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Ley Universitaria
Ley Universitaria
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Para que sea aprobada, Mora tuvo que dar algunos paso atrás. Por
ejemplo, la acreditación seguirá siendo voluntaria y ya no obligatoria
como lo propuso inicialmente. La ley no es retroactiva, es decir, no
afecta a los actuales alumnos.
Rider Bendezú
@RiderBendezu
Luego de meses de discusión e idas y vueltas, el Pleno del Congreso de la
República aprobó el proyecto de la nueva ley universitaria que se presenta como una
reforma en la educación superior.
Sin embargo, para su aprobación, Daniel Mora, presidente de la Comisión de Educación,
tuvo que dar pasos atrás, como es dejar de lado su Suneu por el proyecto de ley enviado por
el Poder Ejecutivo referido al segundo capítulo.
A pesar de ser resistida, el texto establece la creación de la Superintendencia Nacional de
Educación Superior Universitaria (Sunedu) en reemplazo de laAsamblea Nacional de
Rectores (ANR) apenas se instale.
SUPERINTENDENCIA
Mora Zevallos fue enfático al afirmar que, pese a estar adscrita al Ministerio de Educación,
la Sunedu no viola la autonomía universitaria. Explicó que esta institución contará con
autonomía administrativa y presupuestal.
Una de las grandes modificaciones del dictamen son los nuevos requisitos para la obtención
del grado de bachiller. Es así que los estudiantes de pregrado que culminen
satisfactoriamente sus cursos y créditos ya no podrán tener el grado con un solo trámite
administrativo.
La ley, que espera ser promulgada por el Poder Ejecutivo, plantea que el universitario
presente y sustente un trabajo de investigación, a modo de tesina, el cual sería desarrollado
desde el último ciclo con el curso de tesis.
Sin embargo, es importarte recalcar que este trabajo no es una tesis. Además, el estudiante
debe sustentar el conocimiento de un idioma extranjero, siendo de preferencia el inglés, o
una lengua nativa.
Cabe indicar que la ley no es retroactiva, es decir, no afecta a los estudiantes de los últimos
ciclos, sino a aquellos que ingresen a la universidad luego de la eventual promulgación del
dictamen.
TITULACIÓN PROFESIONAL
Un artículo importante es el que indica que el título profesional solo se podrá obtener en la
universidad en donde el estudiante culminó sus créditos, dando por concluida aquella
práctica en la que el alumno consigue la licenciatura en una universidad distinta.
Otro de los retrocesos del proyecto de ley es la elección de las autoridades universitarias.
Inicialmente, esta sería universal en todas. Sin embargo, ahora solo en las nacionales
participarán de la votación los estudiantes.
En el caso de las universidades privadas, serán sus propios estatutos los que determinen el
modo en que se elegirán a sus rectores y vicerrectores, pudiendo ser estos reelegidos, muy
diferente a lo que se fija para las públicas.
El candidato a rector debe ser, obligatoriamente, doctor y no debe haber sido condena por
delito doloso con sentencia de autoridad de cosa juzgada. Tampoco puede estar consignado
en el registro nacional de sanciones de destitución y despido.
Rector y los dos vicerrectores, en universidades públicas, serán elegidos por votación
universal y deberán presentarse en lista única, debiendo obtener más del 50 % de los
votos ponderados de los estudiantes y docentes. En caso ninguna lista obtenga la mayoría
de votos, se pasará a una segunda vuelta entre las dos planchas con mayor votación.
Inicialmente, se detallaba que el Sineace se encargaría de este proceso, pudiendo solo las
universidades acreditadas por esta institución entregar títulos a nombre de la Nación. Sin
embargo, el titular de la Comisión de Educación terminó por ceder a las presiones de otros
congresistas a cambio del apoyo al resto el proyecto.
Tan solo algunas carreras tendrán la acreditación obligatoria como requisito, pero las otras
recibirán beneficios tributarios en la reinversión si es que obtienen esta certificación.