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Sexólicos Anónimos N°1
Sexólicos Anónimos N°1
1. Adicto al Sexo
Si crees que las palabras adicto al sexo resuenan en tu vida (o en la de
un familiar), en sus diferentes formas o patrones, haciendo un uso
descontrolado u obsesivo de la pornografía, la masturbación, la
promiscuidad, el romanticismo, la prostitución, las fantasías sexuales,
las relaciones de pareja, etc. es posible que tengas una adicción a la
lujuria y necesites ayuda. Esta adicción es conocida también como
hipersexualidad.
Está compulsión esta algo muy extendida y sin embargo no sale mucho
a la luz pública, porque tener adicción al sexo conlleva muchos
prejuicios sociales, y también porque a la mayoría de las personas que
lo son les gustaría librase de la lujuria por sí mismos. Lo que empezó
como un juego placentero, con el tiempo nos fue llevando a la
necesidad de más y más, en cuanto a tiempo y cantidad de consumo
de sexo.
Sexólicos Anónimos
“Sexólicos Anónimos es una comunidad de hombres y mujeres que
comparten su mutua experiencia, fortaleza y esperanza para resolver
su problema común de adicción al sexo y ayudar a otros a recuperarse.
El único requisito para ser miembro es el deseo de liberarse de la
lujuria y alcanzar la sobriedad sexual. Para ser miembro de SA no se
pagan honorarios ni cuotas; nos mantenemos con nuestras propias
aportaciones. SA no está vinculada a ninguna secta, confesión religiosa,
partido político, organización o institución alguna; no desea intervenir
en controversias; no respalda ni se opone a ninguna causa. Nuestro
objetivo primordial es mantenernos sexualmente sobrios y ayudar a
otros sexólicos a alcanzar la sobriedad sexual.”
Hay Solución
Juntarte con otras personas que tienen adicción al sexo te hace salir
del aislamiento; poder compartir nuestro dolor nos ayuda a dejar de
sentirnos culpables, y a ser más sinceros con nosotros mismos, con el
fin de alcanzar la recuperación que todo adicto al sexo busca.
Aunque la idea de que el sexo pueda ser adictivo resulte nueva para
muchos, hoy sabemos, cada vez con más certeza, que el sexo es uno de
los muchos instrumentos que la gente usa para aliviar el aislamiento, la
apatía y la tensión; para solucionar los conflictos, conseguir poder y
encontrar una vía de escape; o para adquirir una seguridad emocional
o espiritual falsa.
Examínate a Ti Mismo
Esto debiera desanimar a muchos de los que nos visitan que admiten
ser víctimas de la obsesión y compulsión sexual, pero que lo que en el
fondo quieren es controlarla y disfrutarla, del mismo modo que a los
alcohólicos les gustaría recuperar el control y disfrutar la bebida. Hasta
que llegamos a la desesperación, hasta que quisimos parar de verdad
pero vimos que no éramos capaces, no pudimos tomar en serio este
programa de recuperación. SA es para los que no tienen más opción
que parar y es su propio interés personal el que debe convencerles de
ello.
¿Qué es la Lujuria?
La Lujuria es…
La lujuria mata
La lujuria es la cosa más importante de mi vida, es más importante
que yo.
Esclavo de la lujuria, me es imposible ser yo mismo.
La lujuria me esclaviza, mata la libertad, me mata a mí.
La lujuria siempre quiere más, la lujuria produce más lujuria.
La lujuria es celosa, quiere poseerme.
La lujuria hace que me obsesione conmigo mismo, hace que me
encierre dentro de mí.
La lujuria hace que el sexo sea imposible sin ella
La lujuria destruye la capacidad de amar, mata al amor.
La lujuria elimina la capacidad de recibir amor; me mata a mí.
La lujuria genera sentimientos de culpa y la culpa hay que expiarla.
La lujuria hace que parte de mí desee la muerte, porque no puedo
soportar lo que me hago a mí mismo y carezco de fuerzas para
evitarlo.
La lujuria me destruye a mí y a los que me rodean.
La lujuria mata al espíritu; mi espíritu soy yo, ¡la lujuria me mata!
Nos dimos cuenta que nuestro problema tenía tres dimensiones: la física, la
emocional y la espiritual y que, por tanto, la curación tendría que producirse
en las tres.
Todo esto nos aterrorizaba. No podíamos ver lo que había más adelante,
salvo que otros habían seguido anteriormente ese mismo camino. Cada
nuevo acto de rendición se asemejaba a un salto al abismo, pero lo dábamos.
Y en vez de matarnos, ¡la capitulación mataba la obsesión!. Habíamos dado
un paso hacia la luz, hacia un modo de vida completamente nuevo.
Los 12 Pasos de SA
Las 12 Tradiciones de SA