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Santiago de Chile, 2001.
La antropología crítica
latinoamericana entre los
sesenta y los setenta.
Reflexiones desde el cono sur.
Edgardo Garbulsky.
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La antropología crítica latinoamericana entre
los sesenta y los setenta. Reflexiones desde el
cono sur
Edgardo Garbulsky
Centro de Estudios sobre la Diversidad Cultural(CEDCU) y Escuela de Antropología de la Facultad de Humanidades y Artes- Universi-
dad Nacional de Rosario-Argentina.Mail:egarbul@agatha.unr.edu.ar
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2. Una cuestión metodológica 3. Historia de la antropolo-
Hay tres procesos o aspectos que deben tenerse en gía y reflexión crítica
cuenta:
a) Los cambios en las sociedades latinoamericanas El interés por la reflexión crítica acerca de la historia de
a partir del proceso iniciado por la Revolución Cu- la antropología en América Latina se plantea con fuer-
bana, hasta los golpes de estado y la instaura- za en la década del 60, época en la que, en los países
ción de dictaduras en el Cono Sur en los años del cono sur, se generan y consolidan las primeras ca-
70(Bolivia, 72; Uruguay y Chile, 73; Argentina, rreras de formación de grado, que coincide también con
76) la generación de otras disciplinas sociales, como la
b) El desarrollo de la reflexión filosófica y política, Sociología y la Psicología, en cuanto a la formación de
en sus diversas vertientes( el pensamiento latino- profesionales. El eminente americanista, John Murra,
americano). destacó el interés en el estudio de la historia de la dis-
C) Los cambios en los marcos teóricos y actitudes ciplina tanto para los antropólogos latinoamericanos
en las ciencias sociales y la antropología en par- como para los de los países centrales, especialmente
ticular en ese período. de los Estados Unidos, en el marco de una reunión para
la integración de la enseñanza con las investigaciones
Pretendemos aquí señalar sólo algunos hitos, que per- antropológicas, efectuada por convocatoria de la Aso-
mitan: ciación Norteamericana de Antropología y el Instituto
1) Ubicar en qué contextos se plasma esta tenden- Indigenista Interamericano, en Austria, entre el 28 de
cia teórica en el desarrollo de la antropología en julio y el 2 de agosto de 1967, punto histórico de impor-
América Latina. tancia en la colaboración y toma de conciencia colecti- ·
2) Indicar que los puntos de partida de la construc- va del estado y perspectivas de las ciencias
ción de la misma, conllevan momentos y proble- antropológicas en Latinoamérica. (Anuario Indigenista,
máticas diferentes. 1967; Murra, 1967: 1O). La importancia de esta reunión
Para este propósito, es correcto el abordaje de en el desarrollo de lo que define como a "antropologías
una especie de historia social de nuestras disci- de la periferia" es retomada varios años después por
plinas. Coincidimos plenamente con los plantea- uno de sus participantes, Roberto Cardoso de Oliveira
mientos de Bourdieu cuando señala que: "La his- quien destaca además las continuidades de estos ・カョセ@
toria social de las ciencias sociales no es una tos, que se efectuaron posteriormente en México ·en
especialidad entre otras. Es el instrumento privi- los años 1968y1979. (CARDOSO DE OLIVEIRA, 1988:
legiado de la reflexividad crítica, condición impe- 143-159).
rativa de la lucidez colectiva y también individual. Pero ya poco antes, en ocasión del XXXVII Congreso
.. ". Y agrega que ésta no se justifica sino en cuan- Internacional de Americanistas realizado en Mar del
to" ... llega a actualizar los presupuestos que es- Plata en setiembre de 1966, se podía observar, en ese
ュセZ」ッL@ las tendencias de entendimiento colectivo y de
tán inscritos en el principio mismo de las empre-
sas científicas del pasado y que perpetra, frecuen- cnt1ca a las concepciones en boga, por un sector de
temente en estado implícito, la herencia científi- los participantes latinoamericanos. Personalidades
ca colectiva, problemas, conceptos, métodos o como José María Arguedas o Miguel Acosta Saignes
técnicas"(BOURDIEU, 1999: 111 ).Esta perspec- polemizaban entonces en cuanto al sentido de las dis-
tiva está incluida en investigaciones recientes de ciplinas para la realidad a estudiar, con representantes
la historia de la ciencia en países de América clásicos como Richard Adams.
