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UNIDAD DE APRENDIZAJE Nº 1
Capítulo I. Personas y Derecho de Familia
Capítulo II. Derecho Hereditario
Capítulo III. Derechos Reales
Capítulo IV. Derecho de Obligaciones
UNIDAD DE APRENDIZAJE Nº 2
Capítulo único. Derecho Procesal Romano
1
Deben ser complementados con las explicaciones de clases y talleres y lecturas complementarias.
2
UNIDAD DE APRENDIZAJE Nº 1
CAPITULO I.-
Al Derecho las personas interesan en el sentido de los derechos y deberes que les corresponde,
esto es, como sujetos activos o pasivos de las relaciones jurídicas, de los derechos. Es a lo que
actualmente se denomina “sujetos de derecho”.
A esta aptitud de adquirir derechos y contraer obligaciones denominamos hoy “capacidad de goce”;
y gozan de ella todos los seres humanos sin excepción. Pero también hay entes ficticios, como una
sociedad, una fundación, a quienes se reconoce igual aptitud; son las llamadas “personas jurídicas”;
y por contraposición, a los seres humanos se denomina “personas naturales”.
Pero no toda persona, aun teniendo esta aptitud de convertirse en sujeto activo o pasivo de un
derecho es apta para ejercer por sí misma sus relaciones jurídicas. Así ocurre, por ejemplo, con un
niño o con un demente, que no pueden ejercer sus derechos sin la intervención de un tercero que los
proteja. Ellos son incapaces de ejercicio. Al contrario, cuando la persona tiene la aptitud para ejercer
sus derechos por sí sola, se dice que tiene “capacidad de ejercicio”.
Visto lo anterior, el estudio de las personas comprende tanto a las personas naturales como a
las personas jurídicas, analizando su capacidad de goce y su capacidad de ejercicio.
Actualmente toda persona natural tiene capacidad de goce, es un atributo inherente a su calidad
de persona; no existen incapaces de goce. Y, generalmente pero no siempre, tendrán también
capacidad de ejercicio. Las personas naturales que no tienen capacidad de ejercicio son llamadas
“incapaces” y actúan a través de un representante.
Pero en Roma la situación era algo diferente. Había personas (en el sentido natural del
término persona, como ser humano) que carecían de capacidad de goce. Así, el esclavo no tenía
capacidad de goce; los no romanos 2 tampoco tenían la aptitud de adquirir derechos de acuerdo al ius
civile; e incluso los mismos ciudadanos romanos que estaban bajo la potestad de un pater o jefe de
familia carecían de capacidad de goce. Pero sin embargo, tenían una cierta capacidad de obrar, de
actuar en la vida jurídica, podríamos decir una cierta capacidad de ejercicio.
2
El ius civile (derecho civil), derecho propio del pueblo romano, solo era aplicable a sus ciudadanos. Para los
demás habitantes del estado romano, peregrinos o latinos, se creó el llamado ius gentium (derechos de gentes).
Con el tiempo y especialmente al concederse la ciudadanía a todos los habitantes del Imperio, ambos derechos
se refundieron en un solo derecho civil.
3
El nacimiento:
La calidad de persona como sujeto de derecho no se adquiría con la concepción sino con el
nacimiento. Por ello es que si la criatura concebida en el vientre materno moría antes del
nacimiento, se reputaba que nunca había existido, no alcanzó a ser persona para el derecho.
Por lo tanto, solo era persona la criatura que hubiera cumplido con las
siguientes condiciones:
que haya nacido, esto es, que se haya separado completamente del
cuerpo de la madre;
que haya nacido viva, o sea, que haya sobrevivido a la separación un
instante siquiera;
según un texto del Digesto, que tuviera forma humana, para lo cual no
importaba que tuviera exceso o falta de miembros (se concluye que la
deformidad debería estar en la cabeza).
Prueba de vida:
3
Durante el período clásico alto se formaron dos grandes “escuelas” de juristas, una llamada “proculeyana” y la otra
“sabiniana”. Ambas mantuvieron una serie de diferencias doctrinales en materias jurídicas. La escuela proculeyana fue
fundada por Labeón, quizás el más grande de los juristas, quien dedicó su tiempo al estudio y la actividad científica. Otros
juristas destacados fueron Nerva, padre e hijo (abuelo y padre, respectivamente, del emperador Nerva), Próculo (de donde
se asignó el nombre a la escuela), Pegaso, Neracio Prisco y Juvencio Celso. El probable fundador de la escuela sabiniana
habría sido Casio Longino; sus más connotados seguidores fueron Masurio Sabino, Iavoleno Prisco, Celio Sabino y Salvio
Juliano.
4
La concepción:
EPOCA DE LA CONCEPCION
La muerte:
Tendrá relevancia jurídica cuando existen relaciones entre ellos, por ejemplo si
uno es heredero del otro. Ante tal evento, el derecho romano clásico
consideraba que los comurientes habían fallecido todos juntos, regla que
mantiene nuestro derecho. Sin embargo, Justiniano lo resolvió en forma
distinta para el caso que los comurientes fueran padre e hijo:
Los impúberes son los que no alcanzan aún la aptitud fisiológica para procear.
No infantes. O infantia maiores, son aquéllos que han cumplido los siete años y el
Derecho les otorga una cierta capacidad de obrar, pudiendo realizar por sí mismo,
por ejemplo, aquellos negocios en los que adquieran algún derecho o ventaja, pero
necesitan la autorización del tutor para todos aquellos negocios que pudiesen
acarrearles perjuicio.
Puberes: Son las mujeres y varones que, cumplidos los doce y catorce años
respectivamente se consideraban fisiológicamente aptos para procrear,
haciendo coincidir el Derecho romano dicha aptitud con la plena capacidad de
obrar.
7
dentro de su familia.
Libertad
Status
Familia
Ciudadanía
INGENUOS
LIBRES
LIBERTOS
PERSONAS:
ESCLAVOS
Causas de la Esclavitud,
A) Por nacimiento.
El libre podía caer en esclavitud tanto por el derecho de gentes como por el
derecho civil:
10
El poder del amo era total, un poder de vida y muerte: podía venderlo,
castigarlo, abandonarlo, etc.
Estos dos principios indican una dualidad que explica varias de las reglas
siguientes:
12
6
En derecho se denomina “acto jurídico” a toda manifestación de voluntad realizada con la intención de crear, modificar o
extinguir derechos.
7
“Acto jurídico bilateral”, llamado también “convención” es un acto en que intervienen dos partes, como un contrato, el
pago. “Actos unilaterales”, como el testamento o la renuncia de un derecho, requieren de una sola parte.
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Los delitos privados, como por ejemplo el hurto, eran sancionados con el
pago de una suma de dinero en beneficio del ofendido.
Si el delito era cometido por un esclavo, nacía una obligación civil para
el amo. Para evitar el pago de dicha suma de dinero, el amo podía hacer
abandono noxal del esclavo, entregándolo en dominio al ofendido, quien no
podía rehusarlo, ya que la elección era del amo. 8
El esclavo no podía comparecer en juicio por sí ni por otro. Por eso es que
si un libre era tratado como esclavo, no podía comparecer en justicia
reclamando su libertad, debiendo hacerlo un tercero (el adsertor libertatis)
en su nombre. En la época de Justiniano se le permitió comparecer por sí
mismo.
8
Es un caso excepcional de obligación, en que el deudor (el amo) podía pagar al acreedor con una cosa distinta a la
normalmente debida. La regla general en las obligaciones es que hay que pagar lo que se debe y el acreedor no puede ser
forzado a recibir una cosa diferente. En este caso de excepción se habla de “obligación facultativa”.
14
Para corregirlo el pretor admitió que en ciertos casos el tercero que había
contratado con el esclavo pudiera accionar en contra del amo para exigir
el cumplimiento de las obligaciones contraídas por aquél. En esos casos
concedía una de las acciones “adiectitia qualitatis” o “con transposición de
personas”, en que se demandaba al amo por el contrato celebrado por el
esclavo. Estas acciones fueron:
La acción quod iussu, que se daba por el total de la deuda, cuando el esclavo
había contratado con la expresa autorización del amo.
Esta acción era de carácter general, siendo el único requisito que hubiera
provecho para el amo, aunque no hubiera entregado peculio al esclavo ni le
hubiera autorizado para celebrar el contrato. Con ella se evitaba el
enriquecimiento injusto o sin causa para el amo.9
Adquisición de la libertad.-
La situación de un esclavo podía terminar por la manumisión, acto por cual el amo daba la
libertad a su esclavo. El esclavo manumitido pasaba a denominarse liberto y su antiguo amo,
patrono.
