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ILSA

ECOFONDO

UNIVERSIDAD NAClQNAL DE COLOMBIA


Sede Amazonia


Ecología política
en la Amazonia
Las profusas y difusas redes
de la gobemanza
Autores en orden de aparición

GERMÁN A. PALACIO

H ~CTOR ALlMONDA

AURA MARIA PUYANA

CARLOS FRANKY Y DANY MAHECHA

JUAN A. ECHEVERRI

RAMÓN LABORDE

PEDRO GALINDO

LORENZO VARGAS

MARCO TOBÓN

FERNANDO FRANCO

CARLOS ZÁRATE y MARIA DEL PILAR TRUJII. 1.0

ELIZABETH BEAUFORT

CÉLlA OlAS

CAMILO TORRES

LlNA HURTADO

OLGA LuciA CHAPARRO

JULIO ROBERTO DEL CAIRO

GLORIA GONZÁLEZ
Germán A. Palacio Castañeda
EDITOR

Ecología política
en la Amazonia
Las profusas y difusas redes
de la gobernanza

ILSA
Instituto Latinoamericano de Servicios Legales Alternativos

ECOFONDO

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA


Sede Amazonia

Bogotá
C.. T"lOC"C'Ó" ... l .. 'UIUC .. C'Ó" U .. ,VIU,O .. O .... C'O ..... 01 CO.O .. II ..

~poIÍln."'""",_¡" ku,....¡-7 drf_rnkJ.I4~ / nI .GenD.in


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UD.l..,.-sid.od NKion..oI de CoIombl.o (Se<k A.......,.,I.I). 2009
~, p.: U.. ....1'1. (En d..- de ......¡
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ISI .. : 9731~J.4' · '9"4
1. Goborn.onu , . ~t. poIj,k;.o ) Ind,I" .... d~ CoIombl.l - "'JIUI.otw (Il"llón)
4. Clmbio di.mlko j . Medio amblent~ 6. I'olilica ambl<ntal I Palado Clotalled.o. Gn"m.IJI
Alfon"". '<)~7- U.... lImonru.. Ho!ctor 111 Serie
COo." )20 I 2009

Colección En clave de su r
JA lMa ESTilADA Á L VAREZ. ED I TOR

Primera edición para Colombia: Bogotá. enero de 20 10


e Instituto Latinoamericano de Servicios Legales Alternativos
e ECOFONDO
e Universidad Nacional de Colombia, Sede Amazonia
e Los autores
Todos los derechos reservados. Prohibida su
reproducción total o parcial sin permiso del editor.

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Revisi6n editorial
JESÚS GUALORÓN SANOOVAL

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RON ... LD GREGORIO CUlEO LÓPEZ
~..... Urol--w..dNodoNI"'~ . _ .. _ 1 o

Maquet ..
CAMILO UMAA'A

Portad..
JOYCE RIV ... S

Imprrsi6n
O'VINNI s .....

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o 157-11288 4772 188 0416 188 )678
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Contenido

.....cto 11
Rafael Colmenares

PrMentadón 15
Germán A. Palacio Castaf¡eda

ELEMENTOS CONCEPTUALES Y DE CONTEXTO


EcoJogia poliUca y gobemanza en la AmuonJa:
hacia un balance critico del régimen de Urtbe
Germán A. Palacio Castañeda
"
Sobre la iruoatenlble colonialldad de la
naturaleza latinoamericana
Héctor Alimonda "
11 GOBIERNO, CONSERVACIÓN Y DESARROLLO
Burocracias y comunldadeslndlgenas
en la Amazonia glocal colombiana
Aura Maria Puyana Mutis
.
ObJetlvizar para gobernar: Comunidades indígenas,
censos poblacionales, control territorial y políticas
públicas en la Amazonia colombiana 122
Carlos Eduardo Franky
Dany Mahecha

,
cambio climático como politlca, naturaJeza
y aodedad en la Amazonia colombiana 105
Juan Álvaro Echeverri

¿Conservación o desarrollo? Análisis de la


politlca ambiental y extractlva en la Amazonia 183
Ramón Esteban Laborde

111 OO ••• NANZA COMO CONFLICTO


Enerola, megaproyectos y medio ambiente
en la Amazonia 1B5
Pedro Galindo

cuando la guerra llega al medio no Caquetá.


Panorama cultural de la presencia de -gente con armas"
Marco Tobón

Ocupación y tenencia de la tierra en la regi6n


el Pato·Bal.l1Iu, San Vicente del Caguán:
entre lo legitimo y lo legal
Lorenzo Andrés Vargas Gutiérrez '"
PoUtlcu públlcu y el deAlTOllo sostenible
en el pledemonte amazónico
Fernando Franco

IV ECOLoatA POLtTICA EN LA PANAMAZONIA


Polítlcu ambientales y recursos naturales
en lu fronteras nacionales amaz6nlca.
Carlos G. ZArate Botia '"
Maria del Pilar Trujillo

Determinantes del mareo inlUtucional


ambiental para la Amazonia colombiana '25
Elizabeth Adelle Beaufort Camargo

PoIIUca florestal : o modelo florntal


e agrícola para além do debate t6cnico '57
Célia Dias

O pensamento dlKlplinar e o dflMnvolvimento:


o uao de terra na Amazonia brullelra
Camilo Torres

8
V GOBERNANZA DESDE LO REGIONAL
Y LO LOCAL
Ordenamiento territorial en oorregimJentos
departamentales. Los cuoa: de Miritl Puaná,
Tarapacá Y el munJdplo de Puerto Nari60,
en el departamento del Amazonas
Lina Maria Hurtado '"
Distribución, acceao y UIO de las tierras en
el departamento del Amazonas: una visi6n desde
la experiencia institudonal
Oiga Lucía Chaparro Africano
...
Una experiencia comunitaria y panidpativa
de conservación y ordenamiento lOdoambiental
en la serranía de La Undosa
Julio Roberto Del Cairo Pinto

Apuestas y aprendizajes del


Mprograma amazónJoo" en el Amazonas
Gloria GonzáJez
".

....."'"


Mapa del depanamento del Amuonas
Fuenw, lnltitUto OeogrMloo Agusdn COCIu:Z1
hup:/fwwwvmapu.oomI~AmazonuIMap&..
Fis\ooJ'Qlltico..AmuOnU_COIornb!L2000.jpg!maPII_.hlml?majL riewMap" 1
PREFAC I O

RAF A EL COLME N ARES


Dir«lor de ECOFONOO

Nadie duda, hoy en día, de la importancia que tienen los 6.878.761 kilómetros
cuadrados de la cuenca amazónica para el futuro del planeta y de la huma·
nidad. En ella se concentra la mayor biodiversidad existente y sus reservas
de agua dulce constituyen cerca del 20% del total disponible en la Tierra.
Cuenta, además. con una enorme diversidad étnica. es poseedora de saberes y
prácticas ancestrales resultado de prolongados y profundos procesos de adap-
tación al medio, al tiempo que pobladores más recientes han encontrado en
ella posibilidades de trabajo y mejor vida.
La región es también escenario de grandes transformaciones que obe-
decen a intereses ligados a la extracción de recursos naturales y a la introduc-
ción de cultivos que sustentan el agronegocio. Los gobiernos denominados
"progresistas" - predominantes hoy en Suramérica- la ven, así mismo, como
una oportunidad de integración económica y regional y como escenario de
megaproyectos que -esperan- sean útiles para consolidar su posición frente a
los centros de poder económico y político del primer mundo.
Estamos, pues, ante un territorio sometido a enormes tensiones y de-
cisiones que por lo general se toman en otras latitudes y sin tener en cuenta
a quienes lo habitan.
La complejidad de la problemática, a la cual Ecofondo se ha acercado
en los últimos anos por el apoyo a proyectos ambientales de organizaciones de
la región y que la Universidad Nacional - Sede Amazonia- viene abordando
desde hace varios años, ha sido la ocasión para que las dos entidades cons-
truyan un tejido de relaciones y cooperación que tuvo su punto de mayor
confluencia en el Seminario sobre políticas públicas en la Amazonia, realizado
en Leticia en el mes de noviembre de 2008.
El Seminario, organizado conjuntamente por la Universidad y ECO-
FONDO, permitió el diálogo entre pensadores y actores vinculados de tiempo
atrás a la Amazonia y hombres y mujeres de las comunidades indigenas y
campesinas que habitan diversas zonas de los 339.000 kilómetros cuadrados
que componen la parte colombiana de la gran cuenca, tal vez una de las me-
jor conservadas. El esfuerzo se realizó en el marco del Programa Amazónico
de la Embajada de Holanda, el cual tuvo como objetivo el "Fortalecimiento

.
de la autonomía comunitar ia en torno a vida, territorio y medio ambiente
en la subregión amazónica" y contó con la coordinación de Ecofondo entre
diciembre de 2006 y e nero de 2009, cuando culminó. Así mismo, formó parte
del Proyecto de Fortalecimiento del Saber y la Gestión Ambiental Amazónica,
patrocinado por NUFFIC y coordinado por la Sede Amazonia.
El mencionado Programa Amazónico, ejecutado por las organizaciones
Acatisema, Codeba y Cindap, se propuso en su etapa final abordar el tema
de las politicas públicas para la Amazonia, tratando de identificar las deci-
siones que mas influyen sobre el territorio, las amenazas que encierran y la
capacidad de resistencia y respuesta por parte de las comunidades que lo han
poblado. En la preocupación e interés por tan decisivo asunto, la coincidencia
con la Universidad fue plena. Nos dimos, entonces, a la tarea de preparar el
seminario, encarga ndo a personas con trayectoria de trabajo en la región y
destacadas por sus estudios y conocimientos la elaboración de documentos
que, sometidos a la critica del seminario, son ahora incluidos en el presente
libro. El diálogo de saberes y experiencias, conocimientos y perspectivas fue
fructífero en los tres días de deliberaciones. Los impactos de los proyectos
energéticos, la visión del cambio climático desde las comunidades, la diver-
sidad y, a menudo, la contraposición de las políticas públicas, la visión indí-
gena y campesina, el contexto político nacional e internacional. los procesos
de deforestación y apertura de la selva, los megaproyectos y el futuro de las
reservas de agua dulce, fueron, entre otros, temas que circularon a lo largo de
aquellos enriquecedores tres días.
Para el suscrito, el seminario fue una nueva ocasión de aproximación
a aquel fascinante territorio. Semanas antes había asistido a la Cumbre de
Ancianos Indígenas del Trapecio Amazónico, celebrada en dos malocas cons-
truidas al efecto en Puerto Nariño, también con el auspicio del Programa
Amazónico. AIJí tuve contacto con la sabiduría de los pueblos indígenas y me
di cuenta de la ignorancia que rodea nuestro mundo occidental. que apenas
atisba ahora lo que para ellos es verdad cotidiana desde siempre.
En 2007 tuve la suerte de formar parte del grupo de miembros del
Comité Nacional en Defensa del Agua y de la Vida - promotor del referendo
por el derecho humano al agua e n Colombia-, que junto con varios compañe-
ros y compañeras de Suramér ica y España y de miembros de las comunidades
indígenas navegó el gran río, de Iquitos a Leticia, haciendo foros en varias co-
munidades y en la Biblioteca del Banco de la República en esta última ciudad.
Se daba así continuidad, con la organización de Codeba, a lo rea lizado en 2006
por Germán Palacio y Oiga Lucia Chaparro, con el apoyo de la Universidad, en
el marco de la campaña "El agua: un bien pú blico", que promovió ECOFONDO.
Cuando navegá bamos el Amazonas, hace ya casi dos años, el texto de
referendo, que fina lmente obtu vo la firma de más de dos millones de colom-
bianos y colombianas, estaba aún en elaboración. No miento si digo que la
visión del gran río y sus gentes fue fuente de inspiración para que el Comité
Nacional en Defensa del Agua y de la Vida planteara que:

12 Rafael ColmeDIll"H
Todas las aguas. en todas sus formas y estados; los cauces,
lechos y playas, son bienes de la nación, de uso público [...[
Las aguas que discurren o se encuentren en territorios indígenas
o en los territorios colectivos de las comunidades negras son parte
integrante de los mismos.

y que:
Los ecosistemas esenciales para el ciclo del agua deben
gozar de especial protección por parte del Estado y se destinarán
prioritariamente a garantizar el runcionamiento de dicho ciclo, sin
vulnerar los derechos de las comunidades que tradicionalmente los
habitan, procurando modelos de uso sustentable, de tal manera que se
disponga de agua abundante y limpia para todos los seres vivos.

Mucha agua ha corrido bajo los puentes desde hace dos años; la con-
ciencia sobre los problemas ambientales y la crisis de acceso al agua han
avanzado, gracias -entre otras acciones- al rererendo mencionado, aunque
quienes toman las decisiones y adoptan las políticas permanecen ajenos a tales
avances. Los oscuros intereses que defienden y las redes de dienteHsmo a que
están vinculados les impiden ver lo que es claro para quienes miran el mundo
desde la vida sencilla y transparente de regiones como la Amazonia. Incapaces
de reconocer la voz de los ciudadanos y ciudadanas optaron por cambiar los
textos originales del rererendo por el derecho humano al agua para convertir-
los en su contrario. La suerte de esta iniciativa, como la de la Amazonia, que
encierra la reserva de agua dulce más grande del planeta, es incierta.
Estoy seguro, sin embargo, de que la decisión ciudadana y la de quie-
nes pueblan el corazón de la tierra terminará dando frutos y de que tarde o
temprano, tamo el agua como la selva que la acoge y las gentes que depende-
mos del vital líquido, tendremos una nueva oportunidad. Este libro contribu i-
rá, sin duda, a ello, y quienes lean sus páginas encontrarán aportes para una
reflexión que nos compete a todos y todas.

Prefacio 13
PRESENTACIÓN

GE RMÁN A. PALACIO CASTAÑEDA


Profe$Ol" Tiluln Universid~d N.. clOn;tl de Colombi ...
~de Am.ownLa
gtrma"pal<ld~lmQil.com

Durante los años 2006 y 20°7. la Sede Amazonia babia colaborado con
ECO FONDO en la promoción de la Campaña del Agua con apoyo parcial del
proyecto de Fortalecimiento del Saber y la Gestión Ambiental Amazónica
(SYGA) patrocinada por NUFFIC, la agencia de cooperación holandesa en-
cargada del apoyo a la educación superior. Posteriormente, desde SYGA se le
dio un apoyo parcial al rcferendo sobre el agua promovido por ECO FONDO
y otras organizaciones sociales y no gubernamentales. al cual CODEBA, una
ONG del departamento del Amazonas, apoyó decididamente.
En desarrollo de un aspecto del proyecto SYGA, al que llamamos
Ecología Política, unimos esfuerzos con ECO FONDO para pensar mejor la
política pública, particu larmente la política ambiental para la Amazonia.
Ello dio lugar a organizar durante el mes de noviembre de 2008 en la Sede
Amazonia de la Universidad Nacional de Colombia el Seminario sobre go-
bernanza ambiental. Primero, a partir de un artículo de este autor titulado
"Cinco ejes analíticos para coprender la Amazonia colombiana actual", se es-
cogieron en su casi totalidad investigadores reconocidos sobre la Amazonia,
incluidos también algunos autores que desde la óptica de Brasil nos acom-
pañaron e n este esfuerzo. La discusión de noviembre, pues, tenía puntos
de amarre anclados en el artículo mencionado, de modo que todos los otros
pudieran, en mayor o menor medida, dialogar entre sí. De hecho algunos
de ellos se remiten, como una forma de retroalimentación, a otros artícu los
publicados en este libro, el cual. entonces, no constituye una colección de
artícu los al aza r, sino el producto de un esfuerzo colectivo que ha durado
más de un año y que ha tenido tambien en el grupo de Historia, Ambiente y
Política de la Universidad Nacional de Colombia y de la Universidad de Los
Andes un animador importante.
El libro tiene, además, otro valor agregado que puede ser resumido
de la siguiente manera: primero, ampliar la reflexión de gobernabilidad hacia
gobernanza (que incluye gobernamentalidadJ, lo que nos permite tener un

"
análisis que desborde marcos reducidamente institucionales y normativos de
la política ambiental expresa o tácita, así como de las polJticas con implica-
ciones de resonancia ambiental Tratamos de trabajar dentro del contexto del
Grupo de trabajo latinoamericano de CLACSO en "«ología política"'.
Segundo, hacemos este análisis, pero tomamos a la región amazóruca
como foco regional y de campo, de modo que podamos aterrizar mejor las
determinaciones ambientales. Apuntamos a ir proporcionando con el paso
del tiempo un modelo de análisis que profundice sobre los marcos avanza-
dos ya por los análisis del "Establecimiento ambiental de oposición"· y a ir
construyendo reflexiones que ofrezcan un marco lógico y analítico. asi como
jerarquía entre distintos factores de relevancia ambientaL Esto nos permite
avanzar hacia un punto de futuro: estamos trazando rumbos para agendas de
investigación de Ecología Política para la Amazonia.
El libro está dividido en cinco partes. La primera está compuesta por dos
artículos que introducen tanto elementos teóricos y conceptuales como análisis
de contexto de carácter político-ambientaL En el texto de Germán Palacio, y
usando el concepto de gobernanza para aterrizar un ejercicio de ecología poJjti-
ca. se propone que la subordinación en la primera parte del régimen de Uribe de
la agenda ambiental a otras políticas claves, tales como la Seguridad Democrática
o la Hegemonía Empresarial. entre otras, deterioro el sector ambiental. La iner-
cia de esas políticas bará dificil redirigir un rumbo exitoso que el Gobierno
podría verse forzado a tomar por factores relacionados con crecientes defectos y
críticas a la apuesta estratégica del régimen de Uribe que se empezó a desgastar.
así como a tendencias de la redefinición del entorno geopoHtíco que significa el
descalabro del gobierno de Bush y el ascenso de la era Obama.
El artículo de Héctor Alimonda. coordinador del Grupo CLACSO de
Ecología Política. titulado "Sobre la insostenible colonialidad de la naturaleza
latinoamericana", propone presentar a la colonialidad como una condición
fundante y estructuradora de miradas y de prácticas sobre la naturaleza ame-
ricana. Para hacerlo, sigue el ca mino de presentar brevemente a tres impor-
tantes corrientes interpretativas o campos de reflexión intelectual vigentes en
las ciencias sociales de la región: el Programa de Investigación Modernidad!
Colonialidad, la Historia Ambiental y la Ecología Política.
En la segunda parte, cuatro artículos relacionan temas de ecología
política con poblaciones indígenas. Aura M. Puyana. socióloga y exper-
ta en geopolítica, propone en "Burocracias y comunidades indígenas en la
Amazonia glocal colombiana" que las dinámicas y actores de integradóng{ocal
conflictiva derrumban el imaginario de la Amazonia como una región unifor-
me y escasamente contactada con los centros de decisión de adentro y fuera
de las fronteras nacionales; el cambio de percepción es gradual y afecta a

Siendo Héctor Alimonda el Coordinador del Grupo.


~ En el anículo de Germán A. P~lado Castañeda se presenta más en detalle
lo que aquí llamo "EstablecimIento Ambíenlal de Oposición".

t8 Germán A. Pat.do Castañeda


todos los actores presentes' en la región, pero conmueve más seriamente a las
comunidades ancestrales con una fuerte noción de frontera entre lo indígena
y lo no indígena, hoy en aprietos por el mundo red. Previo cuestionamiento
del mito de la autonomía de las periferias, este ensayo se propone analizar
las tensiones entre la integración autónoma y la integración subordinada a la
que indefectiblemente están sometidas las sociedades étnicas de la Amazonia
colombiana. Esa oportunidad la ofrece el examen comparativo de las nego-
ciaciones emprendidas por la Minga Indígena del Cauca y la Mesa Regional
Amazónica entre 200) y 2008, cada una con distintos tipos de interlocución
con el Estado. A manera de corolario se examinan tres alternativas teóricas
que permitirían alcanzar una autonomía indígena en la interculturalidad: el
etnodesarrollo, el desarrollo endógeno sostenible y el biocentrismo cultural.
Carlos Franky y Dany Mahecha, antropólogos y expertos en estudios
amazónicos, en "Objetivizar para gobernar. Comunidades indígenas, censos
poblacionales, control territorial y políticas públicas en la Amazonia colom-
biana", examinan cómo el censo poblacional influencia la vida social de los
grupos indígenas amazónicos, lo cual los aproximará a encuentros y tensiones
generadas e ntre las políticas públicas que inciden en el ambiente y las estra-
tegias indígenas de control territorial. En efecto, esta herramienta de registro
de información es transversal a dichas politicas, pues suministra datos básicos
para la actividad estatal en los distintos niveles de la división politica ad-
ministrativa de un país. Así, cada censo establece un vinculo que "ata" una
pohlación conocida a un ¡¡rea delimitada, la cua l colinda en forma excluyente
con otras poblaciones y áreas de características similares. Esto crea un orden
específico para el control poblacional y territorial.
Juan A. Echeverri, con una larga trayectoria en trabajo de campo en la
Amazonia, presenta en "Cambio climático como política, naturaleza y socie-
dad en la Amazonia colombiana" una descripción de los principales cambios
recientes en el clima, tal ~omo son perc ibidos por pueblos indígenas del suro-
riente de la Amazonia colombiana. La primera sección muestra que, más que
los efectos de la elevación de la temperatura ambiente, son los cambios en la
estacionalidad (pulsos de inundación de los ríos, cambios en los regímenes
de precipitación) los que mayores efectos tienen sobre la subsistencia indíge-
na. Estas percepciones derivan de la observación de índices ecológicos que
marcan el ritmo del calendario ecológico anual. Los principales efectos son
sobre el sistema de horticultura indígena, la vida acuática y la salud. En la
segunda sección se presenta el cambio de los actores sociales e institucionales
que inciden en el modo de vida indígena y su gobernanza, y se subraya en la
sección final, que el impacto del cambio climático global en esta región sólo

3 El término presentes se utiliza en sentido amplio, sin restringirse


a la presencia física. Incluye a todos los agentes que no requieren
desplazarse o localizarse físicamente en el territorio para
generar vectores de decisión y acción sobre la cuenca.

Presentadón 17
puede ser entendido y evaluado en conjunción con todos los otros cambios
sociales que arectan la reg ión.
Ramón Laborde, abogado y asesor de numerosas organizaciones in-
dígenas amazónicas, e n "¿Conservación o desarrollo? Análisis de la política
ambiental en relación con los pueblos indígenas: bajo río Apaporis y selva de
Matavén", aborda, a partir de los sucesos q ue actualmente viven los pueblos
indígenas habitantes del bajo río Apaporis y la Selva de Matavén, la disyunti-
va que se presenta en el ámbito de las políticas públicas y la regulación estatal
e n relación con la explotación de los recursos naturales y la protección de las
áreas de especial importancia ecológica.
En la Parte 3, que enratiza la relación entre gobernanza y conflicto,
cuatro artículos se detienen a examinar aspectos variados de esta interacción.
Pedro Galindo, politólogo experto en asuntos energéticos y conflictos sociales,
en "Energía, megaproyectos y med io am biente en la Amazonia", propone q ue
una compresión más prorunda de las implicaciones socioambienta les de la
explotación amazónica requiere de un diálogo entre ambientaHstas y analistas
de las economías extractivas de los recursos del subsuelo y de los impactos
que la actividad petrolera genera. La explotación de esos recursos (petróleo,
oro y otros minerales) rorma parte de las posi bilidades de construcción social
del ruturo, en una configuración interna de la Amazonia q ue se construye y
reconstruye en su relación con el mercado mundial y el valor rea l y simbólico
de los recursos q ue la conrorma n. La Amazonia contemporánea no se puede
encerrar ingenuamente en la conservación sin atender la importancia q ue tie-
ne la actual y potencial extracción de los recursos petroleros. En el artículo se
aborda la significación del subsuelo en esos proyectos con relación al proyecto
nacional, el proyecto de atracción transnacional y el de integración surame-
rica na, poniendo en perspect iva las potencialidades petroleras amazónicas.
Dos jóvenes investigadores y promesas para la construcción de cono-
cimiento y para la gestión socioambiental de la Amazonia enr iquecen el pa-
norama de esta sección. Marco TobOn se ocupa en "Cuando la guerra llega al
medio río Caquetá. Panorama cultural de la presencia de 'gente con ar mas'" de
dos asuntos relacionados con la constr ucción del Estado en la Amazonia. En el
primero, ilustra de qué manera el medio río Caquetá se convir tió, hacia finales
de la década de 1990. en un escenario de influencia por par te de la guerrilla
de las PARe y, seguida mente, de ocupación por parte de las ruerzas militares
oficiales. En el segundo asunto presenta cómo las poblaciones indígenas del
medio río Caquetá (uitotos, muinanes, nonuyas, andokes, autodenominadas
Gente de centro), a lo largo de su historia se han e ncontrado y relacionado
con distintas "gentes armadas", experiencia, ésta, que no sólo se halla inscr ita
en la memoria de los pobladores locales, si no que ha sido vivida, pensada e
interpretada desde sus marcos conceptuales y culturales.
Lorenzo Vargas en "Entre la lega lidad y la legitimidad. Ocupación y
tenencia de t ierra. Región Pato-Balsillas, San Vicente del Caguán" hace una
exploración de la historia, ocupación y poblamiento de El Pato-Balsillas, e n la

18 Germán A. Pa lacio Castañeda


intersección e ntre Meta, Caqueta y Putumayo. Estudia los diversos periodos
que han marcado la vida de los pobladores de esta región. En un primer mo-
mento contextualiza la región con una breve descripción de las generalidades
del area de estudio, ubicación y límites. En segunda instancia, enmarca la
dinamica y proceso histórico social de la colonización. Se trata de un tra-
bajo en medio entre la geografía histórica y la historia ambiental, e n el que
predominan no tanto los archivos como el trabajo de campo y la experiencia
personal del autor. Este articulo concluye con lo que es en la actualidad la
tenencia de la tierra en la región de El Pato-Balsillas, concomitante con el
fin de la "Zona de Despeje" en el cambio de gobierno de Andrés Pastrana a
Álvaro Uribe. En este proceso la región se ha e nmarcado en una e ncrucijada
en la que la búsqueda de legalidad tiene como importante referente a la figu ra
instituciona l de las Zonas de Reserva Campesina.
Ferna ndo Franco, agrónomo de formación y uno de los mas recorridos
panamazonólogos propone en "Políticas públicas y desarrollo sostenible en
el piedemonte amazónico" que, desde el momento mismo de la ocupación
europea, la gran región amazónica y sus habitantes se vieron sometidos a las
decisiones y designios de actores políticos, religiosos, económicos y armados
externos, cargados de sueños de riqueza, motivados por la ambición o a nsio-
sas por incrementar la clientela de las huestes celestiales. Ese marco general
no fue modificado sustancialmente por las nuevas repúblicas emergentes.
Entre las repúblicas amazónicas, el Estado colombiano fue el mas lejano a
esa colonia interna amazónica. Tu vieron que ocurrir los nefastos episodios de
las masacres de indígenas perpetradas por los caucheros y la "guerra" con el
Perú, para que los partidos goberna ntes y la sociedad a ndina misma comen-
zaran a prestarle atención a esta tercera parte del territorio nacional. En toda
esta historia de desprecio y de compromiso a medias desde las insondables
alturas andinas, el piedemonte andino amazónico ha sido el escenario social y
ambiental sobre el q ue se ha descargado el mayor peso de esas precarias polí-
ticas públicas con sus efectos, de vez en cuando positivos, pero casi siempre
vincu lados a situaciones de pobreza, hambre y devastación de los ecosistemas
y de las sociedades primigenias.
La Parte cuarta abre el e nfoq ue a una perspectiva tanto transfronteriza,
internacional como comparada, de modo que el artículo de carlos Zárate, so-
ciólogo e historiador experto en temas de fro ntera, y Maria del Pilar Trujillo,
especialista en economía ecológica de la Amazonia, "Recursos nat urales y po-
lítica ambiental en las fronteras de la Amazonia", presenta un analisis de las
políticas ambientales de Brasil, Peni y Colombia en las zonas de confluencia
fronter iza con un énfasis particular en la extracción, movilización y comer-
cialización de los recursos forestales maderables en el llamado trapecio amazó-
nico. Entre los aspectos centrales que aquí se abordan esta el relacionado con
las consecuencias de una débil institucionalidad ambiental que se evidencia
con rasgos particulares en las zonas de frontera; la existencia de legislaciones
diversas, divergentes o incompati bles de acceso y uso de los recursos, y la

Ptesentadón 1t
ausencia de una mínima coordinación institucional. Estos fenómenos, en gran
medida, son los responsables de los altos niveles de informalidad o ilegalidad
que se presentan en las actividades extractivas en estas zonas de contacto
t rasfronterizo y evidencian la necesidad de aplicar normas acordes con la sin-
gular dinámica económica, social y cultural de estos espacios.
Elizabeth Beaufort, analista permanente de la coyuntura política colom-
biana y consultora en temas ambientales, e n "Determinantes internacionales
del marco institucional ambiental para la Amazonia colombiana" nos ofrece
el marco institucional ambiental para la Amazonia colombiana, en particu-
lar la Conferencia de Río de 1992 sobre desarrollo sostenible, el Convenio de
Diversidad Biológica (CDB) y el Tratado de Cooperación Amazónica que se
convirtió con el paso del t iempo en organización (OTCA). En la última década
se han hecho una serie de esfuerzos institucionales derivados de dichos acuer-
dos, los cuales han sido discutidos con los sectores organizados de las comu-
nidades amazónicas, principalmente indígenas, como son la Agenda 21 para la
Amazonia y el Diagnóstico y Plan de Acción Regional en Biodiversidad del Sur
de la Amazonia Colombiana 2007-2027, que han tenido distintos desarrollos y
resultados. En la región opera una institucionalidad ambiental descoord inada
y débil de diferentes niveles que no ha logrado amortiguar la gestación de
con mctos en tomo al acceso y al uso de los recursos naturales. Los objetivos
de políticas planteados en este contexto a menudo se contradicen en una ten-
sión permanente entre el desarrollo y la conservación. La autora argumenta
que algunos objetivos característicos de la globalización propenden por la
explotación de los recursos genéticos y la biodiversidad a favor de la industria
de la biotecnología y de los intereses económicos de las corporaciones multi-
nacionales, mientras otras políticas apuntan al desarrollo sostenible al buscar
armonizar la satisfacción de las necesidades básicas de las comunida des locales
con el uso racional de los recursos naturales de sus territorios.
Célia Dias, ingeniera forestal y doctorada en historia forestal de Brasil,
en "Política florestal: O modelo fl orestal e agrícola para além do debate técnico"
ofrece una discusión sobre las políticas forestales del gobierno brasileño. Para
una mejor comprensión del tema sit úa el debate en una perspectiva histórica.
por lo cual divide el texto en dos grandes bloques analiticos. En la primera
parte discute la creación del Servicio Forestal en 1921, la promulgación del pr i-
mer código forestal en 1934 (motivo de duras discusiones entre productivistas
y conservacionistas), la Primera Conferencia Latin oamericana de Silv icultura
y Productos forestales (UNASYLVA ). realizada e n Brasil en 1948 por la FAQ, y
la creación del Instituto Brasileño de Desarrollo Foresta l (IB DF). en 1967. En
la segu nda parte trata dos cuestiones actuales que definen la Amazonia como
escenario principal: la entrada del agronegocio, especia lmente la producción
de soya para exportación. con apoyo de políticas públicas. y la privatización
de los bosques, que según el Ministerio del Medio Ambiente seria la solución
para evitar la deforestación. La reciente privatización de la "Floresta Nacional
de Jamad". en Rondonia, no deja dudas en relación al criterio oficial de

:lO Germán A. Palacio Castañeda


disminución de las áreas protegidas. Los conflictos e ntre sectores conser va-
cionistas y el bloque legislativo r uralista, representante de los productores de
soya, ganaderos y madereros, vienen presionando al Gobierno para efectuar
cambios e n la legislación ambiental, en nombre del desarrollo amazónico. Se
trata de una lucba que se prolonga a través de diferentes momentos históricos
de la ocupación territorial, boy no menos cruel que en el pasado. apenas con
matices modernos en la apropiación de los recursos naturales.
Camilo Torres, biólogo y animador de la discusión sobre ecología
política. discute en "O pensamento disciplinar e o desenvolvimento: O uso
de terra na amazonia brasileira" las aproximaciones que sobre el uso de las
selvas tropicales y de la Amazonia han sido realizadas por los campos de las
disciplinas y escuelas científicas en relación con la cuestión ambiental y por
las visiones de los pueblos amazónicos, retratadas por los investigadores que
los visitaron en los últimos veinte años. Esta discusión examina la validez de
propuestas teóricas sobre el desarrollo y el medio ambiente de la región. En
la interpretación del desarrollo de la Amazonia existen dos vertientes, de las
que se origina una vertiente subsidiaria: la primera. originada en el campo
anglosajón. promueve la idea de una Amazonia sin potencial para desarrollo
endógeno por el carácter determinante de Jos factores ambientales, culturales
e históricos que la rodean. con el resultado de justificar estrategias de inter-
vención de reducida escala, o de conservación, cuyo trasfondo es la idea de
una Amazonia como reserva universal de recursos materiales. La segunda tesis
del campo disciplinar continental tiene por base la demostración de la pre-
sencia secular de pobladores en la Amazonia y de una total interrelación de
estos con la selva, Jo que constituye un campo propio de sentido que j ustifica
una intervención en la región, objetivando la defensa de estos grupos como
medio para garantizar la conservación regional y su uso sosten ible. La tercera
tesis, que se mezcla de cierta forma con la primera, es aquella defendida por
el campo brasilero que promueve la idea de Amazonia como fuente potencial
de recursos en medio de un vacío demográfico, la cual debe ser explotada de
inmediato en defensa de la soberanía nacional. Esta presentación sir ve de mar-
co analítico para comprender tres programas de desarrollo de la región, como
son el Programa Piloto para la Protección de las Selvas Tropicales del Brasil
- P PG7- ; el proyecto Brasil Sostenible y Democrático - PBSD- , y el Proyecto de
Investigación Estado y Políticas Públicas en la Amazonia brasilera - PEPPA- .
El texto se concentra en las propuestas relacionadas con el uso de la tierra y
de la biodiversidad, entendiendo que estos aspectos afectan la posibilidad
de obtener un ca mino de desarrollo justo. sostenible y democrático para los
pueblos y paisajes naturales de la Amazonia brasilera.
De lo internacional pasamos a 10 local, aunque podríamos haber hecho
lo contrario, sin afectar. en mi opinión, ninguna lógica fundamental. En la parte
quinta. Lina María Hurtado. Magíster en Estudios Amazónicos y experta en ges-
tión ambienta l del territorio, propone en "Ordenamiento territorial e n corregi-
mientos departamentales. Los casos de Miriti-Paraná. Tarapacá y Puerto Nariño,

Prl!lll!DtadóD 21
en el departamento de Amazonas" que el 93 % del territorio departamental del
Amazonas no cuenta con entidades territoriales del nivel local - municipios, dis-
tritos o territorios indígenas-, tal como lo preve la Constitución Política de 1991 .
Ese territorio se encuentra bajo la figura de corregimientos departamentales, ya
declarada inconstitucional por la Corte Constitucional a través de la Sentencia
C-141 de 2001. Como consecuencia de lo anterior, la población no tiene la debi-
da participación y representación en la conformación de su gobierno local; no
se beneficia de los recursos que les son entregados a las entidades territoriales
locales, y no cuenta con instrumentos de planificación legalmente reconocidos
para la definición de usos del suelo y ocupación del territorio.
Oiga Lucía Chaparro, bióloga, zootecnista y Máster en Medio Ambiente
y Desarrollo, con amplia experiencia en temas ambientales y de gestión terri-
torial en el departamento del Amazonas, nos presenta un artículo, cuya infor-
mación se sustenta en una Mcada de experiencia en la gestión pública y en
consultoría en el departamento del Amazonas, en el que hace precisiones claves
para adelantar un ordenamiento territorial y ambiental con justicia social que,
además, oriente tecnica y ambientalmente la producción local de alimentos
con sus consecuencias en seguridad y autonomía alimentaria. En la primera
parte presenta información general sobre el departamento del Amazonas en
relación con la distribución de tierras y algunas figuras jurídico-territoriales
que permitan analizar políticas públicas. En la segunda parte, se concentra en
la distribución, acceso y uso de las tierras, distinguiendo distintas poblaciones
del departamento. Luego, discute el dilema entre la legalidad y legitimidad
de las tierras que ocupan los diferentes grupos poblacionales que habitan el
departamento y, por último, aborda el tema del uso de las tierras adjudicadas u
ocupadas por los diferentes grupos poblacionales. Una conclusión que se puede
resaltar es: el departamento más grande del país, prácticamente, carece de tie-
rras para asignar a grupos demandantes. En su mayoría, ellas están justamente
en manos de resguardos indígenas y, en menor medida, constituyen parques
nacionales. Este hecho debería implicar una responsabilidad social de esas co-
munidades indígenas. Una consecuencia de tal organización territorial - y de la
distribución de tierras- es que poblaciones minoritarias de colonos asentados
hace mucho tiempo y de otras poblaciones campesinas o de desplazados re-
cientemente llegados a la región, paradójicamente, carecen de posibilidades de
acceder legalmente a tierras, en circunstancias de falta de reconocimiento de
sus derechos como minorías o poblaciones vulnerables.
Julio Roberto del Cairo, sociólogo, morador y conocedor profundo
del departamento del Guaviare, nos presenta una visión de su experiencia
de gestión financiada por la cooperación internacional. En "Una experiencia
comunitaria y participativa de conservación y ordenamiento socioambiental
en la Serranía de la Lindosa, Guaviare" describe cómo las comunidades loca-
les fueron involucradas, a traves de un diálogo de saberes enmarcado e n las
particularidades del contexto cultural y ambiental en el que viven, en un
proyecto de conservación. El área en la cual se desarrolló este proyecto se

ZZ O1InnÁll A. Palado Castañeda


caracteriza por ser muy compleja debido a que allí existen cultivos ilícitos,
grupos armados ilegales y también altos niveles de individualismo entre los
campesinos. El proyecto logró el objetivo de transformar las formas tradicio-
nales en que los campesinos del area veía n el medioambiente amazónico para
que tuvieran en consideración criterios de sostenibilidad ambiental. impres-
cindibles para la recuperación y protección de los recursos naturales del area.
Finalmente, Gloria González, militante de causas indígenas y ambien-
tales, nos presenta en '~puestas y aprendizajes del programa amazónico en el
Amazonas" la experiencia de otra ONG dirigida por una líder indígena y fi-
nanciada por la cooperación internacional. Este artículo resume la experiencia
del trabajo colectivo que significó el Programa Amazónico durante los años 2004
a 2008. Dirigido por CODEBA, una ONG local. y financiado por la cooperación
holandesa, a través de ejes centrales, como ordenamiento territorial. gobernabi-
lidad, autonomía comunitaria indígena y planes de vida, la autora resalta logros
en estos campos gracias a la confluencia de intereses, visiones y recursos diversos
de carácter comunitario, organizativo, gubernamental y no gubernamental que
encontraron en el Amazonas colombiano un terreno propicio para avanzar en
el fortalecimiento de la autonomía comunitaria en torno a la vida, el territorio y
el medio ambiente. Los aprendizajes de esta experiencia han permitido avanzar
en la consolidación de la organización y la memoria indígena. La autora señala
retos de sostenibilidad que deberán asumirse a partir de lo alcanzado, pero tam-
bién desde el mandato que las autoridades indígenas señalaron en la Cumbre de
Ancianos Indígenas realizada en Puerto Nariño en septiembre de 2008.
Finalmente, sólo queda agradecer a quienes más se han interesado por
este proyecto: Rafael Colmenares y Julio César Uribe de ECO FONDO han sido
sus entusiastas animadores y propusieron elementos que se vieron refleja-
dos en el diseño del Seminario de noviembre de 2008, en el que se dieron a
conocer los avances del trabajo de investigación; Jairo Estrada del Instituto
Latinoamericano de Servicios Legales Alternativos (ILSA) - una de las más
destacadas ONGs, con sede en Bogota pero con esa visión latinoamerican ista
tan necesaria en esta época de globalización "a la americana"- abrió las puer-
tas a este esfuerzo intelectual. siendo clave en la financiación y en el proceso
de publicación de libro que permitió reunir esfuerzos entre la universidad
pública y dos ONGs claves en la vida sociopolítica colombiana; Ronald Cubeo,
geógrafo de la Universidad Naciona l de Colombia y amazónico de nacimiento
(La Pedrera), asumió la responsabil idad de mantener un contacto permanen-
te con Jos autores, apoyandolos en aspectos de edición, algo de cartografía
y otras recomendaciones editoriales; Isabel Buitrago, antropóloga y Máster
en Estudios Amazónicos y la historiadora Yohana Pantevis, leticiana de na-
cimiento - y otra de las nuevas figuras intelectuales de la región amazónica
formada e n Estudios Amazónicos- contribuyeron al diseño y organización del
Seminario de avance de este proyecto. A todos ellos, sin cuyo apoyo entusiasta
y colaboración este libro no se habría realizado, un agradecimiento especial.

Presentación Z3
PARTE 1

ELEMENTOS CONCEPTUALES
y DE CONTEXTO

GERMÁN A. PALACIO CASTAÑEDA

HÉCTOR ALIMONDA
ECOLOGIA POLITICA y GOBERNANZA

EN LA AMAZONIA: HACIA UN BALANCE

CRITICO DEL RtGlMEN DE URIBE

GERMÁN A . PALACIO CASTAÑEDA


Profesor titul~r, UniV<:l"Sid~d N..ci()n~l de Colombia.
Sede Amazon ... Lctici¡"
Abog¡do. M¡g(ster en Instituciones t..eg¡les, Ph.D. en Historu
gnmanpalacio€honmail.mm

"
R_
Este artículo presenta una forma de ver la política de la era Uribe
concentrándose en la Amazonia. Resume los elementos centrales de su "apuesta
estratégica" asi: seguridad democrática, hegemonía empresarial, Estado comunitario
y relaciones internacionales b~sadas en la alianza con el gobierno de Bush, políticas
de la era Uribe que constituyen el marco general del resto de políticas, es decir.
el ambiente institucional de las polílicas ambientales y también de aquellas con
implicaciones y consecuencias ambientalmente relevantes. La perspectiva de
ecología política de este artículo se enraíza en elementos conceptuales más fundados
en el concepto de gobernanza que de gobernabilidad. Un argumento central de este
artículo es el siguiente: el éxito relativo del gobierno de Uribe, en su primera fase,
implicó deterioro del sistema ambiental colombiano y forzó a sujetar la política
ambiental a políticas de seguridad y desarrollo. En una segunda fase, en que se
abren fuertes fisu ras del régimen, empieza a predominar el interés electoral sobre
otros aspectos de la política y cambia el panorama político internacional. el Gobierno
intenta reposicionarse ambientalmente: sus esfuerzos son taimados, lentos y tardíos,
además de colltradictorios'. En un balam;:e de sus dos períodos, su desempeño será
gravemente reprobado.
Palabras daves: Ecología política, gobernanza, Amazonia, política ambiental, Uribe.

This artide of polítical ecology presents basic elements of the President


Uribe 's poJicies, but concentrates in the Colombia Amazon region. Three ofthe
main poJicies that are the mileu of the environmental policy are the so called
"democratic security", and "communitary state", and what I call "entrepreneur
hegemony". These three pivots of Uribe's strategy are joined by the framework
of an internalional poHcy based in the tight alJiance with the Bush government.
The theoretical perspective of this artide is based in recenl developments of Latin
American political ecology. It emphasizes more on lhe concept of global governance
than in "gobernability". The central argument of this article goes as follow:
the relative success of President Uribe in his first mandate implied a consistent
undermining ofthe institutional Colombian environmental system. Environmental
poJicies were su bjected to two main goals of the regime related to war against
fARC and the enthronization ofan entrepreneurial ethos in the Colombian society.
Growing problems, social conflicts, division into former cronjes and t he ruling dass,
and the Uribe's will to rema in in power are highlighting electoral priorities over
other concerns, undermining environmental institutionality. The balance ofthe two
Uribe 's periods in environmental lerms are disapointing, not to say disastrous.
Keywords: Political ecology, governance, Amazon, environmental poHcy, Uribe.

Ver columna de Enrique Smtos Calderón, domingo 10


de mayo de 1009 en el periódico El Tinnpo.

28 Germán A. Palacio Castañeda


bl.ttoduodól1 ,. ¡tI'Op6Gto
Unos cuantos hechos notorios ocurridos antes de posesionarse Álvaro
Uribe en 2002 - y una vez convertido en Presidente en ejercicio- no presa-
giaban lo mejor en materia ambiental: primero. en la agenda de unos cien
puntos de su gobierno, este tema no aparecía (Cuadrado: 2007, 40). Segundo,
su ministro fuerte, Fernando Londoño, calificó a los ambientalistas como una
especie de subversivos verdes (Mayr: 2006). Luego, desde su primer Consejo
Comunal, Uribe reiteró que las Corporaciones Autónomas Regionales eran
un nido de corrupción e ineficiencia (Manee: 2008)' . Fina lmente, dentro del
primer año de gobierno, en 200), presentó su reforma ministerial que tenía
como propósito, entre otros aspectos, contribuir a la recuperación económica
y reducir Jos problemas fiscales. No sólo suprimió el Ministerio de Justicia, fu-
sionándolo con el del Interior, al igual que el de Trabajo con el de Salud, si no
que fusionó el Ministerio de Desarrollo con el de Medio Ambiente, crea ndo
el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial (Manee: 2008).
La fusión del Ministerio de Desarrollo con el de Ambiente no es casua-
lidad. Hace parte, como se verá, de sujetar la preocupación de conservación
al predomi nio del desarrollo. Adicionalmente reiteró un estilo de gestión ya
visto en anteriores gobiernos: nombró una ministra sin pergaminos ni expe-
riencia en materias ambientales. La justificación para esa decisión se basa en
una explicación reiterada: los ministros no saben del tema pero seguramente,
se supone, pueden aprender rápidamente.
El estatus del Minambiente reestructurado debería indicar el rumbo
de la política ambiental: un subsistema ambiental con poca autonomía y con
un rumbo que depende, en buena medida, de otros subsistemas y políticas
institucionales. Por ello, es de particular importancia conocer las políticas de
la era Uribe que constituyen el marco general del resto de políticas, es decir,
son el ambiente institucional de las políticas ambientales y también de las
políticas con implicaciones y consecuencias ambientalmente relevantes. Hago
esta distinción debido a que si bien es un lugar común entender los problemas
ambientales en su carácter interdisciplinario, se ana lizan las políticas ambien-
tales en los marcos autocontenidos de las instituciones ambienta les. Estos
problemas son intrínsecamente dependientes de otras variables presunta o
analíticamente externas.
Pasados ya seis años de gobierno, el balance ambiental indica, según
los más importantes expertos, que el país está perdiendo terreno frente a lo

Henry Manee. 2008. "La politicil de la sostenibilidad: ascenso y declive del


Ministerio del Medio Ambiente colombiano". En: Manuel Rodriguez Becerra
(Ed.). Gobernabi/idad, instituciones y m~dio ambienlt en Colombia. Bogotá:
Foro Nacional Ambiental. pp. 10 1 , 251. Elementos para un debate sobre las
Corporaciones Autónomas Regionales se encuentran en este mismo libro con
visiones encontradas. Ver, por ejemplo, el articulo de Francisco Canal Alban
y Manuel Rodriguez Becerra. "Las corporaciones autónomas regionales,
quince años después de la creación del Sina", pp. )0)-390, Op. eie

Ecología política y gobernan!a en la Amazonia:


hacia un baJance critico del régimen de Uribe :11
construido en años pasados. El retroceso es notorio, a pesar de que Colombia
haya constituido una institucionalidad muy re<:onocida a nivel internacional
que permite presagiar su sobrevivencia , aun en el caso de que un nuevo pe-
ríodo presidencial de Uribe - incierto todavía- se convierta en una realidad.
Más probable es que sus políticas fundamentales perdurel: por, al menos, otro
cua trienio, hasta .1014.
Si la pervivencia de las políticas uribistas tiene, en general, una alta
probabiJjdad de ocurrir, aquí no se presume que no acontezca ningun cambio.
De hecho, hay un par de razones de gran peso que podrían inducir esas trans-
formaciones. La fuerza de la coyu ntura política y económica internacional es
el vector más poderoso que empuja los cambios domésticos, lo cual obligaría
al Gobierno colombiano a transformarse o adaptarse. Si en algunos casos las
políticas fundamentales conti nuarán, el estilo o matiz debería variar, al salir
por la puerta de atrás el petroranchero texano que hacía juego bonito con
el finquero-caballista colombiano. Aun antes del triunfo de Barak Obama, la
victoria demócrata en el Congreso estaba ya -desde .1007- em pujando en una
nueva dirección'.
Además de este avance parlamentario del partido demócrata, el con-
texto global tenía un matiz ambiental después de más de una década de capa
caída de las preocupaciones en este campo, lo cual se hizo más evidente desde
que el ex candidato presidencia l Al Gon:: r«ibió, ell I.:umpili\ía ue un notable
equipo de científicos integrados en ellPCC de la Unesco', el Nobel por su cam-
paña acerca de los peligros del cambio climático global. No dejan de ser par-
ticularmente importantes estos ca mbios ya que, por cualquier malabarismo
histórico de las ultimas décadas, existe una curiosa ident ificación instantánea
entre lo ambiental y la Amazonia'.
En cambio, la crisis económica mundial es todavía ambivalente: podría
ser tomada, de un lado, como la apertura de una oportunidad con sesgo am-
biental, por ejemplo, a través del impulso a energías illternativas y negocios
verdes, pero también podría ser vista como una nueva razón para que se apla-
cen las visiones ambientalistas con el argumento de siempre que propone que
hay que defender la recuperación del empleo, ya que la conservación atenta
contra el desarrollo económico.
Este artículo de ecología política (Ecopol)" presenta asi una forma de

3 A pesar de los optimistas dentro de la coalición de gobierno y empresarios,


el pl't"Sidente Ob.1ma sigue teniendo objeciones. por lo cual no se ven
las razones de esos optimistas. (El Tinnpo. Il de rebrero, p. 1).
4 Intergubernamental Panel rOl' Cli~tic Change, I pec .
s Gemún Palacio. l.oo6. "Glob.1lización en la A~zonia y glob.1lización de
la Amazonia . Una refkx ión sobre I;¡¡ permeabilidad de la permeilbilidad del
espacio. el tiempo y el poder en las ciencias sociales". En; Osear AI~rio
Garda y Miguel Ángel Rulz Gan;:la. EMmario$ dI! rt!J1t!Xián. Las cit!nClas $lJCiall!S
y humanas a dl!bau . Univenidad N;¡¡cional de Colombiil, Sede Medellín.
6 Germán Palacio Castal'leda . l.006. "Breve guía de introducción a la Ecología Polltica

30 Germin A. Palacio Cuta6ec1a


ver la política de la era Uribe. pero concentrándose en la Amazonia. Propongo
que la Ecopol es un campo de discusión inter y transdiscipHnario que re-
flexiona y discute las relaciones de poder en torno de la naturaleza, en tér-
minos de su fabricación social. apropiac ión. y control de la tota lidad o partes
de ella por distintos agentes sociopolíticos. Al referirme a relaciones de poder
tomo una perspectiva de la politica en sentido amplio. que desborda lo estatal.
gubernamental o público.
El cambio de políticas y acciones empujadas por los elementos ante-
riormente mencionados podría eventualmente hacer transformar las que con-
ciernen también a la Amazonia. Hay que decirlo brutalmente: las políticas
con respecto a la Amazonia. ambientales o de otro tipo. están signadas por el
conflicto armado colombiano. y eso quiere decir por las políticas de Seguridad
Democrática. Este artículo introductorio presenta un marco analítico critico
para comprender esas políticas y otras acciones con resonancia ambiental de
modo que nos permita escudriñar lo que ha pasado en este t iempo y lo que po--
dríamos esperar para el cuatrienio que sigue a la primera reelección de Uribe.
En consecuencia, este artículo parte de hacer claridad conceptual bá-
sica. empezando por su enfoque. Primero. el texto considera más potente una
explicación basada en el concepto de "gobcrnanza" que en el de "gobernabi-
lidad". En consecuencia. muestra por qué la política ambiental pierde signi-
ficado cuando es analizada aisladamente de otras políticas: en fin, por qué la
política ambiental no puede ser analizada sin tomar en cuenta las políticas no
ambientales con implicaciones ambientales. En segundo lugar. presenta lo que
llama la "apuesta estratégica" del gobierno de Uribe, la cual revisa los elemen-
tos de fondo de su régimen en vez de dramatizar pequeños acontecimientos
atractivos para los medios masivos u otros detalles que se realzan, como aque-
llos basados. por ejemplo, en la mera personalidad del Presidente. Para ello,
propone como elementos centrales de la era Uribe la "Seguridad Democrática"
(SD).la recuperación de la hegemonía empresarial (HE), el Estado Comunitario
(EC) y un esquema de relaciones internacionales (RIA) centrado en la alianza
con el gobierno republicano de Bush. En seguida realiza un balance del éxito.
conflictos, dificultades y dilemas en la implementación de la estrategia. Con
esos elementos. ya partir de tres ejes analíticos, este artícu lo hace una síntesis
de la situación de la Amazonia colombiana actual, de modo que el lector no
familiarizado tenga pilares de referencia específicos que le permitan dialogar
con este libro o con artículos específicos que aquí se presentan. Por último, el
texto presenta las implicaciones de lo dicho para la gobernanza ambientaL lo
que nos lleva directamente a explicar este concepto.
Un argumento central de este artículo es el siguiente: el éxito relati-
vo del gobierno de Uribe. en su primera fase, implicó deterioro del sistema
ambiental colombiano y forzó a sujetar la política ambiental a políticas de

(Ecopol): orígenes, inspiradores. aportes y temas de actualidad". En: Gestión y


Ambienu. Vol 9. nOj, Universidad Nacional de Colombia-Universidad de Antioquia.

EcoLogia politica y gobeml.DUI en la Amazonla:


bada un balance critico del rúgimen de Uribe 31
seguridad y desarrollo. En una segunda fase, en la que se abren fuertes fisuras
del régimen, empieza a predominar el interés electoral sobre otros aspectos de
la politica y cambia el panorama político internacional, el Gobierno intenta
reposicionarse ambientalmente: sus esfuerzos son taimados, lentos y tardíos,
ademas de contradictorios'. En un balance de sus dos períodos, su desempeño
será gravemente reprobado.

Coa.,.....
En el proceso colectivo de producción de este libro se propuso ampHar
la perspectiva bien difundida de la gobernabilidad y trabajar, más bien, con
la de gobernanza. No se trata de un mero capricho académico ni tampoco de
un intento de hacer tabufa rasa del enfoque centrado en la gobernabilidad.
La necesidad de recoger los aportes que se han hecho desde esta perspectiva,
pero también de superarla en el campo ambiental, parte de una lectura con-
cienzuda de lo que llamo el "establecimiento ambiental de oposición". el cual
publicó en 2008 un amplio estudio bajo el títu lo Gobernabifidad, instituciones
y medio ambiente en Colombia, editado por el ex ministro de Medio Ambiente,
Manuel Rodríguez Becerra'. Muchos de aquellos que incluyo en esta cate-
goría han tenido importancia permanente en las instituciones que precedie-
ron y que luego dieron lugar al Ministerio y al Sistema Nacional Ambiental.
Recientemente se opusieron a la aprobación de la ley forestal y, aunque en
esa ocasión sus ideas fueron escuchadas por el presidente justo antes de la
sanción de la misma, sus planteamientos y contribuciones han sido relegados
a un segundo plano por el actual Gobierno. No comparten buena parte de la
política ambiental actual de la era Uribe'.
Ellos han caracterizado la institucionalidad ambiental colombiana co-
rrectamente como en declive y han enmarcado este análisis en un modelo de
gobernabilidad. Mientras que este concepto hace énfasis en el buen funcio-
na miento del Estado y las instituciones, lo q ue implica una buena relación
entre gobierno y gobernados. trata al Estado de la forma convencional, asu-
miendo que es una entidad autocontenida y autoexplicativa en su relación
con la sociedad civil'o. En la actualidad, esta visión es insuficiente por varias
razones. La primera de ellas es que pierde buena parte del contexto global
contemporáneo. A fines de los 80, es decir, durante la oleada de transición
a la democracia en América Latina que se empalmó con la entronización del

7 Ver columna de Enrique Santos Calderón, domingo 10


de mayo de 1009 en el periódico El Tiempo.
S Este libro ya mencionado incluye los siguientes autores además de l
editor: Julio Carri:tosa. Henry Manee, Guillermo Rudas, Francisco
Canal, Ernesto Guhl, Germán Andrade y Beatri:t Londoño.
'} Ello ocurre con los demás ex ministros de Medio Ambiente.
incluidos Cecilia Lópe:t. Verano de la Rosa y Juan Mayr.
[o Elisabclh Ungar. 1993. " Introducción". En: Elisabelh Ungar (Ed.).
Gobtmabilidad tn Colombia. rr:/05 y desafíos. Bogotá: Uniandes, pp. 9"'ll.

32 Germán A. Palacio castañeda


Estado neoli beral. el modelo de gobernabilidad atrajo simpatías. Las ins-
tituciones en proceso de democratización que se afianzaron poco a poco lo
hicieron en el contexto del triunfo del neoliberalismo, por lo cual, a falta
de ofertas de equidad y redistribución, propusieron en cambio la lucha anti-
corrupción, la transparencia, la vigencia de la instituciona lidad y el imperio
de la Constitución y la ley. Gobernabilidad debía adecuarse a democracia,
sustituyendo equidad o redistribución. Insistió en que las instituciones de-
mocráticas funcio naran efectivamente como se suponen que constitucional
y lega lmente deberian hacerlo. No obstante, en el cambio de década entre
los 80 y los 90, en Colombia y otros países, tales como Brasil y Nicaragua. se
combinaron las instituciones liberales con el Estado Social de Derecho. Una
idea clave que conllevaban estos cambios institucionales es que no hubiera
tanta distancia entre la retórica de un Estado de Derec ho y su práctica. Así,
de lo q ue se trataba era de batallar contra la corrupción y asegurar la trans-
parencia del funcio nario y su responsabilidad frente al manejo de los recursos
públicos; que si la Constitución y las leyes habían consagrado el respeto de los
derechos humanos, éste respeto fuera efectivamente implementado.
Esto tenía algunos corolarios: para garantizar la vigencia de esos de-
rechos se amplió la participación política de la ciudadanía y se establecieron
mecanismos de reclamación de derechos, tales como la tutela y las acciones
populares. En pocas palabras. se pretendía que el Estado liberal fu ncionara
realmente como prometía hacerlo, en un contexto de poUtica económica en
que se recomendaba q ue el mercado se desestatizara y desregu lara y que las
empresas productivas y sociales del Estado se privatizara n.
En ese marco, el modelo de gobernabilidad era la otra parte amable
del cambio político de la transición a la democracia, es decir, la envoltura de
un paquete q ue estaba cargado de neoliberalismo. y que implicaba. a su vez,
la redefinici6n de la participación del Estado en lo social y la liquidación de
las bases sociales que lo sustentaron. En América Latina, esas bases sociales
principa lmente fueron la organización sind ical y, e n el ámbito agrar io. la or-
ganización campesina " .
El asunto en la práctica suele ser particularmente distinto, ya que los
modelos no operan como se supone: la voluntad de imponer el neoliberalismo
chocaba con mayores O menores resistencias, dependiendo del país; igualmen-
te. la oferta de gobernabilidad incomodaba las característ icas de los sistemas
y la experiencia polít ica de cada pais. Para ejemplificar. la transparencia es
deseable, pero el poder establecido puede pervivir gracias al c1ientelismo y la

11 La intención aquí no es desconocer aportes importantes del modelo de


gobernabilidad sino de avanzar en una comprensión más potente que involucre
las implicaciones de la globalización con respecto al Estado. Por ello resumo los
aspectos centrales de la gobernabilidad: a) diseño y runcionamiento del sistema
político; b) legitimidad; e) capacidad del gobierno de ser obedecido sin violentar las
reglas; d) se refiere al sistema político y particularmente a los burócratas y políticos;
el a lo anterior se le adiciona la participación euidadana. Ver Ungar, Op. ei!.

EQología política y gobemama en la Amuonla:


bada un balllllC8 critico del r6gimen de Uribe 33
corrupclOn. Ello no impide que la gobernabilidad haya sustentado numerosos
proyectos, presupuestos y lógicas de acción social y politica. y ello incluye no
sólo a la acción directa del Estado, sino a muchos proyectos de la cooperación
internacionaL cuyos recursos pueden ser administrados por el Estado o por
organizaciones no gubernamentales, sociales o de otro tipo. Y este punto nos
acerca más a la gobernanza.
Primero que todo, en contraste con el concepto de Estado autocontenido
e institucionalista y tradicional que encierra el concepto de gobernabilidad, la
noción de gobernanza está en sí misma arraigada en la globalización. No asu-
me las instituciones estatales como definitivas sino como porosas o permeables.
Piensa que el gobierno actual no es sólo estataL sino una combinación o en-
tramado de instituciones públicas y privadas, y que está inyectado de re<:ursos
propios y provenientes de la cooperación internacional. Al tener una mirada
supranacional, observa que la actividad estatal, aunque tenga un matiz o sello
nacional, es parte y agente de procesos de carácter transnacional que se arraigan
a nivel nacional y local. No piensa entonces lo internacional como un agregado
de intereses, instituciones o fronteras nacionales herméticas y la comunidad in-
ternacional como una suma de Estados, sino que percibe en la acción de agentes
estatales el sello de asuntos que, de he<:ho, ya son supranacionales. Aunque reco-
noce la utilidad de análisis comparativos, está más interesada en la interrelación
que en la comparación de dos paises separados o independientes. Por ello, no
ve a las instituciones del Estado como el gran agente que monopoliza la política,
sino que considera que ella está constituida por un entramado público/privado e
"interméstico", es decir, que fusiona lo internacional con lo doméstico.
Por otra parte, la noción que nos ocupa no considera sólo estructu-
ras legales formales sino también reglas informales. Considera las formas de
gobierno existentes - las cuales tienden a ser descentralizadas y engloban ac-
tores no estatales, incluidas organizaciones corporativas, organizaciones no
gubernamentales y organizaciones sociales- de modo menos jerárquico que
como son imaginadas desde la lógica de un Estado piramidal. Incluye también
medios de comunicación, organismos internacionales y organizaciones cientí-
fi cas y educacionales':. Reconoce que hay agentes no claramente identificados
como Estado, pero que funcionan como un paraestado. La gobernabilidad
todavía es piramidal y jurídicamente formal. Sigue apegada a la imagen de je-
rarquía de la Constitución y a las normas jurídicas que conducen hacia abajo,
hacia las reglas locales. La gobernanza en cambio, tal como aquí se entiende,
es reticular, inestable y compleja.
Aunque el Estado sigue siendo un mecanismo institucional concen-
trador y organizador de poder, la esfera política no es monopolizada por él,
sino que está entrecruzada y penetrada por proyectos, funcionarios, recursos,
instituciones y agentes que juegan desde los ámbitos nacionales o locales en

u Ell H DI' está trabajando ~bemanza como "Earth Syslem Governance"


con implicaciones específic.s para lemas ambientales, p. l .

34 Germán A. Palacio Call1.añeda


el ámbito internacional, atrayendo aliados claramente definidos como supra-
nacionales, e incluye agencias extranjeras que actúan permanentemente con
perspectivas que desbordan los marcos territoriales de los Estados nacionales:
una corporación financiera, por ejemplo, lo hace evidentemente, pero una
organización filantrópica de derechos humanos o de conservación tambien.
La WWF y Conservación Internacional funcionan en Colombia. pero tambien
en países vecinos, como Perú, Ecuador o Brasil, de modo que su operación
y acción estratégica en el territorio colombiano no están desconectadas ni
encerradas en la lógica territorial de un país".
Para el caso del Estado colombiano, particularmente por decisiones del
Gobierno mismo, el entramado colombo-americano es cada vez más enmara-
ñado, más tupido, no simplemente por la penetración de agentes e intereses
específicamente económicos, sino, aún más importante, por motivaciones,
agentes e instituciones políticas. de seguridad. judiciales, parlamentarios o
diplomáticos, cuya presencia se ha intensificado en las dos últimas decadas
a propósito de temas varios que tienen en el narcotráfico un eje clave, pero
que incluyen otros factores, también de apariencia filantrópica. La actual
percepción de vecinos y primos latinoamericanos, segun la cual Colombia
se convirtió en un cuasi protectorado de Jos Estados Unidos, puede ser una
exageración, aunque la aparente ignorancia de la mayoría de los colombianos,
incluidos expertos analistas que pretenden no ver la viga en el ojo propio, le
produce asombro a colegas latinoamericanos. En la construcción de un enemi-
go llamado narf'otdfico, este ha sido doblemente envilecido por su amalgama
con otro enemigo internacionalmente constru.ido, como es el terrorismo, lo
que condujo, en la dinámica del conflicto interno colombiano, a sujetar la po-
lítica propia a los lineamientos retóricos dictados por la política republicana
de George Bush".
Antes de continuar es importante hacer una aclaración conceptual adi-
cional. Una de las traducciones más comunes de good governance en América
Latina ha sido la de gobernabilidad. Por ello, algunos autores podrían pensar
que gobernanza y gobernabilidad no presentan diferencias sustanciales. Aquí
sí las hacemos, de modo que consideramos gobernanza como un concepto
más amplio que incluye gobernamentalidad. Carlos Franky y Dany Mahecba
(2009), en un fascinante artículo incluido en esta colección, añaden un nuevo
concepto al debate: consideran que
... si bien gobernamentalidad y gobernanza pueden ser
vistos como dos conceptos complementarios, gobernamentalidad
resulta más útil, dadas sus potencialidades analíticas que permiten
cuestionar las relaciones de poder establecidas y la lógica e intereses
gubernamentales en torno al uso del censo poblacional como una

1) De estemodo se pueden leer autores que perciben el fenómeno


pero no captan la profundidad del cambIo.
14 La experiencia peruana !Xln Sendero Luminoso.

Ecología p;>1It1ca y gobernam:a en la Amuonia:


bada un balance critico del régimen de UI"1be 36
técnica de gobernar, mientras que gobernanz.a, más que describir e
interpretar estos upectos, enfaliz.a en el análisis de la redistribución de
poder para lograr unos resultados".

Siendo útil la precisión de los colegas Franky y Mahecha para su pro-


pio artículo, en general, e n este texto, usamos gobernanza como un concepto
comprehensivo que incluiría gobernamentalidad. Palacio, de un lado. y Ulloa,
de otro, han usado también en otros escritosgobernamentalidad (Palacio: 2006;
Ulloa: 200']). En mi concepto, el término, importado del francés de Foucault
(1990), es cacofónico, He decidido usar gobernanza ya que evita este proble-
ma, abarca y desborda las duaUdades público/privado y nacional/suprana-
cional; incluye el doble juego de lo normativo/ informal y supera la idea de
Estado-verticalidad por poder-rcticularidad; en fin, no excluye, por principio,
las posibilidades analíticas de las relaciones de poder, que son propias del
concepto de gobernamentalidad.
El esfuerzo que se presenta en este libro parte de los avances producidos
en el país en el análisis ambiental con el marco de gobernabilidad. También tra-
ta de superar sus Hmitaciones. Así pues, el libro editado por Manuel Rodríguez
Becerra a nombre del Foro Nacional Ambiental, Gobernabilidad, instituciones y
medio ambiente en Colombia (2008), se propone, como se desprende de la breve
presentación del editor, contnbUlr al funcwnamlento de la gobernabilidad y a la
búsqueda de una mayor transpartncia institucional en la gestión medioambiental
en Colombia. JulioCarrizosa, quien por la amplitud y ambición oon que escribe
el extenso prólogo podría ser considerado el verdadero editor, presenta el obje-
tivo del libro que no es otro que evaluar el funcionamiento de las instituciones
del Sistema Nacional Ambiental (SINA) con énfasis en el período de Uribe'·,
Después de un amplio recorrido por la complejidad ecosistémica del país. la
historia de su poblamiento y de sus instituciones ambientales, propone la idea
de que los logros ambientales están siendo evidentemente recortados o reduci-
dos durante la administración de Á1varo Uribe. Dice que ti caso colombiano so-
bresale por la magnitud y coherencia de lo intentado y por la rapidez con que ~ ha
debilitado (Carrizosa: :1:008, 6). Quien expone más rigurosamente este proceso
de debilitamiento es Henry Manee en el artículo La polftica de la sostenibilidad:
ascenso y declive del ministerio del MediQ Ambiente colombiano (Manee: 2008.
101-252). un pequeño libro por sí sólo.
Aunque Carrizosa menciona e l neoliberalismo como uno de los factores
del deterioro de la institucionalidad ambiental y propone muy importantes
elementos de contexto político de la era Uribe, esa idea no es retomada ni
desarrollada por él. ni en el libro. Más bien indica que hay dos razones que

15 Carlos Franky y Dany Mahecha. incluidos en esta colección.


16 Julio Carrizos¡¡. loo8. "Evaluar la gestión ambiental producto del SINA ".
En: Manuel RodriguC'1: Beceru (Ed.). Gobernabilidad, illSfiwcUmtsy mtdio
ambitlltt tn Colombia. Bogot;!: Foro Nacional Ambiental. pp. 1 Y )0.
explican el deterioro y que se insertan bien en la filosofia de la gobernabi-
lidad: la fracasomanía y d consiguienu reformismo; la excesiva confianza
en la eficacia de las normas legales y la fragilidad política de las instituciones
(Carrizosa: 2008, 31). De hecho, Mance (2008, 112) se concentra en el análisis
de la vulnerabilídad de las instituciones frente a decisiones de gobierno y a
la coyuntura política y propone que el personalismo del presidente es más
dai\ino que el mismo neoliberalismo". No se trataría de una incoherencia ya
que Rodríguez Becerra nos ha advertido que ofrece el libro en fu nción de
la gobernabilidad y la transparencia. En todo caso, dejar en el aire la idea
del neoliberalismo como una de las razones del deterioro, podría convertirse
en una simple acusación sin sustento. El problema del Libro es el enfoque'·.
La falta de conexiones lógicas y jerárquicas no permite concentrarse en lo
principal. aunque el panorama sea un buen aporte. En todo caso, si en este
texto invitamos el lector a superar el enfoque de gobernabi lidad, utilizamos
los avances, reflexiones e información que nos ofrece.
Para poder clarificar las diferencias también hay que decir que hay otra
confusión desatada por el formalismo de la gobernabilidad. Bajo esta visión, la
política y las instituciones ambientales son analizadas de manera independien-
te como un subsistema relativamente autónomo, descuidando que hay aspectos
centrales de política no ambiental que le cambian los recursos, la capacidad, el
color, el sentido y la importancia institucional a la política ambiental. Ésta dista
mucbo de ser autónoma, y los efectos ambientales de otras acciones y políticas
no ambientales tienden a ser más poderosas que eUa misma. Pongamos un ejem-
plo: mientras el Ministerio de Agricultura tiene un alto perfil político y mueve
cuantiosos recu.rsos y poderosos agentes económicos, por ejemplo, cultivado-
res de cai'ia, palmicultores o ganaderos, y es fundamentalmente un ministerio
de desarrollo -de manera literal o reduccionista: desarrollo como crecimiento a
seca5-, el Ministerio del Ambiente, por el contrario, no sólo fue transformado
mediante la adición de la responsabilidad del manejo de la vivienda, sino que
en lo que tiene que ver con los aspectos propiamente ambientales le han sido
reducidos notablemente el presupuesto y las capacidades (Rodríguez Becerra:
2008). Las políticas agropecuarias afectan evidentemente no sólo el ambiente,
sino que convierten al Minambiente, en sus funciones propiamente dichas, en
un primo menor del Ministerio de Agricultura".
Así, bajo la noción de gobernanza, este libro pretende hacer análisis
más complejos que los que se hacen a partir de la noción convencionalmente
definida como gobernabi lidad o como política ambiental. que es a lo que se
dedica el otro libro en mención. Este Hbro, en cambio, propone que para po-

'7 Sobre la relación entre ambientalismo y neoliberalismo, ver Palacio (1001).


,8 Aum;lue la extensión de algunos artlculos puede dar lugar a perder el
roco, ya que prc:sc:ntan demasiados elementos sin orden o jerarqura.
'9 El articulo de Carrizosa incluye un poco del contexto que se orienta en la
dirección propuesta. No obstante, nuevamc:nte, como se habla de demasiadas
cosas, se pierde de vista las conexiones lógicas y las jerarquías argumc:ntales.

Eoologia politica y goberoanq en .. Amazonia:


b.cla. UD balance critico del ~lmen de Urlbe 31
der captar en concreto los elementos conceptuales y hacer un análisis sobre
gobernanza ambiental en la Amazonia debemos reconocer lo que llamamos
la "apuesta estratégica" del gobierno de Uribe. Ese es el elemento contextual
fundamental. Insisto en aclarar una diferencia: no basta presentar elemen-
tos de contexto. sino que es necesario mostrar cómo ese contexto condiciona
fuertemente la política y gestión ambientales. Procedamos a hacer el ejercicio.

La apIIMta estratégtca
Cuatro elementos centrales soportan la apuesta estratégica del régi-
men del presidente Uribe. Ellas son: Seguridad Democrática (SD), Hegemonía
Empresarial (HE). Estado Comunitario (EC) y Relaciones Internacionales
Antiterroristas (RIA). Veamos:

SeguIidad Democrática (SD)


El régimen de Uribe (2002-2010) se funda en una doctrina que se pro-
pone de largo alcance y se denomina Seguridad Democrática. Varios elementos
generales pueden ser perfilados: a) su propósito principal consiste en conver-
tir a la guerrilla de las FA Re en el enemigo estratégico. convirtiéndolo en epí-
gono del terrorismo y quitándole el espacio político nacional e internacional;
b) en desarrollo de este propósito. apunta a ampliar el pie de fuerza, dotar.
tecnificar y sofisticar las fuerzas armadas en general, mejorar la inteligencia
y rediseñar. flexibilizar y hacer más ágil la acción armada antiguerrillera
con un sistema de premios y recompensas y tratando de movilizar la acción
ciudadana a favor de las fuerzas de seguridad; c) relega. en la práctica, casi
por completo las posibilidades de negociación con las FARC, no así con otros
grupos ilegales; d} justifica, en principio, toda acción contra ese enemigo, lo
que incluye el sacrificio de las relaciones con vecinos y eventuales violaciones
de derechos humanos; e} construye una nueva semántica sobre el conflicto
armado que incluye la negación de su existencia: en Colombia, se dice desde
el Gobierno, no hay conflicto armado sino lucha antiterrorista)O; g} da trata-
miento de enemigos a opositores (Tickner: 2009); f) trata de recuperar el prin-
cipio de autoridad y orden sobre otras consideraciones, de modo que Uribe
se convierte en el presidente de ideología de derecha más radical desde hace
casi medio siglo: revitalizó al partido conservador, dio aliento a la derecha
católica y derechizó a los liberales e inclusive a parte de la izquierda demo-
crática". Nos hace rememorar a Núñez, el liberal que gestó la subsecuente
hegemonía conservadora que se prolongó hasta los años 1920; al conservador
Rafael Reyes, admirador del espíritu empresarial y del presidente mexicano
Porfirio Díaz; a Marco Fidel Suárez, quien se orientaba geopolíticamente por

:lO El asesor presidencial. pagado por el PNUD. es quien más


elocuentemente ha propuesto y defendido el punto.
lJ La última elección de Procurador General de la Nación
prueba. en mi concepto, la anterior afirmación.

38 Germán A. Palacio Castañeda


la así llamada "estrella polar" que eran los Estados Unidos de América en los
años de 1920; en fin, se convierte en el gobierno más conservador en Colombia
desde la época de Laureano GÓmez. Por último, g) subordina todas demás
políticas a la SO, con excepción de la recuperación económica del gran empre-
sariado, que en realidad es el segundo pilar de la apuesta estratégica que debe
ser sinérgica con la s o.

Hegemonia Empresarial (HE)


Logró la construcción o recuperación, si alguna vez existió en Colombia,
de una hegemonía empresarial (HE) que acompañe el discurso de la seguridad
democrática. Los ideólogos la llaman también "confianza para el inversionis-
ta". Se trata de la fabricación de una hegemonía, e n la concepción gramsciana,
de un "sentido común" compartido por el conjunto de la sociedad (Gramsci:
1981). Esto ha implicado: al la afinidad de este discurso con el tecno-empresa-
rial organizado bajo proyectos, indicadores de logro, metas, resultados y una
retórica afin al poder empresaria l pr ivado; b) el remplazo del discurso político
de plaza pública tradicional por u n discurso político montado con datos, in-
dicadores, estadísticas y representaciones matemáticasU ; cl mayor flexibiliza-
ción de la legislación laboral. recorte de prestaciones y mayor precarización
del mercado laboral; d) un sentido particular de lo práctico que, entre otras,
se aplica a la construcción de modelos basados en la idea de "competencias"
surgidas del mundo lahoral e impuestas al mundo educativo; e) gara ntías, in-
centivos y red ucción de impuestos orientados a incrementar la rentabilidad de
la invt:n;ión privada y t:xtranjera; y f) medición de la rentabilidad en términos
monetarios, excluyendo o minimizando consideraciones sociales, ambientales
o de otro tipo, con excepción de la rentabilidad política. Esto nos remite al
siguiente elemento complementa rio: el Estado Comunitario, que ha sido, hasta
ahora , un eficaz mecanismo legitimador y articu lador de demandas e intereses
en lo que los gurús del eufemismo gubernamenta l llaman robustecimiento del
"tejido social" y también "cohesión social" .

Estado Comunitario (EC}


Lo constituye un marco de acción política con entrada doble: al a
través de una doble comunicación, personal. de un lado, e n consejos co-
munitarios y mediática; de otro, en los grandes medios de comunicación
con los electores, y b) basada en unas mayorías visualizadas como encues-
tados. Como "Estado de Opi nión" tiende a sustituir las fo rmas propias de la
Constitución garantista del Estado Social de Derecho por una interlocución

11 Patético resultaba el ullraderechista ex ministro de Agricultura cuando


los reportero:¡ le pregunlaban sobre la permanente intervención en
política con que conduda el MiniSterio de Agricultura, como su campaña
de ··No al Despeje". recordándole el car.icter técnico del Ministerio de
Agricultura. A eso salia responder: " Prcgumenme las cifras ... "

Eeología política y goberoanza en la Amazonia:


bada UD balance critico del régimen de Urlbe 39
más directa con la comunidad. Esta comunidad es cuidadosamente organi-
zada e invitada a escenarios cerrados, aunque los consejos son transmitidos
por televisión, lo cual es percibido por la oposición como desinstitUCÍonali-
zaCÍón. Normalmente, los temas son especificados, pero hay una exclusión
temática permanente: la política de seguridad es discutida en los consejos de
seguridad pero es cuidadosamente excluida de la discusión "comunitaria".
Buena parte de los participantes de estos eventos políticos son vistos como
ejemplo de transparencia, pero sus recintos son llenados por funciona rios
del Estado central y de las regiones y localida des. Éstos están sujetos, su-
bordinados, angustiados y, en ocasiones, aterrados, por el despliegue de
una cuidadosa performance de la autoridad presidencial, normalmente estu-
diada para rea lizar actos teatrales y notorios, lo que incluye destituciones
de funcionarios para arrancar aplausos del público presente, con efectos
impactan tes para los espectadores televisivos.
A la luz de la combinación de SD+HE+EC todo pareciera un asunto
de política doméstica, c uando en realidad poco se entendería si n incorpo-
rar al análisis la dimensión internaciona l, lo que constituye el cuarto pilar
estratégico.

ReJacioneslntemacionales antlterroristas (RIA)


El régimen de Uribe acompana Jos tres pilares - so, HE, EC- con un
modelo de relaciones internacionales, el cual esta a) armado sobre una alian-
za incondicionada con el gobierno de Bush que, por razones asociadas a la
concepción de SD, desestima los peligros de romper la tradición bipartidista
en las relaciones con los Estados Unidos. Mientras que el gobierno de Bush
controlaba el Congreso, la política gubernamental era completamente afin y
tenía los fr utos esperados por el régimen. El problema de calcu lo está en el
med iano plazo. Con la victoria de los demócratas en el Congreso, así sea por
una diferencia mínima, empezó el Gobierno colombiano a penar. No tanto su
SO, sino su apuesta empresarial que está ligada a la aprobación del Tratado de
Libre Comercio con los Estados Unidos. El soberbio, frentero e imponente pre-
sidente de los consejos comunitarios se convierte en un sudoroso e insistente
presidente de una república latinoamericana que deambula por los pasillos
del Congreso de los Estados Unidos sin lograr que le abran las puertas de las
oficinas decisorias, cuando el partido demócrata se tomó las mayorias en el
Congreso.
b) El correlato de la alianza incondicional con el gobierno de Bush y
la voluntad a ultranza de mostrar resultados con la so lo hace aislarse paula-
tinamente de sus colegas de la región, embarcados en mayor a menor medida
en un proceso de integración suramericana. Por ello es capaz de poner en
riesgo o, inclusive, sacrificar, si es necesario, otras relaciones, Venezuela en
el primer caso y Ecuador en el segundo, a costa de problemas económicos O
del deterioro de las relaciones diplomáticas. Los efectos negativos para los

40 Germán A. Palacio Cutañoda


colombianos en Ecuador ya empiezan a saltar a la prensa", y en Venezuela,
- hasta ahora más retórica- , puede cristalizarse por la concesión generosa de
bases militares a los Estados Unidos. c) Al subordinar las relaciones externas a
la relación con los Estados Unidos, le parece fác il sujetar su política exterior a
necesidades coyunturales de política doméstica, deteriorando la autoridad de
la Cancillería y el conjunto del cuerpo diplomático de carrera. Bajo esta lógica,
poco a poco, embajadas y consulados, así como otros cargos diplomáticos,
se utilizan sistemáticamente para premiar los aliados políticos y garantizar
lealtades con impacto electoral. Nada del todo nuevo, pero sí francamente
evidente y sin vergüenza.
Tomados en conjunto estos cuatro aspectos, SD+HE+EC+RIA, el régi-
men Uribe genera un doble proceso reinstitucionaHzadorjdesinstitucionaliza-
dor que, de un lado, apunta a recuperar el control del monopolio de la fuerza
física legítima en el territorio nacional, tratando de reintegrar al sistema las
fuerzas paramilitares y de derrotar a la guerrilla de las FARC, pero de otro,
erosiona la Constitución del 91 Y sus derivados, la t utela, la independencia
de las cortes, la autonom ía del Banco Central, y sustituye los mecanismos de
responsabilidad delegada por la toma de decisiones "comunitarias" de cada
sábado, al tiempo q ue concentra en el Presidente la responsabi lidad de lo
importante, lo mediano y lo de poca monta.

BalaDee:~, cWlc:an.ca.,. dlIeaau .. 1a


lm.pIemeaud6a de la emat.gW
Como el Presidente obtiene triunfos electorales apoyado en su alianza
con parapolíticos", propone mecanismos de relegalización de los paramilitares
y subordina otras áreas socio-eco-políticas a las determinaciones anteriormen-
te mencionadas. En el proceso, debido a los crecientes conflictos con los pa-
ramilitares asociados al narcotráfico, el Gobierno se decide a extraditarlos. En
cambio. nada de esto quiere decir que se hayan roto los lazos entre el Gobierno
y los parapolíticos. De hecho, siguen manejando sus cuotas políticas. Se abre
una brecha entre paramilitares y parapoJíticos, cuyas alianzas, hasta el primer
período de Uribe, se habían consolidado.
Aunque ha habido problemas, los analistas y la opinión pública, en
general, reconocen que el Gobierno ha sido exitoso, particularmente durante
el primer período de cuatro años. No obstante, a fines de ese primer período
empiezan a irrumpir problemas que, en todo caso, no ponen en peligro su
reelección, pero que sí darán lugar a mayores controversias y a críticas más de-
cididas que se perciben mejor en algunos influyentes medios de comunicación
escritos. Saltan a la prensa entonces los juicios contra parapolíticos. aliados de
la coalición de gobierno.

l) María Jimena Duzán. 2009. Revisu Semana del 7 a1 1) de febrero.


24 Iván Cepeda y Jorge Roja s. 2008. A las puertas del Ubhrimo.
Bogotá: Editorial Randorn Hou$t: Mondadori.

Eoologia polilica y gobemaru:a eD la Amazonitl;


hacia UD balance critico del régimen de Uribe U
En realidad, los éxitos son, sobre todo en su primer período, exagerados
-ya se puede salir a las carreteras con seguridad, se dice-- y minimizadas las
consecuencias negativas para el sistema del Estado Social de Derecho y para
la garantía de los derechos humanos. También se dice que la estrategia econó-
mica es exitosa debido a la so, pero poco se reconoce que se trataba de una
época de expansión del sistema mundial y que en la crisis actual no es mucho
lo que pueda aportar la so. No obstante, este hecho se vuelve cada vez más
evidente o más costoso sólo en el segundo período, aunque algunos golpes a la
cúpula militar de las FARC. deserciones de las filas de ese grupo y la Operación
Jaque en 2008 le dan aliento al régimen, de modo que algún general propone
que ya estaríamos en el "fi n del fin" de aquella organización guerrillera. La
marcha contra las FARC del4 de febrero de 2008 y el concierto del 20 de Julio
del mismo año le inyectaron nuevo aire al Gobierno en medio de un ambiente
enrarecido por las detenciones y condenas de aliados parapolíticos y por es-
cándalos, tales como la llamada "yidispolítica", que cubre la reelección con
un manto de corrupción e ilegitimidad.
Antes de este declive, parte de la sobreestimación de los éxitos tiene que
ver con la sinergia que genera la so con la recuperación económica alentada por
una coyu ntura de crecimiento económico mundial. viento a favor de reeleccio-
nes de gobiernos de derecha y de izquierda en América Latina. 1.0 cieno es que,
independientemente de los factores del éxito, los empresarios ven de manera
entusiasta el crecimiento económico, de modo que se percibe que la Seguridad
Democrática está bien acompaflada y que el estatus de los "empresarios" está
siendo justamente reconocido y puesto en su lugar. Los hijos de Uribe reclaman
su derecho fundamental a ser empresarios exitosos. sin importar demasiado
u
irrelevantes meticulosidades éticas, dice buena parte del público .
En la medida en que a partir de finales de 2008 esta coyuntura de
bonanza comenzó a cambiar y que el desplome del sistema financiero mun-
dial expande sus efectos globalmente, se prevé que se vayan presentando
mayores problemas económicos dificiles de resolver y que el crecimiento
económico sea asunto del pasado. Hay algunos analistas conspicuos y bien
informados que compartieron con entusiasmo la política uribista durante el
primer periodo que piensan que no hay muchas razones para tal actitud".
Independientemente de quien tenga la razón, la percepción es que ambos
pilares del régimen de Uribe, la SD y la HE estuvieron ligados sinérgica mente.
al menos, en buena parte del primer período presidencial.

1~ El artículo de D~niel Coronel en la Reyista Slmana del 19 ¡lI26 de


abril de 1009 atizó un debate laryado sobre este punto.
16 Rodolf Hommes. Carlos Caballero Argjez y, en menor medid ..., FOlbio Echeyerri
Correa, por mencionar algunos nombres ilustres. Es destacable tambi~n el
papel de Salom6n KallT\Olnoviu:, quien en la ultima dtcada fue vÍ$to como
t«nico, abandonando sus posidones marxistas, y quien hoy a~rea como
serio crítico del régimen de Ur ibe en lo económico, al menos. El Decano
de economía de 105 Andes, Gavirla, se suma a este grupo de crit lc05.

42 Germ6n A. Palacio Cutañe<Ui


Como en el segundo período de Uribe se van haciendo visibles pro-
testas contra aspectos débiles de su política de SD, particularmente en rela-
ción con la ineficacia o insensibilidad del Gobierno frente a los secuestrados,
capturados en combate y retenidos por la guerrilla, el Gobierno empieza a
responder a las críticas poniendo el retrovisor, como dicen coloquialmente los
medios masivos, de modo que se culpa a administraciones anteriores de las
falJas y problemas. Durante el 2008 se encadenaron protestas sociales en las
que participaron camioneros, sector judicial, maestros, Registraduría, sector
agroindustrial e indígenas, las cuales forzaron al Gobierno a declarar el estado
de conmoción interior, que fue una de las prácticas que q uiso erradicarse
con la Constitución del 91, ya que normalmente se usó para asuntos que no
eran adecuadamente justificados; y el entorno internacional, por otra parte,
se hace paulatinamente más hostil a causa de los problemas derivados de su
alianza a ultranza con el gobierno de Bush, del triunfo de los demócratas en
la competencia por la presidencia, del incremento de antagonismos y hos-
tilidades con sus vecinos suramericanos, de la poco consistente retórica de
reducción de las áreas cultivadas de coca y del incremento de sus diferencias
con los agentes paramilitares que acabaron siendo extraditados. Se empiezan
a abrir cuestionamientos al éxito de la estrategia en general, aunque la mayor
parte de la opinión pública reconoce que fueron muchos los avances.
El aspecto más fuerte de la apuesta estratégica del régimen empieza
a recibir críticas por la proliferación de lo que popularmente se empieza a
conocer como "falros positivos", es decir, crasas violaciones de los derechos
humanos, producto de efectos perversos de la so. Aunque el Presidente man-
tiene la popularidad, se va erosionando paulatinamente su credibilidad entre
sectores de la opinión pública, medios escritos, la coalición de gobierno y
otros sectores influyentes de las elites. Denuncias de corrupción son desoídas,
y los funcionarios comprometidos no son retirados o no renuncian, en franca
paradoja frente a las destituciones fulminantes de los consejos comunitarios.
Inclusive altos mandos militares han sido también llamados a retiro, tratando
de mostrar que sus acciones constituyen efectos colaterales de la SD y no
características de la misma.
Poco a poco se ven retiros importantes de la coalición de gobierno y
críticas a los intentos de reelegirse por segunda vez, las cuales provienen de
antiguos amigos y aliados debido a la meándrica estrategia de no aclarar si el
Presidente está buscando una nueva reelección. Ésta, a su vez, es percibida
como el fin de la Constitución del 91, en la medida en que se ha desinstitu-
cionalizado el Estado Social de Derecho, se derrumba la separación de las
ramas del poder público y se personaliza el poder en la figura de un caudillo
irremplazabJe. Algunos analistas afirman que el Gobierno hace bien en busca
del propósito de mantener la gobernabilidad". y aquí se concentra ese doble
momento de reinstitucionalización que produce la SD mediante el intento de

'7 El Tiempo. Ernesto Samper, lunes 8 de febrero de 1008.

Ecologia politica V gobemanza en la Amazonia:


hacia un batanea critico del rltglmen de Uribe .3
lograr el monopolio de la fuerza física legítima, pero de desinstitucionaliza~
ción concomitante por el intento de perpetuarse en el poder.
Pasemos ahora a revisar específicamente el contexto amazónico que
sirve para comprender el terreno específico de la gobernanza ambiental.

~ uaUtICM para ~ la Amazoa1a co)omMa n a


Antes de la aplastante victoria electoral en primera vuelta de Álvaro
Uribe, algunos analistas percibían a Colombia como un país fragmentado en
cuatro partes: una, con fuerte presencia paramilitar, en el norte caribeño;
una región central andina dominada por el Estado, con un poder desafiado
ocasionalmente por "pescas milagrosas", como se conocieron en ese entonces
secuestros organizados en plena carretera por grupos de las FARC; una zona
sur, en buena medida manejada por las FARC. Esa zona sur correspondía prin~
cipalmente a la región amazónica: el colombiano medio, que es ignorante con
respecto a la Amazonia, empezó a reconocer algunos puntos claves. Sitios,
tales como San Vicente del Caguan, Mocoa, San José del Guaviare, Miraflores
o Mitu, eran muy poco conocidos por ese colombiano. En un ejercicio sobre
este tema, estudiantes de Maestría en ciencias sociales o naturales difícilmente
lograrían ubicar capitales amazónicas, o importantes, extensos y caudalosos
ríos. Quizás Florencia o Leticia, por el conflicto con el Peru, podrían ser mejor
identificados. Recientemente, a fines de 2008, Mocoa cobró más visibilidad
debido a las asonadas asociadas al fenómeno DMG. La edición de 2009 de la
"Vuelta a Colombia" -evento que nos enseño a muchos colombianos geogra~
fía- inició con una etapa hacia Mocoa.
Finalmente, las tres grandes regiones mencionadas podrían ser com~
plementadas por la existencia de otros remanentes discontinuos, que son
fragmentos de regiones del complejo ecosistémico colombiano: muchas veces
lugares de disputa entre narco-paras y militares contra la guerrilla; otras, zo-
nas de enclave, incluidas las zonas esmeraldíferas. No sorprendió demasiado
que la región caribeña fuera recuperada por el Estado de la so, ya que era
muy bien conocida en su complejidad por Uribe, tenía muchas afinidades con
el discurso antiguerrillero de los paras de la Costa y, efectivamente, le cupo
un proceso de negociación y diálogo. Allí la so logró recuperar la región para
el Estado. En la región "central" andina, acosada por los temores en las ca~
rreteras, fue eliminada buena parte de la zozobra al desplegar los tanques y
contingentes militares y organizar caravanas turísticas protegidas, de modo
que se sintió una recuperación de la tranquilidad. Las pequeñas zonas de la
cuarta región de remanentes discontinuos siguen con sus problemas propios,
pero la presencia de las fuerzas mi litares y de policía es más notoria y los
alcaldes despachan desde sus localidades, 10 que ha generado una mayor apa-
riencia de sosiego.
La región del Suroriente, particularmente, la Amazonia, donde las
FARC son fuertes, es el sitio donde, dicen los medios, "se pudren los secues~
trados": una zona de combates en que la so se ha jugado el todo por el todo

44 Germán A. Palacio Casl.aiieda


con el apoyo de los recursos de los Estados Unidos, inicialmente bautizados
como Plan Colombia. Ese es el desafio específico del régimen de Uribe, en
cuyo marco las políticas y acciones del Estado en la Amazonia tienen unas
características particulares, con importantes implicaciones ambientales. Para
comprender lo ambiental y sus políticas he planteado cinco ejes referidos a la
Amazonia (Palacio: 2007). En esta sección me referiré a tres de ellos: el regio-
nal, el socloeconómico y el glocal".

Eje regional: Panamuonia y complejidad regiOlJal


Después de haber sido abandonada desde fines del siglo XIX a cau-
cheros, misioneros, corregidores y cónsules (Zárate: 2008), el Estado debió
rescatar su salida al do-mar en la segunda, tercera y cuarta década del siglo
XX. El conato de guerra con Perú no sólo permitió lograr esta cabeza de playa
en el Amazonas, que de otra forma seria exclusivamente peruano y brasilero,
a cambio de ceder en amplias aspiraciones territoriales. Era importante tam-
bién reforzar la colombianidad tan de capa caída por la pérdida de Panamá
a comienzos del siglo XX. Un distinguido boyacense, Demetrio Salamanca,
habría postu lado durante la segunda década del siglo XX la idea de que habría
estado en juego una macroregión que hoy debemos Uamar la Panamazonia.
La idea de que la región sur del país es parte de una región compartida por 8
Estados naciones me da pie para iniciar esta reflexión con el eje espacial, para
pasar luego al eje temporal (Palacio: 2007).
En la Amazonia colombiana se ha ido generando una complejidad y di-
ferenciación regional en modalidades renovadas. La región del Caquetá -como
se le llamaba a la región amazónica- , que hasta comienzos del siglo XX podría
ser fundamentalmente descrita en términos de etnias, empezó a ser ocupada
por colonos provenientes de varios departamentos, pero predominantemente
de Huila y Tolima, en la formación del actual departamento de Caquetá, y de
Narií'io, en la del actual departamento de Putumayo. Ese piedemonte ama-
zónko tiene unas características específicas que lo diferencian de la llanura.
El Caqueta, debido a la colonización campesina, poco a poco se volvió una
región parcialmente deforestada en donde conviven la producción campesina
y, en buena medida, una extensa región ganadera. En el caso del Putumayo,
la navegabilidad de su rio lo convirtió en un territorio con potencialidades
comerciales con países vecinos. Desde la década de1960, primero el petróleo y
luego, junto con él, la coca, le dieron un impulso económico insospechado, al
tiempo que estimularon un intenso proceso de poblamiento de recién llegados
asociados a ambos recursos. La carretera pavi mentada, recientemente puesta
en servicio, que conecta en pocas horas a Neiva con Florencia y Mocea. ha
permitido la inclusión de esta subregión a proyectos económicos y políticos
regionales asociados a los departamentos andinos del sur del país. El proyecto

211 Dos conceptos $On claves pan romprender el eje histórico. Ellos
$On asincronl;¡¡ y excentricidad. Ver: Palacio (2007,4)

Ecologia politlCII Y gobemanu en l. Amuorue:


haI;:Ur. UD. baI~ tritloo del r6gimen de Urtbe 41
IIRSA, Iniciativa para la Integración Regional Suramericana, que busca co-
nectar el Atlántico con el Pacífico y unir el interior suramericano con sus
litorales, tiene en la ruta Belem do Pará-Tumaco uno de sus ejes, utilizando la
hidrovía Amazonas-Putumayo para conectar con las carreteras de Putumayo y
Nariño. Una parte del Caquetá y el Putumayo está, bien que mal, en todo caso,
atada a las visiones convencionales de desarrollo y futuro del resto del país.
Este proceso de integración aJ resto del país es más atrasado en otros
lugares. No obstante, las vías de comunicación jalonan la organización de los
territorios, los cuales no dependen solamente de una configuración geográfica
o ecosistémica. El Guaviare, donde los cultivos de coca llegaron con fuer-
za inusitada, constituye el departamento de transición entre la Orinoquia y
la Amazonia y ha sido escenario de la liberación de secuestrados de estos
tiempos, tiene su capital, San José, conectada con la carretera pavimentada
que la comunica con la capital de los Llanos Orientales, VilIavicencio, una
urbe mediana en expansión, a dos horas de Bogotá. La celebración del folclor
llanero es normal en San José del Guaviare, así como el Sanjuanero es una de
las fiestas más reconocidas en Florencia, Caquetá. Siendo una región de transi-
ción entre la Orinoquia y la Amazonia, podría ocurrir, eventualmente, que los
gobiernos consideraran la parte de mayor predominio de suelos y ecosistemas
orinocenses como una región adecuada para agrocombustibles.
El Guaviare, en estas condiciones, y a pesar de que es renombrada
como la región de los nómadas Nukak-Makú en transición, es una región
amazónica que tiene un porcentaje relativamente bajo de población indíge-
na, no más del 10% , y que, poco a poco, ha entrado a gravitar, al menos
en parte, en torno del departamento llanero del Meta. Entre un desarrollo
"a la llanera", una economía ilegal y unos indígenas con variado prestigio
social, nukaks reconocidos y guayaberos despreciados, se estremece el de-
venir contemporáneo del departamento. En este escenario, el contraste con
Vaupés, Guainía y el norte del departamento de Amazonas es inconfundible.
En efecto, en esta "Amazonia profunda", los indígenas son mayorías abso-
lutas y conservan buena parte de las más notables expresiones culturales
propias. El proceso de ordenamiento territorial, a través de la constitución
de ETls (Entidades Territoriales Indígenas) tiene una importancia estratégica
para la autonomía y fortalecimiento de esos pueblos indígenas, pero los in-
tentos de cristalizarla han fracasado sistemáticamente desde la Constitución
de 1991. Los efectos globales del cambio climático podrían generar nuevos
acuerdos entre los agentes estatales y transnacionales de la conservación con
los pueblos indígenas, en la medida en que reconviertan los resguardos en
áreas de protección especial. Por supuesto que estas alianzas pueden ser frá -
giles, pero no se puede desdei\ar esta posibilidad. La reivindicación indígena
podría ser empalmada con las eventuales ventajas derivadas de una cierta
concepción ambiental. Esta es la región por excelencia en que los colombia-
nos imaginan la Amazonia emparentada con el romanticismo ecológico. En
cambio, la Amazonia del Guaviare es la pensada como un infierno verde, de

46 Gennén A. PaJado Castañeda


los secuestrados, de la coca, de luchas entre grupos guerrilleros y narcopa-
ramilitares.
El panorama más bien idílico - para antropólogos, biólogos y juventud
romántica educada- de la Amazoni'!.remota es salpicado por la existencia real
de sus corregimientos departamentales desperdigados en territorios extensos,
sobreviviendo en un limbo jurídico originado en la Constitución de 1991 y de
fallos posteriores del Consejo de Estado (Hurtado y Guío: 2007)'" de modo que
su población mestiza ha quedado sin maneras de expresarse políticamente a
nivel local y su derecho a la participación está conculcado, ya que no pueden
elegir ni ser elegidos, ni pueden recibir recursos del presupuesto central por-
que no tienen un estatus legal. En cambio, los resguardos sí reciben. Así como
la determinación de la identidad indígena depende de la decisión de quien se
autoidentifica, no puede ser esta población mestiza obligada a identificarse
como indígena sin serlo o querer serlo. Algunas ONGs indigenistas postulan,
inclusive, políticas de limpieza étnica, proponiendo que todos estos mestizos
deben salir de estos territorios de mayoría indígena, y el Estado colombiano
no ha querido tomar decisiones serias al respecto para arreglar la situación.
A diferencia del norte del departamento del Amazonas, el trapecio
amazónico es otro cuento. Allí Leticia, ocupa una posición geoestratégica
para Colombia en una frontera triple con Brasil y Perú. Esta capital queda
bastante desconectada del resto del territorio departamental marcado por los
ríos Putumayo, Caquetá y Apaporis. En cieno sentido, por tener aeropuerto
que recibe aviones comerciaJes, parece un barrio lejano de Bogotá, lo cual la
hace, con sus cuarenta mil habitantes (estimados debido a las imprecisiones
dramáticas del Censo), más cosmopolita que muchas ciudades de Colombia.
Leticia y Puerto Nariño son los dos únicos municipios del departamen-
to más grande del país, pero que dispone de muy pocas tierras para distribuir,
ya que entre los resguardos, los parques y la zona de reserva forestal queda
menos del 5% para ser repartida en manos privadas. Las fuerzas militares
poseen las tierras estratégicamente mejor ubicadas en la ribera del Amazonas
dentro del municipio de Letida, contribuyendo a asfixiar la ciudad rodeada
de resguardos. Estos son multiétnicos, aunque haya predominio demográfico
ticuna. El paradigma de comunidades indígenas culturalmente homogéneas y
de culturas ancestrales estables está muy lejos de la realidad. Se trata de pue-
blos que han sobrevivido conviviendo en siglos de contacto con sociedades
comerciales y, no en pocas ocasiones, violentas.
A pesar de las circunstancias de aislamiento relativo con respecto al
centro del país, Leticia y los II6 kilómetros cuadrados colombianos sobre el
río Amazonas tienen potenciales hoy marcados por turismo eco-etno-acadé-
mico. El Parque Nacional Natural Amacayacu constituye un lugar de especial
interés ecológico y turístico. Fue convertido en Parque Nacional después de
que en los años 70 fue lugar de hospedaje de pistas aéreas de los narcotrafican-

'9 ver también Hurtado (l009), induido en esta col«dÓn.

Ecología polltica y gobernanza en la Amazonia:


hada un balanca critico del régimen de Urlbe 4'1
les conectados a los carteles claves del centro andino. Durante el régimen de
Uribe se ha encontrado la forma de comercializar la zona de alojamientos del
parque dentro de una de las tendencias generales de las políticas ambientales
que apuntan a derribar las barreras a la comercialización de la naturaleza .
(Cuadrado: 200']; Palacio: 2005). Los escasos recursos que destina el Estado
central para los asuntos ambientales estaban conduciendo al completo de-
terioro de la infraestructura y, desde ese punto de vista, la privatización se
presenta como un éxito, particularmente cuando incluye a turistas relativa-
mente acomodados, clase media alta hacia arriba, pero tiende a excluir a los
habitantes de la región o de fuera de ella sin suficientes recursos para ser
admitidos en los parques.
Los departamentos amazónicos del piedemonte no son lo mismo que
aquellos influenciados por los Llanos orientales; ni es lo mismo la Amazonia,
"profunda" del Vaupés, el Guainla y el norte del departamento de Amazonas,
que la región del trapecio amazónico. Construir relaciones directas entre dis-
tintas partes de la Amazonia es casi tan dificil como construir relaciones Sur-
Sur. En estas condiciones Bogotá sigue siendo la capital de unos territorios
nacionales, en un marco de doble colonialidad . ¿Por qué?

Eje todo-económJoo: .ueJo, .ubwelo , vuelo


A diferencia de Brasil, por ejemplo, la Amazonia colombiana no ha pre-
senciado las fuerzas del desarrollo con sus macroproye<:tos, grandes cultivos
que avanzan desde su frontera hacia el centro del bosque, ni megaciudades.
como Manaos, ni carreteras transamazónicas; esto es. las fuerzas del desarrollo
en la Colombia amaz~lDica no han penetrado masivamente . Los cambios nota-
bles del piedemonte han sido producto tanto del ca mbio social no programado
como de planes estatales erráticos, inconsistentes, sin estrategia ni política
global. Ese paisaje del piedemonte no ha cambiado sensiblemente por culpa
del" desarrollo" sino por deformación del mismo y por el conflicto sociopo-
lítico. No obstante, la expectativa petrolera y la irrupción de la alternativa
de los biocombustibles. junto con la expansión del cultivo de transgénicos,
soya, maíz y otros, a gran escala, son estímulos para una deforestación que ya
está generando en la Amazonia brasileña, Acre y Rondonia y en la Amazonia
boliviana grandes quemas regionales de impacto transnacional. cuyos efectos
ya se perciben en Leticia-Tabatinga en épocas de verano, forzando a cerrar
los aeropuertos. Este renovado empuje desarrollista, medianamente contenido
durante los años 90, revive otra visión sobre la Amazonia generada por los
estragos sobre los suelos amazónicos que éste trae consigo: el "desierto rojo".
Aunque la Amazonia a ve<:es es vista desde su parte idílica como lugar
de conservación, particularmente la ':e..mazonia profunda", no necesariamen-
te deberíamos ser tan optimistas. La visión idílica es ciertamente reforzada
por el reconocimiento legal de los extensos territorios de resguardos de los in-
digenas, con la consig uiente protección de estas tierras como inembargables,
inalienables e imprescriptibles. En este régimen, debido a la política del ex-
ministro de Palmicultu ra, como un notable carica turista ha llamado a Andrés
Felipe Arias, y a los intereses petroleros, se han incentivado dos aspectos que
confluyen en sentido contrario a la conservación . De un lado, una idea que
se esta consoUdando es que si bien a los indígenas se les protege la tierra, es
decir el suelo, el su bsuelo es propiedad de la Nación, lo cual le abre todas las
posibilidades a la exploración y explotación petrolera. En efecto, la Amazonia
es uno de los últimos territorios de exploración y explotación petrolera y
gasífera. Como nos los describe Pedro Galindo en su artículo publicado en
este libro, los próximos lO años atestiguaran una penetración creciente de
compañías trabajando en esta dirección.
Pero el asunto no termina allí: si se empieza a hacer mas evidente la
distinción entre suelo y subsuelo, la Ley Forestal de 2006, luego declarada
inconstit ucional. incluyó una figura jurídica para las areas silvestres, en una
innovación legal tan crucial para los bosques como fue la invención en zonas
urbanas de la propiedad horizonta l. Se trata de la figu ra del "vuelo forestal".
Si el suelo es de los indígenas y no puede ser vend ido, ¿qué impediría que
los arboles sí lo sea n? Esto deja al descubierto la agenda de algunos grupos de
interés incrustados e n el Ministerio de Agricultura. Junto con los intereses
petroleros y gasíferos, el debate incluye entonces tanto el "suelo" (la tierra)
como el "subsuelo" (el petróleo) y tam bién el "vuelo" (los bosques).
Ahora se entiende mas claramente la decisión tomada durante la adv
ministración de Virgilio Barco, por medio de la cual se e ntregaron mas de 6
millones de hectareas a los ind ígenas del predio Putumayo y luego se ex panv
dieron a otras tierras de resguardos. Como se supone que las tierras amazóniv
cas son acidas, razón por la cual son poco fértiles, si se descuenta n las areas
de "varzea"", no habría problema con entregarselas lega lmente a los ind íge v
nas. Martin van Hildebrand, director de Asuntos Ind ígenas del Ministerio
de Gobierno de Virgilio Barco, como se llamaba en la época el Mininterior, y
ahora director de la prestigiosa ONG, Gaia, habría logrado un éxito en esta di·
rección. La razón de semejante generosi dad se encontraría e n el calculo de que
el otorgamiento de la tierra a los indígenas no incluye la entrega del subsuelo.
Por ello la entrega a los w itotos, boras, ocainas y muinanes del suelo de mas de
6 millones de hectareas del Predio Putumayo esconde que el subsuelo y, por
lo tanto, el petróleo, estan reservado constitucionalmente para la Nación . (Ver
la necesidad de nuevas alia nzas con la Unidad de Parques del Minambiente,
incluidas en el artículo de Ramón Laborde en esta colección.)
Si el petróleo y la explotación de bosques son una promesa en ciernes
para el desar rollismo, el departa mento del Caq uetá es motivo de reflexión : las
sucesivas migraciones en los últimos 50 años la han convertido en una región
ganadera que al berga el 10% del ganado vacuno del país, casi dos millones de
cabezas. Sin embargo. la presencia de las FARe en todo el piedemonte corta

}O L¡¡ denominación en la literatura amazónica corresponde


fundamentalmente a vegas inundabJes y fértiles.

Ecología pOlítica Y gobamanu. en 111 Amazonia:


hacl.a un balance critico del régimen de Urlbe tI
las posibilidades de exploración y explotación del petróleo que, como es fácil
de suponer, bajando desde Venezuela entra al territorio colombiano por todo
el piedemonte de Arauca, Casanare y Meta y brinca hasta el Putumayo para
seguir por la Amazonia de Ecuador, Perú y Bolivia. La interrupción de la
explotación petrolera en el Caquetá, se puede sospechar, no puede ocurrir por
razones geológicas sino por razones sociopolíticas.
Otra notable ausencia en el imaginario colombiano sobre la región
amazónica son los importantes procesos de urbanización. Si sólo vemos la
Amazonia cerno la selva virgen, ponemos en peligro la existencia de bue·
na parte de esa selva. Florencia, Mocoa, Puerto Asís, San José del Guaviare
y Leticia·Tabatinga, con todo el poblamiento longitudinal de la orilla del
Amazonas, requieren de una atención como lugar de acomodamiento de una
población en expansión y también como una fuerza que empieza a determinar
el futuro de su hinterland, de su selva y de sus bosquesinos Jl • Sin una visión
urbana ambiental que piense ciudades que hacen parte del bosque húmedo,
que tienen características diferentes a las ciudades que viven entre montañas,
es difícil ser optimista sobre el futuro de la Amazonia. Eso no es afrontado
por el Gobierno Central y los gobiernos locales y departamentales naufragan
en la lógica global clientelista comandada desde la región andina y costeña"
(Hurtado: 2005; Vergel: 2002). La asincronía histórica y la excentricidad de la
Amazonia COIl respecto al resto del país se pueden l:ontrastar con su perma·
nente contacto internacional (Palacio: 2006).

Eje glocal: de la globaJlzacJón en la Amazonia


a la globaUzacJón de la Amazonia
Por sus implicaciones para la Amazonia, voy a ilustrar en este apartado
los vaivenes del fenómeno de la globalización a que nos condujo la política
antiterrorista de los Estados Unidos de América a raíz de los acontecimientos
del 11 de septiembre de 2001. Distingo entre una globalización histórica y la

JI Jürg Gasché y Juan Alvaro Echeverri. :'!o0S. "Hacia una sociología de


las sociedades bosquesinas". En: Ochoa y Guio (Eds.). CO'1lrol s«ial
y coordinacién. Un camino hacia la soSlmíbilidad amazónica. Leticia:
Universidad Nacional de Colombia, Embajada de los Países Bajos,
Corpoamawnia, Parques Nacionales de Colombia, Defensoría del Pueblo.
En vez de bosquesinos, Carlos Zárate (l007) ha usado la expresión silvicolas
en su trabajo titulado, Si/vicolas, stringueiros y funcionarios. Surgimienlo
de una s«Wad fransfronteriza en la Amazonia de Brasil, pef1i y Colombia,
1880--193l. Bogotá. Universidad Nacional de Colombia-sede Amawnia.
Jl Lina Maria Hurlado G6mez. lOOS. Pobreza y marginalidad urbana
en la Amawnia: un estudio de los asenlamientos ubicados en wnas
inundables. Tesis (Magíster en Estudios Amazónicos, línea de investigación
en Desarrollo Regional). Universidad Nacional de Colombia.
Erick Vergel Tovar. 2ool. Modelo soslmible de espacios colectivos
para ti reasentamiento de San Cayetano. Trabajo de Grado
(Arquitecto). Universidad Nadonal de Colombia.

50 Germán A. Palacio caS1aiieda


globalización coyuntural de la era del presidente Clinton. En esta fase, los
científicos soc ioambienta les debimos detectar un cambio que describo como
el paso de la globalizaci6n en la Amazonia a la globalización de la Amazonia
colombiana. Hasta muy recientemente, la globalización gravitaba como un
fenómeno externo a la región, pero, probablemente por razones ambientales,
se fue convirtiendo en un fenómeno interno a ella. Esto también quiere decir
que la Amazonia misma se ha globalizado y que no es posible trazar políticas
adecuadas sin incorporar esta dimensión espacial a las políticas regionales.
Para trabajar este argumento debemos ser conscientes de la economía política
de la globalización y, por tanto, del permanente e implícito juego entre lo
económico y lo polít ico.
Si la conex ión con las fuerzas globalizadoras fue relativamente impor-
tante en el Amazonas brasilero (el Gran Pará), la conexión con la Amazonia
hispanoamericana fue débil, y particularmente frágil en la q ue llegó a con-
vertirse en Amazonia colombiana)). Las fuerzas globalizadoras desempeñaron
un papel importante durante este período de una forma quizá más trascen-
dental que el Estado nacional. Bajo el proceso de reconocimiento y realce de
la escala local o regional articulada a lo global fue que la globalización en la
Amazonia se volvió globalización de la Amazonia. Los lazos globalizadores
fueron renovados en la década de los ochenta con la bonanza coquera infla-
mada principalmente por el consumo de drogas en los Estados Unidos, con lo
cual la Amazonia recuperó el contacto globalizador instaurado en la época del
esplendor cauchero. Todavía era parte de un proceso de globalización en la
Amazonia. Sin embargo, a partir de la segu nda fase de problemas ambientales
de carácter internacional se le atribuye una serie de características ambienta-
les: gigantesco banco de biodiversidad; papel clave en la regulación del clima
mundial; reservorío de agua dulce y sumidero de carbono.
El asunto central es éste: la Amazonia no es ya un asunto que le com-
peta exclusivamente a un grupo de avezados empresarios, ni a un país q ue le
apuesta al desarrollo. En la concepción globalista hay territorios que afectan
al planeta en su conjunto. Y aunque el nodo más clave del sistema mundial, el
gobierno de los Estados Unidos de América, se embarcó en los últimos tiem-
pos en la disputa por un recurso energético crucial, como es el petróleo, el
regreso de la preocupación climática global atada al desarrollo, en el cenit del
mandato de Bush, presagia un retorno de la cuestión ambiental en la agenda
internacional. La disputa está conduciendo al cuestionamiento del modelo
energético americano basado en el petróleo; el resurgimiento de aquello que

33 Primero, los espanoles descuidaron su frontera acosados en la defensa del Caribe,


el norte de Mexico y la frontera entre Brasil y los territorios del norte del rlo de
La Plata; segundo. no encontraron productos especialmente rentables para hacer
el esfuerzo de transportarlos hacia sus centros más poblados y luego exportarlos;
y ten:ero. los obstáculos geográficos fueron formidables y no contaron con la
autopista fluvial que es el tio Amazonas, controlado por los portugueses. Por ello
la Amazonia hispanoamericana. a lo más, fue enlazada a Europa por misioneros.

Eoologla politlca 'f gobemanza en la AmQonla:


hacia un balance critico del régimen da Uribe 51
creímos sepultado por el fin de la guerra fría y las protestas ambientalistas,
es decir, la cuestión nuclear, y otras dos fuentes energéticas emergentes: la
basada en los agrocombustibles y la que, en general, han llamado energías
alternativas, la energía solar y la eólica.
Si la Amazonia se ha convertido en objeto global en sí mísma, con
lo cual la globaüzación dejó de ser un agente externo y se convirtió en una
fuerza dentro de la misma región que se proyectó como un objeto mundial,
estos dos ámbitos de la globalización --en y de la Amazonia- siguen operando
simultáneamente, y no es que uno de cllos haya sustituido al otro. En esc
contexto, narcotraficantes y organizaciones guerrilleras hacen parte de los
agentes involucrados en esta fase de globalización, pero también las organi-
zaciones indígenas y las ONGs que operan transnacionalmente, así como el
Gobierno actual, tácticamente interesado en la conservación para capturar
recursos internacionales y para denunciar al narcotráfico y al terrorismo como
deforestadores.
La oscilación entre el entendimiento de la globalización en y de la
Amazonia es permanente. En la medida en que el régimen de Uribe convirtió
el TLC con los Estados Unidos en eje central de su propuesta de creci mie nto,
desde el Ministerio de Comercio Exterior encomendó a los departamentos co-
lombianos diseñar sus estrategias de competitividad . Esta tarea no incluyó a
los departamentos amazónicos. De ese modo puso a gastar energías a todas las
instituciones estatales con arraigo en la región en términos de lo que cada uno
de estos departamentos puede exportar. Así, la región amazónica debería pre-
parase para la entrada en vigor de los tratados, dejando de pensar en lo que
le corresponde hacer a cada uno de estos departamentos que no tienen econo-
mías fuertes ni las bases económicas para poder competir. Pongamos un solo
ejemplo: Florencia cuenta con una universidad publica, la más importante de
la región en términos de la formación profesional. Leticia tiene la Universidad
Nacional de Colombia con el mayor potencial en formación de posgrado y e n
investigación. Los demás departamentos no tienen nada. ¿Cómo va a competir
la Amazonia colombiana sin formación profesional y sin ciencia y tecnología?
La globalización en la Amazonia siempre nos remite a buscar algún recurso
específico: como ni el ganado, ni el pescado, ni otros recursos pareccn sufi-
cientemente atractivos sólo queda lo verdaderamente rentable: del Jada legaL
el petróleo, la minería y, eventualmente, los biocombustibles en la transición
orinoamazonense; del lado ilegal, la coca. La globalización de la Amazonia,
en cambio, debe remitir a propuestas de desarrollo de corte ambiental. es
decir, basadas en la biodivcrsidad, en los servicios ambientales en productos
verdes y así sucesivamente. Ahora explicitemos la conexión entre la apuesta
estratégica del régimen y la gobernanza ambiental en la Amazonia.

ImpUcado_ de Ia.~ ennt6g1ca SD+HE+EC+RIA


para la gobemanza ambIeDtaI ea la Amazonia
La Amazonia es una región compleja que debe ser reconocida en

52 Germán A. Palacio Castaiieda


cualquier proceso de ordenamiento territorial. Aunque marcada por una
historia de globalización, está vaciada de nación o como diría una analista:
es el revés de la Nación (Serje: 2005)' Ha sido excéntrica para todos los países
que comparten la cuenca amazónica, pero geográficamente es el corazón de
Suramérica. El trapecio amazónico, por ejemplo, debe asumirse consciente-
mente como una sociedad transfronteriza ya que sus habitantes tienen más de
una nacionalidad o sus ancestros étn icos provienen de alguno de los otros tres
países (Zárate: 2008). Además de ser la Amazonia una de las últimas fronteras
susceptibles a la expansión del agrocapitalismo y de la industria petrolera en
Colombia. también se ha convertido en escenario privilegiado del cu ltivo de
coca y, en consecuencia, en un territorio de presencia de agentes no estatales o
paraestatales, al tiempo que escenario de fumigaciones realizadas por el Estado
colombiano y patrocinadas por los Estados Unidos. Como consecuencia, se
ha generado un espacio semántico ambiguo con sofocadas reivindicaciones
legítimas de las poblaciones campesinas empujadas por la violencia hacia esta
frontera , estigmatizadas por los discursos dominantes como censurables nar-
cotraficantes y guerrilleros que, como ya sabemos, desde el 11 de septiembre
de 2001, se han convertido en terroristas. Revisemos algunos aspectos cen-
trales de la relación entre lo supra nacional y lo subnacional e n la Amazonia,
de modo que podamos observar los intríngulis políticos que se derivan de la
existencia del gigantesco bioma amazónico.
La globalización de la Amazonia por razones ambientales choca con
la apuesta estratégica del régimen Uribe que subordina lo ambiental frente
a la SD y a las necesidades del desarrollo: parece privilegiar lo doméstico. Y
mientras que la coyuntura internacional era dominada por un régimen como
el de Bush que despreciaba la dimensión ambiental, el gobierno de Uribe tam-
poco tenía mucha necesidad de ser un abanderado del ambientalismo ni de la
conservación. A menos que le diera rédito para la SD.
Mientras que la globalización de la era Clinton subrayaba los aspectos
del libre comercio mundial, la fase terrorista realza Jos aspectos político-mili-
tares de la gobernanza mundial. Desde la creación del mercado mundial. los
barcos de guerra han acompañado y protegido el comercio. En esta fase terro-
rista que quiso instaurar el régimen de Busb, los aviones y barcos de guerra
encabezan las caravanas comerciales y reestructuran los negocios internacio-
nales, particularmente desde la guerra de lrak. La Amazonia no escapa a esta
situación, pero el Estado recurre a un arsenal variado de justificaciones que
deben analizarse bajo una óptica ecopolítica (Palacio: 2006. Revista Gestión y
Ambiente).
La erosión de la soberanía implícita en la globalización supone simul-
táneamente expansión de la gobernanza mundial, es decir, en uno de sus
aspectos, presencia de formas transnacionalizadas de poder para el control te-
rritorial. En su combate contra las fuerzas guerrilleras, ese intento de retomar
el control de la Amazonia amalgamó real o semánticamente la guerrilla con el
narcotráfico, ya que los Estados Unidos habían diseñado una política que per-

Ecologia politlca y goberDanza en la Amazonia:


hacia un balance critico del régimen de Uribe 53
mitiera combatir a este enemigo lejos de sus propias fronteras. Hablaron de la
lucha antidrogas en la fuente, es decir, en los países productores, alejando de
su territorio interno lo más cr udo de esta acción judicial. policíaca y militar.
Al gobierno de Uribe le cayó como anillo al dedo la idea del narcoterrorismo y
pudo empezar a ejecutar los recursos obtenidos para el Plan Colombia por la
Administradón del presidente Pastrana, anterior a la suya, sin darle el crédito
correspondiente. Pero como esos planes implicaron fumigaciones, inclusive en
algunas zonas de frontera, tuvo que responder a las críticas ambientales con
la idea muy poco sustentada de que la siembra de coca y su t ransformación
constituían un verdadero ecocid io. El caso de las fumigaciones en Ecuador es
el más elocuente del problema transfronterizo y ecopolítico.
Por este camino, el régimen de Uribe ha visto con buenos ojos dos
mecanismos institucionales de apropiación del territorio amazónico que gozan
de simpatía de la "comunidad" internacional. En primer lugar, los parques y
las zonas protegidas por razones ecológicas, los cuales acabaron incl uyendo,
en segundo lugar, a los resguardos. Esto era producto de un proceso previo
de apropiación de los territorios amazónicos, que venía desde mediados de
la década de 1970 (A ndrade: 2004; Correa: 2004), época en la cual todavia
se consideraban, como en la nomenclat ura colonial, "territorios nacionales".
La región fue vista desde mediados del siglo XIX como un gran baldío, pero
a comienzos del siglo xx se le otorgó su administración a la Iglesia a través
de misiones, hasta cuando en 1959 la Ley segunda la convirtió en una gran
reser va fo restal. Desde mediados de los 70, se empezó a cambiar esa lógica.
Veamos un ejemplo como ilustración: en la actualidad, casi el 90% del depar-
tamento del Amazonas está constituido por parques y resguardos. Ello hace
que los procesos de descentralización sean sólo un remedo, ya que los parques
son manejados por el Gobierno Central y los resguardos por sus autoridades;
gobernadores y alcaldes (2 municipios) son sólo intermediarios fi nancieros de
los recursos que pertenecen a los resguardos.
El gobierno del presidente Uribe debía atar las áreas protegidas a su estra-
tegia de SD de modo q ue dejaran de ser una rueda suelta, puesto que se percibia
que en los parques se refugiaba la guerrilla de las PARCo Los funcionarios de
parques encontraron graves difi cultades para acceder a los mismos y para hacer
su trabajo debido a la precaución de la guerrilla ante esta eventual o real relación
entre protección ambiental y SD. La misma suerte corren eventualmente los in-
vestigadores del mundo académico. Para poder trabajar hay que pedir permiso a
los que verdaderamente mandan, o a todos los que pretenden mandar.
El gobierno del Presidente Uribe inició su mandato reestructurando el
Ministerio del Ambiente, de modo que lograra articular la política de parques y
otras áreas protegidas a la estrategia general de su plan de combate contra la gue-
rrilla. Trató de mostrar cómo los guerrilleros reconvertidos en narcotraficantes
utilizan los parques para sus crímenes internacionales. No obstante, esta políti-
ca no estuvo exenta de controversias y contradicciones. Cuando q uiso fumigar
los parques, siguiendo la "hoja de ruta" del Plan Colombia, se encontró con un

54 Gennán A. Palacio CutllÍillda


ultimátum de la Unión Europea en el sentido de suspender la financiación de
los parques nacionales que el Estado mismo era incapaz o no tenía voluntad
política de financiar. Se trataba de un dilema práctico sobre recursos interna·
cionales que provenían, unos de Estados Unidos y otros del Viejo Continente,
en particular, del gobierno de Holanda. Debió entonces buscar alternativas, al
menos parciales, a la situación, sin renunciar a los fondos europeos. De un lado,
aceptó a reganadientes la erradicación manual, sin renunciar a las fumigacio--
nes. Algunos de sus vecinos empezaron a protestar, particularmente Ecuador,
cuyos pobladores fronterizos se convirtieron en las víctimas del cumplimiento
del compromiso con el gobierno de los Estados Unidos. Pero la SD debía estar
asociada a la HE, de modo que se pensó que la recuperación de la seguridad
podría también dar lugar a adecuar los parques a una política de privatización
de los servicios turísticos que ofrecen los parques, como experimento de solu·
ción a la dependencia de la financiación europea. La figura de la concesión de
los parques a empresarios privados ya estaba previamente definida\4, pero en el
gobierno de Uribe se pone en práctica. Igualmente en la Misión 2019 se aspira a
contar al cabo de una década con 16 parques en esta situación.
Por mucho tiempo sobrevivió el esquema tradicional de "parques" a
la gringa que separa naturaleza y sociedad, proveniente de la era de Carlos
Castaño "el bueno", director de la Unidad de Parques". En esa época de
Castano los parques eran concebidos como santuarios naturales sin gente. El
renovado Ministerio del Medio Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial
siguió con la línea que rompía esa directriz desde los anos 90, con lo que se
continuó desarrollando la propuesta de "parques con la gente", como reco--
miendan ahora las poderosas ONGs ambientalistas con cuarteles generales en
Estados Unidos y Europa. Ese cambio introducía a los resguardos en la agenda
ampUada de áreas protegidas (Laborde: 2009, incluido en esta colección)" .
En los anos 90, asesores indigenistas percibían los parques como una
forma institucional que socavaba los resguardos y denunciaban la creación de
nuevos parques y los "traslapes" como parte de ese atentado contra la propie·
dad colectiva de los indígenas. La exploración y eventual explotación petrole-
ra podría darle una doble seguridad a los resguardos, ya que tienen protegida
la tierra, es decir el suelo, pero no el subsuelo, como sí ocurre con los Parques
Nacionales. (Galindo: 2009; Laborde: 2009)". Así, la nueva política ambiental
trataba de mostrar que no había contradicciones de fondo y que las coinci·
dendas en su protección eran más importantes que las eventuales y menores

34 Ivan Carro!. 2009. Indígnul$, Turismo y Conservación: Parque


Amacayacu y Comunidad Indígena de Mocagua . Proyecto de grado
próximo a ser sustentada para optar al grado de Magister en Estudios
Amazónicos. Uni versidad Nadonal de Colombia Sed e Amazonia.
l~ No es originalidad de la era de Urlbe ya que desde PaSlrana la
linea de parques con la gente se desarrollaba notablemente.
JI) Incl uido en este colección.
17 Incluidos en este colección .

Ecologia polítlCfl Y gobemanut en la Amazonia:


hacia un balance critico delléglmen de Uribe 55
contradicciones entre parques y resguardos. Para el gobierno de Uribe es el
precio a pagar a regañadientes. particularmente cuando otros ministerios. por
ejemplo. el de Agricultura anunció, indignado. que los indígenas en Colombia
ya poseen más del 20% de las tierras del país.
Resumo eo un listado ilustrativo aspectos que involucran la cuestión
ambiental con la so: a) tensiones y controversias de política sobre áreas de par-
ques en relación coo las fumigaciones. b) Paulatina politización de la retórica
ambiental contra las FARC por deforestadoras y narcoterroristas. bandera enar-
bolada particularmente por la vicepresidencia para conferirle a la lucha contra-
insurgente un matiz ambiental No se trata de algo completamente nuevo. ya
que anteriormente lo habían intentado otros gobiernos. por ejemplo. contra el
ELN. cl Creación en un sitio de encuentro entre Caquet"á, Huila y Cauea de un
nuevo parque. llamado Churumbelos. en áreas con fuerte presencia FARC-iana.
d) Mayor monitoreo y coordinación militar sobre zonas de parques con presen-
cia de fuerzas irregulares. Es descabellado pensar que en zonas tan extensas
como los parques nacionales. la so no tuviera ningu na injerencia o preocupa-
ción)l Un ejemplo paradigmático: la serranía de La Macarena. e) Si el Gobierno
permitió también ampliar resguardos a través del INCOOER. los conflictos en
el Cauca -que se recrudecieron en el segundo semestre de 2008-- refuerzan la
idea gubernamental de que no es tan sencillo manipular las organizaciones
Indígenas y que parques y resguardos no pueden tener tratamientos similares
frente la gran política de so. Su intento de repolitizar este manejo se empieza
a derrumbar. ya que el ex ministro de Agricultura, Arias, quien transformó el
INCORA en INCODER y 4 años después volvió a reestructurarlo, creyó des-
encartarse de problemas con indígenas mediante otra iniciativa irresponsable,
al intentar en el Estatuto Rural -declarado ¡nexequible a fines de marzo de
2009- regresar al Mininterior la entrega y el manejo de tierras para resguardos.
Consideremos ahora la relación de lo ambiental con la HE: a) subordi-
nación de políticas ambientales a políticas agrodesarroLlistas que desconocen
la versión holística del desarrollo sostenible. b} Eliminación de toda reforma
agraria, la cual es sustituida por una política de desarrollo empresarial. e} Esta
visión coloca el desarrollo dentro de la recuperación de la HE y subordina a
sectores castigados por el conflicto armado. El caso de Carimagua fue patético:
se cambió el propósito de entregar tierras a desplazados por la "original" idea
de entregársela a los empresarios. d) La ley forestal se aprobó y operó hasta
la declaratoria de ¡nconstitucionalidad. requiriendo de la aquiescencia del
Minambiente a las necesidades definidas desde el Ministerio de Agricultura;
es claro el rumbo de los grandes empresarios de las maderas con o sin ley

)8 La preocupación Intelectual por estos temas, coetánea de la primera


posesión de Uribe y que recogía reflexiones y debates del período Pastrana,
dio lugar a un libro que es antecedente del de gobernabilidad. Se trata
del libro editado por Martha C.irdenas y Manuel Rodríguez Becerra
{lOO4} que lleva como título Gurrra, sockdad J mtdío (;Imbicrtt.

66 Germán A. Palacio C&lItañeda


forestal. e) Los parques se deben ajustar, donde se pueda, a la estrategia de
recuperación del sector t urístico. e) Las licencias de construcción para me-
gaproyectos deben ser agilizadas desde el Mina mbiente, reconvertido en
Minister io de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial.
Con respecto al EC: a) reducción de la importancia de la "participación
ambiental", de modo que se siguen erosionando los mecanismos que se imple-
mentaron con la Constitución del 91 y se proyectaron en la Ley 99 del 93, al ser
aquellos sustituidos por los mecanismos de la interlocución directa y la cuida-
dosa determinación de los temas de participación en los consejos comunitarios
(Londono: 2008). b) Los programas de Familias Guardabosques generan impen-
sados procesos de deforestación y descomposición de una cultura de autosub-
sistencia que tiene como eje la chagra. Como los benefi ciarios deben probar q ue
se está acabando con la coca, desmontan áreas con tumba y quema para poder
ser adjudicatarios de los recursos monetarios que el Gobierno entrega. Esta ten-
dencia es clara en el trapecio amazónico. También en el caso de las Familias en
Acción y otros programas, las familias indígenas reciben recursos monetarios
que les hace más fácil comprar en el mercado que utilizar sus propias tierras. Al
final, los administradores de los programas aspiran a que las comunidades les
sir van de base para proyectos electorales reelecciorustas. Así se entiende mejor
por qué Uribe dice que frente a la crisis económica mundial, los reaj ustes no de-
ben tocar ni a la SD ni a los gastos sociales a favor de los pobres. c) Ban dazos en
la entrega de tierras y escándalos sobre concesiones a paramilitares, lo cual ha
obligado a varias reestructuraciones del antiguo INCORA y del actuallNCODER,
en trance de perecer. d) Clientelización de entidades ambie ntales, particular-
mente de las Corporaciones Autónomas Regionales. A pesar de ser instituciones
que fueron criticadas durante la campana electoral y al comienzo de su man-
dato por el presidente, éste fue acomodándose poco a poco con los directores
de esas corporaciones con más apoyo parlamentario, de modo que constituyen
otro mecanismo de manejo c1ientelista de entidades que disponen de cuantiosos
recursos, cuyos directores han entrado en la lógica bendecida por el Ejecutivo
de las reelecciones a punta de negociaciones de intereses. No se puede hacer un
j uicio en blanco y negro sobre ellas. Mientras que Mance (2008) es muy crítico,
Francisco Canal y Manuel Rodríguez Becerra (2008) muestran d iferencias tajan-
tes y también matices que hacen necesario un estudio especifico.
Juan Lozano, el cuarto ex ministro de Ambiente de un presidente que
inició rechazando la idea de cambiar ministros, est uvo de plácemes el año pa-
sado debido a que Colombia quedó muy bien ubicada e n el listado de Índice de
Desempeno Ambiental (EPI, por sus siglas en inglés), realizado por dos centros
de investigación de prestigiosas universidades norteamericanas. La verdad es
que semejante calificación no es derivada de la política ambiental del actual
Gobierno, sino de otras razones, algunas de las cuales han sido planteadas
por Rodríguez Becerra en un artículo publicado en El Tiempo (25 de julio de
2008). Agrego otras, y tenemos: primera, las instituciones ambientales mon-
tadas desde 1991 y los anos subsiguientes en el país; segundo, la importancia

Ecologia pallUca y gobemanza en la Amazonia:


hacia un balance critico del régimen de Uribe &7
de las selvas conservadas debido a la existencia de parques y resguardos en
la región amazónica. Podría agregar que la presencia de las FARC en la región
amazónica desalienta a los inversionistas, con lo cual el las FARC también esta-
rían contribuyendo al buen desempeño nacional - ¡oh, paradoja!- al espantar
inversionistas y detener la explotación petrolera en el Caquetá. d} Otro factor
ha mencionado Rodríguez Becerra: las bajas emisiones de gases de efecto inver-
nadero producidas por la generación de electricidad que en un 80 % proviene de las
hidroeléctricas. Y agrega que, como el estudio lo señala, sólo en el largo plazo es
factible mejorar significativamente el desempeilo ambiental; no es posible argu-
mentar que este desempeño es producto de la política actual. e) Finalmente, el
modelo de Estado Comunitario ha acabado saboteando una de las mayores pro-
mesas del régimen: en vez de acabar con la corrupción, la ha potenciado hasta
alcanzar niveles antes no vistos", mientras la aparente transparencia asociada al
modelo de gobernabilidad ha quedado enredada -con su respectiva rendición
de cuentas- entre la cantidad de amigos y aliados del régimen encarcelados,
as! como de funcionarios que, antes que responder éticamente, se atornillan
en sus puestos hasta último momento. El Gobierno no cesa en sus intentos de
proponer reelecciones, ya que percibe que así se perpetúa él mismo.

Re6exI~ anu.
En lérminos de la Panamazonia, el desarrollo de una iniciativa surame-
ricana parece más apropiado que un tratado de libre comercio con los Estados
Unidos. Se trata aquí de pensar los asuntos de los colombianos no solamente
desde un punto de vista económico, como terreno de acumulación, sino como
espacio de construcción de bienestar, interacción e integración regional en
una sociedad, como la amazónica, de naturaleza transnacional (Zárate: 2008).
Sin desconocer los derechos de pueblos indígenas, el proceso de po-
blamiento, apropiación y transformación simbólica y material del paisaje
amazónico nos ha conducido a una región en permanente y acelerada trans-
formación, en la que la variedad social y productiva debe ser reconocida y,
donde sea necesario, reencauzada, de modo que sean visibles y convertidos en
verdaderos interlocutores sociopolíticos pescadores, mestizos, bosquesinos,
campesinos cocaleros y pequenos comerciantes, sin dejar de prestar suficiente
atención a la especifica experiencia urbana amazónica. La Amazonia es com-
plejidad regional, por lo que se trata de ir más allá de combatir a un grupo
armado, por más despiadado que sea, y pensar en soluciones especificas para
una población variada que requiere soluciones.
El carácter fronterizo de la Amazonia debe ser redefinido más allá o en
contra de las nociones convencionales. Tanto contra la idea de frontera limite

39 Ver; Fabio Echcverri, Revisfa Credencial. 11 de febrero de l0<\9. Fabio Echeverri


Correa insiste en que el pais necesita da rse unas volcaciones de Uríbe y en
que el presidente debe dar un paso al costado. Para él, el enemigo 01 vencer
es "tanta politiquería v~gabunda " . Agregó: " puso la vara mu y alta".

58 German A. Palacio Castaiieda


° separación de gente de distintas nacionalidades fieles a un Est<ido, como
contra la idea del conOicto entre civilización y barbarie, debemos entender las
regiones fronterizas como lugares de encuentro de diversidad y multicultura-
lismo. ,Oe qué otro modo podemos pensar adecuadamente en ecosistemas que
no conocen estas divisiones? Tal vez podríamos liberarnos de la idea de atraso
de estas regiones ubicándonos en el derrotero del futuro que, sin desconocer-
lo, no se debe centrar en el crecimiento económico ni en las falsas esperanzas
de un Tratado de Libre Comercio, cuyos beneficios son una quimera .
La gente de la Amazonia, con apoyo de organismos de radio de acción
transnacional, debería tener más que decir en las decisiones tomadas desde
el Estado central en relación con sus áreas protegidas, porque 10 cierto es que
los derechos de participación, que parecieron tan reconocidos en la década de
los 90. están siendo desconocidos y vulnerados por la política de Seguridad
Democrática que los amarró a una estrategia militar. En medio de los dilemas
del Estado en este asunto, su política de privatización debería hacer claro que
esos parques son también para la gente local y no sólo para el jet set de la glo-
balización, es decir. para turistas adinerados, funcionarios de organizaciones
ambienta listas o científicos bien patrocinados por los grandes jugadores de la
ciencia. El limbo jurídico de Jos corregimientos departamentales es otra grave
vulneración de los derechos de participación de las comunidades locales.
El proceso de ocupación de la región amazónica no ha terminado,
pero hoy cruza por el más carnicero combate para controlar las fronteras.
Ensimismado en su propio conOicto, el país, en vez de construir alianzas y
amistades fronterizas, se está embarcando en guerras preventivas marcadas
por la arrogancia militarista de sus impulsores y su desprecio por la soberanía
de otros Estados. montado tanto en la ira colombiana contra un - hasta hace
poco- exitoso y autista aparato militar insurgente, como cubierto por el para-
guas envalentonador de su patrocinador: los gobiernos de los Estados Unidos .

...........
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60 Germán A. Palacio Canañeda


SOBRE LA INSOSTENIBLE COLONIALIDAD

DE LA NATURALEZA LATINOAMERICANA

H ÉC TOR ALIMQNDA
Profesor aso<;i.odo 11, Curso de Po$lgr:odQ .. n Ckncta$ SQdll~

(C PllA¡UfR RJ ). Coordinador del GT «ologia PolítiCll. CLACSO.


Profesor orientador. Universidad de Buenos Aires.
Investigador intermlcionaL fLACSO.
Investigador del eN P
h«tonll;~il.com

..
Jt8fl1men
Este artículo se propone presentar a la coloni«ldad como una condición
fundante y estructuradora de miradas y de prácticas sobre la naturaleza americana.
Para hacerlo, se sigue el camino de presentar brevemente a tres de las corrientes
interpretativas o campos de reflexión intelectual vigentes en las ciencias sociales
de la región: el Programa de Investigación ModernidadfColonialidad, la Historia
Ambiental y la Ecología Política.
Palabras claves: América Latina, Modernidad/Colonialidad, depredación ambiental,
Historia Ambiental, Ecología Política.

Abttrat1
This artiele aims 10 introduce coloniality as a founding dimension and a
structural trait of pratices and views over the american Nature. The argument is
explored throughout a brief presentation of the three intelectual fields actually
in force in Latin American Social Thougth: the Researcn Program on Modernityf
Coloniality, the Environmental History and the Political Eco[ogy.
Keywords: Latín America, Modernity/Coloniality, environmental predation,
Environmental History, Political Ecology.

Pues bien, en los tiempos primitivos


todo el mundo era una especie de América .. .
Jonn Locke. Ensayo sobr? d gobierr", civil
(dtado por CaSlro-Gómez: 2007)

Este artículo se propone presentar algunos desarrollos contemporáneos de


las ciencias sociales que, nos parece, pueden aplicarse para una conceptua-
lización crítica de la problemática ambiental de la región latinoamericana. Se
trata de introducciones escuetas al Programa de Investigación ModernidadJ
Colonialidad, a la historia ambiental y a la problemática de la ecología política.
La pretensión es llegar a la caracterización de la colonialidad de la naturaleza
como rasgo que acompaña los proyectos de acumulación de poder y de capital
a lo largo de nuestra historia.
Quizás valga la pena comenzar estas reflexiones desde el presente,
para no decir "por el final", ya que la historia no tiene final. Sin duda, mu-
chísimo se ha de escribir y más aun de especular en relación con la figura
de Barack Obama, con su gobierno y con lo que parece su propuesta de una
recomposición del régimen de acumulación capitalista que el siglo xx nos ha
legado.
En ese sentido, parece prudente destacar la amplitud del horizonte
de la discusión. Independientemente de las caracterizaciones del personaje
Obama y de sus convicciones, siempre filtradas por el establishment del poder
imperial de Estados Unidos, sean o no acertadas sus propuestas, consigan o no

62 Héctor AUmonda
imponerse con éxito, activen o no interlocutores reales nacionales o interna-
cionales, 10 cierto es que estos primeros meses de la nueva gestión demócrata
inauguran, de alguna forma, un nuevo "sentido común" de la imaginación
política. 0, en todo caso, recomponen nuevos diálogos con dimensiones y tra-
diciones políticas que la opresión y el conformismo del pensamiento único
neoliberal de los años noventa parecian haber clausurado, especialmente en
América Latina. Es así que Cristina Kirchner, seducida, comenta que Obama
le recuerda a Perón, y se pregunta si el alumno de Harvard habrá leído las
obras del General. Y varios ministros del gobierno brasileño elogian la afini-
dad intelectual, la química, vigente entre Obama y Lula, figuras de trayectorias
equivalentes (como fue el caso del canciller Celso Amorim y de la emergente
Dilma Rousseff, O Globo, 12/3/09).
En un momento en que Obama ni siquiera ha integrado su equipo
destinado a la gestión de las relaciones con América Latina, nos parece im-
portante llamar la atención sobre el hecho de que, independientemente de las
políticas y acontecimientos concretos que puedan avecinarse a partir de su
gobierno, los próximos tiempos latinoamericanos, a partir de la nueva discur-
sividad instalada en Washington (y también a partir de los destinos de la cri-
sis internacional, financiera, económica, ambiental, de civilización), estarán
caracterizados por una intensa redefinición de las significaciones básicas que
componen nuestra cultura política. Al decir redefinición no estamos pronos-
ticando cambios radicales en un mundo puesto de cabeza: estamos pensando,
más bien, en recomposiciones de articulaciones discursivas, mediadas y cons-
tituidas por disputas t:n t:ll:ampo simbólico que: son e:xpresiones de poder y
de conflicto social. Las fáciles identificaciones con los Estados Unidos de la era
Bush, por ejemplo, donde tan confortablemente se instalaban nuestros secto-
res conservadores, serán desafiadas desde diferentes ángulos y perspectivas
del espectro politico.
Pero quiero ser breve en este preámbulo para ir directamente al pun-
to (por ahora especulativo) que me interesa destacar como ejemplo que nos
introduzca a una reflexión. A 10 largo de su campaña y durante las primeras
semanas de su gestión presidencial, Obama ha esbozado con bastante claridad
la propuesta de una "nueva economía verde". Nuevas regulaciones, negocia-
ciones directas con la industria automotriz sumida en la crisis, definición de
politicas activas e integración de equipos técnicos para diseñarlas e imple-
mentarlas: una ofensiva "ecológicamente correcta" que no reposa en los sa-
crosantos "instrumentos económicos" de mercado para gestionar el bienestar
ambiental (como se ha dicho, repetido y aplicado en América Latina), sino
en los llamados "mecanismos de comando y control", es decir, las políticas
activas tan desacreditadas en nuestras latitudes.
Pues bien, un componente esencial de esa nueva economía verde son
los agrocombustibles, de los que se espera la reducción de las emisiones de
C02 y la disminución de la dependencia de combustibles fósiles. Esta orien-
tación se viabiliza políticamente con dos designaciones clave en el gabinete

SObre la hlsoiltenible oolon1a1idad de


la neturalez.a latinoamericana e3
Obama, Tom Vilsack como Secretario de Agricultura y el premio Nobel Steven
Chu como Secretario de Energía. Tom vilsack fue gobernador de lowa y es un
político vinculado directamente con las empresas de biotecnología. Steven
Chu es físico, dedicado a la producción de agrocombustibles a partir de la
biología sintética y firme partidario de las políticas de secuestro de carbono.
Muchas objeciones técnicas, de base científica, cuestionan la supuesta
eficiencia energética de los agrocombustibles elaborados a partir del maíz: ella
es negativa, ya que usan más combustibles fósiles de los que dicen suplantar,
empeorando las causas del cambio climático. Es pertinente cuestionar también
hasta qué punto darán origen a una nueva economía verde en Estados Unidos,
si van a implicar monocultivos tratados con paquetes químicos. Pero lo que
nos interesa, en términos de nuestra reflexión, es destacar que ese intento de
recomposición ecológicamente correcto de la economía norteamericana -sea
o no viable- se revertirá necesariamente de manera negativa en ámbitos am-
bientales y sociales sobre América Latina.
En efecto, el etanol producido en Estados Unidos a partir del maíz
tiene balance energético negativo. La perspectiva de una economía norte-
americana basada en una matriz energética con participación creciente de
agrocombustibles sólo es viable en el mediano plazo -el período Obama, di-
gamos-, incorporando cultivos desarrollados en territorios tropicales, como
cafta de azúcar y palma africana, que (endrian que expandirse radicalmente.
Además de su proximidad geoestratégica con los Estados Unidos, la región de
América Latina y el Caribe cuenta con las mayores reservas de tierras cultivables
del mundo, representando 576 millones de hectáreas, equivalentes casi al JO por
ciento del total del territorio.
Ya sabemos, por las lecciones de varios siglos, que eso significa, una
vez más, la reafirmación de la colonialidad de la naturaleza latinoamericana y
la expansión de monocultivos de exportación, arrasando la biodiversidad de
ecosistemas naturales, pero también expulsando de sus tierras a campesinos
y pueblos originarios; competición por suelos, agua y nutrientes con los cul-
tivos alimenticios, y empleo masivo de paquetes tecnológicos de agrolóxicos;
reforzamiento de la concentración del poder económico, social y político, in-
terlocutor privilegiado del Estado y formulador de las políticas publicas'; en
este caso particular, incremento del poder monopólico de las grandes empre-
sas internacionales de biotecnología, que en las pocas décadas transcurridas
desde la llamada "revolución verde" consiguieron transformar el control de

El diario Fo/ha de Sdo Pau/o del día 21 de mano de 2009 informa que de los 38
diputados y 17 senadores que inlegran las Comisiones de Agricultura y Ganadtria
de ambas cámaras, 26 y 8, respectivamente, son propietarios de tierras. Los bienes
declarados por el conjunto totalizan 37.000 cabeu.s de ganado. En el caso de las
Comisiones de Medio Ambiente, los propietarios territoriales representan la mitad
de los miembros. Durante el período legislativo de 2009, estas Comisiones tendrán
a su cargo la discusión sobre el nuevo Código Forestal brasilei\o (" No COfIgrrSSQ,
donos de terras vilo decidir sobre dtsmatamtnlo", Fo/ha de Sdo Paulo, 21/3/2009).

64 Héctot Allmonda
la producción agrícola y sus actividades conexas en uno de los sectores con
mayor concentración de la economía mundial.
Al respecto, es interesante tomar nota del caso brasileño, el país que
con más énfasis se proyectó como candidato a gran exportador de agrocom-
bustibles, a partir de su experiencia en la producción de alcohol de caña
de azúcar como combustible. En 2008, el prestigioso economista Márcio
Porchman, director del Instituto de Pesquisa Económica Aplicada (organismo
oficial dependiente de la Secretaria de Asuntos Estratégicos), declaró que si
no se crea una empresa estatal de energía renovable, el sector será inapelable-
mente controlado por capital extranjero. Ni siquiera las oligarqulas brasileñas
tendrán capacidad para resistir a la ofensiva del capital externo, sólo el Estado
podrá reglamentar el uso del suelo y la dinámica del sector, imponer leyes
laborales, enfrentar el trabajo esclavo (sic).
Al crear el programa nacional de agrocombustibles, el gobierno de
Lula visualizó una oportunidad para la inclusión social y económica de pe-
queños productores famiHares, muchos de ellos provenientes del los progra-
mas de Reforma Agraria. Se creó en :lOo5 el Programa de Producción y Uso del
Biodiesel, estimulando su orientación a cultivos que emplearan mano de obra
intensiva. Las empresas productoras de biodiesel que usaran como materia
prima insumos de esa agricultura familiar recibirían un "sello social", que
les permitiría descontar 15 % de sus impuestos. Pues bien, a poco más de
tres años, el Programa se revela como un fracaso y se imponen las tendencias
a la concentración, según un informe de la ONG Reporter Brasil. La expan-
sión de los cultivos presenta impactos como deforestación en la Amazonia
y el "Cerrado", pérdida de biodiversidad, contaminación por agrolóxicos,
explotación de trabajadores en las áreas de expansión agrícola, amenaza a la
soberanía alimenticia de los pequeños agricultores y concentración de tierras
y rentas. lAs grandes empresas, que ya se beneficiaban con la soja y el azúcar,
se benefician ahora con los otros cultivos. Ahora tenemos otros monocultivos,
como la palma africana, declaraba un dirigente nacional del Movimiento de
Trabajadores Sin Tierra (MST). En el caso del algodón, el informe constata
trabajo esclavo en Mato Grosso y el oeste de Bahia. El Gobierno no apoyó efec-
tivamente a los pequeños agricuJtores, que quedaron atados a monocultivos
dependientes de las agroindustrias'.
Valga este ejemplo, por ahora, para destacar el punto que nos interesa
desarrollar en este momento: la persistente colonialidad que afecta a la natu-
raleza latinoamericana. La misma, tanto como realidad biofísica (su flora, su
fauna, sus habitantes humanos, la biodiversidad de sus ecosistemas) como su
configuración territorial (la dinámica sociocultural que articula significativa-
mente esos ecosistemas y paisajes), aparece ante el pensamiento hegemónico

1 "No Brasil, biodieseJ perjudica camponeses e meio ambiente" y


"Programa marginaliza a agricultura familiar - A AllUIzonia do
dende", Agencia Brasil de Fato, 8 y 9 de octubre, 1009.

SObre la IllSOfItenlble colonlaUdad de


la naturaleza latinoamericana lti
global y ante las elites dominantes de la región como un espacio subalterno,
que puede ser explotado, arrasado, reconfigurado, según las necesidades de
los regímenes de acumulación vigentes. A lo largo de cinco siglos, ecosistemas
enteros fueron arrasados por la implantación de monocultivos de exportación.
Fauna, flora, humanos, fueron víctimas de invasiones biológicas de compe-
tidores europeos o de enfermedades. Hoy es el turno de la hiperminería a
cielo abierto, de los monocultivos de soja y agrocombustibles con insumos
quimicos que de nuevo arrasan ambientes enteros, incluyendo a los huma-
nos, de los grandes proyectos hidroeléctricos o de las vías de comunicación
en la Amazonia, como infraestructura de nuevos ciclos exportadores. Hasta
las orientaciones políticas "ecológicamente correctas" de los centros impe-
riales suponen opciones ambientalmente catastróficas para nuestra región:
transferencia de industria contaminante, proyectos de basureros nucleares,
mega-monocultivos de agrocombustibles ... Una larga historia de desarrollo
desigual y combinado, una ruptura a nivel g lobal del metabolismo sociedad-
naturaleza, que penaliza crecientemente a la naturaleza latinoamericana y a
los pueblos que en ella hacen su vida (O'Connor: 2001).
Antes de ocuparnos del tema de la colonialidad de la naturaleza lati-
noamericana, queremos introducir referencias al debate actual de las ciencias
sociales, como forma de ofrecer al lector algunos elementos teóricos que orien-
ten su compl-ensión y, eventualmente, estimulen su capacidad analítica.

La pespecUva de la IIodanaIcIadICOIoDlalldad
El Programa de Investigación Modernidad¡Colonialidad {M¡C}, como
lo denomina el antropólogo colombiano Arturo Escobar (2ooSb), consiste en
una perspectiva reciente del pensamiento latinoamericano y sobre América
Latina que está fundamentando un notable diálogo multidisciplinario y la
constitución de un colectivo de trabajo intelectual no institucionalizado.
Integrado por investigadores académicos residentes en América Latina y en
Estados Unidos, está teniendo una presencia emergente en Colombia, a juzgar
por publicaciones recientes de libros inscriptos en su perspectiva {Castro-
Gómez: 2005, Castro-Gómez y Grosfoguel: 2007} y por la vitalidad de la revis-
ta Tabula Rasa, que también incorpora estos puntos de vista.
En diálogo activo con tendencias intelectua les contemporáneas como
el postcolonialismo, los estudios subalternos y la perspectiva del sistema-
mundo, desarrollada por Immanuel Wallerstein, el M¡C se diferencia de las
mismas, suponiendo implícitamente - ya que eso a veces no es demasiado ex-
plícito- una posición de continuidad con tradiciones del pensamiento crítico
latinoamericano. Básicamente, el M¡C se orga niza a partir de una crítica de
base histórico-cultural y epistemológica de la modernidad, cuestionando las
grandes narrativas interpretativas de la misma a lo largo de cinco siglos.
Esta magna operación supone, como paso previo, "desplazar" los
orígenes de la modernidad de su cuna en la Europa del Norte, vinculada
a la Reforma protestante, a los orígenes de la acumulación de capital. a la

66 Hector Allmooda
Ilustración o a la Revol ución Francesa, y llamar la atención sobre la "primera
modernidad" que protagonizan los reinos ibéricos, j unto con su expansión y
sus conquistas ultramarinas. Este movimiento resulta de la mayor importancia
geo-epistemológica, porque permite visualizar a América como constituyendo
la primera periferia del sistema colonial europeo, el lado oculto originario de
la modernidad. Esta perspectiva implica también verificar: a) la racionalidad
de las formas estatal,~s y de las empresas coloniales ibéricas; b) la acumulación
originaria de capital a la que dieron origen esas conqu istas; c) la apropiación
de la biodiversidad natural como fundamento de la modernidad (Coronil :
lOOO); d)·la aparición de los principios de la misión evangelizadora y de la
superioridad europt~a como articulaciones centrales del imaginario colonial
eurocéntrico, como sentido común hegemónico que iba a impulsar y justifi-
car la empresa colon ial. pero también como "pulsión identitaria" presente en
cada sujeto individu.al de ese proyecto.
Para esta crítica, las narrativas cuestionadas, que dieron origen a toda
la geopolítica epistemológica del mundo moderno (y como una consecuencia
de ella, a la matriz gt!nétlca de las ciencias humanas y sociales), desconocen la
significación de la constitución del hecho colonial como fenó meno fundante
de toda la experiencia histórica de la modernidad. La modernidad constitui-
ría asi un paradigma lineal de evolución histórica, instituyendo nociones de
"procesos civilizato:rios", "progreso" o "desar rollo", que habrlan sido una
experiencia única y patrimonio de algunos pueblos e uropeos (las narrativas
noreuropeas, por ejf:mplo, acostumbran excluir a los mediterráneos en gene-
ra l y a los ibéricos en especia l de esta experiencia). Por diferentes razones, que
incluyeron frecuentemente la incapacidad biofísica de las razas noeuropeas
para superar los condicionamientos naturales, el resto de la humanidad no
fue capaz de alcanzar este ni vel de experiencia civilizatoria, siendo su destino
ser guiados y conducidos por los pueblos civilizados. Es lo q ue los teóricos
del Programa M/ C denominan el "eurocentrismo", una interpretación de la
historia que atribuye a ciertos pueblos europeos una capacidad autónoma de
evolución y de construcción de una historia del conjunto de la humanidad.
Se establece así una vasta epistemología de raíces geopolíticas, una verdade-
ra "geografía imagi naria"', que establece, en realidad, relaciones ocultas de
continuidad a lo largo de cinco siglos. Paradój icamente, esa continuidad (el
predominio geoestratégico de áreas determinadas del planeta sobre el resto
de regiones periféricas) es más resaltada cuando el análisis intenta interpre-
tar períodos o procesos históricos determinados. El colonialismo clásico es en
genera l excluido con carácter explicativo de estas narrativas: ¿qué atención

3 Arturo Escobar (1996) utiliza este término tomado de Orientalismo, de Edward


Said, para referirse a la visión del mundo global implícita en las concepciones de
"des.arrollo¡subdf"Sarrollo'· que se expanden como sentido común de époc.a a panir
de la segunda mitad de la década de 1940, en el periodo post-Segunda Guerra
Mundial, cuando era inminente la deSlgregación de los imperios coloniales.

Sobre la Insoetenible colonla.lldad de


la naturalBu latinoame ricana 17
dedicaron padres fundadores de la sociología como el francés Durkheim O e l
alemán Weber a los imperios coloniales que sus países habían formado en la
época en el continente africano? Es la historia la que suele hablar del colonia-
lismo, pero para caracterizarlo como propio de una época determinada e n la
que se acabó con la independencia política de las ex colonias.
Otro caso es el debate sobre globalización. En los años de oro neoli-
berales de la década de 1990 se acostumbraba caracterizar a la globalización
como un imperio sin centro, donde las determinaciones y las desigualdades
nacionales habrían dejado de existir, dando origen a un mundo globalocéntrico
(Coronil: 2000). El "globalocentr ismo" es el lugar habitual de enunciación de
la iglesia católica, desde las cruzadas hasta la actualidad. En marzo de 2009,
en visita a países africanos, el Papa invitó a la audiencia a abandonar sus su-
persticiones y brujerías tribales y a adherir al mensaje universal de la Iglesia.
Partha Chatterjee, fundador del grupo de estudios subalternos e n la India,
propone como el reverso necesario de la enu nciación "globalocéntrica" 1.0 que
él llama la regla de la diferencia colonial, que, a continuación del enunciado
universal. excluye a los colonizados de sus beneficios. Dice Chatterjce:
Esta regla se aplica cuando se defiende que una proposición
de supuesta validez universal no se aplica a la colonia en razón de
alguna deficiencia moral inherente a esta última. Así. a pesar de que
los derechos del hombre hayan sido declitrados en f'"dris en 178y, la
revuelta de Santo Domingo (hoy Haití) fue reprimida porque aquellos
derechos no podlan aplicarse a los esclavos negros. John Stuart Mili
expondría con gran elocuencia y precisión sus argumentos que
establecían el gobierno representativo como el mejor gobierno posible,
pero inmediatamente aí'ladía que esto no se aplicaba a la India. La
excepción de los casos coloniales no invalida la universalidad de la
proposición. Al contrario, al especificar los presupuestos a través de
los cuales la humanidad universal debería ser reconocida como tal, la
proposición fortalece su poder moral. En el caso de las expediciones
portuguesas. la condición de inclusión venia dada por la religión.
Más tarde, sería proporcionada por las teorías biológicas sobre el
carácter racial, o por las teorías socioeconómicas sobre el desarrollo
de las instituciones. En cada caso, la colonia seria convertida en la
frontera del universo moral de la humanidad normal. Más allá de estas
fronteras, las normas universales podían mantenerse en suspenso
(Chauerjee: :1008, J<>-J 1).

La perspectiva globalocentrica recupera los dispositivos discursivos


del co1onialismo y proclama la modernidad universa l como un destino fatal.
profetiza por ejemplo Anthony Giddens.
Desde su perspectiva, ya no se trata de un asunto de
Occidente; dado que la modernidad está en todas partes. el triunfo de
lo moderno subyace precisamente en haber devenido universal. Esto

68 Héctar Allmonda
podría denominarse el 'efecto Giddens': desde ahora en adelante, la
modernidad es el único camino, en todas partes, hasta el final de los
tiempos. No sólo la alteridad radical es expulsada por siempre del
ámbito de posibilidades. sino que todas las culturas y sociedades del
mundo son redlucidas a la manifestación de la historia y la cultura
europeas (Escobar: ::lQoSb, 68).

Según los teóricos del Programa M/C, éstas serían las líneas maestras y
hegemónicas de intt:rpretación de los sentidos de la historia y de la evolución
de las sociedades mundiales elaboradas a partir de la perspectiva eurocéntrica,
que atribuye a Europa el carácter instituyente de la modernidad y la erige en
modelo referencial (!xplicativo-interpretativo de toda lógica histórica y social
válida. Esta perspectiva incluye a las ciencias socia les, cuyos paradigmas fun-
damentales, estableddos en el siglo XIX, excluyeron cómodamente la conside-
ración de los fenómenos vinculados con el colonialismo, plenamente vigente
en esa época (otros silencios sintomáticos, por ejemplo, fueron los temas de
género y la naturale-za). Y esta crítica continuaría vigente y se aplicaría, según
los autores del M/ C, inclusive a las visiones más cuestionadas elaboradas a
partir de esa experiencia europea, como el marxismo clásico', el marxismo
occidental y el postestructuralismo.
El Programa M/C no se define como opuesto a la modernidad, ni niega
las potencialidades emancipatorias que la misma podría contener. Su pers-
pectiva cs, c n todo caso, transmodcrna (Dusscl: 2.000) y asume un distancia
miento crítico en relación con las narrativas consagradas y consagratorias.
Localizando su lugar de enunciación y de fundamentación epistemológica "en
los márgenes", el M/C se presenta a sí mismo como un pensamiento "de fron-
tera", que cuestiona la modernidad noratlántica y se interroga sobre caminos
y lógicas alternativas.
El aparato :interpretativo del Programa M/C reposa en una serie de
operaciones que se derivan de su caracterización de la colon ialidad como el
complemento necesario, opuesto y sistemáticamente oculto de la modernidad.
El carácter abominable (por usa r una única palabra) del colonialismo queda así
separado de la mod,ernidad, que pasa a asumir un carácter casi angelica l (algo
así como el Dios sin intestinos del que hablaba Kundera). Así, la operación
impugnadora del Programa M/C se ubica en un punto de ruptura equivalente
al del capítulo XXIV de El Capital, cuando Marx, atacando a las dulces fábulas
de la Economía PolJitica sobre el origen natural de las categorías de la econo-
mía mercantil, introduce en su narrativa, como una erupción, un análisis de
perspecti va histórica sobre la acumulación originaria, donde el capital nace y
se constit uye por m.edio de la violencia, sucio de sangre y de lodo'.

" Ver en la nOla siguiente la lectura heterodoxa de Marx


presentada por C'laude Ltvi-Slrauss.
5 Vale la pell3 recordar un texto sorprendente de Claude Uvi-SlnIuss, que no

SObre la 11UIO$lentble colonia1ldad de


la naturaleza latinoamericana .,
Asumi~ndo este punto d~ vista, es d~cir, procesando ~ I llamado giro
decolonial, aflora una diversidad epistémica qu~ permite descubrir una diver·
sidad de lugares de enunciación, pasados y presentes, en relación crítica o
de resistencia con relación a la modernidad colonial. Es por eso que se habla
de epistemologías de frontera (Mignolo: 2007), a partir de las cuales se puede
constituir una pluralidad de impugnaciones -o, eventualmente, de recupe-
raciones parciales- de la modernidad y de la coloníalidad. Esto supone la re-
escritura de las narrativas de la mod~rnidad desde otro lugar, revalorizando
ahora a las culturas y a los pueblos dominados y a sus historias de resistencia.
De la misma forma, sería posible narrar nuevamente la historia del continente
desde la perspectiva de las relaciones sociedad/natura leza.

La ldIttoda amIIIIDtaI
En efecto, resulta posible construir una visión de la historia latinoa-
mericana a partir d~ las relaciones entre las sociedades aquí establecidas y la
naturaleza. Como dice el historiador norteamericano william Cronon, uno d~
los autores sign ificativos de la historia ambiental, la naturaleza es coautora de
nuestras historias (2002,61).
La historia ambiental supone el ~studio de t~mas como la adaptación
d~ las sociedades humanas a los ecosistemas, la transformación de los mismos
por efecto de las tecnologías o las dif~rentes conc~pcion~s sobre naturaleza. Es
un punto d~ vista que supone una perspectiva mu ltidisciplinaria, de diálogo

solamente hace una lectura no habitual de ese capitulo de Marx, sino adelanta
(¡en 19611) una perspectiva que dialoga con el Programa M/C. "En primer lugar.
la colonización es histórica y lógicamente anterior al capitalismo, y después el
régimen capitalista consiste en tratar a los pueblos de Occidente como Occidente
lo habú hecho previamente con las poblaciones indígenas. Pua Marx, la relación
e[l(re el capitalismo y los proletarios es, por lo tanto, apc:ILlS un aso particular
de la relación entre: colonludor y colonizado. Desde este punto de vista, casi
se podría sostener que en el pensamiento muxista la ciencia económi~ y la
sociología nacen como dependientes de la Etnografia. Es en El Capital donde
propone la tesis, con perfecta claridad: el origen del régimen capitalista se remonta
al descubrimiento de las regiones auríferas y argentiferas de A~rlca; de5pués
a la reducción de los Indlgenas a la esclavitud; después a la conquista y saqueo
de las Indias Orientales; por fin, a la transformación de África en una especie de
reserva comercial para [a caza de negros: 'estos procesos idillcos representan otros
tantos factores fundamentales en el movimiento de la acumulación originaria'.
'En general, la esclavitud encubiena de los obreros asalariados en Europa exigú,
como pedestal, la esclavitud sans phrase en el Nuevo Mundo'". Y continua
Uvl-5lrauss: "Las sociedades que denominamos actualmente subdesarrolladas
no lo son por su propia causa, y erraram05 en concebirlas como exteriores al
dt:sarrollo occidental o como I ndlf~nles a I!I. En verdad, son estas sociedades
las que, por su destrucción directa o Indirecta entre los siglos XVI y x IX, hicieron
posible el desarrollo del mundo occidental. Entre ellas y él existe una relación
de complementariedad. Fue el propio desarrollo y sus ávidas exigencias lo que
las hicieron como el desarrollo las descubre hoy" (Lévl-Strauss: 1976, ]19-]lO).

70 Héc:tor Allmonda
entre ciencias de la naturaleza y de la sociedad, que evidentemente no está al
alcance de investig3ldores aislados.
Para algun,:)s, como es el caso del profesor Donald Worster de la
Universidad de KalL1.sas, uno de los pioneros de la historia ambiental, ésta
es una respuesta a la preocupación ambiental que se fue expandiendo en la
opinión pública durante las ultimas décadas. Otros, como James O'Connor,
economista de la Umiversidad de California, son mucho más radicales: frente
a la ofensiva del capital para apropiarse de los recursos naturales de todo el
planeta y mercantilizarlos, la historia ambiental deviene la historia propia de
nuestra época, y toda la historia pasada puede y debe narrarse ahora como
historia ambiental~.
La historia ambiental se está expandiendo en América Latina, existe
una Sociedad Latinoamericana y del Caribe de Historia Ambiental (SOLCHA),
que ya ha realizad" cuatro reuniones. Es un espacio de reflexión intelectual
donde se está dandlo un encuentro multidisciplinario especialmente estimu-
lante entre investig.!dores de toda la región,
Esta reflexión latinoamericana, al mismo tiempo, está teniendo una
interesante repercusión internacional. En particular, existen intercambios de
perspectivas con la producción de los Estados Unidos. En efecto, el territorio
que vino a ser conocido como 'i\mérica" fue escenario de lo que quizás haya
sido la mayor sucesiión de catástrofes ambientales de la historia humana , la in-
vasión de humanos, de animales, de especies vegetales, de enfermedades que
arrasaron y sometiE:ron a sus poblaciones originarias. Ha sido un historiador
norteamericano, Alfred Crosby, quién escribió una de las historias disponi-
bles sobre este genocidio (1993). Reside en este trauma original. nos parece, la
cuestión clave para pensar la problemática de la colonialidad del ambiente y
del subdesarrollo de las sociedades latinoamericanas,
Otra obra importante, también producida en Estados Unidos, es un
libro de Mike Davis (l002). Esta obra analiza grandes sequías que afectaron a
las regiones tropicales del mundo en el último cuarto del siglo XIX, provocan-
do hambre y enormes mortandades. En la primera parte, Mike Davis analiza
las oscilaciones de las corrientes en el océano Pacífico (los fenómenos de El

6 Dice O'Connor: "La historia ambienul puede verse como la culminación de todas
las historias previas, asumiendo que incluyamos las dimensiones ambientales
de la historia polJtica. económica y cultural contemporánea. así como la historia
ambienul en senLtido estricto" (, .. ) "La historia ambiental es la historia del
planeta y de su gente, de la vida de otras especies y de la materia inorgánica, en
la medida en qUI: éstas han sido modificadas por ¡as produccion~s materiales y
mentales de los humanos, y. a su vez, las han hecho posibles o imposibles ( ... )
Como estas relaciones resultan indescifrables sin una investigación de las relaciones
sociales entre los. seres humanos, por un lado, y las relaciones propias de la
naturale~, por d otro, el akance de la historia ambiental es, para todo fin práctico,
Ilimitado ( ... ) En principio, la historia ambiental es tota!i~dora, la única historia
verdaderamente genenl o unh'el"5al" (2001, 74 Y 78). Es bueno aclarar que esta
posición excesiva de O'Connor está fundamentada a lo largo de todo un artículo,

Sobre la Ill8Intenible colonlalidad d'L


la naturaleza ¡atinoamerlalll8L 71
Niño y La Niña) y sus efectos sobre el régimen de los vientos y las lluvias en la
región intertropical. Luego verifica que los efectos de estos cambios cljmáticos
se potenciaron en las regiones tropicales que, en la época, estaban viviendo
procesos de penetración imperialista que habían desarticulado a las econo-
mías campesinas tradicionales, que habían establecido el apartamiento de la
producción agrícola de la autosubsistencia y su orientación hacia mercados
externos. Imperaba en las autoridades coloniales una ideologia fundamenta·
lista de libre mercado, que postulaba la necesidad de permitir que las fuerzas
"naturales" restableciesen el equiHbrio.
Como resultado, propone Davis, además de los millones de vidas hu-
manas sacrificadas, las regiones afectadas quedaron postradas, y sobre ellas se
impuso con mucha más tranqujJidad el orden impería!. Estaría allí el origen
del actual "Tercer Mundo".
El prestigioso historiador Donald Worster propone una definición
clásica de historia ambiental: "la historia ambiental se ocupa del papel y el
lugar de la naturaleza en la vida humana. Estudia todas las interacciones que
las sociedades del pasado han tenido con el mundo no humano, el mundo que
nosotros no hemos creado en ningún sentido primario" (2002/ 200), 25)'.
Debo decir que esta definición siempre me provocó una incomodidad
imprecisa. En primer lugar, me parece que separa demasiado radicalmente
cultura y naturaleza, con lo que puede perder de vista cuestiones importantes
que Worster no niega. La acción humana transformando el medio natural va
creando nuevos ambientes, una "segunda naturaleza" (o "tercera" o "enési-
ma") que es creación humana, pero que evidentemente se comporta como si
fuera integrada por ecosistemas naturales (las ciudades, la agricultura, etc.).
Desde ese punto de vista, la acción humana crea nuevas relaciones en la na-
turaleza.
En segundo lugar, también los elementos de la ecología humana
dependen de acciones combinadas entre relaciones sociales y naturales. La
distribución en el espacio de los ejemplares de una especie forma parte de la
ecología de esa especie. ¿Por qué hay blancos y negros en América?, podría
preguntarse un visitante extraterrestre. Evidentemente porque hubo conquis-
ta y esclavitud. Por lo tanto, la población actual de América no se comprende,
desde un punto de vista biológico, sin referencia a procesos históricos no na-
turales. Es decir, la distribución de ejemplares de la especie humana en el te-
rritorio continental (objeto de la ecología humana) se refiere a una interacción
compleja, históricamente dada, de relaciones de poder y dominación social.
La significación demográfica de ejemplares humanos de ascendencia

7 Discípulo de Worster y uno de los precursores latinoamericanos de


la historia ambiental. el panameño Guillermo Castro Herrera da una
definición muy sugestiva: "la historia ambient.ll podria definirse como
la indagación de las consecuencias sobre el espacio latinoamericano
derivadas de los procesos de transformación del medio biol1sico natural
asociados a estilos de desarrollo sucesivos en la región" (1996, J')'

72 Héctor Alimonda
extramericana sólo se explica por el radical proceso de despoblación de los
habitantes originalt:5 -que llegó al 90% en el primer siglo de la conquista-
y creó la necesidad de la esclavitud negra, y en el que tuvieron un papel
protagón ico los agt:ntes patógenos de enfermedades transportados por los
europeos. Así. elementos de la naturaleza, conducidos inconscientemente por
humanos en una empresa de conquista y sometimiento, actuaron sobre las
sociedades original,~s y provocaron su destrucción o su casi aniquilamiento.
Por lo tanto, no se 1I:rata apenas de una interacción sociedad/naturaleza, sino
de relaciones compl,ejas entre humanos, que incluyen la violencia y el poder,
mediadas por elementos naturales.
Para recurrílr a otro ejemplo: la historiadora australiana Elinor Melville
(1999) estudió el caso de la destrucción de una próspera región de agricultura
indígena en México, el Valle del Mezquital. por parte de los rebaños de ove-
jas traídos por los españoles. La narrativa de historia ambiental que presenta
Melville relata la illteracción destructiva entre elementos de la naturaleza ,
que fue provocada por las relaciones desiguales de poder establecidas entre
humanos. Esa catástrofe natural, a su vez, vendría a realimentar las relaciones
desiguales entre humanos, o a establecer otras nuevas. LAs ovejas se comieron
a los hombres, decía Tomás Moro sobre la Inglaterra de los enclousures. Sí, pero
también había hombres detrás de las ovejas ...
El caso de la conquista de América y de Oceanía, unos siglos más
tarde, son muy evidentes como ejemplos de megacatástrofe ambiental por
intervención huma.na, ya que eran territorios aislados en relación al gran
bloque euro-asiáticcrafricano. Pero es pertinente pensar para el conjunto de
la historia humana una relación de coevolución con los sistemas naturales.
Otro historiador norteamericano, Stephen Pyne (1997), propone la hipótesis
de que las grandes llanuras de pastos del Oeste de Estados Unidos fueron
producto de muchO:5 siglos de acciones humanas que destruyeron los bosques
originales. De la mi~.ma forma, a partir de la obra del gran geógrafo brasileño
Azis Ab'Saber, de la Universidad de Sao Paulo, y del antropólogo norteame-
ricano Darre! Posey, se tiende a pensar en el desarrollo conjunto de la selva
amazónica y de sociedades humanas. En resumen, sin entrar en una discusión
de especialistas, me parece indiscutible que la acción humana sobre el medio
natural fue producic!ndo una naturaleza humanizada muc ho antes del comien-
zo de cualquier registro histórico.
Quiero proponer entonces otra definición de historia ambiental como
el estudio de las inlJeracciones entre sociedades humanas y el medio natural a
lo largo del tiempo y de las consecuencias que de ellas se derivan para ambos,
incluyendo las intel:-acciones naturales mediadas por los humanos y las inte-
racciones humanas mediadas por la naturaleza.
Creo que ha,y varias dimensiones contenidas en la propuesta intelec-
tual de la historia ambiental que tienen importantes significaciones para los
debates y los conflktos de base ecológica que se suceden contemporáneamen-
te en América Latina. Trataré de referirme brevemente a ellas.

Sobre la IDSOtItenible oolonlalidad de


la naturaleUllatinOlmericana 73
A pesar de su énfasis en la materialidad de la historia, en su busqueda
de antecedentes la historia ambiental se separa del marxismo, por lo menos de
sus versiones clasicas, "canónicas"-. El mainstream de la tradición marxista
atribuyó siempre un sentido positivo al desarrollo de las fuerzas productivas,
generalmente interpretado de una forma marcadamente meca ni ca, y sin tener
en cuenta todas sus dimensiones. El marxismo ha compartido con toda la cien-
cia del siglo XIX - y con gran parte del pensamiento científico actual- la idea
optimista de que el progreso de la ciencia y de la tecnología iba a domesticar
a la naturaleza, y que siempre sería posible encontrar soluciones técnicas para
todos los problemas, lo que justamente el pensamiento ambiental pone en
duda. De esa forma, fue muy frecuente en América Latina la confluencia de
la política marxist41 con las versiones mas economicistas del desarrolJismo.
La historia ambiental, incorporando dimensiones problematicas que la pers-
pectiva del desarrollo deja fuera de sus analisis, llama la atención sobre los
costos ocultos de procesos que, a veces, han sido glorificados por la historia
económica. Muchos éxitos económicos de la historia latinoamerica na pueden
ahora ser leídos como fracasos - y la historia amazónica, en especial, tiene
muchos ejemplos para exhibir--.
Por ejemplo, una perspectiva ambiental. orientada a evaluar los balan-
ces de energía en la agricultura, llega a la conclusión de que el modelo agrícola
de 13 "I-evolución verde" h3 fr3c3sado ya que consume más energía de la que
produce, especialmente la que se origina en fuentes fósiles no renovables.
y mucho mas ha fracasado si incluimos en esta evaluación el punto de vista
de una contabilidad de recursos que incorpore el costo de la erosión, de la
pérdida de biodiversidad o de fertilidad de la tierra, de la contaminación por
agroquimicos, etc. Todo esto sin considerar los costos sociales y humanos del
proceso de implantación de la agricultura industrial en la forma de despose-
sión de campesinos, pérdida de empleos y de posibilidades de mercado para la
agricultura familiar. efectos sobre la salud de la población rural, éxodo rural,
supercrecimiento de las ciudades, etc.
Desde el siglo XIX, las pampas argentinas o las praderas de Estados
Unidos y de Canada vienen produciendo cereales en cantidades fabulosas,
capaces de alimentar a muchas generaciones de seres humanos y de generar
enormes riquezas en esos países. Pero también se ha perdido fertilidad natu-
ral. se han extinguido especies vegetales y animales, hubo y sigue habiendo
enormes problemas de erosión y de desertificación. Pero esos danos ambien-
tales, irrepa rables, nunca fueron computados en los costos de esa producción.

