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Cuando la música acompaña, nutre y compensa.

Se preguntarán: ¿qué tienen que ver estos nuevos


conceptos, con la música?.

 Hace unos 20 a 30 años atrás, muchos de estos niños y niñas, hoy adultos, sólo

teníamos la música como compañera invisible para jugar, bailar y cantar, hasta

dormirnos y olvidar.
 Ejemplo: marco, siempre en el bosque, lulu, y otras. O algunas rondas.

 La música es considerada el lenguaje universal, a través del cual se pueden

expresar sentimientos, emociones y todo tipo de estados anímicos.


 Este lenguaje o medio de comunicación, si está aplicado en un entorno familiar

educativo o terapéutico puede hacer que surja la empatía entre los integrantes de

una familia, sin importar la edad, el género o la personalidad de cada uno de ellos.

 Además, la música permite recordar el pasado, brindándonos la oportunidad de

reflexionar y aprender de él, en el caso de adultos, con consciencia y ganas de

madurar.

 Cuando hablamos de niños pequeños, que carecen del auto-apoyo


necesario para entender las cosas y aceptarlas por más duras y
dolorosas que sean; el trabajo con música, viene a compensar todas
aquellas carencias emocionales derivadas de la realidad familiar que
el niñ@ tiene.
 La música, tanto aplicada terapéuticamente, como utilizada para la
enseñanza de un instrumento, es para el niño el alimento que nutre
sus múltiples carencias, y que no puede manifestar o verbalizar, como
podría hacerlo un adulto.

La musicoterapia en familia
Trabajar con la musicoterapia tanto en sesiones individuales, como
grupales (con la familia, si esto es posible), permite establecer analogías
entre los roles familiares, y desde un mundo creativo y menos hostil para el
niñ@, se pueden llegar a reestablecer flujos de energía interrumpidas entre
los integrantes de la familia.

La musicoterapia es un recurso muy efectivo, puesto que puede fortalecer


los lazos de unión del sistema familiar, entre otros beneficios. A través de la
música se puede crear un ambiente ameno y cordial, perfecto para fomentar
el bienestar del grupo familiar y cada uno de sus integrantes.

Qué más: ¡mira si es importante la Música!


 Desde antes de que el niño o niña nazca, a partir de las 17 semanas de
gestación, el bebé puede escuchar sonidos provenientes del mundo
exterior. Luego de su nacimiento el infante continúa fortaleciendo lazos
con sus padres, familiares o tutores más cercanos, a través de las
canciones de cuna, lo que a su vez promueve el desarrollo intelectual del
bebé, y pasa a formar parte de su educación infantil.
 Durante la adolescencia, la música constituye un elemento crucial en la
definición de la identidad y personalidad del joven. Por lo que de manera
implícita, nuestra formación como personas, posee un porcentaje de
educación musical.
 La música puede convertirse en un punto de encuentro, una experiencia
de comunicación que les permita interactuar e intercambiar sentimientos,
experiencias y preocupaciones.
Como puedes observar la música es una herramienta terapéutica que
facilita y favorecer la unión de cualquier sistema familiar. ¡Sea el tipo de
familia que sea!

Lo importante aquí, es que el niño encuentre en la música y en los


profesionales que trabajan con él, el medio necesario para canalizar sus
tristezas y vacíos; y con el tiempo, adquirir las herramientas necesarias para
trascender, la realidad que le ha tocado vivir.

Por eso, si eres profesional dedicado a la infancia, incorpora el uso de la


música en tu trabajo, y dale a ésta, al igual que al profesional formado, el
espacio que le corresponde, como se le ha dado hoy, el espacio a todos
estos nuevos tipos de familias.

Musicoterapia en Terapia Familiar

La Musicoterapia, utilizada desde hace más de seis décadas como tratamiento eficaz para
diferentes problemáticas individuales y grupales, no cuenta con demasiadas investigaciones
sobre su utilización en el ámbito de la Terapia Familiar.

La Musicoterapia como una disciplina que a través del sonido, el silencio y el movimiento
pretende contribuir a la restauración de la salud, y el bienestar de un paciente identificado y el
sistema familiar al cual pertenece, incidiendo sobre los patrones relacionales disfuncionales y
rescatando las capacidades individuales y grupales con las que cuentan.

