus hechos eran malos.» El que ama el pecado
quisiera aniquilar el pensamiento de Dios que debe
castigarle, la de la muerte que debe separarle de
todo lo que desea, del juicio que debe sufrir y de los
fuegos eternos que serán el castigo de sus crímenes.
Trata de aturdirse para gustar en paz las alegrías
de la voluptuosidad. Son ademas los malos libros y
sistemas contra la fe... ¡Oh ingratitud de los hombres!
Dios los ha creado para hacerlos enteramente feli
ces; los ha colmado de luces y de gracias á fin de
que pudiesen adquirir la vida eterna; los ha resca
tado muriendo por ellos con un amor infinito, y es
tos hombres ingratos se esfuerzan en no ver para
abandonarse á sus brutales pasiones. ¿Puede haber
una ceguedad más deplorable? " " "
EL ALMA: Gran santo, ¿qué nos decís de .
la fe de María, nuestro modelo despues de Jesu
cristo?
SAN José: La bienaventurada vírgen María es
la madre de los creyentes, merece bien este ¿tulo
•- 258 •=.

puesto que ella repara por su fe el mal que causó


Eva por su incredulidad. Al dar su consentimiento
para la encarnacion del Verbo, trajo la salvacioná
la tierra y abrió el cielo, cerrado hacia tanto tiempo,
Por su fe mereció María ser la luz da los fieles y la
Reina de la fe ortodoxa; al mérito de su fe atribuye
la Iglesia la extincion de las heregías, y san Ilde
fonsoinvita al hombre á reproducir en sí el sello de
la fe que brilla en María,
EL ALMA: Pero ¿cómo imitar la fe de María?
SAN José: La fe es un don de Dios que se le
considera como una luz que ha derramado en nues
tras almas;pero es tambien una virtud cuando se
la practica y cuando conformamos nuestra vida, á
sus máximas. Cree verdaderamente el que practica
lo que cree. . . . . . . . . . .
EL ALMA: ¡0h gran santo, cuán viva y constan
te fué la fé que brilló en vos! Ella os hizo caminar
á grandes pasos en la senda de la perfeccion.
SAN José: El que creo, hija mia, en Jesucristo
y le ama, sinceramente, piensa siempre en las má
ximas eternas y arregla á ellas su vida. Comprende,
con el sábio, que toda la grandeza humana no es
más que humo; que todo es vanidad fuera de amar
áDios y servirle; que el hombre, no es más que lo
que es ante Dios, y nada más; que para nada sirve
ganar el universo, si se llega á perder el alma; que,
sólo Dios puede contentar el corazon del hombre, y
que hay que abandonarlo todo para alcanzar la eter
midad bienaventurada. Otros cristianos ereen, pero
tienen una fé lánguida; creen los misterios y las
verdades reveladas, mas no creen las que contra
rian sus pasiones. Jesucristo ha dicho: «bienaventu
rados lospobres, los que lloran, los que llevan su
cruz, los que sufren persecucion por la justicia.
Ahora bien: ¿creen en el Evangelio los que dicen:
dichosos los que poseen grandes tesoros que son
honrados entre los hombres? ¿Creen los que se nie
ganá perdonar una injuria á pesar del ejemplo del
Salvador y sus preceptos formales? Evidentemente
no. Si los que niegan las verdades especulativas de
lafé son heréticos, los que no arreglan su vida á las
verdades de la fé son heréticos de hecho, segun las
siguientes palabras de Jesucristo: «Amad á los que
os aborrecen, orad por los que os persiguen, porque
si no amais más que á los que ds aman, ó si no ha
ceis bien más que á aquellos de quienes esperais la
recompensa, ¿qué mérito tendreis? ¿Los paganos y
los publicanos no obran lo mismo? Sé, pues, cristia
na, hija mia, por tus obras, que tu fé sea viva y
ardiente, que anime todas sus acciones y serás una
verdadera discípula de Jesucristo,
EL ALMA: Teneis razon, oh mibuen Padre: una
vida de fé es absolutamente necesaria para la salva
cion; ¿pero cómo he de vencer el respeto humano y
las demás tentaciones del infierno?
SAN José: Por la fé, hija mia. Como cederás an
te el respeto humano, al pensar en estas palabras
- 260 -
del Salvador: «Aquel que se avergüence de mi ante
los hombres, yo me avergonzaré de él ante mi Pa
dre celestial.» Aunque el demonio es fuerte y sus
tentaciones terribles, sin embargo, con la fé puedes
salir victoriosa, como dice San Pedro. «El demonio,
vuestro enemigo dávueltas ávuestro alrededor co
mo un leon hambriento buscando á quien podrá de
vorar: resistidle, pues, cifrando vuestra fortaleza en
la fé (I. Epist. V.8y9).» Como el escudo defiende
alguerrero de las flechas enemigas, la fé defiende
de todas las tentaciones del infierno. Ruega, pues,
contínuamente al Señor, con los apóstoles, aumente
tuf. Domine adouge nobis fiden. a
-
- , " "

RESOLUCION –Pedir frecuentemeute la fé de


Dios.-Creer firmemente y sin reserva todo lo que
nos enseña la santa Iglesia nuestra madre. .
. . .» . . . . . . . . . . .
- .. . , , , - -L- , ,

DIA DIEZ Y NUEVE.


sAN José NUESTRo MoDELo EN LA ESPERANza.

De todos los sentimientos que se encier


ran en el corazon del hombre, la esperánza
en Dios es la que parece agradar más á este
soberano Señor, por que es el homenaje que
- 261 -
se dirige más directamente á su bondad. Así
que forma parte esencial del culto que le
debemos y ella ha sido la virtud de todos
los verdaderos adoradores. Vemos efectiva
mente en las santas Escrituras que Abraham
esperó contra toda esperanza al subir sobre
la montaña para inmolar en ella á su hijo
Isaac, puesto que Dios le habia prometido
que seria padre de una raza más numerosa
que las estrellas del Cielo. Vemos tambien
al santo rey David poner en Dios toda su
esperanza y teneruna confianza plena y en
tera en su bondad. El santo hombre Job nos
dá tambien un bellísimo ejemplo de su espe
ranza en Dios, puesto que despues de las
pérdidas más crueles y en medio de sus
innumerables dolores, exclama que aun
cuando le matara esperaría aún en él.—Ma
thathias inspira el mismo sentimiento á sus
hijos cuando los exhorta á que pongan su
confianza en el Señor para triunfar de sus
enemigos... La casta Susana viéndose atacada
en su inocencia, levanta, llorando, sus ojos
al cielo, porque, nos dice la Santa Escritura,
tenia confianza en el Señor.
Pero si todos los justos han glorificado la
bondad divina por su esperanza, san José lo
ha hecho de una manera mucho más exce
lente, puesto que fué eminentemente justo,
Consideremos pues hoy bajo este punto de
vista á nuestro glorioso Patriarca y reflexio
nemos en el objeto, en los motivos y en las
cualidades de su esperanza.
Y desde luego san José no ha esperado las
ventajas de la tierra comprendiendo dema
siado bien la vanidad de todo lo que pasa.
Lo que él ha deseado y esperado con con
fianza, es la proteccion de Dios, su bendicion
y su gracia, son los bienes eternos, es la co
rona, que nunca se empaña. San José esperó
la redencion prometida á nuestros primeros
padres; siempre- abrigaba en su alma la
esperanza de que el gran dia de la venida
del Salvador iluminaria al mundo en el
tiempo señalado por los profetas. Y cuan
do vió este dia deseado, su esperanzase
acrecentó más y más; tuvo confianza en que
muy luego la iglesia, la nueva Jerusalen ve
ria acudir á todos los pueblos á su recinto,
que el reinado de Jesucristo iba á estable
cerse por todaspartes sobre la tierra, y á
perpetuarse hasta la consumacion de los si
glos. El ángel al revelarle el misterio de la
encarnacion le habia dicho: Dareis á este ni
ño el nombre de Jesús, porque él es quien
salvará á su pueblo librándole de sus peca
dos. Y José está seguro de que esta emanci
pacion se hará y que tambien la primer falta
será rescatada por Jesús y la inocencia vol,
verá á los hombres. *

Hé aquí cuál fué el objeto de la esperanza,


de san José; consideremos ahora cuáles eran
los motivos de esta virtud.
José esperó, porque tenia una gran fé en
la veracidad de Dios. Conocia efectivamente
las promesas divinas y sabia que el Señor
cumple todo lo que promete; su fé le decia,
de antenano que el cielo y la tierra falta
rian, pero las palabras de aquel que es la
verdad por esencia no faltarian. Esperaba
• porque creia en la bondad y en el poder de
Dios. ¡Ah! Entró muy adentro en el corazon
de su buen Maestro él que fué el más fiel de
sus servidores yvió que el sentimiento que le
dominaba es la bondad, la misericordia; por
lo que se entregó á la más dulce confianza,
San José tenia por motivo de su esperanza
la proteccion de María, las súplicas de esta
augusta Vírgen que ha sido llamada conjus
ticia una poderosísima intercesora y á quien
Lios nada puede negar. Sin embargo, el ma
yor motivo de la esperanza de san José tenia,
por objeto el mismo Jesús.
¿Y cómo dejaria de tener una confianza
ilimitada, cuando tenia en sus brazos el me
diador del cielo y de la tierra?¿Cómo hubie
ra podido dudar de los auxilios de Dios quien
--264
al rogarle le presentaba su adorable hijo en
estado de víctima suplicante? ¿Los israelitas
estaban llenos de confianza, cuando tenian
con ellos el arca del Señor: ¿cuánto mayor
debia tenerla José que llevaba en sus brazos
al mismo Señor?
Tales son en san José los principales mo
tivos de la virtud y de la esperanza; pero
consideremos además cuáles eran las cuali
dades.
La esperanza de san José fué constante y
entera, firme, prudente y eficaz. A cada
instante de su vida pudo decirá Dios: «Señor
he esperado en vos desde mi primera ju
ventud, espero ahora, y en la hora de mi
muerte me dormiré en la esperanza.» Sí, ha
esperado en todo tiempo, lo mismo que en
todas las circunstancias de su vida. Recor
demos su viaje de Nazaret á Belen, y sobre
todo la huida á Egipto. No se turba, no se
entrega á la inquietud, no concibe tristeza
alguna, ni ninguna aprension, aun cuando
tenia tantos motivos aparentes: sabe que es
tá en manos de Dios y confia en su paternal
bondad. Notemos sobre todo, que jamás se
apoderó de él el desaliento. Comprendia que
este desfallecimiento del alma ultraja á Dios
de la manera más sensible, en su tierno cora
zon, porque equivale á una declaracion de
que no se cree ya en su bondad y en los cui
dados de su provideneia.
Y notad, almas cristianas, que su fé no de
jó de ser muy probada, y en efecto juzgad
por su viaje áBelen, cuántas dificultades se
presentarian á su espíritu para un viaje se
mejante; ysin hablar de las que procedian
del estado de la Santísima Vírgen ¿no tenia
las de lo largo del camino? ¿No necesitaba
reunir provisionessuficientes, asegurarse asi
los para la noche, y precaverse contra los
rigores de la estacion? Ahora bien, todo esto
era punto ménos que imposible áJosé, que
no tenia más recursos que su trabajo diario.
El viaje que emprende, iba á ser para ély
para María una larga série de sufrimientos,
pero no se desalienta, espera en el Señor.
Wedle además recorriendo las calles de Belen,
para encontrar un abrigo para él y para su
esposa, y esperimentar las más crueles re
pulsas. ¡Qué posicion para este santo Patriar
ca, verse así rechazado con una esposa tan
jóven aun, tan delicada y en un estado difí
cil! Pero José no se queja, espera en el Se
. ñor. Y su viaje á Egipto ¡qué nueva prueba
tan cruel! El ángel le habia dicho que el Hijo
de María salvaria á los hombres, y hé aquí
que el pobre carpintero, sin tener nada para
su propia defensa, se vé obligado áhuir para
salvar al Niño. Pero tampoco se desalienta
José, pone su confianza en el Señor, obedece
prontamente las órdenes que se le han dado
persuadido de que si se le manda irá Fgip
to, consiste en que es necesario para salvar
la vida del Niño, así que lejos de desmayar
la confianza de José, al contrario se vigoriza
por la prueba.
Y sin embargo, no creemos que la con
fianza de san José fué tal que nada hiciera
por su parte para asegurar el logro de los
designios de Dios No habia en él inquietud,
mas no habia tampoco incuria. José, al con
fiarse en Dios obraba antes por su parte con
todas sus fuerzas. Su esperanza fué conforme
con las reglas de la prudencia, y no se asemeja
en modo alguno con la presuncion que cuen
ta que la Providencia hará todo por su parte
sin que nosotros hagamos por la nuestra lo
que nos sea posible. -
Consideremos, por último, los efectos de
esta virtud en san José. Por lo mismo que
tiene una confianza tan perfecta, nada en
cuentra demasiado difícil en lo que Dios exi
je de él: rinde homenaje á la bondad divi
na y se asegura su proteccion; se fortifica
contra la adversidad que le ataca apoyándo
se en Dios. Goza anticipadamente, hasta cie.
o grado, de las cosas que espera, y es feliz
con lo que áun no tiene como si lo poseyera
ya; se establece por su confianza una gran
tranquilidad, no ménos satisfactoria para su
corazon que agradable á Dios, cuya provi
dencia glorifica. , " ,

Esforcémonos, pues, almas cristianas, por


sèr, bajo el punto de la esperanza. dignos
imitadores del glorioso san José; echemos de
nuestro corazon toda ingratitud y nunca nos
dejemos llevar del desaliento. ¿No es Dios
nuestro padre Todopoderoso, y siempre lleno
de bondad para nosotros? ¿Su providencia,
novela por nosotros? Y además, ¿no esta
mos seguros, de poder obtenerlo todo por
Jesús nuestro medidor y por la intercesion
de María nuestra buena Madre.
Oremos y trabajemos ardientemente en
nuestra salvacion, y en seguida escitemos en
nosotros una gran confianza, que al mismo
tiempo que nos llevaráá hacer generosa
mente todos nuestros esfuerzos, nos dará la
paz interior por la persuasion de que Dios
bendecirá nuestros esfuerzos.
¡Oh, qué ventajosa nos seria semejante
confianza! ¡qué valor para el bien excitaría
en nuestras almas! Por consecuncia, ¡cuán
tos méritos no adquiriríamosy qué homena
je no rendiríamos á la Providencia! Así Dios
nos recompensaria con la paz del corazon
--268
en esta vida, y en la otra por un aumento de
felicidad infinita, que es la única que puede
llenar nuestros deseos. " -

, -"

COL00UI0.–EL ALMA: Bienaventurado san


José, despues de haberme instruido en la fe, ¿ten
driais á bien hablarme de la esperanza? ·
SAN José: La esperanza es un don de Dios, por
la que esperamos con firme confianza, fundada en
los méritos de Jesucristo, la eterna felicidad y los
medios necesarios para conseguirla, es decir, la
gracia de Dios que ayudará al hombre ávencer sus
viciosas inclinaciones y á cumplir sus deberes. En
cuanto á los motivos de tu esperanza, son la omni
potencia de Dios que puede salvarte, y su miseri
cordia que así lo quiere.
EL ALMA: "¡Ay, venerable Padre miothe ofen
dido tanto á Dios con mi vida, que no me atrevoá
ir á él con confianza, que sólo pueden tener sus
hijos muy queridos y sus fieles servidores; él sólo
debe mirarme con horror.
SAN José: ¿Olvidas, lija mia, que la miseri
cordia de Dios es infinita? «La misericordia rodea
á aquel que espera en el Señor, » dice David, y el
Eclesiastés dice casi en los mismos términos:
«Ninguno de los que esperaron en el Señor, fué
confundido , Cree en las divinas Escrituras y des
echa esos pensamientos de desaliento que el demonio
* sugiere para perderte. ¿Puedes desesperar de tu
-269
salvacion despues de todo lo que Jésucristo habecho
por salvarte? ¿No vino álbuscar lo que estaba per
dido?¿No es el cordero de Dios que quita los peca
dos del mundo? ¡Ay, hija mial te ha rescatado por
atroces dolores y el suplicio cruel é infame de la
cruz: ¿qué puede negarte despues de haberte dado
semejantes pruebas de amor?
ELALiA: ; Padre bondadoso, lo conozco; Dios
esinfinitamente misericordioso, no puede negar un
perdón que se le pida en nombre y por los méritos
de su adorable Hijo; pero una série continuada de
años pasados en el pecado, me han dado hábitos que
no puedo vencer. Ahora bien; Dios, en su justicia,
no puede perdonar los pecados al que no se en
mienda.
SAN José: Es verdad; pero cualquiera que sea la
fuerza de tus hábitos puedes triunfar con el auxilio
de la gracia, y Dios se ha comprometidoá dártela.
Jesucristo ha dicho: «Enverdad, en verdados digo;
todo lo que pidais ámi Padre en mi nombre, os será
otorgado. Pídele de todo corazon la fuerza necesa
ria para vencertus pasiones, y lo conseguirás; pero
no te dejes arrastrar nunca por la desconfianza: esto
seria pecar contra la esperanza. a , o
EL ALMA: ¿Y de cuántas maneras se peca con
tra la esperanza? " :
-SAN José: De dos maneras: por desesperacion,
considerando el número y enormidad de las faltas,
se duda de la misericordia de Dios, y se duda de su
salvacion, diciendo: «He pecado muche y Dios no
puede perdonarme.» ¿Y quién eres tú para limitar
así la bondad de Dios? Tú has cometido muchos
pecados, hasta crímenes. ¡Ah!, detéstalos en buen
hora; llorarlos es lo mejor que puedes hacer; pero
no desesperes de tu salvacion. Mira el corazon de
Jesús abierto al arrepentimiento;óyelecómo ruega
á su padre celestial por sus verdugos. ¡Ah! créelo,
desea más vivamente tu salvacion que tú mismo, y
no puede hacérsele mayor injuria que dudar de su
mísericordia y de su amor.Judas, el infame Hudas,
le ha ultrajado de un modo más sensible desesperan
do de su perdon que entregándole.á sus enemigosa
Peca tambien por desesperacion el que desconfia
como tú á lavista de sus malas inclinaciones, y de
bilidades. ¡Ahlsil estuvieras sólo podrias desespe
rar, porque el demonio.te acecha indesantemente,
como un leon furioso para devorarte; pero Dios está
contigo y es bastante poderoso para auxiliarte Rué
gale, pues,hija mia, y ponmanos á lá obra; un há
bito se vence por otro distinto, y la palma de la
gloriano se alcanza más que por esfuerzos perseve
rantes; porque la conversion no es obra de un dia;
ora, vela sobre tí constantemente y cuenta con el
socorro de Dios, que no te faltará. -

EL ALMA: Seguiré vuestros consejos oh Padre


miol pondré toda mi confianza en Dios, y cuales
quiera que sean las faltas que pueda cometer, espe
raré siempre en su misericordia,
27
SAN José: Evita, hija mia, dar en el escollo
opuesto, que es la presuncion, segundo modo de
pecar contra la esperanza. Debe contarse ilimitada
mente con la misericordia de Dios y con el poder
de su gracia: pero debes por tu parte trabajar así
duamente en evitar el mal y en paacticar el bien.
Aquel que se apoyára en la misericordia de Dios
para pecar más libremente, heriria más gravemente
su justicia y su bondad. ¿Con que si Dios estuviera
siempre armado de los rayos de sn justicia, velarias
más por tí? Y porquete se manifiesta con el sem
e blante de un Padre tierno y compasivo, ¿nó temes
ultrajarle, herir su corazon?¡Este pensamiento hor
rorizal Se peca tambien por presuncion cuando al ,
contar con sus propias fuerzas, se expone volunta
riamente á la ocasion del pecado. Finalmente,pecan
tambien por presuncion los que quieren conducirse
por sí mismos por el sendero de la salvacion. No hay
seguridad más que en la obediencia á los superiores
espirituales, y los presuntuosos están expuestos á
grandes caidas. No cuentes sólo contigo, hija mia;
pon toda tu esperanza en Dios y en su santa Madre,
que quiere ser la tuya: la Iglesia la llama esperan
za, y el que pone la confianza en ella no será con
fundido. : , , , -

"

RESOLUCION –Hacer frecuentemente en el dia


actos de esperanza.—No desconfiar nunca de la
bondad de Dios. . . . . . . . . .. .
- 27 -
. .. . . . . ,
,
DIA VEINTE. . . . . . . .

sAN los, Mobeto DE cAnibab.


