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D E FINIC IÓN DE REPRODUCCIÓN ASEXUAL

La idea de reproducción está vinculada al proceso y el resultado de reproducir, un


verbo con varias acepciones. En este caso, nos interesa centrarnos en su significado dentro
del grupo de los seres vivos: reproducir consiste en concebir un nuevo organismo que
disponga de las mismas características biológicas que su
progenitor.
Se conoce como reproducción sexual a la concepción de un
descendiente a partir de la combinación genética de dos
seres que forman parte de una misma especie. Este es el
mecanismo natural que emplean los animales (incluyendo
al ser humano) para reproducirse: requiere de una relación
sexual o apareamiento para posibilitar la fecundación.
La reproducción asexual, en cambio, se desarrolla cuando, de un organismo que ya
alcanzó un cierto estado de madurez, se desprende una célula o parte de su cuerpo que
permite la producción de un nuevo individuo mediante la mitosis. Este tipo de
reproducción, por lo tanto, no requiere de la participación de gametos y se desarrolla con
un único progenitor.
Existen diferentes tipos de reproducción asexual que llevan adelante tanto animales como
microorganismos y plantas. En el caso de los animales, podemos mencionar procesos de
reproducción asexual como los siguientes:
* fragmentación: también se conoce con el nombre de escisión, y se lleva a cabo cuando
un animal se divide en dos o más partes, siendo todas ellas capaces de efectuar la
reconstrucción completa de un organismo. Si bien lo más normal es que el proceso se
lleve a cabo antes de la división (lo cual se denomina paratomía y se hace
voluntariamente), a veces también ocurre después del corte (se llama arquitomía y suele
ocurrir como resultado de un accidente);
* gemación: este término deriva del latín geminus, que puede traducirse como “gemelo”,
y se produce cuando un individuo desarrolla ciertas prominencias, las cuales crecen, se
desarrollan y dan lugar a nuevos organismos independientes, que tienen la opción de
separar sus cuerpos del progenitor o bien permanecer unidos, de modo que se forma
una colonia. Este proceso es una división desigual (se considera una mitosis asimétrica) y
podemos encontrarla en las levaduras, entre otros organismos unicelulares.
Las plantas, por su parte, pueden apelar a procesos
como:
* formación de mitosporas: estas esporas se originan a través de la mitosis, y esta
forma de reproducción asexual es muy común en musgos, hongos,
líquenes y helechos. Algunas mitosporas se trasladan a través de flagelos o cilios; otras
viajan de manera pasiva por el viento, el agua o usando animales como medio de
transporte. Este proceso puede originarse en un órgano esporígeno (en el exterior de la
planta) o bien dentro de ciertos órganos que se conocen como esporangios;
* multiplicación artificial: en este caso, los seres humanos jugamos un papel
fundamental. Una de las técnicas más comunes es el uso de injertos, fragmentos del
tallo que se pueden introducir en un tallo o tronco de un individuo de la misma especie o
de otra, y se usa muy a menudo para la reproducción asexual de plantas ornamentales y
árboles frutales.
Los microorganismos, en cambio, desarrollan procedimientos de reproducción asexual
como la esporulación, la cual también se conoce con el nombre de esporogénesis y puede
llevarse a cabo a través de esporas o endosporas. El factor desencadenante de este proceso
puede ser la adversidad del medio ambiente (falta de luz o nutrientes, por ejemplo),
aunque también ocurre naturalmente como parte del ciclo vital.
Cabe destacar que la reproducción asexual es más rápida y simple que la reproducción
sexual: sin embargo, como la descendencia carece de variabilidad genética, no permite
desarrollar la selección natural ya que todos los individuos son idénticos.
La reproducción asexual es una forma de reproducción de un ser vivo ya desarrollado en la cual a partir de
una sola célula o grupo de células, se desarrolla por procesos mitóticosun individuo completo, genéticamente
idéntico al primero. Se lleva a cabo con un solo progenitor y sin la intervención de los núcleos de las
células sexuales o gametos.1
Los organismos celulares más simples se reproducen por un proceso conocido como fisión o escisión, en el
que la célula madre se fragmenta en dos o más células hijas, perdiendo su identidad original.
La división celular que da lugar a la proliferación de las células que constituyen los tejidos, órganos y sistemas
de los organismos pluricelulares no se considera una reproducción, aunque es casi idéntica al proceso de
escisión binaria.
En ciertos animales pluricelulares, tales como celentéreos, esponjas y tunicados, la división celular se realiza
por yemas. Estas se originan en el cuerpo del organismo madre y después se separan para desarrollarse
como nuevos organismos idénticos al primero. Este proceso, conocido como gemación, es análogo al proceso
de reproducción vegetativa de las plantas.
Procesos reproductores como los citados, en los que un único organismo origina su descendencia, se
denominan científicamente “reproducción asexual”. En este caso, la descendencia obtenida es idéntica al
organismo que la ha originado sin la necesidad de un gameto.

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