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UNIDAD 1: ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN DE SALUD

Tema 1:
SITUACIÓN DEL CUIDADO PRIMARIO EN SALUD MENTAL

Según la OMS, 450 millones de personas experimentan problemas mentales o neurológicos en el mundo y
constituyen 5 de las 10 principales causas de discapacidad

En el Perú, según el INSM una de cada 5 personas ha sufrido algún trastorno psiquiátrico en el último año y según
el MINSA estos trastornos ocupan los 1ros lugares en la carga de morbilidad. La enfermedad mental tiene un
impacto social y económico importante en los individuos, sus familias y los gobiernos, así como implicancias en
derechos humanos

Existe una alta prevalencia de trastornos mentales entre las personas que buscan atención en el nivel primario. Un
[1]
estudio auspiciado por la OMS en 14 países encontró que el nivel promedio de identificación de los problemas por
[2]
el médico general en todos los países fue del 23,4%. Otro estudio en 1,332 pacientes en Noruega encontró que
los médicos en AP tienen altas tasas de sub-diagnóstico y falta de tratamiento de pacientes con depresión mayor y
TAG (49% y 64% respectivamente). En este estudio las tasas de sobre diagnóstico y tratamiento fue del 11% (de
estos se le recomendó 32% farmacoterapia, 54% consejería y 17 derivación la especialista). El sobre diagnóstico y
tratamiento se asoció especialmente como motivo de consulta un problema mental.

En la actualidad se dispone de intervenciones de salud mental efectivas, costo-eficaces, sostenibles y


económicamente accesibles en el ámbito de la promoción, prevención y recuperación. Con estos criterios y de
acuerdo a las necesidades de las personas o los grupos se puede utilizar una amplia gama de intervenciones
psicosociales entre ellas el diálogo empático, la psicoeducación, los grupos de apoyo, las psicoterapias
especialmente la cognitiva –conductual y de apoyo interpersonal, las intervenciones familiares, la rehabilitación
cognitiva, el entrenamiento en habilidades sociales y en actividades de la vida diaria, el apoyo a la inserción laboral
y la movilización de las redes de apoyo social. Lo mismo sucede en relación con el tratamiento farmacológico
especialmente en el caso de los trastornos esquizofrénicos, de pánico, bipolar, depresivo entre otros.

Disponiendo de todos estos recursos, se espera que toda persona tenga acceso a los servicios de salud mental.
Sin embargo, los estudios epidemiológicos han visibilizado la existencia de grandes brechas de tratamiento para
todos los tipos de problemas y trastornos mentales en todos los grupos de edad; siendo mayores cuando se trata
de la niñez, la adolescencia y para las personas con problemas de adicciones.

La brecha de tratamiento expresa la proporción de personas con problemas y trastornos mentales que necesitan
[3]
atención y no la reciben (OPS, 2009) , por razones diversas, entre ellas porque no hay un servicio cercano, costos
de la atención muy altos, falta de reconocimiento del propio problema de salud mental y existencia de elevado
estigma social. Adicionalmente, es frecuente que la comorbilidad con problemas y trastornos mentales pase
desapercibida en los servicios de atención general de salud.

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Como se desprende de lo anterior, las brechas de tratamiento son el resultado a su vez de la brecha financiera,
(presupuestos asignados a servicios de salud mental son mínimos, generalmente, destinados a los hospitales
psiquiátricos); de la brecha de recursos (especialistas en salud mental no están disponibles para la mayoría de la
población), la brecha de información (información poco disponible a la población en general, escasos
programas comunicacionales) así como el estigma social y estructural.

Las tendencias actuales: Servicios para la promoción del bienestar y la recuperación de la salud mental

Dada su naturaleza heterogénea tanto en su estructura biopsicosocial, de causalidad y de determinación, como en


su historia natural, patrones de representación social; el abordaje de los problemas y enfermedades mentales
exige considerar de un lado, sus complejidades psicosociales y clínico – biológicas y, del otro, intervenciones para
fortalecer el bienestar, la salud mental positiva a nivel individual y colectivo, así como también, para atender y
reparar el daño.