8 Desde luego, el temol de b.s preocUp<lciones ambientales del propio


Carlos Marx eslá en abierta discusión. Sin duda, en los márgenes de la.
tradición marxista se encuentran rellexiones muy Importantes para un,)
perspectiva ambiental de la historia. Por ejemplo, la obra de Nicolai
Oanielson. quien percibió en Rusia a fines del siglo XIX que las dimensiones
destructivas dtl capitalismo podrian ser mayores que las consl'ructivas
y acaba r bloqueando su dinámica de progreso (Alimonda: loob),

74 Héctor Allmonda
y toda esta problemática se está repitiendo, amplificada, con la experiencia
de la soja transgénica, que ocupa en estos momentos la mitad de la superficie
agrícola argentina'.
Para continuar con el caso argentino, hay otro ejemplo interesante de
cómo la historia eC{)inómica, al privilegiar la historia de los éxitos, procede a
efectuar segregaciones espaciales, dejando en la oscuridad la historia de los
fracasos, que sí son recuperados por la historia ambiental. A partir de r860,
la pampa húmeda argentina vive un intenso proceso de desarrollo orienta-
do a las exportaciones, con una enorme acumulación de capital. inmigración
transatlántica, construcción de ferrocarriles y de obras públicas, urbaniza-
ción, etc. Pero en la retaguardia de ese proceso, toda una vasta región de
bosque subtropical seco, el chaco santiagueño y santafesino, fue deforestada.
Sus montes contenLan quebracho, árbol de madera muy dura e incorruptible,
que fue utilizada para la elaboración de los durmientes del ferrocarril y los
postes de telégrafo, como sus usos principales. Sólo que la historia económi-
ca argentina dedica miles de páginas a la historia exitosa del cereal y de las
carnes (de cualquiel[" forma, sin tomar en cuenta su impacto ambiental en la
propia pampa húmeda), y nada habla de la destrucción forestal de la región de
Santiago del Estero, que se transformó en un territorio árido, con problemas
ambientales y sociales crónicos.
Aquí aparece un tema muy importante, el de las hegemonías terri-
toriales y la subaltj!rnización de regiones. La colonialidad no acaba con lo
que la historiografia de nuestros países denomina "pcríodo colonial". En cada
país latinoamericano existen regiones que por una serie de razones de tipo
geomorfológico. climático, etc., presentaron dificultades para ser incorpo-
radas en los territo:rios de ejercicio efectivo del poder de la administración
colonial, sea por desinterés, porque los costos no compensarian los beneficios
o porque sus caracu~rísricas dificultaban la implantación de núcleos de pobla-
w
ción metropolitana •
Es lo que Gel'mán Palacio (sjd) destaca, refiriéndose a la Amazonia, pero
que es válido para estas regiones: su excentricidad. Es el caso de la Amazonia,
en todos los países que la abarcan. de la Pampa, de la Patagonia y del Chaco en
la Argentina, de la Araucanía en Chi le, del Norte y del Yucatán en México, de
El Petén en Guatemala, del Darién en Panamá, de las "tierras bajas" en general
en Colombia. Estas regiones son incorporadas en los territorios de jurisdic-
ción de los Estados independientes, a veces aún inexplorados y desconocidos,
de donde se derivan conOictos de demarcación de límites a lo largo de todo el

9 A esta altura, la bibliografia crítica es amplia. Se puede consultar Dominguez


y Sabatino (1006)., Pengue (1008). RodríguC2 (1009) y la producción de
la tenaz campafta del Grupo de Reflexión Rural (www.grr.org.ar).
'o Sobre esle tema, d Importante trabajo de Serje (1005) acerca de Colombia aporta
dementos que pueden ser aplicables a todos los países de la región. Nos parece
perfectamente justificado incluir esla reflexión sobre ~dio natural y formación y
ejercicio del poclt:r político entre la bibliografía de ecologla politic.1 lalinoamericana.

SObre la ID50nenlble colonialidad de


la naturaloz.lilatinoamorlcena 75
siglo xx. En ~Ilas s u bsisti~ron o se refugiaron pu~b los indíg~ nas. contra los
cuales. cuando las condiciones políticas y te<:nológicas lo permiti~ron (f~rro­
carriles. fusiles de repetición. telegrafo. etc.) los ~jercitos nacionales desarro-
llaron operaciones de conquista y sometimi~nto. En Argentina. la Conquista
del Desierto fue j ustificada por Estanislao ZebaUos como la necesidad de com-
pletar las tareas inconcl usas dejadas por España: se iba a repetir. con relación
a los pueblos indígenas de la Pampa y la Patagonia. una guerra de conquista.
El gra n avance del ejército argentino hasta el río Negro se desarrolló en 1879.
y la lucha continuó unos años más en la zona cordillerana de Neuquén; en
1883/84 se efectuó la campaña del Chaco. Al mismo tiempo. el ~jercito chileno
cumplía con la llamada Pacificación de la Araucanía contra los mapuches. La
lucha contra los indígenas en México ocupa toda la segunda mitad del siglo
XIX. Las operaciones contra pueblos guerreros como Jos apaches y los yaquis
van hasta finales del siglo XIX. y las llamadas "guerras mayas" sólo acaban en
1904 con la rendición de la ciudad rebelde de Xan Sa nta Cruz.
Pero el ejército mexicano también enfrenta autonomías locales cam-
pesinas. de las cuales la más famosa es la rebelión de Tom6chic. en el estado
de Cbihuahua. duran te 1891/92 (Alimonda: 2002a). Equivalentes brasile-
ños serían los conflictos de Canudos en el interior de Bahia (1&)3/97) y del
Contestado en Santa Catarina (1913/ 15). donde el ejército nacional realizó cam-
pañas despiadadas contra poblaciones campesinas autónomas que no estaban
sometidas a la gobernamentalidad territorial del gobierno republicano.
Incorporadas al orden nacional a partir de operaciones militares de
conqu ista. estas regiones tampoco tuvieron. en general. las atribuciones de
autonomía de que gozaban unidades políticas donde se ejercían hegemonías
territoriales de clases dominantes loca les. Fueron dependencia directa de
los poderes ejecutivos naciona les. en un régimen que podría denominarse
de "colonialismo interno". que supuso la ocupación y gestión por parte de
organismos administrativos y militares del Gobierno Central. así como un re-
levamiento de recursos naturales y su "puesta en valor" según la lógica de las
necesidades de las regiones hegemónicas.
En la Argentina. por ejemplo. un país formalmente federal según la
Constitución de 1853. las áreas conqu istadas a los indígenas después de la
independencia (es decir. más de la mitad de la superficie del país) permane-
lI
cieron hasta 1950. aproximadamente. como "territorios nacionales .. • depen-
dientes del poder central y carentes de los atributos federales de las "catorce
provincias". que resguardaban las autonomías negociadas de las oligarquías
locales frente al poder central.
De allí la segunda característica. derivada de la colonialidad. que
German Palacio atribuye a estas regiones. la asincronia. Su historia no acom-

11 Se tral.1 de las actmlt'5 provincias de I..a Pampa. Rio Negro. Neuqutn,


Chubut. Santa Cruz. Tierra del Fuego. Chaco. Formosa y Misiont'5,
creadas durante el primer gobierno del general PerOn ( 1946/ 1951).

76 H6ctor AUmondlo
pana, ni a grandes rasgos, la periodización de las sociedades nacionales que
las han incorporado. Como lucidamente expresó en la época el argentino
Estanislao Zeballos, los Estados nacionales independ ientes fueron completan-
do, a lo largo de los siglos XIX y XX, la conquista y ocupación territorial que
los colonialismos ibéricos habían dejado inconclusas. Para contar la historia
de estas regiones, entonces, es necesario someter a tensión a las narrativas
establecidas.
Indiquemos desde ya que aquí tenemos un importame punto de
contacto entre la perspectiva de la historia ambiental y la del Programa ae
Investigación Modernidad/Colonialidad. El "giro decolonial" se complementa
con un "giro natural-colonial". Se trata de leer y de narrar la epopeya de la
modernidad desde :su reverso, desde sus dimensiones silenciadas. Si la pers-
pectiva del Programa M/C supone la recuperación de los discursos silenciados
de la resistencia anticolonial. la perspectiva de la historia ambiental busca
también sus voces ,:>cu ltas, sus consecuencias no asumidas ni confesadas, la
destrucción ambiental y social que ocultan los procesos ejemplares de desa-
rrollo, que se revelan insostenibles.
volviendo al tema de los amecedentes, si la historia ambiental tiene di-
vergencias con la tradición marxista, reivi ndica en cambio a un precursor que
se formó en esa tra&ición, Karl Polanyi. Karl Polanyi {1886-19641 era húngaro,
ligado al Partido Socialdemócrata austríaco. Con la ascensión del nazismo y
la incorporación d{~ Austria al Reich, Polanyi se exiló en Ing laterra, luego
fue a Estados Unide» y Canadá, donde desarrolló una carrera académica. Es
interesante notar que, aunque en su formación y su perspectiva existe una afi-
nidad muy grande c:on la tradición marxista, Polanyi siempre se preocupa por
diferenciarse del marxismo o, en todo caso, por ocultar esas afinidades (efec-
to, quizás, de la necesidad de circular en el ambiente académico ang losajón
durante los años d,e la guerra fría). Escribió una obra importante, que fue
recuperada a partir de los años noventa por los críticos del auge neoliberaJ.
Su libro más conocido, The Orear Transformation, fue publicado en
1944. Allí Polanyi 5(: pregunta por los orígenes de la crisis y de la guerra terri-
ble que la humanidad estaba atravesando. Su concl usión fue que esa catástrofe
era el resu ltado de la expansión incontrolada del liberalismo de mercado a
partir de mediados del siglo XIX (la globalización, diríamos hoy), que tuvo
como resultado. al :mismo tiempo que la multiplicación de las riquezas y de
las tecnologías a niveles nunca vistos, introducir a todo el planeta en un sis-
tema de mercado, b.asado en una falacia central: considerar como merca ncías,
producidas como mercancías, a dos elementos centrales del mundo real. la
naturaleza y la fuern de trabajo (que él denomina mercaderías ficticias). Ese
fundamentalismo de mercado, montado sobre esta doble ficción, provocó la
desagregación de todas las sociedades establecidas, la multiplicación de las
crisis sociales y poliíticas, la necesidad de organizar sistemas represivos inter-
nos y las carreras armamentistas internacionales; finalmente, la incapacidad
de respuestas, las re'composiciones autoritarias, las guerras ...

SObra la In.tiOIIteDibla colollialidad de


la naturaleza latinoamericana 77
El capítulo xv del libro de Polanyi se llama Market and NalUre. PoJanyi
comprueba que lo que hoy llamamos "tierra" estuvo siempre inextrincable-
mente vincu lado con todas las dimensiones complejas que constituían las
sociedades humanas. En realidad, dirá, suponer que la naturaleza era apenas
"tierra", que podía estar sometida a la compraventa en un mercado a cambio
de dinero, fue alguna vez una utopía sin conex ión con la realidad. Pero mejor
dejarle la palabra:
Tradicionalmente, la tierra y el trabajo no estuvieron nunca
separados. El trabajo formaba parte de la vida. la tierra formaba parte
de la naturaleza. vida y naturaleza formaban un todo articulado. La
tierra se vinculaba con la organización del parentesco, la vecindad, los
oficios, las creencias (... ) La propuesta de que una economía de mercado
debia subordinar todas las instituciones a su funcionamiento es tan
utópica con respecto a la tierra como con respecto al trabajo. La función
económica es una entre varias funciones vitales de la tierra. Otorga
estabilidad a la vida humana, es lugar de su vivienda, es la condición
de su seguridad física; es el paisaje y las estaciones. Y, sin embargo.
separar a la tierra de los hombres y organizar a la sociedad de manera
de satisfacer las necesidades de un mercado de tierras fue una parte
vital del concepto utópico de la economia de mercado (Polanyi sld, 178).

La naturaleza, vinculada por todas partes con la vida de la sociedad,


fue transformada apenas en "tierra". Y con este movimiento se desarticulan
equilibrios sociales constitu idos durante siglos, que otorgaban sentido e iden-
tidad a los individuos y que estaban en e l fundamento de los imaginarios
sociales. Este proceso, que se fue dando en todo el mundo. ha afectado. y
continúa afectando, a los pueblos indígenas latinoamericanos y está presente
en la resistencia campesina en defensa de sus tierras, e inclusive en los movi-
mientos que en todos los países, a lo largo de los Andes. se oponen a la gran
minería. La defensa y el respeto por la Pachamama, postulado central de la
propuesta andina del "buen vivir", que recogen las recientes constituciones
de Ecuador y de Bolivia, se vi ncula directamente con el intento de proteger y
dejar fuera del mercado a la naturaleza.
Para Donald Worster, este proceso de mercantilización de la naturaleza
fue tan revolucionario y arrasador como la revolución neolítica. Se encuentra
allí, según su perspectiva, un tema privilegiado para la historia ambiental:
Sugiero que la tarca más importante para los académicos de
la historia de la agroerologia moderna consiste en trazar lo que Karl
Polanyi llamó 'la gran transformación', tanto en términos planetarios
generales como en todas sus permutas de un lugar a otro (... ) Lo que
realmente sucedió en el mundo de la naturaleza, despues que fue
reducido a la abstracción 'tierra'. es uno de los problemas históricos
más interesantes presentados por la transformación capitalista y
necesitará mucha más investigación por parte de los historiadores

78 Héc::tor A1imonda
ambientales. Hay muchas líneas posibles para desarrollar esta
investigación, pero entre las más promisorias está la interrogación
sobre la reestructuración de los sistemas agroecológicos promovida por
el capitalismo. Primero en Inglaterra y, después, en todo el planeta, los
sistemas agroo:cológicos fueron racional y sistemáticamente reformados
con el objetivo de intensificar no solamente [a producción de alimentos
y de fibras, sino también la acumulación de riqueza personal.
(2oo2¡2oo), )3"35).

Worster da una importancia central en sus formu laciones a la idea d(:


Polanyi de que la t.-ansformaciÓn de la naturaleza en tierra constituye un hito
en la historia de la humanidad. No se trata estrictamente desde su punto d(!
vista de la venta de' producción en el mercado, lo que puede darse también erl
una agricultura de subsistencia, sino de procesos de reorganización integral
de la agricultura con ese objetivo. Una agricultura especializada en producil'
excedentes de deti~rminados tipos de prod uctos supone una simplificación
radical de los agro--ecosistemas. con la consiguiente pérdida de biodiversidad
y una mayor vulnetrabilidad de todo el complejo agrícola, tanto desde el punto
de vista ecológico como económico--financiero y energético.
Hay aquí una diferencia de matiz que constituye otra discrepancia d(:
la historia ambient.al en relación a las interpretaciones de inspiración marxis..
tao El proceso de reorganización de la producción en función de su orientación
a mercados distanti!S tiene más importancia explicativa que la cuestión de las
relaciones de producción, central para la tradición marxista. Si la llamada
"Mata Atlántica" brasileña fue destruida para plantar azúcar o café. desde el
punto de vista ambiental poco importa que la fuerza de trabajo utilizada haya
sido esclava o asalariada.
Lo que cierta vez había sido una comunidad biológica de
plantas y de animales tan compleja que los científicos dificilmente
podrían comp,render, lo que había sido cambiado por los agricultores
tradicionales ,~n un sistema aún altamente diversificado para la
plantación de productos alimenticios locales y otros materiales,
ahora se volvi,ó cada vez más un aparato rígidamente restricto para
competir en mercados ampliados para obtener éxito económico. En
lenguaje actu¡11, llamamos a este nuevo tipo de sistema agroecológico
'monocultivo', significando una parte de la naturaleza que viene
siendo reconstituida para producir una única espede, que estií siendo
plantada en~, tierra solament'e porque en algún lugar hay una fuerte
demanda de mercado por ella (2oo2¡2oo3, 35).

Worster no deja de destacar que junto con la desaparición de 121


agricultura biodivl:rsificada. se da también una pérdida, una clausura, dE:
los saberes campesinos asociados con ella. Los humanos que interactúatll
con los monocultivos estan aprisionados. de alguna forma, por un tipo df:

SObrell I~tenible COlODilUdad d(,


la Dltul'llllUllltiDOIlmeriCilIll' 7'
pensamiento único altamente especializado, y han perdido las habilidades
y los conocimientos detallados de la naturaleza que permiten las prácticas
agroecológicas multiculturales.
Otra dimensión estratégica con la que la historia ambienta l viene a
alimentar los debates contemporáneos se refiere a la vigencia de lo que el
economista catalán Joan Martínez Alier (2004) denomina "ecologismo de los
pobres", y que nosotros preferimos llamar "ecologismo popular". Se trata de
identificar que, así como existen movimientos ambientales "de ricos", que se
originan de preocupaciones ambientales informadas, existen también movi-
mientos populares, que se movilizan por razones ambientales, aunque no den
ese nombre a sus luchas. Afortunadamente, este tema ya se ha hecho evidente
en América Latina y no necesita ser reafirmado, pero unas décadas atrás era
frecuente escuchar la descalificación del ambientalismo por parte de voceros
conservadores en nombre de su carácter "importado", "sofisticado", etc.
Pero la perspectiva de la historia ambiental, entonces, permite tam-
bién otra lectura de estos movimientos y, por extensión, de toda la historia
latinoamericana . En el siglo xx lo ambiental apareció identificando conflictos,
reivindicaciones y movimientos especificas. Pero esos conflictos, reivindica-
ciones y movimientos existieron siempre e n la historia, aunque no siempre
hayan sido explícitos sus componentes ambientales en la conciencia y en la
discursividad de los actores que los protagonizaron.
En este punto reencontramos a Karl Polanyi. Si lo decisivo en los orí-
genes de la economía de mercado es la transformación de seres humanos y de
la naturaleza en "mercaderías ficticias", las luchas de resistencia contra estos
procesos de mercantilización pasan a adquirir una nueva trascendencia. Ya no
se trata de resistencias en nombre de la negación del progreso, como pretendió
la hegemonía del iluminismo liberal y del marxismo normatizado. Ahora es
posible leerlas como formas de resistencia frente a los embates de la mercanti-
lización, basadas en la defensa de sistemas tradicionales de organización social
para el uso y disposición comunitaria de los recursos humanos y naturales.
Toda una trad.ición de la buena historiografia inglesa se ha aplicado
a reconstruir las resistencias populares de la época de la revolución indus-
trial, e n la fonna de la defensa de una "economía moral", donde una ética
colectiva presidía y regulaba las relaciones sociales y ambientales. en nombre
de la preservación de valores básicos de convivencia. La misma lógica está
siendo aplicada para la interpretación de la formación histórica de los países
latinoamericanos. Eso permite trazar genealogías y continuidades entre las
luchas de los pueblos indígenas a lo largo de quinientos años de su historia
y los conflictos y desafios del presente. No se trata de reescribi r ahora toda
la historia como conflicto ambiental, sino de reconocer la presencia de estas
dimensiones. aunque no fueran explícitas, e n diferentes momentos y procesos
de nuestro pasado. Si el tema decisivo de la historia ambiental, como propone
Worster. son los procesos de mercantilización de la naturaleza y las formas de
resistencia popular. encontramos un puente entre pasado y presente. El actual

80 H6ctor AUmonda
movimiento de resistencia global. con todas sus dificultades y contradicciones,
o los movimientos irudígenas o ambientales contemporáneos, adquieren raíces
concretas y legitimidad profunda en nuestro pasado y en nuestras identidades.

La ec:01ogie potitlCII
Pero al abordarestas dimensiones políticas de la historia ambiental nos
estamos acercando a otro campo intelectual de vigencia contemporánea en las
ciencias sociales: la (~col ogía política.
De hecho, ~! comenzó a hablar de ecología política en la década de
1970 en referencia al una serie de visiones pesimistas. de carácter marcada-
mente neomalthusialno y conservador. que visualizaron los límites del modelo
de desarrollo industrial. y que recibieron una crítica bastante ortodoxa por
parte de Hans Magn-us Enzenberger. en su libro Para una crítica de la ecología
politica {1974t.
Posteriormentte. la ecología política se fue configurando, en su perspec-
tiva académica, como:> un campo de confluencia y de retroalimentación mutua
entre diferentes cien cias sociales. En la tradición de la antropología anglosajo-
na. hubo. por un lado. una politización de un área problemática tradicional. la
ecología humana. qu:e pasó a incorporar dimensiones políticas e n sus a nálisis.
Por otro lado. una sc:r ie de t rabajos prod ucidos por geógrafos. q ue estudiaron
temas ecológicos (co mo erosión de suelos, deforestación, uso del agua, etc.),
fueron llega ndo a la <:onclusión de que no era posible entender estos pro blemas
si no se incorporaban e n los a nálisis dimensiones propiamente políticas. Se fue
afirmando la convicción, sintetizada por David Harvey. de que todos los pro-
yectos (y argumentos) ecológicos son simultáneamente proyectos (y argumentos)
político-económicos y viceversa (citado por Sryant y Sailey: 1997. 28).
Indiquemos aqui una diferencia fu ndamental en relación con el campo
de la historia ambkntal. tan próxima en sus preocupaciones problemáticas
con la ecología potítica. Epistémica y metodológicamente, la historia am-
biental se ubica dentro de los márgenes disciplinarios de la Historia, y es allí
donde está dando la lucha por su reconocimiento. La ecología política. por el
contrario, critica en su práctica la parcialización exacerbada del conocimiento
tecnologizado y resalta, al tiempo, la necesaria integración de perspectivas
para dar cuenta de sus objetos de estudio. Pragmáticamente. un geógrafo bri-
tánico dice en un libro reciente:
La ecollllgia política puede entenderse como una suerte
de paraguas bajo el cual conviven varias tradiciones y líneas
de investigaci6:n política y ecológica que comparten ciertas
preocupaciones ético-políticas e intelectuales ( ... ) el campo de la

u En un trabajo inédito, Horacio Machado Araoz (sJd) analiza esa


producción como respuesta hegemónica a los avances obtenidos
por los países "en desarrollo" du rante las décadas de 1950 y 1960
en relación con la soberanía sobre sus recursos naturales.

SObre la Insostenible oolonlalidad de


la naturaleza latinoamericana 11
ecologia política surgió y se fue construyendo bajo la noción de que
no es una tooria sino un espacio común de reflexión y análisis, en gran
medida definido por su propia historia y por los que la practican,
quienes comparten una visión más o menos parecida de las ideas y las
prácticas que la sostienen (Bebbington: lfXY7, 26).

En contraposición, una versión "ampliada" y ambiciosa de la ecolo-


gía política es presentada por el notorio intelectual y político frances Alain
Lipietz, diputado por Les Verts en el Parlamento Eu ropeo. En primer lugar,
para Lipietz la ecología política es, al mismo tiempo, una perspectiva tota-
lizadora de conocimiento científico y una práctica política renovadora. Se
entiende claramente que hay aquí una homología con la tradición marxista,
y Lipietz la hace explícita. Frente a la crisis del marxismo, la ecología política
retomaría algunas herencias centrales (el materialismo, la dialéctica, la noción
de crisis), dejando de lado postulados insostenibles (la creencia en las virtudes
del desarrollo de las fuerzas productivas, la glorificación de la tecnología, la
clase obrera como sujeto revolucionario).
Para Lipietz, la característica básica de la ecología del género humano
es su carácter polít ico. Los humanos producen y reproducen su subsistencia
colectivamente, lo que implica necesariamente que su relación con el medio
natural es siempre mediada por relaciones sociales de dominación y de: con-
senso. Son necesarias decisiones en relación a qué producir, cómo organizar
los procesos de trabajo, cómo distribuir el excedente y a qué fines destinar-
lo, que necesariamente refieren a situaciones de dominación y consenso. Al
mismo tiempo, las comunidades huma nas se organizan en territorios, lo que
supone disputas o cooperación con otras comunidades territoriales. En resu-
men, si la ecología de la especie humana es política, el desarrollo lógico del
argumento de Lipietz lo lleva a configurar a la ecología política científica como
un punto de vista totalizador, que interpela e integra a todas las ciencias, sean
las orientadas al estudio de la naturaleza o las que se dirigen a las sociedades
humanas (1999, 2002, 2002/2oo3).
Curiosamente, quienes intentamos aproximarnos en la lengua caste-
llana a una concepción de ecología política hemos coincidido en buscar un
abordaje diferente de la total ización lipietzana y, al mismo tiempo, del prag-
mático paraguas anglosajón. El introductor de la noción de ecología política
en nuestra lengua es Joan Martínez Alier, autor de una obra sólida e infor-
mada y fundador y editor durante quince años de la revista Ecología Política,
publicada en Barcelona, que se constituyó en una referencia obligada para
estos temas.
Martínez Alier venia de realizar una lectura crítica de la tradición
intelectual de la economía política, resaltando,sus silencios sistemáticos y sin-
tomáticos en relación con la cuestión de la naturaleza, y rescatando autores
que, aisladamente, fueron constituyendo una reflexión de economía ecoló-
gica. En relación de continuidad con ese trabajo crítico, y reconociendo los

82 Héctor Allmonda
antecedentes de la e;cología política en la antropología y geografía anglosajo-
nas (limitada, en todo caso, por un método funcionalista que, en realidad, no
le era intrínseco y que reducía su alcance al nivel local), propone como su
objeto de estudio los, conflictos ecológicos distributivos.
"Por distribución ecológica", propone Martínez Alier, "se entienden
los patrones sociales, espaciales y temporales de acceso a los beneficios obteni-
bles de los recursos naturales y a los servicios proporcionados por el ambiente
como un sistema de soporte de la vida (... ) En parte, la ecología política se su-
perpone a la economía política, que en la tradición clásica es el estudio de los
conflictos de distribución económica" (2004, 104-105). A pesar de incorporar
virtualmente la ecología política ala economía, el punto de vista de Martínez
Alier no es economidsta, ya que permanentemente se refiere a las dimensio-
nes de conflicto y n,egociación implicados en estos procesos de distribución
ecológica y a los dife-rentes "lenguajes de valoración", a veces intraducibles e
inconmensurables, de los que son portadores los diferentes actores implicados
en esos conflictos.
Otra perspectiva fue desarrollada por el colombiano Arturo Escobar,
partiendo del "carácter entretejido de las dimensiones discursivas, material.
social y cultural de la relación social e ntre el ser humano y la naturaleza".
Siendo así, prefiere sortear la dicotomía sociedad/naturaleza, buscando una
definición de ecologlia política que "desplaza a la naturaleza y la sociedad de
su posición privilegiada en el análisis occidental". Propone entonces que "la
ecología política puede ser definida como el estudio de las múltiples articula-
ciones de la historia y de la biología, y las inevitables mediaciones culturales
a través de las cuales se establecen tales articulaciones" (2005a, 24). "La eco-
logía política tiene como campo de estudio las mu ltiples prácticas a través
de las cuales lo biofisico se ha incorporado a la historia o, más precisamente,
aquellas prácticas en que lo biofisico y lo histórico están mutuamente impli-
cados" (p. 25).
Pero unos años después", Escobar se ha aproximado a la perspectiva de
Martínez Alier y ha optado por profundizarla explícitamente. Así, dice en la
introducción a su libro Más allá del Tercer Mundo: globalización y diferencia:
El capitulo) comienza la tarea prospectiva de pensar lugar,
diferencia y globalización desde una perspectiva amplia de ecologla
política. Este capitulo propone una visión de la ecología política que
incorpore sistermiticamente 10 económico, lo ecológico y lo cultural.
definiendo este campo como el estudio de los conflictos distributivos
económicos, ecológicos y culturales. Con esta definición, extiendo
la noción de ecologla política propuesta por Joan Martlnez Alier al
campo de lo cutltural (200Sb, 17)".

1) El articulo de Escobar antes citado fue publicado en inglés en 1999.


14 Sin embargo, en en artículo referido Escobar no integra estas dimensiones de
anilisis en una eco logia política estructuradora. Para sorpresa del lector, en el

SObre la IUIOIUnible colonlalldad de


la naturalet.a latinoamericana 13
La reivindicación de saberes plurales y la necesidad de construcción
de racionalidades alternativas es un punto clave en la perspectiva del inte-
lectua l mexicano Enrique Leff. El ejercicio del poder en América, al mismo
tiempo que fragmenta el conocimiento de base científica y tecnológica y lo
orienta unívocamente para su lógica de acumulación, lo ha escindido del vas-
to territorio de los saberes populares sobre la naturaleza. Los co nocimientos
indígenas, basados en siglos de convivencia, observación y experimentación
empírica en el marco de ecosistemas locales, fu eron desechados desde la
Conquista y a lo largo de una colonialidad que permanece hasta nuestros días.
Por esta causa, Leff insiste en que la ecología política supone una
epistemología política.
La epistemología política desborda al proyecto
interdisciplinario en su voluntad de integración y complementariedad
de conocimientos, reconociendo las estrategias de poder que se
juegan en e l campo del saber y reconduciendo el conflicto ambiental
hacia un encuentro y diálogo de saberes ( ... ) La ecología política
en América Latina se alimenta de perspectivas provenientes de la
filosofía, la epistemología, la ética, la economía, la sociología, el
derecho, la an tropología y la geograna ", por autores y movimientos
sociales que, más allá del propósito de ecologizar el pensamiento y la
(1\:";;611, ~l¡Ín cUllfi uycl1du Cilla ,,"cna polllica y cn el estudio do:: ¡as
relaciones de poder que atraviesan al conocimiento, al saber, al ser y
al hacer. Muestra de ello son, entre otras, la ambientalización de las
luchas índ ígenas y campesinas en nuestra región y la emergencia de
un pensamiento ambiental latinoamericano que aportan una renexión
propia sobre estos temas y procesos (loo6: 3l y 37-38).

Por último, quiero registrar aquí que otros autores hemos intentado
dar cuenta de una noción de ecología política fact ible desde el punto de vista
práctico de investigación y de construcción de conocimiento, y apta, al mismo

texto del articulo la ecología políticil se ocupa solilmente de unil de las dimensiones
de liI distribución: '·Si la distribución económiCil subyace a b dimensión
política de la economiil, dando pie a la economía poJitica, y si la distribución
ecológica identifica las estrategias económicas dominantes como fuente de
pobreza y destrucción ambiental originando asi el campo de la eco logia politica,
entonces la distribución cultural desplilza el estudio de la diferencia cultural
de su estricta relación con la diversidad hacia los efectos distributivos de la
predominancia cultural y luchas en torno a ésta. Este ultimo aspecto de nuestra
concepción tripartita de los conflictos de distribución genera una antropologiil
política centrada en la relación entre el poder social y las prácticas culturales
contrastantes. El poder habita el sentido y el sentido es fuente de poder" (looSb,
130). Con lo que la ecologia política queda limitada al análisis de estrategias
económicas, y la especificidad del campo político se diluye en el vacío. Es cierto
que el poder habita el sentido, ¡pero no sólo en el sentido esta el poder!
15 Es curioso que en esta enumeración Leff no menciona a la historia.

84 HlIctor Allmonda
tiempo, para desarrollar perspectivas críticas y para establecer diálogos y ne-
gociaciones tanto el1 el ámbito académico interdisciplinario como en relación
con los actores de 1.()S conflictos ambientales. Reconociendo la pertinencia de
los aportes de autOI-es como Martínez Alier, Escobar o Lefl', nuestra reflexión
nos lleva a tratar de: fundamentar la ecología política en un espacio de enun-
ciación que, en todo caso, hace pie en el cuerpo a nalítico de la ciencia política.
En efecto, antes de aparecer como problemas de distribución, nos pa-
rece que las cuestiones de la ecología de las sociedades humanas constituyen
cuestiones de apro'piación, como el establecimiento de relaciones de poder
que permiten procf:der al acceso a recursos por parte de algunos actores, a la
toma de decisiones sobre su utilización, a la exclusión de su disponibilidad
para otros actores. Se trata de una matriz de relaciones de poder social. que
está vigente en América Latina desde el período colonial. y que tuvo como
predicado central el acceso a la tierra y su control. Esa perspectiva histórica,
informada por la historia ambiental. pero también por la historia económica,
social y política de· la región, desplaza a un segundo plano, nos parece, la
perspectiva de una ecología política construida apenas desde el presente, pri-
vilegiando la lectura de los conflictos ambientales actuales.
Para ir a un ejemplo, nos parece una visión de excesivo corto plazo
analizar la eclosión de movimientos indígenas "ambientalizados" que recorre
toda América apenas como un problema de "distribución", cuando en rea-
lidad esos confli ctos han sido configurados a lo largo de complejos procesos
de explotación y e1cclusión de mas de cinco siglos de vigencia. En este caso,
por detrás de los a,:tuales conflictos de distribución, subyacen historias de-
masiado largas de colonialidad, que supusieron genocidio físico y cultural,
mecanismos de expropiación y exclusión de los recursos naturaJes, subalter-
nización o destrucción racista de identidades.
Otro punto que parece importante resaltares que la perspectiva de estos
autores tiende a minimizar el análisis del papel del Estado y de sus políticas en
relación al ambiente'·. Es cierto que se trata de una necesidad teórica que t iene
el saludable efecto de resaltar la dinámica de los movimientos locales y que, al
mismo tiempo, sirvo! para llamar la atención hacia la presencia y efectos tanto
de macropoderes actuantes en ámbitos públicos locales como hacia el sentido
político implícito y muchas veces oculto en distinciones culturales, por ejemplo,
El Estado, ~:in embargo, a través de sus mú ltiples mecanismos (el de-
recho, para empe:wr), de sus instituciones, de sus políticas visibles e invi-
sibles, de sus rutinas, es el gran distribuidor originario que fundamenta los
actuales conflictos de distribución. y es también quien establece las líneas
generales macropoliticas de la gestión ambiental de los territorios que le están
subordinados .

•6 Arturo Escobar lUiliza apropiadamente la noción foucaultiana de


"gubernamenta liidad" en sus análisis y reivindica especialmente la importancia
del Estado. aunque nunc.a le dedic.a Urul atención especific.a (looSb, 1)4).

SObre la insostenible eolonlaUdad de


la naturaleza latinoamericana .5
Estos ejemplos nos parecen pertinentes para intentar rerormular una
visión de la ecología política latinoamericana que otorgue a "lo político" un
lugar central. al mismo tiempo en que pueda dar cuenta de su porosidad y
de su carácter contradictorio. Así como Martlnez Alier propone una ecología
política que se superpone en parte con la economía política, desde nuestro
punto de vista queremos proponer una ecología política que se superponga
con el campo problemático de la ciencia política (entendida no como "ciencia
del Estado", en su concepción clásica, sino como estudio de la formación de
poderes hegemónicos y de contrapoderes desafiantes, una ciencia política que
ponga a dialogar a autores como Gramsci o Mariátegui con los temas ambien-
tales de nuestra epoca).
Sin habernos puesto de acuerdo previamente, el amigo Germán Palacio
y yo hemos coincidido en estos puntos de vista. Así, cada uno por su lado
ha escrito en la misma época intentando definiciones alternativas de ecología
politica que privilegien el espacio de lo político. Mi intento de definición de
ecología política fue:
el estudio de las articulaciones complejas y contradictorias
entre multiples prácticas y representaciones (incluyendo diferentes
sistemas de conocimiento y dispositivos topológicos), a través
de los cuales diferentes actores políticos, actuantes en diferentes
escalas (local. regional, nacional, internacional), se hacen presentes,
con efectos pertinentes y con diferentes grados de legitimidad,
colaboración y/o conmcto, en la constitución de territorios y en la
gestión de su dotación de recursos naturales (Alimonda: 2005, 76)".

Germán Palacio, por su parte, después de recorrer algunos antece-


dentes, que incluyen a James O'Connor, Martínez Alier y a la bibliografía
anglosajona, concluye que
todas estas aproximaciones se fundan en enfoques que
no dan la primacía a la política como tal, sino a las fuentes de
poder político, es decir a la economía, o la sociedad y sus clases y
formas de organización. Este relegamiento conceptual de la politica
ocurre en otros estudios que se reconocen como ecologla política.
Por ello, propongo que la Ecopol es un campo de discusión inter
y transd isciplinario que renexiona y discute las relaciones de
poder en torno de la naturaleza, en términos de su fabricación
social, apropiación y control por parte de: diferentes agentes socio-
políticos ( ... ) Ig ualmente, la ecología política discute los aspectos de
fabricac ión, construcción o sistematización social de la naturaleza
no sólo en cuanto a los asuntos materiales, sino a su construcción

17 Quede claro que esta definición a) incluye 3 la cultura como pane inseparable
de: lo politico (Alvarcz, Dagnino y Escobar: 2000); b) lo politico no supone:
consensos automáticos, sino anlagonismos constitutivos (Mouffe: 2000).

86 Héctor Allmonda
imaginaria o simbólica. Por ello incluye la rorma en que la sociedad,
por un lado, }" la ciencia, de otro, se imaginan o inventan las
nociones de n,aturaleza y lo que consideran problemas ambientales
(".) Esa Ecopol reconoce los aportes de la economla política de modo
que analiza los procesos de apropiación de la naturaleza, por lo cual
revisa su circulación, distribución y consumo. Dc alll se derivan
las modalidades y disputas en torno de la apropiación, usurructo
y control de I¡I naturaleza. En consecuencia, también analiza las
disputas, luchas y negociaciones de esos agentes, lo que deriva en
los problemas económico-políticos de justicia ambiental (Palacio:
2006, 11).

La colo... 'ldad de la_turaJeza


Con los comentarios que venimos haciendo sobre los aportes de la
historia ambiental, de la ecología política y del programa de investigación
modernidad/ colonialidad resulta posible acercarnos ahora a la consideración
de la colonialidad de la nat uraleza latinoamericana.
Para comenz.ar, una observación sugestiva es presentada por Fernando
Coronil (1000) desde la perspectiva del Programa M/C. Se refiere al antro-
pocentrismo de las narrativas sobre el origen de la modernidad. paralelo al
eurocentrismo, y destaca el papel fundamental de la naturaleza de los espacios
coloniales (básicaml:nte, recursos minerales o tierras tropicales) en la génesis
de esa modernidad. Al destacar la presencia de esa colonialidad de la natu-
raleza tropical, Coronil desplaza la a utosuficiencia europea para producir la
modernidad y el capitalismo, y localiza
su nacimiento y evolución no en Europa, en donde la
historiografía dominante lo ha restringido, sino en las ya globalizadas
interacciones c:ntre Europa y sus otros coloniales (,.,) En vez de
verlo como un renómeno europeo auto-generado que se dirunde al
resto del mundo. la modernidad capitalista aparece como el resultado
desde sus inicios de transacciones transcontinentales cuyo canicrer
vcrdaderamenle global sólo comenzó con la conquista y colonización
de las Américas. (pp. 92-93).

La incorporación de la naturaleza americana en condición de inferiori-


dad, como recurso ¡¡ ser explotado, acompañó [a lógica de [o que Boaventura
de Souza Santos llama "los descubrimientos imperia les" (2006, capítulo 4). El
descubrimiento imperia l supone siempre la producción de dispositivos que
inrerioricen y subor'dinen lo descubierto, para así colonizarlo y explotarlo, ya
se trate del Oriente, de los salvajes o de la naturaleza tropical. En el caso de
América, un "Nuevo Mundo", estos mecanismos se implantaron y actuaron
con mucha más eficiencia e impunidad que en relación con Asia y África,
antiguos interlocutores del mundo europeo.

Sobre lalll$Oll\enible ooloniaUdad de


la naturaleza latlDoamerlca.Ila 81
Es importante destacar que, en el caso americano, la naturaleza fue
subvalorada a tal punto que los colonizadores destruyeron su valiosa biodi-
versidad para implantar monocultivos de especies exóticas para exportación.
El nordeste brasileño y el Caribe, las primeras areas a ser colonizadas por este
régimen de producción, tuvieron su cobertura vegetal origina l arrasada para
la producción de caña de azúcar. Es decir, fueron concebidos apenas como
plataforma de tierras t ropicales incorporadas al espacio hegemón ico e uropeo,
aptas para una producción de gran beneficio". Es un ejemplo extremo de lo
que Polanyi refería como la utopía de la transformación de natu raleza en tie-
rra. Ese sólo gesto originario ya define las características de la colonialidad
de la naturaleza americana, que continua repitiéndose en el siglo XXI, con la
expansión de los monocultivos de soja y agrocombustibles'·,
La radicalidad de ese proceso de colonización de la naturaleza se ex-
plica, también, por la propia radicalidad del proceso de colonización de los
h umanos, que hasta entonces los europeos no habían tenido ocasión de aplicar
con tanta eficacia. Será suficiente recordar que se han realizado estimadones,
según las cuales a lo largo del primer siglo siguiente a la conquista la pobla-
ción originaria americana se había reducido a un 10% de la del momento del
descubrimiento. Ese lamentable récord no se limita a la acción directa de la
violencia de los colonizadores, sino que aUí juegan también otros factores de
orden natural: las epidemias de enfermedades llegadas con la invasión, para
los cuales los indígenas no poseían anticuerpos, y la desorganización y/o des-
trucción de ecosistemas productivos nativos.
Continuando con el argumento del punto anterior, que asocia mono-
cu lt ivo/ destrucción de ecosistemas nativos/colonia lidad, se puede compro-
bar que, en la actualidad, las mayores reservas de biodiversidad que restan
en el continente están superpuestas con territorios indígenas, formando la

18 HDescubriendo muy rápido que las lierr.as del nordeste se prest.ab.an


m.aravillosamenle al cultivo de la ca¡\a de azúcM, los coloniudores sacrificaron
todas l.as otras posibilidades al pIando exclusivo de La c.a¡\a. A los intereses de
su monocultivo intempestivo, destruyendo casi enteramente el revestlmiento
vivo, vcget.al y animal de la región. subvirtiendo por completo el equilibrio
ecológico del paisaje y bloqueando todas las tentativas de cullivo de otr.u
planl'as alimenticias en el lugar, degradando al m.hdmo. de este modo.
los recursos alimenticios de la región" (Josué de Castro s/d. 107).
t9 En la provincia argentina de Salta. entre los censos de 1988 y de lool , la
superficie sembrada con soja aumentó el 50%. En el mismo periodo, "la superficie
con bosques y montes naturales ~só de 3,7 a l.l millones de heclireas, una
~rdida de 1.5 millón. Se calcula que desde lool a la rec~ se desmontaron
800.000 hectáreas mis, de las que medio millón corresponden sólo a lOCYl. ( ... )
El promedio de heclireas por unidad agropecUilria pasó en Salta de 93,7 en 1998
a 13l.7 en lOOl. Las explotaciones dedic;¡¡das a la soja. en tanto, promediab.an
e'n lool las 590 hectáreas. Adem.is, ya en el año lOOO, 95.000 hectáreas estab.an
en manos de' 19 productores. y sólo uno de ellos posela lS.OOO" ("Soja y
bosques nativos", Suplemento C.ash, p. Il, Buenos Aires, 19 de marzo, lOO9.

88 Hktor Allmonea
denominada "diversidad biocultura l". Podemos recurrir al ejemplo mesoame-
ricano: "En México, la mitad de ejidos y de comunidades indígenas (cerca de
15.000) se localizan justamente en los diez estados considerados los más ricos
en términos biológicos". Un eq uipo de la CONAB IO determinó 155 áreas como
prioritarias para la conservación biológica en el territorio de la republica. y
el 39% de las mismas se sobrepone con territorios indígenas. Esa proporción
se eleva al 70% e n el centro/sur del país. "Cinco de las seis Reservas de la
Biosfera ubicadas c~ n Centroamérica se e ncuentran habitadas por diferentes
comunidades indígenas" (Toledo el a\.: 2001. 23-24)"'.
El complejo modernidad/colonialidad , en sus implicac iones epistemo-
lógicas, produjo puntos de vista que organjzaron a los humanos a partir de
la pureza de sangre y que denigraron la biodiversidad de los trópicos, per-
cibidos como no aptos para la sociedad civilizada:', Para uno de los teóricos
origi nales de la perspectiva de la modernidad/colonialidad. Aníbal Quijano,
la clasificación social con base en criterios raciales tuvo su aparición con el
colonialismo ibérico en América y acabó siendo la categoría constituyente
del poder mund ial: "La colonia lidad es uno de los elementos constitutivos y
específicos del patrón mundial de poder capitalista. Se fu nda en la imposic ión
de una clasificación racialfetnica de la población del mundo como piedra an-
gular de dicho pan'án de poder, y opera en cada uno de los planos, ámbitos
y dimensiones, materiales y subjetivas, de la existencia cotidiana y a la escala
social" (Quijano: 2007. 93).
PeTO es clal'O que el genocidio y la subahernización de las poblacio-
nes originarias significaron la pérdida de sus conocimientos y de sus formas
t radicionales de interactua r con la natura leza. Al mismo tiempo, h ubo una
reorganización selectiva de conocimientos, a partir de las nuevas relaciones
de poder. Hubo apropiación de especies vegetales americanas y de tecnologías
a ellas asociadas que salvaron a Europa de la amenaza del hambre . Hubo una
recomposición de la estructura cognitiva, de lo que se podía y no se podía
conocer, e inclus ivl! plantar", Fue indispensable para los españoles mantener

,¡o Esto no significa, desde luego, dejar de recordar las posibles crisis
ambientales que pudieron haberse producido en Mesoamérica,
bastante comprobadas ron el caso de las ciudades mayas.
;1 1 Un largo recuent o dro los discursos y narrat iyOlS europeas sobre la inferioridad
de: la natunleza americana cntre el siglo XYII I y t900. siempre vi nculada
con la Inferioridad de sus poblaciones originales. fue desarrollado en el
libro clásico de Antonello Gcrbi (t996). Probab lemente el trabajo más
completo disponiblro sobre la aparición de estro punto dro visla en las
ciencias naturales amerkanas sea el erudito La Hybris dd punfo uro, de
Silntlago Caslro-Góme:z (:1005). Otro imponante aporte colombiano pan elta
discusión es R~edivs para tl lm¡wrio, de Mauri clo Nir'lo Qlanro (:1006).
n Es Interesante co mprobar que la cultura de la conquista estableció también
interdicciones sobre Yr'&etales america nos. Fue el caso del amannto (huaufll).
que en Jos rituales religiosos rIlC:'SOamericanos sr-rvía como materia para
la conf«dón de pequeños idolos. "Estos idolos ~ repartian /'TI ¡wdazos

SObre laln80ltenlble colonlalidad d,


la natul_leu latlnoamerlcana ••
los conocimientos indígenas que se referían a la gestión de la naturaleza y a los
manejos necesarios para proveer a la subsistencia y, si fuera posible, a la pro-
ducción para el mercado". En el caso brasileño, Sergio Buarque de Hollanda
(1977) estudió la incorporación de diferentes tecnologías indígenas por parte
de los expedicionarios que se internaban en el territorio desconocido.
Jean Brunhes (1869-J9)0) fue un notable geógrafo francés. conocido
entre otras cosas por dirigir. a partir de 1909. un desmesurado proyecto de
documentación visua l sobre el planeta (Archives de la planete), que produjo
72.000 fotografias y 18) .000 metros de película fotográfica sobre 50 países. Su
obra inspiró la historia de Marc Bloch y de la Escuela de los Annales. Pero es
también un precursor de la crítica ecológica de la devastación colonial.
En 1910. en su libro La Geographie Humaine, se refiere a una modali-
dad peculiar de "ocupación destructiva" del espacio por parte de la especie
humana. que "que tiende a arrancarle primeras materias minerales. vegetales
o animales. sin idea ni medios de restitución". En casos extremos. agrega
Brunhes, la ocupación destructiva presenta "una intensidad inmoderada.
que les hace merecer la designación de rapiña económica, o más sencillamen-
te, si se quiere. de devastación. La devastación acompaña a la civilización.
mientras los sal vajes únicamente conocen de ella las formas atenuadas". Sus
víctimas no son solamente los elementos de la naturaleza. sino también los
pueblos indígenas.
Entre los principales procesos de ocupación destructiva que señala
Brunhes están dos funda menta les para América Latina. El primero es la ex-
plotación minera. q ue " bajo el nombre de explotación devastadora. compren-
de la explotación abusiva que por afán de beneficios inmediatos se extiende
demasiado". y cita el caso de los yacimientos de guano en Perú. El otro son
los monocultivos. que atacan al suelo "al robarle ávidamente los principios
nutritivos, queriendo producir con mínimos gastos sin compensación. En la
Europa Occidental. de pobl.:lción muy densa y gran intensidad de cultivo.
apenas hay devastación; la necesidad ha enseñado a utilizar los abonos. No
pasa lo mismo en los países coloniales" (Brunhes citado por Castro Herrera:
'99 6, 35-37)·
A mitad de camino entre dos épocas. el importante libro pionero de
Enrique Leff. Ecología y Capital, presentó una formulac ión completa de la
colonialidad de la naturaleza latinoamericana y de sus efectos, aunque siendo
aún tributario de la discusión sobre "subdesarrollo". Para Leff. la situación
de dependencia colonial o neocolonia l y el intercambio desigual provocaron

entre los asistentes y asi eran consumidos. Este tipo de ceremonias pareri6
a los ojos de los conquistadores similar a la eucaristía cristiana, por lo que
fue perseguido su cultivo y prohibido su COf/sumo" (Hernandtt Bermejo y
León: 1991, 91). IUn buen ejemplo de relaciones entre biología e historia
intermediadas por el poder y la culcuca. que Arturo Escooor podríil utilil.3.rl
JJ Prácticas equivalentes se reprod ucen ahora en relación a los conocimientos
indígenas sobre biodiversidad, farmacología y cosmética vegetal. etc.

90 Héctor Atimonda
la destnlcción del sistema de recursos y la degradación del
potencial produ,ctivo de los ecosistemas que constituyen la base
de sustentabil¡d.~d de las fuerzas sociales de producción de estos
países ( ... ) Su ef.ecto más duradero se produce por la destrucción
del potencial pnxiuctivo de los países del Tercer Mundo, por la
introducción de patrones tecnológicos inapropiados, por la inducción
de ritmos de extracción y por la difusión de modelos sociales de
consumo que generan un proceso de degradación de sus ecosistemas,
de erosión de sus suelos y agotamiento de sus recursos ( ... ) El
subdesarrollo es el efecto de la pérdida del potencial productivo de
una nación, debido a un proceso de explotación y expoliación que
rompe los mecanismos ecológicos y culturales de los cuales depende la
productividad s<ostenible de sus fuerzas productivas y la regeneración
de sus recursos naturales ( ... ) Una de las transformaciones de mayor
trascendencia consistió en eliminar las prácticas agricolas tradicionales,
fundadas en uml diversidad de cultivos y adaptadas a las estruclUras
ecológicas del trópico, para inducir prácticas de monocultivo
destinadas a satisfacer la demanda del mercado externo (Leff: 1986.
155-159).

Aparece aquí claramente indicado por Enrique Leff el mecanismo


principal de acumulación y reproducción de la colonialidad de la natu raleza
latinoamericana, en términos que podrían perfectamente asimilarse a los de
Brunhes o a la perspectiva contemporánea de Mike Davis, una devastación
que destruye o desorganiza ecosistemas y formas productivas autóctonas y
anu la potencialidades de autonomía de esas sociedades.
Otro autor que adelantó la problemática de la persistencia de la colo-
nia lidad de la natura leza en nuestra región fue Guillermo Castro Herrera, en
un li bro dedicado a esbozar una posible historia ambiental latinoamericana.
Puede decirse que a lo largo de los últimos quinientos años
la historia ambiental de América Latina se ha visto signada por
dos grandes rasgos que se gestan a partir del siglo XVI. El primero.
de nalUr¡lleza económica, aunque con enormes implicaciones
demográficas, sociales, pollticas y culturales, se refiere a la
redistribución y revalorización de los recursos naturales de la región
en [unción de las demandas generadas desde metrópolis sucesivas,
lo que explica el carácter especializado y discontinuo, pero siempre
predatorio, de la. explotación de los mismos. El segundo, de naturaleza
tecnológica, tieme que ver con la incapacidad de la región para
establecer por sí misma el financiamiento, los medios, los métodos, las
[uentes de energía, los procedimientos de disposición de desechos y,
sobre todo, los propósitos asociados a esa explotaciÓn de sus recursos
naturales (Castro Herrera: 1996,65-66).

Sobre ta Insostenible colonialldad de


la naturaleu latinoamericana U
Desde un punto de vista que intente reunir la perspectiva del Programa
M/C y los aportes de la historia ambiental y la ecología política. diremos que
la globalización contemporánea lleva en su seno la pretensión de imponer un
modelo único de modernidad. Paradójicamente. también la globalización vino
a destacar las cuestiones de las diferencias en la forma de eclosión de con-
fli ctos culturales. étnicos. particularistas. que podrían ser esquemáticamente
referídos como "políticas de la diferencia". No pueden ser clasificadas como
antimodernas. y parece más interesante reflexionar sobre ellas a partir de un
criterio de "transmodernidad", una aceptación canibalizadora de los elemen-
tos potencialmente emancipatorios contenidos en el proyecto inacabado de la
modernidad. "que no tiene soluciones modernas para los conflictos y crisis
que provoca", como dice Boaventura de Souza Santos.
El proyecto moderno implicó siempre el ejercicio de un biopoder sobre
la naturaleza, entendido como poder sobre los espacios fisico-geográficos, los
suelos y los subsuelos, los recursos naturales, la flora y la fauna, así como
el aprovechamiento de las condiciones climáticas, pero también como poder
sobre los cuerpos humanos su balternizados por la dominación. La biopolítica
(Hardt y Negri: 2000) de los discursos moderno/coloniales no produce sola-
mente subjetividades y territoríalidades, produce también "naturalezas". es
decir. ev idencia la colonialidad de las naturalezas.
Se trata de la vigencia hegemónica de una perspectiva de "mirada"
que fue caracterizada en la obra de Michel Foucault. La mirada. secularizada y
pragmatizada para los fines del control territorial ("gobernamcntalidad") y de la
producción de bienes comercializables. supone la construcción de un punto de
vista atemporal, impersonal y universalizante. un verdadero "punto cero". Ese
es el lugar de enunciación del discurso científico moderno (Castro-Gómez: 2005).
La eclosión de conflictos provocados por la globalización deconstruye
esta perspectiva y lucha por legitimar otros puntos de vista, incorporando
una verdadera "heterarquía" de conflictos (Castro-Gómez/Grosfoguel: 1007).
No se trata apenas de una crisis ambiental, sino de cuestionamientos frag-
mentarios. localizados, puntuales, pero al mismo tiempo generalizados y con-
cluyentes. que atraviesan las definiciones de lo ambiental como un ámbito
específico de conflicto y de discursividad. y que abarcan. como un todo, al
conjunto del proyecto moderno (o del modelo de desarrollo vigente).
Retomando la definición propuesta por Arturo Escobar de la ecología
política como el estudio de diferentes articulaciones entre biología e historia,
digamos ahora que para este autor
cada articulación tiene su historia y especificidad y está
relacionada a modos de pen::epción y experiencia, determinados
por relaciones sociales. políticas. económicas y de conocimiento, y
caraC[erizada por modos de uso del espacio. condiciones ecológicas y
olras. La tarea de la ecología polílica será delimitar y caracterizar estos
procesos de articulación, a los que denomina 'regímenes de naturaleza'
(Escobar 2005a: 25)'

92 Héctor Allmonda
En América Latina coexisten desde la conquista ibérica una diversi-
dad de regímenes de naturaleza, con el predominio hegemónico y colonizador
de aquellas orientadas a asegurar la gobernamentalidad y la producción de
valores de cambio. En grados variables de subalternización, o, inclusive, de
aislamiento relativo, otros regímenes de naturaleza han constituido estrate-
gias de sobrevivencia o de resistencia, como la pequeña propiedad, los grupos
ind ígenas, los palenques, etc.
Así como esa coex istencia se ha perpetuado en el tiempo, el ímpetu
avasallador de la octllpación destructiva se renueva sobre las regiones que en
períodos anteriores quedaron relativamente al margen de su dinámica, como
es el caso de la Amnonia.
En un trabajo preparado como conferencia para el IV Congreso
Brasileño de Agroecología, realizado en Porto Alegre de 18 a 21 de noviem-
bre de 2004, trabajamos con la noción del carácter híbrido de las culturas
latinoamericanas (García Canclini: 2003) aplicado al ámbito de los paisajes y
de las naturalezas y, más específicamente, de los saberes agrícolas, intentan-
do incluir esa dimensión en una aproximación viable a una posible herencia
ya una posible iderlllidad latinoamericana (Alimonda: 2004). Los proyectos
imperiales de la modernidad nunca se cumplieron del todo. No pueden ha-
cerlo porque desconocen sus límites, porque se fundamentan en una co-
lonialidad que provoca destrucción a su paso, que acaba inviabilizando la
prosecución del proyecto moderno y, también , porque siempre han enfren-
tado resistencias. Como resultado. las culturas y las naturalezas latinoame-
ricanas, a través de diferentes herencias, se han ido constituyendo como
entidades híbridas. Es la tarea pendiente recuperar el carácter plural de esa
herencia, dejándose "hibridar" por urgencias muchas veces contradictorias
y utópicas. De esa forma, se irá delineando un camino de reconciliación no
solamente político, social y ambiental, sino también epistemológico entre
sociedad y naturale2:a, entre el conocimiento y el respeto por una "economía
de la naturaleza" y los imperativos éticos de la organización social, en la
forma de una "economía moral" (para usar términos del siglo XVIII). En
este momento en que la crisis de los modelos dominantes aparece incuestio-
nablemente, resulta cada vez más necesario avanzar en la construcción de
alternativas. Movili:~r todas nuestras identidades y poner en acción todas
nuestras herencias y capacidades, en Leticia o en c ualquier otro lugar de
América Latina .

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96 Héctor Allmonda
PARTE 11

GOBIERNO, CONSERVj~CIÓN
y DESARROLLO

AURA MARÍA PUYANA

CARLOS FRANKY

DANY MAHECHA

JUAN A. ECHEVERRI

RAMÓN LABORDE
BUROCRACIAS Y COMUNIDADES :INDIGENAS

EN LA AMAZONIA GLOCAL COLO:MBIANA

AURA MARiA PUYANA MUTIS


Socióloga, UnIversIdad NaClorul de CoJombli.
Estudios PoUllcos de la Fueso (Mbko)'
aumapumu4fhotma/l.(om

Ex coordinadora del proceso Agenda 2l AmazonIa Colombiana Fase 11 (200)-


2006). Segundo lugar en el Concurso Hispanoamericano del Convenio And rés
Bello (1999). con el libro Reforma t inuclo tn la unirm-s/dad latilloamn-icana:
los casos de la UNAM (M¡xico) y la U.N. (Colombia) (200)-2006).

..
........Dinámicas y actores de integración gfocal conflictiva derrumban el
imaginario de la Amazonia como una región uniforme y escasamente contactada
con los centros de decisión de adentro y fuera de las fronteras nacionales; el cambio
de percepción es gradual y afecta a todos los actores "presentes'" en la región,
pero conmueve más seriamente a las comunidades ancestrales con una fuerte
noción de frontera entre lo indígena y lo no indígena, hoy en aprietos por la actual
configuración del mundo-red.
Previo cuestionamiento del mito de la autonomía de las periferias, este
ensayo se propone analizar las tensiones entre la integración autónoma y la
integración subordinada a la que indefectiblemente están sometidas las sociedades
etnicas de la Amazonia colombiana. Esa oportunidad la ofrece el examen
comparativo de las negociaciones emprendidas por la Minga Indígena del Cauca
y la Mesa Regional Amazónica entre lOO) y loo8, cada una con distintos tipos de
interlocución con el Estado. A manera de corolario se examinan tres alternativas
teóricas que permitirían alcanzar una autonomía indígena en la interculturalidad: el
etnodesarrollo, el desarrollo endógeno sostenible y el biocentrismo cultural.
Palabras claves: Amazonia, Globalización, Indígenas, Interculturalidad. integración
autónoma e integración subordinada.

The actors and dynamics of a conflictive g/oca/ integration put and end to
the Amazonia's imaginary as an uniform region and almost isolated from the centers
of decision inside and out of the national borders. The change of perception is not
only gradual and afTects al] the currcnt regional agents', but also seriously shocks
rhe ancestral communities with a strong notion of frontier between the indigenous
and non indigenous identity, nowadays in hardships. because of the world
networking influences and demands. The myth of the autonomy of peripheries has
~n previously questioned. For that reason this essay analyzes the tensions among
autonomous integration and the one thar is subordinated. The latter is the forced
course for all the ethnic societies living in the Colombia Amazonia. But there is
the opportunity to compare the negotiations sustained by "la Minga Indígena del
Cauca" and "la Mesa Regional Amazónica", between year lOO) and loo8. Each one
has dislinC[ive features in terms of interpelation Wilh the Sute. The result of this
analysis is the following corolary. a composite of three theoretical alternatives which
would al10w to reach an indigenous autonomy within the interculturality field: the

~ El término "presentes" se utiliza en sentido amplio. sin restringirse a


la presencia corpórea de los actores. Ineluye a todos los agentes que
no re<juieren desplazarse o localizarse fisicamente en el territorio
para generar vectores de decisión y acción sobre la cuenca.
J We use the term "to be present" in a wide sense, without any restriclion
regard ing physical presence of the social agents. It ¡neludes all of
them who do nOl require 10 move or seule in a specitic territory to
generate ways of action and decision over the valJey itself.

100 Aura Maria Puyana Mutí.


ethno-development. endogeonous ~nd sust~inable devdopment. ~nd cultur~1 bio-
ccntrism.
Keywords: Ama%Onl~, Globalization, Indigenous Popul~tions. Interculturality.
Autonomous Integration ~nd Subordinated Inwgration.

Lur _ _ _ _ tl'e,.bJ~ p"'bJ~:f

Si nos atenemos a sus raices genéticas. cosmovisiones. estructuras so-


ciales. prácticas culturales y lenguas. los pueblos indígenas amazónicos son
un conjunto étnico bastante diferenciado. Di lucidada hace varios lustros por
los antropólogos. esa certeza no alcanza a irradiar aún Jos imaginarios de bue-
na parte de la sociedad mestiza de adentro y fuera de la Gran Cuenca: el ser
"indigena" se sigue asumiendo como un todo social homogéneo al que puede
atribuírsele similares característic~s e intereses.
Nada más lejano de la realidad. Los acton:s indígenas se constituyen
por sus orígenes étnicos pero también por las traYI:ctorias históricas concretas
en los territorios que ocupan y transforman. Es en este transcurrir cuando los
sujetos individuales y colectivos se actualizan. o. lo que es lo mismo. adquie-
ren sentidos de presente y de futuro derivados no tanto de su esencialismo
cosmogónico sino del entramado de relaciones de colaboración o conmcto con
el "otro" u "otros" sociales y políticos con quienes comparten el territorio. las
adscripciones comunes del Estado nación o las más ubicuas conexiones con las
redes !tOCioecf'lnómicas glocales.
Por eso no es exagerado afirmar que los i.ndígenas amazónicos cons-
truyen la región en condiciones de "insularidad rdativa. Desde tiempo atrás.
ciclos cortos de las bonanzas extractivas de la qu1na. las pieles. el caucho. el
oro y la coca, los articularon muchas veces de ma.nera traumática a circuitos
económicos internacionales que ejercían un poder' desmedido en los espacios
de la periferia capitalista considerados vados y carentes de un Estado inte-
grador. La realidad de la economía tipo enclave no es un asunto del pasado.
La flexibilidad normativa y la desreguJación de las actividades económicas
impulsada por el Consenso de Washjngton. la Organización Mundial del
Comercio y los gobiernos neoliberales, según renovados principios dellaissez
faire. laissez passer, exacerbó aún más la capacidad extraterritorial del capital
transnacional sobre las áreas geográficas y los recursos naturales estratégicos
localizados en los mismos países de "ultramar" que abastecieron la industria
fabril europea en el siglo XIX.

lftlens ot.ta dIIlDtegndóa _ aalÓIIoaIII

Las comunidades indígenas perciben esa continuidad histórica en las


nuevas maneras como se les ofrece emprender ne:gocios minero-energéticos,
forestales, ecoturísticos, de servicios ambientales y de productos promisorios
de la biodiversidad con lejanos y ubicuos centros empresariales transnacio-
nales. Sin el expediente de la violencia fisica directa. la asimetría se confirma

Bun:cradu y comunidades Indlgenu


Ul" AmuGru.. glOQll colombiana 101
mediante contratos de asociación a los que siempre llegan en el último mo-
mento para recibir beneficios económicos directos o de inversión pública
compensatoria cuyos montos poco tienen que ver con los impactos negativos
causados a su integridad territorial. su cohesión comunitaria y su patrimonio
cultural inmateriaL por lo demás de imposible valoración en moneda corrien·
te. En un combate equívoco contra la pobreza, los planificadores introducen
elementos económicos que rompen con la ética indígena de la vida sobria
donde la producción y el consumo superfluos simplemente no tienen razón
de ser. ni cabida.
Disposiciones legales y mecanismos automáticos de mercado sancionan
ahora esa relación de subordinación. En el caso colombiano esta afirmación
genérica exige. sin embargo. algunos matices: procesos de acumulación orl·
ginaria y reestructuración del poder territorial aún en marcha. pretenden
definirse con el recurso de la fuerza intimidatoria y el despojo de poblaciones
localizadas en territorios actual o potencialmente estratégicos. El recorrido
de los ejércitos privados por Putumayo. Caquetá y Guaviare para apuntalar
la captura de rentas legales e ilegales. más los indicadores sobre compra de
tierra por narcotraficantes proporcionados por la Contraloría General de la
República en estos mismos departamentos así lo confirman.
A nivel político, la situación no es diferente. Desde redes de poder
subregional inicialmente localizadas en ViIlaviceucio. Neiva, Pasto, Cali y
Bogotá, jefaturas políticas tradicionales han procurado mantener a la pobla·
ción indígena como clientela electoral funcional al control de las estructuras
político-administrativas amazónicas. en especial en los departamentos de
Guainía, Vaupés y Amazonas, donde tienen un peso demográfico importante,
o en el Putumayo con una comunidades mayoritariamente asentadas en su
parte occidental. La influencia de esas redes de vecindad geográfica ya no es
la misma de antes. Con la creación de la circunscripción nacional electoral en
1991 , los hilos de la política regional comenzaron a manejarse desde cualquier
lugar del país, incluidos los "lejanos" fortines partidistas de la Costa Atlántica,
como lo atestigua la historia reciente del departamento del Amazonas. De lo
que se infiere que ni hoy. ni antes, la insularidad territorial ha sido condición
favorable para la acción política autónoma de los sectores sociales subalternos.
La nula representación de indígenas amazónicos por circunscripción
especial en el Congreso de la República . capitalizada por grupos étnicos an·
dlnos, y un escaso peso electoral en gobernaciones. alcaldías, asambleas y
consejos municipales expresan las dificultades para romper ese férreo control
c1ientelar. La elección del primer gobernador indígena en Guainía (2004), que
llenó de optimismo a líderes, organizaciones y comunidades de toda la región
en tanto inauguraba un camino exitoso que se hablan tardado en recorrer si
se lo compara con Ecuador o Bolivia, naufragó a los dos ai'los por líos jurí.
dicos personales del mandatario. inexperiencia administrativa y la ofensiva
de la clase politica por retomar el control de la burocracia departamental.
En Caquetá, el balance es por demás agridulce. La práctica de conferir avales

toa Aura Maria Puyana MuU.


electorales para candidatos no indígenas, no exenta de intereses económicos
y sin requisito programático alguno, llevó a la AHanza Social Indígena (ASI)
a incorporar en sus listas al último gobernador electo del Caquetá (l007), hoy
en serios problemas judiciales por presuntos vfncKdos con el paramilitarismo.
Se extrae de aquí una conclusión: en cualquier estrategia política, el
peso cuantitativo de las etnias en el conjunto del padrón electoral es un factor
a considerar, pero no es el factor definitivo. La capacidad para proyectar afini-
dades programáticas sustantivas con los sectores ~iOciales mayoritarios puede
vencer ese "imperialismo numérico", como lo de:mostró la elección de Floro
Tunubalá a la Gobernación del Cauca (1998), donde paeces, guambianos, ya-
naconas, emberas y coconucos apenas sumaban el 14.9% de la población total
departamentaL Aunque según el censo de 2005, La población indígena en los
departamentos amazónicos oscila entre el 1.6% (Caquetá) y el 66% (Guainía
y Vaupés), la variable demográfica no marca la dif.erencia·. Los candidatos in-
dígenas independientes son escasos y quienes se lanzan a las lides electorales
oscilan entre su asimilación a las corrientes políticas tradicionales o la emisión
de un discurso étnico sin fuerza interpelativa hacia los otros grupos urbanos
o rurales asentados en la región'.
En el campo de la cultura, la presión sobn las comunidades indíge-
nas amazónicas siempre ha sido una constante. Desde la conquista hasta la
república oligárquica (1886) y la república neoce'nstituclonal (1991), la cruz
y la espada fueron y siguen siendo mecanismos efectivos de incorporación
de los pueblos ancestrales primero al Virreinato .Y posteriormente al Estado
nación: catequesis, alfabetización, salud pública, ingeniería militar, alcohol,
disciplina laboral, relaciones de mercado, transferencias fiscales, familias
guardabosques y cooperantes, son los distintos ropajes y libretos con que se
los integra y se los civiliza, casi siempre a costa de su identidad y la experien-
cia acumulada por sus mayores. Solo que ahora el sincretismo no es religioso
sino civil. La amalgama entre Planes de Vida y Desarrollismo exigida por las
teenocradas municipales, más el condjcionamien1:o de las políticas sociales a
los imperativos de la actual estrategia de "control social y militar del territo-
rio" imponen una enorme presión sobre los líderes indígenas quienes se ven
compelidos a adoptar el lenguaje de Acción Socia.l y el Ministerio de Defensa

4 Ver: Departamento Nacional de EstadístiCll, DANE, "I:olombia, una nación


multicuhural. Su diversidad étnica", Dirección de O~nS05 y Demografia,
Bogotá, Mayo de lOO?, p. 39, hup://www.dane.gov.eo/ files/ censoloos/
etniafsys/colombiaJl3cion. pdf.
El panorama demogr;ifico y sociopolftlco del Caquet.i es sorprendente y
poco conocido. Con 11.671 personas, equivalentes al 3.7% de la población
total. los afrodescendienles duplicaron a los indlgen,as con S.026 personas
(1.6% ) en el Censo Nacional de Población delloos. 'seria interesante conocer
cuáles son los puentes de diálogo interétnicos entre ,~stos dos sectores y
porque etnias andinas asentadas en el pledemonle y etnias amnónicas de la
planIcie selvátIca tienen un bajo nivel de Interlocución y organlcldad.

Bumcraciu V comunidad" indlgenu


1m la Amazonia glocal colombiana ta,
so pena de fracasar en la gestión de recursos ordinarios de inversión en sus
territorios.
Un contraste entre el papel de autoridades tradicionales y burocracias
indígenas es aquí pertinente. Mientras las burocracias indígenas regionales
actúan como intelectualidad orgánica para la mediación entre las comunidades
y las instancias externas, pero con vínculos hacia lo local que se diluyen entre
más amplia es la escala de su representación. las autoridades de los cabildos
garantizan la hegemonía de lo colectivo en el nivel microsocial con una legiti-
midad permanentemente condicionada por el parecer de la asamblea de la cual
emana. Al cumplir funciones complementarias de representación y conduc-
ción, las dos estructuras establecen relaciones de "pragmatismo conflictivo"
entre ellas: permite a taitas, curacas y capitanes relacionarse con los centros de
poder regional y nacional. y a los indígenas "mediadores" validar su diluida
representatividad ante las comunidades, siempre que ello se juzgue necesario.
Los mayores avances se registran en el ámbito educativo. Con el reco-
nocimiento del carácter pluriétnico y multicultural de la nación colombiana
en la Asamblea Nacional Constituyente. el Ministerio de Educación superó
la práctica de la formación bilingüe de sello occidental con dos nuevas ofer-
tas: de una parte, la inclusión del conocimiento tradicional en el curriculo
del nivel básico, y de otra la eventual administración del sistema escolar por
parte de los cabildos. En tanto se hace depender de las condiciones políticas
de la negociación alcanzadas por autoridades y organizaciones indígenas. los
desarrollos en este último aspecto son bastante desiguales en la región; la
conformación de la Mesa Permanente de Coordinación Interadministrativa en
el departamento del Amazonas. donde se concretó el punto final al modelo de
educación contratada. no puede entenderse sin la presión ejercida por las diez
Asociaciones de Autoridades Tradicionales Indígenas (ATTIS) existentes en
6
el territori0 • Conformar un Sistema de Salud Indígena que venza los prejui-
cios e intereses de la industria médica. o crear incluso un Sistema Ambiental
Indígena que reconozca los principios de sostenibilidad del ordenamiento am-
biental ancestral y valide su aplicación dentro y fuera de los territorios colec-
tivos encuentra todavía fuertes resistencias en la burocracia gubernamental.

Elato de la lMaJaridacI de ... ~


Esa lucha por la autonomía y el direccionamiento de los procesos de
reproducción cultural integral. enfrenta ahora los retos de la globalización.
Más cerca de las malocas de lo que se puede imaginar. dinámicas de socializa-
ción temprana extraescolar e intrafamiliar no sujetas al control de los mayores
homogenizan las percepciones, los valores y los saberes de personas localiza-
das en distintos meridianos y latitudes. Las barreras geográficas e idiomáticas

ti Martin Von Hildebrand. "Reseña Histórica: 20 años de los


Resguardos Indígenas en el Amazonas colombiano", http://www.
foronacionalambiental.org.coflibreria/pdf¡20i1oslndigenas. pdr

t04 Aura Maria Puyana Muüa


que separan a jóvem$ tikunas, cubeos, anglosajones y nipones se derrum ban
ante la fuer za de las imágenes compartidas en la pantalla de la televisión sa-
telital; resultado del mercado de la comunicación mundial. códigos uniformes
de sentido permean la vida cotidiana amazónica con una sutileza y constancia
aparentemente indoblegables.
La pregunta es ¿cómo asegurar la autonomía cultural indígena en este
nuevo contexto? Oifi:cil e n sí misma. la respuesta supera los propósitos de este
ensayo. Siguiendo el hilo de la argumentación puede afirmarse. empero, que
la reafirmación de la identidad étnica si bien depende de la cohesión interna
de las comunidades pasará sus más duras pruebas siempre y cuando aprenda
a construirse y a reconstruirse en relación con los múltiples mensajes que la
sociedad planetaria le propone.
Incluso en las: áreas geográficas más apartadas y en los casos extremos
de los pueblos indígenas que se declaran e n aislamiento voluntario para res-
guardarse de los poderes exógenos que juzgan amenazantes. los discursos y
las acciones manifiestas se estructuran con esta lógica interactiva. A diferen-
cia del marginal urb.mo que se coloca fuera del sistema de valores dominante
sin salirse del espacio metropolitano. el outsider selvático intenta realizar su
utopía con el cobijo del territorio que se niega a compartir y que demarca con
una fuerte noción do:! límite en la fro ntera física. La reciente incorporación
del derecho al no contacto de los pueblos indígenas en la legislación de países
amazónicos vecinos, como Peru. Bolivia, Venezuela y Brasil, confirma la bidi-
reccionalidad de estc' tipo de decisiones.
Valga aqui una digresión: ni siquiera con la comunidad Nukak esta
posibilidad fue factible en Colombia. La ampliación del teatro de operaciones
del Plan Patriota y el repliegue militar de la insurgencia hacia las selvas orie n-
tales de Guaviare y Vaupés redujo aun más el "espacio vital'" del nomadismo
nukak y lo empujó a un vertiginoso proceso de sedentarismo y aculturación
en la territorialidad urbana de San José del Guaviare. Concertar el aislamiento
voluntario con las partes en conflicto, los hubiera constituido siq uiera tran-
sitoriamente en sujetos políticos con capacidad para sustraerse a las distintas
órbitas poJítico-militares que los constriñen; no obstante. el fuego cruzado
y los autoritarismos armados truncaron esta poSibilidad e incrementaron la
vul.nerabilidad y dependencia de la ultima tribu nómade de la Amazonia co-
lombiana. Por todo lo anteriorme nte expuesto. revisar el mito de la autonomía
de las periferias geográficas y sociales es un imperativo.

~FJIIJap~_lófIIcM_~

El Estado colombiano tampoco escapa a las tensiones que se derivan

7 El término acuñado por el geógrafo alemán Friedrich Ratzel (1844- t 904)


para explicar la necesidad orgánica que el Estado alemán tenía para
expandirse y crece'T fuera de sus fronteras es útil para entender la relación
vital existente enu'C' cultura y territorio en las comunidades indígenas.

Burocraciu y comunidadet: IndlUlnl1


eD la Amazonia Uloca! colombiana le5
de la integración democrática constitucional de los pueblos y colectividades
étnicas, con consecuencias legales y poHticas permanentes en su quehacer
institucional.
Al definir a la nación colombiana como conformada por varias etnias
y culturas (art. 7), la reforma política de 1991 se apartó del lenguaje de la
monohispanidad y el monocatolicismo predominante en la constitución de
1886, para orientarse hacia fórmulas plurales que dejaron su impronta en
los distintos capítulos de la nueva Carta Política. Derechos politicos, sociales
y culturales (arts. 10. 68, 70, 96, 171 Y 176); gobierno propio y funciones
jurisdiccionales (arts. 246 y 330); creación y homologación de Entidades
Territoriales Indígenas (ETI) a unidades político administrativas con capaci-
dad para manejar recursos de transferencias y prestar servicios públicos (art.
329) y ratificación del carácter inembargable, imprescriptible e inenajenable
de los resguardos (arts. 6) y 229) fueron varios de los desarrollos normativos
aprobados por la Asamblea Nacional Constituyente.
La transición ha sido, sin embargo, parcial: relativamente fluida en el
diseño y ejecución de las políticas sociales de en educación, salud, saneamien-
to básico y vivienda, pero llena de obstáculos en los asuntos relacionados con
la seguridad interna de los territorios colectivos, la autonomía jurisdiccional.
el ordenamiento territorial ambiental y el manejo de los recursos naturales,
después de 18 años asuntos deficitariamente reglamentados por el legislati-
vo. Ese vacio "conveniente" entre norma constitucional y norma ordinaria
facilita la evasión de los derechos por el ejecutivo y los pone a depender de
la intervención del poder judicial en cada caso concreto que se tutele o se
demande. Por este mecanismo, la Corte Constitucional declaró inexequibles
la Ley General Forestal (2008) y el Estatuto de Desarrollo Rural (2009), dos
iniciativas presidenciales prioritarias para el remodelamiento institucional del
país en el sentido de su liberalización económica y su inserción en el nuevo
orden internacional. pero cuyo trámite lesionó flagrantemente el derecho a la
consulta previa de indígenas y afrodescendientes.

CoDc:ea6D Y nc:orte de denIc:Ilo. . . La CoastltDd6D de 1.1


Los abismos entre lo jurídico-formal y lo real-sustantivo no se derivan
de la incomprensión de lo acordado en la Asamblea Nacional Constituyente,
sino de las contradicciones intrínsecas del pacto político que resultó de la
negociación entre los factores de poder alli representados. El prolijo articu-
lado sobre inclusión política y social de los grupos poblacionaJes especiales
coexjste con los pilares incólumes de la economía y la seguridad, con enfoques
e intereses que le cierran frecuentemente el paso a los avances democráticos
consignados en la Constitución.
Condicionada por la política antinarcóticos y antiterrorista del Plan
Colombia, una reciente decisión del Instituto Nacional de Vigilancia de
Alimentos y Medicamentos (Invima) ilustra esta afirmación: al prohibir la
comerciaJjzación urbana de derivados naturales de la planta de coca, por

t06 Aura Maria Puyana MUU8


provenir de plantas tipificadas como ilícitas y pe."mitirla sólo en los territorios
de resguardo apelando a una curiosa interpretación del respeto a la identidad
cultural reconocida en el Estatuto Nacional de Estupefacientes, el lnvima ins-
tituyó una suerte de apartheid étnico en la comunidad Nasa del Cauca y negó
el ejercicio práctico de la interculturalidad tanto a indígenas como a mestizos
en toda la geografía nacional.
Quienes analizan esta personalidad política fragmentada tratan de ex-
plicar la incongruencia entre las conquistas juri:dicas alcanzadas y la fue rza
política real que en ese momento tenían indígenas y afrodescendientes para
imponerlas. Más allá de la exaltación romántica de los asambleistas, la res-
puesta apunta a señalar que el reconocimiento de derechos étnicos obedeció
más a las pulsaciones externas sobre respeto a los derechos humanos y colecti-
vos. que a las demandas planteadas internamente por los voceros de estos dos
sectores. Debe recordarse que la sintonía con las ondas del derecho interna-
cional no es ajena a las dinámicas de la globalización política y económica, en
tanto convierte a los pueblos indígenas y a sus t,~rr i tor i os colectivos en parte
importantes del sistema internacional.
En un exhaustivo trabajo doctoral puiblicado por la Universidad
Nacional Autónoma de México con el título "Globalización y derechos in-
dígenas: el caso de Colombia", Juan Diego Castrillón, afirma al respecto lo
siguiente:
El estatus jurídico y político alcanzado por los 81 pueblos
indígenas existentes en Colombia ( ... ) ha sorpf'l~ndido a los analistas
del tema. pues no es concordante con la realidlild demográfica de estas
sociedades. ni con la capacidad demostrada en la historia del segundo
ciclo del siglo xx en el país. ( .. . ) El contexto en que el movimiento
indígena desarrolla sus acciones reivindicativa: •. sobre todo en las tres
última décadas. no solo está estructurado por 1.15 dinámicas politicas
y sociojurídicas del EstadO-nación ( ... ); los pueblos indígenas son
participes y actores del surgimiento de expresi.ones inéditas del
sistema internacional que los hace cumplir funciones completamente
diferentes'.

Con un movimiento ecologista incipiente y un lobby exministerial en


formación. esta misma reflexión es válida para entender la inclusión de los
principios del desarrollo sostenible en la Constitución Política de 1991, un
año antes de que la 1". Cumbre de la Tierra insistiera en el fortalecimiento de
la política y la institucionalidad ambiental a las 178 delegaciones signatarias
de la Declaración de Principios y el Plan de Acción. Al igual que en el caso
indígena, la apropiación del discurso sobre protección, restauración y miti-

8 Juan Diego Castrill6n Orrega. Globalizad6n y dn-t-ehos indígenas: ~I caso de


Colombia, Instituto de Investigaciones Jurídicas, Universidad Nacional Autónoma
de México, México, 1006. pp. xx y XXIV Biblioteca Jurídica Virtual.

Burocraclu y comunidad" Indlgellatl


en la Amaronia gloca.l colombiana 107
gación de los danos ambientales ocasionados por el desarrollo es un aspecto
a todas luces positivo, pero de ninguna manera ajeno a la negociación de una
Agenda Ambiental Global compuesta por responsabilidades económicas y de
seguridad ecológica desigualmente repartidas entre el Norte y el Sur.
Si bien Colombia se puso a tono con los requerimientos jurídicos inter·
nacionales, la contrad icción insoluble entre la salvaguarda de los colectivos
étnicos y su inserción en la economía globaL donde lo que se impone es la
flexibilización de las normas protectoras, no tardó en manifestarse. Con la
presentación y aprobación de iniciativas de ley que afectan la territorialidad
y los recursos naturales renovables y no renovables en propiedad o posesión
de indígenas y afrocolombianos. los antagonismos entre la alta burocracia pú.
blica y el campo social étnico alcanzó con Álvaro Uribe Vélez (2002.2009) sus
niveles más álgidos después de los levantamientos de Quintin Lame en la pri·
mera mitad del siglo xx. La Minga Indígena del Cauca (20oS) y la resistencia
de las comunidades negras del Pacífi co contra el ingreso de los agronegocios a
sus territorios expresó con claridad la ruptura fáctica entre régimen político
y Constitución de 1991.

COlombia . . la ONU. le 8111COD0IIÚII reeot't8d.8


La concepción de los derechos como obstáculo es una constante en el
discurso de Jos voceros gubernamentales que discuten, en escenarios naciona·
les e internacionales, los alcances de las prerrogativas étnicas amparadas por
la Convención 169 de la OIT.
Dos casos con efectos directos en el ámbito amazónico resumen acaba·
lidad esta interpretación regresiva:
En la Asamblea de las Naciones Unidas, Colombia se negó
a suscribir la Declaración sobrt los Derechos dt los Putblos lndigenas
aprobada por 144 Estados en septiembre de 200'7. El Embajador
Alterno de Colombia ante Naciones Unidas. Sr. Jairo Montoya. no sólo
criticó a la ONU por prohijar un proceso que se caracterizó por faha
de transparencia. vol untad de negociación y apertura, sino que se
apartó del cuerpo de la declaración por considerarla carente de una
"perspectiva realista" para compatibilizar los derechos indígenas con
la identidad nacional y el desarrollo del Estado "del que lodos somos

parte .

Si bien con la posición de abstención, el Gobierno Nacional buscó pa·


recer menos duro que Estados Unidos, Ca nadá, Australia y Nueva Zelanda,

9 Ver: Explicación de voto en la consideración del Proyecto de


Resolución A/6I / L67 Declaración dt las NacUmes Unidas sobrr los
Dertchos de los Pueblos lndfgenas. Colombian Mision of United
Nations, New York, Agosto 1) de 1007, www.cancilleria.gov.co

108 Aun Mari, Puvana Mutif¡


los cuatro países que rechazaron explícitamente: el texto'·, las coincidencias
entre los dos grupos fueron plenas a la hora de valorar como contraproducen-
te la profundización de las autonomías étnicas para las decisiones domésticas
e intermésticas del Estado Central. El lenguaje diplomático fue inusualmente
agresivo. Colombia focalizó sus objeciones en tres temas fundamentales: uno,
e! consentimiento previo, libre e informado de las comunidades indígenas
sobre iniciativas que pudieran afectar su integridad y recursos (arts.19 y )2);
dos. la desmilitarización de los territorios colectivos y el no desarrollo de
acciones militares sin causas de fuerza mayor () solicitud indígena expresa
(art. )0). y. tres, la propiedad de .las tierras, terl"itorios y recursos que estos
pueblos "tradicionalmente han poseído, ocupado o de otra forma utilizado o
adquirido", (art.26)".
La explicación del voto es abundante en argumentos. En e! caso de!
consentimiento previo afirma que, ante un desacluerdo entre las partes, ir más
allá de la Resolución 169 de la OIT abre las puel1:as "a un posible veto en la
explotación de recursos naturales que se encuentran en territorios indígenas
( ... ) lo que podría frenar procesos de interés gen.erar. La conclusión es lapi-
daria: "e! derecho de consulta indígena no es ab!Ooluto"ll. Sobre el ingreso de
tropas a territorios indígenas previa "consulta elkaz" a las comunidades. léase
no espuria o fútil, se seña la que siendo una obligación estatal proporcionar
protección en cualquier Jugar de la geografía nadonal. "la citada declaración
contraría el principio de necesidad y eficacia de la Fuerza Pública ( ... ) lo cua l
es inaceptable para Colombia"lJ_ La negativa a reconocer derechos sobre el
subsuelo y los recursos naturales subyacentes ne_ es menos enfáti ca : ellos son
"propiedad del Estado para garantizar su conservación y función pública
en beneficio de toda la nación. Por esto aceptar disposiciones como las men-
cionadas sería contrario al orden jurídico interlrlo, sustentado en el interés
nacional"".

La MbtgalDcUgeaa dal Cauca. le autoaoada aneINItad..


Meses más tarde, el tono de! debate adelantado por el presidente Uribe
Vélez con la Minga Indígena del Cauca ratificó 1al postura oficial de Colombia
ante la ONU. En e1 .... resguardo La María (Piendamó), adonde había sido

,o La dedaración de la ONU contó con la aprobación dle 144 Estados, el voto negativo
de 4 y la abstención de 11; Azerbaijan. Sangladesh, Bhlllan, Burundi, Colombia,
Georgia, Kenya, Nigeria, Federación Rusa, 5amoa y Ukrania. Ver: Burch Sally,
"La ONU adopta Declaración de Pueblos Indígenas", Alai/AmLatina, septiembre
17 de 2007, hu p://www.a ulainterculturaLorgfartide.phpJ7id_article = lS81.
11 Ver: Asamblea de las Naciones Unidas, D«larocWn de las Naciones Unidas $(}bre
los Derechos de los Pueblos Indígenas, www.un.org/-esa/socdev/unpfiVes/drip.htm
" ¡bíd., p. J.
') ¡bíd., p. J.
'4 ¡bíd., p. 4·

Bu-rocracias y comunidades tndígenu


en la Amuonia gloeal colombiana 101
convocado para negociar parte del pliego petitorio indígena", el primer man-
datario propuso un punto de equilibrio transaccional entre el interés nacional
y los derechos de Jas minorías, pero sin salirse de los límites de su modelo
económico y político: a) sí a la consulta previa expedita, pero "sin dilación,
ni veto" por parte de los indígenas; b) sí al retiro temporal de contingentes
militares de los resguardos, pero manteniendo el principio de la soberanía es-
tatal en todo el territorio nacional y con un mando del ejército responsable de
"buscar enlaces constructores entre las comunidades indígenas y las Fuerzas
Armadas", según la experiencia aplicada en la Sierra Nevada de Santa Marta,
y c) un no rotundo "a aceptar que el subsuelo en los resguardos indígenas
pertenezca a estas comunidades, pues allí está la riqueza de todos los colom-
bianos y no de algun grupo étnico en particular". En este último aspecto
invita a "poner la imaginación a funcionar" para que en materia de regalías
"se dé un trato equitativo a las comunidades indígenas por los recursos que
se produzcan en sus territorios" 1. Frente a una multitud indígena deliberante
0

que cuidó e n todo momento la simetría de poderes en la palabra, la oferta


condicional del ejecutivo fue rechazada hasta una próxima oportunidad.
El tema de la autonomía étnica estaba en ese momento en el vértice
opuesto al del establecimiento. Mientras el Gobierno acepta pactar compromi-
sos de protección social, inversión pública y reparación a un factor de identi-
dad nacional no favorecido por el desarrollo. el Consejo Regional Indígena del
Cauca (CRIC) convoca a una discusión de fondo a todos los sectores sociales
afectados por el Plan Colombia, el Tratado de Libre Comercio, el Estatuto de
Desarrollo Rural, El Código Minero y las Leyes de Tierras, Bosques, Páramos y
Aguas aprobadas o en trámite en el Congreso Nacional. Con la ampliación de
los espacios de interlocución, la Minga Indígena adopta una fisonomía popular
multirracial y comienza a llamarse Minga de Resistencia Social y Comunitaria.
El abandono de las posturas preservacionistas en las que tantas veces se
coincidió con el Estado, es el punto de inflexjón que verdaderamente preocu-
pa al establecimiento. En términos generales, la autononúa étnica se entiende
como conservación indígena en el refugio homogéneo del resguardo, pero se
teme y por ello se restringe en tanto expresión de un movimiento indígena e in·
digenista que pugna por prolongar la defensa de lo propio en la sociedad civil,
al tiempo que asimila de ella las reivindicaciones que juzga compatibles. Dos

I~ Para hacer posible la reunión enfre el ejecutivo y los indígenas fueron


temporalmente rdirados los temas Plan Colombia, TLC e Intercambio
Humanitario ante el veto presidencial a considerarlos. La p\ataform~ completa
de la Minga Social y el Consejo Regionallndlgena del Cauca (CRIC) incluye
los siguientes puntos: derechos humanos, agresión y ocupación terrltori~l;
declaración de la ONU sobre pueblos indlgenas; legislación del despojo y
acuerdos incumplidos con organizaciones y movilizaclones sociales.
16 " Propuesta del presiente Uribe a las Comunidades Indigenas",
noviembre 2 de 2008. Resgu~rdo La M~rla, Piendamó, www.
presidencia. gov.co/espedalfindigen~s/index .htlm

110 AwaMaria PuyanaMutl,


días después de la cita en Piendamó, en la nota editorial "Indígenas y límites
institucionales" así lo alertó el periódico conservador El Nuevo Siglo:
El rumbo que ~tá tomando b prot~ta de liIS comunid .. d~
indlgenas (... ) empkun .. preocupar .. no pocos sectores del Jnís (... ).
Días .. trás este diario publicó un Informe sobrt~ el inconformismo que
se está gener..ndo entre I.. s comunid.. d~ .. rrodescendienL~ .. 1 ver
cómo el Ejecutivo. pr~ionado por paros y mlrltgas, hace concesiones
a las solicitudes de los Indígenas, pero no atiende en igual proporción
el pliego de peticion~ y denuncias de la pobla.ción de raza negra.
TOImbien se han escuchado quejas en los gremi.os de campesinos (... ) y
en agrupaciones de desplazados por la violencia.
Los recbmos justos de las comunidades indígenas deben ser
atendidos de manera concreta, dicn y medible, tanto en materia de
titulación de predios como de ca.stigo a quienes violan sus derechos
humanos. Allí no cabe pero alguno. Pero, de igual forma, bs exigencias
de los resguardos que van en contrav!a o menoscaban los conceptos
de soberanía y unidad nacional de todos los colombianos, deben ser
negadas de forma enfática, sin dejar luces de posible negociación o
futura discusión. En ello no puede haber flexibilidad",

El sentido del "limite" de los derechos indígenas no es exclusivo de


mentalidades conservadoras. Imperativos de lógica económica global empu-
jan a gobiernos de distinto tinte polltico e ideológico a eliminar resquicios
jurídicos por donde puede entrabarse la libre disponibilidad de territorios
requeridos para ampliar las fronteras geoeconómicas y geoambientales. Las
agrias disputas de Álvaro Uribe, Hugo Chávez y Rafael Correa sobre la seguri-
dad regional, prácticamente se diluyen cuando se contrastan posiciones sobre
la propiedad de los recursos del subsuelo en territorios indígenas; pueden
registrarse diferencias respecto de los fines y camcterísticas de la intervención
estatal o sobre los términos de las negociaciones con los inversionistas extran-
jeros en cada uno de los países, pero no necesariamente sobre los alcances de
la autonomia étnica para decidir a ese respecto.
En la Amazonia sucede algo parecido. Con la mayor extensión de tie-
rras colectivas obstaculizando los grandes proyectos extractivos, energéticos
y de comunicación fisica multimodal previstos por la Iniciativa de Integración
Regional Suramericana (URSA). las concesiones de explotación comercial en
zonas de reserva forestal. nuevamente llamadas baldíos públicos, así como las
posibles cotizaciones bursátiles por captura de COl en los mercados financie-
ros internacionales e incluso la derrota final de la insurgencia armada antes
de que termine la segunda fase del Plan Colombia (2007-2013), lo discutido
en New York y Piendamó no es ajeno a lo que sucede en "la otra Colombia".

17 Periódico El NutllO Siglo, "Indigtnas y Iímitts instRtucionales".


novitmbrc 4 de 1008, Bogot;i, Colombia.

Busocnclu y comunidad.. Indig8DU


en le Amuonla glocal colotnblana 111
La lIMA. NgIoa.al amazoaIca: Degodadoa burocradca coab'ol.-da
Sin la visibilidad política, ni las repercusiones de la marcha social cor·
dillerana, un proceso de concertación entre Estado y líderes indigenas avanza
con similares pretensiones en la Amazonia colombiana. Niveles de formalidad,
ritmos de negociación, dinámicas de presión social y tipos de articulación--co--
municación entre representantes y representados indígenas son, sin embargo,
abiertamente contrastantes.
En esta ocasión, un concepto favorab le de la Corte Constitucional, que
tuteló los derechos indígenas vulnerados por las fumigaciones aéreas con
glifosato en los territorios de resguardo de los departamentos amazónicos,
creó una posibilidad política de diálogo y negociación bipartita tanto o más
amplia que la alcanzada por la movilización de 25.000 miembros del Consejo
Regional tndígena del Cauca. La Sentencia de Unificación )8) del mayo de
200), protegió los derechos fundamentales a la diversidad, integridad étnica,
participación y li bre desarrollo de la personalidad de los indígenas, por lo
que se ordenó al Ejecutivo realizar una consulta previa inmediata en Caquetá,
Putumayo y Guaviare "con plena observancia de los principios y reglas cante·
nidos en el Convenio 169 de la OIT, aprobado por la Ley 21 de 1991"".

COII~ de la DegOd.dóa __iN ~ Y OPIAC


Seis meses después, el Gobierno y una amplia representación Indigena
regional compuesta por autoridades tradicionales, capitanes de resguardo y
cabezas de las organizaciones filiales de la Organización de Pueblos Indígenas
de la Amazonia Colombiana (OPIAC), suscriben el "Acta de Acuerdo de la
Consulta del Gobierno a los Pueblos Amazónicos", donde se acuerdan tres
temas sustancia les: Uno, la conformación de una Mesa Regional Amazónica
"como un espacio permanente de concertación para la formulación de una
política regional e integral de desarrollo sostenible". conformada por repre·
sentantes indígenas y func ionarios de alto nivel del orden nacional, regional
y local; dos, "la elaboración de propuestas económicas, culturales, políticas,
ambientales y de inversión para los resguardos y comunidades de la región"
a ser presentadas al Consejo de Política Económica y Social (Con pes), y tres,
la participación en programas de desarrollo alternativo y " erradicación de
cultivos ilícitos en los territorios indígenas de la Amazonia colombiana (... )
de manera concertada y verificable entre las autoridades, las organizaciones
indígenas y las entidades competentes"", en tanto parte del Plan Nacional de
Desarrollo 'Hacia un Estado Comunitario 200)·:w06'.
Vista en perspectiva, el Acu de Acuerdo representa el mayor logro

.8 Colectivo de Abogados José Alvc:ar Restrepo, "La consulta previa en


proyectos desarrollados en territorios indígenas yafrocolombianas.
lucha contr¡ ¡¡S drogas y pueblos indígenas. Consulta en punto
final... o punto de partida", Bogoti, octubre 1 1 de 1008.
'9 ¡bíd.

112 Aura Maria Purana Mutl.t


alcanzado en una cabildeo macroregional entre Estado y burocracias indíge-
nas amazónicas después de la constitución del resguardo Predio Putumayo
en 1988. Más allá de los derechos tutelados por Jos magistrados, el Gobierno
reconoce los problemas estructurales que afecta n la integridad territorial y
cultural de los pueblos indigenas y consigna los ¡principales compromisos po-
líticos y financieros para comenzar a resolverlos:
al Fortalecimiento de los Planes de Vida y del Ordenamiento Territorial
Indígena "en la perspectiva de conformación de las ETIS"; b) definición de
politicas para los pueblos indígenas de frontera "'en el marco de las relaciones
binacionales y la política exterior definida por d gobierno nacional"; c) for-
mulación de componentes especificas sobre prot4~cción de derechos humanos
y prevención-atención del desplazamiento forzado indígena en la Amazonia,
según las Directrices Nacionales en la materia; d) políticas para "manejo
concertado de áreas protegidas traslapadas con los territorios indígenas"; el
modelos de atenciÓn en salud, desarrollo alternativo y educación bilingüe e
intercultural adecuados a "sus particularidades culturales"; f) reglamentación
de la Ley JO de 1986 "para garantizar el uso tr2ldicional de la coca y demás
plantas de las cuales se produzcan sustancias estupefacientes", y g) estrategia
de cooperación internacional para financiar las propuestas de desarrollo acor-
dadas en la Mesa Regional Amazónica-.

~ _"",-,"'ti,,...•
Aunque lo alcanzado, en la letra, suena promisorio, muy pronto co-
menzaría a mostrar sus debilidades. El documento esboza una instancia de
concertación multisectorial para el desarrollo n:gional amazónico, pero ter-
mina acotando temas estrictamente indígenas, con lo que se extravía tanto
la oportunidad de concretar el frustrado proceso de Agenda 21, anclado en
la retórica ambiental sin dientes, como el entendimiento político estratégi-
co del movimiento indígena con los otros sectores sociales subalternos de
la Amazonia. Los silencios también son elocuentes. En el Acta quedan por
fuera temas sensibles como la disminución del constreñimiento de tierra y
territorios al que están crecientemente sometidas las comunidades indígenas
del piedemonte andino-amazónico, la revisión de las iniciativas de ley sobre
explotación de recursos naturales en territorios indígenas y todos los temas
económicos y ambientales de dimensión internacional, sobre los cuales la
Confederación de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COleA)
tiene posiciones estructuradas también suscritas por la Opiac.
Se dejan ver, igualmente, las concesion,~s ideológicas en las que se
debió incurrir para salvar la negociación , No sin pocos amagos de ruptura,
los 19 compromisarios indígenas aceptan los principios de la política antinar-
cót icos propuestos por los funcionarios, así conno los límites impuestos a la

~ ':Acta de Acuerdo de la consulta del gobierno a los pueblos indigenas amaWnicos".


Actualidad Étnico, noviembre 11 de 100), actualidad®etniasdecolombia.org

8uroc:radu y comunidades Indlgenu


en la Amatonia gloca1 colombiana 113
evaluación de los programas de sustitución, posible solo en aquellos aspectos
que no contrarien las directrices y programas de erradicación de cultivos ilícitos y
el Plan Nacional de Desarrollo del actual Gobierno Nacional. Ante la reticencia
a perder su autonomía en la negociación de los recursos del Plan Colombia,
la Mesa Permanente del Pueblo Cofán logra insertar párrafos expresos sobre
la continuidad de los programas Raíz por Raíz y Pildaet, en el marco de las
políticas del Gobierno del Presidente Álvaro Uribe" .

..... co", freao de maao


Si la negociación fue ex itosa, el lento proceso de implementación in-
dica lo contrario. Tras varios anuncios de demanda por desacato a un fallo
de la Corte Constitucional y un intenso lobby e n el Ministerio del Interior,
el presidente de la república sa ncionó, con dos años de retraso, el Decreto
3025/2005 que reglamenta la composición y funciones de la Mesa Regional
Amazónica. A pesar del rango de la decisión y de la jerarquía del organismo,
integrado por seis ministros, 6 gobernadores, 3 directores de institutos, 2
directores de Corporaciones Autónomas y 15 delegados indígenas regionales
y departamentales", la dirigencia indígena no encuentra el cauce institucio-
nal y social para ponerlo a fu ncionar al ni vel de sus expectativas. Lo que se
avizoraba como un replanteamiento político de fondo para la formulación
de la política pública indígena en la Amazonia, terminó transformándose
en una sumatoria de pequeños proyectos que le restaron fuerza y sentido
de integralidad al conjunto de asuntos pactados el 23 de nov iembre del
2003". Complacido con la formalidad del trámite y sin pretender superarlo,
el Ministro Carlos Holguín $ardi pone el freno de mano en el proceso, declara
agotado el trámite de consulta previa y como presidente del Consejo Nacional
de Estupefacientes autoriza a la Dirección Antinarcóticos la erradicación

11 ¡bid.
n El Decreto 3025 de mayo de 2005 define la siguiente composición de la
Mesa Regional Amazónica: Ministerios del Interior y de Justicia; Ambiente,
Vivienda y Desarrollo Territorial; Protección Social; Educación Nacional.
Hacienda, Departamento Nacional de Planeación e INcoan; Gobernadores
de Amaronas, Caquetá, Guainia, Guaviare, Putumayo y Vaupés: directores
de COA y Corpoamazonia, director Instituto Sinchi, Pl'C'Sidente de la OP I AC,
12 delegados de las organizaciones indígenas departamentales y l delegados
indigenas con asiento en las CAR. Como invitados especiales estarán la
Procuraduría Delegada para la Prevención en Materia de Derechos Humanos
y Asuntos Étnicos, la Defensoria Delegada para ¡ndlgenas y Minorías
Étnicas y [a Organización Nacional Indígena de Colombia (Onic).
lj Sin conocer aún su eficacia real, de lo hasta ahora realizado destaca la consulta
previa sobre rmnejo especial de las áreas protegidas Amacayacu, Cahulnari,
Puinawai. Nukak. Alto Fragua, Chiribiteque y la Playa Churumbelos, que al
ser coincldentes con I'C'Sguardos requieren adecuar el Decreto 6n de 1977 a
los mandatos de la constitución de 1991. Ver: Parques Nacionales Naturales
de Colombia, "Consuha previa de la modificación de decreto sobre Parques
Naturales", Informe d~ (kstión 2002-2008, Octubre de lo08, _19312008.pdf

114 Aura Maria Puyana Mutl,


forzosa de cultivos ilícitos en las áreas de los resguardos indígenas consultados
en todo el territorio nacionat'.
Desde ese momento, la Mesa Regiona l Amazónica comienza a langui-
decer sin una presión social a sus espaldas quc~ lo evite, y el compromiso
de generar antes de seis meses un Conpes Indígena entra a hacer parte del
historial de incumplimientos del Estado Central con la Amazonia colombiana.

lIIIc.caltunUdad p)ebeya e lnt.c:ulturaUdad baroc:ntlea


Los contrastes con la Minga Indígena del Cauca son notorios. En un
escenario tumultuoso y bastante desordenado, que incluyó desde disturbios
en la vía Panamericana hasta una arenga presidencia l en un puente peatonal
de la ciudad de Cali, el ejercicio de 'ciudadanía plebeya' o 'ciudadanía arreba-
tada' del que habla 8enedict Anderson en Coml!widades Imaginadas", logra
sentar en su propio territorio de resistencia a la s cabezas del ejecuti vo y de
las fuerzas armadas para debatir dos puntos iniciales: uno, la restitución del
buen nombre de los bastones de mando ante las acusaciones de complicidad
con el terrorismo, y, dos, hasta el último porcenuje de los compromisos acor-
dados como reparación por la masacre paramilitar del Alto Naya, perpetrada
en abril del 2001. En el resguardo La María una medición de fuerzas salida
de cauce institucional trataba no de concluir con un documento firmado bajo
el brazo, sino de construir primero formas de interlocución entre indígenas
y gobernantes que le dieran piso a lo pactado. Feliciano Valencia lo puso en
letras claras cuando evaluó la reunión con el presidente: esto no es un consejo
comunitario sino un debate público. La minga no (1caba aquí y seguirá su curso
llo
en todo el país •
La Mesa Regional Amazónica, por su pa:rte, se destaca por la solem-
nidad del acto constitutivo, la parálisis en el cronograma y la languidez de
sus resultados. Fruto más del sentido de oportun.idad de la OPIAC para inter-
poner una demanda contra las fumigaciones a auspicios de varias ONGs que
adelantaban campañas nacionales e internacionaJes contra el Plan Colombia,
que resultado de un movimiento social y político endógeno lo suficientemente
fuerte como para imponer el tema amazónico en el Consejo de Ministros, 10
pactado en el Acta de Acuerdo no tiene correlato con la fuerza real de los
negociadores.
¿Qué explica entonces este resultado? Como en su momento ocur rió
con la Asamblea Nacional Constituyente, u na s,~rie de consideraciones exó-
genas inciden en la prodigalidad de la oferta gubernamental: de una parte, el
afán todavía presente en el ejecutivo de mostrar acatamiento a una decisión de

14 Consejo Nacional de Estupefaciemes, Decreto 0016 de


diciembre 8 de ::1007. www.dne.gov.co.
lS Ver: Benedict Anderson, Comunidades imaginadas: reflexiones sobre el origen
y la difusión del nacionalismo, Fondo de Cultura Económica, México, 1993.
16 "Uribe e indígenas no se ponen de acuerdo; estos últimos se movilizarán a Bogotá
el lO de noviembre", El Tiempo.com,/POHtica, BogMá, noviembre 4 de 1008.

81ltrocraciQ '1 comunidadll. indígena.


en la Amnonla glocal colombiana 115
la Corte Constitucional, y de otra la necesidad de hablarle en un tono política.
mente correcto a la comunidad internacional. Debe recordarse que en ese pre-
ciso momento, el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas decide
enviar al Señor RodoJfo Stavenhagen como relator especial de la situación de
derechos y libertades fundamentales de los pueblos indígenas de Colombia,
a juicio del organjsmo multi lateral con serios signos de deterioro en el país",
En este caso, el Gobierno aplicó un axioma suficientemente estudiado
en la ciencia política, según el cual el abismo entre el anuncio entusiasta de
las reformas y la "sospecha de falta de implementación" se expüca, no por la
perversidad del gobernante, sino por tres factores estructurales: la oposición
abierta de grupos de interés reacios al cambio, la incapacidad del propio Estado
para realizarlo y el menor costo político que debe asumirse por el incumpli.
miento de las reformas frente a lo que se ganó con el anuncio. A propósito de
este balance, el sociólogo alemán Hans Weiler advierte: Desde el punto de vista
de la legitimidad de su autoridad, el diseño de refonllas resulta mucho menos
peligroso y más ventajoSfJ para el Estado moderno que su misma implantación".
De allí la tortuosa y lenta historia de la Mesa Regional Amazónica.

Desplegando alternativas: el ernodesanoJJo, el


desarroJIo endógeno y el biocenllismo cultural
Frente a la integración asimétrica, inconsulta y al parecer inexorable
en el capitalismo mundial. hay pulsaciones distintas a las pesimistas. Tres
aproximaciones teóricas, no necesariamente compatibles e ntre sí, apuntan a
resolver la tensión entre integración autónoma e integración subordinada en
la que se debaten los pueblos indígenas de la Amazonia: el etnodesarrollo, el
desarrollo endógeno y el biocentrismo.
Una síntesis de cada una de ellas es útil para cerrar, a manera de coro-
lario. esta reflexión com parativa sobre dos procesos de interpelación·negocia·
ción que indígenas andinos y amazónicos adelantan en Colombia:

..............
En "Indígenas de la Amazonia y su participación en el desarrollo

37 La decisión de realizar la misión a Colombia y la presentación del informe


final donde se hacen duras advertencias al Estado de Colombia por el
peligro de extinción de tribus amazónicas y el manejo del conflicto armado
en territorios indígt:nas transcurrió entre 200) y 2004. Ver: " Informe
del Relator Especial sobre la situación de derechos humanos y libertades
fundamentales de los pueblos indígenas, Sr. Rod olfo Stavenhagen. Adición
Misión a Colombia", Consejo Económico y Social. Naciones Unidas,
noviembre 10 de 1004. hup;//www.acnur.orgfbibliot«.t/ pdf/4J53.pdf.
38 Hans Weiler, "Porqué fracasan las reformas; las reformas educativas en
Francia y la República Federal Alemana", citado por Puy,ma Aura y
Serrano Mariana, Refonna o inercia ni la Universidad Últinoamericana. ÚJS
casos de la Universidad Nacional de Colombia y la Univtrsidad NacÍlmal
Autónoma de México, IEPRI - TM Editores, Bogotá, enero de 2000, p. 24.

116 Aura Maria Puyana Mutill


regional", Francoise Correa reconoce la intención desintegradora de Occidente
para asimilar y dominar sociedades diferentes "via la enajenación económica,
el control político y la alienación cultural", pero no hasta el punto de consi-
derarla inevitable. Según el autor, las sociedades indígenas resisten el impacto
de la aculturación gracias a tres pilares de su organización social: la economía
de autosubsistencia, "orde nada por tareas individuales, complementarias y
cooperativas"; los instrumentos y habilidades t~:nicas "al relativo alcance de
sus miembros" y un "impresionante conocimiento sobre el delicado medio am-
biente y su manejo" que les permite satisfacer necesidades basicas y recrear el
"uso potencial de los recursos de la selva amazónllca de manera sostenida" H.
La articulación "hacia afuera" es, sin emibargo, creciente e inevitable
en las sociedades indígel1as Se diferencia por el tipo de intervención ex6gena
a la que son sometidas, por la capacidad de reslPuesta frente a ella y por el
grado de autonomía o enajenación que cada un a tiene en el control de sus
recursos culturales. Lejos de plantear un aislacionismo protector, Correa en-
fa tiza exactamente en lo contrario: las comunidlades étnicas deben generar
potencialidades propias para controlar la reproducción del orden societal cul-
tural y su articulación autónoma con los procesos externos que se le ofrecen
o pretenden imponérsele. Dicha a utonomía se refiere "no sólo al control so-
bre recursos culturales propios, sino a la capacidad de control sobre recursos
q ue, siendo exógenos, pueden ser apropiados y dispuestos bajo control de la
sociedad, y aun a la capacidad de respuesta y ['eorganización ante recursos
en<ljen<ldos e imp uestos".
Las capacidades indígenas por consolidar son, en consecuencia, políti-
cas. Sinergias superiores a la suma de las partes en los campos de la gobernabi-
lidad, la cohesión social. la identidad cu ltural, lal soste nibilidad económica y
el trabajo cooperativo sin abismos tecnológicos a parti r de los cua les construir
consensos internos fuertes y margenes de a utodeterminación suficientes para
decidir sobre sí mismos y sobre sus relaciones COlrl los artífices de otros mode-
los de desarrollo. Supone por ello, discurso intercultural, incidencia política
y eficacia e n la exigibilidad y el ejercicio de los derechos. ¿Cua les derechos?
Apelando a Bonfil Batalla, el teórico mexicano de:! etnodesarrollo con raigam-
bre cepalina, Correa enumera los siguientes: a) reconocimiento de las etnias
como unidades políticas autogestionarias; b) restitución de territorios ances-
trales conculcados; c) respeto a la identidad cultural; d) modelos de educación
y salud propios, y e) autonomía lingüística. Mas alla de la separación o de la
simple resistencia, lo que debe construirse, afirma. es un proyecto indígena
estratégico extensivo al resto de sectores involuc:rados".

J9 Francoise Correa. "tndigenas de la AmazonÍ3. y $U particip.tci6n en el


desarrollo regional". Institulo Colombiano de AnlI1[)polog(a. Biblioteca
Virtual Luis Ángel Arango, l005. bolmuseo/ 1989/ boIl3/ boj4.htm. p.l.
)0 Ibid., p. 8.
)' ¡bid., p. 7-10.

BUrocr!lldu y comunldadefllndlgeDu
en la Amazonia glocal colombiane. '1 '1'
La Mesa Regional Amazónica incorpora todos los puntos sei\alados por
80061 Batalla, pero carece de la proyección intercultural propia del cosmopo-
litismo, definida por Boavcntura Souza de Santos como la gfobalización desde
' •
a ba'JO'

DeMnolIo 1Dd6geao~"
Desde una posición de centro izquierda o de izquierda socialista, los
teóricos del desarrollo endógeno sostenible no riñen de manera tajante con la
filosofia del progreso como crecimiento, pero colocan en lugar del mercado
al ser humano como centro; aunque desconfían de la internacionalización a
ultranza, reemplazan el proteccionismo económico hacia adentro. de estirpe
cepalina. por el despliegue de potencialidades desde adentro para solucionar
necesidades locales colectivas como prioridad primaria y. posteriormente. in·
sertarse de manera equilibrada en el contexto internacional. Claudia Pianneta
y Alejandro Ochoa, lo definen como una alternativa de gesti6n local desde la
cual se puede optimizar el desarrollo local insertado en un mundo globalizado".
Según el compendio Aprendiendo a entender el Desarrollo Endógeno",
las condiciones para cimentar el desarrollo desde adentro son tres:
Espacios de decisi6n y control local donde puedan definirse alternativas
políticas, económicas, sociales, culturales y ambientales al alcance de las C().
munldades.
Cambio a partir de dinámicas locales y no de impulsos externos sin rela-
ción con la trayectoria de los actores sociales, Jo que le da un carácter específi-
co, desconcentrado y descentralizado.
Retención local de los bc2eficiostangibles e intangibles que se deriven. El
valor agregado en riqueza sociocultural y económica comunitaria no sólo via-
biliza futuros despliegues de potencia, sino que marca el punto de quiebre con
el modelo de crecimiento hacia afuera reimpuesto en la década de los ochenta.
La reflexión se torna mas compleja al definir los parámetros del desa-
rrollo endógeno en sociedades indígenas y en regiones selvaticas poco inter-
venidas como la Amazonia. Es indudable que si se trata de dejar desplegar
las potencialidades desde adentro, los preconceptos del bosque como barrera
natural por derribar y del indígena como el buen salvaje por redimir deben
quedar en el escritorio de los funcionarios y de los operadores de la coope-

)1 Ver: Leopoldo Munera Ru iz, "Cosmopolitismo. Movimientos sociales


frente a la globaliución", Revista Aporus Andinos N° 6. Movlmimtos
Socwlts, Políticas rk ~uridad y lÑmOCracW, Universidad Andina Simón
Bolivar, Quito, julio de lOO), p. 8. hup:/fwww.uasb.edu .ec/ padh-I-
n Maria Ángela Petri.zzo, EHs Ald.llna y Alejandro Ochoa, "Paut.lls pau
comprender el Desa.rrollo Endógeno", en Ochoa Alejandro (compilador),
AprmdlCldo m tumo al Desorrollo End6gm6, Universidad de Los Andes,
Mérida. Venezuel.ll, 1006, www.rebelion.org/libroslibrn, p. 40.
J4 Ver: Pilonieta Cl.lIudia y Ochoa Alejandro. "El Desarrollo Endógeno Sustent.able: Una
aproJCimación conce ptual" , en Ochoa Alejandro (compilador), Op. Cit., pp. l4-)0.

118 AUI"II M.I"ÚI Puyana Mutll


ración internacional. La selva húmeda tropica l y sus pobladores originarios
tienen una demostrada experiencia de reproducción endógena y de recupe-
ración frente a las agresiones externas que debeln tratar de entenderse en su
propia racionalidad.
En esa lógica, ¿es permisible utilizar el término desarrollo endógeno in-
dígena, o es mejor buscar términos como bienestar o bienvivir que no comporta n
valores de acumulación y derroche? En "Evolución. y desarrollo de comunidades
indígenas: un dilema entre el mito y la incomprensión"", Walter Chamochumbi
acoge los conceptos de resiliencia social y dialéctic:a territorial para explicar esa
particular cultura de lo endógeno. Alejándose deU mito del " nativo ecológico"
esencial, el autor sei'tala que en la apropiación del territorio y en la construcción
de una identidad orgánica con él, los indígenas m~lOtie nen un proceso continuo
de aprendizaje por ensayo y error (resiliencia) que los provee de capacidades
socioeronómicas, tecnológicas y ambienta les para sobrevivir y adaptarse con
éxito al entorno (dialéctica territorial). La cultura es el acumulado histórico de
esas experiencias, por lo demás imperfectas y por lo tanto perfectibles.
Aunque no siempre ha existido una reladón ideal con el territorio y
con sus dinámicas ecosistémicas, es indudable q ue son los indígenas q uienes
mejor se relacionan con la naturaleza. Esa empatfa se expresa en discursos de
afinidad con la madre tierra o en rituales dial ól~icos con espíritus naturali-
zados, lo que refuerza prácticas de sostenibilidad aprendidas, pero tiene un
pri ncipio de realidad en el fl ujo equilibrado de energías, los inputs y outputs,
que hombre y ecosistemas intercambia n entre si.
Por otra parte, el proceso de adaptación territorial también se
relaciona con los niveles de control energético local que alcanzaron
las comunidades indígenas en su evolución ( ... ) (Si) logran reducir
su grado de incertidumbre en el manejo de los diversos factores
microambientales y maximizan su eficiencia energética local (con
el uso de tecnologías innocuas, uso intensivo d,~ conocimientos y
mano de obra local. etc.), se les posibilita alcartzar un mayor grado de
autonomía en la gestión de sus recursos natural~es y en sus niveles de
subsistencia JO.

a..weada soda! Y r-t .....da ambiental aoD)os dos compoD8ll~


buIbolublal de }o ead6geoo ea la eDttwa b:1digeaa am.uónlca

BJocultura de la consezvadón
Con menos concesiones a la preocupaCiC)fl por el desarrollo, al que
consideran incompatible con la sostenibilidad d.e la vida en su sentido más

35 Walter Chamochumbi, Evoluci6n y d~sarrolla d~ camunidadls indígmas: un


dilema mtre II mito y la incomprensión, abril 11 dl :1006, www.ecoportal.net
36 lbld., P.3.

Burocrlldaa y comunidades indigenal


en 111 Amazonia gloclIl colombianll 11'
amplio. los intelectuales de la biocultura se apartan radicalmente del desarro-
llo sostenible. el desarrollo endógeno sostenible y el etnodesarroUo en tanto
variantes intermedias del espejismo Uberal del progreso lineal ascendente.
Contrario a ello, plantean como necesaria una ruptura epistemológica y ética
con el concepto y la práctica de la sociedad capitalista, boy en el límite de una
crisis de civilización.
En su versión más dura, la racionalidad biocéntrica parte de las p~­
misas de la inexistencia de jerarquías en la biodiversldad y del valor moral
intrínseco", no tasable en el mercado productivo, ni en el más r«iente "boom"
de los bienes y servicios ambientales. Esa igualdad biosférica no puede, por
tanto, ser rota por la intervención del hombre, quien por una asumida supe-
rioridad neuronal. impone relaciones instrumentales con toda la escala de la
vida. El conservacionismo estricto es una de sus consecuencias.
No es esta la única interpretación biocéntrica existente. Un discurso
de ~conocimiento cultural de la naturaleza plantea que la sociedad bu mana
se ~Iaciona con el entorno ecosistémico según las representaciones que esta
elabora en su devenir histórico, por lo que la predisposición hacia la conser-
vación o la destrucción ambiental depende de la cultura y la poHtica más que
de la biología. De lo que se trata entonces es de revolucionar las estructuras
mentales de la insostenibilidad ambielltal. simultáneamente con las reglas de
la organización sociaJ que ellas sintetizan. Partiendo de la complementariedad
ent~ el bienestar humano y biológico, Primaeck reclama ~spacios intelectuales
y físicos que inspiren a las diversas personas de nu~stras socj~dad~s a participar
en la con.servaci6n bioculturalr..
Desde esta perspectiva, auditorios sociales cada vez más amplios re-
valorizan el modo de vida indígena en tanto aplica, en condiciones idóneas,
principios cohe~ntes de sostenibiJidad ambiental y de identidad sujeto-suje-
to con la naturaleza . En una época de constitución de sociabiBdades alternas a
la clase social o al mercado, ese ~thos biocéntrico. casi imposible en Occidente,
resulta atractivo para los nuevos movimientos sociales que despuntan en la
globalización; la posibilidad de entablar un diálogo respetuoso con la bio-
diversidad, inaugura un ap~ndizaje democrático distinto al desgastado
conducto de la rep~sentación y la participación poüticas. Visión hoUstica,
organización colectiva. autogestión y economía de subsistencia no predatoria
robustecen, de otra parte, la argumentación de quienes defienden la economía
del dec~cimiento como salida a la crisis capitalista global.
Considerada poco realista y propia de elucubradores intelectuales sin
eficacia práctica. la apuesta biopoütica y biocultural cobró actualidad en la

37 p;¡¡r.J el noruego Arne Naess, "el Dorec;:imiento de 11 1Iid;¡¡ hUlllóiln;¡¡ y no


hul1lóilru. en b Tierr;¡¡ tiene 1I;¡¡lor en 51" mismo. Eslos 1I;¡¡lora son independientes
de b utilidad del mundo no hUlllóilno póiir.IIlos objetivos hulllóiloos".
]8 RiCilhrd Primal;k. dtado por Fr.Jncisco Neira, "Repraentadones
de b ru.turalez.;¡¡ en 101 AlnilzonJa ecuatoriana", ICONOS . Revlsu de
Ciencias Sociólles, n- 25 . • LACSO, Quito. Ecuador, 2006. p. 62.
Asamblea Nacional Constituyente del Ecuador. Una alianza social-indígena
mayoritaria insertó un capítulo completo sobre los derechos de la naturaleza a
su existencia y el mantenimiento y regeneración de sus ciclos vitales, estructura,
funciones y procesos evolutivos (Art. 72)" Y otro sobre el régimen del buen vivir,
bajo preceptos de la fil osofía indígena que evitan la compartimentación de las
políticas socia les, económicas, culturales y ambi~:ntales. A diferencia del caso
colombiano, el movimiento indígena se reflejó en el espíritu constitucional
de una manera proporcional a la fuerza política desplegada. Según Ed uardo
Gudynas, la inclusión de una normatividad biocéntrica no tiene asegurada
su aplicación, pero es un arreglo constitucional que "permite la presencia de
otras cosmovisiones y acervos de saberes en la c,:>nstrucción de políticas am-
bientales (... ) y otra relación con la Naturaleza y con los pueblos originarios .. • .
Las sociedades indigenas de la AmazonJ;a colombiana están, como se
ve, e n este cruce de caminos.

39 Eduardo Gudynas. "Ecología politica del giro biocéntrico en la


Nueva Constitución de Ecuador", Revista de Estudios Sociales n· 32,
Universidad de Los Andes, Abril de 2001}, p. 37, w·ww.tinku.org.
40 Ibid., p. 40.

Bu:rocracias y comunidade, indigenu


e n la Amazonia glDC8.1 colombilUl8 121
OBJETIVIZAR PARA GOBERNAR: COMUNIDADES

INDIGENAS, CENSOS POBLACIONALES,

CONTROL TERRITORIAL Y POLITICAS

PÚBLICAS EN LA AMAZONIA COLOMBIANA

CARLOS EDUARDO FRANKY


ProfC'$Or ~siSlcnle dd InslilulO Amazónico de InVHI18~clones -

lMANI de la UnIversidad Nacional de Colombia, Sede Amólwnla.


Antropólogo y Magfster en EsludlQ5 Amazónicos de la misma unlVffSldad ,
A«ualn>enlC addanta estudios de doctoudo en Soclologl.lo del Dl$lrrollo Rl,Iul
en la Universidad de Wageningcn. PlIlses B.ijos
ufronky@uncd,NU.CO

DANY MAHECHA
Profeso ... ¡OUKiI;"'r, Universidad Nadorul de Colombia. Sede A!lI.Iwnla.
Antropóloga y Maglsler en Estudios Anu%Ónicos
de la Univenidad Nacional de Colombla. Sede Amnonla.
Candidata a Ph.D. en Letr•., de la UniversidoId llb~ de Ámsterdam
dllnyma@lyahoo.com

122
R.-umep
El artículo explora encuentros y tensiones generadas entre las políticas
publicas que inciden en el ambiente y las estrategias de control territorial y
ambiental indigenas. Para ello analiza, a partir de dos 4~studios de caso, cómo el
censo poblacionallocal, una herramienta de registro d e información básica para
la actividad gubernamental, influencia la vida social de los grupos indígenas
amazónicos a partir de dos estudios de caso. Uno enrre los tanimuca y macuna,
grupos horticultores del Bajo Apaporis, y el otro enrre los nukak, pueblo de
tradición nómada del Guaviare. Se argumenta, partiendo del concepto de
gubernamentalidad propuesto por M. Foucault, que p.ara una mejor comprensión de
las políticas publicas que inciden en el ambiente, el estudio del censo poblacional,
en tanto que dispositivo de gubernamentalidad, permite examinar. por un lado.
cómo un gobierDo busca disciplinar una población y ajustar sus conductas a un
manejo territorial y ambiental especifico para facilitar su control. y, por el otro,
cómo las poblaciones locales intentan manipular este dispositivo para defender y
consolidar sus proyectos e intereses políticos.
Palabras claves: gubernamentalidad, censo poblacionaft. Amazonia, indígenas,
Colombia

This arriele explores meetings and tensions generated among public poJicies
with effects on the environment and indigenous strategies of territorial control.
This is done by analyzing how the local popularion cenSU$, a governmental tool
for registering basic dala, ¡nfluences the sociallife of i:ndigenous Amazonian
groups, using two case studies. One contemplares the Tanimuca and the Macuna,
horticulturist groups ofthe Lower Apaporis, and the <JIther the Nukak, a nomadic
group ofthe Mlddle Guaviare (Colombian Amazon). It is argued, based upon
Foucault's concept of governmentality, Ihat the local population census, secn as
a governmentality device, can be investigated to reach a better understanding of
public policies with effects on the environment. On ofle hand, to examine how a
government attempts 10 discipline the popuJadon and lO adjust its conduct to a
specific territorial and environmental management 10 lacilitate ilS control. On Ihe
other, to consider how local populations try to manipulate Ihis same device in order
10 defend and consolidate their political projects and intcrcsts.
Key words: governmentality, popularion census, Amaz:onia, indigenous, Colombia

bluoducclóD
En este artículo examinamos cómo el censo poblacional influencia la
vida social de los grupos indígenas amazónicos, lo cual nos aproximará a en-
cuentros y tensiones generadas entre las políticas publicas que inciden en
el ambiente y las estrategias de control territoria l indígenas. En efecto. esta
herramienta de registro de información es transversal a dichas políticas, pues
s uministra datos básicos para la actividad estatal en los distintos niveles de
la división politico-administrativa de un país. Así cada censo establece un

Objetivlzar para gobernar: Comunldade'l Indigenas, censos poblac!onalaB,


controll.8rritorial y politicas pUblicas en la Amazonia colombiana 123
vínculo que "ata" una población conocida a un área delimitada, la cual colin-
da en forma excluyente con otras poblaciones y áreas de características simi-
lares. Esto crea un orden específico para el control poblacional y territorial.
Una manera de representar ese orden son los mapas político-adminis-
trativos que muestran en forma clara, con lineas limítrofes y diferentes colo-
res, las divisiones internas de un nivel administrativo determinado (nacional,
departamental, municipal. etc.). Estos mapas conllevan la idea de que a cada
subdivisión le corresponde una población determinada y transmiten la sensa-
ción de dominio territorial total, al no dejar espacios abiertos. De esta forma,
los censos poblacionales transforman la información cualitativa (género, edad,
filiación étnica, etc.) en datos cuantitativos circunscritos espacialmente, los
cuales son necesarios para el gobierno de dichos territorios y poblaciones.
Para el análisis nos inspiramos en los planteamientos de Foucault (1977-
1978; 2007) sobre la "gubernamentalidad", en tanto que el censo poblacional
es uno de los instrumentos con que cuenta un gobierno para transformar la
vida humana y los procesos biológicos en objetos susceptibles de ser gober-
nados. Es decir, de programar, configurar, normalizar e instrumentalizar la
conducta, el pensamiento, las decisiones y las aspiraciones de la población
para modificar su conducta y así alcanzar los objetivos que un gobierno con-
sidera deseables. Sin embargo, la población no asume total ni pasivamente las
acciones, intencionalidad y racionalidad de un gobierno y puede aceptarlas,
negociarlas y/ o recbazarlas (Inda: :1:005).
Antes de continuar es pertinente explicar por qué optamos para el
análisis por un enfoque desde la gubernamentalidad y no desde la gobernan-
za. Este último concepto, como señala Vries (2005), ha emergido en las dos
últimas décadas como un poderoso concepto teórico y político que aborda la
intervención estatal. y surge precisamente en oposición a visiones más instru-
mentalistas, en las que el Estado era percibido como el principal actor en el
diseño e implementación de políticas y programas públicos.
El concepto de gobernanza ha dado lugar a un amplio debate respecto
a su definición y utilidad como instrumento político y analítico. Este concep-
to ha sido entendido como el tipo de estructura que emerge en un sistema
sociopolítico como el resultado común de los esfuerzos de las interacciones
de todos las actores involucrados (Kooiman: 199), 258, citado en Vries: 2005.
95); un marco de políticas públicas para mejorar la efectividad, e6ciencia y
legitimidad de las intervenciones estatales, en el que se vinculan diferentes
sectores, niveles y ámbitos del Estado y de la sociedad civil (Ostrom y Wynne:
199), 177, citados en Vries: 2005, 95; cf. Dodson y Smith: 200), 1-2); una
herramienta estratégica para regular. modificar y/o ejercer autoridad sobre
otros dentro de una nación, una organización o una localidad (Rose 1999: 15,
citado en Vries: 2005, 95); o un concepto prescriptivo y de diagnóstico cuan-
do se emplea para hablar de "buena gobernanza", noción que se ha vuelto
recurrente en las instituciones multilaterales como el Banco Mundial (Nuijten:
2004 y Vries: 2005)'

124 Carl08 Eduardo Franky I Dany Mahech.a


Si bien gubernamentalidad y gobernanza p ueden ser vistos como dos
conceptos complementarios, para los fines de estl! artículo gubernamentali-
dad resulta más uti!, dadas sus potencialidades analíticas, las cuales per miten
cuestionar las relaciones de poder estableddas y la lógica e intereses guberna-
mentales en torno al uso del censo poblacional como una técnica de gobernar,
mientras que gobernanza, más que describir e interpretar estos aspectos, en-
fatiza en el análisis de la redistribución de poder para lograr unos resultados
(ce. Germán Palacio, en lntroducción a esta colección).
En este sentido, argumentamos que para una mejor comprensión de
las políticas publicas que inciden en el ambiente y la pobladón es necesario
exami nar tanto las estrategias, tácticas y autoridades que buscan moldear la
conducta individual y colectiva, como la forma e:n que la población intenta
instrumentalizar esas mismas estrategias, tácticas e intereses de las autor i-
dades a favor de sus propios proyectos políticos. Con relación a los grupos
indígenas lo anterior implica realizar estudios etnográficos detallados, que
permitan conocer los patrones socioculturales con los que dichos grupos in-
terpretan los eventos que afectaron y afectan a sus sociedades, así como la
bistoria de sus relaciones interétnicas y con el Est;!do. Para ello analizaremos
dos casos etnográficos que muestran conceptualizaciones y prácticas indíge-
nas asociadas al manejo de los censos poblacionales de sus localidades. Uno
de estos casos es el de los ta nimuca y macuna del b.ajo Apaporis. El otro, el de
los nukak del Guaviare.
Hemos seleccionado estos casos etnográficos porque su a nálisis per-
mitirá mostrar tanto la diversidad de situaciones locales que se presentan e n
la Amazonia colombiana, como aspectos comunes entre ellas. Aspectos útiles
para fines teóricos y para la comprensión misma de la región (ce. Germán
Palacio en esta colección). Desarrollamos estos temas dividiendo el artículo
en tres partes. En la primera presentamos el mat,eria l etnográfico. En la se-
gunda discutimos dicho material tomando como referencia los p lanteamientos
de Foucault antes esbozados y los encuentros y t4~ n siones entre las politicas
públicas que inciden en el ambiente y el manejo territorial indígena. En la
última parte presentamos unas consideraciones finales.

eo....... _
Los tanimuca y los macuna' pertenecen a lal familia lingüística Tucano
oriental y su sistema de parentesco está definido por la exogamia lingüística'.

El término macuna es un genérico que cobija a diferentes grupos de habla macuna.


Entre ellos están ¡dt: masá, imia masa, jt:ai!aro y emo.:¡ masó (d. Árhem 14}81).
1 Los indígenas del bajo Apaporis forman parte del cOlnplejo socio-cultural del Gran
Vaupés. Una de las caracteristicas de dicho I,:omplejo es la exogamia lingüística.
En términos generales, este tipo de exogamia consist(! en que los miembros de
un grupo étnico, quienes pertenecen al mismo grupo de u nifiliaclón patrilineal
y hablan un idioma particular, solo pueden casarse c,::.n personas de otros grupos
étnicos específicos. quienes hablan idiomas diferentes. Los grupos étnicos están

Obletlvbat para gobemat: Comunidad&ll Indlganas. censos poblactonal&ll,


control territoria1 y politicas púl;,UCIUI en la Amazonia colombiana 125
8n el bajo Apaporis estos grupos conviven principa lmente con indígenas ba-
rasana, letuama y yauna (pertenecientes a su misma familia lingUística); tam-
bién con indígenas yujup (familia lingüística Makú-Puinave), cabiyari, yucuna
y matapí (familia lingüística Arawak). Los tanimuca y los macuna comparten
un modelo de manejo socioterritorial basado en la malocd, la cual es un ele-
mento vital en su reproducción social y cultural que aún conserva muchas de
sus funciones como centro de la vida ritual y política de los asentamientos, así
como en el control y manejo de los recursos, tanto a ni vel chamanístico como
económico. Bsto a pesar de la disminución de la función de la maloca como
lugar de residencia, ya que la población actualmente reside en viviendas uni-
familiares alrededor de las malocas y se organiza en comunidades'.
En 2004, el bajo Apaporis estaba habitado por 1500 personas aproxi-
madamente, distribuías en 18 comunidades, las cuales estaba n afiliadas a la
Asociación de Capita nes Indígenas del resguardo Yaigojé y el bajo Apaporis
(Aciya). Esta organización indígena se creó en 1994 para formalizar un proceso
organizativo propio que giraba en torno a reivindicaciones territoriales, polí-
ticas, cu lturales y sociales, y para ajustarse a la legislación indígena vigente y
así acceder a los recursos de transferencias territoriales'. Los indígenas vivían
de la horticultura, la pesca, la caza y la recolección de recursos del bosque.
Ellos devengaban sus ingresos monetarios del trabajo asalariado tempora l
por fuera de la región, de la comercialización a pequeña escala de productos
agroforesta les y de la contratación de servicios con el Estado y con ONGs. En
la región no vivían colonos, aunque cerca a la desembocadura del Apaporis
en el Caquetá hacían eventual presencia mineros y pescadores artesanales,
provenientes de La Pedrera o del Brasil.

agrupados en "fralrias", ~ decir, conjuntos que intercambian mujeres entre sI.


~ro que no lo pueden hacer a su interior, pu~ se consideran "herman05". Véase
entre otros a Hugh-Jon~ 1979, Árhem 1981, Jac kson 1983 y Correa 1996.
3 La maloca es uno de los aspectos más documentados en la literatura etnográfica
de la región. Véanse por ejemplo los trabajos de Hugh-Jones 1979 y t995, Árhem
1981 y 1998. Hildebrand 1984, Van der Hammen 1991, Correa 1996, Cayón 1001
y Franky 1004. Cf. Reichel (1987a y 1987b) plantea la existencla de un "modo
de producclón maloquero", el cual implica una jerarquía regional que distingue
a los dueft05 de maloca, o jeres, del resto de la genle, o los trabajadores.
4 La Constitución Polllica de Colombia de 1991 estableció la "Entidad Territorial
¡ndlgena" (II.TI), una nueva división polltico-administrativa de la República,
caracterizada por otorgar cierta autonomla a 105 indigenas en el control y
administración de sus territorios. Las liTIS deberlan ser reglamentadas en la Ley
Orgánica de Ordenamiento Territorial, pero ~ta aun no ha sido promulgada
y ninguna !!T I ha sido constituida formalmente. No obstante, el texto
constitucional estableció que los Indigenas empezadan a participar en las rentas
de la Nación, a través de unos recursos ant~ conocidos como "transferencias
territoriales" (hoy llamados "recursos de participación"), 105 cuales, desde 1994,
se em~zaron a asignar per c.ipita a todos los territorios indígenas reconocidos
legalmente como "resguardo". Parte del sentido de esta medida era sustentar
con rec ursos económicos el gobierno autónomo de dichos territorios.

126 Carlos Eduardo Franky f Dany Mahecha


Por su parte, los nukak son un grupo de tradición nómada que perte-
nece a la familia lingüística Makú-Puinave. Su territorio étnico se ubica en el
interfluvío medio Guavíare y alto lnírida, en el d'~partamento del Guaviare.
Los nukak son endógamos y su población, estimada en 600 personas, se dis-
tribuye en grupos locales, que presentan una composición dinámica debido
a la movilidad de las personas entre ellos. Cada g.rupo local está asociado a
un territorio específico, donde tiene sus huertos. Hasta hace unos años, estos
indígenas vivían de la recolección, la caza y la pesca, actividades que comple-
mentaban con la horticultura.
Los nukak estuvieron en aislamiento voluntario hasta mediados de la
década de los 1970, cuando fueron contactados por misioneros evangélicos de
Nuevas Tribus, con quienes establecieron unas reladones estables. En 1988, el
país se enteró de su existencia, cuando un grupo nukak arribó a la población de
Calamar. En los años siguientes, estos indígenas con:wlidaron las relaciones con
sus vecinos y se fueron integrando cada vez más en l¡jl vida social y económica de
la región'. Desde 2002, el conflicto interno del país se intensificó en esta región,
lo que ocasionó varias oleadas de desplazamiento for:t.ado de grupos nukak. Para
20<Y], cerca del 40% de la población nukak estaba viviendo en las inmediaciones
de San José del Guaviare (SJG), en calidad de refugiados. Actualmente han redu-
cido su movilidad social y espacial y dependen en mayor medida de sus huertos,
del trabajo asalariado y de la ayuda h umanitaria instiitucional.

La Importancia de ~. una comUDI~d . .tnt 1011ta.D1muca, b IDaCUDA


Durallle 1997 realizamos uno de nuestros p.-imeros recorridos por esta
región para asesorar a las comunidades en torno a tf:mas como el ordenamiento
territorial, la ampliación del resguardo Yaigojé" y la e-jecución de los recursos de
transferencias territoriales. Fuimos bien recibidos en cada comunidad pues, aparte
de la hospitalidad protocolaria que conlleva el manejo de la maloca, los indígenas
estaban muy interesados en conocer y entender mejor "las cosas de los blancos"
para poderse "defender mejor" de ellos. Lo anterior dada la historia conflictiva de
relaciones entre unos y otros, la cual había empezado) en el siglo XVIII, cuando
la región fue articulada a las redes económicas construidas por los portugueses
a través de la captura de esclavos que eran vendidos en el Valle del Amazonas'.

5 ce. Wirpsa y Mondragón (1988), Mondragón (1994), 2:ambrano


(1994), Cabrera et al. (1999) y Mahec ha (lOO7).
€o El resguardo Yaigoje Apaporis fue creado en 1988. Sin embargo, en concepto de los
indígenas, esta primera demaraclón excluyó sectores vitales para su reproducci6n
social y cultura!' pues ~ni se ubicaban sitios de centnJes en el manejo chamanistico
del territorio y del cosmos. Además, en esos sectores:¡e localizaban algunas de
las comunidades afiliadas a Aciya. Por ello, iniciaron un conflictivo proceso de
ampliación del resguardo, la cual consiguieron en 1998. Actualmente, el resguardo
cuenta con I.OlO.)lO has. (véase: Forero 1997 y Forero', Laborde y Tanimuca 1998).
7 cr. Hildebrand y Reichel (1987), Van der Hammen (199l), Dominguez
y G6mez (1994)' Mahecha {lOO4.l y Franky (lOO4).

ObleUvlzar para gobernar: Comunidades lndlgenu, OlIMOS pobladonales,


control territorial y políticas pUblicas en la Amazonia colombiana 127
Sin embargo, los indígenas también estaban interesados en conocer
estos asuntos para negociar en mejores condiciones con las otras comunida-
des de Aciya aspectos como la distribución de los recursos de transferencias,
debido a las tensiones generadas a su alrededor, algunas de las cuales estaban
asociadas a la misma heterogeneidad de las comunidades. En efecto, para esa
época los indígenas del bajo Apaporis diferenciaban las comunidades grandes
de las pequeñas.
Solo había dos comunidades grandes, las cuales se caracterizaban por
tener mas de 200 habitantes; estar subdivididas en parcialidades, es decir, en
núcleos dispersos de población que se congregaban alrededor de una maloca;
concentrar buena parte de los adultos y jóvenes del reguardo versados en el
manejo del "mundo blanco", del español y de la lectoescritura; contar con los
servicios estatales básicos de educación y salud, y recibir la mayor parte de la
eventual ayuda estatal y de las ONGs que llegaba a la región-, casi siempre a
través de proyectos de distinta índole q ue se traducían locaJmente en acceso
a información, bienes, servicios o recursos monetarios. Por su parte, las comu-
nidades pequeñas oscilaban entre 25 y 120 habitantes que podían estar con-
gregados en un sitio o dispersos en varios núcleos, los cuales también giraban
alrededor de una maloca. En algunas de estas comunidades funcionaba al menos
una escuela o un puesto salud y en otras ninguno de estos servicios. En general.
en las comunidades pequefl.as, pocas personas hablaban espafl.ol y menos aún
tenían conocimientos en lectoescritura, por ello contaban con un secretario del
capitán, quien se desempenaba básicamente como un traductor local.
A pesar de esta situación, cada comunidad tenía sus "propios papeles",
una especie de archivo local con documentos de distinta índole y estados de
conservación. Dichos papeles eran guardados con celo por el capitán, ya que
esta era una de las pocas funciones clara mente identificadas para este cargo,
a pesar de que la gran mayoría no sabía leer ni escribir. Entre estos papeles
siempre estaba el censo poblacional local, el cual era un símbolo del estarus de
comunidad y uno de los documentos más solicitados por Aciya y por los agen-
tes foráneos, debido a su importancia en asuntos como la distribución de los
recursos de t ransferencias. Estos censos tam bién hacían parte de los documen-
tos más juiciosamente actualizados por secretarios, profesores y promotores
de salud, pues, frente a las críticas locales e instit ucionales sobre el ejercicio
de sus respectivos cargos, servían como evidencia de que ellos sí trabajaban.
Las características anteriores motivaban frecuentes desplazamientos de

8 Entre 1997 y 1004, algunas de las ONGS que actuaban en el bajo Apaporis eran: la
Fundaci6n Gaia Amazonas, a la cual estibamos vinculados en sus labores de asesoría
sobre organiuci6n comunitaria y ordenamiento territorial; Médicos del Mundo,
que implementaba un progranu de atenci6n y prevención y promoci6n en salud;
la Fundaci6n Natura y Conservaci6n Internacional Colombia, quienes apoyaban
la estaci6n de Caparú, en el Lago del Taraira, dedicada a la investigaci6n biológica
básica; y Snull Worl d, fundación holandesa que ejecutaba un proyecto sobre
capacitación en la producción y nunejo de video y otros medios audiovisuales.

128 CarlOll Eduardo Franky I Dauy Mahecha


personas de las comunidades pequeñas hacia las grandes en busca de bienes
°
y servicios, los que podian ser temporales perrnanentes. Los primeros eran,
por ejemplo, de familias que se alojaban en las c()munidades grandes durante
los periodos escolares, para luego retornar a sus comunidades de origen. Los
segundos, en contraste, implicaban un cambio en el sitio oficial de residencia,
el cual dependía del censo de la comunidad en la. que una persona estaba ins-
crita y no del sitio donde permaneciera la mayor parte del año o donde tuviera
sus cultivos, los que podían ubicarse en dos o m,ís asentamientos.
Sin embargo, las ventajas de las comunidades grandes estaban acom-
pañadas de ciertos problemas, pues, según los indígenas, la conce ntración
de población generaba frecuentes conflictos dOltnésticos, por ejemplo, en el
acceso a las fuentes de agua en el verano; además, conUevaba escasez de re-
cursos del bosque y de tierra disponible para sembrar en las cercanías del
asentamiento. Esto obligaba a las personas a ir cada vez más lejos y a invertir
más tiempo para tumbar un huerto, cazar y pescar. A lo anterior se sumaba
que estos asentamientos, en contravía de los ciclos propios de la horticultura
itinerante y del manejo de Jos recursos del bosque, no se habían reubicado
desde su fundación en la década de 1970, debido precisamente a la infraes-
tructura instalada por los servicios de educación y salud. En efecto, uno de
los discursos que acompañó este pnx:eso había sido impulsado por agentes ex-
ternos, como misioneros y funcionarios estatales. Dichos agentes pregonaban
que vivir en comunidad era una forma de progresar y de "vivir organizados",
lo cual garantizaría los servicios básicos del Estado, a pesar de desconocer que
ya existía una organización social propia.
En este contexto, una de las tensiones existentes entre las comunidades
pequeñas y las grandes radicaba en que las primeras acusaban a las segundas
de monopolizar los recursos y proyectos institucionales y de no distribuir
equitativamente los recursos de transferencias, acusaciones a las que las se-
gundas respondían argumentando que en las comunidades grandes se bene-
ficia más gente, y que en las pequeñas no habia personas capacitadas para
administrar esos recursos y proyectos. Estos argumentos eran compartidos
por agentes institucionales, quienes, además, aiiadian que la concentración
de la población facilitaba su atención y abarataba los costos de operación. Dos
formas en que estas tensiones se resolvieron parci,almente fueron un ingenioso
sistema de distrihución de las transferencias y la. fragmentación de las comu-
nidades con mayor población,
El sistema de distribución de las transferencias territoriales de Aciya
consistía en que los recursos correspondientes al resguardo Yaigoje se repar-
tían entre todas las comunidades afiliadas a la a:rociaci6n y no sólo entre las
ubicadas dentro del resguardo. De esta forma, se.is comunidades pudieron ac-
ceder a estos recursos, a pesar de que, según la legislación nacional, no tenían
derecho a ello (tres estaban en áreas que no pertenecían a ningún resguardo, y
las tres restantes estaban en otros resguardos). Los indígenas sustentaban esta
decisión en su proyecto de consolidar el manejo autónomo de la cuenca del

ObJetivl%ar para gobernar: Comunldadon IndlgeQ.8J:, ce~ pobladonalH.


control territorial y políticas pI,íblicu en la Amazonia colombiana 12.
bajo Apaporis, sin importar la actual división político-administrativa del país
ni los límites de los resguardos de la región'.
Este sistema de distribución también distinguía dos tipos de proyectos.
Unos que llamaban "generales" y, otros, los particulares a cada comunidad.
Los "proyectos generales" consistían en que Aciya centralizaba el pago de
profesores y promotores de salud comunitarios, los "auxilios para la tercera
edad" y las "becas" para los niños y jóvenes que estudiaban fuera de la re-
gión, independientemente de la comunidad de origen del beneficiado. Este
dinero se descontaba del total de los recursos del resguardo y el restante se
distribuía entre las comunidades para sus proyectos especificos y de acuerdo
con sus censos poblacionales. A la postre, este sistema generó una mayor de-
mocratización en el acceso a dichos recursos y creó un estímulo económico
para la formalización de proyectos étnicos locales exitosos a través del surgi-
miento de nuevas comunidades.
Aciya se formó en 1994 con ocho comunidades. Entre este año y 200),
tres comunidades, dos de ellas, las grandes, se dividieron originando siete
comunidades nuevas. Seis de ellas eran parcialidades conformadas por un
segmento de grupo étnico dominante (un patrilinaje o un grupo de hermanos
con sus hijos), con unos parientes afines vinculados por alianzas matrimo-
niales. Dicho segmento dominante tendía a monopolizar los cargos rituales
y politicos del asentamiento. Esta estructura era compartida por otras cinco
comunidades fundadoras de Aciya y representaba un ajuste al antiguo modelo
de la maloca parrivirilocal. En contraste, otras cinco comunidades, entre ellas
las dos grandes, estaban compuestas por dos o tres segmentos de grupo étnico
dominantes con alianzas matrimoniales estables en el tiempo. Estos segmentos
competían por los cargos políticos y rituales del asentamiento, así como por el
control de los proyectos y recursos que obtenían, lo cual generaba frecuentes
tensiones (Mahecha: 2004 y Franky: 2004)'".

9 El ámbito territorial de Aciya es ellnjo Apaporls colombiano. Dicho ámbito


está superpuesto al de dos departamentos (el del Amazonas y el del Vaupés); un
municipio (Tara ira) y cuatro corregimientos (La Pedrera, Miriti-Paraná, La Victoria
y Pacoa); y cinco resguardos (Yalgoje-Apaporis, que cubre la mayor parte del bajo
Apaporis, Mirití-Paraná, Vaupés Parte Oriental, Puerto Córdoba y Comeyafú).
!O Árhem (1981 y 20(0) propone tres niveles inclusivos de organización social para
los macuna. El grupo resIde ncial, basado en la maloca virilocal y sus casas satélites.
el cual es la unidad social exogámica. El grupo local que cobija a varIos grupos
residenciales con relaciones estables en el tiempo de intercambio matrimonial
y con cierra tendencia a la endogamia. Y el grupo territorial, conformado por
los grupos locales que se encuentran en una cuenca principal, como el Pirá-
Paraná, y por lo unto también tiende a la endogamia. Desde esta perspectiva, las
comunidades eran la expresión de antiguos grupos locales, ahora congregados
espacialmente y unidos políticamente bajo la figura de un "capitán". Franky
(2004) demuestra que una organización como Aciya se funda y se superpone al
"grupo terrritorial", dándole una nueva expresión polilica. Véase también Hugh-
Jones (1995). Mahecha (2004) y Franky (2004), entre otros, quienes examinan las

130 Carlos Eduardo Franky f Doy Mahecha


Debido a lo anterior, la mayoría de comunidades del bajo Apaporis se
identificaba con el grupo étnico dominante en el asentamiento. Esto generó
nuevas formas de visibilidad y reconocimiento étnico, pues cada capitán re-
presentaba al mismo tiempo a su localidad y a s\a grupo étnico en las reuniones
de Aciya. En otras palabras, los recursos de tran sferencias, y los discursos ins-
titucionales sobre derechos y reivindicaciones étnicas que estaban asociados
a estos recursos, sólo suministraron nuevos contenidos a las formas indígenas
de pensar y negociar con la diferencia en esta ri~gión multiétnica .
La creación de nuevas comunidades implicó largas negociaciones In-
ternas, a veces con la asesoría externa de fun.cionarios estatales y/o de las
ONGs, para definir tres aspectos: el ámbito terdtorial de la comu nidad, esta-
bleciendo unos límites; la distribución de la población, definiendo el censo
poblacional. y el nombramiento de un capitán, reconociendo una autoridad
local. Así todo el territorio fue dividido en comunidades y toda la población
quedó adscrita a alguna de ellas. En cierto senti.do, estos elementos coinciden
con los componentes clásicos del Estado n ación~: territorio con país, población
con nación y autoridad con soberanía. De esta forma se replicó el modelo de
organización estatal, el cual convivía superpuesto, en concordancia y/o en
conflicto, con el modelo de la maloca. En efecto, estas delimitaciones acarrea-
ron nuevas formas de percibir y relacionarse con el territorio y los parientes.
Ahora eran importantes unos límites territoria.les que definían áreas suscep-
tibles de ser mapeadas y q ue no se podían superponer, a diferencia del ma-
nejo cósmico y traslapado que tenía como punto de referencia el centro de la
maloca. Igualmente, el hecho de definir a qué Ci: nso poblacional se pertenecia
"objetivó" a las personas, pues ahora también e:ran objetos susceptibles de ser
contados para ser gobernados.
Para 2004, las dos comunidades restantes de las 18 afili adas a Aciya no
seguían ninguno de los dos patrones anteriores. Éstas estaban forma das por
grupos familiares de distinta procedencia, sin mayores alianzas matrimoniales,
y su origen estaba asociado explícitamente a fa.ctores externos. Uno de ellos,
el municipio del Taraira, que estimuló su creac.ión para atraer población a su
jurisdicción, fortaleciendo las justificaciones de su existencia". Además, luego
de la ampliación del resguardo Yaigoje, la mayor parte del territorio municipal
quedó superpuesto con este resguardo. Es decir, se formó una zona donde dos
autoridades distintas luchaban por imponer sus, proyectos políticos y visiones
de mundo. Esto generó crisis internas en Aciya, con conatos de división, pues
las seis comunidades situadas en la zona de traslape con el municipio vacilaban
entre seguir ligadas al proyecto político de Aciya o vincularse plenamente al

continuidades y cambios genendos por el paso del modelo de res idencia en malocas
multifamiliares y patrivirilocales al de las actuales comunidades multiétnicas.
" El municipio del Taraira se había creado asociildo a la eXplOlilci6n
de oro en la zona, la cUill tuvo unil bonilnza a mediados de los
ilnos 19.80. CUilndo esta bonanza decay6, su pobl;)ci6n se redujo
sustancialmente, poniendo en duda la viabilidad de su existenciól.

Objetlvlzar para gobernar: ComunidlldH Indígenas, 0111_ pobladonale.,


control territorial y potiticas públiCM: an la Amazonia colombiana 131
del municipio, el cual implementó una fuerte política de beneficios materiales
y de servicios para cautivarlas.
En estas discusiones, los censos poblacionales jugaron un papel des-
tacado y eran evocados por Aciya y por el municipio para representar la po-
blación y, por ende, el territorio que se disputaban por gobernar. En algunas
discusiones internas de Aciya, siempre se pedía claridad sobre las comunida-
des que estaban siendo beneficiadas por los proyectos del municipio, para así
poder establecer cuáles eran los alcances del municipio en el bajo Apaporis.
Inclusive, una de las comunidades receptora de los recursos municipales tras-
ladó su sitio de asentamiento del departamento del Amazonas al del Vaupés,
ubicándose en la zona del traslape del municipio con el resguardo Yaigojé.
Con ello fue incluida en el censo poblacional del municipio, "legalizando" su
situación y acallando las críticas internas de Aciya, sin ser excluida del censo
poblacional general de esta organización indígena ni de sus programas.
No obstante, los conflictos que involucraron la manipulación de los
censos poblacionales también ocurrieron entre las comunidades de Aciya.
Durante 2003, el gobierno departamental buscaba reorganizar la prestación
del servicio de educación, para, entre otras cosas, ampliar la cobertura y op-
timizar los recursos existentes. Para ello estableció un número mínimo de 20
alumnos por maestro a lo que Aciya propuso que fueran 10. En la práctica.
esto significaba que muchas de las escuelas de las comunidades pequenas des-
aparecerían y que sus alumnos deberían reubicarse en otros planteles, lo cual
generó una "competencia por los niños" entre las comunidades, pues varios
capitanes, profesores y otros miembros de ellas apelaron a las relaciones de pa-
rentesco para atraer niilos a las escuelas de sus respectivos asentamientos, ase-
gurando su continuidad y. por lo tanto, fortaleciendo sus proyectos políticos
locales. Esto. a su vez, acarreó discusiones sobre a qué comunidad pertenecian
los niños y los padres que abandonaron una escuela para ingresar a otra, lo
cual a su vez produjo cambios en la residencia oficial de algunas familias. es
decir, en su adscripción a un censo poblacional determinado.
Hasta aquí hemos visto diferentes formas en que los habitantes del
bajo Apaporis han instrumentalizado los censos poblacionales en función de
intereses y proyectos étnicos y regionales; también, cómo estos censos han
modificado nociones y prácticas indígenas en función con los intereses esta-
tales. En seguida mostraremos estos mismos aspectos con los nukak, quienes
aún no han incorporado a sus estrategias de relación con los otros el lenguaje
institucional de "derechos políticos. sociales y culturales" ni la formación de
una asociación indígena que los represente, así como tampoco la vida en co-
munidades.

-'-tamlealOll"~", mcmIkIad JogWtic:a, ..... ~doDal . .lN ao.lI1Ikak


Entre 2005 y 2007 nos reencontramos con los nukak ubicados en las
inmediaciones de San José del Guaviare (SJG), a quienes no veíamos hace
muchos años {ce. Cabrera, Franky y Mahecha: 1999}. Luego de recordar viejas

132 Carlos Eduardo Frallky I Dany Mah~


vivencias, hablamos de los problemas que ahora afrontaban como "población
desplazada". Para ese momento, y luego de intentos fallidos de relocalización
o de retorno a su territorio, las agencias estatales los habían reubicado en
dos asentamientos previamente conocidos por los nukak: Barrancón y Agua
Bonita". En Barrancón estaban los dos grupos locales desplazados en 2003,
conocidos como los Meu muna, "Gente de la coronilla O de las cabeceras",
oriundos del sector noroccidental del territorio nukak, el cual constituye ac-
tualmente uno de los frentes más dinámicos de colonización en el Guaviare.
En Agua Bonita estaban los tres grupos locales desplazados entre 2005 y 2006,
los Wayari muna, "Gente del río Guaviare", provenientes del nororiente del
territorio nukak, una zona con poca población c,:¡lona y que había estado bajo
la influencia de los misioneros de Nuevas Tribus hasta su salida en 1996.
La conformación y consolidación de estos dos asentamientos había sido
el resultado de una superposición de las lógicas y prácticas territoriales nukak
Ca D las estatales de atención a la población desplazada. Por un lado, fueron
consecuencia del sistema de parentesco y de la o:rganización social nukak, que
defilÚa a estos dos conjuntos de grupos locales como "gentes distintas", aleja·
das social y espacialmente. Estas distancias se articulaban con las estrategias
indígenas de manejo del medio, las cuales hacían inviable la concentración de
un número relativamente alto de población de "tradición nómada (más de 50
personas) en un mismo sitio y por un periodo prolongado de tiempo". Por otro
lado, y desde la perspectiva estatal. dichos asen.tamientos fueron impulsados
para tratar de concentrar y mantener allí a los nukak, facilitando la atención
humanitaria que les prestaban y mientras se definía su futuro, bien fuera regre-
sando a su territorio o creando asentamientos sedentarios en sitios apropiados.
La atención humanitaria se centraba en dos ejes. El primero era la pres-
tación del servicio de salud. Para ello, la Secretaria Departamental de Salud
había nombrado promotores de salud permanenl:es en cada asentamiento, rea-
lizando allí frecuentes brigadas médicas y constnIyendo dos sencillos puestos
de salud. El segundo eje era el suministro de mercados de apoyo, el cual se jus-
tificaba en los casos de desnutrición, en especial infantil, identificados en las
valoraciones nutricionales. También se justificaba en que los nukak estaban
por fuera de su territorio, en un área altamentc~ deforestada y dedicada a la
ganadería, lo cual representaba una fuerte limitación en la oferta de recursos
del bosque que ellos consumían y usaban. Adelmás, allí no tenían huertos ni

11 El asentamiento de Barrancón está en un extremo del resguardo Tucano oriental


de El Refugio, en inmediaciones del río Guaviare y a unos lS minutos en carro
de San José del Guaviare (SJo). Este colinda con el. resguardo guayabero de
Barranc6n, en el cual se habían concentrado la mayoña de indígenas guayabero
que también habían sido desplazados por el conHicto interno colombiano. El
asentamiento de Agua Bonita estaba en una finca de la Alcaldía, a unos IS
minUlOS en carro del caSCQ urbano de SJG yen medio de haciendas ganaderas.
I} Sobre las estrategias de movilidad y territorialidad nukak véase
Franky et al. (199S), Politis (191)6) y Cabrera et al. {1999).

ObJeLlvizar para. gobernar: Comunidlldn Indigenu, C8MOt poblllc!onales,


ODntrol tarritorial y pollticas 1~lIcas en la Amazonia ODlombllUlll 133
la posibilidad de crearlos, en parte, debido a la escasez de tierras disponibles
aptas para el cultivo.
Si bien en el ámbito institucional se debatía, t ratando de respetar la di-
ferencia cultural, cuál era la mejor forma de atender a los nukak, se reconocía
que el Estado colomb iano no estaba preparado para afrontar este caso, entre
otras cosas, debido a la tradición nómada de aquellos, al poco dominio del
espai'lol de la mayoría de la población y a la ausencia de líderes reconocidos
por sus grupos que dominaran el "lenguaje y la lógica del mundo institucio-
nal" con quienes se pudiera concertar. Así en las reuniones institucionales se
discutía, por ejemplo, sobre la conveniencia de entregar los mercados, con-
trasta ndo las ventajas de garantizar su seguridad alimentaria con los riesgos
de fomentar la dependencia de las ayudas estatales. Se argumentaba que los
mercados eran sólo un complemento y que los indígenas debían esforzarse por
conseguir sus propios alimentos.
Sin embargo, las técnicas nukak de consecución de recursos del bosque,
como derribar selectivamente ramas o los árboles completos para conseguir
alimentos o materias primas, o la pesca con barbasco, un icticida de origen
vegetal, iban en contravía de normas y programas estatales de protección am-
biental, algunos de las cuales acarreaban estímulos o sanciones económicas
para ayudar a conservar el escaso bosque de la zona. Además, dichas técnicas,
asociadas a su moviüdad, eran fu ente de conflictos con hacendados, campe-
sinos u otros indígenas, quienes acusaban a los nukak de "destructores del
ambiente", en especial cuando construían campamentos temporales dentro o
en las inmediaciones de sus propiedades". A esta acusación se sumaban las de
robo, mal manejo de las fuentes de agua, daños en los inmuebles e incluso de
amenazas y agresiones fisicas, las cuales intensificaban los confli ctos.
Igualmente, la movilidad social y espacial de los nukak representaba
un problema práctico para la acción estatal, pues, como ya mencionamos, la
planificación, ejecución y seguimiento de los diferentes programas estatales
parten de presuponer una población estable ubicada en un territorio delimi-
tado y en un punto fijo. No obstante, en muchas ocasiones, los funcionarios
encontraron que un paciente con un tratamiento especifico se había marchado
sin terminarlo, que la población real a atender era menor o mayor a la es-
perada, o que estaba distribuida en varios sitios, algunos desconocidos, lo
cual implicaba buscarlos, a veces infructuosamente. Algu nos funcionarios

'4 Nótese que esta imagen de "destructores del bosque" promovida por algunos
actores locales contra ~la con otras percepciones locales, asi como con las
nacioDales e internacionales, sobre cómo los nukak y, en ge neral. los pueblos
indigenillS amazónicos, tie nen prácticas ecol6gicamc:nte sustentables o son
"buenos c:c6logos". Para nosotros es claro que una u otra imagen se asocia
a la presencia o ausencia de conmetos originados por nociones y prácticas
diferentes re lacionadillS con la propiedad de la tierra y con el acceso. manejo
y control de los recursos. Sobre las estrategias nukak de manejo del bosque
véase Politis (1996), GUliérrez (1996 y ~OO3), Y Cabrera et al. (1999).

134 C.I:IOII Eduardo Franky I Dany Mabecha


presuponían que asentar a los nukak en sitios especificas disminuiría las difi-
cultades que para su atención generaba su movilidad,
Entre los funcionarios existía cierto conSi~nso sobre cómo los indígenas
ya estaban en "proceso de sedentarización", lo c:ual hacia parecer menos trau-
mática e-sta propuesta. Y aunque no había un a,:uerdo sobre esta alternativa.
en la práctica, esta situación conllevó. a veces consciente otras inconscien-
temente. a generar discursos y acciones que p,ropendian porque los nukak
abandonaran su movilidad social y espacial característica. Incluso. algunos
funcionarios. al igual que muchas de las personas con las que los nukak se
relacionaban, trataban de convencer a los indígenas de que "moverse tanto era
malo y que debían asentarse para civilizarse. progresar y recibir más ayuda es-
tatal", discurso que en no pocas ocasiones repetían los nukak. en especial los
más jóvenes, Sin embargo. y a pesar de todo. los nukak se siguen "moviendo",
La población nukak variaba constantem(:nte en los dos asentamientos.
debido a las personas que llegaban o salían en fc,rma temporal. Algunos de los
motivos de esta dinámica eran visitas a pariem.es ubicados en el otro asenta-
miento nukak de población desplazada o en diferentes partes de su territorio
tradicional. quienes se movilizaban por sus propios medios o eran remitidos
para recibir atención médica en SJG; conflicto:5 internos de los grupos. que
implicaban la fragmentación momentánea; nuevas alianzas matrimoniales, con
cambio del sitio de residencia de al menos uno de los cónyuges; desplazamien-
tos de hombres o familias enteras para ir a trabajar en fincas y haciendas de
las inmediaciones de SJG, de la Trocha Ganade:ra (la carretera que conecta el
territorio nukak con SJG) o de sectores coloni:w.dos de su propio territorio;
partidas de varios dias a varias semanas para co:nseguir uno o varios recursos.
como pescado y fibras vegetales.
De esta forma los asentamientos de Barrancón y Agua Bonita se fueron
convirtiendo en campamentos base desde los cuales los nukak practicaban
una especie de movilidad logística (Binford: 1980). ligada a un nuevo tipo
de recursos; los servicios y bienes estatales. alg unos de los cuales no estaban
presentes o eran de dificil acceso en su territodo, lo que a su vez hacia más
atractivos estos dos sitios. Es decir. eran puntos de referencia de-sde donde
salían y a donde regresaban personas. familias :y grupos enteros. a veces sólo
para recibir la asistencia institucional humanitaria, La duración de los perio-
dos de permanencia variaba mucho e iba de un día a varios meses, También
variaban las personas presentes, pues mientras unas familias tendían a perma-
necer prolongados periodos de tiempo en algun os de estos dos asentamientos.
otras lo hacían brevemente.
En este contexto. tanto los nukak como los funcionarios estatales de-
sarrollaron estrategias para hacer frente a la situaciÓn. en las cuales el manejo
de los censos poblaciones tuvo un papel destacado. Para los funcionarios.
estos censos eran una herramienta central para organizar y suministrar ser-
vicios y bienes y elaborar informes sobre las acciones realizadas. en especial
frente a los entes de COntrol institucional. Así los funcionarios actualizaban

Objetivl.zar pala gobernar: ComWlld.a.dellndige DeI. c::ensol pobladoDIIH.


coDtrol territorial y politicas pubUcu an la Amazonia colombiana UI
constantemente los censos poblacionales nukak, pues para suministrar los
mercados y otros bienes debían elaborar actas de entrega basadas en ellos. Así.
al momento de la distribución, los funcionarios "llamaban lista" y tomaban
la huella de los receptores para dejar constancia de la población beneficiada
y de las ayudadas dadas. Además, esto les permitía a los funcionarios nuevos
realizar esta labor así no estuvieran familiarizados con los nukak.
Igualmente, los funcionarios habían optado por adjudicar los mercados
a las esposas y madres de familia y no a los hombres cabeza de hogar. Con
elJo resolvieron problemas como garantizar la entrega y recepción de los merca-
dos, aun cuando el hombre no estuviera presente en el asentamiento. También
pretendían lograr, desde la perspectiva institucional, un acceso equitativo de
alimentos para todos los niños de una familia, pues en los casos de hombres con
dos esposas habían observado que estos privilegiaban a una de sus esposas y sus
respectivos hijos, lo cual generaba que La otra esposa e hijos recibieran alimen-
tos en menor proporción, a pesar de las normas de reciprocidad interna de las
familias. Para los nukak, lo anterior implicaba una nueva manera de distribuir
alimentos y bienes, lo que, a su vez, originó algunos conflictos al interior de las
familias, debido a que no se respetaban los esta tus culturalmente reconocidos.
La entrega de mercados también generó entre los nukak cierta con-
ciencia sobre la importancia de estar en el censo poblacional de uno de estos
dos asentamientos, dado que ello representaba una vía segura para acceder
a los bienes y servicios estatales. Esto, a su vez, estimuló nuevas formas de
solidaridad y reeiprocidad entre los nukak y entre estos y los funcionarios
estatales. Por ejemplo, entre los indígenas surgieron conceptos y prácticas
relacionadas con "guardarle a los que no están", esto es, que una persona
recibía el mercado asignado a la familia de un agnado cercano. ausente en el
momento, para entregárselo el mismo día o varios días después, evitando que
éste fuera "borrado" en la actualización del censo. Con el tiempo. los funcio-
narios constataron que esos mercados sí llegaban a sus destinatarios, por lo
que a veces el receptor "firmaba" por el ausente las actas de entrega. Incluso,
algunos nukak comentaban sus planes de movilidad con los funcionarios y
les solicitaban que dejaran sus mercados con algun pariente para reclamarlos
cuando regresaran al asentamiento. Otras veces, los nukak organizaban sus
desplazamientos segun las fechas de entrega de los mercados, retornando a
estos asentamientos justo antes de la distribución para poder así recibirlos
directamente.
Sin embargo, durante nuestros trabajos de campo también se presenta-
ron conflictos entre los Meu muno de Barrancón y los Wayari muno de Agua
Bonita. En estos conflictos, algunos nukak trataron de manipular su adscrip-
ción al censo de uno u otro asentamiento y a los mismos funcionarios estatales
en favor de sus intereses. Por ejemplo, en cierta ocasión los nukak de un asen-
tamiento se quejaron de los del otro e invitaron a concentrar toda la ayuda en
su propio grupo, suspendiéndola en el de sus rivales. Parte de las argumenta-
ciones empleadas por los indígenas eran repeticiones de las usadas contra ellos

138 carlos !:<tullido Franky I Dany Mahecha


mismos por parte de sus vecinos territoriales. a.cusándolos de "ladrones". de
"dañinos" o de ser "mala gente". Así surgieron rumores sobre la suspensión de
la ayuda estatal en un asentamiento, lo cual gem:ró una angustia y desasosiego
entre los presuntos afectados, que sólo cesó tras reiteradas explicaciones de los
funcionarios aclarando que esto no ocurriría. Además, se presentaron casos de
cambio en el lugar de residencia en los que los implicados solicitaron ser "Ix>-
rrados" del censo de un asentamiento y "anota,dos" en el del otro, para dejar
en claro su nueva residencia y así garantizar el a.cceso a los servicios estatales.
De esta manera, estar inscrito en el censo poblacional significó para los
nukak un mecanismo estatal de reconocimiento ,hnico que garantizaba el acce-
so a bienes y servicios. No obstante, también acarreó el reconocimiento formal
de sólo una de las distintas maneras en que los nukak se clasifican a sí mismos
(cc. Cabrera et al. : 1999 y Franky: 2000), como lo es la distinción entre los Meu
muno de Barrancón y los Wayari muno de Agua Bonita. Este ~onocimiento
fue hecho con fines operativos para alcanzar un manejo separado y diferencial
de cada asentamiento. Sin embargo, las categoriias Meu y Wayari forman par-
te del flexible sistema de clasificación residencial nukak y hacen referencia a
regiones específicas del territorio étnico visto en su conjunto, pero que están
asociadas con los territorios particulares de grupos patrilineales específicos. Es
así como desde el punto de vista de la clasificación residencial, los Meu muno
de Barrancón y los Wayari muno de Agua Bonita eran personas que vivían
en la regiones Meu y Wayari antes del despla:z<umiento forzado. Pero desde el
punto vista de la filiación patriüneal. en Agua Bonita, por ejemplo, vivían per-
sonas Wayari muno, Meu muno, Mipa muno, Ta~:ayud muno o Juu muno, según
la región del territorio nukak que estaba asociada al grupo de unifiliación de
cada persona.
En breve, el censo poblacional contribll1Yó a un proceso de "etniza-
ción". que reconoció cierta heterogeneidad interna, aunque sólo incluyera
una variable de diferenciación en detrimento de otras, para simplificar y hacer
"legible" a la mirada estatal la construcción de un sujeto social colectivo de-
nominado "nukak", sobre el cual debla intervenir (d. Scott: 1998) .

....,.,..
Hemos mostrado cómo el censo poblacional ha afectado diferentes
esferas de la vida de los nukak, Jos tanimuca y los macuna. En seguida, pro-
fundizamos en la discusión sobre cómo este tipo de censo, enmarcado en las
políticas y prácticas estatales, ha incidido en la incorporación por parte de los
indígenas de nuevos conceptos de espacio y territorio. la apropiación de nue-
vas formas de control social y político y la modificación de las estrategias de
manejo del medio. Igualmente, ahondamos sob-re la forma en que los indíge-
nas y los actores estatales han hecho un uso estratégico del censo poblacionaJ.
Como ya hemos mencionado, el censo poblacional ha sido uno de los
dispositivos que fomenta una manera de contwl y apropiación territorial que
vincula y concentra una población en un área específica. Dicha manera está

Objellviur para gobernar: Comwndlldea indigenu, celU08 pobladonal9ll,


control territorial y politle.. públk:u en la Ama:roma colombiana 137
asociada a nociones objetivas del espacio y la población; las primeras relacio-
nadas con una concepción areolar que permite la representación en mapas que
privilegian los límites para demarcar ámbitos territoriales, las segundas, con
concepciones positivas que posibilitan su representación cuantitativa, facilí~
tando la acción gubernamentaL Esta manera contrasta con las concepciones y
prácticas indígenas asociadas al manejo territorial y poblacional.
En el caso de los tanimuca y los macuna, el manejo territorial parte
de privilegiar un centro protector sobre el límite, el cual ante todo distingue
un "adentro", como un espacio humano y seguro, de un "afuera", como un
espacio no humano y peligroso. Dicho centro es al mismo tiempo el de la
maloca, el del territorio étnico y el del cosmos, con lo que se posibilita un
manejo diferencial. pero simultáneo e inclusivo, de estos tres niveles. A estas
nociones se superpusieron las estatales que delimitaban los ámbitos territoria~
les de los municipios y los departamentos, pero también los de los resguardos,
las comunidades y las organizaciones indígenas, así en la delimitación de los
tres últimos tuvieran mayor o menor injerencia los indígenas. De esta forma.
la creación de comunidades, con una población censada, una autoridad y
unos límites definidos, contribuyó a la incorporación de nociones y practicas
territoriales estatales, aunque también respondió en algunos casos a la conso-
Udación de proyectos étnicos loca les o multiétnicos regionales.
En el caso de los nukak, ellos han sido cada vez más conscientes que
estar censado en un asentamiento facilita el acceso a los beneficios de los
programas estatales. Este acceso está asociado a discursos que promueven la
permanencia en sitios fijos y estables, a pesar de los esfuerzos de algunos
func ionarios por adaptar los protocolos institucionales a la movilidad nukak,
la cual es parte constitutiva de su manejo territoriaL
El censo poblacional también ha contribuido a la aceptación y apro-
pución por parte de los indígenas de nuevas nociones de derechos por ocupa·
ción territorial y por afiliación residencial. como los derivados de la creación
y pertenencia a una comunidad . Estas nociones contrastan con las indígenas,
las cuales están sustentadas en leyes de origen basadas en relatos míticos, por
ejemplo, las relacionadas con el territorio étnico. Dicho territorio está definido
por el sitio de nacimiento del grupo que se considera su dueño, lo cual le otorga
una propiedad y unos derechos inalienables, así como un lugar y unas respon·
sabilidades específicas en las jerarquías y redes sociales intra e interétnicas.
En el caso del Apaporis, el control social dado por las relaciones de
parentesco ha comenzado a reconfigurarse con el peso cada vez mayor que
adquiere la afiUación a una comunidad y a una organización indigena, ambas
expresadas formalmente en la inscripción en un censo poblacional. aun cuan-
do no se tenga ninglln pariente en primer o segundo grado en el sitio de resi-
dencia. Esta adscripción otorga derechos, reconocidos a su vez por el Estado,
tales como participar de los recursos del presupuesto nacional; al tiempo que
genera obligaciones y compromisos que promueven la permanencia en ellu ~
gar, como colaborar en los trabajos colectivos de mantenimiento o creación

138 CarlOll Eduardo Frank)' I Dan)' Mabec:ba


de infraestructura en el asentamiento. Esta situación, al igual que entre los
nukak, también ha incidido en la disminución del cambio de residencia como
estrategia de resolución de conflictos, incrementando las tensiones locales.
Sin embargo, esta movilidad aun se practica y st~ expresa formalmente con la
desafiliación al censo de la comunidad.
En el caso de los nukak, el hecho de estar adscrito a alguno de los
censos poblacionales de los dos asentamientos reforzó la oposición entre los
Wayari Muna y los Meu Muna como dos conjunltos diferentes, pese a que los
que estaban en Agua Bonita provenían de tres grupos locales distintos y los
de Barrancón de dos. La convivencia de diferenle:s grupos locales en cada sitio
los llevó poco a poco a autorepresentarse como unidades, proceso en el que
los jóvenes que tenían un mejor dominio del esp21ñol adquirieron cierto poder
en detrimento de los antiguos líderes de los grupos locales, debido principal.
mente al control de la comunicación con los fi(>-nukak, en especial con los
funcionarios estatales. Además, la distribución de los mercados a partir de
distinguir en los censos poblacionales a las mujeres casadas como cabeza de
hogar, cambió radicalmente el esquema jerárquico nukak de distribución de
los alimentos. en el que prevalecían los hombres ,~dultos. Esto a su vez promo.-
vió la incorporación de una noción de equidad occidental basada en proteger
la salud de los niños, lo cual era fundamental dado el estado nutricional de los
menores y las condiciones de desplazamiento en que se encontraban.
En cuanto a las implicaciones en el manejo del medjo del censo pobla·
cional y de la forma de control territorial a la que está asociado, resaltamos
dos aspectos claves. que han tenido consecuenc:ias negativas en el ambiente:
la disminución en la rotación periódica de los asentamientos y de la movilidad
de personas entre ellos. Anteriormente. ambos ;~spectos aliviaban la presión
en la relación oferta versus demanda de recursos y. por ende, estaban asocia·
dos a un manejo adecuado del medio.
En el caso del Apaporis, la disminución de: la rotación y de la movilidad
ha afectado seriamente la sosteníbilidad de las cbagras y de los recursos de las
áreas cercanas a los asentamientos más grandes. Para este caso, los discursos
que fijan y concentran la población a un territoIio se conocen desde la época
colonial, cuando se presentaron disputas por el .:ontrol de la población y por
la demarcación de los límites territoriales entre· portugueses y españoles. y
han continuado hasta el presente con la creacióJl de comunidades como base
ll
de una nueva forma de organización social y territorial . Para el caso nukak y,
en general, para los pueblos de tradición nómada, la disminución de la moví·
lidad y la concentración de población han tenido consecuencias dramáticas en

'5 Para el ColSO específico del Apaporis. véase a Fr.mky (2004) y Mahecha (2004).
Sobre el proceso de creación de aldeas y poblados y sus implicaciones en
el Vaupés, véase a Correa (1983) y Cabrera (lOOl). Y para un contexto más
general en Colombia véase Palacio (loo6), quien muestra cómo la met.tfora de
la "civilización" estuvo asoc iada, entre otros aspectos, con la agrupación en
poblados. la sedentarización y la urbanización. durante los siglos XVIII y XIX.

