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Introducción al estudio del lenguaje

Semestre 2-2017

1. El lenguaje y el cerebro1

¿Dónde se encuentra ubicada la capacidad para utilizar el lenguaje? Para dar una respuesta concreta
debemos remitirnos a los estudios hechos en neurolingüística, rama de la lingüística que estudia la
relación entre el lenguaje y el cerebro. Según la mayoría de las investigaciones (autopsias,
exámenes de cerebro de personas con discapacidad) la capacidad del lenguaje se encuentra
localizada en el hemisferio izquierdo.2

3.1. Las partes del cerebro

Las áreas más relevantes del hemisferio izquierdo del cerebro, que deben su nombre a los
neurocirujanos que descubrieron su función con relación a la capacidad del lenguaje, se pueden
describir de la siguiente forma:

Zona 1: área de Broca Producción de habla (Paul Broca, 1860)

Zona 2: área de Wernicke Comprensión del habla (Carl Wernicke, 1870)

Zona 3: córtex motor Articulación física concreta del habla (músculos articulatorios)
(Penfield y Roberts)

Zona 4: fascículo arqueado Conecta el área de Wernicke y el área de Broca

3.2. La hipótesis de la situación

Identificar un conjunto de “ubicaciones del lenguaje” es, hasta cierto punto, simplista, ya
que olvidamos y obviamos las intrincadas interconexiones que se producen en el sistema nervioso

1
Tomado de: Yule, George. 2003. El lenguaje. Cambridge: Cambridge University Press.
2
No obstante, casos como el de Genie (una niña que estuvo 13 años aislada y que no era capaz de usar el
lenguaje) muestran que algunas personas pueden, en circunstancias especiales, usar el hemisferio derecho
para las funciones del lenguaje. Casos como estos parecieran indicar, por otra parte, que no hay
necesariamente una ubicación cerebral exclusiva para la capacidad del lenguaje.
central, el papel tan complejo del riego sanguíneo y la naturaleza interdependiente de la mayoría de
las funciones cerebrales.

La hipótesis de la situación es una manera de decir que nuestra capacidad lingüística tiene
ubicaciones identificables en el cerebro. Sin embargo, otros investigadores del cerebro argumentan
repetidamente que hay muchas evidencias en contra de esta hipótesis. Cualquier lesión en un área
del cerebro parece tener repercusiones en otras áreas y, por consiguiente, deberíamos ser muy
cautos al asignar conexiones muy concretas entre aspectos particulares del comportamiento
lingüístico y sitios en los pliegues de materia gris que hay dentro de la cabeza” (Yule 2003: 189).

3.3. Errores del habla

Algunos investigadores han notado que, como usuarios del lenguaje, todos nosotros
experimentamos alguna vez algunas dificultades para conseguir que el cerebro y la producción del
habla colaboren correctamente. Estas dificultades menores de producción se han investigado como
posibles pistas de la forma en que puede estar organizado nuestro conocimiento lingüístico dentro
del cerebro. Los errores más frecuentes del habla son:

 En la punta de la lengua: Cuando alguna palabra se resiste de ser pronunciada. Sabemos


la palabra pero ésta se resiste a salir. Los estudios de este fenómeno han mostrado que
normalmente los hablantes tienen un esbozo fonológico de la palabra, que pueden decir
correctamente cuál es el sonido inicial e incluso el número de sílabas de la palabra.3 Por
ejemplo:

Sí, yo lo sabía, cómo era? empezaba con S…lo tengo en la punta de la lengua [Secante,
sexteto y sexto… en lugar de sextante]; La película que vi se llama Magadascar,
Malagascar o algo así… en lugar de Madagascar.

 Lapus linguae o tropiezo de la lengua: Cuando se mezclan sonidos de diferentes


palabras o se invierte el orden de dos estructuras. Se ha dicho que los errores de este
tipo no son casuales, que nunca producen una secuencia fonológicamente inaceptable, y
que indican la existencia de diferentes estadios en la articulación de las expresiones
lingüísticas. Aunque normalmente se tratan como errores de la articulación, también se
ha sugerido que pueden ser el resultado “errores del cerebro” al intentar organizar los
mensajes lingüísticos. Por ejemplo:

Rúmero romano [en lugar de número romano]; Pásame la ventana por la llave,
Recuerden no [dejar de] venir al examen; Si no vengo a clase debo entrar más tarde
los martes y jueves para recuperar el tiempo.

3
Esta experiencia sucede normalmente con términos o nombres poco frecuentes. Sugiere, además, que el
almacenamiento de palabras podría estar organizado sobre la base de alguna información fonológica y que
algunas palabras de este “almacén” se recuperan más fácilmente que otras. Cuando se producen errores en
este proceso de recuperación, a menudo hay un gran parecido fonológico entre la palabra deseada y el error.
 Lapsos de oído: Cuando oímos algo diferente a lo que realmente pronunció nuestro
interlocutor. Por ejemplo:

Latita azul [en lugar de la tinta azul]; Nana [en lugar de enana].

Estos ejemplos de errores nos pueden dar pistas sobre el funcionamiento normal del cerebro
humano cuando trabaja con el lenguaje; sin embargo, como veremos a continuación, algunos
problemas en la producción y comprensión del lenguaje son el resultado de disfunciones mucho
más serias del cerebro.