La responsabilidad del Estado que debe cumplir en la promoción de la salud mental a través de sus diferentes
sectores tiene dos dimensiones: una es el abordaje de los determinantes macro sociales y económicos
implementando políticas para mejorar la vivienda, el trabajo y la educación y, otra es efectuando estrategias de
soporte para los grupos de mayor vulnerabilidad psicosocial aprovechando los espacios de los grupos o agentes
o instituciones de socialización: familia, escuela, trabajo. También es importante la sensibilización de la población
mediante estrategias comunicacionales que además, contribuyan a reducir el estigma hacia las personas con
trastornos mentales y promuevan su inclusión social.

La recuperación de la salud mental y el bienestar no siempre implica la curación, aunque es posible la remisión
total de los síntomas. Significa vivir con satisfacción, confianza, siendo útil para sí mismo y los demás aun cuando
haya limitaciones causadas por un problema o enfermedad mental. Se conoce que con el tratamiento médico,
psicoterapéutico y de rehabilitación psicosocial muchas personas que experimentan enfermedad mental, incluso
las más severas, pueden tener mejorar sus síntomas y tener una vida significativa. Esto exige la organización de
servicios de salud orientados a la recuperación, donde el punto de partida sea el respeto a la dignidad de las
personas con problemas y trastornos mentales se fomente la confianza, la esperanza, el empoderamiento, la
autodeterminación y la responsabilidad sobre el control y el mantenimiento de la salud mental.

Para tales propósitos, es clara la necesidad apremiante de integrar la atención de salud mental a la atención de
salud en general en sus diferentes niveles y programas.

En concordancia con los postulados del Consenso de Panamá (OPS/OMS, 2010), el cual tiene sus antecedentes
en la Declaración de Declaración de Caracas (OPS, 1990) y la Declaración Brasilia (OPS/OMS, 2005 sobre la
Reforma de los Servicios de Salud Mental).

Tema 2:
EPIDEMIOLOGÍA DE LOS PROBLEMAS Y TRASTORNOS DE SALUD MENTAL

Situación de la población

Según los Censos Nacionales del año 2007, la población del Perú fue de 28 482 000 habitantes y, de acuerdo con
[4]
proyecciones del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI, 2009) , llegará a 33 149 000 habitantes el
año 2021, con una tasa poblacional decreciente de 0.99.
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En la estructura poblacional peruana, existen cambios vinculados al decrecimiento de la población de los estratos
de 0-4, 5-9 y de 10-14 años como resultado de la disminución de la tasa de natalidad. Por otro lado, La esperanza
de vida se estimó en un valor de 72,53 para el quinquenio 2005-2010 años y llegará en el 2025 a 79,1 años. Esto
anticipa una reducción significativa del crecimiento de la población hacia el año 2025 (gráfico N°1), la disminución
de la población dependiente y el incremento de aquella en edad de trabajar.

Esta situación significa la necesidad urgente de la inversión en educación, en la generación de empleo y en la


promoción salud mental para dar forma a capacidades humanas que se vinculan con el aumento de la
productividad y la convivencia saludable de lo contrario se intensificaría los problemas que ponen en riesgo el
capital social.

Gráfico N° 1 Variación de la estructura de la población en el Perú del año 2005 al 2025

La densidad según regiones es variada. Así, Lima presenta la mayor densidad poblacional con 265,9 hab/km²,
[5]
seguido de Lambayeque con 85,7 hab/km², La Libertad con 69,4 hab/km² y Piura con 49,7 hab/km² . Las regiones
con menor densidad son: Madre de Dios (1,5 hab/km²), Loreto (2,7 hab. /km²) y Ucayali (4,6 hab./km²) existiendo
zonas con alta dispersión poblacional en especial en zonas rurales y amazónicas