ObjetlvUar para (lobenuu: Comunld.atle.lnd.Jgena., censos poblacionllle.,


control territorial y politiCIUI públicas en la Alna:zorull colombiana 13'
el manejo del medio. siendo la más crítica la sobreexplotadón de los recursos
disponibles. Por ello. para 2007. los Wayari muna de Agua Bonita tenían que
caminar de cinco a siete horas para capturar un primate.
En estos casos etnográficos es claro que los cambios en las pautas de
asentamiento y de manejo de los recursos están asociados a la oferta institu-
cional de bienes y servicios, la cual necesita de datos poblacionales certeros
situados en sitios de residencia fijos y estables para hacer políticas públicas
y facilitar la organización de sus actividades. Este criterio ha sido asumido
por la población receptora, a pesar de su conciencia sobre los conflictos y
problemas ambientaJes que genera y de los esfuerzos de algunos funcionarios
estatales por brindar una atención ajustada a las especificidades sociocultu-
rales indigenas.
Sin embargo. y desde otra perspectiva, los censos poblacionales tam-
bién han sido un vaüoso instrumento apropiado por los indígenas para la
defensa de sus intereses y proyectos étnicos y regionales. Pues si bien dichos
censos forman parte de los dispositivos que han estimulado cambios en di-
versos aspectos de la vida indígena en función de los intereses y proyectos
estatales. los indígenas han buscado adaptarse a dichos intereses y proyectos
y. en vez de controvertirlos. más bien han tratado de ajustarlos a los propios.
En el caso del Apaporis, la creación de Aciya y su participación en el
proceso de ordenamiento territorial y en el manejo de los recursos de participa-
ción del situado fiscal, desde 1994, permitió que esta organización consolidara
su unidad y control político de una extensa área a partir de la apropiación de
la relación censo poblacional. territorio y recursos monetarios. Aciya también
logró dicha unidad y control a través de la creación y afiliación de nuevas
comunidades que respondían tanto a proyectos étnicos locales como a un pro-
yecto multiétnico regional compartido centrado en la defensa territorial. En el
caso nukak, la atención estatal prestada y el registro en los censos poblacio-
oales contribuyeron a generar nuevas formas de reconocimiento étnico que
exaltaban su especificidad como pueblo y los equiparaba con otras gentes bajo
las categorías de "indígenas" y de "colombianos" . Esto les posibilüó apelar
en ciertos contextos a una identidad común con sus interlocutores o, por el
contrario, y en otras situaciones, a una identidad diferenciada en función de
sus intereses.
Finalmente, una perspectiva de investigación promisoria es indagar la
manera cómo los censos poblacionales, u otros dispositivos de biopolítica,
intentan "discipünal''' a las poblaciones indigenas, promoviendo cambios en
sus nociones de persona, ya que en el afán de contar con ciudadanos y suje-
tos de derecho, Jos agentes estatales o de las ONGs deben construir "sujetos
sociales", individuales o colectivos, que les sean legibles para poder crear y
organizar campos de intervención, muchas veces simplificando las prácticas
y nociones indígenas. Este es el caso de la incorporación en los censos po-
blacionales de los niBos recién nacidos con un nombre y un apelUdo paterno
y otro materno, lo cual est'á asociado a un conjunto de nociones y derechos

140 Cario. Edutdo FranJty I Dan, Mlbecba


reconocidos "universalmente". así como con IIOS procesos de etnlzaciÓn. al
asociar apellidos con grupos étnicos. También se relaciona con la necesidad
de establecer una identidad individual precisa. con nombres y apellidos que
se asumen como únicos y pennanentes. por ejemplo. para llevar las historias
clinicas. Esto contrasta con las nociones indígenas de persona y con la ambi-
valencia y flexibilidad con la que los nativos denominan a los nUlos pequeños.
Los tanimuca y macunas consideran que los recién nacidos no son ple-
namente gente humana. pues están en una rase liminar que sólo superan luego
de tomar leche materna y de recibir rezos chamanísticos. con los que además
les otorgan un nombre secreto. Por ello. pueden matar a un niño indeseado
al momento de nacer. por ejemplo. por defectos fisicos. ya que no es un ser
humano. Por su parte. los nukak asignan nombres personales a los niños luego
de la infancia temprana y hasta ese momento sólo los Uaman "el nuevo" o
" la nueva". Además. ellos cambian de nombre personal a lo largo de la vida.
dependiendo. entre otras cosas. del ciclo de vida. y pueden tener varios nom-
bres en español. pues en cada zona de colonización que visitan son conocidos
con un nombre diferente.

~ ......
En este articuJo hemos optado por contribuir al debate sobre las políti-
cas públicas ambientales desde una perspectiva que involucra las pollticas pú-
blicas que inciden en el ambiente. Esto debido a que las segundas contienen a
las primeras y a otras políticas publicas. que en la práctica se complementan o
generan contradicciones en la actividad estat'al y social (cf. Germán Palacio en
esta colección). Para ello hemos explorado cómo una herramienta de registro
de información básica para la actividad gubernamental y para la fo rmulación
de políticas publicas afecta la vida de los pueblos indígenas amazónicos. En
ese sentido. hemos mostrado como el censo poblacional está inscrito en un
campo de tensión de relaciones de poder entre diferentes prácticas y sistemas
de conocimiento. y como es susceptible de ser illstrumentalizado por los acto-
res sociales involucrados en función de sus intereses. Por una parte. el censo
poblacional es un dispositivo de gubernamentalidad. que busca disciplinar la
población. ajustar sus comportamientos a un manejo territorial y ambiental
específico y facilitar su control. Pero por la otra, este censo ha sido apropiado
por las poblaciones locales para defender y consolidar sus proyectos políticos.
En los casos etnográficos examinados v·imos como el modelo de ma-
nejo territorial y ambiental estatal asociado al censo poblacional está siendo
reinterpretado por las poblaciones indígenas amazónicas en función de sus
proyectos étnicos, iI. pesar de promover una sedentarización y concentración
poblacional que está en función de los interest.'S estatales. Esto último va en
contravla de los modelos territoriales y ambientales indígenas que incorporan
la movilidad social y residencial como parte de sus exitosas estrategias de
manejo del medio y de resolución de conflictos sociales locales, especialmente
en las poblaciones ubicadas en la tierra firme amazónica. Paradójicamente,

Ob¡etlvtur para gobernar: ComunidndH tndJgenu, ceQ'" pobllctonalH.


COJ1trol territorial y polltieu pUbllcu en la Amuoru. oolomblaoa , .. ,
la sedentarización y concentración poblacional que facilitan la atención de
esta población. también están en contradicción con las políticas publicas que
promueven UD manejo sostenible del medio.
El asunto de la movilidad residencial de la población como un reto para
la acción estatal. no involucra unicamente a las poblaciones indígenas amazó-
nicas ni es exclusivo de los casos etnográficos presentados. Por el contrario.
es un asunto claramente identificado. Así la problemática de la movilidad
de algunos pueblos. como los pastores de África, los beduinos y los gitanos.
sigue esta ndo presente como un tema prioritario a resolver en las agendas
estatales y en las de los organismos internacionales (ef. Scott: 1998; Dyer:
2006). En este mismo sentido. Erick Vergel señala: los censos poblacjollales es-
tatales illcorporan proyecciones basadas en la natalidad y la mortalidad, pero
no contemplan la migracion (comunicación personal 20oS). Este es un punto
crítico en las áreas fro nterizas. donde el conteo de la población se hace mucho
más complejo por la misma dinámica de la movilidad transfronteriza. o en un
país como Colombia, donde el confli cto armado promueve el desplazamiento
permanente de la población, siendo la indígena una de las más afectadas. A
esto se suma el problema de la confiabilidad de la información demográfica y
de la diversidad de fuentes. aspecto critico en la región amazónica (véase Oiga
Chaparro en esta colección).
Sólo nos resta proponer que las políticas públicas que inciden en el
ambiente. en especial en el amazónico. se retroa limenten de las bondades de
la movilidad residencial como un principio de organización sociopolítica y
de manejo y protección ambiental. Además. las lecciones aprendidas de las
poblaciones indígenas podrían ser replicadas en otras poblaciones para garan-
tizar una cali dad de vida acorde con la protección ambiental .

............
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144 Carlos Ec!uardo Franky I DanyMabecha


CAMBIO CLIMÁTICO COMO POLITICA, NATURALEZA

y SOCIEDAD EN LA AMAZONIA COLOMBIANA

JUAN ALVARO ECHEVERRI


Ooccnle-Invesllgador, Instituto Anuzónloo de Investigaciones - IMAN t,
Univenld .. d Naclorul de CoIombu., Sede Amuonl ...
Antropó!oso. Ph.D.
~lInaJ.ftJU.CD

..
,
Rnumen
Elite artículo presenta una descripción de los principales cambios recientes
en el clima y de cómo son percibidos por pueblos indígenas del suroriente de la
Amazonia colombiana. La primera sección muestra que más que los efcctos de la
elevación de la temperatura ambiente, son los cambios en la estacionalidad {pulsos de
inundación de los ríos, cambios en los regímenes de precipítación)los que mayores
efectos tienen sobre la subsistencia indlgena. Estas percepciones derivan de la
observación de índices ecológicos que marcan el ritmo del calendario ecológico anual.
Los principales efectos son sobre el sistema de horticultura indígena, la vida acuática
y la salud. En la segunda sección se presenta a los actores sociales e institucionales
que inciden en el modo de vida indígena. y se subraya en la sección final. que el
impacto del cambio climático global en esta región sólo puede ser entendido y
evaluado en conjunción con todos los otros cambios sociales que afectan la región.
Palabras claves: cam bio climático, Amazonia colombiana. pueblos indígenas

'''''n''This artide presents a description of the main recent eITects of changes in


climate. as they are perceived by indigenous groups of south-eastern Colombian
Amazon. It is shown, in the first section, that more that increase in temperature.
changes in seasonality (f100ding pulses ofthe rivers, changes In precipitation
regimes) have strongest effects on indigenous livelihood. These perceptions derive
from indigenous observation of ecological indexes, which mark the yearly ecological
calendar. Main effects are on horticultural systems, the reproduction of aqualic life,
and human health. The second section presents the social and institutional actors
that have incidence on indigenous life, and it is stresses finally, in the final section.
tha! the impact of global climate change in this region should be assessed together

ID_
with other social changes aITecting il.
Keywords: climate change, Colombian Amazon, indigenous peoples.

Los efectos del cambio climático g lobal se han venido haciendo cada
vez más evidentes en los ecosistemas y sociedades de Amazonia en los últimos
anos. Más que la elevación gradual de la temperatura de la atmósfera, son
los efectos sobre el régimen estaciona l amazónico y sobre la vida silvestre y
humana los cambios más impredecibles y de mayor impacto. El régimen de
precipitación de la cuenca amazónica depende de la temperatura superficial
del océano Atlántico (Salick y Byg: lo07) y de la interacción océano-bosque
(Bunyard: lo08). Los bosques tropicales ya han sido profundamente afectados
por cambios climáticos causados por la oscilación meridional de El Nino y La
Niña. Estos efectos sobre la cuenca amazónica son además exacerbados por la
tala de árboles y la fragmentación del bosque (Bunyard: loo8)'.

Los efectos del cambio climático sobre la Amazonia son complejos y no pueden
inferirse de los modelos de circulación global a gran escala. Como lo afirma

146 JuaD Álvaro Echeverrt


Los pueblos indígenas son los mejores testigos de las alteraciones ~­
dentes en el clima amazónico. Una percepción generalizada entre estos grupos
es que desde el a"o 2000 se han hecho evidentt.."S alteraciones en el clima,
particularmente en la estacionalidad, y estos cambios se han vuelto más osten-
sibles desde el a"o l005. Los indígenas amazónicos son agudos observadores
de los ritmos naturales y han acumulado un amplio y sofisticado conocimiento
de los ciclos estacionales. Sus sistemas de vida están muy ligados a la suce-
sión de estaciones bien establecidas. Los indígenas conocen índices ecológicos
complejos que ordenan la inter~lación de los ciclos del agua, los vientos y la
temperatura; de sus efectos en los ciclos ~productivos de los peces, la fauna
terrest~ y los frutales silvestres, y en la ~gulación de las actividades rituales
y productivas de la gente .
En este artículo me enfoco en la percepción y los efectos de cambios
climáticos recientes en la Amazonia colombiana. Me baso en información
primaria obtenida con diferentes grupos indígen.as del sur y el oriente de
la Amazonia colombiana, con mayor énfasis en los grupos dcl interfluvio
Caquetá-Putumayo (uitoto, muinane, nonuya) y del Trapecio amazónico
colombiano (ticuna y cocama). Me apoyo también en información obtenida
de 10 estaciones meteorológicas del Instituto de Hidrología, Meteorología y
Estudios Ambientales (IDEAM, Colombia) para todas las fechas disponibles
(desde los a"os 1970 hasta 2007)'.
En la primera sección (temperatura y estacionalidad) presento las prin-
cipales alteraciones climáticas recientes, según han sido percibidas por los
indígenas, y los principales efectos de estos cambios en su vida y subsisten-
cia . Estos cambios tienen efectos dife~nciados se~:ún la gama de la variación
natural, cultural y social a lo largo de la región, es decir, implican una suerte
de regionalizaci6n natural y social. El clima de la Amazonia colombiana, al
estar situada en la zona de confluencia intertropical, varía a lo largo del eje
norte-sur con dos regímenes distintos de precipitación y estacionalidad, como
lo explico más abajo. Además, las condiciones sociales y culturales también

Sillazólr (3008, ]): " Un ejemplo de lugam donde existe muda vilrUbilidild
en las proyecciones de precipitación de los modelos climáticos es b región
amazónica . Esto se debe a que esta región presenla una fuerte Inlerilcción
bl6sfcra-atmósfcra (que no siempre es bien represenuda en los modelos
cJim;lth:os globillC'S de bilja re50ludón espacial) y a la fuerte dependencia
del clima local con lu temperaturas superficiales del mar en los océanos
AtUntlco y P,¡dfico en es<:illu estacionales, interanuales y decadaJes".
l Estild ones meteorol6gicas. Rfo Ama,zomu: Aeropuerto Vásquez Cobo,
Ledcb (4° 13'5, 6.tS7'W - 1970-2007), Boc.uoma (04° 11 ' S, 6g0~)7' W
- t9'}O-3007~ V,¡hu.an:aca (4° t 1'5, 6g°s7'W - 3000--3007). Río Caqum i :
Arilrilleuara (0°]7'5, 72 0l4' W - 1979"'lOO7~ I.ils Merc.~des (o°]l'S,
730IO' W - 1987-3005), J....¡¡ Pedrera (01 0t8' S. 6.t]7' W - 11}84-3OO'7). Río
~tumayo: Puerto !..eguizamo (00°19' S, 74° 46' W - 1976-3007), Puerto
TolOSil (01 °03' S. 74°10' W· 11)86-3007), Estrecho-MilrilndÚiI (02°]0' S,
73°40' W - 3000-3007), Puerto Arieil (Ol°oS'S, 7t O44-'W - tl)86-l00'7).

cambio clim'tlco COn.10 politica. natwaleaa y .acied~


en la Amazonia colnmblana 147
son variables. La Amazonia colombiana alberga S2 grupos étnicos pertene-
cientes a 1) estirpes lingüísticas y 10 lenguas aisladas. pero sobre todo hay
un claro contraste social entre los grupos indígenas de la parte occidental
de la Amazonia colombiana -donde la colonización, el conflicto armado. los
cultivos ilegales y la deforestación han tenido mayor impacto- y los grupos de
la parte oriental. que conservan mayor autonomía territorial y cultural; estas
situaciones sociales diferentes plantean escenarios de impacto diferenciados
de las alteraciones del clima. Pero. además. diferencias de género y edad nos
muestran grupos con mayor vulnerabilidad. sobre todo mujeres y niños.
En la segunda sección (actores, instituciones y gobernanza) hago una
discusión sobre los actores sociales e institucionales que afectan el modo de
vida indígena y que se aúnan a las circunstancias tratadas en la sección ante-
rior. Aquí se presenta una visión. desde la perspectiva de los pobladores in-
dígenas. del marco institucional (local, regional, nacional) en que los pueblos
indígenas se pueden apoyar o no para enfrentar las actuales circunstancias
y sus nuevos retos ambientales y sociales. Visto desde los pobladores de la
mayor parte de la Amazonia colombiana, y desde los retos ambientales y so-
ciales que enfrentan, las instituciones y figuras de lo que podríamos llamar la
gobernanza ambiental ofrecen poco o ningún apoyo.
En la tercera sección (más allá del cambio climático) abordo dos asun-
tos: la eco-política forma], es decir, las poUticas de protección ambiental y
cultural en Amazonia que se expresan en las figuras de Parques y Resguardos,
por una parte, y la interpretación y predicamentos de los indígenas en una
eco-política práctica frente a un marco institucional y una situación social y
ambiental cambiante y amenazante.

~.,.~.Ud.d

Un primer efecto del cambio climático es el incremento de la tempera-


tura ambiente en lo que va de este siglo. El incremento de temperatura afecta
sobre todo el trabajo hortícola. Las chagras O parcelas hortícolas son áreas
abiertas donde el calor se siente fuertemente. La gente ahora tiene que volver
temprano de sus chagras, acortando, o incluso forzando a abandonar el tiempo
de trabajo hortícola.
Esta percepción se correlaciona bien con datos climatológicos locales.
Las temperaturas en Amazonia tienen un ciclo anual de variación, con tem-
peraturas más bajas hacia la mitad del año, que corresponde al invierno del
hemisferio austral. Para Puerto Leguízamo (río Putumayo), los datos de tem-
peratura del período 2000-2007 muestran un incremento promedio de o,Soe
en todos los meses con respecto a los promedios históricos (1976-2007). Para
Leticia (río Amazonas), el promedio del período 200<>-200'] no muestra incre-
mentos significativos con respecto al promedio histórico (1970-2007), a excep-
ción de los meses finales del año (usualmente los más cálidos); en cambio, en
Leticia, los datos de temperatura para el año 200S registran un incremento de
casi l oe con respecto a los promedios históricos en todos los meses del año.

148 Juan Alvaro Echevem


Hay que subrayar que existen dos regímenes estacionales al Norte y al
Sur de la Amazonia colombiana, tomando como línea divisoria el paralelo 20 S.
El régimen Norte es comun para la mayor parte de la Amazonia colombiana y
regiones vecinas del Amazonas venezolano y del norte del Brasil; el régimen
Sur se da en el extremo sur de Colombia y es compartido por la mayor parte
del Amazonas peruano y brasileño. Estos regímenes estacionales diferenciados
causan que las alteraciones climáticas no sean unifo:rmes para todas las áreas.
La sucesión anual de estaciones es de la mayo:r importancia para la gen-
te indígena. Este ritmo ordena los tiempos del ciclo borticola y de las prácticas
rituales que ayudan a prevenir enfermedades y a promover bienestar humano.
y es crucial para la reproducción de la vida salvaje. :Los indígenas conciben el
ciclo anual como establecido por el "Padre Creador" desde el principio de los
tiempos. Los indígenas conocen bien los fundamentos ecológicos y éticos de
este ciclo y de los efectos adversos de su alteración.
Este ciclo anual ideal es afectado por variaciones interanuales recu-
rrentes. Cada numero de años ocurren inundacioDE:5 excepcionalmente altas
(llamadas "conejeras"). y es normal que las estaciorlles se adela nten o se atra-
sen a los tiempos previstos. Los indígenas están acO'stumbrados asi a cambios
en los ritmos estacionales y observan la aparición de! marcadores ecológicos y
fenológicos que anuncian la sucesión estacional. Lo que es crucial para la vita-
lidad del sistema, segun los indígenas, es la presencia de las dos estaciones de
viento durante el friaje y durante el verano grande. la inundación y descenso
oportunos de los ríos. acoplado con la sucesión de estaciones ll uviosas y secas.
Todo esto garantiza la reproducción exitosa de los peces y de la fauna terres-
tre, la maduración de las fruta s y el ciclo ordenado de actividades horticolas
y rituales. En los ultimos años. sin embargo. los marcadores ecológicos han
venido ocurriendo de forma muy anticipada o retrasada. o desincronizados
con la estación que marcaban . Enseguida comento los principales cambios
observados.
Ya no hay más una estación seca claramente marcada con vientos fuer-
tes; hay calor pero no acoplado con los vientos. Hay sucesión de días secos.
pero tiene lugar fuera de la época prevista del año: julio-agosto en el régimen
Sur. enero-febrero en el régimen Norte. En el 2007, no hubo verano en abso-
luto en ninguno de los dos regímenes.
El friaje -o estación fría- está teniendo lugar por adelantado. es menos
fuerte o es muy corto. Los vientos del friaje no alcam:an a purificar los árboles.
que no llegan a madurar sus frutos. Estos vientos se conciben como colectores
de las enfennedades del monte; si no llegan con suficiente fuerza . la contami-
naciÓn se acumula y afecta la salud natural y humana. Un hombre licuna de
río Amazonas lo expresó de manera sucinta: Los a11'cianos dicen qut! al Padrt!
dd [najt! lo han malado.
La precipitación y las estaciones lluviosas ,~stán desorganizadas; no
hay estaciones secas o de lluvias claramente demarcadas. Llut!vt: cuando no
dt!be llovt:r, hou colo,. cuando no dt!be hacer calo,., afirma un hombre indígena

Cambio dhn'tko como politica, naturaleza y iKldedad


en la Atoazoola colombiana 14'
de Araracuara. En el 20oS, cuando se suponía que era el pico de la estación
lluviosa (abril), en el río de Igaraparana (régimen Norte) tres días de cielos
azules y calor intenso fueron seguidos por tormentas y luego por dias cu-
biertos con nubes amenazando lluvia, pero solamente caía llovizna. En el río
Amazonas (régimen Sur), mientras tanto, llovía intensamente.
Los niveles del río, que son el marcador estacional más prominente,
han mostrado toda suerte de alteraciones, con diferencias en los dos regí-
menes. Para la región norte, en 2005, el río inundó los rebalses, los peces
pusieron sus huevos, pero luego el río descendió abruptamente antes de que
los peces estuvieran suficientemente maduros, causando su muerte. En 2007,
vino una inundación alta en el Caqueta y otros ríos del Norte, y ocurrió la
reproducción exitosa de los peces, que no había ocurrido desde hace cinco
años. En el río Amazonas (régimen Sur), la inundación no ha sido suficiente
desde 1999, lo que ha afectado directamente la reproducción de los fauna
acuática. El comportamiento anormal de los niveles del río también afecta
la reproducción de las tortugas, que requieren la aparíción oportuna de las
playas para colocar sus huevos. El correcto descenso de los niveles del agua
es una condición requerida para la reproducción de tortugas, particularmente
de la tortuga gigante Podocn.emis expansa (charapa), una especie amenazada.
Cuando el río desciende, las tortugas hacen una primera postura en las playas,
en noviembre (régimen Norte); nonnalmente, esta primera postura es arrastra-
da por un ascenso final de las aguas. Entonces, las tortugas hacen su postura
definitiva a medida que el río sigue descendiendo y entra la estación seca.
En 2005, en el río Caquetá, la segunda postura de las tortugas también fue
arrastrada por un ascenso anormal del río.
El año 2005 fue un año excepcionalmente seco en la Amazonia me-
ridional y occidental. Fuertes emisiones de humo proveniente de extensos
incendios que ocurrieron tan lejos como el occidente de Brasil y el sur de
Bolivia, alcanzaron a llegar hasta el río Amazonas (Marengo et al.: 2008 mues-
tran que la sequía del 2005 no estuvo ligada a un evento de El Niño, sino a
temperaturas superficiales más altas en el Océano Atlántico tropical). En las
regiones bajo el régimen Norte, esta sequía no se sintió, sino que causó que
el río no inundara ese año. En Puerto Leguízamo (río Putumayo) y Leticia (río
Amazonas), se invirtieron los regímenes de precipitación.

Elecro. sobre el modo de vida Jndigena


Un primer impacto de la alteración de la estacionalidad es sobre la fau-
na y la flora. Como acabamos de ver, pulsos de inundación del río que no al-
canzan a inundar los rebalses, o que presentan descensos y ascensos abruptos,
afectan directamente la reproducción de la fauna acuática, particularmente
de los peces, que constituyen la fuente de proteína más importante para la
gente amazónica. Friajes cortos, débiles o fuera de tiempo, junto con sucesión
errática de estaciones secas y lluviosas causa que la floración y maduración
de los frutales silvestres ocurra fuera de tiempo o fracase por completo. Dos

150 Juan Alvaro Echeverri


cosechas prominentes, que marcan el pico de la estación seca (BaclriS gasipaes,
la palma de pijuayo o chontaduro) y de la estación fría (Mauritia flexuosa, la
palma de aguaje o canangucho) han mostrado un comportamiento anormal en
la mayoría de los años recientes. Todo esto, a su vez, tiene un impacto sobre
la fauna terrestre, que se alimenta de esas frutas, y sobre los humanos, que se
alimentan de ambos.
El incremento de calor afecta sobre todo el trabajo hortícola.
Temperaturas mas altas, combinadas con los cambios en la precipitación y la
estacionalidad, impactan directamente el crecimiento temprano y el éxito de
los cultivos. Algunas cosechas necesitan ser replantadas dos o tres veces. La
y uca, la cosecha más importante en las chagras indígenas, es más resistente al
calor y a la sequía y crece bien en suelos pobres. Esto garantiza una fuente de
carbohidratos, pero amenaza la diversidad de cosechas en las huertas.
Los indígenas de esta región trabajan por lo menos tres tipos de chagras:
(1) chagras tumbadas en bosque maduro sobre suelos de lnTa finne (suelos áci-
dos y arcillosos, pobres en nutrientes), que requieren un período de sequía más
largo y necesitan ser quemados para mejorar el pH Y enriquecer el suelo; éstos
son los tipos de chagras con mayor diversidad cultivada; (2) chagras tumbadas
en bosque secundario, que requieren un período más corto de sequía, pero son
menos productivas y más propensas a la invasión de malezas; éstas son chagras
de menor duración y menos diversas; y ()} chagras en llanuras aluviales sobre
suelos cuaternarios, que se enriquecen con las inundaciones periódicas; éstas
no requieren quema, pero sirven solamente para cultivar especies que pueden
ser cosechadas antes de que la llanura aluvial sea nuevamente inundada; éstas
son las chagras más productivas pero las menos diversas. Los tres sistemas de
cultivo han sido afectados directamente por los cambios recientes en tempera-
tura y estacionaüdad, aunque de diferente manera.
Las chagras tumbadas en bosque maduro dependen de la ocurrencia
regular de una estación de días secos, calientes y con vientos constantes,
que garanticen una quema completa de la parcela. La no ocurrencia de una
estación de verano seco en los últimos años ha ocasionado que las parcelas
tumbadas se quemen de forma incompleta o no puedan ser q uemadas. En el
primer caso (quema incompleta), los indígenas tienen que picar y amontonar
la madera que no quemó para hacer hogueras y terminar el proceso de quema,
intensificando de esta manera el tiempo de trabajo invertido en el huerto. Este
ti po chagras en bosque maduro es trabajado principalmente por los grupos
indígenas de la Amazonia nororiental colombiana, que tienen abundante ac-
ceso a bosque maduro; la gente indígena más cercana a áreas urbanas o de la
colonización ya no practica más este tipo de chagras, pues su acceso al bosque
maduro está seriamente restringido. Estas chagras de alta diversidad sobre
monte firme son importantes no sólo como fuente del alimento, sino también
para la vida ritual y ceremonial. Así, tanto la diversidad culrlvada como la
vitaüdad del ceremonial en las áreas más tradicionales se ven directamente
afectadas por el ca mbio climático.

Cambio cümático como política. naturalez.a y lOCiadad


en la Amazoni a colombiana 151
Por otra parte. chagras más productivas pero menos diversas sobre
suelos aluviales son amenazadas por cambios imprevisibles del nivel del río.
Inundaciones súbitas o tempranas pueden destruir cosechas enteras. Este tipo
de chagras son practicadas sobre todo por gente ribereña que vive a lo largo
de los ríos principales de aguas blancas (Amazonas, Putumayo) y también
como alternativa para los grupos tradicionales del río de Caquetá. Se utilizan
para sembrar cosechas para la venta y para la subsistencia. La inestabilidad
de esta forma de cultivo. debido a patrones cambiantes e impredecibles de los
niveles del río, a largo plazo, afecta la economía de subsistencia y de mercado
de grupos menos tradicionales, así como también formas alternativas de hor-
ticultura de grupos tradicionales.
Las chagras sobre bosque secundarío - menos diversas que aquellas
en bosque maduro y menos productivas que aqueHas sobre suelos aluviales-
aparecen entonces como la alternativa más confiable. Este tipo de chagras ha
llegado a ser habitual para aquellos grupos con territoríos restringidos, y es
una alternativa tanto para la gente ribereña como para los grupos tradiciona-
les de tierra firme. Estas chagras demandan menos trabajo y no requieren de
una estación seca prolongada para quemarse con éxito. La tumba repetida del
bosque secundario, sin embargo. conduce a la degradación de los suelos y la
creciente invasión de malezas.
Otro efecto sentido de los cambios climáticos recientes ha sido sobre la
salud. La mayoría de las personas entrevistadas han subrayado la ocurrencia
creciente de enfermedades respiratorias e intestinales, no sólo más fuertes sino
tambien de nuevos tipos no conocidos antes. Las enfermedades transmitidas
por vectores. como malaria y dengue, al parecer no han tenido incrementos,
pero el carácter cambiante de la fluctuación de los ríos pueden crear condicio-
nes favorables para la reproducción de vectores de maneras aún imprevisibles.
Los pueblos indígenas reconocen la recurrencia estacional de enfermeda-
des vÍ["ales y recurren a prácticas preventivas de naturaleza tanto material como
espiritual. La. aparición y desaparición de enfennedades recurrentes (gripes,
diarreas) está muy relacionada con los pulsos de inundación. los regímenes de
precipitación y los cambios de temperatura. La enfermedad. en la visión indíge-
na, está en los árboles y en el agua; la inundación y los vientos del friaje sirven
para colectar toda esa enfermedad del mundo y drenarla hacia el mar cuando
los ríos descienden. Cuando la inundación no es suficientemente alta o el friaje
no es fuerte, la enfennedad se acumula en la atmósfera y en las aguas, haciendo
que los trastornos respiratorios e intestinales se prolonguen y aparezcan otros
nuevos. Especialistas rituales de la región del medio Caquetá (régimen Norte)
expresan claramente que las prácticas y prevenciones rituales que han servido
para prevenir y controlar Jos efectos adversos de cada estación, están teniendo
menos efecto. debido al desorden de las estaciones. El calor tambien afecta la
salud humana. Las altas temperaturas en áreas abiertas, como las chagras en
producción, causan fatiga y dolores de cabeza, y la temperatura más alta incre-
menta, en la visión indígena, la circulación de la enfermedad en el mundo.

152 Juan Á1varo Echeverri


Otros efectos S<l,bre la salud humana - no evidentes aún, pero predeci.
bies- tienen que ver con la potencial disminución de las Cuentes de alimento.
Los peces constituyen la principal Cuente de proteína para las poblaciones
humanas, pero es uno de los recursos más directamente afectados por la al-
teración en el régimen de estacionalidad. Los impactos sobre el sistema de
chagras afectan tanto la disponibilidad de carbohidratos (pequenas chagras en
bosque secundario no producen la cantidad de yuca para una familia) como
la diversidad de otros tubérculos y frutos cultivados (las chagras son menos
diversas), que enriquecen y complementan la dieta. Fuentes alternativas de
proteína (fauna terrestlre, avifauna, insectos) y de vitaminas y minerales (fru·
tas silvestres) son también directamente afectadas.

Género, edad y situación social


Aunque la mayor parte de estos cambios tiene efectos para todas las
categorías de género y edad, algunos grupos son más vulnerables a impactos
actuales y potenciales. Además, dependiendo de las condiciones ecológicas
(régimen Norte, régiffilm Sur; piedemonte, selva oriental) y sociocultural (ac·
ceso a territorio, recur.5ividad cultural, contacto) se configuran escenarios de
impacto diCerenciales.
Los infantes y niños son el grupo más vulnerable a enfermedades vi-
rales. También, la disminución en la disponibilidad de proteína y las fallas
en las cosechas afectan directamente el crecimiento y desarrollo sano de los
segmentos más jóvene!i de la sociedad.
Los especialistas rituales, quienes dependen en gran medida de pro--
ducción de abundante y diversa comida cultivada y de amplio acceso a recur·
sos de cacería. son imp;!ctados por la dificultad creciente de establecer chagras
sobre monte firme, qu·e son las requeridas para Uevar a cabo las actividades
rituales. Por otra parte" enfermedades nuevas y más Cuertes menoscaban sus
capacidades de curaci60n y prevención.
Las mujeres en ·edad adulta reciben la mayor carga de impacto con es·
tos cambios, al ser las mujeres quienes tradicionalmente están a cargo del tra·
bajo bortlcola. El traba~o en campos abiertos bajo temperaturas crecientes, la
pérdida de cosechas, la necesidad de replantar y los rendimientos menores de
las cosechas afectan su salud y autoestima. Las chagras en bosque secundario
o chagras en bosque m.aduro que no queman suficientemente incrementan el
tiempo requerido para erradicar malezas o terminar manualmente el proceso
de quemado. La mala s.alud y la desnutrición de los niños afectan directamen·
te el trabajo y las responsabilidades de las mujeres.
Hombres jóvem~s, que son responsables por la adquisición de proteína
y la apertura de nueva~. chagras, son afectados por disminución en la disponi·
bilidad de los recursos de pesca. El esCuerzo para conseguir cacería terrestre y
pescado aumenta para ellos, y los criterios para decidir los tiempos correctos
para tumbar y quemar chagras se vuelven más inciertos.
Los grupos indígenas con mayor autonomía territorial. que derivan

Cambio climático como politica, naturaleza y sociedad


en ].a Amazonia colombiana 153
su sustento sobre todo de recursos del bosque y del agua y mantienen una
vida ritual activa, son los más fuertemente afectados en su subsistencia. Estos
grupos valoran grandemente las chagras en bosque maduro plantadas con
gran variedad de especies, dependen fuertemente de la pesca y de la cacería
<:omo fuente de proteína y, en buena medida, cuidan su salud con sus propios
medios y conocimientos. Su subsistencia se basa en su capacidad de interpre-
tar los ciclos naturales regulares y de actuar en consecuencia. Ciertamente,
estos grupos tienen contacto con la sociedad nacional, están incorporados en
alguna medida a la economía de mercado y tienen acceso a los servicios de
salud y educación publicas, pero un porcentaje grande de su subsistencia
depende de su conocimiento, uso y manejo de los recursos del bosque y del
agua. Estos son los grupos más conscientes de estos cambios y también los más
vulnerables a sus efectos. En esta categoría están los grupos indígenas del área
de Vaupés (familias lingüísticas Tukano oriental, Maku-Puinave y Arawak),
de la región de Caquetá-Putumayo (familias IingUlsticas Witoto, Bora-Miraila
y Andoke), de la región de Guainía (familias lingüísticas Maku-Puinave y
Arawak) y de algunos grupos del Trapecio amazónico (familias lingüísticas
Tikuna, Pebas-Yagua y Tupi).
Un escenario distinto ocurre con los grupos indígenas con autonomía
territorial restringida y poco o ningún acceso al bosque maduro, que depen-
den de la horticultura en bosque secundario, cosechas de pan coger sobre
suelos aluviales, pesca comercial, trabajo asalariado, turismo y venta de las
artesanías para su subsistencia. Ellos se ven afectados por los cambios men-
cionados arriba, en la medida que utilizan los recursos del do y del bosque,
y son igualmente afectados por las enfermedades y los incrementos de tem-
peratura. Estos grupos indígenas están conscientes del calendario estacional
(o restringido a esos aspectos que afectan directamente sus actividades), su
conocimiento tradicional es más limitado y los especialistas rituales por lo
general tienen un papel menos central en la sociedad. Su mayor acceso al
mercado y a los servicios de salud y educación públicas les ofrece recursos
para amortiguar los impactos sobre su subsistencia. Son menos conscientes y
menos vulnerables que los grupos más tradicionales, pero el efecto combinado
del cambio climático tiende a acelerar la incorporación al trabajo asalariado, la
integración al mercado, la migración hacia áreas urbanas y la pauperización.
En esta categoría están los grupos indígenas en las zonas de colonización del
piedemonte andino y del río de Guaviare, y los grupos indígenas de las otras
areas que viven en la vecindad de áreas urbanas.

A~ *Od.... , IDat.l.tucIoa.-, ~
Los indígenas ciertamente han venido percibiendo y sufriendo los
efectos directos del cambio climático global, pero estos efectos y percepcio-
nes estan aunados con otros factores que también afectan los modos de vida
indígenas. Los impactos negativos del cambio climático se combinan con la
explotación de los recursos naturales (madera, oro, coca, pesca comercial),

154 Juan Alvaro Echevem


el conflicto armado, La presencia creciente de la educación escolarizada y los
medios masivos, así como las relaciones crecientes de los indígenas con insti·
tuciones gubernamentales y no gubernamentales. La interpretación indígena
de estas tendencias complejas se enmarca en sus tradiciones culturales. Para
los grupos más tradicionales, la alteración de los ciclos naturales y sus efectos
en su subsistencia y salud se interpretan en un marco moral y ético con un
sentido de responsabilidad compartida. Ellos señalan que si bien puede ser
cierto que la "gente blanca" ha causado daño al planeta, lo que está en la raíz
del mal funcionamiento de la naturaleza son sus propias fallas en observar
las normas y los principios de comportamknto apropiados entregados por
el Creador. Es la sociedad, no la naturaleza, lo que orienta la interpretación
indígena del cambio climático.

ActorH aodaJes
La presión de la colonización desde el Occidente es fu erte y dificil·
mente contenida por la presencia de las áreas de protección natural (parques
nacionales) e indígena (resguardos). El conflicto armado en Colombia contri-
buye al desplazamiento de un número importante de población hacia las pe-
riferias, que se incorporan en gran medida a la economía ilegal. El Amazonas
occidental colombiano tiene una de las áreas más grandes del mundo dedicada
a las plantaciones de coca. Estas plantaciones no sólo causan la tala masiva
de árboles, sino que también contaminan las aguas y afectan a poblaciones
indígenas que también se ven implicadas en actividades ilegales. El Amazonas
occidental colombiano es una región histórica de los grupos armados ilegales,
que se mueven libremente por toda el área y sólo se mantienen alejados de
los ríos y centros urbanos principales por la presencia creciente del ejército
colombiano. El efecto de los cultivos ilícitos, conflicto armado y presencia mi·
litar se siente más fuertemente al Occidente, donde los indígenas han sufrido
muertes y desplazamientos forzados. Los indígenas que ocupan los extensos
territorios orientales de la Amazonia colombiana estan ahora más aislados del
conDicto debido a la creciente presencia militar, pero estos procesos sociales
y politicos son tan imprevisibles como la temperatura, la precipitación y la
estacionalidad.
Los grandes resguardos de la Amazonia oriental garantizan la auto-
nomía territorial de los grupos indígenas más tradicionales. Sin embargo, la
protección del Estado contra esos poderosos agentes es débil, y La capacidad
de las instituciones indígenas propias sigue siendo incipiente. Los indígenas
tienen, por ley, un estatus de autoridades públicas y pueden gobernar sus
territorios según sus propios modos culturales, pero no tienen la capacidad de
evitar o detener la presencia indeseada de otros agentes o de contener la des-
integración social Oóvenes que se alistan en la guerrilla o que van a trabajar
en plantaciones de coca). Los resguardos indígenas tienen autoridades y orga-
nizaciones formales, que cumplen funciones principalmente representativas,
y autoridades tradicionales, cuya capacidad se basa en actividades rituales.

Cambio climático como POlftica, natura.na y sociedad


en la Amuonla colombiana 155
La capacidad polít ica de estas autoridades tradicionales está estrechamente
relacionada con su capacidad de mantener y re producir la vida, y su principal
actividad es dialógica: diálogo constante con la naturaleza, y diálogo e inter-
cambio entre seres humanos.
Nuevos factores sociales afectan esta situación. En la actualidad, los
indígenas no sólo dependen de los recursos naturales para su subsistencia.
Necesitan educación y servicios de salud, y adquirir bienes del mercado; ne-
cesitan acceso al dinero, que es escaso. Esta dependencia es va riable entre gru-
pos, siendo más intensa en los gru pos situados en las franjas de la colonización
o cerca de las áreas urbanas, y menor en grupos con mayor autonomía terri-
torial. Además del acceso eventual al trabajo asalariado o de la ayuda directa
gubernamental o de ONGs, la fuente principal de dinero es la explotación
de recursos naturales: pesca comercial, extracción de madera, producción de
artesanías, minería aurífera, venta de frutos silvestres y caceria. Estas activi-
dades afectan el manejo de los recursos y se juzga que es una de las causas
del desorden natural: los recursos se extraen en exceso; la mineria excava el
suelo y trae a la superficie materiales contaminados; las chagras se pla nta n con
cosechas para ser vendidas, y no para el intercambio y reproducción rituales.
El impacto del cambio climático sobre la base de la subsistencia tiene
un efecto doble: incrementa la presión sobre los recursos naturales, en la me-
dida que la gente busca fuentes de ingreso, y mina el control social efectivo
de las autoridades tradicionales, en la medida que no pueden predecir y con-
trolar ciclos naturales y el bienestar huma no.

Marco lnItitudonaJ
Frente a este panorama, la sociedad indígena actual encuentra apoyos
variables en sus propias instituciones y en las instituciones regionales y na-
cionales. Discuto enseguida los grados de confianza en las instituciones, visto
desde la perspectiva de los pobladores indígenas. Este es un planteamiento
tentativo que no p uede ser generalizado y que puede variar de sitio en sitio y
de acuerdo a circunstancias y actores.
Las instituciones más dignas de confianza para la gente indígena son
las suyas propias, lo cual no se refiere a las organizaciones indígenas formales
o políticas, sino más bien los modos tradicionales de organización y coordina-
ción entre la gente y con los elementos naturales. Estas instituciones vanan
entre grupos, pero todas tienen en común que su fu nción principa l es curar
y mantener la vida y la sociedad. Éstas son: entre la gente del piedemonte
andino en la parte occidental, la ceremonia de ayahuasca; en las regiones de
Vaupés y Caquetá-Put umayo, los intercambios rituales o baiJes entre malocas
y el consumo ritual de tabaco y coca; en la gente del Trapecio amazónico,
los intercambios de masato de y uca para realizar trabajos comunales y los
r it uales de iniciación femenina. Todas estas prácticas se apoyan firmemente
en la autonomía territorial y en la capacidad de producir e intercambiar can-
tidades abundantes de alimento. Los practicantes y mantenedores de estas

166 Juan Álvaro Echeverri


instituciones raramente coinciden con las "autoridades" y organizaciones
politicas indígenas formalmente reconocidas. y en muchos casos ayudas y
apoyos financieros dirigidos a los grupos indígenas alcanzan solamente a las
instituciones formales.
Algunas ONGs aparecen también como instituciones valiosas de ayuda
externa. El trabajo de las ONGs es apreciado por los indígenas debido a su
voluntad de acercarse a la gente indígena y a su flexibilidad de acción y deci-
sión. Sus defectos son que sus acciones en muchos casos son efimeras. debido
a su dependencia de proyectos para conseguir recursos y a los conflictos y
celos que generan cuando satisfacen los servicios que deberían ser atendidos
por las instituciones del Estado.
Las organizaciones politicas indígenas son muy variables en cuanto
al nivel de confianza que generan en los pobladores indígenas. Aunque se
supone que ellas son las representantes directas de las comunidades de base.
estas instituciones se han politizado y son dirigidas por individuos (indígenas
mismos) que. en algunos casos. no viven en sus comunidades y persiguen
metas individuales.
Algunas instituciones del nivel nacional tiencn programas y acciones
en la región. cuyos efectos y contribución son variables: (1) La Dirección de
Emocultura del Ministerio de Cultura tiene un programa que da ayuda finan-
ciera para la construcción de malocas. La idea suena bien, pero la completa
ignorancia de esta entidad acerca de la gente y su cultura, por una parte, y su
manejo centralizado y distante desde Bogotá. por otra, pueden incluso tener
efectos contrarios a los deseados, al inyectar dinero sin tomar en consideración
el significado social y religioso de la institución de las malocas. (2) El programa
Guardabosques de la Presidencia de la Republica es una estrategia en la guerra
contra las drogas que ofrece beneficios y dinero a familias que se comprome-
ten a no producir coca y erradicar manualmente las plantaciones existentes.
Este programa tiene poca eficacia y es. incluso, contradictorio para gente que
siembra y consume la coca como parte de su vida tradicional (las regiones
de Caquetá-Putumayo y de Vaupés). En el Trapecio amazónico. sin embargo,
aprendimos de una comunidad desplazada uítoto (originalmente de la región
de caquetá-Putumayo) que ha sabido negociar con el programa para mantener
sus cultivos tradicionales de coca y emplear los recursos del programa para fi-
nanciar soluciones innovadoras. (3) La Unidad de Parques del Ministerio del
Ambiente, que está a cargo de la custodia y manejo de los Parques nacionales
naturales, ha tenido históricamente una relación conflictiva con los indígenas.
particularmente en los parques que se traslapan con territorios indígenas. Sin
embargo. en estos ultimos años han hecho esfuerzos de mejorar relaciones con
indígenas y trabajar en planes concertados de manejo. (4) el Instituto Sinchi
tiene programas de alternativas productivas con indígenas, con éxito limitado.
Otras instituciones del nivel nacional, como la Dirección de Etnias del
Ministerio dellnterior y de Justicia, no tienen presencia en la región, excepto
cuando es ordenado por la Ley (como las reuniones de Consulta previa con

Cambio elhnAllco como politica, D8turaleza y sociedad


en la Amazonia colombilUUl tl7
indígenas para la ejecución de proyectos en sus territorios). Las instituciones
regionales, como las administraciones departament.1les y municipales y las
Corporaciones a cargo del control y manejo de los recursos naturales, aun
cuando son regionales, son particularmente ignorantes de la vida, la cultura
y las necesidades de los indígenas y sus tratos con la población local están
marcados por relaciones jerárquicas y orientados por intereses institucionales.
Los anteriores párrafos no pretender contener un juicio sobre las accio.-
nes de todas estas instituciones, pero si son reveladores de diferentes formas
de percibir la trama de relaciones que se tejen en la sociedad amazónica. En
esta región, desde el punto de vista de las sociedades indígenas, este marco
de relaciones con diferentes tipos de instituciones gubernamentales y no gu-
bernamenta les se confunde con los juegos de intereses y de presión de los
intereses de las economías extractivas (pesca, madera, oro), la economía ilegal
y los actores armados. Las propias instituciones indígenas (las malocas y sus
rituales, el consumo de ayahuasca, los rituales de iniciación) entran también
en esta economía por vía del turismo (rituales, malocas, ayahuasca, como
espectáculos turísticos) o vía su burocratización (organizaciones indígenas,
planes de vida, jurisdicción especial). Las decisiones sobre el territorio no res-
ponden a una estructura piramidal o jerárquica orquestada desde el Estado,
ni las mismas estructuras institucionales que crecientemente se promocionan
para los pueblos indígenas (que SI:: convertirian en municipios o ET IS) tienen
la capacidad para controlar las decisiones sobre extracción de recursos y orde-
namiento del territorio. De todo este conjunto de actores que conformarían la
retícula de la gobernanza ambiental, los que tienen la mejor percepción de los
efectos complejos de cambios y variaciones en los grandes marcadores climá-
ticos (temperatura, niveles del río, regímenes de precipitación) son las socie-
dades indígenas. Para estas sociedades, estos efectos del cambio climático son
percibidos e interpretados en conjunto con todos los otros factores sociales y
políticos que también configuran el territorio, más allá del cambio climático.

Deforestación y áreas protegidas


La Amazonia legal colombiana tiene un área de 477.274 kilómetros cua-
drados (SIAT-AC 2009). La región es diversa en substratos geológicos (cerra
firme del Terciario, afloramientos rocosos y planos aluviales) y en cobertura
natural del bosque (de bosque tropical alto a vegetación de la sabana sobre su-
perficies rocosas). Los bosques de la Amazonia central y oriental colombiana
están bastante bien preservados. El avance de la tala de árboles se congrega en
el piedemonte occidental. causado por la apertura de pasturas para la ganade-
ría y plantaciones ilegales de coca.
En la región occidental y noroeste hay centros urbanos conectados por
carreteras con el centro del país, con población mayoritaria no indígena, co-
lonización ganadera, y deforestación extensa. La región oriental está habitada

168 Juan Álvaro Echeverrt


principalmente por indígenas, con algunos enclav(:s urbanos: San José del
Guaviare (aprox. 50.000), Letida (30.000), Mitú (7.0(lO). La colonización de la
parte occidental comenzó a principios del siglo 20 y ha continuado impulsada
por la violencia política y los cultivos de uso ilegal. La población indígena
total del Amazonas colombiano está en alrededor de 100.000 personas.
Desde los años 1980, una política nacional de protección ambiental
y étnica ha conducido a la creación de parques nacionales y de resguardos.
Hasta la fecha (2008), los resguardos indígenas alcanzan un área de 258.)41
kilómetros cuadrados (el 54% de la Amazonia legal c:olombiana) y los parques
nacionales y áreas protegidas 72.520 kilómetros cuadrados (el 15%). Teniendo
en cuenta los traslapes entre resguardos indígenas y iireas naturales protegidas
(n.ooo kilómetros cuadrados), la superficie total de la Amazonia colombiana
bajo alguna figura de protección es del 65% (von Hildebrand: 2008).
Uno no debe engañarse con estas cifras y pensar que el área amazónica
está protegida del avance de la colonización y de la d,estrucción del bosque. La
presencia del Estado colombiano es débil, las instituciones políticas indígenas
son incipientes, y la región está afectada por poderosos agentes y procesos,
que plantean amenazas al modo de vida indígena ta:o profundas o más que el
cambio climático global.

InterpnttacióD iDdigena del cambio climático


La interpretación nativa de las alteraciones climáticas en curso tiende
a basarse en la responsabilidad y comportamiento indebido de los seres hu-
manos. 105 indígenas ciertamente han escuchado - en las noticias y a través
de visitantes- acerca del cambio global del clima, pero principalmente se re-
fieren a ellos mismos como causa de los cambios que afectan su subsistencia y
bienestar. Puede ser verdad que "los blancos" han contaminado la tierra con
sus fábricas y sus bombas, pero también es verdad que los indígenas, dicen
ellos mismos, tienen una parte de la responsabilidad por no vivir y manejar
la vida como es debido. Segun la Historia mítica de la gente del internuvio
Caquetá-Putumayo, anteriormente los seres humanos manejaban el tiempo y
el territorio segun las fases del ciclo anual. Al prindpio del año -durante la
época de friaje- los ancianos hablaban del principíío de la vida y del creci-
miento y rechazaban todo el mal. Esto se hacía por medio de diálogos y bailes
rituales. En la siguiente fase, evaluaban la estación anterior y preparaban la
siguiente, y así se continuaba hasta que el ciclo completo terminaba -siempre
con actividades rituales que requerían productos horticolas abundantes y di-
versos-o Cuando tumbaban el monte, llamaban a la Madre del verano; después
de quemar, llamaban al Abuelo de la lluvia, y en su diálogo hablaban sobre
los procesos de gestación para hacer que las semillas brotaran. Este compor-
tamiento, afirman, contribuía a que la sucesión de las estaciones fuera regular
y que las cosechas fueran abundantes. Hablando de t~sta manera, la naturaleza
se mantenía saludable. Si las plantas están bien, ento'lces los niños y las mujeres
están bien y saludables. Hoy en día esto ya no se practica, aunque el conocimiento

Cambio climático como, política, naturaleUl y 80ctedad


en la AIl'IM"OUia colombiana 151
existe, afirman con preocupación. El desorden en la naturaleza es reflejo del
desorden en la sociedad.
Es lo social, no lo natural, lo que está en el centro de la interpretación
indigena amazónica de la situación actual, incluido el clima. La sociedad huma-
na está afectada no sólo por la inestabilidad de las condiciones naturales, sino
también por todos los otros cambios y transformaciones en su modo de vida
generadas, en gran medida, por el contacto con la economía de mercado, la
educación escolarizada, los medio masivos de comunicación y con toda la clase
de agentes externos. Estas nuevas condiciones han erosionado precisamente
el manejo de la vida a través del diálogo y las prácticas rituales. De nuevo, la
culpa, en su visión, no se pone en la gente blanca que los ha conquistado y
asimilado cada vez más e n una sociedad global, sino en la falta de capacidad de
los indígenas para manejar y resistir a estos cambios de maneras innovadoras.
Así, cambio cJjmático y cambio social están interrelacionados y se ubi-
can en una perspectiva ética que incorpora tanto las maneras tradicionales de
hablar y relacionarse con las entidades naturales, como las nuevas maneras de
lidiar con la sociedad envolvente.
Los indígenas amazónicos están acostumbrados a cambios y variacio-
nes en el clima y la estacionalidad, tanto cambios anuales recurrentes como
variaciones interanuales. Una de las caracter ísticas culturales de la gente ama-
zónica es la pluriactividad, es decir, el conocimiento de un conjunto variado
de habilidades que permiten que la gente haga muchas actividades diversas en
ambientes ecológicos diversos. Los indígenas son pescadores, horticultores.
cazadores. conocen el río y el bosque, y pueden también aprender nuevas
técnicas de la gente blanca y utilizarlas en su beneficio. Esta capacidad plu-
riactiva es un gran re<:urso cultural, común a todos los grupos, que les permite
adaptarse y hacer frente a múltiples cambios en su entorno. Como afirmó un
hombre cocama del río Amazonas, tenemos que aprender a hacer de todo para
sobrevivir. Sin embargo, los extremos climáticos ponen a prueba estas capaci-
dades, y los indígenas están ahora e n un proceso de búsqueda para solucionar
ame nazas inminentes a su supervivencia, que son no solamente climáticas
sino también sociales.
La preocupación más grande de los indígenas ahora, sin embargo, más
que las dificultades con la productividad de las chagras o la pesca, es su situa-
ción social actual. La contaminación que destruye los elementos de la vida no
es sólo es de origen natural, sino también se origina en el desorden social, a su
vez exacerbado por el cambio del clima. La producción no está sólo afectada
por los cambios en la estacionalidad, sino también por los efectos negativos
de la explotación inadecuada de los recursos, la destrucción del bosque, la
minería aurífera, el tráfico ilegal de coca; estos factores incrementan esa otra
contaminación.
Es verdad que muchas de esas acciones destructivas se originan en
procesos y agentes exter nos, pero lo que más preocupa a los indígenas es cómo
ellos mismos se ven implicados y transformados por ellas. Uno de los factores

160 Juan Alvaro Echeverri


que más incide en esto es la necesidad del dinero. El dinero se necesita para
que los jóvenes asistan a la educación nacional, una preocupación dominante
de Jos indígenas. Los hombres jóvenes emigran fuera de la región para trabajar
en cultivos de coca o en extracción de madera, buscando dinero para sostener
una familia. Los hombres explotan recursos naturales para conseguir el dinero
para satisfacer las delmandas de mujeres y de niños. Estamos encegueddos por
el dinero; los productos del bosque ahora se han vuelto negocio, dice un hombre
uitoto de la región del río Amazonas. El cambio climático afecta la producción
hortícola, y la oferta de proteína disminuye incitando a la gente a emigrar.
Antes, eran individuos que emigraban, ahora son familias enteras que salen de
los resguardos, declaró un hombre nonuya del río de Caquetá.
Los efectos de.! cambio climático global han comenzado a hacerse sentir
en este ambiente sodal también cambiante y amenazador. En una reunión
reciente (2008) de las tribus muinane y nonuya, en el río Caquetá, los ancianos
estuvieron evaluando estos asuntos. Ellos trataron sobre dos tendencias inte-
rrelacionadas que aft!ctan directamente sus vidas: problemas con la produc-
ción (horticultura, pesca, cacería) y problemas sociales (guerrilla, comercio
ilícito, explotación d,~ recursos naturales, migración, problemas de salud). Su
evaluación de causas y sus propuestas de acción nos dan un cuadro claro de
los dilemas actuales de la gente indígena:
• Como ancianos, no están practicando el control ritual de la naturaleza
y de la sociedad que f ue puesta por el Creador para atenuar y para invertir los
efectos que ahora aWstiguan. El desorden natural es un reflejo del desorden
socia l. Pero no es el t rabajo de una sola persona; se requiere la coordinación
entre especialistas rituales de diversas tribus.
o Las autoridades indígenas forma les (gobernadores y cabildos electos

y los líderes políticos indígenas) no tienen el conocimiento ni la capacidad


adecuados para oc u p;~rse de estas situaciones, porque están dominados por las
agendas y el modo d,e pensar de los blancos. Le compete a los ancianos y los
jefes de familia reasu.mir sus responsabilidades morales.
• Las agendas .Y las preocupaciones de la gente blanca están dominando
cada vez más los tiempos y los espacios que se deben dedicar al diálogo, a
las prácticas rituales y a la educación tradicional de las nuevas generaciones.
Es necesario hacer esfuerzos para controlar y "enfriar" estas interferencias
dañinas.
• El peligro más grande viene "de la palabra caliente y venenosa" que
proviene del subsuelo, donde debe mantenerse guardada. La gente blanca la
ha liberado extrayendo petróleo y ahora llega hasta los indígenas en la forma
de dinero, armas, lujos, alcohol. medios masivos, enfermedades, y también en
una atmósfera cambi,mte.
Si todos estos cambios son el resultado de un desorden planetario, ¿ qué
podemos nosotros, un pequeño gropo de gente, lograr? se preguntan. Plantean
una oferta de responsabilidad compartida. Necesitan la ayuda y la interlo-
cución exteriores palra dar a conocer su propio diagnóstico y ofertas y para

Cambio dimiltico como política, naturaleza y sociedad


en la Amlltonla colombiana '"
demostrar sus sistemas de manejo natural. Pero esta relación con las institu-
ciones exteriores [jene que tomarse de una nueva manera, no aceptando y
recibiendo ofertas elaboradas afuera, como ha sido la regla, sino buscando

---
ayuda y apoyo para sus propias agendas y sus propias preocupaciones.

COAMA (Consolidación AmaZÓnica-Colombia). 2005. Mapa "Áreas protegidas y territorios


ind igenas en la Amazonia colombiana". Sitio web de COAMA. Consultado mayo 2008
en URl: htlP: //Www.ooama.org. c0/otros/mapas(rts_APs_CoLCarta.jpg
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Amazonas. Página web del Foro Naciemal Ambiental. Publicado en UJ.L : http://www.
foronacionalambiental.org.ro[libreria/pd fl Amazoniac:nCifras. pdf

162 Juan Alvaro Eehevem


¿CONSERVACIÓN O DESARROLLO?

ANA LISIS DE LA POLITICA AMBIENTAL

y EXTRACTIVA EN LA AMAZONIA

RAM Ó N ESTEBAN LABOR D E '


Abogado de la Universidad de los Andes.
Especialista en Derecho Administrativo y DeTecho
COnstitucional de b Unlvenidad del Rosario.
Vincubdo ~ Lo Fundación G~ia dt'$de 1994 acom~i'Jando los procesos de
orde¡¡:,¡micnto territorial con las comunidades indíg.-nas en los departamentos
¡k Amnonu. V¡upn y Guaini..
romooi(lbord~ail.C'Om

Actualmente adelanta acdones de incidencia política en busca de l


pleno reconocimiento e implementación de los derechos de los pueblos
indígenas y el respeto a los derechos ambientales, adicional mente
promueve acciones judiciales con el mismo propósito.

'13
--- Este articulo presenta un anoilisis de las problemáticas en la implementación
de la politica pública en materia de explotación de los recursos del subsuelo y de
la polltlca pública en materia de protección de áreas de importancia ecol6gica. Bajo
el título de Conservación o desarrollo y a partir de un análisis de dos estudios
de ca$O - los de las comunidades indfgenas del río Apaporis y de las comunidades
indígenas de Selva Matavén- , el texto evidencia el conjunto de contradicciones en
la aplicación de estas políticas en Colombia. Bas.ado en un riguroso anoilisis jurídico,
el autor sugiere una propuesta en materia legal encaminada a atender algunas de
estas contradicciones, dando prioridad a los derechos y protección de los pueblos
indigenas. su cultura y su territorio, en el marco de una política que responda más a
la protección de la biodiversidad que a las politicas de desarrollo extractivista.
Palabras claves: Política publica, recursos del subsuelo, ordenamiento territorial;
Apaporis, Matavén.

This artiele presents an analysis of the problems in the implementation of


public pollcy, regarding to the exploitation of subsoil resources and public policy
in protecting areas of ecological importance. Under me heading of ConMrvation
or dewlopment and from an analysis of two cases $ludies, the indigenous
communltles In the Apaporis Rlver and the indigenous communities from selva
de Mataven, the text highlights the set of contradictions in the implementation of
these policies in Colombia. Based on a thorough legal analysis, the author suggests
a legal proposal to address sorne ofthese contradictions, giving priority to the
rights and protection of indigenous peoples, their culture and territory, as part of
a policy that responds more the protection of biod.iversity in development policies
extraction.
Keywords: Public policy; territorial management; Apaporls; Mataven; Amazon

A partir de los sucesos que actualmente viven los pueblos indígenas habitan-
tes del Bajo Río Apaporis y la Selva de Matavén, abordaré la contradicción
que se presenta entre las políticas públicas relacionadas con la explotación
de los reCursos n aturales del subsuelo y la protección de las áreas de especial
importancia ecológica. La conservación de la diversidad biológica encuentra
claro e ineludible reforzamiento constitucional. DO obstante en la práctica éste
resulta desconocido o acatado selectivamente por las autoridades nacionales
encargadas de su administración. Recientemente se ha puesto de presente
cómo las autoridades mineras y de hidrocarburos vienen promoviendo con
desaforado interés las actividades de exploración y explotación de tales recur-
sos sin atender a las limitantes ambientales vigentes, imponiendo una visión
desarrollista, que aunque siempre ha estado latente, ahora se proyecta a gran
escala sobre la región Amazónica.

t 64 bmcm EltebaD Laborde


Los pueblos indígenas. por su parte, no cuentan con herramientas
jurídicas efi caces para afrontar el embate que de la mano de las empresas mul-
tinacionales viene promoviendo el Estado. Hasta ahora sólo cuentan con el de-
recho a ser consultados previamente cada vez que se prevea adoptar medidas
administrativas o legislativas susceptibles de afectarlos, lo cual no les brinda
la posibilidad de oponerse a la realización de tales medidas. El derecho a la
Consulta Previa se limita a brindarles la oportunidad de proponer alternativas
para mitigar, prevenir o disminuir los impactos negativos que e n relación con
su integridad cultural, social y económica puedan presentarse en el desarrollo
de los proyectos de exploración y explotación de los recursos naturales dentro
de sus territorios. Tal vez sea esta la razón que los llevó a buscar refugio en
las áreas de conservación de la diversidad biológica como limitante capaz de
contener a los grandes emprendimientos mineros y petroleros que desde el
mismo Estado se promueve para estas zonas.
A continuación se presentan dos casos emblemáticos en los cuales se
evidencian las contradicciones que surgen tanto al interior del Estado, como
entre el Estado y los pueblos indígenas. Iniciaré refiriéndome al caso del Bajo
Río Apaporis y posteriormente al de la Selva de Matavén.

Balo do Apaport.
Desde 1974 el área del bajo do Apaporis se encuentra preseleccionada
para ser incorporada al Sistema Naciona l de Parques Nacionales Naturales, por
considerarse que en ésta se encuentran representadas especies y ecosistemas
que merecen ser conservadas a perpetuidad y protegidas a través de la figura
de los Parques Nacionales Naturales. La concreción de esta expectativa estatal
no se ha logrado aún culminar. En 1997 se alcanzaron a realizar los estudios e
incluso a proyectar el acto administrativo que le daría el carácter mencionado
a este territorio indígena, pero en aquel momento las comunidades indígenas
se opusieron a la adopción de tal medida administrativa, al entender que se
trataba de un acto que afectaría su derecho a la autonomía territorial. En 2007,
las comunidades de La Playa, Bocas del Pirá, Centro Providencia, BeUavista,
entre otras. deciden solicitar la constitución de un área del Sistema de Parques
Nacionales Naturales que operaría de manera superpuesta con el Territorio
Ind ígena q ue se les ha reconocido e n calidad de Resguardo.
El motivo que generó el cambio de opinión de las comunidades indí-
genas se encuentra clara y explicitamente determinado en el hecho de que
el Gobierno Nacional está iniciando un proceso para otorgar una concesión
internacional que permitirá la exploración y eventual explotación de los
recursos auríferos q ue se encuentren en estos territorios. En la normativi-
dad colombiana se encuentra n limitadas terminantemente las actividades de
prospección y explotación de recursos naturales del subsuelo en las áreas del
Sistema de Parques Nacionales Naturales, de tal manera que de constituirse el
Territorio Indígena del Bajo Río Apaporis como un Parque Nacional Natural.
se estaría tornando inviable jurídicamente cualquier proyecto de exploración

¿COnservación o desarrollo? Análisis da la política


ambiental V ext.ractlva en la Amazonia ,.15
y explotación de los recursos del subsuelo, al encontrarse protegidos tanto
éstos como los del suelo.
Por otra parte, la constitución de un área del sistema de parques en
territorio indígena limita efectivamente la autonomía en el manejo, uso y
aprovechamiento de los recursos naturales renovables de propiedad de las
comunidades. Al final. los indígenas se han visto, entonces, en la necesidad
de escoger entre dos males el menor. En este caso, las normas constitucionales,
y especificamente la legislación minera, privilegiadan la conservación de la
diversidad biológica sobre la explotación audfera o petrolera.

8ehade ...ta.-a
En 2003 se unificaron 16 resguardos indígenas ubicados en torno a la
Selva de Matavén. comprendiendo asi el área de los antiguos resguardos in-
dígenas y la nueva extensión de la Selva de Matavén. Casi de manera simultá-
nea a la mencionada unificación territorial, la Unidad de Parques (UAESPNN)
proponía a las comunidades indígenas la constitución de un Parque Nacional
Natural en superposición con sus territorios. En ese momento la decisión de
los representantes de las comunidades fue la de exigir que, en primer lugar. se
concretara la unificación y ampliación del resguardo y que, posteriormente,
se analizaría la propuesta estatal de traslaparlo con un área del sistema de
parques nacionales.
En 2006, la Agencia Nacional de Hidrocarburos celebró un contrato
para realizar actividades y análisis de prospección sísmica que incluye un área
en la Selva de Matavén, lo cual revive nuevamente el interés de las comuni-
dades indígenas de considerar la propuesta de superponer a su territorio un
área del sistema de parques nacionales, como estrategia de defensa territorial.
En este caso, la propuesta indígena consistió en que se tratara de una decla-
ración conjunta del área, por contraposición a la que unilateralmente realiza
el Estado; de otra parte, solicitaron que en la declaración de la nueva área se
establezca que ésta, en contraposición a la limitada a la diversidad biológica,
se realiza con la finalidad de proteger la diversidad biológica y cultural, y.
por último, solicitaron que la superposición corresponda a la totaUdad del
territorio indígena, incluyendo las áreas pobladas y de sabana que cuentan
con escasa vegetación. La Unidad de Parques a través de su dirección territo-
rial Amazonia - Orinoquia, consideró aceptable la propuesta en cuanto a la
posibilidad de declaración conjunta y a la inclusión del objetivo de conser-
vación y protección de la diversidad cultural, más no así en lo relacionado
con la superposición con la totalidad del resguardo unificado de la Selva de
Matavén. Esta entidad propuso que la delimitación del área a superponer de-
bería garantizar la viabilidad de la actividad petrolera, para lo cual propone
algunas posibles delimitaciones orientadas en ese sentido.
Los representantes indígenas consideran que la determinación del área
a superponer no puede ser el resultado de un acuerdo entre las entidades esta-
tales a espaldas de las comunidades, por lo cual dan por terminado el diálogo.

t 66 Ramón EIIteban Laborde


Deciden entonces financiar con sus propios recursos la elaboración de una
evaluación ecológica, a cargo del Instituto Alexander von Humboldt. que les
permita, desde la perspectiva occidental, obtener una valoración objetiva de
los recursos naturales en la totalidad del área de su resguardo y, así. tener al-
gún grado de certeza científica sobre el estado y valor de la biodiversidad allí
presente y de los territorios que deberían ser incluidos en el área protegida.

BIocII--sdad ... deAnoOo


La imposibilidad de las comunidades indigenas de objetar o vetar la
decisión final que adopte la entidad estatal en atención a la vulneración de su
integridad cultural, social o económica, o la no obligatoriedad de obtener el
consentimiento previo, libre e informado de los pueblos indígenas en cuanto
a las medidas objeto de la consulta, determinan el carácter procesal que en
Colombia se le otorga al derecho que tienen dichos pueblos a ser consultados
previamente cada vez que se prevean medidas administrativas o legislativas
susceptibles de afectarlos. El Estado en su conjunto así lo ha entendido y
limitado, con lo cual se garantiza estrictamente el debido proceso, más no la
posibilidad de oponerse a la materia o sustancia de las medidas administrati-
vas o legislativas.
Se ha considerado que el derecho al desarrollo de una Nación se pon-
dría en cuestión de reconocerse el derecho a los pueblos indígenas, o a cual-
quier segmento de la población, para objetar o vetar la adopción de medidas
administrativas o legislativas que permitan o autoricen adelantar la explo-
ración y posterior explotación de los recursos naturales del subsuelo que se
encuentren en el territorio nacional'. Se concibe. así. en términos absolutos
el derecho de la Nación a explotar todos los recursos naturales dentro del
territorio nacional.
Estratégicamente se ha dimensionado el derecho al desarrollo de la
Nación de una manera maximalista, entendiendo que sobre cualquier proyec-
to de explotación de los recursos del subsuelo descansa el futuro de la misma,
así pudiera tratarse de alguno de poco o escaso potencial económico. y nos

~ "La Consulta Previa a Pueblos Indígenas y Tribales". Ministerio del Interior y


Justicia, Imprenta Nacional de Colombia, lo08, pp. 16-¡ Y 16S: "~9. E1 Comite
~uerda que en la discusión sobre la adopción del articulo 6 del Convenio sobre
Consulta Previa, un representante del Secretario General indicó que al elaborar el
texto, la Oficina no quiso sugerir que las consultas referidas deberían resultar en la
obtención de un acuerdo o en el consentimiento sobre lo que se consulta, sino más
bien expresar un objetivo para las consultas (Nota 9). ( ... ) "A la pregunta de si el
articulo 7 del citado Convenio implica que los pueblos indigenas y tribales tienen el
derecho a vetar políticas de desarrollo, el documento ofrece la siguiente respuesta:
No, ningún segmento de la población nacional de cualquier pais tiene derecho a
vel~r las políticas de desarrollo que afecten a todo el país. Durante las discusiones
enca.minadas a la adopción del Convenio, algunos representantes indígenas
afirmaban que esto permitida a los gobiernos hacer lo que quisieran. La Conferencia
no entendió de esta manera el contenido de este artic ulo del Convenio".

¿COnJervación o de¡¡arrollo? Anili.u de la política


ambiental y extractlva en la Amazonia 117
referimos a este sólo aspecto en consideración a que es en razón de éste que
se concibe la idea de desarrollo que subyace a la premisa de esta hipótesis.
Considero que no existe en este caso un derecho que a priori resulte de incues-
tionable y vital importancia para el desarrollo de una Nación, al extremo que
los demás principios y derechos constitucionales se encuentren en situación
de subordinación.
Mientras q ue en la Constitución de 1991 se estableció como principio
fundamental la obligación del Estado y de la sociedad en general de proteger
las riquezas culturales y naturales de la Nación, el derecho al desarrollo de
la Nación a través de la explotación de sus recursos naturales del subsuelo se
encuentra limitado por el derecbo al medio ambiente sano representado en la
obligación de conservación y protección de las zonas de especial importancia
ecológica. En efecto, la Corte Constitucional en Sentencia C-339 de 2002 en-
contró ajustadas a la Constitución las normas que prohíben la exploración y
explotación de los recursos del subsuelo en las áreas protegidas, como son los
Parques Nacionales y Regionales Naturales y las Zonas de Reserva ForestaL
debiéndose adarar que para el caso de las reservas forestales se considera
viable proceder a levantar total o parcialmente la afectación ambiental a la
que se encuentran sometidas para emprender posteriormente actividades de
exploración y explotación de los recu.rsos del subsuelo, mientras qu.e en los
Parques Naturales del orden nacional o regionaL la afectación ambiental se
considera establecida a perpetuidad en tanto subsistan las actuales normas
constitucionales que así lo contemplan.
La voluntad del Constituyente fue que las áreas integradas
al sistema de parques nacionales se mantuvieran afectadas a las
finalidades que le son propias; por consiguiente, la calidad de
inalienables de los parques naturales, reconocida en el arto 63 debe
entenderse, en armonía con los arts. 79 y So, esto es, que las areas
o zonas que los integran no pueden ser objeto de sustracción o
cambio de destinación. En tales condiciones, ni el legislador ni la
administración facultada por éste, pueden sustraer, por cualquier
medio las areas pertenecientes al referido sistema.

(... )
Con respecto a otros bienes a los cuales el legislador les pueda
atribuir, según el arto 6], las mencionadas restricciones, hay que
entender que si él tiene la voluntad para crearlas, igualmente tiene la
potestad para eliminarlas, según lo demanden los intereses públicos
o sociales. De este modo, las zonas de reservas forestales, que no
formen parte del sistema de parques naturales, si pueden ser objeto de
sustracción por el Ministerio del Medio Ambiente'.

} Corte Constitucional, Sentencia C.{i49 de 1997

168 Ramón EltebaD Laborde


Los territorios indígenas de la Amazonia colombiana se encuentran
casi en su totalidad comprendidos dentro de la reserva forestal de la Ley'",
de 1959 y, en algunos casos. traslapados total o parcialmente con áreas del
Sistema Nacional de Parques Nacionales Naturales. En consecuencia con lo
anterior. las actividades extractivas, específicamente las mineras y las hidro-
carburiferas, encuentran una limitante constitucional que en el más fl exible
de los casos. es decir, en las zonas de Reserva Forestal, obliga al Estado y a
los concesionarios a verificar y demostrar previamente con grado de certeza
científica que dichas actividades no traerán un menoscabo irreparable a la
biodiversidad allí representada, debiendo adoptar para ello las medidas que
eviten o mitiguen el efecto negativo sobre el ecosistema. Se resalta aquí el
carácter relativo que constitucionalmente se establece al derecho al desarrollo
de la Nación. En los casos de las áreas que integran el Sistema de Parques
Naturales operaria una restricción absoluta.
Podría considerarse que las limitaciones impuestas en la legislación na-
cional a las actividades extractivas sobre los recursos naturales del subsuelo,
que operan de manera irrestricta en las áreas de Parques Naturales, deberían
ser igualmente aplicables a las áreas donde se preserva la diversidad cultural
y biológica, 10 que no ocurre, y a partir de lo cual se presentan casos como los
del río Apaporis o Selva de Matavén, donde las autoridades indígenas tuvie-
ron q ue reversar la decisión de no aceptar el establecimiento de un área prote-
gida superpuesta sobre su territorio por constituirse en la lInica estrategia a su
alcance para resistir lo que consideran una amenaza para su integridad social,
económica y cultural por parte del mismo Estado.
En el caso del río Apaporis, se podría en el 2009 obtener la doble pro-
tección sobre las riquezas naturales y culturales a perpetuidad. La dirección
nacional de la Unidad de Parques decid ió hacer efectiva la prevalencia cons-
titucional de la diversidad aquí representada sobre los intereses mineros. La
inclusión y superposición de la totalidad del territorio indígena en el Sistema
de Parques Nacionales Naturales les garant iza no tener q ue preocuparse mas
por la amenaza q ue conlleva la exploración y explotación de los recursos del
subsuelo.
En el caso de la Selva de Matavén no se logró en 2006 obtener de
primera mano la doble protección terr itor ial de la diversidad biológica y cul-
tural. La dirección regional Amazonia - Orinoquia y la Agencia Nacional de
Hidrocar buros hubieran alca nzado un acuerdo sobre las partes del territorio
indígena que podrían ser destinadas a la conservación y las correspondientes
que podrían ser objeto de exploración y event ual explotación de hidrocarbu-
ros u otros recursos del su bsuelo, pero esta situación al ser advertida por las
comunidades indígenas, no fue aceptada por ellas y las obligó a replantear su
estrategia de protección'.
La actual legislación en materia de hidrocarburos no contempla Iimita-

4 Comunic... ci6n de ~C~T I CEM~ a la Embajada de Holanda.

tConservadón o desarrollo? Análisis de la pOlítica


ambiental y extractlva ellla Amuonia 11.
ciones o restricciones para dicha actividad en cuanto a la presencia de riquezas
de la diversidad biológica o cultural en las áreas objeto de su interés. El Código
de Petróleos, que aún sigue vigente, fue promulgado en 1953 cuando no exis.-
tian normas que reconocieran y protegieran el derecho a un medio ambiente
sano y menos aún los derechos territoriales y políticos de los Pueblos Indígenas.
En la práctica, las entidades encargadas de la administración de los recursos
hidrocarburíferos de la Nación reconocen autolimitación para adelantar o per-
mitir actividades de exploración y explotación exclusivamente en las áreas del
Sistema de Parques Nacionales Naturales. Surge entonces el interrogante de si
es posible que el Gobierno Nacional ante el señalado vado normativo pueda
determinar libremente las limitaciones a las cuajes se encuentra sujeto. En este
sentido, es inequívoco el mandato del artículo 334 de la Carta que determina
que la explotación de los recursos naturales se realizará atendiendo al mandato
de la ley y con la finalidad de distribuir equitativamente las oportunidades y
beneficios del desarrollo y la preservación del medio ambiente, así':
Artículo 334. La dirección general de la economía estará
a cargo del Estado. Este intervendrá, por mandato de IQ ley, en la
explotación de los recursos naturales, en el uso del suelo, en la
producción, distribución, utilización y consumo de los bienes, y en los
servicios públicos y privados, JXlra racionalizar la economía tOO el fin
de cOllseguir el mejoromiemo de lu culiduJ ck vidu de 1..,1> hubitanlel>, la
distribución equitativa de las oportunidades J los beneficios del desarrollo
y la prtservación de un ambiente sano. ( ... ).

Si no es posible que el Gobierno Nacional pueda determinar libremen-


te qué limitaciones debe atender en el desarrollo de las actividades petroleras
que decida adelantar o permitir a terceros, como quedó expuesto, entonces
podría, para superar el vacío normativo señalado, utilizar por analogía las
disposiciones del Código de Minas de reciente adopción y en el cual se deter-
minan las áreas sobre las cuales opera limitación y exclusión, no circunscritas
exclusivamente a las áreas del Sistema de Parques Nacionales Naturales, sino
que incluye de manera explícita los Parques Regionales Naturales y las Zonas
de Reserva Forestal. a las cuales la jurisprudencia constitucional ha adiciona-
do todas aquellas áreas naturales que puedan ser catalogadas como de especial
importancia ecológica en los términos del articulo 79 de la Constitución, tal
como lo expresó la Corte Constitucional en la Sentencia C-339 de 2002:
De una parte, desconoce las leyes vigentes que protegen zonas
distintas de los parques naturales nacionales, los parques naturales
regionales y las reservas forestales; y de otra, cierra la posibilidad
de que le sean oponibles leyes posteriores que establezcan nuevas
zonas de exclusión o restricción de la actividad minera, por razones
ambientales y de protección de la biodiversidad.

5 Cursiva fuera del texto.

170 Ramón Esteban Laborde


No debe olvidarse que además de las tres zonas mencionadas.
tambien tienen protección coDstitucioml. los ecosistemas integrilldos
por vegetación ol;gillilll que no siempre fornun parte de parques
naturales.

El consenso informal alcanzado entre la dirección territorial de par-


ques y la Agencia N.acional de Hidrocarburos en relación con las áreas de
la Selva de Matavén 'que deberían ser objeto de conservación y las que se
podrían destinar a las actividades hidrocarburíferas vulnera la prevalencia
constitucional reconocida a la conservación de la diversidad biológica frente
a la actividad petrolera. No estaba al alcance de estas entidades gubernamen-
tales definir qué parte del área de la Selva de Matavén se debe destinar a la
conservación y cuál podria ser intervenida en aras del desarrollo. La autori-
dad ambiental infringió particularmente el condicionamiento establecido por
la Corte Constitucional en la citada Sentencia C-339 de 2002 en el sentido de
no avalar arreglos intoergubernamentales al momento de establecer las zonas
de exclusión a la activ'idad minera o de hidrocarburos. así:
Se hace necesario para la Corte sei\alar que la autoridad
minera tiene el d.ebcr de colaborar con la autoridad ambiental, pero
que este deber de colabcroción no limila ni condicU:m4 ti ejc'cicW de la
rompetenda de la autoridad ambiental quien es la que puede establtar
las zonas de exclu,sión; por esta razón en la parte resolutiva se
condicionará la exequibilidad del inciso segundo del articulo 34 de la
ley 685 de lOOI.

Las insta ncias representativas de las comunidades indígenas de la Selva


de Matavén habían solicitado a la Agencia Nacional de Hidrocarburos la sus-
pensión del proceso de consulta previa con esta entidad. mientras se definía el
área que estaría incluida en el futuro Parque Nacional Natural. la cual debería
ser definida con antelación en un proceso del mismo tipo con la Unidad de
Parques. petición que fue desatendida por las entidades gubernamentales.
quienes sobre un plan.o y con la información geológica suficiente acuerdan di-
vidirse el territorio indígena de tal manera que se haga posible la concurrencia
de las actividades de <conservación y el emprendimiento petrolero. sin contar
con la participación de los indígenas propietarios del área en dícha decisión.
Adicionalmente. no se respetó en este acuerdo interinstitucional la
protección constitucit:mal que cobija a la Selva de Matavén por el hecho de
estar constituido allí un C1:osistema de vegetación originaria en la cuenca del
Orinoco. lo cual en pñncipio blinda a esta área de la exploración y explotación
de Jos recursos del subsuelo. es decir. que mínimamente se hace imperativo
actuar bajo el principio de precaución o. lo que es lo mismo. tales actividades
sólo son procedente cuando exista certeza científica de que no resultará afec-
tada la biodiversidad allí existente.

¿CollMnradón o duarroUo? AnalblJl de la pOlitica


ambiental, extractlva eD la Amuonla t"
lJmItadóD de kili ~ IDdigenM _ 1M
.,... del rn.t.a. de .......... Nawn.a.
Actualmente no se encuentra establecida la normatividad que deter-
mine la forma de articular la administración, manejo, uso y aprovechamien-
to de los recursos naturales renovables en las áreas del Sistema de Parques
Nacionales Naturales superpuestas con territorios indígenas, por lo cual no es
posible tener certeza sobre las limitaciones que conllevará esta superposición
territorial. Veamos algunos de estos aspectos q ue tendrían que ser resueltos
para brindar seguridad jurídica a los pueblos indígenas en esta situación:

a) La titularidad o propiedad de l a tierra y de sus recursos naturales


El Estado acepta que la propiedad de la tierra y los recursos naturales
se encuentra radicada en los pueblos indígenas. Sin embargo, forma lmente la
Nación, esto es, el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial,
tiene inscr itas en las respectivas oficinas de instrumentos públicos como de
su propiedad la totalidad de las áreas q ue componen el sistema, incluidos los
titulados y registrados a nombre de los pueblos indígenas a través de la figura
de los resguardos indígenas. Es decir, se encuentran inscritos, con distinta
denominación, dos titulares independientes sobre un mismo predio : Parque
Natural Nacional de propiedad de la Nación y Resguardo Indígena de propie-
dad del pueblo indigena respectivo.
El artículo 63 de la Constitución establece q ue las áreas de los par-
ques naturales y los resguardos indígenas son inalienables, imprescriptibles
e inembargables. Estas características sólo son predicables de los bienes y en
relación con el titular del derecho y, siendo esto así, se tendría que concluir
que los parques naturales al igual que los resguardos indígenas tienen la mis-
ma condición jurídica, es decir, son bienes inmuebles y, en consecuencia, son
figuras incompatibles entre sí, pues no se concibe que pueda existir doble
titular idad sobre el derecho de propiedad en las áreas traslapadas. En el caso
de las comunidades negras, el artículo 60 de la Ley 70 de 1993 explícitamente
consagra la incompatibilidad del reconocimiento territorial colectivo en áreas
del sistema de parques nacionales:
Articulo 6°. Salvo los suelos y los bosques, las adjudicaciones
colectivas que se hagan conforme a esta ley, no comprenden:
a. El dominio sobrt los bienes de uso público.
b. Las áreas urbanas de los municipios.
c. Los recursos naturales renor;ables y no renor;ables.
d. Las tierras de resguardos indígenas legalmente constituidos.
e. El subsuelo y los predios rurales en los cuales se acredite
propiedad particular conforme a la Ley:lOO de 1936.
r. Las áreas reservadas para la seguridad y defensa nacional.
g. Ártas del sistema de Parquts Nacionales.
Con respecto a los suelos y los bosques incluidos en la
titulación colectiva, la propiedad se ejercerá en función social y le es

t 72 Ramón Esteban Laboroe


Inherente una función ecológica. En consecuencia, para el uso de estos
recursos se tendrá en cuenta lo siguiente;
Tanto el uso de los bosques que se ejerza por ministerio de ley,
como los aprovechamientos forestales con fines comen::iales, deberán
garantizar la persistencia del recurso. Para adelantar estos últimos se
requiere autorización de la entidad competente para el manejo del
recurso foresta l.
El uso de los suelos se hará teniendo en cuenta la fragili dad
ecológica de la Cuenca del Pacífico. En consecuencia los adj udicatarios
desarrollarán prácticas de conservación y manejo <compatibles con
las condiciones ecológicas. Para tal efecto se desan:ollarán modelos
apropiados de producción como la agrosilvicultura, la agroforesterla u
otros similares, diseil.ando los mecanismos idóneos para estimularlos y
para desestimular las prácticas ambientalmente insostenibles.

Ninguna de estas restricciones aplica para el caso de las comunidades


indígenas, no existe norma que regule las Iimitadones en el manejo, uso y
aprovechamiento de los recursos naturales e n las are-as traslapadas, ni siquiera
se encuentra establecida la compatibilidad jurídica de estas areas con doble
carácter.
Para evitar esta contradicción de principio, la Unidad de Parques ha
tratado de estructurar una teoría que le permita mutar la naturaleza j urídica
de las áreas del sistema de parques, señalando que no se trata de bienes in-
muebles como se han entendido hasta el momento. .'Seil.ala que se trataría más
bien de un "régimen de afectación" q ue opera con la finalidad de limitar e
intervenir el manejo, uso y aprovechamiento de los recursos naturales que allí
se busca proteger. Sin embargo esta mutación no resulta afortunada mientras
subsista en la Constitución su actual artículo 6), al no ser predicables de un
"régimen de afectación", es decir, de una prerrogativa o función estata l, las
características señaladas de ser inalienables, imprescriptibles e inembargables.
En palabras más sencillas, la explicación no deja duda alguna, si se considera
que la prescripción es una forma de adquirir el dominio o propiedad de las
cosas por la posesión material que una persona tenga de u n bien mueble o
inmueble d urante determinado tiempo. Cuando se establece que las áreas de
los parques naturales son imprescriptibles, se está señalando q ue aunque una
persona entre en posesión material de aquellas, no podrá adquirir su dominio
o propiedad, pase el tiempo que sea. Ahora, sobre las funciones o prerroga-
ti vas estatales no es posible entrar a ejercer posesión para luego reclamar la
prescripción adquisitiva del dominio o propiedad, p ues no tienen la indispen-
sable corporalidad para ser objeto de dicha posesión. En igua l sentido, las pre-
rrogativas o funciones estatales tampoco se encuentran dentro del comercio,
por lo cual sería incomprensible q ue una norma constit ucional le estableciera
como característica el ser inalienable o inembargable, cuando esencialmente
se sabe q ue es así.

¿COnservación o desarrollo? An.áIllil de la po litica


ambiental J extractlva en la Amazonia 11:1
b) La alectsción o restrlcdón .obre el uso, manejo y aprovechamiento
de len t8CUI'BOS natmaJes por parte de len pueblos inmgenas
Se acepta que los territorios indígenas, al igua l que todas las propieda-
des, se encuentran sometidos al cumplimiento de la función ecológica. Lo que
se discute son los límites o restricciones adicionales a los cuales tendrían que
sujetarse los pueblos indígenas cuando sus territorios se encuentren super-
puestos con áreas del Sistema de Parques Nacionales Naturales.
El régimen legal que opera en general para los particulares que tienen
propiedades rurales dentro de un área del sistema de parques les impone a
éstos la obligación de abstenerse de realizar actividades distintas a las permit i-
das o afines a los objetivos de conser vación del área protegida. En igual senti-
do, la Ley 70 de 1993 establece que las comunidades negras que se encuentren
asentadas en un área del sistema de parques antes de su declaratoria, podrán
permanecer alJí mientras cumplan con los condicionamientos dispuestos en el
plan de manejo del área protegida definido por la unidad de parques, so pena
de ser trasladados o reubicados a un predio externo al parque nacionaL
Artículo 22. Cuando en las áreas del Sistema de Parques
Nacionales Naturales ubicados en las zonas se encuentren familias o
personas de comunidades negras que se hubieran establecido en ellas
antes de fa declaratoria del área-parque. el Inderena o la entidad que
haga sus veces definir.i, en el plan de manejo que $o;: debe expedir, las
prácticas tradicionales de dichas comunidades que son compatibles
con la naturaleza, objetivos y funciones del área de que se trate.
Para tal erecto, la entidad administradora del Sistema de Parques
Nacionales promoverá mecanismos de consulta y participación con
estas comunidades.
Si las personas a que se refiere el presente artículo no se
allanan a cumplir el plan de manejo expedido por la entidad, se
convendrá con ellas y con el INCORA su reubicación a otros sectores
en los cuales se pueda practicar la titulación colectiva.

e) La articulación de los sistemasjuridiCM: nadonaI e indigena


Se hace necesario establecer la manera de articulación entre los diversos
sistemas jurídicos indígenas y el nacional, particularmente en lo q ue se refiere
a las concepciones y regulaciones sobre el uso, manejo y aprovechamiento de
los recursos naturales. La Corte Constitucional en este aspecto para el caso de
la justicia indígena ha señalado que debe atenderse al principio de interpreta-
ción que denominó: máxima autonomía indígena y mínima restricción.

d) La coordinación o coadmiDistreción territorial entre


autoridades ambientales nacionales y las autorldadss
e instituciones de gobierno locallndigene
El manejo centralizado de las areas del Sistema de Parques Nacionales

114 Ramón Emban Laborde


Naturales plantea el inconveniente de que se establezca una relación de coor-
dinación o coadministración entre las autoridades indígenas y las ambientales
nacionales. La coordinación puede implementarse entre autoridades de dis-
tinto nivel administrativo cuando el nivel nacional fija unas políticas y ejerce
inspección y vigilancia sobre el cumplimiento de las mismas pero quien las
aplica es otra autoridad del nivel local. La coadministración implica la actua-
ción simultánea y permanente de dos autoridades sobre el mismo territorio de
su jurisdicción.

e) ReaHución de actividades económicas y co.nceslones


de servicios en los territorios Indigenu trasJajpad'os
Hasta el momento no se ha realizado un prorundo amilisis sobre esta
temática. sin embargo. debe atenderse a la circunstancia de que la finalidad de
conservación de la biodiversidad es la que permite el ejercicio de las prerro-
gativas estatales en las áreas del Sistema de Parqu':$ Nacionales Naturales su-
perpuestas con territorios indígenas. mas no así la explotación económica en
las mismas áreas a través del turismo u otras activid.ades con fines comerciales.
Al estarse promoviendo e implementando esquemas de concesiones
que permiten la entrega temporal de bienes y s,ervicios a empresarios pri-
vados con fines comerciales en áreas del sistema de parques. se podría estar
desnaturalizando la razón que le permite al Estado intervenir en el manejo.
uso y aprovechamiento de los recursos naturales renovables de los territorios
indígenas superpuestos con áreas proteg idas. No ~~ desconoce que la finalidad
de intervención del Estado continúe siendo la conservación in situ de la biodi-
versidad, lo que se cuestiona es la implementación de un esquema netamente
comercial sobre territorios indígenas legalizados como resguardos o no. sin
el consentimiento y participación económica de sus titulares o propietarios.

f} Instrumentos de pl4n1tlcaclón: Régimen E.¡;1ecIaJ de Manejo,


Planes de OtdeD4mlento Territorial y/o Pluml de Vida lndlgena
El carácter alcanzado por los territorios indígenas como entes territo-
riales no permitiría que el instrumento de planificación de su territorio se en-
marque dentro de un Régimen Especial de Manejo, éste se encuentra rererido
al uso de los recursos naturales, cuando de lo que se trata de regular desborda
este ámbito. En un territorio indígena debe estar i.ncluida la planificación del
desarrollo económico, social, cultural. físico, los usos del suelo y los aspectos
ambientales del territorio, lo que los pueblos indíg:enas han venido realizando
a través de planes de ordenamiento territorial y/o planes de vida.

g) Necesidad de adecuación normativa para erJt4B áreu rraslapadu


La Unidad de Parques viene promoviendo la discusión y consulta de
un proyecto de rerorma del Decreto 622 de 1977. con el cual se busca actua-
lizar la normatividad existente para el SPNN y en el cual se incluye a los
territorios indígenas. Se cuestiona si se puede realizar dicha actualización sin

¿Conservación o desarroUo? Análi,1.s de la poUtlca


ambiental y extractlva en la Amazonia 176
reformar el Código de los Recursos Naturales, ya que la limitación para com·
patibilizar la presencia humana permanente se e ncuentra en éste último, y un
decreto reglamentario no puede utilizarse para modificar la normatividad en
que se sustenta.

COnfonnldad eDIl el eRado de ... co.&II po!' parte del


Goblerao Nadoaal Y los ~ lDdigeau
Hasta el momento no se ha manifestado la voluntad de resolver en el
plano jurídico la situación de las poblaciones indígenas que habitan de manera
permanente las áreas del sistema de parques; por diferentes motivos cada uno
de los interesados se encuentra conforme con el stalu qUQ. La preexistencia de
un régimen normativo enmarcado en el ausente o precario reconocimiento de
los derechos territoriales y políticos de los pueblos indígenas, le permite al
Estado mantener formalmente una posición dominante e n las áreas traslapadas.
La imposibilidad de materializar en el terreno esa posición dominante, por su
parte, le permite a los pueblos indígenas convivir sin mayores intromisiones
del Estado pues la afectación resulta ineficaz, a menos de que se trate de un
emprendimiento a gran escala sobre los recursos del subsuelo o de otro tipo de
actividad comercial. caso en el cual la afectación propia de las áreas protegidas
opera como una Iimitante para el mismo Estado y para los indígenas, lo cual los
libra de los Inconvenientes que este tipo de actividades les genera.

Sector minero
Las actividades extractivas de los recursos naturales del subsuelo son
consideradas vitales para capitalizar la economía nacional y con ello promover
el mejoramiento de la calidad de vida de los colombianos en lo humano y lo
social. así como la infraestructura de transportes, educativa y de salud . En
el sector minero, a partir de la expedición del nuevo Código de Minas, se
entiende que el Estado renunció a participar como empresario minero y su
función se circunscribe a la venta del acceso a los particulares a las áreas de
interés extractivo, por lo cual los empresarios privados deben dejar de ser
considerados como usuarios de trámites administrativos para ser considera·
dos como clientes a quienes se les debe atraer para que inviertan en el sector
y promuevan así su desarrollo y el del país.
Se resalta cómo el sector minero viene aportando importantes recursos
económicos al fisco nacional. Estos dividendos se han obtenido principalmen·
te de la explotación del carbón en los departamentos del Cesar y la Guajira.
Adicionalmente, se han identificado al menos 30 zonas con gran potencial
minero y se ha incrementado la exploración de oro, metales base, uranio y
materiales para construcción. Se considera que Colombia cuenta con venta·
jas comparativas (diversidad de ambientes metalogénicos y puertos sobre el

176 Ramón EstebaD Laborde


Atlántico y el Pacífico) y competitivas (actualización de la legislación minera,
estabilidad macroeconómica, posibilidades de enoontrar nuevos yacimientos
por la baja exploración en el pasado, adecuaciórl y expansión de la infra-
estructura vial y portuaria), La sostenibilidad y I'esponsabilidad ambiental,
social y económica se constituye en un compromiso de todos los actores del
sector minero (instituciones, empresarios y comu nidad) que responde a la pre-
siÓn del mercado global y de los consumidores finalles.
En el Plan Nacional de Desarrollo Minero .2007-2010 se planea estra-
tégicamente orientar la gestión pública del sector minero hacia la generación
de un entorno institucional y social que permita e.1 crecimiento de la minería
y el desarrollo integra l de las regiones mineras a p.artir de la promoción de la
expansión empresarial de gran escala, la identificac:ión y desarrollo de nuevos
y promisorios proyectos mineros. la transformación tecnológica y empresarial
de pequeña escala y la articulación del crecimiento del sector con el desarrollo
económico y social de las regiones a t ravés de p roCo~sos de diálogo y concerta-
ción con las comunidades locales,

La política ambiGtaJ del actual gobierno para la miDeda


Se establece e n el Plan Nacional de Desarrollo Minero 2007-2010 que
los Ministerios de Minas y Energía y de Ambiente. Vivienda y Desarrollo
Territorial han elaborado unas guías q ue contiene:n Jos parámetros mínimos
para atender los aspectos ambientales en los proyectos mineros; así como
adelantan acciones conjuntas para solucionar algunos problemas ambientales
en las diferentes regiones mineras y para la reglamentación de las aud itorías
minero-am bienta les externas.
En la práctica se ha evidenciado como INGEOM INAS viene otorgan-
do concesiones para la ex ploración y ex plotación minera sobre áreas que en
principio se encuentran excl uidas para dichas acti'vidades, como sería el caso
de las zonas de reser va foresta l que, como se señanó anteriormente, incluyen
casi la totalidad de la Amazonia, e inclusive se han. concesionado áreas en los
parques nacionales naturales y zonas de páramo~,
Al respecto. el djrector de INGEOMINAS. nnediante el comunicado de
prensa nO 525 del 24 de fe brero de 2009 señaló en relación con la denuncia
publicada por la Unidad lnvestigativa de El Tiemp.a;
La Ley 685 de establece los lineami.entos legales para la
200 1 .

obtención del permiso respetivo. para explorar y explotar minerales.


Dentro de estos lineamientos. establece el contrato de concesión, que
olorga al particular el derecho a realizar los est udios. trabajos y obras
necesarias para establecer la existencia de mi nerales, Igualmente.
otorga el derecho para ex plotarlos conforme a las normas, permisos y
tec nicas mi neras, y ambientales necesarias para su desarrollo.

6 Unidad Investigativa El Tiempo, edición del día 11 d(: febrero de 1009, artículo
ti tulado "La Mineria se !.:sLi Tragando Páramos y Parques Nat urales".

LConservadón o desarrollo? Análl.l. de la palltlca


am.ble1ltal y elttractlva en la Amuonla 171
De la misma forma, relaciona en su anículo J4 las zonas
excluibles de la minería. Estas corresponden a zonas declaradas y
delimitadas como de protección y desarrollo de los recursos naturales
renovables o del ambiente. De ellas, tenemos el sistema de parques
nacionales naturales, parques naturales regionales y zonas de reserva
forestal. AS! mismo, establece como única excepción las áreas de reserva
forestal. las que previo acto administrativo de la autoridad ambiental
que decrete la sustracción, permite el desarrollo de actividades mineras.
Dicha exploración y explotación de minerales, se hará de forma
restringida o por determinados métodos y sistemas de explotación. ( ... )
Para desarrollar propiamente las actividades de explotación,
es necesaria la aprobación de la autoridad minera del programa de
trabajos y obras (PTo) y del estudio que demuestra la factibilidad
ambiental, con el debido otorgamiemo de la licencia ambiental, que es
entregada por la autoridad ambiental competente según corresponda.
En relación con el desarrollo de actividades en áreas de
reserva forestal. El Director de Desarrollo Se<:toríal Sostenible y la
Oficina Jurídica del Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo
Territorial, sei\alaron que "Tratándose de proyectos mineros que
pretendan desarrollarse al interior de áreas de reserva forestal,
la auturidad minera podrá otorgu t:I respetivo titulo minero, sin
embargo, es claro que deben cumplirse previamente una serie de
condiciones para hacer efectivos los derechos que emanan de él.
En este sentido, la iniciación de actividades estará sujeta a que
la autoridad ambiental competente mediante acto administrativo
motivado, decrete la sustracción parcial de la reserva forestal y otorgue
la respectiva licencia ambiental"(sic). De la misma manera, señala
expresamente, que corresponde a la autoridad ambiental determinar
en cada caso, la pertinencia o no de sustraer el área de reserva forestal
y de otorgar la licencia ambiental.
Por lo tanto, no se pueden otorgar contratos de concesión en
el sistema de parques nacionales naturales, ni en parques naturales
regionales. INGEOMINAS ha cumplido con es[aS disposiciones, pues no
ha otorgado ningún título en parques naturales, como lo demuestra
nuestro Registro Minero Nacional. Por el contrario, en áreas de reserva
forestal se han otorgado titulos mineros en espera que el Ministerio
de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial otorgue conforme a
su competencia, de ser procedente, la respectiva sustracción del área
de reserva forestal y a su vez, la licencia ambiental para adelantar
actividades mineras. Corroborando lo anterior, no es posible que
titular minero alguno desarrolle actividades mineras dentro de áreas
de reserva foresta l, sin haber obtenido del Ministerio de Ambiente,
Vivienda y Desarrollo Territorial, la respectiva sustracción del área y la
licencia ambiental.

178 Ramón Erteban Laborde


Finalmente, si bien se aprecia la existencia de 17 títulos
mineros en parques naturales, es claro que los mismos fueron
otorgados desde los años 1990 hasta el 2(0), correspondiendo solo al
parque Farallones de Cali )0.49) hectáreas, siendo este utilizado por
la Universidad del Cauca para prácticas de carácter académico, con
volúmenes de explotación bajos. De la misma manera, a partir del año
2005, solo existen coincidencias entre áreas de parques naturales y
títulos mineros en las zonas limítrofes, mas no dentro del área de los
parques, lo que confirma el cumplimiento de las normas mineras y
ambientales por parte de Ingeominas.

La entidad encargada de administrar y permitir el acceso de particu-


lares a los recursos mineros incurre en algunas imprecisiones y errores en la
aplicación de la normatividad vigente, como serian:
Zonas Excluidas de la Minería: Según INGEOMINAS y el Ministerio
de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, las ronas que se en cuen tran
excluidas de las actividades de exploración y explotación minera son: en for-
ma absoluta, las de los parques naturales nacionales y regionales, y, en forma
relativa, las de las Zonas de Reserva Forestal. sobre las cuales puede obtenerse
una sustracción previa por parte de la autoridad ambiental para acceder con
ciertas condiciones a las activ idades mineras extractivas.
Efectivamente se están aq uí desconociendo los efectos de la constitu-
cionalidad condicionada dispuestos en la Sentencia C-339 de 2002 de la Corte
Constitucional en relación con el artículo 34 del Código de Minas, así:
El inciso segundo señala que las zonas de exclusión se
encuentran integradas por las siguientes áreas: a) el sistema de parques
nacionales naturales, b) los parques naturales de carácter regional y, c)
las zonas de reserva forestal. Con lo anterior se pretende la protección
de la biodiversidad, de acuerdo con la gran importancia de Colombia
a nivel mundial como lo rcconocióla Corte cuando analizó el tema'.
La Corte precisa que además de las zonas de exclusión previstas en
esta Ley, pueden existir otras, ya declaradas con anterioridad o que se
declaren en el futuro por la autoridad ambiental. ( ... )
La expresión de conformidad con los (JI-aculas anteriores es
inconslltucional porque limita las zonas de exclusión y restricción
a lo determinado estrictamente en la ley 685 de 2001, con lo cual se
desconoce el límite constitucional impuesto en los artículos )D y 334
de la Constitución, permitiendo una exploración y explotación minera
indiscriminada de áreas que no se encuentren comprendidas en la
mencionada Ley. De una parte, desconoce las leyes vigentes que protegrn
lonas distintas de los parques naturales nacionales. los parques rn:Iturales
regionales y las reservas forestales; y de otra, cierra la posibilidad de

7 Sentencia C-519 de 1994. M.P. Vladimiro Naranjo Mesa.

¿Conservación o de.anoUo1 Análi.iI de la politica


ambienULI y exuactlva en la Ama:wnla 17.
que le sean oponibles leyes posteriores que establezcan nuevas zonas de
exclusión o restricción de la actividad minera, por razones ambientales y
de protección de la biodiversidad.
No debe olvidarse que además de las tres zonas mencionadas,
tambib¡ tienen protección CQnstitucional, los ecosistenws integrados por
~tación original que no siempre forman parte de parques nalUrales. De
acuerdo con una evaluación del estado de los ecosistemas (Biomas) en
Colombia ( ..,t •.
Otro de los aspectos que desconocen lngeominas y el Ministerio de
Ambiente, Vivienda y Desarrollo territorial es el relativo a la necesidad de
sustraer previamente el área concesionada para adelantar actividades de ex·
ploración o explotación minera de la zona de reserva foresta], como también
se condicionó en la Sentencia C-339 de 2002 de la Corte Constitucional. En
efecto, no es que simplemente se pueda obten er la licencia ambiental para
poder iniciar las actividades extractivas, se requiere según lo expuesto por la
mencionada corporación judicial tener certeza científica de que no se va a cau·
sar un perjuicio irreversible al ecosistema, lo cual es un proceso de investiga·
ción y análisis ciertamente más estricto que el dispuesto ordinariamente para
las otras áreas o zonas que no tienen un reforzamiento constitucional, pues
aquí opera el principio ambiental de precaución o in dubio pro ambiente, así:
En la aplicación del inciso 3 se debe seguir el principio de
precaución, principio que se puede expresar con la expresión in
dubio pro ambiente. El mismo principio debe aplicarse respecto del
inciso cuarto del artículo 34 y que este debe ser observado también
al estudiar y evaluar los métodos y sistemas de extracción, en
consonancia con el principio número 25 de la Declaración de Río de
Janeiro que postula: La paz, el desarrollo y la protección del medio
ambiente son interdependientt:s e inseparables.

Así mismo, como lo recordó esta Corporación en una reciente decisión


de constituciona lidad '· sobre el artículo 1 numeral 6 de la ley 99 de 1993 que
recoge el principio de p recaución, en la "Declaración de Río de Janeiro de
1992 sobre Medio Ambiente y Desarrollo", ratificada por Colombia, el prind·
pio determina lo siguiente:
Principio 15. COn el fin de proteger el medio ambiente,
los Estados deberán aplicar ampliamente el criterio de precaución
conforme con sus capacidades. Cuando haya peligro de dai'lo grave o
irreversible, la falt·a de certeza científica absoluta nO deberá utilizarse

8 Cfr. Palacio, et al. lOO!. Naturaleza en disputa. Ed. Unijus. p. 3)7.


(Cita de la Sentencia C·))9 de lool, Corte Constitucional).
9 Cursiva fuera del texto.
10 Sentencia C·l93 de lool. M.I'. Alfredo Beltrán Sierra.

180 Ramón Esteban Laoo[de


como raron para postergar la adopción de medidas eficaces en función
de los costos para impedir la degradación del medio ambiente.

Para el asunto que nos ocupa, esto quiere decir que en caso de pre-
sentarse una falta de certeza científica absoluta frente a la exploración o
explotación minera de una zona determinada, la decisión debe inclinarse
necesariamente hacia la protección de medio ambiente, pues si se adelanta

_.
la actividad minera y luego se demuestra que ocasi:onaba una grave daño am-
biental, sería imposible revertir sus consecuencias.

El Plan Estratégico 2007-2010 de la Agencia Nacional de Hidrocarburos


establece como objetivo aumentar el con ocimiento geológico para el desarrollo
de las áreas de su interés y para incrementar la actividad exploratoria en todo
el territorio nacional, todo con el propósito de incorporar nuevas reservas de
hidrocarburos.
Las metas especificas del sector en relación con la gestión del conoci-
miento son:
- Realizar evaluaciones técnicas que conlleven al
calentamiento de áreas.
• Seguir de manera secuencial cada una de las fases que
conforman el programa de Gestión del Conocimiento para obtener
así mayor información sobre el potencial geológic:o de las cuencas
colombianas.
o 500 km. de sísmica 20 adquiridos anualmente .
• 1.000 muestras de geoquímica orgánica analizadas
anualmente.
o Cubrimiento del 100% de la superficie t.errestre sedimentaria
con gravimetría y magnetometrla en los próximos 5 años.
o Realizar al menos un pozo estratigráfico cada 3 años ya sea
con recursos propios o de los inversionistas.
- Revisión y mejora anual de la cartografia geológica existente
,
en al menos 500 km .
- Anualmente evaluar e interpretar los resultados obtenidos de
[os estudios geológicos y geofisicos del año inmediatamente anterior e
incorporarlos al Banco de Información Petrolera.

Las metas en relación con los aspectos sociales y ambientales son :


- Diez (10) convenios realizados para impulsar el desarrollo
de temáticas sociales y ambientales relacionadas con el sector
hidrocarburífero.
- Sistema de información ambiental del p;JÍs disponible vía
Web para el sector hidrocarburífero.
- Mapa de sensibilidades ambientales del país y

¿COImlrvación o desarrollo? Análisis de la politlca


ambienta) y extractlva en la Amawnia lit
recomendaciones de manejo para las diferentes regiones, disponible
para la industria.
- Cinco (5) iniciativas con grupos étnicos Impulsadas por la
Agencia Nacional de Hidrocarburos para viabilizar el desarrollo de los
proyectos hidrocarburíferos.
- Cinco (5) iniciativas ambientales impulsadas por la Agencia
Nacional de Hidrocarburos para promover el desarrollo sostenible en
la Industria.

En general se puede señalar como el Gobierno Nacional viene imple-


mentando una agresiva política para desarrollar todo el potencial de los sec-
tores extractivistas de los recursos del subsuelo, buscando atraer el mayor
flujo de inversión extranjera o nacional. que permita obtener un aumento
significativo en el monto de los recursos provenientes de estas actividades.
En ambos casos se considera importante dar cumplimiento a los compromisos
que se derivan de los aspectos socioambientales y se establecen objetivos.
metas y actividades para tal propósito, sin embargo, se pasan por alto tO[al o
parcialmente las Iimitantes socioambientales dispuestas en el ordenamiento
constitucional. como particularmente se puede evidenciar en los casos de es-
tudios propuestos en el presente artículo. que no resultan ser casos aislados,
sino una pequeña muestra de una generalidad imperante.

CODd,I,~

Los pueblos indígenas habitantes del Bajo Río Apaporis y de la Selva de


Matavén se han visto envueltos en la encrucijada que les plantea la contradic-
toria y errática política del Estado colombiano. De una parte, el sistema jurí-
dico les brinda una protección constitucional en lo ambiental a sus territorios,
por estar éstos ubicados en áreas o zonas de especial importancia ecológica,
en donde operaría una clara e ineludible limitación a las actividades extracti-
vistas de los recursos del subsuelo que les permitiría sin sobresaltos mantener
a salvo su integridad culturaL social y económica. Mientras que, por otra
parte, el desconocimiento estatal de la mencionada protección constitucional
los obliga a adoptar nuevas estrategias de resistencia y adaptación basadas
en figuras o instituciones ajenas a sus modelos tradicionales de organización,
formas de manejo territorial y, en general, a su cosmovisión.
Por ahora, la apuesta de los pueblos indígenas se encuentra centrada
en la comprobada ineficacia material del régimen normativo dispuesto para
el manejo. uso y aprovechamiento de los recursos naturales renovables en
las áreas del sistema de parques naturales en relación con dichos pueblos, lo
que les permite someterse sólo formalmente a dicho régimen, mientras que
éste mismo si resulta eficaz, aplicable y Iimitante para el mismo Estado y los
empresarios, clientes o gestores privados que buscan adelantar actividades
extractivas en sus territorios.

182 Ramón Esteban Laboroe


PARTEIII
GOBERNliNZA COMO CONFLICTO

PEDRO GALINDQ

MARCO TOBÓN

LORENZO VARGAS

FERNANDO FRANCO
ENERGIA, MEGAPROYECTOS y MEDIO

AMBIENTE EN LA AMAZONIA

PEDRO GALINDO
Profesional ~n Ciend~s PoUtic~s de La Unl~idad de Jos Andes.
Magíster en CkncLas Polillas de I~ Unlw.l"$idad de los Andes.
listudiOló de Doctorado en SocIología Jurídica e Instiwclones Polítlcats
<k b Universidad Externado de CoLombi;!,
Especulista en Der«hos HUlIliln05
pNroga/;ndobogola@gmgil.wm

...
RnumeD
Una compresión más profunda de las implicaciones socioambientales de la
explotación amazónica requiere de un diálogo entre ambienulislas y analistas de las
economias extractivas de los recursos del subsuelo y de los impactos que la aClividad
petrolera genera. El estudio de la Amazonia colo mbiana demanda incorporar en el
análisis los recursos energéticos. La explotación de esos recursos (petróleo, oro y
otros minerales) forma parte de las posibilidades de construcción social del futuro,
en una configuración interna de la Amazonia que se construye y reconstruye en
su relación con el mercado mundial y el valor real y simbólico de los recursos que
la conforman. A su vez, implica retomar las experiencias de extracción en la zona
petrolera de la Amazonia (el Putumayo), a partir de los procesos e impactos que ha
dejado esa explotación en la desestructuración social y ambiental del territorio.
Para alentar esta interlocución se propone, en primer lugar, una
aproximación analítica de los proyectos imaginados de territorialización de la
Amazonia, en los que la extracción de los recursos petroleros tiene un papel
significativo; posteriormente, se aborda la significancia del subsuelo en esos
proyectos con relación al proyecto nacional, el proyecto de atracció n transnacional
y el de integración suramericana, situando en perspectiva las potencialidades
petroleras amazónicas,
Palabras claves: petróleo, Amazonia, industria petrolera, recursos, integración,
ambiental

A deeper understanding of Ihe socio environmental implicarions of the


Amazon exploitation requires a dialogue between environmentalists and analysts
of extractive cconomies of subsoil resources and the impacts that oil activity
generales. The sludy of the Colombian Amazon, requires to incor porate the energy
resources into the analysis. The exploitation of Ihese resources (oH, gold and other
minerals) is a possibility for social construction oflhe future, in an Amazon internal
configuration of that is constructed and reconslructed in its relationship with
the world market and the real and symbolic value of resoun:es that make it up. In
turn, il involves reactivating oH extraction experiences in the Amazon (Pulumayo),
starting from Ihe processes and impacts that Ihis exploiration has left in the social
and environmental disarray of the area. To encourage this dialogue it's proposed:
first, an analytical approach in Ihe Amazon territorialisation projects that has becn
imagined in which Ihe extraction of oi! resources has a significant role. Afterwards,
it's addressed the subsoil meaning in these projects regarding the nalional projcct,
the transnational attraction project and the of South American integration proj«:t;
putting the oil Amazon potentíal into perspective.
Keywords: Oil, Amazon, oil ac tivity, natural resources, inlegration, environment.

ID...........
Entender la Amazonia a partir de los recursos energeticos, requiere
imaginar los recursos del subsuelo. La explotación de esos recursos ocultos

186 Pedro Oalindo


significa también la posibilidad de construir el futuro explotando lo oculto
(petróleo, oro, minerales). Pero ello también signifi.ca que la configuración
interna de la Amazonia se construye y reconstruye e:n su relación con el mer-
cado mundial y el valor real y simbólico de los recursos que la conforman .
Igualmente, la dinámica de libre mercado y la economía mundo, la dinámica
de desarrollo vial, portuario, de comunicaciones satel.itales y energético, nece-
sita de la Amazonia como punto nodal de integración, que solamente se puede
legitimar con unas nuevas relaciones sociedad-natur¿l leza.
Para desarrollar el planteamiento anterior, est,~ escrito propone distin-
guir la región amazónica en tres ejes: el primer eje lo constituye el área andina,
con un pasado histórico indígena y de cristianización; el segundo se consti-
tuye en un eje a partir de las posibilidades del desarrollo infraestructural de
articulación Oriente-Occidente y Norte-Sur, como polo de desarrollo futuro;
el tercer eje está constituido por dinámicas de integración fronteriza en es-
cenarios regionalizados con perspectiva central en el desarrollo del Corredor
Bi-Oceánico como puerto fluvial.
El propósito de este artículo es proponer, desde el estudio de la
Amazonia colombiana, un diálogo entre ambienta listas y los analistas de
las economías extractivas de los recursos del su bs:uelo para una compre-
sión más profunda de las implicaciones socioambier.ltales que esta actividad
genera, superando la visión depredadora contrapwesta a la mirada conser-
vacionista .
La hipótesis que guía este trabajo es develar la forma en que el terri-
torio al oriente de la cordillera de los Andes, la Am.azonia en particular, se
concibió en los orígenes de la exploración petroler.a colombiana como una
zona de reserva que sólo seria explotada cuando se hubiere valorizado por
la exploración liberal del occidente de la cordillera andina. Una vez agotados
los grandes yacimientos de la región orinoquense, la perspectiva petrolera se
concentrará en la Amazonia colombiana, parte de la Amazonia occidental a la
que ella pertenece, con graves implicaciones para su sostenibilidad ambiental.
Para alentar esta interlocución se propone, en primer lugar, una
aproximación analítica de los proyectos imaginados d e territorialización de la
Amazonia, en los que la extracción de los recursos petroleros tiene un papel
significativo; posteriormente se aborda la sig nificancia del subsuelo en esos
proyectos; luego se expone más extensamente el cOlntenido de los proyectos
nacional, de atracción transnacional y de integración suramericana, enmar-
cada en la integración latinoamericana; inmediatamente después se ocupa,
desde la experiencia de los procesos de una zona petmlera de la Amazonia, de
los impactos que ha dejado esa explotación en la dl~sestructuración social y
ambiental del territorio, para, finalmente, poner en :perspectiva las potencia-
lidades petroleras amazónicas.

La comJ)leliüd amazODlca: proyecloI; ywna~


El resultado de procesos recientes de "volver la mirada" hacia el

Energla, megaproyectoll y medio ambieDte en la Amasonia 117


Oriente colombiano' y, en particular, hacia la Amazonia, nos abre una visión
compartida de Colombia con Ecuador, Perú y Bolivia y nos permite concebir
la Amazonia colombiana e n tres formas: primero, como proyecto nacional. en
el cual se articula al mercado interno en el proceso de ampliación de la fro nte-
ra agrícola llevada a cabo en su terri torio; segundo, como proyecto de integra-
ción latinoamericana y suramericana l y zona de articulación de la Amazonia
al modelo de libre mercado; y, tercero, como proyecto de atracción transna-
cional. que lo constituye junto con la Orinoquia en un lugar privilegiado para
el acceso a las fuentes de riqueza provenientes de los recursos naturales de la
Amazonia. Veamos en detalle esta variedad de proyectos.

Proyecto nacional
Desde esta perspectiva, son determinantes los procesos históricos de
poblamiento, los recursos incorporados y la proyección y construcción de in-
fraestructura para ocupar el territorio, así como las relaciones sociedad-Esta-
do. Mirados en conjunto, estos proyectos configuran un ámbito de relaciones
entre el centro político nacional y la región y la posible pro puesta de sentido
de la Amazonia, en términos de su articulación al Estado central y al escenario
internacional. El proceso de poblamiento estuvo definido origina lmente por
la práctica civilizatoria de la diócesis de Popayán, que generó conf1ictos con
la población indígena original. Posteriormente, tinalizada la guerra colombo-
peruana, a partir de la década de los años treinta del siglo xx se promovió el
car reteable Pasto-Mocoa- Puerto Asís (aún en construcción), el cual estimuló
un proceso migratorio que no logró consolidar un desarrollo agrícola ni una
forma eficaz de Estado. Aparte de este esfuerzo, son casi nulas las vías de
acceso al mercado nacional. El interés del centro del poder se limitó a la im-
portancia limítrofe de la región con los países vecinos.
Un siglo duró la discusión acerca del establecimiento de la linea de se-
paración de soberanías sobre el territorio putumayense, en el que convergían
brasileros, peruanos, ecuatorianos y colombianos. Mientras tanto, la ex.plo-
ración de la Amazonia se realizaba por británicos y norteamericanos', que
extendían sus intereses a las posibilidades de inversión para la explotación de
la riqueza almacenada en la región.

Jane Rausch. 1994. Una frontera de la sabana tropical: Los llanos de


Colombia 15]1- 18]1. BogoLi: Banco de la República, pp. 40<}- 45l .
'" La Integración Latinoamericana en el caso colombiano corresponde territorialmente
a dos gra ndes proyectos de integración: el centroamericano a través de sus
mares y de la zona limítrofe con Panamá en el Darién chocoano. Yel proyecto de
integración contenido en la Iniciativa de Infraestructur.1 de Sur América ( 11 I SA).
En referencia a la Ama:wnia. aqui se trabaja la implicación energética en el
proyecto de Integración latinoamericana y se destaca en lo que compete al 11 RSA.
J Entre ellas: Michelena y Francisco Rojas. Exploracifm oficwl; Pereira
De Berredo, Bernardo Annais. Hist6rico /);} Estado /);} Maranhao;
Oliver Ord inaire. Del Pacifico al Atldmico; Alfred R. W,tlla~. Una
narración de los viajes por el Amazonas y El Rio Negro.

188 Pedro Oalindo


En la actualidad, la dinámica del d esplazamil~nto y los cultivos ilícitos,
en medio de un intenso conflicto armado, han llevado al límite la desestruc-
turación del territorio, que, en un proceso de ~~structuración¡ plantea la
articulación de la Amazonia con el Occidente colom biano y el centro del país,
esto es, con Jos núcleos de atracción del mercado ilnterno de Florencia, en el
piedemonte andino, de la ciudad de Neiva, en el v'alle del río Magdalena. y
de San José del Guaviare, en el centro noroccidental colombiano, así como
con la cordillera y entre la Orinoquia y la Amazonja. El trapecio a mazónico,
de interés geopolítico, no deja de ser un enclave qll(~ lleva pescado al mercado
internacional y se promueve como destino turístico, conectado solo por vía
aérea'.
La regionalización de la Amazonía colomb:iana tiene varias miradas
analíticas. Palacio', desde una visión de región su:r del país, propone cinco
subregiones según la dinámica étnica, económica y social, rompiendo las vi-
siones de frontera· que han imperado para describir el territorio "desconoci-
do" del Oriente colom biano y evidenciando las comlPlejidades Y diversidad de
Jos procesos de constitución de región. Desde una perspectiva energética, del
petróleo de la Amazonia sólo nos llegan ecos de lo nombrado; pero reducidas a
una situación analítica, las voces de la riqueza petronera, el precio del petróleo
y las reservas de cru do, como en el caso del Putumayo, contrastan con la
pobreza actual'.
La explotación de recursos, entre ellos los energéticos, conforma regio-
nes como nodos asociados al impacto de la activid,~d industrial energética a
partir de sus modelos extractivos. Los procesos exploratorios que se anuncian
reconfigurarán regiones adicionales a las ya establec:idas, como el piedemonte
petrolero putumayense con centro en Orito. Este eje:mplo nos ser virá más ade-
lante para mostrar los impactos que la explotación petrolera ha dejado en la
Amazonia. A continuación, la mirada de región amazónica se centrará en los
tres ejes arriba mencionados y en su relación con los proyectos de integración .

lD&egrad6a I..tIDMmertcaDa Y lRInID8dc:aaa


El proceso de integración latinoamericana está articulado y hace parte
de los acuerdos desarrollados en el marco de construcción de un Acuerdo de
Libre Comercio en América (ALCA), propuesto por I~I gobierno de los Estados
Unidos como acuerdo hemisférico ante la Cumbre d,: Presidentes de Amér ica,

4 Palacio Castai'leda, Op. Cit" p. ].


5 Ibld., pp. 2-].
6 Raush, Ob. Cit" pp. 409- 45l.
7 Pedro Galindo, Lisa G6mez, Osear Usec he, Mary Galindo y Gabriel Salas. lOO7.
lnfo~ estructural del departamento del Putumayo. Defensoria del Pueblo. MSD . "El
Departamento de Putumayo es el cuarto departamento después de Choco, Vic hada y
Nariño oon menores ingresos tribut'arios ( ... ) la asignación per cápila fue de )0. ¡59
pesos en promedio durante el periodo 1m-junio de lo06 ( ... ) lan solo el 14.82 % de
la población putumayense tienen cubrimiento de necesidades básicas", pp. 10 1- 110.

Energia, megaproyectofl y medio ambiente en la Amazonia U,


celebrada en diciembre de 1994 en Miami, en el que la conexión de los paí-
ses fronterizos de la Amazonia es fundamental para el modelo de desarrollo
de acceso al libre mercado. Las deficiencias de las cond iciones de transporte
están en el desarrollo existente y debenin ser superadas para el año 2020 con
infraestructura vial. comunicaciones y energía. Colombi..! ha participado de
las tres cumbres presidenciales en las que se ha dado impulso a la integración,
elaborado el plan de acción y trazado los programas de aplicación de la articu-
lación suramericana como parte del proyecto de integración latinoamericana.
Para llevar a cabo esta integración se requiere del vínculo al territorio
nacional, aunando a ésta el proceso de las regiones, en las que la debil pre-
sencia de la autoridad y los servicios del Estado ha fadlitado la consolidación
de actores armados en la disputa por el territorio, y superando, en especial,
la separación imaginaria existente entre el Oriente y el Occidente del país. El
segundo lugar lo ocupa una estrategia de desarrollo infraestructural a través
de megaproyectos, y, el tercero, una estrategia contrainsurgente y de pacifica-
ción, en especial en las zonas ejes de la conexión internacional.
El proyecto de integración latinoamericano atraviesa la Amazonia, co-
necta las fronteras y traza corredores internacionales. Se funda en la oferta de
ventajas comparativas de los países andinos de acuerdo con sus potencialida-
des y asigna proyectos especificas para cada uno de ellos, tales como la cons-
trucción de la "Marginal de la Selva", la cual uni rá Guasdualito (Venezuela)
con Santa Cruz en Bolivia, y el corredor Bi-Oceánico Belem do Para-Tumaco,
el Tratado de Cooperación Amazónica y la creación de Zona de Cooperación
Fronteriza de Colombia con Ecuador y Perú.
La Carretera Marginal de la Selva se definió en octubre de 196), cuan-
do los ministros de obras públicas de Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia se
reunieron en comisión conjunta en Lima para considerar la construcción de
la carretera como un camino propuesto a lo largo del piedemonte y los valles
orienta les de la cordillera de los Andes, con el fin de dar acceso a regiones
apropiadas para colonización y desarrollo agrícola. La carretera Marginal co-
nectará en el Norte con el sistema vial venezolano, cruza ndo el rio Arauca
(límite con Venezuela) en la región de Saravena, o bien llega ndo a Pamplona y
siguiendo a Cúcuta y la frontera (Puente Internacional) por la carretera troncal
del norte para pasar a territorio venezolano. Por el extremo Sur, la Marginal
conecta con varios accesos a Santa Cruz en Bolivia. El financiamiento del pro-
yecto fue contratado en Nueva York el8 de enero de 1964 por Perú, Colombia,
Bolivia y Ecuador, con aportes de los cuatro países y una contribución del
Banco Interamericano de Desarrollo' .
En la primera reun ión de presidentes, que tuvo lugar en Brasilia (2000),
se adoptó la coordinación técnica que venía desarrollando la Integración de

8 Alfonso López Michelsen. 1978. Testimonio final. Mensaje al Congreso NacWnal


1978. Bogotá: Talleres Gráficos del Banco de la RepúbliciI, Volumen 1, p. 60<).

190 Pedro Galindo


Inrraestructura Regional en Sur América - IIRSA- ' para la integración física
del subcontinente; la segunda cumbre, en Guayaq uil (2002). estableció los
principios básicos del plan de acción para la integración en cuanto a la pers-
pectiva macf"Oeconómica. la sostenibilidad social. la e6ciencia económica. la
sostenibilidad ambiental y el desarrollo institucional. En el tercer encuen-
tro de presidentes, en Cuzco (2004). se conrormó la Unión Suramericana de
Naciones y se adoptaron los planes presentados por URSA, contenidos en la
Agenda de Implementación Consensuada 2005-20iCo (Ale) en 10 ejes de apli-
cación. en los que 21 planes son de interés colombiano y comprometen al país
en dos ejes. el andino y el amazónico, de aplicación ,en el territorio nacional.
A Junio de 2008, en el marco de IIIISA, los gobiernos
han conformado una cartera consensuada de 514 p:royectos de
infraestructura de transporte, energía y comunicaciones, que se
encuentran agrupados en 47 grupos de proyectos y. que representan
una inversión estimada de usS 69.000 millones a di.ciembre de 2008.
Adicionalmente, los gobiernos seleccionaron un conjunto acotado de
proyectos de alto impacto al cual están dando una ¡ltención especial
para su financiamiento y ejecución en el corto plazo (Agenda de
Implementación Consensuada 2005-2010). La J\gemda' está constituida
por J I proyectos con una inversión estimada de ud 10.188,20
millones'6.

En la región amazónica se desarrolla el grupo de planes contemplados


en el eje amazónico de articulación de los países de la región con la cons-
trucción de un corredor que articula las zonas centro y sur de Colombia
con el Ecuador y otro proyecto de enlace Bi-Oceáni.co, en un corredor ínter
modal Turnaco Puerto Asís-Belem do Pará. Este corredor tiene dos partes de
articulación, fluvial y terrestre. La articulación flu·vial centra su importan-
cia en la navegabilidad del tramo fluvial Puerto Asís-Puerto Leguízamo e n el
Departamento del Putumayo y continúa por el río Pu[umayo. navegable todo
el año. Desde allí se inida por carretera en Puerto Asís, ascendiendo a Mocoa
para remontar la cordillera hasta Pasto y terminar ,en el puerto de Tumaco,
lo que requiere adecuación y construcción de vías. Igualmente se plantea la
conexión a través del paso internacional San Migue.! (Putumayo-Colombia) y
Mataje (Ecuador).

9 La iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana


(IIIISA) surgió en la reunión de Presidentes de América del Sur, en agosto
del año 2000 en Brasilia, tiene por objeto promover el desarrollo de la
infraestructura de transporte, energia y telecomunicaciones bajo una visión
regional, procurando la integración física de los doce p.aises suramericanos
y el logro de un patrón de desarrollo territorial equitati vo y sostenible; al
igual que estimular la integración y desarrollo de regioJnes aisladas.
10 htt p:jjwww.iirsa.orgfCarteraProyectosllRSA.asp1Codldioma: ESP'
consultado el29 de diciembre de 2008.

Enervla. megaproyectOs y mledlo ambiente en la Amuorna 111


Tabla 1
ProyectO!i de energia URSA
Agenda de Implementación Consensuada 200S-2010 (AIC) a j u nio de 2008
(Seleccionados de la lista general, con relación al presente articulo)

,oUMONIZACIÓN REGULATORIA: EL~CTRICA.


Arldino Bolivia
GASIHRA y PEnDURA

Arwlino Colombia

Andino COlombia

ARMONIZACiÓN REGULATORIA: EL~CTRICA.


Arldino Ecuador
GASIFERA y PETROLERA

Andino EWilOOr INTERCONEXiÓN H~CTRICA ECUAOOR. PERÚ

Andino Perú

Del Amuonu Colombia

Del Amuonas Perú

Del Ama~onas

Br,nil

Perú - Bru il- Bolivia Perú


BRASil

'"
Perú - BrilSil- BoIrviil

11 1

Perú - Brasil- Bolivia

LINEA DE TRANSMISIÓN ENTU LAS DOS CE NTRAL{S


Perú - Bruil- Bolivia Brasil HIDROEL~CTRICAS DH Rlo MADEIRA y El SISTE MA CENTRAL

FUI!ntt IIR'SA. ConsulU : dldembre de 2008

192 Pedro Galindo


El proyecto Bi-Oceánico en la Zona amazónica colombiana involucrada
comprende la mayor parte del corredor cuya área de influencia cubre un poco más
del 10 % del territorio colombiano ti. Esta zona está aJItamente convulsionada y
presenta los más bajos índices de desarrollo del país, una región que no está
en la lista de prioridades de la sociedad civil ni de leos militares colombianos".
En ella se aplica el Plan Colombia, que tiene como punto de partida el depar-
tamento del Putumayo.
La frontera tiene un carácter estratégico en .la geopolítica mundial " y
los planes de lIRSA se articulan con el Tratado de Cooperación Amazónica,
TCA (1978), para la integración de los países amazónicos en una sola política
regional, que promueve la cooperación económica y la integración amazó-
nica. Tiene dos programas prioritarios: uno de conservación y uso sosteni-
ble de la biodiversidad y otro de consolidación de los resguardos indígenas.
Igualmente, provee información sobre la vigilanciía aérea de la región. El
interés económico colombiano desde su territor io ·está basado en el carbón
siderúrgico, las reservas de carbón energético y el petróleo hacia el territorio
brasilero. En Brasil, el interés económico se basa en los recursos de la meseta
de Mato Grosso y los productos del parque industrial de la Zona Franca de
Manaos (ZFM).
Las posibilidades de mercado desde los países andinos, en la zona de
interconexión suramericana de l Putumayo, tiene como centro sus recursos:
el 52% de las exportaciones de la Comunidad Andina consiste
en productos de energía, tales como el petróleo, el carbón y el gas.
Además, representa el 25 % de la biodiversidad de1 mundo, 20% del
agua dulce del planeta, incluyendo a Brasil, cuatro veces las reservas
de petróleo de los Estados Unidos, ocho veces las reservas de petróleo
del MERCOSUR, 74 % de [as reservas de gas natural de América y el
75 % de la producción de carbón de América".

Proyec:to .uralMllcaaode au.cd6a tnIUIModoDal


La riqueza natural del territorio amazónico eJ:l petróleo, caucho, palma
africana, minería, agua, madera y biodiversidad, así como las posibilidades de
comunicación, son un atractivo para las empresas inversionistas de los países
desarrollados en los campos de la energía, las comumicaciones y la biodiver-
sidad. Estas empresas, de acuerdo con su tecnología, imponen maneras par-
ticulares de organizar el trabajo que generalmente chocan por las diferencias

11 Colombia ¡nternilcional. :lOOS. "l.¡ integración fisica di!


Colombia con sus vecinos". Palie) Paper nO 1), p. ).
'l Ibid.
'3 ¡bId., p. 1
'4 Asociación de Refugiados de Latinoamérica y del Caribe· A/llAC.
Citado en: Colombia In/enuJciolUll. Brilsil- Colombia. ",~ Vecinos en
proceso de acercamiento?". Policy Paper nO 1) . .lOO), p. 8.

Entttgia, megaproyflCtoli y medio ambiente en la Ama:wnia 1.3


culturales y tecnológicas de las empresas con la región, sin que les interese
asentarse más allá del per iodo contractual.
Para el desarrollo de la economía y el Ubre mercado, la infraestructura
de movilidad y tránsito la constituirá el corredor Bi-Oceánico Belem do Para-
Tumaco q ue permite el acceso de Brasil al Océan o Pacifico, el cual dara salida
a la producción industrial agropecuaria de la meseta de Mato Grosso en el
centro del Brasil e igualmente articulará, a través de la Carretera Marginal
de la Selva, Caracas con Buenos Aires y el río Orinoco con el piedemonte
Andino hasta el corredor Bi-Oceánico que atraviesa Argentina y Chile, según
los planes de desarrollo del Acuerdo de Li bre Comercio de América a través
de la integración de la infraestruct ura regional de Suramérica. I1RSA. En este
sentido, sus fuentes fl uviales y el piedemonte a ndino son un corredor estraté-
gico para las comunicaciones suramerica nas, permitiendo la salida comercial
del recurso natural amazónico y articulador del país al proceso de integración
de las Américas.
Tan[Q los acuerdos de inversión como los desarrollos infraestructurales
son fruto de negociaciones e ntre los centros de poder de los países participan-
tes e interesados, así como de los centros de mando d e los inversionistas. La
legitimidad de las actividades se realiza con el centro d e gobier no del país, sin
una previa legitimación en la región para la extracción de riquezas, lo que ha
generado conflictos y desest ructuraciones sociales y culturales.

Reordenamlento territoria l
El reordenamiento del terr itorio genera escenarios de futuro que pue-
den ser planeados para las articulaciones propuestas y se establecen como
escenarios referenciales que se realizan en la medida que se implantan de-
sarrollos estructurales para la reestructuración de la región. El proceso de
ocupación de la Amazonia es visto por Domínguez como una colonización
"que avanza e n forma lenta (... ) La Amazonia cumple un papel importante en
la acumulación capitalista mundia l y en la solución de los problemas sociales
y políticos internos de los diversos países"'\ mientras que Palacio nos ubica
en un proceso inacabado de descolonización" en dos factores, la identidad y
la prod ucción de conocimiento.
Por otro lado, desde la perspectiva energética se observa el reordena-
miento del territorio en un ir y venir en contradicción ya q ue, por una parte,
avanza n los procesos ex ploratorios y, por otra, las n ecesidades e intereses
de la región y sus habitantes. La colonización persistente en la Amazonia se
presenta desde el poder central del país, los intereses de las empresas y las
posibilidades de articulación y los nodos industrializados.

15 Camilo Domínguez. ::wos. Amazonia colombiana, ec:onomÚl y


poblamimto. Bogotá: Universidad Externado de Colombia, p. 339.
16 Palacio Clstañeda, Ob. Cit.

194 Pedro Gallndo


La rIqae:u. del nIIWeIo amazóDlco
Los estudios académicos y el análisis de la Amazonia colombiana no
han logrado, más allá de su mención sobre la riqueza petrolera, explicitar
los silencios de la experiencia histórica de la explotación petrolera de la
Amazonia, pero aun sin dar cuenta de los procesos contenidos ni ubicar en
perspectiva el sentido de esa actividad .
Los científicos sociales amazonistas colombianos han priorizado sus
investigaciones en el uso del suelo y han hecho sólo ligeras referencias al
conocimiento de la explotación de los recursos naturales del subsuelo y su
característica fundamental de no renovables. Una revisión del estado del arte
de los más importantes estudios de la alta Amazonia confirma esa situación.
Camilo Domínguez en su obra sobre economia y poblamiento" propo-
ne una perspectiva de análisis en el que "la econom:ía amazónica ha exhibido
generalmente un mayor grado de cosmopolitismo que el centro del país, en
razón a su carácter de explotación intensiva, vinculada a los grandes capitales
de las metrópolis coloniales"", una economía extractiva que "ha destruido
sin constru ir". Con relación al petróleo, Domínguez solamente dedica algunos
párrafos de un corto artículo al examen del reordena miento que ha introduci-
do este recurso en la Amazonia ", específicamente Orito-Putumayo, en el cual
se sugieren unos temas de análisis: la baja densidad demográfica y la con-
secuente migración; la presencia prácticamente simbólica del Estado, cons-
tructor "eterno" de una carretera (Pasto-Mocoa), y las compañías petroleras
convertidas en la verdadera ley, como factor determinante en los procesos de
ordenamiento espaciaL con impactos ambientales de tala de la selva y conta-
minación de suelo yaguas con desechos tóxicos; co:o lo que suple la omisión
de la periodización utilizada en la obra maestra "La economía extractiva en
la Amazonia", realizada en coautoría con Augusto Gómez", para proponer o
defender políticas para la Amazonia colombiana .
Roberto Pineda Camacho, antropólogo, ocupado con amplitud de los
estudios amazónicos y conocedor de la existencia de la problemática petro-
lera amazónica", no aborda el tema asociado al impacto sobre los habitantes
de la región. Más recientemente, desde la perspectiva de análisis de las eco-
nomías extractivas, el sociólogo Carlos Zarate" prcofundiza en la Amazonia

17 Domínguez, Ob. Cit.


18 Ibíd., p. 17
19 l bíd., pp. 311-313
10 Camilo Domínguez y Augusto GÓmez. 1990. La et;01Jom{a
t xtractilla tnla Amaz01Jia colombiana, 1350-193°. Bogotá:
Corporación Colombiana para la Amazonia Araracuara.
11 Mencionado en: Guillaume Fontaine. 1003. E/ prtcio dtl ¡>tlró/tO. ConJliclO$
socioombitr/lalts y gobtrnabilidad tn la Rtgi6n Amazónica. Quilo: FLACSO,
Sede Ecuador, IfEA - Jnstitut Fran~ais d' Études Andines, p. 17.
H Carlos G. Zarate SOlía. 1001. Extracción dt quina, la configurod6n dtl
t spado andino Amazónico dt fmt$ dt l $íglo XIX. Bogotá: Universidad
Nacional de Colombia Sede Leticia - Inimani. Unibiblios, p. 17.

Enervía, meoaproyectos y Inedlo ambiente en la Amazonia "'


colombiana, ecuatoriana y boliviana, "teniendo en cuenta que en años recien-
tes se ha venido proponiendo el impulso a formas de extractivismo" concen-
tra sus estudios sobre la economía extractiva de productos del suelo (caucho y
quina), sin aún acercarse al estudio de los productos del su bsuelo.
Los estudios que se encuen tran sobre la extracción de recursos del
subsuelo se concentran en el piedemonte del Putumayo, sin una clara referen-
cia a ese ter ritorio como parte de la Amazonia, y están referidos a la minería.
Sin embargo en u n texto de 1985, el historiador norteamericano René
De la Pedraja, quien, en uno de sus trabajos sobre la energía en Colombia",
buscando por qué, a pesar de la riqueza colombiana en recursos naturales, el
país se mantiene en el subdesarrollo, se refirió a la selva amazónica como
'una de las maravillas naturales del mundo' que se extiende
en un terreno continuo desde las frías laderas de los Andes hasta las
corrientes ecuatoriales del Océano Atlántico. La densa vegetación (... )
hace del Amazonas uno de los lugares más inhóspitos para el hombre
sobre la tierra, no obstante, el atractivo de sus enormes e inexplotados
recursos ha demostrado ser irresistible durante siglos. En tiempos más
antiguos sus principales preseas eran oro, diamantes, caucho y maderas
tropicales; en el siglo XX la atención se ha centrado en el descubrimiento
de otros recursos naturales, y en panicular de vastos yacimientos de
petróleo que fluyen bajo los tributarios del río Amazonas....

La ausencia de una bagaje investigativo sobre la riqueza del subsuelo


de la Amazonia, en particu lar, sobre el petróleo, es grave para la comprensión
de esta vasta región, un vacío en la labor de los amazonólogos. Dificulta el
dialogo interdisciplinario y nos hace cómplices de los silencios que sobre esta
región guarda la historia política oficial.
El Oriente colombiano, Amazonia y Orinoquia, es integrado al ima-
ginario nacional por la novela de Eustaqu io Rivera, La Vorágine, y por el
conflicto con el Perú"; en la segunda par te del siglo xx, a partir del modelo
exportador de recursos (petróleo) del Estado central, que conlleva y traslada

13 René de la Pedraja Toman es autor de tres obras relacionadas con la


energía en Colombia: Historia de la energía en Colombia 1537-193°. en la
que analiza los modelos de empresariales de la energía: privado. estalal
y extranjero. (1985): Petroleo, electricidad, carbón y política en Colombia,
que centra su atención en la política energética del pais (1993). y UI
Guajira en el siglo XIX: Indígenas, contrabando y carbón (1988). articulo
en el que trata de los compromisos de las empresas colonizadoras con
los tribus guajiras. Se desempeñó largo tiempo como profesor de la
Universidad de los Andes y de Canisius College de Búfalo. Nueva York.
14 René De La Pedraja Toman. I99J . Petroleo, electricúkld. carbón y
poli/jea en Colombia. Bogotá: El Áncora Editores. pp. 92 Y 144 ss.
15 Germán Palado Castañeda. 2007. C¡neo ejfs analíticos para
comprerrder la amazonía actual. Bogotá: Foro Nadonal Ambiental.
Documento de Políticas Públicas n O 24. p. 14.

196 Pedro GaUndo


a la región sus disputas por el poder; más recientemente, en la perspectiva
ambiental, la Amazon:ia como pu lmón del mundo o reserva biológica de la
humanidad.
Mientras que la primera versión es muy conocida y divulgada, la
segunda es clave para comprender el presente y futuro de la Amazonia. La
formación de la cordillera favoreció el almacenamiento de recursos naturales
del subsuelo. El piedemonte de la cordillera en la alta Amazonia es la puerta
de entrada a ese mundo inexplorado y estratégico para el Estado central y
sus proyectos autónomos, O para aquellos de los que bace parte en época de
globalización, ante unal realidad de confluencia de varias naciones"', que plan-
tea la pregunta acerca de cómo integrar a $uramérica y la forma en que esta
deberá ser enfrentada a imaginarios ya existentes, como el establecido en el
ALeA e I1RSA.
La Amazonia si.gnifica un territorio de encuentro. Ha sido síntesis de
diversidad geológica, vida y ocupamiento humano. Diversas formas de rela-
ción babitante-natural~!Z3 han definido su historia. El siglo XXI es el espacio
de una nueva manera de ocupación en la que se plantea el reto de la sosteni-
bilidad y la preservaciún, lo cual tendrá como efecto la redefinición de la idea
de nación, región y territorio y una nueva organización social. Enseguida nos
concentraremos en el segundo aspecto que toca la riqueza del subsuelo.

La eJtploración del AmazOrutB y la conJlguradón de un te.rritorlo


La Amazonia Occidental", o alta Amazonia-, almacena grandes re-
servas de recursos hiclrocarburíferas y mineros en proceso de exploración,
en perspectiva de vincular sus potenciales recursos del subsuelo al mercado
internacional industria lizado. Actualmente la Amazonia se encuentra analíti-
camente fraccionada en más de 180 bloques petroleros y gasíferos que cubren
aproximadamente 688 . 000 km' del este de la Amazonia:', su extensión se
expande aceleradamente en Ecuador, Perú Brasil y Bolivia. Las superficies de
Ecuador y Perú están cubiertas en más de dos terceras partes por su territorio
amazónico.

16 Palacio Castañeda. O:p. Cit. , p. 6.


17 Base aproximada de extensión de Amazonia: «uatoriana 81.000
km, • peruana 6n.ooo km •, colombiana 477.)00 km•.
18 Germán Palacio Casl.l'tñeda utiliza la denominación Alu. Amalonía para
establecer la conexión de la cordillera de los Andes con la Amawnia. En: Zarate
Sotía . Prólogo. Op. Cit., p. 13. El concepto de Amawnía Occidental o Alta
Amawnia colombiana es construido por Camilo Domlnguel. Ibid .. p. la.
19 Mau Finer, Jenkins Clinton, Stuart Pimm, Brian l(eane y Carl Ross. 1008. "The
Western Amawn. A New Scientific Paper". As Published in nos ONE Online
Sdentific Journal August 13, 1008. En: So~ Amcnca's Fortsts, 011 arld Gas Projccfs
irl tht WestCnl AmawrI: ThrtalS lo Wi/demtss, Biodi~rsity, ami Jmligt.lOus Ptoplts.
nos ONE 3(8): el93J:. dol:lo. 1371 /journal.pone.oool9J. Los Proyectos Petroleros y
Gasiferos en la Amazonia Occidental: Amenazas a la Vida Silvestre, Biodiversidad,
y Pueblos Indígenas, IJ de agosto de loo8, consultado el. de octubre de loo8.

Energil, megaproyectoll y medio ambienta en la Amazonia 11'


Estas áreas son conocidas en sus potencialidades petrolíferas desde la
segunda década del siglo xx. Importantes yaci mientos se han encontrado en
ella, como el de Orito en Colombia. La expectativa del auge exploratorio de
la alta Amazonia aumenta con los descubrimientos en los campos lshpingo-
Tambococha-Tiputini (ITT) en la Amazonia Central del Ecuador, el proyecto
de gas Urucú en el Brasil y el proyecto de gas Camisea en el Perú. Existen 180
bloques petroleros y gasíferos en la selva de la Alta Amazonia incluyendo
territorios indígenas, parques naciona les y áreas protegidas)".
Los 64 bloques peruanos cu bren aproximadamente 72% de la
Amazonia peruana (490.000 kml) . .20 bloques traslapan 11 areas protegidas
de una manera menos estricta como reservas comunales y zonas reservadas".
Por lo menos 58 de los 64 bloques están sobrepuestos sobre tierras tituladas
a nombre de los pueblos indígenas. Además, 17 bloques traslapan áreas que
tienen reservas propuestas o creadas para los grupos indígenas en aislamiento
voluntario.
Recientes grandes descubrimientos de petróleo indican más de 500
millones de barriles en los bloques 67 y 39. Éste último ha comenzado recien-
temente con su fase de desarrollo. En 2007, el Gobierno aprobó los estudios
de impacto ambiental para 10 bloques que estan listos para empezar inmedia-
ta mente con la prospección sísmica y la perforación de pozos exploratorios.
En Ecuador, se, ha dividido en bloques aproximadamente 65% de la
Amazonia (52 .300 km) para las actividades petroleras. Los bloques traslapan
las t ierras ancestrales o titu ladas de diez grupos indígenas. La explotación
petrolera empezó en el norte amazónico ecuatoriano en los años 70, despla-

30 ¡bid.
3' La legislación peruana considera el establecimIento de reservas de tierras
para la conservación de la naturaleza en regio nes donde los valores naturales
o culturales son particularmente importantes (desde el punto de vista
económico-social y/o cientlfico-biológico). por lo que desde la década del
40 se han establecido "'reas protegid.as, las mismas que en conj unto forman
el sistema peruano de áreas naturales protegidas por el Estado (formalmente
el Sistema Nacional Áreas Naturales Protegidas por el Estado, SI N.... NPIl).
Reservas ComuI1ales: Han sido defini das en la Ley de .... NP (1997) como: "Áreas
destinadas a la conservación de la flora y fauna silvestre, en beneficio de las
poblaciones rurales vecinas. El uso y oomercialización de recursos se hará bajo
planes de manejo. aprobados y supervisados por la autoridad y conducidos por
los mismos beneficiarios. Pueden ser establecidas sobre suelos de capacidad de
uso mayor agrícola, pecuario. forestal o de protección y sobre humedales".
Zonas Reservadas: son áreas naturales, establecidas por el Ministerio de
Agricultura, que reúnen las condiciones necesarias para ser consideradas como un
áre~ natu ral protegida . Son reservas de tierras cuyo estado legal es transitorio o
provisional, en tanto se realiza n los estudios pertinentes para definir su extensión
y la categoría más conveniente según los objetivos a cumplir. Forman parte del
Sistema Nacional de Áreas Natur¡les Protegidas por el Estado (S IN.... NPE) y, por lo
tanto, <¡uedan sujetas a las disposiciones que corresponden a las áreas naturales
protegidas de acuerdo a la Ley N°l6834 (Ley de Áreas Naturales Protegidas).

198 Pedro Galindo


zándose ahora hacia d sur, donde un cuarto de las reservas petroleras sin
explotar se encuentran en el Parque Naciona l Yasuní. el principal parque na-
donal amazónico del :país. Esta zona protege una parte del territorio de los
Tagaeri y Taromenani, los dos grupos en aislamiento voluntario que se conoce
en el país. Al sur-oeste' del Yasuní, la intensa oposición de los pueblos indíge-
nas ha impedido la explotación por más de siete años en dos bloques conce-
sionados (Bloques 2) y 24)' Al este de estos dos, toda la parte sur-occidental
de la Amazonia ecuatoriana ha sido dividida en bloques, reservada para ser
posteriormente opcionada para la inversión.
En Bolivia, dos bloques
, de exploración concesionados cubren aproxi-
madamente 15.000 km de la Amazonia, los cuales incluyen grandes áreas
pertenecientes a los Parques Nacionales Madidi e lsiboro Securé y a la Reserva
de la Biósfera Pilon-Lajas.
En 2005, el gobierno del Brasil concesionó 25 bloques contiguos que
rodean los yacimientos de gas Urucú y Juruá , en el estado de Amazonas, en un
total de área concesion.ada de 67.000 km . Estos nuevos bloques yacen dentro
de una extensa área i:nexplorada de la Amazonia brasileña. Los campos de
Urucú ya tienen POZO!. de gas puestos en producción, pero el yacimiento de
Juruá, descubierto en '978, aún no ha sido explotado. Cerca de 400 km de ga-
soductos están siendo construidos para conectar el campo gasífero de Urucú
con Manaos. Otro gas.eoducto ha sido propuesto para transportar a lo largo
de más de 500 km ha:sta Porto Velho en el estado de Rondonia. La Agencia
Nacional Petrolera del Brasil también ha anundado recientemente sus planes
de buscar petróleo y !:as en el estado amazónico de Acre, en la frontera con
Perú y Bolivia. ,
En la Amazonia colombiana, 46 bloques ()8.000 km ) de exploración
y producdón están concentrados dentro y alrededor del departamento del
Putumayo en frontera con Ecuador y en la parte norte del oriente selvático.
La Agencia de Hidrocarburos de Colombia anunció recientemente una nueva
ronda de licitaciones, ,ofreciendo nueve nuevos bloques en el Putumayo. Más
del 90% de la Amazonia Colombiana está libre de las actividades petroleras,
pero esta situación necesariamente cambiará.

La provincia peuolera colQ1Dbo-amazómca


La región petr<olera de la alta Amazonia hace parte de un cinturón
geológico que corre a lo largo del piedemonte desde Arauca, en la frontera
con Venezuela, hasta la frontera sur con Ecuador y Perú, y se extiende so-
bre la Amazonia colOlmbiana hasta la frontera con Brasil. La Amazonia tie-
ne tres cuencas sedimentarias petroleras en su territorio: 1) Caguán-Vaupés,
2) Putumayo, Amazol1lÍa y )) la parte suroriental de la cuenca de los Llanos
Orientales.

Energia, meg-ilproy~ y medio ambiente en la Amazonia 111


La Cuenca de 1011 LJanOll orientales"
La Cuenca de los Llanos Orientales es la más prolífica en hidrocarbu-
ros de las cuencas continentales en Colombia. Limita al Norte con la frontera
colombo-venezolana; al Sur se extiende hasta la sierra de la Macarena y el
Vaupés en la parte sur del río Guaviare; el limite oriental lo constituyen el
Escudo Guayanés, al Oriente, y, al Oeste, la cordillera Oriental. Esta cuenca
cubre parte de la Orinoquia y la Amazonia y está situada bajo tres fo rmacio--
nes del suelo: el llano, el área de transición interselvátka y la Amazonia.
La cuenca
, de los Llanos Orientales, integralmente, tiene un área de
96.000 km y ha tenido lugar en ella el descubrimiento de 2 campos petroleros
de tamaDO gigante (Caño Limón y Cusiana), tres campos medianos (Rubiales,
Apiay y Complejo Domado) y más de cincuenta campos de crudos pesados o
campos menores.
La cuenca ha producido más de 1.500 millones de barriles de petróleo,
la mayor parte de muy alta caHdad. Ha sido explorada moderadamente y no
se han estudiado sus estructuras profundas; sus aéreas acumuladoras de hi-
drocarburos más potenciales están en la parte sur y oriental al igual que en la
parte sudoccidental, al sur del campo de Castilla.

La Cuenca Gaguán - Putumayo


Esta cuenca es extensión de la cuenca de Oriente-Marañón de Ecuador.
La intención exploratoria es extender los limites de la cuenca de Putumayo
para incluir el área del Caguán, hacia los límites con Perú.
Los límites de esta cuenca son: la punta de la cordillera Oriental hacia
el noroeste, la sierra de la Macarena al nordeste, al sur la frontera internacio-
nal ecuatoriano-peruana y al este la Serranía de Chiribiquete.
, Caguán-Putumayo tiene una extensión de aproximadamente 104.000
km . La exploración en la cuenca se empezó por Texaco en 1948. En 1963, esta
compañía descubrió Orito, un campo mediano con reservas en el orden de
250 millones de barriles. En esta cuenca se han realizado 19 descubrimientos
y encontrado reservas de 365 millones de barriles de petróleo; igualmente,
constituye una gran reserva de gas. La producción de mayor significación
tuvo lugar en el campo de Orito. Los otros 18 campos menores están situados
en la zona fronteriza con Ecuador, lo que indica el área de potencialidad ex-
ploratoria de esta cuenca. El petróleo, se presume, migró y se acumuló hacia el
área norteña del Caguán, en la región nororiental de la cuenca. Las áreas bajo
los ríos Rumiyaco y Orteguaza también son focos potenciales.
Prospectivamente podría encontrarse petróleo adicional en grandes
cantidades en las trampas de las superposiciones de la formación de la cordi-
llera La presencia de estas trampas sugiere que gran parte de la cuenca todavía
tiene un potencial exploratorio significativo.

)2 Agencia Nacional de Hidrocaburos (A Nli). Colombia,.,


SNimc u ary Basin, agosto de 200'"] .

100 Pedro Galindo


La Cuenca Vaupés-Amazonu
Esta cuenca es una depresión en la región baja sur-oriental de Colombia.
Limita al Oeste por la Serranía de Chiribiquete. al Nordeste por La Trampa-La
Colina de Carurú, por el Norte con Vaupés. La extensión sur-sudeste de esta
cuenca alcanza las fronteras peruanas y brasileñas y puede extenderse cerca
de la Cuenca de Solimoes en Brasil.
Es una cuenca prácticamente inexplorada pero de una alta potencia-
lidad exploratoria para significar sus posibilidades hidrocarburíferas. Es una
cuenca nueva.

Las expJorac1one. amazónica. en la época repubUcana


Simultáneamente con las noticias producidas por Agustín Codazzi
en su comisión corográfica. vale la pena destacar las exploraciones en la
Amazonia - publicadas bajo el titulo "Exploración del Valle del Amazonas""- ,
que fueron realizadas por WilIiam Lewis Herndon y Lardner Gibbon. tenien-
tes de la Marina de los Estados Unidos. bajo la dirección del Ministerio de
Marina norteamericano y presentadas al Presidente de los EE.UU . en febrero
de 1854, Su observación comprende un estudio de la Amazon ia entrando por
el río Orinoco hasta el Gran Chaco en Paraguay, a través de los territorios en
ese entonces denominados de Brasil. Perú y Boli via,
En uno de los apartes de sus cartas recomiendan que
El estadista, el hacendado, el comerciante, el agricultor, el
fabricante, o el artesano, pueden juzgar, a partir de los sucesos de
la vida diaria, de qué manera los hábitos y las costumbres de los
habitantes de la parte sur del continente o los productos de sus
climas, tierras, ríos, bosques, y minas pueden favorecer la industria
o estimular la iniciativa del pueblo de los Estados Unidos de
Norteamérica",

En esa búsqueda establecieron la riqueza en oro, plata, diamantes, mi-


nas de azogue, carbón de piedra, gomas de caucho, quina. fauna y flora, así
como las condiciones de trabajo esclavo en el Brasil, las posibilidades de la
navegación, las plantaciones de coca. la agricultura y el movimiento de mer-
cancías extrajeras, la migración, las condiciones de trabajo y los buscadores
de petróleo,
Los comienzos del siglo xx marcan en la Amazonia el momento más
significativo en cuanto al cultivo del caucho" ; en cuanto a las concesiones pe-

)) Centro de Estudios Teológicos de la Amazonia (c nA), I I AP . 1993. Informe


sobre la "Exploración del Valle del Amazonas", realizada bajo la dirección
del Ministerio de Marina, por William Lewis Ht rudon y Lardner Gibbon,
tenientes de la Marina de los Estados Unidos, Colección Momummla
Amazónica, Tomo 11 . MIYA - YALA Quito-Ecuador IIAP - CETA.
)4 Ibíd.
35 Op. Cit .. Casement.

Energla. megaproyectD$ y medio ambiente en la Amnonla ¡01


trolíferas"', desde la segunda década del siglo xx. Los indígenas que habitaban
el territorio objeto de la explotación comercial eran considerados una amenaza
para la seguridad". La actividad exploratoria se concentró en el período "en el
descubrimiento de vastos yacimientos de petróleo que fl uyen bajo los tribu-
tarios del río Amazonas, utilizando los indígenas como guias del territorio"JI.
El auge cauchero inició en 1880" en la región del Putumayo y Napo en
intercambios locales y de pequeñas cantidades. La expectativa de la rique-
za atrajo la presencia de traficantes peruanos, colombianos y ecuatorianos,
que perseguían a los indígenas para conseguir mano de obra o venderlos en
Iquitos (Penl).
El impulso civilizatorio favoreció la impunidad de los caucheros co-
lombianos y peruanos, por las condiciones que ofrecía la indefinición de la
delimitación fronter iza, a la vez que la inversión de capital y propiedades
pertenecientes a potencias extranjeras alejaban el riesgo de confiscación. La
depredación ambiental se realizó velozmente y generó procesos de acumula-
ción en Iquitos, Manaos y Belem do Pará. El río Amazonas, en sus trayectos
brasilero y peruano, se convirtió en una vía publica. La región fue objeto de
disputa diplomática entre Peru, Colombia, Ecuador y Brasil.
Colombia no tenía mayor interés en la región amazónica, confiaba en
las buenas relaciones que mantenía con Brasil y Perú. Las guerras civiles en
Colombia en el siglo XIX , "colombianlzaron el territorio concentrado sobre
los Andes y la costa Caribe y desviaron la atención de las élites colombianas
de las región amazónica"". La bonanza cbauchera estimuló las pretensiones
colombianas en la región. Las relaciones se deterioraron rápidamente, el
gobierno colombiano intentó ejercer control sobre el territorio a través de

j6 Muchos autores y analistas han hecho referenc;ia a la ocupación de la Amazonia


por las empresas petroleras inglesas y norteamericanas. Entre ellos René De
La Pedraja Toman. 199). !'ttróleo, electricidad, carbón y política en Colombw.
Bogotá: El Áncora Editores, p. )9); Luis VallenilJa. 1990. Auge, declinación y
porvenir del petrólea vtllezo/ano. Caracas: Monte Ávila (Ed.). p. 617; George
Philip. 198,g. Petrolea y política tIl América Latina, Movimientos naciooalistas y
compañws estatales. México: Fondo de Cultura Económica, p. 539. Carlos Royuela
Comboni. 1996. Cien años de hidrocarburos en Bolivia (18g6-1996J. Cochabamba:
Editorial amigos del libro, p. 24); Ramiro Gordillo. loo).lEI Oro del Diablo?,
Ecuador: Historia del petrolea. Quito: Corporación Edi tora Nacional. p. ))0.
)7 Renán Vega Cantor, Renán y Mario Aguilera Peña. 1995. Obm-vs.
colonos y motilones, una historia social de la Concesión Barco 1930-
If)ÓO. Bogotá: Cisf-Fedepetrol; Rausch. 1999. Op. Cit.
J8 Gordillo. Op. Cit., pp. SI-S)
19 Guillaume Fontaine . .lOO). El precio del pttrolea, conflicto socioambienlales y
gobemabilidad en la región Amazónica. Quito: Fueso, InA. "El caucho se volv ió
un recurso natural muy valorado en 18)9, tras el descubrimiento del proceso de
vulca nización por Goodyear. pero sobre todo en 1880, oon el invento del neumático
de válvula por John Boyd Ounlop. que precedió al auge de la industria automotriz".
40 TEXACO. 1991. Historia de una epopeya: La Texas
Pelroleum Campanyen Colombia. Bogotá. p. 87.

202 Pedro Gallndo


legislación y delegación administrativa con reportes al Gobierno CentraL pero
sin realizar inversión de recursos. La presencia del Estado. "fue tenue ineficaz
o simbólica"". Su inte,rés territoria l estuvo determinado por las pretensiones
peruanas sobre la regi.ón. Las aspiraciones del Perú se extendían al territorio
comprendido entre 10:5 ríos Napo y Putumayo. Por su parte, las pretensiones
colombianas incluían .la franja entre los ríos Napo, Putumayo y Caquetá basta
la desembocadura en I~l río Amazonas.
En 1922 se firma el tratado de límites con el Perú"', con la renuncia de
la pretensión peruana a las áreas del norte del Putumayo. quedando estable-
cido el acceso de Colombia al río Amazonas. Colombia por su parte abando-
nó sus pretensiones sobre el río Napo y la desembocadura de Caquetá y el
Putumayo" . Terminada la guerra con el Perú, al ratificarse definitivamente el
tratado Salomón-Lozano, en la década de los años cuarenta, "a los intereses
militares en la frontera. se les sumaron intereses económicos crecientes, con los
inicios de la exploración petrolera, que dio los primeros resultados positivos
en 1963, con el descubrimiento de importantes hallazgos por Texaco, en las
concesiones de Orito)' Acae en el Put umayo".
La exploración petrolífera colombiana, data de comienzos del siglo xx.
El geólogo alemán H. Hubacb, por petición del gobierno colombiano, explo-
ró la zona y posteriOl'mente solicitó una concesión petrolera que cubría el
territorio de la AmazClnia colombiana. En su informe de 1932, recomendó al
gobierno colombiano la explotación del abundante petróleo amazónico. La
propuesta fue abandonada durante el gobierno de Olaya Herrera, a cambio de
obtener apoyo en la gu.erra con el Perú, una de cuyas motivaciones era la ríva-
lidad - hasta ahora no :mficientemente examinada- por los prospectos petrolí-
feros sobre las zonas lilmítrofes de ambos países. Ese interés se mantuvo oculto
por las partes concernidas en el aprovechamiento de ese inmenso potencia l.
Durante la prinrl.era parte del siglo XX, únicamente se realizó la perfo-
ración de un pozo petrolero en área del Putumayo, "José María 1", en sep-
tiembre de 1948. La cQmpañía Texas Petroleum Company (TexacoJ ingresó al
Putumayo en 1941 con un grupo de geólogos que realizaron "La Exploración
Sur" que duró 8 años. Ellos marcaron los sitios potenciales de ubicación de
pozos petroleros. Postt:riormente, en 1954, cerca de los límites con el Ecuador
se reactivó la exploración del Putumayo. En 1955, el gobierno de Rojas Pinilla
redujo el porcentaje de regalías a las compañías petroleras en el Sur, lo que
estimuló la actividad petrolera de esta compañía. Para ajustar la infraestructu-
ra necesaria, intervino en la construcción del carreteable Mocoa-Puerto Asís
y la adecuación del aeropuerto. Simultáneamente, construyó el Campamento
"Santana" a 20 kilómetros de Puerto Asís.

41 Ibíd., p. 89.
41 Fabio Lozano Torrijos. 19]4. El Tratado Lozano -
Salom&! . México: Editorial Cultura.
43 Op. Cit.. Palacio, lOC)4, p. 97

Enero!., meg.proyectOl y medio ambienta liD la Amazonia 203


En 1963, a 46 kilómetros del campamento "Santana", se confirmó, con
el éxito del pozo arito 1, el descubrimiento del campo de arito, cuyo cálculo
de reservas fue de 260 millones de barriles. Se trata de un campo de tama-
ño importante en el mundo petrolero y el tercero en tamaño descubierto en
Colombia hasta ese momento. Junto con la explotación petrolera tuvo lugar el
primer gran proyecto de infraestructura realizado en la región, el oleoducto
trasandino", que va desde arito a través del paramo de Alisales hasta el puerto
de Tumaco y cuenta con capacidad de despacho de 200.000 barriles diarios,
el cual fue inaugurado ella de mayo de 1960. Un año más tarde, en 1970,
Tumaco se levantó en paro cívico "porque no recibía ningún beneficio del
oleoducto y además carecía de una refinería"".

Lo< """""'"
La explotación de los recursos naturales amazónicos ha incluido dife-
rentes productos, oro, diamantes, caucho y maderas tropica les; hoy se anun-
cia, adicionalmente, agua y biodiversidad, sin descontar la potencialidad de
su uso en la explotación de palma africana en las zonas piedemontanas de
Putumayo y Caquetá. No obstante, el petróleo constituye una historia escon-
dida aún en desarrollo. Su riqueza es la potencialidad de una acumulación
originaria que financie la conquista de la inmensa Amazonia.
El sueño de las compañías petroleras por acceder al amazonas comien-
za a realizarse con el descubrimiento del potencia l petrolero de Arauca. Esto
llevó a concluir que el petróleo yacía desde allí a lo largo del piedemonte y
llegando hasta el Putumayo en el sur del país, en la selva del Amazonas, donde
colinda con los yacimientos petrolíferos amazónicos del Perú y el Ecuador. Los
esfuerzos habían comenzado, en el caso colombiano, con el contrato de con-
cesión firmado en el año 1937 por la Compañía de Petróleo Shell de Colombia
sobre la concesión San Martín, donde se perforaron 3 pozos; en el año 1939
con la Compañía Anglocolombiana de Petróleo S.A. para explorar el area de
Chafurrai, donde se perforaron 5 pozos, y en el año 1944, con la Compañía
Petrolera del Cauca en la concesión Chaviva".
Según nos lo relata René de la Pedraja"', la Shell , la MobiJ y la Exxon
habían iniciado perforaciones en la década de los 30. Las compañías prote-
gieron la información y sólo reportaron al Gobierno la existencia de pozos
secos, mientras realizaron espectaculares descubrimientos que confirmaron
que los lagos de petróleo de los llanos venezolanos bajo la cuenca del Orinoco

44 Para la época. esta obra se constituyó en la tercera más grande de Latinoamérica


después del Canal de Panamá y la represa de Volta Redonda en Brasil.
45 nuco, Op. Cit., p. 89.
46 Eduardo Ospina Racines. 1944. lA tconomía del ptlróltcJ en colombia. pp. 36-46.
47 René De La Pedraja. 1993. PtlróltcJ, eltclricidad, carbón y política
en Colombia. Bogotá: El Áncora Editores. pp. 91 Y 144 ss.

204 Pedro Galindo


se ampliaban a los lI~mos colombianos. Se concluía, entonces, que anexo a
los dos grandes descubrimientos hasta la década de los 40 en Colombia, en el
Amazonas colombiano existía un gran depósito de petróleo, que conservaron
para una mejor oportlLmídad que parecía presentarse en esta década cuando
la inundación de petróleos del Medio Oriente había hecho caer los precios.
La ausencia de todo control efectivo por parte del Gobierno en aque~
lIas aisladas regiones les permitía la libertad de buscar huellas del elusivo oro
negro sin ser molestadas e, incluso, perforar las cabeceras principales del río
Amazonas, una región inmensamente compartida por Colombia, Ecuador y
Perú. Del lado peruanlo la Exxon culminó estas exploraciones con el descu~
brimiento de los yacinllientos de Ganzo Azul a finales de los años 30, del lado
colombiano, no obsta[lte, todo lo que recibía el Gobierno eran informes acerca
de la existencia de petróleo en lugares no revelados. A lo largo del siglo, las
cuantiosas inversiones en petróleo en la Amazonia mantuvieron una actividad
de dominio de la zon21 sin que se constituyera en una región de importancia
estratégica fundamental en la producción de petróleo".
Solo hasta fina les de la década de los setenta del siglo xx, el Estado
orientó su interés a la exploración minera en la Amazonia con el programa
PRODARAM (Proyecto, Radar Métrico de la Amazonia). Este proyecto permitió
localizar importantes hallazgos minerales (oro, uranio, bauxita, cobre, etc.) en
los departamentos de I.a Guainía, Vaupés y Putumayo". La explotación amazó-
nica en la región estaba y sigue estando concentrada en pieles, pescado, coca,
madera y oro, proyectándose en el siglo XXI con el ecoturismo.
En las labores de exploración realizadas por INGEOMINAS a finales
del siglo XX y comienzos del siglo XXI, se han identificado 10 prospectos
que pueden tener un impacto favorable sobre la economía del país de llegar a
convertirse en proyectos mineros. Se trata de los prospectos de oro, carbón, co-
bre molibdeno y granito (como roca ornamental)"'. Entre ellos hay que resal-
tar: el Prospecto aurí.fero de Taraira, localizado en el municipio de Taraira,
departamento del Vaupés, en la zona de frontera con Brasil, que ha venido
explotandose en forma subterránea a pequeña escala. El Prospecto aurífero de
Naquén, localizado en la serranía de Naquén, en jurisdicción del municipio
de Puerto Colombia del departamento de Guainía en el Escudo de Guayana.
El Prospecto de cobre·-molibdeno de Mocoa, que a través de un proyecto de
Naciones Unidas e INGEOMINAS permitió localizar un yacimiento cuprífero

48 George Philip. 1989. petróleo y política tn américc.l latina, movimientos nacionalistas


y compoñías tSf(J/all~s. Mexico: Fondo de Cultura Económica, pp. 345-510.
49 Camilo Domínguez'y Augusto GÓme2. 1994. Naci6f¡ y ttnias: conflictos
ltrritoriolts en lo Amazonia colombiana, 1750-1933. Bogotá: COAMA,
Unión Europea, p. :146. y Valderrama, Carlos Eduardo. 1993- "Actividades
mineras en la Amazonia colombiana". En: Andrade el al., Amozonia
colombiana, div«Sidad y ccmflicto, S. F. de Bogotá, Coldencias. COI'II"',
CEG ... , pp. 181-199. Citado en Op. Cit., Fontaine, loo)b., p. 169.
~ Instituto Colombiano de Geología y Minería, Ingeominas, 1005.

Energía, megaproyectol y medio ambiente en la Ama:wnia 205


ubicado e n el municipio de Mocoa, departamento del Put umayo. Las reservas
est imadas de mineral son de 164,7 Mt, con un contenjdo de 0,25 % cobre y
0,025% de molibdeno.
En la década de los at10s 80, ante los anuncios de los descubrimientos
de Arauca y el fut uro del Casanare con los descubrimientos del piedemonte
casanareño de Cusiana, se recordó la ruta de entrada a la Amazonia:
( ... ) el sector Casanare podría seguir convirtiéndose en cuentas
de un rosario de éxitos. El sector de Apiay-Ariari podria convertirse en
un solo y muy gra nde campo productor de hidrocarburos medianos,
livianos y de gas muy rico cuyo aprovechamiento podría generar para
los ácidos suelos llaneros, el comienzo de una verdadera "Revolución
Verde" que, al aportar los nut rientes orgánicos de que carecen
naturalmente. haría florecer esa vasta región en una explosión de
verdes de todos los matices, para convertirla en la despensa de las
futuras generaciones.

El fut uro de la región oriental a mazónica aún no está claro para los
habitantes de la Amazonia y del pals. Desde la perspectiva política de conser-
vacionismo", dos declaraciones norteamericanas confi rman la continujdad
de esa política: Un alto consumo de energéticos y tecnología avanzada son carac-
teristicas de las modernas sociedades industrializadas" - Santa Fe ¡u (198O) - Y
"El hemisferio ha sido bendecido con recursos natura les y un clima que lo
convierte en un paraíso único y virtual para q uienes usen sabiamente tales
recursos ( ... ) Que los recursos naturales del hemisfer io estén disponibles para
responder a nuestras prior idades" - Santa fe IV" (2000}-. De esta forma, per-
manecen un a idea de dominio construido por las empresas y gobiernos y una
idea de resistencia de los habitantes de la reg ión -en defensa de su hábitat-
contra el reconocimiento de la extracción de la riquez:a del subsuelo.

5' La eXlracción de re<:ursos naturales ha estado marcada por un criterio de


conservación hemisférico en términos de defensa nacional estadinense. En 1951.
Lawrence Rockefeller manifestó: "el conservacionismo entendido como empleo
y desarrollo, debe considerarse factor esencial de cualquier programa de deren~
nacional ( ... ) la defensa de todos aquellos valores que constituyen la esencia de
la vida nacional. Es un hecho demostrable que ningún pueblo, ni en el pasado,
ni en los tiempos modernos, es capaz de conservar las virtudes intrínsecas del
poderlo de la influencia a nivel mundial si fallan sus recursos". Peter Collier y
Davíd Horowitz. Los Roekefel/u. Tusquets Ed itores. Barcelona 1987, pp. J98-J99.
5.:1. Comité de Santa Fe. 1980. Documento Santa Fe 1, Las relaciones interomuicanas:
Escudo de la ~gur¡dad del nu~o mundo y espado de lo proyeccifm del poder global
de Estados Unidos. Elaborado por Ronald F. OocsaÍ, L. Fra.nds Bouchey, Roger
W. Fontaine, David C. Jordan. Gordon Summer, y Lewis Tambs, Editor.
53 Comite de Santa Fe. lOOO. Documento Santa Fe I V, Latinoammco
Hoy. James P. Lucier (&l.). Roger W. Fontaíne (Redactor-Asesor).
Lewis Arthur Tambs, Gordon Sumner, David C. Jordan, Francis
Bollchez, general John K. Singlaub y Jeanne Kirkpatrick.

