Está en la página 1de 1

El jarro vacío (Milorad Pavic)

“Un jázaro, lector de sueños, mientras era aún estudiante en un monasterio, recibió como regalo un jarro y lo colocó en su
celda. Una noche metió en él su anillo, pero, cuando a la mañana siguiente fue a sacarlo, no lo encontró. Alargaba el brazo
dentro del jarro, pero en vano, de ninguna manera lograba tocar el fondo. Puesto que el jarro era menos largo que su
brazo, eso le extrañó. (…) se dirigió a su maestro Muqaddasi al Safer para pedirle que le explicara el significado de ese
jarro. El maestro tomó un guijarro, lo echó en el jarro y se puso a contar. Cuando hubo llegado a setenta, del interior del
jarro llegó un ruido sordo como si algo hubiera caído al agua, y el maestro dijo:
-Podría explicarte lo que significa tu jarro, pero reflexiona un poco si vale la pena. En cuanto te diga qué es, el jarro
inevitablemente tendrá menos valor para tí y para los demás. Porque, por grande que sea su valor, no puede ser más
grande que todo, y en cuanto te diga qué es, el jarro ya no va a ser todas las cosas que no es, y que en cambio ahora es.
Cuando el alumno estuvo de acuerdo con el maestro, éste cogió una vara y rompió el jarro. El joven le preguntó pasmado
por qué causaba ese daño, y el maestro respondió:
– El daño sería haberte dicho para qué sirve el jarro y luego haberlo roto. En cambio, puesto que no sabes para qué sirve,
el daño no existe, porque el jarro podrá servirte todavía como si no hubiera sido roto…
Y, en efecto, el jarro jázaro sirve todavía hoy, aunque desde hace mucho no existe.”

Milorad Pavic, Diccionario Jázaro

También podría gustarte