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Marianocebrianherreros
Marianocebrianherreros
Con un contenido, ¿qué? Con unos medios, ¿cuáles? Con unos efectos, ¿cuáles? Con un fin,
¿para qué?
Desde hace algún tiempo se ha introducido, aunque todavía con muy poca flexibilidad, una
pequeña modificación de la programación en los días festivos. Lo más frecuente es que se
continúe con la misma programación del día laboral correspondiente, salvo algunas
referencias a la fiesta. Pero no se ha conseguido una adaptación a pesar de los cambios de
comportamiento de la audiencia como ha ocurrido en los fines de semana.
Abarcan unos contenidos sumamente amplios hasta englobar diversos programas con una
cadencia determinada. Se caracteriza por la organización de contenidos de manera
continuada. Tal continuidad tiene a su vez tres modalidades:
A) Macrounidades cíclicas. La estructura del contenido se repite cada cierto tiempo,
generalmente cada semana; se mantienen la organización, presentadores y enfoques, sólo
cambia el contenido específico. En este sentido puede decirse que toda programación está
concebida conforme a esta macrounidad cíclica. De este modo la audiencia sabe de antemano
lo que se emitirá todos los lunes y demás días de la semana. La programación se consolida
por su reiteración y además busca la renovación y recuperación de lo atractivo por la
variación específica de los contenidos. La audiencia sabe, en consecuencia, que todos los
miércoles, por ejemplo, habrá un noticiario cultural, un consultorio jurídico o un programa de
contenido económico a una hora determinada.
B) Macrounidades seriadas. El contenido forma un todo estructurado, homogeneizado y
coherente. Se trata de contenidos de ficción con continuidad de un día o de una semana para
otra, de un concurso en el que los ganadores siguen en el mismo durante varios días hasta que
sean reemplazados por otros ganadores, o bien una serie de documentales sobre ciudades del
mundo o sobre unos sectores sociales. La continuidad de la serie está determinada por el
propio presentador o reportero que da unión y establece la relación de unos y otros.
Las unidades de programas forman una estructura de contenidos más reducida. Son los
programas considerados como unidades clausuradas y coherentes. Tienen una duración y una
concepción global unitaria y por tanto sometida a un ritmo. Cada unidad considerada de
manera aislada puede tener una duración distinta. Hay programas de cinco minutos como los
boletines horarios, programas de media hora como, en general, los noticiarios y otros de tres
horas como los programas informativos matinales, aunque en estos casos la información se va
estructurando como si se tratara de noticiarios de cuarto o de media hora en los que cada
cierto tiempo se ofrece un resumen de lo que se ha difundido.
La concentración de emisoras en grandes ciudades podría haber sido una ocasión para la
ampliación y diferencia de ofertas, sin embargo, está suponiendo mayor concurrencia con
idénticos planteamientos. Y además con una estrategia similar de concentración de los
mismos tipos de contenidos a las mismas horas. Así es la programación de los noticiarios, de
los magazines, de las transmisiones deportivas, de la difusión musical, etc.
Hacer un recorrido por el dial durante la mañana de cualquier día es encontrarse con los
discos, personajes y contenidos de moda similares, o por la tarde de los domingos, con
música y deportes. La renovación de la programación matinal de la cadena SER de los fines
de semana ha arrastrado rápidamente al resto de cadenas a unos esquemas parecidos.
18.4.2. Según estructura
Las emisoras son gestoras de un servicio público y, por tanto, no deberían restringir el acceso
a nadie, ni siquiera a aquellos que se opongan a sus principios o ideario. La concesión de
gestión va encaminada a que puedan desarrollar mejor su personalidad mediante la radio,
pero sin excluir a otros sectores. La libertad de expresión tiene que ser para todas las
corrientes de pensamiento de una sociedad.
Hay determinadas épocas como la Navidad y la Semana Santa que por su carácter festivo y
vacacional cuentan también con una programación apropiada.
La programación prevista para cada época nunca se constituye en algo cerrado. Si algún
programa no responde a los objetivos de la emisora o a las expectativas de la audiencia es
sustituido por otro en cualquier momento sin esperar a que concluya la temporada.
18.4.4. Según cadencia semanal
La programación también se enfoca según las peculiaridades de los grupos a los que quiere
dirigirse. Existe una programación heterogénea para todos los públicos. Y junto a ella otras
programaciones destinadas a niños y jóvenes -programación infantil y juvenil- que además
suelen centrarse en los problemas de los mismos; igualmente sucede con otros sectores
sociales como las mujeres o la tercera edad.
La programación se plantea para dar mayor atención a las necesidades de los destinatarios.
Por eso la radio actual se preocupa más que nunca de conocer a fondo la sociedad
comprendida en el diámetro de su cobertura. Mantiene una actitud de permanente vigilancia e
investigación'. La nueva radio es cada vez más exigente con el planteamiento y delimitación
de objetivos claros, para desarrollarlos y efectuar un seguimiento controlado y riguroso del
modo como se cumplen. Es decir, un planteamiento científico de la programación.
La radio se adapta permanentemente a las situaciones de la audiencia: horarios,
comportamientos, gustos. Huye de la excesiva sectorialización de núcleos de audiencias.
Dirigirse por las mañanas al público femenino, principalmente a las amas de casa, como se
hizo en etapas anteriores, es perder la abundante audiencia que transita por las calles y
carreteras en automóvil, a los dependientes de comercios y demás establecimientos públicos.
La radio intenta ofrecer un servicio a todos o al menos a sectores amplios de la población. Por
eso indaga nuevas formas de alternar temas y tratamientos.
La radio cada vez se dirige más a los problemas acuciantes y permanentes del hombre por
encima de la mera curiosidad. La insistencia en la cotidianidad de los hechos a fondo y con
diversos puntos de vista atraen ya más que las radionovelas de otras épocas`. Más que
conocer vidas ficticias ajenas prefiere seguir la vida y peripecias de los personajes y hechos
reales hasta convertirlos en auténticos relatos próximos a los seriales. Se ha relegado lo
ficticio a un segundo plano en la radio, posiblemente porque ella, por todas las características
provocadoras de la imaginación humana, no necesita trasladarse a mundos recreados. La
recreación ya no será de la emisora, sino del oyente.
Ha penetrado un mayor realismo para dar cuenta, segundo a segundo de lo que sucede en la
realidad, en cualquier realidad por muy vulgar que sea. De la radio "todo música" se está
pasando a una mayor conjugación de la palabra viva de los protagonistas de los hechos con la
música procedente de los discos como separación de conversaciones y distensión de la
excesiva concentración en lo verbal.
La radio está redescubriendo el encanto de escuchar los sucesos, las ideas bien expuestas. No
está atenta sólo a la captación de la cultura que se va produciendo, sino que ella también se
convierte a su vez en generadora de una nueva cultura mediante su lenguaje sonoro y por la
combinación y tratamiento que da a cuanto vehicula por él. La radio es el arte y cultura de la
combinación de los sistemas expresivos sonoros.
Cada emisora tiene su propia concepción programática, atendiendo a todas las variantes
señaladas. Es posible crear una programación ideal conforme a unos planteamientos ideales,
pero en su puesta en práctica real habrá que analizar y dar respuesta precisa a cada uno de los
elementos indicados anteriormente. Cada emisora está ubicada en un ámbito espacial y se
dirige a una audiencia. Estos dos componentes suelen estar compartidos por una o varias
emisoras más. Por lo tanto, se plantea siempre una programación en competencia con otras.
Es el momento de identificar y definir el perfil propio tanto si se trata de una emisora pública
como de una privada y de las relaciones que deben mantener unas con otras y además partir
de la base si se trata de una emisora independiente o está integrada en una cadena. La
programación informativa varía en cada una de las situaciones.
Son muchas las variables que entran en juego a la hora de elaborar la programación. Del
acierto en la combinación de cada una de ellas se obtendrán resultados diferentes. La
información está disponible para todas, pero cada una la enfocará según su
identidad, ámbito de cobertura, objetivos y relaciones con la propia cadena. La emisora puede
funcionar con plena autonomía para su ámbito de circunscripción y además funcionar como
corresponsalía para su cadena nacional o para la programación autonómica particular.
