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Día de la Palabra 2018

Dentro del marco de la utilización de la palabra, se reflexiona alrededor del empleo de la palabra de
forma artística, no ya solamente como un medio de comunicación, sino como un espacio y una práctica
en donde la palabra cobra relevancia a partir, no sólo de su sentido literal y distintas acepciones
cuturales, sino también de sus aspectos materiales como la sonoridad, la acentuación y el ritmo. Es
decir que la palabra adquiere una dimensión lúdica; distinta, quizás, a la seriedad cotidiana en donde,
diría Nietzsche, la palabra es una moneda que ha perdido su troquelado.
Alrededor de esas prácticas, de las cuales la literatura es madre de todas, se encuentran muchas formas
y expresiones. Para esta ocasión, se propone trabajar, reflexionar y experimentar con un conjunto de
prácticas muy contemporáneas y actuales como son el rap, el hiphop y el freestyle.

En una primera instancia, se trata, no de géneros puramente literarios, sino de géneros musicales. Más
aún, casi que se podría decir que se trata de géneros esencialmente vocales; aunque se acostumbra a
acompañar la voz cantada/recitada/hablada con instrumentos, en sus formas más originales y
rudimentarias estos son dispensables (si es que, acaso, hay alguna importancia en la distinción de
géneros...).
Estamos, entonces, frente a la palabra cantada; y la palabra cantada es distinta a la palabra hablada por
las cuestiones que se mencionaron más arriba: no sólo se tiene en cuenta su sentido, sino otros
aspectos. Entiéndase bien, no es que ya no importe su sentido (aunque en algunos casos, en algunas
poesías y en algunas músicas, el significado pierde total importancia) sino que sentido y materialidad
(el sonido, el acento y el ritmo de la palabra) quedan ligados en un único proceso expresivo y,
esencialmente, estético: lo que se dice es tan importante como lo que suena.
Ahora bien, precisamente el rap, el hiphop y el freestyle combinan de una manera casi única el poder
comunicativo de la palabra con su aspecto estético. En estos géneros abundan las protestas sociales, las
denuncias de discriminación, etc. Como casi en ningún otro género musical hoy en día, la palabra
artística está al servicio de un mensaje, como en algún momento lo fue el reggae. No obstante,
personalmente creo que en estos géneros urbanos norteamericanos el lenguaje, la palabra, es todavía
más poderoso.

Últimamente se ha podido de ver campeonatos de freestyle auspiciados por grandes marcas


internacionales como RedBull. El campeonato de freestyle es un hecho muy interesante para estudiar el
empleo del lenguaje, de la comunicación y de creatividad.
Una posible actividad para la celebración del día de la Palabra podría ser llevar a cabo una competencia
similar. La temática de la competencia puede ser libre o puede estar dictada con anterioridad
(¿contenidos de asignaturas? ¿consignas sociales?). A continuación una serie de puntos que explican
mejor el funcionamiento de una batalla de freestyle:

• Se trata de una competencia de improvisación. Es decir que la palabra está dentro de un ámbito
de competición en donde va a haber ganadores y perdedores. Es una lucha verbal, con todo lo
que ello implica, un deporte de contacto.
• Hay varias modalidades de participación:
• Por temática: libre o pautada
• Por participantes: dos, cuatro, seis, etc. Siempre de a equipos de números pares.
• Por tiempo
• Por cantidad de estrofas

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• El mensaje, ataque, sentido o comunicado que se cante/recite/hable está sólo y únicamente
validado por la rima. La rima, y no el mero canto, es el medio artístico. No obstante, lo que se rime
tiene que tener algún contenido ingenioso, y aquí está lo interesante. El proceso lúdico en queda
envuelta la palabra es más que interesante.
• Puede realizarse con instrumentos acompañando, con voces emulando instrumentos o a solo. De
llevarse a cabo en la celebración, se intentaría llevar una banda de música (dos instrumentistas es más
que suficiente).
• En la batalla de freestyle no están tan presentes las temáticas sociales que se mencionaron más
arriba, ya que se trata de una batalla, de una cuestión muy inmediata: ganarle al que está al frente. Si el
hincapié va a estar puesto en la protesta, en la denuncia, puede remitirse a la discografía del hiphop, en
donde la improvisación tiene mucho menos lugar.
• Por supuesto, hace falta mucha práctica para poder improvisar. La actividad puede conservar el
espiritu de la improvisación, pero no ser improvisativa; por ejemplo, puede destinarse un tiempo a la
confección de las rimas.
• Por último, si bien se trata de una competición y nadie titubea en , el freestyle está cargado de
prácticas del respeto, como cualquier otro deporte: los saludos inciales y finales, el traspaso del
micrófono de mano a mano, el reconocimiento del ganador y del perdedor, el respeto del tiempo, etc.

Hay que mencionar un par de cuestiones más, posibles de ser malentendidas. No sólo porque se trata de
una competición, sino porque fundamentalmente se trata de géneros urbanos y de protesta, el lenguaje
recurruente es un lenguaje cargado de agresiones verbales y de malas palabras. No es, tampoco, una
cuestión exagerada, pero sí está muy presente (hay, por supuesto, distintos estilos de freestyle y de
hiphop, algunos caracterizados por la nula presencia de estos). Sin embargo, aquí también creo
pertinente dedicar otra reflexión que debería llevarse a cabo durante la celebración: el lenguaje, la
palabra, es una cosa viva, que no está y no debería ser circunscrita únicamente al ámbito escolar y
académico. Estamos, justamente, trabajando para desacademizar el lenguaje, quitarle la seriedad
escolástica y mostrarla viva, viviendo y actuando, celebrando a la Palabra, ¿por qué hacer de cuenta
que el insulto, que la violencia verbal no existe? No se trata, de ninguna manera, de una apología o un
elogio del insulto, de la violencia verbal, se trata del reconocimiento, de incluir incluso hasta esos usos
dentro del lenguaje. ¿Acaso no son palabras? Creo que Fontanarrosa tiene alguna conferencia al
respecto. Con todo esto quiero decir, no que se plantee una actividad en donde el insulto y la agresión
tengan lugar en el trabajo de los estudiantes, pero sí que se reflexione al respecto, que no se lo censure
en la exposición del lenguaje real en la vida real (si acaso ambos conceptos de "lenguaje real" y "vida
real" tienen importancia).

Finalmente, y puede ser alguna actividad también a desarrollar, estas expresiones musicales también
tienen un pariente anterior y lejano en la cultura argentina: el payador. No obstante, sus formas han
caído en desuso, por eso no las propuse en un primer lugar, aunque sí sería interesante tejer algunas
relaciones.
En este último punto, todavía más interesante, y que tejería conexiones y relaciones entre el día de la
Palabra y el viaje programado para el Norte, deberían tenerse en cuenta las coplas norteñas. Las colpas
son un medio de expresión poderosísmo, en donde también la improvisación tiene muchísimo lugar. La
copla norteña se ejecuta en circunstancias similares: es eminentemente vocal, aunque también es muy
importante la presencia de la caja chayera; se practica grupalmente y puede utilizarse tanto para la
protesta social como para el cortejo. El ingenio tiene un lugar único.

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