Libertad por disposición de la ley.- Además el esclavo podía convertirse en libre, favorecido por
leyes especiales. Entre ellos: el esclavo viejo y enfermo abandonado por su amo, el esclavo que
descubriera al asesino de su amo, el esclavo que hubiera vivido como libre por veinte años con justa
causa.
Aunque adquirieran la ciudadanía romana, los libertos no se encontraban en igual situación que los
ingenuos, sufriendo restricciones de carácter político. Además, hasta Augusto no pudieron contraer
matrimonio con ingenuos. En el Bajo Imperio una concesión especial del príncipe permitía a los
libertos igualarse a los ingenuos. Con Justiniano desapareció toda distinción.
9
El principio de la acción in rem verso es reiteradamente aplicado en el derecho moderno. Actos no válidos de acuerdo al
derecho, producen ciertos efectos para evitar enriquecimiento injusto de alguna persona.
16
El patronato.-
a) Tomaba el nombre, origen y domicilio del patrono y quedaba ligado a este y sus hijos por
determinados deberes como darles alimentos en caso de necesidad,
b) No demandarlos sin autorización del magistrado.
c) Además, muchas veces el amo se hacía prometer ciertos servicios, como prestar servicios
domésticos o entregar al patrono un número de jornales de trabajo.
d) Por otra parte, el patrono tenía derechos en la herencia del liberto y el derecho a ejercer su
tutela o curatela en caso que fuera incapaz de ejercicio.
En su vinculación con el estado romano y por ende con su derecho, las personas libres se dividían
en:
a) ciudadanos,
b) latinos y
c) peregrinos.
Ser ciudadano implicaba gozar del ius civitatis, situación que les permitía regirse totalmente por
el derecho civil o quiritario.
La ciudadanía se adquiría por nacimiento o por una concesión posterior del Estado romano,
a veces a la persona, otras a la familia e, incluso, a ciudades completas.
El derecho romano aplicaba el principio que el hijo concebido en justas nupcias de sus
padres, seguía la condición del padre a la época de la concepción, y el hijo concebido fuera de
justas nupcias seguía la condición de la madre al momento del nacimiento.
Tal principio era lógico considerando que se trataba de una sociedad patriarcal, con
predominancia del varón, quien transmitía su status a los hijos.
Se hacía entonces necesario determinar quienes eran los padres de una persona. Es fácil conocer
la identidad de la madre por medio de testigos, pericias médicas, etc. No ocurre lo mismo con la
identidad del padre, de muy difícil y a veces imposible determinación. 10
Sin embargo, si una mujer casada da a luz un hijo, puede suponerse que
el padre es su marido.
ambos sexos) pero solo por la vía del varón, los adoptados y las mujeres cum manus de los varones
bajo su potestad. Todos ellos conformaban la familia o domus.
2º En un sentido amplio, la familia estaba constituida por todos los agnados entre sí. En
efecto, a la muerte del pater las personas que estaban bajo su potestad se convertían en sus propios
jefes de familia, pero seguía existiendo entre ellos el vínculo de la agnación.
En este sentido, la familia era el conjunto de los agnados, personas unidas entre sí por el
parentesco civil, esto es, los que estaban bajo la potestad de un mismo pater o que lo hubieran
estado si el antepasado común por la vía del varón estuviera vivo. Es importante observar que el
parentesco se daba solo por la línea paterna, por eso es que nadie podía pertenecer a más de una
familia civil o agnaticia.
El Parentesco.-
1. Generalidades.- Entendemos por parentesco el vínculo existente entre dos personas, derivado
de sus relaciones de familia. En el ámbito del derecho privado interesa, por ejemplo, para determinar
los herederos de una persona fallecida, para elegir quién administrará el patrimonio de un incapaz de
ejercicio, para saber quiénes están impedidos de contraer matrimonio entre sí, etc.
2. Clases de parentesco.- En Roma hubo cuatro clases de parentesco, de los que subsisten dos:
En primer lugar, los romanos distinguieron entre el parentesco natural o cognatio, que es el
parentesco consanguíneo, dado por la ascendencia común, y el parentesco civil o agnatio, dado por
la pertenencia a una misma familia civil, hubiera o no entre ellos vínculo de sangre. En las épocas
antigua y clásica se asignó importancia únicamente al parentesco civil o agnaticio. La
consanguinidad solo tenía relevancia para fijar los impedimentos del matrimonio y evitar así una
unión incestuosa, pero no daba derechos en la herencia del fallecido. Los pretores corrigieron esta
situación dando derechos a los cognados y más tarde Justiniano hace desaparecer todo efecto
especial de la agnación, primando el vínculo de cognación que pasó a ser preponderante.
Además, desde épocas antiguas se consideraba otra agrupación civil, la gens cuyos miembros eran
denominados gentiles. Se desconoce su origen, que podría ser el de las distintas tribus que
conformaron el pueblo romano. Se reconocía a los miembros de una gens porque llevaban el mismo
segundo nombre (el nomen gentilitium, por ejemplo la gens Julia a la que pertenecía Cayo Julio
César), y compartían un mismo culto y sepulcros propios. La pertenencia a la gens también confería
derechos civiles, aunque fue desapareciendo con el tiempo y ya era de escasa aplicación en tiempos
de Gayo.
Por último, reconocieron un parentesco de afinidad entre una persona y los parientes
consanguíneos de su marido o mujer.
i. En el parentesco de consanguinidad:
a) En la línea recta: son parientes por consanguinidad en línea recta, las personas que descienden
una de otra, como el hijo con su padre, la nieta con su abuelo.
El grado se determina por el número de generaciones que separa a ambos parientes. Así entre
madre e hijo el parentesco es de primer grado; entre nieto y abuelo, de segundo grado.
a) En la línea colateral o transversal: son parientes aquellos que sin descender uno de otro, tienen
un antecesor común, como los hermanos cuyo antecesor común es el padre; o el tío y el sobrino,
cuyo antecesor común es el padre del primero y abuelo del segundo; etc.
El grado se determina sumando las generaciones que separan a cada uno de los parientes con su
antecesor común. Así, entre hermanos el parentesco es de segundo grado; y entre primos hermanos,
de cuarto grado.
ii. En el parentesco agnaticio:
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Se medía en igual forma, solo que la mujer que contraía matrimonio cum manus entraba a la
familia del marido como hija suya, adquiriendo un parentesco por agnación en la línea recta, en
primer grado.
iii. En el parentesco por afinidad:
Se reconoce las mismas líneas y grados que en el parentesco por consanguinidad. Por ejemplo,
entre suegro y yerno, cuyo vínculo es la hija del primero, el parentesco es en la línea recta en primer
grado (es el mismo parentesco que tiene con su hija, pero con el yerno es de afinidad y no de
consanguinidad).
iv. En la gentilidad: No existe medida ni líneas, todos son gentiles en iguales condiciones.
4. Parentescos actuales:
Al igual que en la época justinianea, se reconocen los parentescos por consanguinidad y por
afinidad, con las líneas y las medidas señaladas. No existe la agnación ni la gentilidad.
El Matrimonio.-
El matrimonio civil romano era denominado justas nupcias y fue definido por Modestino como
“la unión del hombre con la mujer, implicando igualdad de condiciones y comunidad de derechos
divinos y humanos. Aquéllos que celebran el matrimonio se denominan contrayentes y los que ya lo
han celebrado pasan a ser cónyuges, marido (vir) y mujer (uxor).
La configuración del matrimonio romano ha sido largamente discutida por los inérpretes. Para
muchos, el matrimonio romano no era un acto jurídico sino una situación de convivencia de dos
personas de distinto sexo, manteniéndose por la affectio maritalis o intención continua de vivir como
marido y mujer. Era una situación de hecho, no de derecho (res facti, no res iuris). Para otros, en la
época clásica ya se consideraba el consensus como un elemento esencial para la existencia del
matrimonio, el cual vendría a parecerse a un contrato de sociedad que surgía y persistía por la
voluntad de los cónyuges. Los demás elementos quer los juristas romanos consideran en ciertos
casos serían elementos probatorios (escritura dotal, ritos, ceremonias religiosas, etc.)
1. Requisitos o presupuestos del matrimonio, sin los cuales este no se entendía celebrado:
1. La pubertad de los contrayentes, fijada en las mujeres a los doce años de edad. A los varones el
pater declaraba su llegada a la pubertad; más tarde, siguiendo a los proculeyanos se fijó la edad
de catorce.
2. El ius connubium, o derecho a contraer matrimonio civil romano, que debían poseer ambos
contrayentes. Este derecho lo tenían los ciudadanos y algunos latinos.