206 Pedro Gallndo


Las dinamicaB de la politica petrolera
La producción petrolera amazónica ha estado concentrada a lo largo
del siglo xx en el Departamento del Putumayo. Con posterioridad a las conce·
siones iniciales de Orito, desde la década de los años 70, el área ha sido explo--
rada mediante contratos de asociación por operaciones directas de Ecopetrol y .-
actualmente mediante asignaciones de la Agencia Nacional de Hidrocarburos
(ANH) sin encontrar nuevos yacimientos significativos, aunque continúa
siendo una área de alta probabilidad de nuevas reservas, dada su condición
subandina en la franja oriental de la cordillera de los Andes en la que se
encuentran los yacimientos de Cusiana, Caño Limón, en el Norte, y, al Sur, los
yacimientos de Lago Agrio y Yasuní en el Ecuador, Camisea en el Perú y los
campos gasiferos boHvianos.
Actualmente se desarrollan amplios trabajes de sísmica, explora·
ción y explotación petrolera a cargo de las compaf.lías Canadian Occidental
Petroleum, Argosy y Alberta Energy Co. (anteriormente City), que t ienen
su centro de operaciones en los municipios de San Miguel· La Dorada, Valle
del Guamuez·La Hormiga y ViIlagarzón. El descu.brimiento de los pozos
Unicornios y Troyano deja muchas preguntas para .los habitantes del depar-
tamento; en especial. para las comunidades indígenas que habitan esas zonas,
con quienes el Estado y los operadores contractua les no han realizado un
proceso de discusión y consulta. Paradójicamente, ante la crisis de la coca y la
guerra contra las drogas, el petróleo parece ser la únjca esperanza económica
para esta parte de la selva colombiana.
La renta petrolera que percibe la región se limita a la t ransferencia de
un porcentaje pequeño al departamento y los munidpios productores por la
extracción de su petróleo. Las defi ciencias de infraestructura que con las re·
galías subvencionan el abandono del Estado central, truncan las posibilidades
históricas de la población, pues imponen jerarquizaciones a las prioridades
reales de los municipios para ocultar bajo obras vistosas las verdaderas condi·
ciones de vida y el empobrecimiento de la calidad die vida de los habitantes.
La destinación de los fondos de regalías está plename nte establecida en la ley'"
y priorizada su utilización, en primer lugar, para p,royectos mineros, en se·

~ Colombia: Ley 141 de 1994 y Ley 619 de 2000.

Tabla 2
Yadmlentos descubiertos en el Putumayo

Fuente. fcopetrol

Emm.,!" megaproyectol y medio ambiente en la Ama20nla 207


gundo lugar, para la preservación del medio ambiente y. en tercer lugar. para
proyectos regionales de inversión si son prioritarios en el plan de desarrollo
regional, dejando por fuera la participación en la definición de políticas para
satisfacer autónomamente necesidades jerarquizadas.

El nuevo mapa petrolero


El descubrimiento de un crudo pesado fue tema de reflexión entre
los geólogos de Ecuador, Colombia, Perú y Venezuela en la XXJI Reunión de
Expertos de Arpel " de 1975, ya que las empresas estatales estaban preocupa~
das por la información recibida, según la cual en el área subandina primaban
los crudos pesados, lo que, en un contexto mundial de altos precios del pe~
tróleo, constituía una tabla de salvación en relación con la factu ra petrolera.
Los descubrimientos del oriente colombiano también habían demos-
trado que lo dominante en los crudos de toda el área eran aceites de calidad
superior a la del crudo árabe liviano, que se mide de 12 a 27 0 API. En esa
región de Colombia. los crudos van de 32 a 480 API" .
La exploración del territorio colombiano medida en términos de volú~
menes descubiertos ha tenido como resultado el establecimiento de reservas
probadas de 9.000 miJIones de barriles de petróleo, de los cuales se han des-
cubierto 6.000 millones de barriles bajo el sistema contractual de asociación.
Las reservas remanentes por explotar en la actualidad son de ) .000 miUones
de barriles.
En la década de los 80, el Amazonas vuelve a ser un territorio atractivo
para la exploración petrolera como resultado de las evaluaciones que efectúa
Ecopetrol en 1984-85. Para las empresas petroleras es éste el escenario para la
búsqueda de información de una zona "desconocida" ~', puesto que el mercado
globalizado obliga al Estado -dados sus propósitos de financiamiento a par~
tir de las exportaciones petroleras- a ofrecer condiciones ventajosas para la
"atracción" de inversionistas en competencia por las regiones potencialmente
petrolíferas en el área.
En 1987, Ecopetrol informó que había firmado un contrato con la em-
presa Amoco para efectuar evaluación técnica sobre )2 millones de hectáreas
de la Amazonia colombiana, contrato al que posteriormente se renuncia y
del que sólo se conoce públicamente la consolidación del área de la cuenca ,
sedimentaria petrolírera de la Amazonia, con una extensión de 207.000 km .
Ahora se puede consolidar el dato del oriente colombiano que comienza en
la cordillera andina, se extiende sobre los llanos Orien tales y la Amazonia y
limita por las rocas de basamento o por el Escudo Guayanés. La autoridad

55 Asociación Redpl'OCil Petrolera Estatal Latinoamerican.;¡.


1975. XlI II reunión, ManQrias. Bogotá. Impreso.
56 Ecopetrol: Estadísticas, 1997.
57 Bcopelrol: Informe Anual. 1985 .

208 Pedro Gllllndo


Tabla 3
PolOS de explond6n Cuenca Putumayo

petrolera colombianaSll dividió la Amazonia, a partir de ese contrato, en cuatro


cuencas: Llanos, Caguán-Vaupés, Putumayo y Amawnas. Cerró así el cinturón
exploratorio que se había tendido en herradura desde los Llanos Orientales,
la cordillera y el Putumayo, y se avanzó sobre el corazón de la Amazonia" .
Los resultados obtenidos no significan la exploración de todo el país.
Esa actividad se ha concentrado sólo en dos áreas principalmente: en el valle
del río Magdalena, dividido en dos de las tres cuel:Jcas sedimentarias que lo
componen (Alto y Medio), y en el oriente del país en las cuencas de los Llanos
Orientales, que incluyen el piedemonte y el Putumayo ".
Las reservas actuales de Colombia están conl:enidas en unos pocos ya-
cimientos, lo que genera una peligrosa inestabilidad para el país al depender
exageradamente de unos pocos yacimientos grandes. En la historia petrolera
colombiana, las actividades de exploración y produ_cción se han desarrollado
prererencialmente en áreas en las cuaJes existe bu~~na información técnica y
en las que, a través del tiempo, se han generado l!conomías de escala e in-
fraestructura disponible y, por consiguiente, madurez del mercado para los
hidrocarburos descubiertos. Estas áreas se denominan activas.
Desde la creación de la ANH en el año 2004" la administración de las
áreas petrolíferas fue separada de la empresa nacic.nal Ecopetrol -que entró
en proceso de privatización y mantiene la políticas de obtención de recursos
financieros mediante la exportación- y se modificó la forma contractuaL au-
mentando la renta petrolera de los futuros campos y disminuyendo en gran
proporción las regalías.

58 Ecopetrol: Estadlsticas, 1997.


59 Ecopetrol: Estad'sticas, 11]97.
60 Otras cuencas medianamente exploradas son las del
Catatllmbo y el Valle inferior del Magdalena.

Energia, megaproyecto!l y medio ambiente en la Amazonia 2:0.


Tabla 4
Contr;Hos de ;¡$OCi;¡dón de ECOPETROLeon prelend;¡ en Putumayo en el periodo 2000-2005

Conlrllo OpN~do' HNI3,P~'

CI1:.e. Troyano ECOPETROl 16.850


Guayuyaco ARGOSV ENERGV iNTERNATlONAL 21.191
Moqueta-A PETROMiNERALES COLOMBiA LTD. 14·426
Moqueta-B PETROMiNERALES COLOMBiA LTD. 15.929
Pacayaco ALBERTA ENERGY COLOMBiA UMlTED 164.3'5
Palmitos PETROSANTANDER 110·095
Putumayo Norte HOCOLS.A. 152.166
RíoJuanambú ALBERTA ENERGV COLOMBiA liMlTED 169·318
TIrimaní ALBERTA ENERGV COLOMBiA UMlTED 121.456

Tabia 5
Áreas asignadas POI,.. I!Xploradón por la Agenel;¡ Naeion;¡i de Hidrocarburos (ANH) en 2005

A,e~, ~,,~n.(I", • ."0(1.(10'

Contrato Operadora Área (ha)


COATi OPA 25.027
MANDARINA C1' ENERGY 27·466
CHAZA ARCiOSY 32·473
Total área 84.966
A,,'.' . ",cn~d", r<oprllol
Contrato Operadora Área (ha)
CHURUCO (MOCOA) eCOPETROl 37.450
PiTAL ECOPETROL 50.904
Totai área 88· 3~
Totai asignado por ANH 1]3.310

La política exploratoria y contractual de la ANH está basada en la rea-


lización periódica de rondas internacionales para el ofrecimiento de areas en
el mercado internacional y eventos específicos denominados mini rondas con
propósitos exploratorios y de producción bajo sistemas de concesión moderna.
A 2008, las tierras petroleras en la Amazonia estan otorgadas a través
de 44 contratos que abarcan 29 contratos firmados, 5 areas reservadas y 10
ofrecidas a contratación en noviembre
, de 2008, para una extensión total de
3.796.352 hectáreas (37.000 km). En los siguientes cuadros se muestra la si-
tuación con más detalle.
El proyecto nacional en materia de petróleo está determinado por una
política rentista del Estado central tendiente a generar excedentes de la ex-
portación de hidrocarburos de los inversionistas. Es una política depredato-
ria porque implica el descubrimiento continuo de grandes yacimientos que
compensen la caída en la producción. Cada vez, el país dependerá más de

210 Pedro GaliDdo


Tabla 6
Tierras wntratadn pDf (llena - Septiembre de 1008

F~nte, "'Cene" N~clol'I~t de Hid,oCllrburos

T¡bl¡ 7
Tierras pDf mntratos - Septiembre de 1008
Conl< ,lo, T,po H"l"~,,

'.
'0
5
Ellplor¡ctón
Producción
Reservadas
l·nO·398
235.47 2
40 7.043
'0 Minironda 2008 40 7.959
3·796·352

Tabla 8
T1emt ' poi' operad04' -Septiembre de 1008
Comp~n,~ A~'ed' d,,~n.d~, H""!d

ANH '5 1.16'.839


Ecopetrol
,• l.208·467
Emerald
, 83·619
Grad Tierra
Meta Petroleum , 51.222
213.783
Petrominerales , 221.2113
NCT - Petrotesting , S4.16Cl
Geodinpro , 20.898
Hocol , 43·347
OPA , 25·203
Paclfic 5tratus , 598·9~i9
5hona , 44·48'1
Velra , 7.120
CPC Energy , 50·742
45 37·784·864

Energia. mega proyeno. y m,lIdlo ambiente e n la Amazonia 11 1


Tabla 9

2210 Área Occidental Ecopetrol 40.282

Nancy-Burdine- Convenio
221] Eoopetrol 10·598
Maxine I

2221 Área Sur Ecopetrol CAG PUl 24·086

Convenio
2239 Orito Eoopetrol CAG PUl 17·195
I

Ecopetrol Convenio
"40 Nororiente CAG PUl 24·514
I
;
2241 5uroriente Ecopclrol CAG PUl ]6.527
I

,,60 Guayuyaco
Gran tierra CAG PUl A!;OCiaci6n con ECP 20.648

5antana Gran tierra CAG PUl A!;OCiación con ECP ,76


2216 Rubiales Mot. llA A!;OCiación con 35-783

2249 Piriri Meta lLA A!;OClacl6n con ECP

F~nt~A81!nC1<I N~ión,'de Hldroa.buros

la inversión extranjera con propósito extractivo. La renta nacional petrolera


depende de la acerada explotación de los campos petroleros descubiertos.

P........""ttv. euervédca. proyecto tnmaDadoDal


Una vez presentado el proyecto nacional en términos de algunos ele-
mentos históricos para su comprensión, la dinámica petrolera y el nuevo mapa
que se configura, en este apartado nos referimos a su conex ión con el proyecto
transnacional desde la perspectiva energética.
La planeación de la energía en Colombia está mediada por dos propó-
sitos: de un lado, el Acuerdo del Libre Comercio de América (ALeA) incluyó
un Acuerdo de Cooperación Energética, el cual inició con el estudio de las vías
de desarrollo de la industria energética de América, cuyos parámetros básicos
son utilizar al sector energético para promover el desarrollo sostenible, recibir
cooperación para opt imizar mecanismos de financiación para el uso de la ener·
gía y promover la inversión del capital para mejorar la eficiencia y la tecnolo-
gía. El desarrollo sostenible allí contenido se ent iende como cooperación para
un mayor acceso a servicios de energía confiable, limpia y a bajo costo; lograr
precios orientados por el mercado para disminuir el desperdicio, estimular la
cooperación con el sector privado para proyectos económicamente viables y
establecer diagnósticos regiona les.
De otro lado, está el propósito de cooperación de la Unión Europea
(UE) y la Agencia Internacional de la Energía que promueven los tres eJe-

212 Pedro Galindo


mentos basicos de la política energética de la UE: competitividad general.
seguridad en el abastecimiento energético. protección del medio ambiente.
que en la perspectiva de la Unión significa libre mercado g lobalizado. garan-
tía del abastecimiento europeo y mantener la in dustdalización y el ritmo de
consumo de su desarrollo "en una economía de bajo consumo de energía mas
segura. mas competitiva y más sostenjble"~·. La perspectiva ambiental de la
Unión enfocada a combustibles limpios tiene el propósito de racionalizar el
uso industrial del petróleo como energético ante los altos precios internacio-
nales y estabilizar fuentes diversas de abastecimiento para su propia seguri-
dad. Su política ambiental se rige por la eficiencia energética y el ahorro de
la energía Ool •
Esta política liene como fundamento interno en Europa "responder
a verdaderos retos energéticos. tanto en lo que se refiere a la sost'e nibilidad
y a las emisiones de gases de efecto invernadero. como a la seguridad del
suministro y a la dependencia respecto de sus importaciones. sin olvidar la
competitividad y la plena realización del mercado imterior de la e nergía· ...'.
Para su aplicación en el campo internacional propone. e n su cond ición de
importador de energía fósi l. mecanismos de cooperación:
La UE no puede alcanur por si sola el objetivo de una
energía segura, competitiva y sostenible. Para ello debe garantizar
la participación y la cooperación de los países desanullados y en
desarrollo. los consumidores y los productores de ernergla. as! como de
los países de tránsito".

La política petrolera de generación de recursos provenientes de la ex-


portación y la proyección energética de los hidrocarburos (petróleo y gas)
están determinadas por el aumento del conocimiento para colocar en oferta
mediante licitación internacional areas prospeclivas de potenciales almacena-
mientos de petróleo. La Amazonia entra en los próx imos años en investiga-
ción. de forma tal que pueda ser puesta en la mesa d(~ los negocios petroleros
internacionales a corto plazo como un área atractiva a la inversión.
Definidas las nuevas fronteras, Colombia como parte de la Amazonia
occidental debe asumir regulaciones normalizadas con sus vecinos en un esce-
nario de competitividad. tema del que nos ocuparemos a continuación.

61 Unión Europc.a. Polític.1 europe.1 de 1.1 energl.1 .


61 Unión Europea. "Lucha contrOl el cambio cJimjtico". En: hllp:lleurop.1 .eul
index_e$.htm. Actividilld: medio ¡mbientc. Consultad¡ c.n dicicmbre JO dc l.oo8.
6) Unión Europea. "Un¡ polllia encrgetic.1 p.1ra Europa»" COM (1.007).
ComunIC.1c1ón dc la Comisión al Consejo Europeo y al Pa:rlamcnto
Europeo. dc 10 dc encro de 1.007. En: hllp:flcuropa.eu/ index_cs.htm.
Activid.1d: Energ!a. Consultada cn diciembre]o de l.oo8.
6.,¡ Ibld.

Energía. megaproyectol y medio ambiente In 'a Amazonia 213


La industria de los hidrocarburos entra, a partir de la crisis del afto de
1975, en una dinámica de competitividad general como política de los países
industrializados en el contexto de la crisis petrolera mundial para bajar los
precios de los energéticos importados. La inversión de capital para la busque-
da y explotación de recursos energéticas se concentra en zonas que garanticen
ser una fuente más segura de abastecimiento del mercado, sin los altibajos que
produce la inestabilidad política de las zonas productoras de Medio Oriente,
por lo cual la política de seguridad tiene el objeto de descubrir nuevos yaci-
mientos y, en el futuro, disminuir su dependencia de esa zona.
Las políticas de competitividad general se aplican y se imponen con
los ajustes estructurales a las economías de paises productores de materias
primas. Los países de economía primarizada y que dependen del ingreso de
recursos naturales se ven obligados a modificar las modalidades de contrata-
ción para participar en condiciones de competitividad en el mercado, ofre-
ciendo mayor tasa de ganancia en la actividad extractiva en comparación con
los países industrializados o con otros paises de economía extractiva; buscan,
así, mantener un nivel de inversión que favorezca la actividad que genera
renta, sin poder tener en cuenta la naturaleza no restaurable del recurso o
la depredación que producirán las empresas inversionistas, cuyo propósito
central es la ganancia y el bajo costo.
Los países tienen entonces que competir entre ellos por atraer el capi-
tal de riesgo y tecnología, para lo cual ajustan y flexibilizan las condiciones
contractuales cada vez más en términos de tiempo y actividades, en un in-
tento por cumplir con las reglas exigidas segun las necesidades con que los
actores se presentan en el mercado y con la fuerza económica o política de
que dispongan. Lo que se pone e n juego es la distribución del ingreso, dando
lugar a una mayor asimetría entre los países con poSibilidad de crear valor
agregado y los de economía extractiva.

Uaa adrada MdopoUUca, el coDllk:to colombiano

Fases e impacto del proceso petrolero


La actividad de explotación del petróleo trae consigo una forma de
extracción de la riqueza del subsuelo y la impone en un medio extraño a esa
tecnología, la cual es vista por sus habitantes como una condición externa y,
pese a ello, necesaria para el cumplimiento de las expectativas. No obstante,
ella genera una situación de conflictos entre la actividad extractiva y los habi-
tantes del territorio intervenido industrial y extractivamente.
En el transcurso de tres a cinco años que dura la instalación y montaje
del proyecto industrial. la sociedad se transforma rápidamente y, de manera
sorpresiva, aparece un nuevo escenario en el que la circulación del dinero
cambia de cauce y, además, se produce una nueva fuente de ingreso, la renta
petrolera en forma de regalías. A la euforia ¡nicialle siguen los primeros im-
pactos de la nueva riqueza; la actividad productiva local se desestimula, el

214 Pedro Galindo


Tabla 10
FJSH e ImpJcto del proceso petrolero

ICONOM I(O

- Migraciones
- Vias de penetración - Expectativas
Primera. - Sismica - Deterioro del - Vias de penetración
Exploración - Primeras suelo agua, flora y - Deterioro del suelo
perforaciones fauna en la zona
explorada
- "Inversión social "
- Estudio del tn ea selectiva y
Segunda. - Diagnóstico social y publicitaria - Expectativas
Declaración de ambiental - Segregación de - Congelamiento de
productividad - Consolidación de los zonas petroleras titulación de tierras
datos del yacimiento - Desplazamiento
poblacional
- Empleo temporal
masivo
- Congelamiento de
titulación
- Compra de terrenc,s
- Regalias
- Servidumbres
-Usodela
- Construcción de - Jerarquización de
infraestructura
instalaciones de necesidades
existente
Tercera. producción - Nuevas necesidadj~s
- Adecuación de
Montaje - Rutas de evacuación - Ocult amiento de
infraestructura
- Perforación de prioridades
- Compra de algunos
desarrollo t emprano. - Acción social
servicios en la inversión
funcional al
- Inflación
proyecto
- Disminución de la
productividad agricola
- Externalidades de
impacto negat ivo
- Congelamiento de
- Desplazamient o
titulación
Cuarta. - Perforación de poblacional
- Empleo temporal
Desarrollo desarrollo. - Desarticulación de
- Contratación exógena
las redes sociales
• Regalias
• Congelamiento de
titulación
- Operación de los • Empleoespecializado
Quinta.
campos Nuevos actores - Auge y declinación de
Producción
- Mantenimiento regalías
- Rea lización del capital
invertido
• Efecto social
• La discusión politiu
Sexta. es ce ntralista
Fin del Caducidad • Los efectos son Reversión
contrato regionales
- Impacto de las
Externalidades

Energla, megaproyecta. y ~l1ediO ambiente en la Amazonia 215


comercio tiende al incremento, la inf raestructura se hace insuficiente y apare-
cen nuevos conflictos y nuevos actores sociales.
Durante las diferentes fases del proceso de explotación petrolera se
afecta el medio ambiente por la característica de desestructuración territorial
necesaria para la implantación tecnológica. Este aspecto en la ind ustria es
considerado una externalidad por los inversionistas y solame nte atendido a
partir de su cálculo financiero de costos y beneficios. La forma contractual
transfiere poderes administrativos y de control a la petrolera para garanti.
zar el máximo de utilidades por la aceleración del ritmo de ex plotación. Los
impactos sobre entorno no son un a preocupación centra l en el proceso de
producción. Lo que importa es la creación del entorno ind ustrial consisten·
te en el descapotamiento de las áreas, la eliminación de desechos tóxicos, el
despoblamiento de las áreas aledañas a sus instalaciones, la fractura de las
dinámicas agroalimentarias de las unidades de producción o abastecimiento y
la contaminación de las fuentes de agua. Los costos de esta desestructuración
son trasladados a la sociedad.
Las relaciones políticas de la región se transforman. La sustitución
económica va acompañada de cam bios en las relaciones de poder: la admi·
nistración de la industria aparece como un nuevo actor en ese ámbito. Como
la calidad del trabajo requer ido no puede ser suministrada la región, ya que
ésta sólo provee en general mano de obra no calificada, la estructura de las
relaciones sociales, culturales y políticas anteriores a la aparición de la riqueza
se fracturan para realinderarse social y políticamente segun nuevos intereses.
En la tabla 10 se puntualiza la situación descrita conforme a cada una de
las fases del proceso extractivo del petróleo según su actividad y los impactos
sociales, económicos y ambientales. Las nuevas relaciones políticas son las que
definen la finalidad de la política, e.l manejo de la municipalidad y el destino
de la renta petrolera asignada. La problemática que plantea esta situación es
resuelta según las necesidades de eficacia y eficiencia para el desarrollo de una
adecuada act ividad industrial en condiciones estables e n el período de la ex·
plotación petrolera (dependiendo del tiempo contractual de producción y la
aceleración de la extracción). Durante este período conviven dos problemáticas
sociales; una relevante, moderna y racional. asociada a la renta petrolera, y otra
secundaria, tradicional, no inmersa, ni sustituida por las relaciones sociales del
petróleo. De esta realidad emergen conmctos sociales y políticos nuevos y se
profundizan los existentes.
En síntesis, la promesa petrolera de desarrollo social. económico y po--
lítico no corresponde con la realidad que las experiencias extractivas de la
energía han dejado para la sociedad en las regiones petroleras.
La estructura política tradicional se ve amenazada por las posibilida·
des de los nuevos actores y, a la vez, es la base de la las decisiones políticas
para la administración de Jos recursos de la bonanza fiscal y económica. El roa·
nejo del volumen de los ingresos por regalías se convierte en el punto central
de la actividad política y estimula a di versas fuerzas a la competencia por el

2t 6 Pedro Galindo
Tabla 11.
Modelo ext~vlstil petrolero

PROMESA REAliDAD

Descubrimiento Descubrimiento del petróleo


J. J.
Modernidad Expectativa de modernidad
J. J.
Integración Nacional Modernidad
J. J.
Formación de Mercado Enclave
J. J.
Soberanía local Regalías
J. J.
Nuevo escenario Violencia
J.
Desolación

poder. La estabilidad política dependerá, entonces, de la equidad en el acceso


y participación en la riqueza; de lo contrario, se crea un escenario proclive a
la utilización de la violencia.
El origen de los recursos, su carácter extraordinario y el tiempo de du-
ración del ingreso menosprecian el costo de su obte'nción y la proyección de
la inversión. Las posibilidades de destino de la inversión están determinadas
por la influencia política de la actividad económica hegemónica. Los intereses
locales se ven desplazados, y se da lugar a una pugn31 por la apropiación de Jos
dineros de la renta del petróleo que se asignan a la región.
El proceso de migración que se inicia con la explotación petrolera atrae
de otras regiones a personas con expectativas de ingreso, lo cual hace más
evidente la insuficiencia de la infraestructura urbana, desarticula la cultura,
disminuye la calidad de vida por el aumento de los precios y genera pro-
blemáticas propias de centros urbanos con necesidlades insatisfechas. En la
región se produce un profundo cambio socia], y parte de los ingresos debe
destinarse a cubrir la atención de esta conflictividad socia l a fin de lograr una
mínima estabilidad política. La resolución de los problemas de riesgo político
coyuntural durante el período de la explotación petl:Olera apenas son solucio-
nes parciales q ue necesitan de la fuerza para imponerse. Con el decrecimiento
de la producción petrolera y, por tanto, de la renta y las posibilidades de
financiamiento de soluciones en corto plazo, se acrecienta el confli cto social y
político. Agotado el yacimiento, el escenar io político es más complejo y más
proclive a la violencia por el sorpresivo atraso en qUle se sumergirá la región.

El conlUcto en el proceso de Jmplantad6n


El diálogo para el desarrollo petrolero de las localidades y la región con

Energía, megaproyectOll y medio ambienta en la Amazonia 217


el país o el Gobierno Central no ha sido de doble vía en los grandes proyectos.
Las políticas, planeación, programas y desarrollo de los proyectos se ejecutan en
el nivel central a través de organismos nacionales, mientras que el impacto debe
asimilarlo la región. Para el manejo poütico de los impactos producidos por la
nueva riqueza, el Gobierno Central envía recomendaciones O exigencias; pero
las regiones o las localidades no están siendo parte en la toma de decisiones que
conciertan la articulación de una región diversa y plural con el resto del país.
A traves de la aplicación de las políticas de descentralización
y los planes generales de desarrollo regional. las regiones deben
adaptarse para el manejo de los efectos. La capacidad administrativa y
técnica cobra fundamental significado, pues el buen uso de los recursos
depende de la forma como las entidades departamentales y municipales
organicen sus dependencias y habiliten a sus funcionarios~'.

Sin embargo, de acuerdo con esta visión tecnocrática, no es una condi-


ción general que las regiones cuenten con funcionar ios capacitados para ad-
ministrar estos sorpresivos problemas. Por lo tanto. las soluciones dependen
del comportamiento de las relaciones políticas en el Estado central y de éste
con los actores inversionistas.
Las posibilidades de inestabiHdad política no son desconocidas. ya que
existen experiencias anteriores en la misma región, a los que se suman nuevos
anuncios de conflictividad. Un ejemplo significativo es el caso de Arauca al
momento de los descubrimientos de los yacimientos de Caño Limón. Como
dijo Francisco Chona a propósito de esta experiencia:
Todo progreso trae consigo desajustes, resentimientos, odios.
Son variables inherentes al desarrollo y producidas por la exigencia en
la aparición de la riqueza que aparece repentina. A Arauca arribaran
nuevos colombianos con sed de un mejor estar, como ocurriera en los
años So, cuando santandereanos, boyacenses y antioqueños llegaron
a poblar y explotar la tierras fértiles del piedemonte llanero. Todo
ello demandara más servicios y causará seguramente desequilibrios
como los que se están viviendo. Estos desajustes son el indicio de la

.
un mejor porvemr .
..
transformación que empieza a experimentarse en una región que ansía

La preocupación fundamental en el centro es el manejo de los recur-


SOS económicos y su influencia en la política macroeconÓmica. Para la bús-
queda de soluciones se realizan foros que ponen en discusión la economía

6s Gabriel Rosas Vega. 1993. "Breve manual de bonan2ologia".


Eo: Revista, Informe Esp«W1 Cusiana 1/ : p. 11 .
66 Francisco Chona Contreras (Presidente de Ecopetrol). 1<}87: "Prólogo".
En: Hernando Suarez Roa: Planificación, cksarrollo y Pm-61ro: El caso
uroucuoo. Bogotá: Asociación de Profesionales de Arauca, p. XXX II.

2t 8 Pildro Calindo
del petróleo·', con la participación de los agentes económicos y el Go bierno
Central; se producen leyes que disponen e l manejo de los rec ursos y los di·
neros y afectan la disponibilidad de los dineros locales y regionales en su
incidencia macroeconómica".
Los contratos de explotación petrolera no superan las disputas bistó--
ricas por la propiedad del petróleo, pero aparecen justificaciones económicas
que se politizan en términos del poder central, rompen la cultura y reorientan
la bistoria política regional. La controversia sobre el sentido de la explotación
petrolera se enfrenta a la retórica de intereses dominantes.
El interés que debe perseguir cada Estado no es el de dejar
enterrado el ~urso, sino el de convertirlo en riqueza social por el
procedimiento de extraerlo en condiciones que favO>Te2:can al conjunto
de sus habitantes (... ) Para los llamados países del ten:cr mundo, esta
realidad adquiere connotaciones dramáticas, pues SIL! único poder
negociador se halla precisament.e reducido a la capaddad para producir
materias primas. Desde luego, la aspiración apenas justa de nuestros
países, es lograr el razonable intercambio de recursos por el desarrollo".

La disputa por el dominio, acceso y propiedad es el motivo de oposi.


ción máxima de intereses, que puede desatar la "violencia potencial orea!""',
que desafía el procedimiento de resolución de confli,:tos socioambientales. La
d isputa se centra e n la concepción del territorio y su contenido como un pro--
d ueto temporal, fruto de la acumulación de procesos h uma n os que trasforman
la naturaleza según sus potencialidades, organización social y tecnologías de
relación con ella" y la propiedad como la base de la relación con la natura leza
o su aprovechamiento".

67 Departamento Nacional de Planeación. Banco Mundial: Cusianll, un reto de


política tron6mica. Bogotá, Enero de 1994. Este foro anali¡~ la problemática de
los ingresos. Otro foro de irnponancia relevante fue el realizado en septiembre
del rnismo ano por FAx·Report: Cómo maru:jar los ralIrsos de Cusiana, l:Jue
discutió la forma de inversión y el Fondo de Estabilizació:n Petrolera, FE'.
68 Colornbia. Ley 143/94, Fondo Nacional de Regalías. Ley del FE'. para
espaciar en el tiernpo el 40% de los recursos de Cusiana.
69 Colornbia. Senado de la República: "Ponencia del Primer Debate". Gaceta del
congreso nO168 Viernes lO Nov. /9l P 5]. En Eduardo Ch.iVC"~ Lópe2: CUSI .... N .... ,
El ptfrólto de la NacWn. Ricardo Cuervo (Ed.). Bogotá, abdl 1993. Las disputas
producidas por las propiedades privadas del subsuelo, en la zona de Cusiana,
fueron definidas mediante una ley de 1994> aclaratoria de· la ley lO de 1969, en
cuya sustentación puede verse la problemática política mtcional alrededor de
la explotación del petróleo. Resaltamos, por su irnponanc:ia, un aparte de la
ponencia l:Jue pide la aprobación de la ley por el Senado de la República
70 Op. Cit., Fontaine, lOO].
7' Op. Cit., Domínguez. 1994. Nación y tfl'lW$: conflictos
t(fritoria/es ni la Amazonia colombiana.
7l Op. Cit., NovO<!, 1979.

Energla, megaproyltCloI y rJ:ledio ambiente en la Amazonia 311


EJ Jmpacto politico regional
Un descubrimiento petrolero transforma la sociedad con la irrupción
violenta de la modernidad (tecnología, racionalidad, trabajo asalariado). La
región productora se ve inmediatamente inmersa en una situación de aumento
de la población por la migración de personas en pos de empleo e ingreso, un
proceso de urbanización acelerada sin la infraestructura necesaria, formación
de cordones de marginalidad social, transformación de la cotidianidad y la
vida económica. Paralelamente la región ve aparecer la infraestructura de la
explotación industriaL comienza a participar de la renta petrolera a través de
regalías, y adquiere una importancia nominal en el país. Con la caída de la cur-
va de producción, cae su importancia en el concierto nacional, se reduce su
nueva fuente de ingresos, se reinvierte el proceso de migración poblacional.
La "bonanza" solo habrá dejado efectos perversos.
La existencia de municipios establecidos y actividad agrícola da lugar
a diferenciación en [as condiciones, con respecto a los antiguos campos, en la
extracción del recurso. Los municipios reciben un impacto político directo con
la irrupción de la nueva actividad industrial. Para garantiza r su explotación,
se solucionan primordialmente los problemas relacionados con la obtención
de garantías para una explotación estable.
Las particularidades derivadas de la existencia de municipios en zonas
ya establecidas permite la formulación de varias preguntas, tales como: ¿cuál
es el efecto en las relaciones de poder existentes en el momento de aparición
del petróleo?, ¿cuáles son los nuevos actores sociales que emergen con la nue-
va situación política?, ¿cómo cambian las relaciones de poder con la nueva
actividad económica? Pero, dada la corta vida de los yacimientos y el carácter
no renovable del recurso, la pregunta fundamental es: ¿cuál será el escenario
político una vez terminada la explotación petrolera?

"""_ El petróleo continuará siendo el energético más importante para el


mundo desarrollado en los próximos cincuenta años. La garantía de su ob-
tención está determinada en las actuales circunstancias por el abastecimiento
desde una fuente segura de suministro. 10 anterior implica condiciones de
estabilidad política.
En la década de los años setenta se buscó, como proyecto nacionaL la
exploración del oriente colombiano con la participación de capital extranjero
para la solución de los fa ltantes de acumulado de capital nacional. A mediados
de la década de los años setenta (1974) se produce la reforma petrolera que
abre las puertas a la inversión extranjera transfiriendo propiedad del recurso
a capitales internacionales. Una vez era descubierta un área prospectiva, el
contrato establecia la declaratoria de productividad y se iniciaba la etapa de
montaje y la fase productiva en que el petróleo pertenecia a las partes contrac-
tua les. La nación, otorgante del contrato, mantenía el usufructo de la mitad
del petróleo y aportaba la mitad de los gastos de montaje y operación, pero

220 Pedro Ga:tindo


reembolsaba los gastos de la exploración. Bajo estas condiciones operaron los
dos más grandes yacimientos de la historia del país: Caño Limón en Arauca y
Cusiana en Casanare En desarroUo de la nueva política, durante la década de
los anos ochenta prolifera la inversión extranjera y se amplía la exploración
del piedemonte hasta el corazón de la Amazonia.
La política energética en el campo de los hidrocarburos que se le impone
desde el Estado central a la Amazonia es la de suplir i<l caída en las reservas de
producción de los yacimientos ya descubiertos en las otras cuencas colombianas,
y sólo así se vincula como provincia petrolera al país y como abastecedora de
re:ursos al mercado mundial bajo condiciones de integración a la globalización.
La extracción de recursos naturales no estuvo ni está condicionada a
la generación de polos de desarrollo, por medio de los cuales se potenciara
socialmente la generación de economías sustitutas de la producción petrolí-
fera. Tampoco ha dejado establecidas las posibilidades futuras de desarrollo
económico de las localidades con actividad de extracción.
La desestructuración socioeconómica que produce la actividad petro-
lera por no generar empleos directos para personas no especializadas en rela-
ción con las altas expectativas creadas en las regiones, conduce a frustraciones
y movimientos en contra de los ejecutores y operadores. Al inicio de la activi-
dad en las fases de exploración, construcción de instalaciones y desarrollo se
produce una alta ola de inmigración en espera de una oportunidad de trabajo.
Pero la mínima especialización, y el hecho de que el inversionista importa
la mano de obra especializada, no satisface las expectativas. Esto conduce a
que crezcan los cinturones de miseria en las poblaciones vecinas y se dé un
aumento del número de desempleados, que, en la mayoría de los casos, es
permanente. El diseno de una política de responsabilidad social del capital
invertido, debe garantizar que el petróleo genere d·esarrollo y sustituya en
beneficio de generaciones futuras el agotamiento del recurso natural.
Los recursos del su bsuelo son propiedad de la Nación, por tanto perte-
necen a todos los habitantes. Esa propiedad se realiza si sus recursos se distri-
buyen en la reproducción de la sociedad y la cultural. El Estado no ha hecho
posible la concertación social para garantizar la solución de las necesidades de
la sociedad, según su propia jerarquía de necesidades. Los recursos deben ser
fuente de desarrollo de localidades, regiones y nación .
Al ser los hidrocarburos un recurso no renovable. es necesario invertir
en planes de desarrollo agroindustrial y agrícola con capacidad de autoabaste-
cimiento y competit ividad en los mercados endógenos y exógenos a la región,
en articu lación con las culturas territoriales y la preservación del medio am-
biente en el marco de un equilibrio de relaciones sociiedad-naturaleza.
Se trata de una pregunta que queda abierta hacia el futuro en el esce-
nario complejo planteado sobre las potencialidades petroleras de la Amazonia
colombiana y ante la empresa exploratoria que comienza en el plan de media-
no plazo al año 2025.

EneI'{Jia. megaproyecl.Ofl , mi~ ambiente Bn la Amazonia 221


-
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Energía, megaproyecw. y medio ambiente en la Amazonia a:n


CUANDO LA GUERRA LLEGA AL MEDIO Rlo

CAQUETA. PANORAMA CULTURAL DE LA

PRESENCIA DE "GENTE CON ARMAS"

MARCO TOBÓN
Antropólogo.
Magrsler en Estudios Amuónicos de l~

Uni~rsldad Nacional de Colombia, Sede Amawnia


mlobon@gmail.rom
Resumen
Este artículo se ocupa de dos asuntos relacionados con la construcción
del Estado en la Amazonia. En el primero se ilustra de qué manera el medio
río Caqueta se convirtió, hacia finales de la década de 1990, en un escenario de
influencia por parte de la guerrilla de las fAIIC, y, seguidam,ente, de ocupación por
parte de las fuerzas militares oficiales. En el segundo asuntc, se presenta cómo las
poblaciones indígenas del medio rio Caquetá (uitotos, muinanes, nonuyas, andokes,
autodenominadas Gente de centro) se han encontrado y relacionado a lo largo de
su historia con distintas "gentes armadas", experiencia, ésUI, que no sólo se halla
inscrita en la memoria de los pobladores locales, sino que ha sido vivida, pensada e
interpretada desde sus marcos conceptuales y culturales.
Palabras claves: medio Rio Caquetá, poblaciones indígenas, "gentes de armas",
conflicto político armado.

This article deals with two issues related to the con:struction of the state in
the Amazon. The first iIlustrates how the Caquetá river became, towards the end
of the 90'S, in an arena ofinfluence by the FA II C, and afterW'ards, in an occupation
scene by the official military forces. The second one shows how the indigenous
populations ofthe medium Caquetá river (Uitoto, Muinane, Nonuya, Andoke - self-
naroed People of the center) have found and becn rcJated to diverse "armed people"
throughout their history; Lhis experience is not only regist<:red in the memory
oflocal residents, but it has been lived, thought and interpreted through their
conceptual and cultural frameworks.
Keywords: medium Caquetá River, indigenous population, '''armed people", political
armed conflicto

........-
En este artículo me ocuparé de dos asuntos. En d p rime ro me propongo
ilustrar de qué manera el medio río Caquetá' se cODv:irtió, hacia fina les de la

El,:heverri (1997) afirma que en general las sociedades de la región interfluvial


del Cagueú y del Putumayo se nombran a sí mismas como "Pueblos del Centro".
No obstante el mismo Echeverri (1997, :l9) brinda una propuesta sugestiva al
respecto. El término gente de antro es la expresión derivilda de la reflexión que
las poblaciones del medio rlo Caguetá hicieron sobre las ,:rueldades vividas
oon la llegada de las empresas extractivas de gomas en la región, de ahí que
se entienda la noción de gente de centro como el resultade. de un proceso de
construcción ideológica de una nuev, clase de "comunidad moral" (prestando
la expresión de Basso). Según Echeverri (1997, 19), la conceptualiución actual
del término gente de centro no está dire<::tamenle d irigida a los episodios de
violencia cauchera, sino que busca construir un sentido presente de la realidad
sociocultural sobre los terrenos simbólico y mitológico. Por su parte Thomas
Griffiths (1998. 1) sostiene que en la geografla rripode uitoto se conoce como el
centro la región localizada entre las cabeceras de los ríos Igaraparaná y Nokáimani.
Sin embargo los rripode uitoto identifican su propio "centro" territorial en el área

CUando la !,luen:a llega al medio río Cequatá.


Panorama cultural de la pre,¡rencie de "lJl'Ille con armas" JJ6
década de 1990, en un escenario de influencia por parte de la guerrilla de
las FARC, y, seguidamente, de ocupación por parte de las fuerzas militares
oficiales.
En el segundo asunto se presenta cómo las poblaciones indígenas de!
medio río Caquetá (uitotos, muinanes, nonuyas, andokes, autodenominadas
Gente de centro) se han encontrado y relacionado a lo largo de su historia con
d istintas "gentes armadas", experiencia, ésta, que no sólo se halla inscrita
en la memoria de los pobladores locales, sino que ha sido vivida, pensada e
interpretada desde sus marcos conceptuales y culturales. Esto implica admitir
que la llegada del conflicto político armado actua l a su territorio es encarada
y desafiada desde su posición de sujetos políticos y culturales diferenciados.
Los anteriores asuntos serán contextualizados dentro de un marco
histórico. inicialmente, con una b reve alusión a la práctica de la guerra en-
tre las soc iedades indígenas amazónicas antes de la llegada de las mercancias
y las armas de acero. Después con la exposición de las diferentes empresas
extractivas q ue penetraron la región y dieron una primera transformación
del paisaje and ino-amazóniCO; experiencias, éstas, que coinciden con e! in-
tensificado avance de la llamada Violencia (1948-1957), cuyas dinámicas so-
ciales empiezan a prefigurar rutas de colonización campesina y campesina
ar mada hacia la región. Finalmen te, haciendo un rápido recorrido histórico
de la llegada de hombres armados a los territorios de la Gente de centro, la
argumentación desemboca en e! abordaje de las experiencias actuales de pro-
longación del conflicto político armado, derivadas de la coy untura geopolítica
de " la mesa de diálogo" entre el gobierno Pastrana (1 998-2002) y las FARC,
hacia los asentamientos uitotos, andokes, muinanes y nonuyas en el medio
río Caquetá. El conllJcto arma do en el seno de la Gente de centro justamente
t uvo como expresión la llegada de algunos frentes de la guerrilla de las FARC
y el poster ior arribo del ejército q ue actuó dentro de los planes de guerra
vigentes (Plan Colombia, Victor ia, Consolidación). Esta dinámica reciente del
confli cto armado permite extraer u na premisa fundame ntal en las políticas de
guerra del gobierno Ur ibe que ilustran su relación con la cuestión ambiental
en Colombia. Esta es: los ecosistemas amazónicos son aliados de las tácticas
de repliegue de la insurgencia, por lo tanto, el triunfo sobre la insurrección
será precondición necesaria para pensar, algún día, en una auténtica política
de preser vación ambiental. antes, al parecer, no tienen ninguna pertinencia.

La v-ra IIIt.'étD1ca ea Amnoma an* de la llegada de loa: a.no.


La guerra, la idea de enemigo y la de guerrero existían entre las so-
ciedades amazónicas antes de la llegada de los caucheros de la Casa Ara na
(Pineda Camacho: 1997,8). Incluso, autores como Cayón (200) advierten que

circunscrita entre las cabe<:eras de los rios Nokaimani, Cahuinarí y Kó #due. Los
uitotos de habla mpode se nombran como gente de antro diciendo: kigipe urúki o
kigipe muina. Los muinanes por su parte se dicen ¡ene muna (gente de cmtro).

226 Marco Tobón


entre los grupos t ukano oriental es factible asegurar, con base en las narracio--
nes orales, que la guerra llegó a ser frecuente antes d~: la presencia lusitana y
española, y durante ella.
Los uitotos, los muinanes, los andokes y los nonuyas asentados en el
medio río Caquetá, autodenominados como Gente de centro, concuerdan con
la idea de que la guerra existía en sus sociedades antes de la llegada de las
mercancías (sig lo XVII), hecho que sustentan no sólo a través de su corpus
narrativo oral sobre las hostilidades interétnicas, sino :por la permanencia hoy
día de un léxico bélico sobre la práctica de la guerra.
Es el caso de algunos ancía nos uitotos de habla nipode que hacen re-
ferencia a la palabra yaroka úai, que alude a la palabra de guerra, palabra de
combate, palabra que instruye y educa a los guerreros. Yaroka úai es para pensar
en la guerra, sirve para hablar de matar, de asesinar, de hacer guerra, es otro
pensamiento. (L.N. hom bre uitoto. Araracuara, feb rero/2oo7).
De igual modo sucede con la palabra yarokani, q ue.se refiere a lagente
de pelea, gente dispuesta al combate, gente de guerra. Y dentro de todo este
vocabulario bélico también .se encuentran los procedimientos de preparación
de la guerra, la palabra baka úai que designa la formación de un grupo para ir
a la guerra, es la conformación y organización de una banda de hombres que
van a ir a pelear, que van a /a pe/ea.
La práctica de la guerra en Amazon ia fue presE:nciada por algunos es-
pectadores peninsulares; así lo confirman algunas fuentes históricas de los
siglos XVII y XVIII que mencionan una notable actividad guerrera (Llanos
y Pi neda: 1982, Cayón: 200)). Para los primeros observadores europeos en
Amazonia, de acuerdo con Clastres (2004 [19771), la vida social estaba apa-
sionadamente entregada a la guerra, creían que su ser social era u n ser para
la guerra. La impresión europea del carácter exalta d.amente belicoso de las
sociedades amazónicas logró t rasladarse a modo de inferencia a gran parte de
la etnografía moderna (Clastres 2004 [19771).
Las reflexiones et nográficas nacientes sobre la guerra, estuvieron seria-
mente influidas por el pensamiento de Thomas H obb,~s, quien argüía q ue la
ausencia de Estado permitia la generalización de la guerra y tornaba imposible
instaurar la sociedad (Hobbes: 1940 (1651]; Clastres: 2004 [1977], 1)). La lnvo--
cación a Hobbes favoreció la for mulación de la oposición entre sociedades con
Estado y sociedades sin Estado, caracterizando a estas últimas como un domi-
nio de la guerra de todos contra todos. Se concebía dl~ esta manera al Estado
moderno como una maquinaria antibélica, como una fuerza que, al regular
las pasiones desenfre nadas de los hombres, impedía la guerra. Mientras en las
sociedades sin Estado reinaba el pugilato colectivo, e n la sociedad con Estado,
justamente gracias a esa fuerza q ue tiene a todos los h ombres a su merced, se
evitaba la guerra (Clastres 20041 19771: 77). En palabras de Hobbes:
( .. . ) d urante un tiempo en q ue los hombres v iven sin un poder
común que los atemorice a todos [el Estado), se hallan en la condición
o estado que se denomina guerra; una guerra tal que es la de todos

Cuando la guen.• Uega al medio rio Caquetá..


Panorama cultural de la p re:senda de ~geDte con armaa n 227
contra todos. ( ... ) Aaso puede pensarse que nuna existió un tiempo
o condición en que se diera una guerra semepnte. y. en efecto yo creo
que nunca ocurrió generóllmc:nte ni, en el mundo entero; pero existen
vólrios lugólreS donde viven ólhora de este modo. Los pueblos sal!lOjts
en !lOnas comarcas dt Amirica, ( ... ) carecen dt gobierno en absoluto.
y viven actualmente en ese estado bestial a que me refiero [la guerral.
(1940116511.104. Énfasis mio)

La ecuación hobbesiana resultaba sencilla: la sociedad aprueba la exis-


tencia de un Estado como la unica ruerza legitima que se vale de "un poder
coercitivo para trabar las manos de los hombres apartándolos de la rapiña
y la vergüenza". El Estado. para Hobbes. no es más que un acuerdo comun
sobre la existencia de un poder provisto del exclusivo derecho de controlar
la propensión a la guerra que se alberga en la naturaleza humana. De ahí que
las sociedades sin Estado. como las sociedades amazónicas. al parecer, estaban
destinadas a vivir en un inratigable rifirrare violento.
Actualmente estas perspectivas resultan ralsas y caducas por varias
razones. Primero, por la desaparición histórica de la práctica de la guerra en
Amazonia hecha con cerbatanas (obiyakal). flechas (tíkui.iJa). escudos de cuero
de danta (abiñl),lanzas (ti.iJa). armadura de cuero de danta (ñeningo). estacas
enterradas (liben) y agujeros con varas afiladas (turupo). que contrilsta con los
crecientes conflictos que sobrevienen con las ruerzas extractivas de la eco-
nomía capitalista. la exclusión nacional. el conflicto armado y el menoscabo
de lo publico (Estado de derecho). Segundo. porque se incrusta una prejui-
ciosa y teleológica mirada donde el Estado constituye la cúspide exclusiva
de los logros políticos humanos y las virtudes civUizatorias. en oposición a
unas sociedades que al carecer de Estado no hacen mas que autoliquidarse
en su bestialidad guerrera. Y tercero. porque actualmente la construcción de
un Estado pasa por conflictivos y violentos procesos que no sólo tienen que
ver con la integración territorial. sino también con el reconocimiento y la
inclusión de las sociedades indígenas amazónicas (sin desconocer otros grupos
poblacionales cruciales: campesinos en su condición de colonos, desplazados,
las poblaciones arrocolombianas. entre otros) en la construcción de tal pro-
yecto de Estado.
Aquí pretendo mostrar que la práctica de la guerra hecha co n armas
de metal (chovekai). con rusiles kalashnikov, con aviones bombarderos. con los
fierros entre un ejército irregular como las FARC y las ruerzas militares oficia-
les, ha llegado a la vida de las poblaciones del medio río Caqueta. contrario a
lo que pensaba Hobbes. justamente como resultado de los procesos de inte-
gración y organización encaminados a la construcción del Estado moderno en
Colombia (Bolívar: 2003. 7).
Pese a la prioridad política. socia l y académica de pensar los procesos
de construcción del Estado colombiano en Amazonia examinando variados
enroq ues, encarar una empresa semejante en este articulo desbordaría los

228 Marco Tobón


propósitos que aquí me he trazado. En este momento simplemente quisiera ha~
cer un señalamiento general sobre las manifestaciones del Estado colombiano
en su relación con la Amazonia actual. Una imagen de la edificación del Estado
nación colombiano es precisa mente la existencia de territorios jerarquizados y
organizados de acuerdo a un régimen de poder históricamente construido, en
lo militar, lo económico y lo ideológico (García Antonio: 1981,7-8, Domínguez
et al.: 1996, Tobón: 200S), que en lugar de seña lar la existencia del funciona~
miento de un Estado compacto e inquebrantable, muestra las contradicciones
que sufre al enfrentarse a ejercicios de poderes no .estatales, muchas veces,
amparados por sus propios planes politicos de in te rv,~nción regional.
Dicho de otro modo, en lugar de concebir que el poder legítimo del
Estado per vive con éxito en la manigua amazónica, lo que se pone de mani·
fiesto es la coexistencia de distintos poderes influyentes sobre la región que,
proviniendo de distintos actores, instauran un escena.rio de poderes diluidos,
o bien, un escenario en el que t iene lugar un poder reticular que incluyendo
lo público, lo privado, lo ilega l. lo internacional y lo local. enfrenta distintas
experiencias frente a lo ambiental. lo politico y lo económico en la Amazonia,
esto es a fin de cuentas lo q ue Germán Palacio (2009, ver en este libro) llama
"la gobernanza en la Amazonia". Una de las pruebas de esta "gobernanza en
la Amazona" son las porciones de territorio con presencia de la guerrilla de las
FARC·EP, territorios que concentran en grados distint"os los conflictos sociales
y armados, entre estos los territorios de la Gente de centro, las poblaciones
indígenas del medio río Caquetá.
De esta manera quisiera pasar a tratar las manifestaciones que ha te-
nido el conflicto político armado - viéndolo proyectado en la historia de los
conflictivos procesos que vive el Estado en búsqueda de su constítución- en
distintos escenarios de la región amazónica.

LaI raiC* del coaAJcto polftlco armado ea la Amuom.


Pensar el conflicto político armado y su ensancbamiento hacia la región
amazónica, exige retornar rápidamente una serie de drcunstancias históricas
en las cuales el conflicto actual hunde sus ralces; las tempranas rutas de pe.
netración colonizadora hacia los diferentes espacios amazónicos pueden i1us·
trarse tomando en cuenta algunas consideraciones: la penetración española en
la Amazonia fue fragmentaria y débil. no sólo porqu.e los conquista dores se
ocuparon en la defensa del Caribe, el norte de México;y la frontera entre Brasil
y los territorios del norte del río de la Plata, si no porque no encontraron pro.
ductos "especialmente rentables para hacer el esfuerz.o de treparlos hacia sus
centros más poblados y luego exportarlos" {Palacio: 200'], 13}. La incursión
de los misioneros desde mt:diados del siglo dieciocho, favorecida por la fi rma
del Concordato de 1887, acuerdo celebrado entre el gobierno colombia no y el
Vaticano, permitió afianur las tareas de insta urar misi.ones en los llamados te·
rritorios de frontera de la región amazónica (Taussig: 2002, Ramíret: 2001, 33)·
Cobra validez pensar que hacia fina les del siglo diecinueve y principios

eu.ndo la gueTllll UlIga al medio rio CaqueUl.


Panorama cu ltu ral de la prtlS4!lndl de "gente con armu" 22.
del siglo xx, ante el inconexo y precario mercado interno', ante las sucesivas
guerras civiles, segmentos de población del interior del país se desplazaron a
los llanos y a la selva caqueteña en busca de opciones económicas'.
Muchos campesinos que se embarraron como personal civil para res-
paldar las tropas que pelearían en el conflicto colombo-peruano (1932-1933),
quedaron como colonos en las márgenes de los ríos Orteguaza, Caquetá,
Caguán y Putumayo (Uribe: 1992, 27).
Los terr itorios de las poblaciones rurales asentadas en las cumbres
a nd inas y sus valles intermedios de los ríos Cauea. y Magda lena, hacia finales
del siglo diecinueve y a lo largo del siglo veinte, sirvieron de arena histórica
para la puesta en escena de los primeros y más violentos estallidos de vio-
lencia política. La población desplazada como respuesta a tales convulsiones
sociales, económicas y politicas emprendió rutas de colonización hacia la re-
gión amazónica. Dicha colonización debe analizarse como un proceso que ha
tenido lugar a lo largo de un amplio periodo de tiempo, motivado, en algunas
ocasiones, por el deseo de vincular las zonas de frontera dentro de la esfera
económica del Estado central. creyendo así hallar una salida a los problemas
estructurales de tenencia de la tierra y de violencia que suceden al interior del
país (Ramirez: 2001, 31).
Algunos aspectos económicos deben tenerse en cuenta para com-
prender la ocupación de los últimos sesenta años en Amazonia. Mientras la
Amazonia recibía nuevos procesos de ocupación por parte de la población
que se apartaba de la violencia impulsada por la diarquía conservadora-li-
beral, emergen casi al tiempo, hacia la década de 1940, los ciclos extractivos
de maderas como el cedro y, a su vez, las exploraciones e intervenciones de
compañías petroleras (Ramírez: 2001, 38, Uribe: 1992,39), que se suman a las
prácticas de reorganización y explotación del paisaje amazónico.
No obstante, los aspectos políticos son incluso más determinantes q ue
los de carácter económico mencionados anteriormente. Uno de los periodos
quizá más audaces de la colonización amazónica es el comprendido entre 1946
y 1962, determinado por el desplazamiento producto de la violencia política
cifrada e n la conflagración e ntre el partido liberal y el partido conservador.
Este periodo ha recibido el nombre de La Violencia; familias de campesinos de

1 Hacia fina les del siglo diecinueve predominaban en Colombia prorundos


rezagos coloniales, indicadores de tal realidad era la precariedad en la red
vial que para 1870 contaba con 650 kilómetros de ferrocarril y para 1915
con 2.200 kilómetros (Bejarano: 1982,35). Lo que permitla, como lo anotaba
Luis Ospina Vás<¡uez en su libro Industria J protección en Colombia (1955),
una relación comercial donde "ero más borato traer un bulto de mercancía a
Medellfn de Londres que de Bogotá f. ..) ÚJ que por supuesto hacia más barato
traer harina a Mtdeilin de los Estados Unidos que de Boyacá" (Meza : 1982.86).
1 Gracie1a Uribe (1992, 27) reproduce el relato de Israel lco, uno
de los primeros colonos que llega en 1933 al bajo Orleguaza: "Mi
papá entro a San Vicente del Caguán después de la Guerra de los Mil
Días, tI ~ vino enganchado con una cuadrilla para cauchar".

230 Marco Tobón


los departamentos del Valle del Cauca. Tolima-Huila. Cundinamarca-Boyacá.
Antioquia-Viejo Caldas, los dos Santanderes y los Llanos Orientales huyen
de las degolljnas y las salvajadas de la guerra bipartidista y se internan en la
selva para iniciar una nueva relación de trabajo con un ecosistema para ellos
apenas avistado. Esto atestigua que la intervención social y económica en los
biomas amazónicos es consecuencia de una estructUl,a productiva excluyente
que, mediante conflictivos procesos históricos, moldeó el acceso a las selvas
amazónicas de campesinos necesitados de una urgente política agraria.
En aquellos momentos históricos el pais era u:n torbellino de agrarismo
revolucionario, los campesinos e indígenas organizados recibieron el respaldo
del Partido Socialista Revolucionario (PSR) creado en 1926 y del posterior
Partido Comunista que aparece en 1930. Toman vigo:r las llamadas ugas y sin-
dicatos agrarios en el norte y sur del Tolima y en Cundinamarca, en la zona
del Tequendama y de Sumapaz (Molano: 1987, )6; Hy lton : 2003). Durante
el cuatrienio conservador de Mariano Ospina Pérez (1946-1950), la represión
contra las iniciativas respaldadas por algun sector de izquierda del partido
liberal se recrudecen, las manifestaciones en Bogotá y Cali fueron aplastadas,
las huelgas proscritas, los fusilamientos autorizados, el estatuto legal de la
eTC cuestionado y el PSR ilegalizado (Hylton: 2003) .
En 1950 asciende al poder presidencial Laureano Gómez, un adalid
intransigente del conservatismo en su versión nacionalista católica, que sentía
una seducción extrema por la falange franquista española. Gómez duro tan
sólo un año e n la presidencia, pues se retiró por su delicado estado de salud,
sin embargo motivó la creación de los llamados pájaros o chulavitas', mer-
cenarios conservadores que arreciaron la violencia ~;o ntra los liberales y los
campesinos comunistas. Cuando en 1953 Gómez inWntó reanudar sus tareas,
fue derrocado por el unico golpe militar ocurrido en Colombia en el siglo xx.
El general Gustavo Rojas Pinilla, jefe del ejército, tomó el poder con el apoyo
de las facciones opositoras a Gómez dentro del Partido Conservador, con las
que guardaba estrechas relaciones familiares y persolnales (Hylton: 2003).

Lu FARe, h proloagad6ll hac:t.la AmazODla


Por su parte, Rojas Pinilla desata una campaña. contra insurgente contra
los núcleos agrarios del norte del Touma. Los grupos de autodefensas liberales
y comunistas se adhieren a la creación del Comando Unificado del sur del
Tolima (Ramírez: 2001,67-68). Pero como resultado de diferencias ideológicas
internas entre "liberales limpios'" y "comunes"·, estos contingentes armados
se escinden y el Partido Comunista, en agosto de 1952, opta por convocar

4 Se han considerado a los pájaros. o chulovitas, como la 'primera


expresión paramilitar en Colombia, no sólo por sus reit,~radas prácticas
de sevida, sino por estar prmegidos por las autoridade!i ofidales
(Molano: 1988: Caballero: 1994. 11. En: Ramirez: 1001, 37).
5 Los liberales /impíos eran aquellos leales al partido liberal ofidal.
6 Los comunes eran aquellos autodenominados guerrilleros comunistas.

Cuando la gue1Tft llega al medio rio Caqueti.


Panorama cultural de la presencia de "genle con armaa" 231
la primera conferencia nacional guerrillera, con el propósito de unificar el
embrionario movimiento insurgente en Colombia (Ramlrez: 2001, 68).
En 1955 el pais conoce la llamada "guerra de VilJarrica", que tendría
como objetivo un municipio montañoso en el norte del Tolima. Las fuerzas del
Gobierno ocupan la zona y mucbos campesinos son desplazados, gran parte
de las autodefensas comunistas huye a Sumapaz. al otro lado de la frontera en
Cundinamarca, e inicia lo que se ha conocido como "La Columna de Marcba"
(Molano: 1987.41). La Columna de Marcha tenía como objetivo evacuar a la
mayoría de las familias campesinas no combatientes, y del encuentro entre di-
ferentes contingentes en marcha surge el "Ejército Revolucionario Liberal" que
toma la ruta de colonización hacia el cañón del Duda (Ferro y Uribe: 2006, 25).
del cual salieron grupos armados bacia el Pato, hacia Marquetalia, hacia Uribe.
hacia el Caguán. hacia el Afiari y hacia el Guayabero (Molano: 1987.42).
Los pasos colonizadores de los diferentes contingentes de campe-
sinos armados hacia la Amazonia y la Orinoquia constituyeron. evidente-
mente, el embrión geopolítico que estructuraría los desenlaces del conflicto
político armado en la actualidad. El próspero crecimiento de aquella "colo-
nización armada'. que se extendió hacia el sur por el piedemonte llanero y
sobre las estribaciones de la serranía de la Macarena. consiguió finalmente
encontrarse con la corriente coloni zadora que ocupaba las tierras del alto
Guayabero y del Caguán (Mola no: 1987. 44) y. pese a las adversidades de
la persecución violenta y la precariedad económica. logra instaurar en dis-
tintos escenarios amazóni cos un poder ajeno al poder del Estado, que se ve
legitimado, en consecue ncia. por los acontecimientos políticos de los cuales
es resultado.
A principios de 1957 cuando no sólo los partidos liberal y conservador,
sjno los industriales y la Iglesia querían fuera del poder a Rojas Pinilla. se
firma el pacto del Frente Nacional entre Laureano Gómez y Alberto Lleras
camargo en Sitges y Benidorm (Espana). El Frente Nacional consistió en la
repartición del poder entre liberales y conservadores en partes iguales. me-
diante una ocupación alterna de la presidencia durante 16 años y la paridad
d e la representación en todos los escalafones del gobierno· (Hylton: 2003)' De
esta manera ningún otro partido o movimiento podría aspirar a elecciones y

7 El concepto de (olonización armada es formulado por William Ramíre% Tobón, en su


artículo "La guerrilla rural en Colombia ¿una vla a la coloniudón armada"'. 1981 .
En: ESludws Rurales Lalinoamericanos. Vol. 4 (l) 199-lO9. may()-;lgosto. Ull.1 venión
más ampliada de este artículo se encuentra consigll.1do en el libro: Es/ado, violmdll
y democracia. Bogotá. Tercer Mundo Editores-l EPRl (Universidad NacionaJ). 1990.
8 Durante el Frente Nacional. el estado de sitio fue decretado casi sin interrupciones.
De acuerdo con el reporte sobre derechos humanos del Comité de Solidaridad
con los Presos Políticos en Colombia. publicado en 1974. de los 19:1 meses
del Frente Nacional. 1:t6. es decir. :1 de cada 3 meses. rueron sufridos bajo
la modalidad del estado de sitio. Sumando sólo los muertos que aparecen en
los diarios {4.956j durante los 5.840 días del Frente Nacional, resulta casi un
asesinato diario, un dirigente popular caerá cada :14 horas (es,,: 1974).

:13Z Mareo Tobón


todas las otras formas de expresión política legal quedarían excluidas de las
contiendas electorales.
Justamente con el segundo gobierno del firente Nacional. el de
Guillermo León Valencia (1962~1966), se decreta la llamada "Operación
Marquetalia" contra las supuestas "Repúblicas lndep'~ndientes"', organizada
bajo los lineamientos del plan LASO (Latin American Security Operation), que
dentro del marco de la guerra fría recibió toda la ori,~ntación de los Estados
Unidos (Ramírez: 2001 , 70). Como consecuencia de los bombardeos y ataques
a los campesinos armados de "Marquetalia", se sostuvo la primera conferencia
guerrillera del Frente Sur. En 1966, como resultado de esta conferencia y de
las movilizaciones de Riochiquito y el Pato, surgirían bajo el efecto de mito
fundador, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cok>mbia, FARC (González:
1992,67. En: Ramírez: 2001, 70).
Afirmar que las FARC se consolidaron como organización, supone
admitir no sólo que han logrado configurar socialmc!nte un territorio, sino
que han contribuido a un proceso de ocupación amazónica que ha arrastrado
consigo la formación de modos de vida rurales, caractc'rizados por los arreglos
económicos y políticos -como la adopción de formas de producción ca mpesi-
na agropastoril o, más recientemente, del cultivo de co-ca- , impuestos por una
historia vinculada a la violencia política.
El crecimiento y expansión de las FARC se dehe tanto a cualificación
ideológica y política para sus cuadros dirigentes, corno a aumento eficaz de
combatientes y un engranaje coordinado de su estnLlctura militar. Esto les
permitió no sólo moverse por distintas regiones del pais, sino convertirse de
un movimiento social~regional con objetivos políticooS a uno revolucionario
armado (Ramírez: ;ZOOl, 70) que, evidentemente, participa como poder militar
que le compite el control territorial, los dividendos de la explotación ambien-
tal y el ejercicio como autoridad reconocida a las instituciones del Estado,
a sus socios comerciales y las fuerzas oficiales. Llama la atención que esta
plausible "gobernanza" (Palacio: 2009, en este libro) c~s decir, la distribución
fáctica del poder entre distintos actores, tenga la capacidad de incidir no sólo
en la vida de la población local, sino también en la oric=ntación de las políticas
económicas regionales y el orden de la geopolítica de (f'onteras en el escenario
continental .
No es exagerado decir que desde "La guerra de Villarrica" en 1955, des-
atada contra los núcleos agrarios armados, desde el oombardeo a Marquetalia
en 1964, desde la Cuarta Conferencia de las FARC en 1970, en la que consti ~
tuyen una estructura militar en "Frentes", sin olvidar la Séptima Conferencia
celebrada en 1982, en la que deciden pasar de una agrupación guerrillera a ser

9 "Republicas Independientes" fue d nombre dado por Álvaro Gómez Hurtado en


su discurso dellS de octubre de 1961 en la sesión dd Senado a los núcleos agrarios
armados de las regiones del Pato, Guayabero, Marquetalia y Riochiquito. En: Arturo
Alape. I'}SS. La paz, /a violencia: Testigos de excepciono Bogotá. Editorial Planeta.

Cuando la guerra llega al medio rio Caqueu.


Panorama cultural de la presenda de ~{lente con annu ft
233
un ejército irregular y llamarse FARC-EP (Ejército del Pueblo), pasando por el
asalto militar ordenado en 1990 por el presidente César Gaviria a Casa Verde,
sede del Estado Mayor en el Meta, hasta 2001 que pasan de sesenta frentes
desperd igados por casi toda la totalidad del territorio nacional (Ferro y Uribe:
2006, 29), las FARC han dejado una impronta indeleble en la historia política
del país.
Para el caso exacto de la región amazónica, hacia finales del siglo vein-
te, las FA RC venían extendiéndose hacia la Amazonia nororiental, como lo
ev idencia la presencia por parte de esa guerrilla e n el corregimiento de Mirití
Paraná (Amazonas) y la toma de Mitú (Vaupés) en 1998. La opción geopolítica
seguida por las FARC ha sido la expansión a la Amazonia a Jo largo de los ejes
rio Apaporis-Caquetá, río Yar í-Chibiriquete-Caquetá, río Vaupés-Miraflores-
Mitú, en cuyas cabeceras se encuentran territorios de crucia l control y movi-
miento territor ial (J. J. Vieco, como pers.).
Hay un acontecimiento decisivo que favorece la prolongación de las
FARC hacia la Amazonia. Me refiero a las opciones geopolíticas abiertas con
los diálogos de paz entre el gobierno del presidente Andrés Pastrana y las
FARC. En 1998 el presidente Andrés Pastrana (1998-2002) y el Secretariado
de las FARC acordaron la creación de una mesa de diálogo que tu vo como
escenar io un área de 42.000 km 1 conocida como "la zona de distensión" y que
abarcaba algunos municipios de los departamentos de Caquetá y Meta . Esta
llamada "zona de despeje" se caracterizó por el esquema de "negociación en
medio del conflicto", lo que permite reorganizar de este modo nuevas pro-
yecciones territoriales armadas que motivan la extensión de algunos frentes
guerrilleros hacia la cuenca media del río Caquetá. Es así como la Amazonia
Central y Oriental se convierten, para la guerrilla, en áreas de retaguardia,
retirada y desplazamiento táctico en caso de ruptura del iniciado proceso de
diálogo, como en efecto ocurrió en 2002.
La influencia geográfica que la guerrilla realizó en el medio río Caquetá
t uvo lugar en los territorios indígenas de la llamada Gente de centro, kigipe
urúki (UilotoS), muinanes, nonuyas y andokes. La permane ncia de las FARC en
esta zona se mantuvo desde 1999 hasta 2004. Para las poblaciones indígenas
del medio río Caquetá, ésta ha sido la primera ocasión en toda su historia, en
la que se han encontrado con una guerrilla, pero análogamente, tal aconteci-
miento no dista mucho de la presencia anterior de "gente con armas" e n el
seno de su territorio.

"Gente coa annu". tu.&ortu de . .~tn:», .obnIvt_da Y domiDad6a


En la historia del medio río Caquetá, la llegada de d istintos sujetos
aprovisionados de armas constituye un hecho inocultable. Un evento no-
torio de la llegada de "gente con armas" fue e l desplazamiento de la flotilla
de Francisco de Requena en 1782 por el río Japurá o Caquetá demarcando
los límites entre las coronas espa ñola y portuguesa (Requena: '991 117821).
Aun cuando éste no se encontró con gente uitoto ni andoke ni muinane,

234 Mareo Tobón


sino sólo con algunas referencias aisladas a los mi rallas, hoy son recordadas
en Araracuara las escaramuzas de tropas portuguesas que recorrieron la
zona"
Décadas después, hacia finales de 1890 y en las primeras décadas del
siglo xx. la irrupción del régimen de servidumbre cauchera y las sevicias de
sus capataces provistos de rifles y látigos. constituyen hechos tatuados en la
memoria actual. Sin detenerme en las incursiones apostólicas del padre Gaspar
de Pinell en 1929 y de otros capuchinos hacia 1938, después del conflicto
colombo-peruano el ministerio de Justicia instaura la Colonia Penal del Sur
en el medio río Caquetá. en una extensión que comprend ía desde el chorro de
Angosturas al Noroccidente y el chorro de Córdoba al Suroriente. fijando su
campamento central en el sitio conocido como Arara,cuara. La Colonia Penal
de Araracuara duró hasta 1971 y siempre mantuvo en su fisonomía institu-
cional el accionar de personal armado, guardianes y carceleros. sin destacar a
todos los reclusos que tuvieron alguna participación en la llamada Violencia
política (Useche Losada: 1994. 77).
el auge de las pieles hacia la década de 1970 atrajo u n mercado notorio
de escopetas y rifles a la zona (Useche Losada: 1994). El auge coca lero de Jos
años 1980 fomentó la aparición de pendencieros traficantes de pasta de cocaí-
na. acompañados de sus guardianes armados. V es justamente en la década de
1980 que el ejército nacional instala una base milita:r en Araracuara. la cual
pertenecía a la red de bases que se encontraba n en las áreas más aisladas de
la Amazonia, como Las Delicias. Mira fl ores, la Chorrera, entre otras, y que
fueron desmontadas a partir de 1996 debido a una serie de ataques de los que
fueron objeto por parte de las FARe".
Es rea>rdado en la región el aparatoso aterri7.aje en 1981. cerca de la
comunidad indígena de Herichá (karijona) en el río Orteguaza, de un avión de
Aeropesca cargado con quinientos fusiles y noventa cajas de munición, el cual
había supuestamente contratado en Medellín por el M19 y, luego. secuestrado

10 Ver: Fr.mcisco de Re<juenOl. 1991. Frondsco dt Rtquma y Olros: Ilustrados


y bdrbaros. Diario tk la uplO1UCWn rk límitu al Amazooas ('''&2). MOInuel
LucenOl GifOllldo (edición. introducción y nOIOlS). AUOInu EditoriOlI. MOIdrid.
11 Desde 1<)96 los atOllques de 1015 F.... IIC 01 OIlguruls hases militares $;lICUon 01 101 luz
00 sólo la magnitud de sus Incursiones guerreus. sino umbién el poder mllitOlr
disponible. Son rec:ordadu los auques al ejército del 6 de OIbril de 1996 en
Puerrc:s (Narii\o). En Putumayo. el 1) de agosto de 1996, quinientos hombres
atOllCilron 101 hase militu de Las Delicias oon un SOlido de treintOl y un militares
muertos, diecisiete heridos y $eSeoU retenidos por la: gu¡erriUOI (SmlOna. 827. 9
de muzo de 11J98. En: ROImlrez M. e.: 2000. 66). El 20 de dicit;mbre de 1997, la:s
.... le se tomaron.la haSt; mlliur de POIUsc:oy (Narli\o). Entre el 2 Y 4 de RllIIno de
11J98. en el Billar (COIquet.i), se sostuvo una oonfronución de tres dJOIs entre In
' ... IIC y la BrigadOl Móvil N° 24 con un resultOldo de ochentOl miliures muertos,
cuarentOll y tres detenidos y treinta heridos. Esta ultimOl oonfrontación ha sido
C<JnsiderOldOl 101 peor nt.istrore del ejércilo nOlclonOl) (Semana, 832. ~o de OIbril
de 11J98. El Esp«tador. 7 de mano de 1998. En: ROImírez M. e .: ~I. 66)

Cu.ndo la guerra lleo••l medio do C8queta.


Panorama cultural de l. pl:esencla de "gente con ann.u" '3i
y desviado a la Guaji ra, donde estaba la "carga", para después, sobrevolar todo
u
el espacio aéreo colombiano a nueve mil pies de altura y llegar al Caquetá
(Uribe: 1992, 147). Posteriormente, entre 1993 y 1996, el ejército norteamerica-
no ocupa el área de Araracuara con el proyecto de una base militar.
Hacia 1998, en el territorio de los uitotos, andokes, nonuyas y muina-
nes, el med io río Caquetá y sus quebradones aflu entes, de acuerdo a la coyun-
tura geopolítica propiciada por la mesa de diálogo con el gobierno Pastrana y
las FA RC, otra "gente con annas" hace presencia en el seno de su vida social
y territorial. Esta vez, se trataba de "sujetos aprovisionados de armas" que
abanderaba n un proyecto político tendiente a resolverse por las armas. El
frente 14, perteneciente al bloque sur de esta guerriUa, logra prolongar sus
infl uencias al medio río Caquecl, especialmente en Araracuara.
Pa ra tener un panorama más claro de las interacciones vividas entre
la guerrilla y la Gente de centro, q uisiera a continuación hacer una breve
ca racterización de los asentamientos del medio río Caquetá, los actores que
los componen y las relaciones que éstos guardan entre sí. De esta manera .
más adelante. centraré mi atención en las descripciones de la población loca l
sobre la llegada de las FA RC a su territorio y el lugar que ocupan éstas en
su historia.

cuaDOo u.gu 1M FARC


Los asentamientos indígenas ubicados a lo largo del medio río Caquetá,
comprenden, en el sentido que va del Noroccidente hacia el Suroriente, las
siguientes "comunidades": Puerto Belén (uitoto minika), Reforma (uitoto

11 Graciela Uribe (1991) recoge el re lato de un campesino-colono que presenció el


aterriuje de este avión. "Eran lólS seis y treinu. y cinco minutos de la tarde. cuando
sentimos un golpe. TUN!. un tOtilw muy duro. Como a los dos o tres minutos. un
r¡fagaw de metralletil o fusi l. ¡t"'''AN I Era un avión urguero de Aeropesca con
noventa toneladas de arlllU que habia caido en el río. Nosotros lo vimos puar
bajitico haStil que uyó abajo del puerto de Remolino. por Herlchj. en un lugar
llamado MaSO!caragui. Eso fue el1 1 de octubre de 11)81. dia de Paro Nacional".
En una entrevistil a "Alejo". un guerrillero del M 19 que hacia parte de la
tripulación del avión. se lee: "El río Orteguau tiene trescientos metros de
ancho. Y nosotros nos tiramos asl para adentro de esa vaina. Les dije a mis
com~fteros del resto de la tripu lación que se agarrann duro porque la pista
estaba mala. No les diJe que ibamos para un rio. No queda asustarlos. Ellos no
SO!bian a dónde iban a caer. El avión hizo un sobrevuelo encima de l río y, Ibum.
buml. caemos. ¡jueputa golpe tiln berl"olco hermano! ( ... ) El aparato topo contra
un banco de arena y fina lmente quedó encallado. Del guarapalO, Las cap.s que
estaban arriba de golpe fueron mandadas hacia delante. y se reventaron, se
regaron pedacitos de fusil por todas ~rtes, y empezó a entl"olr agua al avión,
se reventó el tanque del ala derecha, las helices se volvieron mierda, el timón
de profundidad del avión se desprendió" (Revisu. Cromos. edición N° JJ~9.
BogotJ., noviembre J de 11)81. ReviSO! Al Dia, N° 17. Bogotá. octubre 17 de
11}8 1. Cf. Gennan Castro Caycedo. "El Karina", Ed. Plau y Janes. 1985. Bogotá.
Ramón J imeno. "Entrevista a Altjo". copia en mimeo. En: Uribe: 1991. 149)

236 Mareo Toból1


minika), Pizarro (uitoto minika), Estrecho (uitoto minika), JerusaJén (uitoto
min/ka), Los monos (uhoto nipode I minika), Berlín (uitoto nipode), Koemani
(uitoto), Puerto Sábalo (uitoto nipode), Guamaraya (rnuinane), Chukiki (mui-
nane), Monochoa (uitoto nipode), Caño Negro (muinane), Puerto Arturo (ui-
toto nipode), Amenani (uitoto), Araracuara (uitoto ni¡oode, muinane, andoke),
Aduche (andoke), Villa Azul (muinane) y Peña Roja (nonuya). Cada uno de
estos asentamientos tiene su territorio autónomo y su organización política
asentada sobre la figura de cabildos y resguardos.
Cada uno de los cabildos está ligado política y jurídicamente al CR IMA
(Consejo Regional Indígena del Medio Amazonas), <:reado en 1982 (Román:
2000, 99), cuya naturaleza politico--cultural se expre.S3 en aglutinar el pensa-
miento de los diferentes pueblos que basan sus costumbres en la coca y el ambil
f. ..), abogando por la defensa de cuatro principios fun:damentafes: unidad, cul-
tura, territorio y autonomía (Román Tomás: 2000, 99).
Aun cuando tuve la oportunidad de conOCt!r algu nos de los asen-
tamientos del medio río Caquetá, el trabajo se conc:entró especialmente en
las colectividades de Araracuara, Aduche y el corregimiento amazónico de
Puerto Santander, justo e n la orilla opuesta de Araracuara (departamento de
Caquetá). Resultaría artificioso pensar a cada una de estas "comunidades"
bajo el espectro de una compacta homogeneidad étnica, cultural y social.
Quizá una fehaciente demostración de los cambios históricos vividos por la
población local sea justamente la diversidad interét.nica que predomina en
cada lugar; en algunos, como en Araracuara, la pluralidad de sujetos es so-
bresaliente, destacándose no sólo uitotos, andokes, muinanes, yukunas, ma-
tapíes, sino también colonos no indígenas, algunos ll~~vados allí por la Colonia
Penal y otros que llegaron como obreros de la antigua COA (Corporación
Araracuara) y decidieron quedarse.
Pero quizá la diferencia social más manifiesta sea aquella que existe
entre los dirigentes políticos del CRIMA y el resto d,e la población. Los líde-
res políticos han tenido la oportunidad -como debe ser en todo líder- tanto
de disponer de preparación intelectual, acceder a fuentes de fin anciación.
acumular información, asistir a congresos y encuentros sobre conservación
ambiental en Europa, Norte América y, claro está, en Colombia, como de pro--
ducir conocimiento pertinente sobre sus problemas. A lo mejor, la instrucción
intelectual de muchos líderes no sólo se deba a su in.terés voluntario por co--
nacer la estructura jurídica y política que rige sus t~~rritorios y su vida, sino
también, y va le la pena decirlo, por la influencia que han tenido algunas ONG
en la región, como es el caso de la Fundación GAlA, .:¡ue ha sido protagonista
al promover la circulación de algunos discursos y conceptos relativos a la
autonomía territorial, la defensa de las formas polítko-administrativas y, re-
cientemente, de la conservación ambiental.
De esta manera, reitero el hecho ostensible de que los asentamientos
uitotos, muinanes, andokes del medio Caquetá gozan de una pluralidad sociaL
culturaL incluso una diversidad en los modos de actuar políticamente, encar-

Cuando la guelfTa llega al medio lin Caquetá.


Pannrama cultural de la pl·esencia de ~genta oon 1lIlnU~ 137
gada de ofrecer un panorama de sujetos variados con posiciones económicas
y sociales distintas. De aquí se deduce que con la llegada de la guerrilla de
las FARC a su territorio, y con las relaciones diarias que establecen con este
grupo armado, se van forjando episodios y situaciones concretas cuyo desen-
lace depende de los sujetos específicos que en ellas intervienen. No es igual el
encuentro de un comandante guerr illero con un líder indígena, que con una
abuela chagrera; o bien el encuentro de un viejo maloquero con un guerri-
llero raso; o el de una mujer guerrillera con un joven uitoto. Aqui los hechos
circunstanciales son los encargados de develar los significados envueltos en
cada situación social. en cada uno de los encuentros cotidianos llevados a
cabo entre actores armados y actores locales. De esta manera qu.isiera pasar
a reconstruir los hechos de la llegada de las FARC y las relaciones iniciales
vividas entre población local e insurrección.
Los guerros empezaron a llegar vestidos de civil, llegaban como bulteado-
res. cargueros. trabajadores. Eran unos descam isados igual que nosotros (Diálogo
con R. R. hombre uitoto de Ara racuara, 2007. J. Echeverri, como pers.). Así
se recuerdan, hacia el segundo semestre de 1999, las primeras apariciones de
hombres de las FARC en territorio de la Gente de centro. La guerriJIa nunca
antes habla llegado hasta el chorro de Araracuara. En 1971. en e l decüve de
la Colonia' Penal del Sur, circu ló el rumor de que "Tirofijot" llegaba con sus
hombres. (Para 1971J (... ) todo el personal de guardia se habla evacuado. Sin
embargo. -anota el director (del penall - hubo que reestablecer un servicio de
guardia "por la posible llegada a estas regiones, según me lo manifestaron los
señores inspectores de prisioneros, de Tirofijot" (Useche Losada: 1994, 1)6).
Pero esto no fue más q ue un rumor que precipitó la saJjda de los espantadizos
g uardia nes y fu ncionarios de la región.
En los ultimas meses de 1999 en el medio rio Caquetá, por su parte, la
inusual presencia de cargueros y trabajadores desconocidos para todos, cons-
tituidan los avisos iniciales del posterior arribo de destacamentos armados de
la guerrilla de las FARC.
De un momento a otro vimos que había un montón de gente
con camuflado y con armas por todo lado. Y como la vestimenta es
parecida, casi no se distingue con la del ejército, entonces uno no sabía
quiénes eran. Después convocaron a una reunión en la maloca a los
de Puerto Santander y a los de aquí de Araracuara; ahl dijeron que
eran las FARC y que Iban a estar por esta zona. (Diálogo E. A. hombre
andolte de Araracuara. 2007)

La primera percepción sobre estos hombres armados es su identidad


elusiva. Como la vestimenta es parecida a la del ejército. en esta primera impre-
sión no se sabía de quién se trataba. María Victoria Ur¡be (2004. 118) enfatiza
cómo para los habitantes rurales la presencia de "hombres de camuflado" pro-
duce un efecto identitario fantasmagórico, pues hay un desconcierto común
e nt re los sorprendidos pobladores por saber a cienda cierta de cuál de todos

238 Mareo TobOn


los diferentes grupos armados se trata. Al medio río Caq uetá llega el frente 14
perteneciente al bloque sur coma ndado por Joaquín GÓmez. En aquel momen·
to, las FARC ya hacían parte constitutiva de la vida cotidiana.
Las mujeres uitotas que se alistaban su machete y se guindaban el ca·
nasto en la cabeza para ir a su chagra, se topaban en el camíno con guerrílle.
ros. Les daban un desatento saludo, y continuaban su camino. Los hombres
que salían a pescar, mientras permanecían sentados en silencio e n la canoa,
divisaban entre el monte a los guerrilleros. Algunas veces, los hombres que se
reunían al caer la tarde a tostar las hojas de coca en la maloca, veían, por entre
la empalizada cómo pasaban los "guen-os pisando con sus botas.
En aquel entonces se habían instalado algun3ls "balsas mineras" en el
medio río Caqueta. Eran unas barcas que portaban motobombas empleadas
para extraer oro, propiedad de mineros rebuscadores del Brasil y de algunos
del Putumayo y del alto r ío Caquetá. Las FARC también se habían asentado en
el puerto de Araracuara y, pese a que controlaban los horarios de navegación,
los asuntos de la "minería del oro" los dejaron en n:),anos de las autoridades
del CRIMA, que no sabían muy bien cómo regular a los rastreadores del metal,
Aun cuando la circulación de dinero y mere'ancías en Araracuara se
sostiene débilmente con la pesca comercia l, en aquellos momentos, el dinero
empezó a desfilar cada vez con más recurrencia entn~ las manos de los pobla·
dores locales. Las PARC aportaban dinero fluido, men:ancías y combustible en
el aquietado mercado local, y los mineros, a su vez, empezaron cada vez con
mayor suerte a sorber los trozos de oro asentados en el río Caqueta; así pues
en Araracuara empezó a escucharse el bullicio que trae el dinero.
Pasados los meses de la llegada de las FARC al territorio de la Gente de
centro, se fueron derritiendo las desconfianzas, instalurándose así una ocupa·
ción armada de hecho (Villa y Houghton: 2005, 220) por parte de la guerrilla
en el territorio indígena, que interfirió, inoportunamente, en la vida cultural
de las poblaciones locales no combatientes. De este modo se fue configurando
una historia inicial de encuentro e interacción con a'quella "gente con armas"
que se llamaban a sí mismos" los muchachos del monte".

1.-. .....lenda pública IIObq reforma agnda. Lu FARe d1alog_ con el CRDIA
El 22 de septiembre de 2001 las autoridade:5 indígenas del medio y
bajo río Caquetá fueron invitadas a la audiencia pública sobre reforma agra·
ria celebrada en los Pozos-Caqueta, Las autoridades indígenas de ACIMA ",
ACIYA ", ACA IPI ", AIPEA' ~, CRIMA!7 Y PANI" organizaron su viajea la "zona de

I} Asociación de capitanes indígenas del río Miri,í - ACIM,\-.


14 Asociación de capitanes indígenas del Yo1igojé y bajo Apaporis - ACIVA- ,
15 Asociación de capitanes y autoridades Iradicionales
indígeno1S del Pirá-Puo1ná - ACA I rl-.
,6 Asociación de indigenas de la Pedrera Amazonas - Al r E.... -.
'7 Consejo RegiOn¡¡llndígena del Medio AmaZOnaS-CRIMA- .
,8 Asociación indígena bora·miraña - PANI- ,

Cuando la guerre llega al medio rio Cequetá.


Panorama cultural de la pl:e&encia de "gente con annaa" 23.
distensión" en coordinación con la fundación GAlA que les ofreció su acom-
pañamiento.
Las organizaciones indígenas, una vez llegaron a los Pozos-Caquetá,
aprovecharon la oportunidad para dialogar con Joaqu ín Gómez, comandante
del Bloque Sur, al cual están adscritos los frentes que hacían presencia en los
territorios de las autoridades indígenas; éstos eran el frente 14, el frente ama·
zónico Rodolfo Tanas y el frente lJ. En aquel diálogo, la toma de postura de las
organizaciones indígenas giró alrededor de los siguientes temas:
l . El respeto de nuestros procesos organizati vos, a nuestros

territorios, a nuestros habitantes, autoridades tradicionales y líderes.


2. Que las FA RC no acampen ni se ubiquen dentro o cerca de
nuestras comunidades.
3. Que no se permita el ingreso de nuestros jóvenes sin el
permiso de las autoridades tradicionales y el de sus padres a las filas
de las FARC , y que tampoco sean utilizados como guías, mensajeros
motoristas.
4. No fomentar la explotación de los recursos del subsuelo, ni
promover los cultivos ilícitos dentro de nuestro territorio.
5. Que no intervenga dentro de nuestros asuntos internos de
las organizaciones, en nuestras decisiones. para así respetar nuestra
autonomía, ya que nuestras decisiones son tomadas colectivamente de
acuerdo a las orientaciones de los pensadores. Por lo tanto cualquier
propuesta en nuestro territorio debe ser presentada y discutida
colectivamente con nuestras autoridades en los consejos de ancianos o
consejos de autoridades de nuestras asociaciones.
6. Que no nos impongan normas desde afuera, como prohibir
el desplazamiento por los ríos y por el monte en las horas de la noche,
siendo esta la hora apropiada para el rebusque, ya que viola nuestros
principios de autoridad y atenta contra nuestra subsistencia.
7. Que no nos impongan modelos internos de desarrollo
porque en nuestras culturas vienen determinadas desde el origen y
venimos viviendo equilibradamente con la naturaleza.
8. El respeto a nuestros invitados y a los acompai'iantes de
nuestro proceso organizativo que nosotros los indígenas decidamos
que entran en nuestro territorio (Respuesta de Joaquín Gómez al
comunicado de las autoridades y de los líderes indígenas del Amazonas
del 22 de septiembre, 20m).

Cuentan los miembros del CRIMA que estuvieron e n la "zona de dis-


tensión", que Joaquín Gómez se mostró receptivo a sus propuestas, asumió
una posición transigente y a la vez ecuánime. Sin embargo. las actividades de
las PARC en los territorios indígenas alcanzaban gradualmente las funciones
socia les de una a utoridad instit uida. Pareciera como si los temas acordados en
el diálogo con el coma ndante del "Bloque Sur" se em pezaran a revestir de una

240 Marco Tobón


simple artificiaüdad política. Por su parte, la guerrilla en Araracuara y Puerto
Santander empezó a convocar a "mingas de limpieza'" para despejar la vegeta-
ción que crecía al borde de los caminos, remover piedras, hacer empalizadas,
construi r trochas. En estas labores debía participar toda la población, jóvenes,
mujeres, los lideres del CRlMA, hombres adultos e incluso el cura y la monja
del internado de Araracuara.
Los líderes del CRIMA, por su parte, debido al cum plimiento de sus
tareas administrativas, salían con frecuencia del med.io Caquetá, hacia Bogotá,
hacia Leticia. De repente las PARC resolvieron, argumentando razones de pre-
vención - y una buena dosis de suspicacia guerrillera- , decirles a los dirigen-
tes indígenas que sus reiteradas salidas se les convertían en un problema.
La insurrección no sólo se atribuyó facultadles de reguladora sociaJ.
sioo que los pobladores locales vieron a la autoridad guerrillera instaurarse
incluso en el seno de sus vidas. Las figuras administr:ativas indígenas, como el
gobernador y los miembros de su cabildo, presenci~lban cómo sus funciones
administrativas se iban suplantando por el ejercicio de la autoridad armada
de las PARCo Muchos pobladores se vieron obligados a apelar a la guerrilla
para resolver sus pleitos: las disputas por deudas, ¡':lS adulterios conyugales
y las riñas entre borrachos terminaron siendo atendidas por la guerrilla en
taoto inédita autoridad local. Las PARC se convierten así en la despachadora
regional de querellas.
Kalyvas (2001, 16) argumenta que es recurrente que en todo conflicto
la presencia de una fuerza armada en las poblaciones rurales propicie que los
problemas locales terminen ligados de alguna manera al conflicto mismo. Esta
intersección entre los asuntos locales, como los altercados, las denuncias, los
litigios, con la presencia de una agrupación guerrillera, como en este caso,
muestra cómo al invocar al grupo armado para atender los asuntos de la po-
bladón, el poder armado logra implantarse y, por consiguiente, fomentar su
estatus de institución directriz.
Las FARC no sólo presidían la junta corregimental (J. A. Echeverri
como peL), sino que ejercían control sobre la corregidora de Puerto Santander,
obligándola a cumplir el reglamento que impone el Estado en materia de de-
rechos sociales, de lo contrario, le decían, "se impond,'ó fa ley guen-i/lera". Esta
doble lógica de las FARC de erigirse como una fuena armada que cuestiona
al Estado, pero, a su vez, exigirles a sus funcionariru: locales el estricto acata-
miento de las tareas estatales, ha sido recurrente a Jo .largo de su historia como
organización armada.
Los acuerdos que derivaron del diálogo entre Joaquín Gómez y las
autoridades indígenas sirvieron exclusivamente pa:ra exhibir una supuesta
concertación, un aparente pacto de entendimiento do:! cual se ufanaban tanto
las FARC como los líderes del CRIMA. Tal acuerdo lo unico que revela son las
utilidades prácticas de su ficción, porque, aun cuando las relaciones en cada
asentamiento entre pobladores y guerrilla distaban de lo consagrado en los
diálogos con el comandante del "Bloque Sur", los c.omandantes de las PARC

Cuando la guerra Ueg:a al medio rio CllqUetá.


Panorama cultural de la plresenda de ~uente con IUllUIl'~ ¡.,
y los líderes del CRIMA, cada uno desde su percepción, e nfat izaban que tras
las circunstancias de la presencia de una fuerza armada en territorio indígena,
existía un importante acuerdo de respeto político.
Cada asentamiento, cada comunidad, sostuvo, bajo sus propias moda-
lidades, relaciones específicas con los guerr illeros y guerrilleras. Es el caso de
algunas comunidades, que ante las fortuitas carestías económicas y su irreme-
diable sujeción al mercado, acordaron junto con la guerrilla el cobro de un
impuesto a los mineros, que justamente estaban usufructuando los minerales
asentados dentro de un resguardo indígena.
En algunos asentamientos muchos jóvenes se sintieron seducidos por
las guerrilleras, unas monas paisas muy bonitas (J. A. Echeverri, como per.),
decían algunos, llegando incluso a debatirse en sesudos dilemas pasionales
si irse con alguna de ellas a la guerrilla y conquistarla como mujer, o bien
olvidarse de todo ello y permanecer en su resguardo.
Con respecto a las relacion es de los comerciantes de Araracuara y
Puerto Santander con los primeros años de ocupación guerrillera, éstas se
caracterizaron por tratar cuestiones económicas inevitables. La guerrilla se
convirtió en una consumidora excepcional del comercio local. en una socia
destacable. Sin embargo. las FARC cobraban un gravamen a los comerciantes
por el traslado fluvial que realizaban de los productos que abastecían sus tien-
das, asunto que para los comerciantes resultaba tedioso.
Vale la pena reiterar, como lo señala un viejo uitoto del resguardo de
Monochoa, que aunque la guerrilla se instauró como agregado social en la
vida de la Gente de centro -como efecto de los movimiento fortuitos de la
historia nacional- , ellos, los guerros, no dejarán de ser otra gente, son gente
armada. muy distintos a nosotros, son gente de monte, son jatiki imaki". Insisto
de esta manera, que pese a la forzada estrechez gradual que adqu irieron las re-
laciones entre las FARC y la población local. como resultado de un encuentro
histórico irremediable, tales relaciones estuvieron signadas por una perma-
nente tensión de alteridad. La guerrilla jamás estuvo despojada ante la mirada
de la población local de su condición de "otros", de visitantes armados dife-
renciados. de gente de monte, de jatiki imaki. De esta manera, abora quisiera
pasar a describir cómo se desenvolvieron los hechos en el medio rio Caquetá,
una vez se rompieron los diálogos de paz entre el gobierno de Andrés Pastrana
y las FARC a inicios del 2002.

EJ fOIIIpimleDto de los dlilogOl: de pu Y w Inckleada


ea la vida del medio rio caqueú.
Hacia el primer semestre de 2002 resultaba inminente la ruptura de los
diálogos de paz entre el gobierno de Andrés Pastrana y las FARC. El hecho que
desató la ira de los mandos militares, y del mismo Gobierno, fue el secuestro
en el Huila de un avión de Aires que volaba de Neiva a Bogotá..

19 Gente de fuoll te, en lengua mpode. ui toto.


,

242 Marco Tobón


Los pilotos de la nave KK 3951 hablan sido obligados por los
captores a aterrizar en la carretera que lleva de Neiva a Hobo, y que
habian secuestrado al dirigente politico Jorge Edu3lrdo Gechem Turbay,
presidente de la Comisión de paz del Senado y aspirante a repetir curul
por Huila como representante del oficiallsmo liber.t! (Revista Cambio
lool . La sume t'std echadar

Pastrana -colérico decian los medios- ordenó el retorno de los nego-


ciadores del Gobierno que se encontraban en los Pozos, sede de los diálogos;
que la secretaria jurídica preparara las resoluciones para levantar la zona
de distensión, derogar e l estatus político otorgado a las FARC y solicitar
a la Fiscalía la reactivación de las órdenes de captura contra los miembros
del secretariado. El presidente también solicitó a .Ia cúpu la de las Fuerzas
Armadas y al director del DAS que llevaran a su despacho los informes
recopilados sobre los controles impuestos en el área periférica de la zona
de distensión y las informaciones de inteligencia sobre lo que ocurría en el
territo rio desmilitarizado (Ibíd.)
En e l medio río Caquetá las FARC desde hada unos meses tenían el
control sobre la pista de aterrizaje y habían decidido dinamitar el radar de
la Aeronáutica Civil, incomunicando así la región del aterrizaje de cualqujer
vuelo comercial. Durante todos los meses de lOOl, en los asentamientos del
medio rio Caquetá se vivió una situación de desasos:iego, pues se temia la lJe-
gada repentina de tropas del ejército, y como dedan algunas mujeres uitotas,
el temor era que quedáramos en medio del combate.
La guerrilla no dejaba que ninguna persona saliera de la zona y el me-
dio Caquetá devino en una zona de confinamiento. Los guerrilleros y guerri-
lleras, despabilados e intranquilos, tomaron posiciones de alerta, no dudaron
en tomar decisiones sin conciliar con ninguna autor idad indígena, cesaron
los diálogos prolongados con los habitantes locales, su autoridad se templó y
las desconfianzas se endurecieron. Los funcionarios del SINCHI", meses antes,
habían recibido la orden de retirarse, igual los emp leados de la Fundación
TROPENBOS1!; los representantes de la Fundación GAlA n cesaron sus activi-
dades en la zona y el equipo de trabajo de la Fundación Puerto Rastrojo"', que

.., Tomado de: http://www.stormpages.com/martlngJ


lasuertecchada.htm. Consultado e1aS de enero de loo8 ..
3' Instituto Amazónico de Investigaciones CientUica.s -S Ui"CHI -.
u Tropenbos lnternatlonal (Tl I) es una organlución no gubernamental (ONG)
con sede en los PalSC$ Biljos. Su fundón es contribuir a mejorar b gestión
foresul para bs personas, la conservación y el desarrollo sostenible de los
bosques tropicales. Tropenbos opera en Colombia, Ghana. Indonesla. Suriname
y Vietnam; también ha trabajado en Camerún, Costa de Marfil y Guyana.
1) La Fundación Puerto Rastrojo (ONG) desarrolla actividades de investigación
y conservación de los recursos naturales en la Amawni.l Colombiana .
14 La Fundación Puerto Rastrojo (oNe) desarrolla actividades de investigación
y conservación de los recursos naturales en la Amawnia Colombian;!..

Cuando la guerra lIega.1 medio río Caqueti.


PllnOralUa cu ltural de la pl~a dI! ~g,ntl! con armas" 24 3
trabajaba en la zona de Chiribiquete, abandonó sus actividades. He aquí las
circunstancias que impone la guerra.
La guerrilla inició tácticas de retirada y retaguardia y, para ello, se
apropió del tractor de un comerciante, igual que de la remesa almacenada en
las bodegas de algunas tiendas de Araracuara y Puerto Santander. Lo mis-
mo hizo con las herramientas y un motor de navegación que pertenecía al
Instituto SINCHI.
Los rumores de la Uegada del ejército empezaron a circular. Un hombre
uitoto de Araracuara narra así cómo se recibía la resonancia de estos rumores
iniciales:
Resulu que, pues nosotros como siempre por ahí pescando,
¡pero usted sabe que la gente es gentel, y les decían: "¡que el ejército
está en BcrIÚll"", y que ¡qué val "¡Que sí, que salieron de Chorrera y
llegaron a Bcrlinl", "¡y quéel", "¡Que entraron por el lgar.i-Paranál",
pero nadie creía. (Diálogo con R.P. Hombre uitoto. Araracuara. 2007)

Los rumores sobre la llegada del ejército a la zona y el estallido de


combates aumentaban cada vez más sus niveles de certeza, y éstos a su vez se
vinculaban con la producción com ún del temor en muchos de Jos habitantes.
Aquí resulta explícito cómo un evento de carácter nacional, cómo la ruptura
de Jos diálogos de paz entre el Gobierno y la guerrilla, incide de manera
directa en el seno de la vida local. La ruptura de la mesa de negociación y
la retoma militar del Caguán repercutió en cada uno de los pobladores al ex-
ponerlos a una riesgosa experiencia de peligro, desarreglando las relaciones
sociales apenas enhebradas entre la guerrilla y la población local. Como lo
seña la Linda Green (1995, 105), el temor y el miedo derivados de una cercana
experiencia de violencia, desestabiliza los vínculos colectivos, aturde fisica
y emocionalmente las afinidades sociales, o en las mismas palabras de Green
(1995) la amenaza de la violencia desnaturaliza el orden social
Hacia el mes de noviembre de 2003 existían serios presentimientos de
que el ejército llegaría al medio rio Caquetá. Una mujer muinane cuenta aque-
llos momentos:
Nos reunimos todos en el televisor de Puerto Santilnder, el
unico que hay, en una tiendlu. a mirar que en el noticiero decían que
el ejército entraría a la zona de despeje y a todos estos lados. Ya se sabía
que venían soldados por arriba. desde Tres Esquinas, otros que venían
desde Leticia (... ) Nadie decía nada. todos con miedo de lo que iba a
paQr. (Diálogo con L.M. Mujer muinane, Bogotá. 2008)

El ejército efectivamente llegó al medio río Caquetá. a través de la pre-


sencia del batallón contrainsurgente de Montería, un nueve de noviembre de
200), no se me olvida esa fecha porque ese día estaba bautizando en la capilla

~s Asentamiento uitoto sobre el rlo Caquelá ubicado al noroccidenle de Araracuara.

244 Marco TobOn


de Puerto Santander a mi niña, cuando el ejército llegó y dijeron que eran ellos
(Diálogo con L.M. Mujer muinane. Bogotá. 2008). Cu .mdo el ejército llega, la
g uerrilla ya se ha replegado. Las operaciones d el ej érc:ito en la zon a se bauti-
zaron como "La Operación Libélula" y "La Operación Rastrillo".
La fuerza aé rea inicia operaciones en el área. Bombardea la p ista de ate-
rrizaje de Araracuara para destruir supuestas minas. Un h ombre u itoto narra
este episodio de la siguiente manera:
Cuando empezaron a bombardear. nosotros estábamos
allí parados mirando. mirando cómo le echaban candela a esos
campamentos de ellos [la guerrilla l por allá. y de prO.nto. vino un
guerrillero y nos dice: "¡Paisano¡. ¿qué están haciendo?" Y nosotros
pues encantados mirando cómo caía esa candela. y dijo: " Bueno.
váyanse para sus casas porque si algo pasa nosotros no somos
responsables de nada". y en ese momento los guerrilleros ya se estaban
trasladando. ¡Pero los manes muy relajados. ma no!, nlO se les vela la
preocupación. A nosotros si. Todos imaginábamos que eso iba a seguir
así. (... ) La guerrilla salió calladita, ahí nomás delantico de ellos [el
ejércitol. ¡Y después empieza a disparar esa marrana [avión fantasmal
por todo lao, mano!. allá alrededor de la pista. Todo mundo quietico.
Y después desactivaron unas minas. A nosotros nada nos pasó, a ellos
sí, eso se dieron plomo por allá en la Gamitana [río Y¡lríl. Pero aquí
estamos protegidos, allá eso sí se dieron candela". (Diálogo con R.I':
Hombre uitoto, Araracuara. lOO7)

Con la posesión presiden cial de Álvaro Uribe Vélez el 7 de agosto de


lOOl, y d entro del marco de su política de Seguridad Democrática (SD), las
operaciones militares d el Plan Colombia y d el Plan Patriota se inten sifican
en la zona. El ej ército ocupa el área, y muchos ui toto.s. muinanes, an dokes y
nonuyas q ue asumieron la presencia de la guerrilla como un h ech o irrever-
sible. vieron llegar a sus comunidades gente con caml~f1ado y con armas, con
las mismas botas. y los saludamos como ellos siempre saludaban. Narraba un
hombre muinane:
Quí'hubo camaradas. Algunos paisanos que ,~taban pescando,
incluso los trasportaron en sus botes de un lado al otro del rio. y
cuando le daban las gracias, el paisano les decia: "de nada camaradas".
¡Pero cuál camaradas, ellos empezaron a decir que eran el ejército!
(Diálogo C. N. Hombre muinane. Bogotá, 2008)

$e repite, de esta manera, el encuentro de los pobladores locales con la


imagen difusa del nuevo g rupo armad o que llega a sus, territorios. "Uno ya no
sabía con quien estaba habla ndo, u no prefería no hablar con nadie, ni mirar
a nadie, ya ni sabíamos q u ien era g uerrillero y q uien era del ejército. Mejor
se quedaba uno calladito dentro de la casa" (Diálogo con L.M. M ujer muina-
ne, Bogotá. 2008). Así narraba una mujer muinane, los efectos pertur badores

Cuando la guen:a Uag. al medio rio caquetá.


Panorama cultural de la p"oscnda de Mgente oon ann.. ~ 245
causados por la alternancia de grupos armados enemigos en el seno de su vida
diaria-o
La semejanza inicialmente percibida entre grupos armados, que a fin
de cuentas resultan enemigos de guerra, suscita que el conflicto armado, en
tanto experiencia social, se exprese bajo modalidades ambiguas, bajo hechos
quizá vacilantes; lo (mico seguro entre los pobladores es que se trata de gru-
pos armados enfrentados que se han agregado a sus relaciones sociales y a su
historia. El conmcto armado reorganiza la vida colectiva en un espacio de lo
contingente, de la acción repentina, de la tragedia fortuita, en un espacio del
combate inesperado, de los hechos incienos,
Así, pues, un hombre uitoto narra la equivalencia de la condición mi-
litar de los grupos armados, sin importar su adscripción polít ica; para este
hombre la "gente armada", guerrilla y ejército, soo simplemente agrupaciones
de hombres q ue actúan bajo la disciplina militar:
El ejercito y la guerrilla no tienen nada de diferencia, si todos
reciben órdenes militares, fia okuika, todos ellos tienen disciplina
militar, entonces ¿que diferencia puede haber? Si eso no fuera asi,
entonces la guerrilla no estuviera a la altura de la disciplina militar del
estado. Tienen la misma estrategia de pelear, de dai\ar ... (R.P. Hombre
uitoto. Araracuara. 2007)

Ahora la autoridad armada dejó de ser la guerrilla, y pasó a ser el


ejército. Las fuerzas miHtares oficiales son ahora los que imparten órdenes,
controlan el territorio, patrullan, imponen restricciones y, lo más predecible,
como lo atestigua la historia de nuestro conflicto armado en Colombia, es que
el ejército al llegar a un área donde antes estuvo la guerrilla, actúa bajo una
ciega sospecha creada: todos los pobladores son subversivos.
Cuando la guerrilla hace presencia en una zona y luego se repliega, so-
breviene una especie de sospecha infundada contra la población civil por par-
te de las fuerzas oficiales, aquella de que quienes estin, aun cuando pueden
ser sus habitantes naturales, son señalados de ser un rezago de la retaguardia
"enemiga".
De esta manera se inició una campaña de control social y criminali-
zación contra muchos pobladores locales. Esto hace pensar que para el caso
de Araracuara, cuando el ejército señala y criminaliza, confirma la presencia
de un Estado represivo en el seno de la vida de la Gente de centro. Así se ha
expresado el poder del Estado en el medio río Caquetá, siempre haciendo

~6 Como en la adaptación cinematográfica que David Lean hizo de la novela


del escritor ruso Baris Pasternak, El Doctor Zhivago, un comisiOll.ildo de
una unidad del ejército partisano le pregunta a una campesina que huye de
la guerra: "Camarada, ¿Adónde va?, ¿esfds huyendo dI' alguien, carrwrada?
Y ella furbada conftsta: "Soldados". - "Soldados rojos o soldados blancos",
vuel~ a inttrrogarle el comisionado, y ella impactada dice: "¡Soldadosl"

246 Marco ToMo


presencia "gente armada", instituciones carcelarias y represión"'. Pero quizá
lo más sugestivo es que la equivocada idea de Álvam Uribe de creer que la
presencia de la fuerza pública es la mejor manera de mostrar nacionalidad se
derriba a sí misma ante los hechos plausibles de una Amazonia que sirve
de escenario al ejercicio de variados poderes que poco tienen que ver con
el Estado que éste hoy aca udilla, expresando, en consecuencia. un poder
diluido (Palacio: 20<>9, en este libro) en el que intervienen tanto los socios
internacionales de la guerra doméstica (EE.UU.), com'J los actores armados y
los inversionistas comerciales, todos estos, participando en la administración
de la vida de la población local. la que se convierte. <en estas circunstancias,
en la menos naciona l de todas.

Cou:Id.nIdoo.. aaaJ.
La violencia política. la lucha entre subversión y fuerzas oficiales des-
perdigadas a lo largo del territorio nacional. quizá son el indicio de que ciertos
procesos de integración territorial y social característicos del Estado se e n-
cuentran en marcha (Tilly: 1992; Elias: 1986. En: Bolívar: 200). 7). Rebatiendo
aquella idea fecundada por Hobbes de que las sociedades sin Estado se hallan
en una condición de guerra de todos contra todos. en las sociedades amazó-
nicas la procli vidad a una supuesta guerra generaliz:ada no hace parte, ac-
tualmente. de la estructura de sus relaciones sociales. La guerra que hoy se
encuentra en las sociedades amazónicas no es mas que la prolongación armada
de las luchas entre insurrección y las fue rzas militares estatales; una guerra
alentada por unas razones objetivas que han marcado:> la historia nacional y
recrudecida, funestamente, por los dividendos económicos que de allí se de-
rivan para algunos estamentos sociales"'.

n En una nota de prensa de septiembre de l004. emitida por el Ministerio de Defensa.


en cabez.a del aquel entonces ministro Jorge Alberto Uritoe se lec: "El funcionario
Iministroj sostuvo que au nque esrt sirio de la Amazonía es/á poco poblado y tiene
el suficiente número de uniformados para prestar seguridad "esta base da la
posibilidad de cubrir un territorio cercano a la frontera y un territorio cercano
a las zonas donde los b,mdidos han estado deforestando y causando daño a la
ecología». Uribe señaló que éstas son ~onas que el Gobiet·no ha tenido abandonadas
en el pasado y que la presencia de la Fuerz.a Publica es la mejor forma de mostrar
nacionalidad "con el control del territorio y la presencia de la Patria en todos los
rincones de ella»". (Ver: Nota de prensa. Ministerio de Defensa. Septiembre) de
1004. '"Gobierno ~cOf/struirá base militar y pista en ArarCl'cuara, Caquetá'". Tomado
de: hup://www.ejercito.mil.co. Consullado el J de nov. de 1006. Énfasis mío).
J8 El gasto militar para la guerra se ha disparado, llegando itctualmente a 6.5 %
del PI B. esto es más de 60 billones de pesos. que equivale a la suma invertida
en las esferas de la salud. la educación y el medio ambieelte. Ver: José Fernando
¡saz.a D. y Diógencs Campos R . 1007 . Algunas ConsideracIOnes Cuantitativas
sobre la Evolución R«itnlt del C01IfliclO en Colombia. Uni'versidad Javeriana.
Bogotá. Y también: José Fernando Isal.3 D. y Diógenes Campos R. 1005.
"Modelos dinámicos de guerra: El conflicto colombiano'". En: Revista de la
Academia Colombwna de C~ias. Vol. XXIX. N Q IIO. marzo de 1005.

Cuando la guen.. llega al medio rio Caquetá.


Panorama cultural de la prnencia de ~gellte con armaaH
347
Aquí cobra relevancia no perder de vista que la guerra que se pro-
longa hacia los terr itorios amazónicos hace parte de los conOictivos procesos
que ar rastra consigo la construcción del Estado e n Colombia, hoy expresado,
bajo los cuatro elementos que soportan la apuesta estratég ica del régimen del
presidente Uribe: Segur idad Democrát ica (SD), Hegemonía Empresaria l (HE),
Estado Comu nitar io (Ee) y Relaciones Internacionales Ant iterror istas (R IA)
(Palacio: 2009, en este li bro).
Pero quizá lo más importante sea pensar que Jos protagonistas de la
guerra y las políticas estratégicas del Estado han llegado a la v ida de la Gente
de centro estableciendo forza das interacciones económicas, sociales y cultu ~
rales; la llegada de la guerrilla, y posteriormente del ejército, a la vida local
es una exper iencia social e histórica, ex periencia que es vivida media nte los
modos en los que se nombra, se interpreta y se afronta culturalmente a aque-
llos ot ros " hombres ar mados". La experiencia del confl icto armado actual
para la Gente de centro no resulta tan distante de las experiencias históricas
pasadas con la presencia de "hom bres provistos de armas" e n su territorio,
llámense ca ucheros, solda dos en guerra con Perú, guardianes penitenciarios,
buscadores de pieles, trafi cantes d e clorhidrato de cocaína, o, bien, soldados
norteamericanos.
A mi modo de ver, los pobladores del medio río Caq ueta - uitotos, mu i-
nanes, andokes, nonuyas- son sujetos políticos q ue han hecho del conflicto
político armado que llegó a sus territor ios una experiencia social q ue han en-
carado mediante su condición culturalmente diferenciada. Como refl exionaba
un hombre muinane, entrado e n a ños, desde el banco de su mambeadero:
La guerra se entiende como el enojo de la gente de la cabecera,
de sus hijos y de su abuelo, el abuclo del hacha (¿presidente de la
república?). Por ejemplo, cuando el abuclo del hacha se enojó, se
vino el combate, la llegada del ejército, la pelea con la guerrilla, la
llegada de las bombas y la llegada del Plan Colombia. (Diálogo con A.S.
Hombre muinane. Araracuara. 200'])

Un hecho derivado de la extensión del conflicto político armado al te-


rritorio de la Gente de centro, es que éste se traslada a la vida de los pobladores
a manera de representaciones, narrativas y lenguajes que logran hacerlo com-
prensible, explicable, lo hacen memoria y parte constitutiva de su historia, de
la historia de su vida cultural. Al conflicto armado, a la presencia de grupos
armados, se le reasignan significados pro pios de los marcos culturales locales.
No está de más decir que, actualmente, las sociedades amazónicas han
sido acreedoras de un forza do e idealizado paci fi smo: retratadas e n ma nuscri-
tos etnográfi cos, guías turíst icas y audiovisuales como las detentadoras de una
angelical vida social. Es ingenuo excluir del campo de las relaciones sociales el
desacuerdo, la pelotera, la desobediencia y la r ina, tan constitutivos de la vida
social como las cele braciones ceremoniales o los gestos de solidaridad . Antes
que acreditar una imagen entrañable y amorosa de la vida amazónica, quisiera

248 Marco Tollón


recalcar en su condición de civj/~s, d~ poblaciones inermes, de sujetos politi.
cos culturalmente diferenciados que experimentan a su modo los desenlaces
del confli cto político armado que ha logrado prolongarse hasta sus territorios .

............
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250 Marco Tobón


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OCUPACIÓN Y TENENCIA DE LA TIERRA EN LA

REGIÓN EL PATO· BALSILLAS, SAN VICENTE DEL

CAGuAN: ENTRE LO LEGITIMO Y LO LEGAL

LORENZO ANDRES VARGAS GUTIÉRRE Z


Ingeniero ~groecólogo. UniVCr$id"d de La Amuoní¡¡-F1o~ncla.

EspedaliUlción en EslUdios Amazónicos de la Unlw.rsid"d


Nacional de Colombia. Sede Amuoni". en convenio Cl)n la
Universidad de la Am.uonl.;a-Flo~nci.o

lomtzoondresvg@gmoil.com

252
........Este artículo hace una exploración de la historia, 0I:upaci6n y poblamiento
de El Pato - Salsillas, ampliamente considerado como intersección entre Meta,
Caquctá y Putumayo, desde sus origenes hasta el momento actual. Se estudian
los diversos periodos que han marcado la vida de Jos pobladores de esta región.
En un primer momento se contextualiu la región con una !breve descripción de
las generalidades del área de estudio, ubicación y límites. La segunda parte se
enmarca en la dinámica y proceso histórico social de la colonización; inicia con una
descripción de los procesos de colonización y ocupación dE: una parte del territorio
denominado centro sur colombiano; seguidamente se describen los momentos del
conflicto en la región. Se t rata de un trabajo e n medio entl1: la geografía histórica y
la historia ambiental en el que predominan no tanto los archivos sino el trabajo de
campo y la experiencia personal del autor. Este artículo concluye con lo que en la
actualidad es la tenencia de la tierra en la región de El Pato - Salsillas, concomitante
con el fin de la "Zona de Despeje" en el cambio de gobierno de Andrés Pastrana
a Álvaro Uribe. En este proceso, la región se ha enmarcado en una encrucijada
en la que la búsqueda de legalidad tiene como importante referente a la figura
institucional de las Zonas de Reserva Campesina.
Palabras claves: Región El Pato - Salsillas, colonización, cODlflicto regional, tenencia
de la tierra, Zonas de Reserva Campesina (rPne).

This artide is an exploration of the hislory of occu¡pation and settlement


Pato - Salsillas from its origins to the present. We study th(~ different periods tha!
have marked the Jife oC lhe inhabitants oC this region. At fil"St cont"extualizes the
region with a brieC description of lhe generatities of lhe sttldy area, location and
boundaries. The second part is part of lhe dynamic social a nd historlcal process
of colonization, which began with a description of Ihe processes of colonization
and occupation of part of the so-called south-central Colombia (Meta,Caquetá and
PUlumayo), then described the moments of conflict in Ihe region Pato - Salsillas:
Origins ofColonization (1890 -1960), lhe March ofthe Dcal h March o r black (1961 -
1970), lhe Walk of Life (1971 -1985), the nineties or cydes of lhe extractive economy
(1986.1996), a pilot project area of rural reserves (PfUC) an.d lhe events of the era of
lhe distension zone (1998-2OOl), concluding with what is r.IOW the possession of the
land in the region of El Pato - Salsillas, ¿legal or legitimatei'
Keywords: Region Pato - Salsillas, colonizalion , reg ional conflict, possession ofthe
land, Area of Rural Reserves (rPuc).

ID..........,.
La historia de ocu pación y poblamiento de El Pato - Salsillas refleja
un conjunto d e procesos de orden social, económico y político que se con-
cretan fundamen talmente en c uatro aspectos: la extrema debilidad del capital
social; los altos niveles de v iolen cia, asociados con la presencia de actores
annados organizados (guerrilla, militares); la profundización de la economía

'"
de la droga (cultivos de uso ilícito, procesamiento y tráfico), y la alta fragilidad
ambiental de la región.
El presente artículo muestra e n primer lugar un contexto geográfico de
ubicación del área de estudio; a continuación describe brevemente los proce-
sos de colonización y ocupación de la región centro sur colombiano; un tercer
Ítem muestra los mome ntos del conflicto en la región: orígenes de la coloni ~
zación (I89o- t960); la marcha de la muerte o marcha negra (1 96 1 ~1970); la
marcha de la vida (1 971~ 198 5 ); la década de los noventa o ciclos de la economía
extractiva (1986~1996); Proyecto piloto Zona de Reserva Campesina (PPZRC) y
zona de distensión ( 1998~2002 ) . Por último, se presentan las conclusiones de
todo este devenir histórico social de la región El Pato - Salsillas.

Ana_a
La región El Pato - Salsillas ocupa una extensión de 110.241 ,4 hectáreas.
Situada en el piedemonte amazónico, hacia el noroccidente del departamento
del Caquetá, hace parte del municipio de San Vicente del Caguán; es uno de
los "pasos" de la cordillera oriental que une por carretera al departamento
con Neiva. Fue transitado como camino real a principios del siglo XIX por los
quineros y a principios del sig lo XX por los caucheros y t igreros. Limita por
el nororiente con el Parque Nacion al Natural cordillera de Los Picachos, por
el sur con el río Caguán y la Inspección de Las Guacamayas, por el oriente con
el departamento del Meta y por el Occidente con el departamento del Huila.
El Pato-Salsillas es el 6,26% del área total del municipio de San Vicente
del Caguán. Se divide en cinco zonas o núcleos que agrupan treinta y cinco
(35) veredas: el valle o núcleo de Salsillas comprende cinco veredas y cua~
tro parcelaciones con una extensión total de 26.154,2 ha; once veredas en
el Núcleo de Guayabal y una extensión de 24.425,9 ha; nueve veredas en el
Núcleo de Los Andes y una extensión total de 19.220,8 ha; siete veredas en
el Núcleo de Puerto Amor y una extensión 31.82 1,0 ha; y tres veredas en el
Núcleo de Gibraltar y una extensión de 8.619,3 ha, para una extensión total
de 110.241,4 ha (Tabla l.).
En cuanto al estatus legal de las 110.241,4 ha que constituyen la re~
gión El Pato-Salsillas, 21.840,4 ha están comprendidas en la Zona de Reserva
Forestal de la Nación y 88.401 ha, corresponden a territorios de Zona de
Reserva Campesina.

Oc:upad6D .., colonludóD


La historia de ocupación y poblamiento de El Pato - Salsillas refleja un
conjunto de procesos de orden social, económico y político que se concretan
fundamentalme nte en cuatro aspectos: la extrema debilidad del capital social;
los altos niveles de violencia asociados con la presencia de actores armados
legales e ilegales (fuerzas militares y guerrilla); la profundización de la eco-
nomía de la droga (cultivos de uso ilícito, procesamiento y tráfico), y la alta
fragilidad ambiental de la reg ión. En este escrito, a través de la reseña de las

254 Lorenzo Andrél Vllfg81 Gutléne%


Tabla 1
Distribución ve~ili de liI !'tglón PiltO' 8i1lsHlu. (FYente AMCOP 2006)

Nuclee, Vp" ' d" Plr{~la"etl~'

Balsillas Abisinia
Arauca los Sauces
los libertadores El Playón
Balsillas 26.'54. 2
Pueblitos
La Gloria
Rovira
Guayabal - Caserio
San l uis del Oso
El Lago
El Roble
La Abtja
La Esptranza
Guayabal 24.4 25.9
Cristo Rty
La Cristalina Guayabal
San Jorge
La Paz
La libertad
l.o!i Andes
Chorreras
La Unión 11
Alto Avance
Miravalle
l.o!i Andes 19·220.8
lusitania
EIVenado
Vista Hermosa
las Morras
Puerto Amor
la Campana
Campo Bello
Honduras
Puerto Amor 31.821
Pescador
Perlitas
Perlas Bajo Pato
Gibraltar - Caserío
El Parque
Gibraltar Medio Avance 8.619.3
Vegas del Pato

OcupaCión y tene ncia de le tierra en la reglón El Pato· Salsillas.


San Vicente del Caau'13: entre lo legítimo y lo legal 255
fases de colonización y ocupación de la región centro sur colombiano y los
momentos del conflicto en la misma, se describen brevemente tales procesos,
lo cual requiere analizar las razones que condujeron a las dinámicas de ocupa-
ción y tenencia de la tierra en la región del Pato - Ba Isillas, para establecer el
proceso que oscila entre la construcción de una legitimidad que. a su vez, dé
curso a su legalidad .
La legalidad se entiende como el sometimiento al ordenamiento jurí-
dico. el cual es aceptado en el seno de la sociedad por estar legitimado en el
principio democrático y en el hecho de que éste supone la participación de
todos los sectores de la sociedad en su producción y la consecuente referencia
a cuestiones relacionadas con la interpretación de las necesidades de la colec-
tividad y con el bienestar general. Esa aceptación del mandato por parte de
los demás implica su legitimidad.

Colonlzaclón de la región centro Rr colombJano


El concepto de colonización tiene en Colombia un sentido muy concre-
to que debe distinguirse de procesos simples de ocupación O poblamiento. Se
trata de establecimientos de población en una determinada área que imponen
un nuevo sistema de asentamiento y nuevos patrones de poblamiento. Los
territorios de la región centro sur han sido los últimos en ser objeto de incor-
poración a la economía nacional y aún se encuentran en proceso de coloniza-
ción, por lo que se les identifica como zonas de frontera agraria en expansión
(Fajardo: 1998).
Aunque los procesos de ocupación del siglo XIX y primera mitad del
siglo XX marcaron la historia y la evolución de esta región (Fajardo: 1998)',
la actual estructura territorial y poblacional es consecuencia directa de la di-
námica de los procesos de colonización que se desencadenaron en la segunda
mitad del siglo XX.
La herencia de los procesos de colonización del siglo XIX fue una
constelación de núcleos urbanos relativamente estables, que aunque desarti-
culados entre sí y con una baja densidad poblacional, constituyeron la base
para los procesos posteriores de colonización espontánea'. Dichos procesos
se vieron fortalecidos por los efectos de la guerra con el Perú (1932 a 1934),
que empujó al Estado a desarrollar una política de fronteras y de soberanía

Particularmente la voraz explotación cauchera adelanlilda por la Casa Arana, de


capital peruano e inglés. cuyo régimen de explotación produjo una reducción de
la población indígena del actual Putumayo y partes del Caqueta y el Amazonas de
50.000 a 8.000 individuos. Igualmente. de esta época es resultado un asentamiento
humano relativamc:nte estable en el piedemonte de la cordillera Oriental.
1 Ciudades como Villavicencio y San Juan de Arama (Meta), Florencia, ~n
Vicente del Caguán. Puerto Rico y Belén de los Andaquíes (Caqueta); Mocoa
y Santa Rosa del Guamuez (Purumayo). Los procesos de ocupación del
Guaviare son muy débiles en este período, pues. aunque se produjo una
colonización "rapaz". ésta. no dejó núcleos significativos de poblamiento.

256 Lorenzo Andrés Varvu Gutiérrez


nacional. cuya manifestación más clara fue la construcción de vías de comu-
nicación entre el interior andino y la periferia amazónica y orinocense'. Sin
embargo, es a partir de 1950 cuando se detecta un incremento de inmigración
colona hacia la región, la cual se intensifica después de 1970'.
La colonización reciente de la región centro s ur ha estado asociada a
los siguientes eventos:
a) La migración campesina forzada por la violencia partidista de 1946
a 1962, la cual produjo la expulsión de miles de fami lias campesinas desde las
cordilleras y valles interandinos hacia el piedemonlte y las zonas riberei\as
de los departamentos de Caquetá, Putumayo y la zona del Ariari en el Meta,
especialmente,
b) Las "columnas de marcha" campesinas y la colonización dirigida
de 1955 a 1962. Las primeras, fueron la respuesta callnpesina a la decisión del
Estado de controlar militarmente algunas regiones andinas consideradas como
no sujetas al control bipartidista, denominadas "repúblicas independientes"' .
Las marchas produjeron asentamientos e n los departamentos del Meta,
Guaviare y Caquetá. Casi en forma para lela el Estado adoptó, a partir de 1956,
una serie de políticas destinadas a orientar los procesos de ocupación de estos
territorios mediante colonizaciones dirigidas u orientadas·,
c) La colonización petrolera de 196) a 1976, La oleada migratoria ori-
ginada por la explotación de petróleo se concentró en el departamento del
Putumayo, en particular, en los municipios de Orito y Puerto Asís.
d) La colonización motivada por los cultivos de uso ilícito (1974-1998).

) Se trata de las vías Altamira-Florenda (1933-19]5), Pasto-Mocoa (1931),


Villavicendo-Bogotá (19]6) Y La Tagua-Caucayá (hoy Puerto Asis) (19]]).
Algunos de los combatientes en la guerra con el Perú se quedaron en
las regiones amazónicas. En todo caso, las nuevas vías e1¡timularon la
inmigración de población campesina y de empresarios. IAriza et al.: 1998)
4 Por ejemplo, en los munidplos del despeje (Vista Hermosa, La Uribe, La
Macarena. Mesetas y San Vicente del Caguán), de acuerdo con el Censo
de 1993, un poco más del 50% de la pobladón no es na¡jva de éstos,
alrededor de un ~5 o/. no residla allí antes de 1988, evid(:nciando que
se trata de zonas de colonización muy reciente (Gonzále:~ : 1998).
S Lo que desencadenó la llamada guerra de Villarica, efectuada durante el gobierno
militar de Rojas Pinilla en año de 1955 tras romper con d Partido Comunista y
declararlo ilegal. Se trató de una ofensiva militar, regular. que atacó los sitios de
villarica y Sumapaz. en donde existían núcleos de autodefensa campesina liderados
y organi:tados por el Partido Comunista. Más tarde (1961:-1965), esta iniciativa
fue complementada por los gobiernos de l Frente Nadonal, atacando Marquetalia,
Guayabero y el Pato. también denominadas "repúblicas independientes" .
.; Las regiones de Maguaré, La Mono y Val paraíso en el dt~partamento del Caquetá
son asentamientos representativos de este modelo. Igualmente, se desarrollaron
procesos de colonización dirigida en la región de los rio:~ Guejar. Ariari y
Guayabero (departamento del Meta). y, finalmente, en el departamento del
Guaviare, el Estado apoyó la "coloni:tación de retorno" impulsada por un IOCUlor
de radio (1968), dando origen a dos nucleos importanlC!;: El Retorno y Calamar.

OCupaciÓII Y tenencia de latiemlon la reglón El Pato - BaI.lILas,


san Vicente del Caouán: entre lo legitimo y lo legal 117
El cu ltivo de marihuana tuvo una presencia breve entre 1974 y 1975, principal-
mente en la Sierra de La Macarena. A finales de la misma década, la aparición
y expansión del cultivo y procesamiento de coca trajo como consecuencia una
dinámica creciente de poblamiento en la región del Ariari-Guayabero, (Meta);
el Medio y Bajo Caguán, (Caquetá); en el Medio Putumayo y la zona del rio
Guaviare, las cuales se convirtieron en áreas críticas de cultivos de uso ilícito' .

Proceso de colonización y ocupación de El Pato - BalsilJas

Orígenes de la colonización de El Paro - Balsillas (1890-1960)


La colonización del Caquetá data del siglo XVII y la de San Vicente
del Caguán, de la cual la región El Pato - Balsillas hace parte, ocurrió en 1896
como consecuencia del interés que despertó la explotación de la quina y el
caucho, el cual trajo a colonos y tercieros (así se le llamaban a las personas
que llevaban el caucho a sus espaldas). En las primeras décadas del siglo xx
(1920) se registraron procesos de colonización y asentamientos ganaderos,
dada la condición estratégica de camino que vincula las zonas de explotación
cauchera con el resto del país. Durante este periodo, si bien no se produjeron
colonizaciones propiamente dichas, con la notable excepción de San Vicente
del Caguán, sí se generaron las condiciones para el comienzo del proceso de
colonización y apropiación productiva del territorio (J. González, inédito).
Los primeros asentamientos en la región sucedieron en 1921 por la
migración de colonos provenientes del Huila, quienes se instalaron en el área
conocida como Bajo Pato "Territorios Baldíos" (actualmente son las veredas
Gibraltar, El Parque, Medio Avance, Vegas del Pato, Honduras, Pescador), si-
guiendo una trocha por la que se transitaba cada seis meses, según cuentan
los pobladores de la región. Hacia 1930 y principios de los años cuarenta se
presentaron nuevos flujos migratorios de pobladores tolimenses y huilenses
q ue comenzaron abrir caminos hasta Las Perlas y fundaron las veredas Rovira,
Pueblitos y San Luis del Oso, las cuales cuales fueron por esa época el centro
de colonización, dando lugar a un paulatino proceso de ocupación con mi-
graciones periódicas de baja intensidad a causa de la dificultad de acceso a la
región (León: 1995).
En el periodo de violencia de los años cincuenta en el Tolima y Huila
se generó una segunda oleada de colonización hacia El Pato, a la cual se suma-
ron migraciones provenientes de Antioquia, Valle y Caldas, las cuales dieron

7 La vinculación de la población a la actividad ilícita de 13$ drogas se da a través


de cuatro modalidades de migración: 1) la oSl:ilante, con ¡¡¡ cual una vez obtenido
el ingreso los campesinos se devuelven a invertir en su lugar de origcn; 2) la
permanentt, con la cual los colonos establecen una finca y conservan sus mejoras,
independientemente de los auges del precio de la coca; 3) la migración por cos«ha.
asociada con jóvenes campesinos que se integran como jornaleros al proceso
de cultivo, procesamiento y comercialización, y 4) la Migración ausentis fa de
empresarios que operan con un sistema de economía de enclave (Uribe: 1997).

268 Lorenzo Andrés Vargas Gutiérr6z


lugar a la fundació n de las veredas Vista Her mosa, El Venado y La Paz (Briñez:
1998). En 1953, el General Rojas Pinilla inició una ofensiva anticomunista
que se prolongó hasta 1957. A causa de esta acción militar conocida como
la guerra de Villarica, se prod ujo un éxodo masivo de campesinos hacia la
zona de colonización de Galilea (Sumapaz), que no estaba en condiciones de
recibir un volumen de población tan alto - más de 5.000 personas- o Dadas es-
tas dificu ltades, un grupo de familias organizadas en .col umnas, al mando del
"Comandante Richard", continuaron su éxodo hacia las regiones del Duda, el
Ariari, el Guayabero y El Pato (Gonzá lez y Marulanda: 1990).
Este éxodo se denominó la "colonización armada" (Ramírez: 1981),
para señalar el fenómeno del acompañamiento de la guerrilla rural a los
contingentes de colonos, expulsados de sus regiones de origen y obligados
a emigra r hacia las zonas más per iféricas .... Para la: época, las FARC recién
constituidas, registran una presencia significativa en la región de El Pato, despla-
zándose, paulatinamente, hacia la región del Alto Cagu.án y de Río Guayas ( .. .)
(González y Ramírez: 1985).
Sobre los efectos que t uvo pa ra la región la violencia de los anos 50,
Artunduaga (1984) comenta:
Esta calamitosa situación fue la causa directa que
ocasionó el poblamiento rotundo del Caquetá, terr itorio que
en 1932 tenía quince mil habitantes y diez años después
apenas había aumentado su población a veinte milI ... ], inicia
su portentoso crecimiento poblacional a finales de los 40 y
en el censo de 195 1 registró 46588 habitantes, es decir, un
crecimiento del 122% con relación al censo de ]938.

El movimiento guerrillero constituido durante la Primera Conferencia


de las Fuerzas Armadas Revolucionarias en 1952 se desmovilizó a finales de
los cincuenta para favorece r la organización del moviimiento agrario. "Dicho
en otros términos, el movimiento guerrillero se convie.rte en movimiento agra-
rio. Se acaba la estructura milita r, se acaban los grados y denominaciones, y
todo el mundo se dedica a t rabajar la tierra" (Briñez: 1:998).
Este movimiento agrario se fortalece a principios en la década de los
sesenta e n la Región de El Pato, al ig ual que en Río Chiquito, Marquetalia,
Guayabera y Sumapaz. Para fi nales de los años cincuenta "( ... ) el Guayabero
se había convertido en una zona con un poderoso movimiento agrario al igual
que el núcleo establecido en El Pato, quienes inicia.ron movimientos agra-
rios, adquirieron créditos oficiales, partidas para construcción de caminos
de herradura (... ) una vida más o menos normal den tro de la colonización"
(González: 1990).
En El Pato se fundó un movimiento agrario y de autodefensa
orienlado por el Mayor Richard 1... [. Richard establedó en el medio
Pato un sindicalO agrario cuyos miembros er.m elegidos en Asamblea
Popular. [... [. El pueblo patuno continuó trabajando la tierra bajo el

Ocupación y tenencia de la tierra e:llla región El Pato· Babilla..


san Vicente del CalJUén: entre lo legitimo y lo legal 11.
régimen colectivo de propiedad, época caracterizada como de gran
auge para la colonización y en la que eran rrecuentes las mingas
organizadas por los antiguos guerrilleros (Briñez: 1998).

No obstante el carácter campesino que había adquirido la organiza-


ción, continuaron los hostigamientos por parte del ejército, de la policía y de
ex guerrilleros conservadores y liberales (denominados limpios) apoyados por
terratenientes, lo cual llevó al movimiento agrario a tomar la decisión de orga-
nizarse estr ucturalmente en movimientos de autodefensa, creando el primero
de ellos en 1960 e n Marquetalia, "( ... ) para lo cual disciplinaron y entrenaron
militarmente a treinta jóvenes campesin os atentos a lo que pudiera pasar para
entrar a operar como guerr illa profesional". (Briñez: 1998).
Hasta comienzos de los sesenta, las condiciones de alteración política,
de cierta manera, marcaron la vida e n la región . Si bien las manifestaciones de
v iolencia no adquirieron las características que tuvieron al interior del país,
algunas de sus secuelas llegaban hasta allí, como consecuencia, entre otras, de
la presencia de algunos comanda ntes guerrilleros, que por diferentes motivos
llegaron a San Vicente. Alfonso Castañeda (Mayor Richard) arribó en 1965
al Guayabero y a El Pato comandando una columna, procedente del Tolima
(León: I9Q5).

LA marcha de la muerte o marcha negra ( r96r-.I97o)


En 1961, el político conservador Álvaro Gómez Hurtado empezó a
denunciar en el Senado de la República la tesis de las "repúblicas indepen-
dientes", referida a los lugares donde se había consolidado el movimiento
guerrillero (Marquetalia, Río ChiquHo, El pato y Guayabero). El 14 de junio de
1964, se produjo por tierra y aire una agresión militar a los grupos de resisten-
cia de MarquetaUa y Río Chiquito; fueron los primeros en ser bombardeados,
obligando a sus integrantes a desplazarse hacia El Pato y el Guayabera.
En abril de 1965, a las 8 de la mañana, los cielos patunos se enluta-
ron por causa de una flota de helicópteros que arrojaron artefactos de muerte
- bombas Napalm- , q ue, luego de explotar en el aire, cayeron como lluvia
de fuego sobre la tierra calcinando seres humanos, cultivos y animales. Así
mismo, por tierra, aproximadamente 4.000 soldados del bataJlón Colombia
asaltaron la región dejando a su paso una estela de destr ucción y muerte. Don
Carlos González q uien vivía en esa época, así lo testifica:
En El Pato se combatió de una rorma completamente atroz, es
decir, aquí no se discriminó. Aquí se dijo que todos los que vivían aquí
eran bandoleros; aquí no se les dio ni siquiera lugar a que la gente se
saliera, ni siquiera se le dijo: los que no son guerrilleros salgan. Aquí
se taponó Balsillas, se taponó por Vegalarga, se taponó Guacamayas.
se taponó San Vicente. Entonces las personas que iban a salir se
encontraban con el ejército; niños y niñas se perdieron. De pavor de
encontrarse con el ején::ito se tiraban de las bestias y cogían el monte. El

280 Lorenzo AndJ:é. Vargu Gutiérrez


ejército acabó con todo lo que había a su paso sementeras, ganado, etc.
La gente salió, unos cogieron hacia el Meta y otros hada la cordillera.
Las mismas madres tiraban los niños al río, preferían que se les ahogaran.

Miller Rodríguez, quien vivió por esa época I:n Las Perlas narra:
Thvimos que abandonar la región. Duram0:5 tres meses
huyendo entre el monte perseguidos por el ejército (Figura 2.9).
Perdimos hijos porque se nos murieron de hambre. Perdimos reses,
burros, sementeras. Todo, solo pudimos regresar en el 79.

Allí muchas mujeres dieron a luz, ellas y sus hijos perecieron; otras
madres. para ahorrar la agonía de sus hijos moribulldos por causa del ham-
bre. prefirieron arrojarlos a los ríos; hombres. mujel:es y niños sucumbieron
ahogados al atravesar corrientes ca udalosas o, acosados por el hambre. murie-
ron al comer frutos de la selva que resultaron vene:nosos. la piel de muchos
campesinos se cubrió de úlceras pustulosas por acción de la guerra biológica
que acompañó el bombardeo (Briñez: 1998). Los colonos viejos recuerdan aún
con horror la angustia sufrida durante estos hechos violentos, a los que deno-
minaron con el nombre de la "Marcha de la Muerte o Marcha Negra". Como
resultado de la ocupación militar, la región de El Pato quedó virtualmente
despoblada por un espacio de 8 anos por efecto del éxodo campesino. De unos
poco más de 9.000 habitantes que había en la región~ según el censo de 1964,
se constató en 1976 la presencia de apenas 890 personas (TrujiHo: 1977).

La marcha de la vida (1971 -1985)


En 1972. el general José Joaquín Matallana y el: señor Diofante González
organizaron en Neiva el retorno de los colonos de El Pato a través de la llamada
Defensa Civil. Algunos sobrevivientes y nuevos colonos entraron a la región
a partir de esta fecha y. siguiendo su vocación de campesinos trabajadores, se
dedicaron a laborar la tierra. En 1979 el ejército estableció una base militar en
Salsillas y poco tiempo después empezaron los problemas para los colonos.
La exigencia de salvoconductos a finales de 1979 para restringir la libre
movilización, o negación de los mismos para algunos pobladores con el fin de
obligarlos a abandonar la región, sirvió para impedir a los campesinos el derecho
a la titulación de tierras que en ese momento adelantab>a el Instituto Colombiano
de la Reforma Agraria, INCORA . Ocurrieron otros h,echos censurables: malos
tratos verbales; sindicaciones indiscriminadas contr.~ hombres y mujeres de
ser guerrilleros o auxiliares de la guerrilla; amenazas, de muerte; detenciones,
torturas, desapariciones; requisa de remesas o mercados durante los cuales los
militares destruian los víveres que los colonos habían adquirido en Neiva.
En la década de los 1980, los colonos se reunieron en sus cooperativas
y juntas de acción comunal para analizar la situación nacional y su situación
en particular, y, decidieron que no habría otra marcha negra en la región. Es
así como el campesinado de la región de El Pato decidió salir en marcha hasta

O<:upación y tenencia de la tlena en la región El Pato - Balaillas,


San Vicente del CaguA.n: entre lo legitimo Ylo legal 211
Neiva para denunciar ante la opinión publica el nuevo genocidio que contra
ellos se preparaba . El éxodo se in ició el primero de septiembre de 1980, desde
la vereda Guayabal. Ascendieron luego día y noche las montañas de la cordille-
ra oriental por flancos escarpados abriendo trochas entre la vegetación espesa
hasta un sitio que se llama el Jardin. En este lugar se encontraba la brecha de
la carretera que une El Pato con Neiva. Durante este trayecto engrosaron el
grupo de emigrantes campesinos de las veredas La Abeja, Rovira, Pueblitos.
Aproximadamente eran 1. 500 campesinos que finalmente estaban en esta lucha
por sobrevivir.
Después de 19 días de sufrimientos (19 de septiembre de 1980) y de
recorrer más de 80 kilómetros, llegaba n al destino: la gobernación del Huila.
Se podría decir que habían salvado la vida y dado un ejemplo de organiza-
ción, moral y coraje: muchas marchas campesinas ocurri das en el país en años
posteriores han emulado la experiencia patuna (Briñez: 1998). Después de tres
meses de perma necer en el estad io, los campesinos regresaron a su región
luego de prolijas negociaciones y de una serie de promesas gubernamentales,
con la esperanza de un futuro digno para ellos y sus hijos.
Nos costó caro porque el revire del ejército fue bombardear
toda la región del Alto Pato, Salsillas y Guayabero. A la gente que
vivla y trabajaba en esas tierras le tocó salir hacia Neiva a denunciar
los atropellos y a guarecerse de los bombardeos. (Molano: 1994)

Decada de los noventa o ciclo de economÚl extraetiva (1986-[996)


La explotación de los bosques, los cu ltivos de uso ilícito (amapola y
coca) y su transformación, se ubica en el contexto de las economías de expor-
tación de ciclo corto' propias del siglo xx. Estas economías fueron ejemplos
clásicos de los fracasos de sociedades locales, ilusionadas por la demanda de
mercados extranjeros.
Las economías de ciclo corto para esta región se determinaron como las
q ue se desarrollaron en fronteras aisladas, operaban en los bosques y selvas
alejados de los centros urbanos, e n donde no era posib le una intervención del
Estado. Domínguez y Gómez (1990) definen la economía extractiva como "el
flujo de la riqueza para fijarla fuera de la región es la esencia del extractivismo,
mientras que su permanencia y fijaci6n regional son la esencia de la coloniza-
ción". Es, así. un proceso que tiende a empobrecer la región.
Los procesos de poblamiento, ligados a los apogeos temporales e inter-
mitentes de las economías extractivas, generaron en la región una significativa
extracción de sus recursos natura les, especia lmente de madera. Estos procesos
tienen en común con el de la economía de cultivos de uso ilícito que se bene-
fician de los recursos de la región, pero el excedente económico producido no
se reinvierte allí mismo o lo hace en ínfima proporción, lo cua l convierte a la
región en exportadora de capital.

8 Con una duración entre tres y cuatro años.

262 Lolenzo Andrés Vargas Gutlérre~


En general, las economías de ciclo corto y e)j:tractivas en el área han
tenido las siguientes características, de acuerdo con los relatos de algunos
pobladores:
a) Entraron sobre esta zona campesina, demandando un producto que
hasta ese momento había servido para satisfacer meros usos domésticos.
b) Esta irrupción vino acompañada de capitaJ. y se generaron nuevas
relaciones de trabajo.
c) Los pequeños propietarios fueron expropiad.os de sus tierras y con-
vertidos en peones o en productores dependientes de los grandes compradores.
d) Las bonanzas salaria les pretendieron satishcer necesidades y frus-
traciones aplazadas que deformaron el orden social. dando lugar a la pro-
liferación de actividades, tales como la prostilUción, el juego, el exagerado
consumo de licores y de bienes suntuarios.
e) Las sociedades productoras compartieron Ull clima de violencia y no
quedaron obras de infraestructura social. sino mera ruina, abandono, soledad
y aislamiento.
Con la incursión de la carretera, la extracción de la madera (corte y
comercialización) fue una actividad que se desarrolló cada vez de manera más
intensa, aunque al inicio de la actividad extractiva se dio de forma selectiva
(núcleo Salsillas); se iniciaba con el aprovechamiento de las maderas más finas
como cedro, "arenilla", "amarillo comino", "pino romerón", entre otros; y
cada vez que se avanzó en la extracción, pasó de selectiva a tala rasa (núcleo
Guayabal y Andes).
Según los pobladores de la región en los años 1993 a 1995 hubo ex-
tracción maderera en alrededor del 50% de las fincas_ Las modalidades que se
usaron fueron; la compra de madera en pie y el pago de porcentaje por bloque
de madera según la calidad (especies antes mencionadas). De la región salían en
los tres meses de verano aproximadamente entre 10 y 15 camiones diarios car-
gados de madera (aproximadamente entre 100 y 150 toneladas/día; o 100 - 150
metros cúbicos/día). De cada finca se extraía un prome,dio de 10 metros cúbicos
por mes, lo cual representaba un volumen de 9.000 a 13.500 metros cúbicos
por año. Pero estos no son datos estadísticos, sino estimaciones con base en el
recuerdo de los campesinos de la forma de movilización ilegal de la madera.
Sin embargo, para la mayoría de colonos mad,ereros, así como para los
arrieros y aserradores, esta actividad "no dejó más que para la comida", según
los informes recogidos en el trabajo de campo y las entrevistas, Las ganancias
quedaban en manos de los intermediarios, quienes .podían comprar los blo-
ques de madera a cerca de S 4.000, los cuales podían ser vendidos en Bogotá
=
a S 15.000 cada uno (1 metro cúbico 5.5 bloques de' madera), Por otra parte,
la utilización de maquinaria ineficiente determinaba un gran desperdicio con
pérdidas del 60 a 70%~.

9 Entrevista de Dado González con Joaquín Abellaneda,


Ingeniero forestal de CI!UOI!S, noviembre 1997.

OCUpación y tenencia de la tierra <en la región El Pato· Ballillllll,


San Vicente del Caguán: entre lo legítimo y lo legal 263
Paralelamente, entre 1991 y 1994, vino el apogeo de los cultivos de uso
ilícito, "la Bonanza de la Amapola", la cual se extiende hasta finales del año
2000. Esta actividad económica tuvo presencia desde el Núcleo de Salsillas
hasta el Núcleo de Los Andes; se habló de más de lOO hectáreas de amapola
sembrada durante la década del 90, de la cual se extraían aproximadamente
entre 8.000 y 10.000 kg/año de mancha, base de los productos finales, morfina
y heroína. Un gramo de mancha en los años 1991-1993 se pagaba entre $1.500
y $1.800; una hectárea cultivada de amapola producía entre 20 y 25 kg de
mancha cada seis meses.
La producción local de comida bajó, por lo menos, más de la mitad; no
se conseguía mano de obra para tal actividad porque toda estaba concentrada
en la siembra y recolección de amapola; con la afluencia inicial de dinero
circulante se produjo una gran inflación, todo subió de precio, incluso los pro-
ductos alimenticios cuya importación a la región se incrementó; el ausentismo
escolar también creció.
Esta actividad en pequeña escala (menos de 1 ha), tuvo apenas el
carácter de subsistencia para el campesino y no le permitió un proceso de
acumulación, pero le garantizó un ingreso permanente por la seguridad y la
facilidad que tenía para venta del producto. A partir de los hechos, extrac-
ción de madera y cultivo de amapola, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia, FARC, como autoridad armada local. intervinieron en un control
soci()-productivo mediante el cual reglamentaron que las personas que qui-
sieran sembrar amapola también tenían que sembrar comida en una "relación
1-2", una hectárea de amapola por dos hectáreas de comida; de esta forma se
aseguró la base de la economía campesina con los productos agrícolas. Esta
restricción de las FARC, más el inicio de las fumigaciones aéreas con glifosato
a finales de 1994, controlaron la expansión de estos cultivos en la región su-
mando la caída de los precios de la mancha de amapola.

~ PIloto ZODII de a-v. Cam.,..ma (PPZRC)


A principios del segundo semestre de 1996 se desarrollaron amplias
protestas de las comunidades de las zonas coca leras de Putumayo, Caquetá,
Cauca, Sur de Bolívar y Guaviare. Estas movilizaciones ocurrieron a raíz de la
aplicación masiva de controles a la comercialización de insumas para el pro-
cesamiento de productos de uso licito (cemento, combustibles). El contraste
entre los controles y el manejo corrupto de algunas autoridades con estos
insumas, además de las fumigaciones aéreas, que afectaban tanto los cultivos
de coca y amapola como los de pancoger y los pastos, fue lo que originó las
denominadas marchas cocaleras de 1996.
Una de las solicitudes presentadas en las protestas fue la creación de
cuatro Zonas de Reservas Campesinas. El Gobierno aceptó esta solicitud, dan-
do paso inicialmente a la reglamentación de la Ley 160/ 94 en lo relacionado
con esta figura, y mediante el decreto 1777 de octubre de 1996 y el acuerdo
024 de la Junta Directiva dellNCORA de noviembre de 1996 que reglamenta-

264 Lorem:o Andrés Varvas Gutiérrez


ron el campo de aplicación y los procedimientos básicos para su constitución.
Vale señalar que hasta ese momento no existía mayor claridad en tomo a los
comenidos y alcances de las zonas de reservas campesinas y que los únicos
elementos de referencia eran, de una parte, las expectativas de los campesi-
nos, y, de otra, lo dispuesto por la Ley 160; por esta rilzón los contenidos del
decreto reglamentario fueron muy generales.
Las motivaciones de loscampesinos en tomo a las ZRC er.m las de lograr
una atención plena del Estado pan. sus demandas de tierras y protección para
sus vidas, créditos, asistencia técnica para la producción, comercialización e
infraestructun., como elementos mínimos que les ga:rantizaran condiciones
dignas de existencia. Era también un comienzo de solución del problema de
los culti vos de usos ilicitos.
Una vez reglamentado el Decreto se inició la p.romoción de la organi-
zación de la ZRC Pato - Balsillas, en donde las comunidades habian iniciado
contactos con la Corporación para el Desarrollo Sostenible de la Amazonia,
Corpoamazonia, encaminadas a encontrar solución a la explotación de las
maderas y a la titulación de tierras en los bordes del P<lrque Nacional Natural
cordi llera de Los Picachos. Una de las soluciones ofrecidas por el Estado a
través dellncora fue la adquisición y parcelación de una hacienda en el valle
de Balsillas, destinada a facilitar el acceso a la tierra de algunos de los campe-
sinos ubicados en el Parque Nacional Natural. Estas iniciativas convergieron
en la creación de la ZRC de El Pato - Balsillas, en diciembre de 1997. Su origen
fue un acuerdo emre la Asociación Municipal de Colamos de El Pato (AMCOP)
con el Ministerio del Medio Ambiente, encaminado a facilitar el retiro de
algunas familias asentadas en el Parque Nacional Nat ural cordillera de Los
Picachos.
La alternativa se concretó con la propuesta para la creación de una
reserva campesina que facilitara este reasentamiento, a partir de la adquisi-
ción y parcelación de la hacienda Abisinia, en el vaJlI= de Salsillas; parte de
estas tierras habría de albergar el asentamiento de las familias localizadas en
el Parque, todo en aplicación de la Ley 160 de 1994 y E:n cumplimiento de los
acuerdos del Gobierno con los campesinos movilizados. Es así que durante
este proceso se expidieron 28g resoluciones de adjudicación que favorecieron
a igual número de familias, las cuales, luego de 20 años de lucha, contaron con
un espacio geográfico legal ante los ojos del Estado, pero fu ndamentalmente
considerado legítimo por las dos partes. Sin embargo, aún quedan más de 600
predios que en este momento están siendo ocupados y usados pero no tienen
ninguna resolución de adjudicación por parte del Estado.
Estos desarroIJos ocurrían de acuerdo con la historia de la región; en
El Pato, una ininterrumpida trayectoria de agresiones oficiales había genera-
do desconfianza hacia la interlocución con el Estado. No obstante, la mayor
dificu ltad provino de la coyuntura política en la que s:e desarrolló el proyec-
to, definida por la evolución de la política del Estado hada la insurgencia.
Durante la etapa de conversaciones entre el Gobierno y las guerrillas de las

Ocupación, tenenda da la tierra en la Je(j16n El Pato - Balsillu,


san Vlcenta del Cagu'-n: entre lo legitimo, lo legal , ..
PARC, el proyecto avanzó en sus procedimientos preparatorios incluyendo la
ejecución de las primeras iniciativas de las comunidades, las cuales generaron
condiciones de confianza entre ellas (Ortiz et al.: 2004).
En una segunda fase, las iniciativas tuvieron un origen guberna-
mental, variando las relaciones con las comunidades, hasta cuando se mo-
dificó sustancialmente la acción del Estado en la región, en el marco de la
política de seguridad democrática establecida por el gobierno del Presidente
Álvaro Uribe, durante el cual concluyó el proyecto. La resistencia dentro del
Gobierno a estas iniciativas dentro de la Ley 160 condujo a un sinuoso proceso
de reversión de esta decisión .

ZODa de diReDdóa (1"'2002)


Con el acuerdo de los diálogos de paz celebrados entre Gobierno
Nacional y los representantes de las PARCo el presidente de la republica de
la época. Andrés Pastrana Arango. ordenó el retiro de las fuerzas públicas
de la zona como condición previa para el inicio de las conversaciones con el
grupo subversivo. Se autorizó la desmilitarización de los 42.000 kilómetros
cuadrados que integraban cinco municipios: Mesetas, Vista Hermosa. Uribe
y la Macarena. en el departamento de Meta. y San Vicente del Caguán, en el
departamento del Caquetá (sur del país).
Durante el tiempo que se tomó esta región como zona de despeje. el
totalitarismo impuesto por las PARC impidió la acción de las instituciones es-
tatales y de justicia. obligando a los juzgados. fiscalía y alcaldía a desplazarse
a la ciudad de Florencia. con lo que perdieron toda autonomía e incidencia en
sus decisiones.
La zona de despeje terminó siendo epicentro del secuestro de líde-
res políticos. comerciantes. empresarios y de menores de edad. quienes
posteriormente terminaban siendo negociados para otorgarles la libertad.
Adicionalmente, se empleó la región para el tráfico ilegal de armas y explo-
sivos destinados al narcoterrorismo (Pataquiva: 2007). Las FARC crearon un
dominio total en la zona a través de la imposición de sus propias leyes a los
más de 200.000 habitantes. Como resultado de las infructuosas negociaciones
y las latentes arbitrariedades manifiestas, en febrero de 2002, el Gobierno
del Presidente Pastrana. mediante un comunicado oficial de Presidencia de la
República. dio por terminados los diálogos de paz con las FARC.
A raíz de esta decisión presidencial empieza el 20 de febrero de 2002 la
retoma de los 42.000 kilómetros cuadrados por parte del Gobierno en cabeza
de sus fuerzas militares. Fue un comportamiento injusto hacia la población
civil. que en ultimas había sido la más afectada con todo este proceso de "paz"
fallido entre el Gobierno y la guerrilla de las FARC; muchos líderes comunita-
rios fueron acusados de auxiliadores de la guerrilla y, e n el peor de los casos,
sindicados de guerril leros. El atropello hacia la población civil (campesinos)
fue desmesurado. Acciones como tumbar y quemar sus casas, destruir los
cultivos. asesinar el ganado. es el resultado de toda esta guerra que se vive día

¡66 Lorenzo Andlél Vlll'glll Outlérrez


a día en estas regiones del país, y que no cesa, pese al sinnúmero de denuncias
que ante organismos nacionales e internacionales ha instaurado la población
civil frente a estos hechos que se vienen repitiendo hasta la actualidad.
No obstante, en el presente subsisten contradicciones en torno a las
reservas campesinas; de una parte, el dramático epílogo del proyecto, con las
zonas convertidas en escenario de intensas operaciones militares, ocupadas
por las fuerzas armadas y contingentes paramilitares, con muchos de sus
dirigentes acusados de sostener rclaciones con la gtlerrilla y sometidos, por
tanto, a persecuciones judiciales; al ticmpo que, por c,tra parte, dos iniciativas
legales del Gobierno, la "Ley Forestal" y el Estatuto para el Desarrollo Rural.
reconocen la existencia legal de las reservas campesinas, si bien restringen
sus alcances al limitar su establecimiento a las areas de colonización'·, Tal vez,
como en otras oportunidades, la perspectiva dependerá del espacio de recono.
cimiento que logren los campesinos en todos los órdenes y de las circunstan·
cias políticas que rodeen este reconocimiento.

"""_ Históricamente, las (ierras de El Pato· Salsillas forman parte de la zona


de colonización del sur del país, un territorio donde muchos campesinos se
han refugiado tras ser expulsados de otras regiones por las diversas oleadas
de violencia que hemos vivido desde la década de los años cincuenta; por la
constante concentración de la tenencia de la tierra, que generó que la mano
de obra debiera migrar hacia las ciudades, mientras las tierras se concentraban
en poder de sectores de la oligarquía que practican la agroindustrialización
del campo,
El conflicto bipartidista que se dio en los años cincuenta tuvo vastas
consecuencias en las relaciones sociales, en los movimientos poblacionales y
en el surgimiento de una guerrilla liberal que tuvo un apéndice comunista,
Los efectos de la violencia entre organizaciones armadas fueron especialmente
evidentes en el desplazamiento de la población campesina, en el gran aumen·
to de la criminalidad y en un número considerable de muertos y mutilados,
Como resultado de estos fenómenos sociales que afectaron a la población colo.
no-campesina en El Pato· Salsillas, se debilitaron los elementos estructurales
del capital social. como confianza y redes de compromiso, situación que afectó
la posibilidad de construir acciones coordinadas hasta la década de los 80.
A partir de todos los acontecimientos en el marco del confljcto agrario
durante más de cincuenta años por consolidar un t,:rritorio en donde vivir
y de este modo sobrevivir con la idea central de no abandonar sus tierras, se
estableció en la ley 160 de 1994 la figura de las ZonalS de Reserva Campesina
(ZRC). Esta figura tuvo asiento en el trasfondo de la constante lucha e intensas

10 Ley Forestal fue dedau.da inexequible durante el 10-08 y al


L..a
Estatuto de Desarrollo Rural le cupo la misma suerte por la misma
razón: no hubo consulta con las comunidades ind(genas.

Ocupación '/ tenencia de la Uena ,~n la Teutón El Pato - Balsllla.,


San ViCllnle del CaguAn: entre lo legítimo y lo leual 217
protestas de los pobladores con el fin de estabilizar las economías campesinas.
evitar la concentración de las tierras y garantizar la seguridad alimentaria en
estos territorios.
La región de El Pato - BaJsillas se ha caracterizado por constituirse
en un escenario permanente de violencia. Allí "cohabitan" las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia, "FARC. EP.", y las Fuerzas Militares
de Colom bia, "FFMM", en medio de una población que asciende a 10 mil cam-
pesinos. la cual, pese a desenvolve['5e en el marco de una precaria inversión y
atención de los servicios del Estado, ha suscitado for mas de organización sa-
cial q ue posibilitaron el planteamiento de propuestas regionales de desarrollo
en medio de un contexto del con fli cto armado permanente.
Es así como la construcción del capital social, caracterizado por aque-
llos rasgos, como confianza, normas y redes de com promiso, para mejorar la
eficiencia de la sociedad y facilitar acciones coordinadas en el planteamie nto
de soluciones concretas de los desequilibrios sociaJes, han demostrado ser el
eje central para legitimar los procesos de colonización forzados por cuestiones
asociadas a fenómenos violentos. Sin embargo, es evidente q ue las distintas
formas de organización social en el Pato - BalsiJIas han contado con una es-
t igmatización constante. asociada a vínculos con la insurgencia, con el fin de
invalidar cualquier propuesta política distinta a las planteadas por las mayorías
partidistas.
Los procesos de poblamiento y colonización de El Pato contaron,
fu ndamentalmente, con una apropiación productiva del territorio, pero des-
ordenada en terminos de su orde namiento. Lo a nter ior. agudizado por las
economías de enclave (quina, caucho, coca-amapola), suscitó múltiples des-
equilibrios am bientales causados por la apertura de rutas para extracción de
recursos y la incidencia de los culti vos de uso ilícito, con lo que se generaron
problemas de suelos, cambio en las dinámicas torrenciales de las quebradas,
extinción de especies maderables, pérdida de relictos de bosque. conectivida-
des biológicas para algunas especies faunisticas, entre otros, lo cual ha conlle-
vado una alteración del paisaje actual.
Finalmente, se podría afirmar que las ZRC continúan siendo una alter-
nativa válida para legalizar la tenencia de la tierra, evitar dinámicas latifun-
distas y regular bajo parámetros de sostenibilidad ambiental los usos en el
territorio. En ese sentido, las ZRC siguen siendo motivo de lucha campesina
para recla mar la propiedad de la tierra, trascender la sola declaración y con-
solidar una política fuerte y coherente por parte del Estado nación, con el 6n
de que estas reservas lleguen a cumplir su verdadero objetivo y permitir su
permanencia en el terr itorio, no s6lo resistiendo y subsistiendo, sino de una
forma más estable, que garantice sus proyectos de vida .

...........
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OCUpación y tenencia da la tilrra eliJa región El Pato· BalsIlJu,


San Vicente del Caquá:l!.: entnt lo legitimo y lo Jegal al.
POLITICAS PÚBLICAS Y EL DESARROLLO

SOSTENIBLE EN EL PIEDEMONTE AMAZÓNICO

FERNANDO FRANCO
Profesor ~socudo Univcrsido.d Nacion~1 de Colombla, ~de Amazonla.
Profesor especlal dd Instituto de Baudios Ambiental~ - 1DE A-.
Universidad Nacional de Colombia. Sede fIogol~.

I n~niero agrónomo de la Universidad Nacional de Colombi<1.


Magister en Agricuhuu Intemacional y l)es,¡rrollo Rural
de la Universidad de Corndl. Ilhaca, Nueva York, USA
ffra",M @unal.edu.co

270
..
.....,
El pi~demontc andino amazónico fue ocupado desde el comicnw de la
invasión europea del nuevo continente en el siglo XV I. Sin embargo. sólo hasta el
siglo xx se generó una nueva ocupación del espacio basad •• en pequei'los y medianos
c<lmpesinos que transformaron el paisaje a través de técnicas de tumba y quema,
oon lo que generaron pcquei'lllS praderas para credmiento de ganado vacuno (:on
baja productividad e ingreso para los campesinos. Igualmente se generaron proct'SOS
de urbanización con centros de servicios para la población rural. Atención en
salud. educoaciÓn. viviendo energía yagua potable fueron relegadas frente a otras
prioridades. Este articulo analiza politicas ambientales. pero también desarrolla
un concepto orientado al desarrollo sostenible para estas rt!giolle5. al que llamo la
"civilización de selva".
Palabras claves: desarrollo sostenible, transformación del espacio, polítieas
ambientales, "civilizaci6n de la selvo1"

""""'"The Andean Amazon fOOlhill region was occupied by foreigners since the
very beginni ng oC the European iDv.lISion oC Ihe New Continent. The xx Cenlury
drew rural and urban Spaliill configutiltion oC the occupied region bilsed on
smilll ilnd medium size peaSilnt and colonist holdings, trough slash and burn
techniques whieh tr.msCormed the jungle into grasslands for cnde raising wich are
characterized by a very low productivity and ¡ncome Cor the peasant well being.
Urban settlements took place on an accelerated rhythm acting as service
centers Cor the rural settlements OD spontaneous bilsis of growth and Collowing
Andean urbanizatioD schemcs. B<lsie public scrviees ilS educatíon, health, housing.
power and drínk.able water has remained as a sccondilry pr iorily in mOSl oC the
lowns to the present. Urban environmcntal contamination remains as one of Ihe
mosl relevant issues 10 be fa ced for municipalities at the Andean Amazon foothill
in Colombia. This essay describes the historiea] processes ofhuman occupation oC
Ihe Colombian Andean Amazon Coothill region, 10 analize the environmental publie
policies and programs applied over the territory, and proposcs an alternative view
Cor social, environental and economic suslalnable developmcnt called The Jungle
Civilization.

_......
Keywords: sustainable development, spatial configuro1lÍon, environmenlal policies,
"jungle civilization"

A partir de la ocupación española desde las alturas andínas, la gran re-


gión amazónica y sus habitantes se vieron sometidos a las decisiones y desig-
nios de actores politicos, religiosos, económicos y armados externos, cargados
de sueños de riqueza, motivados por la ambición o ansiosos por incrementar
la clientela de las huestes celestiales.
La independencia de los virreinatos amerindios d e los imperios
castellano y lusitano condujo a la formación de estados naciOnales. cuyos

PoUtlc¡,. pÍlbllcu y el deNrrolLo _tenible


en e l pledemonte amazónico a 71
conductores políticos y económicos mantuvieron en gran medida las formas
imperiales de explotación y gobierno de esa enorme colonia amazónica. Entre
las repúblicas amazónicas, Colomb ia fue por más de un siglo la más lejana a
su territorio, y tuvieron que ocurrir los nefastos episodios de las masacres
de indígenas perpetradas por los caucheros en los albores del Siglo xx y la
"guerra " con el Perú en los años JO para que los partidos gobernantes y la
sociedad andina misma comenzaran a prestarle atención a esta tercera parte
del territorio nacional'.
En el desarrollo de la historia de la ocupación de la Amazonia, el pie-
demonte andino amazónico es el territorio que ha recibido el mayor flujo de
población y consolidación de asentamientos nucleados y dispersos de inmigran-
tes, soportado el más intenso aniquilamiento de las sociedades indígenas y de
sus territorios, testigo de la mayor destrucción de los ecosistemas naturales de
la vertiente oriental andina y de la planicie amazónica y escenario de Jos más
significativos emprendimientos económicos desde el extractivismo de la quina
y el ca ucho hasta los extractivismos contemporáneos del petróleo y de la coca.
Las formas de ocupación, apropiación y explotación de este territorio
10 vincularon desde el colonialismo español a los centros andinos económ icos,
políticos y administrativos. Esta vinculación se expresa actualmente en la
integración vial y de servicios y en el inteIT.amhio económi co entre el piede-
monte y los mercados nacionales, amén de las relaciones y dependencias con
las organizaciones políticas y las estructuras de poder del centro del país. El
piedemonte de Putumayo, Caquetá y sur de Meta, alberga la mayor proporción
de la población amazónica rural y ur bana y concentra la mayor contribución
de la región al Producto Interno Bruto del país. La producción de la región
sostenida en la ganadería extensiva, los excedentes petroleros y la producción
empresarial de la base de coca y la cocaína se enmarca en la dinámica de los
mercados globalizados.
Las políticas públicas nacionales y sectoriales se apHcan de manera
indiferenciada a todo el territorio nacional, y las políticas ambientales carecen
aun de referentes específicos para la Amazonia e n general y para el piedemon-
te a ndino amazónico en particular. Así también, este extenso territorio y sus
sociedades son, tal vez, el más contundente escenario de los conflictos arma-
dos y de drogas en Colombia y objeto fundamental de atención y resolución
por parte del Estado. Esto hace que el conjun to de las políticas públicas, en
general, y de las políticas ambientales, en particular, estén subordinadas a los
objetivos de recuperación y gobernabilidad del territorio.

En su libro "El surgimierl/o de ulla sociedad transfrontmzn en la Ama.wllia


de Brasil, Pero y Colombia 18&;¡- I9]~" (Leticia, looB). el profesor de
la Sede Amazonia, Carlos Zárate, ilustra las normas y los instrumentoo
utilizadoo por las autoridades coloniales y luego por las republica.nllli
para hacer presencia y gobierno en la extensa región amazónica a lo largo
del período colonial y buena parte de la república y destaca que esa
presencia tuvo más importancia que la que usualmente se admite.

272 Fernando Franco


Esta lucha de las fuerzas gubernamenta les contra los cultivos de plan-
tas con fines ilícitos, y su confrontación con el narcotráfico, la insurrección
armada y las organizaciones armadas contrarrevolucionarias, ha tenido con-
secuencias devastadoras de despojo de los pobla dores rurales de la región, de
muerte, de desplazamiento forzado, de congestión urbana, de marginalidad
social y de pobreza.
El propósito de este documen to es destacar la poca relevancia de las
políticas y programas ambientales y de ordenamiento:) del territorio frente al
daño ambiental provocado por la ocupación humana y las políticas y acciones
públicas dirigidas a la resolución de los conflictos armado y de drogas. El
documento propone fina lmente opciones de organización social y política de
sus pobladores que conduzcan a formas nuevas de ver el bienestar, el poder,
el desarrollo sostenible y la alegria.

La ocupedóa de la AmuooJa
La ocupación del p iedemonte tiene formas dife rencia das:
l . La ocupación de América por los imperios de España y Portugal y el

asegura miento de los territorios y de las poblaciones a.borígenes de la mano de


la iglesia católica. Para la Amazonia se destacan las aV'entu ras ex~d i cio n arias
de Pizarra, Orellana, Ursúa, Jiménez de Quesada, Federmán t ras las riquezas
de El Dora do y el País de la Canela.
:l. Las economías extractivistas de ind ios cor.no fuerza de t rabajo es-

clavizada, del oro y de las especias a lo largo de la Colonia, y los episodios


extract ivistas de la República: la quina y el caucho y:su saga de extermi nio de
poblaciones indígenas.
). Las negociaciones y trata dos de límites con Perú y los rencores acu-
mulados desencadenaron una la guerra que obligó a Colombia a reconocer a la
Amazonia como parte de la nación. El conflicto abrió nuevas rutas y espacios
de ocupación y el piedemonte fue escenar io privilegia do de esos nuevos mo-
vimientos.
La ocupación reciente del piedemonte andino amazónico correspon-
diente a los territorios de los departamentos de Caquetá y Putumayo esta en
correspondencia con los siguientes eventos:
l. Las economías extractivistas recientes (siglo XX) - maderas, petróleo

y coca- precedidas por corrientes fuertes de migración campesina desde los


Andes y de proyectos empresariales con impacto regional: construcción de ca-
minos, concesiones de tierras y grandes haciendas ganaderas como Larandia'
en el Caquetá y la colon ización campesina espontanea hacia el Medio
Putumayo jalonada por las explotaciones petroleras del Va lle del río Guamuez.
2. La colonización campesina -espontánea hasta fina les de los años 50-

l En estas economlas extractiviSlas no es usual hablar de los recursos


pesqueros, que, con ostens¡ble disminución de sus poblaciones, constituyen
hoy una de las fuentes mas importantes de [a economía amazónica.

Politicas pUblicas y el d.esarrollo _tenible


en el pieclemonte amazónico 173
exacerbada por la violencia política en los Andes. Eventos de las columnas de
marcha y colonización armada hacia el sur del Meta. La Macarena, Guayabero.
El Pato, Balsillas y Guacamayas en el Caguan.
J. Los programas gubernamentales de colonización dirigida hasta me-
diados de los 80 --Caja Agraria. Instituto Colombiano de la Reforma Agraria,
INCORA- y los proyectos de colonización dirigida Caquetá I y Il, Ariari y
Putumayo.
4. Construcción de carreleras desde Nariño y Huila hacia la Amazonia
y las interacciones con la ocupación desde el Cauca y el suroccidente llanero
hacia La Macarena y el Guayabero para cubrir todo el territorio actual desde
el sur del departamento del Meta hasta la frontera internacional con Ecuador.
5. La colonización urbana que catapultó las corrientes migratorias des-
de el interior del país y que dio origen a importantes asentamientos como San
Vicente del Caguan, Florencia, Belén de los Andaquíes, San José de Fragua,
Puerto Rico y Solano, los que para 19:20 constituían la mayor aglomeración
urbana del territorio caqueteño (Tovar, Ba1cazar et al.: 1995, Tomo l. 1:14).
6. La expansión de la ocupación del piedemonte amazónico de los úl-
timos 30 años dinamizada por el despliegue de los cu ltivos con fines ilicitos y
la colonización coquera rural y urbana. Esta ocupación desbordó los procesos
históricos de la ocupación campesina - progresiva y ordenada en medio del
desorden- para dar paso a flujos de gente campesina y no campesina, la que
financiada por empresarios de la coca, pero también por comerciantes y em-
presarios "limpios", irrumpió en las selvas de la Amazonia creando los frentes
coqueros de colonización.
7. La intensificación de la Guerra de las drogas y la lucha por el control
territorial entre las fuerzas armadas gubernamentales y las organizaciones ar-
madas ilegales de las guerrillas hasta los años 80 y de las organizaciones para-
militares desde fina les de ese decenio hasta el presente. Este recrudecimiento
de la violencia política tuvo episodios dramaticos cuya secuencia histórica se
puede expresar así:
7.1 Las columnas de marcha y la guerra contra las republicas indepen-
dientts y la subsiguiente creación de las PARC (1955-1964).
7.]. La denominada "Guerra del Caquetá" en donde confluyeron las
guerrillas de las PARC, el EPL y el M-19 frente a la arremetida de las fuerzas
gubernamentales. Las operaciones de control y rccaptura del territorio deter-
minaron enormes desplazamientos de población campesina hacia los cascos
urbanos y ciudades como Florencia multiplicaron sus habitantes y su pobreza
con asentamientos como Las Malvinas, considerado el mayor movimiento de
invasión urbana del país (1979-1982) (Tovar. Balcazar 1995 el. al.:, Tomo L
100).
7.3 La expansión de los cultivos con fines ilícitos tuvo en sus comien-
zos un desarrollo autónomo de las fuerzas guerrilleras. las que posteriormen-
te y en competencia con las emergenles fuerzas paramilitares comenzaron a
disputar pordones crecientes de los beneficios económicos del negocio de las

274 Fernando FlllllCO


drogas y a financiar por esa vía sus operaciones tácticas y sus pla nteamientos
estratégicos de control territorial de la Amazon ia (1980 hasta el presente).
7.4 Las conversaciones de paz del gobierno de 'Pastrana con la guerrilla
de las FARC, la creación de una zona de distensión df: 45.000 ki lómetros cua-
drados del piedemonte andino amazónico desde el sur del departamento del
Meta hasta el norte del departamento del Caquetá, el Plan Colombia y la ex-
pansión política, militar y territorial de esa organ ización armada (1998-l001).
7.5 El gobierno de Uribe, la Seguridad Democrática, la guerra total
contra el terrorismo y las drogas y el Plan Patriota que convirtieron al piede-
monte en el más intenso teatro de operaciones de esta guerra que subordinó
las demás políticas públicas a los objetivos estratégicos del plan (l002 hasta
el presente)'.

