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 Nueva marca de cera ecológica

Esto es lo que hemos aprendido de Keap, un pequeño fabricante de velas de Brooklyn que en tres semanas
consiguió los 25.000 dólares que necesitaba –de hecho, consiguió el doble– para arrancar en una campaña de
crowdfounding.
Uno. Para empezar, algo sí que se llevan de Google: la importancia de pensar qué es exactamente lo que
quiere el cliente, qué es lo que se le está ofreciendo ahora mismo y qué se le puede ofrecer que nadie le esté
ofreciendo. Porque resulta que puede estar pagando un precio excesivamente alto, puede que los productos
no se diseñen en función de sus necesidades y sólo se tengan en cuenta los márgenes del fabricante. Para
empezar, ellos venden por 28 dólares un producto mejor que el que se vende ya en el mercado por 70 dólares
sencillamente utilizando materias primas orgánicas (su cera parte del coco) y eliminan intermediarios: venden
exclusivamente online.
Dos. Se le puede dar una capa de diseño hasta a un producto como éste. Los vasos en los que van las velas, una
vez gastadas sirven para beber: están pensados para beber. Como no llevan nada tóxico –no llevan colorantes
artificiales, etc, etc.–, lo lavas, y a correr. Además, las etiquetas no llevan ese pegamento molesto que no quitan
ni las garras de Adamantium de Lobezno.

Velas naturales: cera ecológica


Una de las opciones para decorar y "dar ambiente" favoritas en hogares, lugares para el bienestar y
restaurantes son las velas. Cada día, se encienden millones de velas, pero quizá pocas veces nos hemos
puesto a pensar cuánto contaminan. Depende del material del que estén hechas, pueden llegar a ser muy
nocivas para el planeta. Sin embargo, existen otras opciones menos dañinas para el aire, como las velas
llamadas "ecológicas" o las naturales que podemos hacer nosotros mismos, con excelentes resultados.

Una gran parte de las velas que encontramos en el mercado están hechas de parafina, un derivado del
petróleo que puede causar problemas de salud y contaminación ambiental, ya que se trata de un material
tóxico. Además, es un combustible fósil cancerígeno y no renovable. Sus riesgos ya han sido advertidos por la
Asociación Pulmonar Americana. Además, entre sus componentes, hay contaminantes como benceno y el
naftaleno. Se utilizan con mayor frecuencia porque resultan más económicas que otros tipos, como las hechas
de grasa animal, las velas de cera de abeja o las de aceite. Además, al ser de un color neutro, teñirlas resulta
muy sencillo. La vela hecha de cera de abeja, por ejemplo, contamina el aire muchísimo menos.

Alternativas: cera de abeja

Como decíamos, es una cera cien por cien natural extraída de la glándula de las abejas. Al ser una cera
natural, contamina muchísimo menos que la artificial vela de parafina. Su desventaja es que tienen un coste
mucho más elevado.

Alternativas: cera de soja

Uno de los materiales Eco que más fuerte pisan es la cera de soja, que resulta más beneficiosa para la salud y
para el medio ambiente. Para conseguir diferentes aromas y colores, se pueden utilizar colorantes naturales y
aceites esenciales, sin dañar al planeta. Al ser cien por cien vegetal, la cera de soja resulta una opción
saludable. Se obtiene a través de unas semillas de soja, lo que da lugar al aceite de soja, que, a través de un
proceso, se vuelve sólido. Esos posos sólidos son lo que permiten hacer las velas consideradas "eco amigable".
La soja es un producto que se puede renovar y es biodegradable y, sobre todo, no es un producto tóxico ni
artificial como los combustibles derivados del petróleo.
Opción Do It Yourself: elabora tus velas

Una alternativa muy recomendada es hacer las velas naturales nosotros mismos. No nos llevará mucho
tiempo, podemos personalizarlas a nuestro antojo y, hoy en día, en tiendas especializadas o Bio podemos
encontrar todos los materiales por separado, haciendo que el proceso global nos resulte muy económico.

La cera de soja resulta, por razones obvias, mucho más barata que la de abeja. Esto hace que, en cualquier
tienda Bio online o física, podamos encontrar el kilo de cera de soja por un precio alrededor de los diez euros.
Con un kilo, podemos elaborar muchísimas velas, dependiendo del tamaño que deseemos. Asimismo, deberías
hacerte con unos pequeños vasos de cristal reforzado para velas y unas mechas naturales, por ejemplo de
algodón.

Después, fundiremos la cantidad de cera al baño María en una olla para ir removiéndola con un palito. Durante
este proceso, podemos incluir aceites esenciales para dar aroma, así como aromatizantes naturales (lavanda,
tomillo, limón...), también otros aditivos, como pueden ser las sales minerales. Si quieres las velas con color,
existen igualmente pigmentos minerales totalmente naturales de varios colores que te permitirán teñir tu vela.
Después, distribuye la cantidad de cera conveniente en los vasitos, inserta las mechas naturales con la ayuda
de unas pinzas y deja secar.

Además, los restos de velas los podemos ir guardando para formar, a partir de ellos, una nueva vela en el
futuro. Las ventajas de este tipo de velas 100% ecológicas son muchas. Por ejemplo, combustionan mucho
más lento que las artificiales, por lo que nos durarán mucho más. Son más sencillas de limpiar sobre tejidos o
superficies, una de las grandes molestias de las velas al uso. Son más bonitas, más naturales, no contaminan
el aire de nuestro hogar, más estéticas, podemos personalizarlas y elegir nuestro aroma, no consumen tanto el
oxígeno de nuestro hogar y tienen una textura muchísimo suave.

Más ventajas

Si esta lista de ventajas no ha acabado de convencerte, aún hay más por las que resulta más recomendable
olvidar el uso de velas de parafina u otros componentes tóxicos y decidirse por las velas ecológicas.

¿Qué dirías que es lo más molesto o peligroso de consumir a diario velas? Uno de los puntos en contra es el
riesgo de quemaduras. Las ceras naturales, al alcanzar temperaturas más bajas, no nos quemarán de la
misma manera que lo haría una tradicional. Es por eso que podemos usarlas también para masajes; su
textura, lejos de ser una cera densa y gruesa, es más bien un aceite natural. Recordemos que viene del aceite
de soja.

Además, precisamente derivada de esa capacidad de combustión, las velas de petróleo van a consumir más
oxígeno y a expulsar más dióxido de carbono. No sucede así con las velas de soja.

Al consumirse tan lentamente, una sola vela nos durará muchísimo tiempo, pudiendo encenderla y apagarla
tantas veces como queramos, lo cual hace que, su precio de elaboración, resulte ridículo de tanto tiempo
como nos va a durar.

Especialmente si utilizas velas a menudo en tu vida diaria, o conoces a alguien que las consuma a gran escala
(por ejemplo, el dueño de un restaurante de noche o un spa), es el momento de aportar tu granito de arena
para la ecología y la salud en general. Apuesta por las velas ecológicas.

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