l: .
Jesucristo, ántes de confiará san Pedro
una gran mision, le preguntó por tres veces:
«¿Meamas?» y sólo cuando el apóstol le res
pondió por tercera vez: «Sí, os amo, » fué
cuando puso á su cargo la Iglesia. Con esto
nos quiso enseñar, el divino Maestro, que
sólo son dignos de grandes cosas los que
abrigan en su eorazon un grande amor, y
que Dios no confia lo que tiene de más que
rido, sino á las almas abrasadas por el fuego
dé la caridad. De esta sola consideracion de
bemos deducir quesan José poseía un per
fecto amor á Elios, porque despues de Ma
ría, nadie ha sido llamado á mayores cosas,
nadie ha recibido misions más importante,
nadie ha tenido bajo su guarda personas tan
-queridas de Dios. , , , , ,
Considerémosle hoy, almas cristianas, co
mo un modelo de amor divino. Reflexione
nós que solamente amóá Dios y áJesucris
to su adorable. Hijo, que los amó con todo
su corazon, con toda su alma y que por eso
- 273.
estuvo siempre dotado de una caridad per
fecta. " , .
Estudiemos la caridad de san José en sus
principios, á fin de iluminarnos para amará
Dios como él le amó.
San José brilló en amor de Dios porque
estuvo provisto de grandesgracias, á las
que siempre permaneció fiel; porque lleno
de buena voluntad, procuró ser dócil á las
solicitudes del espíritu del amor que tenia
en su corazon; porque se consagró con todo
el ardor de su alma, al cumplimiento del
más grande de los preceptos, que dice:
«Amarás al Señor tu Dios. "
San José brilló en amor de Dios, perque
su corazon tan bien dispuesto, tuvo la union
más estrecha con el de María. ¡Ah! ¿Cómo
no habia de estar abrasado en el amor divi
no, si estuvo durante treinta años comuni
cando con María, la Madre del puro amor, la
Vírgen, que por sí sola amó más á Dios que
le han amado los santos y los ángelesjuntos?
, Sin embargo, la primer fuente del amor
divino de san José, fueron sus relaciones con
el Niño-Dios ¡Ah! cuando se recuerda que
fué su padre y su protector en el mundo;
cuando se recuerda que contempló tantas
veces aquellas manos divinas, que por amor
debianoperar tantos prodigios, aquella boca
divina sonriéndole amorosa, de la cual te
nian que salir toda la enseñanza de la ley de
amor, aquellos divinos ojos que reflejaban
un alma todo amor; cuando se considera á
José teniendo en sus brazos aldivino Niño,
besándole con una ternura á que sólo igua
laba su respeto; cuando se le contempla con
su corazon colocado tan cerca del de Jesús,
entónces se comprende bien que despues de
María nadie haya amado tanto á Dios.
¡Oh! ¡José, qué feliz sois en haber sido fa
vorecido con tantas gracias, y más aún en
haber sabido corresponderá ellas! ¡Qué feliz
sois en haber tenido tales relaciones con Je
sús y con María! ¡Vuestra humildemorada
de Nazaretera el hogar de la caridad Imá
gen de laJerusalen celestial, sólo se oian en
ella cánticos de puro amor,
Pero no nos limitemos á considerar el ob
jeto y las fuentes del amor divino de san
José; reflexionemos sobre sus principales
cualidades.
El amor de Dios, de que san José estuvo
abrasado, era un amorgeneroso, que le lle
vaba á cumplir con desintérés y alegría, los
1más numerosos y mayores sacrificios; era un
amor invencible, que no podia ser detenido
ni sobrepujado por ningun otro; era un amor
noble qué no conservaba aficion alguna lá
- 27 -
les placeres, los honores ni los bienes de
este mundo. El corazon de José amaba á las
criaturas, no por ellas, sino por Dios; las
queria, pero sólo en cuantopodianunirle más
estrechamente á este soberano bien.
Bajo la influencia de este sentimiento,
José pensaba únicamente en el Dios que ama
ba; su espíritu, de acuerdo con su corazon,
jamás se separaba del único objeto que debe
ocupar nuesto pensamiento. Su amor á Dios
era el único que inspiraba todas sus accio
nes. Sioraba, si hablaba, si trabajaba, era por
amor y para acrecentar su amor. Así, como
David decia: «He hablado porque hecreido, »
San José podia decir; «He pensado, y he
obrado, porque he amado áDios. », r , ,
- José era, pues, un serafin terrestre que se
consumia en presencia de Dios. No solamen
te el pecado no pudo jamás apagar en su
alma el fuego de la caridad, sino que jamás
experimentó disminucion alguna. José amó
siempre álios todo lo que pudo, y se dedi
có constantemente á amarle más.
Su amor, no hizo otra cosa que aumentar,
porque encontraba alimento en los consuelos
espirituales, en las contradicciones y en las
pruebas: alcanzó su perfeccion en la hora
suprema en que el serafin terrestre abando
naba este mundo para irá colocarse en el
- 276 -
otro en el primer puesto entre los sera
fines. ". , , ,
Despues de haber considerado el amor de
que se hallaba animado el corazon de José,
reconcentrémonos, almas cristianas, y vea
mos en qué estado nos haltamos respectó á
este asunto. " " -
¿Amamos verdaderamente,á Jesucristo?
¿Es efectivamente el primero y únieo objeto
de nuestras afecciones? ¿Le invocamosá
menudo de todo corazon, ó laspalabras «Se
ñor, yo osamo, » son una nueva fórmula sin
realidad, que repetimos por costumbre, sin
que esprese el estado de nuestra alma?
¡Ay! Tal vez nuestra: conciencia nos tres
ponda que nuestro corazon, en lugar de elée
varse á nuestro Criador, recuerda con fre
cuencia las afecciones de la tierra. ¡Ahlsies
así, apresurémonos á romper muestras cade
nas. Dios nos presenta la gracia; esforcémo
nos por corresponderá ella,á fin de que no
haya en nuestros corazones más que un puro
amor que sea como el de José, noble, gene
roso y meritorio á los ojos de Dios.
Sí, tal es el amor que debemos tener. ¿Y
por quénohemos de aspirará poseerle? ¿No
podemos irle á buscar á los inismos: manan
tiales que san José, al corazon inmaculado
de María, y mejor al sagrado corazon de Je
- 277 -
sús? ¿No podemos con la meditacion contem
plar al Niño-Dios, obrando los misterios de
su amor? ¿No hablamos con nuestro dulce
Salvador cuando elevamos nuestras oracio
nes?¿Y sobre todo, no esperimentamos toda
la influencia de su alma amorosa, cuando le
recibimos por la sagrada comunion?
¡Ah! ¿No es el más admirable de los mis
terios que nuestro corazon se una con tanta
frecuencia al corazon de Jesús, y que no
tenga mayor participacion en las llamas de
su amor? Pues veamos si la causa existe en
nosotros. L.
¡Hagamos todolo que nos sea posible para
que nuestras comuniones sean fervientes:
cuántoprovecho sacaremos entonces de ellas!
¡Aumentaremos mucho núestro amor, y por
consecuencia serán más rápidos y mayores
nuestros progresos en el camino de la per
feccion!
-r . . .
C0L00UI0.–EL ALMA: ¡Oh mi glorioso Pa
dre! vos que á ejemplo de María tanto habeis ama-,
do al prójimo, enseñadme qué es lo que debo hacer,
para marchar sobre vuestras huellas y practicar,
perfectamente la caridad.
SAN José. Conviene, mi querida hija, practicar
la caridad con todo el mundo, en palabras, pensa
mientos y acciones, , , , ,, , ,
= 278 = -

En cuanto á los pensamientos, hijamia,destierra


de tu corazon toda mala sospecha contra tu prójimo;
es un pecado sospechar de los demás sin razon, y
un pecadograve qreer en sus sospechas y comuni
carlas á los demás. El Salvador ha dicho: «Sereis
juzgados como hayais juzgado, á los otros (Ma
teo VII, 21). He añadido sospechar sin razon, por
que si hubiera motivo para creer el mal no habria
pecado... , , , ,, :
Sin embargo, procura hija mia, echar de tu co
razon toda sospecha injuriosa contra, tu prójimo:
«La caridad no piensa mal, dice el apóstol, a ... ,
La caridad ordena que nos alegremos del bien de
otro, desechando la envidia que nos inclina á sen
tirlo, San Gregorio observa, sin embargo, que el
hombre puede regocijarse con la caida de su enemi
go, si estacaida es un bien para la salvacion de su
alma; puede sucederte tambien que sin envidiar la
prosperidad de otro, sentir que se sirva de ella para
ofenderá Dios y oprimir á los demás.
Mucho es haber desechado la envidia de sus pen
samientos á fin de sustituirla con los sentimientos
de amor al prójimo; equivale ha haber cortade el mal
de raiz, y quien ha conseguido hacer que reiné la
caridad en su corazon, no peca contra esta hermosa,
virtud. Pero no se corrigen en un dia los malos há
bitos; hay que tratar de arraigar en su espíritu y
suspensamientos la caridad para con el prójimo, y
"mismo tiempo procurar no ofenderle de palabra,
• 29 *

Para esto, hija nia, comienza por abstenerte cuida


dosamente de toda maledicencia, porque el meldi
ciente es aborrecido de Diosyde los hombres.
E. ALMA: Gracias á Dios no tengo la culpabl
donducta de hablar final del prójimo. .
SAN José: Se murmura tambien cuando se mie
gan las buenas acciones del prójimo, ya directa ó
indirectamente, por cierta incredulidad, una sonri
saburlona, etc. Algunos maldicientes, para contras
tar su maldad, empiezan por alabará la víctima tam
tes de clavarla el puñal; es un hembre de talento,
dicen, pero es vano y orgulloso, quiere que todo el
mundo piense como él. Esta mujer es generosa, pero
vengativa; esta otra es dulce y buena, pero carece
de energía, etc. Cuando oigas murmurar, hija mía,
guárdate bien de manifestar satisfaccion; si tienes
autoridad impon silencio, si son tus iguales, toma
la defensa de la persona acusada, si puedes; si no
muda de conversacionó retirate; si estás con per
sonas superiores á tíy el respeto ó el bien parecer
te cierran la boca, manifiesta en tu aire indiferente
y reservado que te desagrada la conversacion.
"EL ALMA: Ahora, mi buen Padre, dignaos en
señarme cómo debo practicar la caridad respecto del
prójimo en acciones.
SAN José: "Muchas gentes, hija mia, afectan en
sus palabras una gran caridad, pero no sufririan la
más leve privacion para socorrerú obligar al próji
mo; sus obras desmienten sus palabras. Los santos,
---280 -
al contrario, están siempre prontos á volar alsocorro
de aquellos que los necesitan, porque saben que
Dios no deja la caridad sin recompensa. La Escritur
radice que la limosna liberta al hombre de la muér
te, le purifica de sus pecados y obtiene la miseri
cordia de Dios y la salvacion eterna. Por limosna se
entiende, no solo el dinero que se distribuye á los
pobres, sino todos los servicios que se prestan al
prójimo. San Teodoro ayudaba á todas sus herma
nos en sus trabajos. Santa María Magdalena de Paz
zis, se encargaba sola de los trabajos extraordina
rios que habia que hacer en la comunidad. Ayudaba
además á sus compañeras en sus trabajos más penor
sos. Imítala, pues, hijamia; sé complaciente y
cuando estés fatigada, mira á tu Salvador cargado
con su cruz; entonces tu trabajo te parecerá ligero,
Dios te ayudará como has, ayudado á los demás.
. Porque el Salvador ha dicho: «Se os medirá con la
misma medida con que hayais medido á los demás
(Mateo VII, 2)» El mejor acto de caridades procu
rará su prójimo los bienes espirituales. Tanto cuan
to el espíritu es superior al cuerpo, Otro tanto más
meritoria es la caridad que se ejerce con el almadel
prójimo, que lo que se hace á su cuerpo,

RESOLUCION–Procurar cuidadosamente no
sospechar del prójimo sin razones graves—Nunca
hablar mal de él y acordarse que el prójimo es
nuestro hermano y el hermano de Jesucristo.
- 281 -,

"DIA VEINTIUN0.
sAN los Monron accia.
La virtud de la paciencia consiste en la
posesion de sí mismo por motivos sobrenatu
rales y en sufrir con calma y resignacion y
con una completa confianza en Dios, los nu
merosostrabajos de esta vida: ved ahora,
almas cristianas, el modo que tuvo José de
practicar esta virtud en grado eminente.
José ha esperimentado inefables consuelos,
pero tambien ha tenido que sufrir numerosos
trabajos. Verá sufamilia decaida de su an
tiguo esplendor, y él en la triste necesidad
de pasar una vida enteramente dedicada al
trabajo y llena de abnegacion. ¡Y cuántas
contradicciones esperimentaria este hijo de
David ejerciendo la humilde profesion de car
pintero y colocándose bajo la dependencia
de los que iban á proporcionarse trabajo!
¿Pero cuáles no habrán sido sus sufrimien
tos desde la encarnacion del Hijo de Dios?
¡Ah! en verdad que ha esperimentado por
completo que en todo aquello que interviene
Jesús va acompañado de su cruz y de su co
rona de espinas, y en comprobacion de esto
282 -

veremos que desde el momento en que le


fué confiada la guarda del divino Niño, todo
fué para José una cadena no interrumpida
de contratiempos. Aunque José y María eran
pobres en Nazaret, poseian no obstante una
casa, pero en el momento en que Jesús hace
su entrada en el mundo apenas se encuen
tra albergue para ellos y se ven precisados
á refugiarse en un establo abandonado. Vi
vian juntos en su modesta habitacion, pero
con una existencia tranquila; haciéndose su
periores á la pobreza con ánimo firme y por
un trabajo constante, cuando hé aquí que la
venida de Jesucristo es para ellos como un
orígen de calamidades; á partir de estepun
to, la vida de José es un cúmulo de penas,
de dificultades, de contradicciones.
Ha tenido, pues, que sufrir mucho bajo
todos conceptos; pero cualesquiera que ha
yan sido las pruebas que ha esperimentado,
jamás pueden turbar la paz de su alma; en
medio de sus dolores no sabe otra cosa que
adorar y bendecir la mano de Dios, de la
que recibe igualmente los bienes y los males.
* Admiremos, pues, á nuestro glorioso pa
trono practicandó con tal perfeccion la vir
tud de la paciencia; felicitémosle de haberse,
mostrado tangrande en la adversidad y pro-.
curemos descubrir el orígen de aquella gran
- 283 -
deza de alma que hemos reconocido en él.
José ha sido paciente porque apreciaba las
cosas bajo su justo aspectoy jamás se dejaba
guiar por ninguno de esos sentimientos
exagerados que son con tanta frecuencia la
causa de nuestra falta de resignacion; ha si.
do paciente porque era humilde de corazon
y para nada tenia en cuenta el amor propio
que en el fondo constituye por sí solo la ver
dadera causa de todas nuestras impaciencias.
- José, ha sido paciente porque era fiel á la
gracia, que siempre es proporcionada á la
magnitud de nuestras pruebas, y porque vi
via en Ja fe. Convencido de que nada nos
sucede sin particular disposicion de Dios, el
cual sólo quiere lo que es para nosotros cau
sa de nuestra salvación, sólo veia en las nu
merosas ocasiones que tuvo que sufrir, los
efectos de la bondad divina y los misteriosos
caminos de la Providencia. Consideraba ade
más la paciencia de Dios que hace salir el
sol sobre los buenos y los malos, y ponia
todo su empeño en imitarla. Además la fé le
hacia entrever aquella patria celestial en la
que el soberano Maestro recompensa con
tanta liberalidad á las almas pacientes y re
signadas, en la que todo trabajo sufrido por
su amor nos vale un caudal eterno de gloria,
en la que el más pequeño sacrificio es re
–284–
compensado con una felicidad incomparable,
José ha sido tambien paciente á causa de
sus relaciones con María y principalmente
con Jesús. - "

Pues qué, ¿no veia á su augusta esposa


sufrir con él, del mismo modo que él y aun
todavía más? ¡No la consideraba con la ma
yor atencion en aquellos momentos en que
cumplida en parte la profecía del anciano Si
meon, atravesaba su corazon de madre una
espada de dolor?Además siempre la encon
tró en un todo resignada con su voluntad di
vina y repitiendo incesantemente con los
afectos de su corazon aquellas palabras: «Yo
soy la esclava del Señor, cúmplase en mí
sus adorables designios.»—¡Ah! su corazon
que tan dócil era á la influencia de María
ádejaria de participar de aquellos sentimien
los de paciencia y resignacion.
Pero el verdadero orígen de la paciencia
de san José provenia á no dudarlo de sus re
laciones con Jesús. Era verdaderamente im
posible que su alma no tuviera una comple
ta resignacion para sufrirlo todo al contem
plar con sus propios ojos el estado á que se
habia reducido el divino Maestro, al ver al
mismo Dios constituirsevíctima por nosotros,
tomando sobre sí nuestras enfermedades,
escogiendo una senda llena de dolores, re
signándose átodo género de contradicciones
y manifestando en todos sus actos que sólo
buscaba la privacion y el trabajo.
Por las predicciones de losprofetas sabia
José una parte de lo que debia sufrir Jesu
cristo en la Pasion. Abríase á sus ojos el ve
lo de un porvenir que debia pasar en la
tierra, y que le permitia contemplar al Ver
bo divino consumando en el Calvario su
sangriento sacrificio. ¡Ah! ¿qué afectos agita
rian su corazon al pensar que Jesús habia
venido al mundo para experimentar toda
suerte de contradicciones; que debia, para
expiar nuestras culpas, ser perseguido, des
preciado, ultrajado, tratado como un hom
bre de la hez del pueblo, puesto en la clase
de los malhechores, que se le podria con to
do rigor llamar varon de dolores que sabe
lo que es sufrir. ¿Qué sentimientos inunda
rian su alma cuando al contemplar al niño
Jesús en medio de las gracias de la primera
edad, recordase aquellos pasajes de los Pro
fetas: «Le hemos visto, pero no le conoci
mos; le reputamos como un leproso herido
de la mano de Dios; nada ha quedado sano
de todo su cuerpo; ha sido cubierto de he
ridas á causa de nuestros pecados.»
Dominado por estos pensamientos el glo
rioso san José, su más ardiente deseo debia
- 286
ser el de sufrir mucho en este mundo para
ser más conforme al divino Maestro que por
nuestro amor iba á experimentar tantos su
frimientos.
Considerado, pues, bajo el punto de vista
de la fé, san José ha sido un modelo de pa
ciencia, y por lo tanto, ha sacado los más pre
ciosos frutos de ella: en el ejercicio de esta
virtud ha encontrado la paz del alma, un
aumento de fuerza y una fortaleza que le han
hecho superior átodas las pruebas, un ma
nantial de numerosos méritos. Por medio de
esta virtud se ha manifestado como verdades
ro amigo de Dios, que reconoce en estas
pruebas á los que son sinceramente suyos,
y que no puede dejarse vencer en genero
sidad. " -

Como criaturas pobres y miserables que


somos, dice san Francisco de Sales, «apenas
podemos hacer en esta vida otro bien que
sufrir alguna adversidad.» Cuando nos vea
mos, por lo tanto, rodeados de aflicciones y
trabajos, aceptémoslos voluntariamente de
la dulcísima mano de nuestro Dios como si
le viéramos presente, ofreciéndonos á sufrir
más todavía si tal fuese su voluntad.
Procuremos penetrar el espíritu de estas
palabras y hagamos cada dia nuevos progre
sos en la práctica de la paciencia. Busque
- 287-
mos la gracia de esta virtud en el mismo
orígen que lo hizo san José, es decir, en el
espíritu de fé y en el deseo de copiar en
nosotros áJesucristo. -