EvolUción del poblamiento


De acuerdo con los datos del Censo de 1993, procesados por el Instituto
SINCHI (Gutiérrez, Acosta, Salazar: lo04, 89-9l), la población de la Amazonia,
que incluyó los ocupantes de la vertiente amazónica de los departamentos de
Cauca, Nariño y Meta, arrojó un tota l de 753.963 habitantes, de los cuales el
35,88% era urbano y el 64, 11 % rural. El Censo de Población de 2005 considera

3 Yolima Devla (Devia. 1004) en su tesis para optar al titul·o de antropóloga


de la Universidad NacionaL y bajo u na perspectiva histórica más rigurosa.
consigna cuatro momentos de ocupadón de la Amazonia, hasta el siglo ¡(1 ¡(:
Según Jean Pdul Deler (1987) al hacer referenda al ~riodo colonial
en el Ecuador. este se puede subdividir en tres fases que también
son representativas en el territorio amazónico colombiano.
El primero inida finalizando el s. ¡(VI. éste se destac6 por una imenS<! labor de
exploración y conquista por lo que se percibe una mulli plicación de gobernaciones.
del control religioso y administrativo. Se implantó de la ex plotadón au rífera en
el piedemonte (Caquetá y Purumayo) razón en la que en,;uentr¡¡ la importancia
que dieron los españoles al control espacial amazónico •• Iunque la apropiación
del territorio y su articulación con la economía colonial fueran débiles.
El segundo periodo desde finales del s. xv[J hasta prindpios del ¡(VItI se
caracterizó por la gran actividad colonizadora desprendiida del asentamiento de
misiones en zonas altas de la Amazonia desde donde ejen:ían hacia las tierras
bajas que dependen de conven tos en ciudades andinas (Quito y Popayán).
En 1642 la labor evangelizadora se reparte entre las órdenes religiosas de
los jesuitas (Gobernación de Mainas) y de los franciscan'ls (Mocoa y Quijos
en la alta Amazonia). La catequización era acompañada por la organiuclón
de la población en casas individuales. situadas en torno a la plau .
El tercer periodo inicia a fina les del s. ¡(VI!!, en éste:iC.' percibe la
desconfigundón del ordenamiento territorial establecido por las misiones, se
presenla un abandono progresivo de los territorios por parte de las autoridades de
Quito, Pasto y Popayán, situación que se mantuvo durante el s. ¡(IX (Ramírez 1994).
Durante el siglo ¡(IX se experimenta lo que Domínguez denomina un
" Renacimiento indígena". facilitado por las guerras civí]es que por ese
entonces sucedian en toda Latino.américa. Las autoridades civiles. misionales
y militares dejaron de entrar al área amazónica (Domínguez 1985: 150)

PoU llcas pú..bUcas y e l d esarrollo sostenible


en el pledemonte amazónico 215
una población total de los departamentos amazónicos - Amazonas, Putumayo,
Caqueta, Guaviare, Guainía y Vaupés- de 1.024.1'27 habitantes, los cuales el
47,64% vive en las cabeceras y el 5'2,)6% es población dispersa. Durante el
período intercensalla población creció un 58.94% para un incremento anual
promedio del 5,)6%. Las mayores tasas de crecimiento demografico las tienen
los departamentos de Caqueta, Putumayo y Guaviare.
De la población total de la Amazonia colombiana, el 75,44% corres-
ponde a los departamentos de Caqueta y Putumayo y el '24,56%. a los depar-
tamentos de Amazonas. Guaviare. Guainia y Vaupés. Los departamentos de
Caqueta y Putumayo tienen la me nor población indígena, la menor área en
resguardos, la menor área en parques nacionales naturales y en zonas de reser-
va comparados con los demás departamentos amazónicos. En los departamen-
tos de Caqueta y Guaviare la población de las cabeceras supera a la dispersa.
De los datos censales se desprenden dos importantes tendencias: una,
urbanización creciente de la población, especialmente en el piedemonte, y,
dos. la más alta tasa de crecimiento demografico del país. La Amazonia es
también una región receptora de flujos de población de otros sitios del país.
Queda por establecerse qué proporción de esa población corresponde a las de-
nominaciones de colonización coquera, colonización campesina a ultranza y
población desplazada. Así mismo, q ué proporción corresponde a colonización
rural o dispersa y qué proporción a colonización urbana.

La potitku de ElUdo y .u upftlllOn en la AmazOlda


Frente a la Amazonia, el Estado ha mantenido una visión centralista de
manejo de los "territorios de ultramar", a los cuales históricamente accedió
como respuesta a los conflictos fronterizos y de sus ocupantes como una po-
blación asentada en el margen de la civilización. desterrada, pero importante
porque apuntala la soberanía y expande el territorio nacional hacia esas fron-
teras insondables. Hasta la Constitución de 1991, los Territorios Nacionales
mantuvieron una estrecha relación de dependencia frente a entidades y or-
ganismos del Gobierno Central La nueva Carta involucró a estos territorios
con singu lar desigualdad en el complejo proceso de su transformación en
departamentos y de adopción - sin consideración de sus limitaciones y par-
ticularidades-de los compromisos que la descentralización asignó a todas las
entidades territoriales.
Una breve relación de las normatividad relacionada con la Amazonia
da cuenta de su evolución jurídica y territorial y de las políticas y programas
en materia de desarrollo, de reconocimiento de las sociedades indígenas y
ordenamiento territorial y ambiental.
A raíz de la independencia del imperio españoL la recién creada nación
se denominó Provincias Unidas de la Nueva Gra nada y adoptó la expresión te-
rritorial derivada del período colonial. Con la formación de la Gran Colombia
se conformaron los departamentos de Colombia, Venezuela y Ecuador y
éstos, a su vez, se dividieron en provincias, cantones y parroquias. Luego

276 Fernando Franco


predominó la figura de Estado región o los estados federados de la república
liberal de 1866 a t886.
La Constitución de 1886 estableció un Estado c:e ntral y una república
unitaria . Desapareció la vigencia política y ad ministrat iva de las provincias y
la autonomía de los estados para dar paso a las figuras territoriales del depar-
tamento y del municipio. Organizó los municipios alrededor de " una corpora-
ción popular que se designará con el nombre de concejo municipal", y de un
alca lde "que tiene el doble carácter de agente del gobernador y mandatario
del pueblo" (Trujillo: lool , 173).
En el Acto Legislativo 3 de 1910 el país quedó conformado por 15 de-
partamentos, 2 inlendencias y 5 comisarías. El Acto Legislativo 1 de 1936
reafirmó la división territorial en departamentos, intendencias y comisa-
rías; estos dependían en su administración de la dirección respectiva en el
Ministerio de Gobierno.
La ley l a. de 1959 declaró la totalidad de la Amazonia, con excepción
de las áreas ocupadas del piedemonte, como reser va forestal. Normativas suce-
sivas crearon áreas de manejo especial - parq ues nacion.ales naturales, reser vas
naturales, santuarios de nora y fa una- o
El Acto Legislativo 1 de 1968 estableció las circunscripciones electora-
les en intendencias y comisarías. Así, Caqueta y Amazonas elegían dos sena-
dores y dos representantes, Putumayo dos representantes, y Arauca, Vichada,
Guaviare, Va upés y Guainía, un representante.
En 1975 bajo el gobierno del presidente Alfonso LÓpez Michelsen se
creó el Departamento Admin istrativo de Intendencias y Comisarias - DA INCO-
como ministerio técnico a cargo de la admi nistración de dichos entes territo-
riales. En el gobierno de ReUsario Retancur, el jefe de DAINCO tuvo asiento en
el Consejo de Ministros y en el CONPES.
La Ley 10 de 1983 definió la política de frontf:ras del país y propició
instrumentos para su desarrollo económico y social y para la preservación
de los recursos naturales y sus ecosistemas. El decreto 3448, o Estatuto de
Fronteras, estableció mecanismos fiscales para promover el desarrollo de las
regiones fronterizas e incorporó estas regiones al Plan Nacional de Desarrollo,
a la vez que posibilitó el acceso mas directo a los recursos de inversión; creó la
Secretaría de Fronteras, adscrita a la presidencia de la Repú blica, y el Comité
Técnico de Fronteras del cual hacía parte DA INCO como representante de las
Intendencias y Comisarías y, por ende, de las grandes regiones de Orinoquia,
Amazonia y territorios insulares.
Las intendencias y comisarias fueron calificadas como regiones de
frontera y se crearon los distritos rronterizos con el objeto de enfatizar la in-
versión publica y estímulos tributarios en las arcas mas densamente pobladas.
En la Amazonia se crearon los distritos de Orilo, pll(:rto Asís, Villagarzón y
Puerto Leguízamo; Leticia, Puerto Inírida y MilÚ.
La ley 76 de 1985 creó las "regiones de planificación como divisiones
del territorio nacional para la planificación y el desamlllo económico y social"

PoUtlc.. pUblicas y el dlAn'OlIo _tenible


ell el pledel'llollte IImatónlco 177
(Art. lO. ). La ley les asignó fu nciones para el afianzamiento de la coordinación
institucional entre los niveles nacionaL seccional y local. Así fuero n creados
los CORPES de la Orinoquia y la Amazonia, los q ue desmembraron en términos
jurídico-administrativos la región al vincular a los departamentos de Guaviare,
Guainía y Vaupes al CORPES de la Orinoq uia. Tam bién abrió espacios legales
para la creación de corporaciones a utónomas regionales en su territorio.
El decreto 467 de 1986, reglamentario de la ley 2l de 1985. definió que
los municip ios de intendencias y comisar ías se sometería n al régimen previsto
en la Constitución y las leyes para los demás municipios del país y podr ían
ser creados, suprimidos o fus ionados por el Gobierno Nacional a in iciativa de
Jos consejos intendenciales y comisaria les. La figu ra de los corregimientos in-
tendencia les y comisaria les, de gra n interés como división político territorial
para la Amazonia, también estuvieron tutelados por el Gobierno Nacional.
La ley 9 de 1989 de reforma urbana asignó a los departamentos, inten-
dencias y comisarías la asesoría técnica de los municipios para la elaboración
de sus planes de desarrollo y estableció los principios básicos del desarro-
llo municipal y del ordenamiento productivo y ambiental de su territorio.
TrujilIo (lOOI , 199) resume las normas que a lo largo del decenio de los 80
permitieron la ampliación de los espacios de autonomía y descentralización
de los municipios:
l. La Ley 14 de 1983, q ue formula una apertura hacia la descen traliza-

ción fisca l al fortalecer los fiscos de los entes territoriales. Esta ley actualizó las
normas sobre el catastro y el impuesto p redial y amplió la base del impuesto
de industria y comercio al incorporar como sujeto gravable a l sector fina nciero.
2, La Ley 76 de 1985, q ue incrementa la participación reg ional de la

antedicha ley )8 del 81 y crea las regiones de plan ificación, también conocidas
como CORPES.
3. El Acto Legislativo nO1 de 1986, que aprueba la elección popular de
alca ldes, en un claro avance hacia la descentralización política, y las leyes 78
del mismo año y 49 de 1987 que lo desarrollan y reglamentan.
4· La Ley 11 de 1986, que actualizó normas sobre asuntos locales que
no se modificaban desde el Cód igo de Régimen Polít ico y Municipal (ley 13
de 1913).
5. La Ley 12 del mismo año, que cedió g radualmente el IVA en p ro-
porción a la población y al esfuerzo fiscal municipal, medido en términos del
reca udo del impuesto predial.
6. El Decreto-ley 77 de 1987. que distribuyó funcio nes en tre los ni-
veles terr itor iales en temas como los servicios de agua potable. saneamienlo
básico y construcciones escolares.
7. La Ley 29 de 1989, que organizó la descentra lización del sector edu-
cativo.
8. La Ley 67 del mismo a ño, que institucionaliza una politica de crédito
para fortalecer la descen tralización, crea la fina nciera de desarrollo territorial.
FINDETER. de la cual destina recursos para infraestructura y desarrollo local.

218 FOTlllUldo Franco


Con el ánimo de ordenar leyes y normas que de manera acumulativa
le han creado o transferido funciones a los mun icipi:os en los más variados
aspectos, la Ley 338 de 1997 buscó
armonizar y actualizar las disposiciones contenidas en la Ley 9'.
de 19&) con las normas establecidas en la Constitución Política, la Ley
Organica del Plan de Desarrollo, la Ley Orgánica de Áreas Metropolitanas
y la ley JXlf la cual se crea el Sistema Nacional Ambiental, con referencia
al establecimiento de los mecanismos que permitan al municipio, en
ejercicio de su autonomía, promover el ordenamiento de su territorio,
el uso equitativo y racional del suelo, la preservación JI defensa del
patrimonio ecológico y cultural localizado en su ámbito territorial y
la prevención de desastres en asentamientos de alto riesgo, asi como la
ejecución de acciones urbanísticas eficientes (Ley 388).

En la medida de la presencia de conflictos, los ;gobiernos han propicia-


do el desarrollo de orga nismos, programas y decisiones políticas con inciden-
cia ostensible en la Amazonia y la Orinoquia: En 1984,. el presidente Belisa rio
Betancur abordó a profundidad la posibilidad de la resolución política del
conflicto armado interno y acordó con la guerri lla ele las FARC una tregua
que permitió importantes avances e n materia de proyectos de colonización
(Macarena, Caguán) y de acuerdos productivos, de ordena miento territorial y
de protección ambiental e n esos espacios amazónicos. En 1986 ese gobierno
creó el Plan Nacional de Rehabilitación - PNR- con miras al cierre de las bre-
chas económicas y sociales en las regiones y poblaciones más afectadas por la
pobreza y por el conflicto armado. Ese plan fue continuado y expa nd ido por
los gobiernos de los presidentes Barco y Gaviria.
En el gobierno del presidente Virgilio Barco, la División de Fronteras
del Ministerio de Gobierno propició la conformación e n gran escala de res-
guardos indígenas (Predio Putumayo sobre más de 5.0 millones de hectáreas).
La propuesta política del presidente Gaviria de convocar una Asamblea
Constituyente condujo a la formulación y promu lgación de la Constitución de
1991; con este reordellamiento jurídico el país emprendió u n nuevo y esperan-
zador camin o hacia formas más democráticas y modernas de desarrollo econó-
mico y social, de reconocimiento de las libertades civiles, de los derechos de
las minorías étnicas, de respeto de los derechos humanos y de reconocim iento
del medio ambiente como patrimonio fundamenta l d,e la nación colombiana.
Este proceso fue el resultado de los acuerdos politicos que llevaron a la des-
movilización de organizaciones guerrilleras como el M- 19, el ERP y el Quint ín
Lame.
Se creó el Ministerio del Medio Ambiente y el Sistema Nacional
Ambiental (Ley 99 de 1993) con lo cual el país comenzó a contar con un marco
normativo y administrativo en materia ambiental y con instituciones espe-
cializadas para la Amazonia, como el Instituto SINCHI y las corporaciones de
desarrollo sostenible.

Politlcas pUbI.iclI8 y el desalTOllo lKl9lenible


en el piedemonte amazónico %79
El gobierno del presidente ErnestoSamper creó la Consejería Presidencial
para los nuevos departamentos, programas como el PLANTE para enfrentar en
términos de desarrollo rural el problema de los cultivos con fines ilícitos y
la Gerencia del Plan Sur como instrumento de apoyo al cumplimiento de los
compromisos entre el Gobierno Nacional y las marchas campesinas de 1996. A
nivel nacional puso en macha la Red de Solidaridad Social con fines similares al
PNR. En las postrimerías de ese gobierno se adelantó el ambicioso proyecto de
la Misión Rural. el que en la perspectiva de ver caminos más despejados para
el desarrollo económico y socia l de las comunidades rurales colombianas, en el
marco del conflicto armado y sus posibles soluciones y de la globalización de
los mercados, formuló una propuesta orgánica para el sector y en ella incluyó
a la Amazonia como una de las regiones fundamentales para ese desarrollo
(Franco, Ladino et al. : 1998).
El gobierno conservador de Andrés Pastrana con su apuesta electoral
por las conversaciones de paz con la guerrilla de las FARC, marcó un hito his-
tórico al pactar una zona de distensión de unos 44.000 kilómetros cuadrados
que comprometió el territorio de cinco municipios del piedemonte amazónico
y de confluencia con el piedemonte de la Orinoquia, territorios que incluye-
ron el Área de Manejo Especial de La Macarena, los parques nacionales natu-
rales de Tinigua y Los Picachos y en alguna medida el parque de Chiribiquete,
zona estratégica de control territorial de las fuerzas guerrilleras. Este proceso,
con precarios resultados en cuanto a la discusión de la agenda de las conversa-
ciones entre Gobierno y guerri lla, tuvo significativos desenlaces económicos,
ambientales y políticos en el destino del piedemonte andino amazónico y sus
pobladores:
l. Las FARC expandieron su influencia militar y política en la zona de

distensión y más allá. Aseguraron militarmente el territorio, incluyendo las


áreas de manejo especial.
l . Consolidaron el control sobre la producción, transformación y co-
mercialización de la hoja de coca y aseguraron por esta vla fuentes poderosas
de financiamiento para sus proyectos militares y políticos.
J . Se convirtieron en un paraestado con capacidad cierta de control
territorial y social y de ejercicio de funciones básicas de justicia y comporta-
miento social. Establecieron nexos muy fuertes con las administraciones mu-
nicipales y con las entidades nacionales y regionales presentes en sus zonas de
influencia, dando pie a una suerte de cogobierno cuyos resultados contrasta-
ron en muchos casos con la corrupción y la ineficiencia anteriores.
4. Exacerbaron los sentimientos de odio y vengan.ta de las fuerzas
opuestas al proceso de paz: las fuerzas armadas y las organizaciones paramili-
tares, las que alcanzaron un inusitado crecimiento en el país.
5. Abonaron el campo de cultivo para la implementación de las po-
líticas reactivas frente al fracaso de las conversaciones al final del gobierno
de Pastrana y las contundentes políticas de tierra arrasada contenidas en la
política de Seguridad Democrática del presidente Álvaro Uribe.

¡SO Fernando Franco


El piedemonte amazónico pasó así de ser el espacio privilegiado del
proceso de paz al escenario de la más violenta confrontación de las fuerzas
armadas gubernamentales. la guerrilla y los paramilita.res. A la guerra contra
las drogas financiada por el Plan Colombia con recursos norteamericanos, se
agregó al final del gobierno de Pastrana la guerra contra el terrorismo.
El gobierno del presidente Uribe. comprometido con la política global
del presidente Bush contra el terrorismo y su táctica de las guerras preventivas
que condujo al apoyo del Gobierno colombiano a la invasión de las fuerzas mi-
litares norteamericanas a Irak. transformó la lucha contr,a los cultivos comercia-
les de coca y las fuerza insurgentes e n la Amazonia en una guerra sin retorno:
el Plan Patriota. La política gubernamental involucró a .las familias campesinas
en programas complementarios para la recuperación del territorio, como los de
familias guardabosques y familias en acción. dentro de u n planteamiento social
y político contrainsurgente afín a los principios ideo lógicos del presidente
Uribe del Estado Comunitario. Las propuestas de desarrollo económico de me-
diano y largo plazo del régimen del presidente Uribe' están sustentadas para
el sector primario rural en el fomento de los cultivos de plantación. bosques y
palma de aceite, y en la producción de agrocombustibles sobre territorios de
baja renta de la tierra como la Orinoquia, la Amazonia y el Pacífico.

Nonnadvkl.cl agraria
El reformismo agrario de los anos 60 impulsado por programas como
la Alianza para el Progreso de Estados Unidos para contrarrestar la insatisfac-
ción popular en América Latina y la influencia de la triunfante Revolución
Cubana. dio pie a la promulgación de la ley 135 de 1961 de reforma agraria.
Esta ley abrió algunos espacios para la resolución de la crisis agraria del país
basada en la concentración de la propiedad rural y (~n el masivo desplaza-
miento de campesinos a raíz de la violencia de los anos 50. Sin embargo. las
acciones más visibles fu eron los proyectos de colonizac:ión dirigida a cargo del
¡NeORA en las zonas del piedemonte andino amazónico con fina nciación del
Banco Mundial.
En 1968. durante el gobierno del presidente Carlos Lleras Restrepo.
se promulgó la ley 1", que buscó agilizar los procesos de adjudicación de tie-

4 Al introducir la expresión "régimen" se quiere diferencial!" entre el gobierno de


un presidente que cumple su mandato constitucional en el lapso establecido
de 4 años y un gobierno que busca su permanencia en el poder más allá del
ordenamiento constitucional y legal. Con la ree lección del presidente Uribe
para un segundo mandato y el proceso hacia un tercero, acompañado de
formulaciones ideológicas como el "estado comunitari o" Y' planes del largo
alcance como la "Visión Colombia 2019", emerge entonces un "régimen"
que impone sus fundamentos y prioridades por encima d~: los partidos, a
contrapelo del ordenamienlO jurídico del país, a costa de I:os altos intereses de
la sociedad nacional. con el apoyo irrestricto de las fuerzas dominantes de la
política y la economía y con la complicidad de los medios de comunicación,

Politicas pUblica. y el delallollo sostenible


Iln el pledemonte amazónico lit
rras a campesinos. La ley 4~. de 1974. derivada del denominado Acuerdo de
Chicora!, significó un enorme paso atrás en los propósitos del Estado de dotar
de tierra a los campesinos más pobres del pais y fue la reacción de poderosos
sectores terratenientes y políticos contra la lucha de las organizaciones cam-
pesinas por su derecho a la tierra.
La ley 160 de 1994. de reforma agraria. fue concebida. en el marco de
la política del gobierno Gaviria. como la ultima oportunidad de resolución
del "problema agrario" a t ravés del establecimiento de un activo mercado de
tierras Ca D un subsidio del 70% del va lor predial para los adjudicatarios.
Definió. además. la figura de d istrito de reforma agraria y ligó la dotación
de tierra a propuestas productivas y de crédito (a campesinos y empresarios
beneficiarios) con el objetivo de increme ntar la oferta agricola. especialmente
de bienes transables. La figura j urídica de reserva campesina. orientada a la
dotaciÓn de tierras a campesinos y colonos a partir de los baldíos nacionales.
logró con grandes dificultades consolidar asentamientos campesinos e n la
zona piedemontana de Balsillas y El Pato. entre los departamentos de Huila y
Caquetá. y en Calamar. departamento de Guaviare.
La Ley Forestal 1021 de 2006 y el Estatu to de Desarrollo Rural. ley
1152 de 2007. constituyeron paradigmas de las políticas gubernamentales del
presidente Álvaro Uribe para el desarrollo rural del país. para la resolución de
los conflictos de los campesinos sin tierra y de aquellos desplazados y despo-
jados por la violencia paramilitar asociada a las organizaciones del narcotrá-
fico. así como para desbrozar el camino hacia las políticas macroeconómicas
de desarrollo basadas en la exportación de materias primas originadas en la
extracción de recursos forestales y en las plantaciones de especies COD amplia
demanda en los mercados mundiales de aceites comestibles y agrocombusti-
bies. Los vastos territorios de la Orinoquia y de la Amazonia se convirtieron.
así, en lugares estratégicos para la aplicación de la política. y se diseñaron y
comenzaron a ejecutarse obras de infraestructura vial que permitieran acercar
estas regiones a los mercados internacionales'.
Estas leyes enfrentaron una tenaz oposición de organizaciones indi-
genas. campesinas. ambientalistas y partidos políticos que las consideraron
lesivas de los derechos territoriales y del uso de los recursos naturales por las
poblaciones IDas vulnerables - indígenas. campesinas. comunidades afrodes-
cendientes- y por abrir las compuertas a la explotación incontrolada de los
recursos naturales renovables. en particu lar de las selvas ecuatoriales de la
Amazonia y del Pacífico. El propio presidente Uribe. bajo la presión social y
política. objetó la ley foresta l y. finalmente. la Corte Constitucional la declaró

5 En esta pcrspecriva se han emprendido ob ras como clmejoramiento


de l.a navegabilidad del río Met.a, la c.. rrelera Puerto Gaitán-Cumarioo,
pavimentación de la carrewra Granada-San José del Guaviarc y la
construcción de la carretera San Francisco-Mocoa para la comunicación
interoceánica definida por los paises sur.americanos en el marco de la
Iniciativa para el desarrollo de la infraestructura su rameri cana - 11 RSA -,

282 Femando Franco


inexequible (Sentencia C-o)O de :w08) por omitir la consulta a las comuni-
dades indígenas y afrodescendientes y violar los principios y compromisos
asumidos por Colombia con el Conven io 169 de la Organización Internacional
del Trabajo. Igual suerte corrió el Estatuto de Desal"rollo Rural, declarado
inexequible por la Corte Constitucional mediante sentencia C-175 de 2009 .

r.o. ten1todoslDcUgeou en la COUtltudÓD da 1991


Hasta la promulgación de la Constitución de 1991 las relaciones en-
tre la población indígena y el Estado estuvieron reguladas por la ley 9~ . de
1890, la cual reconoce la propiedad territorial de las comunidades indígenas
y la organización sociopolítica de los Cabildos. Hasta la ley ' )5 de 196t de
refonna agraría, los territorios indígenas no habían sido considerados como
resguardos y por lo tanto susceptibles de ser titulados. El arto 29 de dicha ley
estableció que "asimismo, no podrán hacerse adjudicaciones de baldíos que
esten ocupados por comunidades indígenas o que constituyan su hábitat, sino
únicamente y con destino a la constitución de resguardos indígenas".
El referente histórico de resguardo indígena como institución cultural
y territorial se resume en la siguiente sentencia de la Corte Suprema de Justicia
de octubre 10 de 1942, la cual cita en extenso al histor.iador Ots Capdcquí en
su libro España en América (Roldán y Gómez: 1994,40-402):
Estos pueblos de indios se designaron primeramente
con el nombre de reducciones, porque ante la resistencia de los
aborí~enes. que preferían llevar una vida no sedentaria alejados
de los colonizadores, fu e necesario reducirles para que vivieran en
poblaciones y se les declaró adscritos al pueblo de que formaban parte.
Más tarde se les llamó corregimientos. porque quedaron sometidos
a la autoridad de un funcionario especial llamado Coz"regidor de
pueblos de indios. Este funcionario debía ejercer sob.re los indios de
su corregimiento una misión tutelar análoga a la que correspondía
al encomendero sobre los indios de su encomienda. Pero estas
prevenciones de la ley no lograron en la práctica una mayor eficacia.

Guillermo Hernández R., citado por la Corte Suprema de Justicia en


su sentencia de octubre 10 de 1942. considera que (Fuero lndígena: Op. Cit.,
4°1-4°2):
En todo caso la profusión que tuvieron los resguardos de los
territorios ocupados por los chibchas es una fuerte presunción sobre
la existencia de una propiedad colectiva del dan o d<: la tribu sobre la
tierra. Los resguardos fueron instituciones indígenas reconocidas por
la legislación indiana y por las leyes de la República hasta nuestros
días. Al grupo indígena, dan o tribu. corresponde en el Resguardo el
derecho de propiedad colectiva de la tierra.

La Constitución de 199' creó las Entidades Territoriales Indígenas -

Pohticat publlO::u y el desarrollo sonenible


en el piedemonte amazónico 213
ETI- como parte de la organizacjón territorial y político-administrativa del
país, a la par con los municipios. los departamentos. las provincias y los rus-
tritos. Su pleno desarrollo depende de la promulgación de una ley orgánica
de ordenamiento territoria l prevista en la Constitución y que. luego de 18
aí"los de fallidos intentos legislativos, no ha sido aprobada. No obstante las
dificultades legales, los resguardos, las comunidades y las organizaciones in·
dígenas han logrado grandes avances en el reconocimiento de sus derechos
territoriales, culturales y políticos y constituyen una fuerza poderosa para la
definición de un futuro amable y sostenible para la Amazonia. Los pequeños
agricultores y colonos no han corrido con igual suerte pues la Constitución de
1991 no resguardó sus derechos de manera contundente. Por el contrario, sus
reivindicaciones fundamentales por la tierra se vieron nuevamente frustril.das
al convertirse en víctimas inermes de la violencia de las organizaciones para·
militares y del narcotráfico que los desplazaron, los asesinaron y les robaron
sus tierras.

o.c..rmbIanta del dMarroUo ecoDÓmlCO, sodaI de pIedemoDce andlDo a..n.uóalco


Las condiciones físicas y ambientales, las carilcterísticas de la ocupa~
ción y la apropiación del territorio y las dinámicas del desarrollo regional
responden a fuerzas económicas, sociales y políticas signadas por conflictos
de muy bajo control y resolución por parte del Estado. Las poHtícas y pro-
gramas nacionales sobre desarrollo y medio ambiente -y aquellas de orden
regional y sectorial para la Amazonia y el piedemonte- han estado subordj·
nadas en la historia reciente del país a la políticas y acciones de coyuntura
dirigidas a la confrontación de [os conflictos armado y de drogas y a la recu·
peración del territorio frente a las fuerzas insurgentes y a la reinstalación de
la gobernabilidad.

Factores ti.,cen yamblenwfN'


Se le denomina piedemonte porque este territorio corresponde a la
connuencia de la vertiente oriental de la cordillera de los Andes y la denomi·
nada llanura aluvial de desborde de la Amazonia. Todas las corrientes hídrícas
tienen su origen en las alturas, y los paisajes naturales con su cBma, flora y
fauna interactuan profundamente creando condiciones unicas de alta diversi~
dad y dispersión biológica. Las cotas inferiores de la vertiente amazónica de
los Andes presentan la mayor precipitación pluvial y los suelos del piedemon·
te son considerados como los de mayor fertilidad relativa de la región. La cor·
dillera de los Andes presenta una estructura de escarpa en algunos sectores de
su confluencia con la llanura y ello ha impedido su ocupación y deforestación
manteniendo los llamados corredores biológicos. La virtual desaparición de
los paisajes originales y la alta concentración de población urbana y rural
determinan las mayores tasas de daño ambiental y de contaminación con rela·
ción al conjunto de la Amazonia colombia na.

284 Fernando Franco


Factores sociales y econ ómiC08'
El piedemonte amazónico ha recibido la mayor presión de ocupación
bumana de toda la Amazonia. La mayoría de la población se ubica e n los
departamentos de Caquetá, Putumayo y sur del Meta, y la región presenta
la más aha tasa de deforestación de estas selvas para convertir el suelo en
pasturas para la ganadería extensiva, los cultivos de pancoger y los cu lt ivos
comerciales de coca. La propiedad rústica presenta comportamientos de con·
centración, desde el colono campesino pequeño y mediano hacia las propie.
dades latifundiarias ganaderas. Esta tendencia se profundizó con la expansión
de los cultivos comerciales de coca y el control territorial y económico de las
organizaciones de narcotraficantes y paramilitares.
El piedemonte fue el punto de paso de las grand!es expediciones y ex·
ploraciones coloniales, el escenario de las legendarias ,~co n omías extractivas
del oro, la quina y el caucho y el refugio por excelencia de los desterrados. La
exploración y la explotación petrolera aceleraron la ocu.pación del piedemon·
te del Putumayo y exacerbaron los conflictos ambienta~es y el despojo brutal
de los territorios indígenas (Franco y Valdes: 2005).
Concentra el mayor número de municipios y de población urbana de
la Amazonia, la mejor dotación de servicios públicos y privados como energía
electrica, comunicaciones, carreteras, salud y ed ucación . Genera la mayor par·
te del Producto Interno Bruto de la Amazonia a partir de la producción agro--
pecuaria -con coca O sin ella- , y la extracción petroler.a y su economía están
vincu ladas casi exclusivamente con los mercados del interior del país, amen
de aquellas vinculaciones no registradas con los mercados internacionales.
En cuanto a lo urbano la subregión presenta un crecimiento deformado
en termines de la teoría económica clásica:
l. Terciarización de la economía con predominio de los servicios.
2. Predominio del empleo informal y el subempJ.eo.
J. Marginalidad social e informalidad urbana y de la vivienda.
4. Baja calidad y cobertura de los ser vicios básicos de educación y
salud.
5. Tejido social frágil con referentes vagos y cambiantes de un contrato
social que vincule pacíficamente a la población con las reglas de juego de un
Estado de derecho. Presencia del traquetismo como perspectiva de encumbra·
miento social y económico para amplios sectores de la población, particular·
mente en áreas vinculadas a los cultivos comerciales de coca y a su t ráfico.
6. Ausencia de referentes ideológicos, arquitectónicos y sociales que le
abran paso a propuestas viables para un urbanis mo amazónico a tono con las
características geográficas y ambientales de la región.

Factores políticos y la viol enda


No parecen existir muchas experiencias de movimientos colon izado-.
res que no esten motivados en La violencia y en el dt:splazamiento forzoso.
La historia de la ocupación de la Amazon ia, es una historia de violencia, de

PolIUcas púbUcou y el de1larrollo IIOs18nible


e D el piooemonte amazónico Z85
muerte, de desarra igo: las expediciones de los conquistadores españoles desde
los Andes hacia el Dorado y los bosq ues de la canela, la cacería de indios y de
negros cimarrones por los Bandeirantes brasileños y los traficantes holandeses
y las horrorosas historias de muerte y devastación, provocadas por los empo-
rios caucheros, tiñeron de sangre las selvas.
La colonización campesina hacia la Amazonia ha sido una historia de
desplazados por la violencia e n los Andes y en sus valles interiores. Los ciclos
de la colonización corresponden a Jos ciclos de la violencia en los Andes y en
el Llano al igual que los desplazamientos hacia el piedemonte amazónico. La
violencia de los años 50, el pla n LASO y el ataque a las repúblicas independien-
tes, las columnas de marcha, la colonización armada, la guerra del Caquetá, las
marchas campesinas, la guerra de las drogas, el Plan Colom bia, la política de
Seguridad Democrática y el Plan Patriota son nombres y episodios comunes a
todos los procesos de ocupación reciente y de desplazamiento hacia el piede-
monte amazónico colombiano.
Por estas condiciones de sacrificio, dolor y heroísmo, la colonización del
piedemonte hay que verla en su perspectiva histórica como una verdadera epo-
peya de un pueblo sobrev iviente. Mas no siempre se interpreta así este proceso
de ocupación. Para quienes han detentado el poder del Estado, la Amazonia
es una región problema, de muy bajo valor político, de precar ias perspectivas
económicas, de altos costos presupuestales y administrativos para el Gobierno
Central y refugio natural de desterrados, asesinos y terroristas. Como diría un
humiJde cristiano, los piedemontanos lleva n e n su frente el INRI de la violen-
cia y por mucho tiempo seguirán siendo los sospechosos de siempre.
Por ello, el piedemonte amazónico colombiano se ha comportado his-
tóricamente como un lejano oeste q ue no ha logrado evolucionar hacia un
territorio articulado de manera persistente a las di námicas del crecimiento
y el desarrollo económico y social de las regiones más avanzadas del país.
Como resultado, los ocupantes y los actores políticos y económicos de la fro n-
tera interna, siempre en expansión, ha n desar rollado for mas alternativas de
organización social y de ejercicio d el poder. En el contexto de "El Conflicto,
callejón con salida (UN DP, 2003), en los márgenes lejanos de la colonización
(Amazonia, Orinoquia, Pacifico) predomina una cierta cultura de frontera sig-
nada por la ley del más fuerte y por la ausencia del Estado, en donde el orden
jurídico tiende a ser difuso y el estado no garantiza el respeto imparcial y efectivo
de esos tratos o contratos (UNOP: 200), l4}.
A pesar de los estigmas e imaginarios que descalifican al territorio y a sus
gentes, la tierra caliente, como diría nuestro querido profesor y amigo Germán
Palacio, le sigue prestando enormes servicios ambientaJes, políticos, económicos,
sociales y culturales a esa otra Colom bia que la mira con desdén . En efecto, qué
sería de las coma.rcas cafeteras hoy en día glamorosamente dedicadas al ecotu-
rismo si los campesinos y jornaleros desplazados por la violencia de los años
cincuenta no hubieran encontrado refugio en las tierras calientes; de qué mag-
nit ud sería la crisis humanitaria en las gra ndes ciudades colombianas si todos

286 Fernando Franco


Jos desplazados por la violencia y por la expropiación de sus t ierras no hubieran
abordado el sacrificio de desplazarse por un pedazo de tierra en la selva, en lugar
de engrosar los cinturones de miseria de esas grandes cíiudades. De 'lué tamaño
seria el costo económico y político de sostener una guerra fratricida en las narices
de los sectores opulentos, de los medios de comunicac.iÓn y de las embajadas,
cuando con el desplazamiento de los pobres a las tierras calientes se trasladaron
también las injusticias y la violencia. Todavía, para la tr¡¡.n'luilid¡¡d de la mayoría
de los colombianos, a'lueHa es una guerra lejana, por allá en la selva, 'lue no
afecta en materia grave a la gente de bien de las aglomeraciones urbanas.
La ocupación, la expansión y el desarrollo económico del piedemonte
andino amazónico siguió los patrones de la colon ización y la ocupación de las
fronteras internas andinas, y su desarrollo siempre ha estado vinculado a las
decisiones polít icas del centro y sus mercados atados a las dinámicas econó-
micas nacionales. De espalda a la gran cuenca Amazónica, el piedemonte se ha
visto privado de las ventajas de u n desarrollo sustentado en las ri'luezas y di-
versid¡¡d de la selva, para convertirse en una región margin¡¡l del crecimiento
y desarrollo nacional a partir de u na economía rural - 'lgricola de subsistencj¡¡
y ganadera extensiva- 'lue genera precarios excedentes de muy baja competi-
tividad en los mercados, con excepción del petróleo y la coca.
El piedemonte andino amazónico participa de Ulna extensa frontera in-
ternacional con Eeu¡¡dor y Perú y ocupa un terr itorio con evidentes ventajas
estratégicas para la economía global a través de los sistemas viales multimo-
dales interoceánicos de los rios Amazonas, Putumayo y la carretera Puerto
Asis-Mocoa-Tumaco, al tiempo que el intercambio económico y de ser vicios
en la frontera de los territorios petroleros del Putu:mayo y Sucumbías en
Ecuador es intenso. Sin embargo, esta frontera es también un escenario critico
del conflicto armado colombiano y de su internacionaHzación. De esta crisis
se deriva n rupturas diplomáticas e históricas y bloqueos económicos entre
Colombia y Ecuador con grave daño para las socied¡¡des y economías de las
fronteras piedemontanas.

r.g¡.~d6D ambIeaial ea ~ AmazoDla y ea el pledemopte


El país define políticas y normas en materia ambiental con aplicación
general en todo el territorio y con aplicaciones regionales de conformidad
con los organismos e instrumentos disponibles. La Corporación Autónoma del
Putumayo fue la primera institución de este tipo creada en las ant iguas inten-
dencias y comisarias, durante el gobierno del preside nte Belisario Betancur.
A partir de I993 con la Ley 99 y el Sistema Nacional Ambiental y ante la
disyuntiva de liquidar todas las corporaciones reg iona les, las fuerzas parla-
mentarias llegaron al acuerdo político de cubrir toda la geografía n¡¡cional con
estas entidades. Así nacieron para la Amazonia las corporaciones de desarrollo
sostenible de la Macarena, de la Amazonia Norte y de la Amazonia Sur con
jurisdicción en todo el piedemonte desde el sur del Meta hasta la frontera con
Ecu¡¡dor. Estas corporaciones concentran el mandato legal del ordenamiento,

Pollticas public:as 'f el desarrollo sostenible


,m el pledemonte ama:¡;ónico Z81
el manejo y la preservación de los ecosistemas naturales y los recursos de las
áreas bajo su jurisdicción.
Los instrumentos más destacados en materia ambiental. con pertine n-
cia para la Amazonia son:
• La ley 2". de 1959. que creó la Reserva Forestal de la Amazonia.
• El Código Nacional de los Recursos Natura les de 1974.
• La creación de áreas de manejo especia l. como parques nacionales
natu rales. reservas naturales y santuarios de flora y fauna.
• La creación de resguardos indígenas y su reconocimiento como enti-
dades territoriales a partir de la Constitución de 1991.
• Las corporaciones de desarrollo sostenible y el Instituto S INCH I.
En términos estrictos. Colombia carece de una política ambiental para la
Amazonia en la medida que tampoco el país cuenta con una política de desarrollo
para la Amazonia y mucho menos una de Desarrollo Sostenible a pesar de haber
sido ordenada su formulación en el Plan Nacional de Desarrollo del 2002-2006.
El país cuenta con políticas y programas sectoria les de carácter nacional, los que
en algunos casos tienen aplicaciones programáticas y proyectivasespecíficas para
la región. Las políticas ambientales son marginales a las caracteristicas propias
e importancia de los sistemas naturales y de las sociedades amazónicas y están
desvinculadas de los organismos públicos y privados aplicados a la investigación
ambiental. antropológica y económica para la región amazónica. En contraste,
en Brasil, por ejemplo. existe un viceministerio para la Amazonia dentro del
Ministerio del Ambiente. y la región hace parte de las políticas nacionales a par-
tir de su importancia estratégica para el desarrollo del país y sus particularidades
culturales y ambientales. Algunas de esas políticas y programas son:
• Política Nacional Ambiental.
• Política Nacional de Investigación Ambiental.
• Política Nacional de Investigación en Biodi versidad.
• Política de Ciencia, Tecnología e Innovación hacia las regiones de
COLC IENC IAS.
• Política Nacional y Agendas Departamentales de Competit ividad .
• Políticas y leyes de fronteras.
• Organismos y acuerdos multilaterales y binacionales con los países
amazónicos. como la Organización del Tratado de Cooperación Amazónico
--{)TCA- , los convenios binacionales y las comisiones de vecindad como ins-
trumentos operativos.
Políticas y progra mas sectoriales. como:
• Los planes estratégicos del Instituto Von Humboldt para la Amazonia
y la Orinoquia.
• Los planes estratégicos y operativos de investigación del Instituto
SINCHI.
• Las políticas sectoriales del Ministerios del Ambiente. Vivienda y
desarrollo Territorial e n materia de parques. bosques. aguas. páramos, flora .
fauna. humedales.

288 Fernando Franco


• Los Planes de Gestión Ambiental Regional -·PGAR- de las corpora-
ciones de desarrollo sostenible.
• Los planes de ordenamiento territorial de los municipios.
• Las medidas administrativos de uso y contml del tráfico de recur-
sos naturales renovables del ICA y los proyectos de investigación aplicada de
CORPOICA sobre sistemas alternativos de producción .agrícola y pecuaria para
el piedemonte amazónico y especies amazónicas promisorias.
• Los programas y proyectos de investigación ilImbiental de las univer-
sidades publicas presentes en la región.
• Las iniciativas de universidades privadas y ONGs con apoyo guber-
namental y cooperación internacional.
• El ejercicio de las Agendas Prospectivas de Ciencia y Tecnología ,
patrocinado por COLCIENCIAS, y que permitió un importante análisis de las
perspectivas de investigación para el desarrollo sosten ible de los departamen-
tos amazónicos. Estas Agendas, a pesar de no haber sido adoptadas como hojas
de ruta por los gobiernos nacionales y territoriales, fueron Wl juicioso ejercicio
acerca de las alternativas de un desarrollo amable para la región (Franco et al.:
2002).
• Las iniciativas de auditoría ambiental de la Contraloria General de la
República.

La Ageada 21: Amazonia colomblana


El esfuerzo más consistente hacia la formulación de una política para
el desarrollo sostenible de la Amazonia colombiana fue el proyecto Agenda
21, Amazonia Colombiana (2002-2006), liderado por el Instituto SINC HI y
patrocinado por el Ministerio del Ambiente. Vivienda y Desarrollo Territorial
A lo largo de sus tres fases de construcción con intensa participación de co-
munidades y organizaciones de la región, permitió la formulación de los ele-
mentos esenciales de Wla política nacional para el desarrollo sostenible de la
Amazonia en sus componentes políticos, económicos, sociales y ambientales
acompañados de propuestas sectoriales como la Política de Investigación
Ambiental paras la Amazonia (Franco: inédito).
El punto de partida de Amazonia 21 fu e la definición de una Política
de Estado fundamentada en una ley estatutaria y respaldada por organis-
mos máximos de gestión administrativa y de planeadón como el CONPES y
el Departamento Nacional de Planeación. un Consejo Nacional y un Comité
Ejecutivo de la poJitica para el desarrollo sostenible de la región, con precisa
participación de los actores socia les, económicos y políticos de la Amazonia y
con organismos consultivos y ejecutivos del nivel departamental, local y de
las entidades territoriales indígenas. Este valioso ejercicio, al igual que el de
las Agendas Prospectivas, permanece inédito·.

6 El amor de tste documento rut consultor del Instituto SINC HI y del Ministerio
dtl Ambiente para la formulación de un marco de poHtic.1 par,] la Amazonia y

Políticas públicas y el desarrollo lIOStenible


en el pledemonte amazónico 2 ••
Lo ambiental se hace invisible en el desarrollo
del piedemorlte andino amazonico
Esta crucia l subreg ión de la Amazonia colombiana ha enfrentado his-
tóricamente la irresoluble contradicción de unos ocupantes que ideológica y
culturalmente siempre han mirado a los Andes, de donde llegaron, asentados
sobre un territorio que hace parte fundamental de los complejos ecosistemas
amazónicos que se nutren e n su biodiversidad y en su hidrología de los insus-
tituibles aportes de la cordillera andina.
La ocupación, a imagen y semejanza de aquella de los espacios interío-
ranos andinos, adquirió formas irreversibles de confi guración de los disenos
urbanos, de los sistemas de producción campesinos basados en la ganadería
extensiva sobre praderas desnudas de árboles, en la deforestación de las la-
deras de los Andes y de las fuentes de agua, en la contaminación de ríos y
arroyos y en la liquidación de la flora y la fauna de más de seis millones de
hectáreas de selva amazónica.
Las políticas y programas del Estado para el desarrollo de la región,
tales como la colonización dirigida y apoyada, constituida en válvula de es-
cape de los conflictos de tierras. de la violencia política y del desplazamiento
de campesinos de los Andes. respondieron a las demandas andinofilas de sus
ocupantes y a la urgencias políticas y sociales de los gobiernos.
Las Intendencias y Comisarías. admin istradas primero por una de-
pendencia de segundo nivel del Ministerio de Gobierno y luego por un
Departamento Administrativo ~DAINCO- generaron costumbres. estilos y vi-
cios en la administración de estas entidades territoriales y sus municipios. aún
después de la Constitución de 1991 . basados en aquellos de la administración
nacional. Estas ataduras ideológ icas y políticas de los gobernantes regionales
y locales que persisten hoy en día, aunque con destacadas excepciones de
sectores soc iales y políticos particularmente indígenas. campesinos y sectores
ilustrados de la academia. hacen parte esencial de las dificultades que enfren-
ta la región para encontrar caminos más amables de desarrollo y bienestar con
perspectivas de justicia social y de equilibrio ambiental.
No cabe duda de que el piedemonte andino amazónico es hoy la parte
del territorio colombiano que soporta los más graves conflictos poHticos. so-
ciales, económicos y ambientales de la historia reciente del país. Estos con fli c-
tos son del siguiente orden:
• Escenario permanente de la guerra contra las drogas y el terrorismo.
Una frontera internacional agobiada por el conflicto armado y convertida en

las Agendas 21 de los cinco depanamentos amazónicos y de la Macarena Sur


(2004). En el marco de la misma Agenda Amazonia 21 elaboró un documento
titulado Agenda de Investigación Ambiental para la Amazonia (2006). Estos
documentos. todavia inéditos, y en CUyd elaboración trabajaron con tesón los
doctores Carlos Ariel Salazar y Aura Maria Puyana, expertos de l Instituto
SI NCHI, son una importante aproximación a los objetivos de desalTollo
sostenible para la Amazonia colombiana y sus entidades territoriales.

290 Fernando Franco


refugio de los insurgentes y de los desplazados. Una fronte ra interna e n per-
manente disputa entre las fuerzas armadas y los grupos insurgentes.
• Desplazamiento de población campesina y urbana y tasas de creci-
miento demográfico superiores a los promedios nacionales.
• Pérdida de la mayor parte de la cobertura selvática tanto en las lade-
ras de los Andes como en la lJanura amazónica.
• Marginalidad económica, social y política de la población con ace-
lerada concentración en los cascos urbanos, a su vez,. sometidos a demandas
crecientes por servicios básicos y empleo.
• Percepción política y mediática de que la Amazonia es una región
fracasada.
• Precario reconocimiento de las particularidades ambientales y socia-
les del piedemonte en la formulación de propuestas hacia el desarrollo sos-
tenible para la región. Entre tanto, las iniciat ivas del desarrollo a ultranza
no logran seguirle los pasos a las regiones más avanzadas del país, a pesar
del intenso daño a los ecosistemas y la baja productividad de los sistemas
productivos dominantes.
• La politica ambiental nacional y las políticas sectoriales tienen pocos
instrumentos que hagan efectiva su aplicación a nivel reg ional amazónico
subregional en el piedemonte. La Corporación para d Desarrollo Sostenible
de la Amazonia Sur - Corpoamazonia- ejerce jurisdicción sobre los depar-
tamentos de Putumayo y Caquetá, el Ministerio del Ambiente, Desarrollo
Territorial y Vivienda aborda la administración de los parques nacionales
naturales de estos territorios y el Instituto SINCHI aV.anza en algunos proyec-
tos de investigación con pertinencia en el piedemonle. CORPOICA desarrolló
por muchos años un trabajo apreciable de investig,ación sobre el aprove-
chamiento y valorización en los mercados de especies amazónicas, sobre
sistemas alternativos de desarrollo de la ganaderia bovina y sobre recupe-
ración de ecosistemas degradados, pero la Regional 10 y la histórica granja
de Macagual fueron liquidadas y sus funciones transferidas a la regional del
Meta. La Universidad de la Amazonia hace esfuerzos para desarrollar pro-
gramas académicos con pertinencia de lo amazónico, pero enfrenta grandes
dificultades para encontrar caminos que concilien los caminos ya trajinados
de la ganadería extensi va y la degradación de los sue los y los demás recursos
naturales de la región (agua, vegetación, fauna, biodiversidad). Además, la
Sede Amazonia de la Universidad Nacional trabaja muy duro para vincu-
larse a la región con programas como la Maestría e:1l Estudios Amazónicos
ofrecida en sociedad COIl la Universidad de la Amazonia. Los esfuerzos en
el Putumayo no ban logrado concretarse, pues este departamento no tiene
una institución de educación superior que actúe corno par de la Universidad
Nacional.
• Carencia de una politica pública nacional para el desarrollo sostenible
de la Amazonia que incluya de manera comprensiva el crecimiento económi-
co, el mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes y la recuperación

Políticall públicall y el desarrollo sostenible


en el piedemonte amazónico 211
y conser vación de los ecosistemas naturales, a partir de la inclusión política y
ejercicio del poder por las sociedades amazónicas.
Bajo tales circunstancias. el Estado hace presencia en el piedemonte de
manera coyuntural y reactiva frente a los fenómenos de soberanía y conflic-
tos fronterizos, de organización del territorio, de resolución de los conflictos
armado y de drogas, de gobcrnabilidad, de crisis sociales y de exacciones de
los sistemas naturales y del medio ambiente. Así las cosas. la Amazonia, en
general, y el piedemonte, en particular, se convirtieron en el teatro de opera-
ciones de la guerra contra las drogas de uso ilicito y contra la guerrilla de las
FARC, incluida la frontera internacional con Ecuador, con costos gravísimos
como la ruptura de las relaciones diplomáticas y comerciales con esa nación.
Estas acciones del Estado se enmarcan en las condiciones predominan-
tes de globalización de los mercados y las crisis concomitantes del modelo
económico, de liquidación de la misión redistributi va del Estado, de la re-
centralización de las fu nciones administra tivas y financieras de las entidades
territoriales, de la terciarización de las ecollomías nacionales, de liquidación
de las organizaciones obreras, grem iales y sociales y de su capacidad de lucha
y de la corporativización del ejercicio de la política a costa de los partidos y
los movimien tos sociales y de opinión.
Mientras tanto, se deja a las administraciones departamentales y mu-
nicipales la solución de los más graves problemas: cobertura y calidad de los
servicios básicos, ordenamiento y desarrollo urbano, infraestructura vial, vi-
vienda y ordenamiento ambiental con recursos cada vez más restringidos del
sistema general de participaciones.
La descripción de lo normativo, de los procesos de ocupación del pie-
demonte amazónico y las elaboraciones en torno a los conflictos que soporta
la región, conducen a la necesidad de elaborar referentes distintos de demo-
cracia, de desarrollo, de sosleni bilidad ambiental, de gobernabilidad, de orde-
namiento territorial. de j usticia, de relaciones internacionales y de desarrollo
fronterizo para la Amazonia colombiana, en general, y para el piedemonte
andino amazónico, en particular.
Las políticas nacionales de recuperación del territorio y de la gober-
nabilidad, las funciones de las corporaciones de desarrollo sostenible, las
políticas nacionales y sectoriales ambientales (parques, bosques, territorios
indigenas, fro nteras) no parecen ser suficientes para darle vuelta a la rueda del
desarrollo a ultranza de la Amazonia y su piedemonte. Mucho menos cuando
las políticas macroeconómicas del actual gobierno colombiano del Presidente
Uribe se fundamentan en la especiaJización del país como exportador de mate-
rias primas de origen vegetal, extraídas y cultivadas, para lo cua l los extensos
territorios de la Amazonia, de la Orinoquia y del Pacífico se convierten en las
áreas de expansión de tales iniciativas.

¿El futuro _ sueDO?

Este documento ha intentado relatar y analizar la ocupación del piede-

292 Fernando Franco


monte andino amazónico como una marcha permanente de inmigrantes des-
plazados por la violencia y que han sobrevivido y configurado una sociedad
regional con rasgos económicos, sociales y culturales propios en un proceso
de más de un siglo. A pesar de toda la devastación y el dolor q ue ha acompa-
ñado esta ocupación, la guerra persiste, pero la gente también se empeña en
consolidar su territorio y su economía. Por ello, las exigencias y tácticas de
tierra arrasada para acabar con el terrorismo le causan tanto daño.
Insistir en la vía armada para liquidar los conflictos armado y de drogas
y recabar tercamente en el desarrollo económico a ultranza para el piedemon-
te, es seguir manten iendo la condición de damne de la terre de estos colom-
bianos valientes. Por ello es menester buscar opciones para la superación de
los conflictos y para propiciar el desarrollo sostenible de la región como las
contenidas en "Conflicto: Callejón con salida, en las Agendas Prospectivas de
Ciencia y Tecnología y en Agenda 2t: Amazonia colombiana. Por supuesto estas
propuestas político-estratégicas tendrían que estar acompañadas y reforzadas
en su desarrollo por las políticas y programas sectoria les naciona les, departa-
mentales, locales y de las comunidades y organizaciones indígenas y campesi-
nas presentes en la región.
Estas iniciativas, unas de tipo conceptual y político y otras de carácter
programático, requieren, sin embargo, un referente ideológico, tal VC'Z utópico
pero no mucho, que las haga posibles en el marco de las estructuras vigentes
de poder en el país, en correspondencia con el estado del arte de los conflictos
ya tono con los equilibrios económicos y politicos en el orden planetario.
Ese referente ideológico y politico distinto es el de una civilización de
la selva, propuesto por Alex Bolonha Fiúza de Mello, rector de la Universidad
Federal de Pará, quien a parlir del reconocimiento de que la Amazonia es un
ecosistema selvático único que comparten siete naciones y en el que habitan
unos)o millones de personas, de los cuales dos millones son sociedades indí-
genas, que ha venido siendo devastado de manera e>cponendal por sistemas
productivos extraños y que se acerca al punto de no retorno para la recupera-
ción y conservación de sus ecosistemas y de sus sociedades ancestrales, consi-
dera posible construir los pilares de su desarrollo y bienestar a partir del uso
responsable de los recursos y manteniendo, en estricto sentido, la cobertura
selvática de la región. Por supuesto, no se puede hablar de u na civilización de
la selva alli donde aquella ha desapareddo.
Pero esta civilización de la selva no sig nifica el borrón y cuenta nueva ha-
cia la construcción de una nueva sociedad, sino la recomposición progresiva
de los procesos de ocupación y de los daños causados y la inclusión social, po-
lítica y económica de todos los amazónidas, desde los habitantes de las gran-
des urbes de la selva hasta las culturales ancestrales aún no contactadas. Esta
civilización de la selva reconoce también la interdept':ndencia de los Estados
amazónicos en torno a políticas y programas comunes de desarrollo sostenible
y a la cooperación económica, cientUica y tecnológica como referente práctico
del éxito del modelo. Reconoce también las particularidades naciona les, pero

Politic. . pUblicas y el d81l.troUo -,-",nibla


en el piedemonte amawruco 2.3
siempre definidas por el común denominador de la nueva civilización en un
contexto panamazónico.
Para Colombia, la puesta en marcha de este proceso pasa por definicio-
nes como las siguientes:
• Un pacto político entre las sociedades amazónicas y el Estado para la
definición de una política pública para el desarrollo sostenible de la región .
• Redefinición de la condición de región problema y de teatro de ope-
raciones de la guerra contra la drogas y contra el terrorismo por la de una
región de paz a partir de opciones como la negociación política del conflicto y
el establecimiento de regiones, localidades y comun idades de paz.
o Formulación y reconocimiento de referentes alternativos de soste-

njbilidad, en correspondencia con los fundame ntos de la Civilización de la


selva, sustenta da en los derechos y el bienestar de las sociedades amazónicas,
en la conservación y aprovechamiento sosten ible de los ecosistemas y de sus
recursos y en cooperación inteligente entre las socieda des amazónicas y las so-
ciedades y poder andinos, como miembros de una única nación, pero también
como integrantes de la grande y diversa sociedad panamazónica.
o Creación y fortalecimiento de los vínculos ambientales, sociales

económicos y políticos del piedemonte con la selva profunda y los mercados


glnhali7..1dm: de la gran cuenca.
o Redefinición de las políticas y diseños del ordena miento territorial

de la Amazonia y del piedemonte y del desarrollo urbano con el buen uso de


los instrumentos normativos vigentes para el ordenamiento del territorio, los
estímu los económicos y tributarios para el desarrollo de las áreas de frontera y
los avances de la ciencia y la tecnología hacia un desarrollo económico menos
devastador de los recursos naturales, menos contaminante de los ecosistemas
y menos demandante de energía.
o Definición de políticas nacionales de educación y salud alternativas

para la Amazonia concertadas con las sociedades regionales.


o Redefinición de las politicas de ciencia y tecnología y de investiga-

ción ambiental que reconozcan las particularidades sociales, ambientales y


económicas de la Amazonia.
Para la su bregión andino-amazónica es esencial diseñar estrategias,
planes y programas que destaquen aspectos como:
o Rescate de la condición amazónica del piedemonte andino amazónico

y fortalecimiento de las ventajas geográficas, geopolíticas y de dotación de


servicios en infraestructura vial. energética y de comunicaciones para con-
vertirlo en región bisagra entre lo andino y lo amazónico, en la perspectiva de
expansión de los mercados y del flujo de bienes y servicios.
o Profundización de iniciativas para el desarrollo urbano sostenible

apoyadas en la investigación en ecología urbana.


o Apoyo político y económico a las universidades y centros de inves-

tigación hacia el descubrimiento y aplicación de alternativas en sistemas de


producción agrícolas y pecuarios, uso económico de especies originarias y de

294 Fernando Franco


la biodiversidad y estrategias comerciales alternativas para mercados globali-
zados, entre otras.
o Recuperación de los ter ritorios indígenas d,~vastados por la ocupa-

ción petrolera, coquera, campesina y urbana.


o Transformación de su condición de teatro de operaciones de la gue-

rra en territorios de paz y de recuperación de la convivencia con los países


vecinos .
• Creación de un centro regional de estud ios del petróleo en las selvas
ecuatoriales dirigido a la investigación aplicada so b rf~ temas como el impacto
y r iesgos ambientales de la exploración y la explotación petrolera, efectos
sociales de la actividad petrolera: inmigración, expropiación de los territorios
indígenas, impactos positivos en el desarrollo regionaL
• Materializac ión de una politica de fronteras que canalice las inicia-
tivas pú bli cas nacionales, departamenta les y loca les para la integración y
el desarrollo fro nterizo, integrada a los esfuerzos de la población y los sec-
tores prod uctivos hacia el desar rollo económico y social de las áreas fronte-
r izas internacionales. Esta política debe estar basada en el reconoci mie nto
de las poblaciones fronterizas como lugares centrales para la integración y
el desarrollo y como ciudades pares de aquellas ubicadas al otro lado de la

BIb_
fronte ra .

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296 Fernando Franco


PARTE IV

ECOLOGÍA POLÍTICA EIII


LA PANAMAZONIA

CARLOS ZÁRATE

MARiA DEL PILAR TRUJILLO

ELlZABETH BEAUFORT

CÉLIA OlAS

CAMILO SÁNCHEZ TORRES


POLITICAS AMBIENTALES Y RECURS'OS NATURALES

EN LAS FRONTERAS NACIONALES AMAZÓNICAS

CARLOS G. ZÁRATE BQTÍA


Profeso<" Asoci~do. UniVCTSidad N~donal de Colombia, Sede Amaron;,j,
Sociólogo, Ph,D, en Historia.
Instituto Anuzónico de Investigaciones - IMA 1"1 -
<'gzarolt@yahoo.cDm

MARÍA DEL PILAR TRUJILLO


Economista. Maglster en Tearfa y Política Económica.
Estudiante de doctorado en Economla de la Universidad de Tilburg. Holanda.
Becaria de Latln AnYrican and Caribbean Environmental
Economlcs Progum - LACEEP-
mari4dtlpi/art@J<lhoo.C(Jm.m ...

'"
RellUnlen
El articulo presenta un análisis de las políticas ambientales de Brasil, Peru
y Colombia en las zonas de confluencia fronteriza con un énfasis particular en la
extracción, moviliución y comercialización de los recursos forestales maderables
en el llamado trapecio amazónico. Entre los aspectos centrales que aquí se abordan
están el relacionado con las consecuencias de una débil instltucionalidad ambiental
que se evidencia con rasgos particulares en las zonas de frontera; la existencia de
legislaciones diversas, divergentes o incompatibles de acceso y uso de los recursos
y la ausencia de una mínima coordinación institucional. Estos fenómenos en gran
medida son los responsables de los altos niveles de informalidad o ilegalidad que se
presentan en las aC!Ívidades extractivas en estas zonas de contacto transfronterizo
y evidencian la necesidad de aplicar normas acordes con la singular dinámica
económica, social y cultural de estos espacios.
Palabras claves: políticas ambientales, recu rsos forestales maderables, legislación,
informalidad, ilegalidad

Absu act
The article presents an analysis of the environmental policies in the
confIuent bordering arcas of Brazíl, Peru and Colombia (Amazonian Trapezium),
with a parti,.ular .. mrha~i~ on eXl.raction. mobilization and commercialization of
timber forest resources. The article focus on the analysis of the consequences of
a weak environmental institutionality, which has particular characteristics in the
bordering zones; the existence of diITerent and incompatible legislations with regard
to the access and use of the resources, and the absence of a mínimum institutional
coordination. These phenomena are 10 a great extent, responsible ofthe high levels
of informality or iIIegality of the extractive activities in these areas of bordering
contac!, and show Ihe necessi! y of applyi ng norms in agrecment with the particular
socioeconomic and cultural dynamic ofthese spaces.
Keywords: environmental policies, timber [oresl resources, legislatíon, informality,
iIlegality

IDtroducclón
El propósito del presente articulo es proponer un a nálisis compara-
do de las consecuencias de la implantación de políticas ambientales en áreas
de frontera, en este caso, de la zona de confluencia amazón ica de Colombia,
Brasil y Perú , con un especial énfasis e n aq uellas que t ienen q ue ver con la
explotación de recursos forestales. El planteamiento que ani ma esta explora-
ción tiene que ver con el reconocimiento de la singu laridad de los espacios
fronterizos y su pote ncialidad para explicar fallas en la implementación de
políticas publicas en el campo ambiental y, de manera complementaria, para
identificar acciones y estrategias de cooperación y de integración fronteriza
de tos países de la cuenca amazónica. Una presunción general que sirve de
gu ía, y que esperamos se pueda confirmar o invalidar o, en todo caso, empe-
zar a documentar, es la de que las áreas de frontera constituyen una suerte

30 0 Carlos G. Zárate Sotía I Maria del Pilar Trujillo


de espacios en donde las ya débiles políticas ambi(:ntales de los diferentes
países se toroan eventualmente inocuas e n términos de aplicación y donde
la existencia de distintos ordenamientos j uridicos y t.erritoriales, o la falta de
coordinación institucional. entre otros, se tornan en factores adicionales que
propician la informalidad y la ilegalidad, que, adem,ís, dificultan un conoci-
miento adecuado de las dinámicas de acceso y uso de los recursos naturales
y favorecen la continuación de los procesos de deg,radación y/o alteración
de la base ambiental y productiva de estas regiones y, por tanto, de las po--
blaciones allí asentadas. La dinámica de la explotación maderera en esta área
de frontera permitirá mostrar modalidades singulares de uso, extracciÓn y
comercialización de recursos naturales y cómo estas formas son propias de un
medio fronterizo y pueden favorecer la evasión del ('ontrol o beneficiarse de
las diferencias en la legislación de cada país.

La atracdón de nICW'BOS na~ . . 1a Amazonia


La historia de la región amazónica, así como la de su fragmentación
y distribución entre diferentes naciones, es el resultado directo de un largo
proceso de apropiación y extracción de recursos naturales. Basta recordar que
la palabra Brasil, con la que finalmente se denominó el país más grande del
subcontinente suramericano, tuvo su origen en el coIor de los troncos de los
árboles que los primeros portugueses enviaron a Eumpa como botín substi-
tuto del oro que no pudieron encontrar en esta parte .de los nuevos territorios
en conquista. Desde entonces, y por lo menos hasta. la cristalización de los
linderos político-administrativos de nuestras naciones en la Amazonia en las
primeras décadas del siglo xx, la extracción de recursos naturales, sin excep-
tuar la esclavización de sus propietarios ancestrales, ha estado presente y en
ocasiones ha sido decisiva en el proceso de configur.lción de estas naciones.
Para no ir muy lejos atrás, la anexión de la región boliviana del Acre en 1903
por parte de la entonces recién constituida república brasilera o los tortuosos
desencuentros entre Colombia y Perú que desembocaron en el conflicto de
1932, fueron la consecuencia directa de una intensa pugna por el control de
las zonas de extracción de gomas elásticas, por parte de agentes, empresas y,
en no pocas ocasiones, fuerzas gubernamentales cont:rapuestas.
En aquellas décadas de cambio del siglo XIX a! XX los desmanes y [a
violencia con que los grupos humanos, especialmente empresarios y traba-
jadores a su cargo venidos de fuera de la región, emprendieron una labor
de destrucción de los árboles productores de caucho y siringa, así como de
otras especies. tarea entonces considerada como civilizatoria, obligaron a los
gobiernos a expedir una serie de normas tendientes a la racionalización de
la explotación de los que, en el caso colombiano. se denominaban bosques
nacionales. Los quinales ya había n sido objeto de algunas tímidas medidas de
protección en la Amazonia colombiana hacia la década de los 80 del siglo XIX
(zarate: 2001, 141), mientras que, en el caso del PenJ, la alarma se presentó
con par ticular fuerza hacia la últi ma década de ese mismo periodo a propósito

POliliClllllllllhientaies V recursos nalUfllies


en 111 fromeral nacionales amazónlC8ll 30t
de la destrucción de los árboles gomiferos. No sobra anotar que esta protole-
gislación ambiental pronto habria de quedar en letra muerta, sobre todo en
territorios alejados de los centros de poder, o sea, en las fronteras, entre otras
cosas por la falta de agentes para hacerla cumplir y, Jo más grave y decisivo,
por la ausencia de delimitación nacional de los territorios en los que dichos
agentes, en caso de haberlos, debían actuar.
La firma de los tratados de límites entre Peru y Brasil a mediados del
siglo XIX, de Brasil y Colombia en '907 y 1928 o de Colombia y Perú en la
década del 20, perfeccionados con los trabajos de demarcación de varias co-
misiones de límites, permitieron resolver el problema cardinal de la ausencia
de jurisdicción territoriaJ. aunque esta solución encarnaba un inconveniente
no despreciable relacionado con la formulación y expedición de políticas y
legislaciones diferentes, divergentes y en varios aspectos contrapuestas. No
sobra recordar que durante la mayor parte del siglo xx no existían, ni mucho
menos, instancias similares a los actuales ministerios del medio ambiente y
que las políticas y legislación relacionadas con los recursos naturales con-
tinuaban dispersas en diversas dependencias de acuerdo a la organización
sectorial de cada país. En este nuevo escenario, el reto pasó a ser la capacidad
real de cada nación por hacer cumplir las normas que debía exped ir en lo
sucesivo, con arreglo a las políticas públicas a implementar en los territorios
recién reconocidos.
Sin entrar en mayores detalles, pasaron varias décadas antes de que
por cuenta de un nuevo contexto internacional, en el que la preocupación por
la conservación del medio ambiente se pusiera al orden del día, surgieran, en
un intento por detener los graves efectos socioambientales del desarrollo y la
industrialización, fuerzas aglutinadoras de nuevos discursos, instituciones y
prácticas de manejo del med io ambiente, a las que tarde o temprano, a la fuer-
za o de buen grado, se han ido acomodando todas las naciones. Al margen de
los procesos particulares de cada nación, sobre los que hablaremos adelante,
de las modalidades de instrumentación y los diversos grados de compromiso
con la que podríamos llamar agenda ambiental global, este es un referente al
que ni siquiera los Estados Unidos ha podido escapar. sobre todo en la prime-
ra década del siglo que comienza.

BrUU, Perú y Colombia. LoII CODcez&oI: Q8doaaJell de la Duev.. poHucu ambleot.Ues


Los procesos de definición e introducción de políticas ambientales en
muchos países de Latinoamérica y otras regiones del mundo en la segunda
mitad del siglo xx evidencian, sin duda, la influencia del nuevo discurso
ambiental internacional, el cual debe acomodarse a la situación económica
y política particular de cada país. En el caso de Brasil, Perú y Colombia, el
final de la década de los sesenta y el comienzo de la de los setenta marcan el
periodo en que la problemática ambienta l empieza con fuerza a tomar cuerpo
dentro de la legislación de cada uno de estos países. Este periodo en general
culm ina hacia comienzos de la década de los noventa con el establecimiento

302 Carlos G. Zárate Sotía ' Marla de l Pilar Trujillo


de instancias superiores o ministerios encargados del manejo de los recursos
naturales y el medio ambiente.
En el caso del Brasil, las medidas de organización de los asuntos del
medio ambiente se empiezan a definir en los primeros años de la década de los
setenta dentro de esquemas autoritarios y centralistas de gobierno definidos
por las dictaduras militares, e n los cuales imperaba un ímpetu tecnocrático
de modernización y de consolidación del proceso previo de expansión y con-
quista territorial, esto ultimo orientado especialmente a la reg ión amazónica
(citado en Corbucci: 200), 66). En 197), y como respuesta a la Conferencia de
Estocolmo, se creó la Secretaría Especial de Medio Ambiente (SEMA), vincu-
lada al Ministerio del Interior, y hacia 1981 se formuló, mediante la ley 69368,
la Política Nacional de Medio Ambiente y, poco después, se creó el Sistema
Nacional del Medio Ambiente, Sisnama. Previo a la creación del Mi nisterio
de Medio Ambiente, que se verificó en 1992, se había creado el Instituto
Brasilero del Med io Ambiente IBAMA. Este último Instituto habría sido el
resultado en gran medida de la presión ambientalista nacional e internacio-
nal que denunciaba constantemente la destrucción de la Amazonia (citado
en Cor bucci: 200), 80), En el caso peruano, los antecedentes cercanos de una
moderna legislación ambiental están contenidos en la Ley Genera l de Aguas
de 1970 y, con excepción de las particularidades del contexto político brasile-
ro, aquel país siguió un proceso similar de institucionalización ambiental, no
exento de centralismo, con la creación de la Oficina de Evaluación de Recursos
Naturales. ONERN, en la década del 70; la expedidón del Código del Medio
Ambiente hacia 1990; la promulgación de la Ley Orgánica de Aprovechamiento
Sostenible de los Recursos Naturales y la creación dd INRENA dependiente
del Ministerio de Agricultura, ambos en 1997. El caso colombiano, también
guardadas sus propias particularidades, no se aparta mucho del esquema de
los países aquí mencionados, a pesa r de que Colombia se vanag loria de haber
sido pionero en la introducción de normas ambientales con la expedición de
una ley de economía fores tal a fi nes de la década del cincuenta (Ley 2".); la
creación del Instituto Nacional de los Recursos Naturales, INDERENA, en
1968; la formu lación del Código de los Recursos Naturales hacia 1974 y la
creación de su Ministerio del Medio Ambiente (ley 99 de 1993), en rápida
respuesta a las recomendaciones emanadas de la Cumbre de Rio.
Los mencionados avances en la legislación e institucionalización am-
bientales de estos paises tampoco han estado exentos de serios problemas,
como el que implica tener la voluntad y la capacidad de transformar las prác-
ticas y las concepciones tradicionales relacionadas con el uso y manejo de
los recursos naturales; el de imponerse a un ordenamiento institucional que
nunca había tenido e n cuenta la fragi lidad y agotabilid.ad de la base natural de
los pro,cesos de desarrollo y crecimiento económico o.la necesidad de su man-
tenimiento o la disposición para dotar a las nuevas entidades del estatus y los
recursos necesarios para llevar a cabo su misión, La manera como cada país ha
resuelto estos problemas ha determinado, en general, aliado de otros factores

Politlcaa ambientales y recufllOll naturales


en lulrolllteraa nadonalea amuonlcaa 303
contingentes, la magnitud de la distancia entre las normas y su aplicación
práctica. Para mencionar sólo el último de los problemas mencionados, el dar
un estatus adecuado a la institucionalidad ambiental de estos países continúa
representando un reto mediana o pobremente resuelto. En el caso peruano, la
máxima autoridad ambiental, el INRENA, continúa subordinado a un minis-
terio como el de agricultura, algo que también sucedía en el caso colombiano
hasta la promulgación de la ley 99. En Colombia, la fusión del Ministerio del
Medio Ambiente en el nuevo Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo
Territorial. a una década de la creación del primero, supuso para muchos la
disminución de la importa ncia del medio ambiente dentro de la institucio-
nalidad del Estado colombiano. En el caso brasilero, el problema es, además,
de capacidad, ya que no son raras las menciones a que los recursos con que
cuenta un e nte como e1ISAMA son minúsculos en relación con sus responsa-
bilidades y no dejan de contrastar con los abultados medios económicos con
que cuentan las empresas o los sectores a los que pretenden controlar o con las
inmensas difi cultades para controlar las actividades ilegales de uso y acceso
de los recursos que proHfcran en su vasto territorio (Denis: 2008, 2).
En síntesis, se puede decir que las bondades y los avances en las po-
líticas públicas ambientales de estos países se han visto contrarrestadas o
constreñi das por diversos factores que las condicionan o limitan. Entre es-
tos podemos mencionar su carácter reactivo o de respuesta y acomodación a
presiones de orden internacional; el haber surgido en el marco de enfoques
o modelos excesivamente centralistas o, incluso, autoritarios; su subordina-
ción, dependencia o competencia con políticas sectoriales de mayor tradición,
jerarq uia o prioridad que privilegian los modelos de desarrollo industrial, de
colonización u ocupación del territorio, o, especialme nte en el caso colom-
biano, su subordinación a políticas de seguridad nacional. Para efectos del
tema que nos ocupa en este escrito, a lo anterior se s uma la dificultad para la
puesta e n práctica de las políticas ambientales en las regiones marginadas o
consideradas periféricas de nuestros países y, particularmente, en las áreas de
frontera, aspecto sobre el que nos detendremos adelante

Pri.ctlcu • iDaUtudo. . ambiea~ II1II le


Amazonia de Braail, Perú , Colomble
Una de las características que ha tenido la extracción de los recursos
naturales en la Amazonia desde su conquista por los europeos hasta el día de
hoyes la de su articu lación a la economía y el comercio mundiales. Durante el
auge de las gomas elásticas a fines de los siglos XIX y comienzos del XX, esta
articulación llegó a condicionar los procesos endógenos de consolidación de
los nuevos proyectos nacionales y, especificamente, a distorsionar la incorpo-
ración de las porciones amazónicas de cada uno de los países. La extracción y
comercialización de productos con destino a la economía mundial de las go-
mas procedentes de territorios o reg iones débilmente articulados a sus centros
nacionales, los cuales además no estaban delimitados entre sí. con la relativa

304 Carlos G. Zárate Sotía I María del Pi lar TruJlllo


excepción de Brasil y Perú q ue habían suscrito un acuerdo de límites en 1851.
tampoco favoreció la formación de mercados regionale:s fuertes y permanentes
o la constitución de sociedades complejas comprometidas o identificadas con
proyectos regionales sólidos.
Hoy. después de casi un siglo desde la culminación de convenios o
acuerdos de límites relativamente sólidos y del fin del auge de las gomas
elásticas. la articulación y consolidación territorial de la Amazonia de países
como Perú. Colombia. Ecuador o Bolivia todavía constituye un proyecto no
culminado. En este contexto. la debilidad y la impe:rfección de las políticas
y las instituciones en los niveles regional y en las fro:nteras. con mayor razón
las relacionadas con el medio ambiente, es un presupuesto del que debemos
partir. Surge entonces la paradoja de que en las reg iones consideradas perifé-
ricas. y particularmente en la Amazonia de estos países. donde la efectividad
y la aplicación de las normas ambientales son más difíciles de lograr, es don-
de estos países tienen sus mayores activos naturales y, por tanto. su mayor
potencial hacia el futuro. La mayor riqueza en términos de la biodiversidad
de los ecosistemas terrestres e hidrobiológ icos de es.tos países se encuentra
precisamente en la región amazónica. una región como hemos dicho margina-
da. olvidada y hasta estigmatizada. como en el caso de Colom bia. Una región
donde la presencia del Estado y las instituciones no ha sido precisamente la
norma y donde, por la misma razón de su precaria presencia. se ha n estableci-
do -e intentan establecerse a diario- una pléyade de agencias internacionales,
ONGs y empresas con los más diversos intereses come'rciales y de explotación
de productos provenientes de la flora y la fauna regi.onal, sin pasar por alto
aquellas de rótulo ambientalista o conservacionista, cuyos objetivos y prácti-
cas. a pesar de los discursos que las justifican, sobre todo aquel q ue proclama
la conser vación de la Amazonia para el "beneficio de la humanidad". aún
están por valorarse. Esto permite constatar que los viejos peligros que han
acechado a la Amazonia todavía siguen vigentes y q u ,~, en un contexto de de-
bilidad institucional y de ausencia de legitimidad del Estado para imponer un
orden ambiental que salvaguarde los recursos naturales e n el ámbito nacional
y, en este caso, regional. es muy dificil controlar o impedir la acción de entes
nacionales o tra nsnacionales cuya impronta continua siendo la maximizadón
de la ganancia y la realización del beneficio fuera de la región, al margen de
consideraciones sociales y ambientales o a pesar de posturas ambientalistas.
No obstante, hay que tener en cuenta q ue la debilidad institucional y la
ausencia de legitimidad estatal en las regiones amazónicas de Brasil. Colombia
y Perú son datos relativos que deben revisarse con mayor cuidado teniendo
en cuenta la situación particular de cada Amazonia y los contextos de cada
país. Por ahora. sólo podemos indicar algunas de las mayores d ific ultades que
afronta cada uno, tratando de e nfocar uno de los problemas claves de ma nejo
ambiental de la Amazonia. como es el que afecta a sus ecosistemas forestales.
Entre los grandes retos que afronta la Amazonia brasilera está, por
ejemplo. el de conciliar la responsabilidad del Estado en la conservación del

PolítiCIIJI ambientales y r8C\U80S naturalea


enl" fro:nteru Dadonales amazónica. 3015
bioma amazónico, sus recursos y las necesidades de sus pobladores, por un
lado, con la presión insaciable de poderosas empresas transnacionales que vi-
ven del negocio de los agrocombustibles, las élites fundiarias y terratenientes
e, incluso, múltiples empresas privadas y ONGs con fachada ambientalista,
por otro. Esto para no hablar de las empresas madereras ilega les. En este cua-
dro la debilidad de las instituciones estatales con jurisdicción regional, como
el ¡BAMA, contrasta con el poder, los recursos económicos y la capacidad
med iática de las segundas. En el caso de la explotación ilegal de madera, que
alcanza en Brasil una cifra superior al 40% (Martina: 2007, 10), los mismos
pobladores de las zonas de extracción, en el estado Amazonas, en cercanías
a la frontera con Colombia, denuncian que la capacidad y los medios de que
dispone el ¡BAMA son muy precarios para controlar la actividad de los extrac-
tores y comerciantes ilegales de madera (Denis: 2008, 2).
Los resultados y el bala nce de esta presión no dejan de ser preocu-
pantes si vemos que el discurso de las autoridades de gobierno, incluido el
del mismísimo presidente de Brasil, así como el de empresas que asumen una
fac hada ambicntalista, se ha venido caracterizando por la contemporización
con las empresas transnacionales, cuando niega o minimiza, por ejemplo, el
impacto sobre la selva de la producción de soya y otros agrocombustibles
y cuando se privilegia este sector como el que va a liderar el remplazo de
los combustibles fósiles a nivel mundial. sin pensar en los enormes riesgos
ambientales y sociales que este conlleva. En el "mejor" de los casos y según
las denuncias de diversos medios de prensa, la conser vac ión de la selva ama-
zónica se está convirtiendo en un gran negocio, avalado por las directrices de
la política ambiental nacional. que sirve no solo para lavar la imagen de em-
presas transnacionales como Coca Cola, Nissan o la cadena hotelera Marriott,
entre otras, sino que ha llegado a permitir que "ecólogos" mutimillonarios
europeos hayan comprado porciones de selva amazónica de un [amano de
160.000 hectáreas, con el dudoso objetivo de la "preservación del medio am-
biente" (Denis: 2008, 8).
La política ambiental peruana y sus prácticas en la reg ión amazónica
no están exentas de múltiples problemas, cuya fa lta de resolución acaba por
beneficiar también las fuerzas que llevan agua al molino de la destrucción de
la selva amazónica. En el caso de la Amazonia peruana la norma también es
la gran distancia que hay entre la legislación ambiental, de por sí imperfecta
y carente de desarrollo, y la práctica económica extractiva de los recursos de
fauna y flora. Además del estatus aún dependiente y secundario de las ins-
tancias encargadas del medio ambiente, como eIINRENA, que tiene un papel
subsidiario dentro del sector agrario, existen grandes vacíos en materia de
reglamentación o en la capacidad operativa de los organismos de control. En
el caso de la explotación foresta l, aunque la legislación contiene una serie de
medidas, que no son extranas en los ordenamientos ambientales de Colombia
y Brasil, sobre zonas forestales permanentes y zonas de reserva, al lado de
otras figuras de protección más estrictas o la necesidad de presentar planes de

306 Carlos G. Zára te Sotia I Maria d el Pilar Trujillo


manejo y estudios de impacto ambiental, incluidas propuestas de reforesta-
ción a quienes solicitan permisos de aprovechamiento, éstas no se han podido
poner en práctica por múltiples dificultades, entre e:llas la inexistencia de re-
glamentaciones especifi cas para regular, por ejemp]o, concesiones forestales
que se supone pueden tener hasta cincuenta años de vigencia (Charpentier e
Hidalgo: 1999, n 8). Un indicador de la inoperancia de las normas ambientales
en Perú muestra que la extracción ilegal de madera en este país, gran parte
de ella realizada en la selva amazónica, puede alcanzar en los últimos años
magrtitudes superiores al 80% (Martino: 2007, 10).
En comparación con Brasil y Perú, parecer;ia que la situación de la
Amazonia colombiana podría ser mejor. Sin embargo, la realidad es que
Colombia a pesar de tener algunas ventajas en relación con sus vecinos, no
solo comparte su debilidad institucional ambiental, sino que afronta sus pro-
pios retos y dificultades. Primero que todo, es cierto que la casi totalidad de la
Amazonia colombiana está cobijada por diversas figuras de protección, tales
como la de reserva forestal, resguardos indígenas y parques nacionales natu-
rales. Tambien es cierto que la política ambiental colombia na cuenta con un
grado importante de descentralización a traves de las llamadas Corporaciones
para el Desarrollo Sostenible, que a partir de la cn=ación del Ministerio del
Medio Ambiente reemplazaron a las anteriores Corporaciones Autónomas
Regionales. No obstante, las facilidades relativas brindadas por estas con-
diciones no se han traducido en una institucionalidad ambiental fuerte que
garantice la protección, el buen uso o el enriquecimiento de su patrimonio
natura l. Los males que afectan la ejecución de una política ambiental en la
Amazonia colombiana tie nen que ver con ciertos factores estructurales re-
lacionados con una débil organización político-administrativa territorial de
la región, heredada del ordenamiento anterior a la, Constitución de 1991 y
reflejada en la pervivencia del aislamiento de la reg;ión con respecto al resto
del país. Como causa y consecuencia de esto, e ntre otros factores, la Amazonia
colombiana continua sien do el escenario de un conflicto armado cincuente-
nario que, entre otras cosas, entur bia la aplicación de la política ambiental e
incluso sirve para justificar su subordinación a la :política de seguri dad del
Estado colombiano.
El sector ambiental colombia no en la Amazonia tiene sus propias fa-
lencias. La autoridad ambiental en la región amazón.ica se encuentra dispersa
entre instituciones q ue no siempre actúan con unidad de criterios o de acción.
Por lo menos en el departamento fronterizo de Amazonas, la protección de
los recursos naturales y del ambiente está bajo jurisdicción compartida de la
corporación de Desarrollo Sostenible del Sur de la Amazonia, Corpoamazonia,
y del sistema de parques naciona les naturales que es admin istrado por una
unidad especial del Minambiente. Estas instituciones intentan poner orden
en materia ambiental en un territorio en el que actúan diversas figuras de
protección (reserva forestal de la nación, áreas pl"Otegidas. resg uardos in-
dígenas) contrapuestas en la práctica, con una juri:sdicción no muy clara y

PolltiCllJl ambie ntales V recursos natwales


en laa bomeras nacional'" amazóniCllJl 307
cuyo denominador común es el de la sobreposición o el traslape. En cuan-
to a las corporaciones de desarrollo sostenible de la Amazonia, su accionar
sigue sujeto a condicionamientos o limitaciones de carácter político que las
ponen a orbita r de acuerdo al vaivén de las coyunturas electorales. Su misma
creación tu vo este signo y se dio a costa de desconocer las condiciones bio-
geográficas de la región amazónica colombiana. De ahí las dificultades que
tiene Corpoamazonia para responder a las particularidades del departamento
del Amazonas y para coordinar sus asuntos ambientales, que son distintos y
distantes de los que se presentan en sus oficinas centrales en el piedemonte
amazónico en Mocoa.
A pesar de las diferencias y de una situación relativamente mejor para
la Amazonia colombiana, en los tres países encontramos problemas relaciona-
dos con debilidad institucional, ausencia de legitimidad e incremento, o por
lo menos conti nui dad, de la informalidad cuando no de la ilegalidad en las
actividades de extracción, transporte y comercio de buena parte de los recur-
sos naturales de la región. Como veremos, esta situación adquiere un carácter
singu lar y dramático en las zonas de frontera de estos países.

Las IegIaladon_ J~ en BruU, PenI y ColornlMo


La activida d maderera en los bosques públicos' de Brasil se rige bajo
los parámetros establecidos por la Ley de Gestión de los Bosques Públicos para
la Producción Sostenible (Lei de gestdo das florestas públicas para a produ~do
sustentável), aprobada en j ulio de 2005. Con esta ley, el Estado brasilero busca
fomenta r la extracción responsable de madera en los bosques naciona les, pro-
teger la Amazonia del peligro de la deforestación y evitar la ocupación ilegal
de tierras.
La ley establece cr iterios para asignar concesiones madereras en los
bosques públicos (loca lizados en tierras federales) con la participación del
sector privado, las comunidades y otras partes interesadas. Como órgano
responsable de la aplicación de la ley, se crea el Servicio Forestal Brasilero
(Seroifo Florestal Brasileiro) y como figura de apoyo el Fondo Nacional de
Desarrollo Forestal (Fundo Nacional de Desenvolvimento Florestal). Las conce-
siones forestales se asignan a t ravés de un proceso de licitación realizado de
conformidad con la Ley 8666 de 19 9) (OfMT: 200), 1).
Los defensores de la ley en mención argumentan que ésta facilitará el
desarrollo de la industria forestaL aumentará el empleo y los ingresos y que,
en esa medida, mejorará las condiciones de las comunidades locales. Puesto
que la mayor parte de la ocupación ilegal se encuentra en tierras federales,
por medio de las concesiones se espera proteger Jos bosques de las invasiones,

Brasil tiene diversos tipos de bosques publicos: bosques federales, bosques


estatales, bosques municipales y áreas protegidas, como las reservas indígenas,
los parques nacionales, la5 reservas biológicas nacionales, las reservas
nacionales extrac¡ivas y otras áreas protegidas equivalentes (OIMT: 200]. 1).

308 CIll"IOS G. Zárale Bolia I Maria del P:llar Trujlllo


de la extracción ilegal y de la tala para el estableci miento agrícola, que se
consideran las principales causas de la deforestación en la Amazonia brasilera.
Los detractores de este régimen jur ídico advierten una clara intención
del Estado brasilero para promover la priva tización de la Amazonia y cues-
tionan la paradoja de pretender detener la deforestadón con un sistema de
concesiones que garantiza un lucro estimado de 450 mil reales por bectárea
(Servindi: 2006, 1). Bajo el sistema de concesiones, los inversionistas accede-
rán de una manera relativamente fácil y barata al recurso, del cual dispon-
drán hasta por periodos de 50 años, y asum irán un compromiso difícilmente
verificable y controlable por parte del Estado sobre el. manejo soste nible y la
reforestación de las especies afectadas.
En el caso del Perú, aunq ue las dos terceras partes del terr itorio na-
cional están cu biertas por bosques, la actividad fon~stal no es muy signifi-
cativa desde el punto de vista de la economía nacional (3,2% del PIS). Este
hecho se vio reflejado en la desactua lización de la legislación fo restal que
rigió hasta hace poco (Ley na 21147 de 1975), desconociendo la d inamica
socioeconómica e n torno al aprovechamiento de este recurso (Charpentier
e Hidalgo: 1999, 100). Actualmente la actividad forestal se rige por la Ley
27308 de 2001 que tiene un e nfoque basa do en la diiversidad de productos
y el reconocimiento de la multiplicidad de usos y usuarios del bosque. De
acuerdo con la nueva leg islación, el aprovec hamiento de los recursos fores-
tales es otorgado a los particu lares mediante distintas modalidades: con-
cesiones. permisos y autorizaciones. Estas modalidades responden a unos
fines específicos de naturaleza ind ustrial y/o comercial, investigativa y de
reforestación, entre otros.
Entre 1975 y 2001, aunque la polít ica del Estado peruano buscó el uso
sostenible del bosque, existió para lelamente otra legislación de menor jera r-
quía, que sirvió para crear un clima de confusión entre los empresarios fores-
tales. Ejemplo de ello han sido las vedas forestales (en las cuencas de los ríos
Yavarí, Atacuari y Put umayo, entre otros); la suspensjón de contratos y per-
misos forestales en estas zonas, exceptuando a los contratos me nores a r .000
ha; el otorgamiento de contratos en superficies me n or(~s a 1.000 ha por un año
en condiciones blandas; la dificultad de acceso a créditos para la actividad
foresta l por no contar con garantías apropiadas; la exclusión de la actividad
foresta l del régimen de la Ley de Promoción del Sector Agrario; la falta de
infraestru ctura e nergética y de transporte, y la falta de presencia de las auto-
ridades en las zonas de prod ucción forestal (Charpentier e Hidalgo: 1999, 119).
La contradicción e ntre las políticas y las acciones del Estado mostró que, hasta
ese momento, las políticas eran sim ples declaraciom:s de intención que no
contaban con una estructura organizativa ni con mecanismos operativos para
facil itar su cumplimiento. Esta situación favoreció pmcesos desordenados de
extracción maderera mediante numerosos contratos pequeños y dispersos de
corto plazo, a los cua les no se les ex igia planes de manejo. Esta coyuntura
fue aprovechada por grandes madereros, que se valían de los pequeños como

Politicas Ilmblentales y recunKl!I naturales


en 1&11 [ronter&ll nacionales Illlluónicas 309
mecanismo para extraer madera sin asumir ninguna responsabilidad sobre el
manejo sostenible y la regeneración del bosque.
La Ley 27)08 de 2001 da prioridad a: (a) la ordenación forestal, que
t iende a concentrar la producción maderera en Bosques de Producción
Permanente, con el fin de facilitar el control por parte del Estado y ofrecer a
los concesionarios mejores cond iciones de infraestructu ra y servicios, y ma-
yores garantías; (b) El requisito de 105 planes de manejo forestal para todas
las modalidades de aprovechamiento, y (e) la promoción de la certi fi cación
forestal voluntaria.
Sobre la base del respeto a las tierras y a 105 derechos de las comunida-
des nativas y campesinas, el nuevo régimen forestal peruano pretende brindar
un marco legal que fomente la certificación de bosq ues y el aprovechamiento
fores tal sostenible basado en concesiones de largo plazo con planes de mane-
jo, dentro de Bosques de Producción Permanente designados en el proceso
de ordenamiento territorial (OIMT : 200), 2). Para evaluar la eficacia de la
nueva legislación, es necesario analizar detenidamente la efectividad de 105
instrumentos de política (estructura organizativa y mecanismos operativos)
diseñados por el Estado para alcanzar sus metas, teniendo e n cuenta que las
altas tasas de informalidad e ilega lidad parece que continúan sien do la norma
(M~rtino : 200 7 , fa).
A diferencia de Brasil y Perú, Colombia no cuenta con una ley fores-
tal a pesar de los recientes intentos de aprobar una norma similar a la de
sus vecinos. En el marco de la fi rma del Tratado de Libre Comercio - T L C- ,
la formulación de la Ley Foresta l (Ley 1021 de 2006) forma parte del "por-
tafolio de garantías" para atraer inversionistas extranjeros. "La Ley Forestal
fue concebida para favorecer principalmente a las empresas madereras y el
establecimiento de plantaciones forestales y a las empresas que quieran in-
vertir en la privatización de 105 servicios ambientales" (VéJez 2005= 1). Este
proyecto de ley fue elaborado y concertado con la participación activa de los
sectores ligados a la explotación comercial de maderas y, por el contrario, ex-
cluyó de la discusión a las organizaciones indígenas y afrodescendientes, así
como a las voces de respetadas autoridades científicas y jurídicas en materia
ambiental y forestal. Este hecho le costó a la ley ser demandada y declarada
inconstitucional e n su totalida d, razón por la cual siguen vigentes en la ac-
tualidad las normas anteriores, entre ellas, la ley 2 ' , de 1959, por medio de la
cual se declaró gran parte del territorio amazónico colombiano como Área de
Reserva Foresta l. y el Decreto Ley 2811 de 1974 o Código Nacional de Recursos
Naturales Renovables y de Protección del Medio Amb iente,
En la legislación colom biana, aunq ue se reconoce la propiedad privada
(individual y colectiva), se establece que el ambiente es patrimonio común.
La preservación y manejo de los recursos naturales renovables son de utilidad
pública e interés social. Aunque no existe separación entre la propiedad de la
tierra y la de los recursos naturales renovables que están en ella , es necesario
pedir perm iso al Estado para explota r comercia lmente los recursos fo restales,

3tO Carlos O, Urate Botia I Maria del Pilar Trujillo


ya que estos estan sometidos a llamada función eCCllógica de la propiedad
(Rodríguez: 2004, 6). También prevalece la Doctrina ultra vires. la cua l implica
que el objeto social (meta social) determina el Iimitt~ de la capacidad de la
sociedad (de los administradores). Según el Capitulo II del Decreto Ley 2811
de 1974, es posible acceder a la explotación de los r·ecursos del bosque por
medio de tres tipos de permisos de aprovechamiento f.orestal: persistente (con
criterios de sostenibilidad), unico (en suelos técnicamente destinados a usos
diferentes al forestal), y domestico (para satisfacer las I:"lecesidades vitales, con
prohibición de la comercialización). De otra parte, el ¿Irtículo 216 de la misma
ley señala que "los aprovechamientos forestales persistentes de los bosques
naturales o artificiales ubicados en baldíos y demás terrenos de dominio pú-
blico pueden hacerse directamente o por administración delegada o mediante
asociación, concesión o permiso. El arca y el término máximos serán determi-
nados para cada concesión. Los aprovechamientos forestales persistentes de
bosques naturales o artificiales e n terrenos de propiedad privada requieren
autorización".
Los críticos del proyecto de ley forestal colombiana señalan entre
los aspectos más cuestionables de la norma la sobreposición del interés co-
mercial sobre la protección del medio ambiente (Andrade: 2005, 8); el des-
conocimiento de los derechos fundamentales de los pueblos indígenas y de
comunidades negras y los derechos de estas comunid,!des sobre la propiedad
colectiva de sus territorios (Vélez: 2005, 2); la ausen.cia de consulta con las
comunidades afrocolombianas, indígenas, campesinals y mestizas que habi-
tan más de la mitad de los bosques naturales del paí s, así como la inclusión
de la figura del llamado "vuelo forestal ", que no es más que la separación
jurídica entre el derecho al bosque y el derecho al suelo. Las organizacio-
nes ambiemalistas argumentan que esta es una estrategia del Estado para
privatizar los bosques públicos y los privados, al ofrecer la posibilidad de
concesionar o vender los derechos de uso de los mismos a los inversionistas
ex tranjeros, atropellando de paso los derechos de los legítimos dueños de las
tierras. Del mismo modo, la norma contempla ofrece.: exenciones tributarias
a las multinacionales madereras, no así a las comunidades y pequeños pro-
pietarios que intenten promover el manejo sostenible de bosques naturales;
la privatización de los servicios y recursos naturales basicos a través de la
"venta de servicios ambientales", lo cual incluye, por ejemplo, la concesión
de los servicios ecoturísticos a empresas privadas en las áreas protegidas del
Sistema de Parques Nacionales Naturales - lo que ya se ha puesto en prácti-
ca- , pasando por la venta de los recursos genéticos y del conocim iento a ellos
asociado (Vélez: 2005, 6) .
Aunque el proyecto de ley forestal ha sido retirado temporalmente del
ordenamiento jurídico, el texto devela la inlención del Estado colombiano de
favo recer los grandes capitales extranjeros y el comercio de maderas tropicales
que se encuentran en zonas ambientalmente fragiles, que son el habitat de
comunidades indígenas, negras, campesinas y, en general, vulnerables.

Politicas ambientales V rOCUllOS naturales


en lal frollterllt: nacionales amazónicas 311
I,., bo.~ el .0 lugar de la politice ambIeaw
Explicar las deficiencias de las políticas ambienta les en las zonas de
frontera implica tener en cuenta la particularidad de esas zonas no sólo desde
la perspectiva de sus condiciones biogeográficas, sino, sobre todo, en términos
de sus condiciones sociales, económicas, culturales y políticas. No es sufi-
ciente, y ni siquiera acertado, reconocer que los ecosistemas amazónicos no
distinguen fronteras porque su dinámica natural no tiene, o no parece tener,
consideración con las diferencias impuestas por la organización social, los
arreglos políticos o las diferencias de las instituciones nacionales encargadas
de su manejo y control. Si se plantea la cuestión en sentido inverso podríamos
decir que las diferencias de carácter nacional pueden afectar y de hecho afec-
tan la estabilidad de los procesos de la naturaleza y tienen diferentes impactos
sobre los mismos. Además de esto, no se puede olvidar que, como seña lan
varios autores, los espacios fronterizos, por lo generaJ, y en la Amazonia, en
particular, son ámbitos de acomodación y confHcto internacional, son sitios
de encuentro y conflicto interétnico y son áreas de contacto y diferenciación
lingüística (Zárate: 2008, 52). Esta lógica de contacto y diferenciación es par-
ticularmente intensa en el caso de las políticas públicas y, por supuesto, en las
de carácter ambiental, ya que es e n las fronte ras donde se puede percibir con
particular fuerza el contraste entre las instituciones encargadas del manejo
ambiental del territorio de cada nación. Este contraste, a pesar de ser evidente
e n términos de los códigos lingüísticos y de las modalidades de aplicación de
cada política, no deja de sugerirnos que las fronte ras constituyen los lugares
en que se torna particularmente difícil poner en práctica normas ambientales
de carácter nacional, y donde se hace más complejo el control del tránsito y
comercio de recursos que, en sí mismos, carecen de ese carácter.
Los problemas de la aplicación de las políticas ambientales nacionales
e n las fronteras se expresan entre otras cosas en la multiplicidad de las políticas
e instituciones que deben interactuar; e n la incompatibilidad de las normas
y reglamentos y en las diversas maneras de hacerlos cumplir; en la ausencia
de coordinación institucional transfronteriza, que cuando existe obedece a
consideraciones de segu ridad nacional o soberanía y no a rarones de tipo am-
biental. Esta situación se convierte en el mejor vehículo para transformar las
actividades de extracción, comercio y transporte de productos provenientes
de los ecosistemas naturales de las regiones fronterizas en algo informal y, en
no pocos casos, ilegal. En este contexto, la nacionalización irregular de los
recursos, la evasión fiscal y aduanera o el desconocimiento de las condiciones
laborales minimas, el cual ha permitido la conti nuación del anacrónico sistema
del endeude, constituyen la norma.
La actividad maderera en la triple frontera de Brasil, Perú y Colombia
nos puede ilustrar de mejor manera la dinámica y la singularidad en las mo-
dalidades de extracción, comercio y transporte de recursos naturales a través
de la frontera amazónica y los retos que deben e nfrenta r las políticas y la
institucionalidad ambiental de estos países.

312 Cario. G. ZArate BOlia I Maria del Pi.lar Trlljillo


VD lUIálIas ~ caso. El comercio de maden
• na. . de la trtple froD\ef8 1
Para el caso que nos ocupa el área de frontera (:s la zona de encuentro
que comparten Colombia, Brasil y Perú, y comprende los municipios de Leticia
y Puerto Nariño (Departamento de Amazonas) en Colombia, los municipios
de Tabatinga, Benjamín Constant y Atalaia do Norte (Estado do Amazonas)
en Brasil, y los municipios de Islandia y CabaJlo Cocha (Provincia de Ramón
Castilla en la región de Loreto) en Perú.
La densidad de la selva, las grandes distancias entre estas pequeñas
urbes amazónicas y los centros de poder de sus respe'ctivos países, así como
la carencia de infraestructura vial. hacen especialmente dificil y costoso el
transporte de carga y pasajeros en el área. Por esta razón, la presencia del río
Amazonas y sus afluentes cobra gran importancia al ser el eje dinamizador de
la gran mayoría de flujos comerciales y demográficos de la zona. Esta frontera
es el único punto donde los tres paises confluyen simultáneamente con el río
Amazonas. Debido a la relativa abundancia y fácil acceso a los recursos de
la selva y del río, la extracción maderera y la pesca son las dos actividades
económicas que por excelencia sustentan a la población regional de la triple
frontera, tanto en lo que se refiere a la subsistencia como al comercio.
Puerto Nariño, Benjamin Constant. Atalaia do Norte e Islandia son los
municipios donde se e ncuentran las mayores áreas dE~ extracción y procesa-
miento de madera aserrada. De otra parte, Leticia, Tabatinga y Caballo Cocha
son centros urbanos mayores que constituyen punteos estratégicos para las
actividades comerciales por el hecho de estar situados sobre la gran hidrovia
Amazónica, ya que juegan un papel fundamental al conectar a los mercados
locales con los mercados regionales y extraregionales. En estas tres ciudades
se realizan algunas actividades de transformación recundaria de madera,
como la carpintería , la fab ricación de muebles y la elaboración de piezas para
construcción.

DeKrtpdóa ~ las úeu de apIotadÓD maderera


froDterlza ., de los -.dos del recurso fo,..w
En el área fronteriza es posible identificar dos tipos de zonas donde se
explota la madera con fines comerciales. Estas, a su v·ez, se caracterizan por
tener dos tipos de agentes extractores, dos tipos de sistemas de producción
y dos tipos de mercados de destino. De una parte, es:tán las áreas con o sin
ordenación forestal, pero con permisos de explotación forestal comercial le-
gal vigente, otorgados por las respectivas autoridades ambientales de los tres

:J La descripción de la dinámica de extracción maderera en esta área y las


conclusiones que se presentan, son el resultado preliminar de un trabajo
de campo dentro de la investigación doclOraJ de la autora, que comprende
en trevistas a varios agentes económicos que participan erl las distintas
etapas de la cadena de extracci6n-transformación-comcrcialiución-consumo
de madera, y que son nacionales de Jos tres países en cuestión.

PoliliC8/1 ambi:entales V recurso, naturales


en la. úon'teras nacionales amazóniC8/1 313
países. De otra parte. están las áreas sin ordenación forestal. donde se explota
la madera con fines comerciales sin las debidas autorizaciones de los gobiernos
regionales o nacionales.
Las áreas con o sin ordenación forestal. pero con permisos de explota-
ción forestal comercia l lega l vigente. son terrenos publicos destinados por los
gobiernos regionales para la explotación forestal maderable con fines comer-
ciales. En estas áreas operan los denominados grandes extractores o grandes
empresarios madereros. que poseen un permiso legal de aprovechamiento
otorgado por la autoridad ambiental de su país. y que tienen el capital y los
medios necesarios para cortar y extraer madera de las zonas más alejadas de
las urbes. ampliando así la frontera extractiva maderera. Estos empresarios
aprovechan selectivamente las especies de mayor valor comercial. como la
caoba y el cedro. y surten la demanda de mercados extraregionales que bien
pueden ser de carácter nacional o incluso internacional; cuentan con maqui-
naria y eq uipo de buen potencial prod uctivo. por lo taOlo son los agentes de
la cadena productiva de la madera que afectan en una mayor proporción la
cobertura y calidad del bosque.
Las áreas sin ordenación forestal y sin permisos de explotación fo restal
comercial legal vigente son generalmente terrenos publicos baldíos o terrenos
privados (fincas. resguardos indígenas) que no han sido destinados por los go-
biernos para la explotación forestal maderable con flnes comerciales. pero que
se usan generOllmente de manera eventual e ilegal para este fin. Los usuarios
de estos bosques son pequeños extractores indígenas o no indígenas que tra-
bOljan por cuenta propia o en pequeños grupos con familiares y amigos; ven-
den madera a los grandes patrones o directamente al mercado local y regional
y suplen. así. la demanda de sus propias comunidades, de los aserraderos, de
las fá bricas de muebles y de los constructores loca les; tienen motosierras y
explotan de manera selectiva las especies maderables de va lor comercial. pero
solamente en los bosques cerca nos o de fácil acceso fluvial o terrestre, ya que
no cuentan con el capital financiero, la maquinaria y equipos de transporte
necesarios para ir selva OIdentro. Los pcquei'los extractores son generalmente
personas de la región y, por lo tanto. sus ganancias son reinvertidas en las
pequeñas economías loca les.
La cadena regional de madera está compuesta por 10 tipos de agentes
económicos: desde el punto de vista de la oferta de madera: (a) el gran extractor o
patrón (quien es el empresario capitalista), (b) el mediano extractor (generalmen-
te agrupado en asociaciones) y (e) el pequeño extractor (entre los cuales está el
molosienista de ciudad, el motosierrista de comunidad indígena o no indígena y
el extractor eventual). Desde el punto de vista de la demanda, los agentes econó-
micos en el mercado regional y local son: (a) los aserr.aderos. (b) los comerciantes
intermediarios. qujenes generalmente tienen lugares de almacenamiento. (e) las
carpinterías y fábricas de muebles, (d) los constructores, (e) los hogares urbanos
y rurales, (f) las entidades estatales y el mercado extraregional y (g) los consumi-
dores intermedios o finales de madera situados en el país o fuera de él.

314 CutOll G. Zárate Botia I Maria del Pilar Truiillo


A pesar de los intentos de control de las autoridades en los tres países,
todos los agentes económicos de la cadena de madera se ven involucrados
tarde o temprano en actividades de extracción, comerdo y movilización rea-
lizadas sin las debidas autorizaciones expedidas por la.s autoridades ambien-
tales de cada país. Entre las razones que generan esta situación se pueden
mencionar las siguientes: la mayor parte del territorio fl"Onterizo es de carácter
público o colectivo' y, por tanto, el recurso maderabJ¡: es gratuito y de fácil
acceso; es administrativamente dispendioso y costoso acceder a los permisos
de aprovechamiento; los organismos del Estado no tienen capacidad operativa
para controlar los vastos territorios ni tampoco para verificar la procedencia
de toda la madera q ue circula y se transporta a través de las fron teras y, final-
mente, los procedimientos y normas especificas expedidas y aplicadas por los
tres países no son compatibles o equivalentes, o, en otros términos, no existe
una legislación especial aprobada por las autoridades de los tres países, que
regule la extracción, el comercio y la movilización de la madera a través de
las fro nteras.
Los grandes extractores o empresarios capitalistas trabajan de forma
independiente constituyendo empresas forestales con capitales nacionales o
extranjeros. Debido al volumen significativo de madera extraída, tramita n per-
misos de aprovechamiento fo restal comercial ante las autoridades competentes
de sus respectivos países. Se denominan "permisionarios" o patrones. Las ac-
tividades extractivas de gran escala están loca lizadas en zonas de ordenación
forest;¡l del municipio de Puerlo Nariño y el corregim ienlo departament;¡ l de
Tarapacá (Colombia), Atalaia do Norte, Benjamín Constant y Tabatinga (poto
extractivo del Alto SolimOeS en Brasil) y Caballo Cacha e Islandia (corredor
económico del Yavarí en Perú). Los grandes extractores o empresarios ca-
pita listas genera lmente suplen la demanda de los mercados extraregionales
(mercados nacionales de sus respectivos países o mercados internacionales) y,
por esta razón, focalizan sus esfuerzos en el aprovechamiento de las especies
más valiosas (caoba y cedro), ya q ue estas se venden a precios muy altos en
los grandes mercados. El sector de los grandes extracto'res incurre en acciones
que favorecen la informalidad y la ilegalidad, cuando se ampara en los per-
misos de aprovechamiento otorgados por la respectiva autoridad ambiental
para explotar una mayor cantidad de madera de la que fue aprobada en el
inventario forestal, para acceder a zonas de extracción 'ubicadas fuera del área
concesionada o cuando compra a las autori dades de alguno de los tres paises
madera que ha sido decomisada y luego la legaliza y la vende en uno de los
países o fuera de la región.
Los medianos extractores trabajan en pequeños grupos con fami liares
y/o amigos y, generalmente, están agrupados en asoci.aciones de madereros.
Pertenecen a comunidades de indígenas o no indígenas (ribereños) a quienes
se les ha cedido un permiso de aprovechamiento por parte de la autoridad

3 En el caso colombiano nos referimos a los resguardos indígenas.

PoUticas ambientales y recursos naturales


en las fron lerll8 naclonale, amn6nlcas 3tfi
competente de Brasil y/o Perú. En la porción colombiana del área analizada
no hay medianos extractores. Explotan la madera en predios privados y/o
públicos, fuera y/o dentro de las áreas de ordenación forestal de Brasil y Perú.
Surten los mercados locales y regionales. La madera es vendida a sus propias
comunidades, a los grandes extractores o patrones, a los aserraderos, a los
comerciantes intermediarios, a las carpinterías o a los constructores. Llevan la
madera al mercado en forma de piezas y tablones. Entre las principales espe-
cies aprovechadas están: achapo, andiroba, anyilin, caimitillo, canela, capiro-
na, caracolí, castaño, cedro, cumala, lagarto, marimari, marupá, maubarana,
muhena, quinilla, entre otras. Este grupo accede a madera ilegal empleando
los mismos mecanismos que usan los grandes extractores, pero a una escala
menor, de acuerdo con su capital financiero y con la capacidad de su maqui-
naria y equipo.
Los pequeños extractores pueden ser de tres tipos: (1) los motosierrislas
de ciudad son personas que trabajan independientemente y extraen madera en
sus propios predios (fincas) y/o en predios públicos. Eventualmente también
pueden ser empleados por los grandes patrones para formar parte de sus equi-
pos de trabajo. (2) Los extractores eventuales son ribereños o indígenas que se
dedican esporádicamente a la actividad econÓmica de corta y extracción de
madera. Debido al volumen poco significativo de madera extraída, general-
mente no tramitan permisos de aprovechamiento forestal comercial ante las
autoridades competentes de sus respectivos países, y (3) los motosierristas
de comunidad ind{gena O no indígena son riberei\os O indígenas que se dedi-
can normalmente a la actividad económica de corta y extracción de madera.
Generalmente no tramitan permisos de aprovechamiento forestal comercial
ante las autoridades compete ntes de sus respectivos países. Eventualmente
pueden ser empleados por los grandes patrones para formar parte de sus
equipos de trabajo. Las actividades extractívas de pequei\a escala se realizan
en áreas públicas y/o privadas, protegidas o no, de los municipios de Puerto
Narii\o y Leticia en Colombia, Atalaia do Norte, Benjamín Constant y Tabatinga
en Brasil, y Caba llo Cocha e Islandia en Perú, que no están destinadas oficial-
mente al aprovechamiento comercial. sino al aprovechamiento doméstico con
fines de subsistencia'. Los pequeños extractores surten los mercados locales
y regionales. La madera es vendida a sus propia.s comunidades, a los grandes
extractores o patrones, a los aserraderos, a los comerciantes intermediarios,
a las carpinterias o a los constructores. Las especies comercializadas son las
mismas a las que tienen acceso los medianos extractores. Los pequeños extrac-
tores adelantan su actividad en muchas ocasiones sin conta r con los t rámites

4 En Colombia, existen los "Permisos de Aprovechamiento Doméstico'".


que son autorizaciones otorgadas generalmente a las comunidades
indígenas y no indígenas para aprovechar los recursos del bosque con
fines de autoconsumo o subsistencia. Esto implica que los recursos
extraídos no pueden ser de ninguna manera comercializados.

316 Carlos G. Zára1e SOtía ' Maria del Pilar TruJlllo


--
legales exigidos por las autoridades ambientales, cuando extraen madera de
sus propios predios O de predios públicos o colectivos sin el permiso de apro-
vechamiento forestal comercial correspondiente o cua ndo se amparan e n per-
misos de aprovechamiento doméstico para fomentar la explotación comercial.
cuando "venden" irregularmente el derecho a explotar madera en sus predios
a los motosierristas, a otros pequeños y medianos madereros y/o a los grandes
madereros.
Los consumidores locales de madera son principalme nte los aserrade-
ros, donde se realiza la t ra nsformación primaria del producto, pasando de ma-
dera en rollo a piezas y tablones, principa lmente. En la zona fronteriza ex isten
1I aserraderos, 4 de ellos localizados en el mu nicipio de Benjamin Constant
(Brasil) y 7 en Islandia (Perú). Solame nte uno peruano y uno brasilero surten
los mercados locales y regionales (venden a carpinterias, fábricas de muebles,
a comerciantes intermediarios y a constructores en Colombia, Brasil y Per ú) y
el resto de ellos destinan completamente su producción a mercados externos.
Los comerciantes intennediarios son personas dedicadas a la compra y ven-
ta de madera. Generalmente tienen depósitos donde eventualmente pueden
efectuar actividades de reaserrado, cepillado y labores afines, que agregan
cierto valor a los productos. Los depósitos de madera están localizados en los
municipios fronter izos de Colombia, Brasil y Perú. Sus clientes son los mismos
de los aserraderos. Las carpinterlas y fábrica.~ de muebles (centros de transfor-
mación secundaria de madera) son pequeñas y median as industrias que trans-
forman la madera principalmente proveniente de los aserraderos en muebles
u olros productos para uso de los hogares y de otras industrias. Surten los
mercados locales y regionales. Venden a los constructores, al sector estatal y
a los hogares. Los constructores son personas naturales o jurídicas cuya acti-
vidad económica principal es la construcción de edificaciones de todo tipo.
Son consumidores intermedios y/o finales de madera cepillada, tablas, piezas,
listones y muebles; surten la demanda loca l y regional de obras civiles de todo
tipo; compran a los depósitos de madera, a los aserraderos, a las car pinterías
o a Olros intermediarios, y construyen para el sector estatal y para los hogares
urbanos y rurales. Los hogares y las entidades del Gobierno son consumidores
finales de tablas, tablones, listones, piezas, muebles y edificaciones q ue em-
plean madera. Están localizados en los municipios fronter izos de Colombia,
Brasil y Perú. Compran en los mercados locales y regionales a los pequeños y
media nos extractores, a los depósitos de madera, a los aserraderos, a las car-
pinterías o a otros intermediarios. Los consumidores locales corren de ma nera
consciente el riesgo de acceder a madera que no ha sido extraída o movilizada
de ma nera legal y están frecuenteme nte expuestos a ser objeto de mu ltas y
decomisos.
Los demandantes de los mercados extraregionales (nacional o interna-
cional) son los consumidores de madera en todas sus formas, que están fuera
del área fronteriza. Se localizan en los mayores centros urbanos amazónicos,
como Puerto Asís (Colombia), Manaos (Brasil) e Iquitos (Perú), y/o en las gran-

Political am.blentalea y recursos Il8tural81


en 1.. fmnter.. naciona1e. amuórncu 317
des ciudades de los tres países y/o en otros países, entre los cuales sobresalen
Estados Unidos y México. Compran en los mercados regionales madera en
primer y segundo grado de transrormación, especialmente caoba y cedro. Las
normas internacionales de biocomercio dificultan para estos actores el acceso
y la comercialización de madera ilegal; sin embargo, para los vendedores siem·
pre es posible "disfrazar " el producto de la extracción bajo el amparo de un
permiso de aprovechamiento forestal comercial.

C_a-to ~ el.utltDdoDal de lalDfonDaUdad uaufropterlu


Buena parte de los agentes que participan en la cadena rronteriza de
madera provienen de ramilias de "tradición extractiva", es decir, pertenecen
a familias originarias de otras regiones del país que llegaron hace anos a la
región para trabajar en la actividad ca uchera y/ o en la extracción y comercio
de pieles y maderas'.
Entre los aspectos comunes de la dinámica de explotación comercial
maderera en el área fro nteriza se resalta la presencia de economías de escala,
es decir, aquellas en las que disminuyen los costos a medida que aumenta la
producción. Esto sucede porq ue muchos de los agentes de la cadena están
involucrados en varias de sus etapas. Estos vínculos se presentan por medio
de relaciones sociales de amistad, de ramiliaridad e incluso de parentesco.
Ejemplo de ello son algunos aserraderos, comerciantes y carpinteros que están
asociados con extractores y/o ellos mismos son extractores. De igual manera,
algunos constructores están asociados con comerciantes y carpinterías, o ellos
mismos tienen carpinterías. Algunos constructores también tienen motosie·
rras y/o están asociados con pequeños o grandes extractores para suplir las
necesidades de madera de sus negocios. Estas relaciones permiten reducir
costos de producción, disminuir O el iminar los márgenes de intermediación y
mejorar los ingresos económicos añadiendo va lor agregado a la producción en
cada etapa de la cadena.
En la actualidad, las relaciones ramiliares ravorecen el acceso a peque·
ños permisos de aprovechamiento en el área rronteriza . Es así como matrimo-
nios de peruanas (os) con brasileros (as) y/o con colombianos (as) comúnmente
racilitan el trámite y la obtención de un permiso de aprovechamiento en uno
u otro país, dependiendo de la situación. Por ejemplo, una vez declarada la
mayor parte del territorio de Benjamin Constant como resguardo indígena,
para los pequeños y medianos madereros brasileros casados con peruanas es
eventua lmente más rácil obtener un permiso de aprovechamiento en territorio
peruano. A nivel empresarial. es común encontrar aserraderos brasileros aso-
ciados con extractores peruanos debido a la mayor raciLidad para o btener un
permiso de aprovechamiento en Perú .
Respecto al flujo de la mano de obra, aunque en cada país la mayor

5 De acuerdo con la información obtenida en las entrevistas estructuradas


realiudas a diversos agentes de la cadena fronleriu de madera.

318 Cario. G. Zátate Botia I Maria del Plyr Trullllo


parte de la mano de obra tiene nacionalidad de su respectivo país, también se
evidencia un flujo transfronterizo. En el caso de Brasil y Perú, el fluj o trans-
fronterizo se explica por razones de cercanía geográfica y vínculos familiares.
En el caso colombiano, es común encontrar nacionales desplazados· trabajan-
do en los aserraderos peruanos.
Lo anterior muestra q ue las actividades de extracción, movilización y
comercio de madera a través de la frontera, como los de otros recursos de la
biodiversidad O en general del comercio, corresponden a dinámicas econó-
micas y redes sociales propias de espacios transnacionales y transfronterizos
que no son tomados en cuenta en las leg islaciones y en la normatividad de
los países que comparten estos espacios. Entre estas dinámicas y las débiles o
inadecuadas respuestas institucionales se genera un espacio donde las prác-
ticas informales e ilegales se convierten en algo cotidiano y prácticamente
inevitable.
El desconocimiento de las dinámicas socioeconómicas fronterizas y la
falta de adecuación de los instrumentos de política y control de las mismas
explican y, a la larga, favorecen los fenómenos de informalidad e ilegalidad
arriba mencionados. Uno de los corolarios de esta situación es la ausencia gene-
ralizada de una mínima coordinación de las agencias locales y regionales, para
no hablar siquiera de la formulación de reglamentos o acuerdos comunes en
materia de aprovechamiento de los recursos forestales en las zonas fronterizas.
En el sector forestal, una dificultad que también se expresa en la
disparidad respecto de la aplicación de normas ambientales en las fronteras
comienza desde el ámbito nacional. Brasil y Perú han dado trámite a las que
se han denominado leyes forestales. En el caso del Brasil, la "Leí de gestao
das l10restas públicas para a prodw;ao sustentable" fue aprobada en julio de
2005, mientras que su contraparte peruana, la Ley 27308, existe desde el año
de 2001. Estas leyes garantizan la existencia de la ya vieja figu ra de las con-
cesiones forestales que buscan otorgar las mayores facilidades a los capitales
extranjeros y al comercio internacional para extraer las maderas tropicales
amazónicas. La aprobación de estas normas en estos dos países contrasta al
menos temporalmente con la situación de Colombia, donde el Gobierno actual
realizó un intento fallido por instaurar un régimen forestal similar (Proyecto
de Ley 1021 de 2006). Sin entrar a calificar las posibles consecuencias sociales
y ambientales de una eventual aprobación de esta ley, incluida la controversial
figura del vuelo forestal, una posible aprobación permitiría compatibilizar la
legislación y las oportunidades de una aplicación más homogénea de la misma
a través de la frontera. Adicionalmente, mientras Brasil y Perú cuentan con
planes de desarrollo económico regionales especificos para el sector forestal,
Colombia carece de ellos. Aunque en Colombia existen planes de ordenación
forestal, éstos se limitan a ser estudios técnicos que pretenden dimensionar la

(, Los desplazados son inmigrantes que han llegado al Depanamento del Amazonas
(Colombia) a causa de la violencia que se vive en el interior del país.

Politicas ambientales y recursos naturales


en lu fronteras nacionales amaz6nicas 31 t
capacidad productiva sostenible del bosque en cuestión, pero no cuenta con
un plan de desarrollo económico para el sector foresta l, en el cual se identifi-
quen los problemas y las potencialidades socioeconómicas de toda la cadena
productiva y se establezcan líneas de apoyo para fortalecer la actividad made-
rera organizada, legalizada y sostenible.
La ausencia de las concesiones foresta les en el caso colombiano, en
contraste con la aprobación de las mismas en la Amazonia peruana y brasile-
ra, a unada a la existencia de varias figuras consideradas sin mayor discusión
como de protección, además de los parques nacionales naturales, esto es, la
reserva forestal de la nación y los resguardos indígenas, constituyen la base
de explicación de una percepción, según la cual los ecosistemas forestales en
la Amazon ia colombiana y, específicamente, en el trapecio amazónico colom-
biano, estarían mejor conservados y protegidos en comparación con los de los
países amazónicos vecinos. No obstante, esta interpretación coexiste con otra
que también parece ser ampliamente aceptada y que sugiere que la existencia
de una legislación muy restrictiva en el caso colombiano, por la existencia de
esas figuras, sumada a la dificultad para hacerla cumplir, es la responsable de
los altos índices de ilegalidad e informalidad que afectan al sector forestal en
esta parte de la Amazonia colombia na. Si asumimos que estas dos interpre-
taciones pueden tener cierto grado de validez, dado que ninguna de ellas se
basa en información empírica confiable, podríamos entones resum ir la situa-
ción del sur del trapecio amazónico colombiano en la hipótesis, que tambien
debe demostrarse con datos, de que a pesar del alto grado de ilegalidad e in-
formalidad en el uso y acceso a los recursos foresta les maderables, estos, o por
lo menos la cobertura forestal, están e n mejor condición q ue los de nuestros
vecinos en la frontera. El problema es que esta hipótesis necesita tambien una
interpretación, o por lo menos un intento de ella, así sea también hipotética.
Parte de la res puesta se puede encontrar precisamente en las deficien-
cias de la legislación propias del medio fron terizo y en su aprovechamiento
por parte de Jos actores que participan en el proceso. Como ya se ha dicho,
una legislación aparentemente restrictiva por el lado colombiano parece haber
favorecido la intensificación de la extracción de madera del lado peruano,
donde la legislación es aparentemente más permisiva, lo que a su vez se tra-
duce e n mayor presión sobre este recurso en ese país. Esto hace que lo que se
considera ilegal en un lado de la fro ntera, sea permitido en el otro. No es una
novedad el hecho de que gran parte de la madera que ha llegado al piedemon-
te amazónico colombiano antes de comercializarse en el resto del país, es de
procedencia peruana. Es una lógica similar a la que se presenta en el caso del
recurso pesquero, e n el que Jos bagres que son capturados e n el alto SolimOeS
brasilero se nacionalizan como co lombianos e ingresan en algún momento a
nuestro PIB, sin q ue esto signifique la afectación o disminución de la reserva
colombiana del recurso.
Las diferencias en la legislación en áreas de fronte ra también pueden
tener consecuencias desde el punto de vista de la organización del proceso

320 CarIOll O. ZiJate Botia I MIlfÚI del Pilar Trujillo


extractivo. así como desde la perspectiva de la comercialización del produc·
too Por lo menos en el lado brasilero, los pequeños empresarios madereros.
las carpinterías y las fábricas de muebles están orga nizados en asociaciones.
facilitando así su interlocución con el Gobierno. la re.gulación de las prácticas
productivas, de los precios de mercado, del empleo, etc . En el sur del trapecio
colombia no no bay asociaciones, sino que cada uno trabaja por cuenta propia,
generándose un nocivo ambien te de competencia en tre los empresarios del
sector. Desde el punto de vista de la rentabilidad del empresario maderero, tal
vez una de las razones más importantes por las cuales es necesario eliminar
los determinantes de las prácticas de extracción ilegal, es porque la madera
extraída con las formalidades debe asumir costos adicionales de legalización .
Como lo seña lan Veríssimo y Cochrane (2002, 1478) los empresarios madereros
que trabajan cumpliendo todos los requisitos de ley, deben sopesar el ingreso
potencial frente a los cuatro costos de la concesión: derecho al uso del bosque,
costos de administración, costos del plan de ordenación y costos de explora·
ción. En contraposición, los madereros que trabajan de manera ilícita además
de asumir el riesgo relativamente bajo de ver decomisado su producto, pue-
den ofrecer la madera a un precio más barato, generando una desventaja com-
parativa para los extractores debidamente registrados ante las autoridades.

Co._ Aunque la de bilidad de las instituciones ambientales o la distancia


entre la legislación y las prácticas no es patrimonio de un solo pais y, mucho
menos, algo desconocido en sus áreas fronterizas. es posible observar en estas
zonas fallas de política que no son tan evidentes en otras regiones dentro
de cada país. Entre esas fallas están las que resultan de la existencia de po-
líticas ambientales que, aunque son en buena medida producto de matrices
globales. se intentan ejecutar a través de legislaciones y normas diferentes o
divergentes, en no pocos casos contrapuestas y con un grado de coordinación
institucional muy bajo o inexistente.
Es posible decir que mientras Colombia se encuentra en un momento
de transición juridica entre un viejo régimen y un proyecto de ley forestal
declarado inexequible. los ~ímenes forestales brasilero y peruano coin ciden
en promo~r un ambiente propicio pan favorecer el comercio internacional
certificado de maderas, sobre la base del ma nejo sostenible del recurso forestal.
El problema implícito allí es que la mayoría de los usuarios del bosque no
está n en capacidad de acceder a los altos estándares de calidad que exige la
certificación, lo cual se convierte en un obst'á culo, incluso para los productores
nacionales. y abre las puertas de la explotación de las maderas amazónicas a los
grandes capitales extranjeros, promoviendo asi la privatización de los recursos
forestales. De otra parte, la gran cantidad de requisitos y el alto costo que
implica el acceso a los permisos de aprovechamiento de maderas que otorgan
los Estados. desalienta a los pequeños, medianos y grandes extractores nacio-
nales de madera a cumplir al pie de la letra la legislación y las normas de sus

PoUtk:u amlI>ienUlell y ~ n.atwales


en le- frol!.tere- nadonalMl amuónicu n 1
respectivos países y, por el contrario, promueve la preservación de las prácticas
de extracción ilegal. Del mismo modo, la ex istencia de regímenes forestales
divergentes en las fronteras no favorece la organización social ni productiva de
los pequeños o medianos productores provenientes de los tres países.
Más allá de que los impactos de la extracción, movilización y comercia-
lización maderera en esta frontera se puedan agravar por la ausencia de meca-
nismos efectivos de coordinación institucional y que estos impactos puedan
tener un efecto diferenciado en cada uno de los países, no debe perderse de
vista que, a la larga, la disminución de la oferta ambiental de los ecosistemas
que atraviesan las fronteras, afecta y continuará afectando, al margen de su
nacionalidad , a todos los que viven en eUas.
El manejo integrado y coordinado de los recursos naturales amazónicos
por parte de los países que comparten este territorio es reconocido internacio-
nalme nte como una condición necesaria para lograr un "desarrollo regional
armónico y sostenible", que garantice el bienestar de las poblaciones locales
y la preser vación de los servicios ecosistémicos para toda la humanidad . Los
7
países miembros de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica
promueven iniciativas que apuntan a este objetivo, sin lograr aún resultados
contundentes. Di versas razones de orden legal, político y económico ex pli-
carían esta dificultad . El desconocimiento de los procesos socioeconómicos
locales y su relación con el uso de los recursos naturales representa uno de los
aspectos centrales que dificulta el diseño de estrategias para el manejo ade-
cuado de los mismos. La dinámica de explotación y comercio de madera en la
triple frontera conformada por Colombia, Brasil y Perú constituye un ejemplo
tipico de ausencia de coordinación y sugiere que los esfuerzos individuales y
conj untos de estos países vecinos deberían moverse decididamente desde el
discurso político hada las acciones prácticas. La integración fronteriza a todo
nivel, incluida la ambiental, constituye no el resultado, como podría pensarse,
sino el prerrequisito de cualquier política efectiva en las áreas de frontera ,
Gran parte de las deficiencias en la observancia de las normas ambien-
tales y en el control, uso, acceso o gestión de los recursos naturales en las fron-
teras nacen del desconocimiento de su carácter transnacional, así como de la
ignorancia de la singularidad de los procesos económicos, sociales, políticos o
culturales que allí se presentan. Seguir enfrentando la complej idad fronteriza
de la relación entre los grupos humanos y los recursos naturales con normas
nacionales fragme ntadas o con acercamientos institucionales parciales lejanos
de la cotidianidad de los grupos humanos que habitan estas zonas, no puede
significar hacia el futuro algo distinto a la profundización de las prácticas in-
formales, la legitimación de la ilegalidad , el deterioro acelerado de los activos

7 Colombia, Brasil, Perú, Venezuela, Bollvia, Guyana, Ecuador y Surinam firmaron,


en 1978, el Tratado de Cooperación Ama:;¡:ónica con el fin de realizar esfuerzos
conjunlOs para mejorar las condi ciones de vida de la población local con base en la
conservaciÓn de 10$ re(:ursos naturales y un desarrollo socioeconómico armónico,

322 Carlos G. Zárate Botía I Maria del Pilar Trujillo


naturales y, e n fin , la desaparición de la base natural de su bs istencia de los
pueblos de las fronteras.
En este contexto, la pretensión del presente artículo es ir un poco más
allá en el intento de explicar los procesos económicos y sociales asociados a la
explotación de los recursos nat urales q ue se presentan a traves de las fronteras
nacionales amazónicas, además de proponer y explorar la potencialidad de
in iciar un análisis de políticas am bienta les centrado en las fronteras, en este
caso con un enfas is en la extracción de maderas e n la frontera de Brasil, Per ú
y Colombia en el trapecio amazónico. Es apenas un pr imer inte nto que posi-
blemente permitirá abrir otros interrogantes, además de los q ue aquí quedan
planteados, para avanzar en el conocimiento de la enmarañada realidad de las
fronteras amazónicas en materia de ex tracción, movilización y comercio de
recursos naturales.

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324 Carlos G. Zánlte Botla I Maria del Pilar Trujlllo


DETERMINANTES DEL MARCO INSTITUCIONAL

AMBIENTAL PARA LA AMAZONIA COLOMBIANA

ELIZABETH ADELLE BEAUFORT CAMARGO


Politólog~ .

M~glster en ~ncia PoJitiu de 11 Uoiverslcbd de U. Andes.


M~'stft' en Administrxlón Públka
de I~ UnJ""nld~d de carldon (Ottaw~. C.tn.ad~l

¡diwufort'iolgm"iI.rorn.co

'"
._- El marco institucional ambiental para la Amazonia colombiana ha tenido como
principales determinantes los objetivos y p rincipios que se: han acordado en el ámbito
internacional en particular la Conferencia de Río de 1992 sobre desarrollo sostenible,
el Convenio de Diversidad Biológica (CDB) y el Tratado de Cooperación Amazónica
(OTC'\). En la última década se han hecho una serie de esfuerzos institucionales
derivados de dichos acuerdos, que se han discutido con los sectores organizados
de las comunidades amazónicas, principalmente indígenas, como son la Agenda 21
para la Amazonia y el Diagnóstico y Plan de Acción Regional en 8iodiversidad del
Sur de la Amazonia Colombiana :1:007-20:1:7, que han tenido distintos desarrollos y
resultados. En la región opera una institucionalidad ambiental descoordinada y débil
de diferentes niveles que no ha logrado amortiguar la gestación de conflictos en torno
al acceso y al uso de los recursos naturales. Los objetivos de políticas planteados
en este contexto a menudo se contradicen en una tensión permanente entre el
desarrollo y la conservación. Algunos objetivos característicos de la globalización
propenden por la explotación de los recursos genéticos y la biodiversidad a favor de
la industria de la biotecnología y de los intereses económicos de las corporaciones
multinacionales, mientras otras politicas apuntan al desarrollo sostenible al buscar
armonizar la satisfacción de las necesidades básicas de las comunidades locales con el
uso racional de los recursos naturales de sus territorios.
Palabras claves: Amazonia; desarrollo sostenible; biodiversidad; politica ambiental;
globalización.

Abou."
The institutional environmental framework for the Colombian Amazons
has had as its mos! important determinant the objectives and principies that have
becn agreed wilhin the inlernational scope mainly the 1992 United Nations Earth
Conference, tbe Convention of BiologicaJ Diversity and the Amazon Cooperation
Treaty Organizadon. ln the past decade, several institutional elTorts derived from
the aboye agreements such as Ihe Agenda 21 for the Amazons the Diagnosis and
Biological Diversily Regional AClion Plan for the South oflhe Colombian Amazons
2007-20127, have been developed and discussed with the A mazonian communities,
mainly indigenous, with dilTerent resull.$. A weak and uncoordinated selof
environmental institutions of dilTerent levels operate in the region thal has not been
able to stop the eruption of conflicts around the access and utilization of natural
resources. The policy objectives within this context ofien contradict themselves in
a permanent tensíon between development and conser vation. Some characteristic
policy objectives of globalization promote the exploitation of genetic resources and
the biological diversity in favour of the biotechnology industry and lhe economic
interests of muhinational corporations, while other policies are geared to sustainable
development as they tend to harmonize Ihe satisfaction of Itle basic needs of the local
communities with lhe rational use of Ihe natural resources in their territories.
Keywords: Amazon; sustainable development: biodiversity; environmental policy;
globalization.

326 Ellzabet.h Adelle Beaufort Camargo


b1lrOducdón ,. IIÍD~
La Amazonia colombiana', que abarca mas de una tercera parte del
territorio nacional y alberga numerosos ecosistemas h:ídricos y terrestres ricos
en biodiversidad principalmente de bosque tropical húmedo, es considerada
en el concierto internacional como una gran reserva natural del planeta con
funciones ambientales tan importantes como la regulación c1imatica. Por su
importancia estratégica, la Amazonia colombiana ha motivado recientemente
políticas especiales, cuyos principios rectores se han trazados desde el ámbito
internacional y que han tenido un desarrollo político-institucional nacional
con diversos resultados e impactos. Como bien lo señala uno de tantos docu-
mentos que han sido elaborados con el propósito de brindar un diagnóstico
sobre la región:
La formulación y la implementación de pollticas para el
desarrollo sostenible de la Amazonia colombiana prt:sentan retos
importantes que se derivan de las complejas realidades institucionales,
sociales, políticas, culturales, ambientales y económiicas de la región.
La región está habitada por una población humana c:ullUralmente
rica y diversa. Sin embargo, presenta altos niveles d,~ pobreza. Su
entorno nalural, rico y diverso en recursos naturales, ecosistémicos
y biológicos, genera flujos de bienes y servicios ambientales en
el ámbito regional. nacional y global. En la región concurre la
intervención generalmente descoordinada y débil d,~ diferentes niveles
de organizaciones e instituciones estatales y comunitarias. A lo largo
de los siglos, la precariedad de la intervenciÓn institucional ha creado
condiciones favorables para la gestaciÓn de conflictos en torno al
acceso y al uso de los recursos de la región. Adicionalmente, se trata de
una región de fronteras lo cual genera retos adicionales en materia de
coordinación para la integración cultural, política y comercial y para
la administ ración y el control coordinado de los recursos de la región.
(CeDe l 007, borrador)

Este artículo ilustra, en primer lugar, cómo las políticas para la


Amazonia obedecen principalmente a objetivos y principios que se han acor-
dado en el marco de la Organización de las Nacion,es Unidas, en particular
la Conferencia de Río de 1992 sobre desarrollo sostenible, el Convenio de
Diversidad Biológica (CDB) y la Organización del Tratado Amazónico(OTA). En
la última década se han hecho una serie de esfuerzos institucionales derivados
de distintos acuerdos y compromisos internacionah~s, que se han discutido

La Amazonia colombiana incluye el territorio de los departamentos de


Amazo nas, Caquetá, Putumayo, Guainla, Guaviare y ValJpés, el sur de la
Serrania de la Macarena. el $uroriente del departamento de Nariño, la zona
oriental de la llamada Bota Caueana y el sur del departamento d~ Vichada
o Selva del Matavén. Este territorio tiene un área de 44~r .l74 km .

Determinantes del marco Institucional


ambiental para la Amaroma colombiana 327
con los sectores organizados de las comunidades amazónicas, principalmente
indígenas, como los son la Agenda 2 1 para la Amazonia y el Diagnóstico y
Plan de Acción Regional en 8iodiversidad del Sur de la Amazonia Colombiana
2007-2027, los cuales han tenido distintos desarrollos.
En la primera mitad de los noventa se adelantaron reformas para da-
tar al país con una estructura instit ucional ambienta l que pudiera poner en
marcha las políticas y mandatos de la Cumbre de Río, con un ministerio a la
cabeza, algunas instituciones de investigación de carácter público y mixto,
unas corporaciones con carácter autónomo encargadas de aplicar las políticas
en todas las regiones del país, un sistema de parques nacionales naturales,
unas autoridades ambientales en los grandes centros urbanos y un conjunto
de espacios de participación y concertación de la sociedad civil e n estas polí-
ticas, que se ha denominado Sistema Nacional Ambiental (S INA).
No obstante hoy hay consenso entre diversos analistas en el sentido de
que dicha institucionalidad está en declive, (Rodríguez, Manuel et al: 2008)
lo cual se ha expresado en el gobiemo de la administración Uribe, entre otras
actuaciones, en la creación en 200) del Ministerio de Ambiente, Vivienda y
Desarrollo Territorial, otorgándole funciones que pertenecían al Ministerio de
Desarrollo Económico que se clausuro. Al comienzo de su primera administra-
ción, el presidente Uribe también intentó sin éxito reformar la ley 99 de 1993
(Ley Ambiental) para acabar con las corporaciones autónomas y de desarrollo
sostenible como ejes del SINA. SU administración ha transformado algunas de
sus competencias, y los recursos a ellas asignadas por el presupuesto nacional
vienen en franco declive, todo lo cual ha debilitado la gestión ambiental regio-
nal incluida la de las cor poraciones de desarrollo sostenible que operan en la
Amazonia colombiana .
En tercer lugar, el articulo analiza los distintos objetivos y estrateg ias
planteados para la Amazonia colombiana, que e n muchos casos se contradicen
o contraponen en una tensión permanente. Hay objetivos característicos de
la globalización, como la propuesta de un capita lismo basado en el conoci-
miento, el cual está asociado al aprovechamiento de los recursos genéticos y
la biodiversidad para el desarrollo de la biotecnología y las llamadas ciencias
de la vida.
Esta propuesta, exige por un lado, políticas de tinte conservacionista
para proteger la gran reserva natural que representa la Amazonia y, por otro,
normas y políticas que permitan su explotación con fines comerciales para
beneficio de los países desarrollados y sus multinacionales. Como lo afirma
Germán Palacio: la tensión desarrollista y conservacionista es intensa y per-
manente e n la Amazonia (Palacio: 2008, borrador).
La Agenda lnterna de Productividad y Com petitividad se articula
con el proyecto Visión Colombia 11 Centenario - 2019 Y ambos sirvieron de
base para el Plan Nacional de Desarrollo 2006-2010. La Agenda Interna fue
planteada en el contexto de la negociación del TLC Colombia-Estados Unidos,
y las estrategias de competitividad para la región Amazonas-Orinoquia se

328 Ellubetb Adelle seaufort C&marvo


contraponen en muchos aspectos al enfoque ecosistémico de las políticas am-
bientales para la misma región.
En cuarto lugar, el artículo menciona los esfuerzos poHtico-institu-
cionales que busca n armonizar la satisfacción de las necesidades básicas de
las comunidades que las habitan - una población compuesta pri ncipalmente
por indígenas, campesinos. colonos y afrodescendientes que ~ debaten en
la pobreza y la marginalidad- con el uso sostenible de los recursos naturales
y la preservación de los conocimientos tradicionales. los cuales se concre-
tan en una multiplicidad de instrumentos de política, tales como los Planes
Integrales de Vida de las comunidades indigenas y otro t ipo de proyectos que
se están concertando con ellas en espacios como la Mesa Regional Amazónica,
la Mesa Permanente de las Asociaciones Tradicionales lndigenas y en nume-
rosos foros y taUeres, donde las grandes ONGs ambientalistas y los recursos de
cooperación internacional juegan un papel importante.
El marco político institucional ambiental se aplica en una región cuya
configuración territorial es la expresión espacial de los procesos naturales y
sociopoliticos, cuyos efectos, en términos de la creciente urbanización e in-
tensificación de ciertas actividades económicas, han implkado la reubicación
de la población y la transformación en los patrones de uso y consumo de los
recursos naturales. Tal configuración hace referencia a una historia de bonan-
zas efimeras de productos tropicales como el caucho y la quina, la explotación
maderera y minera y, más recientemente, de los cultivos de uso ilícito. prin-
cipalmente de coca.
En la última década se ha intensificado el desplazamiento forzado por
causa del conflicto armado, la inequidad en la distribución de la riqueza y
las presiones de la globalización. en particular la voracidad de las naciones
desarrolladas por los recursos de la naturaleza, todo lo cual genera procesos
socioeconómicos con grandes impactos ambientales, tales como la deforesta-
ción, el deterioro del los cuerpos de agua, la concentración de la tierra, el
uso inadecuado del suelo y también presiones sobre los centros urbanos que
carecen de una inadecuada infraestructura económica y de servicios públicos
para atender a su creciente población.
El Plan Colombia ha invertido sin efectividad alrededor de seis mil mi-
llones de dólares desde el año 2000 en erradicar la producción de cultivos de
uso ilícito mediante la aspersión aérea con glifosato, pues la superficie cultiva-
da que disminuyó en algunos años esta aumentando de nuevo'. El daño am-
biental es enorme dado que los cultivos de uso ¡licito, que no desaparecen. se
trasladan de una zona a otra con la consigujente deforestación, como lo ilustra
claramente el monitoreo satelital del SIMCI. La estrategia represiva desconoce
el hecho inocultable de la existencia una población flotante conformada por

2 El SiSlelT13 tntegndo de Monitorw de Cultivos lllcltos (SIMC I) de la ONU


en su ultimo reporte sel\aló que los cultivos de cea pilIsaron de 78.000
hectilireu en 2006 a 1)9.000 b«tilireas en 2007. aumentando en UD 27%.

DetermiD&ntn del marco InJtltuctonal


ambientalpata le Ama:zonla eo.Iomhhma JI,
campesinos que han perdido sus tierras y por desplazados del conflicto arma-
do. que no encuentra alternativas de vida en un sector agrícola en crisis tras
aflos de apertura económica y desprotecdón.
Paralelamente al incremento de las presiones sobre las sostenibilidad
de los ecosistemas. las condiciones de vida de sus habitantes se deterioran de
tal manera que en la actualidad todos los índices de pobreza para los depar-
tamentos de la Amazonia-Orinoquia superan el promedio nacional ', al carecer
las poblaciones necesitadas de una respuesta gubernamental adecuada. Al
preguntársele al actual Secretario General de la Organización del Tratado de
Cooperación Amazónica (OTeA) si la selva es inmune a la pobreza de la región.
respondió: "No, hoy hay cada vez más personas que dependen de la selva y
sin alternativas de ingresos. El crecimiento promedio de la población en la
región amazónica es de 3 millones de personas al afio, que destruyen en su
afán por sobrevivir" (Silva Herrera : 20oS, 4).
No es dable concebir una polítíca de conservación ambiental sin tener
en cuenta los procesos sociales q ue operan sobre los territorios. Ni siquiera
en términos de las Naciones Unidas es posible hablar de desarrollo sosteni-
ble si n tener en cuenta como principal objetivo al ser humano. al 1.1)0.295
personas que babitan la Amazonia colombiana. En efecto la equidad, unas
condiciones de vida digna, el acceso a la salud y la educación y los derechos
de las distintas poblaciones tienen que primar sobre otros objetivos. Es decir.
la conservación ambiental y la competitividad internacional que se buscan
consolidar en la región deben redundar en el bienestar de sus habitantes y
ubicar al ser humano en primer lugar.
No sobra advertir que el inventario institucional que aquí se hace no
es exhaustivo, pero sei\a la cuáles son los principales contenidos y ámbitos de
acción. lo cual permite identificar los principales derroteros de las políticas e
instituciones ambientales que en la década que culmina han marcado un hito
en el desarrollo de la Amazonia colombiana .

El ~ce IacemKhwe' dellllU'CO m.tItadoDal


""""&al: _ ue la ea ,ad6a. , la compet1ttt1d8d
Desde la época en que la Organización de las Naciones Unidas realizó la
primera cumbre mundial ambiental en 1972 en Estocolmo. se han desarrollado

] El ingreso per capita de los dcpartamentos de la Amazonb es inferior al


promedio nacional. En el caso de los de~rtamentos de Amazonas, Vaupes y
Putumayo es apenas el So~. del promedio nacional. De otra ~rte los Indicadores
de pobreza estjn por encima de los promedios nacionales. La tasa bruta de
monalidad es de 6.l% ~ra la región. mientras que la nacional es del So;., La
desnutrición global en ni!'los alcanza eI8.s·!.. mientras que el nivel nacional
es del , ,,•. La expectativa de vida a.1 nacer en la Amazonia prn;enla un rezago
de S aí'ios con respecto al resto del ~[s. Datos tornados de 101 Encuesta Nacional
de Demografia y Salud lOOS. Citado en '·Bases de la Polftica de OI.'$arrollo
Sostenible para la Amazonia Colombiana - Resumen Ejecutivo". lOO7.

llO EII~th AdeUe Baulort Camargo


legislaciones nacionales de medio ambiente y se han creado instituciones pro--
pias y autónomas que se han valido de instrumentos de comando y control.
leyes, mecanismos sancionadores y de instrumentos económicos e impositi-
vos, para garantizar la protección y el fina nciamiento de dicha protección.
Para el logro de los objetivos que tienen que ver con temas globales.
como el cambio climático, la deserti6cación, el acceso a los recursos genéti-
cos y la biodiversidad, y otros más, se ha desarrollado un complejo y amplio
esquema de acuerdos internacionales, cuya implementación ha requerido de
su adopción por parte de los países firmantes y cuya eficacia se ha visto ero--
sionada por el avance de la globaHzación con sus reformas de libre mercado y
la gran presión resultante sobre los recursos naturales.
la Cumbre de la Tierra, celebrada en Río de Janeiro en 1992, fue el mo-
mento culminante del desarrollo de la institucionalidad y la gobernabilidad
ambiental , puesto que aIH se plasmaron una serie de principios y una agenda
común que propendían por un desarrollo sostenible con sus tres componen-
tes: el económico, el social y el ambiental. la Agenda 21 es una expresión
acuñada en dicha Cumbre para referirse a los objetivos de los Estados com-
prometidos en transformar el modelo de desarrollo en un nuevo modelo que
satisfaga " las necesidades de las generaciones actuales sin comprometer la ca-
pacidad de las necesidades futuras" , constituyéndose en un referente global
para la formulación de políticas y propuestas de desarrollo a nivel regional
y local. Se han surtido múltiples acuerdos derivados de la Cumbre de Río de
11)')2, en particu lar el Convenio de Diversidad Biológica (CDa) de 1992, cuya
aplicación tiene gran relación con la Amazonia como gran reserva mundial de
la biodi versidad .
°
El gran interés por la Gran Amazonia Panamazonia' en el ámbito
internacional radica en que los países desarrollados la ven como un gran bio-
ma, por ser la mayor extensión continua de bosques húmedos tropicales en
el mundo y uno de los tres bosques más grandes del planeta. En efecto, los
ecosistemas amazónicos contienen la diversidad más alta de especies vegetales
de la tierra, pues albergan una de cada diez especies conocidas en el mundo,
varias de las cuales son endémicas del Amazonas y una de cada cinco aves
existentes. Un kilómetro cuadrado de bosque húmedo tropical puede contener
más de 75.000 tipos de árboles y 150.000 especies de plantas superiores. Los
bosques de la Amazonia explica n cerca del 10 % de la productividad primaria
terrestre del mundo y el 10% de las reservas de carbono en los ecosistemas,
por el orden de 1.1 x 1011 toneladas métricas de carbono. Según algunos
cá lculos, estos preciados ecosistemas han acumulado de 0.37 a 0.62 toneladas
de carbono por hectárea por año entre 1975 y 1996. En las palabras de famoso

4 °
U! Gran Ama2:onia Panama:wnia --el 40% de Sudamerica- la comparten
ocho países del cont lnente que desde 1978 adelantan procesos de
cooperadón gradas allhtado de CooperadÓn Amuónica, los cuales
han te nido en los últimos al'los un l1lilyor deNrTOJlo y concreción .

Determinante. del marco Int:tltucional


ambiental para la Amazonia colombiana n1
ecólogo Dan Nepstadt, Para la tierra, la Amazonia es como un canario en una
mina de carbón'.
Desde la óptica. ecologista, la Amazonia debe cumplir entonces varias
funciones como catalizador de los efectos nocivos generados por la desertifica-
ción y erosión de los suelos, el cambio climático, la desaparición de espedes,
la pérdida de biodiversidad, la escasez de agua, entre otras. Pero desde la
óptica de la globalización, la Amazonia tiene también un interés para las mul-
tinacionales de los países ricos por ser un reservorio de material genético para
el desarrollo de industrias como la biotecnología, para lo cual se requiere un
mantenimiento adecuado de suficientes hábitats naturales.
No obstante este gran sistema de 6.250.000 kilómetros cuadrados,
enfrenta múltiples amenazas, "por la ampUación de la frontera agricola, el co-
mercio ilegal de madera, la ganadería extensiva y el crecimiento poblacional",
que han llevado a que hoy se encuentre deforestado en un 14 %. Brasil, que
tiene el 6J por ciento de la Amazonia en su territorio, ha deforestado alrededor
de 600 mil kilómetros cuadrados de selva hasta el 2005. Le sigue Perú con 70 mil
kílómetros cuadrados, luego Bolivia y finalmente Colombia, con 29 mil kilóme-
tros cuadrados de selva deforestada (Silva Herrera: 2008.4).
No es extraño entonces que sea en eventos internacionales donde se
esté trazando el rumbo de la politica ambiental para la Amazonia. Tal política
se dirige a las áreas protegidas de distintos tipos, los territorios indígenas
y las áreas forestales permanentes. Los territorios indígenas representan con
139.244.900 ha el 21% de la región (Gran Amazonia), con diferencias en los
países en cuanto proporción del territorio y superficie. Las áreas protegidas
suman 159.005.500 ha, o sea, 24%. La gestión dirigida al uso sostenible de las
áreas forestales permanentes es esencial puesto que éstas cumplen funciones
tan importantes como las de contribuir con la generación de recursos renova-
bles, la captura de carbono y la mitigación y adaptación al cambio climático
(Memorias Taller: 2008).
En escenarios como el Congreso Mundial de la Naturaleza 2008, lleva-
do a cabo en Barcelona entre el 5 y el 14 de octubre de 2008, o el Taller para
la Construcción de una Visión de Conservación para la Amazonia, celebrado
en Bogotá en agosto de 2008, liderado por Redparques, participan actores
internacionales de primer orden como el Secretariado de la Convención de
Diversidad Biológica, la Organización de los Estados Americanos (OEA), la
Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (TeA) y las grandes ONGs
como The Nature Conservancy (TNe), Conservación Internacional (el), World
Conservation Society (weS), la Unión Internacional para la Conservación de
la Naturaleza (UIeN) y Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
El interés por conservar esta vasta región del planeta ha permitido el
desarrollo de redes de organizaciones no gubernamentales respaldadas por or-

5 Asi lo expresó en el Tal/u Construcción tk una Visión tk COrIStn/Ocl6n Rrgional


para la Amazonia celebrado en Bogotá en agosto 18, 19 Y )0 de 1008.

332 Ellubeth Adell. BMufort Camarvo


ganismos internacionales que intervienen en el diseño de políticas proteccio-
nistas oojo el paradigma de la conservación in situ. Es así como recientemente
se han llevado a cabo varias reuniones internacionales donde han intervenido
las grandes redes y ONGs ambientalistas para determinar el camino a seguir
en materia de areas protegidas de la región amazónica. En la última reunión
de la Red Lati noamericana de Cooperación Técnica para las Áreas Protegidas
y la Biodiversidad (Redparques)", llevada a cabo en Pueno Morelos (México)
entre el 6 Y 8 de mayo de 20oS, se plantea abrir espacios de diálogo a nivel su-
bregional. con el fin de evaluar el progreso en la implementación del programa
de trabajo de áreas protegidas del CDR.
Por su parte, la WWF desarrolló un taller en Bogotá los días 28, 29 Y )0
de agosto de 2008 denominado Construcción de una Visión de Conservación
Regional para la Amazonia, que se propone construir una "visión ecosisté-
mica regional" de conservación, entendida como "la gestión de la utilización
humana de los organismos o ecosistemas que asegure que dicha utilización sea
sostenible" (Memorias TaUer: 2008).
La Iniciativa Amazónica de WWF se originó en mayo de 2006 como un
esfuerzo colectivo de las oficinas de la Red de WWF, donde confluyen intere-
ses sobre la región. Esta opera mediante un Grupo Técnico que se ha centrado
en trabajar las amenazas inminentes sobre la región que, segun Luis Germán
Naranjo, representante de WWF Colombia, serían las siguientes:
Cambio climático: La primera amenaza es el cambio cLimatico porque
afecta a la Amazonia como bioma. y porque lo que le suceda va a afectar al
resto del mundo. Es necesario tener presente que la Amazonia regula el clima
a escalas regional y global. que existe una relación entre deforestación y cam-
bio climático y que hay posibles puntos de no retorno.
Ganadería extensiva: La ganadería extensiva es una amenaza muy re-
levante. El 80% de la pérdida de cobertura vegetal ha sido causada por este
impacto. Es una ganadería de baja productividad comparada con la de otros
ecosistemas.
Agricultura mecanizada: La agricultura altamente tecnificada ha veni-
do creciendo en la región, lo cual responde a las tendencias de la globalización
de la economía, que han llevado a la intensificación de la explotación agrícola
en ecosistemas que no tenían este tipo de intervención. principalmente por la
alta demanda de soya, caña de azúcar y palma africana para la producción de
biocombustiblcs.
Infraestructura de agua: Dada la integración de mercados y tendencias
de la globalizadón (p.ej., IIRSA), la Amazonia se ha convertido en un punto

(; La Red Latinoomericam de Cooperilción Tknica para las Áreu Protegidu y la


Biodiversidad. Redparques. se crea rormalmente en julio de 1'}8). Su creación se
debió a la necesidad de progresar en el manejo de las areas protegidas en América
Latin~ y el Caribe. ya la voluntad de los paises de compartir experiencias y
conocimientos accrc~ del patrimonio natural y cultural de nuestra región.

DetenninaDtea del marco lneutudon.al


ambiental par. la Amuonll colombiana JJJ
de cruce de grandes proyectos. Al tiempo que se ve a la región como un bioma
de selva, su gran potencial hidroeléctrico es objeto de megaproyectos que
son motivo de grandes preocupaciones regionales por las perturbaciones e
impactos a gran escala que se están produciendo.
La Red de Áreas Naturales Protegidas Andes (RANPA) organiza talle-
res y conferencias internacionales con el apoyo de organizaciones, como la
Cooperación Téc nica Alemana (GTZ), el TeA, la Fundación Gordon y Betty
Moore, y la Embajada de Holanda en Colombia. Los principales talleres inter-
naciona les sobre la región amazónica se han realizado así:
• Primer Taller de la Red de Áreas Naturales Protegidas Andes
-Amazonas. Se realizó en Gamboa (Panamá) en junio de 2005.
• Segundo Taller de la Red de Áreas Naturales Protegidas Andes -
Amazonas. Se realizó en Amacayacu (Colombia) en julio del 2006. Entre los
principales logros se pueden destacar la definición de una estructu ra mas
completa de la base de datos y el refuerzo en cuanto a acuerdos de coopera-
ción (Frontera La Paya, Gueppi, Cuyabeno).
• II Congreso Latinoamericano de Parques Nacionales y otras Áreas
Protegidas. En este Congreso, realizado en septiembre de 2007 en Bariloche
(Argentina), se presentó el informe Ranpa: una red de información sobre areas
protegidas en los Andes - Amazonas por parte de Edgar Rivera (Ecuador), Fablo
Fran~a (Brasil) y Álvaro Espinel (OEA). La UICN se plantea la necesidad de
ahondar los esfuerzos de conser vación en la región.
• Tercer Taller de la Red de Áreas Naturales Protegidas Andes -
Amazonas. El tercer taller de RANPA se realizó en Quito (Ecuador) en mayo
de 2008.

La g\obe ll zedOl1 ~ como ~te del man:o


IDHltudoDal pan la Amazollla c:olomblaDa
La dimensión internacional es además un determinante fundamen-
tal del marco institucional y político para la Amazonia por la importancia
creciente de la región en la geopolítica mundial. el papel significativo de tos
países amazónicos en el proceso de integración regional y su vinculación a
la economía internacional mediante diversos acuerdos internacionales de co-
operación y tratados regionales y bilaterales de inversión y libre comercio,
los cuales cobran preeminencia en el contexto de la globaHzación neoliberal
(Zárate y Consue lo Ahumada Eds.: 2008).
En efecto, al mismo tiempo que avanzan los debates en torno al para-
digma del desarrollo sostenible se imponen en el mundo políticas neoliberales
que privileg ian los criterios de mercado sobre los criterios sociales y de equi-
dad, imponen la privatización de los servicios públicos, promueven la inver-
sión extranjera, fortalecen un régimen de patentes y derechos de propiedad
intelectual favorables a las multinacionales, debilitan los mercados internos y
especializan a los países en vías de desarrollo en la producción y explotación
de los recursos naturales y materias primas, con el consiguiente deterioro

334 Ellubeth Adelle Belllufort eamargo


ambiental y menoscabo de los derechos de las naciones y de las comunidades
locales sobre la biodiversidad.
En Colonlbia. el avance neoliberal ha redundado en los últimos años en
un debilitamiento de la legislación y la institucionalidad ambiental nacional.
reflejado en el impulso por parte del Gobierno de proyectos de ley como el
forestal y el de aguas. donde prima el criterio mercantilista sobre los objetivos
de conservación para facilitar la explotación de estos recursos por parte de los
agentes privados nacionales e internacionales; pero también en la suscripción
de tratados de libre comercio que al mismo tiempo condiciona n la legislación
nacional.
El gobierno del Presidente Uribe ha emprendido la negociación de
múltiples tratados internacionales de libre comercio, los cuales en muchos as-
pectos van más allá de lo que desde '995 hasta ahora ha dispuesto el ente rec-
tor del comercio internacional. la Organización Mundial del Comercio (OMC).
En los documentos de política Visión Colombia 2019 y la Agenda Interna para
la Productividad y la Competitividad, que se trazaron en el marco de las nego-
ciac iones del TLC con Estados Unidos, el Gobierno plantea volver competitivo
el uso y comercia lización de los recursos naturales'. Por competitividad de un
país o región debe entenderse "la capacidad de producir bienes y servicios
que compitan exitosamente en mercados globalizados". Contraviniendo los
posibles logros e n materia de conservación y protección ambiental de la re-
gión amazónica, los departamentos amazónicos deben también insertarse e n
la lógica de la globalización, por lo que la apuesta para el futuro depende de
los llamados servicios ambientales, a saber:
La canasta de productos amazón icos comprende cinco
apuestas: portafolio de servicios ambientales. sector pesquero y
acu(cola, agricultura sostenible (frutas. pulpas, bio-fertilizantes),
maderas finas y blancas. y fibras. pigmentos medicinales y aromas.
El portarolio de servicios ambientales que el departamento espera
ofrecer para el 2020 incluye la conservación de su superficie boscosa
(flora, fauru, agua. microdima. belleza escénica) y la posibilidad de
negociar bonos ambientales por c3ptura de C02 ( ... ) Igualmente. e l
departamento del AmazonilS espera ser reconocido en 2020 como líder
en la transrormación de productos verdes certificados y diferenciados,
con marca propia (UNI': 2007).

Las apuestas productivas regionales las dividen en dos grupos:


El primero de ellos lo constituyen las apuestas productlvu

7 El documento del Consejo de Política económica y Social CONI'ES nO]297,


del 26 de julio de 2004. asignó al Depart3mento Nacional de Plantación
la respon5ilbilidad de coordinar la dabonci6n de esta agenda. cuyo
objetivo es el diseño de un plan de acción de reformas. programas y
proyectos prioritarios para romentar la productividad y competitividad
del país y aumenta r y consolidar su p3rticipaciÓn en los mercados.

Determinante. del m.aroo IrwUtucioDal


ambieatal pan la Amazonia colombiana 131
que corresponden a los sectores en los que la región ya ha construido
algunas fortalezas y que muestras perspectivas inmediatas para
impulsar procesos de encadenamientos agroindustriales y de
agregación de valor. Dentro de este grupo están las apuestas en
cárnicos, lácteos, piscicultura, palma africana, productos forestales,
turismo y comercialización de bienes y servicios ambientales.
En segundo lugar, están los productos derivados de la rica
biodiversidad de la región que, si bien requieren mayores esfuerzos
para lograr una producción y comercialización competitiva, pueden
dar lugar a actividades económicas promisorias. En efecto, la región
produce, aún en pequeña escala, una gran variedad de especies
exóticas, frutícolas, de plantas medicinales, flores y follajes, esencias
aromáticas y condimentos, y está explorando la participación en
mercados farmacéuticos oon productos naturales. Además, está
avanzando en agricultura orgánica con cultivos como el plátano, el
arroz, el cacao, el frijo l, el palmito y el café orgánico. Los productos
clasificados dentro del renglón de promisorios se agrupan en una sola
apuesta (ONP: 2007).

La visión regional que sirve como referente a la estrategia de competi-


tividad de la Amazonia-Orinoquia se ha definido en los siguientes términos:
En el año 2020, la región será un territorio integrado,
Cronterizo, biodiverso, generador y centro de desarrollo de la
economía nacional y regional. soportado en su capital humano, su
fortaleza empresarial, su innovación tecnológica y su generación de
conocimiento en actividades con alto valor agregado, garantizando
la productividad y competitividad para una inserción exitosa en el
entorno nacional e internacional (ONP: 2(07).

Es decir q ue del uso sostenible pasamos a la producción y generación


de servicios que compitan en mercados internacionales, sin que realmente
existan propuestas concretas que viabilicen tal apuesta y demuestren los be-
neficios que de ella se puedan derivar para los habitantes de la Amazonia
colombiana. ¿Vamos realmente a competir internacionalmente con productos
exóticos y plantas medicinales7 ¿O no será más bien que les estamos otor-
gando a los países desarrollados todos los posibles beneficios de nuestra rica
biodiversidad y nuestros recursos naturales?
Lo negociado en el TLC entre Estados Unidos y Colombia es un claro
ejemplo de cómo la inclusión de un capítulo ambiental en las negociaciones no
garantiza de forma alguna la protección de la biodiversidad y los recursos na-
turales. El capítulo es explícito en afirmar que los países deben asegurar que
"las políticas comerciales y ambientales se apoyen mutuamente"', es decir,

8 Texto del TLC entre Eslados Unidos y Colombiil . Capitulo 18. Medio Ambiente.

JJ6 EUzabelll Adelle Beaufort Camarvo


que la legislación ambienta l no afecte el comercio. Los niveles de protección
ambiental están circunscritos exclusivamente a los definidos por la legislación
interna, y en Colombia esta legislación es cada vez más débil.
El TLC no se circunscribe al comercio, también promueve q ue los re·
cursos naturales sean vistos como una fuente de ganancias para la inversión
extranjera, tal como lo define el capítulo sobre inversiones del tratado. donde
se prevé la suscripción de contratos de inversión para la "explotación. extrac·
ciÓn. refinamiento. transporte. distribución o venta" de los recursos naturales
sin exclusión alguna' . Esto le permite a las transnacionales actuar aún por
encima de la legislación ambiental del país. la cual podrían denunciar -even·
tualmente- como una innecesaria barrera no arancelaria.
El Convenio de Diversidad Biológica (coa) en su preámbulo plantea:
Las partes reconocen la estrecha dependenru de muchas
comunidades locales y poblaciones indígenas que tienen sístemas
tradicionales de vida basados en los recursos biológicos y la conveniencia
de compartir equitativamente: los beneficios derivados de la utilización
de los conocimientos y practicas tradicionales pertinentes para la
conservación y la utilización sostenible de: la diversidad biológica.

Este postulado ha tenido una variedad de desarrollos polít ico-institu·


cionales. sobre todo en materia de propiedad intelectual. que hoy son materia
de negociación en los tratados de libre comercio, acuerdos de integración
regional y la OMC . El TLC Colombia· Estados Unidos pone en entredicho los
derechos de las comunidades locales y ostensiblemente favorece los intereses
de las multinaciona les. pues lo que propone va más allá del Acuerdo sobre
Propiedad Intelectual y de Comercio (AOPIC) de la OMC y de la Decisión 486
de la CAN que implementa el CD8. al autorizar el patentamiento de plantas
y animales. Actualmente sólo se patentan los organismos genéticamente mo-
dificados y los procedimientos relacionados, cuestión que es de sí deplorable
porque impone un monopolio sobre dichos organismos y procesos, haciendo
más difícil que los países en desarrollo obtengan beneficios de los desarrollos
de la biotecnología y otros avances científicos relacionados.
Contrariando la legislación de muchos países, "Estados Unidos acepta
la aplicación de patentes sobre todo tipo de organismo. Inclusive, recientes
decisiones de la Oficina de Marcas y Patentes de Estados Unidos han ampliado
el uso de patentes para plantas y han creado un espacio de aplicación para las
denom inadas 'patentes de utilidad'. Este tipo de patentes permiten apropiarse
de todas las partes de las plantas incl uyendo genes. semillas, caracteres físicos
o fisiológicos, independientemente de si la planta en cuestión se puede repro-
ducir por vía sexual o asexual"'o.

9 Texto del TLC entre Estados Unidos y Colombia.


Capítulo 10. Inversión. Articulo 10.28.
10 Vease: Chaparro. Alejandro. 2008. "Patentes y Biotecnología molecular e:n el TLC

DetermlnantltS del mareo institucional


ambiental para la Amaznnla colombiana 337
El gobierno de Uribe se ufanó de haber logrado compromisos de
Estados Unidos en el ámbito de la biodiversidad por medio de una Carta de
Entendimiento sobre 8iodiversidad y Conocimientos Tradicionales, anexa al
TLC, donde las partes "reconocen su importancia", pero en cambio abre la
posibilidad de suscribir contratos entre privados, que reflejen "términos mu-
tuamente acordados entre usuarios y proveedores", con el simple requisito
de tener "consentimiento informado de la autoridad pertinente" y la "dis-
tribución eq uitativa de los beneficios", lo cual es tan solo una astucia para
legalizar la biopiratería; de cualquier forma, las cartas anexas al tratado no
son vinculantes.
En Colombia son las comunidades étnicas las dueñas de los territorios
donde se encuentra la mayor biodiversidad del país, y estas comunidades lo-
cales, la mayoría de las cuales carecen de capacidad de negociación, estarían
presionadas a entregar recursos genéticos y los conocimie ntos asociados, pa-
trimonio de los pueblos y de la nación, a las multinacionales y sus laboratorios
e n su labor de bioprospección.

La OrgUlizad6D del Tratado de Coopendóa AmerMka: P .... Edni&égtco 2004-2012


La Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) es una
organización intergubernamental constituida en el año 2003, que busca la
implementación del Tratado de Cooperación Amazónica (TCA) de 1978 y tra-
baja por la conservación de la biodiversidad de la Amazonia. Hacen parte de
ella ocho de los nueve países de la región, a saber: Colombia, Ecuador, Perú,
Boli via, Brasil, Guyana Francesa, Guyana y Surinam.
El objetivo básico del TCA es, según reza el artículo primero del trata-
do, "promover el desarrollo armónico de sus respectivos territorios amazóni-
cos, de manera que esas acciones conjuntas produzcan resultados equitativos
y mutuamente provechosos, así como para la preservación del medioambiente
y utilización racional de los recursos naturales de esos territorios".
La Amazonia es una región de enorme importancia estratégica para las
relaciones internacionales del país. La intensidad de los flujos legales e ilegales
transfronterízos de bienes, recursos, servicios, personas, etc., indican que esta
región requiere de un truamiento especial que reconozca esa realidad y las
oportunidades y los riesgos que de ellas se derivan, especialmente en el con-
texto actual de la globalización y el Hbre comercio, Las políticas que adopte el
Gobierno Nacional para el desarrollo sostenible de la región deben prever la
construcción de un marco normativo adecuado.
El Plan Estratégico 2004-2012 de la OTCA fue aprobado el 14 de
septiembre de 2004 en Manaos (Brasil) en la VIII Reunión de Ministros de
Relaciones Exteriores de los Estados Miembros de la OTCA . El plan es, en

Colombia-Estados Unidos: una Mirada a la Ama:wnia". En: Carlos arate y Consuelo


Ahumada (Eds.). Fronteras en la Globalizaci6n: localidad, biodiversidad y comercio en
la Amazonia. Ob~rva(Qrio, Andino. Bogotá: Pontifi ~ Universidad Javeriana. p. 7.

JJ8 Eli%8beth Adelle Deautort Camargo


cierta forma, una carta de navegación que tiene el potencial de derivar de éste
unas políticas congruentes a través de cuatro ejes estrategicos, cuyos objeti-
vos se resumen a continuación (OTCA: 2004)'

Primer eje estratégico: Conservación y Uso SostenIble


de los Recursos Naturales Renovabl es
Este objetivo se plantea en términos de competitividad media nte el
aprovechamiento racional de la enorme riqueza natu ral de la región, convir-
tiendola en su principa l fortaleza competitiva, con base en la aplicación de
los avances científicos y tecnológ icos disponibles. Ent re las actividades in-
novadoras promisorias para la generación y retenció:n de renta, se proponen
las siguientes: el conocimiento genetico. ecoturismo, productos maderables
y no maderables con certificación de origen para su aplicación en productos
fitoterapéuticos, cosméticos y aliment icios.

Segundo eje estratégico: Gestión del Conoclmlen lto


e Inten:ambio TecnOl ógico
Se propone fomentar la cooperación con el propósito de generar un
portafolio de servicios científicos y tecnológicos que apoyen la productividad
y competitividad de la producción regional y estimul,en la creación de nuevas
oportunidades de negocios.

Tercer eje estra tégico: Integración y Competitividad Regional


La Iniciativa para la Integración de la In fraestructura Regional
Suramericana (URSA) busca la integración física, de las comunicaciones y la
energía para aproximar los mercados intraamazónicos con los mercados de los
paises de la región, que suman aproximadamente 3500 millones de consumi-
dores, y de éstos con los mercados internacionales. El objetivo de integración
exige realizar esfuerzos para avanzar en la converger:lcia normativa y regula-
dora de los Países Miembros de la OTCA.
Entre los varios desafíos q ue p lantea la estrat egia priman los q ue t ie-
nen que ver con la internacionalización de la región y la competitividad. Los
desafíos son: I} el agua como sustento del desarrollo; 2:) la inserción inteligente
en los mercados internacionales, la cual p lantea un desarrollo que no se base
en la exportación de recursos naturales, como lo ha sido hasta ahora, sino e n la
exportación de bienes y productos con alto valor agrc:gado localme nte, como,
por ejemplo, aquellos productos basados en los avances de la biotecnología, y
))construir instrumentos de cooperación que tengan en cuenta las ¡nequida-
des nacionales y las asimetrías e ntre países.

Cuarto ej e estratégIco: FortaJecimlento Interlnsti;tucional


Hace referencia al fortalecimiento de la $eCfl:taría Permanente de la
OTCA y de las Comisiones Nacionales Permanentes. El establecimiento de la
Secretaria Permanente, en sustitución de las secretari¡:ls itinera ntes, otorga a la

Determlnantee del merco IDltltucional


ambiental para la A.m.uonie colombiana 33.
organización un importante protagonismo y certidumbre jurídica. tanto para
las acciones de coordinación interna como externa de la OTCA. que deman-
dan, al mismo tiempo, un nuevo impulso político orientado a fortalecer la
estructura de la organización y de las instancias establecidas en el marco del
tratado.
Las áreas programáticas del Plan Estratégico son:
• Bosques, suelos y áreas naturales protegidas
• Agua
• Diversidad biológica, biotecnología y biocornercio
• Ordenamiento territorial, asentamientos humanos y asuntos indígenas
• Infraestructura social: salud y educación
• Infraestructura de transporte, energía y comunicaciones
Los Planes Bianuales de Acción están concebidos como un instrumento
de planificación interna para orientar e informar a los países miembros sobre
las acciones de la Secretaría Permanente de OTCA durante dicho período y
evaluar sus realizaciones. En los mismos se detallan los programas, proyectos
y actividades a ejecutar, se establece su articulación con el Plan Estratégico,
su duración, Jos costos estimados, la fuente probable de financiación. y se
señalan las cuestiones relevantes a su ejecución .
Dentro del Plan de Acción de la OTCA 2007- 2008 se han definido las
siguientes actividades:
• Elaborar el Plan de Acción sobre la Biodiversidad Amazónica.
• Evaluar los mecanismos complementarios para financiamiento y man-
tenimiento de áreas protegidas.
• Elaborar la agenda para el establecimiento de corredores ecológicos
transnacionales y de las áreas protegidas fronterizas o binacionales corres-
pondientes.
• Promover el diálogo político regional para apoyar la implementación
del CDB.
En el marco del proyecto "Fortalecimiento de la Gestión Regional
Conjunta para el Aprovechamiento Sostenible de la Biodiversidad Amazónica"
se tiene el "Programa Regional para la Gestión Sostenible de las Áreas
Protegidas Amazónicas.
Como se podrá observar, el ámbito de acción de la OTeA es muy amplio
y contiene estrategias que se centran e n la conservación de los recursos na-
turales vitales de la región, como el agua y los bosques, pero también incluye
grandes planes de inversión en infraestructura, la explotación de la biodi-
versidad para fines de la biotecnología y el impulso de los mercados verdes.
saliendo a relucir la tensión existente entre los objetivos de desarrollo econó-
mico y los de conservación. El MAVDT, desde la Dirección de Ecosistemas,
está trabajando en el Plan de Acción para los países amazónicos limítrofes en
cumplimiento de los compromisos adquiridos bajo este tratado.
No obstante, para que los esfuerzos de cooperación, como los que se
plantean en el marco del Plan Estratégico de la OTCA 2004-2012 y de otras

340 Ellzabeth AdeUe Beaufon Camargo


iniciativas bilaterales, se traduzcan en una mejor coordinación y en una
mayor complementariedad e n las políticas de los paises, ellas tienen que ser
sostenidas en el largo plazo y deben gozar del apoyo político necesario de los
distintos gobiernos. Sólo así brindarán una verdadera transformación de las
relaciones sociales de sus habitantes.

La Ageada 21 pan el ne.anouo soet.dbIe .,. loa Amazoale ColomblaDa


La declaración de Río de Janeiro sobre Medio Ambiente y Desarrollo,
suscrita en junjo de 1992 por Colombia, incluye 27 principios bajo los cuales
los países deben promover modelos sostenibles de desarrollo. Colombia adop-
tó estos principios como rectores de la gestión ambiental del país mediante la
Ley 99 de 1993. En una nueva cumbre en el año lOOO, 190 países suscribie-
ron la Declaración del Milenio, la cual define compromisos por parte de las
naciones firmantes para superar las cond iciones de pobreza del planeta. Una
de las metas dicha esta declaración propone "incorporar los principios del
desarrollo sostenible en las políticas y los programas nacionales e invertir la
pérdida de recursos del medio ambiente".
El Gobierno Nacional. a través del Plan Nacional de Desarrollo l002-
2006 (Ley 81l de 2003), contempla como una de sus metas la formulación de
una política de Estado para la Amazonia colombiana, la
cual se traducirá en el Plan de Desarrollo Sostenible Amazónico,
que recoja los procesos de construcción de la Agenda 21 para la
Amawnia colombiana. Ella debe permitir el reconocimiento y
uso de la diversidad biológica y cultural, el reconocimiento de
la pluriculturalidad, la sostenibilidad de los procesos ecológicos,
económicos y sociales, con la participación de la comunidad
regional. y se implementará de acuerdo con la política de
desarrollo territorial del Gobierno Nacional.