Latina, donde, "desde las distintas formaciones Justamente en la "Primera Reunión Técnica de
disciplinarias se abandonan los marcos social- Antropólogos y Arqueólogos de América Latina y el
mente aceptados y se inicia la aventura del tiem- Caribe", efectuada en Cocoyoc, Morelos, México, en
po que fue, del pasado y, en algún caso, hasta se 1979, el Dr. Bernardo Berdichewsky, representante de
dibuja la sociedad que el autor Chile, sintetizó dicho panorama. Nuestro colega desta-
quiere"(GALLEGOS TÉLLEZ ROJO: 140). có que si bien en las décadas del 50 y 60, se impone la
ideología desarrollista en economía y sociología, pero
también en Antropología, a la que se unen los enfo-
ques de la teoría de la aculturación, "... otro factor de
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enorme importancia y que se deriva de este mismo pro- ción y el descubrimiento del pensamiento gramsciano,
ceso afectará también sustancialmente, la marcha de a la influencia althusseriana, el desarrollo de la teoría
las ciencias sociales chilenas. Este nuevo ingrediente, de la dependencia, el rescate de la tradición de
es la incorporación activa, por primera vez en la histo- Mariátegui, etc. Se denota un desarrollo de investiga-
ria independiente del país, de nuevas clases y secto- ciones de los sectores subalternos de la sociedad, tan-
res populares, en las luchas sociales y políticas a nivel to indígenas como campesinos, obreros, etc.
nacional. Los pobladores marginales de las urbes, los Howsbawn(1963) focalizó en los comienzos del movi-
campesinos y las comunidades nativas, irrumpen tam- miento algunos de estos aspectos, tratando acerca de
bién en la escena política. En Chile los investigadores los estudios sobre las clases subalte-rnas. Toma como
sociales se vieron cada vez más, envueltos en el pro- antecedente la inspiración de Gramsci en el sentido de
ceso y muchos sacaron la conclusión que la ciencia estudiar la historia de estos sectores, con más aten-
social debe ser comprometida con el proceso social y ción que en el pasado. Marca una nueva corriente en la
con la realidad y el porvenir de las propias comunida- investigación historiográfica(se refiere a investigadores
des que estudia o no logrará tampoco obtener el bus- que están en un campo entre la historia y la sociolo-
cado conocimiento científico de gía).
ellas (BERDICHEWSKY, 1980: 319-320).
11
Se trata de dos problemas, o dos aspectos de uno solo:
En la Argentina, pocos años después de la creación de movimientos revolucionarios y obreros típicos de
las primeras carreras de Antropología, a través de la Europa. Especialmente en Francia(inspirada en
entrada en la docencia de los jóvenes graduados, se los trabajos de Mathiez(l927)(EI alto costo de la
produce una ruptura entre los marcos académicos tra- vida y las luchas sociales bajo el terror),
dicionales y las propuestas nuevas que emergen. La Labrousse(l933 y 1943), pero sobre todo en los
crisis del experimento desarrollista, la inestabilidad trabajos de George Lefebvre(l924)quien define
institucional, la proscripción del peronismo, las tensio- como problema de investigación la determinación
nes sociales, se unen a la búsqueda de líneas de orien- 11
de las necesidades, los intereses, los senti-
...
tación; las lecturas del estructuralismo incluían también mientos y... el contenido mental de las clases po-
las posturas críticas frente a la situación histórica que pulares ... se formaron discípulos en la década
11.
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vos". En esta convergencia juega mi papel la tra- Mundo, pero también en los movimientos del mayo fran-
dición científica de la antropología, que conside- cés, la primavera de Praga y otros. De Argelia a Cuba,
ra a las sociedades como un todo, a diferencia Vietnam, etc., el imperialismo parecía en derrota irre-
de los historiadores. y sociólogos. salvo los mar- versible, y el optimismo histórico se encontraba en la
xistas, que se ocupan de aspectos parciales. En producción intelectual. En el mismo seno del imperio,
este clásico trabajo, el historiador inglés destaca la corriente crítica era recibida con simpatía, y la pro-
los cambios en la teoría antropológica, el paso ducción teórica latinoamericana era difundida y debati-
de los tratamientos clásicos en teorías del equili- da en las publicaciones de mayor prestigio en nuestra
brio al enfoque dinámico, los cambios en el refe- disciplina. Así ocurrió con el texto de Darcy Ribeiro "Los
rente empírico y el redescubrimiento de la histo- Procesos Civilizatorios", prologados en la edición nor-
ria, frente al enfoque funcionalista clásico. Este teamericana - que fue anterior a la traducción al espa-
proceso no es unívoco, para Hobswawn. Existen ñol en Venezuela - por Betty Meggers, de la Smithsonian
autores como Gluckman y Turner que tienden a lnstitution, y debatido en el Current.