¿Qué son las penas que experimentamos


en esta vida, comparadas con lo que mere
eemos? ¿Siendo dignos del infierno por nues
tros pecados, podremos encontrar muy pe
sada la cruz que nos envia la Providencia?
- ¿Qué son nuestros dolores, aún los más
terribles, comparados con los de Jesús?¿Y
siendo nosotros los discípulos del Dios del
Calvario, habrá de faltarnos la resignacion y
la paciencia? ¡qué contradiccion!... ¡Ah! dí
Pijamos nuestros ojos al Criteifijo, recorde
mos les sufrimientos de nuestro adorable
Salvador, y meditemos, que solamente los
que se le parecen, entrarán en el número de
los predestinados. Hagamos por nuestra
parte los mayores esfuerzospara ser pacien
tes y resignados cómo san José, y pidamos
á Dios la gracia por su poderosa proteccion
que tan favorable nos ha sido siempre. , ,
:
COL0QUI0–SAN José: Acabas de meditar, hi
jamia, sobre la paciencia que tuve mientras viví
en la tierra. Me has dicho muchas veces que que
rias imitarme; pues bien, practica la paciencia. «La
paciencia, dice el apóstol Santiago, produce una
–288--
obra perfecta.» Y, en efecto, hija mia, es un sacri
ficio que el hombre ofrece á Dios, porque sufriendo
sus penas y reveses nada pone suyo; no hace más
que aceptar la cruz que tiene á bien enviarle Dios.
El hombre sufrido es más estimable y más feliz que
el sábio, porque el destino del hombre sobre la tierra,
ya sea justo ópecador, es sufrir: falta siempre algu
na cosa á la felicidad del hombre, peregrino en la
tierra; uno es probado por la pobreza, otro por la
enfermedad, aquel por la envidia de sus vecinos, es
te otro por las contrariedades domésticas. Ahora
bien; es sábio á los ojos de Dios quien acepta los do
lores de su situacion sin murmurar y se crea por
este medio méritos, para alcanzar el cielo.
Lee la vida de san Alfonso, verás que siempre vi
vió en medio de las tribulaciones. Salomon sólo vi
vió rodeado de placeres y quizás por esto se perdió;
segun dice san Gerónimo. El apóstol dice «que to
dos los predestinados deben ser semejantes áJesu
cristo (Rom.viII,29).» Ahora bien; la vida de Je
sús fué una vida de sufrimientos y privaciones; no
conviene, pues, quejarse. «Si sufrimos con Jesu
cristo, añade el apóstol, seremos glorificados con
él (Rom. viII, 17).» La impaciencia sólo sirve para
acrecentar los pesares, y sucede con mucha frecuen
cia que al querer huir de una cruz, se encuentra otra
más pesada aún. Por la paciencia, hija mia, adqui
rirás muchos méritos, aligerarás tu carga y gozarás
de una gran paz. La vida del cristiano debe ser una
-- " , ---

pasion contínua, dice san Agustin; y san Gregorio


de Naciancenodice que las almas nobles cifran sus
riquezas en ser pobres, su gloria en ser desprecia
das, su alegría en huir de las alegrías del mundo.
Debes, hija mia, cuando te castiga, dar gracias á
Dios, porque san Pablo dice: «El Señor castiga á los
que ama, pega á los que recibe en el número de sus
hijos (Heb. xn,6)». No envia cruces para perder
al hombre sino para salvarle.
EL ALMA: "Mi querido Padre, sucumbo bajo el
peso de las cruces que me abruman; no tengo fuer
zas para llevarlas. . . . . . . .
SAN José: Si la fuerza te falta, hija mia, píde
sela á Dios; ha prometido oirá todos los que le in
vocan. 10ht si el Señor te priva de un pariente, de
un amigo; si te ha quitado la salud, si permite que
seas perseguida, humillada, resignate y dí con el
buen ladron: «Nosotros sufrimos justamente la pe
na que hemos merecido (Luc. xxx, 4). Esta hu
milde aceptacion le valió el cielo. Consuélate, pues,
hija mia; si Dios te castiga en este mundo, es por-
que puede hacerte gracia en el otro. Qne la idea del
cielo te aliente en tus dolores; para ganarle todas
las penas y fatigas son ligeras. A cualquier precio"
que compres la posesion de Dios, te saldrá barata.
No se puede ganaráJesucristo si no se sabe sufrir
por él, y las almas que comprenden el lengyje del
amor, cifran su dicha en la cruz. ¡Ah!hija mia, situ
amor no es bastante vivopara hacerte soportar tus
10
– 290 –
penas con paciencia, echa una ojeada al infierno que
has. merecido. A esta
...
vista tus sufrimientos
, "
, cual
quiera que sean, te parecerán
la Cruz decia: s sufrir ydulces. San Juanpor
de
ser desgraciado
vos. San Próspero, mártir, decia al tirano; Ator
méntane cuanto quieras y sabe "que para el que
ama áJesucristo, nada hay más agradable que su
frir por el San Gordiano, amenazado con los más
.. . . .. . . . ..."
crueles
,
suplicios, respondió: iento no poder *
, ..."
U10
rir més que una vez por amoráJesucristo. S U,

EL ALMA. Es verdad, Padre mio; peró el cera


zon se revela contra el y á pesar de
mis resoluciones las penas presentés absorben mi
atencion,y no pienso ó pienso p 0. en la oti vida
SAN Jos: ¡Ay, mial si nosé debiera sufrire
el infierno más nas ligeras, como del en ser
eternas, deberias ey tal sufriendo con paciencia
los males que deben concluir; pero en ese lugar
horrible estarán reunidos los tormentosy no
concluirán
..."." jamás. **"
, • ...,

..
E. ,ALMA: ¡oh,bienave
...
nturado saniséios
, ,...,,...,
ejemplos de paciencia que habeis dado al mundo
la unción
. .
de vuestras
. .
palabras,
. *“
me animaná sufri
e" "TT
en adelante con paciencia la e ruz d plazca.á
Dios enviarme. Pero cuánta nec
. .
tengo de 1.
practicar esta virtud
.......ia ...:
pues, en mi ayuda, os
Acucid,v.....
lo suplico; pedid tambien acuda en n
áMaría que .......:
ocorro. y ambos obtenedme de Dios lasAnravia
socorro, y ambos obtenedine de Dios la Ara y
rubbs
TTTTTT acusT" e"."
" * -

---
– Se –
, .ye s: :
... = -

, ,, , , , “i ,, , , , ,
DIA VEINTID0S, .
, , , , "
¡, REGoNoctMIENro. DesAN José, ...
«. b s" . . . . . . . .
El reconocimiento hácia Dios, es el recuer
do afectuoso de sus beneficios, que nos in
clinaádarle gracias,á alabarle,á amarle, á
servirle con gran celo y ganar para él los co
razones Procuremos, almas cristianas, des
arrollar est irtud en nuestros corazones y,
:
****
l Sé laelhaobjeto
practi.
cado; veámos en é y
los actos reconocimiento, para con Dios.
San Jo está virtud, porque su alma
era, ilustrada y su corazon recto y sencillo.
Comprendia por una : $
celencia de los dones de Dios pero conside
rándose por otra, sin ningun, mérit por $ ,
mismo, hacia de cada uno de estos doñes un "
motivo para glorificar la bondad y la gene
rosidad del Autor de todos ellos.""
San José fué reconocido, porque su cora
zon era más que ningun, otro conforme :
María. ¡Ah! cual debió ser el reconocimiento
de está augusta Virgen, al considerar las
con que "Diós"lá había favorecido; al" com
prender que el celeste mensagero pudo de
—292 -
cirla con toda verdad: Dios te salve, llena
de gracia.» Sí, esta virtud la poseyó en tan
alte grado, como supireta y humildad, y
por otra parte tenemos de ello un admirable
testimonio en el Magnificat, en ese cántico
sublime en que glorifica la bondad de Dios
que la ha colmado de sus favores." ".
Como san José fué un testigo constante de
las acciones de María, no puió ménos de ad-
mirar y de imitar su reconocimiento, ha so
bresalido por lo tanto en esta virtud y puede
decir á su modo: «Mi alma glorifica al Se-"
ñor, porque ha mirado la humildad de su po
lbre siervo y obrado en mí grandes
Lrril. " " - cosas," él
que es Todopoderoso. " " "", ""
Todavía ha encontrado José un motivo
mayor de reconocimiento en su deseo de ha-
cerse en un todo conforme á Jesucristo, Este
santo Patriarca veia en las víctimas de la
: símbolos de la única y verda
dera víctima que debia salvar al mundo;
pero un gran número de estas víctimas eran "
eucarísticas y sé cfrecian principalmente pa
ra dar gracias á Dios por sus beneficios:
comprendia, pues, por ellas que la gran mi
sión de Jesucristo, era no solamenté borrar
los pecados del mundo, sino reconocer en su
justa proporcion los beneficios de Dios, y lo "
comprendia mucho más, al estudiar el cora
"
–—
zon del Divino Salvador y al considerar el
lugar que en él mismo ocupaba el reconoci-"
miento. ¡A qué perfeccion no subiría, pues,
esta virtud José,"á fin de asemejarse á
este adorable modelo!" " " "
Tal era el reconocimiento de José consi-"
derado en sus motivos: reflexionemos ahora
cuál sería en su objeto.
José era reconocido por los bienes que la
Providencia le habia destinado en el órden
natural, y considerando los cuidados que "
Dios tenia respecto de él, le bendecia por la
solicitud de que era objeto. " " " -
Persuadidô, sin embargo, de que el mun
do visible es solamente una imágen del in
visible, y un medio para encaminarnos á él,
José apreciaba infinitamente el menor de
los bienes espirítuales, aún más que todas
las conveniencias de este mundo.óhl¿quién
pudiera conocer los sentimientos de que es
taba penetrada su alma, al considerar las
gracias con que Dios la habia prevenido, al
considerar que habia sido más favorecido
que los patríarcas y profetas, al verse ele
vado á la dignidad de esposo de María, al
contemplar al Verbo encarnado, puesto ba
jo su autoridad, confiadoásucustodia, y obe
deciéndole como el hijo más tierno y más
respetuoso. Todos estos beneficios pedian y
- 828 - -

o. 119lio -294 - niG lo nos


producian en su corazon, tambien dispuesto,
un reconocimiento sin límites sp y, o
Tambien ha encontrado sanosé el más
poderoso motivo de accion de gracias áDios.
en las prerogativas de su augusta esposa.
¿Quién será capáz de comprender su agrade
cimiento para con el divino, Espíritu que la
había adornado con toda la santi :
es capa una pura criatura, haciéndola ade
más digna de toda veneracion por parte de
los ángeles y de los hombres? , , , , ,
Pero en lo que más ha demostrado san
José su reconocimiento, es principalmente
por las gracias de que él mismo ha sido qb
jeto, por las que Dios ha concedido éJos de
más hombres y : las con
que favorecióá la Santísima Virgen, Consi
deremos ahora los actos que este sentimien
to le inspira, , , , , , , , sin
Impulsado, José por esta yirtud de su re
conocimiento hácia Dios celebra continua
mente su bondad y su grandeza, se excita á,
amarle cada y ez más y se consagra entera
mente á su servicio, Alimitacion de todos,
los justos de la antigua ley, y especialmente,
de Moisés y de David, exalta las magnificen
S * r - r, "

: :
– 295 -
Aventajando empero José á todos los jus
tos, dirígese á María, la más perfecta de las
criaturas... dirígese al mismo Jesús y les
invitaá unirse á él en sus cánticos de accion
de gracias. ¡Ah! qué magnífico cuadro ofre
cería la sagrada familia “cantando el himno
del reconocimiento y renovando aquellas su
blimes melodías en que el Rey profeta con
vida al cielo, á la tierra y al mará bendecir
el nombre del Señor! Qué oracion de accion
de gracias la de José,cuando tenia en sus
brazos al Niño Dios y le elevaba al cielo di
ciendo: «¡Oh Padre Eterno yo os ofrezco la
verdadera víctima eucarística, en nombre de
todas las criaturas. ¡Graciasos sean dadas
por vuestros innumerables beneficios, Dios
mio! ¡continuad. dispensándonoslos en nom
bre de Aquel por medio del cual os doy
gracias por todos ellos!» o
Prestemos, pues, la mayor atencion á los
beneficios que recibimos de Dios, y en los
que tal vezhemos meditado bien poco hasta
ahora. Abramos los ojos de nuestra alma
para ver los cuidados de que somos objeto
en cada momento, por parte de la Proviuen
cia.Ya que tan claramente conocemos nues
tras necesidades, ¿por qué hemos de prestar
tan poca atencion á los beneficios que dise
frutamos?
e
-- " -

Consideremos que Jesucristo es el Dios de


la Eucaristía, es decir, el Dios de la accion
de gracias; démoslas, pues, por su medio á
su Padre celestial por los muchosfavores que
nos ha dispensado. Pero, saliendo tambien
fuera de nosotros mismos, dénosle gracias
igualmente por sus cuidados hácia nuestras
familias, hácia nuestros parientes y hácia la
Iglesia. Hagámoslo de igual modo por las
prerogativas con que ha glorificado á María,
nuestra Madre; por las que ha concedido
á san José, nuestro, querido protector y pa
trono. Tributémosle contínuas acciones de
gracia por nosotros mismos; por aquellos
que nunca cumplen con este deber; por cada
circunstancia de nuestra vida, y muy prin
cipalmente cada vez que tenemos la dicha
de acercarnos á la sagrada mesa para reci
bir en nuestro corazon al Dios de la Euca
ristía.
Demos tambien, por último, gracias á
san José por la proteccion que nos dispensa
y aún más por sus cuidados para con Jesús
y María. Procuremos de todas veras excitar
en nosotros esta virtud del reconocimiento,
pero no olvidemos tampoco que el verdade-
ro carácter de esta virtud es la abnegacion.
Imitemos, pues, la de san José, y consagré
monos sin reselva al servicio de un Dios que
- 297 –
nos ha colmado de tantos beneficios y que
todavía nos reserva otros mayores en aque
lla morada en que los escogidos cantan sin
cesar, en union con los ángeles, el cántico
de accion. de gracias." " - ,

COL0QUI0. EL ALMA: ¡Oh glorioso san Josél


Puesto que el pecado és el mayor de todos los males
¿seríais tan bueno que me esplicáseis qué es el pe
cado, y me hiciéseis comprender todo su horror?
SAN José: Debe parecerte el pecado el mayor
de todos los males, porque te hará perder el Paraiso,
merecer el infierno, y sobre todo, porque ofende á.
Dios que es tu buen Padre,tu soberano bien, y el
único que merece tu amor. Reflexiona un poco "
en la persona á quien has ofendido al pecar:
Esá Dios Todopoderoso, al monarca universal de
todo lo que respira,á aquel en cuya presencia los
ángeles tiemblan y se prosternan: piensa tambien
en lo que es el hombreyá cuánto se atreve al co
meter semejante atentado: ¡Ay!una nada, un mi
serable que no puede nada,un gusano que ácada
momento puede caer en las manos del Díos venga
dor á quien desconoce y rechaza insensatamente,
¿qué castigos no debe esperar?
EL ALMA: Ahora conozco cuán horrible es el
pecado. ¿Y se conocen muchas clases de pecados? 1
SAN José: , Los hombres nacen todos hijos de la
cólera y enemistados con Dios, como engendrados
-
. ""
-

"
-- V8 -

al, y aco - 298 - obloo son


por un padre culpable: este es el que se llama pe.
cado original Unicamente la Santísima Vírgen Ma
ría ha sido preservada de él por un privilegio, espe
cial. Para los hombres, purificados del pecado origi.
nal mediante el agua sagrada del bautismo, quedan
muchas consecuencias funestas. Lá cóncupiscéncia
les arrastra á infringir la ley de Dios, y estades
obediencia á la ley de Dios, es llamada pecado actual;
este se divide en pecado mortali y empecado ve
nial, El pecado mortal recibe este nombre porque
hace perder la gracia que es la vida del alma, la
hace enemiga de Dios y digna de hos espantosos tor
mentos, del infierno. a el d 1 a 3 p. el
* El ALMA: El pécado mortal es un malhorrible;
¿pero qué es lo que le constituye, padremio? El 1
SAN José: Para constituir el pecado mortal son
necesarias tres cosas; conocimiento perfecto de la
accion que se comete: consentimiento, y materia
grave. Por lo pronto, es necesario que el pecador
que desagrada supremamente áDios, que le desco
noce y que incurre en su desgracia ensegundo lu
gar espreciso el consentimiento perfecto de la vo
luntad (santo Tomás enseña que el acto depravado
es mortal cuando se ha cometido conconsentimien
to deliberado); y en fin, es necesaria la gravedad de
la materia. De aquí se sigue que los pecadosnomor
tales pueden serveniales de tres medos, ásaber;ó
Porque no setiene una plena percepcion, como su
cede al que le comete medio dormido, al que lo hace
-o
esta sufre una tur
ebeibnifipfevistienddo qué obfalcón chtera
eonciencia del queribe ue él consenti
miento no ha sido comple
la materíál es le 3.
rado,8
i, o
porqúe
"n" d

a EALMA DecidéP°mio, ¿el pecado ve


nial, causa támbién la muerte del alma?". "
-SNJosé. El pecado veniano causa la muerte
del alma; pero la hiere más ó mémos profundamente.
No llega á ser un desprecio formal de las órdenes
de Dios, pero siempre es un desprecio, y un frial
de los mayores que pueden acontecerá cualquier
• criaturá. Los pecados veniales son impreheditados
ópremeditados. Los primeros son los que se come
tén por fragilidad; sin un pleno concimiento, con
un consentimiento
de tales faltas, y losimperieto Naíces
mayores santos exento
han incurrido
en ellas; únicamente la Vírgen Santísima ha sido
la excepcion de esta regla. Con tal de que estos pe
cados causen arrepentimiento y procuren expiarse
pronto, no causarán interrupción en el camino
de la virtud. Los pecados veniales premeditados
son los que se cometen con pleno conocimiento y
entera voluntad: estos causan daño verdadero á las
almas, las alejan de Dios, debilitan la caridad ypre
disponen al pecado mortal. Procura, pues, evitar
con cuidado unos pecados que no pueden hacer otra
cosa ue causar tu desgracia en este mundo y en él
arrona oracias no enrama an limbarda"nrácini
tro ha geniorme en lugares
". -
– "" -
- il a - 300-, or,
tarte en el infierno en el momento en que acabas
de ofenderle te concede tiempo para arrepentirte.
Santa María Magdalena ne podia concebir que hu
biese un cristiano capaz de cometer un pecado mor
tal con propósito deliberado. Y tú, ¿cuántos
habrás cometido? Sin embargo, no desconfies;
recurre áMaría. San Bernardo la llama la Dispen
sadora del perdon, «Oh pecador, dice, Bernardino
de Sienna, quien cualquiera que seas, no desesperes
de tusalvacion, sino recurre á esta gran Reina con la
seguridad de ser socorrido: la encontrarás siempre
con las manos llenas de gracias y de misericordia»
-- - . "
RESOLUCION, Pedir frecuentemente perdoná
Dios de nuestros pecados-Tomar cada mañana la
resolucion de evitar el pecado.
o
, , , , , , , , , , , , , , , , - , , , -
, , ,
. " nri virr - -

" DIA VEINTITRES.


-
y "
y , ,, , , , , , ,, f ,

sAN José MoDELo De PRubENCIA. , ,


- , "
. ...
No puede ponerse en duda que Dios , al
querer confiar en san José el cuidado de Je
sús y María y destinarle á ser la guarda de
estos tesoros inestimables, le habrá comuni
-- 90 –

o 30.
cado en toda su plenitud el espíritu de pru
dencia, como lo hizo en otro tiempo con José
hijó de Jacob, aunque destinado á una mision
de mucho ménos importancia.
Entre todos los justos, era preciso que san
José manifestase con la mayor exactitud en
su conducta la de la misma Providencia; pero
ios obra siempre con número, peso y me
dida; todo lo coordina teniendo en cuenta el
eto que se propone, ó en otros términos,
icamente obra segun las reglas de la pru
:
vino Padre de familias uiente,
tener esta virtud en un grado exacto
discernir perfectamente lo que era saluda
• " , _. -

le ó nocivóá los intereses de su dueño para


uUUIl- de elera el es se
Considerémosle hoy en el ejercicio de esta
virtud y deduzcamos de su conducta lo que
debemos hacer para merecer que se puéda
tambien decir de nosotros que somos servi
dores verdaderamente fieles y prudentes.
“José, por espíritu de prudencia, toma como
---
los grandes : de la fe, persua
..", ..." "

dído de que ha sido criado para Dios sólo;


no aprecia, ni busca, ni *:
que aquellos que són más á propósitó para
conducirle á su divino objeto,
– 302 – -

El espíritu de prudencia, hace que José


****:
****:
adquirir méritos para el cielo;abes
te fie -

qu irii d o il o si -

reste espiritu de prudencia, pre

:
nducirle con mas seguridad,
ierra el ejércertinábrofesión óse
álos ojos 3. hombres," el
oculto
*écomprende
ignorado, el vivir olvidado de todos;
que de este modo
• • ,
iene
-----

a ma mayor facilidad para unirse á los;


- por este motivo sigue la inspiraci vi
que le conduce á hacer voto
--_-_ ,
consagra en
l
cuerpo y alm al
-
rvicio
"...l, ..., , , ,
Por este espíritu de prudencia, se esfue
z *:
la antidad consumada, y ya siempr amp
.oso olivi a eliono
- 08 -
eb con le exo q 3º (1):"O") l. 19.