Desde el año 2003, políticamente el Perú está dividido en 25 Regiones, dentro del proceso de descentralización,
sin embargo se mantiene como estado unitario. Las necesidades básicas insatisfechas en la frontera en la zona
rural llega al 71.8%, el 59.9% de esta población se encuentra bajo la línea de pobreza y el 29.8% se encuentra
bajo la línea de pobreza extrema. Debe indicarse que en general las ciudades tienen en mayor y menor proporción

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cinturones de pobreza y pobreza extrema que en términos absolutos constituyen grandes poblaciones que es
necesario diferenciar. Es precisamente en las zonas rurales y urbano-marginales donde es alta la tasa de
desempleo. En las zonas rurales el promedio de mujeres y hombres mayores de 15 años que asisten al colegio es
de 7.4 años, la tasa de analfabetismo es de 5.6% y de deserción escolar promedio es de 5.5%.

SITUACIÓN DE SALUD MENTAL

LA CARGA DE ENFERMEDAD MENTAL EN EL PERÚ

Los problemas y trastornos mentales en la población peruana constituyen problemas de salud pública y
representan la mayor carga de enfermedad son las enfermedades neuro-psiquiátricas. Dada su cronicidad
producen mayor discapacidad. Representan el 16% de todos los AVISA por todas las causas y el 28% de todos los
AVISA de las enfermedades no transmisibles.

Los diagnósticos con mayor carga de enfermedad son los que producen mayor muerte prematura y/o tienen mayor
incidencia, mayor duración de la enfermedad y mayor discapacidad. Como puede apreciarse en el Gráfico N°2,
entre las diez primeras causas se ubican al abuso del alcohol (tercer lugar) y a la depresión unipolar (quinto
lugar).

Gráfico N° 2 Perú: 50 primeras causas de carga de enfermedad ordenadas según AVISA (AVP+AVD), 2004

Fuente: Velásquez A., Cachay C., Munayco C., Poquioma E., Espinoza R. y Seclén Y. La carga de enfermedad y lesiones en el Perú. Lima:

Ministerio de Salud. Primera edición; 2009

PROBLEMAS DE SALUD MENTAL EN LA FAMILIAS.

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[6]
La Encuesta Demográfica y de Salud Familiar 2012 , muestran que a nivel país en el 74.1% de las familias
peruanas existe violencia familiar, (incluida violencia contra la mujer, maltrato infantil o violencia contra el hombre)
encontrándose las proporciones mayores en las regiones de Huancavelica (86.1%), Apurímac (85.7%) Junín
(83.1%), Loreto (83.1%) Cuzco (82,5%) y Tumbes (80.7%).

Esta misma Encuesta, indica que el 74% de mujeres sufren violencia por parte de sus parejas. De este grupo el 36
% es violencia física y 71% psicológica. En el caso de los hombres, el 8% ha sido violentado por sus cónyuges
alguna vez en la vida y el 3% en los últimos 12 meses.

Por su lado, los estudios del Instituto Nacional de Salud Mental “Honorio Delgado – Hideyo Noguchi” advierte
sobre la mayor ocurrencia de la violencia sistemática - aquella de frecuencia diaria - en la ciudad de Lima
(21,2%) que en ciudades de la Sierra y la Selva (INSM, EESMSLP-2004).

También indican, que el trato inadecuado a la mujer por su pareja durante el enamoramiento es un factor que
aumenta la probabilidad de violencia durante la convivencia. En promedio, esta situación ocurre en el 51.8% de
las parejas en las ciudades estudiadas, siendo más frecuente en Lima Metropolitana y el Callao (69.6%) (INSM,
2010).

De igual modo, la prevalencia de anual de abusos y maltratos por parte de la pareja actual es mayor en Lima
(46.9%), Ayacucho (42.7%), Puerto Maldonado (36.7%), Abancay (36.6%) y Puno (35.8%) como puede
apreciarse en el gráfico n° 4.