3. El consensus de ambos, no solo inicial sino constante. La manifestación de esta voluntad no
exigía el cumplimiento de ningún requisito de forma, aunque se acostumbraba cumplir con
ciertos usos que podrían servir como prueba de su affectio maritalis. Se presumía matrimonio
ante la convivencia de un ciudadano con una mujer honorable y de igual condición social; caso
contrario, se presumía concubinato.
4. El consentimiento del paterfamilias respecto del contrayente alieni iuris.12 En la época clásica
fue perdiendo importancia y ante negativa injustificada, el filius podía recurrir al magistrado.
12
Eran alieni iuris los que se encontraban sujetos a la potestad de otro. Y sui iuris, quienes no lo estaban.
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Si el matrimonio era cum manus, la mujer pasaba a la potestad de su marido o del pater de este,
incorporándose a su familia civil con la calidad de hija; como consecuencia, dejaba de pertenecer a
la familia agnaticia de su padre. Si el matrimonio se celebraba sine manus, la mujer seguía
perteneciendo a su familia agnaticia de origen, bajo la potestad de su pater si es que se encontraba
bajo su dependencia.
En la época antigua los matrimonios eran siempre cum manus, pero la institución fue cayendo
en desuso, y prácticamente ya no existía en la época de Gayo.
4. Efectos del matrimonio: Los principales efectos jurídicos del matrimonio fueron:
- otorgar a los hijos concebidos en él, el carácter de hijos legítimos, que tienen por padre al
marido;
- la improcedencia de entablar entre ellos ciertas acciones, como por el delito de hurto,
- la prohibición de las donaciones entre cónyuges, lo que fue regulado más adelante;
- la posibilidad de otorgar una dote, Dos o res uxoriae;
- el beneficio de competencia que les favorece en sus acciones mutuas;
- la exención del deber de testificar un cónyuge en contra del otro, etc.
5.- La dote y los bienes parafernales:
La dote, llamada dos o res uxoria era un conjunto de bienes que la mujer, u otra persona en
consideración a ella, entregaba al marido para ayudar a solventar los gastos de la vida matrimonial.
La dote constituia un aumento en el patrimonio del marido. Podía ser la transferencia de
propiedad al marido (datio dotis), entregar un usufructo u otro derecho real, el perdón de una deuda
del marido, la creación de una obligación a favor del marido (dictio dotis), etc.
El marido pasaba a ser propietario de estos bienes dotales, pero paulatinamente se fueron
estableciendo restricciones porque estableció el principio de que el marido debía devolverla en su
totalidad o en parte, en caso que el matrimonio se disolviera. Al principio la obligación de restituir la
dote sobre nacía solo de una stipulatio (contrato romano), pero con el tiempo pasó a ser obligación
legal.
Para proteger esta devolución, se prohibió al marido enajenar los fundos dotales o darlos en
pignus (prenda) sin el consentimiento de la mujer. Justiniano mantuvo la prohibición de darlos en
garantía ni aún con el consentimiento de la mujer.
En la administración de los fundos dotales, el marido a pesar de ser propietario, respondía de toda
pérdida o deterioro por su dolo o culpa.13
En algunas ocasiones la mujer reservaba en su patrimonio algunos bienes, que quedaban fuera de
la dote. Cuando estos bienes extradotales eran entregados al marido para que los administrara y
destinara los frutos a solventar gastos de la vida matrimonial, eran denominados bienes
parafernales (fuera de la dote, en griego) y fueron reglamentados en la época de Justiniano.
6. Disolución del matrimonio:
a) Por muerte de alguno de los cónyuges. El viudo podía contraer nuevas nupcias de inmediato. No
así la viuda, quien debía esperar diez meses, según el derecho antiguo por razones religiosas, y
según los juristas clásicos para evitar la turbatio sanguinis (la incertidumbre de la paternidad de un
posible hijo).
b) Por alguna incapacidad matrimonial sobreviviente:
Por pérdida del ius connubium, al caer uno de los cónyuges en esclavitud. Si ha caído
cautivo del enemigo y recupera la libertad, el matrimonio no se restablece a menos que
vuelvan a celebrarlo, pero sin que se considere que han estado casados en el tiempo
intermedio (pero si ambos cayeron prisioneros juntamente y han continuado la cohabitación,
se entiende que no ha cesado el matrimonio).
13
Constituye dolo una acción u omisión voluntaria, hecha con intención de dañar. La culpa es sinónimo de negligencia, de
descuido., y puede ser tanto por acción o por omisión que, aunque voluntarias, no se realizaron con intención de dañar. En
Derecho normalmente se responde tanto del dolo como de la culpa, indemnizando los perjuicios ocasionados, con una
suma de dinero.
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Por pérdida del ius connubium al perder la ciudadanía, aunque Justiniano estableció que el
matrimonio no se disolvía automáticamente, sino que era causal de divorcio.
Por incesto sobreviviente, al crearse un parentesco que transformara el matrimonio en
incestuoso, como si el pater de la mujer adoptaba al yerno, convirtiéndolo en su hermano.
Para evitar la disolución de este matrimonio, antes de la adopción emancipaba a la hija,
expulsándola de su familia agnaticia.
c) En el derecho antiguo, por resolución del pater familias de la mujer.
d) Por divortium o repudium, producido al cesar la affectio maritalis. No se exigía formalidad ni
causal alguna, aunque Augusto exigió una notificación al otro cónyuge, por escrito u oralmente, ante
testigos.
Los emperadores cristianos lo limitaron en cuanto establecieron sanciones patrimoniales en
relación con la restitución de la dote y de las donaciones entre cónyuges, para el divorcio
injustificado.
1. El concubinato, o unión estable de un hombre y una mujer, sin affectio maritalis. Era una unión
de hecho, en la que los hijos nacían sui iuris y cognados de su familia materna. En la época del
Imperio se reconoció un vínculo de sangre con el padre, como “hijos naturales” y se permitió
legitimarlos.
2.- El matrimonio sine connubium, cuando alguno de los contrayentes carecía de ese derecho. Se
regía por el derecho de gentes o el de la respectiva ciudad, reconociendo un vínculo de familia.
3.- El contubernio, entre esclavos o entre libre y esclavo, cuyo único efecto fue reconocer la
cognatio servilis, parentesco de sangre que impedía el matrimonio entre hermanos o entre padre e
hijo, en caso de ser manumitidos.
Los esponsales.-
En la época clásica se exigía que los esposos tuvieran al menos siete años
de edad y consintieran en el compromiso. Pero no se obligaban jurídicamente y
ni siquiera se aceptaba reclamar la pena que se hubiera acordado para el caso
de incumplimiento.
PERSONAS:
Familia
POTESTADES
a) La patria potestad, que ejercía el padre sobre sus hijos e hijas, legítimos
o adoptados, y sobre la demás descendencia por la vía del varón.
b) La manus, que ejercía el marido o el pater de éste, sobre la mujer casada
in manus.
c) El mancipium, potestad especial sobre un hombre libre, entregado por su
pater a otro pater.
d) La potestad dominical, del amo sobre el esclavo.
Todo el que no estaba sujeto a alguna de estas potestades era sui iuris, no
dependía de otro y tenía su propio patrimonio.
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La Patria Potestad.-
1. Generalidades.-
En Roma la patria potestad era el poder del pater familias sobre la persona
del filius familias, el hijo de familia. Recibían esta última denominación todos
sus descendientes que formaban parte de su familia civil; hijo de familia es,
entonces, el que se encuentra sometido a la patria potestad.
Era una institución del derecho civil, aplicable a quienes gozaban del ius
connubium.
moderna es que sólo podían ejercerla los varones; y, por último, que no
necesariamente correspondía al padre sino al abuelo o bisabuelo paterno14.
14
Actualmente solo la ejercen el padre y la madre y termina al cumplir el hijo los 18 años de edad o al contraer
matrimonio.
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b) La adopción.-
Consecuencias:
El peculio castrense.
El peculio cuasicastrense.
El peculio adventicio:
Son diversas las causas que acarreaban el término de la patria potestad. Hay
que observar que con algunas de ellas el hijo además salía de la familia civil:
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a) Por muerte del pater: el hijo se convertía en sui iuris, a menos que no
estuviera bajo su potestad directa, ya que si el pater fallecido fuera su
abuelo, continuaba alieni iuris, bajo la potestad del padre. El hijo no
perdía sus vínculos de agnación y continuaba formando parte de la
familia civil.
h) Por emancipación. Era el acto por el cual el pater familia ponía término
a la patria potestad, convirtiendo al hijo en sui iuris y expulsándolo de la
familia.