En el Plan Nacional de Desarrollo 2006-2010, cor respondiente al segun-


do mandato del presidente Uribe, en el capítu lo quinto titulado Una Gestión
Ambiental y del Riesgo que promueva el Desarrollo Sostenible, propone for-
mular políticas para las regiones amazónica y pacifica teniendo como refe-
rente los resultados de las Agendas 21, construidas bajo la coordinación del
Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas (SINCHI) y del Instituto de
Investigaciones Ambiéntales del Pacífico (IIAP), respectivamente.
Como antecedente hay que mencionar que la Agenda 21 Amazonia
Colombiana surgió del compromiso suscrito por Colombia en la Cumbre de
Presidentes de las Américas, llevada a cabo en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia)
en julio de 1996, de elaborar una Agenda 21 para la Gran Cuenca Amazónica,
una vez se hubieran diseñado las agendas nacionales respectivas.
Durante el Gobierno del presidente Samper, el MAVDT asumió elUde-
razgo de la Agenda 21 para la Amazonia y el Pacífico colombianos y delegó
para el caso de la Amazonia en el Instituto SINCHI la responsabilidad para la

Determinantes del marco Institucional


ambiental para la Amazonia colombiana 341
formulación de la política y su coordinación e n los seis departamentos ama~
zónicos y en el Área de Manejo Especial de la Macarena, conjuntamente con
Corpoamazonia, la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Norte y el
Oriente Amazónico (CDA), Cormacarena, la Unidad Administrativa Especial
del Sistema de Parques Naturales Nacionales (UAESPNN) y la Organización de
Pueblos Indígenas de la Amazonia Colombiana (OPIAC).
El proceso ha tenido varias fases:
• Primera fase 1998~2000. En esta fase, que se puede denominar de
aprestamiento, se convoca a la OPIAC para que participe. Ella coincide con
el debate acerca de los controladores biológicos de los cultivos de uso ilícito,
en particular, sobre el hongo fusarium oxyspOrtlm. El Ministro de Ambiente,
Juan Mayr Maldonado, convoca a un taller para debatir el tema . La OPIAC se
retira del proceso.
• Entre 2000 y 200), el proceso se estanca.
• Segunda fase: marzo de 200) a marzo de 2006. Esta etapa se puede
denominar de transición y reactivación, y en su transcurso se reconstruye
la alianza con la OPIAC. Se emprende un proceso de consultas locales y se
perfilan las agendas, las áreas problemáticas y las propuestas departamentales
y su bregionales.
• Tercera fase agosto: 2006 a julio de 2007. Es una etapa de empren ~
dimientos, en la que se procesan los insumas de la fase anterior y se elabo-
ran y publican siete cartillas para los departamentos de Amazonas, Caquetá,
Putumayo, Guainía, Vaupés y Guaviare, y La Macarena .
La Agenda 21 Amazonia Colombiana se pretendió construir a partir de
las propuestas de las comunidades locales, para lo cual se hicieron siete grandes
eventos en las regiones con la participación de más de mil representantes de
las comunidades y actores amazónicos. No obstante, en la opinión de Aura
María Puyana, quien en ese entonces coordinaba la Agenda 21, las cartillas que
surgieron de este proceso no responden a 10 acordado en los foros de discusión.
El proceso que se inició de abajo hacia arriba, mediante una amplia
participación y discusión local. termina a la inversa, de arriba hacia abajo, al
delegar en una consultoría externa la elaboración de un documento base para
la región, luego de concluir que hacía falta una gran política de desarrollo
sostenible para la Amazonia. Mediante convenio suscrito a través de Instituto
SINCHI entre el MAYDT y el Centro de Estudios sobre Desarrollo Económico
(CEDE) de la Facultad de Economía de la Universidad de Los Andes, financiado
con recursos provenientes de la cooperación holandesa con el país, se contrató
la elaboración del documento titulado "Visión Integrada de las Realidades
Ambientales, Socioeconómicas e Institucionales de la Amazonia Colombiana".
Este presenta un diagnóstico de la región en sus aspectos biofisicos, ambien ~
tales, sociales, culturales, económicos e institucionales y luego propone una
serie de ejes articuladores de la política, enuncia los objetivos de la política.
los lineamientos para su búsqueda y las principales estrategias e instrumentos
para su implementación (e. Salazar, como pers.).

342 Ellzabeth Adelle Beeufort Camaruo


El CE OE entregó el documento final en julio de 2007, y la Dirección de
Planeación del MAVOT lo remitió al Departamento Nacional Planeación para
su aprobación y posterior publicación y como insumo para la elaboración de
un documento CON PES de la Agenda 21 para la Amazonia Colombiana.

El ConveuJo de DtvenIdad Biológica, la ÁNU ProUIgId.u:


Las áreas protegidas, como los parques nacionales, donde se adoptan
medidas especiales de manejo y ordenamiento territorial para poder con-
servar la diversidad biológica y los procesos ecológicos, hacen parte de la
estrategia de conservación in situ prevista e n el artículo octavo del COB apro-
bado en Colombia mediante la Ley 165 de 1994. La convención ha tenido seis
reuniones, conocidas como Conferencias de las Partes, que sirven para llegar
a acuerdos específicos y tomar decisiones en diversas áreas de aplicación del
CDO . En la Séptima ConCerencia realizada en 2004, la Decisión Vllf28, median-
te un Memorando de Entendimiento, aprobó el Programa de Trabajo de Áreas
Protegidas, guía actual para la selección, manejo y conservación de estas áreas.
Dicho Programa consta de cuatro elementos o estrategias, en cada uno
de los cuales se encuentran recomendaciones expresas referidas a las comuni-
dades indígenas y locales". El primero tiene por objeto dirigir acciones para
la planificación, selección, creación y manejo de sistemas y sitios de áreas
protegidas nacionales y regionales. El segundo trata sobre gobernabilidad,
participación, equidad y participación en los beneficios provenientes del uso
de recursos genéticos. El tercer componente se refiere al desarrollo, aplica-
ción y transferencia de tecnologías apropiadas para las areas protegidas y los
servicios ecológicos. La cuarta estrategia propone elaborar y adoptar normas
mínimas y mejores prácticas para los sistemas nacionales y regionales de áreas
protegidas y el impulso a la investigación y la cooperación científica.
El paradigma respecto al papel de las áreas protegidas ha evolucionado
en los últimos cuarenta años. Ha quedado atrás la visión que prevaleció desde
el siglo XIX hasta mediados del siglo XX, según la cual los parques y reservas
nacionales eran intocables y sin presencia humana. Hoy suele aceptarse que
cualquier estrategia de conser vación e n la Amazonia debe atender el hecho
de que la activ idad humana en la región se sustenta principalmente en los
servicios que proveen los ecosistemas en todas las escalas desde lo local a
lo global. De hecho, gran parte de la población todavía deriva su existencia
de la extracción directa de recursos naturales (caza, pesca, madera, fibra s,
Crutos, etc.). Como se verá mas adelante, la participación de las comunidades
indigenas y locales que habitan vastas regiones del país, como la Amazonia,
cobra gran importancia en los compromisos derivados del CDS e, incluso, de

11 El ¡;VB en su artículo 80 literal j) sc:i\ala que el establecimiento, gestión y vigilancia


de las áreas protegidas debcrian realizarse con la participación plena y efectiva
de las comu nidades indígenas y locales, respetando plenamente sus derechos de
acuerdo con la legislación nacional y las obligaciones internacionales aplicables.

DetermilllLDtll!l del mafCO institucional


ambiental para la Amazonia colombiana 343
la misma Constitución Política de 1991 , en usos sostenib les del territorio.
También existe.n hoy actividades económicas ligadas con el uso indio
recto de ecosistemas, tales como ecoturismo, recreación, transporte, investi·
gación, entre otros. Es cada vez más dificil desligar la conservación del uso,
y muchas de las áreas de conservación son de categorías que favorecen el uso
y permanencia de comunidades en ellas. Como estrategia social. muchas de
ellas se han creado para buscar la conservación a través del uso; quedando
todavía por demostrar cuáles usos son sostenibles e n el tiempo y cuáles no. En
particular hay que preguntarse si la estrategia de productividad y competiti-
vidad que ha planteado el Gobierno de Uribe es compatible con un enfoque
ecosistémico de la Amazonia colombiana.
El Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP) cuenta con un Plan
de Acción, el cual fue construido a partir del Memorando de Entendimiento
de Áreas Protegidas del COB, ya mencionado.
Para la Amazonia colombiana la división para la conservación es como
sigue:
o Reserva Forestal (Ley l a. de 1959) que tiene un área de 37.844.523,75
ha, de las cuales se han sustraído 1.463.676,09 ha .
o Resguardos indígenas (IJl en total) con un área de ll.097.582 ha .

• Áreas protegidas con una superficie de S.446.427 ha, conformadas


por 10 áreas protegidas del SPNN (90%), 10 Reservas Forestales Protectoras y
la Reservas Naturales de la Sociedad Civil (Memorias ta ller: 2008).
De las S2 áreas protegidas que en la actualidad conforman el Sistema
de Parques Nacionales Naturales de Colombia (SPNN), la Dirección Territorial
Amawnia-Orinoquia de la Unidad Administrativa EspeciaJ de Parques Nacionales
Naturales (UAEPNNt tiene bajo su responsabilidad la administración y manejo
de 16 de ellas con 7.753.894 ha, donde confluyen, entre otros, ecosistemas an-
dinos, piedemonte amazónico y orinocense, selva húmeda tropical y de sabana.
La conservación de estas áreas, que representan 67,3 % del SPNN (de
un total de 11.508.894 ba), ha sido posible en gran medida gracias a la pre-
sencia de 11 pueblos indígenas en 10 áreas protegidas con 4.961.l74 ha, de
las cuales el 43% presenta coincidencias parciales o totales con 19 resguardos
indlgenas legalmente constituidos. Las áreas protegidas superpuestas a res-
guardos o territorios indígenas presentan tipologías particulares que exigen el
desarrollo de estrategias diferenciadas para su conservación y ordenamiento
ambiental (Parques Nacionales Natura les de Colombia. Dirección Territorial
Orinoquia-Amazonia loaS).
Le corresponde a la UAESPNN, de acuerdo con el Decreto Ley 216
de l003, la coordinación con los gru pos étnicos del desarrollo de sistemas
q ue regulen el uso y aprovechamiento de los recursos naturales en las zonas

11 La Unidad Admini$tratlva Especial de:! Sistem.il de Parques Nadomdes tiene una


dirección general y 6 direcdones territoriales: Amillzonia-Orlnoquia, Sunndina,
Noroccldente, Norandlna, Suroccidente y Caribe, entre otras dependencias.

3.... Eliz&beth AdeUe Suufan Camarvo


amortiguadoras del SPNN. El Decreto 622 de 1977" hace compatibles la crea-
ción y coexistencia de estas areas con las reservas indígenas. El Artículo 70 del
mismo Decreto establece ademas un régimen especial en beneficio de la pobla-
ción indígena. el cual respeta la permanencia de ésta en areas del SPNN y su
derecho al aprovechamiento económico de los recursos naturales allí presentes.
A diferencia de las areas declaradas antes de la Constitución del 91.
las creadas recientemente se han constituido teniendo en cuenta mecanismos
para coord inar con las autoridades indígenas los objetivos de conservación.
Este es el caso de los parques Río Puré (Amazonas). Churumbelos (Putumayo)
y del Santuario de Flora Orito lngi Ande" en territorio ancestral de los Kofanes
(Putumayo). La Política de Participación Social en la Conservación obliga a
todos los funcionarios de la UAEPNN a desarrollar relaciones de trabajo con
todos los actores del SPNN lo que ha dado lugar a experiencias valiosas como la
desarrollada con la Autoridad Tradicionallndígena (ATI) "Pani" en el parque
CahüinarC Bajo Caqueta, Resguardo Predio Putumayo y en la cuenca baja del
río Apaporis con la ATI 'Í\ciya" en e l resguardo Yaicogé-Apaporis. Algunas au-
tori dades indígenas han, incluso, considerado la creación de areas protegidas
como una estrategia viable para conservar sus territorios ancestrales. lo cual
precisa desarrollar estrategias de conservación con responsabilidad compartida
(entrevista con Edgar Castro, Dirección Orinoquia-Amazonia. 2008-12-23).

LalIlnataDciu de CODC8I\adól1 COD la CODl"l1ld_ct. btdiga1u


La Constitución Política de 1991 reconoce el carácter multiétnico y
pluricultural de la nación colombiana y en sus artículos 63 y 329 consagra
los derechos de los grupos étnicos sobre sus territorios y sobre los recursos
naturales existentes en ellos.
La Ley 2J de 1991, que ratifica el Convenio de la OIT de 1989. plantea
entre otras obligaciones, la consulta previa con las autoridades y organizacio-
nes indígenas sobre Jos planes de desarrollo que afecten sus territorios y que
el Gobierno Nacional protocolizó el 14 de noviembre de 2003. Esta disposi-
ción. que no ha sido tomada en cuenta en todos los casos que lo precisan. ha
servido para que se creen espacios de concertación entre el Gobierno Nacional
y las comunidades indígenas.
Es así como el Ministerio de Agricultura creó en 1996 la Mesa
Permanente de Concertación con los Pueblos y Organizaciones Indígenas y
la Comisión Nacional de Territorios Indígenas. La Mesa Permanente se creó

1) La legislación ambiental no preve la existencia de categorías de protección


especiales para las áreas habitadas por las comunldades indigenas y negras. por
lo que se plantea la rerorma Decreto 611 de 1977, el cual reglamenta SPNN.
'4 El Santuario fue creado con el objetivo de contribuir a la conservación
de plantas medicinales asociadas a culturas indígenas del piedemonte
amazónico. El proceso de declaratoria fue auspiciado y financiado
por Parques Nacionales de Colombia, la Embajada de Holanda. la
Fundación Gordon and Betty Moore y Amazon Conservation Team.

Determinantes del marco institucional


ambiental para la Amazonia colombiana 345
con el objeto de concertar entre éstos y el Estado todas las decisiones admi-
nistrativas y legislativas susceptibles de afectarlos, evaluar la ejecución de la
política indígena del Estado, sin perjuicio de las funciones del Estado, y hacerle
seguimiento al cumplimiento de los acut"rdos a qut" allí se l/t"gue". En este es-
pacio de concertación también participan representantes de los ministerios,
la Presidencia de la República y las cinco macroregiones donde tienen ma-
yor peso los representantes de la QNle, en tanto que la OPIAC no se siente
equitativamente representada y ha amenazado con retirarse. La Secretaría
operativa la ejercen un miembro de la Organización de los Pueblos Ind ígenas
de la Amazonia Colombiana, QPIAC, y otro del Ministerio del Interior y de
Justicia, y se pueden crear mesas temáticas. La Mesa Permanente se propone
presentar una propuesta de política para los indígenas que sería adoptada por
el Departamento Nacional de. PlaneaciÓn media nte un documento CONPES.
Posteriormente, el Ministerio del Interior y de Justicia acordó con al-
gunas organizaciones y autoridades de los pueblos indígenas de la Amazonia
colombiana crear la Mesa Regional Amazónica (MRA)", en cumplimiento de lo
dispuesto por la Corte Constitucional en la Sentencia sU-383 del 13 de mayo
de 2003". La M RA , q ue está compuesta por representantes de las organizacio-
nes y autoridades indígenas de la Amazonia y de entidades del orden nacional
regional y local, se constituye en espacio de concertación para la formulación
de una política regional e integral de desarrollo sostenible para la Amazonia.
Bn ella tiene especial protagonismo la Organización de los Pueblos
Indígenas de la Amazonia Colombiana (OPIAC) ya q ue en ella participan dos
delegados de las autoridades indígenas por cada uno de los seis departamen-
tos amazónicos, lo que le da preponderancia sobre la Organización Nacional
de Indígenas de Colom bia (ONlC), que figura como invitada, creándose fuertes
tensiones entre ellas.
La MRA se instaló en la reunión del 18 Y 19 de diciembre de 2006 en
Bogotá, en la que se definió un grupo de enlace institucional y un equipo
técnico indígena. Posteriorme nte, en junio de ::1:007, adoptó un reglamento
interno y en noviembre del mismo ano trató el tema de los cultivos ilícitos. En
total ha tenido cinco sesiones, que son convocadas por la Dirección de Etnias
del Ministerio el Interior y de Justicia. Se han discutido la reforma al Decreto
622 de 1977 sobre los Parques Naturales Nacionales, las fumigaciones aéreas
con glifosato, los modelos de salud , las propuestas ind ígenas en los planes de
desarrollo territoriales, entre otros asuntos.
También se creó la mesa temática de biodiversidad que se reunió en
Florencia, Caquetá, e n septiembre de 2008, la cual tuvo por objeto orientar el

IS Decreto 1]97 de 1996.


,6 Decreto ]011 de agosto}o de 2005.
'7 Esta sentencia se refiere a una acción de tutela interpuesta por la OJ>lAC contra
el Gobierno Nacional referida a las fumigaciones aéreas con glifosato en sus
terrilOrios, sentencia que ordena la consulta previa a las comunidades indígenas.

34 6 Eli~abeth Adelle Beaufort Camargo


Plan de Acción Regional en Biodiversidad del Sur de la Amazonia Colombina
2007-2027 (PARBSAC) en el componente étnico, ante la evidencia de un va-
cio en la socialización del Plan y la necesidad de legitimar el Comité Técnico
Indígena, el cual. luego de consultar a sus comunidades, produjo un docu-
mento en marzo de l007 con muchas debilidades metodológicas y técnicas
que hacen dificil su adopción. Dicho comité sesionó por primera vez en San
Juan del Socó. (Entrevista con Adriana Lagos, Participación Ciudadana y
Pueblos Indígenas, MAVDT).
Estos espacios de concertación, a pesar de que tienen nivel ministerial,
son endebles por la misma debilidad de las organizaciones indígenas y la falta
de voluntad política, especialmente de las entidades territoriales que no par-
ticipan cuando se les convoca. (Entrevista con Luz Helena Izquierdo, delegada
ind ígena del Despacho del Viceministro del In terior y de Justicia ante la MRA
y la Mesa Permanente). Las organizaciones indígenas tienen espacios en las
instancias de concertación antes mencionadas, parecen tener una mayor co-
hesión que las mismas AATIS y q uieren u n reconocimiento oficia l para poder
ser interlocutoras del Gobierno Nacional.

El Plao de Acción lID BlodIgenIdad del SUr de la Amuoala colombiana 2007-2027


La región Sur de la Amazonia colombiana la comprenden los depar-
tamentos de , Amazonas, Caquetá y Putumayo, tiene una extensión total de
24.)20 km , representa el 64,8% de la Amazonia colombiana, el 19,6% del
t.erritorio nacional y el 3.3% de la cuenca amazónica. La ordenación j urídico-
administrativa de la región Sur de la Amazonia es la siguiente:

~'C:U.a juru'"a A,r . en np<ta,~~.

Resguardos indígenas (137 resguardos: 26 Amazonas, 46 CaqueU


y 65 en Putumayo.
9 reservas: 6 en Putumayo y 3 en Amazonas) 41,84% del Ílrea 10.071.199
total de la región
Reserva Forestal ley 2". de 1959 16.062·g36
Sustracciones a la Reserva Forestal ley 2". de 1959 5.769.280
Reservas forestales Cuenca (Alta Rio Mocoa,
Puerto Solano) 51.573
7 Parques Nacionales Naturales l472.8S4
Distritos de conservación de suelos y drenaje
(Florencia y Valle de Sibundoy) l080
Reservas campesinas ,67·9°8
Fuente: Dive"ld.d BkII6gia y CultuliIl del Su. de l. Amnonl. CoIombl.N. OI.gn6stko. p. 57. YCotpo¡omnOflIol PlJ"
de Acción T<iMJI1007·2009.

El Sur de la Amazonia cuenta además con una gran diversidad


de culturas. La habitan aproximadamente 61.287 indígenas (18.67) en
Amazonas, 4.718 en Caquetá y )7.896 en P utumayo), pertenecientes a Jl
etnias, agrupadas en 15 familias lingüisticas, 3 lenguas independientes y 3
desconocidas.

Detenninantea del marco institucional


ambiental para la Amazonia colombiana 347
1
Los Planes Integrales de Vida (PIV) constituyen ejercicIos de pla-
nificación de los pueblos y organizaciones indígenas que se derivan de la
Constitución Política de 1991. con el objeto ordenar, de acuerdo con la visión
de cada comunidad, las actividades de manejo y ordenamiento ambiental y
cultural de sus territorios. Los principales ejes temáticos propuestos en dichos
planes se centran e n siete aspectos: organización política y gobierno propio;
justicia propia; t ierra y medio ambiente; salud y espiritualidad; educación
y cultura; economía; infraestructura y equipamiento. En la región Sur de la
Amazonia se cuenta con II PIV. Muchos de ellos se han elaborarlo con el
apoyo de ONGs nacionales e internacionales que han propiciado espacios para
el desarrollo de estos instrumentos.
De toda la Amazonia colombiana, esta región ha sido quizás la que más
atención ha recibido en cuanto a la formulación de políticas ambientales para
la conservación de su r ica diversidad biológica y cultural. En 2004 se suscri-
bió un acuerdo interinstitucional" para elaborar el documento de diagnóstico
y posteriormente formu lar el Plan de Acción en Biodiversidad del Sur de la
Amazonia Colombiana 2007-2027 (PARBSAC), el cual adopta los principios
del enfoque ecosistémico" adoptado en la Quinta Conferencia de las Partes del
CoB realizada en 2000.
Diversidad Biológica y Cultural del Sur de la Amazonia Colombiana-
Diagn6stico, publicado en 200'], es un documento extenso y muy completo
sobre la región, y su elaboración constituyó un ejercicio interinstitucional e
ínterdisciplinario que involu cró a muchos autores para poder consolidar toda
la información necesaria. En 2008 se elaboró y publicó el PARBSAC, luego de
ser concertado en diferentes espacios con unas sesenta entidades del orden
nacional. regional y loca l y con representantes de la sociedad civil. el cual de-
sarrolla a escala regional la Política Nacional de Biodiversidad y la Propuesta
Técnica del Plan de Acción Nacional e n Biodiversídad - Biodiversidad Siglo
XXI. Este es el documento de política ambiental más completo y acabado
que existe para la Amazonia y enfrenta todavia el reto de ser puesto en mar-
cha con las distintas instituciones, actores y gestores de la biodiversidad
en la región. En la opinión de Sandra Lucia Ruiz, funcionaria del Instituto
Humboldt, coordinadora del PARBSAC, la principal dificultad o falencia del
proceso de elaboración de la poHtica, y ahora de su ejecución, es la desarti-
culación institucional.

18 El convenio se suscribió entre Corp>ama:;wnia y el Instituto de


Investigación de Recul'$()$ Biológicos Alexander von Humboldt.
pero también contribuyen ellnsthuto Amawnico de Investigaciones
Científicas - Sinchi, Unidad Administr.ativa Especial del Sistema de
Parques Nacionales Natur.alcs, Territorial Amaumia _ Orinoquia .
1<) Los principios del enfoque ecoslstémico incluyen: la investigación
de largo plazo, el principio de precaución, intcrt:ulturalidad. la
distribución justa y equitativa de beneficios (CDI), equidad de
género. autonomla y autodeterminación y participación social.

348 Elizabeth Adelle Beallfon c.muvo


El siguiente cuadro contiene los ejes estructurales. estrategias y progra-
mas del PARBSAC. los cuales se refieren a los intereses centrales para la región
y las comunidades surgidos en Jos procesos de diagnóstico y formu lación:

Estrategias: al Fomento y desarrollo de sistemas y actividades productivas sostenibles bajo el


enfoque de cadenas de valor. Programa A) Sistemas y actividades agrícolas. pfiuarias. acuicolas
y forestales. b) Fortalecimiento, recuperación y validación de prácticas tradicionales sostenibles
asociados al uso de biodiversidad y seguridad alimentaria. Programa B) Sistemas, practicas
tradicionales y seguridad alimentaria.
Con .... va<oon
Estrategias (cada una con un programa asociado y acciones eSpfiíficas): a) Conformación
y fortalecimiento del sistema regional de .1ireas para la conservación de la biodiversidad.
b) Fortalecimiento e implementación de medidas de conservación de especies y genes.
e) Mitigación de procesos de deterioro de la biodiversidad. d) Valoración, recuperación e
incorporación de pr.1icticas de uso que contribuyan a la conservación.
Orden.coon .mb,~nt.1 del te",to"o
la estrategia consiste en armonizar las diferentes visiones del territorio y planificación integrada
para el uso sostenible y la conservación de la biodiversidad.
Programas: A) Estado legal del territorio. Bl Planificación integrada del territorio.

Estrategias: al Investigación integrada de factores -bióticos, abiótlcos, socioculturales


y económicos- ecosistemas y especies asociadas. Programas: A) Conocimiento de los
ecosistemas amazónicos y especies asociadas. B) Sistemas agroforestales. b) Investigación-
acción participativa de conocimientos tradicionales. Programa A) Conocimientos y saberes
tradicionales.

Estrategias: al Fortalecimiento de la autonomia y el gobierno propio de los pueblos indígenas


y afrocolombinas. Programa: A) Gobernabilldad, autonomía y autodeterminación. b)
Fortalecimíento de autoridad ambiental de instituciones regionales y territoriales. Programa B)
Gestión. control yVigilancla. e) Mecanismos que faciliten el di.1ilogo intercultural,la participación
y la coordinación local e institucional. Programas: C) participación ciudadana e institucional. D)
Coordinación institucional interna. E) Coordinación internacional.

Estrategias: a) Armonización y aplicación efectiva de normas, actos administrativos y politicas


publicas. Programa: A) Legislaciones, normas y políticas publicas. b) Fortalecimiento de
sistemas de información, seguimiento y evaluación de la biodlversidad. Programa: B) Gestión
de información, seguimiento y evaluación. c) Comunicación y divulgación para fortalecer los
procesos de sensibilización, valoración y conocimiento de la riqueza biológica y cultural de la
Amazonia. Programa: C) Comunicación y divulgación. d) Gestión del plan de Acción. Programas:
D) Seguimiento y Evaluación. El Cooperación y financiación. F) Comunicación y divulgación del
plan.

Determlnlntes de l marco institucional


ambiental para la Amuoml colombiana 3 ••
La ....UÓn de la Corporadóa paI'II el DeMrroUo del sur de la
Amazom. (Corpoamazcmla) y la Corporación paI'II el DesanoUo
SoRealbIII del Norte Y OrIeate de la Amu:cmIa (CDA)
En 199) se creó el Sistema Nacional Ambiental (SINA) junto con dieci-
séis nuevas Corporaciones Autónomas Regionales, eRA, para completar treinta
y tres, como autoridades ambientales e ncargadas de gestionar e n todo el país
los recursos naturales renovables, impulsa r su desarrollo sostenible y poner
en marcha las politicas trazadas por el Ministerio del Medio Ambiente. Por la
importancia de algunas regiones, como el Chocó y la Amazonia Colombiana,
se crearon además Corporaciones de Desarrollo Sostenible.
Corpoamazonia se puede considerar una institución madura que re-
cientemente recibió la certificación ISQ-Icontec, con gran capacidad de ges-
tión y una amplia gama de acciones que incluyen: planificación y gestión de
la ordenación ambiental del territorio; prevención y control del deterioro am-
biental; gestión integral del recurso hldrico, y conocimiento, conservación y
uso sostenible de la biodiversidad con programas y acciones diversas en cada
una de estas líneas de acción, como lo contempla el Plan de Acción Trienal
2007-2009.
Las características fís ico-geográficas de la región dificultan la movi-
lidad de sus funcionarios, lo cual incide en la coordinación y cubrimiento
institucional en los tres departamentos de su jurisdicción. En contraste la
COA, que cubre los departamentos de Guainía, Guaviare y Vaupés, es una ins-
titución con un desarrollo incipiente pero con mayor presencia e incidencia
relativa en la región (L. Sierra. com. pers.).
Un componente central de los esfuerzos por crear una institucionali-
dad ambiental eficaz consistió en dotarlas con recursos financieros propios
con destinación especifica, cuestión que afianza su autonomía y capacidad
de gestión, al no depender totalmente de la asignación de recursos del nivel
nacional, los cuales vienen en fra nco declive por razones principalmente fis-
cales.
Dentro las principales rentas ordinarias de las corporaciones se destacan
la sobretasa o t ransferencia predial a mbiental (48% de las rentas ordinarias)
y las transferencias del sector eléctrico (1)%). cuestión que ha determinado
una concentración de recursos en las corporaciones con mayor desarrollo eco-
nómico, donde estas dos fuentes de recursos son grandes, dejando a otras con
escasez de recursos fre nte a sus responsabilidades (Rudas, Guillermo: 2008).

hoJudóa de'" ~ de Corpoamazonla


En el período 1995-2006, Cor poamazonia contó con ingresos por un
valor total de 579.264 millones (Fuente: Informes Financieros 1995-2006 de
Corpoamazonia). A continuación se presenta la variación promedio de las di-
ferentes fuentes de ingresos en el período y su participación frente al total de
la ejecución.

360 Etiz.abelh Adelle Beaulort Camargo


Ingresos propios. Su crecimiento en cada vigencia fiscal fue en prome-
dio delll %. Representan el 79% (S62.368 millones) del total de ingresos de
la entidad , representados por las rentas de la corporación percibidos por la
sobretasa ambiental, venta de bienes y servicios, apones de otras entidades y
recursos de capital.
El comportamiento de los ingresos por cada vigencia fiscal presenta un
incremento e n promedio del 36% en sobretasa ambiental, 16 % en moviliza-
ción forestal, 17 % en regalías petrolíferas y el 23% en convenios. Es impor-
tante mencionar que entre l002 y 2006 Corpoamazonia celebró 380 convenios
por un valor total de Sl2.039'555.331, en donde por cada peso que invirtió la
Corporación se atrajo la inversión de 87 centavos.
Dentro de los ingresos propios, laS regalias son las de mayor partici-
pación, con un 44% (S34.652 millones). No obstante, estos recursos, como
se captan principalmente en el departamento del Putumayo -donde se ubica
la explotación petrolífera- solamente se pueden invenir allí, con lo que se
genera un problema de inequidad frente al resto de la región.
Aportes de la Nación. Su crecimiento en cada vigencia fiscal fue en pro-
medio del 10% Y representan el 21% (SI6.&J6 miUones) del total de ingresos
de la entidad; corresponden exclusivamente a recursos transferidos por la
Dirección del Tesoro Nacional del Ministerio de Hacienda y Crédito Público
para funcionamiento e inversión y a los provenientes del MAVDT- Fondo de
Compensación Ambiental con una participación del 5 % en el total de ingresos·.
Con el objeto de garantizar la coherencia y aniculación del PAT
2007-2009 con los instrumentos de planificación local. regional, nacional e
internacional, Corpoamazonia realizó una valoración de los diferentes Planes
Integrales de Vida formulados por las comunidades Indígenas, el Plan de
Desarrollo de Comunidades Afroputumayenses, los Planes y Esquemas de
Ordenamiento Territorial Municipal. Jos avances de la Agenda I I Amazonia
Colombiana, el Plan de Gestión Ambiental de la Región Sur de la Amazonia
2002-2011, los preliminares del plan de Desarrollo Nacional 2007-2010, las
Políticas Sectoriales Nacionales, la Constitución PolítiCa de Colombia de 1991
(Articulos 80 y 366), la Ley 99 de 1993 (Articulas 31 y 35), Visión 2019, los
Acuerdos de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible y la Declaración
de Johannesburgo en el 2002, las Metas del Milen io, la Convención de
Biodiversidad, la Convención de Kyoto, la Conferencia de las Naciones Unidas
sobre Medio Ambiente y Desa rrollo, celebrada en Río de Janeiro en 1992, el
Tratado de Cooperación Amazónica, entre otros. Aquí nuevamente se hace
evidente el determinante internacional en el trazado de las políticas ambien-
tales.
Corpoamazonia ha venido trabajando con el Instituto de Hidrología,
Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM) en el montaje de 23 estaciones
hidrometeorológicas en diferentes sitios del Sur de la Amazonia colombiana

10 Tomado de: Corpoamazonia. Plan de A a iÓII Trimal 2007-2OQ9.

Determinantes del marco institudonBI


ambiental ¡>afala Amuonla colombiana 351
para fortalecer la información en estos aspectos y poder generar. así. infor-
mación de utilidad pública para la toma de decisiones de diferentes actores y
agentes institucionales.
Corpoamazonia también coordina con el Instituto de Investigación de
Recursos Biológicos Alexander von Hum boldt (I AvH) la puesta en marcha del
Plan de Acción Regional en Biodiversidad y en lo referente al fortalecimiento
de las empresas dedicadas al biocomerdo o mercados verdes, principalmen-
te; con el Instituto SINC HI ha emprendido procesos de ordenación forestal,
como la identificación de la ecología de especies forestales - maderables y no
maderables- de interés comunitario, y trabaja conjuntamente con el IAvH,
CORMACARENA y la COA en el forta lecimiento del Sistema de Información
Ambiental Territorial de la Amazonia colombiana (SIAT-AC).
Son, en fin , numerosos los instrume ntos de políticas q ue se relacionan
con la región y que coordina Corpoamazonia como ente rector de la gestión
ambiental en la región Sur de la Amazonia, no obstante, en concepto del PAT
de Corpoamazonia 200']-2009
Es necesario fortalecer y consolidar estos procesos en una
propuesta general de ordenación para la región q ue se traduzca
en procesos de largo plazo para articular las aspiraciones y
necesidades de las comunidades a las potencialidades de la
región, y que sirva de eje orientador de los planes, programas
y estrategias de desarrollo, de las entidades, organizaciones y
comunidad en general.

Como se ilustra en el cuadro comparativo de los recursos de los res-


pectivos planes trienales para 2007-2009, es muy evidente la preeminencia
que tiene Corpoamazonia frente a la COA . El gasto de Corpoamazonia para el
período duplica con creces los recursos de la COA , además de que cuenta con
más ru bros de gasto o programas.
Si bien la gestión del PAT 2007-200') de la COA se desenvuelve en un
contexto regional, las acciones apuntan a dar respuestas a problemáticas glo-
bales y compromisos internaciona les, en especial los señalados en los objeti-
vos y metas del milenio. También se pretende articular con el Pla n de Gestión
Ambiental Regional 2001-2010 (PGAR), con los planes de desarrollo, planes
de ordenamiento territorial y planes de vida indígenas, la Mesa Regional
Amazónica y la unidad de parques, con la Asociación de Departamentos de
la Amazon ia y la Orinoquia, Amazorinoquia. Las corporaciones de desarrollo
sostenible deben realizar un gran esfue rzO de articulación institucional pa ra
poder cumplir con sus objetivos.

CoD~

No existe una política ambienta l, unica y especial para la Amazonia


colombiana a pesar de que este propósito fue propuesto por el presidente
Uribe en los planes nacionales de desarrollo de sus dos administraciones, y de

352 Eliza.betll Adelle Beaufort camarvo


Cuad,o (ompJ,~t,vo r~,,,,,o, PAT 1007 '009 pn m,lIon~, o,' pe'o,

Corpoamazonia
CDAJGuainia. Guavlare y (Putumayo.
Programa
Va upés) Caquetáy
Amazonas)
Planificación ambiental en gestión del
2.250 4. 123
territorio
Gestión integrada del recurso hídrico 1.750 4·145
Conocimiento. conservación y uso
sostenible de los recursos naturales y 2.33 6·696
renovables de la biodiversidad '

Promoción de procesos productivos


competitivos y sostenibles 1·502

Prevención y control de la degradación


ambiental 2.639 5·0]2

Fortalecimiento del 51NA para la


gobernabilidad ambiental
Fortalecimiento institucional 930 7·231
Corpoamazonia
Aplicación y promoción del
conocimiento y uso de recu rsos 2.233
naturales
Aplicación de un sistema de
1.044
fortalecimiento de et nias
Educación ambiental para la gest ión 3-500
Funcionamiento 7·056 10.194
Inversión 11.402 ]4.044
Total '8·458 44. 237
fu~I~: VI(~m ln lst~'1o d~ ""'blent~. Grupo Aseso< SIN"

la creciente im portancia que se le otorga a la Gran Amazonia en el concierto


internacional. Los esfuerzos politico-i nstitucionales han sido fragmentados,
dispersos y. en muchos casos, desarticulados y son el resultado de acuerdos y
compromisos internacionales, más no de una decidida voluntad política q ue
aune todos los esfuerzos y recursos bajo derroteros definidos y compatibles
con el interés nacional y las apremiantes necesidades de los habitantes de la
Amazonia colombiana .
Algunos de estos esfuerzos han prod ucido documentos de políti-
ca importantes que, incluso, han sido concertados con las comunidades,
como lo son el diagnóstico y la formulación del Plan de Acción Regional en
Biodiversidad de la Amazonia Colombiana 2007-2027 o el Plan Estratégico de
la OTeA 2004-2012, pero estas formulaciones enfrentan todavía el gran reto
de la implementación . Entretanto, instituciones consolidadas del SINA, como
Corpoamazonia, la cual ostenta la responsabilidad principal de la ejecución de
la mayor parte de las políticas ambientales bajo su jurisdicción, consideran
que aun hace falta una política de ordenamiento ambiental de largo plazo y
gran aliento para la región.

Detennlnantes de l mareo institucional


ambiental para la Amal:onia colombiana 3'5 3
Los proyectos de desarrollo sostenible impulsados por las ONGs am-
bientalistas internacionales y nacionales con las comunidades locales - indí-
genas y campesinas- son importantes, pero constituyen esfuerzos aislados
que no pueden suplir una política nacional que logre canalizar los recursos
públicos y privados en una misma dirección. A lo anterior se suman las
visiones muchas veces contradictorias que se alientan sobre la Amazonia
-entre la conservación y la competitividad internacional- , que colocan en
entredicho la sostenibilidad ambiental y social de la Amazonia colombiana.
En cualquier caso, las polfticas y capacidades institucionales van a conti-
nuar siendo insuficientes en tanto las causas socioecon6micas de procesos
socia les, como el confl icto armado, el desplazamiento humano que este ge-
nera y las respuestas que el Gobierno le ha dado, en muchos casos sin tener
en cuenta sus impactos, como las fumigaciones aéreas con glifosato, no se
modifiquen.
A pesar de las múltiples y variadas propuestas político-institucionales
que en los últimos años se han ensayado y del gran interés internacional que
suscita la Amazonia, ellos no han sido suficientes para frenar las principales
presiones y amenazas que se ciernen sobre los ecosistemas y las comunidades
amazónicas. En cuanto a la visión de largo plazo, bien vale la pena traer a
colación la respuesta que dio el actual jefe de la OTCA, cuando se le preguntó
si hay espacio para el optimismo:
No, yo soy pesimista. En cuarenta años, si no hacemos nada,
d bosque húmedo del Amazonas, el más importante del mundo,
estará desconectado. Solo veremos manchas, como islas de plantas. En
sintesis, un ecosistema fragmentado que significaría una gran tragedia
ambiental. Parece mucho tiempo, pero 40 años no son nada. (Silva
Herrera: 2008, 4)

--
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354 EIiUlbetb Adelle Beaufon CamiUgo


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Instituto SINC HI. l007. Construyendo Agmda 41 para el Departamento de Vaupes. Una
construcción coltetiva para el Desarrollo Sosunible de la Amazonia colombina. Bogotá:
SJNCHI.
Instituto SINCHI. l007. Construyendo Agenda:'11 para el Departamtnto de Guainla. Una
construcción coll!Ctiva para el Desarrollo Soste/ible de la Amazonia colombina. Bogotá:
SINCHI.
Instituto SINCHI. 1007. Construytndo Agenda 41 para el Departamtn/o de Guavíare. Una
construcción colectiva para el Desarrollo Sostenible de la Amazonia colombina. Bogotá,
septiembre de 2007.
Instituto SINCHI. 1007. Conslruymdo Agenda 41 para el Departammto de Putumayo. Una
construcción colectiva para tl Desarrollo Sostenible de la Amazonia colombina. Bogotá:
SINCH1.
Instituto SINCHI. 1007. ConstruYe/do Agenda 41 para tl Departammto de Amazonas. Una
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Determinantes del maroo iJutltudonal


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356 Ellubetb Adelle Beaufon Camargo


POLITICA FLORESTAL: o MODELO F1,ORESTAL E

AGRICOLA PARA ALtM DO DEBATE ,'tCNICO

CELIA DIAS
Profewr~ de UNEU
In~niera Foresul. Doclora en Geografla
uli"dias@urrll.com.br

'51
Este anigo terá como eixo central o debate em torno de algumas políticas
florestais adotadas pelo governo brasileiro. Para a melhor compreendo do tema
se faz necessário um recorte histórico, e para efetuá-lo dividimos o artigo em dois
grandes blocos analíticos. Na primeira parte tra taremos de discutir a cria¡;30 do
Servi¡;o Florestal em 19l1, a promulga¡;30 do primeiro Código Florestal brasileiro em
1934, palco de acirradas disputas entre silvicultores produtivistas e silvicuhores
conservacionistas em torno da prote¡;30 das matas do Brasil; a prime ira Conferencia
Latinoamericana de Silvicultura e Produtos Florestais (u NASYLYA), realizada no
Brasil em 1948 pela fAO/oNU e a cria¡;lo do Instituto Brasileiro de Desenvolvimento
Florestal (IBDF) em 1967.
Na segunda parte do anigo trataremos de duas questOes atuais que
consideramos relevantes no campo da polftica floresta!' onde a Amazonia aparece
como cenário principal: discutiremos a entrada do agronegócio, especialmente os
cultivos de soja para exporta¡;lo, com o apoio governamental e pollticas públícas de
prote¡;30 a estes capirais agroexportadores; nossa segunda quest30 e a pri vatiza¡;30
de florestas públicas que, segundo o Ministério de Meio Ambiente (MM"), seria
a salda para frea r os desmatamentos na Amazónia brasileira hoje, diminuindo as
queimadas e a voracidade dos madeireiros locais. A recente privatiza¡;30 da Floresta
Nacional de Jamari, em Rondonia, n30 deixa dúvidas quanto as políticas adotadas
pelo o MMA em rela¡;30 ao critério oficial de diminui¡;30 das áreas protegidas. Os
conflitos entre setores conservacionistas e a bancada ruralista, represen tante dos
sojeiros, pecuarislas e madeireiros, vem pressionando o Governo a efetuar mudan¡;as
na legisla¡;30 ambiental, os ru ralistas aponram a legisla¡;ilo atual como um entrave ao
desenvolvimento amazónico.
Estes do dois temas/problemas que acreditamos serem da máxima relevancia
no debate florestal atua!. Estamos em presenr;:a de urna luta, urna disputa, pelo uso
dos recursos da mata amazónica, luta esta que sempre se fez presente, em distintos
contextos históricos de ocupar;:ilo deste território. Hoje n30 menos cruel que no
passado, apenas com matizes "modernas" de apropria¡;30 dos recursos naturais.
Palavras claves: políticas forestais. agronegócio,privatiza¡;30 de florestas públicas,
apropia¡;30 dos recursos naturais

........ Este artículo tend rá como eje central la discusión alrededor de algunas
políticas foresta les adoptadas por el gobierno brasileño. Para una mejor comprensión
del tema se hace necesaria centrar el debate en una perspectiva histórica. para
lo cual dividimos el texto en dos grandes bloques analíticos. En la primera parte
discutiremos la creación del Servicio Forestal, en 19l1, la promulgación del
primer código forestal en 1934 (motivo de du ras discusiones entre productivistas
y conservacionistas), la Primera Conferencia Latinoamericana de Silvicultura y
Productos Forestales (UNASVLVA), realizada en Brasil en 1948 por la FAO, y la creación
del Instituto Brasileño de Desarrollo Forestal (I BDF), en 1967.
En la segunda parte trataremos dos cuestiones actuales que consideramos

358 Célla Olas


relevanles, donde la Amazonia aparece como escenario principal: la entrada del
agronegocio, especialmente la producción de soya para exportación con apoyo
de políticas publicas, y la privatización de los bosques, que segun el Ministerio
del Medio Ambiente, sería la solución para evitar la deforc:stación. La reciente
privatización de la "Floresta Nacional de Jamarí", en Rond.onia, no deja dudas en
relación al criterio oficial de disminución de las áreas prolc:gidas. Los conflictos entre
sectores conservacionistas y el bloque legislativo ruralista, representante de los
productores de soya, ganaderos y madereros, vienen presionando al gobierno para
efectuar cambios en la legislación ambiental, en nombre dl!1 desarrollo amazónico.
Se trata de una lucha por la apropiación de los recursos naturales amazónicos, que se
prolonga a través de diferentes momentos históricos de la ocupación territorial. Hoy
no menos cruel que en el pasado, apenas con matices mod(:rnos en la apropiación de
los recursos naturales.
Palabras claves: políticas forestales, agronegocio, privatizadón de los bosques
públicos, apropiación de los recursos naturales

A".,,,,,
The core of this article is the debale concerning sorne forest policies
adopted by the Brazilian government. For a better understanding of these debates, a
historieal cut is required, so much so we divíded the article into two large analytical
blocks. In the fint pal t, we will discuss the creation of the Forest Serv iee, in ' 9l' ,
the promulgation ofthe Brarilian Forest Code, in '934 (a n:ason for struggles
belween producers and s i!vicuhurists conservationists aboul the proteclion of
Braz.ilian woods), Ihe first Latin American Conference ror Silviculture and ForeSI
Products (UCS FP), held in Brazil, in 1948, by FAOj UNU, and the crealion ofthe
Braz.ilian Institute for Foresl Development (8IFD), in 1967.
In the second part, we will raise two up-to-date qUf:5tions Ihat we consider
the most relevant in Ihe rorest pllicy field, in which Amazonia appears as a main stage
or these debates. First, we will discuss the agribusiness, espedally the cultivation of
soybeans for export wit h govemmenl support and public p~licies lo protect farmen'
capital. $econd, we will discuss the privatizalion of public lorests lhat, according
10 Ihe Ministry of Environment (ME), would be Ihe solution to hall deforeslalion in
the Braz.ilian Amazon today by red ucing the burning and appetite of local timber
explorers. The recenl privatization of ¡he Jamari National Foresl, in Rondónia, leaves
no doubl as to the poJicies adopled by the Ministry of Envi.ronmenl concerning the
decrease in deforeste<! areas. The conflicts betv-.>een the conservationiSls seclOrs and
Ihe rural seetors, representative of soy producers, cattle bre~ers and ti mber explorers,
have bcen pressing the Government to amend the environment legislation . The
ruralists indieate Ihe legislation as an obslacle 10 the Amaro·n development.
We believe these IwO issuesjproblems are of ut mm¡ t relevance in the currenl
foresl debate. We have been walching a fight, a dispute, for Ihe use of Amazon
jungle's resources. BUI this fight was always present, in difTerenl historical cOnl"exts
of occ upalion of Ihis lerrilory. Such fight today is no less cruel than in il was in lhe
past. 1I has only "modern" shades of ownership or natu ral resources.

PoUUca noreltal: o modelo noret:tal e agricola


para além do debate técnJco 351
Keywords: rorest policies, agribusiness, privatization orpublic rorests, ownership or
natural resources

"- Duas rormas existem de se jogar essa partida. Urna delas é seguir as normas de sua
irml!. do Norte, os Estados Unidos da América. Tratar a noresta como urna
mina e nllo como cultura de sarras continuas. Aceitar o &lio do lenhador
a (]oresta como filosofia nacional. Considerar a mata simplesmente como
¡ni migo do lavrador, do pastor e dos povoados; coisa a ser destruida pela a~30
do rogo se n30 puder ser abatida a golpes de machado. Negar que a sociedade,
como entidade de existencia continua, tenha se quer direito ou interesse que
colida com a exp lora~ao da propriedade particular. (... ) alienar a propriedade
pública até que todas as grandes reservas de madeiras tenham gravitado para
as mllos ávidas dos graúdos.
Roy Nash. A conquista do Brasil. 1936

Faremos um resgate histórico de algumas políticas que consideramos cen-


trais para o tema florestal hoje, que sao: as discussOes em torno da cria~ao
de um servi~o florestal autónomo, já que o existente estava subordinado ao
Ministério da Agricultura; a criar;ao de um código fl oresta!. quase um século
após o reflorestamento da Tijuca no Rio de Janeiro, e os pedidos de sua cr i a~ao;
a prote~ao das matas nativas; e os reflorestamentos com espécies exóticas, que
se iniciam na primeira metade do século XX em Sao Paulo no lastro da moder-
niza ~ao no campo brasileiro. Os principais atores/autores no debate florestal
deste periodo sao os agróno mos silvicultores', que terao espa~o privilegiado
em nossa abordagem.
Trabalharemos com dados de fontes primárias, na tentativa de recons-
tituir o debate sobre a política florestal brasileira, pois acreditamos que este
resgate nos ajudará a compreender algumas questOes atuais, especialmente
algumas políticas adotadas pelo Governo brasileiro para a Amazonia hojeo
Utilizaremos pubücar;Oes avulsas, do Servi~o de lnformar;ao do
Ministério da Agricultura lndústria e Comércio (MAJe) do Servi ~o Florestal de
alguns estados e da Organizar;ao para Alimenta~ao e Agricultura das Na~Oes
Unidas (FAO/ONU); os documentos gerados pela Conferencia Latinoamericana
de Silvicultura e Produtos Florestais (UNASYLVA), realizada no Brasil em
1948, pela FAO; publicar;Oes veiculadas pela Revista do Institu to Nacional do
Pinho (INP), e alguns autores selecionados, q ue serv irao para sustentar os
debates aqui levantados.
Na reconstitui~o do debate, a partir das fontes primárias, tres autores

Os agranomos silvicultores eram os espedalislas em florestas. antes da


cria<;llo dos cursos de graduar;lIo de Engenheiros Florestais no Brasil, em
11]60. Esta era urna especialidade dentro da graduar;1o em Agronomía.

360 celia Di..


se destacaram com um maior numero de publica~óes debatendo a política
"oresta) do periodo, que vai de 1909, data da primeira publi ca~30, até 1967,
data da cria~¡¡o do lnstituto Brasileiro de Desenvolvimento Florestal (JBDF).
Estaremos dando maior destaque a esses autores porque consideramos os mais
importantes no ca mpo do debate " orestal do período. ~o eles: Edmundo
Navarro de Andrade, engenheiro silvicultor responsável pela íntrod u ~¡¡o dos
grandes monocultivos de eucaliptos feitos pela Companhia Paulista de Estradas
de Ferro do Estado de ~o PauJo; Paulo Ferreira Souza, agrónomo silvicultor,
chefe da Se~ao de Parques e Florestas Nadonais do MAJe e Secretário Geral
na Con ferencia de Silvicultura da FAQ no Brasil; e Horádo Peres S. Matos,
também agrónomo silvicultor, diretor do Serví~o Florestal do Ministério da
Agricu ltura . Estes dois autores estavam sediados no Rio de Janeíro que aépo-
ca, como Capital Federa!. abrigava todos os Ministérios.

o ................
A Silvicultura da prímeira metade do Séc. xx, como veremos, é de
um nacionalismo muito mais brando se comparada a do período de debates
provocados pelo reflorestamento do Maci~o da Tijuca no século XIX, no Rio de
Janeiro, onde se díscutiu íntensamente a silvicultura como um grande recurso
na recupera~o das matas devastadas pela expansao desordenada das c uJt uras
agrícolas e das cidades. A sil vicultura que veremos a partir do inicio do século
XX esta rá muito mais preocupada com os resultados económicos, mas como
este pensameoto 030 era hegemonico, ela n~o va i perder de todo a visao, de
seus antecessores', da importinda da conserva~¡¡o das matas enquanto patri-
monio nadonal. através da rec u pera~ao das áreas. O Servi~ Floresta!. reivin-
dica~ao do sécu lo anterior', vai ser criado no século, XX, com a finalidade de
implementar a "sil vicultura nacional", incentivando o aumento da produ~¡¡o
floresta!' fiscalizando os desmatamentos em florestas nativas, e tentando equa-
cionar as pressOes dos setores conservacionistas críticos a falta de políticas
florestais efetivas.
A discordánda quanto el prot~30 das matas nativas se fará bem visivel
nos embates provocados pela discussao da implementa~ao de um código f10-
restal no Brasil. Por fazer restri~óes ao direito de uso da propriedade da terra,

Estamos nos referindo aos trabalhos de au tores do século x IX que já cobravam


imediata interrerencia do estado na recupera~Jo das áreas desmatadas pelos
diversos usos da madeira, e o desenvolvimenlo dos oonhecimentO$ no manejo
das matas troplcal$ para poder oonserva- las. Esles autores sic: José Bonifácio
de Andrade e Silva. Bahaur da Silva Lisboa e Francisco Freire AlernJo.
) Em 1879, a Revista Agrlcob do lmpe:rlallnstituto Fluminense de Agrlcuhura
(IIAIIFA) public.a artigo de An tonio Silva derendendo a criat;)o de um
Servit;a Florestal. onde se pode ler: "Nao car~ lembrar quanta$ rlIzOes
de interesse social acollselha a organiut;Jo de um Servi~o, que, velando
efica:¡:menle na guarda das matas proteja n 'algumas regióes;i reprodu~.Io
das madeirasde lei". IAI I PA . 1879, vol. 10, n. 1, man;o, p. )8.

PoUtiao OOf1lml: o modelo noremJ e egriODII


panI além do debat e técniOD '11
o Código sempre foi assunto bastante polemico, e as discussOes em torno dele
se arrastam ao Jongo da hist6ria de ocupa¡;ao do territ6rio nacional: matas
como bem público, de interesse da coletividade ou direito do proprietário
da terra. Na discus~o do tema, n o periodo estudado nesta primeira parte
do artigo (1900-1967) localizamos urna ten~o entre dois grupos que vamos
definir como os agrónomos silvicultores produtivistas e os agrónomos sil vi-
cuhores conservacionistas. Os conservacionistas, neste caso, estao filiados a
tradi~ao alema de manejo Oorestal, que seria para eles o uso de um recurso
de forma racional, no qual podemos enquadrar Paulo Ferreira Souza e outros
a utores defensores do C6digo Florestal neste periodo. Já as idéias de Edmundo
Navarro estao ancoradas na visao liberal sobre a propriedade privada das
matas. Crítico da interferencia do Estado na regula¡;ao de uso dos recursos
naturais, na sua visao os proprietários tinbam o direito de fazer o uso que
desejassem dos recursos naturais, incluindo-se as matas.
É importante esclarecer que este debate está inserido num debate maior,
que é o processo de moder njza~a o da agricultura no Brasil, localizado princi-
palmente, neste período, no Estado de Sao Paulo. Vamos pensar a silvicultura
e as políticas Ooresta is, como ponta moderna da agricultura, sendo Navarro
um dos atores/ autores principais neste processo de expansao e consolida~o
da silvicultura e das políticas fl orestais no Brasil. Sabemos que o mérito da
moderniza¡;ao nao é individuaL e nao podemos esquecer que Navarro tinha
a Companhia Paulista de Estradas de Ferro; a Revista Agricola; o Sindicato
Agronómico do Estado de Sao Paulo'; o Instituto Agronómico de Campinas
(ESALQ); e também o pr6prio Horto Florestal Paulista, que será mais tarde re-
formulado por ele, como aliados na campanha pela expansao de monocultivos
f1 0restais como forma de moderniza¡;ilo do campo brasileiro. Ao nosso ver, a
sil vicultura, ou a planta'Yao de eucaliptos. que mais a caracteriza no século
xx, já nasce moderna. E como ponta moderna da agricultura já nasce com os
conflitos que Ihes sao peculiares hoje -expulsóe5 dos pequenos agricultores.
destrui'Yao de diferentes ecossistemas naturais, retirada de matas para esta-
belecer planta'YOes de eucaliptos. etc.- . provocando tens3es com os setores
conservacionistas e se aproveitando de 6rgaos públicos e aparatos legislativos
na sua expansao.
Para acelerar seu crescimento económico, o Governo do Estado de Sao
Paulo contrata técnicos e dentistas forma dos nas melbores escolas estrangei-
ras e também aqueles que trabalhavam no Governo Federal. Esses profissio-
nais teriam como tarefa criar e reformar as institui'YOes estaduais, superan do
os obstáculos e pondo em curso o processo de moderniza¡;ao. A cria'Yao da
Comissao Geol6gica e Geográfica do Estado, instalada em 1896 nas matas da
serra da Cantareira, e dirigida pelo norte-americano Orville Derby, foi urna

4 O Sindicato Agronomico foi transformado em 1944 em Sociedade Pau lisla de


Agronomia (SPA) . Para maiores informa~Oes sobre o lema consultar MENDON~A.
Sonia R. de. 1997. O Ruralismo Brasileiro (1888-19Jf)' S~O Paulo. Ed. HUC ITEC.

362 ~ I ia Dla.
dessas institui~Oes, e tinha como objetivo explorar as terras devolutas rema-
nescentes e assessorar a instala~a o de vías férreas. Posteriormente, a mata da
Cantareira será transformada em reserva fl orestal do Estado, tal como o que
Coi Ceito com a mata da Tijuca no Rio de Janeiro, com a Cun~ao de proteger as
badas dos riachos que abastedam a ddade.
A Comissao Geológica e Geográfica críou também urna se~ao de bo-
tanica e meteorologia, organizada e dirigida por Alberto Loefgren, botanico
sueco, considerado um dos mais competentes de sua gera¡;ao. Esta Se¡;ao de
Botanica foi posteriormente transformada em Servi¡;o Florestal e Botanico.
encarregado da conserva¡;ao das matas e em reflorestar áreas desmatadas. No
Horto Botanico, Loefgren se dedica a experimentos de silvicultura, plantan-
do espédes da flora nadonal e aclimatando plantas exóticas. Publica pela
Secretaria de Agricultura do Estado dois trabalhos que tiveram grande re-
percussao, "Servi¡;o Florestal para particulares" e a" Devasta¡;ao das Matas",
onde defende a preserva~lIo das matas no Estado, acirrando ainda mais o de-
bate em torno do tema, já que era grande defensor do Código Florestal, tema
polemico no Estado (ABEF: 1950, n .3).
Na dire~lIo do Servi~o Floresta!' Loefgren lan~ou-se numa campanha
pioneira por um Código Florestal nacionaL pois estava preocupado com o fe-
nómeno da fronteira vazia. As frentes pioneíras, depois de derrubar todas as
matas, deixavam para trás terras exauridas e improdutivas, e ele acreditava
que um Serv í ~o Florestal nadonal e um Código Florestal poderiam conter estes
impetos desbravadores, protegendo as matas ainda existentes. Sao os apelos
de Loefgren feitos através dos jornais paulistas que vao sensibilizar a classe
média na defesa da conserva¡;lIo dos recursos fl orestais do Estado. A moder-
niza~ao em curso era vista pela classe média urbana com bastante apreensao.
havia urna preocupa¡;ao com os danos ao ambiente. principalmente os desma-
tamentos observados ao langa do trajeto da ferrovia.
A implanta¡;lIo da silvicultura moderna se dará através dos hortos
florestais da Cia. Paulista. tendo como objetivo suprir a demanda de lenha
e acalmar os criticas, defensores das matas nativas, que denundavam o seu
desaparecimento em velocidade vertiginosa com o avan~o da ferrovia. Mas,
segundo esses críticos, mesmo com a tao alardeada excelencia científica de
Navarro em seus plantios de florestas, a Cia. nunca conseguiu produzir mais
do que 40% da lenha que consumía (oean: 1996). O "mar de e ucaliptos",
nesta época já era questionado pelos críticos. Os danos ambientais nllo se jus-
tificavam. AfinaL a implanta~ao dos monocultivos florestais acarretou sérias
perdas de biodiversidade. o empobredmento da flora levou el fuga e el dimi-
nui¡;ao de popula~Oes de anímais que viviam nessas áreas.
O agrónomo silvicultor Edmundo Navarro de Andrade. com sua visao
de "florestas produtivas", fazia parte da elite modernizante do país, e represen-
ta O pensamento q ue come¡;a a imperar na silvicultura nacional, fruto dos bons
resultados obtidos com os reflorestamentos de eucalipto feitos na Companhia

Polltlca florestal: o modelo floteaul e agrícola


para a16m do debate técnico ,.,
Paulista de Estradas de Ferro de sao Paulo'. Seu projeto de moderniza,ao da
agricultura, ou "agricultura racional", como dizia, se espelhava no modelo eu-
ropeu, trazido em 1903, após a conclusao do curso de agronomia em COimbra,
e que foi melhor fundamentado ao longo de suas viagens aos Estados Unidos,
como diretor do Servi,o Florestal da Cia. Paulista, e no Servi,o Florestal do
Governo do Estado de sao Paulo. A silvicultura se inseria nesse contexto de
moderniza,ao da agricultura, e Navarro procurava fundamentar cientificamen-
te suas idéias, mostrando os avan,os de outros países neste setor, o incentivo
as pesquisas no campo floresta!, e principalmente o estabeledmento de mo-
nocultivos florestais, fato sempre elogiado por ele, como ideal de progresso
agrícola que o Brasil deveria adotar na constru,ao de um futuro próspero. A
Cia. Paulista representava a moderniza,ao, com a limpeza dos terrenos (retirada
de matas indesejáveis ao projeto da Cia .) ao longo de seu caminho, e o plantio
de euca lipto - "fl orestas produtivas" -, permitindoa d.rcula~o de mercadorias,
de pessoas, e de idéias", levando o progresso ao interior do Estado.
Edmundo Navarroé considerado o pai da silvicultura nacional, por ter
iniciado os monocultivos florestais com fin s comerciais no Brasil'. Aclimatou,
com sucesso, e m Sao Paulo, difere ntes espécies de eucaliptos, publica ndo em
1909 o "Manual do Plantador de Eucalyptos", que teve sua primeira edi~ao
rapidamente esgotada, tendo sido reeditado em 19IL O "Manual" é a pri-
meira publica~ao sobre o cultivo de eucaliptos no BrasiJ, dai a atribui~ao de
paternidade da silvicultura dada a Edmundo Navarro. Os plantíos de euca-
liptos da Cia. aparecem como primeira experiencia em silvicultura , já que
os experimentos do Major Archer no reflorestamento com flora nativa na
Floresta da Tijuca no Rio de Janeiro, no século anterior, nao sao lembrados
como silvicultura nacionaL E como sabemos, Archer utilizou técnicas sil vi-
culturais em prátíca na época nas escojas européias. A silvicultura do século
xx, atrelada ao modelo modernizante da agricultura. passa a ser sinónimo de
monocultivos florestais; e um de seus ideais originais presentes nos debates
do século XIX -a recomposi~ao das matas nativas- , desaparece, ou quase nao
é lembrado.
Navarro dedicou-se a experimenta~ao florestal por muitos anos, tes-
tando diferentes espécies de euc<1 liptos e outras espécies para fins comerciais.

5 Podemos considerar a Cia. Paulisl.3 de Estradas de Ferro um complexo


agro-industriaJ, já que administrava hortos norestais, oficinas
mecanicas, frigoríficos, indústrias de papel, colon iz.a~.1io, transportes
rodovioirios, etc" empresas de diferentes ra RlOS e todas lucrativas.
6 A Cia. Paulista distribuía ao longo de seu perruno publicalJ3es
propagandeando a moderniz.aylo da agricultu ra, como o "Manual do
Plantador de Eucali ptos" e o jornal "O Fazendeiro", do Sindicato Agronómico
Paulista, entre outras publica~Oes, sem custos para os agricultores.
7 Biografla escrita por Armando Navarro de Sampaio, sobrinho de Navarro
de Andrade, publicada como Edi~iio comemorativa da Segunda Conferencia
Mundial do Eucalipto, em Siio Paulo, 1961, com o patrocinio da FAO/ ONlI.

364 CéU. Dial


A Cia. Paulista tinha disponibilidade de capital para investir em pesquisas,
tendo patrocinado. muitas vezes com o apoio do Governo do Estado de 510
Paulo. inumeras viagens com este fim aos Estados Unidos. A viagem também
se estendeu a vários países da Europa. ande o autor coleta informa~3es sobre
os respectivos Servi~os Florestais. Em 191 ) faz outra importante viagem, pa-
trocinada pelo Governo paulista. percorrendo países que estavam investindo
na exp l ora ~lo de suas fl orestas e na implantac;30 de monocultivos floresta is.
como india. CeUi'lo. Malásia. Sumatra. Java. Nova guiné e Austrália. ande per-
manece mais tempo estudando a especie.
De volta ao Brasil. Navarro trás em sua bagagem sementes de 150 espé-
cies diferentes de eucaliptos para estudos no harto da Cia. Paulista. O Harto
de Rio Claro contava em 1961 . data da publicaC;i'lo do trabalho que consulta-
mos. com 118 especies da mirtácea trnida por Navarro. Em 1925 faz outra
importante viagem aos Estados Unidos. ande estuda as possibilidades de fa-
brica~i'lo de celulose com madeiras de eucaliptos. já que as experiencias feitas
na Australia haviam sido abandonadas por julgarem-se as fibras muito curtas
e a textura e coc da madeira inadeq uada para o Cabrico de papel. As expe-
riencias foram feitas em Madison. Wisconsin . no Forest Products Laboratory.
com auxilio dos técnicos f10restais deste Instituto. e. segundo os relatos de
Navarro. os resultados das experiencias foram satisfatórios (Sampaio: 1961 b).
A fabricac;i'lo de papel também foi tema debatido pelos silvicultores
nacionais e. em 1927. o MAIC publica um langa trabalho de Costa Miranda. do
Servir;o Florestal do Brasil, dando canta do progresso da industria do papel no
Brasil e no mundo. O autor sai em defesa da madeira nacional para fabrico de
papel de qualidade. para fazer frente aos mercados em expansi'lo naquele mo-
mento. especialmente os Estados Unidos. país em que o autor se detém maís
demoradamente. mostrando a quantidade e o valor da madeira consumida no
período de 1899 a 1926. bem como a prodw;i'lo. a exportac;i'lo e o consumo de
papel neste país. Aa langa do trabalho de 34 páginas. com diversas tabelas de
custos e beneficios da industria do papel no Brasil, condui que "a indústria
do papel no Brasil recompensa os capitais que a procuram". Para o autor,
a saída para a produc;ao de papel no Brasil está na extrac;lo de madeiras da
mata nativa nacional. já que a falta de legislac;ao permitia esses cortes. com
OUlra vantagem adicional. a da alardeada "natureza infinda ", como podemos
observar no texto abaixo:
Ocupemos-nos das plantas fibrosas. ou seja. das que nJo dando
fibras longas utili:civeis para cordoalha ou tecidos. entretanto fornecem
excellente celulose (... ) Na sua exuberante flora possue o Brasil tantos
vegetais de alto pone e de tecido fibroso e crescimento rápido. este
ultimo fortemente auxiliado por condit;6e5 mesológicas íavorávcis.
que. mes.mo nJio existindo a obrigatoriedade da regularnenta~Jo
das mattas derrubadas, levamos vantagem sobre os outros paises.
geralmeme menos aquinhoados pela natureza. (Miranda: 1927. 23)

Palluca OorntaJ: o modelo nore.tal e agricoll


pan. a1ém do debate t6enioo , ,..
No relatório de viagem a Austrália, de Horácio Peres Matos', a fabrica-
~ao de papel é urna preocupa ~ao presente, e nele o autor discute os avan~os das
pesquisas para fabrica~ao de papel a partir de madeiras de eucaliptos. Os países
que fabricavam papel. até 191 5, utilizavam madeiras de coníferas, pois havia
poucas iniciativas de produ~ao de papel a partir de madeiras duras e pouco
se sabia sobre o comporta mento dessas rnadeiras. Segundo Horácio P. Matos,
"os métodos eram mais ou menos estandartizados de prepara~ao de polpa, nao
permitia a possibilidade de se fabricar polpa de papel do lenho de eucaliptos"
(Matos: 1953c, 3). Apesar da abundáncia de eucalipto -vegeta~ao natural na
Austrália- , só depois da Primeira Guerra Mundial é que os australianos passam
a se preocupar com a fabrica~ao de papel, iniciando pesquisas nesse sentido.
A Companhia Paulista estava interessada em expandir seus negócios
com a fabrica~ao de papel no futuro e Navarro prossegue em suas investiga~3es
sobre o tema. Publica vários trabalhos, onde faz a defesa dos reflorestamentos
de eucaliptos como única solu~ao para o abastecimento do mercado local e
internacional e como grande fonte de renda para os agricultores. O autor pu-
blica artigos no jornalO Estado de Sao Paulo, utilizando esse espa~o para fazer
propaganda dos monocultivos florestais da Cia. Paulista , discorrendo sobre
os beneficios economicos e ecológicos dos cultivos de flore stas homogeneas,
tentando, assim, convencer os agricultores locais, donos de sitios ou grandes
extens3es de terra, a se associarem a Cia. Paulista no plantio de eucaliptos no
Estado de Sao PauIo. Navarro utiliza também o espa~o do jornal para publicar
rnatérias atacando os defensores da promulga~ao do Código Floresta!. Esses
artigos sao posteriormente reunidos em trabalhos publicados pela Cia. ou pelo
Servi~o Florestal, como o que destacamos a seguir.
A intervem;:lo do Estado nestas quest~ nao agrada apenas a
meia dúzia de espíritos acanhados e sem iniciativa, que só caminham
na vida pelo bra~ alheio (... ) infelizmente vemos homens cultos que a
reclamam, como por exemplo, o diretor do Museu Paulista que, numa
conferencia feita em Piracicaba, deixou escapar este precioso trecho:
- 'Nao faltará quem proteste contra taes constric~3es da Iiberdade
pessoal, mas sem estes meios nao há sylvicultura. Demais isso de
liberdade pessoal. em que tanto se fala, nem sempre tem cabimento.
Que haja mais urna restric~lo que impe~a o homem, aqui como em
outros paizes, de derrubar manas, embora se trate de sua propriedade,
sem licen~ especial das autoridades'. Felizmente nlo se enganou o
director do Museu' quando disse que nlo faltariam protestos. (... )

8 A Conferencia da FAO realizada em Roma em 1951 sugere a organiza~ao de viagens


de estudos do eucalipto fe Austr~lia. Cada país enviadil dols representilntes
que deveriam ser funcionários dos Servl~os Florestais ou técnicos de empresas
privildas. Os representantes do Brasil foram Horácio Peres MillOS, designado pelo
Servi~o Florestil!. e Armando Navuro Sampaio (sabrinho de Edmundo Navarro de
Andrade), representando il Cia. Paulista, como diretor de seu servi¡;:o floresta!'
9 Navarro está se referindo a RodolfVon I1hering, combativo ambientalistil,

3611 Célia DI..


Anima-nos a espel"illn4¡a de poder mostrar dentro de poucos annos ao
diretor do Museu, qu~ sem proccssos violentos e sem vcxames também
há sylvicultura. O governo do Estado de Slo Paulo, desprezando
violencias e conselhos despropositados, conseguirá muito. (Andrade:
1911C, 15)

Pod~mos perceber n~ste artigo que os plantios contavam com O apoio


do Governo de sao Paulo e a criar;ao do Servi~o Florestal paulista, em 1911
(Torres: 1925), apontados por alguns pesquisador~s como fruto do pioneirismo
de Sao Paulo. Na verdade, foi urna forma encontrada pelo Governo de estancar
as críticas dos setores conservacionistas a expansao dos eucaliptais no Estado,
apoiando sua expansao. O Servic¡:o Florestal paulista criado pela Secretaria
da Agricultura, Commercio e Obras Públicas do Estado de Sao PauJo, sendo
Navarro o Ch~fe deste Servic;:o, teve como principal fun~ao o apoio as iniciati-
vas neste campo. Oesta forma os eucaliptais da Cia. Paulista se espalharam ra-
pidamente pelo Estado com o aval do Servic;:o Floresta), como podemos atestar:
"A recente criac;:ao do Servic;:o Florestal de Sao Paulo e o poderoso auxilio q ue
elle devera prestar aos lavradores vieram completar a propaganda iniciada ha
oito anos por aquella empresa ferro-viária" (Andrade: 1911 ', VI).
Quando Navarro recebe a diTe~ao do Servic;:o Florestal e Botinico, que
antes estivera sob o comando de Alberto Loefgren, agourentamente, como
diz Warren Dcan, perde o "Boranico" de seu nome, e se transforma numa
sementeira de eucalipto. O servic;o distribuia 25 mil mudas e passa a distribuir
250 mil, dando prioridade a mudas de eucalipto. E "As pesquisas botánicas
que poderiam ter estabelecldo o valor industrial e medicinal da floresta nativa
foram interrompidas. O herbário de Loefgren desapareceu" (Dean 1996: 2')1).
Realmente o Servic;:o sob nova dir~o transforma-se num poderoso auxiliar
a expansao dos monocultivos florestais, abandonando seu papel de servic;o
público, tornando--se um brac;:o dos interesSeS privados da Cia. Paulista no
Estado.
A criaC;ao do Servi~o Florestal do BrasiJ " se da em 1921, mas por falu
de recursos, e também por interesses políticos. só é efetivado em 192,). Como
a Uniao nao dispunha de recursos suficientes para a manutenc;ao dos Servi~os,
estes sao implantados por panes, buscando--se acordos com os estados, na
tentativa de reduzir os gastos do Governo Federal. Sao Paulo, como um dos

Oinlor do MU5eU Paulista IU ~poca. Von Jlherlng publica um anigo IU


Revist.a do Museu Paulista - ' Dwast~do t Constl""lJafdo ckls mat¡;¡s', em
1911 . onde fiu: dUl"ill$ criticas ao avan4¡o dos eucaliptais sobre as matas no
Estado de Sio Paulo e este attigo teve consider~vcl repercusslo, debc:ando
Navarro irritado com as criticas feitas aos monocultivos florestais.
10 Foram feilas diversas altera~Oes no Servi~o Floresta1. em 1916. 1939.
1941 e 1944. por diversas raWcs. O Servl~o Florestal atuava na produ4¡lIo
de mudas de diftrentes espécies. para o reflorestamento e no estudo da
biologia, sistemJtica e dendrologia de espécles da fll)l"ill brasileira.

PolltlQl Oorelt.al: o modek) Ilorntale agTioola


para .I~m do debate técnico 317
estados mais ricos da federa~ao, com amplo programa de moderniza¡¡:ao do
campo, arca com as despesas de seu Servi¡¡:o Floresta l; ou seja, a elite agraria
paulista o sustenta, mas em cont rapartida tem total autonomía em sua admi-
nistra¡¡:ao, o que o torna mais um aliado na expansao da silvicultura, entendi-
da aqui como ponta moderna da agricultura no Estado.
A cria¡¡:ao de um serv i¡¡:o florestal também foi a estratégia encontrada
pela Cia. Paulista, que transfor ma seu servi¡¡:o num departamento autónomo,
sob a denomina¡¡:ao de Servi¡¡:o Florestal . Esta mudan¡¡:a de nome se deveu as
pesquisas nos Servi¡¡:os Plorestais de alguns países feitas por Navarro em suas
viagens internacionais custeadas pelo Governo, e tiveram como meta otim izar
os negócios da Cia. no Estado. Seria muito mais fácil convencer os agricultores
a receber as mudas e estabelecer plantios de eucaliptos em parceria com a Cia.,
com assiste ncia técnica de um Serv i ~o Florestal, que, aparentemente, oferecia
ma is seguran¡¡:a que um mero departamento.

CódIgo f10rwtaI de 1934


A interven¡¡:ao do poder pú blico sobre a propriedade das florestas sem-
pre esteve presente no Brasil, em todos os períodos históricos, seja na Colonia,
no lmpério ou na Repú blica. Todavia, quando falamos de prote~ao das matas,
sabemos que essas intervem;Oes fo ram ineficazes q u:m to ao seu propósito. As
leis eram dispersas e somente no período republicano é que o ordenamento ju-
rídico passa a conta r com a codifica¡¡:ao floresta l (Ahrens: 2003), que também,
a nosso ver, nao trouxe grandes muda n ~as com rela~ao a prote¡¡:ao das matas
remanescentes, o mesmo que podemos observar na atualidade. Tivemos dais
Cód igos f1 orestais: o de 1934 e o vigente, instituído em 1965, e que tem sofrido
algumas a ltera~3es através de Medidas ProviSÓrias. A análise estará centrada
no Código de 1934, já q ue nossos principais atores, os agrónomos silvicultores,
participarao ativamente deste debate.
A reivindica~ao de urna legisla~ao especifica é do sécu lo XIX, feita
pelos intelectuais conservacionistas q ue escreviam na Revista Agrícola do
Imperial Instituto Fluminense de agricultura (RIIFA):
A promulga~;¡;o de um Código Florestal que regule
methodicamente este objeto t: necessidade a que cumpre atender. tanto
para assegurar a conser va~;¡;o do dominio publico, quanto para tornar
certas e respeitadas as rela~Oes da propriedade particular, no uso das
matas possuídas, com os direitos reservados ao Estado. (IlA l lfA: 1879,
vol. 10, n.l, )8)

No Capitu lo 1 do Código de 1934, as matas em seu conjunto foram con-


sideradas como bem comum a todos os habita ntes do país, o que demonstrava
a existencia de urna preocupa¡¡:ao com acrescente destrui¡¡:¡}o desses recursos,
como podemos ver nos Artigos 1" e 2 " .
Art. 1" - As florestas existentes no território nacional, consideradas
em conjunto, constituem bem de interesse comum a todos os habitantes do

368 Célla Dlu


país, exercendo-se os direitos de propriedade com as Iimita~óes que as leis, em
geraL e especialmente este Código, estabelecem.
Art. 2° - Aplicam-se os dispositivos deste Código assim as florestas
como as demais formas de vegeta~ao reconhecidas de utilidade as terras que
revestem.
O primeiro livro sobre o Direito Florestal Brasileiro de Osny Duarte
Pereira foi publicado em 1950, muito recente se considerarmos que o debate
já estava presente no século XIX. A obra é considerada pioneira na área de di-
reito florestal. Nesta obra Pereira reconhece a necessidade do Estado brasileiro
regular a prote~ao e o uso de suas florestas, como já havia sido feito cm vários
países: 'j\s leis florestais nao intervencionistas estao sendo gradualmente abo-
lidas, nao existindo mais na~Oes que neguem ao Estado o poder de direta ou
indiretamente, regular a conserva~ao e a re produ~ao das matas, inclusive as
particulares" (Pereira: (950).
O Código Florestal será o centro do polemico debate protagonizado
entre produtivistas e conservacionistas, mas nao se resume a esses grupos e
a esse período histórico. O debate se estenderá por muitas décadas, já que as
discordancias em torno do uso e propriedade das matas cont inua sendo um
conflito aberto no Brasil. Distintas e dissonantes vozes se pronunciaram no
debate sobre a promulga~ao do Código de 1934, como veremos.
Edmundo Navarro, defensor das "florestas produtivas", criticava du-
ramente a implementa~¡¡o de urna l egis la ~ao florestal naquele momento, que,
segundo ele, poderia se tornar um empecilho a expansao florestal. A legisla¡;ao
poderia frear as iniciativas tao frutiferas, como a executada por ele, dificultan-
do os plantios das espécies exóticas e ntao em curso no Estado de Sao Paulo, já
que a Cia. Paulista estava comprando terras em várias localidades do Estado
para expandir seus viveiros. As florestas produtivas para Navarro seriam com-
postas basicamente por plantios homogeneos de e ucaliptos em grande escala,
e urna legisla¡;ao naqueJe momento poderia impor normas restritivas e difi-
cultar a expansao em curso dos monocultivos florestais. Na visao de Navarro,
nossas matas eram impróprias as exigencias industriais e constituíam um im-
pedimento a moderniza~ao em curso:
As nossas florestas, além de seu papel fertilizador ( .. .l. sAo de
valor industrial quase nullo. As florestas industrial e commercialmente
utilitiveis sAo compostas de urna s6 ou de poueas e uniformes
ess.encias florestaes, misturadas num pequeno espa¡;o, essa própria
riqueza apparente constituí industrialmente uma verdadeira pobreza.
(Andrade: 1911C, 100)

A opiniao de Navarro sobre a pobreza de nossas matas, vista no texto


acima, nao tem fundame nto, inclusive fl orestal. a nao ser como defesa dos mo-
nocultivos de árvores e m curso no Estado de Sao Paulo. Sua opioiao é contes-
tada por inúmeras autoridades florestais estran geiras como Nash (1926), Orton
(1929) dentre outros, que vem ao Brasil através dos intercambios científicos

Politice. florestal: o modelo florestal e IQ1ioola


pan 116m do debate téenloo ,It
firmados entre o Governo brasileiro e outros países, principalmente os Estados
Unidos. Esses especialistas silvicuhores fazem um levantamento das riquezas
de nossas matas e atestam o quanto elas slo ricas em diversidade de espécies
úteis para os mais diversos 6ns, como podemos ver no texto de Roy Nasb:
Dois dos mals competentes sllvicultores que estiveram nas
Filipinas. Sr. Hugh CUrran e o Dr. H.N. Whitfort, do jusumente os
dois americanos que mals conhecem as florestas brasileiras. Ambos
afirmam com respeito i matarla do Brasil o mesmo que dizem das
florestas de MalaciI. que a mata virgem dos Trópicos (Brasill encerra,
em grande quantidade. as madeiras pelas quais o mundo mais alto
clama. Nos Estados Unidos. neste primeiro quartel do século XX, o
nosso corte de madeiras consiste especialmente de carvillho, filia.
vidoeiro cicómoro. frebeo, nogueira, álamo amarelo e tflla. No BrilSiI
há um substituto para cada um destes pauso Nas florestas marítimas da
Baía, por exemplo, atrás de Uhéus onde vagamos por multos meses, o
Sr. Curran verificou que a maiorla dos exemplares se agrupava em dez
espécJes, das quais, qua renta por cento erilm moles e correspondiam
ao álamo amarclo em c.uilcteres fisicos; o freixo e o carvalho; e apenas
trinta por cento de madeiras mais resistentes que o carvalho branco.
(... ) NAo se trata de urna estimativa superficial, mas. de JudicJosa.
ctJllclw;;:¡o iI que chcgilfam especialiStaS de nomeada, depois de anos
de estudos 'in loco' , de experiencias mccinicas no taboratório da
Escolil Floresu.l de Yale, e no taboral6rio de ProdUt05 Florestai$, de
Wisconsin, (Nash: 19J6b. IO:HOJ),

o texto de Nash é publicado nos Estados Unidos em 1926 e no Brasil


em 1939; portanto, os estudos a que ele se refere slo do mesmo periodo de
Navarro, isto é, inicio dos anos la do século passado, É certo que o conheci-
mento sobre as matas tropicais era pequeno, mas Ido a ponto de desconsidera-
rem-se suas riquezas em madeiras e produtos como faz Navarro, O diagnóstico
feito pela equipe técnica da FAO, apresentado no Congresso de Silvicultura
e Produtos Florestais no Brasil (UNASYLVA), em 1948, confirma a riqueza de
nossas matas mostrando bastante interesse em nossos recursos florestais. O
diretor geral da FAO, Sir John Boyd OTT, em seu discurso de abertura, diz
ter esperans:as de que a conferencia contribua para melhorar a situas:ao de
escassez de madeiras na Europa; para tanto, oferece ajuda técnica para os
países membros explorarem suas matas nativas e exportarem seu excedente
(UNASYLVA: 194&, voLl,n'3, S).
O Servis:o de Informas:ao do MAJe publica em 1929 um Relatório de W.
A. Orton, diretor da Tropical Plant Research Foundation, ande o autor tras:a
um quadro da situas:ao florestal brasileira, e diz que a riqueza florestal do
Brasil é "major que a de qualquer nas:ao" e que. se "bem administrada poderá
substituir o café, pelo seu valor incalculável". O autor prop3e a exploras:ao
das matas como fonte de renda, igualandose ao café na exportas:-ao de seus

370 CjU. Dial


produtos. Defende o Servi~o Florestal, dizendo q ue seu papel é reflorestar as
regi3es desmatadas, mas reconhece as dificuldades na execu~30 desta tarefa,
já que:
as questOes referentes as árvores, seu cultivo, sua estrutura,
pnysiologia, pathologia e a rea~lIo para cornos fatorc:s variáveis do meio
[nos trópicosl, do tao numerosos e, na grande maio:ria, desconhecidos,
que a silvicultura pode ser considerada embrionárill quando
comparada com a agricultura. (Orton: 1929,2)

o Diretor da Tropical Plant Research Foundation, W. A. Orton, em


trabalho executado para O Ministério da Agricultura em 1929, descreve em
!inhas gerais um plano para a organizarr30 de um :5ervirro Florestal para o
Brasil baseado nas experiencias adquir idas na Índia, 110S Estados Unidos e nas
Filipinas, dizendo:
Os silvicultores estilo de acordo quanto as medidas do
programa geral. mas, nas suas aplicac;Oes ao Brasil, lima série contínua
de problemas se apresentará, cujos detalhes terno di~ ser encarados e
estudados a medida que se apresentarem e resolvidos de acordo com as
pesquisas scientíficas que terllo de ser feitas aqui. (Orton: 1929,))

Como podemos observa r, o autor está ciente de que esta tarefa, conhe-
cer a diDilmica das matas tropicais, era nossa, brasilei:ra, e que nilo existía urna
silvicultura pronta, t¡nhamos que construir, para da r respostas as demandas
apresentadas nas diferentes regi3es brasileiras. Acred itamos q ue esta deman-
da ainda se faz presente hoje, mesmo com o aumento dos conhecimentos sobre
a di namica das matas tropicais e a cr ia~30 das escalas de engenharia florestal
no Brasil.
Sobre a p romulga~30 de um Código Florest:al. Navarro de Andrade
argumentava:
de todos os remédios de que podiam ¡anc;ar mio, é este,
incontestavelmente, o menos efficaz e o mais 'dolol'oso'{ ...). Código
lembra leis, posturas e estas só servem para cercear, restringir a
liberdade, sendo, no caso presente, talvez um attenlado ao direito de
propriedade. (...) Obrigar um particular a deixar d.e pé a sua matta,
sem compensa~lIo, é forc;á-Io a despesas e priva-lo de lucros. (Andrade:
1912C, 96)

Navarro de Andrade foi um ferrenho defen:sor dos desmatamentos e


crítico de qualquer tipo de interven~i1o do Estado q ue ferisse o seu ideal de
liberdade ~no caso a propriedade privada e espec:ialmente os interesses da
empresa em que trabalhava~, e deixou bem clara sua posi~a.o:
É rematada tolice querer prohibir o corte de mattas num paiz
como o nosso, onde as melhores terras do as que estao revestidas
de maItas. (... ) as nossas florestas precisam ser derrubadas para o

Polltlca 1lorut.1!; o modelo norettal e agrícola


pataalém do debate técnico 37 1
sanea mento de certas regilles. A zona da Estrada de Ferro Noroeste,
por exemplo, nunca poderá ser povoada enquanto la houver aquella
matta reia, bailía, desegual e insalubre, que passa por exuberante e
majestosa. (Andrade: 1911c. 100)

As matas representavam impedimento ao progresso, a imp l anta~ao de


monocultivos florestais, porque as "florestas produtivas" para Navarro e ram
as florestas ideais. Diz ele: "o que é preciso é formar mattas uniformes, horno-
geneas, de urna 00, ou de reduzido numero de espécies, cuja expl ora~¡¡o possa
ser, mais tarde, feita segundo as regras da sylvicultura (... ). Com um código
florestal nada disso é possível conseg u i r~se" (Andrade: 1912C, 98).
O autor em suas viagens aos Estados Unidos e ntra em contato com o
li beralismo, que o influencia, e tenta desculpar~se perante a opiniao pública,
já que era chefe do Servi¡¡:o Florestal do Estado de sao Paulo, utilizando o ar~
gumento da soberania da propriedade privada: "A muitos parecerá exquisito
que sejamos nós, chefe do Servi¡¡:o Florestal de Sao Paulo, o primeiro a protes~
tar contra tao absurda medida. A Nossa atitude, porém é fácil de explicar. Por
índole e por educa~ao, repugnamos sempre a vioH:ncia e o desrespeito a um
direito garantido pela nossa constitui¡¡:ao" (Andrade: 1912C. 99).
O Estado 00 deveria intervir para garantir os lucros dos grandes pro-
prietários de terra, e as leis, a exemplo dos Estados Unidos, deveriam coi~
bir incendios quando da retirada de madeira, para q ue estes nao causassem
prejuízos fina nceiros aos proprietários, mas sem nenhum tipo de inter ven¡¡:ao
estatal na uti liza'i=ao das matas, já que "o processo de explora¡¡:ao de urna mata
depende exclusivamente dos interesses e orienta¡¡:6es de seu proprietário. (... )
Por que razao se há de admitir que o governo force um particular a explorar a
sua matta desta ou daquela maneira?" (Andrade: 1912C, 94-95).
O refl orestamento das áreas devastadas feito com espécies da própria
regj¡lo e o cumpr imento do Cód igo florestal tem vários defensores sendo um
deles o Deputado Leal Velloso. Ele condena a destrw'i=ao das matas em seu
discurso na Camara dos Deputados, defendendo a implantaryao do Código
Florestal:
As zonas povoadas do tClTitório pátrio veen senda, há quatro
séculos submetida a uro trabalho de arrasamento sistemático de seus
macü;os florestais, o que constitui, fora de qualquer dúvida, urna
das mais graves amea"as ao futuro da nacionalidade, quer do ponto
de vista hygienico e climático, qucr do ponto de vista económico e
financeiro. (... ) O Código Florestal representa urna primeira iniciativa
no sentido de obviar o mal. Contudo, a existencia theórica de um
código jamais sol ucionou problema algum. Precisamos transformar
urgentemente os seus dispositivos em priDcípios de a"ao prática,
energia decisiva, para que vindouramcntc nao nos colham surpresas
dolorosas. (Velloso: 1936).

372 Célla D\.u


o grupo de agrónomos silvicultores conservacionistas pode ser bem
representado por Paulo Ferreira Souza, pesquisador de destaque na pro-
du~ao academica florestal da epoca. Dentre os seus trabalhos. destacamos:
"Legisla~ao Florestal"; "Conrribui¡;ao ao estudo dos Parques Nacionais";
"Escolas de Silvicultura"; "Aproveitamento das Florestas Tropicais";
"Evolu¡;ao da Silvicultura"; e" Escola Nacional de Florestas". Ferreira Souza
faz parle do grupo de defensores da preserva¡;ao das matas nativas e da pro-
mulga¡;ao de urna Jegisla¡;ao florestal eficaz, que coibisse os abusos praticados
no país. Levantou o debate em torno do tema em seus textos, onde prop(k
urna ampla discussao sobre a Legisla~ao Florestal Brasileira. Considerava o
tema de máxjm.a urgencia, chamando a aten¡;ao para o fato desta reivindica~ao
já ter sido feita no seculo anterior, em ,879, nuro artigo publicado na RAlIFA,
e ainda nao efetivada, sendo necessário envidar todos os esfor¡;os para sua
execu¡;ao imediata.
O que marca muito bem este debate é o fato das vozes de produtivistas
e oonservacionistas QCuparem lugares bem diferenciados na cena política da
época. Paulo Ferreira Souza se posiciona a partir de seu posto público, cargo
que ocupava no Ministerio da Agricultura, e defende claramente as matas
como bem púbHco. Ero contrapartida , Edmundo Navarro se posiciona no cam-
po dos interesses privados. defendendo que as matas deveriam ser tratadas
como bens de particulares, sem interferencias governamentais, posi¡;cks que
defende a partir da Cia. Paulista. É neste ponto que se instala a discórdia
quanto a promulgac;ao de um Códjgo Florestal para regular a derrubada das
matas. Para os conservacionistas as matas eram bens públicos, que deveriam
ser regulados pelo Estado, e para os produtivistas, um bem privado, onde
o Estado nao tinha o direito de legislar, abrigando o particu lar a manter as
matas de sua propriedade.
Na maioria dos textos onde se discute a política florestal a ser adotada
no país, este será o principal debate. Alguns atores nao conseguem definir
claramente sua posi~ao - preserva¡;ao ou explora~o-; ourros demonstram sua
preocupa¡;ao quanto 010 uso dos recursos naturais, sendo comum discursos
contradüórios se apresentarem no debate. Para alguns o Código Florestal po--
dcria frear as a¡;1ks de moderniza¡;ao no campo. Argumentavam que as matas
sao empeci lhos aos empreendimentos modernizantes e 010 progresso brasilei-
ro. Alguns autores prop(km como soluC;30 do problema a cria¡;30 de reservas
florestais públicas --os parques nacionais- , como santuários da mem6ria das
verdes matas da infancia, maniendo a lógica nacional (nossas verdes matas, o
céu de anil, o berc;o esplendido. etc.). um emblema, urna nostalgia guardada
na memÓria. um santuário verdeO!.

" Diversos autores, inclusive os que se opunham ao Código,como Navarro de


Andrade, prop6em a cria¡;Jo de reservas f10rcsuis como forma de mantcr
determinados cspól<;05 com malaS para rccn:a¡;Jo e descanso, devendo o
rcsunte ser liberado para o cultivo de eucalipto. Navarro de Andrade di:da que

PoUtlea Oorestal: o modelo Ilorut.lll egricola


paJa Ililm do debete tbJoo ,."
Lembramos qu~ nest~ d~bate Navarro t~m cana is de peso a seu favor - a
Cia. Paulista, o Serviljo Florestal do Estado, ~ o JornalO Estado d~ Sao Paulo-,
para publicar suas idéias sobre o t~ma, o qu~ faz com qu~ suas opinilles se-
jam muito mais veiculadas ~ d~batidas, o qu ~ nao acorre com vários d~ s~us
opositores. O fato d~ Navarro ser porta voz do pensam~nto da elite agrária
mod ~rnizant~ paulista, f~z com que suas posiljlles tivesscm, ao longo desses
anos qu~ se scguiram as discusroes do Código Florestal de 1934, muito mais
destaque. Recentemente, a ESALQ e a USP publicaram trabalhos de disserta-
Ijllo sob r~ o autor". No campo dos ~stud os florestais, Navarro, aparece como
introdutor do melhoramento genético florestal no país, pelos trabalhos com
eucaliptos em SAo Paulo. Todos os outros agrónomos silvicultores, presentes
no debate de 1934, silo desconhecidos da maioría dos pesquisadores do tema
floresta) no Brasil, apesar de terem delxado suas contri builjlles no tenso campo
dos de bates florestais.
Navarro, em sua defesa da propriedade particular aclma de qualquer
outro interesse, inclusive o coletivo, dizia que "obrigar um proprietário a con-
servar a sua matta, impedindo-o de expiará-la como bem entender, é vexató-
rio, violento ~ brutal. (... ) urna derrubada traz lucros que o gov~r no nao pode
impedir que sejam conseg uidos". Em outro trecho diz: "Pensar em explorar
industrialmente nossas matas, ou, pelo menos, a quase totalidade das nossas
Oorestas, será bello, denotará espírito superior e viajado" (Andrade: 1911C,
100-101).
Posiljao oposta a de Navarro é a de Horácio Peres Matos, quando alerta
que " urna floresta sendo património da co)etividade, d~ve ser preservada em
beneficio d~ todos". E mais: " durante tres anos d~ chefia da S~ljllo de Proteljao
Florestal" deste Serviljo Florestal nos confere relativa autoridade para apresen-
tar algumas sugestlles ( ... ) o importante é que se falja alguma coisa d~ eficiente

alg unas" mattas devem ser conservadas para o estabelecimento de parques


ou logradouros públicos, ( ...) ao governo ubc adquiri-Ias e conserva-las (e
neste uso) é perfeitamente legal a desapropria~)o" (Andrade: 1911C, 94).
Jj Horado Peres Matos, justifica a medida diundo que "diversos clentistas
Ji provam a Influencia ben~fiCJ das florestas no resirne das jguas. (... ) A
vegeta~o regularl.z.a a puri fica~.lIo do melo ambiente, pois ilssimililndo grande
quantldade de carbono dlminui na atmosfera a propor~"o de anidrido arbOnico,
e aumenta o oxlgenlo. ( ...) tOrna-se necessário esc:larecer que u floresta s (... )
pela sua forna~"o histórica do verdadeiras reliquias" (Matos: 19S3i1. 14).
12 Estes trabalhos resgatam a ImportJnclil de Navarro de Andrade no processo
de moderni.z.a~lo da agricult ura no Estado de SJo Paulo. Destacamos como
exemplo a d¡ssert.a~.lIo de Augusto J. Martini (un) -O plantador de eucaliptos:
a quest10 di! preSttv.l~.lIo florestal no Brasil e o resgate documental do
legado de Edmundo Navarro de Andrade (1004), e iI dissert.a~1o de M;irio
R. Ferral'O (ESALQ) - A génese da agricultura e da silvlculturil no Estado
de SJo Paulo- urna biografia Intelectual de Edmundo Navarro (aoos).
I} A ~.lIo de Prot~ Florestal (01 criada em 1941 , mcsmo periodo em que
se transfere do Ministérlo da Educa~ao para o Minlstério da Agricultura.
a fisc:ali.z.a~30 de diversas áreas de florestas do Estado do Rlo.

37. C4illa Dlu


em defesa de nosso património florestal, e corn urgencia". O autor integrou
urna Cornissao de técnicos do Servi~o Florestal do Ministério da Agricultura
encarregada da elabora~ao do Novo Código Florestal", e como membro da
Comissao, sugere a cria~ao de urna polícia florestal de ambito nacional, su-
bordinada ao $ervic;o Florestal do Ministério da Agricultura. Esta polícia te-
ria como atribuic;ao principal a "prote~ao do patrimonio florestal da nac;ao,
consubstanciada no Código Florestal, impedindo e coibindo abusos que tem
redundado na devastac;ao das nossas reservas florestais" (Matos: 1955b, 9).
Contestando as críticas da pouca efetividade de urna policia floresta!,
Peces Matos ceconhece as dificuldades pela vasta extensao do território brasi-
leiro, mas afirma que o problema estava na qualidade e nlo na quantidade do
elemento humano. Para a constituic;ao deste "elemento humano" de qualidade
efetiva propOe a forma~ao dos guardas florestais, com um curso de caráter
prático, de guatro meses, com n~3es de silvicultura, JegisJa~Jo e prot~lo
floresta!. sendo urna parte do curso com disciplinas sociais. para que os guar-
das pudessem lidar melhor com o público. Contesta seus críticos, baseando-se
na experiencia canadense, que, mesmo com a vasta extensao de seu territ6rio,
"nos mostra trilha acertada na defesa de seu patrimonio", com a constituic;Jo
de urna polícia florestal de qualidade e urna fiscaliza~ao eficaz.
Tomar o Canadá como modeJo é a proposta feita por Roy Nash". Como
conhecedor de nossas matas, portanto de nossos problemas em administrar
estes recursos naturais, o autor diz que deveríamos nos basear na política
florestal canadense ou indiana e nao na norte americana, já que "nós america-
nos. nos jactamos de uma qualidade que até os nossos inimigos concordam em
no-Ia atribuir. Como carniceiros do mato, somos dez vezes mais eficientes que
os de qualquer outra nacionalidade, que se entreguern ao bárbaro rnister de
desfigurar a face da terra." (Nash: 1936b, 102).
Os Estados Unidos, portanto, nao deviam ser imitados, nao serviam
de modelo em matéria de protec;ao florestal. E lembramos que Horácio Peres
Matos é um dos agrónomos silvicultores que fizeram intercambio nos Estados
Unidos, onde passara dois anos estudando, em Yale, conhecendo de pertO a
política florestal americana de que fala Nash. Portanto, as políticas florestais
defendidas por Navarro -de admitida influencia norte americana- , com as
quais Peres Matos debate, nao padería servir de modelo para a administrac;ao
de nossas matas, nlo servia para pensar nossa politica floresta!.
Podemos observar que os agronomos conservacionistas buscavam

'4 Em decorrcncia das dificuldades encontradas na efetiva ¡mpiementa~'¡o do Código


Florestal de 1934. nos anos de 1940 come~am os trabalhos para a elabora~.'io de
propostas para um Novo Código Floresta!. que só será sancionado cm 1965.
's O livro de Roy Nash, A Conquista do Brasil, é publicado nos Estados Unidos em
1926, sendo a publica~¡¡o brasileira de 1939. Podemos supor que Hondo Matos
o conhecia já que fn intercámbios nos Estados Unidos. O livro publicado por
Nash t fruto do intercambio feilO no Brasll, e o autor t grande conhecer de nossas
matas e critico da politica Ilorestal praticada nos Estados Unidos na época.

Politlca Ooreltal: o modelo florestal e Igricola


para além do debate técnico 375
sol u ~Oes para o uso e preserva~ao das matas, observando e aprendendo com
outros países. Peres Matos em "Protef{jo FLoreslal tlO Brasil" tece longos co-
mentários sobre a influencia das florestas sobre as populac;3es, sobre sua im·
portancia no desenvolvimento dos povos, buscando subsidios para a defesa
das matas ainda existentes no território brasileiro. Dizia que "a infl uencia das
florestas sobre as popula~Oes é fato mais que comprovado. Devem os países
vizinhos organizar um planejamento de conservac;ao das florestas que benefi·
ciem as popula~3es e garantam o sistema ecológico" (Matos: 1953a, 6).
Peres Matos faz um levantamento da situac;ao de vários países e conclui
que a destruic;ao f10restal na China, Fran~a. Alemanha, Suécia e outros paises.
deve servir de alerta para q ue nao fac;amos o mesmo, já q ue "quase sempre
o hornem é o responsável pela devastac;ao das matas, quer pondo-as abaixo,
quer ateando-Ihes fago". E "a história nos ensina que as mais prósperas de
todas as nac;3es sao aquelas que possuern urna superficie adequada de florestas
produtivas. A colheita de árvores maduras requer usualmente várias gerac;Ocs
humanas, e por isso as provisóes para as necessídades futuras devem ser pro-
videnciadas corn antecedencia" (Matos: 1953a. 7).
Horácio Peres Matos faz crítica a falta de urna política florestal efetiva,
sobretudo para a reposic;ao da madeira retirada, já que o estado nao vinha
fiscalízando o plantío de árvores e as derrubadas ilegais. Dizia que "plantam
para dar satisfac;ao ao Governo. (... ) acham que plantando alguns milhares de
eucaliptos resolverao o problema. ( ... ) é preciso planejar, prever o consumo e
o plantio de maneira que nos cortes, esteja garantido o consumo obrigatório,
sem prejuízo das florestas circunvizinhas". Notamos aqui urna filiac;ao do au·
tor a idéia da Economia da Natureza'·, presente nos autores oonservacionistas
do século anterior, como José Bonifácio e Baltazar da Silva Lisboa, já estuda·
dos por nós em outro trabalho.

A Eaoola de silvicultura
A silvicultura praticada no Brasil vai acompanhar a especiaJizaC;ao dos
saberes científico. As trocas de informac;3es com outros países sobre práti.
cas silviculturais vao servir para forta lecer a idéia de que necessitávamos de
urna silvicultura tropical específica, brasileira. Os ensinamentos recebidos nas
escolas e uropéias nao eram suficientes na resoluc;ao de nossos problemas no
manejo dos recursos naturais. A capacitac;ao de técnicos fl orestais. através de
cursos e trocas de experiencias internacionais, buscando conbecer melhor as
técnicas (florestais) empregadas na produc;ao, foi estimulada com assinatura
de convenios e viagens pagas pelo Governo brasileiro. A preocupaC;ao futura
com a escassez de madeiras para o mercado interno e a possibilidade de atingir

,6 A Economia da Natureza proposu por Linneu no século XV III é para


alguns historiadores da ciénci1l a origem da ecologi1l. Para maiores
deulhes consulur OElLEAGI!, J. P. 1993. Hisf6ría rk la Ecología -
Urna ciincia del hombre y la natllraleza. Barcelona, Icaria.

376 Célia DIIUI


o mercado internacional de forma mais intensiva e organizada, caso fosse in-
tensificada a explora~ao ~ a produ~ao de madeiras, leva o Governo brasileiro
a firmar acordos de cooperarrao científica com paises que, Desse momento,
despontavam na pesquisa florestal e podiam auxiHar nas pesquisas internas
no Brasil. O Ministro da Agricultura, Lyra Castro, em 1920 contratou enge-
nheiros florestais nort~-americanos que organizaram um plano de explorarrao
das matas e fizeram sugestóes de políticas a serem adotadas para preservarrao
das reservas de matas nativas.
A partir dessas experiencias de intercambios com~a a se consolidar no
Brasil a ciencia florestal". Os intercambios internacionais, principalmente com
os Estados Unidos e Austrália, terao como finalidade a forma~ao de profissio-
nais com conhecimentos das novas tecnologias (máquinas para a explora~ao
das matas), experiencia em administrarrao e produrrao florestal. Observamos
nos dados de pesquisa que nao esteve no mesmo nivel de importancia para o
Governo brasileiro a capacitarrao para o manejo e conservarrao das matas tro-
picais. A formarrao dos agrónomos silvicultores, nesses intercambios, esteve
voltada ao aprimoramento de técnicas para a explorarrao das madeiras das
matas nativas para abastecer o mercado interno e externo, e nao sua proterrao.
Devemos lembrar que foi esta aproxima~ao que possibilitou a silvicul-
tura brasileira adotar as práticas produtivistas em curso nos Estados Unidos
nesse período, que serviram de modelo para Navarro em seu projeto de "flo-
restas produtivas" desenvolvido na Companh ia Paulista de Estradas de Ferro.
Os agrónomos silvicuhores Paulo Ferreira $auza e Horácio Peres Matos
insistiam na importancia da criarrao de cursos específicos de silvicultura, para
a formarrao de técnicos mais capacitados a enfrentar os grandes desafios da
silvicultura nacional: manejar as matas tropicais. Paulo F. Souza, em "Escola
Nacional de Florestas", de 1958, define os objetivos do curso, prop3e urna
grade mínima e discorre sobre a importancia de sua cria¡;:ao para o país. O
autor situa o problema nos seguintes marcos:
Já se faz sentir no País a necessidade de urna vigorosa
polltica floresta! capaz de evitar a devastarr¡Jo do que ainda existe e de
reconstituir ou formar matas onde for conveniente. Para tanto, impOe-
se criar urna consciencia nacional do problema (... ) pouco conhecemos
a respeito de nossas próprias árvores e matas, sua ecología, sua
utilidade direta e indireta. (Souza: 1958d, 7)

O discurso de Paulo Souza, com clara filiarrao ao pensamento dos pre-


cursores do século anterior, também atesta sua crenrra na ciencia como solu'Yao
para os problemas f10restais b rasil~iros. Para ele, a cria'Yao de uma Escola de
Florestas seria o primeiro passo na conserva~ao das matas. O autor foi um dos

17 Paulo f-errcira Souza inlegra uma das primeiras comitivas de agrónomos


silvicultores que vio estudar nos Estados Unidos. Paulo F. Souza
freqi.ienta a Universidade de Yale no periodo de 1918 a 19:1;0.

Politlca florenal: o modelo floremal e egTicola


para além do debate técnico :1"
mais incansáveis divulgadores do projeto de cr ia930 de urna escola de silv icul-
tura tropical, como podemos obser var nesta passagem:
Possuindo imenso territ6rio de vegeu,10 escassa ou coberto
de matas em vastas regiOes, com o seu pr6prio nome derivado de uma
essencia de nossa flora, o Brasil nao possuL até hoje, urna Escala de
Silvicultura, a exemplo do que ocorre em todas as nao;:Oes adiantadas
do mundo. O ensino da matéria, entre nós, é considerado dos mais
precarios (... ). O ensino da silvicultura, embora bastante empírico, data
praticamente da segunda metade do século xvm e se iniciou por meio
do mestre-escola, na Alemanha, (... ), em 1785, foi Cona, e suas lio;:oo
magistrais, para a época, que culminaram com a criao;:ao da primeira
Escola de Silvicultura, e da Academia Florestal de Tharandt, fundada
em 181l, elevada em 1816 ao nivel de Academia Real - verdadeiro
bero;:<> do ensino das ciencias florestais. (Souza: 1958<1, 15)

Até a segunda metade do século XVII nao existia o ensino de silvicul-


tura, iniciando-se na AJemanha, com o mestre-escola. Até aqueja época, um
bom mateiro deveria ter apenas conhecimentos da arte de cac;ar nas florestas e
nos campos e, as vezes, de lenhador e carvoeiro.
O autor, Paulo Souza, discorrendo sobre as disciplinas que deveriam
compor a grade curricular do curso de forma¡;ao dos silvicultores no Brasil,
prop&! urna "geografia floresta!", dizendo: "matéria de grande importancia
para a ciencia que nos ocupamos é a geografia das florestas, isto é, o estu-
do comparado das florestas dos continentes, sob seus múltiplos aspectos" ".
Podemos perceber por este relato que, mesmo no sé<:ulo xx, ainda existia um
grande desconhecimento sobre a extensao e a localiza¡;ao das matas, dos seus
usos e da necessidade de conserva¡;ao dos recursos naturais alnda ex istentes.
O "Mappa Florestal" de Gonzaga Campos, publicado em 1912 pelo
Ministério da Agricultura -era o primeiro no genero no 8rasil- devido a sua
importancia roi reeditado em 1926, e, posteriormente, contou ainda com urna
edi¡;ao fac-similar, em 1987, feita pela Secretaria de Meio Ambiente do Estado
de Sao Paulo. Gonzaga Campos trabalhou como professor convidado (1881) por
Orville Derby, na Comissao Geográfica e Geológica. Nas notas explicativas so-
bre a fina lidade do Mappa Florestal, fiea claro q ue a preocupa~ao mais visível
do aU[Qr é com o desconhecimento do território brasileiro e com a localiza¡;ao
das matas. Onde estavam loca lizados os grandes maci¡;os de matas? Quais os
t ipos de vegeta9ao encontrados na vasta extensao territorial brasileira? Como
conservar esses recursos sem esses conhecimentos?
O Mappa, na visao do autor, ajudaria na escolha das áreas e na cria~ao
de reservas f10restais para proteger as matas ainda existentes e também no
reflorestamento das áreas já desmatadas.
Entre as providencias para a grande obra da defesa e

18 Souza, P. F. 1958. Op. Cit., p. l l.

378 Célia DIal!


conserva".1io das florestas, figura em primeira Iinha o estabeledmento
de reservas florestaes. Estas reservas ser.1io tomadas em geral sobre
areas actualmente cobertas de maltas. Algumas vezes, porém,
será necessario replantar ou mesmo crear as florestas. E, portanto,
indispensável desde lago conhecer aproximadamente a localiza".1io
dessas florestas no território brasileiro. A re presenta".1io figurada
no mappa junto é uma tentativa nesse sentido; corresponde a um
ensaio preliminar indicando os pontos que devem ser objetos
de lcvantamentos e estudos minuciosos do Servi"o Florestal (... )
Abandonadas, entregues as Cor"as naturaes, sem interveOlj'.1io do
homem. quase todas essas Corma"Oes secundarias seguramente
voltariam a constituir florestas, em prazo mais ou menos longo.
Replantadas e mediante os cuidados da silvicultura, muito mais
rapidamente se desenvolveriam as maltas. (Gonzaga Campos: 19u, 3)

Gonzaga Campos lamenta o pouco conhedmento do território, que


torna o trabalho difícil de executar. Na confeq:30 do mapa utiliza a contr ibui ~
S;30 de todos os grandes naturalistas que percorreram o país em expedis;3es
botan icas no século XIX. Na lista bibliográfica de Gonzaga Campos figuram
todos os grandes cientistas e estudiosos da natureza brasileira que contrib uí~
ram de alguma forma para melhorar n ossos conhecimentos sobre os recursos
naturais. Para que o Mappa fosse efetivamente representativo dois elementos
eram indispensáveis a sua confec~30. segundo O autor: cartas geográficas e
topográficas de bastante exatid30 - para que, depois de reduzidas, forneces-
sem um mapa do país-, e dados sobre a vegetas;.1io em número suficiente para
cobrir toda a área representada (Gonzaga Campos: 1912, 5~6).
Podemos dizer que Paulo Ferreira Souza e Horádo Matos faziam par-
te de urna vanguarda do pensamento conservacionista deste período, e para
fortalecer suas posiS;3es v30 buscar na experiencia florestal de o utTOS países",
conhecimentos para legitimar seus discursos frente ao avans;o dos eucaliptais
seus defensores.
O trabalho de Souza busca mostrar. na maioria das vezes através de
um panorama histórico, que as pesquisas científicas deveriam sustentar as
bases da conservas;30". Com um conhedme nto profundo sobre a fisiologia das

'9 Paulo Souza apresenta as grades de disciplinas dos cursos de silvicultor dos
seguintes países: Alemanha, Austrália, América central e América do Sul.
Bélgica. Bulgária, Burma, Canadá. Chipre, China, Dinamarca, Estados Unidos.
Espanha. Finlándia, Filipinas, Fran"a, Grécia, Holanda, Hungria, Inglaterra,
Itália, lugosJávia, India. lr3, Indochina, Jap30, Noruega, Polónia, Portugal,
Paquist30. Romenia, Rússia, Suécia, Suío;a, Tchecuslováquia, Tailándia e
Turquia. Propondo, a partir destas experiencias. uma grade curricular para
formar sílvicultore$ capazes de manejar as matas tropicais brasileiras.
10 Em Evoluo;do da Silvicultura, o autor faz um amplo levantamento dos principais
precursores da pesquisa florestal, como: Duhamel du Monceau, Enderlin, Hanig,

Política 8orfttal: o modelo florestal e agricola


para além do debate técnico 37.
árvores e a dimlmica das matas tropicais, o autor tenta mostrar, através da
hist6ria de outros países, a importancia do conhecimento da extensao terri-
torial coberta por matas, e do manejo e conserva~lo adequados das espécies
tropicais existentes nessas vastas extensOes.
Para Paulo Souza, um passo importante para uma melnor utiliza~ao e
co n serva~lo das matas brasileiras seria a fundat.;lo de uma Escola Florestal,
pois acreditava que assim terlamos técnicos capacitados para ma nejar as matas
tropicais e melhorar a utilizat.;ilo desses recursos. Mas, no caso brasileiro, po-
demos dizer que a criat.;ilo das Escolas de Floresta nao representou melboria na
conserva¡¡:ao das matas, mas sim a intensifica¡¡:lo das ex:plora¡¡:cles, já q ue tem
predomínio dos conteúdos técnicos, e a pouea disponibilidade de disciplinas
de forma~o social , capacitando estes profissionais mais para o mercado em-
ll

presarial de produtos floresta is do que para as atividades de conservat.;ao.


As técnicas de manejo, melhoramento e inventário florestal" sao de-
finida s pela maioria dos profissionais no contexto da empresa capitalista de
produtos fl orestais. O desconnecimento sobre o manejo das matas tropicais,
tema levantado pelos agrónomos silvicultores, ainda se faz presente noje entre
muitos profissionais formados nas melhores escoJas do país. O desconheci-
mento sobre as matas tropicais - mesmo após a criat.;ao dos primeiros cursos de
forma¡¡:ilio de engenheiros florestais, nos anos de 1960, e do avant.;o nos conne--
cimentos científicos específicos, que possibilitariam manejar matas tropicais
com mais seguran¡¡:a- continua sendo, em alguns casos, um dos obstáculos a
políticas f10restais efetivas e tambem ao avanljO dos conhecimentos nesta área,
que poderia ajudar a desenvolver uma conservat.;lo mais eficaz das matas, caso
fosse esta a intent.;lo do Governo e dos empresários do setor.

ladIbdo ........, do PIabo: apIonDdo _ _ _ _ mata

. . 16gk:8."~
No trecho austral de mata: atLiotiCil, e ntre o mar e o no Paromá,
00 chamado planalto meTid ionaL e em ilreas nudares genlmente
acima de 1.600 m de altitude, principalmente na Serra do Mar e
da Mantiqueira, a mata de altitude toma aspecto muito peculiar

Saussure, Liebig. O estudo destes autores va! abrir caminhos para os avan~os da
ciencia "orestal com estudos de fisiología vegetal. qu lmic;¡ agrlcol~, solos, etc.
JI Em breve análise dos currlculos e d~s linhas de pesquisas, disponibilb:ados
nos sites das universidades que formam engenheiros florestais no Brasil,
podemos constatar este fato. Quando iniciamos nossa pesquisa filemos um
breve levantamento d~s teses e disserta~ disponiveis na Biblioteca Nacional
do Río de Ja neiro, onde con5tatamos a predominlncta dos temas técnicos e a
dificuldade que estcs profisJionais tem para interpretar análises sociais.
n No site Ambiente FIorestaI, que publica anigos e pesquisas sobre o tema,
estes conceitos do definidos sempre no ambito da empresa floresta!' Definem
Silvicultura da seguinte fonna : "Entende-se por silvicultu ra, o ato de
criar e desenvolVCT povoamentos floresuis, satisf~lendo as necessidadcs
do mercado". www.ambientebrasil.com.br. Acessado em l8/CY]/~OO7 .

380 Ctl¡. DiU


devido i dominincia da araudr~ ou pinheiro-do-paraná - A roucária
anguslijólia. As florestas de araudria rcpresentam reliquias de
paleodirnas rnais frios e.secos, quando essas florestas ocuparam
extensas áreas, estando agora en"! fase de retra,Jo. ( ... ) A araucaria ~
urna espéde pioneira, heliófila que, para germinar e se estabelecer,
necessita de maior luminosidade do que a que é encontrada no interior
da floresta; assim, de modo gera!. as regiOes campestres 530 colonizadas
pela araucária que, ao se desenvolver, propicia ambiente para o
estabelecimento de outras espécies, como a imbuia, o cedro e o mate.
(Peixoto: 1991,38-39)

Esta mata de pinheirais é responsável nao só pela manuten~ao do clima


na regiao, mas também por estabelecer condi~cks propícias ao desenvolvimento
de outras importantes especies vegetais, mante ndo o equilibrio ecológico dos
espa,os conquistados, favorecendo assim a sobrevivencia de outras especies. É
esta mata de pinheirais, que será intensivamente explorada, com retiradas de
madeiras, constituindo-se objeto de interferencia governamental nos anos de
1940 com a crial/ao do Instituto Nacional do Pinho (INP), nao para sua prot~ao,
mas para a intensifica¡;:ao das explora~, como veremos na exposi~o a seguir.
Em 1941 , o Governo Vargas cria o Instituto Nacional do Pinho (INP).
que será reorganizado em 1942. O Instituto constituiu-se como um órgao ofi-
cial de prot~.'lo dos interesses dos produtores. industriais e exportadores de
pinho e de outras madeiras, mantendo urna lógica já em curso desde o Inicio do
seculo xx, a da exploral/ao das matas para o abastecimento do mercado inter-
no e externo. O Instituto foi criado para organizar e proteger os interesses dos
madeireiros na crise do período de guerra . Antes da Segunda Guerra Mundial
houve um considerável aumento nas exporta¡;:ócs de madeiras para a Europa .
especia lmente para a Alemanha. que estrategicamcnte montava seu estoque já
prcvendo a intensidade dos conflitos. As fa cilidades cambiais favoreceram o
incremento dos neg6cios e, assim. a indústria madeireira. especialmente as do
Sul do país. viveu um período de animadora prosperidade. porém assentada
em bases falsas, já que os recursos naturais nao sao infinitos, a natureza tem
seu ciclo pr6prio, seu lempo e seus limites, que estavam sendo rompidos pela
ganancia económica dos empreendimentos madeireiros.
Com o início da Segunda Guerra (1941 - 1945). as exporta~Oes para a
Europa foram estancadas e os madeireiros viveram períodos de superprod u-
~ao, com dificuldades de escoamento das madeiras por falta de combustívcl,
de ~as de reposi~ao para as máquinas ferroviárias que vinham da Europa
e de mercado comprador. Este quadro leva o Governo a intervir no setor,
criando o Se rvi~o do Pinho, órgao de ondeo posteriormente, sairá o INP . cuja
primeira resol u~ao foi fazer um levantamento da capacidade de produ~ao do
parque madeireiro dos estados do Sul. a fim de limitar o trabalbo das serrarias
segundo a capacidade de transporte e a absorl/ao do mercado de Buenos Aires.
único mercado comprador neste período (I NP: 1948b, )8-)9).

PoIiUca ftornta.l : o modelo Oort!1ltale .lJlioola


pan l..Iém do debate t6cnk:o ,.1
Nas atrjbui~3es do lNP estava o reflorestamento com espécies deter-
minadas pelos técnicos do Ministério da Agricultura, principalmente nas zo-
nas de retiradas do Pinheiro do Paraná, também chamado de Araucária pelo
seu nome científico - Araucária angustifólia-. Os recursos financeiros para a
execw;:ao dos plantios vinham dos madeireiros, o que leva o presidente do
INP, Virgilio Gualberto, a dizer que cabia aos madeireiros "a glória de ha-
ver proporcionado os recursos financeiros para a implanta~ao definitiva da
silvicultura pátria" (I NP: 1949b, 1) ). A prova estava na resolw;:ao de abril
de 1944, determinando que metade da receita total da autarquia fosse desti-
nada aos servir;:os de silvicultura. Desse fato se o riginou o Se rvi~o Público de
Reflorestamento para criar;:ao de florestas artificiais destinadas a produ~ilo de
materiallenhoso para fins economicos que nao a obtenr;:ao de lenha, papel que
é assumido pelo Instituto BrasHeiro de Desenvolvimento Florestal (IBDF), em
1967, quando é extinto o INP.
O IN P arrecadava recursos fin anceiros em todos os estados, mas eles só
eram aplicados nos estados do Sul, com excer;:ao da regiilo Norte, estados do
Amazonas e Pará, Acre e Amapá, que ficavam com os recursos arrecadados.
O programa de proter;:ao das matas do INP criou, em cinco anos, oito es ta ~óes
florestais, distribuidas pela regiilo natural da Araucária. As esta~Oes foram
criadas para preservar áreas de vegetar;:ao natural da araucária, limitando a
investida feroz dos madeireiros nestas regi3es (INP: 1949b, 14).
Segundo os dados contidos no Anuário do INP, até 1948 foram plan-
tados 14 milh3es de pinheiros e tambem grande soma de essencias florestais
nativas e exóticas, que, além de representarem reposir;:ao de árvores para o
futuro, constituíam-se ero áreas de experiroentar;:ao e estudos, que do ponto
de vista técnico-cientifico eram uro avanr;:o para a pesquisa florestal no país,
segundo seus defensores.
Existe entre nOO urna mentalidade antiflorestal arraigada,
oriunda de quatro séculos de agropecuária empírica. expandida quase
totalmente a expensas da mata nativa. Embora essa mentalidade venha
sendo combatida, também de vel ha data, por inteligentes pioneiros.
nossas riquezas florestais, quer pinheiro quer outras essencias. tern
sido progressivamente destruídas para abrir espa~o para a agricultura
ou a cria ~ao, roubando a indústria da madeira, tao nobre quanto os
que mais forem, a matéria prima que lhes é indispensáveJ. (INP: 1949b.
' 5)

No discurso claro e objetivo do presidente do INP podemos atestar que


ele acredita que a preservar;:ao das matas deve ser feita para garantir "matéria
prima" para os madeireiros que, em sua v isao, sao os verdadeiros donos desses
recursos. Na verdade, é urna preservar;:ilo de estoques de madeiras para que
as serrarias pudessem continuar trabalhando, ou seja, explorando as matas
de araucárias, o que. no fundo. constitui o cerne da política de preserva~¡¡o
que está pregando. Apesar de urna das atribuir;:3es do INP ser o controle e a

382 Célla Dlas


preserva~ao dos recursos madeireiros, a crítica do INP é feita a agricultura e
pecuária que roubam a matéria-prima dos madeireiros e nao a destrui~ao dos
recursos naturais feita por agricultores, pecuaristas e madeireiros.
Alguns artigos que aparecem nas publica~Oes do INP consultadas
em nossa pesquisa dao conta do fracasso dos empreendimentos feitos pelo
Instituto em reflorestamentos nos estados do SuL O entusiasmo na divulga-
~ao dos resultados feita pelo presidente do órgao parece nao refletir a real
situa~ao das matas. Em "Plano de protefilo das florestas do Paraná", Reinhard
Maack tra~a um quadro bem sombrio da situar;ao das matas nativas do Paraná
devido a explora~flo intensiva e a baixa efetividade dos reflorestamentos e
recuperayao das áreas desmatadas. Os refl orestamentos silo insuficientes para
compensar o desfalque as reservas de madeiras do Estado. Reinhard Maack
afirma que:
.
no ano de 19)0, a area da mata delTUbada era de )).800 km .
.
No ano de 1950, entre matas devastadas e matas secundárias num
total de 87.990 km~. Em um espa.:;:o de vinte anos foram devastadas no
Estado cerca de 54.000 km• de matas. (... ) Estes dados nos revelam o
ritmo acelerado com que a destrui.:;:.to das matas aumentou nos "Itimos
anos. Se o desmatamento continuar no mesmo ritmo, os restantes
89.405 km • de matas virgens desaparecerlo no máximo em 40 anos.
(Maack: 1952, 6.t).

o quadro trar;ado por Reinhard Maack mostra que a política do


Governo foi privilegiar o setor exportador de madeiras e derivados e nao a
prote~ao das matas e seus recursos, política que é refor.:;:ada com a criar;flo do
u
lNp . Urna das formas de favorecer indiretamente a retirada das matas foram
os impostos diferenciados pagos para a manutenr;ao das áreas de matas. O
imposto territorial (Decreto Leí 1.424/45) sobre a mata virgem e a capoeira
era o dobro do valor pago a terras de produr;ao agricola, e para se conseguir
abatimento no imposto bastava derrubar a mata e transformar a área em pasto,
o que caracterizava terra em produr;ao ou em preparo. Esta política estimulava
os proprietários de terras a derrubarem suas matas para abater seus impostos,
contribuindo para a diminuir;ao das áreas cobertas de matas.

~3 Dados divulgados pelo Ministerio de Meio Ambiente, portanto, dados oficiais,


informam que as matas de araucárias, hoje, estlo reduzidas a menos de 1%
da área original. El para mediar a situa.:;:Jo o Ministério propOe a cria.:;:Jo de
áreas de prot.e.:;:Jo ambiental das araudrias, numa tentativa de preserva.:;:Jo
dos últimos remanescentes de matas naturais de araucárias nos estados
do Sul. A proposta que tem sido rejeitada pelos proprietários de matas de
araucárias, que nJo veem com bons olhos esta iniciativa governamental de
ingerencia em suas propriedades privadas. Matéria veiculada no Site Ambiente
Brasil. "Santa Calarina quer incentivos em vez de reserva de araucárias".
http://mma.gov.br e http://www.ambientebrasil.com.br (ll/05/ 1005).

PoUUea flOlllstal: o modelo flontlltal e agricola


paralllém do debate técnico 3.3
A COI:lfedDcIa LadDo AIDeI1caBa de SIlYk:ultura • Pnctato. J10netaIs
(UNASYLVA): a intensifica¡;ao da explora¡;30 das matas brasileiras
O caráter exploratório da silvicultura nacional se intensifica a partir
dos anos de 1940, com a expansilo do mercado interno e o aumento das expor-
ta~cks, ticando cada vez mais em segundo plano a reposi~ao das matas nos es-
pa¡;os intensivamente explorados pelo ava n¡;o das madeireiras, sob a prote~¡¡o
de políticas florestais executadas pelo INP. O que nos chamou a aten¡;ao nesta
parte da pesquisa é que a Conferencia Latino Americana de Silvicultura e
Produtos Florestais (UNASYLVA), realizada no Brasil. em Petrópolis, em 1948,
e organizada pela PAO/ONU --organiza¡;ao para Alimel1ta~ao e Agricu ltura
das Na¡;óes Unidas- terá como principal proposta a intensifica¡;ao dessas ex-
plora¡;Oes, tendo como argumento principal a ajuda as na¡;óes assoladas pela
Segunda Guerra Mundial (1941-1945) e carentes de produtos fl orestais para
se reconstruírem. Havia urna demanda crescente no pós-guerra nilo só por
comida mas também por madeíras; e estudar formas de suprir essas demandas
foi urna das miss3es da PAO. Para aumentar a oferta de alimentos e produlos
florestais, a PAO vai: promover a prote¡;ao, extensao e pr incipalmente a ex-
plora¡;ao da cobertura florestal em vários países; conter a erosao do solo; e
proteger as nascentes de águas, controlar as cheias e abrigar a vida selvagem.
Para atingir suas metas, aume ntando a oferta de madeira e produtos flore stais,
realiza vários encontros internacionais buscando alian¡;as com governos locais
e especialistas florestais (McComick : 1992, UNASYLVA: 1948a).
O Primeiro Congresso Latino Americano teve como meta a busca de
alternativas para aumentar a oferta de madeiras no mercado internacional.
Nos debates de especialistas, na conferencia, os desmatamentos e destrui~¡¡o
das matas nao tiveram destaque, todas as propostas convergiram para a inten-
sitica¡;iio da explora¡;iio dos recursos florestais u.
O aprofundamento das discussOes em torno da explora¡;iio das ma-
tas tropicais foi feito na reuniao da subcomissao de Florestas Inexploradas,
da PAO, realizada em Gcnebra em 1947, alguns meses após o Conferenc ia de
Marianske Lazné. A reuniao apontou os principais problemas para a explora-
~ao das matas tropicais, suger indo a FAO e aos países tropicais medidas correti-
vas como: reunir toda a documenta¡;ao existe nte relativa as madeiras tropicais
e subtropicais; que a PAO criasse um comité de identifica¡;ao e nomenclatura
das essencias tropicais; que os países da América Latina criassem legisla.¡:iio
fl orestal, assegurando a explora¡;ao racional das matas; que a FAO solicitas-
se dos governos que possuem territórios nas zonas tropicais e subtropicais a

l4 Diversos Congressos FloresUlis foram realizados ao longo da primeira merade


do século xx. como os Congressos: de Roma em 1926, Budapeste em 1936,
Tchec.:oslováquia em 1947 e do Brasil em 1948. todos oom a preocupa<;~o
central de aumentar a oferta de produtos f10restais no mercado. As
discusslles sobre a reposl ~o das matas e prote<;~o dos recursos naturais
(agua, solos, faunas). temas caros aos paises tropicais, estiveram em
segund o plano em todos os encontros florestais por nos pesquisados.

384 Célia Di..


aprescnta~ao de inventario Oorestal; e a cria¡;ao de agencias regionais que se
dedicasscm ao estudo das matas tropicais (Souza: 1941)a).
A importancia do Brasil pelo seu potencial madeireiro já era conhecido
desde os estudos feitos pelos técnicos florestais dos Estados Unidos nos anos
de 1920. e amplamente divulgados através da publica¡;i'lo de seus trabalhos
que mostravam a importancia do desenvolvimento de pesquisas sobre as
matas tropicais, aumentando o con hecimento sobre a dinamica dos recursos
florcstais e sua melhor utiliza¡;ao, segundo esses especialistas. Esses estudos
apontavam a riqueza das matas brasileiras, pela e norme quantidade de es-
pécies de madeiras úteis a diversos lins. Este fato nos leva a crer que a isto
se deveu a escolha do Brasil para sediar a Conferencia Latino-Americana de
Florestas e Produtos Florestais de 1948, pois poderiamos contribuir com ma-
deiras de qualidade e produtos florestais que a Europa necessitava naquele
momento de escassez. A América Latina estava representada no Conselho da
FAO pelo Brasil, Cuba, Chile e México.
A "ordem de batalha antes da partida do exército"l) ja havia sido dada
nas décadas anteriores e é apenas intensificada na Conferencia com assinaturas
de convenios e ntre o Governo brasileiro e a FAO para explora¡;ao dos recursos
f1orestais, principalmente das matas de araucarias do Sul do país. A assistencia
técnica a paises menos desenvolvidos, um dos destaques da agenda da FAO,
fez parte dos acordos firmados com o Brasil na Conferencia de Teresópolis.
Nestes acordos a PAO e ntraria com a equipe técnica e maquinarios e o Brasil
com os preciosos recursos naturais. O documento da FAO enfatiza a impor-
tancia dos acordos firmados na Conferencia, ja que: "logro estabelecer acuer-
dos muy amplios sobre fas métodos más indicados para iniciar la explotación
de las grandes riquezas madereras de todos fos paises de la América Latina"
(UNASYLVA: 1948). O Diretor Geral da PAO, Sir John Boyd Orr, na abertura
da Conferencia, evidencia o desejo de que os acordos para a explora¡;i'lo das
matas se efetivassem:
(... ) la mayor parte de vuestros bosques están todavia intactos.
Entiendo que existen alrededor de 800 millones de htttáreas - una
superficie casi el doble de la de toda Europa- disponibles para las
labores de fomento. Depende de vosotros si esto ha de convertirse en
uno de los grandes recursos del mundo en la constante lucha de la
humanidad por el progreso ttonómico y social. (... ) la FAD. por medio
de su Diredón de Silvicu ltura y Productos Fore5tales. está preparada
para prestar su asistencia en cualquier forma que sea posible para
el desarrollo. La Conferencia Internacional de la Madera, que por

25 Roy Nash em suas análises sobre o Brasil ditia que cm curto espar¡:o de
tempo este seria vangllarda na prodll~ao de madeiras. e que era chegada
a hora de se "darem ordens de batalha, antes da partida do exercito". se
rererindo aos madeireiros norte americanos, que diante da escassez de
madciras em seu território, viriam para d explorar nos~ matas.

Politiea floresta!: o modelo floresta! e agricola


para além do debate técnico Jl5
convocatoria de la FAO se celebró en Europa en 1947, produjo grandes
resultados al lograrse el acuerdo tanto de los países txportadores como
de los importildorcs acerca de planes que han contribuído en gran
escala a disminuir la escasez de madera en Europa. Tengo la esper.1nu
de que esta Conferencia contribuira apreciablemente a mejorar la
situación en América Latina, asl como aliviar la escasez mundial de
madera. (UNASYLVA: 1948, 4-5)

Como podemos observar, a principal proposta do Departamento de


Produtos Florestais da FAO é a intensifica~o das explora~Oes das matas tropi-
cais e o aumento da oferta de madeiras no mercado. principalmente o externo.
A prote~¡¡o das matas e a busca de solu~Oes dos problemas causados pela des-
trui~ao da vegeta~¡¡o nao silo discutidos, nao existe o reconnecimento de que
o desmatamento é urna das causas dos problemas levantados pelos "pessimis-
tas". Para Leloup, devido as responsabilidades da FAO no plano internacional,
era sua obriga~ao chamar a aten~ao da América Latina para o interesse que as
suas riquezas florestais dispertavam naquele momento para a Europa. Diz ele:
(... ) en el mundo escasea la madera. Europa, en particular,
atraviesa actualmente por una crisis grave, ye n las recientes
conferencias celebradas en ese continente se puso de manifiesto que
no se trata de una crisis temporal. sino de una situación que perdurara.
por lo menos por varias dkadas. Seguramente que este fue el motivo
por el que los delegados de los países europeos reunidos el al\o
pasado en Marianske LaUle recomendaron que la FAO celebrara otras
Conferencias en otras partes del mundo y expresaran la esperanza
de que los Gobiernos que aún cuentan con recursos que no han sido
tocados, tomen en consideración las necesidades mundiales cada día
mayores de productos forestales. (UNASYLVA: 1948, 6)

Mesmo se constatando que o discurso negemónico na Conferencia te-


nba sido o da entusiástica explorayao dos recursos naturais do Brasil e da
América Latina, nouve alguns discursos no sentido de mostrar a importancia
da co n serva~ao desses recursos, de limitar sua explora~ao, inclusive pensan-
do nas gera~Oes futuras, como fez, de forma clara e objetiva, o Ministro da
Agricultura do Brasil Daniel Serapiao de Carvalno:
Los bosques hasta ahora vlrgenes y sin utilidad para los paises
que los poseen, tienen sin embargo un papel nada insignificante en
la expansión económica de los paises de la América Latina que se
desarrollan rapidámente en Olros ampos. (... ) En el marco de estas
grandes posibilidades. en cuyo umbral se encuentra Ameria Latina,
se presenta una objeción. Estas industrias nuevas que deseamos crear,
esta 'bonanza de madera', que parece tan atractiva, estos nuevos
desarrollos, ¿no llegarán a provocar un abuso en la explotación de
los bosques del Continente acentuando el dal\o causado por la tala

l86 Célla Diu


inmoderada? La respuesta a esta objeción es clara. Hay un principio
que debera aplicarse a los bosques de la América Latina para limitar
las explotaciones que habrán de realizarse y es el que ya manifesté
en Marianske Lazne y que deberá aplicarse a los bosques de todo
el mundo. Este principio es que 'los bosques son un legado de las
generaciones precedentes a la generación actual. herencia que ésta
debe restituir intacta, o mejorada, a las generaciones venideras'. Todo
abuso de corte hecho únicamente con fin comercial. y que cause la
disminución de este capital. es contrario a este principio y deberá
prohibirse absolutamente. (UNASYLVA: 1948,7)

o discurso do Ministro da Agricultura, Daniel Serapiao de Carvalho, é


urna voz dissonante na Conferencia, pautada pelo estímulo a explorac;:ao das
matas para aumento das exportac;:Oes de madeiras e outros produtas f1 orestais.
Para ele, as matas eram um legado as gerac;:óes futuras, heranc;:a que recebemos
e ternos o dever de cuidar, protegendo suas riquezas, para que as gerac;:óes
futuras possam também usufruir deste precioso bem. Mas tal discurso naó
encontra eco numa conferencia que tem na explorac;:ao desses recursos sua
principal meta, e ande a maioria dos representantes das delegac;:3es" está in-
teressada em firmar convenios, sob os auspícios da FAO, para intensificar a
explorar;ao dos recursos florestais e aumentar suas exportac;:3es.
Urna comissao formada pela iniciativa privada, técnicos f10restais e
representantes dos governos dos estados de Sao Paulo, Paraná, Santa Catarina
e Río Grande do Sul produziu um documento com diagnóstico da situa r;ao
madeireira de seus estados, as cifras do montante de exportac;:iio atual e a
previsiio futura com a expansao do setor. A comissao apresentou, além do
diagnóstico, urna lista de reivin dicac;:Oes ao Governo brasileiro. O documento
foi apresentado na conferencia, constando do acervo de documentos da FAO
(UNASYLVA: 1948b, 1-5). As principais reivindicac;:Oes dos estados foram: o
financiamento governamental, através de créditos concedidos pelo Banco do
Brasil, para a explorac;:iio das matas desses estados; autorizar;iio para a explo-
ra,iio nao só do pinho, mas também de o u tras espécies, como a canela e o
cedro, encontradas nas propriedades privadas; permissao para montar novas
serrarias para a explorar;ao das matas do litoral, ricas em madeiras duras'" e

ll> Na Iistagem de delega~lo por país podemos constatar que a delega~.io


brasileira era compasta basicamente por representantes da iniciativ,1 privada.
Representantes do I N P e da Cia. Paulista formavam a maioria, tendo o
Presidente do IN P , Virgilio Gualberto, um papel de destaque dentro das
comissOes de trabalho, principalmente a Comis~o de Explora~30 Floresta!.
17 As madeiras duras, que no Brasil 510 oonhecidas como madeiras de lei, representam
a quase totalidade das IIl3deiras encontradas nas malas tropicais, como as perobas,
canelas, magnos, cedro, pau marfim, cercjeiras, jacarandás, virolas, sucupiras,
copaíbas, e muítas outras especies das matas tropicais. As madeiras duras sAo
próprias para constru~30 civil e naval, por serem mais resistentes as intemperies.

Polltiea Hore.tal: o modelo florestal e agTÍcola


para além do debate técnico 317
valorizadas no mercado interno e externo. pela vantagem de escoamento das
madeiras, por estarem mais perta dos portos de exporta~ao; e que o estado
assumisse, através do INP e dos Se rvi~os Florestais dos estados, o refloresta~
mento das áreas devastadas. a cargo da iniciativa privada até entao.
Podemos concluir com a leitura dos documentos produzidos na
Conferencia de Teresópolis que os interesses dos empresários do setor f1 0restal
brasileiro. quanto a continuidade da ex plora ~ao das matas, esteve garantido
na Conferencia da FAD. Mesmo lembrando que também constam dos docu-
mentos da FAD. em vários encontros realizados. recomenda~óes aos governos
quanto a prote~ao dos recursos naturais, como a cria ~ao de cursos de forma-
~ao de engenheiros fl orestais. Tendo o Subcomite de Bosques Inexplorados da
FAO, se reunido e m Genebra. em 1947. e recomendado aos governos a crial;ao
de urna legislalOao florestal para proteger as matas ainda existentes em seus
territórios, as resolul;Oes finais indicam que os interesses dos empresários do
setor foram privilegiados na Conferencia. em detrimento de algumas pro pos-
las de cunho conservacionista que, se aprovadas. poderiam naqueJe momento
ter ajudado a conter o avanlOO das madeireiras, principalmente no Sul do país.
Devemos reconhecer que as politicas propostas pela FAO nos Congressos
Florestais que mais se efetivaram foram as de exploralOao dos recursos naturais
nos países memhms, lemhrando que a FAO oferecia aos paises interessados
equipes especializadas e maquinários para efetuar as explora~óes dos recur-
sos fIorestais . Os países pobres nao necessitariam custear as explora~óes das
matas para a retirada de madeiras para expo rta ~ao, o que era visto como um
excele nte negócio, já que estes nao dispunham de capital. Em contrapartida.
a recuperalOao das áreas desmatadas fi cava a cargo desses países. que. de um
modo geral: nao tinham politicas fIorestais de prote~ao efetivas; quando havia
urna legisla'Jao fIorestal. era pouco efi caz; nao tinham projetos de rec u pe ra ~ao
das áreas exploradas e nem capital para executar os re{Jorestamentos; mas,
principalmente. seus governos tinham pouca vontade política na recupera~ao
das áreas desmatadas, e adicionamos a este quadro a pequena ou inexistente
pressao de seguimentos da sociedade civil organizada neste periodo.
Como nao existía urna política governamental para a conserva~iio dos

SJo madeiras mais pesadas e d ificeis de serem trabalhadas e cortadas. de fibra


curta. densidade e cores variadas. Devido as suas qualidades. silo muito valorizadas
nos mercados internacionais de madeiras. J á as coníferas com seus abetos. pinus e
ara ueárias, por exemplo, silo dassificadas como maddras moles, e silo encontradas
principalmente em dimas temperados. Tem fibras langas e densldade uniforme,
silo pouco res istentes a intem~ries. geralmente apresent.1m cores daras e sao fácies
de serem trabalhadas. Por estas caracteristk .. s sao apreciadas nos mercados para
a fabrka~ilo de chapas. compensados e outros produtos florestais feitos .. pa rtir
da madeira desfibrada. agt ul ina ndo-se resina, uréia e formol. D popularmente
conhecido como "chapa de eucuex" é feito dest .. forma. As madeiras moles
silo muilo ut ilizadas na fabrica~ilo de móveis e diversos utensilios domésticos;
na constru"ilo civil. para revestimento de portas e paredes. divisórías e forros;
na indústria automob ílistic.., no revestimento das portas ¡aterais dos carros.

388 Céll. D1u


recursos naturais - nos países onde a FAO colocou em prática sua política f1o.
restal-. a recupera~ao das áreas exploradas nao ficou a seu e ncargo. n~o fez
parte dos acordos de explora~¡¡o, sendo este um problema a ser resolvido pelos
países afetados por essas políticas de explora~¡¡o das matas.
Nas décadas seguintes veremos o coroamento das políticas governa-
mentais de prote~¡¡o aos capitais. majoritariamente externos e aliados a capi-
tais nacionais, a investidores no setor florestal. em todos os segmentos, mas
principalmente na produ~¡¡o floresta!' A expans~o dos monocuJtivos florestais
em diversos estados brasileiros, visando o aumento na exporta~¡¡o de pasta de
cel ulose e papel, além do aumento da ofert'a de diversos produtos florestais
para abastecer o mercado nacional, será urna das principais estratégias do se-
tor na busca de expansao e consolida~iio dos lucros de capital. Alem da expan-
sao dos monocultivos nos estados com infra--estrutura para o escoamento da
p rod u~ao, o setor florestal fara incur$ÓCS cm estados antes pouco explorados.
como a Amazónia .
As pressócs para a ocupa~iio do espa~o amazónico. nao para culti vos
florestais, Dum primeiro momento, mas para explora~¡¡o das matas, se in-
tensificaram nos anos de 1990 com grande pres~o principalmente do setor
madeireiro. No debate floresta l apresentado no recorte histórico, primeira
parte do artigo, a Amazónia tem pouca importancia, o centro das aten~3es dos
agronomos silvicultores estava nas áreas mais intensamente exploradas. Mas
com a escassez de madeiras nos estados centrais este foco muda, o território
Amazónico passa a ser o centro de aci rradas disputas, e passamos a ter urna
política florestal voltada muito mais para a resolUl;iio dos problemas ai origi-
nados. As discussócs em torno de mudan~as no Código Florestal hoje, prota-
gonizada por ruralistas, governo e setores da socicdade civil, est~o centradas
na Amazonia legal, como veremos.

A PoIiUa F10reatal BruUelra b.ote • A APlU6IS1a _ foco


Nesta segunda parte de nosso artigo vamos levantar duas questOes
atuais que consideramos das mais relevantes no campo da política florestal
brasileira, e neste debate a Amazonia aparece como palco principal. Diversos
autores apontam a Amazonia como urna das ultimas fronteiras de ex pansiio do
agrocapitalismo, como Palacio (2008), Oliveira (2005). dentre outros, com os
quais concordamos. No caso da Amazonia brasileira- a frooteira avan~a sobre
as matas ocupando terras e a umentando as areas desmatadas, o que nos leva a
crer que os debates e disputas e m torno da prote~¡¡o e manejo das matas, com
fiscaliza~¡¡o e aplica~¡¡o da legisla~~o florestal continuam na ordem do dia.

18 Vamos trabalhar com a categoria oficial de Amal:onia Legal. instituída atraves


da Leí 1.806 de 1953. A área engloba nove estados brasileiros pertencente a
Bacia amawníca, que possuem em seu território tre<:hos da Mata Amazónica.
Os estados do Acre, Amapa. Amal:onas. Mato Grosso, Pará, Rondónia,
Roraima, Tocantins e parte do Maranh30 do considerados Amal:onia
Legal e juntos correspondem a cerca de 61% do território brasileiro.

Politlca Doreml: o modelo Ooresta! e agricola


para aJém do debate t.écnk:o 311
As disputas na Amazonia brasileira sao antigas, come~aram com o ex-
trativismo das" drogas do senao", com a explora~ao da borracha no século
XIX e a extra~ao de madeireira, e logo em seguida vieram a minera~ao preda-
tória, a pecuária extensiva e agora os monocultivos agrícolas, principalmente
a soja para expona~a.o, e os monocultivos Ilorestais, que avan~am fronteira
adentro desmatando extensas áreas e expulsando distintos grupos de ocupa-
~ao originária e recentes como: pequenos produtores tradicionais, pequenos
produtores rurais empobrecidos vindos de outros estados tentarem a sone na
Amazonia, e ainda ribeirinhos e grupos indígenas originários.
Entre 1937-1945, no Estado Novo, o governo federal incentivou a
ocupa ~ao dos chamados "vazios demográfico" no interior do país, buscando
aliviar as pressOes sociais nos centros urbanos. O objetivo do governo Vargas
foi integrar estas terras ao processo produtivo nacional. Para efetivar esta in-
tegra~ao criou a Funda~.io Brasil Central que executou o primeiro programa de
ocu pa ~ao denominado "Marcha para o Oeste". A Funda~ao chega a Amazonia
através da expedi~ao Roncador - Xingu em 1949 (Al ves: 200)), produzindo
profundas modifica~3es na regiao. O municipio de Sorriso se localiza nesta
regiao e junto com Santarém, formam os atuais maiores pólos de produtores
de soja para exporta~.io. Santarém tem o maior porto flu vial de exporta~ao
da produ~ao da regiao situada no noroeste do Mato Grosso, o escoamento da
produ ~ao e feito através do rio Amazonas....

o agroaegódo Da Amaz6ala
O avan~o dos capitais exportadores sobre a fro nteira agrícola e consen-
tido e em alguns momentos incentivado pelo govemo, e tem levado a violentas
disputas por recursos naturais, especialmente terras férteis e bem localizadas,
ideais aos negócios dos grandes grupos transnacionais como a Monsanto. a
Cargill e a Bunge, que tem adquirido terras em consorcio com grandes proprie-
tários brasileiros, investidores no agrobusines nacional. Parte significativa das
terras na Amazonia hoje está ocupada por monocultivos agrícolas ou f1orestais.
O agronegócio esta localizado nos estados do Pará e Mato Grosso, já o agronegó-
cio florestal entrou fortemente nos estados do Pará, Maranhao e Amapá.
A Amazonia abriga atualmente os maiores latifundiários da história
brasileira, que segundo Ariovaldo U. Oliveira (2005) foram protegidos pelo
governo militar pós 64, quando reprimiram duramente todas as lutas dos
movimentos rurais de acesso a terra, concentrando apoio aos investimentos
privados, por meio de incentivos fiscais da Sudam, a pecuária na Amazonia.
A luta desencadeada pelos mOvimentos sociais revela a estratégia ilegal dos
que dizem serem proprietários de terras e sao contra a reforma agrária, mas
sao na verdade grileiros de terras fazem a apropria~ao privada do patrimonio
público.

~9 O Porto da Cargill em Saotarém é responsável pelo escoamento e comerdaliz.a


da produ~¡)o de soja dos grandes sojicultores do noroeste de Mato Grosso.

390 ~lia Diaa


Segundo Oliveira (200S) a elite brasileira raramente botou a rru10
no bolso para comprar terras o que fez ao langa da bistória de oc u pa~ao do
território foi se apossar do que é público como se fosse seu de direito. Esta
mesma elite cda instrumentos legais, atraves das bancadas parlamentares q ue
as representam, para continuar se apropr iando gratu itamente de terras, fazen-
do um discurso contra a reforma agrar ia e acusando os componentes destes
movimentos de serem responsáveis pelo aumento da violencia no campo. O
discurso que tenta legitimar estas grilagens e o da. produtividade agrícola,
estes grileiros sao produtivos e por tanto devem ser acobertados pelos poderes
públicos, devem ser legalizados.
Os incentivos governamentais a entrada dos agronegócios exportado-
res a regiao amazónica podem ser acompanhados na a precia~ao dos últimos
Relatórios confeccionados pelos Ministerios sob o coma ndo da Casa Civil.
Dentre os Relatórios podemos listar o Plano Amaz6nia Sustentável (PAS), o
Pla no de A~lo para a Preven~lo e Controle do Desmatamento e o Plano de
Desenvolvimento Sustentável para a Área de Influencia da BR-16) e o Plano
de Desenvolvimento Sustentável do Agronegócio na Amazonia Legal (PDSA),
todos elaborados por grupos interministeriais especí ficos. Ou seja, tecnocratas
competentes que decidem os rumos do desenvolvimento amazónico, com urna
baixissima representa~ao/pa rti ci pa~lo dos movimentos sociais organizados,
mas cm contrapartida se obser va uma grande presslo e pa rticipa~lo dos inte-
resses do capital agroexportador na Amazonia, atraves destes projetos.
A centraliza~lo das decisóes se justifica, s(:gundo os representantes
governamentais, diante do atual q uadro " de ace lerado desmatamento da
Amazonia nas últimas decadas, "( ... ) por isso o govcrno defende" a posis:lo de
que o controle efetivo do desmata mento exige. alefll das necessárias medidas
normativas. {... } urna forte agenda positiva de i dent iifica~lo e fomento a ativi-
dades economicas sustentávcis na Regiao, como fo rma de criar alternativas
viáveis de gera~ao de renda e emprego para as POF' ul a~Oes locais, aliviando,
assim, as pressOes pela abertura de novas áreas" (MAPA: 2007. 7).
Como decidimos previamente priv ilegiar nesta discusslo a pressao
do agronegócio exportador na Amazonia hoje, vamos nos referir p referen-
cialmente ao Relatório produzido pelo governo em 2007. chamada " plano
Executivo de Desenvolvimento Sustentável do A:gronegócio na Amazonia
Legal" (PDSA). OS objetivos listados como prioritários no Relatório, slo:
l . Promover o desenvolv imento sustentável e a competit ividade do

agronegócio. atraves do aumento da produ~ao, da e:xporta~¡¡o, e da interiori-


za~ao das at ividades economicas,
2. Aumenta r a produ~¡¡o de produtos agropecuários nao-alimentares e
nao-energeticos,
). Garantir a segurall,? alimentar. em termos de abastedmento e pre-
~os.

o Ministério da Agricultura, Pccuária e Abastecimento (MAPA) par-


ticipou ativamente dos grupos executivos na confec~¡¡o do Relatório final e

Politica nores!:a.!: o modelo florestal e agricola


para além do debate téenlco 3.1
defendeu o agronegócio como unica saída para a diminui~~o dos desmatamen-
tos, e gera~~o de renda e emprego na Regi~o. A posi~~o do MAPA e a de que
a diminui~~o dos desmatamentos passa pela expansao do agronegócio. já que:
nenhum outro setor está tin presente na esmagadora maioria
das localidades da RegiJo ou apresenta potencial tilo claro poira
acelerar o dinamismo dils economías locais e sub-reglonais. (... ) n~o ha
dúvldas de que o uso sustcntáveJ dos re<;ursos naturais da Amalonia
exige a ad~o em larga escala de atividades económicas e processos
produtivos capnes de propiciar a continuada melhoria da qualidade
de vida da popula~~o.

o Relat6rio preve. inclusive, investimentos publicos para o estabele-


cimento destes capitais agroexportadores na AmazOnia. Com estas iniciativas
governamentais os grandes projetos agroexportadores sao concebidos e plane-
jados, cumprindo urna fun~ao na expansao do capital nacional e internacional
na Amazonia. blindados por pesquisas, por mudan~as nas legis l a~óes e urna
série de medidas que visam protege-lo e favo recer sua permanéncia na regian.
O gnverno com fortes argumentos socioeconómicos para o desenvolvimento
da regiao. onde a preserva~ao entra como discurso e nao como prática, des-
considera em seus programas as necessidades de seres reais, as pessoas que ai
vivem. e que sao parte da história de povoamento da regi~o. Esta popula~ao
necessita urgente de políticas governamentais que os veja como reais habi-
tantes, que com seu fazer social-histórico sao parte indiscutível do que é a
Amazonia hojeo DOS seus vícios e virtudes.

AgI'oDegOdo • YIoIIDde Da AlDu6111e


As disputas por terras no Brasil estao entranhadas em nossa história, e
estiveram no centro das discussóes políticas em todos os períodos e em todos
os estados da federa~ao. O poder politico sempre esteve em maos de grandes
proprietários de terras, heran~a do período colonial. No passado os con Oitos
por terras estavam associados aos latifúndios improdutivos e arcaicos, hoje
estudos mostram que os con nitos no campo se localizam principalmente nas
regióes consideradas "modernas", que mais utilizam técnicas avan~adas para
a produ~ao agrícola ou f]oresta l, especialmente nos estado onde prospera o
agroneg6cio ex portador. O agronegócio no Brasil está estabelecido em quase
todos os estados que compóe a Amazónia legal, ocupando extensas áreas com
monocultivos agrícolas ou f] orestais. totalmente destinados a exporta~ao, n~o
abastecendo o mercado nacional e muito mesmo o mercado local.
O agroneg6cio florestal se localiza na chamada AmazOnia Orienta!.
nos est'ados do Amapá, Pará e Maranhao. áreas com marcante concentra~¡¡o de
conf1itos, A dinamica de ocupa~ao dos tres estados do ponto de vista histórico
apresenta diferen~as, mas em rela~ao ao estabelecimento dos monocultivos
f]oresuis tem várias similaridades, como: o baixo ni vel de organiza~ao do
movimento social local, devido a falta de recursos humanos e financciros e a

392 ~llaDt ..
ralta de informar;:ao. Estes fatores sao comuns aos tres estados, e tem levado
a popula¡;ao trabalhadora local a aceitar muito mai:> facilmente as sedu¡;Oes
postas e impostas pelo agronegócio nestas regiOes. Uma das conseqüencias
desastrosas e a ocupar;:ao, pelo capital agroexportador florestal , das melhores
e mais bem localizadas terras na Amazónia Oriental. empurrando para bem
longe os pequenos agricultores locais, em conseqüe'ncia temas um aumento
dos conflitos sociais na regiao (Fanzeres: 2005). O nivel de conflito no campo
nestes tres estados, com parado com outras regiOes agrícolas brasileiras que
nao foram ocupadas pelo agronegócio, é apontado e'm Relatórios de ONGs e
Universidades como dos mais altos, CPT (2008), UFF'/ LENTO (2007). Os esta-
dos do Pará e Mato Grosso, com alta concentra¡;ao de agronegócio, estao entre
os mais violentos na Amazonia.
Para o Instituto do Homem e do Meio Ambiente na Amazonia (1 MAZON)
o aumento da devasta¡;ao da mata amazónica pode st:r creditada em parte aos
incentivos que o governo brasi leiro vem dando a peclllária . O governo, através
do Ministério da Agricultura, investiu RS 2. biJbOes na atividade de pecuária,
entre 2004 e 2007, período em que ocorreu aumento nos desmatamentos feitos
para abrir espar;o para a expansao desta atividade. Os subsidios governamen-
tais com taxas de juros mais baixas que o mercado, ff:Z com que muitos fazen-
deiros virassem pecuaristas, já que os ganhos acabavam sendo maiores que
o esperado, possibilitando cada vez mais a fuga para frente destes capitais.
Segundo o IMAZOM quase todo o desmatamento na Amazónia é ilegaL já que
o proprietário só pode desmatar 20% de sua propriedade, e para faze-Io pre-
cisa de licenr;:a do ¡BAMA. O exemplo da ilegalidade pode ser confirmado no
estado do Pará, que de acordo com a Secretaria de Meio Ambiente do Estado,
em 2007 só foi autorizado 12 quilometros quadrados, mas o Estado teve cinco
mil qui lómetros quadrados de desmatamentos (CPT: :1:008).
Relatórios de diversos organismos sao unanimes em apontar os des-
matamentos e entradas dos capitais agroexportadores como os príncipais
agentes no aumento dos conllitos sociais na Amazonia, e estes conflitos em
sua maioria estao ligados a disputas por terras. A Organiza~o dos Estados
lbero-Americanos para a Educar;:ao, Ciencia e Cultura (OEi), com o apoio
do Ministério da Saúde produziu um Mapa da Violencia dos Municípios
Brasileiros. Na confecr;:ao do Mapa se cruzou dados do PRODES (Projeto de
Monitoramento do Desmatamento na Amazonka L(:gal, por Satélite), e dos
100 municípios com altos índices de desmatamentQt na Amazonia, 61 esta~
entre os que apresentaram as maiores taxas de assassitnatos no país. Essas cida-
des representa m 10% dos municipios brasileiros, mas. em 2004, concentraram
71% do total de homicidios ocorridos no pais (Age:ncia Nacional 2008). O
arco do desmatamento é também o arco da violencia :DO Brasil.
A apropria¡;ao ilegal de terras e a ausencia do poder público nestes
municipios sao as causas principais dos ahos índices de violencia. Devemos
considerar também que o baixo nivel de organizar;:ao da sociedade civil para
pressionar O poder público e fazer valer seus direitos, favorece a manuten¡;ao

Polltlca florestal: o modelo fiorestal e agrícola


para aJém do debate técnico 3. 3
des[3 situalj:ao benefi ciando os que vivem a margem do poder legal. e cont i-
nuam a desmatar, a expulsar a popuJalj:ao local (agricultores fami liares, r ibeiri-
nhos e indígenas), e se apossar de terras públicas, fazendo suas próprias leis.
Relatórios divulgados por Organismos Nao Governamentais que atu-
am nestes estados e por grupos de pesquisas da Universidade Pública" dando
canta das violentas disputas por terras na Amazonia estao presentes nos jor-
nais diários, pressionando o governo, através dos Ministérios da agricultura
e do Meio ambiente, a tralj:ar políticas que contemplem os diversos interesses
em pauta. O governo acaba de criar O Comite lnterministerial de Combate ao
Desmatamento (Cide), ou "Copom do desmatamento" como vem sendo chama-
do, cm alusao ao Comite de Políticas Monetarias do Banco Central. O Comite
Interministerial de Combate ao Desmatamento (Cide) sera composto por um
grupo ministerial que definirá estratégias de combate ao desmatamento, den-
tre eles Casa Civil e Ministério da Justi~a. A cria~ao do Cide, e urna das medi-
das anunciadas pelo MMA em resposta as cobran~as vindas de varias frentes
da sociedade civil, que vem crit icando a fa lta de políticas claras do governo
para conter o aumento dos desmatamentos na Amazonia.

A pm.t.ba~ de 8o..cu pábUeas


O Servi ~o
Floresta l Brasileiro (SFB), responsavel pelos projetos de fo-
mento, p rote~ao flores tal. estudos de manejo e prodw;ao flores tal dentro do
MMA, vem a tempos buscando um acordo entre interesses antagónicos - os
ambientalistas e os grupos de interesses privatistas da sociedade civil. As for-
tes press3es dos interesses privados na Amazonia e que levaram o governo a
iniciar os processos Jegais de privat i za~ao floresta!. A Id polcmica permitindo
a privatiza~ao foi sa ncionada em mar.¡:o de :1:006 em meio a muitas criticas,
pesquisa dores e ambienta listas argumentavam que nao seria possível realizar
a explora.¡:ao da madeira de forma sustentavel e que a lei só estava favorecendo
os madeireiros já que o governo nilo teria condi.¡:óes de fi scalizar as concessócs,
e fazer valer os contratos firmados com as madeireiras. Estávamos passando
procura.¡:ao para legalizar os desmatamentos e nao protegendo as matas ama-
zonicas dos interesses capitalistas que já estao agindo ha muito lempo fora
de qualquer controle legal. O processo de discuss3es come¡;ou em 2006, com
rejeirrao de grande parte das ONGs que atuam na Amazonia, porém foi sancio-
nado em 2007 e parte das ONGs se convencerao que esta nao era a alternativa
ideal. mas a posslvel naqueJe momento.
O governo aposta na concessao florestal para frear os desmatamentos,

)0 A Comisslo Putoral da Terra (c n ) registrou em l005, cm seis estados da


Amazonia legal (MT , TO, MA, PA , AM e RO), 346 confli tos envolvcndo 48.6l8
famílias. ESles conflilos em sua maioria estilo associados ao agroncg6cio
e se locaHzam nos limites da fronteira agrícola. Como estes dados sAo
de lo05, estimamos um aumento dos conflitos visto que os avan'fos do
agroneg6cio e dos dcsmatamentos continuaram nos anos seguintes e sAo
confirmados cm relatórios mais recentes divulgados pelo I NPE e PRODE S.

394 Célla Dlas


para o MMA é a única saída para o uso sustentável da mata amazónica. O
MMA através do SFB criou um conjunto de regras complexas de utiliza~.ilo dos
r~cursos florestais que devem, segundo o SFB, favorecer ao governo através
dos alugueis e a popula~ao local através de servi~os. O primeiro passo seria
incluir a área dentro de um plano anual de outorgas, e este plano já preve
que até 2009, cerca de 4 milh6es de hectares devem ser concedidos a explo-
rar;ao privada. O SFB estima que nos próximos 10 anos sejam privatizados
13 milhóes de hectares de florestas. A área atual prevista para concessao é
equivalen te ao estado do Rio de Janeiro.
A escolha da empresa deve ser por licita~ao, porém os beneficios so-
ciais que da poderá gerar na regiao, como cria~ao de empregos locais, conta
ponto na hora da escolha. A empresa que se dispar a instalar urna fábrica de
picos de madeira, por exemplo, ficará na frente de ourras que somente mon-
tarao serrarias. Para Azevedo do SFB, "esse é o único tipo de concessao cujos
critérios socioambientais va lem pontos mais do que o pre~o". A concessao
preve também as audiencias públicas, esta foi urna das pressOcs dos movimen-
tos ecologistas, na tentativa de abrir o debate na sociedade civil, discutindo
o que pode ser explorado e o que deve ser preservado e também as áreas
que, necessariamente, devem ser mantidas pelas popular;ócs tradicionais. As
audiencias devem definir tambérn quais produtos poderiam ser explorados.
A madeireira que ganhar a Iicitar;ao paga urna espécie de aluguel ao
governo e ganha o direito de cortar algumas espécies de árvores e de explo-
rar produtos florestais, por 40 anos como preve o contrato assinado entre as
partes. Apcsar da rejeir;ao social a esta política o governa acaba de conceder
a primeira concessao, privatizando urna fl oresta pública, a Floresta Nacional
do Jamari em RondÓnia. Tres madeireiras ganhararn a concessao e receberam
permissao para explorar 96 mil hectares, poden do fazer cortes seletivos e ex-
plorar;,ao de produtos florestais, e em troca terao que pagar 3,8 milhOeS anuais
ao govcrno e se comprometem com alguns beneficios as comunidades locais.
Segundo Tasso Azevedo, chefe do Servir;o Florestal, que sempre defendeu as
privatizar;óes como sa ída ao desmatamento, a privatiza~ao "é um instrumento
para promover a conserva~ao da floresta e gerar renda a partir do uso sus-
tentável. A solu~ao da Amazonia passa por algumas partes serem totalmente
protegidas, mas ternos que demonstrar que manter a floresta cm pé é parte da
economia".
Urna das questóes que avistamos oeste debate e como efctivamente será
feito o corte seletivo das espécics. Vencida a licitar;ao, a madeireira deve apre-
sentar um plano de manejo, explicando como fará a explorar;ao sustentável, já
que o contrato preve que a empresa só poderá explorar urna parte da floresta
a cada ano. A área deve ser dividida em 30 partes igua is, com permissao de
explora~ao somente de árvores com mais de 50 cm de diametra, as exce¡;:Oes
só para as espécies que nao atingem esse tamanho. Quando todas as partes
forem exploradas se volta ao primeiro talhao. Segundo os cálculos do SFB
cada hectare deve ter cerca de 1000 árvores. das quais 300 ou 400 devem ser

Polltlca Ooreltal: o modelo Ilore.tal e agricola


para além do debate técnico 315
adultas, portanto a empresa vai retirar de 4 a 5 árvores (de cada hectare), se
forem respeitadas as normas do contrato com o governo.
Nao ternos condi¡yOes técnicas de prevé que a regenera¡Y30 de urna
mata tao frágil. do ponto de vista do equilíbrio natural como a amazónica, se
fa¡ya em )0 anos (cumprindo com as regras do contrato humano estabelecido
como prazo fixo). ainda mais se levamos em canta as mudan¡yas climáticas
globais que vem afetando a regiao. Pesquisas indicam altera¡yOes severas nos
regimes de águas na Amazonia, que com certeza afetam a regenera¡yao natural.
provavelmente. aumentando o tempo de crescimento das áevores". E outro
ponto dos mais polémicos e a fiscaliza¡yao destes cortes seletivos previstos nos
contratos. O governo diz see possível fiscalizar OS madeireiros, agora legais,
já que criou um sistema batizado de Detex (Dete<:¡Y30 de Explora¡yao Florestal
Seletiva). O sistema de fiscaliza~3o por satélite será operado pelo Instituto
Nacional de Pesquisas Especiais (Inpe), e pode detectar modifi ca~Oes na mata,
como a abertura de pátios para processar toras. O financiamento para a fisca-
Iiza~ao virá do aluguel pago pela concessao, senda que, parte do valor arreca-
dado será destinado ao ¡SAMA, ao SFS e ao Instituto Chico Mendes, e devem
ser aplicados em a~3es de conserva~¡¡o e uso sustentável.
Acreditamos que a privatiza~ao nao contribuirá para a preserva~ao da
mata amazónica e a legada fun~¡¡o social. no sentido de gerar rendas e servi-
'Y0S, também nao é verdadeira, já que as grandes empresas utilizaram muito
maquinário e empregaram pouca mao--de-obra, especialmente a local. Outra
questao e a fiscaliza'Yao, que também acreditamos nao será impedimento para
as empresas burlarem os contratos firmados, pela baixa eficácia da atua~ao do
¡SAMA no controle aos desmatamentos na regiao.
No debate florestal apresentado no recorte histórico, primeira parte
do artigo, a Amazonia nao figura nas preocupa~oo de conservacionistas e
produtivistas. os conflitos se localizavam nas áreas intensamente exploradas
pela agricultura e pela expansao dos cultivos de eucaliptos naquele momento.
Os recursos naturais amazónicos estavam loca lizados em áreas de difícil aces-
so para o escoamento da produ~a o agrícola e madeireira. Mas a escassez de
madeiras em outras regiOes; a abertura de estradas; a constru9ao de portos, a
melhoria na navega~ao fluvial. a oferta de mao--de-obra sem garantias traba-
lhistas e a abundancia de terras, tornaram a regiao atrativa aos capita is agroex-
portadores aumentando as pressOes sobre seus recursos naturais, e revivendo
o antigo debate entee conservacionistas e produtivistas pelo uso racional das
matas brasileiras.

}I ReceDte pesquisa divulgada pelo ¡,.PE moslra um processo acelerado de


aumento de temperaturas na Amnonia e isto, segundo o Relatório, levará a um
aumento de 170% das savanas até 2 100. O I NPE cruzou dados de desmatallll:'nto
e aumento das temperaturas conslruindo dois cenários - um olimista com
aumentos de até l"C e outro pessimisu com previsAo de aumento de ate s"C nas
temperaturas da Amazónia até 2100, ambos levariam a um aumento das savanas.
Dados dispc:mlveis Da págiDa do IHU. http://www.obLiDpe.brfprodes.

396 Célla Dias


A Amazonia hoje é um dos principais palcos de disputas por mudan-
¡;as no Código Florestal, as pressOes sao feitas pelos madeireiros, pelo setor
f10restal que pressiona o Ministério de Meio Ambien.te para li berar licen¡;as
para reflorestameotos com espécies económicas - utilizando o "velho" discur-
so de "florestas produtivas" defendido pelo produtivista Edmundo Navarro
em 1912- . e outros capitais agroexportadores (pecu ári.~ e agricultura) q ue dis-
putam terras com os mov imentos sociais rurais na regiao. A intensa e ntrada
destes capitais a regiao. antes desprezada. a torna o centro das disputadas
políticas florestais. com pedidos de mudan¡;as no Código Florestal, para di-
minui¡;ao da reserva legal hoje fixada 80%. para 20%. O Código Florestal em
vigor. mesmo com baixa aplica¡;ao. tem d ificultado a lilvre a¡;ao destes capitais
na Amazonia, e estas mudan¡;as se efetivadas podem comprometer seriamente
o bioma amazonico. JI
Os constantes con fli tos entre os Ministér ios da. Agricultura e do Meio
Ambiente no que concerne as políticas de prote¡;ao alm biental, especialmen-
te para a Amazónia, estao presentes nos jornais di.ários. O Ministério da
Agricultura vem traiYando políticas agrícolas. q ue em grande med ida. pro-
tegem os capitais exportadores que atuam na Amazonia. algumas políticas
possibilitam brechas juríd icas" e e ntram em choque com as prioridades polí-
ticas ambientais tra¡;adas pelo Ministério do Meio Am biente. A bancada ru-
ralista integra. em maioria absoluta, as ComissOes de Agricultura e a de Meio
Ambiente no Congresso e no Senado. por onde passará a reforma do Código
Floresta l, a imprensa diz que, em ultima instancia os donas de terras e que
decidiram os rumos dos desmatamentos na Amazonia, e como sao maioria nas
ComissOeS vao aprovar as desejadas mudam;as no Código Florestal e continuar
desmatando".
Queremos acreditar que nao. que sociedade civil e os movimentos
sociais organizados. apesar das debilidades organizacionais destes grupos,
ocupam um importante espaiYo nestas disputas. e COItt certeza vao pressionar
as ComissOes por urna decisao mais favoráveJ a prote¡;aio ambiental. o Governo

)1 Em companu;:30 .lOS vizinhos a Amazónia brasileira e a menos protegida, com


apenas 39.6% . contra 56% da colombiana. 79,7% da e<¡lJatoriana e 71,5 % da
parte venezuela na. Estes slio dados recem publicados poI' uma rede de 11 ONGS
sul"'¡¡l!l('ricanas. Fonte: Materia publicada na Fa/ha de Sdo Pau/o, 19/03/ lOO9, p.A 10.
l3 Existe uma forte press:lo do Ministerio de Agricultun e[n aprovar novas regras
permitindo que os produlOres ru rais possam faur a recupera~Jo da reserva
legal com especies exóticas. Isto significa na prática a redlu~Jo da reserva
legal de 80% para 50"!.. na Amazónia, j¡j <¡lIe monoculturas de exóticas nJo
cumprem a fun~ao ecol6gica previsLl no Código Floresta!.. Olllra proposta do
Ministerio que agrava a situa~Jo de desmatamento na All~azónia e a possibilidade
de compensa~o de reserva legal. prevista no Código, em outro bioma.
34 Salomon, Marta. Materia publicada no Jornal FQ/ha de Sdo Paulo alerta que:
" No Congresso. donos de terra vJo decidir sobre desmatamentos. O rebanho
do grupo reúne 37 mil cabe~s de gado; comissOes vJo decidir mudan~as em
Código Florestal. <¡ue define limites de desmalamento". J 1/ 03/ 2009, p.A6

PoUtlca norestal.; o modelo noresta!. e agrioola


para além do dabata téeruoo 3.7
será pressionado e terá que discutir abertamente os r umos da preservar;ao das
matas brasileiras.
Quase um século nos separam dos calorosos debates dos agrónomos
si lvicultores conservacionistas e produtivistas de 191~, o debate sobre a pro-
priedade dos recursos naturais e a forte continuidade que vemos neste longo
processo de uso e ocupa~ao do território, talvez a mais mareante no processo
de in stituciona li za~ao das regras de uso destes recursos. A sociedade civil re·
presentada por amplos setores como: a comunidade científica que se expressa
através de suas pesquisas e de sua pa rtic ipa~ao, e os movimentos sociais rurais
e urbanos, quase ausentes no debate dos agrónomos sil vicultores, exercem
hoje press3es e podemos considerar q ue esta é a d iferenp fundamental no
quadro atual. Já que o "velho" debate continua com o mesmo vigor - Os
recursos naturais, incJuindo as matas, sao bens públicos ou privados? Como
legisla r estes recursos? Qual o papel do Estado na media~ao dos interesses
privados e sociais? Estamos sim em presenp de urna luta, urna disputa. pelo
uso destes recursos, e as press3es para efetuar muda n ~as no Cód igo Florestal é
um dos exernplos desta acirrada luta de interesses diferenciados .

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Poli lica Oorestal: O modelo florestal e agTicola


para além do debate técnico 403
o PENSAMENTO DISCIPLINAR E O

DESENVOLVIMENTO: O USO DE TERRA

NA AMAZONIA BRASILEIRA

CAMILO TORRES
I"h.D. en el "re.. de Ciencus del J)eslIfrollo. Agrkultun. y SQcied.. d
de la UFR U - Univel"Sid .. de Fed .. raJ RUT¡¡I do Rio de h neiro.
Mag[ster en Pl¡¡neac!ón del Des.1rrollo en el Nüdro de AlIos Estudios Amazónicos
de lo Universidad Federal del Est<ldo de Pari - Brasil NAEA/UFPA
cumilOSllncMz6GGlwlrrwil.rom

40.
R~.

Este eflsaio pretende discutir diferentes abordagens que sobre o


desenvolvimento do uso das florestas tropicals e da Ama¡x;nia, tcm sido lan~adas
pelos campos de disciplinas e escolas científicas em rela~¡io a questl0 ambiental.
e pelas vis3es sobre os povos amazónicos retratadas pel~; pesquisadores que a
visitaram a partir dos anos noventa do seculo passado. Esta discus~o objetiva
mostrar a validade destas propostas teóricas sobre o desenvolvimento e o melo
ambiente da regUlo. Pretende avaliar os componentes científicos, políticos,
ideológicos, discursivos e a relevancia geopolítica destes discursos sobre a
configurar;:lio dos poderes regional, nacional e internacional, e sua influencia cm
casos representativos de politicas públicas ambient<tis para a reglao amazónica
brasileira. Esta relevancia será estudada analisando as aboJrdagens, as hipóteses e
teses defendidas pelas escolas anglo-saxll sediada nos Estados Unidos, a continental
conformada por intelectuais de forma'1ao europeia basicamente, e a brasileira sobre o
desenvolvimento sociocultural e ambiental da bacia ama¡imica
Palavras chave: Amazónia, politicas publicas ambientais, biodiversidade, programas,
projetos

AhIItract
This essay attempts to discuss dilTerent approacbes about the use
development of tropical forests and the Amazon rainforest, proposed by scientific
disciplines and schools, in relation to the environment and the vision of researchers
about Amazonas' nativc cultures and inhabitants in the last twenty years. This
discussion displays the validity of these theoretical proposals about Amazonas
region's development and environment. Also attempts to evaluate the scientific,
politica!. and ideological components of these discourses; and their geopolitical
prominence regarding regional, national and internarional polltical power
discourses, and also their influences in specific cases of environment public politics
for Brazilian Amazon rainforest.
This essay will review approaches, hypothesis a[ld thesis proposed by the
Anglo-Saxon school from the United States; the Contineutal school that assembles
intellectuals from European formation; and the Brazilian school; regarding socio
cultural and environmental development of Ama:wnas' river basin.

--
Keywords: Amazon, environment public policy, biodivel'"Sity, programs, projects

Este ensayo pretende discutir las aproximaciones que, sobre el desa-


rrollo del uso de las selvas tropicaJes y de la Ama,zania, han sido realizadas
tanto por los campos de las disciplinas y escuelas .cientificas en relación con
la cuestión ambiental, como por las visiones de los pueblos amazónicos, retra-
tadas por los investigadores que las visitaron en los últimos veinte años. Esta
discusión mostrará la validez de estas propuestas teóricas sobre el desarrollo
y el medio ambiente de la región. Pretende evalualf los componentes cientí-
ficos, políticos, ideológicos, discursivos y, en última insta ncia, la relevancia

o pensamento disciplinar e o desenvolvimento:


o UMI de tena na Amazonia br!UJllelr8 405
geopolítica de estos discursos sobre la configuración de los poderes regional.
nacional e imernacional y su influencia en casos puntuales de politicas púbLi-
cas ambientales para la región amazónica brasilera. Esta relevancia será estu-
diada analizando las aproximaciones, las hipótesis y tesis defendidas sobre el
desarrollo sociocultural y ambiental de la cuenca amazónica por las escuelas
anglosajona, localizada en los Estados Unidos. continental conformada por
intelectuales de formación básicamente europea y por la brasilera.
Palabras claves: Amazonia, políticas publicas ambientales, biodiversi-
dad. programas, proyectos

ID~
Este ensaio pretende discutir diferentes abordagens que sobre o deseo-
volvimeoto do uso das florestas tropicais e da AmaZÓnia. tem sido lan~adas
pelos campos de disciplinas e escolas científicas em rela~;1o a quest;1o ambien-
tal, e pelas vi$(}es sobre os povos amazónicos retratadas pelos pesquisadores
que a visitaram a partir dos anos noventa do seculo passado. Bsta discussao
objetiva mostrar a validade destas propostas teóricas sobre o desenvolvimen-
to e o meio ambiente da regi;1o. Pretende avaHar os componentes científicos.
politicos, ideológicos. discursivos e em última instancia a relevancia geopo-
lítica destes discursos sobre a configura~ao dos poderes regional, nacional e
internacional. e sua influencia em casos representativos de políticas publicas
ambientais para a regiao amazónica brasileira.
Esta relevancia será estudada analisando as abordagens. aS hipóteses e
teses defendidaS pelas escolas anglo-saxa sediada nos Estados Unidos, a con-
tinental conformada por intelectuais de forma~ao europeia basicamente. e a
brasileira sobre o desenvolvimento sociocultural e ambiental da bacia amazó-
nica. Estas visOes disciplinares confluem para a formuJa~30 da conven~ao da
diversidade biológica em 1991 onde tra~am se as ¡inhas principais da politica
pu blica para a regiao amazónica neste inicio de milénio, porem. cristaliza as
fontes de debate atual pelo desenvolvimemo desta regiao, que aparecem regis-
trados quando a analise das iniciativas de politica é realizada.
Se afirma que na interpretac;.io do desenvolvimento sociocultural e
ambiental da Amazónia existem duas vertentes principais das quais deriva-se
urna vertente menor: a primeira. a originada no campo anglo-sad que promo-
ve a idéia de urna Amazónia sem potencial para desenvolvimento endógeno,
pelo caráter determinante dos fatores ambientais, culturais e históricos que a
afetam. Com o resultado de justificar estratégias de imerven~ao de reduzida
escala ou de conserva~ao da biodiversidade, que tem por trás a idéia de urna
Amazónia como reserva de recursos materiais universal. mas principalmente
dos Estados Unidos, desconhecendo a plena soberania sobre estes territórios.
A segunda, do campo disciplinar continental. tem por base a de-
rnonstra~ao da presen~a secular de povoadores na Amazónia. e de urna total
inter-rela~ao entre estes com a floresta. o que constituí um campo próprio
de sentido sobre a regiao. campo este que é a fonte dos recursos da regiao. O

~06 Camilo Torr..


que de certa maneira justifica urna interven~ao na regiao, objetivada a defesa
destes grupos, como meio para garantir a conserva~ao e o uso sustentável da
biodiversidade da regUlo, também como reserva de recursos, mas que permite
abrir urna brecha para a procura do desenvolvimento autónomo das comuni-
dades locais das regiOes e do próprio Brasil, vis-a-vis sua va lora ~ao conj unta
com o meio biofisico.
A terceira tese. que se mistura de certa forma com a primeira, é aquela
defendida pelo campo brasi leiro que promove urna idéia de Amazónia como
fonte potencial de recursos extrativos. em meio a um vazio demográfico que
deve ser explorada de imediato em defesa do interesse nacional.
Nesse contex[Q pretende-se neste documento. contribuir para urna
crítica das políticas públicas ambientais propostas para o uso da terra na
AmazÓnia. sustentadas sobre estas visOes disciplinares da rel a~ao nature-
za e cultura e que depois foram explicitadas no momento de formula~ao da
Conven~lo sobre a Biodiversidade. através. da analise comparativa de tres
programas que pretenderam influenciar, nos últimos vinte anos, as políticas
públicas para o desenvolvimento geral da regUlo. O Programa Piloto para a
Prote~lo das Florestas Tropicais do Brasil - PPG7- . o projeto Brasil Sustentável
e Democrático - PBSD- e o Projeto de Pesquisa Estado e Políticas Publicas na
Amazónia brasileira - PEPPA-. O texto se concentrara no referente as propos-
tas relacionadas com o uso da terra e da diversidade biológica, enten dendo
que estes aspectos afetam diretamente a possibilidade de obter um ca minho
de desenvolvimento justo sustentável e democrático para os POyOS e paisagens
naturais da regilo amazónica.