incluir las fuerzas revolucionarias recientemente También se produce una fuerte tendencia a la ruptura
descubiertas en el enfoque del equilibrio. Ambos de los compartimentos estancos entre las disciplinas, y
sostienen que los conflictos son modos de inte- a la necesidad de la generación de una ciencia del hom-
gración de los grupos y que la hostilidad es una bre. Esto se daba también en la formulación de los pro-
forma de equilibrio social. Un similar análisis de gramas. Justamente encontramos una vinculación es-
la cuestión, la encontramos en el clásico texto de trecha entre la enseñanza y la producción teórica. Tex-
George Balandier, sobre teoría de la tos como el de Sergio Bagú(1970) o de Luis Lumbre-
colonización(Balandier, 1973). ras( 1974), fueron parte de los cursos de grado efec-
tuados por el primero en la Universidad Nacional del
Litoral, Argentina, o en la Universidad de
4. América Latina Concepción(Chile) Mientras el peruano resalta a la ar-
En América Latina, la constitución de la corriente críti- queología como ciencia social, vinculada al materialis-
ca en ciencias sociales, y en la antropología en particu- mo histórico, dejando de lado en una primera instancia
lar, no surge en el vacío. Arguedas y Acosta Saignes, incluso el concepto antropológico de cultura, el histo-
arriba mencionados, pertenecen a una generación riador argentino se plantea una disciplina unificada que
mayor, cuya inserción en la disciplina no está incluso trasciende para su concepción el pensamiento
desvinculada de su inserción política. En este sentido, marxista, que incorpore en su desarrollo la herencia
podemos encontrar esa generación mayor en otros cultural de Occidente, Oriente y el Tercer Mundo, y con
países: Lipschütz en Chile, Valcárcel en Perú, la tradi- un sentido de compromiso": ... una necesidad histórica
ción de los republicanos españoles(Comas, Lorenzo, apremiante; la de ordenar mejor lo que sabemos y des-
Genovés) en México, los clásicos del indigenismo mexi- cubrir, de lo que no sabemos, el mayor fragmento que
cano, como Gamio. Hay un hilo que también nos vincu- nos sea posible para que nuestra ciencia del hombre
la con el pensamiento crítico de Mariátegui y otros. La pueda aplicarse con mayor eficacia a la obra que per-
obra de Fanon es muy destacada sobre todo en el área mitirá no continuar pagando el bienestar material de
caribeña, donde pensadores como el cubano Roberto algunas minorías con un océano de mártires, ni tole-
Fernández Retamar dedicara en 1965, un escrito co- rando la opresión política, social y cultural por incapa-
mentario de sus textos fundamentales(Cf. Fernández cidad organizativa" (Bagú, 1970: 197)
Retamar, 1967: 11 O- 120). En los primeros años de la
Revolución Cubana, desde "Casa de las Américas",
"Pensamiento Crítico" y las Universidades, existe una
5. El compromiso
gran apertura a la producción latinoamericana a la vez El debate acerca de la responsabilidad del antropólogo
que el rescate de la labor etnográfica de Fernando Ortiz, y su relación con los procesos sociales era constante.
a quien podríamos incluir en la generación mayor. Indicaremos sólo lo que aconteció en nuestra experien-
Es que el escenario de los 60 y los comienzos de los cia chilena. En el primer número de la Revista del Cen-
70 se enmarcan en lo que varios autores definen como tro de Antropología de la Universidad de Concepción,
la época de las grandes utopías (Zemelman, 1999), que "Rehue", aparecen expresadas posturas diferentes.