10,
allá del deber, comprendiendo que el serge
neroso para con Dios, es el medio más seguir
*****:
: iberalidades
Ferno lente emplea losé clana
:
conducirle á
los medios más propios para
sino qué además se pre
caveligrocontra
ó un de lo que podría serie
obstácu *: alfin
ha propuesto, Óbrano siempre por
: *: de un mundo tan
peligroso para la inocencia, separando de él,
**:
férente á sus pompas y extraño,á sus aler
13

:
:
r ama el pa erecera en el
sobresalido en la vir-,
aprudencia aún antes de ser el es
desde que
o aquella quien la iglesia invocaba
el nombre de Virgen prulentísima; en
tonces principalmente fué cuando compren
ió con| toda, perfeccion por los ejemplos y
qué,
medios se empleán para unirse áDios los que
quieren sinceramente vivir solo para él y de
qué precauciones se rodean para conservar
- 304 -
6m SUI COITaZOn con toda su pureza el fuego de
su santo amor..., , , , , , ,
Fervéle ejerciendo su cargo de pa
dre nutrició del niño Jesús. res
plandeció aquí su prudencia? No parece sino
que dirigióá Dios Padre estas palabras del
patriarcáJudá: «Yo me encargô de este Ni
ño: á mí es á quien debereis pedir cuenta de
él:» ¡Con qué atencion vela sobre Jesús!
Cuántas precauciones toma para que no le
suceda desgracia algunal. En cuánto se lo
permiten las obligaciones de su estado no
aparta de él suspensamientos, y solo emplea
su inteligencia en considerar lo que debe ha
cer para la conservacion del divino Niño.
Recordemos las dificultades que experimen
tóá causa de su pobreza y de la persecu
cion de Herodes, y de las cuales triunfó por
complet sobre todo á la memo
ria la huida á. ue tantos peligros
ofrecia, y su vuelia ásrael donde se esta
*: ajuris
diccion de Archelao, y comprendamos que
en la persona dé nuestro, glorioso"patróno.
os ofrece bios un perfectó modelo de pru
dencia." "." -

Así cuando el Evangelio pregunta «quién


es el siérvo fiel y : quien el Señor
ha confiado el cüidado
o
de su casa, se pue
vino q
– 305 –
de responder con entera seguridad, que es
te siervo es José; porque él es principalmen
te quien ha conocido y ejecutado la voluntad
del divino Maestro, preparando á todos los
de su familia, lo que les era necesario y
guardando fielmente el depósito confiadoá
su solicitud, . . . ...".
A nosotros ha confiado tambien Dios un
depósito precioso: este depósito es cierta
mente nuestra alma, con todas las gracias
que nos son necesarias para hacerla digna de
sus eternos destinos, y en segundo lugar las
almas de los que estánánuestro cuidado,
otra cosa podrá haber en la tierra de
inmenso valor y que tanto nos interesel
bemos, pues, procurar sobresalir en la
ia, porque, ¿cuánt cor,
remos respecto de a Qué pre
** **
puros, y para mantenerno *
s en el fervor!
"Es necesario por lo tanto, despues de ha
ber pedido álbios la gracia por la intercesion
nosé aplicarlas incesantemente á la
dquisición de esta virtud tan necesaria para
nuestra, propia salvacion. no
... ..... .. ni
COLOQUI0.-El. Padremio, ayer me,
habeis hablado del pecado y del horror que debe ins,
pirirá todo el mundo seríais tan bueno Tie Twi
" , f : '" :
– 03 -

-ao op bbie aso o nobiogeo ob


siérais
LSA José. El que ha ofendido"ábios mortal.
finente, no puede suterse á la
condenacion sinó
donfesando sus pecados: ‘’ ‘‘" **"
Entreinto deentre
nieta
pasados, Padre mio; estoy firme
corregirme de ellos ia
pero siento, una repugnancia invencible á confe
arma, " "o
sos. La cifesiones el único medió de
recobrar la gracia dé Dios y la pártic ón en ..la
herencia eternarlo ue hagás con e
será útil :
arrepientes sinceramente de tus pecados como
celular encuentre
que el timo lesucristo ha instituido para hor
los? ¿Quién puede impeditelo" *****
*EAAL ver fiel, Padremio porque al
fin mi confesor es un hombre como yo, y me repug.
na confesar mis faltas á uno de missen jantes d
"SAN José:" Es cierto que confesion humilla, y
por esto el divino Salvadofia ha establecido,con él"
fin de avasallar el drgullo qie es "el primer mal"
y el origen de todos los pecados. Por"estödos los
hombres están sujetos,á esta ley: nádie, puede evi
:
tallí an. " f 11
1
-

,
l
*
terse á"ella. Dönina"esta mála vergüenza, lJa mla,
la confusion se halla en el pecado; la confesion vo
-
- 307 –
luntaria yla penitencia, devuelven la paz y la fe
licidad "o" nsan isco in o

******
s
es e resolverná
comesaria, "De al., gro o nob
ssissipesgraciadouerris mejor ento
"ces su ir la vergüenza de ante del u iverso tero
"fierno *: :een, :
dio re ambiar er me
gu : *: m0. ecurre,
oria y pertene número de
undia a numero
sus infortunadas
"...% 3,3%. van I
laye
Z
obtendrá para la gracia de vencer tu yergüenza
*: en paz con u concengap ocura, acer
::
enfermedades él mémos oportuno
por:
1121.09 para
para emprender
I.

IS segui deaúl importangia;


importanga; yy por ra par
por otra
a 010, e tar enfer a antes de morir
parte,
e
estas segura de estarenjena antes de tu muer
nEífierno
sido revelados la hora y el género de tunery
está lleno di mas resoluciones
" lueco *: *: de su O

3 .." ue #
“” corre peligro in o te de condenar º en
"Edi
"ni AA lo pero ¿qué juzgarámiconfesor
“”, e h * E.
de
milituló Tennie sus prensiones y
desprecio.,...", ma

*ió iento en
de :
y un
dibas
****ha prueba
pruen tangra 0
-

. niana orqué te habia de repender un


a tieg noinegro el opea
– V08 -
-) el se el 30s. sí y ciel
do dabas un paso tan penoso para volverá r cía
de Dios. A no dudaro, te haráver lo hórrible tu
falta, "procurará que renazcan en tu corazon los
sentimientos de contricion que te harán obtener el
erdon; pero aborrecerte ó despreciarte, no lo creas.
Además, si este paso te parece penoso, dir igete por
esta vezá otro confesor, con el cual hacer
una confesion general, al ménos desde la época que
tus confesiones hayan carecido de sinceridad y con
tricion; este es el medio más seguro, no sólo de vol
verá la gracia de Dios, sino de ayudarte poderosa
mente para romper con tus costumbres viciosas y
reanimar tu piedad. El espíritu del hombre es tan
ligero, que le son necesarios algunos estimulantes
para perseverar en el servicio deconfe
Dios, y ninguno
es mejor este objeto que una sion general
hien hecha. Si te cuesta mucho trabajo declarar
ciertos pecados, puedes decir á tu confesor: «Padre
mio, me hace falta vuestro socorro; he cometido pe
: no me atrevo á confesar.» Entónceste
preguntará, y tú podrás esplicar con facilidad lo que
más te haga padecer. Telo repito otra vez, no lo
demores más; créeme, una muerte súbita puede
sorprenderte, como á muchos que habrásvisto pa
sar instantáneamente de la más completa saludá los
brazos de la muerte, y que han compárecido ante
el tribunal de Dios sin haber lar de an
témano su conciencia Evita : hijamia,
y considera que no hay comparacion posible entre
, , , - 309–
una confusion de un momento y los sufrimientos
eternos. i ,
RESOLUCION. Hacer cada mes nuestra confe
sion como si fuera la última-Nunca confesarse sin
preparacion suficiente. -O "."

, , , , , , , "
—- "
- , DIA VENTICUATR0. l

-, , o -

AN José MoDELo DE PEnsaven.ANCIA.,


-
. i y
No basta, oh almas cristianas, haber co
menzado bien, ni ménos haber sido fiel por
algun tiempo, sino que es necesario mante
nerse en el mismo estado y progresar en el
camino de la virtud; es necesario perseve
rar, pero haciéndolo hasta el fin, de todo lo
cual nos proporciona san José un excelente
ejemplo. "
Escuchemos con este motivo alamable san
Francisco de Sales que fué tan devoto desan
José y le consideró de una manera particular
relativa á su constancia en lo bien. «Su perse
verancia, dice el santo, mira principalmente
á cierto disgusto interior que produce ennes
otros la prolongacion de nuestras penas y
– 310 –
que es uno de los-más formidables enemigos
queipodemos encontrar, perio estanvirtud
hace que el hombre desprecie á semejante
enemigo, en tal manera que sale vencedór de
él por su constancia ynsumision á la voluntad
de Dios.» .etiz ojotroq
¡Oh, cuánto debia molestará san José du
rante su permanencia en Egipto este disgus
to de que venimos hablando" No habiéndole
fijado él ángel cuánto tiempo debia perma
necer en aquel país, ignoraba por completo
la época en que le ordenaria volverse, y por
lo tanto nópodia tener una mórada estable.
¡Y cuánto no debia ser por otra parte su de
seo de volver á Israel causa de los contínuos
temores que le asaltaban mientras permáne
cia entre los Egipcios. Sin duda alguna que
su pobrecorazon estaria siempre atormenta
do por un profundo disgusto; perdá pesar de
todo; el santo Patriarca permanece siempre
inalterable, y se muestra sienpre dulce, en
suporte, tranquilo y perseverante en su
completa sumision á la voluntad de Dios por
quien completamente se dejaba conducir
Dios quiere que José sea pobre, y el santo
acepta de buen grado la pobreza, pero no
una pobreza temporal, sino que dura toda
su vida. Se resigna, pues, con la mayor hu
mildad á continuar en ella y en la abyeccion
au, es o no i5 20ilo
- 18, --
el vire p-31 - il o
sin que de ninguno se deje vencer ni se ami
hane por el disgusto interior que sin duda al
hale atacaría con frecuencia; él santo,
in embargo, permanecia siempre constante
en la sumisión, consiguiendo al propio tiem
po que esta virtud fuese contínuamente cre
ciendo y perfeccionándose al compás de to
das las que adornaban su prévía alma." " ”
De este modo y á poco que se reflexione
sobre los rasgos que caracterizan ásan José,
es muy fácil descubrir, como dice el lobispo
de Ginebra; queño solamente ha dado prim
cipio el bien que Dios pédia de él, sino que
lo ha continuado hasta su término sin dejarse
vencer jamás por el desaliento; que no ha
sido; como nos sucede ánosotros con dema
siada frecuencia, una caña agitada por elven
dabal de la ineonstancia, sinó más bien aquel
árbol de que habla el rey profeta, que plan
tado a la orilla de las aguas, adquiere de dia'
en dia más fuerza y consistencia
San José tenia un espíritu recto y una ra
zon ilustrada; comprendia que siendo Dios"
inmutable y no cambiando tampoco nuestras
relaciones para con él, jamás puede haber
motivos legítimos para cesar en el servicio de
tan excelente pueño, que el hombre debe
ser siempre virtuoso y aplicarséá serlo cada
vez más, porque siempre tiene un Dios á
– 312 –
quien glorificar y un alma que salvar, ade
más de que debe esformarse para adquirir .
méritos y procurar la salvacion de sus her
manos en cuanto de él dependa. José habia
dicho al consagrarse al Señor: «Vossois ¡ohl
Dios mio, mi herencia por toda la eternidad;»,
cómo, pues, hubiera imaginado siquiera el no
querer servirle sino durantecierto período de
esta vida, por otra parte tan corta, tan inse
gur •
sin se ha sido el siervo de Dios más fiel
y más prudente; luego, ha debido tener el
don de la perseverancia. Ningun servidor,
en efecto, por mucha abnegacion que tenga
es acreedor á los elogios si no continúa has
ta el fin; ninguno es fiel, sino persevera en
esta virtud: luego José, á quienla Iglesia con
cede este título de siervo fiel, jamás ha cesa
do de sacrificarse todo entero á Dios, y como
por otra parte poseia en aito grado la virtud,
de la prudencia, nunca pudo resolverseá
abandonar el bien que habia empezado, con-,
sintiendo así en perder los méritos de una
vida anterior que tanto cuidó de santificar
por medio de numerosos actos de virtud.
San José era justo y en consecuencia ren
dia á Dios un digno homenaje; pero este con
relacion al Dios inmutable debe será todas
luces duradero y permanente, San José, co
, y
""
" – 313 –
mo dice san Francisco de Sales, era tambien
justo en el sentido de que su voluntad esta
ba perfectamente unida á la de Dios en to
das las ocasiones de su vida, fuesen próspe
ras ó adversas; pero como la voluntad de
Dios no cambia jamás, tampoco podia la de
José estar unida á ella, y por consecuencia
merecer el título de justo sino iba acompa
ñada de la perseverancia. " "
El reconocimiento de san José para con
Dios con los beneficios que le dispensaba era
perfecto, y le servia de motivo para consa
grarse al servicio de su Señor; pero como
el número de estos beneficios se aumentaba
incesantemente, léjos de disminuirse su ab
negacion se hacia por el contrario más per
fecta de dia en dia, y de aquí puede inferir
se que, tanto este reconocimientó como la
justicia de que estaba dotado le hacian ser
perseverante.
San José participaba de las disposiciones
interiores de Jesús y de María; ¡ah! ¡Sería
posible que su alma se dejase dominar por
el abatimiento al ver por sus propios ojos al
Verbo encarnado perseverar en la humildad,
en la penitencia y en los trabajos, sin querer
abandonarjamás el camino de abyeccion, de
pobreza y de dolores que habia elegido! Por
otra parte, ¿no eran para él un poderoso
- 314 –
motivo de perseverancia los ejemplos de Ma
ría que, semejante alisol de la mañana, no
sólo no retrogradaba jamás, sino que cada
vez arrojaba nuevos rayos de santidad y bri
llaba siempre más y más con los explendo
res de Dios? , , , , ,, , ,
Glorifiquémosle, pues, por ello, y bendi
gamos á Dios que le ha dado la gracia de
esta virtud. Consideremos tambien, que este
divino Señor nos ofrece asímismo esta gra
cia inapreciable, y que ninguna cosa es más
importante para nosotros que mostrarnos fie
les á ella. , , , , o y , el
No cedamos jamás á la tentacion del des
aliento, procuremos vencerla por la oracion,
y renovando con frecuencia las promesas he
chas en el bautismo, combatámosla princi
palmente por medio de fervorosas comunio
nes, porque, la divina Eucaristía esquien co
munica á nuestra alma, toda su fuerza y nos
hace constantos en la virtud.
Pidamos tambien por la intercesion de san
José la gracia de continuar hasta su término
el bien que hayamos empezado, á fin de
obtener la perseverencia final, es decir, la
gracia única que pone en nuestras manos
nuestros títulos á la herencia celestial,segun
aquellas palabras de Jesucristo: «El que per
severase hasta el fin, ese será salvo.»
g, se , , ,or
– 0.18 –
río ni no - 315 --, en ap o el
2 el 2 a il el o
moo op rato l o 9no oria , . .bl
G0L00III0: EL ALMA: Bienaventurado Padre,
estoy resuelta árecibir el santo sacramentó deila
Penitencia y me haríais muy dichosa si os digná
rais enseñarme lo que debo hacer para recibirle
dignamente. ciben is
SAN José: Para recibir bien este sacramento,
son precisas cinco cosas,á saber: exámen de con
ciencia, dolor de corazon, propósito de la enmienda, a
una buena cónfesion y cumplimiento de la peniten
cia. El exámen debe ser hecho icon cuidado, segun sí
el tiempo que haya trascurrido desde la última como
fesion y el número de pecados que se hayancome
tido. Para hacerlo con más exactitud y claridad, es
muyútil verificarlo porlos Mandamientos de la ley o
de Dios y los de la Iglesia, y ver en quése hafaltado
en cada precepto. oe, s 1), fil
El dolor de corazon.ó contricion,es indispensable
para recibir el perdon de los pecados que se debe
pedirá Dios de todo corazon, poniendo por interce-a
sora á María. Antes de acerearse al confesonario es ,
bueno rezar un Ave-María áNuestra Señora de los
Dolores,á fin de que ella nos conceda una parte de
los que ella experimentó al pié de la cruz donde
murió su divino Hijo. i
Para que la contricion sea eficaz debe tener cinco
cualidades, que son: verdadera, es decir, que exis-o
ta realmente en el corazon; sobrenatural, ó lo que
– 316 –
es lo mismo, que no esté fundada en ningun motivo
humano, como la pérdida de los bienes de la sa
lud, etc., sino solamente por la ofensa que con el
pecado se ha hecho.á Dios, y entonces recibe él
nombre de contricion perfecta,y es tan agradableá
Dios que vuelve al pecador á la gracia, áun ántes de
haber recibido la absolucion. La contricion sobrena
tural puede haber sido promovida por el dolor de
haber merecido el infierno y haber perdido el pa
raiso; estos motivos son ménos perfectos, porque no
son tan interesados; sin embargo, si están acompa
ñados de un principio de amor de Dios, bastan con
la gracia de la absolucion para obtenerel perdon. La
contricionidebe tambien ser universal; es decir, que s
debe comprender todos los pecados mortales; sobe
rana, quiere decir, que debe ser mayor que todos
los dolores; y confiada, esperando firmemente el
perdon de los pecados, por los méritos de Jesucristo.
En cuanto al propósito de la enmienda, debe ser
firme, es decir, que el penitente debe tomar la re
solucion de no volverá pecar: debe decir, quiero ab
solutamente corregirme de mis faltas: universal, es
decir, que desea abstenerse de cometer todo peca
do, al ménos mortal; eficaz que debe evitará cual
quier precio recaer en el pecado. El que se propone
dejar de pecar y no evita las ocasiones, no tiene un
verdadero propósito de la enmienda.
Para validez de la confesion, es bueno y útil
confesar los pecados veniales, pero no es absoluta
- e
- 317 -
mente indispensable, puesto que pueden redimirse
por otros medios, tales como un a
un acto de amor de lí *:
:a obra
contricion,
y otros
por el estilo. Pero en cuanto á los pecados mortales
esimprescindible confesarlos todos, al mémos aque
los : de cometer un sacri
legio, la ne sario para volver á la gracia hacer
de nuevo la confesion mal hecha, las que la siguie
ron, y además de todos los pecados acusarse tam
bien del sacrilegio. Si el penitente olvidase algun
peca o grave sin haber puesto nada de su parte y
habiendo hecho lo mejor posible el exámen de con-"
ciencia, le sería perdonado como los otros, pero se
ria necesario que se acusara de ello en la primera
confesión. ".
En fin, hija mia, es preciso aceptar la penitencia
que imponga el confesor, y cumplirla en el tiempo
que prescribe. Si no ha marcado plazo para ella,
debe hacerse lo más pronto posible, porque si se
tratase de expiar algun pecado grave sería mucha
falta el diferirla; y en caso de tener alguna imposi
bilidad para cumplirla, rogándolo al confesor y ex
poniendo el motivo, este puede cambiarla.
RESOLUCION: En todas nuestras confesiones
debemos procurar por todos los medios posiblestener
una verdadera contricion de nuestros pecados por
que esta cualidad es la más importante para una con
fesion buena y provechosa. ."
-- V1 -
elimir rou -318 - .9ldeanoqifi atran
roioito Divinii .ºo" no
- "r r r- --- », "C). t,
en 2 hoo o onco na n° .oli
sANosé Mopo ABNEGACIonnie ini es
... I , lo
... Todos los verdaderos siervos de Dios han
". "

sido al mismo tiempo hombres de grande ah


negacion por lo exclusiva,
mente á pra ucar lo ue Dios, les ha en "
mendado
: pero también bioeste punto de
riarca ocupar
el primer puesto, porque su abnegacionha
sido por excelencia, pura y santa en su prin
..""
cipio, grande y admirada en sus e ectos
Decimos que la virtud de la abnegaci
de san José ha sido pura santa nsu prin
• • "

cipio, porque tuvo por "causas los nobles"


.."
sentimiento s de su ,alma, "p fidelidad ál
suTITUTTT.
TT,"TT”.
gracia, el espectáculo permanente de la virtud
que veia"resplandecer en l ría; y princi.
palmente el de los abatimientos del Verbo.
hecho carne."."
José ha poseido la abnegacion porquete- "
nia un corazon noble y generoso. Dotado
desde su más. tierna
...
edad ".
*: .
glorioso destino de las cualida iral OS

más felices, sé sentia como inclina o, a sar


crificar álbios todo aquello de que podía
disponer. No ha conocido, pues, esos :
cálculos del egoismo y del amor propio que
- 319 -

paralizan los impulsos del alma, que detie


nen las generosas aspiraciones del corazon,
que hacen no se quiera sinceramente
el bien cuyó cumplimiento parece, sin em
bargo, desearse: "no ha conocido tampoco
esas reacciones que se operan en uno mis
mo y que no dejan libertad para obrar,
sino cuando de ello se reporta algun bene
ficio nal en este mundo. Siempre reinó
en raz
razon el noble y ardiente deseo de,
hacer el bien, cualesquiera que fuesen los
sacrificios que para ello hubieran de ems
José ha poseido la virtud de la abnegacion
pllea

llevado de un sentimiento de justicia y de


gratitud, porque comprendia que habiéndo
recibidó el, hombre de Dios todo cuanto
-
-".
po
sée, debe tambien devolverlo todo áDios,
hacer odo lo que este Señor, le pide, y
únicamente por medios sobrenaturales
José fué hombre de grande abnegacion
porque era fiel á la gracia. Las almas dóci
les á las inspiraciones del Espíritu Santo
procuran en efecto con la mayor generosi
dad, llevará cabo el bien que la divina, Pro
videncia les proporciona cumplir en toda
ocasion, y es cosa, fuera de toda duda, que
el al de José poseia en alto grado esta
dela docidad. Ha sido, pies, hues
co u ases neoeb a oto
- (8 -