Hay que fijar con exactitud lo que se quiere, cómo, a quién dirigirse. Una confusión en este
planteamiento conllevará oscuridad a todo el proceso de planificación y producción de
programas particulares. Es preciso una clarificación de los objetivos que se deseen alcanzar
con la programación general informativa y de cada unidad programática particular. El
conjunto de objetivos debe estar perfectamente estructurado, diseñado y dosificado. De este
planteamiento emergerá la necesidad de determinados recursos y sobre todo la organización
adecuada para cada uno de los pasos.
La graduación de estos obligará a deslindar y especificar al máximo. De este modo se
conjugarán los objetivos genéricos con los específicos y operativos. Cada programa puede
convertirse en el desarrollo de uno de los varios objetivos que tenga cada tema. Y éste a su
vez será la concreción de algunos de los objetivos ideados en la programación general en la
radio. La trabazón de objetivos generará una coherencia entre las partes y el conjunto
imprescindible para que el producto final alcance el nivel óptimo de la calidad radiofónica y
el radioyente efectúe la descodificación con la máxima comprensibilidad.
18.7.3. Estructuración y secuencialidad de la programación
Una vez establecidas las delimitaciones indicadas hay que determinar los contenidos
concretos y las funciones que se quieren desarrollar mediante la radio. Se trata de una
planificación general de los contenidos informativos de actualidad inmediata y permanente y
además una organización de la emisión de cada día.
La delimitación y organización de contenidos permite establecer el perfil de los temas,
enfoques y orientaciones generales para la selección de noticias. La planificación de los
contenidos informativos, como ocurre con cualquier otro contenido, requiere también una
selección, distribución y ordenación considerada siempre según las exigencias y principios
propios de la información.
La programación informativa supone también una selección de hechos. La realidad es
sumamente compleja. La información establece unos criterios de selección conforme a los
objetivos de la emisora y según los enfoques profesionales de los mismos. La programación
organiza y sistematiza tal selección de hechos, temas y noticias.
Además de seleccionar los temas y noticias la programación informativa los dosifica
conforme a unos criterios de valoración y de prioridad según sus estrategias o principios
dinamizadores de la información. De ahí las divergencias entre unas emisoras y otras al
referirse todas a los mismos ámbitos de cobertura, pero con criterios de valoración de la
realidad divergentes.
Una vez realizadas las operaciones anteriores se organiza y se ordena el material seleccionado
y dosificado con criterios de relato informativo de manera agrupada dentro de un conjunto de
noticias o mediante la profundización en uno o varios temas hasta originar los diversos tipos
de programas informativos dentro de los cuales cabe destacar los noticiarios, sean horarios o
diarios hablados, los programas diarios con la misma estructura, aunque varíe el tema, o no
diarios como los de periodicidad diaria alterna, los semanales, mensuales y anuales, o bien
los programas especiales y extraordinarios motivados por algún acontecimiento importante
puntual e inesperado, o una conmemoración.
No obstante, existe la doble propuesta en la actualidad. Pero la radio de estrellas puede ser
una apuesta por el pan de hoy y el hambre de mañana.
NOTAS AL CAPÍTULO 18
' Teoría y técnica de la información audiovisual. Alhambra, Madrid, 1987, págs. 369-
370. ' ESCHENBASCH, Joseff: Radiodifusión para la innovación. Epoca, Quito, 1978.
' PRADO, Emilio: "El movimiento por la libertad de emisión en España", En BASSETS, LL.
y otros: De las ondas rojas... op. cit. págs. 237-255.
MARTI, J.M.: op. cit. pág. 70.
LICHTY, Lawrence W.: Broadcast program and audience analysis. American Printing &
Publishing,1975.
'° DRAKAKIS, John: British radio drama. Cambridge University Press, Londres, 1981.
Sobre las repercusiones de la radionovela véase la obra de Manuel J. CAMPO: Simplemente
María y su repercusión entre las clases trabajadoras. Avance, Barcelona, 1975.
" CEBRIAN, Mariano: "La estrategia de las diferentes emisoras en materia de
programación", en Rencontre de Torremolinos, 1979. Radio Nacional de España, 1979,
págs. 47-58.
'z HALPER, Donna L.: Full-Service Radio. Programming for the Community. Focal Press,
Boston, 1991.
" MERAYO PEREZ, Arturo: Para entender la radio. Estructura del proceso informativo
radiofónico. Universidad Pontificia de Salamanca, 1992, pág. 335.
3. Programas especializados.
4. Programas según sectores de audiencia que se deseen cubrir.
Hay programas con periodicidad diaria como los magazines y algunos programas culturales.
Es la cadencia más frecuente en la radio. A veces el enfoque de contenidos es bastante
similar, aunque los títulos y los presentadores varíen, pero existe una unidad de tiempo, una
organización de contenidos que les da una cierta identidad para que sean reconocidos por la
audiencia por su periodicidad diaria. Este es el caso de programas de participación de la
audiencia para preguntar a una personalidad, algunos consultorios sentimentales, tertulias,
etc. Son programas a los que se les puede aplicar todo cuanto se ha indicado en los capítulos
sobre el programa informativo en general, lo de los noticiarios o lo de los magazines.
La periodicidad diaria se refiere en la actualidad a los días laborales, ya que durante los fines
de semana se introduce una programación bastante distinta y con gran autonomía respecto del
resto de los días de la semana.
En algunas épocas la radio ha mantenido programas con periodicidad de días alternos, pero
no se ha consolidado. No llega a establecer un ritmo adecuado de seguimiento de la
audiencia. Por eso en la actualidad prácticamente están descartados de la programación
radiofónica.
En consecuencia, en este epígrafe se abordarán sólo las peculiaridades que presentan otros
programas de cadencia semanal, o más amplia, como los programas mensuales y anuales. La
radio tampoco ha conseguido implantar programas quincenales ni con otra periodicidad.
Además de la periodicidad horaria y diaria la radio programa sus contenidos por semanas. No
es algo caprichoso, sino que responde a los ritmos sociales con que la audiencia programa sus
comportamientos laborales y de descanso. Es una periodicidad cíclica.
La periodicidad semanal otorga un tiempo mayor para efectuar una mejor elaboración de los
contenidos. El programa semanal deja un margen de tiempo amplio para que puedan
analizarse e interpretarse los hechos con algo más de distanciamiento que el de la inmediatez
con que les abordan los programas horarios y diarios. Esta cadencia permite una información
de mayor calidad, pasar de los datos efímeros de la noticia a los hechos sedimentados de la
información. Permite una depuración de elementos secundarios para centrarse en los
fundamentales y de mayor transcendencia.
El programa semanal, incluso aunque esté concebido como un resumen de los hechos
destacados de la semana, no es nunca un resumen de los mismos, sino una profundización en
los más importantes.
La periodicidad semanal es un tiempo suficientemente amplio como para que los hechos
tengan un desarrollo suficiente y pueda vislumbrarse el contenido y alcance real de los
mismos, la valoración en el conjunto de otros hechos producidos a lo largo de la semana y la
jerarquización en su repercusión social.
La cadencia semanal se ha constituido en algo tan importante para la radio que ha llegado a
perfilar también así la totalidad de la programación con dos partes sustanciales: programación
en días laborales y programación de fin de semana. Algo que también puede apreciarse en los
programas semanales.
Existen programas semanales difundidos durante los días laborales; se centran fun-
damentalmente en temas monográficos: cultura, economía, relaciones internacionales.
Existen otros programados en los fines de semana que abordan cuestiones sobresalientes de la
semana de cualquier área, como los programas informativos de resumen, de noticias
destacadas de la semana con una orientación pluritemática y contenidos relacionados con el
descanso y entretenimiento centrados en aspectos monotemáticos: deportes, fiestas, rutas
turísticas, viajes culturales.
Aunque existe un tiempo más amplio para el tratamiento informativo, sin embargo también se
requiere en general un presupuesto mayor. De ahí que estos programas dependan en gran
parte de aspectos económicos: de la publicidad que atraigan y del costo que supongan. Si
siempre se mide con rigurosidad la relación entre los ingresos y los gastos, en estos
programas suele afinarse mucho más por los cambios bruscos de la audiencia durante los
fines de semana.
En consecuencia, la determinación sobre la periodicidad semanal, así como si ésta debe ser
durante los días laborales o durante los fines de semana, es algo que requiere una decisión
basada en diversos componentes: exigencias temporales y económicas de producción, tipo de
contenido: rápida o lenta recogida de información y adecuación a la audiencia de cada
momento según los cambios de comportamiento de la misma.