La emancipación fue una creación de los pontífices romanos a partir de
la regla de las XII Tablas que establecía el término de la patria potestad
para el pater que mancipara por tres veces a su hijo. Para expulsar al hijo
de la familia, el pater mancipaba al hijo a una persona de su confianza,
éste lo liberaba y volvían a repetir la operación por otras dos veces,
produciendo así la liberación. De estas mancipaciones nace el nombre
de “emancipación”15.
La Manus.-
15
Los pontífices idearon recurrir al mismo procedimiento para dar al hijo en adopción.
32
2. Efectos de la manus.-
3. Formas de constituirla.
El Mancipium.
3. LA CAPITIS DEMINUTIO.
CASOS:
a) Podía ser pasando de sui iuris a alieni iuris, en los casos del
adrogado y de la mujer sui iuris que caía bajo la manus.
b) De alieni iuris a sui iuris, en la emancipación.
c) Continuando con su status de alieni iuris pero pasando de una
potestad a otra, lo que ocurría con el hijo dado en adopción,
con los hijos del adrogado, con la mujer alieni iuris que
contraía matrimonio cum manus.
En todas las épocas del Derecho romano, los púberes sui iuris
estuvieron sujetos a un “tutor” y, en el Derecho antiguo y clásico, las
mujeres de toda edad, siempre que no estuvieran sujetas a manus o
patria potestas. El “curador”, por su parte, nació para los casos de
incapacidad por locura, pero se fue extendiendo a otras situaciones
en las que era necesario cuidar un patrimonio.
Las Tutelas.-
16
En el derecho antiguo, solo los impúberes.
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a) No podía hacer donaciones con los bienes del pupilo, salvo los
regalos de costumbre, proporcionados a su fortuna.
b) No podía hacer uso personal de las rentas y capitales del
pupilo.
c) Le estaba prohibido enajenar o hipotecar sus predios rústicos,
salvo en ciertos casos especiales.
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17
El principio general, cuando hay varios acreedores de un mismo deudor y los bienes de este último no alcanzan para
pagar todas las deudas, es que el dinero obtenido se distribuya entre todos los acreedores en proporción a sus créditos. Al
existir este privilegio a favor del pupilo, este recibía primero el pago total, con preferencia a otros acrredores.
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La restitutio in integrum fue un mecanismo procesal creado por los pretores, mediante el cual, ante un acto o contrato
válido de acuerdo al derecho civil, ordenaba volver todo al estado anterior como si nunca se hubiera celebrado dicho acto o
contrato. Obviamente que ante causas justificadas previstas en su propio edicto.
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Las Curatelas.-
Hubo además otros patrimonios que fueron protegidos mediante la
designación de un curador.
4º Otras Curatelas
Lectura Previa Nº 1:
CONCEPTO DE DERECHO.-
DERECHO OBJETIVO.
El Derecho es una exigencia de la sociabilidad humana. Así como resulta inconcebible la idea del
hombre total y permanentemente aislado de los demás, y es ineludible que nazca y viva en sociedad,
así también es inconcebible la sociedad humana sin normas que regulen la convivencia de sus
miembros. …. De ahí la necesidad de normas de conducta que, disciplinando la libre voluntad de los
hombres, vedando al arbitrio individual comportamiento incompatibles con dichos fines,
reglamenten una convivencia pacífica.
El campo de las normas encauzadoras de la libre voluntad del hombre es muy vasto, y su carácter
variado. No todas ellas constituyen el Derecho. El hombre en sociedad acomoda su conducta a
preceptos religiosos, culturales, éticos, estéticos, usos de cortesía, honor profesional, etc. Señalar con
precisión la línea divisoria entre tales normas y las jurídicas –que a veces tienen con ellas zonas
comunes de coincidencia- no es siempre tarea sencilla; … podemos señalar como características de
las normas de Derecho: a) que no entran a reglamentar actividades humanas en la zona del mero
pensamiento o intención, sino que regulan actos exteriores; solo cuando la volición se ha vertido en
una manifestación exterior, y para conocer y regular esta en sus repercusiones para la humana
convivencia, preocupan a la norma jurídica los previos procesos internos: intentio, consensus,
animus, bona o mala fides; b) que no apuntan, como meta directa, a fines de perfección individual
señalando al hombre deberes para consigo mismo, sino que reglamentan únicamente sus relaciones
con los demás; y c) que el cumplimiento de las normas de Derecho, si voluntariamente no se realiza,
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es impuesto por la fuerza. El ejercicio de esta coacción lo lleva a cabo la sociedad humana
agrupándose en organizaciones adecuadas.
Será, pues, Derecho: el conjunto de normas de conducta de cumplimiento coercitivo, impuestas
con el empleo de la fuerza en caso necesario, y que tiende a hacer posible la armónica convivencia
social de los hombres. Las normas que, con tales caracteres, rigen en cada pueblo, constituirán el
Derecho de ese pueblo.
DERECHO SUBJETIVO
ARIAS RAMOS, J. y ARIAS BONET, J.A. Derecho Romano I. Parte General. Derechos Reales. 18ª
Edición Tercera Reimpresión. Madrid, Editorial Revista de Derecho Privado, 1991, págs. 1 y sgtes
entrada encontró al adivino que le había prevenido. César le dijo bromeando: “¡Qué!, ¿han llegado
ya los idus de marzo?”. “Sí, César, pero no han acabado todavía”, respondió el adivino.
César penetró en la Curia y tomó asiento en el sitial dorado, insignia de su cargo, junto a la estatua
de Pompeyo, que el populacho quitara de allí y él mandó restituir, en testimonio de respeto hacia el
enemigo difunto. Apenas se hubo sentado, César fue rodeado por los conjurados, que ocultaban
puñales bajo la toga. Uno de ellos le presentó una solicitud y asió el borde de su toga, como los
peticionarios solían hacer. Era la señal convenida. Uno de los asesinos, un tal Casca, dio el primer
golpe en la espalda. “¡Canalla!”, exclamó el herido, y agarró el brazo del asesino. Los conjurados se
arrojaron entonces sobre el dictador indefenso. Cuando vio a Junio Bruto entre los asesinos, César
solo lanzó una queja: Tu quoque, fili mihi? (“¿Tú también, hijo mío?”). Fueron sus últimas palabras.
Se cubrió la cabeza con la toga y se desplomó. Había recibido veintitrés puñaladas….
Aterrorizados, llenos de pánico, los senadores huyeron alocadamente. Bruto había preparado un
elocuente discurso, pero cuando intentó hablar no le escuchó nadie, ni en la Curia, ni en el Foro. El y
sus cómplices solo pudieron hacer una cosa: correr por las calles y mostrar los puñales
ensangrentados gritando: “¡Muera el tirano! ¡Libertad y República!”. Pero nadie les siguió. Los
ciudadanos estaban ya en sus casas y habían cerrado las puertas.
…El primero que supo dar señales de vida no fue precisamente un conjurado, sino uno de los
allegados a César: el cónsul Antonio, famoso por su fuerza colosal y su ligereza de costumbres. “
GRIMBERG, Carl. Historia Universal Daimon. Roma. Monarquía, República, Imperio … caos.
Barcelona, Ediciones Daimon, 1967, pag. 190
Lectura Previa Nº 3: BREVE RESUMEN DE LA HISTORIA DEL
ROMA.-
comicios, asambleas de ciudadanos que votaban la guerra y la paz, aprobaban leyes y elegían a las
principales autoridades romanas. También había sacerdotes con la calidad de funcionarios, siendo el
más importante el pontífice máximo.
Paulatinamente durante la República se fue haciendo necesario designar otros magistrados, esto
es, oficiales civiles revestidos de autoridad judicial o administrativa, que asumieran algunas de las
funciones de los cónsules. Así se creó los cargos de pretores, para la administración de justicia; de
cuestores, encargados del tesoro o hacienda pública; de ediles, encargados de la alta policía de la
ciudad, mercados y fiestas públicas; y de censores, encargados de las operaciones del censo.
Durante períodos difíciles, se escogía un dictador que ejercía el cargo hasta seis meses con
poderes absolutos. Cualquier abuso cometido era castigado posteriormente.
La organización de la República adolecía de un grave defecto: no concedía derechos a los
plebeyos. Tradicionalmente los habitantes de Roma se dividieron en patricios, descendientes de los
primeros colonizadores o fundadores de la ciudad, y plebeyos, descendientes de los primeros
inmigrantes a la ciudad. Por eso es que en lo interno, este período se caracteriza por las luchas
sociales que tienen por objeto alcanzar la igualdad entre patricios y plebeyos, lo que se logra
plenamente hacia el año 300 a.C.