En el IX Congreso Mundial de Musicoterapia que se realizó en 1999 en la ciudad de


Washington, Estados Unidos, hubo un reconocimiento por parte de la comunidad de
musicoterapéutas de todo el mundo, de cinco modelos teóricos (Schapira, 2002):

•Modelo de Musicoterapia Behaviorista o Modelo Conductista.


•Modelo de Musicoterapia Analítica de Mary Priestley.
•Modelo Benenzon.
•Modelo NordoffRobbins o de Musicoterapia Creativa e Improvisacional.
•Modelo GIM.

Algunas de las fuentes principales que nutren la epistemología de la Terapia Familiar coinciden
con los principios fundamentales de la Musicoterapia:

•Principio holístico: Mirar a un todo funcional y comprender la interdependencia de sus partes,


o sea, analizar cómo una determinada parte de un todo se relaciona con las otras partes del
mismo todo. En todo cambio terapéutico en el que interviene la música se ven involucrados las
áreas fisiológica, cognitiva, emocional, social y espiritual.

•Principio ecológico: Tener en cuenta al individuo inserto en su medio. La teoría sistémica


considera un sistema (individuo) inserto en otro sistema (familia), el cual a su vez está incluido
dentro de otro (sociedad). La musicoterapia también toma en cuenta a las personas con
respecto a sus relaciones interpersonales, a los hechos significativos que les acontecen y los
integra al devenir terapéutico.

•Principio de circularidad: Todos influyen en todos, la actividad de uno de los elementos tiene
la capacidad de variar el contexto en que se sitúa.

•Principio homeostático: La música contribuye a la homeostasis intelectual, social, familiar,


etc. del individuo, a su equilibrio personal.

•Segunda cibernética: En la teoría sistémica, el concepto de sistema terapéutico alude a la


inclusión del terapeuta en el sistema familiar (el terapeuta debe tener en cuenta como afecta su
inserción al sistema). En la musicoterapia, el terapeuta es el encargado de observar y guiar lo
que acontece en la escena terapéutica, pero como parte del sistema observado.

La Terapia Familiar contempla a las familias desde su sistema de roles, a partir del conjunto de
funciones que asume cada miembro; dicha relación de roles es también inherente a cualquier
actividad musical, lo que hace que en determinadas circunstancias haya solistas y
acompañantes, y como tal, es abordada desde la Musicoterapia. La Musicoterapia, al igual que
la Terapia Familiar, centra su mirada en las reglas, musicales y familiares respectivamente,
entendidas éstas como los “acuerdos” entre los miembros de la familia – experiencia musical
para obrar de un determinado modo. La Terapia Familiar plantea que un sistema familiar
aglutina diferentes subsistemas (conyugal, parental, fraterno, etc.), de la misma manera que la
Musicoterapia entiende que la música, concretamente su organización instrumental, está
compuesta por diferentes subsistemas musicales: percusión, cuerda y viento. En conclusión,
cualquier actividad musical grupal representa una metáfora perfecta de cómo funciona un
sistema familiar, y viceversa, la conjugación de objetivos comunes e individuales bajo un
sistema de reglas compartido, la adecuada definición de roles y la comunicación entre los
miembros como pilar fundamental, son parte de los elementos necesarios para que tanto la
experiencia familiar como musical sea positiva.

La música puede considerarse un lenguaje universal no verbal (con su propio código) que
expresa emociones, estados de ánimo, sentimientos respecto a determinadas situaciones o
personas; es una vía de comunicación que puede hacer emerger la empatía entre los miembros
de una familia, además, la música también es un medio de comunicación intergeneracional,
que permite reflexionar sobre el ayer, el hoy y el del mañana, dándonos la oportunidad de
aprender del pasado. La música como elemento fundamental de la comunicación emocional
familiar, fomenta sentimientos de cohesión familiar, confianza interpersonal y vinculación.

Minuchin y Fishman hablan de la existencia de tres holones familiares: holón conyugal, holón
parental y holón fraternal, la música juega un papel protagonista en los tres holones de la
siguiente manera:
•Holón conyugal: El hecho de que la música haya unido a la pareja en el pasado es un eslabón
de esa gran cadena que debe seguir así, que les produzca agrado, que los una, además porque
los beneficios son grandes en el sentido en que no solo entra la música por los oídos, sino que
vuelve a hacer vibrar, a generar emociones, a ser ese anclaje hacia la felicidad.