se mostraba fundamentalmente en el llamado Tercer
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Simone Dreyfuss Gamelon, investigadora francesa, planteamiento de estrategia, de prioridades, de proble-
quien fuera contratada por la UNESCO para colaborar máticas de la sociedad chilena, con algunas opiniones
en la organización de dicha unidad académica, en un muy globales sobre temas en Arqueología, Lingüística
breve texto, confina el rol práctico del antropólogo al y Antropología Biológica. Y, finalizaba:" ... los
diagnóstico y el asesoramiento, dejando la toma de antropólogos podrán colaborar en la formación de un
decisiones en los poderes políticos; a lo más, "puede cuerpo de conocimientos que no sólo diagnostique los
proponer, con conocimiento de causa, las soluciones, fenómenos sino que pueda predecirlos, en la medida
que serán o no adoptadas por los poderes competen- en que su enfoque se comprometa con aquellos gru-
tes. El antropólogo, en tanto tal, no tiene la posibilidad pos sociales para los cuales no -es necesaria la
de cambiar una situación social, su papel es de obser- mistificación de la realidad para mejor explotar a
varla y comprenderla ... " y espera que su voz sea aten- otros"(idem). Varias afirmaciones de este texto no las
dida porque se basa en un "conocimiento íntimo e im- suscribiría ahora, como las críticas a las posturas teó-
parcial de la realidad social". (DREYFUSS-GAMELON, ricas de Darcy Ribeiro, Eduardo Menéndez, o e la de-
1968: 12) (La traducción libre es mía). claración de Barbados. Es este un caso de las limita-
En tanto, el antropólogo argentino Pablo Aznar, luego ciones y las divisiones que frente a los problemas teó-
de criticar la concepción de la "ciencia oficial" de los ricos teníamos una parte de los antropólogos y cientistas
países centrales y aquellos que ratifican el compromi- sociales "críticos". Quizá, en mi caso, predominaba una
so en forma vaga( con "el género humano")plantea que fuerte influencia de la formación política en un marxis-
debe buscarse un tipo de "comprometimiento más com- mo "ortodoxo" donde subyacían fuertes elementos
prometido" y desarrolla interesantes aportes a los pro- evolucionistas. A pesar de que desde muy joven, había
blemas del impacto de la hegemonía de la cultura occi- estudiado algunos textos de Gramsci, muy especial-
dental sobre el resto de la humanidad. (AZNAR, 1968, mente, "Los intelectuales y la organización de la cultu-
esp.págs.53-55). ra", que inspira fuertemente el artículo mencionado,
Los avatares de la antropología en el medio local se había un obstáculo epistemológico en cuanto a no
conectan muy especialmente con el proceso que vive receptar, y analizar en profundidad, los
la Universidad y la sociedad chilena eritre 1970 y 1973. cuestionamientos de Ribeiro, las observaciones de
Años después, justamente en los años del gobierno de Menéndez, o la crítica al reduccionismo clasista que
la Unidad Popular, escribí un trabajo en la misma revis- emerge de la declaración arriba citada.
ta, destacando la importancia de contextualizar históri- Pero esto no implica compartir algunas críticas que en
camente el desarrollo de la teoría y la práctica en una los últimos años se han hecho al revulsvo pensamiento
disciplina particular, y precisamente, que en los momen- generado en los años 60, tanto por adversarios de la
tos "... en que producen situaciones de ruptura es en época como por aquellos que se han domesticado con
los cuales adquieren mayor relevancia las concepcio- las consignas del modelo neoconservador dominante.
nes generales del mundo y de la sociedad sobre la es- En el primer caso, podemos mencionar al arqueólogo
pecificidad de las tendencias antropológicas." chileno Mario Orellana, quien en los noventa, estable-
(GARBULSKY, 1972:13). En este sentido, y tal como ce una falsa dicotomía entre dos supuestas
aparece en el conjunto del texto, recogía las críticas tendencias("las antropologías marxistas y las antropo-
que sobre las llamadas antropologías oficiales hacía logías pluralistas y críticas". (ORELLANA, 1996: 173)
un conjunto de investigadores, tanto en Estados uni- Para hablar de las primeras, se refiere tanto al conteni-
dos, como en América latina, especialmente Darcy do de la Revista REHUE Nº4 ,especialmente al edito-
Ribeiro, K.Gough, E. Menéndez, R. Bartra, R. rial, firmado por mí (aunque sólo menciona a un espe-
11
Stavenhagen, G. Bonfil, A. Warman, etc. Incluso el tex- cialista extranjero") y al artículo de Julio Montané(citado
to incluye acuerdos y desacuerdos con varios de ellos. como "un arqueólogo chileno") como así también a los
Se valora el papel del marxismo como ciencia social documentos del CONICYT, en el año 1972.