En lo externo, Roma se enfrenta con los etruscos, sabinos, équos y otros pueblos de la península.
Se impone a sus enemigos y a mediados del siglo III ya domina Italia. Al ponerse en contacto con
las colonias griegas del sur de Italia, su cultura evoluciona recibiendo el influjo helénico. Se hace
dueña del Mediterráneo occidental luego de la Segunda Guerra Púnica librada con Cartago, la que
queda reducida a su territorio africano. Más tarde convierte a Grecia y Macedonia en provincias
romanas; destruye Cartago organizando la provincia africana; ocupa la península ibérica, los estados
de Asia Menor y extiende su conquista a territorios galos y germanos. En el año 30 a.C. anexa
Egipto a Roma.
De este modo, en lo externo, el período de la República se caracteriza por la expansión territorial,
convirtiendo a Roma, de una ciudad estado a un imperio.
En el siglo I a.C. se produjeron distintas revueltas contra la aristocracia senatorial que había
llegado a gozar de un poder absoluto. El cónsul Mario se opuso a la ambición de los senadores y
promulgó leyes que reformaron las instituciones romanas. El general patricio Sila expulsó a Mario
de la ciudad y se proclamó dictador. Quitó al pueblo mucho del poder de que disfrutaba, derogó las
leyes de Mario y restituyó al senado sus anteriores facultades. Pompeyo y Craso, cónsules en el año
70 a.C., devolvieron al pueblo su poder. Pero el senado rechazó su consulado y buscó apoyo en el
partido democrático dirigido por Cayo Julio César. Se formó entonces el Primer Triunvirato con
Pompeyo, Craso y César, el cual, al pretender la jefatura, provocó la guerra civil. Nombrado
dictador, César reformó la legislación romana y puso coto a la corrupción de costumbres,
consolidando el Imperio amenazado por la anarquía.
Asesinado César el año 44 a.C., se adueñó de la situación el cónsul Marco Antonio (lugarteniente
de César), quien constituyó el Segundo Triunvirato con Octavio (joven de diecinueve años,
sobrino, hijo adoptivo y heredero de César) y Lépido (gobernador de la Galia). Eliminado Lépido,
estalló la rivalidad entre Octavio y Marco Antonio y se declaró la guerra entre ambos, que terminó
con el suicidio de este último en el sitio de Alejandría.
realizan una buena administración. No así Domiciano (81-96), hermano y sucesor de Tito, quien
implantó un régimen de terror y fue asesinado por su guardia.
El senado designa emperador a un distinguido senador, con quien se inicia la dinastía Antonina
o de los Antoninos o Antonios, que dio a Roma excelentes emperadores: Nerva, Trajano (nacido en
España), Adriano, Antonino Pío y Marco Aurelio (el emperador filósofo), que gobernaron
sucesivamente desde el 96 al 180. El vínculo entre los emperadores fue la adopción, eligiendo el
emperador a su sucesor. El Imperio alcanza su máxima expansión, preocupándose estos emperadores
en forma especial de las provincias. La calidad de los gobernantes de esta dinastía se ve reflejada en
el saludo que los romanos daban posteriormente a sus emperadores: “Sed más feliz que Augusto y
más justo que Trajano”.
A Marco Aurelio sucedió su hijo Cómodo, mal gobernante que murió asesinado el año 192 y con
quien se extinguió la dinastía.
Sobreviene un período de guerras civiles en que los ejércitos de las provincias luchan por
proclamar a su general como emperador. Triunfa Septimio Severo, quien funda la última dinastía del
Alto Imperio, la
dinastía de los Severos que implanta un sistema de despotismo militar, limitando las funciones del
senado. A Septimio Severo sucede Caracalla y, a éste, Heliogábalo, ambos malos gobernantes que
murieron asesinados. El último representante de la dinastía fue el joven Alejandro Severo, culto y
ecuánime, quien el año 235 también muere asesinado.
Muerto Alejandro Severo se produce una anarquía militar que duró 50 años, ocasionando una
gran crisis económica. Cada cuerpo del ejército y el senado se arrogaban el derecho de nombrar el
emperador. En un momento hubo diecinueve emperadores luchando entre sí.
Aureliano (270-275) restablece la unidad del Imperio pero es asesinado. Por fin, el año 285
asume como emperador único Diocleciano, quien saca al estado romano de la anarquía,
constituyendo un nuevo régimen político.
que los perdieron a la muerte de Justiniano). En lo interno, la actuación más importante que cupo a
Justiniano se encuentra en su labor de ordenamiento jurídico, que se traduce en la obra después
llamada el “Corpus Iuris Civilis”, fuente del derecho privado de la mayor parte de los países
occidentales.
Con los años el Imperio de Oriente se vio cada vez más reducido en su territorio, hasta que el año
1453 cayó bajo el dominio del sultán de Turquía.
COMENTARIO PRIMERO:
1. Todos los pueblos que se rigen por leyes y costumbres, usan en parte su derecho propio, y en
parte el derecho común a todos los hombres, pues el derecho que cada pueblo establece para sí, ese
es suyo propio, y se llama derecho civil, propio de la ciudad, por así decirlo.; en cambio, el que
establece entre todos los hombres la razón natural es observado por todos los pueblos en igual
medida y se llama derecho de gentes; como si dijéramos, derecho del que usan todas las gentes: Por
tanto, el pueblo romano usa en parte su derecho y en parte el derecho común a todos los hombres.
Trataremos en su respectivo lugar cómo es cada uno de ellos.
4. Senadoconsulto es lo que aprueba y establece el senado, y hace oficio de ley, aun cuando sobre
este punto haya habido discusiones.
6. Edictos son preceptos de quienes tienen la facultad de ordenar proclamas. Los magistrados del
pueblo romano tienen la facultad de publicar edictos; y esta es especialmente amplia respecto de los
edictos de los dos pretores, urbano y peregrino, cuya jurisdicción en provincias las ejercen los
gobernadores que están al frente de ellas; igualmente, respecto de los edictos de los ediles curules
….
7. Respuestas de los prudentes son las opiniones y sentencias de aquellas personas a quienes se les
concede la facultad de crear derecho. Si las sentencias de todos ellos coinciden en una misma
opinión, dicha opinión equivale a una ley; si, por el contrario, son de pareceres distintos, puede el
juez optar por la opinión que él quiera. Así queda manifiesto en un rescripto del emperador Adriano.
8. Todo el derecho del que nos servimos se refiere o a las personas, o bien a las cosas, o bien a las
acciones. Tratemos ante todo lo que se refiere a las personas.
52
Instituciones Jurídicas de Gayo. Samper, Francisco (Texto y traducción) Santiago, Editorial Jurídica
de Chile, 2000, págs. 1 y sgtes
Transportémonos, por empezar, al alba de la historia romana, a esa pequeña ciudad cuya historia
han hecho ilustre los relatos semilegendarios de Tito Livio, a la Roma de Rómulo, los Horacios y los
Curiacios, los Tarquinos, Bruto y los primeros cónsules y dictadores romanos.
Los romanos estaban convencidos, y con bastante razón que los fundamentos de su derecho habían
sido establecidos en esa Roma primitiva….
Y sin embargo, un simple vistazo a las fuentes jurídicas del antiguo derecho es capaz de
desconcertarnos: pocas leyes existen –la ley de las XII Tablas, la más célebre de ese tiempo, habría
comprendido no más de un centenar de textos muy breves y de objeto muy especial (“Si alguien ha
roto un hueso a un ciudadano libre, deberá pagarle 300 ases.” “Si es culpable de lesiones leves, le
pagará 25 ases”)- y no encontraremos allí los grandes principios del antiguo derecho. No hay
comparación posible, por ejemplo, entre la ley de las XII tablas y nuestro Código Civil, que en dos
mil doscientos ochenta y un artículo intenta dar una exposición de conjunto del derecho privado
….21
Los orígenes del derecho romano se remontan a los tiempos antiguos, a la época de los reyes y de
las primeras magistraturas republicanas, pero su pleno desarrollo tiene lugar durante el llamado
período clásico.