Gráfico N° 3: Prevalencia anual de cualquier abuso o maltrato en general, a la mujer por parte de la pareja
actual en Lima (2002), Sierra (2003), Selva (2004), Fronteras (2005)*, Costa (2006) y Trapecio Andino (2010)

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Fuente: INSM- EEMSM-2002; EESMSP-2003; EESMSLP-2004; EESMF-2005; EESMCP-2006; EESMTA-2010

La demanda de atención institucional por las mujeres afectadas por violencia familiar es del 27,3%, es mayor en el
grupo de 40 a 45 años y la institución más solicitada es la Comisaría. Sólo el 4.1% solicitó atención en un
establecimiento de salud y el 4, 9% en los Centros de Emergencia Mujer del Ministerio de la Mujer y Poblaciones
Vulnerables.

Asimismo, el 38,5% considera no necesaria la búsqueda ayuda institucional, el 17,1% siente vergüenza, el 13% no
sabe a dónde ir y un 10% siente miedo. La búsqueda de ayuda en personas cercanas es el 41,5% y generalmente
entre las mujeres más jóvenes. (ENDES, 2012).

Puede decirse que los estudios realizados en el Perú aún son insuficientes, con un alto sub-registro en los reportes
por el sistema de salud y estigma que la población afectada considera como un hecho vergonzoso y muy íntimo.

En relación con los hijos, la reprimenda verbal es la forma de castigo más frecuente a las hijas e hijos. El castigo
físico a niñas y niños está disminuyendo, pero aún sus proporciones son importantes siendo algo más frecuentes
entre las madres (32.7%) que entre los padres (ENDES 2012). Por otro lado, según la casuística atendida en los
centros de emergencia mujer el 41% de niñas y niños son golpeados por los padres “como método natural de
[7]
disciplina y educación” (MIMDES, 2009) . La mayor prevalencia de maltrato infantil se registra en lugares de
mayor pobreza y exclusión social. Asimismo, se relaciona con el bajo grado de instrucción de los padres, donde los
factores de riesgo que propician situaciones de maltrato, no sólo están relacionados con los efectos de la difícil
situación económica de las familias y el desempleo, sino también con la tolerancia que existe en nuestra cultura
frente al castigo corporal.

Otra forma de expresión es la violencia en las instituciones educativas. Si bien información nacional es todavía
incipiente se estima que en promedio afecta 47% de escolares ocurriendo de manera similar entre mujeres o
varones. Las formas de agresión son física (34,8%), verbal 34,5% y sexual 4,7%. El 34% de escolares afectados
no comunica el hecho solicitando ayuda, a un porcentaje similar no le interesa defender o protestar por la violencia
que observan contra su compañera (o) y; el 25% de maestras(o), padres y madres de familia no “protegen” a las
[8]
víctimas. (Oliveros y colb., 2008) .

PROBLEMAS DE SALUD MENTAL EN LA INFANCIA

En los niños y niñas de acuerdo a los resultados del Estudio Epidemiológico de Salud Mental en Niños y
[9]
Adolescentes en Lima y Callao (INSM HD-HN, 2007) , el 20.3% de grupo de edad 1.6 a 6 años y el 18.7% de
aquellos de 6 a 10 presenta problemas de salud mental expresados en quejas somáticas, ansiedad/depresión,
problemas sociales, alteraciones del pensamiento, problemas de atención y conductas infractoras o agresivas.

Además, también se ha identificado que en ambos grupos de edad el 11.9% y el 11.5% respectivamente, se
encuentran en riesgo de presentar algún problema de salud mental.

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Esta información da cuenta de la importancia de la intervención de salud mental en la niñez sea recuperativa o
preventiva. Se ha demostrado que mientras más temprano se realice más aumenta la probabilidad de su
efectividad. Además, hacer invertir en la salud mental de infancia también hacerlo en beneficio de la sociedad que
se va construyendo.