Los programas de transmisiones deportivas de ritmo semanal suelen estar situados durante los
fines de semana y durante los días de jornadas deportivas especiales como los miércoles por
la tarde y noche en que se juegan los partidos de competición europea y los de la Copa del
Rey. Son concebidos como programas de ocio, de gran espectacularidad en el contenido y en
el tratamiento. Requieren una preparación técnica enorme tanto por el alquiler de circuitos
internacionales, como por el desplazamiento del equipo humano que va a efectuar la
transmisión. Suele haber también dos modalidades. Los monotemáticos: transmisión de un
solo acontecimiento deportivo, y los pluritemáticos: narración durante aproximadamente el
mismo tiempo de varios encuentros. Los segundos son incomparablemente mucho más
complejos y requieren la coordinación de un presentador que vaya dando paso a cada uno de
los puntos de mayor interés en cada momento. La radio ha conseguido en este tipo de
transmisiones su mejor esplendor por la audiencia que arrastra.
Unos y otros programas abordan noticias que por su extensión y complejidad han tenido un
tratamiento propio de noticiario y que requieren mayor profundización, o abordan una
cuestión de actualidad permanente y que algún hecho de actualidad inmediata ha reanimado
su vigencia. No obstante, no se requiere una actualidad inmediata sino que puede
concentrarse en temas de actualidad permanente con algún entronque en la inmediata. Puede
adelantarse a la actualidad y presentar el marco, implicaciones y hechos que previsiblemente
van a ocurrir y analizar sus repercusiones en el futuro.
Cada programa tiene un director o un responsable que depende de una unidad organizativa
de los servicios informativos y que es la que supervisa y coordina los temas de unos
programas con otros.
Son programas que van más allá de la mera enunciación y exposición de noticias y de hechos.
Se caracterizan por el tratamiento en profundidad. Aunque se aborden noticias y datos del
mismo día en que se emita el programa es preciso un enfoque original y
un tratamiento en profundidad. Es repudiable la improvisación. De manera directa o indirecta
hay que tener previsto un planteamiento, incluso para afrontar noticias y aspectos de última
hora que modifiquen el esquema planificado.
La permanencia de estos programas suele tener un desgaste por el tratamiento de temas. Por
esta razón se requiere renovación, imaginación y variedad para que en cada emisión aparezca
todo como si fuera un estreno de programa.
El equipo mantiene una primera reunión para planificar la nueva emisión. Se eligen los
temas, se designa a los informadores responsables de los temas procurando que cada uno
realice el que se encuentre en su ámbito de especialización. Cada informador del
equipo está más o menos especializado en un conjunto de bloques temáticos y dispone por lo
menos de una semana para la preparación y realización del mismo.
Siempre se eligen y se realizan más temas de los que se necesitan para cubrir en su totalidad
el programa, ya que puede haber alguno que por diversas circunstancias no pueda concluirse
a tiempo. De esta manera siempre se tiene una acumulación de material para cubrir cualquier
emergencia.
Con frecuencia la actualidad palpitante cambia bruscamente y en unas horas hay que
improvisar el enfoque, la realización y el tratamiento.
Unos días antes de la emisión y una vez que ha llegado la mayoría del material producido a la
redacción se selecciona y se adapta al tiempo y enfoque de la emisión para efectuar luego el
montaje y la postproducción. El mismo día de la emisión se realiza el montaje definitivo para
recoger datos de última hora que le den mayor vinculación e inmediatez con el hecho.
Una vez emitido el programa suele mantenerse una reunión de autocrítica para analizar las
dificultades, soluciones dadas y repercusiones. En esta misma reunión suele efectuarse ya un
esbozo de lo que será el programa siguiente. Delimitados los temas sobre los que se va a
trabajar, el equipo de documentación del programa indaga los datos, hechos y posiciones
encontradas sobre el mismo para aportárselos a cada reportero. Con esta documentación se
perfila un enfoque del tema y se llega incluso a un pre- guión.
Cada programa pluritemático suele contar con un equipo compuesto fundamentalmente por
un director, varios reporteros y documentalistas y en algunos casos por un equipo técnico
asignado si no exclusivamente, sí, al menos, durante el tiempo que lo necesiten.
El tratamiento informativo depende del contenido de cada tema y la duración. No hay uno
previamente establecido, excepto la utilización de los grandes géneros: entrevista, reportaje,
coloquio. Dentro de la estructura de cada uno de éstos se introducen múltiples variantes y se
enriquecen con la originalidad y creatividad que introduzca cada autor. Existen elementos
comunes a todos los programas tal como se ha destacado anteriormente, pero la organización,
estructura y desarrollo de los contenidos es algo que diferencia el estilo particular de cada
equipo y de cada director de programa.
El presentador enlaza unos temas con otros. Cada vez se desestima más la búsqueda de
transiciones artificiales e indirectas mediante circunloquios o frases rebuscadas. Se prefiere el
paso directo de un tema a otro. En la presentación se justifica la vigencia del tema, se
contextualiza en otros hechos o se destaca el aspecto sobresaliente sobre el que se quiere
llamar la atención del oyente. El presentador suele ser el propio director del programa; de este
modo se intenta establecer la relación de unos y otros temas, su marco adecuado y sobre todo
dar el ritmo pertinente. Y si en algún tema es preciso incorporar una entrevista en estudio o
por teléfono se introduce como algo propio del programa.
El ideal está en tratar los temas desde el lugar en que suceden. Acudir a ellos para captarlos
en directo o al menos en vivo para difundirlos luego en diferido. Siempre que sea posible se
prefiere el sonido vivo y documental de los acontecimientos. En todo caso la vía telefónica
aproxima más el programa a los hechos que si se hace mediante una narración en el estudio.
Los programas estrella son los transmitidos en directo simultáneamente desde diversos países
mediante el sistema multiplex con expertos y sobre temas informativos del momento.
No se atiene al típico guión, sino que, una vez ante el micrófono y en un intento de que el
programa no vaya destinado únicamente a la audiencia de élite, se improvisa siguiendo un
pequeño esquema, de manera un tanto informal, aunque nunca vulgar.
El programa utiliza todos los recursos de la radio siempre que aporten mayor viveza y
dinamismo: sonido vivo, música directa, voces de protagonistas.
Se intenta superar el elemento sonoro que se había perdido en la radio y también el elemento
musical como parte integral de la información radiofónica. Cada reportaje va documentado y
apoyado con una música apropiada.
Se incorpora a veces el uso crítico del contrapunto de la música actual para reforzar o
contraponer un contenido. Se emplea también como elemento de atracción, medio de
separación de bloques, noticias y a veces como prolongación del texto.
Más éxito tienen los programas que al final de cada año realizan una revisión de los
acontecimientos transcendentales del mismo. En este caso la radio se aprovecha
también de un hábito establecido en la sociedad al conmemorar cada final y comienzo
del año con unos ritos especiales no sólo de tipo festivo, sino también de un balance
de cuentas: analizar lo que ha dado de sí el año que termina y establecimiento de la
agenda del que viene.
En el campo de la prensa cada vez adquieren mayor relieve los anuarios informativos
editados por las empresas periodísticas y por otras editoriales. No se trata sólo de un
enunciado de noticias destacadas, sino de un análisis a fondo de los hechos más
sobresalientes valorados por los autores del anuario y por cada uno de los especialistas
en cada tema.
La radio está emprendiendo también esta misma línea, aunque con las desventajas
lógicas de la esencia efímera de sus mensajes. No trata de ofrecer balances para que
sean archivados, sino de un análisis y unas opiniones. Es el momento en que la radio
acude a sus archivos para ofrecer el documento sonoro de los acontecimientos, de las
opiniones que del mismo se ofrecieron y plantear en el momento de la difusión una
revisión y otras interpretaciones. Lo importante en este caso es el distanciamiento
temporal establecido. No es suficiente para un historiador, pero sí para un balance
informativo que trata de profundizar en los acontecimientos del día a día; la
perspectiva del año permite seleccionar aquellos hechos que más conmovieron a la
sociedad o que más transcendencia tienen en la actualidad, aunque en el momento de
su producción no se destacó suficientemente. Es un criba de acontecimientos, una
valoración y una jerarquización de los mismos.