3.4. Afasia

Normalmente, el término “afasia” significa pérdida total de algunas de las


habilidades del lenguaje, especialmente la de la memoria en cuanto al significado de las
palabras y a su producción oral y escrita. Si la pérdida es parcial se habla de “difasia”. Se
distinguen dos tipos de afasia: la adquirida y la congénita. Cuando se habla simplemente de
“afasia”, por lo general se refiere a la primera, que es la pérdida de las facultades normales
que se tenían, por una lesión en el cerebro debido a traumas, lesiones, accidentes
cardiovasculares, tumores, etc., que afectan a los tejidos cerebrales; así como el
envejecimiento, el estrés, etc. (cf. Alcaraz Varó y Martínez Linares 2004).
Yule (2003: 192) define la afasia como una disfunción en el lenguaje causada por
una lesión cerebral localizada que acarrea dificultades para entender y producir formas
lingüísticas. Según el autor, la causa más frecuente es un ataque de apoplejía, aunque las
lesiones traumáticas en la cabeza a causa de un golpe violento pueden tener efectos
similares. La clasificación de los tipos de afasia está normalmente basada en los primeros
síntomas de disfunción.

3.4.1. Tipos de afasia y características

Afasia de Broca (afasia motora)

 Reducción sustancial del habla


 Articulación distorsionada y lenta
 Dificultades para hablar
 Utilización de morfemas léxicos (nombres, verbos, etc).
 Omisión de morfemas gramaticales (artículos, preposiciones, conjunciones, etc.). Esta
omisión ha llevado a caracterizar este tipo de afasia como agramatical.
Ejemplos: a) mis mejillas… muy molesto… primero hombro… doler todo aquí
b) un volente… ya sabes qué quiero decir… len… volente (un velero)

Afasia de Wernicke

 Dificultades en la comprensión auditiva. Conocida también como afasia sensorial


 Producción de habla fluida pero imposible de entender
 Utilización de términos muy generales como respuesta a preguntas concretas sobre algo.
Ejemplo: Yo no puedo hablar de todas las cosas que hago y parte de la parte que yo puedo
ir bien, pero no puedo decir de la otra gente.
 Dificultad para encontrar la palabra correcta y en lugar de la palabra utilización de
circunloquios.4 Ejemplo: ¿Para qué sirve la tinta?: hacer con una pluma [en lugar de
escribir].

Afasia de conducción (lesión en el fascículo arqueado)

 Articulación fluida, pero entrecortada, con pausas y dudas


 Por lo general, la comprensión de las palabras habladas es buena
 La repetición de una palabra o frase dicha por otra persona crea grandes dificultades. Lo
que se oye y se comprende no puede ser transferido al área de producción de habla.
Ejemplo: pazar o tovar como repeticiones de las palabras basar y lavar.

3.5. Otros métodos: la prueba de la escucha dicótica

Una técnica experimental que ha demostrado, en la mayoría de los sujetos sometidos a estas
pruebas, que las funciones del lenguaje deben estar situadas en el hemisferio izquierdo es la llamada
prueba de la escucha dicótica. Esta técnica utiliza el hecho generalmente aceptado de que cualquier
cosa que se experimente en la parte derecha del cuerpo se procesa en el hemisferio izquierdo del
cerebro y lo que se experimenta en la parte izquierda del cuerpo se procesa en el hemisferio
derecho.5 Una suposición básica sería que una señal recibida por el oído derecho irá al hemisferio
izquierdo y viceversa.
¿Cómo es la prueba?: a un sujeto equipado con unos auriculares se le presentan diferentes
señales sonoras simultáneamente, cada una por un auricular. A través de un auricular llega el sonido
gato o perro, y por el otro, exactamente al mismo tiempo, llega el sonido pa o gato. Cuando se le
pregunta al sujeto por lo que ha oído, éste normalmente identifica mejor lo que ha oído por el oído
derecho (ventaja del oído derecho para los sonidos lingüísticos). La explicación es que una señal
lingüística recibida por el oído izquierdo es primero enviada al hemisferio derecho para luego ser
enviada al izquierdo para ser procesada. Por el contrario, cuando una señal lingüística es recibida
por el oído derecho, ésta va directamente al hemisferio izquierdo (centro de lenguaje). Esta prueba
de escucha dicótica ha demostrado también que el procesamiento de muchos otros estímulos de
naturaleza no lingüística se da en el hemisferio derecho. Por ejemplo, se reconocen mejor los
sonidos no verbales (música, tos, cantos de pájaros, etc.) por el oído izquierdo, es decir, son
procesados más rápidamente vía hemisferio derecho.6

4 Rodeo de palabras para dar a entender algo que hubiera podido expresarse más brevemente.
5
Una lesión grave del hemisferio izquierdo puede llevar a una parálisis de la parte derecha del cuerpo.
6
No obstante, como lo explica Yule (2003: 195), investigaciones más recientes en esta área han indicado que
la especialización de los dos hemisferios podría estar más relacionada con el tipo de “procesamiento”, más
que con el tipo de “material” procesado.

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