Gráfico N° 4 Prevalencia de problemas de salud mental en niños y niñas de 1.5 a 10 años Lima y Callao.
2007

Fuente: INSM HD-HN Estudio Epidemiológico de Salud Mental en Niños y Adolescentes en Lima y Callao 2007

La prevalencia actual de los trastornos que mentales en las niñas y niños de 6 a 10 años determinada a partir de la
información de los padres son: los trastornos de conducta (9.7%), de déficit de atención e hiperactividad (9.5%),
negativista desafiante (8.6%), el espectro de los trastornos de ansiedad y los depresivos (3.5%). Se confirma la
necesidad de la detección de estos problemas en los programas de salud del niño, considerando su impacto en la
edad adulta y que la evidencia indica un mejor pronóstico, si la intervención se realiza tempranamente (gráfico N°
5).

Gráfico N°5: Prevalencia actual de trastornos mentales según criterios CIE-10, en niños y niñas de 6 a 10
años

Fuente: INSM HD-HN Estudio Epidemiológico de Salud Mental en Niños y Adolescentes en Lima y Callao 2007

Durante la infancia, generalmente no se espera la conducta suicida. Sin embargo, en la actualidad se observa que
es un fenómeno que se va incrementado. En los estudios se ha encontrado que el deseo de morir, las ideas de
morir y el intento suicida se presentan en proporciones similares en niños y niñas de las ciudades de Lima y

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Abancay. (11.7%, 3% y 0.1%, respectivamente) no así el planeamiento de la muerte que es mayor en la ciudad de
Lima (INSM, 2007 y 2010). (Gráfico N°6)

Gráfico N° 6 Prevalencia de vida de indicadores suicidas en niñas, niños de 6 a 10 años en las ciudades
de Lima y Callao 2007 y Abancay

Fuente: INSM “HD-HN” EESM en Niños y Adolescentes en Lima y Callao 2007 y en Abancay -2010.

PROBLEMAS DE SALUD MENTAL EN LA ADOLESCENCIA

En la adolescencia con mayor frecuencia se presentan el episodio depresivo mayor de moderado a severo, fobia
social, ansiedad generalizada y conductas problemas vinculadas al abuso del alcohol. En la tabla N° 1 se
presentan las prevalencias actuales de estos problemas en Lima Metropolitana, en ciudades de la costa (Piura,
Trujillo, Chimbote, Ica y Arequipa), en ciudades de la sierra (Ayacucho, Huaraz, Cajamarca), en ciudades de la
selva (Iquitos, Tarapoto y Pucallpa), en ciudades de frontera (Bagua, Puerto Maldonado, Puno, Tacna y Tumbes) y
en el trapecio andino (Abancay).

Tabla N° 1 Prevalencia actual de trastornos mentales en adolescentes en ciudades Lima 2002; Sierra2003,
Selva 2004, Frontera 2005, Costa2006 y Trapecio Andino (2010

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* Al menos un síntoma psicótico; ** Por lo menos tres conductas problemas por abuso del alcohol en la actualidad

Fuente: INSM- EEMSM-2002; EESMSP-2003; EESMSLP-2004; EESMF-2005; EESMCP-2006; EESMTA-2010

[10]
Según el III Estudio nacional: prevención y consumo de drogas en estudiantes de secundaria 2009 de DEVIDA ,
el 28,9% consume drogas legales (alcohol y tabaco). Es preocupante el inicio cada vez más temprano de
adolescentes en el consumo de bebidas alcohólicas, hace algunos años principalmente en hombres y hoy también
en mujeres. En ambos casos se evidencia tendencias que se incrementan.

Gráfico N° 7 Prevalencia de año del consumo de drogas legales, según dominios regionales- 2009

Fuente DEVIDA 2011

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De otro lado, también durante la adolescencia se incrementa la frecuencia de la conducta suicida, son más las
mujeres quienes lo intentan, pero son los varones quienes más lo consuman. En Lima Metropolitana y en la Sierra
el 2.9% de los adolescentes ha intentado suicidarse.