Los programas anuales de la radio han adquirido múltiples modalidades y trata mientos
según las emisoras.
a) Lo frecuente es que cada programa en antena a final de año revise dentro de sus objetivos
y temas lo más sobresaliente del año. El programa especializado en economía lo efectúa
sobre los hechos y grandes cifras económicas; el programa deportivo sobre las marcas y
momentos más importantes.
c) Programas especiales para ofrecer balances de manera global. Van desde pro-
gramas de media o una hora hasta dos horas diarias durante una semana. Estos son los
programas propiamente anuales. Cuentan con un director y presentador específicos. Hay
tiempo suficiente para su elaboración. El material conservado en archivo es su materia prima.
Y si esto no es suficiente se dispone de un presupuesto propio para contratar a expertos que
efectúen un comentario sobre un aspecto u otro.
d) Hay algunas emisoras que crean un programa específico de larga duración (de 90 a 120
minutos) para efectuar el resumen de una sola vez.
Los anuarios no se quedan en la mera reseña informativa, sino que evalúan y critican positiva
o negativamente unas actuaciones y unas declaraciones. Son programas con dos perspectivas
claras: la informativa y la opinativa o interpretativa. La combinación de ambas varía de unas
emisoras a otras, aunque lo más común es que la parte opinativa se sitúe lo más próxima
posible a la informativa a la que se refiere.
El programa suele estar concebido, como los demás informativos generales, por secciones:
política nacional, internacional, economía, etc. Suele introducir tratamientos especiales:
sondeos a expertos y resúmenes cuantitativos y cualitativos de datos estadísticos del año.
Estos programas tratan de introducir también una mirada hacia el futuro. De ahí que a partir
de los análisis del año que concluye se busquen las tendencias para el año próximo, no sólo
con el anuncio de los acontecimientos previstos, sino también como partes de una evolución
que viene de más atrás. Es una información basada en la rigurosidad de los estudios
prospectivos propios de la emisora o ajenos.
Por lo demás este tipo de programa sigue las exigencias propias de todo programa
radiofónico.
Son programas que dentro del esquema establecido pueden denominarse como aperiódicos.
No existe una periodicidad previamente diseñada. Se ofrecen por situaciones y
acontecimientos informativos peculiares. Pueden aparecer en cualquier momento, de manera
esporádica. Tienen carácter monográfico. Suelen recibir a veces el nombre de "Edición
especial".
Los temas que abordan están determinados por hechos de actualidad imprevistos de gran
transcendencia: debate parlamentario, fallecimiento de una personalidad, crisis política o
económica. O bien por acontecimientos previstos: aniversarios, conmemoraciones,
festividades.
En la actualidad los programas especiales están reservados a días específicos como los días
de elecciones en países extranjeros con previsibles repercusiones en las españolas como las
elecciones francesas y americanas. No obstante, no conviene confundir estos programas
especiales con las programaciones especiales. Se habla de programa especial en aquellos
casos en que la emisora dedica un tiempo determinado, una o más horas, a desarrollar un
tema. Mientras que habría que reservar el concepto de programación especial a períodos de
tiempos mucho más extensos y que llegan a cubrir uno o varios días. El ejemplo de las
elecciones es claro. Para una emisora española de programación generalisla, sea del tipo que
sea, es imprescindible crear una programación especial para cubrir el desarrollo completo de
las elecciones celebradas en España desde el inicio de la campaña hasta el momento de la
difusión de los resultados y de sus repercusiones. Sin embargo, para referirse a las elecciones
de otros países, por muy grande que sea su previsible repercusión en España, se dedica
solamente un programa especial.
Lo más frecuente es que los programas especiales estén provocados por una noticia
imprevista difundida previamente en algún noticiario. Debido a la relevancia del tema quedan
muchos aspectos sin ser abordados y, consecuentemente, se acude a la programación de un
tiempo dedicado en exclusiva a la cuestión. Son programas que requieren una enorme
agilidad de la emisora para improvisar en un tiempo escaso una información de alta calidad;
al tratarse de hechos complejos es necesario que toda la redacción se entregue a su
elaboración de manera inmediata para recopilar la mayor cantidad de datos y de la mejor
calidad para ofrecer a la audiencia un producto bueno. Es un programa que mide la capacidad
creativa, de rapidez y de improvisación de una emisora.
Tanto una modalidad como otra cuentan con una estructura de plena libertad creativa. Se
diferencian claramente de los noticiarios; no se trata de dar o ampliar la noticia ofrecida ya en
programas de noticias anteriores, sino de profundizar, analizar y, si es preciso, ampliar la
información con nuevos datos a medida que se vayan produciendo o que la emisora los
conozca. Por la propia materia que afrontan cuentan incluso con unos márgenes amplios de
duración hasta llegar incluso a sustituir la programación prevista a esa hora. Manda la
actualidad del hecho y, por tanto, la emisora se entrega con un programa extraordinario.
En algunos casos, debido a la rapidez con que se sigue la cuestión, la materia se organiza en
el sentido cronológico de su logro ya que a veces hay que hacerlo sobre la marcha, a base de
uso de teléfono y unidades móviles para conseguir entrevistas, elaborar un reportaje sobre la
situación en ese instante.
Ambas modalidades suelen llevar aparejada una copiosa promoción del programa para que no
pase inadvertido a la audiencia y, por tanto, que lo conozca con antelación suficiente al
momento de su difusión. La campaña de promoción se efectúa tanto por los diversos canales
de la misma emisora como por otros medios. La falta de previsión en la programación por su
propia esencia no debe incurrir en que su emisión pase inadvertida. De ahí la necesidad de
efectuar el oportuno reclamo para una mayor rentabilidad.
Josep María Martí al referirse a estos programas bajo la denominación frecuente de Edición
Especial destaca también este aspecto: "Por último la Edición Especial es un tipo de espacio
de escasa presencia por sus características particulares, pero perfectamente reconocible en la
actual oferta programática de la radio española. Este género informativo ha sido habitual en
los contenidos de actualidad, sobre todo políticos, de la transición democrática española, y
por tanto vinculado a aquellas circunstancias especiales (sesiones parlamentarias, jornadas
conmemorativas, elecciones, etc.) que tanto han prodigado en los últimos diez años`.
Frente a los programas generalistas centrados en la difusión de noticias como los boletines
horarios y los noticiarios, o en la profundización en algunas de ellas como los magazines y
los programas semanales pluritemáticos, los programas especializados se centran en una
sección informativa específica; cada programa trata de desarrollar la actualidad en torno a
dicho tema. Es el deseo por la máxima profundización posible en la radio sobre un tema.
Las áreas pueden ser múltiples. Sólo se abordarán aquellas cuestiones que por unas razones u
otras plantean unos requisitos específicos en su enfoque y tratamiento radiofónico. Además,
sólo se analizarán las cuestiones específicas, puesto que en el resto comparten los mismos
planteamientos examinados en los capítulos anteriores.
Ante todo, el programa especializado por sus contenidos plantea un problema de adecuación
a las exigencias expresivas de la radio. Algunos contenidos tienen su base en conceptos, en
cifras y datos que se hace difícil de transmitir por radio al menos en toda la complejidad de
los mismos'.
La dificultad nace de la doble fidelidad que debe mantener el informador: fidelidad a las
exigencias específicas de los contenidos y fidelidad a los condicionantes de la radio. De
ambas surgirá un mensaje nuevo y propio de la radio.
La radio acude a los elementos que más fuerza le dan: presencia de los investigadores y
tecnólogos protagonistas y que transmiten personalmente su experiencia tanto para llevar el
programa personalmente como para participar en la exposición mediante entrevistas y
participación en coloquios.
Y cuando la dirección y presentación del programa no pueda ser llevada por el científico o
técnico, existe la figura del divulgador. El divulgador es una persona que con conocimiento
suficiente del tema es capaz de aclararlo, analizar la transcendencia del mismo y entusiasmar
a la audiencia. La diversidad de temas científicos y técnicos hace difícil que un científico sea
capaz de abarcar todas las áreas, excepto en aquellos casos en los que se dedique un tiempo
particular a su especialidad: sanidad, animales, nuevos instrumentos. De ahí que estos
programas suelan estar en manos de periodistas que dominan el oficio, la palabra y la
explicación y además logran un conocimiento suficiente de cada una de las cuestiones
abordadas. Los presentadores más famosos de estos programas no suelen ser los propios
científicos, sino los divulgadores.