Según es costumbre, tomaremos como fecha de iniciación de ese período -aproximadamente- el
año 150 antes de nuestra era, fecha que casi coincide con la caída de Cartago. Es el comienzo de la
época de las grandes conquistas. En unas pocas decenas de años, los romanos se apoderarán de
Cartago y de los territorios vecinos, de Grecia, Asia Menor, España, Galia, y finalmente de todos los
territorios que bordean el Mediterráneo. Crearán un inmenso imperio y –lo que es más notable-
serán capaces de conservarlo durante medio milenio. Ciertamente que la expansión prodigiosa del
Estado romano provoca una grave crisis interna en la ciudad; después de las luchas intestinas, que
destacan los simples nombres de los Gracos, Mario y Sila, de Pompeyo, Catilina y Julio César, un
nuevo régimen político intentará restaurar el orden. Los emperadores mantendrán al conjunto de las
provincias romanas, intactas, en el sistema de la paz romana. No puede sorprendernos que este
período haya asistido a los grandes progresos del derecho romano. Se caracteriza, en general, por un
poderoso surgimiento intelectual. En este aspecto, como todos sabermos, la influencia de la Grecia
conquistada fue considerable. Los griegos eran consumados maestros en el arte del pensamiento.
Puesto que la conquista los mezcla constantemente, los romanos se cultivan en su escuela; …
Este refinamiento general de la inteligencia debía producir sus frutos en el arte jurídico. En Roma,
una élite de los hombres más capaces de influir en la vida jurídica se impregna de la sabiduría
griega…. Merced a la acción de esa élite romana, que bebe en la fuente del genio griego, el derecho
romano va a perfeccionarse, a humanizarse y a desarrollarse sobre las sólidas bases del viejo
derecho.
VILLEY, Michel. El Derecho Romano. Buenos Aires, Editorial Universitaria de Buenos Aires, 1963,
págs. 8 y 14.
21
NOTA: El autor se refiere al Código Civil francés; el chileno tiene 2525 artículos)
53
Hay dos formas de aplicar un sistema jurídico: según el principio de la territorialidad del
derecho, de acuerdo al cual las leyes que rigen en un determinado territorio se aplican a todos sus
habitantes sin distinción alguna; es la tendencia moderna.
El otro sistema es el de la personalidad del derecho: en este sistema las normas jurídicas
vigentes en un estado se aplican a determinados grupos de personas, de acuerdo a factores también
determinados, como la raza, clase social, religión, ciudadanía u otros. A cada grupo se aplica su
respectivo derecho.
En Roma el sistema aplicable era el de la personalidad del derecho y el factor determinante era
la ciudadanía. Por ello se produjo una dualidad de derechos: a los ciudadanos se aplicaba el ius
civile, dere-cho civil o derecho quiritario, y a los peregrinos, el derecho de su propia ciudad.
Además, para el caso que los peregrinos no contaran con derecho propio, o que se suscitara un
problema entre un ciudadano y un peregrino, se creó el ius gentium o derecho de gentes, como
derecho común a todos los hombres.
Esta dualidad desapareció al concederse la ciudadanía romana a todos los habitantes libres del
Imperio en el año 212 d.C. Sin embargo, muchas instituciones del derecho de gentes ya habían sido
recogidas por el derecho civil, produciéndose una fusión entre ambos.
22
El proceso corresponde a la forma como se realiza un juicio, como se resuelve los conflictos.
54
23
Los códigos modernos de los países occidentales (con exclusión de los anglosajones) constituyen una actualización del
derecho de Justiniano. Fueron dictados a partir del siglo XIX.
55
doctrina apoyada en el texto legal. Todo este derecho, desarrollado por los juristas con la ínfima
base de la ley de las XII Tablas es lo que constituyó el ius civile.
3.2. Leyes y plebiscitos.-
Constituyeron normas propias de la época de la República, acuerdos de los comicios, puesto que
el poder había sido entregado al pueblo. En un sentido específico, se denominaba ley a la lex
rogatae, esto es, a la norma aprobada por los comicios por centurias a propuesta (rogatio) de un
cónsul o pretor. Por su parte, los plebiscitos eran normas aprobadas en los concilia plebis a propuesta
de un tribuno. A partir de una lex Hortensia del 287 a.C. los plebiscitos tuvieron fuerza vinculante
al ser aplicables tanto a patricios como plebeyos. Desde entonces, los plebiscitos pasan a ser “leyes”
en un sentido genérico.
Tanto las leyes como los plebiscitos eran instrumentos de gobierno y de política, y sólo
ocasionalmente versaron sobre materias jurídicas. Es así como de alrededor de 800 leyes que se
habrían emitido entre los años 510 a.C. al 98 d.C., no más de 50 tendrían interés para el derecho y
siempre acotadas y específicas, salvo la Ley de las XII Tablas y la Ley Aquilia que reguló el delito
de daños (esta ley es el antecedente de la moderna “responsabilidad extracontractual”).
El contenido de una ley o plebiscito se consideraba dentro del ius.
3.3 Senadoconsultos y oratios del emperador.-
Durante la República las decisiones del senado no se refirieron a materias de derecho, por no ser
de su competencia; sólo les correspondía prestar su auctoritas patrum a una ley ya aprobada por los
comicios. Pero a partir del Principado, al caer en desuso las asambleas populares, sus acuerdos
vinieron a reemplazar a las leyes y plebiscitos. En definitiva, como fuentes del derecho, los
senadoconsultos fueron resoluciones del senado a propuesta de un magistrado, y que tomaban el
nombre de oratio principis cuando la propuesta venía del emperador. Fueron numerosos en la época
clásica.
3.4. El edicto jurisdiccional.-
Todos los magistrados gozaban del ius edicendi, por el cual podían tomar disposiciones que
duraban tanto como su magistratura. Los bandos u órdenes que emitían eran los edictum. Además,
mediante decretum decidían sobre casos particulares.
Como a los pretores correspondía la iusrisdictio, los edictos que dictaron tuvieron especial
relevancia para el desarrollo del derecho romano. En efecto, la principal función del pretor en la
época republicana consistía en decidir si la pretensión litigiosa de una parte en contra de otra debía
ser objeto de un iudicium que se seguía normalmente ante un juez privado y, en ocasiones, ante
recuperadores. Precisamente su función era organizar ese iudicium., por lo que tenía el poder de
conceder una acción o de denegarla. En muchos casos la acción pedida por el demandante estaba
prevista en el ius civile; pero aun cuando no lo estuviera, el pretor tenía el poder de conceder una
acción. De esta manera fue creando acciones nuevas, de donde nació la distinción entre acciones
civiles y acciones honorarias. A veces las acciones las creaba porque ya existía una ley, un
plebiscito o un senadoconsulto que sugería la necesidad de amparar ciertos hechos con acción, pero
en otras simplemente las establecía para amparar situaciones nuevas que él mismo había previsto en
el edicto.
Podía ocurrir también que al demandante debiera concedérsele la acción, pero el demandado
hiciera valer ciertos hechos que, de haberse producido, harían poco equitativo un resultado favorable
para el primero. Para tales casos el pretor creaba una exceptio a favor del demandado o denegaba la
acción.
Las acciones y excepciones, y las hipótesis en que ellas serían otorgadas, se ponían en
conocimiento público mediante el edicto perpetuo que publicaban al inicio de su magistratura.
Además, en cualquier momento el pretor podía modificar su edicto inicial mediante un edicto
repentino, otra razón que explica la gran creatividad de ese instrumento. El edicto duraba sólo su
magistratura, por lo que el siguiente magistrado debía dictar uno nuevo; en la práctica, el sucesor
reproducía el de su antecesor, con las modificaciones que estimara conveniente. La parte que se
repetía de edicto en edicto es la que se conoció como edicto traslaticio. Además de acciones y
excepciones, el pretor establecía en su edicto otros medios extrajudiciales para prever o resolver
ciertas situaciones jurídicas sin forma de juicio: así, los pretores crearon los interdicta, las
stipulationes pretoriae, las restituciones in integrum y las missiones in possessionem, cuya función
se señalará en el capítulo sobre procedimiento.
El período clásico inicial del derecho fue el de mayor creatividad del edicto. En el período
siguiente el edicto sufrió cada vez menos modificaciones, hasta que Adriano encargó al jurista
Salvio Juliano la redacción de un Edicto Perpetuo definitivo. Se aprobó mediante un senadoconsulto
y desde entonces debió ser aplicado por todos los pretores, sin que pudiera ser modificado sino por
acto del emperador.
56
En ese momento el edicto del pretor cesó de ser fuente creadora de un nuevo derecho. Pero ya
había cumplido ampliamente su misión, ya que gran parte del derecho romano resultó ser creación
suya.