general, aludiendo al materialismo histórico, se desta- Creemos que no es correcta la afirmación de Orellana
ca el carácter dialéctico del método, se reafirma que de que la presión por participar en el quehacer diario
todo aporte a los procesos de cambio debe tener en del cambio social nubla la visión científica de grupos
cuenta, en el campo de una disciplina, su carácter cien- universitarios comprometidos con un modelo político.
tífico y el servicio a los intereses de los sectores popu- Es que se trataba - y se trata - de otro debate, el de la
lares. En la última parte, se destaca una especie de responsabilidad del intelectual en la sociedad, y el com-
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promiso del mismo. Ello traspasa los límites de la adhe- Bibliografía
sión a determinado marco teórico, o ideológico, ya que ANUARIO INDIGENISTA.1967. México, Instituto
en la época, pensadores provenientes de otros campos Indigenista Interamericano, Vol. XXVI 1
- incluyendo el .cristiano - rescataban los aportes del AZNAR, Pablo(l968)." Problemas de cambio cultural en
marxismo al desarrollo de las propias disciplinas. la quebrada de Huichairas". REHUE, Centro de Antro-
pología y Arqueología de la Universidad de Concep-
ción, Concepción, Nº1: págs. 23-56.
6. A manera de cierre BAGÚ, S. (1970). Tiempo, realidad social y conocimien-
. . to. Buenos Aires, Siglo XXI.
provisorio BAJTIN, M. (1987) "La filosofía del proceder". Ciencias
Sociales; Moscú, Academia de Ciencias de la URSS,
La derrota de procesos de transformaciones, los gol-
1987,Nº4 (70): 148 -167.
pes militares y las dictaduras en el Cono Sur, la caída (1999). "Prólogo". En: STOLOWICZ, B (comp.). Gobier-
del denominado socialismo real en Europa del Este, el nos de Izquierda en América Latina. El desafío del cam-
auge del neoliberalismo, etc., pusieron en aparente bio. México, Plaza y Valdés Ed., págs. 9 - 1O.
descrédito a los trabajos y reflexiones de entonces, BALANDIER, G.(1973). Teoría de la colonización. Las
como si pertenecieran a un pasado cerrado. Pero, ha- dinámicas sociales. Buenos Aires, Ed. Tiempo Contem-
cer un inventario de las insuficiencias, el dogmatismo y poráneo.
los desencuentros en el marco teórico y práctico, no BATE, LUIS F.(1998). El proceso de investigación en
significa desconocer la agudeza de la crítica, el com- Arqueología. Barcelona, Crítica.
BERDICHEWSKY, Bernardo(1980)." Situación y pro-
promiso con la realidad, y los enfoques creadores.
blemática de la antropología en Chile". América Indí-
La investigación sobre la historia de nuestras discipli- gena, México, vol. XL, Nº2, págs.309-328.
nas, sobre todo en nuestro "sur", que es en realidad BOURDIEU, P. 1999. "La causa de la ciencia. Cómo la ·
sur del Río Bravo, implica desmitificar la tendencia de historia de las ciencias sociales puede servir al progre-
hacerla abstrayéndola de las condiciones en que se so de estas ciencias". En: Intelectuales, Política y Po-
efectuó la labor de investigación y formación, las rela- der, Buenos Aires, Eudeba, la, edición, traducción de
ciones con la sociedad, y, sobre todo, la perspectiva y Alicia Gutiérrez, págs. 111-127. (Es la traducción de un
responsabilidad social de los actores. articulo de Bourdieu aparecido en Actes de la recherche
Por último, en este verdadero comienzo de milenio, en sciences sociales, París, 1995, págs.3-1 O)
CARDOSO DE OLIVEIRA, R.1988. Sobre o
donde el horizonte próximo y el pasado reciente no es
Pensamento Antropológico. Río de Janeiro, Tempo
el que se presentaba a la sociedad en los años 60 y Brasileiro/MCT/CNPq2, especialmente capítulos 5 a 7(A
70', el estudio del devenir histórico, de las ideas, de las disciplina na periferia).
actitudes de los científicos sociales y los antropólogos DREYFUSS-GAMELON, Simone. (1968)." Le role de I'
en particular, adquiere relevancia, tanto en la forma- anthropologie". REHUE, Nº 1, págs.11-12.
ción de los estudiantes, como en la generación de nue- FERNÁNDEZ RETAMAR, R.(1969). Ensayo sobre otro
vas perspectivas para su acción académica y profesio- mundo. Santiago de Chile, Ed- Universitaria.