La ciencia y la técnica bien explicada interesan cada día a más gente. Son asuntos que han
salido del ámbito reducido de los especialistas, sobre todo cuando se abordan técnicas y
aspectos científicos que el destinatario puede apreciarlos en su propia vida. La respuesta de la
radio no es tanto dar una información o una instrucción completa sobre la misma, sino una
información suficiente y motivadora para que acuda a conocerla más a fondo a otros puntos:
exposiciones, simposios, libros. Lo importante es entusiasmar y atraer a los oyentes.
b) Audiencia general. Es una audiencia amplia y con cierta homogeneidad en el interés por
estos temas. No es la audiencia heterogénea de la información general, sino otra un poco más
restringida y que se interesa por la ciencia y la
Estos programas plantean un conjunto de cuestiones que convendrá resolver en cada ocasión
de manera específica.
No se trata de una cuestión monográfica sino que la ciencia y la técnica abarcan campos
sumamemte amplios y complejos cuyo saber es difícil que lo domine una sola persona. Por lo
tanto, la solución vendrá mediante la presencia en cada programa de un
especialista para cada cuestión y efectuar una entrevista a fondo y que además el director del
programa se haya documentado y estudiado el tema lo suficiente como para orientar el
programa hacia los aspectos que mayor interés tengan.
La ciencia y la técnica en la actualidad prodigan tanta información que han dado origen a
cientos de revistas especializadas. La radio actual no puede llegar a tal grado de
especialización, por tanto se impone una selección y valoración del torrente diario de
información.
La innovación científica y técnica es tan rápida y tan cambiante que necesita el seguimiento
sosegado por una parte para centrarse en los aspectos más relevantes y por otra la
conspicuidad para estar encima de los cambios más importantes.
técnica y sobre otros campos como la astrología (enorme éxito del horóscopo), espiritismo,
ovnis, adivinaciones y otros temas de parasicología de interés. Son campos diferenciados que
no conviene confundir.
La ciencia y la técnica tienen generalmente más de imagen que de sonido; es difícil que el
sonido de cada avance, si es que lo tiene, pueda aclarar algo del mismo.
No hay que incurrir tampoco en la búsqueda de un sonido que al final se perciba como un
efecto sonoro o a unas músicas que le den cierto ambiente de misterio porque se caería
rápidamente en la monotonía. De ahí que la salida mejor sea la de las voces y vivencias de los
protagonistas. El ejemplo más claro de estos programas han sido los ofrecidos por Félix
Rodríguez de la Fuente en Radio Nacional de España.
- Como interpretación del entorno actual y encuentro entre el pasado y la preparación del
futuro y que sirven para dar respuesta a los problemas que plantee el medio en el que se vive.
- Como apoyo para actuar en el entorno vital, social y generar transformaciones y productos
culturales individuales y sociales.
La cultura no debe concebirse como un recipiente cerrado, estático, sino en una dimensión
permanentemente dinámica. La cultura no se identifica exclusivamente con archivo y
biblioteca, sino con un conocimiento asumido que vitaliza la acción, reflexión, conducta
humana, formas de vida.
Se establece, pues, un círculo generador y dinámico, en el que las nuevas experiencias cargan
y renuevan el desgaste de las vivencias. Desde esta posición, la cultura no puede quedar en
mero consumo placentero de lo producido artísticamente por el hombre, sino convertirse en
impregnación de la vida del consumidor. Se incorpora a la personalidad de un individuo, de
un pueblo, de una sociedad, de una época, tras eliminar lo superfluo ("lo que queda después
de olvidado") y lo no impregnante.
Es preferible, pues, una conciencia cultural que impregne todos aquellos contenidos que
pasen por las antenas. Una conciencia que prepare e incida en el hombre actual para
permitirle dar respuesta a los problemas que su entorno le plantea.
Las tres acciones deben producirse en una actitud unitaria. La cultura no es un lago que
retenga la historia, sino un río en el que confluyen diversas corrientes. De este modo, la radio
se convertirá en un circuito comunicativo permanente entre emisor y receptor.
mente en lo escuchado. Si la radio, además de la cultura sonora que difunde, logra que el
oyente acuda a la cultura impresa, a escuchar una conferencia, recorrer un museo, asistir a
una concierto, ver una película, habrá cumplido su objetivo de medio incitador con una
propina complementaria.
a) Rechazo de la audiencia. Las estadísticas, más que una situación alarmante, reflejan una
situación de desahucio. La cultura se presenta de forma aburrida para la audiencia general.
Cuando se intenta hacerla atractiva es rechazada por los críticos y expertos por frivolización
y, sobre todo, por no alcanzar las "altas cotas de la seriedad". Es sintomático el criterio de
clasificación efectuada en algunas emisoras entre música "seria" y música "ligera".
2) Información cultural
b) La cultura como objeto de los magazines. Es una ampliación de las noticias. Por
estos programas pasan figuras literarias con motivo de un premio, de la publicación de una
obra o para dar la opinión sobre algún asunto de interés general o específicamente literario.
Los programas culturales noticiarios seleccionan, valoran y presentan noticias de los hechos
literarios del día, de la semana o según la periodicidad con que estén diseñados. Incorporan
reportajes, crónicas, comentarios, entrevistas, pero sin una duración excesiva. Se concibe
como todo noticiario con una estructura de bloques según los diversos aspectos culturales:
literatura, bellas, artes, cine.
Desde hace años viene programándose en Radio Nacional de España el programa "El ojo
crítico". Se presenta como una variante de estos enfoques ya que se trata de un programa de
periodicidad diaria en el que cada día está dedicado a un tema específico: un día a la
literatura, otro al cine, otro al teatro, otro a medios de comunicación. También en este caso se
abordan diversas noticias en torno al área elegida.
En los magazines culturales, por el contrario, se trabaja con una estructura abierta en cada
edición. Hay algunas secciones fijas, pero la mayoría son variables según la actualidad del
momento. El magazine trata de profundizar en hechos más amplios. No se preocupa de
desechar unas noticias en beneficio de otras para otorgarlas mayor amplitud.
Las noticias que se recogen en estos programas siguen el mismo criterio reducido del sentido
tradicional. Dan noticias de los acontecimientos ocurridos durante el día, o el período que
cubren, referidos a las artes, las letras, las ciencias, crítica musical, cinematográfica y
actividades académicas. Se sigue, pues, un criterio sacado de las secciones de los periódicos.
Se vuelve a chocar de nuevo con la falta de un replanteamiento concreto a partir de las
exigencias e imposiciones del medio radiofónicos.
La información cultural tiene que orientarse hacia una mirada culta sobre la realidad
noticiable y, más aún, sobre lo no noticiable. La información es también una profundización e
interpretación de la realidad. Tal dimensión habrá que pasarla por un
sentido hondo y ampliamente cultural. De este modo se insiste en una doble orientación: en la
cultura viva de la sociedad actual y en una mirada interpretativa culta. La cultura no es un
género separable de la estructura social, política, económica de un país, de un grupo, sino que
forma un todo. La interpretación cultural debe centrarse en la consideración de este todo.
Reducirse al género en exclusiva es precisamente falsear, reducir la cultura, difundir un
sentido anticultural. De esta manera, la información cultural encuentra su máximo
entendimiento en el marco global de la comunicación. Hay que examinarla en el conjunto
comunicativo de la sociedad tal como lo ha diseñado Umberto Eco'.
Los sistemas de análisis de contenidos y de las teorías han considerado los mensajes
subyacentes compartimentados. Tradicionalmente se han establecido cuatro categorías:
información, formación (educación, cultura), entretenimiento y persuasión. Sin embargo, las
emisiones radiofónicas no se presentan nunca de esta manera tan quintaesenciada. Unos
contenidos se entrelazan con otros y, sobre todo, cada uno de ellos encierra de alguna manera
aspectos de los otros. En todos los programas hay un mensaje cultural subyacente, o tal vez
una actitud anticultural. Ningún programa es neutro. Se impone, pues, un1 nueva concepción
que tenga en cuenta este aspecto. La radio no es sólo vehículo de culturas ajenas al medio,
sino que también ella produce cultura. Es más, la radio por sí misma también es cultura,
cultura sonora. La actitud cultural de una emisora puede quedar eclipsada, por más programas
culturales que presente, si en el resto se abandona o se va en contra de tal actitud. Sobre todo
por una razón, son los programas de mayor audiencia, frente a la minoría que sigue la
programación propiamente cultural. Los programas presentan una cosmovisión de la realidad
y es en ellos donde hay que examinar la función cultural de la información, diversión,
publicidad, propaganda.