Tabla N° 2. Prevalencia de vida de indicadores suicidas en adolescentes en ciudades Lima (2007); Sierra
(2003), Selva (2004), Frontera (2005), Costa (2006) y Trapecio Andino (2010)

Fuente: INSM- EEMSM-2007 N y A; EESMSP-2003; EESMSLP-2004; EESMF-2005; EESMCP-2006; EESMTA-2010

PROBLEMAS DE SALUD MENTAL EN LA POBLACIÓN ADULTA

En la edad adulta (18 a más años), los trastornos mentales afectan a más de un tercio de la población en algún
momento de su vida y hasta el 23.5% durante un año. En el gráfico N°8 se presentan las prevalencias de vida y
anuales por ciudades

Gráfico N° 8: Prevalencia de vida y anual de trastornos mentales en población adulta de las ciudades
Lima2002; Sierra2003, Selva2004, Frontera2005, Costa2006 y Trapecio Andino (2010)

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FUENTE: INSM- EEMSM-2002; EESMSP-2003; EESMSLP-2004; EESMF-2005; EESMCP-2006, ; EESMTA-2010

Los trastornos mentales de mayor prevalencia en la población adulta son los ansiosos (agorafobia, trastorno de
pánico, trastorno de ansiedad generalizada, obsesivo-compulsivo, por estrés post-traumático y fobia social); los
depresivos (episodio depresivo moderado a severo y distimia) y el abuso o dependencia del alcohol. En general,
las mujeres padecen más trastornos depresivos y ansiosos que los hombres, y éstos padecen más problemas por
uso de sustancias nocivas especialmente el alcohol.

El bebedor riesgoso el aquel que en un día, en menos de tres horas más del equivalente a una botella de vino (o 3
vasos de alcohol “fuerte”) por lo menos tres veces durante un año. Se resalta esta categoría porque generalmente
estas personas son las que se ven involucradas en hechos de violencia familiar e interpersonal, así como, en
accidentes de tránsito (primera causa de discapacidad y muerte prematura en el Perú), conducta sexual de riesgo,
ocasionando daño (incluso la muerte) no sólo a sí mismos, sino también a otras personas.

Estos trastornos reducen la calidad de vida, la capacidad funcional, la productividad, la integración social e
independencia de las personas; quienes las padecen tienden a alcanzar un menor nivel educacional que la
población sin dichos trastornos. Asimismo, los estudios establecen que consumo de alcohol se asocia
aproximadamente al 32% del total de muertes por cirrosis, las neoplasias de boca, esófago, hígado, accidentes de
vehículos, trastornos cardiovasculares, lesiones infringidas, afectación al feto por consumo de alcohol de la madre,
[11]
diabetes, cáncer de mama y tuberculosis entre otros. , además tienen un impacto desfavorable en la adherencia
al tratamiento en el caso de todas estas enfermedades.

Respecto de la conducta suicida en esta atapa de vida, la prevalencia de vida del intento suicida es mayor en
Pucallpa (5.4%), Lima Metropolitana y el Callao (5.2%) y Puerto Maldonado (4.5%). Las proporciones son
significativamente mayores entre las mujeres en especial entre aquellas que son víctimas de violencia por sus
parejas.

Gráfico N° 9: Prevalencia de indicadores suicidas en población adulta según ciudades del Perú

FUENTE: INSM- EEMSM-2002; EESMSP-2003; EESMSLP-2004; EESMF-2005; EESMCP-2006,; EESMTA-2010

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En personas adultas, se ha encontrado una prevalencia de trastornos psicóticos de 0.8%. Entre ellos la
esquizofrenia representa una carga económica importante para el sector salud debido a la concurrencia de
factores como edad temprana de aparición, carácter crónico, largos periodos de hospitalización, tratamiento
ambulatorio indefinido, necesidad de apoyo familiar y social, alta frecuencia de incumplimiento terapéutico y
[12]
elevados indicadores de riesgo suicida .

En las personas de 60 años a más es importante considerar el síndrome demencial que se identifica a través del
deterioro cognoscitivo e instrumental.