, , ,, , — 32ó– -

tro santo eminentemente generoso, y tanto


como lo exigian de él en otro sentido el mi
nisterio de sacrificios y de abnegacion para
que habia sido destinado. " " . "
"Pero la virtud de la abnegacion resplande
ció en José de un modo especial porque ha
sido un fiel imitador de Jesús. ¡Ah! cuáles
serian sus deseos de sacrificarse por Dios al
ver por sus ojos hasta qué grado lle
vaba el Verbo divino su sacrificio por el
hombre; cuando consideraba al Todopode
roso reducido á la misma debilidad, al Eter
no haciéndose hombré mortal, á la sabiduría,
surcada que se confiaba á su prudencia y pa
ternales cuidados. ¿No era, pues, de todo
punto necesario que considerase como un
imperioso deber el sacrificarse con Jesús y
por Jesús, y muy especialmente cuando ilus
trado por las profecías, divisaba en lonta
nanza la grande inmolacion del Calvario, el
sangriento sacrificio con que el divino Re
dentor iba á reconciliar la tierra con el
Recordemos el amor de José para con Je
sús, amor que tenia su principio en el que
profesa el padre celestial ásu Verbo eterno
y que por lo tanto era ilimitado como él mis
mo; añadamos á esto que el que ama cifra
todos sus, deseos en hacerse en un todo
- 321 –
conformé con la persona amada, y de este
modo podremos comprender cuánta ha de
bido ser la abnegacion de san José.
Pero si hemos considerado esta virtud de
José en sus principios, considerémosla tam
bien en sí misma y en sus efectos. -

José se ha sacrificado por la gloria de


Dios y la salvacion de los hombres, por la
proteccion de María y la educacion del niño
Jesús, por los objetos más elevados, más
excelentes, por los más nobles que sea posi
ble imaginar: mirada, pues, en sus fines, no
puede ménos de convenirse en que la abne
gacion de san José es sublime; lo es, asímis
mo bajo el punto de vista de su carácter de
universalidad, porque la poseyó toda su vi
da y en toda clase de circunstancias.
Desde los primeros albores de su razon ha
dicho José: «Yo soyvuestro siervo, oh Dios
mio, y estoy pronto á cumplir todas vues
tras voluntades.» En el curso de su vida se
ha mantenido en estas disposiciones, ó más
bien las ha ido perfeccionando, constante
mente, porque cada vez han ido en aumento
los motivos que tenia para sacrificarse por la
gloria de Dios. ¿Y de qué otra cosa nos ha
blan todos los acontecimientos de su vida:
Recordemos solamente á Nazaret, Belen y
el Egipto: ¿no le vemos siempre crificán
– 322 –
dose por Jesús y María sin que en ello inter
venga para nada su propia conveniencia? Su
abnegacion, sin embargo, ha pasado por prue
bas bastante fuertes, porque toda la vida de
este santo Patriarca no ha sido, en efecto,
sino una série de tribulaciones, una cadena
de todo género de trabajosy como un camino
lleno de toda clase de dificultades; pero este
gran siervo de Dios permanece siempre el
mismo sin que jamás haya penetrado en su
eorazon el más ligero síntoma de desaliento.
Su abnegacion era, pues, sincera, y manifes
taba la eminente generosidad de su alma.
- Digamos, por último, que estando velada
para los ojos de los hombres la mision de
José, nada contribuia á alentarle en su cum
plimiento bajo el punto de vista natural; que
ha continuado en estas disposiciones de sa
crificarse todo por Dios, sostenido únicamen
te por las luces de la fe, y que de este modo
es sublime bajo todos sus aspectos su pro
funda abnegacion, digna de ser admirada
por los ángeles y por los hombres, y por lo
tanto que ha sido para José causa de infini
tos méritos á los ojos de Dios.
Tambien nosotros, almas cristianas, de
bemos procurar adquirir esta virtud de la
abnegacion. Nosotros amamos á Jesús, nues
tro Salvador y Redentor; hacemos grandes
*
--- " ----
"

esfuerzos para marchar sobre sus huellas y


seguir sus divinos ejemplos; pues imitémos
le: ya que se sacrificó por nosotros, sacrifi
quémonos nosotros por nuestros hermanos,
hagámoslo unos por otros, pero sin olvidar
que ha de ser solamente por agradará Dios,
y de ningun modo para atraernos la estima
cion y las alabanzas de los hombres.
COLOQUI0.–EL ALMA: ¡Oh glorioso san José
quisiera recibir de vuestra bondad algunas pala
bras la sobre escrúpulo. Dignaos instruirme sobre
estepunto.
SAN José: El escrúpulo no es otra cosa que un
vano temor de pecar, que reconoce por causa apren
siones sin fundamento alguno. Estos escrúpulos son
útiles á losprincipios de la conversion,porque un
alma recien salida del pecado debe purificarse fre
cuentemente, y este es el efect " de los escrúpulos,
los cuales la hacen humilde hasta el punto de que,
desconfiando de sí mima, se entrega del todo en
manos de su director. San Francisco de Sales ha
dicho: «El temor que producen los escrúpulos en
aquellas personas que acaban de abandonar el pe
cado, es presagio de una conciencia pura.» Pero los
escrúpulos son, por el contrario, nocivos á todo el
que aspira á la perfeccion y que lleva ya largo tiempo
de haberse entregado á Dios. «Estas almas, dice
santa Teresa, son locas, porque con sus escrúpulos
– 324 –
acaban por no adelantar un paso en el camino de la
perfeccion.»
EL ALMA: Pero, ¡oh gran santo! ¿en qué podrá
reconocerse áun alma escrupulosa?
SAN José: Las señales en que podemos recono
cerá un alma escrupulosa son varias: Primera: estar
siempre inquieta respecto de sus confesiones, sin que
pueda conocer enlas mismas un defecto notable. Se
gunda: el temor de pecar en las menores cosas,
como formar interiormente un juicio temerario, ó
creer que ha consentido en malos pensamientos aun
que no le seaposible afirmarlo.Tercera: ser incons
tante en sus dudas, teniendo por lícita una accion
que otras veces cree estar prohibida, Cuarta: no
conformarse con las advertencias de su confe
sor, etc. Por lo demás, ¡oh hija mial al confesor es
á quien pertenece decidir si una persona es ó no es
crupulosa, porque como estas nunca creen serlo,
están en una oscuridad que les impide ver claro en
su conciencia, y deben por lo tanto dar crédito á
su confesor que las juzga con calma y claridad.
ELALMA: ¡Oh mi querido Padre! Frecuente
mente tengo dudas sobre la validez de mis confesio
nes, y aunque ya las he hecho generales bastantes
veces, creo que no estaré tranquila hasta que haga
otra que abrace todas.
SAN José: La confesion general es ciertamente
útil al que no la ha hecho,porque excita sentimien
tos de humildad al presentar á la vista las faltas de
– 325 –
toda la vida; inspira tambien un, vivo dolor de los
pecados y hace que se tomen firmes resolucione
para el porvenir: da á conocer al confesor el estad
de nuestra alma para que así pueda indicar los re
medios más convenientes; pero esta confesion, que
tanto bien produce en un gran número de cristia
nos, puede llegará ser un verdadero peligro para e
alma atormentada por los escrúpulos, porque la re
peticion de sus pasadas faltas podria serle nociva é
inducirle quizás á la desesperacion. Cuando llegue,
pues, el caso de que hagas una confesion general,
explica á tu director las razones que crees tener para
ello, y sométete en un todo á su parecer, porque es
el único medio de obrar con seguridad yde ser agra
dable á los ojos de Dios. Aun cuando te vieras pró
xima á la muerte, siempre estarias en la obligacion
de obedecer, si quieres eyitar los lazos del demonio.
Considera tambien, hija mia, con la mayor aten
cion, que Dios quiere ser amado, y por lo tanto le
disgusta mucho un temor servil; no es un tirano,
sino un tierno y compasivo Padre que recibe con
infinito amor á las almas que le buscan. Cierto dia
dijo á santa María de Cortona: «Túme buscas, Mar
garita: tambien yo te busco á tí, y con muchos de
seos de encontrarte.» ¿Crées tal vez que este Dios
de infinita bondad se irritará contigo por la más pe
queña falta si por otra parte le amas de todo cora
zon? Ten, pues, una intencion recta, y una firme
resolucion de no ofenderle jamás, arrójate amorosa
mente en sus brazos, confíale el cuidado de tu
salvacion, y de este modo te verás"libre de todas
tus inquietudes. , , ,
EL ALMA: ¡0h Padre mio Siguiendo vuestro
ejemplo obedeceré puntualmente á mi director; dig
naos, pues, alcanzarme esta hermosa virtud de la
sumision, y pedid por míá Jesús y á María.

RESOLUCION.—0bedecer puntualmente á su
director.—Pedirá Dios por la intercesion de María
y san José la virtud de sumision.
" ... . . . ..."

" "

"
DIA VENTISEIS. .
- .
AN José PRoTECTom DE LA IGLEsa.

En la humilde casa de Nazaret, empezó


el bienaventurado José á ser el jefe visible
que dió principio á esta sociedad espiritual
que debia honrar y glorificar á Dios en es .
píritu y en verdad en todas las partes del
mundo, Allí Jesús representaba á todos los
fieles que, por ser cristianos, son sus miem
bros é hijos de Dios por su gracia. La santa
- 327 -
Vírgen figuraba la iglesia que siendo tam
bien vírgen y madre, dáá luz y lleva en su
seno sus numerosos hijos. San José era la
imágen de los pastores, los cuales gobier
nan la Iglesia y alimentan á los fieles con los
sacramentos y con el pan de la divina pala
bra. Estando ya en el cielo, ningun auxilio
tiene que dará esta familia de la cual era
jefe; pero debe creerse que todo su celo, su
tiernasolicitud y su ardiente caridad, están
siempre aplicadas á las necesidades de la
Iglesia. Por estas necesidades de la Iglesia
militante es necesario suplicarle, que inter
ponga su valimiento para con Jesucristoáfin
de que la Iglesia crezca en gracia y ensa
biduria y pueda evitar las asechanzas de sus
enemigos. Ninguna cosa se conserva mejor
que por los cuidados del que ha contribuido
á formarla; y sies verdad que nuestra santa
religion, que todavía estaba en su cuna en
la persona de nuestro divino Salvador, fué
confiada á la solicitud y al ardiente celo de
San José, ¿no podremos creer que conforme
á los diferentes estados en que se encuentra,
Tios quiere que nazca, se desarrolley se
mantenga y florezca además, siempre en
virtud de los méritos del augusto Esposo de
María que en opinion de San Bernardino de
Sienna, tuvo en sus manos la llave para abrir
= 328 –
las puertas de la nueva ley y cerrar las de
Moisés? Más ha cooperado san José por la
pureza de su vida alinefable misterio de la
Encarnacion del Verbo, dice san Bernardo,
que todos los antiguos patriarcas con sus
suspiros, lágrimas y merecimientos. Su vir
ginidad ha sido en cierto modo más fecunda
ue la fecundidad de todos los antepasados
el Salvador; más feliz aún que el primer
ministro de Faraon; no amontonó abundan
tes provisiones de un trigo material, para
alimentará los súbditos de un monarcaidó
latra; sino que ha preparado y conservado
para el pueblo fiel, el trigo de los escogidos,
el verdadero pan de los hijos de Dios, el pan
vivo y vivificante, el alimento de la inmor
talidad, el gérmen de toda salud. .
* En consideracion á tantos inapreciables
servicios, la Iglesía ha escogido áJosé por su
patrono y poderoso protector. Faraon para
atestiguar su reconocimiento al antiguo José,
no se contentó con elevarle sobre todos los
señores de su córte,sino que le confió ademas
la autoridad suprema en todo su reino. No ha
sido menor la confianza de la Iglesia en el pa
dre adoptivo del Salvador.Oh Josél le dice,
todos mis hijos los pongo en vuestras manos.
Nada tendrán que temer bajo la salvaguar
dia de aquel.á quien el Señor ha confiado el
—.329 –
tesoro de su divino Hijo: vos le servireis de
protector y de padre. Al adoptar al Salvar
dor del mundo, habeis adoptado á todos los
fieles que han llegado á ser sus queridos
hermanos: á todos los amareis y servireis co
mo habeis amado y servido al divino Verbo,
San José ha correspondido admirablemente á
la confianza de la esposa de Jesucristo así es
que bajo su augusto patrocinio, se han res
tablecido las nuevas iglesias, en tanto que
las antiguas han tenido la felicidad de con
servar la fe. Parece, dice un piadoso autor,
que así como el hijo de Dios en su infancia
quiso entrar en Egipto llevado por san José,
del mismo modo la fe del Salvador no puede
ser introducida en los países infieles, sino
con ayuda de la poderosa intercesion de san
José. Acompañado por él fué como el divi
no Niño echó por tierra los ídolos de Egipto;
por el poderoso brazo, de su querido padre
adoptivo es, cómo los destruye en el dia,
para plantar en sus ruinas el árbol de la sa
lud. Para recompensar, á san José de los
trabajos y penas que ha tenido, que sufrir en
aquellas bárbaras comarcas, ha hecho, Dios
glorioso su nombre entre las naciones infieles.
El gran san Hilario al contemplará José en
el viaje de Judea á Egipto llevando en sus
brazos al Salvador, cree ver igurados en él
el celo y fervor de los santos apóstoles cuan.
do llevaron á todo el Universo la palabra de
su divino Maestro para instruir á los hom
bres y ganarlos para Jesucristo. En la perso
na de san José, que ardia en deseos de ver
al mundo entero sometido al dulce yugo de
Jesucristo, se representa san Anselmo á los
predicadores del Evangelio que multiplican
los hijos de la Iglesia y extienden diaria
mente los límites de su reino. Desde que el
*: dice san Bernardo, contempló las
bellas y amables cualidades del Patriarca
dJosé, la naciono enterá se agrupó á su alre
71,
"Mil veces más amable que el hijo de
Jacob, el casto esposo de "María, ha visto
consagrarse felimiente á su servicio los cos
razones más dóciles, así como los más sal.
vajes. Y en efecto, la devocion á san José
ño solamente se ha extendido por la Euro.
pa, sino que tambien se le ha visto florecer
en Asia, en Africa, y en la América. Si re
corremos la Turquía, veremos á los latinos
y á los griegos católicos distinguirse por su
celo en honrar á nuestro santo Patriarca; si
consultamos los anales de la iglesia de la
América septentrional, encontraremos que
el primer iroquées admitido á las aguas del
bautismo ha querido tomar el nombre ben.
- 331 -
dito de José, Si seguimos hasta el Tonkin á
los misioneros apostólicos, arribaremos con
toda confianza á puertos colocados bajo la
proteccion de san José. Si penetramos, por
último, hasta las más remotas comarcas de
las Indias, tanto en Oriente como en Occi
dente, en todas partes experimentaremos el
consuelo de oir invocar el nombre de José.
Bajo sus auspicios se ven nacer las iglesias,
llegar despuesáun estado floreciente y
conservar la fe en toda su pureza é inter
gridad. a
La devocion á San José se acrecentó ex
traordinariamente con motivo de la extrema
necesidad en que se encontró la Iglesia
cuando vió levantarse en Occidente aquel
horrible cisma que, semejante á un viento
impetuoso, lo conmovia y desgarraba por
todas partes. En el célebre concilio tenido
en Constanza con el objeto de poner fin á
tan deplorable cisma, el piadoso canciller
Gerson entre varios medios ápropósito para
calmar aquella tempestad, propuso el de in
vocar especialmente á san José y propagar
su culto con la esperanza de que esta devo
cion seria como un astro precursor de paz
y de santidad, y añadió que habiendo sido
este gransanto como el guardian y tutor de .
Jesucristo, indudablemente lo seria tambien
— 332 =
del cristianismo. El concilio aprobó por una
nimidad esta resolucion, y el éxito acreditó
despues su confianza en el casto esposo de
María. , ", " "- . *

Pedid todos los días, ¡oh almas fieles, en


vuestras oraciones á este gran santo, que
continúe protegiendo á la Iglesia contra sus
enemigos visibles é invisibles; que desbara
te los proyectos de los nuevos Herodes que
querrian apagar el anior de Jesucristo en
todos los corazones: que vele sobre los após
toles del Evangelio que recorren hasta los
confines del mundo, llevando por todas par
tes la luz de la verdadera fe á fin de que
derribados los vanos ídolos y vencidas ias
malas pasiones haya solamente un solo re
baño y un solo pastor, unun ovile etunus
pastor. Amen. y se
i con
COL0QUI0–E.Arix: He oido decir siempre,
¡oh glorioso san José, que la pureza de intencion
daba un valor inmensóá nuestras acciones cuando la
intencion era buenál Os suplico, padre mio, que me
expliqueis alguna cosa de esta virtud. " " -
“SAN José: “Todo lo que no se hace por Dios, se
pierde. Hija mía, la intencion, buena ó mala, hace
que las acciones sean agradables ó desagradables á
Dios. Jesucristo ha dicho: «si vuestró ojoes senci
ho todo vuestro cuerpo será luminoso; pero sivues
– 333 –
tro ojo es malo, vuestro cuerpo permanecerá en las
tinieblas.» (Mat. VI, 22 y 23.)
EL ALMA: ¿Qué entendeis por ojo en este caso,
querido padre? y ".

SAN José: Los santos Padres entienden por ojo


la intencion, y por cuerpo, la accion; Jesucristo en
seña, que si una accion es sencilla y no tiene otro
objeto que agradarle, la accidn brillará en toda su
pureza; pero que si la accion no tiene un objeto
noble, será mala, aunque tenga apariencia de santa.
La buena intenciones el alma de todas las ac
ciones y las da la santidad. A los ojos de los hombres
cuanto mayor es el trabajo necesario para hacer una
obra, mayor es su precio; pero á los ojos de Dios, la
obra no tiene precio si no está hecha exclusivamente
por él. ¿Hay nada más heróico que dar su vida por
la fe? Pués san Pablo dice: «Si no tengo caridad, de
nadame serviria morir en una hoguera.» Los tor
mientos no constituyen el mártir, sino la intencion
con que se sufren. Se lee en el Evangelio, que un
dia, el Salvador iba rodeado de una gran muche
dumbre del pueblo, y una mujer enferma pudo lle
gar hasta él y tocar la orilla de su manto: «¿Quién
me ha tocado?» preguntó Jesús. «Maestro, contes
taron sus discípulos, una multitud de gente os rodea
y os oprime, ¿y preguntais quién os ha tocado?»
Pues bien, Jesucristo no queria hablar del acto ma
terial, sino de la fe y de la devocion con que aquella
mujer se habia aproximado á él, Sobre este asunto,
– 334 –
dice san Agustin: «Muchos rodean áJesucristo, pero
pocos le tocan;muchostrabajan y sudan, pero como
su intencion, no es,buena no tocan áJesucristo.»
Santa Magdalena de Pazzis decia: «Dios pesa mues
tras acciones en la balanza de la pureza, y ye si
nuestra intencion de agradarle es más ó ménos pura.
El que obra por vanidad, es como el que pone su
dinero en su saco agujereado.». Es decir, que todolo
pierde. El Señor ha dicho: «Tenedeuidado al, hacer
una buena obra de no ser visto por los hombres,
porque sino no recibireis, la recompensa de vuestro
Padre que está en los cielos. (Mat.VI.M.), , ,,
EL ALMA: ¿Y cómo podremosconocer si una obra
está hecha únicamente por Dios? , , ,
SAN José; La primera señal de que tus obras son,
por Dios, es que cualquiera que sea el resultado que
obtenga, conservarásuna gran tranquilidad de espí
ritu. La segunda es, que tealegres tanto del bien que
se hace á los demás como site se hubiese hecho átí
mismo. La tercera es, que no tengas preferencia por
ninguna ocupacion, pues todas son buenas quando
la voluntad de Dios es que te hagas cargo de una, La
cuarta es, no desear ningun elogio ni agradecimien
to por lo que hagas y estar pronta á soportar cual
quier disgusto mejor que faltará lo que Dios te
pide. La pureza de intencion es una alquimia celes
te que trueca el plomo en oro, porque las acciones
más ordinarias de la vida lleganá ser oro de caridad
cuando han sido hechas por Dios. San Pablo dice:
- 335 -
«Si comeis ó bebeis, ó haceis otra cualquiera cosa,
hacedlo todo por honra y gloria de Dios.» Santa Mag
dalena de Pazzis creia, que los que obran con inten
cion siempre pura, van derechos al paraiso sin pasar
por el purgatorio. ¡Oh, hija mia! En el momento que
despiertes, ofrece á Dios todas las acciones deldia,
uniéndolas á las del Salvador para que sean más
agradables á Dios; y ántes de comenzar cualquier
cosa, porsencilla que sea, exclama: ¡Dios, yo no
quiero hacer más que vuestra santa voluntad! Un
piadoso ermitaño tenia la costumbre de levantar los
ojos al cielo y pérmanecer un momentó inmóvilán
tes de obrar. Se le preguntó por qué hacia aquello,
y respondió: «Aseguro el golpe. Como el cazador
que apunta bien antes de hacer fuego, así él fijaba
su atencion en Dios para asegurar su accion. Imitó
áMaría, hija mia, trabajaba siempre con la vista
fija en el cielo, pero sin que su trabajo le hiciese
perder su union con Dios, ni su recogimiento le hi
ciese olvidar los deberes de su estado ni la caridad
para con el prógimo. Para imitar este santo modelo,
hija mia, recurre á ella con frecuencia y pídela su
santa proteccion, que la Virgen jamás ha abandona
do á los que ponen en ella su confianza.
,

RESOLUCIÓN.—Hacer todas nuestras resolucio


nes con el objeto de agradará Dios.—Dirigirle áme
nudo esta pequeña oracion: «¡Dios mio, os ofrezco
todas mis acciones!» ,"
- 336 -
..- ” ,

DIA VEINTISIETE.