Dentro de las responsabilidades informativas hay que destacar las vinculaciones con la
cultura y la educación, especialmente en la radio pública. No se trata de circunscribir la
cultura y la educación a programas específicos, sino a la concepción de la cultura en su
sentido antropológico más profundo, es decir, como la forma de ser, vida y comportamiento
de una comunidad. Una cultura que analice al hombre y su entorno en la dimensión histórica,
vista desde el hoy y en su actualidad inmediata.
Nos encontramos en pleno debate teórico sobre el papel de la cultura impresa y de la cultura
audiovisual en la actualidad. La idea de Umberto Eco sobre la separación de dos ejes entre
los apocalípticos e integrados ante el fenómeno de los nuevos medios de comunicación, sigue
estableciendo una línea divisoria excesivamente distanciadora de las dos culturas. Abraham
Moles ha buscado una posición más pragmática. Considera la cultura como un hecho de
nuestro tiempo. Constata que vivimos inmersos en ella y renuncia a calificar al hombre de
"culto" según un único modelo, el clásico, el de la cultura humanística. Los nuevos medios de
comunicación y en particular la radio han aportado una nueva manera de tratar la realidad
cultural. Estamos ante una cultura audiovisual caracterizada por el propio Moles como una
"cultura mosaico" frente a la cultura sistemática de la imprenta.
Edgar Morin en su obra El espíritu del tiempo' habla de la tercera cultura propia de los
medios de comunicación colectiva al lado de la cultura clásica -religiosa o humanista- y las
culturas nacionales. Se la ha denominado también mass-cultura y cultura de consumo. Juan
Cueto la ha definido así: "Es una cultura producida de acuerdo con esas mismas leyes de
fabricación que rigen la economía de consumo: seriada, en cadena, masiva, repetitiva y que
utiliza sofisticadas tecnologías de producción y sobre todo de reproducción".
Esta tipología de culturas no constituye modalidades opuestas, sino más bien superpuestas. Si
acudimos a la historia observamos que toda nueva técnica, tras un primer momento llamativo
y, a veces, predominante, pasa por una segunda etapa de reajuste de las otras técnicas hasta
llegar a un proceso de convivencia. No se trata de un proceso de desplazamientos, sino de
acumulaciones., Se producen intercambios y enriquecimientos entre la cultura surgida de
ambas técnicas. En nuestros días concurren una cultura impresa rejuvenecida en su formato,
tirada e industria, junto a una reciente cultura audiovisual tecnificada, pujante. Puede hablarse
en todo caso de ciertos predominios según las épocas, pero no de sustituciones y menos aún
de muertes. Cada cultura está asociada a una tecnología y a la vez impulsada por ella.
La información radiofónica asume también una función educativa derivada indirectamente.
No se trata de sustituir las responsabilidades del sistema educativo ni la de los educadores,
sino de incorporar una responsabilidad sobre el nivel formativo de la sociedad. Es un hecho
que los nuevos medios de comunicación presentan unos sistemas de educación informal, que
han llegado a erigirse en sistemas paralelos de educación, junto al sistema docente, familiar,
entorno social y otros. Gran parte de las personas una vez que concluyen el sistema docente
en cualquiera de sus niveles apenas actualiza sus conocimientos, salvo por necesidades de
especialización, por otras vías que no sean los medios de comunicación. Conocen la
evolución de su entorno no por un sistema educativo estructurado, sino por la información
desestructurada de los medios de comunicación. La información sin quererlo se constituye en
un sistema educativo para la sociedad adulta. Es una responsabilidad que no puede eludirla y
que hay que tenerla en consideración a la hora de seleccionar, valorar y tratar la información.
La radio corre también con una corresponsabilidad dentro de los medios, particularmente por
tratarse de un medio al que, además de acudir las personas con alto nivel educativo, la
escuchan otras que ni siquiera saben leer. Todo su conocimiento de la sociedad les llega por
este medio y sobre todo por la televisión. Ya es hora de que se abandone el aislamiento. Es
necesario buscar nuevas formas de colaboración entre todos los sectores implicados en el
desarrollo de la personalidad de los individuos y de la sociedad. Este es el pulso que echa el
futuro. Es imprescindible aunar esfuerzos y ofrecer soluciones concretas y coordinadas.
Las nuevas tendencias han buscado una democratización de la cultura. Pero tal enfoque es
una falacia. No es suficiente con exponer la cultura para que cada cual acceda libremente a
ella. Las desigualdades de preparación educativa y expectativas culturales impiden que se
busque esa cultura. Como escribe P. Gaudibert: "El acceso a los programas culturales está
regulado por las desigualdades de producción y de clase en el seno de una formación social
determinada`. A la democratización cultural sólo se podrá llegar mediante la democratización
previa de la educación.
Tampoco las nuevas tecnologías resolverán el problema. Por el contrario, agudizarán más aún
las diferencias actuales. Los que han tenido acceso a la cultura encontrarán nuevos medios y
más facilidades. Quienes nunca han accedido seguirán igual. Es necesario investigar nuevas
fórmulas.
Para Mattelart han quedado invalidadas de momento y por las razones antepuestas: la
videonimación, los medios comunitarios, las radios libres. No se trata de seguir los usos
multiplicadores de puntos de cultura, sino de buscar usos diferentes, otras alterna
tivas, otras formas y otros contenidos. ¿Cuáles? Este deberá ser el objeto de la experi-
mentación e investigación. Como indica el propio Mattelart: "Está en juego una realidad
ideológica diferente, una realidad que deposita su peso específico en la relación de fuerza
general`0.
La economía presenta una actualidad inmediata y continuada por el desarrollo propio de cada
sociedad. Además, a diferencia de otros contenidos, existen noticias con una periodicidad
cíclica: cada cierto tiempo se difunden noticias como las mensuales del Indice de Productos
de Consumo (IPC) y datos sobre la evolución del paro según el Instituto Nacional de Empleo
(INEM), o la trimestral de la Encuesta de Población Activa. Son noticias que durante los días
que se producen tienen una amplia presencia en los medios de comunicación, especialmente
cuando son llamativas por su aspecto positivo o negativo y por las opiniones que se aportan
sobre dichos datos de los grupos políticos, patronales, sindicales y de personalidades
expertas. Su repetición durante uno o dos días en los noticiarios obliga a desarrollar diversas
versiones para cada uno de ellos y conseguir llamar la atención de la audiencia.
Durante los últimos años varias emisoras han creado programas especializados en
asesoramiento fiscal. En general suelen efectuarse mediante alguno de los géneros de
participación de la audiencia bien mediante el clásico consultorio o bien mediante el
interrogatorio en directo de la audiencia. En estos casos el informador es quien se encarga de
pedir aclaración de los términos, así como de algunos de los conceptos fiscales o económicos
que a su juicio prevea que no quedan claros para la audiencia.
La radio ha encontrado en el deporte uno de sus apoyos para mayor popularidad tanto antes
de la implantación de la televisión como en la situación actual de convivencia con ella`.
Siempre existe un público que no puede seguir la transmisión televisiva y que sigue el
acontecimiento por radio o incluso, aunque lo siga por televisión, escucha simultáneamente la
radio para apreciar la interpretación u opinión de alguna de las figuras de ésta. Son programas
que han adquirido una personalidad propia dentro de las emisoras y en muchos casos se han
situado en los mejores horarios. Cuando se trata de grandes acontecimientos desplazan o
sustituyen a cualquier otro programa, incluso a los propios noticiarios informativos.
Dentro de su abundantísima presencia en la programación pueden diferenciarse tres
modalidades fundamentales:
Es una presencia constante en todos los noticiarios y con una duración bastante amplia,
similar o más amplia que la de contenidos políticos o económicos. Es un desequilibrio y una
desproporción excesiva en favor del deporte, sobre todo si se tiene en cuenta la transcendencia
para la sociedad de unas y otras cuestiones, aunque no debe
Cada gran cadena y cada emisora suele contar con dos o tres programas a lo largo del día para
ofrecer noticias sobre el deporte. Especial relieve y competitividad han alcanzado los
programas situados en horas nocturnas.