Tema 3:
DETERMINANTES SOCIALES EN SALUD MENTAL

“Los determinantes de la salud mental y de los trastornos mentales incluyen no solo características individuales
tales como la capacidad para gestionar nuestros pensamientos, emociones, comportamientos e interacciones con
los demás, sino también factores sociales, culturales, económicos, políticos y ambientales tales como las políticas
nacionales, la protección social, el nivel de vida, las condiciones laborales o los apoyos sociales de la comunidad.
La exposición a las adversidades a edades tempranas es un factor de riesgo prevenible bien establecido de los
trastornos mentales”. (Plan de Acción Integral Sobre Salud Mental 2013-2020. OMS, 2013)

Según la OMS (2008), los determinantes sociales de la salud son las condiciones causales que contribuyen al
mantenimiento o mejoramiento de la salud. Estos se pueden diferenciar en predisponentes o distales (nivel socio
político), facilitadores o contextuales (nivel comunitario) y reforzadores o proximales (nivel relacional).

Los determinantes sociales de la salud representan una visión sistémica para abordar la realidad, los fenómenos
sociales y la salud. Están definidos por el contexto sociopolítico, cultural y físico en el cual se producen las
condiciones para mantener o mejorar salud, el bienestar y calidad de vida. Así, el estado de bienestar de un grupo
poblacional o una persona es la expresión en un momento dado de la actuación dinámica de relaciones biológicas,
sociales y culturales que se dan en el sistema del cual forman parte. Baca (2008)

Los determinantes de la salud consensuados por los Estado miembro de la Organización Mundial de la Salud e
incorporados en la política del sector salud son:

Ingreso y posición social


Cultura
Empleo y condiciones de trabajo
Educación
Equidad de género
Redes de apoyo social
Entorno ambiental y social
Hábitos personales y aptitudes de adaptación
Características biológicas y dotación genética
Alimentación y nutrición
Desarrollo del niño(a) sano(a)
Servicios de salud.

Por lo tanto, cuando se trata de determinantes sociales que impactan el estado de la salud o discapacidad mental
es clave abordarla en su multidimensionalidad, por las fuertes implicancias sociales, económicas, políticas,
culturales e históricas y de carga genética que le dan origen.

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No obstante, todos los planos de esta multidimensionalidad actúan como una unidad. Un solo hecho que afecte la
salud mental es vivido integrada y condensadamente con todas las variables que operan en la estructura social.

Tema 4:

ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN DE SALUD MENTAL

BRECHAS DE TRATAMIENTO

Se identifica que en el Perú, las personas con problemas mentales tienen un acceso limitado a servicios de
salud mental en los diferentes niveles de atención del sistema de servicios de salud.

A pesar de los esfuerzos del Estado Peruano en ampliar la cobertura de atención en salud mental, es limitado el
número de población afectada que accede a servicios especializados para el diagnóstico y tratamiento incluidos
los de mayor complejidad como en hospitales nacionales o regionales con servicios especializados, en hospitales
psiquiátricos y en el Instituto Nacional de Salud Mental.

Esta situación se expresa en las grandes brechas de tratamiento. Así, utilizando la prevalencia anual de
trastornos mentales, (en el caso de Lima la prevalencia de seis meses), en año habría en el país
aproximadamente 3, 840,065 personas mayores de 18 años que necesitan atención de salud mental. Aunque no
todas estas personas deben ser atendidas por las redes de servicios de las direcciones de salud, estos
establecimientos logran una cobertura muy baja. En el año 2012, en este grupo de edad se atendieron 392,693
personas lo que representa sólo el 12.8% de la población que necesita este servicio.

Igualmente, si usamos el enfoque de morbilidad sentida, es decir, explorando por aquellas personas que han
percibido en sí mismas problemas de tipo emocional o de los “nervios”, y se encuentran ante la decisión de buscar
o no servicios, en el Perú, de cada diez personas de este grupo, ocho o nueve no pueden acceder a
atención de salud mental. Gráfico n° 10.