•Holón parental: La música es parte inherente de este holón desde antes del nacimiento del
niño/a. A las 17 semanas de gestación el bebé ya escucha sonidos del mundo exterior, la voz de
sus padres, los sonidos de la casa, etc. Después, las canciones de cuna son un elemento
fundamental ya que contribuyen no solo a fortalecer el lazo afectivo entre los padres y el hijo,
sino que además sirven para fomentar el desarrollo intelectual del bebé. Para el adolescente, la
música desempeña un papel crucial a la hora de “apropiarse de los deseos”, se convierte en un
símbolo de su búsqueda de identidad y diferenciación.

•Holón fraternal: La música para el holón fraterno puede ser un lugar de encuentro, una
experiencia comunicativa y lúdica que les ayude a intercambiar experiencias, preocupaciones y
sentimientos. La música, como herramienta terapéutica, puede favorecer la cohesión del
subsistema fraterno.

Las herramientas musicoterapéuticas para la intervención con familias son las siguientes:

•Principio de ISO: El principio de ISO es el conjunto de energías sonoras, acústicas y de


movimiento que pertenecen a un individuo caracterizándolo e individualizándolo.

•Ficha Musicoterapéutica: Tiene como objetivo recopilar información sobre la historia sonoro-
musical de los diferentes miembros de la familia y de su entorno.

•Genogramatrigeneracional musical: La propuesta de este trabajo es incorporar al genograma


información sonoro-musical de la familia, de todos sus miembros, hacer un viaje musical a
través de la historia familiar, para detectar posibles patrones de repetición generacional
relevantes, que incluyan a tres generaciones.

Las técnicas de musicoterapia que podemos emplear con las familias son las siguientes:

•Improvisación musical familiar: Expresión espontánea de producciones sonoras para


representar aspectos de su mundo personal, estados anímicos, vivencias, percepciones, etc.

•Canción terapéutica: La canción terapéutica se sitúa en el marco de la Terapia Narrativa, la


cual postula que el significado que le damos a los eventos en nuestras vidas, y cómo
organizamos éstos en historias sobre nosotros y los otros, dará forma a la vida. La Terapia
Narrativa ve a las personas separadas de los problemas, y les presume capacidades, creencias,
valores, compromisos y habilidades que les pueden ayudar a reducir la influencia de los
problemas sobre sus vidas. La Terapia Narrativa centra a las personas como expertas de sus
vidas. La canción terapéutica facilita que la persona o familia tome contacto con una situación
“dolorosa” vivida desde una posición diferente. Encontrar una resolución simbólica a una
situación de este tipo y ser capaz de resolverla haciendo una lectura en positivo, desde la
creatividad que implica la escritura y la música, permite pasar de la insensibilidad al
sentimiento, de la negación a la aceptación, del conflicto y caos al orden y resolución, de la ira y
pérdida al crecimiento.

•Uso de música editada: La selección musical es elegida a partir de la subjetividad de la familia


y sus miembros, teniendo en cuenta la información que se desprende de la ficha
musicoterapéutica, los objetivos particulares para cada caso, los modos expresivos-receptivos
de la familia, su historia musical, etc.

•La música en los rituales familiares: La música, como parte inherente de la identidad de las
familias, juega un papel fundamental ya desde épocas ancestrales en el desarrollo de los
rituales. La propuesta de este trabajo es “rescatar” el uso de la música y las canciones en los
rituales terapéuticos familiares, para darles un carácter original e innovador, y también, para
utilizar elementos simbólicos propios de cada familia.

Es importante valorar la idoneidad de la aplicación de la música en el proceso terapéutico de


las familias, teniendo en cuenta las características de éstas. De la misma manera que la música
puede ser un recurso terapéutico muy efectivo para el trabajo con algunas familias (de etnia
gitana por ejemplo, por ser una de las señas de identidad que les caracteriza y diferencia de
otras culturas, y también parte del legado familiar que transmiten de generación en
generación) hay otras familias que su relación con la música es prácticamente nula, no les
produce ningún tipo de sensación, les resulta indiferente.

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