Son noticiarios que han incorporado la profundización en la noticia como ningún otro tipo. El
tratamiento es amplio y analítico. Se parte de la base de que las noticias han sido expuestas en
los noticiarios de información general y consecuentemente en éstos, además de repetir la
información, se aporta una mayor contextualización del relieve del hecho, se incorporan
abundantes documentos sonoros de los protagonistas y especialistas, se cubren la mayoría de
los deportes, aunque siempre sobresalen los de mayor popularidad e interés para la audiencia.
Se diagnostica y se pronostica. Se hacen conjeturas de todo tipo sobre lo que podrá pasar en tal
acontecimiento, se examinan los pros y contras y hasta se llega a solicitar opiniones sobre lo
que ocurrirá; incluso el propio informador se atreve a adelantar lo que a su juicio sucederá. Se
suscita la polémica antes del acontecimiento como parte atractiva del mismo.
Hay información, pero sobre todo análisis e interpretación. Se trata de unos noticiarios
peculiares en los que la información y la opinión aparecen tan unidas en el relator que cuesta
separar lo que es un hecho o un dato ciertos de lo que es mera opinión del mismo.
La información deportiva es la que atrae a la gran audiencia, pero también la que tiene un costo
más alto por la cobertura de los grandes acontecimientos mundiales, nacionales y locales
deportivos.
El ritmo expositivo está impuesto por los propios acontecimientos. Las jugadas próximas al
gol o al desenlace provocan la aceleración del ritmo expositivo, el salto de un aspecto a otro,
aunque no haya relación sintáctica tal como se entiende en la gramática escrita, pero sí existe
una relación comunicativa entre un hecho y otro claramente inteligible para el oyente. El
canto del ¡¡¡ GOL !!! introducido por los locutores hispanoamericanos es toda una sinfonía
del espectáculo deportivo de la radio.
Desde hace unos años el informador deportivo ha ampliado su campo de trabajo al entramado
directivo, administrativo, económico, político y de intrigas del deporte. Denuncia, acusa e
incluso llega al insulto. La radio informativa se ha convertido en la vanguardia de los
despliegues técnicos y humanos, de los aciertos, de la gran calidad y a la vez de los graves
desmanes que desbordan los requisitos informativos para convertirse en otra cosa y que con
frecuencia rozan las fronteras de la ética y deontología profesionales.
Existe otro conjunto de contenidos que por su interés para la audiencia han engendrado
diversos tipos de programas. No se trata de analizar cada uno de los contenidos, puesto que
las variantes son inmensas, sino de destacar sólo algunos casos específicos sobresalientes.
Entre ellos existen los programas dedicados a información nacional o programas de
información política. Existen programas especializados en el análisis de la cuestión política
de la semana, en la actividades parlamentarias y, en su momento, en las campañas electorales.
En los programas de información política se abordan temas sobre el desarrollo del país,
actuaciones del Gobierno y debates generados con la oposición e información sobre las
instituciones". Es normal que los noticiarios, especialmente los grandes, tengan siempre una
amplia sección dedicada a este tema, así como que los magazines aborden también otras
cuestiones conexas, pero no es suficiente para tratar a fondo los temas. Por tal razón suelen
dedicarse programas específicos, con una periodicidad prefijada para abordar temas
monográficos o en otros casos varios temas, pero bastante interrelacionados. Son programas
en los que se ofrecen entrevistas amplias con los políticos, o los diversos géneros de debate y
coloquio con la participación de políticos, periodistas especializados y otros expertos para
afrontar aspectos de la actualidad de la vida política o alguno de los temas preocupantes en
ese momento en la sociedad.
También es cada vez más frecuente que las emisoras sigan los debates parlamentarios bien
mediante transmisiones en directo de alguno de ellos debido a su expectación entre la
audiencia, o bien mediante resúmenes amplios.
Las emisoras de radio desde la llegada de la democracia crean programas de larga duración
para la cobertura de las campañas electorales. En unos casos, como en las emisoras públicas,
la legislación electoral les obliga a organizar programas gratuitos en los que los partidos
políticos concurrentes difundan sus programas. Los partidos políticos tienen la opción de
producirlos íntegramente ellos mismos o utilizar los equipos técnicos y humanos de la
emisora según sus criterios; la emisora se mantiene totalmente al margen de la elaboración.
En otras ocasiones son las propias emisoras, públicas y privadas, las que crean programas
específicos para ofrecer entrevistas, debates o líneas abiertas a la audiencia. Son programas a
caballo entre la información y la propaganda.
La dificultad en este caso radica en que el informador, los comentaristas o quienes participan
en una programa de debate o en una tertulia se refieren a hechos y situaciones que no siempre
son suficientemente conocidas por la audiencia. Se ofrece interpretación, o se mencionan
algunas referencias a hechos que son desconocidos. Se requiere, por tanto, una
contextualización previa y además la suficiente aclaración de cada referencia para que la
audiencia pueda seguir el programa.
Es una dificultad que marca una cierta lentitud en la exposición de los argumentos de cada
uno o la exposición de los datos. Pero las exigencias radiofónicas plantean unos límites
insoslayables. Es preferible la selección de lo fundamental a entrar en datos, ideas y
argumentos prolijos, puesto que de lo contrario se perderán. No por exponer muchos hechos y
dar muchos datos e ideas se informa mejor. Lo importante es que la audiencia obtenga una
idea clara de la situación, posible evolución y alcance de la crisis. Todo lo demás, en lugar de
ayudar a aclarar, embota la retención auditiva y provoca confusión de hechos.
Cada vez es también más frecuente que las emisoras ofrezcan programas especializados sobre
aspectos jurídicos como consultorios o como aclaración e interpretación de algunas leyes
polémicas. El lenguaje jurídico es también sumamente especializado y necesita una oportuna
aclaración tanto de la terminología como de los campos que delimita. Son programas que
invitan a expertos y que buscan periodistas que a su vez reúnan también esta especialización
con objeto de que a lo largo del programa esté permanentemente atento a la necesidad de
aclarar cualquiera de los conceptos desconocidos por la audiencia.
Los temas relacionados con los juicios y sentencias judiciales están adquiriendo un interés
creciente en la información. La radio ha introducido los micrófonos para recoger algunas
declaraciones y para efectuar el seguimiento de juicios. Estos hechos están ocupando parte de
los noticiarios e incluso han llegado a crear algunos programas especializados con
periodicidad regular particularmente cuando el caso tiene gran transcendencia social. El
deseo por la búsqueda de información original ha llevado en ocasiones a rozar los límites
legales mediante la difusión de grabaciones telefónicas, de entrevistas con menores de edad
envueltos en delitos, informaciones relacionadas con el derecho a la intimidad y a la propia
imagen, todo lo cual ha conducido a algunos ataques por el exceso de sensacionalismo.
Las emisoras públicas están obligadas por la propia Constitución y por acuerdos a mantener
una posición neutra y equilibrada con las diversas religiones existentes en el país. No
obstante, debido a que la inmensa mayoría se confiesa de religión católica, lo más frecuente
es que los programas aborden cuestiones relacionadas con ella, aunque no de manera
exclusiva ya que existen también programas con menor presencia dedicados a otras
religiones.
En general, cada vez se pierde más la tradicional charla o sermón religioso pronunciado por
un sacerdote en beneficio de tratamientos más atractivos, dialogantes y, en suma, adecuados a
la radio, de tal manera que su enfoque se efectúa como cualquier otro programa con todos los
géneros disponibles: entrevistas, debates, consultorios, géneros de participación. Es el cambio
de concepción de los mismos. Ya no se trata de programas propagandísticos para reafirmar en
la fe o predicar, sino de dar información sobre problemas y cuestiones religiosas o de
cuestiones civiles relacionadas con otras de tipo moral.