Campo anglo -BaJei: da antropología cultural a


ecología humana e politíca da AmazonIa
Emblemático desta visao disciplinar é o debate proposto entre visOes
do q ue séria a rela~lo entre a antropologia de vertente norte-americana e a
antropologia de origem européia que foram convergir nos anos seguintes a
Segunda Guerra Mundial nas uni versidades dos Estados Unidos (Biersack:
1999). com a migra~ao de intelectuais europeus como Levi-Strauss, csta autora
coloca este debate onde a antropologia ecológica definiu seu projeto dentro do
debate entre idealismo e materialismo.
Afirma-se que a antropologia ecológica aparece em opos i ~¡jo da
ccologia cultural, quc propOe a compara~ao intercultural como unida-
de de analisc. define-se como unidade de analise a popula~lo ecológi-
ca. que é um componente de um sistema interdimbio trólico numa área
delimitada. Os intercambios acontecem num "ccossistema" dcfinido como
o total das popula~Oes ccológicas e as substancias nao v ivas envolvidas
cm intercambios materiais numa por'Yao deli mitada da biosfera (Biersack:
1999). isolando-se de seu contexto ecossistemico e social. por exemplo

o pentamento ditciplinar e o desenvolvimento:


o WIO de lerra na Amazonia brlllilileira 407
sem considerar o papel das inst itui'fóes do estado-na'fao nestas rela'fóes;
um representante desta seria a Ecologia Humana proposta por Alpina Begossi
desde a Unicamp'. Como em qualquer teoria centrada na nOlJao de sistema, a
nova ecologia antropológica, assume que a parte esta sujeita ao controle regu-
latório do todo. Esta teoria tem sido muito criticada pelo seu funcionalismo
excessivo indicando que esses supostos mecanismos retroa limentadores sao
meros artefatos. Mas contínua no amago de muitas visóes e propostas de pre-
serva'fao e conserva'fao da natureza na Amazonia como as encampadas dentro
do Plano Piloto de Prote¡yao das Florestas Tropicais PPG-7.
A cultura para o campo anglo-saxa é urna ferramenta adaptativa, ins-
trumental mais que formal. e inteligível, em rela¡yao a seus efeitos, nao em
termos de se mesma , como os idealistas afirmam, mais como urna esfera au-
tonomica da realidade, nao ligada com a natureza que insere-se no campo
da ecologia cientifica, exemplo amazónico os trabalhos de Betty Meggers nos
anos oitenta e de Emilio Moran mas recentemente, q ue dao este tratamento a
rela¡yao natureza e cultura na amazania.
Outros representantes da antropologia ecológica assumem posi'fóes
menos radicais, por exemplo Andrew P.Vayda assume nos anos noventa urna
posi'fao menos centrada no sistema argumentando que deve-se enfocar nos
eventos e indivíduos e suas decisóes racionais. Se existir adapta'fao esta será
no nivel do individuo e do grupo domestico mais que num sistema quimérico
ou num nível desse suposto sistema . Crit ica-se que esta ecologia cai na lingua-
gem e métodos biológicos de forma exagerada, explicando a cultura em termos
naturalistas, especialme nte a adapta'fao. As características nao sao reduzíveis
a valores de sobrevivencia, implicando que a ordem social é independente da
l
ordem ambientaJ. a despeito das sua liga'Jóes necessárias .
Este argumento de que a cultura e a natureza sao inteligíveis segundo
seus próprios princípios, mais que por fun'fóes biológicas, foi desenvolvido
pelos estruturalistas da linha Levi-Strauss, onde os tabus totemicas sao bans
para pensar legislados através do trabalho intelectual de c1assificar e ordenar
dentro de urna ciencia do concreto indígena (Merquior: 1989).
Entre 1960 e 1970 acontece um cisma entre estas duas visOes da an-
tropologia ecológica, nesse sentido a antropologia ecológica afirma sobre essa
controvérsia que a espécie humana vive em termos de significados num mun-
do físico que nao possui nenhum significado intrínseco e esta sujeito a leis
causais. Assim a antropologia ecológica mais que oferecer explica'fóes causais,
pode oferecer urna perspectiva desde a qual os problemas podem ser defini-
dos, retirando desta ecologia suas premissas funciona listas e direcionando a
analise para um estúdio empír ico da inter-rela¡yao entre cultura e natureza. A

Currículo Vitae Alpina Begossi, htt p://1attes.cnpq.


br/450439I02n6]184, consultado em 22/01 / 2009
~ Grande parte da prod u o;~o intelectual realizada neste campo esta
registrada na revista Human Ecology no periodo de 1995 ate 2000.

108 Camilo TOrTe1l


antropología ecológíca enfoca sua ativídade neste período para o capitalismo e
suas mazelas. Quando um subsistema destinado a um propósito especial assu-
me atribui~Oes de um sistema de propósito gera!, pl'Omovendo seu pr6prio in-
teresse, ocorre uma adapta~ao inadequada. O que é bom para General Motors
é bom para os Estados Unidos da América e o que é bom para os Estados
Unidos da América é bom para o mundo (Biersack: 1999).
Segundo a autora esse momento foi o espa~o para o surgimento de urna
ecologia que evita a oposi~ao entre idealismo e materialismo e que aventura no
terreno do que se conhece como ecologia política. A autora formu la tres novas
vertentes da ecología: a ecologia simbólica (etnoecologia). a ecologia histórica,
e a ecología política. A autora tenta misturar o legado de antropologia ecoló-
gica com estas novas áreas e expor sua complexidade. Assim ela tenta recon-
ciliar o campo anglo-saxa com as vertentes européias e Latino-americanas de
Ecologia Politica.
A ecologia simbólica insurge da distin~ao I!ntre os modelos "cogniti-
vos" e "operacionais", distin~ao que opOe "o modelo do ambiente concebido
pelo povo que atua nele" a urna representa~ao objetiva e cientifica do "mundo
físico". O modelo operativo pelo menos em teoria, reflete extraculturalmente
("objetivamente") a realidade que também é extracultural ("objetiva")'. Os
modelos cognitivos constituem compreensOes cl:llturais daquela rea lidade
extracultural·. O enfoque estreito na utilidade, faz a antropología ecológica
continuar explorando a adapta~ao em varias antropologías políticamente re-
levantes.
Mas por isso mesmo, perde a oportunídade- de conseguir fundar urna
poética da natureza, debru~ada na constru~ao social da natureza, que foi de-
lineada por estudos sobre magica, rituais de Certilid.ade, totemismo, mitologia.
sistemas de c1ass¡fica~ao que constituem urna ecologia simbólica, cujos repre-
sentantes máximos sao Levi Strauss, Durkheim e Mauss e mais recentemente
Philippe Descola na AmaWnia. Recentemente, a ecología simbólica tem avan-
~ado sobre temas como, o estudo da paisagem e o local na historia da arte,
na geografia cultural. e na critica ecológica que es;tuda a constru~ao social e
histórica da natureza na historia.
O que este paradigma suprime é a maneira como o ambiente é histórica
e culturalmente produzido, através das rela~Oes entre ser humano e natureza.

} Exemplos desta abordagem: Posey. D. A. Interpreting and applying the "reality"


ofindigenous concepts: whats is necessary to learo from the natives? In:
Redford. K. H., Padoch, C. Conservation ofneotropic.al rorest: working rrom
traditional resource use. New York: Columbia Univer:~ity Press, 199:l. pp.
:11-)4. Posey. D. Explon~o da biodiversidade e do conhecimento indígena
na América Latina: desafios a soberanía e a velha ord,~m. Em: CavaIcanti, C.
(Org.) Meio Ambiente, Desenvolvimento sustentável e Políticas Públicas,
S30 Paulo: Corlez, Redre, Funda~30 Joaquim Nabuco, pp. 345-368, 1997.
4 Exemplo desta proposta: Moran, E. F. A. Ecologia humana das
populao;3es da AmazOnia. Rio de Jilneiro: VOleS, 1991 . )67 p.

o pensamenlO dllCiplinar e o desenvo!vimenlO:


o U..l de tena na Amnanla bnslleln ....
Marx e Engels mO$traram que a natureza precede a historia humana, mas que
o ser humano a muda para seu uso. Pretende-se mostrar como na contribui~ao
da antropologia ecológica existe uma referencia a produ~ao da natureza na
forma de "produc¡:ao do espat¡:o", onde as divislles espaclais remetem a divis3es
socioculturais, ele nao descreve um " nicho" e sim urna "canstru~ao" através
de relat¡:&:s sociais.
Os defensores da ecologia poUtica anglo-saxa argumentam que a co-
munidade na qual esta baseada a sua antropologia ecológica nao linha contato
amplo com diferentes institui¡;Oes e ainda nao tínham sido objeto de cate-
quiza¡;ao, necessariamente a antropologia ecológica podia ignorar a historia
mundiaJ, e os fluxO$ globais e as rela~ entre centro e periferia. Urna carac-
terística da ecología atual é precisamente a rejei¡;ao das abordagens que tratam
as comunidades como entidades fora do tempo histórico ocidental ou ainda
isoladas espacialmente.
Outros autores fixam uma posi~ao contra as teorias adaptacionistas em
ecologia cultural e antropológica. que dizem que os indígenas na Amazónia
"adapta m-se" ou " respondem" a fatores Iimitantes das florestas. segundo os
dados que apresenta os indígenas manipulam e manejam recursos críticos,
poucos grupos humanos amazónicos $lo coletores de recursos. $lo manejado-
res e usuáríos destes (Ralee: 1989)
Nessa dir~ilo deve-se discutir a orlgem e desenvolvimento da ecolo-
gia política, dizendo que se origino para examinar O acesso e uso no sistema
mundial dos recursos. Assim a ecología política tem nexos com a economia
política. Como a economía poUtica a ecología política explora o rol das relat¡:Oes
de poder na determina~ao do uso humano do ambiente; e as relat¡:Oes entre a
sociedade humana. vista na sua complexidade bio-cultural e a natureza hu-
manizada. Como urna grande teoria e narrativa a ecologia política se concen-
tra na historia do capitalismo e sua critica e em particular nos distúrbios do
desenvolvimento que esta historia tero produzido em esca la mundial. para
Coma ndar nao semente a distribul¡;ilo do trabalho mas a distribui~ao de recur-
sos nas margens de seu império dirigido pelo mercado. Na Amazónia o projeto
de pesquisa Estado e Políticas Publicas na Amazónia trabalha nesta di~ao de
pesquisa e interven¡;ao.
A ecologia política crítica as outras ecologias. ji que estas obliteram as
articula¡;3es do global e do local assim como o nexos entre as vilas e os estados
na ~3es. especifica mente em rela¡;ao a suas unidades de analise. Por todas estas
afinidades os interesses da ecologia política solapa m-se com os da economía
política. Como crítica do capita lismo. a economia política tradicional é incons-
ciente dos danos ambientais causados pela tecnología e o estado-na¡;ao. Esta
perspectiva desloca o canmto de c1asses para o conflito maior entre hornero e
natureza.
Tentando retomar a iniciativa no debate academico os ecólogos po-
líticos norte americanos. ou melhor ecólogos humanos. atacam os ecólogos
políticos neo-liberais como a escola neo-institucionalista de Garrett Hardin.

410 camJloTorrH
Elinor Ostrom e outros; e neo-marxistas como O Connor, Marianne Schmink
e Stephen Bunker, tentando demostrar que os fatores que incidem nas mu-
dan~as medioambentais sao de origem ecológica principalmente. Por exem-
plo, estes autores defendem a tese de que com julgamentos a priori, teorias e
erros acerca da importancia ou primaria de certo t ipo de fatores políticos, na
explka~ao das mudan~as ambientais, auto nomea.dos ecólogos políticos tem
enfocado suas pesquisas, em urna pesquisa sobre políticas de recursos ou meio
ambiente natural. deixando de fora um conj unto de rela~Oes complexas da
analise de como as mudan~as ambientais sao produzidas (Vayda y Walters:
1999, 167).
Os ecólogos políticos querem visibilizar que as comunidades humanas
nao estao em equilíbrio homeostático ou ainda cm processo de adapta~ao a um
ambiente biótico ou abiótico. Eles insistem que existem influencias do sistema
económico e político e que estas sao muito importa.ntes ao ponto de pesquisar
exclusivamente estas. Ou seja colocam a "politica primeiro" que a ecología.
Os autores dizem que na realidade se postula urna "política sem ecología" cm
rea~ao a urna "ecología sem política" das décadas passadas.
Neste campo segundo os autores o que est.a senda pesquisado sao os
controles políticosou a contesta~ao política sobre re:cursos naturais e nao como
estes rec·ursos sao afetados pela contesta~ao do controle. Os autores dizem que
muitos ecólogos políticos tem colocado sua pratica a servi~o de agendas políti-
cas populistas e a romantismo verde, que acred ita CJue devolver o controle dos
recursos naturais as comunidades locais pode mitigar influencias do sistema
económico e político mais amplo e atingir um uso sustentável dos recursos.
Essas premissas dessa ecologia inicial mudaram nos anos noventa, e
agora se tecem pontes entre o materialismo redutivo do passado e a nova eco-
logia materialista, onde as visOes européias e brasileiras passam a ser mais
importantes, marcando mudan~as no olhar sobre a reJa~ao natureza e cultura
na Amazónia. Isto reflete-se nas ambivalencias criadas na tentativa de conci-
liar estas divergencias no arranjo realizado quando a formula~ao da conven~ao
da diversidade biológica, ande nega-se a importáJ:lcia do mercado na gestao
desta privilegiando os estados nacionais e legisla ..se sobre a apropriarrao da
biodiversidade beneficiando os agentes de mercado e confer indo poder de
ator estatal a agentes paraestatais no caso das ONGs, que passam a mediar a
relayao estado e mercado na formula~ao das politicas publicas para amazania.

Campo continental: da antropologia 8BtruturaJ


ao neo-eBuuturallsmo
A diferencia dos tcóricos do campo angJo-saxa estes autores como
Warren Dean, Stephen Bunker e Marianne Schmitllk usando-se de fontes teó-
ricas europeias, tentam equacionar os problemas d.a expansao populacional e
económica na Amazonia a través da analise da relarrao entre ambiente natural
e comportamento socioeconomico. Onde as políticas fiscais, de co l oniza~ao e
de titula~ao de terras tem afectado o processo de expansao da produrrao na

o pen.samento dlsciplina.r e o desenvolYimento:


o UII<) de terra na AmalOnla brasUeira "1
regiao e provocado corrup¡;ao, violencia rural e lutas pela posse da terra que
vem a se adicionar a os problemas ambientais provocados pelas próprias po-
líticas públicas, um problema de sobredetermina¡;ao. Os autores deste campo
colocam que tanto as políticas de expansao produtiva como as de conserva¡;ao
ambiental se defrontam com as leis da acumula¡;ao capitalista baseadas no be-
Delicio privado de curto prazo e a reprodu¡;ao ampliada além da capacidade de
suporte biofísica. (Schmink y Wood: 1987)
Os autores dizem que as explica¡;3es usuais de falta de conhecimentos,
treinamento técnico, pouca transparencia das políticas públicas, auto interes-
se dos atores e o crescimento da popula¡;ao nao explicam o fracasso das inicia-
tivas de desenvolvimento na AmaZÓnia. Atribuindo a um fenómeno de ampla
escala, onde urna forma de produ¡;ao económica, urna estrutura de c1asses e
urna superestrutura política e ideológica sao a fontes do fracasso e factores a
ser tidos em consideracyao para a formula¡;ao de estratégias de interven¡;ao.
Os autores formulam urna ecologia política do desenvolvimento amazó-
nico. onde a base seriam dois diferentes principios de produ¡;ao: a reprodu¡;ao
simples e a reprodu¡;ao ampliada. Na primeira. o objetivo da produ¡;ao seria
a subsistencia. sem gera¡;ao de excedentes e acumula¡;ao, a estrutura social
baseai-se nos vínculos de parentesco. existindo mecanismos de nivela¡;ao por
redistribui¡;ao do excedente. Estas estratégias sao simples nos objetivos mais
complexas na inter-rela¡;ao com o meio ambiente. Este principio inclui os gru-
pos indígenas. caboclos e colonos da regiao amazónica. Os autores propOem
que estas economias seriam de estado estável pela escala reduzida e o recicla-
mento de materiais que provem a sua estabilidade.
No segundo. o objectivo é incrementar a produtividade do trabalho
e fazer o excedente possível. Existindo o excedente cria-se a necessidade de
decidir como este vai ser apropriado e distribuido. Dependendo desta distri-
bui¡;ao e quando cria-se um mecanismo institucionalizado de decisao sobre
isto. aparecem as c1asses sociais como parte visível do mecanismo. O capita-
lismo para os autores nao é um sistema de estado estável; ele se expande pela
competi¡;ao por o aumento da produtividade do trabalho. a apropria¡;ao e dis-
tribui¡;ao do excedente e pelo controle das institui¡;3es criadas para regular o
sistema. A natureza racional da competi¡;ao traz como resultado a degrada¡;ao
ambiental. as lutas pelos direitos de uso e a propriedade dos recursos mate-
riais e as lutas políticas e ideológicas pelo controle do estado e da sociedade
regional, onde o discurso cientifico e intelectual articulam-se com a política.
Esta estratégia seria de objetivo simples e simples nas relacy3es que tece com o
meio ambiente físico.
As press3es pelo excedente de produ¡;ao rompem este balan¡;o. exau-
rindo recursos antes regulados. A entrada de novos povoadores provoca
também mudan¡;as no balancyo estabelecido. Os autores nao mencionam as
conseqüéncias da entrada de novos equipamentos técnicos como estradas.
grandes projetos de desenvolvimento que provocam também a quebra deste
balan¡;o.

412 Camilo Torres


Segundo os autores, os mercados locais e regionais tendem a ser auto-
suficientes os mercados nacionais e internacionais exibem um comportamen-
la de expanslo e contrac;lo que esvazla os mercados locais em beneficio dos
internacionais, empobrecendo as populac;3es com vínculos locaís, dada sua
procura por integrac;ao. A maíorías dos programas de desenvolvimento da
Amazónia coloca m a necessidade de ligar a regíao com os mercados nacionais.
Sendo a justificativa inicial para a construc;30 de infra-estrutura de energia e
transporte que ligaria a regiilo com o mundo. Somente que este plano beneficia
aqueles com capacidade de integrar-se como os agricultores que produzem
produtos com demanda externa que possucm valor suficiente para pagar o
transporte na exportac;ao de grande escala . Isto obriga 010 restante de produto-
res a adequar-se e iniciam praticas de uso que degrada m e exaurem os recursos
materiais, os articulam desigualmente, e levam a importac;ao e consumo de
produlos caros.
Os autores entendem que o estado na Amazónia nao exerce a func;il.o de
equilibrar os interesses e defender o hem público. Nao concordam com a idéia
de que a ausencia do estado na regi30 é responsável pelo mal funcionamento
do mercado e pelos conflitos sociais existentes. Segundo eles a presenc;a do
estado é responsável pela mantimento de urna estrutura de produc;ao e distri-
buic;ao que assegura as condit.;&s para a acumulac;ao privada por urna c1asse
social regional e nacional.
Esta claro que a relac;ilo entre a economia mundial e a economia nacio-
nal br<l:.ileira, Ilude: a Amazónia é uma «onomia extractiva instávc:l que prove
bens que se esgotam e devem ser procurados em localizac;3es e condic;l3es de
transporte difíceis o que demanda o incremento da esca la de extrac;30. Como
todo bem extractivo este se esgota, dali a procura pela sua substit uic;30 que
conduz a expan.s3es e contrac;3es nas economias que dependem do extrativis-
mo. As necessidades do desenvolvimento interno brasileiro levaram a regiilo
a ser urna válvula de escape dos excedentes populacionais, mercadol6gicos
e monetários que procuravam realiza~o. As ondas de invasc}es de terras, a
construc;il.o de estradas e a apropriac;30 de terras com 6ns de valoraril.o p3ssiva
$lo mostra disso.
A divida externa estimulo este processo 30 ponto que os próprios ere-
dores tem mudado suas políticas de cobranc;a para orientar o processo extrac-
tivo acelerado reduzindo sua taxa e tentando promover processo de mudanp
a economias de produc;ao e ainda a deter por completo o extrativismo em troca
de divida. Pois esta colocando em risco o pr6prio desenvolvimento destes
países credores
Entre outras vi.s3es que se debatem no campo continental esta~,
interpretando Robert Kurz. os fetichistas da técnica industrial socialista, que
sonham com um comunismo-Iazer robot izado, e. de outro, os románticos do socia-
lismo agnino. que se entregam el idéia reacionária de uma frugal vida campestre
em interarclo com a natureza (Kurz: 2000, 16). O primeiro destes grupos herda
a visao do inicio do sécu lo segundo a qual o desenvolvimento da técnica e

o peDAmento discipllnu e o deMnvohrlmento:


o uso de ten. na Amuonla brullelra 4U
ciencia modernas trariam para as sociedades nacionais a felicidade do progres-
so. Estas visOes sao compartilhadas pelos seus principais "inimigos" os defen-
so~ da Revolu~30 Industrial anglo-sax3 somente que com um fundamento
supe~trutura] diferente que visa a consolida~30 da burguesia nesses países.
O segundo grupo tem a vislo romantica de um mundo agrário socialista que
termina por assemelhar-se com o mundo burgues agrário dos fundadores da
Uniilo Americana, que seria a continua~30 no mundo industrial da vida feu-
dal e senhorial, que também se contrapóem com as visOes industrialistas de
cunho socialista ou burgues. As idéias dos revoluclonários norte-americanos
como Hamihon de urna democracia ruralista de elite (Lamournier: 1979) 530 a
origem da atuallinha conservacionista estadunidense.
Nessa bifurca~30 histórica deve ser anaHsada a atual conjuntura da
discussJo sobre o desenvolvimento das flo~tas tropicais e da Amazonia. Urna
democracia de elite que prega o conservacionismo fundamentalista com a aju-
da de um movimento verde composto de nomeados "reaclonários romanticos"
(Kurz: :lOOO) numa alian~a extremamente incomoda com movimentos sociais e
ainda com governos de democracia restrita e ainda deficitária para controlar
a regi30 dentro dos quais incuba-se o germe de urna democracia de massas
que mantém la~os com movimentos de utopia agraria de corte socialista ou
campones como o MST brasileiro. Stephen Gay Gould (s.d.) afirma que
Nilo ternos como deixar de encarar um fato histórico
desconfonável. O movimento conservacionista surgiu. em grande
pane, como urna tentativa elitista dos líderes sociais ricos no
sentido de preservar .ireas naturais como dominios para o ¡azer e a
contempla~¡¡o dos privilegiados.

Pica evidente depois desta apresenta~ao que o fato dos agentes de


mercado nilo terem urna participac;ao direta na gestao da biodiversidade ama-
zonica, obedece a logica geral da relac;ao entre mercado e estado no ambito
do capitalismo, onde o estado seria o ceoário onde os ioteresses economicos
privados travestem-se em interesse geral e publico, sendo que esta dualidade
vem a tona quando a formula~30 da conven~o da biodiversidade. O agra-
vamento disto, o constitui a tentativa de elimina~30 do estado como gestor
da politica publica e o surgirnento do setor das ONGs como setor paraestatal
que viria a converter-se no agenclador privado das políticas publicas para
a Amazonia, sobrepassando o papel clássico das organiza~Oes paraestatais
que é de acompanhar e fiscalizar a atuac;ao do estado porem nao de fazer sua
fun~ao.

IDiIlbIIte'" o ~woI......to da aor.t.u tI'opk:ais


. . . . . . . . . Da c:oa'~ da bIodI,.id&bde
estas visOes parciais confluem em última instancia para o atual con·
mto sobre o destino das florestas úmidas tropicais na forma da controvérsia
jurídico internacional sobre o uso da diversidade biológica. Urna analise dos

414 Camilo ToITM


resultados deste processo, a Conven~ao sobre Diversidade Biológica permitirá
evidenciar a rela~ao entre interesses nacionais e visOes de mundo'.
A Convell~ao sobre a Diversidade Biológica possui cinco temáticas que
desenvolvem o seu preambulo. Urna parte introdUltória onde definem-se ter-
mos, o alcance e os objetivos gerais do instrumento, que sao depois tratados
in extenso na segunda e terceira partes deste doc:umento, correspondentes
a conserva~ao da biodiversidade e o uso sustentá.vel da biodiversidade. A
quarta parte aborda os temas de recursos genéticos e o uso biotecnológico
dos supracitados recursos, a qual é muito ambigua e indefinida por razOes
discutidas mais adiante. A quinta parte é extremadamente pequena e refete-se
aos mecanismos financeiros da Conven~ao. Esta pan:e esta ligada com á última
se~ao que trata o aparentemente complexo tema d~1 adminístra~ao e inser~ao
jurídica da Conven'Yao no ordenamento jurídico nacional e internacional.
A Conven'Yao aborda a re la~ao Sociedade-Natureza como a rela'Yao
Biosfera-Humanidade, coloca os processos evolutivos e sistemas sustentado-
res da vida sob responsabilidade direta do Estado-Narrao para o alcan~o dos
objetivos da Conven~ao, afirmando inclusive a subordinarrao das certezas ou
opini3es científicas á vontade soberana dos Estados-Na~3es em matéria de
Diversidade Biológica. 56 que nao especifica como os estados nacionais do
sul endividados vao responder a esta demanda. A Conven~ao afirma o caráter
territorial das a~Oes para alcanrrar os objetivos da mesma, e a aguda proble-
mática da auséncia de coopera~ao internacional,em especial o referente a

S A ~C0""9l, Rio"(Jl. Cúpula ou Cimeira da Terra slo nonxs pelos quais é


mais conhecida a Conferencia das Nao;Oes Unidas para o Melo Ambiente e o
Desenvolvimento (CNUMAD), realizada entre) e 14 de junho de 1991 no Rlo de
Janeíro. O seu objetivo principal era buscar meios de ,:onciliar o desenvolvlmento
sócio-económico com a conservao;ilo e proteo;ilo dos ecossistemas da Terra.
A Conferencia do Rio consagrou o conceito de desenvolvimento sustentável
e contribuiu para a mais ampla conscíentizao;ilo de que! os danos ao meio
ambiente eram de responsabilidade dos paises desenvolvidos. Reconheceu-se
a neeessidade de os países em desenvolvimento rece~:rem apoio financeiro
e tecnológico para avano;arem na direo;lo do desenvolv-imento sustentavel.
Naquele momento, a posio;ilo dos paises em desenvolv:lmen to tornou ..se mais
bem estruturada e o ambiente político internacional f¡evoreceu a aceitao;lo pelos
paises desenvolvidos de principios como o das responsabilidades comuns.
mas diferenciadas. A mudano;a de percepo;lo com relao;'l o a complexidadc
do tema deu ..se de forma muilo clara nas negociao;Oes diplomáticas, apesar
de seu impacto ler sido menor do ponto de vista da opiniilo publica.
A Conveno;ilo da Biodiversidade foi aprovada durante a 1tlO""91, por 156
paises e urna organiuo;ao de integrao;.Io económica regional. lIoi ratificada
pelo Congresso Nacional Brasileiro e entrou em vigor IlO final de deumbro
de 199). Os objetivos da conven~lo sao a conserva~,'!,o da biodiversidade.
o uso sustentável de seus componentes e a divis.'l.o eqüitativa e justa dos
beneficios gerados com a utiliza~ilo de recursos genéticos. Dos t75 países
signatários da Agend.a 11. 168 confirmaram sua posio;~.o de respeitar
a Conven~lo sobre Biodiversidade. Para maiores esclaJ"ecimentos ver:
hup:jjwww.cbd.intjdocjpublicalionsjcID"lOth-ann¡v·ersary.pdf

o peosameoto dlliClpúoar e o deSellvolvlmento:


o uso de tena na Ama~on¡a brasllelra 415
divida externa dos países do su l, depois coloca a importancia do desenvol-
vimento económico e social como meio de lograr os objetivos da Conven-;ilo,
especialmente o referido a o crescimento das popula~c3es h umanas, nilo para
limitar este ou reduzir senilo para dar respostas, especialmente no campo da
educa~ao, as pressOes produto desse crescimento. Só que nilo explicita como a
popula-;ilo huma na pode crescer e desenvolver-se fazendo conserva-;ilo estrita
da diversidade biológica.
É assim como o texto da Convenljao p3e juntos dais temas, o da divida
externa dos Estados possuidores da maior parte diversidade biológica rema-
nescente, e o da escassez e pouca for~a do mecanismo de financiamento que a
reuniilo das partes contratantes cria para atingir os objetivos da Convenljao,
isto em parte motivado pela margina-;ilo dos detentores do poder político e
económico, as elites empresariais naciona ls, as empresas multinacionais e os
Estados Unidos.
Estes e ntes nilo entanto estao muito presentes na Convenljilo no referen-
te a recursos genéticos e biotecnologia, como o mostra a grande participaljao
deste tema no texto da Convenljao, comparado por exemplo com o aspecto do
financiamento. A Convenljao sendo um instrumento do ambito estatal inter-
nacional com isso reconhece a necessidade de participa-;ilo do mercado e seus
agentes nas a-;3es para o alcan~o de seus objetivos; mas sempre baixo o gover-
no dos entes nacionals e multlnaclonals, o mercado nao pode aglr II vremente
em assuntos relacionados com a diversidade biológica, nesta interpretaljao
dos textos da Conven-;ilo. Nao e ntanto nao explica como governos desapa-
relhados podem regular a atua-;ilo dos agentes de mercado na gestao destes
recursos. Assim é interessante observar como a major responsabilidade pela
gestao da biodiversídade recal no estado naljao falido pela divida externa e o
malor beneficio desta gestao atinge as grandes empresas do ramo que obtém o
mecanismo que procuravam para apropriar-se da biodiversidade.
Partindo do anterior se explica a complexidade dos ítens que tratam
o aspecto jurídico-administrativo da Conven-;ilo, pois a Convenljao é um
instrumento que pretende regular as relaljOes entre Estados Soberanos, su-
bordinando o mercado e seus agentes ás orbitas internas dessas entidades
nacionais, o fato da Convenljilo subordinar os entes de assessoría cientifica
á vontade naciona l. cria um precedente nunca antes visto, que se estende á
relaljilo Estado-Mercado. Porém Posey (1997, 353) diz que a Conven~¡¡o é o
abocanhamento da soberania de um Estado-Naljilo ao estenderem os direitos
de outros Estados-Na~ao sobre os recursos biológicos e ecológicos do primeiro
o q ual pode ser certo, mais a Convenljilo sen do um instrumento jurídico esta
aberta á interpretaljilo.
A su bordina-;ilo implícita da ciencia e o mercado á vontade soberana
dos Estados, cria um paradoxo na aplicaljilo prática do instrumento conven-
cional . Senda as empresas multinacionals e nacionals, cada vez mais, as deten-
taras da majar capacidade de pesquisa e desenvolvimento cientifico e técnico
para a conservaljao e uso sustentável da diversidade biológica; aparentemente,

4t 6 Camilo Torres
ficam sem iniciativa para agir de acordo a sua lógica concorrencial de mercado
e ma is ainda precisam da incomoda parceria com os Estados e seus sistemas
administrativo-juridicos para garantir os direitos de patente e propriedade
intelectual sobre os produtos desenvolvidos partindo da diversidade bioló-
gica. Assim o agentes do mercado agem como se estivessem num contexto
de superabundancia de recursos onde tudo é possível. e defrontam-se com a
certeza do Estado e da $ociedade Civil de que os recursos estao exauridos e
que precisa-se da coope ra~ao para garantir a persistencia do modelo de desen-
volvimento.
Rela~ao esta paradoxal entre direito público que mantém a diversidade
biológica como bem público, e ate certo ponto, de livre acesso, quando se tra-
ta de conserva~ao e uso sustentável. e o direito privado que cria as condi~Oes
para sua privatiza~ao, na forma de recursos genéticos e biotecnologia, como
meio de conservar e usar sustentavelmente esses recursos da diversidade. Nao
somente o acesso e uso dos recursos, senao também a p rivatiza~ao do exercício
da atividade de pesquisa cientifica e tecnológica, com o q ual é evidente a
necessidade de urna retomada do Estado de sua responsabilidade no campo
da educa~ao, a pesquisa e o desenvolvimento de técnicas nao privatizantes
dos recursos da diversidade biológica, e que aparenteme nte roi tida em conta
ao subordinar a atividade cient ifica e técnica ao controle estatal pois cada
vez mais deixa de ser urna atividade livre e pública para converter-se numa
atividade sujeita a demandas de mercado e privada, a e ntrada das rela~Oes
capitalistas na academia e na ciencia. Assim como o avan~o do controle extra
nacional das políticas económicas internas nacionais.
Nesse contexto das movimenta~Oes dos campos disciplinares no confli-
to sobre os caminhos do desenvolvimento para Amazónia, pretende-se neste
texto, também, contribuir para urna crítica das políticas públicas propostas
para o uso da terra na Amazónia, através, da analise comparativa de tres
programas derivados destas v isOes, q ue pretendem influenciar as políticas
públicas para o desenvolvimento geral da regiao. O Programa Piloto para a
Prote~ao das Florestas Tropicais do Brasil PPG7, o projeto Brasil Sustentável
e Democrático PBSD e o Projeto de Pesquisa Estado e Políticas Publicas na
Amazónia PEP PA . O texto se concentrara no referente as propostas relaciona-
das com o uso agrícola da diversidade biológica, entendendo que este aspecto
afeta diretamente a possibilidade de obter um caminho de desenvolvimento
para os POyOS e paisagens naturais da regiao amazónica.

ADalbe ~ poUtk:u pábllce_ ~


pua 0.-0 da ~ ... amazom. brutWnI
Brasil possui cerca de ),6 milhOes de quilómetros quadrados de flores-
tas, ocupando o terceiro lugar entre as nas;Oes com maior área florestal depois
de Rússia e o Canada. No mundo neotropical o Brasil possui a maior cober-
tura florestal sendo trés vezes maior que o segundo colocado a Republica
Democrátíca do Congo. Dos pouco mais de 6 milhOes de quilómetros quadrados

o peDU.mento dildpl1Da[ e o deaenvo lvimento:


o uso de tena Da Amuonla brulleh'a 417
que se estima ter a floresta amazónica na América do su!, nada menos do que
60% estao em território brasileiro, segundo as Na'jOes Unidas. Neste território
moram aproximadamente 18, I milh3es de pessoas. corcespondendo ao 11 ,5%
da popula'jao do Brasil em 1996 segundo a autoridade estatística nacional. As
unidades da federa'jao brasileira que tem os maiores contingentes popuJacio-
nais sao; O Pará com 5.51 miJhOes de habitantes. Maranhao com 4,49 milhOes.
Amazonas (estado que limita com Colombia) 3.39 milhOes e Mato Grosso 2.2)
milhOes. O restante dos estados brasileiros na amazonia sao Acre. Roraima.
Rondonia. Amapá e Tocantins.
A regiao amazónica brasileira esta formada por municipios que apre-
sentam popula'jOes de ate 100 mil habitantes e duas grandes metrópoJes com
popula'jao maior a 1 milhao de habitantes: Manaus capital do estado amazo-
nas e Belém capital do Para. sendo que a popula'jao esta mas concentrada na
pors:ao paraense. oriental e atlantica da amazonia brasileira. A amazónia bra-
sileira tem um adensamento populacionaJ de ).6 habfkm' refletindo o caráter
de "floresta urbanizada" onde, cerca de 60% da populas:ao concentra-se nas
áreas urbanas (15 habfkm J deixando a área rural para urna ocupas:ao difusa
reservada maiormente a grupos marginalizados como migrantes nordestinos.
indígenas, ribeirinhos e quilombolas.
Esta condic;:ao provoca que as problemáticas mas agudas do desenvol-
vimento local amazonico sejam derivadas de processos de urbanizac;:ao sem
controle e da formas:ao de periferias urbanas socialmente excluídas. Nas ati-
vidades económicas esta situas:ao de floresta urbanizada, se reflete em que as
principais atividades económicas sejam o extrativismo mineral e vegetal, e a
pecuária extensiva. Pode se concluir que as maiores preocupas:3es da popula-
s:ao da amazónia brasileira nao sejam a conservac;:ao e uso sustentável da bio-
diversidade e sim problemas clássicos de desenvolvimento social e económico.

Programa pHoto para • prote(::io dlJ. IJorfHltall h"oplcals do BruH • Ppg7


O objetivo deste programa, como esta citado na introduc;:ao do docu-
mento marco, produzido pelo Grupo de Trabalho Amazónico GTA 6. e a orga-
niza'jao nao governamental Amigos da Terca Programa Amazonia. Afirma que
"o objetivo da sustentabilidade económica e ambiental [da regiao amazónical
requer( ... )". Esta petis:ao de principio, desde já mostra a existencia de urna

6 O Grupo de Trabalho Amazónico foi constituido em 1991 pelo Conselho


Nacional de Sc:ringudros CNS e outras 13 ONGS ambientais como grupo de
trabalho ad-hoc em resposta 'lOS planos do Ministério de Meio Ambiente e de
doadores do PPG 7 em especial o governo alernlo. a Uniilo Europeia e O Banco
Mundial de criar o PPG7. O objetivo deste grupo foi influenciar o escopo do
programa e garantir que as vi~s sobre sustentabilidade ambiental e social
foram consideradas. Em looS tinha escritórios regionais em todos os estados da
Amazónia brasileira. Atualmenle é urna coaliz.1lo de cerca de 500 ONGS populares
ama¡:ónicas, formados por organiu~t'les de seringueiros. ameríndios. pequenos
agricultores. pescadores. quebradeiras de coco. afro-brasileiros e ambientalistas.

118 Camilo Torrel


proposta de conectar o desenvolvimento económico sustentado coro as pos-
sibilidades de atingir sustentabilidade ambiental na regiao. De outro lado, ao
objetivar a prote~ao das florestas tropicais brasileiras, o programa inscreve-
se num tim mais amplo de prote~ao das florestas no mundo, que faz parte
do ideário conservacionista internacional. Assim queda montada armadilha
que já foi exposta quando a cria~ao da conven~ao da diversidade biológica
CDB. Sornar objetivos fundamentalmente contraditórios, a conserva~ao e o
desenvolvimento, o uso ex situ e in situ dos recursos materiais da natureza e o
crescimento ou o desenvolvimento sustentável. Como também responsabilizar
o estado pela conserval;ao da biodiversidade retirando dele seguidamente os
instrumentos para realizar política, e entregando estes a organiza~3es para
estatais. ou seja a ONGs que viriam a cumprir o papel do estado na regiao.
Seguindo esses principios. o programa considera que, as políticas de
estabiliza~ao da moeda, o ajuste fiscal e as reformas do Estado e da admi-
nistra~ao pública sao processos necessários e vinculados a os objetivos do
PPG7. Afirma também que. estas políticas sao entravadas na regUlo amazónica
por "a inércia acumulada de práticas históricas", que impóem limita~3es ao
programa, em aspectos como padr3es de uso do solo, de consumo, as rela~3es
de trabalho e as atitudes em rela~ao ao meio ambiente". É claro que refere-se,
a posse coletiva dos recursos materiais, a privatiza~ao do acesso a pesca e
sua troca pela pecuária, a flexibiliza~30 do mercado de trabalho regional e ao
suposto discurso e al;'30 anti-conservacionista da populal;'30 da regilo.
Mas, como é dlto no texto do PPG7, parece que estas prátlcas hiStÓricas
sao criadas na regiao amazónica, e n30 estimuladas desde fora pelo próprio
Estado e as empresas. O uso indiscriminado do solo, o consumo exagerado de
produtos industriais de fora da regiao, a quebra das rel a~óes comunitarias e
sua troca pelo assalariamento e o subemprego e a atitude predatória em rela~lo
ao meio ambiente, sao cria~3es foraneas que vieram com o desenvolvimento e
modernizat.;ao a reglao.
Os autores relatam que, a viabilizat.;ao dos investimentos para desen-
volver projetos energéticos e minerais na regiao, precisaram de urna serie de
concess3es normativas aos empreendedores estatais que lesaram os interesses
regionais. Criando-se urna rela~ao incestuosa entre o regulador e o concessio-
nario estatal. Desta forma o PPG7 defende a privatizat.;ao de setores do estado.
a reforma da administrat.;ao pública e a cria~lo de institui~óes reguladoras
dos setores privatizados e reformados. A proposta desconhece que depois das
privatizat.;3es esta "rela~ao incestuosa" traslada-se do empresário e regulador
estatal para o concessionário e regulador privado.
No texto do programa, esta inércia das praticas históricas queda restrita
ao período dos planos mineiros e energéticos na regiao. Fazendo omissao dos
ciclos de longo prazo da regi30, como os relacionados com a atividade agricola
florestaL que ainda estruturam grande parte das relat.;3es sociais da regi30.
Com isso o programa coloca num mesmo pata mar, processos de desenvolvi-
mento de sucesso relativo como o sistema de aviamento e a industrializa~ao

o pensamento cHllCiplinar e o desenvolvimento:


o uso de terra na Amazonia braalleira .. 11
da Amazónia, a partir do extrativismo da borracha, castanha, cacau e outras
especies, junto a atual explora~ao extrativa industrial de energia e minerio,
que posiciona-se cada vez mais como o verdadeiro empecilho para o desenvol-
vimento local e regional autonomo.
O programa defende, que se a prote~ao ambiental e prioritária, ao
ponto de serem desenvolvidos programas de coopera~¡¡o internacional é fun-
damental que esta prote~ao ambiental seja traduzida em a~Oes concretas de
redesenho da moderniza~ao do Estado, como a descentralizayao das a~Oes do
poder público. No texto formula-se urna analogia, entre a prot~ao ambiental
e o processo de privatiza~Oes, que quase converte-se numa afirmativa de que,
o processo de privatiza~Oes das a~Oes públicas em todos os setores, como o
energético e mfneral, e tambem o ambiental vao ser os caminhos para a poli-
tica de desenvblvimento sustentável atingir o sucesso visado. Agora esta pri-
vatiza~ao nao seria através da entrada de empresas nestas atividades, vedado
pela conven~ao da biodiversidade e sim de organiza~Ocs paraestatais como as
ONGs.
Ainda hoje, esta por estudar-se o ciclo da borracha amazónica, na pers-
pectiva de urna disputa pela internacionaliza~ao do setor chefe da economia
amazonica. Disputa que resultaria na apertura total do território aos interesses
estrangeiros da época. Onde o sistema de aviamento foi um Cator preponde-
rante para impedir a toma do controle da economia gomifera, por parte de
agentes nao amazonicos, as empresas inglesas e estadunidenses de exporta~¡¡o
de borracha, que seguindo esta vía tomariam O controle territorial e socio-
político da área (Weinstein: 1993). Seguindo esta linha de argumenta~ao, a
atual atividade de coopera~ao internacional. representada pelo PPG7, pode
ser analisada a luz deste período histórico.
Da mesma forma, a inércia de práticas tradicionalmente amazónicas
que, segundo o próprio PPG7, obstaculizam esta coopera~ao pode ser inter-
pretada como uro novo processo de resistencia regional e local a entrada de
agentes estrangeiros na regiao, em especial aqueles vinculados com as indus-
trias extrativistas. O empobrecimento regional seria o pre~o a pagar para a
manuten~ao da soberania territorial e sociocultural.
A moderniza~ao do Estado converte-se assim numa exigencia dos in-
teresses internacionais, onde a privatiza~ao de setores como a minera~ao e a
gera~ao de eletricidade, equiparam-se com a privatiza~30 das áreas protegidas
do sistema de unidades de conservayao, as reservas indígenas, e o patrimonio
histórico e paisagístico da AmaZÓnia. Assim a perda da soberania sobre o ter-
ritório amazónico segundo este programa seria atingido a traves de sua priva-
tiza~ao. Venda ou entrega a institui~Oes privadas estrangeiras que possuem o
apoio dos seus governos para o desenvolvimento de tal política. Neste cenário
as ONGs seriam agentes operativos desta estrategia de privatiza~3o.
Iniciativas como a produ~ao de produtos florestais nao madeireiros
para exporta~3o (PFNM). A cria~lo e consolida~lo de um patrimonio histórico
e artístico na regilo que servira para os turistas estrangeiros comprar e visitar

420 Camilo TOlJ'H


(PHA), e quem sabe entrar na circula(,':ao capitalista como bens imobiliários.
A aprova(,':ao de Jeis sobre propriedade intelectual de bens de informa(,':ao
(PIBI), como a diversidade biológica, social e cultural; revelam urna estratégia
consciente de procura de maneiras de extrair renda - valorizar em termos do
capital- da regiilo Amazonica para pagar a divida externa brasileira. em con-
traven(,':ao do mandato de gerar um caminho de desenvolvimento endógeno e
auto organizado para a AmazOnia.

As poJitlcaJI ambü;,ntaU e o uso da tena no PPG7


O PPG7 compde se de cinco programas, um orientado a promover a
reorienta(,':ao do desenvolvimento regional, Experimenta(,':ao e Demonstra(,':ao
com os PDA - projetos demonstrativos com cerca de 188 pequenos projetos
comunitários, PRQMANEJQ - programa de apoio ao manejo sustentável na
amazOnia. PRQVARZEA - Manejo dos Recursos Naturais da Várzea e Negocios
sustentáveis. Dutro orientado a implementar a politica conservacionista e que
constitui se no carro chefe do programa em recursos e atividades de grande
porte. Conserva"ao, com o apoio as Reservas Extrativistas RESEX, terras indí-
genas PPTAL, Corredores Ecológicos e PROTEGER orientado a preven,,30 dos
fogos florestais na amazonia. Um outro de apoio a organiza"aes que d30 apoio
01.0 PPG7. de Fortalecimento Institucional com apoio ao GTA e a(,':Bes de lobby
dentro das esferas do governo com o SPRN - Subprograma de politica de re-
cursos naturais; Pesquisa Cientifica com apoio ao INPA - Instituto Nacional
de Pesquisa da AmazOnia e MPEG - Museu Paraense Emilio Goeldi, e U(,':3e:o; e
Dissem¡na~30 ande realiza se monitoramento e analise do PPG7 (PPG7 2002).
A pesar de existir urna série de assuntos de grande escopo que tem
vínculo direto com a política de uso agrícola da terra; como a voca,,30 histó-
rica da regiao para o agroextrativismo, ou seja a produ~ilo agrícola f1orestal,
a instala(,':ao da agricultura predatória de soja e de coca que afeta as redes de
articula~ilo locais e regionais, tambérn a retrasada idéia de que na amazonia
existe urna fronteira agrícola ou de ocupa(,':ao humana estimulada pela implan-
ta(,':ao de rodovias a despeito da rede de cidades organizadas ao redor da rede
de drenagem bídrica. ou aquela. que trata a atividade madeireira como um se-
tor nao produtivo agrícola, sobredirnensionando a importancia das industrias
extrativistas como a de celulose sobre a agricultura de produ~ao; o PPG? se
restringe a tratar o tema agrícola como um assunto dos peguenos produtores
e a um suposto caminho de diversifica~ilo produtiva a ser realizado com apoio
de QNGs, atraves dos projetos demonstrativos PDA.
Sustando-se de entrar na discussao dos conflitos entre as atividades
citadas acima, e urna possível política agricola coerente para a AmazOnia.
O PPG? perde a visao de integra~o escalar entre o local e o global. PropOe
pequenas políticas como a educa~o para as associa~Bes de pequenos produ-
tores, a procura de nichos de mercado para sua produ(,':ao, o estabelecimento
de pre(,':os de sustenta,,30, e o forta lecimento de mercados regionais. Também,
lan"ando a diversifica(,':ilo de culturas como a solu~ao para a sustentabilidade

o pensamento diM:iplinar a o detleDVi;llvimento:


o UIO da tana na Amazonia brelllalra 4Z1
do uso da terra na Amazonia. E propondo medidas de estímulo a microrga-
niza¡;Oes que podem iniciar um processo de diversifica¡;ao do uso da terra,
como o melhoramento dos meios de comunicar;ao local, a radiofonia rural. O
melhoramento de estradas vicinais, a implanta¡;ao de escolas - familia e de
crédito rural orientado a pequena produr;ao, e de sistemas de eletrificar;ao
rural descentralizada.
Medidas estas, que vistas desde a perspectiva de sua articular;ao .sao
ate contraproducentes se implementadas no cenário já descrito ao inido do
texto. Onde qualquer política de estímulo ao uso da terra vai se defronur
com a necessidade de con correr com um modelo de integra¡;ao globalizar;ao,
que acirraria as desigualdades já existentes exaurindo a reduzida capacidade
de organizar;:ao social dos pequenos agricultores, sejam estes indígenas, cam-
poneses, ribeirinhos, quilombolas ou ainda moradores de periferias urbanas
agrícolas.
Muitas das iniciativas de educar;ao, procura de mercado, crédito, pre-
r;:os de sustentar;:ao e nichos de mercado do PPG7 estao baseadas na articular;ao
direta das comunidades de pequenos produtores com o mercado internacional
ou ainda os grandes mercados consumidores nadonais, neste caso o eixo Sao
Paulo - Rio de Janeiro. Isto deixaria as comunidades inermes frente a pos-
síveis colapsos, manejos e mudanr;as, nas regras do entrada e permanencia
no mercado. Regras nas quais podem influenciar poueo dado que a maioría
dos produtos sao comercializados como bens de luxo que dependem da boa
vontade do distribuidor e consumidor para sua realizar;:ao.
O PPG7 n¡lo trata diretamente a neeessidade da rearticular;:ao fluvial
da rede urbana amazónica, para procurar o desenvolvimento autosustentado
baseado na satisfar;:ao das necessidades regionais pela própria regíao, pois esta
é uma área onde somente uma entidade como o estado-nar;:ao poderia atuar
com sucesso.
A implantar;:ao de urna infra-estrutura de educar;ao, transporte terres-
tre, saude, energia, e finandamento provocara mudam;as e melhoras na vida
das comunidades, no primeiro momento quando as instituir;Oes doadoras,
através das ONGs entreguem as melhoras. Somente que depois quando a en-
trada e a presen¡;a destas infra-estruturas comeee a pesar no orr;amento das co-
munidades, na forma de tarifas de servir;os publicas, custos de financiamento,
pagamento de professores, médicos e traumentos onerosos para as condir;Oes
de vida das comunidades. A presen¡;a desta infra-estrutura levara a frustrar;ao
e descomposi¡;ao das comunidades que troquero os servir;os que as próprias
comunidades tero desenvolvido para se mesroas, por essa integrar;ao extrema
com a sociedade maior.
O PPG7 pretende a articular;:ao da regiao coro o mundo globalizado e
a implantar;ao da infra-estrutura que viabiliza esta integrar;ao vertical. Mas
esta infra-estrutura pode contribuir a aprofundar os abismos existentes intra
- regionalmente, porque onerara as comunidades, e porque criara urna des -
adequar;ao da popular;:ao as condir;:Oes regionais de habitabilidade.

422 Camilo Torrn


Assim que esta integra~ao deve ser financiada pelo mercado globa-
lizado, que é o verdadeiro interessado neste processo. Pois procura, novos
produtos e servis;os para valorizar o capital ocioso, e garantir a circulas;ao
monetária, a apertura de novos mercados. E o pagamento de dividas do Estado
brasileiro a través da patrimonializas:ao dos bens sociais, culturais e naturais
da regiao. A integras;ao nao deve ser financiada pelos pequenos produtores da
regiao amazónica, que se vem afetados por este processo de exp ropria~ao e de
ingerencia externa nos seus modos de vi ver, produzir e trabalhar.

PI'ognaaa lb'aII--..nI . ~tko · PBSD


O objetivo do PBSD é "valorizar e estimular experiencias e propostas
dos movimentos sociais, organizas:3es populares e organizas:3es nao governa-
mentais por um modelo de desenvolv imento alternativo no Brasil que alie a
sustentabilidade ambiental, a justil;:a sócio-económica, a eqilidade de genero e
étnica e a democracia participativa". (BARROS 2001) A diferens;a do PPG7, o
PBSD deriva sua sustenta~ao das iniciativas de organizas;3es que fiscalizam a
atuas;ao do governo e estariam fora da rede de interesse do governo brasileiro,
nao sendo operadores de politicas deste, como no caso das associadas com
o PPG7. Indicando q ue, a sol u~ao das desigualdades e conflitos sociais é o
caminho privilegiado para atingir a sustentabílidade ambiental e nao a estabi-
Iizas;ao macroeconómica ou a reforma neoliberal do Estado.
A relativa debilidade dos objetivos de atingir a sustentabilidade am-
biental pelo caminho da eliminas;ao das desigualdades e conflitos sociais, re-
velam a falta de urna política integrada no governo brasileiro para enfrentar
este problema, política que se existe no plano económico, esta claro que estas
organizas;3es nao pretendem ocupar o papel do estado, como as que comp3em
o PPG7. Falta formular um plano intersetorial do porte do criado para a esta-
bilizas;ao económica do pais. O PBSD na sua analise das políticas públicas para
a Amazónia adoece da falta de urna analise mais aprofundada dos processos
de longo prazo da sociedade amazónica, remetendo-se a fatos circunstanciais
como o desmata mento, o fogo florestal e os efeitos ambientais da industria ma-
deireira como problemas estruturais do desenvolvimento, quando na realida-
de sao resultados do modelo secular da economia extrativista, que tem neste
momento como eixo reitor as industrias de minera~ao e de hidreletricidade.
Quando o PBSD afirma que, É crescente a consciencia de que a $ociedade
civil amazónica tem poder e conhecimento acumulado para influenciar os planos
de desenvolvimento da regido(. . .), desconhece a existencia atual de práticas
que permeiam por inteiro a sociedade brasileira, como O coronelismo e o
patrimonialismo; junto de outras mais recentes que também tem sua origern
no passado da regiao, como a interferencia velada de interesses estra ngeiros
disfarpdos de atores regionais. Que Iimitam a capacidade de influenciar o
desenvolvimento regional desde a própria regiao.
Esta pcrda de foco dos supostos que movem a proposta do PBSD leva
a relegar a um segundo plano a atividade agrícola florestal, o uso múltiplo, e

o peD$llllleDto dl&cIpllnar e o de5eDVolvlmeDI.(l:


o uso de tem Da Amuonia bruilolra 4 Z3
a necessidade de urna política de povoamento da AmazOnia com base na sua
pr6pria base social, indígenas, caboclos, ribeirinhos, e outros.
O PPG7 faz suas propostas, desde urna perspectiva que envolve a po-
lítica para a sustentabilidade ambiental na Amazónia, dentro da política de
moderniza.¡:ao do estado brasileiro, cm geral, e da política neoliberal global.
O PBSD faz isto mesmo só que, a proposta política ambiental esta suportada
por urna base técnico· científica ecológica que nao abrange os ciclos de longo
prazo nas rela~Oes estatais, económicas e socioculturais da regiao. O anterior
leva a urna contradi~ao entre os fins do PBSD e as propostas lan~adas para a
sustentabilidade ambiental amazónica. Propostas que nao estao orientadas a
resolver problemáticas e demandas sociais especificas dos movimentos sociais
e dos povos amazónicos. Estas propostas estao dirigidas a solucionar proble-
mas outros como o aquecimento da atmosfera, o buraco de ozónio, o efeito
estufa e a perda de biodiversidade. A traves da provisao de servi.¡:os ambien·
tais que seriam comprados por consumidores de fora da regiilo, sem atender as
demandas e preocupa.¡:Oes, estruturais e ¡mediatas, da regiao, como a exclusao
social e ambiental dos camponeses, povos tradicionais e moradores de áreas
urbanas da regiao e o conflito pelo acesso e uso dos recursos minerais, hídricos
e f1orestais.
Assim, tenta·se colocar processos que nao afetam diretamente a popu·
la.¡:ilo amazónica como se fossem empecilhos para o seu desenvolvimento, é o
caso do rogo acidental. Afirma·se que o risco anual de fogo addental desencora-
ja os produtores a inuestirem em culturas perenes, no manejo florestal eem outros
sistemas de produrdo permanentes, pelo recejo de perderem seus investimentos
devido a ardo dos incendios descontrolados (pp. 44).
O fogo coexiste com a popula~ao na Amazonia, em todas as regiOes, des-
de há mais de dez mil anos. Antes da invasao européia existiam na Amazonia
densas popula~Oes humanas que usaram o rogo por séculas sem extinguir a
Doresta, e plantando densas agrega~3es de arvores como cacau, borracha, cas-
tanha e pupunha, o que indica a possibilidade da existencia de urna gestao
do fogo na regiao que ainda esta por pesquisar·se. O fago abre clareiras que
promovem a sucessao f10restal e a djversifica~lo da floresta. $em o fogoarvores
velhas e doentes vilo demorar mais tempo para serem reintroduzidas aos ciclo
de nutrientes em algumas áreas, obstaculizando o próprio desenvolvimento
da floresta.
É claro que, o desestimulo para a produ~ao de longo prazo na Amazónia
nao é resultado do fago acidental. O fogo faz parte de um complexo de causas,
que incluem a taxa de lucro do mercado, os ciclos de capital de giro para
investimento, o acesso a créditos pelos pequenos produtores tradidonais, a
inseguran.¡:a na posse das terras, os processos de acultura.¡:ao que prornoveram
a culturas de ciclo curto como a juta e o extrativismo predat6rio e a perda
da cultura de gestao do fago. Junto com as conseqüencias de um acelerado
processo de urbaniza~ao que oriento a prodw;:ao regional a um processo de
uso intensivo de monocuJturas.

424 Camilo Torres


Tambem a concorrencia desleal de produtos de fora da regiilo como
arroz, frutas, mandioca e produtos industriais como frango, gado levaram ao
desestimulo da prodw¡:ao de longo prazo baseada em perenes. Em meío de tudo
isto, o fago passa a ser um pequeno fator condicionante e nao o principal fator
na explica.¡:ao o nao desenvolvimento da agricultura florestal na Amazonia.
Entao porque apresentar o fago como o fator chave. Isso obedece a influencia
de ínteresses de fora na proposta do PBSO que privilegiam a preocupa.¡:ao
com o aquecimento da atmosfera a escala global. notadamente as agencias dos
Estados Unidos como o Woods Hale Research Center, assim estas agencias ar-
ticulam as políticas públicas para a Amazonia com as políticas nacionais do
governo dos Estados Unidos.

As poJItlcaa ambienws e o uso da tena no PBSD


É interessante como o P BSO coloca-se contra a constru.¡:ao de estradas,
o uso madeireiro e o uso do fago, e nao o faz contra o modelo de economía
extrativista industrial globalizada que e o motor de todo este processo. Se
existem estradas é porque existe a agricultura e extra.¡:ao mineral industrial.
Se existe o uso madeireiro predatório e porque existem condi.¡:lks de mercado
internacional para a retirada destas arvores. O rago que deveria ser combati-
do nao é o produzido pelos pequenos produtores da regiao, e o gerado pela
industria madeireira, a grande pecuária e os complexos de extra.¡:ao mineral
e industrial como a de ferro-gusa fabricada partindo da madeira. Alem do
metano produzido pelos lagos das barragens de produ~ao de eletricidade, que
jogam proporcionalmente quatorze vezes mais gases de efeito estufa que as
outras fontes amazónicas de gases de efeito estufa.
A proposta do PBSO para O uso da terra agrícola na Amazónia passa
pela proposta ao estado brasileiro de dois modelos de desenvolvimento para
a regiilo. O rejuvenescimento de fronteiras anrigas ou urna nova expansao da
fronteira . O rejuvenescirnento de fronteiras antigas envolve a constru.¡:.iio de
urna rede de estradas locais ao redor de centros de comcrcializa.¡:.iio, apoio em
crédito, extensao rural e servi.¡:os pú blicos. lsso levaria a transforma.¡:.iio de
pequenos centros urbanos já existentes em focos de desenvolvimento, a traves
de urna transi~.iio económica, pela qual passariam de fornecedores de matérias
primas para os centros industriais a fabricantes de produtos finalizados que
seriam comercializados fora da regiao. Somente que. na Amazónia nilo existe
isso nomeado como fronteira antiga ou fronteira nova. ¡déia reproduzida pela
n~ao de fronteira cara aos academicos dos Estados Unidos.
Na realidade, toda a regiao esta densamente ocupada para as condi.¡:6es
locais e regionais, ocupando principalmente ao longo da rede de drenagem
hídrica. Sendo esta a mais indicada forma de povoamento da regiao. O fato
desta forma de povoamento acontecer há milenios na regiao, junto com a for-
ma.¡:ilo secular de núcleos urbanos que acompanham estas caraterísticas é um
argumento a favor desta tese.
Assim, na regiao amazónica existe um processo de crescimenro de

o pensamento disciplinar e o desenvolvimento:


o U80 de tarra na Amazonia bruUelr. 42'
células de desenvolvimento urbano regional fluvial . coro as cidades de Belérn,
Manaus, Porto Velho e Santarém como exemplos prlndpais. onde a cidade
desenvolve·se ao redor de urna área de pequenas cidades e vilas provedoras
de servi~os rurais. A regUlo bragantina cerca de Belém é típica desta situa~ao.
A isso o PBSD nomeia como wna de fronteira antiga.
Desenvolvendo o argumento, exístiriam outras células de desenvolví·
mento industrial extrativo zonal. com as cidades de Carajás, Porto Trombetas
e Serra do Navio. como exemplo. Onde uro complexo de mina. rerroviafhidro-
via·porto. associado corn a constru~ao de uma cidade planejada criam urna
zona isolada de desarticulaylo local. impedindo sistematicamente o surgimeo-
to de pequenas cidades e comarcas rurais provedoras de servi~ a tTaves da
cria)ao de wnas de exclusao da presen~a humana utilizanda.-se das políticas
indigenista, ambiental e miJitar para impedir o surgimento de embri3es de
regi3es na sua volla, atrasando a forma)a.o do mercado e da rede de servi¡;os
local-regional.
Também, pode-se afirmar que existe um complexo barragem - hidrelé-
trica • rede de transmissao que cumpre um papel análogo aos complexos zo-
nais já mencionados. Esta é a situa~ao dos complexos hidrelétricos de Tucurui,
&albina e Samuel. O caso iotermediário. seria quando estas zonas se super-
p(krn a regi3es já desenvolvidas. como o caso da zona da mina de ferro de
Carajás e a regiao da cidade de Marabá. onde cria-se urn acirrado conilito pelo
controle do espa~o que leva a inviabilizar qualquer intenc;ao de política de de-
senvolvimento local. Parte deste processo é a aparic;ao desordenada de novos
assentamentos. como as aglomera~cXs humanas de Curionópolis. Paragominas
e Parauapebas que criam se no vazio da inexistencia de urna reglao que viabi-
Uze sua existencia material. gerando urna enorme tensao entre os habitantes
destas aglomera)3es humanas corn os habitantes das zonas rurais e urbanas já
consolidadas. Isto no marco do re-direcionamento do eixo do desenvolvimen-
to de escala local - regional para a escala nacional - global.
Na Amazonia 010 existe uma rronteira. Existe um processo de inva-
sao de células regionais estabilizadas secularmente. pela expansao da malha
urbana zonal do sul-sudeste brasileiro. Provave1mente o único pracesso de
colonizac;Jo camponesa que levou nos ú ltimos cioqüenta anos a apari~o de
urna regiao estruturada na Amazonia. roi o estabelecimento de camponeses
ao longo da rodovia transamazónica. entre Marabá e Rur6polis, que levou a
articula~ao parcial das células regionais de Santarém e 8elém. Processo que
esta em grande risco de ser desestruturado com a construc;io da barragem -
hidrelétrica - rede de transmisslo de Belo Monte.
Nesse contexto. pergunta-se aos idealizadores do PBSD para a
Amazónia. Como construir urna cede de estradas locais. se a voca)ao regional
é o transporte fluvial de pequeno ate grande porte. Ou quando as áreas em
volta dos núcleos de assentamento sao áreas de uso industriaJ mineral. áreas
de barragem. unidades de conservac;ao ou terras indígenas. Ou manter um
mercado local. se os centros urbanos tradicionalmente usados para as tracas

426 c.muo Torrn


foram eliminados em alagamentos ou relocaliza¡;c)es for¡;adas da popula4t¡'¡o pela
imp1anta4t¡'¡0 das hidrelétricas e exploraycks minerais, inchando a periferia das
grandes cidades da regi30. E ainda obter sucesso na instalay30 de serviyos
urbanos como crédito, educa4t!o, saúde e justí~a quando as áreas rurais n30
podem ser usadas para o uso produtivo ou es~o isoladas das células regionais
urbanas pelas zonas de extrativismo industrial como é a caso do Municipio
de Ibrcarena que está praticamente dentro da área concedida a uma empresa
multinacional de fabrica4t30 de Aluminio, a ALBRAS/ ALUNORTE.
E em meio a todo isso, pergunta·se, como gerar focos de desenvolvl·
mento local quando se compete com os centros desenvolvidos do sul·sueste
brasileiro e do exterior a través dos portos marítimos de Belém, S30 Luís e
Macólpá, e da zona franca de Manaus que inundam a regiao com produtos
ínsustentáveis e baratos de todo genero, utilizand()-se dos redundos preyos
dos oombustíveis e fretes rodoviários e maritimos. Ou .linda garantir o finan·
ciamento dos municipios da regiao quando o governo federal brasileiro exclui
as grandes empresas de minera4tao. exploray30 petroleira que supostamente
exponarn para o exterior, do ICMS que é o principal tributo no nívellocal e
estadual. Desfeito esse mito da fronteira amazónica, resta a evidencia de que
urna politica pública de uso da terra agrícola deve ser abordada desde uma
perspectiva local. integral, pluridisciplinar que comprometa todos os niveis
do estado e da sociedade. Procurando deslanchar um processo endógeno e
auto organizado de regionaliza4t30 na Arnazónia, que recoloque no foco os
verdadeiros cmpecilhos ao desenvolvimento regional a través de urna política
de uso da terra.

Projflto atado. polIUcu pubUcu". amu6a1a • PEPPA


Como O prefácio do livro mostra (Coelho: 2000), o projeto PEPPA
esta associado a urna tradi4t30 academica iniciada com a funda4t30 do IDESP
Instituto de Desenvolvimento do Est'a do do Pará e do Núcleo de Altos Estudos
Amazónicos da Universidade Federal do Pará NAEA¡UFPA, durante a ditadu-
ra militar. lnstitui~s que tem como mandato a produylo de conhecimento
de alta qualidade e exen4tlo sobre os problemas do desenvolvimento regional
amazónico. A pesar de ser um projeto de pesquisa, as propostas enunciadas
pelo PEPPA permeiam as politicas publicas adiantadas pelo governo federal
e estadual na regUlo em especial DO estado do Para nos últimos vinte anos e
no governo de Ana Júlia Carepa recentemente. Nesse contexto, o documento
analisado se debru4ta sobre tres esferas chaves de política pública ambiental:
gesdo de .áreas de reserva, uso de recursos minerais e da energla. Revelando
a imporuncia destes assuntos para a implementa4tao de políticas regianais, e
que nas propostas do PPG7 e do PBSD es~o dilutos.
O documento afirma que, para entender a a~o do Estado na regiilo
amazónica deve se estudar esta a4tao no mais amplo contexto da economia-
mundo capitalista e de seu mais recente processo de reorganiza4tlo, a globali-
za~o produzida com o apoio das tecnologias da informa~o. Afirma que existe

o pensamento dUelpUnar e o detenvolvilnento;


o UMI de terra fUI Amazonle brasllelra 411
urna crise dos Estados-na~Oes desenvolvimentistas como o Brasil, e sua gradual
substitui~ilo pelas redes e zonas geoeconomicas articuladas a Estados na~Oes
desenvolvidos que transformam-se em potencias informacionais. Assim exis-
tem estágios deste processo que vilo do Estado regulamentador, privatizador e
facilitador da iniciativa privada a desapari~ilo real mais nilo formal do Estado e
a apari~ao do planejamento centralizado por diversas organiza~3es internacio-
nais sediadas nos poucos Estados na~¡}es que conseguiram se transformar em
Potencias infonnaCionais, notoriamente os Estados Unidos da América. Assim
as multinacionais do setor energético e mineral tomam o controle dos setores na
regiao amazónica e os entes multilaterais e organiza~Oes internaciona is se apos-
sam do patrimonio natural. social e cultural da regiao com apoio local de ONGs.
Este processo ve-se obstaculizado pelo surgimento de dois correntes
contrárias nenhuma delas organizada ou atrelada aos interesses dos grupos
dominantes dos antigos estados na~OeS desenvolvimentistas ou das Potencias
informacionais. A desestabiliza~ao geral da biosfera, que gera protestos e ma-
nifesta~Oes políticas ao interior das potencias informacionais, contra os abusos
das multinacionais e o setor financeiro, e a apari~ao de movimentos funda-
menta listas de rea~ilo e resistencia contra a perda de identídade cultural. que
em algumas situa~s formulam projetos de recon stru~ao da identidade de
origem local, como no caso da Vía Camponesa, MST, MAB, CNS e o movimento
indígena no Brasil, ou ainda regional com a recomposi~ao de antigas elites
regionais como no caso do atual governo do estado do Pará. Com o que o
aparelho de controle centralizador das Potencias informacionais e dos estados
nacionais desenvolvimentistas é questionado e obrigado a reestruturar sua
estratégia de hegemonia regional e nacional.
Na Amazonia existe um processo de contlitividade por recursos mate-
riais como petróleo, gás e energía hidrelétrica, aluminio, ferro, cobre, manga-
nes, níquel, carvao e biodiversidade que tem como protagonistas comunidades
locais, étnicas, de genero que se aglutinam ao redor de projetos regionalistas,
contra os interesses das Potencias informacionais e o estado desenvolvimen-
tista brasileiro. Onde se misturam as preocupa~Oes pela erosao da natureza ou
o meio ambiente com a preocupa~ao pelo exterminio de identidades locais,
étnicas, de genero a maos da industria cientifico-cultural do estado na~ao bra-
sileiro e dos agentes das potencias estrangeiras presentes na regiao.

Al politlcu ambiental. e o u.o da terra no PPEPA


Para compreender as políticas de uso da terra na regiao amazónica
utiliza-se como referencia o texto de Assis da Costa, (1997), pesquisador do
NAEA¡UFPA que mostra como existia urna pré-n~ao respeito ao atraso das
formas estabelecidas de organizar;ao agrícola na Amazonja que existiam antes
da entrada dos grandes investimentas e do regime mHitar.
Segundo o texto, isso desemboco na formula~ao de urna política agrí.
cola de grande impacto, onde a falta de trabalho e capital foi equilibrada com
a in corpora~ao da abundante terra utilizável, com o objetivo de desenvolver

4U camilo Torrea
a margem extensiva -nao fala-se de fronteira- sem a correspondente inten-
sifica~o dos centros nacionais de ocupa~ao antiga do Brasil. Assemelhado
com o modelo da economia extrativista industrial, ande a reduzida margem
de lucro auferido com a extra~ao dos minerais, dados os grandes custos de
investimento de capital e de trabalho, eram contornados com a extra¡,:ao em
grande escala do minério. O modelo técnico utilizado pelo nacional desenvol-
vimentismo inicialmente para isto foi a pecuária extensiva de produ~ao de
carne, que excluía as formas estabelecidas de produ~ao e criava urna sorte de
pecuária extratívista de grande escala na regíao.
No contexto da articula~ao da amazania com as Potencias informa-
cionais, atualmente a agricultura de soja cumpre este papel de incorpora¡,:ao
extrativista extensiva da regiao el economia brasileira e mundial. Isto significo
também urna mudan~a na estrutura fundiária, técnica, de crédito e de acu-
mula¡,:ao de capital na regiao. Negando a possibilidade da instala~o de um
capitalismo agrícola de base camponesa, a desconcentra¡,:ao da oferta de cré-
dito, O uso de pacotes técnicos criados localmente e a manuten~ao do modelo
fundiário anterior a ditadura militar.
Moreira Pinto (2000), coloca um questionamento similar no caso da
cria~ao da unidade de conserva~ao Serra das Andorinhas, no estado do Pará.
Durante o processo de implanta~ao puniu-se os moradores da regiao, retiran-
do 24.897 ha. do uso popular sem consultar a popula~ao, e sem resolver os
conflitos que já existiam pela terra. A cria~ao da unidade de conserva~ao teria
os mesmos efeitos sociais e ambientais, para a comunidade local, que a implan-
ta~o de urna grande explorar;30 agro-industrial. Pois se muda por completo
a estrutura fundiária regional-cria-se um "Iatifúndio da conserva~ao"-. Os
créditos sao orientados a atividades relacionadas como o ecoturismo, reOo-
restamento, fiscaliza~¡o e pesquisa básica. A acumula~30 de capital pasSil a
atividades e atores outros que a atividade produtiva local, como Oecoturismo
e a pesquisa básica em cabe\a de empresários de fora da área.
E.m rela~ao com as reservas extrativistas, Lobato de Lima (2000),
pergunta se as reservas sao "males menores" alternativos ao exodo rural, ou
urna estratégia imperialista de restri~ao ao desenvolvimento da Amazónia, ou
ainda um meio eficaz para evitar a faveliza~ao do campo. Revelando como sao
olhadas estas iniciativas desde a perspectiva da popuJa~ao nao tradicional e
que constitui o grosso da popular;ao da regiao.
Vários autores interessados no desenvolvimento da agricultura na
regiao amazónica, (Hurtienne 2001, Assis Da Costa 1997 y Torres S., 2000)
indicam que por fora das áreas de conserva~ao e as terras indígenas, onde
existe influencia do estado na~ao ou das ONGs, esta em gesta~ao um moví-
mento de retomada da atividade agrícola florestal, citarn-se os exemplos da
área de Mazagao no Amapá, regiao bragantina e da ilha de ltuqui no Pará,
ande a popula~ao sem estimulo externo esta promovendo a agricultura de
espécies perenes, revalorizando o pousio longo e adequando-o a condí~Oes de
alto adensamento populacional, mudan~a climática e crise económica, muitas

o pensamento disciplinar e o desenvohrlmento:


o UlIO de tena na Amazonia bruileira 412.
vezes sem apoio de governos ou de organizar;3es paraestatais como ONGs e
que nos últimos quatro anos estao se aglutinando ao redor de iniciativas pro-
movidas desde o governo estadual do Pará.

u.n.. potitlc:a de Cl'Wdlaeato oa de ~to


...wa.UlweI para. NgIIo amu6alca
Em síntese podem-se seguir as trajetórias de tres vertentes disciplina-
res e teóricas que 530 usadas atualmente para gestar as politicas ambientais de
desenvolvimento da amazónia brasileira.
A vertente idealista da antropologia ecológica, utilizada pelo econo-
micismo neoliberal para internacionalizar a amazónia, sustentando o atraso
regional, operada por entes multinacionais, ONGs enquistadas nos governos
federal e estadual e na popular;ilo tradicional que promove uma micropolitica
local e imediatista desconectada da macropolitica global e o longo prazo dos
processos de formar;ao regional, que gera a articular;ao entre crescimento e
sustentar;ao económica, e que pode, naO atingir o ideal de sustentabilidade no
desenvolvimento e inclusilo social.
Urna vertente misturada entre o idealismo conservacionista e a neces-
sidade material de equacionar os problemas sociais e ambientais, baseada no
neo-estruturalismo, onde prop6e-se um ecologismo politico que defende a
idéia de exclu530 socioambiental da popular;ilo, que sustenta o atraso regional,
propondo ao estado brasileiro urna reforma de suas políticas para amazónia,
porem mantendo a desconedo entre uma micropolitica local e imediatista com
a macropolitica do estado nar;30, também loca l e imediatista só que centrada
no eixo sul-sudeste do Brasil, eficiente na procura do crescimento económico
sustentado, porem que pode nao atingir o objetivo de desenvolvimento sus-
tentável e inclu530 social na amazónia.
Uma vertente materialista da economia politica que da origem a eco-
logia politica do desenvolvimento utilizada por setores locais que propOe a
tese do conflito socioambiental regionalizado e localizado na amazónia, pocem
de longo prazo e com articular;3es entre o local e o global. onde os atores
principais ainda sao difusos pelo seu caráter dual micro e macropolitico, onde
identificam-se as origens de urna proposta de intervenc;:ao que desde a ac;:ao do
estado no nívelloca l pode aringir o objetivo de reparar as dividas históricas
com a populac;:30 tradicional da regiao e atingir o objetivo de desenvolvimento
sustentável com inclus30 social de todos os atores (TabeJa I).
É interessante observar como representantes do nacional desen-
volvimentismo brasileiro como foi, e é, a Empresa BrasiJeira de Pesquisa
Agropecuária - EMBRAPA. Levantam com acerto questionamentos sobre a re-
alidade atual dos projetos para o desenvolvimento rural e ambiental da regi30.
Criticando a impossibilidade de autosustentar;30 da popular;30 da regi30 com
base somente no extrativismo vegetal de PFNM, ou o mecanismo de desen-
volvimento timpo MOL e ainda o manejo comunitário de recursos naturais
MCRN, pregado pelos conservacionistas e o PPG7. OU a expans30 controlada

430 Ca milo TOrrfl


Tabe!a 1
Com~,..~o de politlUlIi de dHenYOlvimento p..,.. .. ,eglJo .. muOnlc ..

A'p"<10 PPG7 P6~D PIPPA

Matriz teórica Economicismo neoliberal Ecologismo político Economia política


Excluslo Contllto
Matriz política Cons~rvacionismo
socioamblental socloambl~ntal

lI:egionaliz¡¡~lio-
Artlcula~o Internaclonaliza~lio Nacionaliza~lio
localiza~lio

Visao da regiSo Atrasada Atrasada Conflitiva


Ent~s multilaterals, Governo f~d~ra 1.
governo f~d~ra 1, ONG ' s, ONG' s, popula~s Estado ~ popula~lio
SuJelto popula~Oes tradicionais tradicionais ~m geral
organizadas organizadas
Micropolitlca e
Mlcropolftica Mlcropolítica e
Macropolítica
Abordagem d~onKtada da Macropolítica
ori~ntadas pela
Macropolítica orientadas d~ fora matriz teórica
Efici~nte atinge Pod~ atlnglr
Efici~nte atlnge
suste ntab llidad~ r~para~lio d~ danos
Resultados sustentabilldad~ e
e cr6(im~nto ti popula~lio da
cr~lm~nto econOmico
econOmico regllio
Pod~ atinglr
Pode nlio atingir Pode nlio atingir objetivos de
Con~íi~ncias d~senyolvimento e objetivos falta d~ desenvolvimento
Incluslio socioam b l~ntal vlslio política sust~nUvel ~
irn:luslo social
Fontet TOIIn s.c ~oo8

de "frentes de pecuária, agroindústria e minera ~30" defendida pelos governos


estaduais e federaL e modificada pelo PBS D. Estas duas políticas forneceriam
novo COlego ao crescimento sustentável da regi30 sul-sudeste e aos centros
mundiais de acumu l a~ao, podando a necessidade de mudar radicalmente e
deslanchar o desenvolvimento sustentável local para a regi30, com base na
mudan~a da matriz energética, produti va e político-social locaL como seria
a proposta do PEPPA ao redor de projetos de identidade cultural e natural.
Onde a agricultura, pecuária e industrias familiares e comunitárias teriam
papel preponderante. Acima dos modelos injustos, insustentáveis e antide-
mocráticos propostos pelos conservacionistas, agentes do estado-na~3o e os
governos das potencias estran geiras, e as grandes empresas globalizadas .

...........
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432 Camilo Torre.


PARTE V

GOBERNANZA DESDE LO
REGIONAL Y LO LOCAL

LINA MARíA HURTADO

OLGA LUCÍA CHAPARRO

JULIO ROBERTO DEL CAl RO

GLORIA GONZÁLEZ
ORDENAMIENTO TERRITORIAL EN CORREGIMIENTOS

DEPARTAMENTALES. LOS CASOS DE MIRITI

PARANA, TARAPACA y EL MUNICIPIO DE PUERTO

NARIt.iO, EN EL DEPARTAMENTO DEL AMAZONAS

LINA MARíA HURTADO


Adminls!udora.
Mll¡lst .... en Estudios Al11I.zónicos de la
Unlvenld.ld NKiomll de Colombia, Sede Amazonia.
Consultor.. Indcpendiente
IiIWt1UlrWlrul1lldc@gmail,cOffl

...
-....
El 93"/0 del territorio departamental del Amazonas no cuenta con entidades
territoriales del nivel local - municipios, distritos o territorios indígenas-. tal
como lo prevé la Constitución Política de 1991. Ese territorio se encuentra bajo
la figura de corregimientos departamentales, ya declarada inconstitucional por la
Corte Constitucional a través de la Sentencia C-141 de 2001. Como consecuencia
de lo anterio r, la población no tiene: la debida participación y representación en
la conformación de su gobierno local; no se bt-neficia de los recursos que les son
entregados a las entidades territoriales locales y no cuenta con instrumentos de
planificación legalmente reconocidos para la definición de usos del suelo y ocupación
del terri torio.
Este escrito presenta los resultados y avances en la constitución de entidades
territoriales locales en la Amazonia colombiana; para ello retoma el caso del
municipio de Puerto Na riño-Amazonas y analiza si con la municipalización de ese
territorio se han dado soluciones a las problemáticas relacionadas con la ausencia
de entidades l'erritoriales del nivel local. Así mismo analiza algunas alternativas
que tienen dos corregimientos departamentales con características diferentes en
cuanto a población, territorio, figuras de ordenamiento territorial superpuestas y
economla, Tarapac.á y Miriti, para constituirse en entidades territoriales indígenas
y/o municipios.
Palabras claves: entidades territoriales, gobierno local. participación en los recursos,
corregimientos departamentales, entidades territoriales indígenas, municipios

93% of the department land of lhe Amazon has no local-Ievel lerritorial


entities - municipalities, districts or indigenous territories- as provided for in lhe
Constitution of 1991. That territory is under the figure of departmental jurisdictions,
which has already becn declared unconstitutional by the Constitutional Court
trough Sentence C-14), 2001. As a result, lhe population does not llave adequate
representation and participation in shaping their local government, does not benefit
from the resources that are delivered 10 local aulhorities and does nOl have legally
recognized planning tools for lhe definilion of land use and occupation of lhe territory.
This paper presents the results and progress on lhe establishment of local
territorial authorities in lhe Colo mbian Amazon reg ion, therefore it describes the
case of the municipality of Puerto Nariño - Amazonas and analyzes if wi th the
municipalization of that territory, thete have becn found solutions to the problems
re lated with lhe absence of territorial local autborities. It also d iscusses sorne:
alternatives lhat have two departmental jurisdictions with different characteristics
in lerms ofpopulation, territory, territorial overlapping figures and the econorny:
Mirití and Tarapacá, lo become indigenous territorial entities and / or municipalities.
Keywords: territorial entities, local governmenl, benefil from the resources,
departmental jurisd ictions, indigenous territorial entities, municipalities

436 Una Maria Hurtado


IIIb a da cQ6a
Debido a las transformaciones constitucionales de 1991, los corregi-
mientos departamentales quedaron en un limbo jurídico con graves impli-
caciones políticas. Esto es particularmente grave para el departamento del
Amazonas, en el cual sólo el 7% del territorio cuenta con entidades territo-
riales del nivel local, los mun icipios de Leticia y Puerto Nariño. El resto del
territorio -93%- se encuentra bajo la figura de corregimientos departamen-
tales, que concentran el 33% del tota l de la población. Son nueve en total: El
Encanto, La Chorrera, La Pedrera. La Vict"oria, Mirití Paraná, Puerto Alegría.
Puerto Arica. Puerto Santander y Tarapacá .
Esto representa un vado poHtico-administrativo en el nivel local. al no
estar incluida esa. porción del territorio en una de las entidades territoriales
dispuestas en la Constitución PoHtica - municipio. distrito o territorio indíge-
na-. Esta situación no es exclusiva del departamento del Amazonas: 83 % y
45 % del área territorial de los departamentos de Guainía y Vaupés se encuen-
tra, respectivamente. sin régimen de autonomía local. En el cuadro 1 se pre-
senta el área de los departamentos de la Amazonia colombiana y el porcentaje
del área que se encuentra bajo la figura de corregimientos departamentales.

CUOIdro 1
Árel d~l"UmentOlIItn conqlmlentos OepOll"Umenbles 2001, DepOll"Umentos H ~ZOfYs,

10·9°7-395.73 10.139·094,89 9l%

7- 39.238,93
' ' 5·542·335058
,,,,
5-343-861,266 4-012.514.2 1\"

23-390·495093 '9·693-954,67
.."
Fuent~ IGAC, 2001. CMtogDfi.o .:100.000

Como consecuencia de este vacío jurídico y político la población no tie-


ne la debida participación y representación en la conrormación del gobierno
loca l; por lo tanto. la gobernación ejerce como autoridad local en una extensa
área, con evidentes dificultades de comunicación. La población no se benefi-
cia de los recursos que les son entregados a las entidades territoriales locales:
recursos de propósito general y alimentación escolar, según lo establecido en
la Ley 715 de 2001; y, finalmente, este territorio no cuenta con instrumentos
de planificación legalmente reconocidos para la definición de usos del suelo y
ocupación del territorio.
El presente artículo tiene como rundamento los resultados obteni-
dos del documento de trabajo Ordenamiento territorial en los corregimientos

Ordenamleoto territorial en corr&gimlentotl deputa.menteles. LoI CUM de MlrltI PII"&JÚI,


TanlJ)ICi Y el municipio de Puerto Nariño, en el de:plrt.a.mflnto del AmuoIUll 431
departamentales, ártQS sustraldas del rigimen de gobímTo local del departamen-
to del Amazonas-ColombUJ. Basts para la discusión, escrito en el año 1007.
en el marco del proyecto Fortal«imiento del Saber Y ~sti6n Ambitntal de la
Universidad Nacional de Colombia. Sede Amazonia. En este escrito se retoman
las problemáticas identificadas para el ordenamiento territorial en el depar-
tamento del Amazonas y el marco legal descrito. pero ahora con la inrención
de ser aplicados a casos concretos de corregimientos departamentales en el
Amazonas. El documento presenta, entonces, en la primera parte los resultados
y avances en la constituciÓn de entidades territoriales locales en la Amazonia
colombiana; para ello ~toma el caso del municipio de Puerto Nariño-Amazonas
y analiza si con la municipalización de ese territorio se han dado soluciones a
las problemáticas ~lacionadas con la ausencia de entidades territoriales del
nivel local.
En la segunda parte se analizan algunas alternativas que tienen dos
corregimientos departamentales con características diferentes en cuanto a
población, territorio. figu ras de ordenamiento territoria l superpuestas yeco-
nomía. Tarapacá y Miritl. para constituirse en entidades territoriales indí-
genas y/o municipios. Este análisis se desarrolla con base en las siguientes
características para las entidades territoriales': (I) gobernarse por autoridades
propias. (1) administración de los recursos y establecimiento de los tributos
necesarios para el cumplimiento de sus funciones, (3) participación en las
rentas nacionales, y se tendrán en cuenta los criterios establecidos en la nor-
matividad vigente' para la c~ación de municipios: (1) identidad. (1) población
y (3) generación de recursos de libre destinación.

a.ul&adol,. ........ _la eoaRItud6a da_tSdMM


~ Ioc:aa. _ la Am.ZOBi.I c:oIoalbIe_

El cuo del munid p lo de Puerto NarlJ1o-Amuouu


Este capítulo identifica los antecedlentes en la constitución de entida-
des territoriales del nivel local en la Amazonia a partir de lo dispuesto en
la Constitución Política de 1991. en especial de aquellos casos en los cuales
antiguos corregimientos departamentales fUleron elevados a municipios. A
partir de un estudio de caso se analiza si. al constituirse en municipios, los
antiguos corregimientos departamentales resuelven las dific ultades derivadas
de la ausencia de un régimen local:
• la población no tiene la debida participación y ~presentaci6n en la
conformación de su gobierno local;
• la población no se beneficia de los rttursos de propósito general que les
son entregados a las entidades territoriales locales: agua potable, saneamiento
básico y alimentación escolar. según lo establecido en la Ley 715 de 1001;

Constitución Política de Colombia, Artieulo 287


1 Decreto Ley 1174 de 1991 y Ley 617 de 1000

438 L1ofo Maria HllrtIIdo


• este territorio no cuenta con instrumentos de planificación legalmente
reconocidos para la definición de usos del suelo y ocupación del territorio.
Para ello se revisa el caso del municipio de Puerto Nariño en el departa-
mento del Amazonas y se analizan los avances en la participación y represen-
tación e n la conformación de un gobierno local. la equidad e n la participación
de los recursos que le son transferidos por la nación a las entidades territoria-
les, la existencia y eficacia de los instrumentos de planificación del territorio,
como instrumentos útiles para resolver los conflictos relacionados con el uso
y ocupación del mismo.

Aateceda.... de la CODIormadóD de.a~


tenttorialllll del alftlllocal .. le AmuoDla
Hasta el año 1991 ' -cuando se constituyeron en departamentos- fueron
intendencias Arauca, Casanare, Putumayo y el Archipiélago de San Andrés,
Providencia y Santa Catalina, y comisarías Amazonas, Guaviare, Guainía,
Vaupes y Vichada. De un área total aproximada de 39 millones de hectáreas
de los departamentos de Amazonas, GuaiIÚa, Guaviare, Vaupés y Vichada, en
el año 1991 , el 52% correspondía a corregimientos departamentales. De ese
año en adelante se han creado tres municipios: Taraira en el Vaupés en 1992,
Santa Rosalía y Cumaribo en el Vichada, en 1993 y 1996, respectivamente,
que corresponden al 20% del área total de estos departamentos. Se mantienen,
entonces, 21 corregimientos departamentales, que representan 18 millones de
hectáreas, 46 % del área total. Los demás municipios - Leticia, Carurú, Mitú,
lnírida, Puerto Carreño, San José del Guaviare, Puerto Nariño, La Primavera,
Calamar, Miraflores y El Retorno- fueron creados en el período comprendido
entre 1967 y 1990, antes de la reforma constitucional. como se muestra en el
cuadro 2.
El Decreto Ley 2274 de 1991 determinó las normas que permitirían la
transformación y adecuación del régimen de las intendencias y comisarias
en departamentos. Para el departamento del Amazonas, en particular, el le-
gislador decidió mantener vigentes, con algunas pequeñas adecuaciones, las
divisiones admínistrativas establecidas en el régimen de ordenamiento terri-
torial preexistente; es decir, que el nuevo departamento en su división interna
no se ajustó de inmediato al esquema de reparto territorial vigente, sino que
mantuvo de manera atípica y temporalmente indefinida el régimen antiguo' .
Actualmente, de la totalidad del área departamental -casi 1I millones de hec-
táreas- , sólo el 7% cuenta con enüdades territoriales del nivel local - los mu-

3 Articulo 309 de la Constitución Política de 1 ~)9[


4 El régimen de ordenamiento lerritorial de los (:orregimientos intendenciales
y comisari;¡les se establedó en ellkcreto 467 de I'}86. articulos 49 a
51. Posterior a la Constituyente se manlUvo el régimen legal estableddo
en ese d«reto: (1) se tralaba de áreas no incluidas en municipios, (1)
administradas por el gobernador a través de un corregidor que ejercía como
aUlOridad local y una junta administradora elegida popularmente.

ordenamiento territorial en correg:lmient.os departamental". LorI CUOI de Mlrltl Paran!.


Tarapacé y el municipio de Puerto Nadi'lo. en el departamento del Amazon.u 439
Cu~dro 1
Munk4"os en ho AINoIOf\i" colombl""". MlÍln de¡yrbmento y ..&I de creKi6n

1974
vaupés Caruru
Taraira '99'

Guavlare
'990
El Retorno 1990

Vichada

nicipios de Leticia y Puerto Nariño-. el resto del territorio departamental se


encuentra bajo la figura de corregimientos departamentales. Todo esto a pesar
de que la Corte Constitucional en Sentencia C- 141 de 2001 declaró la inconsti~
tuciona lidad de los corregimientos departamentales como divisiones politico-
administrativas de los departamentos de Amazonas, Vaupés y Guainfa. Esta
sentencia resolvió que de conformidad con lo expresado en su considerando
.lO, se aplazaba la inconstitucionalidad de los corregimientos departamentales
por el término de dos (2) legislaturas "a fin de que el Congreso, dentro de la
libertad de configuración que le es propia, expida el rigimen que permita la pro-
gresiva transfonnación de los corregimientos departamentales en municipios, o
su incorporación en municipios existentes".
Para la Corte Constituciona l, el mantenimiento de la figura de los co-
rregimientos departamentales, pudo haber sido una de las alternativas para
asegurar el adecuado funcionamiento y tránsito constitucional de los nuevos
departamentos, siempre que éstos fueran concebidos de manera transitoria.
Sin embargo, consideró que no fue posible identificar una estrategia encami~
nada a incorporar éstas áreas al régimen municipal, aún cuando la Constitución
permite de manera flexible, adoptar diferentes tategadas de municipios. con
lo cual seda posible establecer un proceso que progresivamente y sin deteni 4

miento lleve a tal fin. Al no comprobarse esto en ellexto normativo ni en la


práctica, se configura su inconstitucionalidad y. por tanto, se concluye que
ld~ 1959
Ár~a urbana 0,1"
¡ ¡

se vulneró el diseño territorial dispuesto en la Constitución, según el cual el


municipio es la célula fundamental de la división político-administrativa del
Estado',

El caso del municipio de Puerto Narfño • Amazonas


El Decreto Presidencial 106 del año 1984 creó el municipio de Puerto
Nariño, antes que la comisaría del Amazonas fuera elevada a departamento, am-
parado en la facultad que tiene el Gobierno Nacional para crear municipios en
las intendencias y comisarías cuando lo considere conveniente para la coloniza-
ción o defensa nacional. La creación de este municipio ocurre en consideración
a que el Gobierno Nacional estimaba que era conveniente para la colonización
conservar y estimular el crecimiento demográfico y económico de ese territorio·.
A pesar de que Puerto Nariño no llegó a ser corregimiento departa-
mental', sino que pasó de corregimiento comisarial a municipio, presenta ca-
racterísticas similares a otros corregimiemos departamentales del Amazonas:
baja densidad de población" mayoritariamente indígena; traslapado casi total-
mente' con resguardos indígenas, con la reserva forestal de la Amawnia - ley
1", de 1959- y con los Parques Naciona les Naturales Amacayacu y Cotuhé,
y, finalme nte, sin una actividad económica que le permita generar recursos
propios para tener viabilidad fiscal.

5 Artículo ) 11, Con~titudón Polltica de Colombia y Considerando 10 de la


Sentencia C-141-0I "Así, la acusación parte de prtmisas vdlidas, pues es cieno
qlU' el municipio es la etllidad básica del ordelUJmiento políric()-(Jdminisrrarivo
(cr an. JI 1), y por etlde, salvo que exista exupción constitucional expresa, como
los tnTitorios indígenas o los distritos esp«iales o las provincias (e, arto 287), etI
principio toda porción del territorio colombiano detx haur parte de un municipio."
6 Decreto Presidendal 106 de 1984
7 Puerto Nariño fue elevado a municipios en el afta 1984, antes que la
Comisaría del Amazonas fuera elevada a Departamento en el afto '991 .
8 De acuerdo con el censo del año 1005 del DANE, Puerto Nariño tiene una
población aproximada de 7,000 habitantes, un área de 147.500 htttáreas y
cuenta oon una densidad habitadonal de:.u htttáreas por habitante.
':1 El 91% del territorio munidpal esti superpuesto con el Resguardo Tl eOYA.

Ordenamiento territorial en oorregl!n.ientos departamental81l. Los CIlIIOtI de M.lriti ParenA,


Tuapacá y el municipio de Puerto Nariño. en el departamento del Amazonas ... ,
Así mismo, como corregimiento comisarial presentó las mismas proble-
máticas identificadas para los actuales corregimientos departamentales, deri-
vadas de la falta de un régimen de gobierno local: ausencia de participación
y representación en la conformación de un gobierno local. ¡nequidad en la
participación de los recursos que le son transferidos por la Nación a las enti-
dades territoriales y carencia de instrumentos de planificación del territorio.
Con el fin de identificar cómo ha evolucionado la solución de estos problemas
se analizará este caso.

Análisis de la evoludón en la 80Iudón de las problemátlcas derivadas de


la ausenda de entidades terdtori81es locsles: Puerto Narlño-Amuollu
P<lrticipación y representación en la conformación de un gobierno local
En el municipio de Puerto Nariño confluyen dos autoridades: las in-
dígenas, representadas por el cabildo mayor, y la administración municipal.
representada por el alcalde y el Consejo de Gobierno, como se muestra en la
figura 1.

ASU,.."
Autorld~d" que confluyen en el territorio

En el área rural se encuentra el Resguardo Ticuna, Cocama, Yagua


- TICOYA-. Las 22 comunidades indígenas q ue lo conforman están organiza-
das en forma de cabildos indígenas, uno en cada comunidad y uno en el área
urbana". Su representante principal es el curaca y lo acompañan un grupo de
cabildantes cuyas actividades y funciones son establecidas en consenso por
las comun idades. El cabildo es elegido cada año y sus miembros pueden ser
reelegidos o removidos de acuerdo con la votación de la comunidad reunida.
La posesión formal de los cabildos se hace ante el alcalde municipal, mediante
acta.
Los cabi ldos de las 22 comunidades indígenas del Resguardo Ticuna
Cacama Yagua y el cabildo del área urbana se congregan en una asamblea
mayor denominada 'Í\samblea Wone"", creada en 1993, dirigida por el Curaca
Mayor, quien es el representante del Resguardo, elegido en dicha asamblea.

10 Es importante adarar que el área urbana no hace


parte del resguardo indígena TlCOYA .
1I Esta Asamblea cuenta con Personería Jurídica y Reglamento
Interno que gula el comportamiento social del grupo indlgena o
comunidad, su sede esta ubicada en la cabecera municipal.

442 Una Maria Hurtado


En ella se elige también un grupo de cabildantes mayores, quienes se encar-
gan de coordinar actividades especificas con relación al control territorial,
salud, educación, plan de vida y sistemas de producción. La administración
municipal por su parte está representada por una organización básica carac-
terística de una entidad territorial local de categoría cinco (5), según escalas
determinadas por el Departamento Nacional de Planeación, correspondiente a
un territorio con menos de 20.000 habitantes.
La posibilidad de elegir una autoridad local en una entidad territorial
plenamente reconocida representa un avance en términos de ordenamiento
territorial con relación a las posibilidades que tienen actualmente los corre-
gimientos departamentales u. pues organiza y facilita la interlocución con el
Gobierno Nacional y departamental. De otra parte se asumen en el nivel local
funciones que estaban a cargo del Gobierno Nacional y departamental, como
la administración de los recursos de transferencias, aunque los recursos de
educación y la salud continúen siendo administrados por la Gobernación del
Amazonas.
Sin embargo. debe reconocerse que para el caso de Puerto Nariño, la
duplicidad de autoridades para la administración del territorio, genera difi-
cultades para tomar decisiones en relación con la administración del territo-
rio, los recursos y el relacionamiento institucional. pues no es claro quién es
la autoridad loca l y el interlocutor para avanzar en procesos de ordenamiento
territorial y, en general. para la toma de decisiones, y no se ha logrado estable-
cer una instancia de coadministración del territorio.
A pesar de que el curaca mayor no administra los recursos asignados a
través del sistema general de participaciones, tiene incidencia en la definiciÓn
de prioridades de inversión, que deben ser negociadas directamente con el
alcalde municipal. Ambas autoridades tienen diferencias en diversos asuntos,
como los relativos a la administración de los recursos que son asignados por el
sistema general de participaciones, la formulación de instrumentos de planifi-
cación como el plan de desarrollo y el plan de ordenamiento territorial. entre
otras cuestiones que afectan la vida de la comunidad.
Una de las confusiones más frecuentes y que mayor impacto tiene so-
bre la resolución de conflictos es que la población indígena. y en particular la
que hace parte del resguardo, considera que el alcalde no tiene jurisdicción
sobre el área rural municipal. que está superpuesta con el resguardo indígena.
y que en esta zona sólo tiene autoridad el curaca mayor con todas las autori-

12 La población que habiu en los corregimientos departamentales participa en la


elección de los candidatos a la presidencia de la República, congresistas, diputados
a la as.tmblea departamental y gobernador. Sin embargo. no es posible participar
en la tlección de la representación dtl gobierno Io..:al. pues la legislación nacional
actual no lo prevé. El gobierno local en los corregimientos depanamentales.
de acuerdo con el Decreto Ley 2274 de 2001, estaba represenudo por la figura
de un corregidor -agente del Gobernador- y una Junta Administradora
Corregimental elegida populannente para un período de tres dos.

Ordenamiento territon.J en corregimientos departamenl.alell.l.cNI ca_ de Mlrlti Paraná,


TarapaclL y eJ municipio de Puerto Narliio. en el departemento del Amuonu 443
dades indígenas. Ik hecho, se oyen expresiones como voy para ti municipio.
cuando la población del resguardo se dirige hacia la cabecera urbana .
Según esa opinión, el alcalde, e ntonces, sólo tendría jurisdicción sobre
la cabe'cera urbana municipa l. lo cual es incorrecto. Esta confusión genera
dificultades para la concertación de instrumentos de planificación y para la
toma de decisiones sobre la inversión munjcipal. Si bien es cierto que las ac·
ciones que la alcaldía vaya a reali7.3r en el resguardo deben ser concertadas
con la auto.idades indígenas. también es cierto que tanto la población que
hace parte del resgua.do, como la que no, elige al alcalde y, por lo tanto, le·
gitima la autoridad municipal, razón por la cual debe uconoce. su autoridad
en el territorio.
Las autoridades indígenas de este resguardo reconocen su interés en
conformar una entidad territoria l indígena y no ven viable la figu ra de mu·
nicipio; de manera contradictoria manifiestan interes en tener el poder de la
alcaldía municipal y, de hecho, tienen una fuerte alian7.3 con el actua l alca lde".
Con base e n lo antedor es posible decir que ta mbie n existe una confusión en
u lación con el escenado deseado de la figura de ordenam iento territodal.
Además de estas figuras de administración local. confluyen, como ya se
ha mencionado, otras figu.as de ordenamiento ambiental : la Zona de Reserva
Forestal Amazonia, cuya administración corresponde a la Corporación pafa el
Desarrollo Sostenible del Sur de la Amazonia -Corpoamazonia-y al Ministerio
de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial - MAVOT-, y el Parque
Nacional Natural Amacayacu, ad ministrado por la Unidad Administrativa
Especial de Parques Nacionales Naturales - UA ESPNN- . Por último, en el area
urbana se encuentra la cabecera municipal, que no está afectada por estas
figura s.
Esta descripción muestra cómo e n el municipio de Puerto Nariño se en·
cuentran tanto figuras de admi nistración local. como es el caso de la aJcaldia,
el concejo municipal y las autoridades indígenas, y figuras de administración
del orde n regional y nacional, como es el caso de Corpoamazonla, la UAESPNN
y el MAVOT.
Estas condiciones particulares de la Amazonia hacen que el proceso de
ordenamie nto del territorio sea más complejo y requiera de un esfuerzo adi·
cional para la coordinación de acciones y planes e ntre diferentes auto.idades.
Con este panorama , es necesario puguntarse si un municipio que está super·
puesto e n un 90% de su territorio con un resguardo indígena - yen el que
confluyen, además, tres autoridades ambientales, la municipal. la indígena y
la departamental- , no tendría, entonces, una clara vocación de constituirse
como entidad territorial indigena - ETI-. Entre las implicaciones más eviden·
tes -en el caso de optar por esta figura - se cuenta la de constituir un régimen

') Opinión manifestada por el curaciI mayor del resg uardo TICOYA
en noviembre del ilño:1008 en el semin;lIio taller HGobernilnu
AmbientiloJ en la Ama:w niil, aportes desde liI Ecologb Políticil".

444 Una Mari. Hurtado


de gobierno de acuerdo con las aspiraciones y necesidades de las autoridades
indígenas, así como la disminución de los recursos que le son transferidos
desde la nación, toda vez que no se transferirían los de asignación especial
para resguardos indígenas.
De mantenerse la coexistencia de la dos figuras - resguardo y munici-
pio-, será necesario establecer un esquema de coordinación en el cua l se logre
claridad sobre las competencias de unas y otras autoridades en el marco de
la normatividad vigente, por una parte, y, por otra, la armonización de los
instrumentos de planificación que orienten las actuaciones y la inversión en
el territorio.

EcpdcIMl . . . . putk:Ipad6D de 1M NC:UI'SOa que le S01I


tnuferidoll."' ..~ c.n1torIaIeII
El Sistema General de Participaciones - SGP- divide e n dos grandes
grupos los recursos que se asignan a ¡as entidades territoriales: aquellos de
asignación especia l, que incluyen recursos para los resguardos indigenas,
municipios ri bereños, alimentación escolar y el fondo pensional - FONPET- ,
y otro gran grupo sectorial que incluye los recursos para educación, sa lud
y propósito general. El municipio de Puerto Nariño recibe los recursos de
asignación especial para resguardos indígenas - para el año 2007, la población
indígena que se e ncontraba e n resguardo indígena, según datos del DAN E, era
de 4,934 habitantes- , y los de alimentación escolar y propósito general, que
hacen parte del grupo sectorial.

Cuadro 4

Población
de los
Resguardos
indigenas Toda la Toda la Toda la
Beneficiarios legalmente poblaCión población población
constituidos municipal municipal municipal
y reportado
al ONP por

La ad ministración de los recursos, ta nto los de propósito general como


los de asignación especial, corresponde a los municipios en los cuales se en-
cuentran localizados los resguardos". Para ello. la administración municipal
debe realizar un contrato con el representante legal del resguardo, o contratos
para la ejecución de proyectos.
Aunque la ley establezca a esas autoridades municipales como ad-

'4 Artícu lo 8) de la Ley 715 de lOOI

Ordenamiento territorial en oorreglmienl.OS departamentales. Lo8 casos de Mirit! Paraná.


Tarapacá y el munldplo de Puerto Na riño. en el departamento del Amazonu 445
ministradoras de los recursos. éstos no forman parte del presupuesto de las
entidades que los administran. Por tanto. la programación de los recursos de
SGP es competencia de las comunidades indigenas y sus autoridades y. para
ello. deben tener en cuenta los sectores de inversión previstos por la ley 715
de 1:001: salud. educadón preescolar. básica primaria y Inedia. agua potable.
vivienda y desarrollo agropecuario. Finalmente. la ley 715 de 1:001 establece
que "cuando los resguardos se erijan como Entidades Territoriales Indigenas.
sus autoridades recibirán y administrarán directamente la transferencia".
En el caso de los resguardos indígenas que se encuentran traslapados
con el municipio de Puerto Nariño ha sido la administración municipal la
que ha manejado'\ a través de la formulación de proyectos, que propone el
resguardo TlCOYA, o de manera más reciente la Asociación de Autoridades
Indígenas del Resguardo TICOYA - ATICOYA-. los recursos correspondientes
a la asignación para resguardos indígenas. La duplicidad de autoridades en el
territorio de este municipio dificulta la definición de prioridades de inversión.
toda vez que no hay un proceso de coordinación entre ambas autoridades que
oriente la toma de decisiones y. en adición. no coinciden las propuestas de
los Instrumentos de planificación que las definen'·, tanto los que formula el
resguardo indígena, como el municipio.
La duplicidad de recursos que recibe el municipio de Puerto Naril10
por estar traslapado casi en su totalidad con el resguardo indígena TlCOYA,
puede explicar que se mantenga la duplicidad de autoridades y de sistemas de
gobierno. Si se presentara una situación en la cual Puerto Nariño pasara a ser
entidad territorial indigena, dejaría de percibir los recursos que están dados
por asignación especial para resguardos indígenas".

~deptentnced6n del~

Al constituirse como municipio, Puerto Narii~o, a diferencia de los


corregimientos departamentales. tiene la posibilidad de formular instrumen-
tos de planificación territorial y de desarrollo plenamente reconocidos por
la legislación actual - Leyes 151: de 1994 y 388 de 1997, entre otras- y no
sólo a través del Plan de Vida Indigena. Éste, a pesar de ser el instrumento
orientador de las acciones e inversiones municipales. departamentales y de las
autoridades indígenas en los resguardos, no es reconocido por la legislación
actual. Actualmente este municipio cuenta con Plan de Desarrollo Municipal

IS El manejo que de los recursos correspondientes a asignación especial


hace la administración municipal ha oon5istido en la definición de las
prioriclades de inversión en coordinación con las autoridades indígenas
y la implemenmi6n de las obras o proyectos. que involucran todo el
proceso de contratación y seguimienlo a 5U adecuada desarrollo.
16 Para el caso de los municipios. los inSlrumenlOS de planificación que definen eslaS
prioridades son el Plan de ~rrollo Municipal y el Esquema de Ordenamiento
Territorial. para los resguardos indígenas el Pian de Vida Indígena .
'1 Departamento Nacional de planeación, lOO).

448 lJu MaIÚ HUlUdo


- POM- y Esquema de Ordenamiento Territorial - EOT- ", y las comunidades
que hacen parte del resguardo indígena con Plan de Vida Indígena.
Para la formulación del POM se consulta al Consejo Territorial de
Planeación, conformado por representantes de la sociedad civil, y se aprueba
a través del Concejo Municipal, previa evaluación de los aspectos ambientales
por parte de la Corporación para el Desarrollo Sostenible. Para la formu lación
del EOT se consultan las mismas instancias que en el caso del POMo El Plan de
Vida Indígena, por su parte, es formulado por las comunidades indígenas que
hacen parte del resguardo indígena y es asistido o revisado por la Corporación
para el Desarrollo Sosten ible, pero no requiere la evaluación de las instancias
de participación, consulta y aprobación establecidas para el POM yel EOT.

Figura 2
Instrumentos de pI.. n ~ existentes en el munklplo de Puerto Narlño

Plan BáSico de Amacayacu - Unidad Administrativa


I Naturales

PI¡n de Vida Indigena


i i

10 anterior muestra cómo en el municipio de Puerto Nariño se encuen~


tran tanto figuras de administración local, como es el caso de la alcaldía, el
concejo municipal y las autoridades indígenas, y figuras de administración
ambiental del orden regional y nacional, como es el caso de la Corporación
para el Desarrollo Sostenible de la Amazonia --cO RPOAMAZONIA- , la Unidad
Administrativa Especial de Parques Nacionales - UAESPNN- y el Ministerio
de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial - MAVOT- .
Esto genera un panorama complejo para el ordenamiento territorial.
pues la forma como se articulan unas y otras autoridades no ha sido clara-
mente definida. Esto constituyó una de las causas de los reiterados fracasos de
los procesos iniciados para adoptar el Esquema de Ordenamiento Territorial
de este municipio'·. En este sentido resulta funda mental que se genere la le-
gislación necesaria para armonizar los diferentes intereses y competencias de
ordenamiento del territorio, en las cuales se haga un reconocimiento de la
realidad, es decir, definir qué se ordena, quién lo ordena y los mecanismos e

18 El EOT define los usos del suelo del municipio.


'9 El Esquema de Ordenamiento Terrhori;al del municipio de Puerto N;ariño
fue ;adoptado en el afto 200"]. Este proceso de formulación duró ;alrededor
de cinco ;aftos, toda vez que las autoridades municipales y las del resguardo
indlgena no lograban ponerse de acuerdo en la definición de usos del suelo
para el territorio que está superpuesto con el resguardo Indígen;a TICOYA.

OrdelWDlento territorial en corregimientos departamental". Lo, ca&O$ de Miritl Paraná,


Tarapacá y el munidplo de Puerto Narlño, en el departamento del Amazonas .... 1
instrumentos a través de los cuales debe llevarse a cabo el ordenamiento, cómo
se ordena ya través de qué instrumento de planificaci!m.
En tanto esta respuesta legal del Estado no surja para reconocer la rea-
lidad de ordenamiento de este municipio, las autoridades locales y regionales
deben buscar espacios de diálogo para concertar los mecanismos a través de
los cuales pueda darse la articulación y armonización de estas diferentes fi-
guras y autoridades, teniendo en cuenta que planificar el uso del suelo y el
desarrollo fisico del territorio es una necesidad tanto de los municipios, como
de los resguardos y los parques nacionales naturales, pues permite mejorar la
calidad de vida de la población, proteger el sistema ambiental y priorizar la
inversión de las autoridades de administración del territorio·.
En la mayoría de los casos se ha propuesto la articulación de la pla-
neación en los resguardos indígenas a los planes de ordenamiento territorial
municipal a través de los planes de vida. Si n embargo los componentes y
objetivos de los planes de vida indígena no han sido claramente definidos
y no necesariamente presentan un desarrollo de los temas físicos, espaciales
y de uso del suelo del territorio, por lo cual. e n muchos casos, no es posible
plantear una relación de articulación y complementación con los planes o
esquemas de ordenamiento territorial.
El objetivo de los instrumentos de planificación es orientar la inversión
municipal y armonizarla con el adecuado uso del suelo; sin embargo, esta
duplicidad de instrumentos de planificación, para el caso de Puerto Nariño,
genera confusiones a la hora de tomar decisiones.

GeneraciÓD de TeCUBOI' propio.


De acuerdo con la Ley 617 del 2000, el nuevo o los nuevos municipios
que se pretenda crear deben contar durante un período no inferior a cua-
tro años ron un mínimo de ingresos anuales corrientes de libre destinación
equivalentes a 5.000 salarios mlnimos mensuales vigentes. Para analizar la
aplicación de este criterio es necesario entender la composición de los ingresos
de las entidades territoriales, tal como se plantea a continuación.
Los ingresos de las entidades territoriales estan compuestos por los co-
rrientes y los de capital. Los ingresos corrientes son los de carácter permanen-
te, se generan a partir de la actividad normal de la entidad y se clasifican como

:MI Este espacio de coordinación de autoridades puede ser una instancia de


coadministración del territorio. En este sentido puede revisarse la experiencia
de coadministración de áreas protegidas del nivel nacional traslapadas con
resguardos indígenas. Un ejemplo de ello es la implementación del convenio
interadminiStr.ltivo para la coordinilci6n de la función publicil de lil conservilción
y milnejo del área del Parque Nacioral Natural Cahuinarf, entre el Ministerio del
Medio Ambiente y la Autoridad Publica Mir.lña, con el objeto de coordinar desde
una perspectiva intercultur.ll b gestión para ellTlilnejo del Parque Nacional Natural
Cilhuinari, mediante la construcción de regbs e instancias que contribuyan al
fortalecimiento de la cultura tradicionill y la protección de lil biodiversidad.

448 Una Maria Hurtado


de Libre destinación - tributarios y no tributarios- y de destinación específica.
que provienen de las transferencias de recursos de la Nación. Los cálculos de
los ingresos para la creación de nuevos municipios se realizan sobre los de libre
destinación. es decir. los tributarios y no tributarios. Los ingresos tributarios
provienen del recaudo de impuestos o gravámenes de carácter obligatorio esta·
blecidos por La normatividad y no implican contraprestación dirttta del Estado
hacia el contribuyente. Los ingresos no tributarios son todos los ingresos que
recibe la alcaldía por conceptos diferentes a los impuestos. es decir. provenien-
tes de ventas de bienes. prestación de servicios y multas. entre otros".

CoaIDoád6a de _ mur-
del ·aDk:tph de r-to lIut60
Este municipio presenta una estructura territorial y poblacional simi-
lar a los corregimientos departamentales del Amazonas; por tanto. el análisis
del comportamiento de sus ingresos resulta de gran utilidad para establecer la
viabilidad o la posibilidad de aplicación del criterio de generación de ingresos
de libre destinación para las áreas con ausencia de régimen local.
Al revisar La composición de los ingresos municipales de Puerto Nariño
es posible identificar una alta dependencia de los recursos de destinación
especifica. Estos últimos provienen de las transferencias de recursos de la
Nación. los cuales correspondieron en 2005 al 97% y al 95% en el afio 2006.
Los ingresos de libre destinación - tributarios y no tributarios- sumaron un
total aproximado de S 120 Y $200 millones de pesos para los ai'los 2005 y 2006.
aportando sólo un)% y 5%. respectivamente. de los ingresos totales muni-
cipales. Los principales impuestos que componen los ingresos tributarios de
este municipio son el impuesto predial unificado. industria y comercio. juegos
permitidos. avisos y tableros y publicación de contratos. El cuadro 5 presenta
los ingresos del municipio de Puerto Nariflo para los años 2005 y 2006.
Aún cuando Puerto Narino lleva lo) años de vida municipal no consi-
gue cumplir con los criterios establecidos por la ley 617 de 2000. esto es. "con·
lar mínimo con ingresos corrientes de libre destinación anuales equivalnzus a
5.000 salarios mínimos mmsua/es vigentes'·. ,Cuál es entonces la posibilidad
de que las nueve áreas del departamento del Amazonas que actualmente no
cuentan con un régimen de autonomía local logren cumplir con estos criterios
y condiciones establecidos por la normatividad. si hasta ahora no tienen la
posibilidad de generar recursos de libre destinación?

Condu..",..
Si bien la municipalización de Puerto Narii'lo ha significado un avance
-sobre todo en lo relacionado con el acceso y la equida.d en la participación
de los recursos qu~ son asignados por la nación- o también ha significado un
aprendizaje en el funcionamiento del Estado para las autoridades indígenas.

21 De<:reto 111 de 1996. Est:¡¡tuto Orginico del Presupuesto Gener.lll de b N.lIcióo.

OTdenamieoto territorial .0 correglm.leotol depanameoWee. 1.0. ~ de Miritl Parani,


Tarepacá y el munldplo de Puerto Narlño, eo el depanameoto del Amuonal ....
Cuadro S
In¡resos Municipio Pumo Narii\o,ai\os 2005 y 2006
EOT Municipio de Puerto Narii'io 2007. Oficina TtsOfeña Municipal, Munklpio de PlJ.trto Narii'io

95,0

Este aprendiza también puede verse como una burocratización de las autori-
dades indígenas, que han entrado en el esquema de organízación y adminis-
tración de los municipios.
El ejercicio de ordenamiento territorial para el municipio de Puerto
Nariño obliga a reconocer el estado legal del territorio para definir las compe-
tencias de ordenamiento territorial y la forma cómo deben llevarse a cabo. Aun
cuando el vado jurídico con relación a la definición de competencias de orde-
namie nto territorial en áreas de resguardo indígena permanezca, es necesario
abordar esta temática y proporcionar unos lineamientos daros para la articula-
ción entre las dos perspectivas de ordenamiento, la indígena y la no indígena,
y de esta manera minimizar los conflictos en los espacios de concertadón.
La municipalización de terr itorios traslapados totalmente con resguar-
dos indígenas genera duplicidad de autoridades municipales. recursos que le
son transferidos a la nación e instrumentos de planificación que hacen más
complejo y, en ocasiones, ineficiente el ejercicio de administración de un te-
rritorio municipal. Vale la pena, entonces, con el fin de eliminar duplicidades
que generan confusión e n el ejercicio de descentralización de las funciones
del Estado, estudiar la viabilidad de que territorios con estas características se
conviertan en entidades territoriales indígenas .

.ut..DlitlYu para la couthucI6Il de -.u.:sacs. ~ MI


1lhel1oc:al-." ~to MI amuoau: LCIII CUCMI de . .
con.glmIea.t.o. 1Iepartam-.\aIeI: de IUrtti Y Tarapac:á
En esta parte se analizan. desde la perspectiva político-administrati-
va. los antecedentes de propuestas de ordenamiento territorial para el de-
partamento del Amazonas y se plantean alternativas para la constitución
de entidades territoriales del nivel local, a partir de dos estudios de caso de
corregimientos departamentales con características diferentes en cuanto a
población, territorio, figuras de ordenamiento territorial superpuestas yeco-
nomía: Tarapacá y Mirití.

450 LinaMarlaHunado
Aateeedea~ de propa81J&8 de o,.,.... mleato ten1torla1
para "~to delAmuoau

Propuestas de las Asodaclones de Autoddades TradklonaJes


lndigenas - AATlS- TenitodaJldad Indigena

La Mesa Permanen te de Coordinación lnstitucional-M PCI-


A partir del año 2002, la comu nidades indígenas de los resguardos
ubicados en los corregimientos departamentales del Amazonas, por interme-
dio de las Asociaciones de Cabildos y Autoridades Tradicionales Indígenas U
- AATI- , han establecido, mediante fa Mesa Permanente de Coordinación
lnteradministrativa - MPCI-. un canal de interlocución y coordinación con la
Gobernación. Hasta la fecha se han desarrollado trece mesas de coordinación.
En esta instancia, los actores involucrados -9 AAT lu y la Gobernación
del Amazonas- se reúnen dos veces al año, durante la segunda mitad de mayo
y de noviembre, con el fin de coordinarla definición, ejecución y seguimiento
de los planes, proyectos y programas que promuevan el desarrollo integral en
las comunidades asociadas. Los principales puntos a destacar del ejercicio de
coordinación entre la administración departamental y las AATI son:

Tenitod o y gobierno prop io


• El conocimiento mutuo de las estructuras de gobierno y sistemas
administrativos de las AATI y la Gobernación ha permitido coordinar adecua-
damente la interlocución entre ambas autoridades públicas.
• La socialización de los Planes de Vida y los Planes de Ordenamiento
Territorial de las AATI en la MPCI permitió incluir en los Planes de Desarrollo
Departamental las prioridades de la población indígena y el manejo efectivo
de los recursos públicos.
• Solicitar conjuntamente la reglamentación de los territorios indígenas
en el departamento del Amazonas
• Administración de los recursos de asignación especial para resguar-
dos indígenas.

n Las AATI fueron constituidas de conformidad oon el Decreto Ley 1088


de 199] con el c.trícter de Entidades de Derecho Público Especial, con
pe~nería jurídica, patrimonio propio y autonomía administrativa.
~3 Las AATI que participan actualmente en la Mpel pertenecen a la jurisdicción
de los corregimientos departamentales. Estas son CIUMA (Consejo Regional del
Medio Amazonas), PAN I (Organización Indígena de l Pueblo Miraña-Bora), ACIMA
(Asociación de Capitanes Indlgenas del Miritl Amazonas), ACIVA (Asociación
de Capitanes Indlgenas del Yaigoje - Apaporis), Al PilA (Asociación Indígenas de
La Pedrera - Amazonas), C1MTAR (Cabildo Indígenas Mayor de Tarapacá), AlZA
(Asociación Indlgena de la Zona Arica), OIMA (Organización Indígena de Pueblo
Murui Amazonas), C01NPA (Consejo Indígena de Puerto Alegria); la AATI AZ ICATCH
(Asociación Zonal Indígena de Capifanes Tradicionales de La Chorrera), en uso de su
autonomía, decidió marginarse de la participación en la MPC l por asuntos internos,

Ordenamiento territorlfll en corregimientos departamentales. Loa casos de Mirltí ParllDá,


TarapaQi y el munlclpio de Puerto Nariño, en el departamento del Amazonu ."
En educación
Organización de las instituciones educativas de acuerdo a las realidades
sociales, culturales y ambientales del departamento, es decir, respondiendo a
la di visión político administrativa de las AATI y no a la de los corregimientos
departamentales. lo cual posibilita un real funcionamiento de los gobiernos
escolares".
Se fortaledó el proceso de descentralización en la presentación del ser-
vicio de educación. al contratar la Gobernación con las AATI CIMTAR, ACIYA
yA IZA.
Se amplió la cobertura en la prestación del servicio de educación a 715
niños de las AAT I PANI, ACIMA, ACIYA y A I PEA, a partir de la ejecución de
los proyectos del Fondo Nacional de Regalias. Estos proyectos se han presen-
tado conjuntamente entre la Gobernación del Amazonas y las AATI.
Construcción conj unta de políticas lingüísticas para la recuperación,
fortalecimie nto, valoración y uso de lenguas indígenas en el departamento.

En5alud
La Secretaría de Salud Departamental (SSD) coordina las actividades de
salud de acuerdo con la priorización que hacen las AATI. con base en los datos
epidemiológicos que sistematizan éstas desde hace varios años.
Capacitación de microscopistas e n comunidades identificadas como
prioritarias para la vigilancia y control del paludismo.
La SSD acogió la propuesta de AC IMA para descentralizar los siguien-
tes programas de salud : control de vectores, salud oral y vacunación.
El Plan de Atención Básica está diseñado con base en los duos epide-
miológicos más releva ntes del país y, por lo tanto, no se adecua a las caracte-
rísticas culturales, ambientales y geográficas del Amazonas. Por esta razón, la
SSD viene apoyando la construcción del PAB indígena de las AATlS.
Lo anterior muestra que, a pesar de que el Gobierno Nacional no ha
reg lamentado las disposiciones para que e n estos territorios se pueda ejercer
el gobierno local, las AATJ yel gobierno departamental han logrado estable-
cer un canal efectivo de comunicación formal, que les ba permitido llegar a
acuerdos, avanzar en el proceso de garantizar la gobernabilidad y disminuir
los conflictos en la administraciÓn del territorio.

Alternativas pala la con.nituclón de entidades territorial" del


nlvellocal a partir de dos estudios de caso de corregúnjentos
departamentales: Mirlti PIll'IlIlá Y Talapacá
Los corregimientos departamentales de Mirití y Tarapacá son dos casos

'-4 Esto se desarrolló a través de la modificación del Decreto Ola de


1003 y de la expedición del Decreto 084 de l 1006, por medio del
cu~1 se organizan las instituciones educativas de l departamento de
acuerdo con las realidades sociales. cultu ral es y ambientales.

452 U na Mana Hurtado


diferentes e ilustrativos del ordenamiento territorial actualmente estableci·
do en el departamento del Amazonas. Este análisis se desarrolla teniendo en
cuenta las características que define el artículo :187 de la Constitución Política
para las ent idades territoriales:
,uTicul.O 287. Las entidades territoriales gozan de autonomía
para la gestión de sus intereses, y dentro de los limites de la
Constitución y la ley. En tal virtud tendrán los siguientes derechos:
l . Gobernarse por autoridades propias.

2. Ejercer las competencias que les correspondan.

). Administrar los recursos y establecer los tributos necesarios


para el cumplimiento de sus funciones.
4. Participar en las rentas nacionales,

También se tienen en cuenta los criterios establecidos en la normativi·


dad vigente para la creación de municipios, en particular los establecidos en
la Ley 617 de 2000 y el Decreto 2274 de 1991, que se muestran en el Cuadro 6.

El C860 del corregimiento departamental de Tarapacá·


Amazon8S. ApIlcadón de criterios
El corregimiento departamental de Tarapacá tiene una extensión de
900.000 hectáreas superpuesta en el 100% de su territorio con la. Reserva
Forestal Amazonia, con el resguardo indígena de los ríos Cotu hé y Putumayo
en un 16% y en un 43% con los Parques Nacionales Naturales Amacayacu
y Río Puré. Cuenta con una población aproximada de 3.700 habitantes.
(Cuadro 7). Se e ncuentra en zona de triple frontera porque limita al norte con
el corregimiento departamental de la Pedrera, al este con Brasil, al sur con
el municipio de Leticia e n Colombia y al oeste con Peru y el corregimie nto
departame ntal de Puerto Arica. Cuenta con :14 asentamientos humanos o ca--
munidades indígenas.

Criterio 1: Identidad
Este criterio hace relación al territorio natural, el área y las cara cte·
rísticas económicas, sociales y culturales de la población. El 16 % del área
corregimental está superpuesta con el resguardo indígena Cotubé·Putumayo,
cuya población para el año 2007, segun cifras del DANE. corresponde a 2.093.
es decir, al 55 % del total. La cabecera corregimental se caracteriza por tener
una mayoritaria población no indígena, dedicada al comercio, mientras que
e n la zona rural se localiza de manera mayoritaria población indígena. De
acuerdo con datos del DANE para el año 2005, el 88% de la población de este
corregimiento es indígena" . Con relación a la organización de la población, las
autoridades indígenas de Tarapacá se encuentran organizadas a través de una

J5 Censo General 2005. Información B.isica. DA/U· Colombia,


procesada con RedaLilm+Sp, CBPA L/CELADI! 201Y].

Ordenamiento territorial en eonegimientos departamentales. Loa casos de Miriti ParanA.,


Tarapaai y e l municipio de Puerto Narino, en el departamento del Amazonas .53
Cu~r06
comparación" ulterios '1 condkloMt pa,." ~

Tener identidad, atendidas las


Identidad caracteristicas naturales, sociales,
~on6mlcas '1 culturales. (Articulo 15)

Cantilr por lo menos con '4.000


habitilntes
El municipio o municipios de los cualts
se pretende segregar no disminuyan
su población por debiljo de tste límite
señalado. (Articulo '5)

Gilrantlzar Ingresos corrlentts de libre


destinación anuales equivalentes, por
Financieros
lo menos, a 5.000 SMMV,durante un
periodo no inferior a 4 atlos. (Articulo '5)

No podrá crearse un municipio que


sustraiga mas de la terceril parte del
territorio del municipio o municipios de
los cuales se segregil. (Articulo '5)

Se podrán crear munklplos sin el lleno


del rtquislto poblaclonill, cUilndo de
conformidad con la certlfiaclón del
Ministerio de Haclendil y Créd ito Público, Paril la creildón de municipios en
el municipio que se vaya a crear garantice los nuevos departamentos sólo se
ingresos corrientes de: Ubre: destinación exigirá la mitad de los rtquisitos de
superiores a ocho mil (g.ooo) salarlos población, presupuesto y consenso
mínimos mensuales vigentes. (Artículo ' 5) poblacional establ~ldos en la ley.
las asambleas departamentales podrán Sin embilrgo, cuando razones de
crear municipios cuando. previo a convenlenclil lo ilconsejen, para
la presentación de la ordenanza,el efectos de desarrollo Kon6mico
Excepc:lonn Prtsidente de la República considere su y sodal. colonización o defensa
creación por ruonts de defensa nacional. nacional, podrán crearse municipiOS
También podrán las Aumbltas sin suj«l6n a los requisitos de
Ocpartamenules elevar a munkipios sin liI ley, previo concepto ~ablt
el lleno de los requisitos generales los del Depo¡rtamento Nacional de
corregimientos creados por el Gobierno Plal"ltaclón.
Nacional antes de '99' que se encuentren (Articulo ,8. Creación de: municipios
ubicados en ¡as zonas de frontera en los nuevos departamentos)
siempre y cuando no hilgiln parte de
ningún municipio, previo visto bueno del
Presidente de la República. (Articulo '6)