SAN José REFUGIO DE LOS PECADORES.

San José ha comprendido, oh almas cris


tianas, mejor que ningun otro, cuánta era la
compasion que tenian para con , los desgra
ciados el adorable corazon de Jesús y el san
tísimo, corazon de María; por eso nuestro
santo dejándose llevar por el mismo senti
miento, implora para ellos, la misericordia
divina. , .
Pero evidentemente, entre todos los des
graciados, los más dignos de compasion
son los pecadores, y principalmente los pe
cadores endurecidos; José intercede, pues,
por ellos á Dios y suplica á Jesucristo que
obre en favor de los mismos el milagro de
suí gracia que es el único que puede resti
tuirles la verdadera vida. . ... .
San José los considera en enemistad con
Dios, puestos bajo el poder del demonio,
inclinados sobre el borde del abismo infer
nal y en peligro de serprecipitados en él á
cada instante. Recuerda las penas, las an
– 337 –
gustias que ha experimentado en la pérdida
del niño Jesús en Jerusalen, por más que
sólo le perdiese exteriormente y de ningun
modo por su culpa, y comprende que su es
tado es todavía más digno de lástima que
aquel en que el santo se encontró, puesto
que han perdido áJesús por su culpa, y de
un momento á otro pueden ser definitiva
mente separados de él por toda una eter
nidad.
Joséintercede por los pecadores llevado
de su celo por la gloria de Jesucristo. Sabe
que este divino Salvador ha venido al mun
do principalmente para librar á los hombres
de sus pecados, que su grande obra ha sido
el hacer sobreabundar la gracia donde abun
daba la iniquidad, y que es el Cordero in
molado para borrar todos los pecados del
mundo. Ha, considerado y hasta calculado,
por decirlo así, lo que Jesús ha hecho para
librar á los hombres del infierno. Sabe en
cuánto ha apreciado sus almas, por cada una
de las cuales despues de haberse ofrecido
á sí mismo sin reserva alguna á la justicia de
su Padre celestial, ha llevado una vida en
tera de privaciones y de sufrimientos, que
debia terminar por el más doloroso ó más
bien por el sólo verdadero sacrificio. En
consecuencia no puede ménos de estar pene
– 338 =
trado de cel6 por su salvacion y ayudarles
con su gran välimiento para que recobrando
su perdida inocencia se aseguren por este
medió los frutos del sacrificio del Calvario.
"José intercede por los pecadores á causa
de su conformidad con los sentimientos del
corazon de Jesús, porque comprende el de
seo que tiene esté adorable Redentor de que
todos los hombres se salven. Ve los dolores
en que estuvo anegada su alma divina, al
ensar en el inmenso número de aquellos
que rehusan la salvación que les ofrece y
que tanto le ha costado, y por esto mismo
hace cuanto está de su partë para que vuel
van al camino de bien, se hagan dignos del
cielo; y de este "modo vengan á ser para el
corazón de Jesús un motivó del más dulce é
inefable consuelo.
Tales son los principales motivos de la in
tercesion de san José por los pecadores. Re
“flexionemos ahora sobre los socorros que les
proporciona. " " - "
Dios, dice santa Teresa, ha hecho en cier.
to modo á san José su ministro, su plenipo
tenciario y su tesorero general en favor de
todos los desgraciados. Por lo mismo el ca
ritativo Patriarca se apresura á apoderarse
de los inmensos tesoros de la gracia para ve
nir en socorro de los "pecadores, es decir,
de aquellas personas que entre todos los des
graciados son los más dignos de compasion
y tienen más necesidad de socórros.
Sí; José ruega por los pecadores; habla
en su favor á Dios Padre y le conjura en
nombre de los méritos de Jesucristo á que
tenga piedad de sus almas y les dé las gra
cias necesarias para su conversion. Habla
tambien en su favor á Dios. Hijo: recuerda
con este objeto á Jesús que su venida al
mundo ha sido por ellos, aun más que por
los justos segun aquellas palabras: Yo no
he venido á llamar á los justos sino á l
pecadores; ofrece en seguida á su vista el
cuadro de todo lo que en su infinita clemen
cia hizo y sufrió para merecerles el perdon
y le pide que no sean inútiles tantos traba
jos y dolores; le ruega por los pecadores en
nombre de su sagrado corazon tan compasi
vo para con estos desgraciados, en nombre
de María que es refugio de ellos y á la cual
se une en su plegaria, en, nombre de todo
lo que ha hecho y sufrió por sí mismo en
obsequio de este divino, Salvador durante
los treinta y tres años que estuvo con él en
la tierra, Tiene tambien en su favor la
bondad del Espíritu Santo, y con todo su
poder los defiende en la presencia, de Mar,
ría su augusta esposa: en una palabra, nar
dá de cuanto está de su parte, olvida pa
ra preparar y asegurarles su conversion á
Dios.
Quién no comprenderá desde luégo que
obtiene para estos desgraciados poderosas y
abundantes gracias de conversion; golpesin
teriores que excitan sus remordimientos, les
hacen ver toda la fealdad del pecado al mis
mo tiempo que descubren toda labelleza de
la virtud; le inspiran el deseo y dan voluntad
de poseerla, elevan los sentimientos del alma
pecadora hácía el Dios que está siempre dis
puesto á perdonar, y la obligan á exclamar
como á David: «Señor, yo he pecado, y por
último, son la causa de que abrace con árdor
y continúe con constancia una vida de ex
piacion, conduciéndola de este mode por
medio del arrepentimiento á una perfecta
caridad, y por esta á la paz y á la feli
cidad.
Por lo demás, hé aquí un hecho cuya
exactitud pueden comprobar todos los que
son devotos de san José. ¿Quién es aquel
que habiéndole encomendado un pariente ó
un amigo no ha visto al instante oida su ora
cion aún más allá de sus esperanzas? ¿Qué
pecador teniendo que recurrirá él con deseos
de alcanzar su conversion, no ha sentido al
momento que su corazon se apartaba del vi
=5 –
cio y se inclinaba todo entero á la virtud, ó
cuando ménos no ha sido vivamente solicita
da por alguna gracia especial? ¿Cuál es la
jóven que habiendo puesto su por
enir bajo su proteccion no ha tenido la di
cha de preservarse del contagio del vicio, ó
* prontamente al camino del
bien despues dé haber tenido la desgra
cia" de abandonarlo en un momento de
- prueba? ,
No hay cosa, pues, más sólidamente cierta
que la intercesion de san José por los peca
dores, intercesion que es sumamente eficaz,
- ue entra perfectamente en las miras de
Dios que recurramos á ella con frecuencia,
bien para nosotros ó bien para nuestros pró
jimos: ". lo . a ;

"Invoquemos, pues, ásan José como inter


cesor de los pecadores; pidámosle en primer
lugar por nosotros, porque son tantas las
faltas que cometemos, que somos para él un
*:
si somos dignos de amoró de ódio, y por lo
tanto, si estaremos en el número de los que
se hallan en desgracia de Dios. Pidámósle
que ofrezca por nosotros sus trabajos y fati
gas en union con la sangre de Jesucristo,
víctima por cuyo medio pedimos misericor
dia y esperános obtenerlà, " " " "."
- 342 -
Penetrémonos tambien de los sentimientos
de san José para con los pecadores; tengamos
compasion de : porque no hay perso
nas tan desgraciadas como ellos. Procuremos
desarrollar en nosotros un gran celo por la
salvacion de sus almas, que nos lleve prin
cipalmente árogar por ellos á este gran San
to y ofrecerá Dios algun con el
fin de obtener su conversion. Tengamos pre
sente tambien que este es el mayor obsequio
que podemos hacer al corazon de Jesús. "
Recomendémosle tambien á aquellos par
rientes nuestros que están más descuidados
: religiosas. Paguémosles la
gratitud que les debemos, obteniendo para
ellos por intercesion de san José la gracia de
su conversion, es decir, el mayor bien que
nosotros podemos proporcionarles.
... ... ... ... o
cologio—EAMy frecuentemente
se habla en la escritura de la misericordia de Dios,
y el profeta nos dice tambien con mucha frecuencia
que bendigamos á Dios porque su misericordia es
infinita, Quisierais, padre mio, hablarme hoy de la
misericordia? ". ni
SAN José De todos los atributos divinos, hija
*: y el
Teorma principalmente su esencia, porque la
naturaleza de Dios es ser bueno, y hombres
– 343 –
obligan á ser justo. Los principales rasgos de la mi
sericordia divina pueden reducirse á tres:
"El primero es, que cuando el pecador se aleja de
Dios, Dios le llama á sí. En cuanto el hombre ha
cometido un pecado, hija mia, Dios podría quitarle
la vida como ha hecho con muchos, y aún todas
las criaturas, indignadas de servir al enemigo de su
Criador, le piden en cierto modo permiso para ven
gar su gloria. ¿Pero qué hace Dios? Los encadena,
los obliga cómo en otro tiempó David á sus tropas,
con respecto áAbsalón, á respetar la vida de un
hijo ingrato y rebelde, prosigue colmando de bene
ficios al pecador,y le llama con la mismaternura
que un padre que ha perdido á su hijo. Para enter
necer su corazon novacila en dar los primeros pa
sós, va á su encuentro y ni aún le rechaza el dulce
nombre de hijo. ¿Qué pensarias de un juez que in
vitase á un criminal aprovecharse de su perdon y
qué pensarias del criminal que rehusase esta gracia
El segundo rasgo de la misericordia divina es
que cuando el pecador, sordo á la voz de Dios, pro
cura evitarle, Dios, por el contrario, le sigue para
salvarle á pesar suyo. Hija mia, Dios renueva dia.
riamente para las almas pecadoras lo que hizo hace
poco tiempo todavía por un gran personaje que vi
via en la herejía. Este hereje encontró un sacerdote
que llevaba el Santo viático para un enfermo. In
comodado por este encuentro huia de calle enca
lle. Cosa singular El sacerdote le seguía paso a
paso, pues llevaba el camino que conducia á la casa
donde era llamado, El herético, cada vez más in
comodado, se esconde en la primer puerta que en
cuentra abierta y sube hasta el piso más elevado;
precisamente esta era la habitacion del enfermo. De
repente se ve rodeado de las personas que acompa
ñaban el Santo Sacramento, y se encuentra confuso
é imposibilitado de huir. En este instante, es tocado
interiormente de la gracia, «¡Qué, se dijo á sí mis
mo, yo huyo de Dios y Dios me persiguel ¡No, no
quiero resistir más, Dios mio!yo os ofrezco el home
naje de mi fe. Yo creo, abjuro desde ahora todos
mis errorespasados, y en adelante os seré fiel hasta
la muerte l». - ... - n"
- -

En fin, el tercer rasgo, de la misericordia de


Dios, es que cuando el pecador le persigue, se es
fuerza para hacer su felicidad, arrancándole al in
fierno. Hé aquí un caso, hija mia, que te probará
hasta dónde puede llegar la bondad paternal, y que
te dará al mismo tiempo una idea de la misericor
dia de Dios para con el pecador. Un padre virtuoso
habia dado á su hijo una educacion cristiana, pro
curando no olvidar el más mínimo detalle; pero el
mal natural y las fogosas pasiones del desgraciado
jóven hicieron inútiles todos los cuidados del buen
padre. De desórden en desórden, llegó á ahogar to
dos los sentimientos, que inspira la naturaleza. El
espiritu de avaricia, de libertinaje y de independen
ºia le inspiró el horrible proyecto de asesinaralautor
– 345 –
de sus dias, y llega hasta determinar el momento
en que debia ejecutar su espantoso crímen. Infor
mado el padre á tiempo, disimula, y aún se finge
más alegre que de ordinario; queriendo hacer el
último esfuerzo, propone á su hijo un paseo por el
campo. Aceptada la proposicion, el bárbaro hijo se
regocija por haber encontrado con tanta facilidad
una ocasion de cometer el horrible atentado que
medita. El padre le conduce á un sitio solitario en
lo más intrincado de un bosque, y deteniéndole re
pentinamente le dice: «Hijo mio, yo te amo; co
nozco tu designio, y quiero darte la última prueba
de mi ternura: estamos absolutamente sólos, no te
nemos testigos; y tu crímen quedará desconocido.
Hé aquími pecho, y ahí tienes un puñal, hiere. Al
ménos, muriendo en este sitio tan apartado, salvaré
ámi hijo de las manos del verdugo.» A estas pala
bras, el jóven admirado, confuso, enternecido, cae
á los piés de su buen padre, los riega con sus lá
grimas, y le ofrece que en adelante sólo vivirá para
hacer la felicidad del mejor de los padres. ¡Qué bon
dad tan admirable la de este padre para con su hijol
¡Y sin embargo, qué distancia tan enorme á la bon
dad y misericordia de Dios para con el pecador! -

* ,, , , “.

RESOLUCION.—Demos gracias á Dios desde lo


más íntimo de nuestro corazon por no estar en el
infierno, ápesar de haberlo merecido con tanta fre
cuencia, " ,
- 346 - -

* "DIAVVENTTIOCH0.
CHo r , .
* . , ..."

sas ortorreron esas primatorio,


i . .

Es un artículo defé admitido en todos


tiempos por la Iglesia católica, que las al
mas de los fieles que mueren en estado de
gracia y no han podido satisfacer en este
mundo áilajusticia divina, deben para purin
ficarse de sus pecados, ir por un tiempo más
óménos largo alpurgatorio, es decir, á un
lugar que aunque no es la morada de los
demonios, tampoco es la de los bienaventu
rados. «Declaranos, dice el Concilio de
Florencia, que respecto de aquellos que ver
daderamente arrepentidos han. muerto en
estado de gracia, antes de haber satisfecho
plenamente por sus pecados de comision ó
de omision, es necesario que sean purificar
dos porlas penas del purgatorio.». , ,,
* La existencia delpurgatorio, es pues, oh
almas cristianas, un hecho enteramente
cierto y del que de ningun modo nos esper
mitido dudar. Pero¿cuál es lafuerza y cali
dad de las penas que allí se padecen?. La
Iglesia calla sobre este punto y á nosotros,
– 37 –
hijos mios, solamente nos toca respetar su
silencio. De ningun modo, pues, debemos
mezclar con sus dogmas nuestras débiles
conjeturas y sobre todo no exagerar una
verdad tan terrible ya por sí misma. Para
hacérnosla, sin embargo, más sensible, regis
tremos los escritos de los santos Padres y
veámos lo que dicen sobre este punto así
como tambien todos los doctores de* -la
Iglesia.
En primer lugar se presenta san Agustin,
quien nos asegura que los males de la vida
presente no tienen comparacion alguna con
los males del purgatorio. Habiendo este
Santo oído cierto dia á algunos jóvenes in
sensatos que en una conversacion usaban
decir, que poco importaba el purgatorio con
tal de no caer en el infierno: «Caláos des
graciados, les dijo, y sabed que aun cuando
cayesen sebre vosotros todos los males que
afligen á la humanidad doliente, todas las
humillaciones y mortificaciones que pade
cieron los penitentes de la primitiva Iglesia,
todas las maceraciones y austeridades con
que aflijieron sus cuerpos los solitarios de la
Tebaida, todos cuantos suplicios han hecho
sufrir los verdugos á los hombres más crimi
nales y malvados, todos los tormentos que
inventaron los tiranos para saciar su rábia y
– 348 –
furor en los miembros de los mártires, y, en
fin, cuantastorturas ha podido imaginar el
espíritu humano para abatir y vencer la pa
ciencia, nada puede compararse con las pe
nas del purgatorio.
Escuchad ahora, almas cristianas, á san
Cesáreo: «Hermanos mios, nos dice este gran
santo, ninguno de vosotros tenga en poco
las penas del purgatorio, porque su fuego
es más cruel que todo cuanto se puede ima
ginar, ver ó sentir en este mundo. Y estan
do escrito del dia del juicio que será más ter
rible que mil dias, ¿quién sabe si deberápa
sar en el purgatorio, dias, meses y aun
años, ó si en un solo dia en aquellas llamas
no reunirá todos los rigores correspondien
tes á mil dias? Aquel que ni, aun querria
acercar un dedo al fuego, tiemble con tiem
po y con razon, en presencia del fuego ter
rible del purgatorio.»
Por aquípodeis ver, almas cristianas, que
la suerte de todos los que están en el pur
gatorio, es padecer las penas más horribles,
y que sublepujan á todo lo que nuestra ima
ginacion puede figurarse, y reflexionar al
mismo tiempo qué tal será nuestra suerte si
salimos de este mundo sin haber satisfecho
enteramente á la justicia de Dios. ¿Y podre
nos creer un solo momento que no ha de
– 349 –
venirJosé en socorro de nuestras pobres al
mas? ¡Oh, no! esto no puede suceder en mo
do alguno. Y así como la Santísima Trinidad,
dice un piadoso autor, destinó al glorioso
Patriarca, para que anunciase á Jesucristo á
los santos del antiguo Testamento, que es
peraban la venida de su libertador, tambien
nos serápermitido creer que José vendrá en
auxilio de las almas del purgatorio
Hé aquí ahora, almas cristianas, como las
más sólidas razones nos demuestran esta
consoladora verdad; José es el mejor y el
más tierno de todos los padres, y ¿cuál de
ellos viendo en la cárcel á su hijo no dulci
ficará las privaciones de su cautividad, pu
diendo hacerlo?José tiene sin duda alguna
este poder porque lo ha recibido de Dios,
segun hemos visto,¿y seria capaz de no em
plearlo en el alivio de los suyos? ¿y no haria
verter más lágrimas estando en su mano el
poderlas enjugar?¿Podria dejar de sostener
los corazones, abatidos á quienes está en su
mano reanimar? -

Qué cosa más comunquever en todas nues


tras ciudades hombres ricos y benéficos que
se asocian para suavizar, para aliviar en cuan
to de ellos depende, la suerte de los prisio
neros y llevarlesá porfía socorros y vestidos,
consolándolos al propio tiempo! ..
-"
¡Y José que es el anor, la caridad misma,
la bondad por escelencia, oiría sin compa
decerse los gritos de aquellos prisioneros de
Dios; cerraría los oidos á sus súplicas; no ten
dria entrañas para dolerse de sus miserias, y
veria con ojos enjutos las amargas lágrimas
que vierten" " *
¡Dejábanle impasible é indiferente sus tor
turas! No, no; esto es imposible y que la
piedad y la 1azon rechazan igualmente; esto
no es posible. .
Dijimos antes, que en el cielo, José ruega
sin cesar por estos miembros de Cristo, que
purifica el Dios, que juzga á los mismos jue
ces y que encuentra faltas allí donde nuestra
vista no las vé. Dijimos que en el cielo inter
cede sin cesar en favor de estas almas queri
dasáJesús y que le honraron durante su vida.
Y despues, para consolarestas almas y
para hacerles llegar socorros y consuelos, ¿Jo
sé no tiene tambien sus ángeles que ejecutan
sus voluntades como ellos hacen la de Dios
que ejecutan sus órdenes?
"¡Ah! el ángel del Señor que trasportó Ha
bacú por los aires á través de los campos,
para que llevara á Daniel los alimentos que
necesitaba, cuando se hallaba en la fosa de
los leones, este ángel no era más que una
admirable figura de la tierna solicitud de
- 381 -
José, por los sufrimientos y las necesidades
de los que en un tiempo más ó ménos largo,
están en un sitio de dolor y de castigo, de
cuyo lugar, la fosa de los leones era tambien
una imágen. , , -
Pero no sólo Dios ha concedido ásan José
el poder de mitigarlaspenas del purgatorio,
le ha dado tambien el de abreviarlas. Y en
contramos muy natural semejante privilegio,
porque no tan solo en casi todas las constitu
cionesy en todos los Estados se concede al
magistrado supremo la facultad de conmutar,
es decir, de mitigar las cóndenas de ciertos
criminales, sino que le confieren además el
poder de abreviar estas penas disminuyendo
su duracion. , el
A ejemplo de este glorioso Patriarca, sea»
mos fieles en orar por nuestros queridos di-"
funtos que nos devolverán centuplicadas
nuestras oraciones. ¡Quién podrá apreciar
las ventajas de este maravilloso cambio de
obras satisfactorias por una parte, ardientes
y eficaces súplicas por la otra, que apresu
ran para los difuntos el fin de sus sufrimien.
tos y obtienen á los vivos una multitud de
gracias temporales y espirituales, alivio y
consuelo en las penas de esta vida, paz inte
rior, perseverancia final, y abundancia de
méritos para la vida futural
*

COL0QUI0–EL ALMA: Creo firmemente ¡oh


glorioso san José! puesto que la Iglesia lo enseña,
que existe el purgatorio y que vos socorreis á las
pobres almas que en él se encuentran. Yo creo tam
bien padre mio, que los sufrimientos son muy gran
des; ¿pero lo son, en efecto, tanto como nos dicen
algunossantos? ¿No estará algo exagerada la rela
cion de estos sufrimientos? -