Las peculiaridades de estos programas ya no son los contenidos, sino la audiencia. Si todo
programa tiene que considerar la audiencia a la que quiere dirigirse, en este caso nos
centramos sólo en algunas audiencias específicas, puesto que para los planteamientos
generales sirve lo analizado e indicado también en los capítulos anteriores, en particular el
dedicado a la audiencia. En principio los programas informativos de noticias se dirigen a unas
audiencias generales y heterogéneas. Pero hay otros programas que tratan de ofrecer unos
servicios específicos a determinados grupos bien por sus problemas específicos, o bien por el
ámbito territorial en el que se ubique la emisora. En estos casos se destacará la peculiaridad
de unos y otros para que el enfoque informativo responda con mayor exactitud a las
expectativas e intereses de la audiencia.
Cada vez es más frecuente que las emisoras traten de responder directamente a las audiencias
fragmentadas. Han surgido algunos programas dirigidos a los jóvenes, a las mujeres y a
personas de tercera edad, debido a las peculiaridades de sus problemas.
Debido al auge de los movimientos feministas la radio también ha creado diversos programas
orientados a la mujer con contenidos específicos. Se trata de programas no sólo con el sentido
radical del movimiento feminista, aunque es lo que más predomina,
sino de programas abiertos a los diversos problemas de la mujer en sus relaciones laborales,
ocupación de puestos de relieve, derechos de igualdad y promoción y con las múltiples
interpretaciones ideológicas en torno a la cuestión.
El riesgo de estos programas es que se queden sólo entre un público femenino cuando lo
importante es que tales debates lleguen al conjunto de la sociedad. La eficacia de los mismos
hay que medirla no tanto por los contenidos difundidos cuanto por la
El objeto de estos programas es concentrarse en los problemas afines y con unos tratamientos
propios de audiencias muy heterogéneas y en muchos casos ya con ciertas dificultades para
recibir cantidad de mensajes. De ahí que se busquen estructuras simples y sencillas,
sumamente claras y con unos tratamientos expresivos fácil y rápidamente descodificables;
son tratamientos con bastante redundancia y reiteración de informaciones especialmente
cuando se trata de ofrecerles los procesos para conseguir algo. Es frecuente el uso de
entrevistas, de consultorios y de interrogatorios de audiencias para que expongan los
problemas concretos tal como cada uno los está viviendo.
ciente a esta cuestión al haberse organizado por ámbitos territoriales: Cadenas de cobertura
estatal y autonómica y emisoras de cobertura local. Las grandes cadenas al diseñar su
programación también lo han efectuado así. De este modo se aprecia en las emisoras de
cobertura estatal que tienen programas para toda la cadena, otros separados por Comunidades
Autónomas y dentro de éstas otros para cada una de las provincias y localidades en las que
tenga ubicada una de sus emisoras. Algo similar sucede con las cadenas de cobertura
autonómica; también ofrecen una programación parcial diferenciada por provincias, comarcas
y lugares de alcance de la emisora. Las radios municipales y la radios privadas locales ejercen
su ámbito informativo en las mismas.
El tiempo transcurrido desde que la radio inició sus archivos sonoros` con las grabaciones
emitidas ha dado origen a que al cabo de los años las emisoras creen algunos programas para
rememorar una época, una fecha determinada, la biografía de una personalidad, o la
evolución de los últimos años. No se trata de meros recuerdos ni de añoranzas, sino de
profundización en el pasado, la narración de la historia reciente con los documentos sonoros
disponibles en la emisoras.
Las grandes cadenas cuentan ya con unos archivos abundantes que permiten realizar nuevas
explotaciones de sus fondos. Ya no se trata de seleccionar el fragmento de un discurso, o una
declaración aislada para incluirlos en los noticiarios o en unos reportajes, sino de crear un
programa íntegramente con el material de archivo.
El autor del programa trabaja con plena libertad para plantear la cuestión y su interpretación
como cualquier historiador. Su límite está marcado por la ausencia de algunos testimonios,
por otras informaciones conocidas posteriormente o por interpretaciones de otros
investigadores. Su papel consiste precisamente en rellenar esas lagunas, ya que narrar los
hechos con el material exclusivo del archivo podría dar origen a una historia muy sesgada. Es
como pretender contar la historia de una sociedad exclusivamente mediante la información
publicada en los periódicos, sin ninguna otra investigación. En todo caso se aportaría una
historia de lo que en su momento interpretaron los periódicos sobre tal período y según los
criterios de valoración de los mismos que pueden haber quedado superados.
El documento sonoro, a pesar de su enorme valor histórico, no puede suplantar una visión
global de un período determinado. Por tanto, la combinación de documentos sonoros e
intervenciones del informador no busca tanto el equilibrio de las partes cuanto la rigurosidad
histórica.
Una cuestión bien distinta es la que plantean los programas elaborados con material de
archivo referidos a aspectos parciales como son los programas que recuerdan los discos que
se escuchaban en una determinada época, o las voces que pasaron por la emisora. En estos
casos el objetivo no es contar la historia global, sino destacar un solo aspecto de la misma o
de la propia emisora. El autor busca la fidelidad al aspecto parcial que aborda, no a la historia
general.
Un enfoque distinto ofrecen aquellos programas como los de concursos o humorísticos que
como elemento atractivo y de espectáculo se convoque a una personalidad para someterla a
unas preguntas sobre aspectos generalmente distintos o relacionados indirecta o
humorísticamente con los hechos por los que es conocido. Son programas que tratan de dar
otra dimensión de figuras populares: cómo es su vida privada, cuáles sus aficiones y su
capacidad y destreza para determinadas actividades.
Más interés informativo ofrecen aquellos programas no relacionados con la actualidad como
los programas de variedades u otros que convocan a personalidades para someterlas a
entrevistas, relatar su biografía, o que aporten puntos de vista sobre determinadas cuestiones.
Son programas en los que el interés periodístico queda muy mermado, aunque para los
protagonistas que acuden a los mismos sean de gran rentabilidad electoral para los políticos,
o económica para los artistas.
NOTAS AL CAPÍTULO 22
3
El periodismo científico cuenta con una bibliografía extensa tanto de Congresos como de
autores individuales. Véase a este respecto la obra de NELKIN, Dorothy: La ciencia en el
escaparate. Fundesco, Madrid, 1990; la del CIMPEC-OEA: Periodismo educativo y
científico. Epoca, Quito, 1976 y las aportaciones de CALVO HERNANDO, Manuel:
Periodismo científico. Paraninfo, Madrid, 1977; Civilización tecnológica e información. El
periodismo científico: Misiones y objetivos. Mitre, Barcelona, 1982; Ciencia y periodismo.
Centro de Estudios para el Fomento de la Investigación, Barcelona, 1990.
' TUBAU, Iván: Teoría y práctica del periodismo cultural. ATE, Barcelona, 1982. Un
análisis específico sobre la cultura en la radio véase en FERNANDEZ ASIS, V.:
Radiotelevisión... op. cit. Tomo 2, págs. 55-68.
" CUETO, Juan: La sociedad de consumo de masas. Aula Abierta Salvat, Barcelona, 1981,
pág. 48. GAUDIBERT, P.: Action culturelle, intégration et/ou subversion. Casterman,
París, 1972, pág. 34. '° MATTELART, A. y PIEMME, J-M.: La televisión alternativa. op.
cit., pág. 83.
" BRICEÑO, Manuel: "El lenguaje del fútbol en la radio colombiana", en Primera
reunión de Academias de la Lengua Española sobre el lenguaje y los medios de
comunicación (Octubre de 1985). Comisión Permanente de la Asociación de Academias
de la Lengua Española, Madrid, 1987, págs. 117-121.
" FERNANDEZ ASIS, V.: op. cit. T. 2, págs. 35-54. MUÑOZ, J. J. y GIL, C.: La radio...
op. cit. págs. 153-160. Véase el estudio de una situación concreta de SECANELLA, Petra
M': El periodismo político en México. Mitre, Barcelona, 1983.
" Este es el caso, por ejemplo, de Radio Nacional de España que además de la
conservación se ha preocupado de la adecuada catalogación de sus fondos para una más
rápida y sencilla búsqueda.
532 Parte IV.- Programación y programas informativos
Véase: Normas de catalogación del archivo sonoro de Radio Nacional de España. Vol. I.
Palabra y efectos especiales. Vol. II: Música. Instituto Oficial de Radio y Televisión,
Madrid, 1992.
HALPER, Donna L.: Radio Music Directing. Focal Press, Boston, 1991.