Los municipios con pobladoo


Indisena de los nuevos
departamentos se ajustarán al
Municipios con régimen que la Ley de "'.~'.~.m¡~"'o
Territorial o el Gobierno Nacional
I
población Indlgenil
dispongan sobre territorios
indígenas, conforme illos ilrtkulos
329,130 Y 56 transitorio de la
Constitución .
1 )
(u¡dro7
FlIUnll de ordenamiento territorial en fi correllmltnto
~~~~~~~~~~~~ de creadon

IttseM Forestal Amazonia 1959

Parque Nacional Natural Amacayacu 1975

Parque Nacional Natural Río Pun! '00'


Rtsgu¡rdo Rios Cotuh~ y Putumayo

asociación denominada Cabildo Indígena Mayor de Tarapacá --cIMTAR- . Este


cabildo participa en la Mesa Permanente de Coordínación Interadministrativa
con la Gobernación del Amazonas, en la cual han logrado acuerdos en relación
con la administración de recursos, territorio y gobierno propio, educación y
salud.
Existen otras asociaciones de la cabecera urbana, como la Asociación
de Madereros de Tarapacá -ASOMATA- , la Asociación de Familias Unidas
Comunitarias de Tarapacá -ASOFUCTAR- y la Asociación de Mujeres
Comunitarias de Tarapacá - ASOMUCTAR- . Un caso especial en la zona
de Tarapacá es el de la Asociación de Autoridades Indígenas de Tarapacá-
Amazonas - ASOAINTAM- , constituida por indlgenas de las etnias Bora,
Ditoto, Inga, Cocama y Ticuna, que han habitado por muchos años estos terri-
torios y que estimulados por la dinámica social de las bonanzas extractivistas
y la oferta de bienes y servicios·, se han concentrado en la cabecera corregi-
mental de Tarapacá.
A pesar de que ASOA INTAM tiene reconocido su registro ante la
Dirección de Etnias del Ministerio del Interior y de Justicia, las comunidades
no están amparadas por un resguardo - por lo ta nto no son beneficiarios de
los recursos del sistema general de participaciones destinados para población
indígena-, presentándose un vacío de jurisdicción para ejercer su gobierno
local. Por lo anterior, su principal meta es la constitución de un Resguardo
Indígena que acoja a sus asociados, que estiman ellos en más de 160 familias.
La propuesta actualmente se encuentra en trámite ante el INCODER y cuenta
con el acompañamiento de la Corporación CODEBA {Véase Cuadro 8}.
En general para la asociaciones de la cabecera municipal se encuentra
una ausencia de escenarios de concertación y coordinación entre las autori-
dades públicas y las organizaciones sociales no indígenas para definir políti-
cas, planes de desarrollo territorial y modalidades de prestación de servicios.

~6 Muchos indigenas fueron atraldos hacia esta zona por la posibilidad de


ofrecer a sus hijos una educación bbica en las instituciones educativas.

Ordenamiento territorial ell corrl!1jllmlelltllll departamantalet:. LIIII casos de Mlrld PanUlá.


Talapad! y el municipio de Puerto Narliio. en el departamento del Amazon..: 455
Cuadro 8

se adelanta
ASOMATA - Asociación de
Madereros de Tarapacá o"'
I
ubkadas al norte del
logrado obtener permiso
htcUreas, con el cedro
Es una organización c~ada hace aproximadamente tres ai\os.con
el fin de agrup4lr t.mUlas cam~jnas ba;o el ot!tttiVO coltctivo
de soIkttar al INCQOfR la titulación de tierras bajo la figura
de Reservas Naturales Campesinas. los enormes obsUwlos
jurídicos y poIitkos que encuentra la ha desmotivado
Comunitarias de Tarapad a los asociados, hasta el han I
reconocimiento de la pero
no han
Integrada por aproximadamente 26 mujeres, han adelantado
ASQMUCTAR - la
procesos de capacitación con el SINCHI en procesamiento de
Asoclacioo de Mujeres
frutas para la elaboración de productos de yalor agregado como
Comunitarias de Tarapad
conservas,
ASQAINTAM - Asociación
de Autoridades Indigen;rs la principal meta de ASOAINTAM es la de lograr constfuir una
propuest;r de constitución de un RajU¡tlW IlIdigen...

Tampoco se conoce que éstas hubieran sido beneficiarios de programas de do-


tación de tierras a título individual o colectivo. Ellas se encuentran ubicados
exclusivamente en las cabeceras urbanas de los extintos corregimientos. y su
gran mayoría está dedicada al comercio o a la explotación de recursos naturales.
De manera general, es posible afirmar entonces que en Tarapacá la
población se encuentra dividida en dos grandes grupos. El primero recoge la
población indígena que hace parte de un resguardo legalmente constituido.
mientras que en el segundo se encuentra la población no indígena y la indíge-
na que no hace parte de resguardos.
Esta condición divide también los intereses en relación con lo político-
administrativo. Pan. el primer grupo es más claro el objetivo de constituirse
como entidades territoriales Indígenas. mientras que para el segundo grupo lo
es el interés de conformar un municipio como entidad territorial del ni vel locaL

Criterio 2: PobladÓIJ
Para la creación de nuevos municipios. de acuerdo con lo establecido
en la Ley 617 de 2000. se requiere una población con un tamai\o mínimo de
14-000 habitantes. La población del departamento del Amazonas reportada
por el censo de 2005 es de 67.:126 personas, en un área aproximad .. de 11
millones de hectáreas.
Tarapacá tiene una extensión territorial aproximada de 900.000 hectá-
reas. que corresponden a18,22% del territorio departamental. Concentra una
población de ).775 habitantes y tiene una densidad habitaciona l por hectárea
de 0.004.
La población del municipio de Tarapacá no logra ser iguaJ a 14.000
babitantes. ni tampoco cum plir con la excepcionalidad que dispone el Decreto
2274 de 1991 de exigir sólo la mitad de la población para un área que pueda
constituirse como municipio.

Criterio 3: Generadón de recunos dellbre deBtlnadón


La cabecera corregimental se localiza sobre el río Putumayo, en la des-
embocadura del río eotuhé; constituye un nucleo poblacional situado estra-
tégicamente en el corredor comercial entre Puerto Asís y Leticia; se conserva
como un centro de apoyo al transporte fluvial de carga y, eventualmente, de
pasajeros; es el centro principal de comercio para las comunidades dispersas
tanto en territorio colombiano como peruano. y es un centro de acopio inter-
medio de las maderas obtenidas para la comercialización.
Tarapacá ba sido escenario de diferentes bonanzas económicas: cau-
cho, pieles, maderas finas, coca, pesca comercial y cacería. Actualmente la
economía se sustenta en dos grupos de actividades claramente diferencia-
das: (1) las de subsistencia, relacionadas con la producción agropecuaria,
pesca y cacería, desarrolladas principalmente por comunidades indígenas,
y (2) las relacionadas con la extracción de la madera y la pesca para la co-
mercialización. En general. los recursos que llegan a este corregimiento de-
partamental provienen de los recursos de transferencias de la nación, a no ser
por los impuestos que se recolectan por la extracción de madera y la pesca. La
población que no hace parte de los resguardos indígenas no es beneficiaria de
los recursos de transferencias por esta asignación especial. Los demás recursos
de transferencias, los de propósito general y distribución sectorial son admi-
nistrados por la Gobernación del Amazonas.
Si se constituyera como entidad territorial del nivel local. las posibili-
dades que tiene Tarapacá generar recursos de libre destinación están dadas,
según la dinámica económica actual. por la extracción de recursos maderables
y otros impuestos similares a los que actua lmente se recolectan en el municipio
de Puerto Nariño: impuesto predial unificado - de mantenerse el resguardo
indígena--, industria y comercio, juegos permitidos, avisos y tableros y publi-
cación de contratos, que, de acuerdo con el análisis realizado, no representan
un aporte significativo a la economía local y departamental.

Ordenamiento territorial en corregimientoll departamental". LoII ~ de Mirití Paraná.


Tarapacá y el munldplo de Puerto Narliio. en 11 departamento del Amazonas 457
El cuo del comrg1miento departamental
de MirltJ·Paraná·Amazonas
Mirití. tiene una extensión territorial aproximada de t. 700.000 hectá-
reas. de las cuales el 65 % esta superpuesto con los resguardos indígenas Mirití-
Paraná. Yaigoje Río Apaporis. Nonuya Villazul. Predio Putumayo. Aduche y
Parte Oriental del Vaupés. el 70% con reserva forestal Amazonia y el o, 1% con
el Parque Nacional Natural Cahuinarí. Su población es altamente dispersa y
predominantemente indígena.
El corregimiento limita al norte con el municipio de Solano en el depar-
tamento del Caquetá y con los corregimientos departamentales de la Victoria -
Amazonas- y Pacoa - Vaupés-; por el este con el corregimiento departamental

Cuadro 10
de Of6eruomlenlo terrltOfI;t1 en el corre.lmlento dep;trbmenbl
~"!':~~~~~ de creiklón

Reserva Forestal Amazonia '959

Parque Nacional Natural Cahuinari 19 8 7

Resguardo Mlritl·Pafilna 198,

Resguardo Yalgoje Río Apaporis 1988

Resguardo Nunuya Vlllazul 1988

Resguardo Predio Putumayo 1988

Resguardo Aduche 19 88

Resguardo Parte Oriental del vau~s 19 81

de La Pedrera - Amazonas- . por el sur con el corregimiento departamental de


Puerto Arica - Amazonas- y por el Oeste con el corregimiento departamental
de Puerto Santander - Amazonas- . La cabecera corregimental está localizada en
la margen izquierda del río Mirití-Paraná.

Cl1terlo 2: Identidad
El 65 % del territorio corregimental de Mirití-Paraná se encuentra super-
puesto con cuatro grandes resguardos indígenas. En este territorio la población es
en su totalidad indígenal? y se destacan, entre otras etnias, las siguientes: Yucuna,
Matapí. Miraña, Bora, Matapí, Letuama, Tanimuka, Cubro. Cavillarí y Maku.

17 De acuerdo información del Censo Generalloo5, Información Básica.


DANE· Colombia, procesada con Redatam +s p. CI!PAL¡CI!LADI! l007,
la poblaCión del corregimiento Miri tí Paraná es 100% indígena.

468 UDa Maria Hurtado


En este corregimiento conviven distintas formas de gobierno
indlgena. Existen capitanes tradicionales o hereditarios, quienes
manejan el conocimiento cultural, que es la base del poder para los
indigenas, y con el cual la autoridad gobierna su comunidad: maneja
la salud de su gente, arregla el mundo, cura el tiempo para que su
gente viva bien, da consejo y orientación a la comunidad, soluciona
problemas internos y mantiene la paz. Existen también capitanes
nombrados por la misma gente por votos, aunque no siempre manejan
el conocimiento tradicional indígena, consultan y se apoyan en otros
capitanes y pensadores tradicionales.
En cada comunidad, la autoridad del capitán es como
representante legal y administrativo y está fundamen tada en la
autoridad tradicional, ya sea en la misma persona o en otras distintas
del capitán. Asi se establecen relaciones de comunicación entre
i1utoridades, para que a panir de ese diálogo puedan afrontar los
problemas sociales de la comunidad y tener valor para ser respetados y
de esta manera el capitán que no es tradicional recobra fuerza para la
administración dentro de su jurisdicción. El sentido más grande es que
el capitán se ve fortalecido por los pensadores tradicionales y actúa
con mayor potencia frente a su comunidad y frente a las instituciones.
a
De esta manera se ha fortalecido el gobierno propio .

Las autoridades indígenas de los resguardos se en cuentran organiZóldas


a través de asociaciones" - AATI- . Se destacan d os: ACIMA - Asociación de
Capitanías Indígenas del Mirití-Paraná-Amazonas~ y PAN I - Asociación de
Autoridades del Pueblo Miraña Bora del Medio Amazonas- . Estas asociacio-
nes han tenido una interlocución muy fuerte a través de la Mesa Perma nente
de Coordinación Institucional - M PCI- con la Gobernación del Amazonas.

Crit6rlo 2: PobJad6n
El corregimiento de Mirití-Parami tien e u n a extenslOn territorial
aprox imada de 1.700.000 hectáreas, que corresponden al 15,42% del territo-
rio departamental. Concentra una población de 1.643 habitantes y tiene una
densidad habitacional por hectárea de 0.001.
La población del municipio de Mirití-Paraná no cumple con el criterio
de tener 14.000 habitantes ni tampoco con la excepcionalidad q ue dispone el
Decreto 2274 de 1991 de exigir sólo la mitad de la población para un área que
pueda constituirse como municipio. El crecimiento poblacional que ha tenido en
la u ltimas décadas no muestra q ue pueda llegar a cum plir oon este criterio, pues
pasó de tener 705 habitantes e n 1973, segun cifras del DANE, a 1.643 en el 2005.

:¡3 Fundación Gaia-Amazonas, 1007


29 En 1993 se expide el Decreto 1088. mediante el cual se crean las
Asociaciones de Autoridades Tradicionales Indlgenas - A AT I -,

Ordenamiento territorial en corregimientos departamental", Los CUOI de Mirltl Paran',


TUllpac! y el municipio de Pueno NarlDO, en el departamento de l AmazoIUUI 41.
Cuadro 11

En 1993 las autoridades Indígenas reunidas crearon


ACIMA y, en '996,las autoridades de la reglón del
PAN1 en forma similar crearon su Ofganlzación de
AClMA - Asociación de Capitanías base, agrupando en la actualidad 12 y Scomunidades
Indígenas del Mlriti-Parantl, respectivamente.AClMA y PANI adelantan procesos
Amazonas integrales de ordenam iento territorial, que consisten
en la reflexión sobre las condiciones de vida para el
presente y el futuro que proyectan estos grupos étnicos,
f---------------1 dentro de los cuales se inscribe el fortalecimiento
del saber indigena en el manejo del bosque para la
búsqueda de alternativas económicas. AClMA y PANI
PANI -Asociación de Autoridades
del Pueblo Miraña Bora del Medio
,,,
tienen un Comité
do<
Amawnas cubren el territorio

Cuadro 12

FUftltl!". Censo GeMral zoos- Rnult~ ConcillKlón Cenul,Junlo de 100S

Criterio 3: Generación de recunos da libre destinación


La economía e n el resguardo Mirití-Paraná es de subsistencia y está
estrechamente relacionada con la tradición cultural. Los recursos transferidos
por la Nación a través del sistema general de participaciones, así como los
proyectos de diferentes entidades que llegan a la región, han pasado a ser una
fuente importante de ingresos.
La preocupación por as un tos relacionados con la economía y el ma-
nejo de los recursos es creciente en ACIMA y PA NI, así como el interés por
construir propuestas relacionadas con la economía comunitaria, evaluar otros
aspectos como el uso eficiente de recursos de transferencias de la Nación, la
reducción de la dependencia, la financiación de actividades organizativas y
administrativas y, finalmente, la v iabilidad económica de las entidades terri-
toriales indígenas·.
Las actividades extractivas, como minería, madera, siembra de culti-
vos de uso ilícito, son actividades que cobran fuerzan y que constituyen un
riesgo para la propuesta de uso y manejo del territorio.
Teniendo en cuenta lo anterior no es claro cómo podría llegar a aplicarse
p ara los corregimientos departamentales el requisito de viabilidad fiscal estable-
cido por la ley 617 de 2000 de "contar mínimo con ingresos anuales corrientes
d e libre destinación equivalentes a 5.000 salarios mínimos mensuales vigentes,

)0 Fundación Gaia-Amazonas, 1007.

460 Lina Maria Hunado


durant~ un período no inf~rior a cuatro (4) aftos", es decir, lo eq uival~nt~ a un
vaJor aproximado d~ 52.484.5 millones de pesosll. ni tampoco la exc~pción qu~
esta misma ley dispone en el artículo 15 para ~ I cumplimi~nto d~ los requisi-
tos poblacionales, cuando el municipio que se vaya a crear gara ntic~ ingresos
corrientes de libre destinación suptriOrtS a 8.000 salarios mínimos m~sua/es
vigentes, es decir. un valor aproximado de $3.975,2 millones de pesosu. Hasta la
f~cha . el municipio de Puerto Nariño sólo ha logrado generar ingresos de libre
destinación por valor de $200 miJIones de pesos anuales. muy lejos de las cifras
requeridas por la ley. Demostrar la generación de ingresos corrientes de libre
destinación no es posible en estos corregimientos departamentales. por cuanto
la posibilidad de generar tributos depende de una calidad q ue no han t~ nido.
esto es. haber sido entidades t~rritorial es del nivel local.
De la oferta establecida para la generación de impuestos. ¿cuáles podrían
ser aplicables para estos territorios con altos índkes de necesidades básicas in-
satisfechas"? Si Miriti-Paraná se constituyera en una entidad territorial del nivel
local. los impuestos aplicables serían similares a los de Puerto Nariño: recursos
por compensación de impuesto predial sobre resguardos indígenas". avisos y ta-
bleros y publicación de contratos. Los relacionados con industria y comercio.se-
riao dificilmente aplicables. a no ser qu~ se relacionaran con la industria minera.
de hidrocarburos. maderera. entre otras que tienen que ver con la extracción de
recursos naturales y proyectos de utilidad pública de la Nación.

Alternativa de JIlrIti.Palaná Y ~ p&nI coutihÚlW


como entidad.. Ulnitodalft del nlvel local
Los criterios establecidos por la legislación actual para la conformación
de entidades territoriales ddniveJ local en relación con el tamaño poblacional
y la generación de recursos de libre destinación no logran cumplirse para los
casos de los corregimientos departamentales de Mirití Parana y Tarapacá. en
razón de lo cual es necesario generar nuevos criterios en función d~ las parti-
cularidades de los territorios amazónicos.
Los dos corregimientos d~partamentales analizados ~ n este documento
presentan diferencias en relación con la composición de la población. porceo-
taje de superposición de figuras de ordenamiento de la propiedad - resguardos
indígenas- y categorías d~ ordenamiento ambiental -parqu~s nacionales na-
t urales y reservas forestales de Ley 2 ". de r959-.
Estas características definen la vocación del territorio. Por tanto. para
el municipio de Tarapaca es claro que el área del territorio qu~ no está su-

}I Este valor se ha c.alculado con base en el Sóllario minimo legal


vigente establecido para el ai\o ~009. S4']6.900
pEste vOIlor se ha calculado con base en el salario mínimo legal
vigente establecido para el ai'Jo ~009. S4']6.1}OO
}) El promedio de NII en el departamento del Amazonas es
de 44.11 y el promedio nadonal es de ~7 .6) .
14 Ley 44 de 1990 y Decreto 01)88 de 199 1

Ordenemiento terrltorial en coneglmlentM departamentales. Los ~ de Mlrlu Puad.


~,el municipio d, Puerto Narliio. en el departamento del Am.azonu "'
perpuesta con resguardos indígenas tiene una clara aptitud para constituirse
en municipio si se tienen en cuenta. además. el deseo de sus habitantes. las
actividades económicas que desarrollan y los liderazgos pollticos que se pre-
sentan. Esta área del corregimiento departamental podría unirse a la parte del
municipio de !.eticia y Puerto Narii\o que no está superpuesta con resguardos
indígenas y conformar un nuevo municipio. que, además, corresponde a un
área continua.
Para el caso de Miriti, es claro que la vocación que tiene es la de cons-
tituirse como entidad territorial indígena, pues la totalidad de su población
es indígena, el 65% del territorio se en encuentra traslapado con resguardos
indígenas y, en particular, el de Miriti·Paraná tiene actualmente en curso ante
el Instituto Colombiano de Desarrollo Rural una solicitud de ampliación en
dos globos de terreno que cubrirfan casi la totalidad del corregimiento depar-
tamental. De otra parte, la población de los resguardos que tienen jurisdicción
en este corregimiento presenta importantes avances en la administración de
la salud y la educación, así como de los recursos de transferencias de que
dispone el Estado para tal fin a través de la Mesa Permanente de Coordinación
Interinstitucional con la Gobernación del Amazonas.
Otras opciones de ordenamiento territorial están relacionadas con el
ordenamiento dispuesto en las AATI. La delimitación de los territorios de las
AATI no corresponde a los territorios de los resguardos; este ordenamiento
corresponde a factores de orden cultural. ambiental. geográfico, administrati-
vo y político. Para el caso del resguardo Mirití-Paraná, en el que converge un
número diverso de etnias distribuidas a lo largo de los rfos Caquetá y Miriti,
las dos AATI que gobiernan este territorio son ACIMA y PAN!.
La construcción de una propuesta de ordenamiento territorial requiere
para cada corregimiento departamental un análisis particular desde sus carac-
teristicas sociales, culturales, políticas, económicas y ambientales y del marco
legal que le precede. con el fin de que se encuentre la figura de ordenamiento
territorial local más apropiada y sostenible que garantice en efecto los dere-
chos de sus pobladores.
De manera complementaria una propuesta de ordenamiento territorial
para la Amazonia debe ser construida con sus pobladores. reconociendo las
dinámicas locales y teniendo como fundamento el ordenamiento ambiental
ex istente en la zona. Este documento presentó un análisis de las posibilidades
jurídicas y propone otros elementos de análisis. que complementan las pro-
puestas ya realizadas desde la Comisión de Ordenamiento Territorial. las que
ha hecho la academia y las provenientes del mismo Congreso de la República.
Este ejercicio. entonces, debe ser nutrido desde la perspectiva de las comu-
nidades. Al incorporar criterios locales. se podrá construir una propuesta de
ordenamiento susceptible ser llevada nuevamente a discusión.
Los análisis de la normatividad actual y de las características propias
de cada corregimiento departamental no son suficientes para avanzar en la
construcción de propuestas para el ordenamiento territorial. Es necesario re-

.82 t.m. Mart. Hurtado


conocer que hay un ordenamiento territorial que no se presenta en los docu ~
mentos de política pública, que se da a pesar de las entidades que representan
el Estado en las regiones y que a veces es promovido por ellas mismas. Éste
está determinado por multinacionales con claros intereses en actividades ex~
tractivas, como minería, hidrocarburos, extracción de madera, entre otras, o
por organizaciones no gubernamenta les que inciden en Jos intereses de las
comunidades y que operan a veces con más recursos que el mismo Estado.
Estas instituciones y organizaciones hacen parte del cuadro de la gobernanza
de la región; sus intereses y, en particular, la inversión que realizan inciden en
las dinámicas locales y en los intereses de la población y, por tanto, no pueden

--
ser invisibilizadas en estos análisis.

DEPARTAMENTO NAC IONAL DE ESTADISTICA, DANE. l005. Censo General, Información


B.isica, procesada con Redatam+sp, CEPAL/CELADEl, lOO7.
DEPAIITAM ENTO NAC IONAL DE ESTADISTICA, DANE. l005. Informe de Coyuntura
Económica Regional, DepalUmento del Amazonas.
DEPARTAMEN TO DE INTENDENCIAS Y COM ISAI IAS. 1984. Decreto 106 de enero t8. Por el
cual se crea el municipio de Puerto Narh\o.
DEPARTAMENTO NAC IONAL DII PLANE AC I ÓN~Dire<:dón de Desarrollo TerriloriaJ. 2003.
Proyecto prorundización de La descentralización en Colombia CoI/99!022/ DNP! PNUD.
DEPARTAMENTO NAC IONAL DE PLANE ACIÓN . 2005. Sistema General de Participaciones,
Asignación especial para 10$ resg uardO$ indlgenas. Orientaciones p.lra la
programación, administradón y ejecución de 10$ recursos del sistema general de
p.lrticipaciones asignados a los resguardos indlgenas.
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Ediciones Desde Ab,¡jo.
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Colombia.
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interadministrativa entre la Gobernación del Amazonas y las AATI.
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y de tenencia de tierras para b. ampliadón del resguardo indlgena Miritl-Par,¡ná-
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Amazonia.
Hurt'a do. ün¡¡. 2ocr¡. OrdenaminIto territurial tn corngimitntos dtpartamtntall's. BaSl's
para la discusión. (Inl!dito) Universidad Nacional de Colombia, Proyecto Saber y
Gestión Ambiental.
INSTITUTO SINC HI, COJl.POAMAZON IA. MINISTUIO DE AMBIENTE, VIVII!NDA Y

Ordenamiento territorial en correglmientol departamenta les, Loa CUOI de Miriti PUIlIlÍI.


Tarl~ y el municipio de Puerto Narliío. en el depanamento del Amazonu "'3
DESARRO llO TE RRITORIAL. 1005. Experiencia piloto de zonificación forestal en el
corregimiento de Tarapacá (Amazonas).
INST ITUTO SINC Hl . 1004. Perfiles urbanos en la Amazonia Colombiana: un enfoque para
el desarrollo sostenible.
MINISTERIO DE AMBIENTE, VIVIENDA Y DESARROLLO TURITOIt IAl, 1005. Atlas
Temático, Zonas de Reserva Forestal de Colombi;¡, Ley de 1959.
MINISTEItIO DE HAC IENDA Y CdOITO PUB LICO. (1005-1006) Informe sobre la viabilidad
fiscal de los departamentos.
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View, Juan Jose y otros. 1000. T~/orialidad indigma y ordcramitlllO t7I la Amazonia.
Universidad Nacional de Colombia.
AGENC IA PRES IDENC IAL PARA lA ACCiÓN SOC IAL Y lA COOPERAC iÓN INTERNAC IONA L.
1005. Derechos Territoriales de los Pueblos Indígena. Proyecto Tierras y Pa trimonio.
Riaño, Elizabeth. lOO). Organizando su tspacio, ronslruytndo $U ItmfOno:
Transformacior/ts dt los asmfamimlos Tirona tn la rjbtro dtl Amazonas colombiano.
Universidad Nacional de Colombia.
Valencia, Mauricio. 1006. La configuroci6n ItrrÍlorial dtl dtpartammlo de Amazonas. Tesis
presentada para optar por el gr;¡do de MagíSter en Estudios Amazónicos.

Glosario de abreviaturas
AATI: Asociaciones de Cabildos y/o Autoridades Tradicionales Indígenas
AC IMA: Asociación de Capitanes Indígenas del Miriti Amazonas
ACIYA: Asociación de Capitanes Indígenas del Yaigoje - Apaporis
Al PEA: Asociación Ind ígenas de La Pedrera Amazonas
AlZA: Asociación Indíge na de la Zona Arie..
ASOA INTAM: Asociación de Autoridades Indigenas de Tarapacá Amazonas
ASOCAM I: Asociación de Campesinos e Indígenas del Casco Urbano de La Pedrera
ASOHJCTA1: La Asociación de Familias Unidas Comunitarias de Tarapacá
ASOM ATA: Asociación de M;¡dereros de Tara pacá
ASO MUCTA I : La Asociación de Mujeres Comunitarias de Tarapacá
AZ ICATCII : Asociación Zonal Indígena de Capitanes Tradicion;¡les de La Chorrera
CIMTAR: Cabildo Ind ígenas Mayor de Tarapacá
CElADE: Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía
CEPAl: Comisión EconómiC<ll para América Latina
COOUA: Corporación para el Desarrollo de la Biodiversidad del Amazonas
CO INPA: Co nsejo Indígena de Puerto Alegria
CON PES: Consejo Nacional de PoUtiC<ll Económica y Social
CO I POAMAZONIA: Corporación para el Desarrollo Sostenible del Sur de la Amazonia
Cl iMA: Consejo Regional del Medio Amazonas
DAN!!: Departamento Administrativo Nacional de EstadLsticas
DNP: DepartamenlO Nacional de Plane.. dÓn
EO T: Esquema de Orde namiento Territorial
El I: Entidades Territoriales Indígenas
ICB F: Instituto Colombiano de Bienestar Familiar
INCOOEl: Institulo Colombiano de Desarrollo Rural
FONPEl: Fondo Nacional de Pensiones de las Entidades Territoriales
fN I : Fondo Nacional de Regallas
l OOT: Ley OrgániC<ll de Ordenamiento Territorial

..... Una Maria Hurudo


MAVDT: Ministerio de Ambiente, Vivie nda y Desarrollo Territorial
MEN: Ministerio de Educación Nacional
Mpel: Mesa Permanente de Coordinación lnteradministrativa
NI I: Necesidades Básicas Insatisfechas
OIMA: Organización Indígena de Pueblo Murui Amazonas
PAI: Plan de Atención IUsic.:a
'ANI: Organiución Indigena del Pueblo Miraña-Bora
' 00 : Planes de Desarrollo Departamental
' ICN: Polrticipación de los municipios y resguardos en los ingresos corrientes de la Nación
'1'10: Ploln Nacional de Desarrollo
'NN: Parque Nacionoll Natural
,or: Pan de Ordenamiento Territorial
SIlNA: Servicio Naclonoll de Aprendizaje
SF: Situado Fiscal
se': Sistema General de Participaciones
SI Ne HI : Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas
55 0: Secretarb de Salud Departamental
UAES PNN: Unidad Administrativa Especial de Parques Nacionales Naturales
IRF: Zona de Reserva Forestal

Ordenamiento territorial e n c:orregimientoll departamentales. LoI CUOI de Mirltí Paraná,


Tarapaeá. y el municipio de Puerto Nartíio, en e l departamento del AmuoDall "'S
DISTRIBUCIÓN, ACCESO Y USO DE LAS TIERRAS EN

EL DEPARTAMENTO DEL AMAZONAS:

UNA VISIÓN DESDE LA EXPERIENCIA

INSTITUCIONAL

OLGA LucíA CHAPARRO AFRICANO


Ucencbd.. en 8101og~ y Zootecnisu.
M;tgl$l.er en Medio Ambiente y DesMro!lo
ron inú$Í$ en Eronornú. ecológica
OIdN146J@Jr«fI1lIiI.«Im

...
Retumen
Este articulo, cuya información se sustenta en una década de experiencia
en la gestión publica y en consultoría en el departamento del Amazonas, hace
precisiones claves para adelantar un ordenamiento territorial y ambiental con
justicia social que, además, oríente técnica y ambientalmente la producción local
de alimentos con sus consecuencias en seguridad y autonomía alimentaria. En la
primera parte presento información general sobre el departamento del Amazonas
en relación con la distribución de tierras y algunas figuras jurídico-territoriales
que permitan analizar políticas públicas. En la segunda parte. me concentro en
la distribución, acceso y uso de las tierras, distinguiendo distintas poblaciones
del departamento. Luego. discuto el dilema entre [a legalidad y legitimidad de las
tierras que ocupan los diferentes grupos poblacionales que habitan el departamento
y, por ultimo, abordo el tema del uso de las tierras adjudicadas u ocupadas por
los diferentes grupos poblacionales. Una conclusión que se puede resaltar es: el
departamento más grande del país prácticamente carece de tierras para asignar a
grupos demandantes. Ellas están justamente en manos de resguardos indígenas
en su mayoría y, en menor medida, en parques nacionales. Esto deberla implicar
una responsabilidad social de esas comunidades indígenas. Una consecuencia de
esta organización territorial y de la distribución de tierras es que poblaciones
minoritarias de colonos asentados hace muc ho tiempo y de otras poblaciones
campesinas o de desplazados recientemente llegados a la región, paradójicamente,
carecen de posibilidades de acceder legalmente a tierras. en circunstancias de falta de
reconocimiento de sus derechos como minorías o poblaciones vulnerables.
Palabras claves: Amazonas (Colombia), Poblaciones Amazónicas, Distribución de
tierras, Ordenamiento territorial. Ordenamiento social de la propiedad, Uso
de tierras

This article is based on information collected in more Ihan a decade of


consulting and labor experience as part of the staff of several public agencies in
the Amazonas. It deals with problems of land management that ma tch bolh, social
justice and the need of rood security of the local population. After a first part
that provides general informa tion on the depanment of Amazonas in terms of
territorial configuration, the second pan presents the demographic information to
understanding ¡and distribution. Then, it analyses the current situation in terms of
the distinction between lega lit y and legitimacy ofthe property ofland. One central
argurnent is that while the biggesl department of Colombia lacks of available [ands
to distribu te people without lands. indigenous peoples own more thal 80% ofthe
total, but they are not even the majority ofthe popu lation. An important chunk of
the remaining land is in hands a State Agency noun commonly as nalional parks.
Ir sorne consider this distribution of land fair. indigenous peoples should have not
only the land, but also sorne responsibilities with the rest ofthe society. 1t implies
responsibility In terms of food security, among other issues. At the same time, other
social gro ups should have opporlunities, being the case, people established in the

DiJtribución, acceao y uso de las tiarraa en el depanamento


del Amazonu: una visión desde le upetiencielnstituciooal ... 7
department long time ago, and displaced people recently arrived to the department.
In both cases, sorne of their rights as Colombian citizens have nol been taken into
consideration.

Ja_
Keywords: Amazonas (Colombia), Amazonas populations, land distribution,
territorial configuration, social configuration of property, use of land

Debido a la aú n reciente creación del departamento, no es difícil pen-


sar que su institucionalidad es todavía incipiente, así como también su ex-
periencia administrativa, juridica y contable. En el proceso de ejecución del
proyecto Agenda:1:I departamento del Amazonas, dirigido por elslNcH I, se
presentó como un tema preocupante la problemática de "Gohernabilidad", si
se tiene en cuenta que el término implica
transparencia, gestión eficaz y equitativa, rendición de
cuentas (buen gobierno); defensa, respeto y aplicación de las normas
democráticas y de los derechos fundamentales (Estado de Derecho);
asumir la democracia como poder de decisión y corresponsabilidad en
la solución de problemas; control ciudadano y potenciación del poder
local (participación); tranquilidad para todos sin distingo de condición
social e ideologías (seguridad); superación de la exclusión económica
y social, de la pobreza, del hambre y la salvaguarda de los derechos de
las minorías y los grupos vulnerables ijusticia social).

Al avanzar e n las diferentes fases de este proyecto y presentar al pú-


blico el Documento titulado: "Construyendo Agenda 21 para el Departamento
del Amazonas: Una Construcción colectiva para el Desarrollo Sostenible de la
Amazonia Colombiana"', se enfatizó en la necesidad de adelantar un trabajo
serio en relación con el ordenamiento territorial en el departamento, con el
cual se logre definir, consolidar, clarificar y armonizar las estructuras y com-
petencias jurídico-políticas y administrativas de las entidades territoriales,
tales como el departamento y los municipios u otras eventuales entidades
territoriales, teniendo en cuenta a los diferentes grupos poblacionales que lo
habitan y la salvaguarda de los derechos de las minorías y grupos vulnera-
bles (que no siempre son los mismos en el nivel local que e n el nacional); es
decir, adelantar un ordenamiento territorial y ambiental con justicia social,
considerando que éste seria un paso firme e importante para contribuir con la
gobernabilidad local.
Las afirmaciones e informaciones q ue aqui se presentan son producto
de mi trabajo profesional de campo por cerca de 10 años en el departamen-
to del Amazonas, primero, en trabajos de investigación y extensión con la

Oiga Luda Chaparro. 2007. "Construyendo Agenda 2 1 para el Departamento del


Amazonas: Una Construcción colectiva para el Desarrollo Sostenible de la Amazonia
Colombiana". Bogotá: Instituto Amazónico de Investigaciones Cienllficas-s INcHI.

468 Oiga Luda Chaparro Africano


Universidad Nacional de Colombia, que incluyeron convivencia con la pobla~
ción ribereña de pescadores y comerciantes de pescado de consumo y orna-
mental, con los cuales ~ adelantaron dos proyectos, loque posteriormente dio
lugar a una tesis de maestría titulada "Evaluación Multicriterio del aprove-
chamiento de subproductos pesqueros en el trapecio amazónico"'. Este artícu-
lo también se nutre de mi experiencia como contratista de Corpoamazonia en
áreas de "licenciamiento y mercados verdes", en las que trabajé con poblacio-
nes urbanas y rurales y, además, con miembros de la comunidad académica e
instituciones del nivel local y nacional. Igualmente, resulta muy útil mí trabajo
como consultora en el Convenio Universidad de Larenstein (Holanda) y SENA
dentro del proyecto de fortalecimiento de la gestión institucional; he tenido
vinculación en diferentes formas con el Instituto Sinchi, particularmeme, lo
que me permitió elaborar el Documento "Construyendo Agenda 21 para el
Departamento del Amazonas: Una construcción colectiva para el desarrollo
sostenible de la Amazonia colombiana". Recientemente estuve a cargo de la
Dirección de la Territorial Amazonas del Instituto Colombiano de Desarrollo
Rural-INCODER, lo que me permitió profundizar en un principio en aspectos
relacionados con la administración de recursos pesqueros y fomento de la
piscicultura, aunque mi labor se centró en los últimos dos aftos en asuntos
relacionados con el ordenamiento social de la propiedad, los cuales incluyen
la distribución, acceso y uso de las tierras en el país, pero particularmente en
el departamento. Esto explica el subtitulo de este articulo. Muchos trabajos
académicos carecen de una experiencia pr.3ctica de gestión institucional y se
producen desde un mundo aséptico, el cual no alcanza a reflejar las dificul-
tades y angustias del trabajo cotidiano con poblaciones vulnerables en temas
tan delicados que comprometen incluso la subsistencia de gente real.
En este documento ~guiré la siguiente ~cuencia: en la primera parte
presentaré una información genera l sobre el departamento del Amazonas en
relación con la distribución de tierras, presentando una mínima caracteriza-
ción de las figuras juridko-territoriales. En la segunda parte, me concentro en
la distribución, acceso y uso de las tierras del departamento, distinguiendo
distintas poblaciones que lo habitan. Luego discuto el dilema entre la legali-
dad y legitimidad de las tierras que ocupan los diferentes grupos poblaciona-
les, y, en la última parte, abordo el tema del uso de las tierras adjudicadas u
ocupadas por los diferentes grupos poblacionales.
Estas precisiones son claves para definir y/o evaluar políticas públicas
y adelantar un ordenamiento territorial y ambiental con justicia social, que
además oriente técnica y ambientalmente la producción local de alimentos
con sus consc<:uencias en seguridad y autonomla alimentaria.

J Olgil Lucia Chap;arro. lOO4:' Propuesu metodológica para el ilnállsis Multicriterio


del aprovechilmiento de los subproductos pesqueros en el trapecio amnÓnico·' .
Bogotá. Tesis para Obtener el titulo de Maglster en Medio Ambiente y DcsiIrrollo,
con ~nrasls en cconomia ccológlCil. I DU. Universidad Nacional de Colombia.

DtJtrlbucKm. ICCMO Y .ao de las Úflnu en el depuUlmento


del Amuonu: una vttión tte.de UI uperieoc:ielntdtudo.nal ....
AIgaau~"'~"'AIDuoau
El departamento del Amazonas está ubicado en el extremo suroriental
del país, en una zona de triple frontera que le confiere una ¡osición geopo-
lítica estratégica. Ocupa un área aproximada de 109.665 km , equivalente al
9,61 % del territorio continental colombiano, que a la vez representa el 22,98
% de la Amazonia colombiana, siendo el departamento de mayor extensión
territorial.
Al revisar el proceso de ocupación del territorio, podemos ver que
Francisco de Orellana descubrió en 1541 el río Amazonas en su connuencia con
el Napa. Hacia 1548, los territorios comprendidos entre el Napo, Putumayo y
Caquetá, se conocían como Misiones de Mocoa y Sucumbíos y dependían del
cantón de Pasto. Hasta mediados del siglo XIX, el Amazonas perteneció al
territorio nacional del Caquetá y en 1886 al departamento del Cauca. La Ley
96 de 1928 creó la comisaría del Amazonas. En 1930, la guarnición colombiana
tomó el t rapecio amazónico instalándose en Tarapacá, La Pedrera y Leticial .
La Ley 2 a. de 1931 la declaró intendencia y, posteriormente, la Ley l'. de
1943 le dio de nuevo la categoría de comisaría especia l con capital en Leticia,
haciendo parte de los territorios nacionales. En 1951, se creó la prefectura
apostólica d,e Leticia y la educación fue encargada a las misiones. Y ya en
1991, la intendencia fue elevada a la categoría de departamento por la nueva
Constitución política de Colombia.
El Amazonas cuenta con dos municipios, Leticia y Puerto Nariño, y
con un área no municipalizada que ocupa cerca del 93,39% del territorio que
se conoce normalmente con el nombre de corregimientos departamentales.
Mientras que los corregimientos municipales subsistieron, los departamen-
tales desaparecieron de la Constitución de 1991, generando un gran vacio
político-administrativo en el nivel local en los departamentos de Amazonas,
Vaupés y Guainía.
Dentro de este territorio departamental. el 88,5 % constituye res-
guardo indígena (parcialmente t raslapado con parques nacionales), luego la
mayor parte de la t ierra tiene el carácter de inalienable, imprescriptible e in-
embargable, lo cual ha demostrado ser valioso desde la perspectiva ambiental,
pues se trata de grandes áreas de conservación, razón por la cual el departa-
mento es considerado como un ecosistema estratégico. Pero también por esta
misma causa, y teniendo en cuenta la visión desarrollista del Ministerio de
Agricultura y Desarrollo Rural. éstos son considerados territorios ociosos e
improductivos, lo cual limita en relación con la política de Desarrollo Rural las
posibilidades de participar en convocatorias públicas para apoyar proyectos

) Desde la década de los )0. por motivación del mismo gobierno nacional
fueron ubicados colombianos en estas áreas de frontera para ejercer
presencia y soberanía nacional. Pero luego el mismo Estado, desconociendo
estas ocupaciones, declaro, mediante la Ley l ' de 1959, e5i1S áreas
como ZOllilS de reserva forestal para la economía de la nación.

47 0 Oiga Lucia Chapano AfrIcano


productivos, por ejemplo, dellNCODER o del mismo Ministerio en programas
tales como Agroingreso Seguro. Esta situación excluye a las poblaciones rura-
les del departamento que no tienen una visión desarrollista, ya que para estas
convocatorias el Ministerio solamente considera viables grandes intervencio-
nes para desarrollar proyectos agropecuarios o industriales, abandonando a su
suerte a pequeños productores no capitalistas.
De las tablas 1 y 2 que se presentan enseguida, se desprende que
las diferentes figuras de ordenamiento que conforman el territorio del depar-
tamento del Amazonas se traslapan unas con otras, dificultando con ello la
gestión y generando conflictos de competencias y orientaciones. En ,las dos
tablas se considera para el departamento un área tota l de 109.665 km , equi-
valentes a 10'966.500 hectáreas. Las figuras de ordenamiento existentes las
divido en la Tabla 1 en áreas no municipalizadas y municipios, y en la Tabla 2
en resguardos indígenas, parques nacionales naturales, sustracciones de reser-
va forestal y zonas de reserva forestal sin traslapar (Ver Tabla 1).
Como hay áreas traslapadas, el porcentaje no se ajusta al 100%.
Además, algunas de ellas son públicas y otras privadas. Por ejemplo, los res-
guardos son propiedad privada colectiva, pero se traslapan con área de los
corregimientos y también con parques naciona les. Como se puede ver con
esta información, aunque el departamento del Amazonas es el más grande del
país, en este momento no hay tierras disponibles para distribuir, por ejemplo,
a población desplazada que está llegando y a los descendientes de colonos que
no tienen derecho a títulos de propiedad al encontrarse en zonas de reserva
Forestal de Ley 2'. de 1959, y/o dentro de los corregimientos.
Para tener claridad acerca del porqué de una demanda de tierras
para vivienda y producción en el departamento, es necesario detenerse en
la composición y movilidad de la población actual. En el siguiente apartado
analizaremos este aspecto y nos concentraremos, además, en algunos puntos
en el Municipio de Leticia ya que actualmente vive en él cerca del 55% de
la población del departamento, es decir, aproximadamente 25.000 personas,
según la información del DANE. Estas cifras son discutibles ya que en el "Plan
de Desarrollo de la mano con la Comunidad 2008-2011" del Municipio de
Leticia se asumen que en el municipio viven cerca de 40.000 habitantes, lo
cua l se ajusta más a la realidad.

¿Oué pobladones viven en este departamento?


Dentro de los imaginarios del departamento del Amazonas se ha man-
tenido la idea de que éste es "netamente" indígena. Esta concepción no parece
ser hoy tan cierta, o hay que leerla de manera relativa. De hecho, hay que
reconocer otros tipos de poblaciones que lo vienen ocupando, unos desde
hace cerca de sesenta o más años, y otros de data más reciente.

Distribución, acceso y U!KI de lu tielTlll en e l departamento


del Amazona.: una rumo desde la experienda ln.Utudonal 411
Árus NO 10.241.614 93.39"

Trul;lp;ldos con resguardos


Indigenas: parques y reserva
Munklpios forestal. En el casco urbano
del hay 16

T;lbl;l 2

En el AneKo I se presenta la lista


de resguardos Indigenu del
departamento del Amazonas
con sus respKtivas extensiOnes
Resguardos Indigenas 9'708.8p7Y territorlaln. Esta Información
264' m 88.53"
se sust~;o de las resoluciones
de constitución o ampliación
emitidas INCOAA.oel

Parques nacionales
naturales 1'868·380
,,,. I I
Esta eKtensión es aproximada.
Cerca de 50.000 ha esUn
Sustraccion de la reserva 61.000 constituidas como
0.55" I
forestal
l ' 1.
iIi
Es necesario adelantar un
estudio para clarificar esta cifra
ya que es ;Iproxlmad;l y son
ZOna de reserva forestal terrenos que se mantiene como
Reserva Económica de la NaciÓll,
de ley 2 de '959, sin ,00.000 4,55" admlnlsh;lda por MAVOT y
traslapar Corpoamazonla, pero muchos de
estos terrenos esUn ocupados
incluso desde el año 1930

Para examinar la veracidad de esta afirmación es necesario, primero,


mirar la información oficia l reportada por el DANE en el Censo General (l005).
La población censada para el departamento según la pertenencia étnica es la
siguiente:

412 Oiga Luc\.a eMparro Africano


.,
f~nte: CANE. Cen!.O ~ral. lOOS
"los porcenujes ~Un akulaodos sea... L;a pobIKión ,,~dlo ~puesb J la prqunb de JutOlKonotlmiefJto.
··EI toal incluye la pobIxl6n sin respuesu a la pregunta de auIOt«OIIO<Im~nto.

Aunque son reconocidas las falencias del censo, éste constituye un pun-
to de partida importante para clarificar la conformación poblacional del depar-
tamento, aceptando que podría hablarse de aprox imaciones y/o tendencias:
l. El departamento del Amazonas alberga g ra n cantidad de población

indígena que constituye la mayoría, aunque no absol uta. En las cifras del
DANE, cerca del 42 % (18.673 personas) se reconoce como indígenas. A partir
de la configuración de los resguardos tanto del área de corregimientos como
del Trapecio, es decir, de los resguardos de Jos municipios, se puede pensar
que estas dieciocho mil personas podrían estar ocupando el 88,53% del de-
partamento.
2. Existe una población afrocolombiana identificable q ue constituye el
2'% del total. esto es, 874 personas, la cual está invisibilizada por completo en
el departamento. Se trata de habita ntes que por varias generaciones han apor-
tado al desarrollo del municipio de Leticia, principalmente, y que viven en su
casco urbano. En la actualidad tienen la voluntad de emprender proyectos de
desarrollo productivo en las ramas de ecoturismo y piscicultura, para lo cua l
requieren de tierra.
3. Otro grupo está constituido por más del 55% de población que no
se identifica con ninguna pertenencia étnica particular, es decir, cerca de
24.043 personas, entre las que estarían incluidos, por ejemplo, los boyacenses,
huilenses, costeños, caldenses, tolimenses, llaneros, cundinamarqueses y la
población desplazada por la violencia, proveniente de diversas regiones del
país y del mismo departamento. En esta misma población sin reconocimiento
étnico se encuentran Jos amazonenses, descendientes de aquellos colombia-
nos que vinieron a pelear en la Guerra con el Perú, así como también otros
amazonenses que ya no se reconocen como indígenas y viven en los cascos
urbanos, los cua les pueden ser considerados como indígenas no resguardados
y constituyen una población significativa.
Dentro de esta población "sin pertenencia étnica" no se pueden dejar
de mencionar los miembros de una comunidad mesiánica llamada "israelitas",
quienes se encuentran localizados en Tarapacá en Puerto Toro -comun idad de
Puerto Ezequiel-, y en el Municipio de Leticia, en un sector del rio Calderón
-comunidad de León de Juda-. Entre ambas poblaciones ya deben ser más

Diltribución, acceso y uso de 1&1 tierras en el departamento


481 AmUODU; una visIón desde la elq)erlenda inJItltucional 473
de 100 familias, lo que grosso modo podria indicar una dfra de cerca de 500
personas. También hacen parte de la población de este departamento personas
de origen peruano que han venido a Leticia a buscar mejores opciones que las
que tienen en su tierra nataL y quienes mediante la presentación de dos testi-
gos obtienen uo registro dvil extemporáneo, con el que entran a formar parte
de la población amazonense y, en consecuencia, a ser demandantes de servi-
dos, vivienda, alimentos y tierra, entre otras cosas, al tiempo que, eventual-
mente, también participan en procesos electorales. Otro tanto sucede, aunque
de manera menos notoria, con la población que tiene ancestros brasileños.
Actualmente, existe una tendencia a migrar hacia el casco urbano del mu-
nicipio de Leticia por parte de indigenas que vivían en corregimientos, ya que
no muchos de ellos quieren permanecer en los territorios de resguardo, proba-
blemente atraídos por algunas eventuales ventajas que tienen los pobladores del
casco urbano, incluidos, por ejemplo, empleo, servicios de salud y educación,
otras posibilidades de ingresos, ascenso y prestigio social. Una de las formas de
ese ascenso social tiene que ver con el papel de jóvenes líderes del movimiento
indígena que se han convertido en intermediarios del Estado (nacional, regional
y local) y, quizás algo más importante, de las ONGs y la cooperación internacio-
nal. Pero estos movimientos poblacionales generan una mayor demanda de ser-
vicios, vivienda, alimentos y tierra eo el casco urbano de Letida, con lo cual se
generan problemas ambientales y sanitarios por ocupaciones ilegales de cauces
(ya que estas familias terminan ubicándose en las rondas de quebradas y/o caños
de Letkia), vertiendo desechos líquidos y sólidos a estas fuentes de agua e, in-
cluso, generando problemas binacionales, como en el caso de las ocupaciones de
la Quebrada San Antonio. Pero ante esta situación, las autoridades municipales
parecen no poner atención y prefieren ¡nvisibilizar a estos pobladores.

Legalidad y legitimidad en la ocupación de llenas


del depanameato del AmuOIlAB
En esta sección me refiero a población indígena, colonos y sus descen-
dientes, comunidades israelitas, desplazados y amazonenses.
Tierras de indígenas: en el departamento hay 24 resguardos constitui-
dos legalmente y uno (I) en trámite de constitución', los cuales ocupan el
88,53% del territorio. Estas tierras colectivas inmensas tienen el carácter de
ser inalienables, imprescriptibles e inembargables. Según los datos del DANE,
en estos territorios deberían vivir cerca de 18.000 personas, pero en visita
reciente a algunos de estos resguardos se pudo observar que hay en ellos una
gran presencia de ancianos y niños, ya que los jóvenes han salido de ellos ha-
da los cascos urbanos buscando nuevas posibilidades. Legitima y legalmente
hay 9'708.867 hectáreas y 2.641 m2, con título de propiedad colectiva.

4 Revisar el cuadro anexo, la Información referendada es la que reposa en tos


archivos delINCODEJ.. El resguardo que está en Ir;,imite es el de Huitiboc, ubicado
en Tarapaca. El trámite lo está gestionando la Asociación Indígena ASOAITAM .

474 Oiga Lucia Chaparro Africano


T~rras de colonos y/o descendientes de colonos de los cascos urbanos
de Pedrera, Tarapacá y Puerto Santander: estas personas se encuentran vivien-
do dentro de una zona de reserva forestal establecida por la Ley 2'. de 1959,
lo cual significa que estos terrenos no pueden ser entregados a particulares a
través de títulos de propiedad. Actualmente, estas personas poseen terrenos y
tienen mejoras. Podríamos decir que legítimamente ocupan unas tierras, pero
legalmente no pueden tener los títulos de propiedad, ya que están ocupando
una zona reservada que impide la legalización por razones referidas a una
decisión económica de carácter nacional.
Tierras de comunidades israelitas: ambas comunidades tanto la de
Tarapacá - llamada Puerto Ezequiel- como la del río Calderón en el municipio
de Leticia- llamada León de Judá- ocupan zonas de reserva forestal de Ley
2". de 1959. En el área del Calderón también hay ocupación de colonos y
población desplazada por la violencia, proveniente de otros sitios del país.
Estas poblaciones ya han tenido hijos en esos territorios y son quienes ejer-
cen presencia y soberanía nacional frente al ingreso de extranjeros peruanos
y/o brasileros. Las comunidades han buscado ante las diferentes entidades
apoyo y capacitación en ámbitos productivos y manejo ambiental del territo-
rio, pero dada su situación de ilegalidad en las ocupaciones no se les puede
brindar un apoyo adecuado. Estas poblaciones están incluso produciendo
alimentos en proporciones significativas para el mercado local de Leticia, lue-
go aportan con su trabajo y esfuerzo a la oferta de alimentos y a la seguridad
alimentaria del municipio. l a ocupación y aprovechamiento de estas tierras,
cuya administración es competencia de Corpoamazonia, lleva mucho más de
cinco años. En estas condiciones, hay que admitir la legitimidad de su ocupa-
ción que no puede ser legalizada hasta el momento por las razones expuestas.
Desplazados sin tierras: el departamento ha recibido recientemente
población declarada como desplazada por la violencia, proveniente de otras
regiones del país y del mismo departamento. Se trata de casi 700 personas dis-

• [¡la n l. InfofmKlón de la Unidad T~Of~I"'mnO!lH de Acción Soc~1 - "'nlM""la de ~ hpUblla .• ciu.lIud •


• 1rnn de ,brll de 200<). Es necKllrlo KI.~r qlle no hay Informad6n de alsunos cone¡¡lmlentos. Entre ~pllembre
deI.fMI wo8 Y lo Ir'l>Kurrldo de '009 lB dec:1.~1onel por dHplaumle<llo tIlIn lenldo un Incmnenlo de
aprorJmadamente un 6o'JI., y.I qlle a mediados del IfMl2008 el departunenlo tenl •• penls "J f,mllia¡ -<tfU de
400 penon.os- n!SI~I~da'-

Distribución, acceso y uso de la. tienu en el departamento


del Amazonu: una villón d81Jde la experitncia Inltltucional .,5
tribuidas de la siguiente mancra, según información de la oficina de Acción
Social - Unidad Territorial Amazonas.
Estas familias después de haber conocido el departamento no quieren
retornar a sus sitios de origen, ni tampoco ser reubicados, ya que consideran
que el ambiente tranquilo y de paz del Amazonas es ideal para vivir.
Actualmente, y como efecto de las sentencias de la Corte Suprema de
Justicia, en el sentido de declarar inexequibles las limitaciones de tiempo
para hacer las declaraciones de la situación de desplazamiento ante las en·
tidades competentes, algunos habitantes de los corregimientos, indígenas y
no indígenas que llevan cierto tiempo en el municipio de Leticia, han visto
como una opción la de declararse desplazados por la violencia, aumentando
así radicalmente la cifra de declaraciones y, por tanto, aumentando la di6·
cultad para cumplir efectivamente con las otras sentencias de la Corte, tales
como adjudicar tierras y estabilizar socioeconómicamente a esta población, ya
que las condiciones de ocupación legal de los territorios y las características
agroecológicas de la región no lo permiten.
Población de amazonenses sin tierras, conformada en gran parte por le·
ticianos - unos de nacimiento y otros gracias a la expedición de los registros
civiles extemporáneos'- y también por población proveniente de las áreas no
municipalizadas, que se encuentran viviendo en dificiles situaciones econó--
micas en el casco urbano de Leticia, otros trabajando como peones de fincas
del área rural. Entre eUos hay quienes tienen algún nivel de ingresos y de
destrezas, o que gracias a conexiones políticas se logran emplear en negocios
ubicados en el área urbana, pero, fina lmente, se trata de una población que
demanda tierra para trabajar y/o construir vivienda. En este momento, y según
datos de la Oficina de lnfracstructura de la alcaldía de Leticia, hay un déficit
de cerca de 7000 viviendas, principalmente entre la población de los barrios la
Unión, el Águila, Victoria Regia , San Antonio, La $arita, la lsla de la Fantasía,
la Esperanza, Barrio Nuevo (6 urbanización Uribe Vélez). En estos lugares hay
viviendas ocupadas cada una por un rango de entre cuatro y siete familias.

¿CUál .. • 1 ...., qu. _ 1• ..u daDdo a la. ten1rono. d.l d.putamanlO?


Los resguardos indígenas se han constituido como áreas "ancestrales'"
de los pueblos indígenas. En la actualidad podría decirse que los resguardos

S Los registros civiles extemporJncos son una medida que ha tomado la Registraduria
en zonas de frontera para registnr, mediante el juramento de dos testigos, ~
pcrsonu supuestamente nacionales que diccn haber nacido en suelo Colombiano
y que permanecieron mucho tiempo en territorio pcrw.no o brasUero.
(j La anccstrali¡bd es tratada 5uperficialmente, sin un serio conocimiento de la
historia anuzónica, de los procesos de conflicto y poblamiento con participación de
lusitanos y misioneros, y de los conflictos intemnicos de los pueblos amawnicos.
Este tuto superficial puede ser poco a poco superado por los trabajos de la
Universidad Nacional de Colombia - Sede Amazonia, particularmente a través
de sus publicaciones y de los trabajos de posgrado en Estudios Amazónicos.
ubicados en las áreas no municipalizadas desempeñan un gran papel en la
conservación de recursos naturales y control del cambio climático. Sin embar-
ga, precisamente allí, en la Cborrera - Amazonas, según muestra la Fundación
Caminos de Identidad, FUCAI, que ha realizado trabajos serios en la región' ,
se presenta una sit uación de invisibilización de los niños ante la existencia de
un gran problema de desnutrición y maltrato infantil.
En este contexto cabe preguntarse por qué, después de algunos pro-
gramas de seguridad alimentaria finan ciados y ejecutados por e ntidades del
nivel local y nacional, no se han mantenido los culti vos y crías de animales.
Se pueden dar muchas respuestas, y cada una just ifi caría el fracaso de los
proyectos, pero esto debe a nalizarse no sólo desde los problemas y falencias
institucionales, sino t'a mbién desde la pérdida paulatina de costumbres an-
cestrales y/o tradicionales, entre ellas, de una importantísima, como es la
chagra - fuente de alimentos, salud e incluso fertilidad- , pero también desde
la pérdida del amor que los indígenas tenían por los niños y del respeto por
los ancianos.
Pero la situación de los resguardos cercanos a los cascos urbanos, prin-
cipalmente de Leticia, es igual de preocupante, ya que al estar más cerca, se
ve más directamente el cam bio cultural y el abandono de los resguardos: la
chagra podría estar desapareciendo, impulsada por los programas asistencia-
listas del Gobierno Nacional y por la situación de maltrato y violencia intra-
familiar que es recurrente, sumada al consumo de alcohol, particularmente de
la cachal,':a brasilera de mala calidad y muy barata, y a la drogadicción, que
son el pan de cada día.
La movilización de población indígena hacia el casco urbano e n busca
de mejores oportunidades y de cercanía y facilidad para que los niños ingre-
sen a los centros ed ucativos, está fomentando que las personas dejen de pro-
ducir en terrenos del resguardo para terminar empleándose como peones en
casas y fincas del casco urbano, o en otros muchos casos como mototaxistas,
lo cual lleva a un detrimento de la calidad de v ida de esta población, ya que
dejan de consumir alimentos tradicionales que eran producidos en la chagra
y se cambia la alimentación al consumo de alimentos enlatados, como atún,
sardinas (los paisanos dicen hoy comimos pescado de mar) y frotjifo, en el mejor
de los casos, al tiempo que disminuye la frecuencia de alimentación por que
los recursos económicos DO alcanzan. Los niños SO D llevados a las guarderías
de Bienestar Familiar (las cuales no tienen la capacidad para cubrir toda la
demanda).
No es extraño encontrar en estos momentos niños y jóvenes indígenas
que, aunque están registrados en los censos de los resguardos, en muchos
casos no comen o no han comido en su vida, por ejemplo, asaí, milpesos o
mojojoi, debido a que son niños criados con bienestarina. A esto se suma el
hecho de vivir e n casas de inquilinato, donde comparten muchas veces un

7 Articulo publicado en ~ RtvistGl Crrdmeial, Edición l65 de diciembre de loo8.

Dlstrlbudón, acceso y uso de lu tierra. en el departamento


del AmluODaI; una visión desde la experiencia lru:tltuclonaJ 477
solo espado entre cuatro y siete fami lias. Las jovencitas buscan salír de esa
vida y se involucran con soldados o polidas, de los que hay muchos en el
municipio, con la ilusión de que al terminar ellos el periodo de servicio se las
lleven del Amazonas, pero, al final, lo que q ueda son más madres solteras con
niños poco queridos y, en muchos, casos maltratados.
Así las cosas, podríamos preguntarnos qué ha pas.ldo con el programa de
Familias Guardabosques, con el cual se buscaba, entre otras cosas: a) disminuir
los cultivos ilícitos en la zona (la realidad es que los cultivos clasificados como
ilícitos que poseen las comunidades indígenas no son significativos ni alcanzan
un nivel comercial), y b) desarrollar proyectos productivos que mejoraran la
calidad de vida y la dieta de las comunidades. Hasta el momento, y ya finalizan-
do el programa. sólo se ven grandes talas de bosque, por ejemplo, en las áreas
cercanas al Tacana, pero alli aún no se inicia ningún proyecto productivo. Es
preocupante ver la situación de desnutrición de niños y ancianos y el continuo
abandono de los territorios, los cuales en muchos casos estan pasando a ser
ocupados por personas de origen peruano, quienes demuestran que quieren
trabajar la tierra y producir por lo menos para su autosubsistencia. Esto se ve
claramente al visitar el mercado de Leticia, el cual es abastecido por peruanos
y/o brasileros y por los alimentos traídos desde Bogotá. Es notorio el contraste al
visitar la "fera" del colindante pueblo de Tabantinga-Am-Brasil, donde siempre
hay una buena oferta de alimentos que son productos amazónicos.
Finalmente, y dentro de una perspectiva ambiental, pudiera pensarse
que la vocación final de estos territorios amazónicos es la COnservación de
recursos naturales, pero, en ese caso, habría que buscar alternativas de solu-
ción para la situación de seguridad alimentaria y de vivienda en los cascos
urbanos, ya que considero que estos son temas de corresponsabilidad entre
las entidades y los propietarios de la tierra, que en abrumadora medida son
indígenas.
Frente a estos argumentos, algunos aducirían que "las mejores tierras
son las de várzea y q ue éstas son de propiedad privada", a lo cual habría que
responder primero que no se conoce la razón q ue tuvo el lnderena para hacer
la sustracción para colonos en las riberas de los ríos, pero que como afirman
algunas ONGs, las comunidades indígenas están mejor más lejos de los no
indígenas. No obstante, en estas tierras colombianas. con o sin permiso del
dueño de las tierras, muchas veces son peruanos quienes prod ucen, venden
y aportan a la seguridad alimentaria de Leticia con yuca y plátano. Sabemos
que en la parte alta. que no es várzea, también se producen alimentos como
frutales, palmas y otros productos.
En la zonas de reserva forestal de Ley 1:~. de 1959 viven principalmente
descendientes de colonos, comunidades israelitas y algunas fami lias de po-
blaci6n desplazada, muchos de ellos del aprovechamiento de maderas, peces
de consumo y ornamentales y de producciones de frutales que mantienen en
chagras. También tienen cultivos de pancoger que ayudan a soportar la oferta de
alimentos y la seguridad alimentaria propia y de los comerciantes de los cascos

418 Olgll Lucía Chaparro AfrIcano


Anuo
ResSua,dos Indilenas del departamento del Amllon;u
""omb,~ (lnl. lo, . I'ld"on hl .. n"on en
¡,..,Ia, pa,

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I'IRrto N, .."" TkI,tA.i, (oQma y YlIsua Puerto Na.l"" '40.62) tilO lIS4 m
Mul~Myotros ~rto 5<lnunder
HotlUY" de VlI1."l2Ul

Predio Putum;oyo
Mu-I~M. Hultoto,Bou. Chofrera, Puerto Alegria. """'rto "'"
S·S>9.SOS ha
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Y»,,* -Ap.Iporio
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Tkun.¡o

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T.¡onlmuu
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11.)01 .....
51.900 Ita
2'9.«0 ha
,·020.).20 .....

5<ln~deltIo
""'~ w'" S48 h.¡o 6.(6) m
Puerto TrIunfo Tku~,couml W~. 1.1l9 ha 6S'4 m

C40m.¡o,;ugua
Yucun.a, bnlmucl,

""''''
... ~ 8.878 tI.¡o 800, m •
5<ln J..... n de los Pirenw "',~ W~. 46 ..... 181m
TOTAl 9']08.867 ha 264' m

urbanos. Estas personas más que el mismo Estado hacen soberanía nacional. La
solución sería buscar legalizar sus ocupaciones para que así también se lograran
iniciar programas de capacitación y financiación con legitimidad y legalidad y
con tecnologías amigables con el ambiente amazónico que ocupan.
Con el discurso ambientalista han sido muy criticadas e incluso judicia-
Iizadas estas comunidades israelitas ocupantes de las áreas de reserva forestal,
pero ellos no han tenido la posibilidad de recibir apoyo institucional que orien-
te sus sistemas productivos. Por esto se propuso la posibilidad de constituir
Zonas de Reserva Campesina que sería una figu ra que eventualmente expresa
mejor el empalme entre las necesidades de la gente y aspiraciones de corte
ambiental.

DI,tribuciÓn. aocelJO y 1UO de la, tlerru 8n el departamento


del Amazona,: una vi,lón delde la experiencia Institucional 471
Esta descripción cualitativa de la distribución de tierras no puede de·
jar de observar las tierras tituladas a las fuerzas militares y a particulares.
Desde hace aproximadamente 35 años se firmaron por parte del Indere na los
Acuerdos de sustracción de áreas de la Zona de Reserva Forestal de ley :1'. de
1959. Entre éstas se encuentran algunas áreas destinadas para la seguridad na·
ciona l entregadas a las fuerzas militares en Tarapacá, Pedrera, Puerto Nariño y
en Leticia, de las cuales algunas ya están tituladas y otras en trámite, situación
que ha generado conflictos con campesinos que desde hace más de veinte
años, en algunos casos, han tenido ocupación y explotación de esas tierras y
quienes consideran que tienen derechos sobre esos terrenos ahora reclamados
por las fuerzas militares.
Las áreas restantes de baldíos nacionales, que son cerca de 6.500 hec·
táreas, han sido tituladas por el a ntiguo INCORA o, recientemente, por el
INCOD ER a particulares. Aunque muchos de estos predios están subutiliza-
dos, en el momento de hacer oferta de compra el predo es, sin embargo, bas-
tante alto, incluso en referencia con otras tierras del país. Esto ocurre por la
poca disponibilidad de tierras en manos particulares, que pueda, a la vez, ser
enajenada, por lo que es necesario que se realice un proyecto de cartografía
predial para definir las áreas y límites de estos predios, de manera tal que e n
las propuestas de modificación del POT del Municipio de Leticia se tenga una
real cuantificación de las tierras disponibles, por ejemplo, para proyectos de
vivienda y para definir eventuales áreas de producción de alimentos.

Dentro de una discusión de ecología política y gobernabilidad se debe


tener claridad sobre las características de los diversos grupos poblacionales
que habitan el departamento, así como sobre las formas específicas de ocu-
pación del territorio. Este documento demuestra que la idea de que el depar-
tamento del Amazonas es solamente tierra de indígenas está desactualizada.
Hay poblaciones que ya tienen arraigo en la región, que no quieren saHr de
ella y buscan su estabilización socioeconómica, luego es necesario que se
haga un ordenamiento territorial y ambiental de los territorios del departa-
mento y de los municipios, teniendo presente que hay una gran diversidad
poblacional.
EJ problema en el Amazonas, a diferencia de otras regiones del país,
no consiste en que la tierra haya sido apropiada de manera privada, ya que
en el departamento la mayoría de resguardos tiene grandes extensiones, con
excepción de algunos, no todos, de los que están cerca del casco urbano de
Leticia, que eventualmente requieren ampliación. Pero también por ello, hay
que tener en cuenta que hay abandono de algunos territorios colectivos en
busca de mejores oportunidades en los cascos urbanos y que esto lleva, a su
vez, a una pérdida acelerada de las costumbres tradicionales, que serían en úl-
timas las que favorecerían la permanencia de los habitantes en sus territorios,
el rescate de la chagra y de la calidad de vida.

480 OIga Lucfe, Cllaparro AfrIcano


En este documento he querido poner en evidencia algunos temas de
dificil manejo político, como son, por una parte, la decisión de asignación
de tierras para grupos humanos que quieran trabajarla dentro de parámetros
ambientalmente sostenibles para un ecosistema como el amazónico y, por otra,
el deterioro de costumbres tradicionales de los indígenas que está generando
abandono de sus t ierras, venta y alquiler de predios como medio para obten-
ción de ingresos y así poder salir a vivir al casco urbano, lo q ue conlleva a
problemas que ya he mencionado y a incumplimientos graves de la fu nción
social de los territorios de resguardo indígena; estos son problemas sociales
que avanzan silenciosamente.
Por último, algunas ONGs indigenistas han transmitido a los indígenas
la lucha por la tierra, asumiendo la reivindicación de los territorios como unos
espacios de poder, pero dejando de lado el poder y valor del territorio actual.
lo cual se puede demostrar fácilmente al ver que algunos líderes indígenas
más locuaces argumentan con vehemencia la reivindicación de los derechos
sobre la tierra, mientras ellos mismos no viven siquiera en los resguardos y
tienen propiedades privadas y viv ienda en los cascos urbanos, lo que también
demuestra que todos, indígenas y no indígenas, comparten, a pesar de las di-
ferencias, algunas aspiraciones similares en la vida. Por tanto, en los discursos
se nota la falta de sustento y mucha retórica, hasta el punto de que en algunos
casos frente a la pregunta ¿pa ra qué más tierra? cuando hay otros que también
la necesitan, hay q uienes han contestado: Porque eso nos dijo el funcionario
xxx de talo cual organización.

...
UNA EXPERIENCIA COMUNITARIA Y PARTICIPATIVA

DE CONSERVACiÓN Y ORDENAMIENTO

SOCIOAMBIENTAL EN LA SERRANIA DE LA LINDOSA

JULIO ROBERTO DEL CAIRO PINTO


Sociólogo.
Mu,mbro de la COrpoc~clón para b Investigación y desarrollo
agn)~1,llIrlo - CIND"P
juliorobmodelclliroilYllhoo.com: cindllp@nntd.OVI.W

'"
R_ _

El proyecto La Lindosa, que fue financiado por la Embajada de los Países


Bajos y administrada por I!COfONDO, involucró a las comunidades locales y alcanzó
un alto impacto sob~ ellas a través de un diálogo de saberes enmarcado en las
particularidades del contexto cultural y ambiental en el que viven. El área en la
cual se desarrolló este proyecto se caracteriza por ser muy compleja debido a que
alll existen cuhivos ilícitos. grupos armados ilegales y también altos niveles de
individualismo entre los campesinos. El proyecto logró el objetivo de transformar
las formas tradicionales en que los campesinos del área veían el medioambiente
amazónico, de manera que tuvieran en consideración criterios de sostenibilidad
ambiental. imprescindibles para la recuperación y protección de los recursos
naturales del área. Este artículo refl~ja la ~xperi~ncia personal dd coordinador dd
proyecto La Undosa y resume y analiza las acciones que se tomaron en él.
Palabras claves: comunidades locales, diálogo de saberes, contexto cultural y
ambiental, sostenibilidad ambiental

"""',," Funded by the Embassy ofThe Netherlands and administered by I!COFONDO,

La Undosa project involv~d local communities and greatly impacted them through
participatory dialogues (diálogo de saberes) framed in the singularities oC the
cultural and environmental context where those cornmunltles live. The area in
which the project was carried out is characterized as a very complex region because
there were illicit crops, llIegal armed groups, and there were also high levels oC
individualisrn among peasants. The project achieved the objective oCtransCorming
the traditional peasant ways oC seeing Ihe Amazonian environment so that the
communities might tau in account environmental sustainability criteria, critical for
the recovery and protection of nalural resources in the area. This article follows the
personal experlence of the coordinator oC La Undosa project as well as surnrnarizes
and analyzes Ihe actlons taun in it.
Keywords: loc.al communities, particip.atory dialogues, cultural and ~nvironmental
conleXI, environmental sustainability crit~ria

...- La S~rran¡a d~ La Lindosa, ubicada al nort~ d~l Departamento del


Guaviare, municipio de San José del Guaviare, es considerada un área de es-
pecial signíficancia ambiental por el alto contenido de manifestaciones bio-
diversas, culturales, paisajísticas y de recursos acuíferos, de forma tal que
~l Estado colombiano, a través del O.L. 1989/ 1989, la declaró como Zona de
Preservación incluida dentro del Área de Manejo Especial de la Macarena
(AMEM)'
A pesar de esta declaratoria, realizada hace ya .lO años, no se han to-
mado medidas efectivas que reduzcan el impacto sobre los recursos alli conte-
nidos y sus efectos ya se empiezan a sentir, especialmente en la reducción de

Una experlenda comunitaria y partldpativa de conservadón y


ordenamiento .adoamblental en la 5errania de La. Undo.a . 13
bosques, la pérdida de la biodiversidad y la reducción de caudales en épocas
de verano, que afectan a gran parte de los campesinos asentados en las áreas
rurales del municipio de San José del Guaviare.
En este contexto general, y con el fin de mitigar los efectos de un
asentamiento humano a todas luces predatorio, se desarrolJó el Proyecto La
Lindosa, que buscaba introducir sistemas productivos sostenibles en el área
periférica de la serranía, donde la gran mayoría de los predios, titulados o no,
contenía sectores del afloramiento rocoso pertenecientes a la mencionada zona
de preser vación .
Las resultantes de este proyecto, ejecutado entre diciembre de 2004 y
noviembre de 2008, son las que se consignan en este documento, que parte de
la experiencia personal del autor en otro proyecto de desarrollo que se realizó
en el Departamento del Guaviare (1981 - 1991) con la Corporación Araracuara,
en momentos en que el cultivo de la hoja de la coca iniciaba su ciclo en el terri-
torio, marcando en forma indeleble a más de una generación que se inmiscuyó
en su producción permanente, dejando tras de sí una notoria huella que ha
signado y continuará signando por tiempo indefinido el quehacer cotidiano
de la comunidad guaviarense.

Departamento
Este tipo de realidades, en ultimas, es la razón por la cual el Guaviare
sigue siendo una "tierra muy lejana", dado que para la opinión publica o el
"comun de las gentes" estas situaciones ocurren muy lejos y, por tanto, sólo
las viven a través de los periódicos, la radio o la televisión, seguramente sin
sentir, O querer sentir, sus efectos, con lo cual alejan de su realidad la ocurren-
cia de estos hechos innumerables, alejando, al mismo tiempo, los territorios
donde ellos t ienen lugar.
El Departamento del Guaviare ha mantenido una connotación de "le-
janía" con respecto al interior del país, a pesar de encontrase tan sólo a 400
Kilómetros al sur de la ciudad de Bogotá (en línea recta no más de 270 kiló-
metros, distancia inferior, a la existente entre Bogotá y Cali). Esto se explica
por las dificultades que existieron para poder acceder a esta región ante la
ausencia de una via consolidada, lo que tan sólo se ha logrado en Jos ultimos
tres años. En la actualidad, el tiempo de viaje entre San José y Bogotá, en un
recorrido normal, se ha logrado reducir de más o menos 24 a 7 horas.
A pesar de lo anterior, San José del Guaviare (y el Guaviare en general)
continua siendo un territorio muy " lejano" para los habitantes del centro del
país, más aún cuando aquí se concentran las fuerzas guerriUeras y paramilita-
res, se hacen liberaciones publicitadas en todo el país (Clara Rojas, Operación
"Jaque", etc.); se capturan, mueren naturalmente o "dan de baja" a delin-
cuentes perseguidos por la fuerza publica ("Gafas" y "César", "Tirofijo", "El
Negro Acacia"); aparecen tribus indígenas (Nukak Maku), que tan sólo eran

184 Julio Roberto del CallO Pinto


conocidos a través de leyendas y enunciados en algunas novelas y crónicas
periodísticas, y, entre otras cosas, se produce "coca a la lata ",".
Este tipo de realidades, en últimas, es la razón por la cual hoy en dí"
el Guaviare sigue siendo una "tierra muy lejana", dado que para la Opinión
Pública o el "Común de las Gentes", ese tipo de situaciones ocurren muy lejos
de ellos. porque sólo la viven a través de los periódicos. la radio o la televisión
y seguramente no sienten sus erectos, o no los quieren sentir, alejando de su
realidad la ocurrencia de estos innumerables hechos, y de la misma maner.a
alejan los territorios donde ello ocurre.
A este territorio, en aquel entonces Comisaría del Guaviare, fue al qUl!
llegué en 1982, cuando el "boom" de la coca aún daba fuertes coletazos y 1"
violencia era la manifestación más normal del trasegar de la población que
habitaba este sector de nuestra geografia.
Arribé arropado por el mito de la selva amazónica y temeroso ante 1.;.
descarnada realidad que se leía en los periódicos de aquellas fechas: exceS(l
de dinero y ríos de sangre eran el pan de cada día. A pesar de ello, con otros
compañeros ya instalados y algunos que llegaron por esos días, cubiertos pOl:
la égida de la Corporación Araracuara, que realizaba un Programa de investi·-
gación y desarrollo con las comunidades rurales de los municipios de San José
y El Retorno, enfrentamos nuestros miedos y nos dimos a la tarea de aglutinaR'
a las comunidades en torno a los objetivos programáticos de la institución ,
que, en últimas, pretendía ofrecer alternativas de producción sostenible a los
campesinos de la zona (cacao, caucho. ganadería. frutales amazónicos. etc.),
complementado con una serie de acciones que conllevaban al mejoramiento
de su calidad de vida (vías, mejoramiento de vivienda, comercialización, al·-
macenes de consumo, etc.).
En aquellas épocas, principios de la década de los 80, el Guaviare era
un hervidero humano de gentes de diversa índole, profesión y procedencia,
que se mezclaban en torno al cultivo de la coca, su procesamiento y comercia·-
Iización, al igual que a servicios asociados a la alta circulación de dinero que
generaba el cultivo ilícito: comerciantes (formales e informales), transportado-
res, prostitutas, yerbateros y muchos más, que cumplían su función en torno
a esta economia ilegal.
Las veredas del área de acción de la Corporación de Araracuara pulula.•
ban de chagreros, raspachines. químicos, cocineras, que se mezclaban con IO:!l
colonos, productores o no, de hoja de coca, lo que incrementaba ficticia mente
las necesidades veredales y a las cuales respondimos institucionalmente con
elementos concretos surgidos del sentir de esas heterogéneas comunidades.
Los Programas de la Corporación Araracuara iniciaron su implementación en
esta realidad económico-social distorsionada y llegaron a todos los habitan-
tes de este sector del Guaviare, de una u otra forma, beneficiándolos directo)
o indirectamente. El Almacén interveredal. la recién construida trocha, el
mejoramiento de vivienda, la huerta familiar, el silvopastoril, la asistencia
técnica permanente agrícola, pecuaria y foresta l, el fomento de los c ultivos dl~

UDa experiencia comWlitaria y partidpativa de conservación 'V


ordenamiento lOdoamblental en la Serran.la de La LI~. ..,
cacao, caucho y chontaduro, el trabajo con los paneleros de algunas veredas,
etc., todo estaba dirigido a ese sector rural, aunque no necesariamente cam-
pesino, debido a la diversa procedencia ocupacional anterior de sus nuevos
habitantes, que estaban allí tan sólo atraídos por el fenómeno de la coca y las
ansias de enriquecimiento rápido, pero que en esos momentos estaban ligados
a una parcela de tierra y "posaban" muy bien de campesinos. De Igual forma,
muchos de los colonos iniciales del territorio se movían al interior del área,
siguiendo algunos, participando la gran mayoría, de los movimientos (desplie-
gues y repliegues) de esta economía ilícita.
A esta móvil masa humana, la Corporación Araracuara le dedicó to-
dos sus esfuerzos, con la esperanza de que en algún momento la economía se
"destorciera" y todo volviera a su cauce normal, posibilitando la aprehensión,
por parte del campesino, del conocimiento investigado, validado e impartido
a partir del territorio mismo del Guaviare y de otros sectores de la Amazonia
colombiana.
De la Corporación Araracuara surgen, para el territorio del Guaviare.
las primeras investigaciones, planteamientos y acciones sobre las áreas del
conocimiento agrícola, pecuario, forestal, ambiental y social, que aún boy
son vigentes y hacen parte ya, con mayor o menor claridad, del acervo de
conocimiento institucional del departamento. Posteriormente, esta base de
conocimiento se fue ampliando con la participación de otras entidades que
entraron en los terrenos investigativos (Sinchi. ICA, CORPOICA, Secretaría
Departamental de Agricultura, Universidades, etc.). Así es como, en la actua-
lidad, se posee un conocimiento básico, ampliado, sobre lo que hay que hacer
y lo que no en los suelos amazónicos de esta región.
Planteamientos como el cultivo del caucho, cacao, chontaduro. arazá,
borojó, inchí, guadua y copoazú; manejo ganadero en silvopastoriles; enri-
quecimiento de rastrojos con maderas de alto valor; producción de hortalizas
en espacios adecuados a cada finca y destinadas al autoconsumo familiar, fue-
ron algunos de los elementos que se fomentaron al interior de las comunidades
atendidas y que muchos recibieron y muy pocos conservaron, obnubilados
como estaban por los grandes "beneficios" que les brindaba el cultivo ilícito
de la coca. Tanto fue así que la guerrilla les obligó a sembrar cultivos de pan-
coger en la misma proporción que cultivos de coca tenian, debido a que todo
se suministraba desde fuera del departamento, incluyendo productos básicos
como la yuca y el plátano, que el campesino no quiso cultivar más, debido a
que todo su esfuerzo, sentir y querer giraban en torno a la coca.
La "destorcida" de la coca se fue dando poco a poco y, con ella, se
reiniciaron los movimientos que depuraron la población a unas proporciones
más reales, empezando a desnudar otra realidad inquietante, cual es la actual
soledad del campo. En los predios campesinos ya no está la familia extensa,
ni siquiera la familia nuclear, pues los hijos han abandonado el sector rural
por diversos motivos - unos reclutados por la guerrilla o los paramilitares.
mientras que otros, por temor a estos reclutamientos forzosos, se dirigieron

486 JuUo Roberto del C,liro Pillto


a centros urbanos indistintamente ubicados o se desplazaron selva adentro a
explotar sus propios cultivos, ante el acoso de la erradicación que se centra
con mayor fuerza en las áreas más pobladas-. En la mayoría de los predios taln
sólo se encuentran los adultos mayores (padre y/o madre) y algunos pequeños,
hijos o nietos de estos. Los jóvenes ya no están. Y si están en un centro urbano
cercano ya no quieren regresar a desarrollar labores tradicionales del campo.
Casi 30 años de coca han dejado su huella profunda en la zona. La población se
acostumbró al dinero obtenido en la ilicitud. No vamos a decir que fue diner,o
fácil ya que se obtuvo con trabajo, sagacidad, riesgo, y violencia. Muchas per-
sonas murieron como consecuencia del fenómeno social que originó la COC~I.
Pero tan sólo algunos, muy pocos, se enriquecieron, mientras el campesino,
el raspachín y el químico original vieron cómo los recursos se esfumaron de
sus manos, ya que no fueron capaces de atesorar y poner a producir esos
capitales; más bien se dieron gustos a los que nunca habían podido acceder
y seguramente, hoy en día, les quede algun recuerdo de ello. Otros, por su
parte, algo alcanzaron a invertir en pie de cda ganadero y en mejoramiento de
sus condiciones de vida, pero no constituyen la mayoría.
En la medida en que el impacto de la coca en el sector pequeño--cam-
pesino del departamento del Guaviare iba disminuyendo, en la misma preo-
porción crecía el reclamo de éste ante las instituciones para que se ampliara
la cobertura de sus fincas y se les ofrecieran alternativas productivas que 10<$
sacaran de ese estado de postración en que los habia dejado el cultivo ilícito.
Bastante contradictorios resultaban ahora los reclamos efectuados por parte
de la comunidad, cuando durante varios años, desde principios de 1981 .Y
básicamente hasta 1993, se habia desarrollado -a través de la Corporació.n
Araracuara- una oferta institucional permanente de servicios y ayudas técnii-
cas, financieras y logísticas, para atender la problemátíca surgida de la OCUpóll-
ción del territorio del Guaviare.
La mayoría de los campesinos hicieron "oídos sordos" a esta amplia
oferta institucional, dado que tenían todo el "dinero del mundo" para po-
der adquirir cualquier cosa que necesitaran. Si bien su actitud directa con la
Corporación Araracuara nunca fue displicente, dado que permitieron que s~
les hicieran los montajes de los arreglos productivos definidos, colaboraron en
ello, pero posteriormente no continuaron invirtiendo mano de obra y recursos
económicos en su mantenimiento y cuidado, de forma que gran parte de estos
arreglos terminaron mezclados con los rastrojos que surgieron por regenera-
ción natural y fueron "devorados" por ellos.
Posteriormente a la desaparición de la COA y al surgimiento del Sinchi
surgieron, a partir del reconocimiento institucional del conflicto generado por
la coca, otros programas de desarrollo dirigidos a estos sectores poblacional€$
rurales, tales como el programa de sustitución de cultivos ilícitos de NacionE:S
Unidas y Plan de Desarrollo Alternativo (PDA), además de la presencia d.e
otras entidades que si bien institucionalmente no buscaban ofrecer alternati-
vas a la coca, si pretendían colaborar con el desarrollo agropecuario y social

Una experlencl. comu.n.ltarl. y partlclpatlv. de con,ervación y


ordenamiento .ocioamblental en la SerlllllÚl de LIILlndoll' "7
de la región: Fondo Amazónico, TCA, CORPOICA. Sinchi. UMATAS y la misma
Gobernación del Guaviare. que irrígaron recursos en diversos frentes. sin ob-
tener. tampoco. resultados satísfactorios que mostraran en forma evidente la
apropiación campesina de las nuevas ofertas y una reducción efectiva de los
cultivos de coca existentes.
Con todos estos antecedentes, el Proyecto La Lindosa inicia acciones en
diciembre de :1005 con un sector de la población del municipio integrado por
aprox, 300 familias pertenecientes a 13 veredas ubicadas en la periferia de la
Serrania. A partir de allí. las familias se fueron involucrando progresivamente
en el proceso, Aunque 100 de ellas desistieron, la gran mayoría (:lOO familias)
persistió, y una gran parte alca nzó una modificación en su forma de mirar
el entorno amazónico. Este resultado augura, por el momento, un compás de
esperanza en la recuperación de áreas intervenidas y en el cese de la presión
sobre los bosques y áreas naturales aún existentes en una pequei\a porción
del Departamento del Guaviare, gracias la aplicación de sistemas productivos
sostenibles a partir de agroforestales, silvopastoriles, parcelas rotacionales de
autoconsumo, semiestabulaci6n ganadera, etc., que harán más llevadera la in-
teracción hombre-naturaleza en los frágiles suelos del bosque húmedo tropical.
No queremos con ello atribuirle a los objetivos alcant.ados por el pro-
yecto las características de haber sido el súmmum de los logros. pero sí pode-
mos afirmar que constituyen una puerta abierta y, a la vez, la comprobación
de que con insistencia, persistencia, seguimiento constante a las acciones.
capacitación práctica y teórica, apoyos en materiales, insumos y semillas, y
un acompai\amiento (institucional e interinstitucional) técnico permanente
por algunos ai\os, aun abusando de la paciencia y de los recursos de nuestros
finan ciadores, se pueden alcant.ar transformaciones válidas en el sentir y el
quehacer campesino, inclusive en aquellas zonas tan golpeadas por el fenó-
meno de los cultivos ilícitos. Miremos. pues. el área de acción y el desarrollo
del proyecto:

Sena4I.I de'" LiDdoI.I


La Serranía de La Lindosa (31.3°1 has.), manifestación de la Formación
Araracuara, ..... que es la formación sedimentaria más antigua del Paleozoico
Inferior (Cámbrico- ordovícico); y es correlacionable con la Formación
Roraima (en Venezuela)", era una sumatoria de sitios de gran bellet.a escénica
y depositaria de un gran patrimonio cultural, que tan sólo era reconocida por
unos pocos habitantes de San José del Guaviare y algunos visitantes exter-
nos aJ departamento. haciendo parte, desde 1959. de la Reserva Forestal de la
Amazonia. definida por Ley :1" •• al igual que todo el territorio departamental.
Fue en 1971 cuando, con la sustracción de áreas de esta reserva. es deda-
rada en virtud de los Acuerdo :11/1971 y )1 / 1987 Zona de Reserva Forestal
Protectora . Posteriormente, a través del D.L 1989/1989. es declarada Zona de
Preservación en razón de sus características biodiversas. culturales. escéni·
cas y de producción de aguas, como parte del Distrito de Manejo Integrado

..1 JuUo Roberto del Cairo Pinto


Ariari-Guayabero (DMI). una de las zonas que constituyen e l Área de Manejo
Especial de La Macarena (AMEM). Esta área singular, en el momento de la de-
claratoria del mencionado Decreto, ya se encontraba ocupada por 1JJ familias,
algu nas de las cuales estaban alli asentadas desde la década de los años 50.
A pesar de esta declaratoria del año 1971, tan sólo por intermedio del
artículo 1 0 de la Resolución S:UJ1998 del Ministerio del Medio Ambie nte,
en la que se aclaran y definen los limites correspondientes del área sustraída
de la Reserva Forestal de la Amazonia e n el Departamento del Guaviare, se
establece que
e! Ministerio de Medio Ambiente y la CMponción pan e!
Desarrollo Sostenible del Norte y Oriente de la Amazonía - CDA,
coordinaran las acciones de! caso, con la Gobernación de! Guavi.llre,
la Alcaldla Municipal de San José, e! INCOItA y e! Instituto de
Investigaciones Amazónicas - SIHC HI , para allnderar y amojonar
las áreas de reserva forestal protectora, Serranía de La Undosa,
AngosturilS 11 , El Capricho y Mirolindo. locali~das al interior de las
zonas sustraídas.

Hasta 1006, el Ministerio de Medio Ambiente se refiere al área como


"Reserva Forestal Protectora Serranía de La Undosa - Angosturas 11, debida-
mente amortizada y Zona de Preservación del Distrito de Manejo Integrado
Ariari-Guayabero" . En diciembre de 1007, al requerirse la definición juridica,
para , acorde con ello, realizar los análisis y propuestas correspondientes de
ajuste al Plan de Manejo de la Zona de La Undosa, la oficina Asesora Jurídica
del Ministerio establece que realizando la jerarquizacióo de normas, esta zona
se determina como Zona de Preservación del Distrito de Manejo Integrado
Ariari-Guayabero.
Transcurren, entonces, desde la declaratoria hasta la determinación
de la responsabilidad del alinderamiento y amojonamiento del área, nueve
años (1989- 1998), y han de transcurrir ocho años adkiooales (1998-1006) para
q ue se entregue la propuesta de Plan de Manejo de la Zona de Preservación
Serranla de La Undosa y casi dos años más para que el Consejo Directivo de la
COA (1008) apruebe los límites propuestos por la comunidad a partir del ejer-
cicio del Plan de eomanejo de la ZPSL L (Formulación e implementación de una
propuesta de Comanejo comunitario e interlnstitucional para la recuperació n
y conservación de la zona de preservación y reserva forestal de la serra nia de
la Lindosa, en el municipio de San José, departamento del Guaviare, San José
del Guavia re, 100'], CINDAP - FCA - CDA).
En resumen, transcurre más de medio siglo desde el momento del ini-
cio de la ocupación hasta el de la aceptación de los limites propuestos para
esta singular manifestación de nuestra riqueza natural. biodiversa, cultural y
escénica y, a pesar de ello, aun no se define totalmente una acción concreta del
Estado para la preservació n de esta zona.

Una uperieDdll comunll.ar:la y partlclpadva da COOMrvadón y


ordenamiento IOcIoamblentaJ en la senalÚa da La UndON. <I.t
11 pro,.no "- u...s..
Los planteamientos iniciales del proyecto surgen ya en el ai'lo 2002
en el marco de la búsqueda de una solución para la amplia problemática que
afectaba notoriamente a la Serranía de La Lindosa como consecuencia de toda
una serie de acciones antrópicas que se concentraban desde el perímetro de
su base hacia el afloramiento en si. Este hecho se debía al gran incremento po-
blacional que estaba sufriendo este territorio, como también a que la Serranía
se encuentra en las goteras de San José.
Las acciones de ampliación de la superficie explotable de los predios a
que nos referimos se daba principaJmente en aquellos que estaban ubicados
en su totalidad en el afloramiento o comprendían pequei'las porciones de la lla-
nura amazónica, la cual ya había sido abierta en su totalidad, lo que obligaba
a sus poseedores a buscar nuevas formas de seguir estableciendo su economía
o, lo que era peor, creer que la tierra adquiria valor despojándola de su exu-
berante vegetación amazónica, para lo cual recurrían a las quemas continuas
en épocas de verano para el establecimiento de cultivos colonizadores (yuca,
maíz) y posteriormente transformar estas áreas en praderas; a la explotación
irracional y extensiva de materiales pétreos para rellenos habitacionales y ca-
rreteras, vigente aún; a la apertura continuada de canteras para la explotación
de arena para construcción, y a la que pareciera una inocente actividad tll-
ristica, ya desbordada en algunos sitios específicos, que contamina, destruye
y expolia los recursos faunfsticos, vegetales y culturales que encuentra a su
""so. Es este marco el que sirve de referencia para que surja el proyecto La
Undosa: población campesina imbuida de la cultura coquera; poca apertura
a la acción institucional y poca presencia de las entidades; primacía de la
pradera sobre el bosque; ninguna valoración de los recursos naturales u otros
elementos subsidiarios a ellos y la dependencia de la comunídad urbana del
recurso acuífero de la Serranía, al establecerse allí la repre5ill captadora del
acueducto municipal.
El objetivo del proyecto fue el de generar, mediante la modificación del
sistema productivo tradicional. una zona amortiguadora en predios campesi-
nos anexos al afloramiento rocoso, una visión diferente de relaciona miento
con el medio ambiente de su entorno inmediato y crear en la población una
visión y actitud diferentes respecto a la Serranía de La Lindosa y sus valores
intrínsecos.
Desde 1991, en el marco de la elaboración del Document'o del Plan de
Desarrollo "Guaviare 2000, un ejemplo nacional", se establecen los elementos
técnicos que deben estructurar el cambio del sistema productivo en el sector
ruraL y desde mediados del ai\o de 1998. a partir de una serie de reuniones
interinstituciooales, se define el modelo de sistema genérico más adecuado
para el Guaviare, para orrecerlo a todas las instancias institucionales y comu-
nitarias, de forma que se convirtiera en un elemento común para orientar las
acciones productivas del departamento.

190 Julio Roberto del Cairo Pinto


...... -
El área de trabajo estaba inicialmente definida para 20 veredas situadas
en la periferia de la Serranía de La Lindosa. Por problemas de orden público
y la prohibición expresa de las FARC, asentadas tradicionalmente en el sector
Noroccidental de la Serranía, se impidió la acción del Proyecto en 7 veredas::
Raudal del Guayabero, Los Naranjos, Bocas del Guayabero. Bajo Guayabera,
Las Brisas, Cerro Azul y Los Alpes, a pesar de los ingentes esfuerzos que S(~
hicieron para lograr un permiso que nunca llegó. El Programa Amazónico '
optó, entonces, por intentar trabajar con ACARIGUA, una organización d(~
base presente en ese neurálgico sector y creada dentro del desarrollo del PlaToI
Ariari-Guayabero. A pesar de haber surgido algunos años atras, esta organi··
zadón tampoco contó con el visto bueno del grupo guerrillero. por lo que sus
acciones se fueron diluyendo poco a poco, sin lograr desarrollar sus objetivos.
CINDAP, determina entonces trabajar con las 1) veredas restantes y sobf(~
ellas desarroUa el Proyecto La Undosa .

.......dano.
La población inicial entre la cual se escogerían los usuarios del proyec··
to pertenecía a las veredas que se indican en el cuadro 1.
Dentro de este universo de 14 veredas, dos de ellas, Buena Vista Il y
Playa Güio, pertenecen al ecosistema de vega de río (Guaviare) y, junto COIlI
Tres Tejas (en la planicie amazónica), son las únicas veredas que no tienen Ur.1
cont.acto directo con el afloramiento rocoso, au nq ue si se encuentr¡¡n en su
periferia. El área de todas estas veredas se muestra en el cuadro 2.
Esta área está habitada por 47 1 familias. A partir del reporte de 446 d(~
ellas, nos encontramos con la siguiente situación, que ejemplifica muy bien lal
situación de esta porción del territorio del Guaviare (véase Cuadro ).
El área total de estos 446 predios es de 27.156 hectáreas. Los bosques
tan sólo representan el 28,39% de ellas (7.710 Has). Rastrojos son 3.798
ha (1),99 %) y en pastos nos encontramos con una superficie de J2.186 mi
(44,87% ) de la misma. En cultivos ta n sólo encontramos 514 hectáreas (1 ,89%).
El resto se compone de áreas naturales que no pueden ser intervenidas con el

Las floRe, desde las famosas "columnas de marcha", que se desplauron por las
riberas de los ríos Duda y Guayabero, provenientes de la Zona del Pato, han
sido las tradicionales detentadoras de l poder político de estos territorios. Sin su
consentimiento expreso no se puede hacer presencia institucional en estas veredas.
En nuestro caso, prohibieron nuestro accionar porque, según ellos, obededa a
pollticas del Plan Colombia y, por lo tanLO, no concedieron la anuencia esperada.
Se buscó otra alternativa a trav~s de ACAlIGUA, organización comunitaria
creada en el 100] y que cobijaba a todas estas veredas, pero, igualmente, el
grupo guerrillero no estuvo de acuerdo, Impidiendo el accio nar comunitario,
por lo que estas veredas no fueron incluidas en el area de trabajo, a pesar del
querer de sus gentes, quienes en muchas ocasiones posteriores manifestaron
su interés y se lamenta.ron de esta decisión que no por las "annitS de la razón",
sino por la "rawn de las armas", fue Impuesta. en este sector de la Serranía.

Una expertenc\.l comunltarta y p.¡utldpatlva de CODlMlrvadón 1/


ordenamiento socIoambiental en la Serrania de La Lindoan •• 1
sistema productivo de tala-q uema-siembra (1O,86%) que se corresponde con
el área de rocas, sabanas naturales, rebalses, etc.
De un lado, estos resultados nos indica n, muy claramente, que del total
de las áreas expuestas a la acción antrópica (89,14%), o sea 24.2<>9,19 ha, ya
se despojaron de su cobertura de bosque original 16.')00, o sea, el 68,15 % de
ellas. Estas cifras nos indican la magnitud del problema que se presenta en la
Serranía de La Lindosa y su área colindante por efectos de la acción humana,
afectando los recursos naturales que se encuentran a su interior.
Adicionalmente a este proceso acelerado de deforestación, nos encon-
tramos con otro proceso que, de una u otra manera, afecta el territorio en
referencia. De un lado tenemos el problema de fragmentac ión de la propiedad,
el cual se manifiesta en que el 76,23% de los predios (340 fami lias) posee
el 28% del territorio (7.601 hectáreas), con lo que se ubican por debajo de
la UAF (Unidad Agrícola Familiar) definida para la zona. Un 18,61% de los
predios (83 Familias) posee el 34,75% del territorio (9.437 hectáreas), estando
dentro del rango defi nido para la UAF, y, finalmente, un 5,15% de los predios
{23 familias} posee el 37,26% del territorio (10.118 hectáreas), encontrándose
por fuera del rango superior de la UAF departamental.
Aparecen, pues, dos situaciones adicionales que afectan a la Serranía de
La Lindosa, 13 fragmentación predial q ue está afectando al sector norte y orien-
tal de la serranía y la concentración predial en el sector sur de la misma. El pri-
mero está sirviendo a intereses politiqueros y de enriquecimiento particular, a
partir de la parcelación de predios para ser entregados o vendidos a diferentes
sectores sociales, y el segundo a intereses del gran capital (lícito e ilícito) que
ve en la ganadería una salida para incrementar rápidamente sus inversiones.
Las dos situaciones son altamente lesivas para los ecosistemas. La prime-
ra por el hecho de que en tamaños exiguos de t ierra, el espacio vital exige la casi
total desaparición de la vegetación existente y la sobreexplotación de los recur-
sos. La segunda, porque la mentalidad ganadera del campesino o del propietario
del área exige la praderización de estas superficies, sin considerar en absoluto la
vegetación allí presente, talando los bosques basta el límite mismo de los caños,
despreciando, en todo momento, las normas de protección ambiental existentes
y lo que es más grave, las normas que el sentido común impone.
Es dentro de este marco que se desenvuelve el Proyecto La Lindosa, con
una serie de limitantes y realidades bastante negativas para los ecosistemas de
la región, qu e son en últimas los factores condicionantes q ue justificaron o
exigieron la formulación del proyecto.

O~.M del JJI"OYKtO


Proteger y mitigar el impacto ant rópico sobre el área de la Zona de
Preservación de la Serranía de La Undosa (ZPSLL) a partir del apoyo en la
elaboración de su Plan de Manejo y la estructuración de una zona campesina
periférica de manejo especial y prod ucción sostenible que, articulada a los
procesos institucionales, sociales, económicos y culturales que se desarrollan

492 Julio Roberto d.el Cabo Pinto


Cuadro I

BONITA ",
NUEVO TOLlMA

LA PIZAUA

LA S DflICIAS
"
"

Cuadro 2
Ana de las Vfftdas que tltnen contado con ti aftoramltnto rocoso
Vr.edJ " dt ~,,! "~J'

El TIGRE 1.687.94
PUERTO ARTURO 90',35
El RETIRO S.l~l

AGUA BONITA 5·480.97


LA PIZARRA
El PROGRESO
""",
I·Pl,6g
LAS OEUCIAS I·SSU7
El TURPIAL 1.001,97

LA fUGUITA z.p9.>9
NUEVO TOLIMA "')'.47
MONSERRAT(
PLAYA GUIO
" .....
'·4S9.00
BUENA VISTA 11 '·759.00
TUS TElAS

TOTAL
' ......
40.019.2)

Una experiencia comunitaria y participativa de conservación y


ordenamiento lIOcioamblental en la 8euanla de La! Undosa 4.3
Cuadro 3
Predios., .tren con afto,..mlento rocoso en la 1P

lAS DELICIAS ,. .. ..... z·55 •Z1 1.756.44 68.8)

PUERTO ARTURO ., • 6•. S4


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90 ' .35 l69.lO
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EL TIGRE

H PROGRESO
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LA FUGA 'S .= Z.JZ9.19 ...." •. ~

TURPIAL 'S 'lo)) z.oo2.97 lSI.ZS 7.SS

MONSERRATE

CURO AZUL

LOS ALPES
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18.p

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3-426,08

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LAS BRISAS
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,
LOS NARANJOS

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BAJO GUAYABERO •
HUMEDAL C.OOR:AOO •
,,. ....." •
TOTALES 5....89.56 18.8¡".7> 36.9 6"
Fuente: Slsteml de InfoflNclón Geog.Uico. CINOofJ'. "'oyecto COMAN E/O zoo¡

sobre esta área. permitan la estabílización de la población campesina y la pro-


tección de la ZPSLL.
Para el efecto, y en concordancia con lo planteado por el Programa
Amazónico, se definieron las estrategias con las cuales se pretendía darle es-
tructura y cuerpo al objetivo planteado. Estas son:

Estrategia de oldellamiento territorial


Zonificar el sector del municipio de San José del Guaviare, que contie-
ne a la Serranla de la Lindosa, determinando en él las áreas de conservación,
recuperación y producción en sus diferentes categorías de usos (permitidos,

494 Julio Roberto del Cairo Pinto


complementarios, restringidos y prohibidos) para que sirvan de orientaciónl
a la acción institucional y comunitaria en el manejo sostenible y disfrute ade··
cuado de este importante territorio.

E.trategla de producción IIOIItenlbJe


Iniciar en las zonas determinadas como de producción (de acuerdo al
su categorización) un proceso fundamentado en el establecimiento de agro-·
forestales, silvopastoriles, parcelas rotacionales de autoconsumo y proyectos
ecoturístlcos, que permitan la reconversión y ajuste progresivo del sistemal
productivo campesino tradicional hacia un modelo ambientalmente seste··
nible, económicamente rentable y socialmente adecuado, que estabilice a lal
población campesina en su predio.

~teg1a de goberublUdad
Establecer, fundamentados en el diálogo, las bases que permitan lal
articulación entre los diversos sectores comunitarios, económicos, políticos e:
institucionales y la concertación y actuación conjunta y complementaria en:
espacios de construcción permanente.
Este es el marco referencial en el cual nos debíamos mover para efec..
tuar la implementación del Proyecto Serranía de La Lindosa.

o.anouo de la..va. . . . . . . . . . .m!len&o a.nt&odaI


Las acciones iniciales del Proyecto se dirigieron a la socialización den
proyecto y al conocimiento específico de las realidades físico-sociales de cadal
una de las veredas consideradas dentro del proyecto, aplicando para ello hu
metodologla de cartografía social (construcción comunitaria de los mapas: his-·
tórico, social. ambiental y económico). Posteriormente se inició el ejercicio de:
desarrollo y aplicación de una encuesta que arrojara la información necesarial
para conocer el estado actual y grado de intervención de la Serranía, al igual!
que las variables socio-económlcas de las familias allí asentadas. Esta encuestal
se aplicó en 561 predios, ubicados en 14 veredas, más la información obtenidal
en los talleres de socialización y cartografía social. que nos brindó la infor..
mación adicional para l.1I predios en 5 veredas, en las cuales ésta no se pudo
aplicar por problemas de orden público.
Esta situación se presentó cuando se iniciaba el desarrollo de la acti··
vidad de aplicación de la encuesta en la vereda Cerro Azul. que, junto COrJi
las otras veredas que se encuentran aguas arriba del río Guayabero, entre 105:
departamentos del Meta y el Guaviare, constituye un tradicional fortín de las:
PARCo El grupo guerrillero, que no hacía presencia efectiva en la zona desde:
varios meses atrás, apareció nuevamente e impidió en forma tajante el desarro-·
110 de actividades institucionales en ese territorio, es decir, en la parte surocci..
dental de la Serrania. Por esta razón, se decidió no cubrir las veredas de Raudal.
del Guayabero, Los Naranjos, Las Brisas, Cerro Azul. Los Alpes y caracol.
En las veredas restantes, al tiempo que se realizaba la encuesta, se'

Una experiencia comunitaria y partlclpativa da conservación , .


ordenamiento .ocioamblental en la Senania da La Lindosa 4'5
geoposicionaba la ubicación de la casa principal de la finca, para determinar
la distribución de sus habitantes sobre la superficie del área del proyecto.
Es en esta instancia de desarrollo del trabajo cuando el Programa
Amazónico determina la colaboración a la COA en la Formulación del Plan de
Manejo de la ZPSLL, por lo que los esfuerzos institucionales se centraron en
este propósito.
Toda la información obtenida a través de las encuestas se recogió en
una base de datos y se procesó gran parte de ella, para determinar aspectos
como tenencia de la tierra, tamaño de la propiedad, distribución del predio,
nombre del propietario, personas en finca, áreas explotadas del predio, etc.,
datos que empezaron a arrojar luces sobre la verdadera situación de la ZPSLL .
En forma complementaria se realizaron los estudios de tenencia de la tierra y
sistemas de producción imperantes en el área y se contrató un especialista en
SIG para que fuera adelantando la mapificación correspondiente. Por cuenta
del Programa Amazónico se contrató un grupo interdisciplinario paralelo para
realizar la construcción y redacción del documento fina l, a la par que la so-
cialización y concertación con las comunidades en torno a las apreciaciones y
conclusiones contenidas en el Plan de Manejo elaborado.
Este Plan de Manejo fue técnicamente bien elaborado, de eso no hay
ninguna duda. Tal vez su gran falla se presentÓ en el exceso de celo proteccio-
nista de áreas ocupadas ya desde más de 50 años atrás', a las cua les involucró
dentro de las zonas protegidas con restricciones bastante notorias q ue amplia.
ban el área d,e preservación descrita en la ley de aprox. 18.000 a 35.000 hec·
úreas; además, bajo otras categorías de conservación y uso, restrictivas todas,
agregaba otras 58.000 hectáreas, para un total aproximado de 92.608 hectáreas.
Este hecho planteaba una situación de afectación directa a los intereses

2 Hay un argumento ~n el "Plan d~ Man~jo zona de preservaci6n Serranía de l..;a


Undosa y su irea d~ influencia", qu~ enuncia: "Est~ I~vantamiento tom6 ~11imite
de la zona rocosa. quedando mis del 70% d~1 mismo con un límite que no ~ra
posible reconocer ~n campo y suj~to a muchas int~rprelaciones pot' su misma
ambigüedad. Analizando los posibles conflictos que de por si genera la d~finidón
d~ los limites de la Zona de Preservaci6n, se acord6 con el El ATG, d~finirlos ~n la
medida d~ lo posib l~ con limites ardfinios~. Esta situación ll~v6 a que se ampliara
la Zona d~ Preservaci6n en un 100%, (J4.473 hect.keas), afectando gran cantidad
de predios ~stab lecid os ~n ireas no pertenec.i~ntes al afloramiento, pero si cercanos
a él. De igual forma se incluyeron como Área de Protección de suelos yaguas
(A PSA) 1:J.174 hectireas y como Paisaje Protegido Regiol1.ill (PPR) 45.861 hectireas,
para un total d~ 91.608 hectireas. Esta wnificadón ~fectuada en el Plan de Manejo
consyituía una nueva ~n un territorio que ya estaba zonificado, de acuerdo a
la creación del Área de Manejo Especial de l..;a Macarena (AM EM) ~n 1989 que
¡ndula el OM l Ariari-Guayabero y que cont~nia, a su vez,la Zona de Preservaci6n
(afloramiento rocoso) y la Zona de Recuperaci6n para la Producción sur, que en
el departamento del Guaviare se correspondla con el oirea sustraída de la Reserva
forestal d e la Amazonia. Este hecho impedía qu~ se volviera a wnificar ~l.irea a
instancias del ent~ Administrador (COA), en razón a que el acto de creaci6n del
AMEM es un Decreto Ley, que no pued~ ser modificado por un acto jurídico local.

496 Julio Roberto del Cailo Pinto


familiares de la comunidad del área, que se vela inmersa y constrei\ida a una
serie de requisit'os a cumplir, a pesar de que muchos de ellos no tenian aflora-
miento rocoso en sus terrenos o estaban lejos doe él.
Ik esta forma, también se afectaba a las comunidades de las veredas de
Playa Gilío y Buena Vista 11 , pertenecientes en su mayoría al área de vega del río
Guavíare, que, según la zonificación efectuada en el Plan de Manejo, entraban
a formar parte de las áreas de protección de suelos yaguas en cinco categorías
de uso, todas restrictivas, compiladas en una Categoría de Ordenamiento del
DMI, que era la de "conservación". La zona dl~ vega de este río amarillo, los
mejores suelos del departamento, que siempre fue la abastecedora de alimen-
tos para la región del Guaviare y que, como tal. era considerado en el PBOT
vigente de San José, pasaba ahora a ser zona de conservación, protección y
recuperación para la conservación.
La comunidad, entonces, veía violentada su tradición, uso y costum-
bre sobre el territorio, porque de la noche a l.a mañana pasaoon de un Libre
albedrío en el uso y disfrute de sus predios a un no tocar, no usar, no mirar,
sin alternativas factibles próximas de sostenimiento personal y familiar.
E! Plan de Manejo se presentó en septiembre de 2006 al Consejo
Oire<:tivo de la COA, instancia determinada por la Ley para la aproooción
del mismo, y aIH se hizo presente la comunidad del área, representada por la
Corporación para la conservación y el desarroUo sostenible de la Serranía de
La Undosa y su área de influencia - Corpolindosa, organización comunitaria,
creada en ese entonces, para defender los intereses de los habitantes de la
zona, quienes se sentían afectados por la delimjtación propuesta, dado que la
Zona de Preservación estricta se ampliaba en calsi 18.000 hectáreas, cu briendo
decenas de familias, cuyos predios no tenían contacto aJguno con el aflora-
miento rocoso. Corpolindosa adujo que el Plan de Manejo efectivamente habia
sido socializado entre las diferentes comunidades del área, pero en ningún
momento se habia concertado con ellas. lo cual era cierto.
Esta circunstancia motivÓ al Consejo Directivo de la CDA a efectuar el
aplazamiento por un año de la decisión de aproooción del Plan de Manejo,
mientras se realizaba el PLAN DE CQMANEJQ, proyecto presentado por esta
institución al Fondo de Compensación Ambit!ntal con alguna anterioridad,
que pretendía avanzar en aspectos planteado:§ dentro del cuerpo del docu-
mento de Plan de Manejo y que, coyunturalm,ente, podría servir para subsa-
nar los roces y discrepancias surgidos en la elaboración del mismo.
La comunidad aplaudió la medida del aplazamiento, esperando
que se hiciera la debida concertación comunitaria y pudieran conocer
en forma apropiada los verdaderos alcances de la propuesta efectuada.
PosteriOrmente, CINDAP y otras entidades s(ln invitadas por la COA a for-
mular una propuesta para la realización de'¡ Proyecto de COMANEJQ, el
cual. después de haberse surtido todos los tr.imites correspondientes, le es
asignado para su ejecución.

Uu experiencia oomwtll:arif. y partk:ipatJv. d. OOIlMrvKlÓll y


orde~lO .odcNI~'eot.aJ lID Yo s.rr.m. de lo-. LlBdou 417
ProJ*:I.O de 0 -.......
Este proyecto. como ya se expresó, fue formulado y aprobado por el
Fondo de Compensación Ambiental con anterioridad a la reunión de Junta
Directiva ya mencionada, y estaba dirigido a desarrollar uno de los aspectos
considerado dentro de las estrategias contenidas en la Propuesta de Plan de
Manejo como "a. Adelantar el manejo colaborativo {co-manejo)", con los si-
guientes consideraciones:
Esta estrategia es una de las más sensibles del Plan de Manejo.
ya que resulta ser uno de sus pilares para el logro del éxito del mismo.
En tal sentido, por ser novedosa en el pais, es a la que se le ha dado
el énfasis en un mayor d~rrollo conceptual y normativo. En el
presente caso la estrategia de manejo colaborativo ha sido denomiruda
COMANI!JO: DesarroUo de una experiencia de manejo conjunto de
recursos naturales para la transformación de conflictos ambientales en
la Zona de Preservación Serranla de La Undosa y su área de influencia.
(Plan de manejo zorn:I de preservación Scran{a de lA Lindosay su área de
influencia. CDA, .1006).

Habiendo sido se leccionada por la COA para ejecutar el Proyecto de


COMANEJO, CINDAP inicia acciones en el mes de marzo de .1007, con un
plazo de 10 meses para la entrega de los resultados finales. En este lapso se
desarrollan todas las estrategias y actividades propuestas para el logro de los
objetivos. los cuales se van alcanzando en la medida que transcurre el tiempo
y se superan las dificultades iniciales planteadas por la comunidad, de una
parte, y los grupos guerrilleros, de la otra.
La socialización y concertación comunitaria se desarrolla a través de
innumerables reuniones de carácter municipal, interveredal y veredal, yaún
en contactos personales sostenidos con los habitantes del área. Los instru-
mentos metodológicos usados para esta etapa se centran en mapificaciones
veredales con las correcciones expuestas por la comunidad en cuanto a los
limites de su área inmediata y la ubicación de las fincas en la misma y con
relación a la Serranía de La Lindosa.
Se escuchan todos los planteamientos efectuados por los habitantes
involucrados y se hace claridad respecto a los alcances de la ley y sus pre-
tensiones. Se determina, conjuntamente con ellos, que el marco de referencia
para determinar el área de la Zona de Preservación es lo enunciado en el
DL. 1989/ 1989. en el cual se expresa que a ésta la compone el "afloramiento
rocoso".
Con este referente. se va determinando, poco a poco, la radiografía de
ocupación de la Serrania, pero en la medida en que se avanza en este ejercicio,
se crea la necesidad de tener una información más precisa de los predios, por
lo que se toma la decisión de geoposicionar la periferia de cada uno de ellos,
en compañía del poseedor de las tierras, quien conoce por dónde van los lí-
mites. Las resultantes obtenidas de esta toma de información se transfirieron

498 Julio Robeno del Ceilo Pinto


a la base cartográfica digital (Imagen Satelital Cbers 2006), para obtener así d
mapa predial de la Serranía de la Lindosa.
Posterionnente se efectuó la georeferenciación de los límites de h.
Serranía de La Lindosa en los términos de Ley ya indicados y se determinaron,
así, las verdaderas "intrusiones" comunitarias sobre el área de preservación
de la Serranía. Con esta información a la mano se pudo informar a los habi-
tantes del sector sobre la situación real del predio en relación con la Zona d,e
Preservación.
Esta información sirvió, entonces, para reducir el número total de pre-
dios que tenían un mayor o menor contacto con la lP. De un estimado inicia.l
de )4.500 hectáreas y aproximadamente 350 predios, planteados por el Platl
de Manejo, se redujo a 18.874,71 hectáreas y aproximadamente 146 predios
como producto del Plan de Comanejo, circunscribiendo la zona de preserva-
ción estricta a los términos del Decreto Ley 1989/ 1989.
De estos 146 predios, tan sólo 44 están sustentados con Escritura regis~
trada en Instrumentos Públicos, los otros 102 poseen otro tipo de documentos
no legales oficialmente: Escritura sin registro en Instrumentos Públicos (7),
Carta de Compra-Venta y otros documentos (48).
De los 44 predios que tienen sus documentos en regla, encontramos
que 15 de ellos están expedidos por la autoridad competente en fechas ante'-
riores a la declaratoria de la Zona de Preservación (1989), mientras los otros
29 son posteriores a esta. lo anterior nos demuestra a las claras, que ellarg.o
til'!mpo pasado entre la declaratoria del territorio como zona de preservación:y
las acciones conducentes a su delimitación fue un factor importante para que
la indefinición jurldica posibilitara la asignación "oficial" de tierras en áreas
en las que no era posible hacerlo'.
Teniendo en cuenta estas situaciones, se plantea la necesidad de es:-
tructurar un Plan de Comanejo que cubriera tanto a las familias con algúlo
grado de intromisión en la Zona de Preservación; pero. igualmente. había que
hacerlo con las que se encontraban por fuera de esta zona. para involucrar a
todos en la conservación de la Serranía. Además, toda la zona sustraída de
la reserva forestal (el territorio alrededor de la Serranía de La Lindosa) es u:o
Distrito de Manejo Integrado (DMI Ariari-Guayabero). acerca de lo cual d
Decreto nO1974 del 31 de agosto de1989, en su Articulo 2, expresa:

) Seguramente las titulaciones que se hicieron con posterioridad al año 1989 sobre
el área de preservación de la Serranía deban ser reversadas y sus tenedores
indemnizados o reubicados. De todas formas, el hecho de que las entidades
a las cuales les correspondía esta tarea no tomann a su debido tiempo las
medidas necnarias para su delimitación y definición origina esta asignación
oficial de terrenos no asignables. De otra parte. la figura de camantjo podría
dar una salida a esta transgresión. en la medida en que haya un verdadero
compromiso entre el Estado y el "propietario" de hacer cumplir y cumplir las
normas de conservación y protección del área. de forma que éste se convierta
en un "guardabosque" y derive sus Ingresos del cumplimiento de esta labor.

Una axperllncla comunltarla y participad'" de conaervactón y


ordenamiento .ocioamblental en la SelTania de La LlndOl:a 4"
"Entiéndase por Distrito de Manejo Integrado de los Recursos
Naturales (DMI) un espacio de la biosfera que, por razón de factores ambien-
tales o socioeconómicos, se delimita para que dentro de los criterios del desa-
rrollo sostenible se ordene, planifique y regule el uso y manejo de los recursos
naturales renovables y las actividades económicas que allí se desarrollen". Y
respecto al desarrollo sostenible en el Capítulo 11 , Numeral 2, enuncia: "Es el
proceso mediante el cual se usan los recursos naturales renovables, sin afectar
las condiciones abióticas y bióticas que garanticen su renovabilidad yaprove-
chamiento permanente".
Por la razón anterior se aprovecha para involucrar a todos los predios
ubicados en la periferia de la ZPSLL dentro de la Propuesta de Comanejo, con
diferenciación de responsabilidades para los que se encuentran adentro, total
o parcialmente, y los que se encuentran por fuera en su totalidad.
Para el manejo de toda la zona (ZPSLL y su territorio periférico), dentro
del concepto de comanejQ, se propone un Consejo de Comanejo, integrado
por cinco entidades con responsabilidad en la zona (Gobernación, Alcaldía,
INCOOER, Sinchi y COA) Y cinco representantes de entes comunitarios de
la zona (CORPOLINDOSA, ACARIGUA, lnterveredal de Puerto Arturo,
Interveredal de Nuevo Tolima y un representante de las familias, cuyos pre-
dios se encuentran inmersos en el afloramiento rocoso).
Los campos de acción y de influencia de este Consejo son los siguientes:
• Determinación de políticas locales para la Serranla y su area de in-
fluencia
• Definición, elaboración, gestión, aplicación, seguimiento y evalua-
ción de proyectos dirigidos al área
• Seguimiemo a acuerdos individuales y colectivos
• Diálogo y concertación para darle solución a la problemática que se
presente en el cumplimiento de los acuerdos colectivos e individuales
Adicionalmente se determina que todas sus decisiones sean tomadas
por consenso, para que efectivamente se den los parámetros efectivos para una
activa, aportante y deliberativa participación comunitaria e institucional.
El Consejo se debe desenvolver en dos áreas: la de Preservación y la de
Influencia. En este sentido se establecen los campos en los cuales puede actuar
para cada una de ellas:
Cada una de las familias que se encuentren en estas dos áreas debe
suscribir un acta de compromiso, comunitario e interinstitucional, mediante
la cual se comprometen a no continuar desarrollando, bajo sistemas produc-
tivos no acordes con la zona, acciones lesivas al ecosistema. Toda la acción
productiva campesina se debe desarrollar sólo bajo modelos sostenibles ya
definidos y avalados por las instituciones del sector agropecuario, forestal y
ambiental del departamento desde 1998, y teniendo en cuenta las restriccio-
nes impuestas por el Plan de Manejo para las áreas que se encuentren sobre el
Afloramiento Rocoso.
Con estos elementos descritos se pretende darle estabilidad ambiental

500 Julio Roberto del c.lro PInto


al territorio específico de la Serranía de La Undosa y su área de influencí' l,
comprometiendo a sus habitantes con el cuidado de sus propios predios m(:-
diante la introducción de sistemas productivos menos lesivos para el ecosistf:-
ma y el mantenimiento y recuperacíón de áreas boscosas para el li bre trasegar
de las especies y la generación de di versos servicios ambientales.
Es notoria la modificación de los esquemas de pensamiento de la ma-
yoría de las familias de la zona, en el sentido del mayor valor que se les está
dando en los actuales momentos a Jos aspectos ambientales y a la preservacióI3
de los recursos. Ya es una constante oírlos hablar de temas ecoturísticos y de
protección de sus recursos, situación inimaginable pocos años atrás".

ptanHlc::adoa pncUal
Esta acción institucional de CINDAP, que se desarrolló en el marco dd
Proyecto La Lindosa con más de 200 familias inicialmente, es el punto de partida
para la toma de conciencia personal y comunitaria sobre los valores ambientales
del territorio y la necesidad indiscutible' de su recuperación y conservación .

4 Este cambio en el discurso y actitudes campesinas frente a la conservación


de los recursos. por 10 me nos en el caso de la Serranía de La Undosa. tiene
una gran sígníficancia en todos los niveles institucionales y comunitarios.
¡¡¡unque se¡¡¡ por el simple hecho de que el proyecto. que tení¡¡¡ enlre sus meUs
conformar dos reservu n¡¡¡tur¡¡¡les de la sociedad civil. se ve¡¡¡ sorprendido
por I¡¡¡ avabnch¡¡¡ de predios que entraron al proceso. fin¡¡¡ liz.ando con l4
reservas naturales constituidas y aceptadu por RESNATUJ. y )6 fincas
¡¡¡groerológicas. que es el paso anterior a constituirse como tales. En lo
que va corrido del a!'to lDOg ya se han rec ibido más de 10 solicitudes para
engrosa r esus cifras. La pregunta es: ¿Es esto algo bueno'? ¡Creo que sí!
5 Las tasas de derorestación en el ~re¡¡¡ de Irab;¡jo y en el departamento están
bordeando las I l.ooo ha/ai\o. La mayoría de los C¡¡¡uces de los cai\os que surcan el
departamento. alg unos de los cua les n¡¡¡cen en la Serrania. se cortan totalmente en
épocas de ver¡¡¡ no. Las praderas por su atto contenido de arcillas y uso continuo
e indiscriminado esun altamente compactadas. De las 5.400.000 hectareas del
departamento. ya eslán intervenid¡¡¡s 1.400.000 con los sistemas prod uctivos
tradicionales ya referenci¡¡¡dos en el texto; es decir. lOO% más que el áre¡¡¡
sustr¡¡¡ída de la Reserva Forestal de la Amazonia en el Guaviare. La intervención
campesina en el departamento OlIIenta directamente contra los rec ursos naturales

Una experienda comunitaria y partldpaUva de oon.servadÓn y


ordenamiento 8OCIoamblental en la Serrania de La Lindonll 501
Este ejercicio en principio fue bastante dificil debido a la poca proyec-
ción hacia el futuro de la mayoría de las familias que se involucraron en el pro-
ceso, para quienes era muy dificil pensar más allá de lo inmediato, entendido
éste como un plazo no mayor a unos pocos meses.
Las razones para ello se pueden buscar en el cultivo de la coca y el
aJto impacto cultural que generó en la población del departamento, en donde
las expectativas de futuro se centraban esencialmente en los producidos que
esperaban de sus chagras, y todos los compromisos que se adquirían no iban
más allá del plazo que había entre "raspa" y "raspa", o sea, tres o cuatro
meses. El campesino cultivador de coca vivía al día, a la espera de la próxi-
ma colecta de hoja, y sus ingresos eran gastados inmediatamente recibidos,
porque, indefectiblemente, la siguiente cosecha vendría, si no mediaba un
hecho fortuito, como podría ser una fumigación de sus cultivos por la policía
antinarcóticos. Otros factores como invierno, verano o plagas eran de muy
baja consideración e incidencia dentro de sus expectativas inmediatas, dado
que los mismos no afectaban mayormente este cultivo.
De esta forma, el campesino se acostumbró a no planificar, y ello se
le volvió cultura. Tenían el suficiente dinero en su "banco" (la ch.agra), para
comprar lo que quisieran, dependiendo de la extensión de sus cultivos. Hasta
los productos agrícolas más elementales, eran adquiridos en los mercados.
Nada se producia con excepción del ganado, explotado extensivamente, que a
su vez se convertía en un "ahorro adicional", tal vez, el concepto más cercano
a algo planificado que surgía dentro de su esquema de pensamiento, y más
como producto de la existencia de amplísimas zonas de praderas improduc-
tivas dentro de sus predios, que como resultado de una concepción clara de
proveerse para el futuro.
Las FARC se vieron obligadas a ordenar la producción de especies de
"pancoger" en las fincas del departamento en proporcionalidad a los cultivos
de coca existentes en ellas, como consecuencia del grave descalabro econó-
mico que sufrieron las famiUas cuando se derrumbaron los precios de la coca
a mediados de los años 80. En ese entonces, las familias aguantaron hambre,
literalmente hablando, porque no había producción alguna en ellas, fuera de
la coca. Plátano, maíz, yuca, arroz, hortalizas, todos productos que se obtie-
nen fácilmente en los suelos del departamento y que hubieran subsidiado con
facilidad este tropiezo económico, no estaban dentro de las expectativas pro-
ductivas del campesino. Todos sus esfuerzos y los de su familia se centraban
en la producción de coca.
Con estos antecedentes se puede explicar el inmediatismo del campesi-
no cocalero del Guaviare y su incapacidad funcional para planificar. Esta fue

y, más aún, contra los suelos, que no tienen la capilcidad de recuperadón de


otros sectores del pals, dado que dependen de la fase orgánica y no de la fase
química. Y si la delgada ~pa orgánl~ es expuesta, quemada, pisoteada, lavada
por las lluvias y el viento, ¿qué podemos esperar en un futuro cercano?

501 JuUo Roberto del Calro Pinto


una dificultad sentida por ~I proy~cto. qu~ se fu~ superando poco a poco con
persist~ncia y tacto ~n la r~laci6n familia a familia qu~ se desarrolló para est~
~f~cto, y a partir a partir d~ las d~fici~nt~s condiciones ~conómicas qu~ ya
imponfa la, también persist~nt~. acción d~ ~rradicación y sustitución impu~s­
ta por ~l Estado ~n relación con los cultivos ilkitos. Esta coyuntura permitió
la ampliación d~ la visión jnm~diatista d~1 campesino cocal~ro, dado qu~ por
fu~rza mayor se vio abocado a fijar sus int~ y ~xpectativas ~n aJt~rnativas
menos mediatas qu~ las d~1 cultivo ilícito.
Ya ~n ~stas circunstancias, ~l campesino. o la mayoría de ellos, ~mpe2:ó
a valorar el predio ~n ~I cual se ~ncontraba as~ntado, no como un lugar d~
paso ~n ~l cual aplicaba la economía ~xtractiva de la coca, sino como su finca,
en la cual debía en adelante desarrollar su plan de vida. Este elemento, al
mostrarse tal cual ~ra -su unica aJt~rnativa de vida-, exigía. ~ntonces, una
mirada prospectiVil qu~ lo involucrara a él y a su familia y empezara a jugar
un papel constructivo ~n ~lla.
Esta serie de hechos facilitaron consecu~nt~ment~ la acción d~ im-
plementación de la Planificación Predial en ~I seno de cada familia. Para los
int~reses d~1 proy~cto. la Planificación Predial representaba, ~n ultimas, un
acercamiento aJ conocimiento d~1 predio por parte de cada familia y su post~­
rior ordenamiento ambiental, para ~ntonces sí 'tornar decisiones en el sentido
de determinar cuál seria la apuesta de cada familia para asegurar su perviven-
cía en el territorio, dentro de los términos de integralidad y manejo sostenible.
Queremos concluir este aparte con la consideración de que si bien el
proceso d~ Planificación Predial se adelantó con r~lativo éxito, esto no es con-
cluy~nte respecto a que cada uno d~ los campesinos ya esté totalmente empo-
derado del proceso específico de desarrollo y concreción d~ esta Planificación.
El becho de que el Proyecto haya terminado y, con él, la Aslst~ncla Técnica
y el acompañamiento, son un punto neurálgico qu~ pu~de comprometer la
continuidad d~l proceso. Por ello, las ~ntidadl~s deberán seguir apoyando a
~stas familias para fortalecer ~I man~jo de esta herramienta, de modo que se
continúen concretando las metas trazadas y se fijen nuevas qu~ les permitan
alcanzar la estabilidad territorial y calidad de vida esperada.

o.anouo de .. _ _&ePa de ... a IbIcci6ta-a-lbll1


La seguridad alimentaria se abordó de!:de dos técnicas probadas con
anterioridad en el departamento. La primera, la de parcelas rotacionales de
autoconsumo para la zona de tierra firme , qUf! permitía solucionar tres con-
diciones criticas ~n las fincas consolidadas corno son: la poca disposición d~
terrenos para la producción debido a la r~ductCi6n de las áreas de bosques y
rastrojos ~n cada pr~dio; la ubicación de las pa,rc~las al interior del pr~dio. d~
forma que se pudíeran controlar más fácilmente para efectos de labores cultu-
rales y control d~ plagas y enfermedades. y el conflicto con especies animales
qu~ det~rioraban y/o saqu~aban los cultivos d<: pancoger.
Asf mismo. este ejercicio planteaba la necesidad de recuperar la capa-

Unl experleDCla comunltaril, puUctplit1vl de ooruervedón,


ordel18mlento lOdoamlllentalen 1I 8erranil di! La Undon 103
cidad de la familia para surtirse de alimentos básicos, con lo que si bien no se
buscaba cubrir todas las necesidades nutricionales, sí se pretendía lograr un
equilibrio con los productos que introducían una dieta diversa. así como la
recuperación del germoplasma de algunas especies para la zona. Con este fin
se desarrollaron la parcela rotacional y las huertas caseras.

Pan:eW rotaclonal_ de autocwmuDo


Las parcelas rotacionales de autoconsumo estaban definidas como el es·
tablecimiento de los productos de pancoger de la finca. e ntendidos estos como
aquellas especies susceptibles de ser cultivadas en ella y en cuya adquisición
el campesino invertía sus recursos cuando no los sembraba. Estas especies
eran: yuca. maíz. fríjol. bore, chonque, tabena, malanga, soya, ahuyama, Esta
producción se destinaba exclusivamente para el autoconsumo familiar, aun·
que, en ocasiones, parte de los excedentes eran comercializados por algunas
familias en el mercado de San José.
Esta estrategia rompe con el esquema de producción tradicional del
departamento y la región, dado que el campesino, para el establecimiento de
cultivos destinados a su consumo o a la comercialización, está acostumbrado
a la quema del terreno, bien sea que éste provenga de bosque o rastrojo. Con
esta actividad se busca, no conscientemente, ya que es una tradición segu-
ramente recogida de las comunidades indígenas amazónicas, la producción
de ceniza que, combinada con el agua, contrarreste la acidez de los suelos y
permita el desarrollo de los cultivos establecidos.
Este sistema permite la utilización indefinida en el tiempo de un área
específica para cultivos transitorios sin tener que recurrir a nuevas áreas de
bosques o rastrojos y sin la necesidad de efectuar quemas para la obtención de
cenizas, bastando sólo una encalada previa. Fueron establecidas 208 unidades
de seguridad alimentaria, de las cuales fueron abandonadas 78, existiendo en
la actualidad 1)3·'

Huerta caN,..
Al área de parcela rotacional se le anexa un encierro adicional de 12
x Il metros, en malla plástica, en donde se ubica la huerta familiar para la
producción de hortalizas, (habichuela, pepino cohombro, cebolla, cilantro,
ají. tomate, lechuga, col. pimentón, rábano), y otras especies aromáticas y

6 Se parte de la sele<:ci6n de una he<:tárea de pradera, ojalá compactada, cercana a la


casa. Este terrc:no.se mecani:ta para descompactarlo, posteriormente se divide en
1/1, dos de los cuales son regados con Kudzú y quedan en reserva por uno y dos
ai\os, mientras 1/1 es encalado para estable<:er aJli los cultivos. Con posterioridad
a la recogida de la cosecha del primer tercio, los sobrantes son repil::ados para
que su incorporación al suelo sea m.is r~pida y se pasa a ocupar, en el segundo
ai\o, el segund o terdo, estable<:iendo allí las especies definidas. Esta labor se
repite, año tras año, indefinidamente, incrementá ndose la capacidad productiva
del suelo, enriquecido por el aporte de biomasa y la ausencia de quemas.

504 JuUo Roberto del Cairo Pinto


medicinales (ruda, tomillo, limoncillo, verbena, albahaca, menta, etc.). En esta
acea se establecen eras o cajoneras que son manejadas de una forma tradicio-
nal, rotando eso sí las eras entre los diversos cultivos que se establezcan y fer-
tilizando con los productos preparados en la finca a partir de la estrategia de
producción de abonos organicos. Se montaron 163 unidades de huerta casera ,
perdiéndose en el camino 42 y sobreviviendo 121 en la actualidad.

Abooos orgánicxn
Los abonos organicos fueron un complemento esencial del esquema
productivo implementado basicamente para seguridad alimentaria y huerta
fam iliar, au nque, dependiendo de las cantidades producidas, se podían cubrir
los arreglos agroforestales y silvopastoriles. Esta producción -elaborada con
boñiga de ganado, melaza, mantillo de bosque, desechos vegetales y alguna
adición de minerales- presenta una excelente solución para la pobreza y Ii-
mitantes de los suelos y para el mantenimiento de una producción constante
en sitios predefinidos. Por otra parte, se constituye en un esquema de ahorro
económico, dados los altísimos costos de los insumos en zona, al tiempo que
permite ir introduciendo a las familias en la producción orgánica como base
del consumo familiar y, posteriormente, de la producción de excedentes co-
mercializables.
Las unidades de abonos orgánicos se establecieron en 204 predios, de
los cuales desaparecieron 94 en el t ranscurso del proyecto, quedando en fun-

-
cionamiento 110 unidades.

Desde años atrás, con las políticas estatales implementadas por el


INCORA (de aq uel entonces), que condicionaba n la asignación y titulación
de predios en zonas de colonización a tener explotadas las ~f3 partes de la
superficie, se le dio "patente de corso" a las acciones de deforestación sobre
Jos territorios amazónicos, que vieron caer cientos de millones de toneladas
de biomasa que se convirtieron en 250 libras de carnefhaf año, en el mejor de
los casos.
La vocación de los suelos amazónicos nunca ha sido la ga nadería, pero
desde las épocas del inicio de la colonización del Caquetá se ha convertido en
la activ idad más acogida e implementada por los colonizadores y posteriores
campesinos de la región amazónica. Más aun, cualquier predio en cualquier
región del país, en mayor o menor medida, tiene su área de praderas, aún en
las inclinadas pendientes cordilleranas. Este esquema productivo del interior
se difunde, entonces, a toda la zona de frontera agrícola y a lo largo de ella a
los bosques húmedos tropicales de la Amazonia, donde los suelos no son aptos
para este tipo de explotación pecuaria.
En el Guaviare, esta acción predatoria abierta sobre los bosques nati-
vos ha incidido, tan sólo en el área sustraída de la reserva (434.000 hectáreas),
en q ue más de )00.000 de ellas hayan perdido su cobertura boscosa original

Una experiencia comunitaria y panicipativa de co¡uervadón y


ordenamiento lOcioamblental en 11 serranía de La Undon SOS
y hayan sido reemplazadas por pastos. muchos de ellos sobrepastoreados. con
suelos compactados y con pérdida total de sus propiedades flsico-quimicas.
Tratar de cambiar el sistema ganadero en el Guaviare. a pesar de ser
una zona amazónica. no es en la actualidad una incongruencia. ni tiene. ah-.
solutamente. ningün impacto ambiental negativo. El daño ya está hecho y
continuará ampliándose en la medida que no se tomen medidas para detener y
ajustar el sistema productivo actual. así como para contener esa tala incontro-
lada y manejo inadecuado de las pasturas. En este sentido. el planteamiento
de los silvopastoriles trata de darle solución a uno de los problemas más sen-
tidos de la intervención antrópica en la Amazonia. cual es la praderización
incontrolada a la que se está viendo sometida.
Como se ya se mencionó. solamente en el área sustraída de la Reserva
Forestal en el Guaviare hay casi 300.000 hectáreas en pradera. es decir. el 70%
del territorio total sustraído está completamente deforestado. y de seguir este
proceso en algunos pocos años se tendrá que reportar que el 95. sino el 100%.
se encuentra praderizado. con los consecuentes efectos que ello conlleva.
Intervenir la ganadería como principal factor de la deforestación' es
una necesidad urgente si queremos que el proceso mengüe o se detenga. Es
por ello que se determinó la necesidad de entrar a demostrarle al campesino
que hay sistemas productivos ganaderos menos lesivos al ecosistema con la
implementación de arreglos silvopastoriles. En la práctica. una hectárea de
pradera despojada totalmente de su cobertura arbórea tan solo puede soste-
ner 0.8 unidades gran ganadofhafaño (U.G.GfHafaño). mientras que con el
establecimiento de árboles en la pradera (forrajeros. leguminosos. frutales)
esta relación se incrementa a :1: U.G.G.fHafaño. lo que representa un incre-
mento real de capacidad de carga del 150%. con menos impacto ambiental
y mayor perdurabilidad de los suelos por el continuo aporte de biomasa al
mismo.
Estos arreglos silvopastoriles tienen un manejo que. desafortunada-
mente. incide, inicialmente. en su propia perdurabilidad. La necesidad de
mecanizar el suelo para descompactar los terrenos seleccionados en los que
se establecen las especies arbóreas y el encerramiento en alambre de püa para
"impedir" el acceso del ganado a su interior y proteger. así. las especies arbó-
reas hasta que se encuentren por encima de altura de "ramoneo". presenta una
limitante profunda en la pervivencia de las especies allí establecidas. E1 hecho
concreto es que ante la mecanización del suelo para su descompactación. éste

7 Vale la peoa aclarar que. según los infonnes emitidos por los organismos
nacionales e inlernacioDales de control de ilícitos. el máximo número de
hectáreas que se han reportado en cultivos de coca en el departamento
del Guaviare es de 17.000. De otro lado, la superficie praderlzada. tan sólo
en el área sustraída de la reserva forestal de la Amazonia (462.000 ha). es
casi de )00.000 hectáreas. de donde se puede inferir directamente que el
gran deforestador ha sido la producción ganadera, dado que parte de los
excedentes generados por la coca fueron invertidos en compra de ganado.

606 Julio Roberto del Cairo Pinto


se revitaliza y produce una frondosa pastura que. en épocas de verano. se
vuelve un atractivo pua el ganado del finquero. ya que contrasta grandemen~
te con los pastos ralos y se<:os que le rodean. y bien sea que el ganado rompa
el alambre para acceder al pasto. o que el finquero lo haga por propia mano. la
continuidad del silvopastorilllega a su 6n. Este hecho se presentó de manera
repetida en muchos de los predios. por lo que nos obligamos a reponer el ma-
terial vegetal perdido, pero. como los hechos climáticos se repiten afta a afta.
no fue muy factible seguir con esta experiencia en algunos de ellos.
De aquí surgió otra medida que está en implementación para ensayo.
que es la de la semiestabulación: varios pasos adelante. tecnológicamente ha-
blando. del sistema tradicional establecido en la zona-o
Lógicamente el sistema de semiestabulación requiere una serie de ele-
mentos para que ofrezca la alternativa nutrlciona! y de vida para el ganado all!
confinado. El sistema requiere la construcción de una infraestructura básica
(establo). con piso de cemento, comederos, bebederos, saladeros y tanque de
oxidación de excretas para la producción de abonos orgánicos. que se dirigi-
rán específicamente al pasto de corte y potreros rotacionales. para garantizar.
en forma permanente. la recuperación de suelos en las áreas usadas por el
sistema. Adicionalmente hay que dotarlo de picadora de pastos. y se necesita
establecer una cerca: eléctrica para efectos de la rotación de potreros.
La Implementación de este sistema nos permitirá adicionalmente cesar la
presión sobre los bosques aun en pie en Jos predios (conservación). lo que auna-
do a los sistemas productivos de seguridad alimentaria (parcelas rotacionales),
huerta y huerto familiar. le puede ofrecer al campesino los elementos para de-
sarrollar en su predio un sistema que esté enmarcado dentro de los criterios de
ambientalmente sostenible. socialmente aceptable y económicamente rentable.
Todos estos planteamientos deberán estar sustentados en convenios
individuales. social e institucionalmente avalados. de forma que se garantice
de alguna manera el cumplimiento de los compromisos como contrapresta-
ción a la Inversión que se haga con cada una de las familias definidas para el
desarrollo de este proyecto complementario. En general se establecieron 175
hectáreas de silvopastoriles. de las cuales sobreviven t33.

8 El 100-;. del ilrea en pasturas existente en cada finca se dlvidiril en )


porciones (J),) -;. aprox .). En una tercera parte se explotará el ganado actual.
incrementando la capacidad de carga relativa de 0 .8 a 6 U.G,G, a través del
establecimiento de 1.5 hectireas de pasto de corte y banco de proteínas, yel
resto se dedlad a pastoreo rotacional (trea de producción). En la segunda
terun p,¡ne, denominada de expansión ganaden futura , se establecerln
silvop,¡storiles, de fonna que cuando el ganadero amplíe 5U producción
ganadera, 11 es el caso, esta zona ya esté completamente arborizada y no tenga
presión ni dano por p,¡ne del ganado (trea de recuperaciÓn para la producciÓn).
Finalmente, el tercio restante de trea se aislarla con alambrado y se destinarla
a procesos de regener.llclón natural o al e$ubleclmlento de agrofore5tales
pan su recuperaciÓn ambiental (trea de recuperación para la protección).

Una upertenct. comunlu.rl. y part.ldpadv. de oon..rvmón,'


ordllD&mlento .odo&mblental en la S8naniaI de La LlndoA. "7
..............
Los arreglos agroforestales se establecieron con el criterio de comple-
mentar los ingresos del campesino a partir de la producción de especies fru-
tales, maderables y resinosas en combinación dentro de un área específica,
con destino a mercados locales y nacionales. En estos arreglos se trabajaron
las especies caucho y chontaduro, como cultivos principales. y arazá. COCODa,
borojó, marañón y maderables como cultivos secundarios.
Los agroforestales, limitados aun por la baja investigación en las áreas
de frutales 3.mazónicos y/o productos no maderables del bosque, restringen
su capacidad de apUcación debido a la baja demanda de los productos estable-
cidos, excepción hecha del chontaduro (que tiene mercados nacionales esta-
blecidos) y el caucho (tal vez el producto de mayor proyección y que también
tiene mercados establecidos nacionalmente).
Arazá y cocona, por desconocimiento en el interior del país, y borojó,
suministrado por otros productores de diferentes regiones del país, presen-
tan limita"ntes en su comercialización. Hace falta una mayor difusión de estas
especies y su debida promoción al interior de estos mercados para alcanzar
volúmenes representativos de venta que dinamicen la económica local.
De los agroforestales debe depender la generación de excedentes ro-
mercializables de los cuales salgan los dineros que satisfagan otras necesidades
del campesino, de manera que, aunando estos recursos a los ingresos propor-
cionados por la ganadería sostenible y complementándolos con la retención
de excedentes en dinero que generan la parcela rotacional y la huerta familiar,
alcance una mayor estabilidad y el mejoramiento de su calidad de vida.
Estos agroforestales, al igual que los otros arreglos planteados dentro
del proyecto. se establecieron a partir de praderas degradadas, a las cuales no
se les hacía mecanización pero si se les aislaba con alambre de púa. Las espe-
cies arbóreas eran introducidas allí en los huecos previamente hechos y abo-
nados, y tan sólo se hacía el manejo cultural posterior de limpieza de malezas.
Se introdujeron 141 hectáreas de agroforestales, de los cuales sobreviven 114.

Recuperac10D de nadmleDtos, e.orlquecimieDto de rastrojo. y cercas vivas


Bajo estos ítems se desarrolló una estrategia de manejo de espacios, que
si bien tiene una significancia directa en los procesos de recuperación ambien-
tal, también tiene una incidencia determina.nte en los procesos productivos.
Gran parte de las fincas del área cuentan por su proximidad a la
Serranía de La Lindosa con nacimientos de aguas que, sin embargo, se han
deteríorado de una u otra forma, y cuyos volúmenes de agua han mermado o
están afectando otros espacios de la finca debido a la ausencia de coberturas
naturales, caso específico de la erosión y carcavamiento de praderas. La dispo-
sición de aguas permanentes en la finca es un factor que incide directamente
sobre la producción del predio y, por ello, se presentó la necesidad de entrar a
recuperar aquellos que se encontraban en proceso de deterioro o que estaban
causando otras afectaciones al interior del predio. Estas áreas fueron aisladas

508 Julio Roberto del catro Pinto


y se introdujeron en ellas especies arbóreas que fac ilitaran la retención y re-
gulación de aguas. al igual que en otras se aislaron los terrenos y se dejaron a
regeneración natural. mientras que en algunas se efectuaron arreglos combi-
nando estas dos alternativas. Se hicieron recuperaciones de nacimientos en 66
predios. de las cuales sobreviven 56.
De igual forma. el enriquecimiento de rastrojos para darle valor a esta
sucesión vegetal consistía en la introducción de especies arbóreas de valor
económico al interior de rastrojos. con lo cual se ofrecla al campesino una
alternativa económica a largo plazo y una forma de proteger el rastrojo para
su utilización posterior en culti vos-praderas. Bajo este esquema se trabajaron
46 enriquecimientos. de los cuales sobreviven 41.
Era necesario también introd ucir otros conceplos de recuperación
ambiental y de disminución de la presión sobre áreas de bosque existentes
en el predio. por lo q ue se trabajó el proyecto de cercas vivas con especies
arbóreas (maderables. frutales. forrajeras. leguminosas. etc.) que sustituyeran
a los postes en madera y se hiciesen permanentes en el predio. no exigiendo
su reposición cada tres o cuatro anos por deterioro del poste. En este concepto
se introdujeron 110 bectáreas de las cuales sobreviven 80.

Desarrollo de la ..uategia de gobemabilidad


En el desarrollo del proyecto se asumió la gobernabilidad como un
proceso de empoderamiento por parte de las comunidades sobre el territorio
y las instituciones que ternan injerencia sobre aquel. asumiendo las responsa-
bilidades que devenían de la necesidad de perv ivencia de las comunidades alJí
asentadas y de los objetivos institucionales de cada entidad. Para ello. cada
proceso q ue se desarrolló dentro del proyecto manejaba un criterio permanen-
te de participación. comunicación. discusión. sensibilización y valoración de
unos y otros en relación con el territorio conjunto.
Lo anterior se expresó en actividades como la sensibilización de los
representantes del gobierno local y departamentaL de los integrantes de las
instituciones y organizaciones de diversa índole presentes en la zona; en el
reconocimiento de la significancia del área de la Serranía de La Lindosa en
términos ambientales, sociales y económicos y su influencia sobre el casco
urbano de San José y otras áreas rurales del Departamento; la generación de
espacios de compromiso de instituciones y organizaciones para continuar el
desarrollo de acciones en la zona una vez concluyera el proyecto; e. igual-
mente. la introducción del tema de la Serranía de La Lindosa en todos los
espacios pertinentes de discusión y toma de decisiones a nivel local y de-
partamental (Mesa de Concertación Indígena. CIDEA. Consejo de Planeación
Departamental. Comité Departamental de Competitividad. Mesa Técnica de
Ecoturismo. etc.). lo que coadyuvó al reconocimiento y valoración de esta
área singular.
Los PRAE Y PROCEDA. como ejercicios de formación práctica en ges-
tión y ejecución de proyectos ambientales que permiten a las comunidades

Una experiencia comunitaria y partidpati"a de conservación y


ordenamient.o lIOdoamblental en la serranía de La Undo.a SOl
abordar con responsabilidad su problematica ambiental inmediata y priori-
za rla, construyendo propuestas alcanzables y gestionando los recursos para
su concreción, fortalecen ampliamente la capacidad de éstas en terminos de
autonomía decisoria para la solución de los principales problemas ambientales
q ue las afecten en su entorno inmediato.
Así mismo, las capacitaciones impartidas a las Juntas de Acción
Comunal en el reconocimiento de esta entidad orgallizativa y su proyección
en el concierto local; el fortalecimiento de las organizaciones productivas
en aspectos administrativos, contables, de mercados e infraestructura; la
Planificación Predial realizada en más de ;1:00 predios, y las Reservas Naturales
de la Sociedad Civil. el Proyecto de Coma nejo, etc., fueron elementos estruc-
turantes de esta apropiación y responsabilización territorial, que, si bien tiene
aún mucho camino por recorrer. permitió que tanto las instituciones, como las
organizaciones. se fijaran en la Serranía de La Lindosa como una zona especial.
de alta significancia ambiental, estratégica para los intereses departamentales
y nacionales, que no puede dejarse de lado, como ya habla sucedido en años
anteriores, durante los cuales las ca lificaciones de zona de reserva forestal pro-
tectora (197r) y zona de preservación (1989) no hablan tenido ningún efecto
sobre las comu nidades e instituciones en terminos de asumir la protección de
este invaluable recurso natural.
Hoy se puede decir que todas las comunidades y entes con respon-
sabilidad en la Serranía tienen perfectamente clara la necesidad de recupe-
9
rar, proteger y conservar los recursos contenidos en ella • Aunque aún haya
discusiones legales por dirimir y se esten afectando algunas pretensiones e
intereses privados, que no necesariamente van en contrav!a de las condiciones
naturales de la Serranía y su área de influencia, los discursos político y social
están unificados en asumir seriamente esta responsabilidad compartida. lo que
significa un cambio drástico en la percepción cultural de los pobladores hacia
la Serran!a, situación que no se habla dado en 35 años desde la promulgación
de la zona como área de protección . Adicionalmente se creó, por decisión
propia de los campesinos del área. una organización de carácter ambiental
denominada Corporación para la conservación y el desarrollo sostenible de
La Serranía de la Lindosa y su área de influencia - Corpolindosa . Esta organi-

9 Cuando se ini!;:i.¡¡ Id PrO)'«'to La Llndosa, coyuntuulmen te se da el renómeno


de la a~dón de una serie de InstItuciones con sus proyectos dirIgidos a este
sector (C DA . Cindap. Familias Guardabosques, Sena. Alcaldía de San José.
Gobern.aclón. UA ESPNN . INCODEII), lo que genera toda una serie de procesos
Informativos y demostrativos dirigidos a esta población. que por repetición e
Insistencia. confronl<lclón y diálogo. va dejando en unos y otros (campesinos
e Instituciones) un rescoldo sobre L1 imporunci.¡¡ ambiental de 1a Serranía
de La Undosa. que. con el transcurrir de los meses y algunos a~os. se va
haciendo mas ruerte y se v~ interioriundo en 1a menl<llld~d campesina y en
los quehaceres institucionales. No my ninguna duda de que esl<l importancia
ambiental de la Serranía es hoy reconocida en todos los niveles, asi aún haya
algunas personas y acciones que vayan en conIravia de su conservación.

5t O Julio Roberto del Cabo Pinto


zación, que fue asistida y apoyada por CINDAP, asumió la representación de
la población del área de la zona de preservación de la serranía y de su área
de influencia. En el desarrollo del Proyecto de Comanejo se incluyó a esta
organización como uno de los 10 integrantes comunitarios e institucionales
del Consejo de Coma nejo. Si bien en la actualidad Corpolindosa muestra una
serie de falencias, dada su reciente creación y la proveniencia de su base so-
cial, ésta última es tal vez su mayor fortaleza. En razón de tal procedencia,
se trata estricUmente de poseedores de terrenos en el área - la gran mayoría
de ellos productores campesinos ligados al predio desde hace muchos anos- ,
ellos se pueden convertir, con la debida capacitación, asesoría y orientación
continuada, en una verdadera base comunitaria con sentido de apropiación
del territorio, que interactúe en forma permanente con la institucionalidad
integrante del Consejo para proyectarlo nacional e internacionalmente, como
también para validar y ejemplificar el concepto de comanejo al interior del
territorio nacional como un ejemplo a seguir e n zonas que estén sufriendo
intervenciones similares.

a-n. ~ de la .oc:Iedad dYtl


El Proyecto buscó, desde un principio, la vinculación de los produc·
tares a esquemas autónomos de conservación y, para ello, se definió que las
Reservas Naturales de la Sociedad Civil eran el esquema más adecuado para la
generación de un ambiente comunitario que propugnara por la conservación
y proyección de los predios inmersos en él.
Cuando el proyecto se inicia, se partió de unos esquemas nulos de valo.
ración comunitaria sobre la Serranía de La Lindosa y su área de influencia. Se
propuso como una meta de gran envergadura lograr que al finalizar el mismo
cuatro propietarios se comprometieran totalmente en los procesos de conser·
vación, al punto de ser capaces de convertir su predio en una Reserva Natural
de la Sociedad Civil. Para desarrollar esta estrategia se planteó la articulación
de CINDAP a RESNATUR debido a su carácter privado y a su gran experiencia
en estos procesos.
Con el apoyo de RESNATUR se desarrolló parte del proyecto que se
inició con los usuarios en el departamento del Guaviare. Lo anterior implicó
un proceso de sensibilización y formación ambiental que permitiera el llegar a
un punto de valoración de la Serranla y de lo que cada uno de los propietarios
tenía o recibía en su predio por el hecho de existir esa zona tan especial ahí.
A los dos años de inicio del proyecto se empezó a sensibilizar a los me·
jores usuarios para lograr una respuesta efectiva al proyecto en relación al cómo
y para qué constituir estas reservas. Este ejercicio implicó aclarar en forma
permanente a los cuarenta productores seleccionados inicialmente que la cons·
titución de estas reservas no les traería recursos per se ni lograrían beneficios
diferentes a su participación en Jos procesos de Planeación Territorial de los en·
tes municipal y departamental. Este grupo inicial de productores se incrementó
con el ingreso de productores de otras áreas del departamento, constituyéndose

Una e~rlenda comunitaria y partldpa.tiva de CODJJervación y


ordenamiento lOCIoamblental en la Sarrama de La lJndou lit t
al final un grupo de 56 producmres que enfrentaron el proceso. De estos, 25
usuarios cumplieron los requisitos para su reconocimiento, desbordando las
expectativas que como meta se habían planteado institucionalmente.
Adicionalmente, las) 1 familias restantes, al no poder por diversos fac-
tores cumplir con los requisitos exigidos, se vincularon a la figura de fin cas
agroecol6gicas, mientras desarrollaban el proceso necesario para ser reconoci-
das como reservas.
Paralelo a ello, y constituyendo casi que una de las razones esenciales
por la que un gran número de las familias decidió a vincularse a esta figu-
ra, fue el inicio del trabajo con los hijos de estos propietarios, en lo que en
Resnatur se denomina Hereder@s del planeta. Bajo este esquema se constitu-
yeron 4 sem illeros, que son la fase inicial de los grupos de niños y jóvenes que
se harán cargo, en el futuro, de las reservas de sus padres.
Al final de este proceso, en cuanto al proyecto se refiere, se cuenta con
un nodo departamental constituido por 25 Reservas Naturales, correspondien-
tes a 1)00 h ectáreas, )1 fincas agroecológicas con 1400 hectáreas y 4 grupos
de semi lleros de Herederos del planeta, conformados por 65 niños y jóvenes,
hijos. familiares y vecinos de las familias propietarias de las Reservas Natura les
de la Sociedad Civil, con un plan de trabajo definido para :wog, que si bien
requiere de apoyo económico, está basado esencialmente en el esfuerzo y la vo-
luntad de estas 56 familias para avanzar en procesos conjuntos de protección,
conservación y uso sostenible de los recursos naturales en sus predios.

OrvanludOUH de productores y tnutBfolDJadontB


El proyecto desarrolló actividades de fortalecimiento organizacional
en los aspectos técnicos, administrativos, de infraestructura y de gestión con
diversas organizaciones comunitarias presentes en el área, básicamente para
fortalecer procesos de transformación de productos sobre los cuales se basaba
la extensión agroforesta l y sil vopastoril en q ue estaba comprometida CINDAP.
Es decir, se le dio prioridad a especies como arazá, cocona, borojó y caucho,
al igual que a lácteos y ganado en pie. Por esta razón se seleccionaron las si-
guientes organizaciones: Asoprocaucho (dedicada al fomento de producción y
comercialización de caucho), Asoprocegua (Transformación de arazá, cocona
y borojó), Asogeg (Transformación de leche y comercialización de ga nado en
pie). En forma complementaria se desarrollaron acciones con Asocopesgua
(Comercialización de pescado proveniente del rio Guaviare) y Cooeplag (dedi-
cada a actividades ecoturísticas en la vega de río).
Este trabajo organizadonal es un trabajo de muy largo aliento si se
quieren superar las limita ntes y dificultades q ue tradicionalmente las agobian.
La no participación activa de las bases e n la vida organizativa, las cuales ac-
túan imbuidas de individualismo, pendientes tan sólo de lo que pueden sacar
de la organización, pero no de lo que pueden aportar a ella para que su oferta
crezca, condu~ necesariamente a que las directivas actúen de forma autó-
noma y sin control. Esta situación constituye el paso anterior a que asuman

SlZ Julio Roberto del CallO Pinto


posiciones riesgosas para la vida de las organizaciones, posiciones que pueden
llevar a aquellas incluso a su desapari ción total.
Hay que seguir insistiendo con las bases sociales. poco a poco, demos-
trándoles a través del acompañamiento total, continuado y persistente que sus
objetivos gremiales si son susceptibles de ser akmzados, y que la combinación
de una buena participación comunitaria fundamentada en el control de accio-
nes con una buena gestión administrativa y ger-cncial son el fundamento para
que las organizaciones se desarrollen y alcancen y superen sus propias metas.
Si bien se logró ava nzar en el fortalecimiento de todas estas organiza-
ciones, todavía queda mucho camino por recon-er hasta lograr una verdadera
toma de conciencia de las bases sobre la s rcales posibilidades de la organiza-
ción campesina como elemento primordial para la superación de gran parte de
su problemática social y económica.

COIr-dMIcPMe
El Proyecto La Lindosa, fi nanciado por La Embajada de los Países Bajos
y orientado y administrado por ECOFONDO, dl:spués de una intervención de
cuatro años (X 11/ 2004 a XI/2008), deja una serie de resultados, enseñanzas y
planteamientos que pueden ser elementos de l.os cuales se parta para la im-
plementación de experiencias similares en otras regiones amazónicas del país.
La producción de base de coca constituye una I.imitante real y concreta
que desestimula al campesino para asumi r cua.lquier acción institucional de
apoyo para la superación de su problemática. Mientras las comunidades cam-
pesinas se encuentren inmersas dentro de su cultivo y procesamiento, casi
que independiente del precio vigente pagado por el kilo de pasta básica, éstas
mantendrán su dependencia de esta alternativa, que para ellas representa una
mayor seguridad tanto por la clarid<1d de m<1nejo que tienen del sistema, como
por que reciben periódicamente dinero en eft!ctivo, que, aunque no cubra
todos los costos de inversión, les representa una entrada monetaria efectiva
para sus necesidades básic<1s.
En el caso del Guaviare tan sólo la .acción del Programa Familias
Guardabosques" con su remuneración en dinero logró romper esta dependencia

10 El consejo N..cion.. 1dc Politic.. EconÓmk.. y Social CON PES en su documento


3~ 18 (Programill de [ks.¡rrollo Alternativo 1(0)-1006) instituye el Proguma de
Desarrollo Alternativo - POA - como "la estrategia de Gobierno para consolidar
el proceso de rrradiución de cultivos IHcilos y prevrndón de su expansión.
promoción de procesos de des..rrQllo institucional y legitim;¡¡dón del Esudo
y ..poyo .. 1 for",lrcimiento del capital soci.J.l, b ol-g.. niudón, participación y
control comunit;uio. El rOA esu orienudo .. promover opciones Iicius de empleo
y generación de ingresos en ..quellas comunidades rurales comprometid..s en
mantener sus ¡Íreu libres dc cultivos ilicitos. Un componente del POA es el
Programill FillmiliillS Gu .. rdabosqul.'S - PfGI - que apoya a famili..s c.. m~sinas,
indlgenas o 3frocolombi.. /Us ubicadas en ecosiSIr.:mas ambienulmente estratégicos
que se h.. yan visto alrapadu o esl¡Ín .. menu.. d.. s por los cultivos ilicilos y
que deseen eTudicarlos y ..deJ..nlu .... lterm'iv,lS productivilS Jeg ..les".

UD' experieDC:i. eomunlt.ari. y paniciPllllv. de coDHrvación y


ordenamiento 1Od000mblental en la Serran.'- de La Undosa 5.'
y, coyunturalmente, la llegada del Proyecto La Lindosa permitió la oferta insti-
tucional y recepción comunitaria de soluciones productivas alternativas. Habría
que preguntarse si la aceptación del proyecto por parte de las comunidades del
área hubiera sido la misma si no media el Programa Pamilias Guardabosques.
El cambio de la visión campesina respecto a su territorio, a partir de la
construcción en su imaginario de las verdaderas potencialidades y limitantes
del mismo, tan sólo es posible mediante la sensibilización, demostración y
capacitación continuada, persistente y clara, de carácter interinstitucional
complementario. Pocas sesiones de capacitación y sensibilización no tienen un
efecto positivo en la transformación buscada y, antes por el contrario, abren
una serie de dudas que no son expresadas abiertamente por el campesino en
las reuniones, prácticas o demostraciones, pero si en su círcu lo veredal. lo
que, en últimas, amplía el desconocimiento sobre un tema específico.
Esta visión del colono inicial del Guaviare se construyó desde años atrás
en la zona andina y en los valles interandinos y fue permeada con posterioridad
a su desplazamiento por un paso obligado por los Llanos orientales, en donde
desarrolló labores de peonía y conoció por primera vez la gran ganadería exten-
siva que caracteriza a esta región del país, la cual fue rubricada finalmente por
ell NCORA - una entidad que, con su condicionamiento de tener explotadas las
2/3 partes de un predio para poderlo asignar y titular en propiedad, obligó a
sus tenedores a destruir la vegetación amaronica original para cumplir con los
requisitos exigidos-. Es diferente la forma en que el campesino ve su anterior
predio de 1, 2 o 3 fanegadas a la forma en que se enfrentó después a predios
de lOO, 200 Y más hectáreas. ¿En qué forma el campesino puede demostrar, en
un bosque húmedo tropical, que tiene explotadas las 2/3 partes de su finca,
cuando ello representa más de 60 hectáreas en el menor de los casos? Respuesta
sencilla: tumbar, quemar y sembrar pastos. No había más alternativas.
Es de gran importancia e incidencia la asistencia técnica y acompa-
ñamiento permanente a las ramilias campesinas para alcanzar los objetivos
trazados por los proyectos. Si la asistencia técnica es superficial y muy espa-
ciada en el tiempo, o no la hay, los esruerzos institucionales tienden a diluirse,
quedando tan sólo a la voluntad del campesino, quien, por lo general, tratará
de escoger la vía del menor esfuerzo, dado que los planteamientos del proyec-
to, al ser innovadores o ir en contra de su esquema de conocimiento, no son
inmediatamente aceptados por éste, y tan sólo la insistencia y la persistencia
podrán hacerle cambiar de opinión.
El papel de la acción interinstitucional concertada para un fi n u ob-
jetivo concreto es fu ndamental para aumentar la credibilidad institucional
ante los ojos del campesino. mirada esta que está acorde con las décadas de

Este Programa, con su ~poyo en dinero efectivo a las familias campesinas, posibilitó
la erradicación de la coca en áreas cercanas a las cabeceras municipales, donde sus
efectos eran ya menores por las acciones de control estatal. Toda el area del proyecto
La Undosa. con excepción de la vereda Tres Tejas, fue cubierta por el 'FGI.

5 14 JuUo Robeno del Cairo Pinto


promesas incumplidas, malos manejos, prepotencia, desinterés por la realidad
campesi na. etc .. y que debe ser superada con acciones complementarias, con-
cretas y concertadas, que muestren unidad de criterios y efectividad frente a
la realidad que vive el campesino. para que puc!dan ser valoradas por el.
El Proyecto La Undosa propició la participación y acción interinsti-
tucional sobre un objetivo muy concreto en su especificidad territorial, con-
virtiéndose éste en un elemento fundamental para el desarrollo de un sector
del departamento. El logro anotado es el resuha:do, entonces, de este accionar
conjunto. aunque no ideal. pero si bien encami nado para alcanzarlo.
Es necesario fortalecer los procesos de investigación en productos no
maderables del bosque que permitan ampliar la oferta de estos a los mercados
nacionales e internacionales, como fundamento para poder darle una diná-
mica económica al territorio departamental. sin alteraciones evidentes de
la biomasa amazónica. Fue notoria la falta de alternativas para los arreglos
planteados, básicamente en los complementarios a los cultivos principales de
caucho y chontaduro.
Es obv io que ante el desconocimiento de los frutales amazónicos en el
interior del país (arazá. cocona). y mientras no se haga una agresiva campai'ta
de promoción y comercia lización de estos productos. no se pueden sembrar
mas áreas. dado que ello implicaría una sobrt..'Oferta que necesariamente se
desperdiciaría en la plantación.
Es necesario darle una mayor significación en estos territorios ama-
zónicos ya colonizados y con una dinámica ga nadera , a los procesos de se-
miestabulación. de forma que no se amplíen desaforadamente las áreas en
praderas despojadas totalmente de cobertura arbórea y. más bien, se optimice
y racionalice en áreas ajustadas a las posibilidades económicas y expectativas
reales de cada finquero, aumentando la capacidad de carga a través de la im-
plementación de áreas de pasto de corte y bam:o de proteínas. Que sean estas
areas las que se incrementen. y no las de las praderas abiertas. Una hectárea de
pasto de corte sostiene de 22 a J:S anima les al ai'Jo. mientras que en el sistema
tradicional se requieren casi 31 hectáreas de pradera para la misma ca ntidad
de ganado.
Es muy importante el paso q ue se ha dado e n torno a las Reservas
Naturales de la Sociedad Civil y su aceptaciÓn al interior de las comunidades
trabajadas. Los logros alcanzados en este aspecto rebasaron con mu cho las
expectativas. Los S6 predios vinculados a RESNlATU R como reservas naturales
o fincas agroecol6gicas son una muestra fehaciente de que los procesos de sen-
sibilización y capacitación comunitaria en los a.spectos de preservaci6n de los
recursos naturales y en la va loradón de sus predios a través de la Planificación
Predial fueron impactantes. Sin perjuicio de esta constatación. también se re-
conoce la necesidad de que estos procesos se sigan de cerca para que las fami-
lias no pierdan la motivación y sus intereses ambientales en la finca se vayan
concretando poco a poco, teniendo e n cuenta que son procesos incipientes
cuya mayor fortaleza reside en el interés demostrado por parte de ellas, pero

Una experiencia comunitaril y partlcipatlva di con..rvlclón y


ordenamiento lOdocllllbiental en la Se~ de La Undou. 515
que necesariamente deben tener una continuidad en la transformación pro-
gresiva del predio y e n las pocas o muchas ayudas que puedan brindarseles.
Con mucha relación con el proceso anterior e ncontramos el ejercicio de
Planificación Preclial mediante el cua l las familias cuentan con una bitacora
respecto al destino final de su predio. en donde se resumen sus expectativas.
deseos y realidades actuales. Es conveniente que la institucionalidad ligada al
sector agropecuario y ambiental apoye a cada una de ellas en la concreción y
alcance de los objetivos allí consign ados.
El ejercicio desarrollado con los PRAE y PROCEDA demostró su efec-
tividad no solamente en términos del mejoramiento de la capacidad de las
comunidades involucradas en la gestión para la resolución de sus problemas,
si no que les aportó una mirada crítica de sus condiciones ambienta les y del
efecto que sus actividades comunes han tenido en ellas. Este tipo de ejerc icios
que aportan al cambio cultural de la población. req uieren de un mayor com-
promiso instit ucional y acampana miento para que se genere la apropiación
definitiva del territorio por parte de las comunidades, ya que en últimas son
ellas las constantes en el territorio y quienes pueden garantizar las acciones
que recuperen y conserve n las condiciones ambientales del mismo.
El cambio de visión y de actitud que han tenido buena parte de los
usuarios, y por extensión algunos de sus veci nos, respecto a los recu rsos natu-
rales dispuestos en su predio, ha sign ificado un avance gigantesco e n las estra-
tegias para detener la acelerada destrucción de la biodiversidad del territorio
con todos sus efectos sobre los recursos hídricos de la zona . A lo anterior se
ai\ade el hecho de que las Reservas Naturales de la Sociedad Civil constituidas
se han fijado un objeto de conservadón sobre alguna especie animal o vegetal
con presencia e n el predio, obligándose a conocer y estudiar mas sobre la
misma y a garantizar, hasta donde sea posible, su pervivencia. Gallito de roca,
tigrillo, churuco, orquídeas. aves de Laguna Negra. etc., se han convertido en
objetos de conservación de estas reservas.
El trabajo con las organizaciones es uno de los aspectos más críticos
en el departamento. fruto nocivo de los ai\os de trabajo individualizado en la
producción coquera, por lo que a pesar de los incesantes esfuerzos no se ha
logrado fortalecer desde las mismas bases. La falta de liderazgos renovables es
otra de las circunstancias que se deben revertir con la inversión e n procesos
que, asentados sobre bases débiles. esta rá n siempre condenadas al fracaso.
Hay que evitar que suceda que los pocos - y espontáneos- procesos organiza-
livos que surgen se agoten y termine n actuando indolente o hasta indebida-
mente con los recursos que se logran gestionar para las organizaciones.
Las áreas de protección ubi cadas en sitios muy próximos a los cas-
cos urbanos (Serranía de La Lindosa vs. San José del Guaviare) req ujeren
abordar a los diferentes actores propietarios de predios (pequeno, mediano
y gran ca mpesino. comerciantes. empleados, etc.) con estrategias diferencia-
das (por ejemplo, capacitaciones en horario nocturno y en el casco urbano
para usuarios ausentistas. no montaje de sistemas alimentarios en predios

616 Julio Roberto del ealr<) Pinto


de propietarios ausentistas o de grandes propietarios, planteamiento sólo de
arreglos silvopastoriles para propietarios cuya principal base económica es
la ganadería, ete.) que permitan su involucramiento dentro de los procesos
de conservación, estableciendo sus intereses, tiempos y espacios para que,
realmente. asuman las actividades que los procesos de recuperación y conser-
vación requieren.
Teniendo e n cuenta que los procesos de p la nificac ión predial son
ejercicios que no se p uede n desarrollar rápidamente, sino que se deben in-
teriorizar por los productores con la práctica. se debió haber dado inicio a
esta actividad desde el comienzo del proyecto. pa ra haber tenido la oportu-
nida d de evaluar con ellos el desenvolvimiento de su Plan de Acción y los
ajustes que fueran pertinentes para que se apropiaran de las herramientas
y poder garantizar una mayor sostenibi lidad del ordenamiento territorial
pred ial.
Es necesario ser muy cuidadoso en la selección de usuarios. con el
fin de elegir a los que más garantías ofrezcan para el buen desarrollo del
proyecto. En el caso de la vereda Buena Vista 11 y su relaciÓn con el progra ma
de Famil ias Guardabosques nos dejamos llevar por la situación generada por
este, dada la cercan ía que la vereda tiene con el casco urbano de San Jose
del Guavia re, lo que ocasionó un fenómeno de parcelación real y ficticia de
los predios para acceder a los recursos ofrecidos por el PFGB, pasando de
40 a 1)6 fincas, lo que significó un desgaste institucional de CINDAP con
relilción iI "usuarios" que no tenían liI" cilrilcteríst icas de permilne nciil pa-
sa da ni proyecciones futura s, sino que se encontraban allí si mplemente por
el benefic io económico ofrecido por el Estado. Esta vereda tiene una alta
incidencia en los resultados finales del proyecto La Lindosa en te rminos de
" usuarios perdidos" por el abandono que gran parte de el los hizo de los
arreglos im plementados.
Para este tipo de proyectos siempre aparecen usuarios que demuestra n
un gran interés inicial. dadas las condiciones de las ayudas establecidas, bien
sea en materiales o insumas, pero cuyo único interés es el de obtener los
beneficios sin ninguna prete nsión de aplicación en el campo de los arreglos
propuestos. De igual for ma los propietarios ausentistas, que no viven en el
pred io y transfieren la responsabilidad a sus administradores por tener otras
activ idades principales o comple mentarias en otros lugares y no poder de-
dicarse a las labores propuestas, presentan un abandono temprano de los
trabajos planteados. Es necesario ir crea ndo una base de datos e n donde se
consigne la respuesta de cada usuario, en trabajo e interés, a los planteamien-
tos efectuados, de forma que se convierta en herramienta interinstitudonaJ,
con retroalimentación permanente, para orientar la aplicación de proyectos.
acciones y ayudas en un momento determinado. Este planteamiento puede
parecer desatinado para un programa o programa asiste ncia lista. pero es de
gran utilidad para este tipo de proyectos en los que están en juego cambios
culturales, donde la inversión correcta de recursos en personas que los po-

Una experiencia comunitaria y partlcipatlva de conservación y


ordenamiento aocioambiental e n la Serrania de La Llndosa 517
lenden para el beneficio de su ramilia y el mejoramiento de su calidad de
vida es lo indicado.

..........
CIN PAP . 11Iformes ¡«lIiros ~es¡ralesy JiMI. lOO5. loo6. lrxTJ. 1008.
Del C.liro P.. Julio Roberto. lrxTJ. Corporilción par.. 1.. InvestigJlción y Dcsólrrollo
Agropecuario . CINOA 1'. CorruJlIejo eh la lO1Ia eh prtsuvaci6rl de la Stm:mia de la
UlIdosa y su árt'a eh illflrmu:ia. CartillJl. SJln Jose del GUJlvUire. p. 48.
V.. negu R.. DeyJl nin. R.. miro Ocampo Gutiérrez. Luz Adriana Rodríguez Porras. 1006.
Corporación pan el desarrollo Sosteni ble del norte u oriente amazóni co CDA .
Secciona] Guaviare. Plall de Mallejo zOlla de p,ysuvaci6rl ~lI{a eh la UlIdosa y su
á,ya dt illflutnda. 2006-2018. Documento Tecnico. San José del Guavlare. p. 343. 1'.
Edición.

5 18 JuUo Robenodel C.lro Pinto


APUESTAS Y APRENDIZAJES DEI, "PROGRAMA

AMAZÓNICO" EN EL AMAZONAS

GLORIA GONZÁLEZ
Economista de I~ Universid~d N~don~1 de Colombil,
Estudios de especialización en lúbilal en p~íses ~mnónicO$ del Núcleo de Alt os
Estudios Amazónicos de la Universidad FwenJ del Par" en iIJ",uil.
Desde el ai'lo 2004 forlN p,arte del equipo de trabajo de la Corporación
p;!ra La DefenSll de la 8iodiversidad Amazónica y, por condUCI:O de
6ta, de la Unidad RcgioruoJ Am.uonla del ECOfONVO
glori"hag@gmail.com

'"
RelJUm en

Este artículo resume la experiencia del trabajo colectivo que significó


el Programa Amazónico desarrollado durante los anos 2004 a 2008, dirigido por
Codeba, una ONG local, y financiado por la cooperación holandesa. Mediante el
análisis de temas centrales, tales como ordenamiento territorial. gobernabilidad,
autonomía comunitaria indígena y planes de vida, la autora resalta logros en estos
campos gracias a la confluencia de intereses, visiones y recursos diversos, de carácter
comunitario, organizativo, gubernamental y no gubernamental que encontraron
en el Amazonas colombiano un terreno propicio para avanzar en el fortaleci miento
de la autonomía comunitaria en torno a vida, territorio y medio ambiente. Los
aprendizajes de esta experiencia han permitido avanzar en la consolidación de la
organización y la memoria indígena. La autora senala retos de sostenibilidad que
deberán asumirse a partir de lo alcanzado, pero también desde el mandal'O que
las autoridades indígenas senalaron en la Cumbre de Ancianos Indígenas realizada en
Puerto Narino en septiembre de 2008.
Palabras claves: ordenamiento territorial, gobernabilidad, autonomia comunitaria
indígena, planes de vida

AbIItract
This article presents the so called "Programa Amazónico" undertaken by
Codeba, a NGO thal operates in l he department of Amazonas, led by an indigenous
woman, and financed by lhe Dutch Embassy during 2004-2008. Through sorne
central topics such as land managcrnent, governabilil y, lhe so called "Iife plans"
(planes de vida) arnong other topics, this project worked lo strengtening the
autonorny ofthc indigenous peoples ofthe Amazon. This work implied nol only
interaction with indigenous communities and leaden¡, but also with sute national
and local agencies than normally are prejudiced or hostUe to this people. Sorne of
Ihe results ofthe project shows sorne positive changes of this prejudiccd attitude.
Furlhcrmore, the "Surnmit of Ancient indigenous people" of Ihe Amazonas Ihat took
place in september of 2008, is a legacy that express dee p aspirations for their fu ture,
lhe path towards sustanability, and it is one of lhe key achievcmcnts of lhe projecl.
Keywords: land management, governability, autonorny ofthe indigenous peoples,
Jife plans

lnb'OducdÓD
La Amazonia colom biana, en el contexto contemporáneo, es una re-
gión estratégica para el país, para la comunidad internacional. para el cap ita l
nacional y tra ns nacional. Así ha sido e ntendido desde la Corporación para la
Defensa de la Biodiversidad Amazónica, Codeba, y desde allí asumió la pro-
p uesta y ejecución del "Programa Amazónico", Gue eurre finales d el año 2004
has ta finales d el año 2008 contó con el apoyo y cofinanciación del Gobierno
de los Países Rajos, a traves de su Embajada en Colombia.
Este Programa, desde los ámbi tos locales de su ejecución, ha hecho
ev identes las tensiones que se expresan en u n a región donde las palabras

620 Gloria González


sostenibilidad, desarrollo, conservación, preservación, frontera y gobernabi-
lidad se están construyendo y reconstruyendo en el devenir cotidiano de las
gentes y de las instituciones.
Enfatizamos tanto el papel de las autoridades que poseen el conoci-
miento tradicional de la cultura - y que con su pensamiento orientan a sus
comunidades- , de las autoridades que a traves de la palabra ejercen autoridad
y gobierno, como el de aquellos que son elegidos para administrar los asuntos
publicas indígenas. La estrategia de procurar unir los dos tipos de autoridades
indígenas, que tambien implica unir dos generaciones cumpliendo cada una
con su parte e n relación con las comunidades y los pueblos, ha permitido que
hoy caminen juntos, que se consulten en la toma de importantes decisiones.
Lo más notable ha sido lograr articular los dos esfuerzos que a los pueblos y a
las comunidades les son útiles, necesarios e incluyentes, al ser manejados de
manera consciente y con criterio de colectividad.
Durante la implementación del programa priorizamos un enfoque
de concertación con las comu nidades y autoridades en torno a los objetivos
comunes indígenas, en relación con la autonomía, la recuperación y el forta-
lecimiento de la identidad cultural, la defensa del territorio y la permanencia
histórica como pueblos diferenciados. Ello implicó que se relievara, de una
parte, el sentido de unidad en la diversidad que caracteriZ.1 la composición
etn ica y cultural de nuestra sociedad, pero también los diferentes procesos
locales de organización indígena y en relación con la sociedad mayoritaria.
La clave estuvo en contar siempre con la aquiescencia de las autoridades y
las comunidades para adelantar cualquier actividad, justamente porque se
trataba de contribuir al fortalecim iento del gobierno propio y autónomo. La
clave residió en la articulación de esfuerzos interinstitucionales, a manera de
red , con respeto de las prioridades comunitarias y en apoyo a la solución de
necesidades, que fortalecieran el ejercicio de la gobernabilidad en el depar-
tamento.
El balance debe revisar dos aspectos fundamentales retoman-
do elementos de la línea de base construida por Codeba para el Programa
Amazónico. Así, este artícu lo expone las realizaciones del programa en el
Amazonas sobre dos aspectos correlacionados: los que lienen que ver con go-
bernabi lidad y autonomía y los de desarrollo sostenible y planes de vida, sin
descuidar aspectos específicos de proyectos product ivos bajo una lógica in-
digena. Para lograr una mejor comprensión de estas realizaciones, se ana lizan
los avances en la comprensión de la división político-administrativa actual
en el Amazonas, para analizar primero el papel de los resguardos indígenas
en este contexto y luego el papel de las autoridades indígenas. Se concentra
luego en los Planes de Vida y su relación con 105 Planes de Desarrollo y la
políticas públicas que afectan la vida de los indígenas amazónicos y, final -
mente, describe y analiza los aportes en materia de proyectos product ivos y
las economías indígenas.

Apue.w y aprencllujes del ~ Progrsma


Amazónico~ en e l Amazonas SU
a. El Amazonas y su división político administrativa
A partir de la Constitución Política de 1991 se transformó la división
político-administrativa en la Amazonia, y a partir de la Comisaría que for-
maba parte de los Territorios Nacionales se erige el nuevo departamento del
Amazonas, el más grande de Colombia con una extensión de 109.665 kiló-
metros cuadrados. En el departamento sólo existen dos municipios: Letlcia
y Puerto Nariño, localizándose en el primero la capital departamental.
Adicionalmente, no existen entidades territoriales sino 9 divisiones territoria-
les llamadas corregimientos (Tarapacá, La Pedrera, La Chorrera, Mirltl. Puerto
Santander, Puerto Alegría, El Encanto, Puerto Arica y La Victoria). nado que
no se cuenta aún con la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial, no se ha
dirimido el asunto entre creación de municipios o de Entidades Territoriales
Indígenas (ETI) en estos espacios sin claridad jurídica en el ordenamiento te-
rritorial del país'.
Estas divisiones no se corresponden con los límites de los resguar-
dos, pues en el caso del Resguardo Predio Putumayo. éste cobíja áreas de los
corregimientos de La Chorrer.. , El Enc.. nto, Puerto Alegría, Puerto Arica y
Puerto Santander o. en otro caso, el del corregimiento de La Pedrera, existen
varios resguardos que no cubren tod.. el área corregimental. De otra parte. los
resguardos son considerados como sujetos territoriales directos para la distri-
bución de recursos del presupuesto del Sistema General de Participaciones.
hasta tanto no exista LOOT (Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial) y no
se definan las ETI.
El proceso seguido desde 1994 para la transferencia de recursos pú-
blicos a los resguardos indígenas ha significado el tutelaje de las adminis-
traciones municipales (para el caso de los resguardos de su jurisdicción) y
departamental (para el caso de los res~uardos ubicados en los corregimientos)
en el direccionamiento y en la forma de ejecución de los mismos, lo cual deja
mucho que desear en terminos de autonomía indígena en el manejo de estos
recursos, mientras que, de otra parte, se carece de un proceso de control social
efectivo sobre los destinos de estos recursos.
El ordenamiento territorial que los indígenas amazónicos intentan
construir y el ordenamiento territorial estatal actualmente ex istente no co-
inciden necesariamente. Desde una concepción cosmogónica de la relación
entre pueblos indígenas y territorio, los primeros expresan que los territorios
están ordenados desde la creación y que así se mantuvo por milenios. Que el
" desordenamiento" ha sido más bien reciente, por causas no generadas por
los propios pueblos indígenas. Esta posición no siempre recoge la complejidad
de los confli ctos intra e interétnicos que, aunque a un ritmo más lento que el
del ultimo siglo, han implicado reordenamientos o nuevos ordenamientos del

Explicado en deulle en el articulo de Una Hunado. incluido en esta colección.

6ZZ Qloria Oonzález


territorio. Este es un punto central en la relación entre los pueblos indígenas
yel Estado; han asumido el ordenamiento territorial como un proceso de for-
talecimiento, dentro de los nuevos modelos de! estructura organizativa y de
éstos en relación con las otras entidades territoriales y la Nación.
Así es que los pueblos indígenas organlizados en cabildos. capitanlas
y AATls (Asociaciones de Autoridades Indígenas) han venido trabajando el
ordenamiento territorial contemporáneo con nniras a la conformación de las
Entidades Territoriales Indígenas, articuladas al ordenamiento territorial del
Estado, de acuerdo con la Constitución Políticil de Colombia. La inexistencia
de la Ley Orgánica de Ordenamiento TerritoriaL como estructurante del or-
denamiento del Estado en el territorio, si bien es una carencia en el conjunto
del desarrollo constitucional y legal del país, significa para el Amazonas una
oportunidad para que se escuchen y considen:n las voces colectivas locales,
que son la razón de ser de la estructura de gobierno básico en el andamiaje
del Estado.
Las debilidades de este proceso tienen que ver con la falta de diá lo-
go proactivo entre actores fundamentales en 1~1 construcción territorial en el
Amazonas; carencia de espacios de coordinación y concertación de proyectos
colectivos validados por las comunidades y potenciados en espacios de toma
de decisiones de política pública; falta de articulación de visiones estatales
sobre frontera, soberanía, ciudadanía, valoración de la riqueza étnica, cul-
tural y ambiental, que caracteriza la construcción de sociedad y Estado en la
rcgión, y debilidad dc la gestión pública estatal en beneficio de los intereses
y las necesidades colectivas.

b. Las resguardos indígenas en el ordenamiento del territorio


La Constitución Política de Colombia reconoció a los pueblos indígenas
como parte constitutiva de la Nación y con un papel en la preservación de
la base natural de los recursos. Por esa razón, reafirmó el reconocimiento,
ya de vieja data, de que los resguardos son propiedades colectivas con ca-
racterísticas especiales de los pueblos indígenas, ya que son inembargables,
imprescriptibles e inalienables.
El Programa Amazónico liderado por Codeba identificó las necesidades
y dificultades en relación con la constitución, ampliación y/ o saneamiento de
resguardos. El convenio suscrito entre la Subge:rencia del Ordenamiento Social
de la Propiedad de INCODER y la Presidencia de CODEBA, Convenio Marco
127 del JI de Octubre de 2006, permitió avan2'.ar en esta línea, al tiempo que
se acordó asumir la actualización de algunos estud ios socioeconómicos, jurí-
dicos y de tenencia de tierras que ya se habían avanzado: San Sebastián, San
Antonio de los Lagos y San Juan de los Parentes; Nazareth y Kilómetro 6 y 11,
Y asumir otros dos: el ne<:esario para la constitución del resguardo Uitiboc de
Asoaintam en Tarapacá y el requerido para logr.ar la ampliación del resguardo
Predio Putumayo en las 80J hectáreas del predio que se había reservado la
Caja Agraría en el corazón del resguardo en La Chorrera.

Apu&ltM y aprendlujet: del "Programa


Amazónlco~ en el AmnonAl 523
A partir de la actualización cartográfi ca realizada con el concurso de
las comunidades (cartografía social), del trabajo de campo con el apoyo de
GPS, realizado con el INCODER, y la ver ificación de las coordenadas obtenidas
por parte del IGAC, rea lizada en el año 2006, se hizo ev idente la realidad
territorial de los resguardos del trapecio amazónico, con excepción hecha del
resguardo Cotuhé Putumayo que no estaba dentro del área de cobertura del
Programa Amazónico. Este trabajo se hizo para elaborar una cartograna digita l
ajustada a las resoluciones de constitución y ampliación de los resguardos
indígenas del trapecio amazónico (Municipio de Leticia, Municipio de Puerto
Narino y Corregimiento de Tarapacá), debido a que la cartograna del antiguo
INCORA tenía numerosas inconsistencias.
Ese proceso permitió poner en evidencia que los resguardos indígenas
del Municipio de Leticia rueron legalizados con un muy estrecho acceso a las
t ierras de varzea del río Amazonas hasta Puerto Nariño (resguardos en rorma
de embudo), las cuales deberían ser, como otrora , el sustento alimentario de
las comunidades indígenas locales. Las tierras de várzea estan hoy en manos
de propietarios privados y de las Fuerzas Militares, principalmente.
Tal como se plantea e n la presentación del Atlas de Resguardos (:w08)',
y que resultó de este esruerzo compartido, se pueden subrayar los siguientes
aspectos:
• Las autoridades indígenas del trapecio amazónico avanzaron en la
apropiación de los elementos básicos para la construcción, elaboración y
actualización de sus propios mapas. De hecho, varias comunidades y orga-
nizaciones partici paron d irecta mente del registro georererenciado para la ela-
boración de los mapas digitales.
• Con la construcción de la cartografía digital del territorio, basada y
articulada con la ca rtografia social. se cuenta con un importante instrumento
para los procesos de ordenamiento territorial y planes de vida de las asocia-
ciones indígenas.
• Ahora existe un mapa general y de contex to de los resguardos indí-
genas del trapecio amazónico, disponiéndose de una cartografía coherente y
ajustada a la realidad territorial.
• Existe correspondencia e ntre las resoluciones de constitución y/o
ampliación de los resguardos y los mapas, aj ustados a partir de [a verificación
del territorio fisico.
• Se identificaron los traslapes existentes entre resguardos y otros pre-
dios rurales.
• Las entidades gubernamentales competentes y las autoridades indi-
genas tienen un instrumento va lioso para identifica r y resolver adecuada y
concertada mente los diversos conflictos territoriales existentes, previniendo
la aparición de otros.

1 Codeba, Acitam, Azcaita, Aticota, Asoointam. Bogotá. Allasdt los resguardos


indígenas dtllrapecio amazonico. Depar/amtn/o dtl Amazonas-Colombia.

524 Gloria Gonz.lÍlez


• Facilita la concertación socia l e interinstitucional en relación con los
planes de ordenamiento territoria l-ambiental Y' los planes de manejo que las
entidades gubernamentales competentes desarr'OlIan e n el Amazonas .
• Complementa el componente r ural de La actualización del Plan Básico
de Ordenamiento Territorial - PBOT- del municipio de Leticia y del Esquema
de Ordenamiento Territorial - EOT- del municipio de Puerto Nariño.
El haber hecho visibles las dificultades por las que atraviesan algunas
de las comunidades indígenas de Leticia e n relación con la disponibiJjdad
de t ierra para el desarrollo de sus actividades productivas que les permitan
condiciones de vida digna generó, de hecho, que las autoridades tradicionales
reunidas en la Cumbre de Ancianos en Puerto Nariño en septiembre de 2008,
plantearan:
Nos preocupa la situación de tierras de las comunidades del
Trapecio. Ya está diagnosticado, sabemos qué falta y dónde. Vamos
a hacer una minga de pensamiento tradicion<ll para solucionar estos
problemas y lograr la constitución, ampliación y saneamiento de
resguardos, tal como está dicho e n los Planes de Vida de Asoaintam,
Azcaita, Acitam y Aticoya.

Este es parte del camino ya trazado par'a la continuidad de esfuerzos


colectivos más allá del Programa Amazónico.
También es claro que frente al tema ter:ritoria l se presentan tensiones
sociales, en la medida en q ue algunos represen.tantes de la sociedad no indí-
gena plantean la vulneración de sus propios derechos al ser reconocidos los
propios de los pueblos indígenas; de la misma manera, para las comunidades y
organizaciones indígenas es inquieta nte la posibilidad de pérdida del carácter
de inembargable, imprescripti ble e inalienablc! de los resguardos indígenas
ante eventuales presiones, como las derivadas de los tratados de libre comer-
cio y de otros procesos en los que los que se, negocien recursos culturales
(conocimientos tradicionales) y territoriales de las comunidades originarias.
Estos asuntos deben ser tramitados de manera responsable y median-
te los ca nales sociales e institucionales adecu;ados, de manera que se logre
proyectar la sociedad urbana y r ural no indígena q ue se ha construido e n un
espacio tan limitado como el trapecio amazónico, donde hay comunidades que
demandan soluciones de vida que, en el caso dle los pueblos indígenas pasan
necesariame nte por garantizarles su derecho al territorio. Este es otro de los
retos en el que es necesario persistir, de manen que se consoliden los logros
obtenidos hasta ahora.

c. Las autoridades indígenas como entidades


públicas de carácter especial
Como no se ha aprobado la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial.
ha sido desarrollada una am plia jurisprudencia de la Corte Const itucional.
Una característica fundamental de esta jurispr udencia radica e n el reconoci-

A))uerrtu y aprendiujes de) "Programa


Amawnloo~ en el Amazonas 536
miento de los derechos colectivos indígenas, en particular, que en los asuntos
internos les debe ser respetada su autonomía, la cual sólo puede ser restringi-
da por el respeto a los derechos fundamentales, base del dialogo intercultural.
En este contexto, la autonomía indígena no constituye aislamiento o negación
de la Nación, sino una base para la participación en la definición y conforma-
ción del "emergente modelo multicultural regional".
Para los pueblos indígenas de Colombia, y particulannente de la
Amazonia, la Constitución Política de 1991 ha significado que se replantee la
relación con el Estado, el territorio y los recursos públicos. Así, el reconoci-
miento de la pluralidad étnica y de derecho implica reconocer no una única
esfera pública, sino una diversidad de esferas públicas. En el caso de la le-
galidad indígena son esenciales sus usos y costumbres. En este contexto, el
desafio para el orden democratico es promover la responsabilidad mutua entre
las esferas públicas, como un marco para la transformación reflexiva de las
culturas locales, regionales, nacionales y globales, distintamente configuradas.
Ante la ausencia de la LOOT que desarrollara lo dispuesto en el artí-
culo )29 de la Constitución Política para la conformación de las ETI y la de-
finición de los Consejos Indígenas de las mismas. existen normas que afectan
la vida de los pueblos indígenas, entre ellas, la Ley 60, modificada mediante
la Ley 715 de 2001, que desarrolló el articulo 357 relativo a la distribución de
competencias y recursos. particularmente a la participación de los resguardos
indígenas en los ingresos corrientes de la Nación con destino prioritario a la
inversión social en su jurisdicción. y que implicó que sus autoridades pú-
blicas de carácter especial se afianzaran como las orientadoras de esta nueva
relación con el Estado.
La otra norma importante, en particular para el Amazonas indígena,
fue el decreto 1088 de ese año, que delegó en el Gobierno el dictamen de las
normas fiscales necesarias y las demás relativas al funcionamiento de los te-
rritorios indígenas y su coordinación con las demás entidades territoriales.
Mediante este decreto, el Estado regula la creación de Asociaciones de Cabildos
y/ o de Autoridades Tradicionales Indígenas. Plantea, además. que las ya consi-
deradas entidades públicas de carácter especial se puedan asociar y que estas
Asociaciones, en representación de sus respectivos territorios indígenas. tam-
bién se reconocen como entidades de derecho público de carácter especial con
personería jurídica. patrimonio propio y autonomía administrativa.
Son los pueblos indígenas quienes deben crear sus instituciones legí-
timas, encargadas consuetudinaria, constitucional y legalmente de gobernar
sus territorios, si bien en el marco del Estado deben registrarse en la Dirección
General de Asuntos Indígenas del Ministerio del Interior, el que, a su vez,
deberá informar a las respectivas entidades del Estado, au(Oridades locales o
regionales sobre su existencia legal y juridica.
En el Amazonas indígena existen, entonces. l.7 resguardos con una
o varias de estas entidades públicas de carácter especial: cabildo, asociación
de cabildos, asociación de autoridades tradicionales. todas ellas válidas ante

536 Gloria Gonzálu


la ley. De hecho ya suman 14 las asociaciones de cabildos y autoridades tra-
dicionales del Amazonas reconocidas por el Estado, incluyendo Asoaintam y
Aticoya, que obtuvieron su personería j urídica en el transcurso del Programa'.
En estas asociaciones se conjugan, cada una en su papel. las autorída-
des de sucesión de mando tradicional (en ejercicio de la tradición ancestral de
cada pueblo a través de la transmisión oral y ritual) y autoridades adminis-
trativas de sucesión de mando por elección o dlelegación y por periodos para
los cargos de las entidades publicas de caráctelr especial en los cabildos y los
órganos ejecutivos de las asociaciones.
El apoyo al fortalecimiento de las asociaciones, así como del rol de cada
autoridad indígena en su contexto respectivo, fue uno de los elementos cen-
trales con los cuales se afectó positivamente la gobernabilidad en el Amazonas.
Esto se logró apoyando la reflexión y la toma ele conciencia colectiva indíge-
na sobre los cambios en las formas de organización y de gobierno; sobre los
mecanismos de transmisión de poder vigente:s al interior de los pueblos y
comunidades; sobre la reafirmación del papel de orientadores espirituales de
las comunidades que juegan las autoridades ancestrales, los ancianos; sobre la
jurisd icción especial indígena y sobre el relacicmamiento con el Estado.
El apoyo a la búsqueda de reconocimiento no solo formal sino real a
las autorídades indígenas por parte del conjunto institucional territorial fue
otro de los retos asumidos por el Programa. Organizaciones indígenas tales
como Azcaita', Aticoya', Acitam·, Asoaintam' , Azicatch" están demostrando
esta capacidad, en especial en el último año, al contratar recursos importan-
tes para ejecutar acciones en beneficio de sus comunidades y organizaciones,
además de que los cabildos se afirmen en relación con la orientación y manejo
de sus recursos de transferencias a los resgua¡,dos, aún bajo la tutela de las
administraciones territoriales municipales y departamentales.
Un aspecto importante en la ejecución de recursos del Programa en
el Amazonas fue el acompañamiento técnico a los eventos estatutarios de
las Asociaciones, en los cuales se respaldó logísticamente su desarrollo y se
consolidaron los planteamientos centrales de I.QS gobiernos indígenas locales
en los ultimos años; ello es, las asambleas generales, las juntas directivas de
las asociaciones y comités de trabajo tanto al interior de las organizaciones

3 Esta última dejó de ser Cabildo Mayor de Puerto Narifto y se convirtió en


Asociación de Cabildos Indígenas del Resguardo Ticoya, Aticoya, lo cual le ha
significado en el ejercicio de gobierno interno y (:n relación con la Institucionalidad
pública un desarrollo importante para el fortalecimiento de la gobernabilidad local.
4 AZCAITA - Asociación Zonal de Cabildos lndígerulls de Tradición Autóctona.
S ATICOYA - Asociación de Autoridades Indígenas del resguardo
Tikuna, Kokama, Vagu; de Puerto Nariño-Amazonas.
6 ACITAM - Asociación de Cabildos Indigenas del tl~apecio Amazónico.
7 ASOAINTAM - Asociación de AUloridadesTradicionales de Tarapacá-Amazonas.
8 AlICATC H - Asociación Zonal lndígerul de Cabildos y
Autoridades Tradicionales de La Chorrera.

Apua.tal y aprflndlnJ8I del· Programa


Amazónico" en el AmazODU 527
(grupos indígenas de apoyo al Programa) como entre organizaciones, con los
presidentes de las mismas a la cabeza, que han servido de espacio para la
toma de decisiones sobre los diferentes procesos sociales relacionados con el
Programa Amazónico, tanto a nivel local como regiona l.
El reto de mantener vigentes, activos y propositivos estos espacios es
mayúsculo, si se consideran los costos elevados que deben ser asumidos en la
logística de este ejercicio colectivo de gobierno indígena. Por ello se avanzó
también, aunque aún con débiles resultados, en la generación de rec ursos
propios para las Asociaciones. La red de productores indígenas, Proama,
con el concurso de las asociaciones Acitam, Azcaita, Asoai ntam y Aticoya,
el Ibarirako e n La Chorrera, la tienda artesa nal en Tarapacá, los fondos rota-
torios de apoyo a productores en Puerto Alegría y El Encanto, es la base de
ese esfuerzo porque las Asociaciones cuenten con recursos propios para el
desarrollo autónomo de sus gestiones. Queda la semilla y ya empieza a rendir
sus primeros frutos, pero la sostenibilidad depende de esfuerzos propios y de
no cejar en el empeño por desarroUar capacidades, por consolidar empresas
colectivas.
En relación con este mismo proceso de afirmación de las autoridades
indígenas se trabajó desde la perspectiva de la jurisdicción especia l indíge-
na. La discusión interna en las comunidades, cabi ldos y sus asociaciones en
Leticia, Puerto Nariño, Tarapacá y La Chorrera alrededor del reconocimiento
de la jurisdicción especial indígena en sus territorios, al igual que los avances
del proyecto adela ntado con la asesoría de la Uni versidad Colegio Mayor de
Nuestra Señora del Rosario, son parte de los esfuerzos realizados para fortale-
cer el respeto de los derechos colectivos de los pueblos indígenas.
La creación de consejos de ancia nos donde no los había, el acompaña-
miento a los comités ejecutivos de las asociaciones, la discusión y construcción
de un estatuto interno en territorios indígenas de Leticia y Puerto Nariño, la
creación de cuerpos de guardia indígena en el resguardo Ticoya y en la zona
de Azca ita, son las mayores manifestaciones de los logros alcanzados. Queda
también como resultado el documento interno de trabajo de la construcción
de este reglamento.
La realización de la Cumbre de Ancianos en el Resguardo Ticoya de
Puerto Nariño, en concertación con el Ministerio de Cultura, en la cual par-
ticiparon más de 160 personas, 75 de eUas entre ancianos y a ncianas de las
diferentes zonas de cobertura del Programa, deja otro mandato importante
para la proyección de los procesos indígenas del Amazonas, una de cuyas
prioridades es abordar una minga de pensam iento pa ra solucionar los pro-
blemas de tierras para las comunidades que se e ncuentra.n constreñidas en
los pequeños resguardos de Leticia y la creación del resguardo Uitiboc de
Tarapacá. La publicación de este documento que traza caminos y define res-
ponsabilidades a varios niveles en el mundo indígena es uno de los productos
finales del Programa, e n la perspectiva de proyección y sostenibilidad del
Programa Amazónico en el Amazonas.

528 Gloria Gonúlet


DenrroUo ~ plaDM de Yida
, proyeclOl: produc:dvol
Para entender mejor los aspectos relativos al desarrollo sostenible en
contextos indígenas es conveniente contrariar las convenciones establecidas.
Por ello nos parece pertinente empezar con los Planes de Vida.

a. Les planes de vida indígena


Los pueblos indígenas se plantearon la formulación no de pla nes de
desarrollo territoria l sino de planes de vida, para introd ucir en ellos no una
perspectiva técnico-económica de identificación de programas y proyectos de
inversión (a lo que también se tendría que llegar), sino la perspectiva de vida,
es decir, los preceptos fundamenta les que deben preservarse para seguir sien-
do pueblos indígenas, distintos culturalmente y con posibilidades de cons-
trucción de sociedad mayor, junto con las demás comunidades y sociedades.
Una característica fundamental de los planes de vida frente a un plan de
desarrollo de entidades territoriales es el eje de la identidad étnica y cultural en
su concepci6n, as! posteriormente termine organizado por sectores de acción pú-
blica, como los planes de desarrollo de entidades territoriales: salud, educación,
vivienda, agua, medio ambiente, gobierno, justicia, etc. La identidad, unidad,
territorio y autonomía parn decidir el q ué, el cómo y cuándo en la vida de los
pueblos indígenas es la esencia de los planes de vida, de acuerdo con la cosmovi-
si6n, los usos y costumbres de los pueblos. Es decir, lograr la autodeterminación
como pueblos y tener autonomía económica. cultural. política, territorial y jurí-
dica para desarroUarla. La esencia de un plan de vida es garantizar la pervivencia
del pueblo indígena, una forma de vida, de pensamiento y espiritualidad y el
cubrimiento de las necesidades del "buen vivir" de las comunidades.
En el Primer Encuentro de Autoridades y Líderes Indígenas e n La
Chorrera fue evidente que en el Amazonas, desde diferentes esfu erzos, unos
más internos y otros contando con asesoría y recursos externos (Onie y
Corpoa mazonia . principalme nte), avanzaba n los procesos de definición de pla-
nes de vida indígena . Por ello, desde la formulación del Programa Amazónico,
con el proyecto en el Amazonas, se planteó que en el área de cobertura se
había avanzado en procesos paralelos pero sin llegar a culminar la etapa de
formulación y que, por tanto, de cara a la necesidad de que las comunidades
expresaran en sus planes de vida su pensamiento, su identidad, su percepción
de vida y futuro y plasmaran sus recursos, necesidades, aspiraciones y posi-
bil idades de avanzar autónomamente, se requería apoyar aq uellos procesos
locales para tratar de articular propuestas territoriales más am plias y reforzar
a nivel de las bases los planteamientos y t rabajos que se llevaran a escenarios
de coordinación o concertación de acciones interinstitucionales.
y se planteó también desde Codeba que, en esencia, los únicos actores
protagonistas en estos procesos tendrían que ser los pueblos indígenas y sus
organizaciones, mientras que la funció n de organizaciones gubernamentales y
no gubernamentales debiera ser la de reconocer, respetar, apoyar y propiciar

Apuestu y aprend.bajes del "Programa


Amatónloo- en e l Amazonas U.
la reflexión y la acción colectiva y brindar apoyo técnico en el proceso de
sistematización de información. Asi ocurrió.
En este sentido, el logro más sobresaliente del Programa Amazónico en
el Amazonas es la estructu ración y publicación de los planes de vida indígena
de las asociaciones Acitam, Azcaita, Aticoya, Asoaintam y Azicatch, en un
intenso y rico proceso de construcción colectiva en cada una de las cinco aso-
ciaciones, con sus autoridades y comunidades, en un ejercicio de recorridos,
conversatorios y talleres, iniciado con el Primer Encuentro de Autor idades y
Líderes e n La Chorrera en 2004 y validado en el Segundo Enc uentro, también
en La Chor rera, en j ulio de 2006. Se podría decir que estos planes de vida
indígena expresan el pensamiento, la identidad y la percepción de futuro que
se plantean hoy las comunidades amazónicas en ejercicio de su autonomía,
pero entend iéndose e n relación con la sociedad pluriétnica y multicultural
colombiana, con el propio Estado y e n una región frontera.
En el proceso de formulación de los planes de vida se trabajó carto-
grafia social en Leticia, Puerto Nariño, Tarapacá, no para publicar, sino como
instrumento que permitiera que las comunidades se vieran al interior de su
territorio y en relación con su contexto (municipio, departamento, nación,
fron teras nacionales y pueblos ind ígenas de frontera). En el caso de Azicatch
es clara la presentación de la publicación del Plan en el sentido en que hay
Otros dos componentes que están en const rucción local, uno de los cuales
j ustamente es el plan de ordenamiento ambiental, asumido por la Comisión
de Ordenamiento Territor ial con el apoyo de Corpoamazonia, que fo rma parte
constitutiva del Plan de Vida y de Abundancia. pero que no se publicaba en
aquella ocasión. Esta información reposa en las comunidades, en sus organiza-
ciones, e ncargadas de asumir autónomamente su uso.

b. Los planes de desarTOi/o y las políticas públicas


En la normatividad nacional se expresa la articulación de los planes de
vida indígenas con los planes de desarrollo nacional y territorial. Este reto se
puede leer en el Plan Nacional de Desarrollo 2006-2010 (Cap 7, 499). Por tanto,
fortalecer los procesos de construcción colectiva de los planes de vida indíge-
na en el Amazonas ha sido una oportunidad para establecer puentes de acción
y cooperación entre sociedades diversas y las instituciones públicas para el
cumplimiento de uno de los grandes propósitos de la Constitución Politica,
como es el de garantizar la existencia de pueblos distintos como soporte de la
unidad nacional.
El reclamo indígena hacia el Estado es q ue efectivamente se tejan puen-
tes de articulación entre procesos de planeación y ejecución de acciones que
permitan hacer "amanecer la palabra", junto con la institucionalidad pública
que tiene una responsabilidad al respecto.
En el Amazonas, contar con los planes de vida - publicados e institu-
cionalizados- ha permitido superar obstáculos de relacionamiento interins-
titucional en el ejercicio de la planeación del desarrollo, la gestión pública

530 Gloria Gonzélez


sectorial y territorial en el departamento y en ~lación con los pueblos indíge-
nas. No se trata de asumir un proceso en el que se absorban los planes de vida
dentro de los planes de desarrollo territorial. sino de respaldar las prioridades
indígenas frente a las necesidades vitales de su población. en cu mplimiento
de las funciones de servicio publico de las entidades.
Ello requiere. necesariamente. de la voluntad política de quienes to-
man decisiones en estos procesos. lo cual ha sido evidente en la discusión de
los planes de desarrollo municipal y departamental. aun en las discusiones
publicas sobre el esquema de ordenamiento territorial en Puerto Nariño o
del Plan Básico de Ordenamiento Territorial en Leticia y su ~Iación con los
resguardos.
Los avances en la apropiación institucional indígena de sus planes de
vida salta a la vista en los siguientes casos:
• Cuando Azcaita se ~Iaciona con la Agencia de Acción Social de la
Presidencia para manejar el proyecto de acompañamiento a las familias guar-
dabosques productivas en Leticia y Puerto Nariño. y cua ndo la Universidad
Javeria na escoge y certifica la experiencia de su Plan de Vida como una prác-
tica innovadora en participación política y ciudadana, junto con otras :14 ex-
periencias en el país.
• Con relación a Azicatch en la concreción de convenios con el
Ministerio de Cultura frente a la Declaratoria de la Casa del Conocimiento
como Bien Cultural de Interes Publico de carácter nacional y la restauración
de la misma; el convenio con el Ministerio de Protección Social para manejar
el Programa de Adulto Mayor, que servirá de experiencia piloto para definir
la participación directa de los resguardos en el manejo de este programa en el
país, o con la Universidad Pedagógica para el desarrollo del programa curri-
cular de la licenciatura en biología adecuada a las necesidades de la región.
• Con relación a Aticoya, en la adjudicación del Programa Etnias de
RTVE a esta Asociación, con la propuesta Yacunma, hijos del río, que se ade-
lanta también con la dirección técnica de Codeba y que reforzará el sentido de
pertenencia y la proyección cultural del proceso logrado en estos años; o en la
coordinación local del proceso de certificación de Puerto Nariño como destino
turístico, que se adelanta con amplia participación social e interinstitucional,
especialmente apoyado por el Ministerio de Cultura.
• Con relación a Acitam. en sus planteamientos sobre educación y so-
bre política ambiental que ha hecho publicas en diferentes escenarios insti-
tucionales; en el proceso de apropiación del manejo de la red de productores
nativos, Proama, yen el proceso en torno al Foro Social Amazónico.
• Finalmente, con relación a Asoaintam, cuando procura su resguar-
do ante la Comisión Nacional de Territorio, INCODER, Unat y Ministerio del
Interior y de Justicia.
Los anteriores son tan solo ejemplos de lo logrado en cada Asociación
en el ultimo aBo, cada una con énfasis propio, pero en el cami no comun
de lograr cada vez mejores condiciones para su gente y mayores niveles de

Apuemas y aprendlu", del ~Progr.m.


A.malónleo~ en el AmUOIlQ 53!
autonomía comunitaria en el destino de su vida colectiva, en el manejo de sus
propios recursos y en los planteamientos a las entidades territoriales frente a
los planes de desarrollo y a los asuntos públicos q ue tocan con sus posibili-
dades de pervivencia como pueblos indígenas en sus territorios. A ello con-
tribuyó el Programa Amazónico, y Codeba expresa públicamente su orgullo y
satisfacción por haberlo logrado jumos.
Un menor alcance en logros integra les se contó en las zonas de Puerto
Alegría y El Encanto. Sin embargo, una vez lograda la unidad territorial de
todo el resguardo Predio Putumayo, sigue pendiente el reto de contribuir a la
unidad organizativa entre todas sus nueve zonas, reto que deberán asumir sus
autoridades autónomamente.
Hoy, después de haber logrado completar una fase clave e institucionali-
zar los planes de vida, hay un reconocimiento público real de la validez de estos
procesos, no sólo al interior de las comunidades porque elJas han sido sus cons-
tructoras, sino a nivel institucional regional. nacional e internacional. Uno de
los desafíos es articular adecuadamente los planes de vida con los de desarrollo.

c. LA produccion sostenible y la economía comunitaria indígena


En el eje de producción sostenible y economía comunitaria. los logros
que se registran con satisfacción son: la creación de la Red de Productores
Nativos del Amazonas, Proama, en el trapecio amazónico, de Ibarirako en La
Chorrera y de una tienda artesanal y comercial en Tarapacá, además de peque-
Bos fOndos rotatorios para productores en El Encanto y Puerto Alegría.
Con Acción Socia l, Programa Fami lias Guardabosques Productivas. se
avanzó en la formulación de proyectos productivos y consecución del apoyo
institucional al desarrollo de los mismos de acuerdo con la función de las
entidades, su capacidad y disponibilidad de recursos (financieros, técnicos,
de conocimiento, etc.). Dentro de las líneas están: fortalecimiento de la diver-
sidad de especies en el sistema de chagra; turismo en comunidades indígenas;
especies menores; reforestación con maderables; apoyo a mejoramiento de
producción de artesanías y de producción de fariBa, entre otros.
Avanzamos también en la capacitación de las organizaciones en el ma-
nejo de sus recursos, en la siembra de esperanzas en lo económico colectivo.
En este contexto, el llamado de atención de los ancianos en la Cumbre cele-
brada en septiembre en Puerto Nariño deja un derrotero a seguir en la línea
de la producción sostenible y la economía comunitaria indígena. Lo dicho fue
expresado por los ancianos y ancianas e n la Cumbre de la siguiente manera:
La base de la salud es la chagra, es alimentarse bien. Para hacer
la chagra necesitamos de un espacio importante que se llama territorio.
Si no tenemos esto, cat'mos en la enfermedad y la dependencia.( ... )
La autonomía y el gobierno propio se rortalece desde nuestra base
alimenticia, desde nuestra chagra, pero requiere: nuestro apoyo,
como sabedores culturales y tradicionales. Nosotros tenemos cuatro
herramientas, pensamiento, palabra, obra y vida. La unidad se

632 Gloria Gondlez


forulecc compartiendo el conocimiento de liI chagra que aprendimos
hace miles de ailos. Es un deber de esta generación recuperar el sentido
y el valor del trab..jo colectivo, forta lecer la minga, el trueque y el
intercambio tradicional de productos, semillas y saberes entre famílias
y comunidades.
La base de liI salud es liI chagra, porque es la que nos da de
comer y tiene de todo par.. la economi... Pero los pueblos hemos ido
c.ambi.ando la alimenLldón propia por otra. Los productos .ancestrales
se esta n cambiando, vendemos el alimento sano que producimos par.a
comprar alimentos contaminados. Por tanto, debemos desarrollar ¡as
iniciativas produclivn que planteamos en los Planes de Vida.
Las organí:udones indlgenas y los Jóvenes deben escuchar
y acatar 1.. palabra de consejo frente al tema de producción . Solo ní,
síguiendo nuestros usos y costumbres, les podemos dejar a los nii\os,
jóvenes y a las futura s generaciones un territorio donde podamos
pervivir.
Sabemos que hoy la economía es diferent'e a la que vivieron
nuestros abuelos. que necesitamos dinero para muchas cosas, que
debemos proyectar nuevas iniciativas económiCils, pero sin olvidar
lo nuestro (Mandato de la Cumbre de Ancianos Indígenas del
Departamento del Amazonas, Puerto Nariño. septiembre de looS).

Durante el transcurso del Programa Amazónico se hicieron esfuerzos


en acciones de emergencia. pero quedaron cortos ante la magnitud del proble.
ma; por eso se insistió al 6nal de su ejecución en la necesidad de avanzar sobre
el Plan Departamental de Seguridad Alimentaria y sobre un plan de acción
inlegral frente al problema de desnutrición y malnutrición en comunídades
que. para el caso de las comunidades de La Chorrera es alarmante. segun es·
ludios médicos conocidos.
La existencia de las semillas dejadas para construir la red de productores
indígenas. e! apoyo al fortalecimiento del sistema de chagras en comunidades ri·
bereñas de! río Amazonas. asumido con e! Proyecto Regional ECOFONDO· Acdi
Canadá. e! apoyo a iniciativas como Canoeros de Tarapoto. el grupo Cultura y
Talla de la comunidad de Siete de Agosto. el estanque pisdcola de la comunidad
de Macagua y, en el últimoai\o, el apoyo al Programa de Familias Guardabosques
en el Amazonas. permiten afirmar que se han sentado las bases necesarías para
lograr resultados sostenibles a mediano y largo plazo en este eje de trabajo.
La propuesta de un protocolo para el manejo de excedentes en chagras
y pesca indígena es también resultado de este trabajo del Programa Amazónico
en el Amazonas. en procura de mejorar la economía comunitaria indígena.
La evaluación de Proama en el trapecio. Ibarirako de La Chorrera y
la tienda artesanal en Tarapacá. real izadas en el mes de diciembre. estimula
a seguir apoyando y desarrollando estos esfuerzos por ganar en autonomía
económica de las organizaciones indígenas.

ApuMtIUI y epreDdluln de. MPrognuna


Amazónlco en e. Amazonas
M
533
El rerorzamiento en capita.! de trabajo q ue se hizo a las iniciativas de
economía comunitaria, registrado también e n el último mes de ejecución
del Programa, es el rererente directo para la proyección del esruerzo comu-
nitario indígena con acompañamiento de Codeba, de manera que se logren
erectivamente consolidar estas iniciativas indígenas. Ellas son: el pozo pis-
cicola e n Mocagua, el Ecohotel en San Juan del Soco, el Parque temático de
la Comunidad de 7 de Agosto, el grupo asociativo Canoeros de Tarapoto, el
proceso de certificación del destino turistico de puerto Naríño y la misma
Proama para desarrollar la línea de artesanía.
El Foro sobre Seguridad Alimentaria y Economía Comunitaria reali-
zado el día 2 de diciembre pasado significó un abre bocas para la discusión
pública y construcción participativa del Plan Departamental de Seguridad
Alimentaria, que tiene necesariamente que ver con el apoyo indispensable
para que estas iniciativas indígenas ya avanzadas no se trunquen.

tu telacloae.la~, los procao.lDdigeaas . . el Amuoau


Desde el Programa Amazónico, Codeba y las asociaciones de autori-
dades indígenas del área de su cobertura se trabajó intentando coordinar y
concertar acciones entre las organizaciones y entre éstas y las instituciones
estatales, manteniendo el principio de unidad en la diversidad. Ello ha sido
rundamental para lograr el reconocimiento social e institucional del proceso
asumido en estos cuatro años y de sus resultados.
Se ha interactuado con entidades gubernamenta les, organizaciones
de la socieda d civil (organizaciones sociales y no gubernamentales) y de co-
operación internacional. Frente a esta úl tima, se ha tratado de incentivar el
interes de los organismos de cooperación internacional, empezando por la
misma Embajada de Holanda, por conocer directamente las condiciones polí-
ticas, económicas, socia les, culturales y organizatívas de los pueblos indígenas
del departamento del Amazonas, en particular, dentro del área de trabajo en
el trapecio amazónico y el Resguardo Predio Putumayo, para q ue el diálogo
alrededor de las propuestas de tnbajo y su concreción sean erecti vamente
constructivos, propositivos y consensuales.
La invitación a las entidades públicas y privadas más importantes en el
Amazonas y a nivel nacional para que participaran de las actividades centra-
les del Programa, en especia l en los eventos de socia lización de los productos
del proceso (cartografia, planes de vida, encuentro y cumbre de autoridades,
entre los más importantes) rue una constante obligada del trabajo de Codeba
y las Asociaciones de Autoridades Indígenas, al entender que es necesario
procurar sumar esruerzos, incluir y no excluir. Siempre rue interesante y pro-
vechosa la presencia institucional en estos eventos, así no siempre acudiera
todo el amplio espectro de entidades convocadas.
De hecho, la creación del Comité Departamental de Cooperación
Internaciona l, con el apoyo de Codeba en la Secretaria Técnica, ya le ha
permitído a la Gobernación disponer de unas bases de polít ica pública

534 Gloria González


territorial en relación con la cooperación internacional y un dossier actualiza-
do de más de 20 propuestas y proyectos, presentado por la propia Gobernación
del Amazonas ante instancias nacionales e internacionales.
También está e n curso, como se mencionó anteriormente, el impulso
a la formulación del Plan Departamental de Seguridad Alimentaria, lidera-
do desde la Gobernación y con el apoyo institucional de INCODER, ICBF,
Instituto Sinchi, Codeba, con el cual se espera contribuir a la generación de
política pú blica territorial en un asunto central para la vida de las poblaciones
humanas en el Amazonas. Este esfuerzo se afirmó en el Foro sobre Seguridad
Alimentaria, ya mencionado.
Queda pendiente, aunque va avanzada, la decisión gubernamental alre-
dedor de la creación del Comité Interinstüucional y de Pueblos Indígenas del
Amazonas, Cipida, surgida como una propuesta indígena para fortalecer go-
bernabilidad. En la Cumbre de Ancianos, ocurrida en agosto en Puerto Nariño,
el Gobernador del Amazonas se com prometió a impulsar esta ijniciativa.
Trabajos importantes conjuntos se han avanzado con otras institucio-
nes nacionales e internacionales, como la Secretaría de Educación departa-
mentaL Min-Cultura, UNICEF. También se ha trabajado para lograr consolidar
una apuesta política, como es la Escuela de Liderazgo Indígena.

Coacau.t6a
El Programa Amazónico apoyó procesos que los pueblos indígenas ya
venían desarrollando para fortalecer su organización y autonomía, así como
sus estrategias económicas, que enmarcamos dentro de la concepción de un
desarrollo sostenible con visión indlgena que incorpora como elemento cen-
tral los "Planes de Vida". Mucho se avanzó, pero queda todavía mucho por
hacer en una sociedad que aún no acepta o comprende adecuadamente la
diversidad cultural y el respeto por los derechos de los pueblos indígenas. Un
asunto de principios que inspi ró el Programa Amazónico, aquí presentado,
resalta el sentido dado a la "palabra comprometida". Por ello, destacamos lo
señalado por los ancia nos en la Cumbre celebrada en Puerto Nariño:
Los ilndilnos solicitiln que los plilnes de vidil entren en las
ordenanzas y en los acuerdos de los municipios. Que el gobernador con
la potestad que tiene, haga un mandato para estos tres años para lograr
cumplir. Nosotros venimos representando y haciendo el camino, hemos
venido a sembrar chagra y la dejamos acá Pilra que ustedes la cuiden
y esperemos que dé frutos. Nosotros cuidaremos y cumpliremos y el
gobernador que también cumpla. Este don lo ha dado el Creador y 10
que ha dado el Creador no se puede dejar. La cultura indígena es vivir
en unión entre los pueblos y unidos tambié n las autoridades civiles,
militares y eclesi..isticas, la unión nos hace libres, nos da la paz. Esta
palabra lo está dando la manicuera, es [a que queda. Dejo estas palabras
de abundancia, no vayan a buscar mucha crítica, respetar; el respeto es
la más grande fuerza del hombre (Andana Marcclo Buinaje).

Apuestu y aprendizajes del "Programa


Amatónlco- en el Amaronllll 535
ANEXOS
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