SAN José: ¡Ay! Sí, hija mia; los sufrimientos


del purgatorio son muy grandes; son tan grandes,
que todo lo que se puede decir ó imaginar es nada
en su comparacion. Los mártires, han sufrido mu
cho; ¿no es verdad, hija mia? Considera los suplicios
con que se les ha atormentado en los calabozos, en
los anfiteatros y en los cadalsos; el plomo derretido
en susvenas abiertas, sus carnes destrozadas, con
uñas de hierro, el aceite hirviendo derramado en
sus heridas, sus miembros ensangrentados por los
azotes,traspasados con puntas aceradas, las ruedas
dentadas, las mutilacionesmás horribles; considera,
despues de tanto tormento, estos mismos miembros
tan lacerados servir de pasto á la ferocidad de los
leones ó de los leopardos, ó inflamados por la pica
dura envenenada de las serpientes, ó arrojados so
bre el hierro ardiente de una parrilla, ó al fuego
devorador de un horno encendido;pues bien, hija
nia, todos estos dolores son nada comparados con
los tormentos que sufren las almas en el purgatorio,
—333 –
pero san Cipriano ha dicho con mucha razon: Es
más dulce expiar los pecados por el martirio, que
esperará ser purificados en la otra vida por el cruel
suplicio del fuego.». Me preguntas si hay exagera
cion en lo que los santos han dicho del purgatorio;
¿cómo quieres que hayan exagerado, si, como dice
san Agustin, el pensamiento del hombre no puede
llegará formarse una idea?
ALMA: "¿Y cuánto tiempo duran las penas
del purgatorio, padre mio? "
SAN José: La duracion de las penas del purgato
rio es un secreto que Dios se ha reservado: todo lo
que puedo decirte con respeto á esto es, que Dios,
como sabes muy bien, es justo y bueno, y que una
alma no permanecerá en el purgatorio más tiempo
del que hubiere merecido. " " "
El AMA. Habeis dicho, padre mio, que Diosse
ha reservado el secreto de la de las penas
del purgatorio: sin embargo, la Iglesia losabe, pues
to que concede meses,años y centenares de años de
indulgencia. " " " " " ,
SAN José: Eso no es exacto, hija mia; cuando la
Iglesia concede un mes, un año, etc., de indulgencia,
no es con intencion de perdonará un alma un mes ó
un año de purgatorio en los primerossiglos del cris
tianismo, la Iglesia imponia pecados, estas peniten
cias públicas para ciertos pecados, y estas peniten
cias consistian ordinariamente en pasar una, dos ó
más cuaresmas en la puerta de la Iglesia.12Pero como
– 354 –
la fé se ha enfriado mucho y se ha variado el código
de la Iglesia, esta, como buena madre, ha tomado
en consideracion muchas circunstancias, y hoy ha
abolido las penitencias públicas; pero hace uso del
tesoro de los méritos de Jesucristo para ayudar á
los pecadores arrepentidos. La intencion de la Iglesia
no es, pues, dispensar por un tiempo determinado
de las penas del purgatorio, sino solamente conceder
una indulgencia que equivaleá un mes, un año etc.,
depemitencia pública.
EL ALMA: ¿Y cuáles, padre mio, son las venta
jas de tener fé en el purgatorio? , , , , , ,
SAN José: Hija mia, la fé en el purgatorio es
muy consoladora, sobre todo en la hora de la muer
te, para muchas clases de almas.
For lo pronto es muy consoladora para las almas
santas á quienes permite permanecer tranquilas sin
tener el orgullosopensamiento de que son perfecta
mente puras. Nada es tan dulce, particularmente á
los que tienen una humilde confianza en Dios: en
tonces se le puede decir: «Señor, he pecado mucho,
lo sé; pero si es necesario permaneceré en el pur
gatorio hasta el fin del mundo, ysi mis culpas son
grandes, espero que me las perdonareis por los me
recimientos de Nuestro Señor Jesucristo que murió
por redimirnos.» Esta doctrina sirve tambien para
reanimará las almas que temen haber expiado poco
sus grandes faltas. En fin, esta doctrina es un refu
gio para las almas que hanpasado casi toda su vida
-
—355–
en las tienieblas del orgullo y de la voluptuosidad, y
para quienes la estrella del arrepentimiento no bri
lla sino entre las tinieblas de la última hora. ¡Sí,
hija mia, la fé en el purgatorio es muy consoladoral

RESOLUCION.—Rogar con mucha frecuencia


por las almas del purgatorio, y particularmente por
aquellas que no tienen quien les preste estos su
fragios.

- DIA VEINTINUEVE.
, sAN José PATRoN DE LA BuenA Muear.
-

Es una creencia recibida entre los cristia


nos que los santos en el cielo, devora
dos por las llamas de su ardiente caridad,
tienen un celo especial en obtenernos la co
municacion de las mismas gracias que ellos
obtuvieron en otro tiempo de la bondad di
vina. Así es que se dirigen á santa María
Magdalena para obtener el espíritu de peni
tencia, á san Luis Gonzaga para pedirle la
pureza, á santo Tomás de Aquino la ciencia
divina, á san Bernardo una tierna devocion,
á María, etc. Ahora bien; entre todas las
"gracias y favores que san José recibió de
– 336 –
Dios, una de las más especiales fué la dicha
de morir en los brazos de Jesús y María,
verse asistido y consolado por la Madre y e
Hijo hasta su último suspiro.
Como no hay criatura que no deba morir
un dia, tampoco hay persona que no deba
adherirse á aquel que tiene un inmenso po
der para ayudar clientes á bien morir, Un lis
tigante comprometido en un negocio en que
se trata para él de ganarlo ó perderlo todo,
busca el abogado más hábil y mejor dispuesto
en su favor: á él es á quien confia el éxito de
un proceso del qué dependé su vida ó su
muerte. Pues bien, todo cristiano en el ar
tículo de la muerte, toca á la decision de un
terrible litigio; la rabia de los demonios, el
recuerdo de los pecados cometidos, la incer
tidumbre del estado presente, los terrores
del porvenir, se reunen á su estado presente
para disputarle sus derechos á la herencia
cielo y amenazarle con el mal supremo,
que es el infierno. ¿Podrá en aquel momento
crítico dejar de buscar alguno de los santos
que quiera por él y que puedaga
narle el pleito de ese formidable tribunal del
que no hay apelacion sise tiene la desgracia
de salir condenado? ¿Pero qué santo podrá
defendernos mejor que san José? Todo el
mundo cristiano le reconoce como el aboga
– 357 –
do de los agonizantes y patron de la buena
muerte. Por esto mismo, casi en todas par
tes se han establecido congregaciones y le
vantado altares bajo suinvocacion; por esto
tambien en tantos lugares se han venerado
su bienaventurada muerte y se celabra su
fiesta.
Entre los motivos que nos obligan á reco
nocer con preferencia á san José por aboga
do de los moribundos, pueden notarse tres
principales: primero, José es el padre de
nuestro Juez, del que los demás santos sólo
son amigos; segundo, su poder es más terri
ble para los demonios; tercero, su muerte es
la más privilegiada y la más dulce que exis
tió nunca.
En primer lugar, José es el padre de el
que debe pronunciar nuestra sentencia. Moi
sés era sólo por su vocacion el jefe y guia
del pueblo de Israel, y sin embargo, usa para
con Dios de tanta autoridad, que si interce
de en favor de aquel pueblo rebelde y casi
incorregible, su oracion parece un mandato
que ata las manos á la divina Magestad y la
reduce á la impotencia de castigar á los cul
pables hasta que el mismo Moisés se lo per
mite. ¡Pero cuánta mayor fuerza no tendreis
para atar las manos al soberano Juez, vos ob
gran Patriarca, que fuísteis llamado á la su
– 858 –
blime dignidad de guia, custodio, nutricio
y padre de Aquel que juzgará á los vivos y
á los muertos. Figurémonos que José, para
auxiliaruno de sus devotos servidores presa
de la muerte, se presenta al tribunal de Je
sucristo y le dirige esta súplica:
«¡Ah! por atencion á mí, compadeceos de
ese pecador moribundo; ayudadle con una
gracia poderosa, concededle que haga, en sus
últimos momentos, un acto de verdadera
contricion. Ospido esta gracia; ¡oh sobera
no Juez! por el dulce nombre de padre, con
que tantas veces me habeis honrado, por
estos brazos y estas manos queos recibieron,
que os calentaron en vuestro nacimiento,
que os trasportaron á Egipto para salvaros
de los furores de Herodes, os lo pido por
esos ojos cuyas lágrimas enjugué, por esa
sangre que recogí en vuestra circuncision,
por los trabajos y fatigas á que me entregué
para alimentaros en vuestra infancia!» ¿Po
dria resistir Jesús á súplicas tan apremiantes?
Nó, seguramente; elias serán otras tantas ca
denas que sujetarán las manos y no le per
mitirán más que decir, como ántes habia
dicho á María: «Dejadme, padre mio, de
jadme hacer justícia al pecador.» "Pero José
no se dará por vencido; no dejará libres las
"manos del Juez para condenar. Aunque
— 359 -
seguramente Jesús no espera á que José use
de autoridad; una sola de sus súplicas tiene
para él toda la fuerza de un mandato. ¡Qué
dicha, pues, para un pobre moribundo en
contrarun abogado tan clemente en el pa
dre mismo de su Juez, un defensor tan po
deroso en un proceso cuyo resultado infali
ble es la posesion ó privacion de una eterna
felicidad.
Además, es una razon para el mundo tener
en su favor un santo cuyo nombre solo hace
temblará los infiernos. Entre las alabanzas
que la Iglesia le tributa, se encuentra el tí
tulo de vencedor del infierno. Mereció este
glorioso título, cuando para sustraer al di
vino Niño á la muerte que le preparaba el
cruel Herodes, le trasladó á Egipto: puesto
que Herodes era la figura y el instrumento
del dragon infernal, perseguidor de Jesús y
de todas las almas que rescató, José al ven
cerá este príncipe venció al demonio; y es
"ta primera victoria le condujo á conseguir
otra más brillante. Orígenes nota que en la
órden dada por el ángel á san José de ir á
Egipto, se encontraba comprendido el po
der de echar los demonios, que habian fija
do el centro de su imperio en esta tierrain
fiel. En efecto, en el mismo instante en que
el santo Patriarca entró en él con el niño Je
– 360 – --.

sús y su madre, los ídolos rodaron por el


suelo, callaron los oráculos, el padre de la
mentira se encontró encadenado y los es
pectros infernales emprendieron la fuga al
primer aspecto del divino sol de justicia,
aunque apenas naciente y oculto aun tras el
velo de la humanidad, como lo habia anun
ciado el profeta Isaías. Estas victorias perte
necian sin duda al Dios niño; pero quiso
para conseguirlas servirse del brazo de san
José como jefe de la familia, guia del viaje,
salvador del Salvador de los hombres. Así
que desde entonces, aterrado el demonio
comenzó á temblar al solo nombre de José.
: con cuánta más razon no ha de temerle
hoy que ve brillar con tanto esplendor su
mérito, su santidad, su dignidad, su poder
José es uno de los primeros potentados del
cielo y ocupa el rango que convieneal padre
del Rey yāl esposo de la Reina. Lucifer lo
sabe, y hé aquí por qué se acerca con temor
al lecho de un móribundo que durante su vida
se mostró devoto servidor de san José. No
ignora que el divino Salvador, para recom
pensará este gran santo por haberle liber
tado del cuchillo de Herodes y una muerte
temporal, le dió el privilegio especial de
sustraerá la espada de los demonios y á una
muerte eterna á los moribundos que se colo.
-
= 364 –
quen bajo su proteccion. ¿Pero san José dejará
ocioso un privilegio tan bello? No, sin duda,
y hay innumerables ejemplos de lo que sabe
hacer por sus servidores. Estos rasgos seña
lados de proteccion son los que, determinan
todos los dias á una multitud de cristianos á
recurrir á él para encontrar bajo sus alas un
escudo impenetrable á las asechanzas del
demonio en esos momentos críticos en que
su furor se redobla á la vista de una présa
que va á escapársele.
Por todo lo que acabamos de decir, se ve
cuánjustoy razonable es que todos los cris
tianos escojan á san José por su protector en
el momento crítico é inevitable de la muerte.
Padre de su Juez, ¿le faltará autoridad para
aplacarleé inspirarle sentimientos de clemen
cia? Vencedor de los demonios ¿no sabrá
echarlos del lecho de muerte con su presen
cia? Favorecido con la muerte más dulce y
más feliz que existió jamás, ¿no acudirá con
su santísima esposa á ayudará bien morirá
cristianos que le hayan invocado y se hayan
declarado sus devotos servidores durante su
vida? Si debemos todos morir,todosdebemos
apresurarnos á impetrar la proteccion de san
José como patron de la buena muerte. A esto
nos exhorta la Iglesia en el himno con que
celebra su feliz tránsito á mejor vida. Hijos
r
– 362 =
dóciles de esta santa madre, conformémonos
satisfechos con sus intenciones. Recurramos
á san José, supliquémosle nos obtenga una
santa muerte, y podemos estar seguros de
que nuestra oracion será escuchada.

BIENAVENTURADA MUERTE DE SAN Jos.


Acabamos de considerar, almas cristianas, las
diversas razones que deben comprometer á todos
los cristianos á recurrirá san José para obtener
una buena y santa muerte, y hemos visto que
estas razones son de las más fuertes y concluyen
tes. Meditemos ahora sobre esta bienaventurada
muerte; asistamos á ella en espíritu y seamos
testigos de este sublime espectáculo. Trasladé
monos, pues, con, el pensamiento á la santa
casa de Nazaret y contemplemos á san José ten
dido sobre "una pobre cama. La Virgen, soste
niendo su cabeza con sus manos inmaculadas, y
Jesús, el Verbo encarnado, estando á su lado
contemplándole con cariño y fortificándole con su
mirada Recojámonos, almas cristianas, como todo
el cielo está recogido, alrededor de este mori
bundo; asistamos á la muerte cuando se opera
ban las últimas obras de la gracia en el alma de
José; contemplemos, en fin, el sublime espec
táculo que va á verificarse. , , , , , , , ,
Jesús y Maria alyer que áJosé sólo le quedan
algunas foras que pasar en este destierro, quie
ren manifestarlè su gratitud de una manera di
s
vina, llegando de esta manera al colmo de sus
beneficios. El Rey y la Reina de los serafines, para
elevarle á una gloria inmensa en el Paraiso, le
elevan á un indecible amor en la tierra, Jesús, el
divino maestro, que como Dios es la caridad in
finita y que posee la plenitud en su corazon, es
trecha contra su divino pecho á su amadísimo
padre á fin de sumergirle vivo aún en este divino
incendio, abrasarle más y más y trasformarle
completamente; le habla y su voz enternece su co
razon; le mira, le hiere y le trasfigura; toma las
manos de José y por este contacto le santifica,
imprime á todo su ser el sello vivo de la Divinidad,
": que quiere
to,
satisfacer áJosé la deuda de
su agradecimien emplea todo su poder en en
riquecerle. Ella, que posee en su corazon más
amor que tienen todos los serafines, todos los es
píritus bienaventurados y todos los santos reuni
dos, que es la tesorera de todas las gracias y
dones del Espíritu Santo, se apresura á enrique
cer el alma de José, le envia divinos ardores y le
hace adelantaraun, durante el poco tiempo que
le queda, un inmenso camino en el divino amor,
Así que, á la vista del Verbo encarnado y de la
Vírgen, bajo la accion del doble fuego que parte
del corazon divino y del corazon inmaculado, José
multiplica rápidamente sus actos de caridad y de
amor; habiendo obtenido todos los auxilios nece
sarios para obrar segun toda la actividad de la
gracia que está en él y todo acto en que la gra
cia obra con toda su energía doblando la earidad
interior, resulta que José ofrece un divino especr
– 364 –
táculo á la adorable Trinidad, al Verbo encarna
do, á su divina madre y á todos los ángeles de
Dios; elévase por momentos, de acto en acto á
un amor de Dios doble del que sentia; es un sol
cuyos fulgores se aumentan por instantes; es un
incendio cuyas llamas se hacen inestinguibles;
es una union con Dios, con el corazon del Verbo
encarnado, cuya intimidad se dobla por momen
tos; es el alma llegando hasta los trasportes ar
dientes de la Divinidad y percibiendo á través del
último velo su bondad infinita, y sintiéndose arre
batada hácia ella con un movimiento "inefable,
impetuoso. Este movimiento se llevaria mil veces
tras de sí el alma de José, siJesús no la retuvie
ra por un milagro, para darle tiempo de que at
mentara
amor, susáum másysus
méritos redoblados
su gloria. " "trasportes
" ”. der
Por fin José se encuentra en el grado degraci
y por consecuencia de gloria, en que Dios le *
por toda la eternidad. El último diamante se en
gasta en su corona; está bastante abrasado de
ämor; está bastante elevado por encima del cor
de los serafines, para que aparezca en el cielo en
el mismo puesto en que apareció sobre la tierra;
al lado de María y de Jesús. La adorabilísima Tri
nidad pone la última mano á la tercera obra maes
tra de su poder, de su sabiduría y de su amor; el
último golpe máestro está dado; todo se ha con
eluido; el milagro que retenia á José la vida está
suspendido. Y este amor más que seráfico qué
abrasa su alma, obrando con toda suintensidad,
rompe repentinamente las cadenas que le sujeta
q
= 365 -=
ban al cuerpo, y José muere de amor en los mis
mos brazos de su Dios.
Y ahora, almas cristianas, recojámonosáun
más si es posible.
¡José acaba de morir!... y hé aquí ese ancia
no venerable tendido y trasfigurado sobre su le
cho de muerte... y sufrente brilla con una ma
gestad augusta y sublime.
¡José acaba de morir... y Jesús lleno de pie
dadfilial derrama sobre su amadísimo padre dul
ces lágrimas de ternura y amor... y María con
funde sus lágrimas con las de su divino Hijo.
¡José acaba de morir... y sus miembros per
manecen flexibles como si éstuviera vivo... y de
su cuerpo virginal se exhala un perfume más sua
ve que el que se ha de exhalar en la continuacion
de los tiempos del cuerpo de los santos.
*José acaba de morir... y un religioso silencio
reina en torno de estos d mortales... y los
ángeles lo contempla con atento y admira
cion.
¡José acaba de morir... consolemos áJesús,
consolemos áMaría; ¡oh!sí, almas cristianas,
consolémosles prometiendo amará José, venerarle
todos los dias de nuestra vida y hacerle amar, es
tender su culto cuanto podamos.
¡José acaba de morir...llenemos ahora un
deber de caridad. Ah! ¡por favor, no abando
nemos la santa casa en que se encuentra; acer
quémonos, por el contrario, á él; sí, acerqué
menos con respeto y mientras que Jesús y María
dan libre curso á su dolor, prosternémonos ante
-

el cuerpo de este santo Patriarca y venerémosle


con el mayor respeto. " ,,
Veneremos desde luego esta cabeza, confiden
te de los secretos del Altísimo, que llevó las so
licitudes del misterio del Verbo encarnado; esta
cabeza donde reinó siempre el pensamiento de
Dios y de su gloria, y que nunca la atravesó una
sombra de una idea contraria á la ley divina; esta
cabeza que, durante la infancia del Verbo encar
nado, fué tan frecuentemente el apoyo de su car
beza divina, confundida entónces en una misma
gloria hasta cierto punto con la diadema
de su divinidad; esta cabeza que, antes del últi
mo suspiro, se vió áun honrada con este favor y
consagrada con este divino contacto. Os saluda
mos, pues, sagrada cabeza que llevareis un dia la
tercera corona en el cielo. Acerquémonos ahora á
los piés del santo Patriarca, y arrödillados besemos
con respeto estos piés divinos, cuyos pasos todos
fueron por Dios, por Cristo, por la Virgen y por
nosotros. Vamos, en fin, á venerar sus gloriosas
manos cruzadas sobre su pecho. Ellas terminaron
su trabajo y no tendrán ya otro que el de distri
buir en el cielo lasgracias que Jesús y María se
complacerán en conceder por él. Imprimamos con
fé y con amor nuestros labios sobre, estas bendi
tas manos, y mientras que las besamos, viendo
anticipadamente nuestra última hora, arrojémo
nos en espíritu en brazos de José; si no es, bas
tante, hundámonos, refugiémonos hasta en el
centro
:
de su corazon, como en un asilo seguro y
-

,
- .
. ,
– 367 –
una fortaleza inexpugnable. Conjurémosle nos
guarde en él y nos defienda durante el último
combate. Digamos como Jacob al ángel: no os
dejaré, no me arrancaré de vuestros brazos hasta
tanto que me hayais dado vuestra bendicion para
la última hora. Non dimitlam te donec benedixe
ris mihi.
Como este favor es para nosotros la gracia de
las gracias, el coronamiénto de todas las demás y
lapuerta de la bienaventurada eternidad, despues
de haberla pedido con vivas instancias ásanJesé,
pidámosla tambien á Jesús y María, aproveché
monos de un momento en que estemos seguros de
tener acceso á sus corazones: lloran aún al que
acaba de cerrarlos ojos. Por el nombre de vues
tro muy querido José, por la dulzura de su
muerte, por las lágrimas que le tributásteis, oh
Jesús, oh María, dignaos, en union de José,
bendecirnos en nuestra última hora, Os pe
imos esta gracia en presencia del cuerpo vir
ginal de José, y no cesaremos de pedirla todos
los dias de nuestra vida. Divino Salvador, y vos
divina Madre, que durante las últimas horas de
José no dejásteis de contemplarle; ¡oh Salvador
rico de misericordia! ¡Oh Virgen rica de clemen
cia, no ospedimos más que una sola de esas mi
radas que rogocijaron á José: una sola, porque
una sola nos basta! (1) , , , , ,
el
o
1: ii .. ... e E
() De estos tres últimos días no hay colaulo." .
– 368 –
-

4 . . ":

, -
DIATREINTA.
.."