Gráfico N° 10: Brechas regionales de atención de la demanda sentida expresada de servicios de salud
mental en el Perú (%)

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INSM-EEMSM-2002; EESMSP-2003; EESMSLP-2004; EESMF-2005; EESMCP-2006; EESMLR-2007; EESMSR-2008-EESMTA-2010.

* Últimos seis meses ** Últimos 12 meses

Esto ocurre principalmente en los casos de las personas con trastornos de ansiedad que son los más prevalentes
en nuestra población

Gráfico: 11. Brechas de atención según prevalencia en los últimos seis meses en Lima Metropolitana y
Callao (%)

INSM-EEMSM-2002; EESMSP-2003; EESMSLP-2004; EESMF-2005; EESMCP-2006; EESMLR-2007; EESMSR-2008-EESMTA-2010.

* Últimos seis meses ** Últimos 12 meses

La inaccesibilidad a servicios de se explica por diversas razones. Entre las principales se destaca las barreras que
impiden a la población acceder a los servicios de salud mental y de otro lado, la insuficiente cobertura de los
mismos.

En relación con las primeras, las investigaciones demuestran que los servicios especializados son poco utilizados.
Entre los elementos que tienen influencia desfavorable para el acceso en las ciudades peruanas prevalecen la falta
de auto-conciencia de padecer problemas de salud mental (sólo entre el 12% y el 17% los reconoce), alrededor

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del 50% de las personas que sí reconocen y que requiere atención profesional piensan que pueden resolverlo
solos. Asimismo, proporciones importantes de la población no tienen confianza en los servicios o en los médicos,
su nivel de información en el tema es bajo, no saben dónde ir, o se avergüenzan.

Algunos problemas como la violencia familiar, el abuso del alcohol suele verse “normales” en la cultura de algunas
comunidades. En cambio las personas con trastornos psicóticos son consideradas sujeto de marginación de la
sociedad siendo preferible su aislamiento en hospitales psiquiátricos. El estigma que rodea a la salud mental es
tan fuerte que casi torna invisible las necesidades y demandas de las personas y colectividades.

La alta dispersión y el difícil acceso geográfico poblacional especialmente en las zonas rurales, alto-andinas y
amazónicas debe considerarse. De igual modo, aunque el acceso a servicios de salud mental es bajo en todos los
estratos socioeconómicos, la carencia económica para afrontar los costos de la atención también es un factor
significativo considerando que sólo la tercera parte de la población es beneficiaria de la Seguridad Social, otra
tercera parte es beneficiaria del Seguro Integral de Salud y finalmente una tercera parte es excluida.

Es también necesario resaltar que muchas autoridades Nacionales, Regionales y Locales e incluso, autoridades
sectoriales no tienen en agenda prioritaria la salud mental o no cuentan con programas y proyectos viables y
sostenibles para su abordaje.

[1] Toft T, et al. Mental disorders in primary care: prevalence and co-morbidity among disorders. Results from the
Functional Illness in Primary care (FIP) study. Psychological Medicine, 2005, 35, 1175–1184

[2] Olsson I et al. Recognition and Treatment Recommendations for Generalized Anxiety Disorder and Major
Depressive Episode. Prim Care Companion J Clin Psychiatry. 2006;8: 340-347.
[3]
Organización Panamericana de la Salud. Estrategia y plan de acción sobre salud mental. Washington, D.C.,
EUA, Consejo Directivo OPS, 2009.
[4]
Instituto Nacional de Estadística e Informática. Perú Boletín de Análisis Demográfico N° 36, Estimaciones y
Proyecciones de Población, 1950-2050. Lima: INEI- Perú, Dirección Técnica de Demografía e Indicadores Sociales
2009
[5]
. Instituto Nacional de Estadística e Informática Encuesta Demográfica y de Salud Familiar Nota de Prensa Nº
12– 10 Julio 2012.
[6]

[7]
Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social. Incidencia Política para Prevenir la Violencia Familiar en el Ámbito
Local. Manual para Operadores de Servicios Locales. Lima: MIMDES, 1era ed., 2011.
[8]
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