nal. GALLEGOS TÉLLEZ ROJO, J.R.1999."Reseña de
Enfrentamos tanto el discurso de la globalidad en su Rutsch, M. y C.Serrano(comp.)'Ciencia en los márge-
nes, ensayos de historia de las ciencias en México"'.
versión neoliberal, como el efectivo retraso en el desa-
México, Nueva Antropología, Revista de Ciencias So-
rrollo de la teoría. Los procesos que desde el levanta- ciales, Vol. XVI, Nº 55. Junio 1999, págs.137-140.
miento chiapaneco han puesto en evidencia que en el GARBULSKY, Edgardo
mundo existen fuerzas capaces de oponerse a la injus- (1972) "Algunas ideas acerca del papel de la Antropo-
ticia, a vertebrar sus reivindicaciones locales y secto- logía en el Proceso de Cambio de la Sociedad Latinoa-
riales con las universales, han dado lugar a diversos mericana". REHUE, Instituto de Antropología de la uni-
debates. versidad de Concepción, Concepción, Nº4,pags. 9-27.
En este sentido, el regresar a la "historia social" de las (2000a) "La antropología en la Universidad de Concep-
disciplinas, puede fortalecer nuestra agudeza crítica en ción(1967-1973). Apuntes de un participante". En: AC-
TAS del 3er. Congreso Chileno de
el estudio del presente y las posibilidades del futuro,
Antropología(Temuco, 9 al 13 de setiembre de 1988).
recuperando esa responsabilidad intelectual y política Santiago, Colegio de Antropólogos de Chile, tomo 1,
en el sentido amplio, que se marcara en las décadas págs. 200-21 O.
de los sesenta y setenta. (2000 b)" Historia de la Antropología en laArgentina".
TABORDA, M.(comp.), Problemáticas Antropológicas.
1034 Tomo JI Actas del 4º Congreso Chileno de Antropología Simposio Perspectivas Críticas
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MARTÍNEZ HEREDIA, F. <1997> "Cultura y Política en 19 - 39.
América Latina". Conferencia leída en el XXI Congreso
El día Viernes 12 de Enero del año 2001, una opinión cuencia un elemento que habita en todos los ámbitos
de cierta sensibilidad conservadora, afirmaba en el Con- de la vida pública y privada; está presencia se afirma
greso Nacional que según un estudio realizado relativo con bastante insistencia. En el ámbito público van a
al aumento de la criminalidad, existe un porcentaje altí- ser frecuentes las declaraciones de personajes de re-
simo de criminales que dicen consumir drogas y / o levancia nacional, autoridades del tema, dedicados a
alcohol, mientras que otros son reincidentes. Según pa- diagnosticar todas las posibles situaciones que desen-
labras de un diputado: "lo que llama más la atención es cadenan en este tipo de problemática social. En la es-
que el mayor número de delincuentes se encuentra fera privada, identificada como doméstica, los efectos
entre los 18 y los 29 años, lo que es una situación nue- del despliegue informativo y su repercusión en el qué
va en la sociedad chilena". Las causas de lo anterior pensar y sentir, hacen de la presencia de la delincuen-
no son muy claras, por ello, dijo: seria bueno contar cia una amenaza, un factor que crea afecciones de te-
con un informe que entregue un perfil más completo mor e inseguridad ante la figura de su asedio.
del delincuente, "es decir, su edad, si es drogadicto, si Declaraciones como la realizada por este diputado, no
tuvo formación escolar, si es hijo de padres separados están ajenas a las maneras de sentir frente a un tema
y si tuvo un hábitat aceptable". que aparece como una problemática amenazante para
A la luz de nuestros días, la delincuencia y los altos nuestra sociedad. A menudo se recuerda cuanto temor
índices de criminalidad aparecen como una constante e inseguridad siente la gente, de sus niveles de per-
en nuestro país, ello se reafirma de acuerdo a un ma- cepción ante el peligro de la delincuencia y de los sec-
nejo y una amplia cobertura comunicacional e informa- tores socioeconómicomente más vulnerables a este fla-
tiva con respecto al tema. Cotidianamente, la cantidad gelo. Con cierta periodicidad son identificados diferen-
de información que es producida y transmitida por los tes sectores conflictivos, sectores llamados duros, a
medios de comunicación y organismos especializados ello se agrega la calificación de riesgo social a la que
hacia la opinión pública, hacen del tema de la delin- están expuestos los habitantes de esas clasificaciones;
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