Hasta fines de la época clásica, los juristas distinguían entre ius civile y edicto, a cuyo contenido
más tarde se llamó ius pretorium u honorarium. De acuerdo a esta distinción, derecho civil era el
contenido en leges, plebiscitos y jurisprudencia; y derecho honorario o pretoriano era el contenido
en el edicto. 24
3.5. Las constituciones imperiales.-
Eran decisiones unilaterales, actos del emperador que se aceptaron con la nueva estructura
política dada por Augusto. Podían revestir diferentes formas: edictos, rescripta, decretum,
epístolas y mandata,
3.6. La jurisprudencia y su relación con las demás fuentes.-
La jurisprudencia, actividad de los juristas, acostumbra ser considerada como fuente autónoma
del ius civile. La profesión de juristas no era lucrativa y por ello fue una actividad reservada a
personas de elevada posición social y económica, primando siempre el principio del libre acceso a la
profesión. Augusto introdujo una cierta discriminación entre los juristas creando el ius publice
respondendi ex auctoritate principis, privilegio que otorgaba a determinados juristas, autorizándolos
para dar respuestas invocando la autoridad del emperador.
El instrumento formal de la actividad jurisprudencial era la responsa, respuestas orales o escritas
sobre casos consultados por un particular, un magistrado o un juez. Pero estas respuestas carecían de
valor vinculante porque, al ser simples particulares sin cargo oficial, los jurisprudentes carecían de
potestas. Por lo tanto, la eficacia de sus respuestas derivaba únicamente de su personal auctoritas.
En muchas materias las opiniones de los juristas tendían a ser uniformes y normalmente eran
acatadas por los órganos aplicadores del derecho.
Otra vía de expresión de los juristas, con la que determinaron el ius civile, fue a través de la
literatura jurídica que revistió diferentes formas. Una de las principales fueron los comentarios, tanto
al ius civile como al edicto del pretor. Otras obras constituían colecciones de responsa o colecciones
de respuestas dadas por el jurista; las quaestiones o colecciones de resoluciones del jurista a casos
reales o imagi-narios; y los digesta, en que se combinaba el comentario y la casuística.
Una tercera forma de intervención de los juristas fue en la preparación de los edictos. En efecto,
el edicto era formalmente un acto del pretor, a quien la constitución republicana encargaba la
iuristictio mientras durara su magistratura. Pero la pretura pertenecía al cursus honorum y por tanto
tenía un carácter político y militar, que duraba sólo un año. Por lo tanto, aunque para administrar
justicia se necesitaba alguien especializado, el pretor carecía normalmente de dicha especialidad.
Para suplirlo, se rodeaba de un consilium de juristas que redactaba el edicto año a año con criterios
técnicos. Así, cada año el edicto se iba renovando y perfeccionando, e incluso durante cada
magistratura mediante los edictos repentinos.
A fines del período altoclásico encontramos otra nueva forma de intervención jurisprudencial,
en relación con los rescripta y decretos del emperador. Estos documentos eran redactados y
quedaban registrados en la cancillería imperial, órgano oficial de funcionarios de palacio que vino a
reemplazar el consilium al estilo republicano. Dentro de ella, los más importantes cargos fueron
servidos por juristas.
Toda esta actividad jurisprudencial, desarrollada durante siglos, permitió crear el derecho
precisando en forma clara sus normas y delimitando su aplicación.
3.7. La costumbre.-
Históricamente el derecho romano comenzó por constituirse en base a las costumbres, los mores
maiorum o comportamiento de los antepasados. Con la fijación de estos mores en la Ley de las XII
Tablas, perdió importancia como fuente del derecho, aunque siempre se le reconoció su fuerza
creadora. En el derecho clásico la costumbre confirmaba la vigencia práctica del derecho creado por
los juristas; así, cuando había controversia en sus opiniones, la opinión mayoritariamente aceptada
por juristas y jueces terminaba imponiéndose por la costumbre.
En la época postclásica se elabora una doctrina sobre la costumbre, aceptándola como un
derecho no escrito de aplicación general.
3.8. Las leges y el ius en el período postclásico.-
Con la burocratización del derecho y el concepto político del Bajo imperio, desaparecieron los
juristas independientes. En ese período las únicas fuentes nuevas del derecho son las constituciones
imperiales, que constituyen las leges de la época; lo demás, que viene de antes, es el ius.
24
También se hablaba de ius civile como opuesto al ius gentium. En este sentido el ius civile es el derecho
propio de los ciudadanos romanos y el ius gentium el aplicable a todos los pueblos. Muchas instituciones
atribuidas a este último fueron recogidas por los pretores e incorporadas al derecho civil y entonces se decía
que su origen era del derecho de gentes.
57
El derecho romano de la época clásica fue un derecho de juristas. Ellos organizaron las reglas
que regían las relaciones entre los hombres en un sistema de principios y consecuencias, lo
sometieron a una especial lógica y lo dotaron de un lenguaje técnico especial. A ellos se debió que se
constituyera como una ciencia, muy diferente de los derechos de los demás pueblos de la
antigüedad.
Pero desde el siglo III d.C. se produjo un proceso que se ha denominado la “vulgarización del
derecho romano” o “derecho vulgar”. Sin entrar al análisis de las causas de este fenómeno histórico,
se señala como rasgos característicos de este derecho: la confusión de conceptos (como confundir el
derecho de dominio con el hecho de la posesión, o confundir la obligación con el documento que la
prueba); el recurrir a criterios morales o afectivos tanto para la construcción dogmática como para la
fundamentación de instituciones jurídicas; el derecho cotidiano empezó a perder sus formas lógicas,
su lenguaje técnico y su sistema de principios y consecuencias; los juristas son reemplazados por
personas prácticas que sólo transmiten conocimientos anteriores sin mayores fundamentos
El vulgarismo se manifestó tanto en las constituciones imperiales como en las obras de
literatura jurídica, aunque las obras escritas por los juristas clásicos permitieron la conservación de
su pureza original. La vulgarización fue especialmente cierta en Occidente, como consecuencia del
descenso general de la cultura y por los cambios producidos por las invasiones bárbaras.
En Oriente el derecho se conservó en mejor estado y el jurista estaba representado por los
profesores de derecho y los grandes abogados de tribunales. El método jurídico no fue la casuística
de los clásicos sino una función sistemática, sintética y constructiva, al modo de Gayo. Sus obras no
son meros resúmenes de los juristas clásicos sino comentarios o nuevos tratados sobre materias ya
tratadas por aquéllos. Las principales escuelas de derecho, con importantes bibliotecas que
conservaron la literatura clásica, fueron las de Berito (Beirut actual) y de Constantinopla.
En definitiva fueron cuatro obras, todas las cuales promulgadas como ley, derogando todas las
normas que no estuvieran contenidas en ellas:
58
e) Las Novelas.-
Esta obra contiene las constituciones dictadas después de la segunda edición del Codex. Al
promulgar su segunda edición, Justiniano declaró que no habría ediciones posteriores del Codex y
que las constituciones que se dictaran posteriormente se reunirían en una nueva obra, llamada
Novelas.
Incluye un elevado número de constituciones, muchas de ellas de Justiniano, especialmente en
materias de derecho de familia y derecho sucesorio.
El nombre de “Corpus Iuris Civilis” fue dado a este conjunto de obras en la Edad Media.
Lo que sí es claro es que, desde la caída del Imperio, el derecho deja de ser cultivado en Occidente
como ciencia hasta fines del siglo XI.
Pero a partir del siglo XII se extiende por Europa una escuela iniciada en Bolonia, movimiento
destinado al estudio del derecho romano contenido en la recopilación de Justiniano, con el fin de
crear un derecho privado para todos los pueblos de Europa. Es el derecho común, que se aplicó en
Europa, incluso en Alemania que nunca estuvo bajo la dominación romana, basado principalmente
en la compilación de Justiniano, a la que llamaron Corpus Iuris Civilis.
A partir del siglo XIX el derecho privado empezó a ser codificado, por lo que el derecho romano
dejó de tener aplicación directa, justificándose su estudio por las razones históricas y de análisis ya
señaladas, ya que en gran medida los códigos trascriben el derecho romano clásico.
De las obras de derecho romano han llegado hasta nosotros el Corpus Iuris Civilis y algunos
fragmentos de otras. La única obra clásica que conocemos casi intacta es las Institutas de Gayo. Y de
lo antiguo, se ha podido reconstituir en gran parte la Ley de las XII Tablas.
1. GENERALIDADES.-
LA HEREDITAS
CONCEPTOS FUNDAMENTALES
La Bonorum Possessio.
26
El heredero adquiere el dominio de los bienes del causante precisamente por el modo de adquirir llamado
“sucesión por causa de muerte”.
61
I. SUCESIÓN TESTAMENTARIA
EL TESTAMENTO
Formas de testamento
La testamenti factio.