ResuRREccion De sAN ios.


, , f, ‘. . :

«Si el Dios salvador, dice san Bernardino


de Sienna, ha querido para satisfacer su pie
dad filial, glorificar el cuerpo juntamente con
el alma de María en el instante de su gloriosa
asuncion, puede, y aun debe creersepiado
samente que no ha hecho ménos respecto de
san José, tan grande entre todos los santos;
que le resucitó glorioso aquel mismo dia, en
que despues dé resucitarse á pio,
tantos otros de entre el polvo de la tumba,
para que de este modo, aquélla santa famili
que habia estado unida en la tierra por la
comunidad de sufrimientos y por los víncu.
los de un mismo amor, reine ahora en cuer
po y alma en la gloria de los cielos.
San Francisco de Salés es tambien del
mismoparecer que san Bernardino de Sienna:
«Creo, dice el santo, que nadie pueda poner
en duda estaverdad, á saber, que Dios llevó
á san José al cielo en cuerpo y alma.»
Muchos célebres doctores, entre ellos
Suarez, se expresan mismo lenguaje
con elulille.
un siloeli
- 369 -
respecto de san José, y son de parecer que
no solamente concedió Nuestro Señor á Jos
como á los demás justos la gracia de aban
donar el seno de Abraham para entrar en los
cielos el dia de su ascension gloriosa, sino
que añadió el privilegio de la resurreccion,
con el objeto de que entrase en cuerpo y al
ma, en la morada celestial. , , ,
Puede asímismo creerse, segun opinan
multitud de devotos de este gran Santo, que
su cuerpo tampoco experimentó la corrup
cion del sepulcro; sino que despues des
muerte se conservó p0r
divina hasta el momento de la resurreccion
de Jesucristo, en que volvió átomar la vida
para ser, en el órden de los tiempos, el pri
imer ornamento de la Jerusalen celestial
pues de la Santísima humanidad visible
nuestro divino Salvador.,
Creamos tambien nosotros con los verda
deros devotos de san José en esta preroga
tiva tan gloriosa, y consideremos ahora, las
razones que ha habido para concedérsela.
Jesucristo ha preservado áJosé de la cor
rupcion del sepulcro y le ha resucitado des
pues, por un efecto de su amorfilial Ahl
recordemos para esto que le amó como jamás
hijo alguno ha amado á su padre, y que en
el momento en que la muerte debió por al
- – 36–
n tiempo separarle de él en cuanto hom
re, debió ocurrírsele el más vivo deseo de
preservar de la destruccion del sepulcróá
aquel cuerpo santo que fué su altar vivo en
el mundo. ¿Y quién podría impedirá Jesús
que realizase éste deseo, conforme además
con el que tenia la santísima Vírgeu?
Al morir, pudo decir José con toda verdad:
«¡Envuestras manos, Señor, encomiendo mi
alma y mi cuerpo!» y Jesús, que por medio
de sus ángeles recibia su bendita alma, te
nia al mismo tiempo en sus brazos el cuerpo
de su buen padre; debió por consecuencia
guardarle con el mayor cuidado, y al cum
plir para él con los últimos deberes, pronun
ciar anticipadamente aquellas palabras: "Yo
soy la resurreccion y la vid; el que cree en
mi vivirá aún cuando estuviere muerto
debió tambien desear ardientemente que el
órden de su provideñcia le permitiera cum
plirlas en la persona de aquél que habia sido
su custodio y su protector.
Tambien favoreció Jesucristo á nuestro
santo con la prerogativa de que venímos ha
ciendo méritó en agradecimiento á su abne
ion; porque sièra verdadque José le ha
a salvado con frecuenciá de la muerte, pa
de
conveniente
s delque á su vez leopreservase
sepulcro. lo
- 371 -
Jesucristo ha glorificado el cuerpo de san
José á causa de las relaciones de inmediato
contacto en que estuvo con el suyo. ¡Cuántas
veces, en efecto, estaria unido con la sagra
da carne del Verbo de Dios, que es por esen
cia vivificante! ¡Cuántas veces tocarian á
aquel divino Niño las manos de san, José, y
cuántas otras el cuerpo de nuestro Santo pa
receria no hacer sino una misma cosa con
el de Jesús! ¿Y hubiera permitido este divino
Redentor que se separasen en la muerte?
¡Oh venerable cabeza que estuvísteis apo
yada en la de Jesús! ¡Era imposible que lle
gárais, á convertiros en inanimado polvo!
¡Tampoco podíais dejar de ser incorrupti
bles, oh brazos consagrados, que fuísteis el
altarde la santa víctima! ¡Ni podíais ser
abandonados á los gusanos del sepulcro; oh
bendito pecho, que tantas vecesfuísteis el
lugar en que descansó el divino Jesús
Tambien ha concedido Jesucristo esta pre
rogativa.á su padre nutricio para recompen
sarle por su eminente santidad; porque en
el dia de su resurreccion debia triunfar no
solamente en su persona adorable sino tam-
bienen las de sus santos; muchos de estos
debiantomar nuevamente la vida al mismo
tiempo que él y de este modo ser sus com
pañeros de gloria en cuerpo y alma, y como
- 372 -
san José era entre otodos los justos el más
agradable á sus divinos ojos y el más ele
vado en santidad, debia por lo tanto ser el
primero entre estos santos tan privile
giados. ..."
Jesucristo ha querido además glorificar el
cuerpo de san José, porque su padre adopti
vo tuviese aún otra semejanza con María su
augusta esposa. Ha querido que participase
de la prerogativa con que debia ser favore
cida, y que de este modo la santa Familia
estuviese toda en cuerpo y alina en el cielo
como ya éstado en lá*.
Pero el principal motivo por que ha que
rido Jesucristo glorificar *:
José, ha sido para recompensar dignamente
al que fué el más puro de todos los hom
bres. ". 3- n.
Era conveniente que el justo que contan
ta gloria habia llevado el estandarte del
castidad fuese preservado de la corrupcion
del sepulcro; que aquella carnevirginal que
habia sido en la presencia de Dios como un
lirió resplandeciente fuese trasladada al cie
lo sin sufrir la descomposicion de la muerte.
Si: cuando José moribundo decia: "Yo sé
que veré á míDios en mi carne.» Jesús le
hizo comprender que podia morir con la fir
me esperanza de que en el instante en que
– 373 –
resucitase su Redentor, tambien él volveria
á recibir la vida y le veria glorioso en su
*: y tan santa, y gozaria de su
adorada presencia.
Apreciemos, pues, y guardemos inviola
blemente la castidad, esa virtud tan hermo
sa y tan agradable á Dios, que comunica á
la carne del hombre algo de divino que la
misma muerte parece respetar. ,
" .
, ,
* ,
Santifiquemos cada vez más nuestro cuer
po por medio de fervorosas comuniones con
siderando que la adorable carne del Dios de
la Eucaristía deposita en la nuestra gérme
nes de vida y el principio de una resurrec
cion gloriosa. , , , , , , , ,
Ensalcemos á san José glorificado por Dios
hasta en su cuerpo, y esclamemos con un
piadoso autor: ¡Bienaventurado el cuerpo de
san José, trono vivo del Verbo divino duran
te su menor edad en la tierra, tabernácul6
movible de la divinidad que habitó entre los
hombres, altar animado de la hostia de sa
lud! ¡Bienaventurado aquel cuerpo virginal
que ha sido destinado á brillar en primera
línea entre los astros del cielo!»
Bendigamos á Dios que ha recompensado
á san José con tanta munificencia y apren
damos con esto cuánta es su liberalidad pa.
ra con aquellos que se consagran á su gloria:
-. 4 =

Meditemos que también nosotros hemos de


resucitar algun dia; pero sin olvidar jamás
ue si nuestro cuerpo ha de ser entónces se-
mejante al de san José, es necesario que
guardemos tambien una castidad digna de
nuestro estado, porque solamente aquellos
que tienen un corazon puro podrán decir
con gran consuelo para su alma estas pala
bras de esperanza. Yo sé que resucitaré y
veré á mi Dios en mi carne. "i
no •
a r r

, » “ ".

DIATREINTA Y UN0. s
- y
--
ra mo Abs sANos. Ni cirio:
, , , , , , , , , , ,
, , , , , , , ,, ,, , ,
Si es verdad que san José recibió del cielo una
plenitud superabundante de gracias, proporcio
nada á los empleos que Dios le confió,álas prue
bas á que le ha expuesto y á los servicios pres
tados, y que él por su parte cooperó fielmente á
todas estas gracias, debemos deducir de aquí
que este gran santo adquirió tesoros de méritos
tan sublimes, que sólo Dios puede tener un co
nocimiento perfecto de ellos, y que por conse
cuencia posee en el cielo un grado degloria ex
celentísimo y singularísimo. «Muy léjos, pues,
dice el docto y piadoso Suarez, de ser temerario
– 375 –
el sentimiento de los que aseguran que san José
sobrepuja á los demás santos, creo que es su
mamente piadoso y conforme con la verdad,
Sin duda, dice el célebre Gerson, hay en el cielo
santos colocados en un puesto muy elevado; por
ejemplo, san Juan Bautista, los apóstoles, sin
mencionar los ángeles; sin embargo, creo que
san José es superior en gerarquía átodos los bien
aventurados Si los apóstoles ocupan el primer
puesto, es en el órden gerárquico de la Iglesia,
pero no en el órden de la union hipostática, don
de no vemos figurar más que áMaría y José.
Ahora bien; como el misterio de la Encarnacion
domina todo en el cielo como en la tierra, la glo
ria de estos santos esposos es superior á la de los
demás santos. "
Para convencernos mejor de esta verdad, al
mas cristianas, recordemos los servicios que san
José tuvo el honor de prestará Dios en la tier
ra. Trabajó con éxito én el asunto más impor
tante que se ha emprendido hasta ahora. Gober
nó la santa Familia con tanta prudencia como
fidelidad. Fué el custodio de aquel que guarda á
todos los séres creados, el ángel del gran conse
jo, prestándoles los buenos oficios que nuestros
ángeles nos rinden; el redentor del Redentor de
los hombres que rescató de las manos de los
sacerdotes, en el dia de su presentacion en el
templo; el salvador del Salvador del mundo por
haberle salvado de mil peligros; el señor del Se
ñor, el superior del Rey y de la Reina del cielo;
su tutor, su nutricio, su guia, su ayuda, su
- 376 -
amigo su defensor, su todo. Tuvo la ventaja
como lo notan los santos doctores, que sus cui
dados, sus trabajos, sus solicitudes tuvieran por
objeto inmediato la persona adorable del Salva
dor. Los que alimentan á Jesucristo en los po
bres que son sus miembros enfermos, merecen
una recompensa y el Espíritu Santo les promete
la abundancia de los bienes temporales y eter
nos; pero nada hay comparable á la gloria y á "
la dicha de José que alimentó efectivamente al
Hijo de Dios mismo y á quien el Salvador pudo
decir en el rigor de la verdad más exacta: Tuve
hambre y medísteis de comer; tuve sed y, me
dísteis de beber. ¿Y cómo podemos dudar que
el pecado de los judíos, que crucifica á Jesucris
to, no tuvo una malicia particular, como lo en
: Suarezº * - Jerusalen, de
emos creer, tambien que los servicios que sal
José prestó al Salvador del
mérito extraordinario. Si Dios en otro tiempo
prometió hombres que recibieran un
profeta, la recompensa debida al profeta mismo,
¿no está obligado, porla misma leyá dará José,
que recibió un Dios en nombre de Dios, recom
pensas dignas de la munificencia de un bio
¿El derecho natural, la razon y la santidad de
José no piden que Nuestro Señor haga sentará
este santo Patriarca sobre un trono más cercano
al suyo, despues del de su augusta madre? El
hijo de Dios tiene todo el poder en el cielo como
en la tierra, y en este reino abria
servidores interpuestos entre su padre y El ¿Es
– 377 – ,
creíble que este bondadoso Salvador haya coloca
do lejos de sí á un santo que durante treinta
años le llevó en sus brazos, que le amó con un
amor tan tierno y tan constante?
* María es la soberana de los cielos, dice la
santa Iglesia, "Regina Coeli, y en el imperio de
esta augusta Reina no puede haber nadie coloca
do en superior categoría á su casto esposo. Es
taban demasiado unidos en la tierra para que es
tén separados en la eternidad. Los ángeles y los
bienaventurados llamaná María su reina y su so
berana; sólo san José tiene el derecho de llamar
la su esposa y su angélica compañera. Si en vir
tud de la adopcion divina debemos esperar ver
á Dios y gozar de una gloria semejante á la su
ya; qué recompensa más magnífica estará reser
vada al que fué escogido para ser padre del Hijo
único de Dios. ¡Ah! ¿decidnos, oh bienaventura
do José, los honores que Jesús, vuestro hijo adop
tivo os rindió en presencia de los ángelesy bien
aventurados, haciéndoos sentar en el cielo en el
trono degloria que os habia erigido él mismo con
su mano portentosa? ¿Qué consuelo tan inefable
llenaria vuestro corazon cuando vísteis salir de su
divina boca estas palabras dirigidas á su padre:
«Padre mio, ¿qué recompensa daremos á este
hombre, que pueda igualará los buenos oficios
que recibí de él? El ha sido el fiel custodio y pro
tector de la virginidad de mi madre; me hizo
una cuna el día de mi nacimiento; me llevó á
Egipto para librarme del furor deseado de He
rodes; me ha educado con grandes cuidados; me
– 878 -
ha amado y colocado en toda clase, de bienes:
Bonis omnibus per eum repletti sumus. ¿Qué le
daremos? " " " . .
Gran Dios que tomais parte en las obligacio
nes que el Verbo encarnado cree tener con san
José; bondad soberana, que nunca os dejais su
perar, en generosidad por vuestras criaturas;
Dios del cielo, que habeis prometido vuestra
gloria á los que dieran en vuestro nombre un
vaso de agua al pobre mendigo, qué testimonio
de gratitud no daríais á este santo Patriarca. Pa
dre de bondad, le suplicaríais dispusiera de la
mitad de vuestras riquezas, recompensaríais la
fidelidad y la prudencia, de este fiel servidor
concediéndole la mitad de vuestros bienes y la
libertad de disponer de ellos en favor de los que
le honran le invocan, ¡Yvos, oh Jesús! hijo
único de Dios, idea perfectísima de la perfecta
gratitud, ¿qué disteis á aquel de quien recibis
teis tantos honores y bienes? Fiel, á vuestra pro
mesa: Dad y se os dará, se verterá en vuestro
seno una medida, colocada, apretada y derra
mándose por los bordes; le daríais un palacio en
el cielo por una casa en la tierra; el seno de un
Dios por el seno de un hombre; la gloria eterna
por los honores temporales; vuestro corazon por
el suyo, y amor por amor.
«Cuando Jesús, dice Bossuet, aparezca en su
gloria, descubrireis las maravillas de la vida ocul
ta de José; sabreis lo que ha hecho durante tan
tos años y cuán glorioso es ocultarse con Jesús!
Es indudable que no es de los que recibieron su
- 379 - , ,
recompensa en este mundo; por esto aparecerá
entonces, porque no ha comparecido aún; bri
llará porque aun no ha brillado. .

¡Ojalá que pudiéramos, oh bienaventurado Jo


sé! tener parte en todos estos bienes que coronan
vuestros méritos y á las alegrías superabundan
tes en que rebosa vuestro corazon, despues de
haber contribuido con todas nuestras fuerzas á la
gloria que Dios os ha destinado y estamos obliga
do à rendiros. .

Ahora que estais en el cielo, lleno de dicha,


sentado sobre un trono elevado al lado de vues
tro amadísimo Jesús, que tan sumiso estuvo á
vuestra voluntad en la tierra. San José, tened
piedad de nosotros. Considerad que vivimos ro
deados de innumerables enemigos, de demonios,
de pasiones malditas que vienen á asaltarme
contínuamente para hacerme perder la gracia de
Dios. ¡Ah! os suplico en nombre del favor que os,
fué concedido en latierra degozar contínuamen
te de la compañía de Jesús y de María, alcanzar
nos el favor de vivir el resto de nuestros dias
siempre unidos á Dios, resistir todos los asaltos
del infiernoy morir despues amando á Jesús y
María á fin de que podamos un dia ser admitidos
ágozar de su compañía en el reino de los bien
aventurados.
ACTO DE CONSAGRACIONA SAN JosÉ
PARA CONCLUIR El Es DE MARZ0,

Glorioso san José digno entre todos los santos de


– 380 –
ser venerado, amado é invocado, á causa de la ex
celencia de vuestras virtudes, de la eminencia de
vuestra gloria y de la omnipotencia de vuestra in
tercesion, en presencia de la adorable Trinidad,
de Jesús vuestro hijo adoptivo, de María, vuestra
casta esposa y mi tierna Madre, os tomo hoy por
mi abogado para con ámbos, por mi protector y pa
dre: me propongo firmemente no olvidaros nunca,
honraros todos los dias de mi vida y hacer todo lo
que dependa de mí para inspirar vuestra devocioná
todos los que me están confiados. ¡Dignaos, os lo
ruego encarecidamente, oh amadísimo Padre! con
cededme vuestra proteccion especial. No soy digno;
pero sin embargo, en nombre del amor que teneisá
Jesús y María, recibidme por vuestro servidor per
pétuo, en nombre, pues, de esta dulce sociedad
que formaron convos Jesús y María durante todo
el tiempo de vuestra vida,protegedmemiéntrasviva,
á fin de que nunca me separe de Dios perdiendo su
santa gracia. En nombre de la asistencia que encon
trásteis en Jesús y en María en la hora de vuestra
muerte, protegedme especialmente en la hora de la
mia,á fin de que muriendo acampañado de vos, de
Jesús y de María, vaya un dia á daros gracias en el
Parais o, pueda, en vuestra compañía, alabary
amar eternamente á nuestro Dios. Así sea.

FIN.
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r
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-
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----
- i
:
INDICE.

PRIMERA PARTE.
VIDA DE SAN JOSE.
Página.
Capítulo I–San José—Su familia.—Su
nombre.7—. . . . . . . . 5
II.—Nacimiento de san José.—Fe
nómeno maravilloso. . . 9
— III –Santificacion de san José.—Su
juventud. . . . . . . . . 13
IV–Matrimonio de san José. . . 17
V–María y san José á Nazaret.
–Turbacion de san José. 26
– VI–Huida de José en Egipto.—
Su vuelta á Nazaret. . . . 35
s VII –Muerte de san José.-Su re
surreccion. . . . . . . . 45
-7
SEGUNDA PARTE, A

Dia I.-De la devocion á san José. . . 53


II—Excelencia del santo nombre
de José. . . . . . . . . . . 71
III—San José honrado por los santos. 85
- IV—San José honrado por María. . 98
V—San José honrado por Jesús. . 110
VI. –San José colmado de gracias y
méritos. . . . . . . . . . . 123
- VII—Grandeza de san José como
justo. . . . . . . . . . . . 135
VIlI.-Grandeza de san José como
ángel custodio de Jesús. . . 143
IX.-Grandeza de san José como
padre nutricio de Jesús. . . 180
Dia X—Grandeza de san José como
esposo de María. . . . . . . 164
XI.–Grandeza de san José como
padre de Jesús. . . . . . . . 172
XII –Grandeza de san José como
jefe de la Santa Familia. . . 186
XIII—De la confianza que debemos
tener en san José. . . . . . 195
-- XIV.—Ternura de san José á Jesús. 202
XV—Felicidad de san José en Na
Zaret. . . . . . . . . . . . 213
-- XVI—San José patron de las almas
interiores. . . . . . . . . . 226
– XVII–San José patron de las comu
nidades religiosas. . . . . . 238
XVIII –SanJosé nuestro modelo en la fe. 243
XIX. –San José nuestro modelo en la
esperanza. . . . . . . . . 260
XX—San José modelo de caridad. . 272
XXI.–San José modelo de paciencia. 281
XXII –Reconocimiento de san José. 291
XXIII—San José modelo de prudencia. 300
XXIV–San José modelo de perseve
rancia. . . . . . . .. . 309
XXV–San José modelo de abnegacion. 318
XXVI–San José protector de la Iglesia. 326
XXVII—San José refugio de los peca
dores. . . . . . . . . . . . 336
— XXVIII—San José protector de las almas
delpurgatorio. . . . . . . . 346
— XXIX—San José patron de la buena
Imuerte. . . . . . . . . . . 335
— XXX.—Resurreccion de san José. . . 368
- XXXI–Preeminencia de san José en el
cielo. . . . . . . . . . . . 374
Letanías. . . . . . . . . . . 71
Memorare. . . . . . . . . . . 68
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