Por otra parte, al otorgarlo debía ser una persona capaz. Pero si el
testador perdía la capacidad por sobrevenirle un defecto físico o
mental, era válido el testamento otorgado con anterioridad.
b) el reconocimiento de un hijo,
c) la designación de tutor para quienes estaban bajo su patria
potestad,
d) la manumisión de un esclavo, etc.
1. La institución de herederos.-
a. Los legados:
b. Los fideicomisos.-
ORIGEN:
28
Actualmente los hermanos no son legitimarios; los únicos legitimarios son el cónyuge, los hijos
personalmente o representados por sus descendientes y, a falta de estos, los ascendientes.
68
1erer Orden:
2do
do
Orden:
3do
do
Orden:
Los bienes que debía colacionar eran todos los que habrían
ingresado al patrimonio del pater si este no lo hubiera emancipado o
dado en adopción.
29
Actualmente todos los herederos son voluntarios y al aceptar la herencia, pueden hacerlo “con beneficio de
inventario”.
30
Al separar los patrimonios, los acreedores del causante se pagan primero con los bienes heredados, antes que
los acreedores del heredero.
74
75
Testamento otorgado en Egipto el año 189 d.C. por Cayo Longino Cástor, originalmente en
griego.
VII de los idus de febrero. Pusieron sus sellos Longino Aquilas y Valerio Prisco. Signatores:
Cayo Longino Aquilas (que reconoce su sello), Julio Filoxeno, Cayo Lucrecio Saturnilo
(que reconoce su sello), Cayo Longino Cástor, Julio Gemelo, veterano.
Han sido abiertos y reconocidos el mismo día en que se abrió el testamento.
Cayo Lucio Geminiano, escribiente en latín, traduce el ejemplar antes escrito, que
concuerda con el testamento auténtico.
ARIAS RAMOS, J. y ARIAS BONET, J.A. Derecho Romano II. Obligaciones, Familia,
Sucesiones.. 18ª Edición Tercera Reimpresión. Madrid, Editorial Revista de Derecho Privado, 1991,
pág. 1112.
DERECHOS REALES
1.- Cosas de derecho divino: eran las cosas sagradas, esto es, las consagradas
al culto por ley especial; las cosas religiosas, lugar donde se había sepultado a
un muerto, y las cosas “sanctae” (inviolables) que eran los muros y las puertas
de la ciudad. Estas cosas no estaban en el patrimonio de nadie.
b) Las privadas, que pueden pertenecer a los particulares. Las cosas privadas
eran las únicas susceptibles de propiedad privada, que se pueden adquirir.
Son corporales las que se pueden percibir por los sentidos; tienen un
corpus. Cosas incorporales son las que consisten en derechos; son “aquellas
que no existen sino que se entienden”.
b) Cosas muebles son las que se pueden trasladar de un lugar a otro sin
que pierdan su individua-lidad, como un esclavo, una mesa. Comprende
las semovientes, que se pueden mover por sí mismas, y las inanimadas,
que necesitan de una fuerza extraña para ser trasladadas, como una silla,
un libro.
Las cosas mancipi eran la que solo podían adquirirse por los modos
solemnes establecidos en el derecho civil romano, en especial la mancipatio y
la in iure cessio.
Las demás cosas eran nec mancipi y su dominio se transfería por traditio
(entrega de la cosa).
Cosas fungibles: las que pueden sustituirse unas por otras de acuerdo a su
cantidad, peso o medida; como el vino, el dinero, el aceite. Se las llama
también genéricas o de género.
Son productos todos los rendimientos que da una cosa, todo lo que de ella se
deriva.
Y dentro de los productos hay que distinguir los frutos que son “los
rendimientos periódicos de una cosa, sin detrimento de su sustancia, según su
naturaleza y el destino natural de la cosa”.
El término “frutos” incluye tanto los frutos naturales, que la cosa produce
por un proceso natural, con o sin la intervención del hombre; y los frutos
civiles, rendimientos que se derivan de actos jurídicos realizados en relación
con la cosa, como las rentas de arrendamiento, los intereses en el mutuo.
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Patrimoniales Extrapatrimoniales
Derechos Derechos
Reales Personales Extrapatrimoniales
Caracteristicas:
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Caracteristicas:
a) Propiedad o dominio;
b) Servidumbres;
c) Prenda y la hipoteca;
d) Superficie y
e) la enfiteusis.
Los dos primeros son los más antiguos, del ius civile. La prenda y la hipoteca
fueron obra del pretor, y los dos últimos son de la época tardía del derecho.
Estos dos, la superficie y la enfiteusis, no existen en la actualidad. Los demás
mantienen su carácter de derecho real
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1. EL DOMINIO O PROPIEDAD
Concepto y facultades o atributos del dominio.-
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Cosas consumibles son aquellas que se destruyen con su primer uso, dado de acuerdo a su naturaleza. Los
alimentos, los combustibles son consumibles porque se destruyen materialmente al primer uso. El dinero
también es consumible porque se pierde para su dueño al primer uso.
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Como el que los vendía no era el dueño sino un representante suyo, no transfería dominio. “Nadie puede
transferir más derechos de los que tiene”
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La copropiedad o condominio.-
LA POSESION.
Por tanto, la relación del sujeto con la cosa puede ser de:
Ventajas de la posesión.-
buena fe. Por lo tanto, si tiene que restituir la cosa, no paga los
frutos consumidos.
Clasificaciones.-
Título y modo.
La compraventa es el título y
1.- La Mancipatio.-
3.- La Usucapio.
Evolución
Requisitos de la usucapión:
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Quedaba interrumpida.
4.- La Adiudicatio.-
5.- La Ley.-
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1.- La Ocupación.-
2.- La Accesión
3.- La Tradición.-
Traditio quiere decir “entrega” y consistía precisamente en la entrega de
una cosa con intención de transferir, a aquel a quien se hace, la propiedad de la
misma en virtud de una justa causa. El que entrega la cosa es el tradens
(tradente) y el que la recibe, accipiens (adquirente).
La tradición era un acto simple, que consistía en la entrega de la cosa. Es
importante observar que no toda entrega constituye tradición, ya que puede
tener un contenido diverso. Así, no hay tradición cuando el arrendador entrega
al arrendatario la cosa arrendada; se trata de una simple entrega.
Para que la tradición produjera en el accipiens un efecto adquisitivo de
dominio, se debía reunir copulativamente las siguientes condiciones:
a) Un elemento formal: la entrega de la cosa.
b) Un elemento subjetivo: la intención de tradente y adquirente de transferir
y adquirir dominio.
Es evidente que el tradens debe ser dueño de la cosa o su representante, ya
que nadie puede transferir más derechos de los que tiene. Si no lo fuera, el
accipiens solo se convertiría en poseedor.
Además, el tradens debe estar facultado para transferir el dominio: esto
implica que sea plenamente capaz y que no esté afecto a alguna prohibición
especial (como la prohibición del marido de enajenar el fundo dotal que,
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Junto al dominio, sobre las cosas pueden coexistir otros derechos reales,
también amparados por acciones in rem. Estos derechos reales distintos del
dominio, fueron denominados “ius in re aliena” y de alguna forma implican
una carga, un gravamen, una disminución de las facultades que tiene el
propietario.
Si sobre una cosa existe el dominio como único derecho real, las
facultades del dueño serán las de gozar ampliamente de ella, sin limitación
alguna; pero si además existen otros derechos reales, el propietario tendrá
las limitaciones necesarias para respetar los derechos de los demás
titulares.
b) Derechos de garantía:
1. la prenda y
2. la hipoteca.
Servidumbres urbanas:
a) Para verter las aguas lluvias del tejado sobre el predio vecino,
libremente o por canaletas.
2. EL USO Y LA HABITACION.-
3.
Constituyen otras variantes de las servidumbres personales y seguían las
mismas reglas del usufructo.
SUPERFICIE Y ENFITEUSIS
LA PRENDA Y LA HIPOTECA
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Recordar que si el producto de la venta de los bienes del deudor no alcanza para pagar a todos sus
acreedores, la regla general es que se reparta entre ellos en forma proporcional a sus respectivos créditos.
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Entre ellos, que solo contaba con una acción personal (derivada del pacto de
fiducia) para reclamar la cosa del acreedor una vez cumplida la obligación; por
ello es que, si el acreedor la había enajenado, no tenía derecho a perseguirla en
manos de quien se había convertido en propietario.
Por otra parte, con seguridad el acreedor solo había aceptado como garantía
una cosa de mayor valor que la obligación, produciéndose un enriquecimiento
si el deudor no podía cumplir con la obligación.
